Noticias Tarbut Septiembre 2009

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Año V Número XV

Tishrei 5770

Septiembre de 2009

Buenos Aires

República Argentina

www.tarbut.edu.ar

colegio@tarbut.edu.ar

EDUCANDO EN VALORES HACER DEL CARIÑO UN OFICIO: ENTREVISTA A MARIO SZKLANNY pág. 21

JÓVENES SECUNDARIOS POR SANTIAGO KOVADLOFF pág. 16

CAPTURANDO EL ÉTER pág. 27

EXPRESARTE: pág. 04 CUERPO Y MOVIMIENTO

LA FIDELIDAD A LA BANDERA pág. 12


LO HACEMOS ENTRE ¿De qué hablamos cuando hablamos de educación? La pregunta no es menor cuando, en tiempos de reflexión y de análisis, comenzamos a desarrollar ideas y proyectos para el año que iniciamos.

EXPRESARTE:

CUERPO Y MOVIMIENTO AFFECTIVE – EFFECTIVE LEARNING www.tarbut.edu.ar colegio@tarbut.edu.ar

Para cualquier comentario, sugerencia o simplemente para darnos tu opinión escribinos a: noticias@tarbut.edu.ar

COORDINACIÓN DE CONTENIDO Pablo Yafe REDACCIÓN PERIODÍSTICA Pablo Yafe pyafe@tarbut.edu.ar

DISEÑO GRÁFICO Hernán Troksberg hernan@htdg.com.ar www.htdg.com.ar

Educar significa compartir, no existe la educación de uno solo. Todos los proyectos educativos modernos nos remiten a las formas y al fondo de cómo hacer que el proceso de aprender y enseñar sea el más interactivo posible. El desafío es entonces, cada vez mayor. No alcanza con saber, ni siquiera con saber transmitir. Debemos aprender, especialmente los que enseñamos, a escuchar y a dialogar. En ese marco, una institución educativa debe caracterizarse por hacer del compartir (conocimientos, experiencias, valores y vivencias) la razón de su tarea cotidiana. Debemos desprendernos, en ese instante, de la idea de una verdad absoluta para buscar los caminos adecuados que permitan descubrirla entre todos. Es en este proceso que la tecnología debe ser aprovechada para ampliar nuestros horizontes, permitiendo el intercambio de conocimientos con otros y para otros, tal como se ha estado desarrollando de forma progresiva durante los últimos 10 años.

Bajo la custodia de un principio rector que postula: “lo hacemos entre todos”, el Colegio Tarbut, desde sus orígenes, es un paradigma institucional que ha dado lugar para que cada uno de nosotros no sólo desarrolle sus actividades con absoluta libertad, sino que también pueda ejercer esta misma con un enorme compromiso personal. No fue un año sencillo el que hemos transcurrido, ni a nivel mundial ni en nuestro país en particular. La crisis financiera internacional determinó nuevos marcos de relación que el mundo está tratando de aprehender. Para hacer frente a esta situación la educación debe mantener sus principios básicos, seguir persistiendo en el compartir, en el trabajar en conjunto y en ver al futuro con optimismo, que más allá de situaciones coyunturales, será siempre mejor que el pasado, gracias al propio legado que nuestros mayores nos han inculcado. En ese proceso lento pero continuo de mejoras y crecimiento, el año que termina ha sido sumamente positivo para el Tarbut. Desde lo educativo hemos consolidado la escuela intermedia, lo que implicó no sólo un cambio de nomenclatura sino de procesos de enseñanza y aprendizaje: convertir al alumno en estudiante. La gripe A fue otro desafío central, que como toda crisis puede ser convertida en oportunidad. Para permitir que todos nuestros alumnos trabajen en forma ininterrumpida en nuestra plataforma virtual, hemos

EL VALOR DE LAS LENGUAS NOS HACEMOS GRANDES… EL ARTE DE UN LEGADO

LEJANOS EN TIEMPO, CERCANOS EN SENTIMIENTO

LA FIDELIDAD A LA BANDERA

IMÁGENES

KABALAT HATANAJ SEAMOS UN EJEMPLO VIVO


TODOS cambiado el servidor para dar mayor amplitud y aceleración a los encuentros de docentes y alumnos interactuando online. Y en esta línea, la decisión de equipar tecnológicamente a cada alumno de 7mo grado en su pasaje al secundario se vio necesariamente adelantada. El nivel secundario sigue mostrando que, a través la de evaluaciones internacionales, ubican a nuestro colegio en uno de los niveles más destacados de la educación secundaria Argentina: el desafío de que todos nuestros alumnos pasen por la experiencia de los exámenes IB ha dejado de ser un desafío para convertirse en próspera realidad. De igual manera, nuestro quinto grupo de estudiantes ha viajado a Marcha por al Vida, lo que permite afirmar que dicho proyecto, central en la formación judaica, también se ha consolidado. El nivel inicial es un claro reflejo de lo que ha implicado la alta tasa de crecimiento del alumnado. Este año los contamos con 1360 alumnos en todos los niveles, pero con un crecimiento aún mayor en el jardín nos augura un futuro promisorio. Pero todo crecimiento necesita de reinversiones, tal como el Tarbut lo viene realizando en sus casi 50 años de vida. Este año se puso el acento en la mejora del segundo piso de la primaria y se construyó un “Moadón” para los alumnos de la escuela Intermedia. La compra del departamento en la sede de Belgrano permitió poner dicho espacio en condiciones para tener un

FORMAR A UN “OTRO”

JOVENES SECUNDARIOS EDUCAR EN SANA COMPETENCIA RITUAL Y VALOR. O DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA

EDITORIAL SEPTIEMBRE aula más, espacio para maestros y una oficina. Quedan enormes desafíos. Como expresé en otra oportunidad, el Colegio Tarbut deber ser un Colegio judío, de alta calidad e inclusivo. Ello implica en este tercer aspecto que ninguna de las familias que quieran estudiar en esta institución deba quedar afuera. Para ello debemos seguir trabajando. Aún más, la educación judía argentina, más allá de las diferencias (necesarias y enriquecedoras) deberá aprender a compartir, a trabajar como una gran comunidad que permita a las propias instituciones a aprender de sí mismas y de las instituciones hermanas. En ese sentido el Colegio Tarbut tiene mucho para dar y porque no, mucho para recibir.

Jag Sameaj y Jatimá Tová Roberto Dvoskin Dir. Ejecutivo Colegio Tarbut dvoskin@tarbut.edu.ar

ENTREVISTA A MARIO ZKLANNY CAS-TZEDAKÁ AULAS VIRTUALES EN TARBUT

CAPTURANDO EL ÉTER

“SIN LA MÚSICA, LA VIDA SERÍA UN ERROR” EL TEATRO, UNA FORMA DE VER LA VIDA SER ÚNICOS TALLER DE SEXUALIDAD PARA 8VO. Y 9NO.


EXPRESARTE EN EL NIVEL INICIAL:

Cuerpo y Movimiento Jaia Lebobits Coordinadora Nivel Inicial mail@tarbut.edu.ar

El Proyecto “EXPRESARTE”, caracteriza y distingue al Nivel Inicial del Colegio Tarbut. Es un proyecto que se desarrolla desde hace ya 9 años y atraviesa a todo el nivel.

Liat Kurland Coordinadora Nivel Inicial lkurland@tarbut.edu.ar

Propone e invita a aunar las ideas y propuestas de cada una de las sedes del jardín, en una misma línea de trabajo, orientada hacia la actividad creadora y el desarrollo integral de las diversas manifestaciones del arte. Desde su creación, el objetivo central siempre ha sido conjugar los procesos de aprendizaje y las producciones de cada unos de los niños y niñas, con el arte y sus diferentes expresiones. Así, cada año, varía la temática, pero el eje que comanda el pensar y el hacer, continúa siendo siempre la expresión y la creatividad. Además, este proyecto posee un valor agregado a destacar, un plus que propone al plantel docente no sólo como transmisores sino también como gestores del mismo, ya que los anima a participar de un Concurso y Capacitación que hemos dado en llamar “De docentes para docentes”. A través del mismo, se elige el proyecto a realizar por todo el jardín. Porque creemos en la experiencia y capacidad de nuestros docentes; porque además consideramos sumamente valioso el compartir saberes e ideas; y porque el trabajo en equipo es un objetivo siempre presente, desde hace ya 4 años, este concurso tiene vigencia y es considerado una instancia preciada por todo el equipo de jardín. Este año, el tema seleccionado “Cuerpo y Movimiento”, surgió como resultado de la votación del plantel docente. Dos equipos de trabajo, tomaron el desafío y presentaron proyectos de gran calidad, manifestando un alto compromiso para con la propuesta. Los equipos se conformaron por:

-EXPRESARTE CON TU CUERPO-KIDS IN MOVEMENT”: Sabina Kobrinsky y Miriam Gurevich. -CUERPO Y MOVIMIENTO: Jorge Ronayne y Sebastián Marquez. Resultando elegido, este último. La tutora que acompañó a ambos equipos ha sido la reconocida Prof. en educación y expresión corporal Ana María Porstein y hemos contado con la evaluación de un jurado de gran prestigio, conformado por la Lic. Delia Azerboni, Regente del Profesorado de Nivel Inicial, “Sara Ecleston” y los Directores Departamentales del Colegio Tarbut (Alex Kurland-Arte, Carlos Payeras-.Educación Física- y Liliana CánepaCiencias) Nos encontramos a días de la Apertura de este “EXPRESARTE CUERPO Y MOVIMIENTO”, ya listos para sumergirnos en el escenario de la creatividad, imaginación y en la profundización de un área artística expresiva. ¿Por qué el cuerpo? ¿Cuál es su importancia en el Nivel Inicial? Podríamos definir la corporeidad como una propiedad, un sentir que nos permite comprender nuestro propio cuerpo en sus particulares manifestaciones y en su evolución, una construcción permanente que se produce a lo largo de toda la vida. Nacemos con un “organismo” y el concepto de corporeidad se irá construyendo y moldeando en relación a los otros. En primera instancia en contacto con las figuras parentales y posteriormente con otros adultos y pares. El esquema corporal, enmarcado en esta concepción de corporeidad resume la propia historia corporal de nuestros alumnos; estos no sólo llegarán a manejar y conocer sus propios

cuerpos, sino que también se relacionarán con las personas y los objetos que los rodean hasta llegar a organizar su propio mundo. Nuestra tarea como educadores es ofrecer experiencias a los niños y niñas que les permitan ampliar y profundizar los conocimientos sobre si mismos propiciando instancias de aprendizaje significativo y creativo. Abordemos el concepto de movimiento. En nuestra vida, casi todo es movimiento .En lo que concierne a la etapa evolutiva, nos encontramos con niños y niñas inmersos en un universo relacional, ávidos por conocer y aprender con una necesidad interna hacia la actividad física. Nuestros alumnos y alumnas sienten gran placer por el movimiento mismo, un placer que implica comunicarse con el otro, establecer un contacto. Nuestro desafío será ofrecer propuestas y estímulos de movimiento creativo, que se sustenten en la búsqueda de sensaciones placenteras ante los descubrimientos personales y transformadores. Expresarte – Cuerpo y movimiento es un punto de llegada al que arribamos después de haber transitado un camino que suma puentes y une conocimientos. A su vez es un punto de partida, una invitación a recorrer nuevas experiencias y aprendizajes.


Affective – effective learning “Learning is a matter of attitude, not aptitude.”

“Aprender es una cuestión de actitud, no de aptitud.” De la frase del Dr Georgi Lozanov se desprende que aprender en general, e incorporar un idioma en particular, se relaciona no solamente con el aspecto intelectual de los individuos sino con considerar a cada alumno como a un todo, como una integralidad entre mente, emoción, cuerpo y espíritu. El clima que se genera en una sala o en un aula es un factor primordial que puede tanto promover como inhibir el aprendizaje. La actitud ideal y necesaria para aprender inglés en cualquier nivel, especialmente en el Nivel Inicial, se logra creando un ambiente confiable, asegurando que las condiciones que rodean a los niños les sean familiares, es decir, que no les re-

presenten ninguna amenaza o sorpresa inesperada. Se consigue trabajando contenidos que los motiven e incentiven a participar, cantar, dramatizar y jugar en un medio lleno de estímulos sensoriales. Se obtiene manteniendo alta su autoestima, potenciando sus capacidades y conociendo cómo aprende cada uno de ellos. Las clases en donde los aspectos afectivos y actitudinales se tienen en consideración son las más efectivas para generar una experiencia educativa exitosa y agradable con la segunda lengua. Las “teachers” de Tarbut son quienes generan el vínculo de afecto y confianza que funciona como nexo entre los chicos y la lengua. El éxito del aprendizaje del inglés no depende tanto de

los materiales y las técnicas que se aplican como de lo que sucede en la clase, por un lado, entre los actores del hecho educativo y, por el otro, en el interior de cada una de esas personas, tal como enuncia el Dr Earl Stevick: “La empatía que surge de las relaciones humanas en la sala o en el aula aseguran la calidad de la comunicación y el desarrollo personal ambos indispensables para el aprendizaje afectivo-efectivo del idioma, the affective-effective learning of a language”.

