Tintes con sustancias naturales ante la muerte del ocre rojo a la rubia tinctorum

Page 1

Tintes con sustancias naturales ante la muerte: Del ocre rojo, a la “rubia tinctorum”

Lola Carbonell Beviá

1


Tintes con sustancias naturales ante la muerte: Del ocre rojo, a la “rubia tinctorum”

Lola Carbonell Beviá

2


Tintes con sustancias naturales ante la muerte: Del ocre rojo, a la “rubia tinctorum”

Índice 1. La utilización de diferentes colorantes en la Prehistoria. 1.1. El Paleolítico Inferior. 1.2. El Paleolítico Superior. 1.3. Ocre rojo y neandertales. 1.4. El empleo de colorantes en los Sapiens. 2. Cantos rodados pintados con ocre rojo y, esqueletos espolvoreados con ocre rojo, en el Mesolítico. 3. El ocre como conservante de la materia orgánica, en el 0eolítico. 4. Calcolítico y Bronce. 5. Ocre rojo en Egipto. 6. El ocre en el ajuar fenicio. 7. Ocre rojo en las momias sudamericanas. 8. Simbolismo de la sangre, en cadáveres teñidos con ocre rojo. 9. La utilización de rubia en Menorca: El teñido de cabellos. 9.1. Rubia tinctorum. 9.2. Cronología de la cueva de Es Carritx. 9.3. Ofrendas a la divinidad. 9.4. Accesorios para el teñido y corte del cabello. 9.5. Simbolismo del teñido y corte del cabello. 10. Conclusiones. 11. Citas bibliográficas. 3


Tintes con sustancias naturales ante la muerte: Del ocre rojo, a la “rubia tinctorum” Lola Carbonell Beviá

1. La utilización de diferentes colorantes en la Prehistoria. Fueron empleadas materias colorantes a base de diferentes minerales como ocre, -tanto amarillo, como rojo-, así como limonita o hematites. Se las ha encontrado en yacimientos arqueológicos, con una morfología diferente, tanto en pedazos sin forma, como apuntadas a modo de lápices y, en polvo, tras haber sido rascados o rayados los pedazos (1). 1.1. El Paleolítico Inferior. En una excavación denominada “Terra Amata” ubicada en las afueras de la costa francesa de Niza, cuya cronología data de 380.000 años a. C., fueron encontrados pigmentos de color rojo y amarillo, que los homínidos habían acarreado desde lugares distantes (2). En el yacimiento de Sjul, en Argelia y, con una cronología de 100.000 años a. C., se encontraron terrones de pigmento que se ha creído que eran calentados para conseguir tonos amarillos y, naranjas, más atractivos. Parece ser que teñían con dichos pigmentos unas conchas de Nassarius (3). Datado en el 80.000 a. C., y del yacimiento de Blombos, también en Argelia, son dos placas de ocre con la superficie bruñida (4). En España, concretamente, en el yacimiento burgalense de Atapuerca, fue hallada un hacha ceremonial revestida exteriormente de ocre (5). 1.2. El Paleolítico Superior. En el periodo Musteriense correspondiente al Paleolítico Superior, con una cronología de 75.000 años a. C. (6), fueron usados en algunos yacimientos y, en grandes cantidades, lápices de bióxido de manganeso o de ocre (7), o polvo del mismo mineral (8). 4


Se estima que con dichos minerales se embadurnaban los cadáveres, así como se echaba sobre la sepultura ocre rojo pulverizado (9). Durante el Periodo Magdaleniense, cuya cronología data de 18.000 años a. C., se espolvoreaba a los cadáveres con ocre, como se pudo observar en el yacimiento portugués de Morín, e incluso, en la cueva de Lapa de Suaso, fueron hallados dos molares humanos mezclados con trozos de ocre. Entre los periodos Gravetiense y Magdaleniense, en el abrigo de Lagar-Velho, provincia portuguesa de Leiria, salió a la luz, el cadáver de un niño de cuatro años, con los huesos impregnados de intenso color rojo (10). 1.3. Ocre rojo y neandertales. El hombre de Neandertal empleaba el ocre rojo para sus ritos funerarios. De hecho, en el yacimiento de Le Moustier en Francia, fue hallado el cadáver de un adolescente, espolvoreado con ocre (11). En Australia, el yacimiento Lago Mungo 3, con una cronología de 30.000 años a. C., aportó un cuerpo tras haber sido espolvoreado con ocre (12). Se estima que el ocre tenía además de una función utilitaria, un valor simbólico y decorativo (13). Junto al ocre rojo (14), el hombre de Neandertal empleaba un pigmento denominado almagre, que ya utilizaba el hombre de Cromañón y, que tenía el color de la sangre (15). Para ceremonias rituales de vida, el Neandertal se untaba de bióxido de manganeso o de ocre (16). Por lo tanto, la impregnación del cuerpo con ocre rojo se realizaba en momentos especiales tanto en la vida como en la muerte (17), apareciendo en ajuares funerarios fragmentos de ocre con huellas de utilización (18) y, de abrasión, al frotarlos contra una superficie dura (19). 1.4. El empleo de colorantes en los Sapiens. Los homo Sapiens recogían ocre en grandes cantidades que molían con morteros de granito para la producción de colorante en polvo. Posteriormente, el polvo de ocre era calentado al fuego para 5


intensificar su color (20), pasando de amarillo a rojo por medio de la combustión (21). Una vez que se tenía preparado el ocre rojo, se introducía en recipientes fabricados con cráneos que tenían la función de copa (22). Por lo tanto, el ocre rojo hallado en yacimientos arqueológicos ha aparecido en contextos de habitación y de enterramiento (23), donde los Sapiens recubrían el cuerpo del difunto con ocre rojo, espolvoreándolo (24), motivo por el cual tras el paso del tiempo, el pigmento rojo aparece adherido al hueso (25). Aunque en ocasiones, el ocre rojo también aflora en fragmentos en estado bruto, en manchas de color o, en capas de polvo debajo o encima del difunto (26). Los individuos de la subespecie sapiens, Cromañón, que habitaban en el suroeste de Francia, también salpicaban al muerto con ocre rojo (27) y, lo matizaban con varios tonos del mismo ocre (28). E igualmente lo hicieron de ocre rojo, los cromañones del país de Gales (29). 2. Cantos rodados pintados con ocre rojo y, esqueletos espolvoreados con ocre rojo, en el Mesolítico. A principios del VII milenio a. C., fueron hallados en un asentamiento mesolítico ubicado en los Balcanes, 28 cantos rodados pintados con ocre rojo, que se cree estaban relacionados con la práctica de espolvorear con ocre rojo a los cadáveres (30). En la costa del Líbano también aparecieron cantos rodados pintados de rojo (31). Y en el yacimiento italiano de “Arene Candide”, fue hallado un esqueleto correspondiente a un joven de 18 años, cuyos restos aparecían espolvoreados con polvo de ocre (32). 3. El ocre como conservante de la materia orgánica, en el 0eolítico. Durante el Neolítico los cuerpos cadavéricos continuaban embadurnándose de ocre rojo, quizás como medida sanitaria, ya que el ocre tiene la capacidad de conservar la materia orgánica (33).

6


En ocasiones se han encontrado punzones para el cabello fabricados con metapodios de ovicápridos, que conservaban restos de polvo de ocre (34). Es decir, el hecho significa que los punzones se mancharon de ocre rojo al entrar en contacto con el cuerpo; o bien, que además también se cubría el cabello con ocre rojo. También se han encontrado trazas de ocre en huesos desarticulados de adultos (35). Como en periodos anteriores, el ocre se machacaba en morteros donde también se molturaban cereales, apareciendo restos de ocre rojo en los mismos (36). Durante el Neolítico existía un comercio en el “Uadi Araba”, en la costa del Líbano, de ocre, que se exportaba a largas distancias (37). 4. Calcolítico y Bronce. Durante el Calcolítico y, la Edad del Bronce continuó la práctica de espolvorear con ocre rojo el cadáver del difunto, tanto en España (38), como en Europa y, Próximo Oriente (39). 5. Ocre rojo en Egipto. En Egipto fue utilizado el ocre rojo en la vida de ultratumba, pero nunca para espolvorear los cadáveres. La tradición mítica-literaria egipcia relata el empleo de ocre rojo por los sacerdotes de Heliópolis, que lo desmenuzaban y, lo mezclaban con malta remojada, porque el resultado parecía sangre humana (40). En el segundo milenio a. C., el ocre rojo servía para teñir el interior del sarcófago (41), puesto que el color rojo se identificaba con la sangre o esencia de la vida (42). También se usaba el ocre rojo en la farmacopea, para la composición de medicamentos (43). Y en la pintura que se utilizaba para las inscripciones antiguas (44). 6. El ocre en el ajuar fenicio. El ocre rojo ya no se empleaba en espolvorear a los cadáveres fenicios, pero sí en cambio seguía directamente imbricado en el ajuar 7


funerario fenicio-púnico (45) y, en el rito mistérico a Tanit, diosa cartaginesa de la muerte, consistente en conservar el ocre rojo, en el interior de los huevos de avestruz, cuya simbología residía en la inmortalidad (46). 7. Ocre rojo en las momias sudamericanas. El ocre rojo se empleaba en el proceso final de momificación de las momias de Chinchorro, cuando ya habían sido evisceradas y preparadas para que el cuerpo permaneciera rígido, entonces se pintaba a la momia con ocre rojo (47). 8. Simbolismo de la sangre, en cadáveres teñidos con ocre rojo. El ritual de embadurnar el cadáver con ocre rojo, así como manchar la sepultura se mantuvo constante desde el Paleolítico Inferior, pasando por el Paleolítico Superior, Mesolítico, Neolítico y Calcolítico, ya que a partir de la Edad del Bronce se extinguió el ritual, aunque el ocre rojo se seguía empleando en rituales funerarios, pero no echándolo directamente sobre el cuerpo cadavérico. Se trató de un ritual que permaneció inalterable durante miles de años por medio de la utilización de la magia simpática (48), en la que se buscó un sustitutivo de la sangre, de color rojo, que representaba el símbolo de la vida (49). Con la utilización del ocre rojo espolvoreado sobre el cadáver, los vivos tenían la certidumbre de que el difunto proseguiría con su vida en el otro mundo al que se dirigía (50). Para mantener el ritual hacía falta ocre rojo, producto que fue extraído durante el Paleolítico en minas africanas, localizadas en Rodesia, Swazilandia; y europeas, ubicadas en Hungría (51); americanas y, australianas (52); así como otros minerales como hematites, igualmente extraídos en minas africanas (53); Tanto para neandertales, sapiens y cromañones, el ritual de espolvorear o embadurnar el cadáver bien con ocre rojo u óxido de hierro rojo y, manganeso fue genérico, pues todos los humanos creían que simbolizaba la sangre y una vida posterior (54), en la que quedaba perpetuada la vitalidad (55), al quedar pintado el cadáver con dicha coloración (56). 8


En el Paleolítico Medio no solo existió la costumbre de espolvorear el cadáver con ocre rojo, sino también la tierra que lo cubría (57), haciendo extensiva la sangre al lugar de la sepultura (58). Durante el Mesolítico, el ocre rojo se utilizaba para ceremonias de vida, aplicándolo por la cara (59); y, para los ritos de muerte, mezclándolo con grasa de oso (60), o de otro animal con la finalidad de aumentar el color (61). Luego de que el mago espolvoreaba con ocre rojo la zanja donde iba a ser inhumado el cuerpo, seguía atando con tendones igualmente teñidos de rojo, los brazos y las piernas para colocar el cadáver en posición fetal; y después pasaba a frotar el cuerpo cadavérico, puesto que una vez embadurnado y enrojecido, el cadáver recordaba la sangre natal con que había llegado al mundo (62). El color rojo simbolizaba la sangre y, con el ocre rojo se pretendía activar la vida de ciertas esculturas, como la de la venus de Willendorf (63) o, restablecer la vida en las tumbas neolíticas de los Balcanes, introduciendo en las mismas vasijas en miniatura de pintura roja (64). 9. La utilización de rubia en Menorca: El teñido de cabellos. En una cueva denominada “Cova des Càrritx”, de la isla de Menorca, fueron encontrados en el año 1995, restos de cabellos teñidos de rojo, dentro de contenedores de hueso, así como todo tipo de artefactos relacionados con dicha actividad funeraria. Las investigaciones señalaron que los cadáveres fueron preparados con el teñido y, cortado del cabello, en la sala 1 de la Cova des Càrritx y, posteriormente trasladados a la sala 5. Pues bien, en la sala 1 fueron hallados restos de semillas, ramitas y hojas que fueron identificadas con las plantas denominadas (65): almez, centinodia, retama, hierba mora y rubia brava. Así como malva, jara y carmentilla (66). De las plantas que se han señalado, el almez no pudo ser utilizado para teñir el pelo, puesto que no contiene dicha característica, pero sí en cambio es útil en la sanación para el tratamiento de la diarrea y disentería (67). 9


Lo mismo ocurre con la centinodia, cuyo uso medicinal está relacionado con la curación de diarreas producidas por enteritis, así como la de cortar las hemorragias vaginales e intestinales (68). La retama de tintoreros o genista tinctoria L., sí que ha sido utilizada para teñir la lana y el lino, pero su color es el amarillo y, no el rojo (69). La hierba mora no tiene un uso medicinal por vía interna puesto que se considera tóxica, pero sí que al hervirla y, utilizar externamente sus hojas en forma de cataplasma, es útil para los dolores neurálgicos (70). El galio tiene escasas propiedades medicinales pero ha sido empleado para la curación de digestiones difíciles y dolorosas, eliminación de espasmos abdominales, así como cálculos de la vejiga urinaria y vesícula biliar (71). Las flores del galio se han empleado como emplastos para aliviar las quemaduras de fuego y para cicatrizar las heridas (72). 9.1. Rubia tinctorum. Como se ha señalado en el punto anterior, la rubia brava (Rubia peregrina) fue hallada en el depósito de la sala 1 (73). La rubia tinctorum L., se cultivaba antiguamente para la obtención de tintes, que se extraían de la raíz. El color que segregaba era el rojo, hasta el punto que si se ingería por vía oral, coloreaba la orina de color rojo (74), así como las mucosidades y el sudor (75). Por lo tanto la rubía tinctorum L., fue la única variedad botánica de las que se encontraron en la sala 1, con la que se pudo teñir el cabello de los cadáveres yacentes en el depósito de la sala 5 (76). 9.2. Cronología de la cueva de Es Càrritx. La cueva de Es Càrritx fue un espacio de inhumación colectivo donde se han contabilizado más de 200 personas inhumadas entre los años 1450-1400 a. C., y 800 a. C., (77). Pero en cuanto a la utilización de la técnica del teñido del cabello, ésta fue posterior, ya que comenzó cronológicamente en el 1100-1050 a. C., reutilizándose el mismo cementerio de la Cova des Càrritx (78), hasta los años 850-800 a. C., (79), para la práctica del 10


teñido y corte de cabellos, aunque parece ser que tras haber finalizado en Es Càrritx, todavía se mantuvo durante algunas centurias más en el hipogeo 48 de Cales Coves (80). 9.3. Ofrendas a la divinidad. Durante el proceso del teñido y corte del cabello, los mechones del pelo del difunto se introducían en tubos cilíndricos realizados en madera o cuerno de bóvido y, cerrados con tapones y bases decoradas, con dos círculos concéntricos, que al igual que en Menorca, también aparecieron en el norte de Italia, los Cárpatos y Bulgaria (81). Estos contenedores cerrados con tapones decorados con círculos concéntricos, fueron utilizados en un primer momento en la sala 1, donde tenía lugar la preparación del cadáver, para posteriormente ser ocultados en un depósito alejado del espacio funerario (82). Ahora bien, los dos círculos concéntricos decorativos de los tapones, era la emblemática de la divinidad (83), cuya simbología estaba arraigada desde la Prehistoria, llegando a Menorca en la Edad del Bronce y manteniéndose en la isla durante el primer milenio a. C. (84). Por lo tanto, se sugiere que la acción de esconder los contenedores y tapas decoradas con la emblemática de la divinidad fuera realizada con intencionalidad, como una ofrenda a la divinidad de la diosa madre, puesto que no se debe olvidar que los enterramientos se encontraron en una cueva identificada con el seno materno y, con la vuelta al origen donde nace la vida, dentro de la oscuridad. 9.4. Accesorios para el teñido y corte del cabello. En el depósito de la sala 5 de Es Càrritx fueron hallados junto a los 6 tubos de madera rellenos de cabellos humanos, con sus respectivos tapones y bases; otros 4 tubos de cuerno rellenos de cabellos humanos con sus respectivos tapones y bases; 4 espátulas de madera; 1 varilla de madera con señales de abrasión; 3 vasos de madera; 1 peine de madera; y1 cuchilla de bronce (85). 11


