Libro lorca 12

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En el Lorca con Federico La Puebla de Cazalla, 2012


Editan:A.M.P.A. Mariana de Pineda I.E.S. Federico García Lorca Diputación Provincial de Sevilla Ilustraciones: Federico García Lorca Impresión: Imprenta Martos © I.E.S. Federico García Lorca


Un año más queremos ofrecer a toda la comunidad educativa este librito que recoge los poemas de nuestro Federico García Lorca, trabajados por el alumnado de este centro, en este año en el que se cumplen 75 años del asesinato del poeta. Pero no nos hacían falta excusas para llevar adelante este proyecto: ni conmemoraciones por su aniversario, ni el hecho de que llevemos su nombre con orgullo nos mueve a sacar esta publicación. Es por él, por Federico, porque tenemos la certeza de que le hubiera gustado conocer este rincón casi olvidado de La Puebla de Cazalla; a él, a quien tanto le atraía lo diferente, lo auténtico, lo real. Agradecemos la ayuda prestada por el AMPA de este centro para el sufragio de esta publicación, y a Juan Cabello Espinar por haber dado la forma definitiva a este libro. Y sobre todo queremos valorar el trabajo de tantos alumnos y alumnas de este centro que han tenido en sus manos los poemas de Lorca, les han dado otra forma, los han hechos suyos por un tiempo comprendiéndolos, queriéndolos, y se han metido en las entrañas de esos textos que, aunque compuestos en otro lugar y en otro momento, han llegado a ser un poco moriscos. En las siguientes páginas encontraréis un magnífico y emotivo discurso de Federico , seguido por sus poemas en una carilla acompañados de las versiones de algunos alumnos y alumnas en la otra; hay muchos que no aparecen por problemas de espacio. Disfrutad de este En el Lorca con Federico; y sobre todo leed, porque en estos tiempos inciertos tenemos que agarrarnos a la libertad que nos da la literatura, la poesía.

Departamento de Orientación Proyecto de Lectura y Biblioteca del IES García Lorca



MEDIO PAN Y UN LIBRO (DISCURSO DE LORCA) Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. “Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre”, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Esta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión. […] No solo de pan vive en hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social. Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros? ¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: “amor, amor”, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para las sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita, y pedía socorro en carta a su lejana familia, solo decía: “¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!”. Tenía frío y no pedía fuego, tenía sed y no pedía agua. Pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir a la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.



Libro de poemas

(1921)


8

SI MIS MANOS PUDIERAN DESHOJAR

SI MIS MANOS PUDIERAN DESHOJAR

Yo pronuncio tu nombre en las noches oscuras, cuando vienen los astros a beber en la luna y duermen los ramajes de las frondas ocultas. Y yo me siento hueco de pasión y de música. Loco reloj que canta muertas horas antiguas.

Yo pronuncio tu nombre en las tardes oscuras, cuando vienen los pájaros a beber en la luna y duermen los árboles de las frondas ocultas. Y yo me siento hueco de pasión y de música. feo reloj que canta extrañas horas antiguas.

Yo pronuncio tu nombre, en esta noche oscura, y tu nombre me suena más lejano que nunca. Más lejano que todas las estrellas y más doliente que la mansa lluvia.

Yo pronuncio tu nombre, en esta tarde oscura, y tu nombre me suena más profundo que nunca. Más bonito que todas las estrellas y más llorona que la mansa lluvia.

¿Te querré como entonces alguna vez? ¿Qué culpa tiene mi corazón? Si la niebla se esfuma, ¿qué otra pasión me espera? ¿Será tranquila y pura? ¡Si mis dedos pudieran deshojar a la luna!

¿Te querré como entonces alguna vez? ¿Qué culpa tiene mi corazón? Si la nube se esfuma, ¿qué otra pasión me espera? ¿Será aburrida y pura? ¡Si mis manos pudieran retocar a la luna!

Ana Molina Bernal 1º B Sara Angorrilla Rodríguez 1º A


9 EL DIAMANTE

EL DIAMANTE

El diamante de una estrella ha rayado el hondo cielo, pájaro de luz que quiere escapar del universo y huye del enorme nido donde estaba prisionero sin saber que lleva atada una cadena al cuello.

