Cursos de Verano Salamanca Julio-2013
HOAC Jornadas de profundización y diálogo para consiliarios EL CONSILIARIO: UN MÍSTICO DE LA COMUNIÓN CON LOS EMPOBRECIDOS
3ª Reflexión: “Ser Consiliario de la HOAC aquí y ahora. El reto de la Esperanza” Alfonso Alcaide Maestre Militante de la HOAC Sevilla INTRODUCCIÓN I. LA PERCEPCIÓN DE LA REALIDAD 1. La importancia de la palabra en la cultura 1.1. El diálogo fe cultura realizado por la HOAC 1.2. El diálogo fe cultura realizado por los militantes 1.3. Cuestiones que nos plantea 1.4. Dificultades y respuestas para el diálogo fe cultura II.- EL RACIONALISMO, COMO FORMA DE SER 1. El racionalismo tiene consecuencias vitales 1.1. La comprensión de Jesucristo: 1.2. La comprensión de sí mismo. (Problema antropológico) 1.3. La comprensión de la Iglesia: 1.4. La pasión por la justicia. 1.5. La propiedad del dinero. 1.6. Nuestra vida, anestesiada por el formalismo
III. EL CAMINO DE LA ESPERANZA 1. El consiliario: Un contemplativo del militante 2. Conocedor del hombre, varón y mujer 3. Artesano de la espiritualidad del militante y de su proceso de divinización. 4. En diálogo con la cultura
Alfonso Alcaide Maestre HOAC. Comunidad Parroquial San Pío X. Sevilla.
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INTRODUCCIÓN Casi todos los que estamos hoy aquí nos conocemos desde hace muchos años. Llevamos muchos años dando y recibiendo vida, y podemos tener la sensación de que no es mucho lo que hemos logrado. Pero, ¿Cuánto dinamismo humanizador y divinizador hemos generado? ¿Cuántas personas tienen cada día en sus labios el nombre de Jesucristo gracias a nuestro trabajo? ¿Cuánto consuelo, sanación, comunión, compasión hemos inspirado? ¿Cuánta lucha por la justicia? ¿Cuánto amor a la Iglesia, con la que está cayendo? ¿Cuánta conciencia y dignidad obreras?, ¿Cuánto respeto por las organizaciones obreras, por la política… con la que está cayendo? La realidad es que hemos sido alfareros de muchas personas, familias, organizaciones, instituciones, parroquias, congregaciones religiosas, estructuras eclesiales, y hemos revertido muchas situaciones de pecado. Sin embargo, estamos insatisfechos por dos razones: porque ni nosotros ni los que están junto a nosotros somos santos y, como consecuencia, porque el mundo no es el reino de Dios. Pero no es cierto que estemos insatisfechos, la verdad es que somos insatisfechos, y esa insatisfacción solo encuentra descanso en Dios. Es impresionante el texto de Pablo a los Corintios (2Cor. 11,23-30) que figura en el tríptico de estos cursos. Lo que Pablo no sabía es que moriría decapitado en Roma en el año 68, igual que Pedro, víctima de Nerón. A Pedro le sucedió San Lino, durante su pontificado fueron martirizados los evangelistas Marcos y Lucas. Desde Pedro hasta el Edicto de Milán, en el año 313, cuando Constantino dio libertad a la Iglesia, siendo Papa San Melquiades, el 77% de los Papas fueron mártires. Después tuvieron que pasar 212 años hasta que Teodorico encarceló al Papa Juan I, San Juan, que murió de hambre en la cárcel, en al año 526. Qué gran fuerza debieron tener aquellos cristianos y aquellas comunidades, aquella Iglesia, para mantener su fe en tan terribles circunstancias. 300 años de persecuciones y muertes por su fe. Ser elegido Papa era ser condenado a muerte, lo mismo que ser bautizado. Me imagino que muchos se preguntarían ¿Dónde está el triunfo de Jesucristo? Mi reflexión sobre esta parte de la historia de la Iglesia coincidió en el tiempo con los procesos electorales que hemos tenido en la HOAC, y no pude evitar hacerme la pregunta ¿Cuántos militantes y consiliarios aceptaríamos la responsabilidad sabiendo que aceptamos una condena a muerte? Sinceramente creo que casi todos, o todos, aceptaríamos. Estoy totalmente convencido de que, en una situación extrema, militantes y consiliarios, llenos de miedo y rebosantes del amor de Dios, aceptaríamos participar de la cruz de Jesucristo. Yo vivo esta esperanza, y os la comunico dese lo más profundo de mi corazón. Alfonso Alcaide Maestre HOAC. Comunidad Parroquial San Pío X. Sevilla.
