Curiosidades antiguas sevillanas: Estudios arqueológicos

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CURIOSIDADES ANTIGUAS SEVILLANAS ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS POR

JOSÉ GESTOSO Y PEREZ.

E3 PROPIEDAD. ( Tirada

de 100 ejemplares.)

SEVILLA. En

la oficina del

periódico

£l Universal.



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CURIOSIDADES ANTIGUAS SEVILLANAS t

ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS POR

JOSÉ GESTOSO Y JEREZ.

SEVILLA. En la oficina del periódico JSlJJniversal

1885 -

PONACion MOHTOTt



AL' SR, D.

Debí nes,

ri

FERNANDO BELMONTE Y CLEMENTE.

V. desde mis primeros pasos en estas aficio-

muy provechosos

El único medio amistad

consejos

útilísimas enseñanzas'.

y

con que puedo corresponder á su buena

es haciendo público el testimonio de

cimiento, complaciéndome en que

mi

recono-

haya llegado ya

esta

ocasión.

Sírvase V.,pues, de aceptar la dedicatoria de

hro,pobrisimo como mío, pero que d tará

los

ménos

este li -

le acredi-

buenos deseos de su afimo., *

.

lo

'

i

¿José Jjestoso

y J^erez.

-



AL LECTOR

'

El deseo de salvar del olvido antiguas memorias de sucesos cosas que yacen en nuestros Archivos y y Bibliotecas, mi afición constante á investigar cuánto se relaciona con las famosas obras artísticas que los esclarecidos maestros de' otras edades dejaron en nuestro suelo y el interés en dar á conocer algunas inestimables joyas arqueológicas que poseemos, desdeñadas por el vulgo alto y bajo me ha movido á tomar la pluma en muchas ocasiones para llamar encarecidamente la atención pública acerca del abandono en que unas yacen, de la importancia de otras y de Ja interesante historia de muchas, dignas bajo todos conceptos del mayor respeto de profunda veney ración. No creo haber conseguido mis propósitos en manera alguna; mis palabras las ha llevado el viento y así han visto las personas entendidas, con verdadero escándalo, que al mismo tiempo que la prensa periódica elevaba sus quejas para impedir cierta venta de un objeto sagrado que perteneció á la iglesia de San Vicente, á despecho de todos y sin grandes obstáculos se verificaba aquélla, privándonos de una de las mas brillantes páginas de la orfebrería española y única entre las conservadas en esta ciudad. Así van


perdiéndose paulatinamente los más vivos testimonios de nuestra cultura pasada, desapareciendo premonumentos y borrándoselas irrefutables pruebas, memorias de gloriosos dias. Acaso tocará igual infausta suerte en el trascurso de los tiempos á algunos de los que hoy contemplamos y que hemos tenido la fortuna de poder estudiar; para ese dia hemos querido reunir nuestros apuntes, cediendo á las instancias de algunos amigos aficionados á estas antiguallas, para los cuales, hacemos separadamente una impresión de cien copias en buen papel. ciados

Sevilla

c)

de

Marzo

de 1885.


LA CABEZA DEL REY DON PEDRO

«

NUEVOS APUNTES PARA ILUSTRAR SU HISTORIA Pues don Pedro de Castilla,

Tan valiente y ¿Qué hizo sino

Y

tan severo,

castigos

qué dió sino escarmientos?

Quieta y próspera Sevilla Pudo alabar su gobierno,

Y

su justicia las piedras

Que

están en el Candilejo, (n)

Existe en Sevilla una calleja tortuosa y estrecha,

formada de pobres viviendas, desiguales y mezquide sus tejados salientes, sus puer-

nas, con los aleros tas

pequeñas y bajas, sus ventanillos con

tiestos

de

y allá, como riéndose de todas unas que parecen empinarse pa-

flores esparcidos aquí las reglas eurítmicas;

(i) Publicóse este artículo en nuestro libro «Apuntes del natural,» 1883; hoy se reimprime aumentado. (u) Don Francisco de Quevedo Villegas, Ro-

y

mance XLI,

t. 8.*,

edición deSancha.


— rompen

8

más

ra mirar á sus vecinas

bajas, otras

que atrevidas

muro que forma

la línea recta del

estas quebi aduras, estas desigualdades,

la calle,

como

si

y

dijé-

ramos, en un palmo de terreno.

Es verdad que hoy da por

do

la industria

moderna, sonroja-

tales caprichosa construcciones,

ha consegui-

deformidad, y al gunas casas con figude yeso, frisos de cartón piedra, rejas historiadas

enbelleccr su

ritas

y alegres colorines se levantan de trecho en trecho para atestiguar, por si alguien lo duda, el gran adelanto y exquisito gusto de las construcciones de nuestros dias.

Esta

calle,

en

la cual

ha penetrado

derna hasta hacerle perder

guo

carácter, es, sin

los propios, sino

casi

Ja

piqueta

mo-

por completo su anti-

embargo, no sólo conocida de

que también con empeño visitada

por los extraños.

Ea

calle del Candilejo representa

sevillana

hoy

de un importantísimo reinado,

dero recuerdo de un gran Monarca,

la

el

la

historia

imperece-

página escrita

de una veneranda tradición. Testimonio de aquellas tremendas justicias va unida estrechamente á ,

ta

sombra de Pedro

I

de

Castilla;

que, según la frase de un antiguo escritor

(i)

la

augus-

de aquel gran Rey,

Ldo. Estében G. de Muñana M.

(i),

«más

S. intitulado

Escrito sobre el Principado de Sevilla en defensa de la ver-

dad del epigrama deAusonio. Pag.

33.

tíib.

Colom.


—9— debió su muerte á la vendible pluma de Ayala que al punal de don Enrique;» de aquel ilustre Soberano que legislaba en

-el

Becerro de

y compilación

del.

las

Behetrías, en el arreglo

Ordenamiento de Alcalá, en

los menestrales, y en las Cortes 1

35

da,

r

?

el

de

de Valladolid del año

que guerreó venciendo en Aragón y en Granael esforzado ánimo para acometer la gi-

que tuvo

gantesca empresa de restaurar

de robustecer zante á

poder

el

manos de

castellana;

la

real,

el

perdido prestigio y

desmembrado y

agoni-

turbulenta y poderosa nobleza

de aquella gran figura qUe supo, en medio

del encrespado

mar de

deslealtades y felonías, de

trai-

ciones, asonadas furtos salvar del gran naufragio el é arte arquitectónico, levantando insignes templos, con. ,

cediendo gruesas sumas para sos -

la

restauración de famo-

monumentos y gozándose, por

truir sus

en cons-

último,

soberbios alcázares de Sevilla.

Tales gloriosos padrones, en vano intentarán os> cureccr los rutinarios continuadores

ata; todos

sus esfuerzos

blecidas sienes

del desdichado

dos laureles serán tencia los

inútiles,

no llega nunca á

la

del desleal cro-

por arrancar de

Monarca

porque

el grito

las

enno-

tan precia-

de

la

impo-

región serena destinada á

grandes hombres.

aquí por qué todo lo que se relaciona con este

ilustre

c >a, los

Monarca, hidalgo y caballeresco por excclenes siempre de grandísimo interés, no sólo para

que se dedican á estudiar su turbulento remado, 2


10 sino también para todo

amante de

las pátrias glorias:

no dudamos, pues, que nuestros lectores verán con gusto la descripción que de

la

Rey don Pedro, colocada en

primitiva cabeza del la calle del

Candilejo

hasta los años de 1630, se hace en un manuscrito que se custodia en la Biblioteca

Colombina

(1).

Creemos

ser los primeros en publicarla

(11), y creemos que es de alguna importancia, pues si el hecho tan conocido que dió lugar á la tradición no tuvo hasta aquí fuerza

de verdad existir la

(I)

histórica,

puede

tenerla

por

la

razón de

cabeza del referido Rey colocada en

Tomo

el sitio

de Varios en su mayor parte M.M. S.S.

En

la portada se lee: Memorias Históricas Sevillanas, recogidas en este tomo primero para la librería del Dr. D. Ambrosio de la Cuesta y Saavedra, canónigo de la Santa Iglesia de Sevilla. (II) En una .nota de D. Eugenio de Llaguno y la Crónica del Rey D. Pedro, edición de Sancha, se hace alguna indicación ligerísima acerca de este particular al hablar de la estátua orante del Rey en su sepulcro de Santo Domingo el Real de Madrid, pero dice sólo que era de barro y pintada, refiriéndose á Argote.

Amiróla á

Además hemos procurado informarnos do algunas personas eruditas que se ocupan en inquirir noticias acerca de nuestras antiguallas, consultando al efecto con el reputado escritor Sr. D. Joaquín Guichot, quien lealmente nos ha manifestado que desconocía la existencia de la primitiva cabeza, que esti-

maba como muy toria.

y

difícil hallar

datos acerca de su

his-


de

la actual, casi á raíz

que asienta

el

de su mismo

siglo.

Veamos

lo

autor anónimo del manuscrito intitu-

lado «Algunas noticias

Don Pedro, de que

que ay en

se hace

Seuilla dél

memoria por

Rey

tradición

enella.»

Dice así: «Don Pedro de Pereda Jurado desta ciudad cuyas eran las casas donde está puesta la cabeza que las heredó del Jurado Pereda su padre en y ellas

sucedieron los hijos del dicho

me

reda casa

dixo:

Don

que amenazando ruina

donde estaba puesta

sario el reedificarla, su

dad, dió cuenta de

la

Juan de Pe-

la

pared de

la

esta cabeza, y siendo nece-

padre como Jurado desta

ciu-

obra que se auia de hazer en

el

Cabildo para que por su acuerdo se mandase lo que se auia

de executar.

se

efigie

una

del

Y

la

Rey Don Pedro, en

se pusiesen las á costa

de

mesrno

sitio

la

Ciudad acordó que se

de piedra, que representase armas de

la

traje é insignias reales,

Castilla y

hicie-

persona y que

León en un escudo

Ciudad, y se colocase en vn nicho en el la cabeza estaba, porque esta me-

donde

moria no se perdiese, y se puso en execucion, loque Ciudad mandó, colocando en vn nicho el bulto del

la

Rey de medio cuerpo, como oy

Y assi mesmo me

refirió

se vée.

que siendo

él

muchacho

,

v‘ió

que aquel eruditíssimo Príncipe el excelentísimo señor don Fernando Enrriqucz de Ribera Duque de Alcalá, llegó vn dia á su casa

buscando á su Padre, á

quien preguntó: que se auia hecho aquella antigua


cabeza que

allí

estaba? y

algún rincón de

el

Padre

le

respondió que en

casa estaría y la hizo luego buscar, y la hallaron en vn sótano de donde se sacó y la dió

la

Duque, que

al

la recibió

con mucha estimación y el hallasgo; y la puso

agradecimientos por

le dió los

en su coche y se la llebo: y que decía el Duque: que por verdadera efigie del Rey Don

tenia aquella cabeza

Pedro ó muy parecida.

Y

repitiendo las señas de la ca-

beza dezia, que juzgaba era de barro cocida y pintada con el pelo corto, que solo le cubría el cuello cortado al rededor, y cercenado por la frente, como entonces se vsaba, sin bigotes ni barbas, el rostro algo abultado, y en

la

cabeza vn bonete redondo traje de

aquel tiempo y que asistiendo á su padre este dia vió lo

que

refería.

Esta cabeza

duda) puso

(sin

el

Duque

en su librería ó en otra parte de su casa, que enrriqueció

con muchas memorias y piedras y estatuas antiel poco cuidado de los Alcaydes de su pa-,

guas y por

lacio y falta

de estimación y aprecio de las cosas desan desparecido muchas antiguallas que

te género, se

se

guardaban en

que para

la pieza

los libros,

que tenia destinada

ó puestas en diferentes

su casa, entre las cuales padeció

el

Du-

sitios

de

esta el propio nau-

fragio.»

D. Pablo Espinosa de los Monteros, en te

de

la

Historia y Grandezas

Sevilla, al fólio 52,

de

la

de

la

la II par-

gran ciudad de

habla también de

la

renovación

cabeza y dice: «y por memoria dcste caso man-


i3

dó poner en aquella esquina en una concavidad, su cabeza, hecha de piedra (r) la cual se renovó pocos anos d y se puso en lugar della el medio cuerpo que ,

oyestá.»

Hemos

encontrado

se quitó la primitiva cabeza á

mo 1 }-

puede comprobarse por

la

fecha segura en que

que nos referimos, co-

las siguientes palabras

francisco Fernandez Bertrand (n),

autor de la tradicional nistraba justicia

el

silla

este

de

dicho

en que se dice que admi-

Rey D. Pedro, añade: «de

naje de desgracias fué la pérdida

mármol (m) de

al tratar

de

la

este

li-

cabeza de

Monarca, cuyo origen para con-

servación de la tradición, aunque parezca cuento, la

pondré aquí hnúa: «que

Refiere el hecho del Candilejo y con-

el

Rey, en

ner en la esquina del

la

forma que pudo, mandó po-

sitio,

retrato suyo,

una cabeza de mármol,

que vimos hasta nuestros tiempos de hermosísimo rostro, dando admiración á los curioSos

Avrá

suadió

al

,

diez ó doce años

que un Veinticuatro per-

Cabildo desta Ciudad que quitando de

allí

Espinosa no tuvo ocasión como D. Juan de Pereda de ver y examinar tan de cerca la dicha cabeza: no es extraño, pues, que se equivocára. (i)

(n) Comprobación de la piedra sepulcral del venerable Honorato sucesor del glorioso Dr. San Isidro, Arzobispo de la Sta. Iglesia Cathedral Metropoy litana de Sevilla, etc. Sevilla: Francisco Lyra, 1630.

(ni) Puede repetirse acerca de estas palabras lo dicho en la nota 1/ que antecede.


,

14

aquella cabeza se pusiese un

(como

medio cuerpo de Rey

de diferentísimo

se hizo)

perdiendo

rostro,

tal

antigüedad y variando la circunstancia de la historia en suceso tan notable.»

No la

es posible

dudar del hecho de haber existido

cabeza del Rey en

más de rar

por

la calle del

Candilejo, pues ade-

asegurarlo así la tradición, lo el

vemos corrobo-

autor anónimo del manuscrito á quien dijo

don Juan de Pereda: «que asistiendo á día vió lo

que

refería,» y

además por

su padre este

las

palabras de

Espinosa, y de F. Bertrand. Esto sentado, se nos ocurre el siguiente razonamiento.

Según Ortiz de Zúñiga

acaeció el hecho que dió lugar á que se colocára la

cabeza del Rey uno de los dias del año 1354; desde esta época hasta los en que publicaron sus libros los citados autores sos;

(i

no repugna

63 o) van trascurridos dos siglos escaá la

buena lógica que este tiempo hu-

biera permanecido la primitiva cabeza, y que ya por su mal estado, como parecen probarlo las mismas pala-

bras de Pereda

porque

la

al referir

Ciudad

damente en

que

se halló en

quisiera representarlo

traje é insignias reales

,

un sótano ya

más

autoriza-

se acordase la co-

locación de la existente. Desapareció, pues, la primiti-

va cabeza por los años 1618-20, frases del

a ñ° s

segundo

como

escritor citado:

lo indican las

«Avrá diez ó doce

» Su folleto de la piedra sepulcral de Honora-

to, vió la pública luz

en 1630,

como dejamos

Se observa muy comunmente que

los

dicho.

monumentos


— públicos,

como

colocaron

en

dias

i5

estatuas,

que se

inscripciones, etc.,

pasados para perpetuar algún

acontecimiento, permanecen por lo general en sus respectivos lugares, bien hasta que

se destruyen ó

porque pasado algún tiempo desaparece Que de ellos se hizo.

Según nuestro

'

el

aprecio

entendemos que no

juicio,

es po-

_

siblc dudar,

después de

las anteriores citas,

de que

existió la

cabeza del Rey en Ja calle del Candilejo hasta los años 1618-20 en que tuvo lugar la colocación de la existente, vez y para probar de una

Quizá

I

el

Duque de

que

Alcalá no se equivocaza en tener

por verdadero retrato de D. Pedro, fijémonos en a descripción de Pereda y veremos cuán al vivo

está representado en

glos llo

XIV ó XV:

ella

un personaje de los

«¿Vpelo corto quedólo

le

si-

cubría el cue-

cortado alrededor y eercenado por la frente , como

e,/ tónces

ocultado

se

usaba , sin bigotes ni barbas

(1)

,

el rostro algo

y en la cabeza un bonete redondo .» Bastan

estas ligeras indicaciones para rc presentaba la

no dudar que la cabeza

de un varón perteneciente á uno de

estos dos siglos; pues

ya en

el siguiente

comenzó

á

(0 Dice Ayala: «É fué el Rey D. Pedro asaz ande de cuerpo é blanco, é rubio, é ceceaba un poco en la fabla. Era muy cazador de aves, fué muy so,

udor de trabajos. Era muy temprado, é bien acosumbrado en el comer beber. Dormía poco, é amó y ln ucho mujeres. Fué muy trabajador en guerra,» etc.


i6

decaer esta costumbre del cabello cortado alrededor del cuello y corcenado por la /rente así ,

dio

el

uso de

De

lo

como

se ésten*

barbas.

las

dicho deduciremos que, ó se colocó en

mismo reinado de D. Pedro ó en prendidos hasta

el siglo

los sucesivos

el

com-

XVI, y en tal caso, será tamsi el hecho en que se funda

bién razonable creer que la tradición

no

fue cierto,

¿cómo entóneos colocaron

su cabeza en ios cuatro cantillos?

Nada más diremos por ahora neranda

se relaciona con

sado á

escribir

acerca de esta ve-

nuestro interés por todo lo que

antigualla;

este bizarro

Monarca nos ha impul-

estos renglones,

arena que allegamos

al

levísimo grano de

hermoso pedestal que

mienza hoy á levantar á su memoria. 1 ocaba á nuestro siglo llevar á cabo

la

presa de rehabilitar

do

Ja figura

histórica

se co-

noble emeste gran

Rey. Muchos y eruditísimos escritos se han dado á la estampa por doctas plumas, y su recuerdo, oscureci-

do hasta nuestros

dias por la impotente saña

detractores, va mostrándose cada vez distinto, al

mismo tiempo que

más

de sus claro y

se ennegrecen los

de

aquellos grandes desleales, de aquellos traidores per-

donados, y de aquellos miserables enemigos, carios del fratricida de Montiel.

/

I

viles

si-


DESCUBRIMIENTO DE UNA ANTIGUA PINTURA EN LA IGLESIA DE

S.

JULIAN,

DE ESTA CIUDAD, Y NOTICIA DE SU AUTOR. ÁL

'*

~v-

^

i

Grandes esfuerzos han venido haciendo desde algún tiempo los amantes de nuestras glorias artísticas y especialmente se afanan los doctos por esclarecer los

0n’genes de

ra >

debiendo

la

al

antigua Escuela sevillana de pintu-

trascurso do los siglos, que en parte

continúe envuelta en densas sombras.

Desde que

m udez se

el

diligentísimo envestigador

ocupó en

sus diferentes escritos

Cean Ber-

de tan im

-

Portante trabajo, hastanuestros dias, todas las disquisiciones

y pesquisas hechas han resultado ineficaces han podido hallarse que aumentar

y pocos datos

n los atesorados por

Convienen

mo

el

él.

críticos é historiadores

primer maestro de

la

en señalar co-

Escuela hispalense á Juan 3


:8

Sánchez de Castro, á quien en su «Carta sobre

con

villana,» califica

Antes de

to

y gusto de la pintura se-

de Patriarca.

el título

ninguna noticia

él

que pueda darnos

halla

erudito escritor citado,

el

el estilo

de quién fuera

luz

el artista

ni el

menor

que

le

precedió, y en las es-

casas obras ejecutadas anteriormente

como

las intere-

santísimas pinturas murales de San Isidoro del

no hay

menor

el

rastro

rastro se

para venir en conocimien-

Campo,

que pueda descubrirnos á su

autor.

Antes del citado Sánchez de Castro ninguna noti-

que pueda darnos luz y aun de éste misignorase la fecha y lugar de su nacimiento, quiénes fueran sus maestros y los hechos más culminantes cia se halla

mo

De

de su vida. seña la

así

sus discípulos

encontramos

como de las obras que

ligera re-

ejecutaron. El tiempo,

ambición de poderoso magnate por adquirir

sas joyas y

de todos

más que nada

los azotes

hecho desaparecer

la ignorancia,

de nuestras glorias las principales

el

valio-

más duro

artísticas,

han

obras del eximio

Patriarca. El juicio del docto

cesariamente en

atendiendo á

las

ellas, le

la historia artística,

altura

ccn

el

Cean Bermudez

se fundó ne-

conservadas hasta su tiempo

y, si

concedieron elevado puesto en

sube éste infinitamente á mayor

notabilísimo hallazgo de que

vamos ádar

cuenta.

Ancho y

dilatado

campo

se ofrece á la vista del

|


i 9 curioso y del inteligente con

esta obra,

no sólo por

la

descubrimiento de

el

importancia que en

tie-

ne, sino

por la luz clarísima que derrama sobre este Periodo tan oscuro de nuestra Escuela pictórica; lle-

gándose también al conocimiento exacto de algún que otro problema de difícil explicación. No es para ios límites ni

de esta noticia hacer

apuntar cada una de las

exámen detenido

el

consideraciones y Provechosos resultados que pudieran deducirse de un detenido y razonado estudio: vamos á limitarnos á útiles

narrar el hallazgo y después de descrita tan valiosa joya daremos á conocer su autor, ignorado hasta aquí, ya que á nosotros deparó la suerte la grata satisfacción de ser los primeros en descubrirlo.

Existe en el rroquial

de San

mada por les, sin

sirvió

muro Julián,

del Evangelio, en la iglesia pa-

de

una puerta

esta ciudad,

tres arcos concéntricos

de

más ornamentación que unos

en lo antiguo de entrada

al

ladrillo,

for-

ojiva-

boceles, la cual

templo. Es

tradi-

ción seguida por todos los escritores antiguos sevillanos

que por

esta ciudad

Virgen de

que

los

años de 1380 habiendo llegado á

Mosen Per de Tous con

la Hiniesta, al

erigió para su culto digna capilla,

Se c °uservan

imagen de

la

en

la

la

donarla á esta

iglesia,

de

la cual

aún

preciosas muestras, hizo su entrada la

referida efigie por la puerta de

que hablamos, tapiándose luego, ora fuese para conmemorar este señalado hecho, ya por exigirlo así otras necesidades.


,

20

En nuestras frecuentes visitas á este templo habíamos tenido ocasión de fijarnos en tal entrada, pero nada digno de atención hallábamos, máxime, al ver que el muro que la tapiaba servía de apoyo por su parte interior á un retablo de estilo churrigueresco sin

importancia alguna.

No

era concebible que tras

desatinada máquina de hojarascas y florones

aquella

existiera la

obra de que tratamos, que gracias á una

casualidad y á la solicitud de su digno párroco,

feliz

podemos hay admirar. Con motivo de ciertas

lijeras

reparaciones en

el

hubieron de notarse algunos fragmentos pin-

edificio

tados detrás del referido altar y eso bastó para que comprendiendo los señores don Antonio Ruiz Quirós, cura de

yor

na obra

dia 18

fábrica,

que quizás se ocultaba

artística, hicieran

entóneos

el

muro

al

minarla.

el

las perso-

tener noticia del hallazgo corrieron á exa-

Admirábanse todos de su si

cio inferior se encontró

menor

rastro

valor, encarecían

bien lamentando al par su de-

plorable estado, pues que por

el

algu-

cubierto con la magnífica tabla,

su verdadero mérito

Ni

allí

arrancar aquel, apareciendo

de Enero de 1878. Muchas fueron

nas que

'

parroquia, y D. José Fuentes Zabalegui, ma-

la

domo de

ambos

lados de su

ter-

bárbaramente aserrada.

de firma,

ni la

más

ligera indi-

cación se veiaen ella que pudiera seguramente dar á

conocer tesis

al

artista

que

la ejecutó.

más ó ménos fundadas

se

Conjeturas é hipó-

formularon acerca de


21 éste, atribuyéndolo

alguna, señalamos

muy pocos, al que como verdadero

hoy, ya sin duda

autor.

Mide el cuadro 2 metros 46 centímetros de alto y 2 metros de ancho, formando en su parte superior una curva ó segmento de círculo, adornada con moldura de lóbulos y floroncillos ojivales. En el centro aparece

la

Virgen sentada en

sillón

de

alto respaldo

y cuyas líneas marcan los albores del Renacimiento que termina en un dosel del mismo gustó que los floroncillos citados

y en el que se ven algunos ligeros recuerdos moriscos. Cubre la cabeza de la imágen una toca blanca y corona abierta y lo restante de su cuerpo túnica y manto negros recamados de flores de oro.

En su falda tiene al Niño Dios sentado, sosteniendo por un extremo un rosario con cuentas rojas que ase la Virgen por el otro. Á la izquierda, de pié, está San Pedro con capa pluvial é imaginerías, las llaves, un libro y una cruz. Á la derecha, San Gerónimo vestido

su

de paños rojos hojeando un libro y cogida con cruz de la misma forma que la

mano derecha una

de San Pedro. Sobre

muy la

estas efigies se ven dos ángeles

dignos de estudio, que sostienen

cabeza de San Gerónimo,

to Pontífice.

Todas bos dorados. En el

la tiara

las figuras

capelo sobro la

del San-

tienen grandes

tercio inferior

caracteres góticos en que se lee: « ta

el

sobre

nim

hay una cinta con

O domina mea sane

-

maria ora pro me pccatore.)) Si

comparamos

esta obra con algunas

de

las

que


22 existen

de Juan Van-Eyck, nos convenceremos una

vez más de

la

grandísima influencia ejercida por

el

pintor flamenco arriba citado, en los primeros vuelos

de

la

Nada mejor qne

Escuela pictórica sevillana.

el,

dibujo y manera de hacer puede probarnos este aserto y en verdad que no es posible, fijándonos en estas

dos grandes notas características, dejar de apreciarlo. El

mismo plegado en

los paños, las

mismas

líneas an-

gulosas un tanto violentas, igual terminación cuando aquellos tocan

al suelo, lujo

insignificantes objetos,

de pormenores en

los

más

una exajerada

y por último

minuciosidad en todos los adornos.

Conocido

Van Eyck

es el importante dato del viaje

no habían de llamar poderosamente los pintores andaluces las obras

vándose en todos

como

algunos

Mas no

de este maestro que

lo

es este

ellos el

el arte, avi-

deseo de equipararse con

consiguieron?

oportuno lugar para extendernos

en tales consideraciones, diciendo á trueque

¿cómo

atención de

la

suponían entonces un paso gigantesco en

él,

de Juan

á Portugal y su paso por Andalucía;

por último y áun

de pecar en minuciosos, que

la pintura

San Julián revela un conocimiento exacto del

de

estilo

neerlandés y que sus caracteres esenciales convienen

con

los

de esta Escuela. Hecha brevemente

cripción del cuadro

tal

como

al

la

des-

presente se muestra,

copiaremos para más clara inteligencia lo que acerca de él y de su autor encontramos en el libro ya cita-


2$

do, «Discurso histórico de la Virgen de la Hiniesta,»

páginas 36 1 y 62. Dice así: «Está en un cuadro de "lienzo algo grande pintada vna Imagen de nuestra

"Señora, sentada en una B

mo

dosel ó

"trigueño,

"sentado á

y en todas la

"Iniesta.

La

"como

de

el

silla,

Túrne

sitial.

mano

el

que remata en vno comuy hermoso, y

rostro

sus faiciones, etc.

izquierda, y

túnica y

manto de

la Hiniesta,

Tiene

el

muy parecido la

Imagen

al

niño

de

es azul

la (1)

aunque se diferencia en que

"está matizado con unas flores grandes de oro. Tiene

"en

"das

mano derecha un Rosario de cuentas coloracomo corales engarzadas en un cordon blanco,

"y

Niño

la

el

"la

Imágen

le tiene

asido con

ambas manos. Al

está un rótulo escrito

"que denotan su antigüedad,

"MARÍA DE GRACIA.

el

con

pié

de

letras Gothicas,

cual dize:

SANTA

Al lado derecho de

la

Imá-

"gen está pintado San Pedro, y al otro lado San Gerónimo. Á los pies de San Pedro está arrodillado ”vn hombre vestido de negro á lo antiguo, que llega "la

ropa

casi hasta los piés. El cuello

"tiene puesta por

ambos ombros,

de

la

capa, que

muy pequeño, una como sotana

es

"angosto, y después tiene vestida

"abotonada toda y ceñida, y en la garganta vn cuello "de lienzo angosto y escarolado. En las manos tiene "una gorra negra, ó vn sombrero pequeño, y de muy "cortas álas; cuyo traje por lo honesto, y antiguo de-

(1)

Al presente parece negro.


'

24

’Tota bien lo antiguo de aquel

®ben hácia “cas,

el

rostro de la

De

altar.

Imágen

su

boca

su-

estas letras Gothi-

O DOMINA MEA SANCTA MARIA que significa O SeSanta María ruega por raí pecador. Á sus

que dicen:

®ORA PRO ME PECCATORE; ñora mía

*piés tiene estas letras Gothicas,

^nombre y

oficio»

que dicen

^CASTRO PINTOR:

el

que manifiesta «su

JUAN SANCHEZ DE

cual debió

de pintar aquel

^lienzo.”

Hasta aquí sales.

No

las curiosísimas noticias

de Vera y Ro-

dudar después de conocida esta

es posible

descripción del cuadro, que se refiere Vera Rosales á y la misma obra. Para más satisfacción nuestra, exami-

nando atentamente tabla, inmediata

fue asserrada,

la parte izquierda

á la

hemos

de

la

misma

que, según dejamos apuntado, visto en efecto ligeros vestigios

de un ropaje que perteneció

sin

guia orante do que nos habla

duda alguna, el

á la fi-

autor tantas veces

citado.

Hemos cumplido

el

intento que al

comenzar estos

ligeros apuntes nos propusimos.

La importancia del hallazgo de esta magnifica presea del arte sevillano,

no hay para qué encarecerlo: es de precio tan" do, que cuánto dijéramos sería inútil ocioso, y

zás en dia

subi-

y qui-

no lejano, podrá servirnos para llegar al conocimiento de otras, cuyos autores al presente ignoramos. Sólo nos resta manifestar que actualmente se encuentra esta hermosa obra en la Sala llamada


2-5

de Rentas en la Iglesia Catedral, donde fué trasladacon el propósito de que se restaurase, lo cual, sfortunadarnents, no se ha hecho, y creemos que no deberá nunca intentarse, si tenemos en cuenta su de-

plorable estado, pues daría lugar á fantásticos repintes ,

nuncn admisibles.



SEVILLA ROMANA.

Lejos de nuestro ánimo al escribir estos renglones trazar un cuadro histórico ó artístico de nuestra c >udad

durante el dominio de

las

armas romanas;

tampoco hemos de detenernos en ir señalando los de grandísima importancia acaecidos en

mi1 su cesos e^ a ,

ni

hablaremos, por último, de

tentosas fábricas con r °u: nos

que

las infinitas

por-

los Césares la enriquecie-

proponemos sólo, detenernos en el exámen de un notable monumento, bastante él de por sí para Probar el auge aquellas y explendor alcanzado en centurias

por

Desde Se gun

la

Colonia romulense.

los tiempos del

docto Rodrigo Caro

— que

nuestras noticias, fué el primer investigador,

hasta ^

el presente, ningún dato hemos podido hallar en 0s historiadores sevillanos que esclarezca alguna de las

truchas aventuradas

hipótesis formuladas por los

aman-


tes

de

antigüedad, respecto

la

con que fué construido tente en la casa

número

de

Y

16.

si

el

al

origen

y destino

ediicio subterráneo, exis-

la calle

Abades señalada con

alguno de

lo,s

el

referidos escritores

anduvieron vacilantes y medrosos en

fijar el

período

que fué levantado, y no falta quien lo asigne también a’ musulmán; hoy nos atrevemos á

histórico en

clc.siñcr lo

como

notable manifestación del arte ro-

mano. Más, antes de

de

en'irar

en

el

exámen del segundo

los puntos a r riba indicados, justo será

mos dos para que

el

la

r

las

partes que existen actua’mente,

cumoso pueda forma” siquiera

ligerísima idea

En

que diga-

palabras acerca de la disposición y estado

en que se halla

de esta magnífica

sea,

una

fábrica.

primera edición de los Arales sevillanos de

Ortiz de Zúñiga, Era 1336, año 1293, el diligente y sábio escritor traslada una minuciosa descripción de estos subterráneos, debida á la erudita

pluma de Ca-

cuyo manuscrito se conservaba en la librería del Colegio de San Alberto de esta ciudad, que más adelante tendremos ocasión de comparar con la nuestra para mejor inteligencia del texto. ro,

En

el

en un M. edificio

se unos

año citado de 1293, dice Argote de Molina S.,

«cabauase para hacer cimientos á un

en Sevilla, en

la calle

Abades y descubiéron-

notables subterráneos, largas

y profundas

cueuas de tortísima fábrica en casa de un canónigo


1

familiar del

£Q

Arzobispo D. Sancho, que causaron nota-

ble admiración en la ciudad,

porque

de

al-

gunos que quisieron escudriñar su profundidad,

la

bal

ó repartida en varios é intrincados callejones, for-

mados de robustas bóuedas, en aire

la

que

la crasitud del

y mult'tud de morciélagos, impedían

«Cuando las

lo curioso

de mágia diabólica, que tuvieron

su 'fábrica

paso

el

se descubrieron, se c~eyó ser las Escue-

más antigüedad supone en

los

moros; pero

el sentir

de Ro-

drigo Caro.»

En

efecto;

el ilustre

autor de la Corografía, los

estima y juzga como laberinto hecho á la manera del celebrado de Creta; opinión inadmisible hoy. Pene-

trando en

de

las

desdo

el patio

do

la casa arriba citada,

y en una

habitaciones de la izquierda, se vé una puerta la cual

daños do

arranca una escalera con veintidós pel-

ladrillo,

divididos en

conducen á una rotonda e sca'ones: á la distancia

dos descansos que

casi frontera á los

de

2

últimos

mét-os se vé un pozo,

Vahándose

Ja superficie del agua con relación al terreno á 2 métros 25. El techo de esta pieza es de arco rebajado, construido de hormigón,

con grandes

cantos rodados y fragmentos de ladrillo. es tán

dc

m edio cañón,

como

Los muros

interrumpidos con cinco entradas de galerías fabric das

de

su robustís'mo dovelaje.

misma materia, así La primera 'enfada

la

de estas cinco, á mano derecha, está obstruida á

ta

distancia

el

de

5

métros 70. La correspondiente en


30

lado izquierdo, termina en un fuerte muro asimismo

de

ladrillo,

ría 5

y

la

inmediata conduce á otra segunda

menor que

rotonda,

metros 65.

Hay

á las anteriores; la tros termina

primera, midiendo esta gale-

la

en

de

en un enorme

por su parte superior,

entradas análogas

ella c latro

la izquierda, sillar,

que mide

sujeto á la

que no descansa en

7

me-

bóveda

el

suelo,

dejando un espacio próximamente de un métro. Una vez que se pasa por debajo do este monolito, des-

como á manera de un entresuelo circular, formado también de hormigón, y bastante espacio-

cúbrese

so, en cuyo centro y en un anillo de ladrillos, converge una multitud de segmentos de arco que se apo-

yan en los muros, teniendo todos ellos grandes canales ó

bajantes para facilitar el descenso de las

aguas.

Llegados á este punto tenemos que recurrir á la descripción de Caro. «El remate de estos arcos es un entresuelo que tiene una vara de cuerpo de argamasa y debajo de él está otra capilla cuya labor es más tosca aún que las otras, podráse en su redondez volver una lanca de 12 palmos; su altura es de siete* Viene aquí su remate porque está impenetrable al

curioso.»

llama te

De

esta

segunda rotonda, ó capilla

el historiador,

como

no puede verse nada actualmen-

por hallarse cegada.

En la galería correspondiente a ésta, del lado izquierdo, se vé otra piedra ó sillar

como

el

ya citado, detrás del cual debe hallarse una


,

-

3i

~

construcción análoga á la ya descrita, pero

que tam*

bien se encuentra por completo obstruida.

Por último, termina cirlo así,

ladrillo,

la

bóveda que forma, por

eje de esta grande obra en un

el

de-

muro de

en cuyos lados se muestran varias aberturas

pequeñas cuadrangulares, construidas primorosameny cuyo objeto es asimismo

te las

descenso de

facilitar el

aguas.

Muchos más pormenores podríamos citar que omitimos por no parecer difusos y por los estrechos limites

de que disponemos.

Ahora preguntamos: ¿Ha sido

esta fábrica en su

origen también subterránea? Es posible que primiti-

vamente no el

lo fuera tanto

como

lo está hoy. Hállase

piso sobre que se levanta á 6 metros

didad en relación este dato,

hecha

Abades y

la

de

al

suelo de la calle,

la nivelación entre la

los

columnas que hoy vemos en les,

la

que estos

si

1,

donde

exis-

compañeros de

las

Alameda de Hércu-

hallamos por única diferencia

dichas casas, y

casa de la calle

Mármoles, número

ten los tres colosales monolitos

44 de profundespués de

si

la

de 0,38 entre

después consideramos

fustes tienen soterrado,

el

gran trozo

contando además

°n las alturas de las bases y zócalos sobre que se levantára el templo de Diana ó Hércules, nos hallac

mos con una

ligerísima diferencia

de

nivel inaprecia-

ble en estos casos.

¿Cuál fue

el

destino,

preguntamos ahora, para

*

I


.“~ 2 que se fabricó?

Lo

ignoramos. Sólo,

puede ase-

sí,

gurarse que tuvo por objeto la conducción de agua,

ú otro uso que con éstas se relacione, inclinándonos á creer que serían dependencias de algunas magníficas thermas.

En

el

estudios,

Abades

plano levantado para auxilio de nuestros

vemos que una de

de

las galerías

sigue la dirección de la c

lie

la

cafe

D. Remondo en

sentido transversal y va precisamente á la casa eh que

hoy se

mos

halla el Colegio

visto

á

más de

de San Lea idro, donde he-

otros curiosos

r estos

de

cons->

trucciones al pa r eccr mudejares, un soberbio pozo

de enormes p r opo-ciones y construido de igual manera que los descritos subterráneos. Tal vez fuera el depósito central de donde por medio de artificios ó ingenios, se surtieran las thermas.

Nada más diremos por hoy acerca de lar

y notable fábrica, poco conocida

muy la

al

esta singu-

presente, y

digna bajo todos aspectos de ser estudiada con detención que merecen los antiguos monumentos

que acreditan

la

grandeza de Sev”l¡


SEVILLA VISIGODA.

Las injurias del tiempo y de los hombres han ido Paulatinamente destruyendo en esta ciudad las memorias de los monumentos cons. ruidos durante la dominación de

los

Atanagildos y Recaredos, y de así sagradas como profa-

fuellas suntuosas fábricas, nas

de que hace mención particularmente

santo Isidoro en

COm ° de

otras

el

el

docto y

inmortal libro de las Etimologías

que ha dado á conocer

y estudio de antiguos y

modernos

la

escritores,

,

diligencia

nada

res-

ta al

presente que sea robusto testimonio de su pasado esplendor magnificencia. No es posible dudar de y la importancia de que gozó Sevilla en aquellos tiempos, pues que, según el decir de los árabes, era la mayor y más importante ciudad de España, notabilíSl ma por sus monumentos, y además cogsta por las actas del

primer Concilio hispalense que éste se cele-


bró en

la iglesia Sancta

nente basílica,

fiel

-

34

Hierusalem,

la cual sería

Bizancio. Datos irrecusables tenemos hoy

mar también

emi-

trasuunto de las ya construidas en

para

afir-

de cenobios y templos que se levantaron durante esc período histórico, pero de todos no queda más que la memoria. la existencia

Esparcidos por esta ciudad, vénse aislados miembros arquitectónicos, restos esculturales algunos moy numentos epigráficos, todos valiosos en alto grado

para

el

En

estudio del estilo latino-bizantino.

ellos

muéstrase evidentemente la unión de estos dos caracteres artísticos, ya por su

como por

forma y proporciones, que ostentan, ora

sus rasgos decorativos,

el sencillo funículo,

ora

las

elegantes palmas, zig-zags,

círculos enlazados

y mil pormenores que los distinguen y señalan, muy especialmente, de los demás diversos géneros de construir.

La

dencia en que se vió sumido

el

tiempos de Constantino; rios

postración y deca-

la división

que formaron lazo entre

romano en

arte

de

los

los

dos impe-

Oriente y Occidente;

el

las íntimas

relaciones que, á consecuencia de estos hechos, los unieron, todo ello contribuyó considera-

blemente á que una vez confundidas

las

dos

civiliza-

ciones, latina y bizantina, se produjese el maravilloso

templo de Santa Sofía, que ha inmortalizado bres de Isidoro de Mileto

durante

el

reinado de Justiniano

Juan y San

los

nom-

y Antemio de Tralles, y

Vital, preciosísimas

el

baptisterio

de San

muestras de este

esti-


— lo

35

que vemos reflejado más tarde en los monumentos

españoles de

la monarquía visidoda. Pórfidos y mapolícromos mosáicos, brillantes combina-

laquitas,

ciones de fosei-fesá, y, finalmente, los

más peregrinos

adornos revisten los muros de aquellas ostentosas bricas,

tónica,

rácter

eos

fá-

apareciendo una nueva manifestación arquitec-

cuyo conjunto ofrece particular y propio calos distingue de los géneros hasta entón-

que

empleados.

Toledo y Mérida poseen todavía copioso número

de fragmentos, que reproducidos por

diligencia del señor tes

á la primera

dos los de

la

de

las citadas

segunda por

don José Amador de Ce rse,

merced

don Manuel Assas

la

la singular

los referen-

poblaciones, é ilustra-

docta pluma del señor

los Ríos,

han venido á cono-

á tan notables trabajos,

las reliquias

latino-bizantinas conservadas al presente, y cuya or-

denada

clasificación ignoraron

los

arqueólogos

de

anteriores centurias. Entre los restos arquitectónicos

mas notables duchos de tíales *

existentes

los capiteles

en esta ciudad, citaremos

que sostienen

las tablas ver-

de atahurique axaracado del gran alminar,

a Giralda,

Naranjos,

por

la

parte que mira

como asimismo

quería horizontal

los

que remata

la

al

Pátio de los

que sustentan

la

ar-

soberbia fábrica, en-

tre los 3

la

que se advierten muchos cuya traza y órnason análogos á los conservados en Toledo en el

°spital

de Santa Cruz y en muchos de

los

monu-


36

mentos asturianos. En

el

Rey

tres,

Justiciero se

sado

muro, á

al

ven la

vestíbulo

del

Alcázar del

distinguiéndose

el

ado-

izquierda de la puerta de en-

trada.

Colocados en

los

portales de la plaza de

San

Francisco y calle del Gran Capitán los hay también dignos de estudio, por presentar variantes muy esti-

mables y notarse en muchos de ellos perdida casi por completo la tradición romana. Recomendamos á los amantes de las antigüedades los que existen en el patio del Asilo de Mendicidad y en la casa

que forma ángulo con Escobas.

con

los

Podríamos

las calles

citar

de Chapineros y

muchos más, pero basta

enumerados, que forman variada y rica coque el arqueólogo hallará ancho campo

lección en

para

muy

útiles

disquisiciones.

en esta ligerísima ojeada sobre interesantes la

el

omitir

arte visigodo, los

monumentos epigráficos conservados en Colombina y en el antiguo monas-

Biblioteca

terio

de

que muy como el el

No debemos

la Cartuja. Sabido es de todos el error en doctos historiadores incurrieron, señalando

lugar del martirio del Santo

torreón

Hermenegildo más inmediato situado en la puerta de

Córdoba de

esta ciudad. El hallazgo

de esta lápida,

y después su interpretación por el erudito académico don Francisco Lasso de la Vega, han

venido á poner de manifiesto el falso concepto do aquéllos, probando evidentemente que el hijo de Leovigildo


_

37

murió en Alicante. Por último, mencionaremos la gran taza de fuente que se vé en el Patio de los Naranjos de nuestra Iglesia Metropolitana, digna de que se la aplicase á otros usos en tratada, ya se

de

la

No

que

que no fuera tan mal-

tan escasos restos

han podido salvar-

destrucción en esta capital.

concluiremos

sin

recomendar

á los

estos estudios los fragmentos cerámicos,

amantes á así

como

también algunas esculturas en piedra y miembros arquitectónicos y decorativos que se custodian en nuestro

Museo Arqueológico. Esperamos

del patriotismo

y desinterés de los poseedores de aquellas fincas en

que se hallan enclavados algunos de los referidos capiteles, los

do haya para tal

donarán

al

citado Establecimiento cuan-

ello favorable ocasión,

salvándolos por

medio de una lamentable pérdida.

\



LA CARPINTERIA DE LO BLANCO.

