“Inquisitio heretice pravitatis: ucteris. La herejía: El murciélago en la simbología y emblemática de Jaime I “El Conquistador”
Lola Carbonell Beviá
“Illumina cor meum, Dómine, et verba mea de Spiritu Sancto”.
(Jaime I).
1. Los atributos emblemáticos de Jaime I: el dragón, el murciélago y la cruz de la orden de la Encina. Los atributos emblemáticos que se encuentran en la iconografía del yelmo y casco de Jaime I, no fueron tomados y aplicados al azar. Detrás de los mismos existe un profundo conocimiento del lenguaje simbólico. 1.1.
La simbología del casco. La legislación emitida por las Cortes y parlamentos de Cataluña, Aragón y Valencia refería en la “Ley XXI” las cuatro virtudes que debían tener los caballeros. Una de ellas hacía referencia al casco cuya función era doble. En primer lugar, cubrir lo que no está bien. Y en segundo lugar, la cubrición de la cabeza significaba haber realizado una acción deshonesta y vergonzante, hecho que no convenía a las personas nobles (1).
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1.2.
La cruz de la orden de la Encina. En los extremos laterales del casco del rey Jaime I, - a la altura de las sienes-, se halla el emblema de la cruz de la orden de la Encina, creada en el año 857 por el monarca navarro, de Sobrarbe Garci Ximénez-Íñigo Arista (2). Su emblemática era la de una cruz patada con los brazos laterales y superior afinados (3). La cruz de la orden de la Encina fue utilizado por los tres hermanos, monarcas de la Corona de Aragón: Pedro I “El de Huesca”, Alfonso I “El Batallador” y, Ramiro II “El Monje” (4).
1.3.
El dragón en el linaje griálico de Jaime I. El origen del dragón griálico utilizado en la cimera del yelmo del monarca de la Corona de Aragón, Jaime I, se encuentra en los emperadores romanos, quienes utilizaron dicha simbología en sus estandartes. Posteriormente, en el siglo VI d. C., los reyes britanos de Gwynedd emplearon el emblema del dragón, siendo por ello denominados “los dragones de Britania”. Pendragón, el padre del mítico rey Arturo, llevaba en su nombre el significado de “espantosa cabeza de dragón” (5). Y Arturo de Britania, llevaba sobre su casco, un yelmo de oro con la iconografía de un dragón (6). La simbología del dragón en la cábala judía significa el emblema de la expansión y contracción del universo, es decir el principio del final y del inicio constante (7). El dragón alado de la cimera del casco de Jaime I, se encuentra en posición rampante, con las alas de murciélago extendidas y, con las garras levantadas. De su cabeza partes dos cuernos. Y de su boca abierta una larga lengua. Culmina su barbilla con una pequeña barba de chivo. Los cuernos del dragón hacían referencia al Conocimiento oculto de Dios; la barba de chivo a Baphomet, el dios veterotestamentario. Y la larga lengua, a que era trasmisor secreto del “Conocimiento oculto de Dios”. Si la lengua hubiera 2
aparecido cortada, hubiera significado que habría revelado el secreto (8). 1.4.
Las garras de grifo del dragón empleado en la cimera del yelmo de Jaime I. El dragón rampante de la cimera del yelmo de Jaime I tiene garras de grifo, un elemento procedente del primitivo reino de Gascuña, que pasó con posterioridad a la casa condal de Barcelona y, que formaba parte de los orígenes del monarca de la Corona de Aragón (9). La casa real de Navarra estaba entroncada matrimonialmente con San Luís, rey de Francia y con Jaime I, monarca de la Corona de Aragón. En el año 1258 fue acordada la unión matrimonial entre Isabel, la hija menor de Jaime I y Filipo III “El Atrevido” (1270-1285), el hijo primogénito de Luís de Francia (10). Luís IX, de Francia (1226-1270) era, por otro lado, suegro de Tibaldo, rey de Navarra, por el matrimonio de Isabel de Francia, -hija de Luís de Francia y hermana de Filipo-. Tibaldo e Isabel no tuvieron descendencia y el trono de Navarra lo heredó Enrique, el hermano de Tibaldo. Tibaldo murió el 5 de diciembre de 1270 (11), poco tiempo después que su suegro Luís IX, de Francia –el 25 de agosto- (12). Y, su cuñada Isabel siendo ya reina de Francia –hija de Jaime I casada con Felipe III de Francia- murió en abril de 1271 (13). Jaime I se sentía heredero del reino de Navarra y en el año 1274, tras la muerte del rey Enrique de Navarra, aspiró a pretender dicho trono (14). Como las garras de grifo se encuentran en posición rampante, su significado simbólico reside en la acción y la lucha. Y por la posición de las garras en la totalidad de la simbología del dragón, su significado reside en que el rey Jaime I luchó por difundir el secreto del “Conocimiento de Dios”, que no tiene principio ni fin y, su origen es veterotestamentario. 3
1.5.
Las monarquías europeas herederas de la simbología del dragón: el reino de Hungría. Jaime I se divorció de su primera esposa Leonor de Castilla, para casarse en segundas nupcias con Violante de Hungría, la hija del rey de Hungría (15). Fue yerno del rey de Hungría por el matrimonio con la hija del mismo, Violante de Hungría, que ya estaba consolidado por medio de sus hijos Pedro y Jaime, en el año 1235 (16). Y de la que se divorció muchos años más tarde, en 1262, para casarse legalmente con Teresa Gil de Vidaure pocos años antes de su muerte (17). Dos siglos después, en 1408, Segismundo, descendiente real de la casa de Hungría fue miembro fundador de la orden del Dragón, cuya emblemática representaba un dragón enroscado dentro de un círculo con una cruz roja (18).
1.6.
Las monarquías europeas herederas de la simbología del dragón: el ducado de Anjou. La unión de la casa ducal de Anjou con la Corona de Aragón se inició con el matrimonio de Jaime II “El Justo”, hijo de Pedro III “El Grande” y, nieto de Jaime II “El Conquistador”. Jaime II “El Justo” (1291-1327) contrajo matrimonio con Blanca de Anjou –hija de Carlos II de Nápoles-, en el monasterio de Vilabertrán en el año 1295 (19), falleciendo la reina en 1310 (20), que era hermana de Luís IX, rey de Francia y fue santificado como san Luís de Tolouse (21). Blanca de Anjou fue la madre de Pedro IV “El Ceremonioso” (1336-1387) (22) y abuela paterna del rey de la Corona de Aragón Juan I “El Cazador” (1387-1395), hermano mayor de Martín “El Humano”. (23). Juan I “El Cazador” contrajo matrimonio con Violante de Bar, fallecida en 1341. Fueron padres de la princesa María de Aragón, también denominada María de Francia.
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María de Aragón, contrajo matrimonio con Roberto I, duque de Bar y fueron padres de Violante de Bar y de Aragón (24). Violante de Bar y Aragón contrajo matrimonio con Luís II, duque de Anjou y tuvieron dos hijos Marie de Anjou –casada con Carlos VII de Francia- y Renne de Anjou (25). Renne de Anjou, en primeras nupcias contrajo matrimonio con Isabel de Lorena –fallecida en 1452-; y en segundas nupcias con Jeanne de Laval con la que tuvo cuatro hijos (26). Renne de Anjou nació en 1408 (27) y, falleció en 1481 (28). Renne de Anjou detentó numerosísimos títulos nobiliarios: conde de Bar, conde de Provenza, conde de Piamonte, conde de Guisa, duque de Calabria, duque de Anjou, duque de Lorena, rey de Hungría, rey de Nápoles, rey de las Dos Sicilias, rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca y de Cerdeña. Y, rey titular de Jerusalén (29), príncipe de Gerona, duque de Calabria, conde de Forcalquier, rey de Córcega, señor de Génova y, conde de Guisa (30). Pues bien, Renne de Anjou, como rey de Hungría por tanto y, rey de Aragón, perteneció a la orden del Dragón que fue fundada el año de su nacimiento y, tenía derecho a lucir el blasón con un dragón enroscado insertado en un círculo con una cruz roja (31). Aunque en el siglo XVIII, la insignia –realizada en orode dicha orden, presentaba una emblemática diferente: la de un dragón invertido, dispuesto en posición horizontal (32). 2. La simbología y emblemática del murciélago. La cimera del yelmo de Jaime I “El Conquistador” presenta medio cuerpo y cabeza de dragón alado. Pero las alas membranosas y extendidas del mismo, no corresponden a un dragón, sino a un murciélago. La simbología del murciélago tenía una doble lectura: las ciencias divinas secretas; y la hechicería (33).
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El rey de la Corona de Aragón, Jaime I fue templario. Educado en la religión del Temple y, rodeado de familiares, amigos y vasallos templarios (34). Por lo tanto era conocedor de la Historia no oficial de la Iglesia cristiana católica de Roma, lo que en la Edad Media era calificado como “iniciado” (35) en las ciencias divinas secretas y, defensor y guardián del “Conocimiento secreto de Dios”. Dependiendo de en qué momento fuese utilizada la iconografía del casco y yelmo de Jaime I, dicha simbología podría presentarlo como defensor del “Conocimiento secreto de Dios”, o bien acusarlo como representante vencido del paganismo (36), puesto que el tipo de ala membranosa de murciélago también podía indicar “la perversión de las facultades intelectuales puestas al servicio del mal” (37). La iconografía de la Edad Media utilizó las alas de murciélago para acoplarlas a los cuerpos demoníacos. A modo de ejemplo existen representaciones de este tipo en el “Salterio glosado anglocatalán” (38), el “Apocalipsis 1313” (39), o en la “Biblia moralizada de Nápoles” (40). Por lo tanto la iconografía del casco y yelmo de Jaime I lo presenta como un iniciado divulgador intelectual en el “Conocimiento secreto de Dios”; del Dios de origen veterotestamentario, que como guardián en el camino de la salvación (41), lucha para que la humanidad tenga una base sólida de la religión, –patas de grifo- (42) y, la defiende para que la humanidad pueda tener acceso al cielo (43) mediante la suprema claridad del espíritu (44). Si la representación emblemática de los símbolos del casco y yelmo de Jaime I fueron coetáneos del monarca, las características lo representan en positivo, sobre la función que ejerció. Pero si la iconografía fue realizada con posterioridad a la erradicación de la orden del Temple, su significado es negativo puesto que lo trataría como el enemigo pagano vencido, el defensor intelectual e iniciado en el “Conocimiento secreto de Dios” que salió perdedor y vencido en la lucha intelectual por trasmitir a la humanidad la forma de acceder a Dios (45). 6
3. La relación del monarca de la Corona de Aragón con la zona geográfica del catarismo: El linaje carolingio de Jaime I. Los antepasados de Jaime I provenían de la región septimana de la Galia carolingia. Fue descendiente de Theodorico, príncipe judío de Septimania, que vivió en el siglo VIII d. C. Theodorico fue padre de Guillermo de Orange, también conocido como Guillem de Gellone, de Tolouse o de Le Grand, nacido a mediados del siglo VIII y fallecido en el año 812. Guillem de Gellone, conde de Sajonia, Borgoña, Autún y Auda Martel (46), Barcelona, Tolouse, Auvergne y Razès (47), dedicó gran parte de su vida a la lucha por la conquista de nuevos territorios que ganó a los sarracenos de Septimania, como fue el Languedoc, Gerona, Nimes y Orange. Guillem de Gellone fue primo hermano de Carlomagno. Fruto de su matrimonio nació Bernat -primer conde de Barcelona y duque de Aquitania-; Gaucelm, -conde de Rosellón y de Ampurias- (48). Y además tuvo un tercer hijo con una dama goda, que fue llamado Berá (49). Bernat de Septimania, el hijo primogénito de Guillem, fue el primer conde de Barcelona, primer conde de Ribagorza y primer conde de Languedoc. Contrajo matrimonio en dos ocasiones. Su primera esposa fue Duoda, con la que tuvo a su hijo Guillem de Septimania en el año 826. En el año 841 nació su segundo hijo llamado Bernat Plantapilós (50). Bernat de Septimania contrajo matrimonio en segundas nupcias con Theusda, la hija del conde Gonzalo de Aragón (51). A la muerte de Bernat de Septimania, Theusda, Theuda o Íñiga fue casada con Garci Iñiguez, hijo del rey Iñigo Arista de Navarra (52), entroncando de esta manera las originarias casas condales de Barcelona y Navarra, los antepasados simbólicos que aparecen en la emblemática del casco y yelmo de Jaime I “El Conquistador”.
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La línea carolingia-catalana de los ascendientes de Jaime I continuó con el conde Belló de Carcasona (53), padre del conde de Urgell, Sunifred, (54) y abuelo paterno de Wifredo el Velloso. Wifredo el velloso fue padre de Wifredo II Borrell, abuelo paterno de Borrell II, bisabuelo paterno de Ramón Borrell I. Borrell II fue padre de Ramón Borrell I, abuelo paterno de Berenguer Ramón I “El Jorobado” y bisabuelo de Ramón Berenguer I “El Viejo” (55). Ramón Berenguer I “El Viejo” fue padre de Ramón Berenguer II “Cabeza de Estopa” y Berenguer Ramón II “El Fratricida”; abuelo paterno de Ramón Berenguer III “El Grande”; y bisabuelo paterno de Ramón Berenguer IV “El Santo” (56). 4. Jaime I, defensor de los herejes cátaros. La política matrimonial de los condes de Barcelona y reyes de la Corona de Aragón, con los territorios procedentes de la primitiva Septimania de Theodorico fue una constante a lo largo de los siglos, como lo fue el caso del condado de Tolosa (57). Pedro II “El Católico” –padre de Jaime I- defendió a los cátaros del condado de Tolouse por motivos familiares, políticos y religiosos (58), ya que Pedro II era cuñado de Ramón VI, el conde de Tolosa (59). Tras perder la cruzada contra el papado, el condado de Tolosa pasó a ser feudatario del rey francés Felipe III, firmado en el concilio lateranense (60). Jaime I, rey de la Corona de Aragón acudió a Montpellier para intermediar en el divorcio entre Ramón VI de Tolosa y, su esposa Sancha –hermana de Pedro II “El Católico” hecho que se produjo el 5 de junio de 1241. Ramón VII, de Tolosa, era hijo de Ramón VI, conde de Tolosa y de Juana, hija de Enrique Plantagenet, rey de Inglaterra y, hermana de Ricardo Corazón de León. Ramón VII de Tolosa y Sancha de Aragón eran padres de Juana, prima hermana de Jaime I, casada con Alonso, conde de Poytiers, que a su vez era hermano de Luís IX, rey de Francia (61).
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Juana, heredó el condado de Tolosa de su padre Ramón VII y detentó su título hasta el año1271, en que fallecieron tanto ella como su esposo, el conde de Poytiers, sin descendencia, por lo que el condado de Tolosa pasó a ser del rey Felipe III de Francia, hermano del conde de Poytiers (62). Por lo tanto la familia de los condes de Tolosa, coetáneos de Jaime I fueron templarios, así como lo fue el propio Jaime I (63). Pero Jaime I, no solo tuvo relaciones con los cátaros del territorio francés, sino que también buscó para su hijo Jaime II de Mallorca asesores pertenecientes a familias cátaras (64) que se instalaron en las Baleares (65). 5. El decreto de excomunión para los defensores de los cátaros. Las bulas emitidas por el papa Gregorio IX, entre 1232 y 1300 contra los herejes cátaros ordenaban la detención de los propios herejes, así como de sus protectores y encubridores (66). La ley 4, de la “Bula ad Extirpanda” concretaba la situación sobre cómo debían ejecutarse las detenciones, tomar posesión de los bienes de los herejes (67); prestar declaración (68); obligarles a confesar sus errores (69); arrasar la vivienda del detenido por herejía (70); y castigar a los protectores y encubridores de los herejes, siendo catalogados por infamia a perpetuidad (71). 6. Causas por las que la emblemática del casco de Jaime I lo define como defensor de la herejía. Por lo tanto, la emblemática del monarca Jaime I, expresa el castigo como protector y encubridor de la herejía, a perpetuidad. Durante la vida de Jaime I, sus acciones en su vida familiar, política, militar y religiosa, lo evidencian como protector del catarismo. Y por la cronología de las mismas, el monarca de la Corona de Aragón, Jaime I, personalmente hizo caso omiso de las medidas tomadas por el papado contra la herejía cátara.
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6.1.
Relaciones políticas con monarcas acusados de herejía. Jaime I mantuvo relaciones políticas con Federico II, emperador de Alemania que fue condenado por el papa Inocencio IV, en el concilio de Lión, celebrado en 1245, por sacrílego y sospechoso de herejía (72).
6.2.
Relaciones políticas con consejeros acusados de herejía. Entre los consejeros políticos del monarca de la Corona de Aragón se hallaba Arnau de Castellbó, conde de Cerdaña, vizconde de Castellbó, que fue padre de una hija llamada Ermessenda casada con Roger Bernat de Foix, defensor del catarismo (73).
6.3.
Relaciones político-familiares con excomulgados por herejía. Ramón VI, conde de Tolosa, era tío materno de Jaime I, puesto que la esposa de Ramón VI fue Sancha de Aragón, la hermana de Pedro II “El Católico”. Ramón VI fue excomulgado por el papa, excomunión que le fue comunicada por Pierre de Castelnau (74).
6.4.
Relaciones político-familiares con defensores del catarismo: Esclaramunda de Foix. Jaime I casó a su hijo Jaime II, rey de Mallorca con Esclaramunda de Foix, hermana del conde de Foix, Roger Bernaldo (75), que había contraído matrimonio en primeras nupcias con el vizconde de Cardona (76).
6.5.
Relaciones político-familiares con defensores del catarismo: Cecilia de Foix. Por otro lado, el monarca de la Corona de Aragón, Jaime I, tuvo una hermana llamada Constanza casada con Álvaro, conde de Urgell. El linaje de los condes de Urgell, emparentados con Jaime I fue el siguiente: Ponce de Cabrera, fue padre de Armengol, hijo primogénito. Ambos murieron con muy pocos días de diferencia. En la primogenitura le sucedió su hermano Álvaro, que 10
anteriormente se llamaba Rodrígo y que tuvo que cambiar de nombre, al leerse el testamento de su padre, quién dejó escrito que pasaría a denominarse Armengol, nombre que nunca asumió. Álvaro, conde de Urgell, nació en marzo del año 1239. Hijo de Ponce de Cabrera, conde de Urgell y de su esposa María, hermana de Rodrigo González de Girón. Fue su madrina Leonor de Castilla, primera esposa de Jaime I. A los catorce años casó con Constanza de Moncada, hija de Pedro de Moncada y de Cecilia. Pedro de Moncada era sobrino de Jaime I, por ser hijo de Guillem de Moncada y de Constanza de Aragón –hermana de Jaime I, e hija de Pedro II el “Católico”-. A su vez, Constanza de Aragón –sobrina de Guillem de Cardona y, del obispo de Lérida Guillem de Moncada- era señora de las villas de Albesa y Menargues. Por lo tanto Álvaro, conde de Urgell, era sobrino-nieto de Jaime I. La boda se celebró en Serós el 24 de junio de 1253, siendo el predicador de la ceremonia fray Berenguer Desbach, de la orden de santo Domingo y prior del convento de Lérida. Por diferentes causas, en 1256, Álvaro, conde de Urgell, pactó sus segundas nupcias con Cecilia de Foix, -hermana de Roger, conde de Foix-, hija segundogénita de Roger, conde de Foix, abandonando a su primera esposa. La boda se produjo en la Navidad del año 1257, en la villa de Sellent. Y en enero de 1258 en la villa de Monmagastre. Dicho hecho produjo un litigio político-religioso que duró muchos años. En la resolución del conflicto participó Jaime de Cervera, valedor de Álvaro de Urgell, quién tenía una estrecha relación de amistad con el conde de Foix y con el vizconde de Castellbó. Otros valedores del conde de Urgell fueron: Ramón Folc, vizconde de Cardona, Berenguer de Anglesola, Jaime de Cervera, Ramón de Cervera, Guillen de Cervelló, Hugo, su hermano, Guerau de Cabrera, hermano del conde, Bernat Ramón de Ribelles, Guillen Ramón de Josa y, Arnaldo de Juz. Como valedores de Constanza de Moncada, fueron: el obispo de Lérida 11
Guillen de Moncada que era tío de Constanza de Montcada, el rey Jaime I de Aragón, Sancho, arzobispo de Toledo, -hijo del rey Fernando “el Santo”, el infante Pedro, hijo del rey Jaime I y, Bernardo de Olivella, obispo de Tortosa, que después fue arzobispo de Tarragona. A nivel eclesiástico participaron en la resolución del conflicto Arnaldo de Gurb, obispo de Barcelona, Guillem, prior de Cornellá, Ramón de Penyafort, Arnau Vernet, deán de Lérida y, Ricardo, arcediano de Urgell y rector de Balaguer. Al final, Álvaro hizo caso omiso a la excomunión a la que fue condenado por el papa y, ejecutada por el cardenal obispo de Montpellier, Prenestino, el 11 de abril de 1267, sino volvía con su primera esposa. Pero Álvaro de Urgell mantuvo su matrimonio con Cecilia de Foix, teniendo con ella dos hijos, el primogénito Armengol, heredero del condado de Urgell, y Álvaro, vizconde de Ager -casado con Sibila, hija del vizconde Ramón de Cardona y de su esposa Sibila. Y hermana de Ramón Folc, vizconde de Cardona. Fue hermana de Brunisenda, esposa de Guerau de Cervelló-. Álvaro de Urgell finalizó sus días en Foix en marzo de 1268, siendo enterrado en dicho lugar, a los 28 años (77). 6.6.
Relaciones políticas con dirigentes religiosos que actuaron contra el catarismo. Jaime I fue coetáneo de los religiosos fundadores de las órdenes de santo Domingo –dominicos- y, San Francisco –frailes menores o franciscanos-, cuyo objetivo primordial fue la persecución y extirpación de las herejías (78). Santo Domingo fue canonizado el 8 de julio de 1234 (79) y, san Raimundo de Peñafort, de la misma orden dominica, murió durante el reinado de Jaime I, asistiendo el monarca y su familia a sus exequias (80). Fray Berenguer Desbach, prior dominico del convento de Lérida predicó en la misa de la boda del sobrino-nieto de Jaime I, Álvaro, conde de Urgell (81). 12
7. Conclusiones. La emblemática del yelmo y cimera del rey de la Corona de Aragón, Jaime I fue concebida y realizada tras la caída de la orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Jerusalén. El principal motivo para dicha aseveración fue la aplicación de la ley 4 de la “Bula ad Extirpanda”, por la que los protectores y encubridores de los herejes debían ser catalogados por infamia a perpetuidad. Por lo tanto el significado simbólico del mismo, a priori es negativo. La mente que concibió la iconografía del casco realizó la siguiente descripción del rey templario Jaime I: Un hombre deshonesto que había cometido una acción vergonzante, consistente en la lucha por la difusión y transmisión del “Conocimiento oculto del Dios veterotestamentario que no tiene ni principio ni fin”. Un rey “iniciado” en las ciencias divinas secretas, catalogadas como hechicería por la Inquisición; y basadas en la Historia no oficial de la Iglesia cristiana católica de Roma. La simbología describe una segunda lectura que se quiso ocultar por haber sido acusado de paganismo y perversión y, haber dispuesto sus facultades intelectuales al servicio del mal: la herejía cátara procedente de la cábala judía, como la religión del Temple. La simbología señala que en profundidad fue definido como el guardián en el camino de la salvación, que luchó con una base sólida de la religión, y defendió fehacientemente, para que la humanidad pudiera tener acceso al reino de los cielos, mediante la suprema claridad del espíritu. La misma iconografía del yelmo y cimera del casco del rey Jaime I, explica que procedía de un antiguo linaje que partía del periodo romano, cuyos emperadores cristianos se asentaron en la isla de Britania y entroncaron matrimonialmente con dinastías de reyes cristianos autóctonos, que fueron mitificados por su origen griálico. Llevaba en su sangre real, la de un segundo linaje que estaba afincado en la septimania gala en la Alta Edad Media, por medio de un príncipe judío emparentado con la familia real carolingia, que dieron lugar a las nuevas casas condales de la Marca Hispánica, como fueron la de Barcelona, Urgell, Gerona, entre otras. O, a los propios reinos de Gascuña, Navarra, Aragón, etc. Los antepasados 13
del monarca aragonés entroncaron matrimonialmente con los reinos de Gascuña, y Aragón, y con las casas condales ubicadas en territorio de Aquitania, Septimania y Occitania, como fue la de Tolosa, el principal hipocentro de la herejía cátara. A lo largo del siglo XIII, la familia templaria de Jaime I, apoyó la causa cátara por intereses geopolíticos, junto a una afinidad religiosa. De modo que Pedro II “El Católico”, perdió la vida en la batalla de Muret, por prestarle su apoyo a su hermana Sancha de Aragón, casada con el conde de Tolouse, Ramón VI. Igualmente, Jaime I prestó su apoyo y mediación a sus familiares del condado de Tolosa: Ramón VII y su hija Juana. Y, sin importarle las presiones del papado, se rodeó de simpatizantes procátaros entre su personal de confianza, para las cuestiones políticas, como fue Arnau de Castellbó, vizconde de Castellbó y conde de Cerdaña. Casó a su hijo, Jaime II de Mallorca, con Esclaramunda de Foix, hija de un procátaro, el conde de Foix, Roger Bernat. Por lo tanto, fue consuegro de un procátaro y, suegro de una procátara. Envió cátaros al reino de Mallorca para que asesorasen a su hijo Jaime II. Tuvo entre su familia indirecta familiares que contrajeron matrimonio con procátaros, como Álvaro, conde de Urgel, que casó en segundas nupcias con Cecilia de Foix, una hermana de su nuera, esposa de su sobrino-nieto el joven conde de Urgell. Mantuvo relaciones políticas con emperadores acusados de herejía, como lo fue Federico II de Alemania. Y relaciones políticoreligiosas con los fundadores de las órdenes de dominicos y franciscanos, quienes fundamentalmente se dedicaron a exterminar la herejía; así como mercedarios, entre otros. Hecho que parece un antagonismo, puesto que el propio Jaime I, fue apoyado por dichas órdenes religiosas para la expansión del cristianismo en sus campañas militares de conquista. Por lo tanto el monarca de la Corona de Aragón, Jaime I, se valió de las personas por su propio carisma y, no por calificativos religiosos que le fueran impuestos por la religión oficial cristiana católica de Roma.
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Fue un hombre con carácter, que no se dejaba presionar ni intimidar y, que mantuvo sus ideales y prácticas religiosas hasta el fin de sus días.
En Villajoyosa (Alicante). A 4 de enero, 2014.
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Citas bibliográficas
(1). BOFARULL Y MASCARÓ, Próspero. “Colección de documentos inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón. Procesos de las antiguas Cortes y parlamentos de Cataluña, Aragón y Valencia custodiados en el Archivo General de la Corona de Aragón y publicado de Real orden por su cronista”. Tomo VI. Barcelona. Establecimiento litográfico y tipográfico de D. José Eugenio Monfort. 1851. www.colecciondocumentosdelaCoronadeAragon6.pdf “(…) Ley XXI. Com deuen esser fets los cavallers. Espasa es arma que ha aquelles IIII significacions que ja havem dites: et per ço aquell qui ha esser cavaller per dret deu haver aquelles IIII virtuts: e per ço ordenaren los antichs que ab la espasa fos reebuda la cavalleria et no ab altra arma. E aço ha a esser fet en tal manera que passada la vigilia tantost que sera jorn deu oyr primerament sa missa et pregar Deu que li endreç sos affers en servey de Deu et apres deu venir aquell qui la a fer cavaller et deuli demanar si mantendra la cavalleria axi com se deu mantenir e apres que li ho haura atorgat deuli calçar los esperons o manar alcun cavaller quels li cale: e aço ha a esser segons la condicio daquell qui fara lo cavaller et daquell qui sera fet cavaller: e aço fa per aquesta manera per mostrar que axi com al cavaller son posats los esperons a la part dreta et a la sinistra per fer correr egualment son cavall axi deu ell fer sos affers dretament et endregada de manera que nos torga nis declin a alcuna part. E apres hali a cenyir lespasa sobrel brial o gonella que vestra axi que la sinta no sia molt fluxa mas que / (Página 49) satanç al cors: e aço es por significança de les IIII virtuts que havem dites les quals deu tols temps tenir ah si lo cavaller encorporades. Pero antigament fo ordenat quels homens fossen fets cavallers estan armats de totes armes be axi com si deguessen entrar en batalla: mas no tengueren en be quels caps tenguessen cuberts car aquells qui porten los caps cuberts no ho fan sino per dues rahons: la una per cobrir alguna cosa quey haguessen que noy esties be et per aço los deuen cobrir dalguna cosa que sia bella et gallarda: e laltra manera perques cobren lo cap es quan lom fa alguna cosa deshonesta de que ha vergonya: e aço no conve en nenguna manera a les persones nobles: car pus que ells han a reebre tan noble et tan honrada cosa no es raho que reeben aquella ab mala vergonya ni ab pahor. E apres que li haura 16
cenyida lespasa deula li trer del foure et metrela li en la man dreta e deuli fer jurar aquestes tres coses. La primera que no tema morir per la ley de Jhesu-Christ si mester sera: la segona per son senyor natural: la terça per sa terra. E quan aço haura jurat deuli dar ab la ma en la templa per tal que aquestes III coses li venguen en memoria dienli que Deu lendreç a son serviy et li leix complir ço que ha promes: e apres daço deulo besar en senyal de fe et de pau et de fraternitat la qual deu esser guardada entrels cavallers segons la costuma de la terra (…)”. (2). SANTA PAU, P. de. “Historia del legítimo escudo de AragónCataluña (1)”. En: “Linajes de Aragón”. Revista Quincenal Ilustrada. Reseña histórica, genealógica y heráldica de las familias aragonesas. Zaragoza. 15 de julio 1913. Tomo IV. Número 14. www.HistoriadellegitimoescudodeAragón-Cataluña4_14.pdf Página 262. La orden de la Encina. “(…) Puede inferirse o colegirse es el caballero que se representa en la figura el propio rey Garci Ximenez-Iñígo Arista, pues tiene la cabeza cubierta con casco y corona, como los reyes primitivos aragoneses en la efigie de sus monedas. Y se infiere: que en las reseñas históricas más conocidas de la referida primitiva orden militar española, donde se describe detalladamente que Garci Ximénex creó la institución en el año 857, en conmemoración de la milagrosa aparición de la cruz sobre la encina, sirviendo ésta y la santa cruz por noble divisa de los caballeros, en el pecho y en el escudo; en el estandarte, de las tres coronas, alusión sin duda a los tres estados pirenaicos, que tenía además un lema: “0on tiemblo millia circundantes me”; no se expresa distintivo tan noble del traje, como hubiese sido llevar los caballeros coronas de puntos en el casco en el casco. Pueden consultarse en esta Revista, LI:AJES DE ARAGÓ:, página 102, tomo I, escrito por D. Gonzalo Olivera, con referencia al Tratado de moneda jaquesa, por D. Tomás Fermín de Lezaun. En Academia Heráldica, publicación oficial italiana y edición de Madrid, año 1909; (…) El cronista Bartolomé Leonardo de Argensola, ya citado, expresa que el rey Arista dio principio a sus conquistas con la cruz que se vio sobre el árbol, en los hermosos versos acerca del principio de la reconquista y origen del reino de Aragón / (Página 266), que copia en las páginas 114 y 115 del tomo I Historia de Aragón, por D. Braulio Foz en 1848,expresando el cronista que el primer rey de Aragón vio la cruz sobre el árbol. “Sobre uno de los 17
árboles fue vista -Cándida cruz vibrando resplandores- Con la cual dio principio a la conquista- El rey en los fervores de la guerra- Por su velocidad llamado Arista” (…)”. Página 261. “(…) marcando el año 847, de la constitución del reino Pirenaico que se denominó Aragón, con su primer monarca Garci Ximénez-Iñigo Arista. El año 857, en que aparece a la vida de la historia Wifredo, llamado el Velloso, quién traía en sus banderas por insignias conmemorativas el escudo de las fajas blancas y rojas, la cruz roja y el dragón rampante verde sobre blanco o plata. En el Velloso, está el tronco de la Casa condal de Barcelona; y Arista funda el catálogo de los primeros reyes aragoneses. El conde de Barcelona príncipe de Cataluña, descendiente de los Wifredos y Berenguer, Ramón/ (Página 121) Berenguer IV, se enlaza con Petronila, infanta de Aragón Sobrarbe, hija única de Ramiro Sánchez II el Monje, sucesor lineal del rey Iñigo; y desde el año 1137 comienza una época histórica general a los dos estados, que vinieron a formar un solo cuerpo de nación. / (Página 262) Cuando el conde príncipe de Cataluña pasó a ser verdadero señor y soberano de Aragón, aunque nunca quiso tomar el título ni las insignias de monarca, haciendo reina a la infanta su mujer, respetó la autonomía del reino, de que fue el restaurador. Invocando el lazo de sangre con el rey Alfonso de Castilla, recupera a Zaragoza; se vale de las armas; con García Ramírez de :avarra, para echarle del reino; con una política sagaz, consigue la renuncia y cesión de derechos de las órdenes militares del Temple, Hospital y Santo Sepulcro, en el año de 1143, esto es, siete años antes que se efectuó el casamiento de los príncipes, en el año 1150, que Petronila llegó a edad conveniente (…)”. ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (18). Libro I. CAPÍTULO V. De la elección del rey Iñigo Arista. “(...) Divisa del rey Iñigo Arista que fue la primera de este reino, y por qué. Opinión de las armas de los reyes de Sobrarbe. Del rey Iñigo Arista se escribe haber sido el primero que trajo en sus sobreseñales y armas por devisa el escudo en campo azul con una cruz de plata al canto dél, por habérsele aparecido en el cielo en una batalla que tuvo con los moros, puesto que el príncipe don Carlos escribe haber sido las armas un escudo rojo sembrado de aristas. Mas lo cierto es que las armas antiguas de los reyes de 0avarra fueron un escudo 18
colorado sin otra señal o devisa en él; y las primeras de los reyes de Aragón fueron el escudo de la cruz de plata en el campo azul; no embargante que según algunos han escrito, los primeros reyes de Sobrarbe antes del rey Iñigo Arista, trujeron diferentemente devisadas sus armas, que fueron una cruz sobre un árbol por denotar el reino de Sobrarbe; pero es más verisímil que Sobrarbe tomó aquel nombre porque está más arriba de la sierra de Arbe que divide a Sobrarbe de la tierra llana cuanto se extiende aquella sierra desde las riberas de Cinca hasta el río Vero que pasa debajo de Alquézar, y no dudo que haya esto sido nueva invención, porque ni en lo antiguo ni moderno se halla haber usado los reyes de tales insignias con el árbol (...)”. ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar. (49-50). Templarios (1089) (Se refiere a la Orden de la Encina). Libro I. CAPÍTULO XXIX. Que el rey don Sancho Ramírez ganó de los moros a Monzón y los echó de algunos lugares fuertes de las montañas. “(...) Día de San Juan Baptista ganó el rey a Monzón. Engaño decir que los Templarios ganaron a Monzón. Tizón rico hombre y su valor. Volvió el rey don Sancho a continuar la guerra contra los / (Página 50) moros de la otra parte de Ebro hasta las riberas de Cinca; y procediendo adelante con grandes victorias que alcanzó dellos, puso cerco a la villa de Monzón, en el cual se halló el rey don Pedro su hijo. Y aunque el lugar era de su naturaleza y sitio muy fuerte y el castillo estaba muy enriscado y fortalecido y los moros estaban obstinados en defenderse, fue entrado el lugar por fuerza y ganado día de sant Juan Baptista, que fue según se escribe en antiguos anales en domingo, en el año de nuestra redempción de 1089. Y allí se detuvo el rey hasta que pasó parte del mes de agosto del mismo año. Según esto, parece ser manifiesto engaño y error de los que escriben que se ganó por los Templarios: porque ni esta orden de caballería se había aún instituido, ni vinieron a España hasta el tiempo del emperador don Alonso y del conde don Ramón Berenguer príncipe de Aragón que fue el que les dio aquella villa. :o embargante que este lugar se ganó otra vez por los moros, según lo que el arzobispo don Rodrigo escribe; y se atribuyó la gloria de la toma dél al esfuerzo y valor de un rico
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hombre de Aragón llamado Tizón: y refiere que por cierto trato le fue hurtado y que se entregó al conde de Barcelona (...)”. (3). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Corpus hermeticum Templii: La verdadera esencia histórica de los templarios, narrada a través de los cuentos del Grial”. ABACUS. Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial febrero 2013. El Temple antes el Temple (2/3). www.CorpusHermeticumTemplii.pdf www.baucan.org Página 20. El dragón con la cruz de la orden de la Encina, en el casco del rey templario Jaime I “El Conquistador”. “(…) Otro de los elementos existentes en el casco del rey Jaime I, fue la cruz de la orden de la Encina. Se trata de una cruz latina patada afinada en los brazos laterales y superior. Este es el emblema que representa sus raíces aragonesas, emblema que llevaron sus antepasados Pedro I, “El de Huesca”, Alfonso I “El Batallador”, y Ramiro II “El Monje” (…)”. (4). SANTA PAU, P. de. “Historia del legítimo escudo de AragónCataluña (1)”. En: “Linajes de Aragón”. Revista Quincenal Ilustrada. Reseña histórica, genealógica y heráldica de las familias aragonesas. Zaragoza. 15 de julio 1913. Tomo IV. Número 14. www.HistoriadellegitimoescudodeAragón-Cataluña4_14.pdf Página 262. La orden de la Encina. “(…) Es opinión común, de la cual nos separamos, que el primer cuartel del escudo de Aragón, dividido en cuatro partes, ofrece una inteligencia a la significación de aquella época de los primitivos reyes sobrarbienses que antecedieron a Iñigo Arista, desde el año 724, con territorio y emblema nacional, todo ello de pura imaginación; la insignia campo de oro con una encina verde coronada de gules, escudo erigido como emblema desde los principios de la monarquía aragonesa sobrarbiense. Significa la divisa del cuartel segundo, cruz blanca apuntada en azul, por general opinión, el primitivo blasón real de Aragón; tal lo reconocemos en el supuesto que lo llevó por empresa particular suya el primer monarca del Pirineo Arista; no porque lo añadiese a las armas del reino Ramiro Sánchez I el Cristianísimo, IX rey de Aragón. El escudo del tercer cuartel, cruz roja contoneada de cabezas coronadas de jeques moros, sobre plata, que fueron las armas de los tres reyes hermanos, últimos de la primera dinastía, Pedro I el de Huesca, Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje. Por Aragón moderno, que se entiende desde la unión de Cataluña y Aragón: barras amarillas y coloradas a espacios o superficies iguales, que parten el escudo desde el jefe a la punta en nueve divisiones, representados los colores naturales del 20