Vickie Krauss Coordinadora Nivel Inicial vkrauss@tarbut.edu.ar


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NIVEL NICIAL

Lejanos en tiempo, cercanos en sentimiento

“Recordar” del latín recor-dis Volver a pasar por el corazón

Los relatos bíblicos conforman una parte de los contenidos judaicos que se abordan en el Nivel Inicial, en las salas de 5 años. El marco elegido para desplegar la magia y el contenido de los relatos bíblicos es el del Kabalat Shabat. Cada viernes, después de encender las velas, una nueva historia nos espera. Empezamos con Abraham, el primer judío, quien debe decidir entre permanecer junto a su familia o partir a Eretz Cnaan, la tierra que Dios le prometió. En los relatos, los personajes atraviesan situaciones comunes, situaciones de la vida cotidiana que se mezclan con diferentes emociones; la pelea entre hermanos, los celos, el enojo, la envidia y el amor. En un primer momento, los chicos entienden que estas situaciones les son ajenas, les suceden a los otros, a Eisav y Iaacov; a Iosef, Rivká y Rajel. Luego de conocerlos y jugar con los chicos a “ponernos en los zapatos de estos perso-

najes”, nos preguntamos: ¿qué harían ustedes? Los chicos se comprometen opinando y dando su punto de vista; comienzan a identificarse con personajes tan lejanos en el tiempo y, aún así, tan cercanos en sus sentimientos. Los chicos escuchan con atención, asombro, emoción y ternura cada relato. Disfrutan al ver crecer a cada personaje, comprendiéndolos en su manera de actuar o discrepando frente a una decisión. Terminamos cada historia dejando una puerta abierta para descubrir la siguiente, lo que les genera mucha expectativa por saber y conocer que va a pasar en el capítulo que narraremos el próximo viernes. Como morá, cada uno de estos encuentros me da mucho placer. Aprendo de cada reflexión de mis alumnos y me sorprendo ante cada interrogante que surge. Disfruto al contar cada historia, la historia del Pueblo Judío, nuestra propia historia, mi propia historia. Shoshi Kleinman ickleinman@tarbut.edu.ar


Relatos Bíblicos que llegan al corazón Material de alto valor educativo para introducir a los niños en los relatos bíblicos. Un lindo regalo para nietos, sobrinos y amigos que no estudian en Tarbut... Adquirí tu ejemplar en el C.R.M (Centro Recursos Múltiples) Sede Olivos .


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IMÁGENES

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EL VALOR DE LAS LENGUAS El multilingüismo es una realidad insoslayable en los tiempos que corren. Los idiomas son el reflejo de nuestra diversidad en cuanto a identidad y cultura y nos ayudan a comunicarnos. El conocimiento de lenguas extranjeras es muy valorado socialmente y, por supuesto, contribuye a la mejora de nuestras vidas desde todo punto de vista ya que nos permite acceder a otras culturas, valores, perspectivas y nos da acceso a nuevas fuentes de información. Dos espíritus bien diferenciados guían la enseñanza del hebreo y del inglés en nuestro Colegio. Con el primero se persigue reforzar la identidad de nuestros alumnos y con el segundo que cuenten con una herramienta indispensable para moverse en el mundo globalizado. El dominio de varios idiomas nos permite ejercitar nuestra mente, comunicarnos con más gente, disfrutar más al viajar, insertarnos mejor en el mundo laboral y enriquecernos como personas. En ello radica la importancia de fomentar y trabajar a diario para que nuestros alumnos aprendan ambas lenguas. La comunicación en el mundo se encuentra en constante transformación y factores como la

ESCUELA INTERMEDIA

tecnología, los movimientos demográficos, la formación académica en el exterior y la inserción laboral entre otros, están generando cambios importantes en el panorama lingüístico del mundo. Aprender diversas lenguas a una edad temprana ayuda a desarrollar habilidades. Son mucho más que palabras. Es la posibilidad de comunicarnos con otros, de explorar mundos nuevos y de aprender de y con otros. Las disertaciones y foros sobre el multilingüismo están siempre vigentes y es éste un tema de permanente discusión en el ámbito educativo por parte de lingüistas, pedagogos, maestros, sociólogos y psicólogos entre otros. En Tarbut buscamos que nuestros alumnos estén expuestos a situaciones reales que les permitan ejercitar los aprendizajes y disfrutar de los mismos. Para ello llevamos adelante proyectos que les permitan usar las lenguas y comprobar día a día la utilidad de las mismas. Es en este marco en el que organizamos diferentes actividades para que los chicos puedan desarrollar sus destrezas lingüísticas como puentes de comunicación.

Nuestros alumnos manejan las tres lenguas, castellano, hebreo e inglés tanto en la tarea cotidiana con sus maestros como en las actividades especiales que llevamos a cabo a lo largo del año. En el área de hebreo incorporamos este año a una docente israelí cuya lengua materna es el hebreo y que trabaja con los chicos a partir de 4º grado. Tercer grado recibió visitantes de una escuela de Melbourne, Australia, con quienes intercambiaron cartas, fotos e información de chicos australianos del Pascoe Vale South Primary School. Los alumnos de 5º grado participan todos los años de un “immersion programme”. Pasan tres días en una estancia con “native speakers” de Irlanda, Nueva Zelanda, U.S.A., Inglaterra y Australia con quienes juegan, trabajan e interactúan desde el desayuno hasta la hora de irse a dormir. Estamos convencidos que con este tipo de propuestas que llevamos a cabo diariamente en la escuela, logramos que nuestros alumnos aprendan y disfruten al hacerlo. Lilian Krieger Vicedirectora Nivel Primario p_lkrieger@tarbut.edu.a

NOS HACEMOS GRANDES…

Una tarde de abril…un grupo de chicos sentados sobre mesas, sobre el suelo, en círculo…sonrisas nerviosas, miradas cómplices, cuchicheos al oído…preguntas y respuestas, dudas y asombro, más preguntas y más respuestas….

Esta escena, que bien podría haber tenido lugar en un campamento, es la imagen que rescato al traer a mi memoria el encuentro que los chicos y las chicas de 7mo año de la Escuela Intermedia tuvieron, en el aula, con sus docentes de Ciencias Naturales como cierre del proyecto “Nos hacemos grandes…la Pubertad”. Este proyecto comenzó el año pasado y está basado en la necesidad de acompañar a los chicos en el tránsito de esta etapa tan cargada de cambios, no sólo físicos sino también emocionales. Así, en el marco de Ciencias Naturales, los alumnos comenzaron conociendo la conformación de los órganos reproductores de su cuerpo, tuvieron acceso a información científica y debatieron acerca de sus emociones. Afiches con dibujos, graffitis y collages hechos por los chicos que inun-

dan los pasillos del segundo piso quedaron como fieles testigos de sus sensaciones, sus miedos y sus vivencias. Nuestros chicos viven en una época en la que la globalización, la información y los medios de comunicación los acercan cada vez más rápido al mundo adulto. La escuela no puede quedar afuera y permanecer como un espacio cerrado y ajeno a las necesidades de sus integrantes más importantes. El colegio Tarbut, fiel a su estilo innovador, está un paso por delante y se ocupa junto con su equipo docente de formar y acompañar a los chicos en esta aventura tan maravillosa que es crecer. Patricia Laura Alberico Equipo de Ciencias Naturales Docente E. Intermedia - E. Secundaria p_palberico@tarbut.edu.ar


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En el marco de la materia Historia Judía, junto con los alumnos de 7º de la Escuela Intermedia realizamos el cierre del tema Shoá.

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Afiches ganadores Categoría I: “La Shoá” 01. 7ºC: Sofìa Rypinski / Axel Kosoy 02. 7ºD: Laila Weil / Jonás Kizlansky 03. 7ºB: Natasha Schmukler / Yael Ponieman / Simón Montagnoli 04. 7ºA: Santiago Papier / Alejo Rusak Categoría II: “El mundo hoy” 05. 7ºC: Valentina Schuchner / Gabriel Korz 06. 7ºD: Michelle Sedler / Jonathan Katan 07. 7ºA: Alan Faerman / Nicolás Mor 08. 7ºB: Natasha Schmukler / Yael Ponieman / Simón Montagnoli

EL ARTE DE UN LEGADO A lo largo de un año trabajamos sobre este tema, estudiando los aspectos históricos de la época de la Shoá, conocimos cómo vivían los judíos en los ghettos, cómo eran trasladados a los campos de concentración y exterminio, escuchamos los testimonios de sobrevivientes y compartimos los relatos de quienes viajaron a Polonia recientemente. Pudimos aprender acerca de la importancia de la solidaridad hacia el prójimo, viendo cómo algunas personas no judías, a quienes se honra con el título de “Justos entre las Naciones”, arriesgaban sus vidas para salvar a los judíos perseguidos por el régimen nazi. Conocimos la importancia de mantener las tradiciones legadas por nuestros antepasados. Aún en situaciones extremas, dentro del hacinamiento de un ghetto o en un terrorífico campo de concentración, el encendido de una vela de Shabat, real o virtual, el rezo del “Shemá Israel”, daba fuerzas a quienes no las tenían. También aprendimos sobre el valor de la vida por sobre todas las cosas, la importancia de rescatar los valores humanos ante cualquier otro interés. Vimos películas, escuchamos canciones, leímos biografías. Pero por sobre todo, cada uno pudo aprender algo nuevo, que lo llevará siempre dentro suyo: la grandeza de nuestro pueblo, al que una vez más quisieron exterminar y una vez más no pudieron. Quizás las tradiciones que nos legaron y que nosotros transmitiremos ayudaron a que

hoy sigamos adelante. Y como cada chico tiene algo para manifestar, realizamos un trabajo en el que el arte y la expresión escrita fueron las habilidades elegidas. Los alumnos fueron divididos en parejas. Ellos debían diseñar dos posters, uno sobre la Shoá y otro sobre el mundo actual. Además redactar una carta destinada a un sobreviviente, a la ONU o a una editorial de un diario. Invitamos a dos profesores del área de Artes Visuales del nivel secundario para que asesoren acerca del diseño de un poster. Además contamos con el acompañamiento de los alumnos de 11º año del nivel polimodal del colegio, quienes a su regreso del viaje de “Marcha por la Vida” pudieron aportar sus conocimientos y sus sentimientos desde las vivencias que tuvieron. Compartieron tres encuentros que enriquecieron la actividad y la experiencia personal de todos. A lo largo de cuatro semanas de trabajo el resultado son 50 pares de posters y 50 cartas. Convocamos a docentes del Colegio para conformar un jurado y seleccionar 8 posters que serán impresos y los alumnos premiados recibirán una mención dentro del ámbito escolar. No hay duda que en la historia del hombre no ha habido época más terrible que la Shoá. No hay duda que la Shoá fue la peor época para nuestro pueblo. No hay duda que el hombre dejó de ser hombre al permitir estas atrocidades. Estamos convencidas que después de estudiar

esta parte trágica de la historia, la importancia de la solidaridad, igualdad y respeto al prójimo, son los aprendizajes que pondrán en práctica nuestros alumnos en sus vidas cotidianas. Y en estos días de Iamim Noraim, nos parece acertado realizar un balance con los chicos. Realizando esta actividad, compartiendo con sus pares los sentimientos que despertaron en cada uno las diversas actividades que realizamos en torno a este tema, cada uno pudo manifestar, de manera gráfica, textual o verbal, lo que produjo en sí aprender sobre la Shoá. Estos días son los Iamim Noraim, los días terribles. Y hablamos del balance interno, de autoevaluación, de tolerancia, igualdad y comprensión; de mitzvot que hay que cumplir. Creemos que nuestros alumnos han entendido la importancia de respetar y hacer que se respeten estos valores para una sana convivencia entre las personas. Jatimá Tová!

