IFRC salud y asistencia / La desigualdad agudiza la pandemia de VIH Enfoque especial en la respuesta de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de Am茅rica Latina y el Caribe / Noviembre 2009 //
Salud y asistencia / Noviembre 2009 //
La desigualdad agudiza la pandemia de VIH Enfoque especial en la respuesta de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de Am茅rica Latina y el Caribe
jl martinage/federaci贸n internacional
Informe de sensibilizaci贸n
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IFRC salud y asistencia / La desigualdad agudiza la pandemia de VIH Enfoque especial en la respuesta de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de América Latina y el Caribe / Noviembre 2009 //
Introducción
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a pandemia de VIH en América Latina y el Caribe se ve agudizada por diferentes tipos de desigualdad social y económica, exacerbada a su vez por la fuerte estigmatización y discriminación de grupos altamente vulnerables, la crónica desigualdad entre hombres y mujeres y la persistente homofobia. A pesar de que se han realizado grandes esfuerzos en esta región para reducir los efectos del VIH, muchos factores no se han abordado adecuadamente.
Un póster de promoción de la Alianza Global de VIH en la región.
Durante los últimos diez años, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han ampliado progresivamente sus actividades de prevención del VIH y han mejorado sus resultados. Comenzando en el continente africano – que sigue siendo el más afectado por el VIH y el SIDA –, las Sociedades Nacionales se han ido uniendo a la Alianza Global de VIH de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (en adelante “Federación Internacional”), lanzada en 2006 para ampliar las actividades de prevención, atención y tratamiento en torno al VIH basadas en la comunidad. Esta labor sin precedente, iniciada en países como Zimbabwe, se ha extendido actualmente a otras partes del mundo, adaptada a las correspondientes diferencias regionales. Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de América Latina y el Caribe están entre las organizaciones que trabajan incluso en zonas remotas del continente en la mejora del acceso a la educación para la prevención del VIH, en la reducción de la desigualdad, y en la mitigación de los efectos del VIH en las personas y comunidades. Aunque la prevalencia del VIH en esta región es inferior a la del África subsahariana, el Caribe presenta la tasa más alta del mundo después de África. En América Latina, la prevalencia es alta en los grupos de población vulnerables clave mencionados en el presente informe. En América Latina y el Caribe la pandemia es difícil de abordar, pues las personas con mayor riesgo de infección por el VIH sufren adicionalmente estigma, discriminación y violencia. Un mejor acceso a tratamiento y a estrategias integrales de prevención, incluidas la información, la educación, la comunicación y el apoyo para el cambio de comportamiento, puede reducir sustancialmente la tasa de infección. Abordar la vulnerabilidad abogando por las comunidades más vulnerables que se enfrentan a la amenaza del VIH, mejorar el acceso a los servicios y reducir el estigma y la discriminación es igualmente importante. El presente informe pone de relieve la creciente contribución de las Sociedades de la Cruz Roja de América Latina y el Caribe, participantes en la Alianza Global de VIH, a la prevención de nuevas infecciones, además de a la reducción del estigma y la discriminación de las personas que viven con el VIH y de otros grupos de población vulnerables especialmente afectados por el VIH.
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RESULTADOS PRINCIPALES
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DATOS REGIONALES de 2008 respecto de los programas de VIH de diez Sociedades de la Cruz Roja de América Latina y el Caribe que participan en la Alianza Global de VIH: • 796.242: personas alcanzadas por mensajes de prevención de los programas de VIH • 3.002: personas que viven con el VIH que han recibido apoyo directo • 5.195: niños huérfanos a causa del SIDA que han recibido apoyo • 804.439: total de personas a las que se ha alcanzado o apoyado • 448.776: horas anuales de trabajo de los voluntarios para la ejecución de los programas • 1.864.302: francos suizos movilizados para programas de VIH en la región DATOS MUNDIALES respecto de los programas de VIH de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en todo el mundo: • 22.461.108: personas alcanzadas por mensajes de prevención • 132.566: personas que viven con el VIH que han recibido apoyo • 128.233: niños huérfanos a causa del SIDA que han recibido apoyo • 22.721.907: total de personas a las que se ha alcanzado o apoyado • 27.464.544: horas anuales de trabajo de los voluntarios en los programas de VIH • 46.407.217: francos suizos recaudados para programas de VIH. Esta cifra representa sólo el 0,3 por ciento de los fondos globales disponibles en 2008 para la respuesta al VIH. No obstante, es notable el volumen de trabajo realizado con el dinero recaudado. TENDENCIAS • Es necesario concentrarse en las personas con mayor riesgo de infección por el VIH (en especial, las personas jóvenes vulnerables, los trabajadores del sexo y sus clientes, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas trans, los privados de libertad y las poblaciones móviles), a fin de lograr reducir de forma duradera las tasas de infección por el VIH en América Latina y el Caribe, pues estos grupos tienen menores posibilidades de acceder a las campañas de prevención en gran escala. • Entender las características específicas locales de la pandemia de VIH es esencial para reducir con éxito la escala de la transmisión del VIH. Es vital trabajar directamente con los grupos de población con
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mayor riesgo de infección para intentar prevenir nuevas infecciones. Debe recurrirse a diversos enfoques, como la educación entre pares y la comunicación, para el cambio de comportamiento. La desigualdad social y económica, exacerbada por el estigma y la discriminación, está agudizando la pandemia de VIH en la región. Cada vez son más los datos que demuestran que existe una discordancia entre el conocimiento, por un lado, y la actitud, por otro, respecto de la autoprotección. Algunos estudios han revelado que todavía muchas personas, que saben que practicar sexo sin protección supone un riesgo de transmisión del VIH, no se protegen a sí mismas. Es preciso desarrollar estrategias de comunicación con comunidades vulnerables específicas, a fin de ampliar aún más en la región la sensibilización, la promoción de la tolerancia y la difusión de información de salud en torno al VIH. Es esencial colaborar estrechamente con las personas que viven con el VIH. Deben mejorarse adicionalmente en la región la promoción de las pruebas voluntarias y el acceso a tratamiento antiretroviral. En la medida de lo posible, los programas de VIH deben integrarse con otros programas de salud y servicios sociales, como los programas de salud y primeros auxilios comunitarios y de donación voluntaria no remunerada de sangre. En la región se han identificado varios grupos de población clave a los que debe dedicarse especial atención en la prevención del VIH. Entre ellos se incluyen: • Hombres que tienen sexo con hombres, hombres gays y las personas trans • Trabajadores del sexo y sus clientes • Mujeres y niñas • Privados de libertad • Usuarios de drogas inyectables y de otro tipo • Poblaciones móviles y trabajadores migrantes • Miembros de grupos minoritarios, como las poblaciones indígenas • Jóvenes de las zonas urbanas, incluyendo miembros de bandas callejeras que viven en zonas más pobres o en la calle • Personas desplazadas y personas afectadas por conflictos armados • Personas que viven en zonas remotas
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Aunque existen numerosas diferencias regionales, las tendencias en América Latina y el Caribe concuerdan con los datos que se conocen de otras zonas con alta prevalencia.
