Wlmmmmmm }&bBBMBBBBs&&
Mmm
wmmM.
mmm
mmmk
S»i|l ülÉHl:
Hn
.
.
,$£-
yJPfe
<¡(
%$pp& nMpp “» p p p Pp 8ptim m ¡0 s& M S M í% ¡§ P P p te p M nI» Sp p'& m !S p P tetem üM opl fe p g¡ p s# 8 8P& s M p ¡8 & pw p íl ^í§ te SÉfe V P É s fe $&,s 8 W!¡ P H p í W¡& '% &S& A % HÉ % fe fe ^ ppíptete ÍÍte te fefe lll$ljfm fe teW? sil & ¡pli pPls fe P Ppjp te te fe te fe te K IPfe fc fe te p p p %’ tey& te i p: pwte M P P fe8§p ItlP p/ppP?8 fe P p p w& ;% fe s % P te 8 P 8 fe te p 1É te m Píp p B p p fe MfeP fe te feHfe i s p É te « M Pl^ H ¡pw'M te pi #P fe Mí fe P te fe S p É%s P É te te 1^fe te II p M Ps < p WP m fe Wk fe fe te te fe 8 S pte $V ¡p ¡S p P Iis $p p P Pp P wk S§si te fe H i pi®¡|# p P 8Mn n si fe te te $3ipi»* M te M 8 fe M M S PS p H p « te p p m % Bá % %> S te % 8 w fe p i dp K P Í P gte ü&tete te M VA V E %, M i n % te 8 8fete < |§ SU P Pte P Ü !Si s p M pi Sí fe ® s P M’ ’M m g| m$p l 8 P 8 p m te p PW' *% Bj pS álÜí W te te te te te M r.m
•
¿.«8» •7*5*
-
'd#
S&h‘
kjgí
te
:í%-
V¿S-
•y®-
,-T-u
:
teiA
V'
í>.
v
Ijp
«*^'
/Ó
^BL
£*B¡!
.¿te
..
;*r lr
1
3*11
o.
^f-.
fe.
<*
fe
Jte
*-
:
y£x
i-pi
.é
I*
¿V
'«jfejs!
síS-
^Íbn:^í&.
'Í4¡¿ %>,&
«hT> ;«r v >
,;CX
¿fifi
.
fe
r%¡ ;te
¡jCf 'te te'
*v/G[7 ’ >.V
-
afe ;,V:
-.Cr
’íi';
,
''
!
-Jfe
r
'<
,
?©fr
<•
tej;
..^fx •
<;,
fe
-v
-
,
Tf^s
-'
.•'.O.i
<5Í
¡r*
\y
-% í^>
r
’feEÍ
•
fe.
'fe
*tJK
*\
.üjr.-.
J
v
..¿1-
V'*.
'tete
"$'' : ,
;
Ite
¡fe
u|S
'¡0 ffi
;(!>•
i.
J
'¿i-
%ií
,^§>-
/
-<§»:;
.te
'm¡
¿fe
¡J^
1
Í#’J
•te
;*•>
;/íf;
:
.A’ ;> !?&
’
í?
'o(C¿
Bol
í
fv;
/fe
'%2
'«fe; >!>
y©*v •»>
| jj*i) ,
IIP
&g ?aP$>.
te
'áfc
^v|’;
.'/éf
;
fefe
•
j
*
te&j
-y 'te
»'«Sr
| SB
ajp
te
y£j
y 41'
%’
''«fe
ij,-
¡te
R?®,^
fe-
"%cf.:
<';.
<*
te.
1
-Í
ll;
¿:
fe'
:
I
;
|%¿
te'
t>.
’
íwfc
^fe
s^.*¡
Ipí
-•
ti&
.te;
:
..fe-
•,¿te
e
•M¿
:&/.
’-í)v'
te.
ffi
«fe te'
<&.
vlít.'v
.4
<TÍ.
;
te te’
grao
;
r0¡*{
MSí
'>
«k *7
«i
Jhk cv v ;
Í&'
;^f
í?
fe>-
.<3'-
Xg|4;
;
;._
éS \-
fv'
:
<•
te
«¿t te. te; te.
Ljgp
te
te; ?¿fe
te! te' ffl
;
fe|
* 4¿'>
Hjg
V;i
;
-t-y
..<£
Áte,
«.,'.
‘St
fe;
'4>.;
V.
.#"
tv
',£$
-;
<ii-
:'fel.
irv.
«i*
V?-’
<*.
s
jgj
ty
te
^b!
*> ^
’*v?;
>’>?-
'ÍC4l
‘0:
Á fL.?
iJb
te--
'45t'.
mi,
•&'
fe
fe:
v
.
•%;.
K¿..
><?.
\s;
te
'^'i
te/
Q. \
te.
/<
:
•tf/j-
Sfilte
ffi
4í:
"V
*G£y?
*>
.
CURIOSIDADES ANTIGUAS SEVILLANAS ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS POR
JOSÉ GESTOSO Y PEREZ.
E3 PROPIEDAD. ( Tirada
de 100 ejemplares.)
SEVILLA. En
la oficina del
periódico
£l Universal.
6-M ei>S3
CURIOSIDADES ANTIGUAS SEVILLANAS t
ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS POR
JOSÉ GESTOSO Y JEREZ.
SEVILLA. En la oficina del periódico JSlJJniversal
1885 -
PONACion MOHTOTt
AL' SR, D.
Debí nes,
ri
FERNANDO BELMONTE Y CLEMENTE.
V. desde mis primeros pasos en estas aficio-
muy provechosos
El único medio amistad
consejos
útilísimas enseñanzas'.
y
con que puedo corresponder á su buena
es haciendo público el testimonio de
cimiento, complaciéndome en que
mi
recono-
haya llegado ya
esta
ocasión.
Sírvase V.,pues, de aceptar la dedicatoria de
hro,pobrisimo como mío, pero que d tará
los
ménos
este li -
le acredi-
buenos deseos de su afimo., *
.
lo
'
i
•
¿José Jjestoso
y J^erez.
-
AL LECTOR
'
El deseo de salvar del olvido antiguas memorias de sucesos cosas que yacen en nuestros Archivos y y Bibliotecas, mi afición constante á investigar cuánto se relaciona con las famosas obras artísticas que los esclarecidos maestros de' otras edades dejaron en nuestro suelo y el interés en dar á conocer algunas inestimables joyas arqueológicas que poseemos, desdeñadas por el vulgo alto y bajo me ha movido á tomar la pluma en muchas ocasiones para llamar encarecidamente la atención pública acerca del abandono en que unas yacen, de la importancia de otras y de Ja interesante historia de muchas, dignas bajo todos conceptos del mayor respeto de profunda veney ración. No creo haber conseguido mis propósitos en manera alguna; mis palabras las ha llevado el viento y así han visto las personas entendidas, con verdadero escándalo, que al mismo tiempo que la prensa periódica elevaba sus quejas para impedir cierta venta de un objeto sagrado que perteneció á la iglesia de San Vicente, á despecho de todos y sin grandes obstáculos se verificaba aquélla, privándonos de una de las mas brillantes páginas de la orfebrería española y única entre las conservadas en esta ciudad. Así van
perdiéndose paulatinamente los más vivos testimonios de nuestra cultura pasada, desapareciendo premonumentos y borrándoselas irrefutables pruebas, memorias de gloriosos dias. Acaso tocará igual infausta suerte en el trascurso de los tiempos á algunos de los que hoy contemplamos y que hemos tenido la fortuna de poder estudiar; para ese dia hemos querido reunir nuestros apuntes, cediendo á las instancias de algunos amigos aficionados á estas antiguallas, para los cuales, hacemos separadamente una impresión de cien copias en buen papel. ciados
Sevilla
c)
de
Marzo
de 1885.
LA CABEZA DEL REY DON PEDRO
«
NUEVOS APUNTES PARA ILUSTRAR SU HISTORIA Pues don Pedro de Castilla,
Tan valiente y ¿Qué hizo sino
Y
tan severo,
castigos
qué dió sino escarmientos?
Quieta y próspera Sevilla Pudo alabar su gobierno,
Y
su justicia las piedras
Que
están en el Candilejo, (n)
Existe en Sevilla una calleja tortuosa y estrecha,
formada de pobres viviendas, desiguales y mezquide sus tejados salientes, sus puer-
nas, con los aleros tas
pequeñas y bajas, sus ventanillos con
tiestos
de
y allá, como riéndose de todas unas que parecen empinarse pa-
flores esparcidos aquí las reglas eurítmicas;
(i) Publicóse este artículo en nuestro libro «Apuntes del natural,» 1883; hoy se reimprime aumentado. (u) Don Francisco de Quevedo Villegas, Ro-
y
mance XLI,
t. 8.*,
edición deSancha.
—
— rompen
8
más
ra mirar á sus vecinas
bajas, otras
que atrevidas
muro que forma
la línea recta del
estas quebi aduras, estas desigualdades,
la calle,
como
si
y
dijé-
ramos, en un palmo de terreno.
Es verdad que hoy da por
do
la industria
moderna, sonroja-
tales caprichosa construcciones,
ha consegui-
deformidad, y al gunas casas con figude yeso, frisos de cartón piedra, rejas historiadas
enbelleccr su
ritas
y alegres colorines se levantan de trecho en trecho para atestiguar, por si alguien lo duda, el gran adelanto y exquisito gusto de las construcciones de nuestros dias.
Esta
calle,
en
la cual
ha penetrado
derna hasta hacerle perder
guo
carácter, es, sin
los propios, sino
casi
Ja
piqueta
mo-
por completo su anti-
embargo, no sólo conocida de
que también con empeño visitada
por los extraños.
Ea
calle del Candilejo representa
sevillana
hoy
de un importantísimo reinado,
dero recuerdo de un gran Monarca,
la
el
la
historia
imperece-
página escrita
de una veneranda tradición. Testimonio de aquellas tremendas justicias va unida estrechamente á ,
ta
sombra de Pedro
I
de
Castilla;
que, según la frase de un antiguo escritor
(i)
la
augus-
de aquel gran Rey,
Ldo. Estében G. de Muñana M.
(i),
«más
S. intitulado
Escrito sobre el Principado de Sevilla en defensa de la ver-
dad del epigrama deAusonio. Pag.
33.
—
tíib.
Colom.
—9— debió su muerte á la vendible pluma de Ayala que al punal de don Enrique;» de aquel ilustre Soberano que legislaba en
-el
Becerro de
y compilación
del.
las
Behetrías, en el arreglo
Ordenamiento de Alcalá, en
los menestrales, y en las Cortes 1
35
da,
r
?
el
de
de Valladolid del año
que guerreó venciendo en Aragón y en Granael esforzado ánimo para acometer la gi-
que tuvo
gantesca empresa de restaurar
de robustecer zante á
poder
el
manos de
castellana;
la
real,
el
perdido prestigio y
desmembrado y
agoni-
turbulenta y poderosa nobleza
de aquella gran figura qUe supo, en medio
del encrespado
mar de
deslealtades y felonías, de
trai-
ciones, asonadas furtos salvar del gran naufragio el é arte arquitectónico, levantando insignes templos, con. ,
cediendo gruesas sumas para sos -
la
restauración de famo-
monumentos y gozándose, por
truir sus
en cons-
último,
soberbios alcázares de Sevilla.
Tales gloriosos padrones, en vano intentarán os> cureccr los rutinarios continuadores
ata; todos
sus esfuerzos
blecidas sienes
del desdichado
dos laureles serán tencia los
inútiles,
no llega nunca á
la
del desleal cro-
por arrancar de
Monarca
porque
el grito
las
enno-
tan precia-
de
la
impo-
región serena destinada á
grandes hombres.
Hé
aquí por qué todo lo que se relaciona con este
ilustre
c >a, los
Monarca, hidalgo y caballeresco por excclenes siempre de grandísimo interés, no sólo para
que se dedican á estudiar su turbulento remado, 2
10 sino también para todo
amante de
las pátrias glorias:
no dudamos, pues, que nuestros lectores verán con gusto la descripción que de
la
Rey don Pedro, colocada en
primitiva cabeza del la calle del
Candilejo
hasta los años de 1630, se hace en un manuscrito que se custodia en la Biblioteca
Colombina
(1).
Creemos
ser los primeros en publicarla
(11), y creemos que es de alguna importancia, pues si el hecho tan conocido que dió lugar á la tradición no tuvo hasta aquí fuerza
de verdad existir la
(I)
histórica,
puede
tenerla
por
la
razón de
cabeza del referido Rey colocada en
Tomo
el sitio
de Varios en su mayor parte M.M. S.S.
En
la portada se lee: Memorias Históricas Sevillanas, recogidas en este tomo primero para la librería del Dr. D. Ambrosio de la Cuesta y Saavedra, canónigo de la Santa Iglesia de Sevilla. (II) En una .nota de D. Eugenio de Llaguno y la Crónica del Rey D. Pedro, edición de Sancha, se hace alguna indicación ligerísima acerca de este particular al hablar de la estátua orante del Rey en su sepulcro de Santo Domingo el Real de Madrid, pero dice sólo que era de barro y pintada, refiriéndose á Argote.
Amiróla á
Además hemos procurado informarnos do algunas personas eruditas que se ocupan en inquirir noticias acerca de nuestras antiguallas, consultando al efecto con el reputado escritor Sr. D. Joaquín Guichot, quien lealmente nos ha manifestado que desconocía la existencia de la primitiva cabeza, que esti-
maba como muy toria.
y
difícil hallar
datos acerca de su
his-
de
la actual, casi á raíz
que asienta
el
de su mismo
siglo.
Veamos
lo
autor anónimo del manuscrito intitu-
lado «Algunas noticias
Don Pedro, de que
que ay en
se hace
Seuilla dél
memoria por
Rey
tradición
enella.»
Dice así: «Don Pedro de Pereda Jurado desta ciudad cuyas eran las casas donde está puesta la cabeza que las heredó del Jurado Pereda su padre en y ellas
sucedieron los hijos del dicho
me
reda casa
dixo:
Don
que amenazando ruina
donde estaba puesta
sario el reedificarla, su
dad, dió cuenta de
la
Juan de Pe-
la
pared de
la
esta cabeza, y siendo nece-
padre como Jurado desta
ciu-
obra que se auia de hazer en
el
Cabildo para que por su acuerdo se mandase lo que se auia
de executar.
se
efigie
una
del
Y
la
Rey Don Pedro, en
se pusiesen las á costa
de
mesrno
sitio
la
Ciudad acordó que se
de piedra, que representase armas de
la
traje é insignias reales,
Castilla y
hicie-
persona y que
León en un escudo
Ciudad, y se colocase en vn nicho en el la cabeza estaba, porque esta me-
donde
moria no se perdiese, y se puso en execucion, loque Ciudad mandó, colocando en vn nicho el bulto del
la
Rey de medio cuerpo, como oy
Y assi mesmo me
refirió
se vée.
que siendo
él
muchacho
,
v‘ió
que aquel eruditíssimo Príncipe el excelentísimo señor don Fernando Enrriqucz de Ribera Duque de Alcalá, llegó vn dia á su casa
buscando á su Padre, á
quien preguntó: que se auia hecho aquella antigua
cabeza que
allí
estaba? y
algún rincón de
el
Padre
le
respondió que en
casa estaría y la hizo luego buscar, y la hallaron en vn sótano de donde se sacó y la dió
la
Duque, que
al
la recibió
con mucha estimación y el hallasgo; y la puso
agradecimientos por
le dió los
en su coche y se la llebo: y que decía el Duque: que por verdadera efigie del Rey Don
tenia aquella cabeza
Pedro ó muy parecida.
Y
repitiendo las señas de la ca-
beza dezia, que juzgaba era de barro cocida y pintada con el pelo corto, que solo le cubría el cuello cortado al rededor, y cercenado por la frente, como entonces se vsaba, sin bigotes ni barbas, el rostro algo abultado, y en
la
cabeza vn bonete redondo traje de
aquel tiempo y que asistiendo á su padre este dia vió lo
que
refería.
Esta cabeza
duda) puso
(sin
el
Duque
en su librería ó en otra parte de su casa, que enrriqueció
con muchas memorias y piedras y estatuas antiel poco cuidado de los Alcaydes de su pa-,
guas y por
lacio y falta
de estimación y aprecio de las cosas desan desparecido muchas antiguallas que
te género, se
se
guardaban en
que para
la pieza
los libros,
que tenia destinada
ó puestas en diferentes
su casa, entre las cuales padeció
el
Du-
sitios
de
esta el propio nau-
fragio.»
D. Pablo Espinosa de los Monteros, en te
de
la
Historia y Grandezas
Sevilla, al fólio 52,
de
la
de
la
la II par-
gran ciudad de
habla también de
la
renovación
cabeza y dice: «y por memoria dcste caso man-
—
—
i3
dó poner en aquella esquina en una concavidad, su cabeza, hecha de piedra (r) la cual se renovó pocos anos d y se puso en lugar della el medio cuerpo que ,
oyestá.»
Hemos
encontrado
se quitó la primitiva cabeza á
mo 1 }-
puede comprobarse por
la
fecha segura en que
que nos referimos, co-
las siguientes palabras
francisco Fernandez Bertrand (n),
autor de la tradicional nistraba justicia
el
silla
este
de
dicho
en que se dice que admi-
Rey D. Pedro, añade: «de
naje de desgracias fué la pérdida
mármol (m) de
al tratar
de
la
este
li-
cabeza de
Monarca, cuyo origen para con-
servación de la tradición, aunque parezca cuento, la
pondré aquí hnúa: «que
Refiere el hecho del Candilejo y con-
el
Rey, en
ner en la esquina del
la
forma que pudo, mandó po-
sitio,
retrato suyo,
una cabeza de mármol,
que vimos hasta nuestros tiempos de hermosísimo rostro, dando admiración á los curioSos
Avrá
suadió
al
,
diez ó doce años
que un Veinticuatro per-
Cabildo desta Ciudad que quitando de
allí
Espinosa no tuvo ocasión como D. Juan de Pereda de ver y examinar tan de cerca la dicha cabeza: no es extraño, pues, que se equivocára. (i)
(n) Comprobación de la piedra sepulcral del venerable Honorato sucesor del glorioso Dr. San Isidro, Arzobispo de la Sta. Iglesia Cathedral Metropoy litana de Sevilla, etc. Sevilla: Francisco Lyra, 1630.
—
(ni) Puede repetirse acerca de estas palabras lo dicho en la nota 1/ que antecede.
,
—
14
—
aquella cabeza se pusiese un
(como
medio cuerpo de Rey
de diferentísimo
se hizo)
perdiendo
rostro,
tal
antigüedad y variando la circunstancia de la historia en suceso tan notable.»
No la
es posible
dudar del hecho de haber existido
cabeza del Rey en
más de rar
por
la calle del
Candilejo, pues ade-
asegurarlo así la tradición, lo el
vemos corrobo-
autor anónimo del manuscrito á quien dijo
don Juan de Pereda: «que asistiendo á día vió lo
que
refería,» y
además por
su padre este
las
palabras de
Espinosa, y de F. Bertrand. Esto sentado, se nos ocurre el siguiente razonamiento.
Según Ortiz de Zúñiga
acaeció el hecho que dió lugar á que se colocára la
cabeza del Rey uno de los dias del año 1354; desde esta época hasta los en que publicaron sus libros los citados autores sos;
(i
no repugna
63 o) van trascurridos dos siglos escaá la
buena lógica que este tiempo hu-
biera permanecido la primitiva cabeza, y que ya por su mal estado, como parecen probarlo las mismas pala-
bras de Pereda
porque
la
al referir
Ciudad
damente en
que
se halló en
quisiera representarlo
traje é insignias reales
,
un sótano ya
más
autoriza-
se acordase la co-
locación de la existente. Desapareció, pues, la primiti-
va cabeza por los años 1618-20, frases del
a ñ° s
segundo
como
escritor citado:
lo indican las
«Avrá diez ó doce
» Su folleto de la piedra sepulcral de Honora-
to, vió la pública luz
en 1630,
como dejamos
Se observa muy comunmente que
los
dicho.
monumentos
— públicos,
como
colocaron
en
dias
—
i5
estatuas,
que se
inscripciones, etc.,
pasados para perpetuar algún
acontecimiento, permanecen por lo general en sus respectivos lugares, bien hasta que
se destruyen ó
porque pasado algún tiempo desaparece Que de ellos se hizo.
Según nuestro
'
el
aprecio
entendemos que no
juicio,
es po-
_
siblc dudar,
después de
las anteriores citas,
de que
existió la
cabeza del Rey en Ja calle del Candilejo hasta los años 1618-20 en que tuvo lugar la colocación de la existente, vez y para probar de una
Quizá
I
el
Duque de
que
Alcalá no se equivocaza en tener
por verdadero retrato de D. Pedro, fijémonos en a descripción de Pereda y veremos cuán al vivo
está representado en
glos llo
XIV ó XV:
ella
un personaje de los
«¿Vpelo corto quedólo
le
si-
cubría el cue-
cortado alrededor y eercenado por la frente , como
e,/ tónces
ocultado
se
usaba , sin bigotes ni barbas
(1)
,
el rostro algo
y en la cabeza un bonete redondo .» Bastan
estas ligeras indicaciones para rc presentaba la
no dudar que la cabeza
de un varón perteneciente á uno de
estos dos siglos; pues
ya en
el siguiente
comenzó
á
(0 Dice Ayala: «É fué el Rey D. Pedro asaz ande de cuerpo é blanco, é rubio, é ceceaba un poco en la fabla. Era muy cazador de aves, fué muy so,
udor de trabajos. Era muy temprado, é bien acosumbrado en el comer beber. Dormía poco, é amó y ln ucho mujeres. Fué muy trabajador en guerra,» etc.
—
i6
—
decaer esta costumbre del cabello cortado alrededor del cuello y corcenado por la /rente así ,
dio
el
uso de
De
lo
como
se ésten*
barbas.
las
dicho deduciremos que, ó se colocó en
mismo reinado de D. Pedro ó en prendidos hasta
el siglo
los sucesivos
el
com-
XVI, y en tal caso, será tamsi el hecho en que se funda
bién razonable creer que la tradición
no
fue cierto,
¿cómo entóneos colocaron
su cabeza en ios cuatro cantillos?
Nada más diremos por ahora neranda
se relaciona con
sado á
escribir
acerca de esta ve-
nuestro interés por todo lo que
antigualla;
este bizarro
Monarca nos ha impul-
estos renglones,
arena que allegamos
al
levísimo grano de
hermoso pedestal que
mienza hoy á levantar á su memoria. 1 ocaba á nuestro siglo llevar á cabo
la
presa de rehabilitar
do
Ja figura
histórica
se co-
noble emeste gran
Rey. Muchos y eruditísimos escritos se han dado á la estampa por doctas plumas, y su recuerdo, oscureci-
do hasta nuestros
dias por la impotente saña
detractores, va mostrándose cada vez distinto, al
mismo tiempo que
más
de sus claro y
se ennegrecen los
de
aquellos grandes desleales, de aquellos traidores per-
donados, y de aquellos miserables enemigos, carios del fratricida de Montiel.
/
I
viles
si-
DESCUBRIMIENTO DE UNA ANTIGUA PINTURA EN LA IGLESIA DE
S.
JULIAN,
DE ESTA CIUDAD, Y NOTICIA DE SU AUTOR. ÁL
'*
~v-
^
i
Grandes esfuerzos han venido haciendo desde algún tiempo los amantes de nuestras glorias artísticas y especialmente se afanan los doctos por esclarecer los
0n’genes de
ra >
debiendo
la
al
antigua Escuela sevillana de pintu-
trascurso do los siglos, que en parte
continúe envuelta en densas sombras.
Desde que
m udez se
el
diligentísimo envestigador
ocupó en
sus diferentes escritos
Cean Ber-
de tan im
-
Portante trabajo, hastanuestros dias, todas las disquisiciones
y pesquisas hechas han resultado ineficaces han podido hallarse que aumentar
y pocos datos
n los atesorados por
Convienen
mo
el
él.
críticos é historiadores
primer maestro de
la
en señalar co-
Escuela hispalense á Juan 3
:8
Sánchez de Castro, á quien en su «Carta sobre
con
villana,» califica
Antes de
to
y gusto de la pintura se-
de Patriarca.
el título
ninguna noticia
él
que pueda darnos
halla
erudito escritor citado,
el
el estilo
de quién fuera
luz
el artista
ni el
menor
que
le
precedió, y en las es-
casas obras ejecutadas anteriormente
como
las intere-
santísimas pinturas murales de San Isidoro del
no hay
menor
el
rastro
rastro se
para venir en conocimien-
Campo,
que pueda descubrirnos á su
autor.
Antes del citado Sánchez de Castro ninguna noti-
que pueda darnos luz y aun de éste misignorase la fecha y lugar de su nacimiento, quiénes fueran sus maestros y los hechos más culminantes cia se halla
mo
De
de su vida. seña la
así
sus discípulos
encontramos
como de las obras que
ligera re-
ejecutaron. El tiempo,
ambición de poderoso magnate por adquirir
sas joyas y
de todos
más que nada
los azotes
hecho desaparecer
la ignorancia,
de nuestras glorias las principales
el
valio-
más duro
artísticas,
han
obras del eximio
Patriarca. El juicio del docto
cesariamente en
atendiendo á
las
ellas, le
la historia artística,
altura
ccn
el
Cean Bermudez
se fundó ne-
conservadas hasta su tiempo
y, si
concedieron elevado puesto en
sube éste infinitamente á mayor
notabilísimo hallazgo de que
vamos ádar
cuenta.
Ancho y
dilatado
campo
se ofrece á la vista del
|
—
—
i 9 curioso y del inteligente con
esta obra,
no sólo por
la
descubrimiento de
el
importancia que en
sí
tie-
ne, sino
por la luz clarísima que derrama sobre este Periodo tan oscuro de nuestra Escuela pictórica; lle-
gándose también al conocimiento exacto de algún que otro problema de difícil explicación. No es para ios límites ni
de esta noticia hacer
apuntar cada una de las
exámen detenido
el
consideraciones y Provechosos resultados que pudieran deducirse de un detenido y razonado estudio: vamos á limitarnos á útiles
narrar el hallazgo y después de descrita tan valiosa joya daremos á conocer su autor, ignorado hasta aquí, ya que á nosotros deparó la suerte la grata satisfacción de ser los primeros en descubrirlo.
Existe en el rroquial
de San
mada por les, sin
sirvió
muro Julián,
del Evangelio, en la iglesia pa-
de
una puerta
esta ciudad,
tres arcos concéntricos
de
más ornamentación que unos
en lo antiguo de entrada
al
ladrillo,
for-
ojiva-
boceles, la cual
templo. Es
tradi-
ción seguida por todos los escritores antiguos sevillanos
que por
esta ciudad
Virgen de
que
los
años de 1380 habiendo llegado á
Mosen Per de Tous con
la Hiniesta, al
erigió para su culto digna capilla,
Se c °uservan
imagen de
la
en
la
la
donarla á esta
iglesia,
de
la cual
aún
preciosas muestras, hizo su entrada la
referida efigie por la puerta de
que hablamos, tapiándose luego, ora fuese para conmemorar este señalado hecho, ya por exigirlo así otras necesidades.
,
20
En nuestras frecuentes visitas á este templo habíamos tenido ocasión de fijarnos en tal entrada, pero nada digno de atención hallábamos, máxime, al ver que el muro que la tapiaba servía de apoyo por su parte interior á un retablo de estilo churrigueresco sin
importancia alguna.
No
era concebible que tras
desatinada máquina de hojarascas y florones
aquella
existiera la
obra de que tratamos, que gracias á una
casualidad y á la solicitud de su digno párroco,
feliz
podemos hay admirar. Con motivo de ciertas
lijeras
reparaciones en
el
hubieron de notarse algunos fragmentos pin-
edificio
tados detrás del referido altar y eso bastó para que comprendiendo los señores don Antonio Ruiz Quirós, cura de
yor
na obra
dia 18
fábrica,
que quizás se ocultaba
artística, hicieran
entóneos
el
muro
al
minarla.
el
las perso-
tener noticia del hallazgo corrieron á exa-
Admirábanse todos de su si
cio inferior se encontró
menor
rastro
valor, encarecían
bien lamentando al par su de-
plorable estado, pues que por
el
algu-
cubierto con la magnífica tabla,
su verdadero mérito
Ni
allí
arrancar aquel, apareciendo
de Enero de 1878. Muchas fueron
nas que
'
parroquia, y D. José Fuentes Zabalegui, ma-
la
domo de
ambos
lados de su
ter-
bárbaramente aserrada.
de firma,
ni la
más
ligera indi-
cación se veiaen ella que pudiera seguramente dar á
conocer tesis
al
artista
que
la ejecutó.
más ó ménos fundadas
se
Conjeturas é hipó-
formularon acerca de
21 éste, atribuyéndolo
alguna, señalamos
muy pocos, al que como verdadero
hoy, ya sin duda
autor.
Mide el cuadro 2 metros 46 centímetros de alto y 2 metros de ancho, formando en su parte superior una curva ó segmento de círculo, adornada con moldura de lóbulos y floroncillos ojivales. En el centro aparece
la
Virgen sentada en
sillón
de
alto respaldo
y cuyas líneas marcan los albores del Renacimiento que termina en un dosel del mismo gustó que los floroncillos citados
y en el que se ven algunos ligeros recuerdos moriscos. Cubre la cabeza de la imágen una toca blanca y corona abierta y lo restante de su cuerpo túnica y manto negros recamados de flores de oro.
En su falda tiene al Niño Dios sentado, sosteniendo por un extremo un rosario con cuentas rojas que ase la Virgen por el otro. Á la izquierda, de pié, está San Pedro con capa pluvial é imaginerías, las llaves, un libro y una cruz. Á la derecha, San Gerónimo vestido
su
de paños rojos hojeando un libro y cogida con cruz de la misma forma que la
mano derecha una
de San Pedro. Sobre
muy la
estas efigies se ven dos ángeles
dignos de estudio, que sostienen
cabeza de San Gerónimo,
to Pontífice.
Todas bos dorados. En el
la tiara
las figuras
capelo sobro la
del San-
tienen grandes
tercio inferior
caracteres góticos en que se lee: « ta
el
sobre
nim
hay una cinta con
O domina mea sane
-
maria ora pro me pccatore.)) Si
comparamos
esta obra con algunas
de
las
que
22 existen
de Juan Van-Eyck, nos convenceremos una
vez más de
la
grandísima influencia ejercida por
el
pintor flamenco arriba citado, en los primeros vuelos
de
la
Nada mejor qne
Escuela pictórica sevillana.
el,
dibujo y manera de hacer puede probarnos este aserto y en verdad que no es posible, fijándonos en estas
dos grandes notas características, dejar de apreciarlo. El
mismo plegado en
los paños, las
mismas
líneas an-
gulosas un tanto violentas, igual terminación cuando aquellos tocan
al suelo, lujo
insignificantes objetos,
de pormenores en
los
más
una exajerada
y por último
minuciosidad en todos los adornos.
Conocido
Van Eyck
es el importante dato del viaje
no habían de llamar poderosamente los pintores andaluces las obras
vándose en todos
como
algunos
Mas no
de este maestro que
lo
es este
ellos el
el arte, avi-
deseo de equipararse con
consiguieron?
oportuno lugar para extendernos
en tales consideraciones, diciendo á trueque
¿cómo
atención de
la
suponían entonces un paso gigantesco en
él,
de Juan
á Portugal y su paso por Andalucía;
sí
por último y áun
de pecar en minuciosos, que
la pintura
San Julián revela un conocimiento exacto del
de
estilo
neerlandés y que sus caracteres esenciales convienen
con
los
de esta Escuela. Hecha brevemente
cripción del cuadro
tal
como
al
la
des-
presente se muestra,
copiaremos para más clara inteligencia lo que acerca de él y de su autor encontramos en el libro ya cita-
2$
do, «Discurso histórico de la Virgen de la Hiniesta,»
páginas 36 1 y 62. Dice así: «Está en un cuadro de "lienzo algo grande pintada vna Imagen de nuestra
"Señora, sentada en una B
mo
dosel ó
"trigueño,
"sentado á
y en todas la
"Iniesta.
La
"como
de
el
silla,
Túrne
sitial.
mano
el
que remata en vno comuy hermoso, y
rostro
sus faiciones, etc.
izquierda, y
túnica y
manto de
la Hiniesta,
Tiene
el
muy parecido la
Imagen
al
niño
de
es azul
la (1)
aunque se diferencia en que
"está matizado con unas flores grandes de oro. Tiene
"en
"das
mano derecha un Rosario de cuentas coloracomo corales engarzadas en un cordon blanco,
"y
Niño
la
el
"la
Imágen
le tiene
asido con
ambas manos. Al
está un rótulo escrito
"que denotan su antigüedad,
"MARÍA DE GRACIA.
el
con
pié
de
letras Gothicas,
cual dize:
SANTA
Al lado derecho de
la
Imá-
"gen está pintado San Pedro, y al otro lado San Gerónimo. Á los pies de San Pedro está arrodillado ”vn hombre vestido de negro á lo antiguo, que llega "la
ropa
casi hasta los piés. El cuello
"tiene puesta por
ambos ombros,
de
la
capa, que
muy pequeño, una como sotana
es
"angosto, y después tiene vestida
"abotonada toda y ceñida, y en la garganta vn cuello "de lienzo angosto y escarolado. En las manos tiene "una gorra negra, ó vn sombrero pequeño, y de muy "cortas álas; cuyo traje por lo honesto, y antiguo de-
(1)
Al presente parece negro.
'
—
24
—
’Tota bien lo antiguo de aquel
®ben hácia “cas,
el
rostro de la
De
altar.
Imágen
su
boca
su-
estas letras Gothi-
O DOMINA MEA SANCTA MARIA que significa O SeSanta María ruega por raí pecador. Á sus
que dicen:
®ORA PRO ME PECCATORE; ñora mía
*piés tiene estas letras Gothicas,
^nombre y
oficio»
que dicen
^CASTRO PINTOR:
el
que manifiesta «su
JUAN SANCHEZ DE
cual debió
de pintar aquel
^lienzo.”
Hasta aquí sales.
No
las curiosísimas noticias
de Vera y Ro-
dudar después de conocida esta
es posible
descripción del cuadro, que se refiere Vera Rosales á y la misma obra. Para más satisfacción nuestra, exami-
nando atentamente tabla, inmediata
fue asserrada,
la parte izquierda
á la
hemos
de
la
misma
que, según dejamos apuntado, visto en efecto ligeros vestigios
de un ropaje que perteneció
sin
guia orante do que nos habla
duda alguna, el
á la fi-
autor tantas veces
citado.
Hemos cumplido
el
intento que al
comenzar estos
ligeros apuntes nos propusimos.
La importancia del hallazgo de esta magnifica presea del arte sevillano,
no hay para qué encarecerlo: es de precio tan" do, que cuánto dijéramos sería inútil ocioso, y
zás en dia
subi-
y qui-
no lejano, podrá servirnos para llegar al conocimiento de otras, cuyos autores al presente ignoramos. Sólo nos resta manifestar que actualmente se encuentra esta hermosa obra en la Sala llamada
—
2-5
—
de Rentas en la Iglesia Catedral, donde fué trasladacon el propósito de que se restaurase, lo cual, sfortunadarnents, no se ha hecho, y creemos que no deberá nunca intentarse, si tenemos en cuenta su de-
plorable estado, pues daría lugar á fantásticos repintes ,
nuncn admisibles.
•
—
SEVILLA ROMANA.
Lejos de nuestro ánimo al escribir estos renglones trazar un cuadro histórico ó artístico de nuestra c >udad
durante el dominio de
las
armas romanas;
tampoco hemos de detenernos en ir señalando los de grandísima importancia acaecidos en
mi1 su cesos e^ a ,
ni
hablaremos, por último, de
tentosas fábricas con r °u: nos
que
las infinitas
por-
los Césares la enriquecie-
proponemos sólo, detenernos en el exámen de un notable monumento, bastante él de por sí para Probar el auge aquellas y explendor alcanzado en centurias
por
Desde Se gun
la
Colonia romulense.
los tiempos del
docto Rodrigo Caro
— que
nuestras noticias, fué el primer investigador,
hasta ^
el presente, ningún dato hemos podido hallar en 0s historiadores sevillanos que esclarezca alguna de las
truchas aventuradas
hipótesis formuladas por los
aman-
tes
de
antigüedad, respecto
la
con que fué construido tente en la casa
número
de
Y
16.
si
el
al
origen
y destino
ediicio subterráneo, exis-
la calle
Abades señalada con
alguno de
lo,s
el
referidos escritores
anduvieron vacilantes y medrosos en
fijar el
período
que fué levantado, y no falta quien lo asigne también a’ musulmán; hoy nos atrevemos á
histórico en
clc.siñcr lo
como
notable manifestación del arte ro-
mano. Más, antes de
de
en'irar
en
el
exámen del segundo
los puntos a r riba indicados, justo será
mos dos para que
el
la
r
las
partes que existen actua’mente,
cumoso pueda forma” siquiera
ligerísima idea
En
que diga-
palabras acerca de la disposición y estado
en que se halla
de esta magnífica
sea,
una
fábrica.
primera edición de los Arales sevillanos de
Ortiz de Zúñiga, Era 1336, año 1293, el diligente y sábio escritor traslada una minuciosa descripción de estos subterráneos, debida á la erudita
pluma de Ca-
cuyo manuscrito se conservaba en la librería del Colegio de San Alberto de esta ciudad, que más adelante tendremos ocasión de comparar con la nuestra para mejor inteligencia del texto. ro,
En
el
en un M. edificio
se unos
año citado de 1293, dice Argote de Molina S.,
«cabauase para hacer cimientos á un
en Sevilla, en
la calle
Abades y descubiéron-
notables subterráneos, largas
y profundas
cueuas de tortísima fábrica en casa de un canónigo
1
familiar del
£Q
Arzobispo D. Sancho, que causaron nota-
ble admiración en la ciudad,
porque
de
al-
gunos que quisieron escudriñar su profundidad,
la
bal
ó repartida en varios é intrincados callejones, for-
mados de robustas bóuedas, en aire
la
que
la crasitud del
y mult'tud de morciélagos, impedían
«Cuando las
lo curioso
de mágia diabólica, que tuvieron
su 'fábrica
paso
el
se descubrieron, se c~eyó ser las Escue-
más antigüedad supone en
los
moros; pero
el sentir
de Ro-
drigo Caro.»
En
efecto;
el ilustre
autor de la Corografía, los
estima y juzga como laberinto hecho á la manera del celebrado de Creta; opinión inadmisible hoy. Pene-
trando en
de
las
desdo
el patio
do
la casa arriba citada,
y en una
habitaciones de la izquierda, se vé una puerta la cual
daños do
arranca una escalera con veintidós pel-
ladrillo,
divididos en
conducen á una rotonda e sca'ones: á la distancia
dos descansos que
casi frontera á los
de
2
últimos
mét-os se vé un pozo,
Vahándose
Ja superficie del agua con relación al terreno á 2 métros 25. El techo de esta pieza es de arco rebajado, construido de hormigón,
con grandes
cantos rodados y fragmentos de ladrillo. es tán
dc
m edio cañón,
como
Los muros
interrumpidos con cinco entradas de galerías fabric das
de
su robustís'mo dovelaje.
misma materia, así La primera 'enfada
la
de estas cinco, á mano derecha, está obstruida á
ta
distancia
el
de
5
métros 70. La correspondiente en
—
30
—
lado izquierdo, termina en un fuerte muro asimismo
de
ladrillo,
ría 5
y
la
inmediata conduce á otra segunda
menor que
rotonda,
metros 65.
Hay
á las anteriores; la tros termina
primera, midiendo esta gale-
la
en
de
en un enorme
por su parte superior,
entradas análogas
ella c latro
la izquierda, sillar,
que mide
sujeto á la
que no descansa en
7
me-
bóveda
el
suelo,
dejando un espacio próximamente de un métro. Una vez que se pasa por debajo do este monolito, des-
como á manera de un entresuelo circular, formado también de hormigón, y bastante espacio-
cúbrese
so, en cuyo centro y en un anillo de ladrillos, converge una multitud de segmentos de arco que se apo-
yan en los muros, teniendo todos ellos grandes canales ó
bajantes para facilitar el descenso de las
aguas.
Llegados á este punto tenemos que recurrir á la descripción de Caro. «El remate de estos arcos es un entresuelo que tiene una vara de cuerpo de argamasa y debajo de él está otra capilla cuya labor es más tosca aún que las otras, podráse en su redondez volver una lanca de 12 palmos; su altura es de siete* Viene aquí su remate porque está impenetrable al
curioso.»
llama te
De
esta
segunda rotonda, ó capilla
el historiador,
como
no puede verse nada actualmen-
por hallarse cegada.
En la galería correspondiente a ésta, del lado izquierdo, se vé otra piedra ó sillar
como
el
ya citado, detrás del cual debe hallarse una
•
,
-
3i
~
construcción análoga á la ya descrita, pero
que tam*
bien se encuentra por completo obstruida.
Por último, termina cirlo así,
ladrillo,
la
bóveda que forma, por
eje de esta grande obra en un
el
de-
muro de
en cuyos lados se muestran varias aberturas
pequeñas cuadrangulares, construidas primorosameny cuyo objeto es asimismo
te las
descenso de
facilitar el
aguas.
Muchos más pormenores podríamos citar que omitimos por no parecer difusos y por los estrechos limites
de que disponemos.
Ahora preguntamos: ¿Ha sido
esta fábrica en su
origen también subterránea? Es posible que primiti-
vamente no el
lo fuera tanto
como
lo está hoy. Hállase
piso sobre que se levanta á 6 metros
didad en relación este dato,
hecha
Abades y
la
de
al
suelo de la calle,
la nivelación entre la
los
columnas que hoy vemos en les,
la
que estos
si
1,
donde
exis-
compañeros de
las
Alameda de Hércu-
hallamos por única diferencia
dichas casas, y
casa de la calle
Mármoles, número
ten los tres colosales monolitos
44 de profundespués de
si
la
de 0,38 entre
después consideramos
fustes tienen soterrado,
el
gran trozo
contando además
°n las alturas de las bases y zócalos sobre que se levantára el templo de Diana ó Hércules, nos hallac
mos con una
ligerísima diferencia
de
nivel inaprecia-
ble en estos casos.
¿Cuál fue
el
destino,
preguntamos ahora, para
*
I
.“~ 2 que se fabricó?
Lo
“
ignoramos. Sólo,
puede ase-
sí,
gurarse que tuvo por objeto la conducción de agua,
ú otro uso que con éstas se relacione, inclinándonos á creer que serían dependencias de algunas magníficas thermas.
En
el
estudios,
Abades
plano levantado para auxilio de nuestros
vemos que una de
de
las galerías
sigue la dirección de la c
lie
la
cafe
D. Remondo en
sentido transversal y va precisamente á la casa eh que
hoy se
mos
halla el Colegio
visto
á
más de
de San Lea idro, donde he-
otros curiosos
r estos
de
cons->
trucciones al pa r eccr mudejares, un soberbio pozo
de enormes p r opo-ciones y construido de igual manera que los descritos subterráneos. Tal vez fuera el depósito central de donde por medio de artificios ó ingenios, se surtieran las thermas.
Nada más diremos por hoy acerca de lar
y notable fábrica, poco conocida
muy la
al
esta singu-
presente, y
digna bajo todos aspectos de ser estudiada con detención que merecen los antiguos monumentos
que acreditan
la
grandeza de Sev”l¡
SEVILLA VISIGODA.
Las injurias del tiempo y de los hombres han ido Paulatinamente destruyendo en esta ciudad las memorias de los monumentos cons. ruidos durante la dominación de
los
Atanagildos y Recaredos, y de así sagradas como profa-
fuellas suntuosas fábricas, nas
de que hace mención particularmente
santo Isidoro en
COm ° de
otras
el
el
docto y
inmortal libro de las Etimologías
que ha dado á conocer
y estudio de antiguos y
modernos
la
escritores,
,
diligencia
nada
res-
ta al
presente que sea robusto testimonio de su pasado esplendor magnificencia. No es posible dudar de y la importancia de que gozó Sevilla en aquellos tiempos, pues que, según el decir de los árabes, era la mayor y más importante ciudad de España, notabilíSl ma por sus monumentos, y además cogsta por las actas del
primer Concilio hispalense que éste se cele-
bró en
la iglesia Sancta
nente basílica,
fiel
-
34
Hierusalem,
la cual sería
Bizancio. Datos irrecusables tenemos hoy
mar también
emi-
trasuunto de las ya construidas en
para
afir-
de cenobios y templos que se levantaron durante esc período histórico, pero de todos no queda más que la memoria. la existencia
Esparcidos por esta ciudad, vénse aislados miembros arquitectónicos, restos esculturales algunos moy numentos epigráficos, todos valiosos en alto grado
para
el
En
estudio del estilo latino-bizantino.
ellos
muéstrase evidentemente la unión de estos dos caracteres artísticos, ya por su
como por
forma y proporciones, que ostentan, ora
sus rasgos decorativos,
el sencillo funículo,
ora
las
elegantes palmas, zig-zags,
círculos enlazados
y mil pormenores que los distinguen y señalan, muy especialmente, de los demás diversos géneros de construir.
La
dencia en que se vió sumido
el
tiempos de Constantino; rios
postración y deca-
la división
que formaron lazo entre
romano en
arte
de
los
los
dos impe-
Oriente y Occidente;
el
las íntimas
relaciones que, á consecuencia de estos hechos, los unieron, todo ello contribuyó considera-
blemente á que una vez confundidas
las
dos
civiliza-
ciones, latina y bizantina, se produjese el maravilloso
templo de Santa Sofía, que ha inmortalizado bres de Isidoro de Mileto
durante
el
reinado de Justiniano
Juan y San
los
nom-
y Antemio de Tralles, y
Vital, preciosísimas
el
baptisterio
de San
muestras de este
esti-
— lo
35
—
que vemos reflejado más tarde en los monumentos
españoles de
la monarquía visidoda. Pórfidos y mapolícromos mosáicos, brillantes combina-
laquitas,
ciones de fosei-fesá, y, finalmente, los
más peregrinos
adornos revisten los muros de aquellas ostentosas bricas,
tónica,
rácter
eos
fá-
apareciendo una nueva manifestación arquitec-
cuyo conjunto ofrece particular y propio calos distingue de los géneros hasta entón-
que
empleados.
Toledo y Mérida poseen todavía copioso número
de fragmentos, que reproducidos por
diligencia del señor tes
á la primera
dos los de
la
de
las citadas
segunda por
don José Amador de Ce rse,
merced
don Manuel Assas
la
la singular
los referen-
poblaciones, é ilustra-
docta pluma del señor
los Ríos,
han venido á cono-
á tan notables trabajos,
las reliquias
latino-bizantinas conservadas al presente, y cuya or-
denada
clasificación ignoraron
los
arqueólogos
de
anteriores centurias. Entre los restos arquitectónicos
mas notables duchos de tíales *
existentes
los capiteles
en esta ciudad, citaremos
que sostienen
las tablas ver-
de atahurique axaracado del gran alminar,
a Giralda,
Naranjos,
por
la
parte que mira
como asimismo
quería horizontal
los
que remata
la
al
Pátio de los
que sustentan
la
ar-
soberbia fábrica, en-
tre los 3
la
que se advierten muchos cuya traza y órnason análogos á los conservados en Toledo en el
°spital
de Santa Cruz y en muchos de
los
monu-
—
36
mentos asturianos. En
el
Rey
tres,
Justiciero se
sado
muro, á
al
ven la
—
vestíbulo
del
Alcázar del
distinguiéndose
el
ado-
izquierda de la puerta de en-
trada.
