3 domingo de pascua 2015

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ORAR EN EL MUNDO OBRERO 3er Domingo de Pascua (19 de abril de 2015) Comisión Permanente HOAC

¿Comerán hoy los cuerpos de los pobres? ¿Se les seguirá considerando simples fantasmas, o por fin nos acercaremos a tocarles y curarles sus manos y sus pies heridos…? ¿Seguiremos encontrando hoy aquella «sorpresa horrorizada» de los discípulos en nuestro contacto con los empobrecidos del mundo obrero, en cuya carne y huesos se nos aparece nuevamente Jesús resucitado?

Ibraima Dabo, (joven de 28 años originario de Guinea Bissau) Llegó a Tenerife en barca tras un viaje de más de un año atravesando Guinea Bissau, Senegal, Mauritania, Sahara y Marruecos: “Sólo comíamos pan con sardinas y agua, algunos días no VER teníamos nada”. Tras pasar 27 días en el CIE (Centro de internamiento de Extranjeros) de Tenerife llegó a Madrid… Al no tener papeles y no hablar español le resultó difícil encontrar empleo. Una mañana, un compatriota le informó de que en el Centro Social Patio Maravillas daban clases de español. Ibraima se inscribió en este curso al que todavía asiste. En la situación precaria en la que se encuentra decidió, junto a otros jóvenes que frecuentan los talleres del Patio Maravillas, formar en 2011 una cooperativa de autoempleo con servicio de catering llamada Jumbo. En este catering se ofrece comida típica africana en reuniones y eventos. Desde 2007, la Oficina de Derechos Sociales ofrece actividades como asesoría jurídica para inmigrantes, clases de castellano, campañas dirigidas al cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros y el fin de las redadas racistas... Es martes por la tarde y unas 50 personas, en su mayoría inmigrantes, se reúnen en el Centro Social Seco para recibir asesoría colectiva y gratuita, ante la posible pérdida de sus viviendas. Carlos Romero, ecuatoriano, es el primero en explicar su caso. “Mi hipoteca era con Bankia, al no saber cómo afrontar la situación contraté a una abogada a la que pagué un total de 5.300 euros. Yo le pedía recibos de los pagos que iba haciendo a la abogada, pero ella me decía que no era necesario. Un día me llamaron del banco y me dijeron que mi casa ya no me pertenecía, allí me di cuenta de que la abogada no había hecho ningún trámite para impedirlo. Me quitaron mi casa, donde vivía con mis nietas”. Más de 40 personas se reúnen en el Centro Social EKO, que surge en el estallido del movimiento 15M tras la ocupación de un edificio abandonado durante más de 14 años. Hoy, un miembro de la PAH asesora a los vecinos del barrio de Carabanchel. Hay tres actividades del grupo de vivienda. Una es la ayuda en el marco jurídico ante los posibles desahucios, para realizar acompañamientos de negociación en los bancos contando con el apoyo de abogados para ello. Las otras dos son proyectos de apoyo mutuo: la tienda gratis y la de alimentación. 1


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La primera es una tienda de ropa en la que prima el intercambio equitativo y equilibrado. En el proyecto de alimentos participan personas en paro con problemas hipotecarios. Consiguen productos en los

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mercados, en los pequeños comercios más solidarios. Luego, cada uno de ellos recibe una cesta con los alimentos que han recolectado con mucho esfuerzo. Unas 30 cestas que corresponden a 30 hogares.

Estos centros sociales se han convertido en espacios para combatir la crisis y recrear una alternativa al actual sistema en la que la colaboración, trabajo, compromiso, interculturalidad y solidaridad son claves para superar esta difícil etapa. MEDITEMOS

Todavía no estamos sentados a la mesa del mundo “como quien sirve”, y mucho menos que estemos dispuestos a “lavar los pies” de los seres humanos en más necesidad, los de otra raza, los de otro color de piel, los refugiados, los “medio muertos” por intentos de genocidio, los inmigrantes y los que ni siquiera tienen ánimo para emigrar. Para ello es preciso que la Iglesia sea “cuerpo de Cristo en la historia”, como rezaba el título de la segunda carta pastoral de monseñor Óscar Romero (Hernández Picó RLT 84).

La gente que tenga cierta sensibilidad puede recitar este poema-oración sin prisas, sintiendo las palabras en los labios… saliendo del corazón… sintiendo cómo van encarnándose en mi propia piel… PON TUS MANOS SOBRE MÍ (Fl. Ulibarri)

Pon tus manos sobre mí, Jesús, tus manos humanas, curtidas y traspasadas: comunícame tu fuerza y energía, tu anhelo y tu ternura, tu capacidad de servicio y entrega. Pon tus manos sobre mí, Jesús, y abre en mi ser y vida surcos claros y ventanas ciertas para el Espíritu que vivifica: líbrame del miedo y de la tristeza, de la mediocridad y de la pereza.

Pon tus manos sobre mí, Jesús, que están sucias y perdidas; dales ese toque de gracia que necesitan: traspásalas, aunque se resistan, hasta que sepan dar y gastarse y hacerse reflejo claro de las tuyas.

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Déjame poner mis manos en las tuyas y sentir que somos hermanos, con heridas y llagas vivas y con manos libres, fuertes y tiernas, que abrazan los pobres y la vida.