antiguo blasón de Barcelona, por metal oro las listas amarillas, con esmalte de gules las rojas. Se describe de cuatro palos de guales en campo de oro; entendiendo nosotros no es la exposición de la comprensión de la idea que conviene al emblema particular / (Página 263); insignia combinación de colores heráldicos, del blasón original antiguo, antes de las reglas blasónicas. Desde luego, vamos a permitirnos exponer el modelo que nos hemos formado de la contextura del escudo legítimo de Aragón: en el primero las barras como de mayor representación, en el segundo la cruz sobre el árbol, o de otro modo en orden cronológico. Timbrado de casco y corona real aragonesa; en la cimera, la empresa aragonesa y catalana, figura de grifo. La causa de que procede el blasón elegido como emblema del reino de Aragón antiguo, desde sus principios, está declarada por este pueblo, con inclusión del orden jerárquico, de modo solemne y en Cortes aragonesas del siglo XVIII. Conocida por toda la nobleza en los mediados del siglo IX, como insignias de los escudos y banderas de las tres coronas Aragón, Sobrarbe y 0avarra, y de la orden militar llamada de la Encina. Por serie de monedas de diferentes cuños en el anverso, con las armas del reino y su nombre, o sea un árbol y sobre él la cruz con la palabra Aragón en el reverso, que es la prueba más auténtica y completa de la existencia de esta Monarquía de las proporcionadas por cualquiera otros monumentos: autores de distintas regiones, tiempo y opiniones coinciden en lo que designa a esta insignia por primitiva aragonesa. Así, pues, sin suponer un trastorno y una subversión completa en testimonios y cosas, no puede menos de reconocerse el emblema por legítimo y verdadero en cualquier aspecto: y negarlo, sería como si nos obstinásemos en no creer a los sentidos cuando son rectamente aplicados a los objetos; de tal suerte se acredita lo expuesto por lo que resulta de los siguientes casos y arqueología aragonesa consultada, que pasamos a indicar. “El venerable origen de este felicísimo reino, renovado en la fiesta que anualmente se hace a la Cruz en el sitio correspondiente a donde apareció tan saludable señal sobre la encina,/ (Página 120) cuyas ramas, sirviendo del más glorioso blasón de este reino, se han dilatado por toda la redondez de la tierra, obliga a solicitar que la memoria de tan milagrosos principios se veneren con toda la solemnidad que debe corresponderles. Por cuya causa S. M., y en su real nombre D. Pedro Antonio de Aragón, de voluntad de la Corte y Cuatro Brazos de ella, estatuye y ordena, etc. Folio 22 vuelto, Acto de Corte, título: Limosna a la Villa de Ainsa para la Festividad de la Cruz de Sobrarbe. Hecho en las Cortes de 1678, convocadas en la ciudad de Calatayud y prorrogadas a la de Zaragoza y en estas fenecidas. Expresado queda el motivo del emblema y la inteligencia para la cual se verifica la significación, por la relación que percibe la razón entre la figura significante, la encina con la cruz encima y el milagro de la cruz de Ainsa significado. Reconocido de esta manera, se mira el escudo que recuérdale 21
origen de la corona aragonesa, en el escudete del centro, que adorna la portada de la Impresión de Fueros y Actos de Corte, que mandaron hacer los diputados de dichas Cortes. Escudo que se ve en las impresiones de Fueros, desde las Cortes de Tarazona el 1592 hasta las últimas en Zaragoza en 1702. En el Atlas de Indumentaria / (Página 264) y Arqueología, Historia Universal por César Cantú, última edición italiana vertida al español en 1889, Ordenes y Trajes Militares Españoles de la Edad Media, lámina 154, figura 22, se representa un caballero de la Orden de la Encina, que lleva en el pecho y en el escudo, en forma de corazón, que se colgaba del cuello por una correa en el siglo IX, las insignias de un árbol con una cruz de encina (…)”.SANTA PAU, P. “Historia del legítimo escudo de Aragón-Cataluña”. “Linajes de Aragón”. Revista quincenal ilustrada. Tomo IV. Número 15. 1º Agosto 1913. www.HistoriadellegitimoescudodeAragon-Cataluña4_15.pdf Página 284. El escudo nobiliario representativo de una cruz roja sobre una encina, mito que se relaciona con la erección de San Juan de la Peña. “(…) Porque no sólo todos los historiadores aragoneses y catalanes, sino también los escritores castellanos, así antiguos como modernos, refieren que el rey D. Pedro Sánches I el de Huesca cambió el escudo de las armas antiguas de Aragón por la cruz roja en campo de plata, y en los cuarteles cuatro cabezas de moros por otros tantos reyes o caudillos mahometanos que murieron en Alcoraz, página 399, “Historia General de España”, por D. Eduardo Zamora y Caballero, tomo I, publicado en 1873. Folio 99 vuelto, “Población General de España, sus Trofeos y Blasones”, por Diego Rodrigo Méndez Silva, en 1675, donde se expresa que Aragón tuvo de antiquísimamente por armas una cruz colorada sobre encina verde como se apareció en el cielo; después se añadió otra de plata en campo azul, también por aparición milagrosa de la cruz, con las que tomó D. Pedro cruz colorada de San Jorge, cuarteando la tarjeta de plata en cada ángulo una cabeza de rey moro con su insignia real de banda blanca. Y uniéndose este reino al principado de Cataluña en el año 1137, juntó las barras catalanas al timbre de corona real aragonesa. Como resulta de lo expuesto en este y los anteriores numerados, que sin dejar las anteriores armas del reino, tuvieron los tres reyes hermanos, don Pedro, D. Alfonso y D. Ramiro Sánchez, la cruz de San Jorge, contorneada de cabezas. Que el padre y el abuelo de éstos, Ramiro Sánchez y Sancho Ramírez, la cruz blanca apuntada que añadieron a las antiquísimas armas del reino. Y los ocho primitivos reyes traían la cruz sobre el árbol, que sigue con la sucesión del reino de Aragón, hasta la unión con Cataluña (…). Consideramos hoy razón prudente y fundada para la preferencia de estas armas primordiales e históricas sobre los otros dos blasones de que hemos hablado; y en su virtud, erigida como escudo del antiguo Aragón Sobrarbe. Procediendo al estudio de las armas 22
Aragón-Cataluña, de las cuales ya hemos dicho algo Alusivo al blasón el timbre de corona sobre un casco o yelmo, que traen los reyes aragoneses desde el rey primero Garci Ximénez-Iñigo Arista, como se advierte en la figura representando un caballero de la Orden de la Encina en el Atlas de la Indumentaria y Arqueología citado y en las primitivas monedas jaquesas, según la “Historia de San Juan de la Peña” (…)”. (5). PHILLIPS, Graham. “El cáliz de María Magdalena. En busca del Santo Grial”. Barcelona. Edhasa. 2004. Página 111. Capítulo VI. Arturo, rey de los britanos. “(…) El término que utiliza Gildas para describir a Maglocunus es “dragón de la isla”. Incluso sin las genealogías, ni la reseña de :ennio, esto podría emplazarlo perfectamente en el reino de Gwynedd, pues fue ahí donde a mediados del siglo VI los gobernantes del reino adoptaron el símbolo del dragón rojo como emblema tribal. / (Página 112) Este emblema, que con el tiempo adoptaría todo gales, fue en origen el estandarte de los últimos emperadores romanos. Su utilización en el reino de Gwynedd tiene mucho que ver con la ya contemplada continuación de la influencia romana en la isla. De hecho, los reyes de Gwynedd a menudo se encuentran representados en la primera lírica galesa bajo la referencia de ser los “dragones de Britania” o los “jefes dragones”. Godofredo de Monmouth llama Pendragón al padre de Arturo, palabra que en Gales significa “cabeza de dragón” o “jefe dragón” (…). Respecto al legendario padre de Arturo, al considerar que su nombre de pila, Uther, deriva casi con toda seguridad de la palabra galesa “uthr”, que significa “atroz” (en el sentido aterrador), su nombre debía de significar “espantosa cabeza de dragón” (…)”. (6). MONMOUTH, Geoffrey. “Historia de los reyes de Britania”. Prólogo de Luís Alberto de Cuenca. Colección Selección de Lecturas Medievales Nº 8. Madrid. Editorial Siruela. 1994. (5ª edición). Página 95. El rey Arturo. El dragón en el casco de Arturo. “(…) El que muere / (Pagina 95) por sus hermanos se ofrece a Dios como una hostia viva y no duda en seguir a Cristo, que consintió en dar la vida por sus hermanos. Si alguno de vosotros sucumbe en la batalla, su propia muerte le servirá de penitencia y absolución de todos sus pecados, siempre que muera con ese espíritu. Al punto, confortados por las bendiciones del santo varón, se apresuro cada cual a armarse y a obedecer sus recomendaciones. Arturo, 23
por su parte, se reviste de una loriga digna de rey tan grande; se ajusta a la cabeza un yelmo de oro, con la cresta tallada en forma de dragón, y a los hombros su escudo, llamado Pridwen, sobre el que está pintada una imagen de la Santísima Virgen, madre de Dios, para tenerla siempre presente en la memoria (…) “. (7). HAKANÁ, Rabí Nehunia ben. “Sefer ha-Bahir. El libro de la claridad”. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2012. (1ª edición: octubre). Prólogo de Mario Satz. Página 178. Simbología del dragón. Cita (133). “(…) En el Séfer Yetzirá, al que hace alusión este pasaje, el Teli o “dragón” es una figura zodiacal, emblema de la expansión y contracción del universo, suerte de Ouroboros alquímico. Durante la Edad Media la Constelación del Dragón ocupaba un sitio central en la cosmología (…)”. (8). HALL, Manly, P. “Las enseñanzas secretas de todos los tiempos”. Madrid. Ediciones Martínez Roca. 2011. Página 644. XL. El simbolismo masónico. “(…) En sus notas sobre las preguntas y respuestas del rey Enrique, William Preston se explaya acerca del juramento de confidencialidad que aplicaban los iniciados antiguos. Basándose en lo que dice Plinio, cuenta que Anaxarco, al que habían puesto en prisión para arrancarle algunos de los secretos que se le habían confiado, se arrancó la lengua de un mordisco y la arrojó a la cara de 0icocreón, el tirano de Chipre. Preston añade que los atenienses veneraban una estatua de bronce que no tenía lengua para indicar lo mucho que apreciaban los secretos que guardaban bajo juramento (…)”. WALLACE-MURPHY, Tim & HOPKINS, Marilyn. “Los custodios de la verdad”. Málaga. Editorial Sirio. 2009. Página 298. Capítulo 18. Los St. Clair de Roslin y la Fundación de la Francmasonería. Rex Deus en el ritual masónico. “(…) El conocimiento de dominio público de la francmasonería y sus actividades se limita a lo que ha sido publicado por la logia. Además, está condicionado por la promesa que hicieron sus miembros de guardar el secreto. Por este motivo, tenemos la certeza de que todo cuanto se revela en este libro representa únicamente la punta del iceberg. De todas formas, existen determinadas correspondencias fácilmente identificables entre el ritual masónico y la tradición Rex Deus. Por ejemplo, el juramento de la dinastía Rex Deus: “Que mi garganta o mi lengua sean cortadas” (en el caso de revelar el secreto) tiene un paralelo en el ritual correspondiente al primer grado de la logia de la francmasonería:
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Juro solemnemente acatar estas diversas cuestiones, sin evasión, equivocación ni reserva mental de ningún tipo bajo pena de ser degollado, que mi lengua sea arrancada de raíz y mi cuerpo enterrado en las ásperas arenas de las profundidades del mar… La frase “que mi corazón sea destrozado o arrancado de mi pecho”, que constituye la segunda parte del castigo del juramento Rex Deus, tiene su equivalente en el segundo grado de la francmasonería: …bajo pena de que el lado izquierdo de mi pecho sea seccionado para extraerme el corazón y ofrecerlo como presa a las voraces aves del aire o a las bestias devoradoras de la tierra. / (Página 299) El ritual masónico reproduce otras dos partes del juramento Rex Deus: “Que mis ojos sean arrancados” se expresa en el ritual de los Caballeros del Águila Blanca como “…bajo pena de permanecer en una perpetua oscuridad”. Los castigos enumerados para el grado de Maestro Pasado incluyen el uso de un cuchillo como amenaza, que aparece también en el juramento Rex Deus: …con mis manos cortadas a la altura de las muñecas y mis brazos separados del cuerpo, colgando sobre mi pecho y suspendidos del cuello, hasta que el tiempo y la putrefacción los consuman, como señal de haber perpetrado un acto de infamia (…)”. (9). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Corpus hermeticum Templii: La verdadera esencia histórica de los templarios, narrada a través de los cuentos del Grial”. ABACUS. Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial febrero 2013. El Temple antes el Temple (2/3). www.CorpusHermeticumTemplii.pdf www.baucan.org Página 20. El dragón con la cruz de la orden de la Encina, en el casco del rey templario Jaime I “El Conquistador”. “(…) Existen reminiscencias griálicas en la emblemática del yelmo del rey Jaime I, -del cual ciertos autores aducen que dicha simbología dragoniana partió del rey Matín I el Humano-, tomadas del yelmo del rey britano Arturo, quién mostraba en el mismo, una cresta tallada en forma de dragón (106). Pero el dragón del yelmo del “Conquistador” tiene garras de grifo, otro de los elementos griálicos del reino de Gascuña, que pasó posteriormente a la casa condal de Barcelona (…)”. (10). DÍAZ CELAYA, Fernando. “Los Templarios, sus orígenes y su misterio. Las cruzadas. Los grandes Mestres, el imperio y el papado. Los reyes de Jerusalén. Con un glosario de términos y personajes”. Madrid. 25
Acento Editorial. 1996 (2ª edición: octubre). Digitalizado por Warlok 72. Febrero 23 de 2003.www.templarios.pdf Página 52. Reyes de Francia. “(…) Felipe I (1060-1108) Luis VI el Gordo (1108-1137) Luis VII (1137-1180) Felipe II Augusto (1180-1223) Luis VIII (1223-1226) Luis IX (1226-1270) Felipe III el Atrevido (1270-1285) Felipe IV el Hermoso (1285-1314) Luis X el Obstinado (1314-1316) Felipe V el Largo (1316-1322) Carlos IV el Hermoso (1322-1328) Felipe VI (1328-1350) (…)”. ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (291). Libro III. CAPÍTULO LVI. De la ida del rey a Mompeller y de las vistas que tuvo con el rey Luis de Francia en Carbolio, a donde concordaron las diferencias que de antiguo había entre los reyes de Francia y Aragón. Boda entre el primogénito del rey francés y la hija pequeña de Jaime I. “(...) Concordia entre el rey y el de Francia. Luego pasó el rey a Mompeller; y estando en aquella villa se concertó con el rey de Francia en las diferencias antiguas que tuvieron sus predecesores; y confirmaron una perpetua paz y amistad entre sus casas; y para esto se determinó que se viesen en un lugar que se dice Carbolio. Los reyes renuncian cada uno en favor del otro ciertos derechos que pretendían tener y quedan en perpetua alianza. Esto fue por el mes de mayo de este año de 1258; y a 11 de aquel mes se concertó entre ambos reyes de tal suerte que el rey de Francia renunciaba el derecho que pretendía y alegaba tener por el feudo antiguo sobre los condados de Barcelona, Urgel, Besalú, Rosellón, Ampurias, 26
Cerdania, Conflente, Girona y Osona y sus villas y castillos; y el rey de Aragón por el de Carcasona y el Carcases, Roda y Rodes, Lauraco y Lauragues y por el Besés y su vizcondado, Leocata, Albiges, Ruhen y por el condado de Fox, Cahors, :arbona y su ducado, Mintrua y el Mintrues, Fenolleda y el Fenollades, tierras de Salto, Perapertusa, y por el condado de Aimillán y vizcondado de Crodon, Gabaldán, :imes, Solos y su condado y Sant Gil, con todas sus villas y derechos. Trátase casamiento del primogénito de Francia con la hija menor del de Aragón; y los embajadores que fueron. Entonces se confederaron en muy estrecha amistad y se concertó casamiento entre la infanta doña Isabel, que fue la hija menor del rey de Aragón, con Filipo hijo primogénito del rey de Francia. Fueron enviados por embajadores para tratar este matrimonio, después de diversas embajadas, don Arnaldo obispo de Zaragoza, el prior de Cornellá y don Guillén de Rocafull que era gobernador de Mompeller; y concordóse precediendo dispensación de la sede apostólica, por la consanguinidad que entre ellos había. Hace donación el rey a la reina de Francia de los condados de la Proenza y Folcalquer, y por qué. Y en razón del dote y arras, se había de asignar a la infanta la quinta parte del reino en tierra llana, según la costumbre de Francia. Hizo también entonces el rey de Aragón donación a Margarita reina de Francia del derecho que le pertenecía en los condados de la Proenza y Folcalquer y en todo el marquesado que llamaban de la Proenza, y en el señorío de las ciudades de Arlés, Aviñón y Marsella que fueron del conde don Ramón Berenguer que fue echado de su estado por los mismos proenzales sus súbditos con ayuda de los condes de Tolosa y se apoderó después de él Carlos hermano del rey Luis, que casó con Beatriz, la menor de las hijas del conde de la Proenza - como dicho es-, favoreciéndole para ocupar aquel señorío el rey su hermano y el conde de Saboya, con notable contradicción y descontentamiento de la reina Margarita que fue hija mayor del conde de la Proenza. Por esta donación quedó el rey con los condes de la Proenza enemigo de la casa de Aragón. Esta donación hizo el rey por excluir a Carlos; pero perjudicóle muy poco porque fue favorecido de los reyes su hermano y sobrino, y no sólo dejó pacífico aquel estado a sus sucesores, pero muy formada enemistad contra la casa de Aragón y después en esta querella perdió el reino de Sicilia (...)”. (11). FERNÁNDEZ NAVARRETE, Martín. “Las Cruzadas. Españoles en las cruzadas”. Fuente: “ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica”. 27
www.4.pdf http://www.ctv.es/USERS/mmori/(38)cruz.htm Página 57. “(...) Incomodado el rey Teobaldo por el mal éxito de su expedición, la discordia que dominaba entre las órdenes militares, y las perjudiciales alianzas que acababan de hacer, se embarcó para Europa a fines de 1242, después de haber visitado el Santo Sepulcro con otros señores de su comitiva, conteniendo al mismo tiempo a los que querían abandonar la empresa de la guerra santa, alentándolos entre otras razones con la próxima llegada de Ricardo, hermano del rey de Inglaterra, con un ejército de 40.000 hombres; y siguiendo su viaje a Roma según parece y a sus estados de Champaña, estaba ya gobernando :avarra en abril de 1243. Era este príncipe de un carácter noble, liberal y magnífico, de un trato dulce y agradable, y de un talento vivo y penetrante, que había cultivado con una educación esmerada en la universidad de París, donde estudió las buenas letras, y en especial la poesía y la música en que fue muy sobresaliente. Los historiadores franceses ponderan mucho la elegancia de sus versos, y han conservado algunos para muestra y ejemplo; y este buen gusto ni pudo dejar de perfeccionarse en sus viajes al Oriente y con el trato de tan varias naciones, ni trascender y difundirse en su corte y en sus estados, por el imperio que tiene siempre para la imitación de los súbditos el ejemplo de los reyes (77). Bien sabido es el celo y empeño con que San Luís rey de Francia, procuró contribuir a sostener la guerra santa de Ultramar, solicitando para la segunda expedición que dispuso con este intento la alianza y los auxilios de otros príncipes cristianos. Sus vínculos y relaciones con los que dominaban en España le facilitaron tenerlos enteramente a su arbitrio y devoción. Por una parte su primogénito Felipe III de Francia, estaba casado con Doña Isabel hija del rey Don Jaime de Aragón, y hermana de Doña Violante mujer de Don Alonso el Sabio; y por otra sus dos hijas Doña Blanca y Doña Isabel habían contraído matrimonio, la primera con Don Fernando de la Cerda infante y heredero de los reinos de Castilla y León, como hijo de Don Alonso X, y la segunda con Don Teobaldo II de :avarra. Para unirse este príncipe con su suegro en aquella empresa aprestó allí muchas tropas, y a su ejemplo tomaron la insignia de la cruz para seguirle muchos señores vasallos y dependientes suyos de :avarra y de Gascuña, y algunos de Castilla y Aragón. Entre los primeros cita Aleson a los señores de Agramont con los de su bando de la parte de los vascos, y de las montañas el señor de Lusa con los suyos; Don Corbarán 28
de Lehet / (Página 58) con su casa y parientes; Don Juan de Ureta con los suyos; el señor de Monteagudo y Don Diego Velázquez de Rada; el señor de Aybar con las gentes de la ribera, Don Iñigo Vélez de Guzmán y Don Ladrón de Guevara su hermano; Don Iñigo de Avalos con los de la divisa, Don Martín de Avalos señor de Leiva, Don Aznar de Torres señor de Cortés, Don Diego Fernández de Ayanz, Don Pedro Pérez de Lodosa, Don Iñigo Vélaz de Medrano, Don Sancho Ramírez de Arellano señor de la casa de Vidaurreta y tierras de la Solana, y otros muchos nobles y caballeros de no menor calidad, con Don Juan González de Agoncillo alférez (78). Garibay nombra entre los de Castilla a Don Juan :úñez de Lara, hijo mayor del conde Don :uño González de Lara (79). Y como el primogénito del rey de Francia llevó consigo en esta expedición a su mujer, hija del rey Don Jaime; es natural también que gran parte de la comitiva y servidumbre de aquella princesa se compusiera de señores y caballeros aragoneses. Y como el primogénito del rey de Francia llevó consigo en esta expedición a su mujer, hija del rey Don Jaime; es natural también que gran parte de la comitiva y servidumbre de aquella princesa se compusiera de señores y caballeros aragoneses. Salió la expedición de los puertos de Marsella y Aguasmuertas a principios de julio de 1270 en buques, cuya marinería por ser la mayor parte de genoveses fue mal recibida en Cálleri de Cerdeña, cuya isla dominaban los pisanos sus émulos naturales. Reparados allí de los descalabros y fatigas de las borrascas que sufrieron en la navegación, trataron del objeto de su jornada, y adoptando al fin el dictamen de San Luis se dirigieron a Túnez donde desembarcaron después de mediado el mes de julio, quizá demasiado confiados en las promesas e ideas favorables de aquel rey mahometano. Mas enterados de su perfidia por dos soldados catalanes que huyeron de los reales de los moros, debilitado el ejército al cabo de tres meses con los continuos encuentros y batallas, con el progreso de las enfermedades, de que fueron víctima el mismo San Luis y otros caudillos principales, y con la intemperie del país en tan rigurosa estación, se vieron precisados los cristianos a ajustar treguas con los infieles y a embarcarse para Europa, tan perseguidos de la mala fortuna, que por efecto de las terribles tormentas que sufrieron en esta travesía perdieron 18 naves grandes además de otras menores, y en ellas como 4.000 personas de ambos sexos, logrando los reyes de Francia y de :avarra salvarse con gran trabajo en el puerto de Trápana, donde 29
falleció Don Teobaldo a 5 de diciembre de 1270 de resultas de tantas fatigas y contratiempos (…)”.Página 57. Cita (77). “(...) Moret y Aleson en el lug. citado. Maimbourg. Hist. des Croisades, lib. X, tom. 4, pág. 62, Mr. Lavesque de la Llavaliere ha hecho una edición de las poesías del rey Teobaldo, precedidas de un discurso sobre las revoluciones de la lengua francesa (...)”. Página 57. Cita (78). “(...) Aleson, en los escolios y adiciones del lib. XXII, cap. 7, de los Anal. de :av. de Moret. S. 19, tom. 3, pág. 340 (...)”.Página 57. Cita (79). “(...) Garibay, Comp. hist. de Esp. lib. XXV, cap. 9 (...)”. (12). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (338). Libro III. CAPÍTULO LXXVII. Del fallecimiento de los reyes de Francia y avarra y de la reina de Francia hija del rey de Aragón. “(...) Suceso de la jornada de sant Luis rey de Francia y Tibaldo de 0avarra a Africa. Este año que fue de 1270 el rey sant Luis de Francia había mandado ayuntar muy grande armada para ir contra los moros de Africa; y salió del puerto de Marsella el primero de marzo; y con él iban tres hijos suyos y Tibaldo rey de 0avarra su yerno con grande caballería del reino de Francia y tuvieron en el viaje gran tormenta de que el armada estuvo en peligro de perderse. Salió a tierra en el puerto de Cartago y de allí movió el ejército a poner cerco sobre la ciudad de Túnez y en él estuvieron hasta el mes de agosto. Muerte de sant Luis rey de Francia. Y sobrevino gran mortandad y pestilencia y murió uno de los hijos del rey que llamaban Juan; y a 25 de agosto falleció el rey. Después de su fallecimiento llegaron Carlos rey de Sicilia su hermano, y Enrique hijo de Ricardo que era conde de Cornubia y electo rey de romanos. Fue alzado por rey Filipo su hijo primogénito, y levantóse el cerco con pacto que pagase el rey de Túnez en cada un año cierto tributo a Carlos rey de Sicilia y a los reyes sus sucesores. Muerte de Tibaldo rey de 0avarra. A la vuelta murió el rey Tibaldo en Sicilia, en la ciudad de Trapana, y luego la reina doña Isabel su mujer, hermana del nuevo rey de Francia siendo preñada, de los cuales no quedaron hijos. Y en el mismo año falleció la reina de Francia mujer del rey Filipo hija del rey de Aragón. Elección de Gregorio décimo en Viterbo. Los reyes de Francia y Sicilia y Eduardo príncipe de Gales y Enrique conde de Cornubia con la armada que fue a 30
Africa se vinieron juntos a Viterbo donde residía el colegio de cardenales sede vacante, que estuvieron en gran discordia muchos días sin poder concertarse en la elección. Y eligieron fuera del colegio al papa Gregorio décimo que estaba en aquella sazón legado en Suria y era lombardo, natural de Placenzia. Caso atroz y muy feo. Hallándose en Viterbo estos príncipes sucedió un caso extrañamente feo y terrible: que Guido conde de Monforte que era vicario por el rey Carlos en Toscana, no guardando la reverencia al lugar sagrado ni el respeto que debía al rey de Sicilia debajo de cuya fe habían allí concurrido estos príncipes, mató por su mano con un estoque a Enrique conde de Cornubia, estando oyendo misa en una iglesia al tiempo que el sacerdote sumía la hostia, en venganza de la muerte del conde Simón de Monforte su padre. :o contento de haber cometido tal sacrilegio y homicidio, hay autor muy grave que escribe que le sacó arrastrando por los cabellos de la iglesia siendo muerto porque fue advertido que no se debía tener por venganza la muerte si no hiciese lo que se ejecutó en Inglaterra contra su padre, que después de muerto fue arrastrado. De que resultó grande infamia al rey de Sicilia, porque el conde acompañado de mucha gente que allí tenía se salió a su salvo de Viterbo y se acogió a las tierras del conde Rufo su suegro. Por este caso se fue el príncipe de Gales muy lastimado y con grande afrenta, porque el conde de Cornubia era su primo y tuvo por propia la injuria y ofensa. Y llevó el corazón en un vaso de oro y le puso debajo de una columna a la entrada de la puente de Londres por que quedase perpetua memoria de aquel ultraje a los ingleses. Y después sucediendo en el reino tuvo gran odio y enemistad a la nación francesa. [Proyecto fallido para casar al infante Sancho de Castilla.] En este mismo año por el mes de octubre el rey de Castilla concertó matrimonio del infante don Sancho su hijo con doña Guillelma de Moncada hija de don Gastón vizconde de Bearne y señor de Moncada y Castelvell, que era sobrina de doña Constanza de Bearne, hermana del vizconde, que casó con don Diego López de Haro señor de Vizcaya, que fue madre del conde don Lope. Y el rey de Castilla se obligaba que dentro de un año después que doña Guillelma fuese a Castilla, mandaría poner en el castillo de Monzón veinte mil maravedís de oro para que se empleasen en heredamientos a voluntad del rey y del vizconde. Más este matrimonio no hubo efecto, y después doña Guillelma casó con el infante don Pedro hijo del rey don Pedro de Aragón (...)”.
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(13). FERNÁNDEZ NAVARRETE, Martín. “Las Cruzadas. Españoles en las cruzadas”. Fuente: “ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica”. www.4.pdf http://www.ctv.es/USERS/mmori/(38)cruz.htm Página 58. “(…) Su mujer la reina Doña Isabel murió cuatro meses después en Hiéres en Provenza, y el rey Felipe habiendo atravesado la Italia y la Francia hasta San Dionisio, depositó allí las reliquias del santo rey su padre (80) (...)”.Página 57. Cita (80). “(...) Moret. Anal. de :av. lib. XXII, cap. V y VI; y en los escolios y adiciones correspondientes. Maimbourg, Hist. des Croisades, lib. XII, tom. 4, pág. 260 (...)”. Página 59. “(...) Entre tanto su hija tercera la infanta Doña Sancha pasó en peregrinación a visitar los Santos Lugares el año de 1251, Y murió en el Hospital de San Juan de Jerusalén, habiendo residido en él mucho tiempo en traje desconocido, sirviendo a los enfermos con indecible caridad y amor (85) (...)”. Página 59. Cita (85). “(...) Zurita, Anal. de Arag. part. 1, lib. 3, cap. 46. Fúnes, Crón.de la relig. de San Juan, lib. 1, cap. 23 (...)”. Página 59. “(...) Resolvió al fin ejecutarla, hallándose en Toledo a fines de 1268 para asistir a la primera misa de su hijo el infante Don Sancho arzobispo de aquella iglesia metropolitana porque allí supo la llegada a Cataluña de dos embajadores de aquellos príncipes de Oriente, y recibió al mismo tiempo las instancias del emperador de Constantinopla Miguel Paleólogo para que no retardase la ejecución de su empeño, el cual tomó desde entonces con tal calor que, no pudieron apartarle de él ni las reflexiones de su yerno Don Alonso el Sabio, ni las instancias y lágrimas de sus hijos (...)”. (14). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (356). Libro III. CAPÍTULO LXXXIX. De la muerte del rey don Enrique de avarra y de la concordia que se tomó por el infante don Pedro con los navarros que se juntaron a cortes. “(... ) Muerte de Enrique en Pamplona; de qué murió y quién le sucedió. Día de la Magdalena de este año de 1274 murió en Pamplona el rey don Enrique de 0avarra, hermano del rey Tibaldo, de muy lisiado de gordo. De este don Enrique y de su mujer -que fue hija de Roberto conde de Artoes hermano del rey Luis de Francia, como está dicho- no quedó sino una hija llamada Juana; y el rey su padre la hizo jurar a los navarros en 32
Pamplona por sucesora en el reino pocos días antes que muriese, siendo de dos años. División entre los ricos hombres de 0avarra; sobre qué. Va el infante don Pedro a 0avarra a pretender la sucesión de aquel reino para su padre. Sabida la muerte del rey de :avarra y que había división entre los ricos hombres y pueblos de aquel reino porque algunos querían que la hija del rey fuese encomendada al rey de Castilla y se casase por su mano, y otros por complacer a la reina su madre querían que se llevase a Francia, y de otros era el rey de Aragón llamado a la sucesión de aquel reino, determinó a 29 de julio que el infante don Pedro fuese a 0avarra para tratar con los ricos hombres que seguían su opinión que fuese rey don Jaime admitido como legítimo sucesor. Títulos con que pretende el rey a 0avarra. La pretensión del rey se fundaba en que aquel reino desde los tiempos antiguos por muy notorio derecho fue de los reyes de Aragón y reinaban conjuntamente en Aragón y 0avarra; y esto era notorio por los fueros que habían dado, y por las donaciones y privilegios y por las poblaciones hechas en aquellos tiempos siendo reyes de Aragón y 0avarra. Y dejado lo más antiguo hasta el tiempo del rey don Sancho el mayor, después continuaron la posesión los reyes de Aragón desde el reinado del rey don Sancho Ramírez hasta la muerte del emperador don Alonso que murió en la batalla de Fraga. Y después violentamente y contra justicia habían tenido usurpado aquel reino los que fueron en él intrusos hasta la muerte del rey don Enrique. :o solamente se pretendía que le competía justamente aquel reino por la sucesión antigua de los reyes de :avarra, pero por el pacto y convención que hizo con el rey don Sancho, su tío, confirmada con juramentos y pleito homenaje de los ricos hombres de aquel reino en la adopción que se hizo del un rey al otro. Muerto el rey don Sancho sin dejar hijos ni hermanos legítimos, fue muy notorio que Tibaldo su sobrino -hijo de su hermana- se apoderó de aquel reino violentamente; y fue por él y sus dos hijos poseído sucesivamente como dicho es. / (Página 357) Había otro derecho por las convenciones que se asentaron con el rey Tibaldo el segundo, por el socorro que el rey le hizo en la guerra que tenía con Castilla, en la cual le defendió con todo su poder e hizo en ello grandes y muy excesivos gastos, y quedaba el rey de :avarra obligado al rey en sesenta mil marcos de plata, y había de entregarle cinco castillos. Con esta ocasión envió el rey a requerir a los ricos hombres y ciudades y villas de :avarra que por la fidelidad y naturaleza antigua en que le eran obligados, le recibiesen por su rey y 33
señor natural como de derecho lo debían hacer, y quisiesen antes ser sus súbditos debajo de una franca y casi compañera libertad de señorío que sujetarse a otros reyes cuya tiranía e injustas opresiones y gravezas debían con gran razón temer si bien lo considerasen. Y si acordasen recibirle por su rey entretanto que él llegaba, el infante don Pedro su hijo, entendería en lo que tocaba a la defensa y utilidad pública del reino; y cuando determinasen que era más expediente recibir al infante por rey entendiesen que él holgaría de ello y se conformaría con su voluntad, prefiriendo lo que más convenía al bien público de la tierra (...)”. (15). BOFARULL Y MASCARÓ, Próspero. “Colección de documentos inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón. Procesos de las antiguas Cortes y parlamentos de Cataluña, Aragón y Valencia custodiados en el Archivo General de la Corona de Aragón y publicado de Real orden por su cronista”. Tomo IX. Barcelona. Establecimiento litográfico y tipográfico de D. José Eugenio Monfort. 1851. www.colecciondocumentosdelaCoronadeAragon9.pdf Página 458. Capítulo LV. Que contiene la vida de don Guerau de Cabrera, conde de Urgel. — Pretende don Guerau pertenecerle al condado de Urgel ,y con mano armada se pone en posesión de él.—Doña Elvira casa con Guillen de Cervera.—De algunas memorias y testamento de esta señora y de su marido.—Acomete don Guerau el condado de Urgel, quítaselo el rey, y sucede la famosa batalla de Úbeda.—De las cosas que sucedieron en Cataluña durante la menor edad de él, y como el vizconde don Guerau con armas se apoderó del condado de Urgel.—El vizconde se reconcilia con el rey; doña Aurembiaix, hija del conde don Armengol, le pide el condado de Urgel.— De la donación que la condesa doña Aurembiaix hizo al rey de la ciudad de Lérida, y del pleito entre la condesa y el vizconde don Guerau. —Continúa el pleito con la condesa y el vizconde, y de lo que se declaró, y como el rey tomó algunos lugares del condado de Urgel. — Cuéntase la presa de la ciudad de Balaguer, y de los ingenios y máquinas de guerra que usaban en aquellos tiempos.—Prosigue la presa de la ciudad de Balaguer. — De la muerte del vizconde de Cabrera, de su linaje y sucesión. Boda de Jaime I y Leonor de Castilla: 1222. “(...) y estando el rey en Daroca, en el mes de marzo del año 1222, donde había celebrado cortes á los aragoneses, llegó el vizconde á hacerle reverencia, y todos admirados de 34
la sumisión del vizconde, y más los del consejo real, decían que esta venida v obediencia era fruto nacido del casamiento había entonces celebrado el rey con doña Leonor, hija del rey Alonso de Castilla, por el cual se le doblaba ya la autoridad y respeto; pero de aquella vez no quedó en gracia del rey tan cumplidamente como él pensaba, ni sus negocios tan acertados como él deseaba, porque el rey no quiso entonces poner la mano ni entender en ellos, hasta saber más de raíz el fundamento y principio de todo, aunque le prometió que presto iría á Cataluña, donde más de cerca conocería de ellos, y los dejaría asentados de su mano (...)”. (16). BOFARULL Y MASCARÓ, Próspero. “Colección de documentos inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón. Procesos de las antiguas Cortes y parlamentos de Cataluña, Aragón y Valencia custodiados en el Archivo General de la Corona de Aragón y publicado de Real orden por su cronista”. Tomo IX. Barcelona. Establecimiento litográfico y tipográfico de D. José Eugenio Monfort. 1851. www.colecciondocumentosdelaCoronadeAragon9.pdf Página 514. Capítulo LVI. Que trata de la vida de Aurembiaix, XIII condesa de Urgel. —De los casamientos se trataron á la condesa, y de que solo tuvo efecto el del infante don Pedro de Portugal. — De lo que hizo el infante don Pedro después de renunciado el condado de Urgel, hasta que murió. Violante de Hungría: 1235. “(...) fueron á la conquista de Iviza y dé la Formentera, y la tomaron el año de 1235; y el año siguiente, estando el rey en Calatayud, hizo el infante pleito y homenaje, por mandado del rey, á la reina doña Violante, que en caso que el rey muriera, acudiría con los mismos derechos de aquellas islas á ella y á sus hijos, y de la propia manera que era obligado al rey su marido: esto pasó á 20 de mayo del año 1235 (...)”. (17). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (382). Libro III. CAPÍTULO CI. Que el rey renunció el reino en el infante don Pedro su hijo; y de su muerte. “(…) Disposición de su testamento otorgado en Mompeller. En su testamento, que se otorgó en Mompeller, a 26 del mes de agosto de 1262, confirmó las donaciones que hizo a los infantes sus hijos y a los que hubo en doña Teresa Gil de 35
Vidaure, que declaró por su testamento ser legítimos, que se llamaron don Jaime y don Pedro. Al mayor dejó los castillos y villas de Ejérica, Toro, Eslida, Beho, Ahín, Suera, Farizara y otros lugares que llamaron la baronía de Ejérica; y al menor instituyó heredero en el castillo y villa de Ayerbe, Luesia, Ahuero, Liso, Artasso, Castellón de Siest y Bureta, y en las villas y castillos de Azuer, Cabañas y Boquiñén, declarando que en defecto de hijos legítimos sucediesen los de una casa a la otra, y si en ambas faltasen recayesen estas baronías en la corona; y en caso que los infantes don Pedro y don Jaime muriesen sin dejar hijos legítimos sucesores, los nombra y sustituye en la sucesión de los reinos y señoríos de la corona de Aragón. :o embargante esto y que en su testamento declara ser legítimos y que vivió con doña Teresa Gil su madre mucho tiempo después de la muerte de la reina doña Violante y parece haber sido velados, se quiso el rey apartar de ella y se trató el pleito procurando el divorcio; y siendo sentenciada por el juez ordinario la causa del matrimonio en favor de doña Teresa Gil un año antes que el rey falleciese, envió su procurador a la corte romana para seguir el pleito (…)”. (18). HOPKINS, M. & SIMMANS, G. & WALLACE-MURPHY, T. “Los hijos secretos del Grial. Una conspiración de siglos alrededor de un linaje sagrado”. Barcelona. MR Ediciones / Grupo Planeta. 2005. (3ª edición: mayo). Página 222. Cuarta Parte. La enseñanza Rex Deus y su conservación. Capítulo 17. Órdenes de Caballería. El rey de Aragón perteneció a la orden del Dragón en 1408. Emblemática = dragón dentro de un círculo con una cruz roja. “(…) En 1408 Segismundo de Luxemburgo, con el rey de Hungría y un miembro dirigente de Rex Deus fundó otra orden de caballería, también restringida a 24 iniciados. Los nobles miembros de esta nueva orden se comprometían a practicar “la fraternidad pura y verdadera” y, se les concedía el derecho de lucir blasón con la figura de un dragón enroscado dentro de un círculo y con una cruz roja. El documento fundacional de esta orden tiene un título revelador: Sigismundis dei rex Hungariae. Poco después de esta creación el rey Segismundo se coronó soberano del Sacro Imperio romano y la orden cobró importancia aumentada como “Imperial y Real Corte del Dragón” (28). Muchas veces sus miembros mejor que / (Página 223) aristócratas fueron de casa real: citemos al gran duque de Lituania, al rey de Polonia y al rey de Aragón (…)”.