Colocados en
los
portales de la plaza de
San
Francisco y calle del Gran Capitán los hay también dignos de estudio, por presentar variantes muy esti-
mables y notarse en muchos de ellos perdida casi por completo la tradición romana. Recomendamos á los amantes de las antigüedades los que existen en el patio del Asilo de Mendicidad y en la casa
que forma ángulo con Escobas.
con
los
Podríamos
las calles
citar
de Chapineros y
muchos más, pero basta
enumerados, que forman variada y rica coque el arqueólogo hallará ancho campo
lección en
para
muy
útiles
disquisiciones.
en esta ligerísima ojeada sobre interesantes la
el
omitir
arte visigodo, los
monumentos epigráficos conservados en Colombina y en el antiguo monas-
Biblioteca
terio
de
que muy como el el
No debemos
la Cartuja. Sabido es de todos el error en doctos historiadores incurrieron, señalando
lugar del martirio del Santo
torreón
Hermenegildo más inmediato situado en la puerta de
Córdoba de
esta ciudad. El hallazgo
de esta lápida,
y después su interpretación por el erudito académico don Francisco Lasso de la Vega, han
venido á poner de manifiesto el falso concepto do aquéllos, probando evidentemente que el hijo de Leovigildo
_
37
—
murió en Alicante. Por último, mencionaremos la gran taza de fuente que se vé en el Patio de los Naranjos de nuestra Iglesia Metropolitana, digna de que se la aplicase á otros usos en tratada, ya se
de
la
No
que
que no fuera tan mal-
tan escasos restos
han podido salvar-
destrucción en esta capital.
concluiremos
sin
recomendar
á los
estos estudios los fragmentos cerámicos,
amantes á así
como
también algunas esculturas en piedra y miembros arquitectónicos y decorativos que se custodian en nuestro
Museo Arqueológico. Esperamos
del patriotismo
y desinterés de los poseedores de aquellas fincas en
que se hallan enclavados algunos de los referidos capiteles, los
do haya para tal
donarán
al
citado Establecimiento cuan-
ello favorable ocasión,
salvándolos por
medio de una lamentable pérdida.
\
LA CARPINTERIA DE LO BLANCO.
El largo trascurso de los siglos ha ido insensiblemente borrando algunas notabilísimas tradiciones que, recibidas de los
mahometanos, se conservaban entre
nosotros
y han permanecido vivas casi hasta nuestros bien ya en ellos las vemos muy adulteradas
días, si
y en sensible estado de decadencia.
mos
la vista
plendor,
y consideramos
ndquirieron sederías pleto
(
^
lue
es >
volve-
el
desenvolvimiento
industrias tan importantes
como
y cerámica, la primera ya perdida por
que la
de
com-
y la segunda.haciendo grandes esfuerzos por
rec °brar flne
Cuando
hácia las épocas de nuestro pasado es-
su prístino esplendor;
cuando
se reflexiona
una y otra fueron perennes fuentes de riqueza, al mismo tiempo de producir beneficios materiaeran
miento
muestra elocuentísima de nuestro
artístico y,
senti-
por tanto, de nuestra cultura, nos
— causa dolor comparar
—
4o
estado presente con
el auge que un día alcanzaron. Situación dolorosa, que bien
merece llamar
la
de
la atención
estudiosos, pues
con éxito
el
si,
los
hombres
como creemos, puede
sérios
y
intentarse
noble empresa de reanimarlas y darles
vida nueva, grandes beneficios habríamos de conseguir.
Hoy, que en todos
los
pueblos cultos se advier-
marcada tendencia á resucitar las antiguas tradiciones de las artes suntuarias; hoy, que vemos por te
doquiera
el grado de adelanto que se ha alcanzado en la reproducción de mil y mil objetos pertenecien-
tes al mobiliario, á la
indumentaria y á cuanto se relaciona con ciertas necesidades de la vida, no será ocioso llamar
la
atención de los artífices contempo-
ráneos acerca de una importantísima industria, que si un tiempo alcanzó notable grado de perfeccionamiento, y sus producciones fueron tenidas en gran eshoy está ya olvidada y ni áun siquiera se repa-
tima,
ra en ella.
Nos referimos á la construcción dé las magníficas techumbres de alfarje ó lacería, que tan sin igual efecto de riqueza y suntuosidad prestan á los antiguos edificios. Nada conocemos que pueda
compararse con ro,
ni
más
ellas;
elegante,
nada más que
la
sencillo, ni
más
combinación de
lige-
los la-
zos formando estrellas, octógonos,
rombos y demás combinadas con elegantes florode alboayre, con escudos y bichas en los arroca-
figuras geométricas,
res
bes y pechinas.
La combinación de
estas chitases-
—
41
—
maltadas de oro y colores, juntamente con el tono oscuro do las maderas qué se empleaban, ofrecen un conjunto,
que con razón cautiva
la
7 admira.
Los ejemplares de
género que posee-
este
vista,
sorprende
mos, son de tal valor, que superan á todo encarecimiento y pueden servirnos de exquisitos modelos para aprender la manera de construirlos. Lo mismo en las
techumbres planas que en los verdaderos artesones, er> los s,
que forman atrevidas cúpulas, que en los de mp]es tirantas, pocas ciudades podrán presentarlas
más
hermosas, bastando sólo para corroborar lo dicho, Ajarnos en algunos de forma plana del Alcázar, ya de los
Puramente mudéjares, ya de los tiempos del ReAcimiento, pues, aunque de paso, debemos consignar
H
ac
que la tradición mudejar que se vé en los techos, Permaneció viva entre nosotros hasta la XVIII centuria>
Todas
las
Cn’gidas en los v°s
iglesias siglos-
de
XV
Sevilla,
especialmente
las
y XVI, poseen en sus nade propósito re-
centrales tan bellos adornos, y
c °rdamos Cler ra
el
ahora
artífices
la elegantísima
red de ajaraca que
ábside de la iglesia de religiosas de Aladre
Dios. El
hecho mismo de
la
pureza con que los
de la carpintería de lo blanco supieron inter-
pretar el estilo
mahometano en
estas obras, es causa
due sea difícil en extremo clasificar las épocas en ^ Ue Se construyeron algunos techos de este género, y er á
^
necesario tener en cuenta caráctcres distintivos
artes
y épocas para no equivocarse; pero cuando t
6
existen éstos, y, por ejemplo,
vemos que
entre la in-
trincada lacería árabe aparecen elementos ojivales ó del Renacimiento, entonces
cerse dicha clasificación.
por basa
la
No
puede acertadamente hahay tampoco que tomar
época en que se levantára
de se encuentra ciones hacen
el
techo, pues las
el edificio
don-
diversas repara-
que muchas veces nos encontremos
en monumentos del siglo
XV
obras de carpintería
del XVIII.
La gran trias
por
el
influencia ejercida
vivificador
en
las artes
é indus-
aliento del Renacimiento, tu-
vo también que notarse muy ostensiblemente en partes decorativas tan principales,
como
son
las
techum-
bres de los edificios, y ya en los comienzos del siglo XVI -empiezan á encontrarse peregrinas combinaciones del arte Italia,
musulmán y
pudiéndose también
del clásico, importado citar
plares construidos solamente
resco, entre los cuales los ricos artesonados
al
gusto italiano y plate-
recordamos á
de
las
de
notabilísimos ejem-
los inteligentes
habitaciones de la plan-
ta principal del Alcázar,
que datan de los tiempos de Cárlos V yíelipell, uno en la parte baja* que hizo Juan de Simancas en 1534, el existente en la casa -
que fué de cion),
adorna to
los
Duques de Béjar (plaza de la Encarna" de Medinaceli y Alba, y el que
los palacios la sala
Capitular alta de la Casa Ayuntamien-
de esta ciudad. (1)
(1)
Acerca de esta soberbia techumbre hemos
,
Un
notable
0 blanco ,
artífice,
Diego López de Arenas, nos ha dejado
teresante libro escrito por trar
-
43
maestro de la carpintería de
él,
in-
donde pueden encon-
los actuales carpinteros
cuánto les sea convócente y necesario para dar nueva existencia á este
Aportante ramo
artístico-industrial.
La miniosidad
C>n que se hallan consignados en dicho libro los más ^significantes Clon
de
pormenores referentes á
la construc-
los techos, facilitaría el trabajo á los
n °s, que, valiéndose
de tan experto guía,
sin
moder-
gran
tra-
^ aj°
y sólo por las indicaciones del autor, podrían Uvantar las elegantes cúpulas de lacería, como los riC0S a rtesones planos.
Como
muestra de
la claridad
y
encontrado el siguiente documento: «Antón Velazquez y Miguel Valles pintores de imaginería
dezimos
en nosotros fué rematada la obra del dorado y 88o ducados y más 20 ducados que se nos dieron 'de todos los artesones de °s fondos que no eramos obligados á dorar ni estoar que fué en pro y aprovechamiento de la dicha obra Para quedar bien acabada y meresce 80 ducado porn.Uo de oro nos llevó más de 32 ducados. Itcn hercios un festón á la redonda que tampocos eramos Pagados á hazer que descubio el innovar de la corXa si no se quitara no se veia ni descubría y a un friso que nos mandaron meter de azul y desP aos voluieron á mandar que hiziesemos un Romano ° r °* ^ 0C* 0 cua ^ ans * c ue eranios obligados á l ha cer como las demasías que en ello avernos fecho é k en °hrado mefesce 2,000 ducados antes mas que y fipe
P'ntura del cabildo alto en
—
í>
— detenimiento con que
44
el
—
citado Arenas escribió su
tratado, vamos á trasladar aquí sus lo referente á la
manera de hacer
mismas palabras en los florones
ó
raci-
mos estalactíticos, que tan ricamente adornan
las partes
centrales de los techos, advirtiendo que
fué el
él
in-
ventor de este método, pues anteriormente se hacían
de otro modo. Dice
así:
«Porque se forma en su caxa cuadrada y ochauada, y allí Se le van clauando las piceas de sus adaraxas,
siempre releuando, baxando ó subiendo más
crespos ó colgantes, que toda esta licencia tienen los
que saben jugar con
los tnocárabes.
Yo
veinte y un razimos; los diez y nueve en
no menos.
Y
ansi por V. S. fué
obra y
he hecho la Iglesia
y
mandada
la vio Antón Perez della el cual declaró estar buena
ver la dicha que fué veedor
conforme á las conno declaró sobre las demasías. Las debe mandar ver y apreciar para que vistas por personas expertas V. S. nos lo mande gratificar pues lo merecemos y es nuestro trabajo y lo costeamos con nuestras haziendas á lo menos V. S. sean servidos de nos mandar cumplir sobre nouecientos ducados que tenemos rescibidos á cumplimiento de 1,000 ducados que será la mitad del valor y precio que toda la obra vale porque como tenemos dicho, vale dos mil ducados y con esto nos contentamos porque tenemos mucha necesidad y lo demás remitimos á V. S. y en ello rescibiremos bien y merce ^* Antón Velazquez. Miguel Valles. (No tiene diciones aunque
cuales V. S.
—
fecha).
-
—
45
coro alto y sobre escalera de Santa Paula de esta ciudad, con diferentes armonías vnos de otros: otro de Portaceli
y otro en
la Iglesia
Mairena, y todos los hago
Mayor de
la villa
do
por ámbas, de
parejos
modo que no queden acubados, como hazian los anhguos, como lo he visto en el convento de Santa Paula en
la
armadura de
en la del convento
la iglesia
que desbaraté, y las Dueñas y
de Santa María de
en Santo
Domingo de Portaceli, porque los razimos que antiguamente se hazian, aunque no son de mucho Peso, cuaxados con clauitos taj
quedando pendientes de
ter el
to
estriuado
muy bueno,
muy pequeños y con
co-
que á no
es-
la almi^ate,
su peso y el de la almi$a-
que es mucho, hazen notable daño á
la
armadura,
y aunque son grandes algunos de los que yo he hecho,
y haciéndolos sólidos y macizos, después de el almigate les echo dos arcos de hierro
Puestos en
bien clauados en el ñauo, con sus garras y enclauadas cu su hilera, de donde les hago que estén pendientes,
y es gran descanso para éi alinéate, porque en lugar
do pesar házia abaxo, no tan solamente no pesa, pero está descansando el almigate sobre él por respecto do
los colgantes
do
ello está pendiente,
de hierro que
bo, siendo releuado,
macizo,
y deste
y
le
echo, de donde to-
así viene á pesar
modo
los razimos
ni
que Jos heuan, no pueden hazer daño
P° r
estar
más vn
cu-
que un razimo colgante siendo
descansando
el
los almicates al
estriuado
almújate sobre el razimo,
porque yo
De truir
los considero
igual
modo que
de estos adornos,
yaque poseemos
lo
como
los
botones del sayo.®
describe la manera de cons-
hace con
las
tan útilísimo tratado,
los actuales maestros
de
la
sus enseñanzas, y de este
carpintería
modo
demás de
partes, y
que no aprovechen sentir es
los ridículos cielos
rasos se sustituirían con las elegantes techumbres que tanto llaman hoy la atención
das é inteligentes.
de
las
personas
Mucho nos complacería
ilustra-
ver llevado
á cabo algún ensayo de este género, y más todavía que llegáran á convencerse los artífices carpinteros de las
conveniencias que á todos reportaría
tan notable tradición, perdida
el
reanimar
hoy por completo.
4-
-
i-
LA ESPADA DEL CONDE FERNAN-GONZALEZ.
En la biblioteca Colombina de esta ciudad, encerrada dentro de elegante urna de caoba y cristales, hállase expuesta á las miradas
ros
que constantemente nos
de
los curiosos viaje-
visitan,
una espada de
bruñido acero, cuya empuñadura y guarnición la forjan elegantes lazos, y al pié de cuya ancha hoja descansa un tarjeton de madera, sobre el cual hállase a daptado
un papel escrito en
el
siglo
pasado, que
contiene los siguientes versos:
De Fernan-Gonzalez fui De quien receuí el ualor
Y
no
le adquirí
De un Vargas Soy
la
menor
á quien scruí
octaua marauilla
En
cortar
No
sabré io decir quantas
Mas Tal
es el
rioso ejemplar
de
la
infinitas
procedencia.
que gané
sé
á Seuilla.
origen que la tradición asigna á este cu-
haciéndose eco de
siempre á
moras gargantas
No
panopia, y así no es extraño que
la
misma opinión, hayamos oido
personas atribuirle tan
nos extraña que
venido repitiendo hasta nuestros
mente que
infinitos
comprueben en
la
tal
remota
versión se haya
dias,
pues segura-
ejemplos pueden presentarse que
poca escrupulosidad que ha habido de este género de objetos; y como
la clasificación
por otra parte nadie ha tratado de averiguar la verdad, sino que han aceptado la tradición en todas sus partes,
de ahí que aun todavía, á pesar de
que han adelantado
lo
mucho
los estudios arqueológicos, se re-
pitan en esta ciudad numerosos casos en que aparecen clasificados ciertos monumentos de subido interés, con el mismo criterio que hubieran podido hacerlo
los
Espinosa de los Monteros, Gordillos, Morga-
dos y Caros.
Podían pasar entonces muy aventuradas opiniopocos se detenían en estudiarlas y examinarlas, y aunque lo hubieran intentado, habría sido en extre. mo árduo y dificilísimo esclarecer las dudas, pornes;
que precisamerte carecían de con .amos nosotros. Pero
si
la
base con que hoy
entónces nadie se fijaba
—
49
—
en estos pormenores, ó áun cuando les llamáran
la-
atencion hacían
demos
ni
poco caso, hoy de ningún modo podebemos permitir que los viageros y perso-
nas entendidas que con tanta frecuencia nos visitan,
formen pobre idea de nuestro adelanto, mostran do ciertos objetos desatinadamente clasificados
como
este
deque
tratamos.
En buen hora que conservemos
c on cariñosa solicitud los recuerdos
de antiguas memorias y tradiciones; justo es que en vez de hacer por borrarlas,
procuremos perpetuarlas, pero siempre con debida discreción, pues de lo contrario, el concepque ha de formarse de nuestra cultura no será
Ia
to
muy Se >
favorable.
Lo que
un particular puede permitir-
vedado
está para ciertas corporaciones, y el Cabileclesiástico de Sevilla no debe consentir, ya que
do
done á su cargo el cuidado de la Colombina, que se ouseñe y muestre una espada seguramente del siglo
de Sl
XVI, como objeto perteneciente la
décima
glos,
y ya
centuria.
Se
el rico
tesoro
han fijado en
Son tan glCOs
á un caudillo
es la diferencia
más de una vez hemos podido ver
nas sonrisas en lábios
ban
Mucha
de algunos sugetos que
de
seis
burlovisita-
de don Fernando Colon, cuando
la clasificación
de
la
espada.
distintos los caracteres artístico-arqueoló-
que corresponden á aquellos remotos
siglos,
I
compararlos Cimiento, s>
er a
con los
del
tiempo
del
que en absoluto no queda lugar á
duda,
y
si
vaciláramos ante otro 7
Renala
más
cualquier
>
— objeto,
mos
en
con
éste
*>
.
5o
la
—
mayor
confianza
emiti-
nuestro juicio, fundándolo en los razonamientos
que siguen:
II.
No
son, en verdad, tan graves faltas de clasifica-
ción particulares de los españoles; los principales
seos y Arsenales de Europa todavía, á pesar del
de sus sábios directores,
interés
ostentan
más de un
objeto en que concurren tales circunstancias,
prueba de
ello,
basta sólo leer
el
Mu-
sumo y en
erudito prólogo de
la obra recientemente impresa y publicada en París por Mr. Auguste Demmin, intitulada Cuide des ama-
teurs
d armes donde i
dicho autor enumera
infinitas
piezas de las armerías de Viena, Zurich, Lóndres, París
y Madrid, en que aparecen claros y manifiestos taFué achaque de nuestros abuelos fiar
les defectos.
más de
lo
que debieran en
rias antiguas,
pero
si
las tradiciones y memoen ellos era perdonable, porque
este género particular
do
el
de estudios no había alcanza-
desenvolvimiento que hoy, no puede serlo en
nosotros por esta
misma razón, merced á la cuál van extirpándose y desapareciendo las más ridiculas clasificaciones que tanto
abundaban
ántes.
El señor conde de Casa Valencia, recientemente
encargado por
S.
M.
el
Rey don Alfonso XII de
or-
--
5
1
—
denar la riquísima colección de
bemos que
se encuentra
la
Armería Real,
sa-
animado del más loable de-
seo de hacer que desaparezcan tamañas faltas, y en Su consecuencia, después de muy detenido examen
de los arneses y objetos sueltos que forman tan rico tesoro, conseguirá so
que [las personas entendidas no mofen como hasta aquí de nosotros. Es el princi-
pal objeto
Museos
el
nados y álos industriales;
si,
de
los
de enseñar á
tales
ta altísima
seguido
el fruto
de
en vez de prestar un servicio y cumplir instruir, habremos con-
misión de enseñaré efecto contrario.
el
flexiones,
Se
que
trabajos partirá siempre de una basa errónea,
c °n lo cual,
ne
los aficio-
pues, son viciosas y ab-
surdas las clasificaciones, es evidente
Hechas
en demostración de
la
estas
ligeras re-
importancia que
tie-
hecho de clasificar atinadamente los objetos que exponen para el exámen del público, pasemos ahoel
ra á
demostrar los fundamentos en que nos apoya-
rn °s
para negar á
Ca
Colombina
el
la
preciosa espada de la Bibliote-
remoto origen que
la
tradición le
asi’gna.
Antiguas memorias sevillanas aseguran que t
ra sladados sirvió
á la capilla de San Pablo,
de primitivo enterramiento,
Ca balleros
desde
los restos
al
la
de
los
conquistadores de Sevilla, entónces hubo
extraerse del féretro
que contenía
las cenizas
Carci-Perez de Vargar la curiosa espada de que
eos,
ser
que
añadiendo que este caudillo
la
tomó
de tra-
del rao-
— nasterio de San
—
52
Pedro de Arlanza, reedificado por
el
conde Fernan-Gonzalez, donde se custodiaba por haber pertenecido al primer conde de Castilla. Desdo la posee el Excmo. Camuchos años há se conserva
entonces, según la tradición, bildo metropolitano, y la Biblioteca
en
Colombina.
Basta sólo examinar los elegantes lazos de acero
que componen su
que no pudo la cual
.en
las
guarnición, para
ser fabricada
artes
en
convencerse
siglo
el
se encontraban
X, época
en
doloroso
estado de abatimiento y postración. Pero áun cuando este hecho dice bastante por sí, examinemos otros para
que no haya lugar á dudas. En
la
página 420 del
famoso códice Albeldense ó Vigilano, cuyo lc
fac-sími-
perfectamente reproducido, puede verse en
mo
3."
del
Museo Español de Antigüedades,
512, hay entre otras, la figura del
el to-
al fólio
Rey don Rami-
que está armado de lanza y espada, siendo esta última el dato interesantísimo que puede servirnos ro
II,
para conocer
la
forma de esta clase de armas usadas
en aquellos remotos siglos,
de
las
las cuales diferían
que estuvieron en boga
seis
mucho
siglos después, y
cuya rudeza y sencillez bien se compadecen con las costumbres de entonces: e: arma que lleva el monarca ántes citado es de ancha y corta hoja y de las mismas proporciones su empuñadura; el pomo hemiesférico y la cruz pequeñísima, lo bastante no
para detener la
mano
sin
que se corra hasta
la
más
hoja
—
—
53
Estos mismos caracteres se repiten en diversas ras militares
pintadas,
do
misma época, ya
esta
entre las interesantes iluminaciones de los
códices, que son los irrefutables
demuestran
las
monumentos que nos
costumbres de aquellas épocas en que
áun se hallaban vivas reminiscencias de otras
Pero áun es más palpable
ciones. ficación
na,
de
la
la
grabada en
la
las canales
civiliza-
desatinada
espada que se conserva en
cuando nos fijamos en
se vé
figu-
esculpidas, ya
la
clasi-
Colombi-
leyenda castellana que
de
la hoja,
que
dice:
DEL-CONDE-FERNAN-GONZALEZ. Basta sólo re. cordar
el
atraso en
que se encontraba nuestro
ma, para comprender que inscripción, güísticas,
mo
se le
al artífice
alcanzaba poco en materias
pues de lo contrario no
hizo, y caudillo, según lo
si
latinizando
vemos en
el
los
la
B. María obra que ,
tal lin-
habría escrito co-
nombre del
ilustre
documentos coetá-
neos. El precioso códice del Escorial, Virginitatc
idio-
que ejecutó
que
trata
se terminó en el
de año
de 924, dice al final reynante Rex Orctonio in Legionc comitem vero Fredenando Gundcsalviz in Castilla. i
'
De
este
crupuloso
modo
debió haberla grabado
artífice del siglo
el
poco
es-
XVI.
III.
Pero no ha de
damos
ser este el dato único en
nuestra opinión:
que fun-
caractéres indudables nos
—
54
“
ofrecen también del tiempo en que fué fabricada, la estructura y nal central
do
forma de
que divide
del recazo.
Todas
las letras las
que se ven en
la ca-
mesas déla hoja, arrancan-
ellas
son mayúsculas romanas,
y por sus proporciones indican claramente que fueron grabadas en el siglo XVI. Sabido es que en
X
el
obróse notable adelanto en
la escritura,
ciéndose una verdadera restauración en gráfico, que tan juiciosa y
obispo
Abad
el
y Lasierra en su Ensayo inédito de la Bi-
bliografía española, (x)
En
dicha centuria, dice
cuántas la habían precedido; la
cali-
doctamente supo apreciar
tor citado, reunióse la perfección y utilidad
adornos de
produ-
el arte
tomó
romana, para los
la
el au-
de todas
hermosura y
títulos
y letras iniciales; pero declinó su pesadez y lentitud en la continuación de un escrito: de la minúscula gótica abrazó su diligencia y expedición, sin abusar
de
los enlaces, ci-
fras
y abreviaturas de que abundaba aquella, ni declinar en la rudeza y bastardía que la afeó en los últimos tiempos, etc. No hay el menor punto de contacto ni
de semejanza entre
expresan las
el
nombre
que en
conde de
la
espada
Castilla,
y de este tiempo, en el dicho sea de paso, empiezan á iniciarse los ele-
que se ven en
cual,
las letras
del primer
los códices
(0 Eguren. - Memoria descriptiva de los códices notables conservados en los archivos eclesiásticos
de España,
—
55
—
gantes caractéres monacales. Parece que
que trabajó
la
cuidado en desmentirse á
cial
modo que
grabar
al
forma de
la
lo cual
con
la
sí
artífice
propio, y de igual
inscripción,
que se usaba en
letra
demostraba precisamente
no contentándose con
crito;
el
espada de que tratamos, tuvo espe-
la
empleó en
ella
sus dias,
con
falsedad del es-
esto, quiso
marcarll
de sus producciones, y en efecto, puede verse éste en ambas caras de la hoja, al final de el sello
las letras. Compónese dicha marca del contorno de una figura que parece ser de borgoñota, empenachada de tres plumas, y debajo un círculo con una
cruz griega, tro
nos dice uña
la
de armadura de cabeza bien
si
su
es peculiar
>
tal
del
primitivo origen lo
Por-
Rena-
tiene
de
romanos. Las mismas marcas pueden verse en
una espada exactamente igual á na
primera claramente
época en que se ejecutó, pues
la
cimiento, los
que se bifurca en cada uno de sus cua-
extremos. El dibujo de
en
existente
lleva
en
el
la
la
de
la
Colombi-
Armería Real de Madrid,
que
catálogo de dicho arsenal, publicado en
*849 por
el entónces brigadier don José María Marnúmero 1649, y se describe de la manera siguiente: a Espada zaragozana del conde de
chessi,
el
&enavente. la
,)
Guarnición negra de dos puentes afue-
y una adentro con tres ramales, que van á las
Patillas:
es la
en
la
hoja tiene
la
marca número 40 (que Largo, una vara y
del círculo con la cruz).
-
-
56
/
tres pulgadas.
Con respecto
marca de
á la
la bor-
goñota, también encontramos un curioso ejemplar
en
Armería de Madrid, señalado con
la
del siglo
mente
XVI, que
clasificada
figura en
en
á semejanza de la otra inscripción en
el
número 1698, puesto ocupamos,
en que nos canal,
la
del Carpió.” Atribuir
al
obra
ella,
catálogo absurda-
el
que
dice:
que tiene
«Bernardo
héroe de Roncesvalles esta
arma, es desatino que sólo puede correr pareja con el de la espada de Fernan-Gonzalez. Acaso ambas fueron bautizadas por la misma persona, guiada
deseo de darles mayor valor y hacerlas más
del
es-
timables.
Hemos
visto
ya primero que
cedor de Almanzor, por su forma
mucho de
las
la y
espada del venhechura,
la
inscripción castellana
de
se
grabado en
X, pues nuestra lengua
tába
mucho de
dista
usadas en su tiempo; segundo,
el
siglo
la
que
hoja no pudo haberdis-
esta centuria;
tercero, que la forma empleada, tampoco corresponde al carácter de las que se usaron en los tiempos de Fernan-Gonzalez, y por último, las marcas que se os-
de
letra
tentan en la hoja corresponden á espaderos glo XVI.
del
si-
Ahora, en conclusión, diremos breves frases para probar que tampoco pudo ser usada por el caudillo
gas.
conquistador de Sevilla, Garci-Perez I
ara ello invitamos
al
de Var-
curioso á fijarse, siquie-
— ra sea reales
que se conservan del
chivos,
u gar á la
largas C(
— siglo XIII en nuestros Ar-
y donde veremos las efigies de Fernando III
y Alonso *
57
por Un momento, en los sellos de privilegios
X
con interesantes espadas, que no dejarán
menor duda. Son
y estrechas;
la cruz,
las
de este tiempo más
á veces, horizontal
)mp]eto; otras de brazos algo caídos,
mento de circunferencia; res >
los
como
pomos grandes,
Y de dos caras. Por último:
á haberse
por seg-
circula-
grabado
la
Inscripción en tiempos del conquistador de esta dudad, los caractéres empleados habrían sido los
monacales, que tan elegantemente se nos muestran
tornando
los
monumentos de
*»•
esta época.
LA
BANDERA
Y
ESPADA DE SAN FERNANDO
En ciertas solemnidades
religiosas,
Santísimo Corpus Christi y aniversario n ando
III,
el
como
son
el
dia
de San Clemente,
déla reconquista de esta ciudad por Ferexhíbense en
las
solemnes procesiones que
celebra el Cabildo eclesiástico los dos antiguos obje* l °s,
cuyos nombres sirven de epígrafe á estos renglo-
n °s ?
dral,
conservado
el
primero en
nes reales. Enhiestos
ámbos
curiosidad, llevados 'en las
autoridades, ya en las de
^
a
tesoro de la Cate-
se ofrecen á la pública
manos, bien de nuestras
Reyes ó Infantes. Enrollada
Primera en su asta, no puede,
Armarse Cu al
el
y e i SC g Un(]o en poder de los señores capella-
en manera alguna,
de su forma y pormenores, por lo creemos que estas ligeras noticias habrán de juicio
8 r adar á nuestros lectores. Desenvuelto
el'
paño en
—
6o
toda su extensión, ofrece
de 2
que mide de
—
la
forma de un rectángulo
2 m. 0,18, y de largo m. 0,33. Hállase dividido en cuatro espacios ó cuartafetán,
teles,
uno de
alto
los cuales, el superior del lado derecho,
que hay completo, y deja ver, sobre el fondo en seda blanca, un le :>n morado, sobre el cual hállanse bordadas de seda amarilla floja algunos mees el único
chones de guedejas y otras labores de distinto dibujo, que al presente han perdido las primitivas formas de sus contornos.
Los demás
cuarteles están todos ellos lastimosa-
mente mutilados, y bien se conoce la ignorancia de quienes han entendido y ejecutado su reparación, pues
sin
arte
ni
concierto, han barajado las divisas
heráldicas, hasta el punto que, en vez castillos
con los leones,
de alternar
como vemos en todos
los
los es-
cudos, aquí encontramos los tres cuarteles restantes
ocupados por fragmentos de
vando sólo en
el
los castillos, y conserespacio de que antes hablamos el
león morado, que, apesar de sus mutilaciones, ofrece gran interés para el estudio de los antiguos bordados,
y cuyo carácter conviene con el estilo artístico empleado en los tiempos del conquistador de Sevilla.
Algunos trozos de torres almenadas componen
las
demás partes, siendo de notar los sencillos adornos en forma de zig-zags, que, á manera de banda, dividieron la parte superior del castillo, nivel que está á
ücl cuartel del león,
compuesto de sedas rojas y ama-
*
1
— recuerdo vivo de
ribas,
—
6i
la tradición
románica. Peda-
zos de tafetán rojo se han sobrepuesto en los citados
prodigándolos más de lo conveniente, y quitando de una parte para añadir en otras, se ha castillos,
compuesto
el
más abigarrado conjunto de remien-
dos.
No se nos oculta, que esta gloriosa enseña, debió quedar sumamente maltratada en las guerras, como también que los estragos del tiempo debieron contribuir en
sumo grado á destrozarla, pero si hubiese habido verdadero cuidado é inteligencia en quienes cuidaban de
ella,
todavía,
no obstante
daños, hoy podríamos examinarla el
contrario,
los irremediables
más completa. Por
cuando ha sido necesario acudir á su
re-
paración, en vez de procurar subsanar tan graves faltas > sin
hacer reparo en los colo-es heráldicos, se han
cosido las nuevas sedas á las antiguas y
como
clara*
tnente se observa, faltan considerables plazas en to-
dos los cuarteles, lo mismo en su altura que en su extensión, pues
en su origen debió ser un perfecto
rectángulo, que era la forma
que se daba á las antiSuas banderas. Mosen Diego de Valcra, en su «Tratado de los ruptos,® dice al hablar de las distintas chases
de enseñas
Sa ver:
militares,
vandera pendo
tandai te
y gonfalón,®
«que son
siete:
conviene
n, palón, grin pola, guitón, es-
consignando también los
bejos de cada una de ellas.
A
di-
causa de tantas desdi-
cbadas reparaciones llevadas á cabo en
el trascurso
.
de
los siglos,
no podemos hoy apreciar en todo su
valor tan notable objeto, pues exceptuando el cuartel
que contiene
al
león, los demás, ningún dato de ver-
dadera importancia pueden suministrar
al artista ni rl
arqueólogo, porque no conservan absolutamente por-
menores bastantes. Encontrándose en tan mal estado y careciendo de aquéllos, aventurado sería clasificarlo exactamente, y si además se tiene en cuenta que las empresas di-
y
como sujetas á determinado patrón, no eran susceptibles de alteraciones, comprendere-
visas heráldicas
mos que
lo
bandera á
mismo puede
atribuirse el origen de la de San Fernando que á los de su pues que nos faltan caracteres para apre-
los dias
hijo y nieto,
como desearíamos. La tradición la atribuye
ciarla
al monarca Santo, y acaso sea cierta, esclareciéndose sólo estas dudas por la
consulta de documentos que se conserven en el Archivo de la Catedral. Si estos existen y las palabras consignadas no dejan lugar á dudas, es el único me-
dio que
podemos
tener en
defensa de
su glorioso
origen
Registrando algunos antiguos papeles del Archi0 municipal, hemos encontrado uno en que consta que á 12 de Diciembre de 1488, se ordenó á Fran-
v
cisco
Pinelo, Jurado y Fiel ejecutor de Sevilla, que gastase ciertos maravedises para hacer un nuevo pendón Real, «para lo poner en la Iglesia Mayor,* más
— ya no se aviene (
—
¿3
y manera de hacer del león la bandera, con los que se hacían en tiempo de
le
ios
el estilo
Reyes Católicos, y por otra
se dice clara-
parte,
mente pendón. Ignoramos
si
mandamiento de
este
la
ciudad
lle-
gó á efectuarse, pero
sí puede afirmarse, que la bandera de que tratamos es de más remota antigüedad
Que los dias en que reinaron Fernando Viniendo ahora a
tratar
de
la
V
é Isabel
I.
espada, que se cus-
todia en la Real Capilla, también atribuida por la tradición al Vl sta,
Rey Santo, encontramos en ella, á primera muy marcadas de la influencia del arte
muestras
musulmán en las industrias españolas, pues los mismos Monarcas que profesaban tan enconado ódio a sus adversarios, tenían
reconociendo de este
No
es aquí sólo
donde
dujo: llenas están
^recusables, así
como
mnte
el
se encuentran datos de
las infinitas
certifican, y,
compréndese
tal in-
de testimonios
pragmáticas délos
no olvidando esta
á primera vista que, du-
período más floreciente de
castellanas, se erigieran
ellos,
su cultura é ilustración.
nuestras crónicas
Néyes igualmente lo c 'rcunstancia,
por fuerza que acudir á
modo
las
Monarquías
famosos alcázares, suntuosos
Palacios
y hasta insignes templos, debidos al ingenio y saber de los mahometanos. ¿Cómo ha de extrañarn ° s por consiguiente, hallar en la espada de Fer)
rando
III
reminiscencias del saber sarraceno, cuando
su tn ¡smo hijo,
el
Infante
don
Felipe,
adornaba sus
trajes
64
-
con leyendas musulmanas?
análogos podríamos
ejemplos
Infinitos
que afirman
y que omitimos a causa del poco espacio de que disponecitar
lo dicho,
mos. Empezando nuestra ligera descripción por el pomo, hallamos que acaso no sea el primitivo, como parece indicarlo
los ligeros
adornos que se ven en
abrazadera que sujeta los dos trozos circulares cristal
la
de
de roca de que consta, cincelados por ámbas empuñadura es de cortas dimensiones, é
haces: la
igual materia,
compuesta asimismo de otros dos gran-
des trozos que asientan directamente sobre
formado de
las piezas siguientes:
en
el arriaz,
el sitio del
reca-
so se encuentra una lámina de plata levemente repu-
jada con labores de ataurique y lacería, que lo revisten en sentido circular; de aquí arrancan unos trozos de mármol rojo que terminan la cruz, sujeta en sus centros por sencillas abrazaderas de plata.
ñadura mide 0,10 m., y respecto á
el arraiz
0,15
La empuCon
de largo.
la hoja, inclusa la
espiga, tiene de largo °,93 m. Por sus proporciones, parece un bracamarpero hemos creído, al examinarla, que ha de haber sido rebajada, pues se notan señales de esta ope-
te;
ración en
En
el
arranque de
la citada espiga.
Armería Real de Madrid viene mencionándose también otra arma de esta clase, como pertenela
Á la página 6 del «Resumen» sacado del inventario general histórico que se hizo en el ano 1793 por don Ignacio Abadía, hablando délas
ciente á San Fernando.
\
,
es padas, se dice:
65
-
«Una que, según la
Re y don Fernando
Santo;” y en
el
co
tradición, fué del
el
Catálogo publi-
por el Excmo. Sr. D. José María Marchesi, al nú. mero 654, se lee lo siguiente: «Espada de Fernando III el Santo. Es de cuatro mesas; en el recazo tien °j sobre
fondo dorado, á Santa Bárbara y áSan Criscon labores de mal gusto. La figura de esta hoja usaba ya en el siglo IX. En el pomo, que es cua-
tóbal, Se
drado, dice: IESVS do.” La última
MARÍA,
repetido. Arriaz dora-
nota que acabamos de trascribir qia-
n 'fiesta
claramente que no se estudió esta arma con la
detención que merece, pues bastará sólo fijarnos en las
figuras del recazo, para poder clasificarla, estimándola producción de las industrias artísticas del si-
glo X (V al XV, á juzgar por las fotografías del señor R aurent. En cuanto á la guarnición y demás partes,
Puede afirmarse que no se hicieron en Si el
arma que
úe algo ejecutado en
duda te i
0] jd
el arriaz,
v ¡mos
que
el siglo
XIII.
se conserva en la Real Capilla tiela
época del Rey Santo, es
sin
por más que uno, en extremo semejan-
tiene la
espada de
la figura
bordada en
,
antiguo
pendón de
Sevilla,
Primer tercio del siglo sta C I
que fué ejecutado en
XV, llegando
punto de limitarse con
las
la
semejanza
sedas los trozos de
In as
de plata y los de mármol rojo, sujetos con ^fazaderas. Zúñiga, en sus Anales alaño 1254, ha-
adela espada diciendo que parece haber perteneconde Fernan-Gonzalez, concepto que hoy no
*d° al
9
— es admisible,
66
añadiendo que ya en
el
año de 1270
consta que la poseían los Capellanes Reales, pues en la
procesión del diade San Clemente de aquel citado
año, la l'evó
el
mismo San Fernando;
al
describirla
consigna que con las limpiezas ha ido disminuyéndose,
confirmando nuestro juicio de haberse rebajado,
al describir la cruz,
después de decir que se compone de una piedra cornerina, asienta estas palabras, que convienen con lo dicho antes por nosotros, que y
no
se sabe si fué su primera guarnición ó posterior adorno. El mismo difidentísimo autor hace en su referida obra muy curiosas citas, con respecto á las solem-
nes ocasiones en que se hizo uso de la histórica arma desde antiguos tiempos, remitiendo á nuestros lectores á los años 1314, 1407, 1410, 1508 1576, cuyos
y datos no trascribimos, porque con facilidad pueden
consultarse.
estimado
Como muy
siempre
el
honrosa distinción se ha
acto de exhibirla en las proce-
siones, y hasta se conservan cédulas reales, ordenan-
do
las
personas que deben
momento de
la
acta notarial con
llevarla,
para lo cual en
entrega se levanta áun hoy
muy
curiosa fórmula.
V
el
mismo
¡S^-íA/V-
VV
-A/V—*>•
—Afir-
I
ESPADEROS Y ARMEROS ANTIGUOS SEVILLANOS.
Escasas son las noticias que hasta nosotros han Segado acerca de los industriales que ejercieron este °ficio
naI
n °s
en nuestra ciudad, y sin embargo, su tradicio-
renombre y fama andan en boca de todos. Meafortunada Sevilla que Toledo no puede ofrecer
á l°s curiosos c °nstan
los
c °nnenzos tró
ordenada y numerosa nómina en que sobresalientes artífices que desde los
más
del siglo XVI florecieron en la imperial
me-
y cuyos nombras, marcas y contramarcas pulseáronse en un folleto bastante conocido, en el paP°li,
Sa do
siglo.
Algunos de
^°g° consta del 0 P°r
^Ua
los
mencionados en este catá-
mismo que trabajaron en
Sevilla, co-
ejemplo, los llamados Francisco de Zamora,
n de Leizalde, Juan Martínez el
Mozo, Juan Marti-
,
—
68
nez Menchaca, Pedro de
dez
de
el
Mozo pero ,
ellos
ni el
que venga á
ilustrar
es m;ís ni aun siquiera
—
Lezama y Sebastian Hernánmenor rastro he descubierto sus biografías y lo que
conozco ninguna de aquellas
armas á que debieron su fama. Lo mismo esta industria, que en nuestros alfareros, apenas
si
la
celebrada de
encontramos algún que
otor dato, en los autores antiguos; hasta ahora per-
manecen mudos nuestros archivos respecto tífices
que ejercieron cualquiera de dichos
á los aroficios,
por estas mismas razones estimamos que toda noticia
que arroje alguna
aumente
el
luz
sobre los ya conocidos
número de nombres ha de
ó bien
ser interesan-
te para los aficionados y en tal virtud nos hemos decidido á dar A conocer varios, de los cuales la mayor
parte
debemos
á fehacientes
referencias del docto
documentos y uno por don Diego Ortiz do
analista
Zúñiga.
Faltando antecedentes posible es historiar
como dejamos
dicho, im-
origen y desenvolvimiento de esta industria hispalense que desde la época musul-
mana
es
una de
las
el
que mayor florecimiento alcanzan
entre nosotros, y en prueba de ello, basta sólo tener
presente las palabras dq Abu-Said que escribió en siglo XIII al decir
que
el
«acero que en Sevi'la se
el la-
braba era extremado y aún sería prolijo enumerar de labor delicada que en esta ciudad se
los objetos
fabricaban.® Si pues ya los aceros
eran extremados
— ¿Qué mucho que celente y
—
69
la fabricación
de espadas fuera
ex-
renombrada? Contribuye á robustecer
a serto las disposiciones referentes
al
este
de espa-
oficio
dero que consignaron los Reyes Católicos en las Or-
denanzas de esta ciudad, tan curiosas á nuestro C1
°,
que bien merecen
Candarse en
que
ser
jui-
de
conocidas. Después
todos los años alcalde y veedor que sean ornes buenos y de buena fama: persoñas scientcs sabidoras del dicho oficio prosiguen orellas
elijan
y denando que una vez clegididos aquellos cargos ,
guna persona sea osada de poner tienda Se
sin
nin-
que antes
examine por los dichos alcalde y veedor cdos omes (nótese que hablan los Royes
a,diguos del dicho oficio
Católicos
y dicen antiguos') y una vez cumplido este
re quis¡to,
pongan
*al
fianzas para en el caso
oficial no pudiese ser
S^r...
pague su
de que
el
anido eno tuuiere con qué pa-
fiador.
Más adelante dice
el texto
que tenemos á
la vista:
«Otrosí ha se de examinar el espadero de vna vayna Para una espada de dos manos y del puño: e también
de vna vayna de vn cuchillo de casco con su puño Va yo todo: c assi
Para un galan.”
«Otrosí
mismo de vna espada de vna mano
,
ordenamos é mandamos que cualquier
Mercadería de espadas ó tablas ó guarniciones e ot a cualquier cosa
que pertenezca
al
dicho
oficio,
que
Muguno de los dichos oficiales no puedan yr á los puertos de Cáliz y de Sant lúcar á comprarlas: sin
— que primeramente
lo
—
70
hagan saber
al
alcalde y vee-
dor.»
«Ot r osi ordenamos que ningún oficial del dicho de espadero no pueda comprar ninguna fo-
oficio
jas
de espadas para
dero
las
auer de reuender á otro espa-
persona qualquier: saluo espadas guar-
ni á otra
necidas.»
.
«Otrosí ordenamos que cuando á los tales espa-
deros
les
lucren traydas espadas
adobar que persona
si
el
tal oficial
a guarnescer ó á
sea tenudo á dezir á la
quisiere la tal guarnición
tal
de badana ó de
cordobán ó de becerro c si se fallase que vendió vno por otro que pague de pena mili marauedis 6 que sea quemada la tal guarnición á uista del maes tro.»
.
«Otrossi que
cada y quando que qualquiera espadero sacase á vender cualquier espada á las gradas ó álaféria que no sea osado de poner pujador
de su mano á es
engaño de
la tal
espada que
assi
vendiesse porque
la república.»
«Otrosí ordenamos y mandamos que ningún criado de espadero, ni esclauo ni regatón sea osado de
vender espadas por placas puente ni por mesones
ni
ni
mercados
ni
ni
por
el rio
por otro ningún cabo
desta cibda ni de sus arrabales so pena etc.»
Basta con
las anteriores citas
para nuestro inten-
que se prestan por más de un motivo á comentarios de diversa índole, que omitimos; sin emabrgo, to
— llamamos
la atención
^ases en que terminan lunes
XV dias
—
7i
de
lectores acerca
los
dichas
las
de
las
Ordenanzas. ^En
de junio año del nacimiento de nuestro
Saluador Jesuxpo. de mcccc]xxviii años fueron pre-
gonadas estas ordenanzas en la
Sierpe en
calle de la
Presencia de Juan de Segovia pregonero por ante mi antonio martinez escribano del Rey.» ¿Porqué, pre-
guntarán algunos, se hace Sierpe ..
pregón en
el
la calle
de
la
y nó en otra ú otras
Fácil es la respuesta considerando solo
Principal via
de
la
dc «Espaderos» porque en oficio,
tradición
c omo
hemos de
ella vivieron los
que se perpcrtuó hasta ver confirmado
más
de este
el siglo
adelante.
mos ahora aunque de paso que también e l'a sus tiendas
que esta
población llamóse en lo antiguo
XVII Dire-
tenían
en
famosos arcabuceros como MicerGui-
l'°
que trabajó por los años de 1535 para el Emperador Cárlos V según asienta el Bacbillen Peraza en su
^storia de Sevilla m.s.
Sentados estos antecedentes tiempo es ya que Ve ugamos
objeto que nos propusimos
al
Revolviendo papeles viejos del archivo de
la
e scribir
al principal
este artículo.