La desigualdad agudiza las epidemias de VIH En la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, la desigualdad social y económica acrecienta la brecha en las condiciones de salud de, por un lado, quienes pueden permitirse servicios médicos y tienen acceso a educación superior y, por otro, quienes viven en una situación de precariedad, con escasos o nulos servicios médicos y acceso limitado a la educación y a información en materia de prevención.
1. El futuro de la Cruz Roja en América Latina y el Caribe: los retos de la gestión del riesgo y la cohesión social. Federación Internacional, 2009, pág. 21.
Un estudio reciente1 de la Federación Internacional muestra que la pobreza sigue siendo un gran problema en toda la región, y que se ve agudizada por la desventaja socioeconómica y la inestabilidad política en algunos países, y la creciente desigualdad entre una minoría de personas ricas y el resto de la población, que vive cerca o por debajo del umbral de la pobreza. La estructura familiar tradicional ha ido perdiendo terreno, y ha au-
mentado en grado importante el número de hogares monoparentales. Hacia 2020, el 60 por ciento de la población de América Latina y el Caribe tendrá menos de 30 años. Esto representa un enorme potencial de crecimiento económico, pero también un desafío en términos de acceso a educación y de inserción laboral y social. Se prevén más embarazos no deseados y, si las estrategias de prevención no consiguen alcanzar a las personas con mayor riesgo de infección por el VIH y reducir el estigma y la discriminación, también un incremento de las tasas de infección por VIH. La desigualdad socioeconómica afecta a la progresión de la enfermedad causada por el VIH. Una persona deficientemente nutrida y con mala salud tiene con frecuencia un sistema inmunológico más débil, y su capacidad para luchar contra la infección puede ser menor. Mientras la comunidad internacional se prepara para evaluar en 2010 los progresos realizados en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la desigualdad de todo tipo afrontada por muchas personas de la región sigue teniendo graves consecuencias para la pandemia de VIH.
Un educador de pares del programa “Juntos Sí Podemos”, ejecutado en Haití, asesora respecto de la prevención del VIH con un folleto que muestra a una actriz y un cantante jóvenes y famosos como modelos de conducta.
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INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE EL VIH EN LA REGIÓN América Latina: En esta región, el total estimado de nuevas infecciones por el VIH en 2007 fue de 140.000 y, en consecuencia, el número de personas que viven con el VIH asciende a 1,7 millones. Según las estimaciones, aproximadamente 63.000 personas fallecieron a causa del SIDA durante el pasado año. La transmisión del VIH en esta región se da principalmente entre hombres que tienen sexo con hombres, hombres gay, personas trans, trabajadores del sexo y, en menor medida, usuarios de drogas inyectables. El Caribe: Se estima que, en 2007, unas 230.000 personas vivían con el VIH en el Caribe (alrededor de tres cuartos de estas personas en la República Dominicana y Haití), que unas 20.000 personas se infectaron con el VIH en esta región y que unas 14.000 fallecieron a causa del SIDA. En el Caribe, la principal vía de transmisión del VIH es el coito heterosexual sin protección, remunerado o de cualquier otro tipo. No obstante, las relaciones sexuales entre hombres, aunque en general negadas por la sociedad, constituyen también un factor significativo en varias epidemias nacionales. Fuente: ONUSIDA http://www.unaids.org/en/CountryResponses/Regions/LatinAmerica.asp http://www.unaids.org/en/CountryResponses/Regions/Caribbean.asp
Tendencias epidemiológicas 2. El presente informe de sensibilización no pretende describir exhaustivamente la epidemia de VIH en América Latina y el Caribe. Los datos estadísticos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) para la región disponibles en el momento de elaborar este informe corresponden a 2007 y 2008 (Caribe. Situación de la epidemia de sida. Resumen regional. y América Latina. Situación de la epidemia de sida. Resumen regional (ONUSIDA, 2008) e Informe sobre la epidemia mundial de sida (ONUSIDA, 2008)). Se prevé que en el momento de lanzar el informe estén disponibles datos actualizados. No obstante, pueden determinarse algunas tendencias. 3. Epidemiological Fact Sheet on HIV and AIDS. Core data on epidemiology and response. Colombia. 2008 Update. Organización Mundial de la Salud (OMS)/ ONUSIDA/Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), diciembre de 2008.
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Muchos países de América Latina pueden considerarse países con epidemia de “bajo nivel” en la población en general. Sin embargo, gran parte de las infecciones registradas se concentran en personas de grupos de población con riesgo de infección por el VIH. La prevalencia en subgrupos definidos de la población, como hombres que tienen sexo con hombres, los privados de libertad, los trabajadores del sexo y los usuarios de drogas inyectables, habitualmente es muy elevada y supera el 5 por ciento. Un ejemplo es la situación en Buenos Aires, capital de Argentina. En esta ciudad, la prevalencia del VIH en hombres que tienen sexo con hombres es de un 7 a 15 por ciento, mientras que en el conjunto del país, en la población adulta, alcanza un 0,6 por ciento. Es decir, es una epidemia concentrada. Uno de los problemas es que un elevado número de personas desconoce su estado serológico respecto del VIH. Los datos estadísticos más recientes revelan que en Colombia, en 2007, al menos 170.000 personas vivían con VIH, incluidas 47.000 mujeres. No obstante, se piensa que la cifra real sea mayor. Las estimaciones más elevadas apuntan a 230.000 personas, incluidas 66.000 mujeres.3 Otro caso interesante es el de Ecuador. En este país, la epidemia se califica como epidemia creciente, en fase concentrada, dada la prevalencia superior al 5 por ciento en los grupos de población clave, como los hombres que tienen sexo con hombres. De acuerdo con los datos del último in-
forme de situación de la Cruz Roja Ecuatoriana, parece existir una tendencia de aumento del número de nuevas infecciones entre las mujeres (29 por ciento de los casos en 2005, 40,12 por ciento en junio de 2008). En las personas menores de 30 años se daba el 42,84 por ciento de los casos en 2004, pero esta cifra aumentó hasta alcanzar el 65,56 por ciento en junio de 2008. Está claro, por lo tanto, que es preciso orientar las actividades de prevención y atención a las mujeres y las personas menores de 30 años. La situación es incluso más preocupante en el Caribe, donde varios países padecen epidemias generalizadas y algunos grupos de población epidemias concentradas. De acuerdo con las estadísticas del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), en 2006 la prevalencia del VIH alcanzó o superó el 1 por ciento en Bahamas, Barbados, Belice, Guyana, Haití, Jamaica, Suriname, y Trinidad y Tobago. Por otro lado, ONUSIDA destaca que los sistemas de vigilancia del VIH en muchos países son insuficientes, lo que dificulta la recopilación de información estadística completa. De acuerdo con el último informe de la Cruz Roja de Guyana, la prevalencia del VIH en los adultos de este país alcanza un 2,5 por ciento. El SIDA es una de las causas principales de muerte en las personas de 25 a 34 años de edad. El modo predominante de transmisión del VIH son las relaciones heterosexuales sin protección. Aunque gran parte de las transmisiones se producen en relaciones sexuales comerciales, el virus también se está extendiendo en la población en general.
