Humanidad En Red AĂąo 1 NÂş 1
En defensa de nuestro
planeta para todos 1
Presentación Reconociendo que el sistema capitalista en la búsqueda de maximizar las ganancias (acumulación de valor) bajo una racionalidad instrumental (aplicación tecnológica del conocimiento científico), sobrepasa hoy con creces los ciclos de renovación de la naturaleza y con ello ha puesto en jaque las condiciones de posibilidad de la vida en el planeta; la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH) entrega en este número 1 de su revista digital Humanidad en Red importantes reflexiones sobre uno de sus diez ejes de acción: En defensa de un planeta para todos. En primer lugar, encontramos la Editorial escrita por Marilia Guimarães, coordinadora de la REDH, Capítulo Brasil. En la misma se plantea en tono imperativo la importancia de encontrar caminos para construir un mundo mejor para todos. En la sección “Artículos”, presentamos tres contribuciones: Braulio Álvarez (Venezuela) expone la perspectiva campesina de los conflictos ecológicos y su vertiente socio-económica, reafirmando que la búsqueda y construcción de soluciones reales debe venir de la voluntad colectiva. Por su parte, Mónica Bruckmann (Perú) realiza una crítica a la financierización de la naturaleza y el desarrollo técnico-científico que la acompaña, planteando la necesidad de una nueva relación hombre-naturaleza desde la visión de los movimientos indígenas latinoamericanos. Por último, Miguel Urbano (Portugal) muestra que la crisis del capitalismo tiene como revés la ofensiva militarista y mediática del imperio en la negación a perder su hegemonía mundial. Para la sección “Entrevistas”, presentamos la conversación con el sociólogo belga François Houtart, donde reflexiona sobre las implicaciones prácticas de defender
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un planeta para todos. La entrevista cierra con un análisis de la actual crisis del capitalismo. Con el nombre de “Retrospectiva”, hemos incluido un artículo del Teólogo de la Liberación, Leonardo Boff (Brasil), quien bajo una sutil metáfora, analiza el caos ecológico al que ha llevado el economicismo capitalista y la racionalidad científico-técnica que tiene de fondo. Para el apartado “Documentos”, transcribimos cuatro textos de suma relevancia para la discusión. Primero, el discurso del comandante Hugo Chávez en la XV Conferencia Internacional de la Organización de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Copenhague, 16 de diciembre (2009). Segundo, el histórico discurso del Comandante Fidel Castro en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992). Tercero, el mensaje de la REDH ante la Cumbre Río+20 (2012). Cuarto, las conclusiones de la mesa de trabajo n°1, del primer Encuentro Mundial de Intelectuales en Defensa de la Humanidad realizado en Caracas (2004). En este número también presentamos una síntesis del trabajo que viene realizando el sitio web “Una especie en peligro”, coordinado por el Capítulo cubano de la REDH. Por último, ante la nueva embestida fascista a la Revolución Bolivariana, bajo el nombre de “Contra el Golpe” hemos reunido un importante material para la comprensión de la actual coyuntura de lucha en Venezuela. Confiamos en que nuestros lectores encuentren insumos en la lucha por un mundo más justo y solidario para todos y todas. ♦
Revista Humanidad en Red Rif: G20004640-6 Depósito legal: PPI201402DC4452 Directora: Carmen Bohórquez Consejo editorial: Dalisnel Perentena Manuel Azuaje Ariana López Osmel Batista Itsbeida González Roger Landa Jesús León Equipo de redacción: Carmen Bohórquez Dalisnel Perentena Manuel Azuaje Ariana López Roger Landa humanidadenred@gmail.com http://humanidadenred.org.ve @humanidadenred Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad humanidadenred
(Clic en los títulos para ir a los artículos) Presentación Editorial: “Caminata en dirección a la humanidad”, por Marilia Guimarães Artículos: “En defensa de nuestro planeta para todos”, por Braulio Álvarez (Venezuela) “Recursos naturales y proceso civilizatorio: Por un nuevo ‘reencantamiento del mundo’”, por Mónica Bruckmann (Perú) “El combate al imperialismo es inseparable de la lucha en defensa del planeta”, por Miguel Urbano Rodrigues (Portugal) Entrevista: François Houtart : La defensa de un planeta para todos y la crisis del capitalismo Retrospectiva: “El imposible pacto entre el lobo y el cordero”, por Leonardo Boff
Índice
Documentos: Discurso del comandante Hugo Chávez en la XV Conferencia Internacional de la Organización de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Copenhague, 16 de diciembre (2009) Discurso del comandante de la Revolución cubana, Fidel Castro, en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992) Mensaje de la Red en Defensa de la Humanidad ante la Cumbre Río+20 (Junio, 2012) Conclusiones de la mesa n° 1 del Encuentro de la Red en Defensa de la Humanidad en Caracas (2004) Acciones de la REDH: “Una especie en peligro”, sitio web del Capítulo cubano de la Red en Defensa de la Humanidad Especial: Contra el golpe en Venezuela Pintura: El grito de los excluidos y excluidas (1999), de Pavel Éguez (Ecuador)
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Editorial Caminata en dirección a la humanidad *Marilia Guimarães (Brasil) Cesen los egoísmos, cesen las hegemonías, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debía ser hecho hace mucho tiempo. Fidel Castro Ruz
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Una teoría de la cultura que sea de alcance erudito y toque hondo al conocimiento popular, pasando por las críticas espurias, movilizando las conciencias hacia un despliegue real de la reordenación social es una meta en los días de hoy. El mundo necesita reestructurar sus conceptos de vida. Debemos definir políticas basadas en la diversidad cultural, utilizando la creatividad y las tradiciones más dispares de las etnias. Los países hegemónicos destruyen, se infiltran en las estructuras familiares, cambiando conceptos, embotando la percepción de los peligros, reforzando el individualismo, incentivando el consumismo, frenando al hombre. Así van cumpliendo el programa prefijado de dominación: ocultar la identidad de los pueblos, enflaquecerlos con la pérdida de sus valores culturales a través de signos actualizados de colonialismo: las guerras mediáticas. Décadas tras décadas, las ganancias de los depredadores hicieron que los pueblos quedasen más pobres en todos los sentidos. Han contaminado la humanidad, han extraído sus riquezas naturales dejando secuelas centenarias para las generaciones actuales y futuras. Han establecido unas desigualdades ex-
tremas, que requieren ardua dedicación y medidas firmes para aminorar este vacío dejado por siglos de explotación. Es necesario buscar métodos, formas de adecuación, desprendimiento, organización, para constituir una ética de la solidaridad; que cada pueblo defienda una patria sin guerras, digna para todos los hombres, siguiendo el pensamiento de José Martí, cuando señaló que “Patria es humanidad”. La defensa de un mundo mejor para todos, primer eje temático de la Red en Defensa de la Humanidad, está sustentada en la reeducación, en la lucha diaria e incansable para buscar caminos hacia ese mundo idealizado y posible. “Nosotros tenemos el poder de reinventar el mundo que queremos vivir”. Darcy Ribeiro. *Marilia Guimarães. Miembro fundadora de la REDH, coordinadora del Capítulo brasileño de la misma. Fundadora del Comité Contra la Trata de Personas Río Corazón Azul. Miembro del Comité Organizador del Congreso de Cultura y Desarrollo en La Habana, y del Comité Internacional Contra el Terrorismo de Estado. Militante del Comando de Liberación Nacional (COLINA).
Artículos En defensa de nuestro planeta para todos *Por Braulio Álvarez (Venezuela)
Esa otra forma de relacionarnos con nuestro planeta, con nuestra naturaleza, no es más que el modelo primitivo natural, con que nuestros ancestros honraban, amaban, arrullaban con sus cantos y bailes a la madre tierra, a la lluvia y a todos los elementos naturales que hacen posible que este mundo físico nos sustente con abrigo, con todo lo necesario para existir. Llevamos esta información en nuestra memoria genética, sólo que hemos perdido sensibilidad, esencia y conciencia de quienes realmente somos;
aunque muy dentro de nosotros hay una rebeldía natural que no nos permite permanecer pasivos ante el escenario y la realidad ambiental, producto del saqueo y la depredación y los desmanes capitalistas. Mucho se ha escrito, reglas y normas hay, pero la conciencia práctica, con experiencias humanas en todo el sentido de la palabra, donde le demos vida a estas leyes de amor y de vida han sido ignoradas. Demos vigencia a ese manojo de códigos y leyes-decretos: desde El Decreto de Chu-
Nuestro deber y nuestro derecho contribuir con la defensa de la vida en el planeta. Simón Bolívar un protector del planeta.
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quisaca, del 19 de diciembre de 1825, sobre reforestación en gran escala en las cabeceras de los ríos, donde nuestro Libertador Simón Bolívar da una muestra de la importancia que concedió a la defensa de los recursos naturales. ¿Qué pasa con los códigos de vida que regulan el uso de nuestros recursos naturales planetarios y los cuales prometen la salvación de la especie humana?. En nuestro país, Venezuela, el Comandante Eterno nos deja como legado el segundo plan socialista de desarrollo económico y social de la nación, 2013-2019, donde da un trato muy especial a la preservación de la vida en el planeta y habla de impulsar el modelo económico productivo eco-socialista, basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza; y nosotros, las personas nacidas en el campo y que nos negamos rotundamente a abandonar nuestras costumbres ancestrales, seguimos luchando por la humanidad consciente, promoviendo el rescate y sistematización del conocimiento de los pueblos indígenas, campesinos y afros vinculados a las prácticas agrícolas para la conservación de la vida, así como la necesidad de impulsar y realizar la investigación sobre las semillas que sembramos, desde un enfoque participativo y emancipador. Considero que la naturaleza es la escuela viva a la cual podemos acceder para despertar nuestras conciencias. Y reconociendo que los indígenas, conuqueros, campesinos y campesinas de pe-
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queña escala y luchadores agroecológicos son sus intérpretes más atentos, pensamos que son ellos y ellas quienes pueden orientarnos en este camino hacia el post-capitalismo. Y a los movimientos populares nos corresponde darle vida a todos estos convenios con nuestra lucha y participación activa y viva en cada rincón del planeta, de modo que se escuche la voz de los pueblos. La salvación del planeta depende más de la toma de conciencia del colectivo y de la participación popular, que de un pequeño grupo de técnicos y científicos. Cuando entendamos sin límites ni barreras de idiomas, posición social, religiosa, política, económica, que el tema de la salvación del planeta nos atañe a todos por igual y que somos responsables en nuestros actos privados y colectivos, profundizaremos nuestras acciones para mejorar esta cruel y triste realidad. Frente a los eminentes riesgos de destrozar la naturaleza y acabar con el planeta, en lo que se ha llamado satánicamente OGM –Organismos genéticamente modificados– exigimos a nuestros países latino-caribeños la paralización de cualquier voto aprobatorio que lleve a estos ensayos diabólicos. En este sentido, proponemos: • Combatir la tecnología “Termineitor”, movilizando miles de millones de manos de hombres y mujeres para la agricultura campesina y recuperar
nuestras semillas autóctonas, así como recuperar nuestros suelos y hacer una campaña mundial para frenar la alianza del plan Marshall y del progreso liderizado por el BM, FMI, OMC, que con sus corporaciones matagente: Monsanto y Dupont, Aventis, Novartis y Cargill, convierten a la humanidad en zombis comedores de chatarra. • Exigimos al mundo “civilizado” a que cumpla con lo exigido en Copenhague, que se disponga del 6% del producto interno bruto de todos los países del planeta para que se inicie el reparo de la destrucción de la capa de ozono, que se proteja las aguas no contaminadas de la Amazonía y condenar a la Chevron-Texaco por la contaminación de más de 2 millones de hectáreas en la Amazonía Ecuatoriana. • Crear un plan internacional que nos permita recuperar el daño físico y mental de estas generaciones contaminadas por alimentos transgénicos y desarrollar un plan de semillas autóctonas e implementar un plan educativo donde el hombre y la naturaleza puedan vivir en armonía. Todo esto me hace recordar el discurso de una niña de 12 años, llamada Severn Suzuki, en la Conferencia de Medioambiente y Desarrollo “The Earth Summit”, celebrada por la ONU en
Río de Janeiro en el año 1992. La niña de 12 años Severn Suzuki y nuestro comandante Chávez en el año 1992 gritaron: SALVEMOS LA NATURALEZA. “Hola, soy una niña de 12 años, hablando en nombre de ECO, una Organización de niños de 12 y 13 años, a favor del medio ambiente que intentamos marcar una diferencia. Hemos reunido todo el dinero para venir aquí nosotras mismas, recorriendo 5 mil millas, para deciros a los adultos que debéis cambiar. Viniendo aquí, hoy, no voy a ocultar mi objetivo: Estoy luchando por mi futuro. Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o unos puntos en el mercado de valores. Estoy aquí para hablar en nombre de todas las generaciones venideras. Estoy aquí para hablar en defensa de los niños hambrientos del mundo, cuyos lloros son ignorados por todo el mundo. Estoy aquí para hablar por los incontables animales que mueren en este planeta, porque no les queda ningún lugar a donde ir. No podemos soportar no ser oídos. Tengo miedo de tomar el sol debido a los agujeros en la capa de ozono. Tengo miedo de respirar el aire porque no sé qué sustancias químicas hay en él. Solía ir a pescar en Vancouver, mi hogar, con mi padre, hasta que hace unos años encontramos un pez lleno de tumores. Y ahora oímos que los animales y las plantas se extinguen cada día y desaparecen para siempre.