'glesia parroquial de San Isidoro de esta ciudad, hadamos uno en cuya cubierta con letra moderna se lee:
«Escritura
de arrendamiento
mayordomo de
la fábrica
vitalicio
de esta
Juan de Orgaz de unas casas en
otorgada por
Iglesia la
en favor
Odrería: que
72
1
pasó ante Pedro de Espinosa notario apostólico en
2o de Mayo de 1512.” Pasada
documento
(que no creemos sea sí
cubierta aparece el
la
en varias hojas de pergamino
escrito
tal
escritura
de arrendamiento y
de toma de posesión de dichas
casas:
la cubierta
por tanto debe estar equivocada) que empieza de esta suerte:
«En la muy noble
e
muy leal
cibdat de Se-
villa jueves cinco dias del mes de Mayo año del nacimiento de nuestro saluador ihu xpo de mili e quatro-
cientos e sesenta e
ocho años en este dia á ora do
bisperas.
E
estando presente Diego Migues espadero
Siguen luego das y en todo
mos nada
el
las
etc.
fórmulas notariales acostumbra-
contexto del documento no halla-
interesante por lo cual,
dejamos de copiar
sus fatigosas cláusulas, sus pesadísimas repeticiones, tan en
boga eníónces. Basta para nosotros
ción de Diego Iñiguez, es el
la
men-
pues su nombre hasta ahora
más antiguo que hemos encontrado éntrelos
ra-
ros espaderos sevillanos de que hay noticia. Siguien-
do cronológicamente estas noticias, hallamos en el Archivo municipal de esta ciudad nombres de muchos espaderos que trabajaron en distintas épocas y cuya serie lo
más completa posible podrán ver
nados en
los aficio-
la segunda edición del libro intitulado La Espada que publicará en breve el erudito escritor Sr. D. Enrique de Leguina, concretándonos ahora á
—
73
—
consignar solamente algunos °^ ra
cosa
la
Siglo XVI...-
»
»
XV'T..))
)) ))
))
»
)) ))
))
» » » » »
» »
» ))
))
))
))
))
»
))
))
-
»
»
»
»
))
los
» »
»
»
1651
))
1653
)>
))
»
)) ))
1
677
))
))
»
))
»
))
» ))
Alcirn.
))
))
»
la Vega
del Valle.
»
)>
»
por no exigir
Cristóbal
»
))
))
ellos
— Gregorio González. Gutiérrez de — — Gerónimo 1626 — Gaspar de León. —Jusepe de Vergara. —Jusepe Sánchez. 1627 — Andrés de Carrion. — Francisco de Vergara. — Diego de Arroyo. 1638 — Andrés de Cabrera. —Diego Rodríguez —Juan Machado. — Vicente Herrera. r639 — Baltasar de Reyes. — Alonso de Orta. 1610
»
))
de
índole de este artículo:
1681 »
— Joan
de Valencia.
— Manuel de Acosta. —Juan Pérez. — Gerónimo de Torres. —Alonso
Perez.
— Andrés Calvez. —José López. —Salvador Lechuga. —José de Herrera, —Diego
Guerra. 10
f
— 74 — — 1717 —Juan Antonio ¿Gómez? — —José — — Alonso Masías.
Siglo XVIII. »
»
w
»
Gutiérrez,
»
La mayor das en
»
-
parte de estos artífices tenían sus tien-
de la Sierpe y de la Mar. También de Vizcaínos llamada antiguamente de
las calles
las
hubo en
los
Cantos y algunos vivieron diseminados en de la ciudad.
la
las va-
rias collaciones
Tenemos ahora currir
al
que en
al tratar
diligentísimo
de
los
armeros que
re-
don Diego Ortiz de Zúñiga,
sus celebrados Anales
1569 hablando de
la cárcel
de esta ciudad y al año en que según vulgar tra-
dición que corre entre los sevillanos
padeció martiSan Hermenegildo, situada en un torreón de la Puerta de Córdoba, dice que no estaba (la capilla) rio
con toda
la decencia que le era debida «hasta este^ año en que traxo Dios á reconocerla la piedad y de-
uocion del maestro y cronista Ambrosio de Morales,
y exitó
la
de Francisco Guerrero maestro de fabrica ,
armas que reparó á su costa
la torre y le labró la entrada y subida con mucho adorno, en cuya renouacion se halló y dixo misa el maestro Ambrosio de ,
Morales, etc.» Corría el año de 1619. La ciudad de Sevilla comisionó á su Veinticuatro el señor don Gaspar de Vargas Machuca y Palomares y al escribano Hernando de Nájera, para que entendiesen en el remate sobre el aderezo compostura de ciertas armas propia y
-
— do
la
75
—
ciudad que se hallaban en la Alhóndiga.
Ya
el
Pregonero Francisco González había cumplido con su oficio,
poniendo en conocimiento de
las
gentes
el
doseo del Cabildo de llevar á cabo la reparación de
,
dichas armas, y
dado cuenta de
las
condiciones de la
abasta, pero áun cuando había repetido sus pregones en los sitios
más
por lo cual
el
céntricos, ningún licitador se presen
dia29 del mes de Julio del año suso-
dicho, ante las puertas
de las Casas Capitulares hízose nuev o llamamiento y pregón, en el que se especifica* ^ an todos los géneros de armas que habían de arreglar Se entre > las las
cuales contábanse
600
coseletes,
golas, escarcelas y manoplas, 2.100 hierros
Cas
todas
de
pi-
660 arcabuces, 2.100 frascos y frasquillos para 260 alabardas, 1.400 morriones, 67 ro-
i
a pólvora,
delas
y 900 horquillas. Deseosa
la
ciudad de que
el
adobw
y aderezo de estas armas se hiciese con la P r °ntitud necesaria, imponía estrechas condiciones á *° s
maestros armeros que intentasen acometer dicha °^ ra Pero ya por estas circunstancias, como por los ;
prec ¡os ar dfices
que
^ no de j
Vl sta,
la
ciudad marcaba, andaban rchacios los
de este
oficio,
en hacer sus posturas,
los antiguos
documentos que tenemos á
dice apropósito de la anunciada subasta:
abiéndose leydo y pregonado lo susodicho P° r algunas personas de las que presente estaban er °n fechas las posturas y bajas en la forma y mancra
siguiente:
/
— Primeramente
la
6
7
—
puso Lorenzo López Armero
ve-
,
cino de Sevilla en Triana en
ducados con que
el
frente
del Pasage en
4000
término en que se á de hazer lo
susodicho sea un año. Itcn pusieron lo susodicho Nicolás
de Moya que
haze caxas de arcabuces vecino de Sevilla
de
la
\*
á la Cruz
Parra y And'és Gutiérrez Armero vecino de ,
Sevilla en la Cestería en la calle de las Vírgenes en los
precios siguientes, etc.»
No hubo
en este dia otras personas que
más
jas hicieran que los anteriores. Trascurrieron
meses
sin
siciones,
ba-
ocho
que nadie ofreciese más ventajosas propo-
pero llegado
se cuenta á la
aderezo de
el
mes de Marzo de 1620
Ciudad do una
petición
dió-
que sobre
el
armas había hecho Domingo Fernandez de Caruajal armero mayor de las flotas armadas y las
de la carrera de las yndias en el cual se remató al cabo esta obra del adovio limpieza de las dichas ary mas que según manifestó el mismo estaban muy mal ,
tratadas y casi perdidas «añadiendo que» porque
tie-
nen mucho que hacer de manifatura son género que y no pueden aver buen adereco á destajo en las manoplas y alabardas y piezas y rodelas «pide á la Ciudad que lo mande hacer pregonar» y yo tomándolo á mi cargo no puedo compeler á ningún oficial que lo entienda
que trouaje en la dicha obra mayormente no habiendo hoy en Sevilla cuatro hombres que sepan y entiendan del dicho adereco
y reparo)) suplica
á la ciudad
.
-
1
—
77
—
Que haga estas obras por su cuenta proponiendo que «dará las herramientas y pondrá la diligencia que convenga)) á lo cual accedió al cabo la ciudad después de bien enterada del estado en que se hallaban
armas por informe que de ellas dió el Veinticuatro don Gaspar de Vargas Machuca y Palomares.
Jas
Concluyeron estas dilligencias por del
obligación
la
armero Hernández de Carvajal de proceder á
to-
do
el repago y limpieza por la suma de 2.000 ducados otorgándose escritura de convenio entre la ciu-
dad y él en donde apatecc que era vecino do la miseá, en Triana en la vera del rio junto á-la puente. Para seguridad del cumplimiento del contrato potecó unas casas con todo
hi-
lo que les pertenece situabas en aquel arrabal «al cabo déla calle de Santo Do,
nnngo con un pcdaco de guertas, suelo y cuyos bienes dijo que eran suyos y
frutales,
n ocían» rr °a
su
árboles le perte-
por aberlos traído de dote doña Luisa de
muger
al
tiempo de su casamiento.» Hipotecó
frnibien
una heredad de cepas y viñas y olivar en téruuno de la villa de DoS Hermanas y otro pedazo de Vln a,
majuelo y
tierra
calma en
ciaremos diciendo que Ceses á contar de
Cñ ducados tre s ^
as
plazos,
obras y
os
el
mismo
lugar.
Ter-
limpieza se hizo en cuatro
fecha del remate y que los dos
se obligó el municipio á entregarlos
uno el
la
la
al
contado,
el
segundo d
último terminadas éstas.
sumas tuvo que gastar
la
la
Tan
en
mitad de
considera-
Ciudad en componer
-
78
-
armas maltrechas y destrozadas como hemos visto en el espacio de 23 años. Decimos esto por paresus
cemos que las
estas
mismas son y no
143 cajas que de
ellas
otras, el resto
de
remitió desde Milán el Ju-
rado Rodrigo Suarez, á quien se cometió el encargo de ir á comprarlas á Italia y que se desembarcaron en Sevilla en Abril de 1597, habiendo costado más de 12.000 escudos así como también las 4.000 picas adquiridas en Vizcaya y multitud de arcabuces.
mente de
mosquetes y Las causas que contribuyeron especial-
á la pérdida
las
de tantas armas y al mal estado de fehacientes documentos
restantes constan
cuyas copias poseemos, procurando además adquirir acerca de estos particulares cuántas noticias puedan ministrarnos nuestros archivos para una vez reunidas las
que.juzguemos necesarias, publicar la interesante de la Armería de la Ahóndiga de esta ciudad,
historia
notable por muchos conceptos.
«
(
*
V
>'r
SEPULCROS ANTIGUOS DE LA CATEDRAL DE SEVILLA.
Llama
á primera vista la atención
de
los sugetos
entendidos que visitan nuestra insigne basílica easez de Vle rte,
XV
monumentos
pues
si
la cs-
sepulcrales que en ella se ad-
bien la fábrica actual
data sólo de la
1
centuria, sabido es que al reconquistar esta ciudad Fernando III en 1248 uno de sus primeros cuida-
dos fue el de convertir la gran aljama de los musulmanes en templo, cristiano. Los próceres y caudillos qne auxiliaron al monarca en su empresa escojieron ^
as
primitivas capillas para su enterramiento,
dotán-
dolas ámpliamente y los esclarecidos linajes
que se
^cedieron en .
Por
el
mismo
el
trascurso de
espíritu religioso,
los
siglos,
animados
buscaron en
ellas
el
—
8o
—
lugar de eterno reposo para sus huesos. Las vicisitu-
des y trastornos
de
los
tiempos nos enseñan hoy
cuán poco valen los humanos propósitos y apenas si de aquellos notables enterramientos se conservan pobres vestigios.
Un
escritor sevillano del siglo
jado memoria de turas dentro
de
XVII
(:
)
nos ha de-
los caballeros
que tuvieron sepul-
la iglesia antigua,
describiendo algu-
nas de aquellas que,
si
existieran al presente,
de esta Catedral un inapreciable tesoro para dio de las artes españolas.
harían el estu-
Los errores de las épocas, la falta de cuidado, el desdén y la ignorancia conque hasta nuestros dias se han considerado las reliquias del arte cristiano por excelencia, han sido las causas
de que
la
gran
basíli-
ca hispalense se encuentre despojada de tan ricos or-
namentos. Magníficos sepulcros de mármol, como debieron ser los del almirante don Juan Mathe de Luna, y el arzobispo D. Fr. Alonso de Vargas, soberbias laudes sepulcrales de bronce
como las de Juan de San Juan y doña Guiomar Manuel, han desapareci-
do destruyéndolas, quien quiera que
fuese,
brutal-
mente, y algunas de éstas en época no lejana. No hace muchos años veíase 'en la escalera de
D. Pablo Espinosa de los Monteros. Teatro Santa Iglesia Metropolitana de Sevilla, 1635.
(i)
de
la
la
— Biblioteca
mismo
sepulcral,
— bajo-relieve, asi-
de don Iñigo de Mendoza que bien
merecería por parte a Precio
8i
Colombina un interesante
del Cabildo Catedral
mayor
y ser conservada más decorosamente. Esta
P'edra, al levantarse en Julio
Clean So
don Fernando de
que tenía esculpida
la
la figura del
Mendoza, y ya que tan Cer este
monumento
los, que
de 1775 (1) la loza del Torre hallóse por el revcr-
feliz
funerario, sería
se colocase
citado
don íñigo
casualidad dió á cono-
de desear, repe-
convenientemente, pues lo
merece por muchos conceptos.
Fas anteriores noticias harán comprender á nuestros lectores las
razones de hallarse
el
templo tan po-
bre hoy de sepulcros,
cuando tuvo tantos y tan notaá que contribuyeron en alto grado las obras Actuadas en 1877 para colocar el pavimento ac-
os, tual.
Con respecto brev es
n °ticias SUl °
á los que se han perdido, diremos
palabras.
En
la capilla
de San Martin que, según nuestras
estuvo en la nave llamada del Lagarto y a
en que hasta
el
año de 1884 permanecieron
las
°ficinas del
Juzgado eclesiástico, existieron varios enriamientos, merecieron particular mención el de
Cartas del señor
San Martin á Espinosa y II
I
don Juan Mathe de Luna y su muger doña Leonor Alfonso de Sayavedra en un sepulcro de marmor el qual por
se alzó
cierta causa el
año de ióoj y
se halló
dentro
el dicho
almirante armado hasta las rodillas con botas
blancas
y espuelas doradas calcadas y vna espada ancha
en vaynct de terciopelo verde y vna v andera, amortajado
con vn manto de seda carmesí y el cuerpo todo entero
No
creemos que
sea
rito
mismo de
el
sepulcro de que se hace mé-
magnate que hoy se vé en de San Hermenegildo, pues este parece de modernísima ejecución afeado con pobres molduras el
este
la capilla
y adornos de yeso.
Ln la capilla llamada de Santa Cruz en el templo antiguo reposaban los huesos de Juan de San Juan en vn sepulcro de piedra negra sobre leones de la misma Encima es tana vna lamina de metal grande
piedra.
como lloro ,
granado el nombre y figura dcste canaarmado en la vna mano tenía vn escudo v en la
el sepulcro
otra vna v andera con espuelas calcadas ,
De
la capilla
de Santiago ha desaparecido
el se-
pulcro del arzobispo don Fr. Alonso de Vargas que»
según asienta
el
diligentísimo
don Juan de Loaysa,
(i)
era de mármol, del cual sólo se ha salvado el epitafio con caracteres monacales. Por último, para no cansar
más
la
(r)
atención de los lectores, trasladamos aquí
Memorias
sepulcrales.
las
— Noticias
—
83
que hemos podido
hallar acerca
de
la
laudo
Manuel Saunin y Juana González su muger juntamente con su hija doña Guiomar Manuel (i). Tenía más de cuatro varas (n) con elegante inscripción y en ella
de bajo-relieve los bultos suyo (de doña Guiomar) y de sus padres (ni). Este notable objeto existía en 1743 y suponemos que se perdió cuando el losado del templo.
Más los tr
noticias
podríamos
consignar
referentes á
enterramientos de la Catedral, pero basta á nues-
° propósito con las anteriores.
Pasemos ahora
al exámen de las que se hallan de San Andrés, pertenecientes al linage Perez de Guzman, cuyo ascendiente don Alvar,
en la capilla
de los re Posa
en
ella,
juntamente con otras personas déla
Emilia.
Zúñigay Farfán, citados por Sandier Peña, diy «I- a capilla de San Andrés sustituida en vez de que dotó en el templo antiguo el año de 1348 don
Cen: *a
Al v ar
Perez de
bult•°s
estaban los cuatro
Loaysa: Memorias sepulcrales m.s.
(0 ( !I )
o
Guzman en que
que se ven ahora todos de mármol de éste y
Sandier y Peña:
Adiciones
al
Teatro de
la
uta iglesia, m.s. 111
\j ü
i
)
Insinuación apologética, por don Alonso
m.s.
-
84
-
demás descendientes sus primeros dueños eos* tosamente calzados. Los tres están en medio y
los
<
otro á vn lado de la capilla y
el altar
entre éste y la
rexa.
Las pinturas y adornos propios de su altar son de Iglesia se conservan con su primitiva
que en esta
los
antigüedad
(i).
contando con
no
actual
de
No
hace muchos años,
la venia del
la referida capilla,
saran estos sepulcros
estorbaban
el
Cabildo,
conde de Cifucnte, patrodispuso que se ado-
á los muros, sin
duda porque
paso y acaso entóneos se trocó el retablo antiguo con las pinturas de Alexo Fernandez
por
el
el
moderno harto pobre y
Difícil es
Perez de
sin importancia!!
determinar los sugetos del linage de
Guzman que
se ven representados en
las
cuatro estátuas yacentes de la capilla de San Andrés
y acerca de este particular en vez de esclarecer du-
das más nos confunde lo que manifiesta Espinosa de los
Monteros en su Teatro. El señor Carderera, en su
Iconografía, dice que dos de ellos representan á don
Álvar Perez de último
Guzman y á D.* Elvira de Ayala. Este nombre parécenos está equivocado, pues la nm-
ger del almirante D. Alvar llamóse doña Maiía, según
(i)
Desgraciadamente este antiguo
altar se
ña
cambiado por una mala copia del martirio de San Andrés, de Roelas, que existe en el Musco de esta ciudad.
-
85
-
dice Espinosa. El ilustre académico, señor
don Pedro
de Madrazo, ha incurrido también en otro error
(i)
consignando que dos de los cuatro bultos son de mugeres y los restantes de hombres, considerando
como femenina una de las estátuas que representa á mancebo como de catorce á diez y seis años ves-
Un t[
do con una túnica que
que por
la
le llega hasta los pies,
forma en que tiene cortado
po: la espada que sujeta con sus manos, gar á dudas, según
frontero
Perez de su
el viejo
muger, mientras que
están adosadas al
á don
la
Alvar
y á doña María de Ayala otra de varón que está in-
mediata
al
Su nieto
llamado también don Alvar: en cuanto á
del doncel
lu-
aquí es que las es-
del altar representan
Guzman
no deja
más adelante veremos.
La opinión más seguida hasta tatuas de dama y caballero que muro
pero
cabello y
el
antepecho exterior de
la capilla es la
cuya efigie vemos entre
las
de
de la
los funda-
dores no encontramos dato alguno para venir en co-
Uocimiento de quién pueda
ser.
Curiosos por demás son los trages de todas y en hemos de detenernos algo. Consta el de don Alvar de un casquete ó gorra que ciñe perfectamencjlos
*
e
la
cabeza, en cuyo centro hay un joyel del cual
(n) Sevilla
España. Sus monumentos y y Cádiz.— 1884.
artes,
tom. de
arranca una pluma adaptada en sentido semicircular.
en
El cabello largo, glo
la
forma que se usó en
y comienzos del XV. Viste una aljuba abotonada en
cotadura adornan ciertos
corona por cima de la loriga.
Ancha
izquierdo á
de
el
si
-
XIV
las
el
la cual se
y corre por
de
la
el sitio
de
las
mallas de el
hombro
las partes laterales
famosa órden de
por Alonso XI. En
manera de las
desde
mangas; que no nos atrevemos
la insignia
á
muestran
cinta ó correa baja
la cintura
pecho cuya es-
bordados
la
á afirmar fuera
Banda creada
caderas tiene sobre
puesta á
la aljuba un rico y ancho cíngulo militar adornado con morlanes figurando flores cuadrifolias y del que acaso pendió la broncha ó puñal de mise-
ricordia.
Por bajo de
mencionada aljuba aparecen
la
puntas de malla de
la loriga.
Hállase armado
el
las
resto
del cuerpo por mu: leras y grebones con ligeros adornos sogueados. Los escarpes son articulados y
de aguzada punta, con espuelas calzadas. Sugeta con las manos ancha espada que consta de enorme pomo circular con lóbulos tallos sery estilo morisco, y en el centro un escudete, empuñadura con adornos en espiral: en
peantes de marcado
cuanto
no puede juzgarse á causa de las Los guanteletes son notables por estar
al arriaz
mutilaciones.
curiosamente articulados también porque en la miy tad inferior, correspondiendo á los dedos, vense cua-
— tr
—
87
° arquitos ultrasemicirculares que recuerdan
fluencias
de
las artes industriales
las in-
Á
musulmanas.
los
hay un perro con elegante collar blasonado,
P‘és
^¡de de largo
i
m. 87.
Análoga en todo á la anterior y sin variantes digna s de apreciarse, es la que se atribuye al nieto de este
personage y que ya hemos dicho se encuentra al antepecho de la capilla, por lo cual no nos
junto
detenemos en su exámen.
No obstante, el amaneramiento que se advierte en la ejecución de la efigie de D. a María ó D. a Elvira AeAyala, su estátua es magestuosay elegante, reve-
judo
ser obra de artista
más
perito
que
el
que hizo
la
A e su marido.
Cubre
la
cabeza con un casquete de paño que
k aJ a por las sienes hasta ^ las
su
la
parte media de las mcji-
dejando que se vean
traje larga
orejas, y
las
capa que por los lados
jurto ménos de media vara del °fl a
COrn
el
enorme
cuello
que
Prender qué cosa sea
P°ndiente Ura -y
al
tiene,
c °n
j
cintura.
menor
señal de plega
un gran escote, que, á
dejaría al descubierto
rente, está oculto. Cn sencillo collar adorna Casi á
notándose en
Difícil es acertar á
la parte del vestido corres-
busto, no hay la
á primera vista parece
Ser ta l,
brial,
componen
deja descu
el
la
pecho,
el cual, ciér-
garganta y desciende
El cinturón del brial es
morlañes de trecho en trecho y
llega
muy por
largo,
el
cen-
tro del
cuerpo hasta
airosos son
los
que una vez
al
la fimbria
de
la
capa.
pliegues que arrancan
Sueltos y
del cinturón
tocar en el suelo producen el movi-
miento característico de los paños ejecutados tilo ojival;
do
se les
al
es-
caprichosos y sóbrios relativamente cuan-
compara con
Las mangas del
brial
de
los
son
muy
la
inmediata cintura.
anchas, de las llama-
das monacales.
En
la
mano
recha sugeta lado.
izquierda tuvo un libro y con la de-
el
borde de
La forma de
do con
hay
ellos
la
capa por este mismo
muy
los pies
tres figuras,
puntiaguda. Tocan-
dos de perros que están
mutilados, y en
el centro una figurita de muger leyendo, acaso representa alguna dueña ó monja de las que velaban á los difuntos.
Aunque no ofrece gran tatuita del doncel, que,
lujo
de pormenores
la es-
según arriba dijimos, se en-
cuentra entre
las
ella variantes
dignas de apreciarse. Tiene la cabeza
descubierta,
go por
el
de don Alvar y su esposa, hay en
cabello cercenado por la frente y
los lados.
Ancha
lar-
con rosas y tallos de en la garganta lleva un
ínfula
adorna su frente y gran collar con joyel. Está vestido con túnica plegarelieve
da simétrica y amaneradamente cuyas mangas son perdidas y bajo éstas aparecen los brazos con segundas mangas que, en forma de campana, hasta la mitad de las
le
cubren
manos abotonadas por un lado
El dibujo délos paños,
al llegar al suelo, es
análogo
— a*
de
la estátua
Una espada ‘«sillos
ancho
se lee:
S9
—
Elvira. Sujeta
á cuya vaina se enlazan
de que pendía.
°n cuyo Salt o,
de doña
collar,
amor mió
Á
con el
las
manos
cinturón y
sus pies reposa un lebrej
con caracteres góticos de reim.
Mide de
largo,
i
m. 45.
Estas interesantes obras tienen gran importancia Para e] estudio de la escultura sevillana y juntamente c ° n la del
maestre de Santiago D. Lorenzo Suarez de
^igucroa que se halla en
^rsidad e
*tátuas
literaria,
el
templo de nuestra Uni-
son los más antiguos ejemplares de
yacentes que conservamos.
* * Siguiendo cronológicamente estos apuntes, corresP° n de el segundo lugar al mausoleo del ilustre arzoS
P° don Gonzalo de Mena, que se encuentra ado-
Sa do
esta antl
al
muro
frontero
de
la capilla
de Santiago en
Cátedra'. Consideradas desdeñosamente por los
guos escritores las producciones del arte ojival,
Menospreciaban, calificándolas á veces de bárbano es extraño que este notable ejemplo de la es-
>
aria sevillana,
haya pasado inadvertido
casi hasta
stros dias,
^ sólo por
y aun hoy mismo podemos afirmar que la generalidad, sino por aquellas mismas
nas Que más debían estimarlo, poniéndolo á sal° Vq 0 de las profanaciones de la ignorancia, apenas si de
merece dorr )
aprecio y estima á que és tan acree-
hasta el punto
de haber embadurnado 12
el
bri-
— liante alabastro
de
dra. Yace, pues,
de polvo
to
este
— con
tintas
imitando
sí
contiene datos curiosísimos,
para juzgar con acierto del estado de nuestras en aquel período, lo cual tan
pie*
poco menos que olvidado y cubiermonumento, como despreciable au-
cuando en
tigualla,
9o
la estatua
poco abundan en
artes
mucho nos importa, ya que de
esta ciudad, testimonios
género. Por tanto, en vez de tan lamentable
este
indife-
rencia, bien haría el Cabildo catedral en procurar su
conservación por todos los medios posibles, dispo* niendo que una vez despojado de las tintas que ocul* tan las
partes
verja, para
de
de alabastro, se defendiese por una
que nadie
le tocase,
cuidándolo
como una
más preciadas joyas, que, bajo las grandiosas bóvedas del templo, existen al presente. Esto dicho* las
que nos guíe otro móvil que el amor y respeto ' que se deben á estos objetos, entraremos en su l¡g e sin
ra descripción.
Sobre un lecho ó urna, ornamentado val del siglo
XIV, vese yacente
la
al estilo oj<*
0 imagen del prelad
revestido de pontifical, con mitra primorosamente e 5 culpida, imitando en sus adornos ricos
borda
rácter alguno, así
como
el
báculo que sujeta
'
S, áfflt
manípulo, túnica ó alba. La antiguas han sido sustituidas por otras sin ca
plia y sencilla planeta,
manos
-
5
0 al la^
izquierdo es de madera tallada, en vez del de alabas* tro
que tuvo en su origen. Los
patos
muy
2a* pies calzados con puntiagudos se apoyan de frente en uu
— s
°nnbrero
9i
—
pastoral que sostienen
Cortijadas guedejas, y sobre ^el prelado, s
°bre
etern ° c l
na
En cada uno de
arrodillados en el
mismo
de oro
los ángulos del
plano, velan el
dimensiones: los déla cabecera tienen en las largas cintas ó filacterias sin inscripción algu-
y los de los pies sujetan libros abiertos.
i
tr
azur.
escudo
el
estrellas
sueño del venerable arzobispo, ángeles de pe-
u eñas
ma *os
dos leoncillos de
copa vese
que componen cinco
campo de
Pedestal,
la
° grandes piezas consta la estátua.
En
la
De
cua-
primera
Se
contiene la mitra, cabeza y parte superior de la Paneta, el segundo hasta la mitad del cuerpo, el terCer ° estc Sl
hasta igual sitio
Punto hasta
de
las piernas,
y cuarto desde
terminación. Raro es
que no se § u ¡era en esta estátua la costumbre de la época en la
Reamar de imitaciones de costosos bordados
las te*
todas, sino que, ric
por el contrario, hay en ellas una dad de ornatos, que llama la atención de los
^donados
hasta
lamos es
tal
punto, que sólo en
sencillos flecos;
tanto ellos
el
manipu-
como
otras
debieron pintarse con colores en posteriores
7
Oraciones. Fl la
/
^ artl do d e paños que ofrecen los plegados de
¿neta, están •
s
como
'
en
te r (j
0
3C .
^
Z ‘ ^' n
in
elegantemente esculpidos *
os del alba,
cuant0 á
la
al
estilo
que ofrecen notable
cabeza, tiene marcado carác-
dividuaIismo y es de formas abultadas y re-
— Toda la
pues además de
fanaciones, las
—
92
estátua se vé que ha sido objeto de pro-
manos y
el
del plegado.
como
faltarle,
dijimos,
báculo, está mutilada en algunos
Toda
ella,
que es de
sitios
rico alabastro,
se
encuentra repintada groseramente, hasta en sus más
pequeños pormenores,
lo cual
hace pensar á muchas
personas, que es de barro ó de otra materia menos rica.
Descansa su cabeza sobre dos almohadas ó cojiámbos de muy rica ornamentación imitando
nes,
brocado, y mide en toda su extensión, desde tremo de la mitra á los pies, 2 m. o‘i6.
La
importancia de este monumento, comprende-
ráse fácilmente,
de nuestra
si
tenemos en cuenta que es
historia artística
que enlaza
nes esculturales anteriores, ó sean
pleno siglo guiente, Sevilla,
e! ex*
XIV
con
las
de
única que en estos
y en
los
a la pági°
las produccioen
ejecutadas
las
comienzos de
la.
tiempos conocemos
la cual se manifiesta,
que
sl
”
c°
la t'adicion
había sufrido variantes dignas de aprecio,
como
tarde se ofrecen, ya en los tiempos de don Juan
Jw
de don Enrique IV. u0 la descripción de la urna Q de lecho á la estátua yacente, consta sólo de u° cuerpo de planta rectangular, cuya moldura superi° r es simplemente un ancho visel en cuyo plano corfe
Viniendo ahora á
sirve
la filacteria,
donde consta
la inscripción
sepulcral
caracteres góticos minúsculos interrumpida en su
c°
—
—
93
tensión, por escudetes cuyas trellas
empresas son cinco
es-
de oro sobre campo de azur. La leyenda dice
lo siguiente: ((Aquí yace
don Gonzalo de
Mena
natural
,
r acido en Toledo, que Dios perdone, obispo que fué de Calahorra é despi ’s de Burgos é después arzobispo de
é
,
,
Senilla, el eral finó en jueves 21 dias del mes de Abril, el
año del
de
iqoi
N chr
:
Dicho letrero se do, por
lo
del frente
ento de
yor
años,
ATtro.
1
Nostero)
muchas partes
e ícuentra en
cual se hace dhíc
de
Salvador Jesuchristo
cual digamos Pater
el
mausoleo y
l
Jas
su lectura.
dos
mutila-
La
parte
laterales tienen
Por ornamentación, tos
la primera, cinco compartimenformados por otros tantos arcos semicirculares,
con lóbulos en
el
frondas exteriormente,
interior y
y dos de aquéllos en
cabecera y pies: dentro de cada uno de éstos, hay en alto relieve, un asunto rc-
l’gioso, 1
la
siendo los más curiosos, los de
primero de
el!o°¡
la
cabeza.
vése un rey sentado con
la
En
espa-
da desnuda las piernas cruzadas, una sobre otra, á y sus pies hay un guerrero arrodillado, cuyo traje se
compone de sencillo capacete córneo, bajo el cual upamee un almófar ó gran capellina que envuelve to da la cabeza,
.y
sólo tiene en la parte del rostro pe-
queño espacio, por l
el
°rso hállase revestido
P°r una aljuba acaso,
de tenerlo en
deando
las
cual
se muestra el rostro. El
más bien que por coracina de cuero, y
la cintura, está
caderas.
el tahalí,
bastante
en vez
más bajo,
Las piernas, no se conoce
rosi
— están armadas, por
—
94
más que primitivamente
tuviesen
musteras y grebones. Las espadas son todas de tas llamadas bracamartes muy anchas y cortas. A espaldas de estas figura, hay otra también militar, que se ,
halla
de pié con igual trage.
Un monstruo que
rior
ca. .
En
figura
el
alado aparece en airado
dirijirse
nicho próximo se encuentra
ción de los Santos Inocentes, con cillez
la parte
contra
tal
el
la
supe-
monardegolla-
carácter de sen-
y candor que han bastado no más que cuatro
figuritas
al
artista
vestidos con el
para representarla. Los sayones
mismo
traje militar ya descrito, arrebatan los infantes á dos mujeres, de espaldas una con otra, simétricamente puestas,
peración se mesan
pleto destrozada, hay bajo
arco que no
las cuales
las cabellos:
una
el sitio
hemos acertado á
en su deses-
figurita,
de
la
por comclave del
descifrar.
El primer compartimento del frente ostenta la Anunciación de la Virgen; el segundo el bautizo de Cristo en el Jordán, donde abundan los caractéres infantiles
en
la ejecución,
la túnica del Salvador,
da con
pues los ángeles sostienen
que está fielmente representa-
pueriles detalles, mientras
cursor arroja el agua sobre
medio de un enorme
la
que
el
Santo Pre
cabeza de Cristo por
vaso, casi tan grande,
como
las
cabezas de las figuras; sigue á éste la Virgen rodeada de nubes; después el tránsito de la Madre de Dios, y, por último, la huida á Egipto, notable también por
— sus
que
lleva pendiente
bro,
una
virtud
—
de
la cual
túnica, la ley
En
la
la
imágen de San José,
de una vara, apoyada en
hom-
el
contra-
fuera de una materia du-
si
parte correspondiente á los pies, otras dos
hornacinas, una de ellas, la primera, digna
detenido: represéntase en Cristo,
el
no plega como debiera, en
de gravedad, sino que por
no, se sostiene recta cual ra.
95
pormenores, especialmente
que
tiene á sus
ella
piés los guardias
representados por unas estatuitas El asunto ya citado de
^voluntariamente
de estudio
Resurrección de
la
la
muy
armados,
interesantes.
Degollación, recuerda
de
la Catedral de Mondoñedo, que debió hacerse casi a mismo tiempo que este sepulcro, ejecutado á nuestro juicio en el
la pintura
1
Primer tercio del siglo
XV; pero con
arreglo á las
influencias
y estilos de la anterior centuria. Antes de Cx Poner algunas ligeras reflexiones acerca de esta nota>ble
el fondo de muro sobre que que forman cada uno de dichos
obra, diremos que
Se hallan los arcos
compartimentos se ven adornados por una ar quitos ar te *
musulmán
tan en
a traza semicircular
re sponden
flébilmente,
A e spues >ta
boga entóneos. De extrañar
de
los arcos referidos;
de
es
pero no
en nuestro concepto seguramente á
fluencia italiana,
•^ a£
série
ornamentales de ojiva túmida, recuerdo del
la in-
que estimamos comenzó á aparecer
por lo que hace á
de subido
al
trono
el
las
artes sevillanas,
hermano de
Isabel
I.
sólo fijarse en los trajes militares, en la relati-
— va rudeza de
la
que se revela en todos la anterior á
g6
—
ejecución y en los
la sencillez
y candor
pormenores para estimar
1454, época en que comenzó á reinar don
Enrique IV. Por otra parte, hay motivos para suponer que pocos años después de la muerte del prelado (1401)
le
costeó
el
Cabildo Catedral
el
mausoleo de
que tratamos.
Como _
término de la brevísima descripción he-
cha, añadiremos que la urna descansa sobre sencilla
moldura, adornada en
los
por cabezas
trentes
leones y en los ángulos se ven
de
éstos representados
por entero.
Con respecto
ó las traslaciones
de que ha sido
objeto este monumento, bien merece que
digamos
algunas palabras, pues las noticias trasmitidas acerca del particular por
.
los
antiguos escritores sevillanos
son bastante curiosas para llamar
la
atención
de
los
aficionados á esta clase de memorias. Trascribiremos antes la lápida conmemorativa
aparece sobre
el
de estos sucesos que
sepulcro:
Verdadera virtud con q di maior resplandor a mi hnage me levanto a la silla obispal de Calaahorra y después a la de Bvrgos vltimamente vi ar((
nilvstrc
f
,
vícola sp o
de Sevilla . Biví incvlpablemente ,
y no
conten-
con procvrar eomo bven pastor avmentar la g reí 11 del Señor’ qve apaccntava, fvndé doté ampllssim'avito
y
11
11
mente este monesterio para qve en él hallasen mvehas almas carrera de salvación mvehos pobres permane y -
— ^cíente el socorro de
mi
—
97
liberalidad.
tienpo de peste porq aplacado el
^sv justa ira con mis ovejas,
Perdí la vida en
Señor en mi, mitigase
despvés de largos dias
y
))(
ive cstvve sepvltado en la Iglesia metropolitana de
mi
Ckatedra, por diligencia lágrimas de mis espiritvay '‘des )]
hijos,
^dad y ])
fvi traído
á
mi
esta
zelo esperando la ,
segvnda
Don Gongalo de Mena,
Señor:
))ri(í
donde cercado
Iglesia,
de svs piadosos trabajos qve son
frudos de esto, la
mi
chari-
reposo en el
natvralde Toledo,
mu-
año M. CCCCI. Fué trasladado, año M.DXCIUI »
Falleció el ilustre prelado en el d¡ c e,
enterróse provisionalmente en
año que arriba se la capilla
de San-
tla
go de nuestra Catedral, pues áun no se había termina do la fábrica de Cartuja, que á sus expensas comenzó á levantar Cr eccion, Sl>nia *
desde
dejó
al
el
año 1400. Para continuar
la
canónigo Juan Martínez do Victoriala
de 30.000 doblas de oro moriscas, que dieron
u gar á
un heróico hecho por parte del citado canó-
nigo. (1)
No i°s
parecen conformes
escritores sevillanos
efect o la traslación del
de
la
Abad
Catedral á
la
las
fechas consignadas por
acerca del día en que tuvo
cadáver de don Gonzalo des-
Cartuja, siguiendo
Gordillo, diremos que fué en
(0
Véase en
este
tomo
nosotros
al
mes de Marzo
el
el artículo
((Hombres de
an taño.»
i3
— de 1594, y que po, se celebró
á pesar el
98
de
—
las
inclemencias del tiem-
acto con inusitada grandeza. Convi-
dáronse todas las Religiones observantes, y á más de doscientos clérigos seculares, dándoles á cada uno de
un escudo de limosna. El cabildo
ellos
asistió
eclesiástico
en masa, llevando capas blancas. Habíase colo-
cado desde
la
noche anterior
el
cadáver del prelado
fuera del sepulcro, que hallóse entero, vestido
de Pon-
muy poco
deshecho, y con él encontróse un cáliz y unas ampolletas de plata con un plato, que todo se puso en la caja nueva de cedro, que se había tifical
y
labrado para llevarlo. Catedral se ordenó
la
En
las
puertas mismas de
procesión; iba primero
metropolitana seguida de
infinito
número de
la
la
cruz
religio-
sos de diversas órdenes, después los clérigos seculares y curas del Sagrario, luégo veinticuatro cirios blan-
cos llevados por otros tantos mozos de coro, á homy bros de los religiosos cartujos de las cuevas, monjes
y frailes, el féretro con el cadáver. Fué la procesión por Gradas, calle Génova, plaza de San Francisco, calle
de
ta salir
las Sierpes; calle
por
la
Una vez pasado tujos habían tenido
tación rrir
Ancha de
la
Magdalena has-
puerta de Triana. el
puente de barcas, que los
buen cuidado de afirmar, en
car-
evi-
de cualquier desgracia que hubiera podido ocu-
con
el peso de tantas gentes, ya en la plaza del Altozano, esperaban los clérigos y capellanes de Santa Ana y San Jorge, y, entonando la antífona Etc¿sd‘
—
99
magnus y algunos
cerdos
— encamináronse
versículos,
todos por la calle de las Almonas, Alcantarilla de los ciegos
y Cruz de
las
Cuevas
Monasterio
al
La música de
último nombre.
taron en este acto, fue debida al
ilustre
de este
que se can-
los salmos
compositor
sevillano Francisco Guerrero.
Cuando
llegó la procesión á las puertas del
Con-
vento, esperaban en ellas todos los religiosos, sin capas, en frailes
número de más de
Presididos por
el
prior
contados monges,
don Cristóbal Calvo, que
n ta una muccta, ricamente
^anos. Llegado y en
treinta,
y legos, con cruz alta y cirios en las manos,
hombros
el féretro,
bordada, y una cruz en
te-
las
adelantáronse los monges
lo llevaron hasta la iglesia,
estaba dispuesto un magnífico
donde ya
túmulo, cubierto de
Paños de brocado, con sus almohadas,
yen
torno in*
finitos
c es
blandones y hacheros de plata, dándose entóncomienzo á cantar una Misa muy solemne. Ter-
sadas ra l
en
el
las
ceremonias religiosas hubo convite gene-
Monasterio para cuántas personas quisieron
y á los eclesiásticos y sujetos de calidad se les dió de c °naer con la mayor esplendidez abundancia. Pocos
y
^'
as después se celebraron las exéquias,con gran pomP a convidándose á ellas muchísimas personas, ya ecléi
cticas,
como
seglares, títulos y nobleza, y la capilla
niúsica de la Catedral. Predicó el sermón el ilusísimo señor doctor Alonso Coloma, obispo que fue e
Barcelona. «Hízose
el oficio
como
el
primer
dia,
y
100 quedáronse huéspedes más de trescientos, ñalado de en
el
lo
más
se-
hospedería grande y chica, y los demás refectorio, donde hubo primera, segunda y terla
cera mesa. Dicen que gastóel Convento en esta traslación
más de
tres mil
ducados en
los gastos referidos
y en limosnas y muchas misas por el alma del arzobispo, y en hacimiento de gracias por la consecución de cosa tan deseada
como
tener en
fundador. En los dias que se llevó
su el
compañía
á su
cuerpo, hasta que
se hicieron las exéquias, se llevó el sepulcro que había
quedado en en
la iglesia, y se
limpió y aderezó, y estaba
de Santiago, y se puso en la dicha iglesia; y acabado el oficio en el dia de las exéquias, se llevó el cuerpo por los monges, sacerdotes en procesión, la capilla
y se colocó en
el
sepulcro con contento
Mucho más pudiéramos cias,
go,
que no hacemos por
recomendaremos
Fundación de por
el
la
de todos.»
añadir á las anteriores notifalta
de espacio;
sin
embaí-
á los curiosos el libro intitulado
Sagrada Religión de
la Cartuja , etc.,
doctor don José del Valle, impreso en Ma-
drid, 1663.
Reposó
el
cadáver de don Gonzalo de
Mena
en
su iglesia hasta el
trados los
año de 1836, que, una vez exclausmonges, y pasando al Estado la propiedad
del Monasterio,
el
randas cenizas á su
Cabildo Catedral trajo iglesia,
las
vene-
volviendo de nuevo a
de Santiago, donde hoy le vemos. Acerca de la traslación del mausoleo de
ln
capilla
I
este
IOI prelado,
hemos encontrado
las
siguientes noticias:
«Auto del Cabildo del sepulcro del señor Mena.
Lunes
7
de Febrero de 1594, mandó
el
Cabildo que
sepulcro de piedra del señor arzobispo zalo
de Mena se dé á los Frailes de
las
don Gon-
Cuevas y el don
sepulcro que está á estotro lado que es del señor r. Alonso de Vargas se passe donde estaba señor arzobispo Mena, que es junto á la pared
del
el
donde
hoy permanece.» Fl
Abad Gordillo hablando de
estos sucesos dice:
«El yerro que se hizo de parte del Cabildo fué
muy
grande y para que no fuese creído y no hubiese memoria de ello, les dió también el sepulcro de alabastro alto
de su entierro
•^isrno escritor: c Uerpo
«En
Más adelante
dias
asienta
el
desde que se llevó
el
hasta que se hicieron las exéquias se llevó el
sepulcro que se había y aderezó ex équias tes
»
los
quedado en
y acabado
la iglesia,
en
el oficio
se llevó el cuerpo por los
en procesión y se colocó en de todos.»
el
y se lim-
el dia
de
las
monges sacerdo-
sepulcro con con-
ato
tanto por el
las
mudanzas que ha experimentado
interesante mausoleo,
como por la
incuria y el aban-
dono, sensible es hallar en tan notable Ue uas de las repetidas mutilaciones
monumento que ha
las
sufrido,
y acerca
de ellas nos permitimos llamar la atención ^olExcmo. Cabildo, para que cuide de su conserva -
Cl
°n con
el
esmero que se merece, no sólo en honra
del ilustre cadáver que guarda, sino también por la
mportancia
artístico
del señor te para
arqueológica que tiene para los
Esperamos de
aficionados.
la
reconocida ilustración
Dean que habrá de disponer
que aquél se traslade á otro
lo convenien-
sitio.
* *
Continuando nuestro exámen de los monumentos sepulcrales de esta Catedral, corresponde el tercer lugar cronológicamente las cenizas del
se halla
en
el
al
magnífico en que reposan
Cardenal don Juan de Cervantes, que centro de la capilla de San Hermene-
gildo: antes
de describirlo diremos algunas palabras acerca de este piadosísimo é ilustre varón, cuyos altos ejemplos de virtud son dignos de eterna memoria é hicieron consignar
al erudito don Diego Ortiz de Zúñiga las siguientes frases: (i) «Con más glorioso fio (se ha referido el autor ántes á la muerte de don Ál*
varo
de Luna) acabó en Seuilla este mismo año ¿ veinte y cinco de Noviembre, el Cardenal administra-
dorperpétuo de nuestra Santa Iglesia, don Juan de que con increíble dolor de su Cabildo, Ciudad y Diócesi, falleció porque aunque sólo goverCervantes,
no quatro años, poco más ó menos fueron
(i)
Anales: año 1453.
tantas las
)
— c *a
—
103
obras de su piedad, de su
amor y de
que teniéndolo conciliado
su beneuolen-
gratitud
la
vniuersal,
bizieron generales las lágrimas en su muerte.»
Debieron los menesterosos de Sevilla á este
vir-
tuoso prelado la fundación del hospital llamado
de
San Hermenegildo vulgarmente del Cardenal, cuyo y edificio, alterado en el trascurso de los siglos, es el Que actualmente ocupa el Asilo de Mendicidad do San Fernando, Se instituyese la collación
á la Iglesia Catedral
relicario
diácono en
Co,
que aquel la
como me-
dejó
las alhajas siguientes:
«Un el
su testamento
de San Ildefonso.
También morias
mandando en
en una casa principal que poseía en
las
sexavado
(
sic
que es
el
procesiones ordinarias,
Uunmente por Santa
que
lleva
conocido
Inés.
Dió más un portapaz dorado de obra rica con un Cr ücif]j *
a
0 enmedio y Nuestra Señora y San Juan y en espalda un cielo azul estrellado en una plancha de
Plata. b*ió
más una mitra
rica
bMó más una frontalera que tiene sus armas y se ba renovado diversás veces y sirve oi. Dió más una capa de brocado carmesí.» Su gran devocien al mártir San Hermenegildo le mov¡ ó á instituir en la capilla de este nombre, riquís
Jmas dotaciones, haciendo de ella una de las
riCas
del templo, pues
además del
altar principal
más te-
¡
— nía cuatro altares,
104
—
de San Juan, déla Pasión, de San
Miguel y de San Blás. La misma devoción profesó
á la
imágen de Nues-
Antigua y para no alejarse de estos lugares queridos habitó un edificio inmediato á estas tra
Señora de
capillas,
la
construido por
él,
bajando por escalera
se-
creta á las referidas capillas.