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En el Caribe, el principal modo de transmisión del VIH son las relaciones sexuales, adquiriendo el sexo sin protección entre trabajadores del sexo y sus clientes una importancia clave en la propagación del virus. Entre los privados de libertad también hay un nivel alto de infección por el VIH. Un estudio realizado en 2005 en la Belize Central Prision reveló que la prevalencia del VIH en los privados de libertad ascendía al 5 por ciento. Un factor clave está agudizando la pandemia de VIH en muchos países caribeños: el estigma y la discriminación de los hombres que tienen sexo con hombres siguen siendo extremos, lo que obliga a muchas personas a ocultar su identidad sexual. Muchas veces, estas personas sufren discriminación social y acoso institucional. Por ello, no es fácil sensibilizarlas a través de campañas de prevención específicas. Por otro lado, tanto en América Latina como en el Caribe están aumentando las tasas de infección entre las mujeres, a medida que aumentan las tasas del VIH en la población en general. Sin embargo, sería un error concluir que sólo las personas vulnerables corren riesgo de infectarse. Varios estudios realizados en el Caribe han revelado que, todavía, muchas personas que saben que practicar sexo sin protección supone un riesgo de transmisión del VIH, no siempre se protegen a sí mismas.4 Sigue habiendo una fuerte renuencia a utilizar preservativos. Así, aunque es preciso prestar especial atención a los grupos en situaciones de mayor vulnerabilidad, también lo es fortalecer las actividades de información, educación y comunicación para la población en general.
Llegar a los jóvenes con riesgo de infectarse Para reducir de forma duradera las tasas de infección por el VIH en la región, es preciso dirigirse a las personas más expuestas al VIH, pues estos grupos tienen menos posibilidades que otros de acceder a campañas de prevención en gran escala. Entender las características específicas locales de la epidemia de VIH es esencial para reducir con éxito la escala de las infecciones por el VIH. Dado que las Sociedades de la Cruz Roja de la región trabajan principalmente a través de voluntarios basados en la comunidad, ocupan un lugar privilegiado para determinar las características específicas de la epidemia en el plano local y trabajar directamente con las poblaciones más expuestas para procurar frenar las infecciones por el VIH. 4. Caribe. Situación de la epidemia de sida. Resumen regional. ONUSIDA, 2008, pág. 5.
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Dados los patrones demográficos de América Latina y el Caribe, un grupo destinatario importante en la prevención son los jóvenes, especialmente los que viven en zonas urbanas desfavorecidas, pero
también aquellos de comunidades remotas, que no siempre pueden acceder fácilmente a información sobre el VIH y a materiales de prevención. Según el informe del ONUSIDA para 2007, Haití “sigue siendo el país más afectado por el VIH del Caribe”. La prevalencia del VIH en este país asciende al 2,2 por ciento. Durante los últimos años se han realizado numerosos esfuerzos para mejorar la situación. Desde 2004, la Cruz Roja de Haití, con apoyo de la Cruz Roja Americana, está ejecutando un importante programa de prevención denominado “Juntos Sí Podemos”. Hasta la fecha ha alcanzado a más de 435.000 jóvenes a través de sesiones basadas en un plan de educación, y de actividades de divulgación y ocio entre homólogos. Además, se han realizado programas en los medios de comunicación de masas dirigidos a más de medio millón de jóvenes. Actualmente, el programa “Juntos Sí Podemos” alcanza todos los meses a más de 9.500 jóvenes mediante la divulgación basada en la comunicación interpersonal. Encuestas realizadas antes y después de los talleres y las actividades revelan una mejora superior al 100 por ciento en los conocimientos correctos y completos y en la actitud de aceptación hacia las personas que viven con el VIH, además de avances en la negociación de la abstinencia y el uso de preservativos. Además de en grandes zonas urbanas, “Juntos Sí Podemos” se ejecuta también en zonas rurales difícilmente accesibles y en zonas altamente inestables, como Cité Soleil. Aquí, el proyecto ha llegado, entre otros jóvenes expuestos a los que sirve, a miembros de bandas callejeras, y los propios miembros de estas bandas permiten a los educadores de sus pares y a los voluntarios de la Cruz Roja de Haití llevar a cabo actividades educativas con los jóvenes del lugar. El proyecto se basa en el enfoque del “efecto multiplicador”. Los educadores de pares piden a los jóvenes que difundan los mensajes clave de prevención que ellos han aprendido en su red personal de amigos, hermanos, compañeros de escuela y vecinos. Así, un joven que recibe un mensaje da lugar a un grupo de jóvenes informados; un joven formado equivale a un joven movilizado para promover comportamientos más seguros entre los múltiples jóvenes de su comunidad. El programa “Juntos Sí Podemos” se va a extender a Nippes y al noroeste del país. Está previsto añadirle un componente de distribución de preservativos. Éstos se proporcionarán en actividades específicas y además se pondrán a disposición en las filiales de la Cruz Roja de Haití.
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La campaña “Juntos Sí Podemos” también se está llevando a cabo en Guyana. La Cruz Roja de Guyana ha alcanzado a 5.000 jóvenes directamente y a 10.000 indirectamente. Unas 500 personas han sido derivadas para asesoramiento y pruebas voluntarias, y se han ampliado las actividades encaminadas a promover la reducción del estigma y la discriminación.
Poblaciones migrantes y personas desplazadas Las poblaciones móviles y los trabajadores migrantes también son grupos altamente vulnerables. Hay muchos ejemplos al respecto en toda la región: haitianos que migran a la República Dominicana; personas de América Central que se dirigen al norte; colombianos, venezolanos y habitantes de las islas del Caribe que migran a Panamá.
5. La situación de los refugiados en el mundo: Desplazamientos humanos en el nuevo milenio. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 2006, Capítulo 7. 6. Véase el Estudio de Caso “No había visto nunca un preservativo hasta que me lo enseñó la Cruz Roja”, en el anexo al informe.
