Dedicado a J. Eusse
Por mostrarme donde encontrar a los dragones
Introducción Nuestros conocimientos sobre las especies vivientes que se han documentado sobre este planeta, jamás nos hubiera preparado para el despliegue insólito de formas y diversidad biológica que encontramos bajo el suelo del valle del río Aburrá. La expedición conformada por un grupo de entusiastas ilustradores de la vida del planeta se internó en el mundo subterráneo del centro de Medellín el sábado 2 de noviembre de 2019 y halló un enorme inframundo cuyo cielo está adornado por las formaciones de la dunita de Santa Elena que (llamada así en honor a la quebrada del mismo nombre) y es recorrida por varias fuentes de agua. Estas prodigiosas cavernas que exploramos se formaron por las fracturas de la dunita y el paso del agua que ha dado forma a túneles y galerías en los que encontramos las más increíbles criaturas que moran las profundidades del corazón de nuestra urbe. Aún entre estas rocas escurren las aguas ricas en minerales dejando su rastro inmortalizado en forma de estalactitas, cómo tetas gigantes que brotan de la superficie y nutren al mundo y los seres que habitan las entrañas de la ciudad.
La ruta de ingreso que usamos se encontraba en los sótanos de un antiguo edificio ubicado entre la avenida La Playa con la avenida Oriental. Aunque no descartamos la idea que haya múltiples ingresos a estos socavones ya que este mundo se conecta con los acuíferos y dolinas que existen en la cuenca de la quebrada santa Elena. Esta suerte de jardín del edén enterrado que el lector va a encontrar aparentemente fantástico y casi irreal, existe al menos unos 50 metros por debajo de donde pisamos y alberga miles de criaturas desconocidas que parecieran ser la vida que habitó el valle en un pasado lejano, pero que encontró refugio para protegerse de la destrucción bajo las entrañas de la tierra . La vida vegetal y animal encontró en este lugar retos y oportunidades que llevaron su expresión a los bordes más inverosímiles y alucinantes. Estas criaturas que son al menos en apariencia familiares de toda la biota superficial del planeta por sus extraño hábitat ,han adoptado maneras y formas que retan a la imaginación y en muchos casos la superan. Al movernos por los pasillos y las grandes bóvedas que son iluminadas por plantas que logran desprender un fulgor, observamos que el suelo para ellas puede ser tanto el sustrato que soporta nuestras pisadas como el techo que nos cubre. Ya quisiera uno ver a los grandes naturalistas como Linneo o Darwin frente a semejantes expresiones de la materia viva o ver a los biólogos modernos intentar descifrar las historias de tales quimeras y criaturas que parecen salidas del sueño de algún artista.
Nuestra expedición fue finalizada de manera forzosa y precoz por los misteriosos acontecimientos que nos expulsaron de aquellos reinos subterráneos que son materia del otro tomo que se publica junto a esta breve crónica naturalista , a pesar de ello logramos documentar algunas de aquellas insólitas criaturas. Este pequeño libro relata y guarda la historia natural incipiente pero increible que logramos arrancarle al reino vivo que habita bajo el valle de aburrá.
Animales
El gran ornitogaudium En medio de los bosques vimos moverse con gran destreza a una increible ave de casi un metro y medio de altura que podria parecer un pinguino por su manera de permanecer erguido y por su caracter tranquilo. Posee grandes plumas en sus alas que le permiten correr mientras bate fuertemente sus brazos para ganar aĂşn mĂĄs velocidad. Verlo moverse entre las plantas con su increible habilidad genera una felicidad dificil de explicar. Al ser enorme y poderoso pocas criaturas se atreven a meterse con ĂŠl, sin embargo, este enorme animal es un ser noble que no representa ninguna amenaza para los seres del lugar donde habita, por el contrario pareciera ser que las plantas florecieran a su paso y que los pequeĂąos animales estan tranquilos en su presencia
Insecto antorcha En los alrededores de la quebrada, buscando refugio en zonas poco iluminadas, habita esta criatura. Se alimenta de sustancias que producen una alta reacción abrasiva en ellos; esta reacción ocurre en una estructura en el abdomen que desprende fuego de manera intermitente. El porqué o para qué produce fuego es incierto, un evento efímero que podría estar relacionado con cuestiones reproductivas. Es un espectáculo que da un aire casi tan maravilloso como un acto de circo. Los individuos de esta especie se reunen y disfrutan del especial acontecimiento, culminando con la desaparición subita de todos dejando el lugar a oscuras. Con gran esfuerzo logramos colectar un especimen que pudimos examinar en detalle para hacer la siguiente ilustración donde expresamos su morfología.
