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Conclusiones de la XIII Asamblea General
Foto E. Karandaev. 123RF
HOAC.es • Nº 164 • octubre 2015 • III Época • 0,75€
Antonio Delgado y Mª del Mar de Haro, militantes de la HOAC
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n grupo de organizaciones de inspiración católica compuesto por Cáritas Española, la Confederación de Religiosos, la Hermandad Obrera de Acción Caasí lo tólica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica y la Juventud Obrera Cristiana han puesto en marcha una dinámica de colaboración para desarrollar una estrategia que sitúe en la agenda eclesial, social y política la exigencia de un trabajo decente para todas las personas. Fruto de ese esfuerzo común, dio origen la declaración «Iglesia unida por el trabajo decente» que concreta un ineludible compromiso para reivindicar esta mayoritaria y principal aspiración, y que hoy es más necesaria por el momento social, político, eclesial y cultural que vivimos. Es en este mes de octubre, comenzando por el día 7 dónde, unidos al movimiento mundial sindical y al de trabajadores cristianos en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, se desarrollarán iniciativas conjuntas, en las diferentes diócesis del país, para dar así una dimen-
sión global de «su vocación de informar, sensibilizar y hacer llegar el reclamo de este derecho a toda la Iglesia y la sociedad». vemos De ahí que subrayemos las palabras del papa Francisco cuando dice que «es necesario reafirmar que el trabajo es una realidad esencial para la sociedad, para las familias y para los individuos, y que su principal valor es el bien de la persona humana, ya que la realiza como tal, con sus actitudes y sus capacidades intelectuales, creativas y manuales. De esto se deriva que el trabajo no tenga solo un fin económico y de beneficios, sino ante todo un fin que atañe al hombre y a su dignidad. ¡Y si no hay trabajo esa dignidad está herida!». Nos sentimos llamados a participar y hacer visible, en comunión de acción y de vida, esta exigencia –de trabajo decente– esencial para una vida digna y, con ello, una sociedad más acorde al plan que Dios tiene para todos y todas.
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con Dios en la vida obrera
El empeño de los que necesitan a Jesucristo u vida nos habla del sufrimiento y de las aspiraciones del mundo obrero. Pero también del profundo amor del Dios de los débiles. A sus sesenta años, Fernando y su familia han padecido en carne propia la cruel transformación a la que esta economía asesina ha sometido al empleo. Pero también han experimentado las semillas de solidaridad, lucha y esperanza que los trabajadores y las familias obreras han mostrado ante tal agresión. Su encuentro con la HOAC, de la que él está profundamente agradecido, le llevó a cambiar su vida, a recuperar su dignidad sagrada de trabajador y a encontrar en el seguimiento de Cristo Obrero sentido y fuerza para afrontar la adversidad y para luchar por la justicia. Cada semana saca tiempo para encontrarse con el Obrero de Nazaret en la Eucaristía de su parroquia, en la reunión de equipo, en la oración camino del trabajo, en la preparación de las reuniones, en la lectura de los temas de formación... No es fácil porque las preocupaciones familiares y el cansancio muchas veces lo vencen. Pero su fe y el empeño de los que necesitan de Jesucristo... mueven montañas.
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Teresa Jiménez Zamorano
la calle
Crisis migratoria: «Que su grito se vuelva el nuestro»
Comunicado de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Acción Católica General (ACG), Juventud Obrera Cristiana (JOC), Juventud Estudiante Católica (JEC), FRATER España, Profesionales Cristianos (PX), Mujeres Trabajadoras Cristianas (MTC), Movimiento Rural Cristiano (MRC) y Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos (MJRC). nte la dramática crisis migratoria de la que nuestro país y nuestro continente están siendo testigos durante las últimas semanas, queremos expresar nuestro profundo dolor por la realidad de miles de personas que, huyendo de la guerra, el conflicto y la persecución religiosa, buscan asilo y reclaman a Europa auxilio y acogida en un desolador éxodo que se ha cobrado ya multitud de vidas humanas, muchas de ellas de jóvenes y niños. Somos conscientes de que se trata de un drama que lleva tiempo asolando a nuestros pueblos hermanos sin que Europa haya, hasta la fecha, encontrado una solución satisfactoria para tal problema de largo alcance que, más allá de sus implicaciones políticas y sociales, se ha convertido en una tragedia humana sin precedentes. Multitud de esperanzas, proyectos de vida e ilusiones naufragan en las costas o agonizan en las carreteras y fronteras de nuestra Europa, sueño de paz y prosperidad para tantos hombres y mujeres que huyen del horror y la desesperación.
