“Menorca durante la Edad del Bronce: Tendencias arquitectónicas y religiosas procedentes de la metalurgia”.
Lola Carbonell Beviá
1
“Menorca durante la Edad del Bronce: Tendencias arquitectónicas y religiosas procedentes de la metalurgia”.
Lola Carbonell Beviá
2
Menorca durante la Edad del Bronce: Tendencias arquitectónicas y religiosas procedentes de la metalurgia. Índice. 1. Menorca en la ruta metalúrgica entre el Mediterráneo y las Islas Británicas. 1.1. La ruta del cobre. 1.2. La ruta del Bronce. 1.3. La ruta del estaño. 1.4. La ruta del plomo. 1.5. La ruta del hierro. 2. La llegada de los beocios a Menorca. 2.1. Beocios y tesalios fueron pelasgos. 2.2. Beocios en Menorca, no argonautas. 3. Costumbres de enterramiento en Menorca fruto de la ruta metalúrgica: los hipogeos. 3.1. Lugares de enterramiento beocios. 3.2. Lugares menorquines de enterramiento, en hipogeos. 3.3. Teosofía sobre la muerte en la ruta metalúrgica: La espiral o triskel. 3.4. Rituales fúnebres griegos: Cremación y sepultura de los huesos. 3.5. Rituales fúnebres beocios: el corte del cabello. 4. La religiosidad beocia en Menorca. 4.1. La oración: Los grabados de la “cova des Encantaments”. 4.2. Altares, sacrificios y libaciones. 4.3. Las peticiones a las deidades protectoras de los marinos: Los grabados de embarcaciones de Menorca. 5. Conclusiones. 6. Citas bibliográficas.
3
Menorca durante la Edad del Bronce: Tendencias arquitectónicas y religiosas procedentes de la metalurgia.
Lola Carbonell Beviá
“Como los griegos llamados Beotios, vinieron a las Islas Baleares”. Juan Binimelis. “ ueva historia de la isla de Mallorca y de otras islas a ella adyacentes”.
1. Menorca en la ruta metalúrgica entre el Mediterráneo y las Islas Británicas. Parece ser que ya existió una navegación pre-helénica en el III milenio a. C., que llegaba hasta las Islas Británicas, por el comercio del estaño (1). Igualmente, los egipcios tuvieron ya en tiempos del faraón Snefru (2), una flota de barcos para la navegación marítima (3). Durante el segundo milenio a. C., la navegación egipcia fue ejercida con Palestina y Siria, a cambio de cobre procedente del Sinai, países éstos últimos quienes a su vez fueron receptores del comercio con el Egeo (4); Chipre y Creta (5). 1.1. La ruta del cobre. Del cobre se extrajeron palas de hacha y puntas de flecha. Pero se produjo un problema consistente en que el cobre no se podía afilar. De modo, que se descubrió que el arsénico unido al cobre en aleación, producía un estaño endurecido, que sí que se podía afilar (6). Con la aleación del cobre se produjo una mayor producción de objetos destinados al intercambio comercial (7). 4
Uno de los mayores productores de cobre en el II milenio a. C., fue Chipre, país que nutria fundamentalmente al comercio griego (8). Ahora bien, en la isla de Menorca existieron vetas de cobre en varios puntos como fueron: Binifalia, Estancia des Prats, isla del Colom, Son Arret y, a los pies del Monte Toro (9). E incluso hubo un taller de fundición de cobre ubicado en Son Mercer de Baix (10). Y, arqueológicamente han aparecido moldes de fundición (11), hecho que demuestra que en Menorca se producían objetos de cobre que estarían incluidos dentro de una posible ruta comercial. En el hipogeo de Biniai Nou apareció un punzón de cobre, del que se desconoce si fue de producción propia de la isla de Menorca (12). 1.2. La ruta del Bronce. El descubrimiento de la aleación de bronce y estaño hizo que los objetos fabricados fueran más resistentes por su dureza (13), generalizándose la creación de piezas de bronce, fundamentalmente, realizadas para el armamento: lanzas (14), saetas (15), petos (16), hachas de doble hoja (17), cuchillos (18), espadas y cascos (19). Y para actividades cotidianas: llaves (20), o sillas (21). Los objetos de bronce eran almacenados en las alcobas de la casa familiar (22). Concretamente, en la isla de Menorca ha aparecido material arqueológico de bronce, consistente en: un espejo-diadema, un buril, una espátula, una hoja triangular o pequeño cuchillo, un botón corniforme, un fragmento de punta de lanza, puntas de lanza, torques o brazaletes dentados, agujas de cabeza esférica, adornos con cadenetas y hachas de cubo (23). Pero también se tiene constancia de la fabricación de hachas de bronce en Menorca, mediante moldes de fundición que han salido a la luz en varios yacimientos donde existieron pequeños talleres de fundición, como fue Ses Tavernes, de Ciutadella (24), Binicalsitx, en Ferreries (25), Torre Llafuda, en Ciutadella (26), Binimasó, en Ferreríes (27). Aunque también existen moldes de hachas fuera de contexto, como fueron las correspondientes al yacimiento de Torrellonet Vell (28). La existencia de los talleres de fundición de hachas, establecidos fundamentalmente en Ciutadella y Ferreries, significa que la isla de Menorca estuvo en el circuito comercial del bronce, siendo importadora de materia prima para la fabricación de hachas. 5
Al final de la Edad del Bronce, fueron los griegos quienes se encargaron de recoger la chatarra de bronce, para ser sustituida por la nueva fabricación de objetos de hierro (29). 1.3. La ruta del estaño. Parece ser que las islas Británicas fueron ricas en estaño que exportaban a Tarsis (30) en la península Ibérica, siendo esta una de las principales vías de entrada del estaño en el Mediterráneo. Por otro lado, se hallaba la vía comercial del estaño procedente desde Cornualles, a través del Canal de la Mancha, hasta su entrada en Marsella (31). Y en tercer lugar, la vía comercial galaico-portuguesa (32). El estaño que llegó en forma de material de fundición a Menorca, procedía del exterior, puesto que en la isla no existían vetas de estaño (33). Aunque, todavía no se tiene constancia de la vía comercial que abastecía a la isla de Menorca (34). La presencia de estaño en Menorca está documentada arqueológicamente desde principios del segundo milenio a. C. (35), apareciendo espadas de pomo a modo de sable, puntas de lanzas foliáceas, hachas planas de filo semilunar, escoplos, hachas con nervadura y, tubulares con asa central. Adornos personales como aros así como, pectorales y torques (36); cuentas de collar cilíndricas procedentes del yacimiento de Mongofre Nou (37); o punzones hallados en el dolmen de S´Aigua Dolça (38). 1.4. La ruta del plomo. En Menorca existió una mina de plomo ubicada en el término de Alayor, concretamente en Son Puig, de la que se tiene certeza que se explotaba con seguridad en el siglo V a.C., (39) y, por lo tanto supuestamente debió utilizarse localmente para la fundición de piezas autóctonas. 1.5. La ruta del hierro. La isla del Colom, de Menorca posee vetas de hierro que pudieron ser explotadas en otras épocas (40). Ahora bien, desde inicios del primer milenio a. C., Menorca se pobló de gentes procedentes de múltiples orígenes, entre ellos celtas (41). Pues bien, muy probablemente, a través de la ruta de la metalurgia, pudo llegar el topónimo de Mahón a Irlanda, adaptándose con la denominación de “Maona”, un palacio rústico 6
rodeado de fosos y empalizadas (42). Y paralelamente, llamando “Maón el marinero”, al heredero al trono de Irlanda (43). 2. La llegada de los beocios a Menorca. El primer autor que señaló que Menorca estuvo poblada por beocios fue Izetzis, en su obra “Lychophontis Cassamdram”, en la que especificaba que dichos beocios que salieron de Grecia para poblar las Baleares, estaban desnudos y por su desnudez, fueron llamadas las Baleares, Gimnesias (44). En el siglo XVI, Joan Binimelis continuó con la tesis beocia, señalando que tras la colonización de las Baleares, por parte de los gigantes caldeos, fueron los beocios los que las poblaron, denominando a Menorca “Nura”, “pequeña Nuasta” (45). Para Binimelis, la llegada de los primeros griegos a la península Ibérica se produjo en el año 2.405 a. C., dirigidos por Theucher, hijo de Tamalón, rey de los Salaminos (46). Durante el segundo milenio a. C., fue Tlepodemo, el hijo de Hércules el griego quién colonizo las Baleares. Y en el primer milenio a. C., año de 900 a, C., fueron los “Pryges” (?) los que poblaron las Baleares (47). Binimelis –imbuido por la lectura de Florián-, refirió como los “argonautas”, liderados por “Hércules el Thebano” llegaron a las Baleares, procedentes de Creta y de Afete, en el año 1.210 a. C. (48). En el siglo XX, autores como Víctor Guerrero Ayuso, destacaron la existencia de una tradición griega –tomada de un antiguo poema escrito por Licofron, al igual que Binimelis-, que señalaba que los héroes de la guerra de Troya fueron arrastrados por el mar hasta las islas Gimnesias, sobreviviendo gracias a pieles de carnero que utilizaron como vestimenta, sin calzado, y armados con tres hondas. Por su parte, Timeo denominó a las Baleares, islas “Cloirades”. Según, Carlos Garrido, hubieron otros autores, de los que no especifica sus nombres, que pretendieron que las Baleares fueran la tierra de los “Lestrigonia” (49). Otros autores como Lorenzo Lafuente Vandrell obviaron la colonización beocia y simplemente remitieron la focense, en el siglo X a. C. (50). 2.1. Beocios y tesalios fueron pelasgos. La región griega de Tesalia se halla al norte de Beocia. Tesalia está rodeada de montañas –Olimpo y Pindo-, que la separan de Macedonia y, Osa y Pelión, de la costa. Por el sur fue la vía utilizada por los pelasgos de Tesalia para acceder a la Doria y, la Beocia (51). 7
Por otro lado, la llanura beocia es muy similar a la tesalia y, desde ella se accede a la costa. En su centro se halla el lago Copais (52). Y en todo su territorio, en Beocia se rendía culto a Apolo Ismeno (53). En el año 1.285 a. C., (54), Jasón y los argonautas marcharon hasta la ciudad capitalina tesalia de Yolco, donde reinaba Pelias, tío paterno de Jasón, hermano de Esón, el padre de Jasón. Y desde allí partió su expedición (55). Autores como Guirao, señalaron que los pelasgos estuvieron asentados en Tesalia, el Épiro, Troya, Creta (56) y Silicia (57). Ahora bien, autores como Jorge Galens, ya señalaron en el año 1888, que los pelasgos colonizaron Menorca (58), hipótesis que fue corroborada por Miquel Costa i Llobera, en 1896-1897 (59). Hasta que en el año 2015, la historiadora Lola Carbonell Beviá ha aseverado la existencia de múltiples pruebas arquitectónicoreligiosas e histórico-culturales que evidencian que los pelasgos poblaron Menorca y crearon nuevas costumbres, que se asentaron en la población autóctona, a lo largo de los siglos (60). 2.2. Beocios en Menorca, no argonautas. La expedición de los argonautas se produjo en el año 1.285 a. C., como ya se ha citado. Este dato indica que beocios y tesalios pertenecieron al pueblo pelásgico en dicha fecha, puesto que los reyes de Beocia y Tesalia, fueron hermanos y, sus costumbres religiosas, -redactadas en las Argonáuticas por Apolonio de Rodas-, igualmente, pelásgicas (61). Los 54 argonautas dirigidos por Jasón (62) se aproximaron a Menorca, pero no llegaron a ella, navegando hasta Italia y las islas del mar de Cerdeña (63), e incluso arribaron a la isla de Elba o Estécates (64). Navegaron por el mar Ausonio o Itálico (65), pasando por la isla de las Sirenas o de las Flores (66), por el siciliano cabo Lilibeo (67), donde una tormenta los empujó durante nueve días y noches hasta la isla libia de Sirte (68), alcanzando con posterioridad el lago Tritón (69) y encauzando la nave paralelamente a la costa africana, hasta que pudieron cruzar, guiados por las corrientes, hacia el Mediterráneo central. Menorca no se encontraba entre las islas mediterráneas visitadas por los argonautas, que fueron: Antemoesa (70), Ática (71), Brigeidas (72), Calauria (73), Cárpatos (74), Ceos (75), Córcira (76), Ceroso (77), Delos (78), Día (79), Discélado (80), Drépane (81), Egina (82), Electris (83), Enea (84), Equínadas (85), Escíato (86), Espóradas (87), Estécades (88), Etalia (89), Eubea (90), Fílira (91), 8
Hipúride (92), Imbros (93), Isa (94), Lemnos (95), Libúrnides (96), Ligístides (97), Ninfea (98), Ortigia (99), Partenia (100), Peuce (101), Planctas (102), Sícino (103) y, Tafos (104). Por lo tanto, los datos aportados por Joan Binimelis de que los argonautas arribaron a Menorca, son inciertos. 3. Costumbres de enterramiento en Menorca fruto de la ruta metalúrgica: Los hipogeos. Los sepulcros megalíticos fueron comunes en Europa durante la edad de los metales, iniciándose en el Calcolítico (105). Los griegos fueron constructores de túmulos, es decir, sepulturas realizadas con ortostatos, que posteriormente se cubrían de tierra y, se marcaban exteriormente con un cipo (106). En las Islas Británicas, los griegos que se asentaron en ellas, procedentes de Grecia, llevaron -en el siglo XII a. C.-, sus costumbres arquitectónicas, construyendo cámaras subterráneas que en un primer momento eran utilizadas para otras finalidades y, que, posteriormente fueron lugares de enterramiento (107). En la península Ibérica destacan los tholoi de la provincia de Sevilla (108); los dólmenes extremeños de corredor (109), de Lácara (110), y de Valencia de Alcántara (111); o los túmulos de la sierra de Aralar (112). 3.1. Lugares de enterramiento beocios. Los lugares de enterramiento beocios más primitivos estuvieron ubicados debajo del suelo de las viviendas (113). A partir del segundo milenio, los cadáveres se depositaban en cistas, tinajas de barro o simplemente dentro de un agujero en el suelo y, sin ajuar. Paralelamente, dentro del mismo periodo cronológico surgió la innovación del túmulo (114). A mediados del segundo milenio a. C., (115), la influencia micénica llegó a Beocia siendo el “Tesoro de los Minias” de la ciudad beocia de Orcómeno, la que siguió la tipología del tholoi, con decoraciones de espirales, en las paredes, al igual que las existentes en Newgrange (116). Durante la segunda mitad del segundo milenio a. C., las inhumaciones continuaron practicándose en los tholoi i en cámaras subterráneas, así como en fosas verticales (117). 3.2. Lugares menorquines de enterramiento, en hipogeos. En Menorca, los lugares de enterramiento creados dentro del segundo milenio a. C., (118), fueron denominados hipogeos. Para 9
ello, fueron utilizadas cavidades subterráneas (119), que fueron trabajadas mediante la construcción de columnas (120) y, el cerramiento de cámaras (121). Plantalamor Massanet describió las características comunes existentes en el interior de los hipogeos, consistentes en: bancos laterales, cámaras absidales, fosa central y nichos (122). Fueron realizados con bloques de piedra, colocados en seco (123). La mayor parte de los hipogeos se encontraban lejos de los lugares habitados (124). Los hipogeos de planta alargada menorquines (125), se localizan en: - Binimaimut (126). - Biniai Nou (127). - Cala Blanca (128). - Cova de S´Hostal (129). - Calan Morell (130). - Puigmal Nou (131). - Parella (132). - Son Catlar (133). - Son Mercer de Dalt (134). - Son Sivineta (135). - So N´Escudero (136). - Sant Tomàs (137). - Son Vivó (138). - Torre d´en Galmés (139). - Torre del Ram (140). 3.3. Teosofía sobre la muerte en la ruta metalúrgica: La espiral o triskel. El símbolo de la espiral más antiguo se encuentra en la tumba pasadizo de Newgrange, en Irlanda, cuya cronología data del año 3.150 a.C., (141). Pero sus paralelos teóricos se hallaron en las civilizaciones China e India, antes de la adaptación céltica (142). La espiral doble o triple, denominada triskel para los celtas, tuvo un significado práctico consistente en proteger las puertas y ventanas mediante su grabado. Pero, igualmente, a nivel teosófico, su significado residía en facilitar la meditación sobre el tiempo y el espacio (143). Era un movimiento perpetuo sin principio ni fin, siendo el concepto de vida y muerte el del paso intermedio hacia otros mundos. La representación trinitaria del ser humano formada por cuerpo, mente y espíritu. La idea primaria de la existencia: 10
creación, mantenimiento y destrucción. Y la representación simbólica de las deidades trinitarias masculinas y femeninas (144). Los ortostatos podían ser decorados con la emblemática del triskel (145), pudiendo estar colocados tanto en el interior, como en el exterior de la sepultura. En el caso de Newgrange, se encuentra tanto, en la profundidad del corredor, como en ortostatos que en la actualidad se encuentran en el exterior del monumento funerario. Pero en el caso del hipogeo maltés de Hal Saffieni compuesto por tres pisos o cámaras excavados en la roca dura, la espiral apareció en forma de pintura en una de sus estancias (146). 3.4. Rituales fúnebres griegos: Cremación y sepultura de los huesos. Los griegos troyanos cuando fallecía un familiar o amigo llevaban a cabo un ritual consistente en primer lugar, en lavar el cuerpo, ungirlo con aceite, cubrirlo con una túnica y colocarlo en un lecho (147). En la nariz introducían unas gotas de ambrosía para que el cuerpo no se corrompiera (148). Mientras tanto, los hombres se encargaban de ir a buscar leña para cortarla y con ella formar una pira funeraria (149). Entonaban cánticos fúnebres, mientras las mujeres lloraban alrededor del cadáver, durante el tiempo antes de colocar el cuerpo sobre la pira funeraria. Una vez encendida la misma, se esperaba a que el fuego cremara el cadáver y, una vez hubiera desaparecido la carne, se tomaban los huesos del difunto y, se colocaban en una urna, previamente envueltos en un velo de color púrpura. A continuación se introducía la urna en un hoyo en el suelo, que se cubría con grandes piedras y, tierra superpuesta, dando forma a un túmulo (150). La sociedad pensaba que el cuerpo del cadáver debía ser cremado y sepultado rápidamente, para qué el alma del difunto se fusionara con las almas de los demás difuntos que se hallaban en el “Orco” (151). Si el difunto disponía de prestigio social, en su honor se practicaban hecatombes de ovejas y bueyes, que se disponían alrededor de la pira, vertiendo sobre la misma miel y aceite (152). Los beocios, igualmente, seguían este rito: los compañeros de un difunto relevante, daban tres vueltas alrededor de la pira donde se hallaba expuesto el cadáver con sus armas de bronce y, una vez cremado y sepultado en su túmulo, daban comienzo los juegos fúnebres en honor del difunto (153). 11
Y por último, los beocios tenían una costumbre apotropaica cuya finalidad consistía en aplacar a las divinidades infernales y, que estaba basada en cortar las manos y pies, orejas y nariz del difunto y, colocarlas debajo de las axilas (154). 3.5. Rituales fúnebres beocios: el corte del cabello. Los griegos prehelénicos de Tesalia tenían la costumbre de llevar el cabello trenzado (155), cuya constancia cronológica se tiene certeza de que existió, hasta el siglo IX a. C (156). Con posterioridad, fueron los celtas, los herederos del trenzado masculino del cabello (157). En los rituales funerarios beocios, cuando un familiar, pariente o amigo fallecía, los allegados se cortaban mechones de su propio cabello como señal de dolor y, homenaje al difunto (158). Los griegos troyanos también realizaban el mismo rito (159). Una vez que se cortaban los mechones de cabello los depositaban sobre el cuerpo del difunto, a la vista de todos los presentes (160). Los griegos tesalios consagraban el cabello a los dioses y lo cortaban con un puñal (161). En los ritos fúnebres, el pelo de los familiares y amigos se cortaba como homenaje al difunto (162) y, en señal de luto (163). Durante una primera época, los griegos tesalios cremaban el cadáver, pero con posterioridad lo inhumaban (164). En la “Cova des Pas” de la isla de Menorca han aparecido restos arqueológicos de cabello humano, perteneciente a un individuo masculino, cuyo color de pelo era negro. Dicho cabello estaba trenzado y sujeto con anillas de estaño (165). Por lo tanto, el difunto tenía la costumbre de llevar el cabello trenzado. Pero además, apareció cabello humano, fino, que había sido cortado con un objeto afilado (166). Este podría ser el pelo de alguno de los allegados del cadáver que se lo cortó como muestra de luto y fue depositado sobre el cadáver. Por lo tanto, en la “Cova des Pas”, entre los años 1.100 a. C., y 700 a. C., (167) fue utilizada para sepultar a un prehelénico que bien habitaba en Menorca o bien, falleció en Menorca y, fue enterrado en la isla. Por lo tanto fue una cueva-cementerio reutilizada, porque en ella fueron hallados numerosos individuos y diversos tipos de costumbres fúnebres (168). 4. La religiosidad beocia en Menorca. Los griegos prehelénicos adoraban a la estrella a la que tenían por emblema de la divinidad. Para ello alzaban las manos, orando. Dichas 12
demostraciones de religiosidad han aparecido en Menorca, mediante insculturas que han sido halladas en la “cueva des Encantaments”. Igualmente, las peticiones a sus divinidades representadas mediante círculos concéntricos aparecieron también en insculturas, dibujadas en la cueva de “Tot Lluc”. Así como las embarcaciones de los marinos que siguieron las rutas de los metales por el Mediterráneo y Atlántico, aparecieron en otras insculturas encontradas en los hipogeos de Torre del Ram. 4.1. La oración: Los grabados de la “cova des Encantaments”. Los griegos beocios rezaban levantando las manos al cielo al realizar sus peticiones a la divinidad (169). Los griegos troyanos se lavaban las manos antes de orar (170) y, levantaban las manos hacia el cielo invocando a Júpiter (171), abriendo las palmas para llamar a los dioses (172). Dicha forma de orar con las manos en alto fue también utilizada por los judíos, significando que las bendiciones de Dios descienden y se reparten entre los orantes (173), unificando los mundos superior e inferior de un modo perfecto (174). La estrella fue la representación emblemática de la divinidad, para los griegos troyanos (175). Y como tal era adorada (176). En la “cova des Encantaments” circunscrita al predio de Biniguarda Vell, del término de Alayor, se halla un conjunto de dos grabados formados por una estrella de cinco puntas y una figura humana, arrodillada con los brazos abiertos y, los dedos extendidos, que Ibáñez Orts estimó pudo ser un símbolo de la escuela pitagórica (177). Realmente, se trata de un grupo inscultórico en acción de orar a la divinidad, que pudo ser realizado por un prehelénico desembarcado en Menorca, de los que atravesaban el Mediterráneo en busca de metales para la metalurgia. 4.2. Altares, sacrificios y libaciones. Los griegos beocios navegantes tenían costumbre de levantar altares construidos con piedras, por ellos mismos, al dios Apolo Costero, protector del embarque (178), en las inmediaciones de la playa (179). En otras ocasiones construían los altares, amontonando guijarros y arena (180), al aire libre (181). En los altares realizaban sacrificios de animales a los dioses, matando toros, ovejas y cabras, fundamentalmente (182) y, finalizaban la ceremonia con libaciones (183). 13
Los griegos troyanos, por su parte también realizaban sacrificios a los dioses para que los protegieran durante la navegación, cuando llegaban a la costa, siendo los animales sacrificados: toros (184), bueyes (185), terneras (186). Los sacrificios, aunque sencillos, eran denominados igualmente hecatombes (187). Y los griegos tesalios, igualmente, realizaban sacrificios de animales a los dioses, una vez llegaban al puerto. Y los finalizaban con libaciones en acción de gracias (188). 4.3. Las peticiones a las deidades protectoras de los marinos: Los grabados de embarcaciones de Menorca. Chipre fue una potencia exportadora de cobre durante el segundo milenio a. C. (189). Su influencia religiosa llegó a Menorca a través de la navegación practicada durante la Edad del Bronce, con la emblemática del círculo sencillo y círculo doble, este último correspondiente al culto a la “diosa de los Ojos chipriota” y, que se halla en las insculturas descubiertas por Vicente Ibáñez Orts en la cueva de “Tot Lluch” de Ciutadella de Menorca. Las embarcaciones con los círculos de Tot Lluch, representan la petición ejercida por el oferente a la diosa de los Ojos, solicitándole una buena navegación para retornar a su país (190). Las naves de los griegos troyanos se caracterizaban por tener altas popas (191), bancadas con más de veinte remeros (192) y, con una zona destinada en su interior para la carga, que se trasladaba en vasijas de cerámica contenedoras de víveres, ánforas de vino y, pellejos repletos de harina (193) cosidos (194). Las naves troyanas eran ligeras cualidad que les hacía navegar velozmente (195), de día y de noche (196). La marina comercial tesalia empleaba tinte de color púrpura extraído de la encina, para teñir las velas de las embarcaciones (197). Y navegaba gracias a la tracción de sangre de 30 remeros (198). Los navegantes beocios no podían navegar con más de cinco hombres, excepto la nave Argo, de Jasón que llevó consigo medio centenar de hombres (199). Según las investigaciones de Guerrero Ayuso, las naves griegas, antes descritas podían haber sido tomadas como ejemplo para dibujarlas mediante grabados en los hipogeos de la “Torre del Ram” (200). Siguiendo a dicho autor, fueron halladas varias embarcaciones protohistóricas en Gran Bretaña, un descubrimiento que vino a 14
demostrar como se pudieron realizar los viajes metalúrgicos desde la Edad del Cobre al Bronce Antiguo (201). En Menorca existen grabados de barcos protohistóricos, hallados en las cuevas de Es Tudons y de Santa Anna (202), hecho que indica que la isla menor también estaba incluida en el circuito comercial de la metalurgia mediterránea y atlántica. La representación de la embarcación de Tudons se realizó con casco redondeado y, aparejada con un mástil convergente en brioles con forma de “V”, semejante a una nave egipcia. En el caso del barco de Santa Anna, es una nave de casco con perfil de media luna, proa ligeramente alzada y, popa curvada al interior, asemejándose a un barco de tallos egipcio para la navegación de alta mar (203). Si las insculturas de embarcaciones egiptiziantes de alta mar fueron egipcias, bien lo pudieron ser, puesto que Egipto tuvo relaciones comerciales directas con Chipre, durante el reinado de Sesostris I y, también tuvo relaciones político-comerciales con Menorca a partir del año 1.708 a. C., fecha en que Menorca fue sometida al dominio egipcio (204). 5. Restos arqueológicos griegos en Menorca. En Menorca han quedado vestigios prehelénicos y griegos, procedentes cronológicamente del II y I milenio a.C. (205). El resto arqueológico más antiguo existente en Menorca, es la jarra picuda de Melos (206), probablemente del segundo milenio a. C. A partir del primer milenio a. C., los griegos helénicos se instalaron en Menorca (207) y, de dicha época ha aparecido en suelo menorquín una moneda ateniense (208); así como unas serie de esculturas griegas de bronce, halladas en las Baleares, saliendo a la luz concretamente en Torrelló, de Mahón, un jabalí alado y, en Rafal del Toro, un dromeus o atleta, además de una sirena con cuerpo de pájaro y cabeza de mujer. Por otro lado, en San Luís apareció una escultura de Ulises (209). Y por último, en el Museo Arqueológico de Ciutadella, se encuentran los restos cerámicos griegos de un posible santuario datado en el siglo V a. C., en término de Ciutadella (210). 6. Conclusiones. Las construcciones megalíticas de hipogeos de largo corredor, localizadas en Binimaimut, Biniai Nou, Cala Blanca, Cova de S´Hostal, Calan Morell, Puigmal Nou, Parella, Son Catlar, Son Mercer de Dalt, Son Sivineta, Son N´Escudero, Sant Tomàs, Son Vivo, Torre d´en Galmés y Torre del Ram fueron el fruto de la innovación en la arquitectura funeraria 15
incorporada en el II milenio a. C. De modo, que los ritos de inhumación llevados a cabo en la ruta metalúrgica existente entre el Mediterráneo y el Atlántico se practicaban entre tholos, túmulos con decoración exterior de cipo, cámaras subterráneas e hipogeos de corredor. Los griegos prehelénicos llevaban el cabello trenzado, como el individuo hallado en la “cova des Pas”. Igualmente, los mismos pre-griegos se cortaban mechones de cabello que depositaban sobre el cadáver, como los mechones de color negro encontrados junto al esqueleto de cabello trenzado de la “cova des Pas”. Es decir, el individuo masculino de cabello trenzado pudo ser un marino que realizaba la ruta metalúrgica y que falleció en Menorca, o bien, que se había establecido en Menorca y, que tras fallecer, sus allegados depositaron junto a su cadáver los restos de cabello con motivo de duelo. Los mismos griegos prehelénicos que surcaban los mares dejaron su impronta en Menorca, en la “cova des Encantaments”, indicando sus oraciones a la divinidad por medio de una figura antropomorfa arrodillada ante una estrella de cinco puntas. Oraciones que realizaban tanto los griegos beocios, como los troyanos. La religiosidad chipriota llegó a Menorca procedente del comercio del cobre, plasmándo en las paredes de la cueva de Tot Lluch, una inscultura con círculos concéntricos representativos de la “diosa de los Ojos chipriota”. Los barcos prehelénicos pudieron quedar reflejados en las insculturas de Torre del Ram. Y las embarcaciones egipticiantes, probablemente llegadas a Menorca durante el dominio egipcio de la isla, a mediados del segundo milenio a. C., pudieron ser reproducidas en las paredes de las cuevas de Tudons y Santa Anna. La influencia prehelénica y griega salió a la luz también en Menorca con el descubrimiento de la jarra picuda de Melos; con la aparición de una moneda ateniense; con varias esculturas afloradas en Torrelló, Rafal del Toro y San Luís; así como con los restos cerámicos de un posible santuario en término de Ciutadella. Todos los vestigios arqueológicos, costumbres arquitectónicas y ritos funerarios prehelénicos y griegos establecidos en Menorca, no llegaron porque sí, tuvieron que estar vinculados a la metalurgia, concretamente a la adquisición de ciertos metales que fueron importados para ser trabajados en los talleres de fundición existentes en la isla de Menorca y que la Arqueología descubrió en Son Mercer de Baix –para el cobre-; y en Ses Tavernes, Binicalsitx, Torre Llafuda y Binimasó –para el bronce-.
En Villajoyosa (Alicante). A 13 de septiembre, 2015. 16
Citas bibliográficas
(1). WILSON, Colin. “El mensaje oculto de la esfinge”. Barcelona. Martínez Roca. 1997. Página 257. Calendario prehistórico: Callanish (Escocia) y Stonehenge (Inglaterra). “(…) En el verano de 1933, un escocés de 39 años llamado Alexander Thom ancló su yate de vela en East Loch Roag, al noroeste de la isla de Lewis, en las Hébridas. Thom era un ingeniero aeronáutico cuya pasión de toda la vida era navegar a vela. Al salir la luna, abrió los ojos y vio que sobre ella se recortaban las piedras verticales de Callanish, “el Stonhenge de Escocia” (…). / (Página 258) El astrónomo sir orman Lockyer había comentado, hacia principios del siglo XX, que Stonehenge podría ser una especie de calculadora astronómica que señalaba las posiciones del sol y de la luna (…). Asimismo, la mayoría de los círculos de piedra no eran círculos: algunos tenían forma de huevo y otros, de letra D. Sin embargo, la geometría era siempre precisa, como pudo descubrir Thom a lo largo de los años de estudio y cálculo. ¿Cómo lo hacían? Thom descubrió finalmente que los “círculos” estaban construidos alrededor de triángulos pitagóricos”, es decir, triángulos cuyos lados tenían una longitud de 3, 4 y 5 unidades respectivamente (por lo que el cuadrado de la hipotenusa era igual a la suma de los cuadrados de los otros lados (…) / (Página 259) el astrónomo británico Gerald Hukins había confirmado las aseveraciones más importantes de Thom introduciendo datos procedentes de monumentos como Stonehenhe en su ordenador en Harvard y demostrando que existían alineamientos astronómicos (…). En Sicnece and Gos in Megalitic Britain, Macaulay parte del supuesto de Thom de que la geometría más antigua era una tradición no escrita y relacionada con la astronomía. Luego se preguntó a sí misma cómo podían los antiguos astrónomos almacenar su conocimiento a falta de escritura fonética (que fue inventada por los griegos y los fenicios después del 2.000 a. C.).Obviamente, la respuesta tiene que ser que lo guardaban en la memoria. Pero no se trata de la memoria en el sentido que damos hoy a la palabra. Es un hecho poco sabido que los antiguos habían creado un complejo arte de la memoria que ellos pensaban que podía compararse con cualquiera de las otras artes o ciencias. La estudiosa Frances Yates ha escrito sobre ella en su libro The Art of Memory (1966) y muestra cómo podemos localizar sus orígenes en los antiguos griegos y cómo siguió existiendo hasta la época de Shakespeare (…). Lo que sugiere Anne Macauly es que el alfabeto fonético se creó como una serie de ayudas mnemotécnicas para anotar las posiciones de las estrellas polares, y que la palabra “Apolo” -el dios de la música- era una de estas ayudas mnemotécnicas básicas. Las letras de la A 17
a la V, se crearon como ayudas mnemotécnicas para ciertos teoremas geométricos o figuras geométricas con los cuales había números asociados (…) / (Página 260).Otra conclusión es que todo esto indica que es probable que la antigua ciencia griega -incluido Pitágoras (que nació alrededor de 540 a. C.)-, tuviera su origen en Europa, lo cual es exactamente lo contrario de una sugerencia que se hizo en el siglo XIX en el sentido de que Stonehenge fue construido por griegos micénicos. Anne Macauly sugiere la posibilidad de que los primitivos griegos fueran comerciantes de estaño británicos procedentes de Cornualles. Dado que sabemos que la construcción de Stonehenge empezó hacia el 3100 a. C., su teoría da a entender que la escritura fonética es alrededor de 1500 años más antigua de lo que suponemos (…) la importancia de todo esto reside en la sugerencia de que existían formas avanzadas de geometría y astronomía mucho antes de que hubiera un método exacto de ponerlas por escrito. Anne Macauly cree -al igual que Thom- que puede leerse en la geometría de los círculos y monumentos megalíticos, y que sus construcciones intentan trasmitir un mensaje (…)”. (2). WILSON, Colin. “El mensaje oculto de la esfinge”. Barcelona. Martínez Roca. 1997. Página 115. 5avegación egipcia. “(…) Uno de los primeros faraones en poseer una marina fue Snefru, padre de Keoops, y apenas había tiempo para que sus barcos dieran la vuelta al mundo y trazaran mapas detallados antes de que se construyese la pirámide (con sus pozos para embarcaciones). Margaret Murray señala que algunos miembros de la población del Egipto predinástico -los gerzenses (hacia 3.500 a. C)-, pintaban barcos al decorar su cerámica; pero en estos barcos hay remeros y parece poco probable que los gerzenses (posiblemente cretenses) dieran la vuelta al mundo remando (…)”. (3). WILSON, Colin. “El mensaje oculto de la esfinge”. Barcelona. Martínez Roca. 1997. Página 108. Embarcaciones egipcias de mar: 5.000 años de antigüedad. “(…) En mayo de 1954 un arqueólogo llamado Kamal el-Mallakh descubrió un pozo rectangular en lado meridional de la Gran Pirámide: 31´4 metros de longitud y 5´3 metros de profundidad. A 1´8 metros de profundidad había un techo formado por enormes bloques de piedra caliza, algunos de los cuales pesaban 15 toneladas. Debajo de este techo yacía una embarcación desmantelada construida con madera de cedro. Se procedió a reconstruirla -se necesitaron catorce años- y el resultado fue una embarcación de 43´6 metros de eslora, grande como la que llevaron a los vikingos a la otra orilla del Atlántico. John West dice de ella que era “una embarcación mucho más marinera que cualquiera de las que Colón hubiese podido utilizar”. Thor Heyerdahl discrepa, y refiriéndose a esta misma embarcación en las expediciones Ra (Editorial Juventud, Barcelona, 1972), dice que “el casco aerodinámico se hubiera venido abajo en su primer encuentro con las olas del océano”. Dice 18
también que se construyó para “grupos y ceremonia” y para que el faraón la utilizase en la otra vida. Sin embargo, también reconoce que “la había construido de acuerdo con unas pautas arquitectónicas que las principales naciones marineras del mundo nunca superaron. Había construido su frágil embarcación fluvial de acuerdo con una pauta creada por los constructores de barcos de un pueblo que poseía una larga y sólida tradición de navegar en mar abierto” (…) / (Página 109) Cuando Graham Hancock estribó en Abydos se acordó de otra faceta de este misterio al ver todo un cementerio de embarcaciones enterradas en un lugar del desierto situado a unos 12 kilómetros del ilo: no había menos de una docena de barcos, algunos de ellos de cerca de 22 metros de eslora. Esto representa sólo más o menos la mitad de la eslora del barco de Khufu, aunque hay que tener en cuenta que datan de cinco siglos antes. Hancock cita un artículo del Guardián (21 de diciembre de 1991) que afirma que tienen 5.000 años de antigüedad. También en este caso se trata de barcos marineros y no de barcos destinados a navegar por el 1ilo (…)”. (4). ALDRED, Cyril. “Los Egipcios”. Prólogo de Luís Pericot. Barcelona. Ediciones Orbis. 1986. www.AldredCyril-LosEgipcios_1.1_[doc].pdf Página 64. El imperio Medio. Dinastías XI-XII, aproximadamente 2080 -1640 a.C. Comercio egipcio-cretense. “(…) La actividad política de proteger las fronteras se corresponde con un reactivado intercambio con Palestina y Siria, donde en Gaza, Byblos, Ras Shamra, Megiddo y otros lugares han aparecido objetos con los nombres de diversos reyes de las dinastías XII y XIII. La historia de Sinuhé (véase pág. 106) nos da idea de unos viajes regulares que el rey ordenaba hacer a Siria en los primeros tiempos de la dinastía, y la existencia de un tesoro asiático en un templo cercano a Tebas nos demuestra que el comercio no se hacía en una sola dirección. También tenemos referencias a una guerra contra los asiáticos durante el reinado de Amenemhat I, y de una campaña más ambiciosa bajo Senusret III, en la que se ganó Sekchem. Sin embargo, generalizando, se puede decir que las relaciones con Asia durante este período parece que fueron pacíficas y de carácter comercial en su mayor parte. Fue sin duda desde Byblos o algún otro punto de almacenamiento, de donde llegaron a Egipto productos del Egeo que han dejado rastro en depósitos de su cerámica característica en Abydos y otros lugares. Y a la inversa, objetos egipcios fechados en el Imperio Medio han aparecido en Creta. Los centros mineros del Sinaí muestran también una tremenda vitalidad con la que los reyes de la época aumentaron las reservas de cobre y turquesa que procedían de esta región (…)”. (5). CASSIN, E. & BOTTERO, J. & VERCOUTER, J. “Los imperios del antiguo oriente. I. Del Paleolítico a la mitad del segundo milenio”. Colección Historia Universal Siglo XXI. Madrid. Siglo XXI de España Editores.1981 (12ª edición, diciembre). Página 287. El Imperio Medio: 19
Sesostris I (1971-1928 a. C.). Relaciones comerciales entre Egipto, Siria, Creta y Chipre. “(…) tenía costumbre de hacer regalos a los príncipes y reyes de Asia a cambio de su alianza; todo nos permite suponer que Sesostris I practicó ya esta costumbre. En Ugarit (Ras Shamra) se encontró un collar de amuletos y de palas con el nombre de Sesostris I y se han descubierto numerosos escarabajos con el mismo nombre en Palestina (Gaza, Laquis, Gazer, Betshán, Mejiddo). Un pasaje del cuento de Sinuhé, evoca además la costumbre, durante el reinadote Sesostris I, de hacer regalos a los príncipes extranjeros, habiendo solicitado volver a entrar en Egipto, Sinuhé describe de esta manera la respuesta favorable del faraón: “Entonces, su Majestad me hizo unos envíos con una larguera típicamente real; ésta dilató el corazón de este humilde servidor como (si se hubiese tratado) de un príncipe de cualquier país extranjero (…). / (Página 288). Sin embargo, no existe la menor duda de que se establecieran relaciones indirectas entre Creta y Egipto desde el Imperio Medio. Estas relaciones más débiles de lo que se ha creído, tenían como intermediarios a Siria y Chipre. Ras Shamra, a donde Sesostris envió regalos era un centro comercial al que llegaban objetos egeos (Cl.F. A. Schaeffer); desde aquí podrían ser reexportados a Egipto. De la misma manera podían pasar a Creta los objetos egipcios, numerosos en Palestina y en la costa Siria (…)”.CASSIN, E. & BOTTERO, J. & VERCOUTER, J. “Los imperios del antiguo oriente. I. Del Paleolítico a la mitad del segundo milenio”. Colección Historia Universal Siglo XXI. Madrid. Siglo XXI de España Editores.1981 (12ª edición, diciembre). Página 299. El Imperio Medio. La civilización egipcia durante el Imperio Medio: Sesostris III y las relaciones comerciales (1878-1843 a. C.). “(…) En efecto, la civilización egipcia conoció durante el Imperio Medio una de sus épocas más brillantes. El poder real, totalmente restaurado bajo Sesostris III, hizo difundirse la cultura egipcia no solamente dentro de sus fronteras sino también en el exterior del país. Desde entonces el pasillo Sirio-Palestino y la alta ubia, sin estar directamente bajo la autoridad del faraón, se impregnaron cada vez más del ate y la literatura egipcia. Esta difusión sobrepasa incluso los países limítrofes, y la Europa prehelénica, indudablemente a través de Siria, comenzó a recibir objetos egipcios. Tal vez se ha exagerado la estrechez de las relaciones que unían al mundo Egeo con Egipto, pero los objetos egipcios encontrados en Creta y los vasos minoicos hallados en Egipto atestiguan la realidad de estos contactos. De aquí en adelante la sombra de Europa se perfilará en el horizonte egipcio. Aunque es falso hablar de un imperio egipcio bajo la XII Dinastía, ya que en el menor de los casos no había sobrepasado por el noreste la frontera meridional de Palestina y por el sur los rápidos de la segunda catarata, no deja de ser cierto que el Egipto de Seostris difundió su cultura a los países que le rodeaban (…)”. 20
(6). WILSON, Colin. “El mensaje oculto de la esfinge”. Barcelona. Martínez Roca. 1997. Página 216. La fabricación del cobre y bronce. “(…) El cobre-que se encontraba en trozos en la superficie- era batido para fabricar cuchillas. Pero un día alguien reparó en que un líquido de color dorado manaba de un trozo de malaquita verde que había caído en una hoguera y que este líquido, al solidificarse, era cobre en estado puro. El siguiente paso consistió en meter la malaquita verde en un horno para cocer pan y recoger el cobre que salió de ella, con el cual podían fabricarse palas de hacha y puntas de flecha. Lo malo es que el cobre no podía afilarse, pero el problema se resolvió hace unos 6.000 años al descubrirse que el arsénico tenía la propiedad de endurecer el cobre y formar una aleación. Lo mismo ocurría con el estaño, y el resultado fue el bronce, metal con la dureza suficiente para fabricar espadas (…)”. (7). LUCAS, Rosario. “El arte Calcolítico”. Cuadernos de Arte Español. Madrid, Historia 16. 1993. Página 4. Cobre. “(…) Asimismo, se aceptó la alusión expresa al cobre porque los testimonios apuntaban (y no lo han desmentido) que este fue el primer metal extraído por reducción de diversos minerales cupríferos (…)”.LUCAS, Rosario. “El arte Calcolítico”. Cuadernos de Arte Español. Madrid, Historia 16. 1993. Página 6. Cobre. “(…) El nombre griego de cobre (jalkçós) prestó si etimología para formar el nuevo vocablo, Calcolítico, sinónimo a su vez de Eneolítico, palabra derivada en este caso del termino latino aeneus (…).2 Cronologías: En la secuencia clásica de la Prehistoria europea, el Calcolítico se sitúa tras el eolítico (etapa en que las sociedades conocen la producción de alimentos merced al cultivo de plantas y a la domesticación de animales) y antecede a la llamada Edad del Bronce, avance metalúrgico que conlleva no sólo la aleación de los metales sino una mayor producción y circulación de los objetos metálicos (…) aunque convencionalmente el Calcolítico se hace corresponder con el tercer milenio a. C., algunos autores emplean para los comienzos la etiqueta de eoeneolítico, indicándola no discontinuidad y el impreciso monumento del tránsito, a comienzos del tercer milenio, existe o no documentación que asegura el empleo de metal (…). Sin entrar en problemas regionales, baste decir que el calcolítico se prolonga hasta las primeras centurias del segundo milenio a.C., y en términos, siempre generales, podemos aceptar que entre q800 y 1700 a. C., se considera superada la etapa del Cobre. (…) En este sentido, el término Calcolítico hace referencia a los cambios surgidos al consolidarse la sustancia agropecuaria y recae en los patrones sociales, económicos e ideológicos que definen y enmarcan una realidad arqueológica en cuyo desarrollo convergen, primero, la extensión y apogeo del megalitismo; más tarde, en la plenitud de la etapa, hacia fines del tercer milenio el avance de las novedades impuestas por la renovación 21
campaniforme, fenómeno que a su vez actúa de contrapunto y propicia la transformación y el agotamiento del periodo Calcolítico (…)”. (8). CASSIN, E. & BOTTERO, J. & VERCOUTER, J. “Los imperios del antiguo oriente. III. La primera mitad del primer milenio”. Colección Historia Universal Siglo XXI. 8ª edición. Volumen 4. Madrid. Siglo XXI de España Editores. 8ª edición (abril 1980). Página 260. Los Griegos. Chipre. “(…) Los arqueólogos han descubierto del “camino real” hitita a través de una zona de Anatolia seguramente ocupada por los frigios, o era esta, sin embargo, el conducto más importante / (Página 261) de los influjos orientales que llegaban al mundo griego de la Época oscura, sino la ruta marítima que partía de Siria y tenía en Chipre la principal escala intermedia. El contacto entre Grecia y el Próximo Oriente nunca se vio roto por completo; no se hubiera podido romper, aunque solo hubiese sido por la necesidad imperiosa que tenían los griegos de importar unos metales (cobre, estaño y, más tarde, en incesante demanda hierro) que llegaban entonces, en su mayor parte de oriente. También Chipre fue azotada por la catástrofe del 1200, pero parece haberse recobrado rápidamente. Con casi absoluta certeza se puede decir que sus minas de cobre nunca dejaron de producir, y no más tarde del siglo XI era también importante la industria chipriota del hierro cuyo influjo es visible en la Grecia peninsular, entre otros aspectos, en las armas del hierro. La posición geográfica de Chipre era ideal para convertirlo en punto de contacto entre Oriente y Occidente. La excavación de 1936-37 de un viejo puerto en al-Mina, en el delta del río Orontes (actualmente en la frontera Turca) reveló uno de los enclaves comerciales más importantes del territorio asiático. La cerámica chipriota y local desenterrada en al-Mina data del siglo IX, posiblemente de antes. Alrededor del año 800 aparece algo de cerámica, que va tornándose cada vez más abundante y continua después de la conquista asiria de esta región, a finales del siglo VIII. Es importante poner de relieve que, a juzgar por los datos que tenemos hasta el momento, los griegos solo buscaban en al-Mina una base comercial (como en el caso de Tarso, en Cilicia), no instalar una colonia permanente. o hay pruebas que nos indiquen los materiales con los que se comerciaba, pero no hay dudas de que la importación de metales era la faceta más importante del comercio griego. Finalmente, debemos añadir que la aparición de la cerámica griega (en los primeros momentos cerámica de Eubea y de algunas de las Cícladas, más tarde de Corinto y otros lugares) no es necesariamente una prueba de que el comercio estuviera en manos de los griegos de estas regiones. El cuidadoso estudio de un barco que se hundió cerca del cabo de Gelidonya, en el sureste de Turquía, cuando transportaba lingotes de cobre chipriota y otros productos, ha sugerido la posibilidad de que este navío fuera sirio. El hundimiento se puede localizar con bastante aproximación hacia el 1200, 22
demasiado pronto para nuestros propósitos. Sin embargo, vale la pena recordar que en los poemas homéricos el comercio con el exterior es prácticamente un monopolio de los fenicios y que tanto en Homero como en Herodoto / (Página 262), en el siglo V, “Fenicia” venía a significar todo el territorio comprendido entre la frontera cilicio-siria y Egipto (…)”. (9). GUERRERO, V. & CALVO, M. & GORNÉS, S. “Historia de las Islas Baleares. El poblamiento prehistórico de las Islas Baleares”. Palma de Mallorca. El Mundo-El Día de Baleares. Edicions de Turisme Cultural Illes Balears. 2006. www.Tomo1.pdf Página 65. Minas de cobre en Menorca. “(…) En Menorca es conocida la existencia de algunas vetas de cobre (malaquitas) en Binifalia, Estancia des Prats, Isla del Colom y Son Arret. A los pies del Monte Toro hay todavía una zona rica en afloramientos cupríferos, y existe una mina subterránea que estuvo en explotación durante la primera mitad del siglo XIX. También se conocen afloramientos de mineral de cobre en la Illa d´En Colom (…)”.VARGAS PONCE, José. “Descripción de la Isla de Menorca”. Colec.ció Quaderns de Menorca. Ciutadella (Menorca). Ediciones Nura / Editorial Sicoa. 1992. Transcripción de la obra VARGAS PONCE, José. “Descripciones de las islas Pithiusas y Baleares”. Madrid. Imprenta de la viuda de Ibarra. Año de MDCCLXXXVII. Página 17. Minas de hierro y cobre en la Isla del Colom. “(…) Inmediata a las Albuferas está la Isla del Colom, llamada así a causa de la muchedumbre de palomas torcaces que se recogen a los peñascos escarpados: también la suelen llamar de los Conejos, porque abunda de ellos y de matas igualmente que de algunas minas de hierro y cobre: tendrá unas 600 toesas de largo, y cuatrocientas de ancho en distancia del continente de la Isla de algo más de cincuenta (…)”. (10). FERNÁNDEZ MIRANDA, Manuel. “Arte prehistórico en las Baleares”. Cuadernos de Arte Español. Madrid. Historia 16.1992. Pagina 6. 5avetas y talaiots. Cobre. “(…) En Menorca se conocen dos yacimientos bien excavados de esta misma tipología: Son Mercer de Baix y Clariana. El primero está formado por dos navetas principales y otras estructuras complementarias, una de ellas un pequeño taller de fundición de cobre, lo que hace pensar en una aldea con / (Página 8) dos unidades de habitación de unos treinta metros cuadrados de superficie cada una de ellas (…)”. (11). PLANTALAMOR MASSANET, Luís. “Prehistória de las islas baleares”. Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Prehistoria y Arqueología, t. 10, 1997, págs. 325-389. www.planta.pdf Página 379. Metalúrgia. “(…) El inicio de la cultura talaiótica está marcado por un uso generalizado de las técnicas del bronce medio y final. El uso de aleaciones de cobre y estaño es general y la producción demuestra un dominio de las mismas. Se han hallado moldes de fundición, lo que demuestra un comercio intenso dado que los yacimientos de cobre son escasos en Mallorca y Menorca 23
