Cursos de Verano Salamanca Julio-2013
RETOS PARA NUESTRO COMPROMISO COMUNITARIO DESDE LA VIVENCIA DE LA POLÍTICA ORIENTADA POR LA COMUNIÓN
Cristina Vega Martín Militante de la Diócesis de Canarias
Día 17 de Julio de 2013
ESQUEMAS
0. INTRODUCCIÓN Se trata de subrayar aquellos retos, formulados en la HOAC desde hace años y reformulados en nuestra XII Asamblea General, que pueden ayudarnos a orientar nuestro compromiso personal y comunitario desde la caridad política y fraterna, que ponga en el centro a los más pobres y a los que más sufren las injusticias. -
Breve recordatorio del contexto social en el que nos movemos: más injusticia y sufrimiento.
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La política sufre un grave desprestigio.
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El modelo político dominante en nuestra sociedad se caracteriza, entre otras cosas, por la subordinación y sometimiento de la acción política a la lógica economicista.
1. LA POLÍTICA: CAMINO DE HUMANIZACIÓN
El compromiso hacia la construcción de otra sociedad más humana, que se acerque lo más posible al Reino de Dios y su justicia.
Vivir nuestra fe en Jesucristo: un compromiso en la construcción de otra política basada en la comunión, que permita construir fraternidad, que busque el bien común y ponga las condiciones para que cada persona pueda realizarse y vivir de acuerdo a su dignidad.
Vivir la dimensión política de nuestra existencia como una posibilidad fundamental para configurar nuestro ser en nuestro camino de humanización.
Propiciar una política que favorezca y permita relaciones sociales que permitan vivir de acuerdo a nuestra dignidad.
Cristianos llamados a reorientar la vida económica, laboral, política y social desde la centralidad de los empobrecidos, desde la justicia y la comunión.
Superar las dificultades para hacer operativa la Doctrina Social de la Iglesia en nuestros planes pastorales, y apostar decididamente por la Pastoral Obrera.
Vivir, en nuestro compromiso personal y comunitario, la caridad política como parte esencial de la Evangelización.
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2. CAMINO DE HUMANIZACIÓN: OTRA POLÍTICA
La acción política debe contribuir a la transformación de la realidad social y a la concienciación y promoción de las personas como sujetos de la vida social.
La política ha de ser la respuesta humana para configurar dicha vida social.
Este camino de humanización, largo y difícil, significa gastarnos en la construcción de “la sociedad nueva”.
Este proceso adquiere toda su plenitud cuando se descubre a Jesucristo, su manera de sentir, pensar y actuar, como modelo de persona y fundamento de una sociedad nueva.
Para conseguirlo, tan importante es dedicarle todo nuestro empeño y voluntad como pedírselo a Dios. Sentimiento, conciencia y experiencia de la presencia de Dios que necesitamos cultivar.
Este diálogo fe-vida lo realizamos en presencia de Dios. Nuestra manera de andar en este camino de humanización supone “vencer al mal con la abundancia de bien”, empeñándonos en dar pequeños pasos para nuestra vida y para mostrar la vida.
3. GRANDES CAMINOS - PEQUEÑOS PASOS Primer paso: PROYECTO PERSONAL DE VIDA “Que ante la injusticia, mi corazón se rebele. Que sienta en mi alma la rabia del orden que tapa el desorden” Necesitamos bienes materiales, culturales y espirituales porque tenemos necesidades materiales, culturales y espirituales a las que debemos responder humanamente para construirnos como personas y realizar nuestro proyecto de humanización y felicidad. El reto consiste en cambiar la orientación de nuestro proyecto de vida y el proyecto de vida de las personas que viven en nuestro entorno:
Pretendemos que sea Jesucristo el que oriente nuestro impulso vital, haciendo de nuestras necesidades y nuestra actividad un camino para construir nuestra pertenencia a Dios, a los empobrecidos y a la Iglesia.
La fe de la Iglesia nos muestra y propone otra forma de orientar la capacidad que tenemos las personas de trascender lo que vamos siendo y desear crecer humanamente. Segundo paso: EL QUEHACER APOSTÓLICO COMUNITARIO «Que no piense que soy yo quien lucha, sino nosotros… Porque la cólera por causa “mía” lleva al odio; la cólera por “nuestra” causa conduce al amor» Es necesario vivir comunitariamente desde la situación de empobrecimiento y deshumanización que sufre el mundo obrero, al servicio de la transformación de la sociedad y de la construcción de una Iglesia que sea más imagen de Cristo.
Visualizando otra manera de construir nuestra vida de forma más humana.
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Articulando la acción y difusión de la HOAC en un Quehacer Apostólico Comunitario que se expresa, e integra también, en el Proyecto evangelizador de los militantes.
Dejando que nuestro Quehacer Apostólico Comunitario nos ayude a configurarnos como una comunidad que practica la comunión de vida, bienes y acción, y vive la pobreza, la humildad y el sacrificio como dimensiones del Amor de Dios.