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Durante mi vida, he soñado con ver las grandes manadas de animales salvajes y las junglas y bosques tropicales repletos de pájaros y mariposas, pero ahora me pregunto si todavía existirán para que mis hijos los vean también. ¿Tuvieron que preguntarse ustedes estas cosas cuando tenían mi edad?. Todo esto está ocurriendo ante nuestros ojos, y aún seguimos actuando como si tuviéramos todo el tiempo que quisiéramos y todas las soluciones. Soy sólo una niña y no tengo todas las soluciones, pero quiero que se den cuenta: ustedes tampoco las tienen. No saben cómo arreglar los agujeros en nuestra capa de ozono. No saben cómo devolver los salmones a aguas no contaminadas. No saben cómo resucitar un animal extinto. Y no pueden recuperar los bosques, que un día talaron y que antes crecían donde ahora hay desiertos. Si no saben cómo arreglarlo, por favor, dejen de estropearlo. Aquí, ustedes son seguramente delegados de gobiernos, empresarios, organizadores, periodistas y políticos, pero en realidad son madres y padres, hermanas y hermanos, tías y tíos, y todos ustedes son hijos de alguien. Aún soy sólo una niña, y sé que todos somos parte de una gran familia formada por seis mil millones de personas. De hecho, una familia de treinta millones de especies, y todos
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compartimos el mismo aire, agua y tierra. Las fronteras y los gobiernos nunca cambiarán eso. Aún soy sólo una niña, y sé que todos estamos juntos en esto, y debemos actuar como un único mundo tras un único objetivo. Aunque estoy llena de rabia, no estoy ciega, y, aunque tengo miedo, no me asusta decirle al mundo cómo me siento. En mi país derrochamos tanto… compramos y desechamos, compramos y desechamos, y aun así, los países del norte no comparten con los necesitados. Incluso teniendo más que suficiente, tenemos miedo de perder nuestras riquezas si las compartimos. En Canadá vivimos una vida privilegiada, plena de comida, agua y protección. Tenemos relojes, bicicletas, ordenadores y televisión. Hace dos días, aquí en Brasil, nos sorprendimos cuando pasamos algún tiempo con unos niños que viven en la calle. Y uno de ellos nos dijo: “Desearía ser rico, y si lo fuera, daría a todos los niños de la calle: comida, ropa, medicinas, un hogar, amor y afecto”. Si un niño de la calle que no tiene nada está deseoso de compartir, ¿por qué nosotros, que lo tenemos todo, somos tan egoístas? Entonces, ¿por qué fuera de casa se dedican a hacer las cosas que nos dicen que no hagamos?. No olviden por qué asisten a estas conferencias: lo hacen porque nosotros somos sus
hijos. Están decidiendo el tipo de mundo en el que creceremos. Los padres deberían poder confortar a sus hijos diciendo: “todo va a salir bien”, “esto no es el fin del mundo” y “lo estamos haciendo lo mejor que podemos”. Pero no creo que puedan decirnos eso nunca más. ¿Estamos siquiera en su lista de prioridades?. Mi padre siempre dice: “eres lo que haces, no lo que dices”. Bueno, lo que ustedes hacen me hace llorar por las noches. Ustedes, adultos, dicen que nos quieren. Los desafío: por favor, hagan que sus acciones reflejen sus palabras”. Sabias palabras. * Braulio Álvarez es dirigente social y luchador campesino. Diputado a la Asamblea Nacional, por el estado Yaracuy del Partido Socialista Unido de Venezuela. Miembro de la comisión permanente de finanzas y desarrollo económico.
Artículos Recursos naturales y proceso civilizatorio: Por un nuevo “reencantamiento del mundo” *Por Mónica Bruckmann (Perú) La economía dirigida por el libre mercado es cada vez más incapaz de proponer un desarrollo económico y social que garantice la solución de problemas fundamentales para la humanidad, convirtiéndose en una barrera para la constitución de un planeta que logre, incluso, su propia sobrevivencia.
La lógica de acumulación del capital, basada en la apropiación privada de la naturaleza y en la financierización de los recursos naturales representa una gran limitación para la relación entre los diversos intereses económicos, ha generado crecientes conflictos sociales y ambientales, y se coloca como un gran obstáculo para la relación de la humanidad con la naturaleza desde una perspectiva sustentable, que sea capaz de colocar el desarrollo económico, científico y tecnológico al servicio de la humanidad y no como instrumento de su propia destrucción. La apropiación de la naturaleza no está referida únicamente a la apropiación de materias primas, que el mercado financiero convirtió en “commodities”, minerales estratégicos, agua dulce, etc., sino también a la capacidad de producir conocimiento y desarrollo científico y tecnológico a partir de una mayor comprensión de la materia, de la vida, de los ecosistemas y de la biogenética. Las nuevas ciencias, que han alcanzado enormes avances
durante las últimas décadas, son producto de este conocimiento creciente de la naturaleza y del cosmos. Se espera que durante los próximos años las investigaciones en marcha produzcan resultados científicos de gran envergadura, capaces de impactar profundamente la sociedad humana y su civilización. Estamos frente a la perspectiva no sólo de grandes transformaciones de la naturaleza, sino de la inminente creación de nuevas formas de vida en el planeta 1. Este proceso no puede ser entendido, en su dinámica más compleja, fuera de las estructuras de poder económico y político a nivel mundial, regional y local. El desarrollo tecnológico está condicionado por estas estructuras de poder, que politizan la naturaleza en función de sus objetivos. La enorme acumulación histórica de conocimiento se convierte en un instrumento 1 La creación de una nueva bacteria sintética anunciada en mayo de 2010 por el científico Craig Venter, abre una nueva era en la investigación científica sobre genoma y la capacidad de la ciencia de crear artificialmente nuevos micro organismos para los fines más diversos. 9
de dominación poderoso. El sistema mundial basado en la división internacional del trabajo entre las zonas industriales y manufactureras y los países productores de materias primas, minerales estratégicos y productos agrícolas, consolidó el poder hegemónico de los países centrales y su dominio en relación a las zonas periféricas o dependientes y los espacios económicos que ocuparon una posición de semi-pe-
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riferia. Así, la elaboración industrial de las materias primas que exportaban los países periféricos tendió a ser la menor posible, consolidando y ampliando la dependencia económica, pero también la dependencia científica y tecnológica de estas regiones. El proceso de “destrucción creadora” al que se refería Joseph Schumpeter, entendido como la capacidad intrínseca del capitalismo para crear nuevas estructuras tecnológicas
y económicas destruyendo las antiguas, al mismo tiempo que produjo avances científicos y tecnológicos sin precedentes en la historia de la humanidad, produjo también amenazas sin precedentes de destruir el propio planeta y la civilización humana. Así, la gran capacidad creadora del capitalismo, encuentra sus límites en la amenaza de su propia destrucción. Esto lleva a una necesidad vital de redefinición de la relación hombre-naturaleza, que se expresa en una nueva visión del mundo y del uso y gestión de sus recursos naturales, al mismo tiempo que recupera una visión humanista que coloca como principal objetivo económico y social el pleno desarrollo del ser humano. En América Latina este proceso se desarrolla a partir de fuerzas sociales y políticas profundamente comprometidas con la preservación de la naturaleza y el uso de sus recursos a partir de los intereses y necesidades de los pueblos, postura que corresponde a una visión civilizatoria de los pueblos originarios del continente. El movimiento indígena latinoamericano se ha constituido en una de las fuerzas sociales más activas y movilizadoras en la lucha por la defensa de la “madre tierra”, la preservación del medio ambiente y el uso sustentable de los recursos naturales. Esta posición de vanguardia planetaria en
la que se colocó el movimiento indígena latinoamericano al promover una agenda global para analizar y proponer alternativas frente a uno de los mayores problemas que afectan el mundo contemporáneo, corresponde a una postura civilizatoria, que se expresa en una visión del mundo y una forma particular de vivir en él. Esta visión, y sus múltiples cosmovisiones, colocan como principio fundamental el cuidado y la conservación de la
tierra, convirtiéndola en el espacio donde, como ellos dicen, “la vida se crea y se recrea” y donde “nuestros hijos pueden ser felices”. Desde esta perspectiva, defender la preservación de la tierra y de la naturaleza significa defender la vida misma, defender el espacio vital de la felicidad… El significado del “buen vivir” trasciende la visión económica de la tierra como medio de producción, para colocarla en el lugar
del espacio territorial donde la vida ocurre, donde se entrelazan las memorias colectivas de los pueblos y la historia de las civilizaciones originarias, cuyo largo proceso todavía continúa marcando la vida cotidiana de las comunidades indígenas y campesinas de América Latina. Así, se establece una relación profunda entre la comunidad y la tierra, entre el hombre y la naturaleza, respaldada por un nuevo constitucionalismo (véase como ejemplo la creación de los Estados Plurinacionales en Ecuador y Bolivia) que se va abriendo paso en la región y que reconoce la integralidad de los territorios indígenas y el derecho al uso, al aprovechamiento comunitario, a la consulta y participación de los pueblos indígenas en la gestión de los recursos naturales de estos territorios. Este marco legal crea condiciones para construir mecanismos de gestión social de los recursos naturales, lo que seguramente permitirá también disminuir considerablemente la tensión creada por las prácticas de expulsión de las poblaciones locales, principalmente campesinas e indígenas, de los territorios productores de recursos naturales. La cuestión ecológica y la gestión soberana de los recursos naturales asumen un carácter primordial y crean condiciones para una reapropiación social de la naturaleza, dentro del contexto de un proceso civilizatorio que aproxima los pueblos de América
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Latina a los demás pueblos del mundo en la dirección de una civilización planetaria que tendrá que fundarse en estrategias y políticas de desarrollo integral y sustentable para la humanidad, incorporando el poder del conocimiento de los varios pueblos y regiones para producir un verdadero conocimiento universal. La gestión ambiental, social, económica y científica de los recursos naturales asume un rol fundamental en el proceso civilizatorio de la humanidad y en la restructuración del sistema de poder mundial, y desarrolla estrategias muy diferenciadas desde el centro, desde las potencias emergentes y desde los países productores de recursos naturales, quienes sufren directamente las consecuencias devastadoras de las políticas de extracción irracional de los recursos naturales estratégicos. Esta dinámica se desdobla en múltiples dimensiones políticas, económicas y militares, y desde 2001 ha colocado la lógica de la guerra como elemento central para asegurar el acceso, la gestión y apropiación de estos recursos naturales y bienes comunes a nivel mundial. Para los centros hegemónicos del poder mundial, el acceso a recursos naturales estratégicos a nivel planetario se coloca como una cuestión de seguridad nacional, poniendo en tensión todo el poder y el aparato del Estado para este fin. Esto ha
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producido una creciente militarización de las regiones productoras, que constituyen reservas importantes de recursos naturales considerados estratégicos, poniendo en riesgo permanente la paz mundial, que incluye una acción articulada y compleja para derribar las barreras políticas y económicas que permitan un dominio de largo plazo sobre estos recursos. Los países del sur enfrentan el gran desafío de construir una agenda global por la paz mundial y la defensa de la vida (de todas las formas de vida) en el planeta, condición indispensable para cualquier proyecto de desarrollo. La reciente reunión de las Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños CELAC (La Habana, 28 y 29 de enero de 2014), cuya declaración final reconoce a América Latina como una región de paz, es un paso en esa dirección. La preservación de la naturaleza y de las condiciones de vida del planeta debe convertirse en un consenso planetario y en un objetivo fundamental del desarrollo económico, social y científico. Se hace necesario reintegrar el hombre a la naturaleza, derribar barreras artificiales entre uno y otra, reconociendo que ambos forman parte de un universo único y complejo. Se trata de un “reencantamiento del mundo”, como lo denominó el físico y Premio Nobel de química,
Ilya Prigogine, al referirse al “nacimiento de una nueva ciencia que permita que la creatividad humana se vivencie como la expresión singular de un rasgo fundamental común en todos los niveles de la naturaleza”. El ser humano se recoloca como parte de la naturaleza, se integra a ella para producir un diálogo respetuoso con los hombres y mujeres de todas las culturas y un nuevo horizonte en el desarrollo científico de la humanidad.
