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Sacerdocio Universal
Vicepresidenta de la IERP
Tiene 39 años y es la primera laica en ser proclamada vicepresidenta de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Karina Arntzen es abogada de profesión y oriunda de Montecarlo, Misiones, Argentina. Desde muy temprana edad mantuvo un fuerte compromiso con la iglesia, tanto a nivel comunitario como en el Distrito Misiones. Fue elegida el 31 de octubre y ratificada por la Asamblea General Ordinaria este 29 de noviembre.
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Karina tuvo diferentes roles de liderazgo en el seno de su congregación y en el distrito. Trabajó como catequista y maestra de clases de confirmación, fue líder juvenil y acompañó la pastoral de jóvenes de su comunidad, entre otros aspectos. Actualmente integra la Comisión Directiva local y a nivel distrital se desempaña como Asesora Juvenil Laica, tarea de la que se siente “contenta y orgullosa”, tal como ella misma lo analizó.
dijo la nueva vicepresidenta de la IERP, que integra la Junta Directiva de la iglesia desde 2015 y al referirse a su nuevo rol dentro de la Junta Directiva, destacó que
En ese mismo sentido, el pastor presidente de la IERP, Leonardo Schindler, destacó que su elección el Día de la Reforma “es muy simbólica, ya que destaca y profundiza el sacerdocio universal de todos los y las creyentes”.
La nueva vicepresidenta de la IERP es abogada graduada en la Universidad Nacional del Nordeste (2009). Además tiene formación complementaria en gestoría administrativa judicial y asistente Legal. Además, posee capacitación en mediación de la Fundación Libra en la Universidad Nacional del Nordeste. Arntzen reemplazará al pastor Bernardo Spretz, que se desempeñó como vicepresidente de la IERP durante los últimos ocho años, completando dos períodos luego de haber sido elegido en 2012 en el Sínodo realizado en la Congregación Evangélica San Antonio de la provincia argentina de Entre Ríos.
La designación de Karina como Vicepresidenta de la IERP nos lleva a reflexionar sobre lo que se conoce como Sacerdocio Universal de los creyentes, no es necesaria la intervención de un ministro para gestionar la atención o el perdón de Dios. Lutero al casarse con Catalina renuncia a su condición clerical; “ya no tenemos más mediador que Jesucristo para arreglar nuestras relaciones con Dios” decía, “por lo cual no necesitamos de sacerdotes”. Calvino, de hecho era laico (y abogado, como Karina), ahondó más en la doctrina del sacerdocio universal de todos los creyentes sin distingos, en lo que llamó Santificación en la Vida Cotidiana. Sin jerarquías ni mucho menos grados de santidad.
En Apocalipsis 1,5a-6 la Biblia nos dice: Cristo nos ama, y nos ha librado de nuestros pecados derramando su sangre, y ha hecho de nosotros un reino; nos ha hecho sacerdotes al servicio de su Dios y Padre. ¡Que la gloria y el poder sean suyos para siempre! Amén.
Eso somos, ministros y laicos: sacerdotes al servicio del Señor. Con la autoridad de la Palabra y la ayuda de Dios: ¡Felicitaciones Karina!
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