tomรกs fernรกndez [del renacimiento al s. xxi]
tomรกs fernรกndez [del renacimiento al s. xxi]
Organizan: TALPASCUAL. Lanzadera Inter-Media Contemporánea Equipo Ákaro Colaboran: Bomborombillos Fundación CruzCampo Comisariado: David Martínez Logística: Arte XXL & Catalina SLU Copyright de los textos: Sus autores Copyright de las fotos: Sus autores Edita: TALPASCUAL. Lanzadera Inter-Media Contemporánea Impresión: Masquelibros (Jaén)
cuatro
TEXTOS: David Martínez José-Luis Anta Nuria Muñoz Sanchez Horneros Joaquín Machuca Carlos Tajuelo Alfonso Ramírez Francisco Montiel Virginia Mayenco Carmona Carmen Montoro Cabrera Javi Paloma Recio Moríñigo Isabel Soler Ruiz Manuel Martínez Millán Ana Fernández Roberto Pajares “El Pájaro” Ramón Figueroa
cinco
La reencarnación de Leonardo ¡Pasen, pasen y vean! ¡La función va a comenzar! La sociedad contemporánea, esta que aquí y ahora nos ha tocado vivir, parece convertirse en teatro de una pérdida absoluta de la auténtica relación entre los individuos. Esta situación ha llevado a algunos artistas a plantearse su trabajo como un juego literario, en el que las analogías pueden conducirnos a un arte que llega hasta las últimas consecuencias. Se vuelve a tomar conciencia de cómo detrás de una mirada existen otras percepciones que ocultan un trasfondo certero: el de que la imágen sirve, en muchos casos, de pretexto para explicar con elementos desconcertantes lo que no es mas que un acto de sinceridad. En este sentido Tomás Fernández utiliza la metáfora para articular todo su pensamiento y argumentar, desde una postura ciértamente moralista, su búsqueda de la verdad más allá de la propia realidad. Reflexiona rigurósamete y nos hace reflexionar, a través de sus obras, sobre la grandeza y la mezquindad de nuestra existencia. Su labor ha estado desde siempre orientada a ofrecer lecturas superpuestas que apuntan directamente a la naturaleza poética de sus obras y a la utilización de la paradoja y la ironía para hacer aflorar ese espíritu subterráneo que recorre toda su propuesta plástica. Este malabarismo asociativo (y recurrente) hace que lo aparentemente banal se transforme en algo sorprendente, otorgando a las imágenes una parte cerebral y otra poética, pero siempre contando con la complicidad de quien las observa. Esta propuesta que hoy y aquí presentamos es el punto de partida que Tomás establece para ofrecer y dirigir esa su nueva banda sonora, que se hace biografía en algunos momentos, y que nos deja patente, a través de un sugerente imaginario, cómo la naturaleza humana es capaz de soportar muy poca realidad. Y para ello desgrana toda su producción en episodios que tienen como telón de fondo los símbolos de nuestra cultura y de nuestra identidad. Las obras que hoy exponemos son una pequeña muestra de un trabajo excepcional, que refleja una concepción Renacentista del arte, como un compromiso de investigación y de reflexión que trasciende la mera creación artística. seis
Esta exposición encierra todo un entramado filosófico, un discurso estético en busca de nuevos lenguajes, pero sobre todo ideológico y vital: el arte como análisis de la realidad que nos rodea, en la que Tomás busca un hueco propio e individual, huyendo de las corrientes mayoritarias y de este maremágnum en el que se ha convertido la sociedad actual. Tomás Fernández se nos presenta como la reencarnación de Da Vinci; un hombre del Renacimiento que nos narra sus vivencias y nos introduce en una dimensión expresiva distinta.... porque, más que pintar, lo que Tomás hace es convocar, uno a uno, a los habitantes de su memoria y de su cultura, transportándolos a la tela en donde tendrán el privilegio de ser mucho más que símbolos, porque serán las señales, las marcas, las cicatrices, las luces y las sombras de su mundo interior. Tomás nos invita a vivir una nueva función circense, donde poder transitar y respirar un poco de aire limpio, de la que solo sabran disfrutar aquellos que no lleven cecerros ni emitan balidos... porque esta no es una función para todos, sino para algunos. ¿Reservado el derecho de admisión? Sí. ¿Elitismo? Desde luego: el del buen gusto, el de la rebeldía y la curiosidad, el de la inocencia y el candor, el de la insolencia, el de la disidencia, el de la desobediencia, el de la resistencia, el de la extravagancia, el de la sorpresa... Y todo ello aliñado con imaginación, humor, aventura, cultura, respeto, irreverencia y espíritu de contradición. Podremos encontrar ofertas mejor promocionadas, pero en pocas ocasiones tedremos la oportunidad de acceder a tanto por tan poco. ¡Pasen, pasen y vean! ¡La función ya comenzó! David Martínez Marzo de 2018
