Tu 163 junio by Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC)

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Iglesia unida por el trabajo decente XIII Asamblea General de la HOAC

Foto vista creandoutipias.net

HOAC.es • Nº 163 • junio 2015 • III Época • 0,75€

Nuria Bazos y José Andrés Pérez, militantes de la HOAC

Se están creando puestos de trabajo, pero no se han alcanzado los niveles de empleo anteriores a la crisis, ni muchos menos se están generando empleos sosteniasí lo bles y de calidad. Se está sustituyendo empleo estable y a tiempo completo por empleo temporal y a tiempo parcial. Más de un 12% de las personas con empleo siguen atrapadas bajo el umbral de la pobreza. La mayoría de los nuevos puestos de trabajo no llegan al «mileurismo». Se ha sacrificado el valor del trabajo para mejorar los datos macroeconómicos. Un camino de escaso recorrido y aliento.

Nos recordaban hace poco los obispos que «para que el trabajo sirva para realizar a la persona, además de satisfacer sus necesidades básicas, ha de ser un trabajo vemos digno y estable». De ahí que proclamemos, con los pastores de nuestra Iglesia, que «la política económica debe estar al servicio del trabajo digno», y que nos unamos a su petición de un pacto por el empleo decente: «Es imprescindible la colaboración de todos, especialmente de empresarios, sindicatos y políticos, para generar ese empleo digno y estable, y contribuir con él al desarrollo de las personas y de la sociedad».

con Dios en la vida obrera

Acompañar

lla siempre ha sentido cómo Dios la acompaña. Y esa experiencia ha calado en su existencia. Tanto que ha empeñado su vida en ser para los demás. Sabe, porque lo vive, que Jesucristo es encuentro y acompañamiento amoroso. Por ello, en su currículum de vida militante figura con mayúsculas: «Vida gastada en acompañar desde Cristo al mundo obrero empobrecido». Vida que se entrega gratuitamente porque se tiene la certeza de que no te pertenece. Solo es de Dios. Su historia es la de un acompañamiento: a su familia, especialmente de su hermano cura; a los militantes de la HOAC con los que trabaja sin cejar en construir un nosotros; a equipos de iniciación con los que teje una red de afectos y encuentros; a mujeres y hombres trabajadores de su barrio y de su parroquia a los que con sencillez les hace descubrir la dignidad sagrada de ser hijos e hijas de Dios y, por tanto, protagonistas de sus propias vidas... Esa es la experiencia que pone en el corazón de su oración diaria. Esta es la vida de una mujer del pueblo que gratuitamente devuelve la Vida de Cristo al pueblo sencillo y trabajador.

Teresa Jiménez Zamorano

la calle

Iglesia unida por el trabajo decente organizaciones de inspiración católica de España se han sumado a la campaña de promoción del trabajo decente lanzada por el Pontificio Consejo de Justicia y Paz y la Organización Internacional del Trabajo. España se convierte así en el primer país cuya Iglesia acoge este llamamiento apoyado por el Vaticano. El objetivo es defender que el empleo con derechos y protección social sea incluido en la próxima agenda de desarrollo sostenible que debe aprobar la Asamblea General de Naciones Unidas el próximo mes de septiembre. A primeros de mayo, se celebró una rueda de prensa, a la que asistieron un buen número de representantes de los medios. En ella se dio lectura a una declaración consensuada previamente por Cáritas, Justicia y Paz, Confer, HOAC, JOC y JEC. «Después de un trabajo conjunto de reflexión y diálogo lanzamos hoy una Declaración que todo un conjunto de organizaciones de Iglesia ha querido suscribir y apoyar, como pasó hace un año con la Declaración romana, para aunar esfuerzos de organizaciones católicas en pro del trabajo decente. Se