Una comunidad con una manera de vivir y actuar en el mundo obrero, desde la encarnación en sus sectores más débiles y empobrecidos, que configura nuestro ser. La clave fundamental de este camino: la conversión personal y comunitaria que necesitamos, dejándonos configurar por el Espíritu. Tercer paso: OTRA CULTURA POLÍTICA «Que mi cólera no sea contra los hombres, sino contra su mal» Es necesario promover una nueva cultura política, que conciba la acción política como instrumento fundamental para construir justicia en las relaciones sociales:
Afrontando y promoviendo otra cultura basada en los valores de la vida y la dignidad de la persona.
Hablando con esperanza a una sociedad en crisis y con un futuro incierto, para demoler la indiferencia y la resignación que el capitalismo salvaje e inhumano ha construido.
Destapando las mentiras, las manipulaciones de este sistema, de los políticos…
Colaborando para que todos los sectores que se oponen a lo que está pasando, la Iglesia también, utilicen un lenguaje actual y claro para dirigirse a la ciudadanía.
Potenciando la formación política como algo natural y necesario para las personas. Cuarto paso: CONVERTIR EN ACTORES CONCIENCIAS, NUEVOS ACTORES)
A
LOS
ESPECTADORES
(NUEVAS
«Que mi cólera sea amor a mis compañeros… Que mi cólera sea pasión con ellos: la “compasión” auténtica»
Vivir la dimensión política de nuestra existencia desde la caridad política, contribuyendo a que las personas sean las protagonistas de sus vidas y de su liberación, y se conviertan en actores en la resolución de sus problemas.
Avanzar en desarrollar nuestro compromiso en los tres planos en los que se construye la realidad: personas, ambientes e instituciones, procurando que vean cómo vivimos y siendo capaces de concretar nuestro trabajo con las personas y, junto a ellas, incidir en los ambientes y en las instituciones. Quinto paso: RECOBRAR LA CONFIANZA EN LAS INSTITUCIONES = OTRAS INSTITUCIONES «Que mi cólera sea también amor al enemigo,… al desgraciado sembrador de injusticias, al que ha derribado Tu altar y en su lugar ha fundido un ídolo de oro»
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Es necesario colaborar para recuperar el sentido comunitario de la lucha por la justicia y el valor y sentido de las organizaciones sociales para combatir el empobrecimiento y la deshumanización:
Iluminando el contenido de nuestro compromiso en esas organizaciones por la fe (desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia).
Reflexionando en cómo impregnar el Evangelio en las propuestas y estrategias de las organizaciones obreras.
Profundizando en las dificultades y caminos que hemos de potenciar en las organizaciones obreras para avanzar en comunión, para poner a los empobrecidos en el centro de su acción.
Vinculando nuestro compromiso en las organizaciones obreras y sociales con la Acción y Difusión de la HOAC y con nuestros medios de difusión.
Profundizando en los problemas que tienen las organizaciones y ver qué hemos de potenciar y valorar en ellas para avanzar en el camino de comunión.
Impulsando, desde la dinámica de Sectores, que el Proyecto Evangelizador de los y las militantes se vaya concretando, en la medida de lo posible, en dichas organizaciones.
Vinculando la dinámica de los Planes de Formación a nuestra presencia en las mediaciones.
Favoreciendo el encuentro institucional de la HOAC, con las organizaciones obreras y sociales; compartiendo nuestro trabajo y nuestras reflexiones.
Propiciando encuentros de los más empobrecidos del mundo obrero con estas organizaciones para que los coloquen en el centro de su vida y su acción.
Impregnando a las personas que participan en dichas organizaciones, en sus estructuras y en el funcionamiento de las mismas, de los valores de justicia, comunión y fraternidad. Sexto paso: DENUNCIA (nosotros y con otros) «No permitas, Dios, que me resigne. Porque resignarse es declararse vencido. Y sólo ante Ti debemos declararnos vencidos. Ante nadie más» Es fundamental favorecer la visibilidad social de lo que está ocurriendo en el mundo obrero, de sus causas y consecuencias para las personas y para la vida social, colaborando para recobrar la esperanza de que otra forma de vida y de organización social son posibles:
Difundiendo los gestos realizados desde el Quehacer Apostólico Comunitario, desde el Proyecto Evangelizador de cada militante… para avanzar en construir una presencia comunitaria significativa. Es importante que los demás vean lo mismo que nos oyen decir.
Fomentando y trabajando para que personas y grupos con distintas visiones y concepciones ideológicas, filosóficas y/o religiosas, pero que compartimos un profundo humanismo, podamos dialogar y buscar caminos juntos.
Promoviendo siempre la denuncia de las injusticias y apoyando las acciones ciudadanas y los movimientos de indignación, que están generando procesos de acción política de mayor cercanía con las víctimas, de implicación y solidaridad.
Buscando nuevos cauces para mostrar propuestas y experiencias concretas de solidaridad, de comunión de bienes, de vida y acción… 4
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Séptimo paso: SENTIDO COMUNITARIO DE LA LUCHA POR LA JUSTICIA (¡A LAS BARRICADAS!) «Que me sienta capaz de luchar. Que pueda, en cualquier tiempo, coger el látigo y arrojar a los mercaderes del templo. Porque tu templo no es solo la Iglesia» Tenemos que avanzar en desarrollar la dinámica del Quehacer Apostólico Comunitario, del Proyecto Evangelizador, así como de los Sectores como un instrumento al servicio de la lucha por la justicia:
Ofreciendo un proyecto alternativo de vida que ayude a configurar la sociedad de manera comunitaria.