Lea Paley – Jaguit Schnitman Docentes Estudios Judaicos Escuela Intermedia p_lpaley@tarbut.edu.ar jschnitman@tarbut.edu.ar


HITOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE NIVEL PRIMARIO 11

LA FIDELIDAD A LA BANDERA

UN COMPROMISO MÁS SERIO DE LO QUE PARECE

En nuestro Primario, cada unidad de trabajo en las aulas es un recorte con sentido. Por eso, fue necesario entender que prometer fidelidad a la bandera era mucho más que un momento emocionante. Prometer fidelidad a la bandera era comprometernos con lo que ella simboliza para nosotros, como futuros ciudadanos de nuestro país; conocer su historia, su geografía, la importancia de pertenecer a una sociedad, conocer derechos, obligaciones, reconocer diferencias sociales. En este marco, trabajamos con los “Derechos del niño” declarados en 1959, que hoy, 50 años después, no se cumplen para todos. De los derechos que se enuncian para resguardar las necesidades básicas de los chicos, nosotros elegimos el derecho a la educación. Porque pensamos que una buena educación hoy, permitirá un futuro más justo. La educación nos permite entender, conocer y elegir; tener mejores oportunidades, trabajar y acceder a una vida más digna; desarrollarnos como personas y como ciudadanos. En el barrio de Barracas, en la villa 21-24,

se encuentra el Polideportivo de San Blas, un enorme galpón con lonas que cubren los huecos de las ventanas. Allí se realizan diferentes actividades organizadas por distintas agrupaciones con ayuda de los vecinos del lugar. Amautas, es una de estas agrupaciones y trabaja cotidianamente para que en el polideportivo haya apoyo escolar, computación, alfabetización de adultos y un comedor infantil durante la semana. Está integrada por un grupo de estudiantes universitarios y jóvenes profesionales que brindan su tiempo y su esfuerzo para ayudar a otros. Nosotros también tuvimos la oportunidad de compartir nuestro tiempo y nuestro trabajo con ellos. Nos pusimos en contacto y vinieron a visitarnos algunas de las jóvenes que ayudan con el apoyo escolar. Había muchas preguntas para hacer y la visita despertó gran interés en los chicos. Fue increíble ver la sensibilidad y el compromiso con el que se manejaron en todo momento. Preguntaron y escucharon con atención, y todo lo escuchado nos llevó a reflexionar, a expresarnos sin miedos, a compartir sen-

timientos. Nos enriquecimos muchísimo como grupo y como personas. Nosotros también visitamos el lugar, llevamos propuestas pedagógicas y trabajamos en el apoyo escolar. Filmamos para que nuestros chicos pudieran conocer realidades tan distintas a las propias. Nuestra intención es que nuestros alumnos aprendan valores fundamentales como la solidaridad, la generosidad, el esfuerzo y el compromiso, el no discriminar, el tener en cuenta al otro, el poder reconocer y reconocerse en las diferencias. Este proyecto también tuvo una finalidad. Lo recaudado a través de la merienda patriótica de la campaña de Tzedaká, fue utilizado para comprar la totalidad de las ventanas del lugar, mejorando notablemente sus condiciones de tarea. Es un orgullo ver cómo nuestros alumnos participan activamente y muestran un entusiasmo especial cuando son convocados para colaborar con temáticas de tinte social. Carina Lerech Coordinadora Nivel Primario clerech@tarbut.edu.ar Equipo docente de 4º año


NIVEL PRIMARIO 13

LA IDENTIDAD JUDEO-ARGENTINA

NIVEL PRIMARIO 13

EL VALOR DE LA TRANSMISIÓN:

KABALAT HATANAJ En nuestros hogares hay siempre un Tanaj. Que perteneció a nuestros abuelos, padres, que compramos en Jerusalem, o que recibimos cuando niños. Un Tanaj, el Tanaj. Pilar del pueblo judío. Fuente privilegiada y radical para la cultura judía, para la vida. El Tanaj es un compendio que nos ofrece textos históricos, poéticos, cuentos, refranes, cantos, leyes. Escrituras que nos revelan una concepción del mundo, del hombre, de la historia; y nos enseña un camino posible para ser en el mundo, a través de pautas, mitzvot, ejemplos. Es un legado que asume y transmite cada generación. Asume, transmite y recrea. Pues de eso se trata: la tradición supone conservar la esencia y la posibilidad de recrear el judaísmo en cada lugar, en cada momento. Mantener ese legado y transmitirlo, interpretarlo, renovarlo. Ya desde el jardín, escuchan nuestros alumnos los Sipurei Hamikrá, renovados ahora en “Lev sipurim, 32 RB, Relatos Bíblicos que llegan al corazón”, fruto de la experiencia y tarea de profesionales de Nuestro Colegio. En los primeros años del colegio primario aprenden entusiasmados las historias de Bereshit (Génesis) y conocen a personajes que les ofre-

“Este mandamiento que hoy te prescribo no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance… la palabra está muy cerca de tí.” (Devarim 30: 11- 14)

cen sucesos imbricados en nuestra tradición. Los chicos de tercer grado reciben de sus abuelos, padres, maestros, año tras año, el Tanaj. En un encuentro siempre festivo y comprometido, como ocurriera en el desierto, a poco de la salida de Egipto. Shavuot es en Tarbut, sobre todo, Matán Torá, la entrega de la Torá. Este año, 2009, nuestros alumnos de tercer grado recrearon escenas bíblicas convertidas en películas, en lo que fue el “Festival Eretz Cnaán”. Cantando, bailando y actuando los personajes que protagonizan capítulos de nuestra tradición, de la fuente judaica por excelencia, de nuestro acervo milenario. Kabalat Hatanaj es una instancia de aprendizaje, una etapa en la vida de los chicos que pretendemos resulte un señuelo en su historia personal y en su formación. Tras una actuación simpática, prolija, lograda y comprometida, cada chico se acercó a su familia, recibió de manos de sus padres, el Tanaj. Y no sólo eso. Una dedicatoria personal que ellos les escribieron, para que cada uno acepte el legado colectivo, pero que también es particular de cada uno. Significados compartidos traducidos, en la portada de cada Tanaj, a las palabras y emociones que cada familia eligió para ese momento y para legar

a sus hijos el Libro de los Libros que los acompañará a partir de ahora y para siempre. Palabras de abuelos y padres, lágrimas y sonrisas, palabras de afecto y compromiso tiñeron de emoción la velada. Para finalizar, los chicos de tercer grado volvieron al escenario, cada uno con su Tanaj en la mano, y bajo una inmensa bandera de Israel, devenida en Talit, compartimos el “Shehejeianu”, disfrutando poder compartir entre todos los presentes ese momento iniciático en la vida de los niños. De allí en más el Tanaj será indispensable en los años escolares, para conocer, también en el secundario, historias épicas, de amor, de abandono, de poder. De allí en más el Tanaj los acompañará en la vida. Será parte para siempre del acervo de cada uno. Como un valor que trasciende lo textual y se inscribe en la biografía de todos para continuar haciendo del judaísmo un amplio colectivo en el que el Tanaj es la fuente inagotable de valores y emociones que ocupan un lugar privilegiado en la biblioteca, la familia y el pueblo todo. Ruti Jarmatz Coord. Estudios Judaicos - Nivel Primario rjarmatz@tarbut.edu.ar


Seamos un ejemplo vivo Entre los maravillosos relatos del Talmud, existe uno (Shab. 31 a) que me conmueve cada vez que lo releo porque encierra una sabiduría profunda y quizás, a mi modo de ver, el quid de la esencia judía. Allí, leemos que un hombre gentil quiere convertirse al judaísmo y acude al famoso sabio Shamai (50 a.e.c. – 30 e.c.) jefe de la Corte Suprema de la época (Av Beit Din) y maestro de grandes discípulos. El hombre exigía para su conversión que el sabio le enseñara todo cuanto encierra la Torá en un tiempo mínimo, o citando literalmente la expresión talmúdica… “en el tiempo en el que se puede permanecer parado en un pie”. Shamai que era conocido por sus posiciones inflexibles y severas, de principios firmes, y riguroso en la búsqueda de la verdad rechazó categóricamente al postulante. El gentil se dirigió entonces con la misma propuesta a Hilel, el otro gran maestro que conformaba junto a Shamai, el dúo (Zugot) de sabios más prestigioso de Babilonia y quien fuera presidente del Sanhedrín por esos años. Hilel, por el contrario, aceptó la petición del hombre y le dio una respuesta: “No hagas a tu prójimo lo que te disgusta que te hagan a ti, ésa es toda la Torá, lo demás son comentarios”. Hasta aquí podríamos decir que el prosélito se salió con la suya y el sabio, conocido por su afán de acercar a la gente a la Torá, su afabilidad, paciencia y humildad, encontró las palabras justas para ser oídas por el interlocutor. No obstante, Hilel no se quedó con estas palabras… A continuación expresó: “Ahora, ve y estudia”. Un primer análisis nos lleva a dilucidar cómo funcionaron dos escuelas contemporáneas de judaísmo hace aproximadamente dos mil años, lideradas por dos sabios disidentes entre sí (Beit Hilel y Beit Shamai), con hermenéuticas propias que permitieron que cada uno de ellos y posteriormente sus discípulos interpretaran la ley según su visión. Es interesante ver cómo en los siglos de conformación del Talmud, tanto en Jerusalén como en Babilonia, en las escue-

las de los sabios se debatía, se argumentaba, se cuestionaba y abundaban los enfrentamientos intelectuales tendientes a enriquecer la vida judía. En cuanto a la enseñanza de Hilel, eso nos lleva hacia otro lugar… hacia lo que yo llamo la “esencia”. El maestro supo seducir al “judío potencial”, le dio lo que quería: un único principio fundamental, excelso, eso que algunos años después buscarían los filósofos griegos. Y se lo puso aún más fácil, lo expresó por la negativa… simplemente: abstenerse. Pero lo profundo vendría después: “Ahora, ve y estudia”. Eso es el judaísmo: Estudio. ¿Quieres saber de qué se trata? Ve y estudia. En la misma página del Talmud, en boca de Rabá se dice: “Cuando un hombre es llevado a juicio, lo único que se le pregunta es: ¿fijaste un tiempo para el estudio? Y esa es la clave. Si bien fuimos apodados como “el pueblo del libro” el mérito no fue el de venerar al objeto libro/Torá, sino la cualidad de haber desarrollado pensamiento en torno de ella, de haber buscado matices en su interior, interpretaciones y reinterpretaciones sin agotarlas. “El legado de un pueblo -nos dice el prof. Efraim Urbaj, de la Universidad Hebrea de Jerusalén- no se equipara a una herencia transmitida por la mera voluntad del testador; por el contrario, se adquiere a través del esfuerzo y del estudio. Del mismo modo que todo hombre está obligado a estudiar y a profundizar el legado por él recibido, toda persona que está en condiciones de enseñarlo, debe ocuparse de ello. El futuro del acervo judaico, depende en el presente al igual que en el pasado, del estudio y de la profundización”. El sociólogo polaco Zygmunt Bauman describe aspectos de nuestra sociedad contemporánea, -modernidad en sus palabrasdominada por la fragilidad de los vínculos humanos, la especulación en las relaciones que entablamos a partir de términos: costo – beneficio y en general, grafica to-

dos los cambios acaecidos por estas épocas como procesos de licuefacción. Su famosa metáfora del amor líquido, el trabajo líquido, etc. Todo pareciera fluir, nada perdura, nada queda atado al tiempo sino que todo se desplaza, se derrama, se escabulle… Estos mismos conceptos podemos trasladarlos a los marcos escolares y universitarios, al ámbito del conocimiento y del estudio. Pareciera que vivimos momentos en los que se premia lo efímero, lo banal, lo superficial. Se eligen carreras por la utilidad de la misma, se planifica “diversión” en las escuelas ya que eso es lo que atrae, se merma la exigencia para que los estudiantes no “sufran” o no se quejen. Nada más lejano al judaísmo que estos conceptos postmodernos. El valor del estudio, el esfuerzo, la dedicación constituyen y han constituido siempre la mayor ambición para nuestros ancestros y ése es nuestro mejor “capital”. Próximos a celebrar un año más en el cómputo simbólico de la Creación del Universo y queriendo profundizar, en esta oportunidad y a través de esta revista, en la educación de valores, les propongo, estimados lectores, que arranquemos este 5770 con un compromiso de estudio de parte de todos los adultos que conformamos esta comunidad educativa: padres, abuelos, docentes. Seamos ejemplo vivo para nuestros pequeños y jóvenes adolescentes y destinemos parte de nuestro futuro tiempo real, a seguir formándonos y cultivándonos para hacer de nosotros mejores judíos, mejores ciudadanos, mejores personas. ¡Shaná Tová para todos! Norma Goldman - Directora Nivel Secundario ngoldman@tarbut.edu.ar


PARA REFLEXIONAR 15

Formar a un “Otro” Alumno viene de alimento. Viene de cría, viene de algún lado, sigue viniendo. La raíz es la misma que en adulto: viene creciendo. Adulto es el que ha crecido y alumno es movimiento, es tiempo, es proceso, es sin llegar a ser. Es lo que tiende, es lo que vive, es lo que busca. Hay una etimología popular que lo asocia con lo falto de iluminación. Pensarlo como ausencia de luz es pensar que la luz y la oscuridad son escindibles, separables, abismables; es pensar que los ojos no ven en la tinieblas. Toda etimología es interpretación, y sin embargo hay luz porque es oscuro. O hay luz incluso en lo oscuro. O por lo menos, hay mirada. Sócrates lo sabía cuando pensaba la docencia como mayéutica, como guía para un parto. Inducir al alumno, como en la labor de las parteras, a que encuentre su propio conocimiento. El saber no se extrae, no se coloca, no se acumula: el saber se inspira. Todos somos luz y oscuridad porque todos somos carentes. Y sí, según Platón, el amor es la búsqueda de un faltante, entonces mientras haya falta, habrá amor. Nadie ama para llegar hasta algún lado. Sólo nos despertamos a la mañana siguiente y seguimos amando. Nadie se alimenta para llegar hasta un punto final, sino que el alimento se renueva cada día. Otra vez la comida, otra vez la necesidad de encontrar, que se devela en necesidad de buscar. No se trata de buscar para encontrar, sino de buscar por el valor mismo de la búsqueda. Es que si alumno proviniera de falto de luz o del que espera ser iluminado o del que cree poder iluminarse, de nuevo, el conflicto se vuelve la lucha por el color del cielo. ¿Es celeste, es

