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Encuentro Mundial de Movimientos Populares Entrevista a José Fernando Almazán Zahonero, presidente HOAC
Foto TOMÁS ALONSO | @_tomasfoto
HOAC.es • Nº 158 • diciembre 2014 • III Época • 0,75€
Por un nuevo contrato social así lo vemos El «contrato social» se está resquebrajando debido al aumento del empobrecimiento, la desigualdad y la precariedad. El «pacto social» (la base de la estructura del Estado de bienestar) está derivando en un «contrato mercantil», donde la capacidad de competir e influir de cada persona en solitario o unida a otros por intereses egoístas, marca el acceso a los derechos y al bienestar. La Fundación FOESSA, impulsada por Cáritas y con participación de la HOAC, habla de que «la idea de comunidad, de cómo queremos vivir juntos y su diseño institucional» está cambiando a marchas forzadas. Su Informe sobre exclusión y desarrollo denuncia que «los poderes financieros han acabado desposeyendo a otros grupos sociales del control y los recursos que las sociedades habían ido consiguiendo», como consecuencia de la «secesión moral de los ricos».
Para revertir la situación, hemos de revisar y consensuar nuestras prioridades. El trabajo decente y la protección social eficaz han de ocupar un lugar principal como garantía de una vida social digna. Es la persona el centro de todas las prioridades. El mismo papa Francisco nos urge a afrontar este desafío, cuando nos pide «crear una nueva mentalidad que piense en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos» («La Alegría del Evangelio», 188). Debemos ser conscientes de que «el mundo se ha vuelto huérfano porque dejó a Dios de lado» para rendir «culto idolátrico al dinero», como dice también Jorge Bergoglio, y proceder a una «renovación moral». Creemos llegado el momento.
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con Dios en la vida obrera
la calle
El Dios que la sostiene u vida no ha sido un camino de rosas. Su diabetes va deteriorando su salud pero su empleo es tan precario que no puede estar mucho tiempo de baja. Es auxiliar en una residencia de personas mayores, muchas de ellas dependientes. Un trabajo que cada día le cuesta más. Pero ella experimenta que Dios está presente por todos lados. Lo puede palpar en los hombres y mujeres que atiende y entre sus compañeros que, como ella, sufren un subempleo que les impide vivir dignamente. Es por ello que no dudó defender sus derechos en el comité de empresa. Ella vive la experiencia de un Dios que la sostiene. Un Dios que le impide mirar hacia otro lado ante la injusticia. Un Dios comunión que experimenta en la vida de su equipo. Cada día, hasta los más agotadores, siempre hay tiempo para mirar al Jesús Obrero. En su oración repite con fuerza: «Que los militantes que sufren desaliento, permanezcan en tu amor».
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Teresa Jiménez Zamorano
Imagen de la exposición «Follow the leaders» («Sigue a los líderes») de Isaac Cordal, en Berlín. El artista critica de este modo la inercia de los poderosos, incapaces de ponerse de acuerdo mientras sube el nivel del agua. Foto: @isaacordal
Queda poco tiempo para evitar el calentamiento del planeta Los océanos y la atmósfera se han calentado, el nivel del mar ha subido y el dióxido de carbono está aumentando. Son cambios que podrían transformar radicalmente la vida como la hemos conocido hasta ahora. Todavía estamos a tiempo de prevenirlo. egún el presidente del grupo de expertos R.K. Pachauri, «no será posible afrontar el cambio climático si los distintos agentes anteponen sus propios intereses de forma independiente; solo se alcanzarán resultados positivos con respuestas colectivas, en particular de la cooperación internacional». La buena noticia es que hay alternativa. En palabras de Pachauri: «Las soluciones son muchas y permiten el continuo desarrollo económico humano. Todo lo que
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necesitamos es voluntad de cambio, y confiamos en que esa voluntad esté motivada por el conocimiento y la comprensión de la ciencia del cambio climático». Pero, eso sí, hay que ponerse a ello ya, porque cada vez hay menos tiempo para llegar al punto de no retorno. Las emisiones de los gases que provocan el efecto invernadero tendrían que reducirse entre un 40 y un 70% a nivel mundial entre 2010 y 2050. Una economía basada en bajas emisiones de carbono
es posible y sostenible. Los expertos aseguran que los costes que tendría «desengancharnos» de un sistema altamente dependiente del petróleo son enormemente bajos en comparación con los riesgos de no hacer nada. La ciudadanía deberá presionar a sus gobiernos y a las grandes compañías que controlan los recursos energéticos para que adopten las medidas necesarias para evitar el cambio climático. Roge Torres
DESDE EL OTRO LADO
El aceite de la solidaridad er precaria y pobre no es una buena carta de presentación, por ejemplo, en un banco. Pero sí entre personas que todavía tienen entrañas de misericordia. Y es que como el aceite, la solidaridad se extiende sigilosamente y va dejando una huella. Aquella mañana su compañera le regaló una garrafa de cinco litros. Sé que te vendrá bien. Y ella, feliz, la llevó a su casa. La verdad que con el precio que tiene dará el apaño. Pero en casa encontró a su hija y a su nieta. Lo están pasando mal. Trabaja el matrimonio pero a jornadas reducidas y a salarios mínimos. Y tienen que pagar piso, coche y los gastos de la pequeña. El aceite, como un signo, volvió a extenderse solidariamente. Llévate la mitad. Así es como los trabajadores precarios empobrecidos están sobreviviendo. Por el aceite de la solidaridad.