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Militantes contra la violencia machista Junto con otros movimientos, militantes de la HOAC de Cádiz-Ceuta participaron en la última manifestación contra la violencia de género. La ola de crímenes cometidos contra las mujeres durante este verano no nos deja indiferentes «cuando caminábamos, juntas, se hacía el silencio, y recordábamos a todas aquellas mujeres asesinadas por el terrorismo machista». #stopviolenciamachista + info www.hoac.es Foto Asamblea Feminista de Cádiz
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Como Acción Católica Española, Iglesia en el mundo, nos sentimos llamados a alzar nuestra voz como reclamo en favor de quienes consideramos hermanas y hermanos, habitantes de nuestra casa común, esta aldea global que, todavía hoy, palidece bajo los muros de la opresión y los signos de la separación que marcan las diferencias culturales, religiosas, sociales y políticas. Para nosotros, como afirma San Pablo, «ya no hay distinción entre judío o no judío, entre esclavo o libre, entre varón o mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Gal 3,28). En tantas personas desplazadas, oprimidas y exiliadas vemos el rostro sufriente de Cristo necesitado de abrazo, cuidado y acogida, pues «cuando lo hicisteis con uno de estos, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40) y nos sentimos impelidos por las palabras del papa Francisco en su invitación a poner la misericordia en el centro de nuestra mirada y en nuestro corazón: «Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de
Contra la siniestralidad laboral: ¡ni un muerto más! Diversos militantes y simpatizantes de la HOAC de Zaragoza participaron en las movilizaciones de solidaridad con las víctimas del trágico accidente laboral de la Pirotecnia Zaragozana. «Nosotras y nosotros, que seguimos a Jesús en la realidad del trabajo, subrayamos lo que dice el papa Francisco: “…¡En el centro de toda cuestión, también la laboral, hay que colocar siempre a la persona y su dignidad! ¡Con el trabajo no se juega!”. Por eso seguimos gritando… ¡El trabajo es para la vida! ¡Ni un muerto más!» + info www.hoac.es
nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo». Nos comprometemos a orientar nuestra reflexión y nuestra acción a promover una cultura de encuentro y acogida para todas las personas, signo del proyecto del Reino que Dios sueña para toda la humanidad. Valoramos, apoyamos y llamamos a la ciudadanía a sumarse a las iniciativas de reivindicación y movilización que rápidamente han surgido en diversos puntos de nuestro país y en nuestra Iglesia, muestra de la preocupación y el deseo de la sociedad de comprometerse para solucionar esta situación. Asimismo, reclamamos a los gobiernos, especialmente al nuestro, que asuman con solidaridad y valentía la responsabilidad de garantizar la protección y la acogida de toda vida humana desprotegida y víctima del conflicto y la persecución.
#SugritoElNuestro 17 militantes de la HOAC de Huelva han decidido ofrecer una vivienda para la acogida de una familia de personas refugiadas que acudan a Huelva. El compromiso contempla: pago de alquiler, gastos que surjan y lo más importante, realizar acompañamiento y apoyo a estas personas. #LaPersonaEsloPrimero «Fui extranjero y me acogisteis» Mt. 25, 35. Foto Monica Rossi Palomar
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política en zapatillas
Elecciones: «Mucho te quiero chiquito, pero pan poquito» ble es el empleo y los derechos inheara expresar que el amor Erradicar la pobreza Recuperar el sentido y la desigualdad rentes a él: el salario, los derechos fase manifiesta en obras mi humano del trabajo miliares de las personas y los deremadre decía: «mucho te chos sociales de las familias. Cuando quiero chiquito, pero pan poquiDefensa el empleo no existe o es indecente to». El amor se concreta en la prode los estos derechos desaparecen. moción de la justicia; sin justicia no derechos El derecho a ser consiste en la lihay amor; sin amor no hay política, Participación sociales ciudadana bertad para construir un proyecto hay interés pero no política. de vida coherente con nuestra idenEl «pan» que en las próximas electidad más profunda: no somos prociones debemos exigir a la política y ductores consumidores para que a los políticos está compuesto por el otros ganen dinero, somos personas derecho a la vida, el derecho a vivir Cuidado del Defensa de la vida vocacionadas para amar y ser amay el derecho a ser. medio ambiente en todas sus etapas dos, para ser felices. La educación, Sobre el derecho a la vida las enjunto a la familia y la sociedad, tiene un cuestas dicen que las parejas quieren tener Sobre el derecho a vivir sabemos que papel fundamental en ello, pero hoy está hijos pero no los tienen. El paro y la precariedad han bloqueado el camino que lleva no basta con nacer, hay que disponer de más orientada a construir «herramiende la juventud a la vida adulta impidiendo la «propiedad» suficiente para garantizar tas animadas» que personas. La política es demasiado importante realizar proyectos duraderos. La mitad de los procesos de crecimiento, maduración, educación y acompañamiento que hacen para dejarla en manos de los políticos. los abortos tiene su origen en las condiciones de trabajo de las mujeres, obligadas a posible la autonomía personal. Para la in- ¡Exígete y exígeles! mensa mayoría la única propiedad posiA.A. Maestre elegir entre tener un hijo o un contrato.