(S'Hospitalet, Rosselló Bordoy, G., 1987, Torelló), e inexistentes los de estaño. Son relativamente abundantes las espadas, de pomo o a modo de sable, las puntas de lanza foliáceas, y especialmente un tipo de hoja semilunar o semiesférica apuntada que sugiere algún tipo específico de alabarda (fig. 24). En cuanto a las herramientas, destacamos la frecuencia de hachas planas de filo semilunar y escoplos (Ripoll Perelló, E. y Rosselló Bordoy, G., 1963), que sugieren su uso sistemático en trabajos de cantería, y que progresivamente serán substituidas por hachas con nervadura y tubulares con asa central. También son frecuentes los adornos personales, especialmente aros, y con menor frecuencia pectorales y torques, que tendrán un gran desarrollo en el talaiótico II y III (…)”. (12). GUERRERO, V. & CALVO, M. & GORNÉS, S. “Historia de las Islas Baleares. El poblamiento prehistórico de las Islas Baleares”. Palma de Mallorca. El Mundo-El Día de Baleares. Edicions de Turisme Cultural Illes Balears. 2006. www.Tomo1.pdf Página 88. Los hipogeos de Biniai 5ou. “(…) En el predio de Biniai ou (mahón), se excavaron entre 1997 y el año 2000, dos sepulcros de gran interés. Concretamente, se localizaron dos monumentos semi-hipogeos, la cámara de los cuales estaba excavada en la roca y el corredor de acceso construido con grandes lajas planas de piedra caliza. El monumento nº 1,presentaba una fachada de planta ligeramente cóncava, construida con grandes piedras no desbastadas, y de perfil irregular, conformando una estructura arquitectónica que probablemente rodeaba el conjunto de la cámara a modo de túmulo. La cámara de este monumento apareció vacía de su contenido original, aunque del interior de una pequeña grieta pudieron extraerse algunos restos óseos humanos que, una vez datados, indicaron que el uso de esta tumba se remontaba al último tercio del tercer milenio a.C., aproximadamente entre el 2290 y el 2030 BC, aunque el análisis isotópico del hueso detecta una importante componente de dieta marina en la alimentación de este individuo, por lo que el laboratorio aconseja revisar a la baja unos 100 años la edad obtenida, con lo que la edad real vendría a situarse en el intervalo 2130-1930 BC. / (Página 89) Se localizaron numerosos restos cerámicos en el exterior de este monumento, concretamente restos de grandes contenedores, con cordones plásticos de recorrido paralelo a la boca, asas perforadas, y un tipo especial de contenedor cerámico, muy característico de esta época, conocido como “tulipiforme”, de acuerdo a su perfil, que recuerda a esta flor. Todo este lote de cerámica, parece indicar que en el exterior de este monumento tuvo lugar algún tipo de acto ceremonial, en el que probablemente se ofrendaban líquidos u otras materias que no han podido determinarse. En cambio, en el Monumento nº 2, el contexto arqueológico pudo localizarse prácticamente intacto, aunque conservaba en peor estado el corredor de acceso a la cámara, que también estaba construido mediante 24
grandes lajas de piedra, formando una especie de “cajas” a ambos lados del corredor. (…) Pudieron documentarse diferencias notables respecto a los contenedores cerámicos localizados en el exterior de este segundo monumento funerario. Aquí a diferencia de lo visto en el nº 1, eran de tamaño mucho más reducido, hallándose un completo ajuar de boles y cuencos esféricos y globulares, así como algunos botones prismáticos de perforación en V, una aguja de hueso, algunas pequeñas esquirlas de radiolarita, y un punzón de cobre. Las dataciones radiocarbónicas obtenidas sobre algunos restos humanos, nos indican que esta tumba fue usada entre 2140 y 1880 BC, aunque siguió recibiendo inhumaciones hasta 1500 BC y finalmente fue reutilizada entre 400 y 200 BC (…)”. (13). WILSON, Colin. “El mensaje oculto de la esfinge”. Barcelona. Martínez Roca. 1997. Página 216. La fabricación del cobre y bronce. “(…) El cobre-que se encontraba en trozos en la superficie- era batido para fabricar cuchillas. Pero un día alguien reparó en que un líquido de color dorado manaba de un trozo de malaquita verde que había caído en una hoguera y que este líquido, al solidificarse, era cobre en estado puro. El siguiente paso consistió en meter la malaquita verde en un horno para cocer pan y recoger el cobre que salió de ella, con el cual podían fabricarse palas de hacha y puntas de flecha. Lo malo es que el cobre no podía afilarse, pero el problema se resolvió hace unos 6.000 años al descubrirse que el arsénico tenía la propiedad de endurecer el cobre y formar una aleación. Lo mismo ocurría con el estaño, y el resultado fue el bronce, metal con la dureza suficiente para fabricar espadas (…)”. (14). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 7. Canto I. La asamblea de los dioses. Armas de bronce. “(...) Telémaco apoyó contra una columna la lanza de bronce, dentro de una bruñida lancera donde otras había en gran número y fueron ayer del paciente Odiseo. A la diosa sentó en un sitial y a sus pies tendió una linda alfombra de lino bordada (...)”.HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 243. Canto XV. El retorno de Telémaco. 5avegación. “(...) Dijo así, y recibió de sus manos la lanza de bronce, que, tendida, dejó en el combés del curvado navío; embarcó para hacerse a la mar en seguida, y a popa se sentó e hizo que se sentara a su lado Teoclímeno, y sus hombres entonces al punto soltaron la amarra. Apremiando a Telémaco a sus compañeros dio orden de arbolar el navío, y su gente al instante lo hizo. Colocaron el mástil de abteo, encajáronse dentro de la fogonadura, y después lo amarraron con sogas y se izó la blanquísima vela con drizas de cuero. Y Atenea de claras pupilas un próspero viento le envió, y con gran fuera soplaba en el aire, de modo 25
que la nao, velocísima, hendía las ondas saladas. Y pasaron por Crunos y Calcis (7) la de bellas aguas. Ocultóse ya el sol y la sombra veló los caminos; con la próspera brisa de Zeus costearon a Fea (8) y el divino país de los reyes egeos, la Élide (9) (...)”. (15). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 11. Canto I. Los consejos de Elena a Telémaco. Veneno utilizado para las armas. “(...) pues a ella Odiseo fue un día en su rápida nave, deseoso de hallar un veneno mortal que tiñera sus saetas de bronce (...)”. (16). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 12. Canto I. Los consejos de Elena a Telémaco. Aspecto externo de los aqueos. “(...) y en Esparta háblale a Menéalo, el de rubios cabellos; es el último aqueo de peto de bronce que ha vuelto (...)”. (17). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 82. Canto V. La balsa de Odiseo. “(...) Le dio un hacha muy grande de bronce, de fácil manejo, cuyas caras tenía muy bien afiladas, provista de un astil muy hermoso, de olivo, muy bien ajustado. Entrególe después una azuela pulida, y llevóselo a un extremo de la isla poblado de altísimos árboles: chopos, álamos y altos abetos que el ciclo se elevan, secos ya por el tiempo y muy duros que bien flotarían. Cuando le hubo enseñado el lugar de los árboles altos, regresó a su morada, la diosa entre las diosas, Calipso / (Página 83) y él se puso a talarlos y pronto acabó la tarea. Derribó veinte de ellos y los desbastó con el bronce, los pulió con destreza, a nivel los cortó rectamente. Y Calipso, la diosa entre las diosas, llévole barrenas; taladró él cada pieza y las fue encarando y uniendo, y, después, con clavijas montó con las piezas la balsa. De la misma manera que un hábil maestro de hacha de la anchura y largura en el fondo de un barco de carga, Odiseo hizo igual y le dio tal medida a su balsa. Construyó luego el puente, adaptándolo a espesas traviesas y remate le dio con un piso de largos tablones. Puso un mástil y en él fijó luego la antena adecuada y, después, para la dirección, fabricó el gobernalle; protegió la almadía con mimbres cruzados que fuesen de las olas de reparo, y lastróla con mucha madera. Y la diosa entre diosas, Calipso, llevóle unos lienzos para hacerse las velas; las hizo Odiseo hábilmente; colocó las bolinas y drizas y ató las escotas, y sobre unos parales varó entre las ondas divinas. Cuando estuvo la balsa acabada era ya el cuarto día, y en el quinto Calipso le dio ya el adiós de la isla, ya lavado y vestido con ropas muy bien perfumadas. Entrégole después un pellejo de vino muy negro, otro grande con agua, y 26
un pan en un saco de cuerpo y abundantes manjares que gratos le fueran al gusto, y una brisa muy plácida y tibia le dio, favorable, y Odiseo divino, gozoso, largó todo el trapo. Y, sentado al timón, comenzó a gobernar la almadía con soltura feliz, sin que el sueño cayese en sus párpados, observando las Pléyades (8) como el acrónico Bootes, y la Osa que, asimismo, Carro se llama, y que gira sin moverse de sitio y a Orión fijamente contempla / (Página 84) que es la única que en el Océano nunca se baña; y Calipso divina le había ordenado que siempre a su izquierda tuviese la estrella durante el viaje. avegó diecisiete jornadas por rutas del piélago y a la décimo octava ya vio las montañas umbrías de Feacia, en la parte más próxima y como si fuera un escudo elevándose en medio del ponto sombrío. De Etipía volvía el Señor que sacude la tierra; desde el monte Solimo lo vio desde lejos, bogando por el mar en su balsa, y su ira creció todavía y movió la cabeza y se dijo así, hablando a su ánimo. ¡Dioses! Mientras me hallé con los egros, sin duda ninguna las deidades cambiaron sus fines respecto a Odiseo. Cerca está de Reacia, de donde fatal es que logre escapar de las grandes miserias que siguen sus pasos (...)”. (18). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 193. Canto XII. Las Sirenas, Escila y Caribdis. Utilización de tapones de cera, por los griegos. “(...) Con el bronce agudísimo entonces corté un pan de cera en trocitos que fui macerando con manos robustas. Y ya blanda, obligaba a ceder a la fuerza potente y a los rayos del Sol soberano, Hijo de las Alturas, con la cera tapé los oídos de todos mis hombres (...)”.HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 212. Capítulo XIII. Llegada a Ítaca. Relaciones comerciales greco-fenicias. Utilización de armas de bronce. “(...) a escondidillas logré darle muerte. Cuando le hube quitado la vida con bronce agudísimo me marché velozmente a una nave e ilustres fenicios y, ofreciéndoles mucho botín, yo les hice una súplica. Les pedí que llevaránme a Pilos (3) y allí me dejaran o a la divina Élide (4) donde gobierna el epeo. Pero, mal de su grado, logró la potencia del viento distraerlos de ruta, pues no pretendían burlarme. Errabundos pudimos llegar por la noche a esta orilla; con fatiga estuvimos bogando hasta el puerto, y ninguno en la cena pensó aún cuando todos teníamos hambre, / (Página 213) y, dejando la nave, en la playa a dormir nos tumbamos. Más, de estar tan cansado, me vino un dulcísimo sueño. De la cóncava nao mis riquezas sacaron entonces y dejaronlas luego en la arena en que estaba durmiendo; para la populosa Sidón (5) nuevamente embarcaron y con el corazón angustiado quedé en esta tierra (...)”. Página 212. Capítulo XIII. 27
Llegada a Ítaca. Cita (2). “(...) Idomeneo. Cf. n. 16 al c. III (...)”. Página 212. Capítulo XIII. Llegada a Ítaca. Cita (3). “(...) Pilos. Cf. n. 5 al c. II (...)”. Página 212. Capítulo XIII. Llegada a Ítaca. Cita (4). “(...) Élide. Región . O. del Peloponeso (...)”. Página 213. Capítulo XIII. Llegada a Ítaca. Cita (5). “(...) Sidón. Famosa ciudad de la costa fenicia (...)”.HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 225. Canto XIV. Conversación de Odiseo con Eumeo. Relaciones comerciales grecoegipto-fenicias. Ofrendas a los dioses de la navegación. Utilización de armas de bronce por los griegos y los egipcios. Comercio de esclavos en Cartago. “(...) porque luego mi ánimo me incitó a navegar hacia Egipto, una vez preparados mis navíos, llevando a mis hombres divinos en ellos. Equipé nueve naves y pronto enrolé a mis marinos. Con banquetes mis fieles amigos pasaron seis días, y les proporcioné muchas víctimas para inmolarlas a los dioses eternos y para sus propios banquetes. Embarcamos al séptimo día y, partiendo de Creta, navegamos al soplo potente de un próspero Bóreas, al igual que por una corriente, y ni un solo navío recibió daño alguno, y nosotros tranquilos estábamos, pues el viento y pilotos hacían la ruta segura. Cinco días después arribamos al río de Egipto, el de bella corriente, y las naves curvadas varamos (...) mis hombres devastaron al punto las bellas campiñas egipcias, capturando a mujeres y niños, matando a los hombres. Más muy pronto llegó a la ciudad el clamor de los gritos. Al oírlo, acudieron los hombres al filo del alba; / (Página 226) de soldados y carros de guerra y de bronce fulgente se llenaron los campos (...) con el bronce agudísimo a muchos allí nos mataron y a los otros lleváronlos para ejercer sus quehaceres (...). Despojé a mi cabeza del yelmo labrado, a mis hombro del escudo, arrojé la azagaya y, vacías mis manos, me lancé a los caballos del rey, y ante él, posternándome, le abracé las rodillas, y él tuvo piedad de mi suerte; me hizo al carro subir, y llévome al palacio llorando. Cierto es que con lanzas de fresno atacáronme muchos con afán de matarme, pues todos estaban furiosos, pero el rey apartábamos siempre temiendo la cólera de Zeus hospitalario, al que indignan las malas acciones. Siete años me quedé acumulando riquezas entre aquellos egipcios, pues todos me daban alguna. Pero cuando el octavo año estaba empezando su curso, presentóse un fenicio muy hábil en trapacerías, que ya había causado a otros hombres muchísimos daños. Se ingenió para que, convencido, con él se marchara a Fenicia, allí donde tenía su casa y sus bienes. Y allí estuve con él todo el ciclo completo de un año. Cuando hubieron pasado los meses y días, y el cielo se cerró de este año y de nuevo volvió primavera, con engaños llevóme a su nave con rumbo hacia Libia, simulando que le ayudaría al levar sus efectos, pero allí por un precio cuantioso quería venderme. Lo seguí con disgusto a su 28
nave, aunque ya recelaba. avegamos al soplo potente de un próspero Bóreas a la altura de Creta, y Zeus iba pensando perdernos. Cuando atrás nos dejamos a Creta y ya no se advertía tierra alguna, sino solamente los cielos y el agua, una nube oscurísima Zeus puso entonces encima de la cóncava nave, y el mar se llenó de tinieblas. / (Página 227) Desató Zeus un trueno y lanzó en el navío su rayo y la chispa de Zeus hizo que nuestra nave escorase apestosa de azufre, y los hombres cayeron al agua e iban como cornejas en torno del negro navío, por las ondas movidos, y un dios los privó del regreso. Pero a mí el propio Zeus, a pesar del dolor de mi ánimo, hizo que me viniera a las manos el mástil enorme de la nave de proa azulada, queriendo salvarme, y abrazándome a él, fui juguete de pérfidos vientos. ueve días pasaron, y al décimo, en noche oscurísima, un gran golpe de mar me lanzó sobre tierra tesprota. Allí el héroe Fidón, que era el rey de los hombres tesprotos, me acogió sin rescate, pues su hijo me había encontrado cansadísimo y muerto de frío, y llevado a su casa; me tomó de la mano y llevó a la mansión de su padre, donde, para vestirme, me dieron el manto y la túnica. Allí supe que el rey dio a Odiseo cordial acogida cuando el héroe ya estaba dispuesto a partir a su patria; me mostró las riquezas que había reunido Odiseo, y eran todas de bronce y de oro y de hierro labrado; y diez generaciones podrían vivir todo de ello, ¡tal tesoro me dijo que había partido a Dodoma (1), pues quería pedirle consejo al gran roble divino de Zeus, sobre si franca o bien tácitamente debía regresar a su Ítaca de donde faltó tanto tiempo. Y juró en mi presencia, al libar como adiós en su casa, que ya habían lanzado la nave a la mar y se hallaban preparados los que deberían llevarlos a su patria. Más a mi despidíome el primero, pues, rumbo a Duliquio (2), la triguera, partía ese día una nave tesprota (...)”. Página 227. Canto XIV. Conversación de Odiseo con Eumeo. Cita (1). Dodona. “(...) Dodoma. Ciudad del Epiro, célebre por su oráculo de Zeus Tonante, que habita en el roble (...)”. Página 227. Canto XIV. Conversación de Odiseo con Eumeo. Cita (2). Duliquio. “(...) Duliquio. Cf. n. 12 al c. I (...)”. (19). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 352 y 353. Canto XXII. Armas de bronce utilizadas por los griegos. “(...) desnudó la agudísima espada de bronce de dos filos (...) / Página 353) Padre mío, te voy a buscar un escudo y dos lanzas, y un buen casco de bronce que pueda ajustarse a tus sienes; yo también me armaré y otras armas daré al porquerizo y al boyero, que es mucho mejor que estén ambos armados. (...) Así dijo y, prestando obediencia a su padre, Telémaco fue al tesoro, al lugar en que estaban las armas ilustres. De las que había allí cuatro escudos tomó y ocho lanzas, cuatro yelmos de bronce adornados con crines espesas y llevóselo todo al lugar donde estaba su padre. Él fue quién 29
con el bronce vistió antes que nadie su cuerpo; los dos siervos también se vistieron los bellos arneses y pusiéronse junto a Odiseo prudente y astuto (...) / (Página 354) se echó al hombro un escudo cubierto con cuatro pellejas y cubrió su robusta cabeza con un bello casco y el penacho de crin ferozmente ondeó en la cimera y empuñó las dos lanzas robustas de puntas de bronce (...) Así dijo Melantio, y subiendopor las escaleras de la sala, llegó hasta el tesoro de Odiseo divino. De las armas de allí doce escudos tomó y doce lanzas, y también doce yelmos de bronce adornados con crines, que llevó velozmente a las manos de los pretendientes. Y Odiseo sintió vacilar corazón y rodillas cuando vio que se habían armado de bronce y blandían largas lanzas (...) / (Página 358)y la lanza de fresno a la que el bronce hacía pesada, fue a dar en el muro (...) y los cuatro lanzaron sus picas agudas (...) y la lanza de fresno de otro, a la que el bronce hacía pesada, fue a dar en el muro (...)”. (20). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 336. Canto XXI. La propuesta del arco. Marfil empleado por los griegos. “(...) una llave magnífica, bien curvada, de bronce, en la cual de marfil era el mango (...)”. (21). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 349. Canto XXI. La propuesta del arco. Sillas de bronce griegas. “(...) y asió luego la lanza y al lado del padre se puso, junto a la silla, ornada de bronce resplandeciente (...)”. (22). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 28. Canto II. Ágora de los itacenses. Actividades cotidianas. “(...) más él a la alcoba paterna, ancha y alta, descendió, donde había montones de oro y de bronce, vestiduras en cofres y un mar de aromático aceite; allí había tinajas de un vino dulcísimo y viejo con la pura y divina bebida hasta el borde, arrimadas junto al muro, en hilera (...)”. (23). GUERRERO, V. & CALVO, M. & GORNÉS, S. “Historia de las Islas Baleares. El poblamiento prehistórico de las Islas Baleares”. Palma de Mallorca. El Mundo-El Día de Baleares. Edicions de Turisme Cultural Illes Balears. 2006. www.Tomo1.pdf Página 213. Los objetos de bronce hallados en el periodo 5aviforme II o Bronce Final en Menorca. “(…) En Menorca estos depósitos rituales son igualmente conocidos. En las salas nº 2, 4 y 5 de la Cova d´Es Mussol, pudo recogerse un interesante lote de objetos de bronce, consistente en un espejo-diadema, un buril, una espátula, una hoja triangular o pequeño cuchillo, un botón 30
corniforme, el fragmento distal de una punta de lanza y un disco de marfil. Así mismo, en la Cova d´Es Carritx, se registró también el hallazgo de otro fragmento distal de una punta de lanza. Todos estos objetos tenían como denominador común que fueron depositados en zonas recónditas, ocultas y de difícil acceso, con una clara voluntad oferente. Los depósitos de objetos metálicos deben ser interpretados como actos rituales, que dejan fuera de circulación instrumentos propios y frecuentes del bronce Final o aviforme II, en línea con lo que igualmente ocurre en otros lugares del continente durante el Bronce Final desde aproximadamente el 1100 al900 BC. Todo ello enfatiza el carácter de valor social de estos objetos, más que el económico, pues, salvo los escoplos y las hachas, el resto son claros elementos de prestigio y de ostentación de rango. Aunque, sobre todo, nos recuerdan que las comunidades baleáricas compartían con las continentales muchos aspectos en la esfera del pensamiento simbólico e ideológico. La llegada de tanto estaño a las islas es totalmente incompatible con un sistema cerrado, por lo tanto, las comunidades / (Página 214) baleáricas no estuvieron al margen, sino integradas en un sistema internacional de intercambios, compartiendo valores comunes con otras culturas contemporáneas, aunque, como explica K. Kristiansen, estos se resocialicen recontextualicen en un ámbito puramente local. Desde hace bastante tiempo G. Delibes y M. Fernández Miranda, sugirieron la existencia de relaciones con el Bronce Final centroeuropeo para muchos de los prototipos de estos objetos metálicos de las Baleares, como las espadas, pectorales o los alfileres de cabeza hueca y, más concretamente, con el Mediodía francés para los modelos de las hachas de cubo. En este mismo sentido seguramente deberíamos tener presente la extraordinaria similitud entre los pectorales de varillas baleáricos y algunos ejemplares del Báltico estudiados por Paydyn. Este planteamiento de las relaciones con el Centro y orte de Europa, encuentra soporte en el análisis anteriormente hecho de los derroteros marinos que mejor pueden facilitar los contactos de las islas con el continente, a través de la vía fluvial del Ródano. Precisamente para corroborar esta cuestión, tenemos un paradigmático caso en el barco hundido en Agde, en la costa Oeste de la desembocadura del Ródano. Algunas piezas del cargamento de esta nave son precisamente bien conocidas en las Baleares, como son los torques o brazaletes dentados, las agujas de cabeza esférica, los adornos con cadenetas o las hachas de cubo y / (Página 215) puntas de lanza. En el Mediterráneo occidental estos alfileres de cabeza esférica hueca son extremadamente raros, mientras que los paralelos más estrechos, con algunos ejemplares idénticos, son continentales y los encontramos en lugares tan alejados de las Baleares como Escandinavia, Inglaterra y Suiza, lo que para algunos investigadores, como Kristiansen y Larson, 31
supone, no sólo un fenómeno comercial, sino también movimientos de personas que trasmiten una serie de gustos y valores a tierras muy lejanas. Uno de los elementos metálicos, no abundantes pero sí característicos del bronce Final ( aviforme II), son los denominados “espejos”, cuyo uso debe situarse entre el 1000 y el 850 BC, momento en el que son ofrendados en depósitos votivos, como el mallorquín de Lloseta o el menorquín de la Cova des Mussol. También la fayenza (cuenta de vidrio) constituye un buen indicador de contactos continentales en estos momentos del tránsito entre el Bronce Final y los inicios del Hierro en las Baleares. Por el momento, los únicos análisis sobre los componentes y elementos traza para identificar el origen de esta producción en las baleares se han realizado a partir de las cuentas de collar aparecidas en la menorquina cueva des Càrritx, junto a otras diferentes / (página 216) lugares de Mallorca. A partir de todo ello parece indicar que pueden estar fabricadas en ambientes centroeuropeos, probablemente Suiza. La salida de estos elementos suntuarios hacia vías marítimas pudo seguir precisamente la misma ruta del Ródano y, desde aquí, distribuirse a confines ultramarinos. Otra de las materias ligadas a los intercambios del Bronce Final en las Baleares es el marfil, una de cuyas piezas más singulares la tenemos en la gruta menorquina de Es Mussol. Su ruta de llegada a las islas es más compleja; un buen elemento de análisis nos lo brinda el barco fenicio hundido hacia mediados del s. VII a. C., en el lugar denominado de la Campana de la costa murciana del Mar Menor, el cargamento de ánforas fenicias occidentales venía completado por defensas de elefante con inscripciones tirias o sidonias y una carga de metal compuesta por lingotes de estaño, algunos de los cuales se habían adherido a las defensas de elefante (…)”. (24). DE NICOLÁS MASCARÓ, Joan. & SÁNCHEZ, Joaquín. “El molde de fundición de Ses Tavernes (Ciutadella) y las hachas de bronce menorquinas”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXXVI. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1985. www.RevistadeMenorca1985.pdf Página 147. Los materiales. “(…) os estarnos refiriendo a un molde de arenisca para fundir hachas placas de bronce, auténtica pieza de museo, procedente del poblado talaiótico de SesTavernes (Ciutadella), a un hacha plana de bronce del yacimiento de Binicalssitx (Ferreries) y a dos fragmentos de otras tantas hachas de bronce hallados en Binimassó (Ferreries) y en Torre Llafuda (Ciutadella) hace ya bastantes años (…)”.DE NICOLÁS MASCARÓ, Joan. & SÁNCHEZ, Joaquín. “El molde de fundición de Ses Tavernes (Ciutadella) y las hachas de bronce menorquinas”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del 32
Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXXVI. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1985. www.RevistadeMenorca1985.pdf Página 148. Molde para la fundición de hachas de Ses Tavernes (Ciutadella). “(…) La pieza se halló en las inmediaciones del talaiot de planta absidal de Ses Tavernes (Ciutadella) en la denominada “Tanca de Sa Talaia” ( .I.O. 1767) (1) donde aparte del talaiot se ven muy escasos restos de lo que fue un poblado talaiótico. Descripción: Bloque paralelepípedo de piedra arenisca, algo más consistente que el “marés” (...) con sus caras trabajadas, ligeramente desvastadas y curvadas menos una que fue cuidadosamente aplanada y alisada, excavándose en ella, probablemente, a buril, la impronta de un hacha plana de 98 mm., de longitud por 54 mm., de anchura en el filo ligeramente curvo- y 28 mm., a la altura del talón, con una profundidad máxima en el centro de 11 mm. Es difícil determinar si se trataba de un molde abierto o bivalvo porque no se puede apreciar claramente, por roturas accidentales de la piedra en las proximidades del talón de la impronta, si el molde disponía o no de cono de entrada del metal fundido (Fig. 1 y 2). Dimensiones: Longitud, 140 mm., Anchura 98 mm; Altura 85 mm. Depósito: Colección Sánchez (Ciutadella) (…)”. Página 148. Cita (1). “(...) úmero del Inventario Oficial ( IO) corresponde al inventario de protección de los monumentos prehistóricos y protohistóricos de Menorca, redactado por J. Mascaró Pasarius y publicado por la Dirección General de Bellas Artes en 1967 (...)”. (25). DE NICOLÁS MASCARÓ, Joan. & SÁNCHEZ, Joaquín. “El molde de fundición de Ses Tavernes (Ciutadella) y las hachas de bronce menorquinas”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXXVI. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1985. www.RevistadeMenorca1985.pdf Página 148. Hacha plana de Binicalsitx (Ferreríes). “(…) En la misma “tanca” donde se encuentra Sa Talaia de Binicalsitx (Ferreries) ( .I.O. 1815) cuyo talaiot forma un mismo conjunto arqueológico con el recinto de taula de Binimassó, situado en una “tanca” vecina, se recuperó el hacha plana de / (Página 151) bronce, asociada con fragmentos de escoria de cobre que es particularmente abundante en dicho yacimiento donde seguramente se hallaría, previa excavación un taller de fundición. Descripción: hacha plana de bronce o cobre (ver el capítulo dedicado a los análisis) fundida, sin duda, sobre un molde abierto, como lo evidencia el característico bisel de cada uno de sus lados concebido para facilitar la extracción de la pieza una vez solidificado el metal y también el hecho de que una de sus caras sea totalmente plana desde el talón hasta el filo que, por cierto, es semilunar. La sección de la pieza a la altura del talón es trapezoidal. La pieza está partida en tres fragmentos y ello permite 33
comprobar la estructura interna del metal fundido que es enormemente poroso debido a la deficiente depuración del mineral utilizado (Figuras 3ª y 4ª). Dimensiones: Longitud, 62 mm.; Anchura del filo, 49 mm., Anchura del talón, 23 mm; Grosor máximo, 5 mm. Depósito: Colección León (Ciutadella) (…)”. (26). DE NICOLÁS MASCARÓ, Joan. & SÁNCHEZ, Joaquín. “El molde de fundición de Ses Tavernes (Ciutadella) y las hachas de bronce menorquinas”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXXVI. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1985. www.RevistadeMenorca1985.pdf Página 151. Fragmento de hacha de Torre Llafuda (Ciutadella). “(…) La pieza en cuestión se halló en el vasto conjunto talaiótico de Torre Llafuda (Ciutadella) ( .I.O. 1772) en el que destaca un gran talaiot, una taula, varias unidades de habitación y tramos de muralla, así como restos materiales evidentes de una larga pervivencia de este poblado hasta época medieval. Descripción: Fragmento de un hacha de tipología indeterminada, probablemente se trata de un hacha plana, pero podría tratarse también de un hacha de aletas o un hacha de talón, sólo se conserva la parte inferior correspondiente al filo, formado por la convergencia de sus dos caras lo que hace suponer que el molde en que se fundió esa pieza era bivalvo. El filo es poco arqueado y la sección de la pieza a la altura de la rotura es rectangular (Figuras 3b y 4b) / (Página 154) Dimensiones: Altura del fragmento 25 mm; Anchura del filo, 45 mm; grosor máximo, 8 mm. Depósito: Colección Sánchez (Ciutadella) (…)”. (27). DE NICOLÁS MASCARÓ, Joan. & SÁNCHEZ, Joaquín. “El molde de fundición de Ses Tavernes (Ciutadella) y las hachas de bronce menorquinas”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXXVI. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1985. www.RevistadeMenorca1985.pdf Página 154. Fragmento de hacha de Binimassó (Ferreríes). “(…) El yacimiento de Binimassó (Ferreríes) ( .I.O. 1817) en el que se aprecian los restos de un recinto de taula forma un mismo conjunto arqueológico con el de Binicalssitx, donde se halló la pieza número 2, aunque figura en el Inventario Oficial con distinta numeració. Descripción: Fragmento inferior, correspondiente al filo, de un hacha tubular, si bien es imposible determinar si tuvo o no anilla, si portaba o no decoración o si es de las de tubo de sección cuadrada o circular. Presenta un filo un tanto romo, característico de esta variedad tipológica de hachas de bronce prehistóricas siempre fundidas en molde bivalvo, huellas evidentes de la línea de sutura de las dos valvas del molde 34
pero sin rebaba y el extremo Terminal del hueco que posibilitaba el enmangue peculiar de este tipo de piezas. El fragmento está bastante rodado y presenta pátina verde con manchas negras (Fig. 5). El filo es bastante arqueado, casi semicircular y la sección de la pieza a la altura de la rotura es un tanto poligonal y achatada. Dimensiones: Altura del fragmento, 30 mm. Anchura del filo, 41 mm., grosor máximo, 13 mm. Depósito: Colección Sánchez (Ciutadella) (…)”. (28). DE NICOLÁS MASCARÓ, Joan. & SÁNCHEZ, Joaquín. “El molde de fundición de Ses Tavernes (Ciutadella) y las hachas de bronce menorquinas”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXXVI. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1985. www.RevistadeMenorca1985.pdf Página 156. Precedentes y paralelos. “(...) La primera noticia que tenemos sobre la existencia de hachas de bronce en la prehistoria menorquina se la debemos a Ramis que en su famoso libro Antigüedades célticas de la isla de Menorca desde los tiempos más remotos hasta el siglo IV de la era cristiana publica el dibujo de un hacha tubular con anilla (2) hallada el 7 de abril de 1818 mientras se trabajaba en descomponer, y retirar las piedras de un pequeño talayot casi enteramente arruinado de la Posesión de Sant Tomas sita en el partido de Alayor, entre los escombros que de allí se sacaban. Ramis que establece fantásticas hipótesis sobre la presunta identidad del objeto lo tiene por druídico, entre otras cosas porque no veo en él nada que se parezca a cosa romana ni griega. Posteriormente Cartailhac recoge la noticia de Ramis afirmando que han sido recogidas en menorca tres hachas de metal, dos pequeñas y planas, del tipo más antiguo de la Edad del bronce, y una por el contrario es del tipo más reciente -la de Ramis- publicando dos magníficos dibujos que representan a una de las hachas planas y al hacha tubular con anilla (3). Las hachas que documenta Cartailhac estaban ya entonces en la colección de Juan Pons y Soler (Maó) que fue el principal de los guías menorquines del célebre prehistoriador francés. Aún más tarde Hernández Mora (4) se apoya en los comentarios de Cartailhac al describir las tres hachas de la colección Pons y Soler en su capítulo dedicado a las armas de bronce de la prehistoria menorquina, incluyendo también los dibujos de las mismas piezas que habían sido ya dadas a conocer por Cartailhac (Figura 6). Hernández Mora cita una nueva pieza existente en la colección Flaquer y Fábregues (Maó), un hacha en forma de celt de 12 centímetros de longitud, fragmentada, tal vez expresamente, en su base hallada en una localidad incierta de Menorca. / (Página 157) En cuanto a moldes de arenisca para la fundición de hachas o cualquier otro tipo de piezas metálicas no hay en la bibliografía arqueológica menorquina ni una sola referencia (5) aunque hay que 35
destacar el hallazgo efectuado en el verano de 1982 de varios materiales en bronce y unos moldes de fundición para trabajar hachas y puntas de lanza en el curso de las excavaciones efectuadas por el Museo de Menorca, bajo la dirección de Lluís Plantalamor, junto al talaiot de Torrellonet Vell (Maó) (6). / (Página 158) Hablar de los paralelos del molde de arenisca de Ses Tavernes y de las hachas planas y tubulares menorquinas fuera del ámbito estrictamente balear resultaría tarea ardua y complicada ya que los hallazgos son numerosísimos y la bibliografía es abrumadora, pero cabe hacerlo, al menos, en lo que se refiere al molde de fundición ya que por el momento, a falta de conocer las características de los hallazgos de Torrellonet Vell, es pieza única y sin precedentes en la prehistoria balear que aporta alguna información sobre la metalurgia menorquina de finales de la Edad del Bronce o principios de la Edad del Hierro que es cuando se produce la extinción de este tipo de bronces prehistóricos, según se acepta normalmente. La investigación de Ana María Rauret sobre la metalurgia del bronce en la Península Ibérica durante la Edad del Hierro ha constatado que la mayor parte de los moldes de arenisca para fundir hachas planas recuperados en la Península Ibérica, unos veinte aproximadamente, entre los que hay varios muy parecidos al de Ses Tavernes, se localizan en el Sudeste (Murcia y Alicante) y en el valle medio del Ebro, documentando la larga perduración en el tiempo de las hachas planas que aparecen en el poblado de Los Millares donde se les atribuye una cronología no anterior al año 2000 a. C., y que aparecen por otro lado en poblados aragoneses como el de cabezo de Monleón (Zaragoza) que por su contexto arqueológico deben ser considerados de comienzos de la Edad del Hierro (7). En lo que se refiere a los paralelos de hachas de bronce menorquinas en el ámbito balear hay que mencionar, en primer lugar, los numerosos hallazgos mallorquines, trece hachas planas de filo más o menos arqueado y nueve hachas de bronce tubulares, que Rosselló Bordoy ha reunido en una lámina (8) que acompañamos a título de material de comparación (Fig.7). Salvo alguna excepción las hachas planas mallorquinas tienen el filo curvo mucho más pronunciado que las menorquinas y esa / (Página 160) característica tipológica se suele considerar de forma generalizada como signo de modernidad respecto a los prototipos eneolíticos y del Bronce inicial que suelen tener el filo ligeramente arqueado y solamente un poco más desarrollado que el cuerpo de la pieza. También destacamos aquí los paralelos evidentes entre las piezas menorquinas y las halladas en las Pitiusas, concretamente las dos hachas planas de Cala Xarraca, hoy desaparecidas, que según el dibujo que 36
publica Fernández debían ser muy similares a la de Torre Llafuda y a las hachas para las que fue trabajado el molde de Ses Tavernes y las hachas tubulares o de cubo del depósito de bronces de La sabina (Formentera), que se guardan en el Museo de Eivissa, y la hallada en Ses Salines d´Eivissa en 1910, hoy en paradero desconocido, idéntica al parecer a la de Formentera que es, por otra parte, muy parecida a la recuperada en el talaiot de Sant Tomás, depositada en la colección Pons y Soler de Maó (9) (...)”. Página 156. Cita (2). “(...) Ramis, J. 1818, pp 135-143, p. 157, fig 11 (...)”. Página 156. Cita (3). “(...) Cartailhac, E. 1892, p. 65, fig. 70-71 (...)”. Página 156. Cita (4). “(...) Hernández Mora, J. 1924, pp. 70-71, fig. 84 (...)”. Página 157. Cita (5). “(...) Hay dos moldes de fundición en arenisca para fundir diversos objetos de bronce en la fase pretalaiótica mallorquina, como hay moldes y bastante abundantes en las últimas fases talaióticas aunque ya se realizan en pizarra, lo que supone una notable evolución. V. Cerdá, D. 1971, p. 418 (...)”. Página 157. Cita (6). “(...) Según declaraciones de Luís Plantalamor a la periodista Anna Mas en el diario “Menorca” (4-11-1982). La memoria científica de las excavaciones de Torrellonet Vell aún no ha sido publicada y desconocemos, por tanto, el número y tipo de los moldes y de las piezas de bronce recuperadas, que al haber sido halladas en el curso de una excavación estratigráfica darán sin duda interesante información (...)”. Página 158. Cita (7). “(...) Rauret, A. M. 1976, pp. 79-81 (...)”. Página 158. Cita (8). “(...) Rosselló, G. 1973, p. 152, fig, 56 (...)”. Página 160. Cita (9). “(...) Fernández, J. 1974, números 2, 3, 4, 5, 8 y 9 (...)”.DE NICOLÁS MASCARÓ, Joan. & SÁNCHEZ, Joaquín. “El molde de fundición de Ses Tavernes (Ciutadella) y las hachas de bronce menorquinas”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXXVI. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1985. www.RevistadeMenorca1985.pdf Página 160. Encuadre cultural. “(...) Con las cuatro piezas que estudiamos aquí más las tres piezas de la colección Pons y Soler y la de la colección Flaquer forzosamente hemos de formar dos grupos. Por un lado las hachas planas de Binicalssitx y Torre Llafuda, las dos hachas planas de procedencia incierta de la colección Pons y Soler y la de la colección Flaquer, además del molde de arenisca de Ses Tavernes que sirvió para fundir este tipo de piezas y, por otro lado, el grupo de las hachas de cubo o tubulares de las que, por el momento, contamos con dos piezas, la hallada en el talaiot de Sant Tomás que fue primero de la colección Ramis pasando después a la colección Pons y Soler, donde suponemos que aún se guarda, y el fragmento de Binimassó, grupo perfectamente definido / (Página 161) desde el punto de vista tipológico y que representa ya un estadio mucho más evolucionado de este tipo de útiles prehistóricos (Figura 8) (...)”. 37
(29). ARRIBAS, Antonio. “Los Íberos”. Prólogo de J. Maluquer de Motes. www.Arribas,AntonioBarcelona. Ediciones Orbis. 1985. LosIberos_1.2_[rtf].pdf Página 6 y 7. Maluquer de Motes. Griegos, fenicios y pueblos del Mar. “(…) Al finalizar el segundo milenio, el colapso de las relaciones marítimas entre ambos extremos del Mediterráneo provoca la decadencia de los núcleos urbanos costeros, mientras la economía señorial de los grupos interiores no sólo se halla inalterada sino en óptimas condiciones para iniciar su expansión por toda la cuenca del Guadalquivir. Ahora van a entrar en juego los últimos factores que preceden inmediatamente la formación de los pueblos históricos y de la cultura ibérica: la instauración de los pueblos indoeuropeos en la Meseta y las colonizaciones históricas de fenicios y griegos. El factor colonial histórico no representa más que la renovación de los antiguos contactos marítimos cuando las comunidades del oriente del Mediterráneo han recobrado su equilibrio después del colapso, representado por las invasiones de los Pueblos del Mar. Representan un estímulo semejante al que motivó en el tercer milenio la aparición de la cultura megalítica y posibilitó, en el segundo, el desarrollo argárico. Ahora podemos calificarlos con nombres históricos y seguir con cierto detalle su desarrollo. La presencia de los fenicios en el sur desde antes del año 1000 es trascendente, pues permite salvar la vida urbana iniciada en el sur y que se hallaba estancada y en vías de regresión. Su presencia en el Estrecho contribuye a ahondar las diferencias que ya se habían manifestado con el sudeste y costa levantina. En esta última zona la evolución de la sociedad se había estancado por falta de recursos mineros y se había orientado hacia una economía agrícola ganadera de escaso empuje. La nueva y pertinaz demanda de metales que exige la presencia fenicia en las ciudades costeras sostiene y vitaliza los principados del interior, a la vez que contribuye a estabilizar los reyezuelos tribales con los que era más fácil tratar. Los mercaderes semitas favorecen la concentración hacia la monarquía tartéssica, ya que era necesario asegurarla estabilidad del interior del país. El espíritu de migración inherente a las / (Página 7) comunidades indoeuropeas de la Meseta recién asentadas hacía precarias las relaciones regulares entre las ciudades costeras y los distritos mineros. Por su parte, el elevado nivel de vida de estas ciudades constituía un motivo de constante atracción. Papel esencial de Tartessos fue la constante asimilación de esos elementos interiores, su fijación y su absorción (…) La dualidad greco-púnica abocó necesariamente a una rivalidad que, dadas las circunstancias, sólo podía resolverse a favor de estos últimos, teniendo en cuenta su prioridad de varios siglos en el mercado andaluz y su navegación protegida por un rosario de fundaciones norteafricanas. La batalla de Alalia del 537a. de J. C. marca el final de las relaciones directas de los griegos con el sur. 38
Tartessos, monopolizado, desaparece. Los griegos responderán a su exclusión con un intento de penetración directa hacia el interior, desde la costa alicantina, en busca de las ricas tierras del Alto Guadalquivir. Como inmediata consecuencia, las poblaciones de Alicante, Murcia y Albacete, desde el siglo V aparecerán impregnadas de helenismo. Los griegos no podían contentarse con una acción tan limitada. Forzados a sostenerse en unas costas como las catalanas, cuya población indígena no había alcanzado un nivel urbano, su actividad tendrá dos fases bien claras. En su primera época, el principal negocio y actividad será el tradicional: la búsqueda de metal, y ante la falta de minas el comercio organiza la recuperación de metal manufacturado. La sustitución del bronce por el hierro es efectiva, y la actividad griega se orienta hacia la recogida de chatarra de bronce. Espadas, hachas y útiles de todas clases que habían caracterizado la Edad del Bronce en Levante alimentan un comercio de exportación hacia centros metalúrgicos de la Magna Grecia, y quizá de la propia Massalia. Los recientes hallazgos submarinos comprueban esa actividad, que por su parte nos explica la suma rareza de hallazgos de la Edad del Bronce en la región levantina. Pero, en una segunda etapa, la actividad griega se dirigirá necesariamente hacia la elevación del nivel de vida indígena que habrá de constituir su clientela, y a la que es necesario estimular su poder adquisitivo. Con toda seguridad data de esta época la introducción de los cultivos de la vid y del olivo en Cataluña y Levante. Su resultado será la aparición de la vida urbana como consecuencia de dos siglos (VI-V) de acción griega. Las ciudades aparecen en Cataluña a partir del siglo IV, no sólo en la zona costera, sino en el interior (Ilerda). Para las poblaciones ibéricas catalanas y valencianas, la acción griega actúa con escasa fuerza como estímulo político, y raras veces ocasiona la concentración del / (Página 8) poder en forma semejante a las comunidades andaluzas. La elevación del nivel de vida en el marco agrícola y ganadero no tiende hacia la formación de monarquías, y, por otra parte, esa acción griega se ejerce en un momento en que todas las viejas estructuras políticas heredadas de la Edad del Bronce se hallan en decadencia y desprestigio, A cuenta de los escasos beneficios que podían reportar, no compensaban los inconvenientes y peligros que suponía para la propia permanencia de los griegos en nuestras costas la implantación de grupos indígenas políticamente fuertes. La evolución tardía hacia la vida urbana en Cataluña y Levante, por ser resultado directo de la acción griega, aparece matizada de helenismo, pero el territorio es pobre y nunca podrá compararse en las realizaciones indígenas a lo alcanzado en el territorio del sudeste. Como consecuencia inmediata, la cultura ibérica desde el norte del Pirineo hasta el sudeste adquiere matices muy distintos, en los que no sólo la diversa composición del sustrato es importante, sino 39
también el ejercicio más o menos prolongado de la vida urbana, reciente en el norte del territorio y con larga tradición hacia el sur (…)”. (30). CORTÉS PÉREZ, Manuel. “ uestro primi-genios”. Alicante. Edita Manuel Cortés Pérez. 2005. Página 69. Relación entre la Península Ibérica y las islas Británicas: el estaño. “(…) Eurítemes, antes que Herodoto, estuvo en Tarsis, y dijo que sus habitantes iban a las Islas Británicas en busca de estaño, y ya entonces Tarsis era una sombra de lo que fue anteriormente y estaba bajo el dominio cartaginés (…)”.CORTÉS PÉREZ, Manuel. “ uestro primi-genios”. Alicante. Edita Manuel Cortés Pérez. 2005. Página 68. Cultura dolménica en Europa. “(…) En esa época el pueblo existente en el occidente de la península era el correspondiente a la cultura argárica y más al sur y levante la cultura Ibérica e Ibero-Tartésica, herederas o creadoras de la llamada cultura dolménica o megalítica del 4º al 2º milenio antes de Cristo, y ya entonces existían relaciones comerciales y culturales entre Iberia, Bretaña e Irlanda, y el Oriente, gracias al cobre, bronce, oro y estaño y apareció la primera “religión” solar universal (megalítica) desde el paleolítico al eolítico y el Bronce, y al parecer ya en el 6000-5000 a. C., la cultura camítica o Atlanta Egipcia (…)”.CORTÉS PÉREZ, Manuel. “ uestro primi-genios”. Alicante. Edita Manuel Cortés Pérez. 2005. Página 84. Matemáticas y navegación de los hiperbóreos. “(…) La influencia celta en las construcciones griegas fue señalada por el profesor Breheier y el ingeniero Bassiaux. Los druidas parece que conocían el número Pi, que dividido por 6, da 0´5236, el codo Druida, y dividido por 12 da 0´2618, que es la relación entre el círculo y el cuadrado, como veremos en otro lugar. Según Marcel Moreau, con estas cifras se construyeron menhires, dólmenes, pirámides, el templo de Jerusalén, monumentos griegos, iglesias románicas, etc. Según las crónicas de la Atlántida, (en la traducción de un sacerdote de Tebas, Sochi, hecha por Solón, en el siglo VI a. C), 1200 años a. d.C., los Atlantes llegaron a Grecia a través de Europa. Realmente en esa época los hiperbóreos invadieron Grecia, Creta y Chipre, alcanzaron el Asia Menor y entraron en Egipto, poseían coronas de cobre, bronce y hierro.(Armas del mismo estilo han sido encontradas en el norte de Europa y pertenecen al siglo XIII a. C. En unas inscripciones de Medinet-Habri se lee: “llegaron de las islas y de la tierra firme, extendida sobre el gran círculo de agua del fin del mundo (en esa época se creía que el mundo conocido por ello estaba rodeado de agua por todas partes) o del 9º arco (entre los 52º 54º ). En aquel entonces, el mundo occidental mantenía un importante comercio de estaño, cobre, y oro, y todo el Mediterráneo tenía relaciones comerciales con la península Ibérica, según Homero ya en el -3000 (…)”.ARRIBAS, Antonio. “Los Íberos”. Prólogo de J. Maluquer de Motes. Barcelona. Ediciones Orbis. 1985. www.Arribas,Antonio-LosIberos_1.2_[rtf].pdf Página 4. Maluquer de 40
Motes. La cultura megalítica. “(…) Establecida la vida neolítica en el Oeste, el propio medio geográfico imprime muy pronto una tendencia hacia la especialización de los diversos grupos humanos, según el grado de intensidad de su nueva base económica, agrícola o ganadera, y muy pronto hacen su aparición culturas sin que deje de advertirse una clara separación entre las zonas litorales y las trascosteras. Es difícil juzgar el grado de desarrollo de las primeras comunidades neolíticas ibéricas por la escasez de datos de que disponemos, pero existe una indudable estabilización de los grupos. Las cuevas se habitan de modo regular. La caza continúa como actividad importante. Vemos incluso intensificarse la pesca y la recolección en los esteros, desembocadura de los ríos y en particular en el delta del Ebro. La verdadera revolución cultural se opera cuando, en Oriente, el estímulo minero desencadena el pleno desarrollo de la metalurgia del cobre, y aparecen en nuestras costas prospectores especializados, caballeros de fortuna, sacerdotes y aventureros que inaugurarán la vocación auténticamente mediterránea de las costas ibéricas. Este impacto del Mediterráneo oriental es trascendente, puesto que origina el desarrollo de pequeñas comunidades exóticas que no se limitarán a introducir unas técnicas, sino un nuevo género de vida y nuevas ideas religiosas basadas en la inmortalidad que serán reelaboradas en Occidente y que vienen a ser trasunto de las alambicadas concepciones cosmogónicas orientales. Su impacto no tarda en dejarse sentir y nuestras poblaciones elaboraron rápidamente la primera gran cultura occidental, la «cultura megalítica». El incremento de la circulación marítima y la ampliación de las actividades mineras estimularán el florecimiento megalítico en amplios territorios, con tendencia a ocupar las zonas más ricas en metales, extendiéndose rápidamente por el sur y sudoeste peninsular para alcanzar muy pronto toda la orla atlántica, al amparo de unas condiciones climáticas excepcionalmente favorables. El Levante y las zonas carentes de metal quedarán un tanto al margen de esa cultura, y aunque se beneficiarán por contacto del conocimiento de las nuevas ideas, no participan en igual grado en la evolución económica y social, y viven estancados en su propia tradición, aunque llegan a adoptar o imitar algún elemento de la cultura material de sus vecinos meridionales sin gran trascendencia. Como consecuencia del impacto metalúrgico se ha instaurado un nuevo género de vida en amplios territorios: la vida de poblado, que a partir de unos pocos núcleos exóticos, que actúan de verdaderos «emporia», se adoptará en todo el sur y Levante. Esta vida sedentaria acusará mas la diferencia entre las zonas más próximas a la costa y las del interior. Estas últimas, preferentemente ganaderas, ante la amenaza que supone su contacto con grupos que se enriquecen y organizan, ve aparecer en su seno una tendencia hacia la concentración del poder que aboca a la formación de 41