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Cristina López
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política en zapatillas
¡DESNUDOS! uenta el cuento que el sastre había prometido al Rey hacerle un traje con un tejido especial: el corrupto vería al Rey desnudo aunque fuera vestido. En realidad no hizo traje alguno. El primero en verse desnudo frente al espejo fue el Rey que, como estaba mangando, calló y felicitó al sastre por el maravilloso traje que le había hecho. Después pasó delante de él toda la Corte, gobierno e instituciones del reino. Todos lo vieron desnudo, pero como todos eran corruptos callaron y felicitaron al Rey por su nuevo traje. No puede plasmarse mejor la situación que estamos padeciendo. Solo falta un detalle importante: Las víctimas de su corrupción, que somos el pueblo y los pobres. A nosotros nos han robado salarios, pensiones y prestaciones sociales;
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puestos de trabajo y derechos; la pequeña empresa que tanto costó levantar y los ahorros de toda una vida; los pisos y casas que habitábamos; el derecho a crear una familia, tener hijos y vivir con dignidad y alegría; la confianza y la ilusión; el futuro de los jóvenes. Nos lo han robado todo, solo para enriquecerse. ¡Qué pena me dan!
El Proyecto de Humanización de todo ser humano exige el derecho a la vida, el derecho a vivir y el derecho a ser. Ellos los han cambiado por el derecho a estafar, a robar y abusar del poder; pero estos no son derechos, son pecados, y no porque ofendan a Dios, sino porque oprimen al hombre y toda opresión al hombre es una ofensa al mismo Jesucristo. Nos queda el arma más poderosa: la esperanza. Sabemos que la política es una de las formas más preciosas del amor al prójimo. Por ello hacemos nuestro el grito del Santo Padre Francisco: «¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!» («La Alegría del Evangelio», 205). Uno de ellos eres TÚ. A.A. Maestre
Apostar por el bien común
cultura
1º. Asumir que, para comprender cómo es realmente ecesitamos un profundo cambio de mentalidad nuestra sociedad, lo que hemos de mirar es la situación de que nos haga comprender lo siguiente: «Mienla desigualdad, la pobreza y la exclusión social. tras no se resuelvan radicalmente los problemas 2º. Evaluar la acción política viendo si las decisiones que de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los se toman contribuyen a un auténtico desarrollo combamercados y de la especulación financiera y atacando a las tiendo esa desigualdad en sanidad, educación, empleo, recausas estructurales de la inequidad, no se resolverán los distribución de la riqueza, garantía de ingresos mínimos problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La (pensiones, rentas mínimas…). inequidad es raíz de los males sociales» (Francisco, «La 3º. Construir un compromiso alegría del Evangelio», 202). redistributivo ético. Sin imEl Informe sobre exclusión y puestos justos no puede haber desarrollo social en España, de D e b e mo s c o n s t r u i r u n so c i e d a d un sistema de servicios públila Fundación FOESSA (cuyo b a s a d a e n d e re c h o s u n i v e r s a l e s cos justo y suficiente que respatrono principal es Cáritas), ponda a las necesidades colecnos lo dice claramente: la sociey n o e n p ri v ile g io s in d iv id u a le s tivas. dad no puede crecer sin las per4º. Construir una sociedad sonas y el verdadero desarrollo basada en derechos universales y no en privilegios indivisolo se construye dando prioridad a la vida digna de todos; duales. pero en nuestra actual situación, la desigualdad, pobreza, pri5º. Priorizar a aquellos que están en una situación de mavación material y exclusión, muestran un devenir social que yor vulnerabilidad. excluye a muchos. La pobreza y la exclusión social son fenóEn definitiva, apostar por el bien común supone priorimenos estructurales en nuestra sociedad, no se deben a la crizar aquellas medidas políticas que suponen una mejora en sis, aunque con ella se hayan acentuado sus consecuencias. las condiciones de vida de los más pobres. No le demos FOESSA considera que «no es cierto (ni asumible) que más vueltas. no se pueda hacer nada más de lo que se está haciendo». Francisco Porcar Se puede apostar decididamente por el bien común, lo que supone, entre otras cosas:
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la ventana del mes
Movimientos Populares en el Vaticano
«Sigan con su lucha, nos hacen bien» El Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), al que pertenece la HOAC, no faltó al Encuentro Mundial de Movimientos Populares convocado por el Vaticano. Los desafíos globales a los que se enfrentan las familias trabajadoras estuvieron muy presentes en esta cita histórica. l Pontificio Consejo de Justicia y Paz, presidido por el cardenal ghanés Peter Tuckson, junto con la Academia Pontificia de Ciencias, había invitado a los movimientos sociales del mundo a acudir al Vaticano, entre el 29 y el 31 de octubre. La intención era recoger su visión sobre las causas de la creciente desigualdad y el aumento de la exclusión en todo el mundo y analizarlas a la luz del pensamiento social del papa Francisco. Pero también, figuraba en la agenda de trabajo la búsqueda de alternativas conjuntas con el fin de, según rezaba la invitación que aceptó casi un centenar de movimientos populares del mundo, «enfrentar los problemas que el capitalismo financiero y las transnacionales imponen a los pobres, con la perspectiva de construir una sociedad global con justicia social, a partir de la realidad de los trabajadores excluidos». La delegación del MMTC estuvo compuesta por la copresidenta Charo Castelló, miembro de la HOAC; Gloria, de la LOC de Portugal; y Evarist, del MTC de Ruanda. Además, estuvieron presentes otros dos militantes de la organización que edita la revista que tiene en sus manos: Mari Carmen Picón, integrante de la Asociación Andaluza de
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«Terra, domus, labor» o lo que es lo mismo «Tierra, techo y trabajo» fue el lema que presidió el Encuentro Mundial.
Hasta el corazón del Vaticano han llegado las voces de las organizaciones de campesinos, de indígenas, de cartoneros, del mundo obrero y del trabajo, de los antidesahucios, de las mujeres… Barrios Ignorados, y Joaquín Sánchez, miembro de la Plataforma Anti-Desahucios de Murcia.
Tierra, Trabajo, Techo... Tierra, Trabajo, Techo, Paz y Ecología fueron los cinco ejes temáticos de estas jornadas a las que acudieron de todos los rincones del planeta muy pegadas a la tierra, a los barrios, a la calle, a los lugares de tra-
bajo, a la gente más desfavorecida. Hasta el corazón del Vaticano han llegado las voces de las organizaciones de campesinos, de indígenas, de cartoneros, de recicladores, de obreros de empresas recuperadas, de cooperativistas, de defensa de viviendas dignas, de los derechos de las mujeres…, hasta formar «un hermoso poliedro», en palabras de Francisco.
«El encuentro ha sido muy enriquecedor por cuanto ha permitido compartir análisis y propuestas con muchas otras organizaciones de países donde tenemos entidades afiliadas, nos ha servido para identificarnos todavía más con quienes sienten que la dignidad del trabajo se está vulnerando en el mundo, independientemente de que sean católicos o no», va-
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Charo Castelló, copresidenta del MMTC y miembro de la HOAC con el Papa.
lora Charo Castelló, para quien el vibrante discurso del papa Francisco pronunciado en el Aula Vieja del Sínodo ha supuesto «un reconocimiento explícito de estas organizaciones a las que valora sobre todo por su cercanía y capacidad de organización de las persona empobrecidas, y un canto esperanzado de que las soluciones a los retos globales
inevitablemente pasan por contar con ellas».