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(19). BRACONS I CLAPÉS & GURRI I SERRA, Francesc. “Rutas del Gótico”. Barcelona. Generalitat de Catalunya / Departament d´Innovació / Universitats i Empresa. 2008. www.doc_28837125_1.pdf Página 23. De Girona a las tierras del Empordà por el valle del Fluvià. “(…) Vilabertran. Antiguo monasterio de canónigos regulares de Santa Maria de Vilabertran, notable conjunto monumental en su mayor parte románico. Fue el escenario de la boda de Jaime II y Blanca de Anjou, en 1295, con la asistencia de Carlos II de 0ápoles, padre de la reina Blanca, y de sus hijos (entre los cuales se hallaba el futuro San Luis de Tolosa), además de muchas otras personalidades. Dice el cronista Muntaner que «les joies foren grans que es donaren les unes parts a les altres» (‘fueron grandes las joyas que se dieron unas partes a las otras’). Es probable que se haya de relacionar con estos intercambios la excepcional cruz de orfebrería que se guarda en una de las capillas de la iglesia, una de las mejores piezas conservadas en Cataluña. También es digna de mención la obra gótica, inacabada, de la portada así como la capilla funeraria de los vizcondes de Rocabertí. El magnífico palacio abacial y las fortificaciones son obra del abad Girgós (1410-31) (…)”. (20). ESPAÑOL BERTRÁN, Francesca. “Artistas y obras entre la Corona de Aragón y el reino de Francia”. www.Espanol_AragonFrancia.pdf Página 254. María de avarra. “(…) Las manufacturas de origen septentrional han dejado un importante rastro en los inventarios de bienes del entorno áulico. Entre los objetos que pertenecieron a la reina María de :avarra (†1347), primera esposa de Pedro el Ceremonioso, por ejemplo, abundan las realizaciones en plata marcadas con el punzón de París (5) y otro género de complementos a la manera de França (6). Lo propio ocurre con reinas y princesas que la preceden o la suceden como Blanca de Anjou (†1310), esposa de Jaime II (7) (…)”.ESPAÑOL BERTRÁN, Francesca. “Artistas y obras entre la Corona de Aragón y el reino de Francia”. www.Espanol_AragonFrancia.pdf Página 259. La Biblia del rey de Francia San Luís, hermano de la reina de Aragón, Blanca de Anjou. “(…) La documentación de cancillería registra la presencia de códices litúrgicos de ese mismo origen en manos de la familia real aragonesa desde fechas muy tempranas (34). Entre otros, una serie de bíblias y libros de horas que poseyeron Pedro el Grande, la reina Blanca de Anjou o el infante Juan de Aragón, patriarca de Alejandría y arzobispo de Toledo y Tarragona (…)”. 37
(21). ESPAÑOL BERTRÁN, Francesca. “Artistas y obras entre la Corona de Aragón y el reino de Francia”. www.Espanol_AragonFrancia.pdf Página 259. La Biblia del rey de Francia San Luís, hermano de la reina de Aragón, Blanca de Anjou. “(…) La documentación de cancillería registra la presencia de códices litúrgicos de ese mismo origen en manos de la familia real aragonesa desde fechas muy tempranas (34). Entre otros, una serie de bíblias y libros de horas que poseyeron Pedro el Grande, la reina Blanca de Anjou o el infante Juan de Aragón, patriarca de Alejandría y arzobispo de Toledo y Tarragona. En época de Jaime II también llegan desde la capital francesa libros de medicina y durante el reinado del Ceremonioso, crónicas históricas y textos literarios, aunque, en este caso, desconocemos si corresponden a ejemplares iluminados (35). :o obstante, estas importaciones se acrecientan con la primogenitura del infante Juan y con su acceso al trono y es consecuencia directa de las relaciones familiares que propiciaron sus sucesivos matrimonios. Como veremos en el apartado que dedicamos a este período, aunque aparentemente de los diversos códices de lujo documentados no sobreviven más que algunos ejemplares, la fluida relación epistolar que se estableció por entonces con los miembros de las casas de Armanyac y Bar, con el rey de Francia o con el duque de Berry, al tiempo que con el conde de Foix, ayuda a evaluar el alcance que tuvo este intercambio entre la Corona de Aragón y la Francia septentrional (o la meridional), si bien no todos eran códices lujosos y muchos de ellos o están por identificar o se han perdido. :o es el caso de la espléndida Biblia glosada en once volúmenes que perteneció / (Página 259) al patriarca Juan de Aragón y que fue donada a su muerte a la cartuja de Scala Dei, donde se había educado. Se custodia en el Archivo Capitular de Tarragona (36). Su formato y riqueza permiten relacionarla con un documento de 1331 (37). Ese año se pagaron a un ciudadano de Barcelona 2825 sueldos barceloneses a cuenta de los 2260 torneses de plata que había prestado a un framenor para comprar en París la Bibliam grossam de Juan de Aragón (38). El documento, aunque conservado en el fondo de Montserrat, nada tiene que ver con los manuscritos que poseyó el monasterio. Siendo así, la interpretación del dato como alusivo a la biblia que poseyó el arzobispo Juan de Aragón y que fue legada por él a la cartuja tarraconense es más que verosímil. Aunque tradicionalmente se ha barajado otro origen (39), el formato y ejemplares que la integran, no sólo encajan con el apelativo que 38
recibe en el documento, grossam, sino con el elevado precio pagado por ella. La Biblia no incorpora las armas del prelado como lo hace el Salterio de la Biblioteca :acional de Catalunya (Ms. 1759) que también le perteneció (40). Esto permite presuponer que se trató de una adquisición y no de un encargo, de ahí que el desfase cronológico entre las fechas que se apuntan para la ejecución del manuscrito y su compra en 1331 no constituya un obstáculo en nuestra argumentación (…)”. (22). BRACONS I CLAPÉS & GURRI I SERRA, Francesc. “Rutas del Gótico”. Barcelona. Generalitat de Catalunya / Departament d´Innovació / Universitats i Empresa. 2008. www.doc_28837125_1.pdf Página 15. De Tarragona a las tierras del Ebro por los valles del Gaià, del Francolí y del Montsant. Blanca de Anjou, madre de Pedro IV el Ceremonioso. “(…) L’Hospitalet de l’Infant. Población de la costa sur del Baix Camp, formada alrededor del antiguo hospital del Coll de Balaguer para viajeros, fundado en la primera mitad del s. XIV por la reina Blanca d’Anjou y su hijo el infante Pedro. El edificio, muy deteriorado, responde a la tipología de los grandes hospitales catalanes de época gótica: salas con arco diafragma y cubierta de madera dispuestas alrededor de un patio y con una capilla integrada al conjunto. Tuvo, además, torres defensivas, una de las cuales se mantiene en pie (…)”.F. ESPAÑOL BERTRA:, El gòtic…, p. 83 (…)”. Página 259.Cita (38). “(…) A. MU:DÓ, «:otes sobre la cultura montserratina del segle XIV», Analecta Montserratensia, VIII, 1954-55, p. 475, doc. 2 y p. 472 (…)”. Página 259. Cita (39). “(…) Se ha interpretado como una donación de San Luís de Tolosa a su sobrino Juan de Aragón. Véase lo que se apunta al respecto en el trabajo citado en la nota 36 (…)”. (23). ESPAÑOL BERTRÁN, Francesca. “Artistas y obras entre la Corona de Aragón y el reino de Francia”. www.Espanol_AragonFrancia.pdf Página 254. María de avarra. “(…) Las manufacturas de origen septentrional han dejado un importante rastro en los inventarios de bienes del entorno áulico. Entre los objetos que pertenecieron a la reina María de :avarra (†1347), primera esposa de Pedro el Ceremonioso, por ejemplo, abundan las realizaciones en plata marcadas con el punzón de París (5) y otro género de complementos a la manera de França (6). Lo propio ocurre con reinas y princesas que la preceden o la suceden como Blanca de Anjou (†1310), esposa de Jaime II (7), o Matha de Armanyac (†1378) (8)
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y Violante de Bar (†1431), que lo fueron de Juan, primogénito del Ceremonioso, cuando aún era infante y ya como rey (…)”. (24). HOPKINS, M. & SIMMANS, G. & WALLACE-MURPHY, T. “Los hijos secretos del Grial. Una conspiración de siglos alrededor de un linaje sagrado”. Barcelona. MR Ediciones / Grupo Planeta. 2005. (3ª edición: mayo). Página 222. Cuarta Parte. La enseñanza Rex Deus y su conservación. Capítulo 17. Órdenes de Caballería. Orden del Croissant: René de Anjou, que fue miembro de la casa de Saboya. René de Anjou fue rey de Mallorca y rey de las Dos Sicilias. “(…) a comienzos del siglo XV quedaría completa sin una referencia al papel desempeñado por René de Anjou. En su juventud hizo demostración de fe absoluta en la naturaleza mística de la revelación espiritual marchando a París bajo las banderas de Juana de Arco. Este personaje crucial para lo relativo a la caballería del periodo medieval tardío fue llamado · “el Buen Rey René” y titulado rey de Jerusalén así como de las Dos Sicilias, de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Cerdeña y de Córcega. La lista de títulos se nos antoja interminable porque además era conde de Provenza, Forcalquier y Piamonte, así como príncipe de Gerona, duque de Calabria, señor de Génova y conde de Guisa (29). Varias ramas del linaje Rex Deus confluían en su familia, porque su madre fue Yolanda de Aragón y, estaba casado con Isabel de Lorena. A su vez Yolanda era la hija mayor de Roberto I, duque de Bar y, la princesa María de Francia (…)”. (25). BAIGENT, M. & LEIGH, R. & LINCOLN, H. “El enigma sagrado. El santo grial, la orden de Sión, los Templarios, los Francmasones, los Cátaros, Jesucristo”. Colección: Enigmas y misterios. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 2012. (7ª edición: octubre). Página 232. Tercera parte. La estirpe. Cuadro 1. Los duques de Guisa y Lorena. Siglo XV: El duque de Anjou, Luís II contrajo matrimonio con Yolanda o Violante de Aragón, y tuvieron por hijos a: Marie de Anjou y René de Anjou. Marie de Anjou casó con Carlos VII de Francia. MUHL, Lars. “El Manuscrito de O. (Vol. 1). El Vidente. La Magdalena”. Barcelona. Ediciones Urano. 2013. (1ª edición: marzo). Página 390 y 391. Apéndice C. Las encarnaciones de Miriam Magdalena. Juana de Arco (1412-1431). René de Anjou, hijo de Yolanda de Bar. “(…) Se autodenominaba Jehanne la Pucelle, “Juana la Virgen”.
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:acida en Domrémy, era hija de Jacques d´Arc y de Isabelle Romée. De muy joven, bailaba con otros niños alrededor del “Árbol de las Hadas”, una versión local de adoración a Diana. A los trece años oyó por primera vez la voz de Dios, que le indicaba lo que debía hacer. En años sucesivos fue guiada por el arcángel Miguel, santa Catalina y santa Margarita, que le anunciaron que había sido elegida para salvar a los franceses del asedio de los ingleses (los malvados) y, colocar a Carlos de Lorena, el pretendiente legítimo, en el trono. Comoquiera que en su población natal consideraban que Juana poseía una pureza especial y un alma iluminada, encajaba con la antigua profecía druida que decía que “una virgen, una hija de Dios”, sería enviada por el Altísimo a consolidar la monarquía en Francia”. Cumplió diecisiete años, la noticia de sus visiones se propagó y se convirtió en la protegida secreta de la duquesa Yolande de Bar. A través del hijo de la duquesa, René d´Anjou –el cual escribió la obra maestra alegórica Le Livre du Coeurdñ Amours Espris (*) (El Libro del Amor) e hizo un dibujo de Mariam Magdalena impartiendo sus enseñanzas en Marsella (**)-, Juana estaba preparada para llevar a cabo su misión como “el Cristo Femenino”. Así, con ayuda de la familia real de Bar, obtuvo autorización para comparecer ante Carlos. Los rumores sobre ella se habían propagado hasta el extremo que decían que poseía poderes divinos. El ejército francés, comandado por ella, derrotó a los ingleses en el espacio de dos años y Juana condujo a Carlos a una ceremonia en Reims, donde fue ungido Rey. Durante la batalla contra los ingleses la única arma de Juana era un estandarte que ostentaba la inscripción “Jhesus-Marie”. Cuando concluyó su misión fue traicionada por los suyos, capturada por / (Página 395) los ingleses y juzgada por hereje (…)”. (26). BAIGENT, M. & LEIGH, R. & LINCOLN, H. “El enigma sagrado. El santo grial, la orden de Sión, los Templarios, los Francmasones, los Cátaros, Jesucristo”. Colección: Enigmas y misterios. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 2012. (7ª edición: octubre). Página 232. Tercera parte. La estirpe. Cuadro 1. Los duques de Guisa y Lorena. Siglo XV: René de Anjou fue nombrado duque de Bar en 1430, duque de Lorena en 1431. Gran maestre del Priorato de Sión desde 1418. Murió en 1480. Casó en primeras nupcias con Isabel de Lorena, quién murió en 1452
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sin descendencia. René de Anjou casó en segundas nupcias con Jeanne de Laval con la que tuvo cuatro hijos que fueron: - Margarita de Anjou, esposa de Enrique VI de Inglaterra. - Yolanda o Violante de Anjou, fallecida en 1483. Desempeñó el cargo de Gran maestre de la Orden de Sión desde 1480. Contrajo matrimonio con Ferry II de Vaudemont, fallecido en 1473, diez años antes que su esposa. - Charles de Anjou, detentó el título de conde de Maine. Y murió en 1472. - Jean de Anjou, duque de Lorena, muerto en 1470. BAIGENT, M. & LEIGH, R. & LINCOLN, H. “El enigma sagrado. El santo grial, la orden de Sión, los Templarios, los Francmasones, los Cátaros, Jesucristo”. Colección: Enigmas y misterios. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 2012. (7ª edición: octubre). Página 597. Apéndice. Los supuestos grandes maestres de la Prieuré de Sión. Iolande de Bar, hija de René de Anjou. “(…) 0acida alrededor de 1428, Iolande de Bar era hija de René de Anjou. En 1445 contrajo matrimonio con Ferri, señor de Sion-Vaudémont y uno de los primeros caballeros de la orden de la Media Luna que fundara René. Tras la muerte de Ferri, Iolande pasó la mayor parte de su vida en Sion-Vaudemont, que, bajo sus auspicios, dejó de ser centro de peregrinaciones locales para / (Página 598) convertirse en lugar sagrado para toda Lorena. En un remoto pasado pagano el lugar ya había gozado de tal categoría y más adelante se encontró en él una estatua de Rose-merthe, antigua Diosa Madre galoteutónica. Incluso en los primeros tiempos del cristianismo el lugar era considerado como sagrado, aunque a la sazón se llamaba Mount Semita, lo cual hacía pensar en algo más judaico que cristiano. Durante la era merovingia se erigió en él una estatua de la virgen y en 1070 el conde que gobernaba Vaudémont se había proclamado públicamente “vasallo de la reina del cielo”. La virgen de Sion fue declarada oficialmente “soberna del condado de Vaudémont”, cada mes de mayo se celebraban fiestas en su honor y era reconocida como protectora de toda Lorena. Encontramos un documento que databade 1396 y que pertenece a una especie de cofradía caballeresca con base en las montañas, la cofradía de los Chevaliers de Sion, cuyo origen, según se decía, se remontaba a la antigua abadía de monte Sion, en las afueras de Jerusalén. Con todo, parece ser que en el 42
siglo XV Sion-Vaudémont ya había perdido parte de su importancia. Iolande de Bar le devolvió parte de su gloria de antaño. Posteriormente el hijo de Iolande, René, se convirtió en duque de Lorena. Siguiendo instrucciones de sus padres fue educado en Florencia, por lo que estaba bien versado en la tradición y orientación esotéricas de las academias. Su preceptor fue Georges Antoine Vespucci, uno de los principales patronos y protectores de Botticelli (…)”. (27). BAIGENT, M. & LEIGH, R. & LINCOLN, H. “El enigma sagrado. El santo grial, la orden de Sión, los Templarios, los Francmasones, los Cátaros, Jesucristo”. Colección: Enigmas y misterios. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 2012. (7ª edición: octubre). Página 596. Apéndice. Los supuestos grandes maestres de la Prieuré de Sión. René de Anjou. “(…) :o descubrimos ningún testimonio de contactos entre Flamel y René de Anjou. Al mismo tiempo, sin embargo, el propio René nos dio suficiente material para reflexionar. Aunque hoy día es poco conocido, fue una de las figuras más importantes de los años que precedieron inmediatamente al Renacimiento. 0acido en 1408, en el curso de su vida ostentó un asombroso número de títulos (…)”. (28). BAIGENT, M. & LEIGH, R. & LINCOLN, H. “El enigma sagrado. El santo grial, la orden de Sión, los Templarios, los Francmasones, los Cátaros, Jesucristo”. Colección: Enigmas y misterios. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 2012. (7ª edición: octubre). Página 228. Tercera parte. La estirpe. 7. La conspiración a través de los siglos. El priorato de Sión en Francia. René de Anjou. “(…) Según los “documentos Prieuré”, entre 1306 y 1480 la orden tuvo nuevas encomiendas. Se supone que en 1481 –año en que murió René de Anjou- este número se amplió a veintisiete. Según las listas, las más iportantes fueron las situadas en Bourges, Gisors, Jarnac, Mont-Saint-Michel, Montréval, París, Le Puy, Solesmes y Stenay (…)”. (29). BAIGENT, M. & LEIGH, R. & LINCOLN, H. “El enigma sagrado. El santo grial, la orden de Sión, los Templarios, los Francmasones, los Cátaros, Jesucristo”. Colección: Enigmas y misterios. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 2012. (7ª edición: octubre). Página 596. Apéndice. Los supuestos grandes maestres de la Prieuré de Sión. René de Anjou. “(…) Entre los más importantes estaban el de conde de Bar, 43
conde de Provenza, conde de Piamonte, conde de Guisa, duque de Calabria, duque de Anjou, duque de Lorena, rey de Hungría, rey de 0ápoles y Sicilia, rey de Aragón, Valencia, Mallorca y Cerdeña. Y, quizás el más resonante de todos ellos, rey de Jerusalén. Esta última categoría era, por supuesto, puramente titular. Sin embargo, hacía pensar en una continuidad que se remontaba a Godofredo de Bouillón y era reconocida por otros potentados europeos. En 1445 una de sus hijas casó con Enrique VI de Inglaterra y se convirtió en una figura prominente en la guerra de las Dos Rosas (…)”. (30). BAIGENT, M. & LEIGH, R. & LINCOLN, H. “El enigma sagrado. El santo grial, la orden de Sión, los Templarios, los Francmasones, los Cátaros, Jesucristo”. Colección: Enigmas y misterios. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 2012. (7ª edición: octubre). Página 222. Cuarta Parte. La enseñanza Rex Deus y su conservación. Capítulo 17. Órdenes de Caballería. Orden del Croissant: René de Anjou, que fue miembro de la casa de Saboya, René de Anjou fue rey de Mallorca y rey de las Dos Sicilias. “(…) a comienzos del siglo XV quedaría completa sin una referencia al papel desempeñado por René de Anjou. En su juventud hizo demostración de fe absoluta en la naturaleza mística de la revelación espiritual marchando a París bajo las banderas de Juana de Arco. Este personaje crucial para lo relativo a la caballería del periodo medieval tardío fue llamado · “el Buen Rey René” y titulado rey de Jerusalén así como de las Dos Sicilias, de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Cerdeña y de Córcega. La lista de títulos se nos antoja interminable porque además era conde de Provenza, Forcalquier y Piamonte, así como príncipe de Gerona, duque de Calabria, señor de Génova y conde de Guisa (29) (…)”.Página 284. Cita (29). “(…) Baigent, Leigh y Lincoln, The Holy Blood, p. 106 (…)”. (31). HOPKINS, M. & SIMMANS, G. & WALLACE-MURPHY, T. “Los hijos secretos del Grial. Una conspiración de siglos alrededor de un linaje sagrado”. Barcelona. MR Ediciones / Grupo Planeta. 2005. (3ª edición: mayo). Página 222. Cuarta Parte. La enseñanza Rex Deus y su conservación. Capítulo 17. Órdenes de Caballería. El rey de Aragón perteneció a la orden del Dragón en 1408. Emblemática = dragón dentro de un círculo con una cruz roja. “(…) En 1408 Segismundo de Luxemburgo, con el rey de Hungría y un miembro dirigente de Rex Deus 44
fundó otra orden de caballería, también restringida a 24 iniciados. Los nobles miembros de esta nueva orden se comprometían a practicar “la fraternidad pura y verdadera” y, se les concedía el derecho de lucir blasón con la figura de un dragón enroscado dentro de un círculo y con una cruz roja. El documento fundacional de esta orden tiene un título revelador: Sigismundis dei rex Hungariae. Poco después de esta creación el rey Segismundo se coronó soberano del Sacro Imperio romano y la orden cobró importancia aumentada como “Imperial y Real Corte del Dragón” (28). Muchas veces sus miembros mejor que / (Página 223) aristócratas fueron de casa real: citemos al gran duque de Lituania, al rey de Polonia y al rey de Aragón (…)”. (32). CHARBONNEAU-LASSAY, L. “El bestiario de Cristo. El simbolismo animal en la Antigüedad y la Edad Media”. Volumen I. Traducción de Francesc Gutiérrez. Colección Sophia Perennis. Barcelona. José J. de Olañeta. 1997. (1ª edición). Página 400. VI. El dragón y las órdenes de caballería. “(…) El dragón tiene el mismo sentido diabólico en el motivo heráldico del gran collar de la Orden del Dragón invertido, fundada, se ha dicho a menudo, por el emperador Segismundo en 1418, después del concilio de Constanza que condenó / (Página 401) a Juan Huss y Gerónimo de Praga (1).En esa época, sin embargo, no podía tratarse de otra cosa que una reorganización de la Orden, pues existía ya en 1397 (2) (…)”. Página 401. Cita (1). “(…) Véase FAVI:, Théâthre d´honneur et de chevalerie (…)”. Página 401. Cita (2). “(…) Cf. JUSTI:IA:I, Lettres sur l´Encyclopédie (…)”. Texto pie de foto, pág. 400. “(…) Fig. XIII. Insignia de oro del Dragón invertido. Joya de oro del siglo XVIII. Véase FAVI:, Op. cit (…)”. (33). HALL, Manly, P. “Las enseñanzas secretas de todos los tiempos”. Madrid. Ediciones Martínez Roca. 2011. Página 324-325. XIX. Peces, insectos, animales, reptiles y aves. Segunda Parte. Murciélagos. “(…) Las aves nocturnas eran símbolos adecuados tanto para la hechicería como para las ciencias divinas secretas: para la hechicería porque la magia negra no actúa a la luz de la verdad (el día) y sólo tiene poder cuando está rodeada de ignorancia (la noche) y, para las ciencias divinas / (Página 325) porque los que poseen los arcanos pueden ver a través de la oscuridad de la ignorancia y lo material. Por consiguiente, los búhos y los
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murciélagos se asociaban a menudo tanto con la brujería como con la sabiduría (…)”. (34). HALL, Manly, P. “Las enseñanzas secretas de todos los tiempos”. Madrid. Ediciones Martínez Roca. 2011. Página 557. XXXIV. La alquimia y sus partidarios. Ramón Llull y Jaime I. “(…) El más famoso de todos los alquimistas españoles nació alrededor del año 1235. Su padre era senescal de Jaime I de Aragón y el joven Ramón creció en la corte, rodeado de las tentaciones y el despilfarro que abundan en lugares semejantes. Más tarde ocupó el mismo puesto que su padre. Una boda acomodada aseguró la posición económica de Ramón, que vivía a lo grande. Una de las mujeres más hermosas de la corte de Aragón era Donna Ambrosia de Castelló, una dama de reconocida virtud y belleza. Ella estaba casada y no le hizo demasiada gracia descubrir que el joven Llull se había enamorado de ella. Dondequiera que ella fuese, Ramón la seguía, hasta que, tras un incidente sin importancia, él le escribió unos besos muy apasionados que tuvieron un efecto muy diferente del esperado. Él recibió una invitación para visitarla y respondió con presteza. Ella le dijo que le parecía justo que él pudiera contemplar algo más / (Página 558) de la belleza sobre la cual escribía unos poemas tan atractivos y, apartando un poco su vestimenta, le reveló que una parte de su cuerpo había sido devorada por el cáncer. Ramón no se recuperó jamás de la impresión, que marcó un cambio radical en su vida: renunció a las frivolidades de la corte y se recluyó. Poco después mientras hacía penitencia por sus pecados mundanos, tuvo una visión en la que Cristo le ordenaba que siguiera el camino que Él le indicaría. La visión se repitió más adelante y Ramón no dudó más, repartió sus bienes entre sus familiares y se retiró a una cabaña en la ladera de un monte, donde se puso a estudiar árabe para poder ir a convertir a los infieles. Al cabo de seis años de retiro, emprendió el viaje con un criado musulmán, que, cuando se enteró de que Ramón estaba a punto de atacar la fe de su pueblo, le clavó un cuchillo en la espalda. Ramón no permitió que ejecutaran a quién había intentado asesinarle, aunque posteriormente aquel hombre se ahorcó en prisión.
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Cuando recuperó la salud, Ramón se puso a enseñar la lengua árabe a los que pretendían viajar a Tierra Santa y en eso estaba cuando conoció a Arnau de Vilanova, que le enseñó los principios de la alquimia. Como consecuencia de su formación, Ramón aprendió el secreto de la trasmutación y la multiplicación de los metales. Continuó su vida errante, que lo condujo a Túnez, donde comenzó a debatir con los maestros mahometanos y a punto estuvo de perder la vida como consecuencia de sus ataques fanáticos contra el mahometismo. Se le ordenó abandonar el país y no regresar nunca más, so pena de muerte. A pesar de las amenazas, volvió a Túnez, pero los habitantes, en lugar de matarlo, se limitaron a deportarlo a Italia. Un artículo anónimo que se publicó en el número 273 de Household Words, una revista dirigida por Charles Dickens, arroja bastante luz sobre la capacidad alquímica de Llull: “Mientras estaba en Viena, [Llull] recibió cartas halagadoras de Eduardo II, rey de Inglaterra y de Roberto Bruce, rey de Escocia, en la que les suplicaban que fuera a visitarlos. Durante sus viajes también había conocido a John Cremer, abad de Westminster, con quién estableció una fuerte amistad, y, más para complacer a John que al rey, Ramón aceptó ir a Inglaterra. [En el Museo Hermético existe un tratado breve escrito por John Cremer, pero en los anales de Westminster no figuraba nadie con este nombre]. Cremer sentía un deseo intenso de descubrir el último gran secreto de la alquimia –la manera de hacer el polvo de la transmutación- y Ramón, a pesar de su amistad, nunca se lo había revelado, de modo que Cremer actuó con astucia / (Página 559): no tardó en averiguar qué era lo que Ramón más anhelaba en el fondo de su corazón: convertir a los infieles. Contó maravillas al rey sobre el oro que Llull sabía fabricar y convenció a Ramón, diciéndole que, si el rey Eduardo disponía de los medios necesarios, no costaría demasiado inducirlo a emprender una cruzada contra los musulmanes. “Ramón había apelado tantas veces a papas y a reyes que ya no confiaba en ellos, a pesar de lo cual, como último recurso, acompañó a Inglaterra a su amigo Cremer. Este lo alojó en su abadía y lo trató con distinción y finalmente Llull le enseñó allí el polvo: el secreto que Cremer anhelaba conocer hacía tanto tiempo. Una vez perfeccionado el polvo, Cremer llevó a Llull ante el rey, que lo recibió como cualquiera recibiría a 47
alguien capaz de proporcionarle infinidad de riquezas. Ramón impuso una sola condición: que el oro se fabricase no se gastara en los lujos de la corte ni en luchar contra ningún rey cristiano y que el propio Eduardo fuese en persona a luchar contra los infieles. Eduardo le prometió todo y nada. “Se adjudicaron a Ramón unos aposentos en la Torre y allí nos dice que trasmutó más de veinte toneladas de mercurio, plomo y estaño en oro puro, con el cual se acuñaron en la casa de la moneda seis millones de nobles, cada uno de los cuales vale alrededor de tres libras esterlinas al precio actual. Todavía se encuentran en colecciones de anticuarios algunas monedas que, supuestamente, se acuñaron con aquel oro. [A pesar de los esfuerzos desesperados que se han hecho para desmentir estas afirmaciones, las pruebas siguen estando divididas a partes iguales]. A Roberto Bruce le envió un librito titulado Of the Art of Trasmuting Metals. El doctor Edmund Dickenson narra que, cuando trasladaron el claustro que Ramón ocupaba en Westminster, los obreros encontraron un poco de polvo, con el cual se enriquecieron. “Durante su residencia en Inglaterra, Llull se hizo amigo de Roger Bacon. Evidentemente, el rey Eduardo no tenía la menor intención de emprender una cruzada. Los aposentos de Ramón en la Torre no eran más que una prisión honrosa y él no tardó en darse cuenta de la situación. Anunció que, por no haber cumplido su promesa, Eduardo no encontraría más que desgracias y sufrimientos, huyó de Inglaterra en 1315 y partió una vez más a predicar a los infieles. Ya era un hombre anciano y ninguno de sus amigos confiaba en volver a verlo nunca más. “Se dirigió primero a Egipto, después a Jerusalén y de allí por tercera vez a Túnez, donde finalmente encontró el martirio que había desafiado tantas veces. Se le echaron encima y lo lapidaron. Unos comerciantes / (Página 560) genoveses se llevaron su cuerpo, en el que distinguieron débiles signos de vida. Lo subieron a bordo en su embarcación, pero, aunque sobrevivió algún tiempo, falleció cuando avistaron Mallorca, el 28 de junio de 1315, a la edad de ochenta y un años. Fue enterrado con honores en la capilla de su familia, en presencia del virrey y de los principales miembros de la nobleza (…)”.
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(35). CHARBONNEAU-LASSAY, L. “El bestiario de Cristo. El simbolismo animal en la Antigüedad y la Edad Media”. Volumen I. Traducción de Francesc Gutiérrez. Colección Sophia Perennis. Barcelona. José J. de Olañeta. 1997. (1ª edición). Página 396. IV. El “dragón del umbral”. “(…) Desde hace muchos siglos hasta nuestros días, las agrupaciones de base iniciática han retenido en su simbolismo la ficción del dragón defensor y, su título de “guardián del umbral”, ha pasado a su vocabulario. “Esotéricamente, el mito dragontino significa la lucha del iniciado contra “el dragón del umbral” (4). De modo, pues, que la muerte ficticia de ese dragón guardián lo que permite acceder al sanctasantorum de la agrupación y participar en la vida y los conocimientos de los grandes iniciados. / (Página 397) Por eso en un cenáculo intelectual de París, muy independiente, este tema simbólico se ha formulado así: el dragón de los antiguos centros iniciáticos es una imagen de Jesucristo. Sólo dándole muerte pudo abordar la humanidad caída el umbral de la vida eterna. Así como el dragón guardián defiende la entrada al camino de dicha con garras y dientes, así Cristo, con su doctrina y su moral tan severas, con sus rigurosos mandamientos, hace difícil acceder a la morada de la dicha sin fin, cuyo estrecho sendero, que sólo los valerosos pueden abordar, él mismo ha trazado y construido. Ese es el reino de los cielos que solo los violentos consiguen, según el Evangelio (…)”. Página 397. Cita (4). “(…) SA: JUA:, Apocalipsis XII, 9 (…)”. (36). CHARBONNEAU-LASSAY, L. “El bestiario de Cristo. El simbolismo animal en la Antigüedad y la Edad Media”. Volumen I. Traducción de Francesc Gutiérrez. Colección Sophia Perennis. Barcelona. José J. de Olañeta. 1997. (1ª edición). Página 399. V. El dragón, emblema de Satán. El paganismo vencido. “(…) Estas imágenes de dragones, que venían inmediatamente / (Página 400) de la cruz, simbolizaban a Satán vencido y siguiendo a su vencedor, igual que, en los triunfos de los césares victoriosos, los jefes enemigos, domados y condenados, con las manos atadas, seguían el carro del triunfador. Dice Eusebio que el emperador Constantino tenía en cuenta tanto la imagen del dragón como la de Satán cuando se hizo representar de pie y atravesando con su lanza un dragón erizado, emblema del paganismo vencido (1). 49
En un pensamiento parecido, los imagineros de la Edad Media pusieron bajo el talón de la Virgen María tanto una serpiente como un dragón vencido, en eco a las palabras de la maldición: “la mujer te aplastará la cabeza y, tú la herirás en el talón… (2) (…)”. Página 400. Cita (1). “(…) Cf. EUSEBIO, Hist. eclesíast. (…)”. Página 400. Cita (2). “(…) Génesis III, 15 (…)”. (37). CHARBONNEAU-LASSAY, L. “El bestiario de Cristo. El simbolismo animal en la Antigüedad y la Edad Media”. Volumen II. Traducción de Francesc Gutiérrez. Colección Sophia Perennis. Barcelona. José J. de Olañeta. 1997. (1ª edición). Página 662. V. Alas malditas. “(…) Suelen batir los costados de los animales infernales, de los vampiros, del basilisco (4), del dragón y a veces de la sirena (5). Estas alas, en las representaciones imaginarias de dichos animales, no están hechas de plumas, sino de membrana y, eso tan solo puede señalar su carácter de animales malditos. En zoología, son las alas de los quirópteros. / (Página 663) Únicamente una vez he visto las alas membranosas unidas en un “vuelo azorante”; servían de cimera de casco en un motivo heráldico de origen germano o eslavo. En el simbolismo cristiano, las alas membranosas tienen que ver con idea de perversión de las facultades intelectuales y, al empleo que de estas hacen los que estudian en servicio del mal: con este trabajo se elevan por encima del común de los hombres, pero no hasta las regiones que llena la paz profunda, sino a las de la tormenta, para caer desde allí echando en la tierra la semilla de error tenebroso, de turbación, de cizaña, de perversidad. Son las mismas alas que el arte cristiano atribuye a veces a la Muerte (1) y, a menudo a Satán, el príncipe de las Inteligencias pervertidas y desviadas; a veces incluso los demonios están representados con la apariencia completa de murciélago (2) y, este animal, en las tradiciones populares de Francia, representa a menudo la encarnación misma del “Monarca de Abajo” (3) (…)”.Página 662. Cita (4). “(…) Catedral de Poitiers.- Véase el capítulo sobre el Gallo, fig.14 (…)”. Página 662. Cita (5). “(…) Iglesia de Saint-Germain de Poitiers (…)”. Página 663. Cita (1). “(…) Cf. Sobre el fresco de Orcagna, en Pisa, por ejemplo. Cf. 50
GRIMOUARD DE SAI:T-LAURE:T, Manual de l´Art chrétien, p. 268, fig. 98 y Guide de l´Art chrétien, T. III, p. 321, fig. 41 (…)”. Página 663. Cita (2). “(…) Catedral de Poitiers (…)”. Página 663. Cita (3). “(…) En un capitel proveniente de la iglesia de Saint-Georges-les-Baillergeaux, cerca de Poitiers. Cf. Mons. BARBIER DE MO:TAULT, La Maldanzée. (…)”. (38). MOLEIRO, M. “El arte de la perfección. Ediciones primeras, únicas e irrepetibles, numeradas y limitadas a 987 ejemplares autentificados notarialmente”. Catálogo. Sin paginar. www.moleiro.com “(...) Salterio Triple Glosado. Bibliothèque :ationale de France. París. “Casi original”, edición primera, única e irrepetible, numerada y limitada a 987 ejemplares autentificados con un acta notarial. El Salterio triple glosado contiene las tres traducciones latinas de los salmos, llamada romana, galicana y hebraica. Retrata de una producción que cabría cualificar de opulenta o fastuosa, muestra de un lujo esplendoroso, y una obra significativa, brillante y lúcida, en que se refleja de forma categórica la mejor pintura de dos etapas distintas. La confluencia de dos culturas figurativas distintas, la inglesa y la mediterránea, separadas por más de cien años, es uno de los aspectos fundamentales que da carácter al códice. Esta singular condición le confiere en el marco de la historia del arte un carácter exclusivo, único. -
Signatura: Lat. 8846. Fecha: S. XIII/ XIV. Tamaño: +- 480 x 325 mm. 356 páginas y más de 140 miniaturas enriquecidas con oro. 190 iniciales ornamentadas sobre fondo dorado, con decoración vegetal.