Sin
duda alguna
descansa, es
el
lo esculpió.
Como
el
elegantísimo mausoleo en que
mejor de
la Catedral y en su conjunto y pormenores revela gran maestría en el artista que
casi
todas las
obras
género conservadas en nuestra soberbia llase
mos
mismo
mutilado en algunas partes y cuando examinapormenores cáusanos traba-
sus primorosísimos
jo comprender que
de
del
basílica, há-
tal
modo
la
barbárie haya podido cebarse
en una presea
como
ésta.
Lo mismo
que dejamos dicho acerca del sepulcro de don Gonzalo de
Mena para conseguir
su conservación es api*'
cable al en que nos ocúpanos:
diendo
á este fin antes
raciones se rodee este
que
urge, pues,
á otro género
que
aten-
de conside-
monumento con una vetj a manos ignorantes-
!
para impedir
las
Abrigamos
convencimiento que no llegará á hacer-
se,
el
profanaciones de
pero en esta oca: ion como en otras cumplí 11103
por nuestra parte con recomendarlo. Consta florido,
el
mausoleo de una urna de
que mide de
alto r
m. 26 y
2.
^ estilo oj va
m. 63 de
la r
‘
go, asentada sobre seis cabezas de leones flanqueada y
—
—
105
on sus ángulos y centros de los lados por umbelas y re pisas que sostienen cuatro estauitas de Santos. En ]
°s espacios
que quedan
entre éstas se ven los
libres
escudos repetidos del señor Cervantes con
el
capc-
° y una cruz y dos ángeles por tenantes. Sobre la Urna , hay extendido un paño con flocaduras imitando ]
bocado, cuya ejecución c ual
corre
el
POSTC^
d*
EXIMIO
.
VEREND1SSIMUS L°
SANCTI
.
T1Me
•
.
^ E STATI
.
.
AD
.
(^VEM
OSTIVM
ETATE •
.
.
'l^VlT
SlMAS •
.
.
VIRTVTUM
.
VINCVLA
TOTI
.
EXTITIT .
ECC.
.
HEREDEM
.
OPERATIONES
.
IVDICATVS
RE
.
.
.
OP-
ORBEM .
.
HO-
OSTIEN-
.
GRAVESCENTE
.
METRO POLI M
.
SAPIEN-
PRELATO
.
DECET
VT
qVVM .
PER
ECCLESIASTICE
.
.
.
GALERUM
.
(síc)
TANDEM
ISPALENSEM
ADMINISTRANS
FtEt
NITORE
DIGNISSIMOSC^
.
.
.
tjQ'r
.
SEDEM OBTINV1T
.
"
FRVCT
.
DNS.IO.DE CERVANTES. CUMT1TV-
PETRI
.
MERV1T
E DID1T
notable, alrededor del
es
siguiente epitáfio:
.
.
INTER
HOSPIT ALE
.
.
PROBATIS-
.
FAMOSVM
.
1SPALENSI
.
,
ATATIMVN<^VE .
e Rivs v:s
.
An '
(síc) 1N
t, ED1FICASSET
.
.
OBIIT
CIV1TATE .
XX
.
Y
.
.
NOVEMBRIS
DOMCCCCLIII,
14
.
toó Zúñiga
lo
^ Después
—
traduce del siguiente modo:
Don Juan
que el Reverendísimo Señor
de
Cervantes con eximio resplandor de virtudes mereció
muy
bien el capelo
San Pedro Advine ti-
con título de
,
y dio por el mundo dignísimos frutos porque ful juzgado puerta de toda eclesiástica honestidad obtuvo la
,
,
la Iglesia de Ostia y administrando al fin, ya en la
más anciana la Iglesia
(
edad
á
la metrópoli de Sevilla dexó heredera ,
como á Prelado conviene) y entre otras obras
de gran aprobación edificó primeramente un hospital famoso y muy dotado en la ciudad de Sevilla falleció á 2J de Noviembre del año del Señor de iqjjP ,
:
Yace 2
m.
la estátua del
alabastro, (materia
sando
con
venerable prelado, que mide
de largo, tendida sobre
7
la
de que
es
el
todo
sepulcro) repo-
cabeza sobre cuatro almohadas ó
ricos adornos. Está revestido
casulla,
hermoso paño do el
que llamaron
de
cojines
pontifical
los antiguos planeta;
con
la
túnica y
dalmática: en la cabeza la rica mitra designada
'
fr1
guita y bajo ésta se vé claramente el birretum (i). E a riqueza de pormenores que avaloran sólo esta parte del
tr
age llama justamente
W
Pontificale
la
atención de los
intelí-
romanvm ad omnes pontificias cevtitur sacrosanta Romana Kcclc-
remonias quibus nunc sia
accomodatum,
En
el
etc. Venetiis,
glosario de
apud Iuntas 1572-
Ducange vemos confirmado
esto
—
107
—
gentes, pues imitando bellísimos nería,
y,
bordados de imagi-
por tanto, en bajo-relieve, vese
la
Anuncia-
ción de la Santísima Vírjen, ejecutadas las figuras ia
Madre de Dios y
del
Ángel Gabriel, con todo
de el
primor y delicadeza de los eximios artistas que trabajaron según el estilo ojival terciario. Piedras preciosas
camafeos búllanse repartidos por
}'
tro,
en
la franja
que divide
y en
ella
el
cen-
compartimentos en
los
que están
la Vírjen y el Ángel, hay una figurita de otro Ángel que sostiene una filacteria: sobre éste la jarra de azuzenas, todo esculpido con singular maestría.
La cabeza
revela á primera
vista
un carácter de
realismo que no es posible dudar de que bien la
tomó
del natural ó á lo
hecho en vida del prelado. ta l
Hay
el artista
ménos de un
ó
retrato
tanta verdad en ella,
nobleza y tan hermosa ejecución, que cautiva cuando atentamente se le examina.
la
Vj sta
Análogos ornatos ostenta rftés
inmediatas
al
dos hay dos santos y en a Póstoles
la casulla:
en las partes
cuello asimismo figurando bordala
gran
tira central
cuatro
de los cuales dos representan á San Pedro
'smo nombre y aplicado á
la
misma prenda, como
Parecen probarlo las siguientes frases: ^irretum: ( capitium, capitis tegmen, lineum tenue, strictum for,
a ipsius capitis,
Pontificum proprium
fuit
piRRETUM interius capitis tegmen ita subter a PP& dispositum ut nonnihil super humeros
Erat vero capitium deíluere.
•í
—
108
—
y Santiago. Por cima de este ornamento, cuyos paños todos son admirables, corre el pálio.
En
brazo izquierdo sostiene
el
el
báculo cuya
ter-
minación que debió ser riquísima, hállase suplantada
por un grosero aditamento de madera: todavía conserva
el
sudariolo plegado
Las ma-
elegantemente.
nos, que tiene sobre elpccho, están cubiertas con
nísimos guantes, que imitan
de ambas manos nos en
las
Bajo
fi-
seda, y en los dedos
tiene siete anillos, colocados algu-
segundas falanges de los dedos.
la
casulla aparece la dalmática
recamada con completo
la
la túnica sin
casi
por
labor ninguna.
El calzado es de forma ancha pero
do y apoya
de brocado
adornos que oculta
prolijos
los pies en el
muy
puntiagu-
cuerpo de una cierva recos-
tada, falta de las astas.
La gran moldura viselada de la parte superior del mausoleo impide reparar á la primera ojeada en los elegantes
tallos
que corren bajo
calados
ella, los
de
estilo ojival
florido
cuales demuestran cuán con-
cienzudamente fue ejecutada esta obra. En la cabecera del lecho en su plinto léese con y caracteres góticos:
lorengo merendante de bretona entalló este bulto.
Por fortuna, tan interesante inscripción nos dá á
— conocer
eximio
el
Maestro del
—
i09
quien
á
artista
se debe, digno
Nufro Sánchez y cuyas enséñanos contribuirían á formar en esta ciudad una brillanilustre
tísima falange
de escultores, compañeros del eximio
Pedro Millan. *
* Entre los más
Pad° ^
i
u gar
a
s ¡n a
hispalense,
^
prelados que han
distínguese
en
ocu-
preferente
arzobispo don Diego Deza, cuyo nombre
el
n ° s ha trasmitido los
*
ilustres
la
historia
con
recuerdo
el
de
elevados puestos que obtuvo á consecuencia de
as
virtudes
y
saber que atesoraba. Su
del
gran
Prestigio
entre los sevillanos hizo que durante las grandes turbulencias movidas por los magnates de esti
n
ciudad á raiz Carlos
’
,T
del advenimiento
trono del
al
.
e ar
0s se
|
l0 nes
V
y
hallaban
do todos,
en los momentos en que los ánilevantados
no
se
divididas
y
en
repit esen
las
opi-
este suelo
^
sangrientas escenas que tuvieron lugar en otras Partes.
\
IlCla >
enc ür
;’
t
0 d 0 ouso remedio
y acudiendo
°ntrados stancias, e,a
,
con su sábia
harto
apreciadas
críticas,
de
^
i
Su
que
dotes que
las excelentes
tal
modo
por
t(jJlprv
a
pru-
unos y á otros, aviniendo los pareceres, demost'ó en aquellas cirá
la
Reina Ca-
j
á.
más de honrarlo con
confesor, ¿o instituyó
el
difícil
su testamentario.
cargo
Pero
— si
tales
IIO
—
honores contribuyen á esclarecer su nombre,
más envidiable puede ostentar, de patrocinador del insigne Almirante descubridor del Nuevo otro
Mundo, en cuyo obsequio interpuso y valimiento en
la
su
influencia
Córte para que prosperasen
las
justas pretensiones de aquel
cuando tenía á su cargo educación del príncipe don Juan. Bien dejó también confirmado su amor á la enseñanza con la fundación del insigne Colegio de Santo I ornas, cuyo edificio alterado convertido la
y
en cuartel áun subsiste en
mismo nomque se propuso con respecto á dicho Colegio, á más de invertir considerables sumas en su erección, dejó instituidas granPara lograr los
bre.
la
plaza del
fines
des rentas para su sostenimiento, bien lejos de pensar
que
los
de
los
tiempos, habían de hacer estériles sus no-
bilísimos
hombres, juntamente con
las vicisitudes
esfuerzos.
Atendiendo á todas su
partes, donde pensaba q ue protección sería valiosa, no podía olvidarse do
grandes obras que por entónces se llevaban ¿ cabo en nuestra famosa basílica y á más de que auxilió con su largueza á las del malas
obras
ravilloso
cabildo
mento,
retablo mayor, por lo cual dispuso ol que se colocaran sus armas en el basa-
hubiera llevado adelante su liberalidad si ti cabildo se hubiera conformado á algunas proposiciones suyas según dice Zúñiga. ,
III
Como
noticia
curiosa que
taremos en este lugar las d ejó á
Catedral,
la
Dió más á
la
juzgamos
inédita,
ci-
magníficas alhajas que
(i)
Santa Iglesia un
cáliz rico.
Dió más una mitra de plata granujada en campo blanco, cosa riquísima, que por antigua servir
se aplicó
á
la custodia de
y
710
oro.
Dió más un portapaz de plata dorado labrado de mazonería con la Santa Angustia y San Juan y
la
Madalena: tiene
c °n
á los lados
dos ángeles, uno
armas de Santo Domingo y otro con señor Deza. las
del
Y Y f ado
las
una broncha de plata dorada. una capa de brocado altibaxo sobre oro con una azanefa de imaginería con
torias
de
^ as ta
la
pa y
en
la
Pasión
desde
la
siete
ti-
his-
Oración del Huerto
encasamentos y pilares s°n todos de plata labrada á martillo de estamc°n
las
Crucifixión
el
capillo
y los
la
historia
de
la
Resurrección
armas del señor Deza.
^ dió una casulla de este mismo brocado de capa con dos almáticas de lo mismo.
i
Dió más un paño de terciopelo carmesí semr
ado de
(0
estrellas
Loaysa.
\
de oro
bordadas con un cru-
I
I
2
Nuestra Señora y San Juan y la Madalena y el sol y la luna todo bordado. Y dió tres alba, dos estolas, tres manípulos cifixo y
y
amitos
tres
del
mismo brocado.
Y
un frontal de oro texido tirado sobre raso frontalera de oro, tirado sobre seda con flo-
con
cadura de oro y grana. Ninguna de estas notabilísimas preseas
cemos y poi
lo
deberían
magníficos
ser
precio,
no
Iglesia:
acaso
que hace á
hemos
los
y
los
que en
visto
correrían suerte
hoy no el
á
análoga á
la
y no
de de
la
la
servir
la custodia de oro.
Presentado para
tendrían
tesoro
mitra antes citada, que por ser antigua se aplicó
cono-
ornamentos que
la silla
de
el Sr.
I
Arzobispo por
el
Emperador
oledo y estando en su retiro del Mo-
nasterio de San
Gerónimo de Buena Vista falleció a 9 de Junio de 1523, trasladándose el cadáver desde aquel lugar con la mayor pompa, á su capilla del Colegio
de Santo Tomás, donde reposaron sus
nizas
en suntuoso sepulcro hasta los nefastos días
de
la
invasión
francesa que .fué destrozado y
parcidos sus huesos
por
la
feroz
el
es-
soldadesca.
Del primitivo mausoleo, se ha salvado tátua solamente y al renovarse el templo en
hubo
ce-
la 1
os-
8 1 5»
loable acuerdo de conservar la estátua ya*
cente que se colocó en te esculpióse
el
el
sarcófago, en cuyo fren-
siguiente epitafio:
— S-
ID. ILLMI
AC
.
p lEPISCOPI
RlS
.
ET
.
P1IS
FR USTA Ll EGII
.
.
.
.
*
OCIUS
HEPAR
.
.
IN
.
.
ET
.
bañista,
.
.
SALUT
.
.
.
MUNIFICI-
COLLEGII
.
FUNDATO-
.
INDE
PERENNE .
EUM .
.
.
.
.
1RRUENTIBUS
.
CONFRACTUM
.
DISPERSIS
.
.
MAJORIS
GRATI
AMOR1S
.
.
.
.
.
.
1N
.
CO-
ANIMI
.
MONIMEN-
REPARANDUM ET
RESTITUENDUM
.
IN
.
CURARUNT.
MDCCCXI V. al
castellano
por
el
entendido
nuestro amigo, señor don José Vázquez
dice
así:
CONSAGRADO Á Este busto de Eitno
AB
.
EJUSDEM
IMPENSE
SPECIEM
.
.
AC
.
NEFARIE
.
HINC
.
ADVERSUS
Que traducido y Ruiz,
HUJUS
GALLIS
.
ALUMN1 .
ARCHIE-
.
.
AUCTI
.
BUSTUM
COMMINATUM
Pr ISTINAM A
.
.
C1NERIBUS
E BlTiqUE T UM
HOC
.
MDCCCX
.
DEZA
.
.
HONORIBUS
MAJORI3
.
SAXEVM.
.
DIDACI
D.
.
HISPALENSIS SACRIS ALIUS INFUL1S
.
Su PREMISC^UE.
CENxiSSIMI
RMI, D
.
Señor
mármol
DIOS.
del Ilustrísimo y Rcvercn-
Don Diego Deza Arzobispo de
Sc-
— adornado con
villa
—
Ii4
sagradas
las
do
ínfulas
otra
Diócesis y con los mayores honores: fundador munificentísimo
de este Colegio mayor,
do en pedazos bárbaramente por el
por
por
destrui-
año 1810, esparcidas sus venerandas
ceses nizas
se
fue
los invasores fran-
todas
partes
completo;
los
amenazado
y
alumnos
ce-
á
destruir-
de este
Colegio
siempre agradecidos y obligados hácia ól procuraron en tiempo de paz y á sus expensas que
prenda de amor fuese reparada y restituida prístina forma en el año de la reparación de
esta á su la
salud
Hoy Pedro, to en
ción
al el
1814. se
halla el
mausoleo en
la capilla
de San
lado del Evangelio y bajo un arco abiergrueso del muro, llamando sólo la aten-
bulto yacente del prelado (pues la urna sobre que está tendido es de reciente construcción)) el
que se encuentra revestido de cilla
ciosas
tiras
así el báculo
bien
do,
con
pontifical
sen-
e* y cuya casulla enriqueen pr con adornos de estilo plateresco, no
mitra phrigiuta
que sus pormenores todos están muy
ejecutados con
por consiguiente
donde
arreglo es
interesanse
se manifiesta la transición
en Alemania
romano Mide de
al
originario
del
ojival
estilo
al
muy
del
ai te
antiguo
flor*'
ejemplo nacido
clasicismo
restaurado, que llamamos Renacimientolargo, 2 m. 4. El plegado de los paños> aunque bien esculpido, no ofrece nada de nota-
3
n
n
—
1
1
5
—
,3lc -
Algunas partes del rostro están mutiladas, falta ndo á la estátua ambas manos, y por entero Ja ^
a beza
que reposa á
del león
’nscripciones del historia
y
Co piando Sa da
al
por lo cual
vicisitudes,
á continuación la
muro, sobre
H
« 2 M o
W
en
c/i
O
w o
7?
te
te
te
o
te
M
g 2
te n
en te
‘H
;
te
C
3
h 5 ~ M O
rXi
tsj
O
H < a
•
en
gs ra en
H >
O u 8
2^: " < « c te
50 51O
te •<*
C
n
en
w
,
en
*-(
W te
H C “
te
H
a
en *^1
2, r*
M
te
C
te
2S
C -•*
te c
> H
n o o H
>
en
_
S¡< •3
'
-"«a
S 2
tete O
¡2 "3
h-H
-
—
r-
te
f-i te
n a >. W V
13
•>í
1
O O ^ ~ « o te ^ te 2 ^ > <í te en W m O en H ^ t/J
Í
75
a
> ¡> M a
M M 3 n £
«3 '£
w w 2 w 2 a 3 n c 3 M E - 2 -r V < te 5 H H en >• te S te c C = ^ y. y en te i-,
--
3
***
rá
-3 v. c! «2 i»
WJ
te
a Si « g3 2 3 £ 5 te > « g m o < C5 2 te ^ 2 te C H n - en g > H H » ? a > o te c S
!X
2 ^
— v s> Cí
r
n
•
c
w 2 W O C rs r- a < c
1
en
trasladamos,
las
> 3 n 3 -3
n o
-<<
& « *— *
Las dos
se encuentra ado-
H O
te
c
te
que
sarcófago:
el
te
O C?
sus piés.
mausoleo nos dan á conocer su
a
»>
e*j
!te
Hé
aquí la traducción:
NOgDO CONSAGRADO A LA VIRTUD Y A LA CIENCIA
muy Reverendo
El
de
bispo
honra esclarecidísima de fesor de los
Fr.
Diego de Dcza, Arzo-
verdadero
Sevilla,
padre
la familia
de
pátria,
la
dominicana, con-
Reyes Católicos Fernando
é Isabel
y
preceptor del Príncipe don Juan hijo de éstos, protector generoso y
fiel
del cuerpo en
dia
el
de Cristóbal Colon desligado 9 de
Junio de 1523, vive en
la eternidad.
Esta preciosísima estiítua destruida casi por completo y
el
sepulcro violado temerariamente en
Colegio de Santo
Tomás por
el
ejército
el
invasor
de las Gálias que todo lo destruyó; los alumnos de este mismo Colegio cuidaron restaurar en e* año 1814. Pero después destinada
la iglesia
de Santo
más á usos profanos, un antiguo y piadoso cípulo
(1)
(0
Palomo.
de
aquél famosísimo Colegio,
El señor Doctor
1 °'
•'
dis,
procuró
a don Francisco de F° rj
—
1
1
—
7
que éste sagrado monumento fuese trasladado aquí con licencia del P'xcmo. Cabildo de esta Santa Iglesia villano.
y á expensas del esplendísimo Municipio El dia i.*de Junio de 1884.
se-
* k
Corresponde ahora
mento
en
existente
del
tratar
capilla
la
monu-
elegante
de Nuestra Señora
do la Antigua donde reposa el Cardenal don Diego Hurtado de Mendoza Arzobispo que fué de Sepila,
obispo de Sigíienza y
varón
muy protegido
Por los Reyes Católicos.
La
Iglesia
muestras n ado á
su fábrica
que terminase tl
de
obtuvo
Sevilla
de
repetidas
él
de su amor, pues á más de haber do-
gua, consta
las
que
donadío de Palenzuela para
el
obras de le
la
dejó en
capilla
memoria
de los
la
An-
objetos
siguientes:
«En d'ó dia
Za
inventario viejo
de oro.
De
do oro c °u
para
esta mitra rica del señor
una luneta ó
mo Sacramento
está la mitra
se deshizo
se hizo también, según
(ftí) Sl
el
á la Iglesia la cual
viril
en
el dia del
esmaltado
el
que
custo-
Mendo-
inventario viejo á 153
que se pone Corpus,
labrada de
ocho esmeraldas,
rica la
la
el
Santí-
cual es toda
relieve y
esmaltes
etc.
Dió más una cruz pectoral
de oro que pesa
*•
—
1
—
18
27 castellanos y 3 tomines, más un anillo pontifical de oro con un cafiro quadrado enmedio guar-
necido con tellanos
que
y
que pesa 8
orientales
13 perlas
5 tomines,
más un
tiene en el pié las
denal y en los cercos
cálix.
cas-
de oro grande
armas del dicho señor Cartiene
60 perlas orientales
y debajo de la copa ocho esmaltes grandes cercados de 124 perlas orientales, todas parejas, que
todo pesa
5
(este cálix es
márcos, en
el
2 oncas y 3 ochavas de oro que se pone el Santísimo Sa-
cramento que se descubre en lo
he reparado
(1)
el
altar
mayor: yo
por mano de Juan Laureano,
platero, y le añadí perlas porque lo guarnecí todo y otros aliños de importancia que se le hicieron
y
lo
mismo
al
viril
que dice
arriba.
Dió más una cruz grande de plata dorada que pesa 24 márcos y 4 oncas.
Los candeleros dorados que llaman que pesan 39 márcos y 3 onqas.
Un cos,
el
portapaz cual
al/ousies,
de plata dorado que pesa
se deshizo el año
1614 para
7
már-
la custodia
de oro.
Ln pesa
(1)
incensario de plata
12 márcos.
Loaysa.
rico
de mazonería que
— Dos ampolletas de d’cnen
5
1
19
—
plata doradas grandes,
que
márcos.
Un
azetre grande de plata dorado labrado de que pesa 17 márcos, y un hisopo de plata dorado largo ochavado, que pesa márcos. cincel
5
Más un tas
relicario
de plata dorado con sus puer-
que remata arriba en una cruz (este Relicario de puertas que lleva el diácono en las pro-
es
el
cesiones
solemnes,
n
pesa
y
márcos
y
media
onza.
Dió más un Evangelistero Santoral y Dominiletreado de oro.
Ca l
Más una capa de brocado carmesí Co
forrado
de raso verde,
altibaxo
ri-
con su $anefa ancha
bordada de plata de cañutillo con imaginería de Sei s
apóstoles
y en
el
caperon
Dió más un gremial de baxo
y
]
as
el
Ecce Homo.
brocado blanco
alti-
de terciopelo bordadas de
labores
ar-
Scntería.
Una casulla y almáticas de Sanefa de imaginería.
Un 0
V
misal las
romano
cubierto
letras historiadas
Una naveta de
brocado blanco con
de brocado mora-
de oro.
plata.
Uoce capas de brocado blanco se
sin 9anefas que consumieron y hicieron otras en su Ingar.»
120
Do
tadas estas soberbias preseas apenas
da alguna que
existe actualmente,
tiene la
colores y
citada,
con
al pié
de
estilo
con
el
que bajo un arco
bellísimo,
efigie
Hay también rada,
que-
si
relicario
el
de que se hace mérico, debe ser uno que
puertas,
nopial
Paréccnos que
otra.
Vírjen,
la
co-
en
esmaltada
escudo del donante.
el
un
de
cáliz
de oro y plata sobredocomo la joya antes
ojival florido,
blasón
del
mismo Cardenal en
la
basa.
Murió
el
Zúñiga, en
trasladándose capilla
prelado, según la
el
opinión de
12 de Setiembre
cadáver dos
años
de 1502,
después á
la
en que hoy yace, que designó para su en-
tierro. El
dó
ilustre
Tendilla á
conde de Tendilla,
labrar el
ejecutado
al
hermano,
su
man-
le
mausoleo de mármol donde reposa, estilo
plateresco.
Consta de dos arcos;
sobre
el
corre
exterior
una moldura que remata en flameros y cabezas de querubes, y su archivolta festoneada con grU' pos de flores y frutas, el interior, más pequeño, se
apoya en sendas columnas y la
misma
cudos
del
manera;
en
las
difunto.
La
estátua
tiduras pontificales, lla
cios
y elegante á
de
las
con santos.
está
enjutas
adornado de están
yacente,
los
reposa sobre una urna
cuyos lados ocupando
columnas citadas,
hay
tres
es*
con vessenci-
los eSpa-
hornacinas
121
En
el
zócalo ó basamento
siguiente inscrip-
la
ción:
reverendísimo
et
illvstrissimo
didaco
p URTADO
DE MENDOZA C^VEM CLARISSIMUM GENVS
JNSIGNIS
LITERAEYM
Sv OS
REGES
°-MNES
F1DES,
REGAL1S
SCIENTIA,
INVIOLATA
SANCTISSIMA
MVNIFICENTIA,
IN
IN
EDITAS,
IN
AMICOS,
ET
PAVPEROS ACINGENS animi MAGNITUDO, et temPe Rantia
celeberrimvm reddiderunt, necnon R EEIQio et pietas in devm optimvm maximvm H SPALENSEM ARCHI EP1SCOPUM ALEXANDRINVM
l
,
P ^TRI
ARCHA)
Tu LERynt C °MES
et HISPANIARUM CARDINALEN EX-
INICYS LOPEZ DE
MENDOZA TEN DILLAE
GERMANVS NAT V MAIOR GENERAL1S GRA-
NA TENSIS
REGNI CAPITANEVS, AC 1LLEBERITANO. VM ARCIVM PRIMVS PRAEFECTVS, SVO FRATRI
^RMOREVM TVMVLUM, P
°SVIT. VIXIT
Traducida
SATIS MAIOR A MOERENTI,
ANNOS 58 OB1IT 12 SETEMBR1S 1502 al castellano, dice:
-AlReverendísimo é llustr Isimo Señor
Don Diego
Urtado la
l
de Mendoza á quien el linaje clarísimo nsigne ciencia de las letras la inviolable f¿ para ,
co n
SUs reyes,
He,e,lc
ia
la santísima equidad,
para con
todos
para con
la
los
real
amigos 61
muni-
y
po-
í
bres,
celebérrimo
,
22
grandeza
la generosa
templanza
y
como también
religión
la
para con Dios Optimo máximo y
y
lo hicieron
la piedad
ensalzaron á
lo
Arzobispo de Sevilla Patriarca de Alejandría y Car,
denal de las Espartas.
Conde de
L'endilla
Don
/higo López de Mendoza
su hermano mayor
,
neral del Reino de
,
Capitán ge-
,
Granada primer Alcaide
del
,
Alcázar iliberitano ,
puso á su hermano bastante me,
recedor de mayores honras
Murió
de edad de
J8
este
,
años
,
túmulo de marmol
el dia
u
de 1502.
*
*
En
la capilla
Nuestra los
*
llamada hoy de Escalas, y antes de
Señora de Consolación, hállase
antiguos sepulcros
otro
de
en que venimos ocupándo-
nos, perteneciente al señor don Baltasar del K¡°> Obispo de Escalas, de donde ha tomado su nombre la capilla
por haberla dicho señor dotado espión* didamente y escojido para su enterramiento. Dela s
primeras, consérvase en dral un
relicario
el
el
nuestra Cate*
de plata sobredorada,
del Renacimiento,
segundas,
tesoro de
estilo p ur0
con fecha 1553; en cuanto á analista Zúñiga las menciona todas.
l ;l3
El altar de esta capilla, alta, es
.
de Setiembre
que está en una tribuna ° todo de mármoles ricos y esculturas de 1
— ttiismo,
123
—
donación del patrono, cuyo bulto sepulcral
so vé al pié del
muro de
partimento central,
de
la
citada tribuna en
los tres
com-
el
en que se halla
divi-
dido este írente, asimismo
revestido
de costosos
Mármoles labrados
plateresco.
Dícese que
to do esto
al estilo
hizo venir de Italia
el
señor don Baltasar,
concepto que no es dudoso, pues si bien apreciando todas estas obras en conjunto se notan raras des-
baldados,
sin
embargo, muchos de
revelan la maestría
de
sus
pormenores
los artistas italianos.
Los tres espacios que antes citamos se encuendan divididos por columnitas abalaustradas, que enrif iuecen fantásticos adornos del gusto del Renaci^lento: en drilonga,
el
nicho central, sobre sencilla urna cua-
cuyo pié entrante es como
Co Pa, está la estátua yacente, con ficales,
muy
sóbiios de ornatos, las
extremidad de los dedos sobre *° al s
de una gran
manos
el
juntas por
pecho y
el
bácu-
lado izquierdo. Á1 pié del mausoleo, figurando
°stenerlo,
está
el
ornamentos ponti-
hay dos geniecillos con targetas, en que
grabado
el
escudo del señor Obispo, ambos de
buena ejecución, bastante mejor que
la estátua.
Ln
el fondo del nicho aparece un precioso meda° n con la Virgen y el Niño Dios en brazos y las es-
quitas de ar tista
ra
que corona toda esta parte hay una inscripción
r
lUe
San Pedro y San Pablo, que parecen obra la platabanda de la mol-
más mediano. En
dice:
—
124
—
YACE DON BALTASAR IDEE RIO, OBISPO IDE ESC3A.EA.S,, ARCEDIANO D® NIEBLA ST C-A.JST Ó INTIGi-O ID E ESTA. SANTA A.QTTI
YQLESIA. No
reposan en este lugar los huesos del
Arcediano: soleo,
antes
Roma
el
la iglesia
mandado por
él
de su muerte,
que se hiciera le
ilustre
el
mau-
sorprendió ésta en
año 1540 y su cadáver fué sepultado en de Santiago de los Españoles. r Je
-ár
Para terminar estas noticias, citaremos entre antiguos sepulcros,
el
del señor Arzobispo
de Salcedo y Azcona, que se encuentra en
de
la antigua, írontero al del
doza.
Fué ejecutado en
imitar en
él al
don la
los
Luis
capiH a
señor Hurtado de Men-
el siglo
XVIII y
anterior pero sin conseguirlo.
mérito nos releva detenernos en su exámen.
se quiso
Su
escaso
ESCULTURAS ANTIGUAS SEVILLANAS
—
LA VIRGEN DE LOS REYES.
Desde do entre ^ del
los
tiempos de
los sevillanos
la
Reconquista viene
sien-
objeto de singular veneración
más ostentoso
culto esta antigua imágen, acerCa de la cual han llegado hasta nosotros piadosas
^adiciones, autorizadas por las doctas balistas é historiadores,
de
los cuales
plumas de unos
le
han
as
'gnado milagroso origen y otros la hacen procedente de Francia ó de Alemania. En cuanto al priííler
concepto, dícese que estando Fernando
cerco de Sevilla Cü al
III
en
tuvo en sueños una visión, en la
mostróse á sus ojos
la
imágen de
Prometió habría de conquistar
la
la
Virgen, que
ciudad.
1
le
2Ó
Deseoso
el
Monarca de poseer un simulacro que
recordase
el
divino rostro que había visto en sue-
convocó
ños,
que
á los artistas imagineros para
eje-
cutasen la divina efigie de la Virgen, pero ninguna de
presentadas fue trasunto
las
fiaba
fiel
de su
visión.
Descon-
ya de poder alcanzar su objeto, cuando se
presentaron tres jóvenes que
cabo su deseo, para
lo
le
cual manifestaron
necesidad de trabajar á sólas,
le
prometieron llevar á
sin
que tenían
que nadie entrase
en el taller, y que trascurrido cierto número de dias cntónces abriesen la puerta, que ya estaría finalizada la
obra.
Sucedió
en
la
así
en efecto; pasado
estancia y vió
el
el
plazo entraron
Rey ejecutada
la
obra p° r
completo; pero con gran extrañeza de todos obser-
varon que los autores habían desaparecido, atribu-
yendo entónces, no sólo por por
el
que
esta circunstancia, sino
exacto parecido de la imágen con
vió el
Rey en sueños, que
el
rostro
sólo ángeles hubieran
sido capaces de tan exacta representación.
Con
ligerísimas variantes refiérenlo así todos lo s
autores, por
más que, como
ántes dijimos, aseguran
que fué procedente de Francia ó Alemania* Creemos que nuestros lectores verán con gusto un
otros
brevísimo extracto de lo dicho por han tratado de esta interesantísima
Don Pablo Espinosa de tro
de
la
los
los escritores
q uC
efigie.
Monteros en su
Santa Iglesia de Sevilla,» impreso en Sev¡U a
127 por Matías Clavijo, año 1635, libro que es ya r
muy
aro y apreciable entre los aficionados, dice: «Sin en-
carecimiento ninguno se puede decir de esta preciosa
imagen que es
España,
la
la reina
de todas
las
imágenes de
San Luis, Rey de
cual fue del glorioso
Francia, :cgun consta de algunas historias francesas,
d
Rey Don Fernando, que
cual se la envió al Santo
era su
primo hermano, cuando supo que venía á poLa hechura es extraordinaria
ner cerco á Sevilla.
porque tiene movimiento por S1
estuviera viva, y así los
conyunturas
las
puede sentarse ó
zapatos tiene plores de Uses
y
estar
como
de
pié.
cada una letras
Gabardas que dicen amor. Los zapatos son postizos, do cordobán azul oscuro, puntiagudos, muy apretados; tiene unas
medias calzas pardas, las cuales son de barniz, y en la cabeza un mazo de cabellos muy Quesos y largo más de una vara y media, de oro hilado como cabellos naturales.» Juan de Villafañe: antigüedad y a
y que discurren
Sla
Nada hay
artífice
(de
la
ser obra y fábrica
más fundamento que
el
respecto de
cierto
Algunos
Virgen)...»
débil
de Alemania,
de estar fabricada
e
c
goznes y que tal modo de labrar es propio de la nrtosidad de los oficiales de aquella nación. Otros,
c°n
más
de
lis
derecho esta santa imágen,
se-
verosimilitud,
h Ue
tiene
SUn
aseguran los que
ten
der
en
el pié
juzgan que
la
la
flor
han registrado, dá á en-
que vino de Francia, añadiendo que fué
don precioso presentado por San Luis á San Fernando. El P. Juan de Pineda confirma las anteriores no-
añadiendo en su corroboración,
ticias,
frases:
«Don
de esta Iglesia, Real Capilla,
por haberle flor
de
do)
como
lis.
las siguientes
deGuzman, arcediano digno capellán mayor que
Félix
me
dijo
que
visto en el pié
Más adelante
le
de
esta
parecía obra francesa
derecho de
dice que
el
Virgen una
la
Rey (San Fernan-
á emperatriz le puso casa
ciales, reales guardas, reyes
y canónigo fué
con criados
ofi-
de armas, camarera ma-
yor, etc., etc.»
Casi en idénticas palabras tratan de la veneranda
imágen
los
PP. Antonio de Quintanaducñas en
sus
obras «de los Santos de Sevilla»
y Juan E. de Níeremberg «Corona virtuosa y Virtud coronada,» respectivamente. El docto analista don Diego Ortiz
de Zúñiga»
describe la imágen minuciosamente, consignando
los-
mismos datos que los autores citados. El abad Gordillo, diligentísimo investigador de antigüedades sevillanas, refiere geles
la tradición
de
los án-
y añade que otros dicen que se labró en Al®'
á petición del Rey Fernando III y por medio Emperador Federico, que se la envió estando en
mania del el
cerco de Sevilla; también, continúa, hay quien
ma
mo
afir* *
que se labró en Francia por mandato de su p rl San Luis, que la envió al Rey durante el cerco, 'j
—
—
129
•
que esto se prueba por lo que afirman sus camareras, que debajo de la saya principal tiene una basquiña de lana delgada en que están tejidas las flores de 7 en los zapatos
también
lis,
las tiene.
Alonso Muñiz, después de elogiar los fáciles mohientos que en la veneranda imagen se producen Per medio de los goznes, describe los zapatos, «que s
°u
de color blanco de cordobán con orejas muy
c °rtas
puntiagudos y semejantes á los que tiene
el
Santo Rey, y en cada uno de ellos, desde la punta
del
pié
antiguas
y hácia
talón,
el
se
ven várias
letras
lombardas que quieren decir amor.»
Todavía podríamos continuar extractando otr °s
autores,
como
y Juan Bernal y los J°sé j^
s
autorizados escritores
don
Maldonado de Saavedra, don Juan Lúeas Cor-
y otros
a"a
de
padres Antonio do So-
los
más que
sería
muy
nse todos conformes con
Manifestar
enumerar,
prolijo
que acabamos de
lo
acerca del origen y descripción de tan
fresante
efigie, relatando minuciosamente las Candes honras y singulares dones con que el Sanuonquistador mostró se expecialísima devoción.
Esteban r ial»
ad
^ este
de Garibay
refiere
envió
hy
en
que durante
San Luis
á
la
«Compendio
su el
cerco
de esta
hisciu-
Santa Iglesia de Tole-
preciadas reliquias, y acaso de
hecho, nacería la creencia
ser
cierto
sustentada
como
17
'
— hemos
visto
por otros
130
— San Luis
de que
autores,
regaló la imágen de Nuestra Señora de los Re'
yes á Fernando
III.
Hasta aquí no hemos hecho más que exponer opiniones para que
de
píritu
el
lector
pueda estimar
con que juzgaban
crítica
la
ahora ya vamos á consignar brevemente
el
es-
el
efigie;
santa
concep'
que nos ha merecido después de haberla examinado atentamente de cerca, sintiendo muy de to
veras no la
poder ampiar más nuestras noticias p° r
imposibilidad
várias
de estudiarla desprovista de
ropas que
la
la 3
ocultan.
r Ls toda de madera y de tamaño algo may°
que
el
natural:
rostro
el
carece
en
de
absoluto
modelado, y basta sólo fijarse atentamente P ara no dudar que puede sin repugnancia alguna considerarse sus
como producción
postrimerías:
pequeña, ojos
están
los
la
labios
pintados
nariz
del es
arte
ligeramente y con
c°
románimo
de poco
relieve y
marcados y
l° s
poco movimiento
d0
líneas.
Adviértese gran analogía entre la ejecución de la
cabeza de
las
esculturas
la
Virgen de los Reyes con
las
de
de Santa Ana y la Madre de que se veneran en la parroquia de Triana,
procedencia creemos que corresponde á
XIIF
sríl3 la mi,
Centuria.
Curiosa en
extremo
es
la disposición
del c
—
/•
be JIo, ciue
consta
dos
i3i
—
pues no está tallado en
que
cordoncillos,
0ro > al presente sólo
de un
misma
la
pieza de
cabeza, sino que lo forman
la
menú-
en su origen fueron
si
ha quedado de
color indefinible:
de
ello la
seda
estos
del-
cada uno de
gadísimos cordones se halla asegurado en el cráneo por medio de sutiles puntas de acero, y tan
fundantes, que en ba ¡o c
ha
muy
una
rostro,
gruesa
ha encarnación r,as
partes,
bles et
ez a s fica,
el
nte brazo
Una
’
y
tela
I 116
en
cerca
del
tobillo
como
de
múlti-
general revela nola
imperfección ár-
está
la
mitad del
con
cubierta
perfecramente adherida á
referidos
los
antes
las
ha tratado de
arranque del cuello y á
roja de seda,
uxtremos
te la
fisonomía en
y re p OSOj y no obstante agrada en extremo.
Hasta
rodea
ha saltado por va-
dejando ver perfectamente
La
le
madeja.
del rostro
capas de pintura con que se
ubellecerla.
los
parte posterior se advierte
la
que á manera de mongil,
toca,
dijimos,
miembros, de
suer-
es imposible estudiar-
conjunto.
aS falt^ °
s
manos son mu y entrelargas y los dedos de modelado, revelan el estilo ojival ya do-
lante. En cuanto tttlog
í
/
á
los
pies
los
tiene cubiertos
con
•
1Glslmos ern os,
za P atos
dc raso
bordados de oro,
muchos más grandes que
lo?
piés,
que
I
i32 oprimiéndolos
exteriormente,
en efecto, son
puntiagudos y no muy estrechos. inmemorial no se desnuda' nunca,
De tiempo
hemos notado
que,
y así tiene varias telas de seda lisas, que no ofrecen caracteres ningunos para poder clasificar a I
época á que corresponden. Las diversas
tán
de que hemos hecho men-
telas
permiten ver algunos lienzos blancos, que
ción
inmediatamente
sobro
gen, pero tampoco ofrecen
Todo
está perfectamente
mo
mecanismo de que
sus
maniquíes,
donados no ceptible
y
exterior
el
articulado con
se sirven los
se equivocaron
es-
imá-
la
carácter alguno.
autores que
los
de
al
dejamos
decir
mis*
el
en
pintores
men*
es sus-
que
'
hu
de todos los movimientos del cuerpo
mano.
No conocemos tiempo
que se asigna
que tenga te,
dd ejemplar alguno escultórico ’’
á
la
careciendo
misma
el
de un punto
efíg 16
origen de esta
estructura,
y,
fijo
uieD por consig sit v ‘
que nos
de fundamento para establecer una acertada paracion,
y poder de
ella
deducir seguros
ceptos, nos abstendremos por completo
el
de
la
con*
eCl de d
nada acerca del referido mecanismo, máxime
do
cuanall^
exámen do ha podido extenderse nd cabeza y manos.
éstas tienen
caractéres
gunda mitad; no
así
Podemos
sí
del siglo XIII, la
er3
c0l)1
u asegurar Q
ya en
sU
ue cabeza del Niño, q
^
—
—
133
,
bastante más moderna,
ó á lo ménos ha sufrido
considerable restauración.
No hemos
de terminar
'
revestimiento exterior
pas
de
plata,
que
marquesina que gen, y
que,
artífice
é interior
reviste
sirve
de
dosel
cel,
y en
adulterada santa imá-
el
disparatado
retablo en que
La forma de
ha debido
vé todavía una lunetos,
la la
mismo
sufrir,
namente, sensible reparación:
tro
á
Virgen de los Reyes.
Luis Oriiz, autor del
aquélla parte
noticias
tratar del
formado por cha-
y adorna
por fortuna, conservó
se venera la
se
breves
estas
que dediquemos algunas palabras á
sin
sobre
todo exter-
pero en lo interior
compuesta por cua-
bovedilla
divididos por sencillos nervios de bo-
punto central de intersección hállase
el
adordado por un rosetoncito compuesto de un zo de la,
cristal
tro-
verde, engastado en un anillo de pia-
que suspenden
cuatro
animalillos
como dragones, semejantes
á
los
fantásticos,
que se ven en
la
alhaja conocida vulgarmente entre nosotros
la
copa ó vaso de San Fernando.
por
Tienen carácter románico indubitable, y toda ofrece motivos de atención y estudio.
e sta pieza
En cuanto
á las chapas
de plata van forman-
do cuadrados en labor repujada y mide cada uno de
ellos
75
centímetros,
conteniendo
alternados
y leones sumamente heráldicos que nos han parecido coetáneos de la imágen, ó á lo mécastillos
— nos
debieron formar
que se colocó de San
—
134
parte del primitivo altar en
imágen después de
la
Sabido es
lujo con
el
que
ilustre
el
Cántigas dotó la Real Capilla,
las
padre;
curiosa
descripción
nos
de cómo se ofrecían á
bién
entrada
la
Fernando.
de su
quedado tam-
lia
la
autor de
sepulcro
pública expecta-
ción los
simulacros de Fernando III, doña Beay don Alonso el Sábio, que. no obstante ser conocido de los entendidos, vamos á trascribir en partes para mejor conocimiento de nuestros lectriz
«Filos están figurados
tores:
de hombre ante tán las sus
sepulturas
de
señales
castillos
así
como un
estado
imágen de Santa María do
la
es-
todos cubiertos de plata; ha e
de leones
e águilas
é cru-
Primeramente está la imágen de Santa Maque semeja que está viva en carne con su fijo
ces.....
ría
en
brazo en
el
que
los
reyes
un tabernáculo que está más
muy grande
cubierto
e
la
imágen de Santa María es fecha
e
la
levantan
vestir sí,
la
á
ella
mantos,
imágen
cubiertos e
están
las la
sientan
la
su
pelotes
plata,
figuras
tres
de águilas
de
los
pannos de carmeestán delante de
E
e sayas
todos en
,
torno
en
cuando quieren para
hijo sus
de Santa María de
leones e
tillos
da de
e e al
alto
todo de plata
tabernáculos, todos
par figurados e
do
de cruces en
reyes á
la
mano
imágen de Santa María en su
cas-
que
izquier-
siella,
está
—
—
i35
buen rey don Fernando en su
el
e tiene
el
rey
e
en
la
tiene
siella
una paloma (debió ser un águila) e en
tiene en
cabeza
la
una corona de oro de
mo
sobredichas,
las
ganó á
Sevilla,
piedras preciosas, co-
e tiene en
la
cual espada
la
(debió decir arriaz) un rubí,
un huevo y
la
muy
tiene
de
mano
Rey don Fernando
el
tales
mano derecha
una espada, que dizen que es gran cual
la
una manzana de oro con una cruz.»
izquierda
«E
asentado,
don Alfonso una corona de oro mano una piértega de plata con
verde;
do
cruz
en
la
que
con
la
tamaño como
espada una esmeralda
mano
la
es
virtud,
tiene por arras
izquierda la
vayna
espada, en que están engastonadas muchas
la
piedras preciosas.
E jer,
en cabo
está
vestida de
cabeza una
ías
E
de oro
del
e
que
en
parece
la
tiene en
están
la
muñ-
más hermosa
están todos tres asentados en sus tabernácu-
de
biertas,
e Dos
doña Beatriz su mu-
mundo.
assentados en sus
tante
e
corona
reina
de turqués,
piedras preciosas e
mujer
los,
la
paños
e
ellos
arden
sus cirios,
urden
las
de
siellas
sepulturas
de
dia e
plata,
todas
e están do-
de plata
cu-
de noche delante de
en que a sendas arrobas de cera
sobre ellos
de dia e
de noche cuatro
lamparas de plata.» Esta Memoria se sacó de un libro de Hernán
—
—
136
Perez de Guzman, que fué escrito era 1383, que há 225 años y sacóse á 15 de Julio de 1570.»
Cuánta fuese to
que con
Todo
conjun-
singular
el
y
preseas ostentára la regia
podrá suponerlo
lector
lla, el
riqueza
la
tales
esto ha
capi-
esfuerzo alguno.
sin
desaparecido
por
desgracia,
y
de unos, y el inmoderado afán de de transformarlo todo, han dado por resultado que hoy nos veamos privados de estas inapreciables la
ignorancia
reliquias.
