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“Corpus Domini nostri Jesu Christi custodiat animam tuam in vitam aeternam”. Menorca: La isla del tránsito. La pervivencia de la primitiva emblemática templaria bajomedieval en el arte macabro de las sepulturas del cementerio de Ciutadella.

Lola Carbonell Beviá

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“Corpus Domini nostri Jesu Christi custodiat animam tuam in vitam aeternam”. Menorca: La isla del tránsito. La pervivencia de la primitiva emblemática templaria bajomedieval en el arte macabro de las sepulturas del cementerio de Ciutadella.

Lola Carbonell Beviá

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Índice

1. El origen histórico de los esqueletos que formaban parte de la danza de la muerte. 2. La teoría de la vida después de la muerte que dio origen a iconografía macabra en el bardo Thödol. 3. El Temple y las órdenes mendicantes trasmisoras de la iconografía macabra. 4. La iconografía macabra en el siglo XIX: la catedral de Ciutadella de Menorca. 5. La iconografía macabra en el cementerio de Ciutadella de Menorca. 5.1. Cráneo y fémures entrecruzados. 5.2. La guadaña. 5.3. El reloj de arena. 5.4. Cipreses y sauces llorones. 6. Conclusiones. 7. Citas bibliográficas.

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“Corpus Domini nostri Jesu Christi custodiat animam tuam in vitam aeternam”. Menorca: La isla del tránsito. La pervivencia de la primitiva emblemática templaria bajomedieval en el arte macabro de las sepulturas del cementerio de Ciutadella.

Lola Carbonell Beviá

1. El origen histórico de los esqueletos que formaban parte de la danza de la muerte. Parece ser que el origen histórico de los esqueletos que formaban parte de la danza de la muerte procedía de la tradición celta, que rememoraba en la víspera de Todos los Santos, el encuentro de un joven con una serie de bailarines –para él conocidos- fallecidos y, que bailando en círculo, lo atraían hacia ellos, hasta que el joven se desmayó y fue hallado al día siguiente muerto, junto a un viejo círculo de piedra (1). 2. La teoría de la vida después de la muerte que dio origen a iconografía macabra en el bardo Thödol. La kábala hebraica coincide en algunos aspectos con el bardo Thödol, en qué tras la muerte física, el espíritu del fallecido es juzgado (2). Si ha cumplido con la Ley, es recibido gozosamente por sus amigos y parientes, mientras que si ha obrado mal, sufre por sus culpas (3). Cuando el hombre ha obedecido la ley de Dios, su espíritu se dirige a los reinos superiores (4). En caso contrario, cuando el alma no se arrepiente de sus pecados, es condenado para toda la eternidad, al infierno (5). Una teoría similar es la existente en el cristianismo, cuyo concepto del infierno fue tomado del paganismo (6). Pero desde que el humano fallece, hasta que debe ser enjuiciado, debe pasar por un periodo cronológico de 13 días en el que el alma es purificada, por medio del fuego, en un lugar repleto de llamas y de horrores (7). En el siglo XIV fue escrito el “Bardo Thödol” o “Libro tibetano de los muertos”, una monografía sobre el estado intermedio, es decir un periodo de la muerte, en el que el alma del difunto, debe pasar por muchos 4


trances para purificarse. En ese recorrido, el alma se debe enfrentar a visiones horripilantes, entre las que se encuentra con esqueletos y cuerpos en descomposición (8), fémures entrecruzados, cráneos, esqueletos; armas como arcos, guadañas, hoces, horcas, tridentes; instrumentos musicales como trompetas; mandalas y figuras danzantes (9). 3. El Temple y las órdenes mendicantes trasmisoras de la iconografía macabra. Fue en el siglo XIII, cuando surgió en Europa la iconografía macabra, principalmente en países como Francia, Italia e Inglaterra (10). Las representaciones macabras surgieron en la literatura, en el arte (11), concretamente en la pintura en paredes de claustros, salas capitulares y cementerios (12). Órdenes religiosas, como fueron los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Jerusalén, adoptaron la iconografía del cráneo con los fémures entrecruzados, en los estandartes de la marina de guerra templaria, en pleno siglo XIII (13). Igualmente, las órdenes mendicantes –franciscanos y dominicos(14), emplearon también la iconografía macabra en sus edificios, como fue el caso del convento de franciscanos de la ciudad castellonense de Morella, con la representación de la danza de la muerte en la sala “De profundis”, cuya cronología data del siglo XIV (15). 4. La iconografía macabra en el siglo XIX: la catedral de Ciutadella de Menorca. La iconografía macabra no se perdió en el olvido, entre los siglos XIV al XIX (16). Permaneció latente y resurgió de nuevo en el siglo XIX en iglesias y cementerios. Ejemplo claro de ello son las dos sepulturas existentes en la catedral de Ciutadella de Menorca, decoradas con un cráneo sobre una guirnalda decorativa neoclásica, siguiendo el estilo decorativo decimonónico (17). La cronología de una de ellas data de noviembre de 1830, es decir, posiblemente pudo ser uno de los inhumados en la catedral de Ciutadella de Menorca (18), en los años precedentes a la inauguración del cementerio municipal, cuya cronología data de febrero de 1838 (19).

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5. La iconografía macabra en el cementerio de Ciutadella de Menorca. La iconografía macabra templaria (20) fue nuevamente utilizada por las logias masónicas desde los siglos XVII y XVIII, para la identificación de la tumba de Hiram, el arquitecto de Salomón y por extensión, el lugar de enterramiento de cualquier maestro albañil masónico (21). Menorca contó con varias logias masónicas en el siglo XIX, cuyos miembros debieron ser enterrados en el nuevo cementerio civil mandado edificar en 1881 (22), e inaugurado en 1882 (23). 5.1. Cráneo y fémures entrecruzados. En el cementerio municipal de Ciutadella de Menorca existe una sepultura de tipo panteón, decorado por una columna, sobre cuya cornisa culminan cuatro pequeños arcos ojivales ciegos, decorados en cada una de sus caras, con cuatro esculturas en bajorrelieve, referentes a la iconografía macabra. Una de sus caras muestra una calavera dentada situada sobre dos fémures entrecruzados, en cuya parte posterior aparece un reloj alado. Y a sus lados, dos antorchas encendidas entrecruzadas y, una corona floral de siemprevivas. Culmina por encima de los cuatros arcos ojivales ciegos, una cruz griega pétrea. Existe un segundo panteón situado en el centro del pasillo central de uno de los patios del cementerio, cuya decoración contiene una lápida de piedra negra, decorada con un cráneo de grandes ojos huecos ovoides, sobre una nariz triangular y boca sin dientes, ubicada sobre dos fémures entrecruzados, y rodeada por una leyenda en latín que dice textualmente: “Santa muerte cuando morimos en el Señor”. Ahora bien, debido a que los panteones decorados con el cráneo y fémures entrecruzados se encuentran ubicados en el cementerio municipal de Ciutadella y, no en el cementerio civil, podría interpretarse como que el individuo inhumado no era masón y, que sus familiares ordenaron la construcción del panteón siguiendo la tendencia decorativa, macabra neoclásica, típica del siglo XIX. O bien, podría tener una segunda hipótesis que recaería en que los individuos inhumados en los dos panteones con emblemática macabra fueron masones, y utilizaron el cráneo y los fémures entrecruzados, heredados por la tradición masónica para ser enterrados en el cementerio municipal, rechazando una posible sepultura en el cementerio civil de Ciutadella de Menorca. 6


Pero la realidad, como se podrá comprobar más adelante, reside en que los individuos enterrados en dicho panteón no debieron ser masones, puesto que la simbología funeraria comparte el cráneo sobre fémures entrecruzados con otros emblemas funerarios como el reloj alado, las antorchas encendidas y la corona de siemprevivas, elementos propios del arte funerario decimonónico. 5.2. La guadaña. La guadaña como elemento decorativo fúnebre se venía utilizando desde el siglo XVII. Y concretamente en el caso de Ciutadella de Menorca, fue empleada una guadaña decorativa en el túmulo del funeral correspondiente al rey Felipe IV, en la catedral (24). En uno de los panteones ya citados en el punto anterior, situado en el pasillo central de uno de los patios del cementerio municipal, justo en la parte posterior de la lápida pétrea negra con el cráneo sobre fémures entrecruzados, se halla una segunda lápida igualmente negra, decorada con un cáliz cerrado con tapadera y, por detrás, una guadaña y una pala entrecruzadas. Todo ello rodeado por una leyenda en latín que dice textualmente: “In electis sepulchris sepeli mortuum”. El hecho de que el panteón esté decorado por varios motivos iconográficos macabros, significaría que fue construido siguiendo la decoración decimonónica neoclásica y no, que el difunto inhumado fuese masón. 5.3. El reloj de arena. De los dos relojes de arena decorativos, hallados en el camposanto municipal de Ciutadella de Menorca, el primero de ellos ya se ha descrito en el punto “cráneo y fémures entrecruzados”, ubicado dentro de un arco ojival ciego, tallado en bajorrelieve. El segundo de los relojes de arena, se halla realizado en una placa de mármol grisáceo, centrado sobre la misma, e inscrito debajo de un triple triángulo, equivalente a la deidad trina. El reloj contiene la arena, en partes iguales, en los dos recipientes. Es decir, significaría la vida pasa –en presente-, debido a que la arena sigue fluyendo de un recipiente a otro. El reloj de arena está rodeado -en ambos lados-, por sendas alitas, cuya simbología residiría en “la vida pasa y, el tiempo vuela”.

