FUNDACIÓN CONSULTORES ASOCIADOS N.I.T. 830020399
SECRETARÍA TÉCNICA ALIANZA HUMANITARIA DE ACCIÓN CONTRA MINAS ANTIPERSONAL COLOMBIA
Estudio del impacto sociocultural y humanitario: comunidades afrocolombianas y MAP/MUSE Luís Alfonso Fajardo Sánchez Héctor Enrique Díaz Torres Bogotá, DC, Febrero de 2009
Tabla de contenido 1. PRESENTACIÓN
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2. ELEMENTOS DE LA HISTORIA DE LAS COMUNIDADES AFROCOLOMBIANAS
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AMÉRICA: ENTRE QUILOMBOS, PALENQUES, CIMARRONES, CUMBES, COFRADES Y EL VUDÚ, CANDONBLÉ, SANTERÍA, JUNTAS Y MACUMBAS; EN LA LUCHA POR LA LIBERTAD Y LA JUSTICIA DE LAS COMUNIDADES AFROAMERICANAS. BRASIL: DE QUILOMBOS Y FAVELAS HAITÍ: ENTRE CANTOS RITUALES Y SENTIMIENTOS DE LIBERTAD. COLOMBIA: EL IDEAL DE BENKOS BIOHO; DE LA GUERRA CIMARRONA A LA JUSTICIA PROPIA.
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3. TERRITORIOS ANCESTRALES AFROCOLOMBIANOS
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4. GOBIERNO PROPIO: LOS CONSEJOS COMUNITARIOS.
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5. LEGISLACIÓN AFROCOLOMBIANA
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DERECHO ANCESTRAL AFROCOLOMBIANO: HERENCIA DE TAMBORES, MAGIA Y AUTONOMÍA. JURISDICCIÓN ESPECIAL Y CONSTITUCIÓN DEL 91 EFECTOS JURÍDICOS DE LAS DECISIONES DE LOS CONSEJOS COMUNITARIOS. JURISPRUDENCIA DE LAS CORTES 6. CONFLICTO ARMADO EN TERRITORIOS AFROCOLOMBIANOS PRESENCIA DE ACTORES ARMADOS Autodefensas Guerrillas Fuerza Pública EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO EVENTOS CON MINAS ANTIPERSONA Y MUNICIONES ABANDONADAS SIN EXPLOTAR Incidentes con MAP/MUSE Accidentes con MAP/MUSE Víctimas por accidentes con MAP/MUSE CONFLICTO Y COMUNIDADES AFROCOLOMBIANAS
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7. SONDEO DE SITUACIÓN SOBRE MAP/MUSE EN COMUNIDADES AFROCOLOMBIANAS55 OCURRENCIA E IMPACTO ACCIONES COMUNITARIAS E INSTITUCIONALES ADELANTADAS ACCIONES DE PREVENCIÓN Y ATENCIÓN REQUERIDAS
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8. PLAN DE ACCIÓN CONTRA MAP/MUSE DE LA POBLACIÓN AFROCOLOMBIANA.
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9. REPARACIÓN EN COMUNIDADES AFROCOLOMBIANAS
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AFROREPARACIONES: DE LA ESCLAVITUD A LA INCLUSIÓN, REIVINDICACIÓN, DIGNIDAD Y AUTONOMÍA DE LOS PUEBLOS AFRODESCENDIENTES EL CASO COLOMBIANO: EN MEDIO DE LA ESCLAVITUD Y EL CONFLICTO ARMADO; POR LA DEFENSA DEL TERRITORIO, LA CULTURA Y LA AUTONOMÍA.
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10.RECOMENDACIONES
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BIBLIOGRAFIA
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1. Presentación El presente estudio del impacto sociocultural y humanitario de eventos con Minas Antipersona y Municiones abandonadas en comunidades afrocolombianas, pretende contribuir al conocimiento de las particularidades de los efectos del conflicto armado, específicamente de los eventos con minas antipersona. Efectos que van más allá del impacto inherente a la violación de los derechos humanos de los individuos, toda vez que éste no se concibe como un ser desarticulado, independiente y aislado del resto de la comunidad y menos aún del resto del universo. Es un ser inmerso en una compleja red de relaciones en equilibrio. Relaciones que se caracterizan por estar fundamentadas sobre principios de integralidad y reciprocidad con un fuerte carácter colectivo, y que se expresan en sus especificidades y particular forma de entender y estar en el mundo; es decir, en sus cosmovisiones, sus usos y costumbres, sus formas de derecho propio, sus formas de ocupación del territorio, su relación con el universo, entre otros aspectos de la vida. Los derechos fundamentales de las comunidades afrocolombianas, al igual que para el caso de los pueblos indígenas, se relacionan directamente con el territorio, como fundamento de la vida social, cultural y política de dichos grupos; con la identidad cultural, como condición para la realización de la pluralidad; con la etnoeducación o la educación propia, como posibilidad de reproducción social, económica y cultural; con la autonomía como referente político y materialización del reconocimiento constitucional de 1991 y, esencialmente, con la vida. En este orden de ideas, el impacto del conflicto armado no sólo es de carácter individual sino también constituye factores de riesgo para la supervivencia física, social, económica y cultural de las comunidades afrocolombianas como sociedades únicas e irrepetibles. Es innegable, que el terror y los desplazamientos tienen por finalidad desarticular los proyectos de las comunidades. Toda vez que Imposibilita el ejercicio de las prácticas tradicionales de producción, de la interdependiente relación con la naturaleza, de la ancestral forma de tenencia de la tierra, de las formas propias de control social y cohesión social, del derecho ancestral. En últimas, de la pervivencia de las minorías étnicas. Es la imposición de un modelo social, económico, cultural y político hegemónico sobre modelos alternativos de las minorías étnicas, en medio de la sistemática violación de derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Frente a la grave crisis, al igual que a lo largo de la historia, las comunidades afro descendientes crean formas de resistencia y pervivencia basadas en su conocimiento ancestral y elementos propios de sus culturas. En otrora La
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espiritualidad y las religiones africanas y afroamericanas se constituyeron en elemento de lucha y resistencia que en el caso de Haití se convierten en la primera emancipación en los territorios de Nuestra América, el Vodú fue para los esclavos haitianos, el arma ideológica para combatir el colonialismo francés. Mientras la Francia de Rousseau, de Voltaire, de Montesquieu y de Robespierre enarbolaba el pensamiento racionalista contra el poder absoluto de Luis XVI, Haití utilizaba la religión sincrética del Vodú para promover una sociedad libertaria en el Caribe y en América. Vodú, que encierra el principio supremo de que ningún hombre debe ser esclavo, nadie debe ser un zombi, es decir hombres sin voluntad para dirigir sus destinos. Por su parte en Colombia, como señala Luz Adriana Maya (1996) “la evangelización dio a los esclavos un arma para luchar contra la cultura cristiana de los amos: el poder simbólico que representaba “ser el demonio” en la sociedad católica esclavista del siglo XVII. Desde esta perspectiva, las juntas – asociaciones de negros y negras “brujos”- que existieron en Zaragoza, Tolú y Cartagena durante ese período, fueron espacios de cimarronaje cultural en donde la gente esclavizada logró preservar su humanidad haciendo uso de lo único que los azotes y el trabajo en cautiverio no les podía arrancar: su alma africana.”1 El esclavo Benkos Biohó fue el precursor de la lucha de las comunidades Afrocolombianas, su espíritu libertario hoy sigue vivo y resuena el eco de sus ideales en las comunidades negras contemporáneas; ideal de libertad, territorio, cultura, autodeterminación y justicia. Claro ejemplo de ello son las comunidades de paz en el Chocó y los diferentes procesos organizativos de las comunidades afrocolombianas. Pese a que el Estado colombiano ha adoptado normas del derecho internacional: convenios, protocolos, tratados y, entre todos ellos, la Convención de Ottawa que prohíbe el empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonal. Así como ha apoyado la generación de nuevos espacios como el Primer Encuentro Nacional sobre Minas Antipersonal con Comunidades Indígenas y Afrodescendientes, del cual surgió el borrador del Plan de Acción contra Minas Antipersonal de la Población Afrocolombiana. Los colombianos, y entre ellos decenas de comunidades afrocolombianas, continúan siendo víctimas de la guerra y sus implicaciones: desplazamiento forzado, homicidios, confinamiento, siembra de minas antipersonal, establecimiento de instalaciones militares dentro de los territorios, ataques a sus sitios sagrados o mitológicos y, por ende, a sus dioses y deidades tutelares.
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Maya, Luz Adriana. LEGADOS ESPIRITUALES EN LA NUEVA GRANADA, SIGLO XVII. Pág. 31 map/ muse
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2. Elementos de la Historia de las Comunidades afrocolombianas En este apartado haremos referencia a elementos centrales o diferenciadores de los procesos de resistencia y libertarios de los esclavos traídos de África y sus descendientes; de los procesos de poblamiento, organización social y los elementos propios de las culturas afrocolombianas. Entendidos estos como procesos sociales históricos que se han dado en medio de relaciones de explotación, discriminación y resistencia; y no como la naturalización de la cultura dominante, no como el “natural orden de las cosas”.
América: Entre Quilombos, Palenques, Cimarrones, Cumbes, Cofrades y el Vudú, candonblé, santería, juntas y macumbas; en la lucha por la libertad y la justicia de las comunidades afroamericanas. Desde 1518, primera referencia documental sobre un cargamento de negros transportados a América, existen crónicas que evidencian la permanente y dinámica lucha de los pueblos negros traídos de África, de sus luchas por la libertad y la dignidad, escribiéndose de ésta manera páginas importantes de nuestra historia olvidada. En los territorios de los actuales estados americanos han tenido lugar miles de rebeliones, insurrecciones y verdaderas revoluciones como en el caso de Haití de los pueblos y comunidades negras, que utilizando sus propias formas de justicia, lucharon hasta abolir la esclavitud. Pese a las diferencias y a las particularidades que de ellas se desprenden. América la recorrieron múltiples caminos en la lucha por la libertad y la justicia de las comunidades afroamericanas. La espiritualidad y las religiones africanas y afroamericanas se constituyeron en elemento de lucha y resistencia que en el caso de Haití se convierten en la primera emancipación en los territorios de Nuestra América, en Brasil estas mismas espiritualidades se tejen en pequeñas resistencias cotidianas que permiten construir una alternativa al poder y la discriminación, los Quilombos como espacios de un nuevo proyecto social. En México la lucha palenquera olvidada en la historia. Cuba y los Cimarrones una sola historia de vida y dignidad. Los Cumbes de Venezuela y su aporte a la emancipación de la Nueva Granada. Los cofrades negros del Perú libres a pesar de la iglesia católica. Estados Unidos y la historia de una mujer, Harriet Beecher Stowe, quien con su libro La cabaña del Tío Tom apoyó la lucha de los esclavos aun en contra del mismo Lincoln.
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Veamos los casos de Brasil y Haití, dada su importancia y relevancia en los procesos libertarios en América.
Brasil: de Quilombos y favelas Brasil fue un escenario común dónde miles de fugitivos se organizaron en comunidades de resistencia. La corona portuguesa en un decreto de 1741 definió a toda comunidad de cinco o más esclavos fugitivos con el término de "Quilombos". Este tipo de comunidades existían un siglo antes de la expedición de éste decreto y siguieron propagándose hasta mediados del siglo XIX. Un elemento importante de los "Quilombos" fue el papel que cumplieron en la distribución de esclavos por el territorio brasileño, "Quilombos", los hubo hasta en el confín meridional de Santa Catarina, los más antiguos y poblados surgieron, sin embargo, en la región azucarera del Nordeste. Entre éstos, el más famoso fue el de Palmares, en la capitanía de Pernambuco, situado entre el actual límite entre éste estado y el de Alagôas. La República de Palmares unificó diversas comunidades alcanzando un floreciente desarrollo agrícola autónomo. Los distintos pueblos, construidos con fortificaciones, se organizaron en un estado centralizado, recolector de impuestos, bajo el mando de un rey. En los años de 1670, su rey, Ganga-Zuma, dispuesto a firmar un tratado de capitulación con los portugueses, fue asesinado por dirigentes más jóvenes, quienes continuaron la lucha. Finalmente en 1695, fuerzas financiadas por la Corona, lograron tras sesenta años de campaña, destruir la República. En los siglos siguientes surgieron otros importantes "Quilombos", algunos en las zonas distantes y deshabitadas y otros próximos a pujantes centros esclavistas. En el siglo XIX, diversos "Quilombos" participaron en insurrecciones de blancos contra el poder imperial. En Maranhâo, a fines del decenio de 1830, el Quilombo de Campo Grande, gobernado por el cimarrón Cosme Bento das Chagas, aportó un ejército de 3.000 antiguos esclavos a la revolución liberal desencadenada por los blancos del lugar. Tropas imperiales acabaron pronto con los republicanos de Maranhâo y se volvieron luego contra el quilombo de Campo Grande, al que destruyeron. La relación entre lo mítico y las formas de resistencia de las comunidades afrodescendientes llega hasta nuestros días. Eduardo Galeano en su ensayo titulado “ Dios y el Diablo en la Favelas “ (1969), relaciona el crecimiento de las misas negras con el aumento de la población marginal, que al igual que en todas partes de Nuestra América se compone de campesinos, atraídos por el resplandor citadino, indígenas, trabajadores informales, vendedores ambulantes, prostitutas y en general, lo que en las estadísticas oficiales aparece como mano de obra no calificada y que en brasil se ubican en los sectores denominados "Favelas". Sostiene Galeano que las misas negras o macumbas son un símbolo map/ muse
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del multiculturalismos pero también de la RESISTENCIA, es a partir de estas formas rituales que las comunidades negras se resisten a la destrucción de una cultura propia y consolidada.
Haití: entre cantos rituales y sentimientos de libertad. El Vodú es sin lugar a dudas, un elemento de gran importancia al analizar la lucha de los esclavos contra los tiranos y en la confrontación anticolonial. Pero en ningún lugar como en Haití la historia social se ha tejido entre cantos rituales y sentimientos de libertad cobijados por las palabras del Vodú, que encierra el principio supremo de que ningún hombre debe ser esclavo, nadie debe ser un zombi, es decir hombres sin voluntad para dirigir sus destinos. El vudú surge para luchar por la libertad. En el año 1757, MACANDAL, personaje originario de Guinea y esclavo fugitivo que había concientizado a gran parte de la población negra para que se sublevara contra los esclavistas franceses, promovió una revuelta. El objetivo era expulsarlos de la isla y crear un Estado independiente. Macandal, poco tiempo después fue apresado y condenado a morir en las llamas. Este líder se ha convertido en mito; pero más allá de la mitología, lo cierto es que alimentó nuevas expresiones de inconformidad en el seno del esclavizado pueblo haitiano. El Vodú era para el Haití de estos años, el arma ideológica para combatir el colonialismo francés. Mientras la Francia de Rousseau, de Voltaire, de Montesquieu y de Robespierre enarbolaba el pensamiento racionalista contra el poder absoluto de Luis XVI, Haití utilizaba la religión sincrética del Vodú para promover una sociedad libertaria en el Caribe y en América. El heroísmo y valentía de los esclavos no podría entenderse sin el arraigo de un signo místico. El Vodú, gran reserva de fuerzas ocultas, proveedor de energía, sustentaría a los africanos. Bajo el signo del Vodú, nacería la liberación. Los haitianos poseen una dimensión mítica de la vida. Los dioses están presentes en cada uno de sus quehaceres cotidianos para vigilarlos, pero al mismo tiempo se hacen hombres y comparten con los humanos sus buenos y malos momentos. El más alto valor del Vodú reside sin embargo, en que el hombre también se trasforma en Dios: "Los espíritus intervienen en todos los sectores de la existencia. Sacan a un campesino de las garras de una enfermedad interminable, salvan la vida de un pobre gravemente accidentado, hacen llover sobre un campo quemado por el sol, permiten a la mujer estéril que tenga hijos, ayudan al especulador a que se enriquezca, realizan las ambiciones de un funcionario público subalterno o de un político total, nada de lo que es humano es extraño para ellos".
