Revista Humanidad en Red en Defensa de la Participación Popular (Edición n° 7)

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Año 1 Nº 7

En Defensa de la Participación Popular


Presentación El sistema capitalista se sostiene sobre la expropiación de las formas de objetivación creadas por el hombre y la mujer. Dicha expropiación también atañe al ejercicio del poder por parte de los pueblos, quienes son alienados de la conducción de sus destinos y reducidos a un ejercicio individual y sectorial de su voluntad. Frente a esto, las luchas populares comprendieron que la participación popular es el medio más efectivo para hacer respetar su vida y dignidad absoluta frente a los intereses del capital. Por ello, la presente entrega de la revista Humanidad en Red, de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH) está dedicada a su séptimo eje de acción: “En Defensa de la Participación Popular”. “El Editorial”, escrito por Iraida Vargas Arenas (Venezuela), aborda la dimensión de la participación popular a lo interno de la Revolución Bolivariana, comprendida desde el concepto de poder constituyente en su ejercido autónomo, y en su necesaria articulación desde las instituciones de participación para crear una nueva hegemonía política cuya máxima concreción son las comunas.” En la sección “Artículos”, abrimos con la colaboración de Katu Arkonada (País Vasco), quien analiza el punto de bifurcación en que se encuentran las fuerzas progresistas de Nuestra América luego de la muerte física del Comandante Hugo Chávez y los retos que se presentan para la unidad y la participación de los pueblos. Luego, tenemos el aporte de Juan Paz y Miño (Ecuador), donde se analiza desde una perspectiva histórica el soporte dinamizador que tuvo y tiene la participación ciudadana en Ecuador, primero, en las luchas anti-neoliberales, y segundo, como apoyo a los gobiernos progresistas de la región. Por último, encontramos el texto de Carlos Molina (El Salvador), donde se recoge la reciente experiencia de los habitantes de San José de Las Flores en la cual una consulta ciudadana logró derrotar un proyecto minero anti-popular; a partir de allí, se reflexiona sobre la importancia de la participación ciudadana desde la conciencia de las y los afectados por el capital para luchar contra las transnacionales. En la sección “Entrevistas”, transcribimos una conversación con Marta Harnecker (Chile). En ella se desarrolla el

problema del sujeto histórico de la revolución, el legado del Comandante Chávez con respecto a la construcción de fuerzas progresistas desde las bases, la importancia de la planificación y la descentralización en la participación popular y el problema del partido como instrumento político que facilite los procesos de ejercicio del poder popular. Para la sección “Retrospectiva” incluimos cuatro materiales de suma importancia. Primero, una de las “líneas de Chávez” que analiza el tema del Estado Comunal. Segundo, el discurso que el vicepresidente del estado plurinacional de Bolivia, Álvaro García Linera, pronunciara en el XX Foro Social de Sao Paulo. Tercero, un aporte del ministro del Poder Popular para la Cultura de Venezuela, Reinaldo Iturriza, en el cual analiza las instancias de participación popular como motor de la revolución. Y en cuarto lugar, una ponencia del filósofo cubano Alberto Pérez Lara, en la que se estudia la construcción del sujeto histórico de la revolución latinoamericana desde una perspectiva de clases. En la sección “Especial” recogemos, primero, el marco legal para la participación popular que han venido desarrollando las revoluciones de Venezuela, Bolivia y Ecuador. En segundo lugar, rescatamos el histórico diálogo que sostuvieran el Comandante Fidel Castro Ruz y el mártir Salvador Allende. En la sección “Documentos”, nos encontramos con: las líneas de acción continental definidas por lo Movimientos Sociales para el ALBA; la declaración final del XX Foro de Sao Paulo; y las conclusiones de la mesa n° 7 “En Defensa de la Participación Popular” del Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad realizado en Caracas (2004). Por último, en “Estéticas de la Liberación”, recogemos diversas imágenes que reflejan algunas de las luchas históricas dadas por los pueblos del mundo contra el capitalismo y el imperialismo. Con todo este material la REDH hace énfasis en la importancia trascendental que tiene la participación popular en la construcción de un mundo más justo para todos y todas. EQUIPO EDITORIAL REDH

Revista Humanidad en Red Rif: G20004640-6 Depósito legal: PPI201402DC4452 Directora: Carmen Bohórquez Consejo editorial: Ariana López (Cuba) Féliz Caballero (Venezuela) Paz Capielo (Venezuela) Roger Landa (Venezuela). Equipo de redacción y corrección: Ariana López Carmen Bohórquez Félix Caballero Manuel Azuaje Paz Capielo Roger Landa. Diseño y diagramación Aarón Mundo Leyenda Portada Otro mundo es posible, Beatriz Aurora

Índice Colaboradores Editorial La participación popular, factor que dinamiza la Revolución Bolivariana; por Iraida Vargas Arenas Artículos Punto de bifurcación para la izquierda en América Latina, retos y desafíos; por Katu Arkonada Ecuador: ciudadanía y participación popular; por Juan J. Paz y Miño Cepeda Participación popular y radicalidad política; por Carlos Molina Velásquez Entrevista “En Defensa de la Participación Popular”, entrevista a Marta Harnecker

humanidadenred@gmail.com

Retrospectiva

http://humanidadenred.org.ve

“¡Rumbo al Estado Comunal!”; por Hugo Chávez “Para preservar los cambios logrados hay que profundizar lo conseguido”; por Álvaro García Linera

@humanidadenred Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad humanidadenred

“Construcción de sujetos y revolución. Articulación de lo político y lo social en el movimiento popular emancipador”; por Alberto Pérez Lara Especial La Participación Popular en Nuestra América: su marco legislativo (Clic en los títulos para ir a los artículos) Las Revoluciones la hacen los Pueblos: Histórico diálogo entre Fidel Castro y Salvador Allende

Índice

Documentos Líneas de acción continental que debemos asumir como movimientos sociales Declaración final “XX Encuentro del Foro de Sao Paulo” Conclusiones de la mesa n° 7 del Encuentro Mundial de la Red en Defensa de la Humanidad, Caracas, 2004 Estéticas de la Liberación Participación histórica y lucha social: Imágenes.


Colaboradores

Colaboradores

Juan Paz y Miño Cepeda

Iraida Vargas Arenas Venezuela). Antropóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela e historiadora por la Universidad Complutense de Madrid (Mención Cum Laude). Es miembro de la Red en Defensa de la Humanidad. Recibió el Premio Municipal de Literatura, mención Ensayo, “Manuel Díaz Rodríguez”, en 1974 y la Orden al Mérito Académico “Dr. José María Vargas”, de la Universidad Central de Venezuela, en Primera Clase, en 1993. Ha sido docente en pre y postgrado, así como conferencista en universidades y centros de investigación nacionales e internacionales. Autora de más de 100 artículos científicos publicados en revistas nacionales e internacionales especializadas. También es articulista de prensa. Ha publicado más de 20 libros científicos, entre los cuales destacan: Historia, Identidad y Poder (en conjunto con Mario Sanoja); Arqueología, Ciencia y Sociedad, Antiguas Formaciones y Modos de Producción en Venezuela; El Agua y el Poder; Las Edades de Guayana. Arqueología de una Quimera; Resistencia y Emancipación, entre otros.

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(Ecuador). Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales y doctor en Historia. Es profesor de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Miembro de Número de la Academia Nacional de Historia. Vicepresidente de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC). Se ha desempeñado como secretario del Comité Ejecutivo-Presidencial del Bicentenario (2008-2011) y como cronista de la Ciudad de Quito (2011-2014). Ha participado como profesor invitado, visitante, o ponente en universidades de Europa, Norteamérica y América Latina, así como en múltiples eventos académicos realizados en el país y en el exterior. Entre sus publicaciones destacan: Quito en el Bicentenario del proceso de la Independencia del Ecuador; La Revolución Juliana en Ecuador (1925-1931). Políticas Económicas; Eloy Alfaro. Políticas Económicas; Insubordinación o golpe. Ecuador: la trama del 30-S, entre otras. En la actualidad editorialista en diario El Telégrafo y lleva la página Web: “Taller de Historia Económica”. Es miembro de la Red en Defensa de la Humanidad; fue jurado de la 9na edición del Premio Libertador al Pensamiento Crítico.

Carlos Molina

Katu Arkonada (País Vasco). Diplomado en Políticas Públicas. Ex-asesor del Viceministerio de Planificación Estratégica, de la Unidad Jurídica Especializada en Desarrollo Constitucional y de la Cancillería de Bolivia. Militante vinculado a los movimientos sociales para el ALBA y al Foro Social Mundial de Sao Paulo. Ha coordinado las publicaciones: Transiciones hacia el Vivir bien y Un Estado muchos pueblos, la construcción de la plurinacionalidad en Bolivia y Ecuador. Es miembro de la Red en Defensa de la Humanidad. Pueden consultarse sus publicaciones en:

(El Salvador). Es profesor en Educación Media con especialidad en Filosofía (1994), licenciado (1996) y doctor en Filosofía Iberoamericana (2006). Desde 1996 trabaja como catedrático en el Departamento de Filosofía de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), y se dedica a la investigación y enseñanza en las áreas de ética, pensamiento crítico y cultura contemporánea. Forma parte del Consejo de Redacción de la revista académica Realidad (UCA), y es miembro de la Comisión Nacional de Bioética. En la actualidad trabaja en la formación del Capítulo Salvadoreño de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. Ha publicado un libro de texto sobre ética aplicada titulado: Ética profesional y organizacional, San Salvador, UCA Editores, 2012; y fue editor de los volúmenes segundo (1999) y tercero (2001) de los Escritos Filosóficos de Ignacio Ellacuría, publicados en San Salvador, UCA Editores. Además, ha escrito artículos en revistas académicas y compilaciones, es columnista del periódico digital ContraPunto (El Salvador), y colaborador eventual de Rebelión, otros periódicos y medios alternativos.

Marta Harnecker (Chile). Psicóloga marxista, discípula de Louis Althuser. Tiene una amplia trayectoria de vinculación intelectual orgánica con los movimientos sociales y luchas emancipadoras de la izquierda en América Latina y el Caribe. Dicha experiencia está registrada en más de ochenta publicaciones disponibles para su consulta gratuita en . Entre ellas sobresalen: La Izquierda en el Umbral del Siglo XXI; La izquierda después de Seattle; Hugo Chávez Frías. Un hombre, un pueblo; Herramientas para la participación (con Haiman El Troudi y Luis Bonilla); Reconstruyendo la izquierda; De los consejos comunales a las comunas. Construyendo el socialismo del siglo XXI; América Latina y el Socialismo del Siglo XXI. Inventando para no errar; Ecuador: Una nueva izquierda en busca de la vida en plenitud; Un mundo a construir (nuevos caminos). Con este último texto fue galardonada con el Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2013.

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Editorial La participación popular, factor que dinamiza la Revolución Bolivariana Por Iraida Vargas Arenas

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Cuando nos referimos al proceso de participación popular en el proceso revolucionario bolivariano, coincidimos con las ideas del presidente Chávez y con las expresadas por voceros/as de algunos movimientos sociales en lo referente al papel que desempeña el poder popular en la construcción de una nueva hegemonía política, necesaria para que exista una Sociedad Socialista. Dicha hegemonía sería alcanzada en Venezuela sólo cuando exista una autonomía de las formas auto-organizativas populares con respecto al poder constituido y se concrete la calidad constituyente del poder popular, reconociendo que se ha dado la emergencia constante de nuevas subjetividades colectivas que se han expresado en lo político. Todas esas formas organizativas y subjetividades se manifiestan en un Pueblo que impulsa una revolución nacional que pretende liquidar al imperialismo, al Capital, al Estado burgués y a las clases sociales dentro de sus fronteras, contribuyendo así a crear una nueva hegemonía cultural que

impulse también a otros pueblos, igualmente oprimidos por la actual hegemonía existente, hacia una sociedad socialista. Para el logro de ese objetivo es necesario que, dentro de lo que el Presidente Chávez denominó la fase de transición, las nuevas instituciones de la participación popular venezolanas que han surgido al calor de la Revolución Bolivariana se articulasen las unas con las otras y con las instituciones de la representación del poder constituido, es decir, en torno a los partidos políticos y a los poderes ya existentes (ejecutivo, legislativo, judicial y el ciudadano), y que ello permita como dice Dussel, (2007) “…desde la base misma, una real actualización, con democracia directa de pequeñas comunidades del pueblo, de la hiperpotentia o del ejercicio permanente en el tiempo… de la voluntad popular”. Como propone Dussel, esas instituciones de la participación popular directa se deben responsabilizar, con recursos propios y jurídicamente fundados en la Constitución y las leyes correspondientes, de cuestiones tales como:

la seguridad de la comunidad, distribución del agua y el drenaje, educación de la juventud, embellecimiento del lugar, responsabilidad por la salud de la comunidad, cooperativas de consumo y de producción, etc. Incluimos nosotras la defensa de los espacios comunales. Se daría así una redefinición de sentido sobre las responsabilidades tradicionales del Estado, que son transferidas y ejercidas por el poder popular, por la base misma y como tal, el ejercicio efectivo de su poder. Es lo que Julio Escalona (2014) denomina “el conjunto de reformas socialistas introducidas por Chávez”. En lo que atañe al ejercicio del poder político en la transición, el poder popular lo ejercen las comunas en dos dimensiones: en su relación con el gobierno central, incluyendo, por supuesto, su participación en procesos electorales nacionales o regionales, y en las relaciones políticas que pueden llegar a existir dentro de las distintas organizaciones populares en donde tales relaciones políticas refieren a otros contenidos. No obstante, de que las comunas tienden a establecer relaciones de tipo transversal, de solidaridad y cooperación dentro de ellas y entre sí, sin embargo, dentro de una misma comuna se pueden expresar relaciones políticas entre los géneros, de sujeción de las mujeres o alguna comuna puede producir un tipo de rubro (alimenticio, vestidos, etc. o servicios de cualquier otro tipo) del cual carece la mayoría y ello le confiera una cierta jerarquía dentro

del sistema comunal, sin que tal cosa implique necesariamente una situación de dominación por parte de ella hacia las otras. Dentro de un conjunto dado de comunas, el desarrollo de las fuerzas productivas no se produce al mismo ritmo, unas avanzan más que otras determinando que alguna o algunas, eventualmente posean mayor ascendiente sobre las demás. Todo lo anterior apuntaría hacia la concreción de una nueva hegemonía, política y cultural que permitiría construir una sociedad nueva, socialista, justa, participativa, protagónica, anti imperial y antipatriarcal. Con base a lo anterior, podemos decir que el Pueblo –en tanto poder popular organizado en redes comunales de diferentes magnitudes sociales y territoriales, según la dimensión y calidad de los problemas a resolver– sería el sujeto histórico que tendría que sumergirse en un proceso de transformación radical, empaparse en una revolución permanente. Esa lucha popular permanente sería librada a los fines de construir una Sociedad Comunal Socialista venezolana. Referencias citadas DUSSEL, Enrique. 2007. Cinco tesis sobre el populismo. UAM-Iztapalapa, México ESCALONA, Julio, 2014. Nota en Aporrea del 29-08-2014

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Artículos Punto de Bifurcación para la izquierda en América Latina, retos y desafíos Por Katu Arkonada

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América Latina, y por lo tanto las diferentes expresiones de izquierda que representan a sus clases populares y subalternas, se encuentran ante un punto de bifurcación que comienza a visibilizarse en el punto de inflexión que supone la muerte del Comandante Hugo Chávez. Los últimos años del siglo XX y primeros del XXI se caracterizan por un recorrido ascendente conformado por explosiones sociales como El Caracazo o las guerras del Agua y del Gas, además de victorias electorales como la llegada al poder de Chávez, Evo o Correa, que lideraban un cambio de época continental al que también se han ido sumando los Kirchner, Lula, Dilma, Daniel o Sánchez Cerén, gobiernos que de la mano de los pueblos también obtenían avances políticos como la creación del ALBA en 2004 y la derrota del ALCA en 2005. Esa línea ascendente asentada en proyectos nacional-populares y posneoliberales, llenos de matices y con diferentes niveles de avance y profundización, se rompe con la muerte, hace más de dos años, del responsable de dejar atrás el fin de la historia y demostrar que una al-

ternativa al neoliberalismo era posible. Con la desaparición física de Chávez, pareciera que el imperialismo se rearma, y en la guerra de posiciones que vive América Latina, comienza una estrategia de asedio a los gobiernos posneoliberales del subcontinente, con una ofensiva de la Alianza del Pacífico como versión sofisticada del ALCA, que se suma al incremento de bases militares o la injerencia continua del Departamento de Estado vía USAID, NED o DEA. A todo lo anterior podemos sumar los casos particulares (que no son sino experimentos de laboratorio antes de dotarlos de una escala mayor) de terrorismo político, económico y mediático contra Venezuela, contra una Argentina asediada por los fondos buitre, o una Bolivia a la que hace dos año y poniendo de rodillas a varios países europeos, le secuestraron el avión del presidente Evo Morales, en una clara señal de advertencia al resto de países del ALBA.

Debates en la izquierda continental Los partidos políticos de izquierda en el continente también viven

“En esta coyuntura es importantísimo por tanto defender los avances conseguidos por los partidos en el poder, pero sin atrincherarse, con la obligación histórica de seguir avanzando, profundizando y radicalizando los cambios” una situación muy diferente a la de cuando fue creado el Foro de Sao Paulo en 1990 y sólo el PC cubano se encontraba en el poder. Hoy, son mayoría los partidos de izquierda en tareas de gobierno en Cuba, Nicaragua, El Salvador, Brasil, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Uruguay o Bolivia, pero las condiciones de resistencia primero, y de gobierno después, han cambiado y la coyuntura es diferente. De hecho la crisis global del capitalismo y la reconfiguración geopolítica, el tránsito a un mundo pluripolar y multicéntrico, han hecho que cuando la izquierda partidaria ya tenía muchas de las respuestas,

en forma de proyecto político, cambien las preguntas. Ya no hay partidos de vanguardia en el continente e incluso la izquierda nacional-popular ya no tiene como referencia única la forma-partido, siendo el MAS de Bolivia o Alianza País de Ecuador ejemplos claros de ello. En esta coyuntura es importantísimo por tanto defender los avances conseguidos por los partidos en el poder, pero sin atrincherarse, con la obligación histórica de seguir avanzando, profundizando y radicalizando los cambios. Que nadie piense que moderándose está a salvo de la arremetida imperialista. En ese sentido, se an-

toja crucial en el corto plazo que el PT de Brasil, el MAS de Bolivia y el Frente Amplio de Uruguay ganen las elecciones presidenciales en sus países, elecciones que tendrán lugar el 5, 12 y 26 de octubre. Retener los gobiernos que ya tiene la izquierda es fundamental para poder seguir profundizando en el proceso de integración latinoamericana; una integración que tiene su base en los principios de solidaridad entre los pueblos, desarrollo con cooperación y complementariedad, justicia social, democracia y participación popular; una integración cruzada por el ALBA, Mer-

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cosur, UNASUR y CELAC en cuanto a mecanismos complementarios de integración política y económica; sin olvidar la integración energética que tiene en Petrocaribe una herramienta fundamental. Pero además de los gobiernos de cambio, es importante una apuesta por reforzar a la izquierda en países como México, que vive un proceso de reformas y privatizaciones que está dejando su petróleo y sus telecomunicaciones en manos de las grandes transnacionales; un México que debe complementarse con el resto de procesos centroamericanos, tanto los más avanzados como Nicaragua o El Salvador, como los procesos donde la izquierda necesita seguir creciendo y asentarse, casos de Honduras y Costa Rica. Esta izquierda continental, tanto en el gobierno como en la oposición, tiene en la Alianza del Pacífico un instrumento que busca erosionar la integración continental, desplegándose dentro del mismo marco que los tratados de libre comercio En esta línea de confrontar el rearme y despliegue imperialista, la Agenda de la Patria Grande pasa por dos desafíos inmediatos. Siguiendo la estela dejada por la II Cumbre de la CELAC, en La Habana, que declara a América Latina como zona de paz, se debe reforzar el apoyo al proceso de paz en Colombia, una paz que sólo puede venir acompañada de justicia social y de la participación política de la insurgencia. Al mismo tiempo, es vital la defensa irrestricta de Vene-

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zuela, de la Revolución Bolivariana, chavista y de su Presidente obrero Nicolás Maduro; una Venezuela que hace de dique de contención ante la agresión imperialista al continente permitiendo la estabilidad política y económica de otros procesos; una Venezuela donde se están probando mecanismos de una Guerra de IV Generación que amenaza al continente y al mundo. Además de la agenda inmediata, en el largo plazo la izquierda continental debe ir más allá de la defensa de la soberanía sobre los recursos naturales, la recuperación del Estado y la redistribución de la riqueza, bases de una agenda posneoliberal. El proyecto político colectivo merece un debate honesto sobre el modelo de desarrollo de nuestros procesos, debate crucial a la hora de conjugar el derecho al desarrollo de nuestros pueblos con los derechos de la Madre Tierra, al mismo tiempo que se encara el desafío de la creación de una nueva Arquitectura Financiera Internacional.