Avisaracnida Todos muy sorprendidos y entusiastas por la diversidad de ese lugar, decidimos parar un momento para tomar un descanso y conversar sobre todo lo que habíamos hallado. Allí encontramos unos árboles rodeados de rocas y plantas no menos exóticas que las que habíamos visto anteriormente donde nos dispusimos a descansar. En medio del descanso, percibimos un olor a carne descompuesta y a lavanda, que combinados provocaban mareos y náuseas. Ante tal fetidez preferimos seguir adelante para no sentir tanta indisposición. En el momento que paramos nuevamente la marcha miramos hacia las ramas de los árboles y vimos una gran cantidad insectos que nos observaban sigilosamente, eran de colores ácidos: verdes, azules, naranjas y medían aproximadamente un metro de largo. En ese momento,sentimos el peligro inminente ya que cualquier movimiento en falso podría convertirse en una catástrofe para cualquiera del grupo. Mientras tanto, quien guiaba, en susurros dio la orden que nos moveriamos lento y que apagaramos nuestras luces, caminamos a oscuras siguiendo el ruido de un pequeño arroyo hasta que dejamos de sentirnos observados. La ilustración es un esquema de las extrañas criaturas que nos observaban en la oscuridad.
Tigre fluvial Esta increíble fiera solo tuvimos la oportunidad de verla en una ocasión y fue a lo lejos, mientras recorriamos uno de los ríos subterráneos por una de sus orillas. Es un animal de unos 3 metros de la cabeza a la cola, que pareciera ser un gran felino con adaptaciones para vivir en el agua, lastimosamente no pudimos acercarnos a la criatura para verla mejor y documentarla, aunque tuvimos la suerte de encontrar un esqueleto a la orilla de uno de los afluentes que posteriormente pudimos reconstruir con mucho esfuerzo. Al final obtuvimos el esquema que se expone en esta página donde vemos que este increíble felino pareciera tener las extremidades y la cola de un anfibio.
Escaraluzo Esta pequeĂąa especie de escarabajo volador luminoso parecido a las luciernagas mide aproximadamente 2cm, se alimenta principalmente al succionar las anteras de la flor del Intratajibo por lo que se piensa que a eso se debe que siempre tenga luz en su abdomen. Se caracteriza por su trompa retrĂĄctil, por tener solo un par de alas y por su color rojizo, que al salir a la luz exterior se convierte en morado. Se destacan en el ambiente porque van en grandes grupos, muy unidos dejando estelas de luz a su paso.
Hormigas cargueras Estos interesantes artrópodos de casi el tamaño de un caballo resultaron ser de gran ayuda en nuestra exploración de aquellos parajes subterráneos ya que al ser dóciles y fuertes nos permitieron transportar nuestros equipos y provisiones en sus lomos usando unos aparejos improvisados que pudimos tejer de fibras naturales. Les dimos el nombre de hormigas cargueras, pero sospechamos que este interesante animal no está muy emparentado con otros insectos de la superficie. En la parte frontal de su cabeza portan una estructura que emite un fulgor que aparentemente les ayuda a moverse por los pasajes oscuros de las galerías, poseen un par de ojos enormes y a diferencia de muchos otros insectos estas criaturas sólo poseen 4 patas, aunque pareciera ser que el tercer par está atrofiado en dos protuberancias delanteras a manera de muñones.
Colopente El colopente arborícola forma parte de una simbiosis con un árbol flotante, este árbol le brinda transporte y hogar, a su vez el colopente le proporciona al árbol repelencia contra las plagas que pueden infestarlo, esto por medio del olor que emite el animal, algo parecido al olor de agua estancada. Un árbol caminante puede llegar a ser el hogar de familias enteras de grandes cantidades de colopentes.