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Colombia: El Ideal De Benkos Bioho; De La Guerra Cimarrona a La Justicia Propia. Retomando las palabras de Luz Adriana Maya (1996) “Los africanos que llegaron a nuestro país fueron destinados esencialmente a las minas, situadas en las selvas tropicales o a las haciendas de trapiche y ganado en los valles interandinos. También laboraron de sol a sol en las haciendas ganaderas de la costa atlántica, que se hallaban conectadas con grandes e importantes mercados urbanos como Cartagena, Santa Marta, Riohacha, Portobelo y Cumaná. Otros fueron bogas por el río Magdalena o estibadores en los puertos marítimos y fluviales del virreinato. Los entornos específicos de la esclavitud neogranadina fueron el socavón, el río, el bosque húmedo y calido, la sabana y los ámbitos urbanos”. En estos aspectos Maya encuentra diferencias con los procesos dados en otros países de América, pues en Brasil, las islas del caribe y Estados Unidos gracias al auge del comercio de azúcar y algodón, en el siglo XVIII, y con el consecuente apogeo de plantaciones dedicadas al cultivo de dichos productos. Los esclavos fueron concentrados en cuarteles o grandes barrancones, posibilitando de esta manera “una frecuente interacción entre personas de la misma etnia”2 Entretanto en la Nueva Granada, “El panorama de las condiciones de la reconstrucción étnica en las tierras bajas del Pacífico, las sabanas atlántica y los valles interandinos fue muy diferente. Así por ejemplo, en todo el litoral Pacífico, el trabajo minero fue organizado en cuadrillas de esclavos, es decir, equipos de trabajadores cautivos, en su mayoría varones, quienes conformaron hábitats dispersos a lo largo de ríos y quebradas con mayores índices de heteroetnicidad. En las haciendas podían ser numerosos y estar concentrados alrededor de la casa del amo. Sin embargo, en esos ámbitos semi-urbanos la persecución inquisitorial se hizo sentir de manera severa desde 1610, cuando los comisarios del Santo Oficio empezaron a residir en cada villa para detectar y delatar las prácticas y creencias consideradas heréticas, como fue el caso de las africanas.”3 Medida que no cumplió a cabalidad con el propósito de diezmar y someter a todos los esclavos venidos de África, pues según Maya; “la evangelización dio a los esclavos un arma para luchar contra la cultura cristiana de los amos: el poder simbólico que representaba “ser el demonio” en la sociedad católica esclavista del siglo XVII. Desde esta perspectiva, las juntas –asociaciones de negros y negras “brujos”- que existieron en Zaragoza, Tolú y Cartagena durante ese período, fueron espacios de cimarronaje cultural en donde la gente esclavizada logró preservar su humanidad haciendo uso de lo único que los azotes y el trabajo en cautiverio no les podía arrancar: su alma africana.”4 2
Maya, Luz Adriana. LEGADOS ESPIRITUALES EN LA NUEVA GRANADA, SIGLO XVII. Pág. 33 3 Idem. Pág. 33 4 Idem. Pág. 31 map/ muse
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En el caso colombiano Benkos Biohó fue el precursor de la lucha de las comunidades Afrocolombianas. Su espíritu libertario hoy sigue vivo y resuena el eco sus ideales en las comunidades negras contemporáneas. El ideal de Benkos es el ideal de la lucha cimarrona y palenquera: libertad, Territorio, Cultura, autodeterminación y justicia. Y Cartagena fue la semilla fértil para la emancipación, San Basilio de Palenque herencia aún vigente de las luchas por la libertad y la justicia propia, de ayer y de hoy. Según el historiador Arrázola (1970:35),5 Bioho aparece en las galeras de Cartagena de Indias en 1599, cuando se fuga, iniciando así una etapa de su travesía que lo llevaría de hombre a ideal de lucha. Bioho, como cualquier bijago de Guinea-Bissau, debía compartir la creencia de que, muerto, su espíritu regresaría a su isla nativa. Arrancado de su tierra y de sus gentes, y en situación de esclavo y en galeras, tenía una sola alternativa: fugarse y vivir libremente, o lograr que su espíritu retornara con los suyos al archipiélago africano. Hay que anotar que aunque en 1540 ya había negros huidos y alzados en los montes de la región de Cartagena, y pese a que en 1575, según el historiador Arrázola, ya existían palenques en proceso de asentamiento, todavía no se habían registrado acciones de enfrentamiento guerrero entre negros y españoles. Éstas se dan en 1602, con el palenque a cuya cabeza se encuentra Bioho, como líder de la Matuna, y contra el cual el gobernador, de Cartagena, Gerónimo de Suazo, arroja sus efectivos militares. La Cartagena del siglo XVII, es el escenario donde se va a desarrollar una de las más duras luchas llevadas a cabo por los españoles en contra de los palenques de negros y que va a servir para poner de manifiesto, una vez más que la libertad como derecho se teje a la luz de la resistencia aun en condiciones muy adversas. Cartagena, además fue la provincia de más importancia del territorio neogranadino6, no solo por ser prácticamente la única salida con que contaba para el intercambio de sus productos y mercancías, sino porque ejerció desde un principio, y a través del puerto de Cartagena, el papel de flanco protector del resto del territorio. Al igual que muchas ciudades costeras Cartagena fue uno de los objetivos favoritos de piratas y bucaneros, también se tejieron aquí redes de resistencia multicultural entre los cimarrones y piratas, corsarios y bucaneros franceses, holandeses, ingleses, etc. Los palenques estaban situados en tres puntos claves del territorio cartagenero: norte, centro y sur de la provincia. Los del norte, conocidos por el nombre de Betancur y Matubere se centraban en la sierra de Luruaco y estaban compuestos exclusivamente por criollos, aunque su número no ha podido averiguarse. Los del 5
Arrázola, Roberto: 1970, Palenque, primer pueblo libre de América: Historia de las sublevaciones de los esclavos de Cartagena, Cartagena, Ediciones Hernández. 6 Borrego Plá, María del Carmen. Publicaciones de la Escuela de estudios Hispano-Americanos de Sevilla. Sevilla. 1973. map/ muse
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centro, situados en la Sierra de María, de larga tradición palenquera, estaban formados por cuatro palenques, aunque solamente se conoce el nombre de dos, el de San Miguel y el del Arenal. Su número oscila entre un total de 300 negros, cifra excepcional que no coincide con la mayoría de los testimonios,7 y 200 en cada uno de los cuatro palenques, cifra que creemos más exacta.8 En cuanto a los del sur, eran dos y estaban situados en la serranía de San Lucas, entre el Magdalena y el Nechi, conociéndoseles por los nombres de palenque Cimarrón y palenque del Norosi, siendo imposible averiguar en número exacto de sus pobladores ya que la documentación no lo precisa en ningún sentido. 9 Tanto en los del centro, como en los del sur convivían los negros criollos con los negros de otras castas, especialmente minas. Entre los palenqueros, durante la Colonia su conciencia se concretó en la aspiración de alcanzar un desarrollo socio-político propio. Y hacia esa meta los primeros negros huidos, conocidos como zapacos, se encaminaron10. En los palenques se dio una organización político-militar muy definida alrededor del cabildo; pero igualmente adoptaron algunas instituciones del gobierno colonial, mientras que en el aspecto económico predominaron formas africanas, como el uso y explotación comunal de la tierra sobre la base de la ayuda mutua, y en igual forma desarrollaron su propia cultura. La situación en 1691 se agravo de tal manera que el rey de España expide la cédula de agosto 23, en la cual primero anula otra cédula de mayo 3 de 1688 dictada para "conquistar" a los palenques de los Montes de María donde el movimiento afincaba más y más poblados de alzados en armas. Esta anulación, junto con la petición del rey a los dueños de esclavos para que renunciaran a ellos con miras a resolver el problema, era ni más ni menos que un armisticio y la concesión de libertad a los palenqueros (Arrázola 1970:106).11 Esta cédula, Además de darles la libertad, les afirmaba como suyo el territorio de su asentamiento. Los amplios movimientos cimarrones del siglo XVIII buscaron al parecer, una insurrección general de los esclavos, con la posible participación de algunos grupos indígenas, contra las autoridades coloniales y las instituciones esclavistas. Sin embargo, la crisis del sistema y la falta de identidad de los grupos no alcanzaron para un proceso de convergencia de tanta significación. 12
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Declaración de Juan Merino. Cartagena, 13 de marzo de 1693. Autos obrados por el gobernador, fol. 37-40. A.G.I., Santa Fe, 213. 8 Representación de Zapata al gobernador. Cartagena, 21 de abril de 1693. Autos obrados por el gobernador, fol. 262. Ibídem. 9 Toribio de la Torre a Jimeno. Cartagena, 19 de noviembre de 1694. Ibídem. 10 Arrázola, Roberto: 1970, Palenque, primer pueblo libre de América: Historia de las sublevaciones de los esclavos de Cartagena. Cartagena, Ediciones Hernández. 11 Ibid. 12 Jaramillo Uribe, Jaime. Ensayo sobre la Historia Social colombiana. Bogotá. Pág. 69. map/ muse
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La libertad para los esclavos colombianos no fue un gesto de generosidad, esto fue producto de la lucha y presiones ejercidas por los afrocolombianos agrupados en palenques a quienes los criollos españoles llamaron cimarrones. En términos generales el proceso de búsqueda de la libertad se dio principalmente por la lucha y la evasión. Sin embargo, en algunas regiones del país, se dio por “automanumisión”, en palabras de Diego Mario Romero: “En un contexto de formación de poblados libres que orbitaban en las cercanías de las minas, se fue asentando una nueva realidad social, constituida por los que habían escapado al dominio esclavista, recurriendo por lo general a la automanusmisión (compra de su libertad y la de su familia) y que precedieron después a explotar los placeres mineros bajo la modalidad de grupos de mazamorreros que utilizaban mano de obra esclava. Al no poder escapar del horizonte histórico en que estaban inscritos oscilaban entre la negación de la esclavitud y el reciclaje de la estructura esclavista”13. Un antecedente del proceso de “negociación” que los afrodescendientes tuvieron que realizar con los esclavistas de las minas fue en torno a la constitución y desarrollo de las llamadas “cuadrillas de esclavos”, Romero ha investigado las formas de poblamiento y apropiación del territorio en el Pacífico sur colombiano y nos indica que estas formas de producción fueron el germen de nuevas formas de organización social. Como por ejemplo en la provincia de Barbacos, donde la mayoría de los mineros no daba el vestuario a sus esclavos ni la ración completa en varios casos, y en otros ni siquiera la ración parcial, esto les era compensado por el permiso de trabajar los sábados para sí, practica que permitió acentuar la desesclavización y reconocer, recorrer y apropiarse de los territorios. Las migraciones generalizadas en el siglo XVII hacia la Costa Pacifica donde había poca presencia de los grupos del poder, producen un gran asentamiento por parte de personas negras en busca de trabajo en las minerías, para 1749 se conforman los centros que definían la región del pacífico sur en donde se crearon las ciudades de Barbacoas y Tumaco, Villas como Iscuandé y Guaují, Los reales de minas y los pueblos de indios que aparecen localizados en el piedemonte de la cordillera occidental y las cercanías de Barbacoas, y El palenque del Castigo localizado en el valle interandino que figura en los bordes del mapa. La resistencia de los esclavizados no cesó de manifestarse durante cuatro siglos con levantamiento, rebeldías, inteligencia y organización, en todos los sitios de explotación esclavista se vieron levantamientos, que implicaban la acción conjunta y alianzas con los indígenas, ejemplo de esto fueron, los palenques Romero Vergara, Mario Diego. “Esclavitud, resistencia y libertad en las minas del pacífico colombiano. Ríos Napi y Pique. Siglo XVIII”. Tesis de licenciatura en historia, Cali, Departamento de historia de la Universidad del Valle, 13
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dirigidos por líderes cimarrones como el de: Zaragoza en 1598, 1626 y 1659; Cartagena en 1600, 1619, 1650, 1663, 1696 y 1799; Montañas de María dirigido por la Negra Leonor en 1633; Sierras de María por domingo Criollo y Pedro Mina en 1694; Norosí y Serranía de san Lucas dirigidos por Juan Brun y Cunaba en 1694; Sierras de Luruaco dirigido por Domingo Padilla y Francisco Arará en 1693; Montañas de Coloso y Tibú por Domingo Criollo en 1684; Marinilla, Rio Negro y Giradora en 1706; Tadó en 1728, Guayabal de Síquima (Cundinamarca) en 1731; Tocaima en 1758; Río Yurumanguí y Cali por Pablo en 1772; Cartago y Cerritos por el Negro Prudencio, en 1758; Río Saija (Valle) en 1819. Santa Marta fue quemada en por los cimarrones de la Ramada en 1554, en Cartagena intentaron algo similar en 1621.14 En el siglo XIX la abolición de la esclavitud fue un proceso marcado por cuatro importantes fechas:15 -
1812, la constitución del Estado de Cartagena prohibió el comercio de trata de negros. 1814, el dictador Juan del Corral ordenó la libertad a los hijos de esclavos nacidos en Antioquia. 1821, Ley de libertad de vientre. 1851, 21 de mayo, el Presidente José Hilario López firma la abolición de la esclavitud, se trata de un gesto formal puesto que nuevas leyes y figuras de explotación como arrendamiento, el terraje, trabajos forzosos y otros continuaron esclavizando al hombre y a la mujer afrocolombiana. En la abolición de la esclavitud de indemnizó al esclavizador y no al esclavizado.
Así pues, en 1852 jurídicamente no hay presencia de esclavos. Pero para el afrocolombiano hay dos opciones: pasar a ser asalariado o vivir en los cinturones de miseria en las ciudades, en las riberas de los ríos y montañas. Para esta misma época, se origina la guerra de los mil días la cual trae graves consecuencias para el pueblo afrocolombiano, verbigracia en el caso particular del departamento del Cáuca, fueron expulsados de sus propias tierras, realidad que llevó a que José Cinecio Mina y sus 100 compañeros a levantarse en armas. Y en 1905 Manuel Hernández "El Boche" se levantó contra la supervivencia de la matrícula colonial en la hacienda Misiguai en Córdoba.16 Ya en el siglo XX, un momento clave para la organización del pueblo afrocolombiano fue la protesta encaminada a impedir el desmembramiento del departamento del Chocó. Esto en medio de un contexto mundial caracterizado por el surgimiento de líderes como Martín Luther King y Malcom, en Estados Unidos y Nelson Mándela en el África; quienes abanderan discursos que ponen sobre el tapete los problemas de la población negra e instan a las naciones a tomar medidas en contra del racismo y en pro de la real igualdad de derechos 14
Historia del Pueblo Afrocolombiano. Perspectiva pastoral. CEPAC.Diciembre 2003. Pag. 33. Romero, Diego. Opt. Cit. Pag. 31 16 Ibíd. Pag. 34 15
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entre los hombres. El eco de estos movimientos no se hizo esperar en la nación colombiana donde surgen diversos movimientos: El Movimiento de la Negritud, con Amir Smith Córdoba, El Movimiento Multicolor con Juan Zapata Olivella a su cabeza, en 1976 de realiza el primer Congreso de la Cultura Negra de la América en Cali, y el movimiento Cimarrón liderado por Juan de Dios Mosquera en Buenaventura. En la década de los 80 surge en el Pacífico colombiano las organizaciones étnico territoriales de carácter campesino, que dan pié para la lucha por el reconocimiento como grupo étnico y la titulación colectiva de sus territorios ancestrales. La primera de estas es ACIA, Asociación Campesina del Atrato, como respuesta al abuso de las compañías explotadora de recursos en la región, también se dan organizaciones como ACADESAN, Asociación campesina de San Juan y ACABA, Asociación campesina del Baudó, entre otras. Estas organizaciones luchan por lograr el reconocimiento, al ver el olvido y la invisibilización a que son sometidos por el Estado Colombiano. Sus voces se logran oír y es así como participan activamente en la constituyente de 1991, que tiene como gran resultado el artículo transitorio 55 en la nueva Constitución Colombiana. Posteriormente, se crea una comisión especial mediante el decreto 1232 de 1992, que tiene como funciones: crear su propio reglamento, cumplir con lo previsto en el Artículo transitorio 55, proponer e identificar mecanismos para la protección de la identidad cultural y los derechos de las comunidades negras y proponer a las autoridades competentes programas de desarrollo económico y social para las mismas. También se crean las comisiones consultivas, integradas por las organizaciones de base de las comunidades de los departamentos de Chocó, Valle, Cauca y Nariño, y que tendrán la tarea a nivel regional de informar a la comunidad sobre el proceso de la ley, y aportar desde las necesidades comunitarias, a la formulación de esta. Proceso que desembocaría en le promulgación de la Ley 70 de 1993.
3. Territorios ancestrales afrocolombianos Como ya se mencionó en el capitulo anterior, el sistema esclavista en América no fue homogéneo, las particularidades del sistema económico esclavista y los códigos, disposiciones y representaciones que guiaron la vida, el trabajo y el cuerpo de los esclavos, determinaron los patrones de poblamiento y formas de cultura y contracultura o de resistencia y sincretismo. De esta manera, “El panorama de las condiciones de la reconstrucción étnica en las tierras bajas del Pacífico, las sabanas atlántica y los valles interandinos fue muy diferente. [a las dadas en otros países en América] Así por ejemplo, en todo map/ muse
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el litoral Pacífico, el trabajo minero fue organizado en cuadrillas de esclavos, es decir, equipos de trabajadores cautivos, en su mayoría varones, quienes conformaron hábitats dispersos a lo largo de ríos y quebradas con mayores índices de heteroetnicidad. En las haciendas podían ser numerosos y estar concentrados alrededor de la casa del amo”17. Las migraciones generalizadas en el siglo XVII hacia la Costa Pacifica donde había poca presencia de los grupos del poder, producen un gran asentamiento por parte de personas negras en busca de trabajo en las minerías Un antecedente del proceso de “negociación” que los afrodescendientes tuvieron que realizar con los esclavistas de las minas fue en torno a la constitución y desarrollo de las llamadas “cuadrillas de esclavos”, Diego Mario Romero ha investigado las formas de poblamiento y apropiación del territorio en el Pacífico sur colombiano y nos indica que estas formas de producción fueron el germen de nuevas formas de organización social: “Las cuadrillas de esclavos como expresión de las modalidades de poblamiento y asentamiento en las márgenes de los ríos y también como gérmenes de organización social sobre la cual se estructuraron las futuras sociedades locales. {…} las cuadrillas de esclavos son {…} como una peculiar resultante de la interacción entre la racionalidad económica esclavista y las necesidades económicas, sociales y culturales de las cuadrillas de esclavos”. En este contexto es importante la figura del “capitán de cuadrilla”, como lo analizó Colmenares (1979) varias cuadrillas lograron mantener su individualidad y mantener a sus miembros constitutivos iniciales. En otras palabras, en las zonas de explotación minera se encontraron, principalmente, dos sectores sociales: Por una parte, el de los mineros blancos que no querían estar sometidos a ningún régimen, ni control, rodeados por selva húmeda donde la economía se centraba en la minería de aluvión practicada con base en cuadrillas de negros especializados y semiautonomas caracterizadas por sus precarias condiciones, aislamiento y alta movilidad; y de otra parte aquellas comunidades de negros libres. En este contexto, surgieron como mediadores los capitanes y contracapitanes de las cuadrillas. Análogamente, en otras partes del país, fundamentalmente donde existieron los palenques, las formas organizativas propias dieron lugar a lo que se conocen como los cuagros y las juntas. Los negros libres desarrollaron como estrategia de pervivencia y resistencia la conformación de familias y comunidad, mediante la comprar de la libertad de los compañeros y la compra de tierras. A partir de las fisuras del orden social férreamente estratificado y racial, lograron acceder a la libertad individual y colectiva. Estos grupos accedieron al reconocimiento de un entorno 17
Maya, Luz Adriana. Opt. Cit. map/ muse
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ecológicamente complejo, compuesto, de ríos, montes y quebradas, en los cuales se planteaban los retos de la existencia, se reproducía la vida, se construía la identidad y se definía el sentido individual y colectivo. Posteriormente, “Desde las zonas mineras que durante el período colonial habían concentrado la población afrocolombiana, se expandió la gran ola migratoria, que a mediados del siglo XX pobló la inmensa red de ríos del Pacífico, las bocanas, las playas y los manglares (West 1957). […] El afrocolombiano en contacto con el indígena aprendió el uso del entorno selvático, se apropió de la tecnología agrícola y conoció los secretos del universo que en adelante asumiría como propio”18 La relación entre las comunidades indígenas y afrocolombianas no fueron ni han sido casuales o puntuales, y tampoco se restringen al espacio geográfico del Pacífico; ya con anterioridad se mencionó las gestas conjuntas liberadas en contra del dominio español y criollo. Son “relaciones que van desde formas dialógales de resolución de conflictos. Pasando por mecanismos sociales y simbólicos compartidos, hasta los más recientes roces entre ellos muchas veces resultantes de desafortunadas intervenciones de agentes externos.”19 “La identidad de las comunidades negras se distingue y se expresa a través de un fuerte intercambio y solidaridad en una continua interacción cotidiana. En el uso de una estrategia económica de subsistencia, complementariedad y diversidad en áreas de aprovechamiento de recursos naturales y de zonas rurales y urbanas. La cultura de las comunidades negras, apoyada en una amplia red de parientes, con mecanismos internos para la resolución de los conflictos, ha diseñado un proyecto de vida centrado en lo colectivo y en lo público. Está arraigado en una tradición oral, en un contexto musical dominante, en una religiosidad mestiza y en unas prácticas de salud que cuentan con especialistas que les ha permitido una relativa autonomía”20. Para estas comunidades, la relación con el territorio, está basa en prácticas y conocimientos ancestrales, en relaciones de interdependencia con la naturaleza, con la oferta, dinámica y ciclos naturales de los ecosistemas21. Las comunidades ribereñas de indígenas, afrocolombianas y de pequeños campesinos (chilapos) han desarrollado formas de vida basadas en múltiples actividades, “agricultura de poco intensiva, caza, recolección, extracción de oro a pequeña escala y otras actividades extractivas para el mercado, desarrolladas según modelos locales de relación con la naturaleza, de relaciones sociales fundadas en parentesco, así como en un universo de representaciones y conocimientos”22.
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Comunidades negras: territorios, identidad y desarrollo, Pág. 30 Restrepo, Eduardo. Hacia los Estudios de las Colombias Negras. Pág. 11 20 Comunidades negras: territorios, identidad y desarrollo, Ibid. Pág. 44 21 COCOMACIA, Construyendo autonomía territorial interétnica N° 1. Pág. 24 22 Naranjo Botero, María Elvira. Palma aceitera y resistencia civil en el Bajo Atrato. En Análisis de Coyuntura 19
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Los consejos comunitarios, propios de las comunidades afrocolombianas recogen una tradición ancestral de distribución del territorio y a su vez de solución de conflictos, ya que para llegar a la titulación del territorio fue necesario sortear conflictos intra e interétnicos, lo cual se hizo por vías de diálogo y sin recurrir a la violencia en ningún caso. Los Consejos, se constituyeron sobre la estructura del Derecho Ancestral, para la resolución de conflictos, reconociendo las autoridades por cuenca de río, un derecho establecido a cerca de los linderos, según el cual la gente va siguiendo el curso de los ríos o de las playas, esa noción ancestral de derecho y de ocupación territorial, es sobre la cual la ley 70 de 1993 se monta encontrando un terreno propicio para desarrollar la titulación y la organización de las comunidades negras. En resumen, las comunidades negras o afrocolombianas han mantenido históricamente sus formas tradicionales de resolución de conflictos, es decir, este proceso no empieza con la expedición de la Ley 70. Este es un proceso que se remonta a la luchas por la libertad y la acción de los Cimarrones en busca de la libertad.