pequeñas unidades señoriales económicamente autárquicas. Por su parte, en los poblados litorales se observa la aparición de una / (Página 5) especialización del trabajo que se hallará en la base de la posterior diferenciación en verdaderas clases sociales, marcándose ya desde los primeros momentos una tendencia hacia la estratificación de la sociedad. Su economía mixta, la relación entre los distintos poblados y los contactos marítimos, que aseguran el arribo de materias exóticas que se hacen deseables, y la particular evolución de las ideas religiosas, destacan la personalidad de cada núcleo, y parecen señalar una marcha hacia la aparición de la vida urbana. Tal proceso, muy rápido en el sudeste y sur, alcanza también, aunque en menor escala, el Levante, aunque aquí es menos conocido. Durante siglos, la vida en esos poblados se realiza en función de unas eventuales relaciones marítimas, y del beneficio del cobre y del oro. Las materias exóticas importadas serán objeto de imitación por parte de incipientes industrias. Durante el período eneolítico se ha alcanzado un equilibrio mediterráneo que permite a las comunidades indígenas del Occidente desarrollar todas sus posibilidades. Al finalizar el segundo milenio, esos contactos con Oriente se interrumpen sin que en rigor podamos apreciar sus verdaderas causas. 1os sentimos tentados a atribuirlas a las convulsiones que tienen lugar en la esfera del Egeo, que habrán de cristalizar en la propia Grecia con la instauración de la hegemonía de los agueos. En efecto vamos a asistir a un hecho trascendente. Las comunidades occidentales en pleno desarrollo no se conforman con el obligado aislamiento que provoca la falta de navegaciones egeas, y por primera vez en la Historia, toman la iniciativa, comenzando una verdadera expansión hacia el Mediterráneo central Los hallaremos en las Baleares, Cerdeña, Córcega, sur de Francia y Sicilia, donde la arqueología señala sistemáticamente la presencia de elementos Decidentales (vaso campaniforme, amuletos varios y objetos de culto religioso, todo de sabor meridional). Esta iniciativa es indicio del grado de madurez alcanzado por las poblaciones occidentales y puede ser tomada como punto de partida para el arranque de las comunidades urbanas. En todo caso salva la permanencia del contacto con el exterior y va a permitir la restauración del equilibrio mediterráneo durante la plena Edad del Bronce, durante el desarrollo en el sudeste de la llamada Cultura del Argar. El desarrollo de esta cultura es paralelo al predominio aqueo en Grecia, con el que tiene muchos puntos de contacto. La mayor parte de los investigadores ven en la cultura del Argar la presencia de un elemento exótico de origen anatólico, pero es difícil no considerarlo estrechamente vinculado a una evolución propiamente indígena de un área marginal del desarrollo megalítico. Los elementos y contactos con el Egeo pueden ser explicados sin necesidad de presumir una nueva colonización. Para Occidente representa en realidad la superación de su etapa preurbana y la 42
instauración de un régimen de ciudad. o creemos que el exotismo que pueda haber en la cultura del Argar sea la causa de ese desarrollo, y la influencia del mundo argárico es mucho menor que la que representó mil años antes del impacto megalítico. La necesidad y búsqueda de metal se mantiene como estímulo esencial. Si en la época anterior había sido el cobre y el oro, ahora será la plata y el estaño. Pero aquella influencia se había ejercido antes sobre unas poblaciones que apenas habían traspasado su etapa de neolitización y por lo mismo muy receptivas. Para ellos, el conocimiento del metal llegaba aureolado con un prestigio de algo sobrenatural, enlazado con unas concepciones religiosas apasionantes, capaces de dar un sentido totalmente distinto a la propia vida. El desarrollo argárico constituía una simple variante de técnica, y por ello la formación de una provincia argárica en el sudeste no consigue expansionarse hacia el sudoeste y Occidente, que continuarán con su propia evolución megalítica. Quizá para la cultura argárica su propio carácter urbano constituyera un freno a la expansión, falto de una estructura política imperialista capaz de suplir el empuje que las ideas religiosas habían desarrollado en la etapa anterior (…)”. (31). ARRIBAS, Antonio. “Los Íberos”. Prólogo de J. Maluquer de Motes. Barcelona. Ediciones Orbis. 1985. www.Arribas,AntonioLosIberos_1.2_[rtf].pdf Página 30. El comercio del estaño. “(…) En la antigüedad, el estaño se explotaba en dos zonas de Occidente: Cornualles, en las Islas Británicas, y las bocas del Loira, en Francia. El metal llegaba desde Cornualles al continente a través del canal de la Mancha y del bajo Sena. Desde ahí, el estaño, tanto el de Cornualles como el de las bocas del Loira, se expedía por Vix y la Alta / (Página 31) Borgoña hasta el valle del Ródano-Saona, que era la principal arteria a Marsella y el Mediterráneo (…)”. (32). LOMAS, F. J. Capítulo primero. Origen y desarrollo de la cultura de los campos de urnas. Publicado en: BLÁZQUEZ, J. M. & FERNÁNDEZ NIETO, J. & LOMAS, F.J. & PRESEDO, F. “Historia de España Antigua. Tomo I. Protohistoria”. Colección Historia, serie mayor. Madrid. Cátedra. 2012 (7ª edición). Página 47. El 5oroeste peninsular. Comercio de estaño. “(…) Aún moviéndonos entre tantas incógnitas que esperan ser despejadas, podemos afirmar que la industria metalúrgica tiene en la zona galaico-portuguesa una gran antigüedad y que prontamente alcanzó un extraordinario desarrollo merced a los yacimientos estanníferos que posee y de los que tempranamente se lucraron poblaciones del Mediodía peninsular al igual que Irlanda y las Islas Británicas, con las que tiene un estrecho contacto durante el Bronce Atlántico, principalmente en su segunda fase, periodo en el que la industria del bronce alcanza su “floruit” con creaciones típicas y originadas en esta área (…)”. 43
(33). PEÑA, V. & CARLOS, G. & MEDEROS, W. & MEDEROS, A. “La navegación fenicia. Tecnología naval y derroteros”. GUERRERO AYUSO, Víctor M. “Las Islas Baleares en los derroteros del Mediterráneo Central y Occidental”. Centro de Estudios Fenicios y Púnicos. 2004. www.DerroterosBaleares2004.pdf Página 95. El comercio del estaño. “(…) La presencia del estaño es un excelente indicador de contactos con el exterior, pues como es sabido las islas carecen por completo de mineral nativo (…)”. (34). GUERRERO, V. & CALVO, M. & GORNÉS, S. “Historia de las Islas Baleares. El poblamiento prehistórico de las Islas Baleares”. Palma de Mallorca. El Mundo-El Día de Baleares. Edicions de Turisme Cultural Illes Balears. 2006. www.Tomo1.pdf Página 240. Los comerciantes del estaño en Menorca. “(…) permanece en la sombra la identidad cultural de los agentes foráneos que hicieron posible la llegada de estaño a las islas, como principal materia prima exótica, aunque con seguridad no es la única. Sin embargo, la existencia misma de los intercambios es a todas luces innegable, como igualmente lo es la respuesta indígena que condujo a la gestión de una importante red de asentamientos costeros para hacerlo visible. Por lo que respecta al momento final de todo este entramado de intercambios, parece que puede situarse hacia 850/800 BC, tal y como nos indican los límites más modernos de las dataciones radiocarbónicas de la escala costera del S´Illot des Porros, en Mallorca y del promontorio costero de Cap de Forma, en Menorca (…)”. (35). GUERRERO AYUSO, Víctor. “ autas baleáricos durante la Prehistoria (parte I). Condiciones meteomarinas y navegación de cabotaje”. PYRENAE, Número 37, volumen 1. (2006). ISSN: 0079-8215. (Páginas 87-129). www.Pyrenae_37-1.pdf Página 88. Comercio del estaño. “(…) el registro arqueológico de las islas contiene un número significativo de artefactos fabricados con materias primas exóticas, entre las que no debemos olvidar el estaño, el cual comienza a tener presencia desde al menos principios del segundo milenio BC, para acabar con las masivas importaciones de manufacturas coloniales propias de la segunda mitad del primer milenio anterior al cambio de era (…)”. (36). PLANTALAMOR MASSANET, Luís. “Prehistória de las islas Baleares”. Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Prehistoria y Arqueología, t. 10, 1997, págs. 325-389. www.planta.pdf Página 379. Metalúrgia. “(…) El inicio de la cultura talaiótica está marcado por un uso generalizado de las técnicas del bronce medio y final. El uso de aleaciones de cobre y estaño es general y la producción demuestra un dominio de las mismas. Se han hallado moldes de fundición, lo que demuestra un comercio intenso dado que los yacimientos de cobre son escasos en Mallorca y Menorca (S'Hospitalet, Rosselló Bordoy, G., 1987, Torelló), e inexistentes los de estaño. Son relativamente abundantes las espadas, de pomo o a modo de 44
sable, las puntas de lanza foliáceas, y especialmente un tipo de hoja semilunar o semiesférica apuntada que sugiere algún tipo específico de alabarda (fig. 24). En cuanto a las herramientas, destacamos la frecuencia de hachas planas de filo semilunar y escoplos (Ripoll Perelló, E. y Rosselló Bordoy, G., 1963), que sugieren su uso sistemático en trabajos de cantería, y que progresivamente serán substituidas por hachas con nervadura y tubulares con asa central. También son frecuentes los adornos personales, especialmente aros, y con menor frecuencia pectorales y torques, que tendrán un gran desarrollo en el talaiótico II y III (…)”. (37). GUERRERO AYUSO, V. & CALVO TRIAS, M. & GORNÉS HACHERO, S. “Historia de las islas Baleares. Mallorca y Menorca en la Edad del Hierro”. Nº 2. Palma de Mallorca. El Mundo/ El Día de las Baleares. 2006. Página 106. Perduración de cuevas naturales con muro de cierre ciclópeo. “(…) El talayótico supone el final del uso de muchas de las cuevas y abrigos naturales de muro ciclópeo, que tuvieron-como ya hemos visto-una larga perduración. Uno de los yacimientos mejor conocidos de este momento es el abrigo de Mongofre ou (Mahón), en el que, a pesar de que fue objeto de profundas remociones incontroladas, las excavaciones arqueológicas realizadas por Joan de icolás pudieron aún encontrar sectores intactos que ofrecieron datos muy interesantes. Se siguen practicando inhumaciones colectivas / (Página 106) hasta el punto que en este abrigo se contabilizaron hasta 350 individuos de todos los sexos y edades. Los cuerpos se depositaban en posición fetal, fuertemente encogidos, por lo que muy probablemente eran también amarrados con sogas, como se ha documentado en la Cova d´es Pas. En Mongofre 1ou pudieron recogerse algunas cuentas de collar cilíndricas fabricadas enteramente en estaño, lo que se indica que el comercio de este metal se realizaba en forma de objetos manufacturados y, sitúa a Menorca como un punto bien ubicado en las rutas de intercambio y comercio frecuentadas en Europa durante el Bronce Final y los inicios de la Primera Edad del Hierro. Durante los momentos iniciales de la Edad del Hierro en la Cova d´Es Càrritx siguieron también practicándose enterramientos, aunque se produjo un aumento de las amortizaciones de objetos de bronce, principalmente adornos, así como también collares o tocados formados por cuentas de fayenza azul-verdoso, un material vítreo cuya elaboración debemos situar en el norte de Italia o en algunos talleres de Suiza. Las inhumaciones en este tipo de tumbas parece que sufren un retroceso entorno al 800-750 cal BC, pues tanto Es Càrritx, como Cova des Pas y Mongofre –por citar tres de los yacimientos mejor datados-son finalmente abandonadas en los primeros momentos de la cultura talayótica (…)”.MONTERO, I. & GORNÉS, J. S. & NICOLÁS, J. & GUAL, J. 45
“Aproximación a la metalurgia prehistórica de Menorca entre el 2000 y el 650 cal A.C.”. Mayurqa (2005), 30: 289-306. www.8MetalurgiaMenorca.pdf Página 296. Estaño. “(…) En relación con el estaño hay que destacar la presencia de tres cuentas procedentes de Mongofre 1ou realizadas en este metal. Lamentablemente, estas cuentas proceden de las terreras y sedimentos revueltos procedentes de actuaciones furtivas. Sin embargo, todo parece indicar que acompañaban, como elementos del ajuar, al conjunto de materiales conocidos, procedentes de este abrigo rocoso. Las dataciones de C-14 señalan el uso intensivo de este lugar como necrópolis entre el 850 y el 750 cal a.C. (Cañellas et alii, 1993). La manufactura de objetos en estaño metálico no es demasiado habitual en la Prehistoria del Viejo Mundo. Se han identificado unos pocos casos durante la Edad del Bronce Antiguo, principalmente en el área septentrional y central de Europa, tratándose en / (Página 297) general de cuentas como en nuestro caso. En Holanda se han descrito cuentas de estaño (25) que formaban parte de un collar procedente de Odoorn (Drente) y remaches de estaño en la empuñadura del puñal de Bargeroostervel (Drente) y en cuencos de madera de Guldhøl (Dinamarca); también en forma de cuentas han aparecido en el yacimiento ingles de Sutton Veney (Primas 2003; Harding 2003: 234). En Alemania se conoce un adorno con 47 cuentas segmentadas de estaño de la tumba de Buxheim (Bavaria) y finalmente también se han recuperado cuentas de estaño en dos poblados suizos (Wädenswil-Vorder Au y RapperswilTechnikum) cuya datación es discutida pero que podrían pertenecer a un momento post-campaniforme (Primas 2003: 89). Durante el Bronce Final se han identificado objetos de estaño de mayores dimensiones que las cuentas, en especial en la zona de los lagos nord-alpinos (Primas, 2003:89). En el área mediterránea solo conocemos estaño metálico en lingotes de distinta forma, modo en el que se comercializaba durante la segunda mitad del II milenio AC en el Mediterráneo Oriental (pecios de Ulu Burum y Cabo Gelidonya). En Cerdeña el estaño metálico identificado durante el 1uragico no corresponde a ningún tipo de pieza concreto y obedece más a materia prima en bruto, ya que aparece en contextos de taller de fundición (Lo Schiavo, 2003). En la Península Ibérica no hemos tenido oportunidad de analizar ningún otro objeto de estaño de cronología anterior a la Edad del Hierro dentro del Proyecto de Arqueometalurgia. Las cuentas de Mongofre 1ou nos permiten plantear en qué forma llegaba el estaño a Menorca: como mineral, como metal en lingotes o ya aleado en lingotes de bronce. Este es un aspecto importante dada la ausencia de recursos propios en las islas Baleares. La última opción no parece ser la mayoritaria ya que los lingotes conocidos en Menorca, así como el de La Sabina en Formentera, y fragmentos de otros en diversos yacimientos españoles son de cobre sin estaño. Además la 46
presencia testimonial del estaño (>0,1%) en la composición del metal de estos lingotes apunta a que se trata principalmente de metal obtenido a partir de mineral de cobre y no de metal de bronce refundido, que dejaría un nivel de impurezas más elevado con tan solo incorporar una pequeña cantidad de metal reciclado. Además, los cobres sin alear son minoritarios en estos periodos (1% en la muestra ahora estudiada), por lo que el metal de los lingotes no fue usado sin mezcla, ya fuera con estaño (mineral o metal) o con metal reciclado de bronce. Los estudios disponibles en la Península Ibérica apuntan a que la aleación con estaño se realizaba en muchos casos con la reducción conjunta de minerales de cobre, estaño, e incluso plomo (Gómez Ramos 1996) según la época de que se trate. Esta forma de alear no permite obtener estaño metálico ya que el metal obtenido es directamente bronce, y en parte puede justificar el que tampoco dispongamos de ninguna evidencia de lingotes de estaño y que los lingotes de cobre sean proporcionalmente escasos hasta la Edad del Hierro. En el caso de Menorca, carecemos de datos sobre la tecnología de reducción y producción, por lo que la opción de importación de mineral de estaño no es descartable. Sin embargo, lingotes de cobre metálico obtenidos de la reducción del mineral como son mayoritariamente los analizados en este trabajo, sugiere que la aleación se debió realizar / (Página 298) con estaño también en forma metálica. Ahora bien si lo importado era metal o mineral reducido para hacerlo metal es una cuestión que no podrá resolverse hasta que dispongamos de algún elemento en el registro arqueológico que pueda atestiguarlo. (…)”. (38). PEÑA, V. & CARLOS, G. & MEDEROS, W. & MEDEROS, A. “La navegación fenicia. Tecnología naval y derroteros”. GUERRERO AYUSO, Víctor M. “Las Islas Baleares en los derroteros del Mediterráneo Central y Occidental”. Centro de Estudios Fenicios y Púnicos. 2004. www.DerroterosBaleares2004.pdf Página 95. El comercio del estaño. “(…) La presencia del estaño es un excelente indicador de contactos con el exterior, pues como es sabido las islas carecen por completo de mineral nativo. La primera presencia significativa de estaño en los instrumentos de bronce isleños se detecta en los punzones aparecidos en el dolmen de S´Aigua Dolça (Rovira, 2003), que están datados hacia 1800-1700 BC. Hacia c. 1400-1300 BC las armas y herramientas, básicamente punzones y cuchillos de hoja triangular con remaches en el extremo proximal para fijar un mango, están fabricadas en aleacciones relativamente pobres en estaño. o es fácil, en el estado actual de los conocimientos sobre metalurgia antigua de las islas, saber cuál fue la ruta de llegada del metal a las mismas. El derrotero orte, siguiendo una ruta hipotética desde la desembocadura del Ródano, encontraría buenas condiciones para llegar al canal que separa las islas de Mallorca y 47
Menorca. Sin embargo, los implementos metálicos de las Baleares hasta c. 1400-1300 BC tienen una impronta argárica innegable (Salvà et alii, 2002). En este caso debemos plantearnos que la ruta más frecuentada pudo seguir la costa Sur andaluza, Almería, la costa murciana, Altea, Calpe y, desde el cabo de la ao, acceder por el Sur de las Pitiusas hasta Mallorca. Obviamente los sistemas de intercambio de estos momentos nos remiten a redes locales de redistribución indígena, por lo que no es fácil pensar en una “empresa” directa para abastecer a las comunidades prehistóricas isleñas, en esta situación, desde cualquier punto del área costera alicantina y valenciana podría producirse el salto a las islas. Un importante hallazgo de moldes autorizados como piedras de la solera del hogar en una vivienda ciclópea del poblado naviforme de Hospitalet (Rosselló, 1992) ha permitido fijar mediante cronología absoluta que estos moldes fueron amortizados entre 1400 y 1250 BC (Pons, 1999:101). Ello sugiere que en este intervalo temporal se comienza a producir una importante inflexión en la producción de objetos metalúrgicos en la isla de Mallorca, tanto por los tipos fabricados, que abandonan las influencias argáricas, como por la composición, la cual comienza a ser muy rica en estaño (Calvo et alii, 2001: 14-16), aproximándose en algunos casos, al 30% de la aleación. Fenómeno que en gran medida coincide con una explotación más sistemática e intensiva de las fuentes proveedoras de estaño de la península (Ruiz-Galves, 1993), demostrando una vez más que las islas no son mundos allende de los mares, sino que están perfectamente integradas en los cambios globales que se producen en el occidente europeo y en el Mediterráneo (…)”. (39). VARGAS PONCE, José. “Descripción de la Isla de Menorca”. Colec.ció Quaderns de Menorca. Ciutadella (Menorca). Ediciones Nura / Editorial Sicoa. 1992. Transcripción de la obra VARGAS PONCE, José. “Descripciones de las islas Pithiusas y Baleares”. Madrid. Imprenta de la viuda de Ibarra. Año de MDCCLXXXVII. Página 27. Minas. “(…) Menorca carece de minas de los metales preciosos; pero las tiene de hierro, cobre plomo, como lo prueban diferentes masas chatas de estos metales que se encuentran en varios parages de la Isla, y en el término de Mahón se hallan algunas muestras de minas de cobre; pero se conoce es tan mezquina que no se sacarían los gastos de la excavación: es verdad que solo se ha arrancado de la superficie, y tal vez se encontraría más rica si se minase; pero la escasez de la leña será siempre un eterno obstáculo, que impedirá utilizarse de este descubrimiento. En Son Puig, en el término de Alayor / (Página 130) hay una mina de plomo, que se trabajaba con utilidad a principios del siglo, y que se enviaba a España y Francia para el uso de los Alfareros que barnizan sus obras de tierra. Esta misma y otras que hay en la Isla, particularmente otra en el predio de Capifort, en el término de Mahón, sirven a los Olleros para la vaxilla de 48
barro. Hay también algunas minas de yeso. Unas venas de greda en una posesión del S. que se llama Torresoli, si bien de calidad inferior, y una mina de carbón de piedra en el término de Ferrerías, que promete poco (…)”. (40). VARGAS PONCE, José. “Descripción de la Isla de Menorca”. Colec.ció Quaderns de Menorca. Ciutadella (Menorca). Ediciones Nura / Editorial Sicoa. 1992. Transcripción de la obra VARGAS PONCE, José. “Descripciones de las islas Pithiusas y Baleares”. Madrid. Imprenta de la viuda de Ibarra. Año de MDCCLXXXVII. Página 17. Minas de hierro y cobre en la Isla del Colom. “(…) Inmediata a las Albuferas está la Isla del Colom, llamada así a causa de la muchedumbre de palomas torcaces que se recogen a los peñascos escarpados: también la suelen llamar de los Conejos, porque abunda de ellos y de matas igualmente que de algunas minas de hierro y cobre: tendrá unas 600 toesas de largo, y cuatrocientas de ancho en distancia del continente de la Isla de algo más de cincuenta (…)”. (41). BOFARULL Y MASCARÓ, Próspero. “Colección de documentos inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón. Procesos de las antiguas Cortes y parlamentos de Cataluña, Aragón y Valencia custodiados en el Archivo General de la Corona de Aragón y publicado de Real orden por su cronista”. Tomo IX. Barcelona. Establecimiento litográfico y tipográfico de D. José Eugenio Monfort. 1851. www.colecciondocumentosdelaCoronadeAragon9.pdf Página 24. V. Vienen diversas gentes á España, llamadas de las grandes riquezas que descubrieron los incendios de los montes Pirineos, y lo que padecieron los naturales de ella. “(...) Pasado el trabajo que Dios había enviado á la mísera España, y regada aquella con las lluvias abundantes que vinieron del cielo, fue ocasión que gran muchedumbre de gente extranjera viniera á poblarse en ella, acordándose de la prosperidad que en tiempos pasados habían visto en los fértiles campos de ella, y de la gran riqueza de que esta provincia abundaba. Vinieron pueblos enteros, y cada cual tomaba aquella parte de tierra que entendía ser mejor para la comodidad de los ganados ó para la labor de la tierra: vinieron entonces muchas familias de los mismos españoles que se habían salido en el tiempo de la seca, y cobraron lo que habían dejado cuando se salieron de ella; y entraron también los Celtas (1), Egipcios, Milesios, Lídios, Tracios, Rodios, Troyanos, Cipriotas, Fenicios, Persas, Canos, Lesbíos, Focenses y otras muchas gentes que dejaron varías fundaciones de pueblos y ciudades, que traen los autores de las historias generales de España. Al principio que estas gentes y naciones entraron en España, sucedió aquel incendio tan nombrado de los Pirineos, que algunos atribuyen á descuido de ciertos pastores; otros que fue acaso para quemar los árboles y matorrales con intento de / (Página 25) desmontar y romper los campos, para que se 49
pudiesen cultivar y habitar, y apacentar en ellos los ganados. Este fuego lo encendieron sobre lo último de ellos, no temiendo el daño que después sucedió, y fue, que la llama prendió de tal arte, que muy gran trecho de las montañas ardieron muchos días, y con la calor demasiada se rompieron las peñas de los valles y recuestos, y echaban de sí tales ondas y grupadas de fuego, que no se puede imaginar cosa mas espantable y temerosa. Vióse de la mayor parte de España el incendio, y pocas provincias hubo en ella de donde no se divisasen las llamas ó la calina, con toda la sobra de su calor; y no solo se quemaron los árboles y las piedras, yerbas y verdura, sino también las venas de los metales escondidos en el corazón y entrañas de aquellos montes, porque se derritieron á todas partes con grandes arroyos de plata, y corrieron desde lo mas alto á lo mas bajo de aquellos montes con abundancia maravillosa, forzados del ardor excesivo, y penetró por los mineros adentro; y á la fama de tal suceso acudieron muchas de las dichas naciones á gozar de la riqueza de este reino, que era tanta, que se puede comparar con lo que se saca de las Indias; porque si en aquellas tierras se han hallado en su principio pedazos de oro en mucha abundancia , lo mismo sucedió en España en estos siglos; y por eso dijo Plinio (1): Argenti et auri tota feré Híspania scatet ; y Apiano , referido por Marineo Sículo, dice: Hispania quoque, terra ferae auri et argenti, gemmarum ac metallorum: y Lucio Floro, al fin del cuarto libro , hablando de ella, dice: atura / (Página 26) regionis área se omnis aurífera, minisque et chrysocollce et aliorum colorum ferax : y Estrabon (1), De Situ orhis, libro tercero, dice : Montes extant auri et argenti, hahentes indaginem, quam metalleam nuncupant; y de aquí es llevar los ríos de oguera Pallaresa y Segre arenas de oro, por estar llenas de él las entrañas de los Pirineos, que son aquellos montes de donde salen estos ríos que traviesan el condado de Urgel. Este incendio de los Pirineos fue muy notorio á los antiguos autores, y Aristóteles hace memoria de él (2), diciendo: «dicen que en España quemaron los pastores en ciertos tiempos los montes, y que se calentó con el fuego de tal manera la tierra, que se derritió la plata; y como sobreviniesen terremotos, hicieronse grandes grietas en la tierra, y por ellas cogieron mucha cantidad de plata, de la cual tuvieron grandes provechos los vecinos de Marsella» Y Diodoro Sículo lo refiere (3), diciendo: «los montes que llamaron Pirineos son superiores á otros en longitud y altura, porque desde el mar del mediodía, hasta el océano del septentrión, dividen á España de Francia, y también se extienden por la Celtiberia mas de tres mil estados: están llenos de selvas, y refieren, que en tiempos antiguos les pusieron fuego los pastores, y se abrasaron todas estas montañas, y por esta causa se llamaron Pirineos. Durando el fuego muchos días, corrieron arroyos de plata, que compraron á vil precio después los mercaderes fenicios de los 50
naturales de la tierra, que no conocían el valor de este / (Página 27) metal, y lo llevaron ú Grecia y Asia, y adquirieron con él hartas riquezas; y de aquí quedó á aquellos montes el nombre de Pirineos, que les dieron los griegos moradores de España, y ha durado hasta el día de hoy, porque aquella palabra pyr, en griego, significa fuego». Entonces quieren algunos hubiesen venido á ella el gran poeta Homero y Hesiodo, que florecieron en el año 1140 antes del nacimiento de Jesucristo señor nuestro, según Casiodoro, y lo refiere Herodoto en su vida. La venida de 1abucodonosor, rey de Babilonia, con muchos hebreos, persas y caldeos, fue por estos tiempos; y todos venían por gozar de las grandes riquezas de este reino (sojuzgando á sus naturales), que eran en tanta abundancia, que, á mas de lo que he dicho, de sus riquezas dice Estrabón (1), que había en ella montes de oro y plata, y que causaba admiración la destreza de los españoles en beneficiar las minas de que está lleno todo el reino. Y después, hablando el dicho autor de la ventaja que hay de los metales de España á los de Francia, dice: que se hallan pedazos de oro de á media libra, sin haber necesidad de acrisolarlos, y que ha acontecido quebrar las piedras y hallar dentro pedazos de oro del tamaño y forma del pezón de una mujer, como sucedió también en tiempo de los reyes Católicos en las Indias. Y en otra parte dice: que del interés de las minas había hombres que solían sacar cada tres días un talento, que, según la cuenta de Ambrosio Morales, vale seiscientos ducados de doce reales; y Posidonio, autor griego, referido por Celio Rodigino (2), ponderando estas riquezas, y / (Página 28) hablando del incendio de los Pirineos, dice: que todos los montes y collados de España dan materia para acuñar moneda, y que quien considerare esta tierra, hallará que es un erario de tesoro y una fuente perpetua de metales, y que Plutón, dios de las riquezas, mora en sus entrañas, y mas en particular en los montes de los pueblos Ilergetes; pues los ríos que de ellos salen llevan arenas de oro, dando indicio y cierta señal de lo mucho que hay escondido en el centro de ellos. De estas riquezas de España hablan las divinas letras en los Macabeos (1), diciendo: Et audivit Judas rmmen romanorum quia sunt potentes viribus, et quanta fecerunt in regione Hispaniae, et quod in potestatem redegerunt metalla argenti et auri, quae illic sunt, et possederunt omnem locum consilio suo, et patientia. Y Diodoro Sículo las encareció mas que todos, y con grandes exageraciones; y por ser tanta la abundancia de él, era muy poco estimado de los naturales: y dice Aristóteles como cosa notable, que los antiguos fenicios navegaron á Tarteso, que era á las riberas del río Guadalquivir, y que los españoles les dieron tanta plata en trueque de aceite y otras mercaderías viles (2), que no cupo en los navíos, y así se vieron obligados, al partir, de hacer de plata todos los vasos ordinarios, hasta las áncoras de los navíos; y así tengo por indubitado, que toda aquella abundancia de oro y plata que había en Jerusalén en tiempo de 51
Salomón, referida por la sagrada Escritura (3), toda era de España, que era la tierra mas abundante de estos metales que se / (Página 29) conocía en aquellos siglos, y no solo de esto, pero aun dé pavos, dientes de elefantes y monas, que traían apuellas flotas: porque pudo ser que se criasen en ella entonces y abundase de estos animales , así como carecía de aceite, cosa de que ahora tanto abunda; que largo espacio de tiempo todo lo puede mudar, y así como vemos hoy acabadas y sin beneficiárselas minas, es muy verosímil se acabase la especie de estos animales, que tan poco conocidos y naturales son hoy en ella (...)”. (42). LASUNAY, Oliver. “Las civilizaciones celtas”. Colección Grandes civilizaciones desaparecidas. Club Internacional del Libro. Sin lugar ni fecha de publicación. Página 104. Segunda parte. La sociedad. Unidad de la sociedad céltica. “(…) Tara, Cruachan y Emain Maona, en Irlanda, no eran capitales, sino palacios rústicos rodeados de fosos y de empalizadas (…)”. (43). LLORENS CAMPS, María José. “Leyendas celtas”. Colección Cosmos. Madrid. Edimat Libros S. A. 1998. Página 83. Maon, hijo de Ailill. Ugainy, casado con Kesair, princesa gala del país de Mesair, madre de Kesair- , fue padre deLaery, que a su vez fue padre de Ailil, que a su vez fue padre de Maon. Maon fue el heredero al trono de Irlanda. Maon fue llamado “El Marinero” = el capitán de la flota gala. Maon casado con Moriath, hija del rey de Feramorc, reinó diez años en Irlanda. Eran lanceros y empleaban lanzas de punta de hierro azul verdoso. “(…) Ugainy el Grande, que se había casado con una princesa gala llamada Kesair, tuvo dos hijos, Laery y Covac. El primero heredó el reino, pero Covac, consumido por la rabia y la envidia, decidió asesinarlo, por lo que pidió consejo a un druida, para saber cómo hacerlo, pues Laery, sospechando de él, nunca le iba a visitar sin una escolta armada. El druida le mandó que se fingiera muerto, e hizo comunicar a su hermano que se hallaba en su féretro, a punto de ser enterrado. Así lo hizo Covac y, cuando llegó Laery y se inclinó por encima del supuesto cadáver, Covac le apuñaló el corazón e incluso asesino a uno de sus hijos, Ailill, que le atendía. Después Covac subió al trono y desde ese instante su malestar desapareció. Sin embargo, él hizo un brutal acto contra un hijo de Ailill, llamado Maon, sobre quién existen muchas leyendas. Maon, de pequeño fue llevado ante la presencia de Covac y allí fue obligado, según cuenta Keating, a comerse una parte de los corazones de su padre y su abuelo y, también a un ratón con su cría. Del disgusto, el niño perdió el habla y, viéndolo mudo y, de esta forma poco peligroso, Covac le dejó marchar. El chico fue llevado a Munster, al reino de Feramorc, del cual Scoriath era rey y, se / (Página 84) quedó allí algún tiempo, pero luego fue a la Galia, el país de Mesair, su bisabuela, donde sus guardianes le dijeron al rey 52
que él era el heredero del trono de Irlanda y, fue tratado con gran honor y creció en una juventud noble. Pero él dejó tras de sí en el corazón de Moriath, hija del rey de Feramorc, una pasión que no podía ser aplacada y decidió hacerlo regresar a Irlanda. Ella equipó adecuadamente al arpero de su padre, Craftiny, con muchos regalos y le escribió una endecha de amor, en la cual su pasión por Maon quedaba muy clara y para la cual Craftiny compuso una maravillosa melodía. Al llegara a Francia, Craftion y se dirigió a la corte francesa y encontró la manera de cantar el poema a Maon. Tan profundamente emocionado por su belleza y pasión por la canción quedó el joven que recuperó el habla y empezó a alabar la composición, no siendo nunca más mudo. El rey de la Galia le mandó a Irlanda con una fuerza armada para que recuperara su reino. Sabiendo que Covac estaba en un lugar cerca de Dinring, Maon y su cuerpo de galos hicieron un ataque por sorpresa contra él y le mataron a él y a sus nobles y guardianes. Tras el exterminio un druida de la compañía de Covac le preguntó a uno de sus galos quién era su líder. - “El Marinero” (Loingseach) –respondió el galo, queriendo decir el capitán de la flota, es decir Maon. - ¿Puede hablar? –preguntó el druida que había empezado a sospechar la verdad. - Él habla (Labraith)- dijo el hombre y, desde entonces el hombre “Labra the Mariner” fue unido a Maon, hijo de Ailill, no siendo conocido por ningún otro. Luego él fue en busca de Moriath, se casó con ella y reinó durante diez años en Irlanda. /(Página 86) De esta invasión de los galos deriva el nombre de la provincia de Leinster. Ellos iban armados con lanzas de punta de hierro azul verdoso llamadas Lighane, pues les fueron asignadas tierras en Leinster y se establecieron allí. La primera provincia fue llamada en irlandés Laighin después de ellos, la provincia de los Lanceros. De Labra el Marinero se cuenta un curioso cuento después de su acceso al trono. Él solía cortarse el pelo una vez l año y, el hombre que lo hacía era elegido por sorteo e inmediatamente después de su trabajo era matado. La razón de ello era que, al igual que el rey Midas en el mito similar griego, tenía grandes orejas, como las de un caballo y, no quería que su deformidad fuera conocida. Sin embargo, en una ocasión la persona elegida para cortar el pelo que fue el hijo de una pobre viuda y por sus lágrimas y ruegos el rey decidió no matarlo bajo la condición de que no jurara por el viento y el sol que no diría a ningún hombre lo que viera. El joven juró y puso así regresar con su madre, pero el secreto empezó a obsesionar su mente y enfermó de tal forma que estuvo a punto de morir y, entonces fue llamado un druida paras que le atendiera. - Es el secreto lo que le está matando dijo el druida- y no se restablecerá hasta que lo cuente alguien. Dejemos que vaya por la 53
carretera hasta que llegue un lugar donde se encuentran cuatro caminos. Que gire a la derecha y que, en el primer árbol que encuentre en esa carretera, diga su secreto para que pueda recuperarse. Así lo hizo el joven y el primer árbol era un sauce. Apoyando sus labios cerca de la corteza, susurró su secreto en ella y regresó a suya casa con la misma alegría de antaño. Pero ocurrió que podo después el arpista Craftiny se le rompió / (Página 87) el arpa y, necesitando una nueva, fue a buscar un árbol adecuado para construirla, resultado el elegido el sauce depositario del secreto del rey. Él lo cortó, hizo el arpa de su madera y esa noche, como siempre, tocó ante el rey. Cuando el arpero posó sus dedos en las cuerdas, los invitados oyeron las siguientes palabras: “dos orejas de caballo tiene Labra el Marinero”. Viendo el rey que su secreto estaba descubierto, se quitó la capucha y se mostró tal cual era y, ningún hombre más fue llevado a la muerte por causa de este misterio. Hemos visto que el gran poder de la música de Craftiny había curado el silencio de Labra. El hecho de que la música tenía algo de mágico, pues se creía que los poderes sobrenaturales hablaban a través de ella, es una constante idea en la legendaria Irlanda (…)”. (44). BINIMELIS, Juan. “ ueva historia de la isla de Mallorca y de otras islas a ella adyacentes”. Tomo I. Palma. Imprenta de José Tous.1927. Página 81. Capítulo XV. De los varios nombres que varias gentes pusieron a estas Islas Baleares. “(…) Otros dice que fueron llamadas Xerades, que quiere decir peñas que salen y exceden las aguas del mar. Tampoco éstos no acertaron según es la propiedad de la lengua griega; porque este vocablo Xeras, propiamente hablando no quiere decir ni significa Peñasco en la mar. Significa un montón de conchas, veneras y piedras que el agua del mar suele echar a la orilla. Después con la sucesión de los tiempos llamaron a estas islas Gimnecias o Gimnazies o Gimnetides, que en lengua latina significa desnudos, por aquello que se cuenta en historias antiguas de los mallorquines, diciendo de ellos que antiguamente iban desnudos en carnes y sin ropas encima. Esto escribe también Floro, pero dice que solo en el verano iban desnudos. Y Plinio, en la De aturali Historia, dice que en algún tiempo iban desnudos. Esta tan extraña usanza les vino de la Beótica, porque como dice Izetzis in Lychophontis Cassamdram, los beocios cuando salieron de la Grecia y poblaron en las islas Baleares, salieron desnudos; y por esta causa llamaron a estas islas Gimnesias. Y esta tal será como quien da un golpe en el clavo y otro en la herradura, que tiene que hacer si los hombres iban desnudos con el nombre de las islas. De los Gymnosophistas, es cosa cierta que los llamaron de esta suerte porque iban ellos desnudos y habitaban a la tierra de Gimnasia; solo a los hombres llamaron Gimnosophistas (…). De suerte que estas islas fueron llamadas Gimnesias, que es tanto como 54
decir ejercitados, porque no se lee que en ninguna parte del mundo se hiciese tanto ejercicio de pelear con las hondas, como en estas islas, y por estolas llamaron Gimnesies, y no porque anduvieran desnudos (…)”. (45). BINIMELIS, Juan. “ ueva historia de la isla de Mallorca y de otras islas a ella adyacentes”. Tomo I. Palma. Imprenta de José Tous.1927. Página 84. Capítulo XV. De los varios nombres que varias gentes pusieron a estas Islas Baleares. “(…) De donde se verifica que después de los gigantes caldeos, vinieron los beocios a la habitación de estas islas. Y los tales llamaron a la isla mayor Columba, que en lengua de ellos quiere decir fluctuación por causa que llegaron a ella con grande fortuna y tormenta de la mar. Y a la isla menor llamaron 1ura por significación de los que allí vinieron eran de una ciudad de Beocia, a la cual ellos llaman 1uasta, y 1ura quiere decir, pequeña 1uasta (…)”. (46). BINIMELIS, Juan. “ ueva historia de la isla de Mallorca y de otras islas a ella adyacentes”. Tomo I. Palma. Imprenta de José Tous.1927. Página 106. Capítulo XX. Como los griegos llamados Beotios, vinieron alas Islas Baleares y de la profecía de Cassandra. “(…) Adentróse esta profecía de la Cassandra, cuando la destrucción de Troya, cerca de los años 1139, después del diluvio universal, cuando muchos griegos dispersos por no poder o no querer volver a sus tierras, se pasaron a España, y en particular el primero que vino con sus compañeros fue Theucher, hijo de Talamón, rey de los Salaminos (…)”. (47). BINIMELIS, Juan. “ ueva historia de la isla de Mallorca y de otras islas a ella adyacentes”. Tomo I. Palma. Imprenta de José Tous.1927. Página 108. Capítulo XX. Como los griegos llamados Beotios, vinieron alas Islas Baleares y de la profecía de Cassandra. “(…) Refiere Homero, y también Estrabón, que Tlepodemo, hijo de Hércules el Griego, después de la destrucción de Troya, pasando a Iberia, habitó estas islas Baleares, como lo refiere Sillio Itálico. Jam cum Tepolemo Sator cum lindas origo. Fervida bella ferens Balearis. Cuenta por lo mismo Solino, que los Pryges nuevecientos años antes de la venida del Salvador del mundo, ocuparon también estas islas Baleares. Los cuales afirma que fueron los primeros inventores de las hondas, aunque Plinio lo atribuye a los fenicios, de los cuales está diciendo Sillio Itálico, como atrás se dijo Hic creman fundit baleari verbera glaudem (…)”. (48). BINIMELIS, Juan. “ ueva historia de la isla de Mallorca y de otras islas a ella adyacentes”. Tomo I. Palma. Imprenta de José Tous.1927. Página 115. Capítulo XXIII. Como Hércules Alceo con muchos corsarios corriendo por las riberas de España llegaron a las Islas Baleares. “(…) con la venida de Hércules el Thebano, que se llamaba así por ser de la ciudad de Thebas. Llamarónles a él y a sus soldados que les seguían, Argonautas por un nuevo bajel, el cual hicieron al modo de una galera que llamaron Argos. Esta gente partió de Creta, o Candia, en el 55
mar Mediterráneo, y otros partieron de Afete provincia de los Maguerios, cerca de Pegasso. Empezaron su navegación y costeando toda la ribera de España se detenían en donde hallaban cosa que fuese oro o plata, que era el principal intento que les había hecho salir de la Grecia. Y después de sus grandes peregrinaciones llegaron a la ribera de Sagunto, que ahora llaman Morviedre (…). Allí tuvieron relación de las islas Baleares y supieron que estaban a poco trecho distantes de aquella frontera. En las cuales islas creyeron estos corsarios griegos que hallarían facilidad y buen aparejo para robarles de todo lo precioso que tenían por ser aquellas gentes, según la información que de los saguntinos recibieron, desarmada, silvestre y sin defensas de hierro y que iban todos desnudos, ociosos y vagabundos, desparramados por la isla y gente muy esquiva. Pero con toda rusticidad tenían entre ellos personas principales a quienes reconocían en alguna manera autoridad y señorío. Y eran tales, como dice el mismo Florián, que algunos les llamaban reyes cuando hablan en lo hecho de estas islas. A la venida entonces de estos griegos corsarios había entre los Baleares uno más principal llamado Bocons, que era entre ellos como un legislador. El cual va descubriendo Juan Boemo en la descripción de la Asia, diciendo: Legumque ad hominum conmersis pertineat. Bocchoridem latorem fuiste seribunt. Y era tan salvaje y silvestre, como los otros que le reverenciaban. Llegados ya los corsarios con sus bajeles, luego que tomaron puesto salieron a tierra parte de aquella gente, y tomaron mediana cantidad de hombres y mujeres mallorquines, que hallaron por la ribera harto descuidados de semejante sobresalto. / (Página 116) Empezaron a demandarles por señas y palabras y con todas las importunaciones que pudieron, que les diese oro y plata, si había en la isla, o que les declarasen y enseñasen en que parte de ella lo hallarían. o entendían los mallorquines que cosa fuesen estos metales, ni menos podían así bien caer en la cuenta como a gente que nunca tal cosa había tratado ni menos visto. Los griegos les hacían ostentación de algunos pedazos de oro y plata, que traían de España, declarándoles con meneos y ademanes que aquello era lo que buscaban. Pero después de visto aquello, los de las islas, burlaron tanto de ello, que más no pudieron, como cosa vil y baja y poco provechosa, no menos necesaria a la vida humana. Significándoles con señas y meneos de las manos, que si le tuviesen en su poder no la preciarían ni la tendrían en nada y se lo darían liberalísimamente, y sin ruegos ni importunaciones, pues de nada les podría servir, ni dar al mundo provecho alguno. Y dice más, que cuanto más ellos les menospreciaban de palabra, tanto más Hércules y Alceo y los suyos, creyeron hacer más disimulación para cubrir su tesoro. Y puestos algunos de aquellos mallorquines en los bajeles como a presos por guías para buscar la isla, procuraron de llevar a sus manos todos aquellos principales que allí habitaban, pensando que los tales serían personas de más juicio, y razón, y 56
que tendrían en su poder la riqueza de la tierra si alguna poseyesen. Entre los tales fue preso Boehoris, el que dijimos ser el más acatado en la isla, descendiente, según dicen, de la generación y linaje de Baleo, capitán muy antiguo, que Orón Libio en esta isla dejó, cuando en los tiempos pasados pasara de la Libia a España contra los Geriones. El cual Boehoris, como no les respondiese ni menos diese lo que Alteo demandaba fue sin dilación cruelmente atormentado con muchos de los otros mallorquines, y lo fueron con tanta crueldad y rigor, que los más de ellos murieron en los tormentos, hasta que los griegos viendo que en nada aprovechaban de lo que hacían contra aquella gente, se metieron por el restante de la isla, creyendo que con su trabajo y diligencia hallarían los minerales que les / (Página 117) encubrían y negaban los mallorquines, pero reconociendo poco después que verdaderamente, o por decir mejor, a parecer de ellos la tal isla no tenía metales ni minas descubiertas ni cosa semejante, la dejaron y volvieron a sus bajeles, cansados del trabajo pesado, sin más provecho que del primero. 1avegaban a la isla de Menorca que está a 30 millas así al levante, con los mismos propósitos e intentos, y con lamisca demanda; en donde también hicieron otras semejantes diligencias y daños, aunque no tantos porque luego reconocieron en ella tan mal aparejo, como tenía la isla pasada. Fue esto 1210 años antes de la venida del Salvador del mundo. De todo punto dejaron estos griegos las dos islas, y se volvieron a sus bajeles. Y cuenta el mismo Florián que quedaron los mallorquines tan espantados de este mal súbito que les vino por causa del oro y plata, y de los otros metales de España, que siempre después les aborrecían demasiadamente, pensando que de esta manera evitarían también muchas guerras, y se conservarían en mucha paz y quietud en sus tierras, y ya mucho más que tenían en memorias que a Gerión le vino todo el mal por las grandes riquezas de oro y plata que tenían, y no sólo huían de ver cualquier metal en pieza, sino de las cosas que de ellos fuesen labradas, en cualquiera obra o manera; huían de ellas y las echaban de sí, no consintiendo que se tratasen ya más en sus islas, ni menos nadie las trajese de parte alguna, y mayormente el oro y plata solo por temor de que no viniesen algunas gentes por causa de aquello con la demanda de los griegos argonautas. Esto mismo va escribiendo Juan Boemo de los mismos mallorquines, y lo toma a la letra de Diodoro Sículo, y son también sacadas las mismas palabras de Aristóteles (…)”. (49). GARRIDO, Carlos. “Tumbas de gigantes”. Publicado en: “Menorca mágica”. Prólogo de Pau Faner. Colección El Barquero. Palma de Mallorca. José J., de Olañeta, Editor. 2009. (9ª edición). Página 25. Las Cloirades griegas de Timeo. “(...) La arqueología, sin embargo, establece un paralelismo entre el comienzo del hombre en Menorca -que por ahora debe solamente suponerse en cuanto a fechas-y Mallorca, donde sí está documentado. La datación de Son Matge, en Valldemossa, sigue siendo la 57
más antigua: unos 4000 años antes de Cristo. Sin embargo, aunque es de suponer que el establecimiento humano en ambas islas sería coetáneo, los restos más antiguos hallados en Menorca se remontan sólo a unos 2000 años antes de cristo. Todo lo anterior duerme aún en el misterio. Según refiere Víctor Guerrero, existe una tradición griega según la cual los héroes de la guerra de Troya pasaron a Mallorca y Menorca. En un antiguo poema de Licofron (escrito en los años 270-260 a. C., pero que recoge material mucho más antiguo), Casandra -hija de Príamo- relata el terrible augurio de que algunos griegos, “después de haber navegado con sus “cangrejos” (barcos de remo), llegarían arrastrados por las olas hasta los arrecifes de las Islas Gimnesias, donde habrían de sobrellevar una vida miserable, vestidos con pieles de carnero, sin ropajes ni calzado y armados cada uno con tres hondas”. El autor del poema añade que Timeo llama “Cloirades” o rocosas a estas islas, y que a ellas llegaron algunos beocios. / (Página 26) En relación de las Baleares con el mundo mítico helénico se encuentra también en la hipótesis que relaciona Menorca con el periplo de Ulises. Si por aquí pasaron los “griegos” a la vuelta de Troya, ¿por qué no había de hacerlo el protagonista de La Odisea? Además teniendo en cuenta que el poema homérico es algo así como un compendio del mundo legendario de la época, no es descabellado pensar que las Baleares estuvieron en él. Concretamente algunos autores atribuyen a Menorca el episodio de los lestrigones, del Canto X. Ulises ya veía a lo lejos las luces de Itaca, cuando vencido por el sueño, deja el control de la nave. Sus imprudentes compañeros abren entonces por curiosidad el odre de los vientos que Eolo les había proporcionado. Los céfiros, desatados, les alejan de Ítaca en medio de una gran tempestad. Tras volver a la isla Eolia, navegan seis días con sus noches, y al séptimo llegan a Lestrigonia. Un país en el que “un hombre que no durmiese podría ganarse dos salarios: uno guardando bueyes, y otro apacentando blancas ovejas”. Las naves arriban al “magnífico puerto, el cual estaba rodeado por ambas partes de escarpadas rocas y tenía en sus extremos riberas prominentes y opuestas que dejaban un estrecho paso”. A este lugar, que identifican con el puerto de Maó, “todos llevaron las corvas naves y las amarraron en el cóncavo puerto, muy juntas porque allí no levantan olas ni grandes ni pequeñas y una plácida calma reina en derredor”. Sin embargo, el astuto Ulises es más previsor. Deja su negra embarcación sujeta a un peñasco fuera del puerto y sube luego a una áspera atalaya. Desde allí, con preocupación, no columbra “labores de bueyes ni de hombres, sino tan sólo el humo que se alzaba de la tierra”. 58