Parece ser que dicho ajuar formó parte de los accesorios empleados para el teñido y corte de cabello del difunto (86). Entre los restos cadavéricos se encontraron punzones metálicos (87), cuya finalidad eran la de agujas para sujetar el cabello (88). Un peine para peinar el cabello (89). Unas espátulas y varillas, para mezclar los pigmentos vegetales, en los cuencos de madera, previamente a impregnar el cabello del tinte. Y una cuchilla (90), con la que cortar el cabello una vez teñido, antes de introducirlo en los contenedores de mechones de pelo. 9.5. Simbolismo del teñido y corte del cabello. Los estudios realizados sobre el pelo humano encontrado en la cueva des Càrritx, aseveran que el color rojo del cabello de la cabeza no era natural y, no se descartó en su momento, de que se tratase de pelo teñido intencionadamente, a individuos caucásicos, -siendo imposible determinar que se tratasen de individuos diferentes-, y que, el pelo fue cortado al poco de la defunción (91). La sociedad que practicaba dicho ritual creía en el valor simbólico del cabello y, en la perpetuación de la vida mediante el teñido del mismo, con un colorante natural rojizo, como es la rubia tinctorum (92). Y pensaban que si cortaban el cabello en mechones (93) y, lo guardaban en pequeños contenedores, conservarían la energía vital del difunto (94). Los mechones de cabello fueron cuidadosamente introducidos en pequeños contenedores de madera o cuerno (95), que eran tapados herméticamente con tapaderas (96). Fue una práctica funeraria que caló en la sociedad, puesto que el cabello que ha aparecido en el depósito de la cueva 5 correspondió a diferentes personas, a lo largo de varias generaciones (97) y, se ha encontrado en cantidades considerables (98). 10. Conclusiones. En la sociedad prehistórica arraigó durante un periodo datado en el Paleolítico Inferior, entre 380.000 a. C. y 100.000 a. C., la utilización de

12


pigmentos de color rojo y amarillo, que los homínidos se ocupaban de buscar y trasladar a sus hogares. Entre el Paleolítico Inferior y el Superior, los pigmentos utilizados se centraban en lápices de bióxido de manganeso o de ocre y, polvo del mismo material, que neandertales y sapiens empleaban espolvoreando los cuerpos cadavéricos y, sepulturas. A partir del periodo Magdaleniense con una cronología de 18.000 a. C., ya estaba generalizado el uso del ocre rojo en rituales funerarios, que los sapiens preparaban moliendo en morteros de piedra, para posteriormente calentar el polvo del ocre al fuego, con la finalidad de intensificar su color, pasando de color amarillo a rojo, por medio de la combustión. Con el pigmento embadurnaban los cadáveres o bien los espolvoreaban, además de manchar igualmente la sepultura. Este ritual tuvo una duración aproximada en el tiempo de 14.000 años, donde las costumbres de enterramiento ligadas al ocre rojo no variaron. El simbolismo del ocre rojo, ligado a la vida de ultratumba, en el que el cadáver era preparado y dispuesto como un recién nacido, manchado de sangre y, de fluidos, que desde el seno materno se esfuerza por salir a una nueva vida, dejó de existir a partir de la Edad del Bronce. Fue en este periodo cronológico cuando se produjo el cambio mental en la sociedad, de modo que aunque el color rojo persistía en los rituales funerarios, quedaba exento de la utilización del ocre rojo sobre la piel de los cadáveres. A partir de la Edad del Cobre, el color rojo siguió unido a la idea de sangre y esencia de vida en el difunto, pero colocado en los objetos funerarios, como fue el caso de la utilización de ocre rojo en el interior de los sarcófagos, para el ritual egipcio; o bien, en el interior de huevos de avestruz, para el ritual fenicio. En Menorca, hasta el momento no han aparecido restos de ocre rojo en necrópolis, pero sin embargo resulta muy interesante como en plena edad del Bronce Medio, una sociedad que se inhumó en la cueva de Es Càrritx, quiso perpetuar la vida del difunto empleando una planta como la 13


“rubia tinctorum”, de la que se extraía un líquido rojo de su raíz y, que era empleada para el teñido de los cabellos. El concepto seguía siendo el mismo que había sido utilizado desde la Prehistoria, preparar para una nueva vida al difunto con el empleo del color rojo, que en lugar de ser extraído de un mineral, en dicho periodo, sería transformado de una planta. Y donde en lugar de espolvorear el cuerpo cadavérico con ocre rojo, embadurnarían el cabello del difunto con “rubia tinctorum”, que en ese momento había adquirido un papel simbólico para la muerte. Pero además, podían conservar la energía vital del muerto, si guardaban los mechones de cabello en un lugar cerrado, que para el caso de Menorca, fueron pequeños contenedores de madera o hueso de bóvido. Dicho proceso de cambio mental fue introducido por una sociedad exógena que llegó a la isla de Menorca alrededor del periodo del 1100 a. C., cuyos individuos pertenecían al tipo “caucásico”. Por lo tanto, las sociedades que se habían afincado en la isla de Menorca a lo largo del segundo milenio a. C., como egipcios, fenicios y, nasamones, quedan descartados. Pero en cambio, a Menorca llegaron cuatro colonizaciones de población celta que sí se instaló en la isla y, cuyos rasgos característicos aparecen en el cementerio de Es Càrritx cuya cronología oscila entre el 1400 y 1100. Por lo tanto, la sociedad exógena enterrada en Es Càrritx reutilizó el cementerio céltico, ya existente. Por la simbología existente en las tapaderas con círculos de la divinidad, la sociedad que empleaba la “rubia tinctorum” tenía paralelismos con el norte de Italia, los Cárpatos y los Balcanes, una zona territorial en la que se produjeron movimientos migratorios entre los prehelenos y los celtas primitivos. Por lo tanto, podría ser una sociedad céltica la que colonizó Menorca sobre el 1200 a. C., y que dejó su cultura funeraria hacia el 1100 a. C., en los lugares tradicionales de otros grupos célticos ya instalados en Menorca, con anterioridad.

En Villajoyosa (Alicante). A 23 marzo, 2017.

14


11. Citas bibliográficas.

(1). BARANDIARÁN, Ignacio. “El Paleolítico y el Mesolítico”. Publicado en: LYNCH, John. “Historia de España. La Prehistoria 1”. Madrid. EL PAÍS. 2007. Página 130. Capítulo I. El Paleolítico y el Mesolítico. Cometidos de los instrumentos y uso de colorantes. “(…) Son frecuentes las materias colorantes (ocre, amarillo o rojo, limonita o hematites, diversas tierras) en pedazos informes o apuntadas como lápices y con tras de haber sido rascadas o rayadas. Aparecen en la proximidad de los hogares (…) los abundantes pedazos de ocre en muchos suelos de ocupación pueden haber sido abandonados allí tras su empleo en el tratamiento de pieles o en manipulaciones de huesos y astas (…)”. (2). TATTERSALL, Ian. “Los señores de la Tierra. La búsqueda de nuestros orígenes humanos”. Traducción de David León Gómez. Barcelona. Pasado & Presente. 2012. Página 188, 189 y 190. 8. El primer homínido cosmopolita. “(…) Terra Amata, excavación situada en las afueras de /iza, en la costa mediterránea de Francia. Hace unos 380.000 años (…). / (Página 189) Semejante tosquedad puede deberse a que las piedras de los alrededores –cantos de caliza petrificada- no constituían la mejor materia prima para tallar utensilios, aunque resulta significativo que los homínidos de allí / (Página 190) acarreasen, desde lugares distantes, porciones de pigmento rojo y amarillo, atraídos, sin lugar a dudas, por sus cualidades estéticas (…)”. (3). TATTERSALL, Ian. “Los señores de la Tierra. La búsqueda de nuestros orígenes humanos”. Traducción de David León Gómez. Barcelona. Pasado & Presente. 2012. Página 259. 13. El origen de la conducta simbólica. Placas de ocre. “(…) Las primeras indicaciones claras con que contamos del despertar de una sensibilidad simbólica entre los grupos de los recién evolucionados Homo sapiens proceden de África o de su entorno inmediato. Las más antiguas son también las más discutibles, pues consisten, sobre todo, en insinuaciones de que en Sjul, hace más de cien mil años, se estaban perforando conchas de caracolas marinas de pequeño tamaño a fin de usarlas como cuentas de collar y, se calentaban

15


terrones de pigmento a fin de hacer que su color amarillo adoptase tonos naranja o rojos más atractivos (…) / (Página 260) en Sjul y una sola en un yacimiento ateriense de Argelia de edad incierta. Eso sí: las conchas de las dos excavaciones pertenecían a especies que tuvieron que recogerse lejos de allí en la orilla del Mediterráneo y, eso quiere decir que debían de ser objetos preciados por sus poseedores, quienes los habían llevado allí desde una cierta distancia o los habían obtenido mediante trueque. Quizá resulte más significativo el que las cuentas estén hechas en ambos lugares con conchas del género /assarius, que con el tiempo se emplearían de forma generalizada con fines ornamentales mejor documentados. Los indicios algo más sólidos de que se empleaban, en efecto, como cuentas empiezan a aparecer en otros yacimientos aterienses de unos ochenta mil años de antigüedad. En la Grotte des Pigeons (Marruecos), por ejemplo, se ha dado con una docena de conchas de "assarius perforadas. Esta cueva, como las de Israel y Argelia, está lejos del lugar más cercano en donde podrían hallarse, lo que hace pensar que se llevaron a aquel abrigo de forma deliberada, como producto, tal vez, de un intercambio comercial. Con todo, tampoco aquí hay ninguna prueba definitiva de que las perforaciones fueran obra del hombre, si bien algunas de las piezas presentan trazas de pigmento, señal tal vez de que las tiñeron a propósito y, un curioso pulido que bien podría haberse logrado frotándolas contra la piel de alguien (…)”. (4). TATTERSALL, Ian. “Los señores de la Tierra. La búsqueda de nuestros orígenes humanos”. Traducción de David León Gómez. Barcelona. Pasado & Presente. 2012. Página 261. 13. El origen de la conducta simbólica. Placas de ocre. “(…) Estas gentes dejaron también testimonios más explicativos de conductas simbólicas: de Blombos han salido los primeros objetos que podemos calificar de simbólicos sin temor alguno a equivocarnos. Proceden de los mismos estratos de la Edad de Piedra Media en los que aparecieron las cuentas de /assarius y, consisten en un par de placas de ocre de varios centímetros de largo cuya superficie se ha bruñido de forma deliberada para grabar sobre ella un motivo de líneas entrecruzadas. (…)

16


Otra pieza de ocre, creada quizá no mucho después y hallada en un abrigo rocoso a unos cuatrocientos kilómetros de allí, muestra lo que podría ser una variación simplificada el mismo motivo y, por lo tanto, constituir una prueba más de que debía de tener significación. Es más: en los mismos depósitos de Blombos se encontraron útiles de hueso, tal vez dotados de astil en su origen, del género que brilla por su ausencia en el herramental de los neandertales europeos de aquella misma época (…)”. (5). PALAO PONS, Pedro. “El enigma de las momias en el mundo”. Colección Enigmas de la Historia. Madrid. Edimat Libros. 2003. Página 35. Capítulo II. Las antiguas creencias funerarias. Hacha ceremonial funeraria revestida de ocre procedente de Atapuerca. “(…) El hacha mide unos 155 milímetros de longitud por 98´65 de ancho y alrededor de 50 de grueso. Es una piedra roja que posee una capa exterior de ocre (…)”. Ibidem. Página 178. Glosario. Escalibur. Hacha ceremonial funeraria revestida de ocre procedente de Atapuerca. “(…) /ombre que recibe una piedra de cuarcita roja que fue hallada en Atapuerca, Burgos (…)”. (6). ALIMEN, M. H. & STEVE, M.J. “Prehistoria”. Volumen 1. Colección Historias Universal Siglo XXI. Madrid. Historia Universal Siglo XXI. 1984. Página 96. “(…) Cronología absoluta. Culturas.

Glaciación Würn.

Fechas a.C. 8.000.

Postglaciar.

Mesolítico.

10.000.

Würmiense tardío. Oscilación de Allerosd.

10.000.

Würmiense tardío. Oscilación de Bolling. Swideriense. Ahrensburg.

12.000.

Würmiense medio.

14.000.

Würmiense medio. Poeneriense. Francofortiense.

18.000.

Würmiense medio. Brandeburguiense.

Magdaleniense.

23.000.

Würmiense medio. Frío. Oscilacion de Paudorf. 17


Gravetiense oriental. 27.000.

Würmiense medio. Frío.

32.000.

Würmiense antiguo. Frío.

47.000.

Würmiense antiguo. Frío. Interestadio de Göttweig.

Auriñaciense.

Szeletiense. 75.000.

Interglaciar Riss-Würn.

Musteriense. Achelense (…)”.

(7). ALIMEN, M. H. & STEVE, M.J. “Prehistoria”. Volumen 1. Colección Historia Universal Siglo XXI. Madrid. Historia Universal Siglo XXI. 1984. Página 43. VI. La vida humana durante el Musteriense. Ocre rojo. “(…) /o se posee ninguna prueba de la existencia de actividades / (Página 44) artísticas, a no ser la presencia, en algunos yacimientos, de lápices de bióxido de manganeso o de ocre en cantidades notables (…)”. (8). ALIMEN, M. H. & STEVE, M.J. “Prehistoria”. Volumen 1. Colección Historia Universal Siglo XXI. Madrid. Historia Universal Siglo XXI. 1984. Página 29. IV. Los hombres de 0eandertal y los Presapiens. Ocre Rojo. Cronología. Entre 250.000 y 70.000 años. “(…) El Homo sapiens neanderthalensis demuestra poseer más imaginación que el homo erectus para adaptar a sus necesidades los utensilios que fabrica. Con él quizá hiciera su aparición el arte: en efecto, ciertos yacimientos musterienses han suministrado trozos de bióxido de manganeso y de ocre rojo, afilados como lápices o reducidos a polvo (…)”. (9). ALIMEN, M. H. & STEVE, M.J. “Prehistoria”. Volumen 1. Colección Historia Universal Siglo XXI. Madrid. Historia Universal Siglo XXI. 1984. Página 50. VIII. La vida humana en el Paleolítico superior. Ocre rojo. “(…) Los ritos funerarios son más complejos que en la época musteriense. (…) En muchos casos se debió de embadurnar a los cadáveres con ocre rojo, o bien, echar sobre la sepultura ocre rojo pulverizado (…)”. (10). BARANDIARÁN, Ignacio. “El Paleolítico y el Mesolítico”. Publicado en: LYNCH, John. “Historia de España. La Prehistoria 1”. 18