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La leyenda que lo rodea dice textualmente, en latín: “Sive vivimus, sive morimur domini sumus”, “Tanto en la vida como en la muerte estamos con Dios”. Por lo tanto, este panteón que utiliza la simbología macabra del reloj con alas, cuya emblemática ya era utilizada en periodos cronológicos anteriores (25), tuvo que pertenecer a una familia que ordenó levantar el panteón bajo las directrices de la moda decimonónica, basada en el neoclasicismo con elementos macabros. Pero nada tendría que ver con creencias masónicas. 5.4. Cipreses y sauces llorones. Existe un tercer panteón, en cuya decoración no existen elementos del arte macabro, propiamente dichos, pero sí, contiene dos cipreses y un sauce llorón, elementos simbólicos luctuosos asociados con la emblemática mortuoria. Y que decoran un paisaje de dolor tras una mujer velada y llorosa, apoyada sobre una cruz latina. Dichos elementos fúnebres fueron utilizados para la sepultura de un clérigo: Bartolomé Florez Subirats, que falleció el 6 de mayo de 1895 a los 42 años. 6. Conclusiones. La emblemática funeraria con iconografía macabra empleada en tres de los panteones del cementerio municipal de Ciutadella de Menorca fue propia de la decoración neoclásica decimonónica. Aunque a priori, la iconografía macabra partió en el siglo XIII de las órdenes religiosas y mendicantes establecidas en Europa –templarios, franciscanos y dominicos-, en el Tibet, se escribía en el siglo XIV el “Bardo Thödol” o “Libro tibetano de los muertos”, un texto que incluía numerosos ejemplos de la iconografía macabra que con posterioridad absorbió el cristianismo, entre los que se hallaba el cráneo con los fémures entrecruzados. En la Europa cristiana, la iconografía macabra se asentó desde la Baja Edad Media, para recordar a los individuos que debían estar preparados para la vida celestial, debido a la corta duración de la vida terrenal. Esta emblemática macabra pervivió durante el Renacimiento y la Edad Moderna, poniéndose de moda de nuevo en el siglo XIX, de la mano del neoclasicismo.

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Por otro lado, el emblema del cráneo sobre los fémures entrecruzados fue tomado por la masonería para marcar las sepulturas de los albañiles masones durante la Edad Moderna. Ahora bien, aunque en un primer momento se pudiera pensar que la iconografía macabra existente en el cementerio municipal de Ciutadella, pudiera haber pertenecido a panteones masónicos, con toda seguridad se puede descartar dicha hipótesis, al estar decoradas dichas sepulturas con otros motivos emblemáticos del arte funerario decimonónico, como son: cráneo sobre fémures entrecruzados, reloj de arena alado, antorchas encendidas entrecruzadas, corona de siemprevivas, guadaña y pala entrecruzadas apoyadas en un cáliz con tapa. Por lo tanto, la emblemática macabra del cementerio de Ciutadella de Menorca se circunscribe a la temática funeraria decorativa decimonónica, derivada de la primitiva iconografía macabra, iniciada decorativamente por las órdenes militares y mendicantes en el siglo XIII.

En Villajoyosa (Alicante). A 23 de enero, 2016.

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Citas bibliográficas (1). LLORENS CAMP, María José. “Leyendas celtas”. Colección Cosmos. Madrid. Edimat Libros S. A. 1998. Página 39. La víspera de Todos los Santos. “(…) Hubo un hombre que, la víspera de Todos los Santos, se quedó a pesar hasta tarde y sólo pensó en las hadas cuando vio un gran número de luces que danzaban y una gran multitud de personas que pasaban apresuradamente con cestas y bolsas, riendo, cantando y bromeando mientras avanzaban. (…) Así que Hugh cogió la cesta y los acompañó hasta llegar a la feria, en la que había una muchedumbre como él no había visto nunca en la isla. La genta bailaba, reía y bebía vino en pequeñas copas. Y había gaiteros, arpistas y pequeños remendones que arreglaban zapatos (…)”. Página 39. La víspera de Todos los Santos. La danza de la muerte. “(…) Se acercaron los bailarines y bailaron alrededor de Hugh, e intentaron cogerle de las manos para hacerle bailar con ellos. - ¿Sabes quién es esta gente, quienes son los hombres y mujeres que están bailando a tu alrededor? -Preguntó el viejecillo-. Mira bien: ¿Estás completamente seguro que no les has visto antes? Y al mirar, Hugh vio a una muchacha que había muerto el año anterior y, luego, uno tras otro fue reconociendo a muchos de sus antiguos amigos que, como él bien sabía, estaban muertos desde tiempo atrás. Reparó en que todos los bailarines, hombres, mujeres y muchachas, eran los muertos en sus largos y blancos sudarios. Intentó escapar de ellos, pero no pudo, pues se pusieron en círculo a su alrededor y bailaron y rieron y, lo tomaron de los brazos e intentaron atraerlo a la danza. Y, su risa parecía penetrar en su cerebro y matarlo. Y allí mismo, delante de ellos, cayó al suelo como desmayado y no supo nada más hasta que, al día siguiente, se encontró tendido sobre la colina, dentro del viejo círculo de piedra, junto al rath de las hadas (…)”. Página 43. La víspera de Todos los Santos. En esta festividad se celebraba la única noche del año en que los muertos dejaban sus tumbas y podían bailar en la colina a la luz de la luna. “(…) la víspera de Todos los Santos, la única noche del año en la que los muertos pueden dejar sus tumbas y bailar sobre la colina, a la luz de la Luna, esa noche en que los mortales tendrían que quedarse en sus casas y no atreverse a mirarlos (5). (5). Original de Lady Wilde. (…)”. (2). GEWURZ, Elías. “Los misterios de la kábala”. Colección: Archivo esotérico. Barcelona. Teorema. 1986. Página 120. Cita (153). “(…) De aquí sin duda el simbolismo escatológico de los libros kabalísticos, según el cual, cuando el hombre va a morir, descienden del cielo tres ángeles que cuentan los días que ha vivido, los pecados que cometió y todo cuanto hizo 10


en este mundo. El moribundo confiesa sus pecados y reconoce el proceso verbal que le dictan los tres ángeles. Inmediatamente, después de morir, se le juzga, porque la escatología kabalística reconoce, como la cristiana romanista, un juicio particular para cada alma en cuanto se separa del cuerpo y un juicio final y universal para todas / (Página 121) las almas. También aquí vemos la pobreza de espíritu propia del dogmatismo cristiano (…)”. (3). GEWURZ, Elías. “Los misterios de la kábala”. Colección: Archivo esotérico. Barcelona. Teorema. 1986. Página 121. Cita (154). “(…) Al salir de este bajo mundo, el hombre ha de tener en cuenta a su Maestro de todo cuanto consta en el proceso verbal que se le formó poco antes de morir. En el otro mundo encuentra a muchos de los que conoció en la tierra. Si ha cumplido la ley, sus amigos y parientes le reciben gozosos, mientras que si obró mal, solo encuentra a sus compañeros de maldad y con ellos sufre por sus culpas (…)”. (4). GEWURZ, Elías. “Los misterios de la kábala”. Colección: Archivo esotérico. Barcelona. Teorema. 1986. Página 121. Cita (157). “(…) Dice la kábala que el hombre que ha obedecido la ley de Dios durante su vida terrena va a los reinos superiores se incorpora a las legiones angélicas y es un siervo de Dios. Goza en el mundo celeste de la luz a que aspiró en la tierra. Pero no alcanza este superior nivel hasta trece días después de la muerte, porque todos han de purgar las faltas, por leves que sean, que cometieron en la tierra, pasando por un río de fuego (…)”.Página 121. Cita (158). “(…) En esta simbología escatológica de la kábala vemos anticipada la escatología romanista del purgatorio, por donde en el común sentir de los teólogos han de pasar todas las almas al salir de este mundo, pues ninguna es lo bastante perfecta para ir en derechura al cielo y, de aquellos píos sufragios que tiene ordenados la iglesia romana en beneficio de los difuntos, aunque hayan muerto en olor de santidad (…)”. (5). GEWURZ, Elías. “Los misterios de la kábala”. Colección: Archivo esotérico. Barcelona. Teorema. 1986. Página 121. Cita (159). “(…) También notamos, no ya analogía, sino completa identidad entre la escatología kabalística y la de la iglesia romana, en la idea de que Dios perdona a todo el que contritamente se arrepiente de sus pecados; pero al impenitente, al que el momento de morir persiste en su viciosa conducta y no se arrepiente del mal que hizo, lo condena por toda eternidad al infierno (…)”. Página 121. Cita (160). “(…) Sin embargo, conviene advertir que la kábala no habla del infierno en el sentido del tártaro o lugar de tormentos eternos, sino que, como en la Biblia, emplea la palabra hebrea sheol, que significa sepulcro / (Página 122) o estado de los muertos, aunque san Jerónimo la tradujo incorrectamente por infierno y, aún así no equivale al tártaro de los paganos sino al lugar inferior (inferí) o subplano inferior del mundo astral según los teósofos (...)”.Página 122. 11