El largo trascurso de los siglos ha ido insensiblemente borrando algunas notabilísimas tradiciones que, recibidas de los

mahometanos, se conservaban entre

nosotros

y han permanecido vivas casi hasta nuestros bien ya en ellos las vemos muy adulteradas

días, si

y en sensible estado de decadencia.

mos

la vista

plendor,

y consideramos

ndquirieron sederías pleto

(

^

lue

es >

volve-

el

desenvolvimiento

industrias tan importantes

como

y cerámica, la primera ya perdida por

que la

de

com-

y la segunda.haciendo grandes esfuerzos por

rec °brar flne

Cuando

hácia las épocas de nuestro pasado es-

su prístino esplendor;

cuando

se reflexiona

una y otra fueron perennes fuentes de riqueza, al mismo tiempo de producir beneficios materiaeran

miento

muestra elocuentísima de nuestro

artístico y,

senti-

por tanto, de nuestra cultura, nos


— causa dolor comparar

4o

estado presente con

el auge que un día alcanzaron. Situación dolorosa, que bien

merece llamar

la

de

la atención

estudiosos, pues

con éxito

el

si,

los

hombres

como creemos, puede

sérios

y

intentarse

noble empresa de reanimarlas y darles

vida nueva, grandes beneficios habríamos de conseguir.

Hoy, que en todos

los

pueblos cultos se advier-

marcada tendencia á resucitar las antiguas tradiciones de las artes suntuarias; hoy, que vemos por te

doquiera

el grado de adelanto que se ha alcanzado en la reproducción de mil y mil objetos pertenecien-

tes al mobiliario, á la

indumentaria y á cuanto se relaciona con ciertas necesidades de la vida, no será ocioso llamar

la

atención de los artífices contempo-

ráneos acerca de una importantísima industria, que si un tiempo alcanzó notable grado de perfeccionamiento, y sus producciones fueron tenidas en gran eshoy está ya olvidada y ni áun siquiera se repa-

tima,

ra en ella.

Nos referimos á la construcción dé las magníficas techumbres de alfarje ó lacería, que tan sin igual efecto de riqueza y suntuosidad prestan á los antiguos edificios. Nada conocemos que pueda

compararse con ro,

ni

más

ellas;

elegante,

nada más que

la

sencillo, ni

más

combinación de

lige-

los la-

zos formando estrellas, octógonos,

rombos y demás combinadas con elegantes florode alboayre, con escudos y bichas en los arroca-

figuras geométricas,

res

bes y pechinas.

La combinación de

estas chitases-


41

maltadas de oro y colores, juntamente con el tono oscuro do las maderas qué se empleaban, ofrecen un conjunto,

que con razón cautiva

la

7 admira.

Los ejemplares de

género que posee-

este

vista,

sorprende

mos, son de tal valor, que superan á todo encarecimiento y pueden servirnos de exquisitos modelos para aprender la manera de construirlos. Lo mismo en las

techumbres planas que en los verdaderos artesones, er> los s,

que forman atrevidas cúpulas, que en los de mp]es tirantas, pocas ciudades podrán presentarlas

más

hermosas, bastando sólo para corroborar lo dicho, Ajarnos en algunos de forma plana del Alcázar, ya de los

Puramente mudéjares, ya de los tiempos del ReAcimiento, pues, aunque de paso, debemos consignar

H

ac

que la tradición mudejar que se vé en los techos, Permaneció viva entre nosotros hasta la XVIII centuria>

Todas

las

Cn’gidas en los v°s

iglesias siglos-

de

XV

Sevilla,

especialmente

las

y XVI, poseen en sus nade propósito re-

centrales tan bellos adornos, y

c °rdamos Cler ra

el

ahora

artífices

la elegantísima

red de ajaraca que

ábside de la iglesia de religiosas de Aladre

Dios. El

hecho mismo de

la

pureza con que los

de la carpintería de lo blanco supieron inter-

pretar el estilo

mahometano en

estas obras, es causa

due sea difícil en extremo clasificar las épocas en ^ Ue Se construyeron algunos techos de este género, y er á

^

necesario tener en cuenta caráctcres distintivos

artes

y épocas para no equivocarse; pero cuando t

6


existen éstos, y, por ejemplo,

vemos que

entre la in-

trincada lacería árabe aparecen elementos ojivales ó del Renacimiento, entonces

cerse dicha clasificación.

por basa

la

No

puede acertadamente hahay tampoco que tomar

época en que se levantára

de se encuentra ciones hacen

el

techo, pues las

el edificio

don-

diversas repara-

que muchas veces nos encontremos

en monumentos del siglo

XV

obras de carpintería

del XVIII.

La gran trias

por

el

influencia ejercida

vivificador

en

las artes

é indus-

aliento del Renacimiento, tu-

vo también que notarse muy ostensiblemente en partes decorativas tan principales,

como

son

las

techum-

bres de los edificios, y ya en los comienzos del siglo XVI -empiezan á encontrarse peregrinas combinaciones del arte Italia,

musulmán y

pudiéndose también

del clásico, importado citar

plares construidos solamente

resco, entre los cuales los ricos artesonados

al

gusto italiano y plate-

recordamos á

de

las

de

notabilísimos ejem-

los inteligentes

habitaciones de la plan-

ta principal del Alcázar,

que datan de los tiempos de Cárlos V yíelipell, uno en la parte baja* que hizo Juan de Simancas en 1534, el existente en la casa -

que fué de cion),

adorna to

los

Duques de Béjar (plaza de la Encarna" de Medinaceli y Alba, y el que

los palacios la sala

Capitular alta de la Casa Ayuntamien-

de esta ciudad. (1)

(1)

Acerca de esta soberbia techumbre hemos

,


Un

notable

0 blanco ,

artífice,

Diego López de Arenas, nos ha dejado

teresante libro escrito por trar

-

43

maestro de la carpintería de

él,

in-

donde pueden encon-

los actuales carpinteros

cuánto les sea convócente y necesario para dar nueva existencia á este

Aportante ramo

artístico-industrial.

La miniosidad

C>n que se hallan consignados en dicho libro los más ^significantes Clon

de

pormenores referentes á

la construc-

los techos, facilitaría el trabajo á los

n °s, que, valiéndose

de tan experto guía,

sin

moder-

gran

tra-

^ aj°

y sólo por las indicaciones del autor, podrían Uvantar las elegantes cúpulas de lacería, como los riC0S a rtesones planos.

Como

muestra de

la claridad

y

encontrado el siguiente documento: «Antón Velazquez y Miguel Valles pintores de imaginería

dezimos

en nosotros fué rematada la obra del dorado y 88o ducados y más 20 ducados que se nos dieron 'de todos los artesones de °s fondos que no eramos obligados á dorar ni estoar que fué en pro y aprovechamiento de la dicha obra Para quedar bien acabada y meresce 80 ducado porn.Uo de oro nos llevó más de 32 ducados. Itcn hercios un festón á la redonda que tampocos eramos Pagados á hazer que descubio el innovar de la corXa si no se quitara no se veia ni descubría y a un friso que nos mandaron meter de azul y desP aos voluieron á mandar que hiziesemos un Romano ° r °* ^ 0C* 0 cua ^ ans * c ue eranios obligados á l ha cer como las demasías que en ello avernos fecho é k en °hrado mefesce 2,000 ducados antes mas que y fipe

P'ntura del cabildo alto en

í>


— detenimiento con que

44

el

citado Arenas escribió su

tratado, vamos á trasladar aquí sus lo referente á la

manera de hacer

mismas palabras en los florones

ó

raci-

mos estalactíticos, que tan ricamente adornan

las partes

centrales de los techos, advirtiendo que

fué el

él

in-

ventor de este método, pues anteriormente se hacían

de otro modo. Dice

así:

«Porque se forma en su caxa cuadrada y ochauada, y allí Se le van clauando las piceas de sus adaraxas,

siempre releuando, baxando ó subiendo más

crespos ó colgantes, que toda esta licencia tienen los

que saben jugar con

los tnocárabes.

Yo

veinte y un razimos; los diez y nueve en

no menos.

Y

ansi por V. S. fué

obra y

he hecho la Iglesia

y

mandada

la vio Antón Perez della el cual declaró estar buena

ver la dicha que fué veedor

conforme á las conno declaró sobre las demasías. Las debe mandar ver y apreciar para que vistas por personas expertas V. S. nos lo mande gratificar pues lo merecemos y es nuestro trabajo y lo costeamos con nuestras haziendas á lo menos V. S. sean servidos de nos mandar cumplir sobre nouecientos ducados que tenemos rescibidos á cumplimiento de 1,000 ducados que será la mitad del valor y precio que toda la obra vale porque como tenemos dicho, vale dos mil ducados y con esto nos contentamos porque tenemos mucha necesidad y lo demás remitimos á V. S. y en ello rescibiremos bien y merce ^* Antón Velazquez. Miguel Valles. (No tiene diciones aunque

cuales V. S.

fecha).


-

45

coro alto y sobre escalera de Santa Paula de esta ciudad, con diferentes armonías vnos de otros: otro de Portaceli

y otro en

la Iglesia

Mairena, y todos los hago

Mayor de

la villa

do

por ámbas, de

parejos

modo que no queden acubados, como hazian los anhguos, como lo he visto en el convento de Santa Paula en

la

armadura de

en la del convento

la iglesia

que desbaraté, y las Dueñas y

de Santa María de

en Santo

Domingo de Portaceli, porque los razimos que antiguamente se hazian, aunque no son de mucho Peso, cuaxados con clauitos taj

quedando pendientes de

ter el

to

estriuado

muy bueno,

muy pequeños y con

co-

que á no

es-

la almi^ate,

su peso y el de la almi$a-

que es mucho, hazen notable daño á

la

armadura,

y aunque son grandes algunos de los que yo he hecho,

y haciéndolos sólidos y macizos, después de el almigate les echo dos arcos de hierro

Puestos en

bien clauados en el ñauo, con sus garras y enclauadas cu su hilera, de donde les hago que estén pendientes,

y es gran descanso para éi alinéate, porque en lugar

do pesar házia abaxo, no tan solamente no pesa, pero está descansando el almigate sobre él por respecto do

los colgantes

do

ello está pendiente,

de hierro que

bo, siendo releuado,

macizo,

y deste

y

le

echo, de donde to-

así viene á pesar

modo

los razimos

ni

que Jos heuan, no pueden hazer daño

P° r

estar

más vn

cu-

que un razimo colgante siendo

descansando

el

los almicates al

estriuado

almújate sobre el razimo,


porque yo

De truir

los considero

igual

modo que

de estos adornos,

yaque poseemos

lo

como

los

botones del sayo.®

describe la manera de cons-

hace con

las

tan útilísimo tratado,

los actuales maestros

de

la

sus enseñanzas, y de este

carpintería

modo

demás de

partes, y

que no aprovechen sentir es

los ridículos cielos

rasos se sustituirían con las elegantes techumbres que tanto llaman hoy la atención

das é inteligentes.

de

las

personas

Mucho nos complacería

ilustra-

ver llevado

á cabo algún ensayo de este género, y más todavía que llegáran á convencerse los artífices carpinteros de las

conveniencias que á todos reportaría

tan notable tradición, perdida

el

reanimar

hoy por completo.


4-

-

i-

LA ESPADA DEL CONDE FERNAN-GONZALEZ.

En la biblioteca Colombina de esta ciudad, encerrada dentro de elegante urna de caoba y cristales, hállase expuesta á las miradas

ros

que constantemente nos

de

los curiosos viaje-

visitan,

una espada de

bruñido acero, cuya empuñadura y guarnición la forjan elegantes lazos, y al pié de cuya ancha hoja descansa un tarjeton de madera, sobre el cual hállase a daptado

un papel escrito en

el

siglo

pasado, que

contiene los siguientes versos:

De Fernan-Gonzalez fui De quien receuí el ualor

Y

no

le adquirí

De un Vargas Soy

la

menor

á quien scruí

octaua marauilla


En

cortar

No

sabré io decir quantas

Mas Tal

es el

rioso ejemplar

de

la

infinitas

procedencia.

que gané

á Seuilla.

origen que la tradición asigna á este cu-

haciéndose eco de

siempre á

moras gargantas

No

panopia, y así no es extraño que

la

misma opinión, hayamos oido

personas atribuirle tan

nos extraña que

venido repitiendo hasta nuestros

mente que

infinitos

comprueben en

la

tal

remota

versión se haya

dias,

pues segura-

ejemplos pueden presentarse que

poca escrupulosidad que ha habido de este género de objetos; y como

la clasificación

por otra parte nadie ha tratado de averiguar la verdad, sino que han aceptado la tradición en todas sus partes,

de ahí que aun todavía, á pesar de

que han adelantado

lo

mucho

los estudios arqueológicos, se re-

pitan en esta ciudad numerosos casos en que aparecen clasificados ciertos monumentos de subido interés, con el mismo criterio que hubieran podido hacerlo

los

Espinosa de los Monteros, Gordillos, Morga-

dos y Caros.

Podían pasar entonces muy aventuradas opiniopocos se detenían en estudiarlas y examinarlas, y aunque lo hubieran intentado, habría sido en extre. mo árduo y dificilísimo esclarecer las dudas, pornes;

que precisamerte carecían de con .amos nosotros. Pero

si

la

base con que hoy

entónces nadie se fijaba


49

en estos pormenores, ó áun cuando les llamáran

la-

atencion hacían

demos

ni

poco caso, hoy de ningún modo podebemos permitir que los viageros y perso-

nas entendidas que con tanta frecuencia nos visitan,

formen pobre idea de nuestro adelanto, mostran do ciertos objetos desatinadamente clasificados

como

este

deque

tratamos.

En buen hora que conservemos

c on cariñosa solicitud los recuerdos

de antiguas memorias y tradiciones; justo es que en vez de hacer por borrarlas,

procuremos perpetuarlas, pero siempre con debida discreción, pues de lo contrario, el concepque ha de formarse de nuestra cultura no será

Ia

to

muy Se >

favorable.

Lo que

un particular puede permitir-

vedado

está para ciertas corporaciones, y el Cabileclesiástico de Sevilla no debe consentir, ya que

do

done á su cargo el cuidado de la Colombina, que se ouseñe y muestre una espada seguramente del siglo

de Sl

XVI, como objeto perteneciente la

décima

glos,

y ya

centuria.

Se

el rico

tesoro

han fijado en

Son tan glCOs

á un caudillo

es la diferencia

más de una vez hemos podido ver

nas sonrisas en lábios

ban

Mucha

de algunos sugetos que

de

seis

burlovisita-

de don Fernando Colon, cuando

la clasificación

de

la

espada.

distintos los caracteres artístico-arqueoló-

que corresponden á aquellos remotos

siglos,

I

compararlos Cimiento, s>

er a

con los

del

tiempo

del

que en absoluto no queda lugar á

duda,

y

si

vaciláramos ante otro 7

Renala

más

cualquier


>

— objeto,

mos

en

con

éste

*>

.

5o

la

mayor

confianza

emiti-

nuestro juicio, fundándolo en los razonamientos

que siguen:

II.

No

son, en verdad, tan graves faltas de clasifica-

ción particulares de los españoles; los principales

seos y Arsenales de Europa todavía, á pesar del

de sus sábios directores,

interés

ostentan

más de un

objeto en que concurren tales circunstancias,

prueba de

ello,

basta sólo leer

el

Mu-

sumo y en

erudito prólogo de

la obra recientemente impresa y publicada en París por Mr. Auguste Demmin, intitulada Cuide des ama-

teurs

d armes donde i

dicho autor enumera

infinitas

piezas de las armerías de Viena, Zurich, Lóndres, París

y Madrid, en que aparecen claros y manifiestos taFué achaque de nuestros abuelos fiar

les defectos.

más de

lo

que debieran en

rias antiguas,

pero

si

las tradiciones y memoen ellos era perdonable, porque

este género particular

do

el

de estudios no había alcanza-

desenvolvimiento que hoy, no puede serlo en

nosotros por esta

misma razón, merced á la cuál van extirpándose y desapareciendo las más ridiculas clasificaciones que tanto

abundaban

ántes.

El señor conde de Casa Valencia, recientemente

encargado por

S.

M.

el

Rey don Alfonso XII de

or-


--

5

1

denar la riquísima colección de

bemos que

se encuentra

la

Armería Real,

sa-

animado del más loable de-

seo de hacer que desaparezcan tamañas faltas, y en Su consecuencia, después de muy detenido examen

de los arneses y objetos sueltos que forman tan rico tesoro, conseguirá so

que [las personas entendidas no mofen como hasta aquí de nosotros. Es el princi-

pal objeto

Museos

el

nados y álos industriales;

si,

de

los

de enseñar á

tales

ta altísima

seguido

el fruto

de

en vez de prestar un servicio y cumplir instruir, habremos con-

misión de enseñaré efecto contrario.

el

flexiones,

Se

que

trabajos partirá siempre de una basa errónea,

c °n lo cual,

ne

los aficio-

pues, son viciosas y ab-

surdas las clasificaciones, es evidente

Hechas

en demostración de

la

estas

ligeras re-

importancia que

tie-

hecho de clasificar atinadamente los objetos que exponen para el exámen del público, pasemos ahoel

ra á

demostrar los fundamentos en que nos apoya-

rn °s

para negar á

Ca

Colombina

el

la

preciosa espada de la Bibliote-

remoto origen que

la

tradición le

asi’gna.

Antiguas memorias sevillanas aseguran que t

ra sladados sirvió

á la capilla de San Pablo,

de primitivo enterramiento,

Ca balleros

desde

los restos

al

la

de

los

conquistadores de Sevilla, entónces hubo

extraerse del féretro

que contenía

las cenizas

Carci-Perez de Vargar la curiosa espada de que

eos,

ser

que

añadiendo que este caudillo

la

tomó

de tra-

del rao-


— nasterio de San

52

Pedro de Arlanza, reedificado por

el

conde Fernan-Gonzalez, donde se custodiaba por haber pertenecido al primer conde de Castilla. Desdo la posee el Excmo. Camuchos años há se conserva

entonces, según la tradición, bildo metropolitano, y la Biblioteca

en

Colombina.

Basta sólo examinar los elegantes lazos de acero

que componen su

que no pudo la cual

.en

las

guarnición, para

ser fabricada

artes

en

convencerse

siglo

el

se encontraban

X, época

en

doloroso

estado de abatimiento y postración. Pero áun cuando este hecho dice bastante por sí, examinemos otros para

que no haya lugar á dudas. En

la

página 420 del

famoso códice Albeldense ó Vigilano, cuyo lc

fac-sími-

perfectamente reproducido, puede verse en

mo

3."

del

Museo Español de Antigüedades,

512, hay entre otras, la figura del

el to-

al fólio

Rey don Rami-

que está armado de lanza y espada, siendo esta última el dato interesantísimo que puede servirnos ro

II,

para conocer

la

forma de esta clase de armas usadas

en aquellos remotos siglos,

de

las

las cuales diferían

que estuvieron en boga

seis

mucho

siglos después, y

cuya rudeza y sencillez bien se compadecen con las costumbres de entonces: e: arma que lleva el monarca ántes citado es de ancha y corta hoja y de las mismas proporciones su empuñadura; el pomo hemiesférico y la cruz pequeñísima, lo bastante no

para detener la

mano

sin

que se corra hasta

la

más

hoja


53

Estos mismos caracteres se repiten en diversas ras militares

pintadas,

do

misma época, ya

esta

entre las interesantes iluminaciones de los

códices, que son los irrefutables

demuestran

las

monumentos que nos

costumbres de aquellas épocas en que

áun se hallaban vivas reminiscencias de otras

Pero áun es más palpable

ciones. ficación

na,

de

la

la

grabada en

la

las canales

civiliza-

desatinada

espada que se conserva en

cuando nos fijamos en

se vé

figu-

esculpidas, ya

la

clasi-

Colombi-

leyenda castellana que

de

la hoja,

que

dice:

DEL-CONDE-FERNAN-GONZALEZ. Basta sólo re. cordar

el

atraso en

que se encontraba nuestro

ma, para comprender que inscripción, güísticas,

mo

se le

al artífice

alcanzaba poco en materias

pues de lo contrario no

hizo, y caudillo, según lo

si

latinizando

vemos en

el

los

la

B. María obra que ,

tal lin-

habría escrito co-

nombre del

ilustre

documentos coetá-

neos. El precioso códice del Escorial, Virginitatc

idio-

que ejecutó

que

trata

se terminó en el

de año

de 924, dice al final reynante Rex Orctonio in Legionc comitem vero Fredenando Gundcsalviz in Castilla. i

'

De

este

crupuloso

modo

debió haberla grabado

artífice del siglo

el

poco

es-

XVI.

III.

Pero no ha de

damos

ser este el dato único en

nuestra opinión:

que fun-

caractéres indudables nos


54

ofrecen también del tiempo en que fué fabricada, la estructura y nal central

do

forma de

que divide

del recazo.

Todas

las letras las

que se ven en

la ca-

mesas déla hoja, arrancan-

ellas

son mayúsculas romanas,

y por sus proporciones indican claramente que fueron grabadas en el siglo XVI. Sabido es que en

X

el

obróse notable adelanto en

la escritura,

ciéndose una verdadera restauración en gráfico, que tan juiciosa y

obispo

Abad

el

y Lasierra en su Ensayo inédito de la Bi-

bliografía española, (x)

En

dicha centuria, dice

cuántas la habían precedido; la

cali-

doctamente supo apreciar

tor citado, reunióse la perfección y utilidad

adornos de

produ-

el arte

tomó

romana, para los

la

el au-

de todas

hermosura y

títulos

y letras iniciales; pero declinó su pesadez y lentitud en la continuación de un escrito: de la minúscula gótica abrazó su diligencia y expedición, sin abusar

de

los enlaces, ci-

fras

y abreviaturas de que abundaba aquella, ni declinar en la rudeza y bastardía que la afeó en los últimos tiempos, etc. No hay el menor punto de contacto ni

de semejanza entre

expresan las

el

nombre

que en

conde de

la

espada

Castilla,

y de este tiempo, en el dicho sea de paso, empiezan á iniciarse los ele-

que se ven en

cual,

las letras

del primer

los códices

(0 Eguren. - Memoria descriptiva de los códices notables conservados en los archivos eclesiásticos

de España,


55

gantes caractéres monacales. Parece que

que trabajó

la

cuidado en desmentirse á

cial

modo que

grabar

al

forma de

la

lo cual

con

la

artífice

propio, y de igual

inscripción,

que se usaba en

letra

demostraba precisamente

no contentándose con

crito;

el

espada de que tratamos, tuvo espe-

la

empleó en

ella

sus dias,

con

falsedad del es-

esto, quiso

marcarll

de sus producciones, y en efecto, puede verse éste en ambas caras de la hoja, al final de el sello

las letras. Compónese dicha marca del contorno de una figura que parece ser de borgoñota, empenachada de tres plumas, y debajo un círculo con una

cruz griega, tro

nos dice uña

la

de armadura de cabeza bien

si

su

es peculiar

>

tal

del

primitivo origen lo

Por-

Rena-

tiene

de

romanos. Las mismas marcas pueden verse en

una espada exactamente igual á na

primera claramente

época en que se ejecutó, pues

la

cimiento, los

que se bifurca en cada uno de sus cua-

extremos. El dibujo de

en

existente

lleva

en

el

la

la

de

la

Colombi-

Armería Real de Madrid,

que

catálogo de dicho arsenal, publicado en

*849 por

el entónces brigadier don José María Marnúmero 1649, y se describe de la manera siguiente: a Espada zaragozana del conde de

chessi,

el

&enavente. la

,)

Guarnición negra de dos puentes afue-

y una adentro con tres ramales, que van á las

Patillas:

es la

en

la

hoja tiene

la

marca número 40 (que Largo, una vara y

del círculo con la cruz).


-

-

56

/

tres pulgadas.

Con respecto

marca de

á la

la bor-

goñota, también encontramos un curioso ejemplar

en

Armería de Madrid, señalado con

la

del siglo

mente

XVI, que

clasificada

figura en

en

á semejanza de la otra inscripción en

el

número 1698, puesto ocupamos,

en que nos canal,

la

del Carpió.” Atribuir

al

obra

ella,

catálogo absurda-

el

que

dice:

que tiene

«Bernardo

héroe de Roncesvalles esta

arma, es desatino que sólo puede correr pareja con el de la espada de Fernan-Gonzalez. Acaso ambas fueron bautizadas por la misma persona, guiada

deseo de darles mayor valor y hacerlas más

del

es-

timables.

Hemos

visto

ya primero que

cedor de Almanzor, por su forma

mucho de

las

la y

espada del venhechura,

la

inscripción castellana

de

se

grabado en

X, pues nuestra lengua

tába

mucho de

dista

usadas en su tiempo; segundo,

el

siglo

la

que

hoja no pudo haberdis-

esta centuria;

tercero, que la forma empleada, tampoco corresponde al carácter de las que se usaron en los tiempos de Fernan-Gonzalez, y por último, las marcas que se os-

de

letra

tentan en la hoja corresponden á espaderos glo XVI.

del

si-

Ahora, en conclusión, diremos breves frases para probar que tampoco pudo ser usada por el caudillo

gas.

conquistador de Sevilla, Garci-Perez I

ara ello invitamos

al

de Var-

curioso á fijarse, siquie-


— ra sea reales

que se conservan del

chivos,

u gar á la

largas C(

— siglo XIII en nuestros Ar-

y donde veremos las efigies de Fernando III

y Alonso *

57

por Un momento, en los sellos de privilegios

X

con interesantes espadas, que no dejarán

menor duda. Son

y estrechas;

la cruz,

las

de este tiempo más

á veces, horizontal

)mp]eto; otras de brazos algo caídos,

mento de circunferencia; res >

los

como

pomos grandes,

Y de dos caras. Por último:

á haberse

por seg-

circula-

grabado

la

Inscripción en tiempos del conquistador de esta dudad, los caractéres empleados habrían sido los

monacales, que tan elegantemente se nos muestran

tornando

los

monumentos de

*»•

esta época.



LA

BANDERA

Y

ESPADA DE SAN FERNANDO

En ciertas solemnidades

religiosas,

Santísimo Corpus Christi y aniversario n ando

III,

el

como

son

el

dia

de San Clemente,

déla reconquista de esta ciudad por Ferexhíbense en

las

solemnes procesiones que

celebra el Cabildo eclesiástico los dos antiguos obje* l °s,

cuyos nombres sirven de epígrafe á estos renglo-

n °s ?

dral,

conservado

el

primero en

nes reales. Enhiestos

ámbos

curiosidad, llevados 'en las

autoridades, ya en las de

^

a

tesoro de la Cate-

se ofrecen á la pública

manos, bien de nuestras

Reyes ó Infantes. Enrollada

Primera en su asta, no puede,

Armarse Cu al

el

y e i SC g Un(]o en poder de los señores capella-

en manera alguna,

de su forma y pormenores, por lo creemos que estas ligeras noticias habrán de juicio

8 r adar á nuestros lectores. Desenvuelto

el'

paño en


6o

toda su extensión, ofrece

de 2

que mide de

la

forma de un rectángulo

2 m. 0,18, y de largo m. 0,33. Hállase dividido en cuatro espacios ó cuartafetán,

teles,

uno de

alto

los cuales, el superior del lado derecho,

que hay completo, y deja ver, sobre el fondo en seda blanca, un le :>n morado, sobre el cual hállanse bordadas de seda amarilla floja algunos mees el único

chones de guedejas y otras labores de distinto dibujo, que al presente han perdido las primitivas formas de sus contornos.

Los demás

cuarteles están todos ellos lastimosa-

mente mutilados, y bien se conoce la ignorancia de quienes han entendido y ejecutado su reparación, pues

sin

arte

ni

concierto, han barajado las divisas

heráldicas, hasta el punto que, en vez castillos

con los leones,

de alternar

como vemos en todos

los

los es-

cudos, aquí encontramos los tres cuarteles restantes

ocupados por fragmentos de

vando sólo en

el

los castillos, y conserespacio de que antes hablamos el

león morado, que, apesar de sus mutilaciones, ofrece gran interés para el estudio de los antiguos bordados,

y cuyo carácter conviene con el estilo artístico empleado en los tiempos del conquistador de Sevilla.

Algunos trozos de torres almenadas componen

las

demás partes, siendo de notar los sencillos adornos en forma de zig-zags, que, á manera de banda, dividieron la parte superior del castillo, nivel que está á

ücl cuartel del león,

compuesto de sedas rojas y ama-

*

1


— recuerdo vivo de

ribas,

6i

la tradición

románica. Peda-

zos de tafetán rojo se han sobrepuesto en los citados

prodigándolos más de lo conveniente, y quitando de una parte para añadir en otras, se ha castillos,

compuesto

el

más abigarrado conjunto de remien-

dos.

No se nos oculta, que esta gloriosa enseña, debió quedar sumamente maltratada en las guerras, como también que los estragos del tiempo debieron contribuir en

sumo grado á destrozarla, pero si hubiese habido verdadero cuidado é inteligencia en quienes cuidaban de

ella,

todavía,

no obstante

daños, hoy podríamos examinarla el

contrario,

los irremediables

más completa. Por

cuando ha sido necesario acudir á su

re-

paración, en vez de procurar subsanar tan graves faltas > sin

hacer reparo en los colo-es heráldicos, se han

cosido las nuevas sedas á las antiguas y

como

clara*

tnente se observa, faltan considerables plazas en to-

dos los cuarteles, lo mismo en su altura que en su extensión, pues

en su origen debió ser un perfecto

rectángulo, que era la forma

que se daba á las antiSuas banderas. Mosen Diego de Valcra, en su «Tratado de los ruptos,® dice al hablar de las distintas chases

de enseñas

Sa ver:

militares,

vandera pendo

tandai te

y gonfalón,®

«que son

siete:

conviene

n, palón, grin pola, guitón, es-

consignando también los

bejos de cada una de ellas.

A

di-

causa de tantas desdi-

cbadas reparaciones llevadas á cabo en

el trascurso


.

de

los siglos,

no podemos hoy apreciar en todo su

valor tan notable objeto, pues exceptuando el cuartel

que contiene

al

león, los demás, ningún dato de ver-

dadera importancia pueden suministrar

al artista ni rl

arqueólogo, porque no conservan absolutamente por-

menores bastantes. Encontrándose en tan mal estado y careciendo de aquéllos, aventurado sería clasificarlo exactamente, y si además se tiene en cuenta que las empresas di-

y

como sujetas á determinado patrón, no eran susceptibles de alteraciones, comprendere-

visas heráldicas

mos que

lo

bandera á

mismo puede

atribuirse el origen de la de San Fernando que á los de su pues que nos faltan caracteres para apre-

los dias

hijo y nieto,

como desearíamos. La tradición la atribuye

ciarla

al monarca Santo, y acaso sea cierta, esclareciéndose sólo estas dudas por la

consulta de documentos que se conserven en el Archivo de la Catedral. Si estos existen y las palabras consignadas no dejan lugar á dudas, es el único me-

dio que

podemos

tener en

defensa de

su glorioso

origen

Registrando algunos antiguos papeles del Archi0 municipal, hemos encontrado uno en que consta que á 12 de Diciembre de 1488, se ordenó á Fran-

v

cisco

Pinelo, Jurado y Fiel ejecutor de Sevilla, que gastase ciertos maravedises para hacer un nuevo pendón Real, «para lo poner en la Iglesia Mayor,* más


— ya no se aviene (

¿3

y manera de hacer del león la bandera, con los que se hacían en tiempo de

le

ios

el estilo

Reyes Católicos, y por otra

se dice clara-

parte,

mente pendón. Ignoramos

si

mandamiento de

este

la

ciudad

lle-

gó á efectuarse, pero

sí puede afirmarse, que la bandera de que tratamos es de más remota antigüedad

Que los dias en que reinaron Fernando Viniendo ahora a

tratar

de

la

V

é Isabel

I.

espada, que se cus-

todia en la Real Capilla, también atribuida por la tradición al Vl sta,

Rey Santo, encontramos en ella, á primera muy marcadas de la influencia del arte

muestras

musulmán en las industrias españolas, pues los mismos Monarcas que profesaban tan enconado ódio a sus adversarios, tenían

reconociendo de este

No

es aquí sólo

donde

dujo: llenas están

^recusables, así

como

mnte

el

se encuentran datos de

las infinitas

certifican, y,

compréndese

tal in-

de testimonios

pragmáticas délos

no olvidando esta

á primera vista que, du-

período más floreciente de

castellanas, se erigieran

ellos,

su cultura é ilustración.

nuestras crónicas

Néyes igualmente lo c 'rcunstancia,

por fuerza que acudir á

modo

las

Monarquías

famosos alcázares, suntuosos

Palacios

y hasta insignes templos, debidos al ingenio y saber de los mahometanos. ¿Cómo ha de extrañarn ° s por consiguiente, hallar en la espada de Fer)

rando

III

reminiscencias del saber sarraceno, cuando

su tn ¡smo hijo,

el

Infante

don

Felipe,

adornaba sus


trajes

64

-

con leyendas musulmanas?

análogos podríamos

ejemplos

Infinitos

que afirman

y que omitimos a causa del poco espacio de que disponecitar

lo dicho,

mos. Empezando nuestra ligera descripción por el pomo, hallamos que acaso no sea el primitivo, como parece indicarlo

los ligeros

adornos que se ven en

abrazadera que sujeta los dos trozos circulares cristal

la

de

de roca de que consta, cincelados por ámbas empuñadura es de cortas dimensiones, é

haces: la

igual materia,

compuesta asimismo de otros dos gran-

des trozos que asientan directamente sobre

formado de

las piezas siguientes:

en

el arriaz,

el sitio del

reca-

so se encuentra una lámina de plata levemente repu-

jada con labores de ataurique y lacería, que lo revisten en sentido circular; de aquí arrancan unos trozos de mármol rojo que terminan la cruz, sujeta en sus centros por sencillas abrazaderas de plata.

ñadura mide 0,10 m., y respecto á

el arraiz

0,15

La empuCon

de largo.

la hoja, inclusa la

espiga, tiene de largo °,93 m. Por sus proporciones, parece un bracamarpero hemos creído, al examinarla, que ha de haber sido rebajada, pues se notan señales de esta ope-

te;

ración en

En

el

arranque de

la citada espiga.

Armería Real de Madrid viene mencionándose también otra arma de esta clase, como pertenela

Á la página 6 del «Resumen» sacado del inventario general histórico que se hizo en el ano 1793 por don Ignacio Abadía, hablando délas

ciente á San Fernando.

\


,

es padas, se dice:

65

-

«Una que, según la

Re y don Fernando

Santo;” y en

el

co

tradición, fué del

el

Catálogo publi-

por el Excmo. Sr. D. José María Marchesi, al nú. mero 654, se lee lo siguiente: «Espada de Fernando III el Santo. Es de cuatro mesas; en el recazo tien °j sobre

fondo dorado, á Santa Bárbara y áSan Criscon labores de mal gusto. La figura de esta hoja usaba ya en el siglo IX. En el pomo, que es cua-

tóbal, Se

drado, dice: IESVS do.” La última

MARÍA,

repetido. Arriaz dora-

nota que acabamos de trascribir qia-

n 'fiesta

claramente que no se estudió esta arma con la

detención que merece, pues bastará sólo fijarnos en las

figuras del recazo, para poder clasificarla, estimándola producción de las industrias artísticas del si-

glo X (V al XV, á juzgar por las fotografías del señor R aurent. En cuanto á la guarnición y demás partes,

Puede afirmarse que no se hicieron en Si el

arma que

úe algo ejecutado en

duda te i

0] jd

el arriaz,

v ¡mos

que

el siglo

XIII.

se conserva en la Real Capilla tiela

época del Rey Santo, es

sin

por más que uno, en extremo semejan-

tiene la

espada de

la figura

bordada en

,

antiguo

pendón de

Sevilla,

Primer tercio del siglo sta C I

que fué ejecutado en

XV, llegando

punto de limitarse con

las

la

semejanza

sedas los trozos de

In as

de plata y los de mármol rojo, sujetos con ^fazaderas. Zúñiga, en sus Anales alaño 1254, ha-

adela espada diciendo que parece haber perteneconde Fernan-Gonzalez, concepto que hoy no

*d° al

9


— es admisible,

66

añadiendo que ya en

el

año de 1270

consta que la poseían los Capellanes Reales, pues en la

procesión del diade San Clemente de aquel citado

año, la l'evó

el

mismo San Fernando;

al

describirla

consigna que con las limpiezas ha ido disminuyéndose,

confirmando nuestro juicio de haberse rebajado,

al describir la cruz,

después de decir que se compone de una piedra cornerina, asienta estas palabras, que convienen con lo dicho antes por nosotros, que y

no

se sabe si fué su primera guarnición ó posterior adorno. El mismo difidentísimo autor hace en su referida obra muy curiosas citas, con respecto á las solem-

nes ocasiones en que se hizo uso de la histórica arma desde antiguos tiempos, remitiendo á nuestros lectores á los años 1314, 1407, 1410, 1508 1576, cuyos

y datos no trascribimos, porque con facilidad pueden

consultarse.

estimado

Como muy

siempre

el

honrosa distinción se ha

acto de exhibirla en las proce-

siones, y hasta se conservan cédulas reales, ordenan-

do

las

personas que deben

momento de

la

acta notarial con

llevarla,

para lo cual en

entrega se levanta áun hoy

muy

curiosa fórmula.

V

el

mismo


¡S^-íA/V-

VV

-A/V—*>•

—Afir-

I

ESPADEROS Y ARMEROS ANTIGUOS SEVILLANOS.

Escasas son las noticias que hasta nosotros han Segado acerca de los industriales que ejercieron este °ficio

naI

n °s

en nuestra ciudad, y sin embargo, su tradicio-

renombre y fama andan en boca de todos. Meafortunada Sevilla que Toledo no puede ofrecer

á l°s curiosos c °nstan

los

c °nnenzos tró

ordenada y numerosa nómina en que sobresalientes artífices que desde los

más

del siglo XVI florecieron en la imperial

me-

y cuyos nombras, marcas y contramarcas pulseáronse en un folleto bastante conocido, en el paP°li,

Sa do

siglo.

Algunos de

^°g° consta del 0 P°r

^Ua

los

mencionados en este catá-

mismo que trabajaron en

Sevilla, co-

ejemplo, los llamados Francisco de Zamora,

n de Leizalde, Juan Martínez el

Mozo, Juan Marti-


,

68

nez Menchaca, Pedro de

dez

de

el

Mozo pero ,

ellos

ni el

que venga á

ilustrar

es m;ís ni aun siquiera

Lezama y Sebastian Hernánmenor rastro he descubierto sus biografías y lo que

conozco ninguna de aquellas

armas á que debieron su fama. Lo mismo esta industria, que en nuestros alfareros, apenas

si

la

celebrada de

encontramos algún que

otor dato, en los autores antiguos; hasta ahora per-

manecen mudos nuestros archivos respecto tífices

que ejercieron cualquiera de dichos

á los aroficios,

por estas mismas razones estimamos que toda noticia

que arroje alguna

aumente

el

luz

sobre los ya conocidos

número de nombres ha de

ó bien

ser interesan-

te para los aficionados y en tal virtud nos hemos decidido á dar A conocer varios, de los cuales la mayor

parte

debemos

á fehacientes

referencias del docto

documentos y uno por don Diego Ortiz do

analista

Zúñiga.

Faltando antecedentes posible es historiar

como dejamos

dicho, im-

origen y desenvolvimiento de esta industria hispalense que desde la época musul-

mana

es

una de

las

el

que mayor florecimiento alcanzan

entre nosotros, y en prueba de ello, basta sólo tener

presente las palabras dq Abu-Said que escribió en siglo XIII al decir

que

el

«acero que en Sevi'la se

el la-

braba era extremado y aún sería prolijo enumerar de labor delicada que en esta ciudad se

los objetos

fabricaban.® Si pues ya los aceros

eran extremados


— ¿Qué mucho que celente y

69

la fabricación

de espadas fuera

ex-

renombrada? Contribuye á robustecer

a serto las disposiciones referentes

al

este

de espa-

oficio

dero que consignaron los Reyes Católicos en las Or-

denanzas de esta ciudad, tan curiosas á nuestro C1

°,

que bien merecen

Candarse en

que

ser

jui-

de

conocidas. Después

todos los años alcalde y veedor que sean ornes buenos y de buena fama: persoñas scientcs sabidoras del dicho oficio prosiguen orellas

elijan

y denando que una vez clegididos aquellos cargos ,

guna persona sea osada de poner tienda Se

sin

nin-

que antes

examine por los dichos alcalde y veedor cdos omes (nótese que hablan los Royes

a,diguos del dicho oficio

Católicos

y dicen antiguos') y una vez cumplido este

re quis¡to,

pongan

*al

fianzas para en el caso

oficial no pudiese ser

S^r...

pague su

de que

el

anido eno tuuiere con qué pa-

fiador.

Más adelante dice

el texto

que tenemos á

la vista:

«Otrosí ha se de examinar el espadero de vna vayna Para una espada de dos manos y del puño: e también

de vna vayna de vn cuchillo de casco con su puño Va yo todo: c assi

Para un galan.”

«Otrosí

mismo de vna espada de vna mano

,

ordenamos é mandamos que cualquier

Mercadería de espadas ó tablas ó guarniciones e ot a cualquier cosa

que pertenezca

al

dicho

oficio,

que

Muguno de los dichos oficiales no puedan yr á los puertos de Cáliz y de Sant lúcar á comprarlas: sin


— que primeramente

lo

70

hagan saber

al

alcalde y vee-

dor.»

«Ot r osi ordenamos que ningún oficial del dicho de espadero no pueda comprar ninguna fo-

oficio

jas

de espadas para

dero

las

auer de reuender á otro espa-

persona qualquier: saluo espadas guar-

ni á otra

necidas.»

.

«Otrosí ordenamos que cuando á los tales espa-

deros

les

lucren traydas espadas

adobar que persona

si

el

tal oficial

a guarnescer ó á

sea tenudo á dezir á la

quisiere la tal guarnición

tal

de badana ó de

cordobán ó de becerro c si se fallase que vendió vno por otro que pague de pena mili marauedis 6 que sea quemada la tal guarnición á uista del maes tro.»

.

«Otrossi que

cada y quando que qualquiera espadero sacase á vender cualquier espada á las gradas ó álaféria que no sea osado de poner pujador

de su mano á es

engaño de

la tal

espada que

assi

vendiesse porque

la república.»

«Otrosí ordenamos y mandamos que ningún criado de espadero, ni esclauo ni regatón sea osado de

vender espadas por placas puente ni por mesones

ni

ni

mercados

ni

ni

por

el rio

por otro ningún cabo

desta cibda ni de sus arrabales so pena etc.»

Basta con

las anteriores citas

para nuestro inten-

que se prestan por más de un motivo á comentarios de diversa índole, que omitimos; sin emabrgo, to


— llamamos

la atención

^ases en que terminan lunes

XV dias

7i

de

lectores acerca

los

dichas

las

de

las

Ordenanzas. ^En

de junio año del nacimiento de nuestro

Saluador Jesuxpo. de mcccc]xxviii años fueron pre-

gonadas estas ordenanzas en la

Sierpe en

calle de la

Presencia de Juan de Segovia pregonero por ante mi antonio martinez escribano del Rey.» ¿Porqué, pre-

guntarán algunos, se hace Sierpe ..

pregón en

el

la calle

de

la

y nó en otra ú otras

Fácil es la respuesta considerando solo

Principal via

de

la

dc «Espaderos» porque en oficio,

tradición

c omo

hemos de

ella vivieron los

que se perpcrtuó hasta ver confirmado

más

de este

el siglo

adelante.

mos ahora aunque de paso que también e l'a sus tiendas

que esta

población llamóse en lo antiguo

XVII Dire-

tenían

en

famosos arcabuceros como MicerGui-

l'°

que trabajó por los años de 1535 para el Emperador Cárlos V según asienta el Bacbillen Peraza en su

^storia de Sevilla m.s.

Sentados estos antecedentes tiempo es ya que Ve ugamos

objeto que nos propusimos

al

Revolviendo papeles viejos del archivo de

la

e scribir

al principal

este artículo.

'glesia parroquial de San Isidoro de esta ciudad, hadamos uno en cuya cubierta con letra moderna se lee:

«Escritura

de arrendamiento

mayordomo de

la fábrica

vitalicio

de esta

Juan de Orgaz de unas casas en

otorgada por

Iglesia la

en favor

Odrería: que


72

1

pasó ante Pedro de Espinosa notario apostólico en

2o de Mayo de 1512.” Pasada

documento

(que no creemos sea sí

cubierta aparece el

la

en varias hojas de pergamino

escrito

tal

escritura

de arrendamiento y

de toma de posesión de dichas

casas:

la cubierta

por tanto debe estar equivocada) que empieza de esta suerte:

«En la muy noble

e

muy leal

cibdat de Se-

villa jueves cinco dias del mes de Mayo año del nacimiento de nuestro saluador ihu xpo de mili e quatro-

cientos e sesenta e

ocho años en este dia á ora do

bisperas.

E

estando presente Diego Migues espadero

Siguen luego das y en todo

mos nada

el

las

etc.

fórmulas notariales acostumbra-

contexto del documento no halla-

interesante por lo cual,

dejamos de copiar

sus fatigosas cláusulas, sus pesadísimas repeticiones, tan en

boga eníónces. Basta para nosotros

ción de Diego Iñiguez, es el

la

men-

pues su nombre hasta ahora

más antiguo que hemos encontrado éntrelos

ra-

ros espaderos sevillanos de que hay noticia. Siguien-

do cronológicamente estas noticias, hallamos en el Archivo municipal de esta ciudad nombres de muchos espaderos que trabajaron en distintas épocas y cuya serie lo

más completa posible podrán ver

nados en

los aficio-

la segunda edición del libro intitulado La Espada que publicará en breve el erudito escritor Sr. D. Enrique de Leguina, concretándonos ahora á


73

consignar solamente algunos °^ ra

cosa

la

Siglo XVI...-

»

»

XV'T..))

