¿Qué es la incontinencia urinaria?
La incontinencia urinaria es la perdida involuntaria de orina a través de la uretra. Se asocia a veces a incontinencia fecal o disfunciones sexuales. Consejos a pacientes con incontinencia La incontinencia urinaria es una alteración de la salud que afecta a muchas personas. Si aparece la incontinencia urinaria consultar con un profesional sanitario, no ocultarlo. Hay distintos tipos de incontinencia urinaria aunque el síntoma principal es el escape de orina. La incontinencia urinaria ha de ser adecuadamente diagnosticada por un médico. El primer paso para el correcto tratamiento es la prevención mediante hábitos saludables. Existen herramientas que permiten curar o mejorar la incontinencia urinaria (fármacos, rehabilitación, cirugía). El tratamiento con absorbentes (compresas y pañales) es la mejor solución para aquellas personas que no han resuelto su incontinencia urinaria por otros métodos.
La incontinencia urinaria tiene solución, la resignación no es una opción. Repercusiones de la incontinencia urinaria: Deteriora la calidad de vida, limita la autonomía personal, y puede repercutir en la propia estima y las relaciones sociales. ¿Cómo se lesionan los músculos pélvicos? Embarazos y partos repetidos, cirugía sobre los órganos pélvicos (histerectomía, cirugía de colon, recto, vejiga, próstata, etc.) Suelo pélvico y deporte Aumentan la presión intrabdominal: ejercicios (abdominales) clásicos, el atletismo, el baloncesto, el aerobic y el tenis. La natación y el ciclismo son los más recomendables.
Hábitos que favorecen la incontinencia urinaria Retener mucho tiempo la orina. Utilizar fajas o prendas muy ajustadas, la obesidad, el estreñimiento, la tos crónica y ciertas actividades físicas. Ejercicios de kegel Los ejercicios de Kegel o ejercicios del músculo pubococcígeo tienen como objetivo fortalecer los músculos pélvicos y mejorar la función del esfínter uretral y rectal. Se idearon para controlar la incontinencia urinaria tras el parto. El propósito de los ejercicios es fortalecer los músculos de la zona pélvica y mejorar la función del esfínter uretral o rectal. Ejercicio 1. Descansando sobre una superficie semidura, con las piernas ligeramente alzadas respecto al tronco. Antes de iniciarlos es conveniente relajarse en un lugar tranquilo y sin ruido, una forma de conseguirlo es respirar profunda y lentamente unos 2 o 3 minutos estirados sobre una colchoneta con las piernas situadas según indica el dibujo, concentrándonos en la propia respiración. Ejercicio 2. Descansando sobre la misma superficie semidura, como una colchoneta con las piernas discretamente flexionadas y algo separadas. Respirando lenta y profundamente se realiza una contracción del suelo pélvico (acción de cerrar con fuerza la región anal) durante toda la espiración respiratoria. Se recomienda la contracción del suelo pélvico solo durante la espiración ya que el movimiento ascendente del diafragma al
espirar favorece una contracción del suelo pélvico eficaz. Este es el ejercicio básico que debe repetirse en tandas. Al inicio la repetición del ejercicio no debe superar las cinco veces ya que se trata de reestrenar un músculo debilitado, a los pocos días se hacen dos o tres tandas de 10 contracciones separadas entre si por un tiempo de descanso igual al tiempo de ejercicio. Ejercicio 3. En una posición análoga a la anterior pero con una pierna totalmente estirada y la otra semiflexionada. En esta posición se realizan las mismas tandas de ejercicios de contracción del suelo pélvico que en la posición 2. La variación en la posición de las piernas genera dificultad al realizar la gimnasia. La tanda de rehabilitación debe repetirse diariamente dos veces. La clave del buen resultado de los ejercicios es la repetición en el tiempo para asegurar un buen tono muscular. También pueden realizarse sentada o en pie pero siempre en una posición correcta que evite la acción de la musculatura que contrarresta la fuerza de la contracción del suelo pélvico. Ejercicio 4. La posición es sentada en ángulo recto, las piernas ligeramente separadas y el cuerpo ligeramente hacia adelante. Ejercicio 5. La posición es de pie con las piernas ligeramente separadas y las puntas de los pies inclinados hacia adentro unos 30º. En posición sentada o de pie es más fácil encontrar un lugar idóneo para realizar la
rehabilitación si no estamos en casa, aunque se recomienda no realizar estas posiciones hasta asegurar la correcta realización estirada. (evitar esta posición en caso de prolapso). Si existe un pequeño prolapso que se corrige estirado los ejercicios no deben hacerse de pie Los ejercicios pueden realizarse en cualquier momento y lugar. Tras un plazo de 4 a 6 semanas se debe advertir una mejoría (ocasionalmente 3 meses). Cuanto más se practique más eficaces son los ejercicios en los músculos. Durante la ejecución de los ejercicios no deben sentir molestias ni en el abdomen ni en la espalda: si esto sucede es que se están realizando de forma incorrecta. Practicas que favorecen la contracción del suelo pélvico • •
Práctica de yoga Pilates
Conclusiones - No iniciar los ejercicios si existe prolapso vesical (consultar con su médico).
- Tras actividades deportivas
que puedan perjudicar el suelo pélvico, se recomienda realizar los ejercicios de Kegel de forma posterior. Bibliografía Rodas MC, García HA. Una aproximación a la terapia de piso pélvico en el manejo de la incontinencia urinaria femenina en la ciudad de Cali. Urol Colomb. 2010; 19(3): 49-58. Holroyd-Leduc JM, Tannenbaum C, Thorpe KE, Straus SE. What type of urinary incontinence does this woman have? JAMA. 2008;299:1446-1456. Rogers RG. Clinical practice. Urinary stress incontinence in women. N Engl J Med. 2008;358:1029-1036. Guia de atención atención a pacientes con incontinencia urinaria.3ª edición. Morilla Herrera JC. Edita Asociación Andaluza de Enfermedad Comunitaria. Abril 2007. Embarazo, Parto y Puerperio: Proceso Asistencial Integrado/ autores, José Luis Dueñas Díaz (coordinador) [et al.]-2ª ed.- [Sevilla]: Consejería de Salud, 2005. 146 p. Edita: Junta de Andalucía. Consejería de Salud.