Protagonistas del cambio social Con esta iniciativa, la Iglesia universal ha querido hacer propias las necesidades de aquellos que forman parte de estos movimientos y que con sus diferentes proyectos y formas de trabajo buscan ser protagonistas de un cambio
Picón (Barrios Ignorados), Vives y Sánchez, (Antidesahucios) en una Eucaristía.
social que posibilite la edificación de un mundo más justo y fraternal. La presencia de 30 obispos de distintos continentes, sobre todo de América, África y Oceanía, ha sido un signo de esa cercanía. «He podido experimentar en carne viva la gran familia humana. Las palabras del papa han resonado en mi corazón, al igual que en el de todas la personas participan-
La solidaridad en el trabajo En el Encuentro Mundial de Movimientos Populares la realidad del mundo del trabajo fue uno de los cinco ejes de diálogo. No podía ser menos, al tratarse de una cuestión clave de nuestras sociedades. Los delegados más involucrados en el ámbito laboral constataron la precarización del trabajo que recorre todas las partes del planeta, con un aumento sin precedentes del llamado trabajo informal (economía sumergida); el aumento del tiempo de trabajo y de la productividad que provoca explotación y permite la acumulación de capital en cada vez menos manos; mientras crece el desempleo en la mayoría de los países, con especial virulencia entre los jóvenes. Al tiempo, la esclavitud moderna; la prostitución forzada; la migración forzosa; los genocidios perpetrados por «mafias» de narcos entre comunidades de familias trabajadoras… son verdaderos crímenes contra la humanidad que siguen produciéndose en nuestros días.
Los militantes del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) no son ajenos a estas realidades. «Hay gran sintonía con los colectivos que se enfrentan a este tipo de problemas, hay mucha implicación en organizaciones de trabajadores informales, de campesinos, de gentes de los barrios depauperados («favelas» en Brasil, «villas» en Argentina y «slams» en Asia y Sudáfrica), de empresas de la economía social…», apunta Charo Castelló, copresidenta del MMTC. Con la solidaridad entre los últimos se está tejiendo una red de alternativas para producir con respeto, consumir con responsabilidad, trabajar sin excluir, relacionarse sin discriminar, compartir sin acaparar… De ahí que Jorge Bergoglio haya dicho: «Ustedes sienten que los pobres ya no esperan y quieren ser protagonistas, se organizan, estudian, trabajan, reclaman y, sobre todo, practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren, entre los pobres...».
tes, como un soplo de aire fresco, capaz de darnos consuelo en nuestro sufrimiento, pero también el apoyo y el ánimo necesarios para construir una sociedad a la altura de la dignidad humana», comenta Charo Castelló. De momento, además del lógico reforzamiento de los vínculos entre movimientos tan distantes geográficamente, tras unas jornadas tan intensas, el encuentro ha servido para crear una mesa de diálogo permanente entre los movimientos sociales y la Iglesia.
Llamada a las iglesias locales Para el mundo católico, según la opinión de Charo Castelló, esta cita también supone «una llamada a las iglesias locales a no tener miedo en denunciar la idolatría del dinero como causante de muchos de los grandes problemas que vivimos como humanidad pero también una invitación a la organización de los pueblos, de las comunidades para anunciar que otra vida es posible y que ya ha empezado aquí y ahora». José Luis Palacios Más información: www.bit.ly/MMpopulares
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¿quién es?
«Nuestra fe nos lleva a construir un mundo diferente» José Francisco Almazán Zahonero, presidente de la HOAC
La HOAC comienza la reflexión y el diálogo sobre los contenidos de la XIII Asamblea General. Un proceso personal, en equipo de vida y diocesano que culminará en agosto de 2015. José Fernando Almazán Zahonero, laico de la diócesis de Madrid y presidente de este movimiento de Acción Católica especializada habla de las claves de este proceso tan democrático como evangélico. –«Construyendo Iglesia en las periferias del mundo obrero. Justicia, trabajo digno y solidaridad» es el lema de la Asamblea General de la HOAC, ¿por qué? –El lema identifica y define claramente nuestro lugar de acción, nuestro campo de evangelización y nuestra permanente voluntad de acercamiento a las personas del mundo obrero y del trabajo, a las que queremos presentar el evangelio de Jesús como alternativa de vida. También contiene elementos clave para medir el reconocimiento práctico de la dignidad de las personas en nuestra sociedad. –¿Con qué recursos, ánimos y apoyos llega la HOAC a esta cita? –Llegamos con el trabajo hecho, con la vida entregada de muchos miembros de la HOAC y la de muchas personas que nos aprecian, con la ilusión de renovar nuestra esperanza y de saber transmitir la alegría del Evangelio a la gente de nuestro alrededor. –¿Qué pueden aportar la HOAC y sus militantes a las periferias? –Queremos ofrecer alternativas, desde la comunión de vida, de bienes y de acción, que pasen por el descubrimiento de que otras formas de vivir son posibles ya hoy, que es necesario ir cambiando la mentalidad para a su vez ir cambiando el estado de cosas. Estamos llamados a