)) ))

))

»

)) ))

))

» » » » »

» »

» ))

))

))

))

))

»

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-

»

»

»

»

))

los

» »

»

»

1651

))

1653

)>

))

»

)) ))

1

677

))

))

»

))

»

))

» ))

Alcirn.

))

))

»

la Vega

del Valle.

»

)>

»

por no exigir

Cristóbal

»

))

))

ellos

— Gregorio González. Gutiérrez de — — Gerónimo 1626 — Gaspar de León. —Jusepe de Vergara. —Jusepe Sánchez. 1627 — Andrés de Carrion. — Francisco de Vergara. — Diego de Arroyo. 1638 — Andrés de Cabrera. —Diego Rodríguez —Juan Machado. — Vicente Herrera. r639 — Baltasar de Reyes. — Alonso de Orta. 1610

»

))

de

índole de este artículo:

1681 »

— Joan

de Valencia.

— Manuel de Acosta. —Juan Pérez. — Gerónimo de Torres. —Alonso

Perez.

— Andrés Calvez. —José López. —Salvador Lechuga. —José de Herrera, —Diego

Guerra. 10


f

— 74 — — 1717 —Juan Antonio ¿Gómez? — —José — — Alonso Masías.

Siglo XVIII. »

»

w

»

Gutiérrez,

»

La mayor das en

»

-

parte de estos artífices tenían sus tien-

de la Sierpe y de la Mar. También de Vizcaínos llamada antiguamente de

las calles

las

hubo en

los

Cantos y algunos vivieron diseminados en de la ciudad.

la

las va-

rias collaciones

Tenemos ahora currir

al

que en

al tratar

diligentísimo

de

los

armeros que

re-

don Diego Ortiz de Zúñiga,

sus celebrados Anales

1569 hablando de

la cárcel

de esta ciudad y al año en que según vulgar tra-

dición que corre entre los sevillanos

padeció martiSan Hermenegildo, situada en un torreón de la Puerta de Córdoba, dice que no estaba (la capilla) rio

con toda

la decencia que le era debida «hasta este^ año en que traxo Dios á reconocerla la piedad y de-

uocion del maestro y cronista Ambrosio de Morales,

y exitó

la

de Francisco Guerrero maestro de fabrica ,

armas que reparó á su costa

la torre y le labró la entrada y subida con mucho adorno, en cuya renouacion se halló y dixo misa el maestro Ambrosio de ,

Morales, etc.» Corría el año de 1619. La ciudad de Sevilla comisionó á su Veinticuatro el señor don Gaspar de Vargas Machuca y Palomares y al escribano Hernando de Nájera, para que entendiesen en el remate sobre el aderezo compostura de ciertas armas propia y


-

— do

la

75

ciudad que se hallaban en la Alhóndiga.

Ya

el

Pregonero Francisco González había cumplido con su oficio,

poniendo en conocimiento de

las

gentes

el

doseo del Cabildo de llevar á cabo la reparación de

,

dichas armas, y

dado cuenta de

las

condiciones de la

abasta, pero áun cuando había repetido sus pregones en los sitios

más

por lo cual

el

céntricos, ningún licitador se presen

dia29 del mes de Julio del año suso-

dicho, ante las puertas

de las Casas Capitulares hízose nuev o llamamiento y pregón, en el que se especifica* ^ an todos los géneros de armas que habían de arreglar Se entre > las las

cuales contábanse

600

coseletes,

golas, escarcelas y manoplas, 2.100 hierros

Cas

todas

de

pi-

660 arcabuces, 2.100 frascos y frasquillos para 260 alabardas, 1.400 morriones, 67 ro-

i

a pólvora,

delas

y 900 horquillas. Deseosa

la

ciudad de que

el

adobw

y aderezo de estas armas se hiciese con la P r °ntitud necesaria, imponía estrechas condiciones á *° s

maestros armeros que intentasen acometer dicha °^ ra Pero ya por estas circunstancias, como por los ;

prec ¡os ar dfices

que

^ no de j

Vl sta,

la

ciudad marcaba, andaban rchacios los

de este

oficio,

en hacer sus posturas,

los antiguos

documentos que tenemos á

dice apropósito de la anunciada subasta:

abiéndose leydo y pregonado lo susodicho P° r algunas personas de las que presente estaban er °n fechas las posturas y bajas en la forma y mancra

siguiente:


/

— Primeramente

la

6

7

puso Lorenzo López Armero

ve-

,

cino de Sevilla en Triana en

ducados con que

el

frente

del Pasage en

4000

término en que se á de hazer lo

susodicho sea un año. Itcn pusieron lo susodicho Nicolás

de Moya que

haze caxas de arcabuces vecino de Sevilla

de

la

\*

á la Cruz

Parra y And'és Gutiérrez Armero vecino de ,

Sevilla en la Cestería en la calle de las Vírgenes en los

precios siguientes, etc.»

No hubo

en este dia otras personas que

más

jas hicieran que los anteriores. Trascurrieron

meses

sin

siciones,

ba-

ocho

que nadie ofreciese más ventajosas propo-

pero llegado

se cuenta á la

aderezo de

el

mes de Marzo de 1620

Ciudad do una

petición

dió-

que sobre

el

armas había hecho Domingo Fernandez de Caruajal armero mayor de las flotas armadas y las

de la carrera de las yndias en el cual se remató al cabo esta obra del adovio limpieza de las dichas ary mas que según manifestó el mismo estaban muy mal ,

tratadas y casi perdidas «añadiendo que» porque

tie-

nen mucho que hacer de manifatura son género que y no pueden aver buen adereco á destajo en las manoplas y alabardas y piezas y rodelas «pide á la Ciudad que lo mande hacer pregonar» y yo tomándolo á mi cargo no puedo compeler á ningún oficial que lo entienda

que trouaje en la dicha obra mayormente no habiendo hoy en Sevilla cuatro hombres que sepan y entiendan del dicho adereco

y reparo)) suplica

á la ciudad

.

-

1


77

Que haga estas obras por su cuenta proponiendo que «dará las herramientas y pondrá la diligencia que convenga)) á lo cual accedió al cabo la ciudad después de bien enterada del estado en que se hallaban

armas por informe que de ellas dió el Veinticuatro don Gaspar de Vargas Machuca y Palomares.

Jas

Concluyeron estas dilligencias por del

obligación

la

armero Hernández de Carvajal de proceder á

to-

do

el repago y limpieza por la suma de 2.000 ducados otorgándose escritura de convenio entre la ciu-

dad y él en donde apatecc que era vecino do la miseá, en Triana en la vera del rio junto á-la puente. Para seguridad del cumplimiento del contrato potecó unas casas con todo

hi-

lo que les pertenece situabas en aquel arrabal «al cabo déla calle de Santo Do,

nnngo con un pcdaco de guertas, suelo y cuyos bienes dijo que eran suyos y

frutales,

n ocían» rr °a

su

árboles le perte-

por aberlos traído de dote doña Luisa de

muger

al

tiempo de su casamiento.» Hipotecó

frnibien

una heredad de cepas y viñas y olivar en téruuno de la villa de DoS Hermanas y otro pedazo de Vln a,

majuelo y

tierra

calma en

ciaremos diciendo que Ceses á contar de

Cñ ducados tre s ^

as

plazos,

obras y

os

el

mismo

lugar.

Ter-

limpieza se hizo en cuatro

fecha del remate y que los dos

se obligó el municipio á entregarlos

uno el

la

la

al

contado,

el

segundo d

último terminadas éstas.

sumas tuvo que gastar

la

la

Tan

en

mitad de

considera-

Ciudad en componer


-

78

-

armas maltrechas y destrozadas como hemos visto en el espacio de 23 años. Decimos esto por paresus

cemos que las

estas

mismas son y no

143 cajas que de

ellas

otras, el resto

de

remitió desde Milán el Ju-

rado Rodrigo Suarez, á quien se cometió el encargo de ir á comprarlas á Italia y que se desembarcaron en Sevilla en Abril de 1597, habiendo costado más de 12.000 escudos así como también las 4.000 picas adquiridas en Vizcaya y multitud de arcabuces.

mente de

mosquetes y Las causas que contribuyeron especial-

á la pérdida

las

de tantas armas y al mal estado de fehacientes documentos

restantes constan

cuyas copias poseemos, procurando además adquirir acerca de estos particulares cuántas noticias puedan ministrarnos nuestros archivos para una vez reunidas las

que.juzguemos necesarias, publicar la interesante de la Armería de la Ahóndiga de esta ciudad,

historia

notable por muchos conceptos.


«

(

*

V

>'r

SEPULCROS ANTIGUOS DE LA CATEDRAL DE SEVILLA.

Llama

á primera vista la atención

de

los sugetos

entendidos que visitan nuestra insigne basílica easez de Vle rte,

XV

monumentos

pues

si

la cs-

sepulcrales que en ella se ad-

bien la fábrica actual

data sólo de la

1

centuria, sabido es que al reconquistar esta ciudad Fernando III en 1248 uno de sus primeros cuida-

dos fue el de convertir la gran aljama de los musulmanes en templo, cristiano. Los próceres y caudillos qne auxiliaron al monarca en su empresa escojieron ^

as

primitivas capillas para su enterramiento,

dotán-

dolas ámpliamente y los esclarecidos linajes

que se

^cedieron en .

Por

el

mismo

el

trascurso de

espíritu religioso,

los

siglos,

animados

buscaron en

ellas

el


8o

lugar de eterno reposo para sus huesos. Las vicisitu-

des y trastornos

de

los

tiempos nos enseñan hoy

cuán poco valen los humanos propósitos y apenas si de aquellos notables enterramientos se conservan pobres vestigios.

Un

escritor sevillano del siglo

jado memoria de turas dentro

de

XVII

(:

)

nos ha de-

los caballeros

que tuvieron sepul-

la iglesia antigua,

describiendo algu-

nas de aquellas que,

si

existieran al presente,

de esta Catedral un inapreciable tesoro para dio de las artes españolas.

harían el estu-

Los errores de las épocas, la falta de cuidado, el desdén y la ignorancia conque hasta nuestros dias se han considerado las reliquias del arte cristiano por excelencia, han sido las causas

de que

la

gran

basíli-

ca hispalense se encuentre despojada de tan ricos or-

namentos. Magníficos sepulcros de mármol, como debieron ser los del almirante don Juan Mathe de Luna, y el arzobispo D. Fr. Alonso de Vargas, soberbias laudes sepulcrales de bronce

como las de Juan de San Juan y doña Guiomar Manuel, han desapareci-

do destruyéndolas, quien quiera que

fuese,

brutal-

mente, y algunas de éstas en época no lejana. No hace muchos años veíase 'en la escalera de

D. Pablo Espinosa de los Monteros. Teatro Santa Iglesia Metropolitana de Sevilla, 1635.

(i)

de

la

la


— Biblioteca

mismo

sepulcral,

— bajo-relieve, asi-

de don Iñigo de Mendoza que bien

merecería por parte a Precio

8i

Colombina un interesante

del Cabildo Catedral

mayor

y ser conservada más decorosamente. Esta

P'edra, al levantarse en Julio

Clean So

don Fernando de

que tenía esculpida

la

la figura del

Mendoza, y ya que tan Cer este

monumento

los, que

de 1775 (1) la loza del Torre hallóse por el revcr-

feliz

funerario, sería

se colocase

citado

don íñigo

casualidad dió á cono-

de desear, repe-

convenientemente, pues lo

merece por muchos conceptos.

Fas anteriores noticias harán comprender á nuestros lectores las

razones de hallarse

el

templo tan po-

bre hoy de sepulcros,

cuando tuvo tantos y tan notaá que contribuyeron en alto grado las obras Actuadas en 1877 para colocar el pavimento ac-

os, tual.

Con respecto brev es

n °ticias SUl °

á los que se han perdido, diremos

palabras.

En

la capilla

de San Martin que, según nuestras

estuvo en la nave llamada del Lagarto y a

en que hasta

el

año de 1884 permanecieron

las

°ficinas del

Juzgado eclesiástico, existieron varios enriamientos, merecieron particular mención el de

Cartas del señor

San Martin á Espinosa y II

I


don Juan Mathe de Luna y su muger doña Leonor Alfonso de Sayavedra en un sepulcro de marmor el qual por

se alzó

cierta causa el

año de ióoj y

se halló

dentro

el dicho

almirante armado hasta las rodillas con botas

blancas

y espuelas doradas calcadas y vna espada ancha

en vaynct de terciopelo verde y vna v andera, amortajado

con vn manto de seda carmesí y el cuerpo todo entero

No

creemos que

sea

rito

mismo de

el

sepulcro de que se hace mé-

magnate que hoy se vé en de San Hermenegildo, pues este parece de modernísima ejecución afeado con pobres molduras el

este

la capilla

y adornos de yeso.

Ln la capilla llamada de Santa Cruz en el templo antiguo reposaban los huesos de Juan de San Juan en vn sepulcro de piedra negra sobre leones de la misma Encima es tana vna lamina de metal grande

piedra.

como lloro ,

granado el nombre y figura dcste canaarmado en la vna mano tenía vn escudo v en la

el sepulcro

otra vna v andera con espuelas calcadas ,

De

la capilla

de Santiago ha desaparecido

el se-

pulcro del arzobispo don Fr. Alonso de Vargas que»

según asienta

el

diligentísimo

don Juan de Loaysa,

(i)

era de mármol, del cual sólo se ha salvado el epitafio con caracteres monacales. Por último, para no cansar

más

la

(r)

atención de los lectores, trasladamos aquí

Memorias

sepulcrales.

las


— Noticias

83

que hemos podido

hallar acerca

de

la

laudo

Manuel Saunin y Juana González su muger juntamente con su hija doña Guiomar Manuel (i). Tenía más de cuatro varas (n) con elegante inscripción y en ella

de bajo-relieve los bultos suyo (de doña Guiomar) y de sus padres (ni). Este notable objeto existía en 1743 y suponemos que se perdió cuando el losado del templo.

Más los tr

noticias

podríamos

consignar

referentes á

enterramientos de la Catedral, pero basta á nues-

° propósito con las anteriores.

Pasemos ahora

al exámen de las que se hallan de San Andrés, pertenecientes al linage Perez de Guzman, cuyo ascendiente don Alvar,

en la capilla

de los re Posa

en

ella,

juntamente con otras personas déla

Emilia.

Zúñigay Farfán, citados por Sandier Peña, diy «I- a capilla de San Andrés sustituida en vez de que dotó en el templo antiguo el año de 1348 don

Cen: *a

Al v ar

Perez de

bult•°s

estaban los cuatro

Loaysa: Memorias sepulcrales m.s.

(0 ( !I )

o

Guzman en que

que se ven ahora todos de mármol de éste y

Sandier y Peña:

Adiciones

al

Teatro de

la

uta iglesia, m.s. 111

\j ü

i

)

Insinuación apologética, por don Alonso

m.s.


-

84

-

demás descendientes sus primeros dueños eos* tosamente calzados. Los tres están en medio y

los

<

otro á vn lado de la capilla y

el altar

entre éste y la

rexa.

Las pinturas y adornos propios de su altar son de Iglesia se conservan con su primitiva

que en esta

los

antigüedad

(i).

contando con

no

actual

de

No

hace muchos años,

la venia del

la referida capilla,

saran estos sepulcros

estorbaban

el

Cabildo,

conde de Cifucnte, patrodispuso que se ado-

á los muros, sin

duda porque

paso y acaso entóneos se trocó el retablo antiguo con las pinturas de Alexo Fernandez

por

el

el

moderno harto pobre y

Difícil es

Perez de

sin importancia!!

determinar los sugetos del linage de

Guzman que

se ven representados en

las

cuatro estátuas yacentes de la capilla de San Andrés

y acerca de este particular en vez de esclarecer du-

das más nos confunde lo que manifiesta Espinosa de los

Monteros en su Teatro. El señor Carderera, en su

Iconografía, dice que dos de ellos representan á don

Álvar Perez de último

Guzman y á D.* Elvira de Ayala. Este nombre parécenos está equivocado, pues la nm-

ger del almirante D. Alvar llamóse doña Maiía, según

(i)

Desgraciadamente este antiguo

altar se

ña

cambiado por una mala copia del martirio de San Andrés, de Roelas, que existe en el Musco de esta ciudad.


-

85

-

dice Espinosa. El ilustre académico, señor

don Pedro

de Madrazo, ha incurrido también en otro error

(i)

consignando que dos de los cuatro bultos son de mugeres y los restantes de hombres, considerando

como femenina una de las estátuas que representa á mancebo como de catorce á diez y seis años ves-

Un t[

do con una túnica que

que por

la

le llega hasta los pies,

forma en que tiene cortado

po: la espada que sujeta con sus manos, gar á dudas, según

frontero

Perez de su

el viejo

muger, mientras que

están adosadas al

á don

la

Alvar

y á doña María de Ayala otra de varón que está in-

mediata

al

Su nieto

llamado también don Alvar: en cuanto á

del doncel

lu-

aquí es que las es-

del altar representan

Guzman

no deja

más adelante veremos.

La opinión más seguida hasta tatuas de dama y caballero que muro

pero

cabello y

el

antepecho exterior de

la capilla es la

cuya efigie vemos entre

las

de

de la

los funda-

dores no encontramos dato alguno para venir en co-

Uocimiento de quién pueda

ser.

Curiosos por demás son los trages de todas y en hemos de detenernos algo. Consta el de don Alvar de un casquete ó gorra que ciñe perfectamencjlos

*

e

la

cabeza, en cuyo centro hay un joyel del cual

(n) Sevilla

España. Sus monumentos y y Cádiz.— 1884.

artes,

tom. de


arranca una pluma adaptada en sentido semicircular.

en

El cabello largo, glo

la

forma que se usó en

y comienzos del XV. Viste una aljuba abotonada en

cotadura adornan ciertos

corona por cima de la loriga.

Ancha

izquierdo á

de

el

si

-

XIV

las

el

la cual se

y corre por

de

la

el sitio

de

las

mallas de el

hombro

las partes laterales

famosa órden de

por Alonso XI. En

manera de las

desde

mangas; que no nos atrevemos

la insignia

á

muestran

cinta ó correa baja

la cintura

pecho cuya es-

bordados

la

á afirmar fuera

Banda creada

caderas tiene sobre

puesta á

la aljuba un rico y ancho cíngulo militar adornado con morlanes figurando flores cuadrifolias y del que acaso pendió la broncha ó puñal de mise-

ricordia.

Por bajo de

mencionada aljuba aparecen

la

puntas de malla de

la loriga.

Hállase armado

el

las

resto

del cuerpo por mu: leras y grebones con ligeros adornos sogueados. Los escarpes son articulados y

de aguzada punta, con espuelas calzadas. Sugeta con las manos ancha espada que consta de enorme pomo circular con lóbulos tallos sery estilo morisco, y en el centro un escudete, empuñadura con adornos en espiral: en

peantes de marcado

cuanto

no puede juzgarse á causa de las Los guanteletes son notables por estar

al arriaz

mutilaciones.

curiosamente articulados también porque en la miy tad inferior, correspondiendo á los dedos, vense cua-


— tr

87

° arquitos ultrasemicirculares que recuerdan

fluencias

de

las artes industriales

las in-

Á

musulmanas.

los

hay un perro con elegante collar blasonado,

P‘és

^¡de de largo

i

m. 87.

Análoga en todo á la anterior y sin variantes digna s de apreciarse, es la que se atribuye al nieto de este

personage y que ya hemos dicho se encuentra al antepecho de la capilla, por lo cual no nos

junto

detenemos en su exámen.

No obstante, el amaneramiento que se advierte en la ejecución de la efigie de D. a María ó D. a Elvira AeAyala, su estátua es magestuosay elegante, reve-

judo

ser obra de artista

más

perito

que

el

que hizo

la

A e su marido.

Cubre

la

cabeza con un casquete de paño que

k aJ a por las sienes hasta ^ las

su

la

parte media de las mcji-

dejando que se vean

traje larga

orejas, y

las

capa que por los lados

jurto ménos de media vara del °fl a

COrn

el

enorme

cuello

que

Prender qué cosa sea

P°ndiente Ura -y

al

tiene,

c °n

j

cintura.

menor

señal de plega

un gran escote, que, á

dejaría al descubierto

rente, está oculto. Cn sencillo collar adorna Casi á

notándose en

Difícil es acertar á

la parte del vestido corres-

busto, no hay la

á primera vista parece

Ser ta l,

brial,

componen

deja descu

el

la

pecho,

el cual, ciér-

garganta y desciende

El cinturón del brial es

morlañes de trecho en trecho y

llega

muy por

largo,

el

cen-


tro del

cuerpo hasta

airosos son

los

que una vez

al

la fimbria

de

la

capa.

pliegues que arrancan

Sueltos y

del cinturón

tocar en el suelo producen el movi-

miento característico de los paños ejecutados tilo ojival;

do

se les

al

es-

caprichosos y sóbrios relativamente cuan-

compara con

Las mangas del

brial

de

los

son

muy

la

inmediata cintura.

anchas, de las llama-

das monacales.

En

la

mano

recha sugeta lado.

izquierda tuvo un libro y con la de-

el

borde de

La forma de

do con

hay

ellos

la

capa por este mismo

muy

los pies

tres figuras,

puntiaguda. Tocan-

dos de perros que están

mutilados, y en

el centro una figurita de muger leyendo, acaso representa alguna dueña ó monja de las que velaban á los difuntos.

Aunque no ofrece gran tatuita del doncel, que,

lujo

de pormenores

la es-

según arriba dijimos, se en-

cuentra entre

las

ella variantes

dignas de apreciarse. Tiene la cabeza

descubierta,

go por

el

de don Alvar y su esposa, hay en

cabello cercenado por la frente y

los lados.

Ancha

lar-

con rosas y tallos de en la garganta lleva un

ínfula

adorna su frente y gran collar con joyel. Está vestido con túnica plegarelieve

da simétrica y amaneradamente cuyas mangas son perdidas y bajo éstas aparecen los brazos con segundas mangas que, en forma de campana, hasta la mitad de las

le

cubren

manos abotonadas por un lado

El dibujo délos paños,

al llegar al suelo, es

análogo


— a*

de

la estátua

Una espada ‘«sillos

ancho

se lee:

S9

Elvira. Sujeta

á cuya vaina se enlazan

de que pendía.

°n cuyo Salt o,

de doña

collar,

amor mió

Á

con el

las

manos

cinturón y

sus pies reposa un lebrej

con caracteres góticos de reim.

Mide de

largo,

i

m. 45.

Estas interesantes obras tienen gran importancia Para e] estudio de la escultura sevillana y juntamente c ° n la del

maestre de Santiago D. Lorenzo Suarez de

^igucroa que se halla en

^rsidad e

*tátuas

literaria,

el

templo de nuestra Uni-

son los más antiguos ejemplares de

yacentes que conservamos.

* * Siguiendo cronológicamente estos apuntes, corresP° n de el segundo lugar al mausoleo del ilustre arzoS

P° don Gonzalo de Mena, que se encuentra ado-

Sa do

esta antl

al

muro

frontero

de

la capilla

de Santiago en

Cátedra'. Consideradas desdeñosamente por los

guos escritores las producciones del arte ojival,

Menospreciaban, calificándolas á veces de bárbano es extraño que este notable ejemplo de la es-

>

aria sevillana,

haya pasado inadvertido

casi hasta

stros dias,

^ sólo por

y aun hoy mismo podemos afirmar que la generalidad, sino por aquellas mismas

nas Que más debían estimarlo, poniéndolo á sal° Vq 0 de las profanaciones de la ignorancia, apenas si de

merece dorr )

aprecio y estima á que és tan acree-

hasta el punto

de haber embadurnado 12

el

bri-


— liante alabastro

de

dra. Yace, pues,

de polvo

to

este

— con

tintas

imitando

contiene datos curiosísimos,

para juzgar con acierto del estado de nuestras en aquel período, lo cual tan

pie*

poco menos que olvidado y cubiermonumento, como despreciable au-

cuando en

tigualla,

9o

la estatua

poco abundan en

artes

mucho nos importa, ya que de

esta ciudad, testimonios

género. Por tanto, en vez de tan lamentable

este

indife-

rencia, bien haría el Cabildo catedral en procurar su

conservación por todos los medios posibles, dispo* niendo que una vez despojado de las tintas que ocul* tan las

partes

verja, para

de

de alabastro, se defendiese por una

que nadie

le tocase,

cuidándolo

como una

más preciadas joyas, que, bajo las grandiosas bóvedas del templo, existen al presente. Esto dicho* las

que nos guíe otro móvil que el amor y respeto ' que se deben á estos objetos, entraremos en su l¡g e sin

ra descripción.

Sobre un lecho ó urna, ornamentado val del siglo

XIV, vese yacente

la

al estilo oj<*

0 imagen del prelad

revestido de pontifical, con mitra primorosamente e 5 culpida, imitando en sus adornos ricos

borda

rácter alguno, así

como

el

báculo que sujeta

'

S, áfflt

manípulo, túnica ó alba. La antiguas han sido sustituidas por otras sin ca

plia y sencilla planeta,

manos

-

5

0 al la^

izquierdo es de madera tallada, en vez del de alabas* tro

que tuvo en su origen. Los

patos

muy

2a* pies calzados con puntiagudos se apoyan de frente en uu


— s

°nnbrero

9i

pastoral que sostienen

Cortijadas guedejas, y sobre ^el prelado, s

°bre

etern ° c l

na

En cada uno de

arrodillados en el

mismo

de oro

los ángulos del

plano, velan el

dimensiones: los déla cabecera tienen en las largas cintas ó filacterias sin inscripción algu-

y los de los pies sujetan libros abiertos.

i

tr

azur.

escudo

el

estrellas

sueño del venerable arzobispo, ángeles de pe-

u eñas

ma *os

dos leoncillos de

copa vese

que componen cinco

campo de

Pedestal,

la

° grandes piezas consta la estátua.

En

la

De

cua-

primera

Se

contiene la mitra, cabeza y parte superior de la Paneta, el segundo hasta la mitad del cuerpo, el terCer ° estc Sl

hasta igual sitio

Punto hasta

de

las piernas,

y cuarto desde

terminación. Raro es

que no se § u ¡era en esta estátua la costumbre de la época en la

Reamar de imitaciones de costosos bordados

las te*

todas, sino que, ric

por el contrario, hay en ellas una dad de ornatos, que llama la atención de los

^donados

hasta

lamos es

tal

punto, que sólo en

sencillos flecos;

tanto ellos

el

manipu-

como

otras

debieron pintarse con colores en posteriores

7

Oraciones. Fl la

/

^ artl do d e paños que ofrecen los plegados de

¿neta, están •

s

como

'

en

te r (j

0

3C .

^

Z ‘ ^' n

in

elegantemente esculpidos *

os del alba,

cuant0 á

la

al

estilo

que ofrecen notable

cabeza, tiene marcado carác-

dividuaIismo y es de formas abultadas y re-


— Toda la

pues además de

fanaciones, las

92

estátua se vé que ha sido objeto de pro-

manos y

el

del plegado.

como

faltarle,

dijimos,

báculo, está mutilada en algunos

Toda

ella,

que es de

sitios

rico alabastro,

se

encuentra repintada groseramente, hasta en sus más

pequeños pormenores,

lo cual

hace pensar á muchas

personas, que es de barro ó de otra materia menos rica.

Descansa su cabeza sobre dos almohadas ó cojiámbos de muy rica ornamentación imitando

nes,

brocado, y mide en toda su extensión, desde tremo de la mitra á los pies, 2 m. o‘i6.

La

importancia de este monumento, comprende-

ráse fácilmente,

de nuestra

si

tenemos en cuenta que es

historia artística

que enlaza

nes esculturales anteriores, ó sean

pleno siglo guiente, Sevilla,

e! ex*

XIV

con

las

de

única que en estos

y en

los

a la pági°

las produccioen

ejecutadas

las

comienzos de

la.

tiempos conocemos

la cual se manifiesta,

que

sl

la t'adicion

había sufrido variantes dignas de aprecio,

como

tarde se ofrecen, ya en los tiempos de don Juan

Jw

de don Enrique IV. u0 la descripción de la urna Q de lecho á la estátua yacente, consta sólo de u° cuerpo de planta rectangular, cuya moldura superi° r es simplemente un ancho visel en cuyo plano corfe

Viniendo ahora á

sirve

la filacteria,

donde consta

la inscripción

sepulcral

caracteres góticos minúsculos interrumpida en su


93

tensión, por escudetes cuyas trellas

empresas son cinco

es-

de oro sobre campo de azur. La leyenda dice

lo siguiente: ((Aquí yace

don Gonzalo de

Mena

natural

,

r acido en Toledo, que Dios perdone, obispo que fué de Calahorra é despi ’s de Burgos é después arzobispo de

é

,

,

Senilla, el eral finó en jueves 21 dias del mes de Abril, el

año del

de

iqoi

N chr

:

Dicho letrero se do, por

lo

del frente

ento de

yor

años,

ATtro.

1

Nostero)

muchas partes

e ícuentra en

cual se hace dhíc

de

Salvador Jesuchristo

cual digamos Pater

el

mausoleo y

l

Jas

su lectura.

dos

mutila-

La

parte

laterales tienen

Por ornamentación, tos

la primera, cinco compartimenformados por otros tantos arcos semicirculares,

con lóbulos en

el

frondas exteriormente,

interior y

y dos de aquéllos en

cabecera y pies: dentro de cada uno de éstos, hay en alto relieve, un asunto rc-

l’gioso, 1

la

siendo los más curiosos, los de

primero de

el!o°¡

la

cabeza.

vése un rey sentado con

la

En

espa-

da desnuda las piernas cruzadas, una sobre otra, á y sus pies hay un guerrero arrodillado, cuyo traje se

compone de sencillo capacete córneo, bajo el cual upamee un almófar ó gran capellina que envuelve to da la cabeza,

.y

sólo tiene en la parte del rostro pe-

queño espacio, por l

el

°rso hállase revestido

P°r una aljuba acaso,

de tenerlo en

deando

las

cual

se muestra el rostro. El

más bien que por coracina de cuero, y

la cintura, está

caderas.

el tahalí,

bastante

en vez

más bajo,

Las piernas, no se conoce

rosi


— están armadas, por

94

más que primitivamente

tuviesen

musteras y grebones. Las espadas son todas de tas llamadas bracamartes muy anchas y cortas. A espaldas de estas figura, hay otra también militar, que se ,

halla

de pié con igual trage.

Un monstruo que

rior

ca. .

En

figura

el

alado aparece en airado

dirijirse

nicho próximo se encuentra

ción de los Santos Inocentes, con cillez

la parte

contra

tal

el

la

supe-

monardegolla-

carácter de sen-

y candor que han bastado no más que cuatro

figuritas

al

artista

vestidos con el

para representarla. Los sayones

mismo

traje militar ya descrito, arrebatan los infantes á dos mujeres, de espaldas una con otra, simétricamente puestas,

peración se mesan

pleto destrozada, hay bajo

arco que no

las cuales

las cabellos:

una

el sitio

hemos acertado á

en su deses-

figurita,

de

la

por comclave del

descifrar.

El primer compartimento del frente ostenta la Anunciación de la Virgen; el segundo el bautizo de Cristo en el Jordán, donde abundan los caractéres infantiles

en

la ejecución,

la túnica del Salvador,

da con

pues los ángeles sostienen

que está fielmente representa-

pueriles detalles, mientras

cursor arroja el agua sobre

medio de un enorme

la

que

el

Santo Pre

cabeza de Cristo por

vaso, casi tan grande,

como

las

cabezas de las figuras; sigue á éste la Virgen rodeada de nubes; después el tránsito de la Madre de Dios, y, por último, la huida á Egipto, notable también por


— sus

que

lleva pendiente

bro,

una

virtud

de

la cual

túnica, la ley

En

la

la

imágen de San José,

de una vara, apoyada en

hom-

el

contra-

fuera de una materia du-

si

parte correspondiente á los pies, otras dos

hornacinas, una de ellas, la primera, digna

detenido: represéntase en Cristo,

el

no plega como debiera, en

de gravedad, sino que por

no, se sostiene recta cual ra.

95

pormenores, especialmente

que

tiene á sus

ella

piés los guardias

representados por unas estatuitas El asunto ya citado de

^voluntariamente

de estudio

Resurrección de

la

la

muy

armados,

interesantes.

Degollación, recuerda

de

la Catedral de Mondoñedo, que debió hacerse casi a mismo tiempo que este sepulcro, ejecutado á nuestro juicio en el

la pintura

1

Primer tercio del siglo

XV; pero con

arreglo á las

influencias

y estilos de la anterior centuria. Antes de Cx Poner algunas ligeras reflexiones acerca de esta nota>ble

el fondo de muro sobre que que forman cada uno de dichos

obra, diremos que

Se hallan los arcos

compartimentos se ven adornados por una ar quitos ar te *

musulmán

tan en

a traza semicircular

re sponden

flébilmente,

A e spues >ta

boga entóneos. De extrañar

de

los arcos referidos;

de

es

pero no

en nuestro concepto seguramente á

fluencia italiana,

•^ a£

série

ornamentales de ojiva túmida, recuerdo del

la in-

que estimamos comenzó á aparecer

por lo que hace á

de subido

al

trono

el

las

artes sevillanas,

hermano de

Isabel

I.

sólo fijarse en los trajes militares, en la relati-


— va rudeza de

la

que se revela en todos la anterior á

g6

ejecución y en los

la sencillez

y candor

pormenores para estimar

1454, época en que comenzó á reinar don

Enrique IV. Por otra parte, hay motivos para suponer que pocos años después de la muerte del prelado (1401)

le

costeó

el

Cabildo Catedral

el

mausoleo de

que tratamos.

Como _

término de la brevísima descripción he-

cha, añadiremos que la urna descansa sobre sencilla

moldura, adornada en

los

por cabezas

trentes

leones y en los ángulos se ven

de

éstos representados

por entero.

Con respecto

ó las traslaciones

de que ha sido

objeto este monumento, bien merece que

digamos

algunas palabras, pues las noticias trasmitidas acerca del particular por

.

los

antiguos escritores sevillanos

son bastante curiosas para llamar

la

atención

de

los

aficionados á esta clase de memorias. Trascribiremos antes la lápida conmemorativa

aparece sobre

el

de estos sucesos que

sepulcro:

Verdadera virtud con q di maior resplandor a mi hnage me levanto a la silla obispal de Calaahorra y después a la de Bvrgos vltimamente vi ar((

nilvstrc

f

,

vícola sp o

de Sevilla . Biví incvlpablemente ,

y no

conten-

con procvrar eomo bven pastor avmentar la g reí 11 del Señor’ qve apaccntava, fvndé doté ampllssim'avito

y

11

11

mente este monesterio para qve en él hallasen mvehas almas carrera de salvación mvehos pobres permane y -


— ^cíente el socorro de

mi

97

liberalidad.

tienpo de peste porq aplacado el

^sv justa ira con mis ovejas,

Perdí la vida en

Señor en mi, mitigase

despvés de largos dias

y

))(

ive cstvve sepvltado en la Iglesia metropolitana de

mi

Ckatedra, por diligencia lágrimas de mis espiritvay '‘des )]

hijos,

^dad y ])

fvi traído

á

mi

esta

zelo esperando la ,

segvnda

Don Gongalo de Mena,

Señor:

))ri(í

donde cercado

Iglesia,

de svs piadosos trabajos qve son

frudos de esto, la

mi

chari-

reposo en el

natvralde Toledo,

mu-

año M. CCCCI. Fué trasladado, año M.DXCIUI »

Falleció el ilustre prelado en el d¡ c e,

enterróse provisionalmente en

año que arriba se la capilla

de San-

tla

go de nuestra Catedral, pues áun no se había termina do la fábrica de Cartuja, que á sus expensas comenzó á levantar Cr eccion, Sl>nia *

desde

dejó

al

el

año 1400. Para continuar

la

canónigo Juan Martínez do Victoriala

de 30.000 doblas de oro moriscas, que dieron

u gar á

un heróico hecho por parte del citado canó-

nigo. (1)

No i°s

parecen conformes

escritores sevillanos

efect o la traslación del

de

la

Abad

Catedral á

la

las

fechas consignadas por

acerca del día en que tuvo

cadáver de don Gonzalo des-

Cartuja, siguiendo

Gordillo, diremos que fué en

(0

Véase en

este

tomo

nosotros

al

mes de Marzo

el

el artículo

((Hombres de

an taño.»

i3


— de 1594, y que po, se celebró

á pesar el

98

de

las

inclemencias del tiem-

acto con inusitada grandeza. Convi-

dáronse todas las Religiones observantes, y á más de doscientos clérigos seculares, dándoles á cada uno de

un escudo de limosna. El cabildo

ellos

asistió

eclesiástico

en masa, llevando capas blancas. Habíase colo-

cado desde

la

noche anterior

el

cadáver del prelado

fuera del sepulcro, que hallóse entero, vestido

de Pon-

muy poco

deshecho, y con él encontróse un cáliz y unas ampolletas de plata con un plato, que todo se puso en la caja nueva de cedro, que se había tifical

y

labrado para llevarlo. Catedral se ordenó

la

En

las

puertas mismas de

procesión; iba primero

metropolitana seguida de

infinito

número de

la

la

cruz

religio-

sos de diversas órdenes, después los clérigos seculares y curas del Sagrario, luégo veinticuatro cirios blan-

cos llevados por otros tantos mozos de coro, á homy bros de los religiosos cartujos de las cuevas, monjes

y frailes, el féretro con el cadáver. Fué la procesión por Gradas, calle Génova, plaza de San Francisco, calle

de

ta salir

las Sierpes; calle

por

la

Una vez pasado tujos habían tenido

tación rrir

Ancha de

la

Magdalena has-

puerta de Triana. el

puente de barcas, que los

buen cuidado de afirmar, en

car-

evi-

de cualquier desgracia que hubiera podido ocu-

con

el peso de tantas gentes, ya en la plaza del Altozano, esperaban los clérigos y capellanes de Santa Ana y San Jorge, y, entonando la antífona Etc¿sd‘


99

magnus y algunos

cerdos

— encamináronse

versículos,

todos por la calle de las Almonas, Alcantarilla de los ciegos

y Cruz de

las

Cuevas

Monasterio

al

La música de

último nombre.

taron en este acto, fue debida al

ilustre

de este

que se can-

los salmos

compositor

sevillano Francisco Guerrero.

Cuando

llegó la procesión á las puertas del

Con-

vento, esperaban en ellas todos los religiosos, sin capas, en frailes

número de más de

Presididos por

el

prior

contados monges,

don Cristóbal Calvo, que

n ta una muccta, ricamente

^anos. Llegado y en

treinta,

y legos, con cruz alta y cirios en las manos,

hombros

el féretro,

bordada, y una cruz en

te-

las

adelantáronse los monges

lo llevaron hasta la iglesia,

estaba dispuesto un magnífico

donde ya

túmulo, cubierto de

Paños de brocado, con sus almohadas,

yen

torno in*

finitos

c es

blandones y hacheros de plata, dándose entóncomienzo á cantar una Misa muy solemne. Ter-

sadas ra l

en

el

las

ceremonias religiosas hubo convite gene-

Monasterio para cuántas personas quisieron

y á los eclesiásticos y sujetos de calidad se les dió de c °naer con la mayor esplendidez abundancia. Pocos

y

^'

as después se celebraron las exéquias,con gran pomP a convidándose á ellas muchísimas personas, ya ecléi

cticas,

como

seglares, títulos y nobleza, y la capilla

niúsica de la Catedral. Predicó el sermón el ilusísimo señor doctor Alonso Coloma, obispo que fue e

Barcelona. «Hízose

el oficio

como

el

primer

dia,

y


100 quedáronse huéspedes más de trescientos, ñalado de en

el

lo

más

se-

hospedería grande y chica, y los demás refectorio, donde hubo primera, segunda y terla

cera mesa. Dicen que gastóel Convento en esta traslación

más de

tres mil

ducados en

los gastos referidos

y en limosnas y muchas misas por el alma del arzobispo, y en hacimiento de gracias por la consecución de cosa tan deseada

como

tener en

fundador. En los dias que se llevó

su el

compañía

á su

cuerpo, hasta que

se hicieron las exéquias, se llevó el sepulcro que había

quedado en en

la iglesia, y se

limpió y aderezó, y estaba

de Santiago, y se puso en la dicha iglesia; y acabado el oficio en el dia de las exéquias, se llevó el cuerpo por los monges, sacerdotes en procesión, la capilla

y se colocó en

el

sepulcro con contento

Mucho más pudiéramos cias,

go,

que no hacemos por

recomendaremos

Fundación de por

el

la

de todos.»

añadir á las anteriores notifalta

de espacio;

sin

embaí-

á los curiosos el libro intitulado

Sagrada Religión de

la Cartuja , etc.,

doctor don José del Valle, impreso en Ma-

drid, 1663.

Reposó

el

cadáver de don Gonzalo de

Mena

en

su iglesia hasta el

trados los

año de 1836, que, una vez exclausmonges, y pasando al Estado la propiedad

del Monasterio,

el

randas cenizas á su

Cabildo Catedral trajo iglesia,

las

vene-

volviendo de nuevo a

de Santiago, donde hoy le vemos. Acerca de la traslación del mausoleo de

ln

capilla

I

este


IOI prelado,

hemos encontrado

las

siguientes noticias:

«Auto del Cabildo del sepulcro del señor Mena.

Lunes

7

de Febrero de 1594, mandó

el

Cabildo que

sepulcro de piedra del señor arzobispo zalo

de Mena se dé á los Frailes de

las

don Gon-

Cuevas y el don

sepulcro que está á estotro lado que es del señor r. Alonso de Vargas se passe donde estaba señor arzobispo Mena, que es junto á la pared

del

el

donde

hoy permanece.» Fl

Abad Gordillo hablando de

estos sucesos dice:

«El yerro que se hizo de parte del Cabildo fué

muy

grande y para que no fuese creído y no hubiese memoria de ello, les dió también el sepulcro de alabastro alto

de su entierro

•^isrno escritor: c Uerpo

«En

Más adelante

dias

asienta

el

desde que se llevó

el

hasta que se hicieron las exéquias se llevó el

sepulcro que se había y aderezó ex équias tes

»

los

quedado en

y acabado

la iglesia,

en

el oficio

se llevó el cuerpo por los

en procesión y se colocó en de todos.»

el

y se lim-

el dia

de

las

monges sacerdo-

sepulcro con con-

ato

tanto por el

las

mudanzas que ha experimentado

interesante mausoleo,

como por la

incuria y el aban-

dono, sensible es hallar en tan notable Ue uas de las repetidas mutilaciones

monumento que ha

las

sufrido,

y acerca

de ellas nos permitimos llamar la atención ^olExcmo. Cabildo, para que cuide de su conserva -

Cl

°n con

el

esmero que se merece, no sólo en honra


del ilustre cadáver que guarda, sino también por la

mportancia

artístico

del señor te para

arqueológica que tiene para los

Esperamos de

aficionados.

la

reconocida ilustración

Dean que habrá de disponer

que aquél se traslade á otro

lo convenien-

sitio.

* *

Continuando nuestro exámen de los monumentos sepulcrales de esta Catedral, corresponde el tercer lugar cronológicamente las cenizas del

se halla

en

el

al

magnífico en que reposan

Cardenal don Juan de Cervantes, que centro de la capilla de San Hermene-

gildo: antes

de describirlo diremos algunas palabras acerca de este piadosísimo é ilustre varón, cuyos altos ejemplos de virtud son dignos de eterna memoria é hicieron consignar

al erudito don Diego Ortiz de Zúñiga las siguientes frases: (i) «Con más glorioso fio (se ha referido el autor ántes á la muerte de don Ál*

varo

de Luna) acabó en Seuilla este mismo año ¿ veinte y cinco de Noviembre, el Cardenal administra-

dorperpétuo de nuestra Santa Iglesia, don Juan de que con increíble dolor de su Cabildo, Ciudad y Diócesi, falleció porque aunque sólo goverCervantes,

no quatro años, poco más ó menos fueron

(i)

Anales: año 1453.

tantas las


)

— c *a

103

obras de su piedad, de su

amor y de

que teniéndolo conciliado

su beneuolen-

gratitud

la

vniuersal,

bizieron generales las lágrimas en su muerte.»

Debieron los menesterosos de Sevilla á este

vir-

tuoso prelado la fundación del hospital llamado

de

San Hermenegildo vulgarmente del Cardenal, cuyo y edificio, alterado en el trascurso de los siglos, es el Que actualmente ocupa el Asilo de Mendicidad do San Fernando, Se instituyese la collación

á la Iglesia Catedral

relicario

diácono en

Co,

que aquel la

como me-

dejó

las alhajas siguientes:

«Un el

su testamento

de San Ildefonso.

También morias

mandando en

en una casa principal que poseía en

las

sexavado

(

sic

que es

el

procesiones ordinarias,

Uunmente por Santa

que

lleva

conocido

Inés.

Dió más un portapaz dorado de obra rica con un Cr ücif]j *

a

0 enmedio y Nuestra Señora y San Juan y en espalda un cielo azul estrellado en una plancha de

Plata. b*ió

más una mitra

rica

bMó más una frontalera que tiene sus armas y se ba renovado diversás veces y sirve oi. Dió más una capa de brocado carmesí.» Su gran devocien al mártir San Hermenegildo le mov¡ ó á instituir en la capilla de este nombre, riquís

Jmas dotaciones, haciendo de ella una de las

riCas

del templo, pues

además del

altar principal

más te-


¡

— nía cuatro altares,

104

de San Juan, déla Pasión, de San

Miguel y de San Blás. La misma devoción profesó

á la

imágen de Nues-

Antigua y para no alejarse de estos lugares queridos habitó un edificio inmediato á estas tra

Señora de

capillas,

la

construido por

él,

bajando por escalera

se-

creta á las referidas capillas.