Madrid. EL PAÍS. 2007. Página 135. Capítulo I. El Paleolítico y el Mesolítico. Sistemas funerarios. “(…) Los excavadores de Morín han descubierto dos fosas cubiertas por un “túmulo” de tierra con inhumaciones de cuerpos humanos que se acompañaron de un rito de ofrendas de animales y de espolvoreado de los cuerpos con ocre: uno de los cuerpos habría sido decapitado (…) / (Página 36) Como “sepultura” magdaleniense se ha identificado un lugar de la cueva de Lapa de Suaso donde se encontró una pequeña fosa guarnecida de boques en cuyo interior se conservaban dos molares humanos mezclados con trozos de ocre y diversos colgantes (conchas y dientes de lince perforados). La primera sepultura bien definida ha sido descubierta en una excavación de urgencia en 1999 en el abrigo de Lagar-Velho (provincia portuguesa de Leiria): el cadáver de un niño de unos cuatro años fue colocado de costado dentro de una fosa cavada en el suelo del yacimiento. Por su contexto arqueológico, del Paleolítico superior inicial es datable entre 25.000 y 24.500 años antes del presente. Varios elementos asociados permiten sugerir, según A. C. Araújo, C. Duarte y J. Zilhao, algún tipo de tratamiento ritual en ese depósito funerario: el intenso color rojo que impregna todos los huesos del enterrado ha sido interpretado como producido por alguna piel teñida de ocre en la que el cuerpo habría sido amortajado (…)”. (11). ARSUAGA, Juan Luís & MARTÍNEZ, Ignacio. “La especie elegida. La larga marcha de la evolución humana”. Barcelona. Círculo de Lectores. 1999. Página 275. Capítulo 13. Los neandertales. Ocre rojo. “(…) el adolescente de Le Moustier (Francia) habría sido espolvoreado con ocre y enterrado en una postura flexionada y con ofrendas (…)”. (12). ARSUAGA, Juan Luís. “El enigma de la esfinge. Las causas, el curso y el propósito de la evolución”. Colección Areté. Barcelona. Plaza & Janés. 20º01 (1ª edición: octubre). Página 271. La mente: Una nueva propiedad de la vida. Fulguraciones. Ocre. “(…) el más antiguo de cuyos fósiles en Australia es el esqueleto lago Mungo 3, recientemente datado (con algunos problemas) en más de 60.000 años por Alan Thorne y otros. (…) Por otro lado, el cuerpo de Lago Mungo 3 parece haber sido espolvoreado con ocre en lo que podría interpretarse como un ritual, 19


aunque en honor de la verdad hay que reconocer que no todos los autores interpretan la presencia de ocre asociado a un esqueleto humano en clave simbólica. También se conoce su uso entre los neandertales con la misma duda (…)”. Página 312. El relato. 0eandertales y cromañones. “(…) El fósil humano más antiguo de Australia es Lago Mundo 3 y, su edad es de por lo menos 30.000 años. Recientemente se han dado a conocer una serie de dataciones por diferentes métodos que elevan esa edad hasta los 60.000 años, o incluso algo más (…)”. (13). DIEZ MARTÍN, Fernando. “Breve historia del Homo Sapiens”. Madrid. Nowtilus. 2013. (3ª edición: febrero). Página183. 9. Los señores del hielo. El mundo de los neandertales. ¿Trascendentes, solidarios y simbólicos? El alma neandertal. Ocre. “(…) Sin embargo, sabemos que estaban familiarizados con el uso de colorantes (es difícil resistirse a ver en el ocre, más allá de su función utilitaria, un valor simbólico y decorativo) (…)”. (14). TATTERSALL, Ian. “Los señores de la Tierra. La búsqueda de nuestros orígenes humanos”. Traducción de David león Gómez. Barcelona. Pasado & Presente. 2012. Página 235. 11. Lo arcaico y lo moderno. “(…) Tal como hemos visto, por ejemplo, la costumbre de enterrar a los muertos puede tener otras motivaciones y, pese a que las gentes futuras emplearían con profusión el ocre rojo en contextos simbólicos, no hay motivo evidente alguno por el que una práctica tan bien documentada como la pulverización de pigmentos en diversos yacimientos neandertales deba indicar, de forma necesaria, ninguna intención de esta clase (…)”. (15). WILSON, Colin. “El mensaje oculto de la esfinge”. Barcelona. Martínez Roca. 1997. Página 225. Esferas redondeadas en la prehistoria. Utilización del almagre en los enterramientos. “(…) nuestros antepasados durante la glaciación de Riss, hace más de 200.000 años quisieron hacer esferas perfectamente redondeadas, cuando no había ninguna aplicación práctica para ellas. Al parecer, la única explicación posible es que son objetos religiosos, una especie de disco solar. (…) En Boxgrove, en los Cotswolds, se hallaron herramientas parecidas que datan de hace medio millón de años (…) / (página 226) Fueron los aborígenes australianos y los indios de América quienes finalmente proporcionaron la respuesta. Los dibujos tenían finalidades mágicas. Su objetivo era crear 20


una relación entre el cazador y su presa. El antropólogo Ivan Lissner lo explica en Man, God and Magic: “Se hechiza a un animal vivo con la misma suerte que el alma de un segundo ser. Un cazador también puede representar la muerte de su presa de manera ceremonial matándola en efigie, utilizando ciertos rituales muy antiguos” (…) / (Página 239) en una cueva de La Quina, en Dordoña, entre las herramientas que se recuperaron había no menos de 76 esferas perfectas. Había también un disco plano de pedernal delicadamente trabajado, de 20 centímetros de diámetro, sin ningún propósito concebible excepto como disco solar. El hombre de "eandertal enterraba a sus muertos revestidos / (Página 240) con el pigmento llamado “almagre”, hábito que, al parecer, tomó en préstamo el hombre de cromañón (…). Las minas de almagre neandertales revelan que se produjo alguna evolución importante y que ésta evolución estuvo relacionada con la religión y el enterramiento.(¿Veneraban el almagre, como ha sugerido Stan Gooch, porque tenía el color de la sangre?) (…)”. (16). SENET, André. “El hombre a la busca de sus antepasados. /ovela de la Paleontología”. Barcelona. Luís de Caralt, Editor. 1962. (2ª edición: diciembre). Página 132. Capítulo IV. De los monos africanos a las naciones modernas. “(…) Este hombre de neandertal se dedica a la fabricación de toda clase de utensilios de piedra tallada, armas arrojadizas, instrumentos para preparar las pieles, limpiarlas y coserlas. Asimismo se untan de bióxido de manganeso o de ocre para alguna ceremonia ritual, entierran sus muertos, preparan una cacería, inician a los jóvenes en los misterios de la tribu (…)”. (17). PALAO PONS, Pedro. “El enigma de las momias en el mundo”. Colección Enigmas de la Historia. Madrid. Edimat Libros. 2003. Página 38. Capítulo II. Las antiguas creencias funerarias. Ocre rojo en tumbas de neandertales. “(…) Para la antropóloga Carmen Bonillo, los neandertales (cuyo nombre se debe a que los primeros restos fueron halados en el río alemán /eander, en 1856) pudieron ser los inventores del enterramiento: “Vivieron hace entre 120 y 130 mil años aproximadamente y, sabemos que poseían inteligencia y un interesante grado de evolución. Eran cazadores, practicaron la pesca y sabemos que enterraban a sus muertos ya fuera en fosas o cubiertas o rodeadas por piedras que luego pintaban con ocre rojo, que curiosamente es el color de la sangre (…)”. 21


(18). MOURE, Alfonso. “El origen del hombre”. Colección Biblioteca de la Historia nº 7. Madrid. Historia 16. Información e Historia S. L. 1997. Página 66. Vida y cultura de los neandertales. Ocre en enterramientos neandertales. “(…) Los ajuares son igualmente diversos: en Qafzeh un gran fragmento de ocre con huellas de utilización (…)”. (19). DIEZ MARTÍN, Fernando. “Breve historia de los /eandertales”. Madrid. Nowtilus. 2011. (1ª edición: octubre). Página 230. 9. Símbolo. Mente, lenguaje, arte y trascendencia. Ocre. “(…) Los neandertales recogían pigmentos naturales. Una larga lista de yacimientos, la mayoría de ellos datados entre los sesenta y cuarenta mil años, muestran la presencia de bloques y fragmentos de colorantes de este tipo: en su mayor parte se trata de dióxido de manganeso (colorante negro), aunque también se han encontrado pruebas de la recogida de ocre (arcilla pigmentada en color amarillo, oro o marrón). El estudio de las marcas y huellas de uso dejadas sobre estos fragmentos demuestra que fueron utilizados precisamente en su función de colorantes de la piel. La mitad de los más de quinientos fragmentos recogidos en el yacimiento francés de Pech de l´Azé (sobre todo manganeso, pero también ocre) muestran huellas de abrasión producidas al frotarlos contra una superficie dura (muy posiblemente para avivar el color de la pieza y utilizarla así sobre el cuerpo, a modo de carboncillo). Otros fragmentos fueron raídos con objetos cortantes de piedra, con intención de obtener polvo colorante (quizás para / (Página 311) mezclarlo con alguna sustancia líquida y conseguir así un tipo de pintura). En las sociedades tradicionales humanas, los pigmentos son utilizados para dos funciones: decorativa o simbólica (a modo de tatuaje efímero, marcas de estatus social, de iniciación ritual, de protección, de pertenencia a un grupo…) y funcional (para proteger el cuerpo de los rayos solares o como medicamento y conservante). Sin embargo, la función decorativa está siempre implícita (…)”. (20). DIEZ MARTÍN, Fernando. “Breve historia de los /eandertales”. Madrid. Nowtilus. 2011. (1ª edición: octubre). Página 232. 9. Símbolo. Mente, lenguaje, arte y trascendencia. Las manifestaciones artísticas de los últimos neandertales. Ocre. “(…) Los sapiens, por el contrario, horadaban las piezas gracias a una acción de raído continuado. Además, los habitantes de Arcy hacían uso habitual de / (Página 233) los 22


pigmentos. Aquí se han recogido más de veinte kilos de ocre e incluso manos de mortero en granito, probablemente relacionadas con la producción de colorantes en polvo. Parte de este ocre debió de haber sido utilizado después de su calentamiento al fuego (el procedimiento que permite obtener el vivo color rojizo que caracteriza a algunos ocres (…)”. (21). DIEZ MARTÍN, Fernando. “Breve historia del Homo Sapiens”. Madrid. Nowtilus. 2013. (3ª edición: febrero). Página 212. 10. El humano simbólico. El origen del Homo sapiens. El comportamiento humano moderno. Ocre. “(…) La construcción de estructuras de combustión más complejas permite a los sapiens alcanzar temperaturas mucho más elevadas con todo tipo de combustible (madera, hueso y turba, por ejemplo) que sirven no sólo para llevar a cabo diferentes técnicas de cocción de alimentos, sino para pigmentar de rojo el ocre amarillento y, hace unos 30 mil años, producir las primeras figuritas de barro cocido (…)”. (22). MOURE, Alfonso. “El origen del hombre”. Colección Biblioteca de la Historia nº 7. Madrid. Historia 16. Información e Historia S. L. 1997. Página 91. Homo sapiens sapiens. ¿Los primeros hombres modernos? El análisis de los restos humanos. Ocre. “(…) Hay también, aunque igualmente escasos, algunos ejemplos de manipulaciones del cráneo después de la muerte. En la cueva de El Castillo (Cantabria) hay dos cráneos magdalenienses cortados transversalmente que reciben el nombre tradicional de cráneos-copa. En Le Placard (Charente) se han localizado hasta ocho piezas parecidas, también del Paleolítico Superior Final, que se sugiere que pudieron ser utilizados como recipientes de ocre, de manera muy similar a algunos cóndilos y otras partes del esqueleto / (Página 92) de animales descubiertos en la cueva de Altamira (Cantabria) (…)”. (23). DIEZ MARTÍN, Fernando. “Breve historia del Homo Sapiens”. Madrid. Nowtilus. 2013. (3ª edición: febrero). Página 213. 10. El humano simbólico. El origen del Homo sapiens. El comportamiento humano moderno. Ocre. “(…) La abundante presencia de ocre en sitios de habitación y enterramientos permite suponer que, junto a los motivos de ornamentación personal, proliferaron los motivos de decoración o pintura corporal, los tatuajes o escarificaciones (la producción de cicatrices en la piel mediante cortes intencionados) que, en definitiva, 23


representan códigos del estatus social (jefe, hechicera, chamán o curandera), el grupo tribal al que pertenecen o las relaciones de parentesco (…)”. (24). ÍÑIGO FERNÁNDEZ, Luís E. “Breve Historia del Mundo. Las claves para entender la Historia del hombre”. Madrid. Nowtilus. 2011. (1ª edición: septiembre). Página 45. 1. El amanecer de la humanidad. La era de la piedra. “(…) Y así, mientras el Homo heidelbergensis y el neandertal se conformaron con cavar tumbas que eran poco más que pozos cubiertos de piedras y tierra, nuestra especie multiplicó los ajuares, espolvoreó ocre sobre los cuerpos y revistió la muerte de una trascendencia a la que nunca ha renunciado después ninguna de nuestras civilizaciones (…)”. (25). DIEZ MARTÍN, Fernando. “Breve historia del Homo Sapiens”. Madrid. Nowtilus. 2013. (3ª edición: febrero). Página 189. 10. El humano simbólico. El origen del Homo sapiens. Ocre. “(…) En realidad, se trataba del enterramiento de un muchacho de hace unos 28 mil años cuyos huesos se habían enrojecido gracias a la presencia de ocre en el ajuar que lo acompañaba en su viaje al más allá (…)”. (26). MOURE, Alfonso. “El origen del hombre”. Colección Biblioteca de la Historia nº 7. Madrid. Historia 16. Información e Historia S. L. 1997. Página 90. Homo sapiens sapiens. ¿Los primeros hombres modernos? “(…) Los elementos que componen los ajuares son objetos o materiales de uso cotidiano destinados a prolongar en el más allá las actividades realizadas en esta vida. También su composición es muy diversa, destacan los alimentos, armas, objetos de arte mueble y ocre (…). El ocre, mineral de hierro utilizado ampliamente como colorante en el arte rupestre, es casi una constante en todas las tumbas paleolíticas: fragmentos en estado bruto, manchas de color, o capas de polvo debajo o encima del difunto (…)”. (27). LAMBERT, David & El Diagram Group. “Guía de Cambridge del hombre prehistórico”. Colección: Guías Cambridge. Madrid. Edaf. 1988. Página 168 y 169. Capítulo 8. El hombre moderno en Europa. Ocre rojo en individuos cromañón. “(…) Muchos plañideros salpicaban al muerto con ocre rojo, presumiblemente simbolizando sangre y vida y, señalando así una creencia en una vida posterior. (…) / (Página 169)

24


El refugio de piedra Cro-Magnon cerca de Les Eyzies en el sudoeste de Francia contenía cinco adultos y un niño, coloreados con ocre rojo y, enterrados con instrumentos de sílex auriñaciense y conchas de molusco agujereadas (…)”. (28). PALAO PONS, Pedro. “El enigma de las momias en el mundo”. Colección Enigmas de la Historia. Madrid. Edimat Libros. 2003. Página 42. Capítulo II. Las antiguas creencias funerarias. Ocre rojo en tumbas de cromañones. “(…) En opinión de Carmen Bonillo, en los cromañón apreciamos una sensibilidad trascendente en lo que a la muerte se refiere: “Si no hubieran dispuesto de un profundo mundo espiritual, de una gran creencia, difícilmente se habrían molestado en elaborar collares, preparar pieles que luego servían de ropaje y mucho menos matizar a los difuntos con tonos de color ocre. En ni opinión bien pudiera tratarse de un ritual funerario, basado en dejar al difunto bien preparado para su viaje al más allá, al plano de los dioses” (…)”. (29). SENET, André. “El hombre a la busca de sus antepasados. /ovela de la Paleontología”. Barcelona. Luís de Caralt, Editor. 1962. (2ª edición: diciembre). Página 71. Capítulo II. A la caza del hombre fósil. Ocre. “(…) El primer descubrimiento de hombres modernos fósiles se remonta en realidad a 1823, cuando, en el país de Gales, el inglés Buckland descubrió un esqueleto desprovisto de cabeza, recubierto de polvo de ocre, al que denominó la Dama Roja de Paviland aunque, en realidad, se trataba de un esqueleto de hombre (…)”. Ibidem. Página 93. Capítulo III. Del arte y de la vida en la Prehistoria. Ocre. “(…) También, la presencia, como ocurre con la Dama Roja de Paviland y con todos los esqueletos de Grimaldi, de ocre rojo, probable representación de la sangre, sobre muchos esqueletos (…)”.WENDT, Herbert. “Tras las huellas de Adán. La novela del origen del hombre”. Barcelona. Editorial Noguer. 1966. (7ª edición). Página 173. VI. La historia de la tierra es la de sus catástrofes. “(…) la “dama Roja” de Paviland. Hoy sabemos – descartada la posibilidad de que fuesen hombres de /eandertal- que pertenecían a una raza humana menos primitiva, la de Crô-Magnon, que vivió hasta el final de los glaciares (…)”. (30). GIMÉNEZ VALERO, Sara. “Imagen mítica y religiosidad en los Balcanes durante el /eolítico”. Trabajo fin de grado dirigido por Elena Maestro Zaldíbar. Zaragoza. Facultad de Filosofía y letras. Universidad de 25