El diamante de una estrella ha rayado el profundo cielo, ave de luz que quiere escapar del universo y huye del gran túnel donde estaba prisionero sin saber que lleva atada una cadena al cuello.

Cazadores extrahumanos están cazando luceros, cisnes de plata maciza en el agua del silencio.

Cazadores extraños están cazando luceros, garzas de oscuro brillo en el lago del silencio.

Los chopos niños recitan su cartilla; es el maestro un chopo antiguo que mueve tranquilo sus brazos muertos. Ahora en el monte lejano jugarán todos los muertos a la baraja. ¡Es tan triste la vida en el cementerio!

Los chopos niños recitan su cartilla; es el maestro un chopo viejo que mueve lentos sus brazos muertos. Ahora en el horizonte lejano jugarán todos los muertos a las cartas . ¡Es tan lúgubre la vida en el cementerio!

¡Rana, empieza tu cantar! ¡Grillo, sal de tu agujero! Haced un bosque sonoro con vuestras flautas. Yo vuelo hacia mi casa intranquilo.

¡Grillo, empieza tu cantar! ¡Conejo, sal de tu agujero! Haced un bosque sonoro con vuestras flautas. Yo vuelo hacia mi hogar intranquilo.

Se agitan en mi cerebro dos palomas campesinas y en el horizonte, ¡lejos!, se hunde el arcaduz del día. ¡Terrible noria del tiempo!

Se agitan en mi cerebro dos palomas trabajadoras y en el horizonte, ¡lejos!, se hunde el arcaduz del día. ¡Horrible noria del tiempo! Macarena Angorrilla Rodríguez 1º A


10

SE HA PUESTO EL SOL

SE HA PUESTO EL SOL

Se ha puesto el sol. Los árboles meditan como estatuas. Ya está el trigo segado. ¡Qué tristeza de las norias paradas!

Se ha puesto el sol. Los árboles deslumbran como estrellas. Ya está el pasto segado. ¡Qué tristeza de las ovejas cansadas!

Un perro campesino quiere comerse a Venus y le ladra. Brilla sobre su campo de pre-beso, como una gran manzana.

Un joven campesino quiere comerse a Venus y le ladra. Brilla sobre su campo de pre-beso, como una bellísima manzana.

Los mosquitos-Pegasos del rocíovuelan, el aire en calma. La Penélope inmensa de la luz teje una noche clara.

Los mosquitos-Pegasos del rocíovuelan, el aire en calma. La Penélope abierta de la luz teje una luna clara.

“Hijas mías, dormid, que viene el lobo”, las ovejitas balan. “¿Ha llegado el otoño, compañeras?, dice una flor ajada.

“Hijas mías, corred, que viene el lobo”, las ovejitas balan. “¿Ha llegado el frío, compañeras?, dice una amapola ajada.

¡Ya vendrán los pastores con sus nidos por la sierra lejana! ya jugarán los niños en la puerta de la vieja posada, y habrá coplas de amor que ya se saben de memoria las casas.

¡Ya vendrán los muchachos con sus nidos por la sierra lejana! ya jugarán los niños en la puerta de la nueva posada, y habrá sentimientos de amor que ya se saben de memoria las casas. María Esperanza Vargas Cuevas. 2º B


11

CAMPO

CAMPO

El cielo es de ceniza. Los arboles son blancos, y son negros carbones los rastrojos quemados. Tiene sangre reseca la herida del ocaso, y el papel incoloro del monte está arrugado. El polvo del camino se esconde en los barrancos, están las fuentes turbias y quietos los remansos. Suena en un gris rojizo la esquila del rebaño, y la noria materna acabó su rosario.

El suelo es de ceniza. Las palomas son blancas, y son oscuros carbones los deshechos quemados. Tiene venas resecas la señal del ocaso, y el cartón incoloro del monte está arrugado. El rastro del camino se esconde en los barrancos, están las aguas turbias y tranquilos los remansos. Suena en un azul rojizo la campanas del rebaño, y la madre materna acabó su rosario.

El cielo es de ceniza, Los árboles son blancos.

