Piscinas baptismalis ferrer bassa y son bou

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“Piscinas baptismalis”. La herencia paleocristiana en la iluminación del salterio glosado anglo-catalán: Ferrer Bassa y Son Bou. Lola Carbonell Beviá

1. La relación de la familia “Bassa” con el Cister en el siglo XII. Previamente al año 1189 Guillem Bassa había donado a la orden del Cister y concretamente al monasterio de Santes Creus una propiedad, denominada “honor del Segrià”, ubicada geográficamente en Lérida. En diciembre de dicho año 1189 mejoró las condiciones de la donación, acordando que su sobrino Arnau y sus descendientes pagarían un censo por la explotación del “honor” y, con el beneficio que obtuvieran proveerían al cenobio con candelas, luces y luminarias que iluminarían la misa solemne en el monasterio. Los miembros de la familia “Bassa” eran Guillem Bassa, notario real de Alfonso II “El Casto”; Arnau, sobrino del notario; Guillem, hermano de Arnau, también sobrino del notario; Pere Bassa, padre de Guillem; Guillem, hijo de Pere Bassa y tío de otro Guillem que era a su vez sobrino del notario (1).

2. El linaje de “Bassa”, ligado a la orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Jerusalén en el siglo XIII. En el mes de febrero del año 1205, Gerallus Bassa tuvo una relación directa con la encomienda templaria de “La Joncosa”, ubicada en la comarca del Penedés, por la que recibió una casa, de manos de Raimundo de Traveseres preceptor de dicha casa del Temple, por la que debía pagar cada año un pollo capón a dicha encomienda (2).

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3. La relación de los “Bassa” con los condes de Barcelona y reyes de la Corona de Aragón (Siglos XII-XIV). Entre el personal del rey de Aragón y conde de Barcelona Alfonso II “El Casto” se hallaban un miembros del linaje “Bassa”: Guillem Bassa quién desempeñó el cargo de notario real en el año 1188 (3). En el siglo XIII, el linaje de “Bass” continuó adepto al monarca Pedro III “El Grande”, hijo del rey de la Corona de Aragón Jaime I “El Conquistador”. Fue el ciudadano de Tortosa Ferrarius de Bass, el que perteneció a la mesnada del monarca (4). Guillem Bassa, de oficio jurista, continuó ligado a los reyes sucesores de la casa de Mallorca, es decir fue vasallo de Jaime II entre 1298 y 1311 (5). Ferrer Bassa, de oficio pintor, también trabajó para el rey Jaime II de Mallorca en la pintura sobre madera de un mueble relicario que inició en el año 1345, pero que no pudo terminar, y fue concluido por Ramón Destorrent (6). Trabajó igualmente para el rey de la Corona de Aragón, Pedro IV “El Ceremonioso”, hijo de Jaime II “El Justo” (7). Arnau Bassa fue hijo de Ferrer Bassa. Continuó con el oficio de pintor junto a su padre hasta el año1349 en que falleció (8). Fue cuñado de Jaume Cascalls, escultor y maestro de obras de Berga (9). Y trabajó para María de Navarra, esposa del rey de la Corona de Aragón Pedro IV “El Ceremonioso” realizando la iluminación del “Libro de horas”. (10). 4. La relación de Ferrer Bassa con las Baleares. El culto a las reliquias fue aumentando a lo largo de la Edad Media llegando incluso al comercio de las mismas (11). Se custodiaban en esculturas relicario que tomaron formas de brazos o de busto (12). Los propios condes de Barcelona y reyes de la Corona de Aragón las llevaban consigo en sus desplazamientos (13), como fue el caso de Jaime I “El Conquistador” (14), o Jaime II “El Justo” (15). Pero fue con Jaime II de Mallorca, hijo de Jaime I “El Conquistador”, cuando las capillas relicario se materializaron, primero con la construcción de la capilla real de Perpiñán (16) y, en segundo lugar, con la de “santa Anna”, también llamada “capilla del rey” ubicada en el palacio de “La Almudaina” de Mallorca, fundada el 5 de septiembre de 1310 (17) y, que sirvió para depositar las reliquias de la familia real de Mallorca, concretamente las de santa Práxedes, aportadas por Jaime III (18) y custodiadas en una nueva 2


capilla dedicada a la santa que mandó construir Alfonso “El Magnánimo” muchos años después (19). Y la esponja con la que se le acercó el vinagre a la boca de Jesús el Cristo (20). El encargo de Jaime II de Mallorca al pintor Ferrer Bassa, fue realizado durante la vigencia del Temple, por parte de un monarca con antepasados templarios, muy religioso y que se rodeó de personajes relacionados bien profesionalmente o personalmente con la orden del Temple, como fue el caso del pintor domiciliado en Barcelona, Ferrer Basa. El mueble relicario pintado por Ferrer Basa salió desde el puerto de Barcelona en dirección a la isla de Mallorca, cuando todavía permanecía activo el puerto templario de Pollensa (21). A priori, Ferrer Bassa tuvo que realizar más de un viaje a la isla de Mallorca (22), puesto que no sólo trabajó para Jaime II de Mallorca, sino también para el monarca de la Corona de Aragón, Pedro IV “El Ceremonioso”, quién legisló el tema de las reliquias reales. Posiblemente visitara las ruinas de la basílica paleocristiana de Son Bou en la isla de Menorca, por su conocimiento personal y familiar –a través de sus antepasados- de la historia no oficial de la “Religión del Camino”, de Jesús el Cristo y, ello le llevó a reflejarlo en el salterio glosado anglo-catalán mediante la plasmación de la piscina bautismal cuadrilobulada similar a la menorquina de Son Bou. 5. La iluminación del salterio glosado anglo-catalán. El salterio anglo-catalán iluminado por el pintor Ferrer Bassa se halla en la Biblioteca Nacional de Francia, de París y, su cronología se circunscribe a los siglos XIII-XIV (23). El salterio tuvo una elaboración pictórica mixta. Hasta el folio 93r, salmo 53, el trabajo de Guillem Bassa estuvo guiado por un diseño previo anglosajón (24), presentando matices de influencia griálica en las pinturas. Concretamente en el folio 3r, titulado “Escenas de la vida de Jesucristo”, aparece el joven Juan, el hermano menor de Jesús el Cristo sosteniendo en sus manos una copa o grial. El joven Juan aparece representado como el portador del grial eucarístico, mientras que dos manos, de personajes diferentes, las introducen en él cáliz sagrado y, corresponden a la mano derecha de Jesús el Cristo y a la mano izquierda del apóstol Pedro. La simbología de esta iluminación significa que el apóstol Pedro se quiso apoderar del emblema eucarístico que había entregado Jesús el Cristo a su hermano pequeño Juan (25). 3


Otra de las curiosidades y diferencias con respecto a los textos sagrados oficiales que aparece en dicho salterio se encuentra en el folio 4r, titulado “Genealogía de Jesé”, en la que aparecen circunscritos en el interior de medallones circulares, tanto Jesús el Cristo, como una figura femenina que no es María la madre de Jesús el Cristo, puesto que hace referencia a la genealogía de Jesé, que fue la correspondiente a María Magdalena (26). En el folio 9r, salmo 4, titulado “Cuando lo invoqué, Él me atendió, oh Dios de justicia”, aparece pintado en la parte superior: Un rey coronado que sale de un sarcófago y con su mano izquierda está unido por medio de una filacteria a la deidad que se encuentra en el cielo; un grupo de hombres portadores de un cordero y una copa o cáliz eucarístico ante un altar situado delante de un edificio, y en la parte central de la iluminación otro grupo con un personaje con una espada que con la otra mano señala al grupo superior. La emblemática expresa que los seguidores de Religión del Camino, - que eran los portadores de la eucaristía por la que se sacrificó Jesús el Cristo- después de la resurrección del Hijo de Dios, -rey de los judíos-, fueron perseguidos (27). En el folio 19r, salmo 10, titulado “En Dios yo confío”, Ferrer Bassa pintó la emblemática del mal, mediante un demonio, hombres con armamento disparando contra la Iglesia y destruyéndola. Junto a este grupo colocó un hombre con una balanza en la mano izquierda y una filacteria en la derecha, por lo tanto era un personaje sagrado o religioso. En realidad estaba queriendo decir que la Iglesia oficial había hecho justicia y la Iglesia del Camino de Jesús el Cristo había sido destruida (28). Ferrer Basssa continuó la emblemática griálica plasmando la Historia no oficial de la Iglesia católica de Roma. En el folio 100r, salmo 57, titulado “Si verdaderamente habláis justicia”, aparece una secuencia que comienza con un monarca que imparte justicia. Seguido de unos soldados que asesinan a un grupo de hombres. Un eremita que predica en una montaña desierta. Un grupo de leones rampantes enfrentados recibiendo mensajes de ángeles opuestos desde el cielo. Una pareja de monjes junto a una fuente típica de las construcciones góticas cistercienses, llena agua enrojecida. Y finalmente un grupo demoníaco empujando a los cuerpos de los muertos a la boca de un gran pez. La simbología de la narración cuenta que la realeza se apodera de la justicia ordenando una masacre contra los cristianos que fueron asesinados, mientras que otros eremitas se guarecieron en las montañas. El cristianismo se dividió en dos bandos enfrentados, mientras que el Cister se lavaba 4


las manos por la sangre derramada. Y el mal empujó a los cristianos a la muerte (29). La iluminación de la piscina bautismal cuadrilobulada como la existente en Son Bou de Menorca se halla en el folio 101v, correspondiente al salmo 58, titulado: “Sácame Dios, mío de mis enemigos” (30). La emblemática de la composición es la siguiente: Una ciudad amurallada rodeada por perros agresivos que esperan la salida de alguien. Un rey coronado que escapa de una torre suspendido en una canasta, sostenida por una cuerda que sostiene una mujer igualmente coronada que le ayuda desde la torre. La resurrección de Jesús el Cristo que sale triunfante de un sepulcro. Un grupo de personajes dispuestos en fila que esperan el bautismo, mientras que un sacerdote bautiza por trina inmersión a otro grupo de personajes desnudos que se encuentran en una piscina bautismal cuadrilobulada. Y al final, Jesús el Cristo resucitado y bendiciendo a los que le alaban. La simbología de esta miniatura explica que el linaje real de Jesús el Cristo fue acosado, pero a pesar de ello pudieron escapar. Jesús el Cristo volvió a la vida mediante la resurrección. De modo que los que crean en Dios y se bauticen accederán igualmente a la vida eterna por la que Jesús el Cristo murió y resucitó y, recibirán sus bendiciones. En las iliminaciones realizadas por Ferrer Bassa en el salterio glosado anglo-catalán se aprecian dos partes diferenciadas. En las primeras miniaturas Bassa parte de la Historia no oficial de la Religión del Camino de Jesús el Cristo, pero posteriormente se adapta a los cánones bíblicos católicos, sin introducir matizaciones en sus pinturas. Esto se podría haber producido porque el salterio fue pintado a caballo de los siglos XIII y XIV, por lo tanto el cambio en el concepto simbólico de sus pinturas podría haberse debido a la caída y desaparición de la orden del Temple y por tanto a las sujeciones de la Iglesia Oficial católica romana. 6. Las herejías herederas de la “Religión del Camino”, de Jesús El Cristo: La influencia del pelagianismo y del arrianismo en el salterio glosado anglo-catalán. Desde la muerte de Jesús El Cristo, la Iglesia del Camino se disgregó y, de la evangelización por parte de sus componentes nacieron nuevos movimientos religiosos que evolucionaron desarrollando nuevas teosofías diferentes y divergentes de la gnóstica “Religión del Camino” y, que en el siglo II, fueron denominados herejías por la Iglesia oficial cristiana católica y romana, calificando a la teosofía gnóstica como de “error” (31). 5


Entre los siglos III y IV, todavía quedaban muchos cristianos que seguían la gnóstica primitiva “Religión del Camino”, y que eran denominados herejes (32). 6.1.

La religión instituida por José de Arimatea en Britania seguidora de las enseñanzas de Juan el Evangelista. Los componentes de la familia real de Jesús El Cristo que pudieron escapar con vida de la matanza contra los judíos que se produjo en la segunda mitad del siglo I d. C. (33), continuaron su etapa evangelizadora en Menorca, La Galia y Britania, durante el siglo I d. C., (34) y, seguían las enseñanzas de Juan el Evangelista.

6.2.

El pelagianismo, religión opositora a la sucesión apostólica de Pedro. Nació en Gran Bretaña en el siglo IV d. C., y se desarrolló a lo largo del V d. C., en Britania y La Galia, a pesar de ser declarada como herejía en el año 416 d. C., y en el 425 d. C., obligando a los obispos pelagianos de La Galia a renunciar a su religión, denominada herejía (35).

6.3.

La arqueología del pelagianismo en Gran Bretaña. Los pelagianistas utilizaban un caldero sagrado realizado en bronce (36) en sus ritos religiosos, que los descubrimientos arqueológicos relacionan con los reyes Powys (37) y que fueron hallados en el lodo del lago Llyn Cerrig Bach, en el año 1942 (38).

6.4.

El pelagianismo en Menorca. En el año 416 d. C., en la isla de Menorca convivían diferentes grupos heréticos pertenecientes a diferentes nacionalidades (39), ente ellas los pelagianistas (40), quienes pensaban que Jesús El Cristo no había redimido a la humanidad con su muerte (41).

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6.5.

El arrianismo. Surgió en el primer cuarto de siglo IV d. C., con la figura de Arrio, el Heresiarca. Arrio fue ordenado presbítero por Aquilas, patriarca de Alejandría, a quién entregó la regencia de la parroquia de Baucalis en Alejandría. Excomulgado por Alejandro, Arrio se refugió en Cesarea donde contaba con numerosos partidarios incluso entre los eclesiásticos (42). Fue perseguido intelectualmente por opositores cristianos católicos como san Atanasio (43), quién lo atacó ferozmente en el concilio de Nicea a mediados de mayo del 325 d.C. (44). Los partidarios de Arrio consiguieron que Anastasio fuera exiliado a Las Galias durante un tiempo, pero tras su vuelta, el emperador Constancio, hijo de Constantino, defensor del arrianismo depuso por segunda vez a Atanasio en la segunda mitad del siglo IV d. C., (45). La Iglesia de Arrio desde su nacimiento generó un conflicto constante. Uno de los obispos de la Iglesia de Arrio fue Demófilo, que dirigía la sede de Constantinopla. Contra él luchó intelectualmente Gregorio Nacianceno “El Teólogo” durante el segundo y tercer cuarto del siglo IV d. C., llegándose hasta la violencia física en los conflictos entre católicos y arrianos. Su tesón por la defensa del catolicismo le llevó en el concilio de Constantinopla -celebrado en el año 381-, a ser confirmado y ratificado en dicha sede por el espacio de dos años (46). A lo largo del siglo IV d.C., Epifanio defendió el catolicismo del arrianismo en el Oriente Próximo, condenando a la Iglesia arriana en el concilio de Roma celebrado en el 378 d.C. Su área de evangelización fue Palestina, Roma, llegando incluso a ser obispo de Chipre (47). En la zona de la Tebaida y durante la primera mitad del siglo IV d. C., combatió el arrianismo Pacomio. Levantó una iglesia en Tabena que los herejes derribaron, recibiendo el fuego como castigo (48). En el Ponto, en los límites entre la actual Turquía y Grecia, luchó contra el arrianismo en el siglo IV d. C., Basilio “El Magno” y llegó aser obispo de Cesarea (49). 7


Entre el último cuarto del siglo IV a. C., y primera mitad del V d.C., el arrianismo se extendió a las Galias por medio de los borgoñones (50). 6.6.

Arqueología del arrianismo en Menorca. El arrianismo nació en el siglo IV d.C., en Alejandría (Egipto), y rápidamente se extendió por Constantinopla (Turquía), Palestina, Siria, Chipre, y Las Galias (Francia). En el siglo V d. C., amplió su territorio a Hispania, y concretamente a la isla de Menorca con la incursión y dominio vándalo sobre la isla (51), desarrollándose un periodo de paz entre los habitantes de Menorca con los arrianos vándalos (52), periodo en que fueron levantadas las basílicas arrianas como la existente en Son Bou, con influencias constructivas sirias y, compuesta de vestíbulo, pórtico de entrada, tres naves, altar, presbiterio y dos sacristías (53).

7. El bautismo por inmersión. El bautismo por de la trina inmersión fue un rito generalizado en los primeros siglos de la religión cristiana. Tanto cristianos católicos como arrianos eran bautizados introduciendo completamente su cuerpo en el agua, para posteriormente ser un rito exclusivo de la iglesia arriana. Vándalos y visigodos, ambos seguidores del cristianismo arriano utilizaron el bautismo pr la trina inmersión, hasta que los visigodos se convirtieron al catolicismo. De modo que en el año 633, el rey Sisesnando prohibió el bautismo de la trina inmersión (54). 8. Las piscinas bautismales de la cristiandad. En el siglo I d. C., la ciudad de Jerusalén contaba con una piscina bautismal que perteneció a Siloé y que se mantuvo construida hasta la Edad Media (55). Era conocida por la denominación de “probástica piscina” (56). Y junto a ella se constuyó una iglesia en el año 1136 (57). El primitivo cristianismo de Britania también realizó el bautismo por la trina inmersión en piscinas bautismales, como la que se halla en la iglesia de Garway (58). 8


La piscina bautismal de Son Bou corresponde a un modelo exterior cilíndrico y cuadrilobulado en el interior. Los estudios arqueológicos destacan que su forma se asemeja a la piscina bautismal existente en el santuario cristiano de peregrinación y culto a Moisés (60), ubicado en el monte Nebo de Transjordania (61). Y en España, a una antigua pila bautismal ubicada en la catedral de Tortosa (62). 9. Conclusiones. El pintor e iluminista Ferrer Bassa tuvo conocimiento de la Historia no oficial de la religión cristiana por medio de dos vías: la familiar relacionada -doscientos años antes de su nacimiento-, con el Cister y la orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Jerusalén. Y por la profesional, a través de su trayectoria como artista de los monarcas originarios de la casa condal de Barcelona, casa real de Mallorca y Corona de Aragón, de origen y adscripción templaria. Por sus viajes a las islas Baleares, pertenecientes al reino de Mallorca con los monarcas Jaime II y Jaime III; y a la Corona de Aragón, con Pedro IV “El Ceremonioso”, para los que trabajó; Ferrer Bassa pudo conocer los restos de las basílica paleocristiana de Son Bou y, por tanto su piscina bautismal, la que tomó como modelo para plasmarla en la iluminación de las miniaturas del salterio glosado anglo-catalán. Debido a que la iluminación del salterio glosado se realizó entre los siglos XIII y XIV, la temática de dicha obra atendía a dos formas diferentes de conceptuar el sentido religioso de la misma. La primera parte de origen anglosajón, presenta influencia griálica en cuanto a la teosofía religiosa impresa en ella. Conceptualidad que continuó Ferrer Bassa en sus primeras láminas iluminadas. En la segunda parte de la teosofía del salterio, Ferrer Bassa se circunscribió a la ortodoxia cristiana católica oficializada de nuevo, por la Iglesia de Roma, tras la masacre y desaparición de la orden del Temple, periodo que vivió el pintor barcelonés puesto que falleció en la primera mitad del siglo XIV.

En Villajoyosa (Alicante). A 30 de diciembre, 2013. 9


Citas bibliográficas (1). PAPELL I TARDIU, Joan. “Diplomatari del monestir de Santa Maria de Santes Creus (975-1225)”. Diplomataris Nº 36. Volum II. Barcelona. Fundació Noguera. 2005. www.SantesCreusII.pdf Página 486. Linaje de Guillem Bassa. Documento 331. “(…) 1189, desembre. Barcelona. Guillem de Bassa, notari del rei Alfons el Cast, estableix millores en les condicions de la donació de l’honor del Segrià que va fer al monestir de Santes Creus. Acorda que el seu nebot Arnau, o els seus descendents posseeixin a través del monestir l’honor a cens, amb la condició que proveeixin el cenobi amb candeles, llànties i llumeneres que hauran d’encendre a la missa solemne monacal en tot temps i per sempre. A: AH,M. Sección Clero. Pergaminos. Santes Creus. Monasterio de Santa María. Carpeta 2763, núm. 19. Original. a: UDI,A, El “Llibre Blanch de Santas Creus”..., p. 336, doc. 335. Cit.: FORT, El senyoriu... PAPELL, “El domini...”. In nomine Domini. Ego Guillelmus de Bassia, notarius domini regis Ildefonsi, facio hanc melioracionem monasterio de Sanctus Crucibus et domino Ugoni et fratribus perpetuo in illa donacione honoris de Segriano apud Ylerdam, quem illis cum instrumento et instrumentis donacionis quondam quod videlicet de illis tribus personis que post me erant habiture eundem honorem ad censum constitutum, una tantummodo persona sive nepos meus Arnaldus sive alius iam natus vel nasciturus habeat post me per Sanctas Cruces eundem honorem ad censum eiusdem instrumenti, ea condicione ut omnes proventus et exitus eiusdem honoris cedant et expidantur in candelis et luminibus sollempniarum missarum omni tempore. Facta carta apud Barchinonam mense decembris anno millesimo ·C·LXXXº·VIIIIº·. ( /Página 487) Sig+num Petri de Bassia. Sig+num Petri Risaici. Sig+num Guillelmi nepotis Guillelmi et filii Petri de Bassia. Ego Guillelmus de Bassia scripsi hanc cartam et feci hoc sig(signe)num (…)”. (2). MIRET Y SANS, Joaquím. “Les cases de Templers y Hospitalers en Catalunya. Aplech de ,oves y Documents Històrichs”. Barcelona. Imprenta de la Casa Provincial de Caritat. 1910. www.LescasesdeTempleryhospitalersaCatalunya.pdf Página 174. Capítol X. La comanda de La Joncosa. “(...) En l´alt Penedès existía una comanda del Temple, en lo llogaret dit La Joncosa, al peu del Montmell y ben prop de la de Celma. Distancia del Vendrell uns dotze kilòmetres. Son molt obscurs los origens d´aquesta casa de templers. Creyém que en son principi estigué en lo poble de Gunyoles o Segurioles, no gayre lluny de Vilafranca. En 1160 existíen dos comanadors de la casa del Temple de Cegurioles, frares Bertrán d´Olost y Pere de Torredella. Mes avant, 10


degueren adquirir lo lloch de La Joncosa y per conveniencias de situació o per major importancia de la possessió, hi transportaren l´establiment de Gunyoles, romanint aquesta darrera casa com a depenjant de la nova. Consta que en 1205 ja existía la preceptoria de La Joncosa per lo següent document: “,otum sit cunctis quod ego Raimundus de Traveseres preceptori domus Joncose et fratres predicte Joncose damus et concedimus tibi Gerallus de Bassa... ipsam casam et ipsam eram qui est in capud de vestrum ferragenalem de recosem... afrontat de oriente in ipsum linde de ipsa rocha, a meridie in ipsa via qui descendit de Ceguniolibus... et addimus ad ipsum vestrum ferragenalem I. orte del super ipsa vestra eucurela qui fuit de Johan Ros... et donatis nobis et fratres Militie in unoquoque anno vobis et vestris post vos I. par caponum in fira de villa libera per ipsa casa et per vestra era...”. Data de nones febrer 1204 de la encarnació y firmes del R. Travesseres, Pere frare de Laurada y Guillèm y Ermengol frares (1) (...)”. Página 174. Capítol X. La comanda de La Joncosa. Cita (1). “(...) Armari 23, perg. 123. Arxiu G. P. (...)”. (3). PAPELL I TARDIU, Joan. “Diplomatari del monestir de Santa Maria de Santes Creus (975-1225)”. Diplomataris Nº 36. Volum II. Barcelona. Fundació Noguera. 2005. www.SantesCreusII.pdf Página 486. Linaje de Guillem Bassa. Documento 331. “(…) 1189, desembre. Barcelona. Guillem de Bassa, notari del rei Alfons el Cast, estableix millores en les condicions de la donació de l’honor del Segrià que va fer al monestir de Santes Creus. Acorda que el seu nebot Arnau, o els seus descendents posseeixin a través del monestir l’honor a cens, amb la condició que proveeixin el cenobi amb candeles, llànties i llumeneres que hauran d’encendre a la missa solemne monacal en tot temps i per sempre. A: AH,M. Sección Clero. Pergaminos. Santes Creus. Monasterio de Santa María. Carpeta 2763, núm. 19. Original. a: UDI,A, El “Llibre Blanch de Santas Creus”..., p. 336, doc. 335. Cit.: FORT, El senyoriu... PAPELL, “El domini...”. In nomine Domini. Ego Guillelmus de Bassia, notarius domini regis Ildefonsi, facio hanc melioracionem monasterio de Sanctus Crucibus et domino Ugoni et fratribus perpetuo in illa donacione honoris de Segriano apud Ylerdam, quem illis cum instrumento et instrumentis donacionis quondam quod videlicet de illis tribus personis que post me erant habiture eundem honorem ad censum constitutum, una tantummodo persona sive nepos meus Arnaldus sive alius iam natus vel nasciturus habeat post me per Sanctas Cruces eundem honorem ad censum eiusdem instrumenti, ea condicione ut omnes proventus et exitus eiusdem honoris cedant et expidantur in candelis et luminibus sollempniarum missarum omni tempore. Facta carta apud Barchinonam mense decembris anno millesimo 11


·C·LXXXº·VIIIIº·. ( /Página 487) Sig+num Petri de Bassia. Sig+num Petri Risaici. Sig+num Guillelmi nepotis Guillelmi et filii Petri de Bassia. Ego Guillelmus de Bassia scripsi hanc cartam et feci hoc sig(signe)num (…)”. (4). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “La defensa templaria plasmada en las insculturas de la isla de Menorca: La afirmación de Cristo y de la Cruz”. Revista digital de la Asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Abril Abacus. 2012. www.abacus.org.es Páginas 12 y 13. “(...) Los hombres de Pedro III. En 1283, siendo ya rey de Aragón, Pedro III, se apoyó en su mesnada compuesta por: Petri Marchesii, escribano-; Arnaldus, -obispo de Barcelona-; Raymundus,-obispo de Vic-; Frater Berengarius de Sancto Iusto, -Maestre de la Milicia del Temple-; Ermengaudus, -conde de Urgell-; Poncius Hugonis, -conde de Ampurias-; Raimundus Fulconi, -vizconde de Cardona-; Arnaldus Rogeri, -conde de Pallars-; Dalmaciu, -vizconde de Rocaberti-; Guillemu,-vizconde de Castellnou-; Guillemus de Angularia; Petri de Sancto Clemente, escribano del rey- (92). Arnaldus de Barcelona; Raymundus de Vic; Bernardus,-obispo de Gerona; Petrus de Pulcro Visu -clérigo del arzobispado tarraconense-; Johannes de Turiesa, -canónigo del obispado de Lérida-; Berengarius de Fluviano, -canónigo del obispado de Lérida-; Bernardus de Portella, -representante del obispo de Urgell-; Frater Berengarius de Sancto Justo, -Maestre del Temple en Aragón y Cataluña-; Frater Guillemus de Claro Monte, -gerente de la vicecastellanía de Amposta-; Ermengaudus, -noble, conde de Urgell-; Alvarus,-noble, hermano del conde de Urgell-; Gueraldus de Capraria; Poncius Hugonis,conde de Ampurias-; Raimundus Fulconis, -vizconde de Cardona-; Arnaldus Rogerii,-conde de Pallars-; Raimundus Rogerii, -hermano del conde de Pallars-; Dalmacius, -vizconde de Rocaberti-; Guillemus,vizconde de Castellnou-; Raimundus,-vizconde de Vilamuro-; Guillemus de Angularia; Raimundus de Montecatheno de Fraga; Raimundus de Montecatheno, -senescal de Cataluña-; Petrus de Montecatheno; Berengarius Arnaldi de Angularia; Berengarius de Podio Viridi; Galcerán de Pinós; Raimundus de Urgio; Geraldus de Cervilione; Alamannus de Cervilione,-hermano de Geraldus de Cervilione-; Berengarius de Entença; Poncius de Rippellis; Guillermus de Sancto Vincencio -procurador del noble vizconde de Bearn, Gastón-; Galcerandus de Angularia; Berengarius de Angularia,-hermano de Galcerán de Angularia-; Guillemus Raymundi de Josa; Poncius de Cervaria; Guislabertus de Crudiliis; Guilabertus de Scintiliis; Arnaldus de Cortçavino; Bernardus Hugo de Cabrená; Petrus Arnaldi de Boronac; Arnaldus de Sagrera; Bernardus Roger de Erill; Raimundus Alnaldi d´Almenara; Guillemus d´Almenara; Poncius de Sancta pace; Bernardus de Vilademany; Marchus de Sancta Eugenia; Jacobus de Peramola; Dalmacius de Montoliu; Guillemus de Castro Eulino; Maymonus de Castro Eulino; Berengarius de Boxadós; 12


Berengarius de Raiadello; Guillemus de Calders; Raimundus de Pegera; Berengarius de Talamanca; Berengarius de Calders; Simon de Sancto Martino; Raymundus de Rippis; Berengarius de Josa; Guillemus de Montserrato; Berengarius de Murcenis; Bernardus Raymundi de Murcenis; Gueraldus de Aquilone; Galcerandus de Hulugia; Poncius de Hulugia; Jacobus de Besora; Jacobus Gruñí; Guillemus Durfortis; Marimundus de Plicamanibus; Bernardus Burguti -ciudadano de Barcelona-; Petrus Raymundi; Petrus Raymundus de Sancto Clemente; Guillemus de na Muntaguda; Guillelmus Molinerii -ciudadano de Lérida-; Raimundus Andree -ciudadano de Gerona-; Berengarius de Goarnau ciudadano de Gerona-; Andreas Sunyer -ciudadano de Gerona-; Petrus Geraldi -ciudadano de Gerona-; Bernardus Garidel, -ciudadano de Tortosa-; Ferrarius de Bass -ciudadano de Tortosa-; Petrus Bruniciudadano de Tortosa-; Bernardus Alberti -ciudadano de Tortosa-; Poncius Gineri, -ciudadano de Vic-; Johannes de Plicamanibus, ciudadano de Vic-; Berengarius Oltzina, -ciudadano de Tarragona-; Jacobus de Cardona, -ciudadano de Vic-; Raimundus de Sala, -ciudadano de Vic-; Bartholomeus de Vallo -ciudadano de Cervera-; Eymericus de Lupparia, -ciudadano de Cervera-; Guillemus de Miralles, ciudadano de Montsalvat-; Raimundus de Sores, -ciudadano de Montsalvat-; Raimundus de Belloc, -ciudadano de Tárrega-; Arnaldus Falconis, -ciudadano de Tárrega-; Bernardus Martí; Petrus Mironis de Vilafranca; Bernardus ça Sala; Arnaldus de Gravalosa, de Manresa; Joannes de Cascalys, de Berga; Johannes Oliba, de Berga; Raimundus Strader, ville Bisuldoni; Petrus Berengarii Begudà, ville Bisuldoni; Petri Marcháis, escribano del rey; Arnaldus, obispo de Barcelona; Raimundus, obispo de Vic; Frater Berengarius de Sancto Iusto, -Maestre del Temple-; Ermengaudus, -conde de Urgell-; Poncius Hugonis, -conde de Ampurias-; Raimundus Fulconis,vizconde de Cardona-; Arnaldus Rogerii, -conde de Pallars-; Dalmacius, vizconde de Rocabertí-; Guillemus, -vizconde de Castellnou-; Guillemus de Angularia; Petri de Santo Clemente, escribano del rey (93). MARQUÈS I PLA,AFUMÀ. “El Cartoral de Rúbriques Vermelles de Pere de Rocabertí, bisbe de Girona (1318-1324)”. Edició a cura de Jaime de PUIG i OLIVER & Albert SERRAT i TORRE,T. Diplomataris, 46. Barcelona. Fundació ,oguera. 2009. www.46CARTORALDETÚBRIQUESVERMELLES.pdf. Página 348. Los hombres de Pedro III, rey de Aragón y conde de Barcelona. Documento 86 (63). “(…) 1283 desembre 26. Barcelona. El rei Pere II confirma a les Corts de Barcelona els capítols presentats pels tres braços. (…) In Dei nomine, Cum nos Petrus, Dei gratia Aragonum et Sicilie rex, predecessorum nostrorum sequentes vestigia, et ad tranquillitatem subditorum voluntario incedentes,mandaverimus catalanis in civitate Barchinone generalem curiam celebrandam; convenerunt ad curiam et locum predictos episcopi, prelati, religiosi, barones, milites, 13


cives et homines villarum Catalonie, scilicet: Arnaldus Barchinonensis, Raymundus Vicensis, Bernardus Gerundensis episcopi; Petrus de Pulchro Visu, clericus pro archiepiscopo Terraconensi, Johannes de Turiesa, precentor, et Berengarius de Fluviano, canonicus Ilerdensis, pro episcopo Ilerdensi; Bernardus de Portella, precentor Urgellensis, pro episcopo Urgellensi, frater Berengarius de Sancto Justo, magister milicie Templi in Aragonia et Catalonia; frater Guillemus de Claro Monte, gerens vice castellani Emposte; prelati, abbates et alii religiosi / (Página 349) Catalonie. ,obiles Ermengaudus, comes Urgelli et Alvarus, frater eius, Gueraldus de Capraria, Poncius Hugonis, comes Impuriarum, Raimundus Fulconis, vicecomes Cardone, Arnaldus Rogerii, comes Pallariensis et Raimundus Rogerii, frater eius, Dalmacius vicecomes e Rochabertino, Guillemus, vicecomes Castri ,ovi, Raimundus, vicecomes de Vilamuro, Guillemus de Angularia, Raimundus de Montecatheno de Fraga, Raimundus de Montecatheno, senescalcus Catalonie, Petrus de Montecatheno, Berengarius Arnaldi de Angularia, Berengarius de Podio Viridi, Galcerán de Pinós, Raimundus de Urgio, Geraldus de Cervilione et Alamannus, frater eius, Berengarius de Entença, Poncius de Rippellis, Guillemus de Sancto Vincencio, procurator nobilis Gastonis, vicecomitis Bearnensis, Berengarius de Angularia et Raimundus frater eius, Galcerandus de Angularia et Raimundus frater eius, Guillemus Raymundi de Josa, Poncius de Cervaria, Guilabertus de Crudiliis, Guilabertus de Scintiliis, Arnaldus de Cortçavino, Bernardus Hugo de Cabrenç, / (Página 350) Petrus Arnaldi de Boronac, Arnaldus de Sagrera, Bernardus Roger de Erill, Raimundus Dorcau, Berengarius de Pulcrovisi, Raimundus de Cabrera, Raimundus Alnaldi d´Almenara, Guillemus d´Almenara, Poncius de Sancta Pace, Bernardus de Vilademany, Marchus de Sancta Eugenia, et alii pluses nobiles et barones Catalonie; Jacobus de Peramola, Dalmacius de Montoliu, Guillemus de Castro Eulino, Maymonus de Castro Eulino, Berengarius de Boxadós, Berengarius de Raiadello, Guillemus de Calders, Raimundus de Pegera, Berengarius de Talamanca, Berengarius de Calders, Simon de Sancto Martino, Raymundus de Rippis, Berengarius de Josa, Guillemus de Monteserrato, Berengarius de Murcenis, Bernardus Raymundi de Murcenis, Gueraldus de Aquilone, Galcerandus de Hulugia, Poncius de Hulugia, Jacobus de Besora et alii pluses milites Catalonie; Jacobus Gruñí, Guillemus Durfortis, Marimundus de Plicamanibus, Bernardus Burgeti, vices Barcinone; Petrus Raymundi, Petrus Raymundus de Sancto Clemente, Guillemus de na Muntaguda, Guillelmus Molinerii, cives Ilerdenses; / (Página 351) Raimundus Andree, Berengarius de Goarnau, Andreas Sunyer et Petrus Geraldi, cives Gerundenses; Bernardus Garidel, Ferrarius de Bss, Petrus Bruni, Bernardus Alberti, cives Dertusenses; Poncius Gineri, Johannes de Plicamanibus, Berengarius Oltzina, cives Terrachonenses; Jacobus de Cardona, 14


Raimundus de Sala, cives Vici; Bartholomeus de Vallo et Eymericus de Lupparia, ville Cervarie; Guillemus de Miralles et Raimundus de Sores, ville Montisalbi; Raimundus de Belloc, Arnaldus Falconis, ville Tàrrege; Bernardus Martí, Petrus Mironis, Villefranche; Bernardus ça Sala, Arnaldus de Gravalosa, de Minorisa, Joannes de Cascalys et Johannes Oliba, ville Berge; Raimundus Strader, Petrus Berengarii Begudà, ville Bisuldoni, et pluses alii civitatum et villarum predictarum et aliorum plurium locorum Catalonie. (…) / (Página 361) Signum + Petri, Dei gratia Aragonum et Sicilie regis. Signum+ Infantis Alfonso, illustris regis aragonum primogeniti, qui hec laudamus et firmamos, app+ositum hic per manum Petri Marchéis, scriptoris nostri (…). Testes sunt Arnaldus, Dei gratia episcopus Barchinonensis. Raimundus, episcopis Vicensis, frater Berengarius de Sancto Iusto, magister militie Templi, Ermengaudus, comes Urgelli, Poncius Hugonis, comes Impuriarum, Raimundus Fulconis, vicecomes Cardone, Arnaldus Rogerii, comes Pallariensis, Dalmacius, vicecomes de Rochabertino, Guillemus, vicecomes Castri ,ovi, Guillemus de Angularia et omnes prelati, barones et alii ut supra / (Página 362) Signum Petri de Santo Clemente, scriptoris domini regis, (…)”. (5). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “La defensa templaria plasmada en las insculturas de la isla de Menorca: La afirmación de Cristo y de la Cruz”. Revista digital de la Asociación Baucán, filosofía de las armas templarias. Edición especial. Abril Abacus. 2012. Página 15. “(...) Los hombres de Jaime II de Mallorca. Entre los años 1298 y 1311, los apoyos humanos logísticos del rey Jaime II de Mallorca, fueron: Fray Bernat Font,comendador del Temple en Mallorca-; el vizconde de Bearn; Guillem Bassa,-jurista-; Blanca de Montcada; Pere Morana de Alaró; Dalmau Garriga, lugarteniente de Jaime II de Mallorca (100). (...)(100). MAIZ CHACÓ,, Jorge. “Actividades económicas y políticas de los judíos de baleares en la Baja Edad media (1229-1391)”. Volumen II. Fuentes documentales (regestos). Tesis doctoral. Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas. Facultad de Geografía e Historia. Universidad nacional de educación a Distancia. 2007-2008. www.PDF_2.pdf Página 213. Fray Bernat Font, comendador del Temple en Mallorca, anteriormente a marzo de 1300. “(…) Documento nº 414. 3 marzo, 1300 – ACM, Pergamins, 8.905. Astruc Bennono, judío establecía a Isaach Provençal, judío de Mallorca, para edificar casas, un trozo de patio que tenía dentro de la ciudad en la porción de la Casa del Temple, en el lugar en el que solía haber viñas y que había sido a Fray Bernat Font, comandador del temple, a censo de 10 morabatines. Ahora el censo será de 10 morabatines alfonsíes de oro fino y buen peso y entrada de 10 sueldos (…)”. Página 218. Vizconde de Bearn. “(…) Documento nº 422. 1302 – ARM, ECR, 442, f. 146. Issac Fadal, judío, comparece ante la corte del veguer de Mallorca e instala una querella contra Dolça, viuda de Jaume 15


Costa, hija de Arnau de Collfratina, por motivo de una deuda, y esta mujer asigna para subastar un albergue situado delante de la iglesia de San Jaime, porción del vizconde Bearn. Adquirida por Guillem Guarina por el precio de 120 libros (…)”. Página 219. Guillem Bassa, jurista y ciudadano. “(…) Documento nº 425. Septiembre, 1302 – ARM, ECR, 442, f. 90v-91. Guillem Bassa, jurista y ciudadano, establece para trabajar a Maimo Fonoll dos talleres contiguos que tiene por la mujer Andrevete, hija de Arnau Rovira, delante de la plaza de Santa Eulalia, porción y jurisdicción de Guillem de Montcada, que confronta con las casas de Omar hijo de Jucef, judío, y otras casa, a censo de 11 morabatines y entrada de 20 sueldos. El mismo Fonoll, zapatero, establece a Guillem Rovira, zapatero un taller a censo de 5 morabatines y medio y entrada de 5 sueldos (…)”. Página 219. Blanca de Montcada. “(…) Documento nº 426. Septiembre, 1302 – ARM, ECR, 442, f. 7. Bernat de Modons, vende a Mosse hijo de Abrahim Benhamin judío difunto, un huerto en ciudad, porción de Blanca de Montcada, por valor de 10 libras (…)”. Página 219. Pere Morana de Alaró. “(…) Documento nº 427. Febrero, 1303 – ARM, AH, SU, 2, f. 370. Pere Morana de Alaró pedía que fuera anulado el contrato hecho con el judío Omer Benamar, de la venta de 120 quartans de aceite por precio de 7 libras y media razón de 15 dineros, cuando en Mallorca cada uno vale 3 sueldos. Se siente engañado y no puede querellarse porque es pobre y miserable (…)”. Página 219. Dalmau Garriga, lugarteniente de Jaime II de Mallorca, en Mallorca. “(…) Documento nº 428121. 23 mayo, 1303 – ARM, LLRR, 1, f. 35. Jaime II rey de Mallorca a su lugarteniente Dalmau Garriga, que los judíos que aún residen fuera de la aljama se trasladen a dicha aljama rápido (…)”. Página 222. Dalmau Garriga, lugarteniente de Jaime II de Mallorca, en Mallorca. “(…) Documento nº 432125. 28 junio, 1303 – ARM, LLRR, 1, f. 18. Jaime II, manda a Dalmau Sagarriga, lugarteniente suyo en Mallorca, que los judíos de la isla que acuñen moneda falsa sean tratados como criminales, colgados y bautizados y que reciban sepultura eclesiástica (…)”. Página 222. Dalmau Garriga, lugarteniente de Jaime II de Mallorca, en Mallorca. “(…) Documento nº 433. Julio, 1303 – ARM, LLRR, 1, f. 38. El rey comunica a su lugarteniente de Mallorca las quejas de los secretarios de la aljama de los judíos, por el hecho que él, el lugarteniente (Dalmau Sagarriga), Pere Esturç y Ramón des Brull, ordenadores, que los pobladores de las nuevas villas de Mallorca no paguen las deudas contraídas con los judíos, y conviene que paguen (…)”. Página 224. Dalmau Garriga, lugarteniente de Jaime II de Mallorca, en Mallorca. “(…) Documento nº 436. Septiembre, 1303 – ARM, LLRR, 1, f. 43. Jaime II ordena a Dalmau Sagarriga, lugarteniente suyo en el reino de Mallorca, que el judío P. de Manlleu sea condenado a muerte y colgado por haber acuñado moneda falsa (…)”. 16


(6). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Corpus Hermeticum Templii: La verdadera esencia histórica de los Templarios, narrada a través de los cuentos del Grial”. Abacus. Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: febrero 2013. El Temple antes del Temple (2/3). ISSN 1989-8800. www.baucan.org www.CorpusHermeticumTemplii.pdf Páginas 6 al 14. “(...) El rescate de reliquias por las monarquías templaria de la corona de Mallorca, Aragón y la casa francesa de Anjou. En el siglo XIII comenzó el interés entre las monarquías templarias europeas por rescatar las reliquias cristológicas, ratificando de esa forma su importancia frente al resto de monarquías de la cristiandad. Se tiene constancia de que el rey de Mallorca Jaime II, había ordenado la construcción de una capilla dedicada a la advocación de la Santa Cruz, que fue finalizada en 1309, y en la cual se veneraron restos de la Vera Cruz y, del cuerpo de María Magdalena (90): “(…) En este panorama destaca, no obstante, un proyecto cuyo alcance es más ideológico que artístico, pero que tiene como horizonte un modelo francés que ya ha tenido incidencia en los dominios del efímero Reino de Mallorca en los años iniciales del siglo XIV. ,os referimos a la Sainte Chapelle de París. La transformación del oratorio del palacio mayor de Barcelona en Santa Capilla, en época de Martín el Humano, no afectó, según veremos, ni a la arquitectura, ni siquiera a la composición del tesoro sagrado que se había ido acumulando. Pero el modelo arquitectónico adoptado en París a mediados del siglo XIII (145), explica las características de la capilla construida en el palacio real de Perpiñán que se da como concluida en 1309 (146). Se trata de un edificio con dos niveles, de los cuales el superior está consagrado a la Santa Cruz, en honor a la reliquia que se veneraba en él, y el inferior a Santa María Magdalena. Aunque la historiografía ha sido algo remisa en este punto, hay que admitir que se trata de la misma idea expresada en el oratorio real parisino erigido para acoger la corona de espinas adquirida al emperador bizantino en 1239 por San Luís de Francia y a la que se sumaron muy poco después (1241) otros vestigios cristológicos igualmente notables. El prestigio de este tesoro entre sus contemporáneos y la suntuosidad del envoltorio arquitectónico creado para él, explican el eco de la receta en Francia, tanto en oratorios nobiliarios como episcopales (147). Entre los últimos, el erigido en ,arbona bajo los auspicios del obispo Pierre de Montbrun hacia 12731276. La fundación parisina organizó la liturgia en torno al tesoro de reliquias, cuya ostentación revestía gran solemnidad. Esta práctica será adoptada fuera de Francia en capillas de similar naturaleza, como la real de Praga y también en la del palacio mayor barcelonés. (...) mata en lo alto en forma de baldaquino. El monumento de Vallcabrere, dada su cronología, parece confirmar que el diseño del expositor de la SainteChapelle pudo divulgarse en ámbito francés, al igual que lo hizo el modelo 17


arquitectónico. Invocamos este hecho por cuanto la descripción que proporciona un inventario de la capilla del palacio real de Mallorca de 1361(150) respecto al emplazamiento del arca de reliquias, parece apuntar una disposición parecida. El hecho es significativo, dados los débitos de la capilla real de Perpiñán con respecto a la Sainte-Chapelle, en lo arquitectónico. En texto del inventario mallorquín en relación al retablo mayor apunta: Item l’altar de Sent Anna, ab son retaule gran pintat e ab I gran cortina blava davant lo dit retaule ab I verga de ferre. Más adelante, al tratar sobre las reliquias de la capilla, hallamos el párrafo que nos interesa: Item alt, damunt lo retaule I cayxa de fust, semblant de monument, dins la qual ha I altra cayxa de cristall, bella, guarnida d’argent esmaltat, ab molta ossa de sants. Item I test de cap de persona, cubert de çendat vermell lo qual es intitulat Praxedis, dins la qual cayxa de fust ha I tros de çendat vermell e I tros de diaspre vermell (…) Item al, detràs lo dit retaule, I custodia d’argent de VIII puntes, qui està sobre homens de coure e es tota de senyals reyals esmaltats e babuins d’argent ab pedres vermelles e blaves e II ymages d’argent a lats de la dita creu, ço es I de Madona Sancta Maria e altra de Sent Joan. La qual custodia fo uberta ab II claus petites d’argent e trobam so que es segueix: Primo I bell reliquiari d’argent daurat e de cristall, ab son peu d’argent, fet ab IIII compasaos e sis migs compassos e esmalts reyals e’l dit peu el canó sta gravat ab I creueta d’argent dalt. En lo reliquiari hi ha diverses reliquies de sants, ço és de Senta Anna, de Senta Maria Magdalena e de Sant Jacme, segons que’s mostren per escriptures dins lo dit cristall. El registro sigue describiendo otros tres relicarios y en las anotaciones posteriores se menciona la cortina de lino pintada con una Crucifixión con la que se cubría el retablo y otras dos, blancas, sujetas a varas de hierro a ambos lados del altar. El dispositivo que se describe es el común a muchos espacios cultuales de época gótica y permitía aislar la mesa en momentos litúrgicos precisos. En cambio, para todo lo referente a la posición de las reliquias en alto, si bien se documenta en Francia, Alemania etc., disponemos de menos datos en ámbito peninsular. Los diversos relicarios enumerados están ubicados por encima del retablo. Recordemos que se trata del contratado por Ferrer Bassa en 1345 que concluye Ramon Destorrent en 1358 (151) y del que restan sólo dos tablas. La principal, con una imagen de la santa Ana titular (Museo de Lisboa) y la que se situaba por encima de ella, que es la posición destinada al Calvario, de ahí el formato triangular de su remate superior (Sociedad Arqueológica Luliana, Palma de Mallorca). El retablo, de acuerdo con el formato usual en la producción de Ferrer Bassa que podemos evocar por medio del de san Marcos que ejecuta su hijo Arnau, ahora en la Seo de Manresa, obligaba a ubicar las reliquias como poco a casi tres metros del suelo. Recordemos que las medidas del mueble son 226 x 250 m. El 18


dispositivo que sirvió de expositor de reliquias, no se describe, pero debía de ser lo bastante amplio para acoger el arca de madera, el torso relicario de Santa Práxedes, además de lo que se identifica como “custodia”. A pesar del apelativo, no creemos que fuera un receptáculo de carácter eucarístico, puesto que guardaba en su interior un relicario con restos de santa Ana, san Jaime y santa Magdalena. Finalmente se enumeran otros dos receptáculos de plata esmaltada con reliquias cristológicas y el brazo de Santa Ana del mismo material que, dado el orden en el que se anotan, debían de acompañar a los precedentes. La colección no puede compararse con la parisina, pero comprendía testimonios de la pasión y muerte de Cristo y vestigios corporales no sólo de la titular de la capilla, santa Ana, sino del patrón de varios miembros de la dinastía mallorquina, el apóstol Jaime; además estaba presente Santa María Magdalena, cuyo culto, al descubrirse su cuerpo en 1279, en época de los Anjou, había alcanzado una notable difusión en Provenza. Desde allí irradió a Cataluña y al Reino de Mallorca (la capilla inferior de Perpiñán le estaba dedicada) y las reliquias fueron sus embajadoras (152). Por último se mostraba a Santa Praxedes, el cuerpo santo por antonomasia de la isla, desde la llegada de sus reliquias antes de 1350 (153). Desconocemos el momento en que el expositor que acabamos de evocar se incorporó a la capilla de Santa Ana, pero puede haberse integrado cuando el tesoro sagrado áulico alcanzó una determinada excelencia y esto es anterior a la conquista del reino por parte de Pedro el Ceremonioso. Por tanto, cuando se incorporó el retablo de Bassa y Destorrents al espacio cultual, el ostensorio ya estaba in situ. Probablemente la capilla de Santa Ana presentaba su altar principal asociado a este dispositivo que destacaba por detrás del altar y que inicialmente pudo estar a menor altura. Esto lleva a presuponer que si hubo retablo, se trató de un mueble con poco desarrollo monumental. Respecto a la apariencia del ostensorio, una noticia de avanzado el siglo XIV permite imaginarlo rematado en su zona superior con un baldaquino. Es la solución adoptada en la Sainte-Chapelle, pero se trata de una fórmula asociada desde antiguo al culto a las reliquias. Por tanto, su coherencia en el contexto cultual se convierte en un argumento a favor de nuestra propuesta, en especial si consideramos otro dato que apunta en esa misma dirección. Las reliquias de la capilla del palacio real estaban iluminadas permanentemente por lámparas (154). ¿De donde pendían? Cuando en época románica hallamos indicaciones de este tipo en relación a los altares, las lámparas cuelgan del baldaquino que los cobija. Presuponer esta solución en este caso no es aventurado ya que, como hemos apuntado, es la misma que adoptó en París en el que consideramos dispositivo homónimo al mallorquín. La capilla de Santa Ana del palacio de la Almudaina tiene una sola nave y en su cabecera adopta la misma 19


disposición que hallamos en la capilla superior del de Perpiñán, donde entre otras reliquias se veneró la Vera Cruz de la que toma su advocación. ,o es descabellado proponer la existencia de una estructura similar para su mise en scène, por detrás de la cual se proyecta, en ambos casos una soberbia vidriera gótica (¿otra cita parisina?). (…)”. “(…) (90). ESPAÑOL BERTRÁ,, Francesca. “Artistas y obras entre la Corona de Aragón y el reino de Francia”. www.Espanol_AragonFrancia.pdf Páginas 275-278. Culto a la Santa Cruz y a la Santa Magdalena en el palacio real de Perpignan. Año 1309. Jaime II. Página 275. Cita (145). “(…) I. HACKER-SÜCK, «La Sainte-Chapelle de Paris et les chapelles palatines du Moyen Age en France», Cahiers Archéologiques, XIII, 1992, pp. 217257 (…)”. Página 275. Cita (146). “(…) M. DURLIAT, L’art al Regne de Mallorca, Palma de Mallorca, 1964, p. 166 (…)”. Página 276. Cita (147). “(…) CL. BILLOT, «Les Saintes-Chapelles, approche comparée de fondations dynastiques», Revue d’Histoire de l’Eglise de France, LXXIII, 1987, pp. 229-248 (…)”. Página 277. Cita (150). “(…) G. LLOMPART, “Inventarios de templos y particularidades del culto en la ciudad gótica de Mallorca”, Estudios Lulianos, 26, 1986, pp. 253-268, esp. p. 263 (…)”. Página 277.Cita (151). “(…) El retablo llegó a Mallorca desde Barcelona en 1358 (Cf. G. LLOMPART, La pintura medieval…, IV, p. 62, doc. 90) (…)”. Página 278. Cita (152). “(…) Véase la nota 7 (…)”. Página 278. Cita (153). “(…) G. LLOMPART, J. MU,TA,ER, “El patronazgo de Santa Práxedes sobre el reino de Mallorca”, Analecta Sacra Tarraconensia, XLI, 1968, pp. 279-297. Página 278. Cita (154). “(…) G. LLOMPART, La Pintura medieval…, vol. IV, p. 72, doc. 120. En 1372 se doraron las cuatro lámparas que quemaban ante las reliquias, de las cuales dos estaban encendidas permanentemente. En 1388 se añadió una más (Ibidem, p. 91, doc. 148) (…)”. (7). BRACONS I CLAPÉS & GURRI I SERRA, Francesc. “Rutas del Gótico”. Barcelona. Generalitat de Catalunya / Departament d´Innovació / Universitats i Empresa. 2008. www.doc_28837125_1.pdf Página 12. De Barcelona al Solsonés por el valle del Llobregat y regreso por los altiplanos centrales hasta Anoia y el Penedés Aota biográfica de los artistas más destacados del arte gótico. “(…) Bassa, Ferrer (s. XIV). Pintor y miniaturista activo en Barcelona, donde tenía el taller en la calle de la Cucurulla. Trabajó al servicio de Pedro III el Ceremonioso y, así, decoró las capillas de los palacios reales de Barcelona, Zaragoza, Lleida, Mallorca y Perpiñán. Su gran obra son las pinturas de la celda de Sant Miquel, en el monasterio de Pedralbes (1343-46), que ponen de manifiesto un conocimiento directo de la pintura italiana y donde sintetiza el estilo de los grandes maestros sieneses y florentinos. Con él se produce el estallido de italianismo en la pintura gótica catalana. Colaboró con él su hijo (…)”.ROVIRA I MATA, Carolina. “Memoria d´excavació de la Capella 20