Los
simulacros
tres
ña Beatriz y de
ronse en 1671 y ni hizo de ellos.
ta
de Fernando
don Alfonso áun
el
de do-
III,
Sábio, perdié-
sabemos qué
siquiera
se
Fragmentos de aquellas enchapaduras de plaque adornaban las siel/as y tabernáculos, son
á
nuestro juicio, las que según ya dijimos, ornan
el
interior y
gie de
frente
llegase un
día
rapos que
la
se pudieran
con
el
la
respeto debido, se
imágen
que
los
empero
los
ha-
la
época en que
que bastomar medida exacta
es esto tan
nos fué prohibido
altura.
de
encontraríamos
ocultan,
dato seguro para apreciar
tará decir
la efí*
Reyes.
los
revisten interiormente, y sobre todo, estudiar los piés despojados de l° s
lué ejecutada,
de su
si
de
á descubrir
ridículos zapatos
algún
que cobija
del doselete
Nuestra Señora
No dudamos que
difícil,
—
137
—
Conténtense, pues, nuestros lectores con estas Va gas indicaciones y
esperemos á que algún dia se Ponga de manifiesto á la vista de los entendidos lo á nosotros
En cuanto
ha sido vedarlo.
corona que la adornaque fue robada sacrilegamente en la noche del 3o de Abril de 1873, y atribuida su donación á .San á la tradicional
^ornando, juzgando por hizo
Segurar que no tenía Su
el siglo
el
valor arqueológico
que se
le
decir igualmente acerca del joyel
Ue tenía en el pecho, pues
a!
ella
podemos
XVI.
No podemos i
que de
Pone, y por sus caracteres manifestaba haber sido
hecha en
c
fotografías
las
acreditado artista señor Laurent,
el
no
reproducción
existe
guna.
II.
LA VIRGEN DE LA CINTA. j/OyOAV *'\c
r 'O
•*
Objeto de especialísima devoción viene siendo etl
Muestra Iglesia Metropolitana, desde los pasados
^§i°s, la efigie >
^Ue
^ llr °
se
de
la
de
la
parte de Poniente.
esta interesante 10,1
Virgen, denominada de
venera en un sencillo
altar
No
es fácil,
por
obra escultórica llame
de los curiosos viajeros,
ni
de
la
Cin-
abierto en el cierto,
la aten-
los artistas
18
que
;
visitan el
grandioso templo; pues
voción con que se pies
de
la efigie,
la
y dentro de
hallen colocados
la
piedad y
la de-
venera, es causa de que á los
ramos de
la
misma hornacina,
flores
so
otros
de papel y
objetos que vienen á ocultar casi hasta la parte media inferior de
la figura,
al
mismo tiempo que
la to-
ca colocada sobre su cabeza, tampoco deja ver tos
pormenores del Creemos, por
tanto,
que nuestros lectores estima-
rán la breve descripción que
vamos
neranda imagen, ya que, por
las
tas,
cier-
tercio superior.
á hacer
de
la ve-
causas antes expues-
raramente se consigue poder apreciar por com-
pleto algunos
de
los
interesantes
caracteres,
distinguen tan estimable producción del arte escultórico sevillano.
Empezando
exámen por
nuestro breve
encontramos que
las partes del cabello
la cabe?*»
han
en los pasados tiempos total mutilación,
sufrid 0
’
^
hasta
soal presente, se ven con un casquete brepuesto de cierta pasta, que no alcanzamos á com
punto que,
-
prender con qué idea se colocó; alterándose de
c ste
modo, no
sin
sólo las líneas generales del ro: tro,
s’
macizando, por decirlo así, de tal modo los cabefl° que hoy desaparecen bajo aquélla. La expresión ( u0 anima á las facciones es de extremada senc¡H eZ ' l
muy
mística,
tó cuidóse
no obstaníe que
el artista
poco del modelado,
mente largo y delgado:
viste
que
el cuello
C3
ecU la ej
relaté'
prolongada túnica
c01
—
“
139
Plegues verticales simétricos, que
donde
r a,
al llegar
á la cintu-
sugeta una correa ó cinta con hebilla,
los
formando
Parten hácia abajo,
canales,
que empiezan
°auy estrechas,
y luego van anchando hasta llegar en donde ya producen angulosos pliegues,
Su elo,
estilo ojival,
de
^arcándose muy bien por z
° quizá
ellos
que
ésta efigie se hi-
anteriormente ala venida de Juan Van-Eyck,
Cll
'cutistañcia
es la
al al
tercera época de sus comienzos;
la
que no podemos olvidar; pues conocida
gran influencia que este maestro ejerció en los
P'ntores
y escultores sevillanos, hasta tal punto, que determinan perfectamente las dos tendencias, una
Sq
anterior á su viaje
tor. Esta misma era vista
.
ln
dican
en
paños de
además de
taremos, s’e
los
por España y Portugal y otra possobriedad, que advertimos a priVirgen déla Cinta, nos
difícil
precisar más, por las gran-
analogías que se conservan en las obras
Cas
XV,
fué ejecutada en los comienzos del
ndo en extremo
^ es
la
otros caractéres, que luego con-
artísti-
ambos períodos. Si
tílan
atendemos
dibujo
al
muy prolongado de
las
°s
y á la forma del zapato puntiagudo de la Vír°os inclinamos á creerla ejecutada en los últimos 5
f
»
,° s del del >
p
y °)
t
XIV; pero
si
luego se examinan
Niño Jesús, que sostiene en
e n actitud
el
la cabeza y brazo izquier-
de hojear un libro abierto, con
ece Que revela
al
pueblo
la
lo
que
doctrina del Evange-
hallamos ya otros caráctercs:
ambas
partes afee-
— mos, estimando, en
de lla.
—
140
muy redondeadas, y
tan formas
vista
de
últi-
en es pedal los
ellos,
que
esta efigie h a
al reinado de don Juan II de CastiVirgen sobre los hombros manto, muy
ser posterior
Lleva
la
sóbrió también en su plegado, y apesar del interés con que hemos procurado examinar toda la figura, no hallamos la menor muestra que nos indicara haber sido estofados sus paños.
Ni en
gen, ni en su informe plinto
poco
la
menor
dencia, que
no
el
dorso de
la Vir-
tam-
hemos descubierto
señal de firma
que acredite
su proce-
es raro encontrar en otras esculturas tiernp 0 ésta,
de barro cocido como
hechas al mismo en los primeros años del reinado de Isabel I.
III.
LA VIRGEN DEL MADROÑO. >
:(j
'crHar.
No ha merecido hasta el día, estudio preforeu de parte de los escritores sevillanos, la interesaotís*
te
ma historia de la escultura sevillana, durante el tentoso período aitístico que comienza en los alb° res del siglo
laXVr
XV,
centuria,
tercio y concluye en el primer
época en
la
cual,
no sólo
la brillante tradición iniciada en la anterior,
.
contiu
sin°
c
11
u l
—
—
I4i
llega á un
grado de apogeo y esplendor á notable por varios conceptos.
Más extraña todavía exátnen de
la estatuaria
podemos deducir
pos,
carnos, que
alcanzó
esta indiferencia
la
verdad
cuando del
hispalense en aquellos tiem-
temor alguno de equivo-
sin
muy marcado
entre nosotros
perfeccionamiento, bastando á probar
aserto los
tal
nombres de Nufro Sánchez, Márco y Bernardo de Ortega, Pedro Millan y su hijo que, junto á otros esclarecidos imagineros
,
enriquecieron
la
gran basílica
con un sinnúmero de obras, de
sevillana
las
cuales
por fortuna, nos restan algunos que otros ejemplares.
Fueron todos estilo
ellos fieles intérpretes del elegantísimo
aleman, que caracteriza
las
producciones de los
Memling, Weyden, y Van-Eyck, y de este último pecialmente nótanse á primera vista los grandes
esre-
cuerdos que, por espacio de muchos años, se conservan entre los pintores y escultores sevillanos, sus contemporáneos. Son tan conocidas las causas que motivaron esta influencia
en nuestros
trataremos de detenernos en
go á dar
noticia á
escultural
que
los
ella,
artistas,
que no
pasando desde
lue-
aficionados del notable grupo
se conserva en
una de
las capillas del
Sagrario de nuestra iglesia metropolitana.
Afortunadamente no ha sufrido igual destino que la s
de San Pedro y Cristo atado á la columna, obras según el decir de Cean Bermudez,
d e Juan Millan, flüe
las
históricas efigies
de San Fernando, doña
— Beatriz) don Alonso
142
—
Sábio, que
eí
el
hermoso
reta-
blo pintado por Juan Sánchez de Castro, que existió
en
la
otras,
es hoy capilla de San José, y por último con venerables antiguallas que, por una parte las ex-
que
traviadas
glos
corrientes
gusto artístico
del
XVÍI y XVIII y por
de
los
si-
otra la vandálica ignorancia
de todo tiempos, hicieron desaparecer para ser suscon imágenes churriguerescas ó altarcitos de 5
tituidas
mármoles. Data indudablemente
de
la \ ú
gen del Madroño con
gel adorante,
fué ejecuta'da
ción
de
el
interesante
grupo
Niño Dios y el Áncatedral antigua, ó por lo menos,
la
durante
las
el
grandes obras de
del gigantesco templo,
edifica-
según manifiestan sus
caracteres artístico-arqieológicos, y más de una vez han acudido á nuestra mente varios pensamientos,
imaginando
cambios y mudanzas que ha sufrido ocupando él nicho central de un detestable retablo churrigueresco en una iglesia también modelo acabado de pésimo balos
esta curiosa obra de arte, al verla
rroquismo.
De
este
modo
ha pasado inadvertida para mu-
chos, pues no es
fácil suponer que, entre las nadas hojarascas de un altar construido en
anterior, se encuentre esta
de
los arqueólogos.
la
Virgen, de pié, que
Hállase compuesto
tímetros llevando
al
el
joya digna de
desatiel sigl°
la atención
grupo, por una estátua
mide de
alto
Niño Dios en
los
i
m.
n
cen-
brazos, y
;l
—
143
—
los pies del santo simulacro se
vé un Ángel, cuya alde 0,36, con una rodilla en tierra ofreciendo una cesta de madroños al Hijo de Dios, que sonríe tura es
infantilmente así ras
de
todo ra,
como
su divina
Madre. Las vestidu-
manto y túnica muy plegada, sobre segunda, en las partes del pecho á la cintu-
ésta son:
la
hechos minuciosamente en forma acanalada
hasta llegar
al
suelo,
donde ya
para hacerse angulosas, el estilo
que caracteriza
se
rompen
entrantes y salientes, las
casi
las líneas
según
producciones de esta
época. El Ángel viste túnica ó sobrevesta abierta en los costados
por donde deja ver una segunda
dura de tono
muy
vesti-
oscuro, plegada con notable ama-
neramiento, pues todas sus líneas son angulosas: calzas rojas revisten las piernas y los zapatos, extrema-
damente puntiagudos y de elegante por la parte de
abiertos en ángulos
plegado de
la
manga derecha
es
corte,
búllanse
los tobillos.
muy
El
característico
y recuerda a primera vista
el dibujo al estilo aleman de estos tiempos. Las manos del Ángel, expecialmen-
te ,
son en extremo entrelargas y sus dedos finísimos En cuanto ú los rostros, adviértese en
y delgados. ellos falta
de modelado: siendo por decirlo
así,
muy
Planos, y sus expresiones revelan falta de pericia en su autor,
pues la estatuaria de esta época había llegado ú un grade de perfeccionamiento notable, y la
Paginación de los artistas dejaba de fantasear en duchos casos, ciñéndose ya exactamente al natural.
—
144
Los cabellos de todas
—
las figuras
ejecución y ensortijados según
Las
alas del Angel,
el
son de pesada
gusto de
la
época.
que tienen grandes dimensiones,
están muy bien ejecutadas. De sentir és, que todo el grupo se encuentre groseramente repintado y estofado, sobre todo las cabezas tienen gruesa capa de color muy basto, que las hace aparecer todavía co-
mo más do
el
ordinarias y toscas. Examinada la basa y togrupo, que es de barro cocido, con gran aten-
ción, para ver
si descubríamos la firma del autor, nada hemos encontrado y solamente podríamos averiguar algo, con respecto á tan interesante particular,
si
nos fuera dado examinar de cerca
decoran
el
gran retablo mayor de
jada por distintos
mos
otras,
artistas,
la
las estátuas
que
Catedral, traba-
donde acaso encontraría-
de cuya comparación resultasen datos pa-
ra atribuir con algún
fundamento la Virgen del Madroño, á alguno de los escultores que trabajaron las obras de nuestra Catedral á principios del siglo XV.
Podemos,
sí,
asegurar, que esta obra no revela la
perfección délas ejecutadas por Pedro Millan, ni por
ninguno de los escultores contemporáneos; á nuestro juicio es anterior,
mera
aunque en
vista, la influencia
ella se manifiesta á pri-
«eyckiana.»
La magnífica efigie de la Virgen del Pilar, que se conserva en la capilla del mismo nombre, dentro de nuestra basílica, puede servir de comparación con ésta,
y entónees veremos evidentemente, que
el
g rU
'
—
i45
—
P° del Sagrario es anterior á este período, tante
rias en P er o
r°
interés
hemos procurado
autores
los
no
de extrañar, pues en
es
Ortiz de Zúñiga,
s
ella,
presente,
la
época de
Monte-
Morgados, y más adelante, en la de Cean y demás escritores de fines del siglo
los
j
de
el
Espinosa de los
los
si-
adquirir no-
acerca
sevillanos,
nada hemos encontrado hasta
cual *° s
no obs-
haber sido ejecutada en los comienzos del
XV. Con mucho
glo
^ er mudez
y principios del actual, se consideraban las de estilo ojival con el mayor desdén, co-
°bras 1110
frutos se
de
'
a ya
e
de un
estiman
estas
personas; y
las
De
casi bárbaro.
estilo
hoy
obras por
no
así,
es
la
generali-
que
extraño
pasado inadvertida para muchos
Madroño, máxime cuando
mo-
igual
la
la
capilla
Virgen
que
en
(a
en cuentra es bastante ^ en
tiene
e'a
y
)
oscura, y
casi cubierta la
el
tercio
anterior
además
la Vír-
cabeza por una toca de
de
la
figura
está
ocul-
|
P°r algunos floreros do hoja de lata con es
c
J
ja’ s
flo-
contrahechas.
Nosotros, que
hemos debido el gusto de exala bondadosa deferencia del
arle
de cerca á
tra do
presbítero
r
°gamos
atavíos
Set
y
mente
fácilt
Sr.
á dicho
adornos, vista
D. Manuel Álvarez Fran-
señor haga desaparecer siquiera
para
es-
que pueda
por los aficionados, una pro-
duccion arqueológica tan interesante, rá lugar
preferente,
por doctas plumas
que ocupa-
algún dia se lleva á cabo
si
la historia
de
la
escultura se*
villana.
Entre tanto, nos limitamos á dar su existencia, tes,
seguros
encontrarán
tudio.
en
de la noticia
de sugetos más competen-
ella
sobrado motivo de
es-
s=
9
©a®im7S®m© (APUNTES)
Conocida de propios y extraños y por todos ^'rada es la soberbia torre, á que vulgarmente dá este nom 5 re p 0r j a fig Ura d e bronce (Gi!l *°) que, sirviendo de colosal veleta, la re-
s
^at a>
Comenzóse
-^ e
^ 8o
á la
Cr°
construir el
Hc s ira
’
en 1196, habiendo s
Para que
>
^°>
In ar
sirviese
de
de observatorio astronó-
gran mezquita.
la
del
y se sido edificada, según J*
estimando otros que fué
y,
a
13 de Safar
No
la
assumua ó
ha llegado has-
t
Nosotros Ir
his
*gió
-'r r
su
el
nombre
^brica,
‘adores
del insigne arquitecto que
no obstante que
sevillanos
la
los
atribuyen á
antiguos
uno nom.
?
— brado
Gever
mos años
148
—
Hcver que
á
floreció
del califato cordobés; pero
no goza hoy do estilo
artísticos
tenece
al
crédito,
tal
últi-
opinión
pues que su carácter y
prueban ostensiblemente que
interesante grupo
mauritanas.
en los
Empleáronse en
de
las
per*
construcciones
sus simientos copioso
número de fragmentos cos de
esculturales y arquitectóni' la época romana, viéndose al presente, h 3
sillar en el ángulo frontero al P 3 una basa ó pedestal de estátua d 0 aquel tiempo, con la inscripción siguiente:
ciendo veces de
'
lacio Arzobispal,
SEX, JVLIO. SEX.
F. C^UIR.
PRAEF. COH.
GALLOR. PRAEPOSITO NVME
RI.
III.
POSSESORI.
SIROR. SAGITTARIOR, ITEM. ALAE. PRIMAE HlS pA
ÑOR. CVRATORI. CIVITAT1S ROMYLENSIYM. M.A p
YENSIYM. TRIBVNO.
XII. L.
FVLM1NART,
CYRATORI. COLONLAE. ABCENSIYN. ADIECTO INDECVRIAS AB OBTIMIS MAXIMIS^VE IMP.
ANTONIMO ETYERO AVGG. ADIY
TORI YLPII SATVRNINI PRAEF. ANNON.
AD OLEVM AFRVM ET HISPANVM REGEN SENDVM, ITEM SOLAMINA TRANSFE
RENDA. YTEM vectyras NAYICYLA.
— Cuya traducción ((Los
d
ción
sigue:
pureza y singidar
la
hijo
,
prepósito del
justicia
de Sexto
que fué prefecto
sito
—
149
como
barqueros de Hispa lis hacen esta dedica-
Posesor
lio
es
de la
número de
de
la
tercera
de Sexto
tribu
,
Galos;
los Sirios flecheros
prepó-
:
también de la primera banda de los caballeros
españoles procurador de la ciudad Romulense ;
municipio de los
Arvenses
;
tribuno
ó de los lanzaray os; procurador los
Ju
Quirina
cohorte de
y
del
de la legión 12
de
la
colonia
de
Arcenses; agregado á las decurias de los jueces
por merced de
excelentes
los
soberanos empera-
y
dores Antonio y Vero Augustos; ayudante de Ulpio Saturnino; prefecto de los víveres y encargado del
reconocimiento de
del aceite
remesa de
la
sus fletes
y
mo procónsul Bétis .»
á
portes
de
África y de España
socorros
los
los
y
maestros
de
de
hacer pagar las naves co-
de los emperadores en las riberas del
-
En
(1)
su planta
hasta la altura
de
cuadrada,
de
tres
de sillares mide de ancho 50
construida
piés,
y cada una de sus caras se halla divien sentido vertical por cuatro zonas que de-
éstos,
dida
(1)
Recuerdos y bellezas de España
ha y Cádiz
— pág. 114.
f.*
de
Scvi-
—
—
150
jan tres grandes espacios adornados
ños de atahurique axaracado,
apoyan en
sendas
de lindos pa-
cuyos arranques
columnas;
comenzando
se
estos
exornos
á la altura de 87 pies, la del centro interrumpida por cinco grandes huecos; los tres más
aximezes,
altos,
y los restantes sencillas ojivas
tú-
midas ó arcos ultrasemicirculares con caprichosos angrelados arrabaas:
en
circunscritos
sus
correspondientes
en cada uno de sus frentes una tabla
horizontal análoga á los paños descritos, ta
de
arcos
lobulados
y
angrelados
compues-
que se van
cortando y que arrancan también de una columal muro, terminan los adornos por
nata adosada la
parte superior
piteles
del
alminar.
La
y de algunos interesantes
tectónico repartidos
notable
(1),
dientes
al
siendo
de
riqueza
miembros
ca-
arqui-
por sus huecos y muros es en su mayor parte correspon-
suntuoso arte árabe- bizantino, empleado
en aquellas gentiles y soberbias fábricas de Córdoba y Medina Az-Zahra. Muy dignos también de llamar la atención del
(1)
El
número de
arqueólogo son
sus
columnas
según
se dice en un antiguo custodia en la Biblioteca por nuestro respetable amigo
se
cisco
de Borja Palomo, en de las Riadas
Historia Crítica
los
es
queso
de 14 o
papel impreso
que
Colombina, inserto el señor don Franel tomo 1.* de la
—pág. 80.
~ ven en parte
que mira
que sostienen
i5
—
1
de atahurique axaracado, en
tablas
las
de
Patio
al
elegante
la
Naranjos
los
de
arquería
hori-
las
zontales, colocadas en la parte superior del
mento,
por pertenecer
no bizantino que canzó durante ra
por
tan
curiosísimo
al
alto
monu-
estilo
lati-
grado de explendor
al-
monarquía visigoda. Veamos aho-
la
palabras del rey Sábio
las
la
los
y
terminación
la
de esta colosal fábrica antes de que el maestro Fernán Ruiz la rematase con mengua de su antigua gentileza.
«Pues de
e za,
la su
grandeza, e la su
ca ha
anchura o cuatro tanto en lo e tan llana, e su
escalera,
de tan gran
el
bir
con
somo adelanto
alte-
Otrosí tan
alto.
es
alta,
fecha
quieren
allí
suben hasta encima
bestias,
su
la
trecho dq la su
maestría
que cualesquier que
en
e
es
nobresas
sus
las
beldad,
brazas, en
sesenta
mayor que
torre
la
ya de Santa María, muchas son
della.
á la otra torre á la
la
su-
Otrosí
cima, que
ocho brasas, fechas de grande maestría, e á la cima della son cuatro manzanas redondas una encima de otra de tan grande obra e tan grandes lúe non se podrían aver otras tales, la de sofno, en
que so segunda: retraer,
la
ella
menor de es,
todas,
mayor.
más de
la
ca es de tan
La
e luego
la
segunda,
mayor que la cuarta manzana no podemos tercera
gran labor e
de e estraña obra que
es
de tan gran-
dura cosa
de
creer,
I
— toda obrada
—
i5 2
de canales, e
ellas
son doze e
en
anchura de cada canal cinco
palmos comunales,
e cuando
villa
ber en á
la
ensanchar
ella
metieron por
puerta, e
la
la
la
ovieron quitar
entrada:
cuando
e
non pudo
el
ca-
puertas e
las
da en
sol
resplandeze con rayos lucientes más de
una
jornada.» Claramente juzgarán nuestros lectores por tan minuciosa descripción, cual
estado de existían
la
los
Giralda; á esto
primitivo
fuera el
que no
añadiremos
balcones que hoy luce y que sus huecos estarían cubiertos por delicadas celozias do feos
madera ó mármol, terminando ambos cuerpos
su-
periormente con un antepecho compuesto por morlones ó almenas detenlladas. terior
no
es
En cuanto
posible imaginar nada
robusto ya por
espesor de sus muros
el
la
enorme espiga
lo
así,
más
que
á
su
in-
sólido
y
como por
por decirque se van desenvolviendo las 35 rampas de suave pendiente que dan fácil subida al campanario, notándose que ó
de
eje,
medida que hasta el
central
en torno de
se asciende
punto de que
le sirve,
la
más espeso
es
el
últimas difieren
las
muro nota-
blemente por su anchura de las primeras. La toria nos ha legado el nombre del notable fice
que fabricó
de que hizo
la
mérito
manzana don
de
ta
Alfonso
hisartí-
ngrand labor X;
llamábase
Abú-el-Layth y llevaba por sobrenombre el ó Siciliano. Ha sufrido esta torre parciales
Sikili
res-
duraciones que sólo han conseguido afearla en algu-
.
nos de sus pormenores, apesar de esto, y del improPió remate que la corona puede considerarse su par-
más antigua como el más hermoso y magnífico délo de la civilización arábigo-mauritana. te
Á e sta
mo-
consecuencia del violento terremoto sentido en
ciudad
en
de hierro en
el
año de 1395, roto
que estaban sujetos
el
espigón
cuatro gran-
los
des globos de bronce, sustituyóse este adorno, an-
dando rr o
Se
tiempo, con un enorme arpón
el
de hie-
dorado que estuvo sirviendo de veleta y que vé actualmente en uno de los patios interiores
del
colegio de San Miguel, en cuyo paraje se
irá
Palatinamente destruyendo por la acción del tiempo esta venerable antigualla digna de mejor suerte.
Permaneció así la torre hasta 156S en que Fer^an Ruiz maestro mayor de la Iglesia de Córdoka primero, y de la de Sevilla después, la elevó 100 pies miden los
más de
y el Cü
cupulino
encia
c°n
de
Ce Uas
j^fifice
mismo
Á
fábrica.
herrero,
de cuyos
maceta de hierro con azu-
cuerpo,
notable reloj
José
conse-
reemplazóse su almenado
metal.
este primer
el
‘
obras
luce una ridicula
del
Eu
r
estas
dos cuerpos
la
un macizo antepecho en cada uno
án Sulos
.
que
altura
que concluye
de
religioso lego
Cordero, á
la
moderna,
parte
trabajado por
el
inteligente
de San Francisco,
fines del siglo
XVIII. Por
20
úl-
-
— citaremos
rao,
grandioso monumento,
Fé que 1568,
lo termina,
(i)
quintales
mé
i54
la
Morel en
estudio
el
este
de
gigantesca estátua de
la
colocada en 14 de Agosto de
cuya altura es y fue
—
para terminar,
de 14
ejecutada por
28
su peso
pies,
el
insigne
Bartolo-
1568.
Acerca de esta soberbia fábrica hemos recojido las siguientes noticias, algunas de litadas
por nuestro respetable amigo
ellas
fa cl
*
el Excelentí*
simo señor don Adolfo de Castro:
«En de
el
Sevilla,
año del Señor de 1504, en la ciudad el Viernes Santo, 5 de Abril, quando
pueblo y todo cios en
el
estaba en los Divinos
clero
y monasterios de
esta
Ofi*
demás igle siaS se ciudad, de tal manera
esta santa Iglesia
y
en
las
tern vieron retemblar y moverse los edificios de r£in píos y casas como si verdaderamente estuvic £a
pendientes del aire. Andaba la gente como muer pidiendo misericordia á Dios. Atemorizábalos tam
(1)
Memorias de
las
cosas notables que
n
sucedido en esta Santa Iglesia, extractadas P 01 canónigo don Juan de Loaisa del libro del cap ata
M.
S.
cop. Arch-municipal.
j
— bien los
terribles
I
55
—
bramidos de
los animales, balidos
de ovejas y ahullidos de perros. Las lechuzas y demás aves dejando sus nidos
andaban volando desatinadas,
bóvedas de
las
los
templos, las torres' y palacios, y principalmente esta santa Iglesia se arruinaba y heiía y mataban mu-
chos hombres y mujeres. El rio Guadalquivir con sus
naos se vió diferentes veces fuera de su madre. Entre esta confusión se vió
Sla
la
torre
de
la Igle-
mayor removerse y temblar de manera que de cinco y más veces se tocaron las campanas
Sü yo
y algunos
P°r
las
dicen que vieron la dicha
cuatro
torre abierta
esquinas y asimismo vieron que la
atentaba un ángel abrazado porque no cayese.
1651. *
— Lunes 13 de Marzo, como á
las
doce de
a
r
noche poco más ó menos, empezó á tronar y clampaguear tan recio que no me acuerdo haber
°'do truenos tan grandes a |
y grandísimos aguaceros nn'smo tiempo que parecía se quería anegar esta
Clu dad.
e ntró
Al
fin
cayó un rayo ó centella que se dijo
primero por una ventana de
la santa lsnuas
Iglesia
vueltas
de
las
más bajas
y q^e fue hácia arriba por la
torre y
al
las
campanero menor
estaba tocando á rogativa lo mató dejándole un °J°
medio saltado y y acardenalado.
el
lado del carrillo
como
tosta-
1656.
empezó
— 156 — — Miércoles 4 de Octubre, antes
trueno que admirando á todos
por una ventana de
la
bóveda de
la
ladró
la
del Pilar
que
está
tad de la bóveda otro
gustias sin
ta-
de nuestra Señora
capilla
más próxima por
la
centella
entró una
Salió por otra y
torre.
más hacia
del alba,
dió un gran
á tronar y á las cinco y media
el altar
la
casi
de
mi-
An
las
'
daño.
1558.— Repicó la torre Tomás de Villanueva.
por
la
canonización de
Santo
1662,
—Domingo
5
de Febrero, amaneció
la to-
de gallardetes y banderas y la imágen do Concepción de Nuestra Señora en un estándar' Hubo esta noche fuegos como la de San Pedro
rre llena la te.
y
las
dos siguientes (por
el
Breve de Alejandro
favor de la Concepción). Repicó luego la santa sia
y toda
1540.
la
día
ella fuesen
—Agosto. — Cuando
salió el
que se pregonó* que todos
socorro p
~
los vecinos
á socorrer á Gibraltar se tocó «al
con una campana de
1545,
'
ciudad.
Gibraltar saqueada por dos corsarios argelinos.
mismo
611
*
Ig^ e
la torre
— En sábado de
la
de
la Iglesia
ara '
do
arm a,)
mayor*
semana de Lázaro,
2
— del
mayor
—
i57
Marzo subieron á
campanas llamadas
las
que se hizo
la
año de 1544 y
el
de
torre
la
santa
la
una
la otra
Iglesia
Concepción
la
más pequeña
llamada San Cristóbal.
1585.— En na grande en ta
de
7
el
de Diciembre se fundió
la
espacio que está fuera de
campapuer-
la
Antigua por Juan deValabarca, natural de
la
Córdoba. Subióse á
la torre el
24 de Diciembre
si-
guiente de 1586. El baptismo fue con gran solemni-
dad. Pesa 163 quintales y 2
1592 rrojo
de
torció el
— En
.
la
5
tio
de Marzo, un huracán torció
pomo de
la
andamio. Sacóse del Colegio
1614
de
la
la
allí
lo
al
segundo pa-
enderezó Juan á poner,
—Miércoles 23 de Diciembre, en
la tarde,
la
.
fábrica,
y
embajador Japón con 20 japones
en compañía de Er. Luis Sotelo, natu-
Sevilla, religioso
de San Diego. Salió á Coria
ciudad á recibirlo
^esa y
Giralda y se puso sobre
barra y bajóse
lo volvió
c on cuchillas,
l )Q r la
y
25 de Setiembre.
entró en Sevilla el
ral
el ce-
....
Giralda. Viernes 18 de Setiem-
de San Miguel,
barba, herrero de v ¡ernes
arrobas.
[2
Puerta del Perdón
bre se sacó de la barra el
1
el 24...
el
24 Bartolomé López de
Galindo: entró por
la
puerta de Tria-
— Hospedóse en
na.
el
158
Alcázar.
— Vido
la
ciudad y subió
á la torre.
—Martes
1623. la torre
hasta
1624 rre
por
sia
por
.
— 29 de Diciembre, hubo fuegos en
la to-
de San Francisco de Borja.
la beatificación
1626.
— Miércoles
17 Noviembre, repicó la Igle-
llegada de las galeras.
la
1627.
— Domingo de Ramos, 28 de Marzo, en
noche, dando #
de Marzo, subió Felipe IV á
5
relox.
el
el
relox las ocho, tocó la
la
torre á las
#
Animas y tocaron
las demás iglesias y conventos. Debióse esto á la devoción de don Mateo Vázquez de
Leca.
1628.
— Sábado
picó la torre y ta
20 de Mayo, á medio
hubo fuegos
á la
noche por
dia, rela fies*
de los 23 mártires del Japón, del órden de San
Francisco.
1751.
do de nan
el
— Se
hermoseó
primer cuerpo y
que ejecutó don Juan
año la torre dorande bronce que coro-
este
fino las cuatro jarras
la figura del Giraldillo,
Basilio
obra
de Cortés, maestro
in*
—
—
i59
signe de este arte y en las jarras se pusieron
ramos
de azucenas con que quedaron lucidísimas.
1726
.
— 16 de Diciembre,
nueve de
á las
la
ma-
ñana, se sufrió una horrorosa tormenta con grandes truenos en que cayeron algunas centella?, una en la torre
de
la
Catedral que
campanero que tocaba
al
quemó el pelo y a su mujer horadó las enaguas sin causarles otro mal. Otra entró en la Iglesia
rogativa
por
la
puerta junto
á
torre
la
dos dirigiéndose una ráfaga á gelistas el
el
lado del
se disipó
la
por la
pedazos de
que estaba en cl on
altar,
en medio de
tostados los
tísimo
de
los
en
Evan-
donde tocó una piedra que dejó señalada:
cuerpo principal fue á
Por
que se dividió
la capilla
las
mandando
Capilla Real y entrando el
mismo
misma los
volvió á
salir y dejando
capilla,
mármoles. El cabildo
Horas hizo rogativas ante abrir el Sagrario y
á la Capilla Real que
el
San-
fue en esta-
al dia siguiente repitió
en
uccion de gracias.
1724. a gua cl
e
— Dos horrorosas tempestades de
truenos,
y granizo, sufrió Sevilla y su comarca
Febrero con que se atemorizó
la
Mañana despidió un trueno contra adral
ciudad.
la torre
18
el
La de de
la
la
Cu-
y dejando señales en algunos de sus balcones por una y habiendo entrado en la
y ventanas, salió
—-
—
i6o
Iglesia dió un gran estallido
y se apagó junto á
la
ca-
pilla del Pilar.
1761. ron
— En
las fiestas
los dias 7 , S
en
y 9 de
El dia 6 amaneció adornada
desde
el sitio
mos por tafetán
En
el
de
Julio, se celebra-
la Patriarcal.
la
celebrada torre
los primeros balcones' hasta los últi-
todas sus cuatro fachadas de gallardetes de
de
tres
colores: blanco, celeste y encarnado. último balcón de la fachada que mira á calle
Placentines estaba una bandera de tafetán celeste y
de tafetán blanco cortado. Tenía una María coronada y dos palmas á los lados y sobre la corona el s'ol y la luna y una estrella y al pié de la María un rótulo que decía: «María concebida sin pecado original.»
A
las
doce,
las
la Igl e
armoniosas campanas de
matriz desataron sus lenguas de metal
sia
*
tripli*
en
cados repiques que duraron hasta la una del dia y porque no tuviera el sentido del oido rato ninguno en
que vagar, en
leitaba con el concierto
de los repiques se dede instrumentos de boca qne
tocaban en
la
los intermedios
Ja torre
de
matriz, concurriendo tam-
bién á aumentar tan festivo sonoro estruendo
paro de Jos cañones y pedreros de
ban
surtas en el
Al toque de
famoso las
torre de la Catedral sitio
de
las
las
el dis-
naos que
esta-
Bétis.
«Ave-Marías» se iluminó
desde
los
campanas y todas
la
g ran
primeros balcones las soteas altas
y
al
bajas
1
— de
]a Iglesia
y Sagrario,
mayor. Todos
1
—
6
Capilla Real y la Sacristía
arcos del derrame de las aguas y remates ó pirámides menores y fue tal la hermosura que causó esta iluminación que fué celebrada. Su número, el de las luces, pasó de 1.600 y su costo de 20.000 reales. Amaneció el dia 7, primero de las los
ios
fiestas,
y se vido la gran torre adornada por entero, desde los primeros balcones hasta la figura de la Fé,
que
el vulgo llama Giralda, de banderas y gallardetes de tafetán y damasco y se le contaron 44 gallardetes y 9 banderas: los cuatro gallardetes de las esquinas
e ran
celestes y blancos y tenían 50 varas de largo uno y 150 varas do tafetán cada uno. En los Pretiles principales de las campanas estaban 4 bandec ^da
ras 5
0r °
la del
arco de
la
campana mayor
con una guarnición que
la
era de tisú
circundaba de
de la-
firado del
ancho de la seda y en su medio una imánen de pintura de la Purísima Concepción guarnecida una punta de plata y °r c
la
bandera con Huecos de
° y borlas de lo mismo. Las de los lados de la vor-
%u¡neria
y patio de los naranjos
eran de damasco
enc arnado tres
^e l
y la del lado del alcázar de tafetán y todas banderas tenían en el medio el escudo de armas
Cabildo bordadas de oro. En
^ Ue tiene st ®s jJ
°
la torre
y blancas y tenían escudos
f estante
las
cuatro jarras
estaban otras cuatro banderas ce-
como
las otras tres.
estaba de gallardetes y los c °rtos tenían siete varas cada uno. El de la Giral-
de
la torre
21
—
162
—
da, vulgarmente así llamada, tenia una cruz patriarcal
de tafetán blanco cortado y el centro encarnado: unos eran de una color sóla; otros, de dos
los
otros,
co-
lores, y otros, de tres, formando á la vista hermoso maridaje por la interposición de los colores, gasy se
taron en este tan lucido adorno i.5oo varas de tafetán y 44 de damasco y 22 de tisú de oro. Esta noche y la siguiente estuvo toda la torre iluminada desde la 5
campanas para arriba de cuyo lucimiento careció noche por la armazón de los fuegos.
I
a
anterior
1355 to, dia
el
—
En miércoles, 24 dias del mes de Agosde San Bartolomé, después de vísperas, fu< .
-
terremoto que cayeron
las
manzanas de
la torre
mayor y cayó la torre de San Salvador m y mató chas personas y cayó una campana sobre una criatura u
‘
°'
y no murió y la torre mayor estuvo para caer y a daba á una parte y otra hendióse toda según esta 01 y s día. Cuando cayeron las manzanas abrían inucb° hoyos.
1568 ner
.
— Viernes,
la figura
mayor que
p° 13 de Agosto, se acabó de
de metal encima de
fué lo postrero
eS ‘ a
la torre de la Igl que se acabó de hacer
e°
dicha torre, habiéndose fecho de nuevo desde ^ 1° ventanas donde están puestas las campanas, todo
— cual se
comenzó
1
63
—
año pasado de 1560 y se acabó este dicho dia. Costó toda la obra 1 9.000 ducados poco más ó ménos. Subióse 100 pies á hacer désele el
en alto más de lo que tenia de antes.
1755
.
— De resultas
viembre
el
miento y
la torre
arquitectos
del terremoto
de
i.°
de No-
templo quedó cerrado hasta su reconocipor los informes que dieron los
de haber quedado ruinosos
los
dos
últi-
mos cuerpos. El dia 9 hubo furioso vendabal y lluvias, causó mucho recelo el Giraldillo cuya bandera °ponia grandísima resistencia blado su perno, pero
la
al
misma
viento teniendo doviolencia del
que so-
plaba lo puso otra vez en proporción de que no diera
cuidado, habiéndole movido dos veces con vuelta
entera.
Del consejo que dió Paja
rey don
al
el
juglar que había
Hernando sobre
la
nombre
partida de Se-
villa:
Después que el rey don Hernando entró en SeviÜa entraron los ricos ornes e los caballeros e los conCcJ°s
y
°me ó ma de
como
eran gente
mucha
asi
tomaban
el rico
pendón enci-
el
concejo
la
casa porque sus gentes e sus compañías su-
el
barrio e ponían su
—
164
—
piesen las compañías e los lugares posar. alia
E
después que
el
donde habían de
don Hernando estuvo
rey
unos días consejaron los ricos ornes que dejase gente con los moros que fincaban
allí por moradores que no se fueran con los otros y que se fuese el rey para Castilla e el rey don Hernando mandó
allí
para se tornar para Castilla y hazer aquello que le aconsejaran los ricos ornes que fincasen dellos en
Córdoba e dellos que fuesen con el e por eso había ruido entre las gentes por no fincar que había miedo que á
la
hora que
el
rey se fuese se ayuntaría
po-
el
der de los moros y que vernian sobre ellos y ciertamente así fue ca cuidado esso los moros todos los mas se fueron en el axarafe cuidando que el rey don
Hernando que
iría
a Castilla
que a
se tornarían para Sevilla.
Hernando en que todos
los
este pensamiento
mundo
dias del
ellos
E
vernia ayuda e
estando
le
don
el rrey
que se quería
ir
por-
afincaban que se
fuese acaescio que en casa del rrey avia un Juglar ¿ e quien decían paja y escuchavanle bien todo lo qu dezia e hazia ca todas las cosas hazia et dezia de
manera que todos
los
que
lo oian
este nunca se partía del rrey
pasava por rrey la
la
tomaban
don Hernando.
plazer e
E
un dia
non avie oido misa en
ella
porque atendió q uC
limpiasen los arzobispos e los obispos.
E
este
glar paja paro mientes a la torre e desque la vió alta
el
mezquita mayor de Sevilla que aun
y ton fermosa
como
es vínole a talante
de
j t
ü*
an
sobir
—
i6s
—
en ella et sovio encima et quando fue encima paro
mientes
vido
et
toda et vido los pendones
la villa
de cada cabo e conocio cuyo era cada uno
que tre
no esta poblada mas del
la villa
tercio
vido
et
y dixo enser que
valme Santa María esto como puede
si
a qui esta Castilla e
poblada mas que
León
aunque esta
et
la tercia
parto y pues
villa
no esta
como
la
po-
blaran unos pocos que aqui quiere dexar el rrey
don
Hernando o que
irse el
para
Ruego yo
Castilla.
me de gracia que lo haga yo subir aqui E el juglar Pajas descendió de la torre
torre.
do de como
faria el
que subiese
el rrey
á
Dios
en esta
cuydan-
á la torre y
Rey don Hernando por amor de Dios que tanto bien y tanta honra te ha hecho te ruego que me hagas una merced tu e tu ricos ornes el rrey
y dixole Señor
H
y
don Hernando
como
se
pagaba del dixo que
le de-
mandase y dixo el juglar señor pidote por merced ^ üe comas ¿eras? conmigo tu y tus ricos omes. En k^en hora dixo e*
juglar
di *o
el
J u §lar
el rey
encima
rey
de
como
señor en a
pero donde comeremos e dixo la torre
de
la
iglesia
mayor e
tanta gente cabra alia. Et dixo el qu ella torrecilla
de encima cabras
tu
C° n
cincuenta en esta otra de las almenas cabran quimentos. Dixo el rey pues comamos alia eras e otro a levantóse el juglar
muy
^aba faciendo de comer á 0 fué ora a
á
de
comer e
tercia el
fue
al
acucioso
muy
como que
an-
gran priesa e quan-
rey y dixole señor an-
rey e los ricos
ornes fueron con
— e
el
cató toda la
e
1
—
66
subieron en la torre e
como
villa
muy fermosa
quando de
parescia
el
fue
suso
allí
muy
bien
omes ben-
é dixo contra sus ricos
dicho sea Dios e su Santa María que nos
dió a
ganar tan noble cosa e dijo contra los ricos ornes aquellos pendones
vuestros
E
son:
dixeron ellos
cada uno de nos posamos a gran anchura c eso
mismo rey
cada uno sobre
los concejos
como
también dixo
re yo:
dezides
lo
juglar señor
el
señor vedes
cejo aquel
E
pues
de
otro
vos
aquel pendón
es
tal
aquel asi
ir
de
con-
tal
rico
los otros.
con
la
flor
de Cas-
villa
esta y er
'
la
er
'
tu
rey á buena fé
el
y dixole tu
£
mostra-
de fulano
de todos
que aun no poblamos todos
villa
res
otro
lo
León e ves quanto en
señor aquí eres
e de
mo. E dixo
mo
el
dixo
loado sea Dios.
si
pues mejor
orne aquel otro de fulano e
tilla
E
si.
bien lo veo y dixole el juglar Pajas vedeslo
juglar pues
el
á Castilla
y
dizes
mucho la
está
y
mitad de
como señor
qu
te
que dejaras aqui
I
'
a
c'
qu¡ en
pueble cata señor que si della sales una veZ nunca en ella entraras otra vez. E señor lo A 00 la
te
finca
que aqui
de
adonde
lo
honrrado
ni
vivir
ni
tan
puedes tan
Vivir
mejor
vicioso
ni
t
ant0 u
a servicio de
Dios. E el rey cato contra el j 116 dixo siempre oy dezir tengo A y agora uC es verdad que de locos á las vegadas salen b 0 glar e
nos exemplos e
si
no
te
creo Dios nunca
me
«fO J-
— ga. to
d
E á
dixo
el
rey don
IÓ7
—
Hernando. Agora prome-
Dios que en toda mi vida de aquí no vaya
Castilla
y aquí será mi sepultura y desta ma-
nera finco don Hernando en Sevilla hasta que murió en ella y se poblo muy bien la ciudad como nunca íué poblada según que es oy dia.»
LA PARROQUIA DE SANTA MARINA. '
Rescatada nuestra ciudad del yugo agareno por ^
a
^
victoriosa
uno de
^ 0r
templo
^rante
dos
el
por
>
1248,
de
gran aljama hispalense
la
cristiano,
cometido que
plazo de
un mes otorgada á los ven-
el
monarca
de sus personas y
^a
en
III,
primeros cuidados del conquista-
la habilitación
,
en
espada de Fernando los
llevó
á
cabo,
para que dispusiesen
santo,
Obispo de Córdodon Gutierre de Olea ó Dolea, que poco tiemantes,
bienes,
había sido electo
y que durante
el
el
Arzobispo
cerco de
tantos piadosos varones,
la
de Tole-
ciudad
fué
uno
que acompañaron 22
al
170
—
rey en la gloriosa jornada
de
— Ha. Purificóse, pues,
la
toma de Sevr
la
mezquita no
sin
tes
se alterara su primitiva disposición,
do
la
en longitud,
latitud
presbiterio j encías
del
oriente;
y una vez entrada ya
los ricos-ornes, capitanes,
maron parte en esfuerzos,
mo
lo
por
el
la
el
las exial
mirasen estas partes
cristiano,
ritual
an-
para que orientados
mayor, con arreglo á
altar
y
que
convirtien-
ciudad, hallaron
la
adalides,
conquista, justos
y cuantos premios &
to-
suS
siendo recompensados con largueza co-
prueba
el
interesante documento, conocido a cuyas copias han llegado
Repartimiento,
nuestros dias, autenticidad.
si
bien
Dióse,
ganado,- encargando
dudan graves autores de pues, el
comienzo á
monarca
al
sU 1°
repartir
Obispo don
su confesor, á Rui López de Mendoza Gonzalo García de Torquemada, Pedro Pl aZ
Raimundo á
quez Adalid y Fernán Servicial, de llevar á cab° ul dicho cometido, y también habilitar las mezq tas
para templos cristianos,
bo de
como
realizarse, erigiéndose
en
efectivamente iglesias
ho
parroq u,a
las de Santa Catalina, San Vicente, San MaSan Miguel, San Román, San Andrés, Santa
’
les,
rina,
colás,
NiSanta María, Santiago, San Márcos, San
San Estéban, San Lorenzo, San Martin,
Bartolomé, San Julián, Santa María Magdalena Ildefonso, San Pedro, Santa Lucía y San Joan tista,
concediendo años después
el
San San -Ba
Ad° rey don
^
„
— so
X
I
7
—
I
para sinagogas de los barrios
á los judíos,
en que moraban, las que
conocemos hoy con
las
advocaciones de San Bartolomé, Santa Cruz (que fué la
vencidos
No ele
durante la invasión francesa) y Sanasí como su padre dejó á los
destruida
María
la Blanca,
puede atestiguarse
templos, por
estos
tores
de San Salvador.
la
sólo
y cronistas sino
ellas,
t'sfactoria
toás,
el
antiguo origen
dicho de cuántos
que
tal
aserto
halla
cumplida y
sa-
cuando acentamente se es-
monumentos, porque todos
ellos,
unos
otros menos, conservan indefectibles muestras
y elocuentes restos de las primitivas
hometanas. tr °
escri-
de esta ciudad que han tratado
afirmación,
tudian dichos
el
culto,
llaron,
fábricas
ma-
Las necesidades y exigencias de nuesel mal estado en que muchas se ha-
y los religiosos sentimientos
que animaban
á
nuestros reyes y próceres, dió lugar á que paulatinamente, y en un período muy corto de tiemh°i
fueron
ciales ^
es
esperimeutando estos
restauraciones, ya notables
hacían
^Iterando
ejercida por
los
si
bien
de
la
grandísima influen-
conquistados sobre los con-
citadores,
pues en muchos de rcinamente combinados con los 0r nos
ya par-
perder de su originalidad y carácter, sus formas y trazado, en cambio son
°y irrefutables pruebas Cl a
edificios,
obras, que
del
estilo
ojival,
ellos
vemos
lincamientos
po-
y
que ya había tomado
— carta
de naturaleza en
menores del rifes
que
cristianos
tantas y
las artes
de
de
los
antigua
adornos y por-
olvidarse los
sin
ala-
tradición
románica,
tan profundas raíces había
echado en
primera
Sevilla
tada y
musulmán, la
castellanas.
vierten á les
arte
—
172
Castilla,
en
vista
las
y ciertamente
algunas
mos han de
Estos tres
partes
ad-
se
parroquia-
iglesias
interesantísima por-
templo de que
del
tratael
riquísimos datos, para
íacilitarnos
esclarecimiento y
la
elementos
prueba de este aserto.
