CERDOS
Al Día
Comprendiendo rápidamente la infección y la patología causada por Streptococcus Suis
Apasionados por la salud animal
No. 8 MAYO 2006 MVZ. Jorge Galaz Asesor Técnico Línea Porcinos Laboratorios Virbac México S.A. de C.V.
A pesar de que la intensa investigación realizada sobre S. suis en los 10 últimos años ha aportado una información novedosa e importante, persisten todavía varios enigmas sobre las infecciones causadas por este microorganismo. Por ejemplo, actualmente podemos aislar, identificar y serotipificar fácilmente cepas procedentes de cerdos enfermos. También podemos aplicar nuevas técnicas moleculares para completar los estudios epidemiológicos. Hoy en día, disponemos también de información relativa a que las cepas no son necesariamente las mismas en todas partes. No obstante, carecemos de la información más significativa para controlar la infección y la patología: detección de animales portadores, identificación de factores de virulencia y/o marcadores, vacunas protectoras, conocimiento sobre serotipos distintos al serotipo 2, etc. Probablemente, parte de esta información estará disponible tras el uso de los numerosos y nuevos métodos biotecnológicos que diferentes laboratorios en todo el mundo están aplicando actualmente.
CERDOS El personal de laboratorio no puede seguir trabajando sin la visión de los veterinarios que afrontan diariamente infecciones causadas por S. suis. Análogamente, los clínicos deberían tener acceso a la información actual generada por diferentes laboratorios de todo el mundo y aplicar estos conocimientos para optimizar el control de las infecciones causadas por este importante patógeno. DIAGNÓSTICO CLÍNICO DESCRIPCIÓN DE LOS SIGNOS CLÍNICOS Un diagnóstico clínico presuntivo de Streptococcus suis se efectúa a partir de cerdos destetados, en base a signos clínicos como muerte súbita, meningitis, fiebre y artritis. El signo clínico más precoz y constante de la infección por S. suis es la fiebre de 40 - 42ºC. Entre los signos clínicos pueden aparecer uno o varios de los mencionados anteriormente. El periodo de incubación puede ser extremadamente corto (< 24 h). En consecuencia, en brotes muy agudos el primer signo puede consistir simplemente en la aparición de uno o varios cerdos muertos. A menudo aparecen casos hiperagudos en los cuales los cerdos son encontrados muertos sin haber observado previamente signos clínicos. Los cerdos destetados con meningitis son frecuentemente los primeros indicadores de infección por S. suis en el grupo. Los signos clínicos de meningitis evolucionan desde una leve incoordinación, cambio postural y ataxia hasta decúbito lateral con movimientos de pedaleo, convulsiones, opistótonos y nistagmo horizontal. Muchos de los cerdos presentan la esclerótica hiperémica, la conjuntiva roja y tumefacta y la mirada fija. En la mayoría de los casos de meningitis no tratada, la muerte aparecerá entre 4 y 5 horas tras el inicio de los síntomas. En brotes muy agudos, puede observarse septicemia: orejas y partes distales de las extremidades azules (cianosis). Sin embargo, en la mayoría de los casos el signo más notable corresponderá a síntomas nerviosos. En ocasiones, el curso de la enfermedad no es tan rápido. En este caso es posible observar signos clínicos como artritis. Aunque después de una septicemia no mortal puede aparecer una neumonía asociada a S. suis. El microorganismo, cuando se localiza en el pulmón, suele ser un invasor secundario a otros patógenos. Es muy habitual que persistan secuelas, como ceguera o posturas anormales de la cabeza (que a menudo se confunde con otitis media), en los animales que se han recuperado de la enfermedad. EDAD DE APARICIÓN DE LA ENFERMEDAD Y SIGNOS CLÍNICOS La edad de aparición de la enfermedad y los signos clínicos varían según la explotación pero son de algún modo específicos de cada una de ellas. La enfermedad aguda asociada a S. suis aparece inicialmente en cerdos destetados aparentemente normales, sin que existan signos predisponentes particulares. Con o sin meningitis, los cerdos presentan artritis y poliserositis con cojeras y tumefacción en múltiples articulaciones. Este cuadro sigue a la septicemia. La endocarditis vegetativa es una secuela que aparece al cabo de algunas semanas de la infección aguda. El cerdo con endocarditis vegetativa es encontrado muerto o seriamente enfermo con diversos grados de dísnea, cianosis o pérdida de peso. Las infecciones por S. suis en lechones lactantes se diagnostican de forma menos frecuente que en cerdos recién destetados. Sanford et al. describen las infecciones por S.suis en el cerdo neonatal con el término de «fading pig syndrome». Aunque los cerdos están sanos al nacer y maman con energía, mueren a las 12-14 horas después del parto. Este cuadro podría confundirse con inanición o hipoglucemia si no fuera porque se obtienen cultivos puros de S. suis a partir de muestras de corazón, sangre y articulaciones de estos cerdos. Para confirmar el diagnóstico son necesarios una exploración minuciosa y un cultivo. La expresión de las infecciones por S. suis en lechones lactantes puede estar influida por prácticas de manejo que no se efectúan en las condiciones higiénicas correctas (corte de la cola, corte de colmillos, desinfección de ombligos, etc...) o por instalaciones que pueden causar abrasiones o lesiones cutáneas; en este caso la aparición de artritis es muy frecuente. 2
