Nociones humanísticas

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Nociones HumanĂ­sticas


Bases Antropológicas Persona: El ser humano es ante todo persona, individuo de naturaleza racional. En efecto, la persona humana es unión esencial de alma y cuerpo. Ambas realidades son necesarias para el correcto entendimiento de lo que significa ser “persona humana”. Siendo el alma humana realidad central para la correcta comprensión de la persona, es importante exponer que, por dicho término, entendemos el principio espiritual que mantiene viva y sostiene toda actividad de la persona.


Sus dos facultades son: 1. La inteligencia (llamada también: entendimiento, razón, intelecto, mente, etc.) que es la facultad del espíritu humano que tiende por naturaleza a la verdad, abierta a través de diversas operaciones, al conocimiento abstracto y universal de todo el ser. 2. La voluntad que es la facultad inclinada naturalmente al bien y cuya acción propia es el querer.


Fruto y manifestaci贸n de la espiritualidad humana son la autodeterminaci贸n y la autoconciencia. Ambas, muestra de la apertura de la persona.

Por la autoconciencia el hombre no s贸lo conoce el mundo sino, antes y sobre todo, se conoce a s铆 mismo y se sabe en la existencia.


Unido a esto, viene su autodeterminación. Implica la capacidad de proponerse fines, objetivos, y de dirigirse hacia ellos a través de sus propios medios. Sinónimo de esta autodeterminación es la libertad humana, que no es otra cosa que el acto de la voluntad de escoger lo bueno, incluso más, lo mejor; de acuerdo a lo que la inteligencia revela como verdadero. El alma humana, al ser principio unificador, ordenador y vivificador, con su actividad conforma toda la personalidad moral y psicológica.


El alma, ademĂĄs de operar a travĂŠs de las facultades espirituales, dirige tambiĂŠn, las facultades que dependen esencialmente de la materia: las sensaciones, los sentidos internos, las tendencias, emociones y pasiones. Estas facultades, como pertenecientes al ser humano concreto, son igualmente encontradas en la persona y contribuyen a su manera a conformar la personalidad psicolĂłgica y moral.


El espíritu tiende eminentemente a unificar en un todo lo corporal y lo sensorial. Todas las facultades del alma humana trabajan para perfeccionar al ser humano. De lo anterior se deduce la razón de la dignidad invaluable del ser humano: la unicidad. Cada persona es única; y su valor, infinito. No hay en el universo entero una persona igual a otra, ni existe el poder ni ciencia humana capaz de repetir idénticamente a una persona.

Dado el hecho del horizonte infinito de bien por buscar, de felicidad por lograr, de verdades y realidades por conocer, se hace evidente el hecho: la persona es única e irrepetible; de ahí su valor y dignidad inconmensurables.


Bien La realización plena de la persona se encuentra en la búsqueda y conformidad con el bien moral cuya norma es la ley natural. El camino hacia la felicidad sólo se recorre por la

moralidad.

Moralidad

presupone

inteligencia,

conocimiento verdadero del bien que se realiza queriendo por decisión, por opción. Es reto de cada persona optar por el bien verdadero y objetivo, pues el hecho de que la voluntad tiende por naturaleza al bien, no implica que todo bien escogido sea verdadero y objetivo (contrario a esto, dicho bien podría ser aparente y subjetivo). No basta con querer, hay que querer bien. En eso consiste la libertad: en la elección del bien verdadero, objetivo; más aún, en escoger, de entre todo lo posible, lo mejor.


Amor El amor hace posible que la gente mutuamente disfrute lo bueno de cada persona y lo bueno de la relación en sí misma.

Sólo la persona es fuente de amor y, de manera especial, sólo a ella debe dirigirse el amor. El verdadero amor es ese en el cual nuestras energías sensibles y nuestros deseos están sometidos a un entendimiento básico del verdadero valor del objeto de nuestro amor, o sea, del verdadero valor del otro. En esta atmósfera, se hace posible una especie de mutuo compartir que acerca a los que se quieren. De ahí que, la coexistencia entera de las personas esté basada en el amor, coexistencia en todos los niveles, conyugal, familiar, comunitario, social, etc.


Familia Al ser la expresión más básica de la naturaleza social del hombre, la familia, formada por el matrimonio de padre y madre e hijos, constituye la célula básica de la sociedad. La comunidad es fruto de la comunión que, a su vez, es la apertura y relación personal entre los individuos.

Sin comunión no hay comunidad verdadera. De ahí la importancia de la familia pues fomenta la verdadera comunión de sus integrantes y los prepara para vivir en comunidad.


Es el futuro de la humanidad e institución idónea para el desarrollo integral del hombre, dada su condición de cuna y recinto de amor que realiza plenamente a sus miembros.

Al ser el primer entorno de todo ser humano, representa un factor decisivo en la formación de los cimientos y del entramado moral que sostendrá a la persona y, por lo mismo, mantendrá integrada y en correcto funcionamiento a la sociedad.


Sociedad La persona se encuentra inmersa en una congregación de personas. Congregación no caótica, sino ordenada naturalmente en varias sociedades y comunidades. La relación del ser humano con la sociedad y viceversa está subordinada a la moralidad, de la misma manera que la vida del individuo y las relaciones interpersonales lo están. La moralidad social implica encontrar el equilibrio, no fácil de lograr, entre dos polos: el individuo y su bien, por un lado, y la sociedad y el bien común que por naturaleza busca, por otro.


