ORAR EN EL MUNDO OBRERO 5º domingo de Pascua (24 de abril de 2016) Comisión Permanente HOAC
El mandamiento Nuevo, el mandamiento del Amor es el camino de la felicidad humana, para las personas, los ambientes y las instituciones. Un amor que se nos muestra en toda su plenitud en Jesucristo, que es el camino hacia Dios y hacia los demás. Amor y Justicia son inseparables (PBFC 3ª parte. Encuesta “El Mandamiento Nuevo”).
A veces nos cuesta mucho dar lugar al amor incondicional de Dios. Ponemos tantas condiciones a la misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significación real, y esa es la peor manera de licuar el Evangelio. Es verdad, por ejemplo, que la misericordia no excluye la justicia y la verdad, pero ante todo tenemos que decir que la misericordia es la plenitud de la justicia y la manifestación más luminosa de la verdad de Dios (Francisco, Amoris Laetitia 311). LA VIDA TE IMPULSA A ORAR
Comienza por hacerte consciente de que Dios te ama, te ha amado y te sigue amando como nadie. Te ama a través de personas, de acontecimientos, de situaciones, de trabajos, esfuerzos, alegrías y penas; también de silencios… Recuerda ese amor de Dios en tu vida, hazte consciente y agradécelo.
Más de lo que podemos soñar y desear, más de lo que podemos anhelar y esperar, nos amas Tú. Más de lo que nadie nos ha amado y amará, más de lo que somos capaces de amar, nos amas Tú. Nuestra vida, desde el vientre materno, es una historia de amor que penetra y fecunda todos los rincones de nuestro ser haciéndonos vivir, crecer y madurar a ritmo de más humanidad. Y, día a día, el manantial de tu amor se desborda y riega nuestro espíritu, nuestros sueños y proyectos, nuestros sentidos y tiempo, manteniéndonos lúcidos en la travesía del desierto. La creación entera siente tu amor y, a veces, gime y, otras, canta agradecida porque en sus dolores de parto se siente acompañada y realizada, con luz en su horizonte y esperanza renovada en tus brazos.
Las cruces que encontramos en el camino, a lo largo de las estaciones y años, nos ofrecen luz y vida, nos liberan de cárceles y condenas, de desengaños y tinieblas, porque Tú estás en ellas. Tanto nos amas Tú que, a pesar de las noches y oasis, somos personas que alzamos la vista y miramos con esperanza, fijos los ojos en Jesús, iniciador y meta de nuestra aventura.
Y nuestro caminar, hasta llegar a tu regazo, será una historia de amor llena de sorpresas y encuentros, de lágrimas, dudas y gozos que nos harán madurar como hijos con espíritu para vivir liberados la fraternidad.
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¡Cómo brilla tu luz en nuestra oscuridad al amarnos como nadie sabe amar!
5º domingo de Pascua
ORAR EN EL MUNDO OBRERO
C.P.
DEJA AHORA QUE RESUENE LA PALABRA DEL SEÑOR EN TU VIDA
Jn 13,31-33a.34-35: Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros
Cuando salió judas del cenáculo, dijo Jesús: –Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él. (Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará). Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros. Palabra del Señor
ACOGE LA PALABRA DE VIDA QUE DIOS PRONUNCIA Nuestro ser cristiano se expresa en la vida. Una vida vivida en el amor, porque ese es el camino para ir construyendo la utopía del Reino. Nuestra existencia ha de ser reconocible por la vivencia del mandamiento nuevo. “A nadie le debáis nada más que el amor”; que en eso nos reconozcan todos: en lo que nos amamos, en cómo vivimos, en cómo por amor de Dios nos hacemos prójimos y samaritanos de quienes sufren hoy en nuestro mundo. ¿Me reconocen a mí por el amor en mi vida? ¿Nos reconocen por estar acompañando con amor la vida de las personas? En ocasiones puede parecer que nos han podido, o que no acabamos de dar los pasos necesarios para situarnos en nuestro puesto, que no es otro que el de Jesús de Nazaret. Nuestra vida eclesial tiene que ser creíble, y eso solo será así, si hacemos práctico, operativo y concreto cada día el Amor de Dios en nosotros, proyectando ese amor hacia aquellos que Dios ama entrañablemente. Nuestra vida en el amor nos tiene que llevar a estar decididamente al lado de aquellos que hoy son imagen del Crucificado en nuestro mundo, en nuestros barrios. Ese es el criterio de credibilidad de nuestra fe. Para eso nuestras comunidades deberán ser abiertas, acogedoras, solidarias, cercanas, samaritanas, desde nuestra debilidad y precariedad de medios, pero desde la certeza de que el Señor camina con nosotros recreciendo la medida del amor que somos capaces de ofrecer 2
C.P.
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5º domingo de Pascua
No somos una ONG, no somos centro de servicios sociales, ni un partido político o un sindicato; somos Iglesia convocada por el amor; somos ante todo, portadores de una buena noticia de liberación que hemos de vivir para mostrar al mundo que el amor de Dios hecho vida humaniza, dignifica, hace plena la existencia humana; una existencia que es historia de salvación. Somos Iglesia llamada a vivir en el amor y desde el amor abrir caminos de humanidad en nuestro mundo que lleguen a todos. Somos sacramento del amor de Dios en el mundo, porque la experiencia vivida de la misericordia de Dios se convierte en la fuente de la que brota el amor a los demás y la práctica de la justicia en la vida militante de quienes seguimos a Jesús Nuestra vida comunitaria comporta una tarea: hacer más consciente en nosotros la fuerza y la riqueza del Mandamiento del Amor. Buscar formas y cauces concretos para que el Amor sea realmente el motor de nuestra vida, y colaborar a que sea también el motor de la vida de nuestros ambientes e instituciones. Se trata de descubrir vitalmente que la auténtica felicidad humana está en vivir la gratuidad en el amor y en el servicio que Cristo nos propone. Vuelve a leer y contemplar la escena del Evangelio y refresca tu proyecto de vida a la luz de lo que te sugiere. Busca y concreta los cauces necesarios para que el Amor sea realmente el motor, el impulso de tu vida y tu militancia.
Termina acogiendo la invitación de Dios a amar Solo os pido que os améis; no hacen falta otras leyes ni otros ritos: que os améis unos a otros, que multipliquéis los encuentros, las ternuras, los abrazos y los besos. Solo quiero que os améis, que pongáis en común lo que tenéis y lo que sois; que dialoguéis y os entendáis. Solo quiero que os queráis.
Quiero, amigos míos, que os sirváis, que os acompañéis y os ayudéis a caminar; que os perdonéis y que no dejéis a nadie solo. 3
5º domingo de Pascua
ORAR EN EL MUNDO OBRERO
Daos el tiempo que haga falta, regalaos mutuamente algún detalle, cosas, gestos... como signo de amistad y de presencia, como yo hice con vosotros, que lleve vuestra marca y vuestro espíritu; daos unos a otros, como un pequeño sacramento.
C.P.
El amor es siempre gracia y presencia. Ya sólo vale el amor, pero con una condición, una pequeña circunstancia que debéis tener en cuenta: que vuestro amor sea como el mío, que os sirváis y os améis, como yo lo hice con vosotros. Y nada más..., ni nada menos
Señor, Jesús,
te ofrecemos todo el día…
María, Madre de los pobres, 4
ruega por nosotros