*Mónica Bruckmann es socióloga, Doctora en Ciencia Política, profesora del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ-Brasil); investigadora de la Cátedra y Red Unesco/Universidad de las Naciones Unidas sobre Economía Global y Desarrollo Sustentable (REGGEN); y asesora de la Secretaría General de UNASUR.
Artículos El combate al imperialismo es inseparable de la lucha en defensa del planeta *Por Miguel Urbano Rodrigues (Portugal)
A pesar de las contradiciones existentes, los países centrales actuan en el ámbito de una estratégia común, bajo la égida de los Estados Unidos que aspiran a establecer una dominación planetaria sobre la humanidad. Guerras genocidas Una campaña mundial, mistificadora, insiste en presentar al presidente Barack Obama como un estadista progresista, un defensor de la paz. La Academia Noruega le concedió inclusive el Nobel de la Paz.
Es una falsa imagen. En realidad bajo su dirección la política exterior de los Estados Unidos es más agresiva que la de sus predecesores. Irak es hoy un país destruido. Para apropiarse de su petróleo, los EUA son responsables por la muerte de centenas de miles de personas. La promesa de retirar las fuerzas militares norteamericanas del país no se cumplió. Funciona como arma de propaganda. Ejércitos mercenarios al servicio de grandes transnacionales sustituyeron allí las tropas de combate
Los problemas que debatimos en Caracas en 2004, en el Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, se agravaron mucho en los últimos diez años. Un sistema de poder monstruoso es responsable de la crisis de civilización que amenaza la humanidad. Incapaz de superar la crisis estructural del capitalismo, el imperialismo desarrolla una estrategia agresiva desencadenando guerras contra países del sur para saquear sus recursos naturales. Su ofensiva es simultaneamente militar, económica, ideológica, cultural, ecológica y energética.
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estadounidenses. La violencia adquirió en el país un carácter permanente, endémico. En Afganistán la situación es caótica. La producción de opio aumentó y el país es hoy el primer productor mundial de heroína. El ejército de ocupación solamente controla Kabul y las principales ciudades. La influencia da Al Qaeda, organización terrorista árabe, es mínima en un país donde la lengua árabe es desconocida por la inmensa mayoría de la población. Obama también allí incumplió la promesa de retirar las tropas americanas hasta final de 2014. Ya impuso a Hamid Karzai, el presidente fantoche, ex-funcionario de una compañía petrolera, un tratado que permite por tiempo indefinido la permanencia de fuerzas militares de los EUA. La agresión a Libia fue otra monstruosidad, ejecutada con la colaboración de Francia y del Reino Unido. Fue además preparada con gran anticipación por la CIA y por los servicios secretos británicos. Para apropiarse del petróleo y del gas arrasaron el país en una guerra culminada con el asesinato de Muammar Gaddafi. La agresión fue facilitada por la aprobación por parte del Consejo de Seguridad de la ONU de una Resolución que establecía «una zona de exclusión aérea», medida que en la práctica fue sustituida por bombardeos sistemáticos de Trípoli y otras ciudades. Invocando principios y valores eternos, el imperialismo destru-
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yó Libia y se apropió de sus riquezas. Merece destacar el hecho de que el gobierno de la Venezuela bolivariana ha sido uno de los pocos que se opuso a la agresión imperialista y la condenó. En Siria, utilizando terroristas islámicos, enmascarados de oposición democrática, los EUA intentaron, siempre con la ayuda británica y francesa, repetir la estrategia aplicada en Irak y en Libia. Obama llegó a anunciar que había decidido bombardear Siria para derribar el gobierno legítimo de Bassar Al Assad. Solamente no concretizó el proyecto porque la oposición firme de Putin lo obligó a retroceder. Ese retroceso implicó además un cam-
bio de estrategia con Irán. Washington acabó por sentarse a la mesa de negociaciones para discutir la cuestión nuclear, renunciando por ahora al uso de la fuerza. África subsahariana es otro terreno donde el imperialismo norteamericano desarrolla intensa actividad. Tropas americanas ya intervinieron en países de África Oriental. La meta del Africa Comand es, además, la creación de un ejército permanente de los EUA en el continente. Es a partir de la base militar de Djibuti que operan los drones que llevan la muerte a Somalia, Yemen, Paquistán y Afganistán. Es personalmente el presidente de los
La divulgación por el australiano Assange, de Wikileaks, de documentos secretos del espionaje realizada por las embajadas de los EUA, y sobretodo la revelación del norteamericano Snowden de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) espiaba los gobiernos de países aliados, incluyendo a la canciller Merkel, afectó gravemente lo que restaba de credibilidad al gobierno Obama. El presidente se vió obligado a promover una reforma del funcionamiento ilegal de la NSA, pero fueron cosméticos los cambios.
EUA quien, de listas elaboradas por la CIA, escoge las víctimas a abatir por los misiles de los drones, una guerra de nuevo tipo por él elogiada, omitiendo que miles de civiles han muerto en esos bombardeos. Es útil recordar también que el apoyo incondicional militar, político y financiero al estado neofascista de Israel ha sido una constante de la administración Obama. El arma mediática Esta estrategia de amenaza global a la humanidad no sería posible sin el arma mediática. El control hegemónico de los medios de comunicación permite, a través de una
campaña de ámbito mundial, transformar la mentira en verdad. Los grandes media occidentales presentan las guerras imperiales como iniciativas humanitarias. Invocando siempre la necesidad de luchar contra el terrorismo, el imperialismo ha difundido el terrorismo de Estado en el mundo. El presidente Obama actúa como cómplice de esa estrategia. Promulgó la decisión del Congreso que en la práctica legaliza la tortura y la ley que permite la prisión de ciudadanos sospechosos de vínculos con el terrorismo; ley que en la opinión del profesor canadiense Michel Chossudovsky convierte a los EUA en un Estado totalitario.
La destrucción del ambiente La política del imperialismo que se niega a disminuir la emisión de gases venenosos por sus industrias, tiene graves consecuencias para la humanidad. Amenaza destruir el planeta con su estrategia de dominación, para la cual el dios dinero es mucho más importante que las vidas humanas. El desastre petrolífero en Alaska y el gigantesco derramamiento de petróleo de la BP en el Golfo de México no alteraron la política imperial en el sector de los hidrocarburos. La pavorosa catástrofe de Fukushima es también una invitación a la meditación y un estímulo a las luchas por un planeta limpio, al servicio de la humanidad y no del capital.
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En países de África, de Asia y de América Latina grandes transnacionales incumplen la legislación, violan contratos firmados y, por la forma de actuar, se convierten en responsables por la muerte de trabajadores (recordar Bohpal en la India) y por crímenes ecológicos de trágicas consecuencias. La Chevron en Ecuador y el Pré Sal del Brasil son ejemplos da arrogancia del gran capital y de su política de contaminación de suelos y envenenamiento de las aguas. En Colombia, la contaminación de ríos y de los campos prosigue impune, provocando enfermedades incurables y arruinando miles de campesinos. El imperialismo no respeta las convenciones internacionales sobre la reducción de gases tóxicos emitidos por industrias que contaminan el ambiente, amenazan la fauna y la flora, envenenan el aire que respiramos, contribuyen a alteraciones climáticas y eliminación de glaciares milenarios. Breves conclusiones Este nuevo Encuentro de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad puede y debe funcionar como palanca de nuevas iniciativas de la organización. Mucho se hizo en lo tocante a la clarificación de los pueblos desde la reunión de 2OO4 en Caracas, cuyo balance del trabajo realizado es muy positivo. En los éxitos ob-
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tenidos, destacando la creación de Telesur y de organizaciones de integración latinoamericana, fue decisiva la participación personal del inolvidable revolucionario que fue el comandante Hugo Chávez. Dar continuidad a nuestro proyecto es una exigencia de la historia. Conocemos el poder del enemigo y nuestras limitaciones. Pero nuevas victorias nos esperan. Podemos y debemos: • Dinamizar en todos los frentes el combate al imperialismo. • Profundizar la batalla por la creación de una conciencia ecológica en el planeta, prioritariamente en Nuestra América. • Ampliar la participación en la lucha en defensa del ambiente de sectores sociales cuya combatividad es aún reducida, por la ofensiva ideológica de los medios de desinformación. • Exigir de las Naciones Unidas una actitud firme en la condena de las políticas y actividades de destrucción del ambiente, practicadas impunemente por las potencias imperialistas. • Contribuir por la palabra y por la acción para la creación de una Red Internacional de los Pueblos del Mundo que combata por la paz y
por la eliminación total de las armas nucleares. Son los pueblos el sujeto de la historia y no aquellos que los oprimen y explotan, amenazando ya la continuidad de la vida en la tierra, patria común del ser humano.
*Miguel Urbano Tavares Rodrigues es un periodista y escritor portugués. Fue redactor del ¨Diario de Noticias¨(1949-1956), jefe de redacción del ¨Diario Ilustrado¨ (1956-1957), antes de exiliarse en Brasil donde fue editorialista principal de ¨O Estado de Sao Paulo¨ (1957-1974), y editor internacional de la revista brasilera ¨Visao¨ (1970-1974). Es autor de más de una decena de libros publicados en Portugal y en Brasil.
Entrevista François Houtart: La defensa de un planeta para todos y la crisis del capitalismo Entrevista a François Houtart, sacerdote católico y sociólogo marxista belga, exponente de la Teología de la Liberación y fundador del Centro Tricontinental (CETRI) y de la revista “Alternatives Sud”.
Primera parte: La Red de Redes en Defensa de la Humanidad y la defensa de un planeta para todos -Este año 2014 celebraremos los diez años del gran Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, que se llevase a cabo en Caracas, en diciembre del 2004, y que diera el paso definitivo para la constitución de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH). En ese mismo encuentro, se establecieron los diez ejes temáticos de la REDH. El primero de dichos ejes es, precisamente, nuestro tema de conversación: “En defensa de un planeta para todos”. De entrada, el tema nos plantea un problema y varias preguntas. El problema: Debemos defender el planeta para todos y todas. Pero, ¿defenderlo frente a qué o quién?; ¿cuáles son esas amenazas que nos hacen pensar que su defensa es una necesidad impostergable?; ¿cómo defender la vida ante un mundo que parece privilegiar la muerte, sea por guerra, sea por hambre?;
¿tiene esto que ver con el concepto del Bien Común de la Humanidad que usted ha venido trabajando? Defender la naturaleza y el planeta en particular, es una cosa fundamental porque estamos frente a un deterioro muy rápido, en función de las actividades humanas. La defensa del planeta significa actuar contra la actividad predatoria humana desequilibrada y restaurar el equilibrio del metabolismo, es decir, del intercambio de materia entre la naturaleza (fuera del hombre, como dice Carlos Marx) y los seres humanos. Ya Marx había notado el problema, diciendo que el desequilibrio se debía a la diferencia de ritmo de reproducción de la naturaleza y del capital. De verdad, es el capital el que domina con un ritmo mucho más rápido y así, poco a poco, el desequilibrio del metabolismo se amplía y la situación es siempre más grave, con consecuencias imprevisibles. De verdad, Marx no podía prever todos los aspectos del cambio climático o los efectos de la destrucción de los ecosistemas, pero ya había establecido la base teórica del ecosocialismo.
