Torre aquilón

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“El bosque histórico: La Torre de Aguiló y su entorno natural”

Lola Carbonell Beviá Indice Capítulo I. Arquitectura militar.

I. La “Torre de Aguiló” y el “Cuartel de Carabineros”. 1.1. El orígen medieval de la “Torre de Aguiló”. 1.2. Las invasiones piráticas durante el Renacimiento. 1.3. La evolución de la “Torre de Aguiló” durante la História Moderna. 1.4. La función defensiva de la “Torre de Aguiló” durante la Ilustración. 1.5. El declive de la “Torre de Aguiló”. 1.6. La construcción del “Cuartel de Carabineros”.

Capítlo II. Arquitectura civil. 2. El carácter rural de las primeras viviendas. 2.1. El poblamiento de la “Cala de Morales” y “Cala del Conill”. Capítulo III. Arquitectura industrial. 3. Los pozos de nieve.

Capítulo IV. 'aturaleza. 4. La “Torre de Aguiló” y su entorno natural.

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Capitulo I Arquitectura militar I. La “Torre de Aguiló” y el “Cuartel de Carabineros”. 1.1. El origen medieval de la “Torre de Aguiló”. El territorio conocido en la actualidad por la “Cala de Villajoyosa”, donde se encuentra la “Torre de Aguiló”, -retrospectivamente denominada Aguilón-, permaneció en el siglo XIII, bajo la dominación musulmana, perteneciendo, más concretamente a “at-Tifashi” (Tevicino), señor de los castillos de Serra (Finestrat), Finestrat, Torres (Villajoyosa) y Orxeta (1). Cercanos a los castillos de las actuales localidades de Villajoyosa y Finestrat, se ubicaban las comunidades musulmanas o aljamas de Serra, Mola, Finestrat y Torres (2). Villajoyosa ya estaba poblada en 1254 por familias cristianas, que Jaime I utilizó para repoblar poblaciones vecinas (3):“(…) La villa fue conquistada por Don Jaime I en 1254 y poblada por cristianos, especialmente por gentes de la vecina y más antigua población de Villajoyosa. Los moros se sometieron por espacio de seis años, al cabo de los cuales se sublevaron y mataron a sus conquistadores, siendo de nuevo sometidos por aquel monarca (…)”. El rey Jaime I, durante la conquista del reino de Valencia, se anexionó estas tierras, tras disputárselas y vencer al dirigente musulmán Al-Azraq, quién las había conquistado durante el periodo comprendido entre el otoño del año 1247 y abril de 1276 (4): “(…) Segons la cronica reial els primers actes haurien consistit en la presa dels Castells de Gallinera, Pego i Serra (de Finestrat) (…). Pel juliol de 1270, Jame I, que ja controlava les terres retingudes pels nebolts d´al-Azraq (…). Entre març i abril de 1276 els andalusins del regne de València, i molt especialment les aljames autònomes, tornasen a prendre les armes i es feren foros allà on pogueren: roques, Castells derruïts o mal guarnits, les propies alqueries (…)”. Durante la conquista del territorio a los musulmanes, junto al rey Jaime I, lucharon seis capitanes, -uno de ellos fue Guillén de Aguilón-, cuya responsabilidad recayó en el gobierno de la ciudad de Valencia, y guardia del reino, mientras Jaime I se encontraba luchando en Montpellier (5). 2


Guillén de Aguilón ascendió de capitán a general del ejercito real, por nombramiento directo del rey Jaime I, hecho que provocó el descontento entre sus compañeros de armas (6): “(…) Como tuviese ya el Rey por muy cierta la voluntad y determinación de don Guillén para aceptar el cargo de general del exercito, y de Enesa, no le pareció nombrarlo, ni comunicarlo por via d consulta con los de su consejo y capitanes, antes de ponerle en el cargo: assi porque era cierto que pocos, o ninguno dellos lo aceptaran de buena gana, segons su tema por mas que cierta la venida de Zaen con todo su poder, y que siendo tan flaco el exercito del Rey, y el absente, se havia de tener a locura osar esperar tan gran fuerça de enemigos: como tambien por que en hoyr que se tratava de dar el cargo a don Guillen, no faltaria quien lo contradijera. Por donde sabiamente el Rey, tan presto como le nombro, le pusso en posesion, y dio el estoque y titulo de general del exercito (…)”. Probablemente, el actual territorio de “La Cala de Villajoyosa” pudo pertenecer al dominio de Guillén de Aguilón, y que su apellido haya permanecido como topónimo de la torre. En la grafía reflejada en la obra de Bernardino Gómez Miedes aparece abreviada la palabra “Aguilo”, en lugar de Aguilón. Denominación, que ya era utilizada en 1610, y transcrita por el historiador Gaspar Joan Escolano (6): “(…) Dando buelta a la costa del mar: de Villajoyosa se va a la torre de Aguilón, camino de una legua, que se guarda con dos de acavallo (…)”. Durante el siglo XV y bajo la dominación cristiana, la vida cotidiana se “normalizó” para los habitantes de estas tierras “(…) Villajoyosa. (…) En 6 de abril de 1452, el mismo don Alfonso otorgó a los vecinos de la villa la facultad de pescar en la isla llamada Benidorm, con facultad de llevar la pesca a Villajoyosa, sin necesidad de llevarlo antes a Benidorm y pagar los derechos a que antes venían obligados (…)”. Parece ser, -como refiere Juan Mateo Box-, que el castillo y las defensas de la villa fueron anexionados en 1468 al patrimonio del rey don Juan (8). 1.2. Las Renacimiento.

invasiones

piráticas

durante

el

A lo largo del siglo XVI fueron constantes las incursiones piráticas en la costa de Villajoyosa, así como en 3


otros lugares del reino (9): “(…) En 1532 Cullera padeció otra, que aunque de menor entidad fue suficiente para que en “sta ocurrencia de temps de armades de moros e turchs enemichs de Eostra Sancta Fe Católica”, Carlos V ordenase al Virrey de Valencia que proveyese de armas y reparase su castillo. Al mismo ritmo se trabajó en Peñíscola, Valencia, y Alicante, pero también en Castellón, Villajoyosa y Benidorm; incluso se autorizaron obras en el interior, como en Morella, Alpuente, Játiva y Onteniente (…)”. Este hecho motivó que la defensa de la villa fuese de interés prioritario, potenciándose para ello, la arquitectura militar -ya existente en el término-, que tras un intenso periodo belicoso, se vio deteriorada y tuvo que reconstruirse (10): “(…) La villa de Villajoyosa. Ya en líneas anteriores nos hemos hecho eco de la especial peligrosidad de la zona costera en torno a Villajoyosa, donde los navíos norteafricanos dedicados al corso pululaban en gran número favorecidos por un litoral repleto de cabos y calas casi siempre mal vigiladas y por la misma existencia del islote de Benidorm, cuya falta de fortificación por parte de los españoles facilitaba al enemigo un excelente punto de apoyo y cobijo desde el cual lanzar sus golpes contra la costa y sus moradores o contra cualquier barco cristiano que acertase a pasar por las inmediaciones. A pesar de los ocasionales éxitos de los vecinos de Villajoyosa sobre estos temibles visitantes, el resultado de esta presión no podía ser más desolador: numerosos navíos mercantes apresados y saqueados, pescadores de la villa capturados junto a sus barcas y multitud de vecinos cautivados junto a los propios muros de la villa o en los campos vecinos. Como consecuencia de todo ello Villajoyosa se veía obligada a consumir buena parte de las rentas de la villa y del patrimonio de sus vecinos en rescatar a estos cautivos y mantener un sistema de protección que además de costoso casi siempre estaba por debajo de las necesidades reales. Ante este continuo acoso, una de las preocupaciones básicas de las autoridades de la villa fue el mantener en buen estado sus muros. En los albores del siglo XVI Villajoyosa conservaba sus fortificaciones de época medieval, y las mantendría en su estado primitivo durante buena parte de esta mitad. Sin embargo, dicha situación tuvo un brusco final en julio de 1538 cuando la villa fue sitiada por la armada de Salah Rais y posteriormente destruida por una armada turca. Ante este desastre, las fortificaciones de la villa 4


debieron sufrir un serio y probablemente total deterioro y fue preciso emprender importantes obras de reconstrucción, imprescindibles para la existencia misma de Villajoyosa, cuya desaparición habría supuesto, además de proporcionar una vía de entrada al enemigo, el dejar desguarnecida la huerta de Alicante y toda la zona comprendida entre la costa y los confines de Jijona, Alcoy, Cocentaina, y Callosa d´En Sarriá –territorio ocupado casi todo él por poblados de moriscos más inclinados por la causa de la media luna que por la cruz-, cuyos habitantes cristianos viejos “… no porian bonament cultivar, ni procurar ses terres, ni anar per los termes de dites viles que no fossen captivats de cascun dia sens remey algú (…)”. De nuevo, Villajoyosa fue atacada por los turcos en 1543 (11): “(…) En los años cuarenta se reforzarán las defensas de la costa del reino de Valencia. En 1543 varias poblaciones de la costa habían sido duramente atacadas por los turcos: Benidorm, Villajoyosa, Alicante y Guardamar (…)”. Los habitantes de Villajoyosa siempre tuvieron que estar pendientes del mar, desde donde constantemente eran invadidos por piratas, por ello en 1547 se pidió al gobierno foral el reforzamiento defensivo de la población (11): “(…) Prouisio remesa al Loctinent general de fortificacio de la muralla y castell de Vilajoyosa. Item Señor com la vila de Vilajoyosa sia constituyda junt a la mar en la costa del vostre regne de Valencia, sta molt amenazada, e de cascun dia es combatida de Moros, enemichs de nostra sancta fe cathólica, e de vostra Alteza, e senyaladament en lo any mil cinchcents trenta huyt fonchs combatida per Almibaxa, lo qual tenia en la plaja davant la dita vila vint y cinch fins en trenta vexells entre galeres, e fustes, donantli combat per mar y per terra per molt gran spay de temps, e ab la ajuda de nostre Señor los vehins, e habitadors de aquella se defensaren, jatsia ab grandissim perill de llurs vides, pesser la muralla de dita vila molt vella, e flaca, e en moltes parts derruyda. E en apres essent la armada dels Turchs en la plaja del dit regne, sabent lo Excellentissim Due don Ferrando de Arago que per esser la muralla de dita vila tan ruyn, e flaca, com es, los habitadores de aquella no porian defensar dita vila, e llurs bens, e vides los mana dexassen, desemparassen, e relinquissen aquella: e axi la gent de dita armada lenfantse en terra entra en dita vila, e saqueja, roba e crema aquella, e derroca la muralla de tal manera, que 5


no sols los habitadors de dita vila restarent destruyts, po encara la muralla derruyda e com molt poderos Señor la dita vila, e conseruacio de aquella conuingue molt al seruey de Deu, y de vostra Alteza, y sia y es necesaria p al benifisi y repos de tot lo dit regne: perque si dita vila se despoblas no sols seria coua de saltejadors ladres e malfactors. Pero encara seria tot lo refugi dels dits Moros enemichs de la religio Christiana, e de vostra Alteza: los quals estant en dita vila perturbarian, e inquietarian tot lo dit regne, o la major part de aquell, en tant que los habitadors de la orta de la ciutat de Alacant, de les viles de Alcoy, Xixona,e Penaguila, Cossentayna, e altres circunvehins no porian bonament cultivar, ni procurar ses terres, ni anar per los termens ni camins de dites viles que no fossen captiuats de cascun dia sens remey algu: perque dita vila afronta de vna part ab lo mar Africa, e de atlra part Moreries y llochs de nou conuertits: e te particio ab los termens de dites viles, e de Seros: per remediar los quals danys. Supliquen los dits tres braços humilment a vostra Alteza sia merce de aquella, vsant de solita y Real clemencia manar fer gracia y merce a la dita vniversitat de Vilajoyosa de alguna cantitat de diners para que pugue reparar, e reedificar la muralla, e castell de dita vila de tal manera que los habitadors de aquella la puguen sustentar, e defensar contra qualseuol armada de pyratas, enemichs de la sancta fe católica, perque altrement dita vila se hauria de desemparar, lo que redundaria (com dessus es dit) en deseruey de Deu e de vostra Alteza, e en diminucio del Real patrimoni, e dessassossech del dit vostre regne de Valencia. Su Alteza ho remet al Loctinent general pera queu veja y prouehexca con conue (…)”. Cita Francisco Requena Amoraga que (12): “(…) Por todo ello, durante las Cortes de 1547 los representantes de los tres Estamentos solicitaron la concesión de ayuda económica para que la villa pudiese concluir cuanto antes las obras de reedificación del castillo y la muralla, ya que de otra manera”…dita vila se hauria de desamparar, lo que redundaria en deservey de deu e de vostra Alteza, e en disminucio del real patrimoni, e desassossech del dit vostre regne de Valencia”. Aunque en un primer momento el entonces príncipe don Felipe se contentó con remitir el asunto al virrey para su estudio y posterior ejecución si procedía, la concesión económica solicitada apenas debió retardarse, ya que los informes del cronista Martín de Viciana, publicados en 6