DIAGNÓSTICO CLÍNICO DIFERENCIAL El diagnóstico clínico diferencial incluye pseudorabia (Aujeszky), Haemophilus parasuis (enfermedad de Glässer), enfermedad de los edemas y falta de agua (intoxicación por iones de sodio). En base a nuestra experiencia, H. parasuis es la enfermedad más dificil de diferenciar de S. suis y a menudo no puede excluirse hasta obtener los resultados del cultivo y la histopatología. Aunque no es fácil diferenciar entre estas enfermedades basándonos únicamente en los signos clínicos, la toma de la temperatura del animal será útil. La infección por H. parasuis (enfermedad de Glässer) cursa con hipertermia, pero sólo en raras ocasiones será superior a 41ºC. En la enfermedad de los edemas, la temperatura no suele ser elevada y en todo caso no excedería los 40ºC. En infecciones causadas por S. suis, la temperatura puede sobrepasar fácilmente los 41ºC. Parece que el PRRS (Síndrome Reproductor y Respiratorio Porcino) ha causado un incremento notable de la incidencia de infecciones por S. suis en cerdos lactantes. El virus del PRRS predispone al cerdo a contraer numerosas enfermedades bacterianas secundarias, entre las que destaca la causada por S. suis. También se detecta frecuentemente S. suis como patógeno secundario implicado en los procesos siguientes: PMWS (Postweaning Multisystemic Wasting Sindrome o síndrome multisistémico de adelgazamiento post-destete), pseudorabia, Pasteurella multocida o Actinobacillus pleuropneumonie. DIAGNOSTICO PATOLOGICO Las lesiones causadas por la infección aguda por Streptococcus suis se observan principalmente en cerdos destetados o en entrada a la engorda. No obstante, las lesiones pueden hallarse también en lechones lactantes. En lechones lactantes pueden observarse 3 tipos de lesiones diferentes: Septicemia, poliartritis y meningitis. La prevalencia de esta última es variable en función del país.
CERDOS En animales destetados y durante la engorda se observan con frecuencia lesiones de las serosas (meningitis, artritis, serositis), así como endocarditis. En esta etapa del animal, la septicemia es menos frecuente.
En cerdos de más de 50 kg al final de la engorda, si bien las lesiones agudas son raras pueden observarse a menudo lesiones crónicas durante el examen postmortem en forma de adherencias y endocarditis vegetativa. Aunque las lesiones neumónicas pueden asociarse a una infección por S. suis, estas se consideran principalmente secundarias a otras enfermedades.
PATOGENIA Streptococcus suis: Un patógeno meníngeo primario Streptococcus suis es uno de los patógenos porcinos más importantes en todo el mundo. Entre los serotipos descritos, el serotipo 2 parece ser el más importante debido a la elevada frecuencia de aislamiento, su asociación a diferentes manifestaciones clínicas en los cerdos y su implicación zoonótica. Este serotipo está relacionado principalmente con trastornos nerviosos (meningitis) y afecta a 4
cerdos de diferentes edades, principalmente entre las 6 y 10 semanas de vida. Asimismo, ha sido asociado a cuadros septicémicos en lechones muy jóvenes, en los cuales la rápida propagación del microorganismo tras la infección causa la muerte en pocas horas. Otros procesos clínicos relacionados con las infecciones por S. suis son problemas reproductivos, endocarditis, formación de abscesos, poliartritis y bronconeumonía. A pesar de que el serotipo 2 ha sido considerado siempre el más virulento y frecuente, otros serotipos pueden ser altamente virulentos para los animales. Además, ante un brote de enfermedad se pueden aislar diferentes serotipos a partir de distintos animales enfermos de la misma explotación o incluso en un mismo animal. S. suis es generalmente la única especie bacteriana aislada en casos de meningitis, lo que sugiere su condición de patógeno primario en estos casos. Por el contrario, en procesos bronconeumónicos, además de S. suis pueden aislarse numerosos agentes infecciosos diferentes, tanto víricos (influenza porcina, PRRS) como bacterianos (Pasteurella multocida, Actinobacillus pleuropneumoniae, Mycoplasma hyopneumoniae y Bordetella bronchiseptica), por lo que la implicación de S. suis como causa primaria de la neumonía porcina resulta controvertida. De hecho, S. suis puede actuar