El suelo es de ceniza, Los palomos son blancos. Zaloa Márquez Martín 1º B


Poema del Cante Jondo

(1921)


13

LA GUITARRA

LA GUITARRA

Empieza el llanto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto de la guitarra. Es inútil callarla. Es imposible callarla. Llora monótona como llora el agua, como llora el viento sobre la nevada. Es imposible callarla. Llora por cosas lejanas. Arena del sur caliente que pide camelias blancas. Llora flecha sin blanco, la tarde sin mañana, y el primer pájaro muerto sobre la rama. ¡Oh guitarra! corazón malherido por cinco espadas.

Empieza el llanto de la guitarra. Se destrozan las copas de la madrugada. Termina el llanto de la guitarra. Es difícil callarla. Es imposible callarla. Cae monótona como cae el agua, como cae el viento sobre la nevada. Es imposible callarla. Llora por cosas lejanas. Viento del sur caliente que pide palomas blancas. Llora sola sin nadie, la tarde sin mañana, y el último pájaro muerto sobre la rama. ¡Oh guitarra! órgano malherido por cinco espadas. Alessandra Ortiz Fernández 2º B


14

PUEBLO

PUEBLO

Sobre el monte pelado Un calvario. Agua clara y olivos centenarios. Por las callejas hombres embozados, y en las torres veletas girando. Eternamente girando. ¡Oh pueblo perdido, en la Andalucía del llanto!

Sobre el valle pelado Un calvario. Agua sucia y olivos centenarios. Por las carreras hombres embozados, y en las calles ruedas girando. Eternamente girando. ¡Oh pueblo escondido, en la Andalucía del llanto!

Álvaro Reyes Orellana1º A Juan Melero Díaz 1ª B


15

SORPRESA

SORPRESA

Muerto se quedó en la calle con un puñal en el pecho. No lo conocía nadie. ¡Cómo temblaba el farol! Madre. ¡Cómo temblaba el farolito de la calle! Era madrugada. Nadie pudo asomarse a sus ojos abiertos al duro aire. Que muerto se quedó en la calle que con un puñal en el pecho y que no lo conocía nadie

Muerto se quedó en la calle con un clavel en el pecho. No lo conocía nadie. ¡Cómo vibraba el farol! Madre. ¡Cómo vibraba el farolito de la calle! Era madrugada. Nadie pudo entender en sus labios cerrados al duro aire. Que muerto se quedó en la calle que con un clavel en el pecho y que no lo conocía nadie. Marina Vega Fernández 2º C


16

LA LOLA

LA LOLA

Bajo el naranjo lava pañales de algodón. Tiene verdes los ojos y violeta la voz.

Bajo el almendro lava camisas de algodón. Tiene negros los ojos y rosada la voz.

¡Ay, amor, bajo el naranjo en flor!

¡Ay, amor, bajo el almendro en flor!

El agua de la acequia iba llena de sol, en el olivarito cantaba un gorrión.

El agua de la acequia iba seca de sol, en el olivarito piaba un gorrión.

¡Ay, amor, bajo el naranjo en flor!

¡Ay, amor, bajo el almendro en flor!

Luego, cuando la Lola gaste todo el jabón vendrán los torerillos.

Luego, cuando la Lola gaste todo el jabón vendrán los torerillos.

¡Ay, amor, bajo el naranjo en flor!

¡Ay, amor, bajo el almendro en flor! Rubén Sánchez González 1ºC Adrián Díaz Andújar 1º A


Primeras canciones

(1922)


18

CANCIÓN

CANCIÓN

Por las ramas del laurel van dos palomas oscuras. La una era el sol, la otra la luna. Vecinitas, les dije, ¿dónde está mi sepultura? En mi cola, dijo el sol. En mi garganta, dijo la luna. Y yo que estaba caminando con la tierra a la cintura vi dos águilas de mármol y una muchacha desnuda. La una era la otra Y la muchacha era ninguna. Aguilitas, les dije, ¿dónde está mi sepultura? En mi cola, dijo el sol. En mi garganta, dijo la luna. Por las ramas del cerezo vi dos palomas desnudas, la una era la otra y las dos eran ninguna.