1564 dejaban constancia de que durante los 18 años anteriores Villajoyosa había gastado en la reparación de las fortificaciones la enorme suma de más de 17.000 ducados. Las obras debían estar muy adelantadas hacia 1551, ya que en dicho año el Consejo de Villajoyosa suplicaba a Su Alteza que fuese servido de mandar enviarles tres sacres reforzados y tres medias culebrinas con sus correspondientes municiones para colocarlos en los muros y baluartes de la villa, además de una nueva ayuda económica con la cual acabar las obras, cuya cuantía podría ser fijada por el maestro racional del reino de Valencia, en esos momentos presente en Villajoyosa, “…porque si dicha obra no se acaba dicha villa quedara en el mismo peligro questa hoy y la costa hasta aquí hecha en dicha fortificación seria infructuosa; todo esto suplica a Vtra. Al. Porque las fuerças de dicha villa no bastan hazer mas de lo hecho asta aquí, que ha sido cargar mil ducados para juntarlos con los otros mil que Vtra. Al. Les mando dar para dicha fortificacion”. El nuevo recinto amurallado de la villa tenía, según el plano de Viciana, una planta triangular reforzada por cuatro baluartes semicirculares, tres en el lado sur –el orientado hacia el mar- y uno en el lado este. La puerta estaba situada hacia el norte, en uno de los vértices del triángulo, flanqueada por dos torres cuadradas, y en el ángulo suroeste se encontraba el castillo de la villa, hoy desaparecido, del cual diría años más tarde don Vespasiano Gonzaga que apenas se hacía caso de él, y cuyos restos arruinados todavía se conservaban durante el siglo XIX según dan fe los comentarios de Madoz. El conjunto de fortificaciones culminaba en un parapeto almenado y su construcción se realizó a base de mampostería, presentando unos fuertes muros en talud hasta aproximadamente la mitad de la altura, el final de la cual venía marcado por una cenefa corrida que abarcaba la totalidad del recinto. Según expertos en fortificaciones el conjunto pertenecía a la fase arquitectónica denominada preabaluartada, de corta duración (aproximadamente entre 1525 y 1560), y que dejó paso a la etapa abaluartada cuyos máximos exponentes en el reino de Valencia fueron las fortalezas de Bernia y Santa Pola. Al parecer, la muralla debía estar ya acabada en 1563, ya que a raíz de la visita realizada por Juan Bautista Antonelli en dicho año éste no hacía alusión a la necesidad de continuar o ampliar las obras y en cambio sí aconsejaba la conservación de aquella plaza mediante la colocación de diez morteretes en 7


los treveses, 2 pedreros en los baluartes y el reparto de 50 mosquetes entre la gente de la villa (…)”. La necesidad defensiva llegó a ser tan imperiosa para Villajoyosa, que en 1552 la población tuvo que pedir ayuda económica al gobierno de la Generalitat, para que dicha ayuda se pagase con los ingresos producidos por el impuesto de la seda (13): “(…) De la fortificacio, e guarda del present regne del procehit del nou imposit de la ceda. Capítulo XXXIIII. Item Señor los dits tres braços, Ecclesiastich, Militar y Real del dit regne considerades les necessitats grans que al present occorren en aquell per los grans insults robos, y dans que los Moros corssaris, e altres enemichs de nostra Sancta fe cathólica, y de sa Majestad, fins a huy han fet, y de huy avant sesperen a ser en lo dit regne, y senyaladament en aquest temps, en lo qualar armades dels dits Moros, e altres poderosos, y en summa de pus de quaranta veles han corregut, y corren la costa y marina del dit regne catiuant os Christians, y fent altres excessos: y de cascun dia se te per cere feran majors si no y es degudament proueit: perque no hauenthi, com al present noy ha guarda ni resistencia alguna en dit regne, e terres maritimes de aquell, les empreses que fan los dits Moros, y enemichs los succeheixen y rehixen com volen: volent donar orde y forma a la dita defensio, custodia y fortificacio del dit regne y marina de aquell, ab la qual se espera poder scudar los dits dans, e insults han delliberat y determinat los capitols infraseguents: los quals supliquen que per vostra Alteza sien auctorizats y decretats iuxta Iur serie, continencia y tenor, e si, e segons que en aquells, e casco de aquells es contengut. Super eodem. Cap. XXXV. Et promo han delliberat per lleuar tot duote, diuersitat de opinions, plets, y questions: e altres inconuenients que lo imposit posat sobre la seda en les corts del any mil cinchcents quaranta y set per les vint y Quatre persones en dites corts nomenades haja durat, e dure fins al dia de la publicacio, e folio de la present cort, e no mes. Super eodem. Cap. XXXVI. Item per [ilegible] la defensio del dit regne, costa e terres maritimes de aquell conue fer algunes torres, talayes, e altres edificis, artilleria y monicions pera la defensa de dits edificis han delliberar que to lo procehit y procehidor del sobredit imposit fins al dit dia del folio se conuerteisca integrament en los sobredits edificis y monicions, e no en altra 8


cosa, o necessitat per vrgent que sia. Empero si occorregues pendre emprestades del procehit del sobredit imposit fins en summa de tres, o quatre milia lliures pera entretenir la guarda ordinaria de terra, que (segons de jus se dira) se ha de formar les persones a les quals dauall se dara poder pera la dita guarda ordinaria les puguen, ab que ans de prende aquelles facen consignacio, com nunc pero tunc en dit cas los dits tres braços fan aquella per cobrar les dites tres, o quatre milia lliures, o lo ques pendra de aquelles, fins en dita summasobre aquelles onze, o dotze milia llores, que (com deuall se dira) han de seruir pera la dita guarda ordinaria del dit regne, e sustentacio de aquella, en axi que fins les dites tres, o quatre milia lliures, o lo ques pendra de aquelles pera dita neccessitat (segons dit es) sien restituides nos puguen despendre quantitat, o quantitats algunes de les dites onze, o dotze milia llores (…). Super eodem. Cap. XXXIX. Item jatsia les prouisions de sus dites puguen remediar molta part dels dans de sus dits: empero que la dita guarda, fortificacio y defensio de la dita costa y terres maritimes tinga major compliment, han delliberat que ultra lo dessus dit se forme y faça vna guarda ordinaria per terra, e no per mar: la qual se stima ys creu se porta sustentar ab onze, o dotze milia lliures cascun any: perço los dits tres braços apres de molts colloquis, e parlaments han delliberat los expedients infra seguents (…)”. Villajoyosa formaba parte a mediados del siglo XVI de los nueve partidos marítimos que componían el litoral valenciano. Y contemplaba una decena de puntos defensivos, entre ellos la ya nombrada “Torre de Aguiló” (14): “(…) Gracias a la obra de Gaspar Escolano sabemos que las sesenta y dos leguas del litoral valenciano se repartían en nueve partidos “… con disciplina y orden militar para defensa de la costa”. Esta organización, creada en 1555 por el Duque de Maqueda, contemplaba inicialmente la existencia de ocho partidos, elevando más tarde su número a nueve a raíz de una posterior reestructuración. Respetando el orden seguido por este cronista, y completándolo con las distintas fuentes documentales utilizadas para el presente trabajo, el conjunto de torres y puestos de vigilancia que componían cada partido era el siguiente (…): a) Partido de Villajoyosa. - Torre del Charco o de Giratley. 9


- Los atajadores de Villajoyosa. - Torre del Aquilón. - Puesto de la Cueva de Moncaxer. - Torre de las Caletas. - Puesto de las Peñas de Albir. - Torre de la Bombarda. - Torreón de Altea. - Torre de Cabo Eegrete. - Torre de la Galera. (…)”. En 1564, la necesidad defensiva para Villajoyosa se mostraba tan patente, que de nuevo la población se dirigió al rey para que envíasen a una persona que se encargase de constatar el mal estado de los puntos defensivos costeros de la población (16): “(…) De la visita de les viles, Castells, e lochs de la marina. Cap. C.XIIII. Item Senyor, com lo dit vostre regne de Valencia tinga pus de cinquanta legues de costa de mar, y tinga moltes viles y Castells maritims, los quals estan subjectes a grans perills de Moros y Turchs, enemichs de la santa fe católica, los quals com cada dia vem per experiencia saquejen dites viles y captiuen los vehins de aquelles en gran destructio del dit vostre regne, e notable dany dels poblats en aquell, e per estar dit regne maritim, e les viles y Castells de aquell falts de guardes, monicions, e artilleria pera defensar se dels dits Turchs, e Moros se porient facilment seguir majors danys e, inconuenients, si per vostra Magestat com a benignisim Rey y senyor noy es prouehit ab degut remey, es cert que si los enemichs se apoderasen del dit regne, lo que nostre Senyor vulla guardar, per conseguent los regnes de Arago y Castella estarien en notori perill. Supliquen perço los dits tres braços a vostra Magest, si asa merce manar visitar les viles, Castells, y lochs del dit regne, y prontament prouehir axi los Castells maritims, com los que estan mes a dins en lo dit regne, com les altres viles y lochs de aquell, de artilleria, municions, guardes, armes y altres coses necessaries pera lur prouisio, custodia y defensa. Plau a sa Magest. Don Bernardus Vicecancellarius (...)”. Una segunda carta publicada igualmente en los fueros, en la edición de 1565, especifica que en el año 1563 el arquitecto Joan Bautista Antonelli giró visita a Villajoyosa y emitió un informe de reforma de las defensas marítimas, en el que se especificaba que las obras las debía sufragar la población de Villajoyosa; pero, en esta carta, se demandó que el gasto no corriese por parte de la población, sino por parte 10


del reino (17): “(…) Sobrecehiment en la fortificacio de les ciutats y viles maritimes. Cap. CXV. Iten Senyor, per quant en lo corrent any M.D. Lxiij. Lo Mestre racional de Valencia ensemps ab Ioan Baptiste Antonelli Ingenier visitaren les ciutats, viles y lochs maritimes del regne de Valencia, e conforme a la traça feta per lo dit Ioan Baptiste Antonelli fonch manat a les dites ciutats, viles Reals y lochs se fortificasen his fessen les obres en dita traça contengudes, la qual fortificassio fis fes seria total destructioe ruyna del dit regne, y en special de dites ciutats y viles Reals maritimes, com aquelles no tinguen possibilitats ne forces pera supportar les excesiues, e grandissimes despeses que necessariament se haurien de fer en les dites fortificacions, de sort que no valen tant les mateixes ciutats, e viles, quant pujarien les dites despeses. De manera que en loch de fortificar aquelles, seria totalment arruinarles: en specialque no sols en les dites ciutats y viles se han manat fer obres costossissimes, e les quals no porten acabar en infinitud de anys: pero encara han designat, e senyalar que hajen de derrocar moltes carreres de dites ciutats e viles, e arrauals de aquelles, totes les quals coses son molt perjudicials: axi al benefici publich de dites ciutats, e viles, com encara als particulars poblats en aquelles. Supliquen perço los dits tres braços a V. Magestat, si asa merce prouehir y manar que los dits manaments, fets a les dites ciutats, e viles del dit regne maritimes de fortificar aquelles a ses propies despeses, conforme a la dita traça de Ioan Batiste Antonelli, sien reuocats per la impossibilitat que tenen de pagarles, de manera que per no fer se dites obres conforme a dits manaments, no puixa esser procehit en manera alguna a contra les dites ciutats, viles e lochs, o particulars de aquelles, a execucio de algunes penes, ne de altra cosa alguna. Ques sobreseua fins que altra cosa sia prouehida per sa Megestat. Don Bernardus Vicecancellarius (…)”. Vespasiano Gonzaga, Duque de Maqueda, y virrey de Valencia, emitió en 1575, un informe cuya intención fue contribuir a la mejora defensiva de la costa, y propuso para Villajoyosa (18): “(…) Gonzaga, siempre un experto en el estudio del territorio para la mejora de su defensa, en su informe de 7 de marzo de 1576 consideraba que de las nuevas torres que había que construir en el reino en primer lugar estaba la que pedían los vecinos de Villajoyosa y Benidorm en la “Ysleta”, que debía ser mayor que las comunes y 11


ordinarias”. Con respecto a esta torre, los de Villajoyosa se comprometieron a contribuir a su contribución proporcionando toda la mano de obra, y debía ser más fuerte que las otras porque debía poder resistir ataques ya que solo iba a poder ser socorrida desde el mar. En el informe de Vespasiano de septiembre de 1575, en el que contaba lo de la torre de Cabo Roig, ya se explicaba que esa isla estaba a una media legua de Benidorm, y que era lugar de refugio de los corsarios. Como era una torre que sólo iba a beneficiar a Villajoyosa y Benidorm, ninguna otra villa iba a contribuir a su financiación (…)”. Francisco Requena Amoraga, incide sobre la visita de Vespasiano Gonzaga (20): “(…) La villa de Villajoyosa. Ya en líneas anteriores nos hemos hecho eco de la especial peligrosidad de la zona costera en torno a Villajoyosa, donde los navíos norteafricanos dedicados al corso pululaban en gran número favorecidos por un litoral repleto de cabos y calas casi siempre mal vigiladas y por la misma existencia del islote de Benidorm, cuya falta de fortificación por parte de los españoles facilitaba al enemigo un excelente punto de apoyo y cobijo desde el cual lanzar sus golpes contra la costa y sus moradores o contra cualquier barco cristiano que acertase a pasar por las inmediaciones (…) precisamente durante esta visita del virrey los de Villajoyosa aprovecharon para presentarle instancia, además de lo referente a la fortificación del islote de Benidorm, sobre la reparación de una vieja cortina de muralla (…)”. Luis Arciniesa añade sobre Vespasiano Gonzaga, que (20): “(…) El 30 de septiembre de 1575 firmó el informe de su inspección de la costa hacia Poniente, y el 19 de diciembre el de la costa hacia Oriente. En resumidas cuentas pretendía concentrar los gastos en escasos centros, como Alicante, Denia y Peñíscola (…). Junto a las grandes puertas de entrada al reino, los figurados lienzos de la muralla de la costa serían las sucesivas torres de vigilancia de las que recordaba la necesidad de la de Villajoyosa-Benidorm (…)”. Ante la falta de ayuda económica para la defensa costera, fueron los vecinos de Villajoyosa, los que tuvieron que defender su población en varias ocasiones (21): “(…) En el plano militar su falta de efectividad fue patente y basta con repasar los distintos sucesos ocurridos en el litoral durante los años siguientes a 1582 para convencernos de ello: el 22 de mayo de 1583 cuando galeotas berberiscas cayeron sobre 12