IX Antes de pasar más adelante en nuestro
hemos de
advertir al curioso
cuando de trata, lia,
de
la
los
única manera
cipios
monumentos
antiguos
influencia del
ciertos hechos,
que no debe
estilo
de encontrar
fácil
por
Scv* ¿
explicación
las reglas
arquólogos para
los
sificacion art'stico-cronológica. Así,
s6
sevillanos
románico en
que se apartan de
establecidos
estudio»
olvidarse')
y P
rlD
a la c ^
por ejempl°)
ve
remos frecuentemente que las proporciones y ^ ° neas de las portadas del primer período ojiva* n corresponden, por lo general, con
y asignadas á erigían,
las
fábricas
las establecida
0 que en este tiemp
y á no ser por esta
influencia,
sorprend
s
—
—
173
con razón, ver aquéllas mismas empleadas ó
ría,
aplicadas
á
como
les
monumentos
algunos
las
de Santa Marina y San
damos toria
escultóricos,
que se ven en
efigies
Empero,
Julián.
satisfac-
explicación.
El docto cronista Ortiz de Zúñiga
templo, así
de
como
de San Román, Onniurn Sau;-
los
y San Miguel, fueron
Pedro
I,
respetable palabra
la
obras no debieron extenderse á
ornamentación de
la
por don
reedificados
y á instancias del Arzobispo
mas, apesar de
cilios
don Diego
ciudad
esta
en sus Ana/'s, que este
asienta
torurn
tales
recor-
si
más
esta circunstancia, hallaremos la
ta-
portadas
las
imafronte
don Ñuño; del analista,
las
ni á los
partes de
demás
adornos que se hallan lepartidos por
brica,
pues estos
denotan,
sen-
la
fá-
género alguno de
sin
duda, mayor antigüedad.
La de
iglesia,
según se halla
naves, la del centro,
tres
formando
al
cabeza,
te
ábside octogonal, cuyos muros
vas
muy
esta prolongación
con
consta
su
rompen
lancetadas,
características,
trechos ajimeces
presente,
más prolongada por
la
elegantres oji-
formando
correspondientes
sus
es-
parte-
luces en los centros.
Tiene Tes puertas, las dos que boy están tapiadas corresponden á las naves laterales, ar quería
y su único ojival,
ornato
sobre
la
grandes rosetones calados,
lo
que el
componen se
de
sencilla
encuentran la
dos
derecha be-
—
—
i 74
ría,
compuesto de una elegante y ligera lacemuy curioso ejemplar que debe conservarse
con
el
llísimo,
mayor cuidado;
de
el
izquierda, es
la
moderna. La puerta que dá ingreso
fábiica
plo hállase á los
pitfs
de
nave
la
de
tem-
y
bien
central,
al
merece algunas palabras. Forma su parte superior un alero ó tejaroz que arranca del muro, salien-
do de él 97 centímetros, sostenido por catorce cabezas de leones, viéndose los espacios que dejan éstas
entre
adornados
sí
dos.
Rompen
se'rie
de ocho arcos
can
el
con
túmi-
arquitos
muro, formando
la
puerta,
ojivales concéntricos,
de una imposta, prolongados en
que
las
una
arran-
jambas
por otros tantos baquetones, que, en su mayoría, están destruidos. El más exterior se vé ornado de origrandes puntas de diamante y zig-zags, cuyo gen románico adviértese á primera vista. La de-
coración de
dose en
la
imposta es interesantísima, mostrán-
ella cabecillas
de higuera y de
vid,
del loto, la figura de un
humanas y de flores
descifrar,
la
y
las
otros
No
he-
ocasión, que ahora se nos ofre-
respetuosa súplica á nuestro Eminen-
tísimo Prelado y á los señores Párrocos
desaparezcan de una vez vienen
hojas
á causa de
capas de cal que los ocultan.
mos de perder ce de dirigir
fieras,
parecidas á
pastor con ovejas
más adornos, imposibles de las múltiples
muy
las
cometiendo en todas
las
para q ue se
q uC antiguas iglesias
graves
faltas
— parroquiales
de
empleo de
sivo
un
la cal
—
i?5
Sevilla,
á
consecuencia
mal entendido celo
las
maltrata y afea,
posibilitando el estudio de apreciabilísimos nores, y,
lo
bien
im-
porme-
que es peor, dando una muestra de
ignorancia artística,
muy
abu-
del
y de otras tinturas con que
que no nos deja por cierto
parados á los ojos
de tantos entendi-
dos viajeros que constantemente nos
visitan.
XII En de
la
de
clave
la archivolta
de que acabamos
y adosada al muro, hállase una tosca escultura, ejecutada en piedra franca, que repretratar,
senta á
sentado, bendiciendo con los dos
Cristo,
brazos levantados, teniendo á cada lado cobijadas
Por umbelas ojivales y sostenidas por ménsulas, que figuran cabezas
dos
estatuillas,
humanas groseramente esculpidas, la
Virgen con
el
Niño Dios á
la iz-
quierda y una Santa á la derecha. Más abajo, otras dos representan á Santa Catalina, según parece indi* Ca rlo la
rueda que sostiene con las manos, y otra imágen íemenina con un libro. El caráeter distintlv o
de estas estátuas, revela, por sus proporciones,
a ctitudes,
ron
dibujo y ejecución de
esculpidas,
siguiendo
la
paños,
que
fue-
tradición románica, y
— ni
del arte
influencia
Acaso cal
—
176
un sólo rasgo se advierte en
que
si
las
dríamos
algún
reviste,
ellas
que indique
la
ojival.
fueran
día
despojadas
y se examinaran
encontrar rasgos
del
arte
de
la
de cerca, pooriginario
de
Alemania, pero lo dudamos mucho. Son, pues, interesantes ejemplares para
el
es-
tudio de la estatuaria sevillana, y sobre todo, para
nosotros los sevillanos, que no poseemos estilo la
riqueza en obras
de
la
misma
en este
clase,
que
se encuentran en Búrgos, Ávila, Salamanca y Toledo. Consideradas bajo el concepto de esculturas
decorativas de monumentos, son las únicas que nos
quedan, juntamente con
nente de
la
tro juicio, fueron
de
la
la imá-
que adornan
ejecutadas poco
á
y,
nues-
tiempo despueS
Reconquista.
Viniendo ahora
que
las
parroquia de San Julián,
es
uno de
los
al interior
de’
mayores de
templo, diremos Sevil'a,
esn
'ele-
gante ábside oculto por un pésimo retablo churr.-
procedente del ex-convento del Carmen de esta ciudad, en cyyo nicho central se venera una imágen tallada en madera, que representa la gueresco,
Santa Titular, obra de exíg 10 mérito. La que hadeb da al inteligente Bernardo
bía anteriormente,
de Gijon, que cubría
así
como
la
nave
el
del
hermoso techo de centro,
consecuen-" a del voraz, incendio
alfarje
desaparecieron ocurrido en
2
&
de
—
—
i77
Febrerd de 1869: abrióse
al
culto
nuevamente
el
templo en 30 de Agosto del mismo año.
Ocho son ios
que
los retablos
cuales están formados
que existieron en tercienses,
buidos
el
los cis-
llamado vulgarmente
al escultor
adornan, cinco de
ex-monasterio de religiosas las
Dueñas, y
atri-
En
éstos
Juan Martínez Montañés.
hállanse algunas esculturas
hazas y disposiciones, °stán
lo
con fragmentos de
apreciablcs,
indican
bien sus
si
á primera vista, que
compuestos á retazos, como acabamos de de-
Clr *
Notaremos entre
as,
el
los tres retablos
más moder-
buen lienzo que representa á Santa Ana
lee*
c i°n
á la Virgen, que se halla colocado en el segundo lugar de la nave del Evangelio, perteneciente al es tilo est
de
la
antigua escuela hispalense; pero que no
imamos de
tan sobresaliente mérito
como
le atri-
buyen algunos escritores sevillanos.
No hemos de a atención
de
terminar estos apuntes,
los inteligentes,
sin llamar
acerca de
la traza
y
disposición
que se advierte en algunas de las capillas de este templo que á nuestro juicio, son todavía restos
de
la primitiva-
construcción mahometana.
Tal parecen indicarlo
la
primera de
la
nave de
Epístola y la correspondiente á ésta en el Evange°’
que es hoy
^ c diata *°das, as ' e
uta
el
Sagrario, así
como también
á esta última. Sus trazas,
la in
-
que son iguales en
constan de un sencillo cupulino octogonal que
sobre una planta rectangular formándose
23
las
T
I78
pechinas con bovedillas cortadas por
ma-
arista, á la
nera mauritana.
Una
observación haremos, en cuanto á
prime-
la
ra del lado del Evangelio, y es que en su construcción difiere de las anteriores, por hallarse su cupulilla
sobre arcos que estriban sus columnas en her-
mosos
capiteles
que apesar de
las
romanos de órden
ten, nótase el claro-oscuro y las
los
en
corintio,
gruesas capas de cal que los revis-
pureza que distinguió á
producciones del siglo de Augusto.
IV Dificúltase también dun
más
el
exámen de
l° s
referidos capiteles, por encontrarse en un oscuro P a
'
muy de ag ra sU señor Cura párroco actual ordenase
sadizo que conduce á la sacristía; sería
decer que
el
limpieza; pues, una vez despojados de los enlucidos)
podríase
fijar
más atinadamente
el
estilo
artc
y
que corresponde, exclareciéndose este punto y P° niendo á la vista sus belleza. Los grandes vanos un que forman estos arcos, hállanse cerrados por
muro, que estimamos posterior. Estas fábricas, que frecuentemente
,
vemos
.
rep ctl
das en muchos de los antiguos templos sevillanos, taban adornadas exteriormente con un sencillo
es
ant e
—
179
—
Pecho de almenas dentelladas, como se ven en
las
Parroquias de San Andrés y San Isidoro, y en algun as rompían los muros ventanitas ciegas, de ojiva tú-
mida, con primorosos lóbulos ó angrelados. Difícil en
extremo se hace, según nuestro
sin
exponerse á equivocaciones,
dición fices tra
el
juicio,
clasificar,
período
artístico a
corresponden estas construcciones, pues
fine
mahometana
tan viva, y
arquitectura,
de
la tra-
se conservó entre nuestros
modo
tal
artí-
llegó á influir en nues-
que no se encuentran en muchos
ca-
s °s
la menor diferencia que nos enseñe y pruebe cuáks fueron levantadas por los islamitas durante su
dominación, cuáles por los cristianos. Parte material y plástica,
como
en
Tanto en
la
la estética
y árnica, son en un todo semejantes, y no hay para ^é decir que, si una vez faltan los caractéres distin-
gos de a
estilo y arte,
clasificación,
ha de
ser
siempre aventurada
no olvidando, como arriba dijimos,
grandísima influencia ejercida por los agarenos, fi
Ue
permanece arraigada entre nosotros hasta bien
ent rado
n,tos fi
Ues ,
fi"
el siglo
XVII, de
lo cual
podemos
citar infi-
ejemplos en los templos sevillanos. Debemos, ya en estos casos, valernos de los datos
a dos
por
la tradición y
por
la historia,
níinis-
y en éste de
tratamos búllanse contestes, asegurando ambas, Ue íué primitivamente mezquita.
^ante
en nuestro estudio
hacen mención
las
sin
No
pasaremos ade-
consignar un hecho de
antiguas
Memorias de
taes
— parroquia, que,
i8o
—
apesar de verlo repetido en todos
nuestros historiadores, no nos merece
por oponerse á
dito,
las
el
menor
cré-
enseñanzas arqueológicas.
Refieren aquéllas que, conquista,
existía
una leyenda con blo se hizo
el
letras góticas,
que decía: «Este
año 604.» Basta sólo
ciación del año te,
pocos años después de la reen esta parroquia un cuadro con
la
para que lo neguemos rotundamen-
y nuestros lectores estimarán todo
merece una inscripción del góticas.
reta-
simple enun-
siglo
Nació tan apócrifa noticia
sin
q ue
el crédito
VII escrita en
duda
letró*
del inmo-
derado deseo de nuestros mayores de aumentar el interés de los monumentos, asignándoles la más re-
mota antigüedad. Pudo muy bien visigodo en
el
alzarse un templ° 1,0
actual; pero
emplazamiento del
esta
hace fuerza alguna ciertamente para corroborar opinión
el
de hallazgo del cuadro con la leyenda
604, y tamposo tenemos noticia de haberse 'encontrado monumento epigráfico alguno que lo atestigüe* eS
esta ligera digresión, continuaremos manit e tando que pocos ejemplos tan notables pueden ofr
Hecha
cerse en las iglesias parroquiales
más
ciones
que distinguen á
los
mezquitas mahometanas, riña.
de
ostensibles se manifiesten las
Las dos
capillas
Sevilla en
de templos cristianos
como en
esta
de Santa
anteriormente citadas,
que da
á la callejuela
de Santa
el
u0
^ I
3
^
forr*1
parte del antiguo mihrab, viéndose todavía en ro exterior
<I
1 distintas ortt'
n
^
M ar,n
’
—
—
i8i
una ventanilla ciega, de
y construcción mauri-
estilo
tanos. Hallábase orientada la
sulmana de N. á tes partes;
como
S.,
cuando se
trató
mu-
primitiva fábrica
prueban estas interesan-
lo
de
erigir la iglesia cristia-
na, enclaváronse las naves dentro
de
la
mezquita en
sentido contrario, esto es, de Oriente á Poniente, de
cuyas resultas
ron á formar
que
es lo
sión
de
las partes
respetadas de aquélla vinie-
cabecera de
la
mismo,
las
segundas naves, ó lo
de
los brazos
la cruz.
Esta inver-
comprobada por repetidisimos de este modo, á poca costa, se con-
ejes hállase
hechos, y
así,
vertían las mezquitas en templos católicos.
Estimamos que con dentemente que
lo dicho
los cristianos
fábricas las partes
so
demuestra
tomaron de
que podían adaptarse á
sidades y exigencias de nuestro :ulto, y de ra
aprovechaban
lo construido,
evi-
ac uellas las nece-
tal
cue podemos
mane-
citar
caso de haberse cortado en sección longitudinal
gunos miembros de
gando una mitad
como
la otra,
al
las primitivas
nueva
mezquitas,
el al-
agre-
y dejando en pié presente hemes descubierto en el á la
iglesia
templo parroquial deSan Esteban. Este hermoso ejemplar
de
arte mauritano
encuentra rivales en Catalina, y
como
que acabamos de
las capillas
éstas, ofrece
de
citar,
la iglesia
sólo
de Santa
muestras de interesan-
tísimas lacerías.
En a ltar
la
última grada del presbiterio, á los pies del
mayor, se vé una gran losa sepulcral con
ele-
gante leyenda latina escrita por
Montano, que guarda
el
sabio Benito Arias
las cenizas del ilustre autor
la Historia
Imperial y Cesárea,» Mcxia, y dice así:
del
insigne
do
Pedro
PETHO MESSIAE PATRITIO H1S PALEN, EX COLLEGIO VITATIS
ET
XX1III CI
PROCER ANNOR
Lili
ANNE MEDINE ET OSORIO
D.
PATRITIAE ANNOR
LX1I D.
FRAN-
CISCVS MESSIA PARENT1B FIISS
AC DESIDERATIS ET
XII
EX EOD
CONJVGIO FRATRIBS VNICYS SV
PERSTES MOER POST EXCESERE VITA VIR
VIII ID
JANVAR CID
VXOR XVI CAL SEXTIL SIT
IOLII
CIO IOLXII
GLORIA DEFVNTIS.
HOC JACET EXIGVO PETRVS MEXIA SEPULCHRO
GRATVS CAESARIBVS REGIBVS ET POPVLO <^VI
CAVSAS RERVM FOELIX COGNOVIT ET OMNES INGENII ADIVTVS DEXTER1TATE SVI
ET
qvi
CAESAREOS SUMMA CVM LAVDE TRIVNPHOS
EDI DERAT,
CLARA NOBILITATE POTENS
9yi CVRAS ANIMO VICIT FORTIS^VE FVGACES
RISIT ET
ETERNAS CONCILIA VIT OPES.
— Terminamos aficionados
do
al
—
183
estos apuntes
al arte pictórico, el
pincel de Alonso Miguel
recomendando
á los
bellísimo lienzo debi-
de Tovar que adorna
el
centro de un hermoso estandarte de los vulgarmen-
te
llamados Sin Pecado y por último el grupo esculdel Paso de la Mortaja, cuyas buenas estátuas
tural
son obra de Pedro Roldan
En cuanto
el Viejo.
á la torre actual
de este templo, tam-
bién ofrece caracteres indudables de haber sido
al-
minar, y no nos detenemos en su descripción y estudio, por no ofrecer tanto interés como la bellísima de
San Márcos,
la
muy
curiosa
de Omnium Sanctorum
de Santa Catalina, que, hasta hace poco tiempo,
y la
con justicia las miradas de los inteligentes y que hoy, gracias á una mal entendida restauración, se ha perdido para los artistas y arqueólogos. atraía
/
-Stv
LAS CASAS CAPITULARES DE SEVILLA
-4—Shí<*¡«-
Ignorado tos insignes
presente
al
nombre ó nombres de
el
maestros que llevaron
brica
de este suntuoso
to
los escritores sevillanos,
de
mente su dirección toctores
^e
leerán
.
edificio
gusto
la
cabo
la
mayor
fá-
par-
y atribuida errónea-
creemos que nuestros
á otros,
con
á
por
las
siguientes
noticias,
extractamos de los documentos originales que
°bran
en
el
Archivo
municipal y que estimamos
Ve n ahora por primera vez
la
cto Zúñiga y
infatigable
González de León ca-
de
los arquitectos á quie-
el
ban enteramente nes Sevilla
al tratar
encomendó
luz
estas obras;
pública. El eru-
Llaguno y Ami-
— rola en su notable tectos y
arquitectura
rno
fólio
de
i.",
el
de España, de
dice
que
diligencias
las
guar
132,
—
iS6
obra «Noticias de
se
esta
en
Ayuntamiento no
comenzó se
to-
el
«Apesar
suerte:
han hecho para
arquitecto que trazó y
sada casa de
arqui-
los
etc.,»
averi-
expre-
la
ha podido
conse-
guir, y sólo consta que Juan Sánchez , maestro maestro
mayor de
la
ciudad, dirigíalos trabajos en
que ya se celebraban en y que se acabó en
que
:
1564.»
Ahora veremos por á trascribir,
545
1
en 1556
ella los cabildos
los
documentos que vamos
como
este Juan Sánchez aparece
aparejador en una nómina de jornales, fechada en 30 de Junio de 1533, mientras que en otra de
1528 se cita al famoso Diego de Riaño como maestro mayor de la obra. 25 de Enero de
insig ne
Es para nosotros indudable que este artista
estuvo
al
frente
año de 1533, en que
de
ella
falleció,
hasta el referido en q ue
á tiempo
iba á comenzar los trabajos para la magnífica cristía
Mayor de
cutada, con tin
cuya traza dejó
la Catedral,
arreglo á la cual hizo un
modelo Mar*
de Gainza, su aparejador, que una vez
bado, logró llevar á cabo.
Á
partir
sa-
eje-
de
la
api' 0
'
feeh 3
que arriba consignamos, de 25 de. Enero de i 5 2 ^’ ' demás que hemos examinado, por tc r minar en 10 de Noviembre de 1533, no vuelve ’
hasta las
á
aparecer
el
dicho Riaño,
por lo
cual
concep-
tuamos que acaso sería sustituido por Gainza en estas
De
como
obras,
sentir
lo
fue en
las
de
Catedral.
la
que no hayamos logrado encontrar
es
nóminas de años posteriores, que nos dieran acerca
de
este
extremo, pues hasta
no se terminaría, como comprueba
luz
de 1564
el
la siguiente ins-
cripción que se colocó en un pilar que estuvo al pié
de
fachada que mira á
la
la
calle
de
las
Sierpes:
REINANDO EN CASTILLA EL MUY ALTO¡
Y MUY CATOLICO,
ROSO REY
D.
Y MUY PODE-
FELIPE SEGUNDO, MANDA-
RON HACE ESTA OBRA, LOS MUY
ILUS-
TRES SEÑORES, SEVILLA, SIENDO
AS-
SISTENTE DE ELLA EL MUY ILVSTRE SE-
ÑOR
D.
FRANCISCO CHACON, SEÑOR DE
LA VILLA DE CASARRUBIOS, Y ARROYO MOLINOS,
Y ALCA YDE DE LOS ALCAZA-
RES, Y SIMBORRIO DE AVILA. ACABOSE A XXII
DIAS
DE EL MES DE AGOSTO DE MDLX1I AÑOS.
De *
todos modos, es para nosotros indudable que
Diego Riaño se debió la traza del gran monumento, no sólo por lo que acabamos de consig-
nar,
sino
sus
partes,
también porque, examinadas algunas de
de
tivos
hallamos
la
en
inventiva
muy
rasgos
ellas
y gusto
distin-
de aquel
artístico
maestro.
Pocos eran entónces llarse
á las
to
mos
por
influidos
en
tradiciones la
traza
de los
Sacristía
no obstante
los que,
ha-
Renacimiento, rendían
el
del arte ojival,
y adornos
y
cul-
nos
si
que aparecen
fija-
en
la
y volvemos después la vista
cálices,
bellísimo vestíbulo
al
res,
de nuestras Casas Capitulaencontramos tan notable semejanza y tantos
puntos de contacto, que nos convenceremos sobradamente que una misma mano tuvo que trazar con singular primor y elegancia las frondas y cresterías, la
sus ligeras
y otra fábrica. último
y frisos, y ornamentación de una
Con Riaño parece que
suspiro el
explendoroso arte
después de su muerte, apenas cencias
en
las
toda
baquetillas
sóbria, pero elegantísima
de aquel soberano
más grandiosas
si
que
catedrales
naba á
lo
ideal,
la
permite
la
frase,
y los maravillosos
que se forjaron filigranas
los
espíritu,
pináculos, los
de San Juan de
los
La»
real domisi
se
me
ensueños en
arbotantes,
Reyes, y
las
g¡o
^
aS
an '
bóvedas y las caladas tracerías de nuestra Catedral trocábanse un siglo más tarde por las itf>' tescas
'
intervino
españulas.
influencias italianas lo invadían todo, lo al
así,
y
hallamos remin¡ s
ingenio
cabeza
el
exhala
ojival;
— ponentes y
de
pié
189
imágenes que tomaron forma sombrías montañas escurialenses. frías
las
Los documentos que hemos encontrado, el
siguiente
al
tiene
epígrafe:
OBRA DEL CABILDO NUEVO
<»
Señor Baltasar do Alcocer mayordomo de Sevide los maravedises que en nuestro poder es-
v illa,
tán librados,
para la obra del Cabildo que la ciudad mandó hacer en la Plaza de San Francisco; dad y pagad á las personas contenidas en esta c opia z °n
los
maravedises
que en
que han labrado en
Peones y cal desde martes y quinientos veintisiete años n oviembre
ella
dice
por
ra-
obra de cantería y 29 de octubre de mili
la
hasta
del dicho año que
sábado
2
de
según dirán son
las
siguientes:
á
Arnao aparejador de cuatro
á Juan Vizcayno á 2
á
Tomás Francés de
á Vexines
de cuatro
x [2
dias á 3 reales,
reales,
cuatro dias á
2 i[2.
dias á 2 i[2.
(i) En el libro en que se contienen estos documentos aparecen colocados en el órden mismo con los copiamos.
— á Picardo de
4
—
190
á Andrés do Palacios de dias A 2
dias á 2 reales,
4
i¡2.
y
A Martin de Gainza de 4 dias á 80 maravedises,
á Juan García de 4 dias A 75 id. á Vergara de 3 dias y i[2 á 2 reales, á Copin de 4 dias A 93 maravedises, á Martin de Saldivia de
1
á Francisco González de
á Pedro de
[2
Pamanes de 4
dia á 2 reales, días á 2 reales,
4
dias á
90 maravedises
á Lorca (Gaspar de) de 4 dias A 60 maravedises
de Gainza do 4 dias á 60 id. de 4 dias 90 id. A Juan de Ibarra de 4 dias 60 id.
A Juan
A Aparicio Martin
A Juan de Villafranca de 4 dias á 50 id. á Melchor de 2 dias 64
id.
á Alonso González peón de 4 dias A 40 id. á Almonacid peón de 4 dias id.
A Mérida
id. id. id.
á Juan Flamenco id. de á
Pedro peón
id. id. id.
id. id. id.
á Alférez peón de dia y medio, á Diego López Baquero, peón, de
medio
dia.
á Fíamete
de 3 dias á 40 maravedises, á Baeza peón de 2 id. á id. á Padilla 2 dias á id. id.
de adobar
las
parehuelas que se quebraron
seis
tablas y clavos 21 maravedises. á Rodríguez, Calero,
de
104 cargas de
cal
q ue
—
I
9I
—
ha dado en estos dichos dias para precio
el
la
dicha obra á
cahíz de i;2
ducado que ha de haber 2q3o así que suman todos los marave-
maravedises y i[2, dises en esta copia contenidos que habéis de dar é pagar á las personas que en ella dice maravedises.
Fecha
2
dias del
años los cuales pagad á
9357 mes de Noviembre de 1527 personas y tomad albalaes
las
de pago é pagad ante uno de los Con [adores de Sevilla.
Pagáronse estos maravedises contenidos en esta copia ante mi Juan Mexia Contador de Sevilla en 7 dias de Noviembre de 1527.
a
Cuenta de Jornales invertidos desde 4 do No-
2.
viembre hasta 9 del mismo (1527).
Llamase a Parece
á
Arnao maestro aparejador
otro artífice llamado Juan Rodríguez
gana á 50 maravedises cada
dia.
Otro llamado Juan Gonzatez á 65 maravedises diarios.
El calero se llama
Rodrigo de Arcos.
a
3
*
filero
Cuenta de Jornales invertidos desde 20 de 1528 hasta sábado 25 de dicho mes y año.
— Juan (Picardo) es Picardo de
la
el
192
—
nombre que
lleva el apellido
primera Cuenta.
Aparece un Juan Martin de Carasa que gana 60 maravedises diarios.
Otro llamado Mateo á real y i\2. Otro Juan de la Puente d 60 maravedises. Otro Juan Rodríguez d
id.
a ¿ Ontani ? d tres reales.
a de aver Diego de Ricino 5440 maravedises por
razón de 40 dias que ha fecho algo
(sic) en la dicha obra que son desde i.° do Diciembre del año pasado de 1527 años hasta sdbado 25 dias de este mes pr e ' sente de enero año de la fecha de esta copia d pro* ció cada dia de cuatro reales que fueron los dichos
5440 maravedises.
—a
de aver
vedises y 142
el
dicho Diego de Ricino 3333 ma,
que son del segundo
tercio
de
a"
los r
10.000 maravedises que se le dan de su salario p° año que se cumplieron en fin del mes de Diciembic mayop del año pasado de 1527 años por maestro
DE LA OBRA.
—a
de aver Francisco González portugués sacador de piedra de la cantera de Utrera 1224 maravedí' ses por razón á precio
—
de 9 carretadas de piedra que ha sacado la sacada á 4 reales.
cada carretada de
0
a de aver Francisco Sánchez Carretero vccia de Utrera 2290 maravedises por razón de la tia¡d a de las dichas carretadas de piedra que arriba dice 9
—
i93
~
precio cada carretada de 7 reales y
1 [2
cada carre-
tada.
— De arena de San Sebastian 12 cargas
á 6
ma-
ravedises la carga que son 62 maravedises.
— De betún para 1
las faltas
de
las piedras labradas
12 real.
Asi que suman los maravedises en esta copia contenidos que aveis de dar e pagar a las dichas perso-
como
n as 2
5
dicho es 19.316 maravedises y
i[2.
Fecha
de Enero de 1528 años.
a
4. Cuenta de jornales invertidos desde lunes 16 de octubre de 1527 fasta sábado 26 de dicho mes
y año.
aparece un Francisco Sánchez á 2 reales diarios, a
de aver Francisco González y sus compañeros
4845 maravedises que son de 19 carretadas que
tra-
jeron de piedra de Utrera á 7 reales y i¡2 la carretada de la traída.
5 .* 1110
Cuenta de jornales invertidos desde 30 de Ju-
de 1533 años
fasta
sábado
5
de Julio del dicho
año.
a Juan Sánchez aparejador de seis dias que labró 14
*02 maravedises cada dia. 25
— á Juan de Vexines
iQ4
-*
asentador de un día que labró
á 102 maravedises.
Germán
á
entallador 6 dias que labró á 85 mara-
vedises cada dia. ó Miguel
entallador por id.
de
á Juan
la
Pedro de Guadalupe
á
id. id.
Puente cantero á 68 maravedises.
á Juan de la Torre
id.
á
id. diarios.
d id. id.
id.
Á Martin Gainza cantero por 6 dias que labró d 6$
maravedises cada
dia.
á Diego Guillen cantero id. id. á 68 maravedises. á Juan
3
López cantero
Pedro de Praves
á
id,
tres dias á
6
id.
á
68 maravedises-
60 maravedises
dia-
s.
á
Diego de Vexines
el
mozo por
6 dias d
30 mara-
vedises.
Siguen los peones. á
de aver Pedro de Rebollar cantero vecino de de piedra 7 carretadas
Utrera 2856 maravedises por
que
trajo
de
las
canteras de
Moron
cerre á 12 reales
tada.
a
6.
del
Cuenta de jornales invertidos desde lunes
mes de
Julio
de 1533
fasta
sábado 12
dicho mes y año. aparece un Pedro de Prada cantero.
dias
/
e
—
*
9?
—
a
Cuenta de jornales invertidos desde lunes 14 de Julio de 1533 hasta sábado 19 del dicho mes 7-
y año.
de aver Gonzalo de Reina veedor de
a ros
que labran en
los cante-
obra del Cabildo nuevo 833 macornados por un mes que ha servido y la
ravedises y 2 residido con los dichos canteros que dias
de Junio y se cumplió
á 17 dias
de 10.000 maravedises por año
comenzó de
como
á 17
Julio á razón la
ciudad
lo
hene mandado. a de aver Jaq (sic) imaginario
compañero de Guipen imaginario 6.000 maravedises para en cuenta de ,
22 varas, y i[2 palmo de frizo que tiene lechas y medidas á 40 reales cada vara, parala dicha obra, quéda-
le
debiendo de todo esto 1802 maravedises.
8.
a
Cuenta de jornales invertidos desde lunes 21
de 1533 años fasta sábado 26 del mismo ^es y año. Se dá a Juan de Vexines el nombre de aparejaJulio
^ 0r
y en la cuenta quinta asentador.
*
9 10
Cuenta do jornales desde lunes 28 dias de Jusábado 2 de agosto de dicho año aparece
fasta
— 196 — un Francisco de Espino cantero
á
68 maravedises
diarios.
Cuenta de jornales desde lunes 4 de agosto sábado 9 del dicho mes y año.
io.”
fasta
Nada
11.*
to
Cuenta de jornales desde lunes 11 de agos-
de 1533
Nada
1
12.
de
interesante.
1
fasta
Nada
a
sábado 16 del dicho mes y año.
Cuenta de jornales desde lunes 18 de agosto
533
13.
fasta
interesante.
sábado 23 del dicho mes y año.
interesante.
Cuenta de jornales desde
Agosto de 1533
fasta
el
lunes
25
sábado 30 de dicho mes y
año. á Francisco López maestro de hacer letras de y medio que estuvo en hacer para unas armas maravedises cada dia y con 1 [2 real del betún.
utl
dia
a
14.
Cuenta de jornales desde lunes
11 i.° Setie*
—
i
97
—
bre de 1533 fasta sábado 6 de dicho
Nada
a
mes y
año.
interesante.
Cuenta de jornales desde lunes 9 de Setiem-
15.
bre 1533 fasta sábado 13 dias del
Nada
mismo mes y año.
interesante.
a
16. Cuenta de jornales desde lunes 15 de Setiembre 1533 fasta sábado 20 del dicho mes y año.
Nada
a
17.
interesante.
Cuenta de jornales desde lunes 22 de Se-
tiembre de 1533 fasta sábado 27 de
Nada
i8
,a
id.
interesante.
Cuenta de jornales desde lunes 6 de Diciem-
bre de 1533 íasta sábado 11 del dicho
Nada
interesante.
mes y año.
—
198
—
s
Cuenta de jornales desde lunes 13 de Octubre fasta 17 del mismo. i9-
»
»
»
»
»
»
»
»
»
»
a de aver Gonzalo de Fuentes vendedor de
la-
i)
218 maravedises por
drillos
que dió para millar
la
i)
238
»
»
ladrillos
))
terciados,
dicha obra del Cabildo á precio
el
de 910 maravedises.
20.
a
Cuenta de jornales desde lunes 20 de Octu-
bre de 1533 fasta sábado 25 dias del año.
Nada
mismo mes y
interesante.
21.“ Cuenta de jornales desde lunes 27 de Octubre de 1533 fasta viernes 3i dias del dicho mes y
año.
Nada
interesante.
a
22. Cuenta de jornales desde martes 3 o de Semistiembre de 1533 fasta viernes 3 de Octubre del
mo mes
y año.
Nada
interesante.
—
J
99
—
a
Cuenta de jornales desde lunes 3 de Noviembre fasta sábado 8 del tnismo mes y año. 23
.
á de aver Diego Gutiérrez vendedor de
maderas
de fes carros de medios pontones para cimbres del zaguan del Cabildo nuevo.
30
reales
las
I
a
24.
Cuenta de jornales desde lunes 10 de No-
viembre de 1533
fasta
y año.
Nada
interesante.
sábado 15 dias del dicho mes
LA ICIESIA DE LA UNIVERSIDAD LITERARIA.
Kntrc los más notables edificios que ya por sus Proporciones ó juezas c ular
'Uoso
J es ús
(i)
para se
ofrecer
de nuestros lectores como
templo de
Uccion
la
Universidad. Acordada
Casa Profesa por puso
las
la
la
primera piedra
el
la
ri
partí-
de ser visitados
pocos podríamos
interés,
°utemplacion
tr
empleados, ya por
que atesoran merecen muy
siendo dignos
estudio
mayor c
estilos
artísticas
con á
la
her-
cons-
Compañía de de su Iglesia
(0 Se instalaron primeramente en 1554 en las ^sas de don Francisco Fernandez Pineda: dos años es pues trasladáronse ¿otra propia del Veinticuatro Sev 'illano Fernán Ponce.
202
t
en
año de 1560 por el Obispo de Canarias don Bartolomé de Torres, concluyendo la fábrica á 2 5 de Marzo de 1579 y celebrando en ella el sacrie!
de
ficio
Misa por primera vez el Arzobispo don de Rojas y Sandoval. Tiene tres puerprincipal, que dá a la calle de la Univerla
Cristóbal la
tas:
sidad con
elegante y correcta portada de estilo greco-romano y algunas esculturas que aun cuando la de la Virgen Madre se reputa por ciertos autores como de Torrigiano, nosotros disentimos de esta opinión; de las laterales, una tiene la entrada por los claustros
que mira Ul
al
Oriente,
de
la
Universidad;
se encuentra
la otra,
tapiada.
mal gusto introducido por Churriguera hubo
de posesionarse de esta templo siendo modelos acabados de tal depravación artística los altares c] u0 lo
decoraban y algunas pinturas
al
fresco,
de q uü
más adelante trataremos. Viene atribuyéndose edificio
al
celebrado
la
Juan
traza
que otros afirman fué debida
Bustamentc que
floreció
á
de este hermoso por más
de Herrera, al
jesuíta Bartolomé
mediados del
siglo
y que fué uno de los primeros religiosos que nierun á Sevilla en 1554. Fabricada toda ella manipostería, es su planta de una cruz, con
la
navC
más prolongada, cerrando el crucero media naranja con sencillos casetones y
principal belta
linterna,
apoyándose
el
vl *
todo en cuatro grandes
es
sU ar
eos
sostenidos por ocho medias columnas estriadas
de órden dórico. Alzase el retablo mayor sobre cinco gradas de mármol blanco que prestan mayor elegancia y esbeltez á se
su
grandioso y correcto conjunto. Débeal célebre Alonso Matías que floreció
su
traza
á fines
del
corintio
en
XVI
siglo
consta de un
cuyo
sobre
zócalo
viden
el
y principios
del siguiente y
sólo cuerpo arquitectónico
entablamento
se
alza
de orden el
ático:
de madera dorada
y con tableros de mármol negro elévanse cuatro pilastras que difrente
Ocupados, Roelas,
en
grandes compartimentos,
tres
el central,
por
el
magnífico lienzo
de
Sacra Familia con San Gerónimo y San Ignacio de Loyola, y á los lados en los intercolumnios, otros dos cuadros del Nacimiento y Adopción do los Reyes, de su discípulo Juan de Va r ela. Delante de las dos pilastras centrales, sobre *
0s
la
mismos pedestales que
estatuas
trabajadas
Cu yas
b ajes fienzo c
°>
los
sirven
á
éstas
por Montañés en
genes de San Francisco
hay dos
1620, imá-
de Borja y San Ignacio,
manos son admirables y los roencolados. Ocupa el centro del ático otro
cabezas
con
y.
una Anunciación, de Francisco Pache-
y á los lados los
dos excelentes cuadros con San Juanes Bautista y Evangelista, del Racio-
t'ero
Alonso Cano. Todo el altar, á más de su legante traza, es de muy buena talla y dorado,
— debiendo
forma
de
tectura
atención
figurando
Sagrario,
el
—
204
nuestra
fijar
planta
cuadrangular
asienta un cupulino, en el
que
templete
el
un cuerpo de arquisobre
se
que
el
que se hallan
lindas
tres
ricas de color, y de estilo de Roelas. Háfechada toda esta obra á 25 de Marzo de
tablitas llase
1606. Pin
red,
muro
el
existe figuras
las
'
del evangelio, sugeto en la P a bajo relieve sepulcral de bronce, con
el
escudos y laude de don FranMendicoa y doña Catalina de Al-
yacentes,
cisco Duarte de
cocer su esposa. Esta magnífica obra, nteresante por los trajes
mucho por
bién
de
I
de Triana, fundado por
po en 1840
á
zuza y por
tam-
todo en l° s ex-convento de a
su ejecución, sobre
pormenores, fue trasladada del Victoria,
curiosa é
si
los personages,
expensas de
ellos,
Condesa de Bena"
la
del Doctor
diligencia
este tem-
.1
don Manuel L°*
pez Cepero.
La H!C
.
laude dice .
RISSIMVS
AVG M1NI
.
.
así:
IACET FRANCISCVS
MIL1TARIVN
.
PRAE MAX .
NOCVIT
CCNIVX
.
.
(^VI
.
ET
SVA
.
.
D
.
.
.
DVARTEVS
COMMEATVVM
.
MVLTIS
.
.
VIII
.
VIR .
C
•
Ch
V
.
PROFVIT ET
•
.
OCT
DE .
.
AL COC
MDLIIII
C
’ •
.
CATHERINA
OBIIT
.
—
205
—
Aquí yace Francisco Duartc proveedor general de Armadas y Ejércitos que hizo bien á muchos mal
las
,
á ninguno y doña Catalina de Alcocer Murió á 2 q de Setiembre de JS54,
La
figura
del
dura imitación de
do
su mujer.
,
varón viste tnuy elegante arma-
romanas, áun cuan-
las antiguas
tiene brazales completos: bajo el izquierdo
rece
apa-
hermosa borgoñota de alto crestón empenachado con plumas, y las manoplas: reposa la la
cabeza sobre
un
peto airosa águila
tocado en
la
bordado almohadón y orna el esployada. La dama lleva un
cabeza, collar de gruesas perlas, ce-
con mangas perdidas y rico cinturón: ambos descansan los pies en dos figuras de leoñido
brial
En
nes.
bre las
de
espacio central y se vé
el
bronce, notabilísimo
tercio superior, so-
al
dos cabezas,
por
el
escudo asimismo
el
esmero con que
está trabajado.
Está
presente colocada en
al
el
machón
niismo lado del presbiterio una imágen
gen sentada con
el
el
brazo
xxxiii
importancia. Contiguo
ya
faé
evangelio,
está
á nuestro juicio,
á
este el
sitio,
en
sepulcro del
maestre de Santiago, don Lorenzo Suarez
de Figueroa, tiago
del
del
la Vir-
Niño Dios en brazos, que tam-
bién se dice obra de Torrigiano:
carece de
de
de
la
fundador del ex- monasterio de San-
Espada,
en
esta
trasladado á esta iglesia,
ciudad,
de donde
cuya estátua yacen-
s
—
— por
es interesante,
todavía ejemplar de aquella decadencia en que
ser
cayó
el
rique la
206
mármol blanco
esculpida en
te
arte escultural en
á
III;
los
con
fidelidad,
palabras: núsculos,
los
pies tiene
curioso
Amad Amadi ,
nombre
,
tiempos de don En-
un perro, símbolo de
collar en
que se leen
las
con caracteres góticos mi-
célebre en los
de
fastos
la ve-
nación y del que hace memoria Argote de Molina en el libro de la «Montería do don Alfonso XI»
al
go,
de
XIX, diciendo que este es famoso perro del maestre de
capítulo
bre de un
que nos venimos
á lo
antes
dicho,
al
Sin
refiriendo.
clasificar
el
nom-
Santia-
embargo
esta escultura, ha-
remos constar de nuevo que no obstante cha del fallecimiento del maestre en
la
debió
aquellos
ejecutarse
antes,
pues
era
fe-
esta
1409,
obra
usual
en
tiempos encargarse los magnates en vida
sus sepulcros,
recordando á este propósito el de don Alvar Perez de Guzman, mandado hacer en
Genova por
este
rico-hombre,
mucho
antes
de su
muerte.
Su guiente:
epitáfio
es
como
sigue
en
la
página
si-
207
Simulacro del esforzadísimo y prudentísimo varón don Lorenzo Suarez de Figueroa trigésimo tercero ,
maestre de la Orden de Caballeros de Santiago en cuya institución hizo varias cosas piad¿osas útiles llevó y d cabo esforzadas empresas en los reinados de Enri ,
:
yac lid Juan l , y Juan //, consumó preclaras hazañas en la guerra contra los moros y siendo principal caudillo conquistó con sus caballeros los castillos
2o8 de
Pruna Feba y Ortexica en
este
,
Convento Er.
tua
el
hay
(i)
donde está
el
año de 1403, fundó en el año de 140Q
sepultado.,
basamento sobre que
esta
otra
se baila
la
inscripción: en
o >
g
O O
O pj H-í
*
2
2 O
PJ
>
en
<
pi
3J
g
3)
w g o 2
£ o
b o o x
pj
7¡
<
*—>
£ 2 — 2 PJ en
H H < )
r pj
en
H
<
H éñ pj
X o < en en
<
O
g > 2 2 O
2 H > e
>
< £ PJ
2 pj TJ
>
2 pj
o o g g < H > H < g > Z 2 O g O O o o X
2 o
H
tu
3J
>—
O o z o -» H O 2
PJ
H 3)
O 2 M W pi
O > r r •— en
o
a
3) ?»
O H < g H pj
g 33
pi
en
iñ en
<
D r ¡> < 3)
PJ
en
H en
<
>
> o o w
3)
g
PJ
£ en H 2
r < g
o
< g d
H
en 1J
£
< r > 3)
O
en ?»
en
HH
pj
<
PJ
N D
2 O
<
PJ
3
)
O .y
2 én
pj
33
2 O
> r
H 2 O PJ
w Refiérese al de .Santiago de (1) que ya antes hicimos mención.
/
la
Espada,
esta-
209 Simulacro del trigésimo tercero maestre de la Orden de caballeros de Santiago don Lorenzo Sitarez de Pigueroa fundador del Convento de dicha Orden. Profanado el templo por los franceses que lo convirtieron ,
en establo para caballos en villa libre de
'Durante los
tención en J
glcsia
1810 y luego que
se vio Se-
enemigos se restauró en 1816. acontecimientos
de
y perdidas
las cenizas
que
se
hace
saqueada aquella
la anterior lápida fue
de este valeroso cau-
—
En el muro frontero del mismo lado hay un buen retablo antiguo, pequeño, colocado dentro de dillo.
°tro baila
mayor, moderno, enfrente en
el
que
imitación del que se
es
opuesto brazo del crucero:
muy bella fino como
el
Pn'mero es de
traza al
c|
elegante. Consta de zóca-
m¡ento tan
gusto
del
Rena>
dos cuerpos corintios y ático, todos ellos adornados con buenas pinturas en tabla que conservan Sun reminiscencias del estilo ojival á pesar de haber S|
—
do ejecutadas en
el siglo XVI. Antes de pasar en nuestro exámen debemos para mejor conocimiento de nuestros lectores consignar las nota-
a delante
bles Ij
el *
mejoras que- por la iniciativa del Sr. D. Manuel °Pez Cepero se llevaron á cabo en este templo en año de 1 836 á quien deben los amantes de las ar-
es el
l0
haber reunido en
y posee,
así
como
el las
magníficas preseas que
haberlo despojado de los ma-
s retablos de pésimo gusto que antes ^piando además algunas partes de
^°
lo
adornaban,
las grotestas
27
/
I
hojarascas ros,
churriguerescas que
decoraron sus mu-
respetando aquéllos que, por su
bien
si
dadero mérito, debían salvarse de
la
ver-
destrucción:
entonces tuvo también lugar la traslación de los magsepulcros
níficos
apoyan en
los
de que luego trataremos, que
muros de
la
nave central.