4. Gobierno Propio: Los Consejos Comunitarios. Para el caso particular de las comunidades afrocolombianas, la estructura social está fuertemente ligada a una relación “Territorio – tronco – Equidad”, en la cual el conocimiento tradicional es el pilar que la sostiene y la fuente de poder del Derecho Ancestral. En dicha relación, a la cabeza del tronco parental se encuentran los mayores, tanto hombres como mujeres, que con el conocimiento adquirido a lo largo de los años y la labor que desempeñan como curanderos, curanderas, cantaoras, sacerdotes, entre otros, mantienen la cultura y cohesionan socialmente en torno a unas normas de convivencia bien definidas basadas en el interés y la propiedad colectiva, todo ello constituye la base sobre la cual se erigen las formas organizativas de consejos comunitarios. Los mayores se han consolidado como operadores de justicia al interior de las comunidades, los Consejos Comunitarios se han apoyado en su saber para titular el territorio y para solucionar los conflictos que se pudieran generar en dicha titulación. El ser mayor al interior de la comunidad implica reconocimiento y respeto, asumido de esta forma por todos sus miembros, ellos han desempeñan una labor de gran importancia dentro del proceso organizativo, sobre su cabeza ha recaído la responsabilidad de organizar territorialmente el área de influencia de cada consejo comunitario; como sabedores del pasado ancestral son los llamados a recordar los límites y linderos de una determinada región, así mismo map/ muse
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el papel como autoridad frente a los demás miembros de la comunidad es de un grado de reconocimiento bastante alto, es así que en el momento de ocurrirse un conflicto el consejo acude ante estas personas para dirimirlo, actuando como mediadores y consejeros, en el diálogo entre las partes. Lo anterior podemos corroborarlo con algunas impresiones de Adultos mayores de consejos comunitarios de la región del Chocó que fueron entrevistados con ocasión del “Primer encuentro de Mayores y Memoristas Manuel Saturio Valencia” realizado los días 25, 26, y 27 de Junio de 2004 en Quibdo departamento del Chocó, entre ellos Abraham Palacios Palacios de 68 años, curandero de la comunidad y reconocido en este arte, en muchas regiones a lo largo del país. El nos cuenta que fue fundador del consejo y en la actualidad se desempeña como consejero de la junta directiva, para la solución de conflictos de deslinde. “El consejo me llama y yo me dirijo junto con los miembros de la junta a montar los linderos. Acuden a mí, porque conozco de tiempo atrás el territorio y están en mi memoria, los lugares en donde trabajaban los viejos que ya murieron, los conflictos por lo general son entre los jóvenes, yo les recuerdo por donde eran los linderos de sus abuelos, se traza una trocha y se ponen los mojones y se acabó el problema … La comunidad cree en lo que afirman los mayores, pero esto depende de la calidad de la persona, que ella sea reconocida y tenga un grado de autoridad frente a los demás miembros de la comunidad, por ejemplo, yo fui elegido por ellos, por haber participado en el proceso organizativo de los consejos como persona que delimitó los territorios con Villa Conto. Con ellos duramos 2 años discutiendo y a ninguno se nos otorgaba el título, por no ponernos de acuerdo en cuanto a los límites” 23. Aníbal Palacios Vichiví de 69 años también afirma que: “Cuando hay una disputa por un lindero, por alguien que se extravió de la realidad, se llaman mayores, lo cual es una costumbre muy antigua, los mayores tiene en la memoria los lugares en dónde se trabajaba y quien los trabajaba, las disputas no surgen entre los viejos sino entre muchachos que no saben como eran las cosas en el pasado”... Nosotros dividimos los asuntos en versiones y contravenciones, cuando hay una contravención, que se robaron un gallo, que este creo un chisme, que hay una riña, el asunto es del consejo comunitario y no del inspector de policía, entonces él lo remite al consejo para que nosotros lo solucionemos.
Entrevista realizada en el “Primer Encuentro de Mayores y Memoristas Manuel Saturio Valencia”, los días 25, 26, 27 de Julio del 2004 en la ciudad de Quibdo en el departamento de Chocó. 23
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Nosotros tenemos cría de pescado comunitario, entonces supongamos que unos muchachos se sacaron 10 o 15 libras de pescado, los representantes del pozo denuncian y como es contravención el consejo comunitario interviene, y uno entra a conciliar. Se pregunta cuántas veces sacaron pescado y de acuerdo a eso se avalúa para pagarlo y además se les impone 3 días de trabajo comunitario en el pueblo rozando los patios, para que la gente los vea y no lo vuelvan hacer y esos eran los castigos de los viejos. Para arreglar un conflicto familiar se convoca a toda la comunidad, y se pone a su conocimiento el problema, luego las partes se reúnen a parte, para dialogar. Si no llegan a un acuerdo uno les propone una solución según el conflicto, si ellos persisten en la disputa, se les da otra opción, cada conflicto tiene posibilidad de dar tres soluciones diferentes, si estas son agotadas sin llegar a un acuerdo se les hace firmar un compromiso que se llama caución de reconciliación, que tiene sanción para quien viole sus parámetros, la cual consiste en trabajo comunitario o un pago que va al fondo común del consejo utilizado para cubrir los problemas económicos de la comunidad”24. José Cleudo Córdoba de 67 años líder comunitario del Consejo Comunitario de Puerto Echeverri en el Departamento del Chocó nos dice: “Cuando hay una litigio entre dos colindantes, el consejo intervine para ir a mirar como son los linderos, y definir quien es el dueño, eso se hace recordando a las partes, por ejemplo, las épocas de cosecha, en las cuales los colindantes se hablaban y se ofrecían ayuda mutua, se rotaban los cultivos, ese conocimiento lo tienen los ancianos y son ellos los que recuerdan a las partes cómo se daban estas cosas y se definen los límites. Los linderos se fijan colocando mojones de árboles, hay un árbol que se llama nacedeo, se tira una trocha hasta éste, y de esa forma se van fijando los límites, esto queda en la memoria de la gente, ya que no hay una forma especial de registro, los arroyos también sirven para fijar límites. Ancestralmente se castigaba, cuando habían infracciones a la ley, poniendo a trabajar a los infractores en las obras públicas o se imponían multas y eso es lo mismo que hacemos ahora”.
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Ibidem. map/ muse
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“Nuestras leyes se fijan por convenios comunales, en los cuales interviene toda la comunidad y se tienen en cuenta nuestras costumbres ancestrales”25. Pero no sólo en esta región está presente el saber de los Mayores en un encuentro realizado en el Palenque de San Basilio se le preguntó a la comunidad sobre el grado de reconocimiento que poseen los mayores al interior de sus comunidades. se verificó la vigencia de varias de las formas jurídicas afrocolombianas, donde los miembros de las Juntas y los Cuagros, especialmente aquellos compuestos por personas mayores o viejos son principalmente los que administran esta justicia. El Palenque del Limón es uno de los Palenques más antiguos del país, fue creado por los cimarrones que huyeron de las haciendas del valle del cauca y Popayán, se encuentra ubicado a 30 minutos de Mocoa por vía fluvial, es una comunidad que mantiene muchas de las tradiciones ancestrales. A ellos también se les preguntó acerca del grado de reconocimiento de los mayores como autoridad en la solución de conflictos, siendo la respuesta generalizada “Los mayores de nuestra comunidad tiene un grado de reconocimiento alto en nuestra comunidad, son ellos a los cuales se acude para resolver los conflictos menores que se presentan al interior de la comunidad” El papel de los mayores en los Consejos Comunitarios tiene unas consecuencias de tipo generacional ya que son aquellos quienes hacen la conexión entre el pasado y e l presente de la historia, es de vital importancia, la memoria colectiva de estos hombres y mujeres aparece como un elemento definitivo en la construcción de la identidad de los pueblos que conforman las comunidades negras, razón suficiente para organizarse en torno al saber acumulado por los mismos. En resumen, El Consejo se constituye en la columna vertebral para regular y administrar el territorio. Existen Consejos Comunitarios que tienen vocación territorial pero aún no se les ha reconocido su territorio ancestral, sin embargo, mantienen formas de cohesión y arraigo cultural que les permite igualmente aplicar sus formas tradicionales de resolución de conflictos. Como queda claro, los mayores son los transmisores de la tradición ancestral, de los otrora capitanes de cuadrilla como jefes del grupo de esclavos, quienes resolvieron los problemas internos del grupo, es decir, quienes operaron las herramientas para resolver conflictos e incluso sancionar aquellas conductas que se consideraban censurables. Hoy en día, en las comunidades Afrodescendientes, juegan un papel preponderante en la organización social, son ellos quienes impulsaron la defensa y protección del territorio ancestral como un legado para las generaciones futuras. Entrevista realizada con el líder comunitario Fidenio Palacios, de 63 años, en el “Primer Encuentro de Mayores y Memoristas Manuel Saturio Valencia”. 25
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En cuanto a los conflictos más comunes se tienen: El de mayor frecuencia es el suscitado por disputas de tierras (Límites y alinderamiento), seguidos en su orden por problemas originados por robos, pastoreo de animales, riñas entre jóvenes, violencia intra familiar, conflictos intra étnicos, brujería. De todos ellos conoce el consejo comunitario en primera instancia. El procedimiento a seguir es el siguiente: La queja o reclamo se eleva ante la junta directiva del consejo de forma verbal, ellos llaman a las partes para entablar un diálogo abierto, los mayores son llamados como consejeros y mediadores, en caso de ser un conflicto suscitado por tierras ellos son los que definen los límites26 recordando a las partes en conflicto, lo sucedido en épocas pasadas con el territorio. Si en esta primera instancia no se logra un acuerdo se recurre a los consejos mayores, que son aquellos que agrupan a varios consejos comunitarios pertenecientes a una misma región; se debe afirmar que no siempre se recurre a este consejo mayor, prefiriéndose a las autoridades estatales como inspectores de policía y conciliadores de Casas de Justicia, jueces municipales, etc. Esto depende de la forma como se halla organizado de manera interna el consejo comunitario, ya que cada uno de estos es autónomo para imponer sus propios procedimientos. Las formas de aplicación del derecho propio están basados en los principios de equidad y los “justos comunitarios” construidos culturalmente. El justo comunitario es el diálogo abierto, en algunas oportunidades interviene toda la comunidad, en otras tan sólo las partes y el mediador, la equidad es la máxima que se impone en la resolución del conflicto, se busca la satisfacción de las partes de manera equitativa y tratando en la medida de lo posible que el problema sea solucionado en todos sus aspectos recomponiendo el tejido social que se pudo haber roto por el conflicto. Así mismo, el justo comunitario al interior de las comunidades negras, se ha construido en torno al sentido equitativo de distribución del territorio, que se sienta sobre la base de reconocimiento de los troncos familiares. La Equidad es una garantía para aquellos que son parte de la parentela ampliada y que está por fuera del territorio. Se protege a los troncos parentales en un contexto de comunidad, haciendo una repartición justa y equitativa, esta la hace los consejos comunitarios en proporción a las necesidades de cada tronco familiar. “El justo comunitario no es una tipología propia de las Comunidades Negras pero se pude asimilar a lo que significaría “que alcance para todos”, este concepto lo aplican
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límites se fijan de acuerdo a una costumbre ancestral, es así que para identificarlos, los antepasados sembraban o cogían como punto de referencia árboles de gran tamaño y de fácil identificación, esta forma de identificar los límites aún se mantienen, y los ancianos son conocedores de los mismos gracias a la tradición oral y sus propias vivencias. map/ muse
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las madres en la distribución de los alimentos, siempre hay una porción para la gente que no está presente”27 En cuanto a la sanción, con ella se busca resarcir el daño y desde un punto pedagógico evitar volver a infringir la ley. Estas formas de justicia restaurativa son históricas en las comunidades negras, donde la reparación del daño causado es posibilidad de recomponer los tejidos sociales. En caso de robo si el bien hurtado todavía existe se le obliga a devolverlo y en caso que no sea así tiene que pagarlo con un incremento en el precio impuesto por el mediador, que puede ser un adulto mayor o un miembro de la junta directiva del consejo. Los conflictos inter étnicos aunque ya no son los más comunes, se siguen dando en algunas comunidades que comparten el territorio con las poblaciones indígenas, estos en la mayoría de los casos han encontrado solución en el diálogo directo entre las comunidades, llegando a acuerdos beneficiosos para ambas partes, en los cuales intervienen por lo general los adultos mayores de las dos etnias, en otros el acuerdo no se ha encontrado de manera tan sencilla ya que se cree han intervenido sectores ajenos, por estar en juego intereses de carácter económico. Dentro del procedimiento se han establecido unas instancias claras para la resolución de conflictos, cada una de estas con funciones bien definidas al igual que tareas específicas al interior de la comunidad. se desarrollado instancias que realmente garantizan el derecho fundamental al acceso a la justicia de los miembros de los consejos comunitarios: Primera Instancia: Segunda Instancia: Tercera Instancia: Cuarta Instancia.
Consejo Comunitario Local Consejo Comunitario Regional Junta Directiva del Consejo Mayor Asamblea General del Consejo Mayor.
En cuanto a la administración del territorio se han dispuesto ciertas instancias de interlocución con los miembros de la comunidad y quienes no hacen parte de ella, como los particulares que hacen uso y aprovechamiento del territorio. Son estas instancias las que examinan los proyectos y otorgan los permisos necesarios para la explotación de recursos. El manejo medio ambiental es de vital importancia para los consejos comunitarios, y en este punto se retoman las costumbres ancestrales de uso y aprovechamiento del territorio, que han permitido el mantenimiento del equilibrio ecológico. Los planes de manejo ambiental son el referente obligatorio para las comunidades, son estas quienes lo formulan de acuerdo a sus usos y costumbres ancestrales, y quienes lo siguen al pié de la letra.
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Entrevista realizada con el líder de la Organización Negra Ecotambor Carlos Rúa. map/ muse
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El conflicto armado en el cual se ve involucrada la población civil, ha imposibilitado el proceso organizativo, ya que los miembros de la comunidad que lideran estos procesos son intimidados por los grupos armados al margen de la ley y en la mayoría de los casos tienen que desplazarse abandonado sus proyectos, en otros casos la autonomía de los consejos comunitarios se ve retraída por la intervención de estos grupos ya que quieren ser ellos los mediadores de los conflictos haciendo uso de la fuerza y la violencia. Frente a los efectos y graves consecuencias del conflicto armado, particularmente, frente al desplazamiento, las comunidades afrocolombianas han desarrollado un mecanismo su ámbito cultural, la Ley de Cupos, que se enmarca en la denominada Justicia restaurativa. Al respecto Carlos Rua, nos aclara a que: “Esta es una denominación dada por la Comunidades del Bajo Atrato, a la garantía del Derecho Territorial otorgado a las comunidades familias o personas que se encuentran por fuera del territorio por razones como los conflictos generados en la zona, desastres naturales o búsqueda de oportunidades. Autónomamente la comunidades hace una distribución del territorio, y en esta garantiza el derecho a una porción de tierra a las personas que están andando, para que en el momento del retorno, tengan un lugar al cual llegar. La ley de cupo es una tipificación propia de las comunidades de Bajo Atrato, sin que esto implique, una falta de aplicación en otras regiones del Pacífico. Surge en 1997 cuando se plantearon los primeros estudios socioeconómicos, étnohistóricos y de tratamiento y resolución de conflictos de las comunidades que fueron desplazadas a Pavarandó y Pavarandocito. En este marco de estudios para concluir el proceso de titulación colectiva en la región, se censo a la población incluyendo aquellas personas pertenecientes a los troncos familiares que se encontraban por fuera del territorio; apareciendo la Ley de Cupo a propósito del conflicto armado y el desplazamiento de la población Afrocolombiana perteneciente al municipio de Río Sucio. Este derecho se garantiza tanto en los Cuagros como en otras formas de organización, y se remite a una costumbre ancestral dentro del tronco familiar, manifestando la garantía que hacen los miembros de la familia a las personas que se encuentran por fuera del territorio y esto es válido para todas las regiones del país donde se encuentran asentadas las comunidades negras, sólo que puede tener una denominación diferente a la dada en el Bajo Atrato”28. Un último aspecto por señalar tiene que ver con que, la Justicia Afrocolombiana posee características particulares que la hacen diferente de la justicia indígena y otras formas de justicia del país, por esta razón debe ser analizada desde sus 28
Ibidem. map/ muse
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propios referentes socio-culturales. La Justicia Afrocolombiana es una justicia con jurisdicción limitada, es decir, difiere de la jurisdicción indígena en que el constituyente del 91 les dio a los operadores de justicia indígena una jurisdicción sobre todos los asuntos, es decir, una jurisdicción plena. Por esta razón el proceso de coordinación en relación con la justicia afrocolombiana es mucho más complejo y debe hacerse sobre casos y situaciones muy concretas.
5. Legislación afrocolombiana Derecho Ancestral Afrocolombiano: Herencia de tambores, magia y autonomía. Efectivamente se puede hablar de un Derecho Ancestral Afrocolombiano? Veamos algunas definiciones de académicos como la Profesora Esther Sánchez Botero, Raquel Irigoyen y Patricia Arteaga que han contribuido en la definición de un marco conceptual sobre derechos propios, referido a la jurisdicción especial indígena. Sin embargo, muchos de los elementos planteados son pertinentes para la búsqueda de un concepto del Derecho Ancestral Afrocolombiano. Anotan las expertas que el derecho tiene tres contenidos: “En primer lugar, la normatividad, o sea, la regulación de la vida social del colectivo. Ello incluye, por ejemplo, las reglas que establecen cómo se casan y cuales son los miembros, las formas de filiación, la estructura de la familia, los contratos, las relaciones de trabajo, cómo usan los bosques, la tierra, los recursos, que cosas están prohibidas, y cuales no. Esto es lo que llaman, las reglas primarias, las reglas del deber ser. Es decir, lo que generalmente llamamos derecho (...) en segundo lugar, la resolución de los conflictos, que es lo que se llama la potestad o función jurisdiccional, es decir, la capacidad de hacer justicia o de resolver asuntos de muy diferente orden (...) En tercer lugar, la organización del orden público y la capacidad ejecutiva para aplicar las normas y decisiones”29 En la definición de derecho se incluyen no solo las construcciones históricas o tradicionales que en algunas veces han sido transformadas, invisibilizadas, o negadas pero que de alguna manera han cumplido funciones en el control social de sus comunidades; igualmente hacen parte de ese derecho, las funciones y formas actuales, que dan respuesta a situaciones contemporáneas: “Otros pueblos comienzan a inventarlas como actos autónomos étnicos, es decir, como salidas para el fortalecimiento de la posibilidad de cuidar
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Sánchez, Esther. Derechos Propios. Procuraduría General de la Nación. P. 18 map/ muse
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internamente sus asuntos, que en el Estado monocultural les fueron expropiados”30 Elaborar conceptos sobre derecho o definir sus funciones, nos recuerdan las autoras, ha sido un debate histórico desde la sociología del derecho, la antropología jurídica y el mismo derecho: “Para Hoebel definir derecho es difícil porque “es solo una parte de la telaraña social” no esta separado claramente de otras formas de acción humana” 31 En este sentido, la magia y el mito son considerados por nosotros como fuente de derecho, así lo hemos señalado en varias publicaciones: “Uno de los antecedentes más importantes de las formas jurídicas que fueron creadas por las comunidades afroamericanas en su lucha por la libertad y en la consolidación de los Palenques y Quilombos se presento en la revolución de Haití de 1871, la más grande de las revoluciones americanas en la lucha por los derechos, que se llevo a cabo retomando los principios defendidos por el Vudú. La noche del 14 de agosto de 1791 se prepara la insurrección en el marco de una ceremonia vudú, se denomino "La ceremonia del Bosque Caimán" presidida por Boukman. 32 No hay que olvidar que el principio supremo del vudú es que ningún hombre debe ser esclavo, nadie debe ser un zombi, es decir hombres sin voluntad para dirigir sus destinos. El vudú surge para luchar por la libertad. Desde una perspectiva de análisis, ubicaremos el Derecho Ancestral Afrocolombiano en la categoría "Otros Derechos", sistemas jurídicos que tienen como características por lo menos las siguientes: abcdefg-
Prácticas sociales vivas; No escritas, pero con fuertes raíces históricas Reiteradas y practicadas durante periodos de tiempo, algunos muy largos Aceptadas por un grupo social como validas Con capacidad de coerción entre sus miembros Con capacidad sancionadora, restaurativa o curativa los operadores jurídicos (autoridades o tribunales) pueden ser todos los miembros del grupo social o estar en manos de personas legitimadas para ello
En últimas, podemos definir el Derecho Ancestral Afrocolombiano como la recreación permanente de las formas de resolver conflictos, construir tejido social y permanecer en el tiempo que se originó al sonar de los tambores en las tierras africanas, se redimensionó en América, en la lucha por la libertad y la dignidad, 30
Ibíd. P. 19 Ibíd. P. 25 32 Fajardo Sánchez, Luís Alfonso. Las Fuentes Olvidadas del Pluralismo Jurídico. Universidad del Rosario. Bogotá. Septiembre de 2003. P. 45 – 78. 31
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que bebió de las fuentes de la magia y el vudú constituyendo un elemento de cohesión y unidad en la lucha. Así mismo, el Derecho Ancestral Afrocolombiano no se concibe sin un territorio, sin un vínculo vital con la tierra, con el río. El Derecho Ancestral encuentra su razón de ser en el territorio.