Zaragoza. 2014. Repositorio de la Universidad de Zaragoza-Zaguan http://zaguan.unizar.es Página 13. Ubicación y cronología de Vlasac. Ocre rojo. “(…) Vlasac es un asentamiento mesolítico situado a 3 kilómetros de Lepenski Vir y de principios del VII milenio a.C. Aquí fueron hallados 28 cantos rodados con forma aovada y esféricos pintados con ocre rojo. Es probable que estuviesen relacionados con el útero renovador de vida y el hecho de pintar de rojo un canto con forma aovada posiblemente estaba simbólicamente cercano a la práctica de espolvorear con ocre a los muertos. El lenguaje de la Diosa (M. Gimbutas, Madrid, Dover, 1996, p.262) (…)”. (31). ALIMEN, M. H. & STEVE, M.J. “Prehistoria”. Volumen 1. Colección Historia Universal Siglo XXI. Madrid. Historia Universal Siglo XXI. 1984. Página 224. III. El Paleolítico Superior. Próximo y medio Oriente. Costa del Líbano. “(…) Las manifestaciones artísticas que revelan estas cuevas consisten tanto en cantos rodados pintados o grabados como en pinturas y relieves murales. Los cantos rodados y las pinturas murales de figuras animales y humanas estilizadas que aparecen en Beldiobi están pintados con ocre rojo y se atribuyen al Mesolitico. Tales frescos están superpuestos a los grabados paleolíticosuperiores de un toro y un ciervo (…)”. (32). BARANDIARÁN, Ignacio. “El Paleolítico y el Mesolítico”. Publicado en: LYNCH, John. “Historia de España. La Prehistoria 1”. Madrid. EL PAÍS. 2007. Página 169. Capítulo I. El Paleolítico y el Mesolítico. “(…) En la tumba de Arene Candide, Italia, un joven de 18 años fue inhumado en posición dorsal sobre un tejido de color rojo y sus restos espolvoreados con polvo de ocre. En esta inhumación mesolítica se incluyó un ajuar formado por un gorro de valvas perforadas, un colar y bastones forrados de cuero. Museo di Anbtropologia ed Etnografia, Turín (…)”. (33). MARTÍ OLIVER, Bernat. “El /eolítico”. Publicado en: LYNCH, John. “Historia de España. La Prehistoria 1”. Madrid. EL PAÍS. 2007. Página 240. Capítulo II. El 0eolítico. Tipos y formas de enterramientos. Ocre. “(…) Con frecuencia los cuerpos se cubrían con ocre rojo, tal vez como parte de un ritual en el que el color de la sangre propiciaría la vuelta a la vida, o simplemente como medida sanitaria ya que el ocre tiene cierta capacidad conservante de la materia orgánica (…)”. 26


(34). MARTÍ OLIVER, Bernat. “El /eolítico”. Publicado en: LYNCH, John. “Historia de España. La Prehistoria 1”. Madrid. EL PAÍS. 2007. Página 214. Capítulo II. El 0eolítico. Las cucharas. “(…) Entre los punzones, el tipo más abundante es el fabricado sobre la mitad longitudinal de los metapodios de ovicápridos, conservando la mitad de la apófisis como base. En muchos casos esta apófisis conserva restos de polvo de ocre, lo que unido a su frecuencia de enterramientos y a determinadas observaciones que luego describiremos, permite consideraros también como elementos de adorno y más precisamente como agujas para el cabello (…)”. (35). HARTO VILLÉN, Ana. “Lepenski Vir: Una revisión crítica y nuevas propuestas de análisis”.ISSN:1139-9201. www.04HartoVillen.pdf Página 71. Periodo 0eolítico. Los enterramientos (5900-5100 a. C.). “(…) Por último me gustaría destacar que hay huesos de animales enterrados bajo algunas casas y entre casas, que varias personas han sido enterradas junto a perros, y que muchos de los huesos desarticulados de adultos presentan trazas de ocre (Radovanović, 1999; Dimitrijević, 2000 y Roksandić, 1999: 78) (…)”. (36). MARTÍ OLIVER, Bernat. “El /eolítico”. Publicado en: LYNCH, John. “Historia de España. La Prehistoria 1”. Madrid. EL PAÍS. 2007. Página 203. Capítulo II. El 0eolítico. Objetos de piedra. “(…) Por último, los molinos de mano están compuestos por una pieza pasiva o muela, corrientemente de piedra arenisca y, por una pieza activa de dimensiones más pequeñas. Relacionados indudablemente con la moltura de los granos de cereales, si bien el que algunos de ellos estén teñidos de ocre sugiere su eventual empleo para triturar dicho material, como ocurre en la cueva de los Murciélagos de Zuheros, en la Cova de l´Or, en la Cova del Toll en la Cova del Parco y en la cueva de Chaves. Asimismo, restos de ocre presentan otros objetos que podemos considerar como machacadores de este mineral tratándose, bien de hachas pulidas inutilizadas por fracturas de su filo, o bien de simples guijarros sin ninguna conformación especial (…)”. (37). ALIMEN, M. H. & STEVE, M.J. “Prehistoria”. Volumen 1. Colección Historia Universal Siglo XXI. Madrid. Historia Universal Siglo XXI. 1984. Página 227. V. Agricultores y comerciantes. Próximo y medio Oriente. Costa del Líbano. “(…) Tanto en esta fase de Jericó 27


como en la anterior aparecen testimonios de relaciones comerciales de largo alcance. Hay obsidiana de Anatolia, malaquita, hematita y ocres del Uadi Araba, ganga de turquesa de Sinaí y profusión de conchas procedentes probablemente tanto del Mediterráneo cono del mar Muerto (…)”. Ibidem. Página 229. V. Agricultores y comerciantes. Próximo y medio Oriente. Costa del Líbano. “(…) Se han encontrado dos aldeas similares, una de ellas a pocas horas del camino al norte de Beidha, la otra a un día de camino hacia el sur, se conocen otras varias en un radio aproximado de unos 160 Km al norte. Puede tratarse de asentamientos comerciales destinados a la recogida y envío de los minerales y ocres que se hallan en las montañas graníticas del Uadi Araba y de las conchas de los mares Rojo y Mediterráneo (…)”. (38). DEL RINCÓN, Mari Ángeles. “El Calcolítico y la Edad del Bronce”. Publicado en: LYNCH, John. “Historia de España. La Prehistoria 1”. Madrid. EL PAÍS. 2007. Página 276. Capítulo III. El Calcolítico y la Edad del Bronce. El dolmen de Alberite. Ocre. “(…) en su interés se han documentado restos de fuegos y de ocre que impregnaba los huesos de los dos inhumados, uno masculino y otro femenino, como reflejo de los rituales efectuados en el momento de la inhumación (…) proporcionan una cronología entre el quinto y el cuarto milenio BC (…)”. (39). ALIMEN, M. H. & STEVE, M.J. “Prehistoria”. Volumen 1. Colección Historia Universal Siglo XXI. Madrid. Historia Universal Siglo XXI. 1984. Página 121. 5. Europa oriental. I. El Paleolítico y el Mesolítico. La cultura de Kurgan. 2ª mitad tercer milenio. “(…) Las poblaciones Kurgan se extendieron hacia los Balcanes, Transilvania, Europa central, Europa septentrional, el Cáucaso y el Próximo Oriente. En Moldavia, Drobudja y Transilvania se encontraron tumbas en fosas, bajo túmulos, que contenían esqueletos espolvoreados de ocre y tumbados boca arriba con las piernas contraídas hacia arriba y, figurillas peculiares redondas o planas que representan cabezas de caballos, hechas de diorita y, usadas probablemente como cetros. Su presencia demuestra que este pueblo se trasladó hacia el sur de los Balcanes a lo largo de las costas del mar /egro y, a través de Transilvania hacia el norte de Hungría. Las poblaciones Kurgan debieron aparecer en el norte del Cáucaso por la misma época que los hicieron en el norte de Ucrania y Rumanía, es decir, en el cuarto milenio (…)”. 28


(40). “Cuentos del Antiguo Egipto”. Versión, introducción y notas de Emma Brunner-Traut. Colección Arca de Sabiduría. Madrid. Edaf. 2000. Página 113. 9. La destrucción del género humano y la creación del cielo. Ocre rojo. “(…) Luego dijo la Majestad del dios: “¡Corred a Elefantina y traedme gran cantidad de ocre rojo!”. Y le trajeron el ocre rojo.

Luego dispuso la Majestad del gran dios: que el hombre de las trenzas (sumo sacerdote) de Heliópolis desmenuzase el ocre rojo.

Entretanto, unas sirvientas habían molido cebada para hacer cerveza / (Página 114) y el ocre rojo fue vertido en la malta remojada. Esta parecía entonces sangre humana, y de ese modo se prepararon 7.000 jarras de cerveza (…)”. (41). ROMER, John. “Los últimos secretos del valle de los Reyes. Una singular aventura arqueológica”. Barcelona. Planeta. 1981. Página 168. Cuarta parte. Arqueólogos. 16. Literatos (1833-1898). Ocre rojo en la tumba de Tutmosis III. “(…) El sarcófago de cuarcita amarilla y maravillosamente tallado, había sido teñido con ocre, tal vez para imitar el granito rosa de Asuán (…)”. Ibidem. Página 31. XVIII Dinastía: 15791320 a. C. Cronología de Tutmosis III. “(…) Tuthmosis III. 54 años de reinado. /úmero moderno de la tumba en el valle: 34 (…)”. (42). JESÚS VALLEJO, Juan. “Breve historia del Antiguo Egipto”. Madrid. Nowtilus. 2010. (4ª edición: enero). Página 60. Capítulo III. En el país de los magos. Ocre rojo. “(…) las primeras manifestaciones registradas provienen de Oriente Medio, hace alrededor de medio millón 29


de años (…). En aquellas latitudes se encontraron enterramientos en que los cadáveres se ponían en posición fetal orientados hacia el este, el lugar donde nacía el sol. Además, se teñían las tumbas de color rojo, ya que ese tono representaba la sangre, elemento que los antiguos identificaron con la esencia de la vida (…)”. (43). JACQ, Christian. “Imhotep. El inventor de la eternidad”. Traducción de Juan Camargo. Barcelona. Paneta Internacional. 2013. (1ª edición: octubre). Página 403. 80. Utilización de ocre rojo para la composición de medicamentos en Egipto. “(…) El remedio se componía de extractos de ocre rojo, de malaquita, de galena, de madera podrida y de algarroba, unas sustancias que eran trituradas finamente y luego disueltas en agua pura (70) (…)”. Página 403. Cita (70). “(…) Papyrus Ebers, 348 (…)”. (44). SITCHIN, Zecharia. “Viajes al pasado mítico. El regreso de los Anunnaki”. Barcelona. Ediciones Obelisco. 2010. (1ª edición: septiembre). Página 35. 1. La falsificación de la gran pirámide. Ocre rojo. “(…) Me impactó una cosa que decía Perring en sus propias memorias (The Pyramids of Gizeh): que en la pintura roja que se utilizaba para las inscripciones antiguas “era un compuesto de ocre rojo al que los árabes llaman moghrah, todavía en uso” (…)”. (45). DELGADO HERVÁS, Ana. “Alimentos, poder e identidad en las comunidades fenicias occidentales”. CPAG 18, 2008, 163-188. ISSN: 0211-3228. www.744-1056-1-PB.pdf Página 178. Comida para los muertos. “(…) Los muertos enterrados en los cementerios fenicios del sur de la Península Ibérica aparecen acompañados por ajuares relativamente homogéneos. Entre estos elementos materiales son frecuentes los escarabeos, las pequeñas joyas, los huevos de avestruz, el ocre, los recipientes donde quemar aceites o resinas y los vasos para contenerlos, y las vajillas y recipientes utilizados en la vida terrena para almacenar, servir y consumir alimentos y bebidas. Entre estos materiales, que parecen mayoritariamente remitir a la fertilidad, a la regeneración, a la protección o al cuidado, destacan los recipientes relacionados con alimentos o bebidas. En las necrópolis fenicias peninsulares, los registros de datos bioarqueológicos son tan exiguos que es difícil saber si estos recipientes se depositaron vacíos —simbolizando ellos mismos la comida o la bebida— o contenían algún tipo de alimento. Uno de los pocos datos positivos en este sentido procede de una tumba de la necrópolis de Laurita, en Almuñécar. En este enterramiento, sobre un plato de engobe rojo se encontraron los restos de un conejo o de un ave (Pellicer, (Página 179) 30


1962:20; 2007:27). En las tumbas más tardías, ya de época púnica, la evidencia de ofrendas de comida es bastante más abundante, conociéndose tanto porciones de carne 3, como productos vegetales (…)”. (46). SHUBART, Hermanfrid. “La colonización fenicia”. Publicado en: LYNCH, John. “Historia de España. La Península Ibérica en época prerromana”. 2. Madrid. EL PAÍS. 2007. Página 100. Capítulo III. La colonización fenicia. “(…) Los huevos de avestruz simbolizaban entre los cartagineses la inmortalidad y en su interior se guardaba el pigmento rojo utilizado en los ritos de culto a Tanit, la diosa púnica de la fecundidad. Huevo de avestruz (siglos V-IV a.C.) hallado en la necrópolis de Puig des Molins, Ibiza. Museo de arqueología de Cataluña, Barcelona (…)”. (47). PALAO PONS, Pedro. “El enigma de las momias en el mundo”. Colección Enigmas de la Historia. Madrid. Edimat Libros. 2003. Página 165. Capítulo VII. Un planeta de momias: De a América a Oceanía. Ocre rojo. “(…) En la zona de Chinchorro existen otros tipos de momias, no tan elaboradas como las mencionadas, como son las denominadas “Momias Rojas”. En el primer caso se momificaban sin brandes protocolos. La evisceración se lograba mediante acertadas incisiones en lugares precisos y para lograr que el cuerpo permaneciera rígido se le introducían finas varillas de madera por debajo de la piel. Finalizado el proceso la momia era pintada con ocre rojo y ataviada con una peluca (…)”. (48). ELIADE, Mircea. “Tratado de la Historia de las Religiones. Morfología y Dialéctica de lo sagrado”. Barcelona. Círculo de Lectores. 1990. Capítulo I. Estructura y morfología de lo sagrado. Magia simpática. “(…) la magia simpática. Lo que importa para entender esta magia es saber que ese acto no ha sido posible más que a partir del momento en que determinados individuos han tenido el convencimiento (por vía experimental) o han afirmado (por vía teórica) que las uñas, el pelo y los objetos llevados por un individuo cualquiera conservan su íntima relación con él aún después de separados. Creencia que supone la existencia de un “espacio-red” que reúne los objetos más distantes mediante una simpatía regida por leyes específicas (la coexistencia orgánica, la analogía formal o simbólica, las simetrías funcionales). El hechicero (el que hace de mago) no puede creer en la eficacia de su acción más que en la medida en que exista ese “espacio-red”. El hecho de que 31


conozca o no ese “espacio-red” de que tenga o no tenga conocimiento de la “simpatía” que vincula el pelo al individuo no tiene ninguna importancia (…)”. (49). ELIADE, Mircea. “Historia de las creencias y las ideas religiosas I. De la Edad de Piedra a los misterios de Eleusis”. Nº 103. Barcelona. Paidós. 2010 (1º edición: octubre). Página 31. Capítulo I. En el principio… Comportamiento mágico-religioso de los paleantrópidos. “(…) La creencia en una vida más allá de la muerte parece estar demostrada ya, desde los tiempos más remotos, por el uso del ocre rojo, sustitutivo ritual de la sangre y, por ello mismo “símbolo” de la vida. La costumbre de espolvorear con ocre rojo los cadáveres está universalmente difundida, en el tiempo y en el espacio, desde Chu-ku-tien hasta las costas occidentales de Europa, en África hasta el Cabo de Buena Esperanza, en Australia, en Tasmania, en América hasta la Tierra de Fuego (…)”. (50). ELIADE, Mircea. “Historia de las creencias y las ideas religiosas I. De la Edad de Piedra a los misterios de Eleusis”. Nº 103. Barcelona. Paidós. 2010 (1º edición: octubre). Página 32. Capítulo I. En el principio… Comportamiento mágico-religioso de los paleantrópidos. “(…) En el Paleolítico Superior parece generalizarse la práctica de la inhumación. Los cadáveres salpicados de polvo de ocre rojo son depositados en fosas en las que aparece también cierto número de objetos de adorno. (…) El problema es importante; la presencia de tales objetos implica no sólo la creencia en una vida personal más allá de la tumba, sino también la certidumbre de que el difunto había de proseguir su actividad específica en el otro mundo (…)”. Ibidem. Página 33. Capítulo I. En el principio… Comportamiento mágico-religioso de los paleantrópidos. “(…) podemos concluir que las sepulturas confirman la creencia en la vida más allá de la muerte (indicada ya por la utilización del ocre rojo) (…)”. (51). ELIADE, Mircea. “Historia de las creencias y las ideas religiosas I. De la Edad de Piedra a los misterios de Eleusis”. Nº 103. Barcelona. Paidós. 2010 (1º edición: octubre). Página 32. Capítulo I. En el principio… Comportamiento mágico-religioso de los paleantrópidos. “(…) Entre los mejores ejemplos de sepulturas con significación mágicoreligiosa citaremos las de Teshik Tash, en el Uzbekistán (un niño rodeado de una sarta de cuernos de cabras monteses); la de la Chapelle-aux-Saints, en Corrèze (en la fosa en que reposaba el cadáver aparecieron numerosos 32