Cita (163). “(…) Por lo tanto, no puede la Kábala significar por sheol un lugar de tormentos eternos, como concebía el paganismo, sino la eternidad en el sepulcro, en la aniquilación, en el no ser de los malvados, según infieren los adventistas del estudio comparado de la Biblia cuando se interpreta a sí misma (…)”. (6). GEWURZ, Elías. “Los misterios de la kábala”. Colección: Archivo esotérico. Barcelona. Teorema. 1986. Página 122. Cita (164). “(…) El cristianismo teológico tomó del paganismo el concepto del infierno en el sentido de lugar de condenación y tormento eternos; pero en muchísimos pasajes de la Biblia aparece el concepto kabalístico del sheol o sepulcro o estado de los muertos, en el mismo sentido que el hades / (Página 123) de los paganos y que el mundo astral de los teósofos, mientras que el simbolismo teológico del infierno es la antítesis del que emplean las escrituras para representar la idea del cielo (…)”. (7). LEVI, “El Evangelio de Acuario de Jesús el Cristo. Transcrito de los Registros Acásicos”. Introducción por la Dra. Eva S. Dowling, Escribiente del Mensajero. Colección: Sendero. Barcelona. Ediciones Brontes. 2011. Página 224. Sección XVII. PE. La Tercera Época Anual del Ministerio Cristiano de Jesús. Capítulo 142. El camino del discípulo, sus dificultades. La cruz y su significado. El peligro de la riqueza. El joven que amaba la riqueza más que a Cristo. Parábola del hombre rico y Lázaro. Camino = Canto de la Perla = Judas Tomás Dídimo. Senderos = Vida Carnal. Fuego purificador tras la muerte. “(…) JESÚS y los doce partieron a otra ciudad y, al entrar en ella dijeron: La paz sea con vosotros; buena voluntad para todos. / (Página 225) 2. Una multitud de gente les seguía y el maestro les dijo: Atención, vosotros me seguís por motivos egoístas. 3. Si queréis seguirme en amor, ser discípulos del Santo Aliento y obtener al final la corona de la vida, debéis abandonar todo lo que pertenezca a la vida carnal. (…) 8. Apreciad bien el sacrificio antes de que comencéis a seguirme, pues representará el abandono de vuestra vida y de todo lo que tenéis. (…) 11. Los senderos de la vida carnal no van hacia lo alto de la montaña, sino que bordean el monte de la vida y, si os dirigís directamente a la puerta superior de la conciencia, atravesaréis los caminos de la vida carnal sin pisarlos. 12. Y así es como los hombres llevan la cruz; ningún hombre puede llevar la cruz; ningún hombre puede llevar la cruz de otro. 13. Toma la cruz y sígueme a través de Cristo en el camino del verdadero discípulo; éste es el sendero que conduce a la vida. 14. Este camino de vida es llamado la perla del más elevado valor y, aquel que la encuentra debe poner todo lo que tiene bajo sus pies. (…) / (Página 226) 32. Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico encontrar el camino de la vida. Y sus discípulos dijeron: ¿Entonces quienes pueden encontrar el camino? ¿Quiénes pueden ser salvados? (…) 37. Sucedió que Lázaro murió y los ángeles le llevaron al 12


regazo de nuestro padre Abraham. 38. El hombre rico también murió y, fue enterrado en una costosa tumba; pero abrió sus ojos entre los fuegos purificadores y se sintió insatisfecho. 39. Miró y vio al mendigo descansando tranquilamente en el regazo de su padre Abraham y, en la amargura de al alma exclamó: 40. ¡Padre Abraham, ten misericordia de tu hijo; estoy atormentado en estas llamas! 41. Envía a Lázaro, te suplico, para que me dé un poco de agua y así pueda refrescar mi lengua reseca. 42. Pero Abraham replicó: Hijo mío, en la vida mortal tuviste las mejores cosas de la tierra y Lázaro tuvo las peores y, tu no les diste ni un vaso de agua, sino que las arrojaste de tu puerta. 43. La ley debe ser cumplida y Lázaro ahora es consolado mientras que tú estás pagando lo que debes. 44. Además hay un gran abismo / (Página 227) entre el lugar en que estás y nosotros y, aunque quisiera no podría enviarte a Lázaro, ni tú puedes subir hasta nosotros hasta que no hayas pagado tus deudas. 45. De nuevo el hombre, lleno de angustia, dijo: Oh padre Abraham, te ruego envía a Lázaro de vuelta a la tierra a la casa de mi padre para que pueda contar a mis cinco hermanos que todavía viven, los horrores de este lugar, no sea que se reúnan conmigo y no contigo. 46. Y Abraham contestó: Tienen las palabras de Moisés y de los profetas; que las escuchen. 47. El hombre replicó: No escucharán la palabra escrita; pero si un hombre volvieran del sepulcro podrían creer. 48. Pero Abraham replicó: Si ellos no escuchan las palabras de Moisés y los profetas, ellos no se persuadirán ni aunque un resucitado estuviera en medio de ellos. 49. Y Pedro dijo: Señor, nosotros hemos dejado todo lo nuestro para seguirte; ¿Cuál será nuestra recompensa? 50. Y Jesús dijo: En verdad os digo, que vosotros, que habéis abandonado todo para seguirme, entraréis con Cristo en una nueva vida escondida profundamente en Dios. 51. Os sentaréis conmigo en el trono de poder y conmigo juzgaréis a las tribus de Israel. 52. Y aquel que conquiste el ser carnal y me siga a través de Cristo tendrá cien veces más de la riqueza que tenga en la tierra y, en el mundo venidero tendrá la vida eterna (…)”. (8). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Lumen ad revelationem gentium: El umbral. El conocimiento divino que abre las puertas de la eternidad. Muerte y enterramientos en Ciudadela (siglos XII al XX)”. ABACUS. Revista digital de la asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Teosofía templaria. Símbolo y emblema. Número 2 de 6. Agosto 2012. www.baucan.org www.lumenadrevelationemgentium.pdf Página 27. 1.5.9. Esqueletos y cuerpos en descomposición. “(…) El “Bardo-Tödol” es rico en una emblemática descriptiva de esqueletos y cuerpos en descomposición. Está ligada al “Estado Intermedio”, y a los monstruos horripilantes de los “Bebedores de Sangre” (97). En la religión occidental nacida del Próximo Oriente, los esqueletos corresponden a los muertos vivientes, es decir, a los seres humanos que en 13


la vida terrenal no han conectado con la “Sabiduría = Conocimiento” divino, y vagan como muertos vivientes hasta que realmente mueran y escuchen la voz de Dios (98). Iconográficamente, la representación de los esqueletos llegó a Europa sobre el año 1300, con la leyenda de “El encuentro de los tres vivos y los tres muertos”, en las que los muertos fueron descritos con aspecto cadavérico (99) (…)”. (9). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Lumen ad revelationem gentium: El umbral. El conocimiento divino que abre las puertas de la eternidad. Muerte y enterramientos en Ciudadela (siglos XII al XX)”. ABACUS. Revista digital de la asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Teosofía templaria. Símbolo y emblema. Número 2 de 6. Agosto 2012. www.baucan.org www.lumenadrevelationemgentium.pdf Página 24. 1.5. Los elementos simbólicos ligados a la muerte en el Próximo Oriente y Lejano Oriente: las guadaña, la hoz, el tridente u horca el cráneo, los fémures entrecruzados, el árbol de la vida, el arco, la trompeta, el tiempo, esqueletos y cuerpos en descomposición, el mandala y, la danza de la muerte. “(…) Lo cierto es que la simbología y emblemática funeraria se representaron tanto en Occidente, como en Oriente, durante el mismo periodo. Es difícil aseverar de dónde partieron las influencias, y quienes fueron los primeros en extender dichos conceptos ligados a la muerte. Pero la iconografía macabra ha dejado numerosas muestras pictóricas en las que junto a elementos emblemáticos mortuorios, aparece la representación de la cruz patada – distintivo Templario-, y en menor grado, la de Santiago (…)”. (10). RODRÍGUEZ PELAZ, Celia. “La danza de la muerte en los impresos navarros de los siglos XVI y XVII”. Ondare. 18. 1999. www.18275317.pdf Página 276. Introducción. “(…) La Danza de la Muerte arranca de una iconografía más amplia, la de lo macabro, que desde el siglo XIII y especialmente en el XIV se convirtió en un tema recurrente en la narrativa, poesía, teatro, pintura, escultura, grabado, etc. Hacia 1375 circulaba ya un texto francés compuesto por el poeta Jean Le Fèvre inspirado en el Vado Mori en el que se declara hijo de la Danza Macabra e introduce el término macabro, texto que fue importante para el posterior desarrollo de las danzas de influencia francesa: Je fis de macabre la danse / qui toutes gens maine à so tresche / et à la fosse les adresche, / qui est leur derraine maison (2). La preferencia por el tema macabro entre laicos y eclesiásticos se recoge en documentos del siglo XIII en Francia, Italia o Inglaterra (…)”. (11). RODRÍGUEZ PELAZ, Celia. “La danza de la muerte en los impresos navarros de los siglos XVI y XVII”. Ondare. 18. 1999. www.18275317.pdf Página 276. Introducción. “(…) La crisis del siglo XIV no provocó la aparición de lo macabro pero desarrolló su faceta más 14