Villajoyosa, en septiembre de ese mismo año era saqueado el lugar de Chirles y en noviembre de 1583 y marzo de 1584 le llegaba el turno a Moraira, seguida por un auténtico rosario de nuevos golpes de mano que afectaron durante este último año a Altea, Callosa d´En Sarriá, Polop, Cabo Martín y Benisa. Si bien muchos de estos ataques resultaron infructuosos y los enemigos fueron rechazados –tal y como ocurrió en Villajoyosa, Calpe, Moraira y Polop-, el éxito solo cabe ser atribuido a los propios vecinos auxiliadores en ocasiones por los moradores de otros pueblos cercanos o por la guarnición de alguna fortaleza próxima, como fue el caso de Villajoyosa y los socorros procedentes de la fortaleza de Bernia (…)”. 1585 fue un año de reformas para la guarda y defensa de la costa. En primer lugar, el gobierno foral decidió aumentar el impuesto de la seda, para con éste pagar los salarios de los capitanes y oficiales de la guardia costera (22): “(…) Que lo nou imposit de la seda instituyt pera la bona custodia y guarda de la costa y marina del present regne, sia augmentat: y dita seda sia manifestada y dit dret distribuyt, y lo sou y salari dels Capitans y altres officials de la dita guarda, sia augmentat, en la forma y manera en los seguents Capitols contenguda. Cap. CXVI. Sacra C.R.M. los tres braçps ecclesiastich, militar y real del Regne de Valencia, en les ultimes corts per V Magestat celebrades en la present vila de Monço, per lo zel que tenie a la bona custodia y guarda de la costa y marina del dit Regne determinaren y delliberaren lo nou imposit de la seda, que llauors per V. Magestat fonch decretar. Y puix la experiencia ha mostrat y mostra lo effecte que ha fet y fa la dita guarda, y que aquella es necesaria, y que axi conue que sia procehida y continuada, la qual nos pot bonament sustentar sino es imposant nou dret sobre la dita seda que cull en dit Regne, his traura de aquell. Perço los tres braços residents en les presents corts per les matexes causes y rahons, ha determinat ques continue dita guarda ordinaria, y que per la sustentacio de aquella se impose dret de nou imposit de la seda en la forma contenguda en los seguents capitols, los quals supliquen los dits tres braos que per V. magestat sien auctorizats y decretats. Plau a sa Magestat. Frigola Vicecancellarius (…)”. En segundo lugar, y en este caso concierne directamente a la “Torre de Aguiló”, la población de Villajoyosa se obligaba directamente a proveer de productos a los soldados de 13


las torres (23): “(…) Que los del present Regne no sien compellits a donar forment ni farina, ni altres bastiments als soldats de les torres, y als atalladors, e altres guardes de la costa, sino essent primerament pagats al preu que comunament se vendran en los pobles de hon se pendran. Cap. CCXXIIII. Item que les ciutats, viles reals y lloschs del Regne, no puguen ser compellides a donar forment, ni farina, ni altres bastiments als soldats de les torres y als atalladors e altres guardes de la costa, sino essent primerament pagades dels preus de dists bastiments. E que dites vniuersitats tinguen obligacio de prouehirlos de dists bastiments ab sos diners, al preu que comunamente se vendran en los dits pobles. Plau a sa Magestat. Frigola Vicecancellarius (…)”. En tercer lugar, que los operarios de las atalayas de Villajoyosa, cumplieran con su misión de enviar los avisos al resto de partidos marítimos de la guardia costera, dado que no realizaban eficazmente su cometido (24): “(…) Que los atalladors del partit de Vilajoyosa passen los auisos, com se fa en los altres partits de la costa. Y que Vilajoyosa no sia molestada de hauerlos de passar auant. Cap. CCXXXV. Iten com al offici e carrech dels atalladors toque y se esguarde de passar los auisos de vns partits de la costa als altres: y de alguns anys enfa los atalladors del partit de Vilajoyosa sens causa ni raho alguna han dexat de passar dits avuises, y han obligat a la vila de Vilajoyosa quels faça passar a ses despeses, y en aço reb notable graueza, per esser com es dita vila molt pobre, per los danys que de cascun dia fan en aquella los Moros e cosaris: que perço sia V. Magestat seruit prouehir y manar que de aci auant los dits atalladors passen los dits auissos, si e segons se fa en tota la costa: y que la dita vila no sia per esta rahomes molestada. Plau a sa magestat. Frigola Vicecancellarius (…)”. Y por último fue aprobada la contratación de un artillero para la defensa de la plaza de Villajoyosa (25): “(…) Que parenxent a les persones de la guarda que conue possar en Vilajoyosa vn artiller, sia pagat lo salari de aquell del procehit del nou imposit. Cap. CCXXXVI. Itemper quant per part de la vila de Vilajoyosa se ha representat als dits tres braços, que essent com es una de les places mes importants per a la defensa del dit Regne, y per esta raho hi ha en aquella moltes peces de artilleria: e per esser dita vila molt pobre y no tenir facultat pera poder sostenir vn artiller: e que axi nos pot fer effecte algu ab dita artilleria, ans de cascun dia se van 14


menyscabant y perdent, que perço se prouehis que del procehit del dit nou imposit se pagas vn artiller pera dita artilleria per lo temps que paregues conveniente pera ques assinistrassen alguns vehins de dita vila en lo dit office: y per los dits braços se ha remes la prouisio sobre aço fahedora a les dites persones elegits pera la dita guarda, que perço sia V. Magestat seruit que tots que a les dites persones pareixera ques deu posar dit artiller en dita vila, se Puga pagar lo salari de aquell del procehit del dit nou imposit. Plau a sa magestat. Frigola Vicecancellarius (…)”. Añade Requena Amoraga sobre este tema (26): “(…) De todos modos, la presencia en la villa de abundante y buena artillería queda suficientemente atestiguada si atendemos al capítulo número CCXXXVI de las Cortes celebradas en 1585, en el cual los tres brazos pedían que fuese nombrado un artillero para servir en Villajoyosa y, en consideración a la pobreza de sus vecinos, que el salario de éste fuese pagado del dinero procedente del nuevo impuesto sobre la seda (…)”. Incide Francisco Requena, que las torres defensivas de la costa, y en este caso queda incluída la “Torre de Aguiló”, no se encontraban suficientemente preparadas para defender a la población frente a un fuerte asedio (27): “(…) Aunque las torres estaban acondicionadas para resistir con ciertas garantías ante pequeños ataques aislados, dando tiempo a la llegada de las fuerzas de socorro, no lo estaban ciertamente para aguantar un asedio en toda regla; los ocasionales éxitos como el de la torre de las Caletas de Villajoyosa, cuyos guardas lograron repeler en 1590 el asalto de Arnaut Mami al frente de unos 500 moros, se veían totalmente empañados por los muchos más frecuentes éxitos de los corsarios (…)”. 1.3. La evolución de la “Torre de Aguiló” durante la Edad Moderna. Durante el siglo XVII el gobierno foral continuó la lucha de erradicar el bandolerismo y la piratería, manteniendo en estado óptimo las defensas costeras. En 1604 fue emitida una real pragmática en la que se citaba la extirpación del bandolerismo en Villajoyosa, imponiéndose el aumento de las penas para los delincuentes (28): “(…) Revocacio de les reals Pragmatiques publicades en 12. de *ohembre 1596. y en 25. de Febrer del any 1603. sobre la extirpacio dels bandolers de Alzira, y altres lochs de 15


la Ribera, y de la ciutat de Alacant, viles de Sexona, Vilajoyosa, y altres parts. Cap. II. Item per les rahons de super deduhides se mostra tambe haverse contrauengut a dites disposicions forals ab les Pragmatiques reals publicades en dotze de Eohembre Mil cinchcents noranta y sis, y en vint y cinch de Febrer del any Mil siscents y tres, y en altres calendaris, sobre la extirpacio dels bandolers de Alzira, Algemesi, Guadazuar, y altres lloschs de la Ribera, y de la ciutat de Alacant, viles de Sexona, Vilajoyosa, y altres parts, ab les quals no sols es estat ordenat, imposant penes extraordinaries als receptadors de dits delinquents, molt mes de la imposada per fur, empero en quant se dispon que les mullers y parents del delinquents, per los delictes de aquells sien punits y desterrats del present Regne: y que pera probar dites receptacions, basten proles presumptiues e indicials, que tot aço es de diámetro contrari a dits furs, signanter al capitol cinquanta huyt Curiarum Anni Millesimi quingentesimi sexagesimi quarti, que parla en estos termens, y altres furs vulgars del present Regne: en lo qual a ocasio de la execusio de dites Pragmatiques se han seguit molt danys e inconuenients, puix se han seguit molts danys e inconuenients, puix se ha vist, que donzelles y menors, sens hauer hi culpa alguna encara presumpta en aquells, eren desterrats per preteses receptacions de pares y germans, sent cosa certa de justicia, que qualsevol estatut fet contra los receptadors, nos pot estendre, ni comprendre les persones que ratione sanguinis recullen sos fills, y parents. Y axi supliquen a vostra Magestat, sia servit manar reuocar y anullar dites pragmatiques que tracten de semblants receptacions. Plau sa magestat reuocar com reuoca dites pragmatiques, y Crides, les quals se feren per les rahons desus dites, confiat sa Magestat cessaran los delictes que donaren ocasio a la edicio y publicacio de dites Reals Pragmatiques y Crides. Covarrubias Vicecancellarius. (…)”. Al igual como ocurría en el siglo XVI, en el XVII Villajoyosa seguía demandando al gobierno foral el aumento del personal para la defensa de la costa, y de municiones. Mientras que desde el gobierno valenciano se seguía haciendo hincapié en que los atajadores de Villajoyosa siguiesen enviando los avisos al resto de partidos marítimos (29): “(…) Que en lo castell de La vila de Vilajoyosa hi haja tres guardes. Cap. CXCVIII. Item per lo que conue a la bona guarda maritima de la vila de Vilajoyosa, Supliquen los dits 16


tres Braços a vostra Magestat, que en lo castell de la dita vila hi haja de aci auant tres guardes ab salari competent, segons se paga a les demes guardes de la costa, pera donar auisos dels rebatos que succehiran en dita vila. Plau a sa Magestat. Covarrubias Vicecancellarius. Que les atalladors del partit de la vila de Vilajoyosa passent auant los avisos, com fes acostumat. Cap. CXCIX. Item, per deguda obseruacio del que esta dispost pera la bona custodia y guarda de la dita Marina; Supliquen los tres braços a vostra Magestat, sia seruit prouehir, que los atalladors que estan en lo partit de la vila de Vilajoyosa, sien obligats passar auant ab molta punctualitat los avisos, com fins huy se ha acostumat fer. Plau sa Magestat. Covarrubias Vicecancellarius. Que la Generalitat del present Regne done a la vila de Vilajoyosa cascun any Quatre quintals de polvora francament. Cap. CC. Iten los tres Braços supliquen a V. Mag. Sia seruit prouehir y manar, quecascun any se donen a la vila de Vilajoyosa per la Generalitat del present Regne Quatre quintals de poluora francament, pera fer los auisos dels vexells que porten mercaderies y vitualles al present Regne en lo temps que hi ha Moros en la costa. Plau a sa Magestat. Covarrubias Vicecancellarius (…)”. Siguiendo a Requena Amoraga (30): “(…) En las Cortes de 1604 se obtuvo, gracias al beneplácito real, que la guarnición del castillo fuese elevada a tres guardas de manera permanente para garantizar, además de su custodia, que se pudiera dar aviso a las torres vecinas de los rebatos producidos en la villa. Importante logro que, con todo, no sería el único, ya que los tres Estamentos del Reino consiguieron sacar adelante una petición para que la Generalidad concediese a Villajoyosa, de manera franca, una cantidad anual de 4 quintales de pólvora “…pera fer los avisos del vaxells que porten mercaderies y vitualles al present Regne en lo temps que hi ha Moros en la costa (…). Hacia 1626 parece ser que el estado de dicha artillería se había deteriorado notablemente. En las Cortes celebradas ese año en la villa de Monzón se decidió finalmente proceder a la restauración y puesta a punto de todas las piezas existentes en el castillo y los baluartes “…y que los gastos pera aço necessaris se haien de pagar dels diners destinats pera la custodia de la costa maritima, conforme se fa en Benidorm y 17