Darío Sztajnszraber Profesor de Filosofía - E. Secundaria dsztajnszrajber@tarbut.edu.ar

negro, es blanco, es transparente? ¿Quién lo pinta? ¿Qué luz? ¿Quién maneja la linterna? Así, nuestros rebaños, nuestros anónimos, nuestros números sin nombres, levantan la cabeza y pueden vencer a la oscuridad y fijar la mirada. Fijaciones, como obsesiones, como esos ídolos de piedra que Abraham destruía en el relato. Idolatrías que bien presentadas y bien seductoras y bien convincentes acomodan a los alumnos en su lugar común: alguien al que hay que taparle su carencia. Llenarlos de piedras, empacharlos de estrategias, inundarlos de técnicas. Taparlos, esconderlos, distraerlos. ¿Todavía no nos dimos cuenta que en un desierto, todo es recorrido? ¿Todavía nos empeñamos en priorizar la respuesta a la pregunta? ¿Todavía creemos que se puede alimentar a alguien hasta hacerlo reventar? En el desierto rige la ley de la hospitalidad: al otro siempre le abro la puerta. Sólo el que cree que su casa es el mundo, se encierra y excluye la perspectiva del otro. Tocan la puerta. El alumno pide comida. Puedo no abrirle y que se la rebusque. Puedo obligarlo a comer lo que yo como, aunque le haga mal. Puedo prestarle las instalaciones para que se cocine lo que quiera. Y compartir sus olores, sus sabores, sus texturas, que junto con las propias, se realzan, se mixturan, se profundizan. Se humanizan. Nadie se alimenta de modo definitivo porque saciarse es efímero, porque lo humano es efímero. Es casi como creer que detrás de las máscaras se esconde algún rostro, y no entrever que detrás de las máscaras no hay más que máscaras. Así llamaban a la resonancia que se escuchaba tras

las máscaras con que se cubrían los actores de teatro: personas. Persona significa máscara, significa actor, significa carácter. Persona significa hombre. Significa duda, significa abierto, significa intento. Una máscara no es una apariencia; o en todo caso, la peor apariencia es no ver que nuestro rostro es una máscara; o en todo caso, la apariencia más efectiva es la que se impone como rostro. Rostro sólo tiene la verdad, pero como decía Kafka de la felicidad: no es para nosotros. Si el único sabio es el dios, pensaba Sócrates, yo sólo sé que no se nada. Si ante la pregunta del nombre, la respuesta es “seré lo que seré”, Moisés entiende. La meta es el camino. Inspirar personas, como quien sólo pretende que el otro se asuma como otro. Formar personas, como quien entrega para que el otro haga de la entrega una vocación. Educar personas, como quien entiende que los rostros están hechos de piedra porque hablan el lenguaje de lo que no puede ser de otra manera. Una persona es un plexo de valores, una apuesta de derechos, una voluntad de obligaciones. Una persona es una ética, que viene de costumbre, que viene de hogar. Cuando un alumno se hace persona, se hace hombre, se hace mujer, se hace otro. Se hace posible lo imposible, o lo que es lo mismo, se hace de lo imposible un valor. Allí, donde anida lo imposible, allí es posible. En cada cabeza que se mueve, en cada cerebro que se abre, en cada mente que razona, en cada alma que se conmueve.


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PARA REFLEXIONAR

Jóvenes Secundarios

*Por Santiago Kovadloff

Ensayo cedido por el autor, del libro Males Antiguos, 1985.

Santiago Kovadloff (Buenos Aires, 1942) se graduó en filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Es conferencista, poeta, ensayista y autor de relatos para niños. Es colaborador permanente del diario La Nación, de Buenos Aires y miembro de número de la Academia Argentina de Letras.

Hace ya más de dos siglos, Rousseau se empeñó en probar que los niños no eran adultos pequeños. Para el impetuoso escritor, la infancia era un mundo con leyes propias. No un cosmos donde, en forma microscópica, regían las mismas normas que disciplinaban a los adultos. Este afán puesto en reconocer la singularidad de la niñez, del cual Rousseau fue, como en tantas otras cosas, un adelantado, acusa el ingreso de la sensibilidad europea al escenario de los problemas contemporáneos. A la estirpe de este mismo esfuerzo pertenecerá, además, lo hecho poco después de Rousseau para empezar a reconocer a los adolescentes y jóvenes como protagonistas de una realidad psicológica específica. Tan específica, según se fue advirtiendo poco a poco, que sin dejar de tener que ver con la escala de valores de la adultez, no debía ser subsumida en ella. El descubrimiento de la pubertad y el reconocimiento de la adolescencia constituyen dos de las grandes conquistas de los tiempos modernos y su influencia en la educación de las sucesivas generaciones ha sido, claro está, revolucionaria. Su legitimación, sin embargo, no resultó fácil. Fue preciso, en primer término, que la existencia humana se prolongara más allá de los clásicos cuarenta años de la etapa medieval, como para que los conceptos de niñez, juventud, madurez y ancianidad se transformaran enteramente. Y no menos necesario fue, en segunda instancia, que el significado de cada una de estas etapas acusara las alteraciones impuestas por la pérdida de hegemonía del saber teológico. Poca duda puede caber acerca del hecho de

que las naciones que primeramente supieron comprender la niñez y la adolescencia como ciclos diferenciados, son las mismas que se mostraron más propensas a respaldar las transformaciones y a tolerarlas en todas sus estructuras, promoviendo el pasaje del feudalismo a la visión burguesa de la vida. Los conflictos de la adolescencia, con su carga de turbaciones, angustias, arrebatamientos y hondos repliegues en la introspección, poco valor y menor respeto po¬dían encontrar en las sociedades petrificadas. En cambio, en aquellas que supieron replantear y renovar el hábitat de su desarrollo, los problemas del crecimiento personal recibieron siempre cuidadosa atención y despertaron un pronunciado interés. Adviértase, por ejemplo, la fuerza con que el peso de los tabúes sexuales suele caer sobre los adolescentes en las comunidades dominadas por la ortodoxia religiosa. Por contraposición puede percibirse su relativa importancia en las que responden a sistemas de creencias más flexibles. De hecho, es notorio el margen de aquiescencia brindado a la polémica y a la discrepancia en las sociedades políticamente más dinámicas. En la vertiente opuesta, resalta la connotación profanadora y transgresora que tales expresiones suelen recibir en sociedades dominadas por un rígido verticalismo normativo. Una de las áreas donde suele reflejarse el lugar que ocupa en la vida social la comprensión creadora del cambio es la de la educación juvenil en general, y la de los adolescentes en particular. Este es, por cierto, uno de los ámbitos donde mejor se revela el espesor del empu-

je democrático de las instituciones que definen a una comunidad organizada. Puede por eso decirse que lo que cada nación decide hacer con sus adolescentes es, en el orden educacional, en buena medida, un indicio de lo que ellas mismas pueden y quieren ser en el orden ideológico y político. No constituye novedad la afirmación de que, en la Argentina, la educación secundaria es calamitosa. Claro está que hay excepciones. Pero se trata de las clásicas excepciones que confirman la regla. La enseñanza secundaria oficial, la que está directamente patrocinada por el Estado argentino, conforma desde hace mucho una verdadera tragedia cultural. Se trata de un mal muy viejo que ha permanecido irresuelto prácticamente desde que se volvió a perfilar como un desafío para la imaginación pedagógica nacional, allá por los años 30. Pero como la acción eficaz de la imaginación pedagógica depende, en nuestro caso, de la sensibilidad del Estado, la educación secundaria sigue siendo un desafío sin respuesta. Y hay algo ciertamente peor: las consecuencias resultantes de su irresolución continúan afectando a las sucesivas generaciones de jóvenes argentinos. Del secundario egresan los jóvenes —cuando egresan— cargados, por lo general, de resentimiento. Domi¬nados por el desconsuelo. Enfermos de incredulidad hacia todas las instituciones argentinas. Resignados a ingresar a facultades donde temen encontrar multiplicados los problemas que acaban de padecer en el secundario. Es que la concepción del colegio está planteada de modo tal que deben adaptarse a exigencias disciplinarias que no toman


en cuenta las variables decisivas del modo de ser juvenil. Así es como comienza a desgarrarlos la antítesis entre experiencia y estudio, entre ser y saber. El anacronismo y la represión pesan sobre programas y temas con una fuerza que, desde hace mucho, no conoce desniveles en su mediocridad. E, invariablemente, la enseñanza impartida promueve temor y desaliento; obligando a los estudiantes a ingresar en un circuito burdamente comercial y mecanizado: los problemas a resolver se reducen a puntajes que hay que sacar y lo esencial pasa a ser aprobar antes que entender. La enajenada carrera por la vida, el agotador y falso ascenso hacia el presunto triunfo se inicia allí, en los claustros secundarios, donde los adolescentes aprenden que cada uno vale ante todo, por las notas que obtiene. Los jóvenes que pasan al secundario se hallan en una de las etapas evolutivas más difíciles de la vida —fin de la pubertad, comienzo de la adolescencia. La relación que mantienen con sus propios cuerpos está saturada por las tensiones que imponen el duelo del crecimiento y las incertidumbres de una identidad que más que redefinirse parece desdibujarse. Correlato de esta honda convulsión psicofísica es el replanteo generalizado de todos los valores sociales de la niñez: la desidealización de las figuras paternas, la adopción de pautas no tradicionales, la búsqueda de un lenguaje propio, la adhesión a mitos y creencias conciliables con el repertorio de nuevos y contradictorios sentimientos. Pues bien: al producirse el ingreso al secundario este abanico de anhelos, conflictos, ambiciones y esperanzas que conforman el dinámico perfil de la adolescencia incipiente, debe

enfrentarse a estructuras educativas poco propensas a tolerar semejante ebullición y nada dispuestas a legitimar su necesidad. Sus leyes de juego son estrictas y están, desde hace mucho, cristalizadas: el saber que corresponde difundir es incuestionable. La memoria mecánica pasa a ser, en consecuencia, el medio proverbial de aprendizaje. Repetir equivale a pensar. Transcribir sin replantear, a comprender. Se pretende, por ejemplo, que la historia nacional no guarde incertidumbres sobre su sentido. Que la significación del pasado esté formulada de una vez para siempre. El presente, a su vez, carece de toda, trascendencia intelectual. Condenado a un perpetuo olvido, se ve afectado por la misma censura que cae sobre los adolescentes a quienes casi siempre se les niega el estudio y el debate de la realidad que les toca. Por todo ello es que la adolescencia argentina difícilmente encuentra en el colegio secundario un ámbito conciliable con sus necesidades más intimas de desarrollo: un escenario capaz de promover su integración a la sociedad sin forzarla a ahogar la mayoría de sus mejores reclamos e intereses. No es de extrañar que en la Argentina aún no se sepa que hacer con los jóvenes, si por hacer se entiende comprenderlos y orientarlos desde la solidaridad y el reconocimiento respetuoso de sus características. El autoritarismo y el desdén; la censura y la represión son, desde hace mucho, los medios predilectos para extirpar sus “malas costumbres” y convertirlos en seres socialmente “útiles”. Es que la filosofía que, por inercia, todavía gobierna la concepción pedagógica, pareciera empeñada en lograr que el adolescente renuncie a su condición de tal, que se avergüence de serlo y adopte, finalmente domesticado, las pautas de una ideo-

logía que lo quiere sumiso y divorciado del espíritu critico, ajeno a la concepción afirmativa del cambio y a la idea de que los valores son siempre discutibles. No debe extrañar, por otra parte, que axial sea. El fracaso de la democracia en la Argentina, en el que hemos vivido sumidos durante tantos años, no podía sino redundar en una concepción intolerante y desdeñosa de la juventud dañando, consecuentemente, la educación secundaria. Es que las sociedades totalitarias tienen, entre sus deberes básicos de subsistencia, el de someter a los jóvenes a la convicción de que la idea del futuro jamás debe ser replanteada sino acatada. Crecer, por lo tanto, sólo querrá decir crecer hacia lo previsible, hacia lo ya estatuido. Se trata de desalentar, por todos los medios disponibles, la comprensión y la vivencia del tiempo entendido como devenir, como transformación. En un medio sociopolítico condenado a repetirse, la concepción de los valores vigentes no tiene por qué alterarse, y los métodos que promueven su difusión tampoco. Es vasta y compleja, por lo tanto, la tarea que aguarda al país en este orden decisivo de la vida argentina. Reconciliar al Estado con la juventud, favorecer su reconocimiento recíproco en términos hondamente cívicos; he ahí una labor cuyos frutos contribuirán a la creciente consistencia de nuestra vida constitucional. Los jóvenes argentinos sólo volverán a creer en el futuro del país el día que el país, a través de sus autoridades, les demuestre que cree en ellos como parte activa y creadora de su presente.


