JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS É INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS
MATERIALES DE
ARQUEOLOGÍA ESPAÑOLA CUADERNO PRIMERO ESCULTURA GRECO -ROMANA - REPRESENTACIONES RELIGIOSAS CLÁSICAS Y ORIENTALES — ICONOGRAFÍA POR
M. Gómez-Moreno y
MADRID,
J.
1912
Pijoán
MATERIALES DE ARQUEOLOGÍA ESPAÑOLA I
ESCULTURAS SELECTAS CLÁSICAS
JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS í INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS
MATERIALES DE
ARQUEOLOGÍA ESPAÑOLA CUADERNO PRIMERO ESCULTURA GRECO-ROMANA - REPRESENTACIONES RELIGIOSAS CLÁSICAS Y ORIENTALES- ICONOGRAFÍA POR
Mí»
J>^
Gómez-Moreno
MADRID,
^Y
1912
J.
Pijoán
Imprenta de José Blnss y Cía.
San Mateo, núm.
1
-
Madrid
,
ESTA publicación riales
inaugura una serie de cuadernos con mate-
de estudio, históricos y arqueológicos, generalmente
inéditos, ó publicados,
cuando más, de un modo
no será agotar
principal objeto
los
temas y cuestiones
en que estos monumentos españoles intervienen, pero
en algún
muy
á
modo
á la acción internacional
menudo de informaciones
de
Su
insuficiente.
sí
la ciencia,
científicas
contribuir
que carece
concernientes á España. Si los
estudios extranjeros no hallaron, hasta hoy, con harta tVecuencia,
eco y colaboración en nuestro antes que nadie;
país, nosotros
debemos culparnos
mas también deben considerarse
las
penosas
cir-
cunstancias en que trabajamos. Carécese aquí todavía de verda-
deros arsenales de estudio, que son una ayuda y un estímulo; de bibliotecas completas y modernas,
donde
dades del avanzar constante de
ciencia.
la
se encuentren las nove-
Nos
faltan los
grandes
archivos de revistas, donde se adelantan á veces los resultados;
nos faltan
las
y sobre todo,
grandes publicaciones de catálogos y excavaciones., falta
personal técnico, con vocación decidida, para
desearlas é imponerlas.
Si
un estudioso extranjero viera cómo
trabaja uno de los nuestros, con qué Hbros estudia, por ejemplo, se quedaría sorprendido,
más aún, de
los resultados
con tan escasos medios de información. Hasta resulta á veces anticuada,
porque es
volúmenes, ya cincuentenarios, donde intuición de los problemas
la él
la
que consigue terminología
que se usa en aquellos ha recibido vagamente
la
que estaban por venir y que hoy son
ya contemporáneos. Para uno de nuestros más afortunados expío-
— radores, por ejemplo,
el
importancia de un sin
rrrñmica /,w,
Cf^'cx^
6
—
que ha descubierto y comprendido
para otro,
malo.^rado descubridor de
el
más importante de
interior, la
ím de poblados ibéricos del
^^ /¡¡^uras 7icgras es todavía
la
la
cerámica eirusca
la
necrópoli púnica
)ccidente, hace cuatro años, la cerámica micc-
(
nica era todavía cerámica pelásgical
Pero dios,
amor hacia nuestro
el
país
da siempre valor á estos estu-
que podríamos llamar autóctonos, y aunque
definitivamente útiles para
la ciencia,
caracterizan nuestro punto
de cultura, y su gran acopio de materiales
muy
hacerlos
sin
los
hace desde luego
estimables.
España se encuentra ahora en
la
doble necesidad de formar
un personal nuevo y de contribuir inmediatamente á científica,
que no admite demoras. Para
la
la
acción
publicación de estos
cuadernos solicitaremos consejos y ayuda de
los
especialistas,
según ya hemos obtenido en este primero, confiando en que con igual generosidad
querrán ayudarnos en
ción no tendrá periodicidad
fija,
lo sucesivo.
A
publica-
siempre dividida mono-
ni será
gráficamente en temas determinados.
Su
éste
de escultura
clásica
seguirán otros de arquitectura, acaso de bronces y piedras grabadas, de arte indígena,
de pinturas medievales, de epigraíía,
etc.,
ó simplemente misceláneas de monumentos importantes y hetero-
géneos poco conocidos.
La necesidad de se
estos cuadernos de materiales arqueológicos
comprenderá en seguida, cuando digamos que acaso nuestro
país sea el único en
Europa que no
de Arqueología. La Academia de visto hasta
hoy á esta
la
tiene
una publicación especial
Historia,
deficiencia, recogiendo
de Madrid, ha pro-
muchos datos nue-
vos de los que aparecen cada día en España; pero su Bo/etm, que
debe abarcar tantas materias, no puede conceder arqueológico
ni la
extensión de texto ni
al
la ilustración
material
adecuada.
Boletín
El
Sociedad Artístico -arqueológica Barcelonesa se
de ¿a
encuentra, y aun con
mismo podemos
más pobres medios, en
Comisiones de monumentos y Academias
España aparecen veces
útiles,
noticias
dados por
los
caso; lo
pequeños Boletines de
decir respecto á los
compensación, que en todas
mismo
el
las
Así resulta^ por
locales.
y periódicos ilustrados de
las revistas
y comentarios de hallazgos, muchas estudiosos de cada región; y que los
Boletines de las Sociedades de Excursiones Española, Catalana Castellana,
y
la
de Madrid, Barcelona y Valladolid, respectivamente,
Revista del Cuerpo de Archivos, Bibliotecas
también trabajos arqueológicos, cial
que
y
los centralice.
por parte de nosotros, no basta á encontrar reunido
el
reciben
que haya una publicación espe-
sin
Pero todo
y Museos
esto,
indica
si
la crítica
un gran esfuerzo
moderna, que quiere
material científico, mediante una ilustración
completa, para hacer sobre
ello estudios
y comparaciones.
El Estado español, hace ya medio siglo, impulsado por aquella
estentórea generación que presidían eruditos
de
los Ríos,
de
los
como D, José Amador
emprendió un gigantesco trabajo con
Monumentos
de Antigüedades ,
arquitectónicos de
España, y
el
Museo Español
donde mucho quedó inventariado
arqueológico propiamente español de
la
publicación
la
del material
Edad Media.
Desgracia-
damente, aquellas publicaciones eran demasiado costosas, é inmanejable la primera por sus dimensiones
ron á término, les
ni
un
(i);
por otra parte,
espíritu crítico é investigador, á la
ni llega-
moderna,
alcanzó, ni apenas dieron acogida á las antigüedades griegas y
romanas, cuya publicación no era tan apremiante.
Desde hace unos cuantos años
(i)
así
Fué
la
época de
los
grandes
libros,
el
Gobierno se ha propuesto
ó mejor dicho, de los libros grandes;
eran también los Monumenti antichi, que publicaba entonces
rrespondence archéologique, de
Roma, etc., etc. En
los
Monumenti
el Instituí
antichi
se.
de co-
publicó
por primera vez una monografía, con plantas y alzado, del puente de Alcántara.
compilar
líinil)icn
cias, ni
<•!
ratálotío arqueológico
y aunque este será una baso útilísima
el
de España día
que
aun entonces valdrá como labor definitiva para
provin-
i)Or
esté publicado,
por-
la crítica,
cada volumen del)e comprender infinidad de monumentos de
(jue
todas épocas y dar solamente de ellos una sumaria ilustración.
medio de estos trabajos comenzados y
l'ji
deficientes, la crítica
internacional reclama y aun exige nuestra colaboración inmediata.
Por mucho tiempo bastó para apagar teriales
arqueológicos de España
que representaba
la
época de
no caracterizadas por
el
el
la
famoso
método moderno; más tarde Uübner, en
di Lorrispondcnza Archco/.;
Spagna (BuUettino dcW
turas de
la
país, así
Valencia,
Barcelona y Mallorca
(i).
Pero Hübner no apuntó sino
El Antike Bildwerke in
que se conservaban en
por uno que,
si
Madrid representa ya el fin
uno más en
más
de
la estatuaria,
los
traba esparcido por las provincias del
el
sabía distinguir los tipos
el
lerei,
los
mundo
de cerámica,
antiguo. Su
etc., etc.
las
modelo parece ser
más
el
Die
el
Rom, de
Paralelamente á los catálogos
múltiples monografías de Vasewna-
y los catálogos de Sammlungen 6 co\t.cc\onQS particulares, cada vez
josos y
los
material de estudio que se encon-
de Gerhard; todavía del mismo carácter son
Scnlpturen in Athen, de Sybel,
de esculturas se hacían
cien-
mate-
Hübner, todavía indispensa-
antikcH /Uldzvcrke in obcr Italien, de Duchske, el Antike Bildwerke in
Duhn;
la
los
pequeños catálogos arqueológicos con que
alemanes inventariaron provisionalmente
fíerlin's antike Bildwerke,
penetración de
él
Península. Son sus descripciones breves, dadas
interesantes. El librito de
la serie
la
que
lo
de dar una ojeada preliminar á
no era especialista en
capitales y las obras ble, es
la
de multitud de estatuas
Córdoba, Granada, Tarragona,
Sevilla,
arqueológica en España, con
riales
su Antike
colección real del Prado, sino también de varias colec-
existentes en
(i)
como en
dio un primer catálogo, no sólo de las escul-
ciones particulares de Madrid, y aun
cia
Instituto
á 1862), trazó un avance
Roma^ 1860
de exploración monumental en nuestro
Madrid
de De Laborde,
viaje
primeras exploraciones, todavía
las
sus artículos sobre Anticluta della
Biidiücrkc in
ma-
curiosidad sobre los
ilustrados; pero los primeros libros
más
de Hübner, Duchske, Duhn,
son brevísimos en las descripciones y carecen de grabados.
lu-
etc.,
— muy
creía
9
—
importante, y después han aparecido todavía muchas
otras esculturas
que
él
Por algún tiempo
no pudo conocer
el libro
(i).
de Hübner bastó á
los estudiosos; era
una guía preliminar para hacer un más completo catálogo de
las
esculturas antiguas de España. Pero, desde unos cuantos años acá, se ha engrandecido notablemente
hoy ya no se trata de
sica;
el
campo de
la
Arqueología clá-
iconografía de las divinidades
fijar la
superiores, ó de restablecer los tipos principales de los grandes
maestros, sino que se busca restaurar las obras menores, los pro-
menos populares que
ductos^ á veces exquisitos, de artistas
cleto ó Praxiteles, pero cuyas obras eran el encanto
dores más refinados,
de
la
como puede
fijó los
pasados ya
como Luciano. En una
las
pala-
tiempos heroicos de Winckelmann, que
los
tipos de los Inmortales, y hasta el apasionamiento
dujeron
conoce-
los
verse por los elogios de los poetas
Antología y de críticos finísimos
bra: hoy,
de
Poli-
que pro-
obras de los grandes maestros, podemos decir que se ha
entrado á espigar en
las
composiciones
líricas
de todas
las
escue-
y más propiamente de los escultores helenísticos. Para este
las,
nuevo trabajo importaba un conocimiento de todos
los
mármoles que nos ha legado
lo
más completo
la
antigüedad.
posible
La
esta-
tua de un escultor, cuya fama quedaba limitada á los hombres cultos de su tiempo, había de merecer, naturalmente, pias
que
el
Dar iforo ó
el
Apolo Smirodono, y estas copias de
obras de artistas menores se encuentran en
pueden descubrirse en una de cualquier ciudad
(i)
villa
romana
insignificante,
Ea cambio, algunas de
las
del África ó en
más bien que en
mármoles de
la
los
obras de arte catalogadas en la
las
inesperados;
sitios
werke in Madrid han desaparecido de entre nosotros, como los
menos co-
el
un museo
venerables
Antike Bild-
mayor parte de
colección Despuig, en Mallorca, otros del palacio de Liria y
sarcófago de Tarragona con
el
combate de
años en casa del anticuario de Madrid
las
el
amazonas, que estaba hace tres
Sr. Lafora.
'
— santuarios dotidc
h.ihí.i
lO
—
obsesión dominante de una estatua
l.i
fa-
mosa. Asi, pues, no es de extrañar que nosotros hayamos encontrado en una quinta de Málaga de /'i/tscos{\
).
de Ccfisodotos
y en (2).
suticientes los
el
A
Museo de
la
copia de una
Sevilla
mármoles de
colecciones romanas; hoy es nece-
las
de esculturas
comprende, pues, que no bastaba, y
P.
clásicas,
donde muchas veces
modelos perdidos. El
se descubren rasgos de los
ñoles, á fin
drupo
Winckelmann, para sus investigaciones, eran
hasta los jjequeños bronces y tierras cocidas,
la
del
una repetición del I Icrnies
sario inventariar todo lo (jue se encuentre
empezado
Musa
libro
Arndt y
de Hübner se
W. Amelung
han
edición de una serie de fotografías de mármoles espa-
de nutrir con nuestro material arqueológico
las colec-
ciones de los seminarios y de las universidades.
Además,
la
Arqueología en estos últimos años ha sufrido una
gran transformación. Más que una ciencia positiva, es hoy una rama
de
la estética.
no estudia lor
como
la
Es una parte principal de forma de
la historia del
los tipos, sino su espíritu,
entes morales.
arte, y
ya
su vida y su va-
Desde Winckelmann á Ottoíried Müller^
con una copia del Sátiro de Praxiteles había de sobra para analizar aquella creación, la
como un
examina con entusiasmo
estructura y funcionamiento del cuerpo de los seres vivos, pero
cuidando de
Hoy hacen
no más
fijar
falta
todas
las
bles con otras obras del el
naturalista
lu^Mr (|ue
ocupa en
necesario tener á didos, y
dando
la vista
los caracteres
generales de
la
especie.
copias y todas las comparaciones posi-
mismo la
autor^ para adivinar su espíritu y
evolución de los
todas
estilos.
las repeticiones
Por esto es
de originales per-
España en este nuevo inventario general debe contribuir
su parte.
(i)
l'igura 20.
^^2)
Figura
().
—
II
—
Interesa también hoy en la antigüedad greco-romana
nente fenómeno de
España,
la
más
dado fuera de
la
penetración de
impo-
el
los cultos é ideas orientales.
alejada de todas las provincias, parecía haber queeste movimiento. Sin
embargo, ya es sabido que
estos cultos orientales eran llevados principalmente por las legiones, y
mos
dada
la
gran uniformidad que tenía
que podría-
arte y lo
el
llamar cultura nülUar romana, por fuerza tenían que haber
llegado también á España. Cierto que en
el
Corpus de
las inscrip-
ciones romanas de España no faltan recuerdos de estos cultos, y
que Laborde reprodujo en su Viaje pero esto es
muy
llamado Atis de Valencia;
el
poco, comparado con
provincias del Imperio, y
la
abundancia de
las otras
Cumont, que publicó centenares de
culturas del culto de Mitra,
pudo
es-
decir todavía, hace unos quince
años, «on n'a decouvert jusqu'a présent aucun tique mithriaque en Espagne, au moins a
ma
monument
auten-
connaissance»
Por esta razón incluímos hoy en este cuaderno
las
(i).
dos estatuas
mitriacas de Mérida, y otros relieves funerarios, también proba-
blemente mitriacos, algunas estatuas de
Otro campo de acción
(i)
P.