Altea, attes que la dita vila no pot acudir a estos gastos per los que se li ofereixen en guardes camperes y doblar de guardes en les torres y muralles(…)”. Luis Arciniesa García, explica en su obra, que junto al reforzamiento de las infraestructuras defensivas, el arquitecto Juan Bautista Antonelli, propuso la creación de una milicia ecuestre cuya función consistió en servir de apoyo para el contraataque de las incursiones de piratas que asolaban las poblaciones, en las que Villajoyosa tenía sus defensas costeras (31) :“(…) Juan Bautista Antonelli presentó otros informes que redundaron en lo mismo. Mantener los mismos peligros y las mismas soluciones: una material, que consistía en reforzar las defensas, y otra humana, que, por ejemplo, consistía en crear una milicia formada por dos compañías a caballo (…). La mayoría del resto de puntos costeros importantes se encontraban ya cercados para evitar los saqueos, pero en ningún caso podrían repeler la invasión de un ejército. Este era el caso de Guardamar del Segura, Villajoyosa, Benidorm, Altea, Calpe (…)”. La compañía ecuestre estaba ubicada en Villajoyosa, y se componía de trescientos hombres. Pero el gobierno local de Villajoyosa no estaba de acuerdo en el asentamiento de la misma en la población. Por ello, en 1626 solicitó al gobierno foral el traslado de dicha compañía, por los inconvenientes que les ocasionaba (32): “(…) Compañía de caualls si se ha de lleuar de Vilajoyosa, y mudar en altra part, sa Magestat ho remet al Lloctinent, y Capita general. Cap. LI. Item per quant la vila de Vilajoyosa no ha menester la compañía de caualls, que al present resideix en ella, pera la custodia de la marina; per tenir con te pus de trescents homens de pelea, y naixer tots los rebatos de Moros de la vila de Altea, y Benidorm, que disten dos llegues de Vilajoyosa, les quals ha de correr dita compañía, y quant arriba a dites dos viles, no pot fer efecte, per estar ya cansat los caualls, y per esta raho tenen loch los Moros de causar los danys que acostumen, y tornarse a ambarcar a lo son faluo; y tambe essent com son los soldats naturals de Vilajoyosa, perjudiquen en gran manera, y defrauden los pechos y carrechs de aquella, y ocasionen moltes inquietuts de plets voluntaris. Suplica pero a V. Magestat lo dit Estament Real, sia seruit ab acte de la present Cort, de prouehir, y manar que la dita compañía de caualls, sia llevada, y treta de la dita Vilajoyosa, y posada en la de Altea, o en altre puesto que pareixera mes conuenient, y a 18


proposit. Sa Magestat ho remet a son Lloctinent, y Capita general, para que sobre aço prouehisca lo que mes conuinga (…)”. Otro de los problemas que tenía el gobierno vilero afectaba al comercio, ya que los barcos mercantes portadores de productos para el consumo, no querían anclar los mismos en el puerto de Villajoyosa para no pagar el impuesto de peaje, debido a que los piratas musulmanes esperaban el momento para apresarlos (33): “(…) Peatge en Vilajoyosa se ha de pagar, segons se ha acostumat. Cap. LII. Iten per quant ha seccehit moltes vegades que los vexells que passen carregats per lo paratge de Vilajoyosa, encara que tinguen auis de que hi ha Moros, y cossaris, no volen venir a terra, per raho de que en llançar ferro en la plaja teneen obligacio de pagar lo dret de peatge, y Aixa son catiuats dels dits Moros, y cossaris: lo que ultra del dany del conmerci universal, y dels particulars que naveguen, y tambe del patrimoni Real. Suplica per tant a V. Magestat lo Braç Real, sia seruit de prouehir, y manar per acte de la present Cort, que tan solament se haja de pagar lo dret de peatge de les mercaderies, y robes que efectivament se vendran en dita vila de Vilajoyosa, y no per altre cosa; jatsia los vexells que porten aquelles facen escala, y llancen ferros en dita plaja. Plau a sa Magestat ques guarde lo acostumat (…)”. Paralelamente, el gobierno de Villajoyosa demandó al foral el arreglo de la artillería del castillo y la petición de un artillero para el mismo, recordando que ya fue cursada la misma en 1585 y denegada (34): “(…) Gasto faedor en adobar la artilleria de Vilajoyosa, de ahon se ha de pagar, sa Magestat ho remet a son Lloctinent general. Cap. LV. Item suplica a V. Magestat lo dit Estament Real, sia servir prouehir, y manar, per acte de la present Cort que se adoben les peces de artilleria, que estan en lo Castell, y baluart de la vila de Vilajoyosa, y que los gastos pera aço necessaris se hajen de pagar dels diners destinats pera la custodia de la costa maritima, conforme se fa en Benidorm, y Altea, attes que la dita vila no pot acudir a estos gastos, per los que se li ofereixen en guardes camperes, y doblar de guardes en les torres y muralles. Sa Magestat remet al Capita general que sobre lo contengut en dit capitol, proueheixca lo que mes convenga (…)”. Artiller sia nomenat pera la vila de Vilajoyosa, ab constitucio de salari. Cap. LVII. Item per quant en lo any 19


1585 fonch resolt que es nomenàs vn artiller pera la artilleria de la vila de Vilajoyosa, la qual nominacio james se ha fet, ni inseculat persona en dit carrech de artiller. Suplica per tant a V. Magestat, sia seruit de prouehir, y manar per acte de la present Cort, sia feta nominacio de dit artiller, senyalantli salari, pagador de les pecunias de la costa. Plau a sa Magestat, y en respecte del salari, sa Magestat lo manara senyalar, y de bon se ha de pagar (…)”. Requena Amoraga especifica que la compañía ecuestre fue trasladada a San Juan durante un tiempo, pero años después, volvió otra vez a Villajoyosa (35): “(…) Retomando el tema de la compañía de Villajoyosa, en 1676 se había declarado una epidemia de peste en las ciudades de Murcia y Cartagena, extendiéndose el contagio por el sur del reino de Valencia y cebándose con especial virulencia en la villa de Crevillente. La compañía de Villajoyosa fue llamada a colaborar con los guardas que formaban el cordón sanitario en torno a las zonas afectadas y, finalizado éste, permaneció alojada temporalmente en San Juan. El concejo de Villajoyosa volvió a solicitar del virrey, Duque de Ciudad Real, el regreso de esta unidad, obteniendo solamente la ambigua respuesta de que daría la orden de regreso cuando conviniese. Ante esta circunstancia, y recibida en julio de 1679 la noticia de que Alicante había suplicado a Su Majestad que la compañía permaneciese alojada indefinidamente en San Juan, Villajoyosa decidió apelar directamente al Rey mediante sendos memoriales que recogían las razones de la villa para pedir dicho regreso(…). Sabemos, no obstante, que la reposición de la compañía se hizo con bastante lentitud, como lo atestigua el hecho de que en marzo de 1681, casi seis meses después de la polémica entre el virrey y los electos de la costa, ordenase el rey escribir a éstos últimos para que fuese reorganizada con rapidez. Por fin, una nueva Consulta del Consejero de Aragón con fecha del 9 de diciembre de ese mismo año nos informa que dicha compañía de caballos ya se había terminado de formar y que los electos de la costa mostraban su disposición a trasladarla a Villajoyosa. Sin embargo, este traslado no estaba llamado a ser efectivo en un futuro inmediato. En enero de 1684 los electos volvían a suplicar a Su Majestad el regreso de la compañía a Villajoyosa aduciendo las razones que ya conocemos. Aunque la documentación no lo confirma, hemos de suponer que la compañía de caballos regresó por fin a su primitivo 20


alojamiento, ya que aquí finalizan las repetidas súplicas de Villajoyosa (…)”. Durante la segunda mitad del siglo XVII, el partido marítimo de Villajoyosa continuó sufriendo los ataques de los piratas musulmanes, hecho que provocó el despoblamiento de las tierras situadas en los alrededores de la ciudad amurallada, frente al incremento poblacional en el interior del núcleo fortificado (36): “(…) Eo obstante, a pesar de todas estas evidentes mejoras todo parece indicar que la situación general de Villajoyosa hacia mediados del siglo XVII se había deteriorado sensiblemente. El día 3 de mayo de 1644 el síndico de la villa informaba a Su Majestad a través del Consejo de Aragón de las imperiosas necesidades de introducir tropas de guarnición dentro de sus muros ante los continuos ataques realizados por los moros de Argel; según el representante de la villa las causas que obligaban a solicitar este refuerzo radicaban en que muchos vecinos, debido a su extremada pobreza, dedicaban sus barcas y personas al casi siempre lucrativo negocio del corso, mientras que los demás, ocupados en las labores de la pesca se veían obligados en ocasiones a permanecer varios días seguidos en el mar. El resultado de todo ello era que la villa quedaba ordinariamente con poca gente, situación que todavía se podría ver agravada si prosperaba por fin el intento de sacar gente de Villajoyosa para el nuevo batallón de la milicia efectiva (…). Aunque tenemos constancia de que el soberano mandó escribir sobre el tema del virrey de Valencia, Duque de Arcos, la provisión quedaría finalmente sin efecto. Ei un solo soldado fue introducido para presidir la villa y su castillo y, por el contrario, Villajoyosa hubo de contribuir con 27 hombres para la formación del tercio de Alcoy dentro de la milicia efectiva. Con el transcurso del siglo la situación se fue agravando progresivamente debido a las sucesivas salidas y restituciones de la compañía de caballos allí alojada; la última marcha de ésta, ocurrida en 1676, dejó a la villa con la reducida guarnición, aparte de los vecinos, de tres soldados y dos atajadores asignados al castillo, situación ante la cual hubo de reaccionar el Consejo de la villa, además de interponer los oportunos memoriales y reclamaciones, colocando a su propia costa dos guardas en el puesto de la fortificación denominado el Baluartet, otros dos en el portal de la villa, y cuatro guardas más en el exterior de las denominadas camperas, dos en la parte de Levante y dos en la 21


de Poniente. Por esas mismas fechas presentaba la villa un inconveniente añadido, y era que el crecimiento demográfico experimentado por ésta había provocado que el recinto amurallado no pudiese acoger a todos sus habitantes, muchos de los cuales se vieron obligados a construir sus casas extramuros con el consiguiente riesgo que esto entrañaba (…)”. 1.4. La función defensiva de la “Torre de Aguiló” durante la Ilustración. Durante el siglo XVIII, Villajoyosa continuó gobernando el partido marítimo que llevaba su nombre, de modo que las funciones defensivas costeras de la “Torre de Aguiló” no variaron durante este siglo. Tres soldados se ocupaban de la vigilancia costera desde la misma. Los sueldos de dos de ellos debían ser sufragados por Finestrat, como cita Castañeda y Alcover- por encontrarse dicha población más cercana a la torre. Mientras que el salario del tercero debía ser pagado por Villajoyosa (37): “(…) Distrito de Villajoyosa (…) El atajador que saldrá hacia Poniente tendrá obligación de correr la playa o descubrir el Murtal, el Tosal de la Cala y el Rincón, entrando en la Cala a tomar el seguro del soldado de la torre del Aguiló, que estará sobre el Chaonell esperando, pasando a hablar al atajador de Villajoyosa, y luego se regresará a su castillo. Torre del Aguiló. Eo tiene atajador; pero de los tres soldados tienen la obligación dos de salir todas las mañanas a hacer las descubiertas; el que es de compañía saldrá a la parte de Levante a descubrir el Chaonell, paraje en donde puede haber una fragata, no pudiéndose descubrir de otra parte, de donde dará el seguro al atajador de Benidorm, volviéndose a la torre en donde lo dará también, quedándose a la vista de la misma por ser de Compañía. El otro que saldrá por la parte de poniente descubrirá la Cala Fonda, la del Lleim y otros parajes, llegando hasta el río de Torres a dar el seguro al atajador de Villajoyosa, volviéndose a la torre, y hará lo mismo, marchándose luego dondequiera, por ser de villa (…)”. Distrito de Villajoyosa. (…) Torre del Aguiló: Entre dicha torre y Villajoyosa hay un sitio llamado el Estufador, en donde puede estar escondida una fragata y tendrá la obligación de poner en dicha torre dos hombres el