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Para él, solamente el socialismo podrá restablecer el equilibrio, porque lucha contra la lógica del capital y así permitirá un nuevo equilibrio del intercambio frente a la irracionalidad actual. De verdad, debemos reconocer que este pensamiento de Marx no fue muy desarrollado por el pensamiento marxista clásico. Tampoco fue el caso de los países socialistas que continuaron a agravar el desequilibrio del metabolismo en función de la necesidad de un desarrollo técnico e industrial rápido. Trataron de construir una nueva sociedad, pero sin tomar mucho en cuenta el equilibrio del metabolismo entre naturaleza y seres humanos. La necesidad de luchar contra la destrucción del planeta es indispensable porque ya estamos utilizando un planeta y medio cada año, y la posibilidad de regeneración del planeta se agota. Si todo el mundo consumiera como los Estados Unidos, necesitaríamos cuatro planetas. Eso tiene que ver con el concepto de Bien Común de la Humanidad, porque su primera exigencia es reproducir la vida, tanto del planeta como de los seres humanos. No hay diferencia entre los dos porque los seres humanos hacen parte de la naturaleza, son la parte consciente de ella, como dicen los indígenas de Chiapas. Sin la reproducción de la vida del planeta, no hay posibilidad de vida para los seres humanos y así, no se podría hablar de Bien Común de la Humanidad. Por eso,
en la aplicación concreta de este concepto, el primer principio es establecer relaciones de respeto a la naturaleza, como madre tierra y no de explotación, reduciéndola al estado de recursos naturales, es decir, de mercancías o, en otras palabras, de puro valor de cambio. -Invirtiendo el enunciado, podríamos decir: todos debemos defender el planeta. El pronombre todos, aunque abarcante, también es ambiguo; ¿a quién refiere ese todos?; ¿cómo hacer de ese todos un sujeto concreto de transformación?; ¿existe una alternativa real que nos permita preservar la vida en el planeta y la salvación de la especie humana?. Si todos debemos defender la naturaleza, no podemos abandonar un análisis de clases, porque primero, no todos los seres humanos destruyen la naturaleza y segundo, no todos los que la destruyen lo hacen de la misma manera. Las clases ricas, por ejemplo, envían mucho más CO2 a la atmósfera que las clases pobres. Al opuesto, los pequeños campesinos son elementos de defensa de la naturaleza. Los países que se desarrollaron de una manera capitalista están destruyendo mucho más el universo natural que los del sur. Es por eso que el juicio sobre la responsabilidad colectiva debe pasar por un análisis de clases. La alternativa está perfectamente clara y no es una cosa puramente utópica. Además, es una necesidad absoluta si queremos continuar reproduciendo la vida en el planeta.
Ello pasa por muchos pasos diferentes, desde la prohibición del abuso de productos químicos en la agricultura, hasta la transformación de los medios de transporte. En particular, se debe poner fin al despilfarro enorme del comercio internacional, que aprovecha las ventajas comparativas para trasportar bienes de un continente a otro, cuando es inútil y significa contaminación de los océanos o de la atmósfera, utilización de enormes cantidades de energía fósil y de materias primas. ¿Por qué producir flores y brócolis en Ecuador y exportarlos a los Estados Unidos, a Japón, a Europa, cuando es perfectamente posible cultivarlos en estos continentes?. Porque son más baratos, porque la mano de obra está menos pagada y la naturaleza menos protegida, permitiendo una ganancia más elevada del capital. ¿Por qué exportar productos agrícolas subsidiados del norte hacia el sur y destruir sus economías rurales, si no es para proteger el capital norteño?. Existen muchas maneras de resolver el problema concretamente y de utilizar de manera racional las riquezas renovables y no-renovables de un planeta generoso. Cada sociedad debe ejercer su responsabilidad para llegar a una alternativa global. Un ejemplo es la Amazonía. Todos los países que tienen un pedazo más o menos grande de esta selva, tienen muchas “buenas razones” para explotarla en función de su propio desarrollo, o de la lucha
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contra la pobreza. Pero cada uno, con sus buenas razones, contribuye a destruirla. Ahora bien, según la FAO, si se sigue así, dentro de 40 años, no habrá más selva amazónica, sino una sabana con algunos bosques. Significará el fin de la función de la selva amazónica para el clima mundial y para la vida de la humanidad. Existe, pues, una responsabilidad colectiva para los países que tienen un pedazo de Amazonía. Tienen que ponerse de acuerdo, de manera soberana, sobre la manera de proteger la selva y equilibrar sus planes de desarrollo en función de su salvación. Por esta razón, entre otras, la integración latinoamericana es fundamental para escapar a las presiones externas. -Tras una década de intensa actividad (con sus altas y bajas) tratando de acompañar a los pueblos en sus luchas vitales, ¿cómo evalúa estos años de trabajo de la REDH, en referencia al tema que nos ocupa: “en defensa de un planeta para todos”?. ¿Qué señalamientos críticos le haría al trabajo de la REDH sobre este tema y cuáles piensa usted que son los desafíos en este sentido para los próximos años de trabajo?. El trabajo de la Red en Defensa de la Humanidad ha sido bueno, interesante y útil. Por razones prácticas, se ha concentrado más en América Latina y, sin embargo, es importante tener una visión global. Si se puede hacer una crítica, sería tal vez la de haber trabajado todavía demasiado dentro de la perspectiva clásica de la modernidad, es decir dentro de la
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tradición vigente de la crítica del capitalismo y de la propuesta del socialismo. No se trata evidentemente de adoptar la crítica postmoderna de la filosofía y de las ciencias sociales, que pretende que no existen sistemas ni estructuras y que el papel de las ciencias sociales no es encontrar la causa de los hechos, sino solamente describir las diferencias. Se trata, al contrario, de una crítica de la modernidad capitalista, como se encuentra en los excelentes trabajos de Bolívar Echeverría, premiado por una iniciativa paralela a la Red en Defensa de la Humanidad: el Premio Libertador al Pensamiento Crítico. En este sentido, la orientación del trabajo futuro de la Red podría abordar, primero, una crítica filosófica, social y cultural más radical de la modernidad capitalista y segundo, trabajar sobre las condiciones y la definición de otro paradigma, post-capitalista. Hay más y más trabajos en esta dirección, en filosofía, pero también en ciencias humanas. Las ciencias de la naturaleza están cumpliendo una revolución intelectual fundamental con el pasaje a una física cuántica, con la introducción de la incertidumbre y del concepto de caos. Todo esto nos ayuda a construir una crítica, evidentemente constructiva (orientada hacia el futuro) del modelo de desarrollo humano que hemos conocido en el pasado y que todavía se reproduce. Para el socialismo, este paso sería muy importante, para no reproducir el modernismo capitalista, espe-
cialmente en las relaciones con la naturaleza. La Red podría proponer algunos trabajos o reuniones en esta dirección, siguiendo la inspiración de Hugo Chávez, que en los últimos meses antes de su muerte, tanto insistió sobre el eco-socialismo. Segunda parte: La crisis del capitalismo -El sistema capitalista ha mostrado una gran capacidad para mantener puntos de equilibrio, más o menos estables, frente a las crisis que lo han sacudido. Sin embargo, hay ciertas posturas teóricas que señalan las peculiaridades de la actual crisis y cuya resolución satisfactoria no parece haber encontrado un camino dentro del mismo capitalismo. Recordando la interrogante de Samir Amin, ¿debemos salir de la crisis del capitalismo o del capitalismo en crisis?, la cual podríamos contrastar con la propuesta de Franz Hinkelammert, quien afirma que lo que ha entrado en crisis no es el propio capitalismo, sino los límites humanos y naturales que ya no soportan su lógica metabólica de acumulación. ¿Cuál es su interpretación de dicha crisis y de los reacomodos estructurales -no siempre visibles- que se están dando a nivel mundial?. Existe un acuerdo dentro de la Red para decir que la crisis del capitalismo es una crisis del sistema y no solamente una de las múltiples crisis que el capitalismo ha conocido en su historia, crisis de superproducción y de
infra-consumo. Significa que el capitalismo no es sostenible a largo plazo y que su lógica lleva a su autodestrucción. En el lenguaje de Shumpeter, podemos decir que el carácter destructor del capitalismo es más importante que su carácter constructor. Sin embargo, eso va a tomar tiempo, porque el sistema posee todavía numerosas posibilidades de reacción. Lo vemos, por ejemplo, con la economía verde, que trata de demostrar que el capitalismo es capaz de resolver sus propias contradicciones, e incluso, aprovecharlas para ampliar su acumulación: así, el desarrollo de la industria de los deshechos. Pero a largo plazo, el modelo es insostenible. Es por eso que debemos pensar en las etapas de una transición: cómo y con cuales actores transitar a un nuevo paradigma, lo que no se hace sólo por una revolución política, sino por una acumulación de prácticas concretas para transformar el modelo y, finalmente, el paradigma. La subjetividad de los actores es un factor a tener en cuenta en este proceso, porque no solamente tienen que sobrevivir durante las transiciones, sino que tienen también que cambiar sus representaciones y su ética social muy afectadas por el espíritu del capitalismo. Si no estamos frente a un proceso a muy corto plazo, se pueden, sin embargo, tomar muchas iniciativas para transformar el paradigma existente, con una perspectiva de transición. Por otra parte, el capitalismo no va a
caer por sí mismo. Sin duda, se multiplicarán sus contradicciones, pero sus protagonistas son capaces de destruir el planeta antes que desaparecer. Lo vemos en Europa donde, frente a la crisis del neoliberalismo, la solución de la Comisión Europea es: más neoliberalismo, es decir más contradicciones. Se trata pues de continuar una lucha social. Debemos ser muy conscientes de eso y saber, como dice el presidente Mujica, que “no se pueden construir edificios socialistas con albañiles capitalistas”. Dentro de este panorama, ¿cómo observa el papel de América Latina y, más específicamente, de sus gobiernos progresistas y movimientos de liberación? De verdad, América Latina, como se ha dicho ya muchas veces, es el único continente donde hay experiencias post-neoliberales. Hoy en día constituye un centro de innovaciones. No existen con una intensidad tan aguda en Asia, ni en África, ni en el Medio Oriente, ni en Europa, ni en los EEUU, por muchas razones que no vamos a desarrollar aquí. Es solamente en América Latina que se produce este fenómeno. Sin embargo, las experiencias y los avances que se realizan hoy, son de tipo post-neoliberales, pero todavía no post-capitalistas. Evidentemente hay muchas diferencias entre los diversos países. Están los países claramente socialdemócratas, como el Brasil, donde es obvio y es más o menos aceptado consensual-
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mente, que el desarrollo económico sea capitalista y que la solución para más justicia social es distribuir una parte del producto social a los grupos más pobres. Otros países tienen una perspectiva diferente y una crítica más radical del capitalismo. Sin embargo, de hecho, con excepción de Cuba, no han podido, como lo dice el presidente Rafael Correa, cambiar el modelo de acumulación. Eso significa que, a pesar de avances post-neoliberales reales y a veces espectaculares, todavía son países capitalistas, con las contradicciones del sistema y debemos reconocerlo. Tal vez, la única experiencia post-capitalista reciente es el ALBA con sus principios novedosos de un desarrollo económico compartido, no sobre la base de la competencia, sino de la complementariedad y de la solidaridad. Eso es la noción introducida por Hugo Chávez y es un concepto clave anticapitalista y post-capitalista. El hecho de no haber podido iniciar en América Latina una transición más profunda hacia un paradigma post-capitalista, puede tener varias explicaciones. Hay la realidad de los hechos, es decir la fuerza del sistema del capital monopolístico internacional, pero existe también la dificultad de transformar la concepción del desarrollo, privilegiando el valor de uso y no la ley del mercado (salir del desarrollismo). Finalmente, el apoyo popular a una solución que no va mucho más allá que una regulación del mercado, es también una realidad, indican-