Cumont,
Textes et
muy
viejo,
Isis
y
el
ara de
Guadix
(2).
pero que vuelve á ser nuevo
monuments figurées
relatifs
aux
niysteres
du
cuite de
Mythra, Bruselas 1896. (2)
D. M. Cazurro publicó en
el
Anuari de V Institnt d'Estudis catalans, igoS,
Barcelona, unos relieves mitriacos encontrados en Ampurias, y actualmente en el
Museo de Gerona. Están en planchas metálicas, que formarían parte de una para guardar amuletos; son monumentos singularísimos y del mayor inte-
cajita rés,
porque se ven
allí
efigiados en confusión varios de los cultos y supersticio-
nes de los legionarios romanos. El de Mitra ocupa un lugar preferente: una de las placas tiene
de relieve en medio uno de
tituían al Atis; la otra placa tiene por
los
Dióscuros, que tantas veces sus-
ñgura central un Mitra, como Júpiter Doli-
queo, y á cada lado hay una acumulación de atributos y alusiones de otros cul-
Magna Mater, las manos del juramento, etc., etc. Cumont pueden verse también el ara serpiente, el hombre con el hacha, el sol y la luna, que
tos militares: de Mercurio, la
En con
los relieves mitriacos las vasijas
comparecen en
publicados por
y
la
el
relieve de
Ampurias confundidos extrañamente.
—
12
en
toma
creciente cjue se
poco se creyó do
cielos
romano
el
siempre
interés
imperial.
Hasta hace
no había hecho más que imitar
mo-
los
Grecia, que traducía secamente con su sentido algo
la
ohras
arte
c\
i)or
Roma
(¡uc
realista y material. l.is
son los retratos, y
íiniiicología clásica,
la
los
(1(^
1
loy se empieza á sentir
mayor admiración por
decoradores romanos; se recogen sus
frisos,
que
hasta ahora estaban abandonados; las aras y relieves magníficos,
donde
las
formas de
naturaleza están interpretadas con una
la
nos sorprende, aun acostumbrados
como
visión tan
aguda
estamos
realismo de otras escuelas de arte, y que superan en
al
ijue
precisión á los productos de los artistas españoles y holandeses del
Renacimiento. Se llenan
los
museos de estas obras decorativas, y
se analiza la evolución de los estilos imperiales hizo ya con ción.
el
hay en
buenos ejemplos de
los
las otras
provincias del
de degeneración de
de
las
la
mundo
imperial, sino los
que
antiguo, y hasta los casos
escuelas locales, para poder
por
así,
las
^
nicos y decorativos
Se publican, pues, hoy
más
provincias
los restos arquitectó-
insignificantes del arte
distinguirlo del arte imperial,
hasta
Roma
no
al estudio,
dc¿ error descubrir á veces algo del proceso evolutivo normal
acjuellas formas.
l)ara
de decora-
arte griego clásico y sus formas ideales
Para esta nueva labor es necesario aportar
solamente
/i-ycs
romanos, como se
romano
provincial,
que á veces llegaba también
como producto de
importación. El
modelo de
Esperandieu, Rccneil des frag^ncnís romains de ¿a Gatile, parece que va á servir á M. Albertini, de publicar un
Corpus de
decoración que hay en
los la
la
Escuela francesa de Madrid, para
fragmentos romanos de escultura y
parte oriental de España.
Nosotros reproducimos aquí sólo obras capitales, que ter
de un libro-resumen, como es
Albertini, tras
el
el
de Esperandieu y será
carácel
de
no permite reproducir de una manera adecuada. Mien-
esperamos impacientes
la
labor de nuestro
amigo de
la
Escuela
— francesa de Madrid,
mínima de
—
13
donde no ha de tener cabida
una parte
sino
aquí inserto, hemos creído oportuno dar en fototipias
lo
reproducción de algunos retratos romanos. Ellos son, acaso,
hoy más nos interesa de
que
rios
los
que
obras del arte antiguo, después de los
las
sublimes arquetipos de Grecia. nea, agitada en cierto
lo
modo
En
nuestra sociedad contemporá-
por los mismos ideales contradicto-
primeros siglos del Imperio, no podemos menos de
conmovernos ante
no ya de héroes y
estas figuras,
atletas, sino
de hombres filosóficamente conscientes de su pobre vida mortal, y que tienen
la
pias pasiones. ritu,
mo
con
el
fisonomía acentuada por
Leemos en
mismo
interés
el flujo
íntimo de sus pro-
de su espí-
estos retratos la psicología
que leemos una
biografía,
un
diario ínti-
ó un libro de memorias.
Cada
más reconocibles en
día son
la
multitud anónima de los
bustos romanos los retratos de hombres y mujeres de
modo
imperial y de personajes que han aparecido de un la
la
familia
fugaz en
casa del Palatino y en los libros de los historiadores antiguos.
Pero, acaso nos interesen todavía
desconocidos, que siglos imperiales
los
más
los rostros
maestros escultores de
nos han hecho conocer, de
tal
de
los
los
obscuros
tres
primeros
manera que á veces
quisiéramos dirigirnos á ellos para preguntarles algo de su alma viva, casi seguros
celes
de cómo responderían desde dentro de sus cár-
de mármol. Wickof,
el
gran historiador del arte romano, dice
que estos retratos tienen á veces una personalidad tan concreta, que no se extrañaría uno de encontrarlos por
la calle.
Es
el
rea-
lismo de las antiguas gentes etruscas y latinas que, impulsando á estos escultores, subía de nuevo á la superficie, después de
la
tentativa de penetración helenística del siglo de Augusto. Para los latinos,
apegados á
belleza de
un
la realidad, el
verdadero milagro no era
tipo ideal, sino la fuerte personalidad
con caracteres diferentes de
los
demás de su
la
pura
de un ser
vivo,
especie. Este es
el
verdadero valor del arto romano y hacia
el
cual se
encaminan hoy
todos los estudios, hasta darse cuenta precisamente de tienen de expresivo y particular.
Wickof, estudiar
de
los
el
arte
I),
I
ci«')n,
«Fué una equivocación, los retratos sólo
por
los
que dice
bustos
emperadores, obras que se hacían en copias por docenas, y
todavía idealizadas por rial»
romano de
lo
no
l'or esto, s('.lü
en
el
respeto que merecía
la
majestad impe-
creemos oportuno que España dé su contribu-
lo (jue
guarda de retratos de personajes políticos
conocidos, sino también con sus retratos de gentes del país, inter-
pretadas por los artistas, á veces locales, pero siempre influidos
por
el
arte de
Roma.
Debemos terminar dando
las gracias al
amablemente ha querido ayudarnos en de
los
monumentos que van en
Aliamich y
al
la
Dr.
Amelung, que tan
ilustración
este cuaderno, así
de algunos
como
al
doctor
profesor Loevy, que nos han facilitado también
el
trabajo con sus observaciones.
1
título
1) (]«'
Wickof, />¡i-
Román
Art, pág. 58, publicado en la edición original con el
Wienner Génesis.
Lรกm.
FIG.
1
I
Figura
I.^
MADRID. — Museo
Estatua femenil,
muy
Arqueológico: núm. 16793.
deteriorada, sin cabeza, la que estaba
esculpida en distinta pieza de mármol, y también falta lo los brazos.
Su
actitud es de andar, cargando
pierna izquierda
(i);
tendría
puede conocerse, y doblado
el
el
cuerpo sobre
brazo derecho caído, en cuanto izquierdo, con
el
el
viste doble quitón talar jónico,
geradamente, sobre todo en
de
líneas oblicuas por
la
una
acaso de
piel,
lince,
con aspecto de
frutas,
izquierdo atravesada, é igualmente
va sobrepuesta en dirección contraria.
pecho, lleva un peplos ó velo, no menos
visible junto á la rodilla izquierda, el
que se
(i)
sutil
que
tirante sobre el
el
quitón, reme-
finísima tela, y la cabellera pendía en seis largos rizos, simé-
tricamente extendidos por los hombros.
sobre
plie-
cintura y se ajusta á los brazos
Encima, cubriendo hombros y espalda, y anudado
dando
túnica
además forma un rebozo
con botones. Una larga corona de hojas y
hombro
ello
cuyo desnudo se acusa exa-
las rodillas;
encima de
manzanillas, cuelga del
la
que cae formando simétricos
las piernas,
la
que haría fuerza
sosteniendo algo, pues marca en tensión su bíceps. Sobre
gues y atirantado sobre
más de
muslo, y
le
la
Un
grueso tizón, horadado,
algún otro rastro de adherencia
informe labor de sus partes inmediatas, indican
arrimaba algo por
allí,
La primera reproducción de
acaso un animal empinado,
la
como
adjunta lámina, por descuido del gra-
bador, va inclinada en sentido inverso, perdiendo su verticalidad los pliegues
que constituyen
el eje
de
la estatua.
_
1(.
-
en cierta cscuitura del Vaticano, rcstaiirnda en Diana Reinach;
¡a shihuiirc, /<,f. >/r
bastante similitud con
la
I,
loo.
por
-). (]ue,
se han reconocido
muy
como
fino,
la
vega de Granada,
además algunos mosaicos
decadencia romana. Estuvo en
grano
demás, guarda
nuestra.
Se descubrió en Huétor, pueblecillo de
donde
lo
(Helbij^; .^92.
la
de
la
Mármol de
colección Góngora.
de Carrara,
el
sencillos
sin pulimentar.
Alto,
1,14
metros. Vaciado por Bartolozzi. Fotografía por Arndt, núm. 1759.
(Reinach; IV, 402,
Es una de
4.)
las esculturas
más
singulares descubiertas en España.
Puede suponerse que representase una sacerdotisa de Baco, una tíade ó bacante, bajo aspecto hierático; tales
ni la piel es
imágenes,
mas
ni resultan verosímiles
de pantera ó cabra, sino de una
es-
pecie de gato, con largas y picudas orejas y hocico fino, siendo
ajeno así ello idea de
la
explicar
la
culto
al
dionisiaco; por contra, las frutas
fecundidad del suelo, y bajo estatua de Huétor
tal
provocan
supuesto sería
como una Hora, Carpo, que
lícito
solía re-
presentarse llevando trutas y cogido por las patas un cordero ó
también como Deméter misma, de
cabrito; ó acaso
transformándolo en dicho animal para salvar es
que Ovidio
tom(') la
que podría
que impuso á Linceo,
ser atributo la piel de lince, por el castigo
si
la
la
vida á Triptolemo,
idea de algún mito viejo,
al
poetizar esta
fábula.
Por su biertas en
de
las
arte, la
recuerda
las
estatuas femeniles arcaicas descu-
Acrópoli de Atenas,
Cristo, en
rencias.
el
modo de
hacer
Además, queda en
y delicado, del
si
mismas, aunque su naturalismo y
período avanzado, hasta reflejar
de
como
(jue
ella
las
la
técnica revelan un
obras áticas del siglo v antes
los ropajes
y de remedar transpa-
un dejo de arcaísmo, pero sincero
nada ofrece de común con
arte neoático,
fuese una derivación
\o?>
pas/iclies arcaizantes
siempre huero y de receta; descubre refina-
—
I
mientos y sutilezas de factura, logrados merced
que dejan
veces,
presta carácter
la
mármoles
atrás los
1906;
incierta.
los II,
la
más delantera en
dos;
mas con respecto
la
el
de Turín, y por
tipo,
lo fino
de
los plega-
queda muy por bajo
pero con sexo masculino
merecen agruparse
el
gran Priapo^
Antiquarium de Roma, dado á conocer en 1902 por Mariani
(Bu/¿. della Comissione Archeologica comuna/e di
de
igualmente
desnudo de su pierna izquierda,
á delicadeza y maestría,
línea,
es
guirnalda con manzanillas; además
de Huétor. Dentro del mismo
y arcaizantes en toda del
la
cuya significación
forma de acusar
es la
la
y de tamaño algo menor, que existe
376), pero
que
de
las ofrece otra esta-
sótanos del Museo de Turín {Rassegna d'Arie.
Tiene de común
convienen en
asimismo
robustez bien poco femenina del desnudo.
tua, igualmente fragmentaria
jMilán,
trépano muchas
del Partenón, y
Las mayores analogías con esta obra nos
almacenada en
al
la
Gliptoteca de Munich.
Roma) y
el
Baco^
Lรกm.
FIG. 2
FIG. 3
II
Lรกm.
FIG. 2. (PARCIAL)
FIG.
2. (SIN
RESTAURACIONES)
III
Figura 2/
SEVILLA.— Casa de
Pilatos: patio principal.
Minerva, con este rótulo moderno:
Cabeza simplemente pegada
al
PALLAS PACÍFERA.
tronco, pero antigua y propia, de
seguro; nariz restaurada y ojos postizos, aunque también de már-
mol, acreditando
la
antigüedad de
cabeza y que
la
ellos fueron
en
su origen de otra materia, por asimilación de lo acostumbrado en la
escultura metálica griega. Conserva toda
yelmo; mas
la
delantera fué deshecha en
la
parte posterior del
el siglo
xvi para adaptar
encima un morrión enorme, que desfigura completamente tua,
aunque
por
él,
sí
mismo, sea obra estimable del Renacimiento.
Obsérvase bien que, sobre nes, se
del yelmo, y desapareció la
en torno de
hombros, en
Minerva del Partenón y
las sienes lla.
ondas de pelo de
las sie-
las bucculac alzadas
la frente el
borde del mismo;
cabellera sobre la espalda, toda junta, lacia y sin
rizos esparcidos por los la
las primitivas
formó entonces más cabello, en vez de
por detrás cae
la esta-
la
lo
que varía este tipo del de
Farnesio, en Ñapóles, cuyo pelo de
y corte de rostro se parecen mucho
al
ejemplar de Sevi-
Escudo, dedos del pie derecho, brazo del mismo lado y
clava que con
él sujeta,
la
son también restauraciones del siglo xvi;
entonces, además, fueron retocadas las ropas, mutilando
el
borde
superior del quitón y algunos pliegues, que hoy resultan informes,
con
el
intento de disimular sus roturas.
Figura
3.^
IBIDEM.
otra Minerva, repetición puntual de estilo,
con rótulo moderno:
cudo hechos en
el siglo
PALLAS.
xvi por
el
la
anterior y de idéntico
Cabeza, brazos, pies y es-
mismo restaurador de
estatua, según parece. Muestra vestigios
la
otra
de perno de hierro en
la
cadera izijuicrdn, quizá
escudo, y series de orificios
indicando una restauración antigua, en
las ropas,
en
i)ara sujetar el
que se
la
suplieron con piezas los rotos; después debe haber sufrido otra renovari.'.n.
mavor que
la
de su compañera, para remediar de-
terioros
Publicadas ambas por P. .In/i.
///.<•/.;
Viena,
Hermann en
des osierr.
el JaliresJiefte
1S89.
II,
Mármol de espejuelo
fino; alto
aproximado de ambas
estatuas, 3
metros. Respecto de su procedencia, una tradición que recogió á fines del siglo xviii l'onz
(
Viaí^e de
España,
t.
como
esta casa, su
el
dueño D. Pedro Afán de Rivera, primer Duque de
Papa Pío
\'
allí
la
romanos
más bien
colec-
los bustos,
de mediano
modo
usual en los
al
del siglo xvr.
esculturas de
la
Corrisp. Arch.\
Roma, 1862),
casa de Pilatos provienen de un donativo que
hizo «ai padroni della casa
quando tornarono per
via
la
da un pellegrinaggio intrapreso a Gerusalemme». En
d'Italia
Aiit. Bild.