escabrosa. Así, la descripción de cadáveres, esqueletos o calaveras la encontramos en la literatura y el arte del siglo XIII, pero la re creación en la descomposición, los gusanos, la putrefacción son aportación del XIV (…)”. (12). RODRÍGUEZ PELAZ, Celia. “La danza de la muerte en los impresos navarros de los siglos XVI y XVII”. Ondare. 18. 1999. www.18275317.pdf Página 278. Introducción. “(…) El sitio preferente para representarla fue en los cementerios, pero no pasará mucho tiempo en el que aparezca también en las paredes de los claustros y salas capitulares, lugares que también tenían una significación funeraria. Al final esa popularidad hizo que su extensión fuese extraordinaria, y como señala acertadamente Menéndez Pelayo “se pinta, se esculpe, se graba, y reaparece donde quiera: en las letras de los misales y de los libros de horas, como en las vidrieras de las catedrales...” (7). Antes del siglo XIV las imágenes de la muerte ya habían aparecido en el folklore, la literatura y el arte, contribuyendo a la cristalización del tema de la Danza de la Muerte en el siglo XV. La representación de la muerte como esqueleto se puede rastrear en todas las culturas y ya desde el antiguo Egipto aparecen imágenes al respecto. En la Edad Media formaba parte de las imágenes de la Tumba de Adán, del Juicio Final, la leyenda de Stanislaus o en la Visión de Ezequiel. Aun así, la figura de la muerte tenía raíces paganas cuyo origen está para muchos autores relacionado con la mitología teutónica. La idea de la muerte, como una figura danzante que interrumpe la cotidianidad del hombre, estaba ya en mitos germánicos. El tema parece que sobrevivió y se recogió en poemas, leyendas y sermones de finales del siglo XII que han sobrevivido a través de copias posteriores (…)”. “(…) 7. MENEDEZ Y PELAYO, M., Historia de la Poesía Castellana en la Edad Media, Madrid. (…)”. (13). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Lumen ad revelationem gentium: El umbral. El conocimiento divino que abre las puertas de la eternidad. Muerte y enterramientos en Ciudadela (siglos XII al XX)”. ABACUS. Revista digital de la asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Teosofía templaria. Símbolo y emblema. Número 2 de 6. Agosto 2012. www.baucan.org www.lumenadrevelationemgentium.pdf Página 29. 1.5.11. La “Danza de la muerte”. “(…) Como se recordará, el “Libro tibetano de los muertos”, o “Bardo-Tödol”, se escribió en el siglo XIV, pero a comienzos del siglo XIII, la “Danza de la Muerte” era conocida en Europa, a través de representaciones pictóricas existentes en capillas funerarias y cementerios (108), generalizándose en el siglo XIV (109). 15


Pero, si en Europa ya se representaba la iconografía de la “Danza de la Muerte” en el siglo XIII, y las primeras manifestaciones emblemáticas de cráneos, y fémures aparecieron en los estandartes de guerra marítima Templarios, ¿no sería la Órden de los Pobres Caballeros de Cristo, la iniciadora de la emblemática funeraria, continuada por las Órdenes Mendicantes, a través de los “Franciscanos”, a partir de la llegada de Marco Polo al Lejano Oriente, siendo absorbida por la religión tibetana? (…)”.CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Lumen ad revelationem gentium: El umbral. El conocimiento divino que abre las puertas de la eternidad. Muerte y enterramientos en Ciudadela (siglos XII al XX)”. ABACUS. Revista digital de la asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Teosofía templaria. Símbolo y emblema. Número 2 de 6. Agosto 2012. www.baucan.org www.lumenadrevelationemgentium.pdf Página 25. 1.5.3. El cráneo. “(…) Procede igualmente de la simbología y emblemática utilizada en el “Bardo-Tödol”. Su portador es el “Detentador del Conocimiento”, denominado “El que Mora en la Tierra”, y el cráneo representa al conocimiento en sí (82). La primera representación emblemática del cráneo en la cultura occidental fue utilizada en los estandartes Templarios, destinados para las batallas marítimas (83) (…)”. (14). RODRÍGUEZ PELAZ, Celia. “La danza de la muerte en los impresos navarros de los siglos XVI y XVII”. Ondare. 18. 1999. www.18275317.pdf Página 276. Introducción. “(…) La idea esencial de estos textos es la crítica hacia el cultivo de las cosas materiales, recreándose en la muerte del cuerpo y en la eventualidad de las cosas terrenales. La aportación del siglo XIII a esta antigua idea está en su dimensión dramática, en la que colaboraron notablemente las órdenes mendicantes (…)”.”(…) 2. Bibliothèque Nationale de París, Ms. Fr. 1543, fol. 261. Sobre el origen peninsular del término vid. SOLA-SOLE, J. M., «En torno a la “Dança General de la Muerte”», en Hispanic Review, 36 (1968), pp. 314-318 (…)”.RODRÍGUEZ PELAZ, Celia. “La danza de la muerte en los impresos navarros de los siglos XVI y XVII”. Ondare. 18. 1999. www.18275317.pdf Página 279. Introducción. “(…) Esta fascinación por la visión de la muerte muestra un cambio en la espiritualidad cercana a la concepción que denotarán las Danzas de la Muerte. Este cambio tuvo mucho que ver con el desarrollo de las órdenes mendicantes de franciscanos y dominicos, cuyos sermones criticaban la ostentosidad y materialismo de las clases poderosas y la decadencia de los viejos órdenes sociales. En buena medida las Danzas de la Muerte 16


bebieron de estas doctrinas que formaban parte de dramas litúrgicos con los que ilustraban los sermones 10 (…)”. “(…) 10. Existe una temprana historiografía que vincula la danza de la muerte a la predicación y el teatro. Sobre el papel de los pre d i c a d o res y vid. ALVAREZ PELLITERO, Ana María, «La Danza de la Muerte entre el sermón y el teatro», en Bulletin Hispanique 93 (1991), pp. 13- 29; GENNERO, Mario «Elementos franciscanos en las danzas de la muerte», en Thesaurus 29 (1974), pp. 181-185 (…)”. (15). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Lumen ad revelationem gentium: El umbral. El conocimiento divino que abre las puertas de la eternidad. Muerte y enterramientos en Ciudadela (siglos XII al XX)”. ABACUS. Revista digital de la asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Teosofía templaria. Símbolo y emblema. Número 2 de 6. Agosto 2012. www.baucan.org www.lumenadrevelationemgentium.pdf Página 103. Conclusiones. “(…) El concepto sobre la muerte no se ha modificado desde la Protohistoria, tan sólo han variado sus interpretaciones religiosas. Si se analizan los textos originarios, se podrá observar como las culturas oriental y occidental tuvieron una misma base. Lo que varió fue la representación de los símbolos, a través de la emblemática funeraria. El Lejano Oriente y Próximo Oriente coincidieron durante la época Paleocristiana y transición a la Alta Edad Media en conceptos muy similares, que se fueron expandiendo de Occidente a Oriente en la Plena Edad Media, quedando vinculadas las primeras manifestaciones de la emblemática funeraria, a la Orden Militar de los “Pobres Caballeros de Cristo”, en primer lugar; seguido de la Orden de Santiago. Posteriormente, otras órdenes religiosas, -como fueron los “Franciscanos”- fueron incorporando paulatinamente los elementos macabros de la emblemática funeraria, para generalizarlos durante la Baja Edad Media. La religión preconizada por el Císter, a través de los “Templarios”, se fundamentó en plasmar en la emblemática de los edificios religiosos que construyó, una serie de sígnos iconográficos que explicaran –a simple vista-, el significado de la parusía, y por tanto, los “Pobres Caballeros de Cristo”, portadores del emblema de la espada, se alzaron como elegidos y trasmisores de la “Sabiduría” y “Conocimiento” de la realidad existente después de la muerte. Los “Templarios”, plasmaron en la iconografía medieval de la primitiva iglesia de “Santa María”, de Ciudadela, -a modo de texto-tesoro-, la existencia de una vida superior al traspasar el umbral de la muerte. Todo se redujo a una exposición de la “Luz”, equivalente al “Conocimiento” divino, es decir, el concepto-símbolo fue el de abrir la 17