Sin

duda alguna

descansa, es

el

lo esculpió.

Como

el

elegantísimo mausoleo en que

mejor de

la Catedral y en su conjunto y pormenores revela gran maestría en el artista que

casi

todas las

obras

género conservadas en nuestra soberbia llase

mos

mismo

mutilado en algunas partes y cuando examinapormenores cáusanos traba-

sus primorosísimos

jo comprender que

de

del

basílica, há-

tal

modo

la

barbárie haya podido cebarse

en una presea

como

ésta.

Lo mismo

que dejamos dicho acerca del sepulcro de don Gonzalo de

Mena para conseguir

su conservación es api*'

cable al en que nos ocúpanos:

diendo

á este fin antes

raciones se rodee este

que

urge, pues,

á otro género

que

aten-

de conside-

monumento con una vetj a manos ignorantes-

!

para impedir

las

Abrigamos

convencimiento que no llegará á hacer-

se,

el

profanaciones de

pero en esta oca: ion como en otras cumplí 11103

por nuestra parte con recomendarlo. Consta florido,

el

mausoleo de una urna de

que mide de

alto r

m. 26 y

2.

^ estilo oj va

m. 63 de

la r

go, asentada sobre seis cabezas de leones flanqueada y


105

on sus ángulos y centros de los lados por umbelas y re pisas que sostienen cuatro estauitas de Santos. En ]

°s espacios

que quedan

entre éstas se ven los

libres

escudos repetidos del señor Cervantes con

el

capc-

° y una cruz y dos ángeles por tenantes. Sobre la Urna , hay extendido un paño con flocaduras imitando ]

bocado, cuya ejecución c ual

corre

el

POSTC^

d*

EXIMIO

.

VEREND1SSIMUS L°

SANCTI

.

T1Me

.

^ E STATI

.

.

AD

.

(^VEM

OSTIVM

ETATE •

.

.

'l^VlT

SlMAS •

.

.

VIRTVTUM

.

VINCVLA

TOTI

.

EXTITIT .

ECC.

.

HEREDEM

.

OPERATIONES

.

IVDICATVS

RE

.

.

.

OP-

ORBEM .

.

HO-

OSTIEN-

.

GRAVESCENTE

.

METRO POLI M

.

SAPIEN-

PRELATO

.

DECET

VT

qVVM .

PER

ECCLESIASTICE

.

.

.

GALERUM

.

(síc)

TANDEM

ISPALENSEM

ADMINISTRANS

FtEt

NITORE

DIGNISSIMOSC^

.

.

.

tjQ'r

.

SEDEM OBTINV1T

.

"

FRVCT

.

DNS.IO.DE CERVANTES. CUMT1TV-

PETRI

.

MERV1T

E DID1T

notable, alrededor del

es

siguiente epitáfio:

.

.

INTER

HOSPIT ALE

.

.

PROBATIS-

.

FAMOSVM

.

1SPALENSI

.

,

ATATIMVN<^VE .

e Rivs v:s

.

An '

(síc) 1N

t, ED1FICASSET

.

.

OBIIT

CIV1TATE .

XX

.

Y

.

.

NOVEMBRIS

DOMCCCCLIII,

14

.


toó Zúñiga

lo

^ Después

traduce del siguiente modo:

Don Juan

que el Reverendísimo Señor

de

Cervantes con eximio resplandor de virtudes mereció

muy

bien el capelo

San Pedro Advine ti-

con título de

,

y dio por el mundo dignísimos frutos porque ful juzgado puerta de toda eclesiástica honestidad obtuvo la

,

,

la Iglesia de Ostia y administrando al fin, ya en la

más anciana la Iglesia

(

edad

á

la metrópoli de Sevilla dexó heredera ,

como á Prelado conviene) y entre otras obras

de gran aprobación edificó primeramente un hospital famoso y muy dotado en la ciudad de Sevilla falleció á 2J de Noviembre del año del Señor de iqjjP ,

:

Yace 2

m.

la estátua del

alabastro, (materia

sando

con

venerable prelado, que mide

de largo, tendida sobre

7

la

de que

es

el

todo

sepulcro) repo-

cabeza sobre cuatro almohadas ó

ricos adornos. Está revestido

casulla,

hermoso paño do el

que llamaron

de

cojines

pontifical

los antiguos planeta;

con

la

túnica y

dalmática: en la cabeza la rica mitra designada

'

fr1

guita y bajo ésta se vé claramente el birretum (i). E a riqueza de pormenores que avaloran sólo esta parte del

tr

age llama justamente

W

Pontificale

la

atención de los

intelí-

romanvm ad omnes pontificias cevtitur sacrosanta Romana Kcclc-

remonias quibus nunc sia

accomodatum,

En

el

etc. Venetiis,

glosario de

apud Iuntas 1572-

Ducange vemos confirmado

esto


107

gentes, pues imitando bellísimos nería,

y,

bordados de imagi-

por tanto, en bajo-relieve, vese

la

Anuncia-

ción de la Santísima Vírjen, ejecutadas las figuras ia

Madre de Dios y

del

Ángel Gabriel, con todo

de el

primor y delicadeza de los eximios artistas que trabajaron según el estilo ojival terciario. Piedras preciosas

camafeos búllanse repartidos por

}'

tro,

en

la franja

que divide

y en

ella

el

cen-

compartimentos en

los

que están

la Vírjen y el Ángel, hay una figurita de otro Ángel que sostiene una filacteria: sobre éste la jarra de azuzenas, todo esculpido con singular maestría.

La cabeza

revela á primera

vista

un carácter de

realismo que no es posible dudar de que bien la

tomó

del natural ó á lo

hecho en vida del prelado. ta l

Hay

el artista

ménos de un

ó

retrato

tanta verdad en ella,

nobleza y tan hermosa ejecución, que cautiva cuando atentamente se le examina.

la

Vj sta

Análogos ornatos ostenta rftés

inmediatas

al

dos hay dos santos y en a Póstoles

la casulla:

en las partes

cuello asimismo figurando bordala

gran

tira central

cuatro

de los cuales dos representan á San Pedro

'smo nombre y aplicado á

la

misma prenda, como

Parecen probarlo las siguientes frases: ^irretum: ( capitium, capitis tegmen, lineum tenue, strictum for,

a ipsius capitis,

Pontificum proprium

fuit

piRRETUM interius capitis tegmen ita subter a PP& dispositum ut nonnihil super humeros

Erat vero capitium deíluere.


•í

108

y Santiago. Por cima de este ornamento, cuyos paños todos son admirables, corre el pálio.

En

brazo izquierdo sostiene

el

el

báculo cuya

ter-

minación que debió ser riquísima, hállase suplantada

por un grosero aditamento de madera: todavía conserva

el

sudariolo plegado

Las ma-

elegantemente.

nos, que tiene sobre elpccho, están cubiertas con

nísimos guantes, que imitan

de ambas manos nos en

las

Bajo

fi-

seda, y en los dedos

tiene siete anillos, colocados algu-

segundas falanges de los dedos.

la

casulla aparece la dalmática

recamada con completo

la

la túnica sin

casi

por

labor ninguna.

El calzado es de forma ancha pero

do y apoya

de brocado

adornos que oculta

prolijos

los pies en el

muy

puntiagu-

cuerpo de una cierva recos-

tada, falta de las astas.

La gran moldura viselada de la parte superior del mausoleo impide reparar á la primera ojeada en los elegantes

tallos

que corren bajo

calados

ella, los

de

estilo ojival

florido

cuales demuestran cuán con-

cienzudamente fue ejecutada esta obra. En la cabecera del lecho en su plinto léese con y caracteres góticos:

lorengo merendante de bretona entalló este bulto.

Por fortuna, tan interesante inscripción nos dá á


— conocer

eximio

el

Maestro del

i09

quien

á

artista

se debe, digno

Nufro Sánchez y cuyas enséñanos contribuirían á formar en esta ciudad una brillanilustre

tísima falange

de escultores, compañeros del eximio

Pedro Millan. *

* Entre los más

Pad° ^

i

u gar

a

s ¡n a

hispalense,

^

prelados que han

distínguese

en

ocu-

preferente

arzobispo don Diego Deza, cuyo nombre

el

n ° s ha trasmitido los

*

ilustres

la

historia

con

recuerdo

el

de

elevados puestos que obtuvo á consecuencia de

as

virtudes

y

saber que atesoraba. Su

del

gran

Prestigio

entre los sevillanos hizo que durante las grandes turbulencias movidas por los magnates de esti

n

ciudad á raiz Carlos

,T

del advenimiento

trono del

al

.

e ar

0s se

|

l0 nes

V

y

hallaban

do todos,

en los momentos en que los ánilevantados

no

se

divididas

y

en

repit esen

las

opi-

este suelo

^

sangrientas escenas que tuvieron lugar en otras Partes.

\

IlCla >

enc ür

;’

t

0 d 0 ouso remedio

y acudiendo

°ntrados stancias, e,a

,

con su sábia

harto

apreciadas

críticas,

de

^

i

Su

que

dotes que

las excelentes

tal

modo

por

t(jJlprv

a

pru-

unos y á otros, aviniendo los pareceres, demost'ó en aquellas cirá

la

Reina Ca-

j

á.

más de honrarlo con

confesor, ¿o instituyó

el

difícil

su testamentario.

cargo

Pero


— si

tales

IIO

honores contribuyen á esclarecer su nombre,

más envidiable puede ostentar, de patrocinador del insigne Almirante descubridor del Nuevo otro

Mundo, en cuyo obsequio interpuso y valimiento en

la

su

influencia

Córte para que prosperasen

las

justas pretensiones de aquel

cuando tenía á su cargo educación del príncipe don Juan. Bien dejó también confirmado su amor á la enseñanza con la fundación del insigne Colegio de Santo I ornas, cuyo edificio alterado convertido la

y

en cuartel áun subsiste en

mismo nomque se propuso con respecto á dicho Colegio, á más de invertir considerables sumas en su erección, dejó instituidas granPara lograr los

bre.

la

plaza del

fines

des rentas para su sostenimiento, bien lejos de pensar

que

los

de

los

tiempos, habían de hacer estériles sus no-

bilísimos

hombres, juntamente con

las vicisitudes

esfuerzos.

Atendiendo á todas su

partes, donde pensaba q ue protección sería valiosa, no podía olvidarse do

grandes obras que por entónces se llevaban ¿ cabo en nuestra famosa basílica y á más de que auxilió con su largueza á las del malas

obras

ravilloso

cabildo

mento,

retablo mayor, por lo cual dispuso ol que se colocaran sus armas en el basa-

hubiera llevado adelante su liberalidad si ti cabildo se hubiera conformado á algunas proposiciones suyas según dice Zúñiga. ,


III

Como

noticia

curiosa que

taremos en este lugar las d ejó á

Catedral,

la

Dió más á

la

juzgamos

inédita,

ci-

magníficas alhajas que

(i)

Santa Iglesia un

cáliz rico.

Dió más una mitra de plata granujada en campo blanco, cosa riquísima, que por antigua servir

se aplicó

á

la custodia de

y

710

oro.

Dió más un portapaz de plata dorado labrado de mazonería con la Santa Angustia y San Juan y

la

Madalena: tiene

c °n

á los lados

dos ángeles, uno

armas de Santo Domingo y otro con señor Deza. las

del

Y Y f ado

las

una broncha de plata dorada. una capa de brocado altibaxo sobre oro con una azanefa de imaginería con

torias

de

^ as ta

la

pa y

en

la

Pasión

desde

la

siete

ti-

his-

Oración del Huerto

encasamentos y pilares s°n todos de plata labrada á martillo de estamc°n

las

Crucifixión

el

capillo

y los

la

historia

de

la

Resurrección

armas del señor Deza.

^ dió una casulla de este mismo brocado de capa con dos almáticas de lo mismo.

i

Dió más un paño de terciopelo carmesí semr

ado de

(0

estrellas

Loaysa.

\

de oro

bordadas con un cru-


I

I

2

Nuestra Señora y San Juan y la Madalena y el sol y la luna todo bordado. Y dió tres alba, dos estolas, tres manípulos cifixo y

y

amitos

tres

del

mismo brocado.

Y

un frontal de oro texido tirado sobre raso frontalera de oro, tirado sobre seda con flo-

con

cadura de oro y grana. Ninguna de estas notabilísimas preseas

cemos y poi

lo

deberían

magníficos

ser

precio,

no

Iglesia:

acaso

que hace á

hemos

los

y

los

que en

visto

correrían suerte

hoy no el

á

análoga á

la

y no

de de

la

la

servir

la custodia de oro.

Presentado para

tendrían

tesoro

mitra antes citada, que por ser antigua se aplicó

cono-

ornamentos que

la silla

de

el Sr.

I

Arzobispo por

el

Emperador

oledo y estando en su retiro del Mo-

nasterio de San

Gerónimo de Buena Vista falleció a 9 de Junio de 1523, trasladándose el cadáver desde aquel lugar con la mayor pompa, á su capilla del Colegio

de Santo Tomás, donde reposaron sus

nizas

en suntuoso sepulcro hasta los nefastos días

de

la

invasión

francesa que .fué destrozado y

parcidos sus huesos

por

la

feroz

el

es-

soldadesca.

Del primitivo mausoleo, se ha salvado tátua solamente y al renovarse el templo en

hubo

ce-

la 1

os-

8 1 5»

loable acuerdo de conservar la estátua ya*

cente que se colocó en te esculpióse

el

el

sarcófago, en cuyo fren-

siguiente epitafio:


— S-

ID. ILLMI

AC

.

p lEPISCOPI

RlS

.

ET

.

P1IS

FR USTA Ll EGII

.

.

.

.

*

OCIUS

HEPAR

.

.

IN

.

.

ET

.

bañista,

.

.

SALUT

.

.

.

MUNIFICI-

COLLEGII

.

FUNDATO-

.

INDE

PERENNE .

EUM .

.

.

.

.

1RRUENTIBUS

.

CONFRACTUM

.

DISPERSIS

.

.

MAJORIS

GRATI

AMOR1S

.

.

.

.

.

.

1N

.

CO-

ANIMI

.

MONIMEN-

REPARANDUM ET

RESTITUENDUM

.

IN

.

CURARUNT.

MDCCCXI V. al

castellano

por

el

entendido

nuestro amigo, señor don José Vázquez

dice

así:

CONSAGRADO Á Este busto de Eitno

AB

.

EJUSDEM

IMPENSE

SPECIEM

.

.

AC

.

NEFARIE

.

HINC

.

ADVERSUS

Que traducido y Ruiz,

HUJUS

GALLIS

.

ALUMN1 .

ARCHIE-

.

.

AUCTI

.

BUSTUM

COMMINATUM

Pr ISTINAM A

.

.

C1NERIBUS

E BlTiqUE T UM

HOC

.

MDCCCX

.

DEZA

.

.

HONORIBUS

MAJORI3

.

SAXEVM.

.

DIDACI

D.

.

HISPALENSIS SACRIS ALIUS INFUL1S

.

Su PREMISC^UE.

CENxiSSIMI

RMI, D

.

Señor

mármol

DIOS.

del Ilustrísimo y Rcvercn-

Don Diego Deza Arzobispo de

Sc-


— adornado con

villa

Ii4

sagradas

las

do

ínfulas

otra

Diócesis y con los mayores honores: fundador munificentísimo

de este Colegio mayor,

do en pedazos bárbaramente por el

por

por

destrui-

año 1810, esparcidas sus venerandas

ceses nizas

se

fue

los invasores fran-

todas

partes

completo;

los

amenazado

y

alumnos

ce-

á

destruir-

de este

Colegio

siempre agradecidos y obligados hácia ól procuraron en tiempo de paz y á sus expensas que

prenda de amor fuese reparada y restituida prístina forma en el año de la reparación de

esta á su la

salud

Hoy Pedro, to en

ción

al el

1814. se

halla el

mausoleo en

la capilla

de San

lado del Evangelio y bajo un arco abiergrueso del muro, llamando sólo la aten-

bulto yacente del prelado (pues la urna sobre que está tendido es de reciente construcción)) el

que se encuentra revestido de cilla

ciosas

tiras

así el báculo

bien

do,

con

pontifical

sen-

e* y cuya casulla enriqueen pr con adornos de estilo plateresco, no

mitra phrigiuta

que sus pormenores todos están muy

ejecutados con

por consiguiente

donde

arreglo es

interesanse

se manifiesta la transición

en Alemania

romano Mide de

al

originario

del

ojival

estilo

al

muy

del

ai te

antiguo

flor*'

ejemplo nacido

clasicismo

restaurado, que llamamos Renacimientolargo, 2 m. 4. El plegado de los paños> aunque bien esculpido, no ofrece nada de nota-


3

n

n

1

1

5

,3lc -

Algunas partes del rostro están mutiladas, falta ndo á la estátua ambas manos, y por entero Ja ^

a beza

que reposa á

del león

’nscripciones del historia

y

Co piando Sa da

al

por lo cual

vicisitudes,

á continuación la

muro, sobre

H

« 2 M o

W

en

c/i

O

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7?

te

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1

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trasladamos,

las

> 3 n 3 -3

n o

-<<

& « *— *

Las dos

se encuentra ado-

H O

te

c

te

que

sarcófago:

el

te

O C?

sus piés.

mausoleo nos dan á conocer su

a

»>

e*j

!te


aquí la traducción:

NOgDO CONSAGRADO A LA VIRTUD Y A LA CIENCIA

muy Reverendo

El

de

bispo

honra esclarecidísima de fesor de los

Fr.

Diego de Dcza, Arzo-

verdadero

Sevilla,

padre

la familia

de

pátria,

la

dominicana, con-

Reyes Católicos Fernando

é Isabel

y

preceptor del Príncipe don Juan hijo de éstos, protector generoso y

fiel

del cuerpo en

dia

el

de Cristóbal Colon desligado 9 de

Junio de 1523, vive en

la eternidad.

Esta preciosísima estiítua destruida casi por completo y

el

sepulcro violado temerariamente en

Colegio de Santo

Tomás por

el

ejército

el

invasor

de las Gálias que todo lo destruyó; los alumnos de este mismo Colegio cuidaron restaurar en e* año 1814. Pero después destinada

la iglesia

de Santo

más á usos profanos, un antiguo y piadoso cípulo

(1)

(0

Palomo.

de

aquél famosísimo Colegio,

El señor Doctor

1 °'

•'

dis,

procuró

a don Francisco de F° rj


1

1

7

que éste sagrado monumento fuese trasladado aquí con licencia del P'xcmo. Cabildo de esta Santa Iglesia villano.

y á expensas del esplendísimo Municipio El dia i.*de Junio de 1884.

se-

* k

Corresponde ahora

mento

en

existente

del

tratar

capilla

la

monu-

elegante

de Nuestra Señora

do la Antigua donde reposa el Cardenal don Diego Hurtado de Mendoza Arzobispo que fué de Sepila,

obispo de Sigíienza y

varón

muy protegido

Por los Reyes Católicos.

La

Iglesia

muestras n ado á

su fábrica

que terminase tl

de

obtuvo

Sevilla

de

repetidas

él

de su amor, pues á más de haber do-

gua, consta

las

que

donadío de Palenzuela para

el

obras de le

la

dejó en

capilla

memoria

de los

la

An-

objetos

siguientes:

«En d'ó dia

Za

inventario viejo

de oro.

De

do oro c °u

para

esta mitra rica del señor

una luneta ó

mo Sacramento

está la mitra

se deshizo

se hizo también, según

(ftí) Sl

el

á la Iglesia la cual

viril

en

el dia del

esmaltado

el

que

custo-

Mendo-

inventario viejo á 153

que se pone Corpus,

labrada de

ocho esmeraldas,

rica la

la

el

Santí-

cual es toda

relieve y

esmaltes

etc.

Dió más una cruz pectoral

de oro que pesa


*•

1

18

27 castellanos y 3 tomines, más un anillo pontifical de oro con un cafiro quadrado enmedio guar-

necido con tellanos

que

y

que pesa 8

orientales

13 perlas

5 tomines,

más un

tiene en el pié las

denal y en los cercos

cálix.

cas-

de oro grande

armas del dicho señor Cartiene

60 perlas orientales

y debajo de la copa ocho esmaltes grandes cercados de 124 perlas orientales, todas parejas, que

todo pesa

5

(este cálix es

márcos, en

el

2 oncas y 3 ochavas de oro que se pone el Santísimo Sa-

cramento que se descubre en lo

he reparado

(1)

el

altar

mayor: yo

por mano de Juan Laureano,

platero, y le añadí perlas porque lo guarnecí todo y otros aliños de importancia que se le hicieron

y

lo

mismo

al

viril

que dice

arriba.

Dió más una cruz grande de plata dorada que pesa 24 márcos y 4 oncas.

Los candeleros dorados que llaman que pesan 39 márcos y 3 onqas.

Un cos,

el

portapaz cual

al/ousies,

de plata dorado que pesa

se deshizo el año

1614 para

7

már-

la custodia

de oro.

Ln pesa

(1)

incensario de plata

12 márcos.

Loaysa.

rico

de mazonería que


— Dos ampolletas de d’cnen

5

1

19

plata doradas grandes,

que

márcos.

Un

azetre grande de plata dorado labrado de que pesa 17 márcos, y un hisopo de plata dorado largo ochavado, que pesa márcos. cincel

5

Más un tas

relicario

de plata dorado con sus puer-

que remata arriba en una cruz (este Relicario de puertas que lleva el diácono en las pro-

es

el

cesiones

solemnes,

n

pesa

y

márcos

y

media

onza.

Dió más un Evangelistero Santoral y Dominiletreado de oro.

Ca l

Más una capa de brocado carmesí Co

forrado

de raso verde,

altibaxo

ri-

con su $anefa ancha

bordada de plata de cañutillo con imaginería de Sei s

apóstoles

y en

el

caperon

Dió más un gremial de baxo

y

]

as

el

Ecce Homo.

brocado blanco

alti-

de terciopelo bordadas de

labores

ar-

Scntería.

Una casulla y almáticas de Sanefa de imaginería.

Un 0

V

misal las

romano

cubierto

letras historiadas

Una naveta de

brocado blanco con

de brocado mora-

de oro.

plata.

Uoce capas de brocado blanco se

sin 9anefas que consumieron y hicieron otras en su Ingar.»


120

Do

tadas estas soberbias preseas apenas

da alguna que

existe actualmente,

tiene la

colores y

citada,

con

al pié

de

estilo

con

el

que bajo un arco

bellísimo,

efigie

Hay también rada,

que-

si

relicario

el

de que se hace mérico, debe ser uno que

puertas,

nopial

Paréccnos que

otra.

Vírjen,

la

co-

en

esmaltada

escudo del donante.

el

un

de

cáliz

de oro y plata sobredocomo la joya antes

ojival florido,

blasón

del

mismo Cardenal en

la

basa.

Murió

el

Zúñiga, en

trasladándose capilla

prelado, según la

el

opinión de

12 de Setiembre

cadáver dos

años

de 1502,

después á

la

en que hoy yace, que designó para su en-

tierro. El

ilustre

Tendilla á

conde de Tendilla,

labrar el

ejecutado

al

hermano,

su

man-

le

mausoleo de mármol donde reposa, estilo

plateresco.

Consta de dos arcos;

sobre

el

corre

exterior

una moldura que remata en flameros y cabezas de querubes, y su archivolta festoneada con grU' pos de flores y frutas, el interior, más pequeño, se

apoya en sendas columnas y la

misma

cudos

del

manera;

en

las

difunto.

La

estátua

tiduras pontificales, lla

cios

y elegante á

de

las

con santos.

está

enjutas

adornado de están

yacente,

los

reposa sobre una urna

cuyos lados ocupando

columnas citadas,

hay

tres

es*

con vessenci-

los eSpa-

hornacinas


121

En

el

zócalo ó basamento

siguiente inscrip-

la

ción:

reverendísimo

et

illvstrissimo

didaco

p URTADO

DE MENDOZA C^VEM CLARISSIMUM GENVS

JNSIGNIS

LITERAEYM

Sv OS

REGES

°-MNES

F1DES,

REGAL1S

SCIENTIA,

INVIOLATA

SANCTISSIMA

MVNIFICENTIA,

IN

IN

EDITAS,

IN

AMICOS,

ET

PAVPEROS ACINGENS animi MAGNITUDO, et temPe Rantia

celeberrimvm reddiderunt, necnon R EEIQio et pietas in devm optimvm maximvm H SPALENSEM ARCHI EP1SCOPUM ALEXANDRINVM

l

,

P ^TRI

ARCHA)

Tu LERynt C °MES

et HISPANIARUM CARDINALEN EX-

INICYS LOPEZ DE

MENDOZA TEN DILLAE

GERMANVS NAT V MAIOR GENERAL1S GRA-

NA TENSIS

REGNI CAPITANEVS, AC 1LLEBERITANO. VM ARCIVM PRIMVS PRAEFECTVS, SVO FRATRI

^RMOREVM TVMVLUM, P

°SVIT. VIXIT

Traducida

SATIS MAIOR A MOERENTI,

ANNOS 58 OB1IT 12 SETEMBR1S 1502 al castellano, dice:

-AlReverendísimo é llustr Isimo Señor

Don Diego

Urtado la

l

de Mendoza á quien el linaje clarísimo nsigne ciencia de las letras la inviolable f¿ para ,

co n

SUs reyes,

He,e,lc

ia

la santísima equidad,

para con

todos

para con

la

los

real

amigos 61

muni-

y

po-


í

bres,

celebérrimo

,

22

grandeza

la generosa

templanza

y

como también

religión

la

para con Dios Optimo máximo y

y

lo hicieron

la piedad

ensalzaron á

lo

Arzobispo de Sevilla Patriarca de Alejandría y Car,

denal de las Espartas.

Conde de

L'endilla

Don

/higo López de Mendoza

su hermano mayor

,

neral del Reino de

,

Capitán ge-

,

Granada primer Alcaide

del

,

Alcázar iliberitano ,

puso á su hermano bastante me,

recedor de mayores honras

Murió

de edad de

J8

este

,

años

,

túmulo de marmol

el dia

u

de 1502.

*

*

En

la capilla

Nuestra los

*

llamada hoy de Escalas, y antes de

Señora de Consolación, hállase

antiguos sepulcros

otro

de

en que venimos ocupándo-

nos, perteneciente al señor don Baltasar del K¡°> Obispo de Escalas, de donde ha tomado su nombre la capilla

por haberla dicho señor dotado espión* didamente y escojido para su enterramiento. Dela s

primeras, consérvase en dral un

relicario

el

el

nuestra Cate*

de plata sobredorada,

del Renacimiento,

segundas,

tesoro de

estilo p ur0

con fecha 1553; en cuanto á analista Zúñiga las menciona todas.

l ;l3

El altar de esta capilla, alta, es

.

de Setiembre

que está en una tribuna ° todo de mármoles ricos y esculturas de 1


— ttiismo,

123

donación del patrono, cuyo bulto sepulcral

so vé al pié del

muro de

partimento central,

de

la

citada tribuna en

los tres

com-

el

en que se halla

divi-

dido este írente, asimismo

revestido

de costosos

Mármoles labrados

plateresco.

Dícese que

to do esto

al estilo

hizo venir de Italia

el

señor don Baltasar,

concepto que no es dudoso, pues si bien apreciando todas estas obras en conjunto se notan raras des-

baldados,

sin

embargo, muchos de

revelan la maestría

de

sus

pormenores

los artistas italianos.

Los tres espacios que antes citamos se encuendan divididos por columnitas abalaustradas, que enrif iuecen fantásticos adornos del gusto del Renaci^lento: en drilonga,

el

nicho central, sobre sencilla urna cua-

cuyo pié entrante es como

Co Pa, está la estátua yacente, con ficales,

muy

sóbiios de ornatos, las

extremidad de los dedos sobre *° al s

de una gran

manos

el

juntas por

pecho y

el

bácu-

lado izquierdo. Á1 pié del mausoleo, figurando

°stenerlo,

está

el

ornamentos ponti-

hay dos geniecillos con targetas, en que

grabado

el

escudo del señor Obispo, ambos de

buena ejecución, bastante mejor que

la estátua.

Ln

el fondo del nicho aparece un precioso meda° n con la Virgen y el Niño Dios en brazos y las es-

quitas de ar tista

ra

que corona toda esta parte hay una inscripción

r

lUe

San Pedro y San Pablo, que parecen obra la platabanda de la mol-

más mediano. En

dice:


124

YACE DON BALTASAR IDEE RIO, OBISPO IDE ESC3A.EA.S,, ARCEDIANO D® NIEBLA ST C-A.JST Ó INTIGi-O ID E ESTA. SANTA A.QTTI

YQLESIA. No

reposan en este lugar los huesos del

Arcediano: soleo,

antes

Roma

el

la iglesia

mandado por

él

de su muerte,

que se hiciera le

ilustre

el

mau-

sorprendió ésta en

año 1540 y su cadáver fué sepultado en de Santiago de los Españoles. r Je

-ár

Para terminar estas noticias, citaremos entre antiguos sepulcros,

el

del señor Arzobispo

de Salcedo y Azcona, que se encuentra en

de

la antigua, írontero al del

doza.

Fué ejecutado en

imitar en

él al

don la

los

Luis

capiH a

señor Hurtado de Men-

el siglo

XVIII y

anterior pero sin conseguirlo.

mérito nos releva detenernos en su exámen.

se quiso

Su

escaso


ESCULTURAS ANTIGUAS SEVILLANAS

LA VIRGEN DE LOS REYES.

Desde do entre ^ del

los

tiempos de

los sevillanos

la

Reconquista viene

sien-

objeto de singular veneración

más ostentoso

culto esta antigua imágen, acerCa de la cual han llegado hasta nosotros piadosas

^adiciones, autorizadas por las doctas balistas é historiadores,

de

los cuales

plumas de unos

le

han

as

'gnado milagroso origen y otros la hacen procedente de Francia ó de Alemania. En cuanto al priííler

concepto, dícese que estando Fernando

cerco de Sevilla Cü al

III

en

tuvo en sueños una visión, en la

mostróse á sus ojos

la

imágen de

Prometió habría de conquistar

la

la

Virgen, que

ciudad.


1

le

Deseoso

el

Monarca de poseer un simulacro que

recordase

el

divino rostro que había visto en sue-

convocó

ños,

que

á los artistas imagineros para

eje-

cutasen la divina efigie de la Virgen, pero ninguna de

presentadas fue trasunto

las

fiaba

fiel

de su

visión.

Descon-

ya de poder alcanzar su objeto, cuando se

presentaron tres jóvenes que

cabo su deseo, para

lo

le

cual manifestaron

necesidad de trabajar á sólas,

le

prometieron llevar á

sin

que tenían

que nadie entrase

en el taller, y que trascurrido cierto número de dias cntónces abriesen la puerta, que ya estaría finalizada la

obra.

Sucedió

en

la

así

en efecto; pasado

estancia y vió

el

el

plazo entraron

Rey ejecutada

la

obra p° r

completo; pero con gran extrañeza de todos obser-

varon que los autores habían desaparecido, atribu-

yendo entónces, no sólo por por

el

que

esta circunstancia, sino

exacto parecido de la imágen con

vió el

Rey en sueños, que

el

rostro

sólo ángeles hubieran

sido capaces de tan exacta representación.

Con

ligerísimas variantes refiérenlo así todos lo s

autores, por

más que, como

ántes dijimos, aseguran

que fué procedente de Francia ó Alemania* Creemos que nuestros lectores verán con gusto un

otros

brevísimo extracto de lo dicho por han tratado de esta interesantísima

Don Pablo Espinosa de tro

de

la

los

los escritores

q uC

efigie.

Monteros en su

Santa Iglesia de Sevilla,» impreso en Sev¡U a


127 por Matías Clavijo, año 1635, libro que es ya r

muy

aro y apreciable entre los aficionados, dice: «Sin en-

carecimiento ninguno se puede decir de esta preciosa

imagen que es

España,

la

la reina

de todas

las

imágenes de

San Luis, Rey de

cual fue del glorioso

Francia, :cgun consta de algunas historias francesas,

d

Rey Don Fernando, que

cual se la envió al Santo

era su

primo hermano, cuando supo que venía á poLa hechura es extraordinaria

ner cerco á Sevilla.

porque tiene movimiento por S1

estuviera viva, y así los

conyunturas

las

puede sentarse ó

zapatos tiene plores de Uses

y

estar

como

de

pié.

cada una letras

Gabardas que dicen amor. Los zapatos son postizos, do cordobán azul oscuro, puntiagudos, muy apretados; tiene unas

medias calzas pardas, las cuales son de barniz, y en la cabeza un mazo de cabellos muy Quesos y largo más de una vara y media, de oro hilado como cabellos naturales.» Juan de Villafañe: antigüedad y a

y que discurren

Sla

Nada hay

artífice

(de

la

ser obra y fábrica

más fundamento que

el

respecto de

cierto

Algunos

Virgen)...»

débil

de Alemania,

de estar fabricada

e

c

goznes y que tal modo de labrar es propio de la nrtosidad de los oficiales de aquella nación. Otros,

c°n

más

de

lis

derecho esta santa imágen,

se-

verosimilitud,

h Ue

tiene

SUn

aseguran los que

ten

der

en

el pié

juzgan que

la

la

flor

han registrado, dá á en-

que vino de Francia, añadiendo que fué


don precioso presentado por San Luis á San Fernando. El P. Juan de Pineda confirma las anteriores no-

añadiendo en su corroboración,

ticias,

frases:

«Don

de esta Iglesia, Real Capilla,

por haberle flor

de

do)

como

lis.

las siguientes

deGuzman, arcediano digno capellán mayor que

Félix

me

dijo

que

visto en el pié

Más adelante

le

de

esta

parecía obra francesa

derecho de

dice que

el

Virgen una

la

Rey (San Fernan-

á emperatriz le puso casa

ciales, reales guardas, reyes

y canónigo fué

con criados

ofi-

de armas, camarera ma-

yor, etc., etc.»

Casi en idénticas palabras tratan de la veneranda

imágen

los

PP. Antonio de Quintanaducñas en

sus

obras «de los Santos de Sevilla»

y Juan E. de Níeremberg «Corona virtuosa y Virtud coronada,» respectivamente. El docto analista don Diego Ortiz

de Zúñiga»

describe la imágen minuciosamente, consignando

los-

mismos datos que los autores citados. El abad Gordillo, diligentísimo investigador de antigüedades sevillanas, refiere geles

la tradición

de

los án-

y añade que otros dicen que se labró en Al®'

á petición del Rey Fernando III y por medio Emperador Federico, que se la envió estando en

mania del el

cerco de Sevilla; también, continúa, hay quien

ma

mo

afir* *

que se labró en Francia por mandato de su p rl San Luis, que la envió al Rey durante el cerco, 'j


129

que esto se prueba por lo que afirman sus camareras, que debajo de la saya principal tiene una basquiña de lana delgada en que están tejidas las flores de 7 en los zapatos

también

lis,

las tiene.

Alonso Muñiz, después de elogiar los fáciles mohientos que en la veneranda imagen se producen Per medio de los goznes, describe los zapatos, «que s

°u

de color blanco de cordobán con orejas muy

c °rtas

puntiagudos y semejantes á los que tiene

el

Santo Rey, y en cada uno de ellos, desde la punta

del

pié

antiguas

y hácia

talón,

el

se

ven várias

letras

lombardas que quieren decir amor.»

Todavía podríamos continuar extractando otr °s

autores,

como

y Juan Bernal y los J°sé j^

s

autorizados escritores

don

Maldonado de Saavedra, don Juan Lúeas Cor-

y otros

a"a

de

padres Antonio do So-

los

más que

sería

muy

nse todos conformes con

Manifestar

enumerar,

prolijo

que acabamos de

lo

acerca del origen y descripción de tan

fresante

efigie, relatando minuciosamente las Candes honras y singulares dones con que el Sanuonquistador mostró se expecialísima devoción.

Esteban r ial»

ad

^ este

de Garibay

refiere

envió

hy

en

que durante

San Luis

á

la

«Compendio

su el

cerco

de esta

hisciu-

Santa Iglesia de Tole-

preciadas reliquias, y acaso de

hecho, nacería la creencia

ser

cierto

sustentada

como

17

'


— hemos

visto

por otros

130

— San Luis

de que

autores,

regaló la imágen de Nuestra Señora de los Re'

yes á Fernando

III.

Hasta aquí no hemos hecho más que exponer opiniones para que

de

píritu

el

lector

pueda estimar

con que juzgaban

crítica

la

ahora ya vamos á consignar brevemente

el

es-

el

efigie;

santa

concep'

que nos ha merecido después de haberla examinado atentamente de cerca, sintiendo muy de to

veras no la

poder ampiar más nuestras noticias p° r

imposibilidad

várias

de estudiarla desprovista de

ropas que

la

la 3

ocultan.

r Ls toda de madera y de tamaño algo may°

que

el

natural:

rostro

el

carece

en

de

absoluto

modelado, y basta sólo fijarse atentamente P ara no dudar que puede sin repugnancia alguna considerarse sus

como producción

postrimerías:

pequeña, ojos

están

los

la

labios

pintados

nariz

del es

arte

ligeramente y con

románimo

de poco

relieve y

marcados y

l° s

poco movimiento

d0

líneas.

Adviértese gran analogía entre la ejecución de la

cabeza de

las

esculturas

la

Virgen de los Reyes con

las

de

de Santa Ana y la Madre de que se veneran en la parroquia de Triana,

procedencia creemos que corresponde á

XIIF

sríl3 la mi,

Centuria.

Curiosa en

extremo

es

la disposición

del c


/•

be JIo, ciue

consta

dos

i3i

pues no está tallado en

que

cordoncillos,

0ro > al presente sólo

de un

misma

la

pieza de

cabeza, sino que lo forman

la

menú-

en su origen fueron

si

ha quedado de

color indefinible:

de

ello la

seda

estos

del-

cada uno de

gadísimos cordones se halla asegurado en el cráneo por medio de sutiles puntas de acero, y tan

fundantes, que en ba ¡o c

ha

muy

una

rostro,

gruesa

ha encarnación r,as

partes,

bles et

ez a s fica,

el

nte brazo

Una

y

tela

I 116

en

cerca

del

tobillo

como

de

múlti-

general revela nola

imperfección ár-

está

la

mitad del

con

cubierta

perfecramente adherida á

referidos

los

antes

las

ha tratado de

arranque del cuello y á

roja de seda,

uxtremos

te la

fisonomía en

y re p OSOj y no obstante agrada en extremo.

Hasta

rodea

ha saltado por va-

dejando ver perfectamente

La

le

madeja.

del rostro

capas de pintura con que se

ubellecerla.

los

parte posterior se advierte

la

que á manera de mongil,

toca,

dijimos,

miembros, de

suer-

es imposible estudiar-

conjunto.

aS falt^ °

s

manos son mu y entrelargas y los dedos de modelado, revelan el estilo ojival ya do-

lante. En cuanto tttlog

í

/

á

los

pies

los

tiene cubiertos

con

1Glslmos ern os,

za P atos

dc raso

bordados de oro,

muchos más grandes que

lo?

piés,

que


I

i32 oprimiéndolos

exteriormente,

en efecto, son

puntiagudos y no muy estrechos. inmemorial no se desnuda' nunca,

De tiempo

hemos notado

que,

y así tiene varias telas de seda lisas, que no ofrecen caracteres ningunos para poder clasificar a I

época á que corresponden. Las diversas

tán

de que hemos hecho men-

telas

permiten ver algunos lienzos blancos, que

ción

inmediatamente

sobro

gen, pero tampoco ofrecen

Todo

está perfectamente

mo

mecanismo de que

sus

maniquíes,

donados no ceptible

y

exterior

el

articulado con

se sirven los

se equivocaron

es-

imá-

la

carácter alguno.

autores que

los

de

al

dejamos

decir

mis*

el

en

pintores

men*

es sus-

que

'

hu

de todos los movimientos del cuerpo

mano.

No conocemos tiempo

que se asigna

que tenga te,

dd ejemplar alguno escultórico ’’

á

la

careciendo

misma

el

de un punto

efíg 16

origen de esta

estructura,

y,

fijo

uieD por consig sit v ‘

que nos

de fundamento para establecer una acertada paracion,

y poder de

ella

deducir seguros

ceptos, nos abstendremos por completo

el

de

la

con*

eCl de d

nada acerca del referido mecanismo, máxime

do

cuanall^

exámen do ha podido extenderse nd cabeza y manos.

éstas tienen

caractéres

gunda mitad; no

así

Podemos

del siglo XIII, la

er3

c0l)1

u asegurar Q

ya en

sU

ue cabeza del Niño, q

^


133

,

bastante más moderna,

ó á lo ménos ha sufrido

considerable restauración.

No hemos

de terminar

'

revestimiento exterior

pas

de

plata,

que

marquesina que gen, y

que,

artífice

é interior

reviste

sirve

de

dosel

cel,

y en

adulterada santa imá-

el

disparatado

retablo en que

La forma de

ha debido

vé todavía una lunetos,

la la

mismo

sufrir,

namente, sensible reparación:

tro

á

Virgen de los Reyes.

Luis Oriiz, autor del

aquélla parte

noticias

tratar del

formado por cha-

y adorna

por fortuna, conservó

se venera la

se

breves

estas

que dediquemos algunas palabras á

sin

sobre

todo exter-

pero en lo interior

compuesta por cua-

bovedilla

divididos por sencillos nervios de bo-

punto central de intersección hállase

el

adordado por un rosetoncito compuesto de un zo de la,

cristal

tro-

verde, engastado en un anillo de pia-

que suspenden

cuatro

animalillos

como dragones, semejantes

á

los

fantásticos,

que se ven en

la

alhaja conocida vulgarmente entre nosotros

la

copa ó vaso de San Fernando.

por

Tienen carácter románico indubitable, y toda ofrece motivos de atención y estudio.

e sta pieza

En cuanto

á las chapas

de plata van forman-

do cuadrados en labor repujada y mide cada uno de

ellos

75

centímetros,

conteniendo

alternados

y leones sumamente heráldicos que nos han parecido coetáneos de la imágen, ó á lo mécastillos


— nos

debieron formar

que se colocó de San

134

parte del primitivo altar en

imágen después de

la

Sabido es

lujo con

el

que

ilustre

el

Cántigas dotó la Real Capilla,

las

padre;

curiosa

descripción

nos

de cómo se ofrecían á

bién

entrada

la

Fernando.

de su

quedado tam-

lia

la

autor de

sepulcro

pública expecta-

ción los

simulacros de Fernando III, doña Beay don Alonso el Sábio, que. no obstante ser conocido de los entendidos, vamos á trascribir en partes para mejor conocimiento de nuestros lectriz

«Filos están figurados

tores:

de hombre ante tán las sus

sepulturas

de

señales

castillos

así

como un

estado

imágen de Santa María do

la

es-

todos cubiertos de plata; ha e

de leones

e águilas

é cru-

Primeramente está la imágen de Santa Maque semeja que está viva en carne con su fijo

ces.....

ría

en

brazo en

el

que

los

reyes

un tabernáculo que está más

muy grande

cubierto

e

la

imágen de Santa María es fecha

e

la

levantan

vestir sí,

la

á

ella

mantos,

imágen

cubiertos e

están

las la

sientan

la

su

pelotes

plata,

figuras

tres

de águilas

de

los

pannos de carmeestán delante de

E

e sayas

todos en

,

torno

en

cuando quieren para

hijo sus

de Santa María de

leones e

tillos

da de

e e al

alto

todo de plata

tabernáculos, todos

par figurados e

do

de cruces en

reyes á

la

mano

imágen de Santa María en su

cas-

que

izquier-

siella,

está


i35

buen rey don Fernando en su

el

e tiene

el

rey

e

en

la

tiene

siella

una paloma (debió ser un águila) e en

tiene en

cabeza

la

una corona de oro de

mo

sobredichas,

las

ganó á

Sevilla,

piedras preciosas, co-

e tiene en

la

cual espada

la

(debió decir arriaz) un rubí,

un huevo y

la

muy

tiene

de

mano

Rey don Fernando

el

tales

mano derecha

una espada, que dizen que es gran cual

la

una manzana de oro con una cruz.»

izquierda

«E

asentado,

don Alfonso una corona de oro mano una piértega de plata con

verde;

do

cruz

en

la

que

con

la

tamaño como

espada una esmeralda

mano

la

es

virtud,

tiene por arras

izquierda la

vayna

espada, en que están engastonadas muchas

la

piedras preciosas.

E jer,

en cabo

está

vestida de

cabeza una

ías

E

de oro

del

e

que

en

parece

la

tiene en

están

la

muñ-

más hermosa

están todos tres asentados en sus tabernácu-

de

biertas,

e Dos

doña Beatriz su mu-

mundo.

assentados en sus

tante

e

corona

reina

de turqués,

piedras preciosas e

mujer

los,

la

paños

e

ellos

arden

sus cirios,

urden

las

de

siellas

sepulturas

de

dia e

plata,

todas

e están do-

de plata

cu-

de noche delante de

en que a sendas arrobas de cera

sobre ellos

de dia e

de noche cuatro

lamparas de plata.» Esta Memoria se sacó de un libro de Hernán


136

Perez de Guzman, que fué escrito era 1383, que há 225 años y sacóse á 15 de Julio de 1570.»