Madrid, en cambio, dice (páginas 237 y
in
no
casa, y algunas figuras
Según Hübncr [BuU. delT hist. di
X
en 1571. Dícese ade-
mismo personaje una
regaló á este
tamaño, unos y otras siempre restaurados
León
64),
en
todos antiguos, que llenan
las
núm.
casi todas las esculturas coleccionadas
ción de estatuas antiguas; pero éstas serán
talleres
muy
vi,
las
Alcalá V Virrey de Ñapóles, que falleció
más que
carta
probable que
consigna que estuvieron en Ñapóles, siendo trajese á Sevilla,
ix,
eran un regalo que
el
Papa Pío
V
hizo al primer
3 15)
Conde de
el
que
Alcalá,
Per Afán de Rivera. Últimamente, interrogado por Hermann, cuan-
do quiso
tratar
de
las
Minervas susodichas, parece que creía más en
segunda opinión, que es
esta
A
propósito de
que existe en gida
al
el
ello, es
la
acreditada en Sevilla de antiguo.
notable
la
siguiente minuta de carta,
archivo Vaticano (arm. 42, vol. 25^
fol.
235), diri-
susodicho Per Afán de Rivera, Virrey de Ñapóles. Dice
así:
»
— «Tua erga Nos benevolentia tianam affectus, magnis
—
21
et incredibilis in religionem chris-
tuis officiis
ac meritis
in
nos et illam per-
petuo declarata, desiderat ut nos quoque te vicissim grata aliqua animi nostri significatione prosequemur. Iccirco,
cum
quanto excellentibus veterum artificum ingeniis delecteris,
dúos canes, aprum
unum marmóreos,
Palatii nostri theatro, et capita
M.
videlicet, Caesaris, Bruti, ni,
novem marmórea Antonini
Aurelii,
Cleopatrae et dúos faunos quae
maximorum Pontificum marmórea
tibi
gratiose
tuarum rerum dominio
in
et
monumentis
qui erunt
{sic)
in
Scipionis Africani,
Pii,
Alexandri Mag-
vestiario sive supellectili
asservabantur et
donamus atque
nos non lateat
dúo parva fragmenta
elargimur, eaque
et proprietate esse
volumus, ut
omnia
in
his scilicet
viridarium tui loci de Bornos decentius nobilitas tua ornare possit et dilecto filio
regni et tui
Ferdinando de Torres, secretario nostro
apud nos procuratori
iussimus consignari. Dat. Piscatoris, die
tibi
quamprimum transmittenda
Romae apud Scm. Petrum,
xv Martii 1566;
p. n.
et istius
anno primo.
sub annulo
— Caes.
Glo-
rierius.
No queda noticias.
noticia en
Bornos de
tales esculturas,
Respecto del palacio del Virrey en
según nuestras
Sevilla,
existen
allí
bustos de casi todos los personajes arriba citados, ya antiguos, ya
modernos, descollando entre
los
segundos por su bondad de cincel
uno de Alejandro; pero con certeza no puede saberse
si
serán los
mismos, entre tantos como forman aquella colección. Créese hoy reconocer, en estatuas, la
original
el
que reproducen ambas
Minerva Lemnia de Fidias. Antes, Furwaengler,
apli-
cando á un torso de Munich una cabeza del Museo de Bolonia, restauró un tipo que
él
creyó era
hermosa, de mejillas rosadas, de
la
la
Atenea Lemnia, ó Minerva
Acrópoli, hipótesis que no des-
pertó sospechas en contrario hasta hace pocos años (Meisterwerke;
año 1 893, páginas
i
y
ss.};
mas hoy
se opina que,
aun admitiendo que
— la
cabeza de Munich y
—
22
torso de Bolonia se correspondan y formen
el
Lemnia de
un tipo fidiaco, no es esta Minerva
la
mann
fftsiiiuícs; II,
{Jahrcshcfte des óstcrr. Arch.
atención sobre estas estatuas de carácter fidiaco y son del
la
mismo
Casa de
tipo
que
Fidias. P. Herr-
1889) hizo
Pilatos, el
que tienen
torso llamado de
Médici, atribuyéndolos á Agorácrito. \V. Ameluní^j (en Jaltrcshcftc las
de Viena; XI, 1908)
Minervas de Sevilla
intentó, en colaboración lefantina,
los
las
el
mismo
en que debían buscarse en
rasgos principales de la Lemnia,
de Arndt, una restauración corpórea
que se encuentra en
Lemnia, según todas
insistió
fijar la
el
crise-
Museo de Dantzig, porque
probabilidades, era en parte de
é
la
mármol y
en parte de metal. Efectivamente, han aparecido muchas copias de las
piezas
que serían de mármol, ó sea
pies,
una Minerva que debía parecerse mucho á estas cabezas (British del cabello
y
el
las
brazos y cabeza, de
de
Museum, Viena, Vaticano)
yelmo, que serían de bronce.
tronco, que debía ser también de metal, ó por lo
Sevilla,
y aun en
faltan los bucles
En cambio,
del
menos de madera
recubierta con planchas metálicas, las mejores copias son estas de la
Casa de
Pilatos.
Una pequeña
estatua y un relieve con repre-
sentaciones de Minerva, que concuerdan con estas últimas, se des-
cubrieron en la
Lemnia.
la
Acrópoli de Atenas, cerca del lugar que ocuparía
Lรกm. IV
FIG. 4
FIG. 5
Figura
SEVILLA.
4.'
— Museo
Arqueológico: núm. 106.
mano
Estela con bajorrelieve de mujer, sujetando con su
quierda
las
puntas de un velo echado á
también con
otra
la
falta la
enteramente fídiaco,
la técnica,
el
espalda, y
que
se coge
mano, como para cubrirse más; en
zapatos puntiagudos;
pero sabia, y
la
material,
cabeza. El traje,
que
muy
aspecto
el
sobria y
como
es piedra diversa
de
los pies, artístico,
descuidada,
conocidas
las
en Andalucía, inducen á sospechar que se trata de una estela neraria griega, de principios del siglo iv antes de Cristo.
tud no es enteramente nueva, ya que trascendió
para efigiar una provincia, en
la serie
Roma, ejemplar conservado en ¡mch des histituts; 1900, figura
del templo
el palacio5);
pero,
de Conze, Mickaelis, Loevy,
Itálica,
como
(tufo?).
^.^
de Neptuno en
tal estela, el
constituye
Corpus gene-
Alto, 0,95. Descubierta
CARTAGENA. — Museo
Estatua femenil, vestida con himation recogido sobre
Toda
romano
según dicen. Vaciado por Bartolozzi.
Figura
cos.
acti-
etc.
Piedra basta y de color terroso
en
al arte
La
fu-
Farnesio (Lucas: Jalir-
un tipo desconocido, no registrando cosa análoga ral
iz-
ella
el
hombro
Arqueológico.
muy
plegado y manto
izquierdo y cayendo en pliegues simétri-
labrada dentro de un prisma cuadrangular, que
da forma de herme. Faltan eran postizos, y se ven
las
la
le
cabeza, los brazos y los pies, que
correspondientes muescas donde se
,
acoplaban.
oda
I
olla
24
-
encájase además sobre un pedestalito ador-
nado con guirnaldas. Esta forma de herme completo, con toda estatua
in.scrita
dentro del prisma, es algo rara: en Nemi, en una
habitación cercana
al
pequeño Artemision romano que
allí
existía,
muy
se descubrieron, hace una treintena de años, cuatro estatuas
parecidas, dos de
hombre y dos de mujer, pero aun más
neas que esta de Cartagena; además,
muv
la
sencillo y plano v
el
rectilí-
plegar de sus ropas era
no habían tenido nunca pies
ni brazos; sus
cabezas, postizas también, adaptábanse á un hueco de lo alto del
herme, como en esta nuestra. Reinach publica (Rcp.
uno de
hcrmes de N^mi entre
los
inscripción las
y
tos,
Uno
de
de Diana, con
los
el
el
que eran
münncr
da
Allí se
retra-
cabello recogido
me-
hermes de Nemi fué reproducido en el
Verhand-
Versanmihing Deutscher Phüologen wid ScluU-
in Górlitz. Leipzig, 1890, pág. 147 ss.
Nemi.
la
peinado carac-
monografía más completa del hallazgo, publicada en
¿uftgen dcr Vicrzigsten
t'n
pedestalito,
mujeres tenían además
las sacerdotisas
diante una fíbula. la
las
256)
Términos; pero consta por
que llevaba cada uno en su
cabezas de
de
terístico
los
stat.\ II.,
la btbliografía
Das Dianaheüigtum
completa de estos monumentos,
hoy desaparecidos y seguramente en colecciones americanas. También,
como
los
hermes de Nemi,
blanco. Tiene de alto 1,28 m., y la
el el
de Cartagena es de mármol pedestal 0,23. Descubrióse en
misma ciudad. Amelung. Die Skulpturen des Vaticano Miiseiwis, tomo
publica, bajo
otro
el
número 54 de
las
I,
pl.
1
2
1
estatuas del Giardino della Pigna^
herme con cabeza moderna, pero cuadrado y con pliegues
llanos,
como
el
de Nemi.
Lรณm. V
^^^:
FIG. 6
Lรกm. VI
FIQ. 6 (PARCIAL)
— Museo
Figura 6/ SEVILLA.
números
Arqueológico:
108 y 3018.
Estatua de hombre joven, con ¿lámide, cuya extremidad iba liada al brazo izquierdo, la
que
cabeza y mitad inferior de
alas^
que
sobre
el
ropaje que cubre
como el
mano
como
izquierda á
vestigios
derecho,
talonera con es repre-
de una manita de niño,
clámide^ en
la
la
La
el
no permite dudar que
pecho, enseñan que
pequeño Dionisos puesto sobre dose con su
así
pierna izquierda.
la
lleva el pie conservado,
sentación de Mercurio, así
en parte,
falta
el
dios llevaba
un
brazo, y cogién-
el
clámide misma. El brazo derecho
de Mercurio iba caído, apoyándose en un tizón que sobresalía del muslo, y cia
empuñaba
conservado en
caduceo, á juzgar por un resto de adheren-
el el
hombro. Otro tizón partía de
rodilla iz-
la
quierda, para reforzar seguramente una punta de la clámide. Estos
apoyos desgraciados y
la sutileza
con que está hecha
la
talonera,
hacen creer copia de un bronce esta escultura. La pierna apóyase en un tronco de árbol, y ante
él
hay una
cítara,
en parte rota, con
caparazón de tortuga, según venía á ser atributo del dios, y que resulta
un modelo notable.
El torso fué hallado en 1788 en las ruinas de grafió
en
el
tomo IX
del
y se
lito-
Museo Espafiol de A^iügüedades pág. 137; ,
suponiéndole de un Apolo (V. Reinach.;
La
Itálica,
AV/>., II,
226,
5
y 593)
6).
pierna se descubrió en 1901, en las mismas ruinas de edificio
donde estaba
la
Diana de
la figura
13, y
no se adaptó hasta ahora
— o que se ha hecho
al torso, jiMv,
inédita:
I''IRMUS
•
MERCÜr/o AVGus/o
L.
AVGUSTA//Í D D
FLr/wtv/
•
de nuestra Era
siglo
de D. M. Cam-
j^racias á la iniciativa
corresponde á nuestra estatua, y lleva esta dedi-
le se.iíuro
cación
—
Museo. Juntamente sacóse un gran pedestal,
del
director
20
La
•
BARGA
BRVTT///Í
primer
letra es del
(i).
Mármol muy blanco y
fino.
Alto,
1,98 m., con su plinto. \'a-
ciado del torso, por Bartolozzi.
Se impone, por
igualdad del asunto y analogía de presenta-
la
comparar esta hermosa escultura con
ción,
de Olimpia, notándose desde luego en formas y
además,
virilidad, ajenas
mucho más
de modo que
tura;
célebre en
otra,
completamente á
la
el
II,
á
la
obra de Praxiteles;
292, y Reinach; Rep.
Itálica
la
síat., II,
pág. 173),
de Olimpia. Es
el
creación de éste siguió en tiempo
se revelan caracteres
de arte más propios de
cuela de Policleto, y hasta su actitud es
la
misma
mármol de
Itálica fué
al
de
la es-
del Doriforo. Te-
nemos, por consecuencia, grandes indicios para creer que ginal del
del
debe venir de un prototipo
antigüedad y más vulgarizado que
donde
el
aquélla que á ésta, por su ropaje y pos-
Hermes de
indudable, además, que la
primera una plenitud de
Klein; Praxiteles. Leipzig, i898,pág. 98.-Colignon;
de hi sculpt.i:;reque,
se parecen
famosísimo Hermes
pequeños bronces del mismo asunto, y en especial
los
Louvre (Véanse Ilist.
la
el
el origi-
precisamente un grupo de Hermes
y Dionisos, citado por Plinio
como obra de Cefisodotos
y que debía conservarse á
sazón en Roma. Cefisodotos fué pa-
El torso hallábase colocado en el
(i)
lámina adjunta, desplantado,
debiendo de
la
ser U» contrario, y
estatua.
La
como
si
Museo
cargase
el
tal
como aparece en
cuerpo en
la
en línea próximamente vertical,
otra reproducción adjunta
hecha sobre fotografía de |)eana,
la
de
la
antiguo,
el
la
segunda
pierna izquierda, el perfil
izquierdo
estatua, con su pierna, está
1). F. Murillo, catedrático de aquella Universidad. La que está incompleta, lleva un suplemento redondeado, de escayola, muy
inoportuno.
más
dre de Praxiteles, según se cree, y esto hace
valiosa la
com-
paración de ambas obras, que permite observar palpablemente ideal
de
el
llamémosle clásico por excelencia, á que llegara
equilibrio,
Cefisodotos, y luego todo
alcance de
el
la
revolución praxiteliana,
en busca de una expresión más delicada y efusiva de vida
interior,
á costa de sutilizar los cuerpos.
Con
este otro tipo delante, la obra de Praxiteles
nada de su
valor excepcional pierde; sin embargo, afianzada ya la presunción
de que
el
inventor fué absolutamente Cefisodotos,
la
importancia
de este maestro crece, apareciendo como lazo histórico entre Policleto
y
la
Por su hoy
la
generación subsiguiente de escultores pasionales. parte, el
Hermes de
Itálica,
en cuanto es dable conocer
evolución de los tipos clásicos, quizá sea
se inspiraron, no solamente la gran dios, sino
además porción de
dechado en que
el
masa de representaciones
Una
retratos divinizados.
modifica-
cación casi general se introdujo, que fué desprenderle de
mide, echándola no más que sobre bien
la
hombro
el
desnudez del torso; suprimido además
cia el lado contrario la cabeza,
do. Valga
como ejemplo de
curio FarnesiO;
hoy en
el
y pasó
el
el
niño, volvióse ha-
caduceo
al
brazo izquier-
este otro tipo derivado usual, el Mer-
Museo
Británico, cuya estructura total
como
y aun
de
además, puede darnos idea, no solamente de
rota, sino
entera
la
de
la
la clá-
izquierdo, y así lucía
del desnudo, Itálica; él,
del
las taloneras, le
revelan
copia libre del la
pierna
cabeza, y asimismo ejemplares hay que conservan
clámide, cayendo desde
el
brazo hasta más abajo de
la
rodilla,
Vittorio Macchioro, en el último fascículo del Jahreshcftc des óstcrrcíchischen Arch. Institutos^ iQi
y Dionisos^ descubierto en
en
i,
publica un grupo de
Hermes
unas termas romanas de Agnano,
1896. Su artículo, titulado Hermes con Dioniso di Cefisodoto^
trata
de probar que
tal
grupo es copia del conocido del padre de
—
de Aí:(nano es mucho menor que
Praxiteles. El líermes
como
mide, sin cabeza
-
28
está, sólo
tizón,
ambas
como
debía
piernas,
sin
ir el
po de
Itálica.
el
el
mismo
el
el
le
allí el
la
clámide que en
el
lado izquierdo de
puso delante un carnero. Tocante á
muy
estilo,
Baco, del jardín Bóboli, en que El de
técnica
al
gru-
Itálica,
del
escul-
la
el
poco enseña
vulgar é inferior que
chioro reproduce, además, en su artículo un grupo de
como
el
tronco de árbol que sirve de principal sos-
grupo de Agnano, como obra
policléteo.
caduceo y
diferencia principal respecto de éste consiste en
La
tura, se trasladó
y se
el
pequeño Dionisos pone su de
sitio
que, para reforzar convenientemente
t('n,
Itálica;
brazo derecho sostenido por
conserva todo
Itálica;
aletas, y
las
mano exactamente en
de
de
0,96 m.; pero todas sus demás
partes hállanse completísimas. Tiene
un
el
es.