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cultura
L a h os p it al id ad n os h ac e h u m an o s
ice el papa Francisco que necesitamos «romper juntos la barrera de la indiferencia» que esconde «la hipocresía y el egoísmo». La indiferencia nos deshumaniza. Hace años otro papa, Pablo VI, afirmaba que «el mundo está enfermo; su mal está en la falta de fraternidad». Y como un remedio muy importante para este mal invitaba a un bien: «no insistiremos nunca demasiado en el deber de hospitalidad». La hospitalidad nos hace humanos. La falta de fraternidad (que se expresa en la pobreza, la violencia de la guerra, la persecución…) provoca que tantas personas tengan que salir de su tierra. Es también la que provoca la indiferencia que levanta barreras a su acogida en otras tierras. La indiferencia de no querer o no poder ver al otro en su necesidad, de no ver en él lo que es, una persona. Contemplamos los comportamientos inhumanos, por acción u omisión, que la indiferencia causa. Como contemplamos también comportamientos humanos que quieren acoger y cuidar. La falta de fraternidad hay que afrontarla tanto en los países de origen como en los de destino. Para esto último solo hay un camino humano: crecer personal, social e institucionalmente en hospitalidad. Frente a la cultura de la
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indiferencia necesitamos crecer en la cultura de la hospitalidad. La hospitalidad expresa los mínimos materiales imprescindibles para la vida; pero expresa mucho más: los mínimos espirituales que nos hacen humanos, la capacidad de acoger, cuidar… La hospitalidad es sensibilidad que nos permite sentir y percibir al otro en su necesidad. Es compasión que siente como propio el sufrimiento ajeno y reacciona, acogiéndolo y cuidando de él. Es acogida que lleva al encuentro. Necesitamos cultivar esa sensibilidad, compasión, acogida y encuentro. Pero la hospitalidad requiere generosidad, esfuerzo y realismo. Su fundamento e ideal es ser incondicional: el otro es persona que necesita ser acogida y cuidada, sin condiciones. Pero es, a la vez, condicional: para ser efectiva necesita concretarse según las posibilidades reales de cada sociedad. Ahora bien, esa condicionalidad no puede negar ni ignorar la incondicionalidad. Debe ser camino hacia la hospitalidad incondicional. De lo contrario dominan la cicatería, el regateo, las excusas… para no hacer lo que debemos y podemos. Francisco Porcar POR AMOR A LA JUSTICIA
Dorothy Day & Simone Weil
Escrito por
Teresa Forcades www.edicioneshoac.es
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la ventana del mes
Conclusiones de la XIII Asamblea General
La HOAC reclama situar la dignidad de y las trabajadoras en el centro de la vi Los militantes y las militantes de este movimiento de acción católica especializado en el mundo obrero y del trabajo han fortalecido sus compromisos, de comunión de vida, bienes y acción con los trabajadores y las trabajadoras. a Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), celebró este verano en Segovia, durante cuatro días, su XIII Asamblea General convocada bajo el lema: «Construyendo Iglesia en las periferias del Mundo Obrero. Justicia, trabajo digno y solidaridad». A este máximo órgano de participación, diálogo y participación asistieron 950 personas entre militantes, simpatizantes, acompañantes, invitados e invitadas. Una Asamblea en la que estuvieron acompañados en diversos momentos por el presidente de la Conferencia Episcopal, D. Ricardo Blázquez; el obispo responsable de la Acción Católica Española, D. Carlos M. Escribano; así como el obispo responsable de la Pastoral Obrera, D. Antonio Algora. También hemos contado con la presencia de los obispos de Bilbao, D. Mario Iceta; y de Coria-Cáceres, D. Francisco Cerro. En otros momentos de la Asamblea, participaron representantes de los movimientos hermanos de la Acción Católica y de otros movimientos eclesiales, así como representantes del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) y del Movimiento Europeo de Trabajadores Cristianos