Estudio monográfico plenamente ilustrado en color (296 pp) a cargo de :igel Morgan (profesor Honorario de Historia del Arte, University of Cambridge), Rosa Alcoy (Universidad de Barcelona) y Klaus Reinhardt (Traer University) (...)”. “(…) f. 100r, salmo 57 Si verdaderamente habláis justicia (…)”. “(…) El salmo se inicia con una exhortación a los jueces, hijos de los hombres, para que su juicio sea recto (v. 2, Si vere utique justitiam loquimini: recta judicate, filii hominum // Si verdaderamente habláis justicia; juzgad con rectitud, hijos de los hombres). La miniatura muestra en primer lugar al magistrado, que ahora comparece frontal y entronizado, con el texto de la ley en la mano. Se rodea de aquellos que deben dar testimonio sobre las cuestiones que 51
deberá examinar, al tiempo que un escribano de menor tamaño, sentado en el suelo, levanta acta de la sesión. La figura del escribiente fue habitual en la miniatura catalana de la primera mitad del siglo XIV, sobre todo en libros de Usatges y Constituciones de Cataluña, entre los que destacan para la fase italianizante tanto el Llibre Verd de Barcelona como el códice conservado en la Paeria de Lérida (ms. 1327). El salmo, plasmado de nuevo en dos registros, se refiere a las injusticias obradas por mano del hombre. La escena que limita con la del juez representa el asesinato y robo de tres individuos: uno desnudo y otro en ropa interior aparecen ya muertos, mientras un tercero esta siendo herido con una espada por una pareja de maleantes que parecen haber vendido sus servicios a un tercer malhechor que negocia con ellos, recordando los feos juegos de los soldados al pie del Calvario. Como anuncia san Agustín, a partir de una primera caída el pecado se multiplica (Connexum est peccatum peccato). El tercer espacio es menor e incluye una sola figura: un juez que avanza por el camino angosto de la vida. Transita con un libro abierto y deberá enfrentarse a la serpiente o áspid sordo que tapa sus orejas –el reptil enroscado que se representa oculto en el arbusto que crece al lado de la estrecha senda– (v. 5, Furor illis secundum similitudinem serpentis: sicut aspidis surdae et obturantis aures suas // El furor de ellos es semejante al de la serpiente: como el del áspid sordo, y que tapa sus orejas) y que, según reza el salterio, emparenta así con los pecadores y los malos hombres que, como los leones del cuadro siguiente, verán su orgullo conturbado. Los leones son mostrados ahora como figuras rampantes que Dios ataca por medio de ángeles arqueros detentores de su voluntad o de la cólera divina, como se ha visto ya en situaciones precedentes (v. 7). Entre los dos grupos de felinos corre un río que refleja el contenido de uno de los versículos del texto (v. 8, Ad nihilum devenient tamquam aqua decurrrens: intendit arcum suum donec intirmentur // Se reducirán a la nada como agua que corre: tuvo entesado su arco, hasta que sean debilitados). Que el castigo de los malvados provoca el placer de los elegidos es una premisa conocida, que el salmo sentencia (v. 11, Laetabitur justus cum videret vindictam: manus suas lababit in sanguine peccatoris // Se alegrará el justo cuando viere la venganza, sus manos lavará en la sangre del pecador) y que se refleja aquí en el monje que lava sus manos en una fuente de la que brota un líquido rojo (sangre del pecador) para acto seguido dirigir su rezo y alabanza a la divinidad. Esta responde rodeada de ángeles orantes sobre el arco del cielo. :o cabe duda de que el elemento más llamativo es la fuente trecentista de base poligonal y color gris-blanco, que imita el mármol y contrasta con el líquido rojo, sobre un paisaje abierto. Recuerda algunas de las pinturas que Pietro Lorenzetti destinó a la predela de la Pala del Carmine (c. 1329), donde cabe subrayar la presencia de fuentes monumentales de tipo similar. La soberbia conlleva su destrucción y el 52
castigo supone el descenso de los condenados al Infierno. Esta es la secuencia elegida por el pintor para cerrar las imágenes, la garganta abierta y temible del Leviatán, en la que se amontonan seres humanos vestidos y desnudos. Estos son empujados por cuatro demonios negruzcos que, pese a la cabeza monstruosa, las garras, las alas de murciélago y la cola que los caracterizan, describen siluetas antropomorfas (…)”. (39). MOLEIRO, M. “El arte de la perfección. Ediciones primeras, únicas e irrepetibles, numeradas y limitadas a 987 ejemplares autentificados notarialmente”. Catálogo. Sin paginar. www.moleiro.com MOLEIRO, M. “El arte de la perfección. Ediciones primeras, únicas e irrepetibles, numeradas y limitadas a 987 ejemplares autentificados notarialmente”. Catálogo. Sin paginar. www.moleiro.com “(…) f. 59r, Babilonia, orada de los demonios (Ap. 18, 1-3) (…) El ángel poderoso, símbolo de Cristo, que planea en un cielo iluminado de oro por la plenitud de su esplendor, despliega su filacteria señalando la ciudad maldita. «Ha caído, ha caído, Babilonia la Grande; se ha convertido en morada de demonios, en guarida para toda clase de espíritus impuros e inmundos», proclama con voz fuerte mientras un diablo, parodiando a los ángeles del Juicio final, toca la trompeta y un comparsa aumenta más aún el estruendo tocando, simultáneamente, el tambor y el caramillo. Satán, provisto de múltiples rostros en los hombros y el bajo vientre, ejecuta sobre los tejados una obscena pantomima exhibiendo sus nalgas. Sus pendencieros secuaces han invadido todos los edificios cuyo interior sigue ardiendo con el fuego del infierno. En la torre de la derecha, un diablo arquero se asoma por el hueco para disparar flechas con el fin de apuntar a su semejante, que ocupa la torre opuesta. Éste, armado con una rodela y una escarcina hiere a dos demonios que blanden garrotes por las ventanas del edificio central. Al lado, dos espíritus malignos, menos feroces, se limitan a hacer muecas y a entregarse a juegos de manos. Representantes del bestiario infernal, un murciélago y un búho han encontrado refugio en las altas chimeneas que dominan Babilonia. En el f. 58v, Juan parece fascinado por el espectáculo. Sentado, con el brazo apoyado en su pupitre y la barbilla en la palma de su mano, reposa la yema de su dedo meñique en el labio inferior según un gesto instintivo que el artista plasma aquí con mucha naturalidad y que atestigua su capacidad de observación (…)”. “(…) ( f. 65r, Babilonia arrojada al Infierno (Ap.18, 22b-24) (…) La escena cierra la serie casi ininterrumpida de las ocho miniaturas consagradas a la 53
representación de la Gran Ciudad durante su caída, desde su escisión en tres partes (f. 53) hasta su condenación eterna (f. 65). El artista, a veces con un leve desfase en relación con el texto, para asegurar visualmente la continuidad de la narración y la simultaneidad de los acontecimientos, repite la imagen alternando las formas de la ciudad o de la mujer. Así, el fin de las lamentaciones de los mercaderes por la aniquilación de la ciudad proveedora de riquezas se inscribe frente a su entrada en el Infierno, evocada ya en el registro inferior del f. 62. Por orden de Cristo que sale de la nube, los diablos que se han apoderado de la reina destronada la lanzan a las fauces de Leviatán. La cabeza del monstruo navega, como una nave infernal, por las aguas de iniquidad, de un verde obscuro; sus abiertas fauces, provistas de temibles dientes, escupe las llamas del horno cuya incandescencia tiñe de rojo su ojo y su oreja. Encaramado en la punta del maxilar inferior, un demonio con alas de murciélago toca el tambor acompañándose con un silbato mientras un comparsa arranca la corona de Babilonia, medio enterrada, y otro, encaramado en su hombro, la obliga a doblar el cuello por medio de una horca para hundirla irremediablemente en la garganta de Satán (…)”. “(…) f. 86r, los condenados llevados al infierno (…) Juan está escribiendo (f. 85v) las terribles palabras proferidas al final del pasaje precedente: «¡Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras y todos los que se complacen haciendo el mal!» Prosigue su mensaje pronunciando el anatema contra el impostor que estuviera tentado de falsificar su contenido: «Y a quien se atreva a cercenar las palabras de este libro profético, Dios cercenará su parte del árbol de Vida y de la santa ciudad descritos en este libro». Apartando la vista de su trabajo, levanta una atónita mirada hacia la siniestra cohorte de los réprobos; avanzan sobre el rojizo fondo de la hoguera, acorralados como un miserable rebaño por medio de una pesada cadena plateada cuyos extremos lleva Satán en su hombro. La marcha de los malditos hacia el Infierno es acompasada por los estridentes sones de dos demonios músicos que tocan la trompeta, el silbato y el tamboril. Por debajo del cortejo se encuentra la abierta boca de Leviatán provista de impresionantes dientes. Encaramado en su hocico, un diablo guía a su comparsa agarrándole por el pie y pone su garrote en los belfos del monstruo antes de verter en las infernales fauces un cuévano lleno de condenados. A la derecha, un quinto diablo peludo, con la faz retorcida en un rictus satánico, franquea la barrera de 54
acerados colmillos para mejor arrojar al abismo un alma condenada al castigo del sufrimiento eterno: es lo que el Apocalipsis llama la segunda muerte (…)”. (40). BESSEYRE, Marianne & MOLEIRO, M. “Biblia Moralizada de :ápoles. Bibliotheque :ationale de France. París”. El arte de la perfección. Nº 1. www.moleiro.com “(...) La Biblia Moralizada de :ápoles, encargada por Roberto el Sabio al final de su reinado y acabada a principios de los años 1350 bajo el reinado de su nieta Juana I, nos lleva a través de más de un siglo de historia dinástica entre Francia e Italia. La Biblia Moralizada de :ápoles tuvo como modelo una Biblia moralizada francesa, en un volumen, realizada en París hacia 1240 (la llamada Biblia de Viena), la cual había pertenecido a Carlos de Anjou, hermano menor de san Luís, -para quién su madre, Blanca de Castilla, encargó la Biblia de san Luís-. (...) La Biblia escrita en francés, contiene una parte del Antiguo Testamento acompañada de moralizadores y un ciclo iconográfico del :uevo muy desarrollado (...)”. Folio 177v. Murciélago. “(...) En segundo plano los dos ladrones sometidos a suplicio junto a Jesús enmarcan a Cristo. Atados por los dos brazos a dos cruces en tau, con los codos rotos, las muñecas y los tobillos atados, acaban de romperles las tibias. Un murciélago negro, emblema del Maligno, se lleva en sus garras el alma del mal ladrón que tiene la forma de un recién nacido pardusco (...)”. Folio 146r. Diablo con alas de murciélago. Nota: No lleva comentarios más que al pie de página del texto original, que dice: “(...) Ceit lyitoire. Coment le dyable a la tempret nre seignour uiuerut u de fert (...)”. (41). CHARBONNEAU-LASSAY, L. “El bestiario de Cristo. El simbolismo animal en la Antigüedad y la Edad Media”. Volumen I. Traducción de Francesc Gutiérrez. Colección Sophia Perennis. Barcelona. José J. de Olañeta. 1997. (1ª edición). Página 375. VIII. El grifo, imagen emblemática de los santos. Guardián en el camino de la salvación. “(…) Lo fue por la razón misma de su doble naturaleza, porque los santos son águilas por la elevada región en la que generalmente han vivido sus pensamientos y sus afectos y, leones por el coraje moral del que han dado prueba durante subida, en la lucha incesante del Bien contra el Mal, dentro de ellos y a su alrededor. ¿:o podría decirse también de casi todos
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ellos que, para los que han vivido a su alrededor, han sido siempre guardianes “en el camino de la salvación?” (…)”. (42). CHARBONNEAU-LASSAY, L. “El bestiario de Cristo. El simbolismo animal en la Antigüedad y la Edad Media”. Volumen I. Traducción de Francesc Gutiérrez. Colección Sophia Perennis. Barcelona. José J. de Olañeta. 1997. (1ª edición). Página 371. V. El grifo, emblema de las dos naturalezas y de la doble realeza de Cristo. “(…) Al reunir en sí las dos naturalezas, la del águila y la del león, el grifo es uno de los más satisfactorios emblemas de la doble naturaleza de Cristo. “Aquila, Christus…Leo, Christus”, dice la Llave de san Melitón (2); el busto de águila representa en esta circunstancia la Divinidad del Salvador y, el cuerpo de león, que toca la tierra, representa su Humanidad, si la Edad media relacionó alegóricamente la Persona de Jesús con el grifo fue sobre todo por este simbolismo (3) (…)”. Página 371. Cita (2). “(…) Cf. Dom PITRA, en Spicileg. Solem (…)”. Página 371. Cita (3). “(…) Cf. BARBIER DEMO:TAULT, Traitéd Íconographie chrétienne, T. I. p. 131 (…)”. (43). CHARBONNEAU-LASSAY, L. “El bestiario de Cristo. El simbolismo animal en la Antigüedad y la Edad Media”. Volumen I. Traducción de Francesc Gutiérrez. Colección Sophia Perennis. Barcelona. José J. de Olañeta. 1997. (1ª edición). Página 369. IV. El grifo conductor de las almas al cielo. “(…) Con la Edad Media, el simbolismo crístico del grifo se precisa y se afirma innegablemente: en esa época, los monjes cultos sacaron del olvido la antigua leyenda de los grifos que tiraban del carro de Alejandro y, los artistas esculpieron aquella escena en los claustros y en el decorado de piedra de las grandes iglesias. (…) / (Página 371) Es muy posible, en efecto, que en la Edad Media algunas mentes tradujesen de este modo la leyenda de Alejandro y los grifos, perola interpretación, antes expuesta, que hace del grifo uno de los animales emblemáticos que elevan las almas hacia Dios como Cristo mismo las ha elevado de otro modo, es igualmente buena, si no todavía mejor, en el espíritu de la simbología cristiana, pues concuerda perfectamente con los papeles de psicagogo [conductor de las almas al cielo] que los mismos datos precristianos atribuyen al águila, al halcón, a la pantera, al caballo Pegaso, etc (…)”. (44). CHARBONNEAU-LASSAY, L. “El bestiario de Cristo. El simbolismo animal en la Antigüedad y la Edad Media”. Volumen I. 56
Traducción de Francesc Gutiérrez. Colección Sophia Perennis. Barcelona. José J. de Olañeta. 1997. (1ª edición). Página 372. VI. El emblema de la sabiduría y de la fuerza de Cristo. “(…) El bello animal de luz de los antiguos también fue considerado por ellos uno de los emblemas de la sabiduría, que es la suprema claridad del espíritu; y también por este lado es adecuado para representar a Aquel que es la sabiduría increada. Y también por este concepto figura en el escudo que lleva la Sabiduría personificada en el portal septentrional de la catedral de Chartres, del siglo XIII (4). La idea medieval se apoyaba en una consideración digna de atención: para ella, el cuerpo cuadrúpedo terrestre y leonino del grifo es la Materia y, la fuerza rectora de la materia, la cabeza de águila, es el Espíritu; ¿no es acaso el águila, en la simbología profana, el emblema del genio?...En el animal de doble naturaleza” es el cuerpo terreno el que lleva y sirve al órgano del pensamiento, de la meditación y de la contemplación; así, el Espíritu domina, dirige la fuerza material; es “la primacía de lo espiritual sobre lo material”, tan ensalzada por el espíritu medieval; es la sabiduría cristiana que viene totalmente de Cristo, que es su principio y su todo. Por otra parte, puesto que el águila y el león son animales fuertes y, puesto que en consecuencia nada puede detener al grifo en su poderoso vuelo o en su irresistible impulso, los simbolistas hermetistas hicieron de él el emblema de la fuerza del Señor (…)”. Página 372. Cita (4). “(…) BARBIER DE MO:TAULT, Traité d´ Iconographie chrétienne, T. II. p. 193 (…)”. (45). CHARBONNEAU-LASSAY, L. “El bestiario de Cristo. El simbolismo animal en la Antigüedad y la Edad Media”. Volumen I. Traducción de Francesc Gutiérrez. Colección Sophia Perennis. Barcelona. José J. de Olañeta. 1997. (1ª edición). Página 377. X. El grifo en la heráldica. “(…) Todos los heraldistas reconocen que el grifo, muy noble, muy noble en sus dos naturalezas, la aérea y la terrestre, representa a menudo a Jesucristo en los blasones (2). Es el caso, sobre todo, cuando sirve de “armas parlantes” a grandes familias: los Griffa del reino de :ápoles y los Griffen de Silesia (3), los Griffon de Saintonge y Poitou (4), por ejemplo. Cuando una figura heráldica hace así función de “armas parlantes”, está siempre cargada del sentido más noble que se le pueda 57
atribuir y, que entonces contribuye al lustre del nombre familiar del poseedor. En otros casos, el grifo significa la alianza de la rapidez y la vigilancia con la fuerza y el valor (5). En el siglo XV, la Orden caballeresca del grifo, en Aragón, hizo de él su emblema de la Fuerza mayor (6). En otros lugares, especialmente en los escudos de armas de las ciudades, el grifo recobra su antiguo sentido de guardián incorruptible. Pero en la heráldica y la sigilografía religiosas del Medievo, cuando el grifo aparece solo hay que considerarlo, en principio, como imagen de Jesucristo, Dios y Hombre. Así hay que interpretar el grifo “pasante y azorante” del sello de un prior de Port de Piles, en Touraine, en el siglo XIII (7). El “Grifo dragonado” de la heráldica que se opone al “Grifo leonado” corriente y termina en reptil, representa siempre un abominable enemigo vencido, enemigo vivo o enemigo moral como la felonía, la traición, en una palabra: el Mal (…)”. Página 377. Cita (2). “(…) CADET DE GASSICOURT y DU ROURE DE PAULI:, L´Hermétisme dans l´Art héraldique, p. 109.- O´KELLY DE GALWAY, Dictionnaire de la Science du Blason, p. 281 (…)”. Página 377. Cita (3). “(…) Cf. Vulson DE LA COLOMBIÈRE, La Science héroïque, p. 270 (…)”. Página 377. Cita (4). “(…) R. PETIET, Armorial poitevin, p. 71, 2ª col (…)”. Página 377. Cita (5). “(…) Vulson DE LA COLOMBIÈRE, Op. cit. p. 271 (…)”. Página 377. Cita (6). “(…) Cf. J. VILLA:UEVA, “But primitif, et insigne de l´Ordre du Griffon”, Viage Literario, T. XVIII,pp. 185, 194 y 907 (…)”. Página 377. Cita (7). “(…) Musée des Grandes Écoles de Poitiers. De la Societé des Antiquaires de l´Ouest (…)”.Página 376. IX. El grifo, emblema de Satán. “(…) En la iconografía emblemática de la Edad Media, el grifo, temible por su pico de rapaz y sus zarpas de gran carnicero, representó a menudo a Satán; los tres bestiarios estudiados por el pare Cahier (4) hablan de él incluso exclusivamente en este sentido. Parece / (Página 377) ser el caso, sobre todo, en las representaciones que lo muestran con cuartos traseros de dragón terminados en una cola de saurio. Seguramente debido a este carácter satánico en la emblemática, se había colgado antaño, en la Sainte-Chapelle de París, a modo de trofeo y como si se tratase de una pata de grifo, la de algún carnicero; decían que 58
un caballero que había vencido al monstruo en combate singular la había puesto como exvoto en la capilla real (1) (…)”. Página 376. Cita (4). “(…) Ch. CAHIER, Mélanges archéologiques, T. II y III (…)”. (46). CAGIGAL NEIRA, Carlos & ROS, Alfredo. “El grial secreto de los Merovingios. La supervivencia de la sangre real”. Investigación abierta. www.investigacionabierta.com www.nowtilus.com www.FragmentoPromoGRIALSECRETOMEROVINGIOS.pdf Página 52. Capítulo III. Los Gulheides, una dinastía de héroes. Guillermo de Orange = Guillem de Gellone. “(…) Guillermo de Orange. Héroe legendario de la talla del Cid Campeador, Godofredo de Bouillon, o Guillermo el Conquistador. Su prestigio como guerrero quizás se vio un poco oscurecido debido a que sus proezas tuvieron que coexistir con las hazañas del que, muy probablemente, ha sido el mayor héroe de toda la cristiandad: Carlomagno. La vida de Guillermo, su pasado y sus orígenes, han estado sometidos, con mayor o menor acierto, a innumerables discusiones entre eruditos e historiadores a lo largo de décadas. Sin embargo, de lo que no hay duda es que la historia del legendario Guillermo de Orange y de otros miembros de su linaje tiene aún capítulos, sin duda muy oscuros y misteriosos, por escribir. Ese fue el motivo por el que nos propusimos llevar a cabo una exhaustiva investigación histórica: su familia, sus parientes y descendientes. Y, sin duda, el punto más controvertido de su vida actualmente: sus orígenes. ¿Y por qué? Porque los oscuros caminos que siguió su dinastía hasta aparecer en la historia están inexorablemente ligados a una fuente común tan legendaria como polémica. El conde Guillermo de Orange, también llamado de Gellone, de Toulouse o le Grand (Guilhem en occitano), nació mediado el siglo / (Página 53) VIII. Descendía de una familia de la alta nobleza, fue hijo de Theodorico, un poderoso conde de Borgoña, Sajonia y Autún, y de Auda Martel, hija de Carlos Martel, el famoso maire du palais que rechazó a los musulmanes en la batalla de Poitiers (732). La historia nos dice de este héroe que poseía sobresalientes dotes militares y diplomáticas, que era un hombre de fuerte personalidad y que tenía una notable formación cultural para la época. Realizó sus primeras campañas militares contra sajones y sarracenos de Al-Ándalus bajo las órdenes del rey Carlomagno, de quien era primo. Demostrada su valía, Carlomagno le confiaría el gobierno de las regiones de Toulouse y Aquitania, cumpliendo las órdenes de contener las rebeliones de vascones y crear una franja de seguridad entre los sarracenos de Al-Ándalus y los territorios francos, la que años 59
después sería llamada la Marca Hispánica. Hombre de guerra, en sus inicios militares luchó contra las incursiones sarracenas en la Septimania (Languedoc y Gerona actual), y reconquistó las ciudades medievales de 0îmes y Orange. Batallas que por su coraje y valentía, hicieron de Guillermo de Orange uno de los grandes héroes de la época. Se convirtió en un caballero de reconocido prestigio en el reino, un señor feudal admirado por sus vasallos, y un guerrero muy temido por sus adversarios. / (Página 54) En Guillermo confluyeron todas las virtudes necesarias para ser caballero de romances, y a su persona serían dedicados numerosos cantares de gesta (38), tan aclamados en sus dominios que llegaron a producir culto popular, y las famosas historias del gran héroe serían transfiguradas en epopeyas. Su forma de vida debió de ser digna de admirar en una época tan cruel. Cansado de largos años de lucha, y con la Marca Hispánica creada, Septimania y Gothia pacificadas, decide abandonar toda una vida dedicada a la guerra para consagrar a Dios los últimos años de su vida. Abdica de todas sus posesiones en favor de su hijo primogénito Bernardo de Septimania, y toma los votos religiosos en el monasterio benedictino de Aniane (806) (39). La historia y la leyenda aportan, cada una, su respuesta. La primera es sencilla en su perspectiva medieval: la vocación monástica. La segunda, romántica: una gran pena de amor. Dos años antes de su retiro había fundado un modesto monasterio, situado en el valle de Gellone, pueblo natal de Guillermo, en donde después vivirá recluido hasta el día de su muerte, acaecida el 28 de mayo del año 812. Hacia el año 1120, los monjes de Gellone, para satisfacer la curiosidad de los peregrinos hacia Guillermo, redactan su biografía, titulada Vita Sancti Willelmi, en la que ahondaban en detalles históricos y hagiográficos sobre su vida (40). Según nuestros estudios iniciales, esta biografía estaba basada en una biografía original (812) realizada por los monjes de Gellone en reconocimiento a su benefactor. De la obra original poco sabíamos. Parecía responder al deseo del monasterio de reconocer la importancia de su benefactor. También sabíamos que la Vita Sancti Willelmi estaba fundamentada en esa fuente original. Los monjes de Gellone habían incluido en ella los datos esenciales de su vida, y crearon las famosas epopeyas de Guillermo, a fin de ensalzar la figura de este célebre personaje. De todas maneras, semanas después, en Gellone, encontraríamos las respuestas a todas nuestras dudas. El monasterio de Gellone. Para investigar al fundador de la Dinastía Guilhemide, lo primero que hicimos fue visitar el monasterio de Gellone. Planificamos nuestro traslado desde la ciudad de Toulouse hasta la pequeña localidad de 60
Gignac, a diez kilómetros del pueblo medieval de Saint Guilhem le Desert, y nos alojamos en el hotel Vieux Molin. El monasterio benedictino de Gellone está situado en la región languedociana, a cuarenta kilómetros en dirección noroeste de Montpellier, en el corazón mismo de las gargantas de Herault. El pueblo, desarrollado alrededor del monasterio, tomará a principios del siglo XIII el nombre de Saint Guilhem le Désert, en honor a Guillermo. Para nuestra visita elegimos los días 14 y 15 de Septiembre, días del Patrimonio en el pueblo de Saint Guilhem. :o pudimos haber escogido unas fechas más propicias. El monasterio de Gellone fue fundado en el año 804, reconocido abadía por el Papa Urbano II (1090) y recientemente ha sido inscrito en el Patrimonio Histórico de la Humanidad por la U:ESCO (1998). Del primer arte prerrománico, la abadía conserva gran parte (…)”. Página 232. Cita (38). “(…) Las epopeyas y los cantares de gesta formaron parte del contexto legendario. :o obstante, y desde un punto de vista rigurosamente histórico, su elaboración sirvió para enturbiar la autenticidad de este célebre personaje, mezclando la Historia y la leyenda. Lo situaron en lugares en que nunca estuvo, lo emparentaron con personajes con los que no guardaba ningún parentesco, los monjes de Gellone le otorgan poderes casi sobrenaturales. J. Frappier, Les Chansons de geste du cycle de Guillaume d’Orange, T. I y II, París, 1955 (…)”.
Escudo heráldico de la casa de Tolouse. Con este escudo también se identificaría a los adeptos del movimiento religioso cátaro. (47). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Jaime I: El rey del linaje griálico. Los primeros monarcas templarios de la Corona de Aragón, anteriores a la constitución de la Orden del Temple en Francia”. ABACUS, Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: Teosofía templaria: símbolo y emblema (6/6). Agosto 2012. www.JaimeI,Elreydelinajegriálico(4).pdf www.baucan.org 61
Página 19. La ascendencia carolingia: Guillem de Gellone. “(…) El enlace entre los linajes griálicos del territorio francés y los carolingios fue Guillem de Gellone, hijo del príncipe judío Teodorico, que desde el año 768, le había jurado fidelidad a Pipino. Podría haberse producido que Teodorico –el padre de Guillem de Gellone-, tuviese alguna relación con Caroberto, -hermano de Dagoberto-, que fue el heredero de Aquitania (87). Guillem de Gellone fue conde de Barcelona, primer conde de Toulouse, de Auvergne y de Razès (88) (…)”. (48). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Jaime I: El rey del linaje griálico. Los primeros monarcas templarios de la Corona de Aragón, anteriores a la constitución de la Orden del Temple en Francia”. ABACUS, Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: Teosofía templaria: símbolo y emblema (6/6). Agosto 2012. www.JaimeI,Elreydelinajegriálico(4).pdf www.baucan.org Página 19. La ascendencia carolingia: Guillem de Gellone. “(…) El enlace entre los linajes griálicos del territorio francés y los carolingios fue Guillem de Gellone, hijo del príncipe judío Teodorico, que desde el año 768, le había jurado fidelidad a Pipino. Podría haberse producido que Teodorico –el padre de Guillem de Gellone-, tuviese alguna relación con Caroberto, hermano de Dagoberto-, que fue el heredero de Aquitania (87). Guillem de Gellone fue conde de Barcelona, primer conde de Toulouse, de Auvergne y de Razès (88). Fue primo hermano de Carlomagno (89). Tuvo un hijo llamado Bernat, que a su vez fue padrino de Carlos el Gordo, el hijo de Carlomagno. En el año 816, el duque de Aquitania, y biznieto de Carlos Martel, Bernat, acudió a la coronación de Luís el Piadoso en Reims, que estaba casado con su primera esposa Ermengarda (90). La condesa de Barcelona y duquesa de Septimania Duoda, nació en el año 844. Su padre fue un rico vizconde de la señoria de Ucecia, casado con Adalinda, que murió de parto al nacer Duoda, por lo que fue educada como pupila en la corte de Luís el Piadoso. Duoda mantenía una buena amistad con san Benito de Aniano, que fue quién la informó de su genealogía (91). Guillem de Gellone tuvo un segundo hijo que fue Gaucelm, conde de Rossellón y Ampurias (92) (…)”. (49). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Jaime I: El rey del linaje griálico. Los primeros monarcas templarios de la Corona de Aragón, anteriores a la 62
constitución de la Orden del Temple en Francia”. ABACUS, Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: Teosofía templaria: símbolo y emblema (6/6). Agosto 2012. www.JaimeI,Elreydelinajegriálico(4).pdf www.baucan.org Página 19. La ascendencia carolingia: Guillem de Gellone. “(…) Y un tercer hijo llamado Berá que fue hijo de una dama goda (93) (…)”. (50). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Jaime I: El rey del linaje griálico. Los primeros monarcas templarios de la Corona de Aragón, anteriores a la constitución de la Orden del Temple en Francia”. ABACUS, Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: Teosofía templaria: símbolo y emblema (6/6). Agosto 2012. www.JaimeI,Elreydelinajegriálico(4).pdf www.baucan.org Página 19. La ascendencia carolingia: Guillem de Gellone. “(…). Por otro lado, el emperador Carlomagno tuvo otro nieto que fue el conde de Urgell, hijo de Guillem I de Tortosa y hermanastro de Bernat (94). / (Página 20) En el año 801, Luís I el Piadoso, rey de Aquitania conquistó Barcelona, y años más tarde Bernat fue nombrado conde de Barcelona (95). En el año 826 nació el primer hijo del conde Bernat y Duoda, que se llamó Guillem (96). Tres años después, en el 829, Bernat fue nombrado “Camerarius del Imperio”, por el rey de Aquitania, Luís el Piadoso (97). Bernat, el duque de Septimania, y conde de Barcelona le fue infiel a Duoda con Judit, la segunda esposa de Luís el Piadoso, aunque con los años fue santificado (98). Durante el reinado de Lotario, Berenguer de Tolosa fue desplazando en poder a Bernat de Septimania (99). En el año 841 nació Bernat Plantapilós, el segundo hijo de Bernat y Duoda de Septimania (100). Guillem de Septimania, duque de Aquitania y de Gascuña, hijo de Bernat y Duoda recuperó los territorios que habían pertenecido a su abuelo (101). Y falleció muy joven, a los veintitrés años, en el año 850, siendo poseedor de los títulos de conde de Barcelona, conde de Tolosa, conde de AmpuriasRosellón, conde de Burdeos y duque de Aquitania y de Gascuña (102). Bernat Plantapilós fue padre de Guillem el Piadoso, fundador de la abadía de Cluny, que fue denominado el “papa negro de Cluny” (103) y antepasado de Wifredo el Velludo, que inició la línea condal de Barcelona (104) (…)”. (51). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar. (14). Libro I. CAPÍTULO IV. De los condes de Aragón y Barcelona; y de otros que tuvieron señorío en los montes Pyreneos. Bernardo, hijo de Guillem de Gellone, casado con Theusda, (2 ª esposa). “(...) Primer 63
conde de Ribagorza casa con hija del conde de Aragón. Fundación del monesterio de Obarra. Juntóse con ellos otro príncipe muy valeroso que se apoderó de lo más áspero de Ribagorza y tomó título de conde, que se llamó Bernaldo; y casó con Theuda, hija del conde Galindo; y según parece por antiguas memorias era del linaje de Carlo Magno, en cuyo tiempo la mayor parte de Sobrarbe, Ribagorza y Pallás estaba en poder de infieles. De tal manera se comenzó por aquella parte la conquista y con tanta furia, que lanzaron los moros de las montañas hasta Calasanz, y se apoderaron de los puertos y pasos más fuertes, y pobló el conde Bernardo diversos lugares de cristianos desde el Grado que llamaban de Aras hasta el Grado de San Cristóbal, y desde el río de Isábena hasta el castillo de Ribagorza. Dentro destos límites se poblaron Valobriga, Brayllans, Visarrahón, Villar, Reperos, Magarrofas, la Torre de la Ribera y Visalibons; y fundó el monesterio de Obarra debajo de una gran roca que antiguamente se dijo el Castillo de Ribagorza en la ribera de Isábena, que antes de la entrada de los moros se edificó debajo de la regla de San Benito, a donde el conde Bernaldo y la condesa Theuda eligieron sus sepulturas. Conquista del condado de Pallás. :o solamente prosiguió la conquista el conde Bernaldo por la parte de Sobrarbe, pero fue conquistando de la otra parte del río :oguera que llamaban :ocharia, lo más fuerte del condado de Pallás. Bernaldo conde de Lenguadoque y primero de Barcelona. Tuvo en el mismo tiempo cargo de la región que llamaban Gotia otro príncipe del mismo nombre llamado conde Bernaldo, en cuya provincia se incluían los condados de Rosellón y Cerdania y gran parte de la provincia :arbonense que se continúa con estas regiones y llaman hoy Lenguadoque. Juntamente con estos estados estaba debajo de su gobierno la ciudad de Barcelona y los lugares que se habían conquistado de los moros. Fue el conde Bernaldo más acepto y privado del emperador Ludovico que otro ninguno de los grandes de su reino, y era muy señalado su valor en aquellos tiempos; y fue proveído por general de la gente de guerra que estaba en España en frontera de los moros después que por culpa y descuido de los capitanes y gobernadores que residían en estas partes, muerto el emperador Carlo Magno, las cosas de España sucedieron adversamente y muchos lugares de su obediencia se rebelaron. Y fue el primero que yo hallo haber tenido título de conde de Barcelona, puesto que por escripturas auténticas del mismo tiempo y del primer año de Ludovico parece que se llama marqués: en las cuales se contiene que 64
Ludovico tomaba debajo de su imperio a Frodoino obispo de Barcelona de la manera que lo estaba en tiempo del emperador su padre; y otorgó grandes inmunidades y excepciones a los eclesiásticos, y dio licencia para restaurar la iglesia de Barcelona dedicada a la invocación de la Cruz, donde estaba el cuerpo de Santa Eulalia; y mandó que se restaurasen las iglesias de Sant Cucufate y Sant Feliz, junto al lugar llamado Octaviano. (...)”. (52). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (18). Libro I. CAPÍTULO V. De la elección del rey Iñigo Arista. Theuda. “(...) Garci Iñiguez hijo del rey Iñigo, sucede en el reino. Estos mismos autores afirman que el rey Iñigo Arista fue casado con Theuda o Iñiga, hija del conde Gonzalo nieto del rey Ordoño, de la cual tuvo un solo hijo que se llamó Garci Iñiguez, que le sucedió en el reino. Y escriben que falleció en el año de 870 y otros de 72 y 74: tanta es la variedad y confusión que hay entre los autores cerca de la razón de los tiempos! También difieren en el lugar donde fue sepultado: porque unos escriben que en sant Victorián, otros en sant Salvador de Leyre, que él mandó fundar según en la historia del príncipe don Carlos se escribe. Cuál sea más antiguo, el reino de Sobrarbe o el de Pamplona. La curiosidad de atribuirse en competencia cada reino la antigüedad y origen de sus principios, y la ambición que en esto han tenido los que han escrito dellos, ha puesto en duda cuál fuese más antiguo reino, el de Sobrarbe a cuyo dominio estaba sujeta la provincia de Aragón, o el de Pamplona que después se llamó reino de :avarra. Cada cual sigue las consideraciones que le parecen: y las que a los nuestros movieron para fundar su origen y antigüedad es la vecindad de Bigorra de donde el rey Iñigo Arista vino, que corresponde a los puertos de Torla y Benasque, que fue lo primero que se conquistó y de donde se fue comenzando y extendiendo su reino. Allende desto, por el principio del fuero y leyes de Sobrarbe se dice que los caballeros que se hallaron en la elección, que eran hasta en número de trecientos, fueron de las montañas de Sobrarbe, que era la más principal gente que en esta elección concurrió. Y fúndanse con otra razón harto aparente: que este mismo fuero y leyes de Sobrarbe tomaron el nombre de la región a donde se establecieron, y es el más antiguo que los navarros 65
tuvieron, por el cual aquel reino y la provincia de Guipúzcoa se gobernaron mucho tiempo y se apelaban para el mismo fuero; el cual guardaron los navarros hasta los tiempos del rey don Sancho de :avarra el postrero que llamaron el Encerrado, que lo vedó; y se guardó en Guipúzcoa mucho tiempo después. También se halla por antiguas memorias que el rey don Sancho el mayor que dividió los reinos, hizo ciertas leyes que / (Página 19) llamó los fueros de Jaca; y por ellos se gobernaba toda :avarra y Aragón, y tomaron el nombre de la ciudad principal y cabeza de aquella provincia que fue la primera que afirman que el rey Iñigo Arista tornó a cobrar de los infieles; aunque el privilegio que tiene Jaca de ciudad, en el cual se establecen los fueros y leyes que entonces se le dieron con aquella dignidad, es del rey don Sancho el postrero, nieto del rey don Sancho el mayor. Con esto se mueven muchos a creer, ser este reino el primero y más antiguo; porque los primeros reyes que tuvieron el señorío de Sobrarbe, Ribagorza, Aragón y 0avarra, eligieron su enterramiento en el monesterio de sant Juan de la Peña y en sant Victorián, dentro de las provincias de Aragón y Ribagorza; y aun se fundan por el mismo nombre de Arista que es propio de nuestras montañas y no vascongado. Pero en esto cada uno puede eligir lo que pareciere más verisímil (...)”. (53). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Jaime I: El rey del linaje griálico. Los primeros monarcas templarios de la Corona de Aragón, anteriores a la constitución de la Orden del Temple en Francia”. ABACUS, Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: Teosofía templaria: símbolo y emblema (6/6). Agosto 2012. www.JaimeI,Elreydelinajegriálico(4).pdf www.baucan.org Página 21. La ascendencia catalana: Wifredo el Velloso (Siglos IX-X d. C.). “(…) Wifredo el Velloso fue el primero de los condes catalanes que inició la unión de varios condados pirenaicos -Urgell, Cerdaña y Conflent, en el año 878, mientras que su nieto, Borrell II rompió los vínculos de vasallaje con Francia (108). Wifredo el velloso fue el fundador de la casa condal de Barcelona, y detentaba los títulos de conde de Urgell, Cerdaña, Conflent, Barcelona, Gerona, Besalú y Osona (109). / (Página 22) El Velloso descendía del conde Belló de Carcassona, ya que era su nieto, e hijo del conde Sunifred de Urgell (110) (…)”.