Mac-
Hermes con
torso del Mercurio es de aspecto
en su parte superior, se parece mucho
Meleagro Vaticano. Esto haría pensar
si
en
la
época romana se combinarían estatuas de diversos tipos antiguos para formar este grupo; mas posición del grupo de
modelo para estos dos
En ( 'ber
mismo
el
dic
la
semejanza tan perfecta entre
Agnano y sería
de
el
un gran
la
el
fascículo del Jahreshefte, \V. Klein,
con
el título
flcrmcs-Gnippc cines Praxiteles-Schülers insiste sobre y
Hermes y
Dionisos, que
la
hubo
colección Farnesio, hoy perdido, pero que reproduce una es-
tampa.
V\
lo
restituye
agrupando
la
estatua llamada del orador
joven, de Madrid, con un Dionisos niño, del
pero
hace creer que
original clásico.
restauración de un antiguo grupo de
en
Itálica
la dis-
la
modo.
Museo de
las
Termas;
restauración en yeso que publica no persuade de ningún
Lรกm.
FIG. 7
VII
Figura dín,
SEVILLA.
7."
que en
el
— Casa
de Pilatos: salón del jar-
siglo XVIII llamaban „Galeria
quemada".
Estatua de hombre joven, sin más ropaje que una clámide
echada sobre viendo por
el
brazo izquierdo, y que
el
lado contrario. Está
le
como
cubre
espalda, vol-
la
recostado,
gallardísima y con todos sus músculos en reposo;
el
en actitud brazo dere-
cho, cuya mitad falta, doblábase hacia adelante, cogiendo proba-
blemente
la
clámide,
como para
modo de
sale algo á
tablero.
cubrirse con
La
otra
ella,
mano también
piernas hállanse hoy rota la una y enterrada arriba
de
la
La
rodilla.
y debajo sobre-
la
cabeza, suprimida en
falta,
v
más
otra hasta la
las
reproducción
adjunta, es antigua, pero ajena; su pelo está rizado y, corroída
como
se
halla,
no vale sino para desarmonizar
el
conjunto.
pieza del cuello es moderna, y su tosquedad acredita que
tauración no se hizo en
Roma; por
La
la res-
consiguiente, nada es dable
conjeturar acerca de procedencia.
Mármol blanco muy ras.
Alto de
Hübner
lo visible, dijo,
fino,
con vetas
sutiles y reticulares oscu-
i,io metros.
con excesiva
ligereza, refiriéndose á esta obra:
«Estatua de un emperador sentado y vestido con manto; está deteriorada por el lado izquierdo y
i,
cabeza
no tiene sus facciones
decididas; acaso Tiberio.» [BnU. di Corr. Arch.^
Inventario de 175
la
que enumera todas
las
muy
Mayo, 1862). Un
obras de arte coleccio-
nadas en esta casa {Bul/. Hispaniquc, 1903, núm.
3.*")
consigna, en
donde
el sitio
esta escultura se halla hoy,
«una estatua de mármol
nntimia ... de nueve cuartas de alto, y que representa un Mercurio,
manto
(|uc
una mano y
taita
el
llaman (^lámide .sobre
fragmento en cuestión,
embargo,
es, sin
en un frontón acaso, dados
no obstante
la figura,
bides de Florencia,
el
la
Menos probable la fiera, al
según
sí
de
la actitud,
como en un
su
solo
complejidad de movimiento de sus la
memoria uno de
los
Nió-
pero realmente no descubre agitación
torso sevillano, ni viene de alto lo
porque
hermoso
que huye cubriéndose con su manto para
evitar las flechas del dios;
vre,
al
probable y da indicios
dispuesta
ir
miembros. Considerado esto, viénese á
dose de
muy
inexplicable por
lo
rareza, dentro de la iconografía, é
vaba.
esto se refiera
haber sido parte de un conjunto decorativo, puesto
aislada, parece
el
izquierdo; le
más bien que representación
respecto del asunto. De.sde luego,
alguna
hombro
caduceo.»
Aunque no haya seguridad de que
plano
el
sería pensar le
que
el
personaje esqui-
en Adonis, caído y defendién-
presenta un conocido sarcófago del Lou-
escudarse con
el
brazo derecho resulta inverosímil
toda lucha con armas. Soluciones algo probables, á nuestro juicio, son: las
que represente á Mercurio en
acto de ocultarse á
la vista
de
Gorgonas, protegiendo á Perseo; escena efigiada en una patera
portuguesa, con
con
el
la
la
diferencia
de que
allí el
dios encubre al héroe
propia clámide del segundo [BulL Híspanique, XIII, 125);
ó bien, que represente á Orestes refugiado en
huyendo de
mano
las
izquierda
crimen.
el altar
de Delfos,
Erinias que le persiguen; y, en tal caso, con la
pudo
asir la
espada envainada, instrumento de su
Lรกm. VIH
FIG.
8
Figura
SEVILLA.
8.'
Mitad
inferior
-
Casa de
Pilatos: salón del jardín.
de estatua que se creería femenil, á no acusar
sexo contrario. Viste un quitón amplísimo, abierto por derecho, ceñido y replegado sobre
cintura, y
la
la
sutil
transparéntanse
las
pie
en
el suelo;
A
través del
formas delicadísimas del cuerpo, y
pierna derecha escapábase desnuda por
sin tocar
costado
que se agita y
ondea en virtud de un movimiento de avance rápido. ropaje
el
el
pero no queda de
la
abertura del quitón
ella sino el
asoma desnudo. El carecer de peana
muslo;
el
otro
esta figura, su escasa pro-
fundidad y su inclinación hacia adelante, que harían imposible tenerla aislada, y
el
descuido con que se ahuecaron por abajo
pas, traen convencimiento
mo, por que se
ser
de que se hizo para un frontón. Asimis-
de igual mármol que es presumible
halla,
conjunto decorativo. Su
las ro-
la
del
número
anterior, junto á la
que ambas provengan de un mismo
alto,
0,95
metros.
Vaciado por Barto-
lozzi (i).
Su analogía siglo V antes estilo,
de
es
grande con
de
Cristo, por ejemplo, la
las
la Victoria,
En
la
usual en
las
las Victorias si
bien
el
supera en corrección y belleza, justificando
adjunta lámina, por descuido del grabador, este fragmento resulta
debiendo inclinarse mucho más por arriba hacia su izquierda, ya
gravitaba toda
el
de Peonios. En cuanto á
Nereidas del monumento de Xantos,
fragmento sevillano
(i)
tipo
hermana con obras más avanzadas, cuales son
de Epidauro y
torcido,
el
la figura
sobre
la
pierna del
mismo
lado.
([ue
qm*
ello
lo
atribuyamos
al
siglo rv,
en su primera mitad; porque,
bien las ropas flotantes siguieron de
manas, de suerte que pero de tal
la
I
moda, aun en
íübner pudo juzgarlo
escuelas ro-
las
como
si
«obra buena,
época ya afectada de Uadriano», con todo, hay en
él
grado de sobriedad, ponderación y buen gusto, como sólo en
el
gran arte helénico suele observarse.
En cuanto bajo
el
á representación,
supuesto de que pudiese llevar
cado masculino de efigies,
fundándose en
en
la
la
Ñique
griega.
tendríamos un dupli-
alas,
Ahora
bien; hallamos ciertas
mitología arcaica, que sólo por
Ñique volando (Reinach; Rcp.
stat.^
II,
392,
el i
alguna vez con aspecto andrógino bien claro [Rep.
pudiendo asociárseles un herme, ya de
estilo
sobredicho y
lo
sexo varían de
y 393, stai.^
6),
y aun
442,
II,
la
1
1),
avanzado, con iguales
caracteres de sexualidad y con alas también {Rep.
stal.^
I,
351,
2).
Bajo otro respecto cabría pensar que representase un Apolo citaredo,
si
acentuado de su feminismo no impusiera un argumento
lo
en contrario;
además, aunque hay algunos, como
{Konii^^liclic Miisciiin rc7i,
1
89 1, pág.
deja de
ir
Eierlín
zu Bcrlin, Bcschreibtmg dcr Antiken Skn/ptu-
26),
y otro del V^aticano (Reinach; Rep.
.S93) 3)» iríuy volosos, ni
de
el
nunca
las
piernas salen fuera de
stat.^
I,
la túnica,
calzado, ni sería justificable tan descompuesta actitud
en un citaredo. Hübner dijo que representaba á Hermafrodito, y en verdad que
mas en
la
la
estructura sexual cuadra bien á
tal
personaje;
iconografía clásica no hallamos sobre qué fundamentar
esta suposición; además, la actitud de nuestro
carrera ó danza, que en personajes.
Menos
modo
alguno es propio de
inverosímil sería pensar en
y con ropas de mujer.
fragmento es de los
susodichos
un Baco, danzando
Lรกm. IX
FIG. 9
Figura
SEVILLA.
9.'
— Museo
Arqueológico: núm.
101.
Torso de hombre joven, desnudo, de formas suaves y de una esbeltez extraordinaria, que se aparta, lisípeo
por
lo
sin
enjuto del vientre y recio de los pectorales.
alto del pecho, á su lado izquierdo, se nota cia,
y en
hombro
el
embargo, del canon
contrario hay algo
la
como cabo de
estriada
no es probable
cabeza. El torso, por sus proporciones, no deja
pensar en un Diadumeno de tipo policléteo; á más de que zos estaban movidos en sentido contrario, levantándose
derecho.
lo
una señal de adheren-
cinta, que, á juzgar por su distancia del cuello,
cayese desde
En
Como hubo
los bra-
mucho
otro Diadumeno, obra de Fidias, y también
de bronce, que estaba en Olimpia, daría excepcional valor sevillano podérsele
el
al
torso
comprobar como su copia; mas, desgraciada-
mente, faltan datos para discernir con fundamento sobre algo previene á favor de un maestro insigne no es
ello,
más que la
y
si
belleza
de su estructura. La colección Torlonia conserva otro ejemplar de
Diadumeno en logías,
como
actitud igual (Reinach; Rcp.
siat.^ II,
548,
i);
y ana-
en cuanto á modelado, revelan algunas obras neoáticas, el
supuesto Germánico, firmado por Cleomenes de Atenas;
pero éste reproduce un tipo más antiguo, según se cree.
Procede de Reinach;
II,
Itálica.
600,
8.
Es de mármol blanco. Su
alto,
0,90 metros.
Lรกm.
FIG. 10
X
Figura
10.
JEREZ DE LA FRONTERA
Colección municipal.
Torso
muy
viril
robusto, desnudo; pecho grande, atlético y
En
plano. Faltan la cabeza y las extremidades.
nócese
el
arranque de
cuerpo, y en
la
barba.
Avanza
sin
la
garganta reco-
inclinar el eje del
espalda se ven los pliegues de un manto que sos-
la
tendría atravesado con los dos brazos. Reconócese un Neptuno, ya
esgrimiendo ó con
él
el
tridente,
en una
según
mano y un
le
vemos en monedas de Posidonia,
delfín en la otra,
conforme á
los ases
de Marco Agripa; mas no es conocida otra escultura de este Descubierto en jerez. Alto, 1,15 metros.
tipo.
Lรกm. XI
FIG.
11
Figura
SEVILLA.—
11.
Colección de D.^ Regla Manjón,
viuda de Sánchez Bedoya.
Torso femenil, vestido con túnica
hombro derecho. Su de
la
plegar es
el
de
finísima, las
abotonada sobre
obras de
la
el
escuela ática
generación inmediata después de Fidias, y corresponde
al
grupo de divinidades femeninas con túnica transparente creadas
como
por Alcamenes, tales
y de
las
Termas,
etc.
dines», descubre
como de
Hera Jacobsen,
el
la
Su
levantando
bailarina, del
de Sevilla sólo enseña
la
las
más avanzado
del
la
al
arte
de cubrirse con un himation,
brazo derecho. Su seno poco desarrollado hace dudar
que represente á
Tamaño
los jar-
Museo Vaticano (Gabinete de
actitud parece que era el
Venus de Frejus
hombro, de suerte que se acerca más á una
máscaras, núm. 427), que se atribuye siglo IV.
las
Esta última, que se supone ser «la de
uno de sus pechos;
parte superior, con estatua,
la
la
diosa del amor.
natural. Descubierto
en
Itálica.
L-รกm. XII
FIG. 12
Figura
12.
SEVILLA.
— Museo
Arqueológico: núm. 100.
Torso de estatua femenil, con túnica finamente rizada, succinta
y ceñida bajo
los
pechos con una correa, cuyo broche es en forma
de cabeza de carnero; manto echado sobre liado á la cintura,
carrera;
como gruesa
banda atravesada para
la cabellera
descendía hasta
según acredita
la
copia del
los
faja,
el
hombro
izquierdo y
para que no embarazase en
la aljaba,
la
que cuelga en su espalda;
hombros. Era una Diana cazadora,
número
reconócese que estaba caído
el
en este torso
siguiente, pero
brazo derecho. Señales de adhe-
rencias sobre la cadera izquierda, correspondientes al otro brazo
y á un tronco de árbol.
Mármol de espejuelo grueso y Alto,
1,25.
Se descubrió en
traslúcido,
Itálica
en 178
como 1,
y
los
lo
de Grecia.
publicó poco
después Ponz [Viage de España^ XVII, 222); también Reinach {Rep.
stat.^
317). Vaciado en escayola por Bartolozzi.
II,
La morbidez y sobriedad con que como
la
clase
está
modelado
el
ropaje, así
de mármol, hacen sospechar que es obra del
siglo iv
antes de Cristo, y acaso un original.
A
más de
estas dos estatuas reconócese haber existido
tercera Diana en Itálica, cuyo torso, exactamente igual que la
Diana de Versalles, publicó Delgado {Ntievo método de
ción de las medallas
gina 140).
autónomas de España,
Su paradero
II,
el
de
clasifica-
lámina tras de
se desconoce actualmente.
una
la
pá-
Lรกm.
FIG. 13
XIII
Figura
13.
SEVILLA. — Museo Arqueológico: núm. 2958.
Estatua de Diana cazadora, con diadema liado^
como en
piel curtida.
el
falta,
que hay una
izquierda, sobre el
mano derecha
Parte de los brazos derecha, desde
túnica y
manto
torso precedente, y botas de cazador hechas de
Tronco á su
cervato; con la
real,
que
es probable
y es moderno
asiese
el tercio
piel
una
bajo de
la
de
lanza.
pierna
la rodilla al pie.
Mármol de espejuelo
grueso, que parece de
la
cantera de Alma-
dén, según opinión de técnicos en Sevilla. Alto, 2,34 metros.
Descubierta en
Itálica
en 1900, entre ruinas de
edificio sun-
hoy á
tuoso, al que pertenecían las columnas erigidas
los lados
de
la estatua.
Publicóla en monografía especial D. M.
Diana de
Itálica,
Campos y
1908); además, Reinach (AV/>.
rese con otra, dibujada por el
mismo
(II,
111,
801,
Munilla i^La
94,
5),
9).
Compá-
cuyos ropajes
guardan absoluta conformidad. Respecto del torso anterior no cabe
duda en que
ella es
copia libre y decadente del mismo, variando
postura del brazo derecho, recogido
gar de
las ropas,
cabello y
el
en que se descubre
la
muy
otro
manera usual de
la
el ple-
los talle-
res romanos.