Cuánta fuese to

que con

Todo

conjun-

singular

el

y

preseas ostentára la regia

podrá suponerlo

lector

lla, el

riqueza

la

tales

esto ha

capi-

esfuerzo alguno.

sin

desaparecido

por

desgracia,

y

de unos, y el inmoderado afán de de transformarlo todo, han dado por resultado que hoy nos veamos privados de estas inapreciables la

ignorancia

reliquias.

Los

simulacros

tres

ña Beatriz y de

ronse en 1671 y ni hizo de ellos.

ta

de Fernando

don Alfonso áun

el

de do-

III,

Sábio, perdié-

sabemos qué

siquiera

se

Fragmentos de aquellas enchapaduras de plaque adornaban las siel/as y tabernáculos, son

á

nuestro juicio, las que según ya dijimos, ornan

el

interior y

gie de

frente

llegase un

día

rapos que

la

se pudieran

con

el

la

respeto debido, se

imágen

que

los

empero

los

ha-

la

época en que

que bastomar medida exacta

es esto tan

nos fué prohibido

altura.

de

encontraríamos

ocultan,

dato seguro para apreciar

tará decir

la efí*

Reyes.

los

revisten interiormente, y sobre todo, estudiar los piés despojados de l° s

lué ejecutada,

de su

si

de

á descubrir

ridículos zapatos

algún

que cobija

del doselete

Nuestra Señora

No dudamos que

difícil,


137

Conténtense, pues, nuestros lectores con estas Va gas indicaciones y

esperemos á que algún dia se Ponga de manifiesto á la vista de los entendidos lo á nosotros

En cuanto

ha sido vedarlo.

corona que la adornaque fue robada sacrilegamente en la noche del 3o de Abril de 1873, y atribuida su donación á .San á la tradicional

^ornando, juzgando por hizo

Segurar que no tenía Su

el siglo

el

valor arqueológico

que se

le

decir igualmente acerca del joyel

Ue tenía en el pecho, pues

a!

ella

podemos

XVI.

No podemos i

que de

Pone, y por sus caracteres manifestaba haber sido

hecha en

c

fotografías

las

acreditado artista señor Laurent,

el

no

reproducción

existe

guna.

II.

LA VIRGEN DE LA CINTA. j/OyOAV *'\c

r 'O

•*

Objeto de especialísima devoción viene siendo etl

Muestra Iglesia Metropolitana, desde los pasados

^§i°s, la efigie >

^Ue

^ llr °

se

de

la

de

la

parte de Poniente.

esta interesante 10,1

Virgen, denominada de

venera en un sencillo

altar

No

es fácil,

por

obra escultórica llame

de los curiosos viajeros,

ni

de

la

Cin-

abierto en el cierto,

la aten-

los artistas

18

que


;

visitan el

grandioso templo; pues

voción con que se pies

de

la efigie,

la

y dentro de

hallen colocados

la

piedad y

la de-

venera, es causa de que á los

ramos de

la

misma hornacina,

flores

so

otros

de papel y

objetos que vienen á ocultar casi hasta la parte media inferior de

la figura,

al

mismo tiempo que

la to-

ca colocada sobre su cabeza, tampoco deja ver tos

pormenores del Creemos, por

tanto,

que nuestros lectores estima-

rán la breve descripción que

vamos

neranda imagen, ya que, por

las

tas,

cier-

tercio superior.

á hacer

de

la ve-

causas antes expues-

raramente se consigue poder apreciar por com-

pleto algunos

de

los

interesantes

caracteres,

distinguen tan estimable producción del arte escultórico sevillano.

Empezando

exámen por

nuestro breve

encontramos que

las partes del cabello

la cabe?*»

han

en los pasados tiempos total mutilación,

sufrid 0

^

hasta

soal presente, se ven con un casquete brepuesto de cierta pasta, que no alcanzamos á com

punto que,

-

prender con qué idea se colocó; alterándose de

c ste

modo, no

sin

sólo las líneas generales del ro: tro,

s’

macizando, por decirlo así, de tal modo los cabefl° que hoy desaparecen bajo aquélla. La expresión ( u0 anima á las facciones es de extremada senc¡H eZ ' l

muy

mística,

tó cuidóse

no obstaníe que

el artista

poco del modelado,

mente largo y delgado:

viste

que

el cuello

C3

ecU la ej

relaté'

prolongada túnica

c01


139

Plegues verticales simétricos, que

donde

r a,

al llegar

á la cintu-

sugeta una correa ó cinta con hebilla,

los

formando

Parten hácia abajo,

canales,

que empiezan

°auy estrechas,

y luego van anchando hasta llegar en donde ya producen angulosos pliegues,

Su elo,

estilo ojival,

de

^arcándose muy bien por z

° quizá

ellos

que

ésta efigie se hi-

anteriormente ala venida de Juan Van-Eyck,

Cll

'cutistañcia

es la

al al

tercera época de sus comienzos;

la

que no podemos olvidar; pues conocida

gran influencia que este maestro ejerció en los

P'ntores

y escultores sevillanos, hasta tal punto, que determinan perfectamente las dos tendencias, una

Sq

anterior á su viaje

tor. Esta misma era vista

.

ln

dican

en

paños de

además de

taremos, s’e

los

por España y Portugal y otra possobriedad, que advertimos a priVirgen déla Cinta, nos

difícil

precisar más, por las gran-

analogías que se conservan en las obras

Cas

XV,

fué ejecutada en los comienzos del

ndo en extremo

^ es

la

otros caractéres, que luego con-

artísti-

ambos períodos. Si

tílan

atendemos

dibujo

al

muy prolongado de

las

°s

y á la forma del zapato puntiagudo de la Vír°os inclinamos á creerla ejecutada en los últimos 5

f

»

,° s del del >

p

y °)

t

XIV; pero

si

luego se examinan

Niño Jesús, que sostiene en

e n actitud

el

la cabeza y brazo izquier-

de hojear un libro abierto, con

ece Que revela

al

pueblo

la

lo

que

doctrina del Evange-

hallamos ya otros caráctercs:

ambas

partes afee-


— mos, estimando, en

de lla.

140

muy redondeadas, y

tan formas

vista

de

últi-

en es pedal los

ellos,

que

esta efigie h a

al reinado de don Juan II de CastiVirgen sobre los hombros manto, muy

ser posterior

Lleva

la

sóbrió también en su plegado, y apesar del interés con que hemos procurado examinar toda la figura, no hallamos la menor muestra que nos indicara haber sido estofados sus paños.

Ni en

gen, ni en su informe plinto

poco

la

menor

dencia, que

no

el

dorso de

la Vir-

tam-

hemos descubierto

señal de firma

que acredite

su proce-

es raro encontrar en otras esculturas tiernp 0 ésta,

de barro cocido como

hechas al mismo en los primeros años del reinado de Isabel I.

III.

LA VIRGEN DEL MADROÑO. >

:(j

'crHar.

No ha merecido hasta el día, estudio preforeu de parte de los escritores sevillanos, la interesaotís*

te

ma historia de la escultura sevillana, durante el tentoso período aitístico que comienza en los alb° res del siglo

laXVr

XV,

centuria,

tercio y concluye en el primer

época en

la

cual,

no sólo

la brillante tradición iniciada en la anterior,

.

contiu

sin°

c

11

u l


I4i

llega á un

grado de apogeo y esplendor á notable por varios conceptos.

Más extraña todavía exátnen de

la estatuaria

podemos deducir

pos,

carnos, que

alcanzó

esta indiferencia

la

verdad

cuando del

hispalense en aquellos tiem-

temor alguno de equivo-

sin

muy marcado

entre nosotros

perfeccionamiento, bastando á probar

aserto los

tal

nombres de Nufro Sánchez, Márco y Bernardo de Ortega, Pedro Millan y su hijo que, junto á otros esclarecidos imagineros

,

enriquecieron

la

gran basílica

con un sinnúmero de obras, de

sevillana

las

cuales

por fortuna, nos restan algunos que otros ejemplares.

Fueron todos estilo

ellos fieles intérpretes del elegantísimo

aleman, que caracteriza

las

producciones de los

Memling, Weyden, y Van-Eyck, y de este último pecialmente nótanse á primera vista los grandes

esre-

cuerdos que, por espacio de muchos años, se conservan entre los pintores y escultores sevillanos, sus contemporáneos. Son tan conocidas las causas que motivaron esta influencia

en nuestros

trataremos de detenernos en

go á dar

noticia á

escultural

que

los

ella,

artistas,

que no

pasando desde

lue-

aficionados del notable grupo

se conserva en

una de

las capillas del

Sagrario de nuestra iglesia metropolitana.

Afortunadamente no ha sufrido igual destino que la s

de San Pedro y Cristo atado á la columna, obras según el decir de Cean Bermudez,

d e Juan Millan, flüe

las

históricas efigies

de San Fernando, doña


— Beatriz) don Alonso

142

Sábio, que

el

hermoso

reta-

blo pintado por Juan Sánchez de Castro, que existió

en

la

otras,

es hoy capilla de San José, y por último con venerables antiguallas que, por una parte las ex-

que

traviadas

glos

corrientes

gusto artístico

del

XVÍI y XVIII y por

de

los

si-

otra la vandálica ignorancia

de todo tiempos, hicieron desaparecer para ser suscon imágenes churriguerescas ó altarcitos de 5

tituidas

mármoles. Data indudablemente

de

la \ ú

gen del Madroño con

gel adorante,

fué ejecuta'da

ción

de

el

interesante

grupo

Niño Dios y el Áncatedral antigua, ó por lo menos,

la

durante

las

el

grandes obras de

del gigantesco templo,

edifica-

según manifiestan sus

caracteres artístico-arqieológicos, y más de una vez han acudido á nuestra mente varios pensamientos,

imaginando

cambios y mudanzas que ha sufrido ocupando él nicho central de un detestable retablo churrigueresco en una iglesia también modelo acabado de pésimo balos

esta curiosa obra de arte, al verla

rroquismo.

De

este

modo

ha pasado inadvertida para mu-

chos, pues no es

fácil suponer que, entre las nadas hojarascas de un altar construido en

anterior, se encuentre esta

de

los arqueólogos.

la

Virgen, de pié, que

Hállase compuesto

tímetros llevando

al

el

joya digna de

desatiel sigl°

la atención

grupo, por una estátua

mide de

alto

Niño Dios en

los

i

m.

n

cen-

brazos, y

;l


143

los pies del santo simulacro se

vé un Ángel, cuya alde 0,36, con una rodilla en tierra ofreciendo una cesta de madroños al Hijo de Dios, que sonríe tura es

infantilmente así ras

de

todo ra,

como

su divina

Madre. Las vestidu-

manto y túnica muy plegada, sobre segunda, en las partes del pecho á la cintu-

ésta son:

la

hechos minuciosamente en forma acanalada

hasta llegar

al

suelo,

donde ya

para hacerse angulosas, el estilo

que caracteriza

se

rompen

entrantes y salientes, las

casi

las líneas

según

producciones de esta

época. El Ángel viste túnica ó sobrevesta abierta en los costados

por donde deja ver una segunda

dura de tono

muy

vesti-

oscuro, plegada con notable ama-

neramiento, pues todas sus líneas son angulosas: calzas rojas revisten las piernas y los zapatos, extrema-

damente puntiagudos y de elegante por la parte de

abiertos en ángulos

plegado de

la

manga derecha

es

corte,

búllanse

los tobillos.

muy

El

característico

y recuerda a primera vista

el dibujo al estilo aleman de estos tiempos. Las manos del Ángel, expecialmen-

te ,

son en extremo entrelargas y sus dedos finísimos En cuanto ú los rostros, adviértese en

y delgados. ellos falta

de modelado: siendo por decirlo

así,

muy

Planos, y sus expresiones revelan falta de pericia en su autor,

pues la estatuaria de esta época había llegado ú un grade de perfeccionamiento notable, y la

Paginación de los artistas dejaba de fantasear en duchos casos, ciñéndose ya exactamente al natural.


144

Los cabellos de todas

las figuras

ejecución y ensortijados según

Las

alas del Angel,

el

son de pesada

gusto de

la

época.

que tienen grandes dimensiones,

están muy bien ejecutadas. De sentir és, que todo el grupo se encuentre groseramente repintado y estofado, sobre todo las cabezas tienen gruesa capa de color muy basto, que las hace aparecer todavía co-

mo más do

el

ordinarias y toscas. Examinada la basa y togrupo, que es de barro cocido, con gran aten-

ción, para ver

si descubríamos la firma del autor, nada hemos encontrado y solamente podríamos averiguar algo, con respecto á tan interesante particular,

si

nos fuera dado examinar de cerca

decoran

el

gran retablo mayor de

jada por distintos

mos

otras,

artistas,

la

las estátuas

que

Catedral, traba-

donde acaso encontraría-

de cuya comparación resultasen datos pa-

ra atribuir con algún

fundamento la Virgen del Madroño, á alguno de los escultores que trabajaron las obras de nuestra Catedral á principios del siglo XV.

Podemos,

sí,

asegurar, que esta obra no revela la

perfección délas ejecutadas por Pedro Millan, ni por

ninguno de los escultores contemporáneos; á nuestro juicio es anterior,

mera

aunque en

vista, la influencia

ella se manifiesta á pri-

«eyckiana.»

La magnífica efigie de la Virgen del Pilar, que se conserva en la capilla del mismo nombre, dentro de nuestra basílica, puede servir de comparación con ésta,

y entónees veremos evidentemente, que

el

g rU

'


i45

P° del Sagrario es anterior á este período, tante

rias en P er o

interés

hemos procurado

autores

los

no

de extrañar, pues en

es

Ortiz de Zúñiga,

s

ella,

presente,

la

época de

Monte-

Morgados, y más adelante, en la de Cean y demás escritores de fines del siglo

los

j

de

el

Espinosa de los

los

si-

adquirir no-

acerca

sevillanos,

nada hemos encontrado hasta

cual *° s

no obs-

haber sido ejecutada en los comienzos del

XV. Con mucho

glo

^ er mudez

y principios del actual, se consideraban las de estilo ojival con el mayor desdén, co-

°bras 1110

frutos se

de

'

a ya

e

de un

estiman

estas

personas; y

las

De

casi bárbaro.

estilo

hoy

obras por

no

así,

es

la

generali-

que

extraño

pasado inadvertida para muchos

Madroño, máxime cuando

mo-

igual

la

la

capilla

Virgen

que

en

(a

en cuentra es bastante ^ en

tiene

e'a

y

)

oscura, y

casi cubierta la

el

tercio

anterior

además

la Vír-

cabeza por una toca de

de

la

figura

está

ocul-

|

P°r algunos floreros do hoja de lata con es

c

J

ja’ s

flo-

contrahechas.

Nosotros, que

hemos debido el gusto de exala bondadosa deferencia del

arle

de cerca á

tra do

presbítero

r

°gamos

atavíos

Set

y

mente

fácilt

Sr.

á dicho

adornos, vista

D. Manuel Álvarez Fran-

señor haga desaparecer siquiera

para

es-

que pueda

por los aficionados, una pro-


duccion arqueológica tan interesante, rá lugar

preferente,

por doctas plumas

que ocupa-

algún dia se lleva á cabo

si

la historia

de

la

escultura se*

villana.

Entre tanto, nos limitamos á dar su existencia, tes,

seguros

encontrarán

tudio.

en

de la noticia

de sugetos más competen-

ella

sobrado motivo de

es-


s=

9

©a®im7S®m© (APUNTES)

Conocida de propios y extraños y por todos ^'rada es la soberbia torre, á que vulgarmente dá este nom 5 re p 0r j a fig Ura d e bronce (Gi!l *°) que, sirviendo de colosal veleta, la re-

s

^at a>

Comenzóse

-^ e

^ 8o

á la

Cr°

construir el

Hc s ira

en 1196, habiendo s

Para que

>

^°>

In ar

sirviese

de

de observatorio astronó-

gran mezquita.

la

del

y se sido edificada, según J*

estimando otros que fué

y,

a

13 de Safar

No

la

assumua ó

ha llegado has-

t

Nosotros Ir

his

*gió

-'r r

su

el

nombre

^brica,

‘adores

del insigne arquitecto que

no obstante que

sevillanos

la

los

atribuyen á

antiguos

uno nom.


?

— brado

Gever

mos años

148

Hcver que

á

floreció

del califato cordobés; pero

no goza hoy do estilo

artísticos

tenece

al

crédito,

tal

últi-

opinión

pues que su carácter y

prueban ostensiblemente que

interesante grupo

mauritanas.

en los

Empleáronse en

de

las

per*

construcciones

sus simientos copioso

número de fragmentos cos de

esculturales y arquitectóni' la época romana, viéndose al presente, h 3

sillar en el ángulo frontero al P 3 una basa ó pedestal de estátua d 0 aquel tiempo, con la inscripción siguiente:

ciendo veces de

'

lacio Arzobispal,

SEX, JVLIO. SEX.

F. C^UIR.

PRAEF. COH.

GALLOR. PRAEPOSITO NVME

RI.

III.

POSSESORI.

SIROR. SAGITTARIOR, ITEM. ALAE. PRIMAE HlS pA

ÑOR. CVRATORI. CIVITAT1S ROMYLENSIYM. M.A p

YENSIYM. TRIBVNO.

XII. L.

FVLM1NART,

CYRATORI. COLONLAE. ABCENSIYN. ADIECTO INDECVRIAS AB OBTIMIS MAXIMIS^VE IMP.

ANTONIMO ETYERO AVGG. ADIY

TORI YLPII SATVRNINI PRAEF. ANNON.

AD OLEVM AFRVM ET HISPANVM REGEN SENDVM, ITEM SOLAMINA TRANSFE

RENDA. YTEM vectyras NAYICYLA.


— Cuya traducción ((Los

d

ción

sigue:

pureza y singidar

la

hijo

,

prepósito del

justicia

de Sexto

que fué prefecto

sito

149

como

barqueros de Hispa lis hacen esta dedica-

Posesor

lio

es

de la

número de

de

la

tercera

de Sexto

tribu

,

Galos;

los Sirios flecheros

prepó-

:

también de la primera banda de los caballeros

españoles procurador de la ciudad Romulense ;

municipio de los

Arvenses

;

tribuno

ó de los lanzaray os; procurador los

Ju

Quirina

cohorte de

y

del

de la legión 12

de

la

colonia

de

Arcenses; agregado á las decurias de los jueces

por merced de

excelentes

los

soberanos empera-

y

dores Antonio y Vero Augustos; ayudante de Ulpio Saturnino; prefecto de los víveres y encargado del

reconocimiento de

del aceite

remesa de

la

sus fletes

y

mo procónsul Bétis .»

á

portes

de

África y de España

socorros

los

los

y

maestros

de

de

hacer pagar las naves co-

de los emperadores en las riberas del

-

En

(1)

su planta

hasta la altura

de

cuadrada,

de

tres

de sillares mide de ancho 50

construida

piés,

y cada una de sus caras se halla divien sentido vertical por cuatro zonas que de-

éstos,

dida

(1)

Recuerdos y bellezas de España

ha y Cádiz

— pág. 114.

f.*

de

Scvi-


150

jan tres grandes espacios adornados

ños de atahurique axaracado,

apoyan en

sendas

de lindos pa-

cuyos arranques

columnas;

comenzando

se

estos

exornos

á la altura de 87 pies, la del centro interrumpida por cinco grandes huecos; los tres más

aximezes,

altos,

y los restantes sencillas ojivas

tú-

midas ó arcos ultrasemicirculares con caprichosos angrelados arrabaas:

en

circunscritos

sus

correspondientes

en cada uno de sus frentes una tabla

horizontal análoga á los paños descritos, ta

de

arcos

lobulados

y

angrelados

compues-

que se van

cortando y que arrancan también de una columal muro, terminan los adornos por

nata adosada la

parte superior

piteles

del

alminar.

La

y de algunos interesantes

tectónico repartidos

notable

(1),

dientes

al

siendo

de

riqueza

miembros

ca-

arqui-

por sus huecos y muros es en su mayor parte correspon-

suntuoso arte árabe- bizantino, empleado

en aquellas gentiles y soberbias fábricas de Córdoba y Medina Az-Zahra. Muy dignos también de llamar la atención del

(1)

El

número de

arqueólogo son

sus

columnas

según

se dice en un antiguo custodia en la Biblioteca por nuestro respetable amigo

se

cisco

de Borja Palomo, en de las Riadas

Historia Crítica

los

es

queso

de 14 o

papel impreso

que

Colombina, inserto el señor don Franel tomo 1.* de la

—pág. 80.


~ ven en parte

que mira

que sostienen

i5

1

de atahurique axaracado, en

tablas

las

de

Patio

al

elegante

la

Naranjos

los

de

arquería

hori-

las

zontales, colocadas en la parte superior del

mento,

por pertenecer

no bizantino que canzó durante ra

por

tan

curiosísimo

al

alto

monu-

estilo

lati-

grado de explendor

al-

monarquía visigoda. Veamos aho-

la

palabras del rey Sábio

las

la

los

y

terminación

la

de esta colosal fábrica antes de que el maestro Fernán Ruiz la rematase con mengua de su antigua gentileza.

«Pues de

e za,

la su

grandeza, e la su

ca ha

anchura o cuatro tanto en lo e tan llana, e su

escalera,

de tan gran

el

bir

con

somo adelanto

alte-

Otrosí tan

alto.

es

alta,

fecha

quieren

allí

suben hasta encima

bestias,

su

la

trecho dq la su

maestría

que cualesquier que

en

e

es

nobresas

sus

las

beldad,

brazas, en

sesenta

mayor que

torre

la

ya de Santa María, muchas son

della.

á la otra torre á la

la

su-

Otrosí

cima, que

ocho brasas, fechas de grande maestría, e á la cima della son cuatro manzanas redondas una encima de otra de tan grande obra e tan grandes lúe non se podrían aver otras tales, la de sofno, en

que so segunda: retraer,

la

ella

menor de es,

todas,

mayor.

más de

la

ca es de tan

La

e luego

la

segunda,

mayor que la cuarta manzana no podemos tercera

gran labor e

de e estraña obra que

es

de tan gran-

dura cosa

de

creer,

I


— toda obrada

i5 2

de canales, e

ellas

son doze e

en

anchura de cada canal cinco

palmos comunales,

e cuando

villa

ber en á

la

ensanchar

ella

metieron por

puerta, e

la

la

la

ovieron quitar

entrada:

cuando

e

non pudo

el

ca-

puertas e

las

da en

sol

resplandeze con rayos lucientes más de

una

jornada.» Claramente juzgarán nuestros lectores por tan minuciosa descripción, cual

estado de existían

la

los

Giralda; á esto

primitivo

fuera el

que no

añadiremos

balcones que hoy luce y que sus huecos estarían cubiertos por delicadas celozias do feos

madera ó mármol, terminando ambos cuerpos

su-

periormente con un antepecho compuesto por morlones ó almenas detenlladas. terior

no

es

En cuanto

posible imaginar nada

robusto ya por

espesor de sus muros

el

la

enorme espiga

lo

así,

más

que

á

su

in-

sólido

y

como por

por decirque se van desenvolviendo las 35 rampas de suave pendiente que dan fácil subida al campanario, notándose que ó

de

eje,

medida que hasta el

central

en torno de

se asciende

punto de que

le sirve,

la

más espeso

es

el

últimas difieren

las

muro nota-

blemente por su anchura de las primeras. La toria nos ha legado el nombre del notable fice

que fabricó

de que hizo

la

mérito

manzana don

de

ta

Alfonso

hisartí-

ngrand labor X;

llamábase

Abú-el-Layth y llevaba por sobrenombre el ó Siciliano. Ha sufrido esta torre parciales

Sikili

res-


duraciones que sólo han conseguido afearla en algu-

.

nos de sus pormenores, apesar de esto, y del improPió remate que la corona puede considerarse su par-

más antigua como el más hermoso y magnífico délo de la civilización arábigo-mauritana. te

Á e sta

mo-

consecuencia del violento terremoto sentido en

ciudad

en

de hierro en

el

año de 1395, roto

que estaban sujetos

el

espigón

cuatro gran-

los

des globos de bronce, sustituyóse este adorno, an-

dando rr o

Se

tiempo, con un enorme arpón

el

de hie-

dorado que estuvo sirviendo de veleta y que vé actualmente en uno de los patios interiores

del

colegio de San Miguel, en cuyo paraje se

irá

Palatinamente destruyendo por la acción del tiempo esta venerable antigualla digna de mejor suerte.

Permaneció así la torre hasta 156S en que Fer^an Ruiz maestro mayor de la Iglesia de Córdoka primero, y de la de Sevilla después, la elevó 100 pies miden los

más de

y el Cü

cupulino

encia

c°n

de

Ce Uas

j^fifice

mismo

Á

fábrica.

herrero,

de cuyos

maceta de hierro con azu-

cuerpo,

notable reloj

José

conse-

reemplazóse su almenado

metal.

este primer

el

obras

luce una ridicula

del

Eu

r

estas

dos cuerpos

la

un macizo antepecho en cada uno

án Sulos

.

que

altura

que concluye

de

religioso lego

Cordero, á

la

moderna,

parte

trabajado por

el

inteligente

de San Francisco,

fines del siglo

XVIII. Por

20

úl-

-


— citaremos

rao,

grandioso monumento,

Fé que 1568,

lo termina,

(i)

quintales

i54

la

Morel en

estudio

el

este

de

gigantesca estátua de

la

colocada en 14 de Agosto de

cuya altura es y fue

para terminar,

de 14

ejecutada por

28

su peso

pies,

el

insigne

Bartolo-

1568.

Acerca de esta soberbia fábrica hemos recojido las siguientes noticias, algunas de litadas

por nuestro respetable amigo

ellas

fa cl

*

el Excelentí*

simo señor don Adolfo de Castro:

«En de

el

Sevilla,

año del Señor de 1504, en la ciudad el Viernes Santo, 5 de Abril, quando

pueblo y todo cios en

el

estaba en los Divinos

clero

y monasterios de

esta

Ofi*

demás igle siaS se ciudad, de tal manera

esta santa Iglesia

y

en

las

tern vieron retemblar y moverse los edificios de r£in píos y casas como si verdaderamente estuvic £a

pendientes del aire. Andaba la gente como muer pidiendo misericordia á Dios. Atemorizábalos tam

(1)

Memorias de

las

cosas notables que

n

sucedido en esta Santa Iglesia, extractadas P 01 canónigo don Juan de Loaisa del libro del cap ata

M.

S.

cop. Arch-municipal.

j


— bien los

terribles

I

55

bramidos de

los animales, balidos

de ovejas y ahullidos de perros. Las lechuzas y demás aves dejando sus nidos

andaban volando desatinadas,

bóvedas de

las

los

templos, las torres' y palacios, y principalmente esta santa Iglesia se arruinaba y heiía y mataban mu-

chos hombres y mujeres. El rio Guadalquivir con sus

naos se vió diferentes veces fuera de su madre. Entre esta confusión se vió

Sla

la

torre

de

la Igle-

mayor removerse y temblar de manera que de cinco y más veces se tocaron las campanas

Sü yo

y algunos

P°r

las

dicen que vieron la dicha

cuatro

torre abierta

esquinas y asimismo vieron que la

atentaba un ángel abrazado porque no cayese.

1651. *

— Lunes 13 de Marzo, como á

las

doce de

a

r

noche poco más ó menos, empezó á tronar y clampaguear tan recio que no me acuerdo haber

°'do truenos tan grandes a |

y grandísimos aguaceros nn'smo tiempo que parecía se quería anegar esta

Clu dad.

e ntró

Al

fin

cayó un rayo ó centella que se dijo

primero por una ventana de

la santa lsnuas

Iglesia

vueltas

de

las

más bajas

y q^e fue hácia arriba por la

torre y

al

las

campanero menor

estaba tocando á rogativa lo mató dejándole un °J°

medio saltado y y acardenalado.

el

lado del carrillo

como

tosta-


1656.

empezó

— 156 — — Miércoles 4 de Octubre, antes

trueno que admirando á todos

por una ventana de

la

bóveda de

la

ladró

la

del Pilar

que

está

tad de la bóveda otro

gustias sin

ta-

de nuestra Señora

capilla

más próxima por

la

centella

entró una

Salió por otra y

torre.

más hacia

del alba,

dió un gran

á tronar y á las cinco y media

el altar

la

casi

de

mi-

An

las

'

daño.

1558.— Repicó la torre Tomás de Villanueva.

por

la

canonización de

Santo

1662,

—Domingo

5

de Febrero, amaneció

la to-

de gallardetes y banderas y la imágen do Concepción de Nuestra Señora en un estándar' Hubo esta noche fuegos como la de San Pedro

rre llena la te.

y

las

dos siguientes (por

el

Breve de Alejandro

favor de la Concepción). Repicó luego la santa sia

y toda

1540.

la

día

ella fuesen

—Agosto. — Cuando

salió el

que se pregonó* que todos

socorro p

~

los vecinos

á socorrer á Gibraltar se tocó «al

con una campana de

1545,

'

ciudad.

Gibraltar saqueada por dos corsarios argelinos.

mismo

611

*

Ig^ e

la torre

— En sábado de

la

de

la Iglesia

ara '

do

arm a,)

mayor*

semana de Lázaro,

2


— del

mayor

i57

Marzo subieron á

campanas llamadas

las

que se hizo

la

año de 1544 y

el

de

torre

la

santa

la

una

la otra

Iglesia

Concepción

la

más pequeña

llamada San Cristóbal.

1585.— En na grande en ta

de

7

el

de Diciembre se fundió

la

espacio que está fuera de

campapuer-

la

Antigua por Juan deValabarca, natural de

la

Córdoba. Subióse á

la torre el

24 de Diciembre

si-

guiente de 1586. El baptismo fue con gran solemni-

dad. Pesa 163 quintales y 2

1592 rrojo

de

torció el

— En

.

la

5

tio

de Marzo, un huracán torció

pomo de

la

andamio. Sacóse del Colegio

1614

de

la

la

allí

lo

al

segundo pa-

enderezó Juan á poner,

—Miércoles 23 de Diciembre, en

la tarde,

la

.

fábrica,

y

embajador Japón con 20 japones

en compañía de Er. Luis Sotelo, natu-

Sevilla, religioso

de San Diego. Salió á Coria

ciudad á recibirlo

^esa y

Giralda y se puso sobre

barra y bajóse

lo volvió

c on cuchillas,

l )Q r la

y

25 de Setiembre.

entró en Sevilla el

ral

el ce-

....

Giralda. Viernes 18 de Setiem-

de San Miguel,

barba, herrero de v ¡ernes

arrobas.

[2

Puerta del Perdón

bre se sacó de la barra el

1

el 24...

el

24 Bartolomé López de

Galindo: entró por

la

puerta de Tria-


— Hospedóse en

na.

el

158

Alcázar.

— Vido

la

ciudad y subió

á la torre.

—Martes

1623. la torre

hasta

1624 rre

por

sia

por

.

— 29 de Diciembre, hubo fuegos en

la to-

de San Francisco de Borja.

la beatificación

1626.

— Miércoles

17 Noviembre, repicó la Igle-

llegada de las galeras.

la

1627.

— Domingo de Ramos, 28 de Marzo, en

noche, dando #

de Marzo, subió Felipe IV á

5

relox.

el

el

relox las ocho, tocó la

la

torre á las

#

Animas y tocaron

las demás iglesias y conventos. Debióse esto á la devoción de don Mateo Vázquez de

Leca.

1628.

— Sábado

picó la torre y ta

20 de Mayo, á medio

hubo fuegos

á la

noche por

dia, rela fies*

de los 23 mártires del Japón, del órden de San

Francisco.

1751.

do de nan

el

— Se

hermoseó

primer cuerpo y

que ejecutó don Juan

año la torre dorande bronce que coro-

este

fino las cuatro jarras

la figura del Giraldillo,

Basilio

obra

de Cortés, maestro

in*


i59

signe de este arte y en las jarras se pusieron

ramos

de azucenas con que quedaron lucidísimas.

1726

.

— 16 de Diciembre,

nueve de

á las

la

ma-

ñana, se sufrió una horrorosa tormenta con grandes truenos en que cayeron algunas centella?, una en la torre

de

la

Catedral que

campanero que tocaba

al

quemó el pelo y a su mujer horadó las enaguas sin causarles otro mal. Otra entró en la Iglesia

rogativa

por

la

puerta junto

á

torre

la

dos dirigiéndose una ráfaga á gelistas el

el

lado del

se disipó

la

por la

pedazos de

que estaba en cl on

altar,

en medio de

tostados los

tísimo

de

los

en

Evan-

donde tocó una piedra que dejó señalada:

cuerpo principal fue á

Por

que se dividió

la capilla

las

mandando

Capilla Real y entrando el

mismo

misma los

volvió á

salir y dejando

capilla,

mármoles. El cabildo

Horas hizo rogativas ante abrir el Sagrario y

á la Capilla Real que

el

San-

fue en esta-

al dia siguiente repitió

en

uccion de gracias.

1724. a gua cl

e

— Dos horrorosas tempestades de

truenos,

y granizo, sufrió Sevilla y su comarca

Febrero con que se atemorizó

la

Mañana despidió un trueno contra adral

ciudad.

la torre

18

el

La de de

la

la

Cu-

y dejando señales en algunos de sus balcones por una y habiendo entrado en la

y ventanas, salió


—-

i6o

Iglesia dió un gran estallido

y se apagó junto á

la

ca-

pilla del Pilar.

1761. ron

— En

las fiestas

los dias 7 , S

en

y 9 de

El dia 6 amaneció adornada

desde

el sitio

mos por tafetán

En

el

de

Julio, se celebra-

la Patriarcal.

la

celebrada torre

los primeros balcones' hasta los últi-

todas sus cuatro fachadas de gallardetes de

de

tres

colores: blanco, celeste y encarnado. último balcón de la fachada que mira á calle

Placentines estaba una bandera de tafetán celeste y

de tafetán blanco cortado. Tenía una María coronada y dos palmas á los lados y sobre la corona el s'ol y la luna y una estrella y al pié de la María un rótulo que decía: «María concebida sin pecado original.»

A

las

doce,

las

la Igl e

armoniosas campanas de

matriz desataron sus lenguas de metal

sia

*

tripli*

en

cados repiques que duraron hasta la una del dia y porque no tuviera el sentido del oido rato ninguno en

que vagar, en

leitaba con el concierto

de los repiques se dede instrumentos de boca qne

tocaban en

la

los intermedios

Ja torre

de

matriz, concurriendo tam-

bién á aumentar tan festivo sonoro estruendo

paro de Jos cañones y pedreros de

ban

surtas en el

Al toque de

famoso las

torre de la Catedral sitio

de

las

las

el dis-

naos que

esta-

Bétis.

«Ave-Marías» se iluminó

desde

los

campanas y todas

la

g ran

primeros balcones las soteas altas

y

al

bajas


1

— de

]a Iglesia

y Sagrario,

mayor. Todos

1

6

Capilla Real y la Sacristía

arcos del derrame de las aguas y remates ó pirámides menores y fue tal la hermosura que causó esta iluminación que fué celebrada. Su número, el de las luces, pasó de 1.600 y su costo de 20.000 reales. Amaneció el dia 7, primero de las los

ios

fiestas,

y se vido la gran torre adornada por entero, desde los primeros balcones hasta la figura de la Fé,

que

el vulgo llama Giralda, de banderas y gallardetes de tafetán y damasco y se le contaron 44 gallardetes y 9 banderas: los cuatro gallardetes de las esquinas

e ran

celestes y blancos y tenían 50 varas de largo uno y 150 varas do tafetán cada uno. En los Pretiles principales de las campanas estaban 4 bandec ^da

ras 5

0r °

la del

arco de

la

campana mayor

con una guarnición que

la

era de tisú

circundaba de

de la-

firado del

ancho de la seda y en su medio una imánen de pintura de la Purísima Concepción guarnecida una punta de plata y °r c

la

bandera con Huecos de

° y borlas de lo mismo. Las de los lados de la vor-

%u¡neria

y patio de los naranjos

eran de damasco

enc arnado tres

^e l

y la del lado del alcázar de tafetán y todas banderas tenían en el medio el escudo de armas

Cabildo bordadas de oro. En

^ Ue tiene st ®s jJ

°

la torre

y blancas y tenían escudos

f estante

las

cuatro jarras

estaban otras cuatro banderas ce-

como

las otras tres.

estaba de gallardetes y los c °rtos tenían siete varas cada uno. El de la Giral-

de

la torre

21


162

da, vulgarmente así llamada, tenia una cruz patriarcal

de tafetán blanco cortado y el centro encarnado: unos eran de una color sóla; otros, de dos

los

otros,

co-

lores, y otros, de tres, formando á la vista hermoso maridaje por la interposición de los colores, gasy se

taron en este tan lucido adorno i.5oo varas de tafetán y 44 de damasco y 22 de tisú de oro. Esta noche y la siguiente estuvo toda la torre iluminada desde la 5

campanas para arriba de cuyo lucimiento careció noche por la armazón de los fuegos.

I

a

anterior

1355 to, dia

el

En miércoles, 24 dias del mes de Agosde San Bartolomé, después de vísperas, fu< .

-

terremoto que cayeron

las

manzanas de

la torre

mayor y cayó la torre de San Salvador m y mató chas personas y cayó una campana sobre una criatura u

°'

y no murió y la torre mayor estuvo para caer y a daba á una parte y otra hendióse toda según esta 01 y s día. Cuando cayeron las manzanas abrían inucb° hoyos.

1568 ner

.

— Viernes,

la figura

mayor que

p° 13 de Agosto, se acabó de

de metal encima de

fué lo postrero

eS ‘ a

la torre de la Igl que se acabó de hacer

dicha torre, habiéndose fecho de nuevo desde ^ 1° ventanas donde están puestas las campanas, todo


— cual se

comenzó

1

63

año pasado de 1560 y se acabó este dicho dia. Costó toda la obra 1 9.000 ducados poco más ó ménos. Subióse 100 pies á hacer désele el

en alto más de lo que tenia de antes.

1755

.

— De resultas

viembre

el

miento y

la torre

arquitectos

del terremoto

de

i.°

de No-

templo quedó cerrado hasta su reconocipor los informes que dieron los

de haber quedado ruinosos

los

dos

últi-

mos cuerpos. El dia 9 hubo furioso vendabal y lluvias, causó mucho recelo el Giraldillo cuya bandera °ponia grandísima resistencia blado su perno, pero

la

al

misma

viento teniendo doviolencia del

que so-

plaba lo puso otra vez en proporción de que no diera

cuidado, habiéndole movido dos veces con vuelta

entera.

Del consejo que dió Paja

rey don

al

el

juglar que había

Hernando sobre

la

nombre

partida de Se-

villa:

Después que el rey don Hernando entró en SeviÜa entraron los ricos ornes e los caballeros e los conCcJ°s

y

°me ó ma de

como

eran gente

mucha

asi

tomaban

el rico

pendón enci-

el

concejo

la

casa porque sus gentes e sus compañías su-

el

barrio e ponían su


164

piesen las compañías e los lugares posar. alia

E

después que

el

donde habían de

don Hernando estuvo

rey

unos días consejaron los ricos ornes que dejase gente con los moros que fincaban

allí por moradores que no se fueran con los otros y que se fuese el rey para Castilla e el rey don Hernando mandó

allí

para se tornar para Castilla y hazer aquello que le aconsejaran los ricos ornes que fincasen dellos en

Córdoba e dellos que fuesen con el e por eso había ruido entre las gentes por no fincar que había miedo que á

la

hora que

el

rey se fuese se ayuntaría

po-

el

der de los moros y que vernian sobre ellos y ciertamente así fue ca cuidado esso los moros todos los mas se fueron en el axarafe cuidando que el rey don

Hernando que

iría

a Castilla

que a

se tornarían para Sevilla.

Hernando en que todos

los

este pensamiento

mundo

dias del

ellos

E

vernia ayuda e

estando

le

don

el rrey

que se quería

ir

por-

afincaban que se

fuese acaescio que en casa del rrey avia un Juglar ¿ e quien decían paja y escuchavanle bien todo lo qu dezia e hazia ca todas las cosas hazia et dezia de

manera que todos

los

que

lo oian

este nunca se partía del rrey

pasava por rrey la

la

tomaban

don Hernando.

plazer e

E

un dia

non avie oido misa en

ella

porque atendió q uC

limpiasen los arzobispos e los obispos.

E

este

glar paja paro mientes a la torre e desque la vió alta

el

mezquita mayor de Sevilla que aun

y ton fermosa

como

es vínole a talante

de

j t

ü*

an

sobir


i6s

en ella et sovio encima et quando fue encima paro

mientes

vido

et

toda et vido los pendones

la villa

de cada cabo e conocio cuyo era cada uno

que tre

no esta poblada mas del

la villa

tercio

vido

et

y dixo enser que

valme Santa María esto como puede

si

a qui esta Castilla e

poblada mas que

León

aunque esta

et

la tercia

parto y pues

villa

no esta

como

la

po-

blaran unos pocos que aqui quiere dexar el rrey

don

Hernando o que

irse el

para

Ruego yo

Castilla.

me de gracia que lo haga yo subir aqui E el juglar Pajas descendió de la torre

torre.

do de como

faria el

que subiese

el rrey

á

Dios

en esta

cuydan-

á la torre y

Rey don Hernando por amor de Dios que tanto bien y tanta honra te ha hecho te ruego que me hagas una merced tu e tu ricos ornes el rrey

y dixole Señor

H

y

don Hernando

como

se

pagaba del dixo que

le de-

mandase y dixo el juglar señor pidote por merced ^ üe comas ¿eras? conmigo tu y tus ricos omes. En k^en hora dixo e*

juglar

di *o

el

J u §lar

el rey

encima

rey

de

como

señor en a

pero donde comeremos e dixo la torre

de

la

iglesia

mayor e

tanta gente cabra alia. Et dixo el qu ella torrecilla

de encima cabras

tu

C° n

cincuenta en esta otra de las almenas cabran quimentos. Dixo el rey pues comamos alia eras e otro a levantóse el juglar

muy

^aba faciendo de comer á 0 fué ora a

á

de

comer e

tercia el

fue

al

acucioso

muy

como que

an-

gran priesa e quan-

rey y dixole señor an-

rey e los ricos

ornes fueron con


— e

el

cató toda la

e

1

66

subieron en la torre e

como

villa

muy fermosa

quando de

parescia

el

fue

suso

allí

muy

bien

omes ben-

é dixo contra sus ricos

dicho sea Dios e su Santa María que nos

dió a

ganar tan noble cosa e dijo contra los ricos ornes aquellos pendones

vuestros

E

son:

dixeron ellos

cada uno de nos posamos a gran anchura c eso

mismo rey

cada uno sobre

los concejos

como

también dixo

re yo:

dezides

lo

juglar señor

el

señor vedes

cejo aquel

E

pues

de

otro

vos

aquel pendón

es

tal

aquel asi

ir

de

con-

tal

rico

los otros.

con

la

flor

de Cas-

villa

esta y er

'

la

er

'

tu

rey á buena fé

el

y dixole tu

£

mostra-

de fulano

de todos

que aun no poblamos todos

villa

res

otro

lo

León e ves quanto en

señor aquí eres

e de

mo. E dixo

mo

el

dixo

loado sea Dios.

si

pues mejor

orne aquel otro de fulano e

tilla

E

si.

bien lo veo y dixole el juglar Pajas vedeslo

juglar pues

el

á Castilla

y

dizes

mucho la

está

y

mitad de

como señor

qu

te

que dejaras aqui

I

'

a

c'

qu¡ en

pueble cata señor que si della sales una veZ nunca en ella entraras otra vez. E señor lo A 00 la

te

finca

que aqui

de

adonde

lo

honrrado

ni

vivir

ni

tan

puedes tan

Vivir

mejor

vicioso

ni

t

ant0 u

a servicio de

Dios. E el rey cato contra el j 116 dixo siempre oy dezir tengo A y agora uC es verdad que de locos á las vegadas salen b 0 glar e

nos exemplos e

si

no

te

creo Dios nunca

me

«fO J-


— ga. to

d

E á

dixo

el

rey don

IÓ7

Hernando. Agora prome-

Dios que en toda mi vida de aquí no vaya

Castilla

y aquí será mi sepultura y desta ma-

nera finco don Hernando en Sevilla hasta que murió en ella y se poblo muy bien la ciudad como nunca íué poblada según que es oy dia.»