siete
................... Angel caĂdo Acuarela 50x70 cm 2017
ocho
nueve
.................. Bufรณn Acuarela 50x70 cm 2017
diez
once
Mi “Peter Pan” Tomás Fernández Cantos. Ese nombre con tantos significados... Para mí no sólo es un gran artista, sino que también es mi padre, mi amigo y el abuelo de mis hijos. En todas sus versiones, me siento orgullosa de él. Él es un padre muy especial: Nunca me ha prohibido nada, aunque siempre ha sabido aconnsejarme muy bien. Es ese primer amor al que no le ves defectos; el que ha luchado para que nunca me faltara de nada; pero también me ha enseñado que un resfriado, o un par de costillas rotas, no son razón para dejar de trabajar: que las cosas no se regalan. Un padre con el que puedo hablar de cualquier tema, que siempre ha estado a mi lado en los buenos momentos y, con más dedicación, en los de mayor dificultad. Cuando hablo de Tomás como amigo, sólo puedo sonreír. Con él he pasado las mejores juergas, las sobremesas más intensas y las charlas inacabables que nunca olvidaré. Algunas con temas quizá demasiado íntimos para hablarlos con un padre pero, como ya dije, siempre ha sido un padre fuera de serie. Y como artista, diré que él no sólo se expresa pintando. Lo he visto esculpir, escribir, recitar, improvisar canciones de “blues” o flamenco, acompañado de una guitarra… ¡Sí! ¡Ése es Tomás!: el de la improvisación. Pero también es puro nervio para la acción, templanza cuando lo necesitas… En resumidas cuentas, un cúmulo de sentimientos llevados al extremo. Tomás es un niño encerrado en un cuerpo de hombre, un niño que intenta que entendamos su manera de ver el mundo; un espíritu especial enfrentado a una sociedad acrecentada de valores decadentes. Luchador y fiel a sus principios es, sencillamente, Tomás; mi padre, mi amigo, mi “Peter Pan”. Ana Fernández Álvarez Jaén, Marzo de 2018
doce
trece
................... Desbocado Acuarela 50x70 cm 2017 ...................................................................................... Mis conversaciones erรณticas con un pez (pรกgs. 16-17) Acuarela 35x50 cm 2017
catorce
quince
Una aproximación a la contemplación Mirar con los ojos sin saber dónde centrar la mirada porque la viveza del color, el uso de todo el espacio, las criaturas oníricas, los símbolos y la escenografía que los contiene es tan potente que te lleva a recorrer la obra desde diferentes puntos cada vez que te asomas. ¿Por qué recorrerla una y otra vez: será un intento por dominar la intensidad de la obra queriendo escrutar cada detalle, o acaso puedes dejar de asomarte cuando la potencia de sus criaturas te han atrapado? Mirar con la mente para ver con los ojos, tratando de entender la historia de un caballero andante, de interpretar la creatividad de sus sueños carentes de utopías, de racionalizar una poesía visual cargada de simbolismos, de vislumbrar las paradojas que se esconden tras las criaturas, de acercarnos a su mundo. Mirar con el corazón, mirar hacia dentro y entonces revelar la verdad que subyace tras sus criaturas o personajes -tan históricos como actuales, tan poderosos como frágiles, tan vencedores como vencidos, tan opresores como oprimidos, tan burlescos como solemnes, tan buscadores de sueños como atrapados en ellos- que no es otra que liberar al hombre de su confusión. Y después volver a mirar las acuarelas de Tomás..., o como a él le gusta decir: “leer lo que ha escrito a brochazos ”. ENORME y APRECIADO Artista que, con una imaginación desbordante, representa en un contexto perceptual su particular visión de la historia del ser humano. Historia, que en cierto modo, se sigue repitiendo en el S.XXI. Nuria Muñoz Sánchez-Horneros Marzo de 2018