Del mismo modo, las personas que se desplazan en su propio país debido a conflictos están expuestas a riesgos específicos. Se estima que, en Colombia, entre dos y tres millones de personas han tenido que abandonar su hogar como consecuencia de los conflictos armados5. La mayoría ha dejado tras de sí sus pertenencias y vive actualmente en condiciones precarias, generalmente en los suburbios de las principales ciudades colombianas, como la capital, Bogotá. A través de varios programas, la Cruz Roja Colombiana ha prestado a personas desplazadas desde primeros auxilios a apoyo psicosocial. Los
programas se han complementado con actividades de prevención del VIH, pues las personas desplazadas son especialmente vulnerables a la epidemia. En los distritos más pobres, muchas veces dominados por bandas callejeras y traficantes de drogas, el nivel de violencia suele ser alto. El intenso consumo de drogas (desde la inhalación de pegamentos al uso de drogas inyectables) incrementa el riesgo de infección por el VIH. La mayoría de las personas migrantes o desplazadas procede de zonas rurales y posee escasos conocimientos sobre la salud sexual y reproductiva. Es muy común oír a las mujeres decir que antes de participar en un programa de la Cruz Roja nunca en su vida habían visto un preservativo.6 Por otro lado, los desplazamientos dan lugar a una nueva jerarquía social. Cuando llegan a las grandes ciudades, los hombres que cultivaban la tierra ya no pueden hacerlo. Esto puede favorecer que consuman drogas y alcohol e incrementar el riesgo de que ejerzan violencia física o sexual hacia sus parejas y familiares. Si no consiguen encontrar empleo, algunos hombres se ven obligados además a dejar a sus familias para trabajar en otras partes del país. Es posible que muchos de ellos paguen por servicios sexuales mientras están fuera y, si se infectan con el VIH, se arriesgan transmitir el virus a sus esposas cuando vuelven a casa. La magnitud del problema es tal, que en estos casos los voluntarios de la Cruz Roja procuran convencer tanto a los maridos como a las mujeres de utilizar preservativos si hay probabilidad de que no puedan mantenerse fieles.
En El Salvador, una campaña de la Cruz Roja para prevenir el VIH se basaba en la participación de taxistas.
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Este ha sido uno de los temas examinados durante las sesiones de prevención del VIH organizadas por las filiales regionales de la Cruz Roja Colombiana. Voluntarios especialmente formados y educadores de pares visitan periódicamente a comunidades desplazadas. Entre otras actividades, se transmite información básica sobre el VIH, se distribuyen folletos informativos, se hacen demostraciones prácticas de la utilización de preservativos y, también muy importante, se responde a las preguntas y se escuchan las preocupaciones de los participantes.
Mujeres Como ya se ha mencionado anteriormente, una de las principales características de la pandemia de VIH en América Latina y el Caribe es la alta prevalencia del VIH en los hombres que tienen sexo con hombres. Este problema resulta agravado por el estigma y la discriminación que sufren. Sin embargo, en el caso de las mujeres y las niñas, es la desigualdad entre hombres y mujeres la que potencia la transmisión del VIH. En una sociedad dominada por hombres, muchas mujeres no controlan plenamente su vida sexual (en el caso de parejas casadas o parejas habituales, especialmente cuando una de las personas de la pareja no es fiel) o, en el caso de las mujeres trabajadoras del sexo, sufren una presión constante de los clientes para mantener relaciones sexuales sin protección. Esto es válido también para los trabajadores del sexo varones o personas trans. Son muy pocas las mujeres que asumen el riesgo que conlleva denunciar los abusos que padecen, por lo que su sufrimiento permanece prácticamente invisible.7
7. Entrevista a la activista colombiana Mayerline Vera, en el artículo “La Cruz Roja nos ayuda a difundir información sobre el VIH” (disponible en www.ifrc.org/wad).8. http://www.imf.org/ external/pubs/ft/ fandd/2005/12/hall. htm, 1st paragraph 8. Véase: www.imf.org/ external/pubs/ft/ fandd/2005/12/hall. htm, 1er párrafo.
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Por ello, muchas Sociedades de la Cruz Roja de la región aprovechan cualquier oportunidad para sensibilizar a las mujeres. Por ejemplo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Cruz Roja Argentina llevó a cabo una campaña nacional de prevención en la que participaron más de 150 voluntarios de 29 filiales de todo el país. Bajo el lema “Hoy y todos los días, tomemos la iniciativa”, la campaña buscaba capacitar a las mujeres para ejercer su sexualidad sin presión ni violencia, lo que a su vez dirigió la atención hacia la creciente prevalencia del VIH entre las mujeres como consecuencia de la desigualdad de género. La campaña, que se celebró primero en la ciudad de Córdoba y posteriormente en otras ciudades, alcanzó directamente a 27.000 personas. También se distribuyeron más de 18.000 preservativos y 15.500 postales y folletos informativos.
Poblaciones indígenas Las personas que viven en zonas remotas siempre son difíciles de acceder a través de mensajes de prevención de cualquier tipo. Esto es especialmente cierto en relación con el VIH, pues estas personas muchas veces no lo consideran un problema pertinente en su comunidad. Sin embargo, el desarrollo del transporte y la tecnología facilita que las minorías entren en contacto con otros. Por este motivo, varias Sociedades de la Cruz Roja de América Latina, como las de Guatemala, Ecuador y Colombia, han desarrollado programas de VIH específicamente concebidos para incluir a poblaciones indígenas, que representan alrededor del 10 por ciento de la población total de América Latina.8 Este es un ámbito en el que es esencial tener en cuenta las diferencias culturales y adaptar los mensajes a las condiciones locales particulares. Nadie está mejor situado para ello que los voluntarios comunitarios de la Cruz Roja, que forman parte de las comunidades y comprenden mejor los problemas de éstas. Trabajar con poblaciones indígenas implica, en primer lugar, establecer confianza con los líderes comunitarios, especialmente con las personas mayores y los jefes tradicionales, y lograr que entiendan la necesidad de informar a su población sobre el riesgo de infección por el VIH. Esto no es fácil, pues habitualmente los líderes comunitarios se muestran recelosos cuando afrontan nuevos problemas procedentes del exterior y porque en muchos casos han sido víctimas del estigma y la discriminación. Una vez los voluntarios han convencido a los líderes comunitarios, se les puede permitir que organicen sesiones de información y prevención. En ellas pueden sensibilizar a los miembros comunitarios, especialmente a los jóvenes, e informar más eficazmente sobre las medidas que pueden adoptar para protegerse a sí mismos aunque vivan en su comunidad y respeten las tradiciones locales. En algunos casos, esto significa que deben transmitirse los mensajes de prevención en la lengua local. Los mensajes se pueden imprimir, cuando la lengua se puede escribir, o simplemente comunicar en las sesiones de prevención, en cooperación con los centros sanitarios locales. También se pueden difundir, incluso más ampliamente, aprovechando el poder de las emisoras de radio locales de las comunidades. Un ejemplo al respecto es el programa que la Cruz Roja Colombiana ha comenzado a ejecutar con la población indígena de los Guambianos, en la pequeña ciudad de Silvia, en el sur del país. Los voluntarios son recibidos con gusto en la escuela
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El póster de la Cruz Roja Argentina se concentra en la situación de las mujeres frente al VIH.