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(54). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (15). Libro I. CAPÍTULO IV. De los condes de Aragón y Barcelona; y de otros que tuvieron señorío en los montes Pyreneos. Sunifred, conde de Urgell. “(...) Restauración de la iglesia de Urgel. Todos estos valles y pueblos se nombraban entonces por los mismos nombres que agora tienen; y por todas estas montañas se extendía la diócesi de Urgel, y en ella se incluían las iglesias de Santa María de Alaó que está dentro del condado de Ribagorza, y las de San Pedro de Taberna y de Gistao que están en los valles de Benasque y Gistao entre Esera y Cinca, por estar las sillas episcopales de Huesca y Lérida y lo más de su diócesi en poder de infieles y haberse restaurado la iglesia de Santa María de Urgel en tiempo de Carlo Magno en el mismo lugar que en lo antiguo estuvo la catedral siendo obispo Sisebuto. El cual en el sexto año del reino del emperador Ludovico, que fue en el de nuestra redempción de 820, con muy grande solemnidad en la fiesta de Todos Santos consagró y dedicó la iglesia, asistiendo a la consagración y dedicación el conde Seniofredo que era conde de Urgel y tenía la potestad por el emperador Ludovico; y confirmáronse las iglesias y territorio que antes, en vida del emperador Carlo Magno, se le habían señalado: que eran las iglesias de Berga, Cerdania, Pallás, Cardona y Ribagorza, con las que llama Anabiense, Erbiense y Gestabiense que agora dicen Gistao. Lo cual fue aprobado por el mismo emperador Ludovico y por algunos pontífices que después sucedieron (...)”. (55). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Jaime I: El rey del linaje griálico. Los primeros monarcas templarios de la Corona de Aragón, anteriores a la constitución de la Orden del Temple en Francia”. ABACUS, Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: Teosofía templaria: símbolo y emblema (6/6). Agosto 2012. www.JaimeI,Elreydelinajegriálico(4).pdf www.baucan.org Página 21. La ascendencia catalana: Wifredo el Velloso (Siglos IX-X d. C.). “(…) Tras la muerte de Wifredo el Velloso, su territorio fue repartido entre sus hijos: Barcelona, Gerona y Osona para Wifredo II Borrell; Urgell a Sunifred; Cerdaña a Miró el Joven. En el año 911, tras la muerte de Wifredo II Borrell, el condado de Barcelona pasó a Sunyer, y cedió el de Besalú a Miró (111); después a Borrell II, Ramón Borrell I, Berenguer 67
Ramón I el Jorobado; Ramón Berenguer I “el Viejo”; Ramón Berenguer II, “Cabeza de Estopa”; Berenguer Ramón II “El Fratricida”, Ramón Berenguer III “el Grande” y Ramón Berenguer IV “El Santo” (112). En este periodo la influencia catalana se hizo notar en el imperio leonés, a través de san Oliva y san Odilo con la llegada de monjes cluniacenses (113). Igualmente, la influencia catalana se dejó notar en la política matrimonial, como fue el enlace entre Ermengol V de Urgel, con María, la hija de Pedro Ansúrez, fundador de Valladolid (114) (…)”. (56). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Jaime I: El rey del linaje griálico. Los primeros monarcas templarios de la Corona de Aragón, anteriores a la constitución de la Orden del Temple en Francia”. ABACUS, Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: Teosofía templaria: símbolo y emblema (6/6). Agosto 2012. www.JaimeI,Elreydelinajegriálico(4).pdf www.baucan.org Página 25. La casa templaria catalana. “(…) El conde de Barcelona Ramón Berenguer I, descendía de la línea sanguínea de Luís el Piadoso, y él mismo en un documento se acredita descendiente de la línea carolingia (144): “(…) Hoc videns invidus humani generis inimicus, suasit suis ministris paganis ac gentilibus ut persequerentur et occiderent fi deles Christi gladiis et multis cruciatibus, et destruerent ecclesias tam in urbibus quam in aliis mundi partibus, quod et factum est in Barchinonensi civitate antiquis temporibus a barbaris Hispaniam intrantibus peccatis christianorum exigentibus. Set Christus, quamvis peccatricem miseratus christianam plebem, excitavit Ludovicum pium regem, qui expulit hismaeliticam gentem et liberavit Barchinonensem urbem et christianis populus sic reparavit destructam Barchinonensis ecclesie sedem. Cumque idem rex mortis persolvisset debita, et volvente mundi rota veternosa temporum pertransissent secula, iterum propter hominum peccata gens invaluit pagana et capta est Barchinona et interfecti sunt habitatores eius et destructa sanctuaria et cum sacri ordinis ministris eversa sunt altaria. Set etiam Christus misereri paratus, predictam urbem postea recuperavit fi delibus expulsis pestiferis gentilibus, et per successionem hereditatis tradidit christianis comitibus de quorum linea vel genealogía naturali venit gloriosus comes ac marchio Reimundus Berengarii factus est propugnator et murus christiani populi, et per eius victoriam cum adiutorio Christi facti sunt ei tributarii pagani christianorum adversarii. (…)”. El motivo fue la ratificación de la decisión de su abuelo Borrell II de mantenerse fiel a su estirpe carolingia tras fallecer Luís V, el último rey carolingio, y erigirse rey Hugo Capeto (145). Ramón Berenguer I quiso emular a sus antepasados carolingios (146), y seguir la línea de Wifredo el Velloso (147), y comenzó a comprar condados, como fueron Razès y Carcasona en el año 1068 (148), para aumentar su poder y poder 68
enfrentarse a su oponente Hugo Capeto (149), y esa ideología quedó manifiesta en su testamento (150). Del matrimonio entre Almodís de la Marca y Ramón Berenguer I, nació Berenguer Ramón II -casado con Mafalda de Apulia-Calabria-, que fue quién ocupó el trono, tras presuntamente ordenar asesinar a su hermano (151), - casado con Ermessenda y padres de Ramón Berenguer III- (152). Su reinado tuvo una duración de 34 años, en los que tras múltiples fracasos militares, tuvo que renunciar (153). Ramón Berenguer III se unió matrimonialmente con María, hija del Cid Campeador (155), y en segundas nupcias con Dulce de Provenza -hija de Gilberto de Gévaudan y Gerberge de Provenza-, en el año 1112 (156), por lo que continuó con la idea imperialista de sus antepasados, consistente en ampliar su / (Página 26) territorio para equipararlo al carolingio, con la incorporación de Besalú y Cerdaña (157). Fue el primer conde de Barcelona que perteneció a la orden del Temple (158), poco antes de morir en 1131 (159). Entre las pertenencias que Ramón Berenguer III donó al Temple se hallaba su caballo, su armadura, y el castillo fronterizo de Grañena (160) (…)”. (57). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (69). Libro I. CAPÍTULO XLIII. Que el conde don Beltrán de Tolosa se hizo vasallo del rey de Aragón; y el conde de Barcelona sucedió en el condado de Cerdania. “(...) Conde de Tolosa se hace vasallo del de Aragón. Carlo Magno hizo nueve condes en Francia. Cuando el emperador don Alonso hacía más recia guerra a los moros y más se iba extendiendo su señorío y estaba más ocupado en aquella conquista prosiguiéndola por todas partes contra los reyes de Zaragoza, Fraga y Lérida y contra los otros sus comarcanos, el conde don Beltrán de Tolosa que fue un príncipe muy señalado en la guerra de ultramar y deudo suyo a quien pertenecía el condado de Tolosa, vino a su corte y se hizo su vasallo. El cual fue hijo del conde don Ramón que había ganado gran prez y nombre en la conquista de la Tierra Santa. Fueron los condes de Tolosa muy grandes y principales señores en el reino de Francia; y descendían según he leído en una genealogía muy antigua destos señores- de Torson que fue el primer conde de Tolosa en tiempo del emperador Carlo Magno. El cual, después de haberse sojuzgado la Aquitania por el rey Pipino su padre que venció al duque Gayfredo, ordenó -según el autor de aquella genealogía afirma- nueve condes en aquella provincia del linaje de 69
los francos. Estos fueron: Himberto conde de Beses, Abon conde de Puytiers, Rogiero conde de Limosins, Guido conde de Perigort, Iterio conde de Alvernia, Bulo conde de Valoys, Anon conde de Albi, Seguino conde de Burdeus, y Torson conde de Tolosa. Y a estos puso el emperador Carlo Magno debajo del reino y dominio de Ludovico su hijo. A este Torson sucedieron Isuaredo, Beltrán, Guillelmo, Ramón de sant Gil, Guillén Tallafierro, Ponce Aimerico y don Ramón el segundo, padre deste don Beltrán; cuya memoria fue muy celebrada e ilustre en la empresa de la Tierra Santa, que se halló en el combate de las ciudades de Antiochia y Hierusalem, y puso cerco contra la ciudad de Tripol de Syria, en el cual murió año de 1101. .El conde don Ramón casó con hija del rey don Alonso de Castilla; y sus hazañas en la Tierra Santa. Don Alonso conde de Tolosa se llamó Jordán por haberse baptizado en él. Este es el conde don Ramón que casó con doña Elvira hija del rey don Alonso el sexto de Castilla y León que ganó la ciudad de Toledo. Y hubo a este Beltrán que continuó en asistir a la empresa de aquella tan gloriosa expedición de la Tierra Santa: y fue con setenta galeras de genoveses a Syria. Y con ayuda del rey de Hierusalem ganó a Tripol y sucedió a su padre en el estado que conquistaron en Asia; y fue señor de aquella ciudad de Tripol. Tuvo otro hijo el conde don Ramón que nació allá, que llamaron don Alonso Jordán porque se baptizó en el Jordán según el arzobispo don Rodrigo escribe; el cual después sucedió en el condado de Tolosa y de sant Gil (...)”.Sin paginar (74). Libro I. CAPÍTULO XLV. De la guerra que el emperador hizo en la Celtiberia, la cual conquistó a su señorío y del convento de caballería que ordenó que residiese en Monreal contra el reino de Valencia. “(...) Elección de Calixto segundo y su linaje y virtudes. Después que el emperador don Alonso ganó la ciudad de Zaragoza de poder de los infieles fue cada día más desistiendo de la empresa de Castilla. Y sucedió que Guido, arzobispo de la ciudad de Viena tío del rey de Castilla fue creado sumo pontífice después de la muerte del papa Gelasio segundo. Era, como dicho es, de la casa de los condes de Borgoña, que fue de las más ilustres que había en la cristiandad; y era hermano del conde don Ramón y primo del conde don Enrique de Portogal que fueron yernos del rey don Alonso de Castilla: y llamóse Calixto segundo. Estuvo en España antes que el rey de Castilla falleciese, y en su presencia en la ciudad de León los gallegos hicieron juramento de tener por señor a don Alonso su sobrino, que no tenía aun 70
tres años cumplidos. Era su vida y costumbres de singularísimo ejemplo en toda la cristiandad; y de general consentimiento de los cardenales que concurrieron en Cluniaco a las honras del papa Gelasio fue allí eligido el primero del mes de febrero del año de 1119. Concilio Remense. Erección de la metrópoli de Santiago de Galicia. En el mismo año estando en la ciudad de Tolosa por el mes de julio mandó convocar concilio general en la ciudad de Remes, que se había de celebrar en la festividad del evangelista sant Lucas siguiente. Y fue de las muy señaladas congregaciones que se celebraron en aquellos tiempos. Y en el año siguiente erigió la iglesia catedral del bienaventurado Santiago en metrópoli por particular devoción que tuvo al glorioso apóstol Santiago y por contemplación del rey su sobrino que se lo suplicó, y también por haber tenido muy estrecha amistad con don Diego Gelmírez obispo de aquella iglesia desde el tiempo que en España estuvo. Y de darle por sufragáneas las iglesias de Coimbra, Salamanca y Avila que estaban ya mucho antes en poder de fieles y eran en lo antiguo de la provincia de Mérida; y las otras iglesias que se fuesen cobrando y erigiendo en la misma provincia (...)”. (58). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “La herejía templaria: El Anticristo. Los dogmas de la primitiva religión de los seguidores de Juan el Bautista y Juan el Evangelista”. ABACUS, Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial abril 2012. El filo de la esencia. De la gloria al descenso a los infiernos. Número conmemorativo. 700 años del fin de un mito. ISSN 1989-8800. www.Abacusespecial,laherejíaTemplaria,abril2012.pdf www.baucan.org Página 69. “(…) El mismo rey de Aragón y conde de Barcelona, del rey Pedro II El Católico (224), igualmente templario, tenía múltiples intereses en salvaguardar a los cátaros del Pirineo hispano que residían en los alrededores de Urgell (225), de Berga (226). Pedro II “El Católico” estaba emparentado con la realeza occitana, defensora del catarismo (227): “(…) Esos conflictos son mal conocidos y muy complejos, Y sin embargo no carecen de lógica, que se comprende a partir de un doble enfrentamiento: el del conde de Tolosa con el rey de Aragón y el del conde con los Trencavel. Los reyes de Aragón sin príncipes occitanos. Son, en efecto, ante todo condes de Barcelona, y su país, Cataluña, pertenece a la zona de los dialectos de oc. La familia condal de Barcelona es originaria de Carcasona y sus príncipes nunca dejaron de interesarse por las regiones norpirenaicas. Después del año 1112, este interés se refuerza gracias al matrimonio del conde Ramón Berenguer con Dulce, condesa de Provenza, que aporta a su marido el Gévaudan, los condados 71
de Millan y de Carlat. Un conflicto por la preponderancia meridional entre Tolosa y Barcelona es casi ineludible. En 1125 se reparte Provenza, / (Página 70) tras un primer traslado entre las dos casas. Las regiones situadas al sur del río Durance quedan en manos de un príncipe de la dinastía catalana y, en las del norte se reconocen los derechos de la casa de Tolosa sobre lo que de ahora en adelante se llamará el marquesado de Provenza que engloba fundamentalmente el condado de Venaissin. Compromiso que ranquea y a nadie satisface. A partir de 1148, el conflicto se hace permanente. Se trata de la “gran guerra meridional”. Poco después de iniciarse la guerra, el conde de Barcelona, por su matrimonio se convierte en rey de Aragón. Pero este pequeño reino pirenaico no ocupa un lugar privilegiado en las preocupaciones del príncipe catalán. Prefiere enfrentarse con el conde de Tolosa. El conflicto se desarrollará en dos frentes. En los límites de las dos Provenzas y en la zona de contacto entre la comarca tolosana propiamente dicha y las tierras albigenses y carcasonianas teóricamente sometidas a los Trencavel. Estos últimos, en efecto, se aprovecharon del conflicto entre la casa “raimundina” y la casa catalana para lograr ventajas, pretenden tener derechos sobre Albi derivados del conde de Tolosa, a la vez que sobre Carcasona y Béziers derivados del rey de Aragón. Mediante este doble vínculo feudal a lo que en realidad aspiran es a su independencia de hecho. Lo consiguen apoyándose más que en el conde de Tolosa en el rey de Aragón porque éste está más de lejos. Ahora bien, las tierras de Trencavel, cortan en dos mitades “el estado” tolosano. Las laderas del umbral de :aurouze han sido el móvil de los combates en los que los aragoneses los partidarios de Trencavel se enfrentaban unidos a los soldados del conde de Tolosa. Se ha planteado la cuestión de si el famoso llamamiento de Raimundo V en Citeaux, en 1117, no era para el, de hecho, sino un modo de solicitar una ayuda exterior contra su vasallo indócil: sobre el vizconde de Béziers y de Carcasona recaía ya la sospecha de proteger a los herejes mientras que el conde de Tolosa afirmaba, a través de su carta, su sumisión a la Iglesia. A comienzos del siglo XIII, se ha llegado en principio, se allegado en principio a la reconciliación de las dos familias: Raymond-Roger Trencavel es el sobrino de Raimundo VI. Pero los resentimientos, los rencores y las desconfianzas sobreviven. El profundo desacuerdo entre Raimundo VI y su principal vasallo abrirá las puertas del país a los ejércitos de la cruzada. Algunas potencias exteriores sacan provecho de la “gran guerra meridional”. El rey de Inglaterra, en tanto que duque de Aquitania, intervino pero también el rey de Francia, Luís VII. En 1159, Enrique II Plantagenet, puso cerco a Tolosa pero Luís VII acudió inmediatamente y obligó a Enrique II a levantar el cerco. Era la primera vez que un rey de la dinastía de los Capetos bajaba al Mediodía. Y, sin embargo, en 1198, la conferencia de Perpiñán puso 72
fin al conflicto. Ratificaba las usurpaciones del rey de Aragón de allende los Pirineos. Este supo granjearse los homenajes de los barones bearneses. Los condes de Bigorra, de Foix y de Comminges se hicieron sus vasallos en una de sus tierras. ¿Acaso acariciaban los reyes de Aragón ensueño de instaurar un vasto estado occitano que se extendiera desde el Ebro a los Alpes? Hipótesis que tiene un gran poder de seducción: existía a ambos lados del Pirineo un verdadero parentesco cultural comentado en una larga historia común. El matrimonio del rey Pedro II de Aragón con María, heredera de Montpellier, parece confirmar la realidad de esa ambición (…)”. (59). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (166). Libro II. CAPÍTULO LXIII. Del socorro que el rey hizo en persona al conde de Tolosa su cuñado, contra el conde de Monforte, y de su muerte. “(...) Santo Domingo, fundador de la orden de predicadores, gran perseguidor de herejes. Estaba por este tiempo muy divulgada la fama de la religión y vida de Santo Domingo, primer instituidor de la orden de los frailes predicadores -que fue español y nacido en el lugar de Caleruega, de la diócesi de Osma-; y señalóse más su santidad y religión porque fue gran perseguidor de los herejes. Y su principal profesión era reducir debajo de la obediencia de nuestra santa madre iglesia con su / (Página 167) predicación a los que andaban fuera de ella y estaban obstinados y ciegos en sus errores. Celo de la predicación de santo Domingo contra los albigenses de Tolosa. En el principio de la predicación de este santo varón, fue muy señalado el celo que tuvo de la honra de Dios y su severidad y rigor cerca de la extirpación de la herejía de los albigenses que se había comenzado a encender en el condado de Tolosa y en Carcasona y Albi; de donde se comenzaron a contaminar muchos pueblos y lugares de aquella tierra. Errores de los albigenses. Estos estaban en el error de los maniqueos y arrianos y valdenses y en otros abominables y muy torpes errores; y reprobaban el matrimonio y tenían por justo y santo que fuesen comunes las mujeres, y admitían otros ayuntamientos nefandos y contra naturaleza. Declara el papa guerra contra los albigenses de Tolosa y su tierra. Y siendo declarados por herejes y enemigos de la iglesia católica, declaróse la guerra contra ellos por el papa Inocencio, que envió su legados a exhortar a los reyes que volviesen por la honra de Dios y de su iglesia y 73
considerasen el peligro grande que de aquellos principios podía resultar a la cristiandad, y se ayuntasen para extirpar una tan nefaria y condenada herejía. Legados apostólicos contra los albigenses, donde resplandece la excelencia de la vida de santo Domingo. Por esta causa fue primero enviado en el año de 1206 un legado apostólico con don Diego obispo de Osma y doce abades de la orden de Cistel, para que procurasen de reducirlos a la unión de la iglesia católica romana si pudiesen ser atraídos con amonestaciones caritativas. Pero entre todos resplandecía la santidad y religión de aquel santo varón y gran siervo de Dios; mas no bastó -por su grande infidelidad y pertinacia- a moverlos de su error su santidad y doctrina, antes comenzaron a defender su opinión con las armas. Publícase cruzada contra los albigenses; y hacen capitán general al conde Simón de Monforte. Y publicóse contra ellos cruzada; y fue eligido por capitán del ejército de la iglesia -de común consentimiento de los legados apostólicos y de los barones y caballeros alemanes, franceses e ingleses e italianos que a esta guerra habían concurrido- Simón conde de Monforte. Y porque de esta guerra resultó la ida del rey de Aragón a defender la tierra de don Ramón conde de Tolosa su cuñado, referiré en suma lo que a esto precedió, según se contiene en las historias de aquellos tiempos (...)”.Sin paginar (168). Libro II. CAPÍTULO LXIII. Del socorro que el rey hizo en persona al conde de Tolosa su cuñado, contra el conde de Monforte, y de su muerte. “(...) Lo que escribe de esta guerra fray Bernaldo Guido, de la orden de predicadores. El que más largamente escribe lo que en esto pasó, es fray Bernaldo Guido, de la orden de los predicadores, inquisidor de la herética pravedad en el reino de Francia, en la historia que compuso de los pontífices que se dedicó al papa Juan XXII; aunque de él difiere mucho el arzobispo don Rodrigo y la historia del rey don Jaime. Este autor escribe que en el año de 1209 el ejército de la iglesia que se había juntado contra los herejes de Albi, Tolosa y Carcasona en las tierras que estaban sujetas al conde de Tolosa, lo primero que acometió fue la ciudad de Besés, a la cual se enviaron por orden y comisión de los legados, ciertos religiosos que llevaban lista de los que estaban infamados y convencidos de aquel error y herejía, para que o los echasen de la ciudad o se saliesen los católicos. La ciudad de Besés se entró con muerte de siete mil herejes, el día de la Magdalena, y en su iglesia: donde años antes habían muerto en tal día ellos a su señor. Y no lo queriendo cumplir fue la ciudad entrada por combate; y murieron siete 74
mil personas que perseveraron en su pertinacia. Y los más fueron presos en la iglesia de Santa Magdalena y en el mismo día de su festividad, a donde cuarenta y dos años antes los vecinos de aquella ciudad habían muerto al vizconde Trencavello su señor con grande crueldad y alevosamente e hirieron al obispo que se puso en defenderle. Quema de los herejes. Luego se rindió Carcasona y salieron los vecinos de ella; y la ejecución se hizo como en tal caso se requería rigurosamente, a fuego y a sangre (...)”. (60). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (177). Libro II. CAPÍTULO LXVII. Que el conde don Sancho fue recibido por procurador general de Aragón y Cataluña; y el conde don Ramón de Tolosa fue privado de su estado en el concilio Lateranense. Y de la contradicción que hubo sobre la primacía de España que se pretendía por el arzobispo de Toledo. “(...) Embajada al papa, para la cual prestó don Jimeno Cornel tres mil quinientos maravedís alfonsís. Fueron nombrados por embajadores don Guillén de Cervera y don Pedro Ahones. Y para esta embajada dio don Jimeno Cornel tres mil y quinientos maravedís alfonsís, por los cuales obligó el conde don Sancho las villas y castillos de Murillo, Luesia, Tauste y Pina. Tanta era la pobreza y necesidad de aquellos tiempos. Concilio Lateranense; y los que se hallaron privaron en él al conde de Tolosa y dieron el estado al conde Simón de Monforte. Fue por el mismo tiempo privado el conde de Tolosa de su estado en el concilio Lateranense que tuvo el papa Inocencio por el mes de noviembre de este año. Y halláronse en este concilio los patriarchas de Constantinopla y Jerusalem y cuatrocientos obispos, setenta arzobispos y once generales de órdenes y ochocientos abades y priores, y los embajadores de los emperadores de Alemania y Constantinopla y de todos los reyes y príncipes cristianos. Y fue de los más célebres que en la iglesia haya habido. Estuvieron también presentes don Ramón conde de Tolosa y don Ramón su hijo, el conde de Fox y Pedro Bernaldo por razón de su mujer que era primogénita del conde de Tolosa. Fue adjudicado el condado de Tolosa en aquel concilio por determinación de todo él, al conde de Monforte; y diósele para él y sus sucesores con toda la tierra que se había ganado de los herejes del condado de Tolosa. Y prestó
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sacramento de homenaje y fidelidad al rey de Francia por las tierras que eran feudales como su feudatario (...)”. (61). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (267). Libro III. CAPÍTULO XXXIX. De la ida del rey a Mompeller y de lo que allí se trató entre él y los condes de Tolosa y de la Proenza. “(...) Los condes de Tolosa y de la Proenza visitan al rey en Mompeller. Y fuese el rey para Cataluña y de allí pasó otra vez a Mompeller a donde se vinieron a ver con él los condes de Tolosa y de la Proenza. Y se halla haber sucedido una cosa muy digna de memoria. Sentencia y declaración memorable que el rey con otros dos caballeros hicieron sobre el divorcio del conde de Tolosa. Esto fue, que por vía de declaración y sentencia, el rey don Jaime y Ramón Gaucelín señor de Lunel y un caballero que se decía Albesa, determinaron que el conde de la Proenza hiciese que la mujer del conde de Tolosa -que ellos llamaban la reina doña Sanchasobre la separación que se trataba con el conde su marido, pidiese delante de jueces delegados por la sede apostólica que se declarase entre ellos divorcio; y si no lo quisiese pedir la reina la echase el conde de la tierra de la Proenza a donde estaba y le quitase todo lo que le había dado y de allí adelante no la favoreciese. También se ordenaba en esta sentencia que el conde de Tolosa procurase cuanto en sí fuese, el divorcio; y en lugar del dote que tenía la reina del conde de Tolosa, se le diesen luego mil marcos de plata y ciento en cada un año durante su vida. 0o se sabe la causa de esta sentencia: pone el autor su conjetura. Esto se determinó en Mompeller a 5 del mes de junio del año 1241. Y los condes lo aprobaron en presencia del conde de Ampurias y de don Jimeno de Foces. Pero no se declara la causa de este trato; y cuanto yo conjeturo debió ser por casar al conde de Tolosa y excluir de la sucesión de su estado a Juana su hija, que estaba casada con don Alonso conde de Puytiers, hermano del rey de Francia, no obstante que era prima hermana del rey de Aragón y doña Sancha su tía. Y no puedo entender por qué causa la llaman en aquella concordia reina, sino fuese por la costumbre que había en aquellos tiempos que a las hijas de los reyes llamaban reinas aunque no fuesen legítimas, como lo escribe el arzobispo don Rodrigo de doña Teresa mujer del conde don Enrique de Portugal; y así también la madre del mismo 76
conde de Tolosa, que fue Juana, hija del rey Enrique de Inglaterra y hermana del rey Ricardo, hallamos haberse llamado reina (...)”. (62). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (341). Libro III. CAPÍTULO LXXIX. De la muerte de Juana condesa de Tolosa. “(...) [Estancia del rey en Torrellas.] Estuvo el rey por lo más recio del estío de año de 1271 en Torrellas, lugar de gran deleite y frescura a las faldas de Moncayo; y con algunos pocos caballeros de su casa que eran Oliver de Termens, Guillén de Pueyo, Armengol d'Urg, Bernaldo Guillén de Entenza y Jofre de Cruyllas, atendía a cosas de su deporte, viéndose más desembarazado y libre de novedades; aunque no pasaron muchos días que se movió gran disensión y contienda entre sus mismos hijos. Fundación del convento de Porta Celi en Valencia. En este tiempo, fray Andrés de Albalate obispo de Valencia que era natural de este reino y muy notable perlado, fundó en su diócesi a vista de aquella ciudad en el término que decían de Luyllen, un monasterio de la orden de cartuja que florecía en gran devoción en toda la cristiandad; y llamóse aquel convento Porta Celi, y es de los más antiguos que se fundaron en estas partes. Muerte del conde de Puitiers y su mujer, y sucesión de sus estados. Por el mes de agosto del mismo año del nacimiento de Jesucristo de 1271 fallecieron don Alonso conde de Tolosa y de Puitiers hermano del santo rey Luis de Francia y la condesa Juana su mujer sin dejar hijos; y el condado de Tolosa y otros estados quedaron al rey Filipo de Francia en virtud de la concordia que se tomó entre el rey Luis y el conde don Ramón de Tolosa padre de doña Juana, de que arriba se hace mención. Mandóse enterrar la condesa en un monesterio de monjas de Santa María de Garsius en la diócesi de París, de la orden de sant Agustín de los frailes de sant Víctor que ella y el conde su marido habían fundado. Dejó a Galceranda, hija de Amalrico vizconde de :arbona su primo, el castillo y villa de la isla de :avefin; y a otra hija del vizconde que se llamaba Margarita, que había sido mujer de Arnaldo Atón vizconde de Leomania, la ciudad de Cavillón para ella y sus sucesores; y a otro hijo clérigo del vizconde de :arbona otro castillo, y a Carlos rey de Sicilia y / (Página 342) conde de la Proenza y de Angeus y a sus hijos y de la reina doña Beatriz su prima, hija de don Ramón Berenguer conde de la 77
Proenza, toda la tierra y condado de Venexin que es el estado y señorío de Aviñón. En todos los otros estados y tierras de que podía disponer que eran los obispados Agennense, Cahors, Albi y Rodes, instituyó por heredera universal a Filipa su sobrina, hija del vizconde Arnaldo Atón y de Margarita su mujer, que estaba casada con Archimbaudo conde de Pieregorc; y dióle todo el derecho que pretendía en lo que ella y el conde de Tolosa su padre habían adquirido (...)”. (63).CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Jaime I: El rey del linaje griálico. Los primeros monarcas templarios de la Corona de Aragón anteriores a la constitución de la Orden del Temple en Francia”. ABACUS, revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial agosto 2012. Teosofía templaria: Símbolo y emblema (6/6). ISSN 1989-8800. www.baucan.org www.JaimeI,Elreyde linajegriálico(4).pdf Página 26. La casa templaria aragonesa-catalana. “(…) La casa templaria aragonesa-catalana comenzó con Ramón Berenguer IV, cuyo patrimonio real procedente de la corona de Aragón le fue aportado por el matrimonio con su esposa Petronila. Petronila o Peronella, fue sobrina del rey templario de Aragón, Alfonso I “El Batallador”, que dejó sus pertenencias a la orden del Temple y del Hospital (161). El padre de Petronila fue Ramiro II “El Monje” quién casó con la descendiente de la familia templaria del ducado de Aquitania, -que ya eraviuda-, Ines de Poitou, -hija del duque de Aquitania-, y prima hermana de Leonor, duquesa de Aquitania (162), -casada a su vez con Enrique II Plantagenet(163). Las relaciones político-familiares de Ramón Berenguer IV con Enrique II Plantagenet fueron intensas, pues ambos tenían intereses comunes, incluso ambos pertenecieron a la orden del Temple. Ramón Berenguer IV siguió la línea política familiar iniciado por Borrell II y seguida por Ramón Berenguer I, de apoyo al ducado de Aquitania frente a la genealogía capeta (164), hasta el punto de pactar con Enrique II Plantagenet, que el rey de Inglaterra, -y duque de Aquitania consorte-, dirigiese la tutoría del infante Pedro, hijo de Ramón Berenguer IV (165). La herencia materna de Provenza fue heredada por el hermano de Ramón Berenguer IV, Berenguer Ramón, hasta que en 1144, tras morir el conde de Provenza Berenguer Ramón, pasó a manos de Ramón Berenguer, sobrino de Ramón Berenguer IV, que llevaría el título de marqués de Melgueil, quién casó con Riquilda, sobrina del emperador Federico Barbarroja (166). Dulce, -hija de Ramón Berenguer IV-, casó en el año 1175, con el rey Sancho I de Portugal de cuyo matrimonio nacieron santa Teresa de Portugal, - reina de León- y la princesa, santa Sancha (167). Otro de los hijos de Ramón Berenguer IV, Sancho de Aragón y Barcelona, llevó el título de conde de Cerdaña, Provenza y Rosellón; que fue a su vez 78
padre de Berenguer de Barcelona, abad del monasterio de Montearagón (168)./ (Página 27) Colateralmente, Ramón Berenguer IV, fue cuñado de Alfonso VII de Aragón, casado con una hermana del monarca aragonés, llamada Berenguela (169). Berenguela y Alfonso VII tuvieron una hija llamada Sancha, que casó con Sancho de :avarra, y fueron los padres del rey de :avarra Sancho “El Fuerte” (170). Por su condición de templario, Ramón Berenguer IV, el rey realizó la donación del “Hortus Populetus” a la abadía cisterciense de Fontfroide, para que sus monjes se instalaran en territorio catalán. Fue la creación del monasterio de Poblet (171). Y un año después, concretamente en 1151, donó el lugar de Ambel y su castillo, a la orden del Temple (172). E igualmente, la condición de templario del rey Ramón Berenguer IV, quedó plasmada en un poema existente en un códice de la catedral de Roda, en el que su autor, realizó en nombre de Ramón Berenguer IV, una exhortación doxológica, en las que quedaron reflejadas las gestas del monarca (173). En el año 1162, moría Ramón Berenguer IV, quién dejó estipulado que fuese enterrado en el monasterio de Santa María de Ripoll (174). Alfonso II “El Casto”, también estuvo bajo la tutela de Enrique II Plantagenet (175), y de Ramón Berenguer III de Provenza (176). A lo largo de su reinado, controló la Provenza bajo el título de marqués (177), hecho que le ocupó más dedicación, que el propio reino de la corona de Aragón. Alfonso II se casó con Sancha de Castilla, hija del emperador de Castilla, Alfonso VII- (178), y fueron padres de Pedro II “El Católico”. Durante el reinado de Alfonso II, templario, -igual como su padre y abuelo paterno-, contribuyó con numerosas donaciones tanto con la orden del Temple, como con el Cister, hasta el punto de llegar a endeudarse (179). En 1190, Alfonso II, otorgó al monasterio de Santes Creus la franquicia e inmunidad de todas sus tierras y propiedades que el cenobio poseía en los términos de Tárrega y Mor (180). Ese mismo año, el rey otorgó igualmente al monasterio de Santes Creus, a perpetuidad, para la salvación de su alma y la de sus padres, 160 sueldos del dinero de los primeros réditos de sus molinos de Tarragona (181). Un año después, en 1192, donó también a Santes Creus a su vasallo Ramón Joan de Montblanc y todas sus propiedades y pertenencias (182). Ese mismo año, el rey de Aragón confirmó la donación de unas casas en Lérida, a Santes Creus, que su vasallo Ponç Panicer había otorgado en testamento (183). En 1194, Alfonso II donó al abad Hugo, de Santes Creus, talleres ubicados en los suburbios de Barcelona, en la trapería, delante del mercado (184), y a continuación, ese mismo mes de enero, los intercambió con el maestre del Temple, Ponç Rigal, por otros bienes que le interesaban (185). Y por último, en 1196 donaba a la Orden del Temple en perpetuidad las fortalezas árabes de Xivert y Oropesa, con sus términos y pertenencias (186). Ese mismo año moría en Perpiñán, el 25 de abril (187). / (Página 28) Pedro II “El Católico”, fue un monarca templario como sus 79
antepasados, motivo que le llevó a apoyar en la reconquista, a otros reyes igualmente templarios, como lo fue Alfonso VIII de Castilla (188), tío materno de Pedro II (189), casado con la también templaria, Leonor Plantagenet -hija de Enrique II y Leonor de Aquitania- (190). En el año 1200, el monarca aragonés otorgó a la milicia del Temple la cantidad de 25 sueldos anuales que percibía de la carnicería de Barcelona (191). En febrero de 1203, Pedro II concedió a perpetuidad al abad de Santes Creus, Bernat d´Àger, en nombre del monasterio, unas cantidades de maíz procedente de las tierras del rey, en Puigconill, término de Tárrega (192). Unos cuantos años más tarde, concretamente en 1211, de nuevo, Pedro II donó a Santes Creus para la salvación del alma de su padre, el rey Alfonso II, la cantidad de 20 sueldos sobre diferentes tierras situadas en la partida de La Romaguera del término de L´Arboç (193). Estuvo tan implicado en la reconquista del territorio, que fue él quién - además de militar en la orden del Temple- fundó la orden de San Jorge de Alfama, en 1201 (194). Entre los familiares directos de Pedro II, se hallaban los representantes de las casas templarias occitanas: Alfonso, hermano de Pedro II, llevó el título de conde de Provenza. Leonor, hermana del rey aragonés se casó con Ramón VI, conde de Tolosa (195). Su hermana Sancha se casó con Ramón VII, hijo de su cuñado Ramón VI, conde de Tolosa y a su vez fueron suegros de Alfonso de Poitiers, que a su vez fue hermano del rey de Francia (196). Fernando, hermano de Pedro II, fue abad del monasteriofortaleza templario de Montearagón. Dolça profesó como religiosa del monasterio de Sigena que había fundado su madre. Y Constanza se casó con Aymerigo de Hungría (197), en primeras nupcias, y en segundas, con el emperador Federico II, de Sicilia. Ahora bien, Sancho, conde del Rosellón era tío de Pedro II (198). Por otro lado, Pedro II tuvo una hija ilegítima llamada Constanza, casada con el vizconde de Bearn, que falleció en Palma de Mallorca (199). María de Montpellier, fue la esposa repudiada por Pedro II, y madre de su hijo Jaime I “El Conquistador”. María nació en 1182, fruto del matrimonio entre Guillermo VII de Montpellier y Eudoxia, hija mayor del emperador Manuel Connemo, y de Matilde de Antioquía. Su abuelo materno fue Raimundo de Poitiers. Se casó en el año 1194 en primeras nupcias con el vizconde de Marsella, que falleció en 1197. Tras enviudar, María fue casada en segundas nupcias con Bernardo IV, conde de Cominges, con quién tuvo dos hijas –Matilde y Petronila-. Y cuyo matrimonio fue declarado nulo. En 1204, María de Montpellier, contrajo terceras nupcias con Pedro II de Aragón (200). Jaime I “El Conquistador”, fue igualmente un monarca templario, educado por templarios (201), poseedor por herencia paterna y materna de numerosos derechos sobre los territorios del Languedoc: Carcassona, Agda, Foix, Besiers, / (Página 29) :imes, Albí, Rasès, Lauraguès, Termenès, Minervès, Sault, :arbona, Tolosa, Gavaldà, Carcí, Roega, 80
Millau, Fenolleda, Queribus, Perapertusa, Puig-Llorens o Puy-Laurens i Castell-Fisel, a los que tuvo que renunciar en 1258 por el tratado de Corbeil, obteniendo a cambio derecho sobre los condados de: Barcelona, Urgell, Besalú, Rosselló, Conflent, Cerdanya, Empúries, Girona i Osona. Las únicas posesiones que “El Conquistador” pudo conservar en el Languedoc fueron Montpelier, el vizcondado de Carlat y la baronía deOmeladès (202). Jaime I se casó en primeras nupcias con Leonor de Castilla, con quién tuvo un hijo, Alfonso, quién falleció antes que su padre, en 1260 (203). Más tarde repudió a su primera esposa, para casarse en segundas nupcias con Constanza de Montcada. De nuevo, Jaime I, se casó en terceras nupcias con Violante de Hungría, con quién tuvo numerosos hijos (204). A Hernando o Fernando (1245-1250), tercer hijo de Violante, el rey le dejó en testamento el condado de Rosellón, Conflent, Cerdaña, señorío de Montpellier y Castelnou, castillos de Lates y Frontiñán, en Omelades con el derecho que tenía el rey en el condado de Melgor, Monferrer, Paylla, Lupiñán en el Carcases y Termens, y en el Rodez, Fenollaces, Gavaldán y en el condado de Aymillán (205). Una vez fallecido Hernando, Jaime I dejó al infante Pedro todas las tierras del Cinca a Salsas (entre ellas Rosellón, Cerdaña, Conflent y Vallespir (206). Al infante Jaime le dejó la villa de Montpelier, Baleares y Valencia (207). :o satisfecho el rey con el reparto de su herencia, renovó sus testamentos en varias ocasiones (208). Tras la muerte de Violante de Hungría, Jaime I ya no volvió a contraer matrimonio, pero si tuvo una serie de relaciones sentimentales que le aportaron nuevos hijos ilegítimos: Teresa Gil fue la madre de Jaime, señor de Jérica, y a Pedro, señor de Ayerbe. Guillema de Cabrera fue madre de Fernán Sánchez, a quién dio la baronía de Castro. Berenguela Fernández fue madre de Pedro Fernández, señor de la baronía de Híjar (209). Y Berenguela Alfonso, -hija del infante Alfonso de Molina-, no le dio descendencia. Durante el periodo en que el monarca aragonés y mallorquín rehizo varias veces su testamento encargó una copia de la “Gesta Comitum Barcinonensium”, realizado a mediados del siglo XI (210). La pregunta es ¿para qué lo encargo el rey Jaime I? ¿Sería para ratificar su origen genealógico frente al linaje de los Capeto, con los que la casa condal de Barcelona, y posteriores monarcas de Aragón estuvieron enfrentados durante doscientos años? (211). ¿Sería para ratificar su linaje griálico frente a las monarquías de los Plantagenet que ya lo estaban realizando mediante el encargo de las novelas griálicotemplarias?¿Pretendía el rey Jaime I que fuese reflejada su genealogíatemplaria y enlazarla con su genealogía griálica? Lo cierto es que uno de susdescendientes, -el rey Martín el Humano- profundizó en su genealogíaencargando el “Rollo genealógico de la Corona de Aragón”, que se conserva enla biblioteca del monasterio de Poblet, y que contenía las genealogías desde Wifredo I el Velloso, Wifredo II, Mirón, Senifredo, 81