El desafío de la participación popular y la unidad Pero si hay un desafío crucial que enfrenta la izquierda continental, ese es el de la adaptación a la nueva época que vive América Latina, con sus avances y retrocesos, transformaciones y contradicciones. Por un lado, la izquierda debe abrirse a la participación popular, a las nuevas formas de lucha y resistencia que también construyen

“Pero si hay un desafío crucial que enfrenta la izquierda continental, ese es el de la adaptación a la nueva época que vive América Latina, con sus avances y retrocesos, transformaciones y contradicciones” proyecto político. La forma-partido debe ser complementada por la forma-movimiento y la incorporación de nuevos actores que conforman el nuevo sujeto revolucionario, los pueblos indígenas, las mujeres, los jóvenes, campesinos, trabajadores… ¡basta ya de reuniones de la vieja izquierda llenas de hombres blancos mayores de 50 años! El sujeto, mirándonos en el espejo de Bolivia, debe conjugar clase e identidad, y eso nos va a fortalecer como proyecto político. Por otro lado, debemos dejar atrás dogmatismos para, sin hacer demasiadas concesiones al proyecto original, buscar la unidad de las fuerzas de izquierda en cada país y en el continente. Esa unidad debe pasar por una articulación de partidos políticos, movimientos sociales, sindicatos e intelectuales comprometidos. Y si hablamos de unidad, es vital la defensa de nuestros procesos y lo que Marta Harnecker, ganadora del Premio Libertador al Pensamiento Crítico que entrega la Red en Defensa de la Humanidad, llama “Pedagogía de los límites de nuestros procesos”, que no sólo tienen que hacer los

gobiernos de cambio, sino las fuerzas políticas, sociales, sindicales y los intelectuales comprometidos que apoyan estos procesos. Es necesario explicar al pueblo y las fuerzas sociales que apoyan a los gobiernos de cambio porqué no se avanza con toda la rapidez e intensidad que desearíamos, donde están los límites, las tensiones, las contradicciones, etc.; y sobre todo, que más importante que el ritmo, es la dirección del proceso revolucionario que debe ir acompañado de esa unidad de las fuerzas de izquierda. En definitiva, y para enfrentar la guerra de posiciones en la que estamos inmersos y la defensa de nuestros procesos, necesitamos unidad, unidad y más unidad, como bien nos enseñó el Comandante Chávez; enseñanza que debemos complementar con el legado de Bolívar, San Martín, Artigas, Morazán, Mariátegui, Martí, Zapata, Sandino, el Che y Fidel, para profundizar la construcción de un proyecto político continental que haga frente al imperialismo, colonialismo y capitalismo bajo un horizonte llamado socialismo.

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Artículos Ecuador: ciudadanía y participación popular Por Juan J. Paz y Miño Cepeda

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En 1982 estalló la crisis de la deuda externa en América Latina. Tal como ocurrió en México, país en el que se inició esa crisis, también en Ecuador comenzó, ese año, el camino de los ajustes económicos condicionados por el FMI. En consecuencia, entre 1982 y 2006, es decir, durante 24 años progresivamente, se edificó en Ecuador un modelo empresarial de desarrollo inspirado en la ideología del neoliberalismo. Sus bases fueron las mismas que trazaron el rumbo de América Latina durante las dos décadas finales del siglo XX: fomento de la empresa privada, consideración del mercado como regulador natural de la economía, retiro del Estado en intervencionismos y políticas económicas, privatización de empresas públicas, recortes del gasto e inversión estatales, disminución de cargas impositivas directas, aliento a la apertura del mercado externo y a las inversiones de capital foráneo, medidas destinadas a la flexibilidad laboral y a la precarización de los servicios públicos. En Ecuador no importó la suce-

sión de gobiernos que provenían de distintas tendencias políticas. Los que se sucedieron entre 19812006 (exceptuando, levemente, a Rodrigo Borja, presidente entre 1988-1992), aunque provenían de distintos partidos, con diferentes orientaciones e ideologías políticas, se condujeron, en materia económica, por el mismo camino de la consolidación del modelo aperturista y siguieron los lineamientos del FMI. Al modelo empresarial consolidado en Ecuador, se unió la construcción de un Estado-de-partidos, en el cual los partidos políticos y la clase política ligada a ellos, se convirtieron en el sector hegemónico del Estado, de manera que ese partidismo se desligó de los intereses y representaciones sociales, convirtiendo al Estado, sus funciones y la administración pública en botín de sus propios intereses y en instrumento de reproducción y garantía del modelo económico neoliberal. Las consecuencias sociales e institucionales de semejante situación se acumularon en el tiempo: creciente desempleo y subem-

“Ecuador es hoy uno de los países que, junto a Bolivia, Nicaragua y Venezuela, están colocados en la vanguardia de los gobiernos de Nueva Izquierda en América Latina” pleo, concentración de la riqueza, afectación sobre las condiciones de vida y de trabajo de amplios sectores populares, precarización laboral, emigración de ecuatorianos y ecuatorianas a otros países, deterioro de los servicios públicos, auge empresarial sin responsabilidad social, condicionamientos externos sobre la economía nacional, pérdida de soberanía y dignidad, cortapisas a la democracia basada en la soberanía del pueblo, retroceso en índices de desarrollo humano, creciente ingobernabilidad y descrédito de las funciones e instituciones del Estado. Esos fenómenos, entre otros que pudieran destacarse, acumularon las reacciones sociales. Hasta fines de los años ochenta, todavía

actuó el movimiento obrero agrupado en el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), aunque cada vez más debilitado hasta prácticamente desaparecer en los noventa. Desde 1990 tomó auge el movimiento indígena, cuya presencia política fue decisiva para enfrentar el avance empresarial neoliberal del país. Surgieron nuevos, aunque aún débiles movimientos sociales: ecologistas y ambientalistas, feministas y de género, diversos profesionales, etc., pero perdieron dinamia el movimiento estudiantil y el de maestros. Actuaron, contra todos, la represión, el autoritarismo del sistema, la imposición de la economía empresarial e incluso -con el derrumbe del socialismo-, la pérdida de referentes alternativos al capitalismo en el horizon-

te histórico inmediato y el derrumbe teórico del marxismo y de las consignas obreristas, así como la hegemonía unipolar de los EEUU y la expansión avasalladora del capital transnacional en la globalización. Sin embargo, la acumulación de reacciones y resistencias contra el modelo empresarial y el Estado de partidos no se detuvo y estalló en la década 1996-2006, cuando las movilizaciones ciudadanas lograron el derrocamiento de tres gobiernos (Abdalá Bucaram, 1996-1997; Jamil Mahuad, 1998-2000; y Lucio Gutiérrez, 20032005) que habían surgido de elecciones directas, pero que frustraron al país y agravaron las condiciones de la ingobernabilidad. En esa década se sucedieron siete gobiernos e incluso

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Artículos hubo, el 21 de enero de 2000, una efímera dictadura nocturna. Si se examina con objetividad, la movilización ciudadana se convirtió en agente social de resistencia, lucha, cambio y hasta derrocamiento de gobernantes. Se trató de un nuevo actor político y social, que expresó una convergencia pluriclasista, con diversidad de intereses, pero unida con esperanzas de recuperar institucionalidad, democracia, gobernabilidad y, sobre todo, mejores condiciones de vida y de trabajo. Esa fue la base social e histórica en la que incubó la “Revolución Ciudadana”, propuesta política que encarnó Alianza País y la candidatura presidencial de Rafael Correa en 2006, quien asumió el compromiso de impulsar una asamblea constituyente, que fuera una de las reivindicaciones ciudadanas más sentidas y exigidas desde antes. El triunfo electoral de Rafael Correa, el inicio de su gobierno en enero de 2007, la inmediata convocatoria a la Asamblea Constituyente que elaboró el proyecto de una nueva Constitución y la aprobación de esa carta política en 2008, marcaron el inicio de un nuevo ciclo histórico-político en la vida del Ecuador contemporáneo. En este nuevo ciclo se desmontó el modelo empresarial-neoliberal, estableciéndose la economía social y solidaria consagrada por la Constitución; se liquidó el Estado de partidos, surgiendo una nueva institucionalidad basada en el poder ciudadano en el Estado; se afirmó

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la democracia participativa, con sucesivos triunfos ciudadanos en diez procesos electorales y de consultas populares; se aseguró la estabilidad gubernamental; fueron recuperados los principios de soberanía, dignidad e independencia nacionales, al mismo tiempo que Ecuador paso a identificarse con los gobiernos de la Nueva Izquierda latinoamericana y contribuyó, en forma decisiva, al fortalecimiento de este bloque, iniciado en 1999 con el gobierno del presidente Hugo Chávez en Venezuela. Ecuador es hoy uno de los países que, junto a Bolivia, Nicaragua y Venezuela, están colocados en la vanguardia de los gobiernos de Nueva Izquierda en América Latina. Sus logros económicos y sociales son apreciados y valorados tanto nacional como internacionalmente. Desde luego, el gobierno ecuatoriano ha generado oposiciones, reacciones derechistas y celos imperialistas. Estas fuerzas bien quisieran acabar con lo que se ha logrado. Pero la única garantía de preservación actual y de proyección en el futuro de la Revolución Ciudadana la constituye la misma ciudadanía que ha respaldado al presidente Rafael Correa y que ha sostenido el proyecto político del “socialismo del siglo XXI” con sus pronunciamientos. Desde una estricta perspectiva histórica, ha sido igual participación y movilización ciudadana, con las características particulares en cada país, la que permitió el nacimiento de una nueva era para América Latina, teniendo como

vanguardia a los países bolivarianos. Esa dinámica social y ciudadana requiere ser fortalecida y defendida, porque sólo ella es la garantía para el futuro de las nuevas izquierdas latinoamericanas. En América Latina la historia del presente ha vuelto a comprobar que es la soberanía popular, a través de sus organizaciones, movilizaciones y, sobre todo, conciencia social, la que otorga el impulso de lucha contra el capitalismo y la vitalidad para la construcción de una nueva sociedad. No sería posible la existencia de los gobiernos de la Nueva Izquierda en América Latina sin la participación popular, que es la que ha asegurado, en el tiempo, los nuevos rumbos de la región. Ella es la que tiene que ser defendida.

“Una nueva Constitución y la aprobación de esa carta política en 2008, marcaron el inicio de un nuevo ciclo histórico-político en la vida del Ecuador contemporáneo”

Participación popular y radicalidad política Por Carlos Molina Velásquez

El 21 de septiembre del 2014, los habitantes de San José Las Flores, un pueblito de El Salvador, participaron en una consulta ciudadana en la que debían votar a favor o en contra de la realización de proyectos mineros en su municipio. De 812 votantes, 804 votaron en contra de la minería. Ésta no fue sólo una acción ciudadana contundente en contra de proyectos impopulares, sino también un evento inédito en nuestro país. Pero la cuestión va más allá. El pasado 15 de septiembre de 2014 también dio inicio el juicio final, ante el CIADI, de la compañía minera Pacific Rim, contra el Estado salvadoreño, una reacción (comprensible) de la empresa a los esfuerzos ciudadanos y gubernamentales para prohibir la minería. Considerando esto, la participación del pueblo de San José Las Flores puede verse como una manera de responder, desde abajo, a los intentos de socavar la construcción de auténtico poder popular, verdadera democracia. Claro, ahora falta que las instancias gubernamentales respalden y fortalezcan la voluntad del so-

berano expresada en las urnas, y que trabajen por la construcción de más y mejores mecanismos de participación popular. Uno podría pensar que la lucha contra las transnacionales —no sólo mineras— se hace desde los parlamentos, concejos municipales y la “casa presidencial”, y qué bueno fuera que así se hiciera siempre, pero hay también razones para pensar que eso no debería bastarnos, no sólo porque las estructuras políticas existentes no siempre nos permiten gozar de una adecuada correlación de fuerzas —la derecha ocupa los lugares que puede, en cada una de las instancias políticas mencionadas—, sino también porque es comprensible que desconfiemos de nuestros dirigentes y compañeros de viaje. La profundización de la democracia es, probablemente, la tarea más grande de los proyectos de izquierda latinoamericanos, no sólo por lo que exige hacer, sino sobre todo por aquello a lo que debemos renunciar. Y no me refiero sólo a quienes “están en el poder”. No nos engañemos: si estamos en

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esto es, en parte, porque nos consideramos lo suficientemente lúcidos y valerosos, y sabemos que a nuestro lado no siempre se encuentran la luz y el coraje, sino la oscura connivencia y la cobardía del traidor. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará? Esa “consciencia de elegido” no es una rareza, sino de la más absoluta frecuencia, y acostumbra ir acompañada de buenas intenciones y gestos bondadosos y sinceros. Por ello, es importante que nos preguntemos si somos lo suficientemente radicales políticamente. Marx escribió: “Ser radical significa tomar las cosas desde su raíz. Pero la raíz de todas las cosas (es decir de las cosas sociales) es el ser humano”. ¿En qué consiste la radicalidad política, sino en comprometerse con todo aquello que facilite la participación real de los ciudadanos en las decisiones que les atañen directa o indirectamente? ¿No es eso lo que significa realmente la democracia, el socialismo y el “mundo en el que quepan muchos mundos” (Franz Hinkelammert)? No es nada obvio, nunca lo fue. Revolucionarios de todo el mundo desconfiaron y aún desconfían de la democracia, y no me refiero a las justificadas críticas a los partidos políticos, las elecciones financiadas de manera dudosa o los contubernios parlamentarios, sino a los que piensan que solo una vanguardia iluminada puede proponer, decidir y hacer. Hay quien aduce toda clase de razonamientos acerca de los inconvenientes de que

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sea la misma gente la que decida sobre cómo resolver sus problemas: “la gente” se equivoca frecuentemente —sobre todo si carece de información—, tiende a ceder al autoengaño con tal de salirse con la suya, o utiliza su poder y ventajas para imponer puntos de vista o beneficiarse de manera egoísta. Sin embargo, también los tecnócratas y líderes partidarios se equivocan, nos engañan y manipulan, y generalmente salen airosos de sus “hazañas”. Por supuesto, existen situaciones en las que no habrá tiempo para hacer consultas o asambleas ciudadanas, como cuando debe evacuarse a la población ante la llegada de un huracán o durante una epidemia. Podemos imaginar muchos casos en los que equipos de especialis-

tas y ejecutores expertos deberán tomar las decisiones. También habrá multitud de ocasiones en las que nuestros congresistas, presidentes o alcaldes deberán hacer su trabajo, es decir, tomar buenas decisiones por nosotros. Pero esto debería irse convirtiendo en la excepción y no la regla. Lo anterior es aún más necesario si vemos nuestra época como aquella en que la humanidad misma está en peligro; no un grupo humano, ni una determinada “forma de vida”, sino la misma especie de la que somos parte. Sin una política activa en la que participemos todos será muy difícil hacerle frente a los retos de nuestra era, ya que se necesita mucho más que buenas intenciones y convicciones más o

“No es descabellado sostener que una recuperación liberadora de cierta apocalíptica pasa necesariamente por la reivindicación de la participación popular como parte esencial de la praxis.” menos claras para la defensa de la humanidad; hace falta una auténtica conversión, que transformemos nuestra manera de pensar y vivir. Quizás por esto mismo vale la pena pensar en la experiencia de participación popular de los salvadoreños de San José Las Flores. Es significativo que tuviera lugar en un pueblo de ese departamento salvadoreño que se convirtiera, en los años 80, en un lugar de “minas y bombardeos”, el referente geográfico de la lucha guerrillera contra la horrible represión del ejército gubernamental: Chalatenango. Que ahí mismo se haya librado una guerra no es mera casualidad ni debe interpretarse como “paradójico”. Más bien, me parece que deberíamos sostener

lo contrario: son las personas golpeadas directamente por la amenaza real del exterminio las que pueden acumular la sabiduría y el coraje necesario para comprometerse políticamente de manera radical. No es descabellado sostener que una recuperación liberadora de cierta apocalíptica pasa necesariamente por la reivindicación de la participación popular como parte esencial de la praxis. Ponerse “apocalíptico sin más” conlleva una visión profundamente pesimista acerca de nuestra condición humana —cerrada, individualista, egoísta—, que desemboca tarde o temprano en el “posthumanismo” —en las versiones “tecnofílicas” de Hans Moravec, por ejemplo—, el fundamentalismo —como en Jerry Falwell— o el puro fascismo redivivo —la política exterior inaugurada por Bush II es apenas el comienzo—. Por absurdo que parezca, se trata de una estrategia de exterminio como “solución” a los problemas de la humanidad: en cada una de sus versiones, la humanidad es “eliminada”, ya sea porque deja paso a un avatar, una especie de “sustituto mejorado” —las máquinas pensantes, los robots—, o porque se nos viene encima el Armagedón, o porque, al quedar constituida únicamente por “amos y esclavos”, la humanidad no sería más que un recuerdo, enterrado bajo capas y capas de brutalidad. Esto cambia si introducimos la acción social transformadora (la praxis) en la “ecuación

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Entrevista del fin de los tiempos”. Entonces, el apocalipsis se convierte en relato urgente de esperanza necesaria, pues sin ella es imposible construir el horizonte que se expresa a sí mismo como imposibilidad necesaria. La utopía debe ser parte del esfuerzo constante y la reinvención continua, si quiere ser más que horizonte y marco de realización. Debemos movernos a la acción política, para convencernos prácticamente de que es posible un mundo diferente. En eso consiste la conversión: en la consciencia de que el presente y el futuro es nuestra responsabilidad, y que en nuestra lucha transformadora habita a su vez la posibilidad de redención de un pasado fragmentado y doloroso. Abriendo la puerta a la participación popular lo que en realidad se abre es el futuro de la humanidad. La democracia real es parte de lo mejor de las izquierdas, es y siempre ha sido nuestra, y como tal debemos hoy reconocerla y apropiárnosla. No habrá jamás humanidad compartida y plena si no existen las posibilidades para que se ejerza la participación de todos en la política. Hombres y mujeres de todas las procedencias deben ser sujetos en la construcción de las más variadas formas de vida y las acciones políticas que requieran estas. Como en San José Las Flores, la consciencia de los peligros que ya están aquí, sobre nosotros, lejos de ser obstáculo, puede llegar a ser el detonante del florecimiento de esa humanidad que

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P r i m e r a

Marta Harnecker: en defensa de la participación popular Por REDH

nos falta. Y la vivencia de esa humanidad exige a su vez, de cada uno de nosotros, el compromiso constante, la participación efectiva y el valor para no ceder ante quienes están ahí para destruir toda posibilidad de verdadera democracia, mientras se presentan a sí mismos como sus paladines. De nosotros depende que, más pronto que tarde, los niños y jóvenes no puedan entender la democracia sin la participación popular real. Y entonces tendremos la certeza de la auténtica radicalidad de nuestra política.