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lugar de Finestrat, por distar no más que una hora de dicho punto (…)”. Pasqual Almiñana, basándose en la bibliografía aportada por varios autores, hace referencia a la ubicación de la “Torre de Aguiló” (38): “(…) sigue el Rincón de la Cala, con un montecito, en el cual ay una torre en su alto, llamada Aguiló, con un río seco (…) A la salida de la plaia de Benidorm, partido de la “Cala” (…) y hacia Poniente se halla un estanco de aguas, en el que a veces ai pescado, cuias aguas son parte de el Mar, donde llega en las borrascas y parte de las avenidas de tierra i su plaia custodiada de dos puntas de Monte, que forman un estrecho boquete, que se podía cerrar con cadena, pues es tan estrecho, que sólo podía entrar un navío tras otro (…). A una milla, siguiendo la costa de Levante, existe una torre de guardacosta, llamada de “Aguiló”, continente de tres atalayas, y a su inmediación, por la parte de Levante, hay una playa llamada de la “cala”, en cuya situación podría formarse un puerto cerrado con cadena y muy capaz para encerrar muchas naves y formar bellos arsenales, al que con facilidad podrían conducirse las aguas exquisitas de las fuentes de Polop, que sólo distan de este sitio quatro millas al Eorte (…)”. Continúa explicando el filólogo benidormero, las diferencias históricas y toponímicas que existían entre la “Cala de Benidorm” y la “Cala de Morales”, perteneciente ésta última a Villajoyosa (39): “(…) Si tenim en compte la documentació des de 1673, la Cala no és la que ara considerem, sinó la que existeix actualment al terme municipal de Finestrat. Per tant, és la cala del terme de Finestrat, dita també de Morales, tal i com apareéis en Documentació l´any 1850, la que estén el seu significat a la cala de Benidorm. Déiem en l´Apartat, citat supra, que el que ara considerem la Cala és un racó. Hem de situar-nos a Benidorm i mirar cap a l´O., alesmores el que trobem és el Tossal de la Cala. Però, aquesta Cala es troba al darrera. Amb la definició que aportàvem de Coromines, arribàvem a aquesta conclusió. Per proximitat de la cala de Morales ha esdevingut la Cala. Actualment, a la cala de Morales se l´anomena des de Benidorm les dos Cales d´on solament hi ha una cala (…)”. Aunque las fuentes documentales no citan a la “Torre de Aguiló” directamente implicada en la defensa de Villajoyosa durante la “Guerra de Sucesión”, la bibliografía vilera apunta (40): “(…) Las guerras del siglo XVIII van a significar un 23


duro ataque a sus fortificaciones. Se sumó a la causa borbónica y fue tomada por los austríacos. Ello hizo que “hasta las guerras del presente siglo estaba murada y fortificada dicha villa con algunos castillos y fortalezas, que la mayor parte se demolieron en los asedios que sufrió durante la guerra de este Reino” (…)”. (41): “(…) En el primer tercio del siglo XVIII, bajo el reinado de Felipe V se aplicó en el Reino de Valencia el Decreto de Eueva Planta, que trajo consigo un continuo trasiego de batallones y regimientos, que a modo de ocupación llenaron pueblos y villas de tropas. Esa tropa acuartelada, milicia, somatén, o fuerza armada de paso por la villa daría acompañamiento, como en otros lugares, a procesiones y personajes –se cita en varias ocasiones el asentamiento en Villajoyosa, en el siglo XVIII, de los Regimientos de Galicia, de Sicilia y de Suizos Católicos, e incluso de Milicia Local (…)”. 1.5. El declive de la “Torre de Aguiló”. Desde 1803 comienza a nombrarse a la zona de la “Cala de Morales o de Villajoyosa” por el topónimo “(…) hoya de Morales, 1804: foyeta llamada de Morales; 1812: partida de la Foyeta de Morales (…)” (42). Denominación que se mantuvo a lo largo del siglo XIX, quedando reflejada en las fuentes archivísticas entre 1850 y 1893 (43). Pascual Madoz, en 1848, ya recogía el topónimo “Cala de Morales”, que situaba entre las calas del Conejo y del Tozal, ésta última -de la que explicó en su día-, que fue fondeadero de buques mayores. Junto a la “Cala de Morales” se erguía la “Torre de Aguiló”, a una altitud sobre el nivel del mar de 142´85 metros, sobre la “Punta Prima”, cuya participación en la “Guerra de La Independencia” fue directa, quedando bastante deteriorada tras la misma. Vicente Marquez, especifica sobre este periodo (44): “(…) Ya en el siglo XIX, bajo el reinado de Fernando VII, existió fuerza armada en la población en el periodo que abarca de 1823 hasta 1834, bajo la denominación de voluntarios realistas. Voluntarios que en La Vila Joiosa realizaron su cometido con la denominación de Batallón 3º de voluntarios Realistas, en una primera etapa para pasar a denominarse Batallón de Voluntarios Realistas de Muro nº 39, 24


3ª Brigada de la Villa de Villajoyosa, transformados luego en Milicia Urbana, que en La Vila Joiosa ejercieron como Milicia Urbana de Villajoyosa 1ª Compañía y 2ª Compañía (…)”. Fue el jurista e historiador benidormero, Pedro María Orts Berdín, quién dejó relatado –a fines del siglo XIX-, el asedio que sufrió dicha torre durante la “Guerra de la Independencia” (45): “(…) Los infames aliados no se contentaron con esos destrozos, y siguiendo la idea que presidía sus actos, cual era la de destruir todos los puntos fuertes que pudieran oponerse a la entrada libre de su comercio, bombardearon también las torres del Aquilón y Caletes, arrojaron al abismo los cañones de esta y sustrajeron un catalejo antiguo de gran alcance, prendiéndole fuego á su retirada si bien no se incendió por completo, gracias a que los torreros escondidos en la inmediata cueva del Azno, al reembarcarse los incendiarios, dominaron las llamas y salvaron parte de sus muros calcinados (…)”. Y Pascual Madoz Ibáñez, aporta mayor información al asedio de la población de Villajoyosa, sin hacer hincapié en sus torres defensivas (46): “(…) Acosados los liberales por las tropas realistas á la caída de la Constitución de 1823, y fortificados en la c. de Alicante, despreciando hasta cierto punto el descalabro que sufrieron por los sitiadores, trataron de hacer una expedición dirigida por mar contra Villajoyosa á bordo de siete faluchos. Un mar gruesa y un viento furioso de proa, hizo casi naufragar a los soldados apenas salidos de las aguas de aquella c; pero habiendo callado el tiempo pudo la escuadrilla presentarse á la vista en Villajoyosa. Fue sin embargo tan lenta la operación del desembarco, que su duración dio lugar á que los enemigos fuesen avisados y acudiesen en considerable número á la costa, donde todavía no habían tomado tierra más que las compañías transportadas en cuatro de los siete faluchos. Los soldados mareados, dejándose caer muchos sobre la arena y sin haber colocado antes las oportunas abanzadas apenas pudieron resistir el repentino ataque de los enemigos, mandados porque el titular Marco Samper, de Alcoy, los cuales lanzándose sobre aquellos con espantosa algazara, vinieron á las manos llevando por ventaja la sorpresa y su mayor número. Eo obstante, los constitucionales hicieron los más desesperados esfuerzos para ganar otra vez las lanchas; pero los marineros que las montaban, mandados a la fuerza para esta operación, las 25


abandonaron en aquel terrible trance, quedando por consiguiente aquellos entre el mar las bayonetas de los enemigos, que les estrechaban rápidamente. Cubierta ya la playa de cadáveres, rompieron el fuego los faluchos que aún no habían hecho el desembarco, cuyos disparos herían á amigos y enemigos esta resistencia contuvo bastante á los realistas, y después de un conflicto de algunas horas, se consiguió reembarcar á los soldados, merced a los esfuerzos de Bazan, dejando en el campo más de 50 hombres entre muertos, heridos y prisioneros; contándose entre los primeros al valiente Orozco, capitán de la milicia de Altea, que ya se había distinguido antes durante el sitio de Valencia. Los realistas dejaron por recuerdo en este pueblo el completo saqueo de la casa del hacendado D. Eadal Mayor, á quién causaron perjuicios de gran consideración (…)”. Con el final de la “Guerra de la Independencia” se produjo el declive de la “Torre de Aguiló”, hecho que coincidió coetáneamente con la instauración en España del “Cuerpo de Carabineros”, en 1824. A lo largo del siglo XX, la “Torre de Aguiló” prestó su funcionalidad como punto de referencia estratégico durante la “Guerra Civil”, pero durante la segunda mitad del siglo XX, permaneció aletargada, sufriendo un deterioro cada vez mayor, hasta el punto de servir sus paredes de murales para los grafitos, restándole su encanto original. En los últimos años del siglo XX, y primeros del XXI, el Ayuntamiento de Villajoyosa le dio un intento de revitalización incluyéndola dentro de los circuitos de senderismo, y colocando -en un lateral junto a la torre-, un cartel ilustrativo con una reseña histórica de la misma. Por las mismas fechas, el equipo de gobierno la incluyó como BIC “Bien de Interés Cultural”. La realidad es que la “Torre de Aguiló”, en los últimos cinco años, -desde que se ha repoblado la “Cala de Morales”, o de Villajoyosa, con la construcción de numerosos bloques de apartamentos, convirtiéndose en una zona residencial-, recibe a diario numerosas visitas de excursionistas, que cruzan los senderos de la sierra de l´Estany para llegar a la cima, coronada por la torre. La “Torre de Aguiló” ofrece a la vista del senderista una amplia y bella vista de la bahía de Finestrat, y de Benidorm, desde donde se divisa el más que urbanizado monte Tossal de 26


“La Cala de Benidorm” hasta la torre de Les Caletes, por el Este. Y la isla de Benidorm hacia el Sureste. Cuando se llega a la cima, se observa entre pinos, la cara occidental de la “Torre de Aguiló”, que presenta una pequeña ventana rectangular y ciega, adovelada y con un pequeño dintel de piedra. La fachada mejor conservada de la torre es la que mira al Norte, que presenta una ventana de medio punto adovelada y en la que falta la pieza principal: la clave. Sobre ella, culmina un elemento arquitectónico que la embellece, y que tenía funciones defensivas. La cara de la torre que mira a oriente tiene una ventana de pequeñas dimensiones, también de medio punto, pero construída rústicamente. Y la fachada principal de la torre es la que mira al mar, en dirección Sur, igualmente es la peor conservada, porque es la que recibió históricamente los últimos bombardeos producidos en la “Guerra de la Independencia”. En ella se observa un gran vano muy deteriorado, de lo que anteriormente fue la ventana. Y sobre ella, la culmina un elemento defensivo-ornamental de la arquitectura militar renacentista. La base de la torre se construyó utilizando el terreno llano existente entre grandes rocas, que actúan de contrafuertes, impidiendo el deslizamiento del terreno. La anchura de cada uno de los cuatro lienzos de la “Torre de Aguiló”, en su parte inferior, tiene unas medidas de entre 5´60 y 5´70 metros. Después se estrecha por cada uno de sus costados, a partir de los 2´25 metros de altura desde el suelo. La forma utilizada para la base de la torre no se construyó al azar, sino que fue en su momento, una gran revolución en la arquitectura militar porque se tuvieron en cuenta los extraordinarios avances de las armas de fuego.Este es el motivo de que la “Torre de Aguiló”, presente en cada una de sus cuatro caras, muros terraplenados. Vicente Forcada Martí (47), especifica que en la fecha en la que fue construída la torre “(…) aparecieron las primeras manifestaciones de la fase abaluartada, caracterizada por el uso de los ángulos de baluartes adelantados en disposición trapezoidal (…)” hecho que suponía para su época un enorme coste por su modernidad. “(…) El Duque de Maqueda (…) el 30 de marzo de 1563 (…) insistía en que fueran dotadas de artillería (…) esta medida suponía que estas torres pasaran de un sistema medieval de alerta y prevención a una red de puntos fortificados y artillados capaces de resistir y desbaratar los intentos de desembarco de tropas no muy numerosas. El nuevo 27


componente, la artillería, era tan fundamental que determinaba la distancia de las torres, pues cada una de ellas debía edificarse donde su tiro pudiera alcanzar el de la siguiente, introduciendo los mismos criterios de fuego cruzado que dominaban en los sistemas abaluartados de las fortaleza (…)”. Vespasiano Manrique Gonzaga, conde de Paredes, hizo especial hincapié –con la “Torre de Aguiló”-, en el siglo XVI, a través de la promulgación de las “Órdenes dictadas para los relevos y guardias en las fortalezas marítimas”, que (48): “(…) El Atallador, qui exirá devés ponent tindrá obligació de anar per la plaja a descubrir lo Murtal, el Tosal de la Cala y el Rincó, y apres entrar en la Cala a prendre a segur del Soldat de la Torre del Aguiló, que estará sobre el Chaonell esperant, y pres dit segur pasará al Atallador de Villajoyosa, y sen tornara a son Castell (…)”. Separado de la torre unos metros, y en dirección Este, se halla un perfecto círculo de 1´60 metros de diámetro, bordeado con piedra, y que acusa cierta profundidad, cuya función fue en otros tiempos el encendido de fogatas, -señales que hacían los torreros para avisar de incursiones en la costa-. Fruto de la actividad defensiva de las torres vigías de Villajoyosa, ha quedado el oficio de “torrero” en la tradición oral, adaptándose como apodo de los familiares de los verdaderos torreros que defendían la costa. El vilero José Giner Llinares ha recogido los “Apodos y renoms de La Vila Joiosa”, en una obra de reciente publicación, en la que aparece reflejado el apodo “Torrero” junto a la fotografía de uno de sus últimos exponentes Tomás Esquerdo Lloret “Torrero” (49). 1.6. La construcción del “Cuartel de Carabineros”. Villajoyosa contó con la construcción de dos cuarteles de Carabineros, uno de ellos situado en la población (50): “(…) En conjunto, el plano de Villajoyosa en esta segunda mitad del siglo XIX ofrece el aspecto de un triángulo. La base correría a lo largo de la playa, entre el Cuartel de Carabineros y la desembocadura del río Amadorio (…)”. Y el otro, ubicado sobre un montículo sobre la “Cala del Conill” con orientación Sureste, a una altitud sobre el nivel del mar de 116´5 metros, desde donde se divisa la “Torre de Aguiló”, situada frente al edificio, en dirección Suroeste. Su 28