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PARA REFLEXIONAR

Educar en sana competencia Los valores a través de la competencia deportiva Si hemos de dar crédito a la historia de los conceptos, el de ‘competencia’ nace asociado al deporte; más concretamente a los juegos olímpicos de la antigua Grecia. Los griegos pensaban que quien participaba de estos juegos debía estar preparado para luchar con intención de ganar y llamaban a esa intencionalidad competitiva, ‘agonística’. Tan importante era ese valor, que ha pasado a ser considerado por los expertos como uno de los tres componentes del deporte. Agón, ludus y eros -nos dice la literatura contemporánea refiriéndose a la competencia, el juego y el placer- son los pilares constitutivos de la práctica deportiva y están íntimamente relacionados. Agón, el primero, otorga el ímpetu para ganar; el segundo, ludus constituye el contrapunto necesario a la fuerza de la competencia y finalmente, eros proporciona el impulso para realizar las cosas por el puro placer de hacerlas. De la unión de los tres, surgen los valores propios de toda práctica deportiva que pueden desagregarse en una larga lista en la que se incluyen el afán de superación, la perseverancia, la autodisciplina, la responsabilidad, la integración, el acatamiento de las reglas, la cooperación, la honestidad, el trabajo en equipo, el respeto por el otro, el entusiasmo y la capacidad de disfrutar. Al analizar esa larga lista de valores queda claro que, en las prácticas deportivas, lo educativo no es sólo el aprendizaje de las técnicas o tácticas o los beneficios de la buena preparación corporal, sino fundamentalmente, el apren-

dizaje de los valores asociados, desde el origen, a la propia idea del deporte. Desde este punto de vista, puede decirse que las condiciones en que se lleven adelante las prácticas deportivas, de manera que agón, ludus y eros se organicen de manera equilibrada, son fundamentales para alcanzar los objetivos educativos de la Educación Física. Dicho en pocas palabras: se trata de avivar el espíritu de la competencia asentado sobre el respeto a las reglas, el respeto del otro y lograr que el placer de participar sea tan importante como el de ganar. Lamentablemente, contra esta tarea integradora conspira la sociedad mercantilista contemporánea que se ha filtrado en la práctica deportiva profesional diluyendo la tríada fundante en una cuestión económica. Es por eso que, en los últimos años, la palabra ‘competencia’ en el ámbito de la escuela se ha cargado de connotaciones negativas. Bajo la lente del individualismo contemporáneo, ‘competencia’ aparece como opuesta a la solidaridad, a la cooperación y a otras aptitudes (y actitudes) morales. Sin embargo, por su carácter de agón, la competencia es sostén del deseo de superación, de seguir adelante, de ir siempre un poco más allá, de análisis estratégico. Los elementos agonísticos de la competencia, el deseo de ganar y de llegar al resultado esperado, permiten a los alumnos analizar la estructura del juego para descubrir su vulnerabilidad y fortaleza, construir encadenamientos de ac-

ciones, planificar estrategias y tomar decisiones para la elección de las tareas sin renunciar al objetivo. Como se ve, se trata de todo un programa cognitivo que para sostenerse necesita de la responsabilidad, la autodisciplina, el espíritu de equipo, la pasión, la intensidad y la entrega. Es la escuela quien debe enseñar esos valores. Esto no se obtiene eliminando la competencia sino colocándola en términos legítimos y productivos. En términos de superación, de valoración del esfuerzo y de placer por el logro. Nuestro programa de Educación Física ofrece distintos tipos de competencia con el objetivo de desarrollar en los alumnos las mayores capacidades posibles. Resulta interesante pensar en los contextos de la competencia: competimos con nosotros mismos, con nuestros compañeros, con nuestros adversarios; competimos solos o en grupos, de manera espontánea o planificada. Descubrir los valores de la competencia supone poder desempeñarse en cada uno de ellos. Desde este punto de vista, cada propuesta de nuestro departamento apela a un contexto diferente. Cuando un alumno se entrena para superar sus propias marcas de salto en alto, compite consigo mismo; cuando en la clase de Educación Física participa en un partido de handball, compite con sus compañeros, los mismos que, en los encuentros intercolegiales serán sus compañeros de equipo. Así, en el Iom Sport, cada alumno participa individualmente


para el logro de un colectivo formado por doscientos o trescientos chicos de diferentes edades y niveles. El deseo de superación es personal y colectivo. Las marcas logradas se adscriben a un nombre –el del atleta- pero también a un color que representa ese colectivo en el que cada uno se funde y que lo trasciende, uniéndolo al tronco de todos los alumnos de ese color que han pasado por la escuela. Por el contrario, en los torneos de las Jornadas Internacionales de los Protagonistas del Acto Educativo, cada alumno forma parte de un equipo que compite representando su escuela. En esta modalidad, es el colegio el colectivo que alienta el deseo de ganar, la intensidad de la participación y la búsqueda de la excelencia. Finalmente, en la Liga Leb llevamos adelante una propuesta diferente. Durante un año, equipos de diversas escuelas compiten entre sí sin que haya una tabla de posiciones. La inexistencia de un ganador del torneo no anula el deseo de superación porque cada equipo busca obtener el triunfo en cada partido. Pero hay algo que es mucho más importante y que está presente en nuestra concepción. La competencia es formativa, por lo tanto ninguno debe quedar fuera de ella. Cada uno debe sentir el deseo de pertenecer a un espacio de confrontación con el que se sienta identificado más allá de la confrontación misma: color, escuela, equipo son instancias que ayudan a trascender el logro individual. Por otro lado, la presencia de distintos contrincantes (los otros alumnos de la escuela, los chicos de otros países o de otras escuelas) es fundamental para

apuntalar el valor supremo de la competencia: esos contrincantes deben ser considerados compañeros, gracias a los cuales cada uno tiene la posibilidad de probarse. Quiero finalizar con un ejemplo dado por el profesor Mariano Giraldes en un artículo llamado ‘Competir o cooperar’. Cuenta Giraldes que el ciclista americano, Neil Armstrong, en el ‘supercompetitivo’ Tour de Francia, se detuvo para auxiliar a un ciclista alemán que le disputaba la punta. Armstrong no retomó la carrera hasta que no lo hizo su contendiente, mostrando no sólo que la competencia no le anulaba su solidaridad sino también que no le interesaba tomar ventaja de circunstancias que no eran estrictamente deportivas. Como en muchas de las esferas de la vida, sólo la presencia del opo-

nente permite que se desarrolle el juego. Y como dice, Giraldes, cuanto más denodadamente luche por ganar, cuanto más habilidad demuestre, más permitirá medirme y enfrentar mis límites. ¿Acaso es lo mismo un partido ganado después haber jugado durante una hora y media con toda la energía y fuerza que un partido ganado porque el equipo contrario fue descalificado por una cuestión organizativa? Todos sabemos que no. De este deseo de probar las propias fuerzas surge el valor del trabajo, del esfuerzo y de la estrategia que caracterizan a la competencia. Carlos Payeras Director Dpto de Educación Física cpayeras@tarbut.edu.ar

Chicos con talento matemático:

¿Competentes?... ¿Competitivos? “Hice dos problemas bien, seguro que paso a la otra ronda…” “¡Soy un genio, hasta la Nacional no paro!” “Con el grupo trabajamos bien, Toni pensó los problemas y yo los expliqué, pero no pudimos sacar el problema dos ¿lo hacemos?”. Estas son algunas de las frases que nuestros alumnos expresan después de una Olimpíada matemática nacional o de ingenio matemático – tanto alumnos del nivel primario como del nivel secundario - . Expresiones que dan cuenta de la apropiación del proyecto en el que participan, siendo una parte activa del mismo y confirmando de esta manera la pertenencia al Colegio… “ponerse la camiseta” que nos representa. Desde Tarbut propiciamos que nuestros alumnos se sientan parte de un todo, en el cual el éxito no sea necesariamente “resultadista” y “triunfalista”, sino que permita sentir el desa-

fío de la autosuperación a través de la reflexión de sus acciones y de la valoración de la cultura del esfuerzo. Posturas que nos llevan a plantear la falsa antinomia entre el “ser competente” y el “ser competitivo”. Nos interesa el concepto de “ser competente”. El competente muestra su habilidad o aptitud disfrutando de lo que hace, sin estar pendiente de los resultados. A sabiendas de que estos son importantes, porque se constituyen en el combustible que mejora y potencia su competencia. Este valor se construye en el día a día, bajo la premisa de que nosotros, los docentes, tenemos el deber ético de conocer a los alumnos, de confiar en sus condiciones, de orientar sus intenciones, de promover sus inquietudes y despertar sus intereses. Aún nos queda mucho por hacer, pero somos concientes de que nuestra intervención oportuna será el instrumento clave para que nues-

tros alumnos reconozcan la importancia de este valor. Hasta aquí ideas potentes que hacen referencia a una concepción de enseñanza y de aprendizaje. En el próximo número nuestros alumnos de primario y secundario contarán la experiencia de este año en la participación de las Olimpíadas Matemáticas. Liliana Cánepa / Directora Dpto. de Ciencias lcanepa@tarbut.edu.ar


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PARA REFLEXIONAR

Ritual y valor. O dos caras de la misma moneda Aproximándose las fechas correspondientes, comenzamos a preguntarnos cómo serán los preparativos para los Iamim Noraim que se avecinan. Algunos estarán planificando dónde toca pasar la cena de Rosh Hashaná esta vez; otros, un paso adelante, ya están despolvoreando las recetas con la que deleitarán a su invitados en la primera noche; algunos otros ya han reservado los sitiales en la Sinagoga de la que son habitué. Pero lo cierto es que, más allá de los preparativos adjuntos, las semanas que estamos transitando engloban una etapa del año en la que el ritual nos invita y asiste en la tarea de sentirnos más involucrados con la esencia judía. Al mismo tiempo, este período posee un significado en sí mismo con una importancia mayúscula del que vale la pena rescatar una reflexión. Podríamos caracterizar las diez semanas previas a Rosh Hashaná como las semanas dictaminadas por Di-s para ascender un escalón más en nuestro crecimiento personal, a partir del recuerdo y la revisión de ciertos acontecimientos nada alegres, y al mismo tiempo, prepararnos para un nuevo año. Las primeras tres de estas semanas son conocidas, según la literatura rabínica, como Tlata Depuranuta (las tres semanas de calamidades), iniciándose con el ayuno del 17 de Tamuz y finalizando con el ayuno de Tisha de Av, es decir, las fechas en que se generaron la primera grieta en los muros que protegían a Jerusalem de sus acosadores y la destrucción final del Templo, respectivamente. Las siguientes siete son llamadas Shiva Denejemata (las siete semanas de consolación), donde nos dedicamos a reponernos del impac-

to que pudo haber generado la destrucción de nuestro Templo, y con ello, el final de una era en la historia social, económica, política y cultural del Pueblo de Israel, donde comienza una espera de dos mil años para que culmina, aunque sea parcialmente, en cierta reivindicación con la declaración de la independencia del Estado de Israel. Inmediatamente terminadas estas diez semanas, llegan los Iamim Noraim, que se presentan como días de reflexión y arrepentimiento. Y aquí es donde encontramos un punto a destacar en nuestro calendario, que a veces parece oculto a nuestros sentidos: los Iamim Noraim, desde el ritual, también están representados por el número diez (en este caso, diez días) y también concluyen con un ayuno de día completo. ¿Qué tienen estos dos elementos de importantes para nosotros? El número diez, de alguna manera, representa lo completo, lo que está lleno y ya cerrado; aquello que no necesita ni debiera ser tocado ni retocado. El ayuno, por su parte, representa la privación de un acto necesario para satisfacer una de nuestras necesidades básicas, y equivaldría, en algún sentido, a estar incompletos. La paradójica unión de ambas metáforas nos alertan en la importancia de entender que no importa cuán autosuficientes nos creamos, no hay manera de estar realmente completos sin el otro, y sin el bien del otro. Así es, entonces, que las jornadas previas a Tisha Beav, al igual que los Iamim Noraim, son también fechas relevantes para pedir perdón, un perdón particularmente relacionado con el vínculo amor-odio. A pesar de poder sentirnos “de diez” en nues-

tras vidas, el odio gratuito no deja de acosarnos, y eso nos genera un vacío que termina afligiendo nuestra alma. Por eso, nada mejor que recordar Tisha Beav y celebrar Rosh Hashaná y Iom Kipur también desde el ritual porque, aunque a veces este último pueda resultar enajenante o difícil de entender, es el que nos ayuda a no repetir errores pasados y a enmendar nuestras equivocaciones, juntos. Exactamente al revés de lo que sucedió en la época del Templo de Jerusalem, en donde nuestros sabios nos cuentan que entre mismísimos hermanos judíos imperaba el odio gratuito que trajo, finalmente, la destrucción y la dispersión; debemos luchar constantemente, en una difícil batalla, para evitar que el odio nos consuma y motorice nuevamente nuestra dispersión. Es una batalla para la que estamos preparados y en la que tenemos todas las posibilidades de salir victoriosos. Implica tener presentes nuestros valores, aprovechar nuestras fechas festivas para propagar amor y unión. Implica, también, aprender y abrirse a ver que en algún punto, cada ceremonia a la que asistimos al Templo constituye una manera de educar y de ser educado en esos valores. En estas semanas de preparación e historias llenas de sufrimiento, pero también de consolación y crecimiento, hagámonos un tiempo para pedir perdón y para repensar cómo nuestro amor puede, y debe, llenar todos los espacios, sobre todo allí a donde el odio amenace con llegar. Y no nos olvidemos de hacerlo acompañados del ritual, firme pilar para nuestros más nobles cometidos. Maxi Shalom Seminarista de Tarbut mshalom@tarbut.edu.ar


*Entrevista por Pablo Yafe

pyafe@tarbut.edu.ar

Hacer del carino un oficio:

ntrevista a nuestro bibliotecario, ario zklanny Caprichosa y egoísta es la memoria. Guarda en su interior aquello que le place, sin preguntarnos antes. No consulta, no pide permiso ni perdón; se burla de nosotros cuando nos falla y estorba cuando nos hace perder el tiempo con futilidades. Sin embargo, aceptamos convivir bajo ese contrato esclavizante por una sola razón, y esa es que al final del camino y detrás de la aparente aleatoriedad, se esconde la sabiduría de la nostalgia. Esa que alimenta el alma cuando acude desesperada en busca de un recuerdo. No estoy en posición de confirmarlo, pero si bien muchas personas pasarán por los edificios de esta institución; muchos dejarán marcas resistentes al tiempo, pronunciarán frases movilizantes y hasta jugarán con la ilusión de la indispensa-

bilidad, son muy pocos y también los menos pensados, los que ocuparán un trono dorado en los recuerdos de nuestros últimos días. A quien tengo en mente, es también a quien tengo enfrente. Con una sonrisa que se va develando, casi como pidiendo permiso; y la mirada profunda que se oculta detrás de rústicas cejas, no podemos evitar que la complicidad se sume al diálogo, como un tercer personaje, ya que compartimos mucho tiempo juntos en la biblioteca del secundario. Mientras la charla progresa, la misma pregunta, que intenta ser respondida, sigue resoplando en el aire: ¿Por qué Mario Szlanny está destinado a permanecer en los caprichos de nuestra memoria?