“ Abriendo la puerta a la participación popular lo que en realidad se abre es el futuro de la humanidad”

P a r t e

Chávez y el sujeto revolucionario 1. ¿Qué significó para ud. el comandante chávez y, desde su percepción, que significó su praxis política para américa latina? Yo había entrevistado a muchos dirigentes de América latina, dirigentes políticos, de movimientos sociales, guerrilleros, pero nunca había entrevistado a un presidente y estaba preocupada de si iba a

estar a la altura, porque no quería hacerle perder tiempo. La verdad es que mi primera impresión fue la de una persona tan natural, tan poco formal, que no me intimidó e inmediatamente lo comencé a tratar de tú. Me impresionó su humanidad a lo largo de toda la entrevista y de las conversaciones que pude mantener con él en los momentos de receso, por eso el libro‑entrevista que publiqué luego, lo titulé Un hombre, un pueblo. Y pude corroborar luego esta impresión durante los años que estuve trabajando muy cerca de él.Ahora, respecto a América Latina,

“Hay una América Latina antes de Chávez y otra después de Chávez. El suyo fue un aporte extraordinario para cambiar la correlación de fuerzas en la región”.

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yo sostengo en el libro que hay una América Latina antes de Chávez y otra después de Chávez. El suyo fue un aporte extraordinario para cambiar la correlación de fuerzas en la región. A su llegada ya había condiciones objetivas para el cambio, y él fue creando las que faltaban, y especialmente contribuyó a ir creando las condiciones subjetivas para la expansión de un proyecto alternativo al neoliberalismo en América latina, impulsando una integración latinoamericana que pudiese lograr nuestra plena soberanía como región, liberándonos de la dependencia de los Estados Unidos. Él entendió muy bien que para hacer alguna transformación en su país necesitaba trabajar la correlación de fuerzas mundial, y debido a eso dedicó todo su primer año de gobierno a trabajar en el exterior, mientras internamente se creaban las condiciones para el cambio institucional requerido y se atendían las necesidades más urgentes del pueblo. Pero para mí, el mayor legado de Chávez no fue su gran aporte en el terreno internacional sino el hecho de que haya impulsado un proyecto social alternativo al capitalismo, teniendo como eje fundamental el protagonismo de la gente. El socialismo del siglo XXI es un proyecto de sociedad que no se decreta desde arriba, sino que se construye con la gente. El énfasis que coloca el presidente Chávez en la participación popular, en el protagonismo de la gente, desde el inicio de su mandato, no lo encontramos en ningún otro dirigente actual de nuestra región, ni del mundo.

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2. Se hacen dos lecturas al empleo de la categoría correlación de fuerzas. Por un lado, es cierto que hay que tener una correlación de fuerzas favorable para poder hacer los cambios que se requieren, pero hay quienes piensan que éste puede ser un argumento para frenar los cambios, puesto que puede ser utilizado como excusa para no hacer nada abogando que no hay condiciones para ello. Los sectores conservadores definen la política como el arte de lo posible, es decir, el arte de adaptarse de la mejor manera posible a las condiciones existentes. Gramsci sostiene que son los diplomáticos los que deben adaptarse a lo que existe, lo que se conoce como el “juego de cintura”. Los revolucionarios son los que luchan por hacer posible lo imposible, no por puro voluntarismo, sino porque luchan por cambiar la correlación de fuerzas existente para poder hacer en el futuro lo que hoy parece imposible. La correlación de fuerzas no se cambia por arte de magia, tienes que trabajar para cambiarla y eso fue lo que Chávez hizo magistralmente. Basta recordar la situación en la que él se encontraba cuando la oposición planteó el referéndum revocatorio: las encuestas le daban una popularidad de cerca del 30%. Si en ese momento iba al referéndum lo perdía. Sin embargo, respetuoso del camino electoral elegido, decidió enfrentar a la oposición en ese terreno y de inmediato empezó a trabajar por construir las fuerzas necesarias para ganar en dicha contienda. El gran problema de la izquierda radical, o me-

jor dicho de la ultra izquierda —como bien me corrigieron en alguno de los talleres que hice en Caracas respecto el libro con el que gané el Premio Libertador al Pensamiento Crítico, Un mundo construir (nuevos caminos) – es que no tiene presente la correlación de fuerzas; puede tener clara la estrategia: la construcción del socialismo, la expropiación de los capitalistas, la destrucción del Estado burgués, etcétera; el problema es que cree que eso se puede lograr en cualquier momento de la historia, sin considerar las condiciones objetivas y subjetivas existentes, sin considerar la correlación de fuerzas. Y eso es muy complicado en los gobiernos como los nuestros que están tratando de transitar hacia una nueva sociedad a partir de la institucionalidad, porque esta estrategia de tránsito pacífico requiere de una gran mayoría nacional y muchas veces la ultra izquierda —al debilitar la unidad del campo popular— le hace el juego a la derecha con su exceso de radicalismo. Nuestros gobiernos se ven atacados por una derecha que quiere impedirles avanzar y por un izquierda que quiere que avancen mucho más rápido, pero en el fondo tanto la una como la otra contribuyen a causarle problemas. Uno de los grandes problemas que tuvo Allende es que ciertos sectores de la izquierda chilena no entendieron su estrategia que era avanzar poco a poco hacia el socialismo por la vía institucional, creando primero el área de propiedad social que incluía la nacionalización sólo de las empresas estratégicas, y manteniendo un área de empresas mixtas y otra

de propiedad privada. El MIR chileno no respetó esta estrategia y empezó a tomarse pequeñas empresas, lo que hizo que el gobierno de la Unidad Popular perdiese la confianza de muchos de los empresarios medianos y pequeños que pretendía ganar para su proyecto. 3. En su libro Un mundo a Construir (nuevos caminos), Ud. hace un recuento de los principales movimientos sociales que en América Latina se alzaron contra el neoliberalismo y el capitalismo. Con ello, coloca el énfasis en que, para Nuestra América, el sujeto revolucionario no es el clásico sector obrero industrial. ¿Cuál es la importancia de estos movimientos sociales? ¿Cómo desde ellos se puede cambiar la correlación de fuerzas y avanzar en las transformaciones? De alguna manera en el pasado los partidos marxista leninistas no mantuvieron una relación muy sana con los movimientos sociales. Usaron a los movimientos como correa de transmisión de las líneas del partido. Como se tenía la concepción de un partido que poseía la verdad revolucionaria, se pensaba que el partido que tenía la teoría debía introducirla en el movimiento obrero (la conocida tesis leninista de la necesaria fusión entre la teoría revolucionaria y el movimiento revolucionario). Esto se traducía en la práctica en que los movimientos sociales, y especialmente el movimiento obrero, debían ser disciplinados y seguir las orientaciones del partido. Sin duda que en la obra de Lenin existen textos que podrían servir

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de base a esta interpretación, pero hay otros en que se argumenta de otra manera y debemos leer toda la obra de Lenin y aprender a situar cada texto en su contexto. Cuando surge un periodo revolucionario en Rusia, el dirigente bolchevique escribe que se aprende más en los períodos revolucionarios, en la lucha revolucionaria, es decir con la práctica revolucionaria, que en más de 15 o 20 años de escuelas de formación o de lecturas, porque nada supera el aprendizaje a través de las luchas, a través de la práctica. Ustedes tienen aquí en Venezuela una demostración de este principio. ¿Qué formación política tenía este pueblo cuando Chávez llega a la Presidencia de la República? ¿Cuánto aprendió este pueblo con el golpe militar? Porque una de las características de los períodos revolucionarios es que en ellos se desenmascaran los actores y aquellos sectores políticos que se llenaban la boca con la palabra democracia, las élites venezolanas, al no respetar las reglas democráticas en su esfuerzo por deshacerse de Chávez, demostraron al pueblo cuán falso era su discurso sobre la democracia. La gente vio también cuáles eran los militares que apoyaban el proceso y cuales no. Hubo un aprendizaje muy rápido de la gente. No cabe duda que hay un abismo entre la conciencia del pueblo antes de estos acontecimientos y la conciencia mucho más madura posterior al intento de golpe militar. La izquierda de mi época, la de la década de los 70, de los 80, que conocí de cerca y en la cual milité, insistió mucho en el tema de que la teoría

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era lo fundamental. No digo que no sea importante tener un conocimiento lo más científico posible acerca del mundo que queremos cambiar, pero estoy convencida en este momento de que el tema de la práctica es fundamental tanto para la maduración de la conciencia de la gente como para su crecimiento personal. Y aquí quiero recordar lo que decía Marx respecto a la cultura heredada: sólo se puede superar el “estiércol del pasado” a través de las luchas por transformar el mundo, y transformando el mundo las personas se transforman a sí mismas. Ahora me voy a referir a lo que pasó con los movimientos sociales en América Latina, especialmente en el Cono Sur en los años negros de las dictaduras. Debemos recordar que durante esos años se golpeó muy duramente a los partidos de izquierda y también a los movimientos sociales tradicionales. Los gobiernos militares reprimieron a los partidos políticos, se persiguió a sus dirigentes y también trataron de hacer desaparecer al liderazgo social descabezando a los sindicatos, a las organizaciones campesinas. Pero poco a poco fue surgiendo la resistencia de nuevos movimientos sociales, muchos de los cuales tenían que ver con luchas mucho más amplias por la democracia, por el respeto a los derechos humanos: luchas por los desaparecidos, contra la tortura, etcétera. Los grandes ausentes de estas luchas fueron los trabajadores de las industrias y de las minas que en épocas pasadas estaban a la vanguardia del proceso de lucha, pero que en esos momentos

estaban muy debilitados al haber sido golpeados por el neoliberalismo de diferentes maneras, entre otras con el tema de la fragmentación social, la subcontratación —que dividió a la clase obrera entre los contratados y los no contratados—, y el temor a quedar sin trabajo, agravado por el endeudamiento creciente de los sectores populares. Una forma de desmovilización social es lo que Tomás Moulián llamó el “hombre tarjeta de crédito”, es decir el ciudadano endeudado. El vacío dejado por los movimientos sociales tradicionales fue llenado por nuevos movimientos sociales que se enfrentaron a las dictaduras y a las medidas neoliberales tratando de frenar su avance. Entre los primeros, las mujeres tuvieron un papel fundamental y también, en algunos casos, los estudiantes; entre los segundos, se destacaron especialmente los movimientos campesinos indígenas de Bolivia y Ecuador. Estos nuevos movimientos sociales que emergen tienen una gran desconfianza de los políticos y de la política. Discursos muy parecidos y prácticas muy semejantes entre los políticos de izquierda y de derecha, demasiadas promesas incumplidas, explican esta actitud. Esto lleva a un distanciamiento entre lo que he denominado la “izquierda social” y la “izquierda política”. Pero es la lucha misma la que conduce a los movimientos sociales a entender que es fundamental superar dicha división. Los movimientos sociales se dan cuenta de que no basta resistir, que no basta hacer pequeñas insurrecciones que aunque logran

destituir a algunos presidentes, no logran pasar más allá. Una cara nueva asumía la Presidencia, pero las políticas no cambiaban. Estos movimientos comenzaron a entender que era fundamental pasar de la lucha reivindicativa, más corporativa, a una lucha más política, y que era necesario entrar en el terreno de la lucha institucional, de la lucha electoral, tratando de que triunfasen presidentes que apoyasen un proyecto alternativo al neoliberalismo. Y fue ese salto cualitativo que hicieron

los movimientos sociales como consecuencia de las políticas neoliberales, y que fue apoyado por amplios sectores medios que empezaron a organizarse de diferentes manera, lo que explica el surgimiento casi ininterrumpido de gobiernos progresistas en nuestra región, algunos provenientes directamente de los nuevos movimientos como es el caso paradigmático de Bolivia, pero otros no. Sin embargo, no cabe duda de que sin el aprendizaje obtenido en estas luchas previas

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S e g u n d a

p a r t e

Hegemonía y Participación Popular

contra la dictadura y el neoliberalismo en la cual maduraron nuevos liderazgo, se hace muy difícil entender estos triunfos. En el caso del presidente Rafael Correa, por ejemplo, su candidatura no surgió en medio del auge del movimiento indígena y obrero, pero esos movimientos jugaron un papel muy importante para frenar el avance del neoliberalismo y esa conciencia creada por la lucha se mantiene,

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no es algo que desaparece de un día para otro. El hacer sentir a los movimientos populares que se reconocen sus luchas y al hacerlos partícipes de las tareas de la construcción de la nueva sociedad, se va dignificando a sus militantes y activistas y se crean mejores condiciones para un trabajo conjunto. Por desgracia no todos los gobernantes nuestros entienden lo importante que es hacer esto que acabo de mencionar.

4. UD. también ha trabajado el tema de la hegemonía. ¿Qué debemos entender por hegemonía y cómo se construye? Bueno, aquí voy a repetir lo que digo en el libro, que la palabra hegemonía suele ser usada como sinónimo de dominación y que se usa para referirse a diversas situaciones; se habla de hegemonía económica, militar, política, cultural. En el libro trato de desarrollar el tema de la hegemonía cultural. Ahora yo creo que es importante distinguir dos formas de dominación: se puede dominar mediante el terror o se puede dominar mediante el consenso, es decir, se puede dominar mediante el látigo, o se puede dominar porque se convence con ideas o con propaganda. Por ejemplo, podemos preguntarnos por qué perdura el sistema capitalista a pesar de todas sus contradicciones y sus crisis. Y la respuesta es, entre otras cosas, porque logra convencer a la clase obrera que ese es el mejor camino para su bienestar y su felicidad. Hablar de hegemonía burguesa es hablar del sentido común de la gente dominado por los valores burgueses; y

por eso Noam Chomsky dice que la propaganda es a la democracia como el látigo a la dictadura. Cuando el capitalismo domina mediante la propaganda logrando convencer a la gente de que no hay alternativa, no necesita de látigo. El hecho de que la burguesía haya logrado imponer su hegemonía cultural es lo que explica que durante muchas décadas los pueblos de América Latina hayan elegido como gobernantes a los candidatos más conservadores. Pero en un determinado momento en América Latina comenzó a resquebrajarse esa hegemonía —como está ocurriendo hoy en muchas partes del mundo—; eso no quiere decir, sin embargo, que ya se haya consolidado una nueva hegemonía popular. Nuestra tarea es construir esa nueva hegemonía, esa nueva cultura, ese nuevo sentido común, pero eso no se construye de la nada, ni de la noche a la mañana, para su construcción se requiere de un instrumento político y de un largo proceso de transformación cultural. Se necesita un instrumento político para elaborar un programa alternativo al neoliberalismo y propiciar prácticas sociales que permitan salir del estiércol de la cultura heredada, como decía Marx, incorporando nuevos valores como los del humanismo, la solidaridad, el respeto a las diferencias, el combate al machismo y todo tipo de discriminación. Y por supuesto que ello requiere de un cambio de cultura de la izquierda, una izquierda que tiene que entender que no se trata de imponer sus ideas sino de convencer.

5. ¿A qué se refiere cuando habla de instrumento político? ¿En qué tipo de instrumento político está pensando? Lenin siempre entendió que el partido bolchevique y, en general, los partidos eran instrumentos políticos. El entendió que en la Rusia zarista, que era una dictadura, un régimen antidemocrático, totalitario, se requería un partido adecuado a esa realidad, un instrumento político para luchar en la clandestinidad porque si no se corría el riesgo de que todos sus cuadros desaparecieran. En cambio, en Alemania de aquella época, donde existía otra realidad, donde había un sistema democrático burgués, el partido socialdemócrata alemán no tenía por qué ser igual al partido bolchevique. Lenin entendía que el partido era un instrumento y debía adaptarse a las diferentes realidades sociales. La izquierda de mi generación tomó al partido como un objetivo en sí y no como un instrumento. Cuando te reclutaban y tú empezabas a militar, tu vida militante era en el partido, en reuniones en el local del partido, en escuelas de cuadros del partido. Pregúntale a la gente de nuestra generación acerca de cuánto contacto tenía con la sociedad. El partido era tu casa, tu familia, todo. Mi generación copió el modelo bolchevique de partido sin preocuparse de cuál era nuestra realidad. Tan es así que, cuando yo vuelvo de Europa —donde me he formado con los clásicos del marxismo y sabiendo muy poco acerca de América Latina—, a Chile, en la época del gobierno

demócrata cristiano de Frei, una democracia burguesa pero democracia al fin —eso lo comprendimos sólo después de haber sufrido en carne propia la dictadura—, me integro como militante en una pequeña organización política clandestina —nunca supe cuantos militantes éramos—y trato de aplicar en ella las normas de clandestinidad que había aprendido con los maoístas españoles que estaban lu-

“Pero para mí, el mayor legado de Chávez no fue su gran aporte en el terreno internacional sino el hecho de que haya impulsado un proyecto social alternativo al capitalismo teniendo como eje fundamental el protagonismo de la gente.” >> VOLVER AL INDICE

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chando contra la dictadura de Franco. Es decir, tratamos de aplicar el modelo bolchevique de partido a una realidad completamente diferente a la Rusia zarista. Nuestro comportamiento reflejaba una ausencia absoluta de análisis de la situación concreta, olvidando que Lenin no se cansaba de repetir que el arte de la política era el análisis concreto de la situación concreta. Ahora bien, si el partido debe ser un instrumento para construir la sociedad socialista donde el protagonismo de la gente es uno de los rasgos fundamentales, el partido debe ser un instrumento que facilite la participación popular. Por eso nuestros militantes no deben ser cuadros militares como lo éramos de alguna manera en el pasado, cuadros de ordeno y mando, que pensába-

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mos que los movimientos sociales debían seguir nuestras instrucciones; deben ser cuadros inmersos en el pueblo y que desempeñen el papel de facilitadores del protagonismo popular. La otra cosa que tenemos que entender es que los partidos están muy desprestigiados, existe un gran escepticismo en la gente respecto a la política y los políticos, como decíamos con anterioridad. Entonces, teniendo en cuenta esta realidad, debemos pensar en nuevas formas de expresión política que tomen en cuenta esta situación. Eso es lo que hizo, por ejemplo, el presidente Correa y sus colaboradores cuando crearon en Ecuador el movimiento ciudadano Alianza PAIS. Ellos tomaron en cuenta ese rechazo y por eso crearon un movimiento y no un partido, y además usa-

ron la palabra ciudadanos y ciudadanas. Con eso expresaban el deseo de abrirse a la sociedad. Es interesante el origen de ese movimiento, porque cuando se levanta la candidatura de Correa a la Presidencia de la República, él no tenía un partido detrás, él se había hecho muy popular en su corta gestión en el Ministerio de Finanzas y sus simpatizantes estaban dispersos por todo el Ecuador. Se decidió convocar a todos ellos para realizar la campaña y fue durante ésta, durante el trabajo casa por casa llamando a todas y todos a incorporarse al proceso, como se fue creando el movimiento ciudadano, aglutinando a toda la gente que pudiera tener coincidencia en los objetivos fundamentales antineoliberales que se planteaban. Voy a aprovechar esta entrevista para

hacer propaganda a mi libro: Ecuador: Una nueva izquierda en busca de la vida en plenitud, que fue publicado en Venezuela por Monte Ávila en el 2013. En este libro­testimonio se desarrollan todos estos temas con mucha mayor profundidad. Por otra parte, creo importante que en el nuevo instrumento político que construyamos se aplique la recomendación de Gramsci de renovar cada cierto tiempo a la dirección, pero no renovarla en forma total sino mantener un tercio de los cuadros del pasado para asegurar la transmisión a los nuevos cuadros de dirección del aprendizaje adquirido por ellos a través de su práctica como responsables de la organizació n política. Y otra cosa que aprendí al estudiar la experiencia de presupuesto participativo en Porto Alegre, gobernada por el Partido de los Trabajadores, es la importancia que se dio en los sucesivos gobiernos del PT a la rotación de los cuadros haciéndolos pasar por experiencias de gobierno, de partido y de lucha social. Como ese partido ganó varias veces la alcaldía, pudo rotar a los cuadros que estaban en el gobierno durante el primer mandato pasándolos a desempeñar funciones en el partido o dentro de la lucha social, y pasar cuadros que estaban en esas actividades al gobierno. Los cuadros del PT lograban así tener los tres tipos de experiencia, lo que les permitía comprender mucho mejor cada una de las diversas lógicas, porque normalmente la gente que está en el partido no entiende la lógica del gobierno, pide al gobier-

no mucho más de lo que éste puede dar; además quiere que todo se discuta como se discute en el partido, pero los ritmos del partido no son los ritmos del gobierno, el gobierno tiene que ejecutar, tiene que tener un ritmo más rápido. Muchas veces los partidos que deberían ser los orientadores, se quedan a la saga de sus gobiernos, o éstos los utilizan como correa de transmisión de sus políticas de gobierno y, de esta manera, dejan de cumplir una de las funciones del instrumento político que es ser la conciencia crítica del gobierno.