[¿humo de las hogueras de las taulas, o humo emitido por las griegas de una isla volcánica?]. En evitación de nuevos problemas, Ulises manda tres hombres a presentar sus respetos al rey de este pueblo de gigantes, cuya esposa era “alta como la cumbre de un monte y cobráronle por ello no poco miedo”. El temor estaba más que justificado. El rey Antífanes, agarrando prestamente a uno de los enviados, “aparéjose con el mismo la cena”. Luego, ante la fuga aterrada de los dos restantes, “gritó por la ciudad y, al oírle, acudieron de todos lados muchos y fuertes lestrigones, que no parecían hombres sino gigantes, y desde las peñas tiraron pedruscos muy pesados: pronto se alzó en las naves un deplorable estruendo causado a la vez por los gritos de los que morían y por la rotura de los barcos; y los lestrigones, atravesando a los hombres como si fuesen peces, se los llevaban para celebrar nefando festín”. Ulises apenas tiene tiempo de cortar las amarras del bajel de azulada proa y, con los pocos amigos que pudo recoger, salir de nuevo hacia el mar. Indudablemente, algunos elementos de la historia podrían corresponderse con la imagen mítica de Menorca: la fama de su ganado, el/ (Página 27) puerto resguardado donde no se levantan olas, la raza de habitantes belicosos, su habilidad en el lanzamiento de pedruscos... Sin embargo, la interpretación clásica del periplo de Ulises efectuada por Víctor Bérard sitúa el país de los lestrigones un poco más hacia oriente, aunque casi a la misma altura. Concretamente en el norte de Cerdeña; identificando la rada con Porto Rozzo (...)”. (50). LAFUENTE VANRELL, Lorenzo. “Historia de Menorca”. Colección Pauta Nº 8. Ediciones Nura - Editorial Sicoa. 1992. Página 18. Colonización griega. Los pueblos del Mar: Rodas. “(…) Hacia el año 900 (a. J. C) se hicieron dueños de Menorca los griegos de Rodas, quienes después de rendida Troya por una coalición de todos los griegos, se esparcieron como los demás, por distintos países, difundiendo la famosa cultura griega (…)”. (51). BLÁZQUEZ, José María & LÓPEZ MELERO, Raquel & SAYAS, Juan José. “Historia de Grecia Antigua”. Colección: Historia, serie mayor. Madrid. Cátedra. 2012 (3ª edición). Página 22. Grecia septentrional. Tesalia. “(…) A pesar de su proximidad al mar y de su ubicación en el centro de la Grecia Septentrional, Tesalia era una de las regiones más aisladas de Grecia y, ello debido a dos factores de orden geográfico: las montañas que la rodeaban dificultaban las comunicaciones con el exterior y, por otra parte, su riqueza natural hacía posible una economía autosuficiente. El Olimpo y el Pindo separan Tesalia de Macedonia y de la Grecia noroccidental, respectivamente, en tanto que el Osa y el Pelión constituyen 59
una barrera a lo largo de la costa. La salida fácil al mar se encuentra por el sur, a través del golfo de Págasas, situado entre los montes Pelión y Otris; y también por el sur se abre la vía de acceso por tierra más cómoda, entre el Otris y el Pindo, hacia el valle del Esperqueo. Alejada de los grandes estados de la Época Clásica, Tesalia no tuvo una verdadera presencia en la historia de Grecia hasta el siglo IV a. C., en que asumieron los papeles principales de la misma dos potencias más próximas: Tebas y Macedonia (…)”. (52). BLÁZQUEZ, José María & LÓPEZ MELERO, Raquel & SAYAS, Juan José. “Historia de Grecia Antigua”. Colección: Historia, serie mayor. Madrid. Cátedra. 2012 (3ª edición). Página 28. Capítulo primero. El soporte geográfico de la Grecia antigua. Beocia. “(…) Beocia era una gran llanura rodeada de montañas un tanto similar a Tesalia. Por el oeste, la cadena del Helicón corría paralela a la costa; por el sur, el monte Citerón y el Parnes separaban Beocia del Ática. En la costa del mar de Eubea tan solo se destacan los montes Ptoo y Mesapo, pero la prolongación de la cadena costera oriental de la península Balcánica tiene lugar en la isla de Eubea, cerrando desde ella la región a los vientos marinos del noreste. Entre estas montañas se entendían ricas tierras aluviales, como las de Queronas, las que rodeaban el lago Copais y, en la parte meridional de la región, la llanura de Tebas y el valle del Asopo. Todas estas tierras recibían y habían recibido siglo tras siglo abundantes limos, que las hacían adecuadas para el cultivo y los pastizales. El lago Copais se había formado por estancamiento de las aguas del Cefiso y sus afluentes, que no encontraban salida fácil al mar. De altitud inferior a la de Tesalia, la llanura beocia no llegó a drenarse y conservó en su centro esta laguna de 13 km de ancho por 24 de largo. Eran tierras perdidas para la explotación agropecuaria, aunque el lago proporcionaba también su propia riqueza y hacía más fértil el área circundante, de hecho, una de las más productivas de Grecia. Esta masa de agua, hacía sin embargo, insano el clima beocio. El poeta Hesiodo dice que nunca era agradable: demasiado crudo en invierno y sofocante en verano. Como en Tesalia, las montañas que rodeaban la llanura impedían la acción atemperadora de los vientos, pero en Beocia el calor era más agobiante, debido a la humedad que emanaba del lago. Además, el Copais dividía la región en dos mitades mal comunicadas entre sí, contribuyendo a la disgregación política del territorio. En consecuencia, se constituyeron dos centros de poder, Orcómeno en el norte y Tebas en el sur, que se disputaron la hegemonía de la región. Esta última ciudad, que había sido uno de los centros de poder en la época de la Civilización Micénica, estaba más favorecida por la naturaleza y tuvo siempre una mayor pujanza, pero difícilmente podía 60
dominar las tendencias separatistas de Orcómeno, acaso reforzadas por un antagonismo de tipo étnico. Beocia tenía una importante porción de costa en el golfo de Corinto, aunque muy escarpada impropia para construir un solo puerto. La correspondiente al mar de de Eubas si contaba, en cambio, con el puerto de Aulide, que había sido, según la leyenda, el utilizado por Agamenón para concentrar y dar salida a la expedición aquea contra Troya. Sin embargo, desde la Época Arcaica los eubeos supieron aprovechar su posición de primera línea frente al Egeo y hacerse con el control del comercio. La riqueza de Beocia era tan sólo fruto de la calidad de su tierra, a cuya explotación se orientaban sus gentes. La industria y el comercio estaban reducidos a un mínimo, hasta el punto de que, según refiere Aristóteles (Pol.6.4.5), en Tespias ejercer un oficio no estaba bien visto. Parece que las tierras más fértiles estaban en pocas manos y eran explotadas a través de mano de obra dependiente o asalariada y, que había además, una pluralidad de pequeños propietarios que, a fuerza de trabajo, saber hacer, buena administración y un control riguroso de la procreación conseguían salir adelante en / (Página 29) las zonas montañosas y menos fértiles. Tales el tipo de campesino que canta el poeta Hesíodo (…)”. (53). HERODOTO DE HALICARNASO. “Los nueve Libros de la Historia”. Traducción Bartolomé Pou, S.J. Sin paginar. http://antepasadosnuestros.blogspot.com.es Sin paginar. Ofrendas a los dioses. Culto a Apolo Ismenio en Thebas de Beocia. “(...) XCII. Volviendo a los donativos de Creso, no solamente fueron ofrendas suyas las que dejo referidas, sino otras muchas que hay en Grecia. En Thebas de Beocia consagró un trípode de oro al dios Apolo Ismenio, y en Éfeso las vacas de oro y la mayor parte de las columnas. En el vestíbulo del templo de Delfos se ve un grande escudo de oro. Muchos de estos donativos se conservan en nuestros días, si bien algunos pocos han perecido ya. Según he oído decir, los dones que ofreció Creso en Branchidas, del territorio de Mileto, son semejantes y del mismo peso que los que dedicó en Delfos. Sin embargo, las ofrendas hechas en Delfos y en el templo de Anfiarao, fueron de sus propios bienes, y como primicias de la herencia paterna; pero los otros dones pertenecieron a los bienes confiscados a un enemigo suyo, que antes de subir Creso al trono había formado contra él un partido con el objeto de que la corona recayese en Pantaleon, hijo también de Aliates, pero no hermano uterino de Creso, pues éste había nacido de una madre natural de la Caria, y aquél de otra natural de la Jonia. Cuando Creso se vio en posesión del imperio, hizo morir al hombre que tanto lo había resistido, despedazándole con los peines de hierro de un cardador, y consagró del modo dicho los bienes ofrecidos de antemano a los dioses (...)”. HERODOTO DE 61
HALICARNASO. “Los nueve Libros de la Historia”. Traducción Bartolomé Pou, S.J. Sin paginar. http://antepasadosnuestros.blogspot.com.es Sin paginar. Libro V. Terpsícore. Reinado de Darío, rey de Persia. Culto a Apolo el Ismenio en Beocia. Escritura cadmea similar a la jonia. “(...) LIX. Yo mismo vi por mis propios ojos en Tebas de Beocia, en el templo de Apolo el Ismenio, unas letras, cadmeas grabadas en unas trípodes y muy parecidas a las letras jonias: una de las trípodes contiene esta inscripción: —«Aquí me colocó Anfitrión, vencedor de los Teloboas.» La dedicación de ella sería hacia los tiempos de Layo, hijo de Lábdaco, nieto de Polidoro y biznieto de Cadmo (...)”. HERODOTO DE HALICARNASO. “Los nueve Libros de la Historia”. Traducción Bartolomé Pou, S.J. Sin paginar. http://antepasadosnuestros.blogspot.com.es Sin paginar. Libro VIII. Urania. Reinado de Jerjes, rey de Persia. Adivinación: oráculo de trofonio en Lebadia (Beocia). Culto a Trofonio en Abas (Focea). Culto a Apolo Ismenio en Tebas. Culto a Anfiarao en Tebas. Interpretación de sueños. “(...) CXXXIV. De este Mis se tiene por cosa sabida que, habiendo ido a Lebadia [80] y sobornado a uno del país, logró bajar al oráculo de Trofonio, como también que llegó a Abas, santuario de los focenses, para hacer allí su consulta. El mismo, habiendo pasado a Tebas en su primera romería, practicó dos diligencias, pues por una parte había consultado a Apolo Ismenio, el cual por medio de las víctimas suele ser consultado del mismo modo que se usa en Olimpia, y por otra con sus dádivas había obtenido, no de algún tebano, pero sí de un extranjero, el que quisiera dormir en el templo de Anfiarao [81] pues sabido es que generalmente a ninguno de los tebanos le es lícito el pedir oráculo alguno en dicho templo. La causa procede de haberles hecho saber Anilarao por medio de sus oráculos, que daba opción a los tebanos para que escogieran, o valerse de él como de adivino, o de aliado y protector solamente: prefirieron ellos, pues, tenerle por aliado que por profeta, de donde está prohibido a todo tebano el irse a dormir en aquel santuario para recibir entre sueños algún oráculo de Anfiarao (...)”. (80). “(...) Ciudad de Beocia que conserva su nombre y lo da a una provincia o gobierno de los Turcos. El famosísimo oráculo de Trofonio residía en una cueva (...)”. (81). “(...) Pausanias escribe que Anfiarao era reputado autor de la adivinación por sueños (...)”. (54). HERODOTO DE HALICARNASO. “Los nueve Libros de la Historia”. Traducción Bartolomé Pou, S.J. Sin paginar. http://antepasadosnuestros.blogspot.com.es Cita (97). Cronología de Jasón: 1285 a. C. “(...) Jason con sus bravos Argonautas (año antes de J. C. 1285) llegó a Lemnos en ocasión en que las mujeres habían dado muerte a todos los varones con ánimo de apoderarse del gobierno. Prendadas las nuevas Amazonas de la bizarra flor de la juventud griega, 62
entretuvieron a los Argonautas en su compañía por espacio de dos años, en los cuales concibieron de ellos a los Minias (...)”. (55). EURIPIDES. “Tragedias”. Edición de Juan Antonio López Férez. Colección Letras Universales. Madrid. Cátedra. 1985. Página 131. Alcestis. El Hades. Cita (21). Yolco. “(...) Famosa ciudad de Tesalia, desde donde un día partieron los Argonautas bajo el mando de Jasón. Allí vivía el rey Pelias, padre de Alcestis. Pelias era hermano de Esón, padre de Jasón (...)”. (56). GUIRAO, P. “El enigma de los mapas de Piri Reis. Detallados mapas de Sudamérica y la Antártida anteriores al siglo III a .JC”. Colección enigmas. Barcelona. Libroexpres.1980. Página 57. Pelasgos, carios y fenicios. “(…) ¿Cuántas veces nos hemos preguntado quienes fueron los que levantaron los menhires, cromlechs o dólmenes a lo largo y ancho de la tierra y porqué? (…). Suponemos que los constructores de megalitos fueron un pueblo de marinos: atlantes, uigures, mayas, vedas, arios, celtas, etc. Pero estos nombres están tan confundidos con las leyendas, tan desprestigiados por la Historia, que es imposible “reflotarlos”. Y sin embargo, ya dentro de la Historia clásica, encontramos a un pueblo de marinos de los que se ha hablado muy poco. os referimos a los pelasgos, de los que algunos filósofos han pretendido relacionar la forma Pelag-skoi, que significa gente del mar, con elementos etruscos llegados del Este a través del mar. Los pelasgos están considerados como una civilización prehelénica y se habla de ellos en la Odisea y la Iliada. Pero fue Herodoto quién dijo que eran aborígenes de Grecia y que habían aprendido el griego en su contacto con los helenos. La mitología tampoco aclara mucho la cuestión de Pelasgo, ya que hay dos versiones acerca del héroe epónimo: una dice que nació en el monte Arcadia y, era hijo de iobe y Zeus, así como padre / (Página 58) de Licaón; en cambio, la otra dice que Pelasgo era hijo de Triopas y Sosis. Se sabe que los Pelasgos vivieron en Tesalia y en el Épiro, así como en las inmediaciones de Troya, la actual Turquía -y recordemos que aquí fue donde vino al mundo Piri Reis- y en Creta. Y Homero nos dice que los Pelasgos lucharon con los troyanos contra los griegos. Piere Carnac nos habla también de los Pelasgos y como seguimos rumbos paralelos, le dejamos que nos guíe, al decirnos: “La idea que tenían los griegos de estos no griegos ha provisto del material necesario a todas las extravagancias de los exégetas modernos. Un erudito como Busolt ve en ellos semitas; Herman-Thumser, esclavos, o sea, polacos. Para Jean Cserep serían húngaros; para Gluje, antiguos fineses, J.A.R. Munro les asigna una patria que, desde el Adriático hasta Crimea y desde los Cárpatos polacos hasta Creta, cubría toda la península balcánica. Aún 63
podemos observar tales lucubraciones… y firmadas por eminentes historiadores (…). Gerard de Sède, el El tesoro cátaro (Plaza & Janés, 1968), nos dice: “¿Quiénes eran los etruscos? Eras pelasgos, pueblo errante, marcado con el signo sagrado de la blancura, que fue sembrando por su camino ciudades blancas y países blancos. Venían de un país del Asia Menor situado / (Página 59) a orillas del mar Egeo: Lidia. Según nos dice Herodoto, los lidios, al morir su rey Manes, sufrieron un hambre que los obligó a emigrar. Guiados por su rey Tyrrhenus, hiciéronse a la mar y, bajo los nombres de tirrenos, raseni y luego de etruscos los hallamos, a su vez a unos en Argos (la cual rodearon de murallas megalíticas), a otros en Albania, a otros (los más numerosos) en Italia, donde fundaron Alba, la rival de Roma y, civilizaron el país; algunos, por último, rechazados de Egipto en el año 1227 a. J., por el joven faraón Meneptah, inventor de los primeros carros de asalto, hubieron de reembarcarse rápidamente y emigraron más al Oeste (…)”. (57). GUIRAO, P. “El enigma de los mapas de Piri Reis. Detallados mapas de Sudamérica y la Antártida anteriores al siglo III a .JC”. Colección enigmas. Barcelona. Libroexpres.1980. Página 61. Pelasgos, carios y fenicios. Los carios parientes o descendientes de los pelasgos. “(…) Fue Tucídides (460-402 a.C.), el historiador de la Guerra del Peloponeso, quién atestiguó la existencia de los carios, parientes o descendientes de los pelasgos, al explicarnos como aparecieron en las Cícladas, donde eran navegantes y constructores muchísimo antes de que aparecieran los fenicios. Si hemos de creer aciertas leyendas, estos pelasgos eran los supervivientes de una paradisíaca isla perdida en medio de lejanos mares y, hay quién ha visto en ellos a los supervivientes de la Atlántida. Y se nos dice que fueron los carios los que enseñaron a los griegos a pintar y grabar sus escudos, así como se les atribuye la invención de la visera en los cascos de combate y, que fue de ellos de donde partió la imagen de Marte, el dios de la guerra. A borde de sus grandes naves, a remo y vela, recorrieron todos los rincones del Mediterráneo y dejaron su huella en dos países de Asia Menor, Halicarnaso, de la región de Caria y, Cara, en Cilicia. Pueblos cuyos nombres acaban en “esos” o “assos”, como Halicarnasos o Tartessos, se cree que fueron fundados por los carios, entre los que se incluye a Gades (Cádiz).Y no olvidemos que estas regiones del Sur de España se encuentran más allá del Estrecho de Gibraltar, fuera de las tranquilas aguas del Mediterráneo. Es obvio que ya fuese con el nombre de pelasgos, etruscos, carios o fenicios -porque los cartagineses aparecieron mucho más tarde- aquellos navegantes del pasado se conocían perfectamente, como mínimo, todos los 64
recodos de las costas Mediterráneas e incluso de fuera. Y para recordar los cabos, islas, arrecifes, dársenas / (Página 62) o puertos naturales, lo más lógico es trazar un mapa por muy tosco que sea (…)”. (58). GALENS, Jorge. “Algunas observaciones sobre la exploración arqueológica de Mr. Cartailhac en las islas Baleares”. Revista de Menorca. Ciencias, Artes, Letras. Mahón. Establecimiento Tipográfico de B. Fábregues. 1888. Página 273. “(...) Mr. Cartailhac, en la sesión de 10 de mayo último de la Académie des Inscriptions et Belles Lettres, ha dado cuenta de la exploración arqueológica que hizo el año pasado en las islas Baleares. Por el interesantísimo extracto que de dicho trabajo da Mr. G. Vuilier en su viaje a Mallorca, publicado recientemente en el Tour du Monde, entrega nº 1.490, se observa que Mr. Cartailhac, como escrupuloso y sabio explorador, ha verificado minuciosas investigaciones, las cuales le han conducido a afirmar que los Talayots (a) son obras de defensa construidas en recintos fortificados. Esta afirmación pudiera creerse tanto más fundada, cuando Mr. Albert Leoner, en su tratado de Arquitectura Arqueológica, inserto en la Encyclopédie des connaissances útiles (Garnier frères, Paris), describe en los siguientes términos aquellos monumentos de las Baleares, cuyo origen atribuye a los Pelasgos. Las más antiguas construcciones de los pueblos primitivos se componen de bloques de piedra, o mejor dicho, de rocas sin labrar, formando aparentes colinas, en cuyas cúspides se fortificaban, haciendo una excavación poco profunda / (Página 274) de cuyos bordes servían de muralla. Estas construcciones se rodeaban de recintos fortificados, formados con piedras amontonadas en doble talud y defendidas por dichas colinas artificiales. Este sistema de fortificación, de forma todavía rústica, se atribuye a los Pelasgos, pueblo originario de Asia alta, que, según Herodoto, se extendía en la Fenicia y en el Asia Menor, y estableció colonias en Grecia y en Italia. Dos extremos de esta arquitectura, llamada pelasgica, se encuentran desde el extremo de la Persia y de la Armenia hasta los límites occidentales del Asia; y atravesando luego el Mediterráneo aparece extendida en toda la Grecia, cuyos monumentos más notables descritas por los antiguos autores, desde Hesiodo y Homero, se remontan, según las tradiciones, a diez y ocho siglos antes de nuestra era. Las emigraciones de los Pelasgos en Italia importaron aquella arquitectura, que se encuentra a cada paso, especialmente en la parte central: en casi todas las islas del Mediterráneo occidental se encuentran ejemplares, y las baleares no están desprovistas de ellos”. (...)”. Página 273. Cita a). “(...) Talayot superlativo de Talaya. Esta última palabra deriva de Thela, que en arábigo significa subida (...)”. (59). COSTA Y LLOBERA, Miquel. “A un claper”. Revista de Menorca (2ª Época). Colección de Materiales y Noticias sobre Historia, Literatura, 65
Ciencias, Artes, dirigida y editada por D. Gabriel Llabrés. Mahón. Imprenta de B. Fábregues. 1896-1897. Página 109. “(...) Il est telle construction des anticues Pelásges qui peut éveiller en nos des pensées grandes, des sentiments d´une poésie solennelle lorsque, par l´enormité de ses proportions et par la force évidenment inébranlable de ses supports, ello nous annonce une durée sans bornes et nous fair songer á l´eternité, a l´infini.- Ch. BLA C (...)”. (60). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Menorca: La isla de los altares de los filisteos. Las taulas, altares de sacrificio a la deidad patriarcal”. Año 2015. Páginas 27 y 28. “(…) 17. Conclusiones. Durante la primera mitad del segundo milenio antes de Cristo los “Pueblos del Mar” se expandieron por el continente europeo, el próximo oriente asiático y por las islas del Mediterráneo, configurándose nuevas tribus y culturas, de cuya genealogía descendieron los pelasgos, pobladores de la isla de Menorca, en sus ramificaciones denominadas: beocios, cretenses y filisteos. Las raíces de sus culturas y su mezcolanza asiático-minoricense trasladaron características constructivas procedentes de Göbekli Tepe a Menorca; llegaron tradiciones constructivas desde los santuarios anatólicos, a cielo abierto, hasta los santuarios de recinto de taula; penetraron los útiles de bronce anatólicos como fueron las hachas o cuchillos de despiece, hasta los recintos de taula, empleándose en los ritos sacrificiales. Salieron desde Creta los labrys y, aparecieron vestigios de los mismos, en el campo menorquín poblado de acebuches, originarios cretenses. Profesionalmente, el perfil humano que proyectó los recintos de taula, fue un hombre pregriego conocedor de la matemática, que aplicó el codo como unidad de medida para la construcción de las taulas. Un conocedor de la construcción que supo emplear el plano de herradura, aplicado tanto a los santuarios de recinto de taula, para la religión; como en las navetas de habitación, para su vivienda; y, en las navetas de enterramiento, para las inhumaciones. En el campo de la religiosidad, todos los “Pueblos del Mar”, como sus descendientes pelasgos: beocios, cretenses y filisteos conocieron y practicaron los ritos sacrificiales de animales, como ofrendas a la divinidad, en sus santuarios. Sacrificios que fueron efectuados en los recintos de taula de Menorca, donde han sido hallados restos de huesos de animales domesticados, que fueron sacrificados siguiendo unas pautas determinadas entre las que estaba incluida la edad de la víctima propiciatoria y, que salieron a la luz en Trepucó, Son Carlá, Torralba d´en Salort, Binisafullet, Sa Torreta de Tramuntana, Torre d´en Gaumes, Algaiarens, Sa Cavalleria y, So a Caçana. Los pueblos griegos utilizaron en sus sacrificios de animales, cerdos y suidos, frente a israelitas judíos que los rechazaban por ser inmundos e impuros. Por tanto, fueron exhumados restos de suidos sacrificados con menos de doce meses del recinto de taula de Torralba d´en Salort. Huesos de cerdo, en el recinto de 66
taula de Sa Torreta de Tramuntana. Colmillos de puerco, en Torre d´En Gaumés. Y huesos de cerdo, en Trepucó. Indicios que significan que los recintos de taula de Torralba d´en Salort, Sa Torreta de Tramontana, Torre d´En Gaumés y Trepucó fueron utilizados por culturas pregriegas beocio-cretense-filisteas descendientes de los Pelasgos y, a su vez de los Pueblos del Mar. Pero lo que no se puede aseverar, -de momento-, es cuantos años antes del año 1.183 a.C., estuvieron asentados los filisteos en Menorca y, hasta qué año permanecieron en la isla, puesto que el único dato fidedigno que se tiene con certeza hasta el momento es que en el año 1.183 a. C., existió un lugar en el Mediterráneo cercano al “lago de las salinas”, y la costa norteafricana que era conocido entre los navegantes como “los altares de los filisteos” (…)”. (61). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 19. Introducción. Las argonáuticas. 1. El tema mítico. “(…) El poema de Apolonio de Rodas narra el viaje que Jasón y otros héroes griegos emprenden desde Yolco, en Tesalia, por la imposición de un rey tiránico, Pelias. (…) / (Página 23) el héroe (Jasón) que recibe un mandato terrible de un rey usurpador (Pelias) (…)”. Ibidem. Página 53. Canto I. “(…) por mandato de Pelias, el rey en pos del vellocino de oro (…)”. Ibidem. Página 54. Canto I. “(…) Hera, la diosa Pelasga (3) (…)”. Página 54. Cita (3). “(…) Epíteto de Hera debido al culto que se le daba en Tesalia, la “Argos Pelásgica”. Hera es la protectora tradicional de Jasón (…)”.Ibidem. Página 85. Canto I. Pelasgos. “(…) Enseguida, la tierra de los Pelasgos, rica en campos de trigo, se sumergió en el aire y, dejaron atrás las cumbres escarpadas del Pelión (…)”. Ibidem. Página 103. Canto I. “(…) Yolco, en la Pelasgide (…)”. Ibidem. Página 195. Canto II. Pelasgos. “(…) a las vastas montañas de los hombres Pelasgos, donde al fin alumbró al monstruoso Quirón (…)”. (62). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 26. Introducción. La versión de Apolonio de Rodas. 1. Argumento y estructura. “(…) Como en el Catálogo de las aves el poeta aprovecha para hacer un recorrido geográfico por Grecia, pero en este caso con un orden riguroso en sentido circular: comienza en la Pieira de Orfeo (Tracia) y sigue en dirección sur, tesalia, Lócride, Eubea, Beocia, Ática, Peloponeso (con un desvío aquí para nombrar a héroes procedentes de Mileto y Samos). De aquí de nuevo a la Grecia continental y central / (Página 27): Etolia, Fócide, para terminar de nuevo en el norte en los confines de Tracia, patria de los dos hijos de Bóreas. (…) En total, incluyendo a Jasón, 54 héroes (…)”. Ibidem. Página 66. Jasón, nieto del rey beocio Minia. Canto I. “(…) al propio Jasón lo había engendrado su madre Alcímeda, que había nacido de Clímena, la hija de Minia (…)”. 67
Página 66. Cita (28). “(…) Minia, rey de Orcómeno, en Beocia. Se contaba que había sido un rey muy rico. Se le hace a veces hijo, a veces nieto de Poseidón (…)”. Ibidem. Página 138. Canto II. Los beocios argonautas eran rubios. “(…) Con sus rubias cabezas ceñidas con una corona hecha de hojas de laurel (…)”. (63). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 305. Canto IV. Italia y Cerdeña. “(…) en la tierra Ausonia (42) y las islas Ligístides (…)”. Página 305. Cita (42). “(…) Italia (…)”. Islas Ligístides = Islas del Mar de Cerdeña. Ibidem. Página 309. Canto IV. “(…) en el piélago sardonio (49) en un golfo sin límites. Desde él se adentraron a remo en unos lagos erizados de tormentas, que sin fin se extienden por la tierra de los Celtas (…)”. Página 309. Cita (49). “(…) Mar de Cerdeña (…)”. (64). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 310. Canto IV. Islas Estécates = Mar de Cerdeña. Etalia = Isla de Elba. “(…) Y así tras lanzarse con su nave por la boca situada más en medio, echaron pie a tierra en las islas Estécades. (…) Tras dejas las Estécades, pasaron a la isla de Etalia (…)”. (65). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 310. Canto IV. Mar Ausonio = Mar de Italia. “(…) desde allí navegaron surcando las olas del mar Ausonio, contemplando las costas Tirrenas; llegaron al puerto famoso de Eea y, arrojaron de la nave enseguida las amarras en la orilla (…)”. (66). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 323. Canto IV. Isla de las Sirenas = Isla de las flores. “(…) Un viento temperado arrastraba la nave. Enseguida tuvieron a la vista la hermosa isla Antemóesta (63). Allí con voz sonora las Sirenas, las hijas de Aqueloo, llevaban la muerte a todo aquel que arrojaba las amarras en sus costas, encantándolo con la dulzura de sus cantos (…)”. Página 323. Cita (63). “(…) La isla de las flores (…)”. (67). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 324. Canto IV. La Argo estuvo en Sicilia. “(…) Cipris, apiadándose de él, la diosa patrona del Érix (65) recogiolo estando aún en los torbellinos del agua y lo salvó saliéndole al encuentro solicita, para instalarlo en el cabo Lilibeo (66) (…)”. Página 324. Cita (65). “(…) Monte de Sicilia, consagrado a Cipris (Afrodita) (…)”. Página 324. Cita (66). “(…) Promontorio al S. O. de Sicilia (…)”.Página 325. Cita (67). “(…) Las “rocas Planctas” o “islas errantes” que luego se describirán, v. 945-947. 68
En una de ellas tiene su fragua Hefesto. Suelen identificarse con las islas Lipari. En cualquier caso aquí están imaginadas por el poeta en el centro del estrecho de Mesina, o sea, entre Escila y Caribdis, que son las costas italiana y siciliana respectivamente de dicho estrecho (…)”. (68). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 342. Canto IV. Libia. Sirte. “(…) y, entonces, cual presa, una funesta tormenta del Bóreas los llevó en su carrera en dirección al mar de Libia nueve noches enteras y días otros tantos, hasta que llegaron muy dentro, al interior de la Sirte (91), allí donde las naves no tienen ya regreso posible cuando son obligadas a entrar en este golfo (…)”. Página 342. Cita (91). “(…) ombre que recibían en la antigüedad las bahías del . de África (hoy golfos de Bengasi y Gabes). Eran lugares peligrosos para la navegación en la antigüedad, por las razones que describe Apolonio. Otras descripciones, Estrabón, 2, 126; 17, 834 y s; Lucano 9, 30 y s (…)”. (69). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 359. Canto IV. El viento del Sur los empujaba y no podían salir del lago Tritón. “(…) Y ya cuando embarcaron en la nave, pues soplaba el viento sur en dirección a mar abierta, e intentaron descubrir por indicios los pasos para salir del lago tritón, no tuvieron idea ninguna durante mucho tiempo y, todo el día se veían llevados a ciegas (…)”. (70). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 376. Índice de nombres propios. “(…) Antemoesa. Isla de las Sirenas. IV, 892 (…)”. (71). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 377. Índice de nombres propios. “(…) Ática. Isla (Salamina): I, 93 (…)”. (72). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 378. Índice de nombres propios. “(…) Brigeidas. ombres de islas del Mar de Crono o Adriático: IV, 330 (…)”. (73). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 378. Índice de nombres propios. “(…) Calauria. Isla consagrada a Poseidón: III, 1243 (…)”. (74). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 378. Índice de nombres propios. “(…) Cárpatos. Isla del Egeo: IV, 1636 (…)”. 69
(75). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 379. Índice de nombres propios. “(…) Ceos. Isla de las Cícladas: II, 520, 526 (…)”. (76). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 379. Índice de nombres propios. “(…) Cercira. Hija de Asopoques da nombre a la isla de Córcira: IV, 568(…)”. Ibidem. Página 380. Índice de nombres propios. “(…) Córcira. Isla de Iliria: IV, 566, 571 (…)”. (77). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 379. Índice de nombres propios. “(…) Ceroso. Isla del Adriático (…)”. (78). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 380. Índice de nombres propios. “(…) Delos. Isla del Egeo. I, 308 (…)”. (79). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 380. Índice de nombres propios. “(…) Día. ombre de la isla de axos. IV, 425,434 (…)”. (80). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 381. Índice de nombres propios. “(…) Discélado. Isla Libúrnide: IV, 565 (…)”. (81). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 381. Índice de nombres propios. “(…) Drépane. Isla de los Feacios: IV, 990, 1223 (…). (82). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 381. Índice de nombres propios. “(…) Egina, Isla. I, 91; IV, 1766, 1777 (…)”. (83). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 381. Índice de nombres propios. “(…) Electris. Isla del Adriático; IV, 505, 580 (…)”. (84). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 381. Índice de nombres propios. “(…) Enea. Isla. I, 624 (…)”. 70
(85). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 382. Índice de nombres propios. “(…) Equínadas. Islas cercanas a Acarnania. IVC, 1231 (…)”. (86). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 382. Índice de nombres propios. “(…) Escíato. Isla próxima a Magnesia. I, 583 (…)”. (87). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 382. Índice de nombres propios. “(…) Espóradas. Islas del Egeo; IV, 1412 (…)”. (88). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 382. Índice de nombres propios. “(…) Estécades. Otro nombre de las islas Ligístides: IV, 554, 650, 654 (…)”. (89). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 382. Índice de nombres propios. “(…) Etalia. Isla de Elba en el Mar Tireno; IV, 655 (…)”. (90). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 383. Índice de nombres propios. “(…) Eubea. Isla. I, 77; IV, 1135, 1780 (…)”. (91). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 383. Índice de nombres propios. “(…) Fílira. Isla del Ponto. II, 393 (…)”. (92). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 385. Índice de nombres propios. “(…) Hipúride. Islote del Egeo. IV, 1712 (…)”. (93). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 385. Índice de nombres propios. “(…) Imbros. Isla del Egeo. I, 924 (…)”. (94). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 386. Índice de nombres propios. “(…) Isa. Isla Libúrnide. IV, 563 (…)”. (95). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 71
1984. Página 386. Índice de nombres propios. “(…) Lemnos. Islas del Egeo. I, 603, 608, 653, 851, 868, II. 764, IV, 1759, 1760 (…)”. (96). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 386. Índice de nombres propios. “(…) Libúrnides. Islas del Adriático. IV, 563 (…)”. (97). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 387. Índice de nombres propios. “(…) Ligístides. Islas del Mar de Cerdeña (…)”. (98). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 388. Índice de nombres propios. “(…) infea. Isla del Adriático, IV, 573 (…)”. (99). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 389. Índice de nombres propios. “(…) Ortigia. ombre de Delos: I, 420, 537; IV, 1705 (…)”. (100). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 389. Índice de nombres propios. “(…) Partenia. ombre de la isla de Samos. I, 187, II, 871(…)”. (101). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 390. Índice de nombres propios. “(…) Peuce. ombre de la isla del delta del Istro. IV, 310 (…)”. (102). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 390. Índice de nombres propios. “(…) Planctas. Islas Errantes. En una de ellas tiene Hefesto su fragua. III, 42; IV, 787, 861, 924, 932, 939 (…)”. (103). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 391. Índice de nombres propios. “(…) Sícino. Isla del Egeo. I, 624, 625 (…)”. (104). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 391. Índice de nombres propios. “(…) Tafos. Isla de la costa de Acarnania. I, 749 (…)”. (105). “El Megalitismo. Conjuntos Megalíticos de Valencina de la Concepción y Gandul (Alcalá de Guadaira)”. Cuaderno del alumnado ESO. Gabinete pedagógico de Bellas Artes. Sevilla. Consejería de Educación y Ciencia. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía. 72
www.megalitismo_cuaderno_alumnos_eso.pdf Página 11. “(...) ¿Cuándo se construyeron los dólmenes y tholoi? En Europa los dólmenes comenzaron a construirse hace unos 6.500 años, en el periodo conocido como 1eolítico, pero siguieron levantándose durante más de dos mil quinientos años, manteniéndose, pues, durante toda la Edad del Cobre y principios de la Edad del Bronce. Los tholoi, en cambio, se empezaron a construir en la Edad del Cobre. Ello significa que durante toda la Edad del Cobre y el principio de la Edad del Bronce se construyeron ambos tipos de megalitos (...)”. (106). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 12. Canto I. Los consejos de Elena a Telémaco. Túmulos = enterramientos griegos. “(...) y erígele un gran túmulo, hazle muchas exequias (...)”. Ibidem. Página 25. Canto II. Ágora de los itacenses. Túmulos = enterramientos griegos. “(...) y haré hacerle un túmulo y sobradas exequias (...)”. Ibidem. Página 190. Canto XII. Las Sirenas, Escila y Caribdis. Tipo de enterramiento griego. “(...) Al mostrarse en el día la Aurora de dedos de rosa, envié a la morada de Circe a unos cuantos amigos para que me trajeran los restos mortales de Elpénor. Unos troncos cortamos en donde se eleva la isla y, llorando afligidos, allí celebramos las honras. Y no bien con las armas del muerto el cadáver quemamos, le erigimos un túmulo; en él colocamos un cipo y en la parte más alta pusimos su reno manuable (...)”.HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989. Página 174. Canto XVI. Patroclea. Sepultura en túmulos con cipo para Patrocleo. “(...) que lo lleven a la vasta Licia, para que sus hermanos y amigos le hagan exequias y le erijan un túmulo y un cipo, que tales son los honores debidos a los muertos (...)”.HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989. Página 177. Canto XVI. Patroclea. Lavado del difunto. Sepultura en túmulos con cipo para Patrocleo. “(...) Y entonces Júpiter, que amontona las nubes, dijo a Apolo: ¡Ea, querido Febo! Ve y después de sacar a Sarpedón de entre los dardos, límpiale la negra sangre; condúcele a un sitio lejano y lávale en la corriente de un río; úngele con ambrosía, ponle vestiduras divinas y entrégalo a los veloces conductores y hermanos gemelos: El Sueño y la Muerte. Y estos transportándolo con presteza, lo dejarán en el rico pueblo de la vasta Licia. Allí sus hermanos y amigos le harán exequias y le erigirán un túmulo y un cipo, que tales son los honores debidos a los muertos (...)”. (107). MONMOUTH, Geoffrey. “Historia de los reyes de Britania”. Prólogo de Luís Alberto de Cuenca. Colección Selección de Lecturas Medievales Nº 8. Madrid. Editorial Siruela. 1994. (5ª edición). Página 25. Capítulo III. Los sucesores de Bruto hasta la llegada de Julio César. 73
Gigantes en las costas del Mar Tirreno. Utilización del hacha de doble filo por los troyanos. Siglo XII a. C. “(…) Cuando Corineo lo supo, se indignó sobremanera, pues Locrito se había comprometido a tomar a su hija por esposa. El viejo guerrero se presentó ante el rey, blandiendo su famosa hacha de doble filo (…) mientras me queden fuerzas en esta mano diestra que ha arrebatado el gozo de vivir a tantos gigantes a lo largo de las costas tirrenas!” (…)”.MONMOUTH, Geoffrey. “Historia de los reyes de Britania”. Prólogo de Luís Alberto de Cuenca. Colección Selección de Lecturas Medievales Nº 8. Madrid. Editorial Siruela. 1994. (5ª edición). Página 25. Capítulo III. Los sucesores de Bruto hasta la llegada de Julio César. Costumbres troyanas: sacrificios ocultos en cámaras subterráneas. Siglo XII a. C. “(…) Así, pues, Locrino desposo a Güendolena, hija de Corineo, pero no consiguió olvidar el amor de Estrildis; antes bien, hizo construir una cámara subterránea en Trinovanto, encerró allí a su amada e hizo que la sirvieran con todos los honores domésticos de confianza, pues quería guardar una absoluta reserva en sus amores: el temor que le inspiraba Corineo le impedía mostrarlos abiertamente. Prefirió -como he dicho-mantener escondida a Estrildis, frecuentándola durante siete años enteros sin que nadie lo supiese, excepto sus más íntimos. Y, cuantas veces la visitaba, fingía que iba a ofrecer un sacrificio oculto a sus dioses, consiguiendo que los demás diesen crédito a su ficción (…)”.MONMOUTH, Geoffrey. “Historia de los reyes de Britania”. Prólogo de Luís Alberto de Cuenca. Colección Selección de Lecturas Medievales Nº 8. Madrid. Editorial Siruela. 1994. (5ª edición). Página 33. Capítulo III. Los sucesores de Bruto hasta la llegada de Julio César. Construcción de cámaras funerarias de enterramiento. Cronología: Tiempos de Isaías y Oseas, profetas de Jehová. “(…) Dos años después, Lear murió. También murió Aganipo, rey de los Francos. Cordelia, ahora dueña de Britania, hizo sepultar a su padre en una / (Página 34) cámara subterránea que había mandó construir bajo el río Soar, en Leichester. Esta cámara subterránea fue fundada en honor de Jano Bifronte, y era costumbre que allí, el día de la fiesta del dios, todos los obreros de la ciudad comenzasen a trabajar en la obra que los iba a mantener ocupados a lo largo del año (…) / (Página 35) En aquel tiempo Isaías y Oseas profetizaban en Israel y Roma era fundada el día undécimo de las calendas de mayo, por los gemelos Rómulo y Remo (…)”. (108). “El Megalitismo. Conjuntos Megalíticos de Valencina de la Concepción y Gandul (Alcalá de Guadaira)”. Cuaderno del alumnado ESO. Gabinete pedagógico de Bellas Artes. Sevilla. Consejería de Educación y Ciencia. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía. www.megalitismo_cuaderno_alumnos_eso.pdf Página 4. Comparación entre los tholoi de 5ewgrange y los de la provincia de Sevilla. “(...) En 74
Andalucía solo han sido localizados dólmenes, tholoi y muy pocos menhires (...)”. Ibidem. Página 6. Diferencias entre dolmen y tholoi. “(...) Los dólmenes son construcciones compuestas por varias piedras verticales sobre las que se colocan otras transversales a modo de techo, formando una galería o corredor a la que, s veces, se le une una cámara (o dos y raramente más). Los tholoi, por su parte, son construcciones semejantes a los dólmenes, a excepción de la cámara, que en vez de estar techada horizontalmente por una o varias piedras horizontales, lo hace con una bóveda realizada por aproximación de hiladas de piedras, lo que se conoce con el nombre de bóveda falsa. Generalmente, esta bóveda se remataba con una gran piedra. / (Página 7) Con frecuencia los dólmenes y tholoi se hallaban parcial o totalmente cubiertos por un montículo de tierra y piedras que los arqueólogos llaman túmulo (...) al final de los trabajos, el aspecto de un dolmen era el de un montículo de planta de tendencia circular, presentando a veces un pequeño atrio (...)”. Ibidem. Página 8. Dólmenes y tholoi de la provincia de Sevilla. “(...) En nuestra provincia se han detectado hasta ahora más de sesenta dólmenes y tholoi. Todos presentan formas desarrolladas, es decir, de varias piedras verticales, llamadas ortostatos, que soportan sus correspondientes techumbres o piedras horizontales, llamadas cubiertas o cobijas (...)”. Ibidem. Página 24. Los conjuntos megalíticos sevillanos. “(...) La provincia de Sevilla, que participa casi por igual del mundo atlántico y mediterráneo, recibió en la Prehistoria y los comienzos de la Historia los influjos de las culturas y civilizaciones que procedieron de esos dos espacios. Así, fenicios, griegos, cartagineses, romanos y musulmanes, todos procedentes del Mediterráneo, dejaron en mayor o menor medida sus costumbres en nuestro suelo; pero también desde el Atlántico nos han llegado otras influencias. Posiblemente la neolitización de los pueblos ibéricos, el conocimiento de la metalúrgia, el uso del caballo como animal de tiro y prestigio, y sobre todo, lo que ahora nos concierne, los megalitos, nos llegaron desde las tierras europeas bañadas por ese océano. Hacia el V milenio a. C., o sea, hace aproximadamente 7.000 años, el Valle del Guadalquivir, al igual que gran parte de la Península Ibérica, debió conocer la construcción de numerosos megalitos, algunos de los cuales han llegado hasta nosotros. En la provincia de Sevilla los megalitos se concentran fundamentalmente en varios núcleos: Valencina de la Concepción, Gandul en Alcalá de Guadaira, Aladén de la Plata, Castillo de las Guardas, Morón de la Frontera... Sin embargo hay otros aislados y muchos que no conocemos o que han sido destruidos, especialmente en la Campiña. Conjuntos dolménicos de la provincia de Sevilla. - Conjunto I. Gandul. Alcalá de Guadaira. 75
- Conjunto II. Los Castillejos. Almadén de la Plata. - Conjunto III. Loma de la Caspera. Almadén de la plata. - Conjunto IV. Carmona. Carmona. - Conjunto V. Castillo de las Guardas. Castillo de las Guardas. - Conjunto VI. El Pintado. Cabeza de la Siena. - Conjunto VII. El Garrobo. El Garrobo. - Conjunto VIII. El Ronquillo. Guillena. - Conjunto IX. Los Molares. Los Molares. - Conjunto XI. Morón de la Frontera. Morón de la Frontera. - Conjunto XII. Las avas. Puebla de Cazalla. - Conjunto XIII. Cruz del Gato. Utrera. - Conjunto XIV. Valencina. Valencina de la Concepción. Conjunto XV. Gardachapines. Morón de la Frontera (...)”. Ibidem. Página 25. Edad del Cobre: Conjunto megalítico de Valencina de la Concepción. “(...) Se trata de un conjunto de megalitos (dólmenes y tholoi) situados fundamentalmente en el término de la población de Valencina de la Concepción, aunque alguno de ellos se sitúa en el término aledaño de Castilleja de Guzmán. Este conjunto está asociado a una innumerable cantidad de estructuras correspondientes al III milenio, tanto de viviendas como enterramientos o zanjas, dentro de lo que conocemos como la Edad del Cobre, y que desgraciadamente han desaparecido para siempre bajo las obras de las numerosas urbanizaciones levantadas en los últimos treinta años, perdiéndose así la posibilidad de contemplar hoy, quizás, uno de los mayores conjuntos arqueológicos de la Edad del Cobre de toda Europa. La situación que ocupa es privilegiada, ya que desde ella se pueden controlar las tierras de la Vega del Guadalquivir y las del Aljarafe. De lo más de diez megalitos que se han localizado, sólo dos son visitables: El de la Pastora y el de Matarrubilla (...)”. Ibidem. Página 26. Edad del Cobre: El tholos de la Pastora. “(...) Es uno de los megalitos más importantes del Suroeste de la península Ibérica. Fue descubierto en 1860 en una finca llamada “Divina Pastora”, situada en un extremo de Aljarafe en el término municipal de Valencina de la Concepción. o se trata de un dolmen, sino de un tholos, ya que la cámara se halla cubierta no por una piedra sino por una bóveda falsa, es decir, realizada por aproximación de hiladas. Levantado hace casi 4000años, en su construcción se usó pizarra, arenisca, caliza y granito. Salvo la arenisca, que se puede encontrar en las cercanías, las otras rocas debieron ser traídas desde una distancia mínima de 20 kilómetros. Cubierto todo por un túmulo, hoy muy rebajado, posee un corredor de casi 43 m., con atrio de entrada y tres puertas, así como una cámara, cubierta de falsa bóveda. Las excavaciones pusieron de manifiesto un ajuar muy variado: cerámicas, cuentas de collar, puntas de flecha, 27 jabalinas de bronce... (...)”. Ibidem. Página 29. Edad del Bronce: El tholos de Matarrubilla. “(...) Este dolmen fue descubierto en 76
1917 en la finca Matarrubilla, entonces un viñedo y hoy un olivar. Se trata de un dolmen de cámara y corredor, teniendo este una longitud de 30 metros. Tenía un túmulo que lo cubría pero los trabajos agrícolas han terminado por reducirlo a una leve capa de tierra sobre su estructura y su entrada está orientada hacia el E. En su construcción se usó fundamentalmente arenisca, piedra local, pero también granito, que se encuentra a un mínimo de 20 kilómetros, en Gerena. La cámara, cuya cubierta fue dinamitada, posee una gran piedra prismática a modo de mesa de ofrendas. El corredor presenta dos jambas a la entrada y una a escasos centímetros de la cámara. En su interior, que había sido expoliado de antiguo, se hallaron restos humanos correspondientes a dos individuos, trozos de cerámicas, un fragmento de brazalete de marfil, un hacha pulimentada... Por el tipo de construcción, tholos, y por su ajuar, habría que fecharlo al final de la Edad del Cobre o principios de la Edad del Bronce (...)”. Ibidem. Página 32. Conjunto megalítico de Gandul. “(...) Se trata de un conjunto de megalitos, cercano al borde del Alcor, en el término municipal de Alcalá de Guadaira, mayoritariamente excavados a principios del siglo XX por Jorge Bonsor, un inglés afincado en Carmona. Estos megalitos son de dimensiones medias, y en su construcción se utilizó fundamentalmente piedra del lugar, es decir, la del propio alcor, aunque hay algunas cobijas que son de granito (traídas seguramente de Gerena, a unos 38 Km), y algunos ortostatos de pizarra, que más que soportar sólo forraban las paredes. El número de los megalitos podría ampliarse si se confirma que algunas de las elevaciones cercanas pudieran corresponder a otros tantos megalitos. Según sus características todos se clasifican como tholoi, excepto el de la Casilla o Lozana, que es del tipo domen de galería. o se ha encontrado el poblado donde residió la gente que los construyó, pero algunos hallazgos propios del principio de la Edad de los Metales a que se debió asentarse sobre lo que hoy conocemos como Mesa de Gandul. Se pueden visitar los tholoi llamados “Cueva del Vaquero” y “Tumba del Término”, éste último reconstruido en su totalidad (...)”. Ibidem. Página 33. El tholos de los términos de Alcalá de Guadaira y Mairena del Alcor. “(...) Es el único que ha sido reconstruido, si bien se han intentado seguir las técnicas originales. Se trata de un tholos de corredor y dos cámaras, una principal y otra subsidiaria, más pequeña. En su construcción, como viene siendo normal, se hizo primero una zanja sobre la que se situaron las piedras del megalito y luego se cubrió con un gran túmulo. Las paredes se hallan forradas de lajas de pizarra y las cobijas con las que se techa su corredor, que son de arenisca pesadas, descansan directamente sobre las paredes de la zanja y no sobre las lajas de pizarra. Aunque se conoce como Dolmen del Término, en realidad se trata de un tholos ya que su cámara principal se halla cubierta por una falsa bóveda. Se halla situado justo en la linde (frontera) entre los términos de Alcalá de 77
Guadaira y Mairena del Alcor, de ahí su nombre (...)”. Ibidem. Página 36. El Tholos del Vaquero. “(...) Su nombre se debe a que los vaqueros y pastores se cobijaban de las inclemencias del tiempo en el interior. Fue excavado en 1902 y se trata de un tholos con corredor y cámara secundaria, añadida a la principal. Al igual que la mayoría de los dólmenes y tholoi, su construcción comenzó abriéndose una zanja y en ella se levantaron las paredes de hiladas de piedra sobre las que se colocaron las cobijas y encima el túmulo. La roca empleada es arenisca, originaria del lugar, así como pizarra y granito. Su corredor, que tiene una orientación O-SE, posee actualmente una longitud de 10´30 m., aproximadamente (...)”. (109). “El Megalitismo”. Dossier Prehistoria. IES Emériota Augusta. Proyecto Face a face. www.megalitismo.pdf Página 8. El Megalitismo en Extremadura. “(...) En Extremadura encontramos importantes conjuntos megalíticos tanto en la provincia de Badajoz, término municipal de Badajoz y Valverde de Leganés, Lácara, cerca de Mérida, y Bancarrota, como en la provincia de Cáceres con uno de los conjuntos megalíticos más importantes de Europa en las proximidades de Valencia de Alcántara, donde se cuentan hasta 41 dólmenes (...)”. (110). “El Megalitismo”. Dossier Prehistoria. IES Emériota Augusta. Proyecto Face a face. www.megalitismo.pdf Página 8. El dólmen de Lácara. “(...) El dólmen de Lácara es del tipo dolmen de corredor. La cámara sepulcral es de planta circular y está cubierta con túmulo. Alcanza los cuatro metros de altura y más de 5 m., de diámetro. El acceso al sepulcro se efectúa por un corredor que aparece compartimentado en tres tramos, considerados como vestíbulo o atrio de entrada el primero y dos antecámaras los siguientes, alcanzando una longitud total de casi 20 m. Fue declarado Monumento acional en 1931 (...)”. (111). “El Megalitismo”. Dossier Prehistoria. IES Emériota Augusta. Proyecto Face a face. www.megalitismo.pdf Página 8. Valencia de Alcántara. “(...) En la zona de Valencia de Alcántara predominan los dólmenes simples, es decir sin corredor, y su estado de conservación es diverso, dado el elevado número de monumentos megalíticos que aquí encontramos. Generalmente son de menores dimensiones que el de Lácara, y el material utilizado para su construcción es el granito y en menor medida la pizarra (...)”. Página 64. “(...) La (112). “La Prehistoria”. www.16065094(1).pdf Sierra de Aralar es muy pródiga en cuanto se refiere a monumentos prehistóricos. Cuenta con varios menhires, algunos túmulos y sobre todo con una gran cantidad de dólmenes, así como simas y cuevas (...)”. Ibidem. Página 91. Túmulos. “(...) Hasta hace pocos años no se tenían noticias de la existencia de túmulos en la Sierra de Aralar, pero tras haber realizado varias visitas a la sierra en busca de dólmenes, hemos 78
