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EDITORIAL
Las primeras veces, por César Salinas Chávez
Recuerdo cuando viajé a Tijuana como estanquero y todo fue por primera vez: el primer viaje en avión, la primera feria nacional en la que participaba la tabaquería Torre de Madero, los primeros grandes pasos en un camino que se antojaba gratamente largo, la primera vez frente a los dólares como moneda y las primeras charlas multitudinarias sobre el tabaco y la historia del puro en México.
Recuerdo que era sábado, llevaba platicando un rato con dos mexicanos radicados en Los Ángeles y la conversación congregó a los paseantes alrededor de los puros. La ola incendiaria de calor cedía con el viento que traía el atardecer y el clima de Tijuana volvíase fresco y embriagante, como sus vinos, sus mujeres y su comida.
Sentado en medio de una ciudad a tres mil kilómetros de mi tierra, sentí por primera vez, con toda fuerza, que la Torre de Madero había nacido grande y el grupo que la conformábamos (hoy sólo queda mi socio, amigo y editor de la revista, Alberto Arizmendi), escribíamos un capítulo más en la Historia del Tabaco en México, y que haber dejado todo para dedicarme a esto había sido la mejor decisión tomada hasta entonces.
Las primeras veces son complicadas: como el título cuando se tiene ya el texto; como la primera caricia o el beso primero y el primer cuerpo ajeno, desnudo y ajeno, con sus primeros sobresaltos y sus dudas primeras: placentero, confuso; no obstante uno sabe, finalmente, cómo.
Cuando inicié en el periodismo del tabaco fueron las primeras veces que comenzaba a tratar constantemente con personas de otros países, a conocer por primera vez las historias tabaqueras de personas increíbles de Nicaragua, de Honduras, de Cuba, de Estados Unidos, de España… de República Dominicana.
Y aquí estamos, cerrando la edición de mayo; el octavo número de Humo Latino Magazine, otro proyecto por el que dejé todo y en el que, hay que decirlo, arrastré en mi locura y pasión a un puñado de gente (igual de loca y apasionada), y a unas horas de embarcarme para, hoy por hoy, conocer el mercado de tabaco más importante del mundo: la República Dominicana.
Este será mi primer viaje al extranjero, el primer festival internacional que cubre la revista, el Dominican Cigar Fest; la primera vez que piso una isla, y el enorme desafío de ir, por primera vez, como director de un medio y empresario, a presentar este proyecto que busca convertirse –y probablemente ya lo sea– , el mejor medio especializado de tabaco en español.
Y quién sabe que otras primeras veces me alcancen en Las Antillas.
Aquella vez en Tijuana me acordé de Carlos Castaneda en Las Enseñanzas de Don Juan cuando, frente al escarabajo, comprendió todo y entonces vio, VIO por primera vez; recordé también el Aleph de Borges, y me vi en todas partes, a todas horas, con toda la gente; vi a los artistas de la madera y la hoja de humo, a los poetas-fermentadores, al tabaco y todas sus posibilidades… y quizá me vi también aquí, y ahora.
Amigos y pequeños, medianos y grandes productores de República Dominicana, nos vemos del 1 al 9 de junio.