Este animal es un voraz cazador de babosas de luz, una plaga que se alimenta de las raíces de árboles luminiscente. Su organismo toma las partículas de luz de estas babosas y las lleva a su retina, lo que le brinda la capacidad de tener visión bajo cualquier condición de luz. El colopente es cazado por gran cantidad de criaturas, su mayor depredador es una bestia de rasgos caninos, la cual busca árboles flotantes y se lanza a ellos para darse un banquete de miles de colopentes, además
de esto, algunos animales son atraídos por su vistoso color verde agua y otros por su olor, ya que hay criaturas ciegas que se alimentan del néctar de agua estancada que expelen algunas plantas, los colopentes terminan siendo confundidos con estas por este característico olor y son gravemente heridos, para evitarlo, estos se camuflan entre sus alas, imitando la forma de una planta carnívora, una vez toman esta forma su olor se encapsula, dejando expuesto el olor del haz de sus alas, un olor parecido a la menta. Debido a la condición de presa del colopente, tanto el animal como el árbol flotante se encuentran altamente amenazados y es un hecho poco común encontrarlos.
Rodomycus Este es un roedor que aparentemente sobrevive en simbiosis con un hongo de una manera particular, es casi como si este pequeño ratón fuera el sustrato móvil de una especie de hongo bioluminiscente que crece en medio de los tejidos de su dorso. La primera vez que lo observamos creímos que el hongo estaba parasitando a este pequeño animal. Después de varios encuentros con diversos individuos entendimos que ambos organismos viven en una sociedad muy estrecha y que aparentemente ambos resultan beneficiados de tan exótico mutualismo.
Luciferina boreal En medio de la expedición nos percatamos de que teníamos muy poca batería para nuestras lámparas, y que seguir adelante podría ser peligroso si encontrábamos recamaras sin bioluminiscencia y llegasemos a depender de nuestras lámparas que estaban a punto de fallar. Decidimos que debíamos retornar a la superficie y por tal motivo abordamos el mismo camino de entrada; sin darnos cuenta terminamos en una galería que no habíamos explorado antes y realmente no entendíamos cómo terminamos en ese lugar. De repente, vimos una pequeña luz que nos guiaba al final de un pasadizo e imaginamos que habíamos encontrado otra salida, cuando llegamos nos dimos cuenta que era una gran aurora boreal subterránea, todos muy sorprendidos decidimos acercarnos y dejar que nos envolviera tan radiante luz, lo que no se esperabamos era que la luz fuera proporcionada por miles de insectos voladores de los que emanaba un fulgor casi magnético. En medio de tanta majestuosidad lumínica, al líder de la expedición se le ocurrió reemplazar el las lámparas por estos insectos voladores y así poder seguir nuestro camino y explorar más allá.
Strixcatus Luminosus El asombro que nos causó encontrar aquel árbol tan peculiar (Mimosa Luminosa) estaba por los cielos, así como la parejita de animales que lo habitaba. Nos tomó un momento entender, que el árbol se había iluminado por los aleteos de quién creemos es el macho, de un animal que para nosotros puede ser la mezcla entre un gato y un búho, pero con unos colores alucinantes.
Rápidamente nos precipitamos a tratar de dibujar este espécimen, cuando pudimos notar que, en el tallo del árbol, se encontraba un segundo individuo más. Tenemos la hipótesis de que este animal vive en pareja, y que tiene una relación estrecha con el árbol, pues para nuestro asombro
algunas partes de su cuerpo irradiaba luz con sus movimientos (por lo que creemos se alimenta de sus frutos), pero a su vez poseen unas garras lo suficientemente filosas para no permitir que otros animales se queden con su lugar en el ĂĄrbol. Los bautizamos como Strixcatus Luminosus, derivado del latĂn: "strix, strig-is" que significa bĂşho y de "catus, cati" que significa gato.