dieciocho
diecinueve
.......................................................... El día que me arrancaron el corazón Acuarela 50x70 cm 2017
veinte
veintiuno
......................... El duque blanco Acuarela 50x70 cm 2017
veintidos
veintitres
Aunque soy incapaz de seguir el ritmo de las inesperadas ocurrencias y a los constantes sobresaltos a los que nos somete este gran pintor, después de casi 30 años de amistad, uno le va cogiendo el gustillo a todo lo que crea, porque es dinamita pura y no deja títeres con cabezas. Cabezas, a veces de frailes calvos con los ojos saltones y la piel repugnante, que si fueran cerdos llevarían puestos los cilicios. Cabezas, a veces de mandatarios inoperantes con las ligas puestas, sentados en retretes a modo de tronos. Cabezas, de aduladores, envidiosos, hombres de malas costumbres y pésimas artes a los que Tomás manda a la … Madre Teresa de Calcuta, para que les de las bendiciones pertinentes, antes de dárselos a comer a sus leprosos. Tomás sigue lo políticamente incorrecto. Su obra es una invitación políticamente incorrecta a la salud mental de tanto ministro del arte. Una extensa obra que rompe con lo establecido y reta al público a través de su arte a reflexionar y cabrearse ante las injusticias sociales y los derechos humanos, sin olvidarse de sus ideales y de una generación (su generación) marcada por la heroína, el sida y el paro. Una obra que dejará insatisfechos a aquellos que buscan medrar de la oferta cultural del poder, esa inmensa institución que no para de reprimir, de hacernos perder derechos, y aún así la propuesta de Tomás es intentar criticar el mundo, darle un nuevo significado, despertar la conciencia y llegar al público. Carlos Tajuelo Marzo de 2018
veinticuatro
veinticinco
...................................................... El hombre que querĂa ser caracol Acuarela 50x70 cm 2017
veintiseis
veintisiete
................................................................... El imperdonable pecado del conocimiento Acuarela 50x70 cm 2017
veintiocho
veintinueve
Nene, ¿me escribes algo del Tomás Fernández? Anda, que un día es un día Y voy yo y le digo que sí. Maldito David. ¿Y ahora qué? ¡Con la mala memoria que yo tengo! A ver, recuerda: días, exposiciones, momentos, raticos, palabras, saludos así con la cabeza. Algo. Céntrate, es Tomás, espigado, gafas oscuras y sonrisa. El artista. Y me vienen Los Manueles, aquel proyecto tan chulo que hicieron José Luis y él; aquella mañana tan buena en “La Plaza de Arriba”, el puesto que prepararon entre calabazas y cómo después atendieron a todo el mundo con una sonrisa perenne y sincera. Y de repente, de ese recuerdo de sonrisa y cigarrillo, como de una explosión de recuerdos olvidados que se ramifican en cientos de micro encuentros, empiezan a surgir fechas, exposiciones, alguna cerveza e incluso, conversaciones en las que ni siquiera estaba él pero sí su arte. Claro, hago memoria y descubro que tengo en la cabeza más de uno y más de dos cuadros de Tomás grabados en la retina. Y los carteles. No sé de arte, siempre lo digo y lo repito, pero sé lo que me gusta y lo que me parece valioso a varios niveles. Y sus cuadros no son de los que miras una sola vez, ni de los que apartas la mirada sin haber encontrado o sentido algo. Sus obras tienen algo que me gusta, que me propone el hablar de ellas, enseñarlas incluso para provocar a otros, jugar a preguntar, meter el dedo en cualquier mente cerrada. Sí, eso es. La obra de Tomás tiene un punto provocador de ojo guiñado, divirtiéndose con solo pensar en aquellos quebraderos de cabeza o los espumarajos que pueden llegar a salir de las bocas de los que no pillaron la broma. Y ahora, el parque de esculturas con David Martínez. Al final sí que voy a recordar cosas de Tomás; al final, brindamos y todo: Por todas las que pasaron y por las que pasarán, por esta exposición, esas acuarelas y esculturas, su valentía (y la de David), por el arte que jode la marrana. Porque sí. Salud. Alfonso Ramírez Contreras Marzo de 2018 treinta