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EVANGELIO (Lc 24, 36-48) Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice: “Paz a vosotros”. Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Y él les dijo: “¿Por qué os alarmáis? ¿Por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo”. Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: “¿Tenéis ahí algo de comer?” Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: “Esto es lo que os dije cuando estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí”. Entonces les abrió en entendimiento para entender las Escrituras. Y les dijo: “Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la promesa de mi Padre; vosotros, por vuestra parte, quedaos en la ciudad hasta que os revistáis de la fuerza que viene de lo alto”. La aparición del Resucitado induce el pánico. El pavor de los discípulos se debe a la identidad que atribuyen al que acaba de forzar la entrada: Creen que están viendo un “fantasma”. Pies y manos deben llevar marcas para que revelen una identidad. De lo contrario, es preciso ver la cara para reconocer a una persona. Habiendo mirado y palpado, los discípulos llegan al reconocimiento de Jesús y cesa todo malentendido. Como estamos viendo, Lucas admite la corporalidad de la resurrección. En efecto, los primeros cristianos, provenientes del judaísmo, no podían concebir una resurrección personal que no fuese corporal. La tradición seguida por Lucas se enfrenta tanto a los detractores de cualquier tipo de resurrección como a los partidarios de una resurrección espiritual: estos son los que sólo se dedican a salvar almas…, pero no al hombre entero. Para afirmar la corporalidad de la resurrección se recurrirá al vocabulario de la carne: “creo en la resurrección de la carne”. Pero lo que afirmamos en el Credo, ¿no es la resurrección de la persona entera con su ser personal y su historia vivida? En cuanto al modo de la persona resucitada, ¿no pertenece al misterio de Dios? Por eso, hablar del «modo» sólo podemos hacerlo en “parábola”. Nunca deberíamos olvidarlo cuando interpretamos textos como el de las apariciones. Ni deberíamos olvidar que la cultura antigua ya no es la nuestra. Más allá del ropaje literario, ¿qué nos está diciendo este pasaje a nosotros hoy? Pues bien, a mí me parece que los problemas a que el texto de hoy nos debería remitir son del tipo siguiente: ¿Comerán hoy los cuerpos de los pobres? ¿Se les seguirá considerando simples fantasmas, o por fin nos acercaremos a tocarles y curarles sus manos y sus pies heridos…? En ellos estás Tú, Jesús. Jesús, pues, les muestra las manos y los pies. Y entonces aparece la paradoja: ¡los discípulos dudan y se regocijan a la vez! Ahora bien, tal paradoja (que podemos tomar como definición de nuestra pobre fe) pertenece al contenido de lo que el manual de retórica de Eudemo llama la «ágê», es decir, la «sorpresa horrorizada». 3


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Lo que Lucas quiere expresar aquí –en particular por el oxímeron “y como aún se negaban a creer por la alegría”− es el trastorno psíquico, físico y existencial provocado por el contacto con lo divino, a saber, la resurrección de Cristo. Pues bien, ¿no encontramos hoy esa “misma” «sorpresa horrorizada» en nuestro contacto con los empobrecidos del mundo obrero, en cuya carne y huesos se nos aparece nuevamente Jesús resucitado? ¡Que la eucaristía de cada domingo nos saque a nosotros, a toda la iglesia, de nuestro “horror pauperibus” (horror a los pobres)! Al comer pescado, como lo había hecho la muchedumbre en el momento de la multiplicación de los panes (Lc 9,13), en lo que nos fijamos nosotros no es en cómo podía el cuerpo resucitado de Jesús digerirlo, sino en que Cristo comparte la misma comida que sus discípulos. Lucas nos sugiere aquí la comensalidad con los hambrientos, la comunión con los pobres (liturgia eucarística). Por segunda vez, después del episodio de Emaús, somos invitados a realizar una lectura creyente de la realidad acontecida. Señor, ábrenos la inteligencia y el corazón para conocer tu paso salvador en nuestra historia rota por tanta injusticia que no cesa… “Vosotros sois testigos de esto”. Oremos por nosotros y por la HOAC, para que seamos verdaderos testigos de Jesús en el mundo obrero empobrecido.

C.P.

NOS MIRARÁ (Florentino Ulibarri) No tenemos en nuestras manos la solución a los problemas del mundo; pero, frente a los problemas del mundo, tenemos nuestras manos. Cuando el Dios de la historia venga, nos mirará las manos.

No tenemos en nuestro corazón la ternura para calmar tantos mares de violencia; pero, frente a esos mares de violencia, tenemos nuestro corazón. Cuando el Dios de la historia venga, nos mirará el corazón. No tenemos en nuestras entrañas el consuelo para serenar este valle de lágrimas; pero, frente a este valle de lágrimas, tenemos nuestras entrañas. Cuando el Dios de la historia venga, nos mirará las entrañas.

No tenemos en nuestra cartera dinero suficiente para alegrar a los pobres; pero a pesar de tanta pobreza y miseria todavía ahorramos y nos sobra. Cuando el Dios de la historia venga, de nada nos servirán nuestros ahorros y monedas.

Un trabajador de manos solidarias, humilde corazón y entrañas de misericordia luchará incansablemente porque se implante en esta tierra la justicia salvadora. En la oración de cada día, miremos las manos, el costado y las entrañas de Jesús con aquella mirada de amor capaz de identificarnos con la persona amada. ¿No es esta la oración que necesita el que quiera ser un militante del Reino de Dios y su justicia? 4


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