PRODUCCIÓN SOCIAL DEL HÁBITAT
Producción Social y Hábitat Denisse Avilés Gómez
“La Producción Social del Hábitat en el campo nuestro tiene un enorme potencial transformador, pero hay que trabajarlo, hay que asumirlo, hay que realizarlo. ¿Qué diferencia hay entre producción de mercado y producción social? Hay factores, tiempos que las hacen distintas. Es otra lógica. Los gobiernos cuando la aceptan la siguen considerando como si fuera de mercado, con los mismos tiempos, las mismas lógicas de tramitología complicada, etc. Y tenemos que convencer a los gobiernos de abrir una alternativa”. Enrique Ortiz, 29 de septiembre de 2020.
* Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=v4Ubm80OV2A&feature=youtu.be
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El proceso de Producción Social de Vivienda y Hábitat es parte no solo de la consecución de una vivienda, además contribuye al fortalecimiento comunitario, a la posibilidad de generar incidencia pública e incluso, podríamos considerarlo como una forma de construir ciudadanía, procesos participativos que surjan desde la necesidad de una vivienda, pero sobre todo de tener derecho al acceso del suelo de manera ordenada y planificada, así lo hemos podido ver reflejado en las experiencias que han surgido en diferentes países y en los espacios de vivienda que hemos trabajado. Ortiz, (2011) nos dice que ante la carencia de planificación territorial de las áreas urbanas y rurales por parte de los gobiernos, surgen distintos proyectos inmobiliarios que deshumanizan el proceso de Producción Social del Hábitat y que por ello es necesario identificar en la gestión del hábitat desde su integralidad, tres aspectos importantes que son: el derecho a la ciudad , que implica una construcción articulada de un hábitat digno, la Producción Social del Hábitat, y la gestión participativa del hábitat.
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La Producción Social del Hábitat (PSH), en la mayoría de las ocasiones inicia con la necesidad de vivienda, y esta necesidad va marcando el camino de participación, de gestión, de ir autoconstruyendo un hábitat, que incluye el derecho a la ciudad, buscando recuperar la dimensión social y su interrelación con la cultura y la humanidad; haciendo posible que se generen espacios de desarrollo y organización social, así como un ordenamiento del territorio, con acciones de cuidado y preservación ambiental. También se observa la promoción y fortalecimiento de la economía social y solidaria, como un espacio que busca provocar acciones transformadoras para la comunidad. En este proceso el significado de la vivienda es de una construcción articulada que elimina totalmente la idea de ver a la vivienda como mercancía, este proceso nos motiva a mirar la vivienda como un espacio físico, un producto terminado o un objeto para vivir, como un derecho humano que por sus características propias es de carácter universal que debe ser aplicado a todas las personas, así mismo no debe ser discriminatoria de ninguna forma, sino accesible para todas las personas; vista de una manera integral tiene una influencia sobre el hábitat en el que participa y una interdependencia con otros derechos, contribuyendo a la cohesión social (Ortiz, 2011). Es en un espacio que encierra un significado cultural, donde se articula la historia del grupo familiar que ahí habita: su entorno social, natural y todo lo que se ha construido. Debido al grado afectivo de quien la habita, es posible que sea la razón por la que surgen los procesos de poblamiento de un territorio. El proceso de PSH pone al ser humano en el centro de su estrategia, metodología y acciones, mencionamos algunos elementos que forman parte del Proceso de PSH como son: autogestionarios colectivos, implica capacitación, participación responsable, organización y solidaridad y activa de los pobladores, fortalece las prácticas comunitarias, el ejercicio directo de la democracia, la autoestima de los participantes, convivencia social con mayor vigor. La PSH ha sido considerada como aquel proceso en el que se producen espacios habitables urbanos o rurales, que se realizan bajo la dinámica de autoproductores, ONG´S o instituciones sociales, que trabajan sin fines de lucro, también es importante resaltar que para que el proceso sea completo hay que incluir la participación de las autoridades. De allí, la importancia de que las decisiones de los procesos constructivos surjan desde una horizontalidad del proceso y no desde la intervención. La mirada conjunta de construcción va a estar asociada a una decisión colectiva, a un modo de habitar, una autogestión individual y a una autogestión colectiva. Este proceso puede incluir una modalidad autogestionaria desde la autoproducción individual y colectiva de la vivienda.