como patógeno oportunista o patógeno pulmonar secundario. VACUNACIÓN La eficacia de las vacunas de Streptococcus suis es controvertida a pesar del uso de vacunas comerciales en muchos países, particularmente en EE.UU. Aunque los resultados de su uso no son todavía satisfactorios, las autovacunas parecen proporcionar los mejores resultados a pesar de que su eficacia no siempre pueda demostrarse completamente. Los estreptococos inducen respuestas inmunitarias humorales y mediadas por células. Aunque se ha demostrado el efecto protector de los anticuerpos postvacunación y postinfección, la inmunidad celular desempeña también un importante papel, dado que sus mediadores (IL1, IL2) incrementan la eficacia de las vacunas. La respuesta inmunitaria es específica del serotipo. Si se aíslan numerosos estreptococos potencialmente patógenos de un grupo de cerdos, sólo una de las cepas, y más raramente dos, será responsable de la aparición de signos clínicos. En consecuencia, es imposible preparar una vacuna universal utilizando métodos tradicionales. Actualmente, se están efectuando investigaciones sobre la identificación de los factores de virulencia que compartirían las cepas inmunógenas y patógenas. Se han publicado dos tipos de trabajos. Algunos se basan en el poder inmunógeno de proteínas con diferentes pesos moleculares, algunas de las cuales inducen una buena protección frente a cepas homólogas pero no frente a cepas heterólogas. Otros trabajos se centran en las propiedades antigénicas de los factores de virulencia. Aunque no todas las cepas patógenas poseen estos factores, estos pueden estar presentes en algunas cepas no patógenas. La situación no es, pues, evidente. Todas las vacunas estimulan la inmunidad de mediación humoral, especialmente los preparados inactivados, siempre y cuando el proceso de inactivación no haya destruido los epítopos más importantes. Las vacunas preparadas con cepas atenuadas proporcionan una inmunidad más completa, tanto humoral como celular. No obstante, deben utilizarse con precaución, debido al riesgo de reversión de la virulencia, que es indeseable en bacterias potencialmente zoonóticas. ANIMALES APTOS PARA LA VACUNACIÓN Y PAUTA A SEGUIR Es posible vacunar a las cerdas al final de la gestación. Una de las ventajas potenciales es la inducción de una mejor inmunidad calostral. Tal como se ha mencionado anteriormente, los estreptococos inducen inmunidad tanto humoral como celular. La inmunidad humoral genera la producción de inmunoglobulinas, como IgG, esenciales para la transferencia de la inmunidad maternal a través del calostro. No obstante, no se dispone de datos concluyentes que ratifiquen esta hipótesis. Sería interesante conocer la seroconversión postvacunal o tener un indicador de la respuesta vacunal. Otra ventaja consistiría en la reducción progresiva del número de bacterias virulentas vehiculadas por las cerdas, lo cual reduciría efectivamente la contaminación de los lechones. En términos prácticos, la vacunación de lechones se efectúa con más frecuencia que en cerdas. La elección de la edad para la administración de la vacuna se basa en los datos epidemiológicos de la enfermedad en cada granja. La segunda inyección (refuerzo) se administrará en general 2 semanas antes del inicio del periodo
CERDOS de riesgo. Aunque se desconoce la interferencia de los anticuerpos maternales y la calidad de la respuesta vacunal en el lechón, ésta debe tomarse en consideración y la primovacunación de lechones nacidos de madres vacunadas no debe realizarse antes de las 3 o 4 semanas de edad. No obstante, no es recomendable esperar demasiado para no interrumpir la inmunidad, con la consecuente aparición de una ”ventana” de vulnerabilidad. TRATAMIENTO Aunque la meningitis estreptocócica es reconocida por muchos criadores de cerdos (por lo menos en su forma clínica) y existen nuevos datos sobre su patogenia, es todavía una enfermedad difícil de controlar. La dificultad de predecir la cronología de un brote en una granja supone la necesidad de utilizar diversos programas de control en función del veterinario implicado, la zona e incluso el país. Estos programas de control o programas sanitarios preventivos tienen que basarse en el resultado de investigaciones clínicas, postmortem, bacteriológicas y epidemiológicas, de manera que pueda instaurarse un programa de manejo efectivo, reforzado con el uso de vacunas y antimicrobianos. Frente a un brote de una enfermedad, hay 2 fases concretas para el control efectivo de la misma: la primera tiene que ver con la acción inmediata necesaria y la segunda, con los métodos preventivos que deben ponerse en práctica después de que la fase clínica esté bajo control. ACCIONES DURANTE LA FASE AGUDA DE LA ENFERMEDAD El objetivo consiste en reducir la mortalidad y los signos clínicos (ver