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CAPÍTULO IV
NUEVO MILENIO, NUEVAS METAS
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Desde 1998, Hogar de Cristo experimentó un crecimiento acelerado. El Fenómeno de El Niño hizo que los Obispos dirigiesen su mirada a nuestra Corporación, que tuvo que dar respuesta expandiéndose por el Litoral Ecuatoriano. Ni siquiera la crisis económica y social que vivió la nación durante el Gobierno de Mahuad (1998-2000) pudo frenar este crecimiento, a pesar de la quiebra del Banco del Progreso, que había firmado algunos convenios con Hogar de Cristo. En medio de una nación sacudida por la inflación y la desconfianza en el sistema bancario (el índice de pobreza superó el 70%, con un 40% de extrema pobreza), nuestra obra pudo resistir el temporal y diversificar su actividad a favor de los sin-techo. El contexto planteaba a Hogar de Cristo un gran reto de servicio.
Durante un congreso sobre el bambú en China -al cual asistió el Ing. Quiñónez- quedó claro que Ecuador es pionero en el empleo de la gramínea con fines habitacionales. Mientras tanto, las manos amigas no faltan: la Fundación Van der Rest, en la persona de Jean P. van der Rest, sobrino del P. Josse, hizo una valiosa donación a centenares de familias que no podían cancelar sus casas; por su parte, Misereor culminó un proyecto que dotó de casa a 6.300 familias.
Planificación estratégica para el nuevo milenio
Habiendo reconocido los logros y falencias en tres décadas de labor, era necesario mirar al futuro. Para responder a los desafíos se involucró a todo el equipo de colaboradores. El resultado de ese ejercicio fue la nueva visión de Hogar de Cristo: el
Desarrollo Integral de la Persona, la Familia y la Comunidad. Quedaron definidos nuestra visión, misión, principios y valores y varios proyectos estratégicos importantes.
MISIÓN: Somos una entidad inspirada en Cristo y su Evangelio; ofrecemos un servicio social asistencial a las familias más pobres de Guayaquil y otras poblaciones del Litoral mediante la adjudicación, fabricación y financiación de casas de caña y madera. VISIÓN: Hogar de Cristo es una institución fundamentada en la fe en Cristo, sin fines de lucro, dedicada a la promoción de la justicia social mediante el desarrollo integral de las familias más pobres de la Costa Ecuatoriana. Realiza su gestión con un equipo de colaboradores y voluntarios altamente comprometidos, motivados, capacitados y con una gran mística de servicio. De inmediato comenzó un trabajo casa adentro para motivar y capacitar a su personal y voluntarios en consonancia con su fe en Cristo. El lema de este proceso fue “Más que una casa, un hogar”, que hasta ahora nos inspira.
El desarrollo integral de la comunidad al que nos comprometimos es un vasto programa que incluye proyectos de vivienda, microcrédito, micro-empresas, capacitación, salud, educación y valores. Durante 33 años Hogar de Cristo había trabajado sencillas casas de madera y caña. Ahora quería fortalecer un desarrollo integral de la comunidad con este entramado de proyectos. Se consideró la creación de grupos solidarios: comunidades de alrededor de treinta familias unidas por lazos de vecindad. Cada grupo tiene una coordinadora voluntaria que canaliza las inquietudes del grupo y es el contacto con Hogar de Cristo. Este sistema permite desarrollar actividades con usuarios dispersos.
Los últimos años
En 2006 se sumó a nuestro equipo de trabajo el Lic. Luis Távara (peruano, pero “ciudadano del mundo”) que asumió el cargo de Director Social. Desde entonces ha liderado varias propuestas de formación del personal, así como la reestructuración organizacional.
En el sector de educación, 23 mil hijos e hijas de nuestras socias han recibido útiles escolares y zapatos. Además, firmamos un convenio con 23 escuelas de la Perimetral Norte para capacitar a maestros, desarrollar un proyecto de escuela para padres y becas.
La principal meta hoy es la construcción de la nueva sede (el “megaproyecto”) en el corazón del suburbio, que incluirá infraestructura educativa, administrativa y de salud; incluso está previsto que acoja un convento de nuestras viejas amigas las Clarisas. Y es que las oficinas de la Atarazana están muy distantes de los sectores donde viven nuestras socias; acudir allá les toma tiempo, riesgo (usualmente nuestras socias no tienen con quién dejar a sus hijos) y dinero (transporte: cincuenta centavos o un dólar por movilización supone ya un sacrificio para algunas familias).
De cara al futuro
Superada la crisis del invierno, se continuaron las obras civiles en la nueva sede y en Quevedo. Por otra parte, la sede de Manabí volvió a depender de Guayaquil.
En sus constantes visitas a nuestras oficinas y planta, Mons. Arregui, el P. Provincial, los medios de comunicación y nuestros benefactores constatan repetidamente el avance y vitalidad de Hogar de Cristo. Su prestigio nacional e internacional ha ido en aumento. Los últimos años han sido un tiempo para recoger lo sembrado: gran interés de la ciudadanía y de la prensa, reconocimientos de la empresa pública y privada, menciones internacionales. Los hechos nos respaldan:
• Entre 2007-2008: 10.800 familias más con vivienda, con lo que ascienden a 140 mil las viviendas de madera y caña entregadas en el Litoral ecuatoriano. La producción actual es de 50 casas de 23 m2 diarias. Se producen casas por valores de $ 690 y $ 795 USD, financiadas a tres años sin intereses.
• En el bienio, más de 14.000 socias han obtenido microcréditos.
• 15.000 socias han participado en programas de capacitación en desarrollo humano, organizativo, liderazgo y valores.
• Salud: más de 50 mil pacientes atendidos.
• El nuevo Departamento de Gestión del Conocimiento ha emprendido una ardua tarea de investigación socioeconómica, que ratificarán a nuestra Corporación como un interlocutor indispensable en la ejecución de políticas públicas.