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vivir nuestra fe con las gentes del mundo obrero y del trabajo, transmitiendo que lo mejor que tenemos es esa fe en Cristo, que quiso hacerse hombre y pobre, y que nos hace levantarnos cada día con la esperanza de un futuro mejor y con la voluntad de construirlo. –¿Espera nuevas concreciones en este sentido de la asamblea? –La gente de hoy está cansada de palabras, de que la engañen, de que la exploten, de malvivir. Hemos de ser honestos y creativos. Hemos de vivir lo que creemos, dejarnos la piel en el apoyo y en el alumbramiento, si fuera necesario, de gestos y experiencias de vida que supongan construir relaciones personales, sociales, económicas, culturales… diferentes, basadas en la gratuidad, la solidaridad, la personalización, la socialización. –En el actual contexto de globalización neoliberal y de la indiferencia, ¿qué puede aportar la HOAC en estos campos? –Esperanza, perseverancia, fe. Nos jugamos nuestro futuro y nuestra dignidad. Es irrenunciable decir no a una globalización que favorece e incrementa de manera sistemática la desigualdad, que imponiendo la lógica de la utilidad mercantilizada genera exclusión, que niega la dignidad de la persona y que
aborrece la moral. Nuestra fe nos lleva a decir no y a construir y proponer, desde ya, un mundo diferente. –El papa Francisco está abriendo una nueva etapa para la Iglesia universal, ¿qué valoración hace la HOAC? –El papa Francisco está ayudándonos a situar en el centro lo esencial, poniendo en primer lugar las necesidades de los más pobres y animando al conjunto de la Iglesia a salir a las periferias para reencontrase consigo misma y con su misión más genuina: evangelizar, presentar la buena noticia y la alegría del evangelio a todas las personas, y vivir según Cristo vivió y nos enseñó. La
Iglesia de nuestro país está llamada a leer los signos de los tiempos para ver cuál y cómo ha de ser el mejor servicio que puede prestar a las personas y la sociedad para dar cumplimiento a su misión. Ha de ir encontrando caminos para ser cada día más cauce de unidad y de comunión, de testimonio evangélico frente a las injusticias y los abusos, lugar de aliento y motivo de esperanza para los que tan mal lo están pasando. Ha de estar con todos pero ha de redoblar su presencia y su querencia por los más débiles, los preferidos de Dios, y eso ha de verse en todas y cada una de las acciones de la Iglesia, de todos y cada uno de sus miembros.
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¿Sabías que...?
La mirada justa
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Nadie sin trabajo
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on tantas cosas que pasan en nuestra sociedad, muchos nos encontramos avergonzados e indignados. Tantísimas personas pasándolo mal en esta maldita crisis y unos cuantos haciendo todo el esfuerzo por ser mangantes. Necesitamos alguien que nos anime, nos dé otros horizontes, marque caminos y nos haga cambiar a todos y, sobre todo, que a los pobres les dé esperanza y fuerza. El papa Francisco, en su discurso al Encuentro de Movimientos Populares, alaba la reacción activa de los pobres: Hay «una realidad muchas veces silenciada. ¡Los pobres no solo padecen la injusticia sino que también luchan contra ella!». «Practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren, entre los pobres, y que nuestra civilización parece haber olvidado, o al menos tiene muchas ganas de olvidar» Una llamada a nuestros corazones aburguesados. Que podamos decir como el papa: «Hoy quiero unir mi voz a la suya y acompañarlos en su lucha». Y, ¿por dónde deberíamos actuar? En la vida normal, a ras de suelo, en las relaciones cotidianas de trabajo y de barrio se pueden hacer muchas cosas y se hacen. Pero no debemos olvidar lo que pide también el papa: solidaridad, «también es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero».