LA PARROQUIA DE SANTA MARINA. '

Rescatada nuestra ciudad del yugo agareno por ^

a

^

victoriosa

uno de

^ 0r

templo

^rante

dos

el

por

>

1248,

de

gran aljama hispalense

la

cristiano,

cometido que

plazo de

un mes otorgada á los ven-

el

monarca

de sus personas y

^a

en

III,

primeros cuidados del conquista-

la habilitación

,

en

espada de Fernando los

llevó

á

cabo,

para que dispusiesen

santo,

Obispo de Córdodon Gutierre de Olea ó Dolea, que poco tiemantes,

bienes,

había sido electo

y que durante

el

el

Arzobispo

cerco de

tantos piadosos varones,

la

de Tole-

ciudad

fué

uno

que acompañaron 22

al


170

rey en la gloriosa jornada

de

— Ha. Purificóse, pues,

la

toma de Sevr

la

mezquita no

sin

tes

se alterara su primitiva disposición,

do

la

en longitud,

latitud

presbiterio j encías

del

oriente;

y una vez entrada ya

los ricos-ornes, capitanes,

maron parte en esfuerzos,

mo

lo

por

el

la

el

las exial

mirasen estas partes

cristiano,

ritual

an-

para que orientados

mayor, con arreglo á

altar

y

que

convirtien-

ciudad, hallaron

la

adalides,

conquista, justos

y cuantos premios &

to-

suS

siendo recompensados con largueza co-

prueba

el

interesante documento, conocido a cuyas copias han llegado

Repartimiento,

nuestros dias, autenticidad.

si

bien

Dióse,

ganado,- encargando

dudan graves autores de pues, el

comienzo á

monarca

al

sU 1°

repartir

Obispo don

su confesor, á Rui López de Mendoza Gonzalo García de Torquemada, Pedro Pl aZ

Raimundo á

quez Adalid y Fernán Servicial, de llevar á cab° ul dicho cometido, y también habilitar las mezq tas

para templos cristianos,

bo de

como

realizarse, erigiéndose

en

efectivamente iglesias

ho

parroq u,a

las de Santa Catalina, San Vicente, San MaSan Miguel, San Román, San Andrés, Santa

les,

rina,

colás,

NiSanta María, Santiago, San Márcos, San

San Estéban, San Lorenzo, San Martin,

Bartolomé, San Julián, Santa María Magdalena Ildefonso, San Pedro, Santa Lucía y San Joan tista,

concediendo años después

el

San San -Ba

Ad° rey don

^


— so

X

I

7

I

para sinagogas de los barrios

á los judíos,

en que moraban, las que

conocemos hoy con

las

advocaciones de San Bartolomé, Santa Cruz (que fué la

vencidos

No ele

durante la invasión francesa) y Sanasí como su padre dejó á los

destruida

María

la Blanca,

puede atestiguarse

templos, por

estos

tores

de San Salvador.

la

sólo

y cronistas sino

ellas,

t'sfactoria

toás,

el

antiguo origen

dicho de cuántos

que

tal

aserto

halla

cumplida y

sa-

cuando acentamente se es-

monumentos, porque todos

ellos,

unos

otros menos, conservan indefectibles muestras

y elocuentes restos de las primitivas

hometanas. tr °

escri-

de esta ciudad que han tratado

afirmación,

tudian dichos

el

culto,

llaron,

fábricas

ma-

Las necesidades y exigencias de nuesel mal estado en que muchas se ha-

y los religiosos sentimientos

que animaban

á

nuestros reyes y próceres, dió lugar á que paulatinamente, y en un período muy corto de tiemh°i

fueron

ciales ^

es

esperimeutando estos

restauraciones, ya notables

hacían

^Iterando

ejercida por

los

si

bien

de

la

grandísima influen-

conquistados sobre los con-

citadores,

pues en muchos de rcinamente combinados con los 0r nos

ya par-

perder de su originalidad y carácter, sus formas y trazado, en cambio son

°y irrefutables pruebas Cl a

edificios,

obras, que

del

estilo

ojival,

ellos

vemos

lincamientos

po-

y

que ya había tomado


— carta

de naturaleza en

menores del rifes

que

cristianos

tantas y

las artes

de

de

los

antigua

adornos y por-

olvidarse los

sin

ala-

tradición

románica,

tan profundas raíces había

echado en

primera

Sevilla

tada y

musulmán, la

castellanas.

vierten á les

arte

172

Castilla,

en

vista

las

y ciertamente

algunas

mos han de

Estos tres

partes

ad-

se

parroquia-

iglesias

interesantísima por-

templo de que

del

tratael

riquísimos datos, para

íacilitarnos

esclarecimiento y

la

elementos

prueba de este aserto.

IX Antes de pasar más adelante en nuestro

hemos de

advertir al curioso

cuando de trata, lia,

de

la

los

única manera

cipios

monumentos

antiguos

influencia del

ciertos hechos,

que no debe

estilo

de encontrar

fácil

por

Scv* ¿

explicación

las reglas

arquólogos para

los

sificacion art'stico-cronológica. Así,

s6

sevillanos

románico en

que se apartan de

establecidos

estudio»

olvidarse')

y P

rlD

a la c ^

por ejempl°)

ve

remos frecuentemente que las proporciones y ^ ° neas de las portadas del primer período ojiva* n corresponden, por lo general, con

y asignadas á erigían,

las

fábricas

las establecida

0 que en este tiemp

y á no ser por esta

influencia,

sorprend

s


173

con razón, ver aquéllas mismas empleadas ó

ría,

aplicadas

á

como

les

monumentos

algunos

las

de Santa Marina y San

damos toria

escultóricos,

que se ven en

efigies

Empero,

Julián.

satisfac-

explicación.

El docto cronista Ortiz de Zúñiga

templo, así

de

como

de San Román, Onniurn Sau;-

los

y San Miguel, fueron

Pedro

I,

respetable palabra

la

obras no debieron extenderse á

ornamentación de

la

por don

reedificados

y á instancias del Arzobispo

mas, apesar de

cilios

don Diego

ciudad

esta

en sus Ana/'s, que este

asienta

torurn

tales

recor-

si

más

esta circunstancia, hallaremos la

ta-

portadas

las

imafronte

don Ñuño; del analista,

las

ni á los

partes de

demás

adornos que se hallan lepartidos por

brica,

pues estos

denotan,

sen-

la

fá-

género alguno de

sin

duda, mayor antigüedad.

La de

iglesia,

según se halla

naves, la del centro,

tres

formando

al

cabeza,

te

ábside octogonal, cuyos muros

vas

muy

esta prolongación

con

consta

su

rompen

lancetadas,

características,

trechos ajimeces

presente,

más prolongada por

la

elegantres oji-

formando

correspondientes

sus

es-

parte-

luces en los centros.

Tiene Tes puertas, las dos que boy están tapiadas corresponden á las naves laterales, ar quería

y su único ojival,

ornato

sobre

la

grandes rosetones calados,

lo

que el

componen se

de

sencilla

encuentran la

dos

derecha be-


i 74

ría,

compuesto de una elegante y ligera lacemuy curioso ejemplar que debe conservarse

con

el

llísimo,

mayor cuidado;

de

el

izquierda, es

la

moderna. La puerta que dá ingreso

fábiica

plo hállase á los

pitfs

de

nave

la

de

tem-

y

bien

central,

al

merece algunas palabras. Forma su parte superior un alero ó tejaroz que arranca del muro, salien-

do de él 97 centímetros, sostenido por catorce cabezas de leones, viéndose los espacios que dejan éstas

entre

adornados

dos.

Rompen

se'rie

de ocho arcos

can

el

con

túmi-

arquitos

muro, formando

la

puerta,

ojivales concéntricos,

de una imposta, prolongados en

que

las

una

arran-

jambas

por otros tantos baquetones, que, en su mayoría, están destruidos. El más exterior se vé ornado de origrandes puntas de diamante y zig-zags, cuyo gen románico adviértese á primera vista. La de-

coración de

dose en

la

imposta es interesantísima, mostrán-

ella cabecillas

de higuera y de

vid,

del loto, la figura de un

humanas y de flores

descifrar,

la

y

las

otros

No

he-

ocasión, que ahora se nos ofre-

respetuosa súplica á nuestro Eminen-

tísimo Prelado y á los señores Párrocos

desaparezcan de una vez vienen

hojas

á causa de

capas de cal que los ocultan.

mos de perder ce de dirigir

fieras,

parecidas á

pastor con ovejas

más adornos, imposibles de las múltiples

muy

las

cometiendo en todas

las

para q ue se

q uC antiguas iglesias

graves

faltas


— parroquiales

de

empleo de

sivo

un

la cal

i?5

Sevilla,

á

consecuencia

mal entendido celo

las

maltrata y afea,

posibilitando el estudio de apreciabilísimos nores, y,

lo

bien

im-

porme-

que es peor, dando una muestra de

ignorancia artística,

muy

abu-

del

y de otras tinturas con que

que no nos deja por cierto

parados á los ojos

de tantos entendi-

dos viajeros que constantemente nos

visitan.

XII En de

la

de

clave

la archivolta

de que acabamos

y adosada al muro, hállase una tosca escultura, ejecutada en piedra franca, que repretratar,

senta á

sentado, bendiciendo con los dos

Cristo,

brazos levantados, teniendo á cada lado cobijadas

Por umbelas ojivales y sostenidas por ménsulas, que figuran cabezas

dos

estatuillas,

humanas groseramente esculpidas, la

Virgen con

el

Niño Dios á

la iz-

quierda y una Santa á la derecha. Más abajo, otras dos representan á Santa Catalina, según parece indi* Ca rlo la

rueda que sostiene con las manos, y otra imágen íemenina con un libro. El caráeter distintlv o

de estas estátuas, revela, por sus proporciones,

a ctitudes,

ron

dibujo y ejecución de

esculpidas,

siguiendo

la

paños,

que

fue-

tradición románica, y


— ni

del arte

influencia

Acaso cal

176

un sólo rasgo se advierte en

que

si

las

dríamos

algún

reviste,

ellas

que indique

la

ojival.

fueran

día

despojadas

y se examinaran

encontrar rasgos

del

arte

de

la

de cerca, pooriginario

de

Alemania, pero lo dudamos mucho. Son, pues, interesantes ejemplares para

el

es-

tudio de la estatuaria sevillana, y sobre todo, para

nosotros los sevillanos, que no poseemos estilo la

riqueza en obras

de

la

misma

en este

clase,

que

se encuentran en Búrgos, Ávila, Salamanca y Toledo. Consideradas bajo el concepto de esculturas

decorativas de monumentos, son las únicas que nos

quedan, juntamente con

nente de

la

tro juicio, fueron

de

la

la imá-

que adornan

ejecutadas poco

á

y,

nues-

tiempo despueS

Reconquista.

Viniendo ahora

que

las

parroquia de San Julián,

es

uno de

los

al interior

de’

mayores de

templo, diremos Sevil'a,

esn

'ele-

gante ábside oculto por un pésimo retablo churr.-

procedente del ex-convento del Carmen de esta ciudad, en cyyo nicho central se venera una imágen tallada en madera, que representa la gueresco,

Santa Titular, obra de exíg 10 mérito. La que hadeb da al inteligente Bernardo

bía anteriormente,

de Gijon, que cubría

así

como

la

nave

el

del

hermoso techo de centro,

consecuen-" a del voraz, incendio

alfarje

desaparecieron ocurrido en

2

&

de


i77

Febrerd de 1869: abrióse

al

culto

nuevamente

el

templo en 30 de Agosto del mismo año.

Ocho son ios

que

los retablos

cuales están formados

que existieron en tercienses,

buidos

el

los cis-

llamado vulgarmente

al escultor

adornan, cinco de

ex-monasterio de religiosas las

Dueñas, y

atri-

En

éstos

Juan Martínez Montañés.

hállanse algunas esculturas

hazas y disposiciones, °stán

lo

con fragmentos de

apreciablcs,

indican

bien sus

si

á primera vista, que

compuestos á retazos, como acabamos de de-

Clr *

Notaremos entre

as,

el

los tres retablos

más moder-

buen lienzo que representa á Santa Ana

lee*

c i°n

á la Virgen, que se halla colocado en el segundo lugar de la nave del Evangelio, perteneciente al es tilo est

de

la

antigua escuela hispalense; pero que no

imamos de

tan sobresaliente mérito

como

le atri-

buyen algunos escritores sevillanos.

No hemos de a atención

de

terminar estos apuntes,

los inteligentes,

sin llamar

acerca de

la traza

y

disposición

que se advierte en algunas de las capillas de este templo que á nuestro juicio, son todavía restos

de

la primitiva-

construcción mahometana.

Tal parecen indicarlo

la

primera de

la

nave de

Epístola y la correspondiente á ésta en el Evange°’

que es hoy

^ c diata *°das, as ' e

uta

el

Sagrario, así

como también

á esta última. Sus trazas,

la in

-

que son iguales en

constan de un sencillo cupulino octogonal que

sobre una planta rectangular formándose

23

las


T

I78

pechinas con bovedillas cortadas por

ma-

arista, á la

nera mauritana.

Una

observación haremos, en cuanto á

prime-

la

ra del lado del Evangelio, y es que en su construcción difiere de las anteriores, por hallarse su cupulilla

sobre arcos que estriban sus columnas en her-

mosos

capiteles

que apesar de

las

romanos de órden

ten, nótase el claro-oscuro y las

los

en

corintio,

gruesas capas de cal que los revis-

pureza que distinguió á

producciones del siglo de Augusto.

IV Dificúltase también dun

más

el

exámen de

l° s

referidos capiteles, por encontrarse en un oscuro P a

'

muy de ag ra sU señor Cura párroco actual ordenase

sadizo que conduce á la sacristía; sería

decer que

el

limpieza; pues, una vez despojados de los enlucidos)

podríase

fijar

más atinadamente

el

estilo

artc

y

que corresponde, exclareciéndose este punto y P° niendo á la vista sus belleza. Los grandes vanos un que forman estos arcos, hállanse cerrados por

muro, que estimamos posterior. Estas fábricas, que frecuentemente

,

vemos

.

rep ctl

das en muchos de los antiguos templos sevillanos, taban adornadas exteriormente con un sencillo

es

ant e


179

Pecho de almenas dentelladas, como se ven en

las

Parroquias de San Andrés y San Isidoro, y en algun as rompían los muros ventanitas ciegas, de ojiva tú-

mida, con primorosos lóbulos ó angrelados. Difícil en

extremo se hace, según nuestro

sin

exponerse á equivocaciones,

dición fices tra

el

juicio,

clasificar,

período

artístico a

corresponden estas construcciones, pues

fine

mahometana

tan viva, y

arquitectura,

de

la tra-

se conservó entre nuestros

modo

tal

artí-

llegó á influir en nues-

que no se encuentran en muchos

ca-

s °s

la menor diferencia que nos enseñe y pruebe cuáks fueron levantadas por los islamitas durante su

dominación, cuáles por los cristianos. Parte material y plástica,

como

en

Tanto en

la

la estética

y árnica, son en un todo semejantes, y no hay para ^é decir que, si una vez faltan los caractéres distin-

gos de a

estilo y arte,

clasificación,

ha de

ser

siempre aventurada

no olvidando, como arriba dijimos,

grandísima influencia ejercida por los agarenos, fi

Ue

permanece arraigada entre nosotros hasta bien

ent rado

n,tos fi

Ues ,

fi"

el siglo

XVII, de

lo cual

podemos

citar infi-

ejemplos en los templos sevillanos. Debemos, ya en estos casos, valernos de los datos

a dos

por

la tradición y

por

la historia,

níinis-

y en éste de

tratamos búllanse contestes, asegurando ambas, Ue íué primitivamente mezquita.

^ante

en nuestro estudio

hacen mención

las

sin

No

pasaremos ade-

consignar un hecho de

antiguas

Memorias de

taes


— parroquia, que,

i8o

apesar de verlo repetido en todos

nuestros historiadores, no nos merece

por oponerse á

dito,

las

el

menor

cré-

enseñanzas arqueológicas.

Refieren aquéllas que, conquista,

existía

una leyenda con blo se hizo

el

letras góticas,

que decía: «Este

año 604.» Basta sólo

ciación del año te,

pocos años después de la reen esta parroquia un cuadro con

la

para que lo neguemos rotundamen-

y nuestros lectores estimarán todo

merece una inscripción del góticas.

reta-

simple enun-

siglo

Nació tan apócrifa noticia

sin

q ue

el crédito

VII escrita en

duda

letró*

del inmo-

derado deseo de nuestros mayores de aumentar el interés de los monumentos, asignándoles la más re-

mota antigüedad. Pudo muy bien visigodo en

el

alzarse un templ° 1,0

actual; pero

emplazamiento del

esta

hace fuerza alguna ciertamente para corroborar opinión

el

de hallazgo del cuadro con la leyenda

604, y tamposo tenemos noticia de haberse 'encontrado monumento epigráfico alguno que lo atestigüe* eS

esta ligera digresión, continuaremos manit e tando que pocos ejemplos tan notables pueden ofr

Hecha

cerse en las iglesias parroquiales

más

ciones

que distinguen á

los

mezquitas mahometanas, riña.

de

ostensibles se manifiesten las

Las dos

capillas

Sevilla en

de templos cristianos

como en

esta

de Santa

anteriormente citadas,

que da

á la callejuela

de Santa

el

u0

^ I

3

^

forr*1

parte del antiguo mihrab, viéndose todavía en ro exterior

<I

1 distintas ortt'

n

^

M ar,n


i8i

una ventanilla ciega, de

y construcción mauri-

estilo

tanos. Hallábase orientada la

sulmana de N. á tes partes;

como

S.,

cuando se

trató

mu-

primitiva fábrica

prueban estas interesan-

lo

de

erigir la iglesia cristia-

na, enclaváronse las naves dentro

de

la

mezquita en

sentido contrario, esto es, de Oriente á Poniente, de

cuyas resultas

ron á formar

que

es lo

sión

de

las partes

respetadas de aquélla vinie-

cabecera de

la

mismo,

las

segundas naves, ó lo

de

los brazos

la cruz.

Esta inver-

comprobada por repetidisimos de este modo, á poca costa, se con-

ejes hállase

hechos, y

así,

vertían las mezquitas en templos católicos.

Estimamos que con dentemente que

lo dicho

los cristianos

fábricas las partes

so

demuestra

tomaron de

que podían adaptarse á

sidades y exigencias de nuestro :ulto, y de ra

aprovechaban

lo construido,

evi-

ac uellas las nece-

tal

cue podemos

mane-

citar

caso de haberse cortado en sección longitudinal

gunos miembros de

gando una mitad

como

la otra,

al

las primitivas

nueva

mezquitas,

el al-

agre-

y dejando en pié presente hemes descubierto en el á la

iglesia

templo parroquial deSan Esteban. Este hermoso ejemplar

de

arte mauritano

encuentra rivales en Catalina, y

como

que acabamos de

las capillas

éstas, ofrece

de

citar,

la iglesia

sólo

de Santa

muestras de interesan-

tísimas lacerías.

En a ltar

la

última grada del presbiterio, á los pies del

mayor, se vé una gran losa sepulcral con

ele-


gante leyenda latina escrita por

Montano, que guarda

el

sabio Benito Arias

las cenizas del ilustre autor

la Historia

Imperial y Cesárea,» Mcxia, y dice así:

del

insigne

do

Pedro

PETHO MESSIAE PATRITIO H1S PALEN, EX COLLEGIO VITATIS

ET

XX1III CI

PROCER ANNOR

Lili

ANNE MEDINE ET OSORIO

D.

PATRITIAE ANNOR

LX1I D.

FRAN-

CISCVS MESSIA PARENT1B FIISS

AC DESIDERATIS ET

XII

EX EOD

CONJVGIO FRATRIBS VNICYS SV

PERSTES MOER POST EXCESERE VITA VIR

VIII ID

JANVAR CID

VXOR XVI CAL SEXTIL SIT

IOLII

CIO IOLXII

GLORIA DEFVNTIS.

HOC JACET EXIGVO PETRVS MEXIA SEPULCHRO

GRATVS CAESARIBVS REGIBVS ET POPVLO <^VI

CAVSAS RERVM FOELIX COGNOVIT ET OMNES INGENII ADIVTVS DEXTER1TATE SVI

ET

qvi

CAESAREOS SUMMA CVM LAVDE TRIVNPHOS

EDI DERAT,

CLARA NOBILITATE POTENS

9yi CVRAS ANIMO VICIT FORTIS^VE FVGACES

RISIT ET

ETERNAS CONCILIA VIT OPES.


— Terminamos aficionados

do

al

183

estos apuntes

al arte pictórico, el

pincel de Alonso Miguel

recomendando

á los

bellísimo lienzo debi-

de Tovar que adorna

el

centro de un hermoso estandarte de los vulgarmen-

te

llamados Sin Pecado y por último el grupo esculdel Paso de la Mortaja, cuyas buenas estátuas

tural

son obra de Pedro Roldan

En cuanto

el Viejo.

á la torre actual

de este templo, tam-

bién ofrece caracteres indudables de haber sido

al-

minar, y no nos detenemos en su descripción y estudio, por no ofrecer tanto interés como la bellísima de

San Márcos,

la

muy

curiosa

de Omnium Sanctorum

de Santa Catalina, que, hasta hace poco tiempo,

y la

con justicia las miradas de los inteligentes y que hoy, gracias á una mal entendida restauración, se ha perdido para los artistas y arqueólogos. atraía

/

-Stv



LAS CASAS CAPITULARES DE SEVILLA

-4—Shí<*¡«-

Ignorado tos insignes

presente

al

nombre ó nombres de

el

maestros que llevaron

brica

de este suntuoso

to

los escritores sevillanos,

de

mente su dirección toctores

^e

leerán

.

edificio

gusto

la

cabo

la

mayor

fá-

par-

y atribuida errónea-

creemos que nuestros

á otros,

con

á

por

las

siguientes

noticias,

extractamos de los documentos originales que

°bran

en

el

Archivo

municipal y que estimamos

Ve n ahora por primera vez

la

cto Zúñiga y

infatigable

González de León ca-

de

los arquitectos á quie-

el

ban enteramente nes Sevilla

al tratar

encomendó

luz

estas obras;

pública. El eru-

Llaguno y Ami-


— rola en su notable tectos y

arquitectura

rno

fólio

de

i.",

el

de España, de

dice

que

diligencias

las

guar

132,

iS6

obra «Noticias de

se

esta

en

Ayuntamiento no

comenzó se

to-

el

«Apesar

suerte:

han hecho para

arquitecto que trazó y

sada casa de

arqui-

los

etc.,»

averi-

expre-

la

ha podido

conse-

guir, y sólo consta que Juan Sánchez , maestro maestro

mayor de

la

ciudad, dirigíalos trabajos en

que ya se celebraban en y que se acabó en

que

:

1564.»

Ahora veremos por á trascribir,

545

1

en 1556

ella los cabildos

los

documentos que vamos

como

este Juan Sánchez aparece

aparejador en una nómina de jornales, fechada en 30 de Junio de 1533, mientras que en otra de

1528 se cita al famoso Diego de Riaño como maestro mayor de la obra. 25 de Enero de

insig ne

Es para nosotros indudable que este artista

estuvo

al

frente

año de 1533, en que

de

ella

falleció,

hasta el referido en q ue

á tiempo

iba á comenzar los trabajos para la magnífica cristía

Mayor de

cutada, con tin

cuya traza dejó

la Catedral,

arreglo á la cual hizo un

modelo Mar*

de Gainza, su aparejador, que una vez

bado, logró llevar á cabo.

Á

partir

sa-

eje-

de

la

api' 0

'

feeh 3

que arriba consignamos, de 25 de. Enero de i 5 2 ^’ ' demás que hemos examinado, por tc r minar en 10 de Noviembre de 1533, no vuelve ’

hasta las

á

aparecer

el

dicho Riaño,

por lo

cual

concep-


tuamos que acaso sería sustituido por Gainza en estas

De

como

obras,

sentir

lo

fue en

las

de

Catedral.

la

que no hayamos logrado encontrar

es

nóminas de años posteriores, que nos dieran acerca

de

este

extremo, pues hasta

no se terminaría, como comprueba

luz

de 1564

el

la siguiente ins-

cripción que se colocó en un pilar que estuvo al pié

de

fachada que mira á

la

la

calle

de

las

Sierpes:

REINANDO EN CASTILLA EL MUY ALTO¡

Y MUY CATOLICO,

ROSO REY

D.

Y MUY PODE-

FELIPE SEGUNDO, MANDA-

RON HACE ESTA OBRA, LOS MUY

ILUS-

TRES SEÑORES, SEVILLA, SIENDO

AS-

SISTENTE DE ELLA EL MUY ILVSTRE SE-

ÑOR

D.

FRANCISCO CHACON, SEÑOR DE

LA VILLA DE CASARRUBIOS, Y ARROYO MOLINOS,

Y ALCA YDE DE LOS ALCAZA-

RES, Y SIMBORRIO DE AVILA. ACABOSE A XXII

DIAS

DE EL MES DE AGOSTO DE MDLX1I AÑOS.

De *

todos modos, es para nosotros indudable que

Diego Riaño se debió la traza del gran monumento, no sólo por lo que acabamos de consig-


nar,

sino

sus

partes,

también porque, examinadas algunas de

de

tivos

hallamos

la

en

inventiva

muy

rasgos

ellas

y gusto

distin-

de aquel

artístico

maestro.

Pocos eran entónces llarse

á las

to

mos

por

influidos

en

tradiciones la

traza

de los

Sacristía

no obstante

los que,

ha-

Renacimiento, rendían

el

del arte ojival,

y adornos

y

cul-

nos

si

que aparecen

fija-

en

la

y volvemos después la vista

cálices,

bellísimo vestíbulo

al

res,

de nuestras Casas Capitulaencontramos tan notable semejanza y tantos

puntos de contacto, que nos convenceremos sobradamente que una misma mano tuvo que trazar con singular primor y elegancia las frondas y cresterías, la

sus ligeras

y otra fábrica. último

y frisos, y ornamentación de una

Con Riaño parece que

suspiro el

explendoroso arte

después de su muerte, apenas cencias

en

las

toda

baquetillas

sóbria, pero elegantísima

de aquel soberano

más grandiosas

si

que

catedrales

naba á

lo

ideal,

la

permite

la

frase,

y los maravillosos

que se forjaron filigranas

los

espíritu,

pináculos, los

de San Juan de

los

La»

real domisi

se

me

ensueños en

arbotantes,

Reyes, y

las

g¡o

^

aS

an '

bóvedas y las caladas tracerías de nuestra Catedral trocábanse un siglo más tarde por las itf>' tescas

'

intervino

españulas.

influencias italianas lo invadían todo, lo al

así,

y

hallamos remin¡ s

ingenio

cabeza

el

exhala

ojival;


— ponentes y

de

pié

189

imágenes que tomaron forma sombrías montañas escurialenses. frías

las

Los documentos que hemos encontrado, el

siguiente

al

tiene

epígrafe:

OBRA DEL CABILDO NUEVO

<»

Señor Baltasar do Alcocer mayordomo de Sevide los maravedises que en nuestro poder es-

v illa,

tán librados,

para la obra del Cabildo que la ciudad mandó hacer en la Plaza de San Francisco; dad y pagad á las personas contenidas en esta c opia z °n

los

maravedises

que en

que han labrado en

Peones y cal desde martes y quinientos veintisiete años n oviembre

ella

dice

por

ra-

obra de cantería y 29 de octubre de mili

la

hasta

del dicho año que

sábado

2

de

según dirán son

las

siguientes:

á

Arnao aparejador de cuatro

á Juan Vizcayno á 2

á

Tomás Francés de

á Vexines

de cuatro

x [2

dias á 3 reales,

reales,

cuatro dias á

2 i[2.

dias á 2 i[2.

(i) En el libro en que se contienen estos documentos aparecen colocados en el órden mismo con los copiamos.


— á Picardo de

4

190

á Andrés do Palacios de dias A 2

dias á 2 reales,

4

i¡2.

y

A Martin de Gainza de 4 dias á 80 maravedises,

á Juan García de 4 dias A 75 id. á Vergara de 3 dias y i[2 á 2 reales, á Copin de 4 dias A 93 maravedises, á Martin de Saldivia de

1

á Francisco González de

á Pedro de

[2

Pamanes de 4

dia á 2 reales, días á 2 reales,

4

dias á

90 maravedises

á Lorca (Gaspar de) de 4 dias A 60 maravedises

de Gainza do 4 dias á 60 id. de 4 dias 90 id. A Juan de Ibarra de 4 dias 60 id.

A Juan

A Aparicio Martin

A Juan de Villafranca de 4 dias á 50 id. á Melchor de 2 dias 64

id.

á Alonso González peón de 4 dias A 40 id. á Almonacid peón de 4 dias id.

A Mérida

id. id. id.

á Juan Flamenco id. de á

Pedro peón

id. id. id.

id. id. id.

á Alférez peón de dia y medio, á Diego López Baquero, peón, de

medio

dia.

á Fíamete

de 3 dias á 40 maravedises, á Baeza peón de 2 id. á id. á Padilla 2 dias á id. id.

de adobar

las

parehuelas que se quebraron

seis

tablas y clavos 21 maravedises. á Rodríguez, Calero,

de

104 cargas de

cal

q ue


I

9I

ha dado en estos dichos dias para precio

el

la

dicha obra á

cahíz de i;2

ducado que ha de haber 2q3o así que suman todos los marave-

maravedises y i[2, dises en esta copia contenidos que habéis de dar é pagar á las personas que en ella dice maravedises.

Fecha

2

dias del

años los cuales pagad á

9357 mes de Noviembre de 1527 personas y tomad albalaes

las

de pago é pagad ante uno de los Con [adores de Sevilla.

Pagáronse estos maravedises contenidos en esta copia ante mi Juan Mexia Contador de Sevilla en 7 dias de Noviembre de 1527.

a

Cuenta de Jornales invertidos desde 4 do No-

2.

viembre hasta 9 del mismo (1527).

Llamase a Parece

á

Arnao maestro aparejador

otro artífice llamado Juan Rodríguez

gana á 50 maravedises cada

dia.

Otro llamado Juan Gonzatez á 65 maravedises diarios.

El calero se llama

Rodrigo de Arcos.

a

3

*

filero

Cuenta de Jornales invertidos desde 20 de 1528 hasta sábado 25 de dicho mes y año.


— Juan (Picardo) es Picardo de

la

el

192

nombre que

lleva el apellido

primera Cuenta.

Aparece un Juan Martin de Carasa que gana 60 maravedises diarios.

Otro llamado Mateo á real y i\2. Otro Juan de la Puente d 60 maravedises. Otro Juan Rodríguez d

id.

a ¿ Ontani ? d tres reales.

a de aver Diego de Ricino 5440 maravedises por

razón de 40 dias que ha fecho algo

(sic) en la dicha obra que son desde i.° do Diciembre del año pasado de 1527 años hasta sdbado 25 dias de este mes pr e ' sente de enero año de la fecha de esta copia d pro* ció cada dia de cuatro reales que fueron los dichos

5440 maravedises.

—a

de aver

vedises y 142

el

dicho Diego de Ricino 3333 ma,

que son del segundo

tercio

de

a"

los r

10.000 maravedises que se le dan de su salario p° año que se cumplieron en fin del mes de Diciembic mayop del año pasado de 1527 años por maestro

DE LA OBRA.

—a

de aver Francisco González portugués sacador de piedra de la cantera de Utrera 1224 maravedí' ses por razón á precio

de 9 carretadas de piedra que ha sacado la sacada á 4 reales.

cada carretada de

0

a de aver Francisco Sánchez Carretero vccia de Utrera 2290 maravedises por razón de la tia¡d a de las dichas carretadas de piedra que arriba dice 9


i93

~

precio cada carretada de 7 reales y

1 [2

cada carre-

tada.

— De arena de San Sebastian 12 cargas

á 6

ma-

ravedises la carga que son 62 maravedises.

— De betún para 1

las faltas

de

las piedras labradas

12 real.

Asi que suman los maravedises en esta copia contenidos que aveis de dar e pagar a las dichas perso-

como

n as 2

5

dicho es 19.316 maravedises y

i[2.

Fecha

de Enero de 1528 años.

a

4. Cuenta de jornales invertidos desde lunes 16 de octubre de 1527 fasta sábado 26 de dicho mes

y año.

aparece un Francisco Sánchez á 2 reales diarios, a

de aver Francisco González y sus compañeros

4845 maravedises que son de 19 carretadas que

tra-

jeron de piedra de Utrera á 7 reales y i¡2 la carretada de la traída.

5 .* 1110

Cuenta de jornales invertidos desde 30 de Ju-

de 1533 años

fasta

sábado

5

de Julio del dicho

año.

a Juan Sánchez aparejador de seis dias que labró 14

*02 maravedises cada dia. 25


— á Juan de Vexines

iQ4

-*

asentador de un día que labró

á 102 maravedises.

Germán

á

entallador 6 dias que labró á 85 mara-

vedises cada dia. ó Miguel

entallador por id.

de

á Juan

la

Pedro de Guadalupe

á

id. id.

Puente cantero á 68 maravedises.

á Juan de la Torre

id.

á

id. diarios.

d id. id.

id.

Á Martin Gainza cantero por 6 dias que labró d 6$

maravedises cada

dia.

á Diego Guillen cantero id. id. á 68 maravedises. á Juan

3

López cantero

Pedro de Praves

á

id,

tres dias á

6

id.

á

68 maravedises-

60 maravedises

dia-

s.

á

Diego de Vexines

el

mozo por

6 dias d

30 mara-

vedises.

Siguen los peones. á

de aver Pedro de Rebollar cantero vecino de de piedra 7 carretadas

Utrera 2856 maravedises por

que

trajo

de

las

canteras de

Moron

cerre á 12 reales

tada.

a

6.

del

Cuenta de jornales invertidos desde lunes

mes de

Julio

de 1533

fasta

sábado 12

dicho mes y año. aparece un Pedro de Prada cantero.

dias

/

e


*

9?

a

Cuenta de jornales invertidos desde lunes 14 de Julio de 1533 hasta sábado 19 del dicho mes 7-

y año.

de aver Gonzalo de Reina veedor de

a ros

que labran en

los cante-

obra del Cabildo nuevo 833 macornados por un mes que ha servido y la

ravedises y 2 residido con los dichos canteros que dias

de Junio y se cumplió

á 17 dias

de 10.000 maravedises por año

comenzó de

como

á 17

Julio á razón la

ciudad

lo

hene mandado. a de aver Jaq (sic) imaginario

compañero de Guipen imaginario 6.000 maravedises para en cuenta de ,

22 varas, y i[2 palmo de frizo que tiene lechas y medidas á 40 reales cada vara, parala dicha obra, quéda-

le

debiendo de todo esto 1802 maravedises.

8.

a

Cuenta de jornales invertidos desde lunes 21

de 1533 años fasta sábado 26 del mismo ^es y año. Se dá a Juan de Vexines el nombre de aparejaJulio

^ 0r

y en la cuenta quinta asentador.

*

9 10

Cuenta do jornales desde lunes 28 dias de Jusábado 2 de agosto de dicho año aparece

fasta


— 196 — un Francisco de Espino cantero

á

68 maravedises

diarios.

Cuenta de jornales desde lunes 4 de agosto sábado 9 del dicho mes y año.

io.”

fasta

Nada

11.*

to

Cuenta de jornales desde lunes 11 de agos-

de 1533

Nada

1

12.

de

interesante.

1

fasta

Nada

a

sábado 16 del dicho mes y año.

Cuenta de jornales desde lunes 18 de agosto

533

13.

fasta

interesante.

sábado 23 del dicho mes y año.

interesante.

Cuenta de jornales desde

Agosto de 1533

fasta

el

lunes

25

sábado 30 de dicho mes y

año. á Francisco López maestro de hacer letras de y medio que estuvo en hacer para unas armas maravedises cada dia y con 1 [2 real del betún.

utl

dia

a

14.

Cuenta de jornales desde lunes

11 i.° Setie*


i

97

bre de 1533 fasta sábado 6 de dicho

Nada

a

mes y

año.

interesante.

Cuenta de jornales desde lunes 9 de Setiem-

15.

bre 1533 fasta sábado 13 dias del

Nada

mismo mes y año.

interesante.

a

16. Cuenta de jornales desde lunes 15 de Setiembre 1533 fasta sábado 20 del dicho mes y año.

Nada

a

17.

interesante.

Cuenta de jornales desde lunes 22 de Se-

tiembre de 1533 fasta sábado 27 de

Nada

i8

,a

id.

interesante.

Cuenta de jornales desde lunes 6 de Diciem-

bre de 1533 íasta sábado 11 del dicho

Nada

interesante.

mes y año.


198

s

Cuenta de jornales desde lunes 13 de Octubre fasta 17 del mismo. i9-

»

»

»

»

»

»

»

»

»

»

a de aver Gonzalo de Fuentes vendedor de

la-

i)

218 maravedises por

drillos

que dió para millar

la

i)

238

»

»

ladrillos

))

terciados,

dicha obra del Cabildo á precio

el

de 910 maravedises.

20.

a

Cuenta de jornales desde lunes 20 de Octu-

bre de 1533 fasta sábado 25 dias del año.

Nada

mismo mes y

interesante.

21.“ Cuenta de jornales desde lunes 27 de Octubre de 1533 fasta viernes 3i dias del dicho mes y

año.

Nada

interesante.

a

22. Cuenta de jornales desde martes 3 o de Semistiembre de 1533 fasta viernes 3 de Octubre del

mo mes

y año.

Nada

interesante.


J

99

a

Cuenta de jornales desde lunes 3 de Noviembre fasta sábado 8 del tnismo mes y año. 23

.

á de aver Diego Gutiérrez vendedor de

maderas

de fes carros de medios pontones para cimbres del zaguan del Cabildo nuevo.

30

reales

las

I

a

24.

Cuenta de jornales desde lunes 10 de No-

viembre de 1533

fasta

y año.

Nada

interesante.

sábado 15 dias del dicho mes



LA ICIESIA DE LA UNIVERSIDAD LITERARIA.

Kntrc los más notables edificios que ya por sus Proporciones ó juezas c ular

'Uoso

J es ús

(i)

para se

ofrecer

de nuestros lectores como

templo de

Uccion

la

Universidad. Acordada

Casa Profesa por puso

las

la

la

primera piedra

el

la

ri

partí-

de ser visitados

pocos podríamos

interés,

°utemplacion

tr

empleados, ya por

que atesoran merecen muy

siendo dignos

estudio

mayor c

estilos

artísticas

con á

la

her-

cons-

Compañía de de su Iglesia

(0 Se instalaron primeramente en 1554 en las ^sas de don Francisco Fernandez Pineda: dos años es pues trasladáronse ¿otra propia del Veinticuatro Sev 'illano Fernán Ponce.


202

t

en

año de 1560 por el Obispo de Canarias don Bartolomé de Torres, concluyendo la fábrica á 2 5 de Marzo de 1579 y celebrando en ella el sacrie!

de

ficio

Misa por primera vez el Arzobispo don de Rojas y Sandoval. Tiene tres puerprincipal, que dá a la calle de la Univerla

Cristóbal la

tas:

sidad con

elegante y correcta portada de estilo greco-romano y algunas esculturas que aun cuando la de la Virgen Madre se reputa por ciertos autores como de Torrigiano, nosotros disentimos de esta opinión; de las laterales, una tiene la entrada por los claustros

que mira Ul

al

Oriente,

de

la

Universidad;

se encuentra

la otra,

tapiada.

mal gusto introducido por Churriguera hubo

de posesionarse de esta templo siendo modelos acabados de tal depravación artística los altares c] u0 lo

decoraban y algunas pinturas

al

fresco,

de q uü

más adelante trataremos. Viene atribuyéndose edificio

al

celebrado

la

Juan

traza

que otros afirman fué debida

Bustamentc que

floreció

á

de este hermoso por más

de Herrera, al

jesuíta Bartolomé

mediados del

siglo

y que fué uno de los primeros religiosos que nierun á Sevilla en 1554. Fabricada toda ella manipostería, es su planta de una cruz, con

la

navC

más prolongada, cerrando el crucero media naranja con sencillos casetones y

principal belta

linterna,

apoyándose

el

vl *

todo en cuatro grandes

es

sU ar


eos

sostenidos por ocho medias columnas estriadas

de órden dórico. Alzase el retablo mayor sobre cinco gradas de mármol blanco que prestan mayor elegancia y esbeltez á se

su

grandioso y correcto conjunto. Débeal célebre Alonso Matías que floreció

su

traza

á fines

del

corintio

en

XVI

siglo

consta de un

cuyo

sobre

zócalo

viden

el

y principios

del siguiente y

sólo cuerpo arquitectónico

entablamento

se

alza

de orden el

ático:

de madera dorada

y con tableros de mármol negro elévanse cuatro pilastras que difrente

Ocupados, Roelas,

en

grandes compartimentos,

tres

el central,

por

el

magnífico lienzo

de

Sacra Familia con San Gerónimo y San Ignacio de Loyola, y á los lados en los intercolumnios, otros dos cuadros del Nacimiento y Adopción do los Reyes, de su discípulo Juan de Va r ela. Delante de las dos pilastras centrales, sobre *

0s

la

mismos pedestales que

estatuas

trabajadas

Cu yas

b ajes fienzo c

°>

los

sirven

á

éstas

por Montañés en

genes de San Francisco

hay dos

1620, imá-

de Borja y San Ignacio,

manos son admirables y los roencolados. Ocupa el centro del ático otro

cabezas

con

y.

una Anunciación, de Francisco Pache-

y á los lados los

dos excelentes cuadros con San Juanes Bautista y Evangelista, del Racio-

t'ero

Alonso Cano. Todo el altar, á más de su legante traza, es de muy buena talla y dorado,


— debiendo

forma

de

tectura

atención

figurando

Sagrario,

el

204

nuestra

fijar

planta

cuadrangular

asienta un cupulino, en el

que

templete

el

un cuerpo de arquisobre

se

que

el

que se hallan

lindas

tres

ricas de color, y de estilo de Roelas. Háfechada toda esta obra á 25 de Marzo de

tablitas llase

1606. Pin

red,

muro

el

existe figuras

las

'

del evangelio, sugeto en la P a bajo relieve sepulcral de bronce, con

el

escudos y laude de don FranMendicoa y doña Catalina de Al-

yacentes,

cisco Duarte de

cocer su esposa. Esta magnífica obra, nteresante por los trajes

mucho por

bién

de

I

de Triana, fundado por

po en 1840

á

zuza y por

tam-

todo en l° s ex-convento de a

su ejecución, sobre

pormenores, fue trasladada del Victoria,

curiosa é

si

los personages,

expensas de

ellos,

Condesa de Bena"

la

del Doctor

diligencia

este tem-

.1

don Manuel L°*

pez Cepero.

La H!C

.

laude dice .

RISSIMVS

AVG M1NI

.

.

así:

IACET FRANCISCVS

MIL1TARIVN

.

PRAE MAX .

NOCVIT

CCNIVX

.

.

(^VI

.

ET

SVA

.

.

D

.

.

.

DVARTEVS

COMMEATVVM

.

MVLTIS

.

.

VIII

.

VIR .

C

Ch

V

.

PROFVIT ET

.

OCT

DE .

.

AL COC

MDLIIII

C

’ •

.

CATHERINA

OBIIT

.


205

Aquí yace Francisco Duartc proveedor general de Armadas y Ejércitos que hizo bien á muchos mal

las

,

á ninguno y doña Catalina de Alcocer Murió á 2 q de Setiembre de JS54,

La

figura

del

dura imitación de

do

su mujer.

,

varón viste tnuy elegante arma-

romanas, áun cuan-

las antiguas

tiene brazales completos: bajo el izquierdo

rece

apa-

hermosa borgoñota de alto crestón empenachado con plumas, y las manoplas: reposa la la

cabeza sobre

un

peto airosa águila

tocado en

la

bordado almohadón y orna el esployada. La dama lleva un

cabeza, collar de gruesas perlas, ce-

con mangas perdidas y rico cinturón: ambos descansan los pies en dos figuras de leoñido

brial

En

nes.

bre las

de

espacio central y se vé

el

bronce, notabilísimo

tercio superior, so-

al

dos cabezas,

por

el

escudo asimismo

el

esmero con que

está trabajado.

Está

presente colocada en

al

el

machón

niismo lado del presbiterio una imágen

gen sentada con

el

el

brazo

xxxiii

importancia. Contiguo

ya

faé

evangelio,

está

á nuestro juicio,

á

este el

sitio,

en

sepulcro del

maestre de Santiago, don Lorenzo Suarez

de Figueroa, tiago

del

del

la Vir-

Niño Dios en brazos, que tam-

bién se dice obra de Torrigiano:

carece de

de

de

la

fundador del ex- monasterio de San-

Espada,

en

esta

trasladado á esta iglesia,

ciudad,

de donde

cuya estátua yacen-


s

— por

es interesante,

todavía ejemplar de aquella decadencia en que

ser

cayó

el

rique la

206

mármol blanco

esculpida en

te

arte escultural en

á

III;

los

con

fidelidad,

palabras: núsculos,

los

pies tiene

curioso

Amad Amadi ,

nombre

,

tiempos de don En-

un perro, símbolo de

collar en

que se leen

las

con caracteres góticos mi-

célebre en los

de

fastos

la ve-

nación y del que hace memoria Argote de Molina en el libro de la «Montería do don Alfonso XI»

al

go,

de

XIX, diciendo que este es famoso perro del maestre de

capítulo

bre de un

que nos venimos

á lo

antes

dicho,

al

Sin

refiriendo.

clasificar

el

nom-

Santia-

embargo

esta escultura, ha-

remos constar de nuevo que no obstante cha del fallecimiento del maestre en

la

debió

aquellos

ejecutarse

antes,

pues

era

fe-

esta

1409,

obra

usual

en

tiempos encargarse los magnates en vida

sus sepulcros,

recordando á este propósito el de don Alvar Perez de Guzman, mandado hacer en

Genova por

este

rico-hombre,

mucho

antes

de su

muerte.

Su guiente:

epitáfio

es

como

sigue

en

la

página

si-


207

Simulacro del esforzadísimo y prudentísimo varón don Lorenzo Suarez de Figueroa trigésimo tercero ,

maestre de la Orden de Caballeros de Santiago en cuya institución hizo varias cosas piad¿osas útiles llevó y d cabo esforzadas empresas en los reinados de Enri ,

:

yac lid Juan l , y Juan //, consumó preclaras hazañas en la guerra contra los moros y siendo principal caudillo conquistó con sus caballeros los castillos


2o8 de

Pruna Feba y Ortexica en

este

,

Convento Er.

tua

el

hay

(i)

donde está

el

año de 1403, fundó en el año de 140Q

sepultado.,

basamento sobre que

esta

otra

se baila

la

inscripción: en

o >

g

O O

O pj H-í

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2

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2 O

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H 2 O PJ

w Refiérese al de .Santiago de (1) que ya antes hicimos mención.

