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La misión de El Chan
Con La Hoja del Chan, José Gabriel Cruz y Liz Janice López encabezan “La Resistencia” en Puerto Rico; un movimiento que busca el resurgimiento de la industria del tabaco, su siembra, mercadeo y la producción de puros premium conservando su carácter artesanal, con una escuela de torcedores.
No están solos. En la isla y desde el extranjero, otros productores, aficionados y profesionales aportan a estas actividades, que en otros tiempos sustentaron la economía del país. Por fortuna la tradición se mantuvo viva, transmitiéndose de generación a generación.
José Gabriel se crió en el pueblo de Caguas, donde su familia tenía una finca de tabaco. Entiende que sus dos tías mayores llegaron a ensartar hojas y por eso busca convencer a su tío-padrino, agricultor, de que emprenda en el ramo. Su abuelo paterno –nacido en 1909 en Orocovis–, seguramente también sembró la planta.
Por el contrario, Liz Janice creció en el suburbio capitalino de Puerto Nuevo y se desarrolló en el mercadeo. Representaba a una empresa llantera cuando conoció a su esposo, mecánico certificado y profesor de Tecnología Automotriz, quien vendía publicidad para una revista especializada. En 2014 emprendieron el viaje juntos y formaron una familia compuesta por dos hijas, ahora de 20 y 17 años, y un hijo en común, de seis.
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PASIÓN POR LOS CIGARROS
A José Gabriel le atrajeron los puros desde niño, pero desarrolló su gusto años después fumando con su hermano, desaparecido prematuramente. En 2007 comenzó a documentarse sobre la industria y le llevó una década pasar de la teoría a la práctica, torciendo cigarros en las madrugadas y cultivando plantas en un terreno adjunto a su casa, donde obtuvo 54 libras (24.5 kilogramos) que fermentó “a su estilo”.
El maestro artesano Guillermo Rosario le explicó las bases y compartió sus técnicas para preparar las hojas y manufacturar los puros. Aunque Liz Janice nada sabía del tema, abrazó el proyecto de producir cigarros y crear una marca.
Así nació El Chan Cigars. Lo primero fue lograr que los cigarros prendieran, quemaran y supieran bien, aunque no se vieran tan bonitos. José Gabriel perfeccionó la técnica mientras se capacitó como artesano torcedor, certificado bajo licencia de Fomento Cultural.
En abril de 2017 una lesión de espalda que tenía desde tiempo atrás se agravó y lo despidieron. Pero nunca dejó de hacer puros y en verano montó una carpa en la zona turística de Guavate, Cayey, donde las ventas mejoraron cada fin de semana... hasta que el 20 de septiembre el huracán María devastó la isla.
En Puerto Rico todos perdieron a alguien, o algo. Ellos se quedaron sin casa, auto y siembra, refugiándose en el hogar paterno hasta que la gente de Traficante Cigar Company se ofreció a vender sus puros. “Los hice con lo que tenía, picadura sobrante y así...”. Gracias a ello pudo comprar insumos y seguir adelante.
Obligado por la situación tomó un empleo como lavapiezas en un taller mecánico, donde pronto ascendió a Gerente. Entre tanto, estar en la Zona Metropolitana le permitió dar demostraciones en reuniones y bodas. El Chan Cigars retomó forma durante 2018: creó una página en Internet y obtuvo permisos para distribuir y surtir tabaco.
Cuando logró vender sus productos en el Aeropuerto Internacional “Luis Muñoz Marín” pensó en dedicarse totalmente al negocio a partir de 2020. Liz Janice entró a la ecuación de tiempo completo en marzo, al declarse la pandemia de Covid-19 y saltaron del régimen de artesano a empresa: surgió La Hoja del Chan.
MENTE EMPRESARIAL
La experiencia de Liz Janice con el tabaco se enriqueció al encargarse del área de servicio. Tomó los cursos de la International Association of Cigar Sommeliers (IACS) y “fue como abrir los ojos a un mundo nuevo”.
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Al promocionarse en redes sociales los pedidos fueron más constantes. Pero él enfermó nuevamente y Liz Janice debió aprender el oficio. Registraron el nombre, obtuvieron los permisos requeridos y la publicación de entrevistas en el diario El Nuevo Día y Telemundo atrajo a las autoridades municipales de Caguas, que les pidieron mudarse a un local. En agosto de 2021 inauguraron su fábrica.
Liz Janice considera que esta nueva generación de mujeres en el Mundo del Tabaco lidera muchas empresas exitosas: “Me siento orgullosa de que mi esposo me haya cedido el ser la CEO de la compañía”.
Ambos se reconocen: uno aportó al otro la pasión por hacer un cigarro, así como la posibilidad de desarrollo y crecimiento más allá de la manufactura, el procesamiento de las hojas, las mezclas y los maridajes.
CALIDAD Y VARIEDAD
José Gabriel habla abiertamente de sus ligas, pues “una receta no determina el resultado final”. Usa mayormente tabaco nicaragüense y ofrece los formatos Robusto, Toro, Gran Toro con capas Habano 2000 Ecuador, Connecticut y Negro San Andrés. Trabaja en un Torpedo y un Doble Figurado, y experimenta con los Corona, Doble Corona y Lancero.
Ella creó un puro infusionado que se convirtió en Best Seller y derivó en una línea con anilla propia denominada Galiz; la conjunción de sus nombres. Sus puros están en tiendas de Puerto Rico, así como Florida, Connecticut y New Jersey, Estados Unidos. La fábrica produce seis líneas privadas y su empresa lanzó una línea de humidores en diciembre pasado.
Cuidan a su familia, porque ha sido parte fundamental de su crecimiento. La madre de ella trabaja en el encintado, anillado, empaque y preparación de las órdenes; el padre de él, todo lo compone, y el primo Jonathan es rolero, pasa la capa.
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ESCUELA DE TORCEDORES
Siguiendo su vocación de profesor, José Gabriel formó a una primera generación de torcedores autonombrados “Hijos de La hoja del Chan”. Su idea es garantizar la continuidad de la tradición y la cultura del tabaco: “Hemos sufrido y luchado como pueblo, pero tenemos esperanza”.
Saben que el aficionado al cigarro busca variedad y siempre habrá marcas nuevas. “Por eso –dice Liz Janice, certificada como artesana en mayo–, entre más hayamos, mayor será nuestro ímpetu para darnos a conocer y alzar la voz; decir que en Puerto Rico se hace tabaco y tenemos una historia por contar”.
Afirma que “si hasta 2020 el sueño de José Gabriel era poner su fabriquita y ahora es la Escuela de Torcedores, me encargaré de que se haga realidad”.