Como hizo
notar Furtwaengler [Colicction SabouroJ
dicha indumentaria es nueva respecto de clásica, aplicándole el traje corto
solemne túnica con que aparece
la
de
las
la
^
usual en
II,
CXXV),
la
Artemis
amazonas, en vez de
diosa en
el friso
la
del Partenón
y demás representaciones hasta la
su
Diana de
Itcálica
la
mitad del siglo
se parece bastante á la
hermano gemelo
el
En conjunto,
de Yersalles, que, con
Apolo de Belvedere, son atribuidos por
Furtwaengler á Leocares, y fechados hacia Cristo.
iv.
el
año 330 antes de
La española parece algo más moderna; no marcha con
gesto rápido
como
la
Diana de Versalles^ sino que parece más bien
descansar, constituyendo un tipo nuevo lleno de calma y dulzura.
Su cabeza recuerda especialmente
Museo de Ñapóles, y debía del
modelo
del
número
la
de
variar, á lo
anterior.
la
Venus de Capua, en
el
menos su peinado, respecto
Lรกm. XIV
FIG. 14
Figura
CÓRDOBA.— Museo
14.
Arqueológico: núm. 23.
Estatua de Minerva, ya del período helenístico,
al parecer.
ropaje ha perdido aquella gravedad característica de clásica,
ganando en efecto de
recogido sobre
de y
faja; la
la
formando una especie
egida, en lugar de ser de escamas metálicas, es de pluma,
gorgona,
diosa tuviera
que
Atenea
la
y de claro-oscuro. El manto,
líneas
atraviesa la figura,
el vientre,
El
la seria
lo
más pequeña
empeño en
posible,
apenas se ve, como
si
Más
disimular su terrible defensa.
la
bien
Minerva del Panteón griego, parece una muchacha que
dispone graciosamente su vestido, conforme retratos greco-romanos.
ejecutada en
la
Una
lo
vemos en muchos
estatua de Minerva helenística, pero
época imperial seguramente, existe en
ó antiquariwn del Municipio de Roma. Es de todos algo raro, sobre todo en
tamaño grande, ya que
más bien para
tuas preferíanse
siglo ív v del v. Faltan
en
la
la
al
el
depósito
modos un
demandar
tipo
esta-
diosa los modelos severos del
Minerva de Córdoba
la
cabeza,
el
brazo derecho, que levantado empuñaba una lanza seguramente, y
y pie del mismo lado. También está deshecho
la rodilla
izquierdo, pero
dos
al
quedan sus
vestigios
con algo de
la
el
mano
brazo
adheri-
pecho, en actitud poco usada; un pequeño bronce dispuesto
así lleva
en esta
mano una
lechuza (Reinach;
II,
281,
5).
Mármol de espejuelo grueso y muy manchado con óxido de hierro. Alto,
Córdoba.
1,30 m. Descubierta dentro de
la
misma ciudad de
Lรกm. XV
FIG. 15
Figura
15.
Estatua
MERIDA. — Museo Arqueológico: núm.
viril,
desprovista de cabeza y de
las otras
envuelta en un manto su parte inferior desde
mo manto
cubre
le
Se ha creído
la
espalda, cayendo por
Júpiter, pero es
más bien
cido:
al
bastón con
las serpientes.
Furtwaengler discurrió sobre
el
extremidades;
muslos, y
hombro
el
mis-
izquierdo.
Esculapio; y las breves se-
ñales de adherencia que se notan sobre
ponderán
los
10.
él
el
brazo izquierdo corres-
Además
es
un
[Afeisierzverke ,
tipo cono-
pág.
T,6y)
estudiando un Esculapio del Museo de San Petersburgo, y cree que se trata de
rón, y
un
que en
tipo clásico el
de Júpiter creado por
primer siglo de
la
la
escuela de Mi-
época romana, cuando tanta
predilección se volvió á sentir por los tipos severos de los dioses clásicos, se aplicó
como
la del
también á representar Asclepios. Algunas copias,
Roma,
palacio Altemps de
los
rayos del padre de los dioses.
las
que mejor se acomodan
al
La
tipo
llevan todavía
el
cetro y
estatua de Mérida es una de
más puro
del
Museo de San
Petersburgo.
Es de mármol, y su
alto,
0,93 m. Descubierta en Mérida.
Lรกm. XVI
FiG. Ib
Figura
TARRAGONA.— Museo
16.
provincial:
núm. 372.
Estatua de Dionisos, joven, apoyado en un tronco, sobre
que hay echada una tera,
piel
de cabra, y á su lado empínase una pan-
cuya cabeza y extremidades delanteras
cabeza y
las
manos
el
del dios,
uno de
los pies
faltan.
Asimismo,
y un trozo de
la
la pier-
na derecha, mientras que en cambio se ha conservado suelto
el
hombros. Tenía
el
de este
pie
lado; rizos
de pelo caen sobre
brazo derecho levantado sobre
mente, en
la
cabeza, echando vino, segura-
la
copa que sostendría con
otros ejemplares, por ejemplo,
el
el
les
mano, como acreditan de
la
colección
Hist. de /a sc21lpt.gr., W, 265).
brazo levantado, era clásico en
uno de sus
griego: Policleto representó así
giéndose, y su
la otra
sátiro praxiteliano
Buoncompagni en Roma (Colignon; Este tipo de figura, con
los
atletas, el
La
arte
que está un-
Amazona, siendo de nuevo adoptado por
para su Sátiro escanciador.
el
Praxite-
estatua de Tarragona, que pa-
rece ser una variante de este último con los atributos de Dionisos, fué oo7ia
publicada ya por Laborde (lám. 59), Albiñana (Tarra-
monumental, lám.
iv)
y Piferrer {España y sus mofiumentos) y
dio noticia de ella también
aun
faltaba
,
Hübner {Dic
una reproducción
tolozzi.
pero
suficiente.
Encontrada probablemente en
mármol
ant. Bild., pág. 285);
pentélico. Altura, 1,25
la
misma Tarragona. Es de
m. Vaciado en escayola por Bar-
Lรกm. XVII
FIG. 17
Figura
17.
Estatua el
SEVILLA. viril,
— Casa de Pilatos: salón del jardín.
con corona de
hombro derecho, y mano
vid, piel
de cabrito anudada sobre
izquierda puesta en
la
cadera; una
pantera á sus pies. Es tipo conocido de Dionisos. Son modernos el
brazo izquierdo, desde
parte de
la
hombro hasta
con
pantera y del tronco á que se arrima; están rotas
las
piernas, y el brazo derecho falta, con
ó
el tirso.
muñeca, y
los pies,
el
Descrita por
Hübner [Dic
mol de espejuelo grueso; milmente de Roma, v
allí
el
la
que sostendría una copa
ant. Bild.^ pág. 323).
alto, sin plinto,
i
sería restaurada.
,47
Már-
m. Procede verosí-
Lรกm. XVIII
FIG. 18
Figura
18.
ZARAGOZA. - Museo
provincial.
Estatua femenil, con torso desnudo, brazo izquierdo apoyado
en
la
cadera hacia atrás y cubierto con
parte inferior del cuerpo; faltan los pies.
la
ropaje que envuelve
el
cabeza,
el
la
otro brazo y algo de
Seguramente arrimábasele un pedestalito ó herme por su
costado derecho, según se observa en otras repeticiones de esta figura.
del
y
5.
Una de
Prado (Reinach;
— IV,
202,
á
ellas, inferior
7).
I,
321,
Se duda
Anfitrite ó Tetis acaso.
En
la
2;
de Zaragoza, está en
5.—
323, 4 y
II,
¡Museo
el
334, 10; 406, 3
si
represente Venus, una Ninfa marina,
el
período helenístico
fabricantes de esculturitas de Tanagra, para hacer
pequeñas obras maestras de
tierra cocida,
y en
la
la
copiaron
muchas
los
-de sus
época imperial
se adoptó este tipo elegante de mujer semidesnuda para adaptarle
cabezas -retratos de damas romanas.
diademada, se encuentra en
mero 45
i);
el
Una
copia
así,
con cabeza
Museo Vaticano-Chiaramonti
y Amelung, hablando de
ella
{Dk Skulpturm
(nú-
des l^aii-
caiis-Mnsenni), estudia el tipo, haciéndolo derivar del praxitélico
llamado Venus de Arles, del que hay otra copia,
con cabeza, en {MeistcrKcrkc
,
el
Venus de
Ostia,
Británico. X^éase también Furtwaengler
123).
Es de mármol los
Museo
la
fino. Alto,
1,50 m. Procede de
Duques de Villahermosa; pudo
la
colección de
adquirirse en Italia y se
pletó mediante restauraciones, que hoy no conserva.
la
com-
Figura
19.
GRANADA.— Museo
Arqueológico: núm. 843.
Torso de hombre joven, con pelo rizado en tirabuzones, pileo y clámide. Tipo helenístico
muy
conocido, y del que existen abun-
dantes repeticiones, desfiguradas por
los atributos
que han añadido
á veces los restauradores. Furtvvaengler {Metsterwerkc, pág, 592)
creyó poder atribuir esta creación á Eufranor, que había esculpido
un París célebre en
la
W. Amelung
antigüedad.
términos, en la Revuc Archéologiquc (1904,
II,
pág. 343):
absolutamente cierto que esta figura represente diosas.
Ninguna copia
tiene la
manzana en
prueba decisiva. Si en alguna copia cesorios indican
mo
que
se trata
libre,
replicó en estos
al
y ya
muy
.
.
de
las
sería la
tardía, los ac-
de un pastor, se puede pensar
que fuera París que Ganimedes.
es
arbitro
mano, que
la
«No
El hecho de que
lo mis-
la figura
llamada Paris nos ha sido conservada en diversas variantes, unas veces con
la
cabeza inclinada hacia
quierda, se explica,
con un
fin
si
la
derecha y otras hacia
nosotros admitimos que ella ha sido copiada
decorativo; y en la
Roma
imperial
una
copias han servido acaso para decorar, pareadas,
tal figura,
las
como Ganimedes que como
tra la hipótesis
Paris.
más
de Furtvvaengler, de que esta figura sea
como
ve-
Otro argumento conel
Eufranor, es que en ninguna de las réplicas está figurado
dido pastor
cuyas
puertas de los
vestíbulos ó las avenidas de las jardines, debe tomarse con rosimilitud
la iz-
Paris de
el
preten-
púber. Es, pues, necesario pensar en Ganimedes,
— porque
el
héroe seducido por Afrodita era ya un hombre, esposo
de (^enone, cuando
el
juicio del Ida.»
copia de Granada, aunque sólo conserva
La es
una de
las
I
I
el
Museo de Ñapóles; pues aunque pleto, su actitud
también
el
y echando
el
Ganimedes Farnesio,
éste se presenta
una de sus
le
desnudo por comsi
alas sobre la espalda del la
mancebo. En
parte donde
ala
el
caer.
Está roto por
ñones de
los
el
cuello; falta la
punta de
Mármol de espejuelo
fino,
óxido de hierro. Alto, 0,62 m. Estuvo en siglo xví hasta
allí,
hecha por
de Leval, en 1564. Vaciado de el
la
que se disimularon
reproducción suya
la
el
los
mu-
la
Alhambra desde la
el
estatuas an-
escultor flamenco Antonio
las espiras
de
los brazos,
y
es
adjunta lámina.
de bronce, modelada toda á
Amazona
por
Escuela de Artes y Oficios de
Su cabeza muestra sensiblemente
tipo de la
y en
muy manchado
1868, y consta una restauración de
tiguas conservadas
Granada, en
la nariz,
brazos se formaron unas espirales, seguramente para
anbcllcccr la rotura.
nal
del
representaría abrazado al águila,
nuestro torso, efectivamente, aparece rebajada
pudo
Ganime-
de cabeza resulta idéntica, cabiendo sospechar
ejemplar granadino ella
el
gabinete de las Máscaras (Hel-
Además, compárese con
o).
parte superior,
la
elegantes. Recuerda, especialmente,
más
des del Musco Vaticano, en big,
—
54
capitolina y
ser copia exacta
aristas vivas, el
de un
origi-
y recuerda mucho
el
llamado Paris Albani, aunque
varía especialmente en llevar tirabuzones sólo por detrás de las orejas,
y rizos sueltos por delante. El pileo tiene levantadas sus
orejeras y sujetas
una á otra por atrás mediante lazada.
Lรกm.
FIG.
20
XX
MÁLAGA.— Hacienda
Figura 20.
de
Concepción.
la
Estatuita de mujer, sentada, meditando, con una pierna sobre la
otra y
esfera;
de
apoyada
cabeza en
la
peana antigua con molduras. Manos y un
Urania del grupo de
la
brazo derecho; á
el
las
los pies,
pie, rotos.
mas puede el
de
Musas, que reproduce
vérsela en la base de Halicarnaso,
mismo grupo. De una de
triales,
las
sus estatuas hubieron
den darnos una idea de
donde se representa
de hacerse copias indus-
los originales perdidos.
De
el
Museo de
IVmckelmansfeste, Archaeo/ogischc Gescllss.
Véase sobre
aus Maníinea; Munich, 1895, pág. 79.
el
grupo de Fi-
La copia de
de Berlín tiene cabeza moderna y no se apoya en está caída sobre la falda. intacta,
Urania hay
la
apéndice del libro de \V. Amelung, Dic Basis des Praxi-
liscos el tcles
el
1903, páginas 13 y
schaft, Berlín,
Bri-
obra de Filiscos;
la
otras copias en Francfort (Reinach; IV, i8i, 5) y en
en
Museo
de Málaga, importantes hoy porque pue-
ellas ésta
Berlín, publicada ésta
Copia
Musas, esculpido por Filiscos de Ro-
das. Esta Urania falta, por excepción, en el relieve del
tánico, llamado
una
y todo
el
La cabeza de
resto de
la
los
Urania
mano, que
de Málaga se conserva
figura parece corresponder mejor al
tipo original. Esta actitud de mujer
coronar
la
la
la
meditando se usó también para
pequeños monumentos funerarios de
la
época helenís-
Furtwaengler publica dos estatuas de este género, encontra-
tica:
das en nach;
el I,
Ática {Coi/edion Sabourof; I), y otra hay en
451,
2);
pero
la estatuita
de Málaga tiene
el
Roma
(Rei-
atributo de
Urania v
luil»)
de
servir para
cita Hiilmcr, aunijue
56
un
estuvo en
-
fin
puramente decorativo. No
hacienda de
la
la
la
Concepción, por
haberse descubierto después.
En
el
Jalirhmh des
Arcli. Inslilulcs; Herlín,
noticia sobre las excavaciones
de Mileto: Vicrter vorldufiger Be-
ridit ühcr dic .íusi^rahufií^en der K'óni^^iicJien I
h.
1906, se insertó una
Museen zu Milet, por
W'ie^and, donde reproduce tres nuevas copias de Musas del
grupo de
b'iliscos.
semejanza de
Ninguna es
los ropajes
está decapitada
como
y de
la la
sentada, pero es interesante
cabeza de una de
ellas,
Marqueses de Casa- Lar ing, lám.
ix.
los.
Procede de Churriana, en
misma provincia de Málaga. Es de mármol, y 0,58 m.
que no
las otras dos.
Publicada por Berlanga en su Catálogo del Musco de
plinto,
la
tiene de alto, sin
.
.
la el
Lรกin.
FIG. 21
XXI
Figura
21.
SEVILLA.— Casa de
Pilatos: salón del jardín.
