La España del Barroco
I . Introducción Vamos a hablar del siglo XVII durante el que reinaron Felipe III, Felipe IV y Carlos II el Hechizado, es decir los llamados Austrias menores por oposición a Carlos I y Felipe II que son los Austrias mayores. Es el siglo de la decadencia española y el auge francés, el momento de la gran crisis social política y económica, también demográfica, pero es el Siglo de Oro de nuestra cultura: Cervantes, Lope, Calderón, Velázquez, Quevedo, la Roldana, Tirso de Molina, Murillo y Zurbarán, y tantos otros. II Política interior del siglo XVII En este apartado vamos a estudiar dos grandes cuestiones: los validos y los conflictos internos. Los validos son una figura característica del XVII no sólo en España; los cardenales Richelieu y Mazarino en Francia son contemporáneos a Lerma, el Conde Duque, etc; lo que ocurre es que esta figura, quizá en nuestro país tuvo una importancia distinta. El valido es un personaje, casi siempre miembro de la aristocracia, en el que el rey deposita su total y absoluta confianza, entregándole las principales decisiones del gobierno. Teóricamente es un consejero, el más importante; de ahí que se le suela equiparar con un primer ministro, pero en la práctica fueron los amos el reino pues dado el carácter de los reyes del XVII hicieron y deshicieron a su antojo. La mayor parte de los validos intentaron gobernar al margen de los Consejos, mediante juntas integradas por sus propios partidarios. En los puestos más importantes colocaban a personas de su confianza de modo que sus deseos eran órdenes siempre. La corrupción aumentó a niveles increíbles era frecuente que los familiares del favorito de turno acumularas dádivas, mercedes, etc . La figura del valido fue criticada pues la gente pensaba que el rey no podía cumplir con su obligación ya que estas personas le separaban de sus súbditos y rodeaban de todo tipo de caprichos (las gentes en España siempre han defendido a los monarcas; el grito popular ha sido ¡viva el rey, abajo el mal gobierno!); otros estaban en contra de la persona de ese valido pues a lo que aspiraban era a quitarle el puesto. Los principales opositores a los validos eran los letrados de los Consejos, expertos que veían cómo personas sin más preparación que la alcurnia, les apartaban de la toma de decisiones, y aquellos aristócratas que sufrieron cárcel como Quevedo o persecución por enfrentarse al valido de turno. Durante el reinado de Felipe III, cuya principal enfermedad era la vagancia y sus aficiones básicas la caza, las fiestas, y las comilonas, los validos fueron el duque de
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Lerma y, una vez expulsado del poder, su hijo el duque de Uceda. El duque de Lerma no ambicionaba el gobierno sino la riqueza, el poder; carecía de toda formación política y de cualquier tipo de honradez. Despilfarró lo del rey, de España y de otros, pero lo suyo no; tuvo sus propios validos como Rodrigo Calderón y Pedro Franqueza a quienes siempre se les puede echar la culpa y cuando se le quiso procesar por corrupción logró que se le nombrara cardenal para no ir a la cárcel. El valido de Felipe IV fue el Conde Duque de Olivares. Carlos II ni quería, ni podía ,ni sabia qué era eso de ser rey y mandar; el gobierno lo ejercieron un jesuita, el padre Nithard, Fernando Valenzuela y Juan José de Austria. En cuanto a los conflictos internos, son fundamentalmente políticos aunque también tenemos otros tan lógicos como las bancarrotas. En el reinado de Felipe III se produce la expulsión de los moriscos en el año 1609. Como ya sabemos, tras sofocar la revuelta durante el reinado de Felipe II, esta minoría había sido dispersada por el reino; se había tratado que se integraran en las costumbres y que aceptaran la fe católica, pero la inmensa mayoría habían permanecido aferrados a sus costumbres, por lo que se fue creando una animadversión hacia estas personas de las que, incluso se sospechaba, que estaban en permanente contacto con los piratas berberiscos. La orden de expulsión fue muy bien aceptada por la gente sencilla, no así por los nobles aragoneses y valencianos para quienes trabajaban como colonos en las huertas. La firma de la tregua con los holandeses facilitó las cosas al permitir contar con barcos suficientes para poder trasladarlos al norte de África. Primero salieron los de Valencia, luego Aragón y en un plazo de cinco años salieron de todos los reinos. Se calcula que salieron de toda la Península entre 275.000 y 400.000 moriscos; el daño económico y demográfico especialmente en Aragón y Valencia fue enorme al descender la producción agrícola y la mano de obra. En este reinado nos encontramos dos bancarrotas y la acuñación de moneda de vellón cobre que provocará una inflación. También se trasladó la capital a Valladolid, ciudad que le pillaba al duque de Lerma más cerca de sus posesiones en Burgos, y cinco años después cuando al señor duque le volvió a interesar se volvió a trasladar a Madrid. El reinado de Felipe IV es tan pródigo en problemas internos que por sí mismos configuran una crisis: la de 1640 Los años del reinado de Carlos II el Hechizado se pueden dividir en dos etapas: • postración económica y enfrentamientos entre la aristocracia y los favoritos de la reina madre Mariana de Neoburgo • Llegada al poder de los grandes como el duque de Medinaceli o el conde de Oropesa con su política económica que llevará a una lenta recuperación de Casilla. De todas formas lo más significativo de esta segunda etapa del reinado de Carlos II son las tensiones suscitadas por el problema sucesorio. 2
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