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El problema es que hoy estamos en una situación extrema: los hijos de Dios son masacrados, oprimidos y condenados a la pobreza, hambre y muerte. ¿Cuántos hijos de Dios siguen muriendo de hambre en nuestros días? El error del FMI en Grecia ha provocado, entre otras muchas injusticias, cuatro mil suicidios. ¿Cuánto dolor, desesperación y muerte ha producido entre nosotros esta maldita crisis? El problema es que compartimos nuestra fe con otros muchos ídolos; el problema es que la Iglesia ocultamos el rostro de Cristo. Todo esto configura una situación extrema. Nuestro quehacer, personal y comunitario, sería como una campana hueca si no presenta a Jesucristo como la respuesta íntegra, total y eterna que persona y sociedad necesitan. Estamos en una situación extrema, pero no la percibimos como tal y no damos la respuesta que la situación nos exige. Este es el gran reto que tenemos la humanidad, no solo nosotros, toda la humanidad. Por ello he titulado esta ponencia “El reto de la esperanza”. Conocemos el problema, sabemos la solución, y la respuesta ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad. I. LA PERCEPCIÓN DE LA REALIDAD La pregunta que nos debemos hacer es: ¿Por qué no percibimos la realidad como una situación extrema? Todo lo que hemos visto en las dos ponencias anteriores lo percibimos desde la cultura en la que vivimos. No pretendo yo condenar a la cultura, nuestra fe y la Iglesia también forman parte de la cultura. Pero el mismo dinamismo de la cultura nos exige una atención cuidadosa y esmerada a su devenir y acontecer, pues las personas construimos nuestra humanidad a través de la cultura (Gaudium et spes, n. 53), el evangelio de Jesucristo nos llega en nuestra propia cultura que cualifica la manera de vivir la fe mientras que la fe cualifica a la cultura. Somos hijos y padres de la cultura. Vamos a detenernos en este punto para ver en qué situación vivimos, celebramos y anunciamos nuestra fe. 1. La importancia de la palabra en la cultura Decía un clásico griego que !"#$%&#'()*+%&#+%#$,&#-%+)(,.,+#$%&#',-'%&/#&0+%#$*&#%10+0%+,&#&%23,# $%&#',-'%&41. Lo que conmueve es la explicación (opinión razonada) de las cosas, la explicación del sentido y del fundamento de las experiencias humanas. Observemos que gran parte de lo que conocemos es a través de las opiniones. Los humanos nos movemos en nuestro pequeño mundo y abarcamos una pequeña porción de la realidad, el resto son informaciones –opiniones- que nos llegan.
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Epicteto. Filósofo griego de la escuela estoica, nacido el año 55. Vivió parte de su vida como esclavo en Roma
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Pero los militantes, los creyentes, tenemos dos fuentes de conocimiento: nuestra fe y la cultura, y tratamos de armonizarlos mediante el diálogo fe-cultura. Esto es muy importante porque, de alguna manera, el diálogo FC se reduce a eso, a “opinar razonadamente” sobre los hechos, a opinar sobre la experiencia humana, pero una opinión cualificada por una fe, que se ha convertido en cultura, y que su propio dinamismo la lleva a continuar convirtiéndose en cultura, siguiendo dos caminos: • •
el camino de la evangelización: el anuncio de Jesucristo y de su salvación, y el camino de la inculturación: asumir como propio todo lo que de Dios hay en el mundo y que está fuera de nuestras fronteras: fuera de nuestra Iglesia y fuera de nuestra experiencia creyente.
Este doble camino implica un proceso de conversión para la Iglesia y los creyentes, y un proceso de cristificación del mundo, que decían Rovirosa y Malagón. Solo cuando estos dos procesos convergen podemos decir que la fe se ha convertido en cultura. Si esto es así, cobran una importancia capital el sujeto que realiza el diálogo FC, y el ámbito en que se desarrolla este diálogo. 1.1. El diálogo fe cultura realizado por la HOAC La HOAC tenemos una larga experiencia de diálogo FC. El Proyecto de Formación de la HOAC (planes y cursillos) es un ejemplo concreto. Nuestras publicaciones. Nuestros comunicados, denuncias, declaraciones… Charlas, Centros de Interés, reflexiones, diálogos, debates… Cuando dialogamos con otras organizaciones. Cuando dialogamos con los Obispos… En la HOAC tenemos multitud de ocasiones y ámbitos en los que realizamos y podemos realizar el diálogo FC. Otra cosa es si lo realizamos con la profundidad y constancia necesarias, y sin complejos. 1.2. El diálogo fe cultura realizado por los militantes En este campo tengo más dificultades para hacer afirmaciones. En principio, solo cada militante sabe cual es su implicación en esta tarea, pero podemos afirmar que cada cual hará lo posible por implicarse lo que pueda. El problema es otro. En mis reuniones con los militantes vengo planteando la siguiente dinámica. Al principio de la reunión pido tres voluntarios, (uno joven, otro de mediana edad y otro mayor) y les formulo la siguiente cuestión: Explícale a un compañero o compañera de trabajo todo lo que hiciste el día anterior. Los tres militantes relatan libremente, si límite de tiempo, todo lo que quieren comunicar… Alfonso Alcaide Maestre HOAC. Comunidad Parroquial San Pío X. Sevilla.