Estatua femenil, esbeltísima, con ropaje finamente plegado y adherido
al
cuerpo; pie calzado. Garganta y parte del
brazo izquierdo, modernos. Faltan
los
antebrazos y un
da una Higia conservada en Inglaterra {Rep.
stai.;
hombro y
pie.
Recuer-
290,
I,
7);
mas
probablemente representaría una Musa, y será obra helenística de los últimos
Cabeza
tiempos de
la
república romana.
el
cabello;
melancólica y
la
mirada opaca de
III.
fino.
postiza, pero antigua, peinada con simple raya y for-
mando ondas
diano
Mármol
Véase Bernoulli (AWz.
dc¿ busii\^C)^).
Rota
la nariz,
Julia
la
fisonomía
Mamea, madre de Gor-
Iko7i.] II, 3, p.
Amelung (Museo
publicados por
taladradas. Tiene
orejas
109J y los retratos
Vaticajto-Chiaramonti^ 535. Sa/a
que estuvo restaurada. Mármol de
es-
pejuelo grueso.
No
es seguro
de 1,84 metros.
que se
trajese
de
Roma
esta figura,
cuyo
alto es
Lรกm. XXII
FIO.
22
Figura 22.
SEVILLA.— Casa de
Pilatos:
salón del jardín.
Estatua femenil con diadema y teniendo en piente, atributo
de
la
de Higia. Son modernos
mano
brazos
la ser-
izquierda y parte
serpiente, restauración probablemente equivocada, pues la
serpiente estaría suelta, y con
copa. Reproduce un tipo
do
la
los
la
mano
común de
la
sostendría
época
más bien una
helenística. El plega-
del ropaje es característico de la diosa; pero
la
cabeza, delica-
da y excesivamente acentuada de fisonomía, muestra cómo era interpretado por los copistas romanos; dicha cabeza, aunque rota, es la propia de la estatua y se adapta perfectamente al cuello.
Mármol de espejuelo cida; vino acaso
de
grueso. Alto, 1,72 m. Procedencia descono-
Italia.
Lรกm. XXIII
FIG. 23
FIG.
24
Figura 23.
TARRAGONA.-Museo
núm. 377.
provincial:
Torso de Venus, completamente desnuda. Sin cabeza ni
una parte de
Dio noticia de
las piernas.
na monumental, 1848, lám. loerke ¿n
Albiñana
y también Hübner
(
Tarrao^o-
anlikc luld-
{^l)¿c
Madrid^ pág. 285, núm. 673). Bernoulli {Aphroditc; pá-
gina 229, Leipzig, 1873) él
5),
ella
ni brazos,
catalogadas de
la
describe
la
como una de
llamada Venus de Médici ó Venus púdica, de-
rivada de un tipo praxitélico, según es notorio.
Reinach [Rcp.stat.,
18 copias por
las
II,
La
publica también
pág. 354); pero entre todas estas reproduc-
ciones no hay una que dé buena idea del original.
Es de mármol blanco de grano
Figura 24.
MÉRIDA.
-
fino. Alto,
1.08 m.
Museo Arqueológico: núm.
85.
Estatua femenil, desnuda, cubriéndose algo con una sábana.
Diadema en un
delfín.
la
Los
cabeza; á su izquierda un amorcillo cabellos, rizados y
marcados con
montado sobre los
trépano, indican que es una copia de fines del siglo
Quiere representar Venus, y recuerda tipos la
Venus de
agujeros del
11.
clásicos,
como
el
Siracusa, otra de la colección Torlonia, etc.; sin
bargo, acusa variantes que
La tendencia barroca de
la
de
em-
hacen algo singular, dentro de su serie.
los pliegues
y
el
exceso de elementos
complementarios, corona, delfín y Eros, afianzan
de
la
fino,
y
lo tardío
época á que corresponde. Cabeza, brazos y un
pie,
Procede de Mérida. alto
1
,6o m.
mutilados é incompletos.
Es de mármol de espejuelo
Lรกm. XXIV
FIG.
25
Figura 25. MÉRIDA.
— Museo Arqueológico.
Estatua femenina colosal, sentada, con diadema y manto que le
cubre
cabeza. Está hecha en dos trozos de mármol, que se
la
completan por detrás con otra
pieza.
La mitad
técnica algún tanto y es pequeña respecto de
no se ajustan bien ambas
pondan
partes,
á estatuas distintas,
la
bas manos
faltan.
aunque
Reproduce
méter ó Hera; mas por típicos
en
imperial.
los Julios,
Una
similares,
el
el
tipo
clásico
y que decorasen
Ny-Car¿sberg. Munich, 1895.
J.
el
brazo derecho,
am-
de una diosa: Delos
grandes
ojos,
muy
parecida á esta,
Arndt: La
— Reinach; Rcp.
o^Iiptotlicquc
stat.^ II,
245.)
teatro de Mérida, en las excavaciones dirigi-
R. Mélida, en 191
metros. Publicada en del
la
podrá creerse que representa algún personaje
existe en la Gliptoteca Ny-Carlsberg. (P.
das por D.
el
peinado característico y
estatua de grandes dimensiones,
Descubierta en
superior; además,
sostendría un cetro probablemente;
el otro,
de
pudiendo sospecharse que corres-
escena del teatro donde fueron descubiertas. Con
más alzado que
inferior varia
mismo año, por su
el
1.
Mármol
Boletín de la
blanco; su
Academia de
alto,
2,10
la ílisloria
descubridor.
Vaciado de Bartolozzi.
Es obra ya les
del siglo
11
de
la
Era
de decadencia, y provendrá de
cristiana, taller
con manifiestas seña-
andaluz, ya que estas
imágenes de dioses, alegorías ó retratos femeninos sedentes, debieron abundar en dicha región, donde subsisten fragmentos de
ellas
"(
aun menos
—
valiosos; por ejemplo, los
Museo Artjueológico de Madrid por Cártama, en
el
de Baena, allegados para I).
el
R. A. de los Ríos, y los de
Museo Loringuiano de Málaga. Como prototipo
clásico, recuérdese la
hermosa Livia de Pestum, hoy en
dicho Museo de Madrid (Reinach;
II,
685,
i).
el
suso-
El teatro de Mérida,
según conjeturas de Hübner, fué restaurado en tiempo de Hadrianu, y á entonces corresponde la suntuosísima decoración
escenario.
de su
Figura 26.
CÓRDOBA.
— Escuela
de Artes y Oficios.
muy
Parte de brocal, que alcanza una mitad escasamente,
deteriorado y con relieve, que alude á Neptuno y Minerva dispu-
tando sobre á
el
predominio del Ática. En
un lado Neptuno, con
el
tridente,
me<;iio
apoya
la
tos.
izquierda en
palda
ma
cadera,
la
escudo, con
el
la
con una
en su
varilla
manto terciado y
el
manto; detrás
de dos delfines pequeñi-
tritón toca la doble flauta, precedido
Enfrente, Minerva,
el olivo;
pierna izquierda en
una proa de nave, y sobre aquélla tiene plegado un
aparece
diestra,
mano
la
sin la egida; tiene á su es-
cabeza de Medusa en medio, y detrás aso-
la serpiente.
Es
el
asunto del frontón occidental del Partenón,
en cuanto á desarrollo, tiene que ver con trario, la
lo
si
bien nada,
de Fidias. Por
con-
el
composición del brocal repítese fidelísimamente en un ca-
mafeo, bien conocido, y en un medallón de Hadriano [jaJirlmcli dcr KuristhistoriscJmi
Sammlungcn
des Ailerhdchstcn Kaiscrluuiscs,
64.
I,
Viena, 1883), reproducidos por Donatello en los discos del palacio Médici, en Florencia, Si ello es repetición de alguna obra célebre,
podría conjeturarse por estas asociaciones, y porque un vaso lico del
mina
Museo de Madrid
XXXIX)
repite el
que por otro lado
itá-
(Alvarez-Ossorio: Vasos griegos, etc.,
Neptuno con
la
misma
actitud de piernas,
es frecuentísima en pinturas de vasos, desde
al
el
Smintio. Añade fuery que Scopas adoptó para su Apolo argumento haber estatuas de Neptuno casi absolutamen-
siglo IV,
za
lá-
5
— cocomo
te iguales,
un
son
fragmento descubierto en Pérgamo
shiL, IV, 20, ;), y la
(A\-/>.
de Eléusis
habla de un grupo de Minerva con brotar
junto
hoy
lújiitcr
al
el original
de
de Leocares, y con
lis:
Arx
II,
olivo y
manantial, que se ostentaba en
el
él
la
27, \). Pausanias
Neptuno haciendo
Acrópoli de Atenas,
precisamente identifícase
reproducciones susodichas, á
las
reverso de otras
el
el
(Id.,
las
que se añade
monedas atenienses de Marco Aurelio (Michae-
Allioiiinim.
— Inchoof y
Gardner:
A
nwnismatic comme^i-
iary on Pausanias).
Por separado, ambos tipos dieron origen á representaciones
muy
conocidas mediante copias, á saber:
á favor de Orestes, impresa en
Minerva dando su voto
un medallón de Antonino
de Viena arriba citados) y en varios
relieves,
{jfahrbucli
y que repite
bronce de Mandeure (Gazz. des Beaux Arts, 1896,
llardo
y
la
el
ga-
321),
II,
Neptuno, que se supone de Lisipo, copiado en monedas de
el
Demetrio Poliorcete y del Brucio y en varios mármoles, sobre todo vez friso
el
de Letrán, aunque en posición inversa y
el tritón
del brocal
sin ropaje.
hermana exactamente con
mento de Córdoba sea una producción comercial de modelos ajenos y bastardeados. Así
las
)•
pesado del
original,
según
le
el
taller
frag-
roma-
proporciones del
Neptuno, por demás esbeltas, falsean completamente robusto
su
los del célebre
de Munich, y su tamaño excesivo hace verosímil que
no, sobre
A
ofrecen los
el
carácter
demás ejem-
plares.
Mármol ciado de
la
cias al celo
Alto, 0,70 m.; diámetro exterior, 0,80 m.
Va-
misma Escuela, Hallado en Córdoba, y recogido
gra-
fino.
de D. Mateo
Inurria, Director
que era de
la
Escuela.
Lรกm. XXVI
FIG. 28
FIG. 27
FIG.
29
MÉRIDA.— Museo
Figura 27. Cabeza en
el
encajar rapis.
el
con abundante barba y cabellera
viril,
modo de diadema,
pelo, á
Arqueológico: núm. 284.
calatos ó modius^
Tiene en hueco
y rasa
la
de donde se
los ojos,
rizadas;
parte superior, infiere
una
cinta
como para
que representa Sé-
que serían postizos y de otra ma-
teria.
Alto, 0,26 m. Descubierta en
la
misma ciudad. Vaciado por
Bartolozzi.
BARCELONA.— Museo
Figura 28.
Cabecita de Venus, menor que xitélico
de
el
natural. Réplica del tipo pra-
Venus de Médici. Cabellos ondulados graciosamente
la
y recogidos hacia
atrás.
Muy
parecida á
la
cabeza llamada Afrodite
Petwort. Bastante deteriorada. Descubierta en
Ampurias por
ma
la
época y en
el
exactamente á
mismo
la
Cabeza
tipo^
el
pág. 288, bajo
mayor, á
la
las piernas
que pertenecería
nombre de Diana.
Pilatos: patio principal.
colosal imberbe, con larga cabellera,
en
mis-
Actuar i del Instituí d' Estudis Cata-
SEVILLA.— Casa de
rayos,
la
grueso. Altura, 0,12 m. Publica-
rededor de un casquete y diadema, entre
como
En
pero que no parecen corresponder
estatua, al^o
dos ambos fragmentos en
Figura 29.
excavaciones de
descubrieron también
sitio se
Mármol granulado
Ums de 1909,
las
Junta del Museo de Barcelona en 1909.
de una Venus del mismo
esta cabeza.
Municipal.
la
desbordando
que asoman puntas
prueba de que representa Helios ó
obstante, sus facciones reproducen
el
al-
tipo lisípeo
el
Sol.
No
de Alejandro, y
— se parece
mucho
al
de
la
G8
—
colección
Campana (Louvre) y
al
del
Capitolio (\'/ Bernoulli: Dic crhaltencn Darstelhingen Alexanders des Grossen). Tiene restaurados los labios, la nariz y algunos rayos,
y se acomoda sobre un ridículo busto con clámide, en cuya peana léese:
lARITA; moderno todo
ello.
Descrita por
y5V/.,pág. 321J.
Procedencia probable, Roma. Mármol grisiento.
Hübner
{A?U.
K\
Figura 30.
CÓRDOBA.— Museo Arqueológico:
núm. 782.
Cabeza femenil, con grandes ojos y facciones duras, pero
como
rasgos individuales,
representación ideal que debe
de Hécate ó Proserpina. Sobre
ser, acaso,
pelo, rizado y suelto, lleva
el
sin
un
breve calatos^ y en un hombro queda arranque de ropaje. Hállase deteriorada y á cia incierta.
la
intemperie, incrustada en un muro. Proceden-
Es de mármol blanco y de tamaño
Figura
31.
SEVILLA.
Cabeza femenil, con
los ojos
— Museo
entornados,
natural.
municipal.
como durmiendo;
su
peinado es complicadísimo, con varias trenzas y una banda adornada, que aparenta ser metálica, reproduciendo acaso una provincial. al pelo,
las
la
mano
derecha, que aparece adherida
y por detrás hay también un rebujo de tela difícilmente
explicable. ideal,
Se apoyaba en
moda
Ha
sufrido deterioros la parte del rostro. Parece tipo
y hay grandes probabilidades de que corresponda á una de
dos estatuas de ninfas, recostadas y desnudas, que se repro-
ducen bajo
los
números
Procede de
tamaño
natural.
la
siguientes.
colección Mateos Gago. Es de
Vaciada por Bartolozzi.
mármol fmo y
Lรกm. XXVIII
FIG. 32
FIG. 33
Figura 32. Bornos (CÁDIZ).
Estatua femenil, á
número
anterior,
que debió corresponder
la
la
servado, que en uno apoyaba
misma de
pecho, tocaba
la
el
aunque la
el
juzgarían rocas
un pequeño
rotos, dejan ver, por lo con-
cabeza, y que
la
delfín,
á facetas,
que se
estatua compañera no presentase entre ellas
acreditando que remedan agua,
sentaciones, que se ostentarían, con
charca ó fuente. Falta
mucho
izquierdo, pasando
cabeza, reforzándola. Por debajo
hemos de reputar como de nereidas ó
sufrió
el
mármol forma escabrosidades
si la
el
sábana. Vese también alzarse de esta
la
rebujo que iba hasta
sábana,
cabeza de!
cubre un muslo, mostrando desnudo
resto del cuerpo. Sus brazos,
el
la
tendida sobre su costado derecho, encima de
una sábana que apenas
ante
Colección particular.
el
y,
por tanto,
ninfas marinas estas reprefin
decorativo,
en alguna
tercio inferior de las piernas, y lo
deterioro con
el
sobajeo y
la
demás
intemperie.
Figura 33. IBIDEM. Estatua, la lla
compañera de
la
anterior y semejante,
aunque
varía
postura, doblado el cuerpo, la cabeza en alto, apoyada su meji-
en
el
brazo, y la
pondiente. perlas y
Su
mano
izquierda puesta sobre
la rodilla
corres-
cabellera forma trenzas, y se adorna con sartas de
una diadema, recordando
la otra del
número
abiertos y grabada su pupila, lo que induce á fechar en
31. Ojos el siglo
11
— de
la
cepto
12
—
Era cristiana estas obras. Extremidades rotas y perdidas, exla
cabeza.
Ambas
esculturas son de
mármol blanco y de tamaño
natural.