Borrell, Ramón Borrell, / (Página 30) Berenguer Ramón I, Ramón Berenguer I, Ramón Berenguer II, RamónBerenguer III y Ramón Berenguer IV, más los ocho condes reyes: Alfonso II el Casto, Pedro II el Católico, Jaime I el Conquistador, Pedro III el Grande, Alfonso III el Liberal, Jaime II el Justo, Alfonso IV el Benigno y él mismo Pedro IV el Ceremonioso (212). En el contenido genealógico se pretendía mostrar elprincipio de legitimidad en que se basaba la unión de sus estados en la personadel monarca y en la institución de la corona (213). La iconografía del rollo de Poblet indica que tanto Jaime I como Martín el Humano tuvieron conocimiento de su ascendencia griálica. La emblemática que ilustra el rollo refleja las figuras reales de los personajes con un orbe, o pomo en la mano, símbolo de la deidad. Un emblema que fue transmitido desde la Protohistoria para identificar a la entidad divina, símbolo y emblema que fue adoptado con posterioridad por la Iglesia Católica (214). La corona real, símbolo de la sangre real. Refiriéndose a la sangre real transmitida desde la base que fue José de Arimatea, a través de los linajes reales de sus descendientes bretones, y carolingios, que entroncaron con las casas reales de Inglaterra, Francia y España (215). Y el cetro y la espada, símbolo el primero de la justicia, y el segundo de la transmisión del secreto del “Conocimiento de Dios”, como casa templaria (215) (…)”. (64). DÍAZ CELAYA, Fernando. “Los Templarios, sus orígenes y su misterio. Las cruzadas. Los grandes Mestres, el imperio y el papado. Los reyes de Jerusalén. Con un glosario de términos y personajes”. Madrid. Acento Editorial. 1996 (2ª edición: octubre). Digitalizado por Warlok 72. Febrero 23 de 2003.www.templarios.pdf Página 33-34. Jaime I. Relaciones con cátaros. “(…) Pero el monarca más representativo de todos los reyes que trabaron relaciones con los templarios en la península Ibérica, pues también los hubo en Portugal y Castilla-León, fue Jaime I el Conquistador, rey de Aragón y Cataluña (1213-1276), soberano ilustrado y culto, cuyas miras políticas y sociales superaban con mucho las de los reyes de su época y, según algunos, comparable a la figura del mítico Federico II Staufen en su visión del mundo, ecuménica y universalista. Al igual que Federico, Jaime I fue entregado a la custodia del Temple desde niño, por disposición de su madre, la condesa María de / (Página 34) Montpellier, hija de la princesa Eudoxia de Bizancio, que a su vez era hija del emperador Manuel Commeno. Los templarios educaron al monarca, pese a que, como es sabido, la regla impide a la orden ocuparse de la minoría de sus caballeros. :o obstante, ya se convirtiera o no el rey en perfecto caballero templario, el Temple estaba interesado en la educación del príncipe, que, como Federico II, mantuvo a lo largo de su vida el 82
anhelo de la conquista del mundo y su pacificación, la preocupación por la educación y el bienestar de sus súbditos y la idea de una misión superior, universalista, que trascendía las fronteras de sus reinos. Jaime I no sólo estuvo en relación estrecha con los templarios, sino que mantuvo estrechos contactos políticos y culturales con el Languedoc y la Provenza y rodeó al infante Jaime, su hijo, al que hizo rey de Mallorca, de consejeros pertenecientes a familias cataras, con lo que el catarismo y los templarios se extendieron por la isla. En 1262 casó al infante Pedro, su primogénito, con la princesa Constanza Hohenstaufen, hija del rey Manfredo de Sicilia y nieta del emperador Federico II: sus herederos recuperarían en Sicilia los derechos dinásticos de los Hohenstaufen, arrojados de su reino por la Casa de Anjou y la voluntad del papa. El rey Jaime conquistó Mallorca y Valencia a los sarracenos y se preció siempre de respetar en sus reinos los credos y todas las formas religiosas de las que se reviste la fe (…)”. (65). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “La pervivencia templaria en Menorca tras la supresión de la Orden: La escultura templaria bafomética de la isla de Menorca: Ciudadela, Mercadal y Alayor”. ABACUS, Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: abril 2012. El filo de la esencia. De la gloria al descenso a los infiernos. Número conmemorativo.700 años del fin de un mito. ISSN 19898800. www.LapervivenciatemplariaenMenorca.pdf www.baucan.org Página 22. Cátaros en Ciudadela. “(…) Si a priori puede parecer sorprendente la existencia templaria en Menorca, más que demostrada. Más sorprendente resulta la existencia de ocho individuos cátaros en Ciudadela, durante el reinado del rey Jaime III de Mallorca. Lo cierto es que la existencia cátara aparece reflejada en el año 1345, en Ciudadela. Los documentos no amplían mucho los conocimientos sobre la comúnmente denominada “heregía” albingense o cátara, ni en qué momento llegaron los cátaros a la isla de Menorca, ni cómo, ni con quién. Pero aparecen relacionados con el caballero Ferrer de Montpalau, que fue investigado por la / (Página 23) Inquisición, a instancias del rey de Aragón, que era el suegro de Jaime III de Mallorca. La investigación fue dirigida por Guilabert de Corbera, gobernador de Menorca (84): “(…) El 18 de enero de 1345, los jurados de la isla dan cuenta en presencia de todo el consejo municipal reunido en la iglesia de Santa María de Ciudadela, a Guilabert de Corbera, gobernador de la existencia de conciliábulos sospechosos de traición al rey de Aragón y solicitan una inquisición. El gobernador, que está presente con el juez de Menorca Simó Garau y el notario de la curia real Pere de Contamina, procede a realizarla (…)”. 83
Los cátaros menorquines aparecen designados con la denominación de “bons homes”, adjetivo por el que también fueron conocidos (85): “(…) Bé son VIII Bons homens de la isla de Manorcha que. l dit Guilabert té en enquestes, que bé ha VIII meses que I scrivà no fa sino enquestes secretes contra aquells que (9) mes saben en les feines del dit Guilabert (…)”. De ellos, la investigación señala que se ocupaban de labores de correo para el caballero Ferrer de Montpalau (86): “(…) XX. Posiciones de la primera acusación de Ferrer de Montpalau. 1345, enero, 18, 1345. Davant vos, en Gilabert de Corbera, portant veus de governador en la illa de Menorca per lo nostre senyor rei d´Aragó i de Mallorques. (…) E com vos, senyer, fos vengat en la villa de Ciutadella e parlàs ab tots els prohomens e intràs per un portal e isquès per l´altre qui ere pues luny, cerquen la vila, e tots los bons homens de la terra obeiranvos e acompanyaven-vos com a missatger de lur senyor. Proceso ff. 9v-11 (…)”. (66). GRAU TORRAS, Sergi. “Cuando los Pirineos no eran frontera”. Publicado en: SAVALL, Jordi. “Le Royaume Oublié. La croisade contre les albigeois. La tragédie cathare”. Barcelona. La Capella reial de Catalunya / Hespèrion XXI. 2009. Página 226-227. Página 226. “(…) Durante el reinado de Jaime I (1213-1276) se realizó la ofensiva más importante contra la herejía. El 26 de mayo de 1232 Gregorio IX emitió la bula Declinante en la que ordenaba a Espàrrec de la Barca, arzobispo de Tarragona y a todos los obispos de las diócesis sufragáneas –Girona, Urgell, Tortosa, Lleida, Elna y Barcelona entre otras- para que procediesen contra los herejes y contra los que les protegiesen o / (Página 227) encubriesen de acuerdo con los estatutos promulgados por el mismo papa. Dos años después, Ramón de Peñafort impulsó la asamblea eclesiástica reunida el 7 de febrero de 1234 en Tarragona con Jaime presente donde quedaron establecidas las bases de la inquisición catalana medieval. En ellas se decretaba que “ninguna persona laica se atreva a discutir sobre la fe católica, ni pública ni privadamente. Quién contradiga esto, que sea excomulgado por su obispo y, si no cumple la condena, que sea tenido como hereje”. Una vez definido el marco legislativo, Inocencio III impulsó en el IV Concilio de Letrán (1215) las órdenes de predicadores para contrarrestar la influencia de la herejía; dominicos y franciscanos visitaban los lugares sospechosos de herejía para entregar los culpables al brazo secular, el encargado de ejecutar la sentencia. Durante dos años, un grupo de valdenses convertidos de nuevo al catolicismo, conocidos como los Pobres Católicos cuyo prior fue Durand de Huesca, se instalaron en distintas ciudades europeas y en Elna 84
(Rosellón) establecieron una escuela que dejó una importante producción escrita contra la herejía. Los primeros procesos inquisitoriales empezaron poco después de la creación de la inquisición. En Urgell la situación llegó a ser tan delicada que fue necesario un concilio reunido en Lleida en 1237 organizado por el obispo de Urgell Pons de Vilamur para obligar al conde de Foix a permitir la entrada de la inquisición en esta región que terminó con un total de 78 inculpados y dos casas derruidas. Durante esos años se realizó inquisición en Puigcerdá y también en Tarragona donde hubo varias condenas. Un informe del inquisidor Guillem Clergue sobre la región de Berga determinaba que “pocs albergs avie en Gosol que no i tingues sin eretges” y también “dix que d´aquels bos homes, que n´avie a Solsona e a Agramunt, e a Lerida e a Sanauia e a la Sed en la muntania de Prades”. En1258 el inquisidor Pere de la Cadireta condenó credens hereticorum a Ramón de Josa póstumamente. Once años más tarde el mismo inquisidor declaraba hereje a Arnau de Castellbó que había muerto cuarenta años antes y, también a su hija Ermessenda y, ordenaba exhumar sus cuerpos y expulsarlos del cementerio de Santa María de Costoja (…)”. (67). SAVALL, Jordi. “Le Royaume Oublié. La croisade contre les albigeois. La tragédie cathare”. Barcelona. La Capella reial de Catalunya / Hespèrion XXI. 2009. Página 513. CD3. Persecución, diáspora y fin del catarismo 1229-1463. VI. La Inquisición: persecución de los cátaros y erradicación del catarismo. 1230-1300. 4. Bulla Ad Extirpanda. Ley 4. “(…) Los así nombrados podrán y deberán capturar a los herejes y las herejes y, apoderarse de sus posesiones y, hacer que otros se apoderen de ellas y, se encargarán tanto en la ciudad como en toda su jurisdicción (…)”. (68). SAVALL, Jordi. “Le Royaume Oublié. La croisade contre les albigeois. La tragédie cathare”. Barcelona. La Capella reial de Catalunya / Hespèrion XXI. 2009. Página 513. CD3. Persecución, diáspora y fin del catarismo 1229-1463. VI. La Inquisición: persecución de los cátaros y erradicación del catarismo. 1230-1300. 4. Bulla Ad Extirpanda. Ley 6. “(…) Las declaraciones de los mencionados funcionarios serán fielmente aceptadas en cualquier asunto relativo a su cargo, en especial, al mencionado juramento; no se permitirán las pruebas tendentes a lo contrario (…)”. 85
(69). SAVALL, Jordi. “Le Royaume Oublié. La croisade contre les albigeois. La tragédie cathare”. Barcelona. La Capella reial de Catalunya / Hespèrion XXI. 2009. Página 513. CD3. Persecución, diáspora y fin del catarismo 1229-1463. VI. La Inquisición: persecución de los cátaros y erradicación del catarismo. 1230-1300. 4. Bulla Ad Extirpanda. Ley 25. “(…) La autoridad o gobernante obligará a confesar sus errores a todos los herejes que tenga detenidos, siempre que lo haga sin disminución de sus miembros ni peligro de muerte, como a los delincuentes, los asesinos de almas y ladrones de los sacramentos de Dios y la fe cristiana, así como a hacer públicos sus errores y a acusar a otros herejes que conozcan (…)”. (70). SAVALL, Jordi. “Le Royaume Oublié. La croisade contre les albigeois. La tragédie cathare”. Barcelona. La Capella reial de Catalunya / Hespèrion XXI. 2009. Página 513. CD3. Persecución, diáspora y fin del catarismo 1229-1463. VI. La Inquisición: persecución de los cátaros y erradicación del catarismo. 1230-1300. 4. Bulla Ad Extirpanda. Ley 26. “(…) Y también la casa en la que el hereje, hombre o mujer, sea descubierto será destruida sin esperanza de reconstrucción; / (Página 517) a menos que sea el dueño de la casa quién haya propiciado el descubrimiento de los herejes. Y si el dueño de la casa posee otras casas en el mismo vecindario, todas las demás casas será de igual modo destruido (…)”. (71). SAVALL, Jordi. “Le Royaume Oublié. La croisade contre les albigeois. La tragédie cathare”. Barcelona. La Capella reial de Catalunya / Hespèrion XXI. 2009. Página 517. CD3. Persecución, diáspora y fin del catarismo 1229-1463. VI. La Inquisición: persecución de los cátaros y erradicación del catarismo. 1230-1300. 4. Bulla Ad Extirpanda. Ley 27. “(…) Todo el que sea descubierto dando a un hereje, hombre o mujer, consejo, ayuda o favores, además de los castigos debidamente mencionados más arriba y más abajo por la misma ley, será declarado infame a perpetuidad. Quienes presten oídos a las falsas doctrinas de los herejes serán castigados como los herejes (…)”. (72). ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL. DIVERSOS Y COLECCIONES. “CÓDICE 596. Cartulario de escrituras pertenecientes a la encomienda del Torrente de Cinca, de la cual es cabeza Villalba. Orden de San Juan de Jerusalén. Años 1174-1384. Letra del siglo XV”. Madrid. Ministerio de Cultura. Archivo Histórico Nacional. 2005. 86
“Cartulario escrito en vitela, que contiene diferentes Bulas Apostólicas y privilegios Reales. Donaciones y otros Documentos pertenecientes a las Encomiendas, bienes, y derechos que fueron del Orden y Milicia del Temple. Y hoy corresponden a la Ínclita y Sagrada Religión del Hospital de San Juan de Jerusalén”. “Índice alfabético de los Reynos, Provincias y Pueblos de que se hace mención en el presente cartulario. Los números son los que corresponden a los de la margen del extracto y este señala la página, y el número que ocupa en el dicho cartulario”. Sin paginar. Extracto y cronología de las Bulas Apostólicas que contiene el presente cartulario leimosino. Sicilia º 84. “(...) 1245... Otra Bula del Papa Inocencio IV, expedida en el Concilio General de León de Francia, excomulgando, y deponiendo del Imperio de Alemania a Federico II por sus enormes excesos, y particularmente por perjuro, faltando muchas veces a la paz que había jurado: por sacrilegio, encarcelando cardenales, prelados, personas eclesiásticas, y religiosas, y también seglares inhumanamente; por sospechoso de herege, con graves fundamentos; y por no pagar a la silla Apostólica el feudo que era obligado por el Reyno de Sicilia. :o expresa el año; pero consta de muchos documentos, y memorias haber sido en el de 1245. :úmero 119. Página 153 (...)”.ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (349). Libro III. CAPÍTULO LXXXVI. De la ida del rey al concilio que el papa Gregorio décimo celebró en León en el reino de Francia, y de las condiciones que se trataron para reconciliar la nación de los griegos a la iglesia católica romana. Concilio de Lión. “(...) Recibimiento solemne del rey en León de Francia. Continuó el rey su camino y fue a Mompeller a donde se detuvo ocho días, y de allí se fue la vía de León. Estando en Viena llegaron ciertos embajadores del papa con quien le enviaba a rogar que se detuviese un día en un lugar que está a tres leguas de León que se dice sant Safornín, porque quería que se le hiciese el recibimiento conforme a quien él era. Entró el rey en la ciudad de León y a una legua de ella salieron a recibirle todos los cardenales y el gran maestre del Temple y Juan Grili y Guillén de Rosellón a quien el papa había encargado la guarda y gobierno de aquella ciudad, y muchos perlados y barones que allí eran venidos y toda la corte romana. Y entró en el palacio 87
del papa a le hacer reverencia, y fue de él recibido muy graciosamente. El concilio de León, famoso entre las congregaciones que en la cristiandad ha habido. Las causas que para él hubo y algunas cosas muy particulares de la reducción de la iglesia griega a la romana. Hubo en este concilio según se refiere en la historia del rey- entre patriarcas, cardenales, arzobispos y perlados en número de quinientos. Y porque fue una de las más señaladas y famosas congregaciones que en la cristiandad ha habido y el rey se halló en ella, no será muy ajeno de este propósito escribir las causas que precedieron, con algunas particularidades que por otros autores no han sido referidas, cuanto a la reducción de la iglesia griega con la iglesia católica romana, que fue negocio tan deseado por la universal iglesia. Cuando Miguel Paleólogo ocupó el imperio de Constantinopla y se apoderó de él destruyendo y acabando la sucesión del emperador Teodoro Láscaro, tras este suceso echó al emperador Balduíno descendiente de la casa de Francia, cuyos predecesores cincuenta y cinco años le habían tenido después del primer Balduíno conde de Flandes. Y por la pretensión en que se fundaba como legítimo sucesor y propinco pariente de los príncipes griegos sus predecesores en aquel imperio se llamaba rey y emperador de los romeos, Comneno, Duca, Angelo, Paleólogo. Este príncipe, después de tener muy fundadas las fuerzas del imperio por inspiración divina, según él quería dar a entender, o lo más cierto, para asegurarse en el imperio que había usurpado contra el poder y fuerzas del rey de Francia que favorecía la causa de Balduíno, siendo Urbano cuarto sumo pontífice dio grande esperanza de unirse con la iglesia católica: declarando que desde su mocedad había deseado ver unida la iglesia griega con la latina / (Página 350) debajo de un pastor universal, y que aquello codiciaba mucho más después que tenía asentadas las cosas de su imperio y estado. Y en el año de 1262 envió sus embajadores con promesa que él y todo el imperio griego se querían unir con la sede apostólica romana. Entonces envió el papa un religioso llamado Simón de Alvernia y otras personas de letras y santa vida para que tratasen con él y entendiesen cómo sentía de los artículos de la fe y en los ritos y ceremonias de la iglesia católica, y platicasen de concordar al emperador e imperio griego con la sede apostólica. Mas no se conformó en lo que se le pedía como quisieran aquellas personas religiosas; y por esta causa no se procedió entonces más adelante en este tratado. A Urbano sucedió Clemente cuarto, en cuyo tiempo Paleólogo envió sus embajadores 88
a la sede apostólica. Y fueron primero en secreto oídos por el pontífice y después se les dio pública audiencia ante el consistorio de cardenales, y dio lugar el papa que algunas personas insignes del sacro colegio confiriesen con ellos no por vía de contención o disputa, sino por palabras sencillas y consonas a la verdad evangélica, cerca de los artículos y doctrina de nuestra santa fe católica, porque se discurriese entre ellos familiarmente y comunicasen por qué medios y modos se podría conseguir este fin tantas veces movido y nunca llevado a buena conclusión. Las personas que fueron nombradas por el papa venían en ciertos medios que pedía el colegio que ellos firmasen y se obligasen de cumplir; y fue rehusado por los embajadores diciendo que no tenían poder ni comisión del emperador para otorgar aquello que se les pedía. Carta notable de Clemente cuarto a Paleólogo emperador griego. Después el papa escribió a Paleólogo clara y abiertamente por estas palabras: que si deseaba sana y sencillamente venir a la unión de la iglesia y ser recibido en ella él y clero y pueblo y nación griega, había de profesar todo aquello que la iglesia romana firmemente tiene y fielmente enseña, constantemente predica y públicamente profesa; y había asimismo de reconocer el primado de la iglesia romana. Con esto le envió en escrito los artículos de la fe que habían de profesar, proveyendo de algunas personas de grandes letras y doctrina con quien el clero y pueblo griego pudiesen comunicar para que en sus dudas fuesen satisfechos y confirmados en la verdadera opinión; exhortándole en Jesucristo que diligentemente considerase la gloria y mérito que conseguía y cuánto ensalzaba su nombre, si por su medio aquella nación se redujese a la obediencia del universal pastor. Ofreciendo que si viniese al verdadero conocimiento y unión de la fe, y él y su clero y pueblo la profesasen y se pusiesen debajo de la obediencia de la iglesia romana, se procuraría vínculo de amistad y concordia perpetua entre los latinos y griegos; desengañándole manifiesta y llanamente en sus letras que por razón o respeto que le hubiese movido a este tratado de la unión, no podría faltar en su justicia a las personas que pretendían ser de él agraviadas en lo que tocaba al derecho de la sucesión del imperio griego, que se querellaban ser despojados por él violentamente; ni desistiría de proseguir tan grande negocio como éste de la unión por otras vías cuales el Espíritu Santo le ministrase que conviniesen al bien universal. En estos términos estaba el tratado de la unión de la iglesia griega, cuando falleció el papa Clemente sin haber procedido más adelante en él. Petición del 89
emperador griego a sant Luis rey de Francia. Pasaron casi dos años que no se hizo elección de sumo pontífice, y en este medio envió Paleólogo con sus embajadores a decir al rey Luis de Francia que deseando él y todo el clero y pueblo de su señorío reducirse a la obediencia de la iglesia romana y unirse en la profesión de ella si los admitiesen, habiendo diversas veces enviado sus embajadores a los pontífices pasados, no se había conseguido su deseo. Y pedía con gran eficacia que el rey interpusiese sus partes en un negocio tan santo hasta llevarlo a debida conclusión; ofreciendo que lo dejaría a su determinación e inviolablemente guardaría lo que él ordenase y dijese. Entonces estando el rey Luis para pasar con su armada a África contra los infieles, envió al colegio de cardenales que estaban juntos en Viterbo, dos religiosos de la orden de los frailes menores llamados Eustasio de Atrebato y Lamberto de Cultura pidiendo que pues en defecto de sumo pontífice incumbía al consistorio y colegio de cardenales sede vacante, proseguir negocio tan grande en aumento de la religión, proveyesen solícitamente lo que cumplía para reducir la iglesia griega a la unión de la sede apostólica romana / (Página 351) Comisión del colegio de cardenales en sede vacante al obispo Albanense legado apostólico, para que reciba a los griegos a la iglesia. El colegio, entendida la instancia que Paleólogo hacía, por el mes de marzo de 1270 cometió al obispo Albanense legado de la sede apostólica en Asia, que admitiese por la orden que el papa Clemente había declarado al emperador, clero y pueblo griego a la profesión de la fe católica, y recibiese de ellos el reconocimiento que habían de hacer del primado de la iglesia romana; y mandando congregar concilio de su nación e imperio, en él el emperador, patriarca de los griegos, y los arzobispos, obispos, archimandritas, abades y todo el clero y pueblo de los griegos públicamente lo aceptasen y reconociesen por escrito, jurando que inviolablemente lo guardarían y que de ella en ningún tiempo discreparían o desviarían so pena de cismáticos, sometiéndose a la obediencia de la santa madre iglesia. Allende de esto fue proveído que el clero prestase manual obediencia y reverencia, y con juramento prometiesen de no se apartar nunca de ella, ni atentasen pública o secretamente de decir o predicar cosa que fuese contra la profesión que harían; y enviasen algunas personas idóneas por los lugares principales de aquel imperio que recibiesen y admitiesen la profesión y obediencia, y de ella constase por instrumentos públicos y auténticos. Elección del Papa Gregorio décimo y diligencias que hizo en la reducción de los griegos. 90
Mas por muerte del legado no se pudo aquello entonces efectuar, y en el mismo año se hizo elección del papa Gregorio décimo que también fue legado por la sede apostólica en Asia. Vuelto a Italia, al principio de su pontificado propuso de proseguir el negocio de la unión; y porque con mayor color se concluyese, envió desde la ciudad de Orbieto a Paleólogo cuatro personas religiosas muy señaladas en vida y letras entre los más famosos de aquel siglo, que eran de la orden de los frailes menores. Estos fueron fray Jerónimo de Esculo ministro general de la misma orden que después fue creado pontífice y se llamó :icolao cuarto, Ramón Berenguer, Bonogracia de Sant Juan y Buenaventura de Mugello, para que ante ellos se hiciese la profesión y reconocimiento. Y mandó congregar concilio general de la iglesia católica en la ciudad de León en Francia para el 1º de mayo de este año, para tratar en él de la reducción de los griegos a la unión de la iglesia, y proveer de socorro a la tierra santa y entender en la general reformación del clero y pueblo cristiano. Para esto, porque por ocasión de la guerra que Paleólogo tenía con Balduíno emperador de Constantinopla a quien se daba gran favor por Carlos rey de Sicilia, no se embarazase ni estorbase de llegar a la conclusión de este santo negocio, y por vía de paz se concluyese, pusieron treguas entre ellos de cierto tiempo. Germano primero patriarca de Constantinopla, se hace monje. Entonces se acabó de declarar Paleólogo querer reducirse por medio de estas personas religiosas que el papa le envió. Y vinieron a León por embajadores en su nombre y de todo el imperio, Germano -que fue primero patriarca de Constantinopla y dejada aquella dignidad se hizo monje, persona muy conjunta en parentesco a Paleólogo, a quien tenía gran reverencia y respeto porque había sido su ayo y maestro- y Georgia Acropolita logotheta, y Teófanes metropolitano niceno y primado de Bitinia, y :icolás Paneretha camarero del imperio y Georgio Zinuchi, personas de gran autoridad y los principales en su casa e imperio. Redúcense los griegos a la fe y envían a hacer obediencia al papa; por quién y cómo. Y con ellos envió en escrito la profesión de los artículos de la fe, como la iglesia católica los tiene y predica, y el reconocimiento del primado de la iglesia romana que hacían él y Andrónico su hijo primogénito - que ya en este tiempo le era compañero en el imperio y usaba de los mismos títulos- y veintiséis metrópolis sujetas al patriarcado de Constantinopla con todo el clero griego. Y después en Constantinopla fue por el emperador y Andrónico personalmente ante los nuncios 91
apostólicos repetido este juramento por el mes de febrero de este mismo año: que fue según la cuenta que los griegos traían de la creación del mundo, 6782, de que usaban en sus instrumentos y memorias. Josefo, patriarca de Constantinopla, rehusa la profesión de la le, por lo cual le suspenden los mismos griegos de la dignidad hasta que la hizo. Mas entonces no pudo ser atraído Josefo patriarca de Constantinopla a que hiciese esta profesión y reconocimiento; y fue suspendido por / (Página 352) los mismos griegos del ministerio y dignidad de patriarca y recluído en un monesterio de la ciudad de Constantinopla. Y después en tiempo del papa :icolao cuarto hizo la misma profesión y reconoció el primado y abjuró la cisma ante el sínodo que por esta causa celebraron los griegos. En nombre del emperador hizo la abjudación públicamente Georgio Acropolita en este concilio de León. Causa porque se hizo sospechosa la reducción de los griegos. Pero nunca pidieron relajación el patriarca, perlados y clero sobre la irregularidad en que habían incurrido interviniendo en los divinos oficios, siendo promulgadas sentencias de excomunión como contra cismáticos, ni pidieron confirmación a la sede apostólica de las prelacías que tenían. Y por esta causa se tuvo por sospechosa su reconciliación. Exención de las iglesias de Antioquía, Chipre y Hierusalem. Solamente se platicó que en lo que tocaba a las iglesias de Antioquía, Chipre y Hierusalem se declarase que pacíficamente cada pastor gobernase sus ovejas en su iglesia y no tuviese el latino jurisdicción sobre el griego ni el griego sobre el latino; y sin lite alguna se confiriesen las rentas eclesiásticas, de tal suerte que si en alguna iglesia hubiere perlado latino por su muerte fuese creado otro latino, y de la misma manera a donde los perlados eran griegos. Propúsose de parte de Paleólogo que se redujesen en el primer estado las diócesis de la Servia y de la tierra Zagora que sin autoridad del sumo pontífice después que Constantinopla fue tomada, habiendo gran confusión en aquel imperio y estando muy turbadas las cosas de él, concurriendo los búlgaros y servianos juntamente con los griegos para echar y destruir los latinos, por esta causa se mezclaron aquellas naciones entre sí; y siendo entre ellos comunes los matrimonios y casi una misma gente, erigieron la Servia en metrópoli y la tierra Zagora en patriarcado contra los cánones y costumbres de la iglesia como sin voluntad de la sede apostólica; ni pudiese ser creado patriarca ni conferida dignidad eclesiástica alguna. Y era notorio que el emperador Justiniano por ennoblecer y honrar la ciudad 92
de Achulayn que era su patria -y se llamó de su nombre Justiniana-, muy famosa y principal por esta causa entre todas las ciudades del Ilirio, obtuvo del papa Vigilio que constituyese la iglesia de ella en primado; y le fueron entonces señaladas y atribuídas por diócesis la Servia y tierra Zagora -que en lo antiguo eran las provincias de la Dacia mediterránea y ripense, Dardania, Mysia superior y Pannonia- cuyos obispos eran sufragáneos suyos. Y en esto mostró Paleólogo desear reformación y remedio de la sede apostólica porque aquello volviese al primer estado como en tiempo de Justiniano estuvo. Piden los griegos les dejen sus ceremonias en lo que no encuentren con la fe; y se les concede. Pidieron también en este concilio que se les consintiese que en la iglesia griega quedasen los ritos y ceremonias que ellos tenían, que no eran contra la fe ni contra lo estatuído por los testamentos viejo y nuevo, ni contravenían a la doctrina de los sacros concilios universales. Pero a esta demanda se les ofreció que se les permitirían aquéllas que no pareciesen empecer por ninguna vía a la integridad de la fe católica. Ofrece Paleólogo al papa largo socorro para la expedición de la tierra santa. Y cuanto al socorro que el emperador Paleólogo había de hacer para expedición del pasaje de la tierra santa en la guerra contra los infieles, le ofreció Paleólogo muy largo de gente, dineros y vituallas, pero con condición que el papa procurase la paz entre él y los latinos sus adversarios, que era su fin principal. Con estos embajadores envió el papa Gregorio al abad de Montecasino para que entretanto que se aderezaba el legado que había de ir a entender en el negocio de la unión, explicase el regocijo universal que la iglesia católica congregada en aquel concilio había mostrado por la unión de la iglesia griega y latina, con grande gloria del emperador Paleólogo que no solamente se había reducido a la verdadera profesión de la fe, pero había sido causa que tantos la reconociesen. A este religioso encargó el papa que procurase de asentar treguas entre el rey Carlos y Filipo hijo de Balduíno de una parte y el emperador de Constantinopla de otra, como se había poco antes concertado con Balduíno; porque los embajadores griegos hicieron grande instancia que debía Paleólogo ser ayudado para que se pudiese emplear contra los infieles en prosecusión de la / (Página 353) príncipes latinos, de tal manera que no se temiese de las ciudades y tierras del imperio. Y pidieron que el papa ni sus sucesores no recogiesen a ninguna persona que fuese rebelde e inobediente al imperio griego que tuviese tierras y estado en su señorío, y que no se permitiese 93
que alguno de los príncipes latinos los amparase, y teniéndose recurso a la sede apostólica intercediese el papa como mediador y tercero; ni se empachase en caso que alguno de los griegos de su linaje y sangre pretendiese suceder en el imperio, para ayudarle ni favorecerle en nada, ni se diese lugar que gente del imperio latino se enviase en su ayuda, antes fuese repelido como perturbador de la paz universal y de la unión de la iglesia. Demás de esto queria que se tuviese por establecido y muy constante que había de gobernar y señorear el imperio griego aquél a quien los mismos griegos habían eligido y declarado que reinase sobre ellos; y que el sumo pontífice se concertase que aquel tal prestase e hiciese el honor debido a la sede apostólica sin que el papa se pusiese en conocer lo que tocaba al derecho y justicia de la sucesión del imperio por ninguna de las partes. La ambición con que tratan los príncipes latinos y griegos el sustento de sus estados, es causa no se consiga la unión comenzada de los griegos con la iglesia. Mas como no se le concediese esto tan cumplidamente como él pedía y porque no quiso Carlos otorgar treguas sino por tiempo de un año, con la confianza que tenía en su poder y en el derecho y justicia que Filipo su cuñado hijo del emperador Balduíno y él por razón de Catalina su mujer, en mucha parte del imperio griego tenían, los unos y los otros estaban puestos en mejorar su derecho por las armas, prosiguiendo cada uno ambiciosamente su negocio. Y lo que tocaba a la fe y religión se fue olvidando y perdiendo; teniendo Paleólogo principal cuenta a defender su estado y sustentarse en la posesión del imperio. Y habiéndose procurado tanto de reducir del todo esta nación a la iglesia no sólo no se consiguió, pero se acabó de olvidar después en tiempo del mismo Paleólogo lo que él había ofrecido; indignándose porque los nuncios apostólicos que estaban en Grecia no procedían a sentencia de excomunión contra algunos grandes y principales griegos que seguían y favorecían a Filipo, hijo de Balduíno, a quien el sumo pontífice llamaba emperador de Constantinopla, y a Carlos rey de Sicilia, que eran sus enemigos, como contra perturbadores de aquella unión, porque confederándose con aquellos príncipes le hacían guerra. Declárase el mal celo de Paleólogo en la reducción de su imperio a la iglesia. Y pareció después muy evidentemente que Paleólogo con falsa y simulada religión se movió a reducirse, creyendo que sería favorecido por el papa y príncipes de la iglesia católica contra Balduíno y Filipo que pretendían suceder en aquel imperio. De que se siguió que ni él consiguió su deseo y los griegos 94
por esta causa le aborrecieron teniéndole por impío y hereje, puesto que con grande valor se apoderó de todas las fuerzas de aquel imperio y le dejó pacífico a sus herederos. Esto sucedió cuanto a la reducción de la iglesia griega, y lo que se acabó en este concilio, al cual ni Paleólogo vino, como Blondo, Platina, Cuspiniano y Egnacio escriben, ni por esta causa se le confirmó derecho alguno en lo del imperio en perjuicio de Filipo y Carlos como Paulo Emilio refiere; antes hubo entre ellos perpetua guerra. Dan los tártaros señal de querer reducirse a la iglesia. Juntamente con esta nación dieron señales de venir a la fe los tártaros, cuyo imperio se iba cada día más extendiendo en oriente; y algunos principales que fueron enviados a este concilio recibieron el agua del bautismo con grande alegría del pueblo cristiano; teniendo todos cierta esperanza que en vida de este pontífice la iglesia católica llegaría a tanto aumento que presto pudiese volver en aquel estado en que estuvo ensalzada antes de la ruina del imperio romano. (...)”. Sin paginar (353). Libro III. CAPÍTULO LXXXVII. Que el rey se vino con desagrado del papa porque no quiso coronarle sino pagando el censo que el rey don Pedro había concedido a la iglesia. “(...) Ofrece el rey al papa las diezmas de su señorío para la expedición de la tierra santa. Final concilio de Lión. Tenía el papa / (Página 354) todo su pensamiento ocupado en la empresa de la conquista de la tierra santa, y trataba con el rey de Aragón como con un muy excelente y experimentado capitán en la guerra de los infieles, cerca de los aparatos y de la armada y ejército que serían necesarios contra el soldán, y cómo se pudiesen defender los castillos y fuerzas que tenían los latinos en Asia. Cuanto al socorro, ofrecía el rey de servir a la iglesia en esta empresa con la décima de los lugares de su señorío, la cual se diese al papa como llevaba la de los perlados y porque ofrecía de ir en persona a ella el papa, el rey prometió de le servir personalmente si allá fuese con mil caballeros los más escogidos de su reino si le socorriese con la décima para los gastos de la guerra. 0otable vigor y denuedo del rey que admira a todos. Tenía grande autoridad cerca del papa el parecer y consejo del rey que toda la vida se había ejercitado en hacer cruel guerra contra los moros; pues aunque estaban tan separados de la morisma de Asia, era una nación conforme a la secta, vida y costumbres, perjura, engañosa y cruel, y en el modo de seguir la guerra de un mismo trato y artificio. Puso a todos grande admiración ver el vigor y denuedo del rey en tan anciana edad, porque parecía que por su persona se pudieran emprender y acabar 95
grandes hechos; y representábanse las victorias que alcanzó de los enemigos de la fe y los trances en que había aventurado su vida. Razón porque el papa no corona al rey. Pareció buena ocasión al rey que en aquel ayuntamiento tan grande, donde se hallaban muchos y muy señalados príncipes de la cristiandad, el papa le coronase, pues no había recibido la corona del reino según se había concedido a los reyes de Aragón que la pudiesen recibir del arzobispo de Tarragona. Mas no quiso el papa darle la corona sin que ratificase primero el tributo que el rey don Pedro su padre había otorgado de dar a la iglesia al tiempo de su coronación, cuando hizo censatario su reino; y pidió que se pagase lo que se debía a la sede apostólica desde aquel tiempo. El rey envió a decir al papa que habiendo él tanto servido a nuestro Señor y a la iglesia romana en ensalzamiento de la santa fe católica, más razón fuera que el papa le hiciera otras gracias y mercedes que pedirle cosa que era en tan notorio perjuicio de la libertad de sus reinos, de los cuales en lo temporal no debía de hacer reconocimiento a ningún príncipe de la tierra; pues él y los reyes sus antecesores los ganaron de los paganos derramando su sangre y los pusieron debajo de la obediencia de la iglesia; y que no había ido a la corte romana para hacerse tributario sino para más eximirse; y que más quería volver sin recibir la corona que con ella con tanto perjuicio y diminución de su preeminencia real. Trata el rey la libertad del infante don Enrique de Castilla. Dejando aquello con grave sentimiento de tal demanda, procuró con el papa se pusiese en libertad al infante don Enrique de Castilla que estaba preso en poder del rey Carlos, representando cuán gran cargo de la sede apostólica era que estuviese por su causa en prisión; pues se excusaba el rey de Sicilia de librarle diciendo que estaba por su orden detenido; pero no pudo entonces haber efecto (...)”. (73). GRAU TORRAS, Sergi. “Cuando los Pirineos no eran frontera”. Publicado en: SAVALL, Jordi. “Le Royaume Oublié. La croisade contre les albigeois. La tragédie cathare”. Barcelona. La Capella reial de Catalunya / Hespèrion XXI. 2009. Página 226-227. “(…) Durante el siglo XII se estableció entre Cataluña y Occitania una intensa relación cultural, política, social y religiosa que permitió la expansión del catarismo a través de los Pirineos. La Corona de Aragón –que incluía desde 1137 el Principado de Cataluña y el Reino de Aragón- estaba bajo su poder político de los condes de Barcelona que a lo largo del siglo XII 96
expandieron sus dominios hacia territorio occitano. Muchos nobles del norte de Cataluña contra los señores del Rosellón, la Cerdaña y el Conflent apostaron por la defensa del catarismo. Arnau del Castellbó, conde de Cerdaña, vizconde de Castellbó y consejero de Jaime I, unió dinásticamente a su hija Ermessenda con Roger Bernat de Foix, configurándose un territorio que se extendía a ambos lados del Pirineo que incluía la mayor parte de las tierras del noroeste de Cataluña, como Castellbó, la Tor de Querol, Berga, José y Gòsol hasta Andorra juntamente con el condado de Foix que destacó por su defensa al catarismo. La vida de Arnau estuvo marcada por las continuas luchas por los derechos del territorio contra la Iglesia de Urgell, disputas que fueron respaldadas por la poesía del trovador Guillem de Berguedà. Esta situación facilitó la penetración del catarismo que se extendió a través de lazos familiares. A principios del siglo XII en Castellbó se realizaban predicaciones públicas y en 1221 se constituyó un diaconado cátaro con administración propia para el territorio en el que residía el diaconus hereticorum de catalonia Guillem Clergue. Una de las familias del norte de Cataluña vinculadas con el catarismo eran los Bretón de Berga. Arnau Bretós fue capturado cuando se dirigía a prestar ayuda a los asediados de Montségur y su declaración del 19 de mayo de 1244 relataba los viajes que los cátaros realizaban en territorio catalán durante la primera mitad del siglo XIII. Otro de los círculos del catarismo fue el de la Sierra del Cadí. Ramón de Josa, que había establecido vínculos familiares con Arnau de Castellbó, recibía en su castillo la visita de cátaros entre los que se encontraba el diácono Pere de la Corona y Guillem de Pou. El mismo Pere realizó durante la década de 1240 un viaje por las comunidades cátaras de Cataluña en Vallporrera (Tarragona), Ciurana y la montaña de Prades entre otros lugares. La aparición de la herejía significó un problema político para la iglesia y también para la monarquía. El papa Inocencio III emprendió una política contra la herejía que tuvo su reflejo en la coronación de Pedro en Roma en 1204. Poco antes habían empezado las órdenes de Inocencio al arzobispo de Tarragona para que prestara ayuda a los prelados pontificios en la lucha contra la herejía al tiempo que concedía al rey la potestad de poseer las tierras arrebatadas a los herejes. El papa mantendría un llamamiento constante a lo largo de los años previos a la 97