mente de los seres humanos para que estuviesen preparados durante la vida terrena, para la vida ultraterrena. Los individuos que mediante la oración, el recogimiento, la soledad, etc., llegasen a alcanzar el conocimiento individual, mental e interno óptimo, conectarían directamente con el torrente de “Luz = Conocimiento” de Dios, y no serían juzgados tras su muerte física. En cambio, los humanos que en su vida terrenal, no alcanzasen la “Sabiduría”, una vez fallecidos, y en su sepultura, escucharían la voz de Dios y alcanzarían la “Luz”. Paralelamente la representación iconográfica y emblemática de dichos conceptos representarían pictóricamente a esqueletos en movimiento –muertos vivos que no entraron en la “Luz = Conocimiento”, durante su vida terrenal; esqueletos dentro de ataúdes pétreos –los muertos que esperaban el juicio final y la “Luz” de Dios; llamas y lenguas de fuego que trasmitían el “Conocimiento” de Dios; el reloj de arena, símbolo del tiempo que devora todo cuanto existe; la guadaña, la hoz, y el arado, emblemas relacionados con la agricultura, ya que se comparó la madurez del individuo con las semillas óptimas para su recolección, y por tanto segadas, -muertas-, para separar el verdadero grano, de la cizaña y la paja, de dicha criba surgió la representación iconográfica de un esqueleto con la guadaña, o la horca-tridente; la calavera con los fémures entrecruzados, signo / (Página 104) de preparación para la muerte; los círculos o mandalas, representación de la divinidad desde la Protohistoria, se transformaron en ruedas de la fortuna; el árbol de la vida o del “Conocimiento”, emblema del concepto de la existencia de una nueva vida espiritual tras la muerte física; el arquero con las flechas presagiaba la preparación espiritual constante, puesto que la muerte podía llegar en cualquier momento. Todo este desenfremo iconográfico mortuorio fue trasladado a la expresión musical mediante la “Danza de la Muerte”, un baile circular, en el que individuos de todos los estamentos sociales danzaban con los brazos alzados y las manos unidas, alrededor de un difunto semidescompuesto, depositado en un sepulcro abierto. Al contrario de lo que se pudiera pensar, la “Danza de la Muerte” – “Ad mortem festinamus”, trasmite un sonido musical alegre y bailable (…)”. (16). RODRÍGUEZ PELAZ, Celia. “La danza de la muerte en los impresos navarros de los siglos XVI y XVII”. Ondare. 18. 1999. www.18275317.pdf Página 289. Iniciales. La muerte en Aavarra en el siglo XVI. “(…) Ya hemos mencionado que la primera vez que aparecen las iniciales de la Danza de la Muerte en Navarra es en 1555 en un libro impreso por Adrián de Amberes (…)”. (17). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Lumen ad revelationem gentium: El umbral. El conocimiento divino que abre las puertas de la eternidad. Muerte y enterramientos en Ciudadela (siglos XII al XX)”. ABACUS. 18


Revista digital de la asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Teosofía templaria. Símbolo y emblema. Número 2 de 6. Agosto 2012. www.baucan.org www.lumenadrevelationemgentium.pdf Página 59. 8.2. Simbología y emblemática funeraria correspondiente a la sepultura de la catedral de Ciudadela. “(…) Durante el siglo XIX, la simbología y emblemática funeraria existente en las lápidas correspondientes a los panteones existentes en la catedral de Ciudadela, siguieron las pautas iniciadas durante la Baja Edad Media: calaveras con los huecos orbitales de los ojos rellenos. Es decir, mantuvieron la estructura ósea de la cabeza, con los ojos abiertos, montada sobre fémures entrecruzados. Dichos elementos funerarios decorativos se encuentran inscritos dentro de una decoración Neoclásica, compuesta de elementos como triglifos, metopas, guirnaldas, y pilastras decoradas con bajorrelieves florales. Todo ello bajo el escudo circular, representativo del cargo que ocupaba en vida. Una de las sepulturas corresponde al que fue cardenal Antonio Ceruelo Sanz, (23 de febrero 1752-6 noviembre 1830), en cuya grafía de su lápida destacan, -entre los numerosos cargos que desempeñó en vida-, el de canónigo de la diócesis de Orihuela (Alicante) (…)”. (18). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Lumen ad revelationem gentium: El umbral. El conocimiento divino que abre las puertas de la eternidad. Muerte y enterramientos en Ciudadela (siglos XII al XX)”. ABACUS. Revista digital de la asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Teosofía templaria. Símbolo y emblema. Número 2 de 6. Agosto 2012. www.baucan.org www.lumenadrevelationemgentium.pdf Página 58. 8.1. Últimos enteramientos en la catedral de Ciudadela. Últimos enterramientos en la catedral de ciudadela: 1830 antes de la inauguración del cementerio. “(…) 8o está clara la datación del primer cementerio católico de Ciudadela, puesto que los enterramientos en la catedral se siguieron ejerciendo durante el periodo 1800-1830 (192): “(…) És clar que no tot eren flors i violes. “Telégrafo Menorquín” sovintejava un anticlericalismo no mancat de virulencia i la prohibició d´enterrar a l ´interior de les esglésies provocà resistències entre la clerecia (15). Después de la primera pausa de la primera restauració de l´absolutisme, la tibantor va pujat de Grau amb el trienni constitucional. La llei que suprimia els convents amb menys del nombre de membres fixat 19


pel govern provocà malestar i tensions, i sembla que hi va a haver, també, un intent de complot involucionista. En ell hi estarien implicats un cert nombre d´aristòcrates i alguns membres del capítol de canonges i de comunitats religioses. L´historiador Pere Riudavets ens informa que alguns nobles ciutadellencs foren detinguts i emportats a Barcelona, on restaren en presó (16) (17). La llei referida a les cases dels religiosos va afectar totes les comunitats masculines, excepte la d´agustins de Ciutadella que, el 1821, estava integrada per trenta-dos membres (18). Els franciscans foren els més afectats. El 26 d´octubre del 1822 el pare guardià del convent de Maó, fra Joan Riudavets, i dos religiosos més, foren empresonats i conduïts a Barcelona. L´u de març del 1823, vint-i-cinc dels frares que hi havia aleshores al convent –on sembla que s´havien concentrat de moment els membres de les cases de Ciutadella i Alaior- foren embarcats cap a Catagena. Alguns membres de la comunitat quedaven a Maó per a custodiar l´església i el convent, amb la prohibició, però, de vestir l´hàbit (19) (…)”. (193): “(…) El bisbe Ceruelo va regir la diòcesi per espai de quasi sis anys, i va morir a Maó –on s´havia traslladat per veure si un canvi d´aires milloraria la seva salut- el 27 d´octubre de 1830. Va esser enterrat a la catedral de Ciutadella, el novembre, a la capella dels Dolors. Posteriorment les seves despulles es traslladaren a la del Roser (…)”. En el año 1837, ya existía y se hallaba en funcionamiento el primer cementerio católico de Ciudadela (194): “(…) y un cementerio rural extramuros (…)”. (19). CAMPS EXTREMERA, Antoni. “Memoria del projecte GIBET 2009-2010: L´intervenció en el cementeri civil (CIU-A69)”. Juny 2010. GIBET (Grup d´intervenció sobre béns etnològics) - Societat Històrico Arqueològica “Martí i Bella”. Ciutadella de Menorca. www.memoria20092010.pdf Página 11. “(...) 3. Dades històriques i etnològiques. Fins a finals del segle XVIII era costum en el món catòlic que els enterraments es realitzassin en el subsòl de les esglésies. Fou en aquest moment quan la Reial Ordre de Carles III del 3 d’abril de 1789 prohibí aquesta tradició per motius sanitaris; l'augment de la població i les olors insuportables que es concentraven dins els edificis religiosos - focus de nombroses epidèmies - obligaren a prendre mesures urgents per accelerar la construcció dels cementiris en llocs apartats dels nuclis de les ciutats. La major part dels actuals cementiris menorquins es començaren a construir durant la primera meitat del segle XIX. L'inici de la construcció del primer cementiri catòlic extramurs de Ciutadella no va estar mancat de polèmiques, ja que la gent renegava de fer-se enterrar en llocs allunyats de les esglésies com havia estat costum fins a llavors. El 26 de maig de 1834, durant l'alcaldia de Marc Squella Martorell, es va acordar la construcció del nou cementeri en el camí de Binipati. El 20