Reial de Santa Àgata”. Barcelona. Generalitat de Catalunya. Departament de Cultura i Mitjans de Comunicació. Direcció General de Patrimoni Cultural. Servei d´Arqueología i Paleontología. Biblioteca del Patrimoni Cultural. Novembre 1990/Gener 1991. www.qmem244_web.pedf Página 12. RIU I BARRERA, Eduard. (Barcelona. 8 de maig de 1989). Fases constructivas: siglos XIV-XIX. “(..) La fàbrica de la capella gòtica data de l´inici del s. XIV i la seva construcció fou una iniciativa promoguda pel rei Jaume II. La primera operació coneguda en l´execució del projecte d´una nova capella reial correspon l´obtenció de l´ espai adient per a bastir-la. Lópció escollida fou l´aprofitament de l´espai edificable que proporcionava la part alta de l´antiga muralla romano-comtal, en el segment que correspon a la plaça del Rei. Com que el comte-rei disposava en aquest lloc només fins a la torre 14, s´adquirí la inmediata inferior, coneguda com la de ,a Palau, operació mitjançant la qual es podia desposar de tres torres (13, 14 y 15) amb els dos llenços intermedis. Així, aquest sector que fins aquell moment havia estat independent de l´estructura del propi palau i amb la propietat compartida, passava definitivament a englobar-se dins delconjunt dùlic. Si la compra es va realitzar l´any 1302, sembla que el replanteig de l´obra i els començaments dels treballs de construcció es van fer de manera imnedita, sota la direcció del mestre Bertran de Riquer. Aquest personatge fou mestre d´obres de la cort fins a la segona dècada del s. XIV; encarregat de les reformes del Palau Reial Major Barcelona, va intervenir també en el pantó reial del monestir de Santes Creus. Se sap que quatre anys despès de l´adquisició de la torre ja s´havien coronat els murs perimetrals, es treballava en els arcs i es tractava sobre l´edificació del campanar. Dels senyals heràldics esculpits en relleu a l´absis, i corresponents al rei i a la seva muller Blanca d´Anjou, morta l´any 1310, es pot / (Página 13) deduir que l´obra d´aquest sector s´enllestí els últims anys de lo primera dècada del segle. Sembla ser que pels volts de 1311 s´hi va començar a celebrar culte, però fins l´any 1317 no es troba cap noticia concreta de l´altar major, que en aquesta data era dedicat a la Verge Maria. També es té constància que abans de finalitzar el regnat de Jaume II, la mort del qual ocorregué el 1327, la construcció del campanar estava molt avançada, tot i que hi havia divergències sobre la traça i l´alçada del seu coronament. També amb anterioritat, a la fi del regnat d´aquest monarca, es contractaren les vidrieres i els senys del cloquer i es varen prendre altres disposiciones per a dotar de mobiliari la capella. Durant els anys de regnat de Pere III el Ceremoniós (1338-1387), es va continuar treballant en l´obra i la decoració de la capella. El pintor Ferrer Bassa realitzà en 1344 un retaule dedicat a Jesús i la Verge. Estava per l´altar major i actualment és perdut. 21


Per aquestes dates es van reformar l´altar central i s´instal.là una mesa de pedra. També en aquest mateix període s´inicià el creixement lateral de l´edifici, arran de la insuficiencia de l´espai, per tal de situar-hi noves capelles. Així, es bastí un cos annex en el braç del crecer al costat de l´evangeli, volat a l´exterior i sostingut per dos macizos peus / (página 14) drets, coneguts com la capella de la Reina, i que possiblement correspongui a la també anomenada de Sant Jicolau. En el seu interior presenta, esculpits en relleu, els escuts de les reines esposes de Pere III, Maria de Javarra (1338-1347), i els del rei i de sant Jordi, indici que fou seu de l´ordre de cavalleria dedicada a aquest sant. Aquests escuts permeten situar aproximadament la cronología de la seva edificació en el tercer quart del segle XIV, datació que ho confirma el testimoni de la intervenció de l´escultor Jaume Cascalls l´any 1352. La capella situada enfront del portal d´accès, anomenada de sant Bartomeu, va ser remodelada sota el regnat de Martí I, i així presenta esculpits en els capitells de l´arcada d´entrada els escuts del monarca i de la seva muller, Maria de Luna (1396-1407). Temps més tard, en una data imprecisa, en aquest àmbit s´hi va ubicar la pica baptismal i es tancà amb una reixa. Durant l´efímer regnat de Pere el Constable de Portugal (14641466) aquest va emprendre importants obres d´embelliment a tot el Palau. Pel que fa a la capella, va encarregar al pintor Jaume Huguet un nou retaule que fou enllestit cap el 1465 i que encara avui presideix l´altar major. Els monarques catalana-aragonesos promogueren diverses iniciatives per tal d´aconseguir un alt grau d´autonomia de la capella respecte de la jerarquia eclesiàstica. Primer s´intentò / (Página 15) vincular-la a l´ordre del Cister; durant el regnat de Martí I es proposà d´establir-hi un convent de celestins (vers 1408), i finalment, el rei Alfons el Magnànim confió el seu servei religiós a l´ordre de la Mercè (1423). Els mercedaris s´ocuparen de la capella fins l´any 1820, quan arran de les mesures d´exclaustració dictades pel govern liberal fou tancada al culte. El temple, que en origen estava dedicat a Santa María, ha canviat nombroses vegades la seva advocació al llarg dels temps, fins que per una butlla del papa Climent VIII (1601) adoptò com a titular a Santa Agata, tal y com encara es manté,degut a l´especial veneració que havien assolit les seves relíquies que s´hi custodiaven (...)”. Página 4. Barcelona. Ferrer Bassa. “(…) Pedralbes (Pl. del Monestir). Monasterio de Santa Maria de Pedralbes de monjas clarisas, fundado en 1326 por la reina Elisenda de Montcada, tercera esposa de Jaime II, y que ha mantenido a través del tiempo la vida comunitaria. La construcción de la iglesia, claustro y dependencias avanzó rápidamente y de ahí la gran unidad de estilo del 22


conjunto, que es uno de los mejores ejemplos del momento de auge de la arquitectura gótica catalana en tiempos de Jaime II. La iglesia es de una sola nave, con capillas entre los contrafuertes y cabecera poligonal, y muestra una gran simplicidad de líneas. En el presbiterio, a la derecha del altar mayor, se halla el sepulcro de Elisenda de Montcada (que al enviudar se retiró al monasterio) con los símbolos reales; este sepulcro, magnífica pieza escultórica, tiene otra cara queda al claustro, casi idéntica pero con la imagen yacente vestida con hábito monacal. El claustro es un recinto de grandes dimensiones; las columnas y capiteles de los dos primeros pisos de arcadas son obra de los talleres gerundenses especializados. La sala capitular forma un edificio independiente que fue construido en 1416 por Guillem Abiell. También se abre al claustro la capilla de Sant Miquel, pequeña celda u oratorio decorado con pinturas de Ferrer Bassa (1343-46), en estilo italianizante, que constituye un refinadísimo espacio de gran belleza y ambiente también italiano. El recinto del monasterio está rodeado de murallas. Abierto al público con motivo de la instalación provisional de una muestra de la colección Thyssen-Bornemisza (hoy en el M,AC), actualmente todo el monasterio es un museo (…)”.Página 24. De Girona a las tierras del Empordà por el valle del Fluvià. Museo Episcopal de Vic: Arnau y Ferrer Bassa. Jaume Ferrer II. “(…) Museo Episcopal (MEV). Las piezas más representativas de la sección de escultura gótica son el retablo de Sant Joan de les Abadesses (obra de Bernat Saulet, 1341) y la Mare de Déu de Boixadors (s. XIV). Los fondos de pintura contienen obras de los grandes maestros del gótico catalán: Arnau y Ferrer Bassa (retablo de Sant Bernat), Pere Serra, el maestro de Rubió, Lluís Borrassà (retablo de Santa Clara), Ramon de Mur (retablo de Guimerà), Jaume Cabrera (la Virgen con ángeles músicos), Bernat Martorell (retablo de Santa Eulalia i Sant Joan), Jaume Ferrer II (retablo de Verdú), Jaume Huguet (retablo de la Epifanía), y un largo etcétera. La sección de artes decorativas también merece una visita atenta (…)”.SERRA DESFILIS, Amadeo. “La historia de la dinastía en imágenes: Martín el Humano y el rollo genealógico de la Corona de Aragón”. Departamento de Historia del Arte-Universidad de Valencia. LOCVS AMENVS 6, 2002-2003. Páginas 57-74. www.23409.pdf Página 58. “(…) El objeto en cuestión se identifica con el rollo de pergamino conservado hoy en la Biblioteca del Monasterio de Poblet, en el que efectivamente aparecen las figuras de todos los condes de Barcelona y de los reyes de Aragón hasta el propio Martín I y su hijo, Martín el Joven, rey de Sicilia y primogénito de la Corona de Aragón. Esta última circunstancia demuestra que la obra se había realizado antes de la muerte del heredero –acaecida el 25 de julio de 1409- (…)”. Página 58 y 59. La continuidad dinástica. “(…) Siendo la continuidad dinástica el soporte principal de la unidad territorial de la Corona de Aragón, no es 23


sorprendente que el mecenazgo real atendiera a la exaltación de la herencia legítima y venerase a los antecesores del monarca reinante. En la Corona de Aragón la realeza no podía reivindicar un origen sagrado ni remontarse a unos antepasados legendarios (los reyes de Troya de los Capetos, el mítico Bruce o Arturo de los monarcas ingleses), por más que lo intentara a través de genealogías míticas, que entroncaban con los carolingios o de la evocación de la investidura / (Página 59) feudal de Wifredo el Velloso. Los monarcas parecen haberse visto abocados a forjar su propia leyenda con sus gestas y sobre todo con las crónicas que conservaron la memoria de aquéllas. Las cuatro grandes crónicas de Jaime I, Desclot, Muntaner y Pedro IV actuaron, así, como una suerte de «evangelios laicos» de la monarquía. Los autores de estos textos, reconocidos o no, aparecen en todo caso vinculados a la corte y a los propios monarcas, aunque fuera a través del papel de mentores que éstos desempeñaron. En un nivel de mayor exaltación, los símbolos de la monarquía se remiten en ocasiones a un sentido mesiánico que robustece la autoridad de los reyes de Aragón, tanto frente a sus adversarios como ante sus súbditos (4). El culto a determinados santos protectores de la dinastía y del reino, como san Jorge, y la posesión de reliquias famosas, así como el ceremonial centrado en ellas, lograron en fin envolver a los monarcas de la Corona de Aragón en un aura de sacralización al final de la edad media (5). Aunque el primer impulso lo había dado Jaime II el Justo (1291-1327) (6), es la potente figura de Pedro IV el Ceremonioso (1336-1387) la que con más decisión confiere un riguroso sentido dinástico a sus empresas artísticas. Superando los obstáculos derivados de una situación financiera a menudo precaria, el monarca conseguirá ejercer una influencia poderosa sobre algunos de los mejores artistas de su tiempo (Aloi de Montbrai, Jaume Cascalls, Pere Moragues, Ferrer y Arnau Bassa) y patrocinará grandes construcciones religiosas y civiles en sus reinos (7). Entre todas sus iniciativas destacan aquéllas en las que se reforzaba la unidad de la Corona y la continuidad de la estirpe de los condes reyes. A las tumbas reales de Santes Creus sucedió el nuevo panteón dinástico en la iglesia del monasterio de Poblet (8). Desde 1340 el Ceremonioso manifiesta su deseo de ornar la sala principal del palacio real mayor de Barcelona, el Tinell, con las imágenes en bulto redondo de sus antepasados; durante más de treinta años el monarca continuará este proyecto con la misma tenacidad que empleó en la creación del panteón real de Poblet (9). Uno de los principales atributos de la realeza, la espada de las coronaciones, se guardaba en una vaina con las efigies de los antecesores del Ceremonioso en plaquetas de esmalte, que debía ejecutar el orfebre Pere Bernés en 1360 (10). El mismo monarca quiso tener a su servicio artistas capaces de retratarle y definir su imagen pública ante sus súbditos, ya como donante, ya en representaciones mayestáticas (11). En la 24


vertiente literaria, el fomento de la redacción y la copia de importantes obras históricas expresa una voluntad semejante de recuperar el pasado y la tradición de la dinastía, de la que se siente digno continuador en su propia Crònica. La versión que se ofrece en ésta de los acontecimientos del reinado y sobre todo de la victoria sobre los enemigos del rey está manipulada al servicio del poder crecido del Ceremonioso y del prestigio de la monarquía como institución (12). Las Ordinacions de la Casa Reial d’Aragó (1344) reorganizaron la cancillería y la corte, pero sobre todo fijaron un ceremonial y un código de exaltación simbólica del poder monárquico (13). El tono de la vida de la casa real, allá donde ésta se encontrase, debía servir a la puesta en escena de la majestad del príncipe. De esta manera fue cobrando forma una imagen definida de la realeza, que se extendería a la dinastía entera y a su glorioso pasado, al que Pedro IV el Ceremonioso prestó particular atención compilando crónicas, organizando un archivo real y, en definitiva, construyendo la memoria propia y la de sus antecesores en el trono (…)”. Página 59. Cita (4). “(…) M. Aurell, «Messianisme royal de la Couronne d’Aragon (14e-15e siècles)», Annales. Histoire, Sciences Sociales, LII/1, 1997, p. 119-155 (…)”. Página 59. Cita (5). “(…) A. Torra Pérez, «Reyes, santos y reliquias. Aspectos de la sacralidad de la monarquía catalana aragonesa», XV Congreso de Historia de la Corona de Aragón (Jaca, 1993), tomo I, vol. 3, Jaca, 1996, p. 495-517 (…)”. Página 59. Cita (6). “(…) Sobre el mecenazgo de Jaime II y sus proyectos para aumentar la reputación de la dinastía y la magnificencia del monarca, véase F. Español i Bertran, «Clientes y promotores en el gótico catalán», Cataluña Medieval (catálogo de la exposición), Barcelona, 1992, p. 217-231, en especial p. 218-220 (…)”. Página 59. Cita (7). “(…) Un panorama sobre la influencia de los monarcas de la Corona de Aragón en la producción artística del período lo ofrece J. Yarza Luaces, «Clientes y promotores en el marco del gótico catalán», Cathalonia. Arte gótico en los siglos XIV y XV (catálogo de la exposición), Madrid, 1997, p. 47-55, en particular p. 47-50. Véase ahora F. Español i Bertran, Els escenaris del rei. Art i monarquia a la Corona d’Aragó, Terrassa, 2001 (…)”. Página 59. Cita (8). “(…) El alcance de los programas artísticos de afirmación dinástica de Pedro IV ha sido estudiado por F. P. Verrié, «La política artística de Pere el Cerimoniós», y J. Bracons i Clapés, «Operibus monumentorum quae fieri facere ordinamus. L’escultura al servei de Pere el Cerimoniós», Pere el Cerimoniós i la seva sièpoca, Barcelona, 1989, p. 177- 192 y 209-243, respectivamente (…)”. Página 59. Cita (9). “(…) En 1350 Pedro IV ordenaba que le fueran enviadas por mar desde Gerona las diecinueve efigies de reyes y condes esculpidas por el maestro Aloi: «regum et comitum efigies sive statuas lapideas sculptas et operatas Gerunde et in villa de Belda per fidelem nostrum magistrum Eloy». A. Rubió i Lluch, 25


Documents per l’historia de la cultura catalana mig-eval, vol. I, Barcelona, 1908, p. 153. Documento CL, 17.VII.1350 (…)”. Página 59. Cita (10). “(…) «[...] en special volem que en la behina a de fora haia de l un cap al altre .XIX. esmalts qui sien en manera fets que en cascu puxa esser feta una figura de rey o de comte, car nos en los dits esmalts volem fer fer les figures dels reys d Arago e comtes de Barchinona passats e la nostra». Véase A. Rubió i Lluch, Documents..., op. cit., vol. I, 1908, p. 191192, documento CXCIII, 28.II.1360. El número total de diecinueve esmaltes corresponde a los once condes de Barcelona (Wifredo I, Wifredo II, Mirón, Senifredo, Borrell, Ramón Borrell, Berenguer Ramón I, Ramón Berenguer I, Ramón Berenguer II, Ramón Berenguer III y Ramón Berenguer IV), más los ocho condes reyes, incluido Pedro el Ceremonioso (Alfonso II el Casto, Pedro II el Católico, Jaime I el Conquistador, Pedro III el Grande, Alfonso III el Liberal, Jaime II el Justo, Alfonso IV el Benigno y él mismo). Al respecto, téngase en cuenta lo observado por E. Tormo, Las viejas series icónicas..., op. cit., 1916, p. 53-56 (…)” Página 59. Cita (11). “(…) M. Falomir Faus, «Sobre los orígenes del retrato y la aparición del “pintor de corte” en la España bajomedieval», Boletín de Arte, 17, 1996, p. 177-195, en particular, p. 187-191 (…)”. Página 59. Cita (12). “(…) A. G. Hauf, «Més sobre la intencionalitat dels textos historiogràfics catalans medievals», Medieval and Renaissance Studies in Honour of Robert Brian Tate, ed. de I. Michael y R. A. Cardwell, Oxford, 1986, p. 47- 61, en especial, p. 53-56. Véase también J. ,. Hillgarth, «La personalitat política i cultural de Pere III a través de la seva Crònica», Llengua i Literatura, 5, 1992-1993, p. 7-101 (…)”. Página 59. Cita (13). “(…) Una edición disponible se debe a P. de Bofarull, «Gobierno y Casa Real de los Monarcas de Aragón», Colección de Documentos Inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón, Barcelona, 1850 (…)”. (8). BRACONS I CLAPÉS & GURRI I SERRA, Francesc. “Rutas del Gótico”. Barcelona. Generalitat de Catalunya / Departament d´Innovació / Universitats i Empresa. 2008. www.doc_28837125_1.pdf Página 12. De Barcelona al Solsonés por el valle del Llobregat y regreso por los altiplanos centrales hasta Anoia y el Penedés Aota biográfica de los artistas más destacados del arte gótico. “(…) Arnau Bassa, fallecido probablemente a causa de la Peste ,egra (1349), cuyas obras mantienen el acentuado italianismo de las de su padre. Se las puede hallar en Manresa y en los museos de Barcelona o Vic, así como en los de Cambridge, Baltimore y ,ueva York, en los EEUU (…)”. BRACONS I CLAPÉS & GURRI I SERRA, Francesc. “Rutas del Gótico”. Barcelona. Generalitat de Catalunya / Departament d´Innovació / Universitats i Empresa. 2008. www.doc_28837125_1.pdf Página 24. De Girona a las tierras del Empordà por el valle del Fluvià. Museo Episcopal de Vic: Arnau y Ferrer Bassa. Jaume Ferrer II. “(…) Museo Episcopal (MEV). Las 26


piezas más representativas de la sección de escultura gótica son el retablo de Sant Joan de les Abadesses (obra de Bernat Saulet, 1341) y la Mare de Déu de Boixadors (s. XIV). Los fondos de pintura contienen obras de los grandes maestros del gótico catalán: Arnau y Ferrer Bassa (retablo de Sant Bernat), Pere Serra, el maestro de Rubió, Lluís Borrassà (retablo de Santa Clara), Ramon de Mur (retablo de Guimerà), Jaume Cabrera (la Virgen con ángeles músicos), Bernat Martorell (retablo de Santa Eulalia i Sant Joan), Jaume Ferrer II (retablo de Verdú), Jaume Huguet (retablo de la Epifanía), y un largo etcétera. La sección de artes decorativas también merece una visita atenta (…)”. (9). BRACONS I CLAPÉS & GURRI I SERRA, Francesc. “Rutas del Gótico”. Barcelona. Generalitat de Catalunya / Departament d´Innovació / Universitats i Empresa. 2008. www.doc_28837125_1.pdf Página 12. De Barcelona al Solsonés por el valle del Llobregat y regreso por los altiplanos centrales hasta Anoia y el Penedés Aota biográfica de los artistas más destacados del arte gótico. “(…) Cascalls, Jaume (s. XIV). Escultor y maestro de obras en Berga. La primera obra que se le conoce es el retablo de Cornellà de Conflent (1345), en el Rosellón. Estuvo casado con la hija del pintor Ferrer Bassa y asociado con el maestro Aloi, con quien comenzó la obra de las tumbas reales de Poblet por orden de Pedro III el Ceremonioso (1349), de las que realizó la parte más importante. Alternó este trabajo con la dirección de las obras del claustro y el campanario de la Seu Vella de Lleida (desde 1360), ciudad donde dejó una fuerte huella. Se le considera la figura principal de la escuela catalana de escultura gótica configurada a partir de mediados del s. XIV (…)”. (10). Pedro IV “El Ceremonioso”, hijo de Jaime II el Justo y Blanca de Anjou (1336-1387). Casado con María de Navarra (1338-1347). ). MORGAN, Nigel & ALCOY, Rosa & REINHART, Klaus. “Salterio Glosado anglo-catalán”. Libro de estudio. Bibliothèque nationale de France, París. ISBN: 978-84-96400-06-1. www.moleiro.com Sin paginar. F. 111r, salmo 65 Los de toda la tierra, haced fiesta a Dios. “(…) Para ilustrar el salmo 65 definido como salmo de la resurrección (v.1) se han organizado cuatro escenas de dimensiones casi idénticas. Tres de ellas se refieren a la historia de Job. En la primera, arriba, son degollados diversos carneros y un becerro sobre un recipiente circular en que se recoge su sangre. El sacrificio de acción de gracias tiene lugar en un interior donde también se representa el altar y el tabernáculo, ante los cuales un anciano sacerdote ofrece un cordero a Dios (v.1, Jubilate Deo omnis terra// O los de toda la tierra, haced fiesta a Dios). Uno de los oficiantes que ha concluido su tarea, mira en dirección al altar. En la parte inferior se muestra la vida feliz de Job, sentado con su esposa y sus siete hijos -tres son niñas- que contemplan la hacienda, representación completa de las bestias que este poseía y que comparte con su Dios. Un 27


poco más lejos dos sirvientes, que parecen tomados de un anuncio a los pastores, cierran la escena bucólica, significativa de la buena posición del fiel protagonista (Job, 1, 1-4). El texto alude a los sacrificios que Job como hombre justo y recto realizaba periódicamente, en previsión de los pecados que sus hijos hubiesen podido cometer. De este modo se explica también la escena precedente (v.15, Holocausta medullata offeram tibi cum incenso arietum: offeram tibi boves cum hircis// Te ofreceré holocaustos medulosos con sahumerio de carneros: te cumpliré mis votos). La historia de Job no es tratada en el comentario que san Jerónimo dedica al salmo 65, pero sí en el que dedica al siguiente (S.E. Hieronimus, Breviarium..., 1072). Los episodios del margen derecho se refieren a la salvación de las almas por intercesión de Cristo. La mujer adúltera es llevada a su presencia por escribas y fariseos, pero Jesús evita que sea lapidada exhortándolos a que aquél que se encuentre libre de pecado sea el que tire la primera piedra (Juan, 8, 1-11). Sorprende en la miniatura el espacio concedido a los ángeles. Un alado recoge en un lienzo blanco un grupo de almas desnudas que son esperadas en el cielo por una multitud de ángeles, que se abocan con distintas actitudes a una obertura ovalada para dar la bienvenida a los espíritus que Jesús ha perdonado. Ella no es lapidada y quizás tampoco sea sacrificado el cordero en manos del anciano en la primera escena de la izquierda. En la zona inferior el episodio retorna sobre Job, cuando este sufre las pruebas que la divinidad le envía, truncando su antigua felicidad. Satán hiere a Job con una úlcera maligna que este acepta de modo resignado (Job, 2, 7-8). Tres de sus amigos llegan en su ayuda informados de las muchas desgracias que lo aquejan, y no pudiendo reconocerlo, debido a su nuevo estado, muestran sorpresa y estupefacción (Job, 2, 11). Al lado de Job semidesnudo, el diablo intenta doblegar su bondad para enemistarlo con su Dios, pero es bien sabido que no conseguirá su fin. El salmo alude a la resurrección y a la gratitud al ser divino después de los instantes difíciles o de un itinerario peligroso. Job y la mujer adúltera ejemplifican las calamidades de todo tipo que afectan a los seres elegidos, antes de que su comportamiento y la superación de las pruebas divinas pueda conducirlos a la gloria (v.11, Induxisti non in laqueum, posuisti tribulationes in dorso notro:// ,os llevaste a lazo, echaste tribulaciones sobre nuestra espalda:, y v.12, ...Transivimus per ignem et quam: et eduxisti nos in refrigerium// ...Pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a refrigerio). En este proceso la misericordia divina juega un papel esencial que implica el perdón concedido tanto al pecador (mujer adúltera) como al justo (Job). La inicial de “Jubilate” incorpora una espléndida figura humana adaptada a la “J”. Ferrer Bassa da cuerpo al busto del personaje detallando sobre todo su rostro barbado para fundir el resto del cuerpo bajo un singular manto azul que llegará a suplirlo. De este modo el pintor recubre las manos con la tela recordando antiguas 28


tradiciones bizantinas, pero va más allá para hacer desaparecer parte del cuerpo, suplido por el arabesco y meandros que define el manto de forro rosa en la zona inferior. Otros ejemplos de este proceder se hallarán más tarde en obras relacionadas con el taller de los Bassa, como el Libro de Horas de María de Javarra y el Libro Verde de Barcelona. Justamente en el reverso del folio 112 descubrimos en el comentario al salmo una pequeña inicial “d” cuyo interior ha sido aprovechado para pintar un rostro anaranjado, pariente directo de aquellos que se multiplicaron más tarde en el oracional de María de Javarra. El tratamiento pictórico de esta cara que parece mirar el texto responde al estilo característico de Ferrer Bassa, reflejado también en el códice de la reina. Se trata de un precedente de los grandes rostros lunares que, en el célebre manuscrito de Venecia, ya con carnaciones humanizadas y múltiples variantes, atribuimos principalmente al Maestro de Baltimore (…)”.F. 150v, salmo 83 Bendijiste, Señor, a tu tierra. “(…) El versículo 3 del salmo 84, que se refiere a la redención de los pecados de Israel y a la malicia de los hombres (v.3, Remisisti iniquitatem plebis tuae: operuisti omnia peccata eorum.// Remitiste la maldad de tu pueblo: cubriste todos los pecados de ellos.), es el que mejor se adapta a la selección de imágenes dispuestas en los dos registros de esta miniatura, aunque la idea se reitere más adelante incidiendo sobre el castigo recibido por los primeros hombres (v. 6, ,unquid in aeternum irasceris nobis? Aut extendes iram tuam a generatione in generationem?// ¿Por ventura estarás siempre enojado con nosotros? ¿O extenderás tu ira de generación en generación?). En consecuencia, el registro superior nos muestra la expulsión de Adán y Eva del Paraíso, amenazados por un ángel con nimbo verde que sustenta una espada de fuego, convertida en espada rojiza. El pecado de los primeros padres tiene así sus consecuencias. Vemos los límites arquitectónicos de un paraíso que se define como jardín donde el crecimiento de la viña no hallará obstáculo. Los árboles crecen también en este lugar idílico que se opone al desierto o a las tierras áridas que generalmente describen las imágenes. La solución muestra puntos de contacto con la parte inglesa, donde también ha sido representado el tema (folio 1). A diferencia del taller inglés, que cubre los sexos de Adán y Eva con sendas hojas de difícil identificación, el catalán viste con túnica talar tanto a Adán, portador ahora de la azada o azadón, como a Eva, directamente convertida en hilandera. Pasado el tiempo y revestidos de hábitos distintos, veremos a los primeros habitantes de la Tierra realizando sus labores. Han intercambiado los colores de sus vestidos. Adán cava la tierra ya con túnica corta y Eva hila al tiempo que, situada sobre una roca, cuida de sus dos hijos, Caín y Abel. Este último reposa sobre su regazo, envuelto todavía en los vendajes que impedían el movimiento de los niños menores, mientras que su hermano mayor muestra sus celos, dando inicio a la 29


discordia entre los hombres. Ferrer Bassa acomoda al 1300 la visión de los hechos que el taller insular reprodujo en el folio 1. De este modo la condena al trabajo y la presencia de los descendientes refrenda la relación entre ambas partes del libro y la atención puesta por Ferrer Bassa en la obra de sus predecesores. Los nexos son muy sugerentes, sobre todo si tenemos en cuenta otras representaciones del tema que, en el ámbito de la Corona catalano-aragonesa, obligan a citar de nuevo, entre otras obras, los murales aragoneses de Santa María de Sijena (MJAC, Barcelona). El registro inferior, dedicado a la Anunciación, supone la obertura del camino cerrado anteriormente, la redención después de la caída (v.7, Deus tu conversus vivificavis nos...// O Dios, tú volverás a darnos la vida...; v.8, Ostende nobis Domine misericordiam tuam: et salutare tuum nobis// Muéstranos Señor, tu misericordia: y danos tu salud). Se estructura así la vieja correspondencia entre Eva y María que ya ha sido advertida en el folio 109v. La Virgen, convertida en eje de la Encarnación y de la salvación del hombre, restituye a la humanidad la dignidad perdida, gracias a la semilla que dará fruto en la Tierra y que se identifica con Cristo (v. 10-14, en especial sobre la Encarnación v. 10 Verumtamen prope timentes eum salutare ipsius: ut inhabitet gloria in terra nostra// Ciertamente la salud de él está cerca de los que le temen: para que habite la gloria en nuestra tierra), que bendice en la inicial “B” (“Benedixisti”) contigua a la miniatura principal. La bendición de Cristo, con orientación similar a la del ángel, se suma al saludo de este. La escena de Ferrer Bassa renueva el tema bajo distintos puntos de vista. Incluye un ángel dinámico de manto naranja que parece acabado de llegar a tierra. La terraza que se abre en el edificio de la izquierda, situado a sus espaldas, sugiere su paso y descenso al lugar donde se encuentra ahora, habida cuenta de que las puertas de madera de la vivienda que dan acceso al patio interior se hallan cerradas a cal y canto. Una vez en el espacio intermedio, el embajador celeste ofrece los lirios a la Virgen, al tiempo que le dirige la palabra. Entre ella y el ángel se interpone un gran libro con texto fingido que se sitúa sobre un pequeño mueble completamente recubierto de tela bordada. María, arrodillada y tensa dentro de la casa, accede a recibir, y lo hace con las manos abiertas, a un Espíritu Santo muy aerodinámico, que vemos ya frente a su rostro. En la misma casa, pero en otra estancia, se encuentra san José, aludido alguna vez como guardián de la Anunciación. Su presencia en el tema en época gótica es muy rara. Sin embargo, los tiempos del románico ofrecen numerosos ejemplos de este proceder, que en Cataluña tuvo un éxito notable. La resolución de la escena nos devuelve así a los tiempos anteriores al 1200 y resulta muy singular, aunque puede ser debidamente comparada con otras a las que sin duda dio lugar. Pese a las semejanzas con la Anunciación de Arnau Bassa en el Libro de Horas de María de Javarra, la de Ferrer tiene una 30


significación plástica única. Su planteamiento gráfico es más austero y conceptual que el de su hijo, siempre más preocupado por aspectos decorativos y por una emotividad dulce y morosa que por la verosimilitud de las situaciones espaciales que interesaron a su padre (…)”. F. 173r, salmo 97 Cantad al Señor, cántico nuevo: porque hizo maravillas. “(…) La exaltación de la divinidad salvadora (v. 4 Jubilate Deo omnis terra: cantate, et exultate, et psallite // Cantad alegres a Dios toda la tierra: cantad, y saltad de gozo, y tañed salmos), justifica la elección de dos imágenes teofánicas que resuelven el espacio que se dejó libre en la zona inferior del folio. La primera ensalza la figura de la Virgen como madre del Salvador enviado por Dios (v. 2, ,otum fecit Dominus salutare suum // El Señor manifestó su Salvador; v. 3, Viderunt omnes termini terrea salutare Dei nostri // Vieron todos los términos de la tierra al Salvador del Dios nuestro). Para ello, introduce un tipo novedoso en la pintura gótica catalana, que combina el nuevo modelo de la Virgen de la Humildad con el de la antigua Virgen de la Leche. El prototipo de estas vírgenes, sentadas normalmente sobre cojines emplazados en el suelo, que dan el pecho a Jesús, debió de crearse en Italia para llegar a Cataluña en los años treinta del siglo XIV, pese a que durante mucho tiempo se pensó que el modelo podía nacer con la intervención de Simone Martini en ,otre-Dame-desDoms en Aviñón, y que no habría llegado a la pintura catalana hasta la segunda mitad de la centuria. En realidad, la miniatura del Salterio AngloCatalán puede entenderse como una versión de las primeras representaciones catalanas del tema llevado a las tablas. Los cojines que se convirtieron en tópico que daba asiento a María son sustituidos aquí por las nubes grisáceas. Por detrás de ellas seis figuras de ángeles orantes remiten también a la organización característica del tipo de la Virgen de la Humildad en las pinturas de retablos, ya que los alados no suelen faltar en ellas. En la zona inferior se abre un gran espacio vacío. Este favorece la concentración de la atención en el abrazo de la Madre y el Hijo que, envuelto en tela anaranjada, succiona su pecho mientras un grupo de ancianos a la izquierda y un grupo de adolescentes a la derecha tocan instrumentos musicales a mayor gloria de ambos. La existencia de estos dos planos sugiere una ascensión y asunción combinadas, ya que se trata de la elevación de la Virgen con el ,iño en brazos, una situación atípica que resulta por ello especialmente interesante. Los ancianos músicos recuerdan a alguna de las orquestas de David, músico principal que prefigura a Cristo, mientras que el grupo de jóvenes obliga a volver sobre lo que ya hemos comentado para el f. 166r. La Virgen de la Leche entronizada del Libro de Horas de María de Javarra (f. 15v) que, pese a no responder al tipo de la Humildad, cabe comparar a la del presente folio, es obra de Arnau Bassa. Es lícito sopesar la posibilidad de una colaboración del hijo en estas miniaturas finales del libro, que quizás 31


responderían a sus primeros pasos en el terreno de la miniatura. Sin embargo, la personalidad del padre se habría impuesto aquí todavía de forma muy clara sobre él y sobre otros posibles ayudantes, incidiendo tanto en aspectos relacionados con el dibujo, como en otros relativos a la composición y a los acabados. En el segundo compartimento de esta ilustración, concebida a manera de díptico, Cristo muestra sus llagas, gracias a la estratégica disposición del manto rosa y verde con que cubre parcialmente su cuerpo. Se sitúa como el juez sobre una mandorla que parece haber comprimido la circularidad celeste para adoptar la típica forma almendrada y, como la Virgen, se acompaña de seis ángeles orantes. Sin embargo, en la parte inferior los protagonistas son doce consejeros sentados, de hecho un apostolado completo, presidido por san Pedro y san Pablo, que muestra algunos libros abiertos en su mayoría encarados al espectador. Los apóstoles pueden compararse a otros que han ido apareciendo a lo largo de esta obra. Sin que Pedro, Juan o Pablo pierdan sus rasgos más convencionales, en este y quizás en algún otro caso, es perceptible un cambio de proporciones que también evidencia una manera más edulcorada y suave de pintar los rostros (…)”. (11). MARTÍN LLORIS, Catalina. “Las reliquias de la capilla real en la Corona de Aragón y el santo cáliz de la catedral de Valencia (13961458)”. Valencia. Universitat de Valencia. Departament d´Historia de l´Art. 2010. www.martin.pdf Página 49. Reliquias en la Alta Edad Media. “(...) A la par que la Iglesia fue definiéndose y expandiéndose por Europa el culto a las reliquias fue difundiéndose entre los pueblos. Por una parte, continuaba su uso como amuletos, por otra se irá normalizando su presencia en las iglesias y santuarios. En muchos de estos centros se acumularon estas piezas como tesoros, convirtiéndolos en lugares de peregrinación al que acudían los fieles para satisfacer su fervor. Las reliquias además fueron objeto de trabajos artísticos para su adorno u otros usos (especialmente importantes fue la creación de objetos donde depositarlos). Será en este momento cuando la reliquia sea incluso motivo para la construcción de templos concebidos para su salvaguarda o su exhibición en actos públicos. Sin embargo, el aumento de peticiones de reliquias por parte de los fieles y las parroquias, que las necesitaban para la consagración de los altares, motivó la partición de las mismas y su difusión, con lo que esto implicaba en cuanto a comercio y negocio con las mismas. La ciudad de Constantinopla es un caso paradigmático de este hecho. Al no poner límite en la fragmentación de los cuerpos de los santos se convirtió en el primer centro exportador de reliquias. Pero en Roma temían que esta desmembración fuese un peligro y se criticó este hecho de profanación defendiendo los cuerpos completos de los santos (139). Más tarde este rechazo se fue dulcificando y Roma 32


también se convirtió en uno de los principales centros distribuidores (140). La Iglesia, cuya complejidad y estructuración iba en aumento, encontró en las reliquias una importante fuente de ingresos y lo que es más importante, una herramienta / (Página 48) útil para la evangelización de los pueblos y la asunción de ciertas prácticas rituales basadas en la superstición que fueron adoptadas según las prácticas cristianas. La expansión del cristianismo también fue un factor importante en el aumento de la comercialización de las reliquias. Los cuerpos de los santos romanos atrajeron la codicia de los carolingios. Éstos suministraron reliquias de España y de Italia a los países transalpinos de reciente fundación cristiana, para afianzar la religión entre los nuevos cristianos durante el siglo IX. En el siglo X, sin embargo, fueron los reyes anglosajones los que se interesaron por estas piezas y traficaron con ellas en un mercado que les proporcionaba poder y riqueza, además de conseguir un mayor número de fieles (141). Poco tiempo después se oficializó la práctica de jurar sobre ellas y se transfirieron algunas de ellas a los monasterios del ,orte que estaban faltos (142). Esto produjo la necesidad, por parte de estos nuevos pueblos cristianos, de conseguir un gran número de piezas sin importar su procedencia. A partir de este momento, y debido a la obligación que imponía este concilio, se desarrolló el robo y el comercio de reliquias, que alcanzó durante los siglos IX y XI una amplia escala. Destacaron en esta labor el diácono romano Deusdona, quien estuvo al frente de una auténtica compañía comercial de la que formaban parte sus hermanos Luniso y Teodoro. Los mejores clientes de ladrones y mercaderes de reliquias fueron obispos y abades francos y más tarde, tras la descomposición del Imperio Carolingio, lo fueron los anglosajones y otonianos. Deusdona ofrecía reliquias de las catacumbas romanas a los monasterios transalpinos y las más importantes abadías francas aparecen entre sus compradores. También, un clérigo franco llamado Félix vendió al arzobispo Otgarius de Maguncia el cuerpo de San Severo, obispo de Rávena, que previamente había robado en el monasterio de San Apolinar (143). En Inglaterra, el rey Athelstan, durante el siglo X, fue un apasionado coleccionista de las mismas. Aparte el deseo desmesurado de adquirir cuerpos de santos, el comercio fue el resultado de una evolución consciente y guiada por las autoridades religiosas, ya que fueron éstos quienes permitían la partición de cuerpos de santos y la comercialización con ellos (144). / (Página 49) Uno de los mayores problemas se produjo con las conversiones masivas de los pueblos germanos que reclamaban estas piezas para su devoción. Lo mismo ocurrió con otros pueblos de conversión tardía como los daneses. En muchos casos las conversiones eran masivas – a veces incluso simplemente con bautismos multitudinarios- lo que conllevaba una 33


religiosidad más bien superficial como bien atestiguaba San Bonifacio. Como consecuencia sucedió lo que era a todas luces previsible, un cristianismo superficial en el que perduraban muchas tradiciones y costumbres previas. En el intento de hacer accesible la religión por medio de imágenes y reliquias a los nuevos fieles – como vía intermedia entre lo intangible y la realidad- conllevó que éstos no las comprendieran en toda su profundidad. Se consiguió la conversión al cristianismo de mucha gente pero estos nuevos fieles confundieron las reliquias y no las entendieron como medio de llegar a Dios sino como simples amuletos. Esto generó dudas que desembocaron en una confusión y una mala interpretación del concepto (145). Los nuevos fieles, cargados de supersticiones, influyeron en la nueva religión y en zonas ya afianzadas del cristianismo contribuyendo a la perversión de la fe en una religión excesivamente pendiente de los comportamientos externos, la ostentación y la devoción desmesurada hacia las reliquias como vías de acceso a la divinidad llegándose a sentir mas devoción por la imagen que por lo que ella representaba. Parte del pueblo llegó a creer que los milagros los obraba más el objeto que lo que él significaba (146) (...)”. Página 47. Cita (138). “(...) GRABAR, A., op. cit., 1946, T.I, p. 39 (...)”. Página 48. Cita (139). “(...) CABROL F., y LECLERCQ, H., op. cit., 1948, p. 2298 (...)”. Página 48. Cita (140). “(...) BOUZA ÁLVAREZ, J.L., op. cit., 1990, p. 45 (...)”. Página 48. Cita (141). “(...) HERRMA,-MASCARD, ,., op. cit., 1975, p. 40 (...)”. Página 48. Cita (142). “(...) BOUZA ÁLVAREZ, J.L., op. cit., 1990, p. 25 (...)”. Página 48. Cita (143). “(...) HERRMA,,-MASCARD, ,., op. cit., 1975, p. 50 (...)”. Página 48. Cita (144). “(...) GRABAR, A., op. cit., 1946, T.I, p. 35 (...)”. Página 49. Cita (145). “(...) GRABAR, A., op. cit., 1946, T.I, p. 35 (...)”. Página 49. Cita (146). “(...) FREEDBERG, D., op. cit. 1992, p. 48 (...)”. Página 49. Cita (147). “(...) BOUZA ÁLVAREZ, J.L., op. cit, 1990, p.27 (...)”. Página 49. Reliquias en la Plena Edad Media. “(...) Ligada con la creación de centros de peregrinación –por la adquisición de muchas de estas piezas- se encuentra la validez que se le daba a las reliquias recogidas por los viajeros. Las reliquias cogidas por los peregrinos de la tumba de un santo nunca llevaban un elemento de identificación oficial y lo mismo pasaba con las privadas. Las abadías daban ellas mismas la autenticidad de sus reliquias hasta el siglo XII. Sin embargo, con el IV Concilio de Letrán (1215-1216) se produjo un gran cambio, ya que sólo el obispo era capaz de identificar la autenticidad de una reliquia (147). Sin embargo, pese a evitar la falsificación de reliquias muchas se escapaban del control requerido / (Página 50) -ya que se producían falsos testimonios sobre la autenticidad y milagros de muchas de las obras de las que se daban por verdaderas-. Al mismo tiempo, para las iglesias era fundamental tener reliquias ya que esto les proporcionaba 34


ese status necesario. Muchas veces, el obispo daba la identificación porque el rey se lo exigía al mismo tiempo que le otorgaba mayor poder. Se intentó luchar contra la falsa identificación, procurando repartir responsabilidades en la identificación de reliquias entre las distintas autoridades eclesiásticas. El método seguido por estas autoridades consistía, o bien en justificaciones que desde el principio servían para reconocer o en presunciones de prueba reunidas tras una encuesta. La identificación directa era por inscripciones epigráficas en el enterramiento, en la sepultura, o pequeños pergaminos cogidos a la reliquia con las propiedades, el nombre y el día de la fiesta. En la indirecta el obispo también se basaba en las tradiciones, presunciones o milagros. La tradición es la que daba la autenticidad a las reliquias de Cristo, la Virgen, los Apóstoles y los Santos de la primera época. Los documentos que confirman las reliquias son entonces catálogos, inventarios, archivos eclesiásticos, milagros y la prueba del fuego (148). La importancia de la posesión de reliquias llegó hasta el punto de que a partir del siglo XIII el número de santos aumentó considerablemente y su influencia sobre las masas fue un hecho decisivo en la Historia de la Iglesia. Además cabría destacar, como algunos investigadores señalan, que este acontecimiento no se debió únicamente a un aspecto cultural sino a una crisis religiosa consistente fundamentalmente en la invasión de la vida cotidiana por lo sobrenatural (149). Este hecho se desarrollará y difundirá con más fuerza en la segunda mitad del siglo XIII y principios del XIV tal y como veremos más adelante. Tras una treintena de años, los historiadores han descubierto el papel tan fundamental que jugaron los milagros en las sociedades medievales, al menos hasta el siglo XII (150). En la cristiandad occidental el culto a los santos hasta el siglo XV tenía más importancia que la intervención de las autoridades eclesiásticas que se contentaron con reprimir el abuso particularmente escandaloso y de canalizar la devoción espontánea de los fieles (151) (...)”. Página 49. Cita (148). “(...) BOUZA ÁLVAREZ, J.L., op. cit, 1990, p.27 (...)”. Página 49. Cita (149). “(...) VAUCHEZ, A., Saints, Prophètes et visionnaires, París, 1999, p. 21 (...)”. Página 49. Cita (150). “(...) VAUCHEZ, A., op.cit, 1999, p. 44 (...)”. Página 50. Cita (151). “(...) VAUCHEZ, A., op.cit., 1999, p. 67 (...)”. (12). MARTÍN LLORIS, Catalina. “Las reliquias de la capilla real en la Corona de Aragón y el santo cáliz de la catedral de Valencia (13961458)”. Valencia. Universitat de Valencia. Departament d´Historia de l´Art. 2010. www.martin.pdf Página 51. Iconolatría. “(...) El culto a las sagradas imágenes era más usual en las zonas orientales. En Oriente se comenzó a hacer uso de imágenes en el siglo IV y a pesar del fuerte rechazo del obispo Epifanio de Salamina, tal costumbre fue fundamental para tres doctos capadocios; Gregorio de ,ysa, Gregorio ,acianceno y 35


Basilio de Cesarea que consideraban que la devoción a las imágenes era básica para formarse espiritualmente. Con ello, se dio aquella decisiva interpretación del uso de imágenes sagradas que poco después encontraremos en Occidente con Gregorio I y que fue defendida durante toda la Edad Media hasta Santo Tomás de Aquino y por el Concilio de Trento: la imagen era un elemento importante para enseñar a aquellos que no sabían leer, ya que narraba la historia sagrada - por ejemplo la difundida obra Biblia Pauperum - sin embargo, éstas son un medio, no un fin de adoración (152). Pero, en Oriente desde fines del siglo IV la imagen tenía un valor sagrado en sí misma que iba más allá de la mera comunicación. En el icono se encontraba el santo o el mismo Dios. En la controversia iconoclasta de los siglos VIII al IX este interés se manifestó de manera muy significativa para la historia de la Iglesia. Esta disputa en torno al culto de las imágenes duró, con interrupciones, más de un siglo y fue provocada por el decreto del emperador bizantino León III en el 730 que prohibió su veneración. La disputa conmovió a las clases más bajas del Imperio Bizantino que veían en las imágenes una forma de acercarse y adorar a Dios (153). La misma devoción que las imágenes despertaron en Oriente, en Occidente lo hicieron las reliquias. Al mismo tiempo, se produjo una confusión similar con las reliquias en Occidente ocurrió con las imágenes en Oriente. La diferencia fundamental radica en que en Occidente eran más partidarios de la naturaleza humana de Cristo. En Oriente, sin embargo, confían más en el sentido espiritual de los iconos. Pese a esta diferencia los problemas surgidos de una y otra espiritualidad fueron similares. La confusión de la población del objeto en sí mismo (imagen o reliquia) con lo que ésta representaba llevó a los mismos problemas. En Oriente esta confusión desembocó en la / (Página 52) crisis iconoclasta: el objeto era adorado en sí mismo y no como mediador, lo que llevó a la población a considerar que los milagros eran ejecutados, no tanto por los santos, sino por su representación en una imagen (154). En toda esta controversia una figura importante será San Buenaventura (155), que no aceptó la superstición fetichista a la que se llegó con las imágenes y las reliquias y que dio tres razones de la importancia de las imágenes. Él consideraba que la función más importante de estos objetos es la de instruir a los analfabetos. También encontraba en ellas el valor que adquirían como representación de la encarnación y además señalaba como positivo de las mismas que la emoción era más fuerte en los fieles cuando éstos además de oír la palabra veían la imagen. De este modo, la palabra de Dios la comprendían y asimilaban más fácil y rápidamente (156). San Buenaventura entendía la utilización de imágenes u objetos como ayuda para aquellos a los que les era imposible comprender la religión con la 36


utilización de argumentos abstractos. Para él no era más que un apoyo o un medio para conseguir la salvación. ,o las entendía como fin en sí mismas, que es en realidad lo que estaba ocurriendo en este momento con ciertos fieles. Al mismo tiempo se produjo en Occidente una importante transformación con respecto al culto a las reliquias. La devoción a las reliquias de los santos se transformó en la devoción a sus imágenes de los mismos en esculturas o representaciones. Se llevó a cabo una evolución en la devoción a las reliquias que parecía haber sido promovida por la Iglesia que buscaba suscitar más el culto a los santos que a sus reliquias. Los resultados de esta política fueron innegables y en el siglo XIV, sobre todo en las regiones mediterráneas no era extraño ver a los fieles portando una imagen. Este proceso debió comenzar poco antes del siglo XIV(157). La imagen aparece como el sustituto de las reliquias tal y como afirman los estudios de L.K. Little y P.Geary, incluso llegó un momento en el que no había ninguna diferencia entre la estatua de un santo y sus reliquias (158). J. Wirth afirma que la situación de las imágenes es simétrica a la de las reliquias ya que en ellas los santos se materializan. Con las imágenes los santos adquieren forma (159). / (Página 53) El paso del culto a las reliquias al culto a las imágenes en Occidente empezó en el siglo IX y X con la difusión de las esculturas relicario. Adquirieron una enorme importancia las representaciones figuradas -que serán tomadas más tarde como ídolos cristianos-. Como ejemplo está el caso de San Foy de Conques. El culto rendido a la joven mártir se impuso e hizo célebre la abadía que llevaba su nombre. Pues bien, la devoción era más a la escultura de San Foy de Conques que a las reliquias que contenía (160). Los brazos relicario tuvieron un gran éxito en el arte religioso medieval al menos hasta finales del siglo XIII. Durante el siglo XIV y el XV tuvieron más éxito los bustos relicarios. Pero resulta difícil afirmar qué tenía más éxito: si la reliquia o el relicario. Lo más importante es el hecho de que a fines de la Edad Media la población ya ponía rostros a sus santos (161). En el siglo XII y a mediados del XIII se empieza a hablar de imágenes milagrosas como la vera icona de la Virgen, en Roma autentificada por Inocencio III en 1216, pero también de imágenes religiosas vivientes, es decir, según los términos contemporáneos, llega un momento en que se produce el hecho de que las imágenes lloren, sangren, etc... (162) Según Vauchez la primera mención explícita de una imagen animada en Occidente se encuentra en Rupert de Deutz (+1129) que narra la historia de una joven que afirmaba haber visto una cruz viviente. También está el milagro de Delos de 1187 donde se implicaba a Cristo y a la Virgen María y que es conocido gracias al Liber miraculorum beatae Mariae Dolensis (163). A lo largo del siglo XIII encontramos también otros 37


episodios similares y en el siglo XIV los milagros que toman más importancia son los referentes a la Inmaculada Concepción. En este ambiente la Iglesia puso el acento contrario sobre todos los signos visibles y tangibles de la presencia de Dios entre los hombres. La Iglesia se preocupaba en dotar de mayor importancia a los sacramentos potenciar la vida de Cristo en la Eucaristía y en concreto en el pan y el vino. Por lo tanto también fue en esta época cuando las hostias al igual que las cruces o la Virgen cobraban vida (164). Al final de la Edad Media era muy habitual la animación de las imágenes de la Virgen, Cristo y los santos, presentando una presencia activa, de moverse y actuar y pasiva como la capacidad de sentir en la representación. La imagen del santo, en la medida que refleja la santidad, es potencialmente dinámica. Al final de / (Página 54) la Edad Media este proceso de animación acabará en la Encarnación. Y desde los siglos XII al XVI las imágenes representarán una forma real (165). Vírgenes que lloran, hostias que sangran, imágenes de santos que consuelan, todos participan de un mismo movimiento que tenderá a acercar el cielo a la tierra multiplicando las mediaciones con el riesgo de perder el sentido –que recordarán brutalmente los Reformadores y los iconoclastas protestantes- de la distancia infinita que separa a Dios de sus criaturas. Reliquias e imágenes se fundieron en un camino paralelo de devoción y superstición, camino que será duramente frenado en la Reforma y afianzado en la Contrarreforma. Pero eso son temas todavía pronto para tratar (...)”. Página 51. Cita (152). “(...) Para más información sobre este tema les remito a YARZA, J., Fuentes para la Historia del Arte, vol. 1, Madrid, 1996 (...)”. Página 51. Cita (153). “(...) GRABAR, A., op. cit., 1946, T.I, p. 13 (...)”. Página 52. Cita (154). “(...) FREEDBERG, D., op. cit., 1992, p. 116 (...)”. Página 52. Cita (155). “(...) FREEDBERG, D., op. cit., 1992, p. 196 (...)”. Página 52. Cita (156). “(...) FREEDBERG, D., op. cit., 1992, p. 197 (...)”. Página 52. Cita (157). “(...) VAUCHEZ, A., op. cit., 1999, pp. 81-82 (...)”. Página 52. Cita (158). “(...) VAUCHEZ, A., op. cit., 1999, p. 83 (...)”. Página 52. Cita (159). “(...) WIRTH, J., Théorie et practique de l´image sainte à la veille de la Réforme, “Bibliothèque d´Humanisme et de Renaissance”, nº 48, París, 1986, pp. 319-359 (...)”. Página 53. Cita (160). “(...) VAUCHEZ, A., op. cit., 1999, p. 84 (...)”. Página 53. Cita (161). “(...) VAUCHEZ, A., op. cit., 1999, p. 84 (...)”. Página 53. Cita (162). “(...) VAUCHEZ, A., op. cit., 1999, p. 84 (...)”. Página 53. Cita (163). “(...) VAUCHEZ, A., op. cit., 1999, p. 85 (...)”. Página 53. Cita (164). “(...) FLORI, J., op. cit., 1992, p. 237 (...)”. (13). MARTÍN LLORIS, Catalina. “Las reliquias de la capilla real en la Corona de Aragón y el santo cáliz de la catedral de Valencia (13961458)”. Valencia. Universitat de Valencia. Departament d´Historia de l´Art. 2010. www.martin.pdf Página 97. Capillas reales. “(...) En un principio, los reyes llevaban sus capillas de forma ambulante en sus 38


campañas militares. Los altares, retablos, orfebrería y reliquias acompañaban al rey en las distintas misiones y no había una capilla real fija donde depositarlas. De esta forma el monarca quería que los espacios religiosos estuviesen siempre a su disposición en cada una de las ciudades en la que iba a permanecer que estaban bajo su poder. Por ejemplo, en el año 1400 el rey Martín el Humano se dirigió al obispo y al capítulo de la Catedral de Barcelona para comunicarles que en breve iba a ir desde Zaragoza y les ordenaba que la capilla que pertenecía al capítulo de la catedral estuviese a su completa disposición (292). El rey posteriormente quiso consolidar este acto y se propuso crear una capilla fija para depositar en ella su tesoro real y para dejar de tener un carácter ambulante. Sin embargo, con este gesto no quería perder el dominio que hasta este momento había tenido sobre las estancias catedralicias ni el poder religioso que le otorgaba realizar los actos en la catedral. Así, cuando creó su propia capilla relicario le / (Página 98) otorgó funciones catedralicias, lo que molestó enormemente a las autoridades eclesiásticas. En un documento de 1407 el rey escribió una carta a los consellers de Barcelona comunicándoles la creación de la nueva capilla real que tendría funciones catedralicias, y les advertía que esta nueva fundación no perjudicaría en absoluto las funciones de la catedral (293). Por lo tanto, el rey además de tener a su disposición la catedral deseaba crear una capilla en su palacio para no depender de nadie. Este aspecto resulta clave en cuanto al valor dado a las reliquias y a las relaciones Iglesia-Estado, pues refleja un claro ejemplo en el que el monarca quiere hacer prevalecer su voluntad frente a la de la Iglesia. Además, la documentación refleja cómo llegó incluso un momento en el que el rey deseaba, aparte de crear su propia capilla real y de que la catedralicia estuviese a su completa disposición, unir la capilla palatina y la de la catedral por un pasillo. Los miembros de la catedral se negaron a la creación de este pasillo y el monarca escribió al capítulo de la Seo insistiéndole sobre este asunto (294). Era la forma de que el rey estuviese vinculado, e incluso, sometiese a la Iglesia a sus órdenes (...)”. Página 98. Cita (292). “(...) ADROER I TASSIS, A.Mª., El Palau Reial de Barcelona, Barcelona, 1979. p. 129 (...)”. Página 98. Cita (293). “(...) ACA. Reg. 2250, f. 102 r. En ADROER I TASSIS, A. Mª., op. cit., 1979, p. 189 (...)”. Página 98. Cita (294). “(...) ACA. Reg. 2250, f. 103 r. En ADROER I TASSIS, A. Mª., op. cit., 1979, p. 189 (...)”. (14). MARTÍN LLORIS, Catalina. “Las reliquias de la capilla real en la Corona de Aragón y el santo cáliz de la catedral de Valencia (13961458)”. Valencia. Universitat de Valencia. Departament d´Historia de l´Art. 2010. www.martin.pdf Página 228. Capillas relicarios: Jaime I y sus descendientes. “(...) ,o existe una larga tradición de martyria en las regiones que conformaron lo que luego fue la Corona de Aragón. Sin 39


embargo, algunos monarcas sí que dispusieron de ciertos espacios destinados a albergar sus tesoros reales. Además, en un principio dichos tesoros- entre los que se encontraban las reliquias- acompañaban a los monarcas en sus viajes por lo que se hizo necesaria la construcción de unos espacios para albergarlas. Durante el reinado de Jaime I el Conquistador (1213-1276) el rey poseía un tesoro personal de gran riqueza compuesto por un gran número de piezas: joyas, libros, objetos preciosos y, además una reliquia de la Vera Cruz y una caja en la que había varias reliquias sin especificar. Sin embargo, este ajuar tuvo, durante estos años, un carácter ambulante, ya que no estaban en una capilla fija y se la llevaba consigo el rey en sus campañas militares (810). A la muerte del monarca, y debido al carácter nómada que habían tenido sus pertenencias, no se dejó constancia de que su tesoro quedase guardado en ningún espacio concreto del Palacio Real. De hecho, ordenó que a su muerte todos los enseres religiosos de su capilla personal, cálices, cruces, reliquias, etc. fuesen entregados al monasterio valenciano de San Vicente de la Roqueta (811), porque no existía la conciencia de tesoro ni de capilla real y por lo tanto tampoco de dejar como herencia los bienes del rey a su sucesor (812). A la muerte de Jaime el Conquistador se repartieron los territorios heredados y los que había ganado a los musulmanes entre dos de sus hijos: Pedro el Grande le sucedió en los reinos de Aragón, Valencia y en el condado de Barcelona y Jaime II en el Reino de Mallorca, que comprendía la islas Baleares, los condados de Rosellón y Cerdaña y la / (Página 229) ciudad de Montpellier. Estos territorios se reincorporaron a la Corona de Aragón con Pedro el Ceremonioso. Sin embargo, durante los años en los que tuvieron personalidad jurídica propia se impulsó una política de prestigio dinástico muy relevante, que se expresó por medio de importantes proyectos arquitectónicos, donde los palacios reales y sus capillas adquirieron especial relevancia. De hecho, Jaime II el Justo intervino en la restauración o edificación ex novo de los palacios de distintos reinos, con especial atención a las capillas que había en ellos (813). Los Palacio Reales de Barcelona, Lleida, Valencia, Tarragona o Zaragoza, fueron restaurados o, incluso construidos durante estos años. Los arquitectos reales que realizaban estas obras también se encargaban, una vez concluídas, de embellecerlas con pinturas, vidrieras y retablos. Las capillas reales siguieron un modelo concreto de construcción y se ha llegado, en ocasiones, a afirmar que seguían el esquema propio de los edificios mendicantes, aunque corregían la austeridad del modelo original, ya que incorporaban un acabado pictórico de gran suntuosidad a la cubierta de madera (814). El resultado era una iglesia de una sola nave con su techumbre de madera apoyada sobre arcos diafragma y cabecera poligonal abovedada (815). 40