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El resultado de esta experiencia ha sido que: NINGÚN MILITANTE HA COMUNICADO NADA QUE VISLUMBRE O DEJE ENTREVER SU EXPERIENCIA RELIGIOSA. Sin embargo, muchos de ellos, al menos los que yo conocía más directamente, tienen una gran experiencia de oración y de práctica sacramental, y me consta que la fe en Jesucristo y la pertenencia a su Iglesia en la HOAC son el motor y sentido más profundo de su vida. Sin embargo, repito, nada de esta experiencia formaba parte del contenido que habían comunicado a sus compañeros y compañeras. 1.3. Cuestiones que nos plantea Creo que en todo esto puede haber dos cuestiones que es necesario abordar: a) Nuestra experiencia religiosa y nuestras creencias no aparecen en nuestro lenguaje y no forma parte del contenido de nuestra comunicación. Para valorar la importancia de este problema es necesario tomar conciencia de la relación que existe entre lenguaje y experiencia, y entre lenguaje y conciencia. El lenguaje no tiene solo la función de comunicar una experiencia, o manifestar la conciencia que se tiene de algo, el lenguaje contribuye a profundizarla, recrearla y desarrollarla. En la medida que hablamos, actualizamos y recreamos el contenido de lo que hablamos. En sentido contrario, en la medida que no hablamos y no comunicamos, esa experiencia y conciencia languidecen y mueren. b) Parece como si el respeto a la autonomía del mundo nos hubiera llevado a retirar el contenido religioso de nuestro dialogo en la vida cotidiana, especialmente del dialogo sobre la justicia, la moral, la ética y la política. Como decía Calleja en el curso de verano (cito de memoria): “Los creyentes no participamos en la vida pública teniendo un “plus” que los demás no tienen, participamos en las mismas condiciones que los demás y con la misma racionalidad que los demás”. Esta concepción, aparte de representar una interpretación sesgada del contenido expresado en la GS. 36, que habla de autonomía y dependencia, y no solo de autonomía2, sustrae del diálogo público el contenido de la Revelación manifestada y consumada en Jesucristo, que está en nosotros y entre nosotros, que sigue actuando en el mundo como Dios vivo, y que ha sido constituido como la piedra angular de todo. 1.4. Dificultades y respuestas para el diálogo fe cultura Estoy convencido de que estos dos problemas nos impiden la tarea fundamental del diálogo FC. Diálogo que tiene dos vertientes:
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Las realidades del orden terrestre y social tienen leyes propias, impresas por Dios y que el hombre debe respetar, sin que tenga que temerse una oposición entre fe y ciencia. Esta autonomía no significa que las cosas no dependan de Dios y que el hombre pueda usarlas sin referirlas a Dios (Resumen del nº 36 de la GS. Vaticano II Documentos, BAC. Pág. 183) Alfonso Alcaide Maestre HOAC. Comunidad Parroquial San Pío X. Sevilla.
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a) Para hacer posible el diálogo, “el Espíritu nos mueve a acomodar la interpretación de la palabra a “los gozos y esperanzas, las tristezas y las angustias del mundo en que vivimos”, esto es necesario e imprescindible. b) Pero la finalidad de este “acomodo” es que “aquella semilla del hombre nuevo, Jesucristo, sea entendida y acogida como respuesta de Dios, no nuestra, a los problemas de cada época y así dé el fruto conveniente”. Nosotros “acomodamos”, y eso está bien; pero no “comunicamos” el sentido que tiene y la razón de ello; y al no comunicar, Jesucristo no aparece como respuesta de Dios a nuestros problemas. El “acomodo” se convierte en planteamiento único. Recientemente, el Papa Francisco decía a los moteros: Buscar el amor, la vida y la libertad, y Buscar a Dios que es el amor, la vida y la libertad. La conclusión que saco de todo esto es: Uno de los rasgos de la cultura actual es que ha eliminado el contenido religioso y el ámbito necesarios para que pueda darse el diálogo FC. En esto consiste la privatización de la fe, que tiene tres componentes: ha relegado la experiencia creyente al ámbito privado; no admite el razonamiento público desde la fe y, como consecuencia de ello, las creencias cristianas han pasado a ser ignoradas a fuerza de no usarlas. Si esto es así, se nos presenta como una necesidad las siguientes tareas: a) recuperar el conocimiento de nuestras creencias en el marco de la cultura actual; b) recuperar el contenido religioso, experiencias y creencias, de nuestra comunicación, y c) recuperar el derecho y la necesidad de razonar públicamente desde nuestra fe. Pero nada de esto podrá hacerse si no tomamos conciencia de lo que la cultura ha hecho con nosotros. Hoy es necesario detallar minuciosamente lo que la cultura ha hecho con nosotros, porque de lo contrario a lo más que podemos aspirar es a una retirada progresiva de los elementos de nuestra fe que incomodan a la cultura. Algunas de las cosas que la cultura ha hecho con nosotros, son las siguientes: II. EL RACIONALISMO, COMO FORMA DE SER Decía D. Tomás5#!6$#)0$07*+7,#+,-,&07*#&,3#(+#,+*)%3*8%#8,#$*#90$%&%9:*/#+,-,&07*#*13,+8,3#*#(&*3#$*# 3*;<+/# 1%3=(,# $*# 3*;<+# ,&# +,-,&*30*# 1*3*# 7,+,3# 9,/# *(+=(,# -(*+8%# 70,+,&# 9,/# $*# 3*;<+# >*# &03.,# 8,# 1%-%4? Esto es lo mismo que decía Rovirosa, dicho de otra manera: !@,+(+-0*3# *# )0# ,&7(1,+8*# .%$(+7*8# 1*3*# *-,17*3# $*# .%$(+7*8# 8,# A,&B&/# =(,# -*&0# &0,)13,# 1*3,-,# 9(,3*# 8,# $*# 3,*$08*8# ># 8,# $*# $<C0-*/#>#=(,#1*3,-,#=(,#'*#8,#-%+8(-03#9%3;%&*),+7,#*$#93*-*&%?#6&7,#,&#,$#"DEF#8,#9,/#%#9,#,+#*-7%/# %#9,#.0.*/#%#9,#=(,#&*$.*4?# La forma de razonar de Tomás y Guillermo, evidentemente, no es racional para nuestra cultura. Nadie aceptaría hoy como racional algo que “parece fuera de la realidad y de la lógica, y que parece que ha de conducir al fracaso”. Pero si aceptamos esto, no hay posibilidad de vivir y comunicar la fe, ya que la fe, siendo una gracia de Dios, en nosotros, es el encuentro de dos Alfonso Alcaide Maestre HOAC. Comunidad Parroquial San Pío X. Sevilla.