“Nuestros gobiernos se ven atacados por una derecha que quiere impedirles avanzar y por un izquierda que quiere que avancen mucho más rápido, pero en el fondo tanto la una como la otra contribuyen a causarle problemas”

Por último quiero aclarar que yo uso el término instrumento político y no partido político, no sólo por el carácter instrumental del mismo, sino también porque estoy convencida de que tenemos que pensar en formas nuevas y creadoras para nuestras organizaciones políticas de izquierda: algunos han hablado de partido‑movimiento, otros de frentes políticos y sociales, etcétera. Yo creo que sea cual sea la forma que adopte la nueva organización política, es fundamental que sea un instrumento articulador de la militancia política y de la militancia social. Y pienso que este instrumento político será más fuerte en la medida que logre convencer de su proyecto a la mayoría de los liderazgos políticos y sociales, sin necesariamente incluirlos dentro de la organización política. 6. ¿Cómo analiza UD. la cuestión central de la participación en relación a los conceptos de planificación y descentralización? Hay gente que ha rechazado el término descentralización porque ésta fue una de las estrategias del neoliberalismo: descentralizar hacia los municipios muchas de las funciones del Estado central como una forma de debilitarlo y de evitar que la presión popular se concentrara en él. Por otro lado, se entregaron competencias y tareas a los municipios, pero no recursos en relación con las necesidades de esos municipios, lo que derivó en que los municipios más ricos tenían más recursos, mejor educación, mejor salud. No es esa la

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descentralización que nosotros propiciamos. Pero no porque el neoliberalismo haya descentralizado de esa manera, vamos a abandonar el término descentralización que para mí debe ser una de las características centrales de la sociedad socialista que queremos construir, así como lo es la planificación participativa descentralizada. ¿Y por qué sostengo con tanto énfasis la necesidad de llevar a cabo un proceso de descentralización? Porque estoy convencida de que si queremos lograr un real proceso de participación popular, si queremos que sea la gente la que realmente se sienta y sea la constructora de la nueva sociedad, es fundamental crear los espacios que permitan un verdadero protagonismo popular. Uno de los aportes más importantes de Chávez fue la creación de esos espacios: espacios donde la gente se conozca, se sienta cómoda, donde pierda la timidez, donde pueda informarse, opinar y decidir, y también tenga la posibilidad de controlar la ejecución de las decisiones adoptadas. Muchas veces la gente levanta la mano expresando su acuerdo a una determinada medida, pero la medida nunca se aplica, y nunca se sabe lo que pasó. Ahora, para que haya una verdadera descentralización debe existir no sólo una transferencia de recursos financieros, sino también una transferencia de recursos materiales y humanos a los niveles inferiores. En el estado indio de Kerala se ha llevado a cabo un proceso de descentralización muy interesante aplicando el

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principio de que todo lo que se pueda realizar a nivel inferior se debe hacer a ese nivel. Por ejemplo, no tiene sentido que el municipio se preocupe de mantener la limpieza de una comunidad o de pintar sus escuelas, o de realizar el registro civil de sus habitantes, esto se puede hacer en el nivel de las comunas o espacios territoriales en que se divida el municipio, y para ello la comuna debe contar con un local apropiado, con el personal técnico y administrativo, y los insumos materiales requeridos. Consideramos que sólo cuando se realiza un proceso de descentralización de todos estos elementos a los niveles de poder local inferior es posible llevar a cabo un verdadero proceso de planificación participativa, y por eso es que en Kerala se llamó a ese proceso “planificación participativa descentralizada”. Ahora, ¿por qué el tema de la planificación participativa es tan central en la construcción del socialismo? Para entender la razón de esto tenemos que saber que hay dos fuentes de la riqueza, la naturaleza y el trabajo humano. Sin el trabajo humano las riquezas naturales son sólo riquezas en potencia, solo se convierten en riqueza real con el trabajo humano. Pero no se trata sólo del trabajo presente del obrero, la campesina, la educadora, sino también del trabajo pasado, porque los instrumentos que se emplean para trabajar hoy son producto del trabajo de otras personas en el pasado. Todos estos instrumentos, estas tierras, este conocimiento científico, esta tecnología,

“Nuestra tarea es construir esa nueva hegemonía, esa nueva cultura, ese nuevo sentido común, pero eso no se construye de la nada, ni de la noche a la mañana, para su construcción se requiere de un instrumento político y de un largo proceso de transformación cultural” toda esta sabiduría volcada en la productividad, son fruto del trabajo humano de generaciones pasadas, son una riqueza social, pero el capitalismo, gracias a todo un proceso de mistificación nos ha convencido de que ellos son los dueños de

invierte, cuánto va a las misiones sociales, cuánto a la solidaridad internacional, etcétera. Todo eso debería ser definido por la gente, a través de sus delegados por supuesto, porque para poder decidir en una sociedad de millones tienes que tener delegados, vocerías, no democracia directa, la que sólo se puede lograr en pequeñas localidades. Por eso no hay socialismo y menos socialismo del siglo XXI, si no se llega a establecer un proceso de planificación participativa descentralizada. Y para terminar con tu pregunta, creo que es muy importante entender que planificar no es fijarse objetivos o metas a alcanzar solamente, sino también hay que precisar cómo se van alcanzar esas metas, de dónde van a salir los recursos, quienes van a usar esos recursos, en qué plazo se van a realizar las obras, etcétera. Una de las debilidades más grandes del proceso bolivariano venezolano ha sido la falta de planificación. esa riqueza y que ella es el fruto de su trabajo, de su creatividad, de su capacidad de gestión, etcétera. De la misma manera que se apropian del trabajo presente, se apropian también de este trabajo pasado. El asunto es entonces ¿cómo hacer para que esta riqueza social se use para el bien de toda la sociedad? Y es aquí donde entra la importancia de la planificación participativa, porque debe ser la sociedad, es decir, las ciudadanas y ciudadanos los que deben ir discutiendo qué hacer con esos recursos. Pongo el ejemplo del petróleo; el petróleo claramente es una riqueza de todos los vene-

zolanos, y hasta podríamos decir que esa riqueza pertenece a la humanidad, y que está situada en Venezuela por azar, como pudo estar situada en otro país. No puede entonces pensarse que los dueños de esa riqueza sean los trabajadores del petróleo, ésta pertenece a toda la sociedad venezolana. ¿Cómo hacer para que realmente la sociedad se apropie de ella? Creemos que esto se logra a través de un proceso de planificación en el cual voceras y voceros que representen a los distintos sectores sociales participen en las decisiones que se toman sobre los recursos petroleros: cuánto se

7. ¿Qué mensaje le daría a nuestra juventud? Yo le daría a la juventud de izquierda más militante el siguiente mensaje: “No hagan lo que hicimos en Chile.” Yo fui profesora universitaria por muy corto tiempo al llegar de Francia, en un momento en que se había hecho la reforma universitaria en mi país y se valoraba más haber escrito un libro que tener un doctorado. Yo obtengo mi título de Licenciada en Psicología en la Universidad Católica de Chile, voy a Paris, allí no hago un doctorado, me dedico a estudiar marxismo y regreso a Chile en un momento en

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Retrospectiva

que la reforma universitaria ha abierto la cátedra de marxismo y me toca a mí, junto al que luego fuera canciller de Allende, Clodomiro Almeida, elaborar los primeros programas de estudio de marxismo en la Universidad de Chile. Con la reforma se creó un sistema de participación democrática de profesores, estudiantes y personal administrativo; y se discutían los problemas académicos, estudiantiles, el comedor estudiantil, el gimnasio, etcétera. ¿Qué pasó? Que la izquierda, los allendistas empezaron a utilizar a la universidad para objetivos políticos, y la derecha a preocuparse de los problemas de los estudiantes. Entonces, nosotros que teníamos la mayoría a nivel estudiantil, perdimos esa mayoría y la derecha empezó a sacar a los estudiantes a la calle, a apoyar sus políticas reaccionarias contra Allende. ¿Por qué ocurrió eso? Porque no enten30

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dimos en ese momento que teníamos que ganar a la mayoría del estudiantado, que teníamos que conquistar la cabeza y el corazón de la gente, lo que nos preocupaba era usar la Universidad con fines políticos para apoyar a Allende. Creo que esa es una lección muy importante. Y considero que el gobernante más ejemplar en este terreno es Rafael Correa, quien siempre está promoviendo a cuadros jóvenes y lanzando mensajes a la juventud; en la composición de su gabinete hay gente muy joven, el promedio de edad es de alrededor de 35 años, la presidenta de la Asamblea Nacional es una mujer de menos de 30 años. Quiérase o no, la juventud tiene muchas más posibilidad de crear lo nuevo, porque está menos atadas de manos, en ella pesan menos los hábitos del pasado. Esto no quiere decir que no

existan sectores juveniles que defiendan valores conservadores, pero eso no niega que podamos decir que hay una potencialidad generacional que hay que reconocer, y yo digo que, a veces, la derecha sabe conectarse más con la juventud que la izquierda. Quizá no tanto en esta generación, pero en mi generación muchos de los dirigentes de los partidos socialistas y comunistas, no le dieron la importancia, por ejemplo, a la nueva revolución tecnológica y concretamente a Internet, a los nuevos medios de comunicación de los jóvenes. Había compañeros dirigentes que, además de perpetuarse en los cargos de dirección, no empleaban Internet; tú les decías “le mando un correo electrónico”, y te respondían “no, no, no use esa vía, mándeme un papelito”. Sectores de la derecha si han entendido la importancia de la tecnología y eso les ha permitido conectarse mejor con los jóvenes que la izquierda. Creo que hay que estar muy al tanto de lo nuevo, pero no para aceptar todo. Por ejemplo, debemos procurar luchar contra los hábitos consumistas que trata de imponernos la propaganda burguesa, hábitos a los cuales la juventud es muy permeable. Ese debería ser uno de los puntos importantes a combatir por la izquierda. Debemos ser capaces de promover una lucha contra el consumismo que nos hace menos libres, para no decir esclavos, de los productos materiales que continuamente están saliendo en el mercado. Tenemos que combatir la idea de que la gente crea que es más porque tiene más. Tenemos que hacerla ver que es más importante el SER que el TENER.

¡Rumbo al Estado Comunal! Por Comandante Hugo Chávez PUBLICADO EN “LAS LÍNEAS DE CHÁVEZ” EL 21 DE FEBRERO DE 2010

I “Zamora vive, la lucha sigue”, es la consigna que cobra vida en nuestro pueblo. No podía tener marco más propicio la promulgación de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno que el acto de develación de la estatua del General del Pueblo Soberano Ezequiel Zamora en el parque El Calvario de Caracas. Nos acompañaron en esta luminosa jornada representantes de consejos comunales de todo el país, junto al poder legislativo. Se cumplieron 151 años del inicio de la Guerra Federal (18591863): fue un 20 de febrero de 1859 cuando Tirso Salaverría comandó la Toma de Coro para luego lanzar el Grito de Federación. Mayor homenaje, entonces, no podíamos brindarle a Zamora que entregando a nuestro pueblo una ley destinada a contribuir con su liberación definitiva. II “Yo antepongo siempre la comunidad a los individuos”, escribía nuestro Libertador Simón Bolívar el 28 de octubre de 1828 al general Antonio José de Sucre. He

aquí el espíritu y nervio motor de nuestro actual Bolivarianismo: lo comunal, lo social ante todo y por sobre todas las cosas. Razón tenía Simón Rodríguez al decir en sus Sociedades Americanas de 1828: “Se verá que hay dos especies de política: popular y gubernativa: y que primero son políticos los pueblos que sus gobiernos”. Hoy podemos decir que ya tenemos una sociedad altamente politizada, en el justo sentido y significado del término, y que nuestra Revolución Bolivariana es consecuencia directa de tal politización, cuyo punto de estallido fue el 27 de febrero de 1989, rebelión popular que el próximo sábado cumple su vigésimo primer aniversario. Recordemos aquello que decía el gran revolucionario venezolano Kléber Ramírez —Historia documental del 4 de febrero (1998)— allá por agosto de 1992 en el más puro espíritu robinsoniano: “…llegó la hora para que las comunidades asuman poderes de Estado, lo que conllevará administrativamente la transformación global del Estado venezolano y socialmente el ejercicio real de la

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“Por socialismo entendemos democracia sin fin, siguiente en esto al gran teórico portugués Boaventura de Sousa Santos”

soberanía por parte de la sociedad a través de los poderes comunales”. Estas son las razones por las que este sábado 20 de febrero (2010) hemos promulgado y lanzado la nueva Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno. Con ella abrimos aún más las puertas para avanzar en la distribución del poder en las manos del pueblo, adquiriendo el Estado mayor eficiencia y eficacia y, por sobre todo, unidad para cumplir las funciones que le otorga la Constitución. Una y otra vez lo he dicho: la realidad territorial venezolana debe ser transformada y, por

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eso, la necesidad de configurar una nueva geometría del poder que se convierta en el reordenamiento popular, comunal y socialista de la geopolítica de la Nación. Por socialismo entendemos democracia sin fin, siguiendo en esto al gran teórico portugués Boaventura de Sousa Santos. De allí, entonces, nuestra firme convicción de que la mejor y la más radicalmente democrática de las opciones para derrotar el burocratismo y la corrupción es la construcción de un Estado comunal que sea capaz de ensayar un esquema institucional alternativo en la misma medida en que se reinventa permanentemente.

Con esta ley debemos comenzar —en serio y en real, como solía decir García Bacca— el desmontaje de todo el corroído andamiaje colonial sobre el cual se levanta una organización territorial con la que se pretendió hacer trizas la unidad nacional. Y por supuesto que el Poder Popular jugará un papel principal, esencial diría yo, en la transformación radical de nuestra geografía. III Desde la entrada en vigencia de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario en el 2001, la oligarquía latifundista puso en marcha una agenda violenta contra el rescate de las tierras comunes y el ejercicio pleno del derecho consagrado por la Ley de Tierras y por la misma Constitución. Ante la arremetida contra el pueblo campesino

a través de una escalada de agresiones, sabotajes y ejecuciones sicariales por las fuerzas más retrógradas de nuestra sociedad, el deber indelegable del Estado nacional bolivariano y el Gobierno Revolucionario es proteger al campesinado: defenderlo con todos los medios a su alcance. La Milicia Campesina nace para cumplir con ese deber, colocando el énfasis en el protagonismo y la responsabilidad del campesinado como sujeto colectivo en función de su propia defensa. Los primeros ejercicios de la Milicia Campesina, que realizamos en El Pao, estado Cojedes, el pasado viernes, son apenas una primera muestra del desarrollo de un cuerpo armado popular para salvaguardar nuestra integridad y nuestra soberanía en los campos de Venezuela. ¿Quién más que la comunidad conoce mejor que nadie las

dinámicas, las actividades, las fallas y los aspectos esenciales en materia de seguridad en su localidad; lo mismo en materia geográfica, espiritual y material? La Milicia Campesina, así como la Milicia Bolivariana como totalidad, no son fuerzas paramilitares, como los sesudos analistas de siempre quieren hacer ver, menos aún si concebimos semejante palabra dentro de la semántica reaccionaria colombiana. Por el contrario, la Milicia Bolivariana (cuerpo absolutamente regido por una Ley), al igual que los consejos comunales, son expresiones del nuevo Estado comunal; parte integral de las nuevas estructuras de poder comunal que venimos construyendo. La Milicia Bolivariana es uno de los componentes de la Fuerza Armada Bolivariana y, por tanto,

ni la socava, ni mucho menos pretende suplantarla. Lo que molesta e irrita a quienes difunden esta clase de mentiras, es que la Fuerza Armada se haya reencontrado con su identidad originaria: pueblo en armas. La Milicia Campesina encarna hoy un principio trascendente: la defensa de la propia tierra, de nuestra tierra. Defensa contra el eventual agresor externo, pero también contra el agresor interno que se ha amparado, durante demasiado tiempo, en un verdadero estado de impunidad que ha contado con la venalidad de ciertos tribunales de la República que amparan y protegen a los latifundistas y criminalizan a los campesinos y campesinas que quieren hacer valer la Ley de Tierras. El pasado 15 de febrero se cumplieron 191 años del memorable Discurso de Angostura. La Guerra de Independencia no había terminado pero en el verbo de nuestro Libertador se encarna la reconquista de nuestra identidad como Patria y se dibujaba la impronta libertaria de Venezuela. Recordemos unas líneas luminosas que confirman la razón de ser de nuestras Milicias Campesinas, nuestras milicias zamoranas: “La esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de libertad. Sí, los que antes eran esclavos, ya son libres; los que antes eran enemigos de una madrastra, ya son defensores de una patria”. ¡Vamos, con Zamora, con Robinsón y con Bolívar, hacia el Estado Comunal! ¡Hacia el socialismo! ¡¡Venceremos!!