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EL PERSONAJE

¿Cómo y cuándo empezaste a trabajar en el Colegio? Ingresé el 10 de marzo de 1997, hace más de 12 años, y fue en medio de una etapa difícil para mí. Me habían echado de mi trabajo anterior, estábamos en la mitad del Tequilazo y no conseguía nada. Para colmo, había vuelto a la universidad y me mantenían mis padres con sus escasas jubilaciones. A partir de un contacto en AMIA, preguntamos si no tenían algún puesto para mí. Así fue como ingresé al Dpto de Discapacidad de la mano del siempre recordado Abraham Felperin. De todas formas no terminaba de suplir mis necesidades, ya que iba tres veces por semanas y, además, no era rentado. Al notar mi frustración, Abraham me consiguió una entrevista en Tarbut. Recuerdo muy nítidamente la presentación que me hicieron ante los chicos del primario. Paola Mazur me acompañó, grado por grado, explicando quién era yo y cuál sería mi función. Y así es como, algunos trámites más tarde, comencé un camino rodeado de personas que me fueron formando dentro de algo nuevo para mí. Personas a las cuales estoy eternamente agradecido. ¿Qué cosas te llamaban la atención en ese mundo nuevo que empezabas a conocer? El colegio en sí mismo… no pensé que fuera tan grande; la calidez con que me recibieron los docentes y no docentes. Con los alumnos fue distinto; mi problema del habla me mantenía un poco alejado de ellos, pero lo fui superando a medida que pasaba el tiempo. El comienzo se resume en el clásico miedo de un novato a un trabajo nuevo.

Te tuviste que acostumbrar ¡Obvio! Lo que más me costó fue tener que levantarme a las 5 de la mañana y viajar una hora y media desde Morón para llegar a horario. Pero bueno, hoy lo sigo haciendo y no me hago drama. Por otro lado, encajar horas de trabajo con horas de estudio también fue complicado, pero lo fui resolviendo con el apoyo de mis compañeros, docentes y no docentes, y principalmente de mi familia. Cómo te recibieron los alumnos cuando llegaste y cómo fue evolucionando esa relación? Al principio, yo no atendía a los chicos. Nunca faltaba, igual, quien me viniese a preguntar algo, o a saludar o a cargarme por mi equipo de fútbol (soy de Racing, obviamente). Sobre todo los mas grandes, que ya se habían habituado a mi forma de ser y eso permitió que yo entrara en confianza con ellos rápidamente. Hoy, que haya chicos que ya no están en Tarbut, pero que vengan y me saluden, es una de las mayores satisfacciones que este trabajo me da. ¿Cómo ves hoy a los alumnos? Yo estoy en contacto, más que nada, con los del secundario. La verdad es que están en la edad de “pavada”, es natural. Pero es interesante ver cómo los alumnos se destacan en distintas y variadas cosas. Todos tienen algo para ofrecer, un talento, una inteligencia… También veo en los alumnos una mayor predisposición al respeto hacia las personas y los lugares. Saben reconocer el esfuerzo y la energía que ponemos para que las cosas estén bien en el colegio. Pero me gustaría incentivarlos a que utilicen la biblioteca con otros fines además de sacar fotocopias o retirar algún docu-

mento. Cuando uno trabaja en un lugar con muchas personas, las experiencias intensas suelen ser moneda corriente. Contame de alguna de las que te han tocado vivir a vos, tanto felices como tristes. Nunca me voy olvidar de la angustia que nos generó a todos la trágica muerte de un querido profesor, Carlos Sarrat o “Charly”, como le gustaba que lo llamen. Era muy joven y estábamos todos muy pendientes de su salud. Fue una pérdida importante. Otro momento intenso fue cuando volví después de una operación bastante severa que involucraba la medula. Estuve ocho meses sin ir al colegio y la verdad es que no sabía con qué me iba a encontrar. Pero como si el tiempo no había pasado, volví a mis libros y a mis estantes con una familiaridad inexplicable. Ni que hablar del recibimiento de la gente, muy emocionante. ¿Cómo sentís que se maneja la institución frente a la temática de la discapacidad? Y, me cuesta describirlo, pero voy a tratar de hacerlo. Cada lugar es producto de su propio contexto, por ende, creo que al no haber gente con capacidades diferentes dentro de la institución, el tratamiento del tema se le hace cuesta arriba. En la época en la que yo iba al secundario, había un profesor de música que era no vidente. Era brillante y muy estricto. Incluso podía detectar a los que se copiaban en los exámenes. También tenía una memoria prodigiosa. Nunca olvidaba un dato, un rostro, un nombre. Lo


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importante es que su problema de vista nunca fue un obstáculo para que se convierta en uno de los docentes más respetados. Pienso que el problema no radica en las dificultades que tengamos cada uno de nosotros, sino en el empeño que ponga cada institución para incorporar personas con capacidades diferentes. De todas formas creo que el colegio quiere que esté más cómodo, aunque no siempre sepan como hacerlo. Mis compañeros me asisten mucho en cuestiones como ir a buscar el material que necesitan cuando no los puedo atender. Si bien es un peso tener una discapacidad (la mía es una cosa chica comparada con otras discapacidades, pero la tengo) no por eso voy a tener a todo el colegio tras de mí. ¿Y los alumnos? ¿Cómo lo viven? Creo que tienen la cabeza más abierta que los adultos. Están más abiertos a lo diferente. Además se prenden en las iniciativas que uno les pueda llegar a ofrecer sobre esta temática. Por ejemplo, lo que hicieron con los fonolibros para los niños no videntes el año pasado me parece que lo resume todo. Obviamente siempre hace falta más. Pero por lo menos se puede ver una dirección, un rumbo. ¿Te sentís o sentiste diferente en Tarbut? Quizás cuando los chicos no me conocen, ahí es cuando me siento diferente porque me ven

de una manera que me es difícil de explicar, como perplejos y atónitos. Es ahí es cuando me digo “pucha, ¿seré tan diferente?” Pero después se van acostumbrando a mí y yo a ellos. ¿Sentís que tu presencia en el colegio ayudó a desarrollar la sensibilidad de quienes pasan sus días en la institución (alumnos y empleados) frente a la temática de discapacidad? Creo que sí, aunque no se note mucho pero hay gente que está sensibilizada con la problemática del tema. De hecho, alguna vez pude ver a alumnos del colegio participando en marchas en apoyo a la integración de personas con capacidades diferentes a la sociedad. Me alegró y me produjo mucho orgullo verlos colaborando de esa manera.

Recientemente tuviste que estar en reposo, sin poder trabajar, por un tiempo considerable. ¿Sentiste la falta de la biblioteca? ¡Sí! Un montón. Estar en casa en, solo… (Vivo en la casa de mis padres, ambos fallecidos) te tira para abajo. Los recuerdos y las nostalgias

de la casa me inundan y por eso estar fuera de ella me alivia. Acá, en el colegio, no pienso tanto en ello. Estoy acompañado por todo Tarbut, alumnos y docentes, los chicos me cuentan cosas de sus vidas, disfruto cada momento de estar en esta institución que tan bien me acogió hace ya 12 años. ¿Qué es lo que crees haber aprendido del colegio y qué es lo que crees que el colegio aprendió de vos? Creo que aprendí a lidiar con la autoridad, tanto para arriba como para abajo. A manejar momentos críticos o difíciles. Aprendí a sentirme un poco más judío de lo que era. Por otro lado, creo que el colegio no necesitó aprender de mi, salvo aprender a manejarse con mis tiempos, mis dificultades físicas, con mis ganas de hacer las cosas correctamente, lo cual no es poca cosa. ¿Cómo te gustaría ser recordado el día que dejes de trabajar en el colegio? Como un tipo simple, que vivió para los chicos, docentes y no docentes de esta institución. Como alguien que, pese a las dificultades, colaboró en la enseñanza de los alumnos, con su granito de arena. Quiero que me recuerden por lo que fui, un bibliotecario.


ACÁ SÍ PODEMOS HACERLO! CAS-TZEDAKÁ: “UN APRENDIZAJE EXPERIENCIAL”

“Entiéndese por educación el proceso por el cual unos influyen en los otros produciendo modificaciones que se expresan en un sistema de acción, de valores, de pensamiento”. Jaime Barylko

Desde el Jardín de Infantes hasta el último año del Secundario, materializamos proyectos que apuntan a transmitir a nuestros alumnos el valor de la solidaridad. Desde el juego, asambleas, momentos de reflexión en grupo, son herramientas que desembocan en acciones y campañas sostenidas de Tzedaká que representan un importante porcentaje de la columna vertebral de nuestro proyecto educativo. Los titulares de las primeras planas de los diarios en los últimos tiempos no hacen más que instalar un tema prioritario en nuestro país, que no es nuevo, que lleva larga data y al que po-

cas veces desde el Estado se le da el lugar y las soluciones que merece. Las frases, esta vez provenientes de la Iglesia, pero que han sido expresadas en diferentes momentos por diversos sectores, tanto religiosos como políticos, hablan de “inequidad social”, “el escándalo de la pobreza”… “ausencia de oportunidades para una vida digna”… de una “sociedad más justa y solidaria”. Palabras que pegan fuerte en la conciencia y el corazón de cualquier ciudadano. El gobierno actual o el de cualquier signo que asuma en un futuro, ¿podrá encontrar las estrategias para terminar con este flagelo? Personalmente consideramos que no podemos esperarlo todo del Estado, y que nosotros, desde la EDUCACIÓN, si queremos que sea verdaderamente con mayúscula, tenemos un papel importante en esta historia y mucho por hacer. El colegio Tarbut, tiene una trayectoria en Tzedaká que está inserta ya desde sus principios fundacionales, en todos los niveles de la escolaridad. Realizar Tzedaká supone anteponer la justicia como valor fundamental y la solidaridad como un modo de vida. Renovar permanentemente la mirada atenta a las necesidades de los otros.