Sigue creciendo la familia hoacista En la última Asamblea diocesana de la HOAC de Orihuela-Alicante, al inicio de la Eucaristía, se celebró el compromiso explícito del nuevo equipo de militantes. José Carlos, Charo, Manolo, María Luisa, Luis y Elena… se incorporan a la vida de este movimiento de Acción Católica especializado, en un momento privilegiado al tener la vista puesta en la próxima Asamblea General, convocados a seguir construyendo Iglesia en las periferias del mundo obrero. Acompañados por Loles y Antoñico… damos gracias al Padre. Abraham Canales @otromundoesposi

De izquierda a derecha: Abraham Canales (HOAC), Joaquín Nieto (OIT), Charo Castelló (MMTC), Javiero Alonso (JusPax) y José Luis Saborido (CONFER).

han sumado un conjunto de organizaciones de Iglesia comprometidas en la justicia social, la promoción de condiciones de trabajo dignas y la economía social y de comunión, organizaciones que suman trabajadores y empresarios católicos», explicó Javier Alonso, portavoz de la iniciativa y vicepresidente de Justicia y Paz. El documento es fruto de los diálogos iniciados en septiembre del año pasado en Madrid por iniciativa del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos y la Unión Internacional de Asociaciones de Empresarios Católicos (UNIAPAC). La presentación del documento ha sido el primer hito de una acción conjunta que se

quiere desarrollar en los próximos meses entre diversas entidades de sensibilidad católica. La hoja de ruta está aún por definir y todavía es posible que se sumen nuevos apoyos. Para los primeros firmantes, es ineludible «poner en primera línea de las agendas de nuestras organizaciones la necesidad de un trabajo decente para todas las personas. Debe estar en la agenda política, en las agendas de las entidades sociales y empresariales y en nuestras agendas personales. Y también en las propuestas de nuestra Iglesia». @jlpalas José Luis Palacios Más información bit.ly/iglesiaxtrabajodecente

desde el otro lado

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política en zapatillas

Iglesia, servidora de los pobres. Nuestros obispos nos interpelan a instrucción pastoral «Iglesia, servidora de los pobres» nos sitúa en la encrucijada marcada por la ruptura entre ciencia, técnica, ética, moral y espiritualidad. Esta ruptura es la que produce la deshumanización que padecemos en forma de explotación, opresión, dominación, desprecio de la vida humana, negación de los derechos más elementales (trabajo, techo, salud, protección social…). Los obreros y trabajadores experimentamos que se nos ha segado la hierba que sustentaba nuestros pies, y en su lugar ha brotado pobreza, indigencia y exclusión. No es posible responder a la dramática disolución de lo humano, que estamos padeciendo, si no es desde una honda espiritualidad. La espiritualidad cristiana consiste en tener una vida que, por estar injertada en Jesucristo, siente,

El portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, durante la presentación del documento 'Iglesia, servidora de los pobres'. EFE

piensa y actúa como Él. Esto es muy importante, porque hace que la visión de la realidad que tiene el creyente sea profundamente humanista, su respuesta humanizadora y su vida plenamente humana por ser profundamente cristiana.

Así, el creyente se convierte en sal de la tierra y en luz del mundo. Por ello es tan importante que surjan hombres y mujeres nuevos; valores, actitudes y comportamientos humanizadores; personas responsables de los otros, de las instituciones y de su entorno, porque así son responsables de su vidas; familias que por amar, cuidar y proteger la vida son capaces de alumbrar este tipo de personas nuevas para una nueva sociedad. Nosotros sabemos que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida. El gran reto que nuestros obispos nos plantean es cómo mostrárselo al mundo para que el mundo crea. Y la respuesta ya la sabemos: Que vean como nos amamos… en las fábricas, en los talleres, en las minas, en las escuelas… A.A. Maestre

cultura

P ac to s oc ia l c on t r a l a po br e z a

n el documento «Iglesia, servidora de los pobres», recientemente aprobado por la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, se dice: «Aspectos como la lucha contra la pobreza, un ideal compartido de justicia social y de solidaridad –que debería centrar nuestro proyecto como nación– se sacrifica en aras del crecimiento económico» (n. 20). Es el mismo modelo económico y social el que hay que revisar en profundidad para hacer frente a la injusticia, la desigualdad y la pobreza provocadas por un modelo económico y social dominado por una idolatría del dinero (n. 21). Por eso los obispos piden un «pacto social contra la pobreza», porque lo más necesario y urgente es restablecer la justicia atacando las raíces de la pobreza. Pero un pacto social contra la pobreza exige un profundo cambio de perspectiva a la hora de plantear qué queremos hacer como sociedad. Porque una de las raíces fundamentales de la pobreza es un grave problema moral: vivimos en un modelo económico y social que niega en la práctica la pri-