localizados una serie de túmulos en la zona Centro, estando la mayoría de ellos en la provincia de 1afarroa. Túmulo de Abate. Localización: Se encuentra en terrenos de Intze en Malloak, a muy pocos metros del Errealengo entre las cumbres de los montes Alborta y Tuturre, a unos 300 m., al noreste del túmulo de Urdanetako lepoa. Cerca del mismo, a escasos metros, existe una especie de redil. Descripción: Tiene un túmulo circular de 8 m., 40cm., de diámetro de orte a Sur y 9 m., 60 cm., de diámetro de Este a Oeste, con una pequeña depresión central de 30 cm., de profundidad por 4 m., de diámetro de orte a Sur y 3 m., 60 cm., de diámetro de Este a Oeste. Está situado al borde de una dolina. Fue descubierto por Miguel Artola de txabola de Urdaneta y natural de Intze. Túmulo de Arrate-Xar Bekoa. Localización: Se halla situado en la zona Centro de la sierra, en terrenos del Realengo de Aralar, en el extremo Occidental de la pradera de Etzanza, al Sureste del monte Alborta y a unos 400 m., al este del collado de Arrate Xar. A 1080 m., aprox., de altura s. n. m. Descripción: Tiene entre 8 y 9´50 m., de diámetro por un metro de altura en su parte sur, con una ligera depresión central de 3´50 m., de diámetro. Está ubicado en un terreno un poco inclinado por lo que, en su parte orte, el túmulo se une al terreno. Descubierto en la fecha 17 -abril1981 por nosotros. Túmulo de Atallorbe. Localización: Se halla situado en la zona Centro de la sierra, en terrenos del Realengo de Aralar ( afarroa), a unos 500 m., al oreste de Unakoputzue, a 300 m., al Suroeste de la cima del monte Atallorbe y a 450 m., al Sur del monte Mendi-Aundi. A 1200 m., aprox., de altura s. n. m. Descripción: Tiene 9 m., aprox., de diámetro por medio metro de altura, con una ligera depresión central. Las piedras son calizas del terreno. Lo localizamos el 31 de septiembre de 1980, habiendo sido localizado anteriormente por miembros de la Sección de Espeleología de la Sociedad Aranzadi. / (Página 92) Túmulo de Desamalkor. Localización: Se encuentra situado en el Aralar avarro, en terrenos del Errealengo. Al sur de la txabola de Frantsesa, a la izquierda del camino (unos 50 m.) que de Intzazelai se dirige al refugio de Desao,en el paraje denominado Desamalkor. Descripción: es un túmulo circular de 7 m., de diámetro y 1 m., 20 cm., de altura constituido por calizas urgonianas del terreno. Tiene una depresión en su lado norte de tipo rectangular formado por piedras pequeñas de caliza. Fue descubierto por miembros de la sección de Espeleología de Aranzadi. Túmulo de Gaztelueta. Localización: Se halla situado en la ladera suroeste del monte Beloki, o unos 100 m., al norte de la txabola de Gaztelueta, en terrenos de Errealengo en el Aralar avarro. Descripción: Tiene un túmulo de 12 m., de diámetro por 1 m., 30 cm., de alto en su arco Oeste y Sur, elevándose muy poco por el lado Este y estando a ras de tierra 79
en su cara orte. Alrededor del túmulo, en su mitad sur y en su parte Este, existen piedras, habiendo también algunas piedras en el centro del mismo. Los pastores del lugar conocen a este túmulo como sepultura de gentiles. Fue descubierto por José Mari Gamboa de la txabola de Albi y natural de Arbazu. Túmulo de Igatatza. Localización: Se halla situado en la zona Centro de la sierra, en terrenos de la Unión de Enirio-Aralar (Guipúzcoa) cerca del dolmen de Igaratza orte que se encuentra a 150 m., hacia el Sureste. A 1195 m., aprox., de altura s. n. m. Descripción: Tiene un diámetro de unos 11 m., con una depresión central de unos 35 cm., de profundidad, forma un abultamiento de dos m., de espesor dando la impresión de ser un cercado para las ovejas y habiendo pasado desapercibido hasta la fecha. Las piedras son calizas del terreno. Lo localizamos el 3 de Octubre de 1978, ignorando si antes de esta fecha ha sido catalogado. Túmulo de Intzazelai. Localización: Se halla situado en la zona Centro de la sierra, en terrenos de Errealengo de Aralar, a unos 40 m., al Este del refugio de Txameni en el paraje Intzazelai, y al Oeste del collado de Ipuzmeaka. Descripción: Tiene un diámetro de unos 5´80 m., de alto. Existe una pequeña depresión en el centro así como una losa. Está completamente cubierto de hierba y muy cerca hay un redil. Fue localizado el 10 de mayo de 1981 por Luís Millán. / (Página 93) Túmulo de Urdanetako Lepoa. Localización: Se halla situado en la zona Centro de la Sierra, en terrenos del realengo de Aralar ( afarroa), en el collado situado entre las cumbres de los montes Tuturre y Alborta, en Malloas. A 1157, aprox., de altura s. n. m. Descripción: Tiene 11 m., de diámetro por un metro de altura, con una depresión central de 50 cm., de profundidad y 4 m., de diámetro. Está inclinado todo él debido a la situación de la ladera del monte Alborta, donde se halla ubicado. Las piedras son calizas del terreno. La localizamos el 11 de febrero de 1979, ignorando si hasta la fecha ha sido catalogado. Túmulo de Urrusti (Gañeta). Localización: Se halla situado al S., del monte Gaineta, en la Unión de Enirio-Aralar.Los dólmenes de Uelogoena se encuentran situados a unos 500 m., al W-SW de esta túmulo y el collado de Urrusti al W. Descripción: Tiene un túmulo de 8´20 m., de diámetro de orte a Sur y 9´60 m., de diámetro de Este a Oeste, alcanzando una altura de medio metro. Tiene un cráter central de 2´30 m., de diámetro. La localizamos el día 10 de octubre de 1981. Los túmulos de Atallorbe, Desamalkor, Igaratza y Urdaneta éste último con el nombre de Abate, fueron publicados en la revista Munibe, nº 34, del año 1979, por miembros de la sección de Espeleología de Aranzadi (...)”. (113). BLÁZQUEZ, José María & LÓPEZ MELERO, Raquel & SAYAS, Juan José. “Historia de Grecia Antigua”. Colección: Historia, serie mayor. 80
Madrid. Cátedra. 2012 (3ª edición).Página 107. Capítulo IV. El Bronce Antiguo. Creta. Heládico Antiguo. “(…) Los testimonios relativos a las formas de enterramientos son pobres y dispersos. Característica de este periodo, aunque no generalizada, es la costumbre de enterrar a los muertos bajo el suelo de las casas, que se documenta en Beocia, en la Argólide y en Laconia, incluso en la segunda fase. En la Grecia Central y el Peloponeso hay también hallazgos de enterramientos en tinaja de barro, aunque corresponden a niños (…)”. (114). BLÁZQUEZ, José María & LÓPEZ MELERO, Raquel & SAYAS, Juan José. “Historia de Grecia Antigua”. Colección: Historia, serie mayor. Madrid. Cátedra. 2012 (3ª edición).Página 131. Capítulo V. El Bronce Medio. “(…) Las formas de enterramiento son también simples, aunque diversificadas; desaparecen unas tradiciones, se mantienen otras y hay también variedades nuevas. El difunto era depositado en una cista rectangular hecha de losas o de murete y cubierta con otras losas; o bien en una tinaja de barro; o en fin, si era muy pobre, en un simple agujero de la roca o el suelo. 1o se acompañaba de aguar funerario, salvo uno o dos vasos, que se encuentran a veces no siempre. Los poblados más grandes, como Micenas, Tebas y otros varios, tenían necrópolis situadas a cierta distancia, donde se colocaban las cistas o las tinajas. En los demás casos se enterraba junto a las viviendas o entre dos casas, pero muy raramente debajo de ellas. La novedad funeraria más importante es el túmulo, documentado en el Ática, en la Fócide, en las regiones occidentales / (Página 132) del Peloponeso y en la isla de Leúcade. Se trata de un gran montón de tierra colocado sobre una base de piedra o encerrado en un recinto redondo de piedra poco elevado. Excepcionalmente constituye un único enterramiento, pero lo común es que se apiñen en él muchas sepulturas en cistas individuales de piedra o en tinajas; a veces se han añadido recintos con nuevas cistas (…)”. (115). BLÁZQUEZ, José María & LÓPEZ MELERO, Raquel & SAYAS, Juan José. “Historia de Grecia Antigua”. Colección: Historia, serie mayor. Madrid. Cátedra. 2012 (3ª edición). Página 201. Capítulo VII. El mundo micénico Antiguo Medio (Heládico Reciente I y II). “(…) El paso del Heládico Medio al Heládico Reciente o Micénico se sitúa entre el 1650 al 1600 a. C. (…) Las comunidades del Heládico Medio, que, según se cree hoy en día, estaban integradas ya por los indoeuropeos protogriegos superpuestos en el territorio al sustrato prehelénico (…)”. (116). BLÁZQUEZ, José María & LÓPEZ MELERO, Raquel & SAYAS, Juan José. “Historia de Grecia Antigua”. Colección: Historia, serie mayor. Madrid. Cátedra. 2012 (3ª edición). Página 208. Capítulo VII. El mundo micénico Antiguo Medio (Heládico Reciente I y II). “(…) Ya los 81
antiguos conocían el llamado Tesoro de Atreo en Micenas y el Tesoro de los Minias en la beocia Orcomeno. (…) El Tesoro de Atreo conserva casi intacta su construcción: el largo corredor de 36 metros, la puerta con el triángulo de descarga sobre el dintel, la cámara abovedada de 14´5 metros de diámetro y la cámara funeraria excavada en la roca. Todo está hecho con bloques de piedra tallada; grandes losas –una de ellas de más de 120 toneladas- cubrían el paso desde el dromos hasta el tholos y, a su vez, desde el tholos hasta la cámara. La cubierta principal responde al tipo de falsa bóveda conocido en Creta desde la Época Prepalacial. Como todos los tholoi en general, estaba recubierto por un túmulo de tierra rodeado por un murete poco elevado. (…) / (Página 209) Beocia, por su parte, cuenta con el magnífico Tesoro de los Minias de Orcómeno, enterramiento similar al de Atreo en dimensiones, diseño, construcción e, incluso por lo que se puede apreciar, en diseño decorativo. La cámara rectangular lateral tiene el techo recubierto de placas esculpidas, decoracas con espirales y papiros al estilo cretense. (…) El tipo de enterramiento es en ellas el de cámara tallada en la roca, normalmente muy simple, aunque algunas presentan enlosado, decoración o algún otro detalle que las identifica como más ricas. Estas tumbas tienen un largo dromos, que se abre en la pendiente de la colina y conduce a la cámara a través de / (Página 210) una puerta. Hay muchas variaciones de detalle, si bien la tendencia es a un dromos cada vez más estrecho y en cuesta, con las paredes cerrándose hacia arriba. La cubierta de las cámaras es plana unas veces, pero otras forma una bóveda, como imitando al tholos. Los ajuares funerarios varían también en calidad. Estos enterramientos servían para varios individuos, quizás pertenecientes a una misma familia. El tipo siguió en uso a lo largo de casi todo el periodo Micénico (…)”.BLÁZQUEZ, José María & LÓPEZ MELERO, Raquel & SAYAS, Juan José. “Historia de Grecia Antigua”. Colección: Historia, serie mayor. Madrid. Cátedra. 2012 (3ª edición). Página 231. Capítulo VIII. El Micénico Reciente (Heládico Reciente III). “(…) Beocia atesora también en su área septentrional, separada de la meridional por el lago Copais, otra ciudad legendaria, Orcómeno; cuenta con murallas ciclópeas, restos de construcciones decoradas con frescos y un magnífico tholos con cámara lateral al que ya se hizo referencia más arriba. o cabe duda de que fue un centro palacial, quizá aunque no con seguridad, destruido a finales del Heládico Reciente IIIb. También / (Página 232) se sitúa en Beocia, al nordeste del lago Copais, en impresionante amurallamiento de la colina de Gla. Tiene cuatro puertas, dos de ellas reforzadas con bastiones, así como restos de una construcción interior de cierta importancia, aunque mucho más modesta que los palacios conocidos. Centro palacial, o campamento militar, como algunos han 82
sugerido, el caso es que la fortaleza sucumbió al fuego, para no ser reocupada, también en el Heládico reciente IIIb. o sabemos hasta qué punto dependía de Orcómeno, ya que en la ruta que conduce desde esta ciudad hasta el mar se encuentran otras varias colinas fortificadas; es verosímil, por tanto, que se trate de un conjunto de centros de distinta importancia y muy próximos entre sí, similar al de la Argólide (…)”. (117). BLÁZQUEZ, José María & LÓPEZ MELERO, Raquel & SAYAS, Juan José. “Historia de Grecia Antigua”. Colección: Historia, serie mayor. Madrid. Cátedra. 2012 (3ª edición). Página 227. Capítulo VII. El mundo micénico Antiguo Medio (Heládico Reciente I y II). “(…) El aspecto de la religión mejor estudiado es, en principio, el funerario, aunque sólo lo conocemos en aquello que revelan los enterramientos. Los cadáveres se inhumaban, no se incineraban, al igual que había ocurrido en la fase anterior. o parece que la finalidad de su enterramiento haya sido la conservación del cuerpo, porque no se momificaban ni embalsamaban y, por otra parte, están documentados, como en Creta, los cenotafios, destinados, es de suponer, a aquellos muertos cuyos cadáveres no habían podido ser recuperados. Se ha constatado asimismo que las osamentas eran desplazadas a un rincón de las sepulturas para dejar sitio a nuevas inhumaciones. En realidad todos los enterramientos deben de haber sido familiares: no solo los tholoi y las cámaras; también las fosas verticales. En las tumbas de distintos tipos han sido hallados restos de ataúdes o sarcófagos de madera; probablemente las máscaras funerarias encontradas en los círculos de Micenas –la de oro, llamada de Agamenón y, la de electro- habían sido aplicadas a sarcófagos antropoides. Diademas, pendientes, alfileres, cinturones y otros objetos de adorno personal, pertenecientes en vida al difunto o realizados para la ocasión, engalanaban el cadáver. Así también armas primorosamente trabajadas y, posiblemente escudos. Han aparecido a veces restos de animales, que suelen ser perros o caballos, tal vez sacrificados o enterrados en vida para que acompañaran al que había sido su señor. El ajuar se completaba, en fin, con vasos de uso ritual, como son los ritones, pero también con piezas domésticas. Alimentos y bebidas eran depositados cerca del difunto capaz de consumir alimentos y desplegar una cierta actividad. Con respecto a / (Página 228) los objetos de uso personal, cabe suponer que se introducían en las tumbas porque se consideraban como una pertenencia intransferible del inhumado que era preciso amortizar y, no porque se creyera que iban a ser utilizados. En cuanto a la construcción sólida de las tumbas y su sellado, debía de servir para garantizar su inviolabilidad, más que para evitar que el difunto pudiera acceder de nuevo al mundo de los vivos y atormentarlos. Algunas tumbas han conservado huellas de la celebración de un banquete funerario durante el entierro, símbolo quizá de la confraternización del grupo familiar al margen de la muerte y del tiempo. 83
Es difícil determinar hasta qué punto la utilización del tholos como sustituto de la fosa vertical implica un cambio en las creencias de ultratumba. o se aprecian diferencias significativas en lo que hace al enterramiento en sí, ni al ajuar, entre los tholoi y los círculos; de modo que el tholos podría no ser más que una forma de protección de las tumbas. Tampoco es seguro que la decoración interior estuviera destinada a crear un ambiente para el supuesto disfrute de los difuntos. Eran lugares de penetración y celebración de rituales cada vez que se producía un nuevo enterramiento, de suerte que esa decoración podría justificarse en razón de que el tholos se contaba de hecho entre las dependencias utilizables por los vivos. A pesar de que la decoración interior de la bóveda, en casos como el Tesoro de Atreo, puede haber pretendido una semejanza con el cielo estrellado, es decir la bóveda celeste, no hay indicios en el sentido de que el Tholos haya representado el centro cósmico con vistas a la comunicación con la divinidad, pero también es verdad que difícilmente habrían podido quedar testimonios de tales creencias, dada la naturaleza de los testimonios que aquí manejamos (…)”. (118). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 117. Cronología. “(…) o ha ha datacions absolutes per aquest tipus de monuments, i s´hi han fet molt poques excavacions, pel que resulta molt difícil donar una cronología definitiva. A la cova de Son Mercer de dalt (Fereries) s´hi van trovar alguns fragments de cerámica (entre els que destaca un tros d´olla globular de boca ampla, o de forma de tulipa), que posen de manifest que aquel monument és sincrónic amb els sepulcres megalítics de la zona oriental de l´illa / (Página 118). Això apunta que es puguii situar l´hipogeisme a Menorca Occidental cap a fines del III mil.lenari i durant la primera meitat del II a. C. Tipològicament potser es podrien fer deduccións sobre l´evolució dels monuments, però en sembla arriscat amb les dades de què es disposa. o hi ha dubte que la complexitat de treball que presenten alguns dels hipogeus demostra que s´han utilitzat per un llarg periode de temps (un exemple clar és l´evolució interna de l´hipogeu de S´Hostal), sofrint modificacions i ampliacions successives, però es un tema en el que s ha de ser prudent per la falta d´excavacions (…)”. (119). SEGUÍ Y RODRÍGUEZ, Juan. “D. Emilio Cartailhac”. Revista de Menorca. Ciencias, Artes, Letras. Mahón. Establecimiento Tipográfico de B. Fábregues. 1888. Página 98. “(...) Respecto á Menorca, el director de ‘La Revue” ha que dado admirablemente sorprendido al encontrar mayor número de monumentos de los que le habían señalado. Los autores que los describieron no examinaron la riqueza de detalles que los hacen 84
interesantes. En realidad, según el ilustre viajero, existen todavía las ruinas de ciudades enteras, con sus murallas ciclópeas, sus fortificaciones, sus templos ó palacios, sus casas y sus sepulcros. Estos templos ó palacios no son en verdad comparables á los que se han encontrado sepultados en Italia y en Grecia, pues todo es / (Página 99) relativo; pero no obstante, en medio de los monumentos de las primitivas épocas, se distinguen por la amplitud de sus dimensiones, el enorme volumen de las piedras que los forman y cuya construcción es mas acabada que otras. Parece que lo que conocemos con el nombre de altares de Trapucó, Talatí, Torre de Gaumés, Torre Trencada, etc., no forman otra cosa que la columna central o principal de estos edificios sobre la cual se apoyaban largas piezas de piedra que constituían el techo. Alrededor de estos edificios son numerosas las habitaciones ordinarias pero relativamente de un estilo mas tosco. Las piedras, por punto general, son de grandes dimensiones pero sin pulimentar. Se observan á menudo extensas galerías al nivel del suelo, casi subterráneas, por las cuales se debía transitar muchas veces agachándose. Otras se presentan abiertas en el suelo; pero estas carecen de la misma amplitud. Los subterráneos a corta diferencia semejante, constituyen los osarios donde se depositaban los restos humanos que habían permanecido algún tiempo en los sepulcros desconocidos. Las navetas son positivamente también osarios. La población subterránea más interesante de Menorca, según Mr. Cartailhac, es la Torre de Gaumés; menos vasta, pero más notable por su circuito fortificado, es la de Santa Rosa en el término de Ciudadela. La de Son Carlá con su circuito y soberbio templo es no menos notable. En fin, si se quiere tener una idea precisa de lo que era el interior de esta clase de poblaciones, no se tiene mas que visitar la que se ha descubierto recientemente en el predio S’Hostal propiedad de D. Gaspar J. Saura, uno de los escasísimos propietarias de esta isla que se ha interesado por / (Página 100) las antigüedades que encierra el suelo de sus posesiones, conservándolas en buen estado (...)”. (120). MARTÍNEZ SANTA-OLALLA, Julio. “El origen de la columna de tipo mediterráneo”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Y de las Sociedades Afines Domiciliadas en el mismo. Año XXXIV. Quinta Época. Tomo XXV. Mahón. 1930. www.RevistadeMenorca1930.pdf Página 10. Diferenciación entre columna ciclópea y mediterránea. “(…) Si el monumento es megalítico—entiéndase por megalítico no sólo el que lo es propiamente, como dólmenes, galerías cubiertas, etc., sino también los que por su aparejo y especiales condiciones, pueden, por grafismo y con todo género de reservas recibir tal nombre—entonces surge la pilastra de una sola pieza. Si el monumento es ciclópeo propiamente dicho, da lugar a la aparición de la columna mediterránea o cónica invertida. 85
Del primer caso -nacimiento de la pilastra- tenemos en el Sur de España ejemplares estupendos como la famosa galería cubierta llamada Cueva de Menga de Antequera, provincia de Málaga (1) o también la de Trigueros en la provincia de Huelva (2). Si vamos a Egipto, en el llamado “templo de la esfinge” que parcial y técnicamente representa un tipo muy primitivo, encontraremos la pilastra, pues sólo eso y no otra cosa puede dar su aparejo y su disposición arquitrabada (3). El caso de nacimiento o existencia de la pilastra no es extraño a las Baleares. En Son Carlá en Menorca, el recinto que encierra la taula, nos brinda el más típico ejemplo y más grandioso de toda la cultura, en que los arquitrabes se apoyan sobre grandes pilastras prismáticas y monolíticas, que le dan -por identidad de disposición y técnica- una semejanza grande con el citado “templo de la esfinge”. Hasta aquí estamos en el caso próximamente de las columnas / (Página 11) en todo el mundo, por ello hemos de entrar a considerar el caso de entrar a las columnas mediterráneas (…)”.Página 10. Cita (1). “(...) M. Gómez Moreno, Arquitectura tartesia. La necrópolis de Antequera. (Boletín de la Real Academia de la Historia, T. XLVII), Madrid 1905.- C. de Mergelina y Luna, La necrópolis tartesia de Antequera. (Memoria IV de la Sociedad española de antropología, etnografía y prehistoria), Madrid 1922 (...)”. Página 10. Cita (2). “(...) H. Obermaier, El dólmen de Soto (Trigueros; Huelva). (Boletín de la Sociedad Española de Excursiones), Vol. XXXII, Madrid, 1924 (...)”. Página 10. Cita (3). “(...) Hölsche-Steindorf, Die Ausgrabungen des Totentempels der ChephrénPyramide durch die Siglin-Expedition (Zeitschrift für ägyptische Sprache, Vol. XLVI) 1908 (...)”. (121). MARTÍNEZ SANTA-OLALLA, Julio. “El origen de la columna de tipo mediterráneo”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Y de las Sociedades Afines Domiciliadas en el mismo. Año XXXIV. Quinta Época. Tomo XXV. Mahón. 1930. www.RevistadeMenorca1930.pdf Página 11. Cerramientos de cámaras. “(…) La arquitectura ciclópea puede emplear dos métodos para cerrar espacios y cubrir cámaras: Lajas horizontales tendidas de una pared a otra que las sirva de apoyo. Bóvedas de falsa cúpula o de aproximación de hiladas. En el primer caso los espacios cubiertos no pueden ser muy grandes ya que las dimensiones de las piedras lo limitan inevitablemente. Las bóvedas por el enorme peso de los materiales sólo en ejemplares ya pequeños o de técnica muy evolucionada para grandes recintos tienen éxito. Esta limitación por efecto de los materiales y de la técnica constructiva la vemos bien patente en algunas galerías cubiertas y sepulcros de cúpula de la Península Ibérica: En la Cueva del Romeral de Antequera (1), en la de la Menga del mismo lugar (2), en los sepulcros de 86
cúpula de Gor (3) en Granada, en los sevillanos de Matarrubilla y Cueva de la Pastora (4) y en tantos otros, vemos como no arriesgan la solidez del monumento y su estabilidad los arquitectos prehistóricos por lo que han de echar mano: bien de los pilares que vemos en Menga, o, del recurso que se valen en los otros ejemplares citados, en los que la cúpula falsa es cerrada por una gran losa. Es más, en algunos casos no basta el cerrar la cúpula con una losa sino que han de recurrir como en un caso de Gor (5) o de los Millares (6) por ejemplo, a colocar una pilastra o columna que soporte y asegure el monumento (…)”. Página 11. Cita (1). “(...) Gómez Moreno y Mergelina loc. cit. (...)”. Página 11. Cita (2). “(...) Id. (...)”. Página 11. Cita (3). “(...) M. Gómez Moreno, Granada y su provincia, Madrid 1907 (...)”. Página 11. Cita (4). “(...) H. Obermaier, El dolmen de Matarrubilla (Sevilla). (Memorias de la Comisión de Investigaciones paleontológicas y Prehistóricas, . 26). Madrid, 1919 (...)”. Página 11. Cita (5). “(...) M. Gómez Moreno, Granada ect. - H. Obermaier, Die Dolmen Spaniens (Mitteilungen der Anthropologischen Gesellschaft, T.L), Wien 1920 (...)”. Página 11. Cita (6). “(...) L. Siret, L´Espagne préhistorique (Revue des questions scientifiques), Bruxelles 1893.- H. Obermaier, Die Dolmen Spaniens (...)”. Ibidem. Página 12. La columna mediterránea en Menorca. “(…) Volvamos a las Baleares en cuya arquitectura no encontraremos más que los principios más rudos del arte de construir—y por ende los más interesantes, ya que no es posible hallarlos en sitio alguno_. Las cámaras adinteladas o abovedadas baleáricas son siempre de muy pequeñas dimensiones. En la mayoría es imposible mantenerse en píe, son verdaderos agujeros o pasadizos. En el momento en que las gentes de la cultura de los talayots han de hacer cámaras de mayores dimensiones, han de echar indefectiblemente mano de algún elemento auxiliar la columna. Habida cuenta de la calidad, condición y dimensiones de los materiales que el hombre tiene a su disposición en las Baleares, -y en general en toda la cultura ciclópea- ha tenido que ser para él en los primeros tiempos motivo de constante preocupación el de agrandar los espacios libres en los recintos de sus construcciones. Preocupación que resolvió con la columna cónica invertida que hemos llamado mediterránea. En las grandes cámaras a partir del suelo se van elevando las paredes paradógicamente, se construye conforme a la primitivísima idea de la aproximación de hiladas. Al estar próximos al cierre de la bóveda, es poco frecuente que se atrevan a continuar hasta su cierre completo. Lo general. es que al igual de los constructores de los sepulcros de cúpula hispanos de que antes hicimos mención, cierren la cámara, no con una gran losa de piedra como aquellos, más si con varias lajas, que facilitando el trabajo, resuelven el problema del cierre y dan alguna solidez o seguridad al conjunto con su peso. Mas se da el caso con demasiada frecuencia, que las dimensiones de las losas de piedra disponibles no llegan de un extremo a 87
otro. En el momento en que las lajas de cubierta no son suficientes nace la columna mediterránea en su forma más bárbara y típica. El más bello ejemplo de nacimiento de columna cónica invertida o mediterránea es el de Son Marcé de Baix en el / (Página 13) término de Ferrerías de la isla de Menorca—láminas 1 y 2—. Se trata de una naveta, cuya cámara alcanza 10,50 metros de longitud por 3,80 metros de anchura máxima y una altura medía de 2,60 metros. Exteriormente y la primera mitad de la cámara está destruida, La segunda mitad se conserva perfectamente, es de dos naves, tiene tres columnas, que primitivamente y en total serían cinco o acaso seis. La cámara en si es una bóveda partida en dos por las tres columnas que en una hilera central existen. Las columnas se hallan formadas por varios bloques de piedra más o menos circulares colocados uno encima de otro en orden inverso a sus densidades ofreciendo una curvatura armónica con la de las paredes de la cámara. La naveta o nau de Son Marcé de Baix nos muestra bien a las claras la necesidad absoluta de la columna invertida, la bóveda es cerrada por losas de piedra de no muy grandes dimensiones -de su interesante disposición no hace al caso entrar en detalles- que requieren que la columna vaya ensanchando hacia arriba para que pueda recibir las cobijas y lograr a la vez un mayor espacio útil. Supóngase por un momento que en vez de la columna mediterránea tenemos en Son Marsé de Baix otra columna, una normal, o, simplemente. Pruébese a invertir las columnas que existen y se verá la imposibilidad absoluta de que el monumento exista. Lámina 1. Del tipo primitivo de Son Marcé de Baix, no sólo existen columnas en edificios abovedados. En Binigaus ou—cerca de San Cristóbal isla de Menorca—existe una gran sala cuyo techo lo forman una serie de prismas de piedra y grandes lajas en disposición radiada que se apoyan en columnas de un gran interés lámina 3-. Mientras unas representan el tipo más primitivo de la columna mediterránea, otras muestran un progreso técnica y estéticamente, ya que en ellas se ve un mayor cuidado en la labra de las piedras, las inferiores sobre todo. La gran sala de Binigaus ou con su gran número de columnas y su variación nos proporciona un excelente ejemplar de progreso por un lado y de bruticie y primitivismo por / (Página 14) otro la piedra que apoya directamente en el suelo está bien labrada, es troncocónica normal, o, hablando con más exactitud es troncopiramidal y su sección debe ser un hexágono esto por un lado, por el otro, la parte superior de la columna casi sus dimensiones enormes, presenta un contraste de lo más curioso y un ejemplo típico de algo que aparece con frecuencia en las columnas menorquinas : al faltar piedras de grandes dimensiones para el capitel se forma éste de varios bloques. Lámina II. El tipo este se perfecciona gracias a una labra más cuidadosa de la piedra y forman las columnas tambores de piedra cuyo diámetro aumenta hacia arriba pero con mayor regularidad. Esto ocurre por ejemplo en la maravillosa estación 88
arqueológica de Torre d´En Gaumés -en Alayor, Menorca, Lámina 4, figura 1- por no citar otras. La evolución y mejora del tipo se continúa, llegando a un estadio que nos acerca más a las columnas de Creta y Micenas. Los varios bloques que formaban la columna desaparecen y son sustituidos por una pieza única que forma el fuste y otra independiente que constituye el capitel. En ningún lado como en la columna de tipo mediterráneo menorquina se pone de relieve el carácter utilitario del capitel y su evolución sencilla y naturalísima. El momento este del desarrollo de fuste y capitel, el primer instante (le diferenciación y especializada se ve bien patente en alguna de las columnas de Torre d’En Gaumés, en la construcción subterránea de Talaty de Dalt (1) etc. / (Página 15) Las piedras de capitel nunca son más que aproximadamente circulares, lo general son rectangulares con las aristas todas redondeadas. Lámina 1 y 3. Al comenzar, dijimos, en Menorca no faltan ejemplares que requieren el uso de la pilastra lisa, de la que hay ejemplos típicos. Es lógico por lo tanto suponer, que, pilastra y columna mediterránea no hayan dejado de influenciarse. Esta suposición se ve confirmada en multitud de casos en que las pilastras van coronadas por una especie de capitel—Lámina 4, figura 2 —, una losa de piedra que no tiene otro objeto que el aumentar la superficie de recepción de cobijas de las pilastras, para las cuales es un elemento extraño. Simultáneamente con la columna mediterránea y la pilastra se construyen en Menorca, columnas sencillamente cilíndricas, cuando la índole y materiales de construcción lo permiten, estando siempre formadas por bloques o tambores de piedra toscamente labrados. Lámina 5. Un aspecto indudablemente del más alto interés nos le ofrece la evolución de la columna-pilastra en Menorca. En el pasado mes de Abril, tuve la suerte de encontrar al otro lado de la barrancada en que está la ya conocida naveta de Son Marsé de Baix (1) una nueva e interesantísima estación prehistórica Se trata de un conjunto en el cual hay cuando menos cinco navetas, otros edificios y un pequeño talayot. De las navetas nos interesan dos principalmente, ya que son las mejor conservadas. Una es de dos naves, su longitud interior es (le 9,80 metros, anchura total de 3,10 y la de cada nave de 1,30, la anchura (le las columnas-pilastras es de 50 centímetros; aquí los bloques están bien escuadrados y van coronados / (Página 16) por otro mucho mayor que forma el capitel. La otra naveta interesante, ejemplar único en la isla, está adosada al pequeño talayot y consta de tres naves, conteniendo por lo tanto dos hileras de columnas, jornadas por bloques mas o menos cúbicos de labra relativamente esmerada, cuyo capitel es otro bloque de mayores dimensiones bien trabajado y con todas sus aristas inferiores en bisel no muy pronunciado, lo que le da aspecto—con todas las reservas y no olvidando ser algo muy primitivo y simple con el mas sencillo de los capiteles dóricos del Heraion de Olimpia (1). 89
Es posible que las columnas que hemos llamado mediterráneas de la cultura crético-micénica procedan de las Baleares? Es cosa absolutamente imposible! La cultura de los talayots pertenece en sus principios a un momento muy tardío de la Edad del Bronce que se puede fechar con gran verosimilitud en el momento de gran movimiento de pueblos mediterráneos hacia el año 1200 antes de Cristo. Las columnas menorquinas no hacen otra cosa que mostrarnos—como parte que son de la gran unidad mediterránea—cual ha sido la evolución desde el momento de origen de la columna mediterránea en el círculo crético-micénico, hasta llegar al tipo perfecto que Knosos o Micenas nos muestran. Lo que en aquellas culturas falta efecto de la evolución constante e intensa, lo hallamos en sus primitivos estadios en las Baleares, por ser la cultura de los talayots, cultura retardataria y aislada que vive de si misma hasta la época romana (…)”. Página 14. Cita (1). “(…) F. Hernández Sanz, oticias generales sobre los monumentos megalíticos de la isla de Menorca y reseña detallada de tos existentes en el predio de Telaty de Dalt, Barcelona 1898. Aprovechamos la ocasión para advertir a los investigadores que tanto los trabajos de A. Bezzenberg (Vorgeschichtfiche Bauwerke der Balearen, en Zeitschrft fiir Ethnologie 1907) corno A. Mayr (Uber dic vorrómisclieti Denkniiler der Bolearen. Sitzungsberichte der K. Bayerischen Akademie der Wissensahaften, München 1914) deben utilizarse con todo género de reservas en lo que pudiesen tener de aportación personal en lo que a planos de monumentos respecta, ya que suelen ser muy inexactos, corno ocurre con el monumento de Telaty a que aludirnos. Por ello para este fin sólo debe de tenerse en cuenta las plantas de las obras citadas en la nota (1) de 1a segunda página de este trabajo (…)”. Página 16. Cita (1). “(…) Olympia, Vol. II, F. Adier, R. Borrmann, W. Dórpfeld, F. Gräber u. P. Grael, Dic Baudenkmiiler von Olympia, Berlin 1892 (…)”. (122). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 115. Hipogeus d´inhumació pretalaiòtics. Características generales. “(…) Els hipogeus menorquins presenten una sèrie de caracteristiques comunes, sigui per la seva construcción o per l´adaptació al terreny. L´accès es fa generalment per un corredor inclinat, a vegades amb pendent poc pronunciat / (Página 116) com Son Mercer de Dalt i Son Catlar, i altres vegades més, com a Son Vivó, recordant fins i tot una xemeneia vertical. En alguns casos (Son Mercer, Torre del Ram) conserva senyals d´haver estat tancat amb una llosa encaixada. Les portes són àmplies a Son Catlar, Son Vivó i Torre del Ram i, possiblement estaven també tancades amb una llosa (dóna aquesta impressió a Torre del Ram, i està ben documentat a Son Mercer de Dalt). 90
Les cambres acostumen ser allargades, treballades segons la qualitat de la roca. o hi ha dubte que el marès dels hipogeus de Son Mercer es pot treballar fàcilment i es conserva en bones condicions, mentre que es molt difícil treballar el sostre de roca calcària i, el sauló en què estan excavats els altres hipogeus es conserva molt malament. Una altra característica a tenir en compte és que tots els elements que formen part de l´hipogeu (accés, avantcambra, cambra) están alineats, seguint la dirección de l´eix. Independentment d´això, hi ha altres característiques especifiques d´alguns exemplars: - bancs laterals alllarg de la parte (Torre del Ram, Son Mercer de Dalt i, possiblement un d´absidal a Son Catlar). - cambres absidals (Son Mercer de Dalt) o laterals (Parella, Son Vivó). - fossa central (Son Mercer de Dalt). - nínxols que permeten la col.locació en posición fetal del cos inhumat (Son Mercer) (…)”. (123). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 117. Construcció de pedra. “(…) L´estructura dels hipogeus menorquins presenta freqüentment elements construïts amb blocs de pesdres col.locats en sec. Aquests elements proporcionen certa originalitat al grup, i a la vegada el relacionen amb les tècniques megalítiques. Els grans blocs a l´entrada dels hipogeus de Son Vivó i Torre del Ram I son segurament restes parcials del que devien tenir altres hipogeus, com els de Parella, S´Hostal o Son Mercer de Dalt. Aquets elements constructius devien ser freqüents a Mallorca, i amb s´observen al grup d´hipogeus de Fontevielle (a prop d´Arles, a la desembocadura del Ròdan). Amb aquest darrer grup hem de relacionar Torre del Ram II (tot i la modestia constructiva), per les tècniques utilitzades, amb cambra de secció trapezoidal i coberta de lloses horizontals (…)”. (124). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 117. Ritus d´inhumació. “(…) Sembla que la complexitat de l´estructura dels hipogeus s´ha de correspondre amb un igualment complex ritus d´inhumació. Per començar, les despulles s´havien de transportar des de certa distancia, ja que tret d´alguns casos (Son Catlar, Cala Blanca i So n´Escudero), els hipogeus eren lluny de les zones d´habitat. 91
Despres d´això, s´havia d´obrir l´hipogeu i travessar el corridor o la emeneies dáccès, amb entrades estretes, per tornar el mort a l´interior de la terra. A Menorca no s´ha pogut documentar cap inhumació in situ, però l´existència de cambres laterals i absidals i de petits espais on només és posible col.locar-se en posición fetal fan pensar en enterraments de tipus primari, que posteriorment serien reutilitzats traslladant les despulles a una ossera auxiliar (aquesta seria possiblement la funció dels bancs, tan laterals com absidals). Aquest ritus presenta cert paral.lelisme amb el que es documenta a les navetes de tipus intermedi (Llumena i Torre Llisà) i de planta evolucionada (Rafal Rubí) i més tard es generalitza segurament a tota la zona occidental de l´illa (Es Tudons) (…)”. (125). LAGARDA MATA, Ferrán. “Cuevas prehistóricas de Menorca”. Colección: Arqueoguia. com Nº 6. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 2008. Página 4. Cuevas e hipogeos. “(…) En definitiva, los hipogeos pretalayóticos, denominados de planta alargada y quizá una evolución de los paradólmenes, probablemente coexistieron, en toda la isla, con los sepulcros megalíticos de corredor y, más tarde, con las protonavetas, dando lugar posteriormente a las necrópolis de hipogeos, contemporáneas inicialmente de las navetas, una tipología constructiva que acabaría desapareciendo dejando aquellas como la única forma funeraria de las últimas fases talayóticas. / (Página 5) De todas maneras, puestos a decir, no podemos dejar de señalar que, como veremos, la clasificación de las cavidades funerarias menorquinas sólo en hipogeos de planta alargada pretalayóticos y necrópolis de múltiples hipogeos y, o cuevas naturales, talayóticas, que es la mantenida hasta ahora, no nos parece del todo precisa, pues las necrópolis talayóticas no siempre son espectaculares por lo que respecta al número de cavidades, que a veces pueden reducirse incluso sólo a una y, además nos parece que ha de haber alguna distinción, cuanto menos de origen, entre las más o menos grandes necrópolis de las calas, próximas a menudo a reductos costeros defendidos por murallas y, las que se encuentran en los barrancos y en otros puntos del interior cerca de núcleos más importantes de asentamiento. o nos sirve tampoco aquí la idea de que en la primera etapa del mundo talayótico los cementerios eran familiares (cada familia se buscaba, o creaba, la cueva donde enterrara sus miembros allá donde fuera) y que posteriormente se pasó a una estructura de necrópolis organizada y comunal; eso no explicaría el porqué de las grandes necrópolis litorales, relativamente alejadas de los grandes núcleos de población a los que por tamaño deberían corresponder. 92
Por otro lado, ante cavidades aisladas sin, actualmente, depósito arqueológico o con materiales de muy diferentes épocas, a menudo ha habido dudas sobre si debían ser adscritas al mundo pretalayótico o serlo al talayótico, unas dudas que creemos no deberían ser tales, por lo menos en lo que respecta al momento de su construcción o vaciado en la roca. Al margen de las cuevas naturales, empleadas en cualquier época y no sólo como recintos funerarios, consideramos que se puede fijar, por lo menos como hipótesis a redondear definitivamente mediante la Estadística, que los hipogeos pretalayóticos se abren siempre en el suelo y los talayóticos en una pared rocosa, lo cual quizás indicaría una sutil diferencia en lo que se refiere a las creencias en el más allá o en la procedencia / ubicación de la divinidad creadora o la divinidad funeraria, si es que no son la misma (…)”.LAGARDA MATA, Ferrán. “Cuevas prehistóricas de Menorca”. Colección: Arqueoguia. com Nº 6. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 2008. Página 6. Hipogeos de planta alargada. “(…) Es, decíamos, como se acostumbra a denominar a los hipogeos pretalayoticos, los cuales se caracterizan, también lo señalábamos, por ser subterráneos, pero igualmente por presentar una cámara de planta rectangular u ovalada, en ocasiones desfigurada por ampliaciones posteriores que debemos creer de época ya talayótica, a la que se accede por un corredor inclinado o, a veces, por una especie de pozo o chimenea vertical, estando acceso corredor y cámara alineados siguiendo la dirección del eje principal del monumento. A destacar también que, a veces, la boca, puerta o entrada al corredor o chimenea se encuentra protegida o cubierta con elementos pétreos de tipo ciclópeo, lo cual parece establecer alguna tipo de relación con los sepulcros paradolménicos de fachada megalítica, como los de Cala Morell (Ciudadela) o Biniai ou (Maó), contemporáneos si de ellos no se derivan. La cámara acostumbra a tener elementos prácticamente específicos de cada ejemplar (bancos o estancias laterales o absidales, nichos, una fosa central…) y tanto ella como el corredor debían estar probablemente cerrados con losas bien encajadas (…). / (Página 7) De hecho, cronológicamente hablando, algunos fragmentos de cerámica encontrados en el ejemplar de Son Mercer de Dalt recalcan claramente su coexistencia con los sepulcros megalíticos de, al menos por el momento, la mitad oriental, lo cual nos daría unas fechas de finales del III milenio – primera mitad del II a.C., que coinciden bastante bien con las establecidas originalmente para el periodo Pretalayótico (2000-1400 a. C), una etapa que los hallazgos del paradolmen Biniai 1, entre otros, quizá acaben ampliando y estableciendo definitivamente (si hay nada definitivo en la arqueología prehistórica) en un 3000-1500 a. C. (…)”. (126). LAGARDA MATA, Ferrán. “Cuevas prehistóricas de Menorca”. Colección: Arqueoguia. com Nº 6. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 93
2008. Página 9. Binimaimut (Mahón). “(…) Descripción: Incluido por vez primera en el Catàleg del Patrimoni Històric Municipal de l´Ajuntament de Maó en agosto de 2005 por Joan C. de icolás i Mascaró y Gabriel Pons i Pons, se halla en mitad de un campo en la superficie del cual empieza una rampa descendente, flanqueada lado y lado por una pared seca apoyada en la roca en la que fue abierta y acabada en unos amplios y no muy altos escalones, la cual, tras cruzar una puerta casi ovalada, conduce hasta una cavidad subterránea de planta probablemente alargada en origen, a pesar de que actualmente podemos observar algunas ampliaciones a mano derecha y dos capillas o estancias tapiadas al fondo. / (Página 10) A cada lado, al final de la rampa, ya en el interior de la “cueva”, se localizan sendas columnas adosadas talladas en la piedra, la de la derecha en forma de dos conos unidos por el vértice; ambas presentan una serie de grabados de distintas épocas, alguno probablemente bastante antiguo. Por la misma zona, podremos distinguir igualmente un orificio pseudocircular o chimenea en el techo. Las ampliaciones efectuadas sobre el lado derecho de la cámara parecen disponer de unos estrechos bancos corridos y, a media altura, la más cercana a la puerta presenta una especie de estante, quizás un nicho o el inicio de una nueva “sala” nunca acabada, tapiado. Cronología: Los dos investigadores mencionados, en base probablemente a su tipología, lo consideran pretalayótico (2000-1400 a. C.) en origen (…)”. (127). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. & MASRQUÉS MOLL, Josep. “Estudi arquitectònic”. Publicado en: “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”. Colección: Treballs del Museu de Menorca nº 24. Mahón. Govern de les Illes Balears. Conselleria d´Educació i Cultura. 2001. Página 37. “(…) El que en aquest article anomenen com a conjunt de Biniai ou està format per dues coves amb façana megalítica que hem anomenat com a monument 1 i monument 2. (…) / (Página 42) El monument 1 presenta una façana construida amb pedres col.locades de cantell i planta lleugerament cóncava al mig de la qual s´obre una porta que dóna accés, mitjançant un corredor arquitravat, a la cambra. Aquest corredor presenta una coberta amb doble llosa superior, com ja es descriurà més endavant. La cambra oval ha estat degradada tant per l´acció dels agents meteorològics com pel seu ús posterior com a estable, i en bona part també per l´acció de la vegetació arbòria. El monument 2, molt degradat per l´accio mecànica de les arrels, especialment de llentiscle i ullastre, i per l´acció antròpica incontrolada, també presentaba la façana lleugerament cóncava, com es desprén de la part dreta, més ben conservada, de porta central i llosa de cantell,possiblement basculant. El corredor, molt baix, dóna accés a la 94
cambra globular molt deteriorada a causa de la caiguda de part del sostre per l´acció d´una gran soca d´ullastre (…)”.PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. & GARCÍA OLIVES, Francesc. & GÍOMEZ PÉREZ, José Luís. & GARCÍA ORELLANA, Jordi. &MARQUÉS MOLL, Josep. & PONS MACHADO, Joaquim. & MOLINA EXPÓSITO, Antonio. Publicado en: “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”. Colección: Treballs del Museu de Menorca nº 24. Mahón. Govern de les Illes Balears. Conselleria d´Educació i Cultura. 2001. Página 185. Conclusions. “(…) La distinció clara entre els materials del monument 1 i 2 ens confirma, donada la proximitat física entre ells i com també ho coroboren les datacions de 14c, que esns trobam en dos moments succesius. Aquets dos moments es poden situar respectivament en els estadis culturals delneolític finasl-calcolític i del calcolític finasl-bronze antic, amb anterioritat a l´ocupació talaiòtica per sobre el nivell de pedres del monument 2. Confiam que noves analítiques coroboraran, matisaran o modificaran en un futur proper aquestes conclusions. / (Página 186) L´origen cronològic és incert, si bé és clar que ens trobam amb una societat consilidada ja a mitjans del III mil.lenari i que a la segona meitat d aquest deixa d´utilitzar-se elmonument1isínicia la construcció del monument 2. L´ús d´aquest últim continua, després d´una remodelació (nivell de pedres) a la fase talaiòtica, de manera esporádica fins a finals del II mil.leni; i posteriorment, ja de forma residual. (…) Les coves de Biniai ou presenten clars paral.lelismes de tipología amb alguns momuments de la Catalunya subpirinenca, de dispersió coneguda i com més va més àmplia però sobre tot ben documentats al nord de la provincia de Girona, i que es coneixen amb el terme de paradòlmens o coves megalítiques, segons que s´hagin emprat coves naturals o que s´hagin excavades per a l´ús com a cambra funeraria. A Sardenya hi són ben coneguts moinuments semblants, tant pels monuments del tipus de Biniai ou 1, molt similar a Cuccuru Craboni Maracalagonis (or) com pels conjunts de Canudecdda (Dorgali) i Mariughia(Dorgali), que són d´una tipología semblant al monument de Biniai ou 2 i als de cala Morell 11 i 12 o de Sant Tomàs. La seva distribució és àmplia i presenta força varietat; en alguns casos s´ha interpretat com l´afegito d´un corredor megalític o una cambra preexistent, que és com ha estat interpretada / (Página 187) la domu de janas de Su Tiriarzu A (Paulilatino), encara que caldria aprofundir en aquest aspecte. A Sicília també hi trobam monuments de les característiques de Biniai ou. El monument de Salaparuta a Pergola, malgrat la técnica constructiva diferent del corredor, ens recorda la monumentalitat del monument 1, mentre que les coves de Marcita i sobretor Paolina presenten 95
una tipología idéntica al monument 2, a la cova 11 de cala Morell (Ciutadella) i a la de Sant Tomàs (es Mitjorn). Pel que fa alsaixovars, i especialment a la cerámica, cal destacar la similitud dels materials de Biniai ou 1 respecteals grups de Sub-Oxièri i Monteclaro de Sardenya de la fase del neolític final-calcolític antic.. Aquets materials ens recorden força alguns materials de Veraza. Caldrà aprofundir en aquests aspectes que ara apuntam de forma provisional. La similitud dels materials del monument 2 amb els del grup de Bonnanaro A ens confirma una relació ja apuntada pel que fa als monuments 11 i 12 de Cala Morell. A Biniai ou 2 hi podem veure l´evolució dels materials al llarg del calcolític-bronze inicial i que, sobre un sòl de pedres, és aprofitat en el bronze mitjà talaiòtic. Hi podem intuir la possibilitat de tres subgrups, molt probablement d´estadis diferenciats. El grup inicial, amb un ús de formes que ens recorden la fase antiga del Bonnanaro A i també algunes formes especialment relacionades amb els grups B i C de Boussargues (ArgelliersHerault), dins el grup cultural de Fonbhouisse. Un altre grup, de ceràmiques amb parets notablement fines, compactes i llises que recorden ceràmiques calcolítiques de l´àmbit mediterrani (Catalunya, Llenguadoc, Sardenya i Sicília) i que alguns autors han anomenbat campaniformes llises. Possiblement en el bronze antic hi podem situar formes similars, no tan elaborades, i que ens marquen el darrer ús a la fase pretalaiòtica, per davall del nivell de pesres, amhb clara correspoindència amb els grups de Su Crucifissu Mannu o San Bartolomeo. El fet de no aparèixer-hi ceràmiques incises (segons alguns autors, campaniforme) del grup A de Mallorca donat el marge cronològic documentat, sembla confirmar que aquesta no era una tipología comuna a l´illa. Igualment això ocorre amb els altres hipogeus i megàlits de Mallorca. És per això que pensam, / (Página 188) tot comparant tipològicament el material, que els megalíts de Mallorca i Menorca a l´edat del bronze antic i mitjà s´han de relacionar especialment amb el grup de Bonnanaro, coetani a Sardenya amb el campaniforme internacional. Tan volta és aquets grup el que es pot identificar especialment amb el conjunt de Marcita a Sicília com l´introductor dels monuments del tipus en estudi (…)”.PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 156. Biniai 5ou (Mahón). “(…) Està situat a un pendent rocós al nord del camí que va a la finca de Biniai. El monument presenta façana cóncava, com una exedra, construïda amb blocs en posición vertical, en el centre de la qual s´obre la porta. Dóna accés a unh corredor cobert amb lloses horizontals, col.locades sobre d´altres verticals del parament intern recolzades a la roca. 96