Diagnóstico clínico). Se considerará únicamente la forma clínica más habitual, que suele observarse durante el periodo postdestete. No obstante, también se harán algunos comentarios sobre los periodos menos frecuentes, pero de riesgo. Probablemente la etapa más importante sea la detección precoz de los primeros lechones que presenten signos clínicos. Durante la fase aguda, la observación minuciosa de los lechones por lo menos 4 veces al día permite la detección precoz de los animales que presentan cada vez más dificultades para levantarse o tienen problemas de equilibrio. Estos animales (incluso aquéllos con signos sospechosos) deben sacarse de la sala en que estén para llevarlos a la enfermería, en la medida de lo posible fuera de la nave. Si no se dispone de enfermería, es recomendable dejar a los animales en el pasillo. No obstante, esta medida de aislamiento tan esencial no puede aplicarse en una maternidad. El tratamiento de los animales identificados como enfermos se efectúa en 3 fases: La primera fase consiste en la administración de un producto antiinflamatorio para controlar las reacciones causadas por la lisis de los estreptococos tras la administración de antibióticos. Después de un tiempo, en función del producto antiinflamatorio administrado se inyectará un antibiótico (segunda fase), cuya selección dependerá de las propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas de dicho antibiótico. Esta selección estará influida, por ejemplo, por las características de la cepa de Streptococcus suis, la capacidad del antibiótico para atravesar la barrera hematoencefálica y la CMI frente al patógeno concreto de la granja. La tercera fase consistirá en rehidratación, dado que tras las convulsiones y la fiebre aparece rápidamente un cuadro de deshidratación. La administración vía parenteral o rectal de electrolitos es preferible a la vía oral. La protección de los animales de la zona donde se han identificado animales enfermos se realizará mediante antibióticos. Aquí también es esencial un buen conocimiento del perfil farmacocinético/farmacodinámico del antibiótico. Los antibióticos de elección son los betalactámicos y en particular la amoxicilina. Estos fármacos alcanzan rápidamente niveles plasmáticos elevados, difunden bien en el espacio extracelular y son de amplio espectro, mostrando una actividad particularmente favorable frente a patógenos grampositivos como S. suis (CMI baja). Desde un punto de vista práctico, el tratamiento puede iniciarse a través del agua de bebida siempre que la granja esté equipada con un sistema adecuado (un dosificador de agua). Este tratamiento es cómodo de administrar y permite 6
programar la duración de la administración durante el día. No obstante, se requiere un control adecuado del aparato, que consiste en el ajuste de la velocidad de incorporación, el conocimiento de la solubilidad máxima del principio activo contenido en el producto antibiótico utilizado y el ajuste del bebedero para evitar pérdidas. También es posible administrar el antibiótico en forma de alimento medicado. Debido al modo de propagación de la enfermedad, es preciso empezar muy rápidamente con el tratamiento. Será necesario vaciar los comederos para reemplazar el alimento por alimento medicado. Aunque algo menos práctica, la medicación en alimento permite un control más exacto de la medicación. Sea cual fuere el método utilizado, es crucial que el tratamiento se mantenga durante un mínimo de 5 días.
SANEAMIENTO Existen técnicas inespecíficas, no sanitarias, para el control de todas las patologías y, en general, su utilidad está subestimada. En el caso de Streptococcus suis, estas medidas higiénicas inespecíficas son particularmente importantes debido al conocimiento epidemiológico limitado de la enfermedad, la respuesta a menudo insatisfactoria a la intervención médica, las características clínicas inusuales de la enfermedad (frecuentemente, inicio extremadamente rápido) y el hecho de que la enfermedad no se asocia fundamentalmente a una escasa higiene ni a prácticas de manejo deficientes. Se admite que el control de las enfermedades puede lograrse a través de la puesta en práctica de varios tipos de acciones. No obstante, hoy en día, no es posible indicar qué acciones son las más importantes y cuales son secundarias. Se cree que los tres ámbitos que requieren especial atención para controlar la enfermedad asociada a cepas patógenas de S. suis son los siguientes: mantenimiento de una población estable de animales con respecto a los portadores de la enfermedad y la inmunidad, adopción de programas de manejo que reduzcan al mínimo los microorganismos procedentes de cerdos o del ambiente y creación de condiciones que incrementen al máximo las defensas inespecíficas de los animales.
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