No sospecha el río Aburrá de su versión subterránea, que al no estar canalizado, presenta una impresionante y pintoresca diversidad. Este hermano perdido del río porce, es una gran serpiente de caprichosa figura que marca el rumbo por un paisaje desconocido pero que seguro habría competido en belleza con el gran río que había en la superficie cuando el valle de Aburrá aún era joven y los humanos no lo habíamos transformado a nuestro amaño.
Plantas
Oculum parasitae Desde el techo crecían unos árboles misteriosos que carecían de follaje, flores y frutos; Se veían como árboles secos al revés. Muy sorprendidos al verlos, nos acercamos a investigar y lograr entender qué pasaba en ese valle desprolijo y oscuro. Al estar cerca, vimos que los árboles soportaban una gran cantidad de plantas parásitas que se alimentaban de la savia de las ramas, los árboles obtenían con sus raíces la humedad entre las rocas calcáreas, creciendo tanto como grandes estalactitas desde lo más alto de estas cuevas. Con herramientas y lazos fuertes hicimos lo posible para intentar tomar una muestra de estas plantas parásitas. Al obtenerlas nos llevamos una sorpresa enorme ya que estas plantas parecen haber desarrollado estructuras similares a ojos que a la fecha no entendemos muy bien su función, ya que no tenemos muchos homólogos con que comparar tamaña adaptación.
Fotophytum espirifolia En la enorme cantidad de especies de plantas emisoras de luz que encontramos, esta nos cautivó especialmente por su belleza y por las intrincadas relaciones con su entorno, ya que los apéndices que producía exhiben una variedad morfológica tremenda, desde hojas que permiten la fotosíntesis hasta estructuras para atraer polinizadores mediante la emisión de una luz tenue, pasando por flores que podían variar su aroma y frutos que se pueden dispersar por el viento en algunas ocasiones y en otras por animales, dependiendo de la forma que adoptarán en su desarrollo. Si quisiéramos entender la complejidad de este organismo tendríamos que estudiarlo durante décadas.
Mimosa luminosa En un punto medio de nuestra caminata el espacio de las cavernas comenzó a hacerse más amplio. Allí el ambiente se sentía muy húmedo, pero el suelo se sentía muy estable, y a medida que nos internamos más, sentíamos que estábamos siendo vigilados por algo. Escuchamos ruidos de un animal (al cual bautizamos luego, Strixcatus Luminosus), hasta que de repente esta bóveda se fue iluminando paulatinamente. Para nuestra sorpresa aquello que iluminó el lugar era el movimiento de las hojas de un exuberante árbol. Así que suponemos que este árbol es el primo lejano de estas plantitas tan familiares de nuestra infancia “las dormilonas” (Mimosa sensitiva). Pudimos notar que las hojas de aquel árbol se abren para brindar luz ante el contacto, o el movimiento de sus hojas por alguna corriente de aire. Pudimos observar que se trataba de un árbol que cuenta con dos tipos de raíces. Al parecer su crecimiento comienza desde el techo de las cavernas y culmina al encontrar la superficie, brindando una estabilidad al terreno.
Además de sus peculiares hojas, posee unos frutos de color morado, con semillas fluorescentes, que parecen ser muy atractivos para la fauna y tienen un olor similar a la guayaba. Sus flores nacen en las raíces cercanas al suelo, y se cree que son venenosas, para que los animales rastreros no puedan acceder a su tronco. Es así como ante este espectáculo decidimos bautizar el árbol con el nombre Mimosa Luminosa, en honor a su prima la Mimosa sensitiva y por su luz propia de la palabra en latín: “luminosus,a,um”.
Plecophytum Entre las galerías recorridas, llegamos a una que terminaba en un acantilado de rocas y vimos un árbol majestuoso en la cima con una luz rosada radiante que provenía de una epifita que lo habitaba. Uno de nostros intentó escalar por las rocas con mucha dificultad y luego estirarse para ver si lograba tomar una de estas plantas, lastimosamente no fue posible acceder a ella, pero con la observación cercana logramos atisbar que esta epifita plegaba sus hojas aclorofilas a manera de boleros, algunos de nosotros especulamos que podría llegar a ser una suerte de planta carnívora. El árbol que la soportaba era aparentemente un familiar de los cedros de la superficie, solo que crecía aferrándose a las rocas del acantilado y exhibía una madera particularmente rojiza.