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(MTCE). También enviaron su saludo diversas organizaciones sociales y eclesiales. A partir de una mirada creyente de la realidad y de la revisión de lo compartido en la Asamblea anterior, hemos orado, dialogado y decidido lo que serán nuestros objetivos y compromisos para los próximos seis años. Los hombres y mujeres de la HOAC nos hemos puesto de acuerdo para avanzar en vivir en comunión con los trabajadores y las trabajadoras más precarias y excluidas del mundo obrero y del trabajo. Conocemos y padecemos sus sufrimientos. La HOAC está unida a sus vidas y a sus luchas (también con las organizaciones obreras y sociales) para construir conjuntamente
CCOO, UGT y USO valoran el papel de la HOAC como movimiento de la Iglesia, en la formación y la implicación de sus militantes, en la defensa de los trabajadores y las trabajadoras y en la construcción de una sociedad más decente. Los secretarios generales de estas tres organizadores de trabajadores y trabajadoras del país se dirigieron por carta a la XIII Asamblea General de la HOAC, para saludar a los militantes y animarles a profundizar en sus compromisos.
una nueva sociedad donde el trabajo sea digno y donde podamos vivir como una verdadera comunidad. En los últimos años hemos ido viendo cómo la injusticia y la desigualdad han ido creciendo y hemos visto que las consecuencias son: u Sufrimiento y deshumanización. u Pérdida de derechos sociales y laborales de las personas, de las familias y de los pueblos. u Precarización de las condiciones de trabajo y de la vida de los trabajadores y trabajadoras. u Descarte de vidas humanas y negación de la dignidad de la persona desde la lógica del capital que duele, hiere y mata.
u De recortes de derechos
de expresión pública y reivindicación de las personas y colectivos que más están sufriendo esta situación. Estas son hoy las periferias del mundo obrero a las que «ahora más que nunca» nos sentimos enviados y enviadas. Y porque la realidad de nuestro mundo no nos resulta indiferente, en la HOAC queremos seguir dando pasos para convertirnos a Jesús y ser Iglesia, Acción Católica encarnada en el mundo obrero y del trabajo. Para ello vamos a avanzar en vivir la comunión de bienes, vida y acción con las personas empobrecidas, concretándolo en estas propuestas: ý Acompañar la vida de las personas y colaborar con
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de los trabajadores vida social ellas a que se den las condiciones para que podamos vivir nuestra humanidad de manera plena. ý Colaborar a un cambio de mentalidad. Hace falta otra comprensión vital de en qué consiste nuestra humanidad y cómo se construye. ý Colaborar al cambio de las instituciones para que estén mucho más al servicio de las necesidades de las personas, en particular de las empobrecidas. ý Ayudar a construir experiencias alternativas en la forma de ser y trabajar que expresen y construyan la nueva mentalidad que necesitamos. Creemos que es hora de reforzar, con nuevos bríos, nuestro compromiso de llevar la Buena Noticia, la alegría del Evangelio, al mundo obrero: Le pertenece. Fruto de nuestro diálogo y compromiso, hemos aproba-
do cuatro resoluciones* que quieren ser voz de Iglesia comprometida con estas situaciones y con las personas que las están sufriendo. ®«Por una Europa de los trabajadores y trabajadoras». ®«Una Renta para vivir con dignidad». ®«En favor de las personas migrantes. No a los Centros de Internamiento de Extranjeros CIES». ®«Mujeres con hambre y sed de justicia». También como expresión de nuestra comunión de bienes, hemos compartido la colecta de nuestras eucaristías (10.000 euros) con cuatro proyectos que potencian el empleo digno y la inclusión laboral: }Prelar Textil SLL. Empresa de economía social (Huelva). }Fundación Tots Units. Reciplana. Empresa de inserción (Villarreal, Castellón).