Por las hojas del laurel van dos águilas oscuras. La una era el sol, la otra la luna. Amigas, les dije, ¿dónde está mi sepultura? En mi fuego, dijo el sol. En mi oscuridad, dijo la luna. Y yo que estaba caminando con la tierra a la cintura vi dos palomas de mármol y una muchacha desnuda. La una era la otra Y la muchacha era ninguna. Palomas, les dije, ¿dónde está mi sepultura? En mi fuego, dijo el sol. En mi oscuridad, dijo la luna. Por las hojas del cerezo vi dos águilas desnudas, la una era la otra y las dos eran ninguna. Javier Cabello Díaz 1º A


Canciones (1921-1924)


20

CANCIÓN TONTA

CANCIÓN TONTA

Mamá. Yo quiero ser de plata

Mamá. Yo quiero ser de bronce.

Hijo, tendrás mucho frío.

Hijo, tendrás mucho calor.

Mamá. Yo quiero ser de agua.

Mamá. Yo quiero ser de fuego.

Hijo, tendrás mucho frío.

Hijo, tendrás mucho calor.

Mamá. Bórdame en tu almohada.

Mamá. Bórdame en tu corazón.

¡Eso sí! ¡Ahora mismo!

¡Eso sí! ¡Ahora mismo!

Miguel Ángel Rosales 2º A


21 CANCIÓN DEL JINETE

CANCIÓN DEL JINETE

En la luna negra de los bandoleros, cantan las espuelas.

En la noche negra de los bandoleros, suenan las espuelas.

Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto?

Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto?

…Las duras espuelas del bandido inmóvil que perdió las riendas.

…Las frías espuelas del bandido inerte que perdió las riendas.

Caballito frío. ¡Qué perfume de flor de cuchillo!

Caballito frío. ¡Qué perfume de flor de cuchillo!

En la luna negra sangraba el costado de Sierra Morena.

En la noche negra sangraba el costado de Sierra Morena.

Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto?

Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto?

La noche espolea sus negros ijares clavándose estrellas.

La noche espolea sus negros pinchos clavándose estrellas.

Caballito frío. ¡Qué perfume de flor de cuchillo!

Caballito frío. ¡Qué perfume de flor de cuchillo!

En la luna negra, ¡un grito! Y el cuerno largo de la hoguera.

En la noche negra, ¡un grito! Y el cuello grande de la hoguera.

Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto?

Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto? Ana Molina Bernal 1º B


22

ADELINA DE PASEO

ADELINA DE PASEO

La mar no tiene naranjas, ni Sevilla tiene amor. Morena, qué luz de fuego. Préstame tu quitasol.

La paz no tiene manzanas, ni Sevilla tiene amor. Morena, qué piel de fuego. Préstame tu quitasol.

Me pondrá la cara verde -zumo de lima y limón-, tus palabras- pececillosnadarán alrededor.

Me pondrá la cara limpia -zumo de lima y limón-, tus bonitos pececillos nadarán alrededor.

La mar no tiene naranjas. Ay, amor. ¡Ni Sevilla tiene amor!

La paz no tiene naranjas. Ay, amor. ¡Ni Sevilla tiene amor!

Desiré Cabrera Fernández 2º A


23 ARBOLÉ ARBOLÉ

ARBOLÉ ARBOLÉ

Arbolé arbolé seco y verdé.

Arbolé arbolé árido y verdé.

La niña de bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres, la prende por la cintura. Pasaron cuatro jinetes, sobre jacas andaluzas, con trajes de azul y verde, con largas capas oscuras. “Vente a Granada, muchacha.” La niña no los escucha. Pasaron tres torerillos delgaditos de cintura, con trajes color naranja y espada de plata antigua. “Vente a Sevilla, muchacha.” La niña no los escucha. Cuando la tarde se puso morada, con luz difusa, pasó un joven que llevaba rosas y mirtos de luna. “Vente a Granada, muchacha.” Y la niña no lo escucha. La niña del bello rostro sigue cogiendo aceituna, con el brazo gris del viento ceñido por la cintura.

La niña de bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres, la coge por la cintura. Pasaron cuatro jinetes, sobre yeguas andaluzas, con trajes de cielo y campo, con grandes capas oscuras. “Vente a Granada, muchacha.” La niña no los escucha. Pasaron tres torerillos delgaditos de cintura, con trajes color naranja y espada de hierro antigua. “Vente a Sevilla, muchacha.” La niña no los escucha. Cuando la tarde se puso oscura, con brillo difuso, pasó un joven que llevaba rosas y arrayanes de luna. “Vente a Granada, muchacha.” Y la niña no lo escucha. La niña del bello rostro sigue cogiendo aceituna, con el brazo triste del viento ceñido por la cintura.