Intratajibo mamirapiratra Columnas de luz que hablan que en el exterior hay algunos brillantes guayacanes, gran descubrimiento al ver que tienen dos segmentos de raíz, las superiores que son las que alimentan de luz sus tallos, hojas y flores . Y las inferiores que son pequeñas y numerosas raíces muy fuertes que finalmente son las que reparten el alimento a toda esta especie vegetal.
De las raíces superiores se desprenden lianas fijas y brillantes con un follaje que emiten el amarillo vivo del guayacán en sus mejores días de primavera, pero en este caso es un amarillo tan brillante que parece que se conectaran a algún tipo de energía, pues siempre iluminan la oscuri-
dad subterránea, a pesar de que su floración exterior sea estacional estas siempre tienen su luz. Estos árboles son los encargados de dar luz en varios tramos del recorrido en este inframundo. Sus flores tienen un mayor brillo, son como bombillos titilantes con pequeños puntos de luz que también son alimento para algunas especies de animales, estas anteras caen y en el exterior, al desembocar en el río Medellín, se ven pequeñas lucecitas que evidencian que existe vida en las profundidades del valle de Aburrá.
Los humanos necesitan la fantasĂa para ser humanos. Para ser el punto donde el ĂĄngel que cae se encuentra con el simio que se alza. Terry Pratchett
Criaturas mundos e historias 2019 Los científicos no son más que contadores de historias muy convincentes que logran sintetizar en sus discursos el rigor de sus labor, que pretenden una explicación ordenada y sistemática de la realidad pero que por la naturaleza del método no pueden establecer una certeza, solo más bien un modelo. Desde una perspectiva netamente narrativa (y sin pretender invalidar la labor científica) esa incertidumbre respecto a la realidad que es básicamente metafísica, nos da la licencia de crear e imaginar nuestras propias historias y mundos, donde las leyes naturales son distintas, donde habitan criaturas míticas y seres aún sin descubrir, donde nuestra mente genera vida y magia, donde utopías y apocalipsis son posibles, donde el pensamiento no encuentra limitantes. Así pues con este pequeño libro dejamos constancia de una aventura naturalista en las entrañas del valle del río Aburrá donde los expedicionarios de esta historia nos encontramos con una naturaleza fantástica que nos permitió aprender de ciencia, arte, literatura, y creación de historias. Los textos y las ilustraciones que se encuentran en este pequeño libro son el producto de un trabajo colectivo realizado en el marco del curso de Ilustración de criaturas, mundos e historias dictado en el Parque Explora en el segundo semestre del año 2019 donde varios de los participantes del curso nos dimos a la tarea de crear un pequeño catálogo de biodiversidad fantástica que sintetiza el recorrido por los módulos del curso de ilustración.
Al que sea que llegue este pequeño libro, espero que disfrute con este excéntrico y discontinuo relato y le ruego disculpe todas las fallas que pueda tener ya que surge de un ejercicio modesto de sintetizar las ideas de un curso de ilustración donde converge la labor de varias personas.
Ignacio Mesa. Medellín 2020 Ilustraciones y textos*: Daniel Diaz - Insecto antorcha Dora Medina - Escaraluzo, Intratajibo mamirapiratra Gisel Guzmán - Strixcatus luminosus, Mimosa luminosa Ignacio Mesa - Contraportada, Introducción, Ornithogaudium, Tigre fluvial, Hormigas cargueras, Rodomycus, Fotophytum espirifolia. Juan Camilo Rivas - Avisaracnida, Luciferina boreal, Oculum parasitae, Plecophytum. Luisa María Jaramillo - Colopente *Los textos ligados a las ilustraciones especificas son de la misma autoria del ilustrador. La introducción es una construcción colectiva a partir de los textos de Ignacio Mesa Y Alejandra Ochoa.
Agradecimientos A Juan Guillermo Muriel, por creer en esta idea e impulsarla. A Jonathan Eusse, por aportar en la creaciรณn del curso, con ideas y con su valiosa asistencia. AW Daniel Penagos, por sus conocimientos aportados al desarrollo del curso y su asistencia.