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Resaltamos algunas fases de la PSH que corresponden a las capacidades y actitudes de los actores que forman parte del proceso:
CAPACIDADES Y ACTITUDES
Familias
Autoridades
Información
Flexibilidad
Capacitación, desarrollo de capacidades técnica y administrativas
Confianza hacia los procesos sociales organizados
Compromiso en el desarrollo de actividades
Facilitación de asistencia técnica integral
Gestión
Actitud abierta a la interacción con otros actores sociales
Toma de decisiones Conducto y generador de procesos comunitarios Control sobre los procesos productivos del hábitat
Facilitar recursos provenientes del ahorro, el crédito y los subsidios en la comunidad en que se desarrollan las acciones.
* Información adaptada del texto El Camino Posible
Instituciones sociales
Conocimiento de esta forma de producción Experiencia de trabajo en equipos interdisciplinarios Compromiso y constancia en el desarrollo de su trabajo Facilitador en la generación de procesos participativos Abre y defiende espacios productivos controlados en todas sus fases Reconocer en la gente que participan como su principal fuerza movilizadora
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Generalmente, el proceso de integración es asociado a los promotores sociales, a las instituciones no gubernamentales, a los promotores; no obstante, su accionar va más allá al provocar procesos de planeación y trabajo con la comunidad, así como los objetivos y las estrategias sobre las cuales se va a trabajar. Pelli, (2010) Nos invita a mirar el hábitat desde 3 aspectos:
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El hábitat social como un sistema de situaciones físicas, sociales, simbólicas, jurídicas, políticas, económicas, ambientales; interrelacionadas, inter actuantes. Es decir como un sistema en donde cualquier acto de producción, eliminación o conservación de una parte o componente del hábitat va a modificar el equilibrio el equilibrio, el funcionamiento y la calidad de todo el conjunto y afecta los de otros componentes existentes o futuros.
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El sistema-hábitat, entendido como una parte o un sub sistema dentro de sistemas mayores, lo que significa que las modificaciones y alteraciones en los sistemas mayores y en los otros subsistemas dan lugar a nuevos retos.
El hábitat social entendido como señal o marca en el tiempo, como testimonio, memoria y registro de la vida en la historia de la sociedad que lo ocupó y de la que lo ocupa.
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Cuando la modificación del hábitat se da por una gestión propia de los habitantes es considerada como una opción que se da por un patrón de vida o por una expresión frente a la estructura social en la que habita. Institucionalmente hemos tenido procesos de producción individuales y colectivo. Nuestra atención mayormente se ha centrado en la atención de viviendas de emergencia en los sectores urbano marginales de las distintas provincias en las que atendemos y ahí hemos podido constatar como aquellos lugares en donde inicialmente no había la participación del estado o de otras instituciones, con el paso del tiempo, hemos podido ver que esos sectores urbano populares han contado con una transformación en la estructura de la comunidad, y que esto principalmente se ha dado por las gestiones que la comunidad ha podido realizar frente a las autoridades locales o gubernamentales, como hemos podido constatar en los sectores de Guayaquil como la Perimetral sur como los barrios de la Isla Trinitaria, Malvinas, y la Perimetral norte como Nueva Prosperina, entre otros sectores.