macía del ser humano, que la persona debe ser siempre lo primero (n. 15). Para construir un pacto social contra la pobreza necesitamos cambiar de perspectiva, una profunda regeneración moral que ponga las necesidades y derechos de las personas, en particular de los pobres, en primer lugar. Una regeneración moral que supone dejar de pensar en función de la economía, como si la justicia fuera un derivado de la economía y del crecimiento económico. Y comenzar a pensar y actuar desde las personas, poniendo la justicia en el centro de la economía. Por ejemplo en el trabajo: hoy se piensa y actúa como si el crecimiento económico pudiera lograr por si mismo trabajo digno (por más que la experiencia diaria lo desmiente, simplemente no es así); hay que comenzar a pensar y actuar exactamente al revés: «La política económica debe estar al servicio del trabajo digno» (n. 32). El trabajo digno y las necesidades de las personas son lo que debe decir qué hay que hacer en la economía. Solo así podremos construir una economía con rostro humano. Francisco Porcar PROXIMA NOVEDAD EDITORIAL Escrito por JUNIO Teresa Forcades 2015

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la ventana del mes XIII Asamblea General de la HOAC • Segovia • 13-16 de ago

Una propuesta para seguir Iglesia en las periferias del m La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) reúne a sus militantes en Asamblea General para debatir, valorar y decidir las prioridades de este movimiento especializado de Acción Católica en el desarrollo de su misión, a partir de una mirada creyente de la realidad, de la experiencia del compromiso de los militantes y de los retos que, como Iglesia, tenemos. ivimos inmersos en una situación dura. Un cambio de época constatada en una crisis social, económica y moral que se está utilizando para profundizar en la desigualdad y en que salte por los aires la justicia social, el trabajo digno y la solidaridad. La situación actual está marcada por una pobreza más profunda y extensa, junto con un aumento de la desigualdad. El trabajo asalariado es ahora más precario y los derechos sociales han sido sometidos a la lógica del ajuste y del recorte. Todo esto ha generado una gran fractura social con más gente en situación de pobreza y precariedad. Además, se ha debilitado conscientemente la capacidad de lucha por la justicia, considerándose poco relevante lo que ocurre con el mundo obrero y del trabajo, cuando es fundamental para que los trabajadores y las trabajadoras puedan configurar un proyecto de vida digna y estable. El funcionamiento de la sociedad configura un tipo de persona determinada que responde a una lógica individualista, egoísta e insolidaria donde su función es vivir para producir y producir para con-

sumir. Rehúye de la política y se le excluye del trabajo digno. Dos dimensiones fundamentales de la persona. Este mismo sistema social pervierte la política porque no se orienta al bien común sino a la obtención de privilegios por parte de sectores que representan a una minoría. No

prescindible poner en valor la Doctrina Social de la Iglesia y llevarla a la práctica. Y ante todo esto pensamos que debemos afrontar tres retos. El primero, trabajar por la inclusión social de los empobrecidos del mundo obrero. Se trata de un mandato ineludible como cristianos y cris-

En la Iglesia debemos dar un paso adelante y poner en diálogo esta realidad y el Evangelio de Jesús: ese que solo se interpreta cuando se lee con los ojos de los empobrecidos

hay un proyecto social a la medida de la mayoría de las personas, ni del trabajo como su actividad fundamental. Vivir el Evangelio hoy pasa por vivir encarnados entre los más empobrecidos y saber contarlo, con hechos más que con las palabras. Descubrir que nuestra vida comunitaria, nuestra acción evangelizadora, nuestra pastoral deben poner entre sus prioridades la denuncia de estas injusticias que niegan la palabra y el Plan de Dios. Para ello, es im-

tianas. Se trata de poner nuestra vida al servicio de las personas que más sufren en el mundo del trabajo. Implica priorizar nuestros compromisos para que estén en función de esa tarea y así crecer en testimonio personal y comunitario. Una encarnación, un saber estar, lo más efectiva y profunda. Junto con un compromiso político, es decir, ayudar a tejer redes de solidaridad para ponernos en disposición de luchar por superar las injusticias que sufrimos.