Reconocimiento a Antonio Algora por sus más de 20 años al servicio de la Pastoral Obrera | En la Acción de Gracias de la Eucaristía realizada en la Catedral de Segovia, el Obispo de Ciudad Real recibió un cariñoso reconocimiento de la HOAC y de su militancia, por la dedicación realizada durante más de dos décadas en la responsabilidad de Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española. Algora, emocionado, reconoció que estos años han significado mucho para su episcopado, sobre todo por el contacto con los militantes. «Creo que el futuro de la HOAC y de la Pastoral Obrera es espléndido. Nadie en la Iglesia tiene un grupo de gente tan bien organizado y de tanta calidad humana y cristiana como la HOAC, gente que se está dejando la piel, testificando el amor de Dios a los más sencillos y eso tiene mucho futuro».
}Caja de Resistencia Subcontrata Trabajadores de Movistar. }Contexto, como expresión de solidaridad con trabajadores y trabajadoras de Bolivia. Renovados en el encuentro personal y comunitario con Cristo y alegres por comunicar la esperanza del Evangelio, hemos celebrado la eucaristía en la Catedral de Segovia y hemos llenado su Plaza Mayor para reclamar públicamente #trabajodigno y denunciar la precariedad laboral que sufrimos
la clase trabajadora en nuestro país y que hoy dificulta la vida personal, familiar y social. El amor del Dios Padre y Madre otorga a cada persona una dignidad infinita, lo que nos compromete a incluirlas en la casa común que es la «hermana madre tierra», ese libro no escrito a través del que nos habla Él y que es reflejo del amor a todas sus criaturas. Enviados y enviadas por la Iglesia, ofrecemos nuestras vidas, al igual que hicieron los y las militantes que, entregaron su vida por el Reino, por la causa de la justicia y de los pobres. A su vez, nos comprometemos a seguir construyendo esa «casa común», con la alegría que nos da el saber que en esta misión nos sentimos acompañados por Jesucristo, el obrero de Nazaret, y llamados a seguir «Construyendo Iglesia en las periferias del mundo obrero». Redacción @HOAC_es *Textos íntegros: bit.ly/resolucionesXIIIAG
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¿quién es? Dos agentes de Pastoral Obrera de parroquias diferentes nos cuentan cómo afrontar el curso recién iniciado y las insistencias de su labor pastoral.
«Ayudamos a hacer entender que fe y vida van unidas»
«Queremos estar cerca de los que peor lo pasan» Antonio Delgado es un jubilado de la banca con 4 hijas que conocen bien el paro y la precariedad. Es agente de Pastoral Obrera en la parroquia de Santa María de la Esperanza de Plasencia (Cáceres) y representante de las comunidades parroquiales en el Consejo Diocesano de pastoral laboral. –¿Qué papel juega la Pastoral Obrera en su parroquia? –La incorporación de Felipe García, nuestro párroco, al finalizar su servicio en el Departamento de Pastoral Obrera, de la Conferencia Episcopal, así como la presencia de militantes de la JOC y de la HOAC, nos ha ayudado a fomentar la sensibilidad y opción por el mundo obrero. –¿Qué le ha movido a desarrollar su compromiso en esta área? –Con 14 años fui aprendiz y me inicié en la JOC. Mi experiencia laboral, el matrimonio con Tere y la vivencia de la fe en comunidad me han ayudado en el servicio al mundo trabajador. La gente se siente a gusto con este estilo pastoral. –¿Qué hace la Pastoral Obrera de su parroquia? –Damos a conocer acciones y campañas de sensibilidad y celebramos cristianamente los acontecimientos más significativos del mundo obrero, sintiéndonos muy unidos a las familias que mueren o sufren un accidente laboral. Nos ayuda a seguir un estilo de vida y trabajo austero, solida-
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rio, sencillo, cercano a las personas y a las 52 familias muy necesitadas más cercanas. Incorporamos en la iniciación cristiana y en la formación de adultos la Doctrina Social de la Iglesia potenciando así la conciencia social de los cristianos. –¿Cuáles son las insistencias para este curso? –Somos conscientes de las dificultades y problemas, pero también de la necesidad de anunciar el Evangelio a los más empobrecidos del mundo obrero. Queremos seguir insistiendo en el acompañamiento y la cercanía con los que peor lo pasan en la comunidad y, especialmente con nuestros jóvenes y matrimonios mayores de 45 años y asegurar procesos de formación que potencien la conciencia social. –¿Cuál es su vivencia personal? –Lo vivo como una gracia de Dios. Me siento muy a gusto. Señalo, también, como positivo la actitud de comprensión, de diálogo y respeto hacia otras personas que no sienten ni viven esta realidad y que viven la fe con miedo a salir a la calle.