En el Palacio del Real de Valencia las reformas llevadas a cabo por este monarca conllevaron la inclusión de vidrieras que fueron realizadas por Berenguer de Palau en 1317, el mismo que poco antes confecciona las de Lleida en 1316, tras concluirse los trabajos dirigidos por 1os miembros de la familia Prenafeta (816). Al mismo tiempo, se trabajaba en las capillas de Tarragona y Zaragoza. Por lo tanto, los modelos arquitectónicos de estas capillas son similares porque todas se llevaron a cabo en la misma época y en una misma zona geográfica, en la baja Edad Media, en todo el territorio de la Corona de Aragón. Sin embargo, las capillas palatinas construidas en aquellos territorios pertenecientes a la Corona de Aragón más ligados a la Corte francesa como la capilla construida en el palacio de la Almudaina, residencia principal de los reyes, en el Reino de Mallorca, y la realizada en el nuevo palacio de Perpiñán, ambas obra de los años finales del siglo XIII, se caracterizaron por seguir un modelo arquitectónico distinto al llevado a cabo en la Península y muy dependiente del que se estaba realizando en esos / (Página 230) años en la corte francesa. La influencia francesa llegó incluso al extremo de que, al igual que había ocurrido con la Sainte Chapelle, las capillas estuvieran consagradas a los santos de los que tenían reliquias, como ocurrió en la capilla de la Almudaina que estaba consagrada a Santa Ana y la de Perpiñán a la Santa Cruz en honor a las reliquias que custodiaban. De hecho, las dos capillas seguían, incluso, el modelo tipológico arquitectónico de la Sainte Chapelle de París concebida como capilla relicario. La de Perpiñán está, incluso, dividida en dos pisos superpuestos de los cuales, el alto, era el principal, tal y como se observa en la capilla palatina francesa, y el de bajo es utilizado como cámara contenedora de las reliquias (817). Con la derrota de Jaime II de Mallorca ante el ejército de Pedro el Ceremonioso en la batalla de Llucmajor en 1349, las capillas palatinas de Mallorca y Perpiñán que habían seguido el modelo francés de la Sainte Chapelle se anexionaron a los territorios de la Corona de Aragón donde, como veremos a continuación, llevaron la influencia que éstas habían tenido en su forma de construir, sobre todo los palacios reales (818). Al mismo tiempo, durante estos años el tesoro monárquico se vio incrementado considerablemente gracias a la espléndida dote aportada por Constanza de Sicilia en su matrimonio con Pedro el Grande en 1262, por un lado, y el expolio de los bienes de los Templarios en época de Jaime II, por otro. Además también se hicieron importantes donaciones al tesoro real, como la de Blanca de Anjou que cedió objetos de su capilla particular, una de las reliquias que más apreciaba: la lengua de Santa María Magdalena con el espectacular relicario que la contenía. Con Blanca y Jaime II parte del tesoro sagrado se asoció al panteón dinástico 41


y esta costumbre tendrá su continuidad en el Monasterio de Poblet (819). Los reyes se vieron en la necesidad de crear unas capillas relicario para poder dar cobijo a los tesoros reales, joyas y reliquias, que debido a su magnitud ya no podían ser ambulantes y necesitaban darles el espacio que por su importancia necesitaban estas piezas. A partir de su reinado, por lo tanto, ya se desarrolló el concepto de capilla fija donde los reyes iban ampliando poco a poco un tesoro que luego legaban a su sucesor. El modelo de capilla relicario más cercano que tenían a su alcance era aquel que se había llevado a cabo, influido por la Sainte Chapelle / (Página 231) de París, en Mallorca y Perpiñán, de modo que fue esta tipología arquitectónica la que se siguió a partir de este momento. Así, aquellas capillas reales que ya habían sido construidas se adaptaron y las que aún no se habían construido se llevaron a cabo siguiendo el modelo francés (820). Por lo tanto, se puede concluir afirmando que pese a que la historiografía ha reivindicado siempre la figura de Pedro el Ceremonioso como promotor artístico, este monarca debe mucho a su antecesor Jaime II quien le señaló el camino a seguir. En lo relativo a las capillas reales gracias a los avances e iniciativas de Jaime II, Pedro el Ceremonioso pudo desarrollar una importante empresa arquitectónica en este campo. De hecho, se puede, incluso, afirmar que Pedro el Ceremonioso no improvisó las leyes palatinas sino que asumió las compuestas en la corte mallorquina en mayo de 1337, de influencia claramente francesa, y se limitó a adaptarlas a las necesidades y costumbres catalanas y las llamó Ordenacions de la Casa Reial (821). En estas ordenaciones de influencia francesa, se describían de forma detallada las características y el funcionamiento de la casa real, su personal, la capilla, etc. También aparece la obligatoriedad de que existiesen diversas capillas según el calendario litúrgico y detalla qué objetos deben haber dentro de cada una de ellas. Dentro del apartado que describe la función y ordenación de la capilla se destaca el lugar en el que deben estar las reliquias, por clara influencia de la Sainte Chapelle de París. En este apartado se especificaba que el rey debía disponer sobre el trasaltar un aparador y distribuir las distintas piezas en sus escaños: retablo, cruces, candelabros, evangeliarios, relicarios, bacines, etc. Las distintas capillas palatinas de la Corona de Aragón, existentes en Zaragoza, Huesca, Lleida, Perpiñán, Mallorca, Valencia o Tarragona se ordenaron y organizaron conforme a estas normas, ya que disponían de sus propios ajuares litúrgicos y en algún caso poseían incluso importantes reliquias. Del mismo modo, al ser una práctica que bebía de las tradiciones francesas sus características fueron muy similares (...)”. Página 228. Cita (810). “(...) PALACIOS MARTÍ,, B., op. cit., 1975, p.298 (...)”. Página 228. Cita (811). “(...) ESPAÑOL BERTRÁ,, F., “El tesoro sagrado de los Reyes en la Corona de Aragón”; 42


Maravillas de la España Medieval. Tesoro Sagrado; vol. I, León, 2000, p. 270 (...)”. Página 228. Cita (812). “(...) Este tema está ampliamente analizado en PALACIOS MARTÍ,, B., op. cit., 1975, p.28 (...)”. Página 229. Cita (813). “(...) ESPAÑOL BERTRÁ,, F., op. cit., 2000, p. 272 (...)”. Página 229. Cita (814). “(...) ESPAÑOL BERTRÁ,, F., op. cit., 2000, p. 272 (...)”. Página 229. Cita (815). “(...) ESPAÑOL BERTRÁ,, F., op. cit., 2000, p. 272 (...)”. Página 229. Cita (816). “(...) MARTI,EZ FERRA,DO, J.E., "Valencia Medieval y Renacentista" Homenaje a Alfons el Magnànim, Valencia, 1946, pp.165-174 (...)”. Página 230. Cita (817). “(...) HACKER SÜCK, I., op. cit., 1992, pp.217-257 (...)”. Página 230. Cita (818). “(...) HACKER SÜCK, I., op. cit, 1992, p. .220 (...)”. Página 230. Cita (819). “(...)MADURELL I MARIMO,, J., "Las antiguas dependencias del palacio Real Mayor de Barcelona"., Annalecta Sacra Tarraconensa, T. XIV, 1941, doc. 26, pp. 317-318; y también en RUBIO I LLUCH, I., Documents per a la cultura Catalana mig.eval., 1908, Barcelona, doc. CCCL, p. 279 (...)”. Página 231. Cita (820). “(...) Como veremos a continuación Martín el Humano siguió el modelo constructivo de la Sainte Chapelle y Alfonso el Magnánimo readaptó la capilla de Santa Catalina del Palacio Real de Valencia (....)”. (15). MARTÍN LLORIS, Catalina. “Las reliquias de la capilla real en la Corona de Aragón y el santo cáliz de la catedral de Valencia (13961458)”. Valencia. Universitat de Valencia. Departament d´Historia de l´Art. 2010. www.martin.pdf Página 19. Utilización de las reliquias por parte de los reyes. “(...) Los reyes movidos por distintos intereses fueron capaces, incluso, de dar crédito sin especial fundamento algunos santos o milagros y fomentar su posterior culto. Por ejemplo, Jaime II mandó buscar el cuerpo de San Albo porque una endemoniada afirmaba que existía y esto le iba a procurar numerosos beneficios (380). Por otra parte, los reyes acudían a las reliquias en caso de necesidad o peligro grave. También las crónicas de la época afirman que el rey Alfonso el Batallador desposeyó de todas sus reliquias a la abadía de Sahagún para llevárselas consigo en sus campañas militares por la ayuda espiritual que recibía de ellas (381). Al mismo tiempo, Jaime II cuando preparaba la batalla en el campo de Almería en 1309 solicitó el brazo de San Indalecio, custodiado en San Juan de la Peña, para que le ayudase (382). También en 1398 Martín el Humano mandó levantar acta notarial porque aseguraba que había encontrado sangre de Cristo en Simballa (383). Más tarde este mismo rey fue quien dio veracidad al milagro de las moscas llevado a cabo por San ,arciso porque este hecho le supondría numerosos intereses, ya que este acto benefició enormemente a la iglesia de San Feliu de Gerona poseedora de sus reliquias (384). Con respecto a este tema también existen las disposiciones testamentarias de la reina Leonor de Sicilia en las que entrega reliquias de Cristo al primogénito Juan para que 43


le sirvan de protección (385). Igualmente, ocurre esto cuando Fernando de Antequera pidió las reliquias de la Espina, Camisa y Peine y Verónica de la Virgen cuando estaba moribundo en Igualada para tener sus reliquias con él (386) (...)”. Página 19. Cita (380). “(...) TORRA PÉREZ, A., op. cit., 1996, pp. 503-504 (...)”. Página 19. Cita (381). “(...) ESPAÑOL BERTRA,, F., op. cit., 2000, p. 271 (...)”. Página 19. Cita (382). “(...) ESPAÑOL BERTRA,, F., op. cit., 2000, p. 272 (...)”. Página 19. Cita (383). “(...) ACA, reg. 2242, fol. 46 (...)”. Página 19. Cita (384). “(...) COLOMER PRESES, I., op. cit., 1988, p. 34. En ACA, reg. 2193, fol. 229 v-230 (...)”. Página 19. Cita (385). “(...) ESPAÑOL BERTRA,, F., op. cit., 2000, p. 272 (...)”. Página 19. Cita (386). “(...) TORRA PÉREZ, A., op. cit., 1996, p.517 (...)”. (16). MARTÍN LLORIS, Catalina. “Las reliquias de la capilla real en la Corona de Aragón y el santo cáliz de la catedral de Valencia (13961458)”. Valencia. Universitat de Valencia. Departament d´Historia de l´Art. 2010. www.martin.pdf Página 243. La capilla real de Perpiñán. “(...) El Palacio Real de Perpiñán fue erigido a partir de 1276 para alojar a la Corte de Jaime II de Mallorca y las últimas obras de importancia fueron realizadas por sus sucesores. En la torre principal de este palacio se encuentra la capilla relicario. Son dos capillas superpuestas; la capilla baja, o capilla de la Reina y la capilla alta, llamada de la Santa Cruz. Es muy importante y representativa esta capilla ya que de las capillas relicario de la Corona de Aragón es la única que sigue el modelo tradicional de las dos / (Página 244) plantas (865). De hecho lo más importante de esta capilla es que fue realizada durante el reinado de Jaime II, en territorio perteneciente a la Corona de Aragón más ligado a la Corte francesa de finales del siglo XIII. Esto justificaría su marcada influencia francesa al seguir el modelo arquitectónico distinto al llevado a cabo en la Península y muy acorde con lo que se estaba haciendo en esos años allí. La influencia llegó incluso al extremo de que, al igual que había ocurrido con la Sainte Chapelle, la capilla estaba consagrada a la reliquia más importante que albergaba, en este caso la de la Santa Cruz. Además, la capilla seguía, incluso, el modelo tipológico arquitectónico de la Sainte Chapelle de París concebida como capilla relicario (866). En la capilla relicario se encontraban las reliquias de Santa Florentina, San Luis rey de Francia, los seis bordones de plata y en este mismo material diversos candelabros, incensarios, navetas, bacines, acetres e hisopos, y naturalmente los cálices y patenas, etc. Además, se censan las piezas de un gran retablo, y tres imágenes, dos de la Virgen con el Jiño (una de plata destinada a presidir el retablo, la segunda de marfil) y un ángel también de plata. Se contabilizan, asimismo, diez pequeños oratorios confeccionados en diversos materiales (desde madera a turquesa) que están enmarcados en plata. Parece tratarse de pequeñas 44


tablas en todos los casos. Se censan dos cruces, ambas de plata sobredorada con esmaltes. Junto a ellas se cita una pequeña cruz que forma parte del relicario de la Santa Espina ignorado en el inventario. Sorprende el escaso protagonismo de los relicarios en este documento. Sólo se citan cinco y ninguno corresponde a las reliquias más destacadas que poseía el rey por entonces. Se mencionan la custodia y el de San Jorge, más otros dos de pequeño formato, en cristal de roca, cuyo contenido no se especifico. También una cajita de madera que custodia las de San Bartolomé y Santa Cecilia, entre otras innominadas. Recordemos que por entonces la colección de reliquias del rey aragonés era ya notable y los relicarios que las contenían también. En las Ordinacions de 1344 se enumeran las principales que eran cristológicas. A saber, distintos fragmentos de la Vera Cruz, las Espinas y la Camisa sin costura, pero desde entonces y hasta Martín el Humano la nómina va a verse incrementada considerablemente. Durante el reinado de Jaime II, tras delicadas negociaciones / (Página 245) diplomáticas, se habían obtenido las de Santa Tecla, pero con el fin de destinarlas la Catedral de Tarragona, no al tesoro real. En cambio, a comienzos del siglo XIV llegó desde Colonia una reliquia de la Once Mil Vírgenes. Jo se consiguen las de Santa Bárbara, cuyos restos van a reclamarse insistentemente a lo largo del siglo XIV, especialmente en época del Ceremonioso, pero, en cambio, este monarca reunirá varias de San Jorge. En 1359 obtuvo el manto, en 1370 adquirió un brazo, y en 1377 la reina de Chipre le obsequió personalmente con una nueva reliquia del mártir. La cabeza, por el contrario, a pesar de ser reiteradamente reclamada, no se obtendrá nunca. En 1356 la reina Leonor de Sicilia consiguió varias cristológicas del rey de Francia y en 1374 la de San Rainiero de Pisa. Todas estas reliquias se conservaron en Perpiñán hasta que Martín el Humano las reunió y se las llevó al Palacio Real de Barcelona donde aparecen en el inventario llevado a cabo por Margarita de Prades en 1410. A partir de esta fecha ya nunca volvieron a su lugar de origen. Sin embargo, en un principio fue una de las capillas de los reyes de la Corona de Aragón con mayor número de reliquias. Además es muy importante destacar que, como hemos visto anteriormente, esta capilla fue, de las pocas, que siguió en la Corona de Aragón el modelo francés de dos plantas de capilla relicario heredero de Asís (867) (...)”. Página 244. Cita (865). “(...) DURLIAT, M., op. cit. 196 (...)”. Página 244. Cita (866). “(...) HACKER SÜCK, I., op. cit., 1992, pp.217-257 (...)”.Página 245. Cita (867). “(...) DURLIAT, M., op. cit., 1964 (...)”. (17). MARTÍN LLORIS, Catalina. “Las reliquias de la capilla real en la Corona de Aragón y el santo cáliz de la catedral de Valencia (13961458)”. Valencia. Universitat de Valencia. Departament d´Historia de 45


l´Art. 2010. www.martin.pdf Página 242. La capilla de santa Anna (capilla del rey) en el palacio real de Mallorca. La Almudaina. “(...) Otra Capilla Real de la Corona de Aragón durante la baja Edad Media en la que encontramos reliquias sería la del Palacio de la Almudaina o sea la de los reyes en Mallorca. Esta Capilla Real, instituida bajo la advocación de Santa Ana, fue fundada por el rey Jaime II el día 5 de septiembre de 1310. Su construcción, que debió iniciarse años antes, dentro del conjunto de obras y reformas del castillo, supuso la división y transformación del gran patio de la alcazaba en dos: los actuales Patio de Armas o de Honor, y el del Brollador o de la Reina. Alfonso el Magnánimo estuvo en dos ocasiones residiendo en la Almudaina (860). Como rey de ,ápoles debió efectuar frecuentes viajes entre Barcelona, Valencia y ,ápoles y ello propiciaba estancias en Mallorca. La primera vez llegó el 19 de mayo de 1420 al frente de una flota que se dirigía a Cerdeña y permaneció en el Palacio hasta el 3 de junio. En la segunda ocasión llegó al puerto el 31 de mayo de 1432 y estuvo en la Almudaina hasta el 6 de junio, llegó con 21 galeras y su estancia en el Palacio motivó arreglos y reformas de consideración (861). La capilla, de un gótico muy depurado, fue fundada en 1432 por Alfonso V el Magnánimo y es en esta capilla donde encontramos importantes reliquias. En la parte / (Página 243) superior del frontispicio están labradas sus armas y los símbolos con los que las hacía acompañar: el libro abierto, la hoguera y el nudo. Alfonso V estuvo en Palacio en dos ocasiones (…)”.Página 242. Cita (860). “(...) MIRALLES SBERT, J., Las reliquias y los relicarios de la Catedral de Mallorca, Palma de Mallorca, 1971, p. 12 (...)”. Página 243. Cita (861). “(...) DURLIAT, M., L´art en el Regne de Mallorca, Mallorca, 1964 (...)”. (18). MARTÍN LLORIS, Catalina. “Las reliquias de la capilla real en la Corona de Aragón y el santo cáliz de la catedral de Valencia (13961458)”. Valencia. Universitat de Valencia. Departament d´Historia de l´Art. 2010. www.martin.pdf Página 243. La capilla de santa Anna (capilla del rey) en el palacio real de Mallorca. La Almudaina. “(…) En esta capilla se conservan las reliquias de Santa Práxedes, que habían sido traídas por el rey Jaime III desde Roma, como regalo del Papa. Las reliquias se guardan dentro de una preciosa urna de cristal y bronce dorado sostenida por cuatro leones. En Mallorca existió siempre una gran devoción popular hacia esta santa, dado que sus reliquias y las de San Sebastián eran las únicas que había en el Reino durante la Edad Media, pues, hasta el siglo XIII, Mallorca fue musulmana (862). La Capilla conserva ornamentos religiosos del siglo XV: capa pluvial y casulla de terciopelo rojo con bordados de oro que representan escenas de la vida de la Virgen. También se guardan dos relicarios de plata y cristal, magníficas obras de orfebrería de siglo XIV, además de un 46


«lignum crucis», también del siglo XIV. En julio de 1372 fu robada de la Capilla esta reliquia, y el Lugarteniente del Reino dio orden de retención e inmovilización de todas las galeras que estuvieran en los puertos de la Isla y se estableció un control específico para las embarcaciones de Génova. ,inguna nave podía salir sin el registro previo y autorización expresa del propio Lugarteniente. La reliquia fue recuperada (863). Las campanas de la Capilla son del siglo XVII. La mayor lleva las armas de la Casa de Mallorca y la inscripción: Jesús, María, losep MDCXXXII. Se conservan también misales y libros de canto de esta Capilla (864) (...)”.Página 243. Cita (862). “(...) MARQUÉS DE LOZOYA, “Historia y Leyenda del Palacio de la Almudaina” Reales Sitios, 1970, 7 (24): 12-17 (...)”. Página 243. Cita (863). “(...) CO,RADO VILLALO,GA, J., “El Palacio Real de la Almudaina en la Historia de Mallorca”, Reales Sitios, 1976, 13, p. 100 (...)”. Página 243. Cita (864). “(...) MIRALLES SBERT, J., Las reliquias y relicarios de la Catedral de Mallorca, Palma de Mallorca, 1961 (...)”. (19). MARTÍN LLORIS, Catalina. “Las reliquias de la capilla real en la Corona de Aragón y el santo cáliz de la catedral de Valencia (13961458)”. Valencia. Universitat de Valencia. Departament d´Historia de l´Art. 2010. www.martin.pdf Página 186. Reinado de Alfonso el Magnánimo. “(…) Al mismo tiempo, Alfonso el Magnánimo se fue haciendo con casi todas las reliquias que durante el reinado de Martín el Humano y de su padre, Fernando de Antequera, se habían ido dispersando. Una carta que el rey Alfonso el Magnánimo escribe desde Mallorca el 23 de mayo de 1420 al canónigo Gabriel Gombau, la persona encargada de la salvaguardia de las sagradas reliquias, demuestra que el monarca ya era el propietario de la mayor parte de estas piezas. En el documento le anunciaba el envío de las llaves de la cámara donde se guardaban las reliquias del Palacio Real de Barcelona y le pide afectuosamente que recupere las llaves de las reliquias que están en su palacio mayor de Barcelona, y que Gabriel Gombau dio al capellán mayor del rey, y que sea él quien se ocupe de dichas llaves. Le pide que haga un inventario de las reliquias y que cuando lo realice esté presente Jacme Sala, encargado de las obras reales, y también persona de confianza real y poseedora del segundo juego de llaves de la cámara de las reliquias, para que ambos se ocupen de la conservación de las reliquias (616). Esto nos demuestra que las reliquias estaban en 1420 en el Palacio Mayor de Barcelona. Sin embargo, no sabemos cuáles exactamente, si las recuperadas por Fernando de Antequera de los diputados de Cataluña exclusivamente o también las de la reina Margarita de Prades. Las del anterior monarca eran únicamente la Camisita del ,iño Jesús, la Espina de la Corona de Jesucristo, el fragmento de la Vera Cruz, la Verónica y la reliquia de San Jorge. ,o obstante, podemos suponer que en 1420 las / (Página 187) reliquias de la reina Margarita de Prades pasaron a poder 47


del rey Alfonso el Magnánimo. Varias son las razones que apoyan esta hipótesis: una, el espacio creado especialmente para éstas, otra podría ser los negocios que la reina Margarita venía desarrollando con el monarca y el buen trato que de él obtenía. Por ello, es muy posible que las reliquias que la reina Margarita había defendido tan vehementemente de Fernando de Antequera y de los celestinos estuvieran ya en poder de Alfonso el Magnánimo, apoyando dicha hipótesis el hecho de que ese mismo año profesase como religiosa, tras el fallecimiento de su segundo esposo, Juan de Vilaragut. De este mismo año, 1420, encontramos un documento en el que el monarca escribe al capítulo de la catedral sobre diversos temas y al finalizar la carta le promete que a su vuelta de un viaje que estaba realizando le obsequiaría con alguna reliquia o joya. Esto podría demostrarnos que el rey en estos momentos estaba en posesión de un gran número de reliquias, ya que si el monarca no tiene muchas de estas piezas, es difícil que se deshiciera de ellas (617). La cesión de reliquias era, al mismo tiempo, la forma de agradecimiento que más satisfacía a la Iglesia valenciana, que en estos momentos andaba necesitada de estas piezas. Alfonso debía haber aumentado su colección por la adquisición de reliquias de Margarita de Prades, ya que de otro modo sería absurdo su ofrecimiento, pues en el Palacio del Real ya no había muchas y eran un importante símbolo real. Por todo ello podemos concluir que el rey Alfonso el Magnánimo debía tener todas las reliquias en su poder, cuando el 15 de julio de 1422 realizó el traspaso de la gestión de la capilla real del Palacio de Barcelona con todas las pertenencias que había en ella a la orden de la Merced (618). Este traspaso incrementará las reclamaciones que la orden de los celestinos, molesta por tal actuación, remite constantemente al monarca para que les devolviese todo aquello que consideraban que les pertenecía. En este documento consta que Alfonso deja a los mercedarios los bienes muebles de la capilla. En el documento el traspaso de gestión de los celestinos a los mercedarios consta exactamente como una donación, concesión y traslación de la administración de la capilla de las santas reliquias construida por el rey Martín. Y con este traspaso también de los bienes que la capilla contiene: reliquias, ornamentos, libros, plata y todas las pertenencias que probablemente el monarca ya habría conseguido reunir de los distintos / (Página 188) depósitos y de las que se habría llevado de Margarita y lo da al monasterio y convento de Santa María de la Merced de Barcelona (619). Más tarde, el 17 de agosto de 1422, Margarita se deshizo de las ya escasas cosas que le quedaban e ingresó en el monasterio como monja sin ninguna pertenencia hasta el día de su muerte (620). 48


Alfonso el Magnánimo no se limitó a atesorar las reliquias que había recibido por herencia de Fernando de Antequera y por donación de Margarita de Prades sino que aumentó su colección de las más diversas maneras. Dentro de este marco se encuadra la recepción por parte del rey Alfonso el Magnánimo de una reliquia griega, un hueso del cuello de San Antonio del Monasterio de San Atanasio en el Monte Santo en Grecia (621). Esta cesión está documentada en una carta que envió el rey desde Messina a principios de junio de 1421 al abad de dicho monasterio en agradecimiento por esta reliquia. Esta carta pone de manifiesto el acercamiento entre los reyes de Aragón y el Monte Santo tras años de distanciamiento. Al mismo tiempo, este acercamiento se produce en el momento en el que el rey Alfonso el Magnánimo comienza sus planes de dominio sobre el Mediterráneo central. Alfonso tenía como objetivo la conquista de Cerdeña siendo su meta última lograr su victoria sobre ,ápoles (622). El interés de Alfonso el Magnánimo por conseguir reliquias le llevó incluso a obtener algunas de las piezas más importantes mediante el pillaje, como hiciera en el saqueo de Marsella de 1423, en el que el monarca organizó una búsqueda del cuerpo de San Luís de Tolosa, patrón y guarda de esta zona (623). Cuando lo encontró se llevó la reliquia en su propio barco para demostrar su supremacía sobre esta ciudad. Como antes habían hecho otros monarcas, el rey utilizaba las reliquias como símbolo que acreditase que él estaba apoyado por el poder divino. Por ello, llevaba consigo las reliquias en muchos de sus desplazamientos, para presentarse rodeado de las mismas ante sus súbditos. Así por ejemplo, cuando en ese mismo año visitó Castelnuovo de ,ápoles se llevó consigo las reliquias de la Espina, la Camisita y la Vera Cruz para exponerla en la festividad del Viernes Santo (624). ,o obstante, pese a este trasiego de reliquias, la mayoría de estas piezas se encontraban habitualmente en Barcelona. Prueba de ello es la carta enviada por el rey el / (Página 189) 8 de octubre de 1424 desde Barcelona que documenta el pago realizado por el rey a Antoni Sanz, paborde de la Catedral de Valencia y Mestre de la capilla real por los trabajos que éste había realizado por orden real, fabricando dos cajas nuevas para guardar las reliquias de la capilla real de Barcelona (625). Las reliquias, por lo tanto, se encontraban en la Ciudad Condal habitualmente. Aunque el rey se llevaba algunas en sus viajes, dejaba la mayor parte de ellas en la capilla real. En 1425 se preparó el Palacio del Real de Valencia para recibir las reliquias de San Luís de Tolosa, antes mencionado, como se observa en un documento que afirma: continuaren de fer la porta del cap de la scala de la segona torre e fer un trench de junyer e adobar un cadafal per obs del senyor rey en l´art major del Real e obrar un branch de fusta de cinch graons per donde alçar la capella de Santa Caterina per tenir les reliquies 49


del senyor rey (626). Este documento nos localiza exactamente las reliquias, que acababan de llegar, en particular las de San Luís obispo en 1424, en el palacio además de las piezas que el monarca, gracias a su política, había ido consiguiendo de Margarita de Prades. Por otro lado, el rey mandó preparar una capilla en su palacio de Valencia, la capilla para las reliquias que recibiría el nombre de capilla de Santa Catalina. De este modo el rey seguía la orden dada por Pere el Ceremonioso, que exigía que en el Palacio Real de cada una de las ciudades que formaban la Corona de Aragón debía levantarse una capilla en honor a las reliquias, como la Sainte Chapelle de París y siguiendo la tradición que posteriormente había creado Martín el Humano (627). Aunque posteriormente adquirirían más reliquias, es interesante observar cómo el monarca guardaba con sumo celo las reliquias que había ido consiguiendo poco a poco en una capilla que mandó construir al efecto en su Palacio del Real de Valencia. Su objetivo era reunir en su nueva residencia de Valencia tanto las reliquias que se encontraban en el Palacio Real de Barcelona como las que se había traído de Marsella. El siguiente documento que hace mención a las reliquias es del 16 de abril de 1432, se trata de una carta escrita por el monarca y dirigida a Miguel de Vera, sobreazembler de la casa real, en la que se menciona el pago de una cantidad de dinero por las misiones realizadas junto con el rey de ,avarra en el traslado desde la ciudad de Barcelona y pasando por la Cartuja de Portaceli a Valencia de seis cargas de reliquias de / (Página 190) la capilla real (628). Dada la gran cantidad de reliquias que transportaban, parece ser que se trata de las que se encontraban en el Palacio Real de Barcelona y dado que el rey había establecido su sede en Valencia quiere agrupar todas sus reliquias en la capilla de Santa Catalina construida para ello en el Palacio del Real de Valencia, donde se encontraban ya las de las reliquias de San Luís. De nuevo en una carta del rey firmada en Valencia con fecha 6 de abril de 1432 consta que se le paga a Pere de Mora del Monasterio de Santes Creus una determinada cantidad por llevar a Valencia todo lo que quedaba en la capilla del Palacio Real de Barcelona en los meses de marzo y abril (629) . La orden del rey incluía joyas o cualquier otro objeto que quedase en Barcelona por lo que el Palacio Real de Barcelona debió quedar totalmente vacío. Completado el traslado de Barcelona a Valencia, las reliquias permanecerán en el Palacio del Real de Valencia desde 1432 hasta 1437, fecha en la que se trasladaron a la catedral. Efectivamente, un documento encontrado en el Archivo el Reino de Valencia nos demuestra que estuvieron en el Palacio antes de ir a la catedral en las fechas señaladas. El documento es una carta fechada el 27 de abril de 1437 que el rey escribe en Valencia al Batle General en la que le pide que las reliquias que estaban en el Palacio del Real bajo la custodia de Antoni Sanz sean 50


llevadas a la Sacristía de la Catedral de Valencia para su custodia y guarda tras la muerte de Antoni Sanz (630). Al mismo tiempo encontramos otros documentos que refuerzan la hipótesis antes señalada de que las reliquias ya estaban en Valencia en el año 1432. Son dos escritos pertenecientes al Maestre Racional donde se afirma que en la fiesta del Viernes Santo, el 18 de abril del año 1432, nada más ser traídas las reliquias el 6 de abril desde Barcelona, se llevaron a cabo una serie de trabajos para construir una plataforma donde colocar las reliquias del cuerpo de Jesucristo para que el pueblo las pudiese admirar y venerar (631). Para el acto se levantaban unos escenarios en los que se exponían públicamente a fin de que todo el pueblo pudiese pasar a venerarlas. Para ello se requería orden real ya que las piezas eran propiedad del monarca. El segundo escrito encontrado es del sábado siguiente, 19 de abril, y en él se detalla que al día siguiente de la exhibición del cuerpo de Cristo las instalaciones levantadas para el acto tuvieron que ser restauradas porque la gente se lanzó sobre las reliquias expuestas para tocarlas con tal vehemencia que las habían dañado. El texto nos prueba que fue necesario hacer / (Página 191) obras tras la celebración de la festividad de Viernes Santo para subsanar los daños originados por la efusividad de la gente al observar y venerar las reliquias (632). También en 1432 se fundó la capilla de Santa Práxedes en el Palacio Real de Mallorca, de un gótico muy depurado. Esta capilla la mandó construir Alfonso el Magnánimo para rendir culto a las reliquias de Santa Práxedes, que habían sido traídas por el rey don Jaime III desde Roma, como regalo del Papa. Las reliquias se conservan dentro de una preciosa urna de cristal y bronce dorado sostenida por cuatro leones. En Mallorca existió siempre una gran devoción popular hacia esta santa, dado que sus reliquias y las de San Sebastián eran las únicas que había en el Reino durante la Edad Media, pues, hasta el siglo XIII, Mallorca fue musulmana (633). El siguiente documento data de 1437, cuando las piezas pasan a poder de la Catedral de Valencia como prenda de un préstamo que el rey ha solicitado para sus campañas y que le serán restituidas cuando el monarca devuelva todo el dinero que debe a la Seo, lo cual no había ocurrido hasta la fecha (634). ,o pudo nunca devolver a la Catedral de Valencia este dinero, quizá por ser mucha la cantidad o porque sus estancias en Valencia no eran ya habituales. De modo que, todas las reliquias que Martín consiguió reunir, de las que luego su viuda se apoderó y que finalmente Alfonso recuperó, pasaron a la Catedral de Valencia donde se encuentran en la actualidad. Por lo tanto, vemos cómo las reliquias han sufrido numerosas vicisitudes antes de llegar al lugar donde hoy se encuentran. La capilla de las reliquias de la Catedral de Valencia es de nuevo la colección completa 51


de reliquias que en su día reunió el rey Martín el Humano y que tras su muerte y los problemas de Margarita con los diputados de Cataluña, los celestinos y Fernando de Antequera, pasó a Alfonso el Magnánimo que las dejó en depósito en la catedral y que por no devolver el dinero aún se encuentran en este lugar. Las reliquias que pasaron a la Catedral de Valencia en 1437 se encontraban como en la actualidad. ,o han cambiado los relicarios y se han conservado todas como en su día. De entre las reliquias que se dieron, las más importantes eran las de la Virgen: (la Verónica de la Virgen), la pieza es una original pintura en vitela del rostro / (Página 192) de María, copia de la que existe en Roma, atribuida a San Lucas, cuyo relicario es un marco con filigranas y adornado con los escudos de la casa de Aragón es de plata sobredorada del siglo XV y de las perlas que tenía engarzadas únicamente quedan tres. De las reliquias de San Jorge están la reliquia del brazo y del brazo con tres dedos; la primera se encuentra en un relicario de cristal y sostenida la reliquia con varillas de plata y una inscripción aquest es l´os major del bras de San Jordi lo qual trames la reina de Chipre doña Leonor a VII de decembre del any de la nativitat de nostre senyor Deu Xpt. MCCCXXVII encerrado en un brazo con su mano de madera. La segunda reliquia de San Jorge, también objeto de la donación de la reina de Chipre, se encuentra en una bolsa de tafetán verde con la inscripción Dues canelles del bras de sent Jordi els osos de tres dits encerrada en un brazo y mano todo de plata. Asimismo de San Jorge hay una tercera reliquia que se encuentra en una redoma de cristal y sostienen la pieza cuatro varillas de cristal con plata sobredorada. Otras piezas: la reliquia del cuerpo sagrado de Cristo en la sagrada forma incorrupta, guardada entre corporales. El relicario es una especie de araceli sostenido por un pie de plata sobredorada y con una inscripción Ave verum corpus natum de Maria virgine vere passum inmolatum in cruce per hominem; dirupisti vincula mea tibi sacrificabo hostiam laudis. De esta reliquia cuenta la leyenda que habiéndose producido un incendio en la iglesia de Auñón, se salvaron milagrosamente cinco formas consagradas envueltas en los corporales y una en la hijuela, siendo esta la reliquia que se encuentra en la Catedral de Valencia. El relicario de esta pieza desapareció en 1812. Otra reliquia es el fragmento de la túnica sagrada del señor que en los inventarios antiguos aparece como Vestidura de Cristo y está en una teca de cristal con pie de metal plateado y que antiguamente tenía dos ángeles sujetándola. También el brazo y la mano derecha de San Lucas evangelista, que está en una redoma de cristal sujeta por cuatro varillas de plata sobredorada y el pie de madera. Esta pieza ha perdido la pedrería y los escudos esmaltados. Las reliquias de las seis espinas de la Corona de Cristo, cuatro de ellas rotas, se custodiaban en un relicario de plata, en forma de corona y las espinas recubiertas con planchas de oro. También 52


está la reliquia de la esponja con que dieron de beber a Cristo en un relicario de plata sobredorada y dentro de una redoma de cristal de roca sobre montada por una corona del mismo metal. Otras es la reliquia de la camisita del ,iño Jesús, que es una túnica de seda sin costura que se encuentra en una urnilla de cristal con filigranas de plata / (Página 193) sobredorada y seis escudos esmaltados, tres con las armas de Aragón y tres con las de Sicilia. También otro Lignum Crucis cuyo relicario es una cruz en forma patriarcal con el anverso de cristal y el reverso de plata sobredorada. Otra reliquia es el cuerpo completamente momificado del Santo Inocente Mártir que se encuentra en una vitrina de cristal con aristas guarnecidas con láminas de plata sobredorada. El Santo Cáliz de la Última Cena que también se encuentra entre las reliquias de 1437 y cuyo relicario sería los adornos que se le puso a la copa alrededor del siglo XIV. El Monasterio de la Trinidad de Valencia, fundado por la reina María esposa de Alfonso el Magnánimo, posee también algunas reliquias del tesoro real que la reina fundadora entregó. Esta reina dejó escrito en su testamento una importante dotación para las monjas de la Trinidad donde deseaba ser enterrada. Legaba al monasterio 1000 florines y diversas reliquias del Palacio del Real: dos fragmentos de la Vera Cruz, uno de los cuales, el pequeño, lo recibió Sor Isabel de Villena el día de su profesión religiosa y el mayor se conserva incrustado en una cruz grande de plata sobredorada. También regaló tres espinas de la Corona de Cristo (635). Más tarde en un documento del 27 de febrero de 1459 se observa un gran número de estas piezas al Monasterio de la Trinidad por la reina María636. Esta donación de estas reliquias al monasterio y la entrega de una de ellas a sor Isabel de Villena llevó a la religiosa a nombrar la reliquia de la camisita del niño Jesús, que se encontraba en este momento en la Catedral de Valencia en su obra Vita Christi. Sor Isabel afirma de ella que fue obra de Santa Ana, asegurando incluso, en contra de la opinión de los santos padres, que Santa Ana vivió en ,azaret durante la infancia del niño Jesús y le regaló esta prenda poco antes de morir cuando él contaba ocho años de edad (637). A la muerte de la reina María, esposa de Alfonso el Magnánimo, en Valencia en 1458, quedaban en el Palacio del Real, en artísticos y valiosos relicarios, las reliquias de Santa Magdalena, de Santa Marta, de San Lázaro (638), San Honorato (639), una costilla de / (Página 194) Santa Catalina (640) que posteriormente se entrega al monasterio de los predicadores de Lleida (641), un hueso de la cabeza de San Juan Bautista (642), la reliquia de Santo Tomás (643), un trozo de la vara de Aarón (644) y otras (645). Al mismo tiempo a la cofradía dels contoners de Barcelona se le restituyó la espada de San Martín, que por la fama de su 53


poder curativo había sido pedida en préstamo en vida de la reina María (646). Por lo tanto, el número de reliquias que tenía Alfonso el Magnánimo debía ser importante, puesto que pese al gran reparto de estas piezas todavía quedaban muchas en el Palacio del Real. Estas reliquias confirmarían el hecho de que, aunque no haya aparecido el documento en el que Alfonso las solicita, además de las reliquias que recibió por herencia y las que pleiteó con Margarita, a lo largo de su vida también se preocupó por conseguir más. También en este mismo año se produjo otra importante donación de reliquias a la Catedral de Valencia, la del Papa Calixto III. Ya no son reliquias pertenecientes al tesoro de la capilla real como nos ha ocupado hasta el momento. Sin embargo su importancia nos obliga a mencionarlas. El Papa valenciano era un gran devoto de las reliquias. Al mismo tiempo, demostró una gran preocupación por la difusión y devoción del día de la fiesta de la adoración de las reliquias. Fiesta que en 1430 él mismo presidió y predicó, perdonando los pecados a quien ese día las contemplase. Esta festividad como hemos visto ya se había estado celebrando por los distintos monarcas de la Corona de Aragón. Sin embargo, hacía ya años, desde la muerte de Fernando de / (Página 195) Antequera, que la fiesta no se celebraba y de nuevo con este Papa se volvió a realizar (647). También en fecha incierta mandó publicar un edicto en el que se concedían indulgencias a quien colaborase con limosnas a la ampliación de la catedral y una de las principales razones era porque la Seo valenciana guardaba las más importantes reliquias de la cristiandad (648). Cuando Alfonso de Borja llegó a ser el Papa Calixto III, envió desde Roma a la Catedral de Valencia una enorme cantidad de reliquia s (649). Sin embargo, su preocupación por frenar el avance de los turcos hizo que no pudiese atender este cometido hasta un año después de su elección, en 1456, cuando se envió desde Valencia al Papa de Roma una carta de felicitación y un valioso regalo. En 1458 Calixto escribió una carta al cabildo valenciano en la que anunciaba conceder indulgencia plenaria a la Catedral de Valencia y les mandó una serie de reliquias por medio de Antonio Bou (650). Las cincuenta y cuatro reliquias llegaron a Valencia en una arqueta acompañadas de una bula (651). Con esta donación el Papa deseaba mostrar su agradecimiento a la Seo valenciana al mismo tiempo que la convertía, gracias a este legado, en la más importante catedral de la Corona de Aragón. Por lo tanto podríamos afirmar que las reliquias que en época ya avanzada aparecen en los documentos derivan de un auténtico coleccionismo característico de entonces. Ya no están únicamente interesados los reyes o las autoridades eclesiásticas sino también las ciudades, monasterios y pequeñas iglesias. Al mismo tiempo, tras la / 54


(Página 196) muerte de Alfonso el Magnánimo y su esposa María, las reliquias seguían llegando a Valencia: a la catedral, al palacio del real pero también al Monasterio de la Trinidad o a la iglesia del Patriarca. Eran reliquias adquiridas en varios monasterios e iglesias de Alemania y Flandes, en especial de la ciudad de Aquisgrán y del Arzobispado de Colonia, en tiempos del rey Felipe III (652). Quizá se consiguieron estas reliquias como reacción al rechazo que suscitaban en los reformadores protestantes, que consideraban el culto a las reliquias como algo supersticioso, acusando de fetichismo y tráfico de amuletos a quienes lo practicaban, además de destruirlas cuando podían (653) . Sin embargo, entre los católicos estas piezas poseían aún un enorme valor, pese a las transformaciones modernas de la espiritualidad. Consideraban que era el vínculo con una tradición tridentina y la afirmación de un culto tradicional. En esta época unos de los más importantes coleccionistas de reliquias será el arzobispo Juan de Ribera, cuyo relicario del colegio del Corpus Christi rivalizaba en la época con el de la catedral. La consecuencia del coleccionismo real de reliquias y del afán por conseguirlas de todas las instituciones públicas y religiosas en la Corona de Aragón durante la baja Edad Media, es el hecho de que la Catedral de Valencia, última recipendaria de las reliquias de las capillas relicario de los reyes, se haya convertido en la salvaguarda de la mayor colección de reliquias de la Península Ibérica e, incluso, una de las más importantes de Europa. (...)”.Página 186. Cita (616). “(...) ACA, Reg. 2669, f.175 v, Apéndice Documental- DOC 19. ed. MADURELL Y MARIMÓ,, J.Mª., op. cit., 1958, p. 296 (...)”. Página 187. Cita (617). “(...) ARV. Reg, 232, fol. 42r. Apéndice Documental- DOC 20 (...)”. Página 187. Cita (618). “(...) ACA, Monacales, Hacienda, Legajos Grandes 339, parte I, f. 8 (...)”. Página 188. Cita (619). “(...) ACA, Monacales, Orden de la Merced (...)”. Página 188. Cita (620). “(...) FORT I COGULL, E., op. cit., 1970, p. 165 (...)”. Página 188. Cita (621). “(...) ACA, Reg. 2783, f. 54v- 55 (...)”. Página 188. Cita (622). “(...) RYDER, A., op. cit, 1987, p. 40 (...)”. Página 188. Cita (623). “(...) ACA, Reg.2697, p. 154 (...)”. Página 189. Cita (624). “(...) RYDER, A., op. cit, 1987, p. 40 (...)”. Página 189. Cita (625). “(...) ACA, Mestre Racional, Reg. 8759, f. 98r. Apéndice Documental- DOC 23 (...)”. Página 189. Cita (626). “(...) ARV, Mestre Racional, 9206. Apéndice Documental- DOC 24 (...)”. Página 190. Cita (627). “(...) ESPAÑOL BERTRÁ,, F., op. cit., 2000, 269-288 (...)”. Página 190. Cita (628). “(...) ARV, Mestre Racional, reg. 8786, f. 21 r, v. Apéndice Documental- DOC 29 (...)”. Página 190. Cita (629). “(...) ARV, Mestre Racional 8786 f. 34v. Apéndice Documental- DOC 29 (...)”. Página 190. Cita (630). “(...) ARV, Mestre Racional, Letras y Provisiones reales, reg. 9050. Apéndice Documental- DOC 28 (...)”. Página 190. Cita (631). “(...) ARV, Mestre Racional, 9208, f. 7r (...)”. Página 191. Cita (632). “(...) ARV, Mestre 55


Racional, 9208, f. 7r (...)”. Página 191. Cita (633). “(...) MARQUÉS DE LOZOYA, “Historia y Leyenda del Palacio de la Almudaina” Reales Sitios, 1970, 7 (24), pp. 12-17 (...)”. Página 192. Cita (634). “(...) ACV, ,otales de Jaime Monfort, 3532 (...)”. Página 193. Cita (635). “(...) BE,ITO GOERLICH, D. El Real Monasterio de la Santísima Trinidad, Valencia, 1998 (...)”. Página 193. Cita (636). “(...) ARV, Mestre Racional, 9713, 1458- 1460 (...)”. Página 193. Cita (637). “(...) BE,ITO GOERLICH, D. op. cit., 1998, p. 77 y en SOR ISABEL DE VILLE,A, Vita Christi, (prólogo, introducción Albert Hauf), Valencia, 1986. p.117 (...)”. Página 193. Cita (638). “(...) Estas tres reliquias aparecen juntas en el documento en el que consta “Item un cano d´or quasi de tres dits d´alt ab lo peu pus ample e pla, e ab cap ab son cubertoret que´s clou e s´obre ab una cadeneta, e hun anel redo al cap, e en lo dit tancador ha dotze perles menudes de quatre en quatre e tres balaix petits de poca valor. Item en lo mig ha un cercle en que ha altre cercle en que ha dotze perles menudes e tres balaix poch, e aixi son per tot XXXVI perles menudes e nou balaix petits e pesa a march de Valencia pesat per lo dit argenter tres onzes dins lo qual cano ha certes reliquies de sancta Maria Magdalena, de sancta Marta e de sent Latzer” al margen consta “Lliurat a la dita senyora viuda” ARV, Real, nº 472, f. 6v (...)”. Página 194. Cita (639). “(...) “Item un cofret petit de llauto en lo qual son les reliquies de sanHonorat” al margen “Lliurat a la dita senyora viuda” ARV, Real, nº 472, f. 6v (...)”. Página 194. Cita (640). “(...) En el documento es descrita “ Item un rliquiari de vericle redo a manera de got en que ha dotze perles menudes, dos balaix, dos çaffirs encastats en or al demunt a manera d´espiga o tabernacle, en lo qual a una costella de santa caterina; lo qual pesa un march e tres quarts a march de Valencia, e sta tot rserval en un cofres de os negre” ARV, Real, nº 472, f. 6v (...)”. Página 194. Cita (641). “(...) ARV, Real, nº 472, f. 6v (...)”. Página 194. Cita (642). “(...) “Item un relicari d´argent que es tanca amb dos portes dins lo qual ha una caxeta quadrada d´or en que ha un os del cap de sanc Johan Baptista. Pesa lo dit reliquiari d´argent cinc onzes, quart e mig. Pesat per lo dit argenter una onza e miga e un millares” al margen se escribe “Lliurat al convent dels predicadors”. ARV, Real, nº 472, f. 6v (...)”. Página 194. Cita (643). “(...) “Item unes postetes d´aur de tres peses que es tanquen: en la una part es figurada la trinitat e en l´altre la ,ativitat e adoracio e te al mig una reliquia de sant Thomas ab tres perles petites en lo pus alt de les dites peses, les quals han pesat a march de Çaragoça tres onzes e un quart, e pesat per lo dit argenter pesa tant mateix” al margen consta “Lliurat a la dita senyora viuda” ARV, Real, nº 472, f. 6v (...)”. Página 194. Cita (644). “(...) Consta en el inventario “Item un tros de la verga de Aaron quasi de un palm de larch poc mes o menys e tan grossa com lo dit, guarnida d´or als caps e al mig la qual te un cordo de grana; lo dit guarniment es molt dalgat e de 56


poca valor” al margen consta “ a la dita viuda” ARV, Real, nº 472, f. 6v (...)”. Página 194. Cita (645). “(...) “Item un altre cofret d´argent daurat cayrat, lo qual pesa set onzes e un quart en que ha diverses reliquies, e pesat per lo dit argenter pesa tant mateix” al margen se escribe “Lliurat a la senyora viuda” ARV, Real, nº 472, f. 6v también consta “Item una capsa de vidre guarnida de fils d´or, la qual es de poca valor, ab diverses reliquies” al margen consta también “a la dita viuda” ARV, Real, nº 472, f. 6v (...)”. Página 194. Cita (646). “(...) TOLEDO GIRAU, J., “Inventarios del Palacio Real de Valencia a la muerte de doña María, esposa de Alfonso el Magnánimo”. Anejo nº 7, Annales del Centro de Cultura Valenciana, Valencia, 1961 (...)”. Página 195. Cita (647). “(...) LLORE,S RAGA, P. op. cit., 1964, pp.185-187 (...)”. Página 195. Cita (648). “(...) ACV, Leg. 39:27 (...)”. Página 195. Cita (649). “(...) Las reliquias de la donación son: de la columna donde Cristo fue azotado, del sepulcro de Cristo, del pesebre santo, de la mirra ofrecida por los magos, del velo de la Virgen María, de los apóstoles San Pedro y San Bartolomé, del protomártir San Esteban, de una piedra con que fue apedreado, de San Lorenzo mártir, de San Andrés Lucas y Timoteo, de San Calixto padre y mártir, de San Sixto, de una de las saetas con que del martirio de San Sebastián, de los Santos Cosme y Damián, de los Santos Abdón y Senent, de San Juan Crisóstomo, de San Longinos mártir, del vestido ensangrentado de Santo Tomás Cantorbery, de San Cipriano, Dionisio Areopagita, Santa Marta y Santa Catalina, de las santas Prisa, Águeda, Bárbara, Bibiana y Rufina, de las piedras del Monte Calvario, de la esponja con que Santa Práxes limpiaba la sangre de los mártires, veinticinco granos del Lignum Libani, y un portapaz en el que se guardaban las reliquias siguientes: del madero de la Santa Cruz, , de la cárcel donde estuvo preso el Señor, de los lugares donde el cuerpo del Señor fue ungido, donde fueron sorteadas sus vestiduras, donde hizo oración, donde fue preso, de donde nació de María Virgen y del pesebre donde fue puesto al nacer, de piedras del monte Calvario, de donde fue coronado, de la puerta Áurea, de la columna donde fue flagelado, de la piedra del santo Sepulcro, de los lugares donde nació la Virgen María, ,azaret, Oratorio y de donde murió, de piedras del sepulcro de la Virgen, monte Sión y monte Olivete, del lugar donde ayunó el señor cuarenta días con sus noches y del lugar donde fue encontrada la Vera Cruz. En LLORE,S RAGA, P. op. cit., 1964, pp. 60-61 (...)”. Página 195. Cita (650). “(...) ACV, Leg. 64:52 (....)”. Página 196. Cita (651). “(...) ACV, Pergamino 286, LLORE,S RAGA, P. op. cit., 1964, pp. 185-187; SA,CHIS SIVERA, J., La Catedral de Valencia, Valencia, 1909, pp. 373376 (...)”. Página 196. Cita (652). “(...) SALES, A., Historia del Real Monasterio de la Ssma Trinidad religiosas de Santa Clara de la Regular observancia, fuera los muros de la ciudad de Valencia, Valencia, 1761, p. 57