/

la

Espada,

esta-


209 Simulacro del trigésimo tercero maestre de la Orden de caballeros de Santiago don Lorenzo Sitarez de Pigueroa fundador del Convento de dicha Orden. Profanado el templo por los franceses que lo convirtieron ,

en establo para caballos en villa libre de

'Durante los

tención en J

glcsia

1810 y luego que

se vio Se-

enemigos se restauró en 1816. acontecimientos

de

y perdidas

las cenizas

que

se

hace

saqueada aquella

la anterior lápida fue

de este valeroso cau-

En el muro frontero del mismo lado hay un buen retablo antiguo, pequeño, colocado dentro de dillo.

°tro baila

mayor, moderno, enfrente en

el

que

imitación del que se

es

opuesto brazo del crucero:

muy bella fino como

el

Pn'mero es de

traza al

c|

elegante. Consta de zóca-

m¡ento tan

gusto

del

Rena>

dos cuerpos corintios y ático, todos ellos adornados con buenas pinturas en tabla que conservan Sun reminiscencias del estilo ojival á pesar de haber S|

do ejecutadas en

el siglo XVI. Antes de pasar en nuestro exámen debemos para mejor conocimiento de nuestros lectores consignar las nota-

a delante

bles Ij

el *

mejoras que- por la iniciativa del Sr. D. Manuel °Pez Cepero se llevaron á cabo en este templo en año de 1 836 á quien deben los amantes de las ar-

es el

l0

haber reunido en

y posee,

así

como

el las

magníficas preseas que

haberlo despojado de los ma-

s retablos de pésimo gusto que antes ^piando además algunas partes de

lo

adornaban,

las grotestas

27

/


I

hojarascas ros,

churriguerescas que

decoraron sus mu-

respetando aquéllos que, por su

bien

si

dadero mérito, debían salvarse de

la

ver-

destrucción:

entonces tuvo también lugar la traslación de los magsepulcros

níficos

apoyan en

los

de que luego trataremos, que

muros de

la

nave central.

Á ambos

se la-

dos de este retablo hay dos cenotafios de mármol blanco de ningún mérito, con dos detestables medallones

que quieren representar

nistas sevillanos

don Alberto

á los

Lista y

doctos

don

huma-

Félix José

Reinoso. Inmediato á este

que conduce

á la puerta

sitio hay un arco tapiado de que antes se hizo méri-

to, que mira exteriormente á Levante, en el cual, bajo dosel, se vé un magnífico crucifijo de tamaño na-

obra notable de Juan Martínez Montañés, c0!l Virgen y San Juan Evangelista á los lados, estas dos esculturas endebles, aunque del mismo estilo de tural,

la

Montañés. Una vez ya en la espaciosa nave hállase en primer lugar el suntuoso sepulcro de don Pedro Enriquez de Rivera, pertenece todo

más

florido estilo plateresco

si

el

monumento

al

bien ya la aglomera-

ción de ornatos, lo hacen en parte recargado, á pesar

de su delicada ejecución. Su

friso,

columnas y

arch>-

son de rica y esmerada labor, lo mismo q uC algunas de las estatuitas que decoran sus intercolum volta,

a

nios.En una sencilla targetaque se ve en la basa de urna sobre que se halla la estatua yacente de aq u<^ caudillo,

armado de punta en blanco,

se lee:


A.M’IIO.MVS

MARIA

DE

APÍULIS

DE

CIIARONA


Frontero bién de

al

mármol

anterior sepulcro

blanco,

hállase otro, tam-

esculpido

en Genova,

tan

y ostentoso como el anterior, de endeble ejecución en algunas de las partes de las figuras que lo adornan y de gusto plateresco. La estatua yacente rico

reposa también en una urna más elegante que

la del

sepulcro antes descrito y con el epitáfio siguiente que, en atención á la falta de espacio, insertamos en Ja

página inmediata:


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214

En ambos muros y

á continuación de los magní-

mausoleos descritos se han labrado el año de 1838 otros dos de manipostería, sobre cuyos basamentos de mármol blanco reposan tres estátuas ficos

yacentes sobre los mismos planos; las centrales son de varones armados de punta en blanco, las late-

de damas con ámplios paños y lobas: á la ¡os arcos y, por tanto, encima de las mencionadas estátuas, hállanse tendirales

mitad de los huecos de

das sobre unos planos otras dos, asimismo yacende varón y de muger. Todas ellas son de

tes,

mármol blanco y representan personages de

las

ilustres

casas de los Perafanes

carreros

y Ayalas, y sobre algunas debemos llaatención de los inteligentes por ser obras

mar

la

de verdadera importancia

En de

la

el

muro

epístola

central

de Rivera, Porto-

artística.

del enterramiento

del lado

hay una lápida que contiene

esta

inscripción:

ESTOS CUATRO ENTERRAMIENTOS DE LA CASA

DE RIBERA Y LA GRAN PLANCHA DE DON pedR°

AFAN SE TRASLADARON DE LA CARTUJA DE LAS CUEVAS EN EL AÑO DE 1838 Á EXPENSAS r

DEL EXCMO. SR. DUqUE DE MEDINA-CELI Y ALCALA SUCESOR DE LOS ESTADOS. EL CLAUSTRO DE


LA UNIVERSIDAD LES DIO LUGAR EN SU TEMPLO, HABIENDO RECONOCIDO EL PATRONATO

EL DR.

D.

MANUEL LOPEZ CEPERO, PROMOVEDOR

DE LA TRASLACION V COLOCACION,

En

los

entre los

espacios

de muro que quedan

primeros mausoleos descritos,

del

libres

ade-

lantado don Pedro Enriques y doña Catalina de Ribera y los últimos sepulcios, vense á derecha é izquierda unas losas

de mármol con inscripciones

doradas y escudos de bronce modernos.

La

del lado

del

evangelio dice

así:

Aquí YACEN LAS CENIZAS

DEL SEÑOR DON

PEDRO

PONCE DE LEO™, (QUINTO

SEÑOR DE MARCHENA, CONDE DE MEDELLIN, PRIMER

CONDE DE ARCOS Y DE DO-

ÑA MARIA DE AVALA MUGER, DE

D.

SU

JUAN PON-

CE DE LEON, CONDE DE AR. COS,

SEXTO SEÑOR DE MAR-

CHENA, DE DON FERNANDO

PONCE DE LEON, DE DON


2

1

6

LOPE PONCE DE LEON Y DE DOÑA ISABEL PONCE DE LEON, SU HIJA. R.

Bajo este

epitáfio

I.

P.

hay otro que dice

así:

o *>•

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— En

el

que se

muro de

217

la epístola

hay otra inscripción

lee:

Aí^UI

YACEN LAS CENIZAS

DEL SR.

D.

PEDRO

PONCE DE LEON, SEÑOR DE MARCHENA EL VIEJO Y DE

D.

PEDRO PONCE

DE LEON SU HIJO Y DE BEATRIZ DE EGERICA HIJA DE DON JAIME

DE ARAGON NIETO LEGITIMO DEL REY DE ARAGON. R.

I.

P.

28


sia

(i) Alude ĂĄ los otros de San AgustĂ­n.

tres

que estaban en

la. i t^

e'


-

219

Por último, levántanse adosados contra ros

otros dos

sepulcros

donde yacen, en

el

los

de ningún valor

mu-

artístico

Marqueses de

del evangelio los

don Antonio Desmaisieres y doña Manuela Fernandez de Santillana, y en el opuesto mu-

la

Motilla

ro

el

marqués de

las

rón y Motezuma:

Amarillas

don Gerónimo Gi-

junto á esta tumba vése una de

pésimo gusto que amengua en plendor del templo

de San

grado

alto

donde reposa

ilustre

el

el

don José Sartorius y Tapia. el examen de

Luis

Réstanos ahora para terminar contenido

en

nave central, detenemos

la

soberbia laude

sepulcral

grabada admirablemente 3

l

ex

conde

edro Afán de Rivera,

lo

ante la

de bronce en que se vé la

elegante figura de

que

ella

por

don

sóla sería

bastante para atraer á los entendidos á visitar este

templo. c ho

78

i

Es un gran rectángulo que mide de an-

métro 97 centímetros y de alto

'lustre

a dornos

al

estilo del

ecada y apoyado S°rrion con I

alto

el

Renacimiento,

ta l

métros y

crestón

cabeza des-

de pico

de

y cimera de plumas, en escarcela que sugeta con el

derecho. El trazo general de aquella y los

Peregrinos °n

la

yelmo, que es

a falda del peto sobre la

^ r azo

s

2

En el centro está la efigie del magnate armado con arnés completo, con

centímetros.

pormenores que avaloran

trabajos de singular maestría y

de esta verdadera joya

artística

el

la

armadura

conjunto

no pueden

to-

iré-


z

fr

«

<

220 nos que admirar profundamente á cuántos

rededor de

templan. Al cripcion

concebida en

la

estos

figura

la

con

corre una

ins

términos:

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za en este túmulo aquel que la virtud ensa a cantará has

hasta los astros á quien la debida ,

fama


el último día

en diversos tiempos gobernó dos amplísi-

:

mos reinos joven ,

el de Valencia

,

anciano el de

Arpó-

Mientras estuvo en Valencia resplandeció como su

les.

,

lucero , mientras en Italia, fué otro Héspero; injusto es llorar al que en los

una y otra parte viviófeliz vivo entre ,

hombres muerto para con Dios. (Trac!, por Zúñiga). ,

Rn

la

parte

superior

grabados se ven

los

de

plancha asimismo

la

escudos de

la

Casa

de Al-

calá.

Esta inapreciable joya artística hállase defendi-

da por una te

verjita

de hierro colocada recientemen-

á nuestras instancias, con

gaste de lo grabado en

manifestarse en los

Volviendo ahora

la cual

ella,

se evita el des-

que ya empezaba á

delicadísimos trazos del rostro. al

crucero pasaremos ante

las

de San Cosme y Damian y una Virgen en pié que se ven delante de los pilares que sos-

esculturas

tienen el gran

arco del presbiterio, cuya ejecución

es endeble, para detenernos ante el altar

de

la

Con-

cepción.

Consta de un gran arco revestido en todo su

tamaño de un cuerpo semicircular de órden compuesto coronado por un sencillo ático. arco

pos todo

lo

El vano del

ocupa un elegante retablo con dos cuer-

de órden conrintio. Enriquecen se halla

checo, multitud

estofado y

de

Pero bien ejecutadas

dorado

estatuitas al

estilo

de

al

el

altar

que

gusto de Pa-

distintos

tamaños

de Montañés á quie-


222

nes se atribuyen, acaso con fundamento, siendo

más notable venera en los

la

la

imágen

hornacina

de

la

principal.

muros del templo hay

la

Concepción que se

varios

Repartidos por cuadros

de

la

Escuela sevillana, apreciables.

Inmediato á este

altar

hállase el

sepulcro del

famoso Benito Árias Montano que hace pareja con el del maestre don Lorenzo Suarez de Figueroa. 'lambien tiene estátua yacente, y que, como la anterior, trasladóse del Convento de Santiago de la Espada. En la parte superior del mausoleo se leo el

/

epitafio

que insertamos en

Ja

página siguiente:



224

Consagrado al Señor de so de Fontiveros

y

— D. Alón-

los vivientes.

Convento de Santiago de Sevi -

el

lia, venerando la memoria de su Prior en otro tiempo Optimamente benemérito pusieron y consagraron este monumento , para guardar con honor los huesos del varón incomparable por todos títulos digno de ;

,

,

mayor y más augusto monumento Benito Arias Afon taño

,

doctor teólogo

vino beneficio ,

p lieador

intérprete admirable

,

de los sagrados libros

del textimonio de

N.

S.

y

,

por Di-

atentísimo ex-

Murió en ijg8 á

la

edad de 7 / años.

En crita

mos en

el frente

de

la

por don Félix á la página

ésta:

urna hay otra inscripción, J.

Reinoso,

la

cual

inmediata por carecer de

es-

traslada-

espacio


225

Aqui reposan ios

los huesos de

Benito Arias Montano,

que en Ă­S10 ocupado el Convento de Caballeros de


— Santiago por

226

los franceses

que

se

apoderaron de esta

ciudad se llevaron á su Iglesia Catedral ,

enemigos

se

y

libre

ya de

trasladaron á su anterior sepultura. Ex-

tinguidos los regulares, fueron conducidos

á

este sitio,

casa de estudios que fomentára cuando joven en 12 de ,

las

Kalcndas de Setiembre de l8j8 por disposición del

Claustro universitario de Sevilla.

Hemos terminado la breve reseña que nos propusimos de este templo, riquísimo museo con que Sese enorgullece, y donde los artistas y sugetos entendidos hallarán ancho campo de estudio antelas villa

joyas que atesora.


"K-

t

APUNTES SOBRE LA CERAMICA

IDE

TRIANA

(BARROS VIDRIADOS)

— Notable grado de apogeo y explendor adquinó en pasados tiempos esta importante rama de la

industria

refiere

A

Investigar

la

y

los

dicamente su

muy

particularmente en

fabricación

lo

de sus afamados

que se azulejos.

orígenes, historiar razonada y metódesenvolvimiento es en nuestros dias

°bjeto de preferente atención por parte do entendidos

y

doctos ceramógrafos

que,

paso A paso


22S y merced á difíciles disquisiciones, han logrado reunir gran copia de datos, bastantes á esclarecer el

interesante

estudio

de

barros vidriados.

los

Motivos fundados existen rante

para suponer que du-

dominación romana fué Sevilla un gran

la

centro productor de objetos cerámicos, pero á los cuales

faltaba

riquísimo

el

que más adelante debimos lo

barniz

que no nos detendremos en este cerámica con

ción

el

deslumbrante

ves

de los

salidos

alfahares

las

fabrica-

la

que

brillo

placas y

En

sevillanos.

á los primeros,

el

concepto hasta ahora más probable) á

mohades, contribuyendo á considerarlo de

que acerca de este particular guardan

cio

critores

de

la

época del Califato

minuciosamente

cuan-

los alel

así

Gran Aljama de Córdoba y

la

es-

relie-

debióse su introducción (según

to

tudio

pues

particular,

que á nuestro propósito importa sólo maltó los inimitables azulejos,

vidriado,

del

musulmanes, por

á los

el

es-

silen-

los es-

describir tan

al

primores del arte y de la i°* las encantadas mande siones de Medina Az-zahra y en los palacios la ciudad émula de Damasco. dustria

Cual fué erigidas

nes

pues

los

que resplandecían en

el

carácter

durante

el

muéstrasenos en

éi

de

las

fábricas

monumento»

en aquel soberbio

desplegaron

de un fastuoso

distintivo

imperio de los Abder-Rahma-

estilo

todas

las

magnificencias

arquitectónico,

contribuye 0


229

do

á

aumentar su riqueza

valiosas

las

más espléndidas y

industrias.

El arte musivario concurrió á su enriquecimiento

y

exornación y

los

deslumbrante mosaico

do con griegas

el

c

Aparte de este

más

brillante

tífices

del

ni

y

colores, conoci,

que

las

flotas

ornato, que bajo nin-

debe confundirse con

el

más

que pueda probarnos

existe

barros

los

oro

alfosey-fesa

insignificante pormenor,, ni el

pequeño ejemplar empleo de

á el

onducido desde Constantinopla.

gún concepto puede azulejo, ni el

llegados

muros del mihrab con

de

nombre de

habían

bizantinos

artistas

Córdoba esmaltaron

el

vidriados (azulejos) por ar-

Califato.

Siguiendo

el

mismo

estilo,

siendo

uno mismo

el

gusto dominante en las construcciones

el

período de los reyes de Táifa, parece lógico

suponer que tampoco se las

fábricas

Un tro

de

en

la

en

entendido arqueólogo contemporáneo, nues-

Ríos,

Señor

el

dice

azulejos y aliceres

yes

empiedran aquéllos

que entónces se levantaron.

buen amigo los

durante

á

este

Don Rodrigo Amador propósito:

«Acaso

;

los

de que no conocemos ejemplo

época del Califato cordobés y de

los

re-

de Táifa, fueron consecuencia natural de

la

Codificación artística inaugurada en Al-andalus con la

invasión almohade,

gen mauritano.»

reconociendo por tanto

ori-


330

Sentados estos precedentes

monumentos

los

hispalenses,

la

y refirie'ndonos á primera manifesta-

ción

que se nos ofrece es ciertamente harto sen-

cilla,

como puede

bellísima

la

torre

en los ajimeces

de

de San Marcos, en que sólo

ha-

observarse

llamos aliceres

muy pequeños de forma romboi-

dal esmaltados

de negro, blanco y verde, y de assumua de Om-

esta

misma

clase aparecen en la

nium Sanctorum construida por

También si

hubo en

los

la

los

años de

1 1

84-

de Santa Catalina que,

no recordamos mal, eran sencillas cintas verque iban siguiendo el dibujo lobulado de al-

des

gunos arcos. Posteriores á esta fecha son

más

antiguas que

critor

del

siglo

las

citas

hallamos, una de Abu-Said, es-

que habla de

XIII,

esta

suerte:

«Y

se fabrican en Múrcia y en Almería y en Málaga vidrios de singular mérito admirables, y loza vidriada con esmalte de oro, también se labra

y

en Al-andalus un

linaje

de mofassas llamado en 1360 próximamente Iba siguiente: Se fa-

Oriente alfosey-fesa.

En

Batoutah de

escribía lo

brica en

Tánger

Málaga

la

bella vasijería ó

rada que se exporta á

En

época

la

critores,

ceres,

que se

porcelana do-

comarcas más lejanas.» refieren

los

á al

su

esta

mayor grado de explendor, por

azulejo

distintos

es-

citados

puede afirmarse que había llegado

industria

tocante

á

las

de

polícromo, á los verdaderos ah' los

grandes azulejos que se em-


-

231

plearon más

tarde y en los que se

deslumbrante

brillo

oro,

el

manifiesta el

metálico que los asemejaba con

procedimiento cuyas primeras manifestacio-

nes las vemos á partir del siglo XIII.

hace á

de

res

torres

las

torum, tenemos

dro

I

que

los

de

Por

después de haber citado

Sevilla,

lo

los

que

alice-

de San Márcos y Omnium Sanclos tiempos de Pe-

que venir a

cuyo Alcázar encontramos ya

Castilla en

productos de esta importante industria han

obtenido un

grado de perfeccionamiento y ade-

lanto notabilísimos. Fijándonos en la suntuosa de-

coración

que enriquece

del pátio

rías

de

las

zócalos

los

de

gale-

las

Doncellas, la hallamos com-

puesta por grandes tablas de lacerías que van for-

mando los

delicadas cintas

espacios que dejan

binaciones

do

la

de pequeñas

atención algunas

de esmaltes polícromos y cortarse, bellísimas com-

al

llamando sobre

piezas,

de

estrellas

las

to-

centrales

que constan de multitud de aquéllas, de microscó-

En

pico tamaño. driadas con

de

tal

estas

clase.

Las

char los artífices

se

tablas

reflejo metálico

ven también

que son

dificultades

dedicados á

las

con que debieron

combinar

vi-

primeras

la

lu-

orna-

mentación de tan expléndidos zócalos, se advierten

á

primera

vista,

pues

las

referidas cintas,

es-

y demás piezas de que constan, debieron formar parte de grandes placas, porque sus agutrellas

das aristas indican claramente que se cortaron des-


232

pues de vidriadas; en

caso contrario, los bor-

el

des se verían cubiertos de vidrio.

Á

exámen de solar

veamos

este propósito,

antiguas Ordenanzas los

lo

que disponen

de esta ciudad

albaiiies.

de azulejo pilas

Se

les

al

exije

las

del

tratar

que sepan

y más abajo leemos: «Otrosí ordenamos e mandamos que el dicho maestro sepa tracar e cortar e assentar e albedenes e salseros,

los lazos siguientes asi de ladrillo

seys

en vn ocho

e

como de

azulejo:

vn diez e vn doze: vn

vn

diez

e seys: e

vn diez e syete e un veynte: vn treynta dos e vna hoja de higuera e una (janea de araña

e otros lazos de diuersas maneras assi en cuerda

como

en modan<ja y sepan concertar e fraguar e

matizar

de

las

colores que conuengan según cada

lazo de los sobredichos y

de

los otros fuera des-

y sepa sacar formas e cortabones e los sepa según pertenesce á cada lazo: y sepa sacar todas las formas que pertenescen á la solería c

tos:

atar

al

azulejo susodicho

e a todas las otras plantas de

obras de suso nombradas.»

ra

Llegados á este punto juzgamos oportuno pamejor conocimiento de nuestros lectores pro-

sentarles, sin apartarnos

algunas

de

las

del

exámen monumental,

modificaciones

experimentó hasta llegar á

la

que esta industria época de su mayor

auge.

Antes

del

reinado

de

los

Reyes

Católicos


— conocemos en

Sevilla

2 33

á

más de

Doncellas, otros ejemplares

las

sima ventana que se alza sobre

el

Omnium Sanctorum

de

iglesia

ábside de

glo

puédese

muestras

ir

que adornan si-

centuria.

bellísimo

el

marqueses de

histórica plaza

en

tejaroz de la

tiempos de aquellos monarcas labróse,

los

casa de los

didas

el

y los

partiendo de este

Gil:

de

la bellí-

anotando en presencia de bellísimas

duda alguna,

sin

son,

desenvolvimiento que se obró en poco

el

más de una

En

de San

la

Pátio

los del

como

de

Algaba,

sita

en

la la

Las enjutas compren-

de su arrabaa presentan linda

espacio

el

Feria.

la

balcón-ajimez de

la

composición de aliceres polícromos en cuyos cen-

aos se notan

estrellicas

misma decoración de do lacerías llenaba iriso

°jeada para iué

clasificar

suntuoso palacio,

claramente en

los

que corre bajo

el

estilo

de

reflejo

azulejos

La

espacios de almocárabe del el

una simple

balcón. Basta

esta

pues

parte

en

que un día

del

ella

manifiesta

se

mudejar como so interpretó

el

reinado de Isabel

En

el

I.

derruido monasterio que fué de religiosas

Ostercienses, vulgarmente llamado

cordamos que flueño

metálico.

de colores forman-

existió

campanario

las

Dueñas, re-

hasta pocos años

há un pe-

de espadaña formado sólo por

Sc hcillo

arco conopial, en el espacio de cuyo timPano y enjutas resaltaban preciosos cuadrados de

30


— azulejos

234

dorados,

observándose ya en ellos otro procedimiento, pues no eran aliceres como los hasaquí citados, sino propiamente azulejos.

ta

de

primeros

los

vislumbrarse

años

del

con

mayor glo

brillo

metálico,

florecimiento

XVI, según

llísimos

los

en

el

primer

prueban

lo

el

d

en

todo

su

del

si-

tercio

sinnúmero de be-

Museos de Europa,

palabras de fidedignos

y,

otros conserlas

finalmente,

escritores.

Las dificultades que ofrecían

ali-

primitivos

los

ceres que tenían á fuerza de

pico que ser corta-

dos de

un

la

placa,

miento como fue hallar

dió el

lugar á

tcnach,

nuevo procedi-

que .llamamos relevado

otra designación

se expresa en

por no

,

que mejor pueda emplear-

se para distinguirlo. Nuestro

amigo

el

estos términos al

señor Sen-

cisamente este enorme trabajo tar los aliceres) el

á tal

(refiérese al

las

sea á simular

labores producidas por

mosáico, obteniendo esta modificación

esta

*

de cor-

tal

éxito,

después no se vuelven jamás á emplear en namentacion, sino las losetas esmaltadas.»

En

((Pr e

extremo indujo á que pasara

azulejo á su segundo período, ó

en losetas cuadradas

del

tratar

nuevo procedimiento en que nos ocupamos:

des-

producciones cerámi-

las

apareciendo

ejemplares que nos restan,

vados en

Ya

comienza

grado de explendor que poco des-

el

pués habían de alcanzar cas

XV

siglo

época se introduce también

116 fl

la ° r

'

°' otro n


— table el

235

procedimiento en

la fabricación,

del prensado desconocido

como

lo fue

completamente por

los

musulmanes y que dió origen al azulejo llamado vulgarmente de relieve, á que nosotros diremos de cuenca

por estimar que esta segunda designación

cuadra mejor con ron fabricados.

la

manera

Generalizóse

especial esta

como

fue-

en breve

por toda España enriqueciendo los templos y los palacios

tesy

y rivalizando con

peregrinos

tadas,

dibujos

cuyo introductor

Que sepamos, que

el

sus

con en

ilustre

brillantísimos esmallas

placas

España no

lisas

pin-

fuó

otro

Erancisco Niculoso Pi-

sano.

ir.

Antes de pasar adelante ocúrresenos una obSe

rvacion que hace

^metemos •l

ear

c

al

juicio

detenidamente

‘tidad

tiempo tenemos hecha y que de nuestros lectores. Al ho-

las

antiguas Ordenanzas de esta

no se halla Título alguno destinado

á tra-


— de

tar

en ellos

citan rerías,

otras les

industria

la

disposiciones

industrias

alpargateros

dereros, etc.

Únicamente en

xarifazgo mayor de Sevilla sera

de vidrio que

á

dicha cibdad pague

rrfarauedises:

ta

quando

de

e

diez

es

los

á las alfa-

que

nombres de

bricación

el

Alanzel del almo-

se dice:

«De

qualquier

de almoxarifalgo

marauedis al

cinco

por ciento de

arrendador de

es del partido

los

ta-

estereros , cal-

,

para vidriar que se traxere

se vendiere

las ollerías

,

Igual carencia de datos á

áun siquiera se

de mucha menos importancia,

los pellcgeros ,

uala

ni

referentes

cuando, por otra pa r te, tiénense presentes

como

la

236

cerámica,

de

la

alca-

la ren-

madera.»

tenemos con respecto

que se dedicaban

á

la fa-

que nos venimos ocupando, siendo esto tanto más de extrañar, cuanto que no cabe la

en

menor duda de haber sido Sevilla una de la s mayor consumo se hacía de

poblaciones en que

y de donde además se exportaba á otras comarcas. Asegúralo ásí el maestro Pedro de Medina al decir que «en este lugar de estos productos

*

Triana (se fabrica) mucha Má la y buena loza de ga blanca ay quasi cincuenta casas de donde se naze y de donde se lleua para muchas parteS) asimismo se haze azulejo muy pulido de much aS bulto* labores y colores y asimismo muy hermosos 0 de hombres y otras cosas: de este azulejo se haz

mucha cantidad que

se lleua á

muchas

partes.»


— valnsos

existirán tan

ora manifestada en

de

los

mención entre de

la

los

indjstria,

azulejo polícromo

cono en

Pinolos,

caracteres

ron fabricados

se trata,

el

repe. irnos,

de esta

señaladísima

los segundos, algunos ejemplares

casa de

des, cuyos

es

Península,

recuerdos

que

alhacena de uno de los aposentos altos

la

No

la

metálicos, mereciendo

reflejos

decoran

237

En pocas ciudades de

en

XVI

la

posible

en

sita

indican

de Aba-

la calle

claramente que fue-

1

'

centuria.

presentar,

cuando de azulejos

más preciosas ora en

muestras

al

procedimiento ora en

jo,,

pudiendo

lo

concerniente

asegurarse que

ocupan

cuanto dibu-

al

primer

el

lu-

gar entre los excelentes ejemplares que nos restan y que dudamos hayan podido superarse por los ex-

portados de granadinas.

las

De

tiempos,

llos

cuenca los éstos

fábricas valencianas, alto precio

pues

vemos en

como

malagueñas y ser en

los

En

la

la

deco-

casa de Pilatos, antiguo palacio de

Medina-Celi, se encuentran

cudos centrales pátio y

por lo en que

edificios

dueños 'querían hacer más ostentosa

ración.

de

y techos,

tanto, concretándose

partes de

aque-

polícromos

los

zócalos, pavimentos

no se prodigan

general, á aquellas sus

así

debieron

de

los

empleados en

magníficos

en algunas estancias,

y capillas adornan

en nuestros

solamente frontales

como luego veiemos,

los

alicatados

de

es-

del

templos altares

y pocas veces se ofrecen en


— gran número

como

Subido valor poseen

de

tales

los

.

dos riquísimos fron-

Seminario Conciliar y de

capillas del

Jas

238

arriba díjimo

morada ducal de Alba, habiéndose perdido

to-

talmente otros ejemplares contemporáneos de

és-

la

que

tos el

de

claustro

los altares

en

erigidos

de Madre de Dios, idén-

religiosas

por sus dibujos y esmaltes á los que actual-

ticos

mente ornan da

uno de

revistieron

al

pátio

jambas

las

de

de Borja Palomo, en

la

que dá

arco

del

casa del

la

entra-

señor don Francisco

plaza

de Santa María

la

Blanca.

Todas de te

citar

de

del

la

siglo

otra

Jas

importantes muestras quo acabamos

corresponden

al

período más

industria cerámica á partir

de

florecien-

los albores

XVI, pudiendo afirmar que en

anterior ni

ninguna

posterior alcanzaron tan alto gra-

do de perfección. Forzosamente habremos de detenernos gar á este punto ante

ducida en tista

la

al

lle-

notable aplicación intro-

el

arte

cerámico hispalense

extraño

que,

abandonando

el

por un

suelo

de

ar-

Italia

en los primeros años de aquella centuria, contri-

buyó poderosamente nes

monumentos

al

embellecimiento de

Casi terminada ya la fábrica sia

insig-

arquitectónicos.

metropolitana

tación entalladores

de nuestra IgDsu ornamen-

tomaban parte en tan

notables

como

el

maestro


— Bernardo de Ortega y

239

Marco, Nufro Sánchez,

su

Pedro

discípulo

Millan,

esclarecido Lorenzo Mer-

el

cadante, pintores tan eximios como Alexo Fernandez, Juan Nuñez y Gonzalo Diaz, todos continuadores del estilo artístico aleman influidos por

que realizaron

el

nuestra

obras que causan hoy

las valiosas

admiración.

Seutados estos precedentes que estimamos cesarios al intento

ne-

que nos proponemos y que hael estudio de las produc.

brán de servirnos para

dones de Francisco Niculoso, diremos algunas palabras relativas

No puede teria

de Bellas Artes se ejecutaba á

aunque

val,

del

en

tamos, y

si

los

mismos tiempos

y otras

italiano;

mas empeño sos

estos

influencias

estilo

la

en su mayoría producto del

Sevilla era

otras

este artista.

á

ponerse en duda, que cuanto en ma-

á

corrientes

aquél,

grandes

pues,

notan

se

ceñían

que antes

vemos

en algunas otras obras

pormenores que nos anuncian

en

estilo oji-

determinantes se

maestros

zazon

la

con ci-

curio-

introducción

del Renacimiento, ofrécense con la timidez que es

propia d los primeros tilo

de

artístico

transición,

y esto

sólo

en

algunos pormenores, nunca en la

figura,

dición

de un nuevo

destellos

es-

que comienza, marcando un período los el

accesorios, en

diseño total

que se ajusta invariablemente á

artística

dominante.

la

de tra-


— Dos ta

siglos hacía

hácia

aliento

antiguo

pasadc, genio,

del

talizado.

loras,

su

el

240

que

la Italia,

volviendo

con

vivificaba arte clásico

que

la

ha inmor-

Esta restauración ó florecimiento del arte se extendió rápidamente por todas

blos cuyo

las

es-

más 'prontamente aquellos pue-

recibiéndolo

estado social

mejor

era

pero, alumbrando

entóneos

con sus

brillantes

ligencia,

la vis-

poderoso

el

mortales nombres de León

al

y

más prós-

mundo de

resplandores, Bautista

la

inte-

los

Alberti,

in-

Bra-

mante y Miguel Ángel. Las relaciones que unían á España con Italia facilitaron er. extremo la in,

troduccion del nuevo estilo

que

cierto,

y no extrañaremos por

á la Península concurrieran entóneos los

mejores maestros, puesto que anteriormente vemos los monarcas don Juan II y III de Castilla recibir en sus cortes á los florentinos Gerardo Starnina y

á

Dello.

De

igual manera que éstos, atraídos sin duda fama del movimiento artístico que se rea-

por

la

lizó

en nuestra ciudad, vino á

zos del siglo

XVI

ella

en los comien-

Francisco Niculoso Pisano.

Este

amamantado en la Escuela deJ Renacimiento, y que tal vez abandonó los tallenotable

res

maestro,

famosos

celentes

ducen

no han

de

los

Robbías, nos

obras, de cuyo

ha

legado

exámen y estudio

valiosas enseñanzas.

Empero

encontrado los amantes de

ex-

se de-

aquí

si

hasta

la

antigüedad


— diferencia

entre

241

y corno producto de su

ellas

han atribuido algunas que no

ta-

lento se

le

tenecen,

resultando de aquí erróneos juicios, hoy

contando con señalarse

irrefragables testimonios,

que

aquéllas

le

per-

pueden ya

legítimamente

corres-

le

ponden. El

a

concurso

guras

en

De urtista

s us

bía

bajo relieve

modo:

otro

influido

como obras

un

lo la

referente

medallo-

estilo

quecimiento

las

tan

Italia,

No

Renacimien-

el

distinto

como

donde nunca

el

que ha-

llegó

á echar

hubo de menester de

sólo

de Pedro Millan; otro maestro

de

la

fi-

podido interpretar en

al

es-

enri-

explendida portada, según prue-

medallón colocado en el

á

exornan.

hoy desconocido, contribuyó

hasta

prese.nta

los

¿cómo explicaremos que un

Niculoso, hubiera

cooperación

el

que

vivamente por

tan

aprendido en

c ultor

re

escul-

demostrar que Niculoso neqesitó

á

de aquel en

profundas raíces?

ba

gran

del

portada del monasterio de Santa Pau-

la

ha venido

,

del

to

firma

mucho descubrimos en uno de

nes de I

la

que en unión de nuestro que-

Afilian

amigo don Narciso Sentenach y Cabañas, no

rido

de

hallazgo

feliz

Pedro

tor

Nacimiento

la

clave del arco

de Cristo.

31

que


Til.

Largo paréntesis hemos de hacer este punto, pues

de

tratando

al

los barros

llegar

á.

vidriados

sevillanos no podemos dejar de mencionar los más importantes ejemplares artísticos de este género que

nos quedan cronológica

en Sevilla.

de

las

Para

establecer

interesantísimas

série

la

obras escultó-

de barro cocido y vidriado, tenemos q ue empezar por la notable placa de nuestra propió; dad que representa la Coronación de la Virgen» obra que estimamos ejecutada en el último t el ricas

'

ció

del

ros

del

en

el

XIV ó cuando más en los primeXV. De ella hacemos particular mención siglo

siguiente artículo

que

lleva

el

epígrafe «

nuevo dato para la historia de la cerámica sevillana 0 por lo cual nada diremos ahora de ella. Ocup** ’

el

segundo lugar en esta

série

histórica los

f

he

llísimos

ador medallones polícromos en relieve que

nan

archivolta

la

de

la

Paula» portada de Santa


243

fechados en

ID04, cuya detallada descripción pue-

den ver

lectores

los

en nuestro libro « Pedro Mi-

lian .

Corresponde ahora en

de

rio

tiempo

las

miradas

de todos

panteón de Arzobispos en

cripta

la

tercero, al magnífico alto

el

que yace oculto á

relieve

la

Catedral,

en

nuestro

que describimos

el

Sagra-

hace poco

libro

arriba citado, de la si«Sobre un plano de forma cua-

guiente manera:

drada que mide de alto y de ancho 1,40,

un

segmento de

1 metro 55 centímetros cuya parte superior termina en

círculo

que

en

estriba

dos

be-

llísimas

pilastras ornadas de frutas y flores polícromas, resaltan sobre fondo azul cobalto, varias figuras tra

de Santos en

Señora de

Dios

la

en brazos

torno de la efigie de Nues-

Granada, sentada con

y cuya altura

das las estátuas están su

correcto dibujo

y

sóla sería bastante

señaladísimo c °n

tres

pequeñas

tólas hasta

en

artista.

las

centro

es

vidriadas de

1

el

Niño

metro. To-

blanco y por

peregrina traza sorprenden y nótase á la derecha una de

admiran. Entre ellas San Sebastian en el acto Sl

es

de su martirio, que por

para

calificar

Remata

figuras

rodillas,

esta

á su autor de

soberbia

placa

de bajo relieve ejecu-

que representan

al

Señor

Virgen María y San Juan Evangelista. Bien quisiéramos ser más exten-

sos;

el

pero ya

y á

que

los

lados

la

atendibles

consideraciones no-


— lo

impiden,

ta

digresión,

244

haremos constar antes de concluir grandes analogías que se

Jas

es-

advier-

ten

entre esta obra y el medallón central de Ja portada de Santa Paula. Ambas parecen ser de

misma mano

la

y

si

atentamente examinamos sus

pormenores, más nos afirmaremos licada ejecución del

que ostenta

de Santa Paula y

relieve

y írutas que resaltan tras,

de

ornato

dedicado

en

adornos

los

de

centro

la

de-

las

llores pilas-

tiemqo hemos

Algún

este altar.»

buscar en

á

referentes

el

notar

al

guirnalda circular

la

antiguos escritores no

los

joya cerámica, pero hasta ahora nuestros esfuerzos han sido poco rnénos que ticias

tisfaga.

que

las

P.

EJ

esta

no haber hallado nada que nos

por

inútiles,

á

Gabriel de Aranda

á continuación

candoroso

espíritu

de

(i)

copiamos, que

crítica

nos

revelan

de aquellos

sa-

facilita el

tiempos,

confundiendo lastimosamente estas obras con otras de distintas épocas y haciendo con ellas una W' verosímil amalgama; « rial,

.... dice

el

de esta Santa

lo

que hallamos de tiempo inmemo-

citado autor, Iglesia, es

en

el

nada, y años después hecha vna

(i)

Sagrario antiguo GraS. de la

nombre de N.

Capilla ó

M

Vida del V. P. Fernando de Contreras.

tar


— suyo de

barro

porcelana roso

,

245

de azulejos

que llaman de

obra

labrada por la industria

de cuya

artífice,

mano,

de vn primo-

parecer,

al

con-

se

servan

oy algunas obras én esta ciudad, como en Señora Santa Ana de Triana el bulto de un Sacerdote, en el Alcázar en el Quarto del Príncipe dos imágenes de Señor San Juan Bautista y San Juan Evangelista (i) y otras hechuras que ay fa-

bricadas desta

mano

en

excelente

género de vidriado

este

con singular primor: entre

las

quales

es

más

la

milagrosa imágen

que se venera en Convento de San Pablo el Real desta ciudad con título de N. S. de las Fiebres, por cuya inla

el

vocación (según

sanado

el

Zúñiga y otros) so Rey Don Pedro de vnas

que padeció en

turas

Sevilla

ción y agradecimiento

cro de

según

Virgen.»

la el

en

el

esta

si

su

este

lo

calen-

devosimula-

expuesto,

que Francisco Niculoso fué

Don

Pedro!!! Peregrina

es

la

no-

sériamente la admitiéramos. Más adelante,

capituló XXIII, continúa suerte:

Granada

por

Despréndese de

P. Aranda,

coetáueo del Rey ticia

y que

mandó fabricar

aver

refiere

recias

«Bolviendo

pues

el

mismo

á la

autor de

Imágen

de

la

del Sagrario: atendiendo la Iglesia á per-

(i) Nótese que no cita el magnífico altar de capilla alta, pero en cambio dá noticia de otro que ha desaparecido.

la


— petuar

su

246

devoción, que en

do era contingente

la

materia del vidria-

y porque ya se ideaba

faltar:

nuevo

labrar Sagrario

hizo llevar á la

otra nave del Sagrario antiguo

el altar de N. S. de Granada y colocarlo á la mano derecha del altar mayor de San Clemente, donde permaneció

la

hasta nuestros- tiempos,

Para

la

santuario

la

Granada hizo

cel

y

la

la

la

Fábrica

....

misma Imágen, adornada de

nada) dilata

el

año

varios

so-

etc.

Por último, en siguiente

des-

devoción de

copiar de excelente pin-

la Iglesia

brepuestos

la

adelante.

memoria

la

que no descaeciese

en tabla á costa de

1569

como diremos

duración y conservar

te

el

noticia: la

mismo

«Esta

devoción con

nada pintada en

tabla,

capítulo

se consigna

Hermandad (de la

Imágen de

copia de

la

la

Gra-

la

Gra-

primitiva do

azulejos se

ó vidriado de porcelana: si bien esta no ha perdido aunque se ha ocultado en el Pan-

teón del Sagrario donde oy se ve por los que con airosidad de ver aquel sitio y algunas vezes por oir Misa baxan á él y donde desde el año de 1654 en que se acabó el Sagrario hizo pola

nei

la

Santa Iglesia

en vn

Altar

en

medio

del

Panteón debaxo del Mayor y á los lados dos magníficos sepulcros de dos tan grandes Arcopispos de Sevi la, como el señor Dn. Fr. Pedro de Tapia

que murió en 25

de Agosto de 1657, y


— señor

247

Don Antonio Paino

El P. Juan de Villafañe

mos términos que altar tífice

1669.»

consignando que

«hecho por un insigne

í'ué

desta materia,

Mayo de

se expresa en los mis-

anterior,

el

de porcelana

en 23 de

el

ar-

qual según se dice, de ór-

el

den del Rey Don Pebro labró de

misma

la

por-

celana otra Imágen de Nuestra Señora que oy se

venera en

Convento de San Pablo

el

misma ciudad con

la las

Fiebres' por haber sanado el

A

más de

Rey ha

casualidad

feliz

etc.

en que acabamos

citadas obras

las

de ocuparnos, una

Real de

el

de Nuestra Señora de

título

venido

á

poner de manifiesto otra excelente producción desconocida de todos

los aficiónanos y que actualmente se encuentra en la escalera del que fue Convento de la Trinidad. Con motivo de las gran-

das obras que se están llevando en estos tos

á

ñanza de

jóvenes que se dedican

los

ra

eclesiástica,

de

cal,

se descubrió, bajo

'

cintura

imágen

Ja

relieve hasta

de

Virgen

la

Eios en brazos. Mide de alto la

la

en

poco con

más

que sólo se

descubren

zos, y á juzgar

por

ellos,

los

de

Niño

el

primera, 0,63, y

un escabel ó

sentada en

capas

que está

segunda, o‘5 2; por su basa, 0,60. Hállase

dre de Dios

ense-

á la carre-

múltiples

una placa de barro cocido,

representada en alto la

momen-

dicho edificio para

cabo, habilitando

la

Ma-

trono del

extremos de los bra-

parece que

el artista

trató


de hacer una brazo

derecho,

248

de

las

— llamadas curules. En

sentado sobre cojines con

el

borli-

en sus ángulos, tiene á su Divino Hijo que con

tas

la

silla

diestra

mano juega con un

prende de

cabeza de

la

mente plegada en sugeta

tura,

á

las partes

este

cendal que se des-

la Virgen.

por

sitio

Túnica sobria-

pecho y

del

la

cin-

cíngu-

sencillísimo

y manto que desde los hombros cae airosamente, son las prendas con que la divina efigie

lo,

se halla vestida.

Ambas imágenes cejas y los

gen

ligeramente

claro,

también

como

sitios

se ven restos

do de

este

blanco, las

colores

la Vir-

azul

morado muy

vitrificables.

Por algunos del Niño

con

pintados

detrás

del

brazo

de esmalte

rece indicar que

quedan más

están vidriadas de

contornos de los párpados de

derecho

azul cobalto,

lo

que pa-

grupo resaltaba sobre un fonmismo tono, pero del cual hoy no el

vestigios.

Si al juzgar la ejecución

de esta admiraole obra

no tenemos más que grandes elogios para tista

á

quien se

debe, suben

do cuando nos fijamos en beza de

miento

la

Virgen.

cristiano,

No

es

la

estos

á

el

ar-

mayor

gra-

espresion de

posible

más misticismo

ni

mayor más

la

ca-

senti-

inefables

candor y dulzura, y así, no vacilamos en calificarla como una de las fnás sorprendentes obras de arte cristiano

que se conservan en

Sevilla.


— Llamó mucho que

trio

Virgen se á

el

que

el

y nos

tiene,

249

nuestra atención

parece

carácter patipo

eminentemente español; por

es

debe sinó

un maestro nacido en este

á

de

la

que

tanto,

suelo

alguno de los italianos que, durante muchos años,

vivieron con nosotros. tre

esta

obra y

Creemos también que en-

hermoso

el

relieve

Sagrario

del

°o hay mucha diferencia de años y si las dos no son de la mismo mano, puede afirmarse, que se hicieron en

cado

mismo

el

del

sello

el

siglo y teniendo bien marRenacimiento á la sazón do-

minante.

Muéstrase también harto claramente

za

mismo

del

estilo

Procedentes de la tro to ri °.

amigo

r

villa

Desgraciadamente,

más que

la

de Gines, que posee nues-

El

artística

la

Virgen que es una

y algunos querubes que

composición.

la

último

°tro relieve

ya citado del Sagra-

el

no ha podido salvarse de

cabeza de

ordadera maravilla

°deaban

influen-

señor Goyena: debieron formar par-

el

de otro relieve como

a flUel v

la

en los bellísimos fragmentos

lugar de

propiedad

esta

del

serie

corresponde

a

mismo señor Goyena,

Procedente del ex -monasterio de San Gerónimo de

^Uena Vista en esta ciudad.

mide de an cho,

Es una notable placa

alto 76 centímetros

vidriada

presenta á aquel

de blanco y

de

alto

azul cobalto

Santo anacoreta en

el

32

y 49 de

que

re-

desierto.