Las reproducciones adjuntas van hechas sobre fotografías del erudito cordobés D. Enrique
Romero de
Torres.
Dícese que fueron descubiertas, hace un
siglo,
en
el
despoblado
de Carija, cerca de Bornos, antiguamente Carissa, ciudad algo importante que
y
las
describe
¿a líisi.,
fué. Publicólas el
Sr.
Reinach (Rep.
Romero de Torres
stat.;
(Bol.
II,
822, 3 y \)
de la
Acad. de
LIV, 421). Últimamente dícese que han sido vendidas y
sacadas de España.
Lรกm. XXIX
FIG.
34
Figura 34.
VALLADOLID.- Museo
Estatua femenil, sin cabeza
anudado sobre él
y en
los
el
pecho, característico de
extremos del velo, que
ésta y los brazos, de los que el sistrOj
brazos,
ni
seguramente, y
el
el
otro
le
provincial.
muy
Isis.
esbelta;
manto
Flecos en torno de
cubría
la
cabeza. Faltan
derecho estaba doblado, teniendo iría
caído, con
la
caldereta. Plinto
con molduras, recortado modernamente. Abundan ejemplares ro-
manos de
este
mismo
tipo; otro existe
en Reina (Badajoz), análogo
á éste, é incompleto igualmente, pero de arte inferior.
Mármol de espejuelo grueso;
misma ciudad.
alto,
1,53 m. Descubierta en
la
Lรกin.
FIG. 35
XXX
Figura 35.
BURGOS.— Museo
Estatua de sacerdotisa de bién
le faltan los
Isis,
semejante á
brazos, pero conserva
tirabuzones y velo cubriéndola; sobre atributo de la
Isis
egipcia.
provincial:
él
la
núm.
la anterior.
2.
Tam-
cabeza, con peinado de
aparece roto
Es obra romana, con
el
consabido
cierta originalidad,
y no despreciable.
Mármol de espejuelo Clunia,
ciudad
antigua
Publicóse en España
y
grueso; su alto i,oi m. Descubierta en
enclavada
en
la
provincia de Burgos.
sus inonunientos. Fotografía de Laurent.
Lรกm. XXXI
FIG. 36
Figura 36.
MÉRIDA.— Museo
Arqueológico; núm. 87.
Figura de Cronos leontocéfalo; representación principal del culto mitriaco.
Rota en gran
parte,
con cuerpo de varón bragado,
envuelto por una serpiente, dos alas recogidas y brazos doblados,
cuya mitad, con de y
la
las
manos y
atributos faltan, y por
cabeza vese que fué de león. Se conserva hasta
además hay un trozo
arranque
el
las rodillas,
suelto de pantorrilla. Es tipo hierático, del
que existen numerosos ejemplares publicados por Cumont et
vw7imnents
tomo
I,
fií^un'es
rclatifs
pág. 75, los describe
aux
así:
{'ícxtcs
En
el
«El dios Cronos, fenicio, está
allí
viystcres
de Aíi/hra).
figurado con cuatro alas y doble rostro, sólo que los artistas roma-
nos y griegos tuvieron repugnancia en representar con toda su fealdad este personaje bicéfalo. Ellos se contentaron de ordinario
con remedar discretamente su carácter teratológico, poniendo
la
cabeza del dios-serpiente, que rodea su cuerpo, sobre su cráneo de león.
Vese en
ello el
dose por atenuar
la
sentido estético de los occidentales, esforzán-
monstruosidad de este dios bárbaro, y huma-
nizándolo poco á poco. Ellos acabaron por suprimirle
la
cabeza de
león, y se limitaron á colocar este animal á sus pies».
La
figura
de Cronos suele ser baja y gruesa, con proporciones
algo monstruosas; tiene tes,
no
y lleva en llegó á
las
la
boca
abierta,
manos, arrimadas
al
enseñando grandes dien-
pecho, dos
llaves.
conocer este ejemplar de Mérida, uno de
gantes del grupo, y que puede atribuirse
al
siglo
ii
los
Cumont más
ele-
después de
Cristo.
Es de mármol blanco; rida. X'aciado
alto,
por Bartolozzi.
0,85 m. Descubierta junto á Mé-
Lรกm. XXXIl
i PIG. 37
Figura 37.
MÉRIDA.
—
Museo Arqueológico: núm.
Otra estatua del Cronos mitriaco, más completa, tan la
bien
si
86.
le fal-
cabeza, brazos y algún soporte ó atributo que se adhería á
la
pierna derecha, simétricamente con
el
hombre joven, desnudo por completo, y con
es de
envolviéndole; tiene sobre
haciendo creer que
humana, como
postizas,
cuerpo,
así,
relieve
león,
sino probablemente
Roma,
mitriaco de
figura; los brazos caían
extendidos á
lo
y en los omoplatos hay muescas para piezas
seguramente
izquierda se
suya propia no sería
misma
esta
serpiente
la
pecho relevada una cabecita de
se observa en algún
donde aparece largo del
la
el
Su aspecto
del otro lado.
alas,
que serían de bronce ó madera.
A
su
arrima un tronco, del que pende por delante una
le
cabeza de chivo, atributo que no reaparece en monumentos
ni
explicaciones del culto mitriaco.
Dentro del grupo de representaciones similares conocidas, en el
que abundan
hasta
la
las piezas
bárbaras y de menguado valor
deformidad, este mármol de Mérida sobresale por su natu-
ralismo, corrección y sobrio modelado, revelándose no
mo
inferior
pasan
el
de
siglo
la serie, I
de
la
desautoriza en cierto
mas no
artístico,
como
extre-
puesto que dichos caracteres apenas tras-
Era
modo
cristiana, la teoría
sino
como
prototipo.
Ello
de Cumont arriba expuesta;
deja de ser verosímil que en un principio
el
clasicismo
occidental, rebelándose contra las monstruosidades del culto mitriaco,
atenuase en
la
plástica lo repulsivo
de sus
ídolos,
creando
—
8o
—
un tipo que no deja de ser bello y que recuerda egipcio en cuanto á
la
actitud. Sólo
más
el
hieratismo
adelante, vencida
la re-
pulsión hacia tales novedades y entre gentes groseras, tendrían
aceptación
las
representaciones exactas del Cronos leontocéfalo,
que debieron |)erdurar aun después de generalizado
En
el
teatro de Mérida se descubrió en
el
cristianismo.
1910 otro fragmento
de representación análoga, en forma de hombre obeso, con brazos doblados sobre el
hombro
contrario;
el
pecho y cogiéndose con
una serpiente
sin
escamas
le
la
mano
los
diestra
oprimía, y sus
melenas eran como de león; tamaño natural; mármol blanco.
La alto,
rior
estatua en cuestión es de
mármol
fino, sin
pulimentar; su
1,44 m. Descubrióse junto á Mérida, con la del
y una representación
fluvial,
marcada con este
ter mitriaco
probablemente: Gahis ACC/jís
PATRVM,
cuya paleografía corresponde
Vaciado por Bartolozzi.
número
letrero,
de carác-
HEDYCHRVS al
ante-
Pa¿er
tiempo de Trajano.
Lรกm. XXXIII
FIQ. 38
Figura 38.
VALENCIA.— Museo
provincial.
Relieve rudísimo, efigiando un hombre con traje de pastor
mal caracterizado, como por quien vagamente alcanzase
frigio,
las
nociones de arte y de indumentaria precisas. Represéntase cruzado
de brazos y de piernas, apoyada
la
con una especie de mitra sobre
con
la
barba en
la
mano derecha y
cabeza, que se cubre además
manto.
el
Esculpido en piedra caliza basta del se halla
mide 0,95 m. de
alto por 0,33
país. El
macizo sobre que
m. de ancho y otra tanta
profundidad. Publicólo Laborde ( Voyagc del' Espag7ie^
piado por Reinach; Rep.
stat.^ Vl,
471, 3) entre
I,
pl.
XCI. Co-
las esculturas
de
la
colección arzobispal de Valencia; pero su dibujo difiere tanto del original
rarse
en
el
conservado en
el
Museo, que realmente no puede asegu-
que reproduzcan una misma obra. La existente hoy apareció
Grao de Valencia, en 1865, sirviendo como
mucho tiempo en una lancha de
pescadores.
lastre
La colección
arzobispal
de estatuas antiguas descubiertas cerca de Puzol, ya en 1774, pues habla Ponz de cuestión,
ya porque no
ella,
la viese^
aunque
desde
existía
sin aludir á ia figura
en
ó más bien porque su carencia de
valor artístico se la haría despreciable [Viage de España^ IV, carta
6.^,
30).
Como
las tales
representaciones mitriacas iban pa-
readas, es creíble que esta del
Museo y
la
del palacio arzobispal
fuesen distintas, y que la segunda, con las demás piezas de
la
co-
.
cuando
lección, desapareciese
francés Suchet, en
1
8
1
la
ataque á Valencia por
Attis;
Realmente
es
abundan ejemplares (Reinach; Rcp. 5, etc.), si
bien lo
más frecuente
torchas; iban puestos á los
general
pero ya hoy se conoce bas-
verdadera iconograiía de este personaje, para asentir
á dicha atribución.
y
el
1
Según Laborde, representa tante bien
el
un personaje mitriaco, de que stat.^
I,
297, 3 y
4;
II,
471, 4
es representarlos llevando an-
uno y otro lado, conforme se entraba, en
mítreos ó santuarios de aquella religión, y también en los sepul-
cros,
y se
les
llamaba Cautes ó Cautopates, según dicen.
Lรกm.
FIG. 39
FIQ.
40
XXXIV
Figura 39. Losa
MÉRIDA.— Museo
sepulcral,
con dos
rostro y
el
hombro
como
en
la
Es
mismo
A la
traje
manto que
con su
34),
falta,
derecha léese
hijo;
que publicó este
cubre
le
mano
izquierda.
ella
habría
allí
que se conserva,
un hombre con
las
la
la
cabeza, quizá sobre
anterior;
y probablemente
se repetiría otra figura igual, según
el epitafio
Avitus»^ de cinco años. Según
número
ellas
caracterizado por
frigio,
número
tipo del
parte contraria, que
costumbre. iilius
el
una de
pájaro, en la
mano, única parte de
vistiendo
túnica corta, bragas y el pileo.
toga-
relieve,
del adolescente. Detrás hay
cruzadas y
piernas
en
otro brazo se dirigen hacia su derecha, y
el
otra figura, posando su
sobre
130.
figuritas
da, con bulla al cuello, y algo,
Su
Arqueológico: núni.
de «Q. Articuleius
Hübner
[Addit.
epitafio, las figuras
pero no cabe dudar que
piernas cruzadas y sosteniéndose
la
el
ad
C.
Q2ii?ii¿
I.
L.,
II,
son de un padre
personaje
frigio,
con
las
cabeza con una mano, es
el
consabido genio mitriaco. La otra figura, por llevar bulla debe ser ^
un
niño, el difunto acaso, representado con toga por algún cargo
honorífico
que
le
debía corresponder.
Procede de Mérida. Alto, 0,33 m. Mármol blanco. Vaciado de Bartolozzi.
Figura 40. MÉRIDA. — Museo Arqueológico. Relieve figurando un banquete, con tres personajes sentadcs
en semicírculo, dos de
ellos
tras
de una mesa con manjares; otros
togados y
el
tres
en
pie,
otro llevando algo de comer, probable-
mente. Es interesante esta representación, porque
así se
ven
figu-
rados
los
Véase
el
al
-
banquetes místicos ó ágapes cristianos en
que reproduce Wilpert
tomo XV, Roma, que
84
{^Die
las
catacumbas.
Malerei der Catacomben\
1905). El de Mérida parece
aún pagano, por-
extremo izquierdo parece reconocerse un herme sobre
pedestal.
Trabajo rudísimo y deteriorado. Es de mármol blanco, y su alto o,j57
m. Procede de Mérida.
.
Figura
SEVILLA.— Casa de
41.
Pilatos: salón del jardín.
Pedestal, con inscripción dedicatoria á
conmemorando
Isis,
estatua erigida por Fabia Fabiana, en lionor de las
muchas
tipo
En
de
los
alhajas
letra
adornaban
la
(C.
L.,
I.
corresponde aproximadamente
II,
túnica y
núm.
33<S6j: su
tiempo de Trajano.
al
en
el
manto y llevando una antorcha,
y una palmera. En
tronco,
un
otro lado,
el
un
al
tor dícese,
un buey,
no sé
Montfaucón
si (II,
mito-
parecer; delante, un
pastor,
ave, acaso gavilán, cuya cabeza, así
faltan; debajo,
la
uno, Anubis con cabeza de lobo, vestido con
desnudo y con ca-
yada [pedvm)^ en actitud de reposar sentado; ante
jos
su nieta, y
costados del mismo pedestal hay relieves alusivos á
logía egipcia:
ibis
que
A vita
la
el xApis,
como
sobre un pastor,
la del
en otro registro. Respecto del pas-
con bastante fundamento, que es pl.
él,
Osiris.
136) publicó ya estos relieves, según dibu-
que recibió de D. Manuel Martí, deán de Alicante, «savant
homme
et tres habile
según Hübner
dans
la
conaissance de V antiquité». Procede,
{A71Í. Bild.^ pág.
323) de Guadix, y
describe lacónicamente, añadiendo esta frase: «Sie (Acci) gefunden worden,
wo auch andere
él
mismo
ist in
lo
Guadix
Inschriften ein Isis-Hei-
ligthum bezeugen»
Es de mármol blanco; su lozzi.
alto,
0,76 m. Vaciado por Barto-
Lám. XXXV]
'í.
FIG.
42
r^íí
MERIDA.— Museo
Figura 42.
Estatua
viril,
Arqueológico: núm. 93.
que ha perdido su cabeza y manos;
una tú-
viste
nica bastante corta, botas altas, de las llamadas coturno, y
manto
dispuesto en forma análoga que la capa andaluza, pero á
inver-
sa, es decir,
cayendo
en forma de tronco.
mente y con
letra
Mármol de
Fué
embozo por
el
A
un costado
el
hombro
i
,90 m. Vaciado por Bartolozzi.
descubierta en dicha ciudad, año 1894, juntamente con
94),
muy
res augústeos.
similar en cuanto á arte,
Doce años
antes, apareció en
la
bella
taller,
AVLI, en el
mismo
bien reducido
el
arte decadente,
caracte-
sitio
Gai k
y también
sin cabeza,
la
aunque
se le ha
otra
su
ini-
ella,
adaptado
estatua que nos ocupa saldría del
aunque aventaja en novedad y realismo á
y una copia de
(nú-
colección del Marqués de Monsalud, en Almen-
una de mujer. Seguramente
mismo
si
mismo Museo
aunque desmerece, y con
EX OFICINA GAI
que pasó á
muy
el
un muslo:
estatua de togado, con igual firma,
dralejo,
Apoyo
AGRIPPA.
de bajos tiempos:
espejuelo fino. Alto,
esta firma sobre
cial,
izquierdo.
del plinto se grabó descuidada-
otra de personaje togado, que se conserva en
mero
la
las otras,
en tamaño algo menor, más incompleta y de
se halla en el
mismo Museo de Mérida, con
el
número 95.
Ya tales
observó Hübner (C.
como
el del jefe
nombres romanos,
de
solían
I.