Á ambos
se la-
dos de este retablo hay dos cenotafios de mármol blanco de ningún mérito, con dos detestables medallones
que quieren representar
nistas sevillanos
don Alberto
á los
Lista y
doctos
don
huma-
Félix José
Reinoso. Inmediato á este
que conduce
á la puerta
sitio hay un arco tapiado de que antes se hizo méri-
to, que mira exteriormente á Levante, en el cual, bajo dosel, se vé un magnífico crucifijo de tamaño na-
obra notable de Juan Martínez Montañés, c0!l Virgen y San Juan Evangelista á los lados, estas dos esculturas endebles, aunque del mismo estilo de tural,
la
Montañés. Una vez ya en la espaciosa nave hállase en primer lugar el suntuoso sepulcro de don Pedro Enriquez de Rivera, pertenece todo
más
florido estilo plateresco
si
el
monumento
al
bien ya la aglomera-
ción de ornatos, lo hacen en parte recargado, á pesar
de su delicada ejecución. Su
friso,
columnas y
arch>-
son de rica y esmerada labor, lo mismo q uC algunas de las estatuitas que decoran sus intercolum volta,
a
nios.En una sencilla targetaque se ve en la basa de urna sobre que se halla la estatua yacente de aq u<^ caudillo,
armado de punta en blanco,
se lee:
A.M’IIO.MVS
MARIA
DE
APÍULIS
DE
CIIARONA
Frontero bién de
al
mármol
anterior sepulcro
blanco,
hállase otro, tam-
esculpido
en Genova,
tan
y ostentoso como el anterior, de endeble ejecución en algunas de las partes de las figuras que lo adornan y de gusto plateresco. La estatua yacente rico
reposa también en una urna más elegante que
la del
sepulcro antes descrito y con el epitáfio siguiente que, en atención á la falta de espacio, insertamos en Ja
página inmediata:
—
—
213 o
o
R
25
13
>
O Cu C-
p r—
P Ln p c.
PACE
N
O O 3 c <
o’
en GAZINI
a.
p o o o
Cu
D a t
r-r-
O
>
O
Z z
r-i
s > 0 0
LA *
<
ü
vU
>
O
z a < o
C/3
a a a < en > a a
pj es
;? r > 2 z a z 2 O > .
O
•
•
en i-j
> Z
> >
C/í
C/3
•
O 0 0 a z a
aen
lo-
•
•
HAZER
*
C
O a
* J
*
o-
2:
EN
•>
Z > 0 • > g a O a r a > a0 z > PC n < O O a o Cfi
> en
z
r-*
0 > 0
* N
a
/«*
•
<
o
¿i
0 0 a en
co
£.
a s a a > Z O
c/>
> —
c/3
a a a a ü ~ a a o > o z a x v; o X > a a 0 <
c-
ca
> í> O a « > M > S z en a en > _ z a r o o en «3 > a PJ. •> a en > a >' O £3 z r o > . > es a < a > — o en a a a a a ;> es z a p z > a o a O' a O o o PJ en a pe HH z O a a a > w < 0 H • en . a 0 w — a 0 /2 r> 2 a
r
fO
a
H
*
O<
»>
o c o c
>
O > a >> > < O a > > 0 O z o (O íO a a 2 O en o > a .
£
0
M
SMO
0
r*
c
a
LO
M z en z a o z a z o a o >o z o a o a z o z a o a n z 2 ! <0
a Z > en
> a a a Z > a z z o > a o 1-3
o
re
a a
214
En ambos muros y
á continuación de los magní-
mausoleos descritos se han labrado el año de 1838 otros dos de manipostería, sobre cuyos basamentos de mármol blanco reposan tres estátuas ficos
yacentes sobre los mismos planos; las centrales son de varones armados de punta en blanco, las late-
de damas con ámplios paños y lobas: á la ¡os arcos y, por tanto, encima de las mencionadas estátuas, hállanse tendirales
mitad de los huecos de
das sobre unos planos otras dos, asimismo yacende varón y de muger. Todas ellas son de
tes,
mármol blanco y representan personages de
las
ilustres
casas de los Perafanes
carreros
y Ayalas, y sobre algunas debemos llaatención de los inteligentes por ser obras
mar
la
de verdadera importancia
En de
la
el
muro
epístola
central
de Rivera, Porto-
artística.
del enterramiento
del lado
hay una lápida que contiene
esta
inscripción:
ESTOS CUATRO ENTERRAMIENTOS DE LA CASA
DE RIBERA Y LA GRAN PLANCHA DE DON pedR°
AFAN SE TRASLADARON DE LA CARTUJA DE LAS CUEVAS EN EL AÑO DE 1838 Á EXPENSAS r
DEL EXCMO. SR. DUqUE DE MEDINA-CELI Y ALCALA SUCESOR DE LOS ESTADOS. EL CLAUSTRO DE
LA UNIVERSIDAD LES DIO LUGAR EN SU TEMPLO, HABIENDO RECONOCIDO EL PATRONATO
EL DR.
D.
MANUEL LOPEZ CEPERO, PROMOVEDOR
DE LA TRASLACION V COLOCACION,
En
los
entre los
espacios
de muro que quedan
primeros mausoleos descritos,
del
libres
ade-
lantado don Pedro Enriques y doña Catalina de Ribera y los últimos sepulcios, vense á derecha é izquierda unas losas
de mármol con inscripciones
doradas y escudos de bronce modernos.
La
del lado
del
evangelio dice
así:
Aquí YACEN LAS CENIZAS
DEL SEÑOR DON
PEDRO
PONCE DE LEO™, (QUINTO
SEÑOR DE MARCHENA, CONDE DE MEDELLIN, PRIMER
CONDE DE ARCOS Y DE DO-
ÑA MARIA DE AVALA MUGER, DE
D.
SU
JUAN PON-
CE DE LEON, CONDE DE AR. COS,
SEXTO SEÑOR DE MAR-
CHENA, DE DON FERNANDO
PONCE DE LEON, DE DON
2
1
—
6
LOPE PONCE DE LEON Y DE DOÑA ISABEL PONCE DE LEON, SU HIJA. R.
Bajo este
epitáfio
I.
P.
hay otro que dice
así:
o *>•
2 > 2 C
O Pl
Pl
r > 3J pi
o
> 33
Z < P1 73
2 n o
3) pi
N O pi
3>
q o
r o
w **
w
a > o
JO
33
3)
2 O >
33
33
33
> ü
> 33 H > O
Pl
en
c H Pl
2 31
r O
•s
O 3)
pi
O #>
a o 3)
O 33
en pi
< r r > o
l
>
C3
33
Zi
Pl
O
0
en
Pl
r r PJ N
M r o r
>'
c en
PJ
O z
O
o
3)
O
O z
X
> o H C > r o c p)
Pl
en ?»
en
o pi
r Pl
x o 2
O
0 Pl
r
0 o z < Pl
Z H O O
33 Pl
Z •
pi
r o o o H O 3)
O
o Pl Pl
33
a
> r > o > en
3)
O z
Pl
en
> z
33
P)
en
P)
en
Pl
tn
Zl
H O
H.
33
en
O c *-«
Pl
Z
O pl 33
en
z X X
Pl 31
C r H J»s
3
O z en P)
4 H*
en
z O P)
o
O
Pl
> o
Pl
> r r pi o 0
C 2 C
Pl
en
en
/§
N
)
> O c H en
p)
o en c z >
Pl
H 33
Pl
0
0 z en
<
3)
0
0 Pl M*
00
O'
H O
w
i!
o
pi
o
-)
31
>
H 2
w r w o > o o z
2 >
33
en
3)
Pl
Pl
c.
*-H
_N
O O
r
Pl
en
H > C
o
o O z
> 33
O O
pl
z o
'
o z 33
Pl
O 33
O 3)
o Pl
>
o o
O z o Pl
o
en
Pl
H o o
pi
r >
Pl
o > 2 r r
8 n n X Z ^ o
o Zi
>
r
o z 2
|
(9 'c
Pl' 1/1
n
.
— En
el
que se
muro de
—
217
la epístola
hay otra inscripción
lee:
Aí^UI
YACEN LAS CENIZAS
DEL SR.
D.
PEDRO
PONCE DE LEON, SEÑOR DE MARCHENA EL VIEJO Y DE
D.
PEDRO PONCE
DE LEON SU HIJO Y DE BEATRIZ DE EGERICA HIJA DE DON JAIME
DE ARAGON NIETO LEGITIMO DEL REY DE ARAGON. R.
I.
P.
28
sia
(i) Alude ĂĄ los otros de San AgustĂn.
tres
que estaban en
la. i t^
e'
-
—
219
Por último, levántanse adosados contra ros
otros dos
sepulcros
donde yacen, en
el
los
de ningún valor
mu-
artístico
Marqueses de
del evangelio los
don Antonio Desmaisieres y doña Manuela Fernandez de Santillana, y en el opuesto mu-
la
Motilla
ro
el
marqués de
las
rón y Motezuma:
Amarillas
don Gerónimo Gi-
junto á esta tumba vése una de
pésimo gusto que amengua en plendor del templo
de San
grado
alto
donde reposa
ilustre
el
el
don José Sartorius y Tapia. el examen de
Luis
Réstanos ahora para terminar contenido
en
nave central, detenemos
la
soberbia laude
sepulcral
grabada admirablemente 3
l
ex
conde
edro Afán de Rivera,
lo
ante la
de bronce en que se vé la
elegante figura de
que
ella
por
don
sóla sería
sí
bastante para atraer á los entendidos á visitar este
templo. c ho
78
i
Es un gran rectángulo que mide de an-
métro 97 centímetros y de alto
'lustre
a dornos
al
estilo del
ecada y apoyado S°rrion con I
alto
el
Renacimiento,
ta l
métros y
crestón
cabeza des-
de pico
de
y cimera de plumas, en escarcela que sugeta con el
derecho. El trazo general de aquella y los
Peregrinos °n
la
yelmo, que es
a falda del peto sobre la
^ r azo
s
2
En el centro está la efigie del magnate armado con arnés completo, con
centímetros.
pormenores que avaloran
trabajos de singular maestría y
de esta verdadera joya
artística
el
la
armadura
conjunto
no pueden
to-
iré-
z
fr
«
<
220 nos que admirar profundamente á cuántos
rededor de
templan. Al cripcion
concebida en
la
estos
figura
la
con
corre una
ins
términos:
O <
2L en
y :
H B Z O 2 Z B en
r b 33
o z b B > en
p £ <
< < * S (% g o Z H <
ni
0
g •"
73
g Ti
O o r
< < B Z
b o
en TJ
b 2
oí
Jñ
TI
>—
< r
_en
en
TJ
> a H a B Z O
a
< x x
< s
en TJ
/O c
'
b a <
>
en
en
> r H b 73
O a z o B
g
a b
pi TI
en
> Z H
w >
o < g
en
TJ
O
B z
<
en
/S O B B
H B g TJ
O 73
B O
< B 7¡
en
O O < o 73
B en
z > s TJ
r
B g O > z B -)
> O en
<
g g < g D B B £ S»
B ¡t>
g >
g >
a o o > O B H t-4
H < 5 c r
C 3
o r,
en
B Z B
73
íg o
B X
B S
O r B
C/)
CTQ
fD
2 qJ o
en
cr
>
o.
o
GB
o o en
g
;>
en
c *1
O
B r r B O ~ O
H3
en
O B
CTQ
H G
O 3
O*
en
2.
<
o
B X
o
i> tu
a r 0 B — >-<
3
LO
P»
r“
**
O D C O
> 2 O
D > en H
>
<—
¡a r-t-
ja Ceq
O — I
> o
B r > z
H í>
.
• •
73
K/eJi?
z > TI
LO
O
73
B
>
-c
c- S*
O P D o
aB
—
t>
CTQ
'-1
03
O O g >
O B O > r y g
> a /O '< a o pJ 73
o B r > z o r < N
$»
< éñ
O a B
en I
c B H ;>
a — TJ
P O o z o B O B r o en
0
2
>
g o r
N B B r B X g o en
B Z O 73
O O z B B 73
y TJ
?>
z c B a »-*
cu
B a
?•
a B en
za en este túmulo aquel que la virtud ensa a cantará has
hasta los astros á quien la debida ,
fama
el último día
en diversos tiempos gobernó dos amplísi-
:
mos reinos joven ,
el de Valencia
,
anciano el de
Arpó-
Mientras estuvo en Valencia resplandeció como su
les.
,
lucero , mientras en Italia, fué otro Héspero; injusto es llorar al que en los
una y otra parte viviófeliz vivo entre ,
hombres muerto para con Dios. (Trac!, por Zúñiga). ,
Rn
la
parte
superior
grabados se ven
los
de
plancha asimismo
la
escudos de
la
Casa
de Al-
calá.
Esta inapreciable joya artística hállase defendi-
da por una te
verjita
de hierro colocada recientemen-
á nuestras instancias, con
gaste de lo grabado en
manifestarse en los
Volviendo ahora
la cual
ella,
se evita el des-
que ya empezaba á
delicadísimos trazos del rostro. al
crucero pasaremos ante
las
de San Cosme y Damian y una Virgen en pié que se ven delante de los pilares que sos-
esculturas
tienen el gran
arco del presbiterio, cuya ejecución
es endeble, para detenernos ante el altar
de
la
Con-
cepción.
Consta de un gran arco revestido en todo su
tamaño de un cuerpo semicircular de órden compuesto coronado por un sencillo ático. arco
pos todo
lo
El vano del
ocupa un elegante retablo con dos cuer-
de órden conrintio. Enriquecen se halla
checo, multitud
estofado y
de
Pero bien ejecutadas
dorado
estatuitas al
estilo
de
al
el
altar
que
gusto de Pa-
distintos
tamaños
de Montañés á quie-
—
222
nes se atribuyen, acaso con fundamento, siendo
más notable venera en los
la
la
imágen
hornacina
de
la
principal.
muros del templo hay
la
Concepción que se
varios
Repartidos por cuadros
de
la
Escuela sevillana, apreciables.
Inmediato á este
altar
hállase el
sepulcro del
famoso Benito Árias Montano que hace pareja con el del maestre don Lorenzo Suarez de Figueroa. 'lambien tiene estátua yacente, y que, como la anterior, trasladóse del Convento de Santiago de la Espada. En la parte superior del mausoleo se leo el
/
epitafio
que insertamos en
Ja
página siguiente:
•
—
224
Consagrado al Señor de so de Fontiveros
y
— D. Alón-
los vivientes.
Convento de Santiago de Sevi -
el
lia, venerando la memoria de su Prior en otro tiempo Optimamente benemérito pusieron y consagraron este monumento , para guardar con honor los huesos del varón incomparable por todos títulos digno de ;
,
,
mayor y más augusto monumento Benito Arias Afon taño
,
doctor teólogo
vino beneficio ,
p lieador
intérprete admirable
,
de los sagrados libros
del textimonio de
N.
S.
y
,
por Di-
atentísimo ex-
Murió en ijg8 á
la
edad de 7 / años.
En crita
mos en
el frente
de
la
por don Félix á la página
ésta:
urna hay otra inscripción, J.
Reinoso,
la
cual
inmediata por carecer de
es-
traslada-
espacio
225
Aqui reposan ios
los huesos de
Benito Arias Montano,
que en ĂS10 ocupado el Convento de Caballeros de
— Santiago por
226
los franceses
que
se
apoderaron de esta
ciudad se llevaron á su Iglesia Catedral ,
enemigos
se
y
libre
ya de
trasladaron á su anterior sepultura. Ex-
tinguidos los regulares, fueron conducidos
á
este sitio,
casa de estudios que fomentára cuando joven en 12 de ,
las
Kalcndas de Setiembre de l8j8 por disposición del
Claustro universitario de Sevilla.
Hemos terminado la breve reseña que nos propusimos de este templo, riquísimo museo con que Sese enorgullece, y donde los artistas y sugetos entendidos hallarán ancho campo de estudio antelas villa
joyas que atesora.
"K-
t
APUNTES SOBRE LA CERAMICA
IDE
TRIANA
(BARROS VIDRIADOS)
— Notable grado de apogeo y explendor adquinó en pasados tiempos esta importante rama de la
industria
refiere
A
Investigar
la
y
los
dicamente su
muy
particularmente en
fabricación
lo
de sus afamados
que se azulejos.
orígenes, historiar razonada y metódesenvolvimiento es en nuestros dias
°bjeto de preferente atención por parte do entendidos
y
doctos ceramógrafos
que,
paso A paso
22S y merced á difíciles disquisiciones, han logrado reunir gran copia de datos, bastantes á esclarecer el
interesante
estudio
de
barros vidriados.
los
Motivos fundados existen rante
para suponer que du-
dominación romana fué Sevilla un gran
la
centro productor de objetos cerámicos, pero á los cuales
faltaba
riquísimo
el
que más adelante debimos lo
barniz
que no nos detendremos en este cerámica con
ción
el
deslumbrante
ves
de los
salidos
alfahares
las
fabrica-
la
que
brillo
placas y
En
sevillanos.
á los primeros,
el
concepto hasta ahora más probable) á
mohades, contribuyendo á considerarlo de
que acerca de este particular guardan
cio
critores
de
la
época del Califato
minuciosamente
cuan-
los alel
así
Gran Aljama de Córdoba y
la
es-
relie-
debióse su introducción (según
to
tudio
pues
particular,
que á nuestro propósito importa sólo maltó los inimitables azulejos,
vidriado,
del
musulmanes, por
á los
el
es-
silen-
los es-
describir tan
al
primores del arte y de la i°* las encantadas mande siones de Medina Az-zahra y en los palacios la ciudad émula de Damasco. dustria
Cual fué erigidas
nes
pues
los
que resplandecían en
el
carácter
durante
el
muéstrasenos en
éi
de
las
fábricas
monumento»
en aquel soberbio
desplegaron
de un fastuoso
distintivo
imperio de los Abder-Rahma-
estilo
todas
las
magnificencias
arquitectónico,
contribuye 0
229
do
á
aumentar su riqueza
valiosas
las
más espléndidas y
industrias.
El arte musivario concurrió á su enriquecimiento
y
exornación y
los
deslumbrante mosaico
do con griegas
el
c
Aparte de este
más
brillante
tífices
del
ni
y
colores, conoci,
que
las
flotas
ornato, que bajo nin-
debe confundirse con
el
más
que pueda probarnos
existe
barros
los
oro
alfosey-fesa
insignificante pormenor,, ni el
pequeño ejemplar empleo de
á el
onducido desde Constantinopla.
gún concepto puede azulejo, ni el
llegados
muros del mihrab con
de
nombre de
habían
bizantinos
artistas
Córdoba esmaltaron
el
vidriados (azulejos) por ar-
Califato.
Siguiendo
el
mismo
estilo,
siendo
uno mismo
el
gusto dominante en las construcciones
el
período de los reyes de Táifa, parece lógico
suponer que tampoco se las
fábricas
Un tro
de
en
la
en
entendido arqueólogo contemporáneo, nues-
Ríos,
Señor
el
dice
azulejos y aliceres
yes
empiedran aquéllos
que entónces se levantaron.
buen amigo los
durante
á
este
Don Rodrigo Amador propósito:
«Acaso
;
los
de que no conocemos ejemplo
época del Califato cordobés y de
los
re-
de Táifa, fueron consecuencia natural de
la
Codificación artística inaugurada en Al-andalus con la
invasión almohade,
gen mauritano.»
reconociendo por tanto
ori-
—
330
—
Sentados estos precedentes
monumentos
los
hispalenses,
la
y refirie'ndonos á primera manifesta-
ción
que se nos ofrece es ciertamente harto sen-
cilla,
como puede
bellísima
la
torre
en los ajimeces
de
de San Marcos, en que sólo
ha-
observarse
llamos aliceres
muy pequeños de forma romboi-
dal esmaltados
de negro, blanco y verde, y de assumua de Om-
esta
misma
clase aparecen en la
nium Sanctorum construida por
También si
hubo en
los
la
los
años de
1 1
84-
de Santa Catalina que,
no recordamos mal, eran sencillas cintas verque iban siguiendo el dibujo lobulado de al-
des
gunos arcos. Posteriores á esta fecha son
más
antiguas que
critor
del
siglo
las
citas
hallamos, una de Abu-Said, es-
que habla de
XIII,
esta
suerte:
«Y
se fabrican en Múrcia y en Almería y en Málaga vidrios de singular mérito admirables, y loza vidriada con esmalte de oro, también se labra
y
en Al-andalus un
linaje
de mofassas llamado en 1360 próximamente Iba siguiente: Se fa-
Oriente alfosey-fesa.
En
Batoutah de
escribía lo
brica en
Tánger
Málaga
la
bella vasijería ó
rada que se exporta á
En
época
la
critores,
ceres,
que se
porcelana do-
comarcas más lejanas.» refieren
los
á al
su
esta
mayor grado de explendor, por
azulejo
distintos
es-
citados
puede afirmarse que había llegado
industria
tocante
á
las
de
1°
polícromo, á los verdaderos ah' los
grandes azulejos que se em-
—
-
231
plearon más
tarde y en los que se
deslumbrante
brillo
oro,
el
manifiesta el
metálico que los asemejaba con
procedimiento cuyas primeras manifestacio-
nes las vemos á partir del siglo XIII.
hace á
de
res
torres
las
torum, tenemos
dro
I
que
los
de
Por
después de haber citado
Sevilla,
lo
los
que
alice-
de San Márcos y Omnium Sanclos tiempos de Pe-
que venir a
cuyo Alcázar encontramos ya
Castilla en
productos de esta importante industria han
obtenido un
grado de perfeccionamiento y ade-
lanto notabilísimos. Fijándonos en la suntuosa de-
coración
que enriquece
del pátio
rías
de
las
zócalos
los
de
gale-
las
Doncellas, la hallamos com-
puesta por grandes tablas de lacerías que van for-
mando los
delicadas cintas
espacios que dejan
binaciones
do
la
de pequeñas
atención algunas
de esmaltes polícromos y cortarse, bellísimas com-
al
llamando sobre
piezas,
de
estrellas
las
to-
centrales
que constan de multitud de aquéllas, de microscó-
En
pico tamaño. driadas con
de
tal
estas
clase.
Las
char los artífices
se
tablas
reflejo metálico
ven también
que son
dificultades
dedicados á
las
con que debieron
combinar
vi-
primeras
la
lu-
orna-
mentación de tan expléndidos zócalos, se advierten
á
primera
vista,
pues
las
referidas cintas,
es-
y demás piezas de que constan, debieron formar parte de grandes placas, porque sus agutrellas
das aristas indican claramente que se cortaron des-
—
—
232
pues de vidriadas; en
caso contrario, los bor-
el
des se verían cubiertos de vidrio.
Á
exámen de solar
veamos
este propósito,
antiguas Ordenanzas los
lo
que disponen
de esta ciudad
albaiiies.
de azulejo pilas
Se
les
al
exije
las
del
tratar
que sepan
y más abajo leemos: «Otrosí ordenamos e mandamos que el dicho maestro sepa tracar e cortar e assentar e albedenes e salseros,
los lazos siguientes asi de ladrillo
seys
en vn ocho
e
como de
azulejo:
vn diez e vn doze: vn
vn
diez
e seys: e
vn diez e syete e un veynte: vn treynta dos e vna hoja de higuera e una (janea de araña
e otros lazos de diuersas maneras assi en cuerda
como
en modan<ja y sepan concertar e fraguar e
matizar
de
las
colores que conuengan según cada
lazo de los sobredichos y
de
los otros fuera des-
y sepa sacar formas e cortabones e los sepa según pertenesce á cada lazo: y sepa sacar todas las formas que pertenescen á la solería c
tos:
atar
al
azulejo susodicho
e a todas las otras plantas de
obras de suso nombradas.»
ra
Llegados á este punto juzgamos oportuno pamejor conocimiento de nuestros lectores pro-
sentarles, sin apartarnos
algunas
de
las
del
exámen monumental,
modificaciones
experimentó hasta llegar á
la
que esta industria época de su mayor
auge.
Antes
del
reinado
de
los
Reyes
Católicos
— conocemos en
Sevilla
—
2 33
á
más de
Doncellas, otros ejemplares
las
sima ventana que se alza sobre
el
Omnium Sanctorum
de
iglesia
ábside de
glo
puédese
muestras
ir
que adornan si-
centuria.
bellísimo
el
marqueses de
histórica plaza
en
tejaroz de la
tiempos de aquellos monarcas labróse,
los
casa de los
didas
el
y los
partiendo de este
Gil:
de
la bellí-
anotando en presencia de bellísimas
duda alguna,
sin
son,
desenvolvimiento que se obró en poco
el
más de una
En
de San
la
Pátio
los del
como
de
Algaba,
sita
en
la la
Las enjutas compren-
de su arrabaa presentan linda
espacio
el
Feria.
la
balcón-ajimez de
la
composición de aliceres polícromos en cuyos cen-
aos se notan
estrellicas
misma decoración de do lacerías llenaba iriso
°jeada para iué
clasificar
suntuoso palacio,
claramente en
los
que corre bajo
el
estilo
de
reflejo
azulejos
La
espacios de almocárabe del el
una simple
balcón. Basta
esta
pues
parte
en
que un día
del
ella
manifiesta
se
mudejar como so interpretó
el
reinado de Isabel
En
el
I.
derruido monasterio que fué de religiosas
Ostercienses, vulgarmente llamado
cordamos que flueño
metálico.
de colores forman-
existió
campanario
las
Dueñas, re-
hasta pocos años
há un pe-
de espadaña formado sólo por
Sc hcillo
arco conopial, en el espacio de cuyo timPano y enjutas resaltaban preciosos cuadrados de
30
— azulejos
234
—
dorados,
observándose ya en ellos otro procedimiento, pues no eran aliceres como los hasaquí citados, sino propiamente azulejos.
ta
de
primeros
los
vislumbrarse
años
del
con
mayor glo
brillo
metálico,
florecimiento
XVI, según
llísimos
los
en
el
primer
prueban
lo
el
d
en
todo
su
del
si-
tercio
sinnúmero de be-
Museos de Europa,
palabras de fidedignos
y,
otros conserlas
finalmente,
escritores.
Las dificultades que ofrecían
ali-
primitivos
los
ceres que tenían á fuerza de
pico que ser corta-
dos de
un
la
placa,
miento como fue hallar
dió el
lugar á
tcnach,
nuevo procedi-
que .llamamos relevado
otra designación
se expresa en
por no
,
que mejor pueda emplear-
se para distinguirlo. Nuestro
amigo
el
estos términos al
señor Sen-
cisamente este enorme trabajo tar los aliceres) el
á tal
(refiérese al
las
sea á simular
labores producidas por
mosáico, obteniendo esta modificación
esta
*
de cor-
tal
éxito,
después no se vuelven jamás á emplear en namentacion, sino las losetas esmaltadas.»
En
((Pr e
extremo indujo á que pasara
azulejo á su segundo período, ó
en losetas cuadradas
del
tratar
nuevo procedimiento en que nos ocupamos:
•
des-
producciones cerámi-
las
apareciendo
ejemplares que nos restan,
vados en
Ya
comienza
grado de explendor que poco des-
el
pués habían de alcanzar cas
XV
siglo
época se introduce también
116 fl
la ° r
'
°' otro n
— table el
235
procedimiento en
—
la fabricación,
del prensado desconocido
como
lo fue
completamente por
los
musulmanes y que dió origen al azulejo llamado vulgarmente de relieve, á que nosotros diremos de cuenca
por estimar que esta segunda designación
cuadra mejor con ron fabricados.
la
manera
Generalizóse
especial esta
como
fue-
en breve
por toda España enriqueciendo los templos y los palacios
tesy
y rivalizando con
peregrinos
tadas,
dibujos
cuyo introductor
Que sepamos, que
el
sus
con en
ilustre
brillantísimos esmallas
placas
España no
lisas
pin-
fuó
otro
Erancisco Niculoso Pi-
sano.
ir.
Antes de pasar adelante ocúrresenos una obSe
rvacion que hace
^metemos •l
ear
c
al
juicio
detenidamente
‘tidad
tiempo tenemos hecha y que de nuestros lectores. Al ho-
las
antiguas Ordenanzas de esta
no se halla Título alguno destinado
á tra-
— de
tar
en ellos
citan rerías,
otras les
industria
la
disposiciones
industrias
alpargateros
dereros, etc.
Únicamente en
xarifazgo mayor de Sevilla sera
de vidrio que
á
dicha cibdad pague
rrfarauedises:
ta
quando
de
e
diez
es
los
á las alfa-
que
nombres de
bricación
el
Alanzel del almo-
se dice:
«De
qualquier
de almoxarifalgo
marauedis al
cinco
por ciento de
arrendador de
es del partido
los
ta-
estereros , cal-
,
para vidriar que se traxere
se vendiere
las ollerías
,
Igual carencia de datos á
áun siquiera se
de mucha menos importancia,
los pellcgeros ,
uala
ni
referentes
cuando, por otra pa r te, tiénense presentes
como
la
—
236
cerámica,
de
la
alca-
la ren-
madera.»
tenemos con respecto
que se dedicaban
á
la fa-
que nos venimos ocupando, siendo esto tanto más de extrañar, cuanto que no cabe la
en
menor duda de haber sido Sevilla una de la s mayor consumo se hacía de
poblaciones en que
y de donde además se exportaba á otras comarcas. Asegúralo ásí el maestro Pedro de Medina al decir que «en este lugar de estos productos
*
Triana (se fabrica) mucha Má la y buena loza de ga blanca ay quasi cincuenta casas de donde se naze y de donde se lleua para muchas parteS) asimismo se haze azulejo muy pulido de much aS bulto* labores y colores y asimismo muy hermosos 0 de hombres y otras cosas: de este azulejo se haz
mucha cantidad que
se lleua á
muchas
partes.»
— valnsos
existirán tan
ora manifestada en
de
los
mención entre de
la
los
indjstria,
azulejo polícromo
cono en
Pinolos,
caracteres
ron fabricados
se trata,
el
repe. irnos,
de esta
señaladísima
los segundos, algunos ejemplares
casa de
des, cuyos
es
Península,
recuerdos
que
alhacena de uno de los aposentos altos
la
No
la
metálicos, mereciendo
reflejos
decoran
—
237
En pocas ciudades de
en
XVI
la
posible
en
sita
indican
de Aba-
la calle
claramente que fue-
1
'
centuria.
presentar,
cuando de azulejos
más preciosas ora en
muestras
al
procedimiento ora en
jo,,
pudiendo
lo
concerniente
asegurarse que
ocupan
cuanto dibu-
al
primer
el
lu-
gar entre los excelentes ejemplares que nos restan y que dudamos hayan podido superarse por los ex-
portados de granadinas.
las
De
tiempos,
llos
cuenca los éstos
fábricas valencianas, alto precio
pues
vemos en
como
malagueñas y ser en
los
En
la
la
deco-
casa de Pilatos, antiguo palacio de
Medina-Celi, se encuentran
cudos centrales pátio y
por lo en que
edificios
dueños 'querían hacer más ostentosa
ración.
de
y techos,
tanto, concretándose
partes de
aque-
polícromos
los
zócalos, pavimentos
no se prodigan
general, á aquellas sus
así
debieron
de
los
empleados en
magníficos
en algunas estancias,
y capillas adornan
en nuestros
solamente frontales
como luego veiemos,
los
alicatados
de
es-
del
templos altares
y pocas veces se ofrecen en
— gran número
como
Subido valor poseen
de
tales
los
.
dos riquísimos fron-
Seminario Conciliar y de
capillas del
Jas
—
238
arriba díjimo
morada ducal de Alba, habiéndose perdido
to-
talmente otros ejemplares contemporáneos de
és-
la
que
tos el
de
claustro
los altares
en
erigidos
de Madre de Dios, idén-
religiosas
por sus dibujos y esmaltes á los que actual-
ticos
mente ornan da
uno de
revistieron
al
pátio
jambas
las
de
de Borja Palomo, en
la
que dá
arco
del
casa del
la
entra-
señor don Francisco
plaza
de Santa María
la
Blanca.
Todas de te
citar
de
del
la
siglo
otra
Jas
importantes muestras quo acabamos
corresponden
al
período más
industria cerámica á partir
de
florecien-
los albores
XVI, pudiendo afirmar que en
anterior ni
ninguna
posterior alcanzaron tan alto gra-
do de perfección. Forzosamente habremos de detenernos gar á este punto ante
ducida en tista
la
al
lle-
notable aplicación intro-
el
arte
cerámico hispalense
extraño
que,
abandonando
el
por un
suelo
de
ar-
Italia
en los primeros años de aquella centuria, contri-
buyó poderosamente nes
monumentos
al
embellecimiento de
Casi terminada ya la fábrica sia
insig-
arquitectónicos.
metropolitana
tación entalladores
de nuestra IgDsu ornamen-
tomaban parte en tan
notables
como
el
maestro
— Bernardo de Ortega y
—
239
Marco, Nufro Sánchez,
su
Pedro
discípulo
Millan,
esclarecido Lorenzo Mer-
el
cadante, pintores tan eximios como Alexo Fernandez, Juan Nuñez y Gonzalo Diaz, todos continuadores del estilo artístico aleman influidos por
que realizaron
el
nuestra
obras que causan hoy
las valiosas
admiración.
Seutados estos precedentes que estimamos cesarios al intento
ne-
que nos proponemos y que hael estudio de las produc.
brán de servirnos para
dones de Francisco Niculoso, diremos algunas palabras relativas
No puede teria
de Bellas Artes se ejecutaba á
aunque
val,
del
en
tamos, y
si
los
mismos tiempos
y otras
italiano;
mas empeño sos
estos
influencias
estilo
la
en su mayoría producto del
Sevilla era
otras
este artista.
á
ponerse en duda, que cuanto en ma-
á
corrientes
aquél,
grandes
pues,
notan
se
ceñían
que antes
vemos
en algunas otras obras
pormenores que nos anuncian
en
estilo oji-
determinantes se
maestros
zazon
la
con ci-
curio-
introducción
del Renacimiento, ofrécense con la timidez que es
propia d los primeros tilo
de
artístico
transición,
y esto
sólo
en
algunos pormenores, nunca en la
figura,
dición
de un nuevo
destellos
es-
que comienza, marcando un período los el
accesorios, en
diseño total
que se ajusta invariablemente á
artística
dominante.
la
de tra-
— Dos ta
siglos hacía
hácia
aliento
antiguo
pasadc, genio,
del
talizado.
loras,
su
el
240
que
—
la Italia,
volviendo
con
vivificaba arte clásico
que
la
ha inmor-
Esta restauración ó florecimiento del arte se extendió rápidamente por todas
blos cuyo
las
es-
más 'prontamente aquellos pue-
recibiéndolo
estado social
mejor
era
pero, alumbrando
entóneos
con sus
brillantes
ligencia,
la vis-
poderoso
el
mortales nombres de León
al
y
más prós-
mundo de
resplandores, Bautista
la
inte-
los
Alberti,
in-
Bra-
mante y Miguel Ángel. Las relaciones que unían á España con Italia facilitaron er. extremo la in,
troduccion del nuevo estilo
que
cierto,
y no extrañaremos por
á la Península concurrieran entóneos los
mejores maestros, puesto que anteriormente vemos los monarcas don Juan II y III de Castilla recibir en sus cortes á los florentinos Gerardo Starnina y
á
Dello.
De
igual manera que éstos, atraídos sin duda fama del movimiento artístico que se rea-
por
la
lizó
en nuestra ciudad, vino á
zos del siglo
XVI
ella
en los comien-
Francisco Niculoso Pisano.
Este
amamantado en la Escuela deJ Renacimiento, y que tal vez abandonó los tallenotable
res
maestro,
famosos
celentes
ducen
no han
de
los
Robbías, nos
obras, de cuyo
ha
legado
exámen y estudio
valiosas enseñanzas.
Empero
encontrado los amantes de
ex-
se de-
aquí
si
hasta
la
antigüedad
— diferencia
entre
241
—
y corno producto de su
ellas
han atribuido algunas que no
ta-
lento se
le
tenecen,
resultando de aquí erróneos juicios, hoy
contando con señalarse
irrefragables testimonios,
que
aquéllas
le
per-
pueden ya
legítimamente
corres-
le
ponden. El
a
concurso
guras
en
De urtista
s us
bía
bajo relieve
modo:
otro
influido
como obras
un
lo la
referente
•
medallo-
estilo
quecimiento
las
tan
Italia,
No
Renacimien-
el
distinto
como
donde nunca
el
que ha-
llegó
á echar
hubo de menester de
sólo
de Pedro Millan; otro maestro
de
la
fi-
podido interpretar en
al
es-
enri-
explendida portada, según prue-
medallón colocado en el
á
exornan.
hoy desconocido, contribuyó
hasta
prese.nta
los
¿cómo explicaremos que un
Niculoso, hubiera
cooperación
el
que
vivamente por
tan
aprendido en
c ultor
re
escul-
demostrar que Niculoso neqesitó
á
de aquel en
profundas raíces?
ba
gran
del
portada del monasterio de Santa Pau-
la
ha venido
,
del
to
firma
mucho descubrimos en uno de
nes de I
la
que en unión de nuestro que-
Afilian
amigo don Narciso Sentenach y Cabañas, no
rido
há
de
hallazgo
feliz
Pedro
tor
Nacimiento
la
clave del arco
de Cristo.
31
que
Til.
Largo paréntesis hemos de hacer este punto, pues
de
tratando
al
los barros
llegar
á.
vidriados
sevillanos no podemos dejar de mencionar los más importantes ejemplares artísticos de este género que
nos quedan cronológica
en Sevilla.
de
las
Para
establecer
interesantísimas
série
la
obras escultó-
de barro cocido y vidriado, tenemos q ue empezar por la notable placa de nuestra propió; dad que representa la Coronación de la Virgen» obra que estimamos ejecutada en el último t el ricas
'
ció
del
ros
del
en
el
XIV ó cuando más en los primeXV. De ella hacemos particular mención siglo
siguiente artículo
que
lleva
el
epígrafe «
nuevo dato para la historia de la cerámica sevillana 0 por lo cual nada diremos ahora de ella. Ocup** ’
el
segundo lugar en esta
série
histórica los
f
he
llísimos
ador medallones polícromos en relieve que
nan
archivolta
la
de
la
Paula» portada de Santa
•
—
”
243
fechados en
ID04, cuya detallada descripción pue-
den ver
lectores
los
en nuestro libro « Pedro Mi-
lian .
Corresponde ahora en
de
rio
tiempo
las
miradas
de todos
panteón de Arzobispos en
cripta
la
tercero, al magnífico alto
el
que yace oculto á
relieve
la
Catedral,
en
nuestro
que describimos
el
Sagra-
hace poco
libro
arriba citado, de la si«Sobre un plano de forma cua-
guiente manera:
drada que mide de alto y de ancho 1,40,
un
segmento de
1 metro 55 centímetros cuya parte superior termina en
círculo
que
en
estriba
dos
be-
llísimas
pilastras ornadas de frutas y flores polícromas, resaltan sobre fondo azul cobalto, varias figuras tra
de Santos en
Señora de
Dios
la
en brazos
torno de la efigie de Nues-
Granada, sentada con
y cuya altura
das las estátuas están su
correcto dibujo
y
sóla sería bastante
señaladísimo c °n
tres
pequeñas
tólas hasta
en
artista.
las
centro
es
vidriadas de
1
el
Niño
metro. To-
blanco y por
peregrina traza sorprenden y nótase á la derecha una de
admiran. Entre ellas San Sebastian en el acto Sl
es
de su martirio, que por
para
calificar
Remata
figuras
rodillas,
esta
á su autor de
soberbia
placa
de bajo relieve ejecu-
que representan
al
Señor
Virgen María y San Juan Evangelista. Bien quisiéramos ser más exten-
sos;
el
pero ya
y á
que
los
lados
la
atendibles
consideraciones no-
— lo
impiden,
ta
digresión,
—
244
haremos constar antes de concluir grandes analogías que se
Jas
es-
advier-
ten
entre esta obra y el medallón central de Ja portada de Santa Paula. Ambas parecen ser de
misma mano
la
y
si
atentamente examinamos sus
pormenores, más nos afirmaremos licada ejecución del
que ostenta
de Santa Paula y
relieve
y írutas que resaltan tras,
de
ornato
dedicado
en
adornos
los
de
centro
la
de-
las
llores pilas-
tiemqo hemos
Algún
este altar.»
buscar en
á
referentes
el
notar
al
guirnalda circular
la
antiguos escritores no
los
•
joya cerámica, pero hasta ahora nuestros esfuerzos han sido poco rnénos que ticias
tisfaga.
que
las
P.
EJ
esta
no haber hallado nada que nos
por
inútiles,
á
Gabriel de Aranda
á continuación
candoroso
espíritu
de
(i)
copiamos, que
crítica
nos
revelan
de aquellos
sa-
facilita el
tiempos,
confundiendo lastimosamente estas obras con otras de distintas épocas y haciendo con ellas una W' verosímil amalgama; « rial,
.... dice
el
de esta Santa
lo
que hallamos de tiempo inmemo-
citado autor, Iglesia, es
en
el
nada, y años después hecha vna
(i)
Sagrario antiguo GraS. de la
nombre de N.
Capilla ó
M
Vida del V. P. Fernando de Contreras.
tar
— suyo de
barro
porcelana roso
,
—
245
de azulejos
que llaman de
obra
labrada por la industria
de cuya
artífice,
mano,
de vn primo-
parecer,
al
con-
se
servan
oy algunas obras én esta ciudad, como en Señora Santa Ana de Triana el bulto de un Sacerdote, en el Alcázar en el Quarto del Príncipe dos imágenes de Señor San Juan Bautista y San Juan Evangelista (i) y otras hechuras que ay fa-
bricadas desta
mano
en
excelente
género de vidriado
este
con singular primor: entre
las
quales
es
más
la
milagrosa imágen
que se venera en Convento de San Pablo el Real desta ciudad con título de N. S. de las Fiebres, por cuya inla
el
vocación (según
sanado
el
Zúñiga y otros) so Rey Don Pedro de vnas
que padeció en
turas
Sevilla
ción y agradecimiento
cro de
según
Virgen.»
la el
en
el
esta
si
su
este
lo
calen-
devosimula-
expuesto,
que Francisco Niculoso fué
Don
Pedro!!! Peregrina
es
la
no-
sériamente la admitiéramos. Más adelante,
capituló XXIII, continúa suerte:
Granada
por
Despréndese de
P. Aranda,
coetáueo del Rey ticia
y que
mandó fabricar
aver
refiere
recias
«Bolviendo
pues
el
mismo
á la
autor de
Imágen
de
la
del Sagrario: atendiendo la Iglesia á per-
(i) Nótese que no cita el magnífico altar de capilla alta, pero en cambio dá noticia de otro que ha desaparecido.
la
— petuar
su
—
246
devoción, que en
do era contingente
la
materia del vidria-
y porque ya se ideaba
faltar:
nuevo
labrar Sagrario
hizo llevar á la
otra nave del Sagrario antiguo
el altar de N. S. de Granada y colocarlo á la mano derecha del altar mayor de San Clemente, donde permaneció
la
hasta nuestros- tiempos,
Para
la
santuario
la
Granada hizo
cel
y
la
la
la
Fábrica
....
misma Imágen, adornada de
nada) dilata
el
año
varios
so-
etc.
Por último, en siguiente
des-
devoción de
copiar de excelente pin-
la Iglesia
brepuestos
la
adelante.
memoria
la
que no descaeciese
en tabla á costa de
1569
como diremos
duración y conservar
te
el
noticia: la
mismo
«Esta
devoción con
nada pintada en
tabla,
capítulo
se consigna
Hermandad (de la
Imágen de
copia de
la
la
Gra-
la
Gra-
primitiva do
azulejos se
ó vidriado de porcelana: si bien esta no ha perdido aunque se ha ocultado en el Pan-
teón del Sagrario donde oy se ve por los que con airosidad de ver aquel sitio y algunas vezes por oir Misa baxan á él y donde desde el año de 1654 en que se acabó el Sagrario hizo pola
nei
la
Santa Iglesia
en vn
Altar
en
medio
del
Panteón debaxo del Mayor y á los lados dos magníficos sepulcros de dos tan grandes Arcopispos de Sevi la, como el señor Dn. Fr. Pedro de Tapia
que murió en 25
de Agosto de 1657, y
— señor
247
Don Antonio Paino
El P. Juan de Villafañe
mos términos que altar tífice
1669.»
consignando que
«hecho por un insigne
í'ué
desta materia,
Mayo de
se expresa en los mis-
anterior,
el
de porcelana
—
en 23 de
el
ar-
qual según se dice, de ór-
el
den del Rey Don Pebro labró de
misma
la
por-
celana otra Imágen de Nuestra Señora que oy se
venera en
Convento de San Pablo
el
misma ciudad con
la las
Fiebres' por haber sanado el
A
más de
Rey ha
casualidad
feliz
etc.
en que acabamos
citadas obras
las
de ocuparnos, una
Real de
el
de Nuestra Señora de
título
venido
á
poner de manifiesto otra excelente producción desconocida de todos
los aficiónanos y que actualmente se encuentra en la escalera del que fue Convento de la Trinidad. Con motivo de las gran-
das obras que se están llevando en estos tos
á
ñanza de
jóvenes que se dedican
los
ra
eclesiástica,
de
cal,
se descubrió, bajo
'
cintura
imágen
Ja
relieve hasta
de
Virgen
la
Eios en brazos. Mide de alto la
la
en
poco con
más
que sólo se
descubren
zos, y á juzgar
por
ellos,
los
de
Niño
el
primera, 0,63, y
un escabel ó
sentada en
capas
que está
segunda, o‘5 2; por su basa, 0,60. Hállase
dre de Dios
ense-
á la carre-
múltiples
una placa de barro cocido,
representada en alto la
momen-
dicho edificio para
cabo, habilitando
la
Ma-
trono del
extremos de los bra-
parece que
el artista
trató
de hacer una brazo
derecho,
—
248
de
las
— llamadas curules. En
sentado sobre cojines con
el
borli-
en sus ángulos, tiene á su Divino Hijo que con
tas
la
silla
diestra
mano juega con un
prende de
cabeza de
la
mente plegada en sugeta
tura,
á
las partes
este
cendal que se des-
la Virgen.
por
sitio
Túnica sobria-
pecho y
del
la
cin-
cíngu-
sencillísimo
y manto que desde los hombros cae airosamente, son las prendas con que la divina efigie
lo,
se halla vestida.
Ambas imágenes cejas y los
gen
ligeramente
claro,
también
como
sitios
se ven restos
do de
este
blanco, las
colores
la Vir-
azul
morado muy
vitrificables.
Por algunos del Niño
con
pintados
detrás
del
brazo
de esmalte
rece indicar que
quedan más
están vidriadas de
contornos de los párpados de
derecho
azul cobalto,
lo
que pa-
grupo resaltaba sobre un fonmismo tono, pero del cual hoy no el
vestigios.