Un segundo reto, es recuperar lo humano replanteando la política. Hacer que vuelva a ser herramienta que estructure la sociedad en torno a valores morales fundamentales para vivir en justicia. Denunciando las situaciones de injusticia y favorecer propuestas que posibiliten nuevas prácticas económicas, políticas, laborales, sociales… para la construcción de un proyecto social distinto, a la medida de la persona. Todo esto, además, es básico plantearlo desde distintos planos que conforman nuestra realidad como son el personal: ayudar a las personas, con nombres y apellidos, con las que convivimos diariamente, a descubrir todo esto y a descubrir el proyecto de Jesús. El ambiental; lo se acepta en «el ambiente» acabamos dándolo por bueno. El ambiente es «lo cultural», lo establecido (ejemplo de la frase «por lo menos tengo un trabajo»). Ser capaces de insertar valores críticos en los ámbitos donde estamos. El institucional. La sociedad se estructura a través de sus instituciones (partidos, asociaciones, ONG’s, parlamentos, ayuntamientos...). Los procesos que ayudemos a poner en marcha deben llegar a las ins-

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gosto 2015

r construyendo mundo obrero tituciones para que tengan efecto en la sociedad. El tercer reto, supone practicar el entusiasmo. En palabras del teólogo alemán Karl Rahner «el cristiano del siglo XXI será un místico o no será cristiano», es decir, desde la alegría inmensa por encontrarse con Dios. Tenemos que ser eso: místicos dentro de la realidad social que vivimos. Ahondar ahí en nuestra relación íntima con Dios y dejar que la alegría que eso produce llegue a nuestro alrededor. Dicho de otra forma, desterrar rutinas y costumbres para fortalecer la tarea que tenemos delante.

Tomando cartas en el asunto En la Iglesia debemos dar un paso adelante y poner en diálogo esta realidad y el Evangelio de Jesús: ese que solo se interpreta cuando se lee con los ojos de los empobrecidos, de las personas que sufren la realidad social. Por eso es vital acompañar la vida de personas concretas. Aquellas que están cerca nuestra. Ayudando a ser protagonistas de su historia, recreando en sus vidas el ser humano que están llamadas a ser (hecho para la comunión). Recobrando el sentido de la actividad humana (trabajo y acción política). Colaborando al cambio en las instituciones. Buscando que se pongan al servicio de las personas. Colaborando en la construcción de experiencias alternativas. Es imprescindible pasar de la protesta a la propuesta. Ilustrar nuestro pensamiento con ejemplos

que demuestren que vivir de otra manera es posible. Esto es ineludible. Pero además tenemos que aprender a contarlo. Hablamos de una nueva manera de entender y comprender la realidad: ¿qué es el ser humano? ¿Cómo se construye? ¿Qué papel tiene la política, la economía, el trabajo, el capital en esa nueva realidad? Dicho de otro modo: el Padre nos está pidiendo, aquí y ahora, contribuir a humanizar la realidad social, excluyente y empobrecedora, por otra a imagen y semejanza del Evangelio. Cuando decimos «Iglesia» hablamos de todos: parroquias, grupos, movimientos, sacerdotes, obispos… y a nosotros mismos en nuestras vidas y acciones personales. Por eso, la XIII Asamblea General de la HOAC es un tiempo de encuentro, de gracia, de conversión y de comunión. Es un momento clave para reconocer y experimentar la compañía del Padre en nuestras historias personales… y en la gran historia comunitaria de nuestro mundo obrero. Y nos hemos propuesto como objetivo avanzar en ser Iglesia, Acción Católica en el mundo obrero, que vive y evangeliza desde la centralidad de los empobrecidos. Y avanzar en la comunión de vida, bienes y acción en el seno del mundo obrero. Abraham Canales @otromundoesposi

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¿quién es? En la recta final que ha de concluir con la celebración de la Asamblea General de la HOAC, nos acercamos a las vidas de dos militantes. De Burgos y Logroño.