196-197 (...)”.Página 196. Cita (653). “(...) BE,ITO GOERLICH, D. op. cit., 1998, p. 106 (...)”. (20). MARTÍN LLORIS, Catalina. “Las reliquias de la capilla real en la Corona de Aragón y el santo cáliz de la catedral de Valencia (13961458)”. Valencia. Universitat de Valencia. Departament d´Historia de l´Art. 2010. www.martin.pdf Página 166. Reinado de Martín I el Humano. “(…) Además de las reliquias que Martín el Humano había recibido por herencia, este monarca se dedicó durante todo su reinado a intentar conseguir más reliquias. Pidió la reliquia de la esponja fue muy solicitada como reliquia de la Pasión. De hecho, aunque la reliquia se consiguió, tal y como se demuestra por su presencia en varios inventarios, no se sabe de quién, puesto que de las múltiples demandas en ninguna consta el nombre del donante. En el año 1398 Martín el Humano se interesa por la esponja de la Pasión que estaba en la capilla de Jesucristo en la Catedral de Mallorca (525). También consta que la pidió al duque de Borgoña (526) y que, en febrero de ese mismo año, desde Zaragoza, escribió una carta a Pere Sacalm que le consiguiese la reliquias (527). Asimismo, pidió al rey de Francia la sponga ab que fou abeurat e de les claus e del titol de la creu (528). La esponja aparece en el inventario de reliquias que, bajo la custodia de los celestinos, estaban en el Palacio Real en 1408 (529), en el inventario a la muerte del monarca en 1410 (530), y fue una de las reliquias objeto de depósito a la Catedral de Valencia por Alfonso el Magnánimo en 1437 donde se conserva en la actualidad (…)”.Página 166. Cita (525). “(...) GIRO,A LLAGOSTERA, D., op. cit., 1919, p. 135 (...)”. Página 166. Cita (526). “(...) TORRA PÉREZ, A., op. cit., 1996, p. 507 (...)”. Página 166. Cita (527). “(...) RUBIÓ I LLUCH, A., op. cit., 2000,doc. CCCCLIII, pp. 403-404 (...)”. Página 166. Cita (528). “(...) TORRA PÉREZ, A., op. cit., 1996, p. 507 (...)”. Página 166. Cita (529). “(...) ACA, Hisenda, Monacals, 339, Capilla Real (...)”. Página 166. Cita (530). “(...) MASSÓ TORRE,TS, J., op. cit., 1905, p. 569 (...)”. Página 273. Origen de la esponja que se custodiaba en Mallorca. “(...) En el siglo IV (aproximadamente el año 383) en el Itineratum del Pseudos Antonino de Piacenza y Egeria, se asegura que el cáliz que se utilizó en la Última Cena era de ónice y estaba en la basílica constantiniana de Jerusalén (985). Sin embargo, el Venerable Beda afirma que era de plata (986). En el Liber Pontificalis del Papa Silvestre I, quien describe las donaciones realizadas en esta época (314-335) por Constantino a las distintas iglesias, no se menciona el Cáliz de la Última Cena (987). Este es un catálogo muy completo donde constan cálices de oro y plata que Alarico había hecho suyos en el saqueo del año 410. También en el siglo VII (año 670), el historiador valenciano del siglo XVIII Agustín Sales asegura que el obispo francés Arculfo realizó un 58


viaje a los Santos Lugares y asegura que, en una pequeña capilla de Jerusalén en el hueco de un pilar, estaba el Santo Cáliz de plata con dos asas y con más de dos litros de capacidad, conteniendo, además, la esponja (988) (...)”. Página 273. Cita (985). “(...) ARIAS ABELLÁ,, C., Itinerarios latinos a Jerusalén y al Oriente cristiano: Egeria y el PseudoAntonino de Piacenza, Sevilla, 2000, p.143 y en GALI,DO, P., Eteria religiosa galaica del siglo IV y V. Itinerario a los santos lugares, Vitoria 1924, p. 103 (...)”. Página 273. Cita (986). “(...) MUSCA, G., Il Venerabile Beda : storico dell'Alto Medioevo, Bari, 1973, p. 204 (...)”. Página 273. Cita (987). “(...) BELTRA,, A., El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, 1960, p. 34 (...)”. Página 273. Cita (988). “(...) SALES I ALCALÁ, A., Dissertacion historica, critica, i expositiva, del Sagrado Cáliz en que Christo Señor ,uestro consagró en la noche de la Cena, el qual se venera en la Santa Metropolitana Iglesia de Valencia, Valencia, 1736, p. 38 (...)”. (21). BAIGENT, Michael & LEIGH, Richard. “Masones y templarios. Sus vínculos ocultos”. Madrid. MR Ediciones. 2005. (1ª edición: abril). Página 87. 4. La desaparición de la flota templaria. Refugiados templarios. Mallorca. Puerto templario de Pollensa. “(…) Del mismo modo, un desembarco de caballeros del Temple en España y Portugal tampoco podía haber pasado inadvertido. Los templarios que zarpaban de los puertos franceses seguramente fueron bienvenidos por sus hermanos españoles y portugueses. Todos ellos pudieron haber esperado una cordial acogida en lugares como Mallorca, donde la orden era dueña del pueblo y el puerto de Pollensa, como así también otras partes de la isla mediterránea y, donde el rey Jaime II, les profesaba su amistad. Pero en aquella época, los puertos de mar españoles y portugueses eran importantes centros urbanos y comerciales, con una pujante vida comercial y una extensa población civil. En medio de la sensación provocada por los primeros arrestos de templarios que se produjeron en Francia, no resulta verosímil que / (Página 88) los barcos templarios pudiesen haber llegado a una ciudad como, por ejemplo, Palma de Mallorca y, no haber dejado absolutamente ningún rastro en la crónica histórica (…)”. (22). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Corpus Hermeticum Templii: La verdadera esencia histórica de los Templarios, narrada a través de los cuentos del Grial”. Abacus. Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: febrero 2013. El Temple antes del Temple (2/3). ISSN 1989-8800. www.baucan.org www.CorpusHermeticumTemplii.pdf Páginas 6 al 14. Página 141. “(…) La relación de Ferrer Bassa con las basílicas paleocristianas de Menorca: la piscina bautismal cuatrilobulada de Son Bou. Ferrer Bassa fue un artista que trabajó para las casas reales de los reyes de Mallorca y Aragón. Fue el autor de las iluminaciones del “Salterio glosado anglo-catalán”, que se halla en la Biblioteca ,acional de París, datado en el siglo XIV, el cual 59


reproduce una piscina cuatrilobulada interiormente, construida sobre una base pétrea. Este es el modelo que más se asemeja a la piscina bautismal existente en Menorca, como es la de Son Bou, puesto que la mallorquina de Son Peretó, presenta mayores diferencias con la del salterio (95). El hecho de que Ferrer Bassa utilizase el modelo de piscina cuatrilobulada hallada en la basílica de “Son Bou”, de la isla de Menorca, induce a pensar que el artista conociese de primera mano la propia basílica y piscina y la representase en dicha obra. Ferrer Bassa trabajo para el monarca Pedro IV el Ceremonioso, descendiente del rey “Conquistador”, Jaime I (96), quién ordenó realizar el rollo genealógico de Poblet, en el que aparece el entroncamiento de la dinastía carolingia con la condal barcelonesa y real aragonesa. ¿,o pudo ocurrir que el monarca ordenase al artista Ferrer Bassa que viajase a las Baleares, -Menorca- para conocer de primera mano sus vestigios arqueológicos históricos como punto de referencia para el encargo del propio rey, puesto que Pedro IV el Ceremonioso, conocía, a través de fuentes orales familiares su ascendencia griálica? (97) (…)”.(95). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “El Temple, antes del Temple: La creación de las dos primeras órdenes de caballería defensoras de la cristiandad, precursoras al Temple”. Abacus. Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: febrero 2013. El Temple antes del Temple (1/3). ISSN 1989-8800. www.AbacusEspecial.ElTempleantesdelTemple.pdf www.baucan.org Página 19. “(…) Resulta curioso que este tipo de piscina bautismal aparezca iluminado en un salterio anglo-catalán, porque puede inducir a pensar que el concepto de bautismo por inmersión procediese de algún texto basado en la Iglesia juanista, que era la misma que la que profesó José de Arimatea, y más tarde san Brandan, y que comenzase a extenderse por el Mediterráneo cuando los miembros de esta Iglesia se desplazasen hasta Persia para participar en la defensa de la cristiandad en el siglo Vd. C. (…)”.LAGARDA MATA, Ferrán. “Las piscinas bautismales de Menorca”. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 2009. Página 43. “(…) donde uno de los dos de Son Peretó (Manacor, Mallorca) si bien es también internamente tetralobulado, presenta unos brazos más marcados (más en forma de cruz que de trébol), con una banqueta en cada lóbulo y fondo hemiesférico pero con el borde superior de esta cuadrado en lugar de circular como el de Son Bou, y además se halla elaborado a base de una estructura de mampostería enlucida con cal y cerámica machacada cuyo contorno externo tiene forma cruciforme en lugar de cilíndrica, con dos de los brazos actualmente terminados en extremos curvos y los otros dos, rectos (…)”. “(…) (96). SERRA DESFILIS, Amadeo. “La historia de la dinastía en imágenes: Martín el Humano y el rollo genealógico de la Corona de Aragón”. Departamento de Historia del Arte-Universidad de Valencia. LOCVS AME,VS 6, 2002-2003. Páginas 57-74. www.23409.pdf 60


Página 58. “(…) El objeto en cuestión se identifica con el rollo de pergamino conservado hoy en la Biblioteca del Monasterio de Poblet, en el que efectivamente aparecen las figuras de todos los condes de Barcelona y de los reyes de Aragón hasta el propio Martín I y su hijo, Martín el Joven, rey de Sicilia y primogénito de la Corona de Aragón. Esta última circunstancia demuestra que la obra se había realizado antes de la muerte del heredero –acaecida el 25 de julio de 1409- (…)”. Página 58 y 59. La continuidad dinástica. “(…) Siendo la continuidad dinástica el soporte principal de la unidad territorial de la Corona de Aragón, no es sorprendente que el mecenazgo real atendiera a la exaltación de la herencia legítima y venerase a los antecesores del monarca reinante. En la Corona de Aragón la realeza no podía reivindicar un origen sagrado ni remontarse a unos antepasados legendarios (los reyes de Troya de los Capetos, el mítico Bruce o Arturo de los monarcas ingleses), por más que lo intentara a través de genealogías míticas, que entroncaban con los carolingios o de la evocación de la investidura / (Página 59) feudal de Wifredo el Velloso. Los monarcas parecen haberse visto abocados a forjar su propia leyenda con sus gestas y sobre todo con las crónicas que conservaron la memoria de aquéllas. Las cuatro grandes crónicas de Jaime I, Desclot, Muntaner y Pedro IV actuaron, así, como una suerte de «evangelios laicos» de la monarquía. Los autores de estos textos, reconocidos o no, aparecen en todo caso vinculados a la corte y a los propios monarcas, aunque fuera a través del papel de mentores que éstos desempeñaron. En un nivel de mayor exaltación, los símbolos de la monarquía se remiten en ocasiones a un sentido mesiánico que robustece la autoridad de los reyes de Aragón, tanto frente a sus adversarios como ante sus súbditos (4). El culto a determinados santos protectores de la dinastía y del reino, como san Jorge, y la posesión de reliquias famosas, así como el ceremonial centrado en ellas, lograron en fin envolver a los monarcas de la Corona de Aragón en un aura de sacralización al final de la edad media (5). Aunque el primer impulso lo había dado Jaime II el Justo (1291-1327) (6), es la potente figura de Pedro IV el Ceremonioso (1336-1387) la que con más decisión confiere un riguroso sentido dinástico a sus empresas artísticas. Superando los obstáculos derivados de una situación financiera a menudo precaria, el monarca conseguirá ejercer una influencia poderosa sobre algunos de los mejores artistas de su tiempo (Aloi de Montbrai, Jaume Cascalls, Pere Moragues, Ferrer y Arnau Bassa) y patrocinará grandes construcciones religiosas y civiles en sus reinos (7). Entre todas sus iniciativas destacan aquéllas en las que se reforzaba la unidad de la Corona y la continuidad de la estirpe de los condes reyes. A las tumbas reales de Santes Creus sucedió el nuevo panteón dinástico en la iglesia del monasterio de Poblet (8). Desde 1340 el Ceremonioso manifiesta su deseo de ornar la sala principal del palacio 61


real mayor de Barcelona, el Tinell, con las imágenes en bulto redondo de sus antepasados; durante más de treinta años el monarca continuará este proyecto con la misma tenacidad que empleó en la creación del panteón real de Poblet (9). Uno de los principales atributos de la realeza, la espada de las coronaciones, se guardaba en una vaina con las efigies de los antecesores del Ceremonioso en plaquetas de esmalte, que debía ejecutar el orfebre Pere Bernés en 1360 (10). El mismo monarca quiso tener a su servicio artistas capaces de retratarle y definir su imagen pública ante sus súbditos, ya como donante, ya en representaciones mayestáticas (11). En la vertiente literaria, el fomento de la redacción y la copia de importantes obras históricas expresa una voluntad semejante de recuperar el pasado y la tradición de la dinastía, de la que se siente digno continuador en su propia Crònica. La versión que se ofrece en ésta de los acontecimientos del reinado y sobre todo de la victoria sobre los enemigos del rey está manipulada al servicio del poder crecido del Ceremonioso y del prestigio de la monarquía como institución (12). Las Ordinacions de la Casa Reial d’Aragó (1344) reorganizaron la cancillería y la corte, pero sobre todo fijaron un ceremonial y un código de exaltación simbólica del poder monárquico (13). El tono de la vida de la casa real, allá donde ésta se encontrase, debía servir a la puesta en escena de la majestad del príncipe. De esta manera fue cobrando forma una imagen definida de la realeza, que se extendería a la dinastía entera y a su glorioso pasado, al que Pedro IV el Ceremonioso prestó particular atención compilando crónicas, organizando un archivo real y, en definitiva, construyendo la memoria propia y la de sus antecesores en el trono (…)”. Página 59. Cita (4). “(…) M. Aurell, «Messianisme royal de la Couronne d’Aragon (14e-15e siècles)», Annales. Histoire, Sciences Sociales, LII/1, 1997, p. 119-155 (…)”. Página 59. Cita (5). “(…) A. Torra Pérez, «Reyes, santos y reliquias. Aspectos de la sacralidad de la monarquía catalana aragonesa», XV Congreso de Historia de la Corona de Aragón (Jaca, 1993), tomo I, vol. 3, Jaca, 1996, p. 495-517 (…)”. Página 59. Cita (6). “(…) Sobre el mecenazgo de Jaime II y sus proyectos para aumentar la reputación de la dinastía y la magnificencia del monarca, véase F. Español i Bertran, «Clientes y promotores en el gótico catalán», Cataluña Medieval (catálogo de la exposición), Barcelona, 1992, p. 217-231, en especial p. 218-220 (…)”. Página 59. Cita (7). “(…) Un panorama sobre la influencia de los monarcas de la Corona de Aragón en la producción artística del período lo ofrece J. Yarza Luaces, «Clientes y promotores en el marco del gótico catalán», Cathalonia. Arte gótico en los siglos XIV y XV (catálogo de la exposición), Madrid, 1997, p. 47-55, en particular p. 47-50. Véase ahora F. Español i Bertran, Els escenaris del rei. Art i monarquia a la Corona d’Aragó, Terrassa, 2001 (…)”. Página 59. Cita (8). “(…) El alcance de los programas artísticos de afirmación dinástica de Pedro IV ha sido 62


estudiado por F. P. Verrié, «La política artística de Pere el Cerimoniós», y J. Bracons i Clapés, «Operibus monumentorum quae fieri facere ordinamus. L’escultura al servei de Pere el Cerimoniós», Pere el Cerimoniós i la seva sièpoca, Barcelona, 1989, p. 177- 192 y 209-243, respectivamente (…)”. Página 59. Cita (9). “(…) En 1350 Pedro IV ordenaba que le fueran enviadas por mar desde Gerona las diecinueve efigies de reyes y condes esculpidas por el maestro Aloi: «regum et comitum efigies sive statuas lapideas sculptas et operatas Gerunde et in villa de Belda per fidelem nostrum magistrum Eloy». A. Rubió i Lluch, Documents per l’historia de la cultura catalana mig-eval, vol. I, Barcelona, 1908, p. 153. Documento CL, 17.VII.1350 (…)”. Página 59. Cita (10). “(…) «[...] en special volem que en la behina a de fora haia de l un cap al altre .XIX. esmalts qui sien en manera fets que en cascu puxa esser feta una figura de rey o de comte, car nos en los dits esmalts volem fer fer les figures dels reys d Arago e comtes de Barchinona passats e la nostra». Véase A. Rubió i Lluch, Documents..., op. cit., vol. I, 1908, p. 191192, documento CXCIII, 28.II.1360. El número total de diecinueve esmaltes corresponde a los once condes de Barcelona (Wifredo I, Wifredo II, Mirón, Senifredo, Borrell, Ramón Borrell, Berenguer Ramón I, Ramón Berenguer I, Ramón Berenguer II, Ramón Berenguer III y Ramón Berenguer IV), más los ocho condes reyes, incluido Pedro el Ceremonioso (Alfonso II el Casto, Pedro II el Católico, Jaime I el Conquistador, Pedro III el Grande, Alfonso III el Liberal, Jaime II el Justo, Alfonso IV el Benigno y él mismo). Al respecto, téngase en cuenta lo observado por E. Tormo, Las viejas series icónicas..., op. cit., 1916, p. 53-56 (…)” Página 59. Cita (11). “(…) M. Falomir Faus, «Sobre los orígenes del retrato y la aparición del “pintor de corte” en la España bajomedieval», Boletín de Arte, 17, 1996, p. 177-195, en particular, p. 187191 (…)”. Página 59. Cita (12). “(…) A. G. Hauf, «Més sobre la intencionalitat dels textos historiogràfics catalans medievals», Medieval and Renaissance Studies in Honour of Robert Brian Tate, ed. de I. Michael y R. A. Cardwell, Oxford, 1986, p. 47- 61, en especial, p. 53-56. Véase también J. ,. Hillgarth, «La personalitat política i cultural de Pere III a través de la seva Crònica», Llengua i Literatura, 5, 1992-1993, p. 7-101 (…)”. Página 59. Cita (13). “(…) Una edición disponible se debe a P. de Bofarull, «Gobierno y Casa Real de los Monarcas de Aragón», Colección de Documentos Inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón, Barcelona, 1850 (…)”. (97). Ibidem. Página 61. El contenido del rollo genealógico de Poblet. “(…) Al recordar en un rollo de pergamino los orígenes de la casa condal de Barcelona y de los reyes de Aragón y mostrar la línea descendente de ambas hasta su unión en el matrimonio del conde Ramón Berenguer IV con Petronila de Aragón, siguiendo con los condes reyes de la Corona en su proceso de expansión peninsular y 63


mediterránea, se ofrecía no una simple plasmación de la historia en las imágenes de los príncipes, sino también una interpretación del pasado que glorificaba a la dinastía y mostraba el principio de legitimidad en que se basaba la unión de sus estados en la persona del monarca y en la institución de la corona. En lugar de una genealogía completa, se recoge la sucesión de reyes y condes en la herencia de la soberanía sobre las tierras y los vasallos, cuya legitimación era dinástica. El nacimiento de un primogénito equivalía a su elección por la providencia divina para ocupar el trono y mantenía viva la llama de la continuidad de la familia real: el rey podía morir, pero la dinastía mantenía viva la realeza en la persona del heredero, y la monarquía perduraba en el símbolo y la institución de la corona (34). La transmisión del poder no dependía de la unción y la coronación, sino que se servía de tal ceremonia para proclamar solemnemente al primogénito como nuevo rey a la muerte de su predecesor (35). Por ello, el significado de esta obra sobrepasa el ámbito privado de los retratos de los / (Página 62) antepasados y la memoria del linaje para prestar testimonio público e histórico de la gloria de la dinastía que estaba a punto de extinguirse. Las imágenes de los monarcas podían aparecer como auténticos retratos en el caso de los predecesores inmediatos del rey Martín, su padre, Pedro IV, y su hermano mayor, Juan I, pero el resto de las figuras eran los protagonistas de una historia familiar, dinástica y política, desde los orígenes de los antiguos condados y del reino independiente de Aragón hasta su expansión mediterránea, pasando por la incorporación de los nuevos reinos de Mallorca y Valencia a los dominios de los antiguos condes reyes. Así, el pasado de la Corona de Aragón se confundía intencionadamente con el abolengo de la casa real. En esto, el rey Martín seguía los propósitos que habían guiado a su padre, Pedro IV el Ceremonioso, en la redacción de obras históricas, en la galería de reyes y condes del Tinell del palacio real de Barcelona y en la empresa del panteón dinástico de Poblet. De hecho, el número total de antepasados en la serie del Tinell de Barcelona y en el rollo de Poblet coincide con los once condes de Barcelona (Wifredo el Velloso, Wifredo II, Mirón, Senifredo, Borrell, Ramón Borrell, Berenguer Ramón I, Ramón Berenguer I, Ramón Berenguer II, Ramón Berenguer III y Ramón Berenguer IV), y en los ocho condes reyes aragoneses (Alfonso II el Casto, Pedro II el Católico, Jaime I el Conquistador, Pedro III el Grande, Alfonso III el Liberal, Jaime II el Justo, Alfonso IV el Benigno y Pedro IV el Ceremonioso), a los que se añaden en el pergamino los cinco reyes privativos de Aragón (Ramiro I, Sancho Ramírez, Pedro I, Alfonso I y Ramiro II, más la reina Petronila, esposa de Ramón Berenguer IV) (36). El matrimonio de ambos, que sellaría la unión definitiva de la casa condal de Barcelona con la dinastía aragonesa, se conmemora en el pergamino con la convergencia de los dos troncos en los 64


círculos secantes que rodean a Ramón Berenguer IV y a Petronila: el conde, que desde su alianza con la princesa será también príncipe de Aragón, ofrece a su esposa un anillo como señal del vínculo, mientras Petronila parece inclinarse con gesto de reverencia hacia el conde de Barcelona (figura 2). Recordando el doble tronco, aragonés y catalán, del linaje de los reyes condes, su venturosa unión y su descendencia, el rollo adoptaba un punto de vista distinto al del Ceremonioso, más proclive a la casa condal de Barcelona. En la obra dedicada al rey Martín no se trataba únicamente de mostrar una serie dinástica en la que no cabían diarquías, sino de ofrecer la sucesión legítima de quienes habían ostentado el poder real y condal hasta llegar al heredero de la Corona de Aragón, Martín el Joven. A su vez, las genealogías de Pedro IV y Martín I se adscribían a un género también en boga entre otras monarquías europeas interesadas en fortalecer el principio de legitimidad dinástica y las prerrogativas reales mediante imágenes y emblemas. La función principal de las genealogías consistía en ordenar y orientar los vínculos históricos de una sucesión de personajes (papas, obispos, príncipes), si bien en el ámbito privado parece que prevalecía el recuerdo de los antepasados (37). Felipe IV de Francia ordenó disponer una galería de reyes de Francia en la gran sala del palacio de la Cité de París, concluida en 1313, que incluso dejaba vacíos los emplazamientos de las estatuas de los sucesores del monarca reinante, dentro de un programa de exaltación de la dinastía no del todo extraño a la canonización de san Luis (38). La serie de la Sala del Gran Consiglio del Palacio Ducal de Venecia de principios del siglo xiv representaba a quienes habían ostentado el título de Dux, siguiendo quizás la estela de las series de pontífices de la basílica romana de San Pablo Extramuros y remontándose, como la parisina, a los orígenes de la institución y previendo los espacios para su continuación (39). El emperador Carlos IV tenía, en su castillo de Karlstein (Praga), un ciclo de imágenes consagrado a su propia genealogía (1355-1357) y Carlos V de Francia (1364-1380) decoró con una serie de retratos de la familia real la escalera del palacio del Louvre. Un claro sentido genealógico tienen los retratos de reyes y reinas de las Dos Sicilias que aparecen al comienzo de la Biblia de ,icolás d’Alife: se representan a las parejas reales de la dinastía de Anjou y su descendencia, desde su ascenso al trono de ,ápoles con Carlos I, hasta su nieto, Roberto I, quien debió encargar la obra hacia 1340 (40). Sin salir de la península Ibérica, Alfonso X el Sabio (1252-1284) ordenó desplegar una serie de efigies de los monarcas de Asturias, León y Castilla en el Salón de Reyes del alcázar de Segovia, que fue continuada por Enrique IV (41), y otra semejante, aunque más ambiciosa por remontarse a la monarquía visigoda, se pintó para el Salón de Embajadores del alcázar de Sevilla, en época de los Trastámara (42). ,o se sabe si fueron los ejemplos peninsulares o los ultrapirenaicos los que movieron a los reyes de ,avarra 65


Carlos II y Carlos III a decorar el palacio de Tudela con pinturas de monarcas y emperadores cristianos (43). De la manera de contemplar y mostrar estas series de imágenes tenemos noticia por testimonios literarios y figurativos. En Perlesvaus o el alto libro del Graal, el rey Arturo y Gauvain entran en una capilla decorada con pinturas que admiran mientras el sacerdote les explica que: […] estas pinturas son muy hermosas y muy leal era quien las hizo hacer. Mucho amaba a la dama y a su hijo por quien ordenó pintarlas. Ésta es una historia auténtica, continuó diciendo el sacerdote. / (Página 63) — ¿De quién es la historia, buen señor? preguntó el rey. —Del valvasor prohombre al que perteneció esta fortaleza, de mi señor Gauvain y su madre. Señor, dijo el sacerdote, mi señor Gauvain nació aquí dentro y fue bautizado y educado aquí como podéis ver ahí escrito y se llamó Gauvain […] (44). Este texto recoge el sentido histórico que tenían tal género de representaciones como medio para recordar a los antepasados y poner en claro el sentido de su descendencia hasta el presente, pero también insinúa una relación inmediata con un texto epigráfico («como podéis ver ahí escrito») e indirecta con una genealogía escrita o incluso con una crónica que enriquecerían la secuencia de imágenes y nombres. Así lo confirma la obra Castigos e documentos del rey don Sancho (1292), en la que se describen unos tejidos bordados donde «estaban escriptos los nombres de los reyes que reinaron ante él en la su casa; e estaba escripto en aquellas letras los bienes e males que cada uno dellos fecieron e los juicios que dieron» (45) (…)”. Página 61. Cita (34). “(…) Sobre estas ideas, véase el estudio clásico de E. H. Kantorowicz, The King’s Two Bodies. A Study in Medieval Political Theology, Princeton, 1957, p. 314-382. Hay edición castellana: E. H. Kantorowicz, Los dos cuerpos del rey, Madrid, 1985 (…)”. Página 61. Cita (35). “(…) A propósito, véanse las consideraciones de B. Palacios Martín, La coronación de los reyes de Aragón, 1204-1410. Aportación al estudio de las estructuras medievales, Valencia, 1975(…)”. Página 62. Cita (36). “(…) Sobre los componentes y el programa de la serie barcelonesa, véase J. Bracons i Clapés, «Operibus monumentorum...», op. cit., 1989, p. 213-215. El rey había expresado su voluntad de reunir las efigies de los once condes de Barcelona «titulum regium non habentes» y los ocho condes reyes «usque ad nostra tempora» en 1342; véase el documento publicado por A. Rubió i Lluch, Documents..., op. cit.., vol. I, 1908, documento CXII, p. 124-125 (...)”. Página 62. Cita (37). “(…) Sobre este tema puede consultarse el estudio de A. Martindale, Heroes, Ancestors, Relatives and the Birth of the Portrait, Groningen, 1988, p. 16-19. El caso francés ha sido analizado por B. Guenée, «Les généalogies entre l’histoire et la politique: la fierté d’être Capétien, en France, au Moyen Âge», Annales, Economies, Societés, Civilisations, 33-3, 1978, p. 450-477 (...)”. Página 62. Cita (38). “(…) Este precedente ha sido destacado por J. 66


Bracons i Clapés, «Operibus monumentorum...», op. cit., 1989, p. 212, para mostrar que Pedro el Ceremonioso pudo fijarse en él más que en las empresas patrocinadas por Carlos V, contemporáneas o a veces posteriores a las suyas. Sobre la gran sala del palacio de la Cité, su sentido dinástico y el precedente que pudo tener en una estancia del castillo de Hesdin (1301-1302), véase ahora F. Baron, «Sculptures», L’art au temps des rois maudits. Philippe le Bel et ses fils, catálogo de la exposición, París, 1998, p. 56-57. Acerca del papel de las imágenes esculpidas en el ensalzamiento de los Capetos promovido por Felipe IV puede consultarse M. Camille, The Gothic Idol. Ideology and ImageMaking in Medieval Art, 2ª ed., Cambridge, 1991, p. 291-292, con un análisis del fenómeno de la idolatría asociado a la imagen del poder secular. Hay traducción española publicada como El ídolo gótico, Madrid, 2000 (…)”. Página 62. Cita (39). “(…) A. Martindale, Heroes, Ancestors…, op. cit., 1988, p. 25-30 (...)”. Página 62. Cita (40). “(…) Biblia llamada de ,icolás d’Alife. Lovaina, Biblioteca Universitaria, ms. 1, fol. 4 (...)”. Página 62. Cita (41). “(…) En su forma original, la serie debía ser posterior a 1258. Al principio o en la renovación y ampliación de Enrique IV se agregaron a la dinastía astur-leonesa y castellana las figuras del conde Fernán González y del Cid. Sobre este conjunto, véase E. Tormo, Las viejas series..., op. cit., 1916, p. 17-29, y F. Collar de Cáceres, «En torno al “Libro de retratos de los Reyes” de Hernando de Ávila», Boletín del Museo del Prado, IV, nº 10, 1983, p. 3-35 (…)”. Página 62. Cita (42). “(…) Sobre la serie sevillana, derivación cierta de la del alcázar de Segovia, véase E. Tormo, Las viejas series..., op. cit., 1916, p. 31-41, y, con una perspectiva más / (Página 63) amplia, J. Yarza Luaces, «La imagen del rey y la imagen del noble en el siglo xv castellano», A. Ricquoi (ed.), Realidad e imágenes del poder. España a fines de la Edad Media, Valladolid, 1988, p. 273-274 (…)”. Página 62. Cita (43). “(…) Véase B. Leroy, «La Cour des rois de ,avarre dans la deuxième moitié du xive siècle et au début du xve siècle, un reencontré de techniciens», Anuario de Estudios Medievales, 16, 1986, p. 309. En realidad, se desconoce si esta serie tenía un sentido genealógico y dinástico, pero parece probable, a la vista de los vínculos que la casa de Evreux tenía con la monarquía francesa. Sobre la difusión de estas series icónicas en la península ibérica con un sentido propagandístico, legitimador y también moral para los príncipes, ténganse en cuenta los textos aducidos por M. Falomir Faus, «Sobre los orígenes del retrato...», op. cit., 1996, p. 179-182 (…)”. Página 63. Cita (44). “(…) Perlesvaus o el alto libro del Graal. Ed. de V. Cirlot, Madrid, 1986, p. 267. Agradezco al Dr. Francisco Gimeno que llamara mi atención sobre este texto, que él cita a propósito en F. Gimeno Blay, «De scripturis in picturis», Fragmentos, 17-18 19, 1991, p. 176-183, concretamente en la página 180 (…)”. Página 63. Cita (45). “(…) Castigos 67


e documentos del rey don Sancho, Madrid (Biblioteca de Autores Españoles), vol. LI, p. 79-228; la cita está tomada de la página 112 y ha sido recordada por M. Falomir, «Sobre los orígenes del retrato...», op. cit., 1996, p. 181 (…)”. CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Jaime I: El rey del linaje griálico. Las monarquías templarias europeas emparentadas con la casa de la Corona de Aragón, y el casal de Barcelona”. Abacus. Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: agosto 2012. Teosofía templaria: símbolo y emblema (6/6). ISSN 1989-8800. www.baucan.org www.JaimeI,Elreydelinajegrialico(4).pdf Páginas 16 y 17. “(…) Durante el periodo en que el monarca aragonés y mallorquín rehizo varias veces su testamento encargó una copia de la “Gesta Comitum Barcinonensium”, realizado a mediados del siglo XI (210). La pregunta es ¿para qué lo encargo el rey Jaime I? ¿Sería para ratificar su origen genealógico frente al linaje de los Capeto, con los que la casa condal de Barcelona, y posteriores monarcas de Aragón estuvieron enfrentados durante doscientos años? ¿Sería para ratificar su linaje griálico frente a las monarquías de los Plantagenet que ya lo estaban realizando mediante el encargo de las novelas griálico-templarias? ¿Pretendía el rey Jaime I que fuese reflejada su genealogía templaria y enlazarla con su genealogía griálica? Lo cierto es que uno de sus descendientes, -el rey Martín el Humano- profundizó en su genealogía encargando el “Rollo genealógico de la Corona de Aragón”, que se conserva en la biblioteca del monasterio de Poblet, y que contenía las genealogías desde Wifredo I el Velloso, Wifredo II, Mirón, Senifredo, Borrell, Ramón Borrell, Berenguer Ramón I, Ramón Berenguer I, Ramón Berenguer II, Ramón Berenguer III y Ramón Berenguer IV, más los ocho condes reyes: Alfonso II el Casto, Pedro II el Católico, Jaime I el Conquistador, Pedro III el Grande, Alfonso III el Liberal, Jaime II el Justo, Alfonso IV el Benigno y él mismo Pedro IV el Ceremonioso. En el contenido genealógico se pretendía mostrar el principio de legitimidad en que se basaba la unión de sus estados en la persona del monarca y en la institución de la corona. La iconografía del rollo de Poblet indica que tanto Jaime I como Martín el Humano tuvieron conocimiento de su ascendencia griálica. La emblemática que ilustra el rollo refleja las figuras reales de los personajes con un orbe, o pomo en la mano, símbolo de la deidad. Un emblema que fue transmitido desde la Protohistoria para identificar a la entidad divina, símbolo y emblema que fue adoptado con posterioridad por la Iglesia Católica. La corona real, símbolo de la sangre real. Refiriéndose a la sangre real transmitida desde la base que fue José de Arimatea, a través de los linajes reales de sus descendientes bretones, y carolingios, que entroncaron con las casas reales de Inglaterra, Francia y España. Y el cetro y la espada, símbolo el primero de la justicia, y el 68


segundo de la transmisión del secreto del “Conocimiento de Dios”, como casa templaria (…)”. (23). MORGAN, Nigel & ALCOY, Rosa & REINHART, Klaus. “Salterio Glosado anglo-catalán”. Libro de estudio. Bibliothèque nationale de France, París. ISBN: 978-84-96400-06-1. www.moleiro.com Sin paginar. “(…) Signatura: Lat. 8846. Fecha: s. XIII / XIV (…)”. (24). MORGAN, Nigel & ALCOY, Rosa & REINHART, Klaus. “Salterio Glosado anglo-catalán”. Libro de estudio. Bibliothèque nationale de France, París. ISBN: 978-84-96400-06-1. www.moleiro.com Sin paginar. F. 93r, salmo 53. Sálvame, Dios, en tu nombre. “(…) A partir del f. 93r la iluminación del maestro catalán conduce, sin nuevos saltos, hasta el final del códice. De hecho, este es el último de los folios en que Ferrer Bassa trabaja todavía, en parte, sobre el dibujo inglés. La miniatura se divide en dos registros, de los cuales tan sólo el superior es un trabajo mixto anglo-catalán. El salmo se refiere a David, que efectúa sus súplicas y pide ayuda a Dios para enfrentarse a sus enemigos. A cambio de su intervención ofrecerá sacrificios y alabanza al Señor. La imagen nos ofrece la visión de un espléndido templo abierto y del altar encajonado en su fachada de frontón triangular, que enmarcan bellas torres de planta circular. En las bases de las torres aparecen simulacros de capiteles invertidos que siguen genéricamente el diseño de los maestros ingleses. Dos grandes personajes, cercanos a un segundo altar, responden también a la organización de finales del siglo XII. Uno de ellos es un anciano sacerdote de larga barba que parece mostrar el fuego del sacrificio, al que se aproxima un pequeño asno, a un hombre armado de escudo y portador de una filacteria, alusiva, quizás, a la oración dirigida al Señor. La imagen se correspondería entonces con el sacrificio y la alabanza mencionados en el versículo 8: Voluntarie sacrificabo tibi, et confitebor nomini tuo Domine: quoniam bonum est // Yo te ofreceré un sacrificio voluntario, y alabaré tu nombre, Señor: porque es bueno. Este segundo personaje, algo más joven que el sacerdote, parece recibir además la bendición celestial, y pudiera encarnar a un David que, en salterios anteriores, habría tenido un protagonismo algo distinto, enlazando con los temas que ahora se desarrollan en la zona inferior. El salmo alude a la figura del sacerdote Achimelech, que habiendo ayudado a David fue ejecutado por Doeg Idumeo, siguiendo el mandato del rey Saúl (v. 2, vid. I Sam 22, 9). En el lado izquierdo, separado por una columna, un joven de rostro huraño cabalga al revés sobre una montura que no podrá guiar certeramente pese a blandir los azotes con que someter al animal. Por tanto, pese a su afán, no sabe a dónde va. La imagen puede aludir tanto a la ceguera de algunos como a ciertas formas de locura o sinrazón. En el comentario a este salmo, San Agustín se refiere al varón insensato o imprudente incapaz de alcanzar la inteligencia davídica. 69


En el registro inferior, Ferrer Bassa trabaja ya sin diseño inglés previo y alcanza a definir una primera serie de escenas de acusado carácter narrativo. Se trata de la historia de David y Saúl, elegida no tanto por el contenido oracional del salmo, sino por su inicio: v. 2, Cum venissent Ziphaei, et dixissent ad Saül: ,onne David absconditus est apud nos? // Cuando vinieron los Zifeos, y dijeron a Saúl: ¿Pues que no está David escondido entre nosotros? El rey Saúl en el palacio de Gabba es informado por sus consejeros de que David se encuentra en la colina de Hachila (“Ecce David absconditus est in colle Hachila”, I Sam 26,1). Allí lo vemos con sus compañeros de armas, con las defensas más sofisticadas. Situado entre dos grupos de soldados con escudos y lanzas, su figura destaca en el centro. En el primer término ha crecido un árbol, que se repite idéntico cuando se desea aludir de nuevo a este lugar montañoso en la escena siguiente, con una perspectiva distinta abierta sobre la zona derecha de la imagen. Este tipo de vegetación se convertirá a partir de ahora en uno de los tópicos paisajísticos del códice, pero aquí sirve para establecer un nexo narrativo muy claro que también se consigue gracias a la constancia y cuidado puesto en la representación de las indumentarias. Un complejo relato da pie al episodio siguiente, donde David y uno de sus acompañantes, identificable con Abisai, entran en la tienda real de Saúl, mientras sus colegas esperan fuera del campamento. Saúl, que se había desplazado con sus hombres en busca de David, duerme con la corona puesta en un lecho bajo, sin percibir que su contrincante le substrae la lanza y un vaso que se hallaban en la cabecera de este. Tampoco los soldados acaudillados por Abner, y que duermen ante la tienda azul, son capaces de percibir nada (I Sam 26,12). Así, su presencia es equiparable a la de los soldados romanos ante el sepulcro de Cristo. El desenlace implica la toma de conciencia sobre el peligro pasado. David y Saúl se reconciliarán, pero ni la miniatura ni el salmo se interesan por este aspecto. Se trata sobre todo de destacar el triunfo de David, que junto a su compañero se aleja del campamento demostrando que sin necesidad de empuñar las armas se ha impuesto a la adversidad. Las iniciales fueron dejadas en blanco, ya que el taller catalán trabaja sobre ellas libremente, sin ninguna pauta inglesa. En la primera D rematada por el acanto se ha dispuesto un pequeño orante de medio cuerpo. La intermedia es decorada con tema vegetal exclusivamente, pero en la tercera y mayor de las iniciales se impone la figura completa que mira hacia lo alto sobre fondo rojo ajedrezado. Destaca la disposición de su cuerpo, que muestra un perfil ladeado que, sin llegar a dar la espalda completamente al espectador, sugiere su conexión con aquello que sucede en las escenas superiores (…)”. (25). MORGAN, Nigel & ALCOY, Rosa & REINHART, Klaus. “Salterio Glosado anglo-catalán”. Libro de estudio. Bibliothèque nationale de 70


France, París. ISBN: 978-84-96400-06-1. www.moleiro.com Sin paginar. F. 3r, Escenas de la vida de Jesucristo. “(…) Bautismo de Jesucristo: Hic est filius meus. Ubi Johannes baptizavit Christum (Mt. 3: 13-17); las bodas de Canaán: ,uptie facte sunt in Chana Galylee (Jn. 2: 1); María le dice a Jesús que no queda vino: Dixit mater, Vinum non habent. Quid michi et tibi mulier est. Jhesus. Maria mater eius, Vinum non habent (Jn. 2: 3,4); Jesús convierte el agua en vino: Dixit Ihesus: Implete ydrias aqua (Jn. 2: 7); primera tentación de Cristo para que convierta las piedras en panes: Dic ut lapides isti panes sunt. ,on in solo pane vivit homo. Christus. Diabolus (Mt. 4: 3-4); segunda tentación de Cristo para que se arroje desde el pináculo del templo: ,on temptabis Dominum Deum tuum. Pinacula templi (Mt. 4: 5-7); tercera tentación de Cristo para adorar al diablo y cuatro reinos del mundo con todas sus riquezas: Ostendit illi omnia regna mundi et gloriam eorum. Hec omnia tibi dabo si cadens adoraveris. Dominum Deum tuum adorabis (Mt. 4: 8-10); los ángeles sirven a Jesús después de las tentaciones: Et accesserunt angeli et ministrabant ei (Mt. 4: 11); curación de un leproso: De curatione leprosi. Domine, si vis, potes me mundare. Volo. Mundare (Mt. 8: 1-4); la suegra de San Pedro sirve a Jesús después de haber sido sanada: Et surgens ministrabat illis (Lc. 4: 39); curación de la suegra de San Pedro: Ubi Ihesus tetigit socrum Simonis manu et sanavit eam a febre (Lc. 4: 38-39) (…)”. (26). MORGAN, Nigel & ALCOY, Rosa & REINHART, Klaus. “Salterio Glosado anglo-catalán”. Libro de estudio. Bibliothèque nationale de France, París. ISBN: 978-84-96400-06-1. www.moleiro.com Sin paginar. F. 4r, Genealogía de Jesé. “(…) Árbol genealógico de Jesé compuesto por dieciocho medallones circulares con seis bustos de profetas y apóstoles en cada columna. En la parte superior, Jesús aparece flanqueado por Pedro y Pablo. ,o resulta posible identificar individualmente a los cinco profetas debajo de los apóstoles. De figurar inscripciones en las filacterias que sostienen, su identificación podría haber resultado posible. Probablemente, son aquellos que podemos encontrar en las representaciones contemporáneas del árbol genealógico de Jesé y cuyas profecías hacían referencia a Jesús: Amós, Ezequiel, Habacuc, Oseas, Isaías, Jeremías, Joel, Malaquías y Miqueas. De abajo arriba, en la columna central, podemos observar el busto de Jesé, y, a continuación, los de tres reyes (dos de los cuales son probablemente David y Salomón), la Virgen María y Jesucristo. Masas de «ramos bizantinos» llenan los espacios que hay entre medallones (…)”. (27). MORGAN, Nigel & ALCOY, Rosa & REINHART, Klaus. “Salterio Glosado anglo-catalán”. Libro de estudio. Bibliothèque nationale de France, París. ISBN: 978-84-96400-06-1. www.moleiro.com Sin paginar. F.9r, salmo 4. Cuando lo invoqué, Él me atendió, oh Dios de mi 71


justicia. “(…) El salmo trata sobre la oración a Dios y los beneficios que reciben aquellos que se encomiendan a Él. Abajo a la izquierda, el salmista, el rey David, sostiene dos rollos de pergamino mientras se alza desde una caja con apariencia de ataúd, de forma que parece hacer referencia al dormir en paz (v. 9, in pace in idipsum dormiam et requiescam // En paz, yo dormiré y descansaré). Por encima de él observamos dos grupos de edificios y un árbol. David está mirando hacia arriba mientras uno de sus rollos se desenrosca hacia el busto de Dios que, situado entre el Sol y la Luna, lo bendice mediante los rayos que surgen de su mano (v. 2, Cum invocarem exaudivit me Deus iusticie mee... miserere mei et exaudi orationem meam // Cuando lo invoqué, Él me atendió, oh Dios de mi justicia ... Apiádate de mí y escucha mi oración). Un grupo de hombres armados con lanzas y escudos miran hacia el rey David que despliega su otro pergamino hacia ellos (v. 3, (F)ilii hominum usquequo gravi corde? Ut quid diligitis vanitatem et queritis mendacium?// Hijos de los hombres, ¿hasta cuando permanecerá vuestro corazón desabrido?, ¿por qué amáis la vanidad y buscáis la mentira?). Un hombre a su lado, que sostiene un bastón, permanece detrás de las jarras de vino y aceite y de un canasto de grano (v. 8, fructu frumenti: vini et olei sui multiplicati sunt // por el fruto del trigo, del vino y del aceite ellos se multiplican) al tiempo que gesticula a otro hombre que posee caballos, ovejas y cabras. Arriba a la derecha, un grupo de hombres ante un altar, algunos de los cuales portan lanzas, ofrecen para el sacrificio un cordero y una copa al sacerdote del edificio, que probablemente representa un templo, en cuyo interior se encuentran tres hombres (v. 6, Sacrificate sacrificium iusticie et sperate in Domino // Ofreced sacrificios de justicia y encomendaos al Señor) (…)”. (28). MORGAN, Nigel & ALCOY, Rosa & REINHART, Klaus. “Salterio Glosado anglo-catalán”. Libro de estudio. Bibliothèque nationale de France, París. ISBN: 978-84-96400-06-1. www.moleiro.com Sin paginar. F. 19r, salmo 10, En Dios yo confío. “(…) Este salmo se centra en la confianza del justo en Dios. El Señor, con una filacteria, está sentado en un templo (v. 5, Dominus in templo sancto suo: Dominus in celo sedes eius // El Señor está en su templo sagrado: el trono del Señor está en los cielos). A la derecha, volviéndose hacia Dios, un hombre sosteniendo una balanza (v. 8, Quoniam iustus Dominus et iusticias dilexit // Pues el Señor es justo y ama la justicia) dirige un rollo hacia un grupo de hombres con lanzas que gesticulan hacia él (v. 2, In Domino confido // En Dios yo confío). A su vez, este hombre señala un pájaro que huye de él (v. 2, transmigra in montem sicut passer // escapa hacia la montaña cual gorrión). Debajo del ave, hay tres figuras sedentes discutiendo, «los rectos de corazón», asaetados por los tres impíos debajo con arcos y flechas mientras una nube oscura aparece por encima de ellos (v. 3, Quoniam ecce 72


peccatores intenderunt arcum: paraverunt sagittas suas in pharetra, ut sagittent in obscuro rectos corde // Porque los impíos han tensado su arco: han dispuesto sus flechas en el carcaj para disparar en la oscuridad a los rectos de corazón). A la derecha de los arqueros tres hombres están demoliendo una iglesia con picos y un mazo (v. 4, Quoniam que perfecisti destruxerunt // Pues ellos han destruido las cosas que tú has hecho). Las piedras de la iglesia caen suelo. Arriba a la derecha, en una mandorla, un demonio escupe y vierte llamaradas sobre un grupo de hombres atemorizados, uno de los cuales aparece representado con su túnica ondulando contra el viento (v. 7, Pluit super peccatores laqueos: ignis, sulphur et spiritus procellarum pars calicis eorum // Él hará llover fuego, azufre y tormentas de aire sobre los pecadores por porción de su copa). El trazado del paisaje cerril enmarca los diferentes grupos (…)”. (29). MORGAN, Nigel & ALCOY, Rosa & REINHART, Klaus. “Salterio Glosado anglo-catalán”. Libro de estudio. Bibliothèque nationale de France, París. ISBN: 978-84-96400-06-1. www.moleiro.com Sin paginar. F. 100r, salmo 57 Si verdaderamente habláis justicia. “(…) El salmo se inicia con una exhortación a los jueces, hijos de los hombres, para que su juicio sea recto (v. 2, Si vere utique justitiam loquimini: recta judicate, filii hominum // Si verdaderamente habláis justicia; juzgad con rectitud, hijos de los hombres). La miniatura muestra en primer lugar al magistrado, que ahora comparece frontal y entronizado, con el texto de la ley en la mano. Se rodea de aquellos que deben dar testimonio sobre las cuestiones que deberá examinar, al tiempo que un escribano de menor tamaño, sentado en el suelo, levanta acta de la sesión. La figura del escribiente fue habitual en la miniatura catalana de la primera mitad del siglo XIV, sobre todo en libros de Usatges y Constituciones de Cataluña, entre los que destacan para la fase italianizante tanto el Llibre Verd de Barcelona como el códice conservado en la Paeria de Lérida (ms. 1327). El salmo, plasmado de nuevo en dos registros, se refiere a las injusticias obradas por mano del hombre. La escena que limita con la del juez representa el asesinato y robo de tres individuos: uno desnudo y otro en ropa interior aparecen ya muertos, mientras un tercero está siendo herido con una espada por una pareja de maleantes que parecen haber vendido sus servicios a un tercer malhechor que negocia con ellos, recordando los feos juegos de los soldados al pie del Calvario. Como anuncia san Agustín, a partir de una primera caída el pecado se multiplica (Connexum est peccatum peccato). El tercer espacio es menor e incluye una sola figura: un juez que avanza por el camino angosto de la vida. Transita con un libro abierto y deberá enfrentarse a la serpiente o áspid sordo que tapa sus orejas –el reptil enroscado que se representa oculto en el arbusto que crece al lado de la estrecha senda– (v. 5, Furor illis secundum similitudinem serpentis: sicut aspidis surdae et obturantis aures suas // El furor de ellos es semejante al 73


de la serpiente: como el del áspid sordo, y que tapa sus orejas) y que, según reza el salterio, emparenta así con los pecadores y los malos hombres que, como los leones del cuadro siguiente, verán su orgullo conturbado. Los leones son mostrados ahora como figuras rampantes que Dios ataca por medio de ángeles arqueros detentores de su voluntad o de la cólera divina, como se ha visto ya en situaciones precedentes (v. 7). Entre los dos grupos de felinos corre un río que refleja el contenido de uno de los versículos del texto (v. 8, Ad nihilum devenient tamquam aqua decurrrens: intendit arcum suum donec intirmentur // Se reducirán a la nada como agua que corre: tuvo entesado su arco, hasta que sean debilitados). Que el castigo de los malvados provoca el placer de los elegidos es una premisa conocida, que el salmo sentencia (v. 11, Laetabitur justus cum videret vindictam: manus suas lababit in sanguine peccatoris // Se alegrará el justo cuando viere la venganza, sus manos lavará en la sangre del pecador) y que se refleja aquí en el monje que lava sus manos en una fuente de la que brota un líquido rojo (sangre del pecador) para acto seguido dirigir su rezo y alabanza a la divinidad. Esta responde rodeada de ángeles orantes sobre el arco del cielo. Jo cabe duda de que el elemento más llamativo es la fuente trecentista de base poligonal y color gris-blanco, que imita el mármol y contrasta con el líquido rojo, sobre un paisaje abierto. Recuerda algunas de las pinturas que Pietro Lorenzetti destinó a la predela de la Pala del Carmine (c. 1329), donde cabe subrayar la presencia de fuentes monumentales de tipo similar. La soberbia conlleva su destrucción y el castigo supone el descenso de los condenados al Infierno. Esta es la secuencia elegida por el pintor para cerrar las imágenes, la garganta abierta y temible del Leviatán, en la que se amontonan seres humanos vestidos y desnudos. Estos son empujados por cuatro demonios negruzcos que, pese a la cabeza monstruosa, las garras, las alas de murciélago y la cola que los caracterizan, describen siluetas antropomorfas (…)”. (30). MORGAN, Nigel & ALCOY, Rosa & REINHART, Klaus. “Salterio Glosado anglo-catalán”. Libro de estudio. Bibliothèque nationale de France, París. ISBN: 978-84-96400-06-1. www.moleiro.com Sin paginar. F. 101V, SALMO 58. Sácame, Dios mío, de mis enemigos. “(…) La miniatura de este salmo, descrito como “cántico de resurrección”, juega a las oposiciones en los espacios ofrecidos por dos registros. Siguiendo una vez más la alusión del inicio del salmo (...quando missit Saül, et custodivit domus ejus, ut eum interficeret // cuando envió Saúl, y puso guardias a su casa, para matarle), retornamos a la historia de Saúl, que hace vigilar la casa de David con el fin de acabar con su vida (I Sam 19,11). Micol, la esposa de David, conocedora de los planes de Saúl, advierte a su marido y lo descuelga por la ventana de una torre cuadrangular que alude a su vivienda, con lo cual este es salvado del acoso de su perseguidor 74