treinta y uno
.............................. El maestro de jazz Acuarela 50x70 cm 2017
treinta y dos
treinta y tres
.................................................................... Eloísa sorprendida en pleno sueño erótico Acuarela 50x70 cm 2017
treinta y cuatro
treinta y cinco
ÂżMi amigo TomĂĄs? Un mar interior. Virginia Mayenco Carmona Marzo de 2018
treinta y seis
treinta y siete
..................................... Forjadores de imperios Acuarela 50x70 cm 2017 ........................................................ Estrecho de Gibraltar (pรกgs. 40-41) Acuarela 70x50 cm 2018
treinta y ocho
treinta y nueve
Tomás. Tomasete... Como sea. Un artistazo. De conversaciones alegres y graciosas, siempre con el pitillo entre los dedos y una sonrisa en los labios. ¿Angustiado debido a que no le pagan las obras de golpe? Puede ser. Cuando pagan fraccionariamente es muy tentador comprar nuevas brochas, más pintura... Y claro... el dinero termina volando, pero afortunadamente aterriza en forma de arte sobre otro lienzo que nos deslumbra la vista. ¿Se da por vencido en el arte? No, ni mucho menos. Y es más: cada vez elabora composiciones más propias, con ese estilo tan característico suyo, donde resaltan esos patrones circulares que recuerdan a una caracola, o a lo que viene siendo la secuencia de Fibonacci, esos colores tan intensos que tanta impresión nos causa, y esa luminosidad, esa luz que cautiva a quien casualmente pose la mirada sobre uno de tus dibujos. En ese momento los tendrás atrapados en tu red artística, y no podrán (o mejor dicho, no querrán) escapar de ella hasta que desentrañen todos los detalles que hay ocultos. Tomás, Tomasete, yo soy modesto, no sé mucho de arte, pero sé que tú eres arte. Lo que planea tu mente y plasmas con tus manos es simplemente maravilloso. Tener unos dibujos tan reconocibles, crear y que al instante cualquiera sepa a quien se debe tal maestría, es un mérito al que cualquier persona querría aspirar, y es que en esta última colección te has lucido. Tomás. Tomasete... sin palabras ma’s dejao’. Manuel Martínez Millán Marzo de 2018
cuarenta y dos
cuarenta y tres
.................... Generaciรณn X Acuarela 35x50 cm 2017
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............................ La Menina virgen Acuarela 50x70 cm 2017
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La obra de Tomás Fernández: fuera de corrientes Es un hecho que la obra identifica al artista pero, en el caso de Tomás Fernández, la afirmación cobra fuerza. Sus obras, distendidas, sueltas y vivaces, son inconfundibles para el público. Tomás es poseedor de un estilo muy personal, cargado de una gran expresividad, que transporta a sus creaciones. Sus producciones artísticas, dotadas de un carácter ilustrativo, encierran formas definidas y concretas, recreaciones de imaginarios, a veces reales y a veces novelescos, pero en una u otra situación, portadoras de un lenguaje descriptivo y narrativo absolutamente elocuente, signo que lo define plásticamente. Tomás recrea atmosferas ilusionarias y sitúa escenarios perfectamente documentados como marcos contextuales dentro de los cuales se narran historias. En sus obras podríamos decir que suceden cosas, que se cuentas hechos y que los personajes no están inertes, sino que por el contrario, mantienen conversaciones con el público espectador, sus personajes interpelan con el público. Sus cuadros, sus dibujos y carteles pasan de la recreación estética al planteamiento fático, a base de contrastes que utiliza para contactar con el espectador o a la función referencial y descriptiva utilizada en otras ocasiones. En cualquier caso, desde su diversidad creativa, hay una cuestión clave en la obra de Tomás, y es desde los escenarios descritos, no revelan situaciones para ser simplemente miradas u observadas. Son obras para ser interpretadas y analizadas. Por otra parte, intentar ubicar en corrientes artísticas y plásticas las producciones de Tomás Fernández no es asunto sencillo; es más, yo diría directamente que no se puede hacer. Sus obras son independientes y no obedecen a modas ni a corrientes; son particulares, originales y características. Tomás se distingue por su instinto creador, por su independencia creativa y por lo icónico de su lenguaje. Comulga con una época, con sus contemporáneos; pero, en realidad, es absolutamente diferentes a todos ellos. Sus obras son fruto de su libertad de acción y de la recreación analítica con la que las construye, y de su caprichoso y desinhibido concepto plástico. Carmen Montoro Cabrera Marzo de 2018 cuarenta y ocho