— De

todas

Sagrario, el medallón

de Santa Paula y hechos por

sobresaliente, no hay

altar

tuvo acaso

teniendo en cuenta

poca

la

del

relieves

do

la

portada pa-

Trinidad,

la

entre es-

si

del Panteón de Arzobispos

el

sele y

los

clave

misma mano, y

más

artista

la

Virgen de

la

tos,

el

obras,

de

la

recen

250

citadas

las

que

vista

que esmerarse más en

el

altura

la

parece

que perder de

ella

había de dár-

destino que

ex-

desde donde iba á ser

puesta.

quién se deben todas

¿Á

pregunta

la

dos, tencia

que vienen haciéndose

los

es

Tal

aficiona-

desde que nosotros dimos cuenta de la exisde esta joya cerámica. Atribúyenla alguno^

citado

al

la

ó á lo menos,

ellas,

singular ejecución del relieve del Sagrario?

Francisco Niculoso, pero

tal

des.

juicio

sl

trúyese fácilmente considerando que este artista, bien peritísimo en la

no

corativas,

diseñar de

fué

lo

las

Santa trc

Ana en

bajo

de

en

la

de

la

el

«Aunque

Barón estos

del

S. C.

esmalte y

sean

de

los

il

dice

de U5 1°

notable coloi eS ’

pérfecc 10 alcanzar la nera de Niculoso; el tono ge

mucho de

demás obras

cual un

Davillier,

azulejos

azu-

de

parroquia

Triana, acerca

él,

trataba de

laude la

conjunto dista las

vista

en

concepto

el

la

se

confácilmente nos

existente

ceramógrafo,

siguiente:

el

por

como

pinturas de-

las

cuando

tanto

figuras,

venceremos fijando lejos firmada

de

fantasía


251

duro y el dibujo deja que desear.» En efecto; de esta obra imperfecta, á la ejecución, por ejemplo, de Ja figura de San Sebastian, que fores algo

ma

parte

cia

inmensa.

vamos A

del relieve

á

consignar

diremos que

él,

ternidad

del Sagrario,

Nosotros,

con

las

hay un distan-

debidas reservas,

nuestro juicio y, con arreglo

vez deba atribuirse su pa-

tal

famoso escultor y arquitecto Miguel Flo-

al

rentin.

Eu

los

rentin,

dias

que Niculoso trabajaba en

como

comprueba

lo

citado Flo-

el

el siguiente

auto capi-

de 18 de Marzo de 1510: «Item en este mis-

tular

mo

mismos

consta que lo hacía también

Sevilla,

día cometieron á los señores arcediano de Se-

v illa

e maestre escuela e

de Soria que fablen con enterramiento

Pedro de Fuentes e Luis Florentin,

el

Cardenal

del

que fizo

Don Diego

el

Furtado,

Para ver si le podían detener que no se vaya é que quede para facer obra para la Iglesia.» Se v

é,

pues,

cionado

que ya en sepulcro

1510 estaba hecho

del

señor

el

men-

Mendoza, obra que

debió ejecutar poco después de la muerte de aquel v aron

acaecida en

¿Qué 1

del

9

el

relieve

1502. pues, que

extraño,

en

barro

al

mismo que

hizo en

cocido para la Puerta

Perdón y que en dicho sitio se conserva, se como autor de aquel otro del Sa-

considere lario,

cuando

los

estilos

empleados en ambos y


»

.

— Ja

maestría en

\

si

to

la

algunos reparos

al

uso

del

252

ejecución en nada desmerecen? se nos

procedimiento

adelante probaremos

hicieran

del

mucho

vida de Niculoso á Sevilla

(i)

debe

á él

antes

de

la

ve-

y por tanto que no su introducción en esta ciudad, como

erróneamente se ha venido sosteniendo hasta Iso

más

que éste fué empleado por

los imagineros hispalenses

se

con respec-

vidriado,

queremos cansar más

la

atención

aquí.

de

los

lectores,

por lo que continuaremos historiando los nuevos métodos que en la fabricación de azulejos se realizan, á partir del siglo

i

XV.

v

La primera manifestación que hasta ahora se conoce, del azulejo plano policromo en Sevilla, P‘ n ‘

Véase el artículo siguiente: « Un nuevo dái° la historia de la cerámica sevillana .

(0

para


— tado

de

Capilla

la

253

Alcázar,

del

Francisco Niculoso

miento tuvo

hállase en

estilo plateresco,

al

el

Pisano en

famoso

por

firmado

su

altar

autor

1303: éste procedi-

grandísima aceptación,

empleándose

en todo género de edificios, ya en pavimentos co-

mo

capaces de por

ellas

flores,

escudos,

para perpetuar los nom-

de sus autores. Aplicóse también para ver-

bres

daderos cuadros de composición que adornaban

de

cláustros altares,

de

tar-

muchas

figuras al estilo Rafaelcsco;

bichas y

jetas,

de

formando peregri-

en zócalos y otras partes,

nas combinaciones de frutas,

los

chapiteles

de

templos y en

las

los

los

monasterios, los frontales de los

los

las

torres,

calles

portadas

las

también,

coloca-

dos bajo característicos cobertizos y alumbrados de noche con algún farolillo atraían la devoción de Jas gentes.

glo

Nuestros

XVII no

tas planas,

se

más notabics

pudiendo

citar

de Murillo y Herrera. Sin embargo de nas

que todo

lo

las

al

del

artistas

si-

de pintar estas lose-

desdeñaron

propósito los

nombres

nuevas influencias

italia-

hemos de

callar-

dominaban,

110

nos una observación que viene á demostrar cuán profundamente Fallábase arraigada entro nuestros artífices maestros la tradición musulmana ó muy

déjar,

y

como nos

los azulejos

tabilísimos

lo

afirman

mismos; de

los

techos

de

éstos, citaremos

alfarje

dos no-

ejemplares, que se conservan: uno, en


— Capilla

la

del

254

Sagrario

de

la

iglesia

de San Es-

téban

y otro, en la de Santa Justa y Rufina en Santa Ana de Triana. Ambas ofrecen á la vista peregrinas combinaciones de lacerías, notándose que el

primero fué pintado en

en

el

el

siglo

XVII y

el

otro

XVIII.

Para completar estos apuntes, diremos algo acerca de

la

manera de

pintar estos

azulejos

planos,

trascribiendo lo dicho por nuestro buen amigo

el

señor don Narciso Sentenach y Cabañas: «Generalmente se desarrollan las fantasías platerescas de sus paños

y cenefas medallones, bustos y cariátisobre un fondo amarillo indio muy brillante

des,

perfilando las líneas con el azul-cobalto ó con el negro-morado y empleando después en la iluminación de tan variada ornamentación, todos los colores

más

ricos

que se han usado en

la

cerámi-

ca de Triana.»

Fué en estos tiempos simultánea de

los

los

planos,

la fabricación

que hemos llamado de cuenca y y en ambas producciones nótase de una manera singular, la decadencia artística que azulejos

todo lo invadió y que, en plazo relativamente corto,

hubo

de

contribuir

buenos recuerdos los

primeros,

piten

si

que se

á

de otras

bien los

con poca precisión,

perdiesen

épocas.

dibujos

En cuanto

.

"i

.

<*•*

K

A. i

<vV fc.

p -V.

'

á

autiguos se re-

vemos ya que

maltes no se circunscriben á los espacios

-r

los

los

es-

ó cana-


— en ellos

Jes

nos, sino

255

marcados

que invaden

que constituyen

sus ador-

los inmediatos, los

manchan

y adulteran; faltándoles aquella pureza que fué una de sus más excelentes cualidades, siendo también uno de los caracteres determinantes de la fatal postraccion

de esta rama de

del esmalte

cia 1

ó

'ado ,

En

éste

cerámica,

la

mismo

falto

ya de vigor y

planas abundan

las losetas

nerados dibujos,

cer verdaderos desatinos figuras:

reza

esmaltes

los

como también

lores

sino

artistas,

punto de haal

dibujo de

igualmente pierden su pu-

algunos de sus mejores tonos.

Por último, perdidas gusto,

al

cuanto

en

brillantez.

vulgares y ama-

no por

ejecutados

por manos inexpertas, llegando

las

caren-

la

amarillo, llamado vulgarmente me-

tradiciones

las

buen

del

olvidados los métodos referentes á los codel vidriado,

esta

hermosa

industria

artísti-

ca viene á morir en los últimos años del siglo XVllf,

por lo tocante

tiempo y en las fábricas

al

azulejo,

pues

si

bien

trianeras

algún

que

otro

fijarnos en

él.

En cuanto

á los hermosos

drillos

de cuenca

,

vasijerfa,

pena

ejemplares de

ellos,

que se usaba para obtener

La

la

la>

desaparecen á mediados del

glo último, perdiéndose con to

este

cuadro con

imágenes de Santos, no merecen siquiera

de

en

comienzos del presente producen

los

como

el

el

si-

procedimien-

color melado.

platos, tinajas,

y demás ob-

o

SEVILLA


256

jetos del uso doméstico, es lo único

va de este naufragio, pero el

de

carácter

adornos que

manos del

de

mayor parte de

la

que se

modo

tal

ellos

sal-

alterado

que

los

decoran parecen obras salidas de

los

infantiles,

y sus esmaltes,

azul-cobalto,

del

escepcion hecha

amarillo-pálido,

negro-morado, apenas

si

del

dán muestras de

verde y ser co-

nocidos.

v.

Viniendo ahora á los ron

al

ejercicio

podremos de

las

de esta

allegar.

artistas

Raros son

alfarerías sevillanas

rísimos los firmados

que se dedica-

industria,

los

pocas noticias objetos

por sus autores.

meros, conocemos sólo por referencia,

por M.

Demmin

salidos

que tienen marca, y

De

ra-

los pri-

la atribuida

una fábrica de Triana, y que

á

consiste en un pez ligeramente dibujado, con azul.

Esta marca,

dice el

de una fábrica de

citado

Sevilla,

autor,

es

ciertamente

y Mr. Arosa conserva


— un

plato

te

objeto,

257

comprado en España, con la misma.» Como no hemos tenido ocasión de examinar esnos contentamos

sólo

con

dar

no-

la

ticia.

En cuanto se vé en el

conocemos

firmas sólo

á

una

dos;

cuadro formado con losetas

que

re-

presenta á Nuestra Señora amparando bajo su manto

monjes y monjas, procedente del con-

á varios

vento de Madre de

Dios en

ciudad;

esta

do ^Augusta, ^ati 1577. Existo hoy en rías bajas del Museo provincial; la otra, en un

cuadrito

representada

la

firma-

las gale-

se halla

que está

también

de losetas

Giralda,

que puede verse en

en

la

de Santa Justa y Rufina en Santa Ana de Triana. Al pié do la torre hay una cinta donde capilla

se

lee:

;Año 1758, y á

los

lados:

Pepigta

(

sic

JOANNE pIAZ,

No conocemos

publicación

alguna

en

consignen nombres de alfareros sevillanos

poco de

los artistas

obstante

el

interés

que decoraban

las

que se ni

por tanto, pue-

de afirmarse que cualquiera noticia referente á el

valor

de

la

rareza,

y

en

nombres que copiamos ba de los

libros siglo

á

ellos

virtud,

tal

timamos que los aficionados apreciaran

ferentes al

no

que en descubrirlos han mos-

trado algunos ilustres ceramógrafos;

tiene

tam-

piezas,

continuación,

la lista

es-

de

extracta-

de Escribanías de Cabildo reXVIII que obran en el Archivo 33


I

Por más diligencias que hemos puesto

municipal.

de nuestra parte za que

de

dustria ni

ya en lo

los

prueba

para encontrar otros de épocas

ha sido

anteriores

los

uno

inútil,

observando con extrañe-

tiempos de explendor de esta

siquiera

podemos

citar,

decadentes fácilmente la

siguiente

in-

mientras que

como

aparecen

nómina:

MAESTROS DEL GREMIO DE ALFAREROS EN SEVILLA. %

Siglo XVIII: 1710.

— — — — — — — —

— — —

— — —

—Juan Antonio

González.

— Cristóbal Martin Naranjo. — Sebastian García. 1712. — Santiago de Aguiar. »

»

1

713.— Juan Fernandez.

—Juan de Rosa. —Joan Muñoz. 1737. — Juan Ignacio de » — Ventura Rabelo. a — Manuel de Car mona. —Tomás Tello. — Fernando de Santos »

la

1719.

Silva.

»

»

ios

driguez. » » »

— Miguel Moreno.

—José de Casas. — Sebastian de Rueda. las

Rom

1

'


.

— — — — — — — — — — —

— Bernardo

»

—Andrés

))

Ortiz. Ortiz.

Ortiz.

1742.— Diego Pichón. »

—Pedro Gaitan.

»

— Lúeas

Guerra.

—Juan José Rodríguez. —Juan Gaitan. 1764* — Francisco Vázquez. 1760. — Miguel Espejo. — Diego Rodríguez. »

»

»

— —

— — — — — —

259

1737.— Fernando

Siglo XVIII:

»

—José González.

»

—Fermín de

» »

» x

los

Reyes.

—Joaquín Ballesteros. — Matías García. — Domingo Rodríguez. — Manuel Mensaque.

»

(1)

765.

— Melchor

»

— Francisco Leal Fernandez.

» y>

del Ángel.

— Miguel de Cueva. —José García. la

En nota que nos ha facilitado bondadosa(1) el fabricante de cerámica Don Francisco Díaz, de maestros antiguos de esta misma industria, figuran J°s que citamos en el año 1760 comprendidos desde dicho año hasta el de 1800. mente


26o

— Juan de Ojeda. — Miguel Romero. —Pedro Rincón. —Juan —José de Cruz. —José — Lorenzo

Siglo XVIII: 1782.

»

— —

»

En lie

Ortiz.

»

— —

la

»

-

ria

del

»

Ortiz.

«

el

los

Ortiz.

mismo Archivo municipal hay una Memomaestros alfareros de esta ciudad de Sevilla

con distinción de las cinco clases de losa que hacen chos maestros

manuscrito con letra

,

do, de cuyo tiempo creemos que

que en

ros

de

los

se

ella

citan,

que figuran en

repetidos en

la

Memoria.

Don

Francisco de Mata.

»

Salvador de Barcas.

»

Juan de

»

Joseph Ronco.

»

Miguel Bernal.

la

Paz.

»

Manuel Delgado.

»

Juan Morera. Juan Diego de Peña.

FINA.

son los alfare-

algunos

anterior

la

LOSSA

»

pues

di-

del siglo pasa-

lista

nombres los

vemos


2 6i

Don

Francisco Domínguez.

»

Lucas Texida.

»

Ignacio de la Paz.

»

Antonio Salgado.

»

Juan Calderón.

»

Juan del Pino.

CAUDA LEROS DE LOSA Don

Matías de Soto.

»

Joseph Rosa Arena.

»

Rlás Baso.

»

Francisco Vital.

Doña Norica Trigo, Don Pedro Brasas.

viuda.

C A UD ALEROS. Don

Nicolás Ortiz.

»

Alonso Garzía.

»

José Suarez.

ALCARRACEROS. Don

Miguel González.

»

Manuel Perez.

»

Diego González.

FINA.


2Ó2

Don Pedro

Martínez.

»

Nicolás González.

»

Juan Rodríguez.

»

Lorenzo González.

»

Juan Morero.

LOSSA BASTA VIDRIADA.

Don Manuel »

González.

Pedro Espejo.

»

Fernando González.

»

Manuel de

»

Manuel

los Santos.

Villalon.

»

Manuel Rico.

»

Manuel Nuñez.

»

Alejandro Valeras.

»

Alejando de Vargas.

»

Joseph Salgado.

»

Manuel Bernardíno.

»

Joseph de Castro.

»

Joseph González.

OLLEROS.

Don

Juan Rodríguez.

»

Nicolás Maldonado.

»

Joseph Fernandez.


.

— Don Manuel

263

Rodríguez.

»

Juan de Ochoa.

»

Juan Rodríguez.

BOTIJEROS.

Don Lorenzo

Ortíz.

»

Joseph Ortíz.

»

José de

Cruz.

la

Señora Viuda de Juan Vázquez.

Don Juan »

Ortíz.

Pedro Rincón.

»

Juan Ojeda.

»

José Tello.

»

Juan Noboa.

y>

Joseph Rodríguez.

»

Miguel Romero.

»

Manuel Carrasco.

»

Juan de

la

Fuente.

v1

Refiriéndonos á los tiempos presentes, merecen

muy

expecial

mención

los

hermanos José y Ma-


nuel Jiménez;

á

264

estos

dos

artífices

haya renacido en nuestra ciudad lejo

de cuenca

:

para lograr

su

debe que

so

el

antiguo

azu-

plausible intento y

darles verdadero carácter, han copiado exactamen» te

mejores dibujos antiguos, de

los

los

llamados

por tabla, (dos de ellos componen un dibujo ó labor) y emplean en los esmaltes los mis-

ladrillo

mos

colores que

se encuentran en los

primitivos.

El color melado aun no resulta tan brillante y puro como en aquéllos, pero están muy próximos de lograr sus deseos.

Como

notables muestras de este

adelanto, citaremos el nuevo zócalo colocado el año de 1884 en la parroquia de San Andrés y los que revisten el zaguan de la casa calle de la Albóndiga número 46.

También el señor don Manuel Soto y Tello ha presentado buenas muestras de esta misma clase

y losetas planas pintadas. Distínguese en

en

la

fabricación

radas,

el

de

trabajo de vasijas

estas

segundas y deco-

artísticamente

don Francisco Diaz Álvarez, cuyos esfuer-

zos por salvar esta industria

de la postración en que yaca, están obteniendo el resultado que era de esperar. Muchas son las personas de dentro y fuera de España que á su casa acuden en deman-

da de tos si

que

los

preciosos vasos,

fabrica,

logra dar

y á nuestio

más elegancia

platos

juicio,

objey otros

entendemos que

á las formas de aquéllos,


— copiando

de

265

y romanos puede considerarse por completo satisfecho.

Don

las

los antiguos vasos griegos

Francisco Montalban y don José Espinosa

también contribuyen tos últimos años.

al

florecimiento iniciado

en es-

Reciban todos nuestra enhorabuena

y los aplausos que les tributamos justamente merecidos, pues llegan

si

los

nobles estímulos que los animan no

á decaer, tendrán

tes industrias-artísticas

de

la legítima satisfacción

haber dado nueva vida á una de

las bellas é

importan-

que tanto renombre dieron á

Sevilla.

aquí los nombres que nos ha facilitado don

Francisco Díaz y Alvarez de maestros alfareros que fabricaron loza fina en Triana desde el año 1800 al

1885 en que estamos:

,

Don *

José de Castro.

Juan Ojcda.

Manuel Montaño.

Saturnino García Montalban.

Andrés Espinosa.

José Espinosa.

*

José Martínez.

Manuel Jiménez.

n

Joaquín del Pino.

*

Francisco del Pino.

*

Manuel del Pino.

*

Antonio del Pino.

,

34


— Don

266

José del Pino.

8

Antonio Gómez.

«

Joaquín García Montalban.

*

Manuel Soto y Tello. Francisco García Montalban.

8 8

Rafael Campos.

8

Manuel Rodríguez.

8

Francisco Díaz y Álvarez.

Distinguiéronse algunos de ellos en la pintura de-

de vasijas y platos, pudiendo citar propósito los nombres siguientes: corativa

Doña Concepción Quesada. 8

Don

Enriqueta Montalban. Rafael Reyes.

8

José de Castro.

8

Juan López.

8

Manuel Soto y Tello.

8

Manuel Rodríguez.

8

Francisco Díaz Álvarez.

8

JoséDurán.

8

Manuel Perez.

8

Vicente Fourrat y Campos,

(i)

Natural de Valencia.

'

(i)

*

ti

este


— Artistas pintores

26 7

que

se dedicaron á la

ornamen-

tación cerámica:

Don Manuel

Tortosa.

Manuel Arellano (padre).

Manuel Arellano

(hijo).

Hasta aquí han llegado nuestros esfuerzos: abri-

gamos

el

convencimiento de

(jue estos

Apuntes pare-

cerán á nuestros lectores insuficientes, y más todavía á los aficionados á este linaje de estudios; de aquéllos

esperamos

cierta

benevolencia

se les ocultará lo árido de

la

al

juzgarnos, pues no

materia,

la

escasez de

hemos tenido que vencer noticias. Mucho nos satisfa-

datos y las dificultades que sólo para

reunir estas

ver el trabajo que ahora iniciamos, desenvuelto

ría

algún dia en toda su mayor extensión por sujetos de

mayor competencia,

menos para

lo

la historia

ta

de

y

si

estos renglones sirvieran á

estimular á otros que Ueváran á cabo

los

grandes centros cerámicos que tan-

fama dieron á Málaga, Granada, Almería, Valen-

cia,

Toledo, Talavera de

la

Reina, Alcora, Puente del

Arzobispo y demás poblaciones que se distinguieron en la fabricación de objetos cerámicos, nuestros deseos se verían colmados y satisfechas nuestra aspiraciones.

La

lista

que

complemento de

á continuación

presentamos,

estos Apuntes

ofrece

,

la

como

más cum-


.

268

plida serie de las producciones cerámicas sevillanas

que hasta ahora hemos podido formar, partiendo del siglo

XII hasta nuestros

dias:

Siglo XII torre

de

sia

íi

»

XIV

de

S.

Marcos.

S. Gil.

celias (Alcázar).

<

portada de | 1

sia

la igle-

de Omniura

Sanctorum. i

»

la

casa de Olea.

XIV-XV de

))

la Virgen.

XV ajimez do la casa de los marqueses

de

la

pilla

Algaba.

de

la

Pilatos.

»

XVI

i

Sagrario.

Casa de .


— I

269

1303

Altar de la Capilla

1304

Sepulcro do

del Alcázar (planos pintados).

Iñigo

López

Anade

(Sta. j

Tria-

planos pinta-

na), [

dos.

1304

Portada de Sta. Paula (relieves polícromos y

1540

Pabellón de Cárlós V, (Alcázar): cuenca. Convento de San Clemen-

píanos).

Siglo XVI.

1388

te

(planos

y

de

cuenca).

1568-69. Cámaras bajas contiguas á los

jardines (Al-

cázar):

planos.

;

i

1

576

Escalera

Ex-convento de S. Pablo ([dadel

nos).

1577

»

XVII

La Virgen con

varios Santos (Museo): planos.

Losetas planas pintadas de

blanco. azul y (Portada de la iglesia

de

dad)

(1)

la Cari-

Representan la Fé, Esperanza y Caridad. (1) San Jorge y Santiago y sus dibujos se atribuyen á Son muy notables.

Murillo.


270 Losetas planas polícromas de la ex-iglesia de San Francisco de Paula), Id. id.

de

la

(t)

ex-iglesia

de

Ntra. Sra. del Pópulo. (n)

-'-o—

-

1609

Parroquias de S. Lorenzo y

¡>,1616

Monasterio de Santa Pau-

S. Isidoro (planos) -

la ("planos). j

'1621

Tarjeta con volutas y frutas en relieve, propie-

T657

Sacristía del Sagrario

dad

del señor Le-

guiña.

de

la

Catedral (planos).

1674

Ex-convento del

1758

Cuadrito

Cármcn

(planos). »

XVIII

con Sta.

la

Giralda,

Ana de Tria-

na (planos) Dícese por tradición que fueron diseñadas por Herrera el Mozo. Comprenden en cinco grandes cuadros á San Francisco de Paula, San Cristóbal, San (1)

Gerónimo

y dos Santos Obispos. Seis cuadros con figuras de tamaño natural (11) adornan esta portada. Son los más notables los centrales con San Agustín y la Virgen del Pópulo; los cuatro restantes contienen imágenes de Santos, monges y Papas.


UN NUEVO DATO PARA LA HISTORIA DE LA CERÁMICA SEVILLANA.

Pocos meses afición

bá, llevados

por rebuscar é

inquirir

de nuestra vehemente alguna de esas curiosas

de lo pasado, que causan la risa del vulgo y también de -muchos que de doctos se estiman, acerreliquias

tamos á entrar en casa de un viejo mercader de guallas, cuya amistad y

tenece

al

hoy escaso grupo de

afán era poseer

gran

ni

viejos anticuarios

cuyo

número de objetos de todas

épocas, clases y materias, idea de

anti-

compañía nos complace. Per-

sin

que jamás

les asaltase la

coleccionarlos metódica y razonablemente,

tampoco que muchos de aquellos cachivaches po-


272

drian servir alguna vez de poderosísimos auxiliares para estudios históricos ó artísticos-

En medio de un verdadero maremagnum de obcomo heterogéneos, comenzamos á dirigir la vista á un lado y otro, á ver si entre

jetos tan caprichosos

tanto

viejo

lienzo,

antiguas molduras, voluminosos

infólios y raros trebejos

hallábamos algo que pudiera

importarnos. Esta exploración dió resultado, pues con

gran sorpresa y contentamiento logramos sacar de entre aquel cáos la curiosísima placa que ha

dado

lu-

gar á estos renglones.

Hoy que

los

doctos de todos los países se afanan

por allegar materiales que ilustren y esclarezcan la historia de la Cerámica, contribuyendo con sus enseñanzas á la creación de innumerables y notabilísimas fábricas que gozan de universal renombre, y cuyos

productos son verdaderas maravillas

que presenciamos un

hoy

artísticas;

brillante renacimiento

en

el

gé-

nero que inmortalizó los nombres de los Giorgio Andreoli, Battista

que cualquier de

las

Franco y Orazio Fontana, estimamos que ve nga á aumentar el caudal

noticia

conocidas será benévolamente

acogida por

cuántos se dedican á este linaje de estudios.

más de la

tales

Si

á

consideraciones tenemos en cuenta que

placa de que tratamos corresponde á

alfarerías sevillanas,

las

antiguas

cuya fama ha permanecido á

tra-

vés de los siglos, y que, en parte, viene á llenar un vacío en la historia de aquellas, que áun yace envuelta


273

en la oscuridad de los siglos, será evidente que ha de reunir para

el artista

más grande

estima, puesto que acerca de las antiguas

fábricas

y para

arqueólogo mayor y

el

de Triana no hemos llegado

ni

áun á descu-

brir un nombre de aquellos peritísimos artífices que en tan alto grado contribuyeron á embellecer, con deslumbrantes alicatados de polícromos azulejos, los mu-

ros de las alfajías, y tarbeas del alcázar de Pedro

I,

soberbia escalera y cámaras de los palacios ducales de Alcalá y Alba, y las naves, capillas y retablos de la

nuestros templos.

Como

elocuentes testimonios de Ja

maestría de

sus autores, subsisten estas famosas obras,

no

trátase

hoy de

imitar, y quizá

no

que algún afortunado amante de nuestras luz esos

mismos nombres que yacen

que en

va-

esté lejano el dia

al

artes

dé á

presente des-

conocidos en nuestros archivos y bibliotecas; acaso entónces llegaremos á saber quiénes fueron aquellos

maestros que en 1422 hizo

ir

desde Sevilla á Aragón

doña Juana de Mendoza, mujer del almirante de Castilla,

la

para labrar azulejos

morada de

esta ilustre

(1)

con destino

tal

vez á

dama; pero mientras tan fe-

Debemos esta curiosísima noticia á la loable (1) diligencia del reputado arqueólogo señor don Juan F. Riaño. Mus. Exp. de Antigüedades tomo n, página 204. Monografía intitulada: Plato italiano del siglo XVI. ,

35


— licísima invención,

274

con otras de

llegan á realizarse,

la misma índole, no hemos de contentarnos con alle-

gar nuevas obras, aproximándonos con to sea posible, á

completar

la serie

cerámicos de Triana, contando tre los esculturales vidriados

la placa

como

ellas,

los

el

en cuan-

productos

primero, en*

conocidos

al

presente,

en cuyo estudio vamos á entrar.

Antes de proceder á cribirla,

do

ha de sernos des-

él, lícito

para mejor inteligencia délos lectores. Sobre

un grueso

ladrillo,

cuyo espesor medio es de

o, 3, apa-

rece ejecutado, en alto relieve, el asunto místico de

Coronación de

la

en

la

Virgen por

la

Santísima Trinidad;

centro, sentada y oculto el escabel ó sitial con los paños del manto, ocupando los dos tercios infeel

riores, hállase la la

Madre de Dios en

actitud orante.

A

derecha del espectador sirviéndole de basa unaco-

lumnilla con su correspondiente capitel, está sentado el

Padre Eterno;

yada

la

el

brazo izquierdo extendido, y apo* la corona de Nuestra Señora; el

mano sobre

derecho levantado, y bendiciendo con la diestra a la latina; frente á esta imágen se vé la del Hij°» en análoga posición; en el centro superior y tercio complétase el asunto por la cabeza de un barón barbado, que representa al Espíritu Santo bendiciendo

manera

con

Ja

mano

el Hijo, é

derecha, de igual

impuesta

la

modo que

el

Padre y

izquierda sobre la corona de

la

Virgen.

Curiosa variante es esta última, que recomenda-


— mos

es sabido, mereció,

hibición por parte

275

examen detenido de

al

como

los eruditos; pues,

andando

el

tiempo, enérgica pro-

de losPontífices, con

otras aun

más

absurdas, extravagantes y anticristianas, máxime cuan-

do ya desde gurábase

Tuvo

tiempos de San Paulino de Ñola,

los

Santo en forma de paloma,

al Espíritu el artista

fi(i)

que ejecutó esta obra que ceñirse

y encerrar su composición en muy estrechos límites, y ya por esta circunstancia como por la manera expecial y característica de componer que distinguió á los artífices

de

los

en todo

vista,

siglos el

medios, se observa á primera

conjunto que ofrecen

aglomeración, estando,

gies,

como

si

las

cuatro efi-

se nos permítela frase,

apretadas y encogidas, de idéntica manera que

aparecen en los relieves que ornan los muros exteriores del claustro

que dá

al

Sur en

la

To-

Catedral de

ledo.

No

cabe más

este asunto,

pompa que tas,

sencillez en

(i)

que involuntariamente nos recuerda

la

la

artis-

famosa tabla que pintó parala

de Santo Domingo de Fiesole

el

eximio Fra

Epístola xxxn á Severiano; describiendo Jas

imágenes de

de San Félix, dice: Pleno coStat Christus agno vox columbam Spintus Sanctus per el

la basílica

ruscat Trinitas mys ferio patris cedo tonal fluit.

manera de exponer

para ellos desplegaron los antiguos

expecialmente

iglesia

la


'

276

Angélico, existente hoy en

el

— Louvre, y

el

lienzo de-

bido á Vicente Juan Macip, que se custodia en

la

Real

Pinacoteca de Madrid.

La espesa capa de completamente

vidriado blanco que cubre

las figuras

impide hasta cierto punto

apreciar debidamente los prolijos pormenores de

gunas partes; pero no obstante, nótanse de un claro y evidente los caractéres

hemos de

de

decirlo

en-

la

dudamos en

ca-

Virgen, que no

un tanto ovalada, y respira, por candor é inocencia inefables; hay en sus

bella,

así,

más adelante

clasificación.

La cabeza de lificar

de arte y época, que

tener presentes cuando

tremos en su

al-

modo

es

una pureza y sentimiento que interesan á la primera ojeada, y nos revelan que el artista llevaba en

líneas

el

pecho y en la mentóla viva inspiración de santas cuando modeló tan peregrino rostro. Ciñe

creencias,

sus sienes corona abierta,

cuyos florones no pueden

apreciarse con exactitud, porque sus lincamientos, co-

mo

débiles, casi

desaparecen bajo

Tiene

cabello recogido á

vidrio.

bre

las orejas,

el

la

espesa capa del

ambos

lados, so-

abultadamente, aunque no tanto como

se vé en las obras pictóricas comieny escultóricas de

zos del siglo xv. circular,

Viste sencilla túnica con escotadura

que deja descubierto

garganta,

bajando hasta

el cuello

la cintura

el

por un cíngulo, ¿ suelo en la misma forma

plegado que se recoge en este partir del cual llega hasta el

déla y parte

simétricamente

sitio


— dispuesto. Las

277

mangas parecen perdidas, pero de

es-

to

no puede juzgarse con

acierto; los

paños del man-

to,

que caen por cima de

las rodillas,

son bien carac-

terísticos

del

en

estilo ojival,

segundo período, ántes que

la

las

postrimerías de su

elegancia y soltura en

las líneas

y pliegues se trocase por el amaneramiento inverosímil de innumerables ángulos entrantes y sa'

lientes,

nacidos en España por la influencia de

cuelas neerlandesa y alemana.

Los mismos

res se advierten en cuanto á las ropas del

no y de su Hijo,

si

Padre Pater-

bien en éstos hay todavía

sobriedad; nótase en ellos

en ángulo, expccialmente

la

las es-

caracté-

mayor

tendencia á quebrarse

al llegar al

suelo,

menos experto no podría confundirlos con

la

pero

el

manera

expecial de ejecutar que se revela en las produccio-

dones Obras

estatuarias

salidas

nas que sustentan los fustes,

del estilo llamado

de manos las

infantiles

altura, hállanse

el

ástrágalo,

colum-

cilindricos,

y

muy

coronados por sus co-

rrespondientes capiteles, campanuliformes,

chos en

florido.

las

dos últimas imágenes citadas;

que no son del todo

pequeños de

ojival

parecen

muy

estre-

exageradamente anchos por su

ábaco y cortos en demasía en la longitud del tambor. Sus frentes ostentan como único adorno tres ligerísi-

mas da.

hojas, rehundidas,

Juzgando

las

sin

forma alguna determina-

basas por la del lado derecho, que

es la úuica que existe, guardan las

nes que, los capiteles.

mismas proporcio-


— Toda

la

278

placa se halla,

como hemos

dicho, vidria-

da de blanco, de un tono trasparente y brillante, que nos hace suponer que el barniz empleado fue rico en estaño; los contornos de las bocas y ojos de todas las cabezas están coloreadas de azul-cobalto claro, tono

muy que

usual en la antigua cerámica sevillana, el

lo

mismo

blanco de que acabamos de hacer mérito.

Consérvanse en esta ciudad notabilísimo ejemplade bairo cocido y vidriado, que justamente han atraído la atención de eruditos ceramógrafos, así prores

pios

como

extraños; áun subsiste, como magnífico y des-

lumbrante ejemplo del apogeo que alcanzó en Sevilla esta fabricación, la portada del monasterio la,

debida á

de Sta. Pau-

y Pedro de los Reyes

los insignes Francisco Niculoso

Millan; en la capilla vulgarmente llamada

Católicos, en nuestro regio alcázar, se ostenta el pere-

grino altar de azulejos, también de Niculoso, y acaso el dibujo del asunto central deleitado escultor Millan;.

en

la cripta

panteón de arzobispos del Sagrario de

nuestra Catedral, otra soberbia placa, de que hemos sido los primeros en dar noticia á los entendidos (1);

todas esta obras polícromas, unidas á algunos frag-

mentos que debieron formar parte de suntuosas bricas, entre ellos el

que se conserva en

el

queológico de esta ciudad, encontrado en una

(0

Véase nuestro

nas 19-20.

libro

fá-

Museo Ar-

Pedro Millan

antí-

pági,


— gua casa de

279

misma, compuesto de frutos y follajes de gran resalto; los procedentes de la villa de Cines, la

recientemente adquiridos por un coleccionista no, y otras

más

sevilla-

barnizadas sólo de blanco y cobalto, atestiguan fundadamente que en esta capital sencillas,

no cayó en desuso nos legaron

los

cerámica que

la brillante tradición

musulmanes. Los

mudejares y de aquéllos, y si segunda mitad del siglo xvii empieza artistas

los cristianos siguieron las huellas

bien

al

llegar á la

una funesta decadencia, resultado de

la

que

el arte

en

general experimentaba, todavía se fabricaban excelentes azulejos y vasijas,

Ninguna de

las

que son hoy muy apreciadas.

obras que acabamos de

citar

es

anterior á los albores del siglo de Cárlos V; el altar

de

la capilla

del Alcázar lleva la fecha de 1503;

portada de Santa Paula, de i5o 4; la cripta del Sagrario,

y

las

ta última

cho

ésto,

la

gran relieve de

en vista de sus caracteres, pue-

de afirmarse que fue ejecutado en siglo,

el

la

mitad del mismo

obras restantes son unas coetáneas de es-

y otras posteriores con poca diferencia; dipreguntamos: ¿Á qué época puede y debe

atribuirse la placa

de que venimos tratando? Asegú-

rannos que procede de esta ciudad,

la iglesia

de San Miguel de

derribada bárbaramente por

la revolu-

ción de 186S, y que se hallaba encima del tejaroz de

una de sus puertas, templo que fué reedificado por

don Pedro

do no

I

de

Castilla;

pero aunque este dato

tiene valor alguno, sin

aisla-

embargo, como á núes-


— tro juicio se tico

los caractéres artís-

arqueológicos del objeto, no creemos que deba

despreciarse.

apretada

mos

e

de

la

280

compadece bien con

las

i

tenemos en cuenta

Si

como

,

desproporciones de

las

que

expresiones

las

nifiestan,

dar

nos

fija-

si

en ellas no pa-

en los rostros

se

ma-

ya tendremos alguna basa sobre que fun-

les actitudes, si

si

cabezas, excepto

dar nuestro concepto. Pasemos de aquí á

que,

disposición

Virgen, que siempre sintieren más perfecta y

la

religiosamente los artistas sevillanos,

san

la

dijimos antes, del asunto;

bien

al característico al estilo ojival,

las influencias del

plegado de

los paños,

están distantes de recor-

eximio pintor neerlandés Juan

Van-Eyck,muy marcadas ya por villano en la

las infanti-

segunda mitad del

lo tocante al arte se-

siglo xv, y

en vista de

estos caractéres,

de la forma de los capitelillos de las columnas y del conjunto general que ofrece esta obra, no ha de tachársenos de visionarios si lo estimamos producto de los últimos dias de don Pedro I, ó ejecutada durante el reinado del monarca fratricida.

La grandísima importancia lleva en

por 11

a

los

sí,

débese á

las

años de 1438 trabajaba

Robbia

el

que, á nuestro juicio,

siguientes el

consideraciones:

famoso Lúeas de-

magnífico relieve que representa la Re-

surrección existente sobre una de las puertas del

mo de (1)

Florencia

(1),

Duo-

vidriado de blanco y azul, y ya

Histoire des poteries faiances' et porcelaines ,

Ms. Maryat, tomo

1,

página 39.


2$ I

estos

mismos colores son precisamente

en

placa de la Coronación de la Virgen, de

la

podemos

donde

por consiguiente,

los sevillanos; y,

si

invento, ó mejor dicho, la aplicación del vidriado á

como

asegura Vasa-

insigne maestro florentino, bien

pudo haberlo

de barro,

las esculturas ri,

que vemos

deducir que este procedimiento no era des-

conocido para el

los

al

tomado de

se debe,

los españoles, pues sabido es

mayólicas desde

el siglo

xn adornaban

que nuestras

las

imafrontes

de los templos de Pisa y de Pavía, y si liemos de dar crédito á Sir F. Palgrave, también decoraron el campanario de una iglesia en

el

Foro de Roma.

Bien sea que los italianos aprendiesen esta fabricación de los sarracenos que en cieron en

Sicilia,

no obstante

to Juan Bautista Paseri,

de

que

el siglo ix

lo

trata

este invento para la ciudad

se estable-

asentado por

de recabar

el

el

doc-

honor

de Pésaro, su cuna; ora

fuese importado de las Islas Baleares, es lo cierto, ya

de un

modo

ú otro, que los sarracenos españoles

tablecieron en

muchas ciudades de

tables centros

productores

de

la

la

es-

Península no-

loza vidriada

po-

lícroma y con reflejos metálicos. En los siglos xm, xiv, xv y xvrconsta ya el apogeo de esta industria por referencias

de

castellanos,

los escritores

musulmanes, extranjeros y

como Abu-Said, Ibn-Batoutah, de Tánger,

Marineo Sículo, Martin de Vicyana y el maestro Pedro de Medina. Encareciendo el último el azulejo (que se hacía en Sevilla) lo llama

muy

polido de munchas 3*5


282

labores y colores y asimismo bultos de hombres y otras cosas;» de este azulejo añade, «se hace mucha canti-

dad queso

lleua á

más que un

muchas partes.»

azulejo,

con

(1).

¿Qué

otra cosa

figuras relevadas, es nuestra

placa? Las materias todas que entran en la composición de aquéllos son las consiguiente,

si

mismas que en

demostramos que

el

del vidriado fué conocido en Sevilla desde

como los

lo

prueban

los aliceres

ésta,

y por

procedimiento

que ornan

el siglo

las enjutas

xn,

de

ajimeces de la torre mauritana de San Márcos en

esta ciudad, ¿por

como

qué hemos de continuar creyendo,

hasta aquí, que á

Lúea

della

Robbia debemos

los sevillanos la aplicación del vidriado á las figuras,

cuando contamos ya con el notable ejemplar objeto de estos renglones, que si no es coetáneo del renombrado ceramista italiano, puede seguramente reputarse anterior á Francisco Niculoso? Cuantos escritores han tratado de investigar la historia de la cerámica

hispalense, todos hasta aquí muéstranse unánimes en

considerar

al

citado artista pisano, que acaso trabajó

en los talleres de Andrés della Robbia en compañía y de los hijos de éste, Juan, Lúeas, Ambrosio Jeróniy

_(i) Libro de grandezas y cosas memorables de España, por el maestro Pedro de Medina, vecino de Sevilla, debido al serenísimo y muy esclarecido señor don belipe, príncipe de España, nuestro señor, 1549* Ms.Bib. Colomb. Tomo xxix, de P. P. V. V. F. F. 1 74-


— mo, como

el

283

introductor de este nuevo género deco-

rativo en Sevilla, pero basta fijarse en el carácter ar-

cáico de las figuras que

ronación para estimarla

componen la placa de la Comuy anterior al referido maes-

tro italiano.

En nuestro concepto, y asomo, de

debilitar el justo

sin

que tratemos,

ni

por

renombre del gran cera-

mista florentino, por lo que á esta industria sevillana respecta,

vamos

podemos

afirmar que el objeto que conser-

fue ejecutado en Sevilla ántes queNiculoso im-

portára este

mismo procedimiento de esmaltar

figuras,

y que, por tanto, hay que considerarlo como la primera página de nuestra historia de las esculturas de barro vidriadas.


*


——

ERRATAS MÁS NOTABLES.

—KSxS*-^

Pág.

Dice:

— hemos querido 8 — caprichosa — D. Pedro 6

Léase: reunir

envestigador

—caprichosas — D. Juan —investigador

antes de

—con respecto

Ii

17 18

— reunimos

él

que pueda — se 25 — nuncn 34 — trasnunto 40 — 48 — panopia » — comprueben »

halla

florores

-panoplia

-comprueban -marcarla

marcarll

56

mucho deestacenturia- -mucho de

— ruptos 54 — recaso — contribuye — loza 59 5i

»

» >4

»

la

—y —merecieron — calzados — Ciíuente a sitio

él

—trasunto -florones

55

5i

á

—encontramos que pue da -nunca

su perfec

cionamiento en -Rieptos -recazo -contribuyen -la losa

-y al sitio

-mereciendo -labrados -Cifuentes


Pág. 97 loo 120 122

Dice:

Léase:

— de Cartuja — de hospedería — de tadas

-de

esplendida

-de todas -

mente

146 148 »

149 15

1

152 187 2 20 ))

»

— seguros de sugetos

'

224 247

-dotado esplendidamen e dejándole alhajas y reliquias y escojiéndola para -seguros de que sugetos

simientos

cimientos -COLONIAE

En

su planta

-Es su planta

en

somo adelanto la menor de todas

•en

— COL.ONLAE

— en

»

Cartuja

-en la hospedería

la

— dotado

la

es

somo adelante menor

la

detenlladas

-dentelladas

MDLXII REGN AMPLISIMA

-MDLXIV

NEFA SILLVM

•NEFAS ILLVM VIX1T

VIXIX

— manumento — aficiónanos

REGNA AMPLISIMA monumento aficionados


INDICE. — Dedicatoria

....

Al lector . . La cabeza del Rey Don Pedro. . Descubrimiento de una antigua pintura en la iglesia deS. Julián, y noticia de su auto;-. .

Sevilla

román?

Sevilla visigoda

La

carpintería

délo blanco

.

La espada del Conde Fernán González. La bandera y espada de San Fernando. Espaderos y armeros antiguos sevillanos. Sepulcros antiguos de la Catedral de Sevilla. Esoulturas antiguas sevillanas.

La Giralda La parroquia de Santa

Marina.

Las Casas Capitulares de Sevilla La iglesia de la Universidad literaria. Apuntes sobre la cerámica deTriana. .

.

— Barros

vidriados

Un nuevo

date para la historia de la cerámica

sevillana


Acabóse de imprimir este primer tqmo DE LAS

((

pURIOSIDADES ANTIGUAS

SEVILLANAS,)) Á 2Ó DIAS

DEL

MES DE JAAYO^ AÑO DE Jf.fi.

jlESUCRIS-




BGU

500482233 A Mont. 06/3/22



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