Si al juzgar la ejecución
de esta admiraole obra
no tenemos más que grandes elogios para tista
á
quien se
debe, suben
do cuando nos fijamos en beza de
miento
la
Virgen.
cristiano,
No
es
la
estos
á
el
ar-
mayor
gra-
espresion de
posible
más misticismo
ni
mayor más
la
ca-
senti-
inefables
candor y dulzura, y así, no vacilamos en calificarla como una de las fnás sorprendentes obras de arte cristiano
que se conservan en
Sevilla.
— Llamó mucho que
trio
Virgen se á
el
que
el
y nos
tiene,
—
249
nuestra atención
parece
carácter patipo
eminentemente español; por
es
debe sinó
un maestro nacido en este
á
de
la
que
tanto,
suelo
alguno de los italianos que, durante muchos años,
vivieron con nosotros. tre
esta
obra y
Creemos también que en-
hermoso
el
relieve
Sagrario
del
°o hay mucha diferencia de años y si las dos no son de la mismo mano, puede afirmarse, que se hicieron en
cado
mismo
el
del
sello
el
siglo y teniendo bien marRenacimiento á la sazón do-
minante.
Muéstrase también harto claramente
za
mismo
del
estilo
Procedentes de la tro to ri °.
amigo
r
villa
Desgraciadamente,
más que
la
de Gines, que posee nues-
El
artística
la
Virgen que es una
y algunos querubes que
composición.
la
último
°tro relieve
ya citado del Sagra-
el
no ha podido salvarse de
cabeza de
ordadera maravilla
°deaban
influen-
señor Goyena: debieron formar par-
el
de otro relieve como
a flUel v
la
en los bellísimos fragmentos
lugar de
propiedad
esta
del
serie
corresponde
a
mismo señor Goyena,
Procedente del ex -monasterio de San Gerónimo de
^Uena Vista en esta ciudad.
mide de an cho,
Es una notable placa
alto 76 centímetros
vidriada
presenta á aquel
de blanco y
de
alto
azul cobalto
Santo anacoreta en
el
32
y 49 de
que
re-
desierto.
— De
todas
Sagrario, el medallón
de Santa Paula y hechos por
sobresaliente, no hay
altar
tuvo acaso
teniendo en cuenta
poca
la
del
relieves
do
la
portada pa-
Trinidad,
la
entre es-
si
del Panteón de Arzobispos
el
sele y
los
clave
misma mano, y
más
artista
la
Virgen de
la
tos,
el
obras,
de
la
recen
—
250
citadas
las
que
vista
que esmerarse más en
el
altura
la
parece
que perder de
ella
había de dár-
destino que
ex-
desde donde iba á ser
puesta.
quién se deben todas
¿Á
pregunta
la
dos, tencia
que vienen haciéndose
los
es
Tal
aficiona-
desde que nosotros dimos cuenta de la exisde esta joya cerámica. Atribúyenla alguno^
citado
al
la
ó á lo menos,
ellas,
singular ejecución del relieve del Sagrario?
Francisco Niculoso, pero
tal
des.
juicio
sl
trúyese fácilmente considerando que este artista, bien peritísimo en la
no
corativas,
diseñar de
fué
lo
las
Santa trc
Ana en
bajo
de
en
la
de
la
el
«Aunque
Barón estos
del
S. C.
esmalte y
sean
de
los
il
dice
de U5 1°
notable coloi eS ’
pérfecc 10 alcanzar la nera de Niculoso; el tono ge
mucho de
demás obras
cual un
Davillier,
azulejos
azu-
de
parroquia
Triana, acerca
él,
trataba de
laude la
conjunto dista las
vista
en
concepto
el
la
se
confácilmente nos
existente
ceramógrafo,
siguiente:
el
por
como
pinturas de-
las
cuando
tanto
figuras,
venceremos fijando lejos firmada
de
fantasía
—
—
251
duro y el dibujo deja que desear.» En efecto; de esta obra imperfecta, á la ejecución, por ejemplo, de Ja figura de San Sebastian, que fores algo
ma
parte
cia
inmensa.
vamos A
del relieve
á
consignar
diremos que
él,
ternidad
del Sagrario,
Nosotros,
con
las
hay un distan-
debidas reservas,
nuestro juicio y, con arreglo
vez deba atribuirse su pa-
tal
famoso escultor y arquitecto Miguel Flo-
al
rentin.
Eu
los
rentin,
dias
que Niculoso trabajaba en
como
comprueba
lo
citado Flo-
el
el siguiente
auto capi-
de 18 de Marzo de 1510: «Item en este mis-
tular
mo
mismos
consta que lo hacía también
Sevilla,
día cometieron á los señores arcediano de Se-
v illa
e maestre escuela e
de Soria que fablen con enterramiento
Pedro de Fuentes e Luis Florentin,
el
Cardenal
del
que fizo
Don Diego
el
Furtado,
Para ver si le podían detener que no se vaya é que quede para facer obra para la Iglesia.» Se v
é,
pues,
cionado
que ya en sepulcro
1510 estaba hecho
del
señor
el
men-
Mendoza, obra que
debió ejecutar poco después de la muerte de aquel v aron
acaecida en
¿Qué 1
del
9
el
relieve
1502. pues, que
extraño,
en
barro
al
mismo que
hizo en
cocido para la Puerta
Perdón y que en dicho sitio se conserva, se como autor de aquel otro del Sa-
considere lario,
cuando
los
estilos
empleados en ambos y
»
.
— Ja
maestría en
\
si
to
la
algunos reparos
al
uso
del
252
—
ejecución en nada desmerecen? se nos
procedimiento
adelante probaremos
hicieran
del
mucho
vida de Niculoso á Sevilla
(i)
debe
á él
antes
de
la
ve-
y por tanto que no su introducción en esta ciudad, como
erróneamente se ha venido sosteniendo hasta Iso
más
que éste fué empleado por
los imagineros hispalenses
se
con respec-
vidriado,
queremos cansar más
la
atención
aquí.
de
los
lectores,
por lo que continuaremos historiando los nuevos métodos que en la fabricación de azulejos se realizan, á partir del siglo
i
XV.
v
La primera manifestación que hasta ahora se conoce, del azulejo plano policromo en Sevilla, P‘ n ‘
Véase el artículo siguiente: « Un nuevo dái° la historia de la cerámica sevillana .
(0
para
— tado
de
Capilla
la
253
Alcázar,
del
Francisco Niculoso
miento tuvo
—
hállase en
estilo plateresco,
al
el
Pisano en
famoso
por
firmado
su
altar
autor
1303: éste procedi-
grandísima aceptación,
empleándose
en todo género de edificios, ya en pavimentos co-
mo
capaces de por
ellas
flores,
escudos,
sí
para perpetuar los nom-
de sus autores. Aplicóse también para ver-
bres
daderos cuadros de composición que adornaban
de
cláustros altares,
de
tar-
muchas
figuras al estilo Rafaelcsco;
bichas y
jetas,
de
formando peregri-
en zócalos y otras partes,
nas combinaciones de frutas,
los
chapiteles
de
templos y en
las
los
los
monasterios, los frontales de los
los
las
torres,
calles
portadas
las
también,
coloca-
dos bajo característicos cobertizos y alumbrados de noche con algún farolillo atraían la devoción de Jas gentes.
glo
Nuestros
XVII no
tas planas,
se
más notabics
pudiendo
citar
de Murillo y Herrera. Sin embargo de nas
que todo
lo
las
al
del
artistas
si-
de pintar estas lose-
desdeñaron
propósito los
nombres
nuevas influencias
italia-
hemos de
callar-
dominaban,
110
nos una observación que viene á demostrar cuán profundamente Fallábase arraigada entro nuestros artífices maestros la tradición musulmana ó muy
déjar,
y
como nos
los azulejos
tabilísimos
lo
afirman
mismos; de
los
techos
de
éstos, citaremos
alfarje
dos no-
ejemplares, que se conservan: uno, en
— Capilla
la
del
—
254
Sagrario
de
la
iglesia
de San Es-
téban
y otro, en la de Santa Justa y Rufina en Santa Ana de Triana. Ambas ofrecen á la vista peregrinas combinaciones de lacerías, notándose que el
primero fué pintado en
en
el
el
siglo
XVII y
el
otro
XVIII.
Para completar estos apuntes, diremos algo acerca de
la
manera de
pintar estos
azulejos
planos,
trascribiendo lo dicho por nuestro buen amigo
el
señor don Narciso Sentenach y Cabañas: «Generalmente se desarrollan las fantasías platerescas de sus paños
y cenefas medallones, bustos y cariátisobre un fondo amarillo indio muy brillante
des,
perfilando las líneas con el azul-cobalto ó con el negro-morado y empleando después en la iluminación de tan variada ornamentación, todos los colores
más
ricos
que se han usado en
la
cerámi-
ca de Triana.»
Fué en estos tiempos simultánea de
los
los
planos,
la fabricación
que hemos llamado de cuenca y y en ambas producciones nótase de una manera singular, la decadencia artística que azulejos
todo lo invadió y que, en plazo relativamente corto,
hubo
de
contribuir
buenos recuerdos los
primeros,
piten
si
que se
á
de otras
bien los
con poca precisión,
perdiesen
épocas.
dibujos
En cuanto
.
"i
.
<*•*
K
A. i
<vV fc.
p -V.
'
á
autiguos se re-
vemos ya que
maltes no se circunscriben á los espacios
-r
los
los
es-
ó cana-
— en ellos
Jes
nos, sino
255
marcados
que invaden
—
que constituyen
sus ador-
los inmediatos, los
manchan
y adulteran; faltándoles aquella pureza que fué una de sus más excelentes cualidades, siendo también uno de los caracteres determinantes de la fatal postraccion
de esta rama de
del esmalte
cia 1
ó
'ado ,
En
éste
cerámica,
la
mismo
falto
ya de vigor y
planas abundan
las losetas
nerados dibujos,
cer verdaderos desatinos figuras:
reza
esmaltes
los
como también
lores
sino
artistas,
punto de haal
dibujo de
igualmente pierden su pu-
algunos de sus mejores tonos.
Por último, perdidas gusto,
al
cuanto
en
brillantez.
vulgares y ama-
no por
ejecutados
por manos inexpertas, llegando
las
caren-
la
amarillo, llamado vulgarmente me-
tradiciones
las
buen
del
olvidados los métodos referentes á los codel vidriado,
esta
hermosa
industria
artísti-
ca viene á morir en los últimos años del siglo XVllf,
por lo tocante
tiempo y en las fábricas
al
azulejo,
pues
si
bien
trianeras
algún
que
otro
fijarnos en
él.
En cuanto
á los hermosos
drillos
de cuenca
,
vasijerfa,
pena
ejemplares de
ellos,
que se usaba para obtener
La
la
la>
desaparecen á mediados del
glo último, perdiéndose con to
este
cuadro con
imágenes de Santos, no merecen siquiera
de
en
comienzos del presente producen
los
como
el
el
si-
procedimien-
color melado.
platos, tinajas,
y demás ob-
o
SEVILLA
—
256
—
jetos del uso doméstico, es lo único
va de este naufragio, pero el
de
carácter
adornos que
manos del
de
mayor parte de
la
que se
modo
tal
ellos
sal-
alterado
que
los
decoran parecen obras salidas de
los
infantiles,
y sus esmaltes,
azul-cobalto,
del
escepcion hecha
amarillo-pálido,
negro-morado, apenas
si
del
dán muestras de
verde y ser co-
nocidos.
v.
Viniendo ahora á los ron
al
ejercicio
podremos de
las
de esta
allegar.
artistas
Raros son
alfarerías sevillanas
rísimos los firmados
que se dedica-
industria,
los
pocas noticias objetos
por sus autores.
meros, conocemos sólo por referencia,
por M.
Demmin
salidos
que tienen marca, y
De
ra-
los pri-
la atribuida
una fábrica de Triana, y que
á
consiste en un pez ligeramente dibujado, con azul.
Esta marca,
dice el
de una fábrica de
citado
Sevilla,
autor,
es
ciertamente
y Mr. Arosa conserva
— un
plato
te
objeto,
—
257
comprado en España, con la misma.» Como no hemos tenido ocasión de examinar esnos contentamos
sólo
con
dar
no-
la
ticia.
En cuanto se vé en el
conocemos
firmas sólo
á
una
dos;
cuadro formado con losetas
que
re-
presenta á Nuestra Señora amparando bajo su manto
monjes y monjas, procedente del con-
á varios
vento de Madre de
Dios en
ciudad;
esta
do ^Augusta, ^ati 1577. Existo hoy en rías bajas del Museo provincial; la otra, en un
cuadrito
representada
la
firma-
las gale-
se halla
que está
también
de losetas
Giralda,
que puede verse en
en
la
de Santa Justa y Rufina en Santa Ana de Triana. Al pié do la torre hay una cinta donde capilla
se
lee:
;Año 1758, y á
los
lados:
Pepigta
(
sic
JOANNE pIAZ,
No conocemos
publicación
alguna
en
consignen nombres de alfareros sevillanos
poco de
los artistas
obstante
el
interés
que decoraban
las
que se ni
por tanto, pue-
de afirmarse que cualquiera noticia referente á el
valor
de
la
rareza,
y
en
nombres que copiamos ba de los
libros siglo
á
ellos
virtud,
tal
timamos que los aficionados apreciaran
ferentes al
no
que en descubrirlos han mos-
trado algunos ilustres ceramógrafos;
tiene
tam-
piezas,
continuación,
la lista
es-
de
extracta-
de Escribanías de Cabildo reXVIII que obran en el Archivo 33
I
Por más diligencias que hemos puesto
municipal.
de nuestra parte za que
de
dustria ni
ya en lo
los
prueba
para encontrar otros de épocas
ha sido
anteriores
los
uno
inútil,
observando con extrañe-
tiempos de explendor de esta
siquiera
podemos
citar,
decadentes fácilmente la
siguiente
in-
mientras que
como
aparecen
nómina:
MAESTROS DEL GREMIO DE ALFAREROS EN SEVILLA. %
Siglo XVIII: 1710.
— — — — — — — —
— — —
— — —
—Juan Antonio
González.
— Cristóbal Martin Naranjo. — Sebastian García. 1712. — Santiago de Aguiar. »
»
1
713.— Juan Fernandez.
—Juan de Rosa. —Joan Muñoz. 1737. — Juan Ignacio de » — Ventura Rabelo. a — Manuel de Car mona. —Tomás Tello. — Fernando de Santos »
la
1719.
Silva.
»
»
ios
driguez. » » »
— Miguel Moreno.
—José de Casas. — Sebastian de Rueda. las
Rom
1
'
—
.
— — — — — — — — — — —
—
— Bernardo
»
—Andrés
))
Ortiz. Ortiz.
Ortiz.
1742.— Diego Pichón. »
—Pedro Gaitan.
»
— Lúeas
Guerra.
—Juan José Rodríguez. —Juan Gaitan. 1764* — Francisco Vázquez. 1760. — Miguel Espejo. — Diego Rodríguez. »
»
»
— —
— — — — — —
259
1737.— Fernando
Siglo XVIII:
»
—José González.
»
—Fermín de
» »
» x
los
Reyes.
—Joaquín Ballesteros. — Matías García. — Domingo Rodríguez. — Manuel Mensaque.
»
(1)
765.
— Melchor
»
— Francisco Leal Fernandez.
» y>
del Ángel.
— Miguel de Cueva. —José García. la
En nota que nos ha facilitado bondadosa(1) el fabricante de cerámica Don Francisco Díaz, de maestros antiguos de esta misma industria, figuran J°s que citamos en el año 1760 comprendidos desde dicho año hasta el de 1800. mente
26o
— Juan de Ojeda. — Miguel Romero. —Pedro Rincón. —Juan —José de Cruz. —José — Lorenzo
Siglo XVIII: 1782.
—
»
— —
»
—
En lie
Ortiz.
»
— —
la
»
-
ria
del
»
•
Ortiz.
«
el
los
Ortiz.
mismo Archivo municipal hay una Memomaestros alfareros de esta ciudad de Sevilla
con distinción de las cinco clases de losa que hacen chos maestros
manuscrito con letra
,
do, de cuyo tiempo creemos que
que en
ros
de
los
se
ella
citan,
que figuran en
repetidos en
la
Memoria.
Don
Francisco de Mata.
»
Salvador de Barcas.
»
Juan de
»
Joseph Ronco.
»
Miguel Bernal.
la
Paz.
»
Manuel Delgado.
»
Juan Morera. Juan Diego de Peña.
FINA.
‘
son los alfare-
algunos
anterior
la
LOSSA
»
pues
di-
del siglo pasa-
lista
nombres los
vemos
2 6i
Don
—
Francisco Domínguez.
»
Lucas Texida.
»
Ignacio de la Paz.
»
Antonio Salgado.
»
Juan Calderón.
»
Juan del Pino.
CAUDA LEROS DE LOSA Don
Matías de Soto.
»
Joseph Rosa Arena.
»
Rlás Baso.
»
Francisco Vital.
Doña Norica Trigo, Don Pedro Brasas.
viuda.
C A UD ALEROS. Don
Nicolás Ortiz.
»
Alonso Garzía.
»
José Suarez.
ALCARRACEROS. Don
Miguel González.
»
Manuel Perez.
»
Diego González.
FINA.
2Ó2
Don Pedro
Martínez.
»
Nicolás González.
»
Juan Rodríguez.
»
Lorenzo González.
»
Juan Morero.
LOSSA BASTA VIDRIADA.
Don Manuel »
González.
Pedro Espejo.
»
Fernando González.
»
Manuel de
»
Manuel
los Santos.
Villalon.
»
Manuel Rico.
»
Manuel Nuñez.
»
Alejandro Valeras.
»
Alejando de Vargas.
»
Joseph Salgado.
»
Manuel Bernardíno.
»
Joseph de Castro.
»
Joseph González.
OLLEROS.
Don
Juan Rodríguez.
»
Nicolás Maldonado.
»
Joseph Fernandez.
.
— Don Manuel
263
—
Rodríguez.
»
Juan de Ochoa.
»
Juan Rodríguez.
BOTIJEROS.
Don Lorenzo
Ortíz.
»
Joseph Ortíz.
»
José de
Cruz.
la
Señora Viuda de Juan Vázquez.
Don Juan »
Ortíz.
Pedro Rincón.
»
Juan Ojeda.
»
José Tello.
»
Juan Noboa.
y>
Joseph Rodríguez.
»
Miguel Romero.
»
Manuel Carrasco.
»
Juan de
la
Fuente.
v1
Refiriéndonos á los tiempos presentes, merecen
muy
expecial
mención
los
hermanos José y Ma-
nuel Jiménez;
á
—
264
—
estos
dos
artífices
haya renacido en nuestra ciudad lejo
de cuenca
:
para lograr
su
debe que
so
el
antiguo
azu-
plausible intento y
darles verdadero carácter, han copiado exactamen» te
mejores dibujos antiguos, de
los
los
llamados
por tabla, (dos de ellos componen un dibujo ó labor) y emplean en los esmaltes los mis-
ladrillo
mos
colores que
se encuentran en los
primitivos.
El color melado aun no resulta tan brillante y puro como en aquéllos, pero están muy próximos de lograr sus deseos.
Como
notables muestras de este
adelanto, citaremos el nuevo zócalo colocado el año de 1884 en la parroquia de San Andrés y los que revisten el zaguan de la casa calle de la Albóndiga número 46.
También el señor don Manuel Soto y Tello ha presentado buenas muestras de esta misma clase
y losetas planas pintadas. Distínguese en
en
la
fabricación
radas,
el
de
trabajo de vasijas
estas
segundas y deco-
artísticamente
don Francisco Diaz Álvarez, cuyos esfuer-
zos por salvar esta industria
de la postración en que yaca, están obteniendo el resultado que era de esperar. Muchas son las personas de dentro y fuera de España que á su casa acuden en deman-
da de tos si
que
los
preciosos vasos,
fabrica,
logra dar
y á nuestio
más elegancia
platos
juicio,
objey otros
entendemos que
á las formas de aquéllos,
— copiando
de
265
—
y romanos puede considerarse por completo satisfecho.
Don
las
los antiguos vasos griegos
Francisco Montalban y don José Espinosa
también contribuyen tos últimos años.
al
florecimiento iniciado
en es-
Reciban todos nuestra enhorabuena
y los aplausos que les tributamos justamente merecidos, pues llegan
si
los
nobles estímulos que los animan no
á decaer, tendrán
tes industrias-artísticas
de
la legítima satisfacción
haber dado nueva vida á una de
las bellas é
importan-
que tanto renombre dieron á
Sevilla.
Hé
aquí los nombres que nos ha facilitado don
Francisco Díaz y Alvarez de maestros alfareros que fabricaron loza fina en Triana desde el año 1800 al
1885 en que estamos:
,
Don *
José de Castro.
Juan Ojcda.
”
Manuel Montaño.
”
Saturnino García Montalban.
”
Andrés Espinosa.
”
José Espinosa.
*
José Martínez.
”
Manuel Jiménez.
n
Joaquín del Pino.
*
Francisco del Pino.
*
Manuel del Pino.
*
Antonio del Pino.
,
34
— Don
266
—
José del Pino.
8
Antonio Gómez.
«
Joaquín García Montalban.
*
Manuel Soto y Tello. Francisco García Montalban.
8 8
Rafael Campos.
8
Manuel Rodríguez.
8
Francisco Díaz y Álvarez.
Distinguiéronse algunos de ellos en la pintura de-
de vasijas y platos, pudiendo citar propósito los nombres siguientes: corativa
Doña Concepción Quesada. 8
Don
Enriqueta Montalban. Rafael Reyes.
8
José de Castro.
8
Juan López.
8
Manuel Soto y Tello.
8
Manuel Rodríguez.
8
Francisco Díaz Álvarez.
8
JoséDurán.
8
Manuel Perez.
8
Vicente Fourrat y Campos,
(i)
Natural de Valencia.
'
(i)
*
ti
este
— Artistas pintores
—
26 7
que
se dedicaron á la
ornamen-
tación cerámica:
Don Manuel
Tortosa.
”
Manuel Arellano (padre).
”
Manuel Arellano
(hijo).
Hasta aquí han llegado nuestros esfuerzos: abri-
gamos
el
convencimiento de
(jue estos
Apuntes pare-
cerán á nuestros lectores insuficientes, y más todavía á los aficionados á este linaje de estudios; de aquéllos
esperamos
cierta
benevolencia
se les ocultará lo árido de
la
al
juzgarnos, pues no
materia,
la
escasez de
hemos tenido que vencer noticias. Mucho nos satisfa-
datos y las dificultades que sólo para
reunir estas
ver el trabajo que ahora iniciamos, desenvuelto
ría
algún dia en toda su mayor extensión por sujetos de
mayor competencia,
menos para
lo
la historia
ta
de
y
si
estos renglones sirvieran á
estimular á otros que Ueváran á cabo
los
grandes centros cerámicos que tan-
fama dieron á Málaga, Granada, Almería, Valen-
cia,
Toledo, Talavera de
la
Reina, Alcora, Puente del
Arzobispo y demás poblaciones que se distinguieron en la fabricación de objetos cerámicos, nuestros deseos se verían colmados y satisfechas nuestra aspiraciones.
La
lista
que
complemento de
á continuación
presentamos,
estos Apuntes
ofrece
,
la
como
más cum-
.
—
268
plida serie de las producciones cerámicas sevillanas
que hasta ahora hemos podido formar, partiendo del siglo
XII hasta nuestros
dias:
Siglo XII torre
de
sia
íi
»
XIV
de
S.
Marcos.
S. Gil.
celias (Alcázar).
<
portada de | 1
sia
la igle-
de Omniura
Sanctorum. i
»
la
casa de Olea.
XIV-XV de
))
la Virgen.
XV ajimez do la casa de los marqueses
de
la
pilla
Algaba.
de
la
Pilatos.
»
XVI
i
Sagrario.
Casa de .
— I
—
269
—
1303
Altar de la Capilla
1304
Sepulcro do
del Alcázar (planos pintados).
Iñigo
López
Anade
(Sta. j
Tria-
planos pinta-
na), [
dos.
1304
Portada de Sta. Paula (relieves polícromos y
1540
Pabellón de Cárlós V, (Alcázar): cuenca. Convento de San Clemen-
píanos).
Siglo XVI.
1388
te
(planos
y
de
cuenca).
1568-69. Cámaras bajas contiguas á los
jardines (Al-
cázar):
planos.
;
i
1
576
Escalera
Ex-convento de S. Pablo ([dadel
nos).
1577
»
XVII
La Virgen con
varios Santos (Museo): planos.
Losetas planas pintadas de
blanco. azul y (Portada de la iglesia
de
dad)
(1)
la Cari-
Representan la Fé, Esperanza y Caridad. (1) San Jorge y Santiago y sus dibujos se atribuyen á Son muy notables.
Murillo.
—
270 Losetas planas polícromas de la ex-iglesia de San Francisco de Paula), Id. id.
de
la
(t)
ex-iglesia
de
Ntra. Sra. del Pópulo. (n)
-'-o—
-
—
1609
Parroquias de S. Lorenzo y
¡>,1616
Monasterio de Santa Pau-
S. Isidoro (planos) -
la ("planos). j
'1621
Tarjeta con volutas y frutas en relieve, propie-
T657
Sacristía del Sagrario
dad
del señor Le-
guiña.
de
la
Catedral (planos).
1674
Ex-convento del
1758
Cuadrito
Cármcn
(planos). »
XVIII
con Sta.
la
Giralda,
Ana de Tria-
na (planos) Dícese por tradición que fueron diseñadas por Herrera el Mozo. Comprenden en cinco grandes cuadros á San Francisco de Paula, San Cristóbal, San (1)
Gerónimo
y dos Santos Obispos. Seis cuadros con figuras de tamaño natural (11) adornan esta portada. Son los más notables los centrales con San Agustín y la Virgen del Pópulo; los cuatro restantes contienen imágenes de Santos, monges y Papas.
UN NUEVO DATO PARA LA HISTORIA DE LA CERÁMICA SEVILLANA.
Pocos meses afición
bá, llevados
por rebuscar é
inquirir
de nuestra vehemente alguna de esas curiosas
de lo pasado, que causan la risa del vulgo y también de -muchos que de doctos se estiman, acerreliquias
tamos á entrar en casa de un viejo mercader de guallas, cuya amistad y
tenece
al
hoy escaso grupo de
afán era poseer
gran
ni
viejos anticuarios
cuyo
número de objetos de todas
épocas, clases y materias, idea de
anti-
compañía nos complace. Per-
sin
que jamás
les asaltase la
coleccionarlos metódica y razonablemente,
tampoco que muchos de aquellos cachivaches po-
—
272
—
drian servir alguna vez de poderosísimos auxiliares para estudios históricos ó artísticos-
En medio de un verdadero maremagnum de obcomo heterogéneos, comenzamos á dirigir la vista á un lado y otro, á ver si entre
jetos tan caprichosos
tanto
viejo
lienzo,
antiguas molduras, voluminosos
infólios y raros trebejos
hallábamos algo que pudiera
importarnos. Esta exploración dió resultado, pues con
gran sorpresa y contentamiento logramos sacar de entre aquel cáos la curiosísima placa que ha
dado
lu-
gar á estos renglones.
Hoy que
los
doctos de todos los países se afanan
por allegar materiales que ilustren y esclarezcan la historia de la Cerámica, contribuyendo con sus enseñanzas á la creación de innumerables y notabilísimas fábricas que gozan de universal renombre, y cuyos
productos son verdaderas maravillas
que presenciamos un
hoy
artísticas;
brillante renacimiento
en
el
gé-
nero que inmortalizó los nombres de los Giorgio Andreoli, Battista
que cualquier de
las
Franco y Orazio Fontana, estimamos que ve nga á aumentar el caudal
noticia
conocidas será benévolamente
acogida por
cuántos se dedican á este linaje de estudios.
más de la
tales
Si
á
consideraciones tenemos en cuenta que
placa de que tratamos corresponde á
alfarerías sevillanas,
las
antiguas
cuya fama ha permanecido á
tra-
vés de los siglos, y que, en parte, viene á llenar un vacío en la historia de aquellas, que áun yace envuelta
—
—
273
en la oscuridad de los siglos, será evidente que ha de reunir para
el artista
más grande
estima, puesto que acerca de las antiguas
fábricas
y para
arqueólogo mayor y
el
de Triana no hemos llegado
ni
áun á descu-
brir un nombre de aquellos peritísimos artífices que en tan alto grado contribuyeron á embellecer, con deslumbrantes alicatados de polícromos azulejos, los mu-
ros de las alfajías, y tarbeas del alcázar de Pedro
I,
soberbia escalera y cámaras de los palacios ducales de Alcalá y Alba, y las naves, capillas y retablos de la
nuestros templos.
Como
elocuentes testimonios de Ja
maestría de
sus autores, subsisten estas famosas obras,
no
trátase
hoy de
imitar, y quizá
no
que algún afortunado amante de nuestras luz esos
mismos nombres que yacen
que en
va-
esté lejano el dia
al
artes
dé á
presente des-
conocidos en nuestros archivos y bibliotecas; acaso entónces llegaremos á saber quiénes fueron aquellos
maestros que en 1422 hizo
ir
desde Sevilla á Aragón
doña Juana de Mendoza, mujer del almirante de Castilla,
la
para labrar azulejos
morada de
esta ilustre
(1)
con destino
tal
vez á
dama; pero mientras tan fe-
Debemos esta curiosísima noticia á la loable (1) diligencia del reputado arqueólogo señor don Juan F. Riaño. Mus. Exp. de Antigüedades tomo n, página 204. Monografía intitulada: Plato italiano del siglo XVI. ,
35
— licísima invención,
274
—
con otras de
llegan á realizarse,
la misma índole, no hemos de contentarnos con alle-
gar nuevas obras, aproximándonos con to sea posible, á
completar
la serie
cerámicos de Triana, contando tre los esculturales vidriados
la placa
como
ellas,
los
el
en cuan-
productos
primero, en*
conocidos
al
presente,
en cuyo estudio vamos á entrar.
Antes de proceder á cribirla,
do
ha de sernos des-
él, lícito
para mejor inteligencia délos lectores. Sobre
un grueso
ladrillo,
cuyo espesor medio es de
o, 3, apa-
rece ejecutado, en alto relieve, el asunto místico de
Coronación de
la
en
la
Virgen por
la
Santísima Trinidad;
centro, sentada y oculto el escabel ó sitial con los paños del manto, ocupando los dos tercios infeel
riores, hállase la la
Madre de Dios en
actitud orante.
A
derecha del espectador sirviéndole de basa unaco-
lumnilla con su correspondiente capitel, está sentado el
Padre Eterno;
yada
la
el
brazo izquierdo extendido, y apo* la corona de Nuestra Señora; el
mano sobre
derecho levantado, y bendiciendo con la diestra a la latina; frente á esta imágen se vé la del Hij°» en análoga posición; en el centro superior y tercio complétase el asunto por la cabeza de un barón barbado, que representa al Espíritu Santo bendiciendo
manera
con
Ja
mano
el Hijo, é
derecha, de igual
impuesta
la
modo que
el
Padre y
izquierda sobre la corona de
la
Virgen.
Curiosa variante es esta última, que recomenda-
— mos
es sabido, mereció,
hibición por parte
—
275
examen detenido de
al
como
los eruditos; pues,
andando
el
tiempo, enérgica pro-
de losPontífices, con
otras aun
más
absurdas, extravagantes y anticristianas, máxime cuan-
do ya desde gurábase
Tuvo
tiempos de San Paulino de Ñola,
los
Santo en forma de paloma,
al Espíritu el artista
fi(i)
que ejecutó esta obra que ceñirse
y encerrar su composición en muy estrechos límites, y ya por esta circunstancia como por la manera expecial y característica de componer que distinguió á los artífices
de
los
en todo
vista,
siglos el
medios, se observa á primera
conjunto que ofrecen
aglomeración, estando,
gies,
como
si
las
cuatro efi-
se nos permítela frase,
apretadas y encogidas, de idéntica manera que
aparecen en los relieves que ornan los muros exteriores del claustro
que dá
al
Sur en
la
To-
Catedral de
ledo.
No
cabe más
este asunto,
pompa que tas,
sencillez en
(i)
que involuntariamente nos recuerda
la
la
artis-
famosa tabla que pintó parala
de Santo Domingo de Fiesole
el
eximio Fra
Epístola xxxn á Severiano; describiendo Jas
imágenes de
de San Félix, dice: Pleno coStat Christus agno vox columbam Spintus Sanctus per el
la basílica
ruscat Trinitas mys ferio patris cedo tonal fluit.
manera de exponer
para ellos desplegaron los antiguos
expecialmente
iglesia
la
—
—
—
'
—
276
Angélico, existente hoy en
el
— Louvre, y
el
lienzo de-
bido á Vicente Juan Macip, que se custodia en
la
Real
Pinacoteca de Madrid.
La espesa capa de completamente
vidriado blanco que cubre
las figuras
impide hasta cierto punto
apreciar debidamente los prolijos pormenores de
gunas partes; pero no obstante, nótanse de un claro y evidente los caractéres
hemos de
de
decirlo
en-
la
dudamos en
ca-
Virgen, que no
un tanto ovalada, y respira, por candor é inocencia inefables; hay en sus
bella,
así,
más adelante
clasificación.
La cabeza de lificar
de arte y época, que
tener presentes cuando
tremos en su
al-
modo
es
una pureza y sentimiento que interesan á la primera ojeada, y nos revelan que el artista llevaba en
líneas
el
pecho y en la mentóla viva inspiración de santas cuando modeló tan peregrino rostro. Ciñe
creencias,
sus sienes corona abierta,
cuyos florones no pueden
apreciarse con exactitud, porque sus lincamientos, co-
mo
débiles, casi
desaparecen bajo
Tiene
cabello recogido á
vidrio.
bre
las orejas,
el
la
espesa capa del
ambos
lados, so-
abultadamente, aunque no tanto como
se vé en las obras pictóricas comieny escultóricas de
zos del siglo xv. circular,
Viste sencilla túnica con escotadura
que deja descubierto
garganta,
bajando hasta
el cuello
la cintura
el
por un cíngulo, ¿ suelo en la misma forma
plegado que se recoge en este partir del cual llega hasta el
déla y parte
simétricamente
sitio
— dispuesto. Las
277
—
mangas parecen perdidas, pero de
es-
to
no puede juzgarse con
acierto; los
paños del man-
to,
que caen por cima de
las rodillas,
son bien carac-
terísticos
del
en
estilo ojival,
segundo período, ántes que
la
las
postrimerías de su
elegancia y soltura en
las líneas
y pliegues se trocase por el amaneramiento inverosímil de innumerables ángulos entrantes y sa'
lientes,
nacidos en España por la influencia de
cuelas neerlandesa y alemana.
Los mismos
res se advierten en cuanto á las ropas del
no y de su Hijo,
si
Padre Pater-
bien en éstos hay todavía
sobriedad; nótase en ellos
en ángulo, expccialmente
la
las es-
caracté-
mayor
tendencia á quebrarse
al llegar al
suelo,
menos experto no podría confundirlos con
la
pero
el
manera
expecial de ejecutar que se revela en las produccio-
dones Obras
estatuarias
salidas
nas que sustentan los fustes,
del estilo llamado
de manos las
infantiles
altura, hállanse
el
ástrágalo,
colum-
cilindricos,
y
sí
muy
coronados por sus co-
rrespondientes capiteles, campanuliformes,
chos en
florido.
las
dos últimas imágenes citadas;
que no son del todo
pequeños de
ojival
parecen
muy
estre-
exageradamente anchos por su
ábaco y cortos en demasía en la longitud del tambor. Sus frentes ostentan como único adorno tres ligerísi-
mas da.
hojas, rehundidas,
Juzgando
las
sin
forma alguna determina-
basas por la del lado derecho, que
es la úuica que existe, guardan las
nes que, los capiteles.
mismas proporcio-
— Toda
la
278
placa se halla,
—
como hemos
dicho, vidria-
da de blanco, de un tono trasparente y brillante, que nos hace suponer que el barniz empleado fue rico en estaño; los contornos de las bocas y ojos de todas las cabezas están coloreadas de azul-cobalto claro, tono
muy que
usual en la antigua cerámica sevillana, el
lo
mismo
blanco de que acabamos de hacer mérito.
Consérvanse en esta ciudad notabilísimo ejemplade bairo cocido y vidriado, que justamente han atraído la atención de eruditos ceramógrafos, así prores
pios
como
extraños; áun subsiste, como magnífico y des-
lumbrante ejemplo del apogeo que alcanzó en Sevilla esta fabricación, la portada del monasterio la,
debida á
de Sta. Pau-
y Pedro de los Reyes
los insignes Francisco Niculoso
Millan; en la capilla vulgarmente llamada
Católicos, en nuestro regio alcázar, se ostenta el pere-
grino altar de azulejos, también de Niculoso, y acaso el dibujo del asunto central deleitado escultor Millan;.
en
la cripta
panteón de arzobispos del Sagrario de
nuestra Catedral, otra soberbia placa, de que hemos sido los primeros en dar noticia á los entendidos (1);
todas esta obras polícromas, unidas á algunos frag-
mentos que debieron formar parte de suntuosas bricas, entre ellos el
que se conserva en
el
queológico de esta ciudad, encontrado en una
(0
Véase nuestro
nas 19-20.
libro
fá-
Museo Ar-
Pedro Millan
antí-
pági,
— gua casa de
279
—
misma, compuesto de frutos y follajes de gran resalto; los procedentes de la villa de Cines, la
recientemente adquiridos por un coleccionista no, y otras
más
sevilla-
barnizadas sólo de blanco y cobalto, atestiguan fundadamente que en esta capital sencillas,
no cayó en desuso nos legaron
los
cerámica que
la brillante tradición
musulmanes. Los
mudejares y de aquéllos, y si segunda mitad del siglo xvii empieza artistas
los cristianos siguieron las huellas
bien
al
llegar á la
una funesta decadencia, resultado de
la
que
el arte
en
general experimentaba, todavía se fabricaban excelentes azulejos y vasijas,
Ninguna de
las
que son hoy muy apreciadas.
obras que acabamos de
citar
es
anterior á los albores del siglo de Cárlos V; el altar
de
la capilla
del Alcázar lleva la fecha de 1503;
portada de Santa Paula, de i5o 4; la cripta del Sagrario,
y
las
ta última
cho
ésto,
la
gran relieve de
en vista de sus caracteres, pue-
de afirmarse que fue ejecutado en siglo,
el
la
mitad del mismo
obras restantes son unas coetáneas de es-
y otras posteriores con poca diferencia; dipreguntamos: ¿Á qué época puede y debe
atribuirse la placa
de que venimos tratando? Asegú-
rannos que procede de esta ciudad,
la iglesia
de San Miguel de
derribada bárbaramente por
la revolu-
ción de 186S, y que se hallaba encima del tejaroz de
una de sus puertas, templo que fué reedificado por
don Pedro
do no
I
de
Castilla;
pero aunque este dato
tiene valor alguno, sin
aisla-
embargo, como á núes-
— tro juicio se tico
los caractéres artís-
arqueológicos del objeto, no creemos que deba
despreciarse.
apretada
mos
e
de
la
280
compadece bien con
las
i
tenemos en cuenta
Si
como
,
desproporciones de
las
que
expresiones
las
nifiestan,
dar
nos
fija-
si
en ellas no pa-
en los rostros
se
ma-
ya tendremos alguna basa sobre que fun-
les actitudes, si
si
cabezas, excepto
dar nuestro concepto. Pasemos de aquí á
que,
disposición
Virgen, que siempre sintieren más perfecta y
la
religiosamente los artistas sevillanos,
san
la
dijimos antes, del asunto;
bien
al característico al estilo ojival,
las influencias del
plegado de
los paños,
están distantes de recor-
eximio pintor neerlandés Juan
Van-Eyck,muy marcadas ya por villano en la
las infanti-
segunda mitad del
lo tocante al arte se-
siglo xv, y
en vista de
estos caractéres,
de la forma de los capitelillos de las columnas y del conjunto general que ofrece esta obra, no ha de tachársenos de visionarios si lo estimamos producto de los últimos dias de don Pedro I, ó ejecutada durante el reinado del monarca fratricida.
La grandísima importancia lleva en
por 11
a
los
sí,
débese á
las
años de 1438 trabajaba
Robbia
el
que, á nuestro juicio,
siguientes el
consideraciones:
famoso Lúeas de-
magnífico relieve que representa la Re-
surrección existente sobre una de las puertas del
mo de (1)
Florencia
(1),
Duo-
vidriado de blanco y azul, y ya
Histoire des poteries faiances' et porcelaines ,
Ms. Maryat, tomo
1,
página 39.
—
—
2$ I
estos
mismos colores son precisamente
en
placa de la Coronación de la Virgen, de
la
podemos
donde
por consiguiente,
los sevillanos; y,
si
invento, ó mejor dicho, la aplicación del vidriado á
como
asegura Vasa-
insigne maestro florentino, bien
pudo haberlo
de barro,
las esculturas ri,
que vemos
deducir que este procedimiento no era des-
conocido para el
los
al
tomado de
se debe,
los españoles, pues sabido es
mayólicas desde
el siglo
xn adornaban
que nuestras
las
imafrontes
de los templos de Pisa y de Pavía, y si liemos de dar crédito á Sir F. Palgrave, también decoraron el campanario de una iglesia en
el
Foro de Roma.
Bien sea que los italianos aprendiesen esta fabricación de los sarracenos que en cieron en
Sicilia,
no obstante
to Juan Bautista Paseri,
de
que
el siglo ix
lo
trata
este invento para la ciudad
se estable-
asentado por
de recabar
el
el
doc-
honor
de Pésaro, su cuna; ora
fuese importado de las Islas Baleares, es lo cierto, ya
de un
modo
ú otro, que los sarracenos españoles
tablecieron en
muchas ciudades de
tables centros
productores
de
la
la
es-
Península no-
loza vidriada
po-
lícroma y con reflejos metálicos. En los siglos xm, xiv, xv y xvrconsta ya el apogeo de esta industria por referencias
de
castellanos,
los escritores
musulmanes, extranjeros y
como Abu-Said, Ibn-Batoutah, de Tánger,
Marineo Sículo, Martin de Vicyana y el maestro Pedro de Medina. Encareciendo el último el azulejo (que se hacía en Sevilla) lo llama
muy
polido de munchas 3*5
—
282
—
labores y colores y asimismo bultos de hombres y otras cosas;» de este azulejo añade, «se hace mucha canti-
dad queso
lleua á
más que un
muchas partes.»
azulejo,
con
(1).
¿Qué
otra cosa
figuras relevadas, es nuestra
placa? Las materias todas que entran en la composición de aquéllos son las consiguiente,
si
mismas que en
demostramos que
el
del vidriado fué conocido en Sevilla desde
como los
lo
prueban
los aliceres
ésta,
y por
procedimiento
que ornan
el siglo
las enjutas
xn,
de
ajimeces de la torre mauritana de San Márcos en
esta ciudad, ¿por
como
qué hemos de continuar creyendo,
hasta aquí, que á
Lúea
della
Robbia debemos
los sevillanos la aplicación del vidriado á las figuras,
cuando contamos ya con el notable ejemplar objeto de estos renglones, que si no es coetáneo del renombrado ceramista italiano, puede seguramente reputarse anterior á Francisco Niculoso? Cuantos escritores han tratado de investigar la historia de la cerámica
hispalense, todos hasta aquí muéstranse unánimes en
considerar
al
citado artista pisano, que acaso trabajó
en los talleres de Andrés della Robbia en compañía y de los hijos de éste, Juan, Lúeas, Ambrosio Jeróniy
_(i) Libro de grandezas y cosas memorables de España, por el maestro Pedro de Medina, vecino de Sevilla, debido al serenísimo y muy esclarecido señor don belipe, príncipe de España, nuestro señor, 1549* Ms.Bib. Colomb. Tomo xxix, de P. P. V. V. F. F. 1 74-
— mo, como
el
283
—
introductor de este nuevo género deco-
rativo en Sevilla, pero basta fijarse en el carácter ar-
cáico de las figuras que
ronación para estimarla
componen la placa de la Comuy anterior al referido maes-
tro italiano.
En nuestro concepto, y asomo, de
debilitar el justo
sin
que tratemos,
ni
por
renombre del gran cera-
mista florentino, por lo que á esta industria sevillana respecta,
vamos
podemos
afirmar que el objeto que conser-
fue ejecutado en Sevilla ántes queNiculoso im-
portára este
mismo procedimiento de esmaltar
figuras,
y que, por tanto, hay que considerarlo como la primera página de nuestra historia de las esculturas de barro vidriadas.
*
——
ERRATAS MÁS NOTABLES.
—KSxS*-^
Pág.
Dice:
— hemos querido 8 — caprichosa — D. Pedro 6
Léase: reunir
envestigador
—caprichosas — D. Juan —investigador
antes de
—con respecto
Ii
17 18
— reunimos
él
que pueda — se 25 — nuncn 34 — trasnunto 40 — 48 — panopia » — comprueben »
halla
florores
-panoplia
-comprueban -marcarla
marcarll
56
mucho deestacenturia- -mucho de
— ruptos 54 — recaso — contribuye — loza 59 5i
»
» >4
»
la
—y —merecieron — calzados — Ciíuente a sitio
él
—trasunto -florones
55
5i
á
—encontramos que pue da -nunca
su perfec
cionamiento en -Rieptos -recazo -contribuyen -la losa
-y al sitio
-mereciendo -labrados -Cifuentes
—
Pág. 97 loo 120 122
Dice:
Léase:
— de Cartuja — de hospedería — de tadas
-de
esplendida
-de todas -
mente
146 148 »
149 15
1
152 187 2 20 ))
»
— seguros de sugetos
'
224 247
-dotado esplendidamen e dejándole alhajas y reliquias y escojiéndola para -seguros de que sugetos
simientos
cimientos -COLONIAE
En
su planta
-Es su planta
en
somo adelanto la menor de todas
•en
— COL.ONLAE
— en
»
Cartuja
-en la hospedería
la
— dotado
la
es
somo adelante menor
la
detenlladas
-dentelladas
MDLXII REGN AMPLISIMA
-MDLXIV
NEFA SILLVM
•NEFAS ILLVM VIX1T
VIXIX
— manumento — aficiónanos
REGNA AMPLISIMA monumento aficionados
INDICE. — Dedicatoria
....
Al lector . . La cabeza del Rey Don Pedro. . Descubrimiento de una antigua pintura en la iglesia deS. Julián, y noticia de su auto;-. .
Sevilla
román?
Sevilla visigoda
La
carpintería
délo blanco
.
La espada del Conde Fernán González. La bandera y espada de San Fernando. Espaderos y armeros antiguos sevillanos. Sepulcros antiguos de la Catedral de Sevilla. Esoulturas antiguas sevillanas.
La Giralda La parroquia de Santa
Marina.
Las Casas Capitulares de Sevilla La iglesia de la Universidad literaria. Apuntes sobre la cerámica deTriana. .
.
— Barros
vidriados
Un nuevo
date para la historia de la cerámica
sevillana
Acabóse de imprimir este primer tqmo DE LAS
((
pURIOSIDADES ANTIGUAS
SEVILLANAS,)) Á 2Ó DIAS
DEL
MES DE JAAYO^ AÑO DE Jf.fi.
jlESUCRIS-
BGU
500482233 A Mont. 06/3/22