José Andrés Pérez García tiene 43 años, es Ingeniero Técnico de Obras Públicas y está casado con Susana. Ambos militan en la HOAC de Burgos y decidieron, hace tres años, emprender la aventura de abrir un establecimiento de diseño e impresión. Seis militantes conforman su equipo, que se mantiene fiel desde el principio a pesar de las dificultades laborales y personales.

«Para mí el equipo es una extensión de mi familia»

–¿Cómo conoces la HOAC y qué te lleva a dar el paso a la militancia? –Conozco la HOAC durante mi participación en Grupos Parroquiales de Jóvenes y mi posterior militancia en el Junior. En los militantes de la HOAC que nos acompañaron entonces vi compromiso, ilusión y una especial vida de fe entroncada en lo más profundo de nuestra realidad humana. Esto te cuestionaba profundamente. Como equipo fuimos dando los pasos que creímos convenientes para dar continuidad a nuestra militancia en la vida adulta. –¿Qué aporta tu equipo a tu vida? –Para mí el equipo es una extensión de mi familia. Son muchos años compartiendo nuestra vida y los buenos y malos momentos personales, pero también el lugar donde «construimos» nueva sociedad, donde «experimentamos» nuevas formas de ser persona y de «ser» para los demás. La reunión semanal, el trabajo previo, sectores, secciones, encuentros… todo ha ido conformando mi persona y son fundamentales en el estilo de vida que pretendo asumir.

–Estás implicado además en la Pastoral Obrera y en un Equipo Pastoral de Pastoral Obrera (EPPO). ¿Qué supone esta experiencia para ti? –Estamos en el EPPO de la parroquia del Espíritu Santo. Esto supone una posibilidad de plantear la realidad obrera y social del barrio dentro de la comunidad, hacer conscientes a cada miembro de la misma de la injusticia e indignidad que se sufre por culpa de las condiciones de trabajo. Represento al equipo en la Delegación de Pastoral Obrera y coordino la edición de la Revista Jesús Obrero. –¿Cómo estás viviendo la preparación de nuestra XIII Asamblea General? –Con mucha ilusión. Esta será mi segunda Asamblea General y llega en un buen momento de reflexión y de madurez humana y cristiana. Como equipo estamos viviendo su preparación con los ojos y el corazón puestos en los cambios que necesitamos para ser «más»: más persona en nuestros ambientes, «más» HOAC entre los trabajadores y sus familias y «más» Iglesia en las periferias del mundo.

Nuria Bazo Las Heras, militante de la diócesis de Logroño de 47 años, es Ingeniero Técnico Agrícola. Su profesión la llevó a especializarse en temas de dinamización del medio rural y actualmente se dedica al asesoramiento para crear y mejorar la actividad social y económica de los pueblos de la provincia. Está casada con Ionio y tienen una hija de 9 años, Naiara.

«El barrio es una opción asumida en nuestras vidas»

–¿Cuándo y cómo comienza tu militancia en la HOAC? –Estoy en la HOAC desde 1996 más o menos, pero mi opción por los sectores más empobrecidos del mundo obrero surge desde los años en la JOC de Logroño. Tras unos años fuera de Logroño, a mi regreso, me incorporé a la iniciación de la HOAC. Mi abuela había sido de la HOAC en el barrio y son unas siglas con las que yo he crecido de una u otra forma. –Eres Presidenta Diocesana en La Rioja..., ¿qué tal llevas esta responsabilidad y qué está suponiendo para ti? –Es una responsabilidad que te da una oportunidad de lujo para conocer la verdadera dimensión de la organización. Yo procedo de una diócesis pequeñita y recoger aires del ámbito general son bombonas de oxígeno necesarias para crecer en dimensión comunitaria. –¿Esta tarea te deja tiempo para implicarte en alguna otra actividad? –Mi implicación, de siempre, ha estado en el Barrio