cuarenta y nueve
..................................... Lรกgrimas de Poseidรณn Acuarela 50x70 cm 2017
cincuenta
cincuenta y uno
...................................................................................................... Las inocentes obejas se suicidan para encontrar descanso al fin Acuarela 50x70 cm 2018
cincuenta y dos
cincuenta y tres
El otro día recibí un mensaje, decía lo siguiente:
- ¡Canijo!: Escribe algo pa nuestro Tomás Fernández. ¡Anda!
Y aquí estoy intentando escribir algo, sabiendo que no me resultará fácil. Tratándose de Tomás yo no podía dejar de hacerlo, principalmente por dos motivos. Primero: es nuestro Tomás. Sí, él es de su familia, pero también de sus amigos, y yo me considero uno de ellos. Y segundo: tengo el privilegio y el honor, y cómo no, la suerte de ser compañero suyo en el ámbito laboral. Trabajamos juntos. En su forma de expresión con el Arte no voy a entrar... para eso están otros. Pero en su faceta humana puedo decir, sin caer en ñoñerías, que trabajar con una persona como él hace del trabajo algo más agradable, divertido y nunca aburrido. Todo eso, Tomás, lo consigues por ser como eres: buen compañero, siempre desinteresado y, en definitiva, una gran persona. Gracias por tantas cosas y tantos buenos momentos, Tomás. Tu amigo Javi Marzo de 2018
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............................... Libertad de prensa Acuarela 50x70 cm 2017
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....................................... Los amantes de Verona Acuarela 50x70 cm 2018
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OYE, NENA, YO SOY UN ARTISTA Era en 1983 cuando los Siniestro Total publican su disco “El Regreso”, en donde se recoge este tema titulado así, “oye, nena, yo soy un artista”. Es en 2018 cuando Tomás Fernandez decide regresar a las paredes tras el parón a que nos habiá sometido este espectacular galerista, ya que casi un lustro ha pasado desde que hizo su última exposición en España. Un regreso que vamos a disfrutar en el Bomborombillos con esas cuatro exposiciones , cuatro, con las que vas a vestirnos el mes de abril. . No hace falta que Tomas pregone eso de “oye, nena, yo soy un artista” en sus visitas a los bares, ni hace falta que se venda como pintor o ilustrador, escultor o dibujante, compositor de psicodélicas imágenes o realizador de extravagantes performances, ni tampoco le hacen falta carteles de ferias o carnaval; ni galerías para hecer hablar a las paredes, para ver el mar en el yeso y peces en la ardiente ciudad, para intentar descifrar una alucinación musical entre las grietas por donde un cíclope encerrado en un laberinto asome un ojo. Océanos y torres de Babel, madames,…sueños y brumas entre aviones de papel, reflejos inquietantes de una inconoclasta personalidad en un trazo tranquilo de irreverentes formas para ser espejo de una decadente realidad,… o quizás no … Y es que, sabemos Tomás, que tú sí eres un artista, un prolijo artista…Sin lugar a dudas. Joaquín Machuca Marzo de 2018
sesenta
sesenta y uno
......................................... Los seĂąores de la guerra Acuarela 50x70 cm 2017
sesenta y dos
sesenta y tres
.................................................................... Miedo al femenino Acuarela 50x70 cm 2017
sesenta y cuatro
sesenta y cinco