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En la Producción Social de Hábitat colectivos, tenemos algunas experiencias como Hogar de Nazareth en Guayaquil, Rio Teaone en Esmeraldas, San Pablo y Rio Verde en la Península. Así como en Ecuador podemos revisar distintas experiencias trabajadas por países como Chile, Argentina, Guatemala, entre otros. Uno de los programas que se está desarrollando es el Programa San Alberto Hurtado, cuyo objetivo general es que las familias asuman el rol protagónico de la Producción Social de su Hábitat, en este ejercicio hemos considerado ampliar las posibilidades para que las familias en situación de pobreza puedan tener acceso digno y ordenado al suelo urbano, considerando que durante años las familias de bajos ingresos han relegadas a las periferias de las ciudades o a zonas de riesgo por inundaciones o deslaves, con este proyecto buscamos desde la perspectiva de Producción Social del Hábitat mejorar la calidad de vida de las personas y familias participantes a partir de un proceso participativo con una propuesta de Urbanización y Vivienda Progresiva (Vega, 2015). Entre las fases que se dan para el desarrollo habitacional, tenemos la promoción, integración, planeación, la distribución de las viviendas cuando se construyen y finalmente su uso. Durante estos 5 momentos se producen procesos autogestionarios, colectivos, fortalecimiento de capacidades que contribuyan a generar una participación responsable, procesos de organización y de solidaridad activa de los pobladores, se fortalecen las practicas comunitarias, se rescatan los saberes y prácticas comunitarias, el ejercicio directo de los derechos y la democracia como tal, lo que permite que la autoestima de los participantes y la convivencia social se fortalezca, o que frente a las dificultades se vea resquebrajada; sin embargo, son estas distintas situaciones o momentos lo que van a fortalecer la organización comunitaria, que es uno de los aspectos más
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Entre las principales limitantes del proceso encontramos: las dificultades para el acceso al crédito, ya que los niveles de endeudamiento de las familias generalmente son altos y riesgosos, lo que va limitando las oportunidades de participación, de allí la necesidad de que exista una participación del Estado con un subsidio o garantizando el acceso al crédito. Otra participación estratégica del Gobierno local tiene que ver con la participación en la construcción de áreas comunes, como son los parques, los espacios comunitarios y de recreación. (Di Virgilio, 2014) Existen aspectos que durante el proceso se deben evitar como:
• La delegación o conducción del proceso productivo en un pequeño grupo o en un dirigente, o en los asesores técnicos.
• Recargar la actividad de la participación en el rol de la mujer y no en el grupo familiar.
• Contratar asesores inexpertos o que no se interesen en los principios y en los objetivos sociales del programa.
• Pagar o delegar en parientes las responsabilidades de trabajo y de presencia.
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Como todo proceso, la Producción Social tiene sus complejidades; sin embargo, el logro de sus objetivos va a depender del involucramiento que se logre en sus participantes, en la asignación de tareas y responsabilidades que se establezcan, de la realización de programas de capacitación que acompañen las fases y tareas de todo el proceso, de la metodología que se desarrolle para la formación e integración social de los participantes y de la calidad e integralidad de la asistencia técnica. Estos procesos de Producción Social y de participación representan un nuevo desafío para los movimientos y organizaciones sociales y para la generación de políticas públicas de tal manera que, lleguen a coordinar los procesos de los programas habitacionales con el gobierno central y local, con la administración autogestionada de fondos y la construcción, a través de modelos organizativos cooperativos y de ayuda mutua.
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BIBLIOGRAFIA: Di Virgilio, M. M. (2014). Producción Social del Hábitat, abordajes conceptuales del Cono Sur. Buenos Aires: Editorial Cafe de las ciudades. doi:https://www.researchgate.net/profile/Mari a-Di-Virgilio/publication/280037457_Produccion _social_del_habitat_abordajes_conceptuales_ practicas_de_investigacion_y_experiencias_en _las_principales_ciudades_del_Cono_Sur/links/5 5a4d80208ae5e82ab1f624c/Produccion-
Ortiz, E. (2011). El Camino Posible. Trilce. Pelli, V. (2010). La gestión de la Producción Social del Habitat. Revista Habitat y Sociedad, 39-54. doi:https://revistascientificas.us.es/index.php/H yS/article/view/3597/3090
Vega, E. (2015). Proyecto Habitacional San Alberto Hurtado. Guayaquil, Ecuador .
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