n 2014, las 85 personas más ricas del planeta poseían la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad. Las veinte personas más ricas en España poseen una fortuna similar a los ingresos del 30% más pobre de la población (casi 14 millones de personas). esde el comienzo de la crisis financiera, el número de personas con más de 1.000 millones de dólares se ha más que duplicado hasta alcanzar la cifra de 1.645 personas. n Pakistán, un niño que nazca en una zona rural y cuyos padres pertenezcan al 20% más pobre de la población solo tiene un 1,9% de posibilidades de llegar a pertenecer en algún momento al 20% más rico. En EE.UU. casi la mitad de los niños cuyos padres son de renta baja se convertirán en adultos de renta baja. esde 1990, los ingresos derivados del trabajo constituyen un porcentaje cada vez menor del PIB, tanto en países de renta alta como en los de renta media y baja. En todo el mundo, los trabajadores de a pie cada vez se llevan una parte más pequeña del pastel, mientras que los más ricos acaparan cada vez más. n 2014, los directivos de las cien principales empresas del Reino Unido ganaron 131 veces más que un empleado medio y, sin embargo, solo 15 de estas empresas se han comprometido a pagar a sus empleados un salario digno. En Sudáfrica, un trabajador de una mina de platino tendría que trabajar 93 años para ganar solo las primas anuales de un director ejecutivo medio.
D E ¿Hacia dónde ir? A poner a las personas con sus derechos y auténticas necesidades por encima de todo. Así dice el papa: «Esto sucede cuando al centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona humana. Sí, al centro de todo sistema social o económico tiene que estar la persona, imagen de Dios, creada para que fuera el denominador del universo. Cuando la persona es desplazada y viene el dios dinero sucede esta trastocación de valores». «Este sistema ya no se aguanta. Tenemos que cambiarlo, tenemos que volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos». «Digamos juntos desde el corazón: ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ninguna persona sin la dignidad que da el trabajo». Gregorio Burgos
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evangelio en la calle
Así va el mundo
Os anuncio una gran alegría oto, cada vez con más frecuencia, que a determinadas personas no les gusta la Navidad. Incluso la rechazan, airados, como algo molesto. Al preguntarles el porqué, dan razones de todo tipo: nostalgia, bullicio sin ton ni son, gastos y comidas huecas, utilización sin sentido del nacimiento de Jesús de Nazaret. A mí, sin embargo, no es que me guste o no me guste la Navidad (eso es lo de menos), lo que me parece es que el nacimiento de Jesús de Nazaret tiene tantas posibilidades para creyentes y no creyentes que es una lástima que no las utilicemos al máximum. Vamos a centrarnos en la narración que hace el evangelista Lucas (2, 1-20) sobre este acontecimiento. Al fin y al cabo es el principio de todo. Ya adelanto (y sabemos) que es un relato lleno de gran ternura, de salvación y… ¿cómo no?, de dolor. Lo recordamos y, una vez más, volvemos sobre él: decreto del emperador, pesebre, pastores, ángeles, encuentro… y de todo él, entresaco esa frase puesta en boca de los ángeles y dirigida a los pastores: «Os anuncio una gran alegría» (versículo 10). «Gran alegría para todo el pueblo», se dice, porque ha nacido no uno que viene a aprovecharse de nosotros, ni a dominarnos, ni a tratarnos de bobos, sino a traernos la posibilidad de la liberación de toda esclavitud para que él pueda ser nuestro único «Señor» (y no el dinero y el poder). Ésta es la gran alegría. Lógicamente lo será si nos parecemos a los pastores que, dejando «de prisa» todo lo suyo, acogieron la persona de Jesús y entonces, y solo entonces, la noche, envuelta en oscuridad, se llenó de luz. Imágenes que nos llevan a alejarnos «de lo políticamente correcto» y luchar contra un mundo cada vez más injusto especialmente para los pobres y los obreros. Si la Navidad es liberación, ¿quién la puede rechazar? Más bien gritemos en la calle y en la Iglesia: ¡Tú, yo y el mundo necesitamos urgentemente la gran alegría de la Navidad!
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Hay más de 200 millones de personas desempleadas en el mundo, de las que 73 millones son jóvenes. Uno de cada tres trabajadores vive por debajo de la línea de pobreza de dos dólares al día. El artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclama que «toda persona tiene derecho al trabajo». Aunque la declaración, aprobada el 10 de diciembre de 1948, es considerada como un ideal común para todas las sociedades, su cumplimiento deja mucho que desear. En 2015 se acaba el plazo para cumplir con los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que han marcado la acción humanitaria de la comunidad internacional en los últimos años, con resultados desiguales. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), junto a muchas otras entidades, propone que «el trabajo decente» sea considerado una de las prioridades en la próxima agenda de desarrollo que se conoce como post-2015. Porque sin empleos con derechos, no habrá desarrollo.
Antonio Hernández-Carrillo
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