función se centraba en la vigilancia de la costa, fronteras y aduanas para evitar el contrabando. Este cuartel, de amplias proporciones, y dotado de varias dependencias para los carabineros y sus familiares, además de una sala de armas y el despacho del jefe del puesto, tenía a su alrededor varias edificaciones de carácter rústico destinadas a cuadras. Dicha construcción –de carácter militar- se alzó en la solana, mirando al Mediterráneo, desde donde se divisaba la “Torre de Aguiló”, que dejó de utilizarse una vez que entró en vigor el servicio de vigilancia costero en el “Cuartel de Carabineros”. Se sabe de la pronta construcción de los cuarteles de Carabineros, -tanto el ubicado en la “Cala del Conill”, perteneciente a Villajoyosa, y más cercano a la “Cala de Morales”, como el situado en la punta de Les Escaletes de Benidorm, lugar donde se hallaba el castillo de construcción renacentista-, porque en el año 1855 se halló muerto en oscuras circunstancias a un carabinero en la partida de La Cala, de Benidorm (51): “(…) el 16 de octubre de 1855 se produjo un suceso inesperado: la muerte de Tomás López, un hombre que tenía 46 años que fue cabo segundo de carabineros y que “fue hallado muerto de un tiro en la partida de La Cala, en este término y por orden de Justicia se le hicieron los funerales de costumbre” (…)”. El oficio de “Carabinero” ha perdurado a lo largo del tiempo a través de los sobrenombres vileros. De hecho, existe en Villajoyosa el apodo “Caraviner” (52).

Capítulo II Arquitectura civil 2. El carácter rural de las primeras viviendas. 2.1.

El poblamiento de la “Cala de Morales” y “Cala del Conill”.

Fue en el siglo XIX cuando comenzó el poblamiento, -aunque mínimamente-, de los alrededores de la “Cala de Morales” y “Cala del Conill”. El motivo se halla en la erradicación de las invasiones piráticas de siglos anteriores, y de las luchas políticas de las guerras de “Sucesión”, -en el 29


siglo XVIII- y de la “Independencia”, que afectó a la primera mitad del siglo XIX. En dicha zona, se hallan en la actualidad las ruínas de tres edificaciones. Una de ellas, la más deteriorada, y de mayor tamaño, situada junto al camino principal de acceso a la “Cala del Conill”, y a una altitud sobre el nivel del mar de 113´8 metros. Ésta se compone de una entrada principal que divide varias estancias, que han sido transformadas a lo largo de siglos posteriores. Fue realizada con materiales líticos de la zona, fundamentalmente; además de la utilización de madera -empleada para el dintel de la puerta principal, cerchas y vigas de los techos del interior-. Las ventanas estaban protegidas con vigorosas rejas de hierro forjado, aunque de estructura sencilla. Y la cubrición del tejado –a dos aguas- se revistió con teja curva. Un poco alejado de la casa, se encuentra un aljibe con pozo, construído ya en el siglo XX. La fachada principal de dicha edificación está orientada al mar, en la solana. La segunda de ellas se halla en el fondo de la hoya de la “Cala del Conill”, conservandose todavía en buen estado una pequeña edificación con tejado a una vertiente, y pequeños vanos que iluminaban el interior de una única estancia. En un lateral y al cubierto, se encontraba la cuadra. Mientras que en el otro lateral y en el exterior del habitáculo estaba habilitada la cocina con un banco corrido, junto a un pequeño horno. Y muy cercano, un conjunto arquitectónico formado por un aljibe, pozo, abrevadero, y pila. Dicha edificación se encuentra en la umbría, -a 25´5 metros sobre el nivel de mar-, junto a un camino que discurre entre pinos y desde la que se divisan las calas y el mar abierto de Villajoyosa. Y casi junto al edificio del “Cuartel de Carabineros”, sobre un cerro contiguo –ubicado a 113´8 metros sobre el nivel del mar-, se hallan las ruínas totales de una tercera construcción, también ubicada en la solana.

Capítulo III. Arquitectura industrial 3. Los depósitos de nieve. Una climatología mucho más adversa y fría que la existente en la actualidad fue la que propició que las nevadas se diesen con mayor asiduidad en siglos anteriores. Este hecho 30


provocó que los hombres pensasen en almacenar la nieve para su utilización posterior, a lo largo de todo el año. Ese fue el punto de partida de los pozos de nieve (53): “(…) La nieve gozó de popularidad durante los siglos XVII, XVIII y XIX principalmente, hasta el nacimiento de la moderna indústria frigorífica. A partir de 1870 se inició la decadencia. La indústria se desmoronó con la aparición de las primeras máquinas productoras de hielo, ideadas por Tellier, inventor del frío industrial (…). Dejó de utilizarse cuando se abrió la fábrica de hielo de La Vila (…)”. El Ayuntamiento de Villajoyosa utilizó la nieve en el siglo XVIII para usos gastronómicos, y obsequiar a los grupos de danzantes en las fiestas. De ello, se hizo eco el autor vilero, Vicente Márquez (54): “(…) Otrosí en nueve de dicho mes a Jerónimo de orden de los Señores Alcalde y Regidor por haber traído una carga de nieve para la fiesta y proclamación del Rey Euestro Señor, catorce sueldos (…). Otrosí en dicho día de nieve que la villa gastó para refrescar a la gente que bailaba en dichas danzas cuatro Sueldos y sets (…).Otrosí por el refresco que esta villa mandó dar para tres noches de danzas, de azúcar y nieve (…). Otrosí de refresco agua nieve y azúcar esponjado para las danzas, una Libra diez y seis Sueldos y tres (…).Otrosí en dicho día por dos danzas que esta villa mandó hacer el dicho día de Euestra Patrona que se gastó de nieve para el refresco, de todouna Libra cuatro Sueldos (…). Otrosí (en 25 de Julio) de nieve y azúcar que la villa mandó comprar para la danza que se hizo en la calle del Señor Alcalde (…). Y en el refresco de nieve para las señoras según estilo doce Sueldos (…). Otrosí de nieve que se gastó en las danzas de Euestra Patrona Santa Marta dos Libras seis Sueldos (…). Otrosí de gasto que tuvo la villa en nieve para el refresco que se dio a los que danzaron en la Eoche del día de Euestra Patrona (…). Item de refresco nieve, azúcar (…). Item a recoger nieve, azúcar, para la danza de la noche del día de Corpus para los que bailaron en la plaza, de todo diez y seis ueldos y tres Dineros (…). Dicho día de nieve para las Danzas seis sueldos y ocho (…). Por la nieve que se gastó en el refresco que se les dio a los bailarines cinco Sueldos (…)”. Paralelos a la “Colada de la costa” y al “Azagador de La Cala”, - caminos ganaderos que atraviesan la sierra de “l´Estany”, desde Villajoyosa a Benidorm-, se hallan tres depósitos de nieve, de diferentes tamaños. 31


Los tres se ubican situados en la umbría, y están cubiertos por numerosos pinos, que evitan que los rayos del sol incidan directamente sobre los mismos. Los tres fueron construídos utilizando el desnivel de la montaña y excavando el suelo para generar profundidad. El borde superior de todos ellos, limita con el suelo montañoso y queda delimitado por rocas que forman un semicírculo sobre las paredes de tierra, enfoscadas con mortero de tierra y yeso, para evitar el desprendimiento de las paredes y paralelamente, contribuir a la impermeabilización de su interior. En su orígen, dos de ellos, se hallaban cerrados lateralmente hasta formar casi un perfecto círculo, pero el paso del tiempo sumado a la erosión, ha producido la rotura y desprendimiento en sus extremos. El más pequeño y primero de ellos, descendiendo por la “Colada de la Costa” desde el “Cuartel de Carabineros”, se sitúa a la derecha de la senda. Presenta un diámetro de 3´10 metros, y una altura que parte desde el nivel del suelo, llegando a 1´65 metros en los laterales, y a los 2´50 metros en su parte central mas elevada. Actualmente, el fondo del depósito se halla colmatado de sedimentos naturales. Tiene una gran abertura en la zona de acceso, y sus paredes parten desde el nivel del suelo. Descendiendo por la senda, se llega hasta un camino más ancho –en la actualidad-, que es el principal que atraviesa la montaña en su parte más baja, y que fue antaño un tramo del “Azagador de La Cala”. Adosado a este camino se halla, el segundo depósito, que a su vez es el más grande. Es perfectamente circular, quedando cerrado en toda su circunferencia, a excepción de un hueco, que sirve de entrada al mismo, y que separa el interior del exterior mediante unas piedras. Este depósito tiene una profundidad en su totalidad de 2´50 metros. Desde el hueco de entrada, su diámetro de izquierda a derecha es de 3´60 metros. Y desde la pared frontal a las piedras que marcan la delimitación con el hueco de entrada es de 3´50 metros; mientras que desde el mismo punto hasta el hueco que ejercía de puerta, la medida es de 4´20 metros. El hueco de entrada desde los muros laterales que cieran la circunferencia tiene una medida de 1´30 metros. Mientras que la altura de la pared de tierra derecha es de 1´20 metros de altura; y el de la izquierda de 1´50 metros. La diferencia de este depósito con el anterior reside en que está excavado totalmente en la tierra, utilizando la altura de un pequeño montículo sobre el terreno inferior que lo delimita. 32


Junto a la entrada al depósito hay una estrecha senda que desciende por la derecha del mismo hasta el hueco de entrada al recinto. Junto a esta zona existe un amplio espacio de terreno suficiente para dejar las caballerías, y los utensilios de trabajo. Y el último de estos tres depósitos se halla continuando por el camino principal del “Azagador de La Cala”, y girando a la derecha –frente a la residencia para la tercera edad Ballesol, en construcción-. Este se encuentra –frente a los anteriores-, en altura sobre el camino principal. También se ha construído utilizando el desniel de las paredes del monte formando un círculo con una gran apertura de entrada. Igualmente, las paredes laterales también se han desmoronado por el paso del tiempo, partiendo desde el suelo. Las paredes laterales presentan una altura de 1´75 metros en la parte izquierda, -observándolo de frente-; mientras que la pared derecha tiene una altura de 1´60 metros, y la altura total de la pared central asciende a 2´50 metros, como en la descripción de las anteriores construcciones. En la actualidad, el espacio de acceso al depósito entre ambas paredes laterales tiene un diámetro de 2´50 metros, mientras que en la parte central, el diámetro es de 2´70 metros. Por otro lado, la distancia existente desde la pared izquierda al punto central de la pared más elevada es de 4´00 metros. Mientras que la misma distancia tomada desde la punta de la pared derecha, es de 3´10 metros. Este depósito presenta en sus paredes, confluyendo con las piedras superiores que lo delimitan, pequeños agujeros –a modo de puntos donde se insertaron troncos que cumplían la función de vigas-. Estas marcas lo diferencian frente a los otros dos depósitos. Pudiera ser que estas marcas se hicieran con posterioridad para darle un uso diferente del que posiblemente tuvo en su origen. El procedimiento de recogida de la nieve era el siguiente (55): “(…) La nieve se abocaba por las puertas y ventanas del interior del pozo, donde otro grupo de hombres provistos de pilones y mazas de madera iban chafando la nieve al ritmo de unas canciones (…). Cuando una capa de nieve llegaba a un grosor determinado, se aislaba de la siguiente por medio de una capa de paja o de cascabillo de arroz, aislante igualmente utilizado para evitar el contacto de la nieve con el fondo y las paredes del pozo. Al acabar de llenarlo, se disponía una última capa de paja y se cerraban las puertas y ventanas. Se establecía un vigilante o empleado que cuidaba del pozo y que 33


durante la temporada veraniega era el responsable de “picar” y de extraer la nieve para que los transportistas las llevaran hasta las neveras de los pueblos. La nieve picada se compactaba mediante unos moldes de madera y, después de pesarla, se envolvía con mantas y paja y se transportaba con bestias de carga, generalmente mulos (…)”. Los hombres que trabajaron en el oficio de la nieve, fueron bautizados con diferentes sobrenombres, que todavía se conservan en Villajoyosa, como son “José Aragonés La Neu” y “Pou” (56).