comunitaria para llevar a cabo actividades de prevención del VIH. Además, se les invita periódicamente a transmitir mensajes de prevención en directo en la emisora de radio comunitaria que emite en lengua guambiana. En América Central, la Cruz Roja Guatemalteca dirige un programa similar para cuatro grupos de población: los Mayas (23 grupos étnicos), los Incas, los Garifunas y los Ladinos. Con apoyo de la Cruz Roja Española, la Cruz Roja Guatemalteca ha podido abrir una delegación en Nuevo Palmar, una ciudad de más de 27.000 habitantes, de los cuales más del 80 por ciento son mayas quiché. Los miembros comunitarios, especialmente los jóvenes y las mujeres, reciben información y participan en sesiones educativas sobre el VIH. Esto resulta aún más importante si se tiene en cuenta que la comunidad afronta habitualmente pobreza, problemas socioeconómicos, discriminación y falta de servicios básicos de salud e información sobre la sexualidad, factores que potencian todos ellos la pandemia de VIH. El hecho de que un número creciente de líderes comunitarios indígenas comprenda la amenaza que plantea el VIH es, sin duda, un logro extremadamente positivo de los últimos años. No
obstante, es preciso seguir intensificando los esfuerzos en estrecha cooperación con las autoridades locales y tradicionales.
Hombres que tienen sexo con hombres
En América Latina y el Caribe, los hombres que tienen sexo con hombres son entre las poblaciones quienes corren un mayor riesgo de infección por el VIH. Además, es un grupo de población muy expuesto al estigma y la discriminación, en forma de insultos, discriminación laboral y en la vivienda, y de abuso físico, violencia y violaciones. Por ello, muchos hombres tienen relaciones sexuales con hombres a escondidas, lo que también reduce la probabilidad de que se hagan pruebas y, en caso necesario, reciban tratamiento. Por este motivo, la lucha contra el estigma y la discriminación de cualquier minoría, incluidas las comunidades gay y trans, es una parte integrante de la política de VIH de la Federación Internacional. A pesar de los esfuerzos realizados, es mucho lo que queda por hacer para contrarrestar esta tendencia. Aunque la homosexualidad se está aceptando algo más en muchos países de América
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Latina, la homofobia todavía está muy extendida, especialmente en los países caribeños, en donde los hombres que tienen sexo con hombres sufren discriminación social y acoso institucional.9 Además, en muchos países donde la homosexualidad es ilegal y un crimen sancionable, se enfrentan a leyes discriminatorias y represivas. Según un artículo recientemente publicado10, el Forum for Lesbians, All-Sexuals and Gays (J-FLAG, Foro Jamaicano para Lesbianas, Todosexuales y Gays), un grupo que defiende los intereses de estas personas, informaba de 33 casos de lesión grave de gays en Jamaica por el ataque de grupos callejeros en 18 meses. Según el Foro, en las últimas semanas habían sido atacadas y violadas por hombres dos parejas de mujeres. En el artículo se añadía que muchos ataques no llegan a denunciarse, en parte porque la policía no siempre los investiga. Hay otra tendencia importante en América Latina y el Caribe, como en otras partes del mundo: el concepto de “hombres que tienen sexo con hombres” describe un comportamiento, más que un grupo particular de personas, pues puede incluir a gays que se identifican como tales y a hombres bisexuales. Los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres pueden estar casados, y las esposas frecuentemente desconocen que su marido mantiene relaciones sexuales con otra persona. Las parejas femeninas de los hombres que tienen sexo con hombres pueden, ellas mismas, ser vulnerables al VIH. Por ello, es importante observar que las necesidades de los hombres que se identifican ellos mismos como gay, y de aquellos que pueden no hacerlo, son diferentes y requieren respuestas diferentes.11
Hombres y mujeres trabajadores del sexo 9. Caribe. Situación de la epidemia de sida. Resumen regional. ONUSIDA, 2008. Pág. 2. 10. The Economist, 17 de septiembre de 2009. 11. HIV prevention: Principles and guidelines for programming Federación Internacional, 2009, pág. 13. 12. Prevención del VIH: Principios y directrices para la elaboración de programas. Federación Internacional, 2009, pág. 14.
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Obviamente, los trabajadores del sexo son otro grupo particularmente vulnerable al VIH y frecuentemente estigmatizado. Dirigirse a los trabajadores del sexo puede resultar difícil. Por ello, varias Sociedades de la Cruz Roja de América Latina y el Caribe han desarrollado programas específicos para velar por que los trabajadores del sexo conozcan el riesgo que corren cuando aceptan mantener relaciones sexuales sin protección y desarrollen estrategias para tratar con los clientes. El riesgo no es pequeño, teniendo en cuenta que, como admiten muchos trabajadores del sexo, casi todas las noches varios clientes potenciales ofrecen pagarles el doble o incluso el triple por relaciones sexuales sin protección. Aunque se ha convencido a muchos trabajadores del sexo de que deben rechazar este tipo de ofertas, siempre existe la posibili-
dad de que algunos estén suficientemente desesperados o sean excesivamente ingenuos y las acepten, corriendo así un riesgo mayor de infectarse. Cuando se llevan a cabo actividades de prevención con trabajadores del sexo, también es importante adaptar los mensajes de prevención a su identidad sexual. Por ejemplo, no tiene sentido distribuir a hombres que tienen sexo con hombres o a personas trans folletos informativos en los que se aborden las relaciones heterosexuales, pues no es pertinente para su situación. En este sentido, a fin de dirigirse más fácilmente a los trabajadores del sexo, las Sociedades de la Cruz Roja en las Americas promueven la educación entre pares. Los voluntarios son ellos mismos antiguos trabajadores del sexo o trabajan en estrecha colaboración con activistas en el seno de la comunidad para transmitir mensajes de prevención y distribuir preservativos gratuitos. Actuando así, no promueven, de ningún modo, el trabajo sexual. No obstante, la Cruz Roja y la Media Luna Roja no pueden reducir la transmisión del VIH si no alcanzan a los grupos altamente vulnerables, como los trabajadores del sexo. Y tampoco lograrán reducir significativamente la probabilidad de que los hombres infectados por el VIH por tener relaciones sexuales sin protección con trabajadores del sexo transmitan el VIH a su pareja femenina, ni la posible transmisión vertical del VIH de estas madres a sus hijos.
Usuarios de drogas Los usuarios de drogas que comparten material de inyección no esterilizado para inyectarse las drogas en la sangre están extremadamente expuestos a la infección por el VIH. Este modo de transmisión es un punto de entrada principal de la epidemia de VIH, también en algunos países de América Latina y el Caribe. La cobertura de prevención a veces es baja, especialmente cuando el intercambio de agujas es frecuente.12 Otro aspecto a tener en cuenta es el consumo de tipos de drogas más “ligeras”, como la marihuana, a veces combinadas con grandes cantidades de alcohol, que puede disminuir la capacidad de las personas para negociar la utilización de preservativos o protegerse a sí mismas.
