ORAR EN EL MUNDO OBRERO
5ª Semana del tiempo ordinario, C (7 febrero 2016) Comisión Permanente HOAC
Si trabajo –o quiero trabajar- para gloria de Dios únicamente tengo que poner grandísimo cuidado en una sola cosa: en hacer su voluntad y no la mía (Rovirosa. “Militantes”).
Prepárate para hacer un rato de oración. Escoge un momento y un sitio que te facilite el encuentro con la Palabra de Dios. Guarda silencio interior y exterior. Invoca al Espíritu Santo por medio de una oración que te ayude a entrar en un ambiente de recogimiento y reflexión. Ponte en la presencia de Dios, tu Padre misericordioso. Ora con el salmo Te doy gracias de todo corazón; frente a los dioses cantaré para ti. Me postraré hacia tu santuario, dando gracias a tu Nombre, por tu amor y tu fidelidad; porque tu promesa supera a tu fama.
Cuando te llamé, me escuchaste, fortaleciste mi ánimo. Te darán gracias, Señor, los reyes de la tierra al escuchar las palabras de tu boca. Cantarán la soberanía del Señor: ¡qué grande es tu gloria, Señor! Excelso es el Señor y mira al humilde, desde lejos conoce al soberbio. ¡Señor, tu Nombre es eterno, no abandones la obra de tus manos!
Qué dice la Palabra de Dios. Lee atentamente. Del Evangelio según Lucas 5,1-11
Estaba él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba a su alrededor para oír la palabra de Dios, cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas y estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.» Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo 1
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que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían. Al verlo, Simón Pedro cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.» Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.» Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron. Palabra del Señor
Deja que la Palabra te cambie el corazón. Para meditar el Evangelio…
¿Qué nos dice el texto?
+ Fíjate. Jesús habla desde un lugar de trabajo, una barca de pescadores. La novedad consiste en que el Señor no sólo enseña en una sinagoga para un público seleccionado, sino en cualquier lugar donde la gente quiere escucharle, hasta en la playa misma. + La frustración de Simón, el cansancio, el desaliento (eso que todos sentimos en la vida, en la militancia…) se salva por la confianza en Jesús: “por tu palabra, echaré las redes”. La palabra de Jesús tiene más fuerza que la experiencia frustrante de la noche. + Es necesario el trabajo en común, la colaboración de todos, trabajar en equipo: “Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda” Nadie consigue ser completo, si está solo. Esa manera que Jesús tiene de trabajar en equipo es una Buena Nueva para el pueblo. Las comunidades deben ayudarse entre sí. + Reconocer nuestra condición de que somos seres de barro, débiles, pecadores. Reconozcamos la grandeza del que nos transciende, de Dios. Alcemos nuestras manos suplicantes. «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador». + Acojamos su misericordia, y aceptemos con alegría y prontitud la misión. «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.». Vivamos con radicalidad su llamada: “Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron”. 2
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¿Qué me dice la Palabra de Dios? La Palabra de hoy nos invita a reflexionar sobre la necesidad de ser hoy personas con actitudes de escucha, con visión de profetas, con una fe viva como urge hoy, no solo en nuestra vida, sino en todos los hombres y mujeres que se confiesan cristiano en el mundo. Que evangelizar supone ardor apostólico. Evangelizar supone en la Iglesia la valentía, el atrevimiento de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la ignorancia, las de la injusticia. “Comunidad eclesial que quiere vivir y testimoniar a Jesús en medio del sufrimiento, el empobrecimiento y la inequidad que sufren hoy tantas personas y familias trabajadoras, para seguir construyendo Iglesia en las periferias del mundo obrero, como dice el lema de la última Asamblea de la HOAC”. Saber cultivar la experiencia de ser discípulos misioneros en nuestros ambientes: ser pescadores de personas para que conozcan los designios de salvación. Somos llamados por Jesús a “rescatar con vida” a quien anda amenazado por la muerte, la exclusión, la injusticia. La verdadera obra de misión es abrir cauces, anunciar un nuevo amanecer, dar vida. Esa es la propuesta de vida que necesita nuestra sociedad, nuestro mundo obrero y del trabajo, y la que necesitamos vivir con más intensidad la Iglesia y, en ella, la HOAC, haciendo más realidad en nuestra vida que «cuando la Iglesia convoca a la tarea evangelizadora, no hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal…, la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión» (Evangelii Gaudium, 10). También nos dice que hay dificultades. Nos muestra también las dificultades de la tarea misionera, del compromiso, y la superación del desaliento. Pero, con confianza en la palabra de Jesús, vuelven a echar las redes. ¡La palabra de Jesús tiene más fuerza que la experiencia frustrante de la noche! La Palabra se contempla para vivirla, para encontrarse con Jesús y trabajar por su Reino. ¿Qué decisiones me sugiere el texto? ¿Qué cambios necesito asumir? ¿Qué actitudes voy a vivir esta semana? Seguir a Jesús implica poner en el centro de nuestra mirada y de nuestro corazón a los pobres. Situarnos en la perspectiva de los que sufren. Hacer nuestros sus sufrimientos y aspiraciones. Asumir su defensa… dejarse impactar por el sufrimiento del otro y estar junto a él… Seguir a Jesús es vivir con compasión, acercarnos a las personas en sus situaciones concretas, desarrollar la acogida, asumir la crucifixión por el Reino de Dios, confiar en el Padre de todos, invocar su nombre santo, pedir la venida de su Reino, y sembrar la esperanza de Jesús contra toda esperanza (del Cursillo de Cristología, HOAC).
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ORA Señor, sé tú mi vida…
Sé que no arriesgo mi vida si confío en Ti, Señor, que no pierdo la suerte si me entrego a Ti. Sé que no me engaño si en Ti creo, que no me evado si te invoco.
Sé, Señor, que tú me esperas y me amas, que tú me quieres y perdonas, que tú me llamas y me envías, que tú me miras y me entrañas.
Sé que no me pierdo si voy por tu camino, que no yerro si a tu puerta llamo, que no es inútil la entrega ni vana la esperanza.
Señor, Jesús, te ofrecemos todo el día… María, Madre de los pobres, ruega por nosotros 4
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