utensilios de sílex y trozos de ocre rojo) (9) (…)”. Página 32. Cita (9). “(…) Los descubrimientos arqueológicos recientes han demostrado que se extraía hematites en una mina de Swazilandia hace 29.000 años y, hace 43.000 en Rodesia. La extracción de hematites en estas minas de África se prolongó durante milenios. El descubrimiento de una explotación semejante cerca del lago Baraton, en Hungría, fechada aproximadamente hacia el 24.000 a. C., ilustra las posibilidades tecnológicas de los paleolíticos y la amplitud de sus comunicaciones. Véase R. A. Dart. “The antiquity of mining in South Africa”. También, del mismo autor. “The Birth of Symbology”, pags. 21 y sigs (…)”. (52). ANÓNIMO. “Religiones del Mundo”. Editorial Océano. www.Anónimo-ReligionesDelMundo.pdf Página 10. “(…) Ocre rojo: Polvo con el que se rociaban los cadáveres que se enterraban hace cientos de miles de años. Fue una práctica común tanto en Asia como en Europa, América, Australia y África. Se cree que el rojo era símbolo de vida y que el polvo de este color garantizaba al difunto la resurrección o la encarnación en el otro mundo (…)”. (53). ANÓNIMO. “Religiones del Mundo”. Editorial Océano. www.Anónimo-ReligionesDelMundo.pdf Página 9. “(…) Hematites: Mineral rojizo que se usaba en enterramientos, principalmente en África. (Véase Ocre rojo.) (…)”. (54). LAMBERT, David & El Diagram Group. “Guía de Cambridge del hombre prehistórico”. Colección: Guías Cambridge. Madrid. Edaf. 1988. Página 151. Capítulo 7. El hombre de 0eanderthal. Ocre rojo y manganeso. “(…) Los rituales quizás inspiraban su arte, conocido sólo por objetos ales como amuletos de hueso, piedras marcadas y terrones de óxido de hierro rojo y manganeso pulido –esos últimos usados evidentemente para pintar el cuerpo (el rojo quizás simbolizaba la sangre y una vida posterior) (…)”. (55). PALAO PONS, Pedro. “El enigma de las momias en el mundo”. Colección Enigmas de la Historia. Madrid. Edimat Libros. 2003. Página 43. Capítulo II. Las antiguas creencias funerarias. Ocre rojo. “(…) Según Castro [el sociólogo Damián de Castro], todo parece indicar que en un inicio el ritual funerario tuvo una razón de perpetuación: “Es como si quienes efectuaban la ceremonia, además de respeto por el que ya no estaba, desean mantener su fuera e incluso que siguiera con ellos. Esto lo vemos en los cuerpos que presentan tintes ocres y rojizos, que son una clara alusión al deseo de perpetuar la vitalidad. Más adelante se intentará 33


que el poder del líder siga estando vigente y para ello se intentará conservar su corazón, su cabeza o incluso sus genitales” (…)”. (56). PALAO PONS, Pedro. “El enigma de las momias en el mundo”. Colección Enigmas de la Historia. Madrid. Edimat Libros. 2003. Página 42. Capítulo II. Las antiguas creencias funerarias. Ocre rojo en tumbas de cromañones. “(…) Por una parte, muchos cuerpos han aparecido pintados con colores ocres y rojos, como si al perder la sangre de la vida se hubiera pretendido que recobrasen la fuerza de la existencia a partir de pintar los cadáveres con dicha coloración (…)”. (57). RUIZ- GALVEZ PRIEGO, María Luisa. “Prehistoria de España. Los orígenes”. Colección Biblioteca Iberoamericana. Madrid. Anaya. 1988. Página 32. 4. El Paleolítico Superior: aparición del hombre moderno y del arte. Ocre rojo. “(…) Pocas evidencias poseemos, por desgracia, de enterramientos. En general, son más complejos que los del Paleolítico Medio, por la costumbre de espolvorear el cadáver y la tierra que lo cubre de ocre rojo, el color de la sangre y de la vida y, la presencia más recuente de ajuares o de ofrendas de alimentos acompañando al muerto (…)”. (58). SENET, André. “El hombre a la busca de sus antepasados. /ovela de la Paleontología”. Barcelona. Luís de Caralt, Editor. 1962. (2ª edición: diciembre). Página 94. Capítulo III. Del arte y de la vida en la Prehistoria. Ocre. “(…) Y probablemente también, a esta noción hay que atribuir la representación simbólica de la sangre por esparcimiento de polvo de ocre rojo (…)”. (59). AUEL, Jean M. “El valle de los caballos”. Colección Los Hijos de la Tierra. Madrid. Maeva Ediciones. 2008 (10ª edición: enero). Página 139. 7. “(…) la pasta de ocre rojo que el Mog-ur empleaba para fines ceremoniales, como, por ejemplo, poner nombre (…) / (Página 140) había trazado una línea con la pasta de ocre rojo desde el punto en que se unían los arcos superciliares de Durc hasta la punta de su naricilla (…)”.AUEL, Jean M. “Los cazadores de mamuts”. Madrid. Maeva Ediciones. 1994. (2ª edición: enero). Sin paginar. Agradecimientos. “(…) He de dar también gracias al doctor Richard Klein, autor de Ice Age Hunters of the Ukraine (University of Chicago Press), quién amablemente me proporcionó más documentos e información sobre los antiguos pueblos de la región.

34


Estoy muy especialmente agradecida a Alexander Marshack, investigador del Museo Peabody de Arqueología y Etnología de la Universidad de Harvard y, autor de The roots of civizarion (Mc Graw-Hill Book Co.), por los ejemplares resultados de sus estudios microscópicos, realiados sobre piezas artísticas y elementos del paleolítico superior ucraniano, que se pubicaron en Current Anthropology, material de su libro, aún sin publicar, sobre los pueblos de Europa oriental durante el periodo glaciar (…)”. Ibidem. Página 522. Capítulo 30. Costumbres de utilización del ocre rojo en los cadáveres de la tribu ucraniana de los Sungaea. “(…) El hombre y la mujer de cara teñida de rojo salpicaron con ocre pulverizado los cuerpos de los niños; Ayla recordó el ungüento rojo con que Creb había untado el cadáver de Iza (…)”. (60). AUEL, Jean M. “El valle de los caballos”. Colección Los Hijos de la Tierra. Madrid. Maeva Ediciones. 2008 (10ª edición: enero). Página 513. 25. “(…) con un ungüento de tierra roja y grasa de oso cavernario el cuerpo de Iza, después de que su espíritu se fuera. Decía que la sangre del nacimiento, / (Página 514) para que Iza pudiera nacer en el otro mundo (…) /adie queda debidamente enterrado de no ser así. (…) nosotros utilizamos la tierra roja. Es la sangre de la Madre. Se pone en el cuerpo y la tumba para que se lleve de regreso el espíritu a Su seno a fin de nacer de nuevo (…)”. Ibidem. Página 596. 29. “(…) Tierra roja, Jondalar, para su tumba (…). Vertió el ocre rojo en su mano y lo arrojó sobre rocas y grava y, luego otro puñado (…)”.AUEL, Jean M. “Los cazadores de mamuts”. Madrid. Maeva Ediciones. 1994. (2ª edición: enero). Página 566. Capítulo 32. Costumbres de utilización del ocre rojo en los cadáveres de la tribu ucraniana de los Mamutoi. “(…) Una mujer acababa de sacar ocre rojo de una bolsa y estaba a punto de mezclarlo con grasa. Esto recordó a Ayla la pasta de ocre rojo con a que Creb había untado el cuerpo de Iza antes de enterrarla y sintió un escalofrío. Le habían dicho que aquella pasta se empleaba para colorear la cara y el cuerpo de los músicos y de los danzantes (...)”. (61). AUREL, Jean M. “El clan del oso cavernario”. Madrid. MAEVA Ediciones. 2001. (12ª edición: abril). Página 97. 6. “(…) el ocre rojo sagrado molido en polvo fino y calentado juntamente con grasa de animal para formar una pasta de subido color (…)”. 35


(62). AUREL, Jean M. “El clan del oso cavernario”. Madrid. MAEVA Ediciones. 2001. (12ª edición: abril). Página 464. 26. “(…) El mago espolvoreó con ocre rojo el óvalo de la zanja y después hizo unos gestos con su único brazo. Una vez que hubo consagrado la tierra en que sería sepultada Iza, se acercó cojeando hasta una forma indefinida más o menos envuelta en una piel de cuero suave; retiró esta y dejó al descubierto el cuerpo desnudo y gris de la curandera. Sus brazos y sus piernas habían sido flexionados en posición fetal por medio de tendones teñidos de rojo. El mago hizo un gesto protector, se agachó y comenzó a frotar la carne fría con un ungüento compuesto de ocre rojo y grasa de oso cavernario. Doblada en posición fetal y cubierta con el color rojo que recordaba la sangre natal, Iza sería entregada al otro mundo de la misma manera en que había llegado a este (…)”. AUEL, Jean M. “Los cazadores de mamuts”. Madrid. Maeva Ediciones. 1994. (2ª edición: enero). Página 637. Capítulo 36. Costumbres de utilización del ocre rojo en los cadáveres de la tribu ucraniana de los Cabezas Chatas. “(…) Para eso había que darle un nombre y un amuleto, con un trozo de ocre rojo (…) / (Página 638) Es el amuleto de Rydag, igual que el que hice para el festival de Primavera. Tengo que meter en él un trozo de ocre rojo y dar un nombre a Rydag, como se hace en el Clan. Debería llevar también un tótem que le proteja y le ayude a encontrar su camino hacia el mundo de los espíritus. (…) En primer lugar, alguien podría buscar un poco de ocre rojo, como el que utiliza /ezzie para colorear el cuero, molerlo y mezclarlo con grasa, para hacer un ungüento. Hay que frotare todo el cuerpo con eso. (…) Después de colorearlo con ocre rojo, como se hace en el Clan, se le podría vestir con sus mejores ropas, como es costumbre entre los Mamutoi. (…) Ayla pidió a Deggie uno de los cuencos de madera que había regalado por su adopción, hecho al estilo del Clan y, mezcló en él grasa de mamut con ocre rojo, formando un ungüento coloreado. Después fueron /ezzie, Crozie y Tulie, las de mayor edad entre las mujeres del campamento quienes untaron con él el cuerpo de Rydag y lo / (Página 640) vistieron. Ayla apartó con el dedo un poco de ungüento para después y 36


puso un trozo de ocre rojo en el saquito que había hecho (…)”.AUEL, Jean M. “Los cazadores de mamuts”. Madrid. Maeva Ediciones. 1994. (2ª edición: enero). Página 641. Capítulo 36. Costumbres de utilización del ocre rojo en los cadáveres de la tribu ucraniana de los Cabezas Chatas. “(…) Hundió el dedo en la pasta roja y trazó una línea vertical en el rostro del cadáver, desde la frente hasta la nariz (…)”. Ibidem. Página 642. Capítulo 36. Costumbres de utilización del ocre rojo en los cadáveres de la tribu ucraniana de los Cabezas Chatas. “(…) A continuación dejó al descubierto la flaca pierna derecha del niño y, con la pasta de ocre rojo, trazó cuatro líneas paralelas en el muslo (…)”. (63). AUEL, Jean M. “El valle de los caballos”. Colección Los Hijos de la Tierra. Madrid. Maeva Ediciones. 2008 (10ª edición: enero). Sin paginar. “(…) “Venus” de Willendorf. Piedra caliza con huellas de ocre rojo. Alto: 11 cm., Hallada en Sillendorf, Wachau, Baja Austria, /aturhistorisches Museum, Viena (…)”. (64). GIMÉNEZ VALERO, Sara. “Imagen mítica y religiosidad en los Balcanes durante el /eolítico”. Trabajo fin de grado dirigido por Elena Maestro Zaldíbar. Zaragoza. Facultad de Filosofía y letras. Universidad de Zaragoza. 2014. Repositorio de la Universidad de Zaragoza-Zaguan http://zaguan.unizar.es Página 34. Concepto de diosa madre, diversas reflexiones y manifestaciones. “(…) Es por este motivo por lo que se llenaban vasijas en miniatura de pintura roja y se colocaban en las tumbas, ya que el color rojo (simbolizando la sangre) era imprescindible para el restablecimiento de la vida (…)”. (65). “Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 331. El uso. Tipos de plantas. “(…) En Es Càrritx el contenido de los tubos era básicamente cabello humano, ligeramente ondulado y cortado en mechones de hasta 13 cm. La observación macroscópica (lámina 65) revela que se trata de fibras capilares gruesas y oscuras, con un tono rojizo uniforme. Sin embargo, este color no es natural, sino artificial (Smith, en este volumen). El examen microscópico no puede determinar si 37


se trata de un tinte intencionado, o si, por el contrario, procede de la descomposición de la madera o del contacto con las arcillas del depósito. /o obstante, contamos con datos independientes procedentes del ámbito de la botánica que pueden arrojar luz sobre este asunto (Stika, en este volumen). Entre los restos de semillas, ramitas y hojas del recinto funerario de la Sala 1 se han identificado diversas plantas utilizadas tradicionalmente para extraer diferentes tipos de colorantes como, por ejemplo, almez (Celtis australis), centinodia (Polygonum aviculare), retama (Genista sp), hierba mora (Solanum nigrum) y algunas especies de Galium sp., y Rumex sp., (Bonafé 1977-1980, Rivera y Obón 1991). Más importante aún es la constatación de rubia brava (Rubia peregrina), una de las plantas más indicadas para la obtención de colorantes rojos, utilizada frecuentemente en las tintorerías de lana tradicionales / (Página 332) del Magreb (…)”. (66). STIKA, Hans-Peter. “Los macrorestos botánicos de la Cova des Càrritx”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 522. Resultados. “(…) Un fruto de malva (Malva sp.), un resto de jara (Cistus sp.) y un resto de carmentilla (Silene cf. gallica) debieron estar relacionados con los rituales funerarios. Quizá se depositaron intencionadamente como flores o, en el caso de la malva, debido a su uso medicinal o para la preparación de infusiones. Queda abierta la cuestión de si los frutos de lodoñero (Celtis australis) y la semilla de una monocotiledónea (Monocotila, tipo polygonatum) guardaron relación directa con el ritual de inhumación (…)”. (67). BERDONCES, José Luís. “Gran diccionario ilustrado de las plantas medicinales, descripción y aplicaciones”. Barcelona. Grupo Océano Ámbar. 2009. Página 115. 80. Almez. Celtis australis. “(…) /ombres: Almez, almezo, lotono, lodón, ladonero, lironero. Botánica. Familia: Ulmaceae/Cannabaceae. Distribución: Es originario del continente asiático. Descripción: Árbol de hoja caduca, de 6 a 30 m., con tronco erecto de corteza lisa, gris y oscura y, copa redonda y ancha. Las hojas, de color 38


verde oscuro por el haz y más claras y pubescentes por el envés, tienen de 6 a 12 cm., de longitud, son / (Página 116) alternas, ovado-lanceoladas, cortamente pecioladas, con el margen finamente dentado y cordadas por la base. Las flores, de color amarillo verdoso, aparecen a finales de la primavera, son pedunculadas y dioicas y, se agrupan en racimos laxos de unas seis flores. El fruto es una drupa carnosa pedunculada de color violeta oscuro o negruzco por fuera y con pulpa amarillenta, de 1 cm., de diámetro. Usos: Se utilizan los frutos y las hojas. Las hojas tienen propiedades astringentes y, se utilizan en el tratamiento de la diarrea y la disentería. En cualquier caso, es una planta muy poco utilizada en fitoterapia (…)”. (68). GARRIDO, Gloria. “Gran diccionario de las plantas medicinales. Propiedades curativas”. Madrid. Libro Hobby Club. 2008. Página 89. Centinodia. “(…) Polygonum aviculare. Familia: Poligonáceas. Cicatrizante. Descripción: Llamada también “sanguinaria mayor”, hay diversas variedades, unas despuntan hacia arriba, otras crecen a ras del suelo. Sus hojas también pueden ser elípticas lanceoladas, aunque suelen ser muy estrechas. Las florecillas que nacen junto a la axila de las hojas, son diminutas y de color sonrosado. Hábitat: Tanto en campos de cultivo como sin cultivar y al borde de caminos que suele cruzar de parte a parte. Floración: Todo el año. Propiedades/indicaciones: Debe al tanino que contiene su virtud astringente eficaz para cortar todo tipo de hemorragias ginecológicas e intestinales. Y la sílice su virtud para soldar fracturas de huesos o ayudar en tratamientos de tuberculosis. Usos tradicionales: Ha sido empleada en infusión para calmar la sed de los pacientes con diabetes. Pero también para atajar las diarreas producidas por la enteritis. Empleo: En uso interno se emplea en forma de cocimiento en el que se añaden 5 gr., de la planta seca a 1 litro de agua hirviendo y se dejan hervir 39