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racionalidades, la racionalidad de Dios –que debe ser la nuestra, y la racionalidad del mundo en nuestro sentir, razonar y vivir. Si nos fijamos en la racionalidad de El Manifiesto Comunista, de C. Marx y la que utiliza Rovirosa en su Manifiesto Comunitarista, tenemos dos formas de racionalidad, dos formas de acercarse y explicar el problema de la injusticia, el problema obrero. Podríamos decir que si quitamos del Manifiesto Comunitarista todo el contenido “religioso”, nos quedaría una versión aproximada del Manifiesto Comunista, pero entre ambos hay una diferencia fundamental: Dios como explicación, principio, razón, fundamento, horizonte, referencia y sentido último de todo. Cuenta Dorothy Day que un sacerdote quería abrir una casa de acogida, y no tenía dinero suficiente. Después de pedir por todas partes, siguió sin tener dinero suficiente. Entonces tomó una decisión que sorprendió a todos: Dio a los pobres todo el dinero que tenía, razonando “que el que no siembra no recoge”. Al poco tiempo consiguió el dinero que necesitaba. Para nuestra cultura (nosotros) esta es una forma de razonar propia de una mentalidad infantil y mítica. Por lo tanto, ni se nos ocurre practicarla ni proponerla a otros. La consecuencia es que, sin proponérnoslo, posiblemente hayamos borrado de nuestra conciencia la creencia en la misericordia de Dios. ¿Cuántas cosas más hemos borrado porque no nos parecen racionales? 1.- El racionalismo tiene consecuencias vitales: Comporta un mecanismo muy humano: La necesidad de someterlo todo a la racionalidad, de poder explicarlo todo sin dejar nada fuera de esa comprensión. Por eso afecta a: 1.1.
La comprensión de Jesucristo
Que Jesús fue un ser humano, con todo lo que ello implica, está fuera de toda duda. Así lo presentan los evangelios. Su humanidad debería llenarnos de alegría, entusiasmo y agradecimiento: Es nosotros, es YO. Pero en Jesús hay una realidad que nos sobrepasa: Él es UNO con el Padre, y su vida es una relación permanente con el Padre. Nada hace sin referirlo al Él. Esto empieza a complicarnos la vida, esto ya no es tan racional. Además, en la vida de Jesús hay una actividad que rompe toda lógica y racionalidad: los milagros. Aquí empieza nuestra racionalidad a buscar explicaciones a medida de ella misma: En las bodas de Canaán, el vino ya estaba preparado; No multiplicó los panes y los peces, convenció a la gente para que sacara lo que llevaba y lo pusiera en común; no anduvo sobre las aguas, había bajado la marea y solo había una capa muy fina de agua sobre la arena; no resucitó a Lázaro, posiblemente tenía catalepsia; lo de la resurrección, nadie lo vio, parece que fue una convicción, no experiencia, que fue calando en aquella comunidad; Y las apariciones, visiones. Aquí no nos jugamos la necesidad o no de los milagros, sino algo más profundo e importante: La necesidad de “tener” un Dios sometido a “mi” racionalidad, sometido a la racionalidad humana. Pero un Dios sometido a la racionalidad humana no es Dios.