Personas en prisión Normalmente, la tasa de transmisión del VIH entre personas que están en prisión es más alta que en la población en general. Este es el caso también en muchas partes de América Latina y el Caribe. El consumo no seguro de drogas
IFRC salud y asistencia / La desigualdad agudiza la pandemia de VIH Enfoque especial en la respuesta de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de América Latina y el Caribe / Noviembre 2009 //
13. Prevención del VIH: Principios y directrices para la elaboración de programas. Federación Internacional, 2009, pág. 14.
inyectables, el tatuaje, las relaciones sexuales convenidas sin protección y las violaciones incrementan la vulnerabilidad de las personas en prisión. Por otro lado, un porcentaje elevado de las personas en prisión se encuentran allí por crímenes relacionados con las drogas y encuentran la forma de continuar sus actividades mientras están en la cárcel. Por lo tanto, es preciso prestar servicios de prevención del VIH en las cárceles, para incrementar los conocimientos y prevenir la transmisión sexual.13
Una joven de la comunidad guambiana en Silvia, sur de Colombia, aprende delante de sus compañeros cómo usar correctamente un preservativo.
Un buen ejemplo de programa para personas en prisión es el de la Cruz Roja Ecuatoriana. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas privadas de libertad y sensibilizar a los vigilantes y al personal administrativo de las prisiones. Para reforzar su presencia en los servicios de salud sexual y reproductiva, la Cruz Roja se ha asociado con varias organizaciones clave privadas
y públicas. Además de en la prevención del VIH, el programa se centra en asegurar que las personas en prisión tengan mejor acceso a servicios de atención primaria de salud, especialmente en centros de rehabilitación.
Campañas de prevención más centradas Las herramientas de comunicación son esenciales para alcanzar a los grupos más vulnerables. Sin embargo, como en el caso de los trabajadores del sexo, es necesario adaptar las herramientas a las circunstancias de cada grupo. De lo contrario, es muy posible que el mensaje pase desapercibido. Aunque se han llevado a cabo campañas de prevención durante muchos años, siempre es necesario repetir y reforzar los mensajes. Cada vez más datos demuestran que el conocimiento, por sí solo, no es suficiente para inducir un cambio de actitud y comportamiento respecto de la autoprotección frente al VIH. Varios estudios han revelado que
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14. Cayemittes M. et al. (2006). Enquête mortalité, morbidité et utilisation des services EMMUS-IV: Haïti 2005–2006. Juillet. Pétionville et Calverton, Instituto Haitiano de la Infancia/ORC Macro. Citado en: Caribe. Situación de la epidemia de sida. Resumen regional. ONUSIDA, 2008, pág. 5. 15. CAREC (2007). Behavioural surveillance surveys in six countries of the Organization of Eastern Caribbean States, 2005–2006. Marzo. Puerto España. Citado en: Caribe. Situación de la epidemia de sida. Resumen regional. ONUSIDA, 2008, pág. 5.
Alejandra Marcela Camacho, voluntaria de la filial de Popayán de la Cruz Roja Colombiana, conversa con un miembro de la comunidad guambiana sobre prevención del VIH.
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todavía muchas personas que saben que practicar sexo sin protección supone un riesgo de transmisión del VIH, no se protegen a sí mismas. Por ejemplo, una encuesta realizada en Haití indica que el nivel de conocimientos sobre el VIH es elevado: tres de cada cuatro personas son capaces de citar tres métodos principales para evitar la infección por el VIH. Sin embargo, sólo el 26 por ciento de las mujeres y el 42 por ciento de los hombres que habían tenido relaciones sexuales con una pareja no habitual durante el año anterior confirmaron haber utilizado un preservativo en dichas relaciones.14 Y, lo que es incluso más preocupante: la tercera parte de los trabajadores del sexo admitió haber tenido relaciones sexuales sin protección a cambio de más dinero. En otras encuestas realizadas en el Caribe oriental, más de ocho de cada diez encuestados sabían que la utilización sistemática de preservativos protege de la infección por el VIH. Sin embargo, menos de la mitad de los hombres sexualmente activos y sólo una de cada cinco mujeres confirmaron que siempre utilizaban preservativos con parejas ocasionales.15 Estos dos ejemplos demuestran claramente que sigue existiendo una fuerte renuencia a utilizar preservativos, incluso entre las personas con un nivel de educación alto.
Así, ciertamente, es necesario actuar con creatividad para obtener buenos resultados en las campañas de prevención. En el Caribe, la Cruz Roja de Jamaica ha utilizado diferentes herramientas adaptadas a diferentes grupos. Además de emitir anuncios en medios impresos y electrónicos, ha recurrido a la emisión de la obra “Safe” (“Seguros”) por la radio, a vallas publicitarias, a marchas e incluso a actividades de danza. Gracias a esta variedad de herramientas se ha alcanzado a diversos grupos, como jóvenes, adultos, empleados del sector del turismo, miembros del clero, hombres que tienen sexo con hombres, trabajadores del sexo y otros. En Haití, la Cruz Roja Haitinana acaba de preparar un folleto en el que se presentan dos modelos de conducta haitianos: el músico Belo y la actriz Jessica Geneus. El folleto expone la percepción personal del riesgo en relación con las relaciones sexuales más comunes de los jóvenes haitianos, incluidos el sexo transaccional y entre distintas generaciones. Todo ello se refiere al contexto local y se expresa en términos locales. En América Central, la Cruz Roja Panameña se asoció con la Federación Internacional y la agencia de publicidad McCann-Erickson para lanzar
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la campaña “Nadie tiene la verdad escrita en la cara. Protégete. Usa condón.” La campaña se puso en marcha en 2005 y se dirigía a jóvenes sexualmente activos. Su concepto se basaba en la realidad de las redes sexuales: que los jóvenes frecuentemente ignoran los consejos de salud sexual y no se dan cuenta de que las anteriores parejas sexuales de sus actuales parejas pueden afectar a su vida y su salud. Otra innovadora campaña digna de mención es la puesta en marcha conjuntamente por las Sociedades de la Cruz Roja de Guatemala, Honduras y El Salvador. En este caso, el objetivo era sensibilizar respecto de las personas que viven con el VIH e incrementar el respeto de éstas, difundir información apropiada, disipar mitos y promover la prevención del VIH. Se eligió a taxistas como participantes en el proyecto, pues en muchas partes de la región están organizados en cooperativas, lo que facilita dirigirse a ellos e impartirles formación. Además, mantienen un contacto estrecho con turistas sexuales y trabajadores del sexo, e interactúan con clientes diversos. Con frecuencia, los taxistas son buenos comunicadores y pueden actuar como asesores informales y confidentes. Cada una de las Sociedades de la Cruz Roja enfocó el proyecto desde una perspectiva ligeramente diferente. Las Sociedades de la Cruz Roja Guatemalteca y Hondureña consideraron como grupo destinatario a los taxistas, mientras que la Cruz Roja Salvadoreña se dirigió primero a los pasajeros y después a los taxistas. Este proyecto animó a los taxistas y pasajeros a reflexionar durante los cortos desplazamientos en taxi sobre el estigma asociado al VIH y su relación con la discriminación. Por otro lado, los taxistas distribuían a sus pasajeros material diverso de sensibilización contra el estigma y la discriminación asociados al VIH, incluidos folletos, pegatinas y marcapáginas. Los taxistas se sometieron a un examen antes y a otro después de la formación, lo que permitió realizar un seguimiento de sus cambios de actitud y comportamiento. Algunos taxistas mostraron haber adquirido conciencia de cómo sus chistes y comentarios, aparentemente inocentes, podían potenciar el estigma y la discriminación. 16. Puede accederse a un video sobre el proyecto en El Salvador en: www.youtube.com/ watch?v=M2IbDGtecEw