diez minutos; luego se deja reposar veinte minutos (tomar 4 tazas al día). También puede ingerirse en polvo (5 gr., diarios) o en extracto (cinco gotas al día) (…)”. (69). BERDONCES, José Luís. “Gran diccionario ilustrado de las plantas medicinales, descripción y aplicaciones”. Barcelona. Grupo Océano Ámbar. 2009. Página 988. 1107. Retama de tintoreros. “(…) Genista tinctoria L. /ombres: retama de tintoreros, hiniesta de tintes, genista de tinte, giesteira. Familia: Leguminosae/Fabaceae. Distribución: Planta originaria de suelos pobres, pastos y lugares incultos de Europa central y meridional y, Asia occidental y septentrional, asilvestrada en la parte occidental de Estados Unidos. Descripción: Planta herbácea erecta, de hasta 2 metros de altura, con tallos brillantes, cortos y leñosos. Las hojas son simples, estrechamente lanceoladas, agudas, enteras, sésiles, alternas y adosadas al tallo en ángulo agudo. Las flores son numerosas, papilionáceas, con el cáliz bilabiado, de color amarillo brillante y, agrupadas en racimos terminales. El fruto es una vaina aplanada, con 5 a 10 semillas marrones. De esta planta se extrae un pigmento para teñir la lana de color amarillo. El botánico Tournefort, en 1708, describe las propiedades tintoreras y la utilización que ya conocían los griegos. Los países mediterráneos la han utilizado desde siempre para tejidos de fibras gruesas. Las semillas se han utilizado como sustitutivo del café (…)”.GARRIDO, Gloria. “Gran diccionario de las plantas medicinales. Propiedades curativas”. Madrid. Libro Hobby Club. 2008. Página 135. Genista. “(…) Genista tinctoria. Familia: Leguminosas.´ Laxante. Descripción: Conocida también como “retama de tintoreros”, esta planta mide entre 70 y 90 cm., de altura. Tallo sin espinas. Flores amarillas en ramillete situado al final del tallo. Fruto en una vaina larga y estrecha en cuyo interior hay cinco semillas de color verdoso. 40


Hábitat: Entre matorrales y prados no demasiado húmedos. Floración: Verano. Propiedades/indicaciones: Las flores contienen diversos glucósidos, aceites esenciales, mucílagos y sustancias tánicas que le confieren virtudes diuréticas, laxantes y purgantes indicadas en casos de estreñimiento, empacho o retención de líquidos. Usos tradicionales: Se teñía el lino con la luteolina que contienen sus flores. Sus virtudes medicinales no se conocieron hasta el siglo XVI, cuando empezó a administrarse contra la hidropesía, el polvo de sus semillas mezclado con vino blanco (4 gr. por vaso). La poción se completaba con 60 gr., de aceite de oliva ingeridos una hora después de las semillas de genista (…)”. (70). BERDONCES, José Luís. “Gran diccionario ilustrado de las plantas medicinales, descripción y aplicaciones”. Barcelona. Grupo Océano Ámbar. 2009. Página 590. 642. Hierba mora. “(…) Solanum nigrum L. /ombres: Hierba mora, yerbamora, tomatillos del diablo, tomatillos, mata gallina, solano negro, Morella, pimiento de asno, tomate bastardo. Botánica. Familia: Solanaceae. Distribución: Crece en todas las zonas templadas del planeta, un poco por doquier, en terrenos incultos y bordes de caminos. Descripción: Planta anual arbustiva de hasta 50 cm., de altura, ramificada, con tallos erectos de color verde amarillento. Las hojas son de color verde oscuro, alternas, cuneiformes, agudas, ovado-elípticas, con margen entero o algo dentado y ondulado. Las flores son blancas, pequeñas, agrupadas en corimbos axilares o terminales. El fruto es una pequeña baya de color amarillo verdoso y negra al madurar, carnosa, globulosa, de hasta 10 mm., de diámetro. En Etiopía, las hojas de esta planta se comen hervidas en época de hambruna como verdura. Usos: Se utilizan el tallo y las hojas, pero los glucoalcaloides contenidos en las hojas y en los frutos verdes son tóxicos. Las hojas, por vía externa, son emolientes, antineurálgicas y analgésicas.

41


Tiene una potente acción sobre el sistema nervioso, con intenso efecto parasimpáticomimético que la hace una planta útil en el tratamiento de los dolores neurálgicos. En este sentido, se pueden aplicar las hojas en forma de cataplasma. "o se plantea el uso medicinal por vía interna y, aunque se trata de una planta tóxica, pierde gran parte de su toxicidad al hervirla (…)”. (71). BERDONCES, José Luís. “Gran diccionario ilustrado de las plantas medicinales, descripción y aplicaciones”. Barcelona. Grupo Océano Ámbar. 2009. Página 506. 548. Galio. “(…) Galium verum L. /ombres: galio, cuajaleche, presera, sanjuanera, hierba de matacán, hierba cólera, galio de flor ama. Botánica. Familia: Rubiaceae. Distribución: Originaria de Europa, crece en terrenos secos, usualmente cerca del mar. Galium aparine crece en América del /orte. Algunas de las especies mencionadas crecen en bordes de caminos y cultivos hasta los 2.500 m., de altitud, en prados de festucas. Usos: Se utiliza la planta entera. Se toma en polvo, hasta 4 gr., diarios en infusión o extracto. Antiguamente era más utilizado, pero ahora se sabe que sus propiedades medicinales son escasas, aunque está indicado como sudorífico, antiespasmódico digestivo y diurético. Se recomienda en digestiones difíciles y dolorosas, en espasmos abdominales, cálculos de la vejiga urinaria y de la vesícula biliar, así como en otras afecciones del sistema urinario. Existe una indicación clásica como antiepiléptico, aunque carece de una confirmación clínica aceptable. El nombre de “cuajaleches” le viene de su propiedad de cuajar las proteínas de la leche. Las hojas y la yema se han usado para preparar queso (…)”. (72). GARRIDO, Gloria. “Gran diccionario de las plantas medicinales. Propiedades curativas”. Madrid. Libro Hobby Club. 2008. Página 132. Galio. “(…) Galium verum. Familia: Antófitos. /efrítico. Descripción: Llamada también “hierba sanjuanera” es una planta vivaz, con raíz muy ramificada y tallos subterráneos. Los tallos que brotan al exterior alcanzan más de cuatro metros de altura. Las hojas brotan en 42


torno a los nudos, angostas y largas y cubiertas de pelitos rígidos. Flores con olor a miel, muy numerosas en ramilletes terminales y color amarillo. El fruto forma dos bolitas lisas. Hábitat: En terrenos soleados. Floración: En junio, por san Juan. Propiedades/indicaciones: La planta contiene antraquinonas, flavonoides, taninos y cumarinas; así como fermento Lab y ácido cítrico. A estos últimos se atribuye su virtud de coagular la leche. Así mismo posee efectos diuréticos, desinfectantes y espasmolíticos. Usos tradicionales: Desde hace mucho tiempo se la ha utilizado en el tratamiento de las vías urinarias pues estimula la secreción renal. En uso externo se ha utilizado su flor en forma de emplasto para aliviar las quemaduras de fuego y para cicatrizar las heridas (…)”. (73). STIKA, Hans-Peter. “Los macrorestos botánicos de la Cova des Càrritx”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 522. Resultados. “(…) También se constata una serie de especies, como la rubia brava (Rubia peregrina), con las que pueden obtenerse diferentes tipos de tinte. (…) La planta trepadora rubia brava (Rubia peregrina) es un elemento de la maquia y de los setos (…)”. (74). BERDONCES, José Luís. “Gran diccionario ilustrado de las plantas medicinales, descripción y aplicaciones”. Barcelona. Grupo Océano Ámbar. 2009. Página 1000. 1123. Rubia tinctorum L. Europa mediterránea y norte de África. “(…) /ombres: Rubia, rúbea, roya, royuela, garanza, sangralengua, raspalengua, raspeta, granza, ruiva. Botánica: Familia: Rubiaceae. Distribución: planta originaria del sur de Europa, de la zona oriental del Mediterránea y el norte de África. 43


Descripción: planta herbácea con raíces largas, rojizas, con aguijones y tallo cuadrangular de hasta 1´5 metros de altura, postrado, que presenta en los ángulos espinas curvadas. Las hojas son sésiles, lanceoladas, opuestas y, tienen cuatro estípulas espinosas de aspecto foliar. Las flores, en las plantas de dos o tres años, son pequeñas, de color amarillo y, se agrupan en cimas axilares y terminales. ·El fruto es una pequeña baya negra, globular y jugosa. Composición: Contiene glucósidos, entre los que figuran: heterósido de hidroxiantraquinona o ácido ruberítrico, alizartina, purpurina, xantopurpurina, chinizarina, rubiadiona, galiosina y cristofina. Usos: Se utiliza la raíz y las hojas. Se puede tomar en polvo, hasta 5 gr., diarios y, también en extractos o tinturas. Tiene actividad purgante, colerética y emenagoga, pero es escasamente utilizada. Sobre el sistema urinario tiene acción diurética e antiinflamatoria y, disminuye el tono muscular liso, por lo que es un eficaz espasmolítico y relajante recomendado en nefritis, cistitis y pielitis. Se recomienda en cálculos urinarios, puesto que los compuestos antraquinónicos parecen reducirlos, al formar complejos solubles cálcicos y magnésicos. La hoja se indica en el tratamiento de hipertensión. Por vía externa se ha aplicado sobre úlceras y llagas, ya que es algo bactericida y antimicótico. La galiosina y la alizarina colorean la orina de color rojo. Antiguamente se cultivaba para la obtención de tintes que se extraían de la raíz (…)”. (75). GARRIDO, Gloria. “Gran diccionario de las plantas medicinales. Propiedades curativas”. Madrid. Libro Hobby Club. 2008. Página 258. Rubia. “(…) Rubia tinctorum. Familia: Rubiáceas. Diurético. Descripción: Planta vivaz que alcanza un metro de altura. Raíz larga y retorcida de color rojo. Tallo cuadrangular también rojizo y armado de / (Página 259) de espinas. Hojas semejantes a puntas de lanza y agrupadas

44


en número de 4 a 6. Flores es ramilletes, diminutas y de color verde amarillento. Fruto en baya del tamaño de un guisante y color negro. Hábitat: Suelos calcáreos en las cercanías de campos donde antes fue cultivada. Propiedades/indicaciones: La raíz contiene glucósidos antraquinónicos, a los que se debe sus propiedades colorantes y diuréticas; así como citratos alcalinos y ácidos málico y tartárico que le confieren virtudes como sedante y antiséptico de las vías urinarias. Está por tanto indicada contra los dolores menstruales así como para aliviar cólicos renales y de vesícula biliar. También tiene un ligero efecto laxante. Usos tradicionales: Se ha bebido la decocción de tallos y hojas contra las mordeduras de alacranes y serpientes. Y a la decocción de la raíz, bebida con agua miel, se ha atribuido un efecto eficaz contra la ictericia. Empleo: Decocción de la raíz (30 o 40 gr de raíz por litro de agua, hervidos 10 minutos); tomar entre 4 y 6v tazas diarias. En polvo de raíz (2 a 4 gr., diarios repartidos en 3 tomas). Advertencia: Su empleo tiñe de rosa la orina, las mucosidades e incluso el sudor, pero esto no afecta a la salud (…)”. (76). PETER STIKA, Hans. “Restos botánicos: el estudio de las semillas”. Publicado en: “Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 177. “(…) Además de frutos, en la Sala 1 también se introdujeron flores, hojas y ramas de plantas que debieron jugar un papel importante en los rituales funerarios. Las resinas y los aceites esenciales de algunos de estos árboles y arbustos pueden ser útiles para el tratamiento de los cadáveres. En concreto, la constatación de algunas especies utilizadas tradicionalmente para la obtención de colorantes rojos (Rubia peregrina), se ajusta a la práctica del teñido ritual de los cabellos que han sido recuperados en el depósito de la Sala 5 (…)”.

45


(77). GORNÉS HACHERO, José Simón. “Sociedad y cambio en Menorca: Sistematización de los contextos arqueológicos de las navetas funerarias entre el 1400 y el 850 Cal A/E”. Tesis doctoral, curso académico 20152016. Director: Vicente Llull Santiago. Departamento de Prehistoria. Barcelona. Universidad Autónoma de Barcelona. 2016. www.TesisSimonGornes.pdf Página 272. 6. Los rituales funerarios. Tumbas entre el 1400 y el 800 cal ane. Las cuevas y abrigos naturales. Cova d´Es Càrritx. “(…) La Cova d’es Càrritx fue usada intensivamente como enterramiento colectivo entre el 1450/1400 y el 800 cal ane. El amplio muestreo realizado a base de dataciones radiocarbónicas permitió observar diferentes fases en el uso funerario de la cueva. Así, sabemos que el muro ciclópeo que cerraba la entrada de la cueva fue rehecho en torno al 1400 cal ane, sin que ello tuviera efectos en el proceso de enterramiento de los difuntos seguido hasta el momento. La Cova d’Es Càrritx fue usada como espacio de inhumación colectiva, en cuyo interior llegaron a contabilizarse más de 200 personas inhumadas. Los cadáveres eran colocados en el interior de la cámara, sobre un enlosado de piedras planas, y probablemente envueltos en una especie de sudario, acompañados de algunas ofrendas cárnicas, pero sin objetos personales. Se constata la deposición de vasos cerámicos en torno al muro de cierre, a modo de ofrenda. Probablemente estos vasos contuvieran algún elemento necesario para efectuar la preparación del cuerpo del difunto (…)”. (78). GORNÉS HACHERO, José Simón. “Sociedad y cambio en Menorca: Sistematización de los contextos arqueológicos de las navetas funerarias entre el 1400 y el 850 Cal A/E”. Tesis doctoral, curso académico 20152016. Director: Vicente Llull Santiago. Departamento de Prehistoria. Barcelona. Universidad Autónoma de Barcelona. 2016. www.TesisSimonGornes.pdf Página 272. 6. Los rituales funerarios. Tumbas entre el 1400 y el 800 cal ane. Las cuevas y abrigos naturales. Cova d´Es Càrritx. “(…) A partir del 1100 cal ane, se observa un cambio en el ritual de deposición de los enterramientos, puesto que se constatan los primeros rituales que tienen que ver con el cortado y teñido de los cabellos, y con la consideración del cráneo como parte del esqueleto poseedora de un simbolismo especial. Una vez esqueletonizados los cráneos, éstos eran reubicados hacia los márgenes del osario, y muy especialmente se concentraban en el interior de la fosa, documentándose 46


hasta 5 hileras de cráneos superpuestos unos encima de otros. A partir de este momento, las personas inhumadas lo hacen siendo acompañadas de algunos objetos personales, adornos principalmente. Muy probablemente, el corte y tratamiento de los cabellos de los difuntos tenía lugar en el interior de la Sala 1, en el sector noreste concretamente, substituyéndose los tipos de vasos cerámicos que cumplían, en las primeras fases, el papel de tratamiento y/o acompañamiento de los cadáveres. El extenso estudio antropológico de la Sala 1 de Es Càrritx, ha permitido avanzar más en nuestro conocimiento sobre la organización social de esta fase en Menorca. Los análisis de paleodieta han confirmado que la dieta era proporcional entre vegetales y carne, y que no había diferenciación dietética entre hombres y mujeres. Tampoco existían diferencias entre sexos en cuanto a la esperanza de vida, y según los autores, la mayoría de patologías no infecciosas parecen más vinculadas a la edad que a la condición socioeconómica de la población (…)”.“Guía Menorca talayótica. La prehistoria de la isla”. Edición a cargo de Antoni Nicolau Martí. Texto: Elena Sintes Olives. Sant Lluís. Triangle Books. 2015. Página 40. La muerte en la Menorca prehistórica. La pluralidad funeraria del Prototalayótico (1050-850 a. n. e.). “(…) Gracias al estudio de la cueva de Es Càrritx, sabemos que hacia el año 1000 a. n. e. en las cuevas muradas empezó a practicarse un nuevo ritual funerario: una vez depositados en el interior de la sala mortuoria, a algunos difuntos les teñían el cabello con un tinte rojizo, los peinaban y, finalmente, con una cuchilla de / (Página 43) bronce les cortaban algunos mechones para introducirlos en un contenedor cilíndrico de madera, cuero o asta de bóvido (…)”. (79). GORNÉS HACHERO, José Simón. “Sociedad y cambio en Menorca: Sistematización de los contextos arqueológicos de las navetas funerarias entre el 1400 y el 850 Cal A/E”. Tesis doctoral, curso académico 20152016. Director: Vicente Llull Santiago. Departamento de Prehistoria. Barcelona. Universidad Autónoma de Barcelona. 2016. www.TesisSimonGornes.pdf Página 34. Introducción. El Talayótico (850/550-500 cal ane). Las necrópolis. “(…) A partir del 800 cal ane, las navetas dejan de usarse como tumbas, si bien se seguirán practicando algunas inhumaciones esporádicas en su interior o aprovechando alguna parte de las mismas -como ocurre en Cotaina d’En Carreras-, pero su uso 47