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do la importancia del factor cultural, vinculado con prácticas nuevas. Aún un país como Venezuela vive en gran parte sobre las bases de una economía capitalista y todavía dirigida por el capital, lo que precisamente está en el origen de las contradicciones que conocemos y de grandes dificultades. Así, se trata de ver cómo continuar la lucha social y política. El hecho de que el capitalismo no haya podido ser vencido significa que la lucha continúa y que debemos saber cómo organizarla en el plan económico, político, social y cultural. -Hablar del capitalismo y su transformación nos lleva a una de las discusiones que han hecho escuela dentro de la izquierda. Planteada en sus términos clásicos, nos referimos a la discusión sobre si la “estructura” económica es el núcleo fundamental para la transformación y si, a ella, están supeditados los demás campos prácticos, la cultura y la política, por mencionar dos. Esta discusión es fundamental para América Latina, por cuanto sus revoluciones -pensamos en Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador particularmentehan hecho del campo político y geopolítico el espacio práctico-estratégico de transformación desde el cual irrumpir en las estructuras económicas y avanzar a su transformación. ¿Cómo comprende esta situación?. Lo que me parece interesante en América Latina es precisamente el papel que juegan la cultura y la política para las transformaciones. Al nivel cultural, conceptos como el buen
vivir, el sumak kawsai, el suma camaña, etc., han jugado un rol importante acompañando no solamente los cambios económicos sino también políticos. De verdad, el buen vivir ha sido a veces desviado de su sentido original y puesto al servicio de un proyecto político que no corresponde siempre con la idea fundamental. Sin embargo, el hecho de que se hayan propuesto nuevos conceptos, como el sumak kawsai o también como la Teología de la Liberación en el campo religioso, es una característica del continente, fundamental para las transformaciones. Evidentemente no se trata de absolutizar el factor cultural en una perspectiva idealista platónica, sino introducirlo como un elemento constitutivo de la construcción social. No podemos olvidar que son actores que trasforman la sociedad y que ellos viven con sus representaciones, mentalidades y aspiraciones. Un ejemplo del nuevo papel de la política son las Constituciones. Es inédito en un proceso revolucionario. Las revoluciones de Cuba y de Nicaragua fueron tal vez más radicales, porque las circunstancias históricas lo definieron de esta manera. Pero, lo que empezó con la revolución bolivariana, con el Ecuador y con Bolivia, fue un proceso constitucional, tal vez más lento, pero con sentido en una transición política. Evidentemente, las Constituciones pueden también ser solamente un texto bonito, pero finalmente sin
mucha concretización en la vida nacional. Sin embargo, el proceso constitucional con la introducción de un derecho renovado, ha sido importante en América Latina. Se debe insistir también sobre el papel de los movimientos sociales que al inicio de todas esas transformaciones han sido importantes. Hubo en varios países movimientos sociales decisivos. Sin embargo, la tendencia de muchos regímenes políticos nuevos, fue de absorberlos. Por una parte, muchos líderes pasaron al campo político y a veces eso creó un cierto vacío en los movimientos. Por otra parte, cuando un partido político tiene en mano el poder, existe una tendencia, por las dificultades mismas de aplicar las ideas de transformación, a monopolizar todas las fuerzas que existen, en función de la meta política. Ahora bien, ésta es generalmente una perspectiva a corto plazo, porque cada cuatro o cinco años hay elecciones y el régi-
men político debe ser reelegido para poder cumplir con su programa. De allí una tendencia a reducir los movimientos sociales a correas de transmisión del mensaje político y a veces a máquinas electorales. Pero eso significa una asfixia, porque los movimientos sociales deben perseguir objetivos, metas a mediano y largo plazo. Y así nace una tensión, a veces fuerte entre las organizaciones políticas y ciertos movimientos sociales. La única manera de resolver el problema es la de respetar la autonomía respectiva de cada uno. En los movimientos sociales hacia el ALBA, por ejemplo, se nota una tendencia a solamente aceptar los movimientos que están en acuerdo completo con los gobiernos. Es así que los movimientos se transforman en correas de transmisión de lo político y pierden su autonomía y su papel especifico en la sociedad. No se trata evidentemente de introducir un modelo contrario a la trasformación
necesaria, pero, en el caso concreto, de aceptar movimientos que están de acuerdo con la filosofía del ALBA, aún si tienen diferencias de opinión sobre las vías seguidas en el campo político de sus países respectivos. Es por eso que, por una parte, se puede esperar de los órganos políticos y de los gobiernos, el respeto de la autonomía de los movimientos sociales y por otra parte, de los movimientos sociales, el reconocimiento de la autonomía de los movimientos políticos y de la construcción política de los gobiernos. Es solamente con esta relación, tensa, como lo dice Álvaro García Linera, que vamos a poder continuar una dinámica continua en el futuro. En este sentido, los movimientos tienen también una responsabilidad importante para la continuación de la transformación hacia un nuevo paradigma. ♦
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Retrospectiva El imposible pacto entre el lobo y el cordero *Por Leonardo Boff Publicado en julio de 2012
Post Festum, podemos decir: el documento final de la Río+20 presenta un generoso menú de sugerencias y propuestas sin ninguna obligatoriedad con una dosis de buena voluntad conmovedora, pero con una ingenuidad analítica espantosa, diría que hasta lamentable. No es una brújula que apunta hacia «el futuro que queremos», sino en dirección a un abismo.
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Tal fallido resultado se debe a la creencia casi religiosa de que la solución a la actual crisis sistémica se encuentra en el veneno que la produjo: en la economía. No se trata de la economía en un sentido transcendental, es decir, como aquella instancia -poco importan los modos- que garantiza las bases materiales de la vida, sino de la economía categorial, la realmente existente, la que en los últimos tiempos, ha dado un golpe a todas las otras instancias (a la política, a la cultura y a la ética) y se ha instalado, soberana, como el único motor que hace andar a la sociedad. Es la «Gran Transformación» que ya en 1944 el economista húngaro-norteamericano Karl Polanyi, denunciaba enérgicamente. Este tipo de economía cubre todos los espacios de la vida, se propone acumular riqueza a más no poder, sacando de todos los ecosistemas, hasta agotarlos, todo lo que sea comercializable y consumible, rigiéndose por la más feroz competitividad. Esta lógica ha desequilibrado todas las relaciones con la Tierra y entre los seres humanos. Frente a este caos, Ban Ki
Moon, Secretario General de las Naciones Unidas no se cansa de repetir en la apertura de las conferencias: estamos ante las últimas oportunidades de salvarnos que tenemos. En 2011 en Davos declaró enfáticamente ante los “señores del dinero y de la guerra económica”: “El actual modelo económico mundial es un pacto de suicidio global”. Albert Jacquard, conocido genetista francés, tituló así uno de sus últimos libros: ¿Ha empezado la cuenta atrás? (2009). Los que deciden no prestan la más mínima atención a las alertas de la comunidad científica mundial. Nunca se vio tamaño distanciamiento entre ciencia y política ni tampoco entre ética y economía como actualmente. Esto me remite al comentario cínico de Napoleón después de la batalla de Eylau al ver miles de soldados muertos sobre la nieve: “Una noche de París compensará todo esto”. Ellos siguen recitando el credo: un poco más de lo mismo, de economía, y saldremos de la crisis. ¿Es posible el pacto entre el cordero (ecología) y el lobo (economía)?.Todo indica que es imposible.
Pueden añadírsele los adjetivos que se quiera a este tipo de economía vigente: sostenible, verde... y otros, que no le cambiarán su naturaleza. Imaginan que limar los dientes al lobo le quita la ferocidad, cuando ésta reside no en los dientes sino en su naturaleza. La naturaleza de esta economía es querer crecer siempre, aun a costa de la devastación del sistema-naturaleza y del sistema-vida. No crecer sería dictar la propia muerte. Pero sucede que la tierra ya no aguanta más este asalto sistemático a sus bienes y servicios. Añádase a esto, la injusticia social, tan grave como la injusticia ecológica. Un rico medio consume 16 veces más que un pobre medio. Y un africano tiene treinta años menos de expectativa de vida que un europeo (Jaquard, 28). Frente a tales crímenes ¿cómo no indignarse y no exigir un cambio de rumbo?. La Carta de la Tierra nos ofrece una dirección segura: “Como nunca antes en la historia, el destino común nos convoca a buscar un nuevo comienzo, que requiere un cambio de mente y de corazón, un nuevo sentido de interdependencia global y de responsabilidad universal... para alcanzar un modo sostenible de vida a nivel local, regional y global” (final). Cambiar la mente implica una mirada nueva sobre la tierra, no como un “mundo-máquina” sino como un organismo vivo, la tierra-madre a quien se le debe respeto y cuidado.
Cambiar el corazón significa superar la dictadura de la razón científico-técnica y recuperar la razón sensible en la que reside el sentimiento profundo, la pasión por el cambio y el amor y el respeto a todo lo que existe y vive. En lugar de la competencia, vivir la interdependencia global, otro nombre para la cooperación; y en lugar de la indiferencia, la responsabilidad universal, o sea, la decisión de enfrentar juntos el peligro global. Valen las palabras del Nazareno: “Si no os convertís, todos pereceréis” (Lucas: 13:5). *Leonardo Boff es un teólogo, sacerdote franciscano, filósofo, escritor, profesor y ecologista brasileño. En 1970 se doctoró en Teología y
Filosofía en la Universidad de Múnich, Alemania. Ingresó en la Orden de los Frailes Menores, franciscanos, en 1959. Durante 22 años fue profesor de Teología Sistemática y Ecuménica en el Instituto Teológico Franciscano de Petrópolis, profesor de Teología y Espiritualidad en varios centros de estudio y universidades de Brasil y del exterior, y profesor visitante en las universidades de Lisboa (Portugal), Salamanca (España), Harvard (EUA), Basilea (Suiza) y Heidelberg (Alemania). Es doctor honoris causa en política por la Universidad de Turín (Italia) y en Teología por la Universidad de Lund (Suecia).Ha sido galardonado con varios premios en Brasil y en el exterior por su lucha a favor de los débiles, oprimidos y marginados, y por su defensa de los Derechos Humanos.
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Documentos “No cambiemos el clima, ¡cambiemos el sistema!” Discurso del comandante Hugo Chávez en la XV Conferencia Internacional de la Organización de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Copenhague, 16 de diciembre de 2009.
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Señor Presidente, señores, señoras, excelencias, amigas y amigos, les prometo que no voy a hablar más del que más ha hablado esta tarde aquí, permítanme un comentario inicial que hubiera querido hacer como parte del punto previo que fue ejercido por la delegación de Brasil, de China, de India, Bolivia, nosotros estábamos allá pidiendo la palabra pero, no fue posible tomarla. Dijo la representante Bolivia, mi saludo por cierto al compañero presidente Evo Morales quien está por allí, Presidente de la República de Bolivia.
Ella dijo entre otras cosas lo siguiente, tomé nota por aquí, dijo: “el texto presentado no es democrático, no es inclusivo”. Yo venía llegando apenas y nos estábamos sentando cuando oímos a la Presidenta de la sesión anterior, la Ministra, decir que venía un documento por ahí, pero que nadie conoce, yo he preguntado por el documento, aún no lo tenemos, creo que nadie sabe de ese documento top secret. Ahora ciertamente, la camarada boliviana lo dijo, no es democrático, no es inclusivo, ahora señoras, señores: ¿Acaso no es esa preci-
samente la realidad de este mundo?, ¿acaso estamos en un mundo democrático?, ¿acaso el sistema mundial es inclusivo?, ¿podemos esperar algo democrático, inclusivo del sistema mundial actual?. Lo que vivimos en este planeta es una dictadura imperial, y desde aquí la seguimos denunciando: ¡Abajo la dictadura imperial! ¡Y que vivan los pueblos y la democracia y la igualdad en este planeta!. Y esto que aquí vemos es reflejo de ello: exclusión. Hay un grupo de países que se creen superiores a nosotros los del sur, a nosotros el tercer mundo, a nosotros los subdesarrollados, o como dice el gran amigo Eduardo Galeano: nosotros lo países arrollados como por un tren que nos arrolló en la historia. Así que no nos extrañemos pues de esto, no nos extrañemos, no hay democracia en el mundo y aquí estamos una vez más ante una poderosa evidencia de la dictadura imperial mundial. Luego aquí subieron dos jóvenes, afortunadamente los agentes del orden han sido decentes, algún empujón por ahí, y ellos colaboraron ¿no?. Allá afuera hay mucha gente ¿saben?.