L.,
taller ir
11,
Addit., núm. 21) que nombres
susodicho, compuesto de dos pre-
usados por gente griega. Es natural,
—
88
—
efectivamente, que griegos fuesen, aun en provincias, los marmolistas,
y
la
estatua en cuestión no defrauda, con su mérito, lo que
podríamos esperar de
la
buena tradición helénica, recomendándose
sobre todo por su realismo y originalidad, que tro
de
la
otra,
haga bastante
fe
y aunque
el
nombre de Agrippa que
para creer que representase
Augusto, sin embargo
famoso almirante de
la
las
dura burguesa cuando 1
singularizan denasí
no
lleva
no
turba innumerable de imágenes similares. Vestida
recordamos
año
la
hijo
adoptivo de
sospecha es legítima, y cabe pensar escuadras romanas andaría con
erigía
6 antes de Cristo.
al
si el
tal vesti-
en Mérida su espléndido teatro, en
el
Lรกm. XXXVII
FIG.
43
Figura 43.
ZARAGOZA.— Museo
Estatua de hombre joven, desnudo,
muy
provincial.
incompleta de brazos
y de piernas; pero reconócese que aquéllos iban caídos á del cuerpo^ especialmente
adherencias en
el
muslo;
al
rostro es imberbe, ovalado,
sobre
la frente,
el
izquierdo, á
otro lado
largo
que corresponden dos
pudo haber un
con algo de
lo
patillas
tronco.
Su
y pelo lacio echado
pareciendo retrato, acaso de atleta más bien que
de emperador divinizado.
Mármol de espejuelo grueso. misma ciudad.
Alto, 1,37 m. Descubierta en
la
Figura 44. SEVILLA.
Torso
rodillas,
y
núm.
el
hombro y brazo
falta el
Roto por debajo de
izquierdos.
las
brazo derecho, que estaría levantado en actitud
de majestad. Sería imagen imperial divinizada, conforme atlético
94.
de gran tamaño, desnudo, hercúleo y con manto
viril
echado sobre
— Museo Arqueológico:
de Policleto, convertido en patrón de
rutina. Esta
desnudos, con
al
tipo
manera
manto sobre
de representar
los personajes reales
un brazo y
otro en gesto de mando, es tradicional desde los
el
primeros días del imperio romano:
así es
el
el
llamado Germánico,
del Louvre, y el retrato de Británico encontrado en
Más tarde
se adoptó preferentemente
el
tipo vestido
Pompeya.
con coraza y
cetro del Augusto de Prima-Porta, pero estos arreos militares no
debían convenir tanto á
los
y Antoninos. Recuérdese
de
la
la
casa de los Flavios
famoso Nerva, sentado y semidesnudo,
rotonda del Vaticano.
La lica,
el
emperadores de
estatua de Sevilla fué encontrada en «los Palacios» de
en 1788, juntamente con
la del
número que
sigue, y se sos-
pecha que representaría Hadriano. Es de mármol blanco; alto, 2 m., que da 3,20 para cóla
la
Itá-
muy
fino
y
estatua completa. Publi-
Ponz {Viage de España^ tomo XVII).
Lรกm.
FIG.
45
XXXIX
SEVILLA.— Museo Arqueológico: núm.
Figura 45.
Estatua
viril
desnuda, con manto echado
en pliegues rectos por la
ello,
parece descubrir
de Trajano, puesto que
emperador
hijo
de
la
Itálica.
boca es acaso
También
la
cabeza toda
boca y
la nariz, la
la
fisonomía bien conocida
la
más
lo
característico del
faltan los brazos y lo bajo
pero se conserva un plinto con
las piernas;
hombro y cayendo
lado izquierdo. Falta de
el
mitad superior, no viéndose sino parte de
barba; no obstante
al
95.
el pie
de
derecho, que pa-
rece corresponderle.
Constituye novedad una estatua de Trajano, atlética,
como
apareciendo el
la
fiel
al
anterior, á la
desnuda y
así
que iguala en carácter
artístico,
gesto policléteo, apoyada sobre un pie y con
otro hacia atrás, que no hace esfuerzo, en posición de báscula.
Tendría
la
mano derecha
levantada, en acto de arengar,
caracteriza dMmpcrator^ y llevaría la espada, tal vez, en
Es de mármol muy alta
fino.
Descubierta en
Itálica
la
en
lo
que
izquierda.
1878, y
2,20 m. Publicáronla Ponz [Viage de España^ tomo XVII) y
Reinach {Rep.
stat., II,
cación á Trajano (C.
pondió á
I.
pág. 591). Junto á ella apareció una dediL.,
II,
núm.
1
1
14),
que seguramente corres-
la estatua.
El busto que aparece junto á
todo antiguo, aunque roto por driano, sin gran fidelidad
el cuello,
como
en
la
adjunta lámina, es
y parece representar Ha-
retrato, ni excelencia
cultura. Nariz restaurada. Lleva el
procedencia.
ella,
número
como
es-
151, y se ignora su
L6m.
FIG.
46
XL
Figura 46.
SEVILLA.— Museo
Parte superior, hasta
las rodillas,
Arqueológico: núm.
y con
los
brazos rotos, de una
estatua de hombre, con su toga echada sobre
corta y lacia, así lientes,
expresión
como triste
los cabellos; cejas
ó magistrado. Su
estilo
aunque entonces no se é
ir
además velado
el
la
cabeza; barba
arqueadas, pómulos sa-
y de acentuado realismo.
dad de que represente un emperador,
113.
sino
No hay
seguri-
más bien un sacerdote
corresponde verosímilmente
al
siglo
i,
y
estilaba dejarse barba, el retratarse con ella
personaje, pudiera ser por razón de luto.
La reproduce Reinach
{Rep.
stat.^
II,
pág. 617)
como Marco
Aurelio, cosa inadmisible. Sobre los pliegues del pecho fué tallada
rudamente á
cincel
una cruz en tiempo
Mármol. Alto, 1,30 m. Hallada en
posterior. Itálica.
Lรณm.
FIG.
46
XL
Figura 46.
SEVILLA.— Museo
Parte superior, hasta
las rodillas,
Arqueológico: núm.
y con
los
brazos rotos, de una
estatua de hombre, con su toga echada sobre
corta y lacia, así lientes,
expresión
como triste
los cabellos; cejas
ó magistrado. Su
estilo
aunque entonces no se é
ir
además velado
el
la
cabeza; barba
arqueadas, pómulos sa-
y de acentuado realismo. No hay
dad de que represente un emperador,
113.
sino
seguri-
más bien un sacerdote
corresponde verosímilmente
al
siglo
r,
y
estilaba dejarse barba, el retratarse con ella
personaje, pudiera ser por razón de luto.
La reproduce Reinach
{^Rep. stat.^ II, pág.
617)
como Marco
Aurelio, cosa inadmisible. Sobre los pliegues del pecho fué tallada
rudamente á
cincel
una cruz en tiempo
Mármol. Alto, 1,30 m. Hallada en
posterior. Itálica.
LAm. XLI
FIG. 47
Figura 47.
SEVILLA.— Casa de
Pilatos: salón del jardín.
Estatua femenil con manto echado sobre
con
mano
la
diestra; niñas
forma de diadema, con
el
de Trajano, que aunque mujeres de las
la
facciones
así
grabadas; pelo dispuesto en
los ojos
tocado característico de Plotina, esposa
alto,
no
es tan
casa de los Flavios. Falta
corresponde también á
efectivamente, dice
que
de
el
cabeza y cogido
la
inventario de
exagerado como en otras la nariz,
lo
demás de
fisonomía de Plotina; y
la
175
pero
i
que
constaba en memorias antiguas. Tanto
es retrato suyo, y el
rostro
como
las
extremidades tuvieron piezas de restauración; asimismo vése cortada por su mitad
la
estatua, lo
de Ceres, conservada en
la
que igualmente
misma
casa, y
se observa en otra
sospechamos que de pro-
pósito se hicieron estos cercenamientos para traerlas con dificultad
desde
Italia,
en tiempo del
Mármol de espejuelo
Roma
grueso.
X'irrey
Afán de Rivera.
Procede,
ó de Ñapóles, y su alto es de 1,86 m.
menos
probablemente, de
Figura 48.
CÓRDOBA.- Museo
Arqueológico: núm.
21.
Cabeza que parece retrato de Germánico, puesto que guarda conformidad absoluta con
los perfiles
de
las
monedas, y además
sábese, por inscripciones, que sus estatuas abundaron en Andalucía.
Sin embargo, BtirnouMi {Ró'miscke Ikonograp/¿ie.]ier\in, 1886, vo-
lumen
II,
I,
p.
20
1
j
la
dibujó y describió
como de Druso
el
joven,
juntamente con otra cabeza del Museo de Madrid. Desde luego presenta menos edad que del
el
famoso Druso del Museo de Letrán,
que no desmerece como retrato
ni
como obra de
arte.
Procede
de Puente Genil, Es de mármol y de tamaño natural.
Vaciado de
la
re-
Escuela de Artes y Oficios de Córdoba.
^^^^^^^^^^^^^^^^^BK^'^^^is^'jw^^issĂ^^^^^^^^^^^^^^^^^^B
Figura 49. SEVILLA.
— Museo
Cabeza colosal de Augusto, tan grande
como
ximamente
la
ésta,
idealizado. Otra
pero mayor que
misma edad, ya madura,
de decrepitud, se encuentra en
Procede de
Figura
Cabeza
Arqueológico: núm.
Itálica.
50,
viril,
1
sin
ningún síntoma todavía Arles.
m.
ZARAGOZA. — Museo
Provincial.
de edad madura; barba rasurada, facciones enér-
gicas y pelo corto, característico de los Julios.
usaba echarse
los cabellos hacia delante;
gún otro emperador. Falta
más
difícil
de Augusto, no
natural, y revelando pró-
Museo de
el
Alto, 0,7
el
así,
la nariz
No
es César,
tampoco Augusto
y algo de
la
fino.
Procedencia
incierta.
Tamaño
que
ni nin-
barba, y esto hace
precisar exactamente á quién representa.
Mármol
133.
natural.
a
Figura
51.
SEVILLA.— Colección Manjón.
Cabeza de hombre muy
viejo, calvo
de personaje desconocido del primer
muy
y con verrugas. Retrato
siglo del imperio
romano;
parecido á «el zapatero» del Museo del Capitolio, también
calvo y viejo y ejecutado con gran realismo y con verrugas. El
busto es moderno. Procedencia incierta.
Mármol
blanco.
Tamaño
natural.
Vaciado de
Bartolozzi.
Figura 52. SEVILLA.— Museo Arqueológico: núm.
163.
Cabeza de hombre completamente calvo y rasurado, echada hacia atrás y con largo cuello.
No
parece
viejo,
y por
las facciones
tan personales debe ser también retrato de algún personaje
local.
Nariz rota. Procede de Alcalá del Río. Es de mármol y de tamaño natural.
Vaciado de
Bartolozzi.
a
Figura 53. SEVILLA.— Museo MunicipaL Cabeza de mujer, con grandes ojos y facciones rablemente modelada; su peinado recuerda mucho la
madre de
laterales
mando
Calígula, con flequillo,
en cuatro
filas
y recogido
castaña. Punta de
limento.
la nariz,
Tamaño, algo menor
Mateos Gago,
sin
el
que
le
cubre
viriles,
admi-
el
de Agripina,
la
frente, rizos
pelo por bajo de la nuca, for-
restaurada.
Mármol
fino sin pu-
del natural. Procede de la colección
que sepamos dónde fuese descubierta; mas pue-
de considerarse como obra maestra del arte andaluz. Vaciado por Bartolozzi.
Figura 54.
Cabeza
MADRID. -Museo
viril,
Arqueológico: núm. 2764.
de edad madura, rasurada, mirando hacia arriba
y con pelo rizado. Atraviesa su cráneo una concavidad, en
como para
subsisten dos pernos de hierro por los lados,
dado su aspecto de
algo postizo; sin embargo,
creer que llevase atributo
alguno,
Tiene ojos pequeños, y toda
la
retrato,
quedando
la
que
encajar
no
es
de
inexplicable.
ello
fisonomía es de un individualismo
bien marcado. Principio de ropaje á un lado de los hombros.
Mármol de grano ral.
grueso. Descubierta en Mérida.
Tamaño
Vaciado de Bartolozzi.
Figura 55.
MÁLAGA.— Hacienda
Busto de Tr ajano joven,
al
bién
la nariz.
pues
la
trario.
de
la
los
hombros y algo tam-
Se ha juzgado obra moderna,
bondad
Concepción.
parecer, abarcando hasta medio
pecho, y sobre base propia. Roto uno de
sin
razón suficiente,
del trabajo y el corte del busto acreditan lo con-
Compárese con un busto
del
Museo de
las
Le
Termas
muy
antiken Bildiverke, pág. 3
6) y Berlanga (Catálogo del
i
2,
similares.
citan
(sala X),
Hübner {Dic
en Roma, que ofrece rasgos
los
natu-
museo de
Marqueses de Casa-Loring, pág. 152J. Procede de
natural.
la
colección Villaceballos, de Córdoba.
Tamaño
Figura 56.
MÉRIDA. — Colección
particular.
Cabeza juvenil con pelo descuidado, no largo y formando pos
rizos.
Se
tiene por de mujer;
de hombre y recuerda mucho
la
sin
cres-
embargo, seguramente es
fisonomía de Antinoo,
como
si
quisiera representar al favorito de Adriano, idealizado y cubierto
con manto sacerdotal. Una estatua completa de Antinoo, con
manto de flamen sobre
la
cabeza^ hay actualmente en
descubierta en Cirene y publicada por Reinach (Rep.
el
Louvre,
stal.^ II,
pá-
natural.
Va-
gina 569).
Es de mármol. Descubierta en Mérida. Tamaño ciado por Bartolozzi. Fotografías por D.
j.
R. Mélida.
2
Figura 57. SEVILLA.
— Casa
de Pilatos: Galería
del jardín.
Cabeza de Antinoo, sobre amplio busto desnudo, tiguo,
aunque
se halla roto por
el
parecer an-
al
cuello; nariz restaurada.
Puede
contarse entre los retratos selectos de este personaje. Probable-
mente
de
se trajo
Tamaño
Roma
en
el siglo xvi.
natural, algo crecido.
Mármol blanco con
vetas
muy
finas.
Figura 58.
CÓRDOBA. — Museo
Arqueológico: núm. 20,
Busto de hombre barbudo, con pelo y barba rizados menudamente, á fuerza de trépano; pupilas grabadas, pecho desnudo, que por abajo es hueco y lleva un taladro para ensartarse en un perno.
Está roto por
el
cuello y falta la nariz, dificultando el reconoci-
miento de su fisonomía; no obstante, parece ser
Cómmodo, eto
nuovo,
1
si
vale para identificarlo i),
cuya semejanza con
aventajándole esta última^
que
una cabeza la
como obra
el
emperador
del Vaticano
(Br ac-
de Córdoba es absoluta, magistral y
delicadísima
es.
Procede de Córdoba, Tamaño natural. Mármol muy blanco y fino.
X'aciado de
la
Escuela de Artes y Oficios de
la
misma ciudad.
Lรกm. XLIX
FIG. 59
Figura 59.
VALLADOLID.- Museo
Arqueológico.
Busto de hombre joven, emperador probablemente, con
las
niñas de los ojos y las cejas grabadas, pelo largo echado sobre la
sotabarba rizada, pecho cubierto con clámide; todo antiguo,
frente,
incluso la peana, y rota únicamente principios del siglo
gre bárbara Eliogábalo presenta.
busto
tal vez,
el
En
muy
ni.
la nariz.
Debe corresponder
Sus rasgos fisonómicos son adustos, de san-
y no parece fisonomía conocida, siendo acaso
único emperador á quien pudiera suponerse que reel
jardín de la Casa de Pilatos, en Sevilla, hay otro
análogo, en cuanto alcanza nuestro recuerdo.
Se descubrió en Medina de Rioseco, en 1868. Mármol de pejuelo
Laurent,
á
fino.
Alto,
0,70, que es
tamaño
natural.
es-
Fotografía de
r
4