Capítulo III Entorno natural

3. La “Torre de Aguiló” y su entorno natural. Antonio José de Cavanilles fue el primer observador de la naturaleza, a su paso por el término de Villajoyosa en el siglo XVIII, más cercano a la “Torre de Aguiló” (57): “(…) Saliendo de Benidorm hácia poniente se transita un buen trecho de arenas sueltas y estériles: sigue otro no menos ingrato de cascajo y tiera endurecida sin árboles y sin cultivo hasta entrar en el término de Villajoyosa, donde el suelo muda de condición: aquí la tierra es fértil y algo parda. Vense al principio multitud de higueras, luego grandes algarrobos y tal qual almendro: estos son pequeños y enfermizos, porque tal vez será excesivamente duro el fondo de los campos: los algarrobos tienen pocos inxertos machos y mucha leña inútil (…)”. En el entorno de la “Torre de Aguiló”, se encuentra la “Serra de L´Estany”, que como ha documentado el filólogo benidormero Pasqual Albiñana, este topónimo ya existía desde 1803 como “Montes del Estany”, dos elevaciones situadas en las actuales Cala de Benidorm y Cala de Finestrat (58): “(…) Si tenim en compte la partida de la Cala i la platja de la mar, podem situar el topònim a l´O., de Benidorm dins de la mateixa partida de la Cala (…). Encara més, tenim: A la salida de la plaia de Benidorm, partido de la “cala”, […] y hacia Poniente se halla un estanco de aguas, en el que a veces ai pescado, cuias aguas son parte de el Mar, donde llega en las borrascas y parte de las avenidas de tierra y su plaia 34


custodiada de dos puntas de Monte, [..] (Castañeda, 1919 (S.XVIII):48). És evident que l´estanco de aguas i l´Estany són el mateix, amb la qual cosa podem situar definitiament les serres de l´estany a banda i banda de l´actual cala de Finestrat (…)”. Uno de estos cerros “de l´Estany”, lo sitúan en el término de Villajoyosa (59): “(…) Les Serres de l´Estany son los dos cerros que se se encuentran a ambos lados de la Cala de Finestrat. Uno pertenece a La Vila y el otro es compartido con Benidorm. Este topónimo hace clara referencia a la configuración del lugar (…)”. Pascual Madoz Ibáñez, también se ocupó de reflejar el territorio natural que envolvía la entrada al término de Villajoyosa (60): “(…) La atmósfera es clara y alegre, sin que por desgracia de aquel seco país la enturbie casi nunca el más pequeño nubarrón (…). Saliendo de Benidorm hacia el O., se transita un buen trecho de arenas sueltas y estériles; sigue otro no menos ingrato de cascajo y tierra endurecida sin árboles y sin cultivo hasta entrar en el térm. de Villajoyosa donde el suelo muda de condición, y la tierra es fértil y algo parda (…). Al E. 16º E. dist. 2/2 millas de la población, está la torre de Aguilón á continuación de la costa que siempre es poco elevada (…)”. La “Cala de Morales” conservó su denominación hasta la década de los años setenta del siglo XX, siendo su último propietario vilero Jaíme Morales Ruíz, pero su fisonomía se vió modificada (61): “(…) y la de Morales (actualmente colmatada por arenas del barranco de la Cala) (…)”. Quereda Sala reseña que en el siglo XX, el Plan General de Ordenación Urbana, realizado en 1970, contemplaba (62) “(…) la ampliación de los casi inexistentes espacios verdes o zonas forestales públicas. Aproximadamente se señala un 10% de área verde mínima. Específicamente, se señala en el plan de mantenimiento de las zonas forestales privadas, en las que no se permitirán urbanizaciones masivas (…)”. En 2004, el “Grup Ecologista Xoriguer” realizó un trabajo de campo que fue editado por la Caja de Ahorros del Mediterráneo, bajo la denominación de “Rutes Ecològiques a La Vila Joiosa”, en el que fue descrita la ruta del “Racó del Conill”, en la que se halla incluída la subida a la “Torre de Aguiló”, ubicada en el pico montañoso denominado “Serra de l´Estany”. El texto describe que la longitud de la ruta es de 3.200 metros, siendo atravesada en parte por un antiguo 35


camino pecuario la “Colada de la Costa”, que parte de la cala del “Racó del Conill”, (63): “(…) La ruta s´inicia al mirador, des del qual podrem veure gran part de la ruta, que transcurre vorejant el penya-segat en direcció al EE. (…) En aquest tram ja podem comprovar com la vegetació és la típica de les muntanyes litorals vileres (caracteritzades climatològicament per altes temperaturas i poca aigua) on té una forta presència l´espart (Stipa tenacísima) i el romer (Rosmarinus officinalis). Jusnt a ells, alterna algun pi blanc (Pinus halepensis). Si ens hi fixem observarem com en alguns arbusts d´espí negre (Rhamnus lycioides) (…) Ací oliveres (Olea europaea) i garrofers (Ceratonia siliqua), cultivats anys enrere pels seus fruits, alternen amb la resta de plantes, adaptan-se a unes condicions de vida, és dures. (…)Si seguim per aquest camí arribarem fins als penya-segats. Mirant cap a ponent podem veure la platja naturista coneguda amb el nom de Racó del Conill. Es tracta d´un cúmul de còdols dodats que, junt a les roques llises que penetren fins a la mar, formen una bella caleta de què la mediterrània presumeix. Continuarem cap a ponent per una marcada senda de desnivell pronunciat i que ens portará fins a la Torre d´Aquiló (torre defensiva del segle XVI) (…). Quasi arribant a la Torre ens trobarem amb el punt més elevat de la ruta. Si mirem cap a ponent gaudirem d´una magnifica vista dels relleus muntanyencs del sud de La Marina Baixa i L´Alacantí. Si seguim un poc més, per fi arribarem a la Torre d´Aquiló on tindrem una magnífica vista de La Cala (en primer terme) i Benidorm (al fons). (…) Seguidament (…) agafarem una senda que naix a la part nord de la Torre i que ens portarà, entre una formació densa de pins, a trobar un camí de terra, la via pecuària de la “colada de la costa”. L´ombra dels pins i la menor exposició als vents salats afavoreix l´aparició de noves plantes com la petorrera (Erica multiflora) i els fenasars (Brachypodium retusum), on també apareixen algunes orquídies (Ophrys speculum). (…) Seguirem la via pecuària cap a l´esquera, passant per la casa dels carabiners (antic lloc de vigilancia costaner per a evitar el contraban), arribarem a la zona on havíem deixat els vehicles. En aquest tram, els pins quasi desapareixen i la vegetació que predomina és el romer i l´espart, tot apareixent un major nombre de tomonet (Thymus vulgaris), cantueso (Thymus moroderi) i algun rabet de gat (Sideritis leucantha) (…)”. 36


Igualmente, también se encuentra en este monte otras especies florales como el hinojo “Foeniculum vulgare”, cebullada (Globularia Alypun), palera, pitera, cactus, ruda (Ruta angustifolia), timonet (Thymus vulgaris), raïm de pastor –una planta asociada al pastoreo, que se preparaba para su degustación introduciéndola en vinagre durante un tiempo-; jara (Cistus albidus), murta (Myrtus communis), esparraguera (Asparagus horridus), coscoja (Quercus cocifera), arrayán (Osyris lanceolada), etcétera. Por otro lado, si se observan de cerca las rocas que existen a lo largo de todos los senderos que cruzan la sierra de l´Estany, se puede apreciar cierta variedad de una microflora como son musgos y líquenes, que aparecen adheridos a las piedras formando núcleos celulares o conjuntos y que ofrecen un atractivo aspecto de tonalidades amarillentas, grisáceas y negruzcas. La sierra de l´Estany estaba atravesada por varios caminos ganaderos, que recibieron diferente denominación según la amplitud de cada uno de ellos. El principal, es el antiguo “Azagador de La Cala”, que recorría los términos de Villajoyosa, pasando por la “Cala de Morales”, hacia la partida de “La Cala” de Benidorm. Siendo un tramo del mismo, el camino actual que discurre entre la pinada de la sierra de l´Estany. El azagador tenía unas medidas mayores que la “Colada de la Costa”, que discurría desde Villajoyosa, pasando por delante del antiguo “Cuartel de Carabineros”, situado sobre la “Cala del Conill”, y que en la actualidad es una senda de menor amplitud, que desciende desde el “Cuartel de Carabineros”, hacia el “Azagador de La Cala”, que cruza la parte inferior del monte de l´Estany. E incluso, los antiguos mojones que alertaban de la situación de caminos y azagadores, son los que actualmente se utilizan como mojones para las rutas senderistas que atraviesan esta zona. A lo largo del camino que parte desde la playa de la “Cala de Morales”, se asciende desde el nivel del mar, en progresión paulatina, hasta los 142´85 metros de altura de la sierra “de l´Estany”, en que fue construída la “Torre de Aguiló”, aunque el punto más elevado se alza a unos metros de dicha torre con una altitud de 147´17 metros. Los numerosos senderos de esta montaña están marcados por signos identificativos, que parten desde el camino principal, bien con palabras marcadas en el suelo: 37


“naturalista”, bien por mojones de piedras de diferentes tamaños, y por micropictogramas pintados en piedras. Aunque todas las estaciones del año son buenas para respirar la naturaleza de este monte, el otoño es una época especial, debido al suave clima que envuelve a la “Cala de Morales”, donde se puede pasear y caminar observando -además de la vasta flora que lo envuelve- numerosas setas y hongos de distintas variedades, formas y colores, que se recogen en esta monografía.

Capítulo V. Apéndice documental. 5.1. Arquitectura militar. Las fotografías que se exponen a continuación ofrecen un amplio repertorio de todo lo que se puede observar en la sierra de l´Estany. 5.1.1. “La Torre de Aguiló”. La exposición documental se inicia con una muestra de arquitectura militar correspondiente a la “Torre de Aguiló”: 1. Fachada occidental en la que se aprecia un pequeño vano ciego. 2 y 3. La fachada septentrional es la mejor conservada de toda la torre. Presenta una ventana adovelada, con excepción de la clave, enmarcada dentro de un arco de medio punto. 4 y 5. Fachada oriental en la que se observa una ventana de medio punto, enmarcada de forma rústica. 6 y 7. Fachada meridional. Por sus elementos defensivos y ornamentales, demuestra que fue la fachada principal de la torre. Como se puede observar es la más deteriorada por encontrarse frente al mar, hecho que le hizo ser receptora de los bombardeos producidos contra ella en la “Guerra de la Independencia”, en la primera mitad del siglo XIX. 8. Vista lateral de la torre desde donde se aprecian la fachada meridional y occidental. 9. Detalle de parte de la fachada occidental de la “Torre de Aguiló”, desde donde se divisa la Isla de Benidorm. 38


10. En el extremo más oriental del montículo existe una perfecta circunferencia cuya función en siglos pasados, fue la de hacer fogatas en su interior cuando se producían avistamientos de piratas, para avisar al resto de torres y atalayas cercanas. 11. La “Torre de Aguiló” vista desde el “Cuartel de Carabineros”. 5.1.2. El “Cuartel de Carabineros”. 1. Vista del “Cuartel de Carabineros” desde la senda de acceso a la “Torre de Aguiló”. 2. La “Torre de Aguiló” se divisa perfectamente sin tener que salir del “Cuartel de Carabineros”, desde una de sus ventanas. 3. Restos de ruínas de una de las cuadras ubicadas ante el “Cuartel de Carabineros”. 4. Detalle del exterior de una de las ventanas ubicada en la fachada principal del “Cuartel de Carabineros”. 5. Vista panorámica de la “Cala del Conill” desde el interior del “Cuartel de Carabineros”. 6. Conjunto arquitectónico militar del “Cuartel de Carabineros” ubicado sobre la “Cala del Conill”, y construído en el siglo XIX. 7. Detalle del entramado del techo, formado por tejado a dos vertientes en su exterior y vigas de madera en su interior. 8. Detalle de la piedra del portal, originaria de la construcción de la vivienda en el siglo XIX. En cambio, las losetas de mosaico hidráulico de su interior son fruto de una reforma posterior. 9. Detalle de los grafitos que se hallan en el muro superior de las puertas de acceso a los despachos de “Jefe del puesto” y “Sala de armas”. 5.2. Arquitectura civil. 1. Vivienda decimonónica ubicada en la hoya de la “Cala del Conill”. Presenta una puerta centrada en la edificación, que accede al camino; dos ventanas de pequeño tamaño, y tejadillo a una vertiente.