Porque los otros somos también nosotros, cada uno. Reconocer las diferencias e inequidades e intentar, también desde la educación, reparar las desigualdades. Educar hacia valores es un manifiesto que hacemos nuestro en el Colegio, procurando involucrar a cada uno de quienes componen nuestra comunidad educativa. Valores son creencias y proceden de aquello que una sociedad considera como sus mayores ilusiones, aquellas a las que debe aspirar. La educación no se suscribe a la escuela: es función de toda la sociedad. Cada viernes los chicos de Sala de cinco dedican tiempo a las permanentes campañas que realizamos, iniciándose así, desde la primera infancia en el compromiso que esto supone, así como también año a año nuestros alumnos de 5º grado lideran los emprendimientos que atraviesan y comprometen a todo el Colegio En los últimos años, el trabajo en esta dirección se ha intensificado de manera evidente gracias a la incorporación en la escuela secundaria del Programa del Bachillerato Internacional (BI), siendo una de sus columnas básicas el Proyecto CAS (Creatividad, Acción y Servicio). Desde el 2009, la expansión en las actividades


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ha sido aún más notoria, ya que no sólo intervienen 2do y 3er año del polimodal (cursos que preparan y rinden los exámenes internacionales del BI) sino que todo el colegio secundario forma parte del proyecto, trabajando y compartiendo objetivos con la escuela primaria, intermedia y Jardín. El CAS constituye un complemento fundamental para la educación integral que el Bachillerato Internacional en el nivel secundario ofrece a los estudiantes en su formación pre-universitaria, debido a que proporciona un equilibrio dentro de la exhaustiva academia que propone el programa. Representan un “aprendizaje experiencial”, ya que un buen número de las experiencias vitales que conforman la vida se adquieren fuera del aula. Los programas que se desarrollan van de la mano de la constancia y el esfuerzo, así como también de la adquisición de valores en los que se enfatiza en los alumnos la toma de conciencia, compromiso humano, responsabilidad social, con la consecuente creatividad e iniciativa que esto implica. Mediante estos Proyectos, que abarcan todos los niveles, los chicos se acercan a Fundaciones, ONG, escuelas e instituciones con necesi-

dades urgentes, y ponen en funcionamiento toda su imaginación y compromiso. Esto permite, no sólo asistir a lo inmediato, sino también aprender y conseguir, como dice el dicho popular, “enseñar a pescar, en vez de regalar el pescado”, para que la ayuda, en algunos casos, se transforme en algo sostenible y no sea sólo desde la donación. Los objetivos del Proyecto CAS, que coinciden completamente con los de Tzedaká, y es esto lo que nos acerca tanto a alumnos de todas las edades, como a maestros y padres, por sus principios humanitarios y universales, logran que el beneficio sea mutuo: •Por un lado, las instituciones pueden paliar problemas apremiantes, inmediatos y si es posible mediatos, y a su vez reciben afecto y colaboración. •Por el otro, nuestros alumnos se ven estimulados a compartir sus talentos en actividades artísticas y creativas, de acción y de servicio a la comunidad. Desarrollan la conciencia y el interés para trabajar en equipo, se les imparte una educación integral, fomentando actividades fuera del marco académico, logrando un sentido de responsabilidad social que hace tomar conciencia cuando los alumnos van

más allá de sí mismos. Despliegan actividades y valores que trascienden las barreras raciales, de clase, religión, sexo o política, asumiendo una postura propia ante la vida. En síntesis, estas actividades ofrecen a nuestros chicos la posibilidad de sentirse gratificados al poder llevarlas a cabo, intentando y logrando conseguir los objetivos planteados, contactándose con una realidad que muchas veces les resulta ajena y lejana. Implican un alto y constante desafío para cada estudiante que participa en ellas, despertando una vibración interna que los impulsa a brindar afecto y solidaridad a quien más lo necesita, sin esperar que otro sea el que se haga cargo….. y es por esto que en el colegio Tarbut podemos decir… Acá sí podemos hacerlo! Mabel Chausovsky Coordinadora Proyecto CAS (Programa del BI) Profesora de Cs Biológicas Nivel Secundario mchausovsky@tarbut.edu.ar Ruti Jarmatz Coord Estudios Judaicos Nivel Primario rjarmatz@tarbut.edu.ar


AULAS VIRTUALES EN TARBUT La gripe A nos hizo tomar distancia. Lo que en tiempos normales funciona como un complemento, probó ser estratégico. José Chelquer Director Adjunto de Dirección Ejecutiva

Nadie planificó un Colegio que debiera funcionar plenamente a distancia y, sin embargo, durante dos semanas alumnos y docentes trabajaron sin verse, con una intensidad, entusiasmo y eficacia inesperados. Tarbut viene desarrollando el uso de herramientas de educación a distancia tendiendo puentes entre el Colegio y las casas, con la convicción de que nos encaminamos hacia formas más flexibles de gestionar las tareas educativas. Ante la emergencia sanitaria, los tres niveles se volcaron sobre ellos y generaron una actividad sorprendente: el tráfico en los sitios del Colegio se multiplicó decenas de veces y los servidores se poblaron de megabytes de hojas digitalizadas, videos, trabajos de alumnos etc. A toda hora podía rastrearse la actividad de docentes y alumnos, y percibirse su compromiso

y entusiasmo. Este crecimiento masivo representó un fuerte desafío para todos, y la respuesta fue excelente: desde los alumnos que estaban a primera hora disponibles para una clase por Chat, o los docentes que no dejaban pregunta sin contestar, los directores y coordinadores que supervisaron las tareas y el equipo técnico que garantizó el funcionamiento del conjunto. El esfuerzo tiene sus alicientes. Sentimos en plenitud lo que significa trabajar en equipo y contar los unos con los otros, ver sumarse a todos y comprobar la buena aceptación de la propuesta por parte de los alumnos, para quienes el mundo digital es su mundo. En medio del trajín nos sorprendió gratamente la nota que hiciera el noticiero de canal 13 a una familia de Tarbut, donde podía verse tanto el trabajo en

Durante el receso sanitario el plantel directivo y docente del nivel primario estuvo comunicado a través del Atar (en hebreo, Sitio) Tarbut, que, usando la misma tecnología de los cursos virtuales del nivel secundario, viene funcionando hace más de un año como medio de comunicación y difusión internos del personal, permitiendo a más de 110 personas mantenerse permanentemente informadas, compartir experiencias y trabajar juntos. Lo que había probado ser sumamente útil en el día a día habitual se convirtió en un excelente medio de comunicación ante la emergencia.

Hace algunos años introdujimos las páginas de aula, espacios en la Web para cada grado, de 4to a 7mo, donde los docentes colocaban tareas, trabajos prácticos, materiales de lectura, vínculos a sitios de interés, calendario de eventos y otros recursos para continuar el trabajo pedagógico en casa. Ante la emergencia sanitaria, Tarbut maximizó el uso de estos espacios incorporando a los demás grados, intensificando la actividad e incorporando la comunicación y atención de dudas por e-mail con los docentes y tutores. Para alumnos, padres y equipo docente fue una experiencia renovadora, que generó entusiasmo y que marcará nuestros próximos pasos.

Silvana Liebesman Administradora del Atar.

Claudia M. Miñones Administradora de las páginas de Aula.

los distintos niveles como la aceptación y valoración de estas modalidades. Aprendimos y crecimos mucho con esta exitosa prueba de fuego. Volvimos a las aulas con la convicción de que los espacios virtuales ya son una parte inseparable de nuestro Colegio. Ahora vamos por más.

El Nivel Secundario usa, desde hace más de dos años y en forma creciente, una plataforma de educación a distancia como apoyo a las clases presenciales, sea para publicar materiales y recibir trabajos prácticos, o como medio de comunicación interna y con los padres. Durante la emergencia sanitaria este espacio creció enormemente: funcionaron simultáneamente más de cien cursos virtuales con una variedad de modalidades y con la participación masiva de los docentes y alumnos. Creemos que esta experiencia es un punto de inflexión: la comunidad ha descubierto lo que puede hacer por estos medios, y ya no lo va a olvidar. Agueda Mutis Administradora de la plataforma del Nivel Secundario


> RADIO

Capturando el éter Diego Schermuk Vicerector Secundario dschermuk@tarbut.edu.ar

Mucho se ha escrito intentando explicar qué es la adolescencia, tal vez, la etapa más controvertida de la vida, la más conflictiva, la más molesta y la más incomprendida. En “La adolescencia normal”, tradicional obra para quienes nos formamos como educadores o psicólogos en los 80/90, varios autores hacen un esfuerzo por lograrlo. Por ejemplo Aberastury explica que “…en la huída hacia su mundo interior... se produce en ellos una especie de reajuste emocional en el que se da un incremento de la intelectualización, que los lleva a la preocupación por principios éticos, filosóficos y sociales, que no pocas veces implican …la teorización acerca de reformas que pueden ocurrir en el mundo exterior. Surgen entonces las grandes teorías filosóficas, los movimientos políticos, las ideas de salvar a la humanidad, etc. …es cuando el adolescente comienza a escribir versos, novelas, cuentos y se dedica a diversas actividades artísticas.” Al mismo tiempo, Charlotte Buhler es citado en el mismo libro: “el adolescente quiere dudar, cavilar, quiere buscar, no decidirse. Y cuando

entra en edad difícil se pregunta quién es, qué es, …interrogarse acerca de qué hacer con él, con lo que supone que es”. Pues bien. A esta altura el lector de este artículo se preguntará por qué estamos teorizando en aspectos de la psicología evolutiva si el epígrafe no refiere a nada que se le parezca. Es que sólo así se puede entender la razón de ser del ciclo radial que hemos iniciado en Radio Jai, que los alumnos dieron en llamar “El complejo Peter Pan”. Un espacio dedicado a que nuestros adolescentes puedan expresar, decir, y hasta gritar. Que encuentren un micrófono que amplifique sus miradas sobre el mundo, el suyo y el de los adultos. Que del otro lado de su música haya oídos interesados en conocerla. Que tengan, en definitiva ese lugar que todo chico de 13 a 18 años necesita para, como describían los especialistas citados, teorizar, interrogarse, dudar, buscar. Así aparecen las distintas secciones: Adolesce que no es poco, Informe periodístico de sociedad, Columna de música, Informe semanal humorístico de vida cotidiana, Columna de depor-

ESSAY WRITING COMPETITION On Wednesday, June 3rd sixty one High School Students took part in this yearly event. They were given a choice of three titles and they were asked to write an essay in which language flows well and consistently. The pictures show how concentrated they were. We look forward to results next August!

tes, entre otros. Y en cada programa la entrevista a un reconocido periodista radial. Junto a Pablo Yafe, hemos iniciado este camino secundando a los protagonistas. Y en eso estamos, disfrutando de cada emisión, sin poder dejar de sorprendernos cuando nos enteramos que cada una de las palabras dichas fueron escuchadas por oyentes anónimos, con quienes de a poco establecemos un vínculo. Y más allá de los objetivos centrales de esta propuesta, los chicos y los adultos que acompañamos aprendemos a hacer radio,. De a poquito se va entendiendo aquello de la magia de la radio. Que se este sólo sea un escalón más en nuestra constante búsqueda de ayudar a los chicos a tener criterio propio, altos niveles de criticidad, y con capacidad para expresar ideas y sentimientos. En fin, a crecer.

EL COMPLEJO PETER PAN RADIO JAI (FM96.3) Todos los jueves de 20 a 21hs. www.radiojai.com.ar

We are very proud to announce that Ms Verónica Storni Fricke, our English Literature and Language A2 teacher, was awarded the 2009 ESU (English Speaking Union) yearly scholarship for Secondary Teachers to attend a Study Course organized by the ESU and the Shakespeare’s Birthplace Trust next August. The course includes plays, lectures, discussions and workshops devised and delivered by Shakespearean experts. Ms Storni Fricke was chosen among a large number of participants in Argentina. CONGRATULATIONS VERÓNICA!


“Sin la música, la vida sería un error”

Friedrich Nietzsche

Esteban Abramovich Prof de Música y Coordinador de GPS Alex Kurland Director Dpto. de Arte

UNA DE LAS BANDAS MUSICALES DE TARBUT RESULTÓ GANADORA DEL CONCURSO NACIONAL “VAMOS LAS BANDAS”, ORGANIZADO POR EL GOBIERNO DE LA CIUDAD. LA CONSAGRACIÓN VINO ACOMPAÑADA DE LA POSIBILIDAD DE PARTICIPAR DE LA GRABACIÓN DE UN DISCO BAJO LA COORDINACIÓN DE VARIOS DE LOS PRINCIPALES REFERENTES DE LA MÚSICA NACIONAL.

La educación musical en la escuela argentina ha tenido muchísimos enfoques, sentencias y opiniones absolutistas pero, en la práctica, muy poco progreso. Todavía abundan planes de estudio desactualizados, conservadores y poco revisados; donde lo más importante parece ser saber con lujo de detalles la obra y vida de los compositores clásicos y románticos; y la mejor forma de tener contacto con una melodía es aprenderse de memoria los himnos nacionales y patrióticos. O quizás encontremos por ahí algún manual de teoría y solfeo para aprender a colocar puntitos en un conjunto de líneas. Pero es importante entender que ninguno de estos elementos es útil por si sólo, a la hora de la enseñanza, como dice Judith Akoschky en el libro Arte y Escuela: “En las orientaciones de educación musical se enfatizan algunos aspectos y se descuidan o ignoran otros, cuya ausencia, vacían a la música de su valor esencial” Todos estos aspectos históricos, apreciativos y notacionales están interconectados entre sí. Comprendiendo que el arte es esencialmente un producto de las emociones del hombre, y éstas son universales y atemporales, entendemos que el lenguaje musical responde a los mismos atributos. Por supuesto, como todo lenguaje, ha evolucionado con el tiempo, ha mejorado, ha empeorado, ha cambiado su temática, sus formas y su formato. Pero aún así nos preguntamos: ¿Podría haber existido la marcha de San Lorenzo sin haber existido Bach o Mozart? ¿Podría haberse perpetuado Beethoven en el tiempo si no existieran las partituras? ¿Cómo podría haber hecho Pink Floyd para escribir The Wall, una Opera Rock, si no hubiésemos tenido al gran compositor de óperas clásicas Gioachino Rossini? Estos cuestionamientos sencillos plantean nociones concretas del modo en que realmente la enseñanza de música puede ser fructífera: estableciendo de raíz que la música es construida directa o indirectamente por todas sus partes y no algo circunstancial que ocurre en