Claro, no caben en este salón, mucha gente; he leído por prensa que hubo algunos detenidos, algunas protestas intensas, ahí en las calles de Copenhague, y quiero saludar a toda esa gente que está allá afuera, la mayor parte de ella jóvenes. Claro son jóvenes preocupados, creo que con razón mucho más que nosotros por el futuro del mundo; nosotros tenemos -la mayoría de los que estamos aquí- ya el sol a la espalda, ellos tienen el sol al frente y están muy preocupados. Uno pudiera decir señor presidente que un fantasma recorre Copenhague, parafraseando a Carlos Marx, el gran Carlos Marx, un fantasma recorre las calles de Copenhague, y creo que ese fantasma anda en silencio por esta sala, por ahí anda, entre nosotros, se mete por los pasillos, sale por debajo, sube, ese fantasma es un fantasma espantoso casi nadie quiere nombrarlo: el capitalismo es el fantasma, casi nadie quiere nombrarlo. Es el capitalismo, ahí rugen los pueblos, allá afuera se oyen. Yo venía leyendo algunas consignas que hay en las calles pintadas, y yo creo
que esas consignas de estos jóvenes, algunas de ellas la oí cuando iba el joven allá y la joven, hay dos de las que tomé nota. Se oyen entre otras dos poderosas consignas. Una: “No cambien el clima, cambien el sistema”. Y yo la tomo para nosotros. No cambiemos el clima, ¡cambiemos el sistema!. Y en consecuencia comenzaremos a salvar el planeta. El capitalismo, el modelo de desarrollo destructivo está acabando con la vida, amenaza con acabar definitivamente con la especie humana. Y el otro lema llama a la reflexión. Muy a tono con la crisis bancaria que recorrió al mundo y todavía lo golpea, y la forma cómo los países del norte rico auxiliaron a los banqueros y a los grandes
bancos, sólo Estados Unidos, bueno, se perdió la cifra, es astronómica; para salvar bancos. Dicen en las calles lo siguiente: “Si el clima fuera un banco ya lo habrían salvado”. Y creo que es verdad. Si el clima fuera un banco capitalista de los más grandes, ya lo habrían salvado los gobiernos ricos. Creo que Obama no ha llegado, recibió el Premio Nobel de la Paz casi el mismo día que mandaba 30 mil soldados más a matar inocentes en Afganistán, y viene ahora a presentarse aquí con el Premio Nobel de la Paz, el Presidente de los Estados Unidos. Pero Estados Unidos tiene la maquinita de hacer billetes, de hacer dólares, y ha salvado, bueno creen haber salvado los bancos y el sistema capitalista.
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Bien, esto, comentario al margen, que yo quería hacerlo allá, estábamos levantando la mano para acompañar a Brasil, a India, a Bolivia, a China, en su interesante posición que Venezuela comparte y los países de la Alianza Bolivariana, con firmeza; pero bueno, no nos dieron la palabra, así que no me cuente estos minutos por favor Presidente. Fíjense, por ahí conocí, tuve el gusto de conocer a este escritor francés Hervé Kempf, recomiendo este libro, lo recomiendo, se
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consigue en español –por ahí está Hervé- también en francés, en inglés seguramente, Cómo los ricos destruyen el planeta. Hervé Kempf: Cómo los ricos destruyen el planeta. Por eso fue que Cristo lo dijo: Más fácil será que un camello entre por el ojo de una aguja, a que un rico entre al Reino de los cielos. Eso lo dijo Cristo nuestro señor. Los ricos están destruyendo el planeta. ¿Será que piensan irse para otro cuando destruyan este?, ¿tendrán planes para irse a otro
planeta?. Hasta ahora no se ve ninguno en el horizonte de la galaxia. Apenas este libro me ha llegado, me lo ha regalado Ignacio Ramonet que está por ahí también en esta sala; y terminando el prólogo o el preámbulo esta frase es muy importante, dice Kempf lo siguiente, leo: “No podremos reducir el consumo material a nivel global si no hacemos que los poderosos bajen varios escalones, y si no combatimos la desigualdad. Es necesario que al principio ecologista tan útil a la hora de tomar conciencia, pensar globalmente y actuar localmente, le sumemos el principio que impone la situación: consumir menos y repartir mejor”. Creo que es un buen consejo que nos da este escritor francés Hervé Kempf. Ahora bien señor Presidente, el cambio climático es sin duda el problema ambiental más devastador del presente siglo, inundaciones, sequías, tormentas severas, huracanes, deshielos, ascenso del nivel medio del mar, acidificación de los océanos y olas de calor, todo eso agudiza el impacto de las crisis globales que nos azo-
tan. La actual actividad humana supera los umbrales de la sostenibilidad, poniendo en peligro la vida en el planeta, pero también en ello somos profundamente desiguales. Quiero recodarlo: los 500 millones de personas más ricas, 500 millones, esto es el siete por ciento, siete por ciento, seven por ciento de la población mundial. Ese siete por ciento es responsable, esos quinientos millones de personas más ricas son responsables del cincuenta por ciento de las emisiones contaminantes, mientras que el 50 por ciento más pobre es responsable de sólo siete por ciento de las emisiones contaminantes. Por eso a mí me llama la atención, es un poco extraño, llamar aquí a Estados Unidos y a China al mismo nivel. Estados Unidos tiene apenas, bueno, que, llegará si acaso a 300 millones de habitantes. China tiene casi cinco veces más población que Estados Unidos. Estados Unidos consume más de 20 millones de barriles diarios de petróleo, China llega apenas a 5,6 millones de barriles diarios, no se puede pedir lo mis-
mo a Estados Unidos y a China. He allí temas que hay que discutir, ojalá pudiéramos los Jefes de Estado y de Gobierno sentarnos a discutir de verdad, verdad sobre estos temas. Luego señor Presidente, el 60 por ciento de los ecosistemas del planeta están dañados, el 20 por ciento de la corteza terrestre está degradada; hemos sido testigos impasibles de la deforestación, la conversión de tierras, la desertificación, las alteraciones de los sistemas de agua dulce, la sobreexplotación de los recursos marinos, la contaminación y la pérdida de la diversidad biológica. La utilización exacerbada de la tierra sobrepasa en un 30 por ciento la capacidad para regenerarla. El planeta está perdiendo lo que llaman los técnicos la capacidad para autorregularse, eso lo está perdiendo el planeta, cada día se liberan más desechos de los que pueden ser procesados. La supervivencia de nuestra especie martilla en la conciencia de la humanidad. A pesar de la urgencia, han transcurrido dos años de negociaciones para concluir un segundo período de compromiso bajo el Protocolo de
Kyoto, y asistimos a esta cita sin un acuerdo real y significativo. Y por cierto, acerca del texto que viene de la nada, como algunos lo calificaron, el representante chino, Venezuela dice, y los países del ALBA decimos, la Alianza Bolivariana, que nosotros no aceptamos, desde ya lo decimos, ningún otro texto que no sea el que venga de los grupos de trabajo del Protocolo de Kyoto y de la Convención, son los textos legítimos que se han estado discutiendo con tanta intensidad en estos años. Y en estas últimas horas, creo que ustedes no han dormido, además de que no han almorzado, no han dormido. No me parece lógico que salga ahora un documento de la nada, como dicen ustedes. El objetivo científicamente sustentado de reducir la emisión de gases contaminantes y lograr un convenio de cooperación a largo plazo a todas luces, hoy a esta hora, parece haber fracasado, por ahora. La razón ¿cuál es?, no tenemos duda. La razón es la actitud irresponsable y la falta de voluntad política de las naciones más poderosas del planeta, nadie se sienta
ofendido, recurro al gran José Gervasio Artigas cuando dijo: “Con la verdad ni ofendo ni temo”. Pero en verdad es una actitud irresponsable de marchas, de contramarchas, de exclusión, de un manejo elitesco, de un problema que es de todos y que sólo podremos resolver todos. El conservadurismo político y el egoísmo de los grandes consumidores, de los países más ricos denotan una alta insensibilidad y falta de solidaridad con los más pobres, con los hambrientos, con los más vulnerables a las enfermedades, a los desastres naturales, señor Presidente, es imprescindible un nuevo y único acuerdo aplicable a partes absolutamente desiguales, por la magnitud de sus contribuciones y capacidades económicas, financieras y tecnológicas y que esté basado en el respeto irrestricto a los principios contenidos en la Convención. Los países desarrollados deberían establecer compromisos vinculantes, claros y concretos en la disminución sustancial de sus emisiones y asumir obligaciones de asistencia financiera y tecnoló-
gica a los países pobres para hacer frente a los peligros destructivos del cambio climático. En tal sentido la singularidad de los estados insulares y de los países menos desarrollados, debería ser plenamente reconocida. Señor Presidente el cambio climático no es el único problema que afecta hoy a la humanidad, otros flagelos e injusticias nos asechan, la brecha que separa los países ricos y pobres no ha dejado de crecer, a pesar de todos los objetivos del milenio, la cumbre de financiamiento de Monterrey, todas esas cumbres como decía aquí el Presidente de Senegal denunciando una gran verdad, promesas y promesas incumplidas y el mundo sigue su marcha destructiva. El ingreso total de los 500 individuos más ricos del mundo es superior al ingreso de los 416 millones de personas más pobres, los 2.800 millones de personas que viven en la pobreza, con menos de dos dólares al día y que representan el 40 por ciento de la población global obtiene sólo el cinco por ciento del ingreso mundial. Hoy mueren al
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año unos 9,2 millones de niños antes de alcanzar el quinto año de vida y el 99,9 por ciento de estas muertes ocurren en los países más pobres. La mortalidad infantil es de 47 muertes por mil nacidos vivos, pero es de sólo cinco por cada mil en los países ricos. La esperanza de vida en el planeta es de 67 años, en los países ricos es de 79, mientras en algunas naciones pobres es de sólo 40 años. Adicionalmente existen 1.100 millones de habitantes sin acceso al agua potable, 2.600 millones sin servicio de saneamiento, más de 800 millones de analfabetos y 1.020 millones de personas hambrientas, ese es el escenario del mundo. Ahora la causa, ¿cuál es la causa?. Hablemos de la causa, no evadamos responsabilidades, no evadamos la profundidad de este problema, la causa sin duda, vuelvo al tema de todo este desastroso panorama, es el sistema metabólico destructivo del capital y su modelo encarnado: el capitalismo. Aquí hay una cita que quiero leerles brevemente de ese gran teólogo de la liberación Leonardo
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Boff, como sabemos brasileño, nuestro americano. Leonardo Boff dice sobre este tema lo siguiente: ¿Cuál es la causa?, ah, la causa es el sueño de buscar la felicidad a través de la acumulación material y del progreso sin fin, usando para eso la ciencia y la técnica con las cuales se puede explotar de forma ilimitada todos los recursos de la tierra; y cita por aquí a Charles Darwin y su “Selección natural” la sobrevivencia de los más fuertes, pero sabemos que los más fuertes sobreviven sobre la ceniza de los más débiles. Juan Jacobo Rousseau siempre hay que recordarlo decía aquello: “entre el fuerte y el débil la libertad oprime”. Por eso es que el imperio habla de libertad, es la libertad para oprimir, para invadir, para asesinar, para aniquilar, para explotar, esa es su libertad y Rousseau agrega la frase salvadora: “sólo la ley libera”. Hay algunos países que están jugando a que aquí no haya documento, porque precisamente no quieren una ley, no quieren una norma, porque la inexistencia de esa norma les permite jugar su
libertad explotadora, su libertad arrolladora. Hagamos un esfuerzo y presionemos aquí y en las calles para que aquí salga un compromiso, salga un documento que comprometa a los países más poderosos de la tierra. Bueno, se pregunta Presidente, Leonardo Boff, ¿usted le ha conocido a Boff?, no sé si pudo venir Leonardo, yo le conocí hace poco en Paraguay, siempre lo hemos leído: ¿Puede una tierra finita soportar un proyecto infinito?. La tesis del capitalismo, el desarrollismo infinito es un modelo destructivo, aceptémoslo. Luego nos pregunta Boff: ¿Qué podríamos esperar de Copenhague?. Apenas esta sencilla confesión: así como estamos no podemos continuar, y un propósito simple, vamos a cambiar de rumbo, hagámoslo, pero sin cinismo, sin mentira, sin dobles agendas, sin documentos salidos de la nada, con la verdad por delante. Hasta cuándo nos preguntamos desde Venezuela señor Presidente, señoras, señores, hasta cuándo vamos a permitir tales injusticias y desigualdades; hasta