María del Mar de Haro, perceptora de la prestación para mayores de 56 años tras una vida de trabajo en el calzado, es miembro del Consejo Pastoral de la parroquia de San Francisco de Sales, de Elda (Alicante) en representación de la Pastoral Obrera, así como integrante del Consejo Diocesano de la misma área. –¿Qué papel juega la Pastoral Obrera en su parroquia? –La Pastoral Obrera forma parte de su funcionamiento y de su planificación. Se ve como normal que aquellas cuestiones sociales que afectan a las personas, las tratemos y reflexionemos desde la fe. –¿Qué le ha movido a desarrollar su compromiso en esta área? –Me he criado en una familia cristiana. Libremente dije sí a Jesús de Nazaret y al mundo obrero. Soy miembro de la HOAC. Me siento llamada a construir Reino de Dios, de justicia, de entendimiento, de igualdad y, sobre todo, a humanizar la realidad. –¿Qué hace la Pastoral Obrera de su parroquia? –En la fachada de la parroquia hay una pancarta que dice «queremos vivir y trabajar dignamente en el valle del Vinalopó». Se nota el sello de Pastoral Obrera en todo su ser. Es toda la comunidad la que da respuesta con el resto de pastorales. La comisión de acción social canaliza el compromiso social y planifica las actividades comunes y momentos especiales.
–¿Cuáles son las insistencias para este curso? – Permanentemente tratamos de que los cristianos entendamos que las cuestiones sociales y la política tienen que ver con la fe y que fe y vida van unidas. Queremos que surjan equipos de Pastoral Obrera que puedan reflexionar desde la Doctrina Social de la Iglesia sobre las situaciones actuales del mundo obrero y preparar la celebración de las fechas que nos son propias. Queremos, por último, que nuestra parroquia sea samaritana y salga al encuentro de los que sufren. –¿Cuál es su vivencia personal? –Muy positiva, necesita tiempo de relación con la gente, es un compromiso a largo plazo. Es fruto de compartir la Eucaristía donde no cabe el agobio. Los detalles acaban por conformar mi vida y la de aquellos con quienes me relaciona, moldeando la manera de ver y de sentir. Yolanda Cañada @ycanyada
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la mirada justa
Refugiados, inmigrantes, parados no son una amenaza
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e nos amontonan las situaciones lamentables y los problemas. Llevamos muchos años saturados de tantos trabajadores que se han quedado sin trabajo, de tantos jóvenes que no encuentran empleo, de tantas familias que lo están pasando muy mal, de los muchos que se han quedado sin vivienda, de tantos inmigrantes que al no encontrar trabajo aquí, se vuelven a su país, etc. ¡Cuántos dramas! Los que están cercanos y solidarios con ellos, animando y luchando, lo saben. Y ahora los cientos de miles de refugiados o desplazados por las guerras y el hambre quieren entrar en Europa, a países de buen vivir en general. Escapan de la muerte para intentar lograr algo. Nos sentimos abrumados. Niños, mujeres y hombres. El niño muerto en la orilla del mar ha conmocionado a la sociedad que se ha sentido horrorizada. ¡Qué catástrofe! ¿Qué pasa? ¿No podemos hacer entre todos un mundo mejor? Es verdad que la reacción de la sociedad civil ha sacado a muchos gobiernos de la indiferencia y apatía ante esta dramática situación de los refugiados. Nos hace ver la fuerza de la gente cuando reacciona. Es un camino que debemos promover todos ante tantos problemas interiores y exteriores en el país. El Papa y la enseñanza social de la Iglesia hacen una llamada a la acción. No nos podemos quedar en buenos sentimientos y en lamentaciones. Hay que actuar. Son seres humanos que necesitan nuestra ayuda.