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2. Detalle del banco corrido utilizado para cocinar, y anexo exteriormente en la vivienda ubicada en la hoya de la “Cala del Conill”. 3, 4 y 5. Conjunto arquitectónico que engloba aljibe, pozo, pila de lavado, y abrevadero. Se encuentra independiente, pero muy cercano a la vivienda decimonónica ubicada en la hoya de la “Cala del Conill”. 6. Detalle de la cuadra, -en su momento techada y cerrada al exterior- ubicada anexa a la vivienda decimonónica de la hoya de la “Cala del Conill”. 7. Detalle de la forma de hierro empleada para el cerramiento de las ventanas de la vivienda decimonónica ubicada en la hoya de la “Cala del Conill”. 8. Interior de la vivienda decimonónica ubicada en el camino de entrada al “Cuartel de Carabineros”. Se puede observar las vigas que sostienen el techo, en este caso con tejado a dos vertientes. 9. Puerta principal de acceso a la vivienda decimonónica ubicada en el camino de entrada al “Cuartel de Carabineros”. La vivienda se construyó con material lítico de la zona, y madera. Aquí se puede ver el dintel de la puerta realizado con madera. 5.3. Arquitectura industrial. 1. Detalle del primer depósito ubicado a la derecha de la “Colada de la costa”. Este es el que se encuentra más elevado de los tres existentes en la sierra de l´Estany. 2 y 3. Detalle del depósito de mayor tamaño y mejor conservado, que se halla junto a un tramo del “Azagador de La Cala”, que cruza –entre pinos-, la base de la sierra de l´Estany. 4 y 5. Paredes laterales del tercer depósito, ubicado igualmente en el mismo tramo del “Azagador de La Cala”, siendo éste el más cercano al mar. 5.4. El entorno natural. 5.4.1. Paisajes. 1. La Isla de Benidorm vista desde la “Cala de Morales”. 40


2. Rocas de la playa de la “Cala de Morales”. 3. Detalle del acantilado existente debajo de la “Punta Prima”, entre la “Cala de Morales” y sierra de l´Estany. 4, 5, 6, 7, 8, 9, y 10. La “Cala de Morales” sufrió la llegada de numerosas incursiones piráticas a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII; y de la soldadesca que participó en la “Guerra de Sucesión” en el siglo XVIII, y “Guerra de la Independencia”, en el siglo XIX. 11, 12, 13, 14 y 15. Diferentes vistas de la “Cala de Morales”, Isla de Benidorm y acantilados de la “Punta Prima” en la sierra de l´Estany, desde un tramo del “Azagador de La Cala”, desde donde se entra al monte por la zona más inmediata al mar. 16. Vista desde un tramo de la “Colada de la Costa”, a su paso por el depósito que se encuentra más escondido en la sierra de l´Estany. 17 y 18. Vista del entorno natural de la “Cala del Conill”, al que se accede por una senda de acceso a la “Torre de Aguiló”. 19. La Isla de Benidorm, vista desde la parte más elevada de la “Cala del Conill”. 5.4.2. Rutas. 1. Montículo de piedras a modo de mojón que se halla en un tramo de la “Colada de la Costa”, a su paso por la sierra de l´Estany. 2. Pequeños mojones de piedra que señalan los actuales senderos, que cruzan la sierra de l´Estany. Estos, concretamente, se hallan en un tramo de la “Colada de la Costa”. 3. El camino principal de acceso a la sierra de l´Estany, está marcado para conducir a los caminantes hacia la “Torre de Aguiló” y “Cala del Conill”. 5.4.3. Roquedos. Estas fotografías son un mero ejemplo de las zonas rocosas que existen en esta montaña. Lo mejor es visiarla.

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5.4.4. Flora. Lo mismo ocurre con los múltiples y diversos ejemplares de la flora de la sierra de l´Estany que se renueva a lo largo de las estaciones del año. 5.4.5. Microflora. Musgos y líquenes tapizan el suelo forestal y rocoso de la montaña. Estos son algunos ejemplos de lo que se puede observar a lo largo del camino. 5.4.6. Micología. Las fotografías realizadas para esta monografía han sido realizadas durante los meses de octubre y noviembre, pudiendose observar un amplio elenco de variedades y especies.

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(9). ARCINIESA GARCÍA, Luis. “Defensas a la antigua y a la moderna en el Reino de Valencia”. Valencia. Espacio, tiempo y forma. Serie VII. Historia del Arte. Tomo 12. 1999. Página 74. (10). REQUENA AMORAGA: Francisco. “La defensa de las costas valencianas en la época de los Austrias”. Alicante. Generalitat ValencianaDiputación Provincial de Alicante. 1997. Página 206. (11). CÁMARA, Alicia. “Los guardianes del mar: fortificaciones, torres y atalayas en la costa valenciana (s. XVI)”. UNED. No se especifica lugar, ni editorial y fecha de publicación. Página 2. (11). “Fvurs, Capitols, prouisions, e actes de cort fets per lo Serenísimo Don Phelip Princep, e primogenit de la Cesarea Real majestad del Emperador y Rey nostre Senyor, e gobernador general dels regnes de la corona de Arago. En les corts generals per aquell celebrades als regnicols de la ciutat y regne de Valencia, en la vila de Monço, en lo any M.D. XXXXVII”. Impresso en la insigne y coropnada ciutat de Valencia, en casa de Ioan de Mey Flandro. Any M.D.L.V. Página 25. (12). REQUENA AMORAGA, Francisco. Ibiden. Página 206. (13). “Fvrs, capitols, provisions, e actes de cort fets en lo ani MDLII. Stampats, e rubricats ab remissions y concordancias de diversos furs y privilegis sobre aquells ara novament acotades”. Foren impresos en la insigne y coronada ciutat de Valencia per Ioan de Mey Flando, En lo Any M.D.L.V. Página 16 y 17. (14). REQUENA AMORAGA, Francisco. Ibiden. Página 114. (15). “Fvrs, capitols, prouisons, e actes de cort, fets y atorgats per la S.C.M. del Rey Don Phelip nostre Senyor ara gloriosament regnant: en les Corts generals per aquell celebrades als regnicols de la ciutat y regne de Valencia, en la vila de Monço, en lo any M.D.LXIIII”. Estampats en la insigne y coronada ciutat de Valencia, en casa de Ioan Mey. Any M. D. Lxv. Venense en Valencia en casa de Pere Borbo liber, dauant la Diputacio. Página 37. (16). “Fvrs, capitols, prouisons, e actes de cort, fets y atorgats per la S.C.M. del Rey Don Phelip nostre Senyor ara gloriosament regnant: en les Corts generals per aquell celebrades als regnicols de la ciutat y regne de Valencia, en la vila de Monço, en lo any M.D.LXIIII”. Estampats en la insigne y coronada ciutat de Valencia, en casa de Ioan Mey. Any M. D. Lxv. Venense en Valencia en casa de Pere Borbo liber, dauant la Diputacio. Página 37. (17). Ibiden. (18). CÁMARA, Alicia. Ibiden. Página 25 y 26. (19). REQUENA AMORAGA Francisco. Ibiden. Página 206. (20). ARCINIESA GARCÍA, Luis. Ibiden. Página 89 y 90. (21). REQUENA AMORAGA: Francisco. Ibidem. Página 104. 43


(22). “Fvrs, capitols, provisions, e actes de cort, fets y atorgats per la S.C.R.M. del Rey don Phelip nostre senyor ara gloriosament regnant: en les Cortes generals per aquell celebrades als regnicols de la ciutat y regne de Valencia, en la vila de Monço, en lo any M.D.LXXXV”. Estampats en la insigne y coronada ciutat de valencia, en casa de Pedro Patricio mey Any M.D.LXXXVIII. Venense en casa de Gabriel Ribes, llibrer, dauant la Diputacio. Página 58. (23). Ibiden. Página 66. (24). Ibiden. Página 69. (25). Ibiden. Página 69. (26). REQUENA AMORAGA, Francisco. Página 206. (27). REQUENA AMORAGA, Francisco. Página 110. (28). “Fvrs, capitols, provisions, e actes de cort, fets y atorgats per la S.C.R.M. del Rey Don Phelip nostre senyor, ara gloriosament regnant: En les Corts generals per aquell celebrades als regnicols de la Ciutat y Regne de valencia, en lo monestir del glorios Sanct Domingo del Orde de Predicadors de la dita Ciutat de Valencia, en lo any M.DCIIII”.Estampats en la insigne y coronada Ciutat de Valencia, en casa de Pere Patricio Mey proa de S. Marti, Any de la Natiuitat del Senyor M.DCVII. Página 14 y 15. (29). Ibiden. Página 90. (30). REQUENA AMORAGA: Francisco. Ibiden. Página 206. (31). ARCINIESA GARCÍA, Luis. Ibiden. Página 87 y 88. (32). “Fvrs, capitols, provisions, e actes de cort, fets y atorgats per la S.C.R.M. del Rey Don Phelip nostre senyor, ara gloriosament regnant. En les Corts generals per aquell celebrades als regnicols de la Ciutat y regne de Valencia, en la vila de Monço, en lo Any M.DC. XXVI”. Estampats en la insigne y coronada Ciutat de Valencia, en casa de Iuan Batiste marçal, proa de S. Marti, Any de la natiuitat del Senyor M. DC. XXXV. Página 123. (33). Ibiden. Página 123. (34). Ibiden. Página 124. (35). REQUENA AMORAGA: Francisco. Ibiden. Página 100 y 103. (36). REQUENA AMORAGA: Francisco. Ibiden. Página 206. (37). CASTAÑEDA Y ALCOVER, V. Ibiden. Tomo II. Páginas 129, 130 y 138. (38). ALMIÑANA OROZCO, Pasqual. “Els topònims de Benidorm (1321-1955)”. Col.lecció Pàgines de Benidorm. Benidorm. Ajuntament de Benidorm. 2001. Página 294. (39). Ibiden. Página 295, 210 y 211. (40). QUEREDA SALA, Jose J. “Comarca de la Marina: Alicante. Estudio de geografía regional”. Alicante. Diputación Provincial. 1978. Página 374.

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(41). MARQUEZ GALVAÑ, Vicente. “Esencia y tradición de la fiesta en La Vila –Siglos XVIII y XIX-. Los archivos de la fiesta II”. San Vicente del Raspeig. ECU. 2003. Páginas 18 y 19. (42). ALMIÑANA OROZCO, Pasqual. Ibidem. Página 185. (43). ALMIÑANA OROZCO, Pasqual. Ibidem. Página 210. (44). MARQUEZ GALVAÑ, Vicente. Ibiden. Página 19. (45). ORTS BERDÍN, Pedro María. “Apuntes históricos de Benidorm”. Alicante. Est. Tip., de El Liberal. 1892. Página 54 y 55. (46). MADOZ IBÁÑEZ, Pascual. “Diccionario geográficoestadístico- histórico. Alicante (Ampliación facsimilar)”. Madrid. 1849. Reeditado en Valencia. Librerías París Valencia 1995. Página 3 a 33. (47). FORCADA MARTÍ, Vicente. “Torres de vigía y defensa de la costa del distrito del Castell de Eules: los nombres de “Beniesma”, “Moncofar”, y “Santa Isabel de Carrillo”. Castellón. Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura. Tomo LXX. Enero-marzo 1994. Páginas 86 y 87. (48). FUSTER PÉREZ, Joaquín. “Baronía de Polop”. Polop. Ayuntamiento de Polop de La Marina. 1991. 2ª edición. Página 575. (49). GINER LLINARES, José. “Apodos y renoms de la Vila Joiosa”. Edita: José Giner Llinares. Compañía Berberiscos. Villajoyosa. Gráficas Esquerdo. 2008. Página 67. (50). QUEREDA SALA, Jose J. Ibidem. Página 378. (51). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “Sanidad y muerte en Benidorm (1700-1900)”. Colección Uróboros. Editorial Albedo. Página 128. (52). GINER LLINARES, José. Ibiden. Página 30. (53). GARCÍA CASTRO, Mercedes; LÓPEZ MARTÍNEZ, Candelaria; MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Miguel; GARCÍA GANDÍA, José Ramón; PALAZÓN SPECKENS, Manuel. “Finestrat, su pueblo y su gente. Antiguos oficios, costumbres y tradiciones”. Finestrat. Ayuntamiento de Finestrat. 2006. Página 68 y 70. (54). MARQUEZ GALVAÑ, Vicente. Ibiden. Página 64, 105, 107, 110, 112, 113, 114, 116, 117, 121, 123, 132, 133. (55). GARCÍA CASTRO, Mercedes; LÓPEZ MARTÍNEZ, Candelaria; MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Miguel; GARCÍA GANDÍA, José Ramón; PALAZÓN SPECKENS, Manuel. Ibiden. Página 72. (56). GINER LLINARES, José. Ibiden. Página 50 y 56. (57). CAVANILLES PALOP, Antonio José. “Observaciones sobre la História Eatural, Geografía, Agricultura, Población y frutos del reyno de Valencia”. Madrid. 1795-97. Página 243. (58). ALMIÑANA OROZCO, Pasqual. Ibidem. Página 175. (59). GARCÍA CASTRO, Mercedes; LÓPEZ MARTÍNEZ, Candelaria; MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Miguel; GARCÍA GANDÍA, José Ramón; PALAZÓN SPECKENS, Manuel. Ibiden. Página 39. 45


(60). MADOZ IBÁÑEZ, Pascual. Ibiden. Página 3 a 33. (61). DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE ALICANTE. “Rutas de la cultura marítima de la provincia de Alicante”. Diputación Provincial de Alicante - AECIPE. Alicante. 2003. Página 161. (62). QUEREDA SALA, Jose J. Ibidem. Página 384. (63). Grup Ecologista Xoriguer. “Rutes Ecològiques a La Vila Joiosa”. Villajoyosa. CAM. 2004. Páginas 9 a 14.

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