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Retrospectiva “Para preservar los cambios logrados hay que profundizar lo conseguido” Por Álvaro García Linera DISCURSO DEL VICEPRESIDENTE DEL ESTADO, ÁLVARO GARCÍA LINERA, EN LA INAUGURACIÓN DEL XX ENCUENTRO DEL FORO DE SAO PAULO, CAMPO FERIAL DE LA PAZ

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Hermanos y hermanas muy buenos días, un saludo cariñoso, respetuoso, fraterno, revolucionario, a cada una de las delegaciones de partidos políticos revolucionarios de izquierda progresista que se han hecho presentes, de nuestro continente, de Europa, de Asia, bienvenidos a esta patria de gente sencilla, luchadora, peleadora, insurgente y revolucionaria que se llama Bolivia, muchas gracias por su presencia acá. Un saludo al grupo de trabajo que está aquí presente en la testera, quiero destacar la presencia de Mónica Valente, nuestra secretaria ejecutiva del Foro de Sao Paulo, compañero Jorge Machado, compañero Jacinto Suárez, compañero Rodrigo Cabezas, compañera Nidia Díaz, cada vez usted está más joven compañera Nidia. A mi compañero Hugo Cabieces, a Fabián Solano, al representante del gobierno de China, a los embajadores, a la embajadora de Venezuela, de Ecuador, de Uruguay, de Argentina y a mis hermanos, a mi compañera Leo, se llama Leo no de nacimiento sino por la batalla, de leona, peleadora, ague-

rrida, un gusto estar a tu lado mi compañera Leo. Mis compañeros ejecutivos de la COB, a mis compañeros petroleros, a mis compañeros interculturales, compañero Heber, a nuestras hermanas de las mujeres Interculturales, Santa Cruz, todo Bolivia que está aquí presente, Beni, La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí, Chuquisaca, Pando. Permítanme inicialmente hacer llegar de manera muy cariñosa, el saludo de nuestro Presidente Evo, al ‘campanero’ Evo que tiene en el corazón al Foro de Sao Paulo y que manda un saludo muy cariñoso y fraterno a todas las delegaciones. Hace 24 años, cuando dio a luz el Foro de Sao Paulo, el mundo que vivíamos era otro, se había derrumbado frente a nuestro ojos la Unión Soviética, se imponía y se consolidaba un imperio y una estructura imperial unipolar a la cabeza del poderío económico, ideológico y militar de EE.UU., eran los tiempos de Reagan y de Thatcher en el mundo, por los medios de comunicación, por las universidades, aún por los medios sindicales, se difundía una ideología planetaria, un

modelo planetario llamado neoliberalismo que comenzaba a cabalgar por el continente y por el mundo de manera aparentemente triunfal. Se hablaba entonces del llamado fin de la historia, se estaba acabando aparentemente la historia, no había más que hacer, había que apagar las luces y resignarse al imperio unipolar, al neoliberalismo, a las privatizaciones, al consenso de Washington. En nuestra América Latina las cosas tampoco eran fáciles, Cuba heroica, resistente, aislada y soportando el bloqueo criminal más terrible de la historia de la humanidad. En Nicaragua perdíamos las elecciones, llorábamos ante la derrota, en El Salvador entraba-

mos a los procesos de paz y de acuerdos y en el resto de los países, desde el Río Bravo hasta la Patagonia en América Latina, se imponía el llamado modelo neoliberal, se privatizaba empresas, se entregaba recursos públicos acumulados durante décadas a inversionistas privados extranjeros que llegaban a nuestros países, desembarcaban como en tiempos de Colón para apropiarse de todo. Han pasado 24 años y no cabe duda que hoy el mundo es muy distinto a cuando dio lugar el Foro de Sao Paulo, ha cambiado; las cosas y la estructura, las deliberaciones y las luchas que desde entonces se impulsaron, se deliberaron, se

“Han pasado 24 años y no cabe duda que hoy el mundo es muy distinto a cuando dio lugar el Foro de Sao Paulo, ha cambiado “

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propusieron no han sido en vano. Hoy estamos asistiendo a 24 años del nacimiento del Foro, a una lenta pero irreversible decadencia del ‘hegemonía norteamericano’, EE.UU. no es más la potencia imperial dirigente del mundo, sigue dominando, pero tiene que hacerlo usando sus cañoneras, sus tropas especiales, su intervencionismo brutal en cada una de las regiones. China y Europa van quitándole el liderazgo económico, no hablamos todavía de un mundo multipolar, pero está claro que el ‘hegemonía’ exclusivo, omnipotente y omnipresente de EE.UU., hoy ya no es más, sigue siendo dominante en base a la fuerza pero ya no en base al liderazgo, a la convocatoria y a su poderío irrebatible a nivel económico. Hay una especie de proliferación de micro poderes regionales en el mundo y en América Latina, como nunca antes había pasado en la historia de nuestras formaciones nacionales, estamos asistiendo al surgimiento, a la proliferación de gobiernos progresistas y revolucionarios en el continente. En poco menos de 15 años, el neoliberalismo con sus secuelas de privatización, de desconocimiento de derechos laborales, de entrega de recursos públicos a extranjeros, de sometimiento a los organismos financieros del consenso de Washington, Banco Mundial, Fondo Monetario en América Latina, como nunca eso se viene desmontando. Hoy podemos decir que en América Latina ha surgido de manera genérica un modelo post

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“No me equivoco al decir que las victorias de la izquierda latinoamericana, son fruto de procesos de movilización en el ámbito cultural e ideológico, pero también en el ámbito social y organizativo” neoliberal, hablar de neoliberalismo en América Latina cada vez se asemeja a hablar de un arcaísmo, es casi como hablar del parque jurásico. Hace 15 años neoliberalismo era la biblia, hoy el neoliberalismo es un arcaísmo que lo estamos botando al basurero de la historia, de donde nunca debía haber salido. El mundo es otro, el mundo es otro, la historia continúa, la ideología y el falso macro relato del fin de la historia se ha derrumbado ante la emergencia de luchas, de proyectos, de insur-

gencias que se han expandido a lo largo en todo el continente. Quiero mencionar a raíz de estos sucesos cinco conquistas y cinco tareas para preservar, para profundizar los procesos revolucionarios no sólo en el continente latinoamericano sino de Europa, Asia, África, en general del mundo. La primera lección y el primer logro que quisiera mencionar de esta insurgencia latinoamericana, la democracia como método revolucionario, hasta antes habíamos asumido la

democracia como una sospechosa etapa previa a la revolución y nos habíamos preparado para ello y las circunstancias de dictadura y de dominación colonial habían creado las condiciones paras esa visualización de la democracia, meramente como una etapa previa de un proceso superior llamado revolución. Lo que América Latina había mostrado en estos 15 años, en estos últimos 10 años, es que no, es que la democracia se está convirtiendo y es posible convertirla en el medio y en el espacio cultural de la mismísima revolución, lo que en Bolivia llamamos la revolución democrática.

Esto es la conversión de las facultades de ciudadanía, de los derechos de pensamiento, de asociación, de organización, de movilización, en un textura y en una red que han permitido a la totalidad de los gobiernos revolucionarios y progresistas de América Latina acceder al poder. Pero tampoco esta conversión de la democracia como método revolucionario, ha venido con una mera apropiación de la mirada mutilada, fragmentada de la democracia de los gobiernos conservadores y neoliberales, lo que ha sucedido en América Latina es una apropiación social de la democracia, como el espacio propicio para la hegemonía, la hegemonía entendida en el sentido ‘Gramsciano’ del liderazgo intelectual, de liderazgo cultural, de liderazgo intelectual, de liderazgo ideológico, de liderazgo político. Lo que ha sucedido en América Latina es que a partir de las luchas sociales, de la emergencia de las luchas sociales urbanas y rurales, obreras y campesinas, indígenas y juveniles, populares, la democracia ha ido transformado y enriqueciendo su contenido, atrás hemos dejado las democracias fósiles, las del ritual de la elección cada cuatro o cinco años y en nuestros países, donde han triunfado los gobiernos revolucionarios, ha habido una transformación y enriquecimiento de la democracia entendida como participación, entendida como radicalización, entendida como comunidad, aquí le llamamos democracia comunitaria, democracia participativa y cada país tiene su propio lenguaje.

Lo importante es de que frente a las democracias fósiles, donde se atrincheraban las fuerzas conservadoras, es la misma sociedad en movimiento que ha recreado, reconstruido, reinventado y profundizado la democracia, como participación, la democracia como construcción de identidad colectiva, la democracia como lugar de toma de decisiones cada vez más socializada, cada vez más comunitarizada. Esta es la primera lección, la democracia como método revolucionario, no simplemente como etapa a la revolución. Una segunda conquista de estos 10 años, de estos 14, 15 años de lucha revolucionaria, es la concepción de la gobernabilidad y la legitimidad a partir de un contenido dual. Hoy las sociedades latinoamericanas y los gobiernos revolucionarios, han conseguido su estabilidad y su gobernabilidad no apegándose únicamente a los mecanismos de la victoria electoral y de los mecanismos institucionales del Parlamento, del Ejecutivo y de sus instituciones, sino que el otro componente fundamental de la gobernabilidad revolucionaria, de la legitimidad revolucionaria, es la presencia popular y la movilización social en la calles. No me equivoco al decir que las victorias de la izquierda latinoamericana, son fruto de procesos de movilización en el ámbito cultural e ideológico, pero también en el ámbito social y organizativo. El caso de Bolivia es eso, no se podría entender la victoria de nuestro Presidente Evo

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sin las luchas, sin la guerra del agua, sin la guerra de la coca, sin la guerra del gas, sin las movilizaciones populares, que fueron creando un tejido denso de participación, de movilización social, que garantizó no solamente la victoria electoral, sino también la estabilidad del gobierno revolucionario y la capacidad social para enfrentar las intentonas golpistas, las conspiraciones de derecha que se han sucedido a lo largo de los últimos años. Tenemos entonces que la conquista del poder en nuestros países, puede ser vista como una prolongación electoral de la capacidad de movilización y de resistencia colectiva, la legitimidad de nuestros países viene entonces por victoria electoral pero también, por movilización permanente y acción colectiva de los distintos movimientos sociales. En Bolivia le llamamos y eso se ha traducido en la existencia de un gobierno de movimientos sociales. Hoy en Bolivia más que un partido, más que el MAS y aquí quiero citar la hermosa frase del compañero Damián Condori de la CSUTCB que decía ‘Nosotros como Confederación Campesina no somos del MAS, el MAS es nuestra criatura, es nuestro hijo’, y en ese sentido controlan la dirección, el comando y las líneas estratégicas del partido. Este es un aporte continental, la organización social, las estructuras sociales diversas como fuerza y como bloque de poder que se traduce electoralmente en partidos políticos, en

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organizaciones políticas que entran a la victoria electoral en las elecciones. El tercer logro de estos 14 años, el ‘desmonta miento’ del neoliberalismo, aún vemos con pena cómo en países de Europa prevalece todavía esta ideología y este mecanismo de seccionamiento de las capacidades humanas, para depositarla en un puñado de manos privadas y cuando vemos las decisiones que se toman en Grecia, en Italia, en España o en Francia, uno ya conoce el libreto, porque lo vivimos aquí hace 10 o hace 20 años; empobrecimiento de los trabajadores, debilitamiento del Estado, enriquecimiento de unas cuantas empresas, pérdida de derechos, eso que aún todavía no ha acabado en algunos países y algunas regiones del mundo, en América Latina lo venimos desmontando. ¿Qué ha significado el ‘desmonta miento’ del modelo neoliberal y la entrada en lo que se ha denominado el post neoliberalismo? En primer lugar, la recuperación de empresas estratégicas, aquellas empresas del Estado en las que se genera el excedente económico, porque si una revolución no tiene excedente económico cómo va a lo-gran consolidar su liderazgo y su estabilidad en medio de la carencia, es imprescindible…, es imprescindible, se juega la vida una revolución y un proceso revolucionario, en contar con un excedente económico capaz de generar procesos de distribución. El ‘desmonta miento’ del neoliberalismo en Bolivia y en América Latina, ha significado la

“Los pueblos no solamente luchan porque sufren, los pueblos luchan y están dispuestos a entregar la vida, porque saben y porque creen que hay una esperanza de acabar con el sufrimiento” recuperación de empresas estratégicas para que las controle el Estado. En segundo lugar, la ampliación de los bienes comunes, la ampliación de los recursos que pertenecen a todos y no a unos cuantos. En tercer lugar, la continua redistribución de la riqueza, si el Estado ha de concentrar los excedentes fundamentales de un país no es para generar un nuevo empresariado, sino para redistribuirlos en el conjunto de los sectores más excluidos. Reconstitución y ampliación de los derechos laborales, desconocidos en tiempos neoliberales. Los procesos post neoliberales en América Latina no han significado procesos de autarquía y de alejamiento de los circuitos de la economía mundial, la diferencia es que ahora la inserción

en los circuitos de la economía regional y mundial, se la hace de manera selectiva y en función de las necesidades de cada país y no de las necesidades de una empresa, como sucedió en los tiempos del neoliberalismo. Un cuarto componente histórico conquistado en estos 14 años, es la construcción dificultosa pero ascendente de un nuevo cuerpo de ideas, de un nuevo sentido común movilizador, no olvidemos compañeros que la política es fundamentalmente la lucha por la dirección de las ideas dirigentes, de las ideas movilizadoras de una sociedad y el Estado y todo revolucionario lucha por el poder del Estado, es mitad materia y mitad idea. Todo Estado, el conservador y el revolucionario, el que está establecido y el que está en transición, es materia, es institución, es organización, es correlación de las fuerzas pero también es idea, es sentido común, es fuerza movilizadora en el ámbito de la ideología. Los pueblos no solamente luchan porque sufren, los pueblos luchan y están dispuestos a entregar la vida, porque saben y porque creen que hay una esperanza de acabar con el sufrimiento. Y cuando la izquierda en estos 14 años ha sido capaz de crear una esperanza, una posibilidad de victoria, una posibilidad de formación de la vida cotidiana lo ha logrado en la mente y en el corazón y a partir de ese momento, ha convertido esa fuerza en la idea en fuerza electoral, la fuerza electoral en fuerza estatal, la fuerza estatal en fuerza económica.

¿Cuáles son los componentes de estas ideas fuerza que se están reconstruyendo y expandiendo en el continente de una manera renovada en esta última década? Primero, la pluralidad de identidades; hemos aprendí do a comprender que las identidades colectivas no son rígidas, tienden a ser más flexibles, hay un nuevo movimiento obrero que no es el movimiento obrero que conocieron nuestros padres, nuestro abuelos, de gran fábrica, de gran industria, del sindicalizado y la jerarquía establecida, ha surgido un nuevo movimiento obrero, fragmentado, disperso, mayoritario y joven, pero que tiene una estructura más difusa y la habilidad de los partidos políticos tienen que ser cómo entroncar, cómo habilitar espacios de articulación de este nuevo movimiento obrero más fragmentado mate-realmente pero más fuerte, más numeroso que antes. El surgimiento de la identidad indígena campesina como fuerza transformadora de nuestros países. En Bolivia el movimiento indígena campesino es el eje articulador de lo popular, ha sido en torno a lo indígena campesino que el obrero, que el fabril, que lo vecinal, que lo estudiantil, que los intelectuales, que los profesionales, han encontrado el centro para articular expectativas, demandas y crear un frente único frente a la derecha y los sectores neoliberales. La juventud y formas complejas de organización urbana, citadina, frente a las cuales los partidos de izquierda tienen que tener la apertura

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y la habilidad de sumar fuerzas, de comprender sus necesidades y crear espacios de liberación, de participación y de movilización, en torno a los ejes nucleares del movimiento obrero e indígena campesino. Un segundo elemento de estas nuevas ideas fuerza, no cabe duda, es el antimperialismo y el anticolonialismo. El antiimperialismo entendido no como un rechazo al pueblo norteamericano, nunca se rechaza a los pueblos, el antimperialismo entendido como un rechazo y resistencia a las estructuras de dominación de otros, países, de EEUU o Europa, respecto a nuestras decisiones, América Latina es para nosotros, nosotros sabremos qué hacer con nuestro continente y no tiene que venir nadie a decirnos ni a darnos lecciones de cómo producir mejor o pensar mejor. El antiimperialismo es el reconocimiento de nuestras propias fuerzas y es el amor a que seamos nosotros los que definamos nuestros destinos, el antiimperialismo es autodeterminación, la capacidad de los pueblos de darse su destino, sin patrones, sin reyes y sin jerarcas, eso es el antiimperialismo. También en estos últimos 15 años surgió lo que es el pluralismo socialista, en unos partidos, unos países, con mayor intensidad, en otros con menor intensidad, unos entendiendo a su modo, otros entendiendo de otro modo, hay una reflexión colectiva de lo que tiene que ser y de lo que significa el socialismo, hay un pen-

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samiento renovado, socialista y en el caso de Bolivia, comunitarita, respecto a la construcción de una sociedad que vaya más allá no sólo del neoliberalismo, sino también del propio capitalismo. Por último, un quinto logro es un renovado internacionalismo y expectativa de integración regional. La fundación de El Alba, de Unasur, del Cela, son construcciones inéditas en la historia de nuestro continente, hace 20 años, hace 30, hace 50, se creaban estructuras continentales, pero todas eran dirigidas, financiadas y administradas por EEUU, estas nuevas estructuras, se constituyen en estructuras en las que los latinoamericanos decidimos cómo comenzar a construir nuestra unidad, no necesitamos a EEUU para tener una economía sólida, para ser democráticos, tener crecimiento, y para mejorar las condiciones de vida, el Cela es eso. La autorreflexión de América Latina, de la necesidad de unificar sus fuerzas, para construir un estado continental que será plurinacional, con estructuras financieras y tecnológicas que permitan pasar de la unificación política ideológica a la integración económica, material y tecnológica, que es el gran reto que tenemos los latinoamericanos en este Siglo XXI. Estos son los cinco logros, pero ahora quedan cinco tareas; hemos avanzado bastante aquí, el mundo ha cambiado, Latinoamérica ha cambiado, pero ni el mundo ni Latinoamérica han cambiado lo suficiente y el objetivo es que se trans-

formen de manera más radical. Desde nuestra experiencia en Bolivia, consideramos que los revolucionarios, las organizaciones sociales, los sindicatos, las comunidades, los gobierno progresistas, los gobiernos revolucionarios, tenemos al menos cinco metas para adelante. La primera es defender y ampliar los logros obtenidos hasta hoy, no es posible, y sería terrible para los procesos de emancipación revolucionaria que se diera un retroceso, es deber de cada revolucionario, de cada persona que piensa en su país, en su patria, en los pobres, en los humildes, en la unidad latinoamericana, defender lo avanzado hasta aquí, ¿qué es insuficiente?, claro que es insuficiente lo que se avanzó, pero no se conquista más logros retrocediendo a las garras del neoliberalismo y el chantaje.

“El antiimperialismo es el reconocimiento de nuestras propias fuerzas y es el amor, a que seamos nosotros los que definamos nuestros destinos”

Si queremos avanzar hay que preservar lo conseguido, una revolución si se detiene, retrocede, una revolución para consolidarse tiene obligatoriamente que profundizarse, para ello requerimos ampliar, en función de las necesidades y posibilidades de cada país, cada Gobierno, cada Estado, ampliar hoy los bienes comunes, distribuir más riqueza, expandir la soberanía y ante todo irradiar esta fuerza, esta idolología, esta experiencia a otros países del continente que aún están, lamentablemente, bajo las garras de la intervención imperial y bajo la ideología de los modelos neoliberales. Una segunda necesidad, necesitamos ampliar los logros económicos y estabilizar el modelo de desarrollo hasta aquí conquistado. Antes de ser Gobierno, lo fundamental era tener proyecto y capacidad de movilización, cuando se está en Gobierno lo decisivo es mejorar la economía, mantener y profundizar el proyecto y garantizar capacidad de movilización. Las condiciones de lucha antes de ser Gobierno, en parte se modifican cuando uno es Gobierno, la movilización tiene que ser perpetua, esa es la garantía de cualquier resistencia, victoria o defensa frente a la derecha o las fuerzas conservadoras. El proyecto tiene que retroalimentarse permanentemente, tiene que permanentemente enriquecerse, una revolución siempre es un porvenir, siempre tiene que haber ante la sociedad y con la sociedad nuevos horizontes que movilicen el alma, el espíritu, la inteligencia, el sacrifi-

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cio de una sociedad, pero en Gobierno se suma una tercera tarea, que es la de garantizar crecimiento económico, que es garantizar mejora económica, garantizar aumento de la felicidad de cada una de las personas, especialmente de los más débiles, los más necesitados, más oprimidos, más abandonados. Toda revolución en el mundo, desde los tiempos de Marx, siempre tuvo una cualidad, siempre es por oleada, nunca es un proceso ininterrumpido de ascenso social, es por oleadas, va y viene, va y viene, va y viene, en Bolivia sucedió eso, el 2000 la primera oleada, la guerra por el agua, nueva oleada el 2003, guerra del gas, reflujo, nueva oleada 2005, victoria electoral, reflujo, nueva oleada 2008, Asamblea Constituyente y derrota política y militar de la derecha golpista. Toda revolución siempre es por oleada, el momento del ascenso social, es el momento de la comunidad heroica, el momento del sacrificio pleno, del repliegue y leve descenso social, el momento de la satisfacción de las necesidades. Todo revolucionario y todo partido revolucionario tiene que saberse mover en ambas direcciones, en ambos momentos, y luego vendrá un nuevo flujo y un nuevo reflujo, y todo proceso revolucionario y todo estado revolucionario, tiene que saber conducir y ad-ministrar esas dos lógicas de la acción colectiva. Una revolución es también capacidad de gestión económica, tenemos que compartir las experiencias entre nuestros países, hay gobier-

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nos revolucionarios y progresistas en Latino América y tenemos que compartir los logros, que se puede hacer, que no se puede hacer. Esta es una lucha de largo aliento que durará décadas y hay que estar preparados para los momentos de enfrentamiento y de gestión, de irradiación ideológica y espiritual y para los momentos de satisfacción de necesidades básicas. La tercera tarea que tenemos, es reforzar las tendencias comunitarias y socialistas de la experiencia cotidiana; hoy estamos en un periodo de transición, lo llamamos post neoliberalismo, pero tiene a su vez dos opciones, a la larga convertirse en un capitalismo más humano, más social, más participativo, pero capitalismo al fin, o

ser el post neoliberalismo, el puente hacia una sociedad post capitalista. No será fácil y no se decidirá en un día y una lección, serán décadas para que este post neoliberal se defina si se convierte en uno o en otro. Los revolucionarios estamos aquí, no para administrar un buen capitalismo, sino para cabalgar el capitalismo en la transformación y negación hacia una sociedad socialista, comunitaria. Dos son los elementos claves para este potenciamiento de las tendencias socialistas, comunitaritas, ampliar la participación de la sociedad en la toma de decisiones. En la medida en la que se amplía la participación de la sociedad,

a partir de mecanismos institucionales, a partir de mecanismo organizativos y mecanismos sociales, es-tamos potenciando la tendencia socialista post capitalista; igualmente a medida que avanzamos, y esto es lo más difícil del mundo, hacia proyectos, hacia estructuras productivas, donde la gente produce en común y decide sobre esas ganancias comunes, para el común de la sociedad, estamos construyendo socialismo. En la medida que comenzamos hacer prevalecer la necesidad por encima de la ganancia, en la medida que más personas participan en la construcción de redes productivas, tecnológicas, asociativas, no sólo para la política y la demanda, sino para producir riqueza material,

“La cuarta tarea que tenemos los revolucionarios, es tener la capacidad de remontar las tensiones que emergen de un tipo de revolución emergente de procesos democráticos”

estamos potenciando la tendencia socialista y comunitarita, en el fondo, el destino de América Latina y el mundo se decide en este ámbito, participación, producción; participación cada vez más democrática en las decisiones estatales, en la construcción más comunitaria de bienes materiales, de producción al servicio de todos, creo que ahí se resume el concepto de estado integral, con el que ‘Gramsci’ definía la construcción del socialismo y comunismo hacia el futuro. La cuarta tarea que tenemos los revolucionarios, es tener la capacidad de remontar las tenciones que emergen de un tipo de revolución emergente de procesos democráticos, este tipo de problemas no podían presentarse en el caso de la revolución China, revolución bolchevique, porque emergieron de guerras revolucionarias, cuando una revolución triunfa de procesos de-socráticos, la cosa es más difícil, más dura, más complicada, pero hay que afrontar lo que viene, una de las tensiones que tenemos que saber cabalgar, es como se construye hegemonía. Hegemonía en el sentido ‘gramsciano’ no es el abuso, es liderazgo, es dirección moral, dirección política, cultural, espiritual, sobre el resto de las fuerzas sociales, una revolución tiene que permanentemente ampliarse, irradiarse a otros sectores, pero si se irradia demasiado, se debilita el núcleo y pierde su esencia, pero si se concentra en su núcleo queda aislado y entonces en sus alrededores pueden surgir otros liderazgos que atraigan a las clases sociales en contraposición

a la revolución, entonces uno tiene que saber medir permanentemente entre consolidar el núcleo fundamental, obrero, campesino, indígena, popular y saber irradiarse a los otros sectores. No olviden, siempre hay que sumar a Lenin con Gramsci, al adversario hay que derrotarlo, eso es Lenin, Gramsci, al adversario hay que incorporarlo, pero no se incorpora al adversario, en tanto adversario organizado, sino en tanto adversario derrotado, es derrotar e incorporar, derrotar e incorporar. Una segunda tensión propia de un proceso revolucionario, Estado y movimientos sociales, todo Estado tiende a ser concentración de decisiones, por eso es Estado, hay que tomar decisiones, ejecutar, y todo movimiento social es desconcentración y democratización de decisiones, si me concentro sólo en el Estado ya no soy un Estado revolucionario, soy eficiente, pero ya no hay democracia participativa ni comunitaria; si sólo me concentro en la participación y deliberación y pierdo la capacidad ejecutiva, entonces ese Gobierno no tendrá resultados y nuestra propia gente con el tiempo, demandará resultados y la derecha puede aparecer ahí, como la que sí ofrece resultados con eficiencia y darse un giro ideológico en la sociedad. Un gobierno revolucionario tiene que cabalgar las dos cosas, tiene que cabalgar la ampliación de deliberación, de participación, del movimiento social y tener capacidad ejecutiva para tomar decisiones y capacidad deliberativa para

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Retrospectiva democratizar las decisiones, ahí se juega su condición y destino revolucionario. Por último, la tercera tensión revolucionaria de estos tiempos es la que aparentemente con-frontal, desarrollo y defensa de la Madre Tierra, es nuestra experiencia en Bolivia, a partir de la fuerza ‘identitaria’ cultural del movimiento indígena, hay que generar riqueza, satisfacer necesidades, para hacer eso hay que producir, hay que sacar gas, minerales, crear industrias y al hacer eso, afectamos a la Madre Tierra.

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Pero si no afectamos la Madre Tierra y sólo nos fijamos en preservar la Madre Tierra ¿con qué vamos a satisfacer las necesidades?, con qué dinero vamos a construir los hospitales, mejorar escuelas, mejorar los ingresos de los obreros, es una tensión, y la habilidad de un gobierno revolucionario y donde se define como revolucionario, está en la capacidad de articular uno y el otro, producir, pero a la vez no afectar la estructura del medio ambiente ni depredadora, preservar la naturaleza, pero generar espacios tecnológicos y administrativos para preservar la riqueza. Hay países que quieren que Latino América se convierta en un parque nacional de Europa o EE.UU., no lo vamos a permitir. Hay gente que quiere que los latinoamericanos vivamos como hace 300 años atrás, mientras ellos tienen carros, televisión, refrigeradores, internet, no les falta la comida, que unos cuantos indios, como dicen ellos, protejan los bosques para ellos, no señores, los bosques los vamos a proteger, pero para nosotros no para ellos, no para sus empresas. Esta es una tensión complicada propia del proceso revolucionario latinoamericano y que poco a poco se convierte en agenda de otros procesos revolucionarios en el mundo. Por último, la quinta tarea es avanzar en procesos de integración técnica productiva, hay voluntad, nos reunimos los presidentes, los asambleístas, las organizaciones sociales del

continente, estamos aquí presentes, se reúnen anteriormente los sindicatos, nos colaboramos política e ideológicamente entre gobiernos, Bolivia derrotó un golpe fascista contra el Presidente Evo en colaboración de Unasur y el Alba que puso un freno internacional contra la intentona golpista contra nuestro Presidente Evo. Pero estamos fallando en la integración económica y esta es la base material de cualquier in-regració, en tanto tardemos y tengamos dificultades en la integración económica, la integra-cien continental mostrará limitaciones y este es el reto, pasar de la integración política, ideo-lógica, cultural a procesos de integración económica, material y tecnológica; tenemos que hacerlo, ahí nos estamos jugando la vida, ninguna revolución ni ningún país de América Latina va a salir solo adelante, o salimos todos juntos o no sale nadie. Hermanos y hermanas, esta es nuestra experiencia sencilla, es nuestra experiencia de un proceso revolucionario dirigido por nuestro Presidente Evo y los movimientos sociales, hasta ahí hemos avanzado, depositamos esa experiencia, estas preocupaciones para el resto de las organizaciones sociales hermanas del continente y del mundo y también venimos aquí a oír, a aprender de sus experiencias, porque juntos tendremos la capacidad de construir un nuevo mundo comunitario y socialista. Muchísimas gracias.

Construcción de sujetos y revolución. Articulación de lo político y lo social en el movimiento popular emancipador Por Alberto Pérez Lara

Alberto Pérez Lara Caibarien, Villa Clara, Cuba, (1955), Licenciado en Educación, Historia y Ciencias Sociales por el ISP “Enrique José Varona”. Investigador Auxiliar, (1995). Se dedica en particular al estudio de los movimientos sociales y políticos, a los paradigmas emancipatorios en América Latina hoy y a la filosofía política y social en general. Es miembro del grupo Galfisa (Grupo América Latina, Filosofía Social y Axiología) del Instituto de Filosofía. Entre sus publicaciones se encuentran: “El nuevo sujeto histórico frente a los desafíos de la emancipación en América Latina”; “¿Reconstitución o desaparición del sujeto histórico? Dilema para la articulación social política”; “Pensar al Che, en El socialismo y el hombre en Cuba, desde el movimiento social popular en América Latina”; y “Sujeto histórico y revolución. Articulación del movimiento político y social”. El texto que colocamos a disposición de nuestras/os lectoras/es fue presentado por el autor a manera de ponencia en el “III Foro Internacional de Filosofía de Venezuela: Humanismo, socialismo y revolución”, organizado por la Red en Defensa de la Humanidad y realizado entre el 7 y el 14 de noviembre del año 2007.

En dicha ponencia, Pérez Lara, analiza los procesos de transformación de Nuestra América teniendo como clave interpretativa la construcción del sujeto revolucionario o, según su conceptualización, del sujeto histórico de la revolución. Para él, este sujeto: 1) es resultado de un proceso en el que intervienen factores objetivos y subjetivos, 2) no es ruptura con lo anterior sino continuidad dialéctica, y 3) en América Latina se encuentra en construcción a partid de una diversidad de actores articulados. A partir de allí, la exposición se hace énfasis en dos factores fundamentales para comprender estos procesos. El primero, de carácter objetivo, muestra que la posición de clase es parte fundamental de las luchas actuales de los más diversos movimientos sociales. El segundo, de carácter subjetivo, señala la necesidad para al revolución de crear espacios de articulación entre los movimientos sociales y lo movimientos políticos tradicionales. Recomendamos ampliamente la lectura del ensayo que puede ser descargado en el siguiente link:

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Especial La Participación Popular en Nuestra América: su marco legislativo Por Equipo Editorial REDH

Venezuela

Las más recientes experiencias revolucionarias de Nuestra América han abierto un horizonte de transformación que tiene como eje fundamental el protagonismo popular y el ejercicio de la soberanía del pueblo como principal motor de la lucha contra el neoliberalismo, el capitalismo y el imperialismo. En este sentido, los procesos de Venezuela, Ecuador y Bolivia, crearon diversos marcos jurídicos como medio para el desarrollo de espacios de participación popular que impulsen las transformaciones políticas desde las bases y desde el Estado. A continuación dejamos una relación de la legislación creada hasta el momento y los enlaces para su descarga digital.

Ecuador Teniendo al Buen Vivir como premisa fundamental y considerado como bien público, la Revolución Ciudadana establece los mecanismos necesarios para garantizar el acceso a la información, la equidad, la inclusión y la participación en la política. Como respuesta a las consecuencias económicas, políticas y éticas del neoliberalismo vividas por Ecuador, se busca “recuperar al Estado como articulador, impulsor, rector y referente ético de las acciones públicas”, dirigiendo su atención a los sectores más vulnerables, con el firme objetivo de ampliar la ciudadanía. En este sentido, no sólo se hace una nueva constitución sino que se crean leyes dirigidas a la transparencia política y la participación ciudadana. Ley Orgánica de Transparencia y Acceso a la Información Pública

El Comandante Hugo Chávez siempre tuvo como preocupación la necesidad trascender la democracia representativa tradicional para, de esa forma, romper con el fetichismo del poder propio de quienes creen que éste radica en las instituciones del gobierno burgués. Bajo esta perspectiva, hizo un gran esfuerzo por incentivar la participación del pueblo, organizada de tal manera que permitiera surgir una nueva forma de hacer política acorde al socialismo en construcción. En este sentido,impulsó la creación de un cuerpo jurídico agrupado bajo el nombre de “leyes del poder popular”, a través de las cuales se provee de herramientas para que el pueblo se pueda organizar y consolidar una verdadera democracia, participativa y protagónica. Ley Orgánica de Los Consejos Comunales

Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal

Ley Orgánica del Poder Popular

Ley Orgánica de Contraloría Social

Ley Orgánica de Las Comunas

Ley Orgánica de Planificación Pública Popular

Ley Orgánica para La Gestión de Competencia y otras Atribuciones del Poder Popular

Bolivia El año 2009, tras la culminación de la Asamblea Constituyente, fue votada en Referéndum la actual Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia como carta magna que resimboliza, pero también establece, los alcances de la participación ciudadana a partir de un vocabulario conceptual que responde a los procesos del gobierno emergente. Las leyes que de ella derivan se construyen desde el debate mismo del poder social comunitario, de las organizaciones barriales, populares, como también indígenas y campesinas. Con estas leyes se busca aportar en la construcción de un socialismo comunitario, que recoja la experiencia histórica del pueblo boliviano, permitiendo avanzar hacia un nuevo gobierno que tenga como premisa fundamental “gobernar obedeciendo”. Ley de Participación y Control Social

Nueva Constitución Política del Estado

Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública

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Especial Pueblo, Revolución e Imperialismo: Diálogo entre Fidel Castro y Salvador Allender Por Equipo editorial EDH

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Las revoluciones la hacen los pueblos. Pero los pueblos no actúan solos, y las condiciones que signan el contexto en el que se levantan, determinan de manera objetiva la factibilidad de realización del proceso de liberación. Así, las revoluciones tienen que enfrentarse con tiempos y contextos diversos, que imponen a la lucha una dinámica diferenciada según las características particulares. De allí que no haya una receta única para aplicarla a la distintas realidades de opresión que viven los pueblos del mundo; por demás, la efectividad de los mecanismos de opresión, aunque universalmente fundados en el capital, también pasan por su instrumentación particular según condiciones determinadas. La participación popular, entendida como la irrupción organizada y planificada del pueblo que se mantiene en el tiempo más allá

de la espontaneidad, para tomar espacios de manera consciente, también está vinculada a condiciones objetivas y subjetivas para la realización de los objetivos revolucionarios. De un lado, entre las condiciones objetivas destaca de manera relevante, las acciones emprendidas por el imperialismo para mantener su hegemonía y aplastar todo atisbo de alteridad que se le pueda oponer. Del otro lado, se encuentran los avances cualitativos a nivel de la conciencia que históricamente va alcanzando un pueblo y que le permite estar a la altura de las dificultades que se presenten. Conocer cómo las revoluciones de Nuestra América han enfrentado estas dificultades, lo errores cometidos y aciertos obtenidos, las direcciones políticas que van tomando, los contenidos y formas de la participación popular que impulsan, el papel de sus dirigentes,

etc., es fundamental para aprender de su historia, que también es nuestra, y alimentar las luchas actuales. Por ello, hemos decidido difundir un diálogo histórico que tuvieran los dirigentes de las revoluciones cubana y chilena. En noviembre de 1971, el cineasta chileno Álvaro Covacevich filmó un documental en el que Salvador Allende y Fidel Castro conversan con el periodista Augusto Olivares, en tono reflexivo y crítico, la situación política de América Latina en general, y de las revoluciones chilena y cubana en particular. El diálogo hace énfasis en las características particulares a las que se enfrentaba cada revolución antes y luego de su llegada a las instituciones del Estado, el papel determinanda que tiene la participación popular para el avance en las transformaciones, y los movimientos imperiales estadounidenses por hacer inviables estos procesos de emancipación. Sin duda, un material de completa actualidad. El diálogo puede ser visto en el siguiente link:

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Documentos Líneas de acción continental que debemos asumir como movimientos sociales Por Equipo Editorial REDH DOCUMENTO REDACTADO EN LA 1RA ASAMBLEA CONTINENTAL DE MOVIMIENTOS SOCIALES,22 DE MAYO DE 2013.

I. LINEAS DE TRABAJO PARA NUESTRAS ACCIONES FRENTE A LOS ENEMIGOS COMUNES 1. La lucha contra las empresas transnacionales y el capital financiero

rrorista, que siguen siendo cinco aunque uno de ellos

f) Defender el control estatal y público

ya está en Cuba.

sobre todos los recursos de la natura-

k) Combatir y denunciar la extensión de las redes de nar-

leza, en especial, agua, minería y ener-

cotráfico y de crimen organizado que afecta la pobla-

gía, creando un movimiento de masas

ción pobre, las mujeres, el secuestro de personas en

fuerte.

particular de migrantes. Denunciar la injerencia y el aliento que Estados Unidos da a esas prácticas como

a) Existe una ofensiva de las empresas

campañas electorales de los políticos;

forma de control social. Exigir que se establezca un

transnacionales contra nuestras eco-

h) Proponer que el gobierno de Ecuador

plan de seguridad pública para proteger nuestra po-

nomías y los recursos naturales. Su

y de los demás países del ALBA incor-

prioridad es: el control del capital fi-

poren la representación de todos los

l) La manipulación ideológica en los medios de comu-

nanciero nacional (para controlar los

movimientos sociales, de todos los

nicación ha sido el principal instrumento del imperia-

bancos); la apropiación de los recursos

países de Nuestra América, en el Ob-

lismo, por lo mismo los movimientos sociales deben

naturales, en especial mineros y ener-

servatorio Internacional de litigios en

desarrollar capacidad de respuesta que trascienda las

géticos (petróleo, hidroeléctricas) y el

materia de inversiones y de mecanis-

marchas y la denuncia.

control, de los commodities agrícolas

mos de defensa en controversias con

bajo la forma del agronegocio.

empresas transnacionales.

tros países para concientizar a la po-

2. Lucha contra la militarización de los países y criminalización de la lucha social.

blación sobre los efectos de ese con-

a) Hay diversos países del continente

luchas de masas locales en resistencia a esos avances del capital. c) Desarrollar un amplio trabajo en nues-

blación.

3. La crisis ambiental y climática a) Responsabilizar a las empresas capitalistas predadoras y obligadas a servir a los ejércitos injerencistas. c) En diversos países está en curso un proceso creciente de criminalización y aumento de violencia contra la lucha social, promovida por las esferas estatales;

f) La burguesía se sirve de los medios de comunicación para justificar la represión y promover la violencia contra los pobres, y hasta contra los niños infractores. g) Ante eso, debemos profundizar campañas a nivel

por el agravamiento de la situación ambiental y climática. b) Hacer campañas de concientización sobre la necesidad de preservar la biodiversidad y, a la vez, reconocer

que sufren la intervención e influencia

d) En muchos países se han incrementado los organis-

nacional de denuncias de la violación de los derechos

el derecho colectivo sobre los bienes de la naturaleza.

d) Buscar la articulación de luchas de

directa de bases militares estadou-

mos de seguridad privada, bajo control de las empre-

humanos y de la creciente violencia practicada por

c) Articularse con otros sectores para llevar adelante la

masas continentales, en jornadas ar-

nidenses y extranjeras, como: Haití,

sas, que operan independientes del poder público o

ticuladas, para enfrentar a un mismo

Honduras, Panamá, Puerto Rico, Guan-

del control del gobierno;

trol;

enemigo común;

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banos presos en Estados Unidos por su lucha antite-

cionales.

g) Impedir que las empresas financien las

b) En todos los países se han registrado

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de proyectos de las empresas transna-

tánamo, Colombia y Malvinas etc.

e) En diversos países la violencia urbana se ha transfor-

e) Promover, donde sea posible, el dere-

b) La militarización de nuestros territo-

mado en un mecanismo de eliminación de la juventud

cho de decidir con plebiscitos y con-

rios tiene expresión en la vida cotidia-

pobre, que afectan los derechos humanos más funda-

sultas populares, sobre la instalación

na de las mujeres que son explotadas

mentales de la población.

esas instituciones públicas o privadas: h) Involucrarse en todas las campañas por la Paz, en especial en el caso de Colombia; i) Coordinar acciones para lograr el retiro de las tropas de la MINUSTAH de Haití. j) Participar de la campaña por la liberación de los 5 cu-

lucha en defensa del medio ambiente. d) Seguir investigando, reflexionando y debatiendo con las bases sobre la construcción de un nuevo paradigma de convivencia con la naturaleza, basado en los principios del Buen Vivir, los saberes de los pueblos originarios, el ecosocialismo y los valores de una nue-

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va civilización. d) Estimular e implementar escuelas, institutos y universidades campesinas para el desarrollo de la agroecología, en nuestros países y regiones; e) Hacer campañas en defensa y reproducción de las

del imperio o de sus empresas transnacionales contra

ticipen en procesos políticos y de solidaridad social en

el pueblo y la naturaleza.

los distintos países;

i) Hay que visibilizar las acciones de solidaridad que rea-

6. El intercambio en procesos de agroecología, repro-

lizamos, por medio de la comunicación, para incidir en

ducción de semillas y la búsqueda de la soberanía ali-

amplios sectores de la sociedad. j) Sumarnos a la movilización convocada por Ecuador y

lucha contra los transgénicos, los agrotóxicos y el con-

Bolivia por la despatriarcalización y la descolonización,

res;

trol que ejercen las empresas transnacionales del agro

para los meses de junio y octubre de 2013.

sobre nuestra agricultura.

l) Seguir impulsando brigadas internacionalistas de mi-

4. Solidaridad entre los pueblos

litantes de movimientos sociales para acompañar los

a) Desarrollar el sentido de que la solidaridad es base

elecciones de Honduras, Panamá y El Salvador.

fundacional de una nueva forma de sociedad, y por lo tanto debemos practicarla siempre, en nuestras organizaciones, en nuestros países y entre los pueblos; b) Difundir en nuestras bases el valor y la práctica de la solidaridad; c) Desarrollar acciones de solidaridad política que, de hecho, logren alterar la correlación de fuerzas y acumular para los sectores afectados; d) Desarrollar formas de solidaridad que involucre a toda

procesos electorales y de lucha popular en distintos países. Programarse para participar en las próximas

5. ACCIONES PROPOSITIVAS Debemos seguir promoviendo, fomentando e intercambiando esfuerzos en torno a las agendas propositivas de acciones conducentes a la construcción de espacios continentales de articulación del PODER POPULAR. En tal sentido debemos impulsar acciones relacionadas con:

sociedad. e) Desarrollar todas las formas posibles de solidaridad, desde manifiestos, movilizaciones, presión, prácticas solidarias, brigadas de participación política, etc. f) Organizarse para tener capacidad de responder rápidamente ante hechos que nos exigen solidaridad.

1. La construcción del poder popular en nuestros espacios y países; 2. El desarrollo de experiencias de empoderamiento en la producción y comercio, construcción de viviendas y otras iniciativas sociales;

g) Articularse con gobiernos e instituciones públicas alia-

3. La construcción de medios de comunicación popular;

das, para promover proyectos conjuntos de solidari-

4. El desarrollo de las campañas de alfabetización de

dad. h) Mantenerse siempre alertas ante cualquier agresión

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mentaria;

semillas bajo el control de los campesinos. Y seguir la

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adultos sobre la base del método “Yo sí puedo”; 5. El impulso a brigadas internacionalistas para que par-

7. El intercambio de información y experiencias popula-

II. LINEAS DE ACCION PARA LA FORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN 1. La formación de militantes y de cuadros es una prioridad política, por lo que las organizaciones y capítulos nacionales deben poner sus energías estratégicas en esta tarea, aún mas ante las dificultades que estamos enfrentando. La concepción política pedagógica de la educación popular nos debe acompañar en este camino. 2. La articulación, sistematización y socialización de nuestros esfuerzos de formación política precisan profundizarse. 3. Estamos impulsando nuestra editorial “albamovimientos” para publicar libros y publicaciones de carácter unitario que necesitamos para nuestras tareas de integración política y popular, y que, por lo mismo, estarán a disposición de la militancia social, a bajos costos y en Internet.

4. Fortalecer lo que ya tenemos a partir del debate e intercambio de nuestras experiencias de medios populares de comunicación y de las redes continentales que están en curso, y a la vez profundizar y ampliar los esfuerzos para que la comunicación sea encarada como un eje político-estratégico. 5. Debemos involucrarnos en todas las luchas en curso por la democratización de la comunicación, en nuestros países y la región.

III. ACCIONES COMUNES PARA EL PRÓXIMO PERIODO

1. En el plano organizativo de nuestra articulación de los movimientos sociales hacia el ALBA: a) Articularse con sectores ya organizados en nuestros países y ayudar a promover un encuentro continental de los movimientos que luchan contra la Minería. b) Articularse con los sectores organizados y promover en el segundo semestre de 2013, un encuentro continental de las experiencias autogestionarias y cooperativas en la producción. Argentina se dispone a ser promotora. c) Realizar un encuentro sobre comunicación, para definir políticas y estrategias de nuestra Articulación. ALBATV asume la organización. d) Estimular la participación de los militantes y dirigentes en las diferentes iniciativas en curso, que hay en

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“Debemos seguir promoviendo, fomentando e intercambiando esfuerzos en torno a las agendas

blo cubano y contra el bloqueo económico de Estados

taria.

cambio y defender la lucha por la democratización de

Unidos. Celebrar jornadas por la liberación de los cinco

i) Apoyar y participar de todas las actividades programa-

cubanos que este 12 de septiembre cumplirán 15 años

das por distintos comités alrededor de las denuncias

m) Participar activamente de las campañas contra la vio-

de encarcelamiento injusto en EEUU.

sobre la cárcel ilegal de los Estados Unidos en Guantá-

lencia hacia las mujeres, y realizar actividades en nues-

f) BOLIVIA: Acompañar y apoyar al pueblo boliviano de todas las formas posibles en la defensa del proceso revolucionario en curso.

la comunicación;

namo. j) Debatir con otros movimientos y redes la definición de un día mundial de lucha contra la minería y las petrole-

tros países en la jornada del 25 de noviembre; n) Participar y realizar campañas contra las agresiones

propositivas de acciones

g) Participar activamente en las movilizaciones naciona-

conducentes a la construc-

les, de carácter internacional, el 5 de junio, día mundial

k) HONDURAS: Seguir luchando contra la recolonización

de opción sexual y racistas. En especial, denunciar la

de lucha en defensa del medio ambiente, para denun-

de nuestros pueblos y las violaciones de derechos hu-

campaña homofóbica en curso en diversos países del

ciar las empresas agresoras;

manos. Realizar manifestaciones el día 26 de junio,

continente, por parte de la burguesía, sectores fascis-

denunciando el aniversario del golpe de estado y apo-

tas y sus medios de comunicación.

ción de espacios continen-

h) Sumarse a la iniciativa de Vía Campesina/MMM y otros

ras.

yando al pueblo hondureño.

basadas en prejuicios y discriminación de género,

tales de articulación del

movimientos para promover movilizaciones de masa en nuestros países, el día 16 de octubre, contra las

l) ECUADOR: Denunciar la manipulación de los medios

la lucha del pueblo palestino, kurdo y sirio. Realizar

PODER POPULAR”

transnacionales y en defensa de la soberanía alimen-

de comunicación de la burguesía contra el proceso de

campañas/jornadas de solidaridad con esos pueblos y

l) Solidaridad con los pueblos de Medio Oriente: Apoyar

contra el imperialismo y por la liberación nacional de los pueblos del Medio Oriente. Cese de la guerra y las agresiones de OTAN en el Medio Oriente.

diversos países, con escuelas de formación y cursos de carácter latinoamericano.

2. Actividades de movilización continental:

c) Presionar para que NACIONES UNIDAS asuma la res-

bolivariana apoyando al pueblo venezolano y al presi-

ponsabilidad por los 8300 muertos ocasionados por el

nental de todas las escuelas de formación existentes

dente Maduro en la profundización de su proceso.

cólera traído por sus soldados.

Se propone el día 24 de julio de 2013, como jornada

d) COLOMBIA: Apoyar y acompañar al movimiento social

gicas y de contenido. La ENFF se encargará de hacer

continental de movilización solidaria con Venezuela.

y popular colombiano en su movilización por la paz

consultas y encaminar.

En cada país deben construir la mejor forma de realizar

con justicia social en el proceso de paz de Colombia.

acciones masivas.

Apoyar la Semana de la indignación contra la trasna-

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Naciones Unidas en Haití.

a) VENEZUELA: Movilizarnos en defensa de la revolución e) Promover en los próximos meses un encuentro contipara compartir experiencias pedagógicas, metodoló-

a la decisión sobre el nuevo mandato de las tropas de

f) Propiciar una articulación continental de todas las edito-

b) HAITI: Participar en las jornadas continentales que es-

riales de izquierda que existen. La editorial albamovi-

tán en curso: la del 1 de junio, para denunciar de pre-

mientos asume el seguimiento.

sencia militar en Haití; la del 1 al 15 de octubre referida

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Y así seguiremos adelante en la construcción de nuestro Proyecto de Integración Popular de carácter anti-capitalista, anti-imperialista, anti-Neoliberal, anti-Agronegocio y anti-Patriarcal, como nos definimos en la plataforma política de Belem. Como forma de construcción de una sociedad igualitaria y socialista en nuestros países y en todo el continente.

Asamblea Continental de los Movimientos Sociales hacia el ALBA

cionalización y militarización, por la paz con justicia social, democracia y soberanía, a celebrarse en octubre. e) CUBA: Seguir manifestando nuestra solidaridad al pue-

Guararema, São Paulo, 20 de mayo de 2013.

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Documentos Declaración final XX Encuentro del Foro de Sao Paulo Por Integrantes Foro de Sao Paulo

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“Los partidos integrantes del Foro de Sao Paulo, reunidos en La Paz, Estado Plurinacional de Bolivia, del 25 al 29 de agosto de 2014 bajo la consigna “Derrotar la pobreza y la contraofensiva imperialista, conquistar el Vivir Bien, el Desarrollo y la Integración en Nuestra América” damos a conocer nuestra posición sobre diversos temas relacionados con la situación internacional y de nuestra Gran Patria Latinoamericana y Caribeña. Agradecemos al Movimiento Al Socialismo - Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) de Bolivia por auspiciar el XX Encuentro del Foro de São Paulo, en este momento en que los países latinoamericanos y caribeños buscamos profundizar la integración regional con base a los principios de solidaridad entre los pueblos, desarrollo con cooperación y complementariedad, justicia social, democracia y participación popular. Nos complace particularmente estar en un país donde un Gobierno de los Movimientos Sociales lleva a cabo una Revolución De-

mocrática y Cultural fundamentada en la recuperación de los recursos naturales, el liderazgo estatal, la soberanía, el comunitarismo y el socialismo en la perspectiva del Vivir Bien. Declaramos nuestro respaldo al compañero Evo Morales, a su gobierno y al MAS-IPSP, al mismo tiempo que felicitamos al pueblo boliviano por los grandes logros obtenidos en este proceso de cambios profundos: construcción del Estado Plurinacional y la aplicación de un modelo económico que genera excedentes y los redistribuye en beneficio de toda la población a través de distintos mecanismos. Estamos seguros que esta revolución se profundizará después de las elecciones de octubre próximo. El FSP rescata el aporte de Bolivia a la teoría y práctica revolucionaria universal a partir del protagonismo de los Movimientos Sociales en la transformación revolucionaria y en la articulación del socialismo con el proyecto emancipador de los pueblos indígenas Reafirmamos nuestro compromiso con el contenido de declara-

“A casi veinticinco años de la creación del Foro de Sao Paulo, una de las experiencias más exitosas y unitarias de la izquierda en la región latinoamericana y caribeña, el balance de la situación política es indudablemente favorable a las fuerzas políticas que lo componen.” ciones anteriores, en particular la del XIX Encuentro realizado en São Paulo y la declaración del Grupo de Trabajo aprobada en Managua en febrero de 2014. Éstas apoyan la constitución del Estado Palestino de acuerdo con las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas, con soberanía sobre los territorios ocupados por los israelíes desde 1967. También apoyan la independencia de Puerto Rico y exigen la inmediata liberación de Óscar López Rivera, así como condenan todas las formas de colonialismo en particular la

persistencia de la dominación europea sobre países como Martinica, Guadalupe, Aruba, Bonaire, Curazao y la llamada Guyana Francesa y reafirman su derecho a la autodeterminación. De la misma forma reivindican la recuperación de la soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas como una causa latinoamericana y caribeña, y desde una perspectiva favorable al establecimiento de una América Latina como región de paz y con relaciones de cooperación y complementariedad respaldan toda iniciativa que apunte a superar, sobre la base

del diálogo y el respeto al derecho internacional, el diferendo boliviano-chileno mediante la salida soberana de Bolivia al mar. A casi veinticinco años de la creación del Foro de Sao Paulo, una de las experiencias más exitosas y unitarias de la izquierda en la región latinoamericana y caribeña, el balance de la situación política es indudablemente favorable a las fuerzas políticas que lo componen. Cuando fue creado el Foro de Sao Paulo, un solo país de esta región estaba gobernado por un partido perteneciente al Foro, y hoy

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son más de diez. La izquierda, con diferentes procesos de acumulación, en los últimos años no ha perdido las elecciones en ningún país de América Latina después de haberlas ganado. Los únicos casos donde ha perdido el gobierno han sido por golpes de Estado como en Honduras y Paraguay. Hoy América Latina vive, ya no una época de cambios, sino un cambio de época. Sin embargo, los procesos progresistas y de izquierda llevados adelante en América Latina y en el Caribe prácticamente representan una excepción en un mundo que transita de un descenso relativo de la unipolaridad norteamericana hacia una situación multipolar en un contexto de crisis económicas, sociales y políticas, así como conflictos armados con implicaciones globales como la nueva agresión y ataque del gobierno de Israel al territorio palestino, particularmente de Gaza; los ataques de EUA y de la OTAN a Irak y Libia, que han llevado al crecimiento de grupos armados fundamentalistas como el “Estado Islámico” (EI) y las agresiones externas multinacionales en contra Siria. Se señala también la injerencia externa en Ucrania a partir de la alianza entre los EUA y la UE con grupos neo-nazistas, tendientes a aislar a Rusia. Las contradicciones entre esta alianza y los independentistas de ciertas regiones del este de Ucrania provocaron la confrontación de ellos con el ejército de este país. Condena-

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mos los ataques ucranianos contra la población civil y demandamos el inmediato cese de fuego. Estos conflictos son expresiones del nuevo diseño de la geopolítica mundial donde los Estados Unidos tratan de afirmar la validez de la hegemonía o reaccionar a las presiones que sufren. En Irak está en disputa una de las principales regiones productoras de petróleo. En el caso de la crisis en Ucrania hay una reacción del gobierno de Putin a rechazar las provocaciones de la OTAN a tomar cerca de las fronteras rusas. En respuesta a las sanciones impuestas por los Estados Unidos y la Unión Europea a Rusia, el gobierno de este país decidió embargar la compra de alimentos de estas economías. Esta medida afecta fuertemente a los agricultores de estos países y anima a nuevos proveedores, especialmente los de América Latina. El FSP se solidariza con la lucha del pueblo saharaui que está impulsando el Frente Polisario y la RASD por los derechos territoriales que les asisten y que están siendo negados por la monarquía marroquí desde 1975. Saludamos al presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz, e instamos a los gobiernos de Nuestra América a que reconozcan a este gobierno permitiendo la apertura de sedes diplomáticas en sus países. En este marco de confrontaciones militares, también existe una ofensiva de las fuerzas capitalistas neoliberales y del imperialismo, a tra-

“Expresamos nuestra solidaridad con la posición ecológica, humanista y reivindicativa del gobierno y del pueblo de Ecuador en su lucha contra la transnacional petrolera Chevron” vés de sus corporaciones multinacionales, empresas y de la banca internacional, buscando controlar los recursos naturales, especialmente los bosques, los mares y las fuentes de agua, que alientan conflictos socio-ambientales, territoriales y culturales con las comunidades campesinas e indígenas originarias en los cinco continentes, comunidades que deberían ser consultadas de acuerdo a la declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos colectivos de los pueblos indígenas a fin de respetar sus derechos territoriales. El FSP lucha por defender el medio am-

biente, los recursos naturales, los mares, los bosques y el agua. Asimismo, lucha contra los desastrosos impactos del incremento de los gases de efecto invernadero, en camino hacia la COP 20 en Lima en diciembre de 2014 y la COP 21 en Paris en diciembre de 2015 sobre cambio climático, buscando un acuerdo global que lo mitigue, además de impulsar una economía y cultura productiva sostenible, sustentable, renovable, con prácticas solidarias y de Vivir Bien, combatiendo el tipo de economías primario exportadoras sometidas al mercado mundial. En este sentido expresamos nuestra solidaridad con la posición ecológica, humanista y reivindicativa del gobierno y del pueblo de Ecuador en su lucha contra la transnacional petrolera Chevron, que tanto daño ha causado a su Amazonía y a varios pueblos del mundo. En el momento actual afloran dos elementos políticos de la mayor importancia. Uno de ellos es la indiscutible continuidad en el avance de las fuerzas progresistas y de izquierda en América Latina y el Caribe. Felicitamos al pueblo salvadoreño y al FMLN por la victoria obtenida en las elecciones presidenciales de este año, encabezado por Salvador Sánchez Cerén, miembro de la comandancia general en la guerra civil, negociador y firmante de los Acuerdos de Paz en 1992, quien continuará y profundizará los cambios de transición democrática en El Salvador, iniciados en 2009 con el primer go-

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bierno del FMLN. Sumado a esto, tenemos el avance sin precedentes de la izquierda en Costa Rica con el Frente Amplio y en Honduras con las posiciones conquistadas con el Partido LIBRE a pesar que el régimen militarista hondureño continúa asesinando a dirigentes políticos de la oposición. En estos dos países, las fuerzas de izquierda constituyen ahora formidables destacamentos organizados en lucha por el cambio social y con importante espacios institucionales. En Centro América señalamos la importancia del avance de la izquierda, y en particular la presencia y el impacto de la Revolución Sandinista nuevamente en marcha en Nicaragua, luego de la recuperación del poder por el sandinismo en 2006. Dicho proceso revolucionario se ha consolidado sustancialmente mediante la construcción de la hegemonía política revolucionaria que se manifiesta en un abrumador y sostenido respaldo popular a la gestión del actual gobierno sandinista encabezado por el Presidente de Nicaragua, Comandante Daniel Ortega. La existencia de un movimiento social y de fuerzas armadas y de seguridad surgidas de la revolución, así como la hegemonía sandinista a nivel institucional y del poder político en su conjunto, han permitido avanzar en la construcción de la democracia directa como nuevo modelo político, y se ha logrado la democratización de los medios de comunicación,

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mientras también se construye exitosamente el poder económico popular mediante políticas y programas orientados hacia este objetivo. Esto ha significado notables avances en el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo nicaragüense, en el marco de un sostenido crecimiento económico que tendrá su consolidación sustancial con la construcción y puesta en marcha del canal interoceánico. En Chile saludamos la victoria de la presidenta Michelle Bachelet, a la cabeza de la coalición Nueva Mayoría. Nos solidarizamos con el impulso de las reformas estructurales que se llevan a cabo en Chile y celebramos la recuperación del compromiso de su política exterior con los procesos de integración y convergencia regional. En respuesta a estos logros, la derecha y ultraderecha fascista reinciden en implementar una estrategia de desestabilización en gran medida como reacción a su incapacidad de derrotar políticamente a las fuerzas populares que en sucesivas contiendas han resultado vencedoras. Aquello ocurrió nuevamente este año en Venezuela, donde la oligarquía y la ultraderecha fascista insistieron en llevar a cabo varias acciones golpistas que con anterioridad habían fracasado estrepitosamente, suponiendo a esta vez, que la ausencia física de nuestro recordado Comandante Hugo Chávez haría la diferencia para beneficio de sus planes. Pero

en Venezuela hay un pueblo consciente, movilizado y organizado, así como Fuerzas Armadas bolivarianas cuya disciplina tiene como fundamento su conciencia patriótica en defensa de la Revolución. Las fuerzas de la derecha en Venezuela intentan, a través de la violencia, provocar una guerra civil y desconocer la indudable legitimidad del gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros. Rechazamos de la manera más categórica el intento del gobierno de Estados Unidos de secuestrar a un diplomático venezolano, el general Hugo Carvajal, el pasado mes de julio en Aruba, hecho que reitera la campaña orquestada por la derecha contra la Fuerza

Armada Nacional Bolivariana. Con este hecho buscaban desencadenar una grave crisis entre los dos países de la región. Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo venezolano, que enfrenta una guerra económica y mediática sin precedentes, preparada por los grupos oligárquicos nacionales, consorcios económicos transnacionales y el Departamento de Estado estadounidense. Como parte de una contraofensiva global del imperialismo y de las derechas, es necesario alertar a los partidos y gobiernos de la región sobre el peligro de la restauración conservadora que pretende introducir en nuestros países, a través de una amplia gama de instru-

mentos subversivos dirigidos y coordinados por los Estados Unidos, conjuntamente con organizaciones políticas y sociales de la derecha, corporaciones transnacionales, medios de comunicación, entre otros actores contrarrevolucionarios, que atentan contra los gobiernos que en su opinión constituyen un obstáculo o afectan su interés global. Especial mención merece el seguimiento y denuncia de los Tratados Bilaterales de Inversión firmados por nuestros países en la última década del siglo pasado, durante el auge del oscuro neoliberalismo, cuya aplicación puede constituirse, en estos momentos, en factor de profunda desestabilización económica y en instrumento de chantaje internacional a nuestros países, violando nuestra soberanía. Estas estrategias mediáticas, económicas, políticas y sociales, implementadas a nivel nacional e internacional, a menudo preceden a una invasión militar directa, pero también están presentes en la aplicación de los preceptos del llamado poder inteligente puesto en práctica en el periodo más reciente. Actualmente está en curso lo que puede denominarse “guerra no convencional”, a ejemplo de agresiones militares como en el caso de Libia, y determinadas prácticas de influencia política de mediano plazo se combinan con una mayor radicalidad en las acciones desestabilizadoras, que desembozadamente procuran el llamado “cambio de régimen” me-

diante revueltas “supuestamente populares”, focos terroristas e injerencias imperialistas que pueden derivar en un conflicto armado, como es el caso sirio. El pueblo venezolano derrotó las acciones terroristas al inicio de este año, con la movilización popular, con el llamado al diálogo político convocado por el Presidente Nicolás Maduro, la fortaleza de todas las instituciones de la democracia y la firme posición asumida por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, comprometido con la paz y los principios establecidos en la Constitución. Condenamos la criminalización de las luchas sociales en varios países, particularmente en Guatemala, donde la alianza militar oligárquica que gobierna el país recrudece la represión contra los pueblos indígenas y los movimientos reivindicativos en defensa de los bienes naturales, de la tierra y sus territorios que están siendo invadidos y saqueados por empresas nacionales y transnacionales. Expresamos también nuestra preocupación por la grave situación de violación a los derechos humanos que padecen los migrantes sudamericanos y caribeños que cruzan por América Central y México. Demandamos el respecto a su integridad física y sus derechos humanos. Nos preocupa la detención de cientos de niñas, niños y jóvenes por las autoridades migratorias norteamericanas y condenamos las actitudes xenofóbicas de grupos conservado-

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res de Estados Unidos que buscan expulsarlos violando las leyes de este país. Nos solidarizamos con el movimiento migrante en EUA en su demanda de una reforma migratoria integral. Todos estos planes antidemocráticos contra nuestros pueblos siguen siendo ejecutados en estos días, como la acción de los Fondos Buitres que hoy avanzan sobre Argentina, y constituyen una amenaza para América Latina y el Caribe, atacando la soberanía política y económica. La acción de estos fondos, instrumentos del capital financiero, pretende recuperar la incidencia del neoliberalismo sobre los gobiernos. En ese sentido, resaltamos los esfuerzos de Argentina de impulsar instrumentos legales para recuperar jurisdicción sobre la deuda. En Cuba, se mantiene el criminal, injusto e inhumano bloqueo comercial, financiero y económico sobre la Isla, a lo que se suma la práctica unilateral del gobierno estadounidense de mantener a Cuba en el listado anual de países que auspician el terrorismo, y aunque el pueblo y gobierno cubano han sabido salir adelante, debemos continuar nuestra lucha por el levantamiento de ese cerco. Igualmente debemos luchar por impedir la aplicación de leyes de carácter extraterritorial con las cuales los Estados Unidos de América pretenden presionar a gobiernos y empresas amigas de la Isla, y por la libertad de los Héroes cubanos encarcelados en prisiones estadounidenses por

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luchar contra el terrorismo practicado contra el pueblo cubano. Destacamos el proceso de actualización del socialismo que tiene lugar en Cuba y que debemos acompañar con atención, debido a su importancia estratégica y económica para el país y para toda América Latina y el Caribe. Su papel protagónico en el ámbito regional e internacional salió fortalecido en la II Cumbre de CELAC cuando se hizo patente el respeto hacia el país y sus líderes y se demostró, una vez más, el aislamiento de la política de EUA hacia Cuba. Los gobiernos de Chile, Colombia, México y Perú firmaron en abril del 2011 la creación de la Alianza del Pacífico (AP) que, según la Declaración de Lima, trata de “alentar la integración regional, así como un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad “de las economías de sus países y “avanzar progresivamente hacia el objetivo de alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas”. Además, en 2012 se retomaron las negociaciones para firmar un Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica o TPP (por sus siglas en inglés), tratado de libre comercio multilateral, que involucra a 12 naciones: Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, y los latinoamericanos México, Perú y Chile. Tanto la AP como el TPP buscan impulsar los Tratados de Libre Comercio (TLC) con los paí-

ses de la cuenca del Pacífico, que han tenido hasta ahora resultados nefastos para nuestros pueblos. Se trata de una creación de los gobiernos de los EUA y las potencias imperialistas que buscan dividir la integración económica, comercial, política y cultural de los pueblos latinoamericanos y caribeños, expresada en los diferentes procesos propios de Nuestra América. El FSP rechaza estas dos formas de integración subordinada a las grandes potencias. En este contexto, se destaca la importancia de la reciente reunión de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), celebrada en Fortaleza - Brasil y sus decisiones para crear un Banco de Desarrollo y de la “Cuota Acuerdo de

“Las fuerzas de la derecha en Venezuela intentan, a través de la violencia, provocar una guerra civil y desconocer la indudable legitimidad del gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros.”

Reserva”. Asimismo, la reunión entre los BRICS y UNASUR, así como entre China y la coordinación de la CELAC y la Cumbre del G-77 más China. Estas representan importantes arenas de discusión y cooperación soberana entre bloques que comparten su malestar con los mecanismos actuales de gobernanza global que todavía responden a la escena internacional establecida hace más de medio siglo y que ya no corresponde a la realidad. Desde la perspectiva de la unidad e integración latinoamericana, así como de las relaciones Sur-Sur, es importante actuar con mayor pro-actividad en el fortalecimiento de todos los mecanismos de integración y foros políticos regionales como la UNASUR y la CELAC - el instrumento de interlocución de América Latina y el Caribe. De la misma forma el Mercosur, el ALBA, PETROCARIBE y CARICOM, así como el Área Complementaria establecida entre ellos. En este sentido el FSP debe avanzar en propuestas concretas y, cuando estos mecanismos de integración plantean la constitución de parlamentos, defendemos que sean de composición plural. Es fundamental que el Mercosur continúe con el proceso de ampliación de la integración iniciada en el Cono Sur, mediante la realización de las medidas necesarias e imprescindibles para su consolidación en todos los planos, sobre todo en el desarrollo de la iniciativa del Mercosur Social y Productivo. En este marco,

debemos darle un impulso definitivo a la integración plena de Bolivia y Ecuador como señal inequívoca de solidez del proceso de crecimiento del Mercosur y de la región a nivel internacional. La realización en Caracas, Venezuela, de la Cumbre de Presidentes del Mercosur después de haber sido postergada varias veces, permitió reanudar la iniciativa regional que requiere acelerar los procesos focales de integración y las cadenas de suministro regionales, la integración energética y de infraestructura, los planes estratégicos, la acción social y la consolidación del Banco del Sur. El logro de una paz justa y democrática en Colombia es fundamental para la estabilidad de la región. Respaldamos resueltamente el diálogo entre las FARC-EP y el gobierno colombiano, en un ambiente de cese al fuego bilateral y la humanización del conflicto. Apoyamos la apertura formal de negociaciones con el ELN y el inicio de contactos con el EPL Así vamos avanzando y construyendo nuestros propios caminos, surgidos de nuestra propia realidad y de nuestra propia historia. Debemos coordinar y convocar a las organizaciones sociales de la región a participar en el desarrollo del proceso de integración latinoamericano y caribeño convirtiendo esta causa en una de sus principales reivindicaciones políticas. Sólo el desarrollo de este proceso integracionista garantiza la autodeterminación y la soberanía de nuestros países y, una vez que nuestros

pueblos asuman esta bandera, el proceso será irreversible. Un nuevo modelo económico y social alternativo al neoliberal supone rompimiento radical con el sistema patriarcal de organización social y política. Por eso el FSP se compromete con la igualdad plena de todas las personas y demanda la garantía de sus derechos humanos independientemente de su género, opciones sexuales o el hecho que sean trabajadores sexuales. Convocamos a todas y todos a la batalla que constituyen las próximas elecciones presidenciales en Bolivia, Brasil y Uruguay en el mes de octubre de este año, respaldando y apoyando las respectivas fórmulas electorales de Evo Morales Ayma y Álvaro Garcia Linera, Dilma Rousseff y Michel Temer y Tabaré Vázquez y Raúl Sendic. En estas elecciones la disputa es nuevamente intensa entre izquierda y derecha, y los medios siguen cumpliendo el papel de principales “partidos de oposición”. Nuestra victoria es vital para la continuación del proceso de transformaciones económicas, sociales y políticas en la región latinoamericana y caribeña. Finalmente, agradecemos al Partido de la Revolución Democrática y al Partido de los Trabajadores, ambos de México por su ofrecimiento a auspiciar el XXI Encuentro del Foro de São Paulo en el año 2015”. Dado en la Paz, Estado Plurinacional de Bolivia, a los veintinueve días del mes de agosto

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Documentos En defensa de la participacion Popular Por Equipo Editorial REDH

“En diciembre de 2004 se realizó en Caracas el Primer Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH). En el mismo se establecieron diez mesas de discusión que dieron como resultado los diez ejes de acción de la REDH. A continuación presentamos las conclusiones de la mesa n° 6, cuyo tema de discusión fue: “En defensa del conocimiento para todos y todas”. (Puede consultarse el texto en inglés en el siguiente enlace:

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Nunca como hoy la humanidad ha estado en peligro de desaparecer, no sólo físicamente, sino en su misma condición humana. El Imperialismo neoliberal no puede sino conducirnos hacia la barbarie universal. La ofensiva mundial por territorios y recursos naturales, la militarización estratégica del mundo y la “guerra preventiva”, están siendo acompañadas por el asalto a la cultura y la criminalización de las luchas sociales. El imperialismo, con EE.UU. a la cabeza, ha tomado la democracia como figura central de su propaganda ideológica. Hay que rescatar el concepto de democracia para los pobres y movimientos populares, e insistir en que para ser verdadera tiene que ser participativa y tiene que abarcar todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural. Debemos impulsar la democracia desde una posición de clase; luchando por el predominio consciente de la sociedad sobre el Estado, el gobierno efectivo del pueblo y una igualdad completa, sin diferencia de clases. Por una democracia pluriétnica y multi-

cultural donde se respete la diversidad. El propósito de una democracia revolucionaria debe ser el desarrollo en plenitud, tanto individual como colectiva, del ser humano. La democracia no se decreta, se construye, y su viabilidad está muy ligada a una correlación de fuerzas que la haga posible. Requiere una gran transformación cultural de quienes la impulsan. La democracia revolucionaria debe ser cultural o no es revolucionaria. No se puede pensar en una democracia de base popular si el pueblo no tiene información, educación y sus necesidades básicas satisfechas, pero no hay que esperar a que las tenga para luchar por ella. Hoy la lucha por la democracia depende del fortalecimiento y la articulación de los movimientos populares y de la participación entendida como la apropiación creciente del poder por parte de las mayorías tradicionalmente excluídas. La desarticulación entre lo social y lo político y la crisis de los

“Democracia participativa significa el ejercicio del poder por parte del pueblo. El pueblo quiere gobernar, no sólo participar. La respuesta ante la exclusión no es la inclusión en el sistema, sino la ruptura con el mismo” partidos políticos, incluyendo los de la izquierda, debe ser superada por nuevas formas de hacer política contra el sistema de dominación, que luchen por el control, la toma y la consolidación de poderes populares. En América Latina ello ha contribuido a fortalecer movimientos como el zapatista, el de los Sin Tierra, los piqueteros, las luchas indígenas en Ecuador, Bolivia y Perú y el bolivariano, en movimientos sociales antiglobalización neoliberal, por la no violencia, ecológicos, por el respeto a las preferencias sexuales, etc. El movimiento anti-imperialista a nivel mundial ha tenido limitaciones para articular una estrategia frente a ciertos problemas. Nos

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manifestamos frente a la invasión a Irak, pero no hemos analizado y valorizado la resistencia Iraquí. No podemos callar ante el genocidio de los palestinos, ante el dominio colonial de Puerto Rico, la situación de Haití, el Plan Colombia, el Plan Puebla Panamá, el ALCA, las agresiones a Venezuela y Cuba, contra la supresión de los derechos a la participación de las minorías discriminadas en los Estados Unidos y el Reino Unido. No debemos olvidar que África sufre un genocidio silencioso por las pandemias y las guerras, por lo cual ella debe ser parte de las preocupaciones mayores de los movimientos y partidos de izquierda del mundo. África debe ser principal objeto de defensa de la humanidad.

Democracia participativa significa el ejercicio del poder por parte del pueblo. El pueblo quiere gobernar, no sólo participar. La respuesta ante la exclusión no es la inclusión en el sistema, sino la ruptura con el mismo. Hay que promover el poder popular articulado como ofensiva frente a la falsa democracia y como medio para alcanzar la verdadera. La participación puede ser espontánea o inducida, pero aún habiendo una tendencia a rechazar la ingerencia de los políticos y de los gobiernos en los movimientos populares, no se puede obviar el papel positivo que pueden tener gobiernos progresistas, nacionales o locales, en el fortalecimiento de los movimientos populares. Como intelectuales y artistas en defensa de la humanidad asumimos claramente una posición ofensiva frente al imperialismo y el capitalismo, y nos comprometemos a construir la democracia verdadera y a luchar por la participación popular protagónica dentro del marco de los parámetros expuestos. En este sentido, proponemos:

a) Revisar la pedagogía de la liberación y recuperar el sentido de palabras y conceptos como democracia, liberación, socialismo, clases, acumulación de capital, inclusión, lucha de clases, participación, etc. b) Producir una teoría sistemática de la acción social basada en el predominio necesario de

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la sociedad sobre el Estado, así como su articulación en el desarrollo del ser humano, no solamente en los ámbitos económico, político y cultural, sino también en su dimensión espiritual. c) Internacionalizar la participación popular. No se puede limitar la lucha al contexto nacional. Hay que fortalecer los nexos que ya existen y compartir experiencias para aprender de ellas, respetando las particularidades locales. d) Globalizar la solidaridad, y adoptar posiciones conjuntas y acciones simultáneas como estrategia ofensiva. e) Crear redes locales, regionales y nacionales en defensa de la humanidad para atraer a las y a los intelectuales a la batalla de las ideas, considerando establecer un grupo de enlace entre esos capítulos que facilite el intercambio y coordinación permanente de ideas y experiencias. f) Mejorar la capacidad tecnológica comunicacional para combatir el silencio. g) Apoyar los movimientos que luchan por la eliminación de la deuda externa, y exigir el uso de los recursos liberados en salud, educación, vivienda y atención a otros problemas nacionales. h) Reconocer la sociedad pluriétnica y multicultural donde se pueda convivir sin antagonismos y se reivindique la equidad y el derecho a la diferencia. Debemos apoyar la lucha con-

tra el racismo, el sexismo, el irrespeto a las religiones, la homofobia y cualquier otro tipo de discriminación. i) También debemos ser solidarios con los presos y las prisioneras políticas, y combatir el uso de la cárcel y la tortura como medios para criminalizar la lucha política y social. j) Enfrentar los valores de la sociedad clasista y patriarcal basada en la competencia, la conquista y el dominio, con los correspondientes a una sociedad sustentada en el amor, la cooperación y la solidaridad. k) Considerar la inequidad de género como un déficit político y apoyar las luchas y planteamientos de las mujeres. No hay democracia sin igualdad de género. Se debe estimular una participación igual de mujeres y hombres en todas las instancias donde se tomen decisiones. l) Reconocer a los pueblos indígenas y a su lucha por la libre determinación y la autonomía como expresión de ésta. m) Debemos reconocer el derecho a la participación democrática de todos los sectores sin discriminación, por lo cual reclamamos el reconocimiento de todas las minorías étnicas, las personas con discapacidades y los emigrantes en todas las actividades, luchas y responsabilidades de la sociedad. n) Hay que pasar a la ofensiva y usar la cultura, la educación y la información como armas para luchar a favor de la humanidad.

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Estéticas de la Liberación Participación histórica y lucha social: Imágenes. Por Equipo Editorial REDH

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La presión social es uno de los mecanismos de lucha que las clases populares han consolidado en la historia. Más allá de la espontaneidad que muchas veces acompaña a las protestas sociales, confiriéndoles una fuerza momentánea que en algunos casos no se mantiene en el tiempo, la presión social como mecanismo de participación popular ha sido, y es, un arma fundamental en la lucha por la emancipación de nuestros pueblos. Ella permite generar fuerzas sociales para inclinar la balanza a favor de las demandas populares, consolidar bloques de poder liberador frente al orden establecido, brinda una base histórica compartida para luchas posteriores, permite apoyar y mantener transformaciones estructurales y es, en definitiva, parte del músculo de lucha de la izquierda continental y mundial. Por ello hemos querido recopilar imágenes alusivas a diversas manifestaciones sociales, de hoy y ayer, (sin ánimos de agotar la historia de las mismas), de diverso contenido, pero que mantienen como horizonte la lucha por un mundo mejor, más justo, solidario, despatriarcalizado, desmercantilizado, sin imperios, sin exclusión ni explotación, “otro mundo posible”.

Marcha 1 Mayo 2014 , Cuba

2014, s o n a i s hait o h c e r los de a r o p Marcha a Dominican ic >> VOLVER AL INDICE 69 Repúbl


Marcha Bolivar iana ca preside mpaña ncial 2 012, Ve nezuela

Marcha Pat riotica 20 13, Colomb ia

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eforma r a l vor de .UU a f a Marcha ia 2013, EE or migrat

Marcha campesinos e indígenas 2011, Perú >> VOLVER AL INDICE

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Marcha CGT-Brasil 1982, Argentina

puches a M s o derech s o l por Marcha ile Ch 2012, 72

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Marcha de los 100 mil 1968, Brasil

a Plaza de l e d s a l e u b Marcha a rgentina Mayo 1977, A >> VOLVER AL INDICE

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electoral e d u a r f ntra el o c a h c r a M ico 2012, Méx

Marcha contra la guerra de Vietnam 1966, EE.UU

Marcha estudia ntil 1968, Méx ico

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rsidad e v i d de la r o v a a f as Marcha 013, Brusel 2 sexual >> VOLVER AL INDICE

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Marcha conta el cambio climático, Londres 2014

Grecia , 1 1 0 dos 2 n a g i d In Marcha 76

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Marcha co de Fran ntra el golp e co 1936 , Españ de Estado a

1950, d i e h t l Apar e a r t con Marcha ica Sudáfr >> VOLVER AL INDICE

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