Por otro lado, el proyecto repercutió en las familias de los taxistas, que también recibieron información sobre el VIH. El proyecto fortaleció las alianzas con las redes locales de personas que viven con el VIH, los Ministerios de Salud y las
organizaciones no gubernamentales locales. Posteriormente, algunos taxistas se han hecho voluntarios de la Cruz Roja.16 El objetivo de otro proyecto, ejecutado por la Cruz Roja Guatemalteca con apoyo técnico y financiero de la Federación Internacional, era reducir la violencia. Después de que el huracán Stan asolara el país en 2006 y dejara a muchas personas en una difícil situación económica, se buscaba prevenir la violencia en las familias y comunidades. La campaña incluyó un componente de prevención del VIH. Un grupo de teatro representó una obra popular en las comunidades afectadas por el huracán. Gracias a las representaciones teatrales, más de 9.000 familias afectadas fueron sensibilizadas respecto de la prevención de la violencia en el seno de la familia, incluida la violencia sexual, y la cuestión del VIH. La radio sigue siendo un importantísimo medio de comunicación en la región, tanto en las zonas rurales como en las grandes ciudades, donde muchas personas pasan horas escuchando sus emisoras favoritas mientras permanecen atrapadas en los atascos. Ya hemos visto, en el caso de las poblaciones indígenas en Colombia, cómo puede aprovecharse la radio comunitaria. Otras Sociedades de la Cruz Roja, como la Cruz Roja de Belice, recurren a programas de radio para difundir mensajes de promoción de la salud, incluida la prevención del VIH. Por último, parece evidente que el desarrollo de medios sociales, sitios web y blogs también puede ser una vía adecuada para promover la prevención del VIH y la lucha contra el estigma de las personas que viven con el VIH. Puede, además, motivar a las personas a trabajar como voluntarios. Un buen ejemplo al respecto es el sitio web conjunto de la Federación Internacional y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para la campaña “Nuestro mundo. Tu acción.” (www.ourworldyourmove.org).
Establecer asociaciones Ninguna organización, ni siquiera una tan fuerte como la Cruz Roja y la Media Luna Roja, posee la capacidad necesaria para responder sola a una amenaza tan importante para la salud como el VIH y el SIDA. Esta es una de las razones que impulsaron a diez Sociedades Nacionales americanas a unirse a la Alianza Global de VIH de la Federación Internacional, que es el actual enfoque para promover, fortalecer y armonizar la actuación de diferentes asociados. Uno de los objetivos de la Alianza es promover el intercambio de mejores prácticas en el seno del Movimiento
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Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y, cuando es necesario, también con asociados externos. Obviamente, los más importantes asociados son las propias personas que viven con el VIH, que no deben considerarse “beneficiarios”, sino personas a las que puede capacitarse y que pueden asumir una función en su propia comunidad. Por ello, la Federación Internacional promueve activamente la inclusión de más personas que viven con el VIH en sus filas. Por ejemplo, se ha nombrado miembro del Grupo de la Junta sobre el VIH a una persona que vive abiertamente con el VIH. Algunas Sociedades de la Cruz Roja cuentan en su junta con personas que viven con el VIH. En otras, la red nacional de personas que viven con el VIH participa en la planificación y la evaluación de los programas de VIH y salud, y en la selección de personal. Por otro lado, muchas Sociedades de la Cruz Roja latinoamericanas han contratado a personas que viven con el VIH como personal y directores de los programas de VIH y salud o como educadores de pares. Además, muchas Sociedades Nacionales reclutan voluntarios que viven con el VIH. La Cruz Roja Ecuatoriana ha realizado grandes esfuerzos por incluir en la organización a personas que viven con el VIH. Esto resulta aún más extraordinario si se tiene en cuenta que la discriminación de estas personas en Ecuador es todavía muy fuerte. En este país, cerca del 60 por ciento de las personas que viven con el VIH ha abandonado su empleo por acoso psicológico en el trabajo.17
17. UNFPA, Nutrition and HIV-AIDS Study, 2007. Citado en el informe de la Cruz Roja Ecuatoriana sobre los progresos realizados en el programa de VIH. 18. El código está disponible en www.hivcode.org/ resources-and-tools/ en inglés, francés, español, mandarino, ruso y árabe. 19. Para conocer más detalles sobre las asociaciones de la Cruz Roja Colombiana consúltese el artículo “La Cruz Roja nos ayuda a difundir información sobre el VIH” (disponible en www.ifrc.org/wad).
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Además, es necesario velar por que las personas que viven con el VIH que se han unido a la Cruz Roja y la Media Luna Roja como voluntarios no sean discriminadas. A fin de asegurar que se respeten sus derechos y de abogar por que más personas que viven con el VIH participen como voluntarios y educadores de pares, se ha creado la Red Mundial de personas positivas de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (CRMLR+). Por otro lado, la Federación Internacional alienta a las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja a firmar el código Renovemos nuestra voz: Código de buenas prácticas para las ONG que intervienen en la respuesta al VIH/ SIDA, para indicar su apoyo a este código, que establece principios y prácticas clave para la elaboración de programas de VIH en relación con la salud, el desarrollo y la labor humanitaria, con un enfoque centrado en los derechos humanos y proporcionando pruebas.18
La Federación Internacional está asociada a la Red Mundial de Personas con VIH y SIDA (GNP+) y a la Comunidad Internacional de Mujeres viviendo con VIH/SIDA (ICW). Por su parte, las filiales locales de las Sociedades de la Cruz Roja americanas mantienen contacto periódico con muchas redes y activistas locales que promueven la prevención del VIH y trabajan por reducir el estigma y la discriminación de las personas que viven con el VIH. Un buen ejemplo en este contexto son las diferentes asociaciones establecidas por la Cruz Roja Colombiana en diferentes ámbitos. La filial de Cali ha comenzado a cooperar con un orfanato dirigido por la fundación Fundamor que acoge a 55 niños huérfanos a causa del SIDA. En Bogotá, la capital del país, la Cruz Roja apoya a la organización no gubernamental local “Huellas de Arte”, que trabaja en la prevención del VIH entre las mujeres y defiende los derechos de las mujeres que viven con el VIH. Gracias al apoyo de la Cruz Roja, esta organización ha podido extender sus programas a tres ciudades más pequeñas. La organización no posee capacidad técnica para desarrollar las actividades fuera de Bogotá, por lo que ha aprovechado el apoyo de las filiales regionales de la Cruz Roja para poder operar en las tres ciudades. Esto puede considerarse un logro importante, pues en las pequeñas ciudades el estigma y la discriminación habitualmente son más graves que en las grandes zonas urbanas, como Bogotá.19 Otro logro digno de mención es el papel de sensibilización cada vez más importante que desempeñan las Sociedades de la Cruz Roja de la región. Por ejemplo, la Cruz Roja Argentina ha coordinado recientemente el Foro de Personas que viven con VIH en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos argentino. Se organizaron varios talleres con personas que viven con el VIH y la sociedad civil.