de San José Obrero, donde siempre hemos vivido y donde en un momento determinado decidimos seguir viviendo. Unos años con más intensidad que otros o desde distintos campos, pero el barrio es una opción asumida en nuestras vidas. Un poco al ratentí en los últimos años sigo colaborando en un proyecto de convivencia intercultural que llamamos vecinal “Huertos Que Importan” y que ya empezamos a verle visos de realidad. –Se acerca nuestra XIII Asamblea..., ¿qué expectativas tienes sobre ella? –Las Asambleas Generales son siempre un espacio y una experiencia comunitaria de primer orden. Las suelo vivir como un signo de los tiempos. Estoy segura que ese espíritu ya ronda en todo su esplendor y nos esperan tiempos de buena esperanza, de renovación y de un necesario testimonio cristiano en las periferias del mundo obrero. Celia Naharro Salas @celianaharro

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¿sabías que...?

la mirada justa

Todos podemos ser más conscientes

e nos lanzan noticias de que la economía va creciendo. Se nos dan grandes y complejos datos y números de macroeconomía. Son números y palabras que nos resultan difíciles de comprender. También se habla de diversos contratos: temporales, indefinidos, a tiempo parcial etc., y tenemos que acudir a especialistas o abogados para saber las efectos y la letra pequeña. Es decir, tenemos muchas informaciones pero nos falta formación para comprenderlas. Y muchos podemos acabar con la sensación de impotencia o con la despreocupación por estos temas laborales. Resulta que el tema del trabajo es demasiado vital y decisivo para la vida de las personas. No podemos pasar de largo. La mirada justa de la Iglesia, ya hace 24 años, nos decía: «El trabajo es uno de esos aspectos perenne y fundamental, siempre actual, y que exige constantemente una renovada atención y un decidido testimonio» (LE 1). Por tanto, todos y todas recibimos la urgente llamada a conocer la realidad del trabajo, a analizarlo y a actuar. Cuanto mejor conozcamos la situación del trabajo desde el punto de vista legal y organizativo, mucho mejor. Pero lo más importante es el conocimiento vital y profundo de cómo están los trabajadores, de lo que uno sufre y de lo que los demás y las familias sufren en el mundo del trabajo. ¿Desde qué perspectiva e interés nos acercamos a este mundo? El Evangelio

ara Mariano Rajoy, la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de este año «confirma la evolución cada vez más positiva de la economía», con «menos paro, más empleo y de mejor calidad». El presidente del gobierno insiste en que la economía española ha creado en el último año 500.000 nuevos empleos y ha reducido el paro en 488.000 personas. in embargo, el empleo creado es de muy baja calidad. En los tres últimos años han desaparecido 645.400 ocupados a tiempo completo y han aparecido 335.200 ocupados a tiempo parcial. La mitad de los nuevos contratos producidos entre 2007 y 2013 tienen un salario por debajo de los 978 euros. os nuevos empleos de los últimos 12 meses se registran mayoritariamente en los sectores típicos de la economía española: en la construcción; en automoción (12,4%) en los de bajo valor añadido como el tabaco (48,4%), actividades de agencias de viajes (19,4%), en actividades de juegos de azar y apuestas (31,2%). s verdad que se crea empleo precario a un ritmo muy lento (hay 694.200 empleados menos que al inicio de la legislatura). El porcentaje de trabajadores pobres llega al 12,3% (más de dos millones de personas). as personas desempleadas son casi 5,5 millones, más de la mitad (el 61%) llevan un año o más sin trabajo. De ellas, casi 2,4 millones llevan dos o más años sin empleo. El número de hogares en el que todos sus miembros están en paro ronda los 1,8 millones, y el de viviendas en los que nadie percibe ingreso alguno 770.400.