13 de juny del mateix / (Página 12) any, el Governador Civil de Menorca ordenà que s'iniciassin les obres. Van ser adjudicades al mestre d'obres Antoni Gracias. El 23 de gener de 1835 es va creà una comissió directiva per a la gestió del cementiri, integrada pel paborde Joan Rosas, i per Jaume Sastre i Ramon Gelabert. El 23 de juny de 1837, durant l'alcaldia de Carles Teodor Pagani, l'Ajuntament aprovà donar sepultura als morts en el nou recinte funerari. Sense haver estat conclòs, el recinte va ser inaugurat i beneït l'11 de febrer de 1838 pel reverend Vicenç Papelcudi Carreras. El 23 de febrer de 1838 es van realitzar els primers enterraments: els fillets Maria Bagur Piris, de 13 mesos, i Sebastià Moll Lliteras, de 12 mesos. Foren enterrats pel fosser Joan Cavaller Nin, que ocupà el càrrec des del 1838 fins el 1876 (1). A llarg de la dècada de 1840 es varen anar fent obres de millora i de reforma del recinte. L'11 de novembre de 1872, l'alcalde Joan Trèmol Faner va acordar la realització de la primera ampliació del recinte antic. El nou tram va ser inaugurat i beneït pel reverend Josep Marquès Gener el 23 de març de 1873, encara que les obres s'anaren succeint al llarg dels anys següents. El 6 d'octubre de 1920 es va acordar l'edificació de la capella, la sala d'autòpsies o dipòsit, l'habitatge del fosser i la façana d'entrada al cementeri. Les obres es van concloure el 1923. El tercer tram del cementeri es va realitzar durant l'alcaldia de Josep Al.lès Quintana, i fou inaugurat el 13 d'octubre de 1958 sota la benedicció del bisbe Bartomeu Pascual Marroig (2). La saturació del vell cementeri ja en la dècada de 1980 va obligar a la construcció d'una nova necròpolis. La seva construcció va ser adjudicada el 10 de gener de 1991 a l'empresa constructora Edifincas Menorca S.L. El nou cementeri, situat en el camí Vell, es va inaugurar l'1 de maig de 1993, essent beneït pel bisbe Francesc Xavier Ciuraneta i Aymí (…)”.Página 13. Cita (1). “(...) MERCADAL, Joan (1992). “Història d’un cementiri”. Cap de Ponent, núm. 59, de 3 d’octubre de 1992. Ciutadella de Menorca. Pàg. 7 (...)”. Página 13. Cita (2). “(...) MERCADAL, Joan (1992). op. cit. MERCADAL, Joan (1998). “Enterraments”. Cap de Ponent, núm. 368, de 30 d'octubre de 1998. Ciutadella de Menorca. Pàg. 15. En relació a la història del Cementeri Catòlic de Ciutadella, veure també: BONET, Antoni (1992). Els cementeris i enterraments. Ed. Menorca. Maó; CAVALLER PIRIS, José (1941). Necrópolis. Cementerio Católico de Ciudadela (18381938). Impremta Al.lès. Ciutadella de Menorca; HERNÁNDEZ SANZ, Francisco (1911). Guia de Menorca. Ateneu Científic i Literari de Maó. Maó; RIUDAVETS I TUDURÍ, Pedro (1885- 1888). Historia de la Isla de Menorca. Impremta Fàbregues. Maó; i SASTRE PORTELLA, Florenci (1990). “Campo Santo”. Cap de Ponent. Revista Cultural Quinzenal, núm. 4, de 15 de novembre de 1990. Ciutadella de Menorca. Pàg. 19 (...)”.

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(20). BAIGENT, M. & LEIGH, R. & LINCOLN, H. “El enigma sagrado. El santo grial, la orden de Sión, los Templarios, los Francmasones, los Cátaros, Jesucristo”. Colección: Enigmas y misterios. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 2012. (7ª edición: octubre). Página 110. “(…) La cabeza vuelve a figurar en otra historia misteriosa que tradicionalmente se vincula con los templarios. Hela aquí en una de sus diversas variantes: Una gran dama de Maraclea era amada por un templario, un Señor de Sidón; pero ella murió en la juventud y en la noche de su entierro, este amante malvado se acercó sigilosamente a la sepultura, desenterró el cuerpo y lo violó. Entonces una voz salida del vacío le ordenó que volviera al cabo de nueve meses pues encontraría un hijo. Él obedeció la orden y en el momento señalado abrió la sepultura de nuevo y encontró una cabeza sobre los huesos de las piernas del esqueleto / (Página 111) (cráneo y huesos cruzados). La misma voz le ordenó que “la guardase bien, pues sería la dadora de todas las cosas buenas” y, así que él se la llevó consigo. Se convirtió en su genio protector y, él podía derrotar a sus enemigos con sólo mostrarles la cabeza mágica. A su debido tiempo, pasó a poder de la orden (22). El origen de esta narración horripilante se remonta a tiempos muy lejanos muy lejanos, a un tal Walter Map, que escribió a finales del siglo XII. Pero ni él ni otro escritor, que vuelve a contar el mismo cuento casi un siglo más tarde, especifican que el violador necrófilo fuese un templario (23). Sin embargo, en 1307 el relato ya estaba estrechamente asociado a la orden. Se menciona repetidas veces en los anales de la Inquisición y, por lo menos dos de los caballeros interrogados confesaron estar familiarizados con él. En crónicas subsiguientes, como la que hemos citado, se identifica al propio violador con un templario y, sigue siéndolo en las versiones conservadas por la francmasonería, que adoptó la calavera y los huesos cruzados y a menudo la utilizó como divisa en las zonas sepulcrales (…)”. Página 645. Cita (22). “(…) Esta versión procede del WARD, Freemasonry and the Ancient Gods. p. 305 (…)”. (21). BAIGENT, Michael & LEIGH, Richard. “Masones y templarios. Sus vínculos ocultos”. Madrid. MR Ediciones. 2005. (1ª edición: abril). Página 148 y 149. Segunda parte. Escocia y una tradición oculta. 9. Masonería: geometría sagrada. Calavera y huesos entrecruzados. “(…) Según escritores masónicos posteriores, la calavera y los huesos cruzados era un símbolo asociado de antaño a los templarios como al maestro asesinado. No obstante, aún se desconoce durante cuánto tiempo ha sido realmente así. Durante los siglos XVII y XVIII, la calavera y los huesos cruzados se emplearon como un artilugio para señalar / (Página 149) la tumba de Hiram y, por extensión, la tumba donde se hallaban los restos de cualquier maestro albañil. Como hemos visto, la leyenda dice que, al exhumar la tumba de Bruce, se descubrió que había sido enterrado con los 22


huesos de las piernas cruzados detrás del cráneo. La calavera y los huesos cruzados eran también una parte importante de los adornos de la categoría masónica conocida como “caballero templario” y figura de manera prominente entre las tumbas de Kilmartin y otros lugares de Escocia, junto a otros emblemas específicamente masónicos (…)”. (22). CAMPS EXTREMERA, Antoni. “Memoria del projecte GIBET 2009-2010: L´intervenció en el cementeri civil (CIU-A69)”. Juny 2010. GIBET (Grup d´intervenció sobre béns etnològics) - Societat Històrico Arqueològica “Martí i Bella”. Ciutadella de Menorca. www.memoria20092010.pdf Página 11. 3. Dades històriques i etnològiques. “(…) El 13 de juny de 1881, durant l'alcaldia de Gaspar Jorge Saura Carreras, l’Ajuntament de Ciutadella va acordar la construcció d’un cementiri civil de conformitat a les disposicions de la Reial Ordre de 29 d’abril de 1855, i les que s'aprovaren en posterioritat, que obligava als municipis a construir aquest tipus de cementiri per enterrar als no-catòlics. L'Ajuntament va acordar destinar una porció de terreny contigua al cementiri catòlic per aquest fi, i els plànols van ser aprovats l'11 de juny de 1881. La ubicació d'aquest nou cementiri no quedà exempta de polèmica i, finalment, el 2 d'octubre de 1881 s'autoritzà l'acceptació de l'escriptura d'adquisició d'uns terrenys situats en el mateix camí de Binipati però a una distància prudencial del cementeri catòlic per a la construcció d'aquest recinte funerari. El 7 de novembre de 1881 es va acordar edificar-hi el nou cementeri. En la mateixa data, s'aprovaren els plànols presentats pel president de la comissió del cementeri, realitzats per Ramon Cavaller Gelabert. Les obres van ser finalitzades el 31 de maig de 1882 (3). La construcció, ja des del principi, va ser / (Página 13) molt modesta i patí poques remodelació en els anys successius. Durant els anys que romangué en ús, el manteniment d'aquest cementeri va ser responsabilitat de la comissió responsable del cementeri principal, presidida per l'alcalde, i la seva execució va anar a càrrec del mateix fosser (4). A partir d'aquest moment, aquest recinte fou conegut com “es cementeri des laics”, “es cementeri civil” o “es cementeri neutre”, o més popularment com “es cementeri des protestats” o “es cementeri d'ets ases”. El cementiri va funcionar quasi durant 50 anys, i deixa d’utilitzar-se amb la proclamació de la II República el mes d’abril de 1931. El 13 d’octubre de 1932, i després de la secularització del Cementiri Catòlic, ara neutre o municipal, s'acordà l’exhumació de les despulles dels cossos que allà s’hi havien enterrat al llarg dels anys per traslladar-les al Cementiri Vell, tot deixant clausurat el vell cementeri civil. Els familiars dels inhumats van ser autoritzats a adquirir nínxols i, els qui no ho feren, van veure sepultar les despulles dels seus familiars en el nínxol 235, de propietat municipal (5).