Jurisdicción Especial y Constitución del 91 Con la Constitución Política de 1991, en Colombia pareciera que corren tiempos de grandes logros culturales, por lo menos en el plano formal, el reconocimiento de la diversidad étnica y cultural ha alcanzado en nuestro país un sitio importante que implica disputarle espacios al olvido. De allí se derivó el artículo transitorio 55 que abre las posibilidades para el reconocimiento legal, y a su vez, contribuir a la consolidación de la autonomía de las Comunidades Negras en Colombia, éste dispone: "Dentro de los dos años siguientes a la entrada en vigencia de la presente constitución, el congreso expedirá, previo estudio por parte de un comisión especial que el gobierno expedirá para tal efecto, una ley que les reconozca a las comunidades negras que han venido ocupando tierras baldías en las zonas rurales ribereñas a los ríos de la cuenca del pacífico, de acuerdo con sus prácticas tradicionales de producción, el derecho a la propiedad colectiva sobre las áreas que habrá que demarcar la misma ley". Como desarrollo del artículo 55 transitorio, se crea una comisión especial mediante el decreto 1232 de 1992, que tiene como funciones: crear su propio reglamento, cumplir con lo previsto en el Artículo transitorio, proponer e identificar mecanismos para la protección de la identidad cultural y los derechos de las comunidades negras y proponer a las autoridades competentes programas de desarrollo económico y social para las mismas. También se crean las comisiones consultivas, integradas por las organizaciones de base de las comunidades de los departamentos de Chocó, Valle, Cauca y Nariño, y que tendrán la tarea a nivel regional de informar a la comunidad sobre el proceso de la ley, y aportar desde las necesidades comunitarias, a la formulación de esta. Finalmente, se promulgó en 1993 la Ley 70, que sienta las bases para el reconocimiento de una jurisdicción especial, al contemplar competencias para los Consejos Comunitarios, además de las que prevea el reglamento interno de cada uno de ellos, para delimitar y asignar áreas al interior de las tierras adjudicadas; velar por la conservación y protección de los derechos de la propiedad colectiva, la preservación de la identidad cultural, el aprovechamiento y la conservación de los recursos naturales; escoger al representante legal de la respectiva comunidad en cuanto persona jurídica, y hacer de amigables componedores en los conflictos internos factibles de conciliación. map/ muse
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Es necesario aclarar que el proceso de formulación de la ley no fue fácil por los diversos intereses que estaban en juego, entre ellos los proyectos formulados por el gobierno para la región, así como las diferencias entre las organizaciones negras. Recordemos que los Consejos, se constituyeron sobre la estructura del Derecho Ancestral, que tiene como pilar que la sostiene, el conocimiento tradicional y las relaciones sociales fundamentadas en la relación “Territorio – tronco – Equidad”. En concreto, los Consejos Comunitarios se constituyeron para la resolución de conflictos, reconociendo las autoridades por cuenca de río, un derecho establecido a cerca de los linderos, según el cual la gente va siguiendo el curso de los ríos o de las playas, esa noción ancestral de derecho y de ocupación territorial, es sobre la cual la ley 70 de 1993 se monta encontrando un terreno propicio para desarrollar la titulación y la organización de las comunidades negras. El Decreto 1745 de 1995, en el capitulo II, funciones de la asamblea General, máxima instancia de decisión de los Consejos Comunitarios; en su artículo 6º establece que: Podrá proponer mecanismos y estrategias para la resolución de conflictos de acuerdo con las costumbres y tradiciones de la comunidad, de igual manera tendrá las funciones de reglamentar y velar por la aplicación de las normas del sistema de derecho propio de las comunidades negras. Este puede ser, de aplicarse a San Basilio de Palenque, y demás zonas del país donde se evidencia la permanencia cultural Negra; el camino para el reconocimiento del Derecho Palenquero. De otra parte, la Ley 70 de 1993 y el Decreto 1745 de 1995 plantean como ámbito material de aplicación de estas formas de resolución de conflictos afrocolombianas, los territorios colectivos titulados a las comunidades afrocolombianas. Otra serie de leyes, decretos y normas derivadas del desarrollo y aplicación del Convenio 169 de la OIT, como la consulta previa, el manejo de recursos naturales, etnoeducación, en materia de salud, etc. Tienen aplicabilidad para el caso de las comunidades afrocolombianas. La Declaración de Final de Durban afirma “ que el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, cuando equivalen a racismo y discriminación racial, constituyen graves violaciones a todos los derechos humanos, niegan la verdad evidente de que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos, constituyen un obstáculo a las relaciones pacíficas y de amistad entre los pueblos y las naciones, y figuran entre
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las causas básicas de muchos conflictos internos e internacionales, incluidos conflictos armados, y el consiguiente desplazamiento forzado de poblaciones”33
Efectos jurídicos de las decisiones de los Consejos Comunitarios. En primer lugar hay que señalar que la Justicia afrocolombiana se rige por los principios de informalidad y celeridad que orientan las pautas culturales, en la búsqueda de una solución amigable, de acuerdo con la tradición histórica de las comunidades afrocolombianas, semejante a los principios definidos en el Artículo 108 de la Ley 446 de 1998, para los procedimientos establecidos para la conciliación en equidad En cuanto a la competencia, “Es necesario resaltar que los consejos comunitarios, de acuerdo a la Ley 70 del 93 tienen una competencia restringida, sólo pueden conocer casos transigibles o querellables. En los demás asuntos, la competencia es residual de las instancias o autoridades respectivas (administrativas, penal, civil, etc.) Las instituciones de la justicia ordinaria homologarán las decisiones de las juntas directivas de los consejos locales, zonales y mayores, y asambleas generales, reconociendo la existencia, validez y eficacia y proporcionándole los efectos de cosa juzgada y mérito ejecutivo, tales decisiones en el evento de incumplirse, se considerarán como idóneas ante la justicia ordinaria, con el fin de que no haya denegación de justicia y se inicien los procesos judiciales en la disciplina que corresponda. Concordante con Artículo 109 de la Ley 446 del 98 La justicia ordinaria podrá pedir a la Junta directiva o representante legal del consejo comunitario que tenga la competencia, como requisito de procedibilidad en las diferentes jurisdicciones que, si el caso es querellable o de competencias de los órganos locales, regionales de los Consejos Comunitarios, acompañe en la denuncia o demanda ante la justicia ordinaria acredite el escrito del representante legal del respectivo consejo en que conste que fracaso la actuación y por tanto queda delegada la competencia”34
Jurisprudencia de las Cortes Los pronunciamientos jurisprudenciales al respecto de las comunidades Afrocolombianas se encuentran contenidos en sentencias de de La Corte Constitucional y el Consejo de Estado. Estas altas cortes se han referido 33
Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Declaración y Programa de Acción de Durban. Bogotá. Septiembre 2002. P. 12 – 13. 34 Fajardo Sánchez, Luís Alfonso. Avanzando hacia una Jurisdicción Especial Afrocolombiana. map/ muse
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específicamente al desarrollo de la Autonomía de dichas comunidades, el derecho de participación, y la representación de las comunidades en los organismos estatales (Corporaciones Autónomas Regionales), pronunciamientos que han sido consecuencia de lo dispuesto en el Convenio 169, la ley 70 de 1993 y su desarrollo reglamentario. Con ocasión de la acción de tutela presentada por la organización negra CIMARRÓN contra el Departamento Administrativo de Servicio Educativo Distrital de Santa Marta, la Corte Constitucional se refirió al tema de comunidades negras señalando:35 “La corte considera que en materia de raza debe hacerse una distinción entre las medidas de igualdad promocional que se dicten por el congreso. La ley 70 de 1993 define el concepto de “comunidad negra” como de “ocupación colectiva”, pero esto no impide -en razón de la igualdad promocional específica-, que el resto de la población de ese origen no pueda ser objeto de medidas de protección general. Pues como se sabe la raza no puede dar pié a un tratamiento distinto en la ley. Pero existen grupos sociales que han sufrido persecuciones y tratamiento injustos en el pasado que explican su postración actual, entonces del tratamiento especial está encaminado a creas nuevas condiciones vida, para instaurar la equidad social y consolidar la paz interna y por lo mismo adquiere legitimidad constitucional.” Los pronunciamientos realizados por la Corte Constitucional respecto a la participación se encuentran contenidos en la sentencia C-169/01. Allí, entre otros temas, la Corte trató el referente a la consulta previa al interior de las comunidades, la circunscripción especial de las de comunidades negras e indígenas y los requisitos de los candidatos a ser representantes de las mismas, vemos: [Consulta Previa] “La ley 70 de 1993 prevé la consulta a las comunidades negras en tres hipótesis: a). en la definición del plan de manejo de las áreas de Sistema de Parques Naturales, cuando en ellos se encuentren familias o personas de comunidades negras que desarrollen prácticas tradicionales (Art 22); b).en la definición de la organización y en el funcionamiento de los programas especiales de formación técnica, tecnológica y profesional para los miembros de dicha comunidad (Art 38); c). e la conformación de la “unidad de gestión de proyectos” que tendrán que existir en los fondos estatales de inversión social, para el apoyo de las comunidades negras. Además e el diseño elaboración y evaluación de los estudios de impacto ambiental, socioeconómico y cultural que se realicen…
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La Diversidad Étnica en Colombia. Alcances y Desarrollo. Procuraduría General de la Nación, Bogotá 2004. Pág: 273. map/ muse
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[Circunscripción especial] Se admite que una parte y constitutiva de la subjetividad, está dada por la pertenencia a un grupo determinado, y que en ciertos casos,- como el de los pueblos indígenas o las comunidades negras-, dicha adscripción es de tal importancia para los individuos que la comparten que constituyen el marco referencial de su visión del mundo y de su identidad, por lo tanto se trata de un hecho social que debe ser reconocido y protegido… [Requisitos candidatos] Se observa que los requisitos para estas comunidades son mucho menos exigentes que los requeridos en las comunidades indígena, pues mientras estos requieren haber ocupado un cargo de autoridad tradicional o haber sido líderes de una organización, los candidatos por las comunidades negras sólo deben acreditar ser miembros del grupo, y contar con el aval de una organización. Se pregunta la corte si ello resulta lesivo en cuanto el derecho a la igualdad, interrogante cuya respuesta debe ser negativa, ya que se observa que el proceso organizativo de las comunidades negras, más allá del ámbito local o regional, se halla apenas en sus primeras fases, contrario a los que ocurre con los indígenas, que ya cuentan con una sólida organización a nivel nacional y departamental.”36 El Consejo de Estado en concepto del 10 de agosto de 2000 sobre la legitimidad de las comunidades negras paral elegir representantes ante los consejos directivos de las Corporaciones Autónomas Regionales dispone que: “En desarrollo del artículo transitorio 55 el Congreso expide la ley 70 de 1993. Esta en su artículo 56 dispone: “Las Corporaciones Autónomas Regionales” que tengan jurisdicción sobre las áreas donde se adjudiquen las propiedades colectivas a las comunidades negras de que trata el Art. Transitorio 55 tendrán un (1) representante de esas comunidades en sus consejos directivos en los términos que defina el reglamento que expida el gobierno. Por lo tanto: La representación de las comunidades negras en los consejos Directivos de las Corporaciones Autónomas Regionales, está atribuida por la ley a las comunidades tradicionalmente asentadas en el territorio, en zonas ribereñas rurales localizadas en la jurisdicción de la respectiva Corporación, sin distinguir aquellas a las cuales se les hubiere adjudicado propiedad colectiva sobre áreas demarcadas conforme a la ley 70 y las que no hubieran recibido esa adjudicación. Lo que si define el Art. 56 de dicha ley es que las comunidades negras tendrán un representante… “en los términos que defina el reglamento que expida el gobierno nacional”. Finalmente las comunidades negras que no son sujeto de adjudicación propiedad colectiva porque no están ubicadas en tierras susceptibles adjudicación, así como las modalidades de organización urbana, no son titulares del derecho a participar en la elección de los representantes de 36
de de las las
Ibidem. Pág: 286, 287, 288. map/ muse
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citadas comunidades en los consejos directivos de las Corporaciones Autónomas Regionales… Esto no vulnera el derecho fundamental a la igualdad porque este según reitera jurisprudencia constitucional se predica entre iguales y no entre desiguales. Las comunidades negras de que trata la ley 70 de 1993, son aquellas que han venido ocupando tierras baldías en las zonas ribereñas demarcadas en la ley. Por consiguiente las demás comunidades negras que no reúnan los mencionados requisitos son diferentes a aquellas. Si bien es cierto estos pronunciamientos jurisprudenciales significan un avance frente al reconocimiento de las comunidades negras en el país como grupo étnico diferenciado, se nota una cierta displicencia y choque entre las dos cortes: Corte Constitucional y Consejo de Estado. Mientras la primera establece el pleno reconocimiento de dichas comunidades de forma amplia al considerar que: “el reconocimiento de estas comunidades, a nivel nacional, en tanto “grupo étnico”, es un presupuesto indispensable para su adecuada inserción en la vida política y económica del país”; la segunda opta por recortar este derecho circunscribiéndolo únicamente a la ocupación de un territorio específico, lo que significa una visión bastante reduccionista de la cultura que identifica a las comunidades negras. Es claro que el Consejo de Estado considera que tal distinción no vulnera el derecho a la igualdad pero cabe preguntarse ¿Cuál es el concepto de esta corte respecto a la igualdad al interior de los grupos étnicos ?, constituyen estos un todo articulado de costumbres consuetudinarias que implican cultura, formas propias de interrelación, producción o por el contrario ¿son un sin numero de grupos diferenciados que se reconocen entre sí por el color de la piel o la ubicación en un territorio determinado?. La unidad cultural de dichos grupos se encuentra marcada por un sin número de diferencias dadas por las formas y lugares de asentamiento, pero también por una procedencia común (África) y por tanto rasgos no sólo fenotípicos sino también culturales que se han preservado a los largo del tiempo gracias a la tradición oral y que han dado origen a otras formas culturales producto del devenir histórico, social y económico en el país, por tanto son ramas que nacen de un mismo tronco con una raíz común de donde se nutre su cultura.
6. Conflicto armado en territorios afrocolombianos Recordemos que las comunidades negras o de afrocolombianos, tras haber sido concentradas mediante la explotación minera en la época colonial, poblaron “a mediados del siglo XX la inmensa red de ríos del Pacífico, las bocanas, las playas y los manglares (West 1957)”37. En la actualidad, los territorios ancestrales de las comunidades afrocolombianas, al igual que el de los pueblos indígenas, 37
Comunidades negras: territorios, identidad y desarrollo, Pág. 30 map/ muse
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corresponden a procesos históricos propios de poblamiento, que no necesariamente coinciden e incluso son contradictorios con las formas de ocupación de la sociedad mayoritaria. Así pues, estas formas de vida, de manejo y relación con el territorio, caracterizadas por ser social, cultural, económica y ecológicamente sostenibles son sustancialmente diferentes del modelo hegemónico que busca la rentabilidad y la inserción en el mercado mundial basándose en la propiedad privada. Uno de los aspectos en los que las diferencias se evidencian, es en el hecho que, los límites de los territorios ancestrales no necesariamente concuerdan con los límites de las divisiones político-administrativas de la nación. En pocas palabras, un territorio ancestral de una comunidad afrocolombiana puede ocupar varios municipios o parte de ellos e incluso en diferentes departamentos. Esto es importante tenerlo en cuenta al momento de analizar los datos y estadísticas referidas a las situaciones en materia de derechos humanos y DIH, pues por lo general, éstas se manejan o goereferencian por municipio y departamentos sin tener en cuenta la variable étnica. Las comunidades afrocolombianas han habitado y se concentran principalmente a lo largo y ancho del departamento del Chocó; parte de Antioquia en la zona de Urabá, en el litoral pacifico nariñense; en regiones fronterizas del departamento del Valle del Cauca y Risaralda. En términos generales, los territorios de las comunidades afrocolombianas, se caracterizan por estar ubicados en zonas selváticas con una red de ríos que les permite la comunicación y la salida al mar, con una gran biodiversidad y riquezas naturales, constituyendo un corredor estratégico entre el interior del país y el océano pacífico. Las comunidades negras que históricamente han sufrieron la esclavitud, la discriminación y exclusión social, hoy en día asisten a la disputa de sus territorios, por diversos intereses, legales o no, padecen la guerra por el control ya sea para macroproyectos viales, agroindustriales de explotación de recursos naturales renovables o no, o por los diferentes tráficos ilícitos de armas y/o drogas. Ya desde la década de los setenta el cultivo y negocio de drogas ilícitas (bonanza marimbera) pusieron en evidencia la ubicación estratégica del Chocó, y en la década posterior de los ochenta, los intereses por el control y dominio se hicieron una realidad, como señala Alejandro Reyes (1997), “narcotraficantes de Antioquia han venido comprando tierras cercanas al mar en Acandí y Unguía en el Golfo de Urabá, y en Juradó en el norte del departamento; los grupos del Valle del Cauca han comprado en Bahía Solano y Nuquí, también junto al mar, al sur. En Condoto y siguiendo la carretera que comunica con Pereira han comprado tierras algunos narcotraficantes de Risaralda.”38 38
Reyes, Alejandro. La compra de tierras por narcotraficantes. Drogas ilícitas en Colombia. Ministerio de Justicia-Pnud. Bogotá, Planeta, 1997 p. 314. map/ muse
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La historia actual del Chocó está estrechamente relacionada con las dinámicas y procesos dados en la región de Urabá, no solo el Urabá chocoano sino también el antioqueño; región estratégica dada su condición de puerto en el mar y su cercanía con sistemas selváticos y montañosos, región periférica donde confluyen la agroindustria, el latifundio, la colonización campesina y zonas de control del narcotráfico. En general, el Pacífico y en particular el departamento del Choco con su inmensa riqueza natural se han convertido en unas de las principales zonas de disputa entre los diferentes actores armados, así mismo en objeto de las empresas transnacionales y del estado, las cuales han fijado sus intereses en la explotación de los terrenos, expropiando los verdaderos dueños ancestrales (afrodescendientes, indígenas y campesinos), generando una grave crisis social, económica y sobre todo humanitaria. Eduardo Restrepo al referirse a las grandes transformaciones acaecidas en las últimas décadas y sus posibles consecuencias en las comunidades negras, señala: “El fin de la guerra fría; la naturalización y expansión del credo neo-liberal; los instantáneos e impunes flujos del capital a la caza de los brazos más baratos, de los gobiernos más laxos en materias de impuestos y de políticas de protección ambiental y laboral; los delirantes ritmos de acumulación del capital financiero en unos cuantos nodos con base en la especulación de acciones y monedas al margen de cualquier mecanismo de regulación; el posicionamiento de las corporaciones transnacionales y de sus influencias en las políticas exteriores y domesticas de los gobiernos; la consolidación de instituciones y acuerdos transnacionales que como el Fondo Monetario Internacional se constituyen como mecanismos de intervención y diseño de políticas internas de los Estados de los denominados tercer y segundo mundos; el constante desdibujamiento de las soberanías de los Estados como unidades de control territorial, monetaria o política; el incremento de los flujos de cierto tipo de información, de los medios de comunicación y en determinados tipos de movilidad de poblaciones a través de las fronteras de los Estados; y la consolidación de comunidades Transnacionales; son algunos de los procesos que están cambiando aceleradamente no sólo las condiciones básicas de vida de los seres humanos en cualquier rincón del planeta, sino también sus mismas experiencias y percepciones constituyentes de sus identidades”39 Estas transformaciones que se dan a nivel mundial, se materializan en lo local junto a otras dinámicas particulares, haciendo que en el caso particular colombiano y específicamente en el Pacífico colombiano, la geografía del conflicto haya ido extendiendo a regiones que no hacían parte del escenario de la guerra.