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La dificultad para aceptar a un Dios que no cabe en mi racionalidad, se manifiesta principalmente en la dificultad que tenemos para aceptar lo que no parece razonable: Vivir desde el amor al prójimo y no desde el amor propio; dar la vida por el otro, porque así la recuperas. Pero sobre todo afecta al contenido de la fe: Desde un Dios sometido a la racionalidad humana nunca podré aceptar que si tengo fe moveré montañas. 1.2. La comprensión de sí mismo. (Problema antropológico) Este racionalismo, que no razón, es una gran dificultad para que podamos tener una correcta comprensión de nosotros mismos. Y ello es muy importante, porque la percepción que tenemos de nosotros mismos nos ayuda a conocer todo lo demás. Las personas somos y formamos parte del misterio de Dios. Así lo plantea Juan al comienzo de su Evangelio: !"$# 130+-010%# >*# ,G0&7:*# $*# H*$*23*?# I*# H*$*23*# ,&7*2*# J(+7%# *# K0%&/# ># $*# H*$*23*# ,3*# K0%&LE%8%#9(,#',-'%#1%3#,$$*#>#&0+#,$$*#+%#&,#'0;%#+*8*#8,#-(*+7%#$$,C<#*#,G0&703LI*#1*$*23*#,3*#$*# $(;#.,38*8,3*/#=(,#-%+#&(#.,+08*#*$#)(+8%#0$()0+*#*#7%8%#'%)23,4?# En este primer impulso creador de Dios estaba presente todo el género humano, pero como individualidad personal, única e irrepetible. Como dice San Pablo, fuimos -%+%-08%&#8,#*+7,)*+%/#># 8,&70+*8%&# 7*)20M+# 8,&8,# ,$# 130+-010%# *# 3,13%8(-03# $*# 0)*C,+# 8,# &(# N0J%/# $$*)*8%# *# &,3# ,$# 130)%CM+07%# ,+73,# )(-'%&# ',3)*+%&# O@%)?# P/# QRS. Somos, por lo tanto/# !',3,8,3%&# 8,# K0%&# ># -%',3,8,3%&#-%+#D30&7%4#O@%)?#P/#TUS? Nuestra existencia procede de Dios, se encamina hacia Dios y termina en Dios, formando parte del Dios comunión de Personas, que es la vida definitiva. Es un camino que recorremos con Él. La fe es el reconocimiento de una Presencia, la presencia de Jesucristo en nuestra vida. Por esto solamente hay una novedad en nuestra vida. Una y no más: el advertir esta Presencia. Y, de tal modo es la única novedad que llega a convertir en nuevo todo, incluso el instante, la banalidad de tu quehacer cotidiano; es más, el índice supremo de que Cristo es Dios, es que nuestra rutina cotidiana es redimida momento a momento y toda la amplitud de la personalidad del hombre es reasumida y salvada en cada instante, cualquier cosa que sea lo que haga. Por esta razón, la Iglesia usa como sinónimo de esta Presencia la palabra Gracia, que es para el hombre la experiencia de un ser dado en regalo: !V%#&%>#,$#-*)0+%/#$*#.,38*8#>#$*#.08*4/#!7,+,8#9,#,+#K0%&#>#7,+,8#9,#7*)20M+#,+#):4? ¿Qué significa tener fe en Dios y en El? Significa reconocer la presencia operativa y operante del Misterio del Padre en nuestra vida, que me (nos) ha elegido no por lo que valgo, sino porque me ama (Deut. 7,7) Pero, el modo en que el Padre actúa se llama Cristo, y por lo tanto Iglesia y, por tanto, comunión entre nosotros. Lo que nosotros hemos llamado “proyecto de humanización” es en realidad un proyecto de divinización. Y todo esto no por méritos propios, sino porque “>*#,&7*)%&#&*$.*8%&4#O@%)?#P/#QWS en Jesucristo. Jesús, el Cristo, no solo nos da lecciones desde fuera con su vida, su mensaje y sus obras. Él es nuestro Dios y juntamente con el Padre y el Espíritu Santo pone su morada dentro de nosotros (Jn 14, 23). La palabra más profunda y más definitiva de Dios sobre nuestra vida es la palabra Alfonso Alcaide Maestre HOAC. Comunidad Parroquial San Pío X. Sevilla.
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pertenencia, Nosotros le pertenecemos, porque su Presencia es una posesión que El toma de nosotros, como del pueblo de Israel: !63,&# ):%4X# !Y%+# ):%&# 7%8%&# $%&# '%)23,&/# 1,3%# 7B# ),# 1,37,+,-,&4#O6G?#TR/#Z[PSX## # Creemos en Cristo conviviendo con Cristo. Cristo nos modela a imagen suya. Porque la finalidad prioritaria de la Encarnación del Hijo de Dios es hacernos partícipes de la naturaleza divina (2Pe. 1, 4). Por eso es un principio de los santos padres que !K0%&#&,#'*#',-'%#'%)23,/#1*3*# =(,#,$#'%)23,#&,#'*C*#K0%&4? De aquí surge la conciencia de que la realidad más real del hombre es la espiritual: somos Cristo, y por serlo, somos templos de Dios y morada del Espíritu Santo (1Cor. 3, 16). Un Espíritu que dota de posibilidades inéditas de futuro a la historia humana, en cuanto que se establece en ella como “el seno materno de Dios” en el que los hombres pueden nacer de nuevo (Jn. 3, 1-8) y progresar hacia su verdad más profunda: ser y vivir como hijos de Dios (Rm. 8, 15-17). De esta manera, el Espíritu de Dios no solo nos hace hacer, sino que nos hace, nos configura, nos recrea; en Dios !.0.0)%&/#+%&# )%.,)%&#>#,G0&70)%&4 (Hch. 17, 28). Él está en nosotros y entre nosotros. Así, el Espíritu forma parte de la acción humana. Él actúa y nos hace actuar en la dirección del cumplimiento de la promesa de Dios: la liberación y salvación de toda la humanidad, de los hijos de Dios. Por eso, como decía Rovirosa, somos “sacerdotes de lo social” y consideramos a la sociedad humana !