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Després de la Guerra Civil el cementeri protestant es trobava en molt mal estat de conservació. Amb l'adveniment de la Dictadura de Franco, durant la qual l'Església exercí una enorme influència en tots els aspectes de la vida civil, s'ordenà la realització d'algunes millores en el vell cementeri dels protestants per acollir-hi les despulles dels dissidents al règim i a la religió catòlica i dels suïcides. El cementeri, ara conegut entre la població com “es cementeri d'ets ases”, s'utilitzà ocasionalment per aquest fi durant la dècada de 1940 (6). El darrer enterrament va tenir lloc l'any 1958, per ordre expressa de la diòcesi menorquina i durant el bisbat de Bartomeu Pascual Marroig. Cap el 1970, les despulles dels cossos enterrats amb posterioritat a la Guerra Civil van ser traslladats al cementeri municipal (7), moment a partir del qual el cementeri dels protestants fou abandonat de manera definitiva (8) (...)”.Página 13. Cita (3). “(...) CAVALLER PIRIS, José (1941). Necrópolis. Cementerio Católico de Ciudadela. 1838-1938. Imprenta Al.lès. Ciutadella. Pàg. 27-28. En relació a la construcció d’aquest cementeri, P. Riudavets diu: “Las exigencias de la actual sociedad, que trastorna todo el pasado, sin mejorar lo existente, ha traido la necesidad de aprontar otra necrópolis para los anti-católicos, que también los hay entre los ciudadanos, de suyo tan religiosos”, i indica que va ser erigit el 1880 [RIUDAVETS I TUDURÍ, P. (1885- 1888). Historia de la Isla de Menorca. Impremta Fàbregues. Maó] (...)”. Página 14. Cita (4). “(...) Des de la seva construcció fins l'adveniment de la II República, el manteniment del cementeri civil fou responsabilitat dels fossers Pau Amorós (1876-1883), Andreu Cortes Casasnovas (1883-1913), Josep Salord Gelabert (1914-1918), Joan Benejam Casasnovas (1919-1929) i Joan Torres Barceló (1929-1939). Joan Torres Barceló fou el responsable de l'exhumació dels cossos allà enterrats entre 1883 i 1931. Entre 1931 i 1939 el cementeri romangué clausurat i, conseqüentment, abandonat. A partir de 1939, els responsables del manteniment del cementeri foren Joan Piris Benejam (1939- 1965) i Jaume Llabrés Capó (1965-1995). Fou definitivament abandonat cap a l'any 1970, després de ser buidat completament (...)”. Página 14. Cita (5). “(...) CAVALLER PIRIS, José (1941). op. cit. Pàg. 28 (...)”. Página 14. Cita (6). “(...) En relació a l'ús del cementeri en els anys immediatament posteriors al final de la Guerra Civil, disposam de poca o quasi nul.la documentació escrita. En una entrevista mantinguda amb Pilar Piris Pons, filla del fosser en el període 1939-1965, ens informa que, poc després de la 24


guerra, el seu pare, amb l'ajut d'un manobre, va fer algunes millores en el cementeri dels protestants per que les cobertes amenaçaven runa. Ella i el seu marit, Ulises Mascaró Cortes, ens asseguren que el 1946, any en que van començar a festejar, en el cementeri dels protestants hi havia dues persones enterrades: un que, per qüestions ideològiques, ho havia sol.licitat expressament abans de morir, i un altre que s'havia suïcidat. Els identifiquen com Toni Torres i un tal Guillem “Punta”, respectivament (...)”. Página 14. Cita (7). “(...) En relació amb aquest darrer enterrament, disposam de la informació proporcionada per Juanita Caules Fernández i Esperança Llopis Caules, filla i néta respectivament del difunt. Fou Rafael Caules Benejam i va ser enterrat allà l'any 1958. Ometrem els motius d'aquesta decisió, però podem afirmar que va ser un cas aïllat i excepcional que rebé fortes crítiques entre la població. Les entrevistades ens conten que, en memòria al difunt, van mantenir el cementeri net i enjardinat durant anys. Jaume Llabrés Capó, fosser en el període 19651995, ens informa a través d'una entrevista que, mentre en va ser responsable, no va rebre ordres d'enterrar-hi a ningú mai, ni tant sols els suïcides o els que havien viscut fora del preceptes de l'Església, els quals eren enterrats en fosses comunes. Ens informa, també, que poc després de ser nomenat fosser, rebé l'ordre de buidar el cementeri dels protestants. Ho va fer en un sol viatge, i les despulles dels que allà hi havien estat enterrats (segons Jaume Llabrés, no més de cinc persones), van ser dipositades en el nínxol familiar de Juanita Caules per expressa petició seva (...)”. Página 14. Cita (8). “(...) En relació a l'ús del cementeri dels protestants en posterioritat a la Guerra Civil, hem d'agrair la informació proporcionada per: Jaume Llabrés Capó, fosser entre 1965 i 1995; Joan Bonet Vidal, de l'empresa Funeraria Bonet S.C.P.; Juanita Caules Fernández i Esperança Llopis Caules, filla i néta, respectivament, de Rafael Caules Benejam, darrer difunt enterrat en el cementeri dels protestants; Joan Piris Pons, fill de Joan Piris Benejam, fosser entre 1939 i 1965; Pilar Piris Pons i Ulises Mascaró Cortes, filla i gendre, respectivament, de Joan Piris Benejam, fosser entre 1939 i 1965; Marc Pellicer Benejam, de l'Arxiu Diocesà de Menorca; i Florenci Sastre Portella, de l'Arxiu Històric Municipal de Ciutadella. També cal agrair la informació proporcionada pels propietaris de les finques veïnes, els quals ens recorden que quan el cementeri fou abandonat, serví de refugi del bestiar de l'hort d'en Perico des Forn, situat tot just al costat, i que després fou freqüentat per raons que més val ometre 25


aquí. El darrer ús que es donà al cementeri evocà entre la població mals records i tot tipus de comentaris despectius i mal intencionats entorn a aquesta edificació; com exemple, el que inspirà el motiu decoratiu de les pilastres esglaonades de la façana per la seva disposició vertical en direcció cap el terra: l'escala que dur directe a l'Infern (...)”. (23). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Lumen ad revelationem gentium: El umbral. El conocimiento divino que abre las puertas de la eternidad. Muerte y enterramientos en Ciudadela (siglos XII al XX)”. ABACUS. Revista digital de la asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Teosofía templaria. Símbolo y emblema. Número 2 de 6. Agosto 2012. www.baucan.org www.lumenadrevelationemgentium.pdf Página 101. 20. El cementerio protestante de Ciudadela: los enterramientos de extranjeros y masones. “(…) Parece ser que la datación del cementerio protestante de Ciudadela se remonta al año 1882 (387). Su construcción fue muy posterior al edificio cementerial católico de Ciudadela, que ya existía en el año 1837. Se trata de un recinto perimetral rectangular, construido con piedra sillar de sección rectangular –quadratum-, de recudidas dimensiones. De estilo Neoclásico, destaca su portada –de líneas muy sencillas- compuesta por un gran vano de acceso adintelado –puerta-, cerrado en su parte superior por un arco escarzado rebajado. La escueta decoración de la estrecha fachada exterior del recinto está formada por el corte diferencial del mismo material pétreo, tanto en las propias paredes que forman la fachada, como en las jambas y dintel del vano que forma la puerta. La parte superior de la fachada exterior está rematada sin cubrición de ningún tipo. Presenta un frontis adintelado y decorado con dos tipos de molduras de idéntico perfil –caveto o nacela-, en las que tan sólo cambia la disposición de las mismas –convexa-cóncava-. La parte trasera de la fachada externa, no presenta ningún tipo de decoración, nada más que el producido por la unión de los sillares. La parte posterior del recinto cementerial civil, tiene otra puerta de acceso idéntica, exenta de elementos decorativos. En el interior del recinto, las paredes laterales que forman el cierre perimetral tienen una altura inferior a las fachadas principal-externa, y posterior. El suelo del recinto funerario es de tierra, y tan sólo existen sendos espacios longitudinales paralelos al muro perimetral, delimitados por sillares de piedra, a modo de jardineras. Podría ser que el cementerio protestante fuera construido, o demandada su construcción por alguna de las dos logias masónicas 26


existentes en Ciudadela en el último tercio del siglo XIX (389): “(…) Para poder hablar de Masonería en Baleares hay que llegar a la “Revolución del 68”. En esa época hay varias logias masónicas en Mahón y Ciudadela (…)”. La logia ciudadelana más antigua fue la denominada “Los hijos de la Patria”, que ya funcionaba en el año 1872, diez años antes de la construcción del cementerio protestante de Ciudadela, y de cuya escisión, algunos de sus componentes fundaron una nueva logia ciudadelana llamada “La Torre de Babel” (390): “(…) En una plancha, de 23 de abril de 1892, José Robert Ven, Maes. De la Logia Torre de Babel, comunica al Gran Consejo del Gran Oriente Español que los hermanos José Serra Vives y Juan Serra Vives han sido afiliados a este taller y dice que estos hermanos han presentado el Libro de Actas de la Logia Hijos de la Patria, en / (Página 102) el que figura que el 21 de enero de 1872, ambos fueron exaltados al grado de maestro. Y añade también que Domingo Marqués y Pedro Torres, 1º y 2º Vigilantes de la Logia Torre de Babel conocen a estos dos hermanos y atestiguan lo expresado por ellos “al haber trabajado con ellos en la Logia Hijos de la Patria” (…)”. (391): “(…) Logia Torre de Babel. El 1º de noviembre de 1891 se publica en el B.O. del G.O.E., que ha sido admitida (en instancia) la logia ciudadelana Torre de Babel. El 29 de noviembre de 1891 la logia es admitida con el núm. 130 según se publica en el Boletín Oficial el 1 de diciembre de 1891. Y el 1 de febrero de 1892 el Boletín Oficial comunica que el 13 de enero la logia ha quedado constituida regularmente. Pero todos estos pasos burocráticos no nos dan la menor idea de lo que significa la existencia de una logia masónica precisamente en la antigua capital de la Isla. Ciudadela es la sede del obispado, es una ciudad que apenas ha tenido contacto con los británicos, y no tiene el espíritu “ciudadano” y “laico” que ha tenido Mahón a lo largo de su historia. Por eso la existencia de la masonería en esta parte de la Isla es terriblemente difícil. José Robert Ven. Maes. De la Logia Torre de Babel comunica la situación a Madrid en una plancha enviada al Gran Consejo de la Orden el 3 de noviembre de 1894. En la plancha dice que “son / (Página 399) muchos los estorbos que tenemos aquí, y que algunas veces entorpecen nuestro trabajo a causa de abundar en ésta (Ciudadela) tanta clericalla, y como no falta alguno de ellos que sabe la existencia de nuestra logia, según se dice hubo cierto canónigo que se atrevió a decir que con los restos de la Torre de Babel iría a traer la república… Esto si bien algunos lo miramos con indiferencia, siempre hay algunos que lo miran con más importancia y alguna vez se presenta este asunto en la logia, y como llevamos dicho, nos estorba. Esperamos nos daréis vuestro parecer sobre la conducta que debemos seguir con esta gente negra, puesto que aquí no tenemos ningún 27