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Restrepo, Eduardo. Hacia los Estudios de las Colombias Negras.Pág. 14 map/ muse
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Presencia de actores armados Desde los años 50, en el Urabá, se empezó a dar la explotación bananera de enclave, que en las décadas posteriores contó con la inversión de grandes empresarios nacionales y extranjeros. Sin embargo, el auge de la agroindustria del banano no representaba para el sector de los obreros agrícolas mejores condiciones de vida ni laborales, por lo contrario, ello represento una grave crisis. Ante lo cual se consolido un fuerte sector sindical, que contó con el apoyo de partidos de izquierda y de la guerrilla, específicamente de las FARC y del ELP. De manera paralela, para los años 70, los movimientos campesinos habían iniciado un proceso de recuperación de tierras en varias partes del país, situación a la cual no fue ajeno el Urabá.
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Autodefensas La respuesta, a mediados de los ochenta, de las elites políticas y empresariales, frente a la consolidación del sindicalismo bananero y sus demandas, fue la vía armada, con la muerte de 40 obreros luego de la firma de un acuerdo. En este fue el origen de lo que se presentó después como un grupo de autodefensa, impulsado por algunos terratenientes como un cuerpo armado que pudiera realizar acciones en la ilegalidad, con el fin de defender sus intereses económicos y políticos40. El grupo “Muerte a Revolucionarios del Nordeste”, en cabeza de los hermanos Fidel y Carlos Castaño miembros activos en ese entonces del Cartel de Medellín, con cerca de 300 hombres, se asentaron en Córdoba, donde sostuvieron sus primeras disputas con la subversión, extendiéndose posteriormente a la región bananera de Urabá41. En medio de la grave crisis humanitaria, tuvo lugar la disputa política y asesinatos entre miembros y simpatizantes de las FARC y el EPL, estos últimos se había desmovilizado mediante acuerdos con el gobierno nacional. De manera paralela y comenzando la década de los noventa, las organizaciones de autodefensas lideradas por los hermanos Castaño se unificaron bajo el nombre “Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá” - ACCU-, presentándose como un modelo a replicar bajo lo que se comenzó a llamar el “proyecto paramilitar”. la presión que ejercieron las ACCU en Mutatá, Chigorodó, Carepa, Apartadó y Turbo, donde las tasas de homicidio fueron más altas que años anteriores, les permitió consolidar su zona de influencia hasta el Urabá chocoano42. Consolidación que se dio con base en el terror ejercido contra la población civil, como se evidencia en las recientes declaraciones hechas por alias “HH”, quien en 1994 fue designado por las ACCU para disputarle la zona de Urabá a las FARC. El comandante paramilitar señaló que: ““Cuando llegamos a Urabá decapitamos mucha gente. Se generó como estrategia para promover terror. Ya que nosotros éramos 20 hombres y allá había muchos frentes guerrilleros. Entonces utilizábamos situaciones para generarle terror a la población, para que nos tuvieran más miedo a nosotros que a la misma guerrilla”43. Posteriormente, en 1997, el ejército adelantó la operación “Génesis” contra el Frente 57 de las FARC, “en este operativo fueron bombardeadas las comunidades de Caño Seco, Tamboral y Arenales, en la cuenca del río Salaquí, lo que causó el desplazamiento de aproximadamente quince mil campesinos”44
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Dinámica resiente de la confrontación armada en el Urabá antioqueño, Programa Presidencial de derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, Bogotá. 2007 41 Ídem. 42 Ídem. 43 Agencia ABN, Jefe paramilitar colombiano admite haber asesinado a más de 3.000 personas. Colgado en la página web: http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/general/35027 44 Defensoría del Pueblo. Resolución Defensorial No. 025, Sobre las violaciones Masivas de Derechos Humanos y Desplazamiento Forzado en la Región del Bajo Atrato Chocoano. Bogotá, Octubre de 2002. map/ muse
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En medio de este contexto, y tras el desplazamiento de las comunidades del territorio Colectivo de Cacarica, en La Balsa, se instauró la principal base paramilitar, desde donde se desplegó todo el proyecto paramilitar, las operaciones militares y el apoyo logístico, la implementación de una contrarreforma agraria y la explotación de recursos forestales y de agronegocios. En denuncia pública la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, advierte que: “Desde La Balsa se amparó desde 1998 y hasta 2001, la extracción mecanizada ilegal e indiscriminada de madera por parte de la empresa Maderas del Darien, filial de la empresa Pizano S.A.45 Con el objetivo de controlar el río Atrato y las poblaciones ribereñas, particularmente en el 2002, los paramilitares conformaron el bloque Élmer Cárdenas al mando de Alfredo Berrío, alias “El Alemán”. En manos de quien, partir del 2003, tuvo lugar un proceso de destierro y expropiación de los legítimos dueños, y la asignación de sus tierras a nuevos pobladores; a la par que, se impuso el cultivo del banano “baby”, ganado, la deforestación y preparación de la tierra para cultivos de exportación; así como, tiendas de abastecimiento controladas por los paramilitares.
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Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Crimen, Agronegocios y Política: Territorio de Cacarica. Bogotá, abril 13 de 2007. map/ muse
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La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, en varios documentos ha recogido testimonios de las víctimas, que evidencian el proceso de contrarreforma agraria por la vía armada: En “septiembre de 2004 en el eje bananero varios pobladores de La Balsa denunciaron apropiación ilegalmente de sus tierras. Los paramilitares iniciaron un transplante poblacional con entrega de tierras a personas que forman parte de su estructura social y militar provenientes de Córdoba y Urabá antioqueño. Los nuevos moradores afirmaron a sus legítimos propietarios integrantes de los Consejos Comunitarios que no las van a devolver, por que fueron entregadas para el progreso, por el Comando de las Autodefensas Unidas de Colombia. Si hay algún problema, entiéndase con el Mando. A quienes exigieron sus tierras, los paramilitares los amenazaron, a otros, les ofrecieron 200 mil pesos por hectárea (US $87), a pesar de que se sabe que la venta es ilegal porque pertenecen al Territorio Colectivo de Cacarica” 46 “llamen a los dueños por sus tierras, si no vienen son torcidos, y a los torcidos hay que invadirles las fincas” (…) “los que no están se vienen a vivir, o van a vender, o se habla con la viuda” (…) “aquí el proyecto que sirve es el banano y el primitivo, ahí está el progreso”47 “Los paramilitares expresaron que: “estas tierras es de nosotros porque los demás salieron dándole espacio a la guerrilla. Nosotros merecemos esta tierra porque si sabemos como afrontar la guerra” (…) “no vamos a devolver las tierras, vamos a dar bonificaciones a quienes eran sus dueños” (…) “nosotros hemos liberado estas tierras y son nuestras” (...) “el que no quiera vender nosotros cuadramos con el” (…) “estamos más de 1000 hombres, las tierras son del progreso, de la paz y las tierras van a ser sembradas con palma. Las empresas van a canalizar, la tierra queda apta para que no haya tanta humedad y quede lista para el mejor negocio, la mejor alternativa 48 En términos generales, tal como lo señala María Elvira Naranjo, “los desplazamientos masivos se ha producido en las zonas destinadas a la realización de grandes proyectos de desarrollo”49 De otra parte, el terror y los desplazamientos, no sólo tienen por finalidad el cambio de propietarios sobre la tierra, el cambio de una propiedad colectiva por una privada, sino también, desarticular los proyectos de las comunidades, sus formas de producción, sus procesos organizativos, sus sistemas sociales y culturales. Es la imposición de un modelo hegemónico sobre modelos alternativos de las minorías étnicas. 46
Idem. Idem. 48 Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Constancia, Historia y Censura Moral dirigida al Procurador General y al Defensor del Pueblo, Bogotá, 15 de diciembre de 2004. 49 Naranjo, María Elvira. Op. Cit. 47
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De esta manera, las autodefensas ejercieron presencia en el Urabá chocoano y en el Atrato Medio y Bajo, también tenían influencia sobre el casco urbano de Riosucio. Igualmente entre Bojayá y Quibdo donde cuentan con elevada influencia en el casco urbano. Las autodefensas tienen también presencia en la zona del litoral, entre los municipios de Bajo Baudó (Pizarro) y Bahía Solano. El bloque Calima, con más influencia en el Valle, presiona en el sur del departamento, en parte del valle del río San Juan. En el momento actual la mayor parte de los pueblos y pequeños centros urbanos a lo largo de los ríos Atrato, Baudó y San Juan, cuentan con una elevada presencia de las autodefensas.50 Es importante señalar, que pese a las negociaciones de desmovilización, iniciadas en el 2002, entre las autodefensas y el gobierno de Álvaro Uribe. Varios informes de ong’s de derechos humanos y entidades públicas, así como de organismos internacionales, entre otros, la Misión de Apoyo y Acompañamiento de la OEA, han señalado la falta de claridad en el proceso de desmovilización, el surgimiento de grupos emergentes y la reactivación de las antiguas estructuras paramilitares. De igual manera, no se puede pasar por alto el hecho que el bloque Élmer Cárdenas, se margino del proceso de negociación, argumentando no estar de acuerdo con la forma como se estaba adelantando. Posteriormente, alias el “El Alemán”, declararía que la desmovilización de esta última estructura “no se dará hasta cuando la Fuerza Pública llegue a cubrir los distintos puntos a lo largo del Atrato y sus alrededores”51. Así mismo, al cumplimiento del Proyecto Alternativo Social – PASO, que recoge y mantiene vivos los principios del “proyecto paramilitar”. Según declaraciones de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, “en la fase actual, en medio del proceso de desmovilización, dentro del Territorio Colectivo se implementa y desarrolla la siembra extensiva de banano tipo “baby” y de palma aceitera, caucho y cacao a través de la CI MULTIFRUITS LTDA, quién a su vez, suscribió un convenio para la comercialización con la empresa transnacional DEL MONTE de San Francisco California, USA. Según la Comisión Intereclesiál, “hoy en lo militar después de la desmovilización del Bloque Elmer Cárdenas, se desarrollan operaciones perimetrales sobre el río Atrato y Riosucio, y el entorno de la Zona Humanitaria “Nueva Vida” a través de las “Aguilas Negras” en medio de la presencia institucional de la Brigada 15 y 17
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Estudio Regional de Chocó, Programa Presidencial de derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, Bogotá. 2003 51 Citado en Estudio Regional de Chocó, Programa Presidencial de derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, Bogota. 2003 map/ muse
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la consolidación de un modelo de desarrollo extractivo y de control social a través del Proyecto de Alternatividad Social PASO.”52 Aunado a ello, existen versiones que advierten de la aparición en el norte del departamento del Chocó, de una estructura armada conformada por excombatientes paramilitares al servicio de narcotraficantes del Norte del Valle. Al departamento de Nariño, hacia los años noventa, los Narcotraficantes del Valle iniciaron compra de tierras, particularmente en los municipios de Barbacoas, Ipiales y Tumaco. Paralelamente, como señala el Programa Presidencial de derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, a mediados de la misma década las autodefensas incursionaron en sitios específicos del departamento para posteriormente expandirse a otras áreas de Nariño, a través del Bloque Libertadores del Sur53. Dicho copamiento debe entenderse teniendo en cuenta que el departamento de Nariño, representa una posición geoestratégica, toda vez que es zona fronteriza con el Ecuador, que además tiene salida al mar, con grandes extensiones de selvas y montañas escarpadas; con entrada a la bota caucana y al macizo colombiano, con accesos directos hacia el alto y bajo Putumayo. Asimismo, que el territorio nariñense en la parte sur se encuentra atravesado por el Oleoducto Trasandino, que parte de Orito y llega a Tumaco. Fuera de la reconocida producción de oro y plata, y el potencial en el área de petróleo, gas, roca fosfórica, cobre, molibdeno, plomo, zinc, manganeso, arcillas, arenas, piedra, gravas y gravillas. También el contrabando, el tráfico de armas y de drogas54. Finalmente, es claro, que el “proyecto paramilitar” no sólo tiene por objetivo el combatir la subversión y controlar rutas y sitios estratégicos para tráficos ilícitos, sino también, lograr el control territorial y poblacional con el fin de imponer un modelo hegemónico.
Guerrillas La presencia de las FARC en el Chocó se produjo como consecuencia de la expansión del frente 5 desde el Urabá antioqueño hasta el límite bananero de Turbo. En el Urabá; en medio de un sindicalismo agrario fuerte, recuperación de tierras y de otro lado sectores empresariales y elites políticas; el frente 5 de las FARC se extendió hacia el sur, a los municipios antioqueños de Mutatá y Murindó, y los 52
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Crimen, Agronegocios y Política: Territorio de Cacarica. Bogotá, abril 13 de 2007. 53 Panorama Actual de Nariño, Programa Presidencial de derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, noviembre de 2002 54 Ídem. map/ muse
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chocoanos de Unguía, Riosucio y Acandí; al sur de Urabá, así como dentro de Antioquia, los municipios de Dabeiba, Urama y algunos más del occidente antioqueño. El crecimiento del frente 5 dio lugar al desdoblamiento de los Frentes 18 en Córdoba en 1982 y posteriormente el 35, y del Frente 34 para el Chocó en 198555. En la misma época, el EPL intentó incursionar en la región pero fue neutralizado por las FARC. En el Chocó tienen presencia principalmente los frentes 57 y 34 de las FARC; actúan también la Compañía Aurelio Rodríguez y un bloque móvil de la misma organización. El frente 57 concentra su accionar en el norte del departamento, en las regiones de Urabá, en el litoral y en la parte alta y media del río Atrato. De esta manera cubre parte de los municipios de Riosucio, Juradó y Bojayá, y tiene como propósito garantizar su tránsito por el Atrato y por el corredor entre los municipios de Mutatá y Dabeiba en el departamento de Antioquia y el municipio de Juradó en la costa, a través de los ríos Jiguamiandó y Salaquí, principalmente, para entrar armas y sacar droga56. El frente 34, que tradicionalmente había tenido influencia en límites con los municipios de Murindó, Mutatá, Dabeiba, Urrao y otros en el departamento de Antioquia, comparte en la actualidad presencia con el frente 57 entre Bojayá y Quibdó; también en el río Atrato, en las zonas rurales aledañas ubicadas en los municipios mencionados en dirección a Vigía del Fuerte y Urrao, de un lado, y hacia Bahía Solano, del otro. Esto garantiza otro corredor de comunicación entre el interior del país y el mar. La compañía Aurelio Rodríguez, con incidencia en los departamentos de Risaralda y Caldas, actúa junto con el frente 34 en el Alto Atrato entre Quibdó, El Carmen y Lloró, y tiene influencia sobre la herradura que forma la carretera que desde El Carmen conduce a Quibdó, Itsmina, Nóvita y San José del Palmar. Tiene influencia también en Tadó y Bagadó57. El ELN ha tenido presencia tradicionalmente a través de varios frentes y proyectos de frentes que constantemente se han transformado y reconstituido. Si en el pasado los frentes Hernán Jaramillo y Benkos Biohó tuvieron importancia en límites entre Chocó, Risaralda y Valle, en la actualidad sobresale el Ernesto Ché Guevara en los municipios de Itsmina, Bagadó, Lloró, El Carmen y Tadó. El frente Manuel Hernández, El Boche, que tradicionalmente se ha movido en Antioquia, recientemente ha actuado con especial fuerza en Carmen de Atrato, Quibdó y otros municipios aledaños. Hacia el litoral, en la Serranía de Baudó, se asienta un frente, posiblemente el denominado Resistencia Cimarrón, que en 2002 fue protagonista de un secuestro masivo en la ensenada de Utría, entre Bahía Solano y Nuquí. El Ejército Revolucionario Guevarista, ERG, (que recientemente se desmovilizó de manera colectiva) estuvo muy relacionado con las FARC, actuaba en el suroeste antioqueño, occidente de Risaralda y Caldas, y 55
Ortiz, Carlos Miguel. Urabá: tras las huellas de los inmigrantes (1955-1990)., 1999. Ver Defensoría del Pueblo. Resolución Defensorial Nº 025, op cit. p. 4. 57 Estudio Regional de Chocó, Programa Presidencial de derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, Bogotá. 2003 56
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en el Chocó cerca de los municipios de Carmen de Atrato, Bagadó, Tadó y San José del Palmar58. En el departamento de Nariño la guerrilla de las FARC y el ELN tienen presencia desde la década de los ochenta, sin embargo, era una zona de retaguardia hasta los noventa cuando se convierte en un escenario de fuertes enfrentamientos armados. La expansión de las FARC se ha realizado a partir del Bloque Sur al que pertenecen los frentes 2, 13, 32, 48, y del suroccidental con los frentes 8 y 29. Por su parte el ELN tiene presencia a través del Frente Comuneros del Sur.
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Fuerza Pública Finalmente, no hay que dejar de señalar la presencia por parte del estado colombiano, de la Brigada XVII del ejército nacional, en el Urabá, particularmente, de quien en su momento fuera su comandante, el general Rito Alejo del Río, que en varios procesos judiciales fue vinculado como presunto colaborador de las autodefensas y que en su momento fue exonerado. Sin embargo, las declaraciones hechas por alias “HH”, vuelven ha revivir la presunta colaboración con miembros de la fuerza pública, al afirmar que: “Hubo estrecha relación con Ejército y Policía. Si no hubiera existido colaboración y coordinación con la Fuerza Pública, habría sido imposible lograr lo que se hizo, porque eso era total dominio de las FARC y del EPL.”59 Situación que en diversas ocasiones las organizaciones sociales y de derechos humanos han denunciado.