Sótanos que son áticos Yo he carecido siempre de la capacidad para el comercio. El proceso creativo se inicia en la cabeza y acaba en el muro; son necesarias todas las fases, desde el primer boceto mental hasta la propia exposición de la pieza. Después está el apéndice VENTAS. Y ahí está mi minusvalía; nunca he sido artista y comerciante. Por eso y por la ley natural de compensación, he desarrollado en cambio otras habilidades como el vicio creativo o la detección instantánea de la honestidad. Y eso me pasó con Tomás Fernández cuando lo conocí hace ya unos años. Después comprobé que esa honestidad se trasvasaba a su obra sin ningún tipo de filtros. Esta cualidad de la obra artística apenas ocupa un puesto de mediana importancia en las tablas más significadas de cualquier tratado de arte, pero para mí es fundamental, porque el mapa actual del arte es en su mayoría, un gran mojón conceptual y estético. Y cuando tienes delante piezas como las de Tomás, cuya narrativa es técnica y estéticamente pura, las facilidades para pasar a los planos del contenido y el disfrute son mayores. Y eso lo trae la honestidad, no la entendida como floritura de relleno para cualquier presentación biográfica de cualquier majadero mongoloide, sino la honestidad recibida con la primera cerveza que te tomas con alguien. Y esta cuestión es capital, porque hay más posibilidades de ARTE en varias rondas de cerveza que en una mañana entera en la calle Doctor Fourquet. Sobre el resto no me extenderé mucho, porque finalmente este jaleo se resume en una cuestión de emociones, y ese, es un terreno particular y privativo. Sí puedo hablarles de mí, de cómo Tomás consigue con sus piezas transformarme en ático, de cómo su gama cromática me convierte en el más alto de la calle y de cómo su revisión crítica de los asuntos me desplaza a las alturas; allí donde todo se ve con otra luz. Mario Marín González Huelva, Marzo de 2018
sesenta y seis
sesenta y siete
............................... MĂşsico enamorado Acuarela 50x70 cm 2017
sesenta y ocho
sesenta y nueve
............................ Sociedad canibal Acuarela 50x70 cm 2017
setenta
setenta y uno
LOS OJOS EN LA TOMA DE TOMÁS por Isabel Soler Conozco más a Tomás por sus dibujos que por sus conversaciones. Y los dibujos de Tomás son tomas de ayahuasca. Para quien no lo sepa, la ayahuasca es una planta sagrada y ritual entre los indígenas de varios países latinoamericanos a la que no todo el mundo puede acceder. Podrían llamarla alucinógena, pero no me lo creo, porque mientras no pierdes la conciencia de estar donde estás, ves más allá de lo que está. Eso es lo que veo en la huella que Tomás deja en un papel: que él ve mucho más lejos, ve más adentro, ve lo que una mente quiere limpiar, expulsar, devolver, comunicar, expresar, en definitiva, hablar. Él no usa la palabra para hablar, a cambio, una sola cuerda entrelazada gira y gira retorciéndose y abriendo sus entrañas para que de ella salga cualquier cosa, es una línea infinita que asemeja al giro de una pluma eligiendo la manera de dar forma a una palabra. Toda una narrativa que no acaba. Aunque también podría recordarme a El Bosco por su maraña de personajes que sufren, se distorsionan o se recomponen, yo sigo viendo las retículas serpenteantes que una planta te sugiere: a veces pesadilla, a veces luz, a veces color infinito... y siempre vida. La vida requiere trabajo, mucho trabajo, horas y horas librando luchas entre pinceles, pinturas, acuarelas, papeles y... cervezas con humo. Lo maravilloso de esto es que él siempre comparte, siempre te ofrece el resultado de su trabajo y lo hace con humor e ingenio. Facebook es la ventana que me permite asomarme a su espacio. Reconozco que, aunque lo utilizo poco, sus entradas son las primeras que miro, y en sus imágenes imagino su forma de trabajo: cómo se encierra a bucear en su imaginario mientras el rock lo acompaña, cómo bailan sus formas alimentando objetos: corazones, lanzas, relojes, alas, caballos, ojos, muchos ojos que le miran y te miran, sombreros, cascos, serpientes,... y bocas muchas bocas que te escupen, te vomitan o seducen. Sus personajes parecen sufrir en la misma medida en la que él se ríe de la vida, quizá porque la vida fuera de su mundo fantástico le importe un pito y propague con sus dibujos a todo color que todo es sexo, risa, burla, juerga y rock and roll. Pero... con mucho cariño!