Integrar los programas En opinión de la Federación Internacional, los retos planteados por el VIH no pueden abordarse de forma aislada. Debe responderse a ellos a la vez que a otras cuestiones de salud y desarrollo. Ya se ha mencionado que en toda América Latina y el Caribe la desigualdad y la pobreza agudizan la pandemia de VIH. Por ello, las Sociedades de la Cruz Roja de la región integran, en la medida de lo posible, la cuestión del VIH en programas más amplios socioeconómicos y de sensibilización. Por ejemplo, resulta fácil incorporar la prevención del VIH en actividades de información, como la promoción de
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Sofía Bedoya, voluntaria de la Cruz Roja Colombiana, durante una sesión de prevención del VIH celebrada en el distrito “20 Enero”, en la ciudad de Popayán, en Colombia, en donde muchas personas desplazadas viven en condiciones precarias.
20. “La brecha epidémica. Departamento de Salud y Asistencia de la Federación Internacional, 2009. Disponible en: www. ifrc.org/docs/pubs/ health/170800-Epidemic-Report-SP-LR.pdf
la reducción de la violencia. La prevención del VIH puede vincularse también al apoyo psicosocial, especialmente en las comunidades vulnerables, que con frecuencia sufren lesiones psicológicas a causa del estigma. Por otro lado, la prevención del VIH puede incluirse en la formación en materia de salud y primeros auxilios comunitarios. La promoción de mensajes sobre prácticas sexuales seguras puede integrarse en otros programas e iniciativas para jóvenes. Un caso típico en este contexto es el Club 25, que alienta a jóvenes y adultos jóvenes a donar sangre y promover la donación voluntaria de sangre entre sus familiares y amigos. Estos clubs permiten, además, promover un estilo de vida más saludable en general y mensajes de prevención del VIH en particular. El Club 25 es muy popular en muchos países latinoamericanos y caribeños, en donde más de la mitad de las Sociedades de la Cruz Roja aplican la estrategia Club 25. Por último, comunicar a alguien que su prueba del VIH ha dado positivo no es fácil. Tiene consecuencias inmediatas para la persona afectada, que puede pensar que su vida “se ha acabado”. Para apoyar a las personas con el VIH en el momento en que adquieren conocimiento de su estado serológico, la Cruz Roja Hondureña se asoció en un proyecto encaminado a ayudar a grupos vulnerables, en particular a jóvenes sin hogar. Se han establecido tres centros de pruebas volunta-
rias en los que trabajan voluntarios de la Cruz Roja y asesores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, que brindan apoyo emocional y asesoramiento antes y después de las pruebas. Un importante componente del proyecto es la derivación y el apoyo, por ejemplo, la vinculación de las personas que viven con el VIH a grupos y redes de apoyo.
Acceso a tratamiento En la respuesta al VIH, la Federación Internacional adopta un enfoque encaminado a complementar los programas nacionales de salud y asistencia. Siempre que lo consideren necesario, los voluntarios de la Cruz Roja derivan a las personas al sistema de salud. La Federación Internacional defiende firmemente, junto con personas que viven con el VIH, un acceso más generalizado al tratamiento antiretroviral. Aunque es cierto que el acceso a tratamiento ha mejorado en muchos países, la discrepancia entre el tratamiento disponible para personas que pueden permitirse un tratamiento privado y para las que dependen de hospitales públicos es todavía excesiva. Muchas de las conclusiones de un informe de sensibilización sobre otras epidemias recientemente realizado por la Federación Internacional 20 son aplicables también al VIH, especialmente en América Latina y el Caribe.
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Del mismo modo, debe facilitarse y abaratarse todavía más el acceso a preservativos para evitar que las personas se infecten sólo porque no puedan permitirse comprarlos. Es preciso mejorar además el acceso a preservativos femeninos. En la mayoría de los países de América Latina y el Caribe se conocen poco los preservativos femeninos y además es difícil conseguirlos. También esto debe cambiar.
¿Y la vacuna? Entretanto, los científicos siguen esforzándose por desarrollar una vacuna que reduzca significativamente la amenaza del VIH. Si bien se están obteniendo algunos resultados alentadores, el proceso es a muy largo plazo y, aunque existiera una vacuna, se tardaría mucho tiempo en ponerla a disposición de las personas en situaciones de mayor vulnerabilidad, en las que se concentra la respuesta de la Federación Internacional al VIH. Por ello, es extremadamente importante llevar a la práctica eficazmente otras medidas de prevención.
Mirando al futuro En muchos casos, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de América Latina y el Caribe han puesto en marcha su respuesta al VIH unos años después que las Sociedades Nacionales africanas. El trabajo realizado y los conocimientos adquiridos especialmente por las Sociedades de la Cruz Roja de África Meridional, por ejemplo de Zimbabwe, pueden aprovecharse y adaptarse a la realidad cultural americana. En este sentido, se han adaptado y traducido al español ocho módulos de formación de la Federación Internacional sobre programas integrales de VIH. Además, las nuevas publicaciones –como las Normas para los programas de educación entre pares en materia de VIH y las nuevas directrices sobre prevención del VIH (véase recuadro)– permitirán a las Sociedades Nacionales de la región seguir mejorando sus programas de VIH. Aunque hasta la fecha en las Américas se ha puesto el acento fundamentalmente en la prevención, la Federación Internacional respalda la idea de que más Sociedades de la Cruz Roja participen en programas de atención domiciliaria en la comunidad, en los que voluntarios formados y educadores de pares visiten a las personas en su hogar para asegurar que tengan acceso a alimentos saludables, derivarles al hospital si su estado empeora, brindar apoyo psicosocial a la persona que vive con el VIH y a sus familiares, y promover la observancia del tratamiento antiretroviral y el tratamiento contra la tuberculosis. Los programas de atención
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domiciliaria han demostrado su eficacia en África Meridional, donde fueron establecidos inicialmente y se han ido perfeccionando. En Jamaica ya se ha introducido un programa de este tipo. Los voluntarios prestan asistencia práctica, cuidan a los niños, brindan apoyo nutricional, recogen medicamentos y apoyan la