Evolución del Conflicto Desde mediados de los 90, el conflicto armado se ha venido incrementando, inicialmente en el Bajo Atrato, cuando de manera simultánea las autodefensas y la Fuerza Pública adelantaron operaciones contra los frentes 57 y 34 de las FARC, particularmente en los municipios de Riosucio, Unguía y Acandí, ataque que incluso incluyeron bombardeos. Esta situación, en los primeros años del siglo 21, también se traslado al Medio y Alto Atrato, a los municipios de Bojayá y Quibdó; al respecto, son de nefasta recordación los hechos ocurridos en Bojayá en el 2002. De otra parte, en el sur del departamento, en el Alto, Medio y Bajo San Juan, que cubre los municipios del litoral de Lloró, Condoto, Itsmina, Nóvita, Sipí y litoral del San Juan, así como en San José del Palmar, las poblaciones también se han visto en medio del fuego cruzado. En esta zona, tenia presencia el Bloque Calima de las autodefensas, quienes se desmovilizaron; sin embargo, las apreciaciones arriba señaladas frente al proceso de desmovilización, son iguales de validas para esta subregión. En la zona del Litoral Pacífico la presencia e incidencia de las autodefensas ha sido mayor que el de la guerrilla, allí también tienen control los narcotraficantes del cartel de Cali y Medellín. Las comunidades no solo han quedado en medio de los cruentos combates, sino también han sido víctimas por parte de todos los actores armados, de homicidios selectivos, mutilación de cuerpos, masacres, reclutamiento, desapariciones forzadas, torturas, abortos provocados por violencia física; tratos crueles, desplazamientos, ataques a los lugares donde habitan, control y restricción a la Semana. Destape de un jefe ‘para'. Agosto 05 de 2007. Consulta hecha en la página web: Semana.com 59
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población, despojo violento y ocupación ilegal de sus tierras, control de los recursos naturales, bienes e incluso robo y control de alimentos, medicinas, insumos y apoyos humanitarios que ingresan a las comunidades, transito de las personas, bombardeos y eventos con minas antipersona y municiones abandonadas sin explotar. El conflicto en esta región se caracteriza por ataques sistemáticos contra las comunidades, la presencia de grandes extensiones de cultivos ilícitos (30% de los municipios del Chocó) y la imposición de modelos agroeconómicos. En el año 2002, con la destrucción de la capilla de Bojayá a manos de las FARC en medio de un enfrentamiento con los paramilitares, se recrudeció el conflicto, provocando el desplazamiento masivo de los habitantes hacia la cabecera municipal Bellavista y otros municipios como Itsmina, Tadó y a la capital Quibdó; en el mes de marzo del 2004 se produce un nuevo desplazamiento masivo de los habitantes afrodescendientes e indígenas en el Medio Atrato resultado de una avanzada de paramilitares del Bloque Elmer Cárdenas desde los ríos Opogadó y Napipi. Ante estas circunstancias y por temor a confrontaciones inminentes, desde el 11 de febrero del 2005 unas 1000 personas de las comunidades afrodescendientes, Piedra Candela, La Loma de Bojayá, Cuia, Caimanero y Corazón de Jesús del río Bojayá, iniciaron una nueva migración hacia Bellavista que se ve totalmente desbordada para atender humanitariamente una población que supera la propia. Esta situación se ha replicado a lo largo de los municipios de influencia del río San Juan, el Baudo y el Atrato como (Condoto, Bebedó, Novitá, Itsmina, Tadó, Andagoya, Opogodo, Bagado, Alto Baudo, Bojayá, Lloró, Pie de Pepé, Pie de Pató). Esta situación de desplazamiento, cultivos ilícitos e implementación del modelo hegemónico, ha ocasionado graves lesiones a los Derechos Humanos, al derecho a la seguridad alimentaría, la salud y el medio ambiente, así mismo el hacinamiento que se presenta en municipios como Itsmina donde cada casa alberga un promedio de 30 a 40 personas según la Federación de Organizaciones del San Juan. En términos generales, para las comunidades del Chocó, los últimos años no han representado una disminución del conflicto armado y sus nefastas consecuencias. Tanto las cifras oficiales como de organizaciones defensora de derechos humanos, señalan como las diferentes violaciones a los derechos humanos y al DIH se han incrementado. Las estadísticas correspondientes al segundo semestre de 2007, presentadas en la edición Nº 36 de la revista Noche y Niebla del Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política del CINEP, tal como se muestra en la siguientes tablas, ubican al departamento del Chocó en el quinto lugar en materia de violaciones de los derechos humanos y en DIH.
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“Por su parte, la Defensoría del Pueblo, señaló que, durante el año 2007 se pudo constatar que el problema del desplazamiento forzado de las cuencas de los ríos Jiguamiandó y Curvaradó no ha sido superado, en tanto que persiste la presencia de grupos armados ilegales en la subregión del bajo Atrato - los grupos armados ilegales, son responsables de la mayor crisis del desplazamiento en el período comprendido entre 1997 y el año 2002-; así como una débil respuesta de las
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41
entidades locales, regionales y nacionales que conforman el Sistema de Atención a la Población Desplazada para superar la situación”.60
Eventos con Minas Antipersona y municiones abandonadas sin explotar Según los datos suministrados por el Programa Presidencial de derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la Vicepresidencia de la República, los eventos ocurridos entre 1990 y junio de 2008, en departamentos donde existen territorios de comunidades afrocolombianas, suman 332, de los cuales 224 (67.5%) corresponde a incidentes y 108 (32.6%) accidentes. EVENTOS MAP/MUSE 1990 - Jun 2008 33%
67%
Accidentes
Incidentes
El total de eventos (accidentes e incidentes) muestran un comportamiento relativamente homogéneo durante la década de los noventa, concentrándose en los municipios limítrofes de Antioquia (Turbo, Urrao, Murindó y Jondó). Se presentaron picos en los años 1993, 96 y 97. A partir del 2002 se da un incremento progresivo alcanzando un pico de 40 eventos en 2003, luego un leve descenso en el año siguiente y un pico máximo de 78 eventos en el 2006 donde empieza en descenso que al primer semestre de 2008 con un reporte de 12 eventos. Desde 2001, un número importante de municipios del departamento de Chocó, presentan registros de eventos. Para el caso del departamento de Nariño en los municipios de Barbacoas, Roberto Payán y Tumaco; en Risaralda el municipio de Pueblo Rico, en el Valle del Cauca en Buenaventura, y finalmente el municipio de Argelia en el Cauca.
60
Idem. map/ muse
42
TOTAL EVENTOS MAP/MUSE En municipios con territorios Afro, por año 1990 - Jun 2008 90
78
80 70 57
60 50
40
37
41
40 30 15
20 10
4
1
1
5
4
3
5
8 2
3
7
9
12
0
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 20 20 20 20 20 20 20 20 20
AÑO TOTAL
1990 91 92 93 94 95 96 97 98 99 2000 01 02 03 04 05 06 07 2008 4 1 1 5 4 3 5 8 2 3 7 9 15 40 37 41 78 57 12
Total Eventos en municipios con territorios Afro 1990 - Jun 2008 DEPARTAMENTO MUNICIPIO TOTAL EVENTOS ANTIOQUIA TURBO 39 URRAO 48 MURINDÓ 6 YONDÓ 26 CAUCA ARGELIA 30 CHOCO ALTO BAUDÓ 1 BAGADÓ 7 BAHÍA SOLANO 1 BOJAYÁ 3 CONDOTO 1 EL CANTÓN DEL SAN PABLO 1 EL CARMEN DE ATRATO 19 ITSMINA 1 JURADÓ 2 LLORÓ 1 NÓVITA 4 QUIBDÓ 9 RIOSUCIO 7 SAN JOSÉ DEL PALMAR 7 SIPÍ 2 map/ muse
43
TADÓ UNGUÍA BARBACOAS ROBERTO PAYÁN TUMACO PUEBLO RICO
NARIÑO
5 5 36 2 48 12
RISARALDA VALLE DEL CAUCA BUENAVENTURA TOTAL EVENTOS
9 332
Total Eventos en municipios con territorios Afro 1990 - Jun 2008 BUENAVENTURA PUEBLO RICO TUMACO ROBERTO PAYÁN BARBACOAS UNGUÍA TADÓ SIPÍ SAN JOSÉ DEL PALMAR RIOSUCIO QUIBDÓ NÓVITA LLORÓ JURADÓ ITSMINA EL CARMEN DE ATRATO EL CANTÓN DEL SAN PABLO CONDOTO BOJAYÁ BAHÍA SOLANO BAGADÓ ALTO BAUDÓ ARGELIA YONDÓ MURINDÓ URRAO TURBO 0
10
20
30
40
50
60
UR MU YO AR ALT BA BA BOJ CO EL EL ITS JUR NÓ QUI RIO SA UN BA RO TU PUE BUE TUR LLO TA RA RIN ND GEL O GA HÍA AY ND CA CA MIN AD VIT BD SU N SIPÍ GUÍ RB BER MA BL NA BO RÓ DÓ O DÓ Ó IA BA DÓ SO Á OT NT RM A Ó A Ó CIO JOS A AC TO CO O VE Incidentes
19
36
1
20
22
1
6
0
2
0
1
10
0
0
1
0
6
2
5
2
4
3
24
0
42
11
6
Accidentes
20
12
5
6
8
0
1
1
1
1
0
9
1
2
0
4
3
5
2
0
1
2
12
2
6
1
3
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Al observar los registros de eventos por municipio, se encuentra que los más afectados son Tumaco con 48 eventos y Barbacoas con 36 en el departamento de Nariño. Es necesario recordar que Barbacoas tiene una muy importante localización, toda vez que por vía terrestre comunica con Tumaco y también tiene acceso al Pacífico a través del río Patía, lo cual explica la elevada intensidad de la disputa armada por el control territorial de la zona. En el departamento de Antioquia, los municipios de Urrao y Turbo registran 48 y 39 eventos respectivamente, y Yondó con 29 eventos. En el departamento del Cauca, el municipio de Argelia y las comunidades afrocolombianas que en el viven ha sido muy afectados, allí se han presentado 30 eventos. Por su parte el departamento del Chocó, según los registros no presenta gran cantidad de eventos; sin embargo, un buen número de sus municipios han sido afectados.
Incidentes con MAP/MUSE El total de los incidentes tiene un comportamiento similar al del total de eventos, es decir, que en la década de los noventa fue regular, concentrándose en los municipios de Antioquia, con un pico de tres incidentes en el 90 y otro de cuatro en 1994 para descender a cero incidentes en el 96, al año siguiente volvió a cuatro, al igual que en el 2000, y a partir de allí se inicio un incremento hasta alcanzar registro nunca antes vistos, como el alcanzado en 2003 con 25 incidentes y en 2004 con 29, y el máximo de 64 en el 2006, ya para el 2007 descendió a 42, y en el primer semestre de 2008 el registro es de 6 incidentes. Para la presente década, los municipios chocoanos y algunos de Nariño, particularmente Barbacoas, Tumaco y Roberto Payán. Así como, Buenaventura en el Valle del Cauca, Puerto Rico en Risaralda y Argelia en el Cauca; han sufrido por incidentes con MAP/MUSE (ver tabla anexa). INCIDENTES MAP/MUSE En municipios con territorios Afro, por año 1990 - JUN 2008 70
64
60 50 42
40 29
30
25
20
4
5
20 08
20 07
6
20 06
2
20 05
1
20 04
19 98
19 96
19 95
19 94
19 91
19 90
19 97
0
0
AÑO INCIDENTES
4
2
20 03
3
20 02
19 93
4
6
20 01
1
20 00
1
19 92
3
19 99
22
10
1990 91 92 93 94 95 96 97 98 99 2000 01 02 03 04 05 06 07 2008 3 1 1 4 3 2 0 4 1 2 4 5 6 25 29 22 64 42 6
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45
Total Incidentes en municipios con territorios Afro 1990 - Jun 2008 DEPARTAMENTO MUNICIPIO INCIDENTES ANTIOQUIA TURBO 19 URRAO 36 MURINDÓ 1 YONDÓ 20 CAUCA ARGELIA 22 CHOCO ALTO BAUDÓ 1 BAGADÓ 6 BAHÍA SOLANO 0 BOJAYÁ 2 CONDOTO 0 EL CANTÓN DEL SAN PABLO 1 EL CARMEN DE ATRATO 10 ITSMINA 0 JURADÓ 0 LLORÓ 1 NÓVITA 0 QUIBDÓ 6 RIOSUCIO 2 SAN JOSÉ DEL PALMAR 5 SIPÍ 2 TADÓ 4 UNGUÍA 3 NARIÑO BARBACOAS 24 ROBERTO PAYÁN 0 TUMACO 42 RISARALDA PUEBLO RICO 11 VALLE DEL CAUCA BUENAVENTURA 6 TOTAL INCIDENTES 224
Accidentes con MAP/MUSE Con relación a los accidentes, que suman un total de 108, el comportamiento también es similar, mostrando que en la presente década, el conflicto se ha intensificado en los territorios de las comunidades afrocolombianas. A diferencia de los eventos e incidentes, la variable de accidentes presento un pico considerable en 1996 que se redujo en 1998 para luego incrementarse a partir del 2000.
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46
ACCIDENTES CON MAP/MUSE En municipios con territorios Afro, por año 1990 - Jun 2008 20
19
18 15
16
15 14
14 12 9
10
8
8
6 5
6
4
4 3
4 2
1
1 0
1
1
1
1
0
0
90 991 992 993 994 995 996 997 998 999 000 001 002 003 004 005 006 007 008 19 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2 2 2 2 2 2 2 2 2
AÑO ACCIDENTES
1990 91 92 93 94 95 96 97 98 99 2000 1 0 0 1 1 1 5 4 1 1 3
01 02 03 04 05 06 07 2008 4 9 15 8 19 14 15 6
Total Accidentes en municipios con territorios Afro 1990 - Jun 2008 DEPARTAMENTO MUNICIPIO ACCIDENTES ANTIOQUIA TURBO 20 URRAO 12 MURINDÓ 5 YONDÓ 6 CAUCA ARGELIA 8 CHOCO ALTO BAUDÓ 0 BAGADÓ 1 BAHÍA SOLANO 1 BOJAYÁ 1 CONDOTO 1 EL CANTÓN DEL SAN PABLO 0 EL CARMEN DE ATRATO 9 ITSMINA 1 JURADÓ 2 LLORÓ 0 NÓVITA 4 QUIBDÓ 3 RIOSUCIO 5 SAN JOSÉ DEL PALMAR 2 SIPÍ 0 TADÓ 1 UNGUÍA 2 map/ muse
47
NARIÑO
BARBACOAS ROBERTO PAYÁN TUMACO PUEBLO RICO
12 2 6 1
RISARALDA VALLE DEL CAUCA BUENAVENTURA TOTAL ACCIDENTES
3 108
Víctimas por accidentes con MAP/MUSE El total de 108 accidentes registrados desde 1990 hasta junio de 2008, en municipios donde las comunidades afrocolombianas tienen territorios titulados, han dejado un total de 230 víctimas directas, de las cuales 139 son militares y 91 personas de la población civil. TOTAL VÍCTIMAS MAP/MUSE 1990 - Jun 2008
40%
60%
Total Militares
Total Civiles
TOTAL VÍCTIMAS POR MAP/MUSE en municipios con territorios Afro 1990 - Jun 2008 DEPARTAMENTO MUNICIPIO CONDICION TOTAL GENERAL Civil 9 TURBO ANTIOQUIA Militar 19 MURINDÓ Civil 5 Civil 7 URRAO Militar 25 Civil 9 YONDÓ Militar 5 Civil 1 CAUCA ARGELIA Militar 16 BAGADÓ Militar 1 CHOCO BAHÍA SOLANO Militar 1 BOJAYÁ Militar 3 CONDOTO Civil 1 EL CARMEN DE ATRATO Civil 2 map/ muse
48
ITSMINA JURADÓ NÓVITA QUIBDÓ RIOSUCIO SAN JOSÉ DEL PALMAR TADÓ UNGUÍA BARBACOAS
NARIÑO
ROBERTO PAYÁN TUMACO RISARALDA VALLE DEL CAUCA TOTAL VÍCTIMAS
PUEBLO RICO BUENAVENTURA
Militar Civil Civil Militar Civil Militar Civil Militar Civil Militar Militar Civil Civil Militar Civil Militar Civil Civil Militar Militar Civil
16 8 1 1 2 4 3 1 8 1 5 1 1 1 18 14 2 11 8 1 2
Militar
17 230
VÍCTIMAS POR MAP/MUSE en municipios con territorios Afro 1990 - Jun 2008 BUENAVENTURA PUEBLO RICO TUMACO ROBERTO PAYÁN BARBACOAS UNGUÍA TADÓ SAN JOSÉ DEL PALMAR RIOSUCIO QUIBDÓ NÓVITA JURADÓ ITSMINA EL CARMEN DE ATRATO CONDOTO BOJAYÁ BAHÍA SOLANO BAGADÓ ARGELIA YONDÓ URRAO MURINDÓ TURBO
0
5
10 Civil
15
20
25
30
35
Militar
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49
El número de víctimas por MAP/MUSE a lo largo del periodo señalado ha tenido un comportamiento análogo a las demás variables ya observadas. Para la década de los noventa, las cifras son relativamente bajas, presentando un incremento muy considerable para la presente década. TOTAL VÍCTIMAS POR MAP/MUSE en municipios con territorios Afro 1990 - Jun 2008 50
46 42
45
42
40
35
35 30 25 20 13
15
10
10 7
10 5
1
0
0
2
2
2
4
3
1
7
3
0
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 20 20 20 20 20 20 20 20 20
AÑO 1990 91 92 93 94 95 96 97 98 99 2000 01 02 03 Víctimas 1 0 0 2 2 2 10 4 3 1 3 7 13 42
04 10
05 46
06 42
07 2008 35 7
Se observa un pico en 1996 donde los municipios afectados fueron Turbo (4 militares) y Yondó (5 civiles) en el Urabá antioqueño, y un civil en Argelia en el departamento de Cauca. A partir del 2001 las cifras se incrementan alcanzando un pico de 42 víctimas en el 2003, las cuales se concentran en el Urabá antioqueño, en Turbo, Urrao y Murindó; para el siguiente año descienden a 10, pero en el 2005 hubo una preocupante cifra de 46 víctimas (30 civiles y 16 militares), para este año las víctimas no se concentraron en el Urabá antioqueño, sino en el departamento de Nariño, particularmente en Barbacoas (17 civiles y 2 militares) y Tumaco (10 civiles y 3 militares), es de señalar que municipios como Bagadó, Bojayá, Condoto, Carmen del Atrato y Novitá del departamento de Chocó también desafortunadamente aportaron víctimas. Para el año siguiente, la cifra apenas se redujo en dos víctimas y en cuanto a la distribución geográfica, los municipios de Nariño tuvieron menos peso, por lo contrario, Buenaventura en el Valle de Cauca, aporto 17 militares y 2 civiles. El resto de víctimas se distribuyó en los diferentes municipios, resaltándose los 8 civiles en Itsmina. En map/ muse
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el 2007 el total de víctimas se redujo a 35 donde los municipios más afectados fueron Argelia (14 militares y 1 civil) en el Cauca y Barbacoas (9 militares y 1 civil) en Nariño. Finalmente, es necesario recalcar que la información referida a situaciones de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, en términos generales está georefernciada por municipios o departamentos y no por territorios comunitarios, incluso no hay claridad, en los reportes de los diferentes casos, de si la víctima es o no afrocolombiano. Sin embargo, el hecho de que ocurra un evento en un municipio donde existen territorios comunitarios de población afrocolombiana, tiene consecuencias en la vida cotidiana, en la forma de poblamiento y uso del territorio no solo en aspectos materiales o de provisión de alimentos y movilidad, sino también en aspectos culturales. Así mismo, puede generar desplazamientos individuales o colectivos.