-%)%#(+*#3,*$08*8#8,#%38,+#130+-01*$),+7,#,&10307(*$4 (PT. 36) en proceso de cristificación permanente, que nosotros debemos vivir, disfrutar, luchar e impulsar. Esta concepción “espiritual” del hombre, en lugar de alejarnos del mundo, nos mete en él hasta los tuétanos, nos hace responsables de toda vida humana. En lo que afecta al ser humano, nada hay que pueda sustraerse a la responsabilidad de Dios, que es la responsabilidad que todos los seres humanos tenemos respecto a los otros. En la HOAC siempre hemos dicho que la fuerza del compromiso está en la espiritualidad, y en ella radica la vocación y la praxis política. 1.3. La comprensión de la Iglesia: Si no reconozco, acepto y agradezco el misterio que hay en mí, no puedo comprender y aceptar el misterio que hay en la Iglesia, pudiendo caer en dos posiciones: La posición secularista, y la posición creyente racionalista. La posición secularista es la que afirma que la pertenencia a la Iglesia es lo mismo que la pertenencia a cualquier otra asociación. Lo extendida que pueda estar esta concepción en la HOAC escapa a mi conocimiento, pero es posible que esté más extendida de lo que pensamos, porque es la concepción que hay en nuestra cultura. La posición creyente racionalista afirma que la Iglesia es una realidad social y visible, y una realidad espiritual configurada por Jesucristo. Pero insiste en que la realidad espiritual no debe hacernos olvidar la realidad de pecado que hay en la Iglesia, que debemos denunciar y combatir. Aparentemente, esta posición puede parecer correcta, pero de hecho coincide con la anterior en lo siguiente: El centro de la Iglesia no es Jesucristo, es el “yo”, que se sitúa como juez imparcial ante la misma. A un lado del yo está la dimensión espiritual, al otro la dimensión humana, y el “yo” Alfonso Alcaide Maestre HOAC. Comunidad Parroquial San Pío X. Sevilla.
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decide y hace desde la más profunda radicalidad evangélica, por supuesto, y desde la mejor intención y amor a la Iglesia. En este ambiente de comunión que estamos viviendo, y desde el respeto y cariño a la Comisión Permanente, me permito poner el siguiente ejemplo: El material “Orar desde el Mundo Obrero”, correspondiente al domingo de resurrección, hacia la siguiente pregunta: !\6&7*3]#+(,&73*#0C$,&0*# -%+7*)0+*8*#8,#7*$#)%8%#1%3#$*#08,%$%C:*#%90-0*$#8,$#&0&7,)*#8%)0+*+7,#=(,#+%#&,#*73,.,#*#'*2$*3/#%# +%#&,#8*#-(,+7*#8,#=(,#1%83:*#'*-,3$%^4? Esta pregunta es similar a esta otra: “¿Estará nuestro Betis contaminado de tal modo por el juego sucio de la federación que no se atreve a hablar, o no se da cuenta de que podría hacerlo?” Las dos expresan una sospecha sobre una institución de la que se forma parte -“nuestra Iglesia”, “nuestro Betis”-. Lo que ocurre es que ambas pertenencias son cualitativamente muy distintas. No pertenezco a la Iglesia, SOY Iglesia. Si, además, dicha Hoja termina con un chiste, en el que el Papa pregunta: !\D<)%#,&#1%&02$,#=(,# $%&# =(,# ,&-3020,3%+# $%&# ,.*+C,$0%&# &,# %$.08*3*+# 8,# $*&# &(2.,+-0%+,&# *# $*# _C$,&0*^ Un obispo responde: Y,3]# =(,# 9*$7*+# '%J*&4, ¿Cómo puede ayudar esto a fomentar el amor a la Iglesia, a sentirse Iglesia, a sentirse agradecido a la Iglesia? ¿Cómo puede esto ayudar a orar? El problema de esta concepción, que puede estar fundamentada en una justa actitud de rebeldía ante la imagen pública que “da” la Iglesia, es que, sin pretenderlo, se sitúa fuera de la misma, como juez y no como parte. A veces, parece que nos situamos en la Iglesia de la misma manera que Rovirosa describe a Judas ante Jesús. Igual que Judas, tenemos un maravilloso proyecto de liberación de la clase obrera explotada y humillada, y deseamos que toda la Iglesia se ponga tras nosotros para realizarlo. La HOAC nos ha enseñado que el asunto es mucho más complejo y profundo y, según Rovirosa, pasa por dejar que el otro, que es Cristo, ocupe el centro, y acercarnos a él con pobreza, humildad y sacrificio, que son las tres dimensiones del Amor de Dios. 1.4. La pasión por la justicia. La evolución que estamos viviendo ha situado a la justicia en la clave para valorar a nuestro mundo, a sus instituciones y a nosotros mismos. De que tengamos hambre y sed de justicia, va a depender el futuro de muchas generaciones. Es radicalmente cierto que el amor por el hombre y por el pobre se concreta en la promoción de la justicia. Pero no solamente hay que luchar por la justicia, “además” hay que ser justos. Y este “ademas” es tan importante que si falta no hay lucha por la justicia, hay una praxis de cambiar estructuras, de lucha ideológica contra otras posiciones, de redactar nuevas leyes que sean más justas que las anteriores, etc. pero no hay lucha por la justicia. Cuando se lucha por la justicia sin ser justo o intentar serlo, realizamos una lucha finalista, pendiente de los resultados de la misma, y la depresión nos come cuando comprobamos algo que Rovirosa dijo hace muchos años: !6$# &,3# '()*+%# $$,.*# 7%8*# &(# '0&7%30*# 0+7,+7*+8%# -%+&73(03# $*# J(&70-0*#>#$*#1*;/#>#+%#$%#'*#-%+&,C(08%”. Por el contrario, cuando se lucha por la justicia poniendo la fuerza en ser justo, todo cambia, porque el medio se convierte en fin sin anular el objetivo deseado. Alfonso Alcaide Maestre HOAC. Comunidad Parroquial San Pío X. Sevilla.