cruzada para que Pedro apoyara su causa. La disputa de Montpellier entre católicos y herejes presidida por Pedro que terminó con la condena de la herejía significó un acercamiento a Roma, un acercamiento que siempre fue ambiguo pues muchos de sus vasallos a los que defendió en la cruzada respaldaron al catarismo. Después de la derrota de Muret y la muerte de Pedro (1213), Jaime I dirigió sus intereses hacia otra dirección; la conquista de Valencia (1229), Mallorca (1239) y la expansión hacia el Mediterráneo. Con la firma del tratado de Corbeil (1256) finalizaban oficialmente las pretensiones de la casa condal de Barcelona sobre Occitania. Esta situación afectó al desarrollo del catarismo ya que Occitania, juntamente con Cataluña, quedaron progresivamente bajo la órbita de Roma (…)”. (74). SAVALL, Jordi. “Le Royaume Oublié. La croisade contre les albigeois. La tragédie cathare”. Barcelona. La Capella reial de Catalunya / Hespèrion XXI. 2009. Página 437. CD2. Cruzada contra los albigenses. Invasión de Occitania 1204-1228. IV. hacia el enfrentamiento: 12041208. 5. Y el abad de Citeaux. Canción de la cruzada (primera parte). Guilhem de Tudela. Canción 4. “(…) Y el abad de Citeaux, que Dios amaba tanto, de nombre fray Arnaud, primero ante todos, a pie y a caballo, partió a disputar /(Página 467) con felones herejes, que eran descreídos; mucho discutieron con palabras, pero nadie hizo caso e incluso las negaron. Pierre Castelnau llegó de esa misma manera al Ródano en Provenza, con su amblante mulo: de excomulgar venía al conde de Tolosa, protector de bandidos que la región saquean. De pronto un escudero, lleno de taimería, para ganarse así la gratitud del conde 98
al pasar junto a él lo mató a traición y lo hirió en la espalda con su espada cortante. Y después escapó con caballo al galope (…) Y falleció después, al despuntar el alba. Partió su alma al Padre omnipotente; En Saint-Gilles lo enterraron con multitud de cirios, y muchos Kyrie eleison que cantaron los clérigos (…)”. (75). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (300). Libro III. CAPÍTULO LXIV. De la declaración que se hizo sobre los derechos y preeminencias que don Pedro de Moncada senescal de Cataluña pretendía por razón de la senescalía. Boda de Jaime II de Mallorca. “(...) Dejan el de Castilla y Aragón en árbitros la satisfacción de los robos hechos en las fronteras; y quiénes fueron. Fue acordado en el año de 1263 estando el rey en Lérida por algunas disensiones que había sobre robos hechos en las fronteras de los reinos de Castilla, Aragón y Valencia, que ambos reyes lo dejasen en juicio de personas que lo determinasen. Y el rey de Castilla nombró de su parte a don Pascual obispo de Jaén y a don Gil Garcez de Azagra y a Gonzalo Ruiz de Atienza. El rey de Aragón hizo elección del obispo de Valencia y de don Sancho de Calatayud y de Bernardo Vidal de Besalú, a los cuales dieron poder que dividiesen y amojonasen los términos; y se tomó acuerdo que cada uno de los reyes pagase los daños hechos a sus súbditos y vasallos. (...) Embajada del rey a Saboya para casar al infante don Jaime. En este tiempo envió el rey a don Guillén de Rocafull, que era gobernador de Mompeller, al condado de Saboya, para concertar el casamiento del infante don Jaime con una hija del conde Amadeo de Saboya que estaba en poder de sus tíos por el fallecimiento del conde su padre; y tratóse con el conde Pierres de Saboya que sucedió al conde Bonifacio su sobrino, hijo del conde Amadeo su hermano, a quien como dicho es el rey dio gran favor contra los de Turín y Aste, para cobrar gran parte de aquel estado que se le había ocupado por sus vasallos. Esta, según adelante parece, se llamó también 99
Beatriz como la mujer del rey Manfredo que fue su hermana, y eran hijas de diversas mujeres que tuvo Amadeo conde de Sahoya. Embajada del rey al de Sicilia y al soldán; y lo que de ellas se puede conjeturar. También en este / (Página 301) tiempo envió el rey a Jazberto vizconde de Castelnou, al reino de Sicilia con embajada al rey Manfredo, y a Ramón Ricart al soldán de Babilonia que estaba en Alejandría. :o se declara si fue en este tiempo aquella embajada que se refiere por el autor que escribió la vida del rey don Jaime, que fue en su tiempo; el cual encareciendo cuán amado y temido fue este príncipe de los reyes así fieles como paganos, escribe que el soldán de Babilonia teniendo gran deseo de verse con el rey y tener con él muy estrecha amistad, le envió a visitar con sus embajadores; y que entonces el rey envió al soldán su embajada, en la cual fue el principal un caballero que era portero mayor del rey y se decía Bernaldo Porter. Este autor escribe que entraron los embajadores en Alejandría con gran triunfo llevando aquel caballero delante de sí el estandarte real, y que el soldán le recibió con gran fiesta y mandó poner cabo su sitial el estandarte del rey por honra y acatamiento suyo. Entonces afirma este autor que el soldán rogó al embajador que armase caballero a su hijo en hombre del rey de Aragón; y que habiéndose celebrado la misa en una iglesia que tenían los cristianos en Alejandría, con gran solemnidad le armó caballero (...)”.Sin paginar (325). Libro III. CAPÍTULO LXXI. Que don Ferriz de Lizana desafió al rey, y el rey le hizo guerra en su estado. Boda de Jaime II de Mallorca con Esclaraunda de Foix. “(...) Don Guillén de Rocafull va a tratar casamiento al infante don Jaime con Beatriz, hija del conde Amadeo de Saboya, y no se efectúa. Partió de Valencia el rey para Cataluña con propósito de ir a Mompeller, porque se había concordado el matrimonio que fue a tratar don Guillén de Rocafull con el conde Pierres de Saboya, de su sobrina Beatriz, hija del conde Amadeo y de la condesa Cecilia, que era hija de Micira Beroldo señor de Marsella, con el infante don Jaime su hijo segundo; y dábanle en dote quince mil libras de torneses. Y don Guillén de Rocafull partió de Barcelona a / (Página 326) donde el rey estaba a quince del mes de julio de este año de 1266, con poder del infante para contraer el matrimonio por palabras de presente. Quién fue esta Beatriz y con quién casó después. Era esta Beatriz según claramente se colige de esta relación que es del mismo tiempo, hermana de padre de Beatriz, mujer del rey Manfredo, que fue la hija mayor del conde Amadeo y de su primera 100
mujer que dicen haber sido hija del conde Albón. Casa el infante don Jaime con hija del conde de Fox. Pero no se efectuó este matrimonio, y el infante casó después con Esclaramunda, hermana de Roger Bernaldo conde de Fox. Y esta Beatriz creo yo ser la que casó después de aquella casa de Saboya con el infante don Manuel, muerta la infanta doña Constanza su primera mujer; y de aquel matrimonio de la de Saboya nació don Juan que sucedió en el estado del infante don Manuel su padre. De Barcelona pasó el rey adelante su camino para Monpeller y detúvose en Girona por cierta demanda y querella que el conde de Ampurias dio contra don Ponce Guerao de Torrella, el cual pedía a Torrella y Rocamaura y algunos castillos; y sobre ello mandó recibir el rey información para determinar aquella contienda (...)”. (76). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Página 534. Capítulo LVIII. —De don Álvaro de Cabrera, XV conde de Urgel y vizconde de Ager. —Venida de don Álvaro, y como por muerte de su hermano heredó de su padre. —Del pleito que se movió entre el conde don Álvaro y doña Constanza, su mujer, sobre la validez de su matrimonio. — De lo que hizo doña Cecilia de Foix después que el conde volvió con doña Constanza de Moncada; y de lo que declararon los obispos de Francia. “(…) doña Cecilia, hermana de Roger, conde de Foix; é hija segunda de Roger Bernat, conde de Foix, y la mayor, que se / (Página 535) llamaba Esclaramunda, casó con el vizconde de Cardona (…)”. (77). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Página 530. Capítulo LVIII. —De don Álvaro de Cabrera, XV conde de Urgel y vizconde de Ager. —Venida de don Álvaro, y como por muerte de su hermano heredó de su padre. —Del pleito que se movió entre el conde don Álvaro y doña Constanza, su mujer, sobre la validez de su matrimonio. — De lo que hizo doña Cecilia de Foix después que el conde volvió con doña Constanza de Moncada; y de lo que declararon 101
los obispos de Francia. Página 530. Capítulo LVIII. —De don Álvaro de Cabrera, XV conde de Urgel y vizconde de Ager. —Venida de don Álvaro, y como por muerte de su hermano heredó de su padre. —Del pleito que se movió entre el conde don Álvaro y doña Constanza, su mujer, sobre la validez de su matrimonio. — De lo que hizo doña Cecilia de Foix después que el conde volvió con doña Constanza de Moncada; y de lo que declararon los obispos de Francia. “(...) Armengol, hijo mayor y primogénito de Ponce de Cabrera, conde de Urgel, murió pocos días después de los de su padre, y un sepulcro muy bien labrado, que está en la iglesia mayor de Castellón de Farfanya, al lado del evangelio, con un simulacro de un niño encima de él, con las armas de Urgel, dicen ser suyo. La breve vida de don Armengol es ocasión que todos los escritores lo dejan; y aunque fue señor del condado de Urgel y heredero del padre, pero no gobernó, impedido por su menor edad: durante esta, y por ser ya muerto Guerau de Cabrera, vizconde de Cabrera, hermano de Ponce y tío de estos, Jaime de Cervera, caballero muy principal de Cataluña, cuidaba de todo, y por sustitución hecha por el padre en favor de Álvaro, sucedió en el condado. Llamábase antes Rodrigo, y dejó este nombre; más aunque según el testamento del padre se había de llamar Armengol, porque quiso que cualquier de sus hijos ó nietos que llegase a ser conde de Urgel hubiera de tomar el nombre de Armengol, no obstante esto, se quedó con el de Álvaro, y así le hallo nombrado en todos los autos y memorias quedan de él. 0ació en Castilla en el mes de marzo / (Página 531) del año 1239 en unas casas junto al monasterio de las Huelgas de Burgos, y fue bautizado en el dicho monasterio, y padrinas dos reinas, Juana, mujer de Fernando el Santo, rey de Castilla, y Leonor, mujer que fue de don Jaime, rey de Aragón. Criose en aquellos reinos y al lado de don Rodrigo González de Girón, hermano de la condesa doña María, su madre, y heredó gran parte del estado de don Fernández de Castro, que fue bisabuelo suyo, por no haber quedado sucesión de don Fernán Ruiz de Castro, ni de doña Leonor Rodríguez, que también eran bisnietos de dicho don Pedro: vivió allá hasta edad de siete ú ocho años, que le llevaron á Cataluña, por haber muerto su hermano; y hasta el año de 1253 no gozó las rentas del condado de Urgel, ni vizcondado de Ager, por lo que queda dicho arriba: acabado este tiempo, y siendo de edad de poco mas de catorce años, casó con doña
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Constanza de Moncada, hija de don Pedro de Moncada y de doña Cecilia, su mujer. Fue este don Pedro hijo de don Guillen de Moncada y de doña Constanza, hija del rey don Pedro, y hermana de don Jaime el primero, rey de Aragón. Era la novia, cuando casó, de edad de poco más de diez años: el dote fueron sex mille aurei, nombre muy usado en la moneda de aquellos tiempos: dice el padre Diago que eran seis mil ducados; pero yo entiendo que no eran sino florines, y eran de peso cada uno de ellos de sesenta y ocho granos, y de oro de diez y ocho quilates, y según los tiempos recibían el valor, y al tiempo que escribió el dicho padre Diago valían (si usara esa especie de moneda) doce reales, y así les da el dicho autor el nombre de ducados. En el archivo real de Barcelona, en el libro de las Conclusiones Civiles del año 1595, fol. 297, hay una / (Página 532) conclusión que dice, que quinientos áureos valen seis mil libras barcelonesas. Según he visto en memorias de estos tiempos, dio el rey mil morabatines á don Pedro, para ayudar á la paga de este dote, por ser la novia parienta suya muy cercana: celebróse la boda en la villa de Seros que era de don Pedro de Moncada, á 24 de junio, día de San Juan Bautista, de este año 1253; y fueron velados en la puerta de la iglesia de la villa, por fray Berenguer de Gatell, del orden de San Francisco. Estuvieron muy vergonzosos los novios, y á las preguntas ordinarias que les hacia el sacerdote, respondía por el conde Jaime de Cervera; y enfadado de ello el sacerdote, le dijo que él no casaba á doña Constanza con él, sino con el conde, y él entonces respondió á lo que le preguntaba el sacerdote, y fueron desposados. La bendición y misa celebró el mismo sacerdote, y predicó fray Berenguer Desbach, del orden de Santo Domingo, y prior del convento de Lérida: el tema del sermón fue quasi stella matutina, etc. Fue muy regocijado y solemne este desposorio, y había acudido en Seros mucha nobleza de Cataluña y Aragón, y todos ó los más vasallos del conde y de don Pedro, para solemnizar la boda (que tan reñida fue): de la iglesia fueron al castillo, con mucho acompañamiento, y allá hubo un grandioso banquete. La primera noche durmieron separados los novios, porque así lo quiso la madre de doña Constanza: debió temer la poca edad de los dos. Vivieron algunos días en Seros, sin que el conde tratase de llevarse la 103
novia, con pretexto de que no se le había pagado íntegramente la dote que se le había prometido, y continuaron de esta manera dos años, o poco menos: el conde mostraba disgusto del casamiento y / (Página 533) lloraba, diciendo que don Pedro de Moncada y su hija le tenían preso; y aconsejado de algunos, ponía duda si aquel casamiento era válido ó no, alegando que él cuando casó solo tenía doce años, y la novia diez; los suegros atajaron estas pláticas, conociendo el mal que podía suceder de ellas, e hicieron que ratificasen el matrimonio delante del abad de Fontfreda, que también era abad del monasterio de Escarp, del orden cisterciense, que está entre Segre y Cinca. Esta ratificación hizo el conde con pacto que se le pagase la dote íntegramente, y después sobre la paga hubo entre suegro y yerno muchos dares y tomares, y mientras se tardaba á pagar, dio don Pedro á don Álvaro la villa de Mequinenza, que la poseyó más de año y medio, con toda la jurisdicción y dominio que en ella tenía don Pedro de Moncada; y al tomar posesión, dice una memoria antigua, que un hombre del conde subió en una torre, y con grandes gritos decía: Urgel, Urgel, por el conde. Esto no aquietó á don Álvaro; antes bien no pasó mucho tiempo que volvió á decir que él no era casado, porque el matrimonio no fue consumado, y que él era soltero, y que doña Constanza y él estaban cada uno en su libertad, y les era lícito casar A su albedrío; y como á los príncipes y señores jamás les faltan aduladores y malos consejeros, aquí los hubo más de lo que era menester, Jaime de Cervera y otros, que debieran darle buen consejo, eran los que más le incitaban y llevaban por la parte que mas gustaba: si decía que el matrimonio no era válido, todos lo afirmaban, y si decía que quería casar con otra, todos á porfía le hallaban casamiento, y ya quería casarse con otra. Doña Constanza y sus padres, con cuidado, estaban á la mira, aguardando en qué había de parar / (Página 544) aquello. Jaime de Cervera le aconsejó que pidiera por mujer una hija de Berenguer de Anglesola, llamada Sibila, y el conde lo escuchó de buena gana, y dijo que casaría con ella ó con otra cualquiera que le hablasen, con tal que quedase libre de don Pedro y doña Constanza: trazó Jaime de Cervera el casamiento con Berenguer de Anglesola, y prometió que por parte del conde se cumpliría todo lo que ellos tratasen; concertóse la dote, y en Lérida se cortaron los vestidos á la novia; señalóse día para la boda, y ya la comida estaba aparejada y todos aguardando el conde, que estaba á la otra parte del río Segre y venia para celebrar la boda. Iba con él Jaime de Cervera, y á la 104
que fueron á la vega de Menargues, el conde se tomó á llorar muy amargamente, diciendo, que ya no quería casar con la hija de Berenguer de Anglesola, sino con la hermana del conde de Foix, que yo entiendo que no la había visto. El Cervera, enfadado de aquella rapacería, le dijo, que él en su nombre y con voluntad suya había dado palabra de cumplir este casamiento, y que era mal caso que ahora que todos le aguardaban, saliese con esto; púsole delante otras razones, pero todo fue vano, porque él pensaba en su opinión, y no quería sino la hermana del conde de Foíx. Supo esto Berenguer de Anglesola, y enfadado de ello, dijo un testigo que dijo: se nolle dare amasium filiae suae. Doña Constanza había ya dado queja al arzobispo de Tarragona de lo que pasaba, y él despidió de su corte unas letras al conde y don Berenguer de Anglesola, y así aquel casamiento no pasó adelante: el conde luego trató de casar con doña Cecilia, hermana de Roger, conde de Foix; é hija segunda de Roger Bernat, conde de Foix, y la mayor, que se / (Página 535) llamaba Esclaramunda, casó con el vizconde de Cardona. Jaime de Cervera lo procuró con grandes veras; y porque el conde no conocía á la dama, sino por relación, los dos fueron á tomar vista, y el mancebo quedó muy enamorado Tratóse el casamiento, y concordaron, al cabo de dos años y siete meses que había que estaba casado con doña Constanza. El conde de Foix ya tenia noticia de todo y rehusaba darle su hija; pero el conde, Jaime de Cervera, Berenguer de Anglesola, Ramón de Cervera, Berenguer Arnaldo y Berenguer Ramón de Ribelles, que todos eran servidores del conde y heredados en el condado de Urgel, juraron que el conde podía legítimamente contratar matrimonio con doña Cecilia, y que todo lo que había pasado entre él y doña Constanza no era bastante impedimento. El conde de Foix no se satisfizo de esto; hiciéronse tres amonestaciones en la iglesia mayor de Foix, y nadie contradijo, y dijo doña Cecilia en el proceso del casamiento, que lo que le movía á ella á tomar al conde por marido era que todos las que estaban en la iglesia decían que bien podía hacerse aquel matrimonio; y como por parte de doña Constanza no hubo contradicción, porque no tenía noticia de ello, quedó satisfecho el conde de Foix, y sin mas averiguar, dio á su hermana por mujer al conde de Urgel.
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En esta ocasión concertó Jaime de Cervera, que era muy amigo del conde de Foix y del vizconde de Castellbó, las diferencias que de muy antiguo tenían los condes de Urgel con aquellos señores, y le cedieron el derecho que tenían el conde don Álvaro y su hermano, y les podía pertenecer en los lugares de que se habían apoderado los condes de Foix y vizcondes de Castellbó, desde el castillo de Oliana. / (Página 536) la ribera de Segre arriba, en el territorio de Urgellel, que ahora llaman la Seo de Urgel, y por la ribera de Bellira hasta el puerto del valle de Andorra, y desde el collado de Arnalt hasta el que llaman de las Cruces y de la Gunarda, especialmente el castillo de :argó y el valle de Cabo, y el de Castellbó y la Ciudad, con los valles de San Juan y de Andorra, y con los castillos de Arrahen, y dieron por libre al conde de Foix de todo lo que poseía en el condado de Urgel, absolviéndole de cualquier reconocimiento que fuese obligado hacer. Esto pasó á la fin del año 1256, en que este matrimonio se efectuó; y á mas de don Jaime de Cervera, lo prometieron y se obligaron al cumplimiento de ello, don Ramón de Cervera, su hermano Berenguer, Arnaldo de Anglesola, Bernat Ramón de Ribelles y Ramón de Besora; y dice Zurita, que en esta ocasión Ramón de Cervera se quedó con la villa de Algerre, que era del condado de Urgel, y después sucedió en ella doña Esclaramunda, su hija, y de doña Berenguera de Pinos, su mujer, que fue hija de don Galcerán de Pinos. Fue el desposorio de doña Cecilia ocho días antes de 0avidad, en la villa de Sellent; y en el mes de enero siguiente, en la villa de Monmagastre, recibieron la bendición: capitulóse ante G. de Murello, escribano de Balaguer; la dote fueron veinte y cinco mil sueldos melgarenses, que fue la misma que se había dado á la otra hija, y corría en la provincia de Languedoc; y he observado que el rey Alfonso, hijo de la reina doña Petronila y del conde de Barcelona, que fue marques de la Provenza, todos los legados que hizo á las iglesias del dicho marquesado son de esta moneda, y aún he yo visto en Cataluña contratos hechos en / (Página 537) esta moneda. Bertrán Elías de Pamias, en la Vida de Bernat primero, conde de Foix, dice que es lo mismo que la moneda de Barcelona: erogataque militibus stipendia (quoscum habere adversus tolosatis vim oportuit) dena solidorum melgarensium (Barchinonensis moneta) pugilum millia eidem exsolverentur; y parece habia de ser igual la moneda catalana
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y de aquellos condados, y aun de Languedoc, por facilitar el comercio había en estos tiempos. Acabada la boda, se fueron los novios á Agramunt. El rey don Jaime y doña Constanza y sus padres tuvieron notable sentimiento de este hecho, el cual fue gran escándalo y malísimo ejemplo á todos estos reinos. Puso doña Constanza pleito á su marido, delante de Bernardo, que era obispo de Urgel, y don Pedro de Moncada puso gente en campaña, que se juntó con la de don Guillen de Cardona, que era tío de la condesa, y estaba muy mal con el conde, por razón de cierta heredad que le había comprado el conde en el vizcondado de Ager, y pretendía habérsela de volver; por esto había tomado armas, y corría las tierras del condado de Urgel: estos juntos tomaron después la villa de Pons, y la quemaron. La condesa doña María, madre de don Álvaro, poseía las villas de Albesa y de Menargues, por razón de su dote y derechos, y estaba con continuo cuidado que estas guerras no diesen sobre estos dos pueblos, y los destruyesen: pidió favor al rey, el cual, á 5 de los idus de noviembre de 1259, le aseguró los dichos lugares y dio guiaje á los vecinos de ellos, prometiendo que las gentes de don Pedro de Moncada no harían daño alguno, no dando ellos causa: los demás lugares y pueblos padecían mil infortunios, y se cometían muchos / (Página 538) delitos y homicidios, y ofensas á Dios; y á la que el obispo de Urgel empezaba á entender en la causa del matrimonio, la condesa pidió al papa Alejandro IV que le nombrase otro juez, porque ella ni los suyos no tenían paso seguro para ir al obispo, porque había de pasar por medio del condado de Urgel y entre sus enemigos, que debían impedir á los que iban y venían de ella al obispo; y el pontífice, á 11 de las calendas de marzo, año cuarto de su pontificado, y de Cristo 1258, dio sus bulas dirigidas á don Domingo de Sola, obispo de Huesca, gran teólogo e insigne predicador, y le encargó la cognición y justicia de esta causa, haciéndole juez de ella, en caso que fuese verdad que no tenia seguridad la condesa para proseguir su pleito delante del obispo de Urgel, por estar de por medio las tierras y estados del conde; y presúmese ser esto verdad, porque el obispo de Urgel dejó la causa, y el de Huesca se quedó con ella. Encargóle también el papa, que estrechase al conde sin incurso de apelación, y su tierra con entredicho, á dejar á doña Cecilia y cobrará doña Constanza, su legítima mujer y esposa; y para la cognición de la causa fue asignada la ciudad de Lérida, por ser lugar acomodado y vecino 107
de las partes; y porque se creyó que de cualquier interlocutoria ó procedimiento que hiciese el obispo de Huesca se apelaría y daría de nulidad, y cada día saldrían rail estorbos que harían inmortal la causa, hicieron un auto el rey y el conde, que he visto en el archivo real, armario 16, saco T, á los 26 dé las calendas de junio, año de la Encarnación 1261, en que declaró el conde que aceptaba de buena gana por juez al obispo de Huesca, y que no pondría excepciones maliciosas en la causa, ni apelaría de ninguna declaración interlocutoria / (Página 539), sino es que fuese tal, que de no apelar de olla, corriese riesgo de perder el pleito; y que la causa se tratase en Lérida, prometiendo comparecer el día que fuese asignado y el juez le mandase, y daría á los asesores del obispo por sus salarios y derechos doscientos morabatines, y que ó en caso que el juez declarase en contra su pretensión, pueda apelar á la sede apostólica, y haya de estar á lo que allí fuese declarado por el sumo pontífice; y que si se declara bueno el segundo matrimonio, haya de volver la dote que había tomado de doña Constanza, y por eso obliga los castillos y pueblos de Balaguer, Pons y Agramunt; y quiere que no obedeciendo á la sentencia del pontífice, se queden los dichos castillos en poder del rey, hasta que haya obedecido: pero lo que no hacia el conde, impedido por este auto, hacia doña Cecilia, como veremos después. La causa pasaba adelante, pero de modo, que se iba dilatando por parte del conde y de doña Cecilia, de manera que todos lo conocían claro; y el rey se enfadó de ello más que todos, y por asegurar al conde en su servicio, divertirle del pleito y domar su orgullo, le pidió las tenencias de los castillos de Agramunt, Balaguer, Linyola y Oliana, que eran los pueblos más fuertes y mejores del condado, donde el conde y los suyos se recogían; y el conde se los entregó, por estar obligado á ello y no serle permitido hacer otra cosa. Estas tenencias ó posesión de castillos duraban diez días no mas, y pasados aquellos, según costumbre de Cataluña, siendo el rey requerido, tenía obligación de volverlos á restituir. Pasados los diez días, el conde envió á Bernat Ramón de Ribelles al rey suplicándole lo volviese sus castillos, pues so los había entregado y se lo habían do volver. / (Página 540) á uso y costumbre de Barcelona y de Cataluña; pero el rey no quiso dar lugar á ello, aunque el conde ofrecía estar a derecho con él. Esto alteró mucho al conde, y se tuvo por muy agraviado, y envió á decir al rey, que mirase que le tenía por fuerza sus castillos, y que él no era hombre que hubiese de sufrir tan gran perjuicio y desheredamiento, y por esto, aunque 108
le pesaba mucho, se salía de su obediencia, del modo y forma que según derecho le era permitido, y por esto le envió su carta de deseximent. Estas tenencias que pidió el rey no fueron otra cosa que despertar á quien dormía, porque los magnates y caballeros de Cataluña, que cuidaban poco de lo que pasaba entre el rey y doña Constanza y el conde, porque río les pertenecía ni les era interés, luego que el conde les dio parte de la detención que hacia el rey de sus castillos, todos se alteraron, porque los mas de ellos estaban obligados á dar las tenencias siendo requeridos , y era mal caso é interés común que quisiese el rey, pasados los diez días, quedarse con ellas, y quedar ellos desheredados. Salió este negocio de manera, que por donde pensaba el rey asegurarse y aquietar al conde de Urgel, alborotó a todos los barones de Cataluña, y las armas que estaban en el condado y castillos de Urgel se derramaron por todo el principado, y cuando el rey lo quiso remediar, no pudo, porque ya todos estaban empeñados. Los que más se mostraban amigos y valedores del conde eran Ramón Folc, vizconde de Cardona, Berenguer de Anglesola, don Jaime de Cervera, Ramón de Cervera, don Guillen de Cervelló, don Hugo, su hermano, don Guerau de Cabrera, hermano del conde, Bernat Ramón de Ribelles, Guillen Ramón de Josa, / (Página 541) Arnaldo de Juz y otros muchos; y todos se despidieron del rey, según el uso y estilo de aquellos tiempos. El vizconde Ramón Folc era deudo muy cercano del conde y había estado á la mira de todo, y en esta ocasión se despidió del rey con quejas más particulares que los otros, porque el rey le había mandado que, en la guerra, no llevara fonévol, que era máquina de dar baterías de aquellos tiempos y á solos los reyes era lícito usar de ella, y había el rey don Jaime, en el año 1225, en Tortosa, hecho una constitución que lo impedía, exceptuando á los caballeros que tenían especial privilegio del dicho rey y de sus pasados; y le había mandado tapiar una puerta de la calle del castillo de Monblanc, por la cual estaban en posesión el vizconde y los suyos de entrar y salir, y lo juzgaba el vizconde por un grande desheredamiento y perjuicio; y el rey daba toda la satisfacción que podía al vizconde, por apartarle del conde de Urgel, porque el rey se persuadía que todo lo que el conde hacia era con consejo suyo. En esta ocasión se fue el rey á Lérida, con pensamiento de hacer guerra al conde y á todos sus valedores, si es que ellos intentasen alguna novedad, y desde allí envió á decir al vizconde y á sus valedores, que bien sabían él y todos sus vasallos y todo el mundo, que no había príncipe y señor que menos agravios hiciese 109
á los suyos, que él hacia á sus vasallos, antes que por hacerles bien y disimularles tanto, les perdía, y que el vizconde era uno de ellos; pero esto no bastó, porque el conde de Urgel se puso á punto de guerra, para cobrar del rey sus castillos á fuerza de armas. Estuvo el rey en Lérida hasta el principio de este año 1260, y se partió á Aragón para dar razón á algunos negocios de aquel reino, que / (Página 542) necesitaban de su real presencia; y el conde don Álvaro fue con sus gentes, cobrando algunos lugares y castillos del condado de Urgel, y estragó la tierra y comarca de los que estaban por el rey, el cual en esta ocasión mandó pagar á don Álvaro mil quinientos morabatines alfonsíes, y cobró de ellos pueblos de Somet, Roda, Fontes y Embit, que don Alfonso, abuelo del rey, había empeñado por dicha cantidad á los antecesores del conde, el cual libremente se los volvió, y otorgó carta de pago del dinero; y después de esto, tomó por fuerza de armas las villas y castillos del estado de Ribagorza, que estaban por el rey, é hizo mucho daño en las aldeas y campañas de Balbastro. Convocaron todos los pueblos comarcanos, y particularmente aquellos que habían recibido daño de don Álvaro, en la dicha ciudad, y dieron de ello queja al rey, el cual enojado de aquel atrevimiento, mandó á Martín Pérez de Artesona, justicia de Aragón, que persiguiese con ejército formado á la gente de don Álvaro, porque estaba determinado de sacarle del mundo, si no se retiraba y apartaba de hacer los daños que hacía, y poco después tuvo el rey cortes en Barcelona, y en ellas no se pudo dar remedio al estado de estas cosas, antes bien el vizconde de Cardona y sus parientes no querían consentir al donativo ó servicio, que no quedasen él y los demás querellantes satisfechos de los agravios decían haber recibido del rey; pero sin darse á esto cumplida satisfacción, se otorgó el servicio, y quedaron las cosas de los barones como de antes. Esto pasaba entre el rey y el conde don Álvaro y sus valedores, cuando el obispo de Huesca iba procediendo con gran cuidado en la causa del matrimonio; y á la que estaba á lo mejor de ella, ora fuese que doña Cecilia / (Página 543) desconfiase por su poca justicia, ora porque no lo pareciese la ciudad de Lérida segura, como ella decía, ó que quisiese dilatar el pleito , ó por cualquiera otra causa, á 10 de las calendas de enero de 1261, por medio de su procurador, alegó delante del pontífice, que ella no tenía paso seguro para ir á la ciudad de Lérida, y que la dicha ciudad estaba muy cercana á las tierras de don Pedro de Moncada, y que él tenía allá muchos amigos y valedores, y que el obispo de Lérida don 110
Guillen de Moncada era tío de doña Constanza, y que el rey don Jaime de Aragón, y don Sancho, arzobispo de Toledo, hijo del rey don Fernando, el Santo, estaban muy apasionados por doña Constanza y habían escrito al pontífice en su favor, y que el infante don Pedro, hijo del rey, había dicho, que él había de hacer que su prima doña Constanza fuese condesa de Urgel, y que era mal caso hubiese ella de acudir en una ciudad para ella tan sospechosa, de la cual era señor el rey don Jaime y lo había de ser don Pedro, su hijo, que tan declarado se mostraba en favor de ellas; y sobre esto pasaron algunas razones entre los procuradores de las partes, y á la postre comprometieron, y por parte de doña Constanza nombraron á don Bernardo de Olivella, obispo de Tortosa, que después fue arzobispo de Tarragona, y por parte de doña Cecilia al de Carcasona, y al de Vique por tercero, en caso que los dos no concordaran; y el papa les cometió el negocio con un breve, despachado décimo calendas januarii pontificatus sui anno primo. Los obispos, recibido el breve, entendieron en el negocio y citaron las partes, asignándoles la ciudad de Manresa para oírlas; y porque el obispo de Carcasona no podía acudir, subdelegó á Bernardo, canónigo, / (Página 544) y al arcipreste de la iglesia de Carcasona; pero estos, ó por no poderse juntar, ó por sus ocupaciones, ó por otra cualquier causa, pasó un año que no hicieron nada; y el obispo de Huesca procedía en la causa, y al 1º de junio de 1262 declaró en ella, guardando siempre la disposición de los sagrados cánones, y con definitiva sentencia adjudicó al conde por marido de doña Constanza, mandándole que dejada la intrusa, la recibiese, como era obligado, y tratase con marital afecto, haciendo las amonestaciones y mandamientos eran menester, hasta descomulgarle a él y poner entredicho en sus tierras y estados. Doña Cecilia y el conde apelaron cada uno de por sí de esta sentencia á la sede apostólica; el conde pidió apóstoles, y estos le concedió el obispo de Huesca, á 14 de las calendas de agosto, y en ellos refiere muy largamente los motivos con que fundó la declaración había hecho y sumariamente las faltas había por parte del conde, el cual, después de haber apelado, no se curó mas de proseguir la causa, cohabitando con doña Cecilia, no obstante los mandamientos que él le había hecho. Doña Constanza, deseosa de cobrar su marido y de que la sentencia se ejecutase, pidió al papa remedio sobre esto; y él, con su bula despachada á 20 de febrero de 1263, lo sometió á don Arnaldo de Gurb, obispo de Barcelona, y al glorioso san Ramón de Penyafort, cuya santidad y buena fama era pública por todo el 111
mundo, porque estos le obligasen á cobrar á doña Constanza y obedecer en todo á la sentencia del obispo de Huesca. Esto parece en la misma bula, que vertió el padre Diago, del orden de Predicadores, en la vida que escribió de san Ramón de Penyafort: aquel autoría trae en romance, y aquí va en latín y dice: / (Página 545) Urbanus episcopus servus servorum Dei venerabili fratri episcopo Barchinone et reverendo filio fratri Raymundo de Pennaforti ordinis Predicatorum capellano et penitentiario nostro salutem el apostolicam benedictionem. Ad nostram noveritis audientiam pervenisse quod licet nobilis vir Alvarus comes urgeliensis jam dudum cum dilecta in Christo filia nobili muliere Constantia nepti charissimi in Christo filii nostri aragonensis regis illustris in ecclesie facie matrimonium per verba de presenti duxerit legitime cuntrahendum idem tamen comes eam postmodum traducere denegans minus juste nobilem mulierem Ceciliam sororem dilecti filii nobilis viri comitis fuxensis de facto cura de jure non posset super inducere presumsit uxorem: verum cum predicta Constantia coram venerabili fratre nostro urgelensi episcopo jus suum super hoc non posset prosequi pro eo videlicet quod ad ipsum accessus haberi non poterat nisi per districtum Alvari comitis memorati prefata nobili super hoc benignitatem apostolicam implorante felicis recordationis Alexander papa predecessor noster dedit sub certa forma venerabili fratri nostro oscensi episcopo per litteras apostólicas in mandatis ut si esset ita prefatum Alvarunm comitem quod hujusmodi super inducta dimissa eandem Constantiam traduceret ac maritali affectione tractaret per excomunicationis in personam et terram ipsius comitis interdicti sententias apellatione remota ratione previa coerceret. Postmodum vero idem oscensis episcopus cognitis hujusmodi cause meritis et juris ordine observato difinitivam pro predicta Constantia sententiam proferens ac sibi prefatum Alvarum comitem in virum adjudicans nihilominus comiti mandavit eidem et prefati super inducta dimissa eanden Constantiam ut tenetur traduceret et maritali affectione tractaret: el licet idem comes super hoc ab eodem oscensi episcopo ad sedem aposlolicam duxerit apellandum appellationem tamen suam cum potuerit elapsis septem mensibus et amplius non curans prossequi ac super inductam ipsam damnabiliter detinens predictam Constantiam ducere denegat pro suc inconsulte arbitrio voluntatis. Porro sicut dolentes audivimus inter consanguineos ejusdem Constantie ex una parte ac memoratum comitem ex altera olim prppter hoc 112
adeo graves inimicitie fuerunt exorte quod instigante inimico humani generis nonnulta homicidia ac / (Página 546) etiam incendia pluirium locorum habitabilium exinde sunt secuta. :os itaque prout ex injuncte nobis servitutis officio teneri dignoscimur et animarum obviare periculis ac eisdem inimicitiis finem imponere necnon periculo et guerrarum discrimini que inter personas tam potentes et nobiles hujusmodi occasione invalescere possent viam perdudere cupientes discretioni vestre per apostolica scripta precipiendo mandamus quatenus predictum Alvarum comitem urgelensem monitis efficacibus inducatis ut sue saluti consulens in hac parte sepedictam Constantiam prefata super inducta prius omnino dimissa traducere ac maritali studeat affectione tractare: quod si forte ipse monitis vestris acquiescere in hac parte noluerit vos vocatis qui fuerint evocandi de supradicta sententia per supradictum oscensem episcopum promulgata legitime cognoscentes quod canonicum fuerit apellatione postposita statuatis facientes quod decreveritis per censuram ecclesiasticam firmiter observari non obstante aliqua indulgentia tibi fili Raymunde aut ordini tuo ab apostolica sede concessa quod te de causis intromittere non tenearis invitus per ipsius sedis litteras non facientes plenam et expressam de indullo hujusmodi mentionem. Quod si non ambo his exequendis potueritis interesse alter vestrum ea nihilominus exequatur. Data apud Urbem Veterem X kalendas martii pontificatus nostri anno secundo. A 9 de las calendas de octubre fueron intimadas estas bulas al conde en la ciudad de Balaguer, en ocasión que salía á caza en compañía de Geraldo de Cabrera, su hermano, y dos otros caballeros, con unas letras citatorias emanadas de la corte del obispo de Barcelona á 16 de las calendas de octubre , y en ellas estaban pendientes los sellos del obispo de Barcelona y de san Ramón, el cual, dice el proceso que era imago predicatoris síantis manibus janctis et flexis genibus et desuper erat manus hominis benedirentis, y en derredor del sello estaban escritas estas / (Página 547) palabras: Signum fratris Raimundi domini Papae penitentiarii. Doña Cecilia, pocos días después de la data de estabula, alcanzó otra del mismo papa Urbano, que cometía esta causa á los obispos de Oloron y Comenge, despachada en Civitavechia, á 4 de las nonas de mayo, de su pontificado año segundo, que era el de Cristo Señor nuestro 1263, donde á su modo dio razón al pontífice de todo lo que había pasado. Esta 113
bula he visto en el Archivo Real, en el armario 16, en el saco de los papeles de este casamiento, y en un proceso que estรก en el mismo saco, y es la que se sigue. Urbanus episcopus servus servorum Dei venerabilibus fratribus Oloronensi et Convenarum episcopis salutem apostolicam benedictionem. Dilecta in Christo filia nobilis mulier Cecilia comitissa Urgelli uxor nobilis viri comitis urgellensis nobis significare curavit quod nobilis mulier Constantia nata nobilis viri Petri de Montecateno Ilerdensis diocesis falso asserens quod ipsa cum eodem comite matrimonium per verba contraxit de presenti quodque dictus comes eam non curans traducere eandem Ceciliam de facto super duxerat in uxorem et suggerens felicis recordationis Alexandro pape predecessori nostro quod ipsa ad venerabilem fratrem nostrum Urgellensem episcopum ipsius comitis diocesanum accedere non poterat nisi per terram comitis memorati super hoc ad venerabilem fratrem nostrum Oscensem episcopum contra eundem comitem ipsius predecessoris sub certa forma litteras impetravit quarum auctoritate cum eadem Constantia nominatum comitem coram prefato episcopo citare fecisset predicta Cecilia rem suam agi conspiciens et ex hoc inveniens sibi prejudicium generari ab eodem Oscensi episcopo ad docendum de jure suo se postulavit admitti: et licet dictus episcopus Oscensis ad hoc eam duxerit admittendam quia tamen dictus episcopus ad hoc ei locum non tutum assignans alium sibi contra justitiam denegabat assignare securum humiliter requisitus predicta Cecilia sentiens / (Pรกgina 548) ex hoc indebite se gravari ad sedem duxit apostolicam apellandum et super apellatione sua ad venerabilem fratrem nostrum Carcassonensem episcopum ejusque collegas ipsius sedis litteras impetravit: et licet iidem judices in hujusmodi appellationis causa infra annum procedere non curaverint quaravis ab eadem Cecilia fuerint super hoc pluries legitimis temporibus requisiti predictus tamen Oscensis episcopus in principali causa de facto procedens eundem comitem predicte Constantie per iniquam difinitivam sententiam adjudicavit in virum a qua prefata Cecilia ad eandem sedem vocem appellationis emissit. Quocirca fraternitati vestre per apostolica scripta mandamus quatenus vocatis qui fuerint evocandi et auditis hinc inde propositis quod canonicum fuerit appellatione postposita decernatis facientes quod decreveritis per censuram ecclesiasticam firmiter observari non obstante constitutione de duobus dietis edita in concilio generali dummodo infra ipsas predicta Cecilia super his assequi nequeat 114