será ya residual. Este momento coincide también con el progresivo abandono de los enterramientos en algunas cuevas naturales con muro ciclópeo, como Es Càrritx, aunque no hay que descartar que algunas otras continúen en uso. También en este momento parece darse el momento final del rito de teñido de cabellos, tal y como se documenta en Es Càrritx (…)”.“Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 334. Análisis comparativo y cronología. “(…) Las fechas disponibles autorizan a proponer que los contenedores cilíndricos fueron utilizados en la Sala 1 de Es Càrritx entre aproximadamente 1100 y 800 cal A"E. En consecuencia, los pelos conservados corresponden a personas de diferentes generaciones. Por el momento, desconocemos sí solo se conservó el cabello de algunas personas destacadas o el de todos los individuos fallecidos en un lapso de tiempo determinado. La presencia de restos de adornos personales tan excepcionales como los “pectorales” de metal en dos de los tubos, podría apuntar hacia la primera posibilidad (…)”. (80). GORNÉS HACHERO, José Simón. “Sociedad y cambio en Menorca: Sistematización de los contextos arqueológicos de las navetas funerarias entre el 1400 y el 850 Cal A/E”. Tesis doctoral, curso académico 20152016. Director: Vicente Llull Santiago. Departamento de Prehistoria. Barcelona. Universidad Autónoma de Barcelona. 2016. www.TesisSimonGornes.pdf Página 262. 6. Los rituales funerarios. Recapitulación. “(…) La hipótesis de los investigadores de Es Càrritx planteaba que hacia el 800 cal ane, las prácticas de tonsura y teñido de cabellos fueron definitivamente abandonados, coincidiendo con el abandono de los esfuerzos en las prácticas funerarias y con la fase de pleno apogeo de los talayots. Sin embargo, podría plantearse que el corte ritual de cabellos pudiera no finalizar hacia el 800 cal ane, puesto que hay pruebas arqueológicas de que éste podría haber seguido algunas centurias después. Por ejemplo, en / (Página 263) el hipogeo 48 de Calascoves, Veny localizó tres peines de madera carbonizados (Veny, 48


1982: 163), en un contexto de enterramientos en cal. El ajuar está compuesto por cuchillos de hierro de dorso recto, cuchillas semilunares y brazaletes también de hierro, y algunos vasos a torno, entre los cuales destaca una escudilla de forma 27 Lamboglia, con impronta de roseta y botón central en el fondo, y de barniz negro, así como algunos vasos de cerámica indígena a mano, del tipo troncónicos con asa de botón. Es decir, un ambiente del siglo III-II ane. Los tres fragmentos de peine se hallaron juntos, aunque desconocemos su contextualización exacta dentro del conjunto. Sin embargo, lo más interesante es que junto con los peines se recogieron unos fragmentos de tejido plegado en varios dobleces y algunos terrones de masa esponjosa que Veny interpreta como resina carbonizada. Así mismo, en el Hipogeo XIX, entremezclados con los restos de un enterramiento que había proporcionado un bastón de mando de bronce, un torques, y otros objetos que no se describen, aparecieron “…varios tormos de una sustancia de aspecto esponjoso, totalmente carbonizada, del tamaño de una o dos nueces, que, a juzgar por su estructura porosa, fragilidad y brillantez de color, nos pareció ser resina carbonizada. Material semejante apareció también en un sarcófago de la cueva de Son Maimó” (Veny, 1982: 95). En un estudio anterior, (Gornés, 1995), proponíamos como hipótesis que estas bolitas esponjosas eran en realidad los denominados “clinkers”, es decir, el tormo que forman los cabellos humanos cuando sufren una cremación, -como es el caso de los enterramientos en cal, en los que se producen altas temperaturas-, también de aspecto esponjoso y de color amarillento, fácilmente confundibles con sustancias resinosas (Reverte, 1990: 333). En el caso de que fuera así, que la importancia simbólica del pelo en el contexto de los rituales funerarios se habría mantenido hasta casi el cambio de era, por lo que se plantearía, de ser viable esa hipótesis, un importante campo sobre el que reflexionar sobre el Postalayotico y las tradiciones funerarias (…)”. (81). GORNÉS HACHERO, José Simón. “Sociedad y cambio en Menorca: Sistematización de los contextos arqueológicos de las navetas funerarias entre el 1400 y el 850 Cal A/E”. Tesis doctoral, curso académico 20152016. Director: Vicente Llull Santiago. Departamento de Prehistoria. Barcelona. Universidad Autónoma de Barcelona. 2016. www.TesisSimonGornes.pdf Página 31 y 32. Introducción. El 49


Prototalayótico (1100/1000 cal ane-850 cal ane). “(…) Este interés por el cráneo se documenta también junto al rito del corte o tonsura del cabello. Gracias al descubrimiento de un depósito oculto de objetos, en la Sala 5 de la Cova d’Es Càrritx (Lull et alii, 1999: 311), conocemos como pudo desarrollarse este rito, que probablemente se aplicaba sólo a / (Página 32) algunas personas. Una vez depositado el cadáver en el interior de la Sala 1, se procedía al teñido de sus cabellos mediante substancias naturales, como la rubia brava, a partir de la cual se obtiene un tinte de tonalidad rojiza. Una vez teñido el cabello, se cortaban algunos mechones, que se introducían en el interior de unos tubos cilíndricos fabricados en cuerno o madera, y que a su vez eran cerrados mediante un complejo sistema de tapones y bases, que en ocasiones estaban decorados mediante círculos concéntricos. Estos tapones podían estar fabricados sobre hueso o madera de boj, y revelan una gran pericia artesanal en su ejecución. Gracias a los tubos decorados hallados en la Cova d’Es Càrritx, han podido rastrearse ejemplares parecidos en el norte de Italia, los Cárpatos y Bulgaria, por lo que los ejemplares menorquines han podido contribuir a explicar la función de estos tubos en otros lugares de Europa y al mismo tiempo, se ha evidenciado que Menorca y probablemente Mallorca mantenían un contacto muy estrecho con esas regiones (…)”. (82). LLULL, V. & MICÓ, R. & RIHUETE HERRADO, C. & RISCH, R. “Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca. La Cova des Carritx y la Cova des Mussol”. Barcelona. Consell Insular de Menorca / Ajuntament de Ciutadella / Fundació Rubió Tudurí Andrómaco. 1999. Página 301. Tapaderas de hueso decoradas. Sala 1 de la Cova des Càrritx. “(…) Los artefactos más frecuentes, tres en concreto, son las tapaderas circulares. Gracias a los materiales conservados en el depósito de la sala 5, sabemos que estas piezas no eran colgantes, como así se suponía hasta el momento, sino tapaderas de contenedores cilíndricos de madera o cuero. El ejemplar no decorado (XF-O-41) todavía conserva el resalte que permitía encargarlo de forma casi hermética en el tubo correspondiente. El cierre de estos pequeños contenedores se consigna mediante dos cordones que atravesaban las perforaciones realizadas al efecto. Un análisis más profundo de los detalles técnicos de estos artefactos y de sus motivos decorados puede encontrarse en el apartado dedicado al depósito de la sala 5. En el contexto de las prácticas funerarias, estos contenedores fueron utilizados aproximadamente entre 1100 y 800 cal A/E para 50


conservar el pelo que se cortaba a algun@s poco tiempo después de morir (véase infra). La Cova des Càrritx es hasta el momento el único yacimiento de esta época donde se ha constatado que un importante conjunto de estos artefactos fue ocultado en un depósito alejado del espacio funerario. La ubicación de las tres tapaderas de hueso en la fosa de la sala 1 hace pensar que no fueron detectadas cuando se realizó el ocultamiento. Lo mismo parece haber ocurrido con otro contenedor que utilizaría la tapadera de cerámica hallada en la grieta del medio 10ª (véase supra figura 3,22) (…)”. (83). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Menorca: Enclave geográfico de la religión primigenia. El culto esférico a la divinidad”. Alicante. www.Historiayarqueologia. 2015. www.Menorca. Enclave geográfico de la religión primigenia. El culto esférico a la divinidad.pdf Página 9. 6. Conclusiones. “(…) Los círculos concéntricos sencillos o dobles, símbolo de la deidad, nacieron en la Prehistoria y atravesaron todos los periodos históricos de los últimos milenios. Su emblemática ha sido representada por múltiples culturas prehistóricas, protohistóricas e históricas, hasta el punto de que el paso del tiempo ha ejercido sobre el concepto circular una pérdida de memoria, plasmándose tan sólo su emblemática, sin tener conocimiento del concepto del motivo representado. La divinidad circular, -fuera la que fuese-, se representó bien pictóricamente, a través de insculturas, incisiones, tanto en paredes de cuevas, como en objetos sagrados, cuya finalidad pasó a ser decorativa con el paso del tiempo, debido a que la etiología de su función religiosa se había perdido. La teosofía del círculo concéntrico llegó a Menorca en el segundo milenio a. C., - Edad del Bronce-, dejando su impronta en una inscultura de la cueva funeraria de Tot Lluch, en término de Ciutadella. A lo largo del II y I milenio a. C., a Menorca llegaron numerosos artefactos decorados con la emblemática del doble círculo, bien utilizados en amuletos o cuentas de collar, que se enterraron en los cuerpos de sus compradores una vez fallecidos y, que salieron a la luz en el yacimiento funerario de la cueva “dels ossos”.

51


Fueron registrados tapones de hueso con decoración circular procedentes de la necrópolis prehistórica de Cales Coves; así como botones de hueso con idéntica decoración, exhumados en la cueva nº 25 de Cales Coves. Cuentas de vidrio con motivos decorativos oculados también aparecidos en la necrópolis protohistórica de Cales Coves. Botones con decoración circular aparecieron en la “Cova des Carritx”. Así como tapones de contenedor, con decoración circular, procedentes de la misma cueva. En la isla de Menorca han aparecido en múltiples yacimientos cuentas oculadas vidriadas procedentes del comercio fenicio-púnico. Y por último, los semicírculos concéntricos decorativos del fragmento de kalathos de cerámica, aparecido en Talatí de d´Alt (…)”. (84). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Menorca: Enclave geográfico de la religión primigenia. El culto esférico a la divinidad”. Alicante. www.Historiayarqueologia. 2015. www.Menorca. Enclave geográfico de la religión primigenia. El culto esférico a la divinidad.pdf Página 8. 5. Círculos concéntricos hallados en Menorca. “(…) Hasta la fecha, los motivos circulares -sencillo y, doble-, aparecidos en una inscultura de una cueva funeraria ubicada en Tot Lluch, término de Ciutadella de Menorca, son los más antiguos datados cronológicamente en la Edad del Bronce (69). Posiblemente con una cronología entre el II y I milenio a. C., sea un amuleto craneano, decorado con círculos concéntricos incisos, que recogió bibliográficamente Martínez Santa Olalla, procedente de la colección arqueológica, del notario de Alayor, Juan Flaquer (70). Con una cronología de finales de la Edad del Bronce (71), aparecieron en su día en la fosa de la sala 1, de la cueva des Carritx, unas tapaderas circulares, de hueso, decoradas, que cerraban contenedores cilíndricos de madera o de cuero (72). Y cuya decoración, parece ser que fue realizada con unas grapas de hierro en forma de “V” que funcionaban a modo de compás (73). Igualmente fue encontrada una placa colgante en cuya cara anversa aparecen tres círculos concéntricos, similar a otros artefactos aparecidos en Sa coveta des morts (74). 52


Con una cronología de entre el II milenio y I milenio a.C., perteneció a la colección de Juan Pons i Soler, varias piedras con dibujos de círculos. La primera de ellas apareció en el predio Alcoig (Mercadal) y, presentaba forma de octaedro (75). La segunda de las piedras fue hallada junto a la cabeza de un esqueleto adulto, ubicado cerca del talayot de la Creueta (San CristóbalMercadal) (76). La tercera de las piedras, con forma cuadrilonga y de pizarra fue encontrada en el término de San Juan de Serra (Mercadal) (77). Y la última de las piedras es de pizarra y con forma cuadrilonga. Salió a la luz en el predio de Alcudia Cremada (Mahón) (78). Correspondiente al I milenio a. C., fueron halladas varias placas con círculos concéntricos en Mallorca (79). Un disco de bronce con tres círculos concéntricos encontrado en la cueva des Càrritx (80). En el término de es Migjorn, aparecieron en la cova des Ossos, numerosas plaquitas con forma estilizada de cabeza y cuernos de toro que llevan decoración oculada de color azul y blanco. Su cronología está vinculada con el comercio púnico (81). Se trata de pectorales de bronce decorados con dichos círculos (82), en cuyo centro se encontraban las perlas oculares de pasta vítrea (83). / (Página 9) Y por último, en el yacimiento de Talatí de D´alt, fue hallada en la primera cripta, un fragmento de urna de kalathos, decorado con círculos concéntricos (84) (…)”. (85). “Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. El depósito de la Sala 5. La organización interna del depósito. Página 313. “(…) Con el fin de determinar el número aproximado de objetos colocados en el depósito, es necesario contabilizar los objetos compuestos, los objetos 53


simples, así como, los fragmentos que permiten una clasificación funcional segura y que no pueden pertenecer a un artefacto ya contabilizado. En total, estimamos un total de veintiocho artefactos: - 6 tubos de madera rellenos de cabellos humanos con sus respectivos tapones y bases. - 4 tubos de cuerno rellenos de cabellos humanos con sus respectivos tapones y bases. - 4 espátulas de madera. - 4 bastones de madera. - 1 varilla de madera con señales de abrasión. - 3 vasos de madera. - 1 peine de madera. - 2 vasos de cerámica. - 1 cuchilla de bronce. - 1 “pectoral” de bronce con tres varillas colgantes. - 1 fragmento de varilla de bronce. Los fragmentos restantes deben pertenecer en su mayoría a los artefactos conservados de forma incompleta. Además, en el mismo depósito se encontraron restos de microfauna, larvas de insectos y una falange humana (…)”. (86). ARAMBURU-ZABALA HIGUERA, Javier. “Enigmas de la arqueología balear”. Colección Plural. Palma. Edicions Documenta Balear. 2007. Página 137. Capítulo 7. En las entrañas de la tierra. La cova dés Càrritx. “(…) A algunos cadáveres se les teñía el pelo con un tinte rojizo y se les cortaba algunos mechones, que se guardaban celosamente en tubos de madera o hueso. Para todo este ritual se empleaban los peines y las espátulas de madera. De esta manera, quedaría resguardada la esencia del difunto (…)”. (87). GORNÉS HACHERO, José Simón. “Sociedad y cambio en Menorca: Sistematización de los contextos arqueológicos de las navetas funerarias entre el 1400 y el 850 Cal A/E”. Tesis doctoral, curso académico 20152016. Director: Vicente Llull Santiago. Departamento de Prehistoria. Barcelona. Universidad Autónoma de Barcelona. 2016. www.TesisSimonGornes.pdf Página 342. 9. Sociedad y cambio en Menorca. Conclusiones. Ritos funerarios de inhumación colectiva. 54


“(…) Retomemos en este punto el análisis sobre los ajuares, y detengámonos en la tapadera circular de hueso (ilustración nº 49) decorada con círculos concéntricos, que nos sitúa cronológicamente en el segmento temporal más próximo al inicio del primer milenio. Junto a la tapadera de cerámica localizada en Binimaimut (ilustración nº 56), conforman los únicos elementos que señalan la práctica del rito de tonsura y teñido de cabellos en algunas de las navetas. /o quiere decir que en el resto de navetas no se llevara a cabo esa práctica, puesto que los contenedores usados para conservar los cabellos podían haber sido de madera y no haber llegado a nuestros días. Pero las únicas evidencias proceden / (Página 343) de esas dos únicas navetas. La práctica de este rito nos plantea interesantes cuestiones sobre la forma de proceder. En la Cova des Cárritx (Lull et alii, 1999: 309) se planteaba la práctica de la tonsura en el sector nordeste de la sala 1, al hallarse alrededor de este sector los principales objetos metálicos como medallones, punzones, y brazaletes. Pero ese espacio es más amplio que la parte anterior de cualquier cámara funeraria de las navetas, y que, por supuesto, el corredor o antecámara de acceso. De practicarse la tonsura y teñido de cabellos en el interior de las cámaras funerarias de las navetas, esta práctica se llevaría a cabo en condiciones de estrechez y de cierta incomodidad. La necesidad de contar con luz artificial sería aquí también inexcusable. Podría plantearse que este proceso se llevara a cabo en el exterior de la naveta, o en otro lugar, pero no tenemos ninguna evidencia que apunte en ese sentido. En cualquier caso, el rito se llevaba a cabo –aunque fuera en el momento final del uso de las navetas- y eso incide aún más en la uniformización de los rituales funerarios sin distinción del tipo de tumba, como se observa también en los hipogeos de Tipo 1 de Calascoves (…)”. (88). MARTÍ OLIVER, Bernat. “El /eolítico”. Publicado en: LYNCH, John. “Historia de España. La Prehistoria 1”. Madrid. EL PAÍS. 2007. Página 216. Capítulo II. El 0eolítico. Técnicas de elaboración. Punzones que sujetaban el cabello, como en Menorca. “(…) En el apartado de los punzones y, dentro del conjunto más numerosos de los fabricados sobre metapodios de ovicápridos, encontramos distintos grados en su elaboración, con ejemplares perfectamente aplanados en su parte proximal.