Arbolé, arbolé seco y verdé.

Arbolé, arbolé árido y verdé. Eugenio José Vargas Cabrera 1º C


24

MURIÓ AL AMANECER

MURIÓ AL AMANECER

Noche de cuatro lunas y un solo árbol, con una sola sombra y un solo pájaro.

Día de cinco soles y un solo árbol, con una sola apariencia y un solo pájaro.

Busco en mi carne las huellas de tus labios. El manantial besa al viento sin tocarlo.

Busco en mi carne las huellas de tus labios. El lago besa al aire sin tocarlo.

Llevo el No que me diste en la palma de la mano, como un limón de cera casi blanco.

Llevo el No que me diste en la palma de la mano, como un manzano de limón casi blanco.

Noche de cuatro lunas y un solo árbol. En la punta de una aguja está mi amor ¡girando!

Día de cinco soles y un solo árbol. En la punta de una aguja está mi amor ¡girando!

Juan Antonio González Valle. 2ª C


25

SUICIDIO

SUICIDIO

El jovencito se olvidaba. Eran las diez de la mañana.

El jovencito se olvidaba. Eran las diez de la mañana.

Su corazón se iba llenando de alas rotas y flores de trapo.

Su corazón se iba llenando de almas rotas y rosas de trapo.

Notó que ya no le quedaba en la boca más que una palabra.

Notó que ya no le quedaba en lavida más que una palabra.

Y al quitarse los guantes, caía, de sus manos, suave ceniza.

Y al quitarse los guantes, caía, de sus brazos, suave ceniza.

Por el balcón se veía una torre. Él se sintió balcón y torre.

Por el balcón se veía una torre. Él se sintió balcón y torre.

Vio, sin duda, cómo le miraba el reloj detenido en su caja.

Vio, sin duda, cómo le miraba el niño detenido en su cama.

Vio su sombra tendida y quieta en el blanco diván de seda.

Vio su sombra tendida y quieta en el negro diván de pena.

Y el joven rígido, geométrico, con un hacha rompió el espejo.

Y el joven pálido, geométrico, con un hacha rompió el espejo.

Al romperlo, un gran chorro de sombra inundó la quimérica alcoba.

Al romperlo, un gran chorro de sombra inundó la grandiosa alcoba. Carmen Pérez Osuna 2ºB Cecilia Cabello González 2º C


26

CANCIONCILLA DEL PRIMER DESEO

CANCIONCILLA DEL PRIMER DESEO

En la mañana verde, quería ser corazón. Corazón.

En la mañana verde, podía ser corazón. Corazón.

Y en la tarde madura quería ser ruiseñor. Ruiseñor

Y en la tarde madura temía ser ruiseñor. Ruiseñor.

(Alma, ponte color naranja. Alma, ponte color de amor.)

(Corazón, ponte color naranja. Corazón, ponte color de amor.)

En la mañana viva, yo quería ser yo. Corazón.

En la tarde viva, yo pedía ser yo. Corazón.

Y en la tarde caída quería ser mi voz. Ruiseñor.

Y en la mañana caída podía ser mi voz. Ruiseñor.

¡Alma, ponte color naranja! ¡Alma, ponte color de amor!

¡Corazón, ponte color naranja! ¡Corazón, ponte color de amor! Lucía González Pérez 1º A


27

PRELUDIO

PRELUDIO

Las alamedas se van, pero dejan su recuerdo.

Las estrellas se van, pero dejan su recuerdo.

Las alamedas se van, Pero nos dejan el viento.

Las azucenas se van, Pero nos dejan el viento.

El viento está amortajado a lo largo del cielo.

El sol está amortajado a lo largo del cielo.

Pero ha dejado flotando sobre los ríos sus ecos.

Pero ha dejado flotando sobre los árboles sus ecos.

El mundo de las luciérnagas ha invadido mis recuerdos.

El mundo de las mariposas ha invadido mis recuerdos.

Y un corazón diminuto me va brotando de los dedos.

