2011-03-13PowerpointSEF

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Lecci贸n 13 para el 24 de septiembre de 2011


“Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza” Job 42:1-6

Cuando Job vio una pequeña parte de la santidad, la grandiosidad, la majestad y el poder de Dios en la Creación, reaccionó con temor, reverencia, respeto y un profundo sentimiento de arrepentimiento, que le llevó a humillarse ante Dios.


¿Cómo reaccionaron Isaías, Daniel o Pablo ante la presencia de Dios? “Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos” (Isaías 6:5)

“Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno” (Daniel 10:8)

“Que por revelación me fue declarado el misterio… A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos…” (Efesios 3:3, 8)


“Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades” Apocalipsis 1:17-18

¿Cómo reaccionas tú ante la presencia del Creador del universo?


Cuando tenemos una pequeña vislumbre del Dios Santo, nos sentimos insignificantes y pecadores y somos movidos a adorarle y exaltarle. Si nosotros, que no podemos ver directamente a Dios, sentimos este deseo de adoración, ¿qué ocurre con los seres que están siempre en Su presencia?

“Los serafines que rodean el trono están tan embargados de reverente temor al contemplar la gloria de Dios, que ni por un instante se miran a sí mismos con admiración. Sus loores son para Jehová de los ejércitos” Elena G. de White, Obreros evangélicos, p. 21


¿QUIÉNES?

Ap. 4: 811

Ap. 11: 1519

¿QUÉ DICEN O QUÉ CANTAN?

¿POR QUÉ?

Los 4 seres vivientes

Dan gloria y honra continuamente

“Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir” (V. 8)

Porque es Santo y Eterno

Los 24 ancianos

Se postran, adoran y echan sus coronas delante del trono

“Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” (V. 11)

Porque es el Creador

Se postran ante el Cordero y cantan

“Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra” (V. 9-10, NVI)

Hablan a gran voz. Al terminar, los cuatro seres vivientes dicen “Amén” y los 24 ancianos se postran y adoran.

“El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos” (V. 12-13)

Los 4 seres vivientes y los 24 ancianos Ap. 5: 814

¿QUÉ HACEN?

Los ángeles, los 4 seres vivientes y los 24 ancianos

Voces en el Daban fuertes voces cielo

“Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (V. 15)

Se postran sobre sus rostros y adoran a Dios

“Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra” (V. 17-18)

Los 24 ancianos

Por la Redención y sus resultados

Por el juicio justo, el castigo de los malvados y la recompensa de los santos


¿QUIÉNES?

Ap. 7: 912

Ap. 15: 14

Ap. 19: 15

¿QUÉ HACEN?

¿QUÉ DICEN O QUÉ CANTAN?

¿POR QUÉ?

Están delante del trono La gran multitud y del Cordero, visten de los salvados ropas blancas y tienen palmas en las manos

“La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero” (V. 10)

Ángeles, los 24 ancianos y los 4 seres vivientes.

Se postran delante del trono y adoran a Dios

“Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén” (V. 12)

Cantan el cántico de Moisés y del Cordero

“Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado” (V. 3-4)

La multitud de los salvados

Hablaban

“¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella” (V. 1-2)

Los 24 ancianos y los 4 seres vivientes

Se postran tierra y adoran a Dios

“¡Amén! ¡Aleluya!” (V. 4)

Una voz desde el trono

Invitar a la adoración

“Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes” (V. 5)

Los que alcanzan la victoria sobre la bestia y su imagen

Por la Redención

Por el juicio justo

Por el juicio justo, el castigo de los malvados y la recompensa de los santos


En todo el Apocalipsis podemos ver cómo en el Cielo, tanto ahora como en el futuro, se adora continuamente a Dios como Santo, Eterno, Creador, Redentor y Juez. Solo Dios es digno de ser adorado. Por un lado, están los que adoran a la bestia y a su imagen (versículos 3-4, 8, 12, 15). En Apocalipsis 13:8 se nos explica quiénes son éstos: “Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”.

En Apocalipsis 13 vemos dos tipos de adoración en la tierra en el tiempo del fin.


Por otro lado, cuando el conflicto sobre la adoración implique una desobediencia a las leyes del mundo, habrá un grupo que no esté dispuesto a adorar a la bestia ni a su imagen, ni a recibir en sus frentes ni en sus manos “la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre” (Apocalipsis 13:17)

A Juan se le muestran, ya victoriosos, a aquellos que adoren correctamente a Dios y tengan una marca distinta colocada en su frente: “Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente” (Apocalipsis 14:1)


“El sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues es el punto especialmente controvertido. Cuando esta piedra de toque les sea aplicada finalmente a los hombres, entonces se trazará la línea de demarcación entre los que sirven a Dios y los que no le sirven. Mientras la observancia del falso día de reposo (domingo), en obedecimiento a la ley del estado y en oposición al cuarto mandamiento, será una declaración de obediencia a un poder que está en oposición a Dios, la observancia del verdadero día de reposo (sábado), en obediencia a la ley de Dios, será señal evidente de la lealtad al Creador. Mientras que una clase de personas, al aceptar el signo de la sumisión a los poderes del mundo, recibe la marca de la bestia, la otra, por haber escogido el signo de obediencia a la autoridad divina, recibirá el sello de Dios” Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 663


El mensaje final que este grupo de creyentes proclama ante el mundo se encuentra registrado en Apocalipsis, 14: 6-13. “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (versículos 6-7) ¡Adorad a Dios, el Redentor, Juez y Creador!

“Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación” (versículo 8)

¡No os dejéis engañar por doctrinas falsas y su falsa adoración!

“Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre” (versículos 9-11)

¡El que prefiera adorar falsamente sufrirá las consecuencias: la muerte eterna!


Adorar es caer a los pies de nuestro Señor todo el tiempo. Tiene que ver con toda nuestra actitud y relación con Dios. La adoración es lo que debemos hacer 24 horas por día los 7 días de la semana. Es vivir una vida de fe, de obediencia y de entrega al Señor. La adoración es poner a Dios como lo primero en todo lo que decimos, hacemos y pensamos. Adorar es cómo tratamos a otros, a quienes amamos y a quienes nos cuesta amar. La adoración tiene que ver con obedecer los mandamientos, ministrar a quienes tienen necesidades. Tiene que ver con los que mueren al yo y proclaman el evangelio.



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