(“Deposuit eum per fenestram: porrò ille abiit, et aufugit, atque salvatus est”, I Sam 19,12). En la misma escena un grupo de soldados malcarados espera inútilmente mientras huye su presa. Una ciudad asediada por perros famélicos precede esta escena (v. 7, Convertentur ad vesperam: et famen patientur ut canes, et circuibunt civitatem// Volverán a la tarde: y padecerán hambre como perros, y darán vueltas a la ciudad). Paralelamente el tema busca poner de manifiesto que el alma debe construirse como una fortaleza inexpugnable, ya que, aunque se dedica a Dios, puede ser atacada en cualquier momento (v. 10 Fortitudinem meam ad te custodiam, quia Deus susceptor meus es // Guardaré para ti mi Fortaleza, porque tú eres Dios amparador mío). Todo ello se refleja en dos secuencias contiguas separadas por un marco rojizo, pero en las que los elementos arquitectónicos son muy prominentes. David prefigura a Cristo. Este escapará del asedio de sus enemigos, incluidos los guardianes de su tumba, con un gesto que sorprenderá a todos (v. 9, Et tu Domine deridebis eos: ad nihilum deduces omnes gentes // Mas tú, Señor, te burlarás de ellos: anonadarás a todas las gentes). El triunfo ante una muerte que también persigue a David sin conseguir su fin se manifiesta en la Resurrección. Con ella se debe sorprender incluso a los más próximos, al tiempo que pasa desapercibida a la guardia romana que se halla completamente dormida a los pies del sepulcro. Una vez desplazada la tapa, Jesús es representado emergiendo de la caja de piedra jaspeada, en una de las primeras imágenes explícitas de la resurrección que se conocen en la pintura gótica catalana. De nuevo la imagen superior rompe completamente el marco y engrandece la figura de Cristo, que muestra sus heridas cubierto con un manto rosa. En su mano derecha blande la cruz convertida en lanza y en la izquierda un rollo con una inscripción ficticia. El tema reemplaza la habitual Visita de las Marías al sepulcro. Adviértase además que el sepulcro equivale en este caso a la casa abandonada por David, según expone san Agustín con gran claridad, una idea que debió de favorecer y justificar la elección de la Resurrección frente a la Visitatio Sepulchri. En el registro inferior se definen dos espacios: el de los hombres ciegos a la divinidad, encerrados en un recinto con los ojos vendados, y aquel que permite traspasar el dintel de la ceguera y advertir la presencia de Cristo para alcanzar, a continuación y mediante el ritual del bautismo, la adscripción a la Jueva Ley. El sentido de la vista tiene una importancia primordial como símbolo de la fe que se opone a la vieja Sinagoga invidente y a la ceguera de los judíos, representados por los hombres situados a la izquierda, incapaces de reconocer al verdadero Dios. Sólo algunos cederán a su falta de visión y serán bautizados por la Iglesia 75


nueva. Un sacerdote procede en este sentido bautizando en una piscina comunitaria a hombres adultos que se convertirán ad vesperam, según san Agustín, después de hacer penitencia (Act 2,38). La pila bautismal de perfil lobulado puede ser relacionada con las representadas en el retablo de san Marcos (Manresa) y en el Decretum Gratiani de Londres. Los judíos son comparados con los perros que deben tener hambre y deseo de la gracia divina para recuperar a Dios. Dicha comparación puede haber sugerido el acoso de la ciudad de puertas cerradas, en torno a la cual vagan y deambulan perros de distintas razas y coloraciones. La última escena del registro inferior es protagonizada por Cristo, sobre una pequeña montaña, con un rollo en cada mano y bajo el espacio que corresponde a la Resurrección. Planea aquí la Transfiguración en el monte Táber, aunque no se trata de este episodio, que aparece representado en el f. 132r. El número de asistentes no es el habitual y podemos concluir que se trata de una alusión genérica a la presencia divina que se define sobre los planteamientos previos, en torno a la conversión y la aceptación de la Ley divina, la nueva ley, una vez ha caducado la antigua (…)”. (31). “Día 1º de mayo. Santos Felipe y Santiago Apóstoles (+ hacia 54 y 63)”. www.santos5-6.pdf Página 593. Día 28 de junio. San Ireneo, obispo y mártir (130-208). “(...) A través de los siglos, cada vez que las tinieblas, representadas por la herejía y el error, han querido oponerse a las doctrinas salvadoras de la Iglesia, del seno de la misma han surgido lumbreras que la han iluminado con la claridad de su ingenio y la sugestión de sus ejemplos. Los campeones de la Iglesia han sido en todo tiempo antemural de la buena causa. Contra el arrianismo se alzó San Atanasio; contra los pelagianos, Sun Agustín. San Ireneo desempeñó un papel importantísimo en la época delicada de los albores del Cristianismo; ante él surgieron multitud de errores que recibieron el nombre genérico de «gnosticismo». Juestro Santo, que a la sazón ocupaba la sede episcopal de Lyón, luchó con tenacidad sosteniendo sabias y prolongadas discusiones, que le merecieron en la antigüedad el sobrenombre de «hacha de la herejía». Tertuliano le llama «diligentísimo investigador de todas las buenas letras». Por otra parte, San Ireneo ocupa un lugar preeminente en la Historia de la Iglesia, pues su obra es como eslabón de oro que enlaza la doctrina de los Santos Padres con el espíritu del Evangelio: de sus labios parecían / (Página 594) brotar aún los prístinos ecos de la palabra de Cristo. ,o sin motivo fue contado entre los «Padres apostólicos», título que comprende a los escritores contemporáneos de los Apóstoles o que pudieron conocer a alguno de ellos (...)”.Página 596. La lucha contra la herejía: Gnosticismo. “(...) El «gnosticismo» fué en el siglo II lo que en 76


los comienzos del siglo XX se ha dado en llamar «intelectualismo», la teoría, o mejor, la idolatría del progreso, que pretende reemplazar la religión y la moral. Los gnósticos tenían empeño en establecer una religión científica, razonada: la palabra gnosis significa conocimiento, que en sí no tiene nada de censurable; pero las sutilezas del lenguaje que se introdujeron con tal motivo condujeron a conclusiones inverosímiles y extravagantes, que devastaban lastimosamente las florecientes cristiandades del Saona y del Ródano. A Ireneo le hacía sonreír la ridiculez de tales extravagancias; pero pronto se dió cuenta del inmenso alcance que tomaba el error entre la gente sencilla, seducida por la sutileza de la doctrina y el ropaje de ilustración con / (Página 598) que se presentaba. Entonces escribió su Libro contra las herejías, admirable composición en cinco partes, escrita en lengua griega. Contra esos adversarios peligrosísimos el autor emplea los recursos de la más vigorosa dialéctica. Expone la herejía del gnosticismo en toda su desnudez y esta exposición, a menudo irónica, es ya una refutación. «Cuando una fiera dañina — dice— se oculta en la selva, el que la persigue aclara la maleza con el fin de que se la vea». Luego, sin darles tregua, los persigue en sus más extravagantes sinuosidades. Para el cristiano es sumamente consolador hallar en época tan remota expuestas las creencias con nitidez perfecta, gracias a la pluma de San Ireneo. Sirva de ejemplo el párrafo siguiente: «La Iglesia de Cristo, extendida ya por toda la tierra, recibió de manos de los Apóstoles y de sus discípulos el depósito de la fe que profesa. Consiste esta fe en creer en un solo Dios, Padre todopoderoso, que creó el cielo y la tierra, el mar y cuando en él existe; y en Jesucristo, Hijo de Dios, que se hizo hombre por salvarnos, y en el Espíritu Santo que, por boca de los Profetas, anunció los designios divinos a los tiempos venideros; la venida de Jesucristo, su nacimiento del seno de una Virgen, sus padecimientos y su muerte; su resurrección y ascensión a los cielos, donde está sentado al lado del Padre, para resucitar a todos los hombres y dar a cida uno el premio o castigo según sus obras; a fin de que en la presencia de Jesucristo, Señor Dios, Salvador y Rey, toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en los infiernos, conforme se ordenó por Dios su Padre, y que toda lengua le confiese y le dé el homenaje merecido. Creemos que lus espíritus rebeldes, los demonios, los impíos, los malvados, los hijos de la iniquidad y los blasfemos, serán castigados con el fuego que no cesará nunca; y que los siervos de Dios, los que guarden su inocencia o la recuperen por la penitencia perseverando en la fidelidad de sus mandamientos, serán premiados con el don de una vida eterna e incorruptible en el seno de una gloria inmortal». 77


San Ireneo expresa con claridad y precisión extraordinaria la misión de la Santísima Virgen como Corredentora: «Así como Eva —dice—, teniendo marido, pero conservándose virgen, fue luego, por su desobediencia, causa de perdición, no sólo para sí, sino para la Humanidad entera; así María, hallándose desposada y manteniéndose virgen, fue, por su obediencia, motivo y causa de salvación para sí y para toda la Humanidad». A continuación añade sobre el mismo asunto: «Así como Eva se dejó seducir por las palabras de un ángel y abandonó a Dios faltando a su palabra, así María recibió de boca de un ángel la venturosa nueva de que engendraría a Dios obedeciendo a su palabra. Y, si la primera fue desobediente a Dios, la segunda, la Virgen María, se hizo su esclava para que fuese abogada de la virgen Eva. Y así como el género / (Página 599) humano fué llevado a la muerte por una virgen, por una virgen también fue salvado; la balanza está en equilibrio: la desobediencia de una virgen, compensada por la obediencia de la Virgen». Pasma asimismo la claridad con que nos habla del principio supremo y del magisterio infalible del Sumo Pontífice, y en términos tan elocuente y tan sólidamente fundados que un profesor protestante, andando el tiempo, hubo de exclamar: «Si los libros de Ireneo son auténticos, es necesario que nos hagamos todos católicos romanos». En su juventud el futuro obispo de Lyón tuvo por maestro a San Papías, obispo de Hierápolis, que profesaba la opinión milenarista, según la cual el Mesías debía venir un día a la tierra y reinar corporalmente durante mil años. Ireneo siguió en este punto la opinión de su maestro, pero es preciso recordar que, en su tiempo, el milenarismo era una opinión que podía aún discutirse libremente. En el siglo V San Agustín le dió el golpe de gracia, presentando una interpretación exacta del Apocalipsis, en el que pretendía apoyarse el milenarismo (...)”. (32). “Día 1º de mayo. Santos Felipe y Santiago Apóstoles (+ hacia 54 y 63)”.www.santos5-6.pdf Página 121. Día 12 de mayo. San Epifanio, obispo y Doctor de la Iglesia (310-403). “(...) Mereció San Epifanio ser llamado el «Jerónimo de Oriente». De él hace mención el Martirologio romano de esta manera: «En Salamina de Chipre. San Epifanio obispo; fue muy erudito y conocía admirablemente la Sagrada Escritura, y no menos ilustre por la santidad de su vida, su celo en sostener la fe católica, su liberalidad con los pobres y el don de milagros». Jació San Epifanio por los años de 310 en Bezanduca —hoy día Bet Dehibrin-, en la provincia de Gaza de Palestina. Era por entonces una aldea situada no lejos de Eleuterópoli, sede episcopal sufragánea de Cesárea. Sus padres eran judíos muy pobres que se sustentaban del trabajo de sus manos: el padre ganaba el jornal labrando la tierra, y la madre hilando lino. 78


Siendo de diez años quedó huérfano, con una hermanita llamada Calitropes. Hubiera, sin duda, muerto de hambre y de necesidad, si Dios nuestro Señor, que le había escogido y le quería hacer lumbrera de su Iglesia, no hubiese movido a un judío, llamado Trifón, hombre rico y muy docto en su ley, para que, agradándose mucho de la buena inclinación y gracia de Epifanio lo tomase para tenerle en su casa, criarle y adoptarle por hijo. Jada descuidó Trifón para instruir a Epifanio en todo género de ciencias. Envióle a Alejandría, donde llevó vida santa y estudiosa a pesar de que / (Página 122) aquella ciudad era teatro de disolutas costumbres, y que los cristianos de ella profesaban la herejía de los gnósticos. Mostró San Epifanio particular talento para el estudio de las lenguas, por o que le llamaron «pentáglota» o «el que sabe cinco lenguas»; de esos cinco idiomas: griego, hebreo, siríaco, copto y latín, le fue menos familiar este último. Esperaba Tritón poder hacerle heredero de toda su fortuna y darle por marido a una sola hija que tenía. Pero Trifón y su hija murieron y con ello quedó Epifanio dueño de grandes riquezas. Por entonces le atrajo el Señor, por medio de un santo monje llamado Lucino, al conocimiento de la verdadera fe. Él y su hermana Calitropes se convirtieron a nuestra santa religión y se bautizaron. A l tiempo que Epihnio llegaba a la pila para ser bautizado, se le cayó el calzado de sus pies y, movido de lo que consideró prodigio, nunca en su vida quiso tomar calzado, antes siempre anduvo descalzo (...)”. (33). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “El secreto templario: Lo que la Iglesia de Roma quiso ocultar, a través de la intrahistoria de las leyendas griálicas medievales”. Abacus. Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: febrero 2013. El Temple antes del Temple (3/3). ISSN 1989-8800. www.ElsecretoTemplario.pdf www.baucan.org Página 29. El exterminio de la iglesia juanista. “(…) Después de la muerte de María, la madre de Jesús El Cristo antes del año 62 d. C.; de la muerte de Santiago, el hijo adoptivo de María, fruto del primer matrimonio de su esposo José, en el 62 d. C., de que tuvieran lugar varias revueltas y éxodo de los judeocristianos, los familiares de Jesús vieron peligrar sus vidas y se marcharon de Israel, muchos años antes de que Juan fuese desterrado a la isla de Patmos. José de Arimatea, el tío de María, se hizo cargo de la dirección familiar y religiosa de la Iglesia de Jesús el Cristo en el exilio, reivindicando la figura de Juan, como sucesor de Jesús y pretendiente al trono de Israel; y, custodiando el linaje de los descendientes de dicho linaje (…)”. (34). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “El secreto templario: Lo que la Iglesia de Roma quiso ocultar, a través de la intrahistoria de las leyendas griálicas medievales”. Abacus. Revista digital de la asociación BAUCÁN, 79


filosofía de las armas templarias. Edición especial: febrero 2013. El Temple antes del Temple (3/3). ISSN 1989-8800. www.ElsecretoTemplario.pdf www.baucan.org Página 29. La huída de Israel de la familia de Jesús El Cristo. “(…) Las primeras migraciones de judeocristianos se produjeron dentro del mismo reino de Israel, desde Jerusalén a Judea y Samaría (183), después pasaron hacia Fenicia, Chipre y Antioquía (184), donde en este último lugar se autodenominaron cristianos (185). Muy posiblemente este fuese el itinerario del recorrido iniciado por José de Arimatea y su familia. En tiempos de Jesús El Cristo, existió un sacerdote pontífice del templo de Jerusalén llamado Josefo (186), cuyo nombre coincide con el hijo de José de Arimatea que fue obispo en Sarraz (Persia), a donde se desplazó la familia (187). Entre los familiares que marcharon con José de Arimatea se hallaba su hermana y su cuñado Bron (188) (…)”. Página 101. Citas. “(…) (183). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y ,uevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 1011. Primera diáspora: Judea y Samaría. Saulo persigue a la Iglesia. Hechos 8, 1-3. “(…) 1. Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaría, salvo los apóstoles. 2. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto por él. 3. Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y mujeres, y los entregaba en la cárcel (…)”.Página 1011. Primera diáspora: Judea y Samaría. Predicación del evangelio en Samaría. Hechos 8, 4-5. “(…) 4. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. 5. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaría, les predicaba a Cristo (…)”. (184). Ibidem. Página 1016. Itinerario de los judíos exiliados en la primera diáspora. La iglesia de Antioquía. Hechos 11, 19. “(…) Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución, que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sólo a los judíos (…)”. (185). Ibidem. Página 1016. Los judíos fueron denominados por primera vez cristianos, en Antioquía. Hechos 11, 26. “(…) Y se congregaron allí todos con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía (…)”. (186). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 107. Evangelio Árabe de la Infancia. “(…) este Evangelio Árabe de la Infancia que en su primera parte está claramente basado en el Protoevangelio de Santiago y en su segunda en el Evangelio de Tomás, añadiendo otros incidentes milagrosos, sorprendentes y algunas veces hasta grotescos, como el de los niños convertidos en cabritos 80


(…)”.Página 111. Evangelio Árabe de la Infancia Palabras de Jesús en la cuna. “(…) I.1. Encontramos lo que sigue en el libro del pontífice Josefo, sacerdote que vivió en los tiempos de Cristo y a quién algunos identifican con Caifás (…)”. (187). MALORY, Sir Thomas. “La muerte de Arturo”. Volumen I, y III. Traducción de Francisco Torres Oliver. Colección: Sección de Lecturas Medievales nº 16. Madrid. Ediciones Siruela. 1985. Páginas 72 y 73. “(…) treintay dos años después de la pasión de Juestro Señor Jesú Cristo que José de / (Página 102) Arimatea, el gentil caballero que bajó a Juestro Señor de la santa Cruz, que partió en aquel tiempo de Jerusalén con gran parte de sus parientes con él. Y se esforzó hasta que llegó a una ciudad llamada Sarras. Y en aquella misma horaque José llegaba a Sarrás había un caballero llamado Evelake que tenía gran guerra contra los sarracenos, y en especial contra uno, el / (Página 73) cual era primo del rey Evelake, un rico rey y poderoso que lindaba con esta tierra, y cuyo nombre era Tolleme la Feintes. Y un día se encontraron estos dos para hacer batalla. Entonces José, hijo de José de Arimatea, fue al rey Evelake y le dijo que sería desbaratado y muerto, a menos que abandonase su creencia en la vieja ley y creyese en la nueva ley. Y entonces le mostró la derecha creencia de la Santísima Trinidad, la cual aceptó él de corazón, y allí fue hecho este escudo para el rey Evelake, en nombre de aquel que murió en la cruz. Y entonces por su buena creencia tuvo lo mejor del rey Tolleme. Pues cuando Evelake estaba en la batalla, llevaba un paño delante del escudo, y cuando estaba en el más grande peligro apartaba el paño, y entonces sus enemigos veían la figura de un hombre en la cruz, por donde eran todos desbaratados. Y acaeció que le fue cortada una mano a uno de los hombres del rey Evelake, y llevaba aquella mano en su otra mano; y llamó José a aquel hombre, y le mandó que con buena devoción tocase la cruz. Y tan presto como hubo tocado la cruz con su mano, ésta quedó tan sana como había estado antes. Y poco después acaeció una gran maravilla, que desapareció la cruz del escudo un tiempo, de manera que ninguno supo que había sido de ella. Y entonces fue bautizado el rey Evelake, y la mayor parte de la gente de aquella ciudad. Y poco después quiso partir José, y el rey Evelake deseó ir con él quisiese o no. Y por fortuna vinieron a esta tierra, que en aquel tiempo se llamaba Gran Bretaña; y en ella hallaron a un gran felón pagano, el cual puso a José en prisión. Y por fortuna le llegó voz a un hombre de merecimiento llamado Mondramen, y reunió a toda su gente por el gran renombre que había oído de José; y entró en la tierra de Gran Bretaña y desheredó a este felón pagano, y lo confundió, y luego libró a José de prisión. Y después de eso toda la gente se volvió a la fe cristiana (…)”. (188). MATTEWS, John. “El santo grial”. Madrid. Editorial Debate. 1988. Página 6. José de Arimatea. “(…) La historia comienza con José de Arimatea, rico hebreo que se hizo cargo 81


del cuerpo de Cristo para enterrarlo y que, según se creía, se quedó también en posesión del cáliz utilizado por Jesús en la Última Cena. Mientras está lavando el cuerpo, preparándolo para la sepultura, José recoge en el cáliz la sangre que se vierte de las heridas. Tras la desaparición del cuerpo, se acusa a José de haberle robado y se le encierra en prisión sin alimento alguno. Allí se le aparece Cristo, quién, bañada en una luz resplandeciente, le confía el cáliz, lo instruye en el misterio de la Misa –y, según se dice en otros secretos- y desaparece. Milagrosamente, José se mantiene con vida gracias a una paloma que entra en su celda cada día y deposita una hostia en el cáliz. Queda en libertad el año 70 y marcha al exilio junto a un pequeño grupo de seguidores, entre los que figura su hermana y el marido de ésta, Bron. Construyen una mesa, llamada la primera mesa del Grial, que representa la Mesa de la Última Cena y a la que se sientan doce personas; el puesto de Cristo es ocupado por un pez. Un décimo tercer asiento, que representa expuesto de Judas, permanece vacío a partir del momento en que un miembro de la orden procurase instalarse en él, habiendo sido “decorado” por el mismo; posteriormente, a este asiento se lo denomina Sitio Peligroso. Según algunas versiones, José se embarca hacia Gran Bretaña, donde funda la primera iglesia cristiana / (Página 103) en Glanstonbury, dedicándosela a la madre del Salvador. El Grial queda en esta iglesia, donde es empleado como cáliz de la misa (en la que participa toda la comunidad) que luego se conocerá como Misa del Grial. En otras versiones, José no llega más allá del continente europeo, y la custodia del cáliz pasa a Bron, quién acaba siendo conocido como el Rico Pescador (después de haber dado de comer a tola la orden con un solo pez, reiterando el milagro de Cristo). El grupo se establece en un lugar llamado Avaron (que podría ser el mismo Avalón, el Más Allá de los celtas, identificado asimismo con Glastombury), en espera de la llegada del Tercer Custodio del Grial, Alain. En Muntsalvach, el Monte de la Salvación, construyeron un templo para albergar el cáliz y fundan la Orden de Caballeros del Grial, que se reúne alrededor de una segunda Mesa, donde todos participan en un festín sagrado que surge del grial; también celebran una especie de misa en la que oficia como sacerdote el Custodio del Grial, al que ahora se llama Rey. Al poco tiempo, el Custodio recibe una misteriosa herida de lanza –en los muslos o en los genitales, según las versiones-, atribuida a diversas causas: la pérdida de la fe, el amor de una mujer (quebrantando el voto de castidad) o un golpe accidental propinado por un extraño en defensa propia. A partir de entonces, al custodio se lo denomina El Rey Herido o Mutilado, y la región que rodea el castillo del Grial queda yerma, conociéndosele a partir de aquí como la Tierra Desolada, en clara relación con la herida sufrida por el Rey. La lanza que le hiriera acaba siendo identificada con la lanza de 82


Longino, el soldado romano que, según la tradición, hirió encostado de Cristo en la cruz. Esta lanza, el Grial, una espada y una fuente o bandeja (que en las versiones más primitivas de la historia anterior una cabeza humana, y en las más tardías se confunde con el propio Grial) son los objetos sagrados que se custodian en el castillo del Grial (…)”. Página 8. “(…) ¿Por qué guardaron silencio los padres de la Iglesia? Quizá porque algunos asociaban el Grial con ciertas herejías, e incluso es posible que se dieron intentos de fundar una segunda Iglesia, con el Grial como símbolo central. O quizás reconocieran los elementos tomados de fuentes no cristianas. Por la razón que fuese, mantuvieron silencio. Tal vez esto contribuyera a difundir la idea de un culto secreto al Grial, pero al no denunciarlo cortaron que se convirtiera en motivo de especulaciones. Quizá creyeran que, con la eliminación de la herejía cátara del sur de Francia (que, como veremos, guardaba mucha relación con el Grial), la cuestión se extinguiría por sí sola. ,o sucedió así, como lo demuestra la continuidad de la tradición. Sin embargo, el origen de ésta no resulta claro, y las numerosas interpretaciones del símbolo acentúan la confusión. A principios del siglo XII casi nadie había oído hablar del Grial; a finales del XIII era difícil encontrar a alguien que no lo conociera (…)”. Páginas 29. Preservación e implantación de la Iglesia Juanista en Gran Bretaña, Sur de Francia y Menorca. “(…) José de Arimatea y sus parientes, los mismos que habían descendido el cuerpo de Jesús y lo habían amortajado (189), preservaron e implantaron la base de la Iglesia gnóstica de Jesús El Cristo en Gran Bretaña, sur de Francia y Menorca. ¿Por qué se dirigieron José de Arimatea y sus familiares a Gran Bretaña? Porque existía una comunidad judía que había podido vencer a los romanos (190). / (Página 30) Por otro lado, Santiago “El Justo”, hermano adoptivo de Jesús viajó a España (191), pero ¿a dónde? ¿Pudo haber hecho escala en Menorca, porque desde la Antigüedad existía una colonia de judíos? Lo cierto, es que años después, uno de los objetivos de SauloPablo fue el de viajar hasta España (192). ¿Querría Saulo-Paulo erradicar también la posible colonia judeocristiana existente en Menorca? La documentación bibliográfica coincide en un aspecto con las leyendas griálicas, y con las referentes a la llegada del grupo de María Magdalena con José de Arimatea al sur de Francia. En estos tres puntos existió una primitiva iglesia judeocristiana, en cuyas prácticas eucarísticas participaban las mujeres. Se tiene constancia, y se ha demostrado en este trabajo de que en tiempos de Saulo-Paulo habían diaconisas. Por lo tanto, podría ser que la primitiva Iglesia gnóstica de Jesús el Cristo, trasmitida por la línea familiar exiliada de Israel, se estableciera en la geografía francesa, menorquina y británica hasta que fue erradicada o por lo menos, se quiso erradicar, quedando pequeños corpúsculos, cuyas referencias aparecen en la literatura griálica (193). Otro dato que hay que tener en 83


cuenta fue el del rito del lavatorio de pies en la Iglesia de Jesús El Cristo (194), costumbre que se mantuvo ligado a la primitiva Iglesia de Jesús El Cristo importada por José de Arimatea en Gran Bretaña, y que posteriormente fue utilizado y mantenido por la orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Jerusalén, existiendo vestigios literarios en la “,avigatio sancti Brandani”, así como en algunas basílicas paleocristianas de la isla de Menorca (195) (…)”. Página 103. Citas. “(…) (189). AMBELAIN, Robert. “Los secretos del Gólgota. La historia no manipulada de Jesús y el cristianismo”. Enigmas del cristianismo. www.robert_ambelain_los_secretos_del_golgota_02.pdf Página 68. El evangelio de los Doce Apóstoles. (Apócrifo). “(…) “Él (Pilato) llamó al segundo. Le dijo: ‘Sé que tú eres un hombre veraz, más que todos éstos. Dime cuántos apóstoles han tomado de la tumba el cuerpo de Jesús’. Éste respondió: “Vinieron todos los once, así como sus discípulos, lo sacaron furtivamente, y se separaron sólo de este otro (de Judas)’. Él (Pilato) llamó entonces al tercero y le dijo: ‘Valoro tu testimonio mucho más que el de esos otros. ¿Quién tomó el cuerpo de Jesús de la tumba?’. Él le respondió: ‘José con Jicodemo y sus parientes’. Llamó al cuarto y le dijo: ‘Tú eres el más considerado entre ellos, y los he despedido a todos. Dime ahora qué fue lo que sucedió cuando tomaron de vuestras manos el cuerpo de Jesús en la tumba’. Él le dijo: ‘,uestro señor prefecto, esto fue: ,osotros dormíamos, nos descuidamos y no pudimos saber / (Página 104) quién lo había sacado. Enseguida nos levantamos, lo buscamos y no lo encontramos... Y entonces es cuando avisamos...’.” (Cf. Evangelio de los Doce Apóstoles, 15º fragmento) (…)”. (190). KINIGHT, Christopher & LOMAS, Robert. “El segundo Mesías. Los templarios, la Sábana Santa, de Turín y el gran secreto de la masonería”. Barcelona. Planeta.1997. Página 39. Los judíos se imponen a los romanos en Gran Bretaña y Armenia (antes del 67 d. C.). “(…) Cuando los romanos se batieron en retirada, los jubilosos defensores de Jerusalén creyeron que el milagro de la huída de los egipcios se había vuelto a repetir y que, misteriosamente, Yahvé había salvado su santuario sagrado del enemigo a su pueblo. Convencidos hasta la médula de que la intervención divina les había hecho conseguir la victoria, los judíos persiguieron a los romanos, y Flavio Josefo relata que consiguieron eliminar a más de seis mil soldados de las columnas en retirada antes de que la legión huyera más allá de las fronteras de Palestina. Esta derrota, sumada a las derrotas semejantes que tuvieron lugar en la Gran Bretaña y Armenia, minó seriamente el prestigio imperial, y los judíos probablemente consideraron que la guerra estaba ganada. Entonces, en la primavera del año 67 d. C., un nuevo enemigo bajo el nombre de Vespasiano entró en Palestina con tres legiones y un gran cuerpo de tropas auxiliares con la intención de amasar las provincias 84


de la patria judía antes de atacar Jerusalén (…)”.Página 39. Segunda incursión de los romanos contra los judíos. “(…) en la primavera del año 67 d. J.C., un nuevo enemigo bajo el nombre de Vespasiano entró en palestina con tres legiones y un gran cuerpo de tropas auxiliares con la intención de arrasar las provincias de la patria judía con la intención de arrasar las provincias de la patria judía antes de atacar Jerusalén (…) (26). Al finalizar el primer año, Gabara, Jotapata, Haffá, Tariquea, Guisacala, Gamala y Joppa eran ciudades asoladas y los romanos habían tomado el control de Galilea, Samaría y la costa oeste de Judea. Al año siguiente Vespasiano continuó con su estrategia, y las ciudades de Antipátrida, Lidia, Emaús, Jericó y Adidá cayeron; solo quedaban por atacar los reductos de Herodium, Machaerus, Masada y Jerusalén. La guerra cesó repentinamente en ese momento, cuando Vespasiano fue proclamado emperador (…)”. Página 39. Cita (26). “(…) S. G. F. BRA,DO,, The fallo f Jerusalem and the Christian Church (…)”. Página 40. Asalto final contra Jerusalén. “(...) varios días antes de la pascua judía, en la primavera del año 70 d. J. C., Tito, hijo del emperador, reunió a su ejército afuera de las murallas de Jerusalén para preparar su asalto final [a la ciudad de Jerusalén] / (Página 41). Después, los romanos destruyeron los tres reductos restantes de Herodium, Machaerus y Masada. La población de Masada resistió tres años, hasta que toda esperanza se desvaneció y se suicidaron en masa (…)”. Página 44. Masacre a la población palestina. “(…) Entre los años 66 y 70 d. J. C., se pasó a cuchillo a un gran número de la población de Palestina. De acuerdo con poscálculos hechos según los diferentes relatos de Flavio Josefa, alrededor de 1350.000 hombres, mujeres y niños fueron asesinados (43) (…)”.Página 44. Cita (43). “(…) Milman, History of the jews. Flavio Josefo. Historia de la guerra de los judíos (…)”.Página 45. Desmembramiento de la nación judía. “(…) la conclusión que en todos sus aspectos parece más razonable y necesaria es que la Iglesia de Jerusalén se desmembró junto con la nación judía en la catástrofe del año 70 d. J. C. (35) (…)”. Página 45. Cita (35). “(…) S. G. F. BRA,DO,, The fall of Jerusalem and the Christian Church (…)”. / (Página 105) (191). CAGIGÓS SORO, Antonio. “El Beato de la Seu d´Urgell y todas sus miniaturas”. Urgell. Museu Diocesà d´Urgell. 2001. Página 31. La venida de Santiago a España. La visita de Tomás en la India. “(…) Beato fue el primero que en su Comentario al Apocalipsis afirma la predicación de Santiago en España. El texto de Beato dice: “Los apóstoles, aunque todos sean uno solo, sin embargo cada uno de ellos recibió su propio destino para predicar en el mundo. Pedro en Roma, Andrés en Acaya, Tomás en la India, Santiago en España” (3). [(3). Com, II. Pról. 3]. (…) Se creó la fiesta de Santiago, que no existía en el calendario visigótico (…)”. (192). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y ,uevo Testamento”. 85


Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 1051. Proyecto de viaje a España. Pablo se propone ir a Roma. Romanos 15, 22-25. “(…) 22. Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros. 23. Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros, 24. Cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros (…) 28. Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España (…)”. (193). PICKNETT, Lynn & PRINCE, Clive. “La revelación de los templarios”.www.Picknett_LynnLaRevelacion.pdf Página 37. “(…) Los estudiosos admiten hoy día que las mujeres desempeñaron en el movimiento de Jesús una función mucho más amplia y más activa de lo que enseña habitualmente la Iglesia, y ello tanto en vida del fundador como más tarde, cuando la predicación se abrió a los gentiles.6 [6 Para un estudio sobre la importancia de la mujer en la Iglesia primitiva, véase Torjeson, When Women Were Priests]. Paradójicamente, tal vez el verdadero panorama del lugar que ocupaban las mujeres no se habría conocido nunca, a no ser por la controversia que suscitó la campaña a favor y en contra de la ordenación de las mujeres. La misión de éstas perdió importancia cuando la Iglesia se formalizó como institución, bajo la influencia de Pablo. Y este proceso también fue retrospectivo; en consecuencia, y aunque las mujeres no habían sido, en modo alguno, personajes secundarios del drama cristiano primero, Pablo y adláteres se encargaron de empujarlas a un puesto marginal de la Historia (…)”.Página 41. Página 41. La Magdalena. Jacobo de Vorágine (1250). “(…) El relato más famoso en cuanto a la presencia de la Magdalena en Francia es la Leyenda Dorada, de Jacobo de Voragine (1250).21 [21 De Voragine, The Golden Legend, vol. 1, pp. 374 ss]. En esta célebre colección de vidas de los santos, el autor, que fue dominico y arzobispo de Génova, la llama Illuminata e Illuminatrix: Iluminada e Iluminadora, que son precisamente los atributos que le asignan los textos gnósticos «prohibidos». Para nosotros resulta interesante que sea descrita como iluminada y portadora de la iluminación, iniciada e iniciadora; aquí nadie sugiere, ya la inferioridad espiritual de la mujer, antes al contrario. Como suele ocurrir con todas las leyendas, hay distintas variaciones del tema central; sin embargo éste permanece notablemente constante. La línea principal es la siguiente: poco después de la crucifixión, María Magdalena, junto con sus allegados Marta y Lázaro, emprendió con otros seguidores, —cuya identidad difiere según versiones— la travesía marítima hacia las costas de lo que hoy es la Provenza. En el grupo variable de figurantes se cita a san Maximino diciendo que fue uno de los 86


setenta y dos discípulos de Jesús, y legendario primer obispo / (Página 106) de Provenza: a María Jacobi y María Salomé, supuestas tías de Jesús, a una criada negra llamada Sara; y finalmente, a José de Arimatea, el rico amigo de Jesús, en otras tradiciones vinculado a la leyenda de Glastonbury. La razón del largo, fatigoso y, según se nos dice, peligroso viaje, también depende de la versión que escuchemos. Se apunta por ejemplo que el grupo huía de la persecución desencadenada por los judíos contra los primeros cristianos; en algunos casos la narración introduce un motivo milagroso, y es que los desterrados fueron puestos deliberadamente por sus enemigos en una barca sin remos ni timón, pero sin embargo lograron arribar a tierra firme. En la leyenda medieval el sur de Francia era por aquel entonces un yermo donde sólo vivían algunas tribus de salvajes paganos. En realidad la Provenza formaba parte del Imperio romano, y no de las menos importantes, sino muy civilizada, donde prosperaban la colonia romana, la griega e incluso la judía. La familia de Herodes tuvo fincas en la región, y el viaje, lejos de ser tan arduo y aventurado, era ruta normal de barcos mercantes y no mucho más difícil que una travesía, digamos, desde Sidón o Tiro hasta Roma. De manera que, si realmente el grupo se mudó a la Provenza, no sería la persecución el motivo de que recalasen allí, y bien pudieron elegir tal destino por su propia voluntad. Todas las leyendas aseguran que desembarcaron en lo que hoy es Saintes-Maries-de-la- Mer, en la Camargue. Una vez allí se despidió la comitiva y sus integrantes emprendieron diversos caminos a fin de propagar el Evangelio. Dice el relato que la Magdalena predicó en aquella misma región convirtiendo a los paganos, antes de hacerse ermitaña en una cueva de Sainte-Baume. Según algunas variantes vivió allí durante el poco plausible pero castizamente plazo bíblico de cuarenta años, muy largos para dedicarlos a arrepentirse de sus pecados y meditar sobre Jesús. Seguramente con intención de añadir un poco de picante a la historia dicen que los pasó desnuda, tapándose únicamente con su cabellera, más o menos como hizo Juan el Bautista con pellejos de animales. Al término de su vida, unos ángeles la llevaron a presencia de san Maximino, entonces primer obispo de Provenza, quien le prestó los últimos auxilios. Y que está enterrada en la población que lleva el nombre del santo (…)”.Página 41. Sara, la criada negra de María Magdalena. El grupo de José de Arimatea. “(…) Como suele ocurrir con todas las leyendas, hay distintas variaciones del tema central; sin embargo éste permanece notablemente constante. La línea principal es la siguiente: poco después de la crucifixión, María Magdalena, junto con sus allegados Marta y Lázaro, emprendió con otros seguidores, —cuya identidad difiere según versiones— la travesía marítima hacia las costas de lo que hoy es la Provenza. En el grupo variable de figurantes se cita a san Maximino diciendo que fue uno de los setenta y dos discípulos de Jesús, y legendario 87


primer obispo de Provenza: a María Jacobi y María Salomé, supuestas tías de Jesús, a una criada negra llamada Sara; y finalmente, a José de Arimatea, el rico amigo de Jesús, en otras tradiciones vinculado a la leyenda de Glastonbury. La razón del largo, fatigoso y, según se nos dice, peligroso viaje, también depende de la versión que escuchemos. Se apunta por ejemplo que el grupo huía de la persecución desencadenada por los judíos contra los primeros cristianos; en algunos / (Página 42) casos la narración introduce un motivo milagroso, y es que los desterrados fueron puestos deliberadamente por sus enemigos en una barca sin remos ni timón, pero sin embargo lograron arribar a tierra firme (…)”.MALORY, Sir Thomas. “La muerte de Arturo”. Volumen I, y III. Traducción de Francisco Torres Oliver. Colección: Sección de Lecturas Medievales nº 16. Madrid. Ediciones Siruela. 1985. Página 29. Volumen III. Libro XI. Capítulo 14. Como milagro fueron / (Página 107) sanados ambos por la venida del sagrado vaso del Santo Grial. “(…) Entonces hicieron ambos gran duelo fuera de medida. - De nada aprovechará esto -dijo sir Perceval. Y entonces se arrodilló y dijo sus oraciones devotamente al Todopoderoso Jesú, pues era uno de los mejores caballeros del mundo que en aquel tiempo había, en quién la fe estaba más afincada. Y en eso pasó el sagrado vaso del Santo grial con todas maneras de dubrizas y olores; pero no pudieron ver claramente quién llevaba aquel vaso; aunque sir Perceval tuvo un vislumbre del vaso y de la doncella que lo llevaba, pues perfectamente limpia era una doncella, y al punto fueron ambos sanos de piel y miembros, como nunca estuvieron en los días de sus vidas; entonces dieron gracias a Dios con gran humildad. - ¡Oh, Jesú!- dijo sir Perceval-, ¿Qué puede significar esto, que hayamos sido sanados así, cuando estábamos a punto de morir? - Yo sé bien -dijo sir Héctor- qué es: es un vaso santo, que es llevado por una doncella, y en él esta parte de la sagrada sangre de Juestro Señor Jesú Cristo, bendito sea. Aunque no se puede ver -dijo sir Héctor, a menos que sea uno hombre perfecto. - Así Dios me ayuda, -dijo sir Perceval-: una doncella he visto, como me ha parecido, toda de blanco, con un vaso en sus manos, y al punto he sanado (…)”. CARBONELL BEVIÁ, Lola. “El lenguaje medieval del símbolo: Diccionario simbólico griálicotemlario- cátaro”. Abacus. Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: agosto 2012. Teosofía templaria: símbolo y emblema. (5/6). ISSN 1989-8800. www.baucan.org www.Diccionariosimbólicogriálico,templariocátaro.pdf Página 173. “(…) Igualmente la Iglesia Cátara depositó en la figura femenina pura y virginal un papel importantísimo que no tenían ni la Iglesia Católica Romana, ni la Iglesia Templaria, y que residía en que una sacerdotisa se encargaba de ayudar al capellán en la misa, y concretamente en el sacramento de la eucaristía. Era la encargada de custodiar el grial o recipiente eucarístico 88


(…)”. CARBONELL BEVIÁ, Lola. “El Temple antes del Temple: La creación de las dos primeras órdenes de militares defensoras de la cristiandad, precursoras al Temple”. Abacus. Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: febrero 2013. El Temple antes del Temple (1/3). ISSN 1989-8800. www.baucan.org www.AbacusEspecial.ElTempleantesdelTemple.pdf Página 5. El éxodo de los judíos israelitas hacia Occidente: Marsella, Menorca, Tarragona, norte de África y, Gran Bretaña. “(…) El éxodo de los judíos israelitas se produjo en varios periodos de la Historia. La primera oleada masiva salió de Jerusalén en el 586 a. C., con la destrucción del templo de Jerusalén (54). Tras la muerte de Jesús el Cristo, se produjeron en Israel una serie de persecuciones religiosas contra los judeo-cristianos, que propiciaron que muchos de ellos se marcharan hacia otras tierras para salvaguardar sus vidas. La segunda salida masiva se produjo entre el 54 al el 70 d. C. (55), y parece ser que existe constancia de que a España llegaron 40.000 pertenecientes a la tribu de Judá y 10.000, a la de Benjamín. Parte de la familia de Jesús el Cristo, se marchó a otros lugares como Babilonia, Marsella, Menorca, norte de África y Gran Bretaña, para evitar ser asesinados. ¿Pero por qué precisamente a estos lugares? Porque desde siglos atrás existían comunidades judías en dichos territorios, asentadas por motivos comerciales. De esta primera salida, existen vestigios arqueológicos de que los judeo-cristianos seguidores de la Iglesia de Juan el Bautista y el Evangelista permanecieron escondidos, o se guarecieron, durante su exilio hacia Babilonia en la cueva de Suba, localizada en Aín Karím, en la que existen restos cerámicos de recipientes relacionados con el bautismo, además de un lavatorio de pies (…)”. Página 6. El éxodo a Menorca. “(…) Se tiene constancia de la llegada de judíos a la isla de Mallorca en los primeros años del cristianismo, así como a la isla de Menorca. Fruto de la llegada de los primeros judíos a Menorca después de la diáspora, son una serie de monedas halladas en Ciudadela / (Página 108) correspondientes a los gobiernos de Marcus Salvias Otho en el año 69, gobernador de Lusitania, y algunas otras correspondientes al gobierno de Vespasiano. En Mahón, también existen vestigios de la llegada de judeo-cristianos en el siglo I d.C. Parece ser que la comunidad judeocristiana que habitó Mahón en dicho momento histórico realizaba sus prácticas religiosas en una sinagoga que se hallaba ubicada dentro de la propia ciudad tardoantigua. La línea real israelita que llegó a Menorca fue la de Theodorus, nacido en el 316. En el campo de la Antropología, existen vestigios de la relación existente de la línea judeo-cristiana de José de Arimatea. Se trata de una antigua procesión que se realizaba en todas las poblaciones de la isla de Menorca, el Viernes Santo, en la que se representaba al personaje de José de Arimatea, junto a ,icodemo, 89


solicitando permiso para bajar a Jesús el Cristo de la cruz (…)”. Páginas 11 a 13. Judeocristianos. “(…) Los primeros judeocristianos que llegaron tras la diáspora a Menorca, podrían haber pertenecido a la Iglesia juanista, donde a las mujeres no se las menospreciaba a nivel intelectual. Otro de los grupos judeocristianos donde las mujeres gozaron de un papel preponderante en la eucaristía fueron los cátaros. De modo, que los judeocristianos, -acepción que hay que distinguir de “judíos”-, profesaban primordialmente la religión cristiana, con ciertos matices, con respecto a la Iglesia oficial Católica Romana, de Pedro y Pablo. La comunidad judeocristiana de Menorca siguió sus prácticas religiosas con normalidad hasta que en el año 380 fue promulgado por Teodosio “el edicto de fide catholica, Cunctos populos, en el cual mandaba que todos los habitantes del imperio debían profesar la religión que san Pedro había predicado a los romanos y, que, entonces era seguida por el obispo de Roma, Dámaso, y por Pedro de Alejandría”. Por tanto, la carta de obispo Severo fue una ratificación de la legislación emitida por Teodosio para la aplicación en la Iglesia de Menorca. Y lo que pretendió la misiva fue la erradicación de las prácticas judeocristianas originarias que existían en la isla. Pero el efecto producido fue el contrario, por ello en el momento en que llegaron las reliquias de san Esteban a Menorca, se produjeron incidencias entre los judeocristianos instalados en la isla, y los nuevos cristianos ortodoxos que profesaban la religión oficial cristiana Católica de la Iglesia de Pedro y Pablo. De ahí la analogía del león que entra en la sinagoga, que aparece como ejemplo en el texto del obispo Severo. La emblemática de los dos leones enfrentados significa el enfrentamiento entre las dos Iglesias, puesto que el símbolo del león representa a Dios, y a la Iglesia vencedora. El influjo de la nueva Iglesia cristiana católica estuvo dirigido por san Agustín, quién instituyó una comunidad en Menorca en el año 398. En el año 418, se produjo la llegada de las reliquias transportadas por Paulo Orosio, instaladas en una iglesia en las afueras de Mahón. La Iglesia Católica cristiana de Roma estaba afianzando fuertemente su territorialidad sobre la isla de Menorca, con pasos firmes. El siguiente fue el establecimiento de la residencia de Consencio en Menorca. Pero no todo fueron glorias para la Iglesia oficial Católica de Roma, puesto que a pesar de las múltiples conversiones forzosas que se produjeron, todavía continuó existiendo una comunidad judeocristiana en Menorca, que celebraba la fiesta de Pascua como lo había llevado haciendo tradicionalmente. Los judeocristianos de la primitiva Iglesia juanista o cátara sobrevivieron en Menorca a la invasión vándala en el 427, y continuaron celebrando la fiesta de la Pascua cada año, como relata el libro de “,avigatio sancti Brandani”, en el que san Brandan viajó a Menorca durante varios años consecutivos durante su vida, es decir entre 512 en que fue ordenado sacerdote y antes del 577 en que falleció. Dentro del texto de la “,avigatio 90


sancti Brandni” existen unos capítulos en el que se relata, a modo de epopeya simbólica, las luchas dialécticas entre las diferentes Iglesias cristianas, en el siglo V en que vivió / (Página 109) san Brandán. Se refiere a la Iglesia arriana vándala, igualmente cristiana, pero la diferencia es que no aceptaba la Trinidad; la Iglesia juanista a la que él representaba, y la Iglesia Católica de Roma. En la lucha ideológica venció la Iglesia Católica de Roma, a la que la Iglesia juanista mostró cordialidad, para mantenerse a flote y no ser destruida. Los restos arqueológicos confirman que la Iglesia judeocristiana de Menorca sobrevivió hasta el siglo VI d.C., ya que han sido hallados numerosos elementos hebreos utilizados para el ejercicio de la celebración eucarística, que formaban parte del cargamento de un pecio hundido en la costa de Favaritx. Otro de los vestigios antropológicos existentes en Menorca de la religión judeocristiana de la Iglesia juanista o cátara, es la oración a santa Helena, madre del emperador cristiano Constantino, descendiente de la Iglesia juanista de José de Arimatea, tradición que se mantuvo en Menorca durante muchos siglos, y que fue tachada por la Inquisición por sacrílega en 1816 (…)”.GONZÁLEZ SALINERO, Raúl. “Relaciones sociales y dependencia religiosa en la comunidad judía de Mahón (Menorca) a principios del siglo V d. C.,”. www.GonzálezSalinero,2000.pdf Páginas 273 y 274. “(…) Por otro lado, algunos investigadores han advertido que la presencia de las mujeres en los acontecimientos narrados por Severo tuvo cierta relevancia (30). Ellas fueron, en efecto, quienes tomaron mayor empeño / (Página 274) en la defensa de la religión judía al apedrear a los cristianos en el momento en que éstos se dirigían a la sinagoga (31). De hecho, algunas de ellas, sin duda las de mayor dignidad e influencia dentro de la comunidad, se distinguieron especialmente por su adhesión a la fe judía, ofreciendo una férrea resistencia a la conversión, inmunes a las súplicas, himnos y rezos de los cristianos (Ep., 27, 5-6) . Severo menciona, en concreto, a tres de las más nobles mujeres judías, feminae nobilissimae Iudaeorum, (Ep., 24, 1): Artemisa, hija del corees Lectorio y esposa de Melecio, la mujer de Inocencio y su hermana viuda. La primera, considerada matrona y filia Israel (32), determinó fugarse a una cueva con unas pocas esclavas para evitar su conversión forzosa al cristianismo; la segunda rechazó dicha conversión casi durante cuatro días; y la tercera decidió embarcarse en un navío por la misma razón (33). Aunque al final todas ellas, de una u otra forma, tuvieron que claudicar, la amplia descripción de su tenaz resistencia revela la alta consideración de que gozaron tales personalidades femeninas dentro de la sinagoga. Incluso la mujer de Teodoro ejercía una cierta influencia en su esposo; de hecho, éste admite con alguna preocupación que su mujer se divorciaría de él si en el asunto de su conversión actuaba sin su consentimiento (Ep., 21, 2). Sin duda es difícil determinar qué posición o grado de importancia tuvieron estas 91


mujeres en el seno de la comunidad judía. Si bien es cierto que los textos bíblicos y rabínicos despliegan una evidente actitud misógina, apartando a las mujeres de las instituciones políticas, de la jerarquía religiosa e incluso de los oficios realizados en el Templo (34) debe, no obstante, destacarse el hecho de que en el «entorno flexible» de las sinagogas de la Diáspora, las mujeres, aun manteniendo una actitud pasiva respecto al ritual religioso, pudieron gozar ocasionalmente de cierta «consideración ». La evidencia literaria y sobre todo los textos epigráficos manifiestan la existencia de títulos honoríficos (entre los que destaca el de mater synagogae (35) asignados a determinadas mujeres judías que, gozando de cierto poder o influencia, pudieron destacar en / (Página 275) la comunidad por su munificencia y patrocinio. B. J. Brooten consideraba que tales títulos no derivaban (por asociación) de la posición o de los cargos desempeñados por los maridos o por otras personas cercanas, sino que, por sí mismos, ponían de manifiesto la existencia de destacadas autoridades femeninas en la / (Página 110) organización sinagogal (36). Últimamente se insiste, sin embargo, en que tales mujeres benefactoras, siguiendo la evidencia paralela de las comunidades cristianas coetáneas (37), gozaron de un título que era más simbólico que real (38). A pesar de que desconozcamos el tipo de responsabilidad asumido por estas destacadas mujeres judías de la aljama de Mahón y aunque se llegue a considerar (como en el caso de los testimonios epigráficos) que su participación en la dirección de la sinagoga fue más nominal o simbólica que real, no podemos ignorar que ocuparon un lugar de cierta preeminencia en la comunidad y que, por tanto, en virtud de su destacada presencia en los acontecimientos narrados por Severo, pudieron ejercer una considerable influencia dentro de la congregación (…)”. (194). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y ,uevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Páginas 991 y 992. Jesús lava los pies a sus discípulos. Juan 13, 1- 20. “(…) 1. Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo ya que su hora había llegado para que pasase de este mundo al padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. 2. Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, 3. Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, 4. Se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla se la ciñó. 5. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con la que estaba ceñido. 6. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? 7 Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; más lo entenderás después. 8. Pedro le dijo: ,o me lavarás los pies jamás. Jesús 92


le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. 9. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. 10. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque notados. 11. Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: ,o estáis limpios todos. 12. Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?13. Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. 14. Pues si yo, el Señor y el Maestro he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. 15. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 16. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. 17. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.18.,o hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; más para que se cumpla la escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar. 19. Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy. 20. De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviaré, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió (…)”. (195). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “El Temple antes del Temple: La creación de las dos primeras órdenes de militares defensoras de la cristiandad, precursoras al Temple”. Abacus. Revista digital de la asociación BAUCÁN, filosofía de las armas templarias. Edición especial: febrero 2013. El Temple antes del Temple (1/3). ISSN 1989-8800. www.AbacusEspecial.ElTempleantesdelTemple.pdf www.baucan.org Página 19. El rito del lavatorio de pies. “(…) Lagarda Mata recoge una serie de orificios que él denomina piscinas circulares Fornàs de Torrelló e Illa del Rei-, pero de tan pequeña capacidad, que podrían haber funcionado como lavatorios de pies, una práctica común entre las Iglesias juanista, arriana y ortodoxa griega. La Iglesia visigótica cristiana arriana-católica -puesto que el obispado de Égara se creó en el 450, / (Página 111) siendo arriano pero pasó a ser católico en el 587-, de Égara utilizaba un lavatorio de pies rectangular. En cambio aunque la Iglesia Católica ortodoxa bizantina lo contemplaba en su rito, no existe una descripción del mismo. La Iglesia juanista, hereditaria de José de Arimatea, en las Islas Británicas, siguió este rito durante la vida de san Brandan (484-577 d. C.), en las islas judeoristianas de destino, como pudo ser Menorca. El lavatorio de pies fue una práctica extendida entre los judeocristianos que se exiliaron de Israel tras la muerte de Jesús el Cristo, y de hecho, existen vestigios arqueológicos de dicho ritual en una cueva de Aín Karín, donde hallaron una piedra labrada con la forma anatómica de pie, rodeada de un pequeño canal, cuya cronología data del siglo I d. C. (…)”. 93


(35). PHILLIPS, Graham. “El cáliz de María Magdalena. En busca del Santo Grial”. Barcelona. Edhasa. 2004. Página 215. Capítulo X. La herejía de la tierra blanca. “(…) ¿En verdad había fundado José de Arimatea una iglesia en Britania? Está registrado a mediados del siglo V que todavía existía una Iglesia alternativa en Britania, anterior al periodo artúrico histórico. Se la conocía como “pelagianismo”. ¿Era esa la Iglesia de José? El pelagianismo toma su nombre del clérigo Pelagio, un britano que predicó una doctrina en abierta oposición a la Iglesia establecida. Se ignora donde se generaron sus ideas, pero cerca del año 380 abandonó Britania / (Página 216) y se dirigió a Roma, donde se enfrentó al Papa. Aunque no estaba de acuerdo con la Iglesia oficial en una serie de dogmas, las mayores furias las desataron aquellas enseñanzas que cuestionaban la legitimidad de la sucesión apostólica. Jo existe evidencia directa que nos permita vincular a Pelagio con José de Arimatea, aunque lo que éste puso en duda fue si la sucesión apostólica verdadera se originaba con Pedro. En el año 416 la Iglesia le respondió declarando herejes sus enseñanzas. Además de la Iglesia, el mismo Estado extremó su vigor por si esas peligrosas ideas arraigaban, como lo habían hecho durante cierto tiempo en Britania y en la Galia. En aquel momento, la Iglesia católica era casi lo único que mantenía unido al Imperio, razón por la cual en 425 el Papa convenció al emperador Honorio para emitir una orden general contra los obispos pelagianos de la Galia. Antes de veinte días, debían renunciar de su herejía ante el obispo de Arlés o enfrentarse a las más terribles consecuencias. Aunque esa política tuvo éxito en todas partes, en Britania, donde Honorio carecía de control directo, persistió el problema. Por esa razón, san Germano, el rico y poderosos obispo de Auxerre, fue enviado a Britania como misionero para combatir la herejía de Pelagio. El escritor contemporáneo Próspero de Aquitania, especializado en atacar al pelagianismo, escribía en el año 429: Al introducir su doctrina, Agrícola, seguidor de Pelagio, hijo del obispo Severiano, también seguidor de Pelagio, corrompe las Iglesias de Britania. Pero por sugerencia del diácono Palladio, el papa Celestino envía a Germano, obispo de Auxerre, como representante / (Página 217) suyo para que, tras confundirse a los herejes, guíe a los britanos hacia la fe católica. Dado que los pelagianos son conocidos por sus dudas sobre la sucesión apostólica de san Pedro, es muy posible que Pelagio, Agrícola, Severiano y sus sucesores estuvieran suscritos a una doctrina que tal vez originó José de Arimatea. Según la Vindicta Salvatoris, José fundó una Iglesia en el extremo norte del Imperio; como Britania era la provincia situada más al norte, sería posible que su centro radicara allí. 94