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Así, los frutos son ostensibles y palpables, son frutos reales, frutos de humanidad. Posiblemente no consiga cambiar las estructuras, pero me he humanizado yo humanizando al otro. La historia de la salvación pone de manifiesto que Dios se ha pasado la mayor parte de ella tratando de que la humanidad lo comprendiera y lo viviera. Y la humanidad lo interpretaba en las claves de su propia racionalidad: Poder, guerras, conquistas, esclavitud, opresión, ojo por ojo y diente por diente. La justicia era la aplicación que los doctos hacían de la voluntad de Dios, que normalmente coincidía con la suya propia. Y los profetas que los denunciaban, unos locos. Hasta que Dios mismo se encarnó y se hizo hombre para mostrarse como el Justo por excelencia, y mostrarnos lo que realmente somos. En Jesucristo la justicia empieza por el reconocimiento, el servicio y el amor al otro. La dominación del pueblo judío continuó después de Jesucristo; las leyes apenas cambiaron, la injusticia permaneció… pero Jesucristo había realizado la mayor de las justicias en reconocimiento del hombre: morir por él y dejarle plasmado el camino de su divinización, que es la mayor liberación a la que podemos aspirar. Ser justo es ser Cristo, no de una manera figurada, sino real. Por ello, la encarnación no es una nota de nuestro compromiso, sin encarnación no podemos ser justos, y si no somos justos no hay lucha por la justicia. El abajamiento, la acogida y el compartir son caminos privilegiados de lucha por la justicia. Todo esto se nos muestra en la realidad con muchos matices y muchas variantes, como no puede ser de otra forma. Pero actúa en nosotros limitando nuestra capacidad de respuesta. Actúa excluyendo determinadas prácticas como posibles respuestas, que podemos y debemos dar. Así, un amigo, conocedor de la HOAC, me decía: “Vuestros equipos no pueden quedarse en ser grupos de formación, de análisis y de compromiso. Las personas que os rodean tienen necesidad de ser escuchadas, comprendidas y acompañadas en sus dificultades. Tienen que ser signos de fraternidad. Tienen que ser signos de una conversión que ayude a las personas a entender que no todos los comportamientos y actitudes, propuestos en la cultura, colaboran a una verdadera humanidad. Han de colaborar en la creación de un tejido productivo real que abra horizontes a la clase obrera, algo parecido a lo de los focolares en Brasil y su realización de empresas de comunión. Los sectores, si funcionasen, podrían ser un intento de responder a la primera cuestión que nos plantea. La segunda cuestión la tenemos pendiente. La tercera no entra en nuestros planteamientos. 1.5. La propiedad del dinero. La inmensa mayoría de los militantes solo tenemos el dinero que procede de nuestro trabajo, parte del cual lo compartimos con muchas causas. ¿Es esto suficiente? El problema no está ahí. El problema es el muro infranqueable que hemos levantado entre el dinero que tengo y todo lo demás. No es normal ni frecuente que los militantes pongamos en común en nuestros equipos el dinero que tenemos, ni cómo lo administramos. Si limitada es nuestra capacidad de comunicar nuestra experiencia de fe, lo mismo es nuestra capacidad de comunicar lo que hacemos con nuestro dinero. Alfonso Alcaide Maestre HOAC. Comunidad Parroquial San Pío X. Sevilla.