cuándo vamos a tolerar el actual orden económico internacional y los mecanismos de mercado vigente; hasta cuándo vamos a permitir que grandes epidemias como el VIH SIDA arrasen con poblaciones enteras; hasta cuándo vamos a permitir que los hambrientos no puedan alimentarse, ni alimentar a sus propios hijos; hasta cuándo vamos a permitir que sigan muriendo millones de niños por enfermedades curables; hasta cuándo vamos a permitir conflictos armados que masacran a millones de seres humanos inocentes, con el fin de apropiarse los poderosos de los recursos de otros pueblos. Cesen las agresiones y las guerras pedimos los pueblos del mundo a los imperios, a los que pretenden seguir dominando el mundo y explotándonos. No más bases militares imperiales, ni golpes de Estado, construyamos un orden económico y social más justo y equitativo, erradiquemos la pobreza, detengamos de inmediato los altos niveles de emisión, frenemos el deterioro ambiental y evitemos la gran catástrofe del cambio climático, inte-
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grémonos en el noble objetivo de ser todos más libres y solidarios. Señor Presidente, hace casi dos siglos un venezolano universal, libertador de naciones y precursor de conciencias dejó para la posteridad un apotegma pleno de voluntad: “Si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca (...)”. Era Simón Bolívar el Libertador. Desde la Venezuela bolivariana, donde un día como hoy, por cierto, hace diez años, diez años exactos vivimos la tragedia climática más grande de nuestra historia: la tragedia de Vargas así llamada, desde esa Venezuela cuya Revolución intenta conquistar la justicia para todo su pueblo. Sólo posible por el camino del socialismo, el socialismo, el otro fantasma del que hablaba Carlos Marx, ese anda por ahí también, más bien es como un contra fantasma, el socialismo, ese es el rumbo, ese es el rumbo para la salvación del planeta, no tengo yo la menor duda, y el capitalismo es el camino del infierno, a la destrucción del mundo. El socialismo, desde esa Venezuela que
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enfrenta por ello las amenazas del imperio norteamericano. Desde los países que conformamos el ALBA, la Alianza bolivariana, exhortamos, yo quiero con respeto, pero desde mi alma exhortar a nombre de muchos en este planeta, exhortamos a los gobiernos y a los pueblos de la Tierra, parafraseando a Simón Bolívar, El Libertador: si la naturaleza destructiva del capitalismo se opone, pues luchemos contra ella y hagamos que nos obedezca, no esperemos de brazos cruzados la muerte de la humanidad. La historia nos llama a la unión y a la lucha Si el capitalismo se resiste, nosotros estamos obligados a dar la batalla contra el capitalismo y abrir los caminos de la salvación de la especie humana, nos toca a nosotros, levantando las banderas de Cristo, de Mahoma, de la igualdad, del amor, de la justicia, del humanismo, del verdadero y más profundo humanismo. Si no lo hiciéramos, la más maravillosa creación del universo: el ser humano, desaparecerá, desaparecerá. Este planeta tiene miles de millones de años, y vivió este pla-
neta miles de millones de años sin nosotros la especie humana, es decir, no le hacemos falta nosotros para que él exista. Ahora, nosotros sin la Tierra no vivimos, y estamos destrozando la Pachamama, como dice Evo, como dicen nuestros hermanos aborígenes de Suramérica. Finalmente señor Presidente ya para terminar, oigamos a Fidel Castro cuando dijo: “Una especie está en peligro de extinción, el hombre”. Oigamos a Rosa Luxemburgo
cuando dijo: “Socialismo o barbarie”. Oigamos a Cristo el redentor cuando dijo: “Bienaventurados los pobres porque de ellos será el reino de los cielos”. Señor Presidente, señoras y señores seamos capaces de hacer de esta tierra no la tumba de la humanidad, hagamos de esta tierra un cielo, un cielo de vida, de paz, y de paz de hermandad para toda la humanidad, para la especie humana. Señor Presidente, señoras y señores muchísimas gracias y buen provecho. ♦
Documentos “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer… el hombre” Histórico discurso pronunciado por el Comandante de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992
Sr. Presidente de Brasil, Fernando Collor de Mello; Sr. Secretario General de Naciones Unidas, Butros Ghali; Excelencias: Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo. Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez,
engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad. Con solo el 20 por ciento de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer. Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra
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fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aun a costa de la naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por un orden económico mundial injusto.
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La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan. Lo real es que todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una violación flagrante de la ecología. Decenas de millones de hombres, mujeres y niños mueren cada año en el Tercer Mundo a consecuencia de esto, más que en cada una de las dos guerras
mundiales. El intercambio desigual, el proteccionismo y la deuda externa agreden la ecología y propician la destrucción del medio ambiente. Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre. Cuando las supuestas amenazas del comunismo han desaparecido y no quedan ya pretextos para guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta? Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo. Gracias. ♦
Documentos Mensaje de la Red en Defensa de la Humanidad ante la Cumbre Río+20 (Junio, 2012)
La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan. Lo real es que todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una violación flagrante de la ecología. (...) Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la tierra. (...) Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Fidel Castro Río de Janeiro, 1992.
Ahora, veinte años después, inspirados en aquellas palabras de Fidel, en el reciente encuentro que sostuvo con un grupo de fundadores de nuestra Red y en su llamado a seguir luchando sin descanso por salvar la especie humana, conscientes de que el egoísmo y la ceguera de los poderosos seguirán bloqueando toda iniciativa asociada a las verdaderas soluciones, enviamos este MENSAJE ANTE LA CUMBRE RÍO+20 a los capítulos y miembros de la Red en Defensa de la Humanidad y a otros movimientos sociales, organizaciones, redes y personas que no están dispuestos a aceptar el modelo suicida que se ha impuesto al mundo ni nuestra extinción como destino fatal. Debemos exigir por todos los medios a nuestro alcance ante el sistema de organismos internacionales de las Naciones Unidas: Que la Cumbre RÍO+20 parta del análisis del estado de cumplimiento de los compromisos asumidos en la Agenda 21 y los Principios acordados en la Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de 1992 y reiterados en la Conferen-
cia de Johannesburgo. Refutar la pretensión de sustituir el enfoque en torno al cumplimiento de los principios del desarrollo sostenible y de los objetivos de desarrollo del milenio por las nuevas tesis planteadas en torno a la “economía verde”. Rechazar este concepto y cualquier otra forma de explotación por parte del poder transnacional y exigir un abordaje multisectorial y multidimensional del enfrentamiento a la crisis. Condenar la privatización de los recursos naturales y toda forma de mercantilización de la naturaleza. Reconocer y valorar la concepción integral de la vida de las culturas originarias y de los principios de solidaridad, igualdad, complementariedad y reciprocidad en que se basan alternativas como el Buen Vivir y otras, para la relación armónica con la naturaleza y la supervivencia de la especie humana. Reconocer la urgencia de colocar la defensa de los derechos de nuestra especie y de la naturaleza como eje central de las negociaciones e instrumentos normativos
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internacionales en detrimento de los derechos del capital. Desde esa perspectiva, reconocer la necesidad de un tribunal penal sobre el ambiente. Que se condenen las guerras, las políticas imperiales y la carrera armamentista como las mayores agresiones al medio ambiente y a la preservación de la especie humana, tanto por sus consecuencias directas como por los gastos incalculables que provocan. Estos recursos bien podrían utilizarse para solventar los principales retos sociales y medioambientales que enfrenta la humanidad. Que se denuncie el carácter suicida de los arsenales nucleares y se demande su eliminación y prohibición absoluta. Que las autoridades públicas asuman como obligación principal aplicar un enfoque basado en los derechos de sustentabilidad, bienestar y progreso de la sociedad, y se reivindique la responsabilidad inexcusable de los gobiernos de proporcionar servicios esenciales para la vida a la totalidad de los ciudadanos. Que cambien radicalmente los indicadores de desarrollo y progreso para que tengan en cuenta los costos ambientales, la equidad social y el desarrollo humano. Que se reconozca como imprescindible la transformación de los patrones de producción, consumo y distribución del ingreso. La búsqueda de acumulación creciente de ganancias y la orientación de la producción en función
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de la demanda solvente y no de la necesidad social, propia del sistema capitalista, no puede, ni podrá nunca, generar igualdad, eliminar la pobreza, ni garantizar un desarrollo armónico con la conservación del medio ambiente. La urgencia real de migrar hacia tecnologías no contaminantes no puede reducir los análisis a aspectos meramente tecnológicos. Que el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, reconocido en la Declaración de Río, se traduzca en reales mecanismos de financiación, flexibilidades y políticas de acceso a la tecnología y el conocimiento para los países más necesitados y en obligaciones ineludibles para los países industrializados. Denunciar el cínico “discurso limpio” de las potencias del Norte que intentan hoy inculpar a los países del Sur mientras ocultan su responsabilidad histórica y presente en el atraso de las tecnologías de esos países y en la deformación de sus economías y favorecen las operaciones “sucias” de las transnacionales en el Sur. Las marcas y patentes “verdes” deben ser denunciadas como un renovado y peligroso mecanismo de reafirmación de la dominación hacia todos los países tecnológicamente dependientes. Que la Cumbre se pronuncie por la imprescindible evaluación precautoria de las tecnologías según sus impactos sociales y ambientales. Debe gestarse con urgencia una Convención mundial para el control de tecnologías nuevas
y emergentes, basada en el principio de precaución y la evaluación participativa. Denunciar la llamada obsolescencia programada y que se favorezcan las tecnologías que atiendan a la máxima vida útil de los productos, beneficien la estandarización, la reparación, el reciclaje y un mínimo de desechos, de manera que se satisfagan las necesidades humanas con el menor costo ambiental. Condenar el control del comercio mundial por las transnacionales y el papel de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la imposición de acuerdos que legitiman la desigualdad y la exclusión e impiden el ejercicio de políticas públicas soberanas. Promover acciones concretas para lograr un intercambio comercial más justo, y en armonía con los requerimientos medioambientales. Acordar medidas concretas para frenar la volatilidad de los precios de los alimentos y la especulación en los mercados de productos básicos, como medio indispensable para combatir el hambre y la pobreza. Denunciar la compra masiva de tierras en países del Sur por parte de potencias extranjeras y multinacionales para explotar sus recursos naturales o dedicarlos a proyectos que comprometen el medio ambiente o el equilibrio de sus ecosistemas. Promover un convenio marco para la responsabilidad ambiental y social de las empresas y legislaciones nacionales que condenen
prácticas nocivas y abusivas de las mismas, teniendo en cuenta el carácter transnacional de sus operaciones Promover acciones de control sobre la publicidad comercial, la incitación al consumo desmedido y la creación de falsas necesidades, sobre todo los dirigidos a la infancia y la juventud, y establecer en cambio políticas de impulso a la publicidad de bien público, que constituya fuente de información y prácticas sustentables. Que se realice un firme pronunciamiento en favor de orientar la educación y la ciencia en beneficio del desarrollo humano y no en función del mercado, basada en una nueva ética del consumo que, sin sacrificar lo esencial de las satisfacciones materiales, rechace los productos fruto de prácticas ecológicamente