Resulta significativo que el pelagianismo no sólo estuviera vinculado a la historia de José de Arimatea, como aparece en los romances del Santo grial, sino también al rey Arturo histórico. En su Historia Brittonum, ,ennio relata como el caudillo britano Vertigerno se enfrentó a Germano poco después de la llegada de éste a Britania para combatir el pelagianismo. Según ,ennio, Germano “amonestó a Vertigerno para convertirlo a su señor”. Por tanto, parece que el miso Vertigerno era seguidor de Pelagio. Según el biógrafo de Germano, Constancio de Lyon, la delegación del obispo de Britania fue recibida en Saint Albans por una delegación de clérigos de la ciudad, que pronto se reconvirtió al catolicismo ortodoxo. Con el suceso de Saint Albans a su favor, Germno se apresuró a predicar por todo el país, convirtiendo no sólo a los laicos, sino también a las tropas, las cuales eligieron ponerse en contra de la herejía de su jefe. Esto, seguramente, se refiere al caudillo militar britano Vertigerno. De acuerdo con Constancio, Germano se enfrentó a Vertigerno en el mismo corazón de la herejía pelagiana / (Página 218), su ciudad más importante. Constancio olvida mencionar la ciudad, pero según Beda, Gildas, ,ennio y la Anglo-Saxon Chronicle han dejado constancia, Vertigerno gobernaba la mayor parte de Britania poco antes de la retirada de los romanos; así pues, debió de ser la ciudad más importante de la época. De acuerdo con evidencias históricas y arqueológicas, Viroconium era la ciudad principal de la Britania de principios del siglo V y, por tanto se podría confirmar como centro religioso del pelagianismo. Volvamos al punto de partida de Viroconium y el histórico Arturo: . Los romances del Santo Grial están relacionados con una alternativa de sucesión apostólica centrada en Bretaña. . El pelagianismo declara ser una alternativa a la sucesión apostólica y tiene su centro en la capital britana de Viroconium. . Viroconium parece haber sido la capital del histórico Arturo. . El rey Arturo y sus caballeros son los personajes principales en todos los romances del Santo Grial. Tal vez Arturo fue incluido en los romances del Santo grial no sólo para popularizar la historia, como se creyó en un principio, sino porque estaba genuinamente asociado con los hechos históricos de los cuales nació la leyenda del Santo Grial. Para enlazar la ciudad en la que Arturo probablemente gobernó y los romances del Santo Grial, el pelagianismo sólo ofrece evidencias circunstanciales. Sin embargo, son los mismos romances los que proporcionan un / (Página 219) vínculo directo entre la ciudad de la Alta Edad Media, Viroconium y, el escenario de la búsqueda del Santo grial. Durante la Alta Edad Media, Powys fue conocido como el País Blanco y Viroconium como la Ciudad Blanca; en los romances del Santo Grial se 95


lee que el castillo que alberga la sagrada reliquia está en, o cerca de la Ciudad Blanca, en el País Blanco. En la Primera Continuación se nos dice que José fundó su Iglesia en Britania, en un lugar llamado País Blanco. En el Didot Percerval, Perceval y Gawain aparecen envueltos en un torneo cerca del castillo del Santo grial, lugar descrito como “el Castillo Blanco en la Ciudad Blanca”. En Perlesvaus tiene lugar un torneo semejante en la “Residencia Blanca de la Ciudad Blanca”, mientras que los romances del Santo grial de la Vulgata se refieren ambos al castillo del santo grial como el “castillo Blanco” en “la antigua frontera”. Además de los romances del Santo grial, existe una leyenda galesa, escrita a mitad del siglo XII, que parece estar basada en Le Conte du Graal de Chrétien. Titulada Peredur, igual que su héroe, se conserva en la actualidad en el Red Book of hergest y seguramente se trata de una interpretación galesa de la historia de Perceval. Peredur, invitado a asistir a un banquete, es testigo de una procesión, casi idéntica a la que Perceval presencia en el castillo del Santo Grial. Sin embargo, en Peredur, el Santo Grial se sustituye por un busto en una fuente de plata. En ese relato, el banquete tiene lugar en la “Residencia Blanca”, en la “Ciudad Blanca”, en el “País Blanco”. En la Historia de Godofredo de Monmouth, escrita en 1135, el reino de Arturo se la llama el “País Blanco”. Es más, muchos relatos primitivos galeses en los que se / (Página 220) menciona al rey Arturo, como The Dialogue of Arthur (c. 1150), se refieren a la corte de dicho rey como la “Residencia Blanca”. Estas últimas tres referencias fueron hechas algunos años antes de que Chrétien de Troyes introdujera el nombre de Camelot, a finales del siglo XII. Aunque esta información no proporciona la situación geográfica del País Blanco no de la Residencia Blanca, debieron de ser respectivamente el reino de Powys y la ciudad romana de Viroconium. Antes del siglo VII, los britanos se referían a Powys como el “País Blanco” y a Viroconium como la “Ciudad Blanca”. Esto se ha sabido gracias al poema épico de la Alta Edad Media The Song of Llywarch the Old, considerado como un reencuentro fidedigno de hechos en el Powys del siglo VII. El poema llama “el saqueo del País Blanco” a la invasión del reino por los sajones en 658; y al saqueo de su capital como “la quema de la Ciudad Blanca”. El término “Ciudad Blanca” se originó, probablemente, durante los últimos tiempos de la ocupación romana, cuando la legión acampada en Viroconium se conocía como Legión Blanca. Esta legión está registrada en ,otitia Dignitatum, relación romana de oficiales imperiales, la cual recoge cuatrocientos veinte nombres. Al parecer, tras la partida de los romanos, los gobernantes de Powys se referían a su reino como el País Blanco y a su capital como la Ciudad Blanca para dar un mayor énfasis a la pretendida sucesión de los anteriores gobernadores imperiales. 96


The Song of Llywarch the Old describe también el palacio de la ciudad como la “Residencia Blanca de Powys”. La Residencia Blanca, en la Ciudad Blanca, en el País Blanco, esas son, exactamente, las palabras usadas / (Página 221) a menudo entre los romances del Santo Grial para describir el castillo del Santo Grial y su ubicación. Gracias a la evidencia arqueológica, sabemos con certeza que la Residencia Blanca de Powys existió históricamente. Las últimas excavaciones en Viroconium han demostrado que en el centro de la ciudad había una espléndida mansión con alas laterales, la cual fue destruida por los sajones a mediados del siglo VII. (…) Es más, los arqueólogos han fechado la cerámica en el periodo de la destrucción de la mansión, a mediados del siglo VII y, el poema se refiere al incendio de la Residencia Blanca durante la invasión del reino por los sajones en 658. (Esta fecha la conocemos por los Welsh Annals del siglo X y por la Anglo-Saxon Chronicle del siglo IX). Por consiguiente, la historia del Santo Grial parece estar enmarcada en el reino de Powys. Tanto la evidencia histórica como las primitivas leyendas sitúan al rey Arturo en Powys. Casi todos los romances del Santo Grial hacen referencia específica al País Blanco, la Ciudad Blanca, el Castillo Blanco o la Residencia Blanca. Durante el periodo artúrico, la Ciudad Blanca era Viroconium, la capital de Powys, donde se sabe, por la arqueología y por The Song of Llywarch the Old, que allí hubo una histórica Residencia Blanca (…)”. Página 349. Capítulo XVII. Los cantos del pastor. “(…) Hasta principios del siglo IV existieron en todo el Imperio romano varias sectas cristianas. Una de ellas, los gnósticos, afirmaba poseer el evangelio de Tomás, un libro que contiene parábolas secretas de Jesús. Sin embargo, en 327, el emperador Constantino el Grande estableció como religión oficial del Imperio la católica cristiana y, junto con otras sectas disidentes, los gnósticos fueron declarados proscritos. Aunque después de algunos años el gnosticismo fue erradicado prácticamente de todo el Imperio, continuó practicándose en el relativo aislamiento de la Britania posromana. Al parecer el gnosticismo sirvió de inspiración a Pelagio, un clérigo britano del siglo IV, para establecer una Iglesia separada. Así como los católicos declaraban descender espiritualmente de san Pedro, la iglesia de Pelagio pretendía, claro está, la sucesión espiritual de José de Arimatea. En 410, cuando Roma fue saqueada por los bárbaros visigodos, las reliquias cristianas más importantes fueron puestas a salvo en Viroconium, la ciudad principal de / (Página 350) Britania. Se cree que las reliquias incluían objetos de artesanía cuya relación puede ser la siguiente: el Cáliz Mariano, que contuvo la sangre de Jesús; la fuente de la Última Cena; la lanza que atravesó el costado de Jesús durante la Crucifixión y la espada utilizada para decapitar a san Juan Bautista. 97


Cuando Britania rompió con el gobierno de Roma en la segunda década del siglo V, el líder britano Vertigerno autorizó oficialmente el pelagianismo y la Iglesia británica disidente rechazó devolver las reliquias sagradas a Roma porque la ciudad fue ocupada otra vez por el emperador Honorio. Durante dos siglos y medio gobernó desde Viroconium una sucesión de reyes britanos, de los cuales el histórico Arturo reinó alrededor del año 500. Estos gobernantes, que posteriormente serían reyes de Powys, parece ser que permanecieron como cabeza de la Iglesia de Pelagio, basando su legitimidad en la posesión de esas reliquias romanas. La más importante fue el Cáliz Mariano (y quizás también las otras, el cual permaneció en poder de los reyes de Powys hasta que en el siglo XI, sus descendientes se convirtieron en barones galeses bajo el control de los conquistadores normandos. Lynette, nieta de Cadfarch, último rey de Powys, se casó con el barón normando Payne Peveril, quién luchó contra Guillermo el Conquistador en la batalla de Hastings en 1066. Cercs del año 1100, el monje Blayse de san Asaph, capellán de Payne Peveril, escribió Peveril, en el que describe a su protector como poseedor del Santo grial, presumiblemente el Cáliz Mariano. Aunque sólo han quedado fragmentos de Peveril, al parecer la historia completa se ha mantenido intacta en una traducción del siglo XIV, / (Página 351) La Folie Perceval. El relato se refiere a los descendientes espirituales de José de Arimatea, es decir, a los integrantes de la familia Peveril y, a su papel como guardianes del Santo Grial y poseedores de los cuatro Santos Griales (el cáliz, la espada, la fuente y la lanza) y el Santo Grial propiamente dicho: el evangelio de Tomás. La representación del evangelio de este último como la más sagrada de las reliquias, junto con la inclusión del simbolismo compartido por los gnósticos albigenses (en su baraja del Tarot) indica que Peveril fue, en un principio, una alegoría relativa a la familia Peveril, heredera del liderazgo de una secta gnóstica, seguramente los últimos practicantes de la Iglesia de Pelagio en Powys (…)”. (36). PHILLIPS, Graham. “El cáliz de María Magdalena. En busca del Santo Grial”. Barcelona. Edhasa. 2004. Página 156- 157. Capítulo VIII. La isla de Avalón. Geografía del lugar de Avalón. Historia y Arqueología. “(…) Cynddylylan debió de haber sido enterrado pocos años después que su viejo aliado Ethelhere de East Anglia, quién murió combatiendo a Oswy hacia 655. Se han descubierto el lugar de entierro de los monarcas de East Anglia en Sutton Hoo, cerca de Ipswich. La verdad es muy probable que Ethelhere sea el famoso “hombre de Sutton Hoo”, cuyo túmulo funerario se excavó en 1939. La excavación Sutton Hoo reveló uno de los más ricos descubrimientos arqueológicos de Europa. Consiste en los restos de un barco anglosajón completo junto con joyas, 98


armas y otros tesoros heredados, en la actualidad restaurados y exhibidos en el Museo Británico. Todavía no se ha encontrado un equivalente britano, pero The Song of Llywarch the Old puede contener el secreto de su ubicación. The Song of Llywarch the Old no solo llama a los reyes Powys “los herederos del gran Arturo”, también cota los lugares de enterramiento de Vynddylan y la dinastía gobernante del reino Powys. Por lo tanto, puede / (Página 157) que también revelo el secreto más escurridizo de todos: el lugar de enterramiento de Owain Ddantgwyn… el mismísimo rey Arturo. En uno de los monólogos en verso de The Song of Llywarch the Old, la Canu Heledd (The Song of Heledd [La canción de Heledd]), la hermana de Cynddylan llora la muerte del rey. La dama relata cómo, tras la batalla final, se tomó el cuerpo de Cynddylan para ser enterrado / (Página 158) en Eglwyseu Bassa, las iglesias de Bassa. A partir del poema, está claro que las iglesias de Bassa han sido durante mucho tiempo un lugar sagrado de enterramiento; también cita el “túmulo funerario de Gorwynnion” y otras “tumbas verdes” que pueden ser vistas en el terreno. De hecho, en una segunda elegía a la muerte de Cynddylan contenida en The Song of Llywarch the Old, un miembro de su familia, Llywarch (el ciclo recibe su nombre por él), dice que él “llorará por la muerte de Cynddylan” hasta que él también “descanse bajo el cúmulo”. A pesar de que The Song of Llywarch the Old refiere sucesos acaecidos más de un siglo después de la muerte de Owain Ddantgwyn, su nombramiento en las iglesias de Bassa proporciona una prueba crucial para ubicar el perdido lugar de enterramiento de la dinastía gobernante en Powys. Las iglesias de Bassa (Churches of Bassa) se encuentran casi con certeza en los aledaños del pueblo conocido hoy como Baschurch, a unos diez kilómetros al noroeste de Shrewsbury. En la aislada campiña al borde del pueblo se halla el Berth, una antigua loma fortificada rodeada de pantanos y unida a la tierra firme por un paso elevado de grava. El altozano está completamente rodeada por fortificaciones de piedra y tierra de la Edad del Hierro, unidas a un recinto bajo y de forma oval mediante un segundo paso elevado de unos ciento cincuenta metros hacia el noreste. Hasta que se drenó la zona para obtener más tierra de labranza, el Berth habría estado rodeado de agua por completo y, en la Alta Edad Media habría consistido en dos islotes: el propio Berth y otra isla, baja y con forma oval (llamada hoy el Recinto Oval) unidos por un / (Página 159) paso elevado. Todo lo que permanece en la actualidad de este gran lago es el estanque de Berth, al sur, bajo el monte Berth. Como, según parece, el pueblo de Baschurch no debía de existir en la Alta Edad Media y, el Berth es el único lugar de la época por los aledaños, este debe de haber sido el emplazamiento original de las Iglesias de Bassa. 99


Si fueron enterrados allí los reyes Powys, también debería encontrarse entre sus restos la tumba de Owain Ddantgwyn. Un lugar aislado, silencioso, inquietante y fantasmagórico, el lugar para el último descanso del hombre que fue Arturo a duras penas podría ser más apropiado: una isla olvidada. ¿Puede ser ésta la verdadera Avalón? Sólo se han realizado unas excavaciones arqueológicas bastante limitadas en el Berth en tiempos modernos. Jo obstante, una llevada a cabo entre 1962 y 1963 por Meter Gelling, de la Universidad de Birmingham, descubrió fragmentos de alfarería fechados en el siglo VI, época razonable para situar el periodo de vida de Owain. Más aún, en 1906, un trabajador que segaba hierba a orillas del arrollo de drenaje del estanque de Berth descubrió un caldero de bronce de unos cuarenta y cinco centímetros de alto y treinta de ancho; el objeto se donó al Museo Británico y fue atribuido al siglo I de nuestra era. Jo obstante las dataciones modernas lo han situado en una época muy posterior, alrededor del siglo VI o VII. En consecuencia, parece que el Berth estuvo en uso durante el periodo en cuestión. De todos modos, la utilización exacta del Berth sigue siendo un misterio arqueológico. Su nombre indica un lugar religioso más que militar o doméstico. La palabra / (Página 160) “berth” procede de un antiguo vocablo galés que significa “sagrado” y, hasta principios del siglo XX se ha continuado llamando al lugar recinto Sagrado. En la actualidad es imposible evaluar el grado de relación con lo sagrado que se le pudo otorgar al Berth en la Alta Edad Media, pues el trabajo arqueológico moderno se reduce a la excavación de Peter Gelling. ,o obstante, según el Transcript of the Shopshire Archaeological E Historical Society (vol. XLIX, 1937-1938) el plural de iglesias de Bassa insinúa la existencia de un “grupo de pequeñas iglesias celtas”. Esta agrupación de iglesias, como las que se encuentran comúnmente en Irlanda, implica que en algún momento el Berth contuvo una comunidad monástica o religiosa, lo cual aporta firmeza a la zona como el auténtico lugar de enterramiento de los reyes Powys. La arqueología Lily Chitty narró en 1925 una leyenda acerca del Berth (a ella se la contó un maestro de escuela de un pueblo) como el antiguo lugar de entierro de un príncipe que fue enterrado en la zona tras una gran batalla; y también que otros guerreros fueron sepultados allí. Retomando The Song of Llywarch the Old, el porema indica que Cynddylan y sus ancestros fueron enterrados en alguna parte de la zona de Berth. Pero, ¿dónde? El berth cubre muchas hectáreas. En 1992, Martin keatman y yo publicamos nuestra teoría, según la cual Owain Ddantgwyn fue el histórico rey Arturo en el libro King Arthur: The True Story. La obra generó una controversia considerable, en particular en lo concerniente al Berth como el lugar donde sepultaban a 100


los reyes Powys. Antes, pocos estudiosos tomaban / (Página 161) en serio The Song of Llywarch the Old. Se consideraba poco más que una nostalgia obra de ficción galesa y, por lo tanto, no podía contener una descripción histórica exacta acerca del saqueo del reino Powys a mediados del siglo VII. Pocos, en apariencia, supieron apreciar cuanto del poema respecto a la vida de Cynddylan concordaba con otras fuentes históricas y con la arqueología moderna. La primera de las batallas de Cynddylan narrada en The Song of Llywarch the Old es la de Maes Cogwy, una batalla recogida en los Welsh Annals como librada en el año 644. El poema también incluye la última victoria de Cynddylan en Caer Luitcoet, batalla citada en la Anglo-Saxon Chronicle. Además, la derrota del monarca y el saqueo de Powys a manos de Oswy descrito en el poema, se registra en los Welsh Annals como sucedidos en el año 658 y, probados gracias al Tribal Hidage mercio. Más importante, no obstante, es la referencia del poema a algo que no se había descubierto hasta hace muy poco: concretamente, el abandono definitivo de Viroconium en esa época. Y por último, pero no por eso menos importante, The Song of Llywarch the Old nos dice que Cynddylan era un heredero de Arturo y, nuestra investigación señala a su antepasado Owain Ddantgwyn como el Arturo histórico. Otro razón para que los especialistas rechazasen aceptar la autenticidad de The Song of Llywarch the Old es que se describe cómo se enterró a Cynddylan con su escudo. La objeción consiste en que a mediados del siglo VII los britanos de Powys eran cristianos y, como tales, no habrían sepultado a su rey según un rito pagano. Sin embargo, se continuaron efectuando muchas tradiciones durante / (Página 162) los primeros tiempos del cristianismo. De hecho, muchas han perdurado hasta la actualidad, como la de los huevos de Pascua, procedente de la costumbre pagana de pintar huevos para señalar el principio del verano; o los árboles de ,avidad, otra costumbre pagana consistente en plantar un abeto dentro del hogar durante un festival celebrado a mediados del invierno. Hoy día muy poca gente podría considerar sacrílego el mantenimiento de estos inofensivos ritos precristianos; mucho menos hace trece siglos. Cynddylan muy bien pudo haber sido enterrado con su escudo, aún en el caso de haber sido cristiano. Desde luego que, según parece, no tuvo reparos en sellar una alianza con Penda, un monarca pagano. El único modo de descubrir la verdad acerca del Berth sería una excavación arqueológica. Por desgracia, eso se hallaba fuera de nuestro alcance. Incluso si hubiéramos logrado convencer a un arqueólogo de que el Berth es el lugar de entierro de los reyes Powys, no habría fondos para sufragar una excavación de tal clase en Shropshire.

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Parecía que nunca sabríamos qué yace bajo el Berth, hasta un día de 1994, cuando vi Time Team, una serie de televisión emitida por la cadena británica Channel 4. La serie, presentada por el actor Tony Robinson, consiste en la visita de un grupo de historiadores, arqueólogos y otros expertos importantes a varios lugares históricos en un intento de esclarecer algún enigma histórico de la zona. La investigación suele desembocar en una excavación arqueológica y, el lugar donde realizarla lo determina a menudo un equipo de científicos llamado Inspecciones Geofísicas de Bradford. La geofísica es una ciencia revolucionaria que emplea instrumentos de alta tecnología y en su momento / (Página 163) causó sensación entre los arqueólogos. Dicho en pocas palabras, los geofísicos permiten a los arqueólogos ver que se oculta bajo el terreno sin necesidad de excavar. Gracias a un sofisticado equipo, los primeros proyectan una imagen tridimensional de lo que hay bajo el suelo. En un episodio de Time Team, el grupo de geofísicos revelaron el contorno completo de los cimientos de una iglesia anglosajona en el monitor de su ordenador, algo que había estado oculto bajo las tierras de labranza durante siglos. Era obvio que esa misma tecnología podría revelar lo que se encuentra bajo el terreno del Berth. ,o obstante, pronto descubrí que ese equipo de alta tecnología se encontraba mucho más allá de nuestros medios financieros. De todos modos, la oportunidad de utilizar la geofísica en el berth se presentó por sí sola a finales de 1995. Francesc Price, una de las investigadoras de la famosa serie de televisión privada Schofield´s Quest, se puso en contacto con Martín y conmigo. Como el objetivo del programa es proporcionar respuestas a algunas vidas misteriosas, nuestra búsqueda de la sepultura del rey Arturo les parecía un asunto adecuado del que ocuparse. Junto con Francesca, nos reunimos con Mike Stokes, conservador del Museo de la Casa Rowley de Shrewsbury y, Roger White, el arqueólogo responsable de evaluar las labores arqueológicas en la zona de Baschurch. Ellos confirmaron que el berth suponía un enigma histórico y, ambos se alegraron de contar con un equipo de geofísicos para examinar el lugar. Una vez que el granjero dueño del terreno concedió su permiso, Michael Hurl Television, la entidad productora del programa, contrató al mismo equipo del geofísicos participantes en Time / (Página 164) Team para que rastreasen la zona con el equipo más sofisticado posible. La gran respuesta era dónde buscar. Aunque The Song of Llywarch the Old señala al Berth como el lugar de enterramiento de los reyes Powys, no se nos dice exactamente donde fueron sepultados. El túmulo de Gorwynnion, donde LLywarch confía en ser enterrado algún día, puede ser cualquier parte, igual que podrían serlo las demás “tumbas verdes”. ,o obstante, al describir el entierro de Cynddylan, el poeta nos provee de una 102


importante serie de pistas. Tras la muerte de Cynddylan, su hermana Heledd inspecciona el lugar del mausoleo mientras llora su pérdida. Las Iglesias de Bassa serán su lugar de descanso esta noche… Lloraré hasta que entre en mi sepulcro de roble… Lloraré hasta que entre en mi roble silencioso… Lloraré hasta que entre en la firma tierra… Lloraré hasta que entre en el círculo de duelas… Lloraré hasta que entre en la piel del campo… Lloraré hasta que entre en el Acre de Travail… Las Iglesias de Bassa, “su lugar de descanso”, las hemos identificado como el Berth. Heledd continúa narrando como llorará por su hermano hasta que ella también entre en su “sepulcro de roble”, su “roble silencioso”, en “la firme tierra”, refiriéndose probablemente a un sarcófago hecho con un tronco de roble hueco, una práctica común en la época posromana. Heledd confía en ser enterrada algún día junto a su hermano y, nos doce que éste se halla dentro del círculo de duelas que rodea / (Página 165) un campo llamado el Acre de Travail. Durante el siglo VII, cuando fue enterrado Cynddylan, el Berth consistía en dos islas situadas en el interior de un lago unidas por un paso elevado de grava: el monte Berth y un recinto oval menor. El recinto está circundado por fortificaciones defensivas de tierra, las cuales, por lo que sabemos de la Alta Edad Media, estarían coronadas en su origen por una empalizada de estacas de madera, ¿el circulo de duelas? dentro del recinto hay un campo de, más o menos, 0´405 hectáreas. ¿Puede ser este el Acre de Travail? Como no hay nada en los alrededores del Berth que se ajuste con tanta precisión a la descripción, estamos seguros de que el recinto oval fue el lugar de enterramiento de Cynddylan referido en el poema. Si el sepulcro de Cynddylan ha permanecido en paz dentro del terreno del recinto oval, sin duda sería detectable con los aparatos del equipo de geofísicos. El grupo de geofísicos, John Gaterm la doctora Susan Ovenden, la doctora Clare Adam y Clare Stephens, iba a utilizar tres tipos de equipo diferentes. Primero, un magnetómetro de protones, el cual mide cualquier tipo de anomalía magnética y revela la presencia de objetos tales como artefactos de metal. Segundo, un medidor de resistencia, un aparato de doble terminal que descarga una corriente eléctrica en el suelo y mide cualquier variación en la corriente eléctrica. Puede detectar diferentes tipos de material bajo la superficie; éste fue el mismo dispositivo que reveló la ubicación de las piedras angulares de la iglesia anglosajona en el programa Time Team. Y por último, el sistema más sofisticado de todos, un radar sensor de terreno, un escáner que / (Página 166) reproduce una imagen tridimensional de lo que yace profundamente enterrado bajo la superficie. 103


El proceso llevó un día completo; el equipo de televisión filmó el proceso y éste fue explicado por el actor Brian Blessed, quién también entrevistó a Martín, Roger White y a mí. Mientras observaba al equipo de geofísicos trabajando bajo la lluvia, comencé a preguntarme si no sería una pérdida de tiempo. ,inguno de ellos parecía especialmente entusiasmado con los descubrimientos. ,o obstante, a la hora de comer, cuando me reuní con los demás en la caravana-restaurante, en la granja, podía palparse el nerviosismo en el ambiente. Al parecer, los geofísicos habían hallado algo de gran interés. Para mi frustración, no dirían nada hasta que hubiesen completado la labor con el radar sensor de terreno, después, por la tarde y, cotejadas en los resultados con los datos almacenados en sus ordenadores. Al caer la tarde cesó la lluvia y salió el sol; como si fuese una señal, los geofísicos anunciaron que estaban preparados para la entrevista. El granjero se unió a nosotros acompañad por su esposa y sus dos hijos, mientras nos agrupábamos alrededor, escuchando atentamente las preguntas a Brian Blessed dirigidas al portavoz del equipo de geofísicos, John Gater, para que nos participase de sus descubrimientos. Los geofísicos explicaron como habían encontrado pruebas de la existencia de dos construcciones de madera en el lugar, además de una gran estructura de piedra y, que todo ello podía fecharse en la Alta Edad Media. Pero, ¿era el lugar de entierro? Aunque las características del terreno implicaban que cualquier hueso se habría descompuesto hacía mucho tiempo, se había encontrado / (Página 167) una zanja circular excavada justo en medio del recinto a unos dos metros bajo tierra, lo cual parecía una tumba del tipo utilizado durante la época posromana. Más notable, si cabe, fue la detección de una pieza de metal con forma de diamante situada en el centro del hueco de la tumba, probablemente el tachón central de un escudo antiguo. Al grupo de espectadores pareció habérsenos cortado la respiración: podría tratarse, en efecto, de la sepultura de un importante caudillo de los siglos VI o VII. ¿Pertenecía esta tumba a Cynddylan? El poema no sólo había revelado la localización exacta de su sepultura, en realidad también había señalado que fue enterrado con su escudo. El poema parecía haber sido exacto una vez más. Lo fue respecto a las batallas, a los personajes históricos, al abandono de Viroconium y, entonces, según parecía, a la tumba de Cynddylan. A partir de tales indicios, existen todo tipo de razones para creer que las sepulturas de los ancestros de Cynddylan se encuentran en el Berth. De la inspección geofísica parece que solo hay una tumba en el Acre de Travail. Quizá como último rey sepultado en el Berth antes de abandonarlo a los anglosajones, Cynddylan fue enterrado en una zona reservada en otro tiempo a importantes ceremonias religiosas. Las 104


demás tumbas, entonces, pueden hallarse en la isla mayor, en la ahora conocida como monte Berth. Todas las pruebas históricas y arqueológicas previamente examinadas apuntan sin lugar a dudas a Owain Ddantgwyn como el más poderoso monarca de la época en la que se dice que Arturo fue el más fuerte de los reyes britanos. De Gildas, quién escribió en una época cercana a los hechos, descubrimos que Owain / (Página 168) Ddantgwyn era conocido como el Oso, el britano Arth, del cual se derive probablemente el nombre de Arturo. Por último, The Song of Llywarch the Old, la primera referencia conocida en ubicar a Arturo en un contexto geográfico, nos dice que Arturo fue rey de Powys, Y, como los indicios históricos apuntan con claridad a Owain Ddantwyn como soberano de Powys en tiempos de Badon, el periodo cuando parece haber vivido Arturo, dicho personaje histórico no puede ser otro más que el citado Owain Ddantgwyn. Para ayudar a confirmar la veracidad de The Song of Llywarch the Old, la inspección geofísica de Berth ha proporcionado el objeto más cercano a una prueba científica a favor de la existencia del histórico rey Arturo. Como ya existe una verdadera recopilación de pruebas de un importante enterramiento acaecido en la Alta Edad Media ubicado en el Berth, pronto puede tener lugar una excavación arqueológica a gran escala, excavación que podría, por fin, descubrir los restos mortales del personaje histórico más misterioso de la Historia británica: el mismo rey Arturo (…)”. (37). PHILLIPS, Graham. “El cáliz de María Magdalena. En busca del Santo Grial”. Barcelona. Edhasa. 2004. Página 210. Capítulo X. La herejía de la tierra blanca. “(…) En Preiddiau Annwn, un manuscrito fechado hacia el año 900, leemos que Arturo roba el caldero de la isla de Annwn. Las leyendas del Santo Grial y de la isla de Avalón pudieron originarse en este poema, quizá como tentativas para acercar la mitología celta al Medievo. Las semejanzas entre el Santo Grial y las leyendas de Avalón no se pueden pasar por alto, sobre todo cuando se describe a Annwn como un país que está al otro lado del mar, una mítica isla que aloja al mágico caldero. En los romances, Avalón se describe como la isla donde está escondido el Santo Grial. ,aturalmente el vínculo entre Annwn y Avalón se refuerza cuando vemos que en Preiddiau Annwn, a una ciudadela en la isla se la califica como “fortaleza de cristal”, el mismo nombre utilizado por Godofredo de Monmouth para describir el castillo de Avalón. En la literatura celta hay muchos ejemplos de calderos mágicos, como el caldero del legendario rey Dagda en el folklore irlandés. Y naturalmente, en el relato de Culhwch and Olwen es a Irlanda adonde se dirige Arturo en pos del caldero. Parece pues bastante claro que, por lo 105


menos, ciertos aspectos de la historia del Santo Grial se tomaron de estos relatos artúricos de Gales. Según describe Julio César, es un hecho histórico que en el siglo I a. C., se adjudicaba a los calderos propiedades / (Página 211) mágicas siendo éstos muy valorados por los caudillos celtas. Puede argumentarse que eran el equivalente, anterior al cristianismo, de las reliquias sagradas. Fueron muchas las tradiciones celtas que tuvieron continuidad durante el cristianismo, así que un caldero como ese pudo muy bien asociarse al Arturo histórico del siglo V. Resulta significativo que se haya encontrado un caldero sagrado en el lugar sugerido por nuestra investigación, como el sepulcro de Owain Ddantgwyn, el guerrero al que consideramos como el histórico Arturo. Los arqueólogos llegaron a la conclusión de que había sido arrojado a las aguas del Berth, como ofrenda votiva a un primitivo espíritu de las aguas, y por eso no se trataba de un recipiente de cocina ordinario, sino de un caldero sagrado, como el que Arturo buscaba en los primeros relatos galeses. La fecha de datación de su lanzamiento al agua señala a la época de los reyes Powys estudiada anteriormente. Probablemente perteneció a algún caudillo importante de Powys… probablemente incluso al propio Arturo (…)”. Página 260. Capítulo XII. Los herederos de Arturo. “(…) El viaje de Fulk por el mar de Occidente hacia la isla misteriosa donde descubre el cuerno mágico es similar a Preiddiau Annwn, cuyo tema no es otro que una incursión hecha por Arturo y sus hombres en un maravilloso país de Annwn para robar el caldero mágico. En Fulke le Fitz Waryn, el cuerno reemplaza al caldero, pero, al igual que este, se halla custodiado por una mujer sabia y una comunidad de doncellas (…)”. (38). PHILLIPS, Graham. “El cáliz de María Magdalena. En busca del Santo Grial”. Barcelona. Edhasa. 2004. Página 117-118. Capítulo VI. Arturo rey de los britanos. La situación de Britania tras la muerte de Jesús. Año 42 d. C., el año de la salida de José de Arimatea y Magdalena de Israel. “(…) La denominación “picto” no define una tribu concreta; más bien es un vocablo latino para nombrar a los “hombres pintados” y, lo utilizaban para referirse a cualquiera de las tribus britanas situadas fuera de la frontera del Imperio. Como los antiguos guerreros britanos / (Página 118) que combatieron contra Roma tenían la costumbre de pintarse los cuerpos con una tintura añil antes de entrar en batalla, las tribus pictas del norte conservaron ese nombre puesto que continuaron manteniendo tal costumbre. En el año 43 d. C., cuando el emperador Claudio conquistó Britania y la isla pasó a ser una provincia del Imperio romano, encontraron imposible dominar lo que hoy llamamos las Tierras Altas de Escocia. Las feroces tribus montañesas de la zona se dedicaron a rapiñar 106


continuamente las poblaciones romanas del norte de Inglaterra y las Tierras Bajas de Escocia. A principios del siglo II, cuando los pictos incluso saquearon York derrotando a una legión de unos cinco mil hombres, el emperador Adriano visitó Britania y en el año 112d. C., ordenó la construcción de una gran muralla defensiva a lo largo de la frontera norte de Inglaterra (…)”. Página 52. Capítulo 2. Los relatos originales. Restos arqueológicos. “(…) Como resultado de las excavaciones arqueológicas, han aparecido numerosas piezas de artesanía muy valiosas, entre ellas espadas, arrojadas hace mucho tiempo a lagos sagrados y estanques por los celtas del norte de Europa como exvotos a deidades acuáticas. En 1942, en Anglesey, se recuperaron nada menos que ciento cincuenta objetos protegidos durante siglos por el lodo del antiguo lago Llyn Cerrig Bach. Esta artesanía eran bienes preciados, tales como calderos, arreos de caballo y broches y, como tales no fueron abandonados, sino que seguramente se lanzaron al agua como ofrendas, durante un periodo de tiempo de aproximadamente doscientos cincuenta años, hasta finales del siglo I de nuestra era. Por consiguiente, el tema del lanzamiento de Excalibur a la Dama del Lago puede derivar de esa antigua práctica celta de ofrecer un exvoto a una diosa de las aguas, quizá con la esperanza de restaurar la salud de un guerrero, o como parte de un rito funerario. Esta hipótesis puede comprobarse en los romances medievales, donde la Dama del Lago recibe el nombre de Viviane. Este nombre podría ser muy bien ser una adaptación de Covianna, diosa celta de las aguas descrita por autores romanos. Un altar a Covianna, bajo el nombre romano de Coventina, puede verse todavía hoy en el Muro de Adriano, en el norte de Inglaterra. Junto al altar se ha excavado un pozo donde han aparecido muchos exvotos, especialmente monedas. Gracias a descubrimientos / (Página 53) como éste del Pozo de Coventina, puede deducirse que los soldados del Imperio destacados en Britania durante la ocupación romana empezaron a adoptar costumbres britanas. Igual que los guerreros britanos que ofrecían sus valiosas posesiones, los soldados romanos lanzaban monedas en los estanques sagrados, práctica que todavía perdura hasta hoy en la tradición de las fuentes de los deseos (…)”. (39). BARCELÓ Y CAYMARIS, Francisco. “Historia de Menorca (Manuscrito inédito. 1837. (Continuación) (*)”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo, Científico, Literario y Artístico de Mahón y de las Sociedades Afines domiciliadas en el mismo. Año XVIII. Quinta Época. Tomo IX. Mahón. Est. Tip. de M. Sintes Rotger. 1914. Página 99. “(…) Año 416. Fundación del Convento de S. Agustín en Ciudadela. Además del mencionado Obispo Severo, seis años después de su permanencia en Menorca, hizo venir desde el Convento de San Agustín en África, varios Religiosos, con cuyo auxilio fundó un Convento de San Esteban, fuera de 107


los muros de Ciudadela junto al mar (B) y / (Página 100) puente llamado del Rey (A) debajo de un gran peñasco. En el día se ven aún ruinas del mencionado convento, las que evidencian su antigüedad, y en sus vestigios, hay una cruz de piedra blanca, en la que están gravadas estas letras Socós, quizá para perpetuar la memoria del antedicho antiguo convento de la virgen del Socorro, título que posteriormente le dio el Venerable Padre Fray Juan Exarch cuando lo reformó, como más adelante se dirá (B). Estos santos varones cooperaron mucho, tanto por su ejemplo de una vida austera, penitente y llena de virtudes, como por su infatigable trabajo en la propagación de la cristiana religión, y ayudaron además a llevar las pesadas cargas y obligaciones de su pastor, trabajando unos y otros incesantemente en el mayor fomento e instrucción de los nuevos cristianos Menorquines. Después de establecida en Menorca la religión Cristiana, se llenó la Isla de habitantes de diferentes naciones y encontradas sectas, y entre estas fue la Judaica que más rápidamente prosperó en la Isla (C). Estos advenedizos, muy al contrario de adjudicar y detestar sus errores y someterse a la Religión cristiana única dominante en la misma y mandada observar por los Romanos sus conquistadores, desplegaron todo su encono esparciendo el veneno de sus sectas y diabólicos sofismas. El Obispo Severo tuvo que valerse de todos sus esfuerzos para alentar y confirmar en la fe / (Página 101) que profesaban los naturales de Menorca; y contener y arrancar la mala semilla que esparcían en la isla. Casi todas las sectas, de que abundaba Menorca, no queriendo convertirse a las poderosas y enérgicas predicaciones del prelado, se retiraron y unieron en Mahón para de este modo dar más libre curso a sus desórdenes; y los Judíos domiciliados en Ciudadela que en ninguna manera quisieron convertirse, experimentaron por fin el azote de la divina justicia en pago de su pertinaz obstinación. Disputas. Más no haciendo caso de estos castigos, y como los Judíos procurasen por muchos medios pervertir a los nuevos Cristianos, entrando con ellos en disputas en las casas, plazas y calles, atormentando a aquellos cristianos que armados con el impenetrable escudo de la fe, no sólo no hacían caso de sus frívolos como maliciosos argumentos, si que los repelían como contagiosos; su divina Majestad mostró a la faz de toda Menorca, que debía ser separada de los cristianos, aquella nación ingrata e indigna de sus favores. Por boca del Obispo Severo se les intimó a que por último abjurasen sus errores convirtiéndose a la fe cristiana o que inmediatamente saliesen de Ciudadela. Este mandato enérgico, imperativo y lleno de aquella autoridad, que conceden los Cánones de la Iglesia, fue como todos los demás despreciado y vilmente mofado por los Judíos, más pagaron luego bien caro su inobediencia y desprecio, pues unos murieron repentinamente y otros fueron heridos por el rayo; y centelleando sobre 108


todas sus cabezas la vibrante espada de la divina justicia, fueron precisados a salir de esta ciudad y domiciliarse en la de Mahón, llena igualmente / (Página 102) en aquel tiempo de aquella mala raza (A). Persecución de los cristianos por los judíos. Esta plaga si bien los escarmentó, no pero los convirtió ni hizo mudar de intención. Su odio contra nuestra sagrada religión se encendía más y más cada día, y los pocos cristianos habitantes en Mahón eran el ludibrio y blanco de sus furores. Sujetos los Judíos y cristianos de aquella ciudad, como todas las demás sectas, a Teodosio también de nación judaica, quién por su mucho dinero y política maquiavélica se había apropiado todo el mando y autoridad de aquellos habitantes (B), en vano le representaban los cristianos sus fundados memoriales y quejas contra sus perseguidores, pues además de recibirlos desabridamente olvidando el dar a los querellados las convenientes correcciones, había interiormente decretado su exterminio autorizando como legal y legítima la cruel persecución de que se quejaban los cristianos. Era además Teodosio Doctor en la ley judaica y Patrono de la Sinagoga (C); y ensoberbecido con su falsa sabiduría, únicamente aspiraba a entrar en disputas con los cristianos, vanamente persuadido de la insolución de sus argumentos. El Obispo Severo suspiraba cada día por el infeliz estado y opresión de su rebaño mahonés. Las cartas pastorales exortativas ala firmeza de la fe y resignación en sus trabajos, se sucedían unas a otras; y ardía su pecho, desde mucho tiempo, en deseos de disputar con la Sinagoga, para (mediante el divino influjo del Santo Spiritu), vencerlos, persuadirlos y agregarlos al gremio de Jesucristo (…)”.Página 99. Cita (A). “(...) Cesar Baronio. Año 410. Tomo 5 (...)”. Página 99.Cita (B). “(...) Consta de esta fundación y convento, por una carta, que está en el Vaticano de Roma, que desde Menorca escribió San severo a San Evodio Obispo Ovalense que fue discípulo de ,. Padre San Agustín, y vivió con él en su convento de África (...)”. Página 99. Cita (*). “(...) Año 410.- Llegada en Ciudadela del Obispo de Menorca Severo.- En el año cuatrocientos y diez salió del Convento de San Agustín en África, Severo para Obispo de Menorca según escribe Baronio. Es el primer obispo de que tenemos noticias haya ocupado la Silla Episcopal en esta isla. Padeció muchísimas persecuciones y trabajos en un siglo en que los pobladores de la isla además de conservar un genio feroz, no estaban conformes con los dogmas de nuestra sagrada religión. Existe una Carta escrita del mismo Sr. Obispo sobre los judíos de Mahón.- Antonio Cavaller ,in de Cardona, Pro (...)”. Página 100. Cita (A). “(...) Este puente lo derribó en 1810 una grande avenida de agua, llamado vulgarmente Añy del Delubí (...)”. Página 100. Cita (B). “(...) El R. P.M. F. Jayme Jordán en su Historia de la provincia de Mallorca de la Orden de S. Agustín, Tomo 5 (...)”. Página 100. Cita (C). “(...) El Obispo de Menorca San Severo es su carta circular de 13 febrero 109


del año 423 (...)”. Página 102. Cita (A). “(...) S. Severo Obispo de Menorca en su carta circular su fecha 13 de Febrero del año 423 (...)”. Página 102. Cita (B). “(...) Idem, idem, idem (...)”. Página 102. Cita (C). “(...) Idem, idem, idem (...)”. (40). DE FRUTOS, Alberto. “La Menorca paleocristiana. VIII Jornadas de búsqueda histórica en la isla balear”. Revista Historia de Iberia Vieja Nº 58. Copia de HIV67 58 a 63. Menorca: HIV34 Mano negra 10:03 Pág. 23. 2/ 12/ 2010 www.historiadeiberiavieja,com www.menorca_paleocristiana.pdf Página 50. Pelagianismo. “(...) A partir del siglo IV, las reliquias se convirtieron en un negocio, y como no, también en un instrumento político. Tras una afanosa búsqueda, las de San Esteban aparecieron en diciembre de 415, en una fecha muy próxima al 26, durante la celebración de un concilio acerca del pelagianismo, doctrina que minimizaba la gracia divina. “Los defensores de Pelagio estaban encabezados por el obispo Juan de Jerusalén, y el hallazgo de las reliquias inclinó la balanza a favor de su corriente”, explica la doctora María del Mar Marcos, profesora titular de Historia Antigua en la Universidad de Cantabria (...)”. (41). DE FRUTOS, Alberto. “La Menorca paleocristiana. VIII Jornadas de búsqueda histórica en la isla balear”. Revista Historia de Iberia Vieja Nº 58. Copia de HIV67 58 a 63. Menorca: HIV34 Mano negra 10:03 Pág. 23. 2/ 12/ 2010 www.historiadeiberiavieja,com www.menorca_paleocristiana.pdf Página 61. La teoría de Josep Amengual y Batle. “(...) Quién más ha estudiado esta carta, y mejor la ha interpretado, es Josep Amengual i Batle, Doctor en Teología, Historia, Filosofía y Letras, y misionero de los Sagrados Corazones. Este sabio destaca que no hay en la epístola “una sola línea de violencia física contra las personas”, y disecciona las corrientes ideológicas que confluyen en ella. Por un lado, la resistencia de los siete hermanos macabaeos -que podemos leer en el Segundo Libro de los Macabeos, todo un paradigma para los judíos por la fidelidad que mostraron a la Ley de Moisés, al preferir el sacrificio a manos del idólatra Antioco antes de quebrantar los mandamientos-; por otro, el antipelagianismo; y, finalmente, la herejía del priscilianismo. Vagamente, hemos comentado ya el segundo punto, al aludir a la búsqueda de las reliquias de San Esteban: Pelagio sostenía que Jesús no nos había redimido con su muerte, sino que se nos había enseñado a vivir plenamente en libertad, doctrina que Severo conocía. Pero, ¿qué hay del priscilianismo? La reacción de Severo a esa herejía, que aspiraba a una reforma de la Iglesia a finales del siglo IV, se traducía en su intención de universalizar los acontecimientos de Menorca como el preanuncio de una conversación total de los judíos, tal como leemos en Romanos 11, 25-26: 110


“(...) hasta tanto que la plenitud de los gentiles haya entrado en la iglesia, entonces salvarse ha todo Israel, según está escrito”. La llegada de las reliquias envenenó el buen entendimiento que hasta entonces había en Menorca y sirvió en bandeja una suerte de represión religiosa. ¿Cuál era el objetivo final? “,ormalizar toda la isla, asimilando a la población judía”, afirma Amengual, para quién el escrito de Severo confirma al obispo como “un gran teólogo del siglo V”. A menudo, los textos no bastan para ver la verdad desde todos los ángulos. Sin duda, la carta de Severo constituye una fuente de primer orden para conocer la vida de las primeras comunidades cristianas y el poder que llegaron a ostentar en Menorca (...)”. (42). “Día 1º de mayo. Santos Felipe y Santiago Apóstoles (+ hacia 54 y 63)”. www.santos5-6.pdf Página 22. Arrio, el Hereesiarca. “(...) Por aquellos días, San Aquilas, patriarca de Alejandría, acababa de ordenar de presbítero a un hombre ambicioso e inquieto, dotado de excepcionales cualidades. En la discusión no tenía igual. Llamábase Arrio y su vasta cultura sirvióle no poco después de su ordenación, obtenida por astucia, para conseguir la regencia de una parroquia importante de la ciudad de Alejandría — la de Baucalis—. Además tuvo a su cargo la explicación de las Sagradas Escrituras. En estos ministerios se ocupaba desde hacía ocho años, cuando el piadoso patriarca de Alejandría supo con tristeza que el párroco de Baucalis profesaba doctrinas extrañas respecto a la adorable Persona del Hijo de Dios. Sostenía, por ejemplo, que la segunda Persona de la Santísima Trinidad no había existido desde toda la eternidad, y que el Hijo de Dios no era otra cosa que el primogénito de los hombres creados. Semejante aserción era un desatino de graves consecuencias. ¡El adorable misterio de un Dios hecho hombre y muriendo por nosotros no era, según eso, más que un sueño! ¡La economía de la Redención quedaba desbaratado; el abismo insondable abríase nuevamente tan aterrador entre la desventurada humanidad y la inaccesible divinidad como en los tiempos primitivos, y el mundo no había progresado más después de la predicación del Evangelio que antes de la venida del Salvador! San Alejandro, sucesor de San Aquilas, se vio precisado a excomulgar a Arrio; pero esa providencia era tardía y el mal muy considerable ya, pues la nueva doctrina seducía a los cristianos poco firmes en sus creencias. El amenguar la majestad de Jesucristo, y, por ende, el rigor de la justicia divina, era, para las almas sensuales y frívolas, ocasión para lanzarse libremente / (Página 23) por la pendiente de sus vicios. En Cesarea, donde se refugió, Arrio tenía numerosos partidarios, aun entre los obispos. Uno de ellos, Eusebio de Jicomedia, le animaba a proseguir su apostolado. En Alejandría, parte del pueblo simpatizaba con él, pues poseía un don especial para ganarse las 111


voluntades sobre todo del devoto sexo femenino. Difundíanse entre el pueblo canciones populares para uso de los viajeros, marineros y artesanos, con objeto de tomar para su causa a los ignorantes. Arrio lo dirigía todo; él había compuesto la letra y la melodía. Celebraban concilios, unas veces los partidarios del hereje, quienes confirmaban sus doctrinas, y otras los católicos, en los que era excomulgado. En fin, todo el Oriente ardía por esta época (324-325) en llamas encendidas por la herejía, y la Iglesia veíase amenazada por el peligro más grave que jamás corriera (...)”. (43). “Día 1º de mayo. Santos Felipe y Santiago Apóstoles (+ hacia 54 y 63)”.www.santos5-6.pdf Página 21. San Atanasio. Patriarca de Alejandría y Doctor de la Iglesia (295-373). Día 2 de mayo. “(...) Citando en una misa solemne entona el coro el Credo de ,icea magnífica profesión de nuestra fe en Jesucristo, «Hijo unigénito de Dios, verdadero Dios de Dios verdadero, engendrado, no hecho, y consustancial al Padre», acordémonos que fue San Atanasio e inspirado autor de esta luminosa fórmula de nuestra fe opuesta a los errores de Arrio en torno a la Persona de Jesucristo. Pocos hombres han sido tan odiados y, a la vez tan amados durante su vida por la defensa que hicieron de su fe como nuestro Santo. Fueron tan implacables con él los arríanos, sus enemigos jurados, como abnegados y fieles sus amigos; de modo que la historia de su vida tan agitada, tan combatida y, a la vez, tan fecunda, viene a ser la historia misma de nuestro Credo católico. San Atanasio fue oriundo, a lo que parece, de Alejandría, en el Bajo Egipto y vio la luz primera el año 295. Sus progenitores fueron cristianos y de origen griego. Con sólo mencionar la famosa biblioteca de Alejandría, su escuela filosófica y su museo, podemos hacemos cargo de la celebridad de esta capital culta; la primera del mundo, a la sazón, después de Roma, pues Atenas se hallaba ya en decadencia. / (Página 22) Griego por educación — como lo evidenciaba la flexibilidad de su dialéctica—, Atanasio era también, por la tenacidad de su fe y su independencia frente al poder civil, hijo de esos egipcios cruelmente perseguidos por el emperador Domiciano, quienes tenían a gala ostentar en sus cuerpos las cicatrices de los latigazos recibidos por la defensa de sus creencias. Durante su juventud gozábase participando de las austeridades y asperezas practicadas de modo tan sublime por los solitarios de Egipto; pues parece ser que hacia los veinte años tuvo relaciones muy cordiales con el más eminente de entre ellos, San Antonio, según se desprende de sus mismos escritos. ,o tendrá en su destierro amigos más fieles que los monjes, y en la soledad de las abrasadas arenas y de las rocas desnudas de sus cenobios 112


irá a ocultarse. Para reunirse con ellos, remontará el ,ilo en barca pasando delante de las Pirámides tres veces milenarias (...)”. (44). “Día 1º de mayo. Santos Felipe y Santiago Apóstoles (+ hacia 54 y 63)”.www.santos5-6.pdf Página 23. San Atanasio, diácono.- Concilio de Aicea. “(...) Por el mismo tiempo, prendado el patriarca de la santidad y ciencia de Atanasio, le nombró secretario suyo y le ordenó de diácono. De baja estatura y complexión enclenque, ¿qué podía hacer este «hombrecillo», como despectiva y rabiosamente le llamara un día Juliano el Apóstata? Pero Atanasio, que por natural propendía a ser grande en todo, que había ya dado a conocer, apenas cumplidos los veinticuatro años, con la publicación de una obra de vigor y claridad poco comunes, intitulada Discursos contra los gentiles, en los que la idolatría era ridiculizada y aplastada. Sin embargo, el emperador Constantino, cuyos sentimientos eran profundamente cristianos, inquieto por esas disputas y controversias, decidió poner término a tales escándalos y convocó, al efecto, a todos los obispos de la «tierra habitable», para oponer al enemigo de la Iglesia «los batallones de la falange divina». El lugar elegido para la asamblea fue Jicea de Bitinia. Gracias al admirable sistema de comunicaciones con que el imperio romano había sabido asociar a su centro los países conquistados por las armas, los obispos dispusieron, de etapa en etapa, de convenientes medios de transporte, como coches, animales de silla, casas de refugio, en las que los empleados de la posta imperial les prestaban toda clase de servicios; y hacia mediados de mayo de 325 — verosímilmente el 20— se hallaron congregados en ,icea más de trescientos obispos. El emperador en persona inauguró el Concilio, como presidente honorario en cierto modo. Allí estaba el heresiarca, presuntuoso y arrogante, contando deslumbrar con su ciencia a todos aquellos varones que él juzgaba de espíritu sencillo y más acostumbrados a catequizar al pueblo que a discutir por los métodos de los filósofos Aristóteles y Platón. ,o contaba, sin duda, con / (Página 24) la perspicacia y dialéctica del joven diácono Atanasio, que desde el primer momento se dio a conocer como el adversario más temible de los arríanos. ,adie como él sabía asimilarse la parte esencial de una dificultad, ni exponer más luminosamente el punto en tomo del cual todo giraba. Ya podía Arrio desviarse, en exposición nebulosa, de la trascendencia divina; Atanasio le volvía invariablemente al verdadero punto de la discusión: el misterio de la Redención humana. A excepción de cinco obispos, todos los Padres inscribieron el Símbolo de ,icea cuya redacción había sido confiada contradictoriamente a los dos adversarios: al heresiarca Arrio y al campeón de la ortodoxia Atanasio (...)”. 113


(45). “Día 1º de mayo. Santos Felipe y Santiago Apóstoles (+ hacia 54 y Página 24. San Atanasio: comienza su 63)”.www.santos5-6.pdf episcopado.- Primer destierro. “(...) Cinco meses después del Concilio. San Alejandro entregaba su alma a Dios, designando antes por sucesor suyo al diácono Atanasio. Los fieles aplaudieron esta elección, y la consagración se efectuó el 7 de junio de 328. El nuevo obispo tenía a la sazón treinta y dos años. Las ovaciones populares indicaban a las claras el entusiasmo con que la multitud le acogía: «¡Viva Atanasio! ¡Viva! — clamaban—. Es un asceta, es un obispo cabal». Semejante entusiasmo no era del agrado de los arríanos, como puede suponerse. Por iniciativa sumamente interesada de los adversarios de Atanasio había resuelto Constantino solemnizar el trigésimo año de su reinado, mediante una nueva asamblea conciliar que se celebró en Tiro el año 335. En la mente del emperador, esta reunión había de ser a no dudarlo, obra de pacificación definitiva; pero la carta imperial de convocación era harto significativa pues agregaba que si alguno dejaba de concurrir, se le obligaría por la fuerza pública. De hecho, este pretendido Concilio no fue más que un indigno conciliábulo. Los enemigos de Atanasio se habían dado cita en aquel lugar, y he aquí la novela que inventaron para perder al santo patriarca. Acusáronle de haber mandado a uno de los suyos que asesinara a Arsenio, obispo de Hipselis. Y el brazo seccionado de la víctima fue paseado por la ciudad como prueba fehaciente de su crimen. Abrióse una información, y Atanasio descubrió muy pronto su astuta patraña y se ingenió para dar con el paradero del pretendido muerto, el cual se había ocultado en un monasterio. El desventurado cómplice solicita humildemente el perdón y, por orden del santo patriarca, se mezcla ocultamente entre la asamblea conciliar. Llega el momento en que los acusadores, en tono melodramático, piden venganza y, abriendo una caja misteriosa, sacan de ella un brazo seco. Entonces / (Página 26) Atanasio se levanta y dice: «Ruego a los que conocían personalmente a Arsenio que se sirvan levantarse». Luego, mostrándoles su pretendida víctima, les dice: «¿Es éste Arsenio, a quien he matado y al cual he hecho cortar el brazo?» Arsenio mostró a todos ambos brazos y el patriarca prosiguió: « A mis acusadores les corresponde ahora averiguar el lugar donde podía llevar oculto el tercero». Pues bien, aunque nada podía servir tanto a la causa del santo obispo como una victoria tan mortificante para sus enemigos, con todo, éstos no desmayaron, sino que imaginaron una nueva acusación, la más conducente a impresionar el amor propio de Constantino. En efecto, se le acusó de haber monopolizado el trigo para distribuir grandes limosnas a 114


los pobres de Alejandría, ocasionando de ese modo el hambre en Constantinopla, la gran ciudad, tan gloriosamente fundada por el emperador, su capital y objeto de legítimo orgullo. Esta vez la acusación tocaba a Constantino en lo más sensible; era como echar aceite al fuego. El emperador no esperó que el acusado presentase su defensa, sino que, para poner fin a toda discusión, dio orden de conducir San Atanasio a Tréveris de las Galias. Ejecutóse la orden en 335, y el patriarca fue alejado de su patria hasta la muerte de Constantino (337) (...)”. Página 26. Regreso de san Atanasio.- Auevos disturbios y nuevos destierros. “(...) El recibimiento triunfal y la alegría del pueblo al ver de nuevo a su amado prelado, después de veintiocho meses de destierro, no son para descritos. Por desgracia la paz fue de corta duración, pues los arríanos no cejaron hasta conseguir sus malvados intentos. Apoyándose en el emperador Constancio — uno de los hijos de Constantino, a quien le había correspondido en herencia gran parte del Oriente con el Egipto, y que estaba ya tocado de la herejía de Arrio—, reunieron un conciliábulo en Antioquía, depusieron a Atanasio por segunda vez, y eligieron en su lugar a un sacerdote egipcio por nombre Pistos; durante más de un año, el legítimo patriarca hubo de vivir en su metrópoli frente a su rival. Los dos partidos recurrieron al Papa, que era entonces San Julio I. Atanasio fue a entrevistarse personalmente con el Padre Santo para defender su causa (340). Julio I confirmó a Atanasio en la posesión de su obispado y condenó a los herejes con nuevo anatema; pero esta sentencia no pudo restablecer al santo patriarca en su sede, a pesar de que los concilios de Roma (341) y de Sárdica (344) hubiesen votado a su favor, pues los orientales proseguían la lucha sin descanso. / (Página 27) Cuando desde el principio de su estancia en Roma se le vio, acompañado le dos monjes que llevó consigo del desierto, observando vida de verdadero «secta, una simpatía general rodeó su persona. Fue el oráculo de lo más escogido de la sociedad romana y de las familias senatoriales, tales como la de la virgen Marcela. Dio a conocer la maravillosa vida de los monjes de Egipto, en particular la de su íntimo amigo San Antonio, cuya compendiada vida escribió más tarde. San Agustín habla repetidas veces de la impresión profunda que hicieron sobre las almas de Occidente estos relatos extraordinarios, y el entusiasmo con que rompían su espada los oficiales del ejército romano para imitar las austeridades y espantosas mortificaciones de los solitarios y cenobitas. De esta nueva milicia brotó con el tiempo un nuevo clero; hecho este de gran trascendencia, puesto que las Órdenes religiosas fueron, en la Edad Media y en todo tiempo, valiosísimos auxiliares de la Iglesia. Llegó por fin el día en que, Atanasio, perseguido siempre y siempre vencedor, fue restablecido en su sede por Constancio, que gobernaba a 115


Italia, Grecia y el África romana. El 21 de octubre de 346, el santo patriarca entró triunfalmente en Alejandría en medio de un entusiasmo indescriptible. El pueblo y los magistrados habían salido muy lejos a recibirle, y el mismo San Antonio, viendo acudir a las multitudes al encuentro del prelado, y no pudiendo acompañarlas a causa de su avanzada edad, entonó su ,unc dimittis, feliz de poder contemplar el triunfo de la causa por la que tantas mortificaciones y oraciones había ofrecido al Señor (346). Después de la trágica muerte de Constante (350), la tiranía sectaria de Constancio se encontró sin cortapisas; y casi al mismo tiempo murió el santo papa Julio I, el más sólido apoyo de Atanasio. Celebróse Concilio en Arlés (353), y más tarde en Milán (355); pero tanto en el uno como en el otro, Constancio hizo alarde de un despotismo sin igual: «Mi voluntad —dijo— es la norma que únicamente debe seguirse». Con tales disposiciones bien se echa de ver que la fuerza y la resistencia acabarían por rendir a la mayoría de los obispos. El nuevo Papa, Liberio, fue arrestado y conducido con buena escolta a la corte imperial y luego desterrado a Tracia. Quedaba Atanasio. Reducirle por amenazas era imposible; apoderarse de él a mano armada era muy arriesgado, pues su popularidad era grande. A principios del año 356, fraguóse una sublevación popular en Alejandría. Celebrábase en su iglesia la vigilia de una fiesta; matones reclutados entre la hez del pueblo hacen repentina irrupción en el templo. Atanasio, sentado en su silla patriarcal, se resiste a abandonar el puesto, pero los forajidos le apremian más y más; sus amigos consiguen librarle no sin gran trabajo, le sacan de la ciudad y le ocultan. Esto bastó para que el emperador pudiera decir: «Atanasio ha huido». En consecuencia alzaron en su lugar a un tal Jorge de Capadocia, hombre grosero y brutal. Durante dieciocho meses reinó el terror en Alejandría y la sangre de los mártires corrió a raudales (...)”. (46). “Día 1º de mayo. Santos Felipe y Santiago Apóstoles (+ hacia 54 y 63)”.www.santos5-6.pdf Página 97. Día 9 de mayo. San Gregorio Aacianceno, obispo y Doctor de la Iglesia (328?-389). Arzobispo de Constantinopla. “(...) Dios, en sus adorables designios, había dispuesto, sin embargo, que aquella lumbrera de la Iglesia no permaneciera oculta bajo el celemín, sino que brillase sobre el candelero; por eso, cuando San Gregorio ,acianceno se hallaba más entregado a la vida contemplativa, una embajada de fieles de Constantinopla fue a buscarle a su retiro para exponerle los males que hacía a la causa católica el obispo arriano Demófilo, el cual se había apoderado de la sede de Constantinopla, convirtiéndola en centro de toda clase de errores y herejías.