justitie complementum et ultra tertiam vel quartam aliquis extra suam diocesim auctoritate presentium ad judicium non trahatur proviso ne in terris dictorum nobilium excomunicationis vel interdicti sententiam proferatis nisi super hoc a nobis mandatum receperitis speciale: quod si non ambo his exequendis potueritis interesse alter vestrum nihilominus exequatur. Data apud Urdem Veterem IV nonas maii Pontificatus nostri anno secundo. Los obispos de Olorón y Comenge, á quienes vino dirigida esta bula, subdelegaron al abad de Monte Oliveto, de la diócesis de Carcasona, y á Izarno, pavorde Talabuxense, y á Bernardo, arcediano de la dicha iglesia de Carcasona, para que recibiesen las informaciones; y ellos se reservaron el hacer la sentencia definitiva, aunque después también dieron comisión para promulgarla. Citaron al conde y á doña Constanza, la cual jamás contestó la lite, y prosiguieron su pleito hasta sentencia definitiva; y en el discurso de él, ya se excusaba de la causa el uno de los subdelegados y / (Página 549) ya el otro, y el conde, que en aquella ocasión debía tener pocas ganas de volver á estar con doña Cecilia, alegó que él no tenía obligación delante de los dichos obispos, por estar remotos más de dos dietas, pero á la postre, instados de doña Cecilia, señalaron lugar para la decisión de la causa y publicación de la sentencia en la ciudad de Carcasona, en la iglesia de Santa María de Burgo :uevo. Mientras estas apelaciones duraban y los obispos de Francia y subdelegados por ellos hacían lo que queda dicho, el conde, ora fuese por temor de las censuras con que le obligaba el obispo de Lérida ó remordido do su conciencia, ó por temor del rey, ó por otra cualquier causa, obedeció, y á 16 de septiembre del año 1263 dejó del todo á doña Cecilia y cobró á doña Constanza, siendo él de edad de veinte y cuatro años, y vivieron juntos cerca de un año, con mucha paz y amor, y engendró á doña Leonor, que casó con don Sancho de Antillón, y tuvo de ella una hija, llamada Constanza, que casó con don Gombau de Entença, y de este matrimonio salió doña Teresa, que casó con el infante don Alfonso, que fue conde de Urgel y después rey de Aragón, y le llevó en dote el condado de Urgel, vizcondado de Ager y baronía de Entenga, porque ella lo vino á heredar todo. El glorioso san Ramón, que fue el juez delegado con el obispo de Barcelona por el romano pontífice, contento de este tan buen suceso de que el conde hubiese dejado é doña Cecilia y cobrado á doña Constanza, se excusó de esta causa, porque estaba enfermo y pasaba de edad de ochenta 115
años: esto fue á 3 de las nonas de febrero de 1264, y quedó solo juez de la causa el obispo de Barcelona. Doña Cecilia quedó muy agraviada de lo que el conde / (Página 550) había hecho é instó con grandes veras la causa de apelación, cometida á los obispos de Francia, y por ellos, á 26 de febrero de 1264, Bernardo, arcediano de Carcasona, é Izarno de Fano-Jovis, paborde de Talabux, jueces subdelegados, dieron su sentencia, y declararon haber doña Cecilia bien apelado, y el obispo de Huesca mal declarado y proseguido su causa; y pocos días después instó el procurador de doña Cecilia á los dichos jueces para que conocieran si aquel matrimonio era legítimo ó no, y ellos dieron sobre ello su sentencia, declarando que el matrimonio de doña Cecilia era bueno, y que el conde estaba obligado á dejar á doña Constanza y volver con doña Cecilia, y condenaron á doña Constanza en costas, y que pagase por ellas novecientos marcos de plata; y á 29 de marzo , el conde, que estaba ya olvidado de doña Cecilia y arrepentido de lo mal hecho, apeló al pontífice de esta sentencia, y entre otras razones que da, es no haber sido citado ni haber contestado la lite. Estas sentencias fueron la perdición y confusión de este negocio, y causaron los grandísimos males que después se siguieron: con todo el conde perseveró con doña Constanza, hasta 23 de septiembre de este año, y en dicho tiempo procedieron los dichos obispos ó sus subdelegados con censuras contra el conde, obligándole á que obedeciese, y presentaron sus letras al abad de San Saturnino de Tavernoles y al prior de Organyá, para que ejecutaran su sentencia; y un martes, pasada la fiesta de Pascua de Resurrección, mandaron á todos los obispos, abades, rectores, priores y otros á quienes fuesen presentadas sus letras y mandamientos, que obligasen con censuras, hasta tañer campanas y matar candelas, al dicho conde y á / (Página 551) doña Constanza, á obedecer á la dicha sentencia, y según estaban determinados, si pudieran, también metieran entredicho en las tierras del conde; pero el papa, como vimos en la bula, se lo había expresamente prohibido. Estos mandatos se publicaron en nueve lugares ó parroquias del obispado y condado de Urgel. Al principio el conde no hacía caso de estas censuras, pero después fue muy obediente á estos mandamientos, que no debiera, y dejando á doña Constanza, que había ya un año y siete días que estaba con ella, volvió á tomar á doña Cecilia, lo que pareció á todos muy mal y causó general escándalo en todos estos reinos, y los parientes de doña Constanza se alteraron mucho de ello. El 116
obispo de Barcelona, por remediar tantos daños como habían sucedido, y obviar muchos más que se esperaban, con toda la diligencia posible mandó meter á punto do poderse declarar el proceso que se ventilaba delante de él, para dar fin á aquel pleito y sacar de escrúpulo, si es que le tuviese, al conde y á su conciencia; y para mas facilitar la recepción de los testigos que se habían de dar por las partes, señalaron la villa de Cervera, por lugar más cómodo para dicha recepción, y la cometieron á Arnaldo de Vernet, deán de Lérida, y á Ricardo arcediano de Urgel. El deán de Lérida acudió á Cervera, y á 14 de julio de este año 1264, estaba ya aparejado para recibir dichos testigos. El arcediano, ora fuese para dilatar el negocio, y en eso dar gusto al conde y á doña Cecilia, rehusó acudir, dando por razón que no se tenía por seguro, porque toda aquella tierra estaba llena de gente de guerra, unos por cuenta de don Pedro de Moncada , y otros del conde de Urgel. Doña Cecilia estaba en Pons é instaba que el / (Página 552) arcediano y los testigos que ella había de dar fuesen guiados, porque de otra manera nadie osaba ponerse en camino. El obispo de Barcelona y el deán de Lérida lo acomodaron lodo, y quedaron guiados el arcediano y testigos, y les dieron hombre que les acompañase, y prometieron don Pedro de Moncada y el conde de Urgel que no les harían, ni ellos ni su gente, daño alguno; pero los testigos de doña Cecilia tardaron algunos días, y á la postre dijeron que no querían ir sino compelidos con censuras, y pidió doña Cecilia fuesen recibidos otros que ella tenía en el condado de Foix y reino de Francia: hiciéronse letras de comisión para los obispos de aquellas tierras, y fueron recibidos, y doña Cecilia quedó satisfecha. Todo esto pasó en los meses de julio y agosto, y cada una de las partes, como mejor pudo, justificó su causa. En esta ocasión, el conde de Urgel no dormía, antes hacia todo lo que podía para quitar la causa de manos del obispo, y meterla en manos de los prelados de Francia, por ver que ellos sentían diferentemente de los de Cataluña de aquel pleito (porque no estarían tan bien informados en él; y así representó al papa Clemente, que él se sentía muy agraviado de lo que le habían hecho el obispo de Barcelona y san Ramón, y de lo que el obispo hacia, y no esperaba de ellos justicia, y así suplicaba que le diese otro juez que conociera de estos perjuicios que decía se le hacían, y sobre de ello informó largamente al papa, si bien no le dio entera noticia de lo que 117
pasaba. El papa, quinto idus julii, pontificatus sui anno primo, que era de Cristo 1265, despachó sus bulas al obispo de Beziers cometiéndole este negocio; y él intimó al obispo de Barcelona y á san / (Página 553) Ramón las dichas bulas, porque no pasaran adelante en su comisión. Doña Constanza envió allá su procurador, que le dio cumplida satisfacción y respuesta, y se apeló al pontífice; y entonces el obispo de Beziers, enterado de la verdad y calidad del negocio, no se curó más de él, porque conoció que todo consistía en dilaciones y subterfugios que buscaba don Álvaro; y por mayor claridad del negocio, el obispo de Barcelona firmiter declaró que, no embargante la comisión hecha al de Beziers, de la cual se había ya apelado, podía él proceder en la causa. Esto pasó á 30 de octubre, y el día siguiente, en iglesia de Santa Catalina, mártir, de Barcelona, el obispo de aquella ciudad, estando presentes san Ramón y fray B. Dezbach, declaró, que por haber de ir con el rey á la conquista de Murcia, tomando la cruz contra los sarracenos, subdelegaba al prior de Santa Eulalia del Campo, del orden de los canónigos reglares de San Agustín, encargándole que, en lo que pudiese tomar consejo con san Ramón, lo tome; y éste el día siguiente mandó citar al conde, á quien nadie osaba presentar citaciones, y el que le citó dejó las letras sobre el altar mayor de la iglesia mayor de Balaguer, que dice se llamaba Santa María de Almatano, y en presencia de Ricardo, arcediano de Urgel y rector de la ciudad de Balaguer, Hecho esto, prosiguió su causa, y el proceso quedó concluido y declaradas muchas dudas y dificultades que por parte del conde V doña Cecilia se movieron, que mas eran para dilatar la causa, que por otro buen fin, y á 12 de noviembre de este año, estando el dicho prior de Santa Eulalia en el claustro de la Seo de Barcelona, y tomado consejo de san Ramón, según el obispo se lo había encargado del negocio / (Página 554) tan grave requería, dio sentencia en favor de doña Constanza, confirmando la que había hecho el obispo de Huesca. :o se puede explicar con palabras que tal quedó el conde y todos sus amigos y valedores, y las alteraciones que recibieron en su ánimo con tal declaración, la cual aprovechó poco, porque el conde declaró que no quería obedecer á esta sentencia, sino estar á lo que declararon los jueces de Francia, de cuya declaración nacieron daños irremediables; y el glorioso san Ramón, condolido de ellos y lastimado del poco caso que hacia el conde de la última sentencia, y pareciéndole que este negocio, por 118
razón de las sentencias encontradas que había, no podía tener aquí buen fin, escribió una carta al papa Clemente, dándole razón de todo lo que había pasado, aconsejándole que se asuma á sí este negocio, y vistas las pretensiones de las partes, sea el juez y conocedor de este negocio. Copia de esta carta he visto en el archivo real de Barcelona, aunque ya algo consumida del tiempo, y la tradujo en castellano el padre Diago, en la vida del santo, y yo, por ser de un santo tan grande y paisano nuestro, y para defenderla de las injurias del tiempo, de quien, por su antigüedad, queda algo maltratada, la traigo aquí, y dice de esta manera: Sanctissimo et in Christo patri reverendissimo domino Clementi divina providentia sacrosancte Romane Ecclesie summo pontifíci frater Raimundus de Pennaforti terram coram beatissimis pedibus osculari. Reverende Paternitati vestre duxi humiliter in Domino intimandum quod bone memorie dominus Urbanus predecessor vester causam matrimonialem que vertebatur inter comitem Urgellensem ex una parte et filiam nobilis Petri de Montecateno ex altera venerabili patri episcopo / (Página 555) barchinonensi el mihi terminandam sub certa forma comissit: el quouiam ego propter infirmitates meas multiplices et nimiam debilitatem corporis prosecutioni cause non poteram personaliter interesse causa hujusmodi rationabili ac suffícienti ac nota omnibus in presentia partium assignata renuntiavi simpliciter ut exinde dictus episcopus procederet sine me prout secundum formam rescripti de jure poterat el debebat: qui cum aliquando tempore processisset occasione facti frontarie contra sarracenos Hispanie impeditus causam ipsam subdelegavit priori Sancte Eulalie de Campo ordinis sanctí Augustini in suburbio Barchinone qui prior de concilio sapientium el virorum Deum timentium causam ipsam sententialiter terminavit quantum intelligere valeo et humana fragilitas nosce sinit rationabiliter et discrete juxta canonicas sanctiones. Hinc est quod ego ad excusandam innocentiam meam super hoc quod propter causam urgentem et necessariam superius assignatam renuntiavi prosecutioni cause predicte et ut aliqua de periculis imminentibus vobis tangam presentes litteras per dilectum in Christo G. de Montalbá latorem presentiim mittere destinavi. Supplico igitur Sanctitati vestre Pater coram vestris sanctis pedibus provolutus quatenus guerras strages hominum scandala gravia et pericula animarum que jam ex hoc sunt secuta sicut ad vestram credimus notitiam pervenisse et alia que imminent in posterum graviora nisi celeriter subveniatur misericorditer intendas diligenter 119
pensatis processibus et circunstantiis attenter habitis et conscriptis que omnia fideliter per ipsum presentium portitorem ad vestram presentiam transmittuntur finem optatum pariter et sententiam predicto negocio imponatis: nam sicut mihi videtur utraque pars hoc desiderat et expectat et insuper fama communiter predicat et credo firmiter verum essequod nunquam nisi per sedem apostolicam sepe; fala causa potui terminari alioquin si hujusmodi determinatio quod Deus avertat per providentiam vestram non fiat vel etiam diferatur in longum timeo verisimiliter quod cum ex utraque parte sint multum nobiles et potentes tantum agravabitur indignatio et pericula tam gravia subsequentur quod vix temporibus nostris poterit negotium deduci ad pacem. Dominus Jesus Christus dirigat vos et omnes actus vestros tam in iis quam in aliis in beneplacito / (Página 556) suo semper itaquod per vestram piam et sanctam sllicitudinem fides sancta catholica exaltetur et pax Dei que exsuperat omne censum undique procuretur. Data Barchinone quarta feria ante Paschas. Esta carta fue de tanta eficacia, que ella sola fue bastante para que el papa se hiciese juez de este negocio, el cual, á 15 de mayo, año segundo de su pontificado, y de Cristo nuestro Señor 1266, lo cometió al obispo y cardenal Prenestino, encargándole con grandes veras mirase en ello: y éste, citadas y oídas las partes, procedió en la causa, y á la que pidieron al procurador del conde, que era G. de Montalbá, el que llevó la carta de san Ramón, que enseñase su poder, lo rehusó, diciendo que primero quería ver la comisión que el papa le había hecho de esta causa y negocio, lo que fue muy notado; y esto y otras dificultades semejantes, como era impugnar la procura de doña Constanza, porque era otorgada sin licencia ó consentimiento de su padre, cada día desacreditaban la causa de doña Cecilia y del conde. Aquí se representaron los motivos con que las partes fundaban su intención, y se repitió otra vez todo lo que hasta aquel punto se había alegado por cada una de las partes; articuláronse muchas cosas particulares y muy menudas que habían pasado entre el conde y doña Constanza, y todo lo que alegaron se dio probado con testigos que se ministraron en gran numero: por parte del conde se dieron más de treinta, y muchos más por parte de la condesa; y aunque estos probaban mejor y daban muy acertadas razones de sus dichos, pero los del conde se mostraron más apasionados y sobornados, y los mas de ellos ó / (Página 557) casi todos eran vasallos y hombres suyos; y confesaron los mas de ellos que todo lo que tenían lo tenían por el conde, 120
que le eran amigos y estaban muy deseosos que saliese el negocio á gusto suyo. Estos dijeron, que cuando el conde y doña Constanza fueron desposados, eran los dos de tan poca edad; que del todo eran inhábiles para el uso del matrimonio, y mucho mas para dar el consentimiento que era necesario, y que estando en casa de su suegro, lloraba por verse casado, y que cuando lo desposaron estaba tan vergonzoso y pasmado, que no estaba en lo que hacía, y que la edad poca de los dos impidió que aquel matrimonio fuese consumado, porque á doña Constanza no se le aparecían diez años, ni al conde doce, y era tan inhábil para el uso del matrimonio, que aun dos años después de él no era para ello. Pedro Cortit, de Balaguer, en su deposición, hablando de esto, cuenta ciertos tratos que tuvo (dos años después de casado con doña Constanza) con una criada de Bernardo de Anglesola, con que destruye mas la pretensión del conde, que no la fortifica; y Jaime de Cervera dice, que una vez, estando en la Torreblanca, junto á Linyola, le dijo, que no quería casar con la hija de don Pedro de Moncada. Esto se decía por su parte. Por parte de doña Constanza se justificó, que cuando los dos fueron casados eran de tal edad y aspecto, que cualquier persona que los hubiera visto los juzgara por hábiles al matrimonio, y que habían visto muchos, que no eran de tan buena disposición como ellos, que le habían consumado, y que los dos eran de tan buena estatura del cuerpo, que nadie que los hubiera visto podía juzgar otra cosa, y que el conde, ya antes de casar, en la villa de Tamarit y / (Página 558) Linyola había tenido conversación con mujeres cortesanas y se había encerrado solo con ellas , y que cada noche, después de esposado, se acostaban él y doña Constanza en una misma cama, y allá quedaban solos; y ella, el otro día después de la primera noche, comunicó á una dueña llamada María Serrano todo lo que había pasado, y en su deposición, que está en el dicho armario, lo refiere muy largamente y por menudo; que seis meses después de casado, salió á caballo, armado de todas armas, en unas pendencias que tuvo con Guillen de Anglesola y Ramón de Cardona, así como pudiera salir cualquier hombre de mejor edad. Estas y otras muchas cosas, dichas por testigos muy calificados y mayores de toda excepción, probó por su parte doña Constanza; y declaradas las dudas y dificultades que se ofrecieron, que en causas matrimoniales suelen ser muchas, quedó el proceso concluido; y el cardenal, estando en Viterbo, á 121
4 de abril, año 1267, indicción décima, declaró en la causa (está la sentencia en el archivo real de Barcelona, armario 16, n. 4,), sentenciando en favor de doña Constanza; y luego el pontífice, que estaba también en dicha ciudad de Viterbo, á 11 de dicho mes de abril, y de su pontificado año tercero, despachó un rescripto al obispo de Barcelona y al de Magalona, en Francia, que es el de Mompeller, haciendo en él mención larga de la declaración del cardenal obispo Prenestino, mandándoles la hicieran ejecutar, hasta descomulgar al conde y meter entredicho en sus tierras, en caso que no quisiera obedecer. Estaba enfadado el conde de tanta persecución y desdicha como tenia, espiritual y temporal; cada día se le intimaban mandatos penales en razón de su matrimonio, y la / (Página 559) gente de armas del rey le inquietaban lo poco que le había quedado del condado de Urgel, cuando se retiró á Foix con su doña Cecilia; y estando allí, la tristeza le consumió, y los cuidados y pesadumbres le volvieron tísico, y con calenturas que sobrevinieron dentro de pocos días, murió, no sé si absuelto de las censuras en que había incurrido, por no haber obedecido á las sentencias y mandatos apostólicos. Murió, según la más común opinión, al principio del mes de marzo del año 1268, según Zurita; y según el anal de Ripoll y memoria» de aquel ilustre convento, del año 1267; y todo puede ser, contando ó entendiendo los unos de la Encarnación, y los otros de la :avidad. El autor del libro llamado Flos mundi dice que murió la vigilia de san Bernardo, en Foix; pero no especifica el año: murió de edad de veinte y ocho años, pocos meses mas ó menos, y este mismo año murió don Pedro de Moncada. Tuvo don Álvaro muchos dones y gracias de naturaleza: fue muy liberal y generoso, diligente, gran soldado y muy querido de sus vasallos y amigos; y si sus virtudes no las amancillara con el desordenado amor que tuvo á doña Cecilia, y tuviera mejores consejeros, hubiera sido uno de los mas esclarecidos príncipes de estos tiempos. El autor del Anal de Ripoll, no pudiendo disimular lo bueno que había en él, dice: fuit armis strenuus, probus, largus, diligens, plurimum generosus, qui propter discordiam et dimissionem primae uxoris, habuit multas guerras, et pthysi ac febribus est mortuus apud Fuxum, anno Domini MCCLXVII, et dimissit in magna discordia et tribulalione comitatum, etc. 122
Fue sepultado en Foix, y dejó de doña Constanza una hija llamado Leonor, de quien hablamos arriba, y de doña / (Página 560) (Cecilia dos hijos: el mayor se llamó Armengol y le sucedió en el condado, y el otro Álvaro, que fue vizconde de Ager. Este casó con Sibila, hija de Ramón, vizconde de Cardona, y de Sibila, su mujer, y hermana de Ramón Folc, vizconde de Cardona: consta en auto de la dotalía del beneficio de San Antón en la Seo de Barcelona, que fundó Brunisenda, su hermana, mujer de don Guerau de Cervelló, en las nonas de enero de 1319. :o he visto hasta ahora su testamento; pero seque dejó á la fábrica del monasterio de Predicadores de la ciudad de Lérida cien morabatines, los cuales pagó el rey don Jaime á 4 de mayo de 1275. Con otros ciento que le dejó la reina doña Violante, su mujer. En vida de este conde se trató entre san Luís, rey de Francia, y don Jaime, rey de Aragón, de concordar las diferencias antiguas que había entre los reyes, sus antecesores, sóbre los derechos que unos tenían en algunas tierras de los reinos de los otros. Por facilitar el trato de esto, envió el rey don Jaime á don Arnaldo de Gurb, obispo de Barcelona, á Guillen, prior de Cornellá, y á Guillen de Rocafull, gobernador de Monpeller por el rey; y en marzo de 1275 les dio poder para renunciar en favor de san Luís y de sus sucesores, y aceptar la renunciación de él; y después, á 5 de los idus de marzo del año 1 258, en un lugar del reino de Francia, llamado Corbolio, renunció en presencia de Felipe, hijo primogénito del santo, y de otros muchos, el derecho que pretendía competerle por razón de los señoríos ó feudos antiguos ó por cualquier razón en los condados de Barcelona , Urgel, Besalú, Rosellon, Ampurdán, Cerdaña, Conflent, Gerona y Vich, y de esto se hizo el / (Página 561) dieciocho día auto público, sellado con el sello de este glorioso santo, en cera verde y pendiente de un cordón de seda colorada, sin torcer, y en él la imagen del santo sentado, con corona á la cabeza y vestiduras reales; á la una mano tiene una flor de lis, y á la otra un cetro real, con algunas flores de lis por remate, así como le pinta Tillet en su historia, y al derredor unas letras que dicen: Ludovicus Dei gratia Francorum Rex, y al dorso una sola flor de lis, casi del talle que la pinta Tillet, y sin aquellas dos florecitas que salen de las hojas de la flor. Guárdase esta escritura, ó, por mejor decir, reliquia en el archivo real de Barcelona, en el armario 7, saco 1, nº 62; y después, á 17 de las calendas de agosto del mismo año, el rey don Jaime renunció el derecho le competía en algunas tierras del reino de Francia, 123
que largamente quedan especificadas en el auto de la dicha renunciación, el cual dejo de continuar aquí, pues le podrá ver el curioso en la historia ó memorias del Languedoc, que estos años atrás con mucha erudición y diligencia sacó á luz Mr. Guillen Catel, del consejo del rey Luís XIII, en la página 29; y después de estas renunciaciones, se fue olvidando el contar, tan usado en Cataluña, por los años de los reyes de Francia, tomando de aquí adelante, unos el de la Encarnación, y otros el de la :avidad de nuestro Señor Jesucristo, como lo usamos ahora, y se fue continuando muchos años después; y en su lugar veremos cómo lo mandó con constitución el rey don Pedro III (IV de Aragón) (...)”. (78). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (183). Libro II. CAPÍTULO LXXIII. De los monasterios que se fundaron en esta ciudad [de Zaragoza] de las órdenes de Santo Domingo y San Francisco. “(...) Santo Domingo y sant Francisco, y sus órdenes. Por este tiempo florecía la santidad y religión de los dos varones santísimos Domingo y Francisco de Assisio, que nuestro Señor que no desampara jamás su iglesia levantó, cuando abundaba la malicia y se iba entibiando la caridad de los más como por nuestros pecados suele acontecer. Los religiosos de santo Domingo se llamaron predicadores, y los de sant Francisco menores; y por qué. Tuvieron entonces principio las órdenes que estos santos varones instituyeron con el favor divino. Y los religiosos de la regla de santo Domingo se llamaron frailes predicadores porque pretendiendo la gloria y honra de Dios nuestro señor y la exaltación de su iglesia y no cosa suya en particular, se dedicaron a la predicación del santo evangelio con humildad y abyección de una voluntaria pobreza: y su principal instituto y profesión era perseguir y estirpar las heregías y todo error como pestilencia mortal. Los padres de la orden de sant Francisco se llamaron frailes menores de la penitencia de Jesucristo, y profesaban una muy austera y estrecha regla con suma pobreza. Y su principal instituto era persuadir a los fieles a verdadera penitencia de sus culpas. Confirmación de las órdenes dichas. Fueron estas órdenes aprobadas por Honorio tercero y Gregorio nono y por los sumos pontífices sus sucesores. Y comenzaron a fundar en su vida estos gloriosos santos diversos monesterios en toda la cristiandad. Fúndanse las primeras casas de estas 124
órdenes en Barcelona y Zaragoza. Y las primeras casas que se fundaron en estos reinos fueron las de Barcelona y Zaragoza. Y aunque en esta ciudad había dos iglesias que eran muy veneradas desde los tiempos antiguos por la devoción que desde la primitiva iglesia tuvieron en ella los fieles, que eran la capilla de nuestra señora del Pilar y la iglesia de santa Engracia y de las santas masas. San Braulio hizo edificar el convento de santa Engracia. Que según parece en una leyenda antigua se mandó edificar por sant Braulio obispo de Zaragoza junto a la ribera de la Huerba sobre las santas reliquias de innumerables mártires, a donde se puso también el cuerpo de santa Engracia. Porque en estos templos por la gran devoción de los fieles permaneció siempre el culto divino en el tiempo que esta ciudad estuvo debajo de la servidumbre de los moros, y se empleaban con gran hervor de fe en estas iglesias las limosnas. El convento de predicadores se fundó antes que el de los menores. Pero visto cuánto provecho resultaba de la doctrina y ejemplo de estos religiosos, fueron recibidos generalmente con gran devoción y caridad. Del año que vinieron los padres predicadores no se tiene cierta noticia, más de ser su monasterio primero fundado en el lugar que está, sobre la ribera del río Ebro, antes que el de los frailes menores, que se mudaron del primer puesto adonde labraron su iglesia. Fray Juan Parente sucesor de sant Francisco, vino a fundar a Zaragoza. Con éstos vino un gran religioso que fue maestro general de su orden después de la muerte de sant Francisco, que se llamó fray Juan Parente de Florencia; y llegó a esta ciudad por la fiesta de la asunción de nuestra Señora de año 1219. Y aquel día se presentaron ante el obispo y canónigos de la iglesia de sant Salvador y de nuestra señora del Pilar y ante los jurados de la ciudad. Fue grande el concurso y admiración de todo el pueblo cuando vieron aquellos religiosos que en su hábito y conversación representaban una santa simplicidad y gran aspereza de vida con menosprecio de las cosas del mundo; porque venían vilmente vestidos de sacos y cilicios y descalzos. Y entendiendo que / (Página 184) correspondía su religión y doctrina católica con la profesión, fueron recogidos universalmente con gran devoción de los mayores y menores. Dáse audiencia a los padres de sant Francisco en el capítulo de La Seo: y lo que allí pasó. Dióse al ministro y a sus compañeros audiencia pública en el capítulo de la iglesia de sant Salvador, en presencia de los jueces eclesiásticos y seglares y de los jurados y personas principales de la ciudad. Y propuesta la causa de su 125
venida a estas partes presentaron las letras apostólicas que traían de su comisión, que eran del papa Honorio. Lo que se contenía en ellas era que el religioso Francisco y sus compañeros que profesaban la vida y religión de los frailes menores, desechando las vanidades de este mundo, habían elegido cierto camino de vida que por sus grandes méritos y ejemplo de santa vida se había aprobado por la iglesia católica, e iban por todas las regiones del mundo predicando la doctrina evangélica a ejemplo de los apóstoles. Y exhortaba el papa que a donde quiere que los religiosos de esta santa compañía presentasen sus letras, los recogiesen como a verdaderos y fieles ministros de la iglesia, y los tratasen caritativamente. Luego, los que tenían el regimiento de la ciudad y el obispo, les señalaron lugar a donde fundasen su monasterio, entre las riberas de Ebro y de la Huerba, que era lugar apartado del trato del pueblo, porque fuera de los muros de piedra no había tanta población. Celebran los padres de sant Francisco la primera misa en Zaragoza, día de sant Agustín, en el mismo puesto que está hoy el convento de sant Agustín. Celebraron la primera misa con gran concurso de todo el clero y de los estados de la ciudad el día de sant Agustín; y fue como un misterio que denunciaba que aquel lugar había de ser dedicado a los eremitas de la orden de sant Agustín, como se cumplió muchos años después en tiempo del rey don Jaime el segundo. Y los frailes menores mudaron su iglesia y convento a otro sitio más cómodo, delante la puerta Cineja, a donde ahora está su monesterio, que es de los más insignes de la cristiandad. De Zaragoza pasó el ministro adelante con algunos religiosos de los reinos de :avarra y Castilla; y por su predicación y santa vida fueron fundando diversos monesterios y conventos en gran edificación y ejemplo del pueblo cristiano. Y fueron de allí adelante estas órdenes muy principales columnas de la iglesia católica. Fundación del convento de monjas de santa Catalina de Zaragoza. :o pasaron doce años después de la venida de estos religiosos, que se fundó por una dueña principal y de gran linaje - que se decía doña Ermesenda de Las Cellas- un monesterio de religiosas de la regla que entonces decían de sant Damián, que fue la de santa Clara, debajo de la invocación de santa Catalina. El convento de santa Engracia era de monjes benitos y anejo al obispo de Huesca. Y este convento de monjas, que después llamaron menoretas, se fundó junto del monesterio de santa Engracia, que era de religiosos de la regla de sant Benito que residían en él desde el tiempo que la ciudad estaba debajo de la servidumbre de los moros. El cual -como 126
dicho es- en tiempo de Paterno obispo de Zaragoza y del papa Gregorio séptimo se anexó a la iglesia de Jaca y Huesca con la parroquia de la iglesia de las santas Masas, que después los obispos de Huesca tuvieron hasta este tiempo por de su diócesi. Embajada del rey al papa para que lo reciba debajo de su protección. Y el papa lo hace y despacha a los legados que tiene en Francia. Duraba aún la guerra entre los señoríos del rey; y las tierras se ocuparon por autoridad de la sede apostólica en las provincias de :arbona y Aux desde la muerte del rey don Pedro. Y los que tenían cargo del gobierno del rey, muerta la reina, en nombre del rey su hijo enviaron a suplicar al papa que tuviese por bien de recibirle debajo de la protección y amparo de la sede apostólica. Y el papa, estando en Reate a 26 de julio del cuarto año de su pontificado, que fue año de nuestra redención de 1219, teniendo noticia de la devoción y pureza de fe que los reyes sus progenitores tuvieron cerca del aumento y exaltación de la sede apostólica romana y de nuestra santa fe católica, recibió debajo de la protección de sant Pedro y suya la persona del rey y el reino de Aragón y el principado de Cataluña con la villa y tierra de / (Página 185) Mompeller. Y mandó que se asentasen treguas entre los vasallos y tierras del rey y los lugares de aquellas regiones que se tenían por la sede apostólica, y envió sobre ello su rescripto apostólico a Bernaldo cardenal de sant Juan y sant Pablo legado apostólico en aquella guerra contra los herejes. El papa nombra en el reino de Aragón para consejo del rey; y a quién. Entonces nombró el papa por principales en el consejo del rey para el buen gobierno de la tierra, las personas que entendió que con más afición y celo habían de procurar su servicio y atender al beneficio general de su reino, que fueron: Spargo arzobispo de Tarragona, don Jimeno Cornel, don Guillén de Cervera y don Pedro de Ahones. Cortes en Huesca. Por este mismo año en principio del mes de setiembre tuvo el rey cortes a los aragoneses en la ciudad de Huesca; y en ellas se proveyeron algunas cosas que convenían al buen gobierno de la tierra. Cruzada en el reino de Toledo contra los moros; y lo que con ella se hizo este año. Sucedió también en este año una cosa bien señalada en el reino de Toledo muy cerca de nuestras fronteras y no referida en las historias del arzobispo don Rodrigo, siendo aquel perlado tanta parte en ello. Y esto fue -según en muy antiguo anal se contiene- que el arzobispo, con predicación de la santa cruzada para proseguir la guerra contra los infieles ayuntó -según allí se afirma- entre peones y gente a caballo más de docientos mil; e hizo su 127
entrada en tierra de moros por la puente de Aragón, día de sant Mateo evangelista; y tomó tres castillos que en aquella relación se llaman Sierra, Serrezuela y Mira. Y después puso cerco sobre Requena en el día de sant Miguel y combatieron la villa con sus máquinas que allí llama almajaneques y algarradas y delibra: y derribaron las torres y acitaras, y no la pudieron entrar. Y habiendo muerto más de dos mil cristianos se tornaron el día de sant Martín (...)”. (79). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (246). Libro III. CAPÍTULO XXII. De la muerte del rey don Sancho de 0avarra y que sucedió en aquel reino el conde de Champaña su sobrino; y de la sucesión del condado de la Proenza. “(...) Muerte del rey don Sancho de 0avarra. A 7 del mes de abril del año 1234 murió el rey don Sancho de :avarra en el castillo de Tudela y fue enterrado en el monasterio de santa María de Roncesvalles. Los navarros juraron al conde de Champaña por rey. Y los navarros estando el rey de Aragón tan puesto en proseguir su conquista, enviaron por Thibaldo conde de Champaña, sobrino del rey don Sancho y le alzaron y juraron por rey contra los homenajes que habían hecho al rey don Jaime los ricos hombres y estados de aquel reino. Lo que se refiere que pidieron los navarros al rey y que los absolvió del juramento. En la historia del príncipe don Carlos y en otras de las cosas de :avarra se refiere que luego que el rey don Sancho murió, los navarros queriendo guardar su naturaleza por haber rey descendiente de recta línea, enviaron a pedir al rey don Jaime que los librase de la obligación que le tenían por la fe y juramento que le prestaron; y que no codiciando lo que no le pertenecía, como príncipe muy justo, los absolvió liberalmente de aquel homenaje y sacramento en que se habían obligado. Y que con esto enviaron por Thibaldo para que viniese a tomar la posesión de su reino, y que fue coronado y jurado en Pamplona por el mes de mayo de este año. Como quiere que sea, o por causa de la guerra que el rey tenía con los moros o por diferir este negocio o por otra causa que yo no he podido descubrir, el rey don Jaime no se divertió de la empresa que tenía y Thibaldo ocupó el reino y lo poseyeron él y dos hijos suyos y sus sucesores. Y sobre esta querella hubo guerra entre ellos y el rey don Jaime y el rey don Pedro su hijo. Canonización del glorioso santo 128
Domingo, en Reate. En este mismo año a 8 de julio, estando el papa Gregorio en Reate, en el octavo año de su pontificado canonizó y puso en el catálogo de los santos al glorioso y bienaventurado santo Domingo, padre y primer instituidor de la orden de los frailes predicadores (...)”. (80). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Sin paginar (371). Libro III. CAPÍTULO XCIV. De la muerte del santo varón fray Ramón de Peñafort. “(...) Sant Ramón de Peñafort penitenciario y confesor de Gregorio nono, por cuyo mandamiento recopiló las decretales. En estas fiestas de navidad, día de la epifanía, estando los reyes en Barcelona, murió en el convento de los frailes predicadores de aquella ciudad el bienaventurado y glorioso padre fray Ramón de Peñafort. Era la santidad y religión de este santo varón tan celebrada por toda la cristiandad y muy aprobada y reverenciada generalmente por todos los pontífices que presidieron en su tiempo en la iglesia católica, desde Gregorio nono cuyo penitenciario y confesor fue y por cuyo mandado él compiló de diversos volúmenes el de las decretales que fue tan recibido por la sede apostólica y fue una de las principales columnas sobre quien se fundó la religión y orden de santo Domingo y el tercero maestro general de ella después de su instituidor, gran censor de las cosas de la fe y muy rígido y severo perseguidor de los herejes de Tolosa, Besés y Carcasona, y extirpador de todo género de error y herejía; por quien no solamente Cataluña que era su naturaleza, pero toda España fue muy enriquecida con tal tesoro; porque su vida y muerte fue por la bondad divina por sus grandes méritos muy ilustrada con diversos milagros que Dios obró por su siervo. Pónese la inquisición en Aragón a instancia de sant Ramón. Es cosa muy digna de saberse que este santo varón con espíritu celoso del aumento de la santa fe católica, teniendo gran fe y opinión cerca del rey, porque los herejes de Francia se venían a recoger a Cataluña, procuró que hubiese inquisición contra la herética pravedad en su reino y en los que fuese conquistando, que es ejemplo muy señalado para estos tiempos. Asisten a las exequias del santo los reyes de Aragón y Castilla con sus cortes. Asistieron los reyes de Aragón y Castilla y los infantes sus hijos con toda su corte a las exequias del santo varón, y aunque no fue puesto en número de los santos como fue procurado en diversos concilios 129
provinciales, queda su memoria consagrada entre los fieles católicos en toda la provincia de Aragón (...)”. (81). ZURITA, Jerónimo. “Anales de Aragón”. Edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero. Zaragoza. Publicación nº 2473 de la Institución “Fernando el Católico”. Diputación de Zaragoza. www.ebook2473.pdf Página 530. Capítulo LVIII. —De don Álvaro de Cabrera, XV conde de Urgel y vizconde de Ager. —Venida de don Álvaro, y como por muerte de su hermano heredó de su padre. —Del pleito que se movió entre el conde don Álvaro y doña Constanza, su mujer, sobre la validez de su matrimonio. — De lo que hizo doña Cecilia de Foix después que el conde volvió con doña Constanza de Moncada; y de lo que declararon los obispos de Francia. “(…) y siendo de edad de poco mas de catorce años, casó con doña Constanza de Moncada, hija de don Pedro de Moncada y de doña Cecilia, su mujer. Fue este don Pedro hijo de don Guillen de Moncada y de doña Constanza, hija del rey don Pedro, y hermana de don Jaime el primero, rey de Aragón. Era la novia, cuando casó, de edad de poco más de diez años: el dote fueron sex mille aurei, nombre muy usado en la moneda de aquellos tiempos: dice el padre Diago que eran seis mil ducados; pero yo entiendo que no eran sino florines, y eran de peso cada uno de ellos de sesenta y ocho granos, y de oro de diez y ocho quilates, y según los tiempos recibían el valor, y al tiempo que escribió el dicho padre Diago valían (si usara esa especie de moneda) doce reales, y así les da el dicho autor el nombre de ducados. En el archivo real de Barcelona, en el libro de las Conclusiones Civiles del año 1595, fol. 297, hay una / (Página 532) conclusión que dice, que quinientos áureos valen seis mil libras barcelonesas. Según he visto en memorias de estos tiempos, dio el rey mil morabatines á don Pedro, para ayudar á la paga de este dote, por ser la novia parienta suya muy cercana: celebróse la boda en la villa de Seros que era de don Pedro de Moncada, á 24 de junio, día de San Juan Bautista, de este año 1253; y fueron velados en la puerta de la iglesia de la villa, por fray Berenguer de Gatell, del orden de San Francisco. Estuvieron muy vergonzosos los novios, y á las preguntas ordinarias que les hacia el sacerdote, respondía por el conde Jaime de Cervera; y enfadado de ello el sacerdote, le dijo que él no casaba á doña Constanza 130
con él, sino con el conde, y él entonces respondió á lo que le preguntaba el sacerdote, y fueron desposados. La bendición y misa celebró el mismo sacerdote, y predicó fray Berenguer Desbach, del orden de Santo Domingo, y prior del convento de Lérida: el tema del sermón fue quasi stella matutina, etc. Fue muy regocijado y solemne este desposorio, y había acudido en Seros mucha nobleza de Cataluña y Aragón, y todos ó los más vasallos del conde y de don Pedro, para solemnizar la boda (que tan reñida fue): de la iglesia fueron al castillo, con mucho acompañamiento, y allá hubo un grandioso banquete (…)”.
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