setenta y dos
setenta y tres
......................................... Pueblos del Mediterráneo Acuarela 50x70 cm 2017 .................................................................................................................... Tarde o temprano tú y yo nos veremos dentro del laberinto (págs. 76-77) Acuarela 70x50 cm 2017
setenta y cuatro
setenta y cinco
Tomas Fernández, la vida un arte Lo que define la obra de Tomás Fernández es que es una obra total, que excede el lienzo para llenarlo de manera abigarrada, con un sentido castizo y bizarro, lo que confirma a un pintor de raza y carácter. Quizás lo que ocurre cuando se ve la obra de Tomas Fernández, artista plástico, provocador cultural y agitador social, es que el pensamiento entra en un estado secundario y empiezan a desarrollarse otro tipo de formas de acción. La obra de Tomás se basa en un juego de dibujos que contiene las formas de color, haciendo un mosaico total, donde las figuras se mueven en una forma de ensamblaje que recuerda más un laborioso puzle que una forma de asignación en forma de collage. En este sentido la obra de Tomás tiende a jugar con la exageración de la figuras, haciéndolas casi mecánicas, para llevar al espectador a un nivel constante de sorpresa, pero también con la idea de que se ensimismase en los detalles que todas sus obras plantean. La obra de Tomás se nutre de los elementos clásicos para llevar todo a un punto donde el tropo se hace metáfora y la metáfora símbolo. En efecto la obra de Tomás es un constante símbolo de elementos que beben de la aguas frías y espesas de los clásicos de la literatura, de la pintura y cómo no de la música contemporánea; sus dibujos bien podrían ser bustos en búsqueda de personajes y sus escenas son pequeños retablos donde se multiplican los elementos hasta convertirlo todo en una única cosa. Es verdad, la obra de Tomás es exagerada, pero a su vez mantiene un planteamiento sencillo, casi minimalista, como si fuera capaz de reducir todo a su nivel más conceptual y dejando que sean los múltiples detalles los que cierren la obra en su totalidad. Obras, que hay que decir también, son totales en un sentido cronotrópico, no hay ni un solo espacio para llegar a otra conclusión que no sea la que tiene su simple visualización. Consecuentemente nos encontramos ante una obra que es una culminación donde el proceso queda ahogado en el sistema visual. Quizás la obra de Tomás se acerque a las representaciones que hacen de los sueños los indios Huicholes, acaso a los trazos de las canciones que imaginan los aborígenes australianos, y donde lo importante es que la obra se establece como una metacomunicación, un espacio pictórico con múltiples elementos que no son sólo de orden estético, sino sobre todo de orden moral.