Las cambra té forma més o menys circular, amn un pedris en el costat oest que la fa més ampla. S´hi entra per una porta, eixamplada per utilizar el lloc com a estable (això ha fet que el terra estigui ple d´excrements). El sostre està excavat, formant una cúpula semiesférica (…)”. (128). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 131. Cala Blanca Cova 1 (Ciutadella). “(…) Presenta un corredor construït amb un petit mur de pedra seca d´època dubtosa, i l´entrada està actualmente dissimulada i tapada per un claper. La cambra és oval i allargada, amb coberta de canó. Tret de la zona absidal està plena depedres. S´hi accedeix per una obertura a la roca, de forma rectangular i angles arrodonits, quasi semicircular a la part superior (…)”. (129). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 136. S´Hostal (Ciutadella). “(…) Està situat a uns 200 m., a l´est del talaiot sud-oriental de Montefi, a la tanca contigua. Presenta entrada de corredor, amb pendent molt pronunciat, i tapat en part amb pedres, branques i material orgànic en descomposició, procedent, segurament, de l´època en que es va utilizar com a estable. Aixó va fer que es modificàs, construint una rampa i amuntegant pedres en alguns espais. De tota manera, actaualment el corredor conserva encara la seva estructura global i també restes del sistema de coberta, que es pot identificar per dues pedres que possiblement fossin la base de la coberta, com una galería. L´interior està estructuat en espais marcadament polilobulars, però una observació detallada de la planta permet deduir un llarg periode d´utilització, amb un complex sistema d´ampliacionssuccessives que en alguns casos han quedat ben marcades en el sostere iregular. En principi, crec que el jaciment devia presentar una cambra rectangular en sentit longitudinal (lleugerament oblic respecte del corredor), amb angles molt arrodonits i sostre una mica corb (cambra A). Les primeres ampliacions estarien representades per la cambra absidal que està situada a l´esquerra de l´entrada (cambra A1), de treball molt acurat, i una altra, prolongant la capçalera (cambra A2) amb parets inclinades, angles arrodonits i sostre pla. També deu ser primitiva l´ampliació (cambra B1) que es situa a l´esquerra de la cambra A, amb una entrada talladas de petites 97
proporcions i que presentaría inicialment una cambra oval en sentit transversal a l´entrada. L´entrada a la cambra des de la cambra A2, i la nova ampliació (cambra B2), degué produir un nou accés. L´ampliació resultant utilitzaria el pilar de secció irregular del fons. Al fons de l´hipogeu s´excaven dues cambres més, una de planta globular, amb el sòl i les parets irregulars (cambra C), i altra de planta rectangular, amb els angles arrodonits, amb una ampliació semiesférica a l´est (cambra D). La cambra A2 s´amplia a l´est amb una nova cambra globular (cambra E), de la que a la vegada en surt una altra al nord (cambra E1) i una altra al nord (cambra E2). Aquesta darrera s´amplia encara més cap al sud, amb una nova cambra allargada amb absis (cambra E3) (…)”.LAGARDA MATA, Ferrán. “Cuevas prehistóricas de Menorca”. Colección: Arqueoguia. com Nº 6. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 2008. Página 15. Cova de S´Hostal (Ciutadella). “(…) Descripción: Medio oculta su entrada por una pequeña higuera, la misma no es vertical, sino inclinada hacia atrás, dando paso a un corredor de pendiente muy pronunciada que conduce hasta una antigua cámara alargada que fue paulatinamente ampliada con otras, habitualmente circulares, las cuales acabaron dando el actual aspecto polilobulado a la cavidad. Efectivamente, la cámara original parece que era simple, en forma de rectángulo con los ángulos redondeados, un poco en oblicuo respecto al corredor y, con un techo ligeramente curvo. Posteriormente, fueron añadidos hasta 7 lóbulos que desfiguraron la planta primitiva (…)”.BENEJAM Y SAURA, J. “Monumentos de S´Hostal”. Revista de Menorca (2ª Época). Colección de Materiales y Noticias sobre Historia, Literatura, Ciencias, Artes, dirigida y editada por D. Gabriel Llabrés. Mahón. Imprenta de B. Fábregues. 1896-1897. Página 33. “(...) El predio conocido con el nombre de S´Hostal se encuentra en la carretera que conduce a Mahón, a unos dos kilómetros de distancia de Ciudadela. Existen, en el predio mencionado tres clases de construcciones megalíticas: las cuevas, los talayots, y por último, restos de una población primitiva. o hay que confundir a las cuevas de S´Hostal con las que se ven en distintos puntos de la Isla, practicadas en la roca, que pueden tener por tipo las de Calas Covas (Alayor). Las de S´Hostal son subterráneas, algo semejantes a las cuevas de Binimaymut y Torre d´en Galmés. Hace algunos años que, practicando excavaciones, se encontraron dichas cuevas, en número de diez o doce. Actualmente sólo hay tres practicables: las demás están cegadas por completo. Al menos, una de las cuevas de S´Hostal merece ser descrita; pero antes, es preciso decir que, cuando fueron descubiertas, en todas, o en la 98
mayor parte de las cuevas, se encontraron restos de cerámica pertenecientes a épocas y a pueblos distintos; esto hace suponer que las diversas gentes que durante el transcurso de los siglos han ocupado la Isla, se sirvieron / (Página 34) de las cuevas, adaptándolas a sus necesidades y tal vez variando su forma primitiva. La mayor y más importante de las cuevas de S´Hostal, es bastante espaciosa. Además de la abertura que le sirve de entrada, tiene en su techo un ancho orificio por el cual se comunica con el exterior, y por donde entran raudales de luz que iluminan la estancia. La techumbre parece estar sostenida por dos columnas, que arrancan de la techumbre misma, con la cual están unidas íntimamente. Lo que caracteriza a las cuevas de S´Hostal son los huecos, a modo de armarios, o si se quiere, de nichos (*) practicados en sus paredes laterales, a algunos palmos de elevación del nivel del piso. Dichos huecos son bastante numerosos en la cueva principal, y en número menor en las demás cuevas, sin duda por ser también más reducidas. Los tres talayots de S´Hostal no presentan ningún carácter que les distinga del tipo ordinario de esta especie de construcciones. Distan algunos metros unos de otros, y están edificados en el mismo recinto en donde se encuentran las cuevas, y las ruinas de la población megalítica, de la que luego hablaremos. Tan solo uno de los talayots tiene la entrada practicable. En su interior presenta una galería formada alrededor de una pilastra central de piedras enormes, que sostienen la techumbre del talayot. Como es cultivable el suelo en donde se encuentran los monumentos que ligeramente describimos, resulta que van desapareciendo las ruinas de la población, resulta que van desapareciendo las ruinas de la población megalítica de S´Hostal, de la cual muy pronto no quedarán huellas. Sin embargo, aún puede verse el trazado de algunos edificios, así como las piedras que formaban sus derruidas paredes, esparcidas aquí y allá, lejos de su verdadero sitio. Al contrario de otras poblaciones / (Página 35) de la misma naturaleza que se encuentran en la Isla, la de s´Hostal no presenta vestigios de murallas, ni de fortificación de ninguna clase, a menos que los talayots tuviesen este destino, lo cual parece poco probable. Fáltanos tiempo para describir con más extensión los monumentos megalíticos de S´Hostal. Como todos, o la mayor parte al menos de los que se encuentran en Menorca, los monumentos de S´Hostal están abandonados por completo. Las ruinas de la población van desapareciendo; casi todas las cuevas fueron cegadas, y si nadie hostiliza a los talayots es, seguramente, porque ningún provecho reportaría el remover aquellas piedras enormes, que permanecerían esparcidas sobre el terreno, ya de sí pedregoso, dificultando aún más las faenas agrícolas. 99
¡Triste es la suerte reservada a las antigüedades de Menorca! (...)”. Página 34. Cita (*). “(...) Las cuevas de S´Hostal, ¿fueron una necrópolis como algunos suponen? Difícil es saberlo; digamos, empero, que en una de dichas cuevas, se encontraron los restos de dos esqueletos humanos (...)”. (130). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 158. Cala´n Morell 11 (Ciutadella). “(…) El monument estriba en un pendent a la zona de la necrópolis. Presenta façana clarament cóncava, amb porta d´accès central, amb un esglaó, que comunica amb l´interior per un corredor construït amb grans blocs molt deteriorats. La planta de la cova, excavada a la penya, és ovalada (molt irregular) i està coberta per una cúpula de secció corba (…)”. Ibidem. Página 158. Cala´n Morell 12 (Ciutadella). “(…) Està situada a les proximitats de la cova núm 11 de la necrópolis. S´identifica arcialment el correcdor, construït al costa test, per una lloça trencada col.locada verticalment, encaixada entre la pedra que fa d´esglaó d´entrada i una altra, posada com una falca a la roca. La porta d´accés a la cambra està molt desgastada. Aquesta és de planta ovalada, amb les parets inclinades i el sostyre pla. Sembla que les parets van ser allisades, i avui s´hi troven incisos molts de grafittis, d´època incerta però no actuals. A l´absis de la cambra hi ha un banc, com una taula, lleugerament diferenciat del terra, que indica certa complexitat en el ritual (…)”. (131). LAGARDA MATA, Ferrán. “Cuevas prehistóricas de Menorca”. Colección: Arqueoguia. com Nº 6. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 2008. Página 21. Puigmal 5ou (Mahón). “(…) Descripción: Una rampa excavada en la roca y hoy llena de tierra y piedras, lo cual le da el aspecto de una larga lengua que conduce a una gran boca, lleva hasta una cámara subterránea probablemente de planta alargada, excavada igualmente en la roca y también prácticamente colmatada. Fue incluido por primera vez en el Catàleg del Patrimoni Històric Municipal de l´Ajuntament de Maó en agosto de 2005 por Joan C. de icolás y Mascaró i Gabriel Pons i Pons. Cronología: Los mencionados investigadores, en base probablemente a su tipología, lo consideran de origen pretalayótico (2000-1400 a. C.) (…)”. (132). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 132. Parella (Ciutadella). “(…) Hipogeu de planta allargada, situat a una tanca de la finca de Parella. El vca localitzar J. C. de icolás. 100
El corredor, inclinat respecte de l´horizontal, és allargat, i s´estreny per marcar la separació amb l´avantcambra. A la paret es van fer, a cada costat, uns forats per col.locar una llinda de pedra o de qualque material no permanent. L´avantcambra té el terra ple de pedres i presenta a la part superior dues escotadures, segurament per posar-hi les bigues que aguantarien la coberta. La cambra sembla que es conserva en el seu estat originari. És de forma allargada a la capçalera i el seu eix està desvioat en relacció al corredor i l´avantcambra. Segurament va ser amnpliada amb dos espais a cada costat, visibles avui a la zona oest, i tapiats amb material ecollit de la cambra al costa test, per poder utilizar l´edifici com a estable (modificant sensiblement la porta d´accés). Un petit solc i les restes de roca que existeixen al costat oest del corredor podrien indicar la possibilitat que el conjunt estigués cobert per algun tipus de túmul (…)”. (133). LAGARDA MATA, Ferrán. “Cuevas prehistóricas de Menorca”. Colección: Arqueoguia. com Nº 6. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 2008. Página 23. Son Catlar (Ciutadella). “(…) Descripción: Resulta prácticamente subterráneo a pesar de que su entrada sea vertical y, no un orificio en el suelo, aprovechando un desnivel del terreno. En lo que a su tamaño se refiere, este es más bien escaso, presentando la cavidad, estructuralmente hablando, un corredor con escalones excavados en la roca y una cámara más o menos rectangular con una bóveda apuntada, como la puerta o acceso. / (Página 24) Relacionado con él puede estar la estela con una representación supuestamente antropomorfa que hoy se encuentra adosada a la muralla del poblado a escasa distancia de la cueva artificial. Cabe en lo posible que la misma originalmente se hallara sobre la entrada del hipogeo, marcando su situación, como probablemente sucedía también en el paradolmen Biniai 1, más o menos de la misma época, aunque, en este último caso, la piedra en cuestión no muestra dibujo alguno. Cronología: Su estructura y aislamiento parecen apuntar hacia el Pretalayótico (2000-1400 a. C.) (…)”.PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 125. Son Catlar (Ciutadella). “(…) Situat a uns 50 m., de la murada oest del poblat de Son Catlar. Presenta un corredor escalonat a la roca, planta rectangular i secció semicircular lleugerament apuntada (…)”. (134). LAGARDA MATA, Ferrán. “Cuevas prehistóricas de Menorca”. Colección: Arqueoguia. com Nº 6. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 101
2008. Página 29. Son Mercer de Dalt (Ferreries). “(…) Descripción: Fue dado a conocer por V. Tolós, propietario del “lloc” durante las excavaciones de Son Mercer de Baix y, excavado por Mª Cristina Rita i Ll. Plantalamor aquel mismo 1982. En el interior de una pequeña parcela rodeada por una pared de piedra en seco, hallamos una pequeña puerta semicircular precedida de un corto corredor doble (sus dos sectores se hallan separados por una zona más estrecha) y escalonado, o (si se quiere contemplar de otra forma) de un vestíbulo que da paso a un corredor bajando un escalón, un acceso hoy sin techo. La cámara era rectangular, con los ángulos redondeados, pero actualmente presenta un ensanchamiento a mano izquierda (quizás estuvo allí de buen principio) y una especie de hipogeo secundario al fondo formado por algo así como un nicho dentro de otro nicho. Su parte central –la de la propia cámara- se halla ocupada por un foso alargado, accesible desde la entrada bajando tres escalones irregulares o desde el fondo por otro, a la derecha del cual el banco se halla dividido en cuatro compartimentos cuadrados. La bóveda es de medio punto. La excavación dio cuatro cinco fragmentos de cerámica, entre los cuales se pudo identificar el borde de una olla globular de borde amplio, quizás en forma de tulipa (…). / (Página 31) Cronología: Los fragmentos de cerámica parecen poder relacionar cronológicamente el yacimiento con los sepulcros megalíticos menorquines, es decir, con el pretalayótico (2000-1400 a. C.) (…)”.PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 127. Son Mercer de Dalt (Fereries). “(…) Està situat a uns 100 m., del camí que uneix Son Mercer de Dalt i Son Mercer de Baix. Va ser localitzat per V. Tolós cdurant les excavacions de Son Mercer de Baix, i es va excavar urgenhtment per tal d´evitar saquejos. L´hipogeu, totalment excavat al subsòl, és a un petit tancat construït recentment. Per la porta d´aquest tancat s´accedeix al vestíbul i al corredor, en linia amb l´eix de la cambra, a la qual donen pas per una obertura. Aquesta és rectangular, amb els vèrtex arrodonits i, a l´ansis shi trova un hipogeu secundari, amb avantcambra i cambra. L´eix longitudinal està ocupat per un corredor, com un fossat, i s´hi accedeix des de l´exterior per tres esglaons., mentre que un quart du a l´absis. Al costat sud del passadísa el banc està dividit per quatre egruixos, fent compartiments quadrats i, el costat sud és un espai llis sense subdivisions. L´excavació va proporcionar fragments de cerámica de fang gris compacte amb desgreixant fi, i un d´ells es va identificar com la vora d´una 102
olla globular de vora ampla, o en forma de tulipas de 0´220 m., de diàmetre de la boca. Aixà permet relacionar funcionalment i cronològicament aquest hjaciment amb els sepulcres megalítics menorquins, on es troven aquests mateixos materials pretalaiòtics (…)”. (135). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 127. Son Sivineta (Ciutadella). “(…) Situat a una tanca al nord de la carretera Maó-Ciutadella, dions el “lloc” de Son Sivineta. Presenta un ampli corredor d´entrada, que dóna accés a una cambra rectangular d´angles arrodonits, amb parets modificades per ampliar l´interior amb ninxols i forats. La coberta de la cambra és plana i les parets, una mica corbes, s´inclinen cap a l´interior. Destaquen dos forats transversals, d época i utilització dubtosa, però es poden també identificar en altres monuments. Elements similars s´identifiquen també a Malta i a Sardenya i, en alguns hipogeus de Mallorca (…)” (136). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 130. So n´Escudero (Ciutadella). “(…) És un hipogeu de forn, on l´accès es fa per una xemeneia amb alguns esglaons excavats a la roca que comunica amb una petita cambra aproximadament circular, de parets lleugerament inclinades i secció plana. L´entrada està coberta per lloses en posición horizontal, algunes d´ellesdamunt pedres,fent commun petit murque esrecolzadamunt la roca. El conjunt està ple de pedres, al menys a la zona visible, i pe tant si es fes una excavació podrien variar sustancialment els detalls i fins i tot la visió general (…)”. (137). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 154. Sant Tomàs (Migjorn). “(…) El monument, situat dalt del penyasegat, enfront de la playa de Sant Tomàs, presenta dues parts diferenciades: la construcción frontal i la cambra excavada a la roca. La primera està feta amb lloses verticals, tipicament megalítiques per la técnica emprada. Presenta una façana cóncava i un esglaó a l´entrada, que és difícil asegurar si es tracta de la roca o d´una llosa en possició horitzontal. El corredor, construït amb lloses col.locades verticalment amb l´ajuda de petites falques és molt regular. A l´est de la part exterior s´identifica una llosa que delimita el monument i que no es veu a la part oest, tot i que podría existir davall la capa de terra. Al plànol, 103
a l´angle sud-est es prolonga provisionalment la llosa, per la posible marca deixada per la pedra a la roca. La cambra, de planta més o menys circular i sostre de secció semicircular, presenta un rebaix, fent com un ninxol horizontal. Està escavada en marès tou i possiblement fou allistada posteriorment, ja que no presenta marques d´eines. És accesible per una petita porta destruïda per la vegetació. Se´n desconeix l´alçada real, perquè està plena de pedres i posible sediment arqueologic (…)”. (138). PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 123. Son Vivó (Ciutadella). “(…) Situat al “lloc del mateix nom, a l´oest del camí que va de Ciutadella a Son Saura passant per Son Catlar. Presenta corredor allargat amb rampa d´accès inclinada. A l´extrem exterior hi ha un soilc a la roca que indica la possibilitat que hi hagués una construcción exterior tancada amb una llosa encaixada. Loa continuación del corredor s´estreny, delimitant una porta i, després s´amplia formant una avantcambra allargada, coberta per lloses en posición horizontal recolzades directament damunt la roca. La cambra te forma allargada amb l eix lleugerament desviat en relació al corredor. S´hi acdeceix per una porta modificada (el lloc es va utilizar com a estable). La planta és rectangular i,asl costat nord i a l´ansis es va ampliar amb un banc,mentre que al costat sud, a prop de l´entrada, s´hi excavà una petita cambra afegida (…)”. (139). LAGARDA MATA, Ferrán. “Cuevas prehistóricas de Menorca”. Colección: Arqueoguia. com Nº 6. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 2008. Página 35. Torre d´en Galmés (Alayor). “(…) Descripción: A pesar de que a menudo se lo ha calificado de talayótico, probablemente por la forma triangular de su cámara, creemos que es más antiguo y que originalmente, como parece apuntar su sección, tuvo una planta rectangular alargada con una entrada de pozo, cubierta actualmente con una estructura ciclópea, que daba a un corredor en rampa que conducía hasta una cámara a la cual se accedía por una puerta más o menos redondeada, una cámara que probablemente se hallaba algo desviada respecto al eje del mencionado corredor. / (Página 36) En un momento dado, sin embargo, cuando se construyó o amplió el poblado, la cavidad pasó a utilizarse como aljibe, complementando la red de recogida de agua y decantación a la cual antes hacíamos referencia. Seguramente fue entonces cuando la cámara fue ampliada para obtener una mayor capacidad y adopto su forma actual, en la cual destacan tres bancos, en los ángulos, del tipo de sarcófago, que también serían posteriores (quizás con la excepción del absidal), aunque tal vez fruto de 104
un paso intermedio entre hipogeo de planta alargada y depósito de agua. (…) Cronología: Su estructura, pues, parece apuntar hacia el Pretalayótico (2000-1400 a. C.) (…)”. (140). LAGARDA MATA, Ferrán. “Cuevas prehistóricas de Menorca”. Colección: Arqueoguia. com Nº 6. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 2008. Página 39. Torre del Ram (Ciutadella). “(…) Descripción: Es subterráneo, con una entrada a base de un corredor o chimenea, muy inclinada y con seis escalones de altura y anchura desiguales, la boca de la cual se encuentra protegida por una especie de cúpula formada por grandes bloques sin desbastar que recuerdan en cierta medida los del corredor de los paradólmenes y constituyen el único elemento visible sobre el suelo. Viene después una antecámara más o menos rectangular y, algo desplazada hacia la izquierda, formada por un ensanchamiento lateral, por ambos lados, de la trinchera de la chimenea. / (Página 40) Finalmente, tras cruzar una puerta rectangular que quizás tuvo primitivamente algún tipo de escalón (parecen quedar restos del mismo en la parte inferior de las jambas), se llega a la cámara sepulcral, excavada en la roca, de planta rectangular y sección trapezoidal (el techo es plano), con un banco que sobresale algo del suelo resiguiendo las paredes laterales y el ábside. Su orientación, como la del corredor, es de Sur a orte y C. Veny, que estudió el monumento a principios de los años setenta del siglo pasado, ya no halló en ella yacimiento, pero sí numerosas y caóticas incisiones en las paredes y tres magníficos grafitos aislados, representando embarcaciones, en la de la izquierda. En el exterior y, partiendo perpendicularmente del lado derecho del túmulo, Veny aún alcanzó a ver un muro de piedra en seco que daba forma a un pequeño patio situado ante el hipogeo, pero no tuvo tiempo de averiguar si era o no posterior a este (podría tratarse de algún tipo de corral de quienes reaprovecharon la construcción) porque dicha pared fue derribada antes de que la pudiera estudiar (a principios de abril de 1976 ya no existía) (…) / (Página 41) Cronología: Su estructura parece apuntar hacia el Pretalayótico (2000-1400 a. C.). Los dibujos (incisos) de embarcaciones que decoran la cámara son con toda probabilidad muy posteriores a su construcción, seguramente de época histórica (…)”. PLANTALAMOR MASSANET, Lluís. “L´Arquitectura Prehistòrica i Protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”. Mahón. Conselleria de Cultura, Educació i Esports. Govern Balear. 1991. Página 119. Torre del Ram 1(Ciutadella). “(…) Situat en una parcel.la de la urbanització de Torre del Ram, va ser localitzat per J. Mascaró i M. Maroquin, i descrit formalment per L. Pericot. El 1976 105
l´estudi monograficament C. Veny, que el va incloure tipologicament dins el grup III de la seva classificació. Presenta entrada de xemeneia (ara bastant modificada), damunt de la qual s´ha construït una galería, com a protecció de l´entrada, amb blocs col.locats horizontalment i coberta amb una llosa plana que recorda les tècniques cde transició entre les megalítiques i les ciclòpies. La cambra excavada al marès es de forma allargada i, les parets laterals s´aproximen una mica; el sostre és pla. L´accés és fa per una porta avui modificada per adaptar-li una barrera amb polleguera, ara desapareguda. La planta és rectangular i, presenta alllarg de les parets laterals i de l´absis un banc que sobresurt poc del terra. o hi ha restes de jaciment i, a les paets de la cambra hi ha,incisos, dibuixos d´embarcacions que pertanyen segurament a época ja històrica (…)”. Ibidem. Página 119.Torre del Ram 2 (Ciutadella). “(…) Està situat a l´oest de la naveta occidental de Torre del Ram, i al nord de l´oriental. La seva situació la va donar Joan Carbonell, quye va fer també la primera planimetría. És un hipogeu amb corredor, que ara es ple de terra i pedres i presenta una ranura, possiblement per encaixar una llosa a l´entrada. Les parets són lleugerament còncaves i, donen accès a la cambra per un esglaó. La cambra té planta oval i,està excavada amb una gran perfecció, igual que el corredor, a la duna fòssil de la zona. La coberta està parcialment excavada a la zona absidal i, completada amb tres lloses de la mateixa pedra a la zona sud. (…) / (Página 122) o es veu cap estructura construïda a la planta, tot i que seria posible que n´hi hagués alguna (sols es veu la roca a la zona absidal), que només es podría definir amb una excavació (…)”. (141). ROBBINS, Lauwrence, H. & CARTER, Spencer; HASSIN, Marcel. & DE VARGAS, Laurent. “Historias ignoradas. Episodios enigmáticos de todas las épocas”. Barcelona. Robin Book. 2002. Página 33. Grabado de espiral de la tumba neolítica de 5ewgrange en Irlanda. “(…) Stonehenge no es el yacimiento megalítico más antiguo que tiene significación astronómica en Gran Bretaña. El más antiguo es la famosa tumba –pasadizo neolítico de ewgrange, en Irlanda. La datación con radiocarbono ha revelado que esta gran tumba fue construida alrededor del año 3150 a. C.; es decir, algunos siglos antes de que se construyesen las primeras pirámides en el antiguo Egipto. La tumba de ewgrange presenta un estrecho pasadizo de poco más de dieciocho metros de
106
longitud que conduce a una cámara con alcobas. Hay un dibujo en espiral grabado sobre la pared de la cámara (…)”. (142). MARKALE, Jean. “Las tres espirales. Meditación sobre la espiritualidad céltica”. Traducción de Borja Folch. Colección: Los pequeños libros de la sabiduría. Palma de Mallorca. José J. de Olañeta. 2014. Página 49. “(…) La espiral es un signo esencial, dado que está cargada de significados. Ciertamente, está lejos de ser una invención céltica: aparece en casi todas las partes del mundo, desde la prehistoria, incrustada en la piedra, como si el género humano hubiera sentido muy pronto que la evolución del ser vivo individual se producía a imagen y semejanza de la evolución del universo (…)”. Ibidem. Página 50. “(…) Ya en los grandes túmulos megalíticos de Irlanda y de Gran Bretaña hay grabados que presentan con insistencia esta espiral y, no cabe la menor duda sobre que estos pueblos constructores de dólmenes hayan utilizado conscientemente esta forma para poner en evidencia una realidad ontológica incontestable. Y si los celtas, que ocuparon los territorios que en otro tiempo fueron específicos de los constructores de megalitos, adoptaron la espiral como elemento simbólico primordial, es porque conocían el valor y el sentido del mismo. Pero, además, los celtas, en la inmensa mayoría de los casos, han triplicado esta espiral, formando así una nueva figura que se denomina triskell en bretón, figura que consiste en colocar tres espirales alrededor del eje de un círculo ficticio que contiene todo el conjunto. Ahí, una / (Página 51) vez más, los celtas no innovaban, puesto que la triple espiral se encuentra en otras civilizaciones de épocas anteriores, como en China o en la India, pero hay que hacer hincapié en que no sólo la adoptaron sino que la hicieron parte de un emblema que se reconoce como propio de ellos (…)”. (143). VELASCO, Manuel. “Breve historia de los celtas”. Madrid. Nowtilus. 2009. (3ª Edición). Página 141. II. Triskel. 4. Entre el cielo y la tierra. El triskel = Origen de la svástica. “(…) El triskel, para los druidas, dentro del ritual adecuado era una imagen que facilitaba los estados meditativos ajenos al tiempo y al espacio. Para la gente normal era un elemento de protección que grababan en puertas y ventanas (…)”. (144). VELASCO, Manuel. “Breve historia de los celtas”. Madrid. Nowtilus. 2009. (3ª Edición). Página 139. II. Triskel. 4. Entre el cielo y la tierra. Círculo infinito. “(…) El triskel es la triple espiral que muestra al mismo tiempo los dos sentidos, la evolución y la involución, como un movimiento perpetuo de ida y vuelta que no tiene principio ni fin, tal como los celtas (aunque también lo usaron otros pueblos) veían conceptualmente la vida y la muerte, que no eran sino pasos intermedios del otro mundo, también llamado el lugar de la verdad o el mundo auténtico; los tres ineludiblemente interrelacionados en el continuo giro de 107
la rueda de la vida y la evolución como una serie de movimientos que se van transformando a partir del punto de origen. También es la representación del ser humano, compuesto por cuerpo, mente y espíritu. De igual manera, representaba la idea primaria de la existencia: creación, mantenimiento, destrucción. Los alquimistas llamaron al triskel el “fuego secreto”. El concepto dual de otras culturas, los celtas lo transformaron en trinitario. Entre el día y la noche estaba el crepúsculo, entre la luz y la oscuridad, la penumbra; entre el agua de la tierra y la lluvia del cielo, el rocío. El sueño, el eco, la isla, el alba, la furia del guerrero, la inspiración del bardo, el trance del druida a medio camino entre la muerte y la vida. Siempre había un estado intermedio que no pertenecía completamente a ninguno de los extremos aunque formara parte de ambos, al que daban una especial importancia, por estar vinculado con lo sobrenatural. También es el triskel una representación simbólica de las divinidades trinitarias, masculinas o femeninas, que manifiestan su esencia bajo tres aspectos distintos. Aunque este concepto ya estaba recogido en las religiones egipcia, persa, griega, romana y posteriormente en la Trinidad cristiana. En el manuscrito baarddas, compilado en el siglo XVI por el galés Lleweyllyn Sion, hay, mezclados con otros conceptos cristianos, un esquema que podría ser parte de la filosofía druídica sobre la existencia a través del Círculo del Infinito, compuesto por tres planos concéntricos por lo que pasaba un ser a lo largo de su evolución. Estos estaban entre dos fuerzas complementarias: Dios, o principio de construcción y, Cythrawul, o principio de destrucción. El círculo más pequeño era Awbredh o Abred. El mundo terrenal, donde la vida es una lucha continua y los espíritus se reencarnan una y otra vez, incluso en animales y plantas, hasta conocerlo todo, corregir los errores y llegar a un estado de perfección tras deshacerse de todos los lastres que la condición humana arrastra consigo. Después estaba Gwynnedh, espacio indeterminado de espíritus libres que prosiguen su evolución para / (Página 141) alcanzar el absoluto. Finalmente, Kawgynt o Ceugant, algo así como un cielo exclusivo para Dios. Según este esquema, el motivo de que todos estemos ahora en el primer círculo es por un pecado de orgullo cuando estábamos en el segundo círculo y quisimos igualarnos a Dios, intentando traspasar los límites de su espacio. Otros, que se limitaron a seguir las indicaciones divinas, permanecieron en el Gwynnedh. Pero aún pueden ir las cosas peor, ya que, fuera del círculo está el Annwn, la condición más alejada de la vida (…)”.MARKALE, Jean. “Las tres espirales. Meditación sobre la espiritualidad céltica”. Traducción de Borja Folch. Colección: Los pequeños libros de la sabiduría. Palma de Mallorca. José J. de Olañeta. 108
2014. Página 52. “(…) Esta afirmación se ve traducida con todo rigor en el triskell: las tres espirales son los tres elementos fundamentales y el Fuego no es otro que el movimiento, la energía que se pone en marcha en este círculo ficticio donde giran sin cesar las espirales en torno a su eje. De ahí que los celtas tuvieran buenas razones para admitir fácilmente el dogma de la trinidad: si el mundo sólo existe porque está compuesto de tres elementos puestos en marcha por el Fuego, el / (Página 53) triskell, que representa este concepto, equivale a una totalidad, es decir, a Dios, un dios únicos en tres personas y que sólo es dios en relación con lo que es otro, la creación misma (…)”. (145). “El Megalitismo. Conjuntos Megalíticos de Valencina de la Concepción y Gandul (Alcalá de Guadaira)”. Cuaderno del alumnado ESO. Gabinete pedagógico de Bellas Artes. Sevilla. Consejería de Educación y Ciencia. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía. www.megalitismo_cuaderno_alumnos_eso.pdf Página 21. Decoración. “(...) A veces, los ortostatos se decoraban con pinturas y grabados relativos a las divinidades y creencias de la comunidad (...)”. (146). SHEPSTONE, Harold, J. “Maravilloso templo prehistórico y subterráneo en Malta”. Traducido por: FLAQUER Y FÁBREGUES, Juan. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Y de las Sociedades Afines Domiciliadas en el mismo. Año XXIV. Quinta Época. Tomo XVII. Mahón. 1922. www.RevistadeMenorca1922.pdf Página 334. “(…) En 1902 se iba a barrenar un pozo destinado a algunas casas recién edificadas, cuando de pronto cedieron los cimientos y desapareció todo, yendo a parar a un oscuro hoyo. Las investigaciones dieron por resultado el descubrimiento de una cámara subterránea, sin otra parecida en el Mundo. Este hipogeo o construcción subterránea conocido ahora por Hal Saffieni, consiste en tres pisos o cámaras excavados en la dura roca y en tres distintos niveles. o se empezó la excavación hasta 1906, y aún ahora tenemos mucho que aprender al considerar esta extraña construcción. La porción, hasta el presente excavada y limpia, de esta curiosa agrupación de galerías y aposentos, cubre una superficie aproximada de 54.000 pies cuadrados, extendiéndose en forma de abanico. El tamaño de los aposentos varía considerablemente: el mayor conocido por el Main Hall (El salón principal), mide 21 x 15 pies con una altura de unos 9; el menor que es solo un escondrijo, tiene solo una yarda de dimensiones laterales. La forma de estas cámaras varía tanto como su espacio; desde un contorno irregular cortado ad libitum al de un perfecto semicírculo. Digno es también de notar la irregularidad de los pisos, puesto que probablemente no existen dos cuartos que estén al mismo nivel. -En ciertos casos son peldaños abiertos en la roca, los conductos de uno a otro / (Página 335) aposento, pero también es corriente que exista una pendiente de una yarda 109
o más, con o sin grada monolítica, a fin de disminuir la pendiente. A medida que se desciende se ensanchan los escalones. Son rasgos muy salientes de este templo subterráneo, las puertas, las celdas y el espesor de sus muros que en algunos sitios, entre dos cuartos contiguos, apenas si se ha dejado el grueso de una oblea. El techo de algunos cuartos está pintado de rojo: el mejor ejemplar de esta obra ‘puede verse en lo que se llama el aposento oráculo. La pintura toma aquí la forma de un delicado trabajo en espiral, con círculos en su medio. Las puertas despiertan la mayor admiración: corno se ve en las fotografías, muchas de ellas resaltan con jambas y dinteles excavados en la misma roca; un oscuro pasaje ostenta doble ornamentación dicha. En el cuarto más céntrico, el Sagrado de los Sagrados, se le han añadido extra jambas y dinteles, tomando los últimos la forma de una redondeada muesca en su extremo superior aminorando así sus angulosos cantos. ada de bronce ni de pedernal se ha descubierto en las ruinas, que evidentemente datan de la época neolítica Algunos estudiosos lo fechan de unos 3000 años, esto es antes de la aurora de la Historia. En cuanto a su primitivo destino varían naturalmente las opiniones. Pudieron haberlo construido los antiguos para el uso de los espíritus que habían abandonado este mundo, proporcionándoles de este modo un templo del mismo tipo del que se habían acostumbrado en sus adoraciones en la Tierra; o bien pudo haber sido un colegio sagrado donde se iniciaba al sacerdocio en las creencias misteriosas de aquellos tiempos, Pero, cualquiera fuera su uso original, no cabe duda de que se le destinó en parte como depósito para los huesos de los muertos después de un previo enterramiento. En lo que hasta ahora va excavado, han aparecido los huesos de unas 33.000 personas, muchos de ellos adultos, y esta circunstancia, / (Página 336) naturalmente, ha llevado a muchos a la creencia de considerar que las ruinas fueron tan solo un vasto osario. Mezclados con los huesos había no obstante gran número de adornos personales y ex-votos. Se descubrieron también dos figuras de piedra representando mujeres esteatopígicas y varias pequeñas esculturas. Una de las últimas representa una mujer con cabeza pequeña, en relación con su cuerpo, dormida en decúbito lateral sobre un lecho de cuatro pies; se halla vestida y adornada con elegantes fluecos y pliegos y, de seguro, se hallaba pintada de rojo. Otra escultura representa una mujer vestida por el estilo, pero proporcionada en sus formas descansando en su cama con la cara hacia abajo, con sus manos extendidas a cada lado. Se ha creído que la primera representa una sacerdotisa soñando cerca de los lugares sagrados con la esperanza de conseguir la inspiración conveniente para poder interpretar las palabras del Santo oráculo mientras que la segunda la representa en el acto de la adoración. Piedras simbólicas labradas en forma de conchas marinas, lámparas votivas, vértebras de pescado, semillas artificiales, conos, pilares diminutos, grandes esferas y piedras 110
agujereadas: éstos y otros objetos hallados demuestran que el hipogeo era algo más que un mero osario. Probablemente no era lugar de habitación, pero en él se verificaba alguna ceremonia religiosa. Los recientes descubrimientos parecen en efecto confirmar este aserto. Aproximadamente al nivel de la boca de un hombre hay un agujero hemisférico, en la pared lateral, de unos dos pies de diámetro. Hace pocos meses solamente, se notó que una palabra cualquiera pronunciada en este sitio era aumentada cien veces y comprensible en toda la construcción. Labrada en el lado opuesto de la cueva en el sitio correspondiente al agujero, existe una pantalla encorvada que obra a modo de torna voz lo cual demuestra que los que la proyectaron tenían buen conocimiento práctico del movimiento de las ondas sonoras. Puede imaginarse la impresión que produciría / (Página 337) en el creyente, cuando al hablar el oráculo las palabras a modo de truenos atravesaban aquellos sombríos y misteriosos pasajes. En el pasadizo, en el salón mayor hay una profunda hondonada en medio del paso, como si allí exista una cámara aún sin descubrir (…)”. (147). HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989. Página 264. Canto XXIV. Rescate de Héctor. El cadáver de Héctor. “(...) Tan sólo dejaron dos palios y una túnica bien tejida, para envolver el cadáver antes que Prísmo se lo llevase al palacio. Aquiles llamó entonces a los esclavos y les mandó que lavaran y ungieran el cuerpo de Héctor, trasladándolo a otra parte para que Prísmo no lo advirtiese (...). Lavado ya y ungido con aceite, las esclavas lo cubrieron con la túnica y el hermoso palio; después el mismo Aquiles lo levantó y lo colocó en un lecho, y por fin los compañeros lo subieron al lustroso carro (...)”. (148). HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989. Página 205. Canto XIX. Aquiles renuncia a la cólera. Utilización de la ambrosía para el arreglo funerario. “(...) y echó unas gotas de ambrosía y rojo néctar en la nariz de Patroclo, para que el cuerpo se hiciera incorruptible (...)”. (149). HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989. Página 241. Canto XXIII. Juegos en honor de Patroclo. Cremación y entierro de Patroclo. Altar ubicado en el bosque. Utilización de las corrientes marinas para la navegación. Hecatombes y sacrificios de animales en la tierra de los Etiopes. Utilización de una copa doble para ofrendas, e invocaciones a los dioses. “(...) Todavía se hallaban alrededor del cadáver, sollozando lastimeramente, cuando despuntó la Aurora de rosados dedos. Entonces el rey Agamenón mandó que de todas las tiendas saliesen hombres con mulos para ir por leña: y a su frente se puso Meriones, escudero del valeroso Idomeneo. Los mulos iban delante: tras ellos caminaban los hombres, 111
llevando en sus manos hachas de cortar madera y sogas bien torcidas; y así subieron y bajaron a los bosques de Ida, abundante en manantiales, se apresuraron a cortar con el afilado bronce encinas de alta copa, que caían con estrépito. Los aqueos las partieron en rajas y las cargaron sobre los mulos. En seguida, estos, batiendo con sus pies el suelo, volvieron atrás por los espesos matorrales, deseosos de regresar a la llanura. Todos los leñadores llevaban troncos, porque así lo había ordenado Meriones, escudero del valeroso Idomeneo. Y los fueron dejando sucesivamente en un sitio de la orilla del mar, que Aquiles indicó para que allí se erigiera el gran túmulo de Patroclo y de sí mismo. Después que hubieran descargado la inmensa cantidad de leña, se sentaron todos juntos y aguardaron (…)”. (150). HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989. Página 266. Canto XXIV. Rescate de Héctor. El cadáver de Héctor. “(...) Dentro ya del magnífico palacio, pusieron el cadáver en un torneado lecho e hicieron sentar a su alrededor cantores que entonaron el treno: estos cantaban con voz lastimera y las mujeres respondían con gemidos (...) Por espacio de nueve días acarrearon abundante leña; y cuando por décima vez apuntó la Aurora, que trae la luz a los mortales, sacaron con los ojos preñados de lágrimas, el cadáver del audaz Héctor, lo pusieron en lo alto de la pira, y le prendieron fuego. Más, así que se descubrió la hija de la mañana, la Aurora de rosados dedos, congregase el pueblo en torno de la pira del ilustre Héctor. Y cuando todos se hubieron reunido, apagaron con negro vino la parte a que la llama había alcanzado; y seguidamente los hermanos y los amigos, gimiendo y corriéndoles las lágrimas por las mejillas, recogieron los blancos huesos y los colocaron en una urna de oro, envueltos en fino velo de púrpura. Depositaron la urna en el hoyo, que cubrieron con muchas y grandes piedras, amontonaron tierra y erigieron el túmulo. (...) Levantado el túmulo, volviéronse; y reunidos después en el palacio del rey Príamo, alumno de Júpiter, celebraron el espléndido banquete fúnebre. Así celebraron las honras de Héctor, domador de caballos (...)”. (151). HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989. Página 240. Canto XXIII. Juegos en honor de Patroclo. Aparición de Patroclo en sueños pidiendo el entierro de su cuerpo. “(...) ¿Duermes, Aquiles, y me tienes olvidado? Te cuidabas de mí mientras vivía y ahora que he muerto me abandonas. Entiérrame cuanto antes, para que pueda pasar las puertas del orco; pues las almas, que son imágenes de los difuntos, me rechazan y no me permiten que atraviese el río y me junte con ellas; y de este modo voy errante por los alrededores del palacio, de anchas puertas, de Plutón. Dame la mano, te lo pido llorando; pues ya no volveré del Orco cuando hayáis entregado mi cadáver al fuego. i ya, gozando de vida, conversaremos separadamente de los amigos; pues me devoró la poderosa muerte que el hado cuando 112
nací me deparará. Y tu destino es también, oh Aquiles, semejante a los dioses, morir al pie de los muros de los nobles troyanos. Otra cosa te diré y encargaré, por si quieres complacerme. 1o dejes mandado, oh Aquiles, que pongan tus huesos separados de los míos: ya que juntos nos hemos criado en tu palacio, desde que Menetio me llevó desde Opunte a vuestra casa por un deplorable homicidio -cuando encolerizándome en el juego de la taba maté involuntariamente al hijo de Anfidamante-, y el caballero Peleo me cogió en su morada, me crió con regalo y me nombró tu escudero; así también, una misma urna, la ánfora de oro que te dio tu venerada madre, guarde nuestros huesos (...)”. (152). HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989. Página 242. Canto XXIII. Juegos en honor de Patroclo. Cremación y entierro de Patroclo. Altar ubicado en el bosque. Utilización de las corrientes marinas para la navegación. Hecatombes y sacrificios de animales en la tierra de los Etiopes. Utilización de una copa doble para ofrendas, e invocaciones a los dioses. “(...)En vano mi padre Peleo te hizo el voto de que yo, al volver a la tierra patria, me cortaría la cabellera en tu honor y te inmolaría una sacra hecatombe de cincuenta carneros cerca de tus fuentes, donde están el bosque y el perfumado altar a ti consagrados. Tal voto hizo el anciano, pero tu no has cumplido tu deseo. Y ahora, como no he de volver a la tierra patria, daré mi cabellera al héroe Patroclo para que se la lleve consigo. En diciendo esto, puso la cabellera en manos del amigo, y a todos les excitó el deseo de llorar. Y entregados al llanto los dejara el sol al ponerse (...). Y los que / (Página 242) cuidaban del funeral amontonaron leña, levantaron una pira de cien pies por lado, y con el corazón afligido, pusieron en ella el cuerpo de Patroclo. Delante de la pira mataron y desollaron muchas pingües ovejas y bueyes de tornátiles pies y curvas astas; y el magnánimo Aquiles tomó la grasa de aquellas y de éstos, cubrió con la misma el cadáver de pies a cabeza, y hacinó alrededor los cuerpos desollados. Llevó también a la pira dos ánforas, llenas respectivamente de miel y de aceite, y las abocó al lecho; y exhalando profundos suspiros, arrojó a la hoguera cuatro corceles de erguido cuello. ueve perros tenía el rey que se alimentaban de su mesa, y degollando a dos, echólos igualmente en la pira. Siguiéronle doce hijos valientes de troyanos ilustres, a quienes mató con el bronce, pues el héroe meditaba en su corazón acciones crueles. Y entregando la pira a la violencia indomable del fuego para que la devorara, gimió y nombró al compañero amado. ¡Alégrate, oh Patroclo, aunque estés en el Orco! Ya te cumplo cuanto te prometiera. El fuego devora contigo a doce hijos valientes de troyanos ilustres; y a Héctor Priámida no le entregaré a la hoguera, sino que a los perros para que los despedacen. Así dijo en son de amenaza. Pero los canes no se acercaron a Héctor. La diosa Venus, hija de Júpiter, los 113
apartó día y noche, y ungió el cadáver con un divino aceite rosado para que Aquiles no le lacerase al arrastrarlo. Y Febo Apolo cubrió el espacio ocupado por el muerto con una sombría nube que hizo pasar del cielo a la llanura, a fin de que el ardor del sol no secara el cuerpo, con sus nervios y miembros. En tanto, la pira en que se hallaba el cadáver de Patroclo no ardía. Entonces el divino Aquiles, el de los pies ligeros, tuvo otra idea: apartóse de la pira, oró a los vientos Bóreas y Céfiro y votó ofrecerles solemnes sacrificios, y haciéndoles repetidas libaciones con una copa de oro les rogó que acudieran para que la leña ardiese bien y los cadáveres fueran consumidos prestamente por el fuego. La veloz Iris oyó las súplicas, y fue a avisar a los vientos, que estaban reunidos celebrando un banquete en la morada del impetuoso Céfiro. Iris llegó corriendo y se detuvo en el umbral de piedra. Así que la vieron, levantáronse todos, y cada uno la llamaba a su lado. Pero ella no quiso sentarse, y pronunció estas palabras: o puedo sentarme porque voy encima de la corriente del Océano, a la tierra de los etíopes, que ahora ofrecen hecatombes a los inmortales para entrar a la parte en los sacrificios. Aquiles ruega al Bóreas y al estruendoso Céfiro, prometiéndoles solemnes sacrificios, que vayan y hagan arder la pira en que yace Patroclo, por el cual gimen los aqueos todos. Habló y así fue. Los vientos se levantaron con inmenso ruido, esparciendo las nubes; pasaron por cima del ponto, y las olas crecían al impulso del sonoro soplo; llegaron, por fin, a la fértil Troya, cayeron en la pira y el fuego abrasador bramó grandemente. Durante toda la noche, los dos vientos, soplando con agudos silvidos, agitaron la llama de la pira; durante toda la noche, el veloz Aquiles, sacando vino de una crátera de oro, con una copa doble, lo vertió y regó la tierra, e invocó el alma del mísero Patroclo. Como sollozaba un padre quemando los huesos del hijo recién casado, cuya muerte ha sumido en el dolor a sus progenitores; de igual modo sollozaba / (Página 243) Aquiles al quemar los huesos del amigo; y arrastrándose en torno a la hoguera, gemía sin cesar. Cuando el lucero de la mañana apareció sobre la tierra, anunciando el día, y poco después la Aurora, de azafranado velo, se esparció por el mar, apagábase la hoguera y moría la llama. Los vientos regresaron a su morada por el ponto de Tracia, que gemía a causa de la hinchazón de las olas alborotadas y el hijo de Peleo, habiéndose separado un poco de la pira, acostase rendido de cansancio, y el dulce sueño le venció. Pronto los caudillos se reunieron en gran número alrededor del Átrida; y el alboroto y ruido que hacían al llegar, despertaron a Aquiles. Incorporóse el héroe; y sentándose, les dijo estas palabras: ¡Átrida y demás príncipes de los aqueos todos! primeramente, apagad con negro vino cuanto de la pira alcanzó la violencia del fuego: recojamos después los huesos de Patroclo Menetíada, distinguiéndolos bien -fácil será reconocerlos, porque el cadáver estaba en medio de la pira y en los extremos se quemaron 114