Conflicto Y Comunidades Afrocolombianas Como ya se mencionó, es claro, que el “proyecto paramilitar” no sólo tiene por objetivo el combatir la subversión y controlar rutas y sitios estratégicos para tráficos ilícitos, sino también, lograr el control territorial y poblacional con el fin de imponer un modelo hegemónico. En tanto, las guerrillas, no sólo buscan, atacar a los grupos armados contrarios y el control de rutas y sitios estratégicos para diversos tipos de tráficos, sino también, en oposición, al statu quo, lograr el control territorial y poblacional. Es decir, el terror y los desplazamientos, no sólo tienen por finalidad el cambio de propietarios sobre la tierra, el cambio de una propiedad colectiva por una privada, sino también, desarticular los proyectos de las comunidades, sus formas de producción, sus procesos organizativos, sus sistemas sociales y culturales. En palabras de María Elvira Naranjo: “La violencia armada apunta a exterminar la integridad territorial, social y cultural de los pobladores, imposibilitando el ejercicio de sus prácticas culturales, acabando con sus formas de organización, expulsando sistemáticamente los militantes de sus movimientos o en ocasiones eliminándolos para apoderarse de los recursos naturales (madera, oro, plantaciones de palma africana) sin respeto alguno por la reglamentación sobre medio ambiente, ni los derechos de los habitantes.”61 Es innegable, que el terror y los desplazamientos tienen por finalidad desarticular los proyectos de las comunidades. Imposibilita el ejercicio de las prácticas tradicionales de producción, de la interdependiente relación con la naturaleza, de la ancestral forma de tenencia de la tierra, de las formas propias de control social y cohesión social, del derecho ancestral. En últimas, de la pervivencia de las 61
Naranjo, María Elvira. Op. Cit. map/ muse
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minorías étnicas. Es la imposición de un modelo social, económico, cultural y político hegemónico sobre modelos alternativos de las minorías étnicas, en medio de la sistemática violación de derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Los efectos del conflicto armado en comunidades afrocolombianas van más allá del impacto inherente a la violación de los derechos humanos de los individuos, toda vez que el individuo no se concibe como un ser desarticulado, independiente y aislado del resto de la comunidad y menos aún del resto del universo. Es un ser inmerso en una compleja red de relaciones en equilibrio. Relaciones que se caracterizan por estar fundamentadas sobre principios de integralidad y reciprocidad con un fuerte carácter colectivo. Relaciones que se expresan en sus especificidades y particular forma de entender y estar en el mundo; es decir, en sus cosmovisiones, sus usos y costumbres, sus formas de derecho propio, sus formas de ocupación del territorio, su relación con el universo, entre otros aspectos de la vida. En este orden de ideas, el impacto del conflicto armado no sólo es de carácter individual sino también constituye factores de riesgo para la supervivencia física, social, económica y cultural de las comunidades afrocolombianas como sociedades únicas e irrepetibles. En otras palabras, no sólo afecta la vida de individuos y familias sino también a los demás seres de la naturaleza, a la madre tierra, rompe el equilibrio o las relaciones de reciprocidad con sus seres y sitios sagrados y mitológicos. Los derechos fundamentales de los pueblos indígenas y las comunidades afrocolombianas se relacionan directamente con el territorio, como fundamento de la vida social, cultural y política de dichos grupos; con la identidad cultural, como condición para la realización de la pluralidad; con la etnoeducación o la educación propia, como posibilidad de reproducción social, económica y cultural; con la autonomía como referente político y materialización del reconocimiento constitucional de 1991 y, esencialmente, con la vida. Al igual que en el caso de los pueblos indígenas, las comunidades afrocolombianas han visto inculcado su derecho al territorio, han sido víctimas de hechos como: ▪ ▪ ▪ ▪ ▪
La inadecuada utilización de los recursos naturales de sus territorios. La ocupación indebida por parte de colonos y empresas productivas. La presencia, el tránsito o el establecimiento de actores armados legales e ilegales. La siembra de cultivos de uso ilícito. Las economías extractivas y la ejecución de megaproyectos tales como la explotación de maderas, el cultivo de palma africana y plátano, ganaderías extensivas, entre otros, obviando la aplicación o aplicando indebidamente el map/ muse
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derecho a la consulta previa y la concertación, tal como lo dispone la Carta Política y los convenios internacionales (Convenio 169 OIT). De tal manera que se han violado los derechos al territorio, a la consulta previa y a la libre autodeterminación, derechos consagrados en el Convenio 169 de la OIT y que recoge el derecho interno. Asimismo, desde la óptica del Derecho Internacional Humanitario, y con relación al territorio, se ha violado el Protocolo II en su Artículo 14, el cual advierte de la protección de los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil, de allí que prohíba las operaciones militares que tengan como consecuencia hacer padecer hambre a las personas civiles, tales como el uso de minas antipersonal por parte de los grupos armados que muchas veces son sembradas en los campos de cultivos o los sitios sagrados. Igualmente, el mencionado Protocolo establece normas para preservar la existencia de las reservas de agua. Un alto porcentaje de eventos con minas antipersona o munición abandonada se registra en caminos, ello además de indicar una grave situación en cuanto a la exposición masiva de los miembros de las comunidades, permite conjeturar una afectación concomitante que tiene que ver con la provisión de alimentos y otros bienes indispensables para la subsistencia. En este sentido cabe afirmar que la colocación de minas y artefactos explosivos en caminos que intercomunican zonas de habitación, producción, provisión de agua y sitios rituales y elementos propios de la medicina tradicional, constituye un riesgo para la seguridad alimentaría y para el desarrollo de actividades rituales de importancia trascendental para los pueblos indígenas. En últimas, los principios de integralidad y reciprocidad se ven resquebrajados por cuanto se rompe la relación de los miembros de las comunidades con los demás seres que conforman el universo, con la naturaleza y con los seres mitológicos o semimitológicos. Adicionalmente a los efectos negativos generados por mecanismos e instancias institucionalizadas y legitimadas, propias de las sociedades contemporáneas. El desarrollo y recrudecimiento del conflicto armado representa una seria amenaza no solo para la existencia física de estas comunidades, sino también la existencia como sociedades únicas e irrepetibles. Lo que constituye una clara y fragante violación del derecho a existir como pueblos diferentes, que está expresamente protegido en la Constitución Colombiana, en las leyes 70 de 1993 y 115 de 1994, así como en instrumentos internacionales como el Convenio 169 de la OIT. Y que por extensión, el DIH recoge en su Protocolo II, Artículo 16, donde ordena proteger de operaciones militares a los Lugares de Culto, porque constituyen patrimonio espiritual de los pueblos. Según el Protocolo en mención éstos tampoco pueden ser utilizados en apoyo del esfuerzo militar de ninguno de los actores de conflicto.
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Organizaciones y líderes de las comunidades afrocolombianas, han señalado algunas de las consecuencias y consideraciones frente al impacto del conflicto armado, particularmente del desplazamiento: • Una comunidad ubicada en la parte media de un río, por ejemplo, no puede ser ubicada río arriba porque las prácticas productivas son diferentes. • Los curanderos se encuentran con los mayores (los muertos) en lugares del territorio en el que habitan; en un nuevo lugar de asentamiento ¿dónde podrían encontrarse con sus muertos? • Cuando una persona se muere sus familiares y amigos siembran un árbol con el que han de seguir teniendo una relación similar a la que tenían con la persona viva, en otro lugar ¿dónde podría estar este árbol? • Los palenques (que son su territorio) son un sistema cuya dinámica depende de todos los pequeños y grandes asentamientos que hay alrededor del río, con un sólo asentamiento que se desplace se interrumpe todo el sistema que constituye territorio sustentable. • Cada comunidad asentada alrededor del río ha generado una relación con su territorio que es producto de un reconocimiento ancestral del espacio en el que se habita, éste reconocimiento tardaría siglos en volverse a dar. Es importante, resaltar que las comunidades no se limitaron a asumir un papel de víctimas, sino que han, recurriendo a sus tradicionales formas organizativas y culturales, generado procesos de resistencia civil no violenta, donde los consejos comunitarios han jugado un papel central. Procesos que tienen como principales objetivos, la recuperación y defensa de los territorios colectivos, y la reconstrucción identitaria. En este sentido, son de amplio conocimiento, la conformación de las “comunidades de paz” y los procesos de retorno, y a partir del 2001, la conformación del Foro Interétnico “Solidaridad Chocó”, que tiene por misión “Defender la dignidad de los pueblos negros, indígenas y mestizos fomentando el arraigo y la defensa del territorio, mediante la construcción de autonomía comunitaria desde las autoridades tradicionales, como los consejos comunitarios y cabildos indígenas, además de construir soberanía alimentaría. Todos estos procesos están fundamentados en la identidad cultural y el respeto a la diversidad étnica.”62 El Derecho ancestral Afrocolombiano constituye una forma de resistencia y respuesta de las comunidades, frente a la ausencia de soluciones a sus problemáticas más apremiantes, como lo es el despojo indiscriminado y desarraigo de sus territorios. En este sentido, como ya se mencionó en el capitulo sobre territorio y gobierno propio, las comunidades afrocolombianas han desarrollado un mecanismo que desde su ámbito cultural, busca soluciones a las problemáticas sociales
62
Foro Interétnico “Solidaridad Chocó”. Construyendo Unidad dentro de la diversidad. map/ muse
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originadas, mediante la Ley de Cupos, que en últimas se enmarca en la Justicia restaurativa.
7. Sondeo de situación sobre MAP/MUSE en comunidades afrocolombianas En desarrollo del presente estudio se llevó a cabo un sondeo de situación entre nueve líderes de consejos comunitarios. La entrevista se realizó entre el 09 y el 10 de julio de 2008. El propósito del sondeo fue indagar sobre tres aspectos básicos relacionados con la ocurrencia de eventos con MAP/MUSE en los territorios de comunidades afrocolombianas: ocurrencia e impacto de accidentes o incidentes; las acciones comunitarias e institucionales adelantadas frente a las comunidades y las víctimas, y las acciones que se consideran necesarias para prevenir o atender los efectos de las MAP/MUSE en territorios indígenas. A continuación se presentan los resultados de la indagación.
Ocurrencia e impacto Se realizaron cuatro preguntas para verificar la ocurrencia de accidentes o incidentes y la afectación directa sobre víctimas: a. ¿Conoce usted de casos de incidentes y/o accidentes con minas antipersonal o artefactos explosivos de los cuales hayan sido víctimas miembros de su comunidad o consejo comunitario?
Todos los entrevistados respondieron que tenían conocimiento de eventos relacionados con MAP/MUSE en territorios de los consejos comunitarios de su región. Sobre sitios específicos de eventos se mencionaron: Las Mercedes, Tauchigadó, Munguidó, Vecinos, Bojayá y Boca de Aguaclara b. ¿Este tipo de casos se han incrementado en el último año? Tres de los líderes entrevistados afirman que los eventos si se han incrementado, y llaman la atención a que: Así no hallan nuevos accidentes, las comunidades sienten gran temor de transitar por zonas donde ha habido presencia de los diferentes actores armados, pues en otras ocasiones si se han presentado eventos con MAP/MUSE tras el paso de los actores.
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Otros tres representantes de las comunidades afrocolombianas manifestaron que este tipo de casos han disminuido y señalan como una de las razones, el hecho que a las comunidades se les informa los lugares de ocurrencia de eventos. Hay dos personas que consideran que la situación se mantiene igual y una que no respondio. c. ¿En qué zonas o áreas del territorio o resguardo se han presentado estos casos? A la pregunta sobre los sitios en los cuales se han registrado incidentes o accidentes con MAP/MUSE, se citaron lugares destinados a la producción, al tránsito cotidiano y fuentes de agua. NS/NR 11% Caminos 22%
En zonas de cultivo, caza y pesca 56%
Ríos, Playas, Fuentes o cuerpos de agua 11%
El alto porcentaje que se registra para las zonas de cultivo, caza y pesca (56%), además de indicar una grave situación en cuanto a la exposición masiva de los miembros de las comunidades, permite conjeturar una afectación concomitante que tiene que ver con la provisión de alimentos y otros bienes indispensables para la subsistencia. El segundo porcentaje más alto (22%) corresponde a los caminos que intercomunican zonas de habitación, producción, provisión de agua y sitios rituales, constituyendo un riesgo para la seguridad alimentaria y para el desarrollo de actividades rituales de importancia trascendental para estas comunidades. Aunque se presenta con una prevalecía menor, los cuerpos de agua como ríos son de vital importancia, pues entorno a ellos se desarrolla, crea y recrea toda la dinámica comunitaria y social. d. ¿Quiénes han sido especialmente afectados? El sondeo arrojó que los hombres son quienes como individuos representan el mayor porcentaje de víctimas directas; estos datos están en estrecha relación con el hecho de que la mayoría de eventos ocurren en zonas de cultivo, caza y pesca. map/ muse
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Hombres 46%
Mujeres 31% Niños y niñas 23%
Vale la pena aclarar que dado el carácter colectivo y los principios de reciprocidad e integralidad de las comunidades afrocolombianas, al igual que para el caso de los pueblos indígenas, toda afectación individual tiene implicaciones en el orden comunitario. Toda violación o vulneración de los derechos, tanto individuales como colectivos, es grave por si misma. Sin embargo, el grado y tipo de afectación comunitaria dependerá del papel que la persona desempeñe en la estructura social y comunitaria. En este sentido, por ejemplo, si la víctima es un adulto mayor, el impacto comunitario es supremamente grave, pues recordemos que en la estructura comunitaria afro, los adultos mayores son quienes poseen el conocimiento ancestral y juegan un papel de mediadores tanto en asuntos cotidianos como en el proceso de reconocimiento del territorio colectivo. De manera similar sucede con las parteras, curanderos y otras personas que desarrollan funciones claves para la cohesión y control social.
Acciones comunitarias e institucionales adelantadas Para indagar sobre la respuesta de las comunidades y las instituciones en relación con la prevención y atención de eventos por la presencia de MAP/MUSE, se hicieron cuatro preguntas: a.
¿Cuales han sido las acciones que han adelantado las comunidades con respecto a las víctimas?
La respuesta generalizada ha sido el respaldo a la denuncia pública y la solidaridad de emergencia por parte de las redes parentales a las víctimas de los accidentes. map/ muse
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Tipo de ayuda
Frecuencia
Denuncias públicas
5
Solidaridad con las víctimas y sus familias
1
No tiene información
2
No saben donde acudir
1
Para la instauración de las denuncias públicas instituciones como: el Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato – COCOMACIA, Defensoría del Pueblo y la Diócesis de Quibdo han jugado un papel importante. b. ¿Qué tipo de acciones adelantan las comunidades y sus autoridades respecto a las víctimas y la prevención interna? El sondeo permitió establecer que algunas comunidades afrocolombianas han desarrollado actividades básicas de prevención de accidentes con MAP/MUSE, gracias a un proceso de capacitación adelantado con COCOMACIA y el apoyo de ACNUR y la OIM. Los líderes allí formados han ido por las comunidades llevando el mensaje de que en caso de encontrar algún objeto extraño no sea manipulado y se demarque el sitio. De otra parte, algunos líderes afrocolombianos señalaron que en algunas ocasiones los propios actores armados advierten a las comunidades para que no transiten por determinados lugares. c. ¿Qué tipo de acciones adelantan las comunidades y sus autoridades ante las instituciones? La respuesta más generalizada fue la denuncia. Sin embargo, la falta de confianza y credibilidad en las instituciones, tal vez por la deficiente respuesta institucional, hace que la mayoría no la vea como una opción real y efectiva.
Acciones de prevención y atención requeridas Los representantes de las comunidades afro coincidieron en que son prioritarias las acciones de prevención y atención de eventos por MAP/MUSE. Las acciones contempladas están principalmente relacionadas con la Educación para prevenir en el riesgo partiendo de las estructuras organizativas y comunitarias propias. Así mismo, recalcan en la participación directa de las entidades responsables de las políticas de atención y prevención. map/ muse
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8. Plan de Acción contra MAP/MUSE de la Población Afrocolombiana. Con el ánimo de avanzar en el diseño y formulación de un plan de acción integral contra minas antipersona y munición abandonada con perspectiva étnica, los días 17, 18 y 19 de Agosto de 2004 se llevó a cabo el “Primer Encuentro Nacional sobre Minas Antipersonal con Comunidades Indígenas y Afrodescendientes”, evento que contó con el apoyo del Llamamiento de Ginebra, la Campaña Colombiana contra Minas, UNICEF y la Vicepresidencia de la República – Observatorio de Minas Antipersonal. Dicho encuentro, donde participaron 36 líderes afrocolombianos, fue realizado con el objeto de informar tanto a la comunidad afrocolombiana como a la indígena acerca del desarrollo de la acción integral contra minas antipersona y munición abandonada (AICM) en Colombia, de igual forma y, como prioridad del encuentro, se intentó crear un espacio de diálogo e intercambio entre ambas comunidades con relación al tema de minas antipersonal, así como, iniciar acercamientos con la institución gubernamental encargada del tema a escala nacional, es decir, el Observatorio de Minas Antipersonal. El primer ejercicio de planeación participativa se desarrolló bajo los principios de la participación y acciones afirmativas bajo un enfoque de respeto de los derechos humanos de las minorías étnicas. Principios que quedaron plasmados en el borrador del Plan de Acción contra Minas Antipersonal de la Población Afrocolombiana. La participación de las comunidades afrocolombianas quedó planteada para los diferentes niveles. Es decir, en espacios nacionales como en la misma estructura del Observatorio de Minas Antipersona de la Vicepresidencia, hasta en espacios locales y regionales con comités de seguimiento, monitoreo y evaluación; así como veedurías ciudadanas. Otro eje que se pretende desarrollar con el plan es el de la capacitación, que contempla la educación en el riesgo con enfoque étnico. Así mismo, el plan contempla estudios relacionados con el impacto sociocultural y humanitario del impacto de eventos con MAP/MUSE en comunidades afrocolombianas, que brinden elementos para el diseño de los contenidos de capacitación, la adecuación o creación de un sistema de información con enfoque étnico y del sistema de seguimiento y monitoreo. Todo ello sobre la base de un sistema de coordinación directa entre las comunidades afrocolombianas y el Observatorio de Minas Antipersona, las gobernaciones y alcaldías. Coordinación que debe partir del reconocimiento de los procesos organizativos y autoridades propias de las comunidades afro. Estos aspectos se pueden observar en el esquema del Plan de Acción Integral contra Minas Antipersona en comunidades afrocolombianas, que a continuación presentamos. map/ muse
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Nivel de Prioridad
Objetivos Específicos (estrategias) 1.3 Sistema de Gestión de Información.
Actividades Generales (Programas)
Productos
Actividades Generales
Instituciones Responsables
1.1.1 Rediseño del Observatorio para convertirlo en el Centro Nacional de Acción Contra Minas.
1
Representación afrocolombiana en la nueva estructura del Observatorio.
Fortalecimiento institucional por parte de miembros afrocolombianos.
1.1.2 Procesos de planeación, formulación de políticas y adecuaciones legislativas integrales con las instancias nacionales que atienden la crisis humanitaria.
2
Componente étnico dentro de todas las instancias nacionales y regionales en la AICM.
Diseño e implementación de las directrices afrocolombianas en el tema de minas.
1.1.3 Capacitación técnica del equipo nacional responsable de la Acción Integral Contra Minas en cada una de los componentes, en el marco de los estándares internacionales y de acuerdo al contexto colombiano.
3
Capacidad instalada dentro comunidades afrocolombianas.
las
Diseñar e implementar programas de capacitación técnica para comunidades afrocolombianas.
1.1.4 Gestión Internacional, nacional, sectorial y población de la AICM en Colombia.
4
Portafolio de la AICM con enfoque étnico para Colombia.
Acompañamiento, seguimiento, monitoreo y coordinación de la consecución de recursos técnicos y monetarios para el portafolio con enfoque étnico.
1.2.1. Estudios preliminares en la AICM.
1
Situación de MAP y MUSE en la población afrocolombiana
Diseño del instrumento y metodología del estudio.
1.2.2 Estudios de impacto socioeconómico estandarizados “LISAC” sobre la presencia de MAP y MUSE en las comunidades.
2
Afectación social, económica y ambiental de las MAP y MUSE en las comunidades afrocolombianas.
Diseño del instrumento y metodología del estudio.
1.3.1 Unificación del Sistema de Gestión de Información en los diferentes niveles territoriales.
1
Sistema de Información con enfoque étnico.
Caracterización social, económica y cultural de las comunidades afrocolombianas para identificar las variables que deben ser incluidas en el sistema de información.
1.3.2 Descentralización y mantenimiento del Sistema de Gestión de Información en los diferentes niveles territoriales
2
de
Instancia local de manejo del Sistema de Información para su consulta y retroalimentación con representación afrocolombianas.
1
Estándares internacionales adaptados al escenario nacional con enfoque étnico.
Revisión de internacionales.
los
DANE, Vicepresidencia, Comunidades de Base Afro, CARs, Observatorio de Minas. Sectores involucrados.
Sectores involucrados
Observatorio de Minas Antipersonal. Organizaciones de Base afrocolombianas.
estándares
Concertación del diseño de los estándares con representantes afrocolombianos.
1.4 Sistema de control de Calidad
Observatorio de Minas Antipersonal. Organizaciones de Base afrocolombianas.
Sistematización de la información relacionada con afrocolombianos.
Implementar una red de comunicaciones que permita un intercambio fluido de información relacionada con afros y el Observatorio. 1.4.1 Implementación de los estándares nacionales en la AICM
Observatorio de Minas Antipersonal. Organizaciones de Base afrocolombianas.
Divulgación de los estándares entre la comunidad afrocolombiana. 1.4.2. Implementación de un sistema de Acreditación para la implementación de la AICM.
2
Sistema de Acreditación para organizaciones de base afrocolombianas
Diseño de los contenidos de capacitación en la AICM para comunidades afrocolombianas. Selección de las personas u organizaciones involucradas en la multiplicación de la AICM. Cuerpo Consultor
1.4.3 Implementación de un sistema de seguimiento, monitoreo y evaluación en la AICM.
3
Sistema de evaluación.
seguimiento,
monitoreo
y
Creación de un Comité de seguimiento, monitoreo y evaluación.
Conformación ciudadanas.
1.5 Fortalecimiento de las capacidades territoriales para la descentralización de las AICM.
Implementar una política estatal pertinente en la Acción Integral contra minas.