setenta y ocho
Una última consideración. Al artista no le gustan los currículos, las listas de datos que hablan de personajes artíficiales y alejados del trabajo callado y reposado, simplemente cree en el arte que en los genios con obra. Aún así recordar que nade en el Sur un 18 de julio de 1958, día caluroso y extraño en la historia de España. Su primera exposición fue a los 17 años, desde entonces ha estado exponiendo por toda España, parte de Europa y África, Curiosamente hasta hace 5 años en que decidió no exponer, retirarse y regresar cuando las ideas y el trabajo estuvieran en su lugar. Y tras esta larga temporada regresa ahora, renovado, revivido con la decisión de regresar a su espacio natural, la lucha cara a cara por el arte, la lucha en el barro sin miedo a mancarse, a ser otra vez pasto de las llamas, pero vivo como nunca. Por eso ver la obra de Tomás expuesta en un lugar público es un lujo, él que se prodiga en las redes, en pintar chaquetas, caretas y guitarras para los amigos, pero es celoso de su obra a un nivel –digamos– publico. Él es un gran galerista y sabe que las paredes vulgarizan la obra y la proponen en contextos ajenos y caóticos, pero esta vez ha roto esta norma para regresar con unas pinturas que son un verdadero lujo para los sentidos. Viendo la obra de Tomás colgada, teniéndola lo suficientemente cerca para observar parte del proceso constructivo, me doy cuenta no sólo es un gran dibujante, un excelente pintor, un gran amigo y lo que al final queda: enseñar que vivir es un arte. José-Luis Anta Marzo 2018
setenta y nueve
............................. Raptor de sueĂąos Acuarela 50x70 cm 2018
ochenta
ochenta y uno
............................................................. Sancho, no son molinos, son gigantes Acuarela 50x70 cm 2017
ochenta y dos
ochenta y tres
Qué deciros del “Tomás”. No puedo ser imparcial. Por motivos varios. No sé si fueron antes sus dibujos o su personalidad. Pues sí, me decanto: por su personalidad, colorida, ácida, reivindicativa y muy vitalista. Un tipo lleo de vida, alegría y color, como cada una de sus obras... Vista una y queda retratado para siempre. Filósofo, poeta y reivindicativo donde los “aiga”. Gracias por nacer, cabroncete! Ramón Figueroa Marzo de 2018
ochenta y cuatro
ochenta y cinco
......................................... Ulises y la sirena Acuarela 50x70 cm 2017
ochenta y seis
ochenta y siete
.................................................. Pecados de adulador y adulado Acuarela 50x70 cm 2017
ochenta y ocho
ochenta y nueve
La cosa del Tomás Me invitan a una muestra de Arte en la Plaza de Abastos de Jaén. Cargo la furgoneta con la Pescadería del Desierto, 600 kilómetros y montar una capilla en el templo de la comida. El Tomás (cabrón) ya había montado un puesto alucinante (6 horas alucinando): Pinturas, dibujos, proyecciones. Él oficiando vestido de negro y oro, y todas las obras interactuando entre ellas. El mar en un cajón y yo enfrente, de testigo con mis pescados. Cigarros, cervezas, arte, el mar, los piratas, más arte. 600 kilómetros de vuelta a casa con un diente de megalodonte, con la sensación de que había estado pescándolo yo. Los años han pasado y las aventuras siguen por los museos, calles y tabernas del Jaén de mis héroes. De trashumante entre La Rioja y Jaén El Tomás, en modo moto de carreras, me tiene informado con imágenes de su vida de Jaén y del mundo. Volvimos a intervenir en el mismo espacio y había problemas para encontrar locales (puestos) donde exponer. La Plaza de Abastos ya no necesita del Arte para vivir. El Arte sí necesita de la Plaza de Abastos para visibilizar otras formas de hacer y de estar. Roberto Pajares (El Pájaro) Marzo de 2018
noventa
noventa y uno
..................... Amor casual Acuarela 35x50 cm 2017
noventa y dos
noventa y tres
Sobre Tomas Fernández Recuerdo verlo por Jaén, en actos y actividades culturales y políticas. En la Sala de Arte, en exposiciones y eventos relacionados. De toda la vida en Jaén. Pero lo conocí y empecé a tratar de la mano de nuestro amigo David Martínez, que me lo presentó como artista y agitador cultural de toda la vida y lo trajo a Carchelejo, a la Casa del Carril. Delgado, fumando y lleno de ironía, con una predisposición estupenda a romper y desatar nudos que le/nos presionan y con tendencia barroca a la exaltación de la imaginación y a darnos una exuberante selección de formas y personajes que nos transportan a un mundo de fantasía nada fantasioso y lleno de color. Sus trabajos siempre me han trasladado a mundos oníricos y sensuales donde sus personajes, en toda su complejidad, nos ayudan a ver su/nuestra realidad de otra manera. Un Quijote con el que he tenido la suerte de cabalgar en varias ocasiones por este mundo de Gigantacos y Molinos de viento que nos asola. Sus colores son siempre llamadas a la insumisión continua, frente a las numerosas ruedas de molino con que continuamente algunos y algunas nos amenazan, y con las que pretenden que comulguemos. Francisco Montiel Carchelejo, Marzo de 2018
..................... Gioconda Acuarela 35x50 cm 2017
noventa y cuatro
noventa y cinco
Con esto, y un bizcocho....
noventa y seis