Consolidando una dinámica de acción comunitaria expresada en la acción y difusión de la HOAC y en el compromiso de los militantes.
Trabajando con y para las personas que luchan contra la injusticia.
Procurando estar abiertos al discernimiento comunitario de nuestro compromiso, desarrollando la conciencia de que somos enviados.
Potenciando la centralidad obrera de nuestro compromiso sintiéndonos enviados por la Iglesia a evangelizar al mundo obrero empobrecido.
Octavo paso: UN LAICADO ADULTO «Tu templo son las fábricas, los despachos, los talleres –el lugar desde donde te rezamos-». Es urgente colaborar en la formación de un laicado adulto, capaz de asumir su papel en la Iglesia, consciente de su identidad bautismal, que responda con alegría y responsabilidad a la llamada de Dios:
Cuidando el cultivo de la dimensión política de nuestro ser y existencia.
Reconociendo que son muchas las iniciativas de la HOAC diocesana y sus militantes que ayudan a que la Iglesia sea más sensible a la realidad de sufrimiento del m. o.
Incluyendo el trabajo de los Sectores en las planificaciones de las iglesias diocesanas.
4. SÍ SE PUEDE: CONSTRUYENDO LA NUEVA SOCIEDAD « ¡Señor! Tú sí, porque Tú sabes qué quiere decir esta palabra: ¡Dame Tu caridad!» Para los creyentes existe también otra realidad de la que los medios de comunicación no suelen hacerse eco; son hechos y experiencias de vida humana, de lucha diaria contra la indignidad que provoca este sistema, que nos muestran que es posible vivir de otra manera, construir otra sociedad más fraterna, desde la caridad política, donde todas y todos podamos vivir con dignidad… son signos del Reino de Dios:
Las diversas manifestaciones de trabajadoras y trabajadores mostrando su rechazo ante el cierre de empresas, ante los ERES; las asambleas de parados y paradas buscando alternativas para el reparto del empleo. 5
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Las expresiones y movilizaciones tan variadas contra los recortes sociales.
Las plataformas de afectados por las hipotecas y de de solidaridad con ellos.
Las plataformas vecinales que trabajan por la construcción de barrios habitables.
Las experiencias de tantos colectivos que fomentan el empleo, empresas de inserción, cooperativas, las redes de solidaridad nacional e internacional, redes de voluntariado, los bancos de tiempo, la banca ética, el comercio justo, la solidaridad familiar, vecinal… ORACIÓN POR LA CÓLERA Y EL AMOR ¡Señor! ¡Consérvame la cólera! Que ante la injustica, mi corazón se rebele. Que sienta en mi alma la rabia del orden que tapa el desorden. Que me sienta capaz de luchar. Que pueda, en cualquier tiempo, coger el látigo y arrojar a los mercaderes del templo. Porque Tu templo no es solo la Iglesia ¿No se lo dijiste a la samaritana? Tu templo son las fábricas, los despachos, los talleres -el lugar desde donde te rezamos-. Y hay hombres que han convertido la casa de Dios en cueva de ladrones. Que me sienta capaz de vencerlos. No permitas, Dios, que me resigne. Porque resignarse es declararse vencido. Y solo ante Ti debemos declararnos vencidos. Ante nadie más. Y nunca ante los sembradores de iniquidad. ¡Purifica mi cólera! Que en mi ira no piense en mí, sino en la gloria del Padre y en mi prójimo. Como Tú lo hiciste. Como fue Tu ejemplo; constante rebelado, compañero de los Hijos del Trueno, venido a sembrar guerra y no paz, sumiso al Padre y muerto por amor a tus hermanos. Que me sienta yo, como Tú, capaz de vivir y morir por mis hermanos. Que no piense que soy yo quien lucha, sino nosotros. Que no piense que soy yo quien te reza, sino que en mí confluye el grito de los oprimidos. Porque la cólera por causa “mía” lleva al odio; la cólera por “nuestra” causa conduce al amor. ¡Señor! ¡Dame el amor! Dame el amor, Dios, para que mi cólera no sea obra de infierno. Que mi cólera sea amor a mis compañeros. Que mi cólera sea amor a todo el pueblo desheredado. ¡Pobre pueblo, oprimido siglo tras siglo! Que mi cólera sea pasión con ellos: la “com-pasión” auténtica, fuerte… Que mi cólera sea también amor al enemigo; al pobre, al desgraciado sembrador de injusticas, al que ha derribado Tu altar y en su lugar ha fundido un ídolo de oro. ¡Dios! ¡Apiádate de él y, por su bien, ilumínale! ¡Que te conozca! Que mi cólera no sea contra los hombres, sino contra su mal. Que no sea odio. ¡Señor! Tú sí, porque Tú sabes qué quiere decir esa palabra: ¡Dame Tu caridad!
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