Fortalecimiento Institucional en los diferentes niveles territoriales.
1.2 Estudios para orientar la AICM en el contexto colombiano
1.1 Sostenibilidad de la Instancia Nacional responsable de coordinar la AICM.
Objetivo General
Componente de política
PLAN DE ACCIÓN CONTRA MINAS ANTIPERSONA EN COMUNIDADES AFROCOLÑOMBIANAS (2004)
1.5.1 Sostenibilidad de las instancias departamentales y municipales en la AICM.
1
Planes de desarrollo departamentales, municipales y veredales con el componente de MAP.
de
Veedurías
Concertación con las autoridades.
Modificaciones necesarias.
legales
si
son
Observatorio de Minas Antipersonal. Organizaciones de Base afrocolombianas.
Asignación presupuestal. 1.5.2. Gestión coordinada y sostenible de la AICM en departamentos, municipios y veredas.
2
Sistema de coordinación directa de las Comunidades Afrocolombianas y el Observatorio de Minas Antipersonal, gobernaciones y alcaldías.
Concertación involucrados.
con
los
actores Instancia Nacional Afro.
Creación de una instancia nacional afrocolombiana encargada del tema. Observatorio de Minas Antipersonal.
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9. Reparación en Comunidades Afrocolombianas Afroreparaciones: De la esclavitud a la inclusión, reivindicación, dignidad y Autonomía de los pueblos Afrodescendientes El tema de las afroreparaciones es de vieja data, de ella hay referencias desde la misma abolición de la esclavitud.63 Y se ha fundamentado sobre en una “política de memoria de la esclavitud con sus consecuencias, y en la relación que ese pasado guarda con las condiciones de desigualdad del presente”. Pensamiento que fue recogido en la Conferencia de Durban (Sudáfrica), de 2001, donde se estableció la trata transatlántica como un crimen de lesa humanidad.64 En dicha Política, son conceptos centrales: el de “Colonialidad del poder”65, entendida, “como un patrón histórico - mundial que nace con y caracteriza fundamentalmente el proceso de globalización capitalista que surge en el siglo XVI con la conquista de las Américas, el comercio esclavista trasatlántico y el sistema de plantaciones, el nacimiento de imperios europeos modernos y, con el tiempo de un orden geopolítico de naciones – Estados y la emergencia de la ideología de Occidente como marco discursivo para dar sentido a nuevas formas de dominación cultural (religiosas, lingüísticas y epistémicas)”66. En efecto, dicha “Colonialidad del poder” también tiene su expresión en lo cultural, en lo simbólico y en la producción de referentes e identidades; la idea misma de raza y, por ende el discurso racial y los regímenes racistas son producto histórico de la colonización de las Américas67. En donde el eurocentrismo y las representaciones simbólicas que él encarna; así como los paradigmas de desarrollo se imponen, se naturalizan, se vuelven el “natural orden de las cosas”; invisibilizando, excluyendo y marginando a los afrodescendientes y sus culturas, sumiéndolos en condiciones de discriminación y desigualdad social. 63
Lao-Montezs, Agustín. Sin justicia étnico-racial no hay paz: las afro-reparaciones en perspectiva histórico mundial. En: Mosquera, Claudia y Luís Baecelos (editores). Afro-reparaciones: Memorias de la Esclavitud y Justicia Reparativa para negros, afrocolombianos y raizales. Bogotá: U.N., Facultad de Ciencias Humanas. Centro de Estudios Sociales. 2007. P. 132. 64 Almario García, Oscar. Reparaciones contemporáneas: de la Memoria de la Esclavitud al cuestionamiento de la exclusión social y el racismo. En: Mosquera, Claudia y Luís Baecelos (editores). Afro-reparaciones: Memorias de la Esclavitud y Justicia Reparativa para negros, afrocolombianos y raizales. Bogotá: U.N., Facultad de Ciencias Humanas. Centro de Estudios Sociales. 2007. p. 185. 65 Termino acuñado por Aníbal Quijano y elaborado por activistas e intelectuales en Latinoamérica 66 Lao-Montezs Agustín. Opt. Cit., p. 133. 67 Ibíd.
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En este orden de ideas, la afroreparaciones tiene que darse en dos sentidos: de una parte, de los países colonialistas europeos a África; y de otra parte, la reparación a los afrodescendientes en los países americanos. Como ejemplo de ello podemos mencionar que entre las exigencias de la revolución haitiana, se encontraba ya la exigencia de compensación por la deuda histórica de dominación y explotación del capitalismo colonial esclavista del imperio francés. Dichas reparaciones deben contemplar, en primer lugar, el reconocimiento de la esclavitud como un crimen de lesa humanidad y el resarcimiento de las condiciones de marginalidad y exclusión social, económica, cultural y política. Resarcimiento que debe conllevar la superación de las actuales condiciones y la garantía de la no repetición De otra parte, las reparaciones deben contemplar tanto los aspectos materiales como los simbólicos, y las situaciones individuales y colectivas. Conceptualmente “La noción de reparación, hace referencia a las medidas tomadas para resarcir errores pasados que pueden o no catalogarse como violaciones a los derechos humanos o como ofensas criminales, resarcimiento que puede ser colectivo o individual según el caso. La noción, sin embargo, abarca una amplia gama de estrategias concretas como la restitución, que hace referencia especialmente a derechos y propiedades, la compensación, es decir el reconocimiento monetario, y la rehabilitación que, -en un sentido mas particulares la restauración de la salud física y psicológica de una víctima o de un grupo de víctimas. Por otro lado también comprende tipos de reparación, como lo son las medidas individuales y las colectivas, las financieras y las no financieras, las conmemorativas y las de reforma (Vandegiste 2003: 145-147)”68. El encuentro panamericano celebrado en 1977 en Cali (Colombia) marcó un cambio significativo en la política racial de Colombia y las Américas, y junto al proceso que se dio en los encuentros de los noventa y la pasada Conferencia Mundial contra el Racismo de 2001 produjeron frutos de suma importancia, “como el uso del termino afrodescendiente como etiqueta de identidad política aglutinadora del movimiento a escala hemisférica y la promoción en las esfera pública de políticas sociales en contra de la discriminación y a favor de la justicia racial”69. Posteriormente en el primer Foro Social de las Américas, reunido en Quito entre el 25 y 30 de junio de 2004, los participantes realizaron la Declaración política de las mujeres y los hombres de los pueblos afrodescendientes, en tal documento,
68 69
Almario García, Oscar., p.188. Lao-Montezs Agustín. Opt. Cit., p. 147. map/ muse
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en los considerandos números 8 y 9 aparecen las nociones de –reparación histórica-, y de –acciones afirmativas-70” Reparación histórica con el fin de compensar los daños causados por el esclavismo o la “Colonialidad del poder” y Acciones afirmativas con el propósito de superar las relaciones que general los niveles críticos de pobreza, marginalidad y exclusión, en los que actualmente se encuentran las minorías étnicas afrodescendientes e indígenas.
El caso colombiano: En medio de la esclavitud y el conflicto armado; por la defensa del territorio, la cultura y la autonomía. En el caso colombiano sumado a las nefastas consecuencias de la esclavitud, las minorías étnicas, en términos generales, y los afrodescendientes para el caso particular, se han visto seriamente afectadas por el conflicto armado. Bajo el actual gobierno de Álvaro Uribe Vélez y su política de Seguridad Democrática han tenido lugar las desmovilizaciones colectivas de paramilitares en el marco de las negociaciones de Ralito. Proceso que tiene como marco normativo, entre otros, la Ley 792 de 2002 y la Ley 975 de 2005, también conocida como Ley de Justicia y Paz. Y la desmovilización individual, principalmente de guerrilleros. El proceso actual de desmovilización ha vuelto a poner en la palestra pública el tema de la verdad, justicia y reparación. Incluso el gobierno nacional creó la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación con el fin de que formule las recomendaciones de criterios de reparación y de proporcionalidad restaurativa.71 Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar, particularmente de ong’s de derechos humanos y organizaciones de las víctimas de los grupos armados al margen de la ley. Las comunidades afrocolombianas no reconocen legitimidad a la Ley 975 de 2005, porque según ellos, los conceptos de verdad, justicia y reparación que la norma contempla, no son los mismos manejados o concebidos por los pueblos afrocolombianos.72 70
Almario García, Oscar. Opt. Cit., p. 185. Artículo 52, 6, Ley 975 de 2005. 72 Martínez Miranda, Luís Gerardo. Desde adentro: una aproximación desde el tema de Verdad, Justicia y Reparación a partir de las víctimas Afrocolombianas. En: Mosquera, Claudia y Luís Baecelos (editores). Afro-reparaciones: Memorias de la Esclavitud y Justicia Reparativa para negros, afrocolombianos y raizales. Bogotá: U.N., Facultad de Ciencias Humanas. Centro de Estudios Sociales. 2007. P. 426 71
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Por ésta razón, la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas (CNOA) adelantó un proceso de “construcción colectiva de una propuesta marco para el ejercicio de los derechos a la Verdad, la Justicia y la Reparación desde las comunidades afrocolombianas”; que fue desarrollado en los municipios de Bojayá, Buenaventura y Tumaco. Algunas de las conclusiones a las que llegaron los líderes afrocolombianos son: 1. En términos de la búsqueda de la Verdad: “las comunidades consideran que en Colombia existe un manto de impunidad sobre los hechos de violencia que han tenido lugar en sus territorios, por lo que argumentan que, si la paz es el objetivo fundamental del gobierno, en la agenda de la desmovilización se deben incluir los aspectos relacionados con el esclarecimiento de la verdad sobre las situaciones en las que se han visto vulnerados y violados sus derechos. (…) consideran que no existe modo de conocer la verdad sí la búsqueda de las mismas no parte de las personas y comunidades que han sido afectadas directamente por el conflicto armado”73. “La recuperación de la memoria colectiva se convierte en una necesidad para enfrentar el problema jurídico. Se basa en la recolección de testimonios y elementos probatorios que sirvan para establecer las sanciones aplicables a quienes hayan cometido delitos contra las comunidades. No obstante, la inseguridad reinante en los territorios ancestrales llevan éstas a plantearse el siguiente interrogante: conociendo la realidad colombiana, ¿existen garantías por parte del Estado para iniciar un proceso serio de búsqueda de la verdad? (…) la pregunta cobra importancia si se tiene en cuenta que, con todas las fallas de la actual ley de Justicia y Paz, cualquier testimonio de cualquier víctima podría inmediatamente convertir al individuo o a su comunidad, o a ambos, en objeto de represalias del actor armado acusado como responsable de la violación de sus derechos”74. 2. En términos de la aplicación de Justicia: “Los afrodescendientes piden que se reoriente la aplicación de justicia establecida en la ley de Justicia y Paz, lo que implica necesariamente volver al origen del término; esto es, entender que la justicia es el equilibrio existente entre el delito y la sanción que se le aplica a quien lo ha cometido. En este sentido, el perdón de las víctimas a los victimarios podría emerger con menor dificultad, entendiendo desde luego, que en estas circunstancias no va a ser fácil de obtener, lo que implica que, para llegar a el, se va a necesitar mucha ayuda profesional e internacional75” 73
Ibíd., p. 431. Ibíd., p. 432. 75 Ibíd., p.p. 432-433. 74
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“De igual forma se hace necesaria un tipo de justicia no ordinaria que tenga en cuenta las formas alternativas de judicializar que aún se aplican en la sociedades afrodescendientes, ya que han sido heredadas de generación en generación, como una manera de mantener el equilibrio dentro de sus comunidades76” “Otra exigencia es que las víctimas afrocolombianas del conflicto deben participar activamente como sujetos procesales en todos los procedimientos de investigación que se adelanten, la ley 729 establece el esclarecimiento de la verdad sólo a partir de la confesión de los victimarios y no tiene en cuenta a las comunidades que fueron víctimas de la violación de sus derechos. Por tal razón es evidente que la vinculación de las víctimas afrocolombianas a estos procesos garantizaría mejor que cualquier otra medida el esclarecimiento de los hechos. Finalmente, así como existe preocupación por la reincorporación de los desmovilizados a la vida civil, los afrodescendientes exigen que se les restituyan a las comunidades desplazadas sus antiguas formas de vida y que se garantice el reinicio del proyecto de vida que fue truncado en su desarrollo al momento de ser convertidos en sujetos de ataque por parte de los actores armados77” 3. En términos de la implementación de Reparaciones: “según la lógica Afro, el concepto de vida trasciende de lejos, lo que se entiende por ello en la sociedad colombiana, por lo que la muerte es uno de los aspectos mas complejos para el afrodescendiente. La violación de los derechos humanos en estas comunidades, en especial el asesinato y las desapariciones forzadas, sobre todo estas ultimas, han creado un desequilibrio en su interior, ya que es indispensable “enterrar a sus muertos”, con todos los rituales que ello implica; así las comunidades reconocen como una forma de reparación la devolución de sus muertos, lo que se convierte además en una opción para seguir viviendo sin tanta zozobra. (…) Una forma de repararlas es devolverles a las comunidades la posibilidad de vivir otra vez plenamente en libertad, entendiéndose esto como la posibilidad de ejercer su derecho a moverse por los territorios ancestrales78” Reparaciones que tiene que ver con lo material: “Aunque parezca extraño, este tipo de reparaciones, en vez de estar relacionado con el interés en un resarcimiento de orden pecuniario, se refiere a la recuperación y el saneamiento del territorio ancestral”79. “Dicha recuperación territorial debe estar asociada a que cesen las presiones que los distintos grupos armados ejercen sobre los territorios de las comunidades afrodescendientes, lo cual 76Ibíd.,
p. 433 Ibíd., p. 433-434 78 Ibíd., p. 434. 79 Ibíd. 77
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facilitara el acceso a los recursos naturales necesarios para la reconstrucción de las comunidades, y en el sentido amplio del país”80 Reparaciones que tiene que ver con aspectos políticos: “Estas se refieren a la obligación del gobierno de garantizar el disfrute de los derechos que obtuvieron las comunidades a partir de la promulgación de la Constitución política de Colombia de 1991 y de la ley 70 de 1993, en cuyo espíritu se pretende garantizar una serie de derechos colectivos, culturales, políticos, económicos y territoriales a fin de defender la diversidad cultural del país”81. Se evidencia además, “la necesidad de promover las discusiones dentro del pueblo afrocolombiano en diferentes escenarios con el fin de determinar si hay consenso frente a cualquier tipo de reparaciones, sean de orden individual o colectivo (…) por último consideran las comunidades afrodescendientes que es imperativa la creación de un programa especial que atienda el problema de las violaciones de los derechos humanos en sus territorios, lo que abarca el análisis causado a las víctimas, entro otros aspectos. Este programa debe ir acompañado de una eficaz comunicación con las víctimas, lo cual es clave si tenemos en cuenta que la ley de Justicia y Paz no consagra ningún concepto de reparación que favorezca realmente a las víctimas del conflicto82”
10. RECOMENDACIONES Teniendo en cuenta las similitudes que existen entre los pueblos indígenas y las comunidades afrocolombianas en tanto minorías étnicas, nos permitimos retomar algunas de las recomendaciones hechas en el Estudio del impacto sociocultural y humanitario Pueblos Indígenas y map/muse, realizado en el 2007. 1. El desarrollo de la Acción Integral Contra Minas antipersonal debe ser entendido como una labor de comunicación, de decir, se debe enmarcar en las estrategias de sensibilización contra la acción de las minas antipersonal y otros artefactos explosivos abandonados. Comunicación efectiva e intercultural. 2. Cada Pueblo indígena y comunidad afrocolombiana registra dentro de sus imaginarios mágicos, míticos y territoriales de manera distinta un evento producido por la acción de las map/muse, por esta razón se debe diseñar 80
Ibíd., p. 435. Ibíd. 82 Ibíd. 81
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una herramienta de encuesta diferente a la aplicada en otras comunidades como las campesinas. La encuesta sobre Conocimientos, Actitudes, Prácticas y Creencias sobre Minas Antipersonal y Artefactos Explosivos Abandonados en el trabajo de comunicación con Pueblos Indígenas y comunidades afrocolombianas debe tener en cuenta su diversidad. 3. El identificar los grupos de mayor riesgo entre los pueblos indígenas y las comunidades afrocolombianas afectadas es una tarea que solo puede hacerse con ellos. La Consulta Previa, en los términos del Convenio 169 de la OIT, debe establecer claramente los niveles de coordinación y acciones conjuntas que cada una de las partes debe realizar, en este sentido, las autoridades tradicionales de cada pueblo como son los chamanes, payes, mamos, jaibanas, Juntas directivas de los Consejos Comunitarios etc, son de vital importancia dado su ascendente con cada uno de los miembros y familias de la comunidad, son ellos, los “informantes claves”. 4. La mayoría de pueblos indígenas colombianos y afrocolombianos tienen una fuerte tradición oral, los medios más efectivos de comunicación se dan en las Malokas, las kakuruas y demás sitios donde se reúnen los miembros de la comunidad a “mambear coca”, “poporear” o “tomar yagé”, o en el caso de las comunidades afrocolombianas con sus mayores y las reuniones de los Consejos Comunitarios, estos son los sitios privilegiados para seleccionar o construir, con ellos, los medios más eficaces de comunicación. Este tipo de “Medios Tradicionales” a pesar de llegar a un numero reducido de personas, estas personas son las autoridades tradicionales, los capitanes, cabildos gobernadores, los profesores, promotores de salud y otros líderes de las comunidades que son las más efectivos irradiadores de los mensajes que se construyan colectivamente. Lo anterior no implica el uso de otros medios masivos de comunicación como la radio o la inclusión del tema en los currículos escolares. 5. Durante 7 años las comunidades afrocolombianas del pacifico colombiano, en un proceso de conciliación y dialogo lograron titular más de 4 millones de hectáreas, la clave fue su profundo conocimiento del territorio, ese conocimiento que se requiere para emprender cualquier tipo de acción para prevenir accidentes por la acción de map/muse e incluso para iniciar labores de señalización. 6. Se debe contribuir a fortalecer los mecanismos propios como el “justo comunitario”, diálogo abierto, en donde, la equidad es la máxima que se impone en la resolución del conflicto; o la “ley de Cupos”, que se enmarca en la denominada Justicia restaurativa. 7. Avanzar en la consolidación y puesta en marcha del Plan de Acción para el diseño del programa de Acción Integral Contra las map/muse que resulto de las deliberaciones y aportes del Primer Encuentro de Comunidades map/ muse
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Indígenas y Afrocolombianas sobre Actores Armados No Estatales, Acuerdos Humanitarios y MAP/MUSE. 8. Diseñar, concertar y desarrollar con las comunidades afrocolombianas una Ruta de Atención de Víctimas de sobrevivientes de map/muse cuyo fundamento sea la comunidad y se respeten su cultura, cosmovisión y jurisdicción especial. 9. Crear y fortalecer las redes indígenas y afrocolombianas de acción en derechos humanos, Derecho Internacional Humanitario y prevención de accidentes por minas antipersonal y otros artefactos explosivos abandonados en los territorios objeto del Proyecto. 10. Realizar labores de capacitación y prevención de accidentes causados por minas antipersonal y otros artefactos explosivos abandonados a los miembros de pueblos indígenas y afrocolombianos como son: Promotores de salud, cabildos, profesores, juntas directivas de los consejos comunitarios. 11. Analizar la relación entre desplazamiento forzado de comunidades negras e indígenas y eventos ocasionados por la acción de minas antipersonal y otros artefactos explosivos abandonados verificando que los retornos se cumplan con las plenas garantías, como lo prevé los “Principios Rectores Sobre Desplazamiento Forzado” de las Naciones Unidas y los estándares de las naciones unidas en la acción integral contra las minas antipersonal. 12. En el marco del actual proceso de desmovilización y la aplicación de la ley de justicia y paz, se debe asegurar la debida reparación integral de las víctimas y asegurara la no repetición de los actos violatorios de los derechos humanos. En este sentido, entre otros aspectos, es fundamental la devolución de los territorios a las comunidades afrocolombianas y el cabal cumplimiento de los derechos al territorio, la autonomía y a la libre autodeterminación.
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