confundidos hombres y caballos-, y pongámolos en una urna de oro, cubiertos por doble capa de grasa, donde se guarden hasta que yo descienda al Orco. Quiero que le erijáis un túmulo no muy grande, sino cual corresponde al muerto; y más adelante, aqueos, los que estéis vivos en las naves de muchos bancos cuando yo muera, hacedlo anchuroso y alto. Así dijo, y ellos obedecieron al Pelida, de pies ligeros. Primeramente, apagaron con negro vino la parte de la pira a que alcanzó la llama, y la ceniza cayó en abundancia; después, recogieron, llorando, los blancos huesos del dulce amigo y los encerraron en una urna de oro, cubiertos por doble capa de grasa; dejaron la urna en la tienda, tendiendo sobre la misma un sutil velo; trazaron el ámbito del túmulo en torno de la pira; echaron los cimientos, e inmediatamente amontonaron la tierra que antes habían excavado. Y erigido el túmulo, volvieron a su sitio (...)”. (153). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 111. Canto I. “(…) después de haber dado tres vueltas en todo el cadáver con sus armas de bronce, lo enterraron en una tumba y probaron sus fuerzas en los juegos, según el rito acostumbrado (74), en la explanada de la Pradera. Aún ahora / (Página 112) allí se eleva este túmulo y puede ser contemplado por los hombres futuros (…)”. Ibidem. Página 111. Cita (74). “(…) Recuérdense los juegos fúnebres en honor de Patroclo y Héctor descritos en la Ilíada, cantos XXIII y XXIV, respectivamente. Las manifestaciones de duelo descritas anteriormente también aparecen en Homero (…)”. Ibidem. Página 125. Canto I. “(…) En efecto, a la vuelta de los juegos celebrados en honor de Pelias, difunto en Tenos, la isla del mar rodeada, los mató, hizo un túmulo en torno a ellos con tierra y, encima de él erigió dos estelas (…)”. (154). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 301. Canto IV. “(…) El héroe Esónida cortó como primicias las extremidades del cadáver, por tres veces lamió la sangre y, otras tres escupió de sus dientes la mancha, como deben hacer los culpables para expiar la muerte cometida a traición (33). Más tarde enterró el cadáver aún flacido en tierra donde aún hoy yacen los huesos de aquellos, entre el pueblo de los hombres Apsirtios (…)”. Página 301. Cita (33). “(…) Jason efectúa dos ritos con el cadáver; el primero es el llamado “maschalismós”, que consiste en cortar las extremidades, manos, pies, nariz y orejas y, colocarlos bajo las axilas del cadáver “maschálais”. Tanto este como el segundo son ritos apotropaicos, destinados a aplacar a las divinidades infernales y borrar la mancha de la sangre. Cf. Vian. op. cit. pág. 167, con bibliografía. Otra tradición contaba, sin embargo, que Jasón y Medea habían dispersado los 115
miembros de Apsirto por el camino, lo cual hizo que sus perseguidores, entretenidos en recogerlos, no les pudiesen dar alcance (…)”. (155). PAUSANIAS. “Descripción de Grecia, Ática y Élide (Libros I, V y VI)”. Introducción, traducción y notas de Camino Azcona García. Biblioteca Temática: Colección Clásicos de Grecia y Roma: BT 8225. Madrid. Alianza editorial. 2000. Página 87. Libro I. Ática. Culto a Apolo Delfinio. Cabello trenzado para los hombres. “(...) Existe también otro santuario de Apolo con el sobrenombre de Delfinio (248). Dicen que cuando su templo estaba construido a excepción del techo, llegó Teseo a la ciudad sin que nadie lo conociera todavía. Como llevaba un manto largo hasta los pies y su cabellera estaba hermosamente trenzada (249) cuando se acercó al templo de Delfinio, los que estaban trabajando en la techumbre le preguntaron en tono de burla por qué una joven en edad de casarse andaba sola. Teseo no le respondió nada, sino que, según se dice, después / (Página 88) de desatar los bueyes del carro, que ellos tenían cerca, lo lanzó a una altura superior a la del techo del templo que estaban colocando (...)”. Página 87. Libro I. Ática. Culto a Apolo Delfinio. Cabello trenzado para los hombres. Cita (248). “(...) Próximo a este santuario estaba la sede del tribunal (cf.1.28.10) (...)”. Página 87. Libro I. Ática. Culto a Apolo Delfinio. Cabello trenzado para los hombres. Cita (249). “(...) Hasta mediados del siglo V a. C., los jóvenes vestían como las jóvenes (...)”. (156). VIRGILIO. “La Eneida”. Décima edición (1976). Colección Austral. Madrid. Espasa-Calpe. 1976. Página 197. Décimo Libro. Pelo trenzado para los hombres, como la existente en Menorca. Lauso, hijo de Mecencio. “(...) Al mismo tiempo increpa a los compañeros de Lauso, que tardan en acudir a recogerle, y le levanta del suelo, chorreándole horrible sangre la trenzada cabellera. Entretanto su padre Mecencio sentado a la margen del Tiber (...)”. (157). LASUNAY, Oliver. “Las civilizaciones celtas”. Colección Grandes civilizaciones desaparecidas. Club Internacional del Libro. Sin lugar ni fecha de publicación. Página 165-166. Cuarta parte. La céltica insular. El recorrido del combatiente de los fiana. Los celtas llevaban el cabello trenzado. “(…) Entre las gentes de Finn, no era admitido jamás un hombre que no estuviese versado en los doce libros de la poesía. (…) / (Página 166) o era aceptado nadie que, con los cabellos trenzados, no se lanzase a plena carrera a través del bosque, si alguna rama desordenaba, por poco que fuese, su cabellera, tampoco era admitido (…) K. Meyer, Fianaigecht (…)”. (158). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 359. Canto IV. Corte de pelo = Honras fúnebres. “(…) y se 116
cortaron mechones de cabellos ellos y las jóvenes también (121), llorando a aquel muerto que había sufrido de forma lastimosa; y tras dar alrededor tres vueltas con sus armas, de forma que tuviese buenas honras funerales, le vertieron un túmulo de tierra por encima (…)”. Página 359. Cita (121). “(…) Para echarlos sobre el cadáver como ofrenda fúnebre (…)”. (159). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 54. Canto IV. Costumbre griega de cortarse el pelo tras una defunción. “(...) pues tan solo esta honra les queda a los pobres que mueres: recortarnos el pelo (2) (...)”. Página 54. Canto IV. Cita (2). “(...) Recortarnos el pelo. Duelo debido a los difuntos (...)”. (160). HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989. Página 241. Canto XXIII. Juegos en honor de Patroclo. Cremación y entierro de Patroclo. Altar ubicado en el bosque. Utilización de las corrientes marinas para la navegación. Hecatombes y sacrificios de animales en la tierra de los Etiopes. Utilización de una copa doble para ofrendas, e invocaciones a los dioses. “(...) Aquiles mandó a los belicosos mirmidones que tomaran las armas y uncieran los caballos: y ellos se levantaron vistiendo la armadura, y los caudillos y sus aurigas montaron en los carros. Iban éstos al frente, seguíales la nube de la copiosa infantería y en medio los amigos llevaban a Patroclo, cubierto de cabello que en su honor se habían cortado. El divino Aquiles sosteníale la cabeza, y estaba triste porque despedía para el orco al eximio compañero. Cuando llegaron al lugar que Aquiles les señaló, dejaron el cadáver en el suelo y en seguida amontonaron abundante leña. Entonces, el divino Aquiles, el de los pies ligeros, tuvo otra idea: separándose de la pira, se cortó la rubia cabellera, que conservaba expléndida para ofrecerla al río Esperquio; y exclamó, apenado, fijando sus ojos en el vinoso ponto: ¡Oh Esperquio! En vano mi padre Peleo te hizo el voto de que yo, al volver a la tierra patria, me cortaría la cabellera en tu honor y te inmolaría una sacra hecatombe de cincuenta carneros cerca de tus fuentes, donde están el bosque y el perfumado altar a ti consagrados. Tal voto hizo el anciano, pero tú no has cumplido tu deseo. Y ahora, como no he de volver a la tierra patria, daré mi cabellera al héroe Patroclo para que se la lleve consigo. En diciendo esto, puso la cabellera en manos del amigo, y a todos les excitó el deseo de llorar. Y entregados al llanto los dejara el sol al ponerse (...)”. (161). EURIPIDES. “Tragedias”. Edición de Juan Antonio López Férez. Colección Letras Universales. Madrid. Cátedra. 1985. Página 126. Alcestis. Sacrificios a los dioses. “(...) Marchó hacia ella, para iniciar el sacrificio con mi espada, pues consagrado a los dioses de bajo tierra está aquel a quién este puñal le corte un cabello (11) (...)”. Página 126. Alcestis. 117
Sacrificios a los dioses. Cita (11). “(...) El texto griego no dice “corte”, sino “consagre”, en la idea de que una persona, si se le corta el cabello, bien sea todo, bien sólo un rizo, o incluso un simple cabello, pierde su fuerza vital y quedé a merced de quién se lo haya cortado (...)”. (162). EURIPIDES. “Tragedias”. Edición de Juan Antonio López Férez. Colección Letras Universales. Madrid. Cátedra. 1985. Página 136. Alcestis. Costumbres funerarias. “(...) Más, como he de preparar la conducción de este cadáver, permaneced aquí y, al quedaros, cantad en réplica a un peán en honor del dios que no acepta libación (29). A todos los tesalios en que mando les indico que tomen parte en el duelo por esta mujer con el cabello cortado y atuendo negro. Y los que uncís cuadrigas o caballos embridados por separado rasurad con el hierro de las crines de sus cuellos (30). Que por la ciudad no haya estruendo de flautas ni de liras hasta que transcurran doce lunas. Pues ningún otro cadáver sepultaré más amado que éste, ni más excelente para mí (...)”. (163). EURIPIDES. “Tragedias”. Edición de Juan Antonio López Férez. Colección Letras Universales. Madrid. Cátedra. 1985. Página 136. Alcestis. Costumbres funerarias. Cita (30). Crines de caballos. “(...) Entre los tesalios, macedonios y persas era usual, aparte de que las personas se rasuraran el cabello en señal de luto, cortar las crines a los caballos. Cfr. Plutarcos, Pelópidas 33 (...)”. (164). EURIPIDES. “Tragedias”. Edición de Juan Antonio López Férez. Colección Letras Universales. Madrid. Cátedra. 1985. Página 136. Página 142. Alcestis. Costumbres funerarias. “(...) Bondadosa presencia de los hombres de Feras, el cadáver, provisto de todos los hombres, transpórtanlo en alto los criados de su tumba y pira (41). Vosotros, a la muerta, según es costumbre, despedida cuando marcha por su último camino (...)”. Página 136. Alcestis. Costumbres funerarias. Cita (41). “(...) Aunque se habla de pira (versos 608 y 740) el cuerpo de Alcestis es inhumado, no incinerado. La cremación es frecuente en épocas anteriores. En cambio, es bastante probable que, a la sazón, se inmolaran e incineraran ciertos animales en honor del muerto (...)”. (165). MONCHO, Sonia. & CHINCHILLA, Julia. “La conservació i restauració dels materials arqueològics de la Cova des Pas”. Traducción: Cecía Cervera López. Unicum. Nº 7. Revista de l´Escola Superior de Conservarció i Restauració de Béns Culturals de Catalunya. Mayo 2008. www.7_4.pdf Página 49. Los metales: anillas de estaño que sujetaban la trenza de un individuo masculino. “(…) A primera vista los bronces, sobre todo los brazaletes, se encontraban en buen estado de conservación, a parte de la suciedad superficial y manifestar fenómenos de corrosión. (…) Las anillas de estaño, que se encontraban separadas y asociadas a los cabellos, presentan también un buen estado de conservación. En especial llama la atención el conjunto encontrado en la trenza de un 118
individuo de sexo masculino, gracias al cual sabemos que estas anillas iban unidas con un palito de madera en su interior, y seguramente constituían un elemento ornamental del peinado (…)”. (166). MONCHO, Sonia. & CHINCHILLA, Julia. “La conservació i restauració dels materials arqueològics de la Cova des Pas”. Traducción: Cecía Cervera López. Unicum. Nº 7. Revista de l´Escola Superior de Conservarció i Restauració de Béns Culturals de Catalunya. Mayo 2008. www.7_4.pdf Página 48. Cabellos negros. “(…) Los restos de cabellos humanos se han encontrado en muy buen estado de conservación. De color negro y en general muy finos, presentan una pátina de polvo blanquinoso y parecen haber sido cortados con un objeto afilado en uno de sus extremos, excepto los encontrados todavía adheridos al cráneo (muy corto, perdido mayoritariamente, excepto en el individuo de la trenza). Como en el resto de los materiales orgánicos, encontramos restos de esqueletos de microfauna y marcas de roedores. Algunos cabellos los encontramos enrollados, entrelazados; todos ellos se han conservado en la posición en que se encontraron, ya que se consideró muy arriesgado además de innecesario, manipularlos o tratar de cambiar su forma. Algunos de los conjuntos de cabellos parecen tener una sustancia que los compacta, pendiente de análisis (…)”. (167). MALGOSA, A. “Los hallazgos de la cueva de Es Pas de Ferrerias”. Mahón. Revista de Menorca. Publicació de l´Ateneu Cientific, Literari i Artistic de Maó. Tomo 90 (I). Gener-juny. 2007. Página 173. “(…) Aproximadamente entre el 1100 y 700 (cal) a. C., según las dataciones radiocarbónicas que tenemos hasta el momento, casi un centenar de personas fueron enterradas en la cueva: niños, jóvenes, adultos, y ancianos de ambos sexos aparecieron en posición fetal y depositados de lado. Pocos de ellos iban acompañados de adornos personales o de otros tipos e ofrendas de tipo simbólico. Los ritos / (Página 174) propiamente dichos debieron producirse antes de depositar los cadáveres en la cueva, de difícil acceso y alejada de saqueos y violaciones (…). Sabemos que, antes de depositarlos en la cueva, los cadáveres se colocaban encogidos y se envolverían en sudarios hechos de piel de vacuno; dichos fardos se ataban con cuerdas y, de esta forma, eran trasladados a la cueva, muy posiblemente descolgándolos por los más de treinta metros de acantilado. Para asegurar mejor el transporte, los paquetes mortuorios se llevaban en camillas hechas de madera que en muchas ocasiones se dejaban dentro de la cueva y que hemos encontrado intactas. En efecto, uno de los elementos más destacados de este yacimiento es la conservación de la materia orgánica, lo que hemos registrado, además, en diversas partes de los cuerpos humanos. Tenemos tejido muscular, aún adherido a los huesos, restos pulmonares y cerebrales, elementos fecales y también pelo y cuero cabelludo. Incluso en 119
uno delos individuos se ha conservado una trenza, sujeta con un pasador de madera y anillas de estaño puro (…)”. (168). FULLOLA, Josep M., et alii. “La Cova des Pas (Ferreries, Menorca): un jaciment cabdal en la prehistoria de les Balears”. Unicum. Número7. Revista de l´Escola Superior de Conservació de Béns Culturals de Catalunya. Mayo 2008. www.7_1.pdf Página 12. Edad de los restos cadavéricos. “(…) El grup compta amb la presència tant d´individus masculins com femenins,i amb prècticament totes les categories d´edat: infantils [28 indeterminats], juvenils [1 masculí, 1 femení, i 3 indeterminats] i adults [12 masculins, 7 femenins i 17 indeterminats]. Dels 70 individus, 36 són adults i 34 subadults (…). Ibidem. Página 12. Elementos biológicos de naturaleza no ósea. “(…) Entre ells cal destacar la presència d´abundants restes de fibres, macrorestes vegetals i, sobretot, la conservació d´elements biològics humans de naturalesa no òssia i pells d´animals utilitzats com a sudaris (…)”. Ibidem. Página 13. Materiales arqueológicos: Contenedores tubulares. “(…) El tercer grup està compost per contenidors tubulars. El cos era de pell o banya mentre que la tapadora i la base es van fabricar amb fusta o os. Si bé encara estan en procés d´estudi, les similituds amb els trobats a la Cova des Càrritx (Llull, 1999,p. 314-333) ens fan pensar que a la Cova des Pas també es va realitzar tota una sèrie de rituals relacionats amb la manipulació i el tallat de cabells, i la seva disposició en aquests contenidors tubulars (…)”. Ibidem. Página 14. Cronología. “(…) Les inhumacions seleccionades per establir una primera aproximació a la cronología de la Cova des pas foren: 1.- Individu núm.1: En el moment de la troballa del jaciment, en superficie es localitzaven un fémur i restes de cabells. Es tractava, per tant, d´un dels últims individus que es varen enterrar a la cova. El resultat obtingut és: KIA 29179: 2585 +- 40 BP [a 95´4% de probabilitat 830-550 BC: a 68´2% de probabilitat 810-670 BC]. 2.- La mostra es va obtenir d´un fragment de la fusta de la civera de la inhumació de l´individu núm. 37. Es tractava d´una civera fabricada amb branques d´uns 3 cm., de diàmetre.La inhumació / (Página 15) ocupava una posició intermèdia en la seqüencia d´enterraments de la cova. El resultat obtingut és: KIA 29181: 2675 +- 30 BP [a 95´4% de probabilitat 895-795 BC; a 68´2% de probabilitat 890-800 BC]. 3.- La tercera datació es va obtenir d´una mostra de fibres vegetals recuperades d´una corda asociada a l´individu núm. 47.Per la seva posició estratigràfica segurament és una de les inhumacions més antigues. El resultat obtingut fou: KIA 29180: 2920 +-30 BP [a 95´4% de probabilitat 1260-1019 BC; a 68´2% de probabilitat 1200-1050 BC]. A l´espera que les noves sèries de datacions millorin la delimitació d´ús de la necrópolis,podem avançar que som davant d´una necrópolis pròpia del 120
final de l´edat del bronze (GUERRERO et al. 2006, p. 170-197). Des d´una perspectiva cultural podríem dir que les inhumacions més antigues començaren a depositar-se a la Cova des Pas quan les comunitats vivien encara en poblats de navetiformes, com per exemple el poblat veí de Son Mercer de Baix, mentre que els últims enterraments es van realitzar quan la majoria de les comunitats prehistòriques de Menorca habitaven en poblats talaiòtics. Cfronològicament,l´ús de la cova del Pas se situaria entre el c. 1200 i el c. 800 a.C. (…) Tot això fa pensar que les inhumacions a la Cova des Pas van acabar-se en una data pròxima al cv. 800 a.C. (…)”. Ibidem. Página 15. Posición fetal y envueltos en sudarios de piel. “(…) La Cova des Pas és una petita cavitat dirigen natural utilitzada com a espai d´enterrament col.lectiu successiu. El ritual funerari correspon a dipòsits primaris successius al llarg d´un període fetal fortament flexionada i respecten l´espai individual. (…) Els individus es dipositaven majoritàriament en decúbit lateral, dret o esquerre, amb les extremitats superiors en flexió màxima de colze, les mans situades a nivell de la cara i les extremitats inferiors amb flexió màxima de maluc i genio. Aquesta posició que presentaven els individus de la Cova des Pas, simulant la posició fetal, i que, d´altra banda,és típica en els enterraments d´aquesta època, pot ser interpretada tant des d´una visió funcional –ocupació mínima de l´espai- com cultural (…). Les dades observades indiquen que es tracta d´un enterrament col.lectiu successiu, realitzat durant un període més o menys llarg de temps, i amb un aprofitament màxim de l`espai funerari, però respectant el màxim posible la integritat dels cadàvers, encara que s´han observat superposicions de inhumats dipositats amb molta cura per no afectar als enterraments anteriors. (…) La conservació de materials biològics excepcionals en aquest jaciment ha permès observar l´ús de cordes de fibra vegetal per tal de mantenir la posició fetal forçada dels cadàvers, i restes de teixits de probable oriegen animal que podrien pertànyer tant a sudaris que embolcallaven els cadàvers com a la seva vestimenta. En altres casos s´han trobat dues lliteres de fusta, que probablement varen servir per transportar el cos del difunt fins a la cova. Davall algunes inhumacions s´han trobat deposicions de branques, com si fos un llit vegetal. Un dels aspectos que està per resoldre és com es transpòrtaven els cadàvers fins a la cova, ja que es troba en un penya-segat, a una alçada d´uns 15 m. Sembla ser que els morts es traslladarien en fardells, totalment flexionats i embolcallats amb un sudari de pell de bòvid, lligats amb cordes i col.locats sobre lliteres de fusta (…)”. Ibidem. Página 15. Cronología: Bronce Final. “(…) Per concloure, volem afegir uns paràgrafs que permitin situar la Cova des Pas dins del context de les pràctiques funeràries menorquines i mallorquines del bronze final. Pel que fa als espais funeraris d´aquest període de la prehistòria, es generalitza l´ús de 121
balmes [grutas] i de coves naturals, en les quals es basteix (en un moment inicial c. 1400-1300 a.C) un tancament ciclopi a voltes amb llindes [dinteles] que donen accés a l´espai funerari. A aquesta mena de necrópolis corresponen els jaciments des Càrritx. El Forat de ses Aritges (LULL, et al, 1999) i algunes covetes antigues de Calescoves (GOR ÉS, 2000) i Mongofre ou (CAÑELLAS; DE ICOLÁS, 1996; BERGADÀ; DE ICOLÁS, 2005, p. 194-195). Tant els materials arqueològics com les datacions absolutes ens permeten saber que la comunitat enterrada a la Cova des Pas fou contemporània de la darrera fase funerària de Cova des Càrritx (LULL et al. 1999), l´ús de la qual probablement s´allargà uns quanta decennis més, com postren les datacions radiocarbòniques i la presència de ferro. La cavitat comenta a emprar-se com necrópolis durant el bronce antic, segons algunes dastacions radiocarbòniques (c. 1610-1300 a.C), això / (Página 16) no obstant, durant l´edat del bronze final coincideix amb l´ús de la Cova des Pas (c. 1260-840 a.C). Les similituds no només són cronològiques, ja que també trobem els tubs que guarden cabells i que es relacionarien amb els rituals de tonsura d´alguns membres de la comunitat. També alguns cadávers foren traslladats a la necrópolis i dipositats sobre baiards [angarillas], com ens demostra la troballa de restes de fusta recuperades (LULL et al., 1999. p 375). Comportaments semblants probablement es van poder realitzar a la necrópolis de Mongofre ou, jaciment que presenta una cronología paral.lela a la de la Cova des Pas. Encara que el dipòsit funerari hagi sofert una intensa espoliació, la documentació d´algunes inhumacions conservades demostren una coincidencia entre els rituals de la Cova des Pas i aquest jaciment (…)”. Ibidem. Página 16. Restos de ataúdes y literas en el hipogeo XXI de Cales Coves. “(…) Dins el breu repàs de les pràctiques funeràries menorquines, amb cronologies i rituals semblants a la Cova des Pas, cal comentar el cas dels hipogeus més antics de Calescoves. Probablement, el que ens dóna una millor documentació és l´Hipogeu XXI,on es van poder recuperar restes de fustes provinents segurament de lliteres i taüts (GOR ÉS; GUAL, 2000). Algunes datacions radiocarbóniques d´aquest hipogeu ens monstren un ús contemporani a la Cova des Pas, almenas entre el c. 900 i 800 a.C(GOR ÉS, en preparació), encara que el seu ús va perdurar durant més temps (STRYDO CK, et al. 2002) (…)”. (169). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 67. Canto I. “(…) Las mujeres una y mil veces levantan sus manos al cielo a los dioses rogando les concedieran el final gozoso del regreso (…)”. 122
(170). HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989.Página 259. Canto XXIV. Rescate de Héctor. Oración con las manos alzadas a Júpiter. “(...) Bueno es levantar las manos a Júpiter para que de nosotros se apiade. Dijo así el anciano, y mandó a la esclava despensera que le diese agua limpia a las manos. Presentóse la cautiva con una fuente y un jarro. Y Príamo, así que se hubo lavado, recibió la copa de manos de su esposa; oró de pie, en medio del patio; libó el vino alzando los ojos al cielo, (...) Tal fue su plegaria. Oyóla el próvido Júpiter, y al momento envió la menor de las aves agoreras, un águila rapaz de color oscuro, conocida con el nombre de percnón. Cuanta anchura suele tener en la casa de un rico la puerta de la cámara de ancho techo, bien adaptada al marco y asegurada por un cerrojo; tanto espacio ocupaba con sus alas, desde el uno al otro extremo, el águila que apareció volando a la derecha por cima de la ciudad. Al verla, todos se alegraron y la confianza renació en sus pechos (...)”. (171). HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989.Página 205. Canto XIX. Aquiles renuncia a la cólera. Sacrificios de animales para sellar la amistad. Oración a Júpiter con las manos alzadas. “(...) y consagremos con un sacrificio nuestra fiel amistad (...) Y Taltibio, atravesando el anchuroso campamento aquivo, vaya a buscar y prepare un jabalí para inmolarlo a Júpiter y al Sol (...) / (Página 208) Taltibio, cuya voz parecía la de una deidad, sujetando con la mano a un jabalí. El Atrida sacó el cuchillo que llevaba colgado junto a la gran vaina de la espada, cortó por primicias algunas cerdas del jabalí y oró, levantando las manos a Júpiter; y todos los árgivos, sentados en silencio y en buen orden, escuchaban las palabras del rey (...) y con el cruel bronce degolló al jabalí, que Taltibio arrojó, haciéndole dar vueltas, al gran abismo del espumoso mar para pasto de los peces (...)”. (172). VIRGILIO. “La Eneida”. Décima edición (1976). Colección Austral. Madrid. Espasa-Calpe. 1976. Página 87. Quinto Libro. Invocación a los dioses. Sacrificios a los dioses. “(...) si Cloanto, tendiendo hacia el mar ambas palmas, no hubiera prorrumpido en plegarias, invocando de esta suerte a los dioses: “¡oh númenes a quienes pertenece el dominio del mar, por cuyas olas vuela mi nave, yo inmolaré gozoso ante vuestras aras en la playa un toro blanco, de ello hago voto solemne, y arrojaré sus entrañas a las saladas ondas, y verteré en ellas consagrados vinos!” (...)”. (173). “El Zohar. El libro del Esplendor”. Traducción de Carles Giol. Colección: Testigos de la Tradición. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2008. (5ª edición: marzo). Página 207. Cuarta parte. Israel y el Mesías. II. El sacerdocio de Israel. II. 1. Los ritos. 94. Las bendiciones. Simbología de las manos alzadas durante la bendición = El 5ombre Sagrado. “(…) Desde el momento en que aquí abajo las manos se elevan para bendecir, 123
descienden del Mundo de Arriba las bendiciones y el ombre Sagrado es glorificado en todas partes. Diez gobernantes celestes recogen Arriba y las reparten aquí abajo. Primero las vierten sobre el sacerdote que bendice al pueblo, tal como está escrito: Invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y Yo los bendeciré ( úm. 6:27). El acto de levantar las manos en alto durante la bendición encierra varios misterios supremos. Simboliza la unidad de las diez Sefirot (205) y proclamando esa unidad del 1ombre Sagrado es bendecido adecuadamente. Por otro lado, / (Página 208) simboliza la unión de los tronos interiores y de los exteriores (206), proclamándose así que el Santo, bendito sea, es bendecido por todas partes y que es Uno, tanto Arriba como Abajo. Dijo Rabbí Eleazar en otra ocasión: Y no verán mi rostro en vano (reqam) (Ex. 23:15) (207). Estas palabras encierran el misterio relativo al acto de alzar las manos, tanto para bendecir como para rezar. He aquí por qué las Sagradas Escrituras no dicen “que no comparezcan ante mí con las manos vacías” en lugar de no verán mi rostro en vano, porque este acto equivales a contemplar el rostro de Dios, acto que no debe ser hecho en vano. Elevando los diez dedos aquí abajo se pone en movimiento todo el lado santo de Arriba, mientras que el otro lado es vencido y reconoce al Rey sagrado. (II, 67a-67b) (…)”. Página 207. Cita (205). “(…) Al igual que la lámpara, símbolo también delas sefirot, los dedos son unidades inseparables de una misma cosa, el cuerpo (…)”. Página 208. Cita (206). “(…) A causa de las dos caras de las manos. Por tronos interiores el Zóhar se refiere al Mundo de la Emanación y por los tronos exteriores designa los tres mundos inferiores (…)”. Página 208. Cita (207). “(…) Generalmente se traduce este versículo de la siguiente manera: no se presentarán ante mí con las manos vacías, de acuerdo con el contexto. La versión aquí presentada es la traducción literal del mismo, que se adecúa a la interpretación del Zóhar (…)”. (174). HAKANÁ, Rabí Nehunia ben. “Sefer ha-Bahir. El libro de la claridad”. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2012. (1ª edición: octubre). Prólogo de Mario Satz. Página 93. CXXIII. Ofrendas pacíficas del holocausto. Simbología de elevar las manos = Atraer a las esferas superiores unificando los mundos de arriba y de abajo. “(…) Pero él bajó luego del acto expiatorio, del holocausto de las ofrendas pacíficas. Luego, sus manos se elevaron hacia el pueblo. ¿Por qué elevar las manos? Porque haciendo el sacrificio y celebrando el rito él se había acercado al Padre en el cielo, tal como se sabe: el acto de elevar las manos atrae a las esferas superiores unificando los mundos de arriba y debajo de modo perfecto (…)”. HAKANÁ, Rabí Nehunia ben. “Sefer ha124
Bahir. El libro de la claridad”. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2012. (1ª edición: octubre). Prólogo de Mario Satz. Página 102. CXXXVIII. Simbología de las manos alzadas y dedos como las empleadas en las pinturas prehistóricas. “(…) ¿Pero cual es esa “Torá de verdad”? La que designa el verdadero ser de los mundos. Su acción se manifiesta en el pensamiento y confirma las Diez Palabras mediante las cuales el mundo se sostiene. Es una de ellas. En conformidad con (esa Torá) el Creador hizo los diez dedos de la mano del hombre. De modo que cuando Moisés hubo elevado sus manos y concentrado su corazón en la misáh que significa “Israel” –principio que implica la “Torá de verdad”- ligó los diez dedos de sus manos a las Diez Palabras, principio que, por otra parte, si no fuera repetido, cada día no ayudaría a Israel. Pues “Israel prevalecía; pero cuando Moisés bajaba la mano, Amalec era más fuerte”. ¿Deseaba acaso Moisés la victoria de Amalec? 1o, sólo que es imposible que el hombre eleve sus manos al cielo durante más de tres horas (…)”. HAKANÁ, Rabí Nehunia ben. “Sefer ha-Bahir. El libro de la claridad”. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2012. (1ª edición: octubre). Prólogo de Mario Satz. Página 103. CXXXIX. Simbología de las manos en alto = Que las plegarias sean escuchadas. “(…) Sus discípulos le preguntaron: ¡hacia qué elevamos las manos? Y el maestro respondió: hacia la altura de los cielos. ¿Y cómo lo sabemos? Por el versículo de Hahacuc 3, 10: “El abismo dio su voz (80), a lo alto alzó sus manos”. De este pasaje podemos inferir que las manos se eleven a hacia el cielo. Si hay en Israel hombres que conocen el misterio del ombre glorificado, les basta con elevar las manos para que sus plegarias sean escuchadas, tal como está dicho en Isaías 58, 9: “Entonces invocarás y YHWH te oirá”. Si invocas az (entonces), YHWH te contestará ahora (…)”. (175). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 148. Canto VI. La llegada a Feacia. Localización geográfica de Feacia = Sicilia, cercana a los Cíclopes. “(...) Dije así, y a su rey Poseidón comenzó a suplicarle levantando ambas manos al firmamento muy estrellado (…)”. (176). VIRGILIO. “La Eneida”. Décima edición (1976). Colección Austral. Madrid. Espasa-Calpe. 1976. Página 43. Segundo Libro. Adoración a la Santa Estrella, en el santuario de Troya. Presencia de la llama sobre la cabeza = el Espíritu Santo. “(...) Con estas voces llenaba todo el palacio la llorosa Creúsa, cuando de súbito se ofrece a nuestra vista una maravillosa visión, y fue que sobre la cabeza de Iulo, entre los brazos y a la vista de sus afligidos padres, alzóse una leve llama, que, sin 125
lastimarle con su contacto, blandamente acariciaba sus cabellos y parecía que tomaba cuerpo alrededor de sus sienes. Despavoridos nos echamos al punto sobre su encendida cabellera, y rociándola con agua, quisimos apagar aquel fuego milagroso; pero Anquises, lleno de júbilo, alzó los ojos al cielo, y levantando también las manos y la voz, exclamó: “Omnipotente Júpiter, si hay preces que puedan moverte a compasión, vuelve hacia nosotros tus ojos; nada más te pedimos, y si somos dignos de piedad, danos en adelante tu auxilio y confirma estos felices agüeros. Apenas pronunció estas palabras el anciano, retumbó de repente a nuestra izquierda el estampido de un trueno y recorrió el espacio, deslizándose del cielo, en medio de las tinieblas, una luminosa estrella. Después de resbalar por encima de nuestro palacio, vimos la encender sus fulgores en las selvas del monte Ida, señalándonos el camino que habíamos de seguir; brilló entonces detrás de ella un largo rastro de luz, y un fuerte olor de azufre se extendió por todos los sitios circunvecinos. Vencido mi padre por aquellas señales, se levanta, invoca a los dioses y adora la santa estrella (...)”. (177). IBÁÑEZ ORTS, Vicente. “Grabados rupestres incisos de carácter geométricos en Menorca”. Maó. Revista de Menorca. Publicació de l´Ateneu Científic, Literari i Artistic de Maó. Tomo Nº 86 (II). Julioldesembre. 2002. Página 67. “(…) El primer grabado que publicó Mascaró es en realidad un conjunto de ellos. Aparecen en la Cova dels Encantaments en el predio de Biniguarda Vell, que corresponde al término municipal de Alayor. Se hallan en una cueva cuyo / (Página 68) techo se ha desplomado parcialmente. Los grabados se encuentran en la parte delantera de una columna de sustentación adosada a la pared, y en su día estarían al fondo del recinto (foto 1). En este conjunto de grabados, que los especialistas tienden a considerar un ideograma, destaca la figura de una estrella de cinco puntas, cuyas dimensiones miden 25 cm., y también la de un hombre desnudo y esquemático con cabeza triangular, brazos en cruz, dedos en las manos muy marcados y rodillas dobladas, lo que parece indicar una actitud orante o de respeto hacia la estrella. Los dos brazos miden de muñeca a muñeca 17 cm. Se han dado varias interpretaciones de este ideograma, que básicamente se reducen a un hombre en acción de gracias o adorando a una estrella, pero en ningún caso se ha relacionado este acto con el pentágono estrellado, símbolo de la escuela pitagórica, lo que asociaría estos grabados con los geometras griegos de esta secta religiosa (…)”. (178). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 75. Canto I. “(…) Después, removiendo unas piedras de la orilla del mar, levantaron allí mismo con ellas un altar en la costa de Apolo con el nombre de Apolo Costero y Protector del Embarque. Acto 126
seguido extendieron encima de él unos troncos de olivo reseco. Mientras tanto, habían llegado hasta ellos unos boyeros del hijo de Esón, trayendo del rebaño dos toros. Los más jóvenes de los compañeros los arrastraron al pie del altar; enseguida los otros trajeron los granos de cebada para el sacrificio y el agua lustral (…)”. (179). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 107. Canto I. “(…) Allí erigieron un altar a Apolo, protector del Desembarque, asentándolo cerca de la playa y, se ocuparon después del sacrificio (…)”. (180). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 115. Canto I. “(…) Hicieron después un altar amontonando guijarros y arena y, coronados con hojas de roble ocupáronse del sacrificio, invocado a la muy soberana madre de Dínsimo, la que habita e frigia y, a Ticia también y, as Cileno, los únicos que reciben el nombre de Guías del Destino y ocupan asiento al lado de la Madre Idea entre la gran multitud que forman los Dáctilos Ideos cretenses (79), aquellos a los que un día la infa Anquíale los hizo nacer en la cueva Dictea al coger con sus manos puñados de tierra Eáxida (80) (…)”. Página 115. Cita (79). “(…) Los Dáctilos Ideos (del Ida) Cretenses son seres divinos, herreros, hechiceros y médicos, cuyos nombres variaban según las regiones (…)”. Página 115. Cita (80). “(…) La ninfa coge tierra en sus manos y la tira hacia atrás. De esta tierra escapada de sus dedos nacen los Dáctilos, i. e, “los Dedos” Ideos. o hay que entender, pues, como recuerda Vian, que la infa haya dado a luz a los Dáctilos y en ese momento agarrado el suelo con sus manos, op. cit. págs. 264-265 (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 158. Canto II. “(…) Hizo entonces un gran altar de Zeus, dispensador de la lluvia (24), celebró como deben hacerse sacrificios en los montes en honor de aquel astro, Sirio y, del propio Zeus, el hijo de Crono. (…) y aún hoy los sacerdotes en Ceos celebran sacrificios antes de la salida de la constelación del Can (25). (…) Más tarde, después de construir un altar en honor de los Doce Dioses Felices en el rompiente del mar de la costa de enfrente y, de ofrecer en él sacrificios (…)”. Página 158.Cita (25). “(…) Constelación del Can Mayor, cuya principal estrella es Sirio (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 166. Canto II. “(…) Erigiéndole un altar en la costa sacrifiquémosle cuanto tenemos a mano (…) sin falta en él haremos la ofrenda de muslos de cabras cornudas. Y ahora yo os invito a aplacarlo de esta manera, con 127
grasa de víctimas (27) y libaciones (…)”. Página 166. Cita (27). “(…) La carne de las víctimas era cubierta con una doble capa de grasa del mismo animal (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 167. Canto II. “(…) Y unos, sin perder un instante, construyeron un altar con guijarros, los demás recorrieron la isla buscando, por ver si encontraban algún cervatillo o cabras salvajes, de los muchos que pastan en la espesura de los bosques. Y el hijo de Leto procuróles la caza. De todas las presas santamente quemaron dos muslos encima del altar sagrado, al tiempo que invocaban el nombre de Apolo Matutino (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 179. Canto II. “(…) Derramaron en su honor libaciones e hicieron santas ofrendas de ovejas degolladas. Además de estas libaciones, también para honrar a Apolo Salvador de navíos, hicieron un altar y en él quemaron unos muslos como ofrenda (…)”. (181). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 191. Canto II. “(…) Todos juntos más tarde encamináronse al templo de Ares con el fin de inmolarle corderos. Con gran rapidez los colocaron en torno a un altar que hay fuera del templo, que no tiene techo, hecho de pequeños guijarros. Dentro del templo está colocada una piedra negra sagrada a la que antaño las Amazonas todas hacían sus súplicas, / (Página 192) pues no les estaba permitido, cada vez que venían de la costa de enfrente, quemar sobre ese altar sagradas ofrendas de bueyes y ovejas; antes bien inmolaban caballos que ellas criaban a lo largo de un año. Después que comieron la comida preparada tras hacer el sacrificio (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 264. Canto IV. Altares de Poseidón y Tritón. “(…) Allí se hallan el puerto de Argo y vestigios de la nave, así como altares de Poseidón y Tritón, pues hicieron un alto aquel día. Y de mañana, desplegadas las velas, manteniendo a la derecha la misma desértica tierra, raudos navegaban con el soplo del Céfiro (128) (…)”. Página 264. Cita (128). “(…) Viento del Oeste. Los Argonautas navegan en paralelo a la costa del . de Libia en dirección Este (…)”. (182). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 76. Canto I. “(…) y junto con la súplica arrojó los granos de cebada. Junto a los toros se ciñeron a los dos: Anceo el soberbio y Heracles; éste entonces golpeó con su maza en medio de la cabeza, en la frente y, el animal, derrumbándose a plomo allí mismo se hincó en tierra; 128
Anceo, por su parte, dio un corte en el ancho cuello del otro como su hacha de bronce y seccionó totalmente los fuertes tendones. El toro cayó de cabeza apoyado en los cuernos. Los degollaron los compañeros / (Página 77) con gran rapidez y desollaron las pieles: cortaban y hacían pedazos y, separaron los muslos sagrados, los cubrieron todos juntos con espesa capa de grasa y los quemaron en trozos de leña cortada. El hijo de Esón vertía libaciones sin mezcla (34) y, en tanto, Idmón contemplaba con gozo el destello del fuego que, saliendo de las victimas brillaba por doquier y, el humo que, en volutas oscuras, se alzaba con buenos augurios (…)”. Página 77. Cita (34). “(…) La descripción del sacrificio tiene claros ecos homéricos, cf. Od. 3,440-463 (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 85. Canto I. “(…) llevaron a tierra la nave, forzados por los soplos de viento contrarios y, para honra de aquel sacrificaron corderos en la oscuridad de la noche y los quemaron, mientras el mar se encrespaba con gran oleaje (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 118. Canto I. “(…) otros, en fin, en cráteras mezclaban el vino y disponían también la comida, tras haber hecho antes un sacrificio en la noche a Apolo, dios del Desembarque (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 137. Canto II. “(…) y después de hacer sacrificios a los dioses inmortales, preparándose una cena generosa (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 146. Canto II. “(…) sacrificaron una vez escogidos unos cuantos corderos que se habían llevado en el pillaje del ganado de Ámico (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 156. Canto II. “(…) trayendo dos corderos de los rebaños. (…) Sin tardar, invocando a Apolo, el dios protector de los oráculos, los sacrificaron en el fuego del hogar, con el día recién declinado; los más jóvenes del grupo prepararon una comida agradable (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 175. Canto II. “(…) Junto al cadáver degollaron un número incontable de corderos en ofrenda funeral, como es debido con los muertos. Y aún hoy está erigida en aquella tierra la tumba de este héroe; una señal hay puesta sobre ella visible para la posteridad: un tronco redondo de nave de madera de olivo silvestre y que se cubre también de verde fronda, un poco más abajo del cabo Aquerusio (…) y que 129
en torno a este tronco redondo de viejo olivo silvestre echasen sus cimientos (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 264. Canto III. “(…) Más tarde, tras hacer una fosa en el suelo de un codo, cortó leña e hizo una pira. Sobre ella degolló la cordera y la extendió con cuidado por encima. Encendió los troncos prendiéndoles fuego por debajo y derramando por encima libaciones mezcladas, invocando a Hécate Brimo, para que fuese auxilio en su prueba (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 262. Canto IV. “(…) y exhortaban entonces al Esónida a coger el mejor de los corderos y hacerle un sacrificio e implorar su favor. Él enseguida, lo escogió presuroso y, levantándolo en lo alto degollólo por la popa y así dijo con súplicas (…) / (Página 363) Dijo y, con las súplicas, una vez que lo hubo degollado, lo arrojó a las aguas desde lo alto de popa (…)”. (183). DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 81. Canto I. “(…) una vez que hicieron las mezclas de las libaciones que honran a Zeus, como es la costumbre, las derramaron puestos en pie sobre las lenguas que ardían (39) (…)”. Página 81. Cita (39). “(…) Se trata de las lenguas de las víctimas del sacrificio (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 82. Canto I. “(…) Soltaban ya las amarras y con vino hicieron una libación sobre el agua del mar (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 116. Canto I. “(…) mientras vertía libaciones encima del fuego de las víctimas (…)”.DE RODAS, Apolonio. “Las argonáuticas”. Edición de Manuel Pérez López. Colección: Clásicos griegos, nº 22. Madrid. Akal/Clásica. 1984. Página 197. Canto II. “(…) El propio hijo de Esón, con una copa de oro derramó sobre el río libaciones dulcísimas de vino sin mezcla, en honor de la Tierra, los dioses habitantes y las almas de los héroes muertos (…)”. (184). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 32. Canto III. En Pilos. 5avegación. Sacrificios de animales realizados por los navegantes. “(...) Por la noche y al alba siguió navegando la nave. Ya elevábase el sol que surgía del lago magnífico (1) (...) cuando a Pilos, murada ciudad de 1eleo (2), llegaron, y la gente en la orilla del mar sacrificios hacía de negrísimos toros al dios de cerúleos cabellos. ueve escaños había y quinientos varones sentábanse en cada uno, y ante ellos, 130
en fila, había allí nueve toros. Para el dios, ya probada la entraña, quemaban los muslos; cuando, al fin, aportaron la nave de línea armoniosa, el velamen arriaron, anclaron y a tierra saltaron (...) / (Página 33) éstor con sus hijos estaba sentado, y en torno a sus hombres el festín preparaban, asando, espetando la carne (...) Pisístrato, el hijo de éstor, se acercó, los cogió de la mano y les hizo sentarse al festín, en la arena del mar, sobre pieles mullidas, cerca de Trasímedes, su hermano, y también de su padre. Les sirvió unos pedazos de entrañas, y en una áurea copa vertió el vino después, y así dijo, ofreciéndola a Palas Atenea, la hija de Zeus, el que lleva la égida: - ¡Forastero! Antes a Poseidón, nuestro rey, di tus preces, pues llegásteis en tanto en su honor un festín celebrábamos. Y cuando hayas bebido y rezado tal como se debe, da a tu amigo la copa del vino de miel, y que él libe como tú, pues supongo que a los inmortales él reza, / (Página 34) ya que a todos los hombres les son necesarios los dioses (...) Telémaco y yo demos fin al propósito por el cual hasta aquí en la veloz nave negra vinimos. (...) Cuando asada y del fuego apartada ya estuvo la carne, la cortaron en trozos y un grande festín celebraron (...) / (Página 35) ¡Gloria insigne de toda la Acaya (3), oh tú, éstor elida! Quiénes somos preguntas,y voy ahora mismo a decírtelo. Desde Ítaca, al pie del monte eyo, venimos (...)”. Página 32. Canto III. En Pilos. Cita (1). “(...) El sol que surgía del lago magnífico. Según el mito (cf. n. 1 al c. I). Helios se interna cada atardecer en el Océano, donde se refrescan sus corceles sudorosos, mientras él descansa en un palacio de oro, del que surge el amanecer (...)”. Página 32. Canto III. En Pilos. Cita (2). 5eleo. “(...) eleo. Hijo de Tiro y Poseidón, es el padre del viejo éstor (...)”. (185). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 37. Canto III. En Pilos. 5avegación. “(...) Y se nos agregó menéalo, el de rubios cabellos, nos halló en Lesbos cuando en el largo viaje pensábamos: si avanzar por encima de Quíos (8) la tierra rocosa, hacia la isla de Psira (9) y dejar a la izquierda esta última, o avanzar hacia Quíos, pasando el ventoso Mimante (10). Y rogamos al dios que señal nos hiciera, y la hizo y la orden nos dio de cruzar todo el ponto hacia Eubea 811) para huir cuanto antes de todo infortunio futuro. Levantóse una brisa sonora, y la flota, cruzando velozmente el camino de peces, llegó por la noche a Geresto (12), y allí a Poseidón le ofrecimos entonces / (Página 38) muchos muslos de buey, pues el mar anchuroso salvamos (...)”.HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 204. Canto XIII. Partida de Odiseo al país de los feacios. 5avegación. Ofrendas a los dioses antes de iniciar la navegación, o 131
cuando llegaban a su destino. “(...) Al mostrarse en el día la Aurora de dedos de rosa, a la nave en seguida partieron con bronces viriles / (Página 205). Y también fue la Sacra Potencia de Alcinoo, y él mismo bajo cada bancada dispuso los dones, de modo que estorbar o dañar no pudieran allí a los remeros. Y al palacio volvieron después a ocuparse del ágape. E inmoló un buey a Zeus la Sagrada Potencia de Alcinoo, al Cronion de las nubes sombrías que a todo gobierna, y quemaron los muslos e hicieron un grave banquete y escucharon en él al aedo divino Demódoco, venerado por toda la gente (...)”. (186). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 40. Canto III. En Pilos. Ofrendas en los altares. 5avegación. “(...) Muchos muslos quemó en los sagrados altares divinos, y colgó numerosas ofrendas de oro y tejidos / (Página 41) celebrando una hazaña que nunca esperara en su ánimo. avegando en conserva los dos desde Troya veníamos (...) una vez que arribamos a Sunión, sagrado promontorio de Atenas, mató Febo Apolo al piloto del Atrida, al que dio la muerte con sus blandas flechas y que entonces tenía el timón de la nave en las manos, Frontis, hijo de Onétor, sin par en las tribus humanas gobernando una nave a través de las grandes tormentas. A pesar de su prisa, obligado se vio a detenerse para dar sepultura a su hombre y hacerle honras fúnebres (...). Dispersó el dios las naves, algunas llevólas a Creta, donde están los ciclones, que viven a orillas del Yárdano. Hay allí una alta peña escarpada metida en las ondas, cerca ya de Gortina (17) y en medio del ponto sombrío; allí lanzas altas olas al oto, al peñón de la izquierda, hacia Festos, y rompe esta peña la gran oleada. Detuviéronse allí y les costó gran apuro salvarse porque contra las rocas las olas lanzaban las naves. Más los cinco navíos restantes de proas cerúleas hasta Egipto les fueron el viento y el agua empujando. Mientras él oro y víveres iba acopiando y haciendo cabotaje en las tierras de hombres de lenguas extrañas, lamentables tristezas Egisto (...)”. Página 41. Canto III. En Pilos. Cita (17). Gortina. “(...) Gortina. Ciudad de la parte sur de la isla de Creta (...)”.HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 42. Canto III. En Pilos. Sacrificios rituales a Poseidón. “(...) Más cortad ya las lenguas y el vino mezclad porque luego, hechas ya a Poseidón y a las otras deidades eternas libaciones, pensemos dormir, que la hora ha llegado. Pues la luz se ocultó en el ocaso, no es ya conveniente prolongar el divino banquete; preciso en marcharse. Dijo la hija de Zeus, y su voz escucharon todos. Y aguamanos les dieron entonces algunos heraldos; coronaron de vino las carteras unos mancebos y después de ofrecer las primicias en copas, sirviéronlo; y libaron de pie, ya 132
arrojadas las lenguas de fuego (...)”.HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 45. Canto III. En Esparta. Sacrificios rituales de animales para ofrendas a los dioses. “(...) - Hijos míos, cumplid prontamente mi vivo deseo para que de los dioses me sea propia Atenea, que me fue tan visible en la espléndida fiesta del numen. Que uno váyase al campo y me busque en seguida una añoja y que traiga consigo al vaquero, que venga con ella; que otro al negro navío del noble Telémaco vaya y me traiga a sus hombres, a todos, excepto a dos sólo; y otro vaya a buscarme también al orfebre Alerces, porque habrá de cubrirle a la añoja los cuernos con oro. Los demás no os mováis de mi lado; decid a las siervas del hermoso palacio que al punto el festín nos preparen y nos traigan asientos y leña y un agua muy clara. Dijo y le obedecieron. Y vino del campo la añoja y acudieron también la negra y armónica nave, los amigos del bravo Telémaco, y vino el broncista; los trebejos de bronce de su arte llevaba en la mano. La bigornia, el martillo y tenazas muy bien construidas con lo que el oro laboreaba. Acudió allí Atenea que asistir quiso al rito. Y éstor, señor de los carros, sacó el oro; el orfebre las astas labró a golpecillos, para que con tal obra gozara la diosa. Y llevaron por los cuernos Estratio y Equefrón divino la añoja. Luego Areto salió de su estancia llevando en la mano / (Página 46) un librillo floreado, y en la otra, en la cesta, la mola. Empuñando una aguja segur. Trasímedes heroico de pie estaba dispuesto a abatir a la añoja, y Perseo sostenía la pátera. Y éstor, señor de los carros, vertió el agua y la mola; inició luego el rito a Atenea rezó mucho, y al fuego arrojó del testuz unos pelos. Cuando hubieron rezado y vertida ya estuvo la mola, raudo, el hijo de éstor, el lleno de ardor, Trasimedes, desde cerca dio un golpe a la añoja y cortó con el hacha los tendones del cuello y la añoja cedió; hijas y nueras vocearon entonces, y voces dio Euridice (21), reina venerable, la hija mayor de las hijas de Clímeno. Levantaron el suelo anchuroso a la añoja y, echado hacia atrás el testuz, degolló la el caudillo Pisístrato, y cayó negra sangre y huyó de los huesos la vida. Y la descuartizaron e hicieron pedazos los muslos, de la forma ritual, y con grasa cubrierónlos luego por debajo y arriba, y encima pusieron más carne. El anciano los puso en las ascuas rociados con vino. Quíntuples espetones tenían en torno los jóvenes. Consumidos los muslos, probadas también las entrañas, en pequeños pedazos cortaron el resto, espetaronlos y después lo asaron, teniendo en la mano el espiche (...). Cuando asada ya estuvo la carne y del fuego apartada, el festín celebraron. Ilustres varones alzarónse a escanciar en las copas de oro abundante vino. / (Página 47) 133