Y un pájaro diminuto me va brotando de los dedos. María Pozo Herrera 1ºB


28

(PRELUDIO)

(PRELUDIO)

Sobre el cielo verde, un lucero verde, ¿qué ha de hacer, amor, ¡ay!, sino perderse?

Sobre el pino verde, un hombre verde, ¿qué ha de hacer, amor, ¡ay!, sino perderse?

Las torres fundidas con la niebla fría, ¿cómo han de mirarnos con sus ventanitas?

Las rosas fundidas con la helada fría, ¿cómo han de mirarnos con sus ventanitas?

Cien luceros verdes sobre un cielo verde, no ven a cien torres blancas, en la nieve.

Cien pájaros verdes sobre un pino verde, no ven a cien torres negras, en la nieve.

Y esta angustia mía para hacerla viva, he de decorarla con rojas sonrisas.

Y esta hermosa mía para hacerla viva, he de decorarla con lindas sonrisas. Claudia Díaz Andújar 2º B


Poeta en Nueva York

(1929-1930)


30

LA AURORA

LA AURORA

La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York tiene cuatro paredes de hielo y un zaguán de negras palomas que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime por las inmensas escaleras buscando entre las aristas nardos de angustia dibujada.

La aurora de Nueva York gime por las pequeñas escaleras buscando entre las esquinas nidos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca porque allí no hay mañana ni esperanza posible. a veces las monedas en enjambres furiosos taladran y devoran abandonados niños.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca porque allí no hay palabra ni esperanza posible. a veces las cadenas en enjambres furiosos secuestran y atrapan abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos que no habrá paraíso ni amores deshojados; saben que van al cieno de números y leyes, a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

Los primeros que salen comprenden con sus huecos que no habrá paraíso ni valores deshojados; saben que van al barro de números y leyes, a los juegos sin arte, a amores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos en impúdico reto de ciencia sin raíces. Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes como recién salidas de un naufragio de sangre.

La luz es sepultada por banderas y ruidos en insípido reto de ciencia sin raíces. Por las calles hay gentes que vacilan dormidos como recién salidas de un naufragio de sangre.

Claudia Bocanegra Copete 2º C José Antonio Vargas Rodríguez 2ºC


31 PEQUEÑO VALS VIENÉS

PEQUEÑO VALS VIENÉS

En Viena hay diez muchachas, un hombro donde solloza la muerte y un bosque de palomas disecadas. Hay un fragmento de la mañana en el museo de la escarcha. Hay un salón con mil ventanas. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals con la boca cerrada.

En Viena hay diez muchachas, un alma donde solloza la muerte y un jardín de claveles disecadas. Hay un fragmento de la mañana en la cascada de la escarcha. Hay una casa con mil ventanas. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals, de sí, de muerte y de coñac que moja su cola en el mar.

Este vals, este vals, este vals, de sí, de muerte y de coñac que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero, con la butaca y el libro muerto, por el melancólico pasillo, en el oscuro desván del lirio, en nuestra cama de la luna y en la danza que sueña la tortuga. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals de quebrada cintura.

Te quiero, te quiero, te quiero, con la butaca y el alma muerto, por el melancólico pasillo, en el frío sótano del lirio, en nuestra cama de la luna y en la baile que sueña la tortuga. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals de quebrada cintura.

En Viena hay cuatro espejos donde juegan tu boca y los ecos. hay una muerte para piano que pinta de azul a los muchachos. Hay mendigos por los tejados. Hay frescas guirnaldas de llanto. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals que se muere en mis brazos.

En Viena hay cuatro espejos donde suenan tu boca y los ecos. hay una fiebre para piano que pinta de añil a los muchachos. Hay palomas por los tejados. Hay frescas banderas de llanto. ¡Ay, ay, ay, ay! Toma este vals que se muere en mis brazos.

Ángela Guerrero Pozo 2º Raquel Vargas Martagón 2º B


Sonetos

(1933-1936)


33

TENGO MIEDO A PERDER LA MARAVILLA

TENGO MIEDO A PERDER LA MARAVILLA

Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua, y el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua, y el acento que mirando me quedo en tu mejilla con la luz cautiva de mis pensamientos.

Tengo pena de ser en esta orilla tronco sin ramas: y lo que más siento es no tener la flor, pulpa o arcilla, para el gusano de mi sufrimiento.