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— ¡Verbo divino! —exclamó el humilde Gregorio—: por Ti vivía aquí y por ti abandonaré este lugar. Envíame a uno de tus ángeles, para que me guíe en el camino que voy a emprender por tu amor. Con lágrimas en los ojos se despidió de la humilde celda en que tan apacible y santamente se deslizaban sus tranquilos días, y partió para Constantinopla, en donde la situación de los verdaderos cristianos no podía ser más aflictiva. Sin recursos, sin influencia, perseguidos en todas partes, sólo podían dar a nuestro Santo el testimonio de su adhesión; ni siquiera pudieron ofrecerle un albergue decoroso, donde pudiera vivir con la dignidad que requería su elevado cargo. Tuvo, pues, que buscar alojamiento en casa de uno de sus deudos. Los primeros pasos para atraer a la verdad a aquel pueblo extraviado fueron en extremo difíciles. Él mismo da cuenta de ellos, con santo gracejo, en los siguientes términos: / (Página 98) —Si conmigo hubiera entrado — dice— la peste en la ciudad, no hubiera sido más odiado. Se me acusaba de idólatra, porque predicaba el misterio de la Santísima Trinidad. Sobre mi casa caía diariamente una granizada de piedras, sobre todo a la hora de la comida, como si creyeran que estaba hambriento de alimento tan indigesto. A fuerza de paciencia y mansedumbre, consiguió hacerse oír de sus enemigos, cuyo cariño supo conquistar. Obtenido éste, su triunfo fue fácil, pues a sus sermones acudía en masa la población, que quedó tan convencida de la verdad de la doctrina católica, como prendada de la elocuencia del santo predicador que la exponía. Entonces ganó Gregorio el sobrenombre de Teólogo, con el que en lo sucesivo fue designado, y que sólo había obtenido, antes que él, el glorioso San Juan Evangelista. El crédito que adquirió San Gregorio, no sólo entre los fieles, sino aún entre muchos arríanos, concitó contra él el odio de los jefes de dicha secta, que, recurriendo a la violencia, penetraron un día en la iglesia en que aquél predicaba, profanaron los altares, rompieron la silla episcopal y mataron a varios sacerdotes. Los fieles, indignados, querían ir inmediatamente a pedir venganza al emperador Teodosio; pero a ello se opuso el santo prelado, pronunciando estas hermosas palabras: —La paciencia vale más que el castigo, pues si el castigo ahuyenta el mal, la paciencia conduce al bien. Y así sucedió, efectivamente; porque los enemigos más encarnizados de San Gregorio se convirtieron, admirados de tanta mansedumbre, y, sin ninguna oposición del pueblo, pudo Teodosio desterrar de la sede de nuestro Santo a todos lo sacerdotes arrianos, que durante largo tiempo la habían perturbado. ,o quiere esto decir que cesaran para el santo prelado las luchas con los herejes; bastantes hubo que prosiguieron haciéndole cruda guerra, hasta el extremo de pagar a un joven para que le asesinara; pero en el momento de ir a cometer éste tan odioso crimen, el arrepentimiento 117


penetró en su alma y, arrojándose a los pies de San Gregorio, le confesó el delito que había pensado ejecutar. «Hijo mío —le dijo por toda respuesta nuestro bienaventurado—, vete en paz; que Dios te proteja como acaba de protegerme. Procura, en adelante, hacerte digno de Dios y de mí». Más no siempre conseguía esta bondad efectos tan saludables. En cierta ocasión, un diácono sacrílego, disimulando su mala conducta y aspirando secretamente a la dignidad de Gregorio, sorprendió la buena fe de éste, hasta el punto de que, desde la cátedra sagrada, hizo un elogio de aquél, al que llamó su «noble y valeroso amigo», con gran escándalo de los fieles, que conocían los desórdenes del diácono. Éste, al mismo tiempo que así engañaba a nuestro Santo, se hacía consagrar clandestinamente Patriarca de / (Página 99) Constantinopla; empero tan inicua conducta hizo nacer en el santo prelado, en la indignación que en otro pecho menos generoso que el suyo hubiera estallado, sino un mayor deseo de retirarse a la soledad para tener tan sólo trato con Dios. Dio prueba evidente de estos santos anhelos en el concilio celebrado en Constantinopla en 381, el cual, además de condenar el arrianismo y anatematizar a los falsos diáconos, confirmó a San Gregorio en el gobierno de la sede que con tanta fortuna regía. Algunos opusieron reparos a esta confirmación, sosteniendo que había abandonado sin la competente autorización su primer obispado; Gregorio, lejos de refutar aquella infundada acusación, exclamó con acento conmovedor: —Hombres de Dios: vosotros estáis aquí reunidos para establecer la concordia y la unidad, y no he de ser yo quien ponga obstáculos a tan grande impresa. Se discute mi poder, y yo renuncio a él. Puedo, como Jonás, aunque no he sido causa de la tempestad, salvar la nave arrojándome al mar. Desde ahora ruego al cielo para que mi sucesor se muestre defensor heroico de la fe. Dios os guarde a todos, y sólo os pido que conservéis siquiera un poco de buen recuerdo mío. Se despidió de su pueblo y encaminóse a Jacianzo, con ánimo de terminar allí sus días. Continuó, sin embargo, administrando la diócesis por espacio de dos años, hasta que en 383 se nombró para sucederle a su primo Eulalio, que fue, asimismo, muy santo prelado. Gregorio se retiró, no lejos «lo la ciudad episcopal, y reanudó la vida de oración y de penitencia, que constituían su mayor anhelo. A pesar de esto, el enemigo de las almas intentó aún encender en él los ardores de la concupiscencia. «¿Cómo escapar del vició? —se preguntaba Gregorio— . ¡Sálvame en tus brazos, oh Jesús, mi Rey y mi Redentor!», decía. Sus súplicas fueron escuchadas, pues el Señor le llamó a su amoroso seno cuando contaba más de sesenta años de edad, el 9 de mayo de 389, 118


después de una vida consagrada enteramente a Dios, según el voto de su piadosa y bienaventurada madre. Sus admirables escritos dogmáticos le valieron el título de Doctor de la Iglesia. Gracias a sus obras, aunque muerto de cuerpo, siguió vivo y muy vivo de espíritu. Por ellas, San Basilio Magno le llama «pozo profundo y boca de Cristo». Su santo cuerpo, enterrado primeramente en Jacianzo, fue trasladado a Constantinopla el año 950 y colocado en la iglesia de los Doce Apóstoles, donde permaneció hasta que, a la caída del Imperio griego, en 1204, fue transportado a Roma, en cuya basílica Vaticana se venera hoy día (...)”. (47). “Día 1º de mayo. Santos Felipe y Santiago Apóstoles (+ hacia 54 y 63)”.www.santos5-6.pdf Página 121. Día 12 de mayo. San Epifanio, obispo y Doctor de la Iglesia (310-403). “(...) Mereció San Epifanio ser llamado el «Jerónimo de Oriente». De él hace mención el Martirologio romano de esta manera: «En Salamina de Chipre. San Epifanio obispo; fue muy erudito y conocía admirablemente la Sagrada Escritura, y no menos ilustre por la santidad de su vida, su celo en sostener la fe católica, su liberalidad con los pobres y el don de milagros». Jació San Epifanio por los años de 310 en Bezanduca —hoy día Bet Dehibrin-, en la provincia de Gaza de Palestina. Era por entonces una aldea situada no lejos de Eleuterópoli, sede episcopal sufragánea de Cesárea. Sus padres eran judíos muy pobres que se sustentaban del trabajo de sus manos: el padre ganaba el jornal labrando la tierra, y la madre hilando lino. Siendo de diez años quedó huérfano, con una hermanita llamada Calitropes. Hubiera, sin duda, muerto de hambre y de necesidad, si Dios nuestro Señor, que le había escogido y le quería hacer lumbrera de su Iglesia, no hubiese movido a un judío, llamado Trifón, hombre rico y muy docto en su ley, para que, agradándose mucho de la buena inclinación y gracia de Epifanio lo tomase para tenerle en su casa, criarle y adoptarle por hijo. Jada descuidó Trifón para instruir a Epifanio en todo género de ciencias. Envióle a Alejandría, donde llevó vida santa y estudiosa a pesar de que / (Página 122) aquella ciudad era teatro de disolutas costumbres, y que los cristianos de ella profesaban la herejía de los gnósticos. Mostró San Epifanio particular talento para el estudio de las lenguas, por o que le llamaron «pentáglota» o «el que sabe cinco lenguas»; de esos cinco idiomas: griego, hebreo, siríaco, copto y latín, le fue menos familiar este último. Esperaba Trifón poder hacerle heredero de toda su fortuna y darle por marido a una sola hija que tenía. Pero Trifón y su hija murieron y con ello quedó Epifanio dueño de grandes riquezas. Por entonces le atrajo el 119


Señor, por medio de un santo monje llamado Lucino, al conocimiento de la verdadera fe. Él y su hermana Calitropes se convirtieron a nuestra santa religión y se bautizaron. A l tiempo que Epihnio llegaba a la pila para ser bautizado, se le cayó el calzado de sus pies y, movido de lo que consideró prodigio, nunca en su vida quiso tomar calzado, antes siempre anduvo descalzo (...)”. Página 124. En Roma y Jerusalén. “(...) Entretanto, a fines del año 377 ó principios de 378, el papa San Dámaso juntó concilio en Roma para volver a condenar a los arríanos, macedonianos y apolinaristas. y para tratar de algunos negocios graves o importantes de las Iglesias de Oriente. Hizo San Epifanio aquella jornada y llegó a Komn en compañía de San Jerónimo. El ilustre obispo de Constanza ayudó muchísimo al triunfo del dogma católico contra los apolinaristas a quienes se obligó a firmar un formulario de fe ortodoxa. San Epifanio permaneció poco tiempo en Roma; acabado el concilio, volviese a su iglesia. Trabajó en ella con ardor en la propagación de la fe católica, trajo innumerables herejes a la verdad, y convirtió a muchísimos judíos. Pero no por ser San Epifanio varón tan eminente y famoso le faltaron adversarios y calumniadores que procurasen deslustrar su persona. Libertó con los dineros de la Iglesia, porque no tenía otra cosa, a un / (Página 126) caballero romano que estaba preso por deudas. Súpolo un diácono suyo llama do Carino, hombre insolente y ambicioso, e incitó a los demás clérigos contra el Santo, llamándole disipador de los bienes de la Iglesia; hiriéronle muchas befas e injurias, las cuales llevó Epifanio con admirable paciencia y mansedumbre. Convidó cierto día el obispo a todos los clérigos, y entre ellos a Carino, a quien ya había devuelto los dineros que había gastado en librar de la cárcel al caballero, para que los restituyese a la Iglesia. Estando todos comiendo, vino allí un cuervo tres veces distintas y dio tres graznidos. Carino, el diácono, dijo a Epifanio que si le sabía declarar lo que quería decir aquel cuervo, le haría señor de toda su hacienda. San Epifanio, inspirado del Señor y deseoso de dar un ejemplar escarmiento, le respondió: «Lo que quiere decir el cuervo es que tú no has de ser ya más diácono». Oyendo esto Carino se pasmó, y no pudo pronunciar palabra. Llevárosle en brazos a su casa y a la mañana siguiente murió, y su hacienda pasó a la Iglesia. Los demás clérigos escarmentaron, y de allí adelante reverenciaron más a su santo pastor. Las liberalidades de San Epifanio se extendían a todos los necesitados. Una vez, dos mendigos que le vieron venir, se concertaron entre sí; uno de ellos fingió estar muerto, y el otro, al pasar el Santo, se lamentó de su indigencia diciéndole que ni siquiera tenía con qué pagar los funerales de su amigo. Epifanio le consoló y le dio buena limosna. En cuanto hubo partido el santo obispo, el mendigo dijo a su compañero: 120


«Oye, levántate; vámonos a celebrar el feliz resultado de la estratagema». Más, como el otro no se movía, quedó sobrecogido de espanto y fue a toda prisa a contárselo al obispo, pidiéndole perdón y clemencia. El Señor, empero, queriendo inspirar a los fieles gran horror a la mentira, no se dignó devolver la vida al fingido muerto (...)”. Página 126. San Epifanio y el Origenismo. Defensores de Origenes: Juan, obispo de Jerusalén; San Jerónimo, que vivía en su monasterio de Belén, y un tal Rufino, huésped y amigo de Epifanio. “(...) De allí a poco, en el año de 394, fue a Jerusalén. Tuvo noticia de los grandes estragos causados en Palestina por los errores acreditados con el nombre de Orígenes. Sintió el Santo gran disgusto por ello, y determinó pelear enérgicamente contra los sectarios de las falsas doctrinas. Éstos tenían algunos defensores insignes, entre ellos Juan, obispo de Jerusalén; San Jerónimo, que vivía en su monasterio de Belén, y un tal Rufino, huésped y amigo de Epifanio. En presencia del obispo Juan y de inmensa muchedumbre de fieles, predicó San Epifanio en la iglesia del Santo Sepulcro contra Orígenes y sus errores, y luego se separó de la comunión de Juan, por no querer éste condenar a Orígenes. Jerónimo, en cambio, se declaró partidario del «muy / (Página 127) venerable padre Epifanio el Pentáglota». San Epifanio ordenó luego de presbítero a Pauliniano, hermano de San Jerónimo. El insigne obispo de Constanza daba muestra de incansable celo en defensa de la verdadera fe; pero este celo, no siempre discreto, fue explotado por Teófilo en provecho de sus intereses. Sucedió que este mismo Teófilo fue muy perseguido por los solitarios de Egipto; él los excomulgó y los echó de su diócesis, y aun escribió a todos los prelados de Oriente, incitándoles a que no los admitiesen a la Comunión, so pretexto de que eran herejes y discípulos de Orígenes. Los solitarios hallaron apoyo y defensa en San Juan Crisóstomo, obispo de Constantinopla, el cual probó varias veces de traer a Teófilo, patriarca de Alejandría, a que cediese y volviese a admitir a los solitarios en su diócesis. ,o quiso Teófilo doblegarse, por lo cual fue convocado sínodo en Constantinopla, para examinar el asunto de los monjes y juzgar la conducta del patriarca en este negocio. Teófilo acudió a San Epifanio en busca de ayuda; «Venid —le escribía— y añadid a la gloria que ya corona vuestras canas la de dar el golpe mortal al más pernicioso error de nuestro siglo». Engañado con estas palabras, Epifanio se puso en camino a pesar de su avanzada edad, pues trisaba ya en los noventa años. El patriarca de Alejandría cantaba ya victoria viendo que le salían bien sus amañadas trazas, y que tenía por defensor al más famoso obispo de Oriente, al que todos los de Asia proclamaban varón santísimo. 121


,i asomo de sospecha tuvo San Epifanio del triste papel que, sin saberlo, le iban a hacer desempeñar. Lo único que a él le preocupaba era la cuestión dogmática del origenismo, que acababa de hacer condenar en el año de 402 por un sínodo de obispos de Chipre, y así, en cuanto llegó a Constantinopla, juntó a los obispos, y les comunicó, en conferencias particulares, los decretos ya promulgados por anteriores concilios contra los origenistas, suplicándoles al mismo tiempo que se dignasen firmarlos. Los partidarios de Teófilo convinieron en que al siguiente día, que era domingo, y a la misma hora en que se celebraba misa en la basílica constantiniana de los Santos Apóstoles, Epifanio entraría en la iglesia y leería públicamente a los fieles allí presentes el edicto de condenación de los errores de Orígenes y de los monjes de Alejandría. Además tenía que avisar a los fieles, que su prelado, San Juan Crisóstomo, era sospechoso de favorecer la herejía. Pero los planes dé Teófilo quedaron frustrados. Conforme a lo trazado la víspera, trasladóse Epifanio a la basílica; había ya traspasado el vestíbulo, cuando el arcediano Serapión le salió al paso, desenrolló un pergamino escrito por San Juan Crisóstomo y le leyó con voz fuerte y clara. El tono de aquel mensaje no era violento, pero la energía con que estaba escrito hizo entrar en sí a Epifanio, y al cabo de unos instantes salió del templo. / (Página 128) ,o podía el Señor permitir que un varón tan santo fuese más tiempo juguete de los artificios de Teófilo. Luego advirtió San Epifanio que en aquel celo afectado había mezcla de viles pasioncillas que podían poner en riesgo su propia persona y autoridad. Por otra parte, el admirable ejemplo de moderación y caridad que le daba San Juan Crisóstomo impresionó el corazón de Epifanio, capaz como ninguno de formar justo concepto de la excelsa y noble virtud del obispo de Constantinopla. A los doce días de llegar a dicha ciudad, quiso ya salir de ella. Los partidarios de Teófilo extrañaron tan precipitada salida y le suplicaron la retardase unos días. «,o —respondió el Santo—; ganas tengo ya de respirar aires más puros; os dejo el palacio, la ciudad y los teatros». Con esto se despidió de aquellos prelados cortesanos y se embarcó en un navío con rumbo a Chipre (...)”. Página 129. Obras de san Epifanio.- Su culto. “(...) Consérvanse de este santo obispo algunas cartas y varios trabajos de valor sobre arqueología bíblica. A ruegos de algunas personas de Syedra de Panfilia, deseosas de conocer la verdad ortodoxa respecto a la Santísima Trinidad, y en particular al Espíritu Santo, escribió en el año de 374 el Ancoratus, el Áncora. Este tratado estaba destinado a ser para los fieles como un áncora segura en medio de las controversias arrianas y semiarrianas. Por los años de 374 a 377, escribió otro tratado para refutar nada menos que ochenta herejías, y que llamó Panarión, que significa «Botiquín o Triaca contra ochenta herejías». 122


La energía que desplegó este eminente prelado en defensa de la verdad doctrinal contra los herejes, y su ciencia y santidad, fueron parte para contarle en el número de los Doctores de la Iglesia. San Epifanio gozó en vida de gran fama de santidad, siendo por ella muy venerado de cuantos le conocieron; después de muerto creció sobremanera l a veneración de los fieles a tan ilustre prelado. En la isla de Chipre se edificó una iglesia en su honor, en la que había una estatua del Santo. Innumerables fueron sus devotos en la Iglesia de Constantinopla y en todo el Oriente, donde tiene oficio propio. Perdiéronse algunas de sus sagradas reliquias y las demás fueron trasladadas a Famagusta, ciudad poco distante de Constanza. Refiere la tradición que había en dicho lugar una cueva adonde solía retirarse San Epifanio para darse a la penitencia. En esa cueva sucedía cada año una cosa maravillosa: La víspera de la fiesta del Santo empezaba a gotear una agua límpida y agradable, y no cesaba de caer hasta el atardecer del día de San Epifanio. Muchos la daban a beber a los enfermos (...)”. (48). “Día 1º de mayo. Santos Felipe y Santiago Apóstoles (+ hacia 54 y 63)”.www.santos5-6.pdf Página 112. Día 14 de mayo. San Pacomio, abad y confesor (276?-348). “(...) Jació San Pacomio de padres gentiles, en la Tebaida; pero a pesar de vivir en el paganismo, tuvo desde niño instintivo horror a la idolatría; y así, cierto día que su padre le llevó a un sacrificio de sus falsos dioses, a orillas del río Jilo, no pudieron responder los demonios a las preguntas de los sacerdotes. Enojáronse éstos en gran manera contra los padres de Pacomio y les dijeron: «¿Por qué habéis traído aquí a un enemigo de nuestros dioses? Echadle luego y que no vuelva más». Ellos, espantados, tomaron de la mano al niño y huyeron despavoridos, porque temían las iras de la muchedumbre. Este incidente impresionó mucho al joven Pacomio, y su recuerdo atormentaba no poco a aquella alma nacida para conocer y amar la verdad. Siendo soldado, tuvo ocasión de tratar con algunos santos y caritativos monjes y, después de conversar con ellos, viniéronle deseos de conocer una religión que producía tales ejemplos de virtud. Acabada su milicia, se fue a una aldea de la Alta Tebaida, donde moraban algunos siervos de Dios, de los cuales fue enseñado y bautizado. La misma noche de su Bautismo tuvo un sueño; vio que del cielo caía sobre su mano derecha un rocío que se convertía en miel, y al mismo tiempo oyó / (Página 142) una voz que le decía: «Pacomio, este rocío es señal de la gracia que Cristo te da». Con esta visión se encendió más Pacomio en el amor divino; determinó luego renunciar al mundo y consagrarse a la vida monástica. Fuése, pues, a las montañas de la Tebaida y se echó a los pies del santo ermitaño Palemón, suplicándole que le admitiese en su compañía. «Sólo me sustento de pan y sal —le contestó el santo anciano—; 123


y mis noches se emplean en cantar salmos y en meditar las Sagradas Escrituras.» Pacomio, admirado de vida tan áspera y dificultosa, le respondió, sin embargo: «Espero que merced a vuestras oraciones, el Señor me dará gracia para perseverar hasta la muerte en este "género de vida.» Maravillado Palemón de oír estas palabras le abrió la puerta de su celda y le recibió. Pacomio cumplió lo prometido. De allí en adelante llevó totalmente vida de oración, ayunos, austeridades y vigilias. Después de rezar se ocupaban ambos en hacer sacos de pelos de camello y cestos de juncos y mimbres, y lo que sacaban de venderlos dábanlo de limosna a los pobres. Pasaban la noche en oración, dedicando sólo dos o tres horas al descanso y, si Palemón veía tentado del sueño a Pacomio, para despertarle y vencer aquella tentación, le mandaba pasar de una parte a otra con espuertas unos montones de tierra. «Tienes que estar alerta, Pacomio — le decía—, no sea que el demonio te seduzca y vengan a parar en nada nuestros esfuerzos.» A pesar de su ancianidad, Palemón ponía el primero la mano al trabajo para darle ejemplo. También le ejercitaba mucho en la obediencia. Llegó la fiesta de Pascua y Palemón dijo a Pacomio: «Hermano, hoy es fiesta para los cristianos; anda, pues, y prepara la comida». Fuése Pacomio y, teniendo cuenta con la solemnidad de aquel día, echó unas gotas de aceite a las hierbas silvestres de que se sustentaban los dos anacoretas. Palemón bendijo las hierbas y se sentó para comerlas; pero, al ver el aceite, dióse una palmada en la frente y exclamó sollozando: «A mi Salvador le dieron a beber hiel y vinagre, y ¿yo regalaría mi paladar con aceite?» ,o quiso probar bocado (...)”. Página 142. Un pueblo en el desierto. “(...) Llegaba el día en que muchísimas amas iban a santificarse y ganar el cielo viviendo y luchando en acuella soledad de Tabena. Una noche, mientras oraba Pacomio, se le apareció de nuevo el ángel y le dijo: «Pacomio, el Señor quiere que seas ministro suyo para reconciliar a su pueblo». De allí a pocos días comenzaron a venir de diversas partes muchos desengañados del siglo, deseosos de salvarse. Más de cien monjes se juntaron en breve tiempo. «Los montes de la Tebaida —decía más tarde San Atanasio— están poblados de cristianos que pisan el día y la noche cantando salmos, estudiando, ayunando, orando y trabajando para dar limosna; conservan entre sí el espíritu de paz, de unión y caridad. A la vista de tan devotos solitarios podemos otra vez exclamar: ¡Cuán hermosos son los tabernáculos de Jacob y cuán bellas las tiendas de Israel! Como frondosos valles cubiertos de fresca sombra, como islas deliciosas en medio de anchuroso río como pabellones que el Señor ha levantado para sí». 124


San Pacomio gobernaba a sus monjes conforme a la Regla que el ángel le trajo del cielo y aunque a todos recibía amorosamente, no daba a ninguno el hábito de monje hasta examinarlo y probarle con una larga probación por espacio de tres años. Presentábase, pues, magnífica eflorescencia monástica. Grande, inmensa hubiera llégalo a ser la fuerza espiritual de esas tribus penitentes y contemplativas, si hubiesen guardado, junto con el fervor de la vida religiosa, íntegra y pura la doctrina católica. Por / (Página 146) desgracia, de estas colonias del desierto salieron, andando los años, muy ardientes y temibles secuaces de las herejías; San Pacomio lo predijo con dolor a sus discípulos después de una visión en que Dios le mostró los sucesos por venir. Sin embargo de todo eso, hizo el Santo cuanto pudo para elegir de sus hijos tan fatales daños. Prohibióles tener trato con los herejes, particularmente con los arríanos, los melecianos y los dirigentes; estos últimos, más que nadie, le causaban instintivo horror: si es verdad que Orígenes no escribió ningún error —sobre lo cual hay diversidad de pareceres—, no deja de ser cierto qué los herejes, escudándose en la fama del sabio autor, introdujeron muchas falsedades en sus escritos. Pero por entonces, en aquella soledad de la Tebaida, donde los hombres no veían sino la inmensidad del desierto, crecía, poco a poco y sin ruido, un pueblo en medio del cual hallaría el Señor intrépidos defensores de la verdadera fe (...)”. Página 149. Otras maravillas. El premio. “(...) La vida de San Pacomio fue una cadena de milagros. Aquí traeremos algunos. Vino un hombre a rogarle que sanase a una hija suya. «Apiadaos de mí —le dijo; —sólo tengo una hija y los demonios la atormentan cruelmente». Excusóse el Santo, diciéndole que no solía hablar con mujeres; pero díjole que le presentase un vestido de su hija. Hízolo así el atribulado padre y en viéndolo, dijo Pacomio: «Este vestido no es de vuestra hija». Afirmó el padre que sí era y el Santo le dijo: «Bien sé que ella lo lleva, pero no le pertenece. Porque ese vestido es el que usan las vírgenes y vuestra hija no guarda la castidad.» Prometió enmienda la mujer, y Pacomio le envió un poco de aceite bendito con el que sanó. Dióle el obispo Serapión un lugar cómodo donde edificase una iglesia para los pastores de los alrededores de Tabena. Algunos herejes vinieron de noche- y derribaron lo que se había ya edificado. Tuvo paciencia Pacomio y exhortó a sus monjes que la tuviesen; pero el Señor envió fuego del cielo y quemó a los herejes. Vino de Roma cierto monje que deseaba sobremanera manifestar su conciencia a San Pacomio y confesarse con él. Pero el Santo no sabía sino el idioma de su tierra, que era el egipcio. Habló con Dios y le dijo: «Señor, si yo por falta de saber lenguas no puedo ayudar a los que vienen de lejanas tierras, ¿para qué me los enviáis? Si queréis que les sirva, dadme 125


lo que he menester para cumplir vuestra voluntad.» Al poco rato vio caer del cielo a su mano un papel escrito a manera de carta. Leyólo Pacomio, y luego comenzó a hablar en griego y latín con tanta elegancia y copia de palabras que parecía que hacía ventaja a todos los letrados del mundo. Dice el hagiógrafo que el Señor dio al santo Fundador dominio sobre los animales fieros y serpientes venenosas. Cuando quería pasar el río ,ilo para visitar los monasterios, los mismos cocodrilos le servían y le traspasaban a la otra parte. Llegó, finalmente, para San Pacomio la hora de recibir el galardón de sus muchos trabajos y virtudes. El año de 348, la peste hizo estragos en el monasterio. Murieron más de un centenar de monjes y el mismo Santo cayó enfermo. Juntó a los religiosos y les dijo: «Amados hijos, voy a entrar ya en la mansión de los bienaventurados, pues veo cerca de mí a mi santo Ángel que me llama. Guardad mis preceptos y exhortaciones, y aborreced a los herejes cualesquiera que sean. Petronio, vuestro hermano, es varón muy prudente, virtuoso y santo; sea él mi sucesor y Padre vuestro desde este instante». Hizo la señal de la cruz y, a los catorce días de mayo, expiró en brazos de sus discípulos, que eran mil cuatrocientos en aquel monasterio (...)”. (49). “Día 1º de mayo. Santos Felipe y Santiago Apóstoles (+ hacia 54 y 63)”.www.santos5-6.pdf Página 454. Día 14 de junio. San Basilio Magno, obispo y Doctor de la Iglesia (329-379). En el desierto. Es nombrado obispo. Arrianismo. “(...) Despreciando triunfos que le esperaban en su cátedra, dio de mano a las riquezas, gloria y aplausos humanos; cerró su escuela, vendió todos sus bienes, dio el precio a los pobres y se retiró a una campiña poco distante de Cesarea. Antes de entregarse al retiro absoluto quiso estudiar de cerca los altos ejemplos de vida solitaria que por entonces daban los discípulos de San Efrén, en Mesopotamia; los de San Hilarión, en Palestina; y la innumerable familia de San Antonio, en los desiertos de Egipto. De regreso de tan lejanos viajes, Basilio se retiró al desierto del Ponto, llamado Mataya, en la ribera del río Irede. Allí se le juntaron muchos monjes y edificó un monasterio. Asimismo en la ribera opuesta, su hermana Santa Macrina la Moza y su madre Santa Emelia tomaron la dirección de una comunidad de vírgenes. En el año 370, murió Eusebio, obispo cesariense; fueron entonces convocados todos los obispos de la provincia para que diesen nuevo pastor a la / (Página 455) Iglesia de Cesarea. Clero y pueblo pedían a voces que Basilio fuese su pastor. Y así fue, a pesar de la oposición de los arríanos. Hacía tiempo que San Basilio venía oponiéndose al ímpetu furioso de estos herejes, los cuales, con el favor del emperador Valente, se multiplicaban sin cuento. Ya obispo, salió con mayores bríos a la 126


defensa de la fe y luchó al lado del patriarca de Alejandría para ver de apagar el incendio de la herejía que amenazaba con abrasar a la Iglesia de Oriente. Basilio recibió los avisos y direcciones del santo Pontífice como verdaderos oráculos y los promulgó por todo el territorio de su vasta diócesis. Por desgracia, aquellas tentativas de pacificación religiosa habían de estrellarse contra la dureza de corazón, las violencias y la inquina del impío emperador Valente (...)”. Página 455. Basilio y el Ministro del Emperador. Arrianos. “(...) Era el emperador de natural muy violento. Para llevar a efecto la ejecución de sus decretos respecto al destierro de los obispos católicos, él mismo en persona recorrió las ciudades de Asia. A todas ellas enviaba delante de sí a Modesto, prefecto del pretorio, con encargo de apaciguar los ánimos y evitarle desagradables encuentros. Más que nada preocupaba al emperador la acogida que le daría el metropolitano de Cesarea, porque contaba como el mayor de sus triunfos el poder traer a San Basilio a que abrazase la fe de los arríanos, por la grande autoridad que tenía el santo prelado en la Iglesia católica. También a Modesto le preocupaba la acogida que Basilio daría al emperador; quiso primero tentar al obispo de Cesarea con regalos y blanduras, y para ello envió antes algunos prelados arríanos para que persuadiesen a Basilio; pero éste no les hizo ningún caso, y por añadidura los excomulgó a todos. Las más nobles matronas de Capadocia fueron a suplicarle que aceptase el credo de Valente; mas sus ruegos no hicieron eco en el corazón del santo obispo. Finalmente, viendo Modesto que todo era en vano, aun los requerimientos que hizo a Basilio por medio de Demóstenes, veedor del emperador, entró furioso en Cesarea y le mandó comparecer delante de sí. En balde intentó persuadirle de que se conformase con la voluntad del emperador; el Santo se mostró inquebrantable y tan esforzado y firme en su fe, que Modesto, ciego ya de furor, le amenazó con la confiscación de bienes, destierro, tormentos y muerte. Basilio le declaró que ninguna de esas cosas le asustaba. —¿Y cómo así? — le preguntó Modesto. —Pues sencillamente —repuso Basilio—. ,o puedes confiscar los bienes que yo no tengo. Fuera de este pedazo de trapo viejo y roto que cubre mi / (Página 456) cuerpo y de algunos pocos libros que son mi único tesoro, no hallarás con que quitarme. ,o puedes tampoco desterrarme, porque no tengo más apego y afición a un lugar que a otro. Todo este mundo es para mí un destierro, aunque también es mi patria, porque toda la tierra es de Dios y estamos en ella como huéspedes y viajeros que se paran sólo un día. ,o temo tus tormentos, porque mi cuerpo está tan exhausto y consumido que no tengo dónde recibirlos, y al primer golpe se acabará. Sólo te queda el poder imitarme; y, ¡qué servicio tan grande me prestarías 127


—dijo, mostrando su pecho enfermo— si me librases de este fuelle estropeado; la muerte me restituiría a mi Criador, a quien sirvo y por quien vivo, mejor dicho, por quien voy arrastrando este cadáver ambulante! Sólo a Dios deseo con toda mi alma. Quedó admirado el cruel prefecto de la constancia y valor de Basilio. Con esto acabó la entrevista y Modesto despidió al obispo diciéndole que le dejaba toda la noche para que pensase lo que le convenía hacer. Valente estaba a punto de llegar a Cesarea. Entretanto, Modesto mandó disponer en lugar público un instrumento de suplicio, por si el emperador ordenaba atormentar al santo obispo. Por otra parte, preocupábale sobremanera la traza que seguiría Valente en aquel suceso. Juzgó prudente ir antes a ver al emperador para ponerle al tanto de la firmeza y terquedad de Basilio. —Serenísimo emperador —le dijo—: Basilio nos ha vencido; no hacen mella en él ni amenazas ni blanduras y con firmeza de roca resiste a las seducciones. Menester será acabar con él por la fuerza, porque empeñarnos en hacerle ceder, será perder el tiempo (...)”. (50). “Día 1º de mayo. Santos Felipe y Santiago Apóstoles (+ hacia 54 y 63)”.www.santos5-6.pdf Página 343. Día 3 de junio. Santa Clotilde, reina de Francia (475-545). “(...) A mediados del siglo V se establecieron los borgoñones en la Galia meridional, formando un reino comprendido entre el territorio de los romanos y el de los visigodos. El trato con éstos fue parte para que casi todos ellos pasasen del catolicismo al arrianismo. La unidad del reino de los borgoñones cesó con la muerte del rey Gondoveo, por habérselo repartido sus cuatro hijos. Gondebaldo se estableció en Viena; Godegisilo, en Ginebra; y Chilperieo, en Lyón. El otro, llamado Gondemaro, sobrevivió poco tiempo a su padre. ,inguno de ellos dejó huellas notables en la Historia; ni siquiera el padre de nuesta Santa, Chilperieo, de quien se ignora si era católico o arriano. Lo cierto es que tomó por esposa a Caratena, católica piadosísima y dechado de cristianas virtudes, la cual crió con mucho esmero a sus hijos en el santo temor de Dios. Clotilde nació por los años de 475 probablemente en la ciudad de Lyón. Tuvo una hermana menor, llamada Sedeleuba, que fue también espejo de doncellas cristianas en medio de la corte borgoñona. Y es que su madre ponía sumo cuidado en apartarlas del pernicioso ambiente que suele respirarse en los palacios y las criaba en la práctica de las virtudes. Enseñóles / (Página 344) sin duda a invocar con frecuencia a los santos patronos de la ciudad y particularmente a la doncella mártir Santa Blandina, cuyo martirio y santa vida tenían las dos princesitas hondamente grabados en la mente y en el corazón. 128


Con la muerte de Chilperico por los años de 490, mudó totalmente la situación de las princesas y de su madre; porque conforme a la costumbre de aquella época, fue dividido el reino entre los dos hermanos de Chilperico, por no haber dejado éste hijos varones. Gondebaldo residió en Lyón, y Caratena se retiró con sus dos hijas a Ginebra, donde reinaba Godegisilo, rey católico que pasó a ser tutor de Clotilde y de Sedeleuba. Viéndose ya libre de los cuidados y obligaciones de palacio, la virtuosa viuda se entregó totalmente a la práctica de la religión y a la educación de sus dos hijas. Sedeleuba dejó el siglo y se retiró al claustro. Andando el tiempo, vino a ser fundadora de la iglesia de San Víctor, situada en uno de los arrabales de Ginebra. A Clotilde, empero, la destinaba el Señor a vida más brillante y heroica. Clodoveo, rey de los francos, que a pesar de su juventud llenaba ya las Galias con la fama de sus proezas, buscaba a la sazón esposa digna de su persona. Pensó en Clotilde, que tendría por entonces unos diecisiete años y conservaba muy lozanas su hermosura y virtud; envióle un embajador para que hablase con ella y pidiese su mano (...)”. (51). BARCELÓ Y CAYMARIS, Francisco. “Historia de Menorca (Manuscrito inédito. 1837. (Continuación) (*)”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo, Científico, Literario y Artístico de Mahón y de las Sociedades Afines domiciliadas en el mismo. Año XVIII. Quinta Época. Tomo IX. Mahón. Est. Tip. de M. Sintes Rotger. 1914. Página 105. “(…) Año 421. Vándalos. En tal feliz estado de cosas, y cuando la religión Cristiana estaba, en Menorca, con todo su auge, los Vándalos que habitaban en el continente, vinieron a posesionarse de esta Isla, al mando de su Rey Gunderico. Terribles fueron los combates entre dos naciones tan fuertes y belicosas. Obstinada y sangrienta fue la resistencia de ambas partes; más como los valerosos Capitanes Romanos dueños de Menorca, estaban destinados a nuevas y mayores empresas, y que miraban su domicilio en esta Isla como un estrecho y triste destierro, accedieron por fin a ceder la isla a Gunderico bajo varios pactos civiles y condición expresa de tolerar y proteger la nueva Religión cristiana recién plantada en la misma (A). Persecución de los Vándalos contra los Cristianos. Esta nación apenas llegó y se posesionó de Menorca, cuando desplegó la más dura persecución contra los cristianos. Muy lejos de ceñirse a las formales promesas hechas a los Romanos, no sólo no se sometieron a la nueva fe, si que procuraron por todos los medios posibles, la perversión del manso rebaño de Jesucristo, valiéndose al efecto de las más negras tramas y sofismas. ,o obstante los cristianos, con aquel tesón y fortaleza de ánimo que tanto distinguió a sus antepasados, repelieron sus argumentos, y con una constancia heroica caminaron, en medio de escabrosidades y perjuicios, por el sendero de la virtud, sin que / (Página 106) pudiesen gloriarse sus enemigos de haber hecho vacilar en su 129


creencia, ni menos pervertir a ningún cristiano Menorquín. Providencias de los Vándalos contra los cristianos. Los Vándalos, muy lejos de confundirse con tan noble constancia, repitieron sus golpes, pero con más vigor, más recios, más intolerables. Prohibieron toda una reunión de cristianos, hicieron cerrar sus templos, cesar los sacrificios y oficios divinos; y los ministros del altar sufrieron más el impío e injusto arresto. Esta diabólica providencia atemoriza al Santo Prelado Severo, las lastimeras voces y tiernas quejas de su humilde rebaño hambriento de pasto espiritual, derriten su compasivo corazón. Sus súplicas al dios de los ejércitos, son continuas y fervorosas al verse separado de su amado redil cuando se halla en la mayor necesidad. ,o obstante, el tirano decreto de Gunderico no prevalece; pues no obstante de quedar convencido de que la tirana orden que ha mandado publicar, es la única poderosa para arrollar, destruir y desarraigar la religión que íntimamente aborrece, ve que prodigiosamente se multiplica, contando tantos templos, cuantas son las casas de las familias cristianas de la Isla. Persecuciones de los cristianos. Su rabia le turba, enloquece de furor el tirano Gunderico al verse vencido y burlado de los que tanto aborrece. Medita y se desvela sobre el particular, aprueba y desaprueba, quita y añade a sus abultados y diabólicos planes dirigidos a abolir la Cristiana Religión, y aún acabar con todos los cristianos. Severo, al contrario, solo suspira en medio de austeras penitencias para aliviar a sus amadas ovejas, que mueres de hambre espiritual, teniendo él en sus manoselpan con tanta abundancia. Por las noches, y con la más secreta reserva, / (Página 107) puede lograr el reunirse algunas veces con los cristianos, en partes subterráneas y disimuladas, su vista tanto como sus enérgicas persuasiones y doctrinas, los anima, consuela y fortaleza. ,otifica sus órdenes, descubre lacenas, señala los puestos, diputa sacerdotes, y mediante un valor y habilidad venidos del cielo, muy en breve se hallan los cristianos Menorquines, aunque escondidamente, provistos de confesores, predicadores y sacramentos (...)”. Página 105. Cita (A). “(...) Morales en su Crónica de España Lib. II, cap. 18, pág. 24 (...)”. Página 129. “(...) Llegada de Belisario a Menorca. En este mismo año, habiendo Belisario, general Romano conquistado el África, coronó su expedición con la conquista de las dos baleares Mallorca y Menorca; pero como estas dos islas no eran, por decirlo así, sino un átomo en el grande torbellino que trastornaba a Roma, la Historia apenas exacta en los grandes acontecimientos de estos tiempos, casi nada dice de las revoluciones que sobrevinieron (A), más lo que se desprende es, que los Vándalos continuaron por muchos años ocupando la Isla y persiguiendo con furor a los cristianos sus habitantes; quienes se habrían tenido por muy dichosos con estas costosas consolaciones, si hubiesen finalizado ya las nuevas crueldades y opresión de sus tiranos, por otro accidente que no habían preveido, cortó de un 130


golpe sus espirituales consolaciones. Tentativa de los Vándalos. Gunderico estuvo por largo tiempo indeciso al experimentar las buenas costumbres y arreglada conducta religiosa de los cristianos, y como este tirano juzga la causa por los efectos, echa el resto de su crueldad y opresión. Jo contento ni satisfecho aún en haber encadenado la cristiana libertad con los más opresivos grillos, quiere y manda que todos sus súbditos de cualquiera religión, secta o nación que sean, se sometan a la observancia y cumplimiento de las torcidas ideas de su falsa religión Arriana, bajo el supuesto de ser castigados los contraventores con las penas a él bien vistas (A). Crueldad de los Vándalos. Aquí no puede el Obispo Severo retener la magnitud de sus angustias, al ver perdido su amado rebaño que tantos sudores y fatigas le había costado para su conservación en la fe, e inspirado de divinas revelaciones, se enfurece contra los enemigos tan detestables, viste su ánimo de un valor invencible, y despreciando tanto las órdenes de Gunderico como su propia vida, sale de su retiro y con un valor incalculable se presenta al tirano, lo reprende, amenaza y se opone a sus decretos. Más aquel, no se intimida, lo desprecia y le pronostica un desastroso final de castigos ejemplares; pero debe ser el último de sus víctimas sacrificadas. Está decretado el haber de presenciar su tierno y sensible corazón, todos los estragos de indignación dirigidos a sus amadas ovejas. A cada paso se encuentran patíbulos, infinitos cristianos se hallan encarcelados, otros sufren un injusto arresto, unos tienen sus bienes confiscados, y otros, a pesar de las lágrimas y clamores / (Página 131) del Prelado Severo, son conducidos al suplicio llenos de virtud y noble constancia. Atropellamiento de los Menorquines. Llenase Menorca de alboroto, de suspiros y de amargura. El santo Obispo, por donde quiera que levante su vista, nada más descubre que tiranías, sacrilegios y vilezas. Madres separadas de sus hijos, para ser conducidas a la muerte, viejos arrastrados de sus casas, vírgenes desaliñadas y huyendo de sus raptores; y ministros arrancados de sus altares a efecto de ser sacrificados; y no pudiendo en manera alguna valerles el Santo Prelado, al menos los anima, los consuela y los invita a despreciar los tormentos y una vida caduca y pasajera para renacer a la eternidad. Llegada de los paganos a Menorca. El Tirano así se afana en saciar su diabólico furor, cuando una armada de Paganos desembarca en las costas de Menorca, y Gunderico solo atiende a la resistencia de aquellos enemigos, suspendiendo los castigos contra los cristianos, para más propicia ocasión. Apenas los Paganos desembarcaron en esta Isla, cuando a mano armada envisten a los Vándalos que con ánimo osado quieren impedirles su desembarque. Travase la más sangrienta lucha, y cada uno de estos dos contrarios, se esfuerza para alcanzar la victoria; pero los Paganos se muestran más valientes y son sus golpes más llenos y asestados. Los soldados de Gunderico atemorizados por el valor de sus contrarios y por 131


la magnitud de sus filas, abandonan sus armas y piden cuartel al enemigo; más este no haciendo caso de sus súplicas, los degüella a medida que los va alcanzando; y tanto los persigue, que a duras penas resta tiempo a los Vándalos para escapar y esconderse por los montes y bosques después / (Página 132) de haber abandonado el campo lleno de sangre, cadáveres y despojos. Victoria. Apenas respiraban los cristianos al verse en el puerto final y seguro de sus opresiones y desdichas, después de una tan terrible y larga tormenta de persecuciones, cuando el mismo año y poco tiempo después de lo sucedido, pasando por esta Isla de Menorca un comboy de Hucnos y Visigodos (A), y habiendo entrado en uno de sus puertos para hacer aguada y recomponer sus barcos, hallando la Isla indefensa se apoderaron de ella intrusamente. Este accidente alarmó no solo el ánimo del Prelado Severo, si que el de todos los cristianos sus ovejas. Más esta ,ación demoró muy pocos días en Menorca siguiendo el rumbo de sus planes en nada compatibles con una Isla, pobre, despoblada, y hecha el ludibrio del antojo de todas las potencias. Después de su marcha volvieron los Vándalos a reunirse en las respectivas poblaciones, pero tan escarmentados y medrosos, que mudado enteramente el sistema de persecución contra los cristianos, cada secta siguió separadamente sus máximas con una total independencia (…)”.Página 129. Cita (A). “(...) Procopius de Bello Vandalico, libro 4º, página 348 (...)”. Página 130. Cita (A). “(...) Víctor Vitensis de Vandalica persecuciones, lib. I, pág. 589 (...)”. Página 132. Cita (A). Morales en su Historia de España y Portugal, lib. II. cap. 18, pág.24 (...)”. Página 134. Cita (A). “(...) Carta circular de S. Severo de 13 Febrero del año 423 copiada por D. Antonio Roix, fol.101 (...)”. (52). BARCELÓ Y CAYMARIS, Francisco. “Historia de Menorca (Manuscrito inédito. 1837. (Continuación) (*)”. Revista de Menorca. Publicación del Ateneo, Científico, Literario y Artístico de Mahón y de las Sociedades Afines domiciliadas en el mismo. Año XVIII. Quinta Época. Tomo IX. Mahón. Est. Tip. de M. Sintes Rotger. 1914. Página 167. “(...) Año 483. Amistad entre Vándalos y Menorquines. Por muchos años reinó en Menorca una completa paz y fraternidad entre Vándalos y Menorquines, durante cuyo largo intervalo, no solo brotó y creció la Religión Cristiana, si que también aumentó el comercio en gran manera, disfrutando estos Isleños de una prosperidad envidiable. La agricultura era la ocupación favorita de los Menorquines, a la que se entregaron también los Vándalos, prefiriendo este inocente trabajo al ruidoso ejercicio de las armas. Más los Menorquines pecaron por demasiado confiados con una nación advenediza que ocultaba y disfrazaba su veneno bajo la capa de amistad y humildes modales exteriores. A efecto de la paz y tranquilidad que reinaba en esta Isla, habiase olvidado ya la policía de ejercer sus funciones, haciéndose caso omiso de las travesuras de los 132