55


La diversidad de funciones que se atribuye a estos punzones incluye, como hemos mencionado anteriormente su empleo como elemento de adorno, más concretamente como agujas para sujetar el cabello. Los mejores ejemplos de tal utilización los tenemos en algunos sepulcros de fosa catalanes, cual es el caso de algunas sepulturas de la bóbila Madurell (san Quirze del Vallés, Barcelona), en las que estos punzones aparecieron íntimamente ligados al cráneo del difunto o junto a sus vértebras cervicales, aunque en otros muchos casos no se presenta esta asociación (…)”. (89). “Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 349. El peine de madera. “(…) Este objeto presenta una forma curiosa, semejante a un murciélago con alas desplegadas (tabla 3.34 y figura 3.95). Está fabricado con madera de boj (Buxus cf. baleárica), al igual que la mayoría de los peines encontrados en Europa, desde el /eolítico hasta época ibérica y romana en la península (Baudais 1985, Follieri 1988, López de Roma 1989). (…) / (Página 351) Al parecer, los peines sirvieron, junto a las espátulas y los recipientes de madera, para manipular o componer el pelo durante el ritual de enterramiento. El mismo peine debió ser empleado en sucesivos enterramientos para arreglar el cabello de l@s difunt@s antes o en el momento de la exposición en la cueva, pero siempre en momentos previos a su inclusión en los contenedores cilíndricos. De otra forma, no habríamos encontrado restos de microfauna enredada entre los mechones cortados (…)”. (90). “Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 355 y 356. La cuchilla. “(…) Entre los recipientes 1 y 3 y el peine de madera 56


apareció una hoja triangular con pedúnculo (figura 3.97, nº 1). En uno de sus márgenes, la cuchilla presenta una aleta, pero no es seguro que el artefacto tuviese una forma simétrica. A diferencia de las placas y las varillas de los pasadores, que son objetos fundidos, este artefacto fue realizado a partir de una chapa de bronce, como ya habíamos observado en el caso del cuchillo triangular de la Cova des Mussol. (…) / (Página 356) La presencia de este objeto en el depósito junto a otros instrumentos relacionados con el tratamiento del pelo suscita la cuestión sobre si esta cuchilla también estuvo relacionada con el ritual funerario de la Sala 1. (…) Las evidencias señalan claramente que el pelo no fue arrancado, sino cortado en mechones. Para esta actividad haría falta un cuchillo, por lo que la presencia de la lámina afilada en un depósito, donde aparentemente se colocaron todos los utensilios necesarios para llevar a cabo este peculiar ritual funerario, parece incluso predecible y lógica (…)”. (91). SMITH, Stephanie L. “Evaluación microscópica de muestras de pelo procedentes de la Cova des Càrritx”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 551. Observaciones acerca de las muestras de la Cova des Càrritx. “(…) Todos los pelos presentan un color rojo, intenso y muy uniforme. "o hay evidencias de canas. Este color es diferente en el tono y la variabilidad observada en el cabello de personas pelirrojas. Las figuras 5a y 5b permiten comparar el pelo pelirrojo natural y una muestra típica de la cueva. Aunque el examen microscópico no descarta la posibilidad de una coloración artificial a través de tintes, es posible encontrar otra explicación plausible para este caso. En teoría, los suelos con un grado elevado de acidez y contenido en hierro pueden conferir una coloración roja y uniforme a los cabellos. Así, la inmersión de pelo en una solución de potasio ferrocianuro al 10% en ácido clorhídrico ha producido el color azul oscuro asociado a la presencia de hierro. Otra posible causa de la coloración artificial del pelo pueden ser los compuestos fenólicos (taninos) derivados del cuero o la madera (…)”. SMITH, Stephanie. “Análisis microscópico forense de los cabellos del depósito”. “Es Càrritx II. La 57


necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 332. “(…) El examen de muestras de cabellos hallados en el interior del tubo trilobulado nº 1 y entre el vasito nº 2 y los tubos de cuerno indica que son humanos, a excepción de unos pocos, muy cortos, que se han identificado como de roedores. Así mismo, se encontraron restos de microfauna enredados en el pelo, pero en ningún caso hay evidencias de destrucción que puedan atribuirse a estos animales, ni tampoco a insectos. A este respecto, destaca la total ausencia de parásitos como piojos o liendres. Se trata en todos los casos de cabello, es decir, pelo de la cabeza. Este presenta una suave ondulación y un color rojo muy uniforme, con total ausencia de canas. Sin embargo, no es un color natural, ya que el cabello de las personas pelirrojas posee características totalmente diferentes a las del pelo examinado. Aunque es posible que la naturaleza arcillosa del depósito o incluso la descomposición de la madera acabara pigmentando los cabellos, no se descarta la posibilidad de que en realidad se trate de pelo teñido intencionadamente. La adscripción racial que se deriva del examen forense es la de individuos caucásicos, aunque resulta imposible determinar si se trata de personas diferentes. Lo que sí puede afirmarse es que no se trata de cabellos unidos a un cuerpo en descomposición y, por tanto, cabe asumir que fue cortado al poco de la defunción (…)”. (92). GORNÉS HACHERO, José Simón. “Sociedad y cambio en Menorca: Sistematización de los contextos arqueológicos de las navetas funerarias entre el 1400 y el 850 Cal A/E”. Tesis doctoral, curso académico 20152016. Director: Vicente Llull Santiago. Departamento de Prehistoria. Barcelona. Universidad Autónoma de Barcelona. 2016. www.TesisSimonGornes.pdf Página 343. 9. Sociedad y cambio en Menorca. Conclusiones. Ritos funerarios de inhumación colectiva. Teñido de cabello con rubia brava. “(…) El rito de la tonsura y teñido de cabellos fue identificado, por primera vez, en la Cova des Càrritx. Gracias a ese descubrimiento, pudo identificarse este rito en otros 58


yacimientos arqueológicos, tales como cuevas y abrigos naturales con muro ciclópeo, navetas funerarias y los hipogeos de Tipo I de Calascoves. Y pone la atención sobre una parte del cuerpo, el cabello, y por derivación, la cabeza. Ya expusieron los investigadores de Es Carritx las propiedades que históricamente se han atribuido al cabello, como representante de la vitalidad, de la vida en definitiva. El teñido del cabello con rubia brava, una planta de la que se extrae un colorante color rojizo, reforzaría la idea vital que habría tras el cabello como elemento simbólico. Sopena (1987: 102), al hablar de los celtíberos, comenta como el cabello simboliza la esencia de la vitalidad humana debido a su poder regenerador, puesto que tiene vida propia, renace al cortarlo y es incorruptible si se conserva en buenas condiciones. Son numerosos los ejemplos de culturas donde la consideración hacia el cabello tiene esa connotación, desde los griegos, judíos, o los propios celtas, que se lanzaban al combate desnudos y con la cabellera suelta (…)”. (93). PALAO PONS, Pedro. “El enigma de las momias en el mundo”. Colección Enigmas de la Historia. Madrid. Edimat Libros. 2003. Página 74. Capítulo III. Los antecesores de la momificación. Cabellos cortados del difunto = Conservación de la energía vital. “(…) Cabellos: representan la vitalidad, la energía y la fuerza. Acostumbraban a conservarse junto con las cabezas y en determinados casos como mechones independientes (…)”. (94). PALAO PONS, Pedro. “El enigma de las momias en el mundo”. Colección Enigmas de la Historia. Madrid. Edimat Libros. 2003. Página 63. Capítulo III. Los antecesores de la momificación. Cabellos cortados del difunto = Conservación de la energía vital. “(…) Tal vez uno de los ejemplos de mayor conservación lo encontramos en la cabeza y, en sus principales elementos. Uno de ellos es el cabello que representa la vitalidad, la energía y la fuerza del que ya no está. Para algunas culturas es el símbolo de la virilidad y la destreza; por ello, cortar el cabello de un difunto y guardarlo en una urna que se entiende que es una forma de que permanezca su energía vital (…)”. (95). “Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell 59


Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 309. El osario de la Sala 1: dimensión cronológica del ritual funerario. “(…) La sencillez y austeridad de los rituales funerarios comenzó a experimentar un progresivo cambio a partir de c. 1100 cal A/E. En estos momentos se datan los primeros rituales consistentes en el cortado y teñido ritual de cabellos de algunas de las personas fallecidas y su introducción en pequeños contenedores cerrados de madera o cuerno (…)”.“Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 311. El depósito de la Sala 5. La organización interna del depósito. “(…) El carácter extraordinario del depósito se debe en buena medida al elevado número de artefactos de madera que contenía. Sabemos que la madera fue muy utilizada por las comunidades prehistóricas para la fabricación de todo tipo de herramientas y objetos pero, dada su difícil conservación, apenas nos han llegado productos de esta naturaleza. Por la cantidad y calidad de los útiles de madera recuperados, el depósito de Es Càrritx solo puede ser comparado con yacimientos lacustres y perilacustres de la zona circumalpina y balcánica, o con materiales en las turberas de Europa septentrional. En este sentido, el depósito de Es Càrritx permite conocer por primera vez un tipo de objetos y procesos de trabajo apenas conocidos en las sociedades prehistóricas del Mediterráneo occidental. El total de artefactos de madera recuperados es de treinta y dos. Además se recogió un elevado número de astillas, resultado de la degradación de algunos de estos objetos. Frente a ellos, los objetos realizados con otras materias primas resultan escasos: seis piezas de bronce y un fragmento del mismo material, dos recipientes cerámicos, un objeto de hueso trabajado y cuatro tubos cilíndricos elaborados a partir de cuernos de bóvido. Sin embargo, estos datos no reflejan realmente el número de artefactos ocultados en el depósito, pues muchos de los elementos aparecieron asociados formando objetos compuestos. Los más llamativos 60


son unos pequeños tubos cilíndricos de madera o cuerno, cuyos extremos se cerraban por medio de bases y tapones. Las bases eran de madera o cuerno, cuyos extremos se cerraban por medio de bases y tapones. Por su parte, los tapones fueron fabricados en madera o hueso, e irían sujetos con cordones. Algunos de estos contenedores conservaban todavía gran cantidad de cabello humano en su interior (…)”. (96). “Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 301. La industria ósea de la Sala 1 de la Cova des Càrritx. “(…) Los artefactos más frecuentes, tres en concreto, son las tapaderas circulares (figura 3.64) (lámina 56ª y 56b). Gracias a los materiales conservados en el depósito de la Sala 5, sabemos que estas piezas no eran colgantes, como así se suponía hasta el momento, sino tapaderas y contenedores cilíndricos de madera o cuerno. El ejemplar no decorado (XF-O-41) todavía conserva el resalte que permitía encajarlo de forma casi hermética en el tubo correspondiente. El cierre de estos pequeños contenedores se conseguía mediante dos cordones que atravesaban las perforaciones realizadas al efecto. (…) En el contexto de las prácticas funerarias, estos contenedores fueron utilizados aproximadamente entre c. 1100 y 800 cal A/E para conservar el pelo que se cortaba a algun@s difunt@s poco tiempo después de morir (véase infra) (…)”.“Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 183. Las prácticas funerarias celebradas en la Cova des Càrritx y el proceso tafonómico. “(…) /o obstante, había otro tipo de restos humanos que a las gentes que utilizaban loa Cova des Càrritx también les interesaba salvar. Se trataba de cabellos humanos cuidadosamente guardados dentro de unos tubos de cuero y madera, cerrados herméticamente y escondidos en el depósito descubierto en la sala 5 (infra). ¿Qué datos 61


tenemos que nos permitan vincular estos hallazgos con las prácticas funerarias desarrolladas en la Sala 1? Sabemos que estos mechones, con claras muestras de haber sido cortados en su día, corresponden a l@s diunt@s porque en su tratamiento y estudio en el laboratorio se han encontrado restos de la característica microfauna que abunda en la sala 1 adherida y enredada / (Página 184) en el pelo. La asombrosa conservación de este tipo de materiales, así como de los otros elementos orgánicos hallados en el depósito, resulta aún más sorprendente si tenemos en cuenta que el pelo se desprende fácilmente del cuero cabelludo, a partir de entre dos días a una semana de la defunción (Bass 1997:183, Clark et alii 1997:154), como resultaba del proceso denominado autolisis y, que se desintegra a gran velocidad. (…) En suma, parece poco probable que en En Càrritx la operación de cortar los cabellos a l@s difunt@s se produjera mucho tiempo después de la defunción (…)”. (97). “Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 334. Análisis comparativo y cronología. “(…) Las fechas disponibles autorizan a proponer que los contenedores cilíndricos fueron utilizados en la Sala 1 de Es Càrritx entre aproximadamente 1100 y 800 cal A/E. En consecuencia, los pelos conservados corresponden a personas de diferentes generaciones. Por el momento, desconocemos sí solo se conservó el cabello de algunas personas destacadas o el de todos los individuos fallecidos en un lapso de tiempo determinado. La presencia de restos de adornos personales tan excepcionales como los “pectorales” de metal en dos de los tubos, podría apuntar hacia la primera posibilidad (…)”. (98). “Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ 62


Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 316. Los contenedores cilíndricos. “(…) El contenido de los tubos consistía básicamente en cabellos humanos, que aparecieron en cantidades considerables tanto en el interior de los contenedores conservados, como dispuestos en diferentes puntos del depósito debido a la descomposición de muchos de los tubos de madera. Los análisis realizados también confirman la presencia de pelo y huesos de roedores, restos de insectos y fibras vegetales indeterminadas. Dos de los contenedores también albergan objetos de metal (…)”. “Es Càrritx II. La necrópolis de inhumación colectiva entre c. 1450/1400 y 800 cal A/E”. Publicado en: LLUL, V & MICÓ, R. & RIHUETE, C. & RISH, R. “La cova des Càrritx y la cova des Mussol. Ideología y sociedad en la Prehistoria de Menorca”. Mahón. Consell Insular de Menorca/Ajuntament de Citadella/Fundació Rubió i Tuduri/ Govern Balear/ Universitat Autonoma de Barcelona. 1999. Página 331. El uso. “(…) El volumen de cabello era tal que colmataba la capacidad de los tubos. Así, por ejemplo, en el contendor 8 se contabilizaron más de veinte mechones doblados (…)”.

63


Lola Carbonell Beviá, alicantina de nacimiento, es historiadora, especializada en Humanidades Contemporáneas. Ha realizado numerosas monografías sobre la Historia de la Edad Media de Menorca y, sobre su Protohistoria. En este trabajo de investigación, se ha centrado en demostrar como en Menorca se inició una nueva tradición funeraria consistente en teñir el cabello de los cadáveres, para su inhumación, con un tinte vegetal procedente de la “rubia tinctorum”. 64


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.