¿sabías que...? A
lrededor de 201 millones de personas estaban desempleadas en 2014, lo cual representa un incremento de 30 millones de personas desde el comienzo de la crisis económica y financiera en 2008. os jóvenes se han visto afectados por el paro en mayor medida que el resto de colectivos, hay alrededor de 74 millones de jóvenes (entre 15 y 24 años) sin empleo en el último año. Sin embargo, hay unos 169 millones de niños víctimas del trabajo infantil. l crecimiento de los salarios ha experimentado una desaceleración significativa que, unida al déficit de empleos, ha provocado una disminución de la participación del trabajo en la renta nacional y un incremento de las desigualdades en la mayoría de las economías del G20. ás de 60 por ciento de todos los trabajadores del mundo carece de contrato. Aunque la mayoría de ellos son autónomos o trabajan para familiares, el 58 por ciento de los asalariados trabaja sin contrato. n la mayoría de los países, los empleos a tiempo parcial, ocupados fundamentalmente por mujeres jóvenes, crecieron con mayor rapidez que los empleos a tiempo completo entre 2009 y 2013. n 40 países (las dos terceras partes de la fuerza laboral), 453 millones de personas estaban empleadas en cadenas de producción mundiales en 2013, en comparación con 296 millones en 1995. Esto representa una proporción del 20,6 por ciento del empleo total en los países de referencia, frente al 16,4 por ciento en 1995.
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E Refugiados sirios
Aunque sean temas complejos, los gobiernos deben poner medios eficaces y justos para atender a tantas personas y familias que sufren (refugiados, guerras, parados, desahucios, familias sin ingresos). Todos debemos exigirlo a los gobiernos. La sociedad civil debe colaborar, tanto las instituciones como las asociaciones políticas y sociales. Las personas debemos mentalizarnos, como pide Cáritas, de que los inmigrantes, los desplazados, los pobres no son una amenaza. Todos los que podamos debemos acercarnos a ellos, escuchar sus historias, entrar en comunión con ellos. Compartir hospitalidad y solidaridad. Personas, instituciones civiles y de la Iglesia están dispuestas a ofrecer viviendas y lugares para muchas personas. Qué crezca la ola de la solidaridad y llene la vida de alegría. Gregorio Burgos
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evangelio en la calle
Plegaria en la XIII Asamblea e repasado el cuaderno de las oraciones y eucaristías de la XIII Asamblea General de la HOAC. Las fuimos pronunciando y celebrando desde el 13 al 16 de agosto pasado. En Segovia. «Construyendo Iglesia en la periferias del mundo obrero»: era la frase-resumen. Son plegarias llenas de Evangelio y calle. Las rezábamos al empezar el día y al terminar cada jornada con la Eucaristía. Los mil participantes en una misma y fuerte voz y sentimientos, partiendo de las periferias, suplicábamos a Dios justicia, trabajo digno y solidaridad. Impresionante. Ahora desde el barrio las releo con aplomo, las hago de nuevo mías y entresaco algunas que me han llevado especialmente a la oración. En la primera introducción nos decía el lector: «Nos ponemos en manos de Dios. Él nos convoca. La Iglesia nos acoge y envía. Aquí estamos para hacer su voluntad, para celebrar nuestra fe, reflexionar, dialogar, para abordar comunitariamente el reto que supone el aumento de la desigualdad y la progresiva precarización del mundo obrero y del trabajo. Junto a toda la Iglesia, esta Asamblea quiere ser una contribución humilde pero comprometida con “una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría”» (EG 1). En una de nuestras oraciones, al final de una Eucaristía, rezábamos con Guillermo Rovirosa, primer militante de la HOAC: «¡Señor! ¡Dame tu amor! Dame el amor, Dios, para que mi cólera no sea obra del infierno. Que mi cólera sea amor a mis compañeros. Que mi cólera sea amor a todo el pueblo desheredado... Que mi cólera no sea contra los hombres, sino contra el mal». En la fiesta de la Asunción de María, lógicamente, alabábamos a Dios con la oración que el Evangelio pone en boca de la Virgen: «Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes» (Lucas 1, 51-52). Y en la oración final pedíamos: «Queremos ser como tú y trabajar contigo entre los empobrecidos del mundo obrero ¡Jesús mío y Dios mío, acepta este pacto de amor!». Que así sea. Antonio Hernández-Carrillo
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Así va el mundo
«Dios ha dado la Tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno». Son palabras de Juan Pablo II recordadas por el papa Francisco. El actual sistema de producción y consumo mundial está poniendo en riesgo las condiciones del entorno que hacen posible la vida humana. En diciembre en París, los gobiernos deben comprometerse para evitar el aumento de la temperatura global en dos grados. Muchas voces reclaman un acuerdo mundial para sortear el cambio climático. Entre ellas, el Movimiento Católico Global por el Clima, que llama a la oración y la acción por un futuro sostenible.
Más datos: bit.ly/movcatolicoclima
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164 • septiembre 2015
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