L nos marca un criterio: desde el valor de la persona, ante todo la persona, y desde la solidaridad liberadora de los pobres. Todos podemos y debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿Qué hace la vida económica y organizativa laboral por las personas, las que están a mi alrededor o más lejos, y cómo las trata? ¿Cómo les afecta a las personas el funcionamiento laboral actual? Y, lógicamente, hay que actuar. Así nos vamos formando como personas. Vamos siendo personas conscientes, responsables, solidarias, protagonistas de la vida, valientes, apasionados por la justicia social etc. Si todos fuéramos así, otro gallo cantaría. Necesitamos esta formación, formación que, por ejemplo, dan los movimientos apostólicos como la HOAC. Solos nos quedamos raquíticos. Gregorio Burgos

E L

http://bit.ly/RajoyEPA15 http://bit.ly/EPA15Precariedad

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evangelio en la calle

Así va el mundo

Círculo de Silencio levo unos cuantos primeros viernes de mes participando en el Círculo de Silencio de Granada. Sabía que existía este gesto en muchas ciudades del mundo pero no había tenido ocasión de asistir. A las ocho de la tarde en el lugar más céntrico de la ciudad, la Fuente de las Batallas, comenzamos nuestro Círculo. La concentración cuenta con un grupo de personas, lógicamente, formando un círculo, con una serie de velas encendidas y con una pancarta que dice: «CÍRCULO DE SILENCIO: No más leyes contra los inmigrantes». En el suelo se pueden leer unos carteles con frases breves, pero cargadas de rabia: No más muertes en el Mediterráneo; ¿de qué piel es la piel de Dios?; Jesús, María y José también fueros emigrantes; no convirtamos el mar en un cementerio; ningún ser humano es ilegal, es un ciudadano; todo ser humano tiene derecho a inmigrar; malditas las leyes que convierten a los inmigrantes en delincuentes, etc. Algunos transeúntes (por allí pasan muchísimos) se acercan a curiosear, otros pasan con una «indiferencia globalizada» y un tercer grupo pregunta con interés por las razones y motivos que nos llevan a formar ese círculo. Una hora de silencio total en medio del bullicio de alrededor (que solo se interrumpe para dar la última noticia de los emigrantes) pasa con una rapidez vertiginosa. En este marco y ambientación tan apropiados, me imagino que cada uno hará volar su imaginación y pensamientos. Yo, en medio de la calle, en el silencio y con los emigrantes al fondo, voy y vengo del Evangelio recordando frases como éstas: «No oprimas al emigrante, vosotros conocéis cuál es la condición del emigrante, pues fuisteis emigrantes en Egipto» (Éxodo 23,9). «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza» dice Jesús de sí mismo (Mateo 8,20) y sobre todo me acordaba de: «fui forastero y me acogisteis» (Mateo 25, 35). Círculo de Silencio teje con finura y seriedad: silencio, unión, emigrantes y calle. ¡Seamos parte de ese corro a favor siempre de los inmigrantes!

Todavía hoy 168 millones de niños y niñas trabajan en el mundo. De ellos, unos 85 millones realizan tareas peligrosas. Aunque ni la calidad de las estadísticas, ni la edad legal para acceder a un empleo es igual en todos los países, la Organización Internacional del Trabajo estima que hay 120 millones de 5 a 14 años ocupados, cuando deberían concentrarse en estudiar, jugar o atender sus obligaciones familiares. Desde el 2000 se ha reducido el 40% del trabajo infantil entre las niñas y el 25% entre los niños. La pobreza, el desempleo de los adultos, la falta de protección social y la incapacidad de garantizar la permanencia en la escuela hasta la edad legal para comenzar a trabajar explican la persistencia de esta tragedia. Ahora que la comunidad internacional debe decidir la próxima agenda de desarrollo, los organismos que luchan contra el trabajo esclavo de los niños piden reforzar las medidas para asegurar a los menores una educación de calidad. El 12 de junio es el día internacional contra el trabajo infantil.

Antonio Hernández-Carrillo

http://bit.ly/trabajoinfantil15

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163 • junio 2015

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