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En una situación de crisis de civilización como la que tenemos, con una concepción de empleo que no volverá, y con unos índices de paro, pobreza y exclusión como nunca lo hemos conocido, puede resultar un escándalo. ¿No es un escándalo reclamar derechos sociales y créditos para las empresas mientras tenemos nuestros ahorros apalancado en los bancos? Una militante de Sevilla, con mucho tiempo en el paro, sin salida, ha decidido crear su propio puesto de trabajo montando una empresa de servicios a la educación. Necesitaba un dinero para empezar, y se ha pasado meses de banco en banco pidiendo un préstamo que no había manera de conseguir. ¿Es normal que esto suceda entre nosotros? ¿Podemos seguir teniendo el dinero en bancos que no se lo prestan a desempleados que lo necesitan? ¿Por qué no sale de nosotros, de manera espontánea, poner ese dinero como préstamo a disposición de esa militante o de otras personas que lo puedan necesitar? ¿Por qué nos consideramos dueños absolutos de nuestras propiedades? ¿No es este el muro más grande que la cultura ha levantado entre nuestra fe y nuestra vida? No entro en el caso del presupuesto de la HOAC y de la mayor o menor aportación que debemos hacer, que también forma parte de este problema. El problema es: ¿Qué ocurre con los pobres, los parados, los que buscan salida sin recursos? ¿Cómo les mostramos el amor que Dios (nosotros) les tiene? Ese amor ha hecho morada en mí, para que yo reconozca al otro como Dios y me realice como tal. En el cursillo apostólico se daba la meditación que desarrollaba los puntos: ¿De quién son las cosas? ¿Para quién son las cosas? ¿Para qué son las cosas? Ahí está contenida toda la profunda concepción de la propiedad: las cosas son de Dios, las cosas son para quién las necesita para vivir con dignidad, las cosas son para dar gracias a Dios, que nos enseña y nos permite vivir en comunión. 1.6. Nuestra vida, anestesiada el formalismo El formalismo consiste en decir y defender lo “políticamente correcto”, sin que de ello se derive ninguna responsabilidad ni obligación moral. Es lo que vemos: La mayor defensa “formal” de la dignidad humana y de los derechos asociados a ella, con el mayor atropello a esos derechos. La mayor defensa de la honradez, con los mayores índices de corrupción. Se defiende la creación de empleo, pero se legisla el despido libre. Hoy se puede hablar de todo, diciendo lo formalmente correcto a sabiendas de que se va hacer todo lo contrario. Aplicado a nuestro caso, significa decir lo doctrinalmente correcto sin que ello comporte un cambio de vida, de valores, de praxis, de existencia en definitiva. El problema es que el formalismo ha convertido en “formales” los contenidos de la ética y de la moral, y con ello ha convertido en “formales” los contenidos de la justicia y los contenidos de todo. Se hace necesario reflexionar en qué medida el formalismo está metido en nosotros como Iglesia, en nosotros como HOAC dentro de la Iglesia, y en nuestras vidas. Sería necesario tomar conciencia de cuánto formalismo hay en “estar comprometidos”, “ser de izquierdas”, “luchar por la justicia”, “estar en las organizaciones del pueblo” “estar encarnados”, “vida comunitaria”, “ser Iglesia”, “evangelización del mundo obrero”, “pobreza, humildad y sacrificio”… Alfonso Alcaide Maestre HOAC. Comunidad Parroquial San Pío X. Sevilla.
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¿No tenemos la impresión de que nuestro lenguaje es cada vez más radical y más profundo, pero, al mismo tiempo, todo es demasiado, exigente y poco gratificante? Nadie negará la validez de la pobreza, la humildad y el sacrificio como virtudes evangélicas; nadie negará la importancia de la vida de comunión, de la encarnación en la pobreza y debilidad del mundo obrero… Pero la capacidad de conversión que tienen para nuestras vidas, ¿Crece o disminuye? Decimos lo que formalmente hay que decir pero nuestra vida personal y comunitaria va por otro lado. El problema no radica en que seamos incoherentes, en que entre Jesucristo y nuestra vida haya una distancia enorme. Eso siempre será así. El problema consiste en que la diferencia entre lo políticamente correcto y nuestra vida, personal y comunitaria, no sea un problema. Aceptar y confesar que nuestra incoherencia sea un problema personal y comunitario, nos oprime y angustia si lo concebimos como una falta de voluntad, o si lo vivimos solos, Pero, la relación con Jesucristo está mediada por su Espíritu, que habita en mí, que hace crecer, que da frutos, que me consuela, que me recrea, me impulsa y me salva convirtiendo mi pecado en camino de conversión, de humanización, de divinización. Así, el camino de las Bienaventuranzas se convierte en eso, en un camino de amistad con Dios, un camino de felicidad, no en una vara de medir que me muestra mi fracaso permanente. El “formalismo” mata el Espíritu, porque nos impide reconocer que nuestra vida está en sus manos. Y como el Espíritu es “El Señor y Dador de Vida”, cuando se le mata se mata la vida, queda solo rutina, formalismo. ¿Dónde queda el hombre libre, responsable y dueño de sus decisiones? El hombre libre, responsable y dueño de sus decisiones es éste, el que ha tomado conciencia de que ser es SER UNO con Jesucristo, y en Él con el Padre y el Espíritu. El hombre es eso. Solo esa UNIDAD puede ser libre y responsable. Por ello, la incoherencia entre fe y vida no se soluciona solo con esfuerzo y voluntad, es necesaria la oración, pedirle a Jesucristo que su Espíritu dé frutos en nuestra vida y aceptar con paciencia y humildad su manera de proceder. III. EL CAMINO DE LA ESPERANZA 1. El consiliario: Un contemplativo del militante !6$# -%+&0$0*30%# 8,2,# 7,+,3# -*&0# (+*# *-707(8# -%+7,)1$*70.*# 8,$# )0$07*+7,/# 1*3*# .,3# -<)%# .*# 8,&*33%$$*+8%#&(&#.*$%3,&#-%)%#-*)0+%#8,#1,39,--0<+#'*-0*#,$#H*83,/#V#"V`K"@I6#"#a6@#IF#b`6# II6a"# K6cE@F/# 1*3*# 8,&-(2303# ,$# K0%&# =(,# &,# .*# )*+09,&7*+8%# 1%-%# *# 1%-%# ,+# &(&# )0&7,30%&4 (Malagón. Charla. Semana Nacional de Estudio. 1968) 2. Conocedor del hombre, varón y mujer 3. Artesano de la espiritualidad del militante y de su proceso de divinización. 4. En diálogo con la cultura Alfonso Alcaide Maestre HOAC. Comunidad Parroquial San Pío X. Sevilla.
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