Una vez aplacaron el hambre y la sed de todos (...) y dejaron atrás el alcázar de Pilos (...)”. (187). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 62. Canto IV. Sacrificios de los marineros a Zeus. “(...) -Porque cuando te hiciste a la mar olvidaste hacer bellos sacrificios a Zeus y a los otros eternos, pensando a la patria volver por el ponto vinoso. Sí, a los tuyos no quiere el destino que veas, ni vuelvas a tu bien construida morada y tu tierra paterna, si a las aguas de Egipto no vuelves, al río que viene de los dioses, y no has ofrecido hecatombes sagradas a los dioses eternos que el cielo anchuroso dominan; sólo así te darán las deidades la ruta que quieres (...)”. HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 65. Canto IV. 5avegación. Hecatombes sagradas. “(...) Al mostrarse en el día la Aurora de dedos de rosa, al momento lanzamos entonces las naves al agua; a las naves ligeras los palos y velas pusimos, se embarcaron los hombres y luego en sus bancos sentáronse en hileras, y al punto batieron los remos la espuma. Y otra vez en Egipto, en el río que envían los dioses, fondeé mis navíos e hice hecatombes sagradas. Cuando ya apacigüé de los dioses eternos la ira, hice un túmulo para la gloria eternal de mi hermano, y, cumplido ya esto, partí y los eternos me dieron una brisa y lleváronme pronto a la patria amadísima (...)”. (188). PLUTARCO. “Vidas paralelas”. Edición, introducción y notas de José Alsina catedrático de la Universidad de Barcelona. Traducción de Antonio Ranz Romanillos. Barcelona. Planeta. 1990. Página 21. Teseo. 5avegación: vela blanca. Sacrificios por haber llegado salvo a tierra. Ofrendas de suplicante. Ofrendas de tortas a los dioses. “(...) XXII. Llegados a la vista del Ática, olvidósele al mismo Teseo, y olvidósele también al piloto, en su alegría, enarbolar la vela blanca, con que habían de anunciar a Egeo que tornaban salvos, por lo que, desesperanzado éste, se arrojó de un precipicio y acabó consigo. Entrado en el puerto Teseo, ofreció a los dioses en Falero los sacrificios que les había votado al embarcarse y envió a la ciudad un heraldo con la nueva de su feliz arribo (...) y ofreciéndolo coronas por su vuelta. Recibiendo, pues las coronas, adornó con ellas su caduceo, y volviendo al mar cuando todavía Teseo no había hecho las libaciones, se quedó a la parte de afuera, no queriendo impedir el sacrificio. (...) la eiresione, esto es, el ramo de olivo adornado de vendas de lana / (Página 22) como se hizo entonces la súplica, colgando de él las primicias de diversos frutos en señal de haber cesado en el Ática la esterilidad; y cantan estos versos: “Llevas higos, ¡oh ramo!, y huecas tortas; en escudilla miel, aceite rico; y para que en beodez tu 134
sueño duermas, en honda taza vino del más puro (62) (...)”. Página 22. Teseo. 5avegación: vela blanca. Sacrificios por haber llegado salvo a tierra. Ofrendas de tortas a los dioses. Cita (62). “(...) Se trata de uno de los cantos populares griegos (...)”. (189). BLÁZQUEZ, José María & LÓPEZ MELERO, Raquel & SAYAS, Juan José. “Historia de Grecia Antigua”. Colección: Historia, serie mayor. Madrid. Cátedra. 2012 (3ª edición). Página 194. Capítulo VI. La Creta Palacial. Minoico Medio III-Minoico Reciente. “(…) Debía ser muy deficitaria en cobre, pero le resultaba muy fácil, una vez que se hizo con una flota poderosa, obtenerlo en Chipre. En cuanto al estaño, también le era preciso importarlo, aunque no sabemos exactamente como lo conseguía; se ha pensado en Etruria, en Iberia y en otros lugares. (…) / (Página 195) El cobre venía, como se ha dicho, de Chipre, en lingotes de forma característica, cuyas caras incurvadas hacía dentro facilitaban el transporte a hombros; pesaban 29 kg y se fraccionaban también para su mejor distribución en mitades o en cuartos. Por otra parte se han hallado piezas pequeñas planoconvexas (…)”. (190). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “ avegación y religiosidad en Menorca: La influencia de las religiones del Mediterráneo Oriental, desde la Protohistoria a la Ilustración”. Instituto Internacional Cervantes, sección de Historia. 2011. “(…) Grabado protohistórico de la representación circular y deífica de la “Diosa de los Ojos”, ubicado en la cueva de Tot Lluch, en el término de Ciudadela, de la isla de Menorca. Fotografía realizada por Vicente Ibáñez Orts, Doctor en Ingeniería Agrónoma por la Universidad de Valencia, e investigador especializado en matemática aplicada a las “Taulas” de Menorca. Ha realizado numerosas investigaciones versadas sobre la medición de las “Taulas”, a lo largo de las dos últimas décadas, que ha expuesto en multitud de congresos. Su labor filantrópica abarca desde un amplio material gráfico sobre grabados protohistóricos hallados en la isla de Menorca, así como un exhaustivo archivo de protocolos notariales procedentes del antiguo Reino de Valencia, fundamentalmente y de Baleares. La cueva de “Tot Lluc” fue escogida por los habitantes autóctonos de la isla como santuario, en el que realizar peticiones a sus divinidades, mediante la sacralización de ciertos objetos consistentes en símbolos y emblemas deíficos. Todo ello con la finalidad de asegurarse una buena navegación, exenta de percances. La utilización de signos deíficos circulares se empleaba en otros puntos del Mediterráneo Oriental, como es el caso de Chipre, -datado en el Bronce Antiguo III-, y tomado a su vez del santuario de Tell Irak en el próximo Oriente, lugar primigenio donde se practicaba el culto a la “Diosa de los Ojos”. Mientras que, en la Península Ibérica, dicha representación emblemática aparece fechada entre el 2.000 135
y 1.500 a.C., para el caso de Otiñar (Jaén). Y perteneciente a la Edad del Bronce, para el caso de Deyá (Mallorca). Aunque existen referencias de círculos deíficos pertenecientes a la representación de la “Diosa de los Ojos”, en yacimientos ubicados en Albacete y Andalucía occidental. El único investigador –relacionado con Menorca-, que planteó en el año 1953 una hipótesis cercana al planteamiento aquí expuesto fue Maurice Déribèré, para la cueva menorquina de s´Encantament”, que fechó cronológicamente en la Edad del Bronce. Los tres círculos son la representación de la “Diosa Madre”, garante del matriarcado existente en estos tiempos Protohistóricos. Su adoración se realizaba en forma de trinidad, por ello aparece representada en “Tot Lluc” la inscultura de las tres figuras circulares. Cada uno de estos tres emblemas simboliza el crecimiento; el amor y la batalla; y la muerte y adivinación. Por lo tanto, la lectura del grabado de “Tot Lluc” consistiría en la petición cursada por los habitantes autóctonos de la isla, a su máxima divinidad femenina, la “Diosa Madre” o “Diosa de los Ojos”, a la que le solicitaban protección y prosperidad para los marinos embarcados en los navíos, librándolos de las acciones bélicas, y de la muerte. Las representaciones de los grabados de varios ídolos oculados, para el caso de la zona parietal oriental de la cueva de “Tot Lluc”, junto a las dos insculturas náuticas, anuncian la influencia ejercida por los pueblos mediterráneos extrapeninsulares, que se establecieron en la isla, y que, paralelamente confirman y ratifican, el establecimiento en Menorca de una ruta marítima comercial, bélica o pirática ejercida en la Edad del Bronce (…)”. (191). HOMERO. “La Iliada”. Colección Austral. (19ª edición). Madrid. Espasa-Calpe. 1989. Página 194. Canto XVIII. Fabricación de las armas. Barcos griegos: naves de altas popas. “(...) Hállose junto a las naves, de altas popas (...)”. (192). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 30. Canto II. Ágora de los itacenses. 5avegación y embarcaciones griegas. “(...) Ya en las bancadas aguardan tus hombres de bellísimas grebas (8) que des la señal de partida (...) / (Página 31) Y con todas las cosas cargaron la nave bancada y estibaron las donde el hijo de Odiseo les dijo. Y Telémaco al fin embarco; iba delante Atenea, que tomó asiento a popa, y sentase él al lado de ella, mientras sus compañeros soltaban al fin las amarras, y, embarcando a su vez, ocuparon su asiento en los bancos. Y una brisa envióle Atenea la de claros ojos, un poniente continuo, sonante en las ondas vinosas. Y Telémaco a sus compañeros mandó que enjarciaran y sus órdenes fueron cumplidas con gran diligencia. Arbolaron el mástil de 136
abeto, después lo metieron en la fogonadura, lo ataron con sogas, e izaron la blanquísima vela con drizas de cuero torcido. Hinchó entonces el viento la vela, y las olas purpúreas resonaron en torno a la quilla al correr la nave, que surcando las olas del ponto su rumbo seguía. Y una vez se amarró el aparejo en la rápida y negra nao, las cráteras llenas de vino se alzaron entonces, y una vez hecho esto, a los dioses eternos se hicieron libaciones, y aún más a la hija de Zeus, de ojos claros (...)”. HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 12. Canto I. Los consejos de Elena a Telémaco. 5avegación. “(...) equipa la nave mejor de veinte remeros que halles (...)”.HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 24. Canto II. Ágora de los itacenses. 5avegación. “(...) Aprestadme una nave velera con veinte remeros, porque quiero emprender un viaje siguiendo las costas. Iré a Esparta y a Pilos (5) también, la arenosa (...)”.HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 72. Canto IV. La emboscada de los pretendientes. 5avegación. “(...) Dijo así, y escogió veinte hombres, los más valerosos, y se fue hacia la mar, donde estaba la rápida nave. De primero lanzaron la nave a las aguas profundas, y al oscuro navío pusieronle mástil y velas y amarraron los remos después con tiras de cuero sobre toda la borda e izaron la vela blanquísima. Escuderos atentos las armas les dieron entonces. Y una vez en el mar, ancoraron la nave y bajaron y pusiéronse luego a comer esperando la tarde (...)”.HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 114. Canto VIII. Presentación de Odiseo a los feacios. 5úmero de remeros de una embarcación feacia. “(...) en las ondas divinas un negro navío no estrenado botemos; del pueblo escoged a cincuenta y dos jóvenes, más los que han sido hasta hoy los más diestros. Y una vez cada remo se encuentre fijado a su banco (...)”.HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 190. Canto XII. Las Sirenas, Escila y Caribdis. 5avegación. “(...) Yo volví junto al buque y di prisa a mis hombres, mandando que volvieran a bordo y soltaran los cables de popa; y embarcamos al punto; en los bancos sentáronse en filas y empezaron después a batir con los remos la espuma (...)/ (Página 194) en los bancos sentados, blanquearon el agua con remos de abeto pulido (...)”. 137
(193). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 27. Canto II. Ágora de los itacenses. Vasijas contenedores de alimentos para embarcarlos. “(...) y haz que en las oportunas vasijas coloquen los víveres, en las ánforas de vino, y la harina, sustento del hombre, en pellejos bien fuertes. Y yo, por el pueblo, entretanto, reuniré a los que quiera seguirte, que nuevas o viejas, en la Ítaca por mares ceñida, hay innúmeras naves; para ti buscaré la mejor y, una vez equipada, en seguida se la entregaremos al mar anchuroso (...)”.Página 206 y 207. Canto XIII. Partida de Odiseo al país de los feacios. 5avegación. Avicultura. “(...) y en el cóncavo buque embarcaron el vino y los víveres; una manta y un lienzo tendieron a popa, de modo que con ellos durmiera Odiseo con sueño profundo; y él, guardando silencio, se puso a dormir en el lecho. En los bancos, en orden, se fueron sentando los otros; de la piedra horadada soltaron la amarra del buque e, inclinándose al mar azotaron moviendo los remos (...) así el buque se alzaba de proa, (...) / (Página 207) En las tierras de Ítaca se encuentra el puerto de Forcis, el Anciano del Mar, y lo forman dos puntas abruptas que convergen en medio del agua y protegen el puerto de las olas que vientos de soplo funesto levantan; dentro de ellos bancados navíos de extremos curvados, una vez fondeados, no emplean ningunas amarras. Un olivo sus ramas extiende en el cabo del puerto y muy cerca se encuentra una gruta agradable y oscura consagrada a las infas que tienen el nombre de áyades (1). Dentro encuéntrense cráteras y ánforas hechas de piedra, en las que las abejas fabrican sus bellos panales. Hay telares de piedra, muy largos, en los que las infas tejen mantos purpúreos que encantan con sólo mirarlos; hay también manantiales. Y se entra a través de dos puertas: una mira hacia el Bóreas y pueden cruzarla los hombres; la otra mira hacia el oto y es más divinal, pues por ella los humanos no pasan, que está dedicada a los dioses (...)”. Página 207. Canto XIII. Partida de Odiseo al país de los feacios. Cita (1). 5áyades. “(...) Estas ninfas marinas son, según Homero, hijas de Zeus (...)”. (194). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 29. Canto II. Ágora de los itacenses. Productos envasados para la navegación. “(...) lléname doce cántaros, ponle sus tapas a todos, mete veinte medidas de harina de trigo en pellejos bien cosidos, más quiero la flor de la harina molida. (...) Voy a Esparta de viaje y a Pilos también, la arenosa (...)”. (195). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 69. Canto IV. La emboscada de los pretendientes. 5avegación. “(...) ¿Qué afán le 138
apremiaba a embarcarse en las naves ligeras que son para el hombre cual corceles que van por el mar y en las ondas caminan? (...)”. (196). HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 151. Canto X. Eolo y los lestrigones. 5avegación: 9 días de trayecto entre las islas de Eolia e Ítaca. “(...) 1ueve días singlamos sin tregua de día y de noche; y ya al décimo día la tierra paterna advertimos tan cercana que vimos los fuegos y gente encendiéndolos (...)”.HOMERO. “Odisea”. Introducción y notas de José Alsina, catedrático de la Universidad de Barcelona. Traslación en verso de Fernando Gutiérrez. Barcelona. Planeta. 1993. Página 152-153. Canto X. Eolo y los lestrigones. 5avegación nocturna. “(...) avegamos sin tregua seis días, de día y de noche, y llegamos al séptimo al burgo de Lamos, Telépilo, / (Página 153) alta villa de Lestrigonia (3) (...)”. (197). PLUTARCO. “Vidas paralelas”. Edición, introducción y notas de José Alsina catedrático de la Universidad de Barcelona. Traducción de Antonio Ranz Romanillos. Barcelona. Planeta. 1990. Página 16. Teseo. Tinte púrpura realizado con el jugo de la encina empleado para las velas de la navegación. “(...) Simónides dice que la vela entregada por Egeo no fue blanca, sino purpúrea, “teñida con el jugo de una encina que estaba en su mayor lozanía” (...)”. (198). PLUTARCO. “Vidas paralelas”. Edición, introducción y notas de José Alsina catedrático de la Universidad de Barcelona. Traducción de Antonio Ranz Romanillos. Barcelona. Planeta. 1990. Página 22. Teseo. 5avegación. “(...) XXIII. La nave de treinta remos en que con los mancebos navegó Teseo y volvió salvo, la conservaron los atenienses hasta la edad de Demetrio Faléreo (63), quitando la madera gastada y poniendo y entretejiendo madera nueva (...)”. Página 22. Teseo. 5avegación. Cita (63). “(...) Filósofo y gobernador de Atenas en nombre del rey macedónico Casandro (...)”. (199). PLUTARCO. “Vidas paralelas”. Edición, introducción y notas de José Alsina catedrático de la Universidad de Barcelona. Traducción de Antonio Ranz Romanillos. Barcelona. Planeta. 1990. Página 18. Teseo. 5avegación: piratas. “(...) y tomando el origen de más arriba dice que era estatuto común de los griegos que ninguna nave se había de dar al mar por ningún caso con más de cinco hombres; y solo Jasón, que mandaba la nave Argo, podía navegar fuera de esta regla para acabar con los piratas (...)”. (200). GUERRERO AYUSO, Víctor. “Posibles representaciones prehistóricas de barcos de juncos en Menorca”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación de l´Ateneu Científic, Literari y Artístic de Maó. Any LXXXIII. Vuitena Época. Primer Semestre. Mahón. 1992. Pp. 133-139. www.RevistadeMenorca1992.pdf Página 134. Los modelos 139
náuticos de Es Tudons y Santa Ana. “(...) Todas las representaciones iconográficas de barcos antiguos en las Baleares se reparten entre Ibiza y Menorca. Las de Ibiza, de identificación muy dudosa (4), pueden corresponder a la fase púnica de su historia; en parte recuerdan los grabados de Grotta Regina de Sicilia (5), por lo que no se tienen en cuenta aquí. En Menorca tenemos tres grupos de representaciones: (…) a) Grupo de naves de la Torre del Ram (7), que representan con absoluta claridad, aunque de forma muy esquemática, naves de época colonial clásica púnica y/o greco-romana: dos seguramente mercantes y una de guerra, que tampoco serán objeto de estudio ahora (…)”. (201). GUERRERO, V. & CALVO, M. & GORNÉS, S. “Historia de las Islas Baleares. El poblamiento prehistórico de las Islas Baleares”. Palma de Mallorca. El Mundo-El Día de Baleares. Edicions de Turisme Cultural Illes Balears. 2006. www.Tomo1.pdf Página 26. Embarcaciones protohistóricas halladas en Gran Bretaña. “(…) las comunidades prehistóricas occidentales, entre el eolítico y el Bronce Antiguo, desarrollaron una tecnología naval compleja y sistemas de navegación por alta mar, tan eficaces como sus contemporáneos del Próximo Oriente, es imprescindible referirse, a las tres barcas aparecidas en el estuario del Humber, en East Yorkshire, Gran Bretaña, se trata de las embarcaciones de orth Ferriby, la más antigua de las cuales ha sido datada en el intervalo 2030-1779 BC (…)”. (202). GUERRERO AYUSO, Víctor. “Posibles representaciones prehistóricas de barcos de juncos en Menorca”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación de l´Ateneu Científic, Literari y Artístic de Maó. Any LXXXIII. Vuitena Época. Primer Semestre. Mahón. 1992. Pp. 133-139. www.RevistadeMenorca1992.pdf Página 133. Introducción. “(...) Estas líneas no pretenden otra cosa que aportar una nueva opinión sobre unas muestras de iconografía náutica menorquina, por lo demás suficientemente conocidas desde antiguo (1), y sobre las que otros investigadores (2) ya emitieron distintas hipótesis. Se ha de advertir que nuestra interpretación de los grafitos náuticos de Es Tudons y Santa Anna se argumentan de forma detallada en un trabajo mucho más extenso (3), donde se dan paralelos del Mediterráneo Oriental y el soporte bibliográfico correspondiente de nuestra hipótesis, que en esta corta noticia no podemos aportar. / (Página 134) Hemos de agradecer a Joan C. de icolás su interés para que publicásemos la hipótesis sobre los grafitos náuticos menorquines de forma anticipada en la Revista de Menorca, cosa que hacemos con mucho gusto (...)”. Página 133. Cita (1). “(...) J. MASCARÓ, “Las cuevas 140
prehistóricas y los grabados rupestres de Menorca”, Ampurias, XV-XVI, Barcelona, 1954; ibid. “Las cuevas prehistóricas de Els Tudons”, Rev. de Menorca, 1955; ibid. “Els monuments megalítics a l´illa de Menorca”, Inst. d´estudis catalans, Memòria de la Secció Histórico-Arqueològica, 19. Barcelona, 1958; ibid. “Las cuevas prehistóricas de Els Tudons”, El Iris, enero 1963; ibid, Corpus de toponimia de Mallorca, Palma, 1967, vol. V, pág. 2764; ibid, Historia de las Baleares, vol. I. Palma, 1989, p. 49 (...)”. Página 133. Cita (2). “(...) C. VE Y. “Dos cuevas del Bronce Antiguo en Menorca y su incidencia en las navetas”. Trab. de Preh. 33, 1976, p. 227248, fig. 5-6; M. ALMAGRO-GORBEA, “representaciones de barcos en el arte rupestre de la Península Ibérica”. Cong. Int. “El Estrecho de Gibraltar” (1987), Madrid, 1988, p. 389-398, fig. 4 (...)”. Página 133. Cita (3). “(...) V. M. GUERRERO, Poblamiento prehistórico balear y medios de navegación del V al I mileno a. C. (en prensa) (...)”. a) (203). GUERRERO AYUSO, Víctor. “Posibles representaciones prehistóricas de barcos de juncos en Menorca”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación de l´Ateneu Científic, Literari y Artístic de Maó. Any LXXXIII. Vuitena Época. Primer Semestre. Mahón. 1992. Pp. 133-139. www.RevistadeMenorca1992.pdf Página 134. Los modelos náuticos de Es Tudons y Santa Ana. “(...)Barco grabado en la cueva de Es Tudons (8) y el barco pintado de Santa Anna en Ciutadella (9). Este es el grupo que para la cuestión de las barcas de tallos nos interesa y pasaremos a analizarlo. / (Página 135) El grabado de la cueva de Es Tudons representa una escena naval muy esquemática, pero creemos que bastante elocuente. Se trata de una nave de casco redondeado con un adorno, seguramente en la popa, imposible de identificar por su extremado esquematismo. Está aparejada con un mástil en el que convergen una serie de brioles en forma de “V”. La verga no se representa, o se ha perdido, pero éste, como ocurre en las representaciones esquemáticas de naves egipcias de papiro, es el sistema habitual con el que se representan las naves de vela cuadra recogida. Sobre la cubierta aparecen elementos cruciformes, que tal vez representen perchas, junto a un personaje en actitud de caminar por la cubierta. Pese a lo elemental del grabado, totalmente lineal y sin concesiones a los detalles, sorprende su parecido con algunas de las naves egipcias. o sólo por su similitud formal, sino porque parece seguir los mismos cánones estilísticos de los barcos nubios de papiro, aparejados con vela cuadra, publicados por Resch (10). La nave pintada en Santa Anna tiene todas las características propias de / (Página 136) los barcos de tallos. Estamos ante una nave de casco con perfil de “media luna”, con la proa ligeramente lanzada y la 141
característica popa muy curvada al interior. El casco está aquí representado mediante una doble línea, que parte de la amura para formar, por arriba, la borda y, por abajo, el límite inferior de la obra muerta. Ambas líneas giran en perfecta curva, más cerrada que la de proa, alcanzando una altura proporcionalmente considerable, pues sobrepasaría la verga, llegando casi hasta la posible cofa. Es el perfil de casco clásico con el que se representan los barcos de tallos para navegación de altamar, tanto en Egipto como en Mesopotamia, pero también en Israel y Chipre. Las líneas verticales que jalonan el caso de la nave de Santa Anna es el sistema con que invariablemente se representan siempre las ligaduras de las gruesas “morcillas” de haces de tallos, y constituyen el elemento fundamental que da solidez a la embarcación. Cuando la representación del casco no es simplemente una línea, los artistas no olvidan nunca este elemento, aunque se trate de representaciones muy esquemáticas. Esta interpretación de las líneas verticales sobre el casco no ofrece la más mínima duda, pero, por si acaso, nos remitimos a un bajorrelieve egipcio (11) de la tumba de Ptah-Hotep en el / (Página 137) que aparecen unos artesanos que tensan y amarran estas ligaduras, si se prefiere un ejemplo aún más completo podemos recurrir a otro, uno de los bajorrelieves de la tumba de efer en Saqqarah 812), datada en la V Dinastía (2.425-2.400 a. C), en el que se representa el proceso completo de construcción de barcas de papiro: un operario arranca el papiro, otros portan los haces a la espalda y cuatro más trabajan sobre la embarcación, uno de los cuales porta en sus manos un ovillo de cuerda, mientras que otro está tensando las ligaduras de proa. Por debajo del casco del barco de Santa Ana surgen unos cortos trazos zigzagueantes, la mayoría prolongación de las líneas verticales del casco, aspecto éste de difícil identificación. Una primera interpretación podría sugerir algún error, impericia o descuido del pintor, que sobrepasó sin querer la línea del casco al pintar las ligaduras verticales, pero parece raro que todos los errores se hayan acumulado justo aquí, cuando el resto del dibujo está ejecutado con trazo firme y seguro. Tampoco parece que sean chorreones de la pintura, cosa rara en una roca tan porosa y absorbente, además de que algunos de estos trazos tienen una dirección vertical. En absoluto podemos pensar que se trate de una forma burda de representar los remos, pues en la iconografía / (página 138) naval prehistórica los remos, como pieza fundamental de navegación que son, se representan siempre con trazos firmes, rectos y muchas veces se exagera incluso su número y longitud, seguramente en un deseo de realzar su importancia (13). ¿Quiso representar el autor una nave de tallos varada y ya abandonada (14) con las ligaduras y los haces deshilachados? 142
Por lo que respecta a los aparejos de la nave de Santa Ana, éstos se componen de un único mástil que acaba en una cruceta hacia popa y en un trazo circular hacia proa. Tal vez estos elementos del mástil puedan interpretarse como una forma rudimentaria o esquemática de representar la cofa, o cuanto menos los artilugios para izar las vergas, como motones y otras piezas de madera con groeras para afirmar en el mástil y maniobrar las vergas o las velas. Bajo los elementos antes citados, una línea gruesa y horizontal una los extremos superiores de proa y popa. Tal vez pueda constituir la verga pintada en perspectiva torcida, sin embargo, su longitud igual a la eslora parece excesiva, pues normalmente la verga tiene una longitud algo superior a la manga. Otra interpretación posible sería la de identificar esta línea con un tortor, pero la inexistencia de perchas y otros accesorios en la cubierta hacen difícil una solución segura. Un aspecto de difícil solución es saber si el autor pinta naves autóctonas usadas por los indígenas, o naves extranjeras que arriban a la costa. Materia prima para su construcción, como sabemos, no debía faltar en la isla. Por otro lado, sean o no naves indígenas, parece muy difícil sostener que habitantes isleños y con extensas zonas lacustres en todas las islas no desarrollasen algún sistema propio de navegación. La llegada de todos los grupos humanos se había realizado por mar y no es posible que en un ambiente isleño se perdiese su ancestral tradición náutica. La datación de todas estas representaciones de naves menorquinas es dudosa, en función del contexto donde aparecen no se les concede una fecha anterior al siglo VI a. C. (15). Sin duda no son contemporáneos del poblamiento pretalayótico, pero recordemos como en el palacio de Senaquerib conviven representaciones de birremes, última tecnología naval del momento, con almadías y guffas o cestos calafateados de indudable tradición prehistórica. También en Egipto las barcas de papiro conviven muchos siglos con embarcaciones de madera. En Occidente los fenicios conservaron vivo su recuerdo, como / (Página 139) hemos visto en los modelos de la tumba de Praeneste del s. VII (16) a. C., y el thimatherion de la Caleta de Cádiz (17) del VII-VI a. C., aunque utilizadas siempre en función ritual. Pero ahora importa menos la datación de la nave en sí, que reconocer en ellas su naturaleza de barcos de tallos. Si en el siglo VI a. C., aún se construían, no cabe duda que estamos ante una tradición muy arraigada, al igual que pasaba en Oriente. La cuestión de los paralelos y las posibilidades náuticas de las barcas de tallos las desarrollamos en extenso en otro trabajo (18), como ya hemos dicho, pero sólo quisiéramos apuntar el interés que tienen los grafitos de naves de Tarxien (Malta) (19), por corresponder, también a un medio insular como el menorquín, ya que algunos de los barcos malteses como los n.1, 2, 6, 10, 28, 33 y 38 son con toda probabilidad barcos de 143
tallos (...)”. Página 134. Cita (4). “(...) A. BELTRÁ ; B. COSTA; J. H. FER Á DEZ, “Las pinturas rupestres de “Sa Cova des Vi”. Ses Fontanelles. Trab. del Museo de Ibiza, 17, 1987, fig, 6, 7 (...)”. Página 134. Cita (5). “(...) A. M. BISI; M. G. GUZZO; V. TUSA, Grotta Regina I, Roma, 1969 (...)”. Página 134. Cita (6). “(...) C. VE Y. “Dos cuevas...”, cit. fig. 5, B; 6, 2 y 4 (...)”. Página 134. Cita (7). “(...) VE Y. “Dos cuevas...”, cit. fig. 3 (...)”. Página 134. Cita (8). “(...) VE Y. “Dos cuevas...”, cit. fig. 5ª (...)”. Página 134. Cita (9). “(...) VE Y. “Dos cuevas...”, cit. fig. 6, 3 (...)”. Página 135. Cita (10). “(...) RESCH, Die felsbilder ubiens, Eine dokumentation der ostägytischen und nubischen petroglyphen, Graz, 1967, lám. 17 (...)”. Página 136. Cita (11). “(...) Reproducida sin citar procedencia por B. LA DSTROM, El Buque, Barcelona, 1983, p. 14. fig. 17; S. Pijoan, Summa Artis, vol. III.p. 149, fig. 193 (...)”. Página 137. Cita (12). “(...) R. DAVID, Les trésors de l´Egyte, París, 1981, p. 57, fig. 14 (...)”. Página 138. Cita (13). “(...) Recuérdese, por ejemplo, el caso de las naves de papiro predinásticas de la cultura agada II. R. L. BOWE , Jr. “Egypt´s Earliest mailing Ships”, Antiquity, 34, 1960, p. 117-131, fig. 2 a 5; RESCH, Die Felsbilder ubiens..., cit (...)”. Página 138. Cita (14). “(...) Podría, tal vez, tratarse de una situación similar a la relatada en la Ilíada (II, 135) aunque referida a un barco cosido de madera: “... ueve años del gran Jove trascurrieron ya; los maderos de las naves se han podrido y las cuerdas están deshechas...” (...)”. Página 138. Cita (15). “(...) VE Y, “Dos cuevas...”, cit. p. 243 (...)”. Página 139. Cita (16). “(...) H. FRA KFORT, Arte y arquitectura del Oriente Antiguo, Madrid, 1982, p. 345-347, fig. 392; S. MOSCATI (Dir). I fenici, Catalogo de la exposición de Venecia, Milano, 1988, p. 544 (...)”. Página 139. Cita (17). “(...) J. M. BLÁZQUEZ, Tartessos y los orígenes de la colonización fenicia en Occidente, Salamanca, 1975,lám. 101b-c (...)”. Página 139. Cita (18). “(...) V. M. GUERRERO, “Poblamiento prehistórico balear y medios de navegación del V-I milenio a. C (en prensa) (...)”. Página 139. Cita (19). “(...) D. WOOL ER, “Graffiti of chips at Tarxien, Malta”. Antiquity, XXXI, 1957, p. 60-67. Fig. 1 a 3 (...)”. (204). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Relaciones egipcio-menorquinas en el II milenio a. C.”. Año 2015. Página 5. “(…) 2. La llegada de Hércules egipcio y Hércules el Grande, a Menorca, en el II milenio a. C. La llegada de Hércules el Grande a Menorca tuvo lugar dentro de la XIII dinastía egipcia. En el año 1708 a. C., llegó Hércules el Grande, hijo de Hércules el Egipcio a las Baleares (9), -quién era denominado igualmente Oziris- (10). Ahora bien, la frontera occidental del delta de Egipto se hallaba en Libia y, Gerión procedía de Libia cuando invadió la península Ibérica y las Baleares (11). ¿Pudo ocurrir que Gerión provocara una insurrección de la provincia egipcia líbica, pasando posteriormente a ensanchar su territorio, con el fruto de las conquistas hispánicas en la 144
península Ibérica y, las Baleares y, por ello se desplazó Oziris-Hércules Egipcio, desde Egipto a Libia y, posteriormente a Hispania, incluidas las Baleares, siguiendo los pasos de Gerión y, sus hijos, para poner orden en la Libia? Pues bien, Oziris-Hércules Egipcio venció a Gerión en Tarifa (Cádiz) y lo mató, retornando Oziris-Hércules Egipcio a Egipto, habiendo dejado a los tres Geriones o hijos de Gerión, al mando de la gobernabilidad del territorio peninsular hispano, en el año 1770 a. C., (12). Binimelis afirmó en el siglo XVI, que Gerión conquistó las islas de Mallorca, Menorca e Ibiza “con los de Libia y las pobló” (13), es decir que las Baleares en tiempos de Gerión, pertenecieron a la provincia egipcia de Libia. Los tres hermanos Geriones, tuvieron un hermano llamado Tyfón que se hallaba en Egipto y, a quién sus hermanos, ordenaron el asesinato de Oziris-Hércules Egipcio, como aconteció (14). Oziris-Hércules Egipcio tuvo un hijo llamado “Hércules-Orión Libro de Egipto” o “Hércules el Grande”, que se dirigió a la península Ibérica para matar a los tres Geriones y, vengar a su padre (15). Hércules el Grande pasó por las islas Baleares en el año 1708 a. C. (16). Y dejó en las islas a su capitán Baleo, para el gobierno de las mismas (17) (…)”. (205). FERRER I GINART, Andreu. “Llegendes de les Balears”. Colecció Biblioteca Serra D´Or. Barcelona. Abadía de Montserrat/ IME. 2009. Página 173. La ciutat de Troia. “(…) Dicen que un senyor de Manacor envià el seu criat a aferar son cavall al poble que faria tres tirant cap a llevant. El criat s´adormí i, al despertar-se, ja havia passat Sant Llorenç des Cardassar sense haver-se´n donat compte. Però recordant-se que havia d´anar al qui feia tres, començà a comptar, tot viatjant: “Artà, un; Capdepera, dos…”, i seguí fins a trobar la ciutat afonada de Troia, que justament aquell dia havia aparegut. Allà féu aferrar sa bístia i, al tornar-se, notà que el cavall caminava per damunt aigua; se girà darrere i ja no va veure res. A l´arribar a Manacor, el senyor notà amb sorpresa que duia el seu cavall les ferradures de plata. Artà, 1922, maig. L´amo en Miquel Sancho del carrer Major, de 75 anys, i la madona Aina Brunet (…)”. Ibicdem. Página 196. La ciutat de Parella (Altres li dicen Troia). “(…) Així anomenen a una ciutat encantada que, segons dita popular, surt davant Aubarca (nord-est de Mallorca) en un dia indeterminat de l´any, dins el mes d´agost. Segons dicen, aquesta ciutat que apareix i sura damunt la mar se va enfonsar perquè sos habitants eren molt dolents. Artà, 1903. 145
M´ho digué l´amo en Pere Recuit, moliner vell, que deia haver-la vista anant a pescar (…)”. (206). F. F., J. “Bibliografía”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Año XLV. Sexta Época. Mahón. 1949. www.RevistadeMenorca1949.pdf Página 152. “(...)3º. Del mismo autor, Sr. Martínez “Jarro picudo de Melos, hallado en Menorca (Baleares)”. Se trata de un objeto cuya procedencia se ha puesto en duda, la cual nos parece bastante desvanecida. El autor lo compara con otros vasos hallados en Marsella y Filacopi. Copiamos sus palabras finales que resumen mejor que lo haríamos nosotros la importancia de tal vaso. “Concretamente para Menorca y Mallorca / (Página 154) el vaso picudo de Melos era hace bastantes años extraño, e incluso alejado por siglos del gran núcleo de documentos arqueológicos baleáricos. Hoy, un replanteamiento de la historia primitiva balear, de acuerdo con las premisas que utilizamos y los resultados de nuestra revisión peninsular, permiten ver una primera etapa de la historia de Baleares en parte sincrónica de nuestro bronce mediterráneo I hispánico, que se alarga y sincroniza en parte, y es influido por el bronce mediterráneo II, argariense, para continuar, dentro ya del milenario primero, con la cultura de los Talayots y la conocida secuencia histórica posterior, en que cuentan, con mayor intensidad que se creía, elementos peninsulares hispanos e itálicos”. os alegra mucho empero hacer constar que el temor que sentía el autor, y compartiámos, de que el tal vaso hubiera desaparecido o pasado al extranjero, queda desvanecido. Se ha dado el caso feliz de que coincidiendo con la publicación del “Cuaderno” la familia del Sr. Vives como galantemente había hecho ya con otros muchos objetos coleccionados por tan eximio profesor, ha depositado en el Museo Provincial de Bellas Artes de Mahón, la pieza de que dicho señor era dueño, por haberla comprado a los sucesores de D. A. Ramis, su antiguo poseedor (...)”. (207). SUTTON, Peter. “El lenguaje de la arquitectura tradicional menorquina”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXIX. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1978. www.RevistadeMenorca1978.pdf Página 156. “(...) Como la mayor parte de las civilizaciones, los primeros menorquines vivieron en cuevas, muchas de las cuales todavía permanecen hoy, encontrándose en los acantilados de la costa sur y en las hondonadas del interior. Suficientes pruebas han sido encontradas en estos poblados trogloditas para mostrar que fueron ocupados por gente de la primera Edad del Bronce. Es mucho más tarde, pero todavía durante la Edad del Bronce, cuando la gente edificó los muchos monumentos que todavía hoy 146
encuentran en Menorca. La isla posee la casa más antigua que existe en Europa. La isla posee la casa más antigua que existe en Europa y contiene tempranos ejemplos de técnicas de construcción. Existen tres formas distintas de estructura de la Edad del Broince: las “Taules”, los “Talayots” y las “ avetes”. Lo interesante sobre estos monumentos es que su abundancia indica que hubo en su tiempo, unos 500 poblados en la isla donde solamente 50 existen hoy. Los Fenicios llegaron a Menorca sobre el año 1600 o 1200 a. de J. C., y fundaron las dos ciudades principales de la isla, Mahón y Ciudadela. Después llegaron los Griegos que edificaron poblados sobre los restos fenicios, pero estos también fueron conquistados por los Cartagineses que a su vez usaron los poblados griegos edificando su colonia menorquina el año 400 a. de J. C. En el año 212 a. de J. C., los Romanos conquistaron la entonces bien establecida civilización cartaginesa y dieron a la isla / (Página 157) el nombre de Minorca, el cual fue traducido más tarde al equivalente español, Menorca. Después de los Romanos, sobre el año 430 d. de J. C., los vándalos habitaron la isla para ser conquistada 100 años antes más tarde por los Bizantinos. Fue durante estas ocupaciones cuando los mares alrededor de las Islas baleares fueron aterrorizados por piratas árabes quienes fuertemente enviaban a tierra partidas de incursión para recoger botín y esclavos (...)”. (208). FERNÁNDEZ NIETO, F. J. Capítulo XXI. Los griegos en España. Publicado en: BLÁZQUEZ, J. M. & FERNÁNDEZ NIETO, J. & LOMAS, F.J. & PRESEDO, F. “Historia de España Antigua. Tomo I. Protohistoria”. Colección Historia, serie mayor. Madrid. Cátedra. 2012 (7ª edición). Página 573. Las monedas griegas. “(…) Baleares: otra moneda, de origen ateniense, se halló en la isla de Menorca y, existen referencias sobre la aparición en la necrópolis púnica del Puig dels Molins de monedas griegas y ptolemaicas (…)”. (209). FERNÁNDEZ NIETO, F. J. Capítulo XXI. Los griegos en España. Publicado en: BLÁZQUEZ, J. M. & FERNÁNDEZ NIETO, J. & LOMAS, F.J. & PRESEDO, F. “Historia de España Antigua. Tomo I. Protohistoria”. Colección Historia, serie mayor. Madrid. Cátedra. 2012 (7ª edición). Página 577. Bronces y cerámica griega en la Península Ibérica. Los bronces. “(…) Contabilizando los dudosos y fragmentarios, así como la numerosa serie baleárica, la Península ha suministrado cerca de 40 bronces de factura griega, una buena parte de los cuales se perdieron con el paso de los años y, sólo conservamos noticias aisladas de su existencia o hallazgo. Casi la mitad de los bronces proceden de las Baleares y, constituyen precisamente el grupo que contiene mayor número de ejemplares de factura arcaica y, sobre todo clásica. Por el contrario, el 147
número de bronces encontrados en los contornos de Rhode y Emporion es significativamente bajo (dos bronces en Ampurias), lo que ya habla de por sí acerca de la difusión de estos elementos por parte del comercio púnico o de las naves griegas a las que se permitió frecuentar el área meridional de la Península. Los bronces forman, sin duda, un grupo de objetos importados de Grecia, seguramente a través del puente comercial de Sicilia y el sur de Italia y, aunque alguna de las piezas pudiera proceder de un taller masaliota, parece claro que ninguno fue confeccionado en la Península (…). / (Página 578) 4. Pero la serie de bronces más homogéneos es, sin duda, como antes indicábamos, la proporcionada por las Islas Baleares. Algo anterior a la mitad del siglo VI a. C. es el famoso arquero de Lluchmajor (Mallorca), que porta el carcaj en la espalda y que conserva todos los rasgos de la estatuaria griega arcaica. En Torrelló, cerca de Mahón (Menorca), se encontró una figurilla de bronce representando un jabalí alado; la pieza, como otras conocidas, parece obra jónica salida de algún taller de Asia Menor y podría fecharse en el tránsito del siglo VI al V a. C., al igual que otra figurita hoy desaparecida y hallada asimismo en Menorca (Rafal del Toro), que representaba un dromeus o atleta durante la carrera. Del mismo yacimiento de Rafal del Toro procede un bello bronce griego de la primera mitad del siglo V a. C. Se trata de una sirena con cuerpo de pájaro y cabeza femenina, tal como suele ser representada en el arte griego, que quizá provenga de la Magna Grecia y que pudo ser utilizada como aplique en un jarro o en una urna funeraria. Anterior al 450 y salida de un taller ático era la estatuilla de Atenea Promachos hallada en la villa de Porreros de Palma (Mallorca) de la que se ignora su paradero. Según las fotografías y dibujos conservados, en su estado primitivo debía blandir una lanza en la mano derecha y asir el escudo contra el brazo izquierdo. Otra Atenea Promachos, también desaparecida, pero / (Página 579) de la que conservamos algunas representaciones, apareció en Menorca. Pertenecía a la misma época que la figurilla de Pala y se hallaba en idéntica actitud, con el escudo y la lanza, diferenciándose, sin embargo, por llevar sobre el chitón una pequeña coraza que protegía la parte superior del pecho; parece obra de un taller itálico. Una tercera estatuilla de Atenea es la encontrada en Santany (Mallorca), fechable a mediados del siglo V aunque reproduce un esquema tan antiguo como el Palladion: en actitud estática, vestida con un largo peplo, Atenea levantaba la lanzas con la mano derecha sobre el hombro y embrazaba la rodela sobre el flanco izquierdo; es obra de un taller dorio, probablemente argivo. 148
De la segunda mitad del siglo V son varias figurillas aparecidas en distintos lugares. Cabe mencionar una figura masculina con casco en actitud de abrocharse la coraza, encontrado en Mallorca en el siglo XIX; la estatuilla de San Luís (Menorca) que representa a Ulises, tocando con un casquete y túnica corta, en un momento de reflexión, descansando la cabeza sobre la mano derecha y apoyando el codo sobre la rodilla; el muchacho desnudo en actitud oferente hallado en Santa Eugenia (Mallorca) cuyo tipo y rasgos se asemejan a los efectos de Policleto y, en especial, la extraordinaria figura de guerrero de Sineu (Mallorca), que se conserva en el Museo Arqueológico de Barcelona, que representa a un hombre desnudo, con casco, que era portador de una lanza y un escudo que se han desprendido del bronce. Al siglo IV y comienzos del helenismo podemos adscribir otras tres piezas de procedencia balear. Destaca la figura de un sátiro canéforo hallada en Estalliment (Mallorca); de la estatuilla de rasgos praxitelianos, faltan los dos jarros que portaba el personaje, uno mantenido con la mano sobre el hombro izquierdo y otro que prendía del brazo derecho. De una jarra de bronce, un oinochoe exhumado en Pollensa (Mallorca), formaba parte el rostro de silencio, en forma de pequeña mascarilla, que se conserva en el Museo Arqueológico de Barcelona. Poseemos noticia, por último, del hallazgo en Campanet (Mallorca) de un mango de espejo en forma de figura humana con los brazos en alto, pieza hoy desaparecida pero de la que existe una descripción. Todos estos bronces alcanzaron la Península Ibérica sin duda por varios caminos, el principal de los cuales debió de ser el comercio púnico, que los introduciría como artículos exóticos de lujo o apropiados para el culto (jarras, recipientes, etc.,) hacia las zonas en donde pudiera existir una demanda. Tampoco hay que olvidar, ciertamente, el papel que en su llegada pudieron desempeñar los mercenarios íberos o los soldados púnicos que militaron en las guerras de Cartago contra los griegos de Sicilia o que lucharon en la propia Grecia, quienes quizá adquirieron algunos de tales bronces por diversos medios (saqueo, intercambio, repartos de botín) y regresaron con ellos a sus lugares de origen. Pero esta posibilidad valdría solo, presumiblemente, para explicar la presencia concreta en un sitio de algunos bronces (por ejemplo, para explicar la presencia concreta en un sitio de algunos bronces (por ejemplo, en Baleares, en donde los púnicos solían reclutar bastantes mercenarios) y, no serviría para el resto (…)”. (210). GUERRERO, V. & CALVO, M. & GORNÉS, S. “Historia de las Islas Baleares. El poblamiento prehistórico de las Islas Baleares”. Palma de Mallorca. El Mundo-El Día de Baleares. Edicions de Turisme Cultural Illes Balears. 2006. www.Tomo2.pdf Página 156. Restos griegos en un santuario de Ciutadella. “(…) También pueden resultar indicativos los 149
restos cerámicos griegos hallados en una presunta intervención / (Página 156) incontrolada sobre un posible santuario “de tipo mallorquín” localizado en la zona de Ciutadella, expuestos en el museo municipal de esta ciudad; algunos pueden fecharse a fines del siglo V a. C., otros materiales a torno son mucho más modernos, pero el edificio estaba ya en uso, como mínimo, en los momentos iniciales de la colonización púnica de las Baleares (…)”.
150
Anexo documental
151
Hipogeos en Irlanda: 5ewgrange
152
Plano en alzado del hipogeo de Newgrange. (Fuente. Michael J. O´Kelly. “Archaeology, Art and Legend”).
153
Exterior del hipogeo megalítico de Newgrange. (Fuente. Michael J. O´Kelly. “Archaeology, Art and Legend”).
154
Pasillo de corredor de dos ejemplos de hipogeos irlandeses. (Fuente. Michael J. O´Kelly. “Archaeology, Art and Legend”).
155
Elementos decorativos de espirales célticas en el interior del hipogeo de Newgrange. (Fuente. Michael J. O´Kelly. “Archaeology, Art and Legend”).
156
Triskel o espirales célticas, inscritas en la decoración exterior del hipogeo de Newgrange. (Fuente. Michael J. O´Kelly. “Archaeology, Art and Legend”).
157
El triskel representaba la idea primaria de la existencia. (Fuente. Michael J. O´Kelly. “Archaeology, Art and Legend”).
158
Diferentes elementos decorativos hallados en Newgrange. (Fuente. Michael J. O´Kelly. “Archaeology, Art and Legend”).
159
El triskel céltico de Newgrange, puede ser una espiral triple o doble. (Fuente. Michael J. O´Kelly. “Archaeology, Art and Legend”). 160
Hipogeos megalĂticos de Menorca
161
Biniai 5ou
162
Aspecto exterior de los hipogeos 1 y 2 de Biniai Nou. (Fuente: Luís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”).
163
Exterior del hipogeo nº 1 de Binimaimut Nou. (Fuente: Luís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”).
164
Exterior del hipogeo nº 2 en Biniai Nou. (Fuente: Luís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”).
165
Plano del hipogeo nº 1 de Biniai Nou. (Fuente: Luís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”).
166
Plano del hipogeo nº 2 de Biniau Nou. (Fuente: Luís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”). 167
Binimaimut
168
Acceso al hipogeo de Binimaimut. (Fuente: Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
169
Interior del hipogeo de Binimaimut. (Fuente: Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
170
Cala Blanca
171
Plano del hipogeo de Cala Blanca. (Fuente: Luís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”).
172
Calan Morell
173
Plano del hipogeo nº 11 de Calan Morell. (Fuente: Luís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”).
174
Plano del hipogeo nº 12 de Calan Morell. (Fuente: Lluís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”). 175
Cova de S´Hostal
176
Acceso al interior del hipogeo de S´Hostal. (Fuente: Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
177
Plano del hipogeo de S´Hostal. (Fuente: Lluís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”).
178
Secciones del plano del hipogeo de S´Hostal. (Fuente: Lluís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”).
179
Parella
180
Plano del hipogeo de Parella. (Fuente: Lluís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”).
181
Secciones del plano del hipogeo de Parella. (Fuente: Lluís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”).
182
Puigmal 5ou
183
Boca de acceso al hipogeo de Puigmal Nou. (Fuente: Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
184
Sant TomĂ s
185
Plano del interior del hipogeo de Sant Tomàs. (Fuente: Lluís Plantalamor. “Biniai ou. El megalitisme mediterrani a Menorca”). 186
Son Catlar
187
Acceso al hipogeo de Son Catlar. (Fuente: Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
188
Escalones de acceso al hipogeo de Son Catlar. (Fuente: Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
189
Interior del hipogeo de Son Catlar. (Fuente: Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
190
Plano del hipogeo de Son Catlar. (Fuente: Lluis Plantalamor. L´Arquitectura prehistòrica i protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”).
191
Son 5´Escudero
192
Plano del hipogeo de Son N´Escudero. (Fuente: Lluis Plantalamor. L´Arquitectura prehistòrica i protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”). 193
Son Mercer de Dalt
194
Interior del hipogeo de Son Mercer de Dalt. (Fuente: Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
195
Plano del interior del hipogeo de Son Mercer de Dalt. (Fuente: Lluis Plantalamor. “L´Arquitectura prehistòrica i protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”).
196
Son Sivinieta
197
Plano del interior del hipogeo de Son Sivineta. (Fuente: Lluis Plantalamor. “L´Arquitectura prehistòrica i protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”).
198
Son Vivรณ
199
Plano del interior del hipogeo de Son Sivineta. (Fuente: Lluis Plantalamor. “L´Arquitectura prehistòrica i protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”).
200
Torre d´en Galmés
201
Acceso a la entrada del hipogeo de Torre d´En Gaumés. (Fuente Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
202
Interior del hipogeo de Torre d´En Gaumés. (Fuente Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
203
Torre del Ram
204
Acceso al hipogeo de Torre del Ram. (Fuente Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
205
Interior del hipogeo de Torre del Ram. (Fuente Ferrán Lagarda Mata. “Cuevas prehistóricas de Menorca”).
206
Plano del interior del hipogeo de Torre del Ram 1. (Fuente: Lluis Plantalamor. “L´Arquitectura prehistòrica i protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”). 207
Plano del interior del hipogeo de Torre del Ram 2. (Fuente: Lluis Plantalamor. “L´Arquitectura prehistòrica i protohistòrica de Menorca i el seu marc cultural”).
208
Lola Carbonell Beviá, alicantina de nacimiento, es historiadora, especializada en Humanidades Contemporáneas. Ha realizado numerosas monografías sobre la Historia de la Edad Media de Menorca y, sobre su Protohistoria. En este trabajo de investigación, se ha centrado en demostrar como la influencia beocia y prehelénica en la metalurgia, se vio plasmada en la arquitectura de hipogeos de Menorca y, en las insculturas de algunas cuevas.
209