agresivas o del trabajo esclavo y de otras formas de explotación. Promover la revisión y modificación del sistema de propiedad intelectual vigente, a la luz de las negociaciones medioambientales, la agenda de lucha contra el cambio climático y los derechos humanos, de modo que pueda facilitarse la transferencia de tecnologías y conocimientos prácticos ambientalmente sanos, o el acceso a ellos. Exigir a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) como organización del sistema de Naciones Unidas, que enfrente la urgente necesidad de un cambio de paradigma en torno a la investigación científica internacional y el conocimiento, de manera que, dejando a un lado los mecanismos de mercado, fomente la necesaria colaboración,
la investigación coordinada y la difusión y aplicación de sus resultados a gran escala. Que se implementen por esta organización los mecanismos necesarios para propiciar en el menor tiempo posible una transición energética efectiva y las medidas de mitigación del cambio climático. Que se promueva una reevaluación integral del sistema de gobernanza ambiental existente, que ha demostrado ser incapaz de frenar la catástrofe ecológica, y se sienten las bases de uno nuevo, inclusivo, auténticamente democrático y participativo, que se dirija a las causas profundas de la crisis, y sea capaz de promover soluciones reales a estos problemas para las actuales y futuras generaciones. Generar un nuevo Contrato Social en nuestros países y a escala internacional. ♦ 37
Documentos Conclusiones de la mesa N° 1 del Encuentro de la Red en Defensa de la Humanidad en Caracas (2004) En Diciembre de 2004 se realizó en Caracas el Primer Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defesa de la Humanidad. En el mismo se establecieron diez mesas de discusión que dieron como resultado los diez ejes de acción de la REDH. A continuación presentamos las conclusiones de la mesa n° 1, cuyo tema de discusión fue: En defensa de un planeta para todos (Puede consultarse el texto en inglés en este enlace)
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El actual modelo de civilización, marcado por el consumismo y la cultura del derroche, expresiones de la ideología neoliberal, agrava el deterioro de nuestras tierras, aguas, cielos, fauna, flora y el mismo aire que respiramos. La crisis ambiental no es ideológicamente neutra. Ella nace del fondo del abismo de las desigualdades sociales. Es impostergable establecer otra forma de evolución que permita equilibrar lo ecológico, lo económico y lo social, el desarrollo sustentable como proceso de racionalización del uso de los recursos naturales, lo cual implica una revisión de los modelos de producción y consumo, y la promoción de valores sustentados en la solidaridad, la cooperación, la soberanía de nuestros pueblos y la revalorización de la identidad nacional. Las formas de dominación impuestas por los arquitectos del imperio, sin asumir la responsabilidad de las consecuencias de sus impactos ambientales, son la evidencia de la debilidad de una cultura mercantilista obsesionada por el lucro. Esta práctica cultural, orgullo de la sociedad occidental, se expande como un pensamiento único, produciendo alteraciones graves, y a veces irreversibles,
en la vida del hombre y de la naturaleza. El resultado es la creación de una deuda ecológica de los países dominantes que supera ampliamente la deuda financiera de los países expoliados. Esto nos lleva a reflexionar sobre los procesos educativos e informativos de la educación no formal, como programas televisivos y revistas sobre temas ecológicos, aparentemente con buenas intenciones, que difunden la visión de los países industrializados, donde las grandes culturas milenarias son presentadas como expresiones exóticas, objetos de estudio sin voz ni valor. Entendemos que la verdadera educación ambiental debe contener una cultura y una ética del medio ambiente que contribuyan a la solución de problemas, y deben cuestionar el sistema de organización social excluyente, inviable y depredador, orientada hacia la profunda transformación de las estructuras sociales, apoyándose en una praxis crítica que promueva esa transformación. El cuidado de los pueblos con su patrimonio natural es el resultado de un trabajo concientizador y responsable. Patrimonio que debe servirle a la humanidad y, en primer término, a los habitantes de cada país.
Estas reflexiones nos llevan a algunas conclusiones: 1. Incorporar las cuestiones ecológicas en las políticas de los gobiernos, de modo que sirvan al bienestar en armonía con la naturaleza, que depende de un cambio real en nuestras acciones políticas. 2. Para esa educación es imprescindible la participación de las comunidades, la afirmación y soberanía de los pueblos. 3. Crear una red entre los pueblos del mundo que se erija como una herramienta de defensa de la humanidad, y un discurso que se imponga al de la dominación. 4. Demandar el pago de los daños causados a la vida del planeta por los gases emitidos por la industria de los países expoliadores, con la cancelación de la deuda financiera de nuestros países. 5. Desarrollar en la red internacional de los pueblos del mundo, un movimiento mundial que exija la eliminación total de las armas nucleares, los misiles inteligentes y las bombas fragmentarias, y otras que provocan destrucción masiva.
6. Exigir a las Naciones Unidas sancionar a los países responsables de los perversos cambios climáticos, la elevación de la temperatura atmosférica, la desaparición de los glaciares, el envenenamiento de las aguas, las frecuentes lluvias ácidas y la perforación de la capa de ozono. 7. Promover, a través de la red, un programa mundial de preservación de los bosques y de reforestación en los lugares devastados por la codicia del desarrollo. 8. Reforzar el poder político popular, reivindicando la magia de la palabra, la música, el canto, la danza, la poesía de todas las artes, para que la solidaridad triunfe sobre el egoísmo. 9. La fuerza más luminosa para defender la vida está en el poder de los pueblos de la tierra, consciente de la grandeza de la condición humana y de la hermosura de nuestro planeta.
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Una especie en peligro, sitio web del Capítulo cubano de la Red en Defensa de la Humanidad
Dirección: www.especieenpeligro.net www.especieenpeligro.org Facebook: Una especie en peligro (perfil); Una especie está en peligro:El Hombre (página). Twitter: @soshumanidad YouTube: Salvemos la humanidad Correos: cubaedh@gmail.com y edhcuba@cubarte.cult.cu
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La Red en Defensa de la Humanidad se ha propuesto realizar una serie de acciones, encaminadas a divulgar lo mejor del pensamiento universal en temas relacionados con el medio ambiente, crisis, ecología, que aúne el trabajo de eminentes intelectuales, científicos, artistas, los reclamos de los movimientos sociales indígenas, de mujeres, campesinos, trabajadores, líderes religiosos, estudiantes, del movimiento de los indignados, de todos los ciudadanos sensibles capaces de generar ideas, debatir, aportar, actuar en esta batalla por la supervivencia de la especie humana. El sitio web “Una especie en peligro” fue creado como iniciativa del Capítulo cubano de la Red en Defensa de la Humanidad, como parte de estos esfuerzos y respondiendo a la convocatoria que el comandante Fidel Castro Ruz hiciese en su encuentro con los intelectuales miembros de la Red en febrero de 2011, donde los instó a luchar por la paz y la pre-
servación del medio ambiente. El sitio tiene aproximadamente 900 artículos, fundamentalmente en español, aunque también en inglés, francés y portugués. Está organizado en 13 secciones temáticas entre las que se destacan: Crisis, Consumismo, Capitalismo Verde, Industria Cultural, Privatización de la vida, Mercantilización de la salud, Debates y alternativas, entre otras, con artículos de intelectuales de la talla de Adolfo Pérez Esquivel, Leonardo Boff, Frei Betto, Evo Morales, Noam Chomsky, Atilio Boron, Walden Bello, Vandana Shiva, Miguel Bonasso, François Houtart, Pablo González Casanova, Silvia Ribeiro, Esther Vivas, Luis Britto, Eduardo Galeano y Michael Löwy, entre otros. La presentación pública del sitio se realizó, como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro de La Habana, el 11 de febrero de 2012 en la Casa del ALBA y asistieron reconocidos intelectuales, artistas, científicos y
miembros en general de la Red en Defensa de la Humanidad, de Cuba y del extranjero. Un lugar especial ocupa en el sitio web presentado, la visión lúcida y premonitoria de Fidel que desde 1974 comienza a advertirnos de los problemas que puede generar el hombre contaminando el medio ambiente. En esta sección se recoge una abundante recopilación de discursos y reflexiones de Fidel sobre medio ambiente, crisis y desarrollo humano, el video y el texto del discurso en Río de Janeiro en ocho idiomas y el mensaje a esta misma Conferencia, así como el libro “Nuestro deber es luchar”, en español e inglés, recientemente presentado en varias ciudades del mundo. Se recopilan también, como bibliografía útil para ser descargada por los usuarios interesados, estudios sobre inequidad social, crisis alimentaria, textos de investigaciones acerca del cambio climático, energías alternativas, biodiversidad, enfrentamiento a los desastres, la experiencia cubana en muchos de estos aspectos así como las posiciones oficiales de Cuba ante los diferentes organismos y reuniones internacionales. También se pueden descargar libros, videos, instrumentos normativos internacionales, declaraciones de principios, entre otras herramientas de estudio. ♦
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Especial
Contra el golpe en Venezuela Luego de la pérdida física del Comandante Hugo Chávez acaecida el 5 de marzo de 2013, las facciones más radicales de la derecha venezolana en completa alianza con el imperialismo norteamericano, han duplicado los esfuerzos que buscan destruir la Revolución Bolivariana. Utilizando los instrumentos más avanzados de las guerras de baja intensidad, la contrarrevolución nacional e internacional está librando una verdadera embestida fascista que busca desestabilizar la vida pública venezolana y horadar las bases políticas que sustentan la lucha revolucionaria. 42
No es casual que luego de dos victorias contundentes en abril y diciembre del año 2013, en elecciones presidenciales y municipales respectivamente, y abriéndose un período de dos años (2014-2015) para la construcción política y económica libres de la dinámica electoral, se haya desatado una ola de violencia y desestabilización cuyo objetivo declarado es la salida inconstitucional y antipopular del presidente constitucional Nicolás Maduro. La guerra de la burguesía parasitaria que ha desequilibrado el sistema económico venezolano agudizando sus contradicciones estructurales, en conjunto con el cerco mediático internacional y la manipulación ideológica de los acontecimientos, han servido como punta de lanza para aplicar un guión de “golpe suave” cuyo centro societal es la desestabilización pública (especialmente en zonas de la clase media) y la utilización de la frontera con Colombia (Edo. Táchira) como puente para la introducción de paramilitares en el país. No cabe duda de que Venezuela está en la mira del águila imperial.
Ante esta situación, la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH), ha reunido un importante material para la comprensión de la nueva coyuntura de lucha a la que se está enfrentando la Revolución Bolivariana. En primer lugar, presentamos varios artículos de miembros de nuestra Red, que analizan en clave crítica la situación actual de golpe suave que está viviendo Venezuela. En segundo lugar, presentamos diversos materiales impresos y audiovisuales que desmontan las manipulaciones mediáticas, que bajo un esquema reduccionista, pretenden colocar más allá del bien y del mal los destrozos de los grupos fascistas y condenar la acción del gobierno por mantener la estabilidad política. En tercer lugar, presentamos los diversos comunicados de organizaciones, movimientos sociales e instituciones internacionales que han declarado su apoyo al Gobierno Revolucionario y rechazado la violencia fascista. Todo el material reunido está disponible en nuestra página web. ♦
El grito de los excluidos y excluidas (1999), de Pavel Éguez (Ecuador).
La campaña continental del grito de los excluidos y excluidas, encargó al pintor y muralista ecuatoriano Gustavo Pavel Éguez la realización de una obra pictórica en 1999, que promueve los ideales y contenidos de una manera artística. El pintor se sumó a la campaña y empezó a crear una gran serie pictórica, a la que pertenece este fragmento que hoy presentamos. Estas pinturas pronto se convirtieron en un referente movilizador de los reclamos sociales por trabajo, tierra, justicia y vida, porque presentan de una manera simbólica, los distintos tipos de lucha contra todo tipo de exclusión. La fuerza temática está centrada en la diversidad y multiculturalidad. Es el referente visual por donde transitan las multitudes y las sub-temáticas del mural: cultura, diversidad, niños, mujeres, migraciones, naturaleza, tierra, campesinos y la cultura. ♦
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