Tengo pena de ser en esta orilla tronco sin ramas: y lo que más siento es mirar tu cara por la ventanilla de mis dolorosos y fuertes lamentos.

Si tú eres el tesoro oculto mío, si eres mi cruz y mi dolor mojado, si soy el perro de tu señorío,

Si tú eres el tesoro oculto mío, si tú eres mi cruz y mi dolor mojado, guíame por el camino que ansío.

No me dejes perder lo que he ganado y decora las aguas de tu río con hojas de mi otoño enajenado.

No me dejes perder lo que he ganado y decora las aguas de tu río sin darme de tu amor desenfrenado. Ana Isabel González Rodríguez 3ºA


34

EL POETA PIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA

EL POETA PIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA

Amor de mis entrañas, viva muerte, en vano espero tu palabra escrita y pienso, con la flor que se marchita, que si vivo sin mí quiero perderte.

Amor de mis entrañas, viva muerte, en vano espero tu palabra escrita y sueño, con tu carta más bonita que si eres mía tendrás mucha suerte.

El aire es inmortal. La piedra inerte ni conoce la sombra ni la evita. Corazón interior no necesita la miel helada que la luna vierte.

El aire es inmortal. La piedra inerte ni conoce la sombra ni la evita. Sentimientos no importa si los quita pues ello así te hará mucha suerte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas, tigre y paloma, sobre tu cintura en duelo de mordiscos y azucenas.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas, tigre y paloma, sobre tu cintura, amor y pasión, recuerdos y penas.

Llena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche del alma para siempre oscura.

Llena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena soledad siempre silenciosa y pura. José Luis Torres Ruiz 3º B


35

A MERCEDES EN SU VUELO

A MERCEDES EN SU VUELO

Una viola de luz yerta y helada eres ya por las rocas de la altura. Una voz sin garganta, una voz oscura que suena en todo sin sonar en nada.

Una viola de luz yerta y helada eres ya por las rocas de la altura. Una sonrisa de eterna dulzura en un espacio de luz aclarada.

Tu pensamiento es nieve resbalada en la gloria sin fin de la blancura. Tu perfil es perenne quemadura, tu corazón paloma desatada.

Tu pensamiento es nieve resbalada en la gloria sin fin de la blancura. Tu alma es delicada y pura, tu mente una rosa deshojada.

Canta ya por el aire sin cadena la matinal fragante melodía, monte de luz y llaga de azucena.

Canta ya por el aire sin cadena la matinal fragante melodía, que a todos emociona y llena.

Que nosotros aquí de noche y de día haremos en la esquina de la pena una guirnalda de melancolía

Que nosotros aquí de noche y de día haremos en la esquina de la pena uno de esos cantes por alegría. María Hormigo Núñez 3º A



Índice

PRESENTACIÓN........................................................

3

MEDIO PAN Y UN LIBRO (Discurso de Lorca)...........

5

LIBRO DE POEMAS (1921)....................................... Si mis manos pudieran deshojar............... Diamante.................................................. Se ha puesto el sol.................................... Campo.......................................................

7 8 9 10 11

POEMAS DEL CANTE JONDO (1921)........................ La guitarra................................................. Pueblo....................................................... Sorpresa.................................................... La Lola.......................................................

12 13 14 15 16

PRIMERAS CANCIONES (1922)................................ Canción.....................................................

17 18

CANCIONES (1921-1924)......................................... Canción tonta............................................ Canción del jinete..................................... Adelina de paseo...................................... Arbolé arbolé............................................ Murió al amanecer.................................... Suicidio...................................................... Cancioncilla del primer deseo................... Preludio..................................................... (Preludio)..................................................

19 20 21 22 23 24 25 26 27 28

POETA EN NUEVA YORK (1929-1930)...................... La aurora.................................................. Pequeño vals vienés.................................

29 30 31

SONETOS (1933-1936)............................................. Tengo miedo a perder la maravilla............ El poeta pide a su amor que le escriba..... A Mercedes en su vuelo............................

32 33 34 35



Este librito se termin贸 de imprimir en un mes de abril marcado por las incertidumbres del cielo y de la tierra. Pero se manifestaba blanco e inocente el azahar en las calles. La Puebla de Cazalla, 2012



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