un momento o aspecto específico. ¿Y CÓMO ENSEÑAMOS MÚSICA EN TARBUT? “La música es sonido organizado”: esta frase, tomada de John Cage, uno de los compositores más influyentes del siglo XX, es la primera oración que tienen en la carpeta todos los chicos de séptimo que empiezan a cursar la orientación música en Tarbut. El genio de Cage pudo dar en pocas palabras una definición de una forma de Arte tan compleja, abstracta y cambiante que podríamos estar varios años solo para explicar el libro “Teoría de Armonía” de Shoemberg. Pero para nosotros, los educadores, esta definición es sólo el principio. A través del proyecto Arte nos ocupamos de enseñar el cuando, el cómo, y el por qué está organizado el sonido. Y esto lo logramos comprometiendo a cada alumno con el lenguaje artístico y musical; haciéndolos partícipes activos y no observadores externos de la música. Tratando de encontrar en cada alumno y en cada grupo un hilo conductor hacia la música. Cada clase de música, cada taller, se convierte en un espacio de formación de y para compositores, escuchas, analistas, fanáticos, historiadores y amantes musicales. Un lugar donde los que saben ejecutar un instrumento aprenden a interpretar música, donde los escuchas desenredan qué y cómo es escuchar, donde los fanáticos entienden y descubren las raíces de su devoción, donde los compositores aprenden a volcar sus ideas. Y lo más importante, es que todos y cada uno de ellos puede desarrollarse y profundizar en cualquiera de estos roles. Siguiendo este concepto, es como pudimos llevar adelante un proyecto de Bandas musicales que ya va por su cuarto año de existencia, y del cual hemos visto rendir sus frutos en muchas oportunidades. Conciertos, actos escolares, eventos comunitarios, Tzedaká y festivales en el exterior fueron, entre otras, actividades en las que han par-

ticipado. Entre los meses de junio y septiembre, una de nuestras bandas fue participe de una experiencia difícil de olvidar. Los chicos de primer y segundo año del polimodal: Lucas Birencwajg, Ariel Boltiansky, Máximo Boskis, Eric Catz, Nicolás Leiterfuter y Brian Rappaport fueron a grabar, bajo la dirección de Esteban Abramovich, a un estudio profesional para confeccionar un demo, que se presentó en el concurso Vamos las Bandas 2009, organizado por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Junto con otras 600 bandas de todo el país, que se habían anotado para mandar una grabación propia de una canción original e inédita, nuestros talentosos alumnos esperaban ansiosos que finalice el largo proceso de selección supervisado por el mismísimo Lito Vitale. Los ganadores serían elegidos para grabar un disco en los estudios del reconocido artista, quién además estaría a cargo de la producción y dirección. GPS, así es el nombre de la banda, resultó ganadora del concurso, junto con catorce bandas más de todo el país, estuvieron grabando en el estudio de Lito. Como si esto fuera poco, tuvieron el privilegio de asistir, también, a una clínica de producción musical con músicos y productores de la altura de Pedro Aznar, entre otros, donde estos profesionales hicieron una devolución didáctica e individual de la canción grabada, para mejorar aspectos y técnicas a nivel de producción musical y artística. Esta inolvidable experiencia culminará el 26 de septiembre, donde GPS participe con su canción ganadora en el concierto “Vamos las Bandas 09” en el Anfiteatro de Parque Centenario en la Ciudad de Buenos Aires. Una experiencia que nos enorgullece muchísimo, y que nos ha servido para aprender y profundizar contenidos a través del trabajo directo con los músicos más talentosos, exitosos y profesionales de la Argentina.


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El teatro, una forma de ver la vida En el contexto de un intenso programa de sensibilización artística en el Colegio, los alumnos de teatro de 9º año asistieron a una función de la ya aclamada obra, “La forma de las cosas”.

El arte en la educación contribuye a desarrollar las capacidades de percepción, de expresión, de comprensión y de creación. Fortalece la identidad personal y social de niños y adolescentes. A su vez, la Educación Artística permite abordar el tratamiento de los lenguajes simbólicos organizados mediante diferentes formas de representación y favorece el desarrollo integral de las dimensiones sensitivas, afectivas, intelectuales, sociales y valorativas comprometidas en los procesos de producción artísticas. En este sentido, el teatro es un aspecto único de la cultura y la experiencia humana y como tal, aporta a la educación sus valores y características específicas. El teatro desarrolla estructuras de pensamiento que resignifican los aprendizajes tradicionales. Ya desde Sófocles en Grecia, pasando por el teatro Isabelino de Shakespeare, la edad de oro de Lope de Vega y los conceptos teatrales contemporáneos de Tennessee Williams, la es-

tructura dramática teatral buscó cuestionar los valores de la sociedad en cada una de las diferentes épocas. El día 24 de junio, dentro del proyecto teatral del nivel secundario, fuimos espectadores de una “obra de arte”. Las alumnas de teatro de 9 año, asistieron con su profesora Maia Menajovsky y la tutora del nivel, Roxana Blager, a la función de la obra “La forma de las cosas”, bajo la dirección de Daniel Veronese. La elección de la obra tuvo como objetivo la posibilidad observar y vivenciar una experiencia diferente, ver el escenario plasmado de estructuras, personajes, temas y formas del teatro. La forma de las cosas es una obra que no sólo nos permitió involucrarnos en la estructura dramática desde su teoría sino también debatir acerca de las problemáticas sociales que hoy en día nos preocupan e inquietan. La forma individual de mirar, hablar, hacer, jugar, enamorarse, reír, llorar, pelearse y amigar-

se, son disparadores que cuestionan los valores de la sociedad. ¿El arte tiene límites? Las respuestas invadieron el aula, todas eran diferentes e intentaban justificar y entender el comportamiento de los protagonistas. El teatro se sirve de la expresión para contar una historia, si la ficción se vuelve real nos enfrentamos a la verdad que día a día nos toca vivenciar. En el trabajo realizado, posterior a la salida, cada alumna tuvo la posibilidad de dar su punto de vista y opinión de la trama argumental de la obra. De esta manera y con una mística singular, el aula se convirtió en un campo abierto que posibilitaba ver de, distintas maneras, “La forma de las cosas”. Alex Kurland Director Dpto. de Arte akurland@tarbut.edu.ar Maia Menajovsky Profesora de Teatro


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NIVEL SECUNDARIO

Ser Únicos Cuando uno piensa en HIV o SIDA, inconcientemente se desvanecen las personas que detrás de esa enfermedad viven el día a día. Que nos sean ajenas, e incluso que algunos les tengan miedo, nos parece normal. Normal, aceptable, corriente. Nos acostumbramos a una discriminación que nos separa de lo humano y nos une en lo mediocre. Una exclusión donde cualquier logro o trayectoria que a uno lo pudiera anteceder, sucumbe ante el indignante estigma de ser diferente. Justamente, en el taller de CAS de SIDA, intentamos combatir los prejuicios existentes y lograr que la ignorancia no nos convierta en intolerantes. Nadie merece ser ignorante, y nadie merece ser intolerado. Fernando Peña visitó el colegio el 13 de mayo. Muy atentos, intentábamos no parecer intimidados frente al hombre que, como dijo él, hizo de la palabra su arma más filosa. Se sentó entre nosotros como si fuese un estudiante más y empezó a contarnos de su vida. Trasgresoras, incisivas, paradójicas, sus palabras alcanzaron distintos niveles de conversación donde ca-

Artículo escrito por Maia Eliscovich, alumna de 1º Polimodal y miembro del grupo CAS en la comisión “Conciencia y HIV”, a partir de un encuentro con el recientemente fallecido artista, Fernando Peña.

da uno de nosotros podía identificarse en algún aspecto. Un hijo anárquico y subversivo, un estudiante vago, alguien que dice lo que piensa, un rebelde con causa, un aspirante a famoso… Durante nuestro encuentro supo abandonar su popularidad de loco y nos trasmitió, con la sinceridad que lo caracterizaba, su propia perspectiva de la vida. “La soberbia me hacía planificar mi vida en años y meses, pero descubrir la finitud humana me hizo empezar a planificarla en horas, minutos y segundos” – dijo muy seguro – “No sé si me voy a morir hoy, mañana o en un mes. Por eso vivo el hoy”. Si no me equivoco, ninguno de nosotros habíamos escuchado antes que alguien se tomase el Carpe diem de un modo tan práctico, ni tan real. Un mes después, el 17 de junio, nos enteramos que lo que él tanto había predicho era verdad. Si fue una simple charla o cambió nuestros conceptos de la vida y la muerte, la libertad, la discriminación y el prejuicio – eso lo sabe cada uno. De mi parte, todavía retumban las ideas que escuché sin pretender encontrar en ellas

un sentido literal. Si nuestros oídos pudiesen apartar los prejuicios atribuidos a Fernando Peña, dejando al descubierto a un hombre y su vida sin más, cuánto más podríamos haber aprendido de escuchar su voz. Y cuánto más podríamos aprender de tantos otros que gritan enmudecidos por nuestras mentes cerradas. Somos herederos de una generación con problemas; dificultades que tendremos que solucionar más allá de los inconvenientes que se originen por diferencias, poco significativas, como la preferencia sexual o ser HIV positivo. No se puede pretender un avance si retenemos el odio, la discriminación y los prejuicios. Tenemos en nosotros la difícil tarea de evadir las opiniones y llegar a las ideas, de ser objetivos y concientes, de poder hablar y aprender a escuchar. Somos hoy el producto de una sociedad con estereotipos y etiquetas, que podemos transformar en íconos originales y así hacer de cada individuo un fenómeno único, como lo fue Fernando Peña.


Taller de sexualidad para 8vo. y 9no.

NIVEL SECUNDARIO 31

Dpto. Médico - Dpto de Ciencias

Las diferencias en los tiempos y en el ritmo de crecimiento y desarrollo puberal pueden evocar situaciones de discriminación, sentimientos de inferioridad y baja autoestima; vergüenza o inhibición; cargadas defensivas y agresiones. En los primeros años del secundario se ha trabajando intensamente en contener, acompañar e informar a los alumnos acerca de los temas que rodean el interesante y complicado proceso que les toca atravesar. Es una época de la adolescencia en la que se lleva a cabo una adaptación forzosa al cuerpo crecido. La pubertad simplemente sucede, sin ser convocada. Muchos chicos se sienten extraños en los cuerpos que habitan, alcanzando así una incomodidad que puede prolongarse durante largo tiempo. El desarrollo puberal conlleva una nueva conciencia de la sexualidad y desafía al adolescente a ubicarse frente a su identidad sexual y la de sus pares. Sin embargo, rara vez se habla reflexivamente del impacto de estos cambios entre pares. Más bien, cada uno lucha en silencio, a menudo vergonzosamente, con sus padecimientos y fantasías. Aunque la sexualidad sea importante a toda edad, la adolescencia es la etapa en la que el tema asume mayor relevancia. En el contexto de nuestros talleres, debemos tratar de proveerles toda la información y orientación posibles. Estos talleres proponen crear un espacio de reflexión en conjunto, donde además se establezca una dinámica que sirva como modelo para que los jóvenes vean cómo se puede profundizar acerca de las inquietudes que, en general, la mayoría comparte. Se explican los procesos de desarrollo, y las diferencias para cada individuo y entre varones y mu-

jeres; se escuchan las apreciaciones de los chicos, y se incentiva el debate. Otra de las prioridades del proyecto es establecer, con contundencia, la idea de lo violento, irrespetuoso y denigrante que resultan las cargadas acerca de las diferencias físicas. Intentamos que comprendan que nadie tiene control sobre los ritmos de su desarrollo y que las cargadas nacen de su propia inseguridad frente a los cambios, como si al ridiculizar al otro pudiesen sentirse más seguros de sí mismos. Uno de los temas sobre los que se trabaja es el de la iniciación sexual. Entendiendo que ésta puede comenzar a edades tempranas, cuando los adolescentes aún no hayan tomado conciencia acerca de la prevención, la información que reciben debe ser seria y debe ser suficiente. No es alentador saber que los estudios que se realizan acerca de las conductas de los jóvenes revelan que, aun los más informados cometen errores y descuidan su seguridad en el ejercicio activo de su sexualidad. A partir de esta realidad, hacemos hincapié en generar conciencia sobre la salud y el futuro para promover actitudes y conductas responsables que, esperamos, conducirán a una sexualidad notraumática, sino satisfactoria, sana y feliz.

TALLER DE CONSUMO DE SUBSTANCIAS ADICTIVAS Todos reconocemos que la prevención en el consumo de sustancias debería funcionar más allá de la información que se transmite. A través de distintos recursos grupales, intentamos formar actitudes que gobernarán conductas cuando los jóvenes deban decidir por sí mismos. Como el alcohol y el tabaco son las dos drogas más consumidas en la sociedad, el trabajo acerca de ellos se realiza en talleres dedicados específicamente a estas substancias. Reflexionamos acerca de las costumbres de consumo de substancias adictivas y sus efectos en las personas y en la calidad de los vínculos. La meta es ayudarlos a articulamos posibles respuestas frente a la oferta de substancias en su medio. Que logren interpretar procesos cuyos efectos se vinculan con la presión social, la necesidad de pertenecer y las imágenes de éxito que se perciben del mundo publicitario alrededor del consumo en general.

Adhesión Flía. Czarny



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