Vándalos disimulándose / (Página 168) igualmente ciertos abusos civiles que poco a poco minaron grandes desastres. Tolerancia Menorquina. Fiados los Menorquines de la amistad de los Vándalos hicieron caso omiso de algunos delitos cometidos por aquella nación, pues su magnánimo corazón, no podía sufrir el delatar a las justicias de aquella nación las liviandades de aquellos sus súbditos. La caridad de los Menorquines hacia sus hermanos los Vándalos era extensiva sobre los buenos y malos, y una fraternal corrección era el único y evitar ciertos abusos que debían al principio ser castigados con las más rigurosas y severas penas. Súplicas de los Menorquines por un Obispo. Entretanto los Menorquines empezaron a suspirar a cada momento la pérdida lamentable de su Obispo Severo, y ansiosamente empezaron a desear la presencia de otro pastor que heredase las bellas prendas del que aún lloraban su lamentable pérdida. A medida que las leyes civiles iban degradándose violentamente, empezaba la religión Cristiana a sufrir ciertos debates y transgresiones que infaliblemente pronosticaban una infalible y próxima borrasca. Los Vándalos se habían ya entregado a los mayores excesos. En esta ocasión, las súplicas de los menorquines para obtener un pastor espiritual, eran más vivas y se sucedían unas a otras. La perversión, mal ejemplo y dudas religiosas que habían esparcido los Vándalos en la Isla, si bien al principio eran refutadas por los menorquines, su continuación los hizo titubear, como no menos por hallarse muchas veces en casos enredosos que los Ministros de la Religión, o por falta de luces o por temor al depravado gobierno que los mandaba no podían o no querían descifrar. / (Página 169) Llegada del Obispo Macario a Menorca. Todo eran obstáculos puestos a propósito por el tirano, y poco faltaba ya para sucumbir los Menorquines, cuando en medio de un júbilo extraordinario llegó a Menorca un Santo Prelado, que el único jefe de la Iglesia cerciorado de las críticas circunstancias de los Menorquines los había dispensado. Tal fue Macario hombre doctísimo y de una virtud tan ejemplar en nada inferior a Severo su antecesor. Los Vándalos reciben al nuevo prelado Macario con una afectada alegría, escondiendo de pronto todas sus astucias y criminales intentos dirigidos contra su persona y contra la Iglesia que venía a gobernar. Pasados los primeros días de parabienes y regocijos públicos, abrió Macario su visita Pastoral en la Isla, consternándose a cada paso su sensible corazón, al ver los innumerables escollos que tenía que vencer, hijos legítimos de las torcidas ideas de los Vándalos; y habiéndose informado y quedado completamente instruido del deplorable estado en que se hallaba la religión cristiana, echó mano al remedio para cortar de raíz tantos abusos. Plan de reforma. A fuerza de fatigas y largas meditaciones sobre el buen régimen de su Iglesia y corrección de los Cristianos, publicó un plan de reforma en el que se patentizaban las bellas cualidades del nuevo Obispo, tanto sus luces como 133


su celo religioso y rectitud de sus intenciones en todo conformes a los contrastables dogmas de fe católica. En él ponía a la vista y desmenuzaba ala faz de todos sus habitantes, los más escondidos pensamientos de los contrarios al gobierno civil y eclesiástico, demostraba con evidencia, las consecuencias legítimas que habían de resultar de tantos abusos, explicaba y enseñaba el modo con que se / (Página 170) habían de portar los cristianos con los enemigos de la religión; y finalmente concluía clara y terminantemente que esperaba de los buenos sentimientos de todas sus ovejas, que caso de ser impugnados con palabras y obras por cualquier clase de personas en materias de religión, le darían pronto y confidencial aviso, para tomar inmediatamente aquellas medidas que estaban reservadas a su autoridad. Odio de los Vándalos contra los Menorquines. Al paso de esta sabia disposición del Obispo Macario, sanó y confortó las úlceras interiores de los Menorquines, revistiéndolos de hombres nuevos y de una magnanimidad invencible, abatió y alarmó al contrario la maquiavélica astucia de los Vándalos, los que avergonzados, muy lejos de abjurar sus errores y arreglar debidamente su conducta, inflamó en sus pechos un odio y rencor inconciliables contra el nuevo Prelado y sus seguidores. Desde aquel entonces decretaron la total ruina de los menorquines y sacrílegamente juraron el perder al Obispo Macario por todos los medios posibles. Corrección de los Vándalos por el Obispo Macario. La medida tomada por Macario a tiempo y con aquel aspecto de severidad que da e infunde temor y respeto a los súbditos, corrigió de pronto todos los abusos que los Vándalos hacían en Menorca. Renació al principio el arco iris de paz y presentando esta Isla un aspecto de serenidad y aumento de virtudes que desde muchos años no se había experimentado. Macario siempre infatigable no sólo atendía al mayor fomento de la religión, si que cuidadosamente vigilaba sobre la conducta de los de su gremio y de la de los Vándalos. Estos últimos aterrados de la viva perspectiva del prelado, encerraron y sofocaron en sus pervertidos corazones el odio y mortal rencor contra/ (Página 171) la religión cristiana, pero no osaban descubrir ni un solo rasgo de su maldad, y si inadvertidamente en alguna ocasión, por inadvertencia o por seducción tenía algún vándalo la desgracia de proferir o demostrar algún indicio anticristiano, era castigado por Macario cual requería con su delito y mirando en lo sucesivo como un contagioso separándolo de la comunicación de los cristianos, cubierto de deshonor y de oprobio. Autoridades. Después de muchas fatigas y acalorados debates con los Vándalos, pudo alcanzar este sabio Prelado, la prerrogativa de crear todas las Autoridades civiles, cuyos encargos estaban exclusivamente conferidos en los personajes de aquella nación, dando los a sujetos cristianos de conocidos talentos y reputación; dejando a la erección de los Vándalos la autoridad militar, con la expresa empero circunstancia de ser 134


aquellos auxiliados de estos en los casos necesarios. Creó además jueces eclesiásticos para entender en asuntos de religión con igual circunstancia de ser protegidos por las demás autoridades militar y civil; cuyas medidas influyeron mucho en poner coto a las libertades de los sectarios, y hubiera sin duda afianzado una estable paz, si nuevas circunstancias acaecidas no hubiesen frustrado tan sabias disposiciones. Entrega de Menorca a los Vándalos. En estos tiempos, los Vándalos que ocupaban parte de la Península Española, estando como estaban en continuo movimiento de guerra, tuvieron tan feliz suerte, que a fuerza de repetidas victorias se extendieron considerablemente sobre el continente, y aún tardaron poco en posesionarse de las Islas de Mallorca e Ibíza (A). / (Página 172) En su consecuencia, Menorca fue entregada al intruso gobierno de aquella nación, lo que dio motivo para levantarse rabiosamente tantas cervices dominadas por la conducta y vigilancia del sabio Prelado Macario, rompieron estos las ataduras de la pastoral autoridad y empezaron desde aquel entonces a experimentarse en la Isla un temible cisma y guerra civil que puso al borde del precipicio a toda la Iglesia Menorquina. Levantamiento de los Vándalos. A pesar de fulminar anatemas, el sabio Prelado, contra unos enemigos que tan abierta y descaradamente dirigían sus tiros contra la Iglesia y su gremio; no por esto cesó la persecución. Aquellos se habían vilmente levantado contra el Obispo Macario y jurado vengarse de él y de todos sus seguidores. Acostumbrados los de aquella nación a vivir sin orden, sin religión y sin freno, y habiendo sido retenidos de su natural ferocidad de costumbres por los sabios planes y medidas del Santo Prelado, viéndose libres se entregaron, cual furias, a todas las atrocidades hasta el exceso y colmo de crueldad. Macario quiere resistirlos, sus mandamientos son reverenciados y ciegamente obedecidos de todos los cristianos, al paso que son despreciados por los enemigos, sirviendo únicamente para encender más en encono y fomentar más su persecución. ,o es dable domar a la fuerza sus contrarios, y por última determinación, dirige sus justas súplicas al rey de aquella bárbara nación, solamente los barcos de los Vándalos entran y comercian en la Isla, por consiguiente, solo queda a los cristianos el recurso de acudir y presentar sus súplicas al mismo Rey de sus mortales enemigos (...)”. Página 171. Cita (A). “(...) Compendio cronológico de la Historia de España y Portugal, tomo I, página 30 (...)”.Página 193. Cita (A). “(...) Víctor Vitensis de Vandalica persecutione, lib. I, página 589 (...)”. Página 194. Cita (A). “(...) Víctor Vitensis de Vandalica persecutione, lib. I, página 589 (...)”. Página 194. Cita (B). “(...) Idem, idem, idem (...)”. Página 195. Cita (A). “(...) Marca Hispánica, Libro 5. cap. 19, número 5 (...)”. (53). DE FRUTOS, Alberto. “La Menorca paleocristiana. VIII Jornadas de búsqueda histórica en la isla balear”. Revista Historia de Iberia Vieja 135


Nº 58. Copia de HIV67 58 a 63. Menorca: HIV34 Mano negra 10:03 Pág. 23. 2/ 12/ 2010 www.historiadeiberiavieja,com www.menorca_paleocristiana.pdf Página 61. El discurso de Enrique Taltavull y Margarita Orfila. “(...) En su indispensable Guía arqueológica de Menorca, Enric Taltavull y Margarita Orfila, hilan una brillante y sucinta presentación acerca de las basílicas paleocristianas: “Cuando se decretó la libre práctica del cristianismo en el mundo romano, se tuvieron que crear unos lugares para celebrar sus cultos, reuniendo las condiciones que se requerían para practicar todas las funciones de la liturgia cristiana”. Esos lugares fueron las basílicas, muy diversas según las correspondientes tradiciones locales, y que, en el caso de Baleares, se construyeron según el modelo vigente en Siria a mediados del siglo V (conviene recordar que los intercambios / (Página 62) culturales a través del Mediterráneo eran tan frecuentes como los comerciales). ¿Qué queda en Menorca de esa arquitectura? Pues nada más y nada menos que cuatro prodigiosos ejemplos: la basílica de Fornells, la de isla del Rey, la de Son Bou y la de Es Fornàs de Torrelló. Durante el viaje organizado por la Martí i Bella, tuvimos la oportunidad de ver las dos últimas, que ilustran en gran medida las páginas de este reportaje. Pero, gracias a las explicaciones de Francesc Tuset, Doctor en Historia y profesor de Arqueología en la Universidad de Barcelona, conocimos en profundidad las características de todas ellas. “De entrada -comenta el historiador-, no se parecen en nada desde el punto de vista tipológico y de técnica constructiva, si bien podría llegar a establecerse un cierto parecido entre la basílica de la Isla del Rey y la de Fornàs de Torrelló”. La primera, hoy muy deteriorada, se encuentra en el puerto de Mahón y se conoce desde el siglo XIX; aunque fue la arqueóloga María Luísa Serra Belabre -ver recuadro en la página 63- quién se ocupó de su excavación en la pasada centuria. En cuanto a la segunda, es una basílica entre los siglos V-VI d. C., de planta rectangular y con tres espacios diferenciados: el ábsis, el santuario, que tiene como temas una palmera y dos leones, y la nave para los fieles. Tanto esos conjuntos como los de Son Bou y Fornells podrían catalogarse como “basílicas rurales”. Es precisamente su singular ubicación, además de sus proporciones, lo que hace que algunos expertos se pregunten por sus funciones reales, que se confundirían con asentamientos de comunidades monásticas o incluso con fundaciones privadas. “El caso de la basílica de Fornells es difícil de entender -narra Tuset-. Se trata de una basílica de una sola nave, con un ábside de cripta cuadrada en la cabecera; y alrededor del presbiterio habría cámaras 136


sepulcrales o celdas de retiro... De hecho, no se sabe muy bien, como tampoco se conocen las distintas fases constructivas del conjunto”. Finalmente, la de Son Bou, descubierta en 1951, es “de manual”, y semeja, en palabras de este profesor de arqueología, “una iglesia de Siria del Jorte”; se nota que quién la hizo conocía otras formas de construir”. De tres naves y con pórtico de entrada y vestíbulo, el fondo estaba destinado al altar y la cabecera, dividida a su vez en tres partes, con el presbiterio en el centro y una sacristía a cada lado. Uno de los mayores retos a los que se enfrenta la arqueología es fechar con precisión estos monumentos; ya que, si bien hay indicios de que se erigieron a en el siglo VI, textos como los ya comentados se remontan al V; y de ahí que los arqueólogos tiendan a datar a la baja (...)”. (54). VILLANUEVA, Joaquín Lorenzo. “Viaje literario a las iglesias de España”. Tomo V. Madrid. En la Imprenta Real. Año de 1806. www.Viage_literarioalasiglesiasdeEspañaTomoV.pdf Página 6 y 7. Carta XXXV. Aoticia de algunos historiadores de la ciudad de Tortosa y de los códices litúrgicos de su iglesia: dos cronicones breves que hay en su archivo: rito del experimento del agua fría para descubrir la verdad de los delitos ocultos: noticia de un jubileo para los sacerdotes de esta iglesia en el siglo XV. “(…) Y ya que hablamos de esto, daré noticia de otros códices litúrgicos, que los hay excelentes. Entre ellos un ordinario MS., en vit., del siglo XI. Vese esto por lo que dice en las tablas y reglas del cómputo: Si vis scire quot sunt anni ab Incarnatione Domini nostri Jesu Christi, multiplica XV per LXVIIII, fiunt MXXXV: adde Semper regualres XII fiunt MXLVII: adde indictionem anni praesentis, quae est VIII, fiunt anni in simul MLV. Isti sunt ab Incarnatione Domini. Por donde se ve que este códice se escribió el año 1055, en que era puntualmente la indicción VIII (1). / (Página 7) Consiguiente a esta época es la trina inmersión que manda en el bautismo (…)”. Página 13. Cita (1). “(…) Consiguiente a esta época (1055) es la trina inmersión que manda en el Bautismo. En España fue general en los primeros siglos la práctica de bautizar, sumergiendo tres veces en el agua a los catecúmenos. Introducido el arrianismo en nuestra península, como estos herejes abusaban de la trina inmersión para significar que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son una naturaleza, en lo qual consiste su herejía; los obispos católicos en odio de este error y, para que el pueblo sencillo no sospechase que se apartaban como los arrianos de este artículo de nuestra santa fe, fueron adoptando la / (Página 14) única inmersión, significando con ella la unidad de la esencia en las tres divinas personas. Esta práctica de España, aunque diversa de la adoptada en Roma y en las demás iglesias de Occidente, la aprobó S. Gregorio Papa, teniendo en consideración a los motivos por que se había introducido. Y así decía a S. Leandro. De trina inmersione baltismatis, nil respoderi verius potest, quàm quod in una fide 137


nil officit sanctae ecclesiae consuetudo diversa. ,os autem quòd tertiò mergimus, triduanae sepulturae sacramenta signamus; ut dum tertiò infans ab quis educitur, resurrectio triduani temporis exprimatur. Quod siquis forte etiam pro summae Trinitatis veneratione existimet fleri, neque ad hoc aliquid obsistit baptizando semel in aquis mergere; quia dum in tribus personis una substantia est, reprehensibile ese nullatenus potest, infantem in baptismate velter, vel semel immergere, quando et in unâ potest divinitatis singularitas designari. Sed quia nunc hucusque ab haereticis infans in baptismate tertiò mergebatur, fiendum apud vos ese non censeo: ne dum mersiones numerant, divinitatem dividant; dumque quod faciebant, faciunt, se morem vestrum vicisse glorientur (S. Greg. M. Registr. ep. lib. I. indict. IX. ep. 41). A pesar de este dictamen tan prudente de S. Gregorio, conservaban la trina inmersión algunos obispos nuestros, de lo qual resultaba sospecha de cisma y escándalo, como lo da a entender el IV concilio de Toledo, celebrado el año 633 en el reynado de Sisesnando, por estas palabras (Can. VI). De baptismi autem sacramento, propter quod in Hispaniis quídam sacerdotes trinam, quídam simplam mersionem faciunt, à nonnullis rehisma ese conspicitur, et unistas scindi videtur. Porque / (Página 15) el pueblo rudo, no entendiendo que tienen su misterio estos dos ritos según la fe de la Iglesia Católica, creía que unos u otros no quedaban bautizados: ,am dum Patres diverso et quasi contrario modo agunt, alii alios non baptizatos ese contendunt. El concilio, para atajar estos daños, insertando en su canon el juicio de aquel santo pontífice en esta materia, resolvió que en lo sucesivo se guardase en España el rito de la única inmersión: Propter vitandum autem schismatis scandalum, vel hacretiçi dogmatis usum, simplam teneamus baptismi mersionem; ne videantur apud nos qui tertiò mergunt, haereticorum probare assertionem, dum sequuntur et morem.Y sigue explicando los misterios de este rito. Anterior a este concilio, pero posterior a la entrada de los arrianos en nuestra península, es la famosa carta de Martín, obispo bracarense, a Bonifacio, en que desaprueba que hubiésemos adoptado el rito de la única inmersión, diciendo. Per hoc dum quasi vicinitas fugitur ariana, sabelliana ignorantibus suprepet pestis; quae dum sub uno nomine unam solum modo retinet tinctionem, eundem Patrem dicit ese quem Filium, eundem quem Filium, et Spiritum Sanctem dicit ese, et quem Patrem; et dum nullam distinctionem trium Personarum in sacramento baptismi monstrat, trium vocabulorum unam sacrilegus confingit ese personam. Y prosigue atribuyendo esta práctica a falta de conocimiento y a un cierto temor ajeno de la discreción y de la fortaleza eclesiástica: ,escientes ergo, dice, quídam ex Hispanis, sicut scriptum est, neque quae, loquuntur, neque de quibus affirmant, dum vicinitatem ut diximus tinctionis fugiunt alienae, in 138


aliam incauti incidunt pravitatem. ,umquid quia ariani psalmum, apostolum, evangelia et alia multa / (Página 16), ita ut catholici celebrant; nos errorum vicinitatem fugiendo, haec sumus omnia relicturi? Absit, quia illi ex nobis, ut scriptum est, exeuntes, praeter minorationem Deitatis Filii Dei, et Spiritus Sancti, cetera ita penes se retineut sicut nos. Y concluye: Hanc ergo rationem quídam, ut diximus, minimè praevidentes, unam tinctionem fieri voluerunt. Et ut suae praesumptionis auctoritatem aliquam darent, dixerunt hoc pro refugiendâ arianorum similitudine ab aliquibus synodis institutum, quod omnino confietum est. ,am neque generalis, ñeque localis ulla synodus de unâ tinctione aliquando legitur tulisse sententiam (a). De esto que escribía aquel Obispo del IV concilio de Toledo, se aprovechó después Walafrido Estrabon (De reb. eccles. cap. XVI) para desaprobar la variación de este rito establecido por él en España, diciendo: Quae singularis mersio, quamtis tum ita Hispanis complacuit, dicentibus, trinam mersionem ideo vi. tandam quia haeretici quídam dissimiles in Trinitate substancias dogmatizare ausi sunt, ad consubstantialitatem S. Trinitatis negandam: tamen antiquior usus praevaluit, et ratio supradicta. Si enim omnia deserimus quae haeretici in suam perversitatem traxerunt, nihil nobis restabit: cum illi in ipso Deo errantes omnia quae ad ejus cultum pertinere visasunt, sis erroribus quasi propia applicarint. Lo que puede alegarse contra Walt. Estrabon en este punto y, señaladamente contra Alcuino, que con menos modestia que él desaprobó el cánon del IV concilio de Toledo, puede verse en las juiciosas / (Página 17) notas del traductor de la historia de los Sacramentos de Chárden, t. t. pág. 289 y sig. Cuando el riesgo que justamente temió el IV concilio toledano y, prevaleciendo la práctica general de Occidente, volvió a serlo también en España la trina inmersión desde el siglo VIII, precaviendo sin duda el abuso que de la única inmersión hacían los Eunomianos, de cuyo autor decía Teodoreto: Subvertir quoque sancti baptismi ritum, a Domino et Apostolis ab initio traditum: et contrariam legem apertè tulit, dicens, non oportereter immergere eum qui baptizatur; nec Trinitatem invocare, sed semel baptizare in mortem Christi (Theodoret. haereticar. fabul. lib. IV). A esta causa pudiéramos añadir las que señalaron después Albino Flacco (lib. de divin.offic. cap. de Sabbato S. Paschae), Rabano Mauro (de Inst. Clevicar. lib. I. cap. XXVIII), S. Juan Damasceno (epist. de Triagio), Zonaras (in can.50Apost) y, otros que prueban haber venido la práctica de la trina inmersión desde los tiempos apostólicos (Voss, de baptismo disp.. 2. p. 4r. seq). Más como a la inmersión iba anexa la total desnudes del bautizado (Vicec. de antiq. baptismi ritib. lib. IV. cap. X. XI. XII), habiéndose de esto seguido con el tiempo algunos daños, que no se experimentaron en la sencillez de los siglos anteriores, tuvo a bien la 139


iglesia occidental variar este rito exterior, introduciendo el que ahora se observa (…)”. Página 16. (a). “(…) Martini Bracar. ad Bonif. epist. de trina mersione. ap. Aguirre ad calc. IV. concil. Tolet (…)”.DE FRUTOS, Alberto. “La Menorca paleocristiana. VIII Jornadas de búsqueda histórica en la isla balear”. Revista Historia de Iberia Vieja Nº 58. Copia de HIV67 58 a 63. Menorca: HIV34 Mano negra 10:03 Pág. 23. 2/ 12/ 2010 www.historiadeiberiavieja,com www.menorca_paleocristiana.pdf Página 63. La liturgia: Josep Sastre Portella. “(...) “La admisión iba precedida de un escrutinio sobre sus motivaciones con el fin de verificar la sinceridad de su fe, y también sobre sus condiciones de vida”, señala Josep Sastre Portella, licenciado en Teología y Patrología y profesor de Historia. Poco a poco, sin embargo, surgió la necesidad de preparar la pascua de Resurrección mediante la Cuaresma, un periodo de intensiva formación doctrinal y vital, por el que se preparaba a los catecúmenos al bautismo pascual. Sastre evoca los ritos de esa noche pascual, en la que los candidatos leían algunos salmos significativos, renunciaban a Satanás en el vestíbulo del baptisterio, y se despojaban de la túnica para recibir la unción como señal de fortaleza. Finalmente, conducidos a la piscina bautismal, eran interrogados sobre su fe en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; y, tras recibir el bautismo y la consignatio, sacramento que completaba la gracia del bautismo con los dones del Espíritu Santo, celebraban la Eucaristía con los fieles. Pero el cristianismo introdujo otros rituales nuevos, además del bautismo y la eucaristía. Frente a un paganismo que divinizaba a los muertos, los cristianos rechazaban la idolatría y hablaban de “dormir en paz”. La oración ante la sepultura y el beso sustituyeron las ofrendas anteriores y la cremación de los cuerpos, contraria a la creencia en la resurrección. ¿Cómo no visualizar a esas comunidades primitivas en Son Bou, en torno a la pila bautismal para abrazar la fe en Cristo, o despidiéndose de sus seres queridos en las tumbas en torno al pavimento? Desgraciadamente, el tiempo ha borrado muchas huellas (en la citada basílica, por ejemplo, no se halló ajuar funerario alguno) (...)”. (55). AMBELAIN, Robert. “Jesús o el secreto mortal de los templarios”. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 202. (1ª edición: mayo). Página 142. Capítulo 14. La magia en la vida de Jesús. Piscina bautismal en tiempo de Jesús. “(…) Pasando, vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento […]. Y después de haber dicho esto, escupió en el suelo e hizo un poco de lodo con la saliva. Luego aplicó este lodo sobre los ojos del ciego y le dijo: “Ve y lávate en la piscina de Siloé”. Fue, pues, allí y se lavó y, regresó viendo claro. (Juan 9, 1 y 6-7). 140


La piscina de Siloé estaba situada cerca de una de las puertas de Jerusalén. Era allí donde los sacerdotes, revestidos con sus atavíos festivos, sacaban el agua que iban a utilizar para las purificaciones rituales del Templo. Desde que el profeta Isaías la había alabado (Isaías 8, 6) se la tenía por santa y, todavía en la Edad Media tenía fama, entre los musulmanes, de dispensar un agua milagrosa (…)”. (56). FERNÁNDEZ NAVARRETE, Martín. “Las Cruzadas. Españoles en las cruzadas”. Fuente: “ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica”. www.4.pdf http://www.ctv.es/USERS/mmori/(38)cruz.htm Página 46-47. Cita (36). Piscinas bautismales en Jerusalén. “(...) Los sucesos del Infante don Ramiro casado con Doña Elvira hija del Cid, están llenos de oscuridad y han sido muy controvertidos por nuestros principales historiadores; pero todos respetan al menos la antigua y constante tradición de haber fundado la iglesia y divisa de la Piscina, al regreso del viaje que hizo a Jerusalen, donde asistió a la primera Cruzada, con muchos militares y caballeros. El edificio de la iglesia de la Piscina se conserva todavía aunque abandonado y ruinoso -en la Sonsierra de ,avarra, entre el lugar de Peciña y la villa de Abalos mi patria, ofreciendo / (Página 47) algunas memorias que atestiguan su antigüedad y esclarecido origen, y que podrán ilustrar las cuestiones suscitadas, apoyando al mismo tiempo el objeto de esta disertación. La memoria de esta fundación consta de dos letreros, que se esculpieron encima de las dos puertas de la iglesia. En la principal, situada hacia el mediodía, se renovó la inscripción y se puso el escudo de armas por los años de 1537 como se deja conocer, y dice lo siguiente: DOMI,VS PETRVS ABBAS BERILLA EX COMMISIO,E REMIRE REGIS ,AVARRAE ERA MILLESSIMA CE,TESIMA SEPTVAGESIMA QVARTA. El letrero colocado en el arco de la puerta del atrio que mira al norte, está en caracteres antiguos del siglo XII, en estos términos: DOMI,VS PETRVS ABBAS BERILLA FABRICAVIT HA,C ECCI.ESIAM ERA MCLXXIIII. Alguna otra dicción contiene que no puede leerse por estar muy demolida la piedra con la intemperie. ,o hace muchos años que en un nicho que estaba debajo de la piedra que servía de mesa para el altar, se encontró una cajita de madera, y dentro de ella un cartulario en pergamino, y envueltas en unas correas de lo mismo diferentes partículas de huesecillos y polvos de los santos que se expresan. La inscripción del cartulario dice así: «Consecrata est haec Ecclesiae a Santio Calagurrensi sive ,agerensi Episcopo, in honore Sanctae Mariae Virginis, et Sanctae Crucis, et Sancti Joannis, et Sancti Thomae Apostoli, et Sancti Juliani, et Sancti Georgii, et Sanctorum Cirici et Jalitae, et Sancti Cristofori, et Sancti AEmiliani, et Sanctae Eufemiae, et Sancti Salvatoris, et omniun Sanctorum: In era MCLXXV. Kalendis Augusti.» En las correas de 141


pergamino que ciñen y ligan las reliquias se lee: Sanctae Mariae; Sanct Joannis; Sancti Cristofori; Sancti Georgii; Sancti Thomae; Sancti Quirici; Sancti Sebastiani; Sanctae Eufemiae; Sancti Salvatoris; Sanctae Crucis; Sancti Juliani, Sancti Jacobi. De todo lo cual se infiere, que el abad Virila fabricó la iglesia por encargo del infante Don Ramiro en el año 1136, y que la consagró el día primero de Agosto del siguiente de 1137 el obispo de Calahorra y ,ájera Don Sancho de Funes: resultando por consiguiente equivocada y errónea la noticia y traducción que del primer letrero publicó Berganza. (Ant. de Esp. lib. V, cap. 42, núm. 453,) expresando haberse hecho la fábrica el mismo año de 1110 en que murió don Ramiro, y alguna otra adición que no se halla en el original. La existencia coetánea del abad Don Pedro Virila nos consta por Sandoval (Fundaciones de San Benito, en Cardeña S XVII. p. 50) y por varias escrituras que cita Berganza, de cuyas fechas se infiere que gobernó la abadía del monasterio de Cardeña, a lo menos desde el año de 1103 hasta el de 1139, siguiendo por mucho tiempo la corte de Alonso VI y de Alonso VII el emperador, y habiendo pasado a Roma como procurador general para la reforma de los monasterios benedictinos de España. El coincidir la existencia del abad Virila con los sucesos que se refieren y la circunstancia de haber dejado el infante al monasterio de Cardeña las reliquias que trajo de Jerusalen según expresa en su testamento, la fundación de la iglesia y divisa de la Piscina en memoria de la Probática Piscina que estaba en Jerusalen y menciona el evangelista San Juan (cap. 5) la constante tradición de los diversos descendientes de este linaje, el haber sido consagrada la iglesia por el diocesano, las memorias que se conservan de los viajes a Ultramar de Saturnino Lasterra y de Don Aznar Garcés y otros, todas son inducciones que contribuyen a demostrar que el infante don Ramiro concurrió a la primera Cruzada acompañado de muchos militares y caballeros navarros, dejando después piadosas memorias que lo atestiguan y comprueban (...)”. (57). FERNÁNDEZ NAVARRETE, Martín. “Las Cruzadas. Españoles en las cruzadas”. Fuente: “ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica”. www.4.pdf http://www.ctv.es/USERS/mmori/(38)cruz.htm Página 75. Cita (137). “(...) Esta sorpresa, esta admiración con que vieron los cruzados los magníficos edificios y los ilustres monumentos de las artes en la Grecia, en Constantinopla, en la Siria, la Palestina, la Persia, el Egipto y demás países de oriente que visitaron con motivo de las guerras sagradas, debió excitar su curiosidad y conducirlos naturalmente a la imitación, introduciendo de esta manera en Europa el modo de edificar llamado gótico o tudesco, que con mayor propiedad pudiera llamarse oriental, cuya duración entre nosotros puede fijarse desde principios del siglo XIII hasta fines del XV. Así procuró demostrarlo con juiciosas reflexiones y exquisita erudición nuestro difunto académico el Señor Don Gaspar Melchor de 142


Jovellanos, en sus notas al elogio de Don Juan Ventura Rodríguez. A vista de las muchas tropas que pasaron de estos reinos a la Tierra Santa, especialmente con el ejército del conde de Tolosa y con el infante de ,avarra don Ramiro, de los muchos personajes españoles que visitaron entonces el Oriente, y de la comunicación que establecieron con las repúblicas de Italia y demás naciones que reunía en Asia un mismo espíritu e interés, no puede quedar duda de que por su medio, vino a España aquel gusto arquitectónico que desde fines del siglo XII había llegado a hacerse rico, atrevido y elegante, de sencillo, tímido y pesado que antes era: aquel gusto que caracteriza nuestras catedrales de León, de Burgos y de Toledo las más bellas y antiguas de todas, edificadas también en el siglo XIII y la de Barcelona principiada en 1298 sólida, magnífica y elegante (Jovell. nota X, pág. 105 y sig. Capm, mem. de Barc. tom. 3, P. 3, c. 3); y como aparecieron ya en su mayor pompa y perfección, y tal vez levantadas por arquitectos españoles como nos consta de la de Toledo, podemos inferir o que estos vinieron ya del oriente bien instruidos en su profesión, o que precedieron en todo el siglo XII otros edificios de menor consideración que sobre el orden y gusto antiguo de edificar, empezaron a participar del moderno que traían los cruzados del Asia, especialmente en la parte de los adornos y accesorios que más le distinguían. Los franceses indican este gran carácter en los edificios que salieron de mano de Montreuil, arquitecto que siguió a San Luis a la Tierra Santa. Sabemos que San Juan de Ortega antes de ir a Jerusalén había ayudado a construir algunos puentes y otros edificios a Santo Domingo de la Calzada, y que a su regreso no solo hizo sólidos caminos sobre pantanos que antes impedían el paso de los caminantes y levantó puentes sobre el Ebro y el ,ajerilla, sino que fabricó en montes de Oca una ermita con su habitación y hospedería para recoger los peregrinos que se dirigían a Santiago de Galicia (Siguenza, Hist. de San Gerón. lib. 3, cap. 10. Texada, Abraham de la Rioja, lib. II, cap. 1, S. 4). La pequeña iglesia de la Piscina, de que hemos hablado anteriormente, edificada el año de 1136 por encargo del infante Don Ramiro después de su viaje a Palestina, conserva a nuestro parecer vestigios de este gusto que comenzaba a introducirse, y se advierte más en los adornos de puertas y ventanas y en las metopas de piedra llenas alternativamente de niños, animales y otros caprichos de puro ornato, que ciertamente distan mucho del gusto arabesco que había precedido (Jovellanos, nota XI, pág. 151). En este y otros puntos concernientes a la historia de nuestra arquitectura debemos esperar cumplida ilustración de los conocimientos y laboriosidad con que nuestro académico Don Juan Ceán Bermudez se ha esmerado en corregir y aumentar considerablemente las noticias de los arquitectos y arquitectura de España, que había trabajado el señor Don Eugenio Llaguno y le dejó al tiempo de su fallecimiento (...)”. 143


(58). BAIGENT, M. & LEIGH, R. & LINCOLN, H. “El enigma sagrado. El santo grial, la orden de Sión, los Templarios, los Francmasones, los Cátaros, Jesucristo”. Colección: Enigmas y misterios. Barcelona. Ediciones Martínez Roca. 2012. (7ª edición: octubre). Sin paginar. Tercera parte. La estirpe. 8. La sociedad secreta hoy día. Texto pie de foto. “(…) 31. Inscripciones en la pared de la piscina perteneciente a la capilla sur de la iglesia de Garway, mostrando una pirámide alada y un emblema solar, un pez y una serpiente (…)”. (59). MARTÍN LLORIS, Catalina. “Las reliquias de la capilla real en la Corona de Aragón y el santo cáliz de la catedral de Valencia (13961458)”. Valencia. Universitat de Valencia. Departament d´Historia de l´Art. 2010. www.martin.pdf Página 34. Importantes santuarios cristianos de peregrinación. “(...) El siglo IV vio finalmente nacer otra devoción característica: las peregrinaciones. Las multitudes acuden, y a menudo desde muy lejos, a los santuarios consagrados a mártires célebres: San Menas en Egipto, al oeste del Delta, los siete hermanos Macabeos, San Babilas en Antioquía, San Juan en Éfeso, San Demetrio en Tesalónica; en Ilírico, Santa Anastasia en Sirmio, San Quirino en Sisda (antes de su traslado a / (Página 35) Roma), etcétera. ,o menos visitados eran los santuarios de los Santos Lugares de Palestina, que constituyen una categoría particular de martyria y son los primeros en adquirir importancia desde 330 como lo confirma el testimonio de Eusebio y las construcciones de Constantino: en Jerusalén la rotonda de la Anástasis en torno al sepulcro de Cristo, la basílica vecina sobre el emplazamiento del Calvario, en el Monte de los Olivos la basílica de Eleona y el santuario de la Ascensión; en Belén la basílica de la ,atividad, etc.; se visitaba también toda una serie de martyria consagrados a recuerdos del Antiguo Testamento: el de Abrahán en Mambré (Hebrón), el de Job en Carnea y, naturalmente, el de Moisés en el Monte Jebo así como, mucho más lejos, en el Monte Sinaí (95) (...) Existe pues en el siglo IV un nacimiento del culto a las reliquias, fundamentado en las persecuciones y los mártires, apoyado en las tesis de ciertos padres de la Iglesia y sobre todo en la devoción popular. Con las reliquias se refuerza el carácter místico de Cristo y de su madre como Madre de Dios –theokokos- y a su vez se asumen muchos de los elementos que les rodearon como milagrosos (...)”. Página 35. Cita (95). “(...) DA,IÉLOU, J., y MARROU, H.I., op. cit., 1982, p. 355 (...)”. (60). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “El temple, antes del Temple: La creación de las dos primeras órdenes militares defensoras de la cristiandad, precursoras al temple”. Abacus, revista digital de la asociación BAUCAN, filosofía de las armas templarias. Edición especial febrero 2013. El Temple antes del Temple 1/3. ISSN 1989-8800 www.baucan.org 144


www.Abacusespecial.ElTempleantesdelTemple.1de3(2).pdf Página 37. “(...) 4.7.1. El rito del bautismo por inmersión. (...) Y por último, el códice denominado “salterio glosado anglo-catalán, que se halla en la Biblioteca ,acional de París, datado en el siglo XIV, y cuyo autor fue Ferrer Bassa, reproduce una piscina cuatrilobulada interiormente, construida sobre una base pétrea. Este es el modelo que más se asemeja a la piscina bautismal existente en Menorca, como es la de Son Bou (231). Resulta curioso que este tipo de piscina bautismal aparezca iluminado en un salterio anglocatalán, porque puede inducir a pensar que el concepto de bautismo por inmersión procediese de algún texto basado en la Iglesia juanista, que era la misma que la que profesó José de Arimatea, y más tarde san Brandan, y que comenzase a extenderse por el Mediterráneo cuando los miembros de esta Iglesia se desplazasen hasta Persia para participar en la defensa de la cristiandad en el siglo V d. C. (...)”. Página 238. Citas bibliográficas. “(...) (231). GARRIDO TORRES, Carlos. “Menorca mágica”. Colección El Barquero. Palma de Mallorca. José J. Olañeta, Editor. 2009. Página 74. Son Bou. “(…) La iglesia de Son Bou se levantó probablemente en el siglo IV, y debió de ser reformada en el VI, en el curso de cuyas obras se añadiría una pila bautismal, coincidiendo con la denominación bizantina. Se trata de una de esas basílicas que los arqueólogos denominaban “de manual”, es decir, que corresponde exactamente al modelo que se han dado en llamar “africano” porque tuvo su origen en el norte de Siria sobre el siglo V d. C (…)”.Basílica de Son Bou. www.10.pdf Página 10. “(…) Situada en el extremo este de la playa del mismo nombre, es un edificio rectangular orientado de este a oeste. Al oeste tiene el pórtico con tres entradas que dan acceso al nártex (lugar donde se situaban los fieles que todavía no habían sido bautizados), y desde este punto se abren tres naves separadas por pilares que mueren en la cabecera, que también es tripartita pero con el centro absidal donde se situaba el altar. Estos pilares soportaban unos arcos que no se han conservado. La pila bautismal, formada por un monolito cilíndrico en el exterior y con forma de cruz en el interior (hecho poco usual en las basílicas menorquinas), se conserva actualmente en el compartimento izquierdo de la cabecera, en la parte norte, aunque originariamente debía estar en los pies. En el exterior de la basílica hay enterramientos muy simples y otras construcciones probablemente monacales. Se le da una cronología del siglo V d. C. Dirección: Playa de Son Bou. Alaior Titularidad y gestión: Consell Insular de Menorca (…)”.LAFUE,TE VA,RELL, Lorenzo. “Historia de Menorca”. Colección Pauta ,º 8. Ediciones ,ura - Editorial Sicoa. 1992. Página 27. La colonización bizantina de Menorca. “(…) En el siglo VI los bizantinos derrotaron a los vándalos y extendieron su dominio a las Baleares. Algunas fuentes de origen griego atestiguaron la existencia del obispado de Menorca durante 145


ese tiempo. Por más que sean escasos los datos suministrados por las fuentes escritas, la arqueología nos proporciona informaciones de interés. Se trata de los restos de varias basílicas y de otros monumentos. En 1951 se descubrió la basílica de Son Bou, situada al borde del mar y en ella una pila bautismal monolítica, con cavidad cruciforme, muy semejante a la que se halla en el Monte Jebo de Transjordania (20). La datación de esta basílica no resulta clara, habiéndose propuesto diversas hipótesis, que le atribuyen una antigüedad que va del IV hasta el VII siglo. Por su tipología hay que relacionarla con monumentos similares del ,orte de África. En 1957 aparecieron en Torrelló los restos de otra basílica con un mosaico pavimental y las bases de un altar de mármol, que parece procedente de Grecia. Entonces se cayó en la cuenta de que eran muy parecidos los mosaicos que se habían descubierto a finales del siglo XIX en la isla del Rey, del puerto de Mahón, y quedó demostrado que se trataba de otra basílica y no de una villa o sinagoga, como en un principio se había pensado. Estas dos basílicas gemelas también presentan analogías con las norteafricanas y las bizantinas (21). En 1959 fue localizada otra basílica cerca del puerto de Fornells, con / (Página 239) diversos ambientes circundantes, con una cripta en forma de cruz, con una pila bautismal construida en forma de estrella de cuatro puntas. Es posible, que esta basílica, en que aparecen indicios de un culto martirial, sea debida a la presencia de comerciantes griegos, entre los siglos V y VII (22). Posibles restos de otras basílicas paleocristianas aparecieron en tiempos pasados cerca del puerto de Ciutadella y parece que también los hay en el islote denominado d´en Colom (…)”. Página 27. Cita (20). “(…) B. Pascual, obispo de Menorca, Alocución pastoral en ocasión del hallazgo de una antigua basílica en Son Bou, Ciudadela, 1952 (…)”. Página 28. Cita (21). “(…) P. de Palol, Arqueología cristiana en la época romana, Madrid- Valladolid, 1967, págs. 18-25(…)”. Página 28. Cita (22). “(…) P. de Palol, Arqueología cristiana en la época romana, MadridValladolid, 1967, págs. 25-26 (…)”. MARTÍ CAMPS, Fernando. “Estudio de la antigua religiosidad menorquina”. Revista de Menorca. Fundada en 1888. Publicación del Ateneo Científico, Literario y Artístico. Año LXIII. Séptima Época. Primer Semestre. Mahón. 1972. www.RevistadeMenorca1972.pdf Página 9 y 10. Las basílicas paleocristianas: Son Bou y Torrelló. “(…) Las basílicas paleocristianas.para ilustrar el estado floreciente de la antigua iglesia de Menorca, a más del documento importantísimo de la carta del obispo Severo arriba mentada, existe la prueba monumental, no menos notable, de las diversas basílicas paleocristianas que, en espacio de pocos años, han ido apareciendo en nuestro subsuelo. Ocupa entre ellas lugar principal la basílica de Son Bou, descubierta el 24 septiembre 1951 en el extenso arenal situado a unos 10 kilómetros al sur de la ciudad de Alayor, en un 146


paraje solitario en el que abundan vestigios de población antiquísimos. El edificio presenta planta rectangular, de 25’20 por 12’40 m., y está orientado hacia el sureste, El presbiterio ofrece ábside semicircular, con la sacristía a un lado, y al otro el baptisterio, con su pila monolítica de abertura en forma de cruz cuadrilobulada, El «quadratum pópuli» consta de tres naves, delimitadas por doble hilera de seis robustas pilastras. El vestíbulo, de 2’75 m., de fondo, presenta tres aberturas que dan al exterior y corresponden a otras tantas que / (Página 10) comunican con las naves; sus dinteles monolíticos —algunos de 2’70 m. de largo, por 0’90 de ancho y 0’80 de grueso—, recuerdan, por su gran robustez ciclópea, os monumentos megalíticos tan abundantes en la isla. En toda la excavación no se hallaron inscripciones, ni ornamentación, ni mosaicos, como tampoco ajuar funerario en las tumbas contiguas. El pavimento de la basílica es de sencilla argamasa. El conjunto da la sensación de un edificio pobre, pero en el que se utilizaron materiales pétreos de gran magnitud, especialmente en su parte anterior. La datación exacta resulta muy difícil; hay indicios claros que inclinan a fijar en el siglo IV la construcción de esta basílica, que fue probablemente restaurada o modificada en el siglo VI, durante la dominación bizantina, en que se añadió la pila bautismal. El abundante carbón hallado en las obras excavatorias hace pensar que el templo fue definitivamente destruido por un incendio, quizás provocado por el fanatismo musulmán. Que los árabes conocieron la antigua basílica lo prueba el topónimo «Sa Canessía» —de “al-kenise”, iglesia cristiana—, que en tiempos pasados designaba toda aquella región y que ahora conserva un barranco y un predio situados un poco más al oeste. Sigue en importancia a la de Son Bou la basílica paleocristiana de Fornás de Torrelló, cerca de 1a aldea de San Clemente; tiene notable mosaico y restos de altar marmóreo, alzado sobre columnas de carácter bien bizantino. El con junto sugiere la idea de una «villa» señorial romana que posteriormente fuese destinada a iglesia cristiana. Presenta adjunto un baptisterio, con cubeta cruciforme de / (Página 240) nivel inferior al del suelo, y una pequeña necrópolis en que se han encontrado restos de niños de poca edad. De las otras presuntas basílicas, como las localizadas en la cala San Esteban, en la parte sur del puerto de Fornells y en la «illa del Rei», en medio del puerto de Mahón, se necesitarían datos aportados por las excavaciones para poder emitir un juicio definitivo (…)”.ORFILA PO,S, M. “,otas de Tiempos Oscuros”. Publicado como nota en: RIUDAVETS I TUDURY, Pedro. “Historia de la Isla de Menorca” (Capitán de navío honorario. Tomo III. Mahón. Imprenta de B. Fábregues.1888. Reeditado: Mahón. Editorial Al Thor. 1988. Colección: Clàssics de la ,ostra Història. Página 1376. “(…) La documentación arqueológica de este periodo bizantino de Menorca se encuentra en los temas que aparecen en los mosaicos de las basílicas de Torrelló, y de la 147


Isla del Rey, y de los anales existen paralelos en la Balear Mayor. La cronología de estos temas, y su tratamiento según Palol, corresponde a las realizaciones norteafricanas de época bizantina de mediados del siglo VI después de C. (…)”.LAGARDA MATA, Ferrán. “Basílicas y mezquitas de Menorca”. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 2007. Página 55. Son Bou. “(…) Localización: En la playa de “Son Bou”, en el lugar conocido como “Ses Casotes”, cerca del antiguo predio de “Sa Canessia” (del árabe al-kenise = iglesia cristiana, lo que nos indica que aún existía bajo la dominación árabe). (…) Término municipal: Alaior: descripción: Descubierta en Septiembre de 1951 por el obispo de Menorca, B. Pascual Marroig, es una variante (por la profundidad de su ábside, algo normal) de la basílica de tipo sirio o hispano-africano, presentando una planta rectangular con pórtico (bastante mal conservado por haber tenido medio adosada una casamata de la Guerra Civil del 36), nártex, tres naves y cabecera tripartita con ábside central interno. Orientada al Sudoeste, el acceso a su interior se efectuaba por el pequeño pórtico central o prothyron (que sí sobresale del resto de la planta y también es rectangular, con la entrada flanqueada por dos columnas de las cuales las excavaciones de 1982-1984 hallaron una de las bases, y por dos puertas laterales (una a cada lado de aquel) que daban directamente al nartex (actualmente se discute si la del Sur realmente existió y sí quizás fue tapiada con posterioridad a su construcción por una escalera que subía al piso superior). De este se pasaba a las naves por otras tres puertas (una por cada una de ellas). / (Página 56) Una vez en el interior, se ponen de manifiesto las dos hileras de seis pilares rectangulares que separaban las tres naves, los dos primeros adosados a la pared del nartex y los dos últimos a la de la cabecera. Esta última tripartita como ya hemos indicado, tenía una planta ligeramente trapezoidal vista desde el exterior, mientras que, internamente, las dos habitaciones laterales (la del Sur probablemente un sacrarium, o sacristía, y quizás también un martyrium, capilla para reliquias) eran rectangulares y la central de planta absidal. Delante de esta última, seguramente el sanctuarium (a pesar de que no ha sido hallado resto alguno del altar), las excavaciones pusieron al descubierto un pavimento más elevado que llega hasta el segundo grupo de pilares y que debió corresponder alchorus (algunos consideran que deberían invertirse los términos y que el chorus se hallaría en el ábside y el sanctuarium delante). En las naves laterales, se hallaron varios enterramientos, con cubierta de losas, al igual que en el exterior, donde, al Sur y al Este, se distinguen aún los diversos sepulcros de una pequeña necrópolis de tumbas forradas de losas, con una de mayor tamaño marcando la cabecera, originalmente cubiertas con un pequeño túmulo de piedras irregulares. En lo que se refiere al pavimento y a la cubierta, parece que el primero sería de mortero de cal en todo el edificio, mientras 148


que de la segunda prácticamente sólo podemos suponer que era plana, de teja romana, a doble vertiente y apoyada en una serie de arcos que, / (Página 241) longitudinalmente, iban de pilar a pilar, de los cuales se hallaron restos en las primeras excavaciones (efectuadas los años 19511952 por F. Martí Camps). Algunos investigadores suponen además que la nave central disponía de una bóveda. Como colofón, destacaremos la piscina bautismal, hoy exenta en la pastoforia septentrional y primitivamente casi con toda probabilidad incrustada en el suelo de un edificio aparte situado al oeste, una gran piedra de molino cilíndrica (diámetro= 1´37 m., altura = 0`90), con un vaciado interior en forma de cruz griega de brazos lobulares (o de trébol de cuatro hojas). Durante la excavación, en Octubre de 1951, en el exterior de la pastoforia sur, fueron hallados dos fragmentos de un lampadario de bronce de factura supuestamente bizantina. De la misma área es también una placa de barro cocido con signos cristianos, interpretada de antiguo como un molde para hostias, pero que probablemente tuvo un uso funerario. (…) / (Página 57) Cronología: Probablemente es de finales del siglo V, pues corresponde a un tipo creado a mediados del mismo. La piscina, sin embargo, muy parecida a la del Monte Jebo (Jordania), fechada en el 597, sería del VI y es probable que el conjunto en general perdurara hasta finales del siglo VIII (las tumbas del exterior serían, como muy antiguas, del VII) (…)”.LAGARDA MATA, Ferrán. “Las piscinas bautismales paleocristianas de Menorca”. Zaragoza. Ferrán Lagarda Mata Editor. 2009. Página 11. “(…) Todo ello reduce el periodo paleocristiano de la isla (16), arquitectónicamente hablando, a un lapso de tiempo entre los siglos IV y X (17), y efectivamente, en él podemos situar sus basílicas (fueran sólo templos o quizás auténticos cenobios) más estudiadas (18): la de es Cap des Port (Fornells, es Mercadal), cuyos restos parecen indicar un uso continuado, pero con tres momentos constructivos, entre los siglos V y VII; la de es Fornàs de Torrelló (Maó), del siglo V también, pero con mosaicos del VI; la de la Illa d´en Colom (Maó), con lucernas y cerámicas que van del siglo IV al VII; la de la Illa del Rei (Maó), levantada probablemente a mediados del siglo VI; y la de Son Bou (Alaior), en uso probablemente del siglo V al VIII (19). De la posible de Sanitja (es Mercadal) y de los escasos restos de la que se encontraba ceca de la boca del puerto de Ciutadella resulta más complicado establecer una cronología (…)”. Página 11. Cita (16). “(…) Aunque parece haber razones para considerar que ya había cristianos en Baleares en el siglo III (véase LÓPEZ, J., y RODRÍGUEZ, F. G. (2000-2001): El “final” de las villae en Hispania I. La transformación de las pars urbana de las villae durante la antigüedad tardía. “PORTV(i/1LIF/”, XXI-XII, pág. 148) (…)”. Página 11. Cita (17). “(…) Habitualmente suele delimitarse el periodo paleocristiano entre los siglos IV y VIII, pero las Islas Baleares quedaron al margen de 149


los acontecimientos relacionados con la caída del reino visigodo de Toledo (algo lógico, pues no pertenecían al mismo) y el avance musulmán por el ,orte de África, la Península Ibérica y Francia y permanecieron en un mundo que ya prácticamente sólo existía allí. El considerar que dicha etapa, en este caso, alcanza hasta principios del siglo X coincide, por otra parte, con lo que parecen pensar, por su cuenta, los investigadores del ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats) Miguel Ángel Cau Ontiveros, Margarita Sales Juaneda, Catalina Más Florit, Margarita Orfila Pons, Josep María Gurt Esparraguera y Francesc Tuset Bertran al proyectar un Estudio preeliminar sobre el poblamiento en Menorca durante la Antigüedad Tardía (siglos V-X d. C.). Presentación electrónica de dicho proyecto en http://www.icrea.es/ficheros/Proyectos/treb_6111.pdf (...)”. Página 11. Cita (18). “(…) LAGARDA, F. (2007): Basílicas y mezquitas de Menorca. Zaragoza (…)”. Página 11. Cita (19). “(…) PALOL, P. de (1994): L´arqueologia cristiana hispánica després del 1982. En III reunió d´Arqueologia Cristiana Hispánica. / (Página 242) Maó, 1217 de setembre de 1988. Páginas 3-40. Institut d´Estudis CatalansUniversitat de Barcelona-Consell Insular de Menorca. Barcelona. Página 10 (…)”. (61). VILLANUEVA, Joaquín Lorenzo. “Viaje literario a las iglesias de España”. Tomo V. Madrid. En la Imprenta Real. Año de 1806. www.Viage_literarioalasiglesiasdeEspañaTomoV.pdf Página 135136.Trina inmersión. Antigüedad de este rito en el bautismo. Aotas que puso el obispo de Segorve D. Juan Bautista Pérez a las actas de S. Rufo (a) ex lib. fol. actorum SS. Hisp. “(…) Vereor ne confundant cum S. Rupho episcopo Avenionensi Galliarum, nam certum est ex vita MS. ecclesiae Avenionensis ibifuisse primum episcopum Ruphum, apostolorum discupulum, in Gallias missum vel a Paulo apostolo, vel ut alii volunt, a Sergio Paulo episcopo ,arbonensi, discípulo Pauli ap. Constat ex vitâ hujus RuphiAvenionensis fuisse Avenione monasterium canonicorum regularium S. Augustini, ubi corpus Ruphi colitur. Constat Dertosam urbemereptam desarracenorummanibus anno 1148 a R. Berengarii, comité Barchinone, et primum episcopum ibi positum Gaufridum, confirmatum ab archiepiscopo Tarrac. anno 1151, qui episcopus inter ceterasconstitutiones ecclesiae Dertosens. quas ibídem edidit, illam fuisse, ut viverent sub regulâ canonicorum regularium S. Augustini, juxta / (Pásgina 136) consuetudinem ecclesiae S. Ruphi: ex quo hic sanctus specialiter cultus est Dertusae. Etinde natam puto opinionem, fuisse Ruphum episcopus Dertusens. Vel forte ibi fuit cum SergioPaulo: nam Antoninus et Petrus ,atalibus (lib. I. cap. 60) ait Sergium Paulum in Hispania predicasse, et illius diaconum fuisse Ruphum, qui postea fuit episcopus Avenionensis. 150


Hunc Ruphum Avenionensem multi ex recentioribus scribunt, immò et lectiones Avenionensis ecclesiae tradunt fuisse eundem cum illo qui fuit frater Alexandri, filius autem Simonis Cyrenei, qui crucem Christi gestavit: et esse eundem cum Rupho, uno ex discipulis de quo Paulus ad Rom. 16 et S. Polycarpus ad Philipenses. Sed istum Ruphum Thebanum in Graecià fuisse episcopum aiunt Dorotheus Tyrius in Sinopsi, et Metaphrastes in vita Petri: qui colitur in Martyrologio romano die 21 ,ovemb. alter autem Avenion. 12 ,ovemb. in Martyrol. romano; vel 14 ,ovembris, u test in ejus vitâet in breviario Dertusensi (…)”. Página 137. Pila bautismal. Carta XLI. Reliquias de la catedral de Tortosa; memoria de la santa Cinta: su fiesta y oficio: costumbre de llevarse a la corte, quando comenzó: carta dela reyna Doña Margarita, dando varias reliquias: custodias nueva y vieja: pila del papa Luna. “(…) Mi querido hermano: Entre las reliquias insignes que posee esta catedral, debo hablar primeramente de la santa Cinta o Cíngulo de María Santísima, alhaja muy conocida en todo el orbe y, autorizada con la piedad de nuestros católicos monarcas. Lo que acerca de esto se cree es que en el siglo XII, poco después de edificada esta iglesia, por la noche antes de la hora de maytines apareció Marías Santísima a un sacerdote y le dexó sobre el altar mayor esta reliquia. Más no se sabe el año fixo de esta aparición, ni tampoco el nombre del sacerdote, cosa bien extraña. Conservase de aquel tiempo una pila de agua bendita circular como de dos, tercias de diámetro, cavada a manera de concha de piedra muy firme; de la qual dicen / (Página138) que tomó agua bendita María Santísima al entrar en la iglesia la noche de la aparición y, aún por esta razón los que entran en la iglesia por el claustro donde está rodeada de verjas de hierro, no se sirven mutuamente el agua bendita, sino que cada uno por devoción la toma por su mano. Sobre la pila están escritos estos dísticos. Cingula virgo parens praetanti munere donat Dertusat templo: pignus amoris adest. Angelicis comitata choris, sociataque Petro, Pauloque eximiis, culmina bina poli: Sacra manus tingit latices, lustralibus undis Lustrat,et illustrat quae tetigere manus. Faelices limphae signantes flumine frontem, Virginis attactu purior unda fluet (…)”.

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