periódico que nos defienda, y como ellos son un batallón nos están siempre vigilando” (…)”. Las dos logias se mantuvieron vigentes durante las últimas décadas del siglo XIX -1891- (392), y primeros años del siglo XX (393), aunque sus componentes eran escasos. De hecho, la logia “La Torre de Babel”, en 1897, se componía de dieciséis miembros, y en 1922, había quedado recudida a cinco personas, al fallecer algunos de sus componentes (394). Dados los mínimos componentes de las dos logias masónicas existentes en Ciudadela, en el siglo XIX, y la mayoría de población católica de la ciudad, es lógico pensar que la construcción del cementerio protestante se asentase en un perímetro tan pequeño, cuyo suelo fue más que suficiente para albergar los cuerpos cadavéricos de individuos de otra religión o creencia –masones y extranjeros-, además de suicidas y no bautizados (…)”. (24). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Lumen ad revelationem gentium: El umbral. El conocimiento divino que abre las puertas de la eternidad. Muerte y enterramientos en Ciudadela (siglos XII al XX)”. ABACUS. Revista digital de la asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Teosofía templaria. Símbolo y emblema. Número 2 de 6. Agosto 2012. www.baucan.org www.lumenadrevelationemgentium.pdf Página 53. 6.4.2. Innovaciones funerarias para el funeral de Felipe IV, en Ciudadela: pirámides y globos. “(…) La construcción del túmulo fue armado con balaustres perimetrales, decorados con pirámides en las esquinas. Estaba cerrado en su parte superior por un dosel ochavado, en el que se asentaba un globo dorado, con un esqueleto portador del reloj y la guadaña. Completaban la el resto de elementos simbólicos característicos de la Edad Media (178): “(…) Pongo el sello a mis borrones en referir a V. Sª. A breve, la grandesa del túmulo que se componía de quatro pilares en figura cuadrada, sobre de los quales corrían hermosísimos balustres con sus remates en las esquinas a modo de pirámides, cargava en el cielo deste edificio un ochavado con su cúpula y promontorio, ensima del qual abia un globo de oro y en el estribavo la muerte con sus puntas llevando por empresa el relox y guadaña, tenía todo esto sessenta palmos de alto y otro tanto de circunferencia, los pilares y portadas de azul y plata con sus perfiles y molduras de lo mesmo y atretxos flores de oro sobre el mesmo campo con algunos mascarones de plata; el resinto de abaxo cubrian sessenta canas de Bayeta sobre de la qual se fixaron muchos gerolificos y tantos que bastaron para no estar oziosos, mis hijos, a admiration del ja nombrado Dr. Pedro de Cardona y Rafael Albeltin ingenios que pueden causar emulación; a la mesma subida abia ansimesmo gran cantidad de escudos Reiales y entre ellos los de la Corona de Aragon, a quien acompañavan muchas calaveras de Emperadores y Reyes difuntos. Por todas partes tenia esta obra gran cantidad de atxas y luzes que con las que 28


el pueblo ardia, paresia convertirse en llama la iglesia. De en medio del tumulo y sigundo suelo del que se levantava una rica mesa y sobre Della la urna de su Mg. d. que era de azul negro y Plata, con algunas flores de oro y en ella puesto el habito y cordon de San ff.co. y a la cabesera una riquisima almohada de tela pasada color violado con una corona Reial de oro y setro (…) (…)”. (25). Ibidem. CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Lumen ad revelationem gentium: El umbral. El conocimiento divino que abre las puertas de la eternidad. Muerte y enterramientos en Ciudadela (siglos XII al XX)”. ABACUS. Revista digital de la asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Teosofía templaria. Símbolo y emblema. Número 2 de 6. Agosto 2012. www.baucan.org www.lumenadrevelationemgentium.pdf Página 27. 1.5.8. El tiempo. El reloj de arena. “(…) Ha sido un elemento muy recurrido dentro de la historia de la emblemática funeraria, ya que desde las primeras representaciones en la Edad Media, se ha mantenido a lo largo de los siglos, permaneciendo en la emblemática cementerial, hasta el siglo XX. El concepto de tiempo aparece en la cristiandad ligado al momento de la recolección de los granos-almas, que son almacenadas para ser separadas, entre las que ya han tenido acceso al “Conocimiento” divino, y las que nó, que vuelven a pasar por el fuego purificador, para entrar en el “Conocimiento”. Y ese fuego-“Conocimiento”, que nunca se apaga y es indestructible, se asoció con el tiempo que no tiene fin (95). Un significado diferente tuvo en el Lejano Oriente, puesto que en la China taoísta, el tiempo se relacionaba con el dios “Cronos-Saturno”, y estaba ligado a la muerte y a la destrucción alquímica. De hecho, la emblemática alquímica de dichos dios representa a Saturno volando con una guadaña en la mano (96) (…)”.

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Anexo documental

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IconografĂ­a macabra medieval

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Grabado. “La canzona di morti”. Biblioteca Nacional de Florencia.

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Obra titulada “Las flechas de la muerte”.

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Esqueleto disparando hacia el árbol de la vida. Pintura procedente de la sala “De profundis” del convento de San Francisco de Morella (Castellón). Foto (Lola Carbonell. Año 2007).

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Esqueleto yacente procedente del “Llibre vermell de Montserrat�.

35


La muerte. Pintura existente en el castillo de AlcaĂąiz (Teruel).

36


Esqueleto pensante. (Fuente: www.patologia-espinal-traumatica-en-elpapiro-de-edwin-smith-y-osteoporosis-en-el-eclesiastes.pdf)

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IconografĂ­a macabra en la catedral de Ciutadella de Menorca

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Obsérvese la calavera debajo de la lápida funeraria. (Foto: Lola Carbonell. Año 2009).

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Detalle de otro de los crĂĄneos decorativos de una sepultura erigida en la catedral de Ciutadella de Menorca. (Foto: Lola Carbonell. AĂąo 2009). 40


Detalle lateral de otro de los crĂĄneos decorativos de una sepultura erigida en la catedral de Ciutadella de Menorca. (Foto: Lola Carbonell. AĂąo 2009).

41


Detalle lateral de un crĂĄneo decorativo procedente de una sepultura erigida en la catedral de Ciutadella de Menorca. (Foto: Lola Carbonell. AĂąo 2009).

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Cementerio de Ciutadella de Menorca

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Puerta de acceso al cementerio de Ciudadela. (Foto. Lola Carbonell. AĂąo 2009). 44


Antorchas encendidas y, cráneo sobre fémures entrecruzados, insertado en un pequeño arco apuntado. (Foto. Lola Carbonell. Año 2009). 45


Cráneo sobre fémures entrecruzados insertado en un pequeño arco apuntado. (Foto. Lola Carbonell. Año 2009). 46


Parte trasera del panteón que contiene simbología macabra funeraria en el cementerio de Ciudadela. (Foto. Lola Carbonell. Año 2009). 47


Cráneo sobre fémures entrecruzados centrado entre la leyenda: “Santa muerte, cuando morimos en el Señor”. (Foto. Lola Carbonell. Año 2009). 48


Guadaña y pala sobre cáliz, rodeada por la leyenda: “In electis sepulchris nostris. Sepeli mortuum”. (Foto. Lola Carbonell. Año 2009). 49


Reloj alado inscrito bajo triple triángulo, con la leyenda “Tanto en la vida como en la muerte estamos con Dios”. (Foto Lola Carbonell. Año 2009). 50


Cipreses y sauce llorĂłn, emblema de la muerte y, de la tristeza. (Foto. Lola Carbonell. AĂąo 2009). 51


Lola Carbonell Beviá, alicantina de nacimiento, es historiadora, especializada en Humanidades Contemporáneas. Ha realizado numerosas monografías sobre la Historia de la Edad Media de Menorca y, sobre su Protohistoria. En este trabajo de investigación, se ha centrado en demostrar el significado de la emblemática reflejada en la iconografía macabra del cementerio de Ciutadella de Menorca.

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