Dicha deliberación no es en absoluto fácil de aplicar en la práctica: se puede caer en el individualismo o en el totalitarismo, ambos nocivos al hombre. Sin embargo, es necesario recalcar que hay compromisos que, en ambos sentidos (sociedad-individuo, individuosociedad) deben cultivarse indistintamente. Por mencionar algunos: • El derecho a la libertad de conciencia • La atención a los más necesitados • La solidaridad • La tolerancia En otras palabras, las personas deben cumplir su parte en todo lo que es indispensable para la realización del bien común, no obstante, el verdadero bien común nunca amenaza el bien de las personas.


Pensamiento, cultura y creatividad

El pensamiento humano es creativo, de hecho, significa la base de toda creatividad, además, es la fuente de toda cultura. Representa la base de nuevas verdades, nacidas, a su vez, de otras ya conocidas. Y así, a partir de la realidad ya existente, el hombre avanza en pos de una realidad más dominada, controlada. Si el hombre conoce mejor el mundo, es más capaz de emplearlo responsablemente en su beneficio.


Algo semejante se puede decir del autoconocimiento: entre mejor nos conocemos, (posibilidades, capacidades y talentos), mĂĄs somos capaces de desarrollarnos internamente y aportar al exterior, cada vez, algo mejor; y ser capaces de hacer uso de todos los recursos que encontramos en nosotros. La creatividad implica que siempre que actuamos creamos algo: sea en nuestro interior y en el exterior. Lo sublime de la creatividad entraĂąa el hecho de que cada creaciĂłn humana marca el mundo material circundante con nuestro propio pensamiento y ser.


Educación La correcta educación implica formar al estudiante integralmente. Esto significa desarrollar armónicamente al hombre completo en cuatro aspectos: 1.

Formación académica

Trasmitir los mejores contenidos, actualizados y adecuados, eligiendo los mejores medios y herramientas, y combinando la dosis exacta de teoría con práctica. 2.

Formación humana

Desarrollar en plenitud el bello y vasto universo antropológico (psicología, mente, emociones, sentimientos, pasiones, tendencias, personalidad, temperamento, etc.) en un equilibrio donde sean la inteligencia y la voluntad las facultades rectoras y ordenadoras del crecimiento armónico de toda la persona en la búsqueda siempre constante del bien y de la felicidad.


3. Formación espiritual

La formación de la persona queda incompleta sin la referencia a la divinidad. El hombre se entiende a sí mismo y entiende el universo de mejor manera cuando la trascendencia es el horizonte en que todo se sitúa. La religión y sus implicaciones morales desarrollan aspectos y esferas específicas de la persona, benéficas tanto en lo individual como en lo familiar y social.


4. Formación social

Todo hombre que goza de educación y formación adquiere un compromiso inevitable con los demás, especialmente con los más necesitados y limitados en medios para llevar una existencia digna del hombre. Incluso más, el hombre se enriquece por el acto de dar y compartir. Todos resultan beneficiados de una sociedad que comparte. El fruto de la solidaridad y el compromiso social es siempre inmediato y sumamente benéfico en pos del bien común.


Líder De todos los liderazgos, el más constructivo y positivo apoya y defiende lo más valioso de las personas, precisamente su “ser persona”. El verdadero líder apuesta por una vida, una existencia y por una sociedad del

“ser”: del ser más y mejor; por encima del saber, del tener, del poder, del parecer, del consumir, etc. El líder proyecta eso con sus acciones, potencia a los que le rodean y produce cambio cualitativo en todo su entorno.


Bases pedagógicas específicas de la UNID La educación, entendida únicamente como la formación intelectual, es un proceso integral que vincula de manera estrecha la teoría y la práctica incorporando la tecnología de punta. Por esta razón, los programas de estudio deben estar dirigidos a las demandas específicas del mercado laboral incluyendo las competencias laborales y una formación integral que incluya conceptos, habilidades y actitudes para formar egresados profesionales y responsables de su entorno laboral y social.


Enfoque Social

El sistema UNID está planeado para vincular sus programas de estudio, con las demandas que emanen del ámbito laboral; en este sentido, los egresados están preparados para desarrollar competencias laborales para desempeñar profesionalmente su tarea laboral, de acuerdo a un marco actitudinal a favor de la mejora del entorno social y un sentido de compromiso en el área en donde se desarrolle.


Método Enseñanza-Aprendizaje Nuestro concepto de método enseñanza-aprendizaje implica: • Selección, desarrollo y uso adecuado de estrategias didácticas diversas. • Vinculación de la teoría con la práctica y el ejercicio profesional. • Articulación de los contenidos de la asignatura que imparte, con el resto del plan de estudios. • Aplicación de herramientas tecnológicas para el apoyo de los procesos de enseñanza y aprendizaje. • Integración adecuada y el diseño creativo de materiales didácticos apoyados en las TIC. • Diseño de estrategias, así como el desarrollo de recursos y materiales que reproduzcan situaciones reales del campo laboral.


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Uso y diseño de estrategias e instrumentos pertinentes para la evaluación (conceptual, procedimental y actitudinal). Uso de estrategias de mediación, individual y colectiva, en los procesos de aprendizaje, guiando y resolviendo para el desarrollo de habilidades. Uso de estrategias de motivación para el aprendizaje y el trabajo independiente, así como la reflexión crítica. Estimulación en los estudiantes del hábito por la reflexión sobre sus propios procesos de aprendizaje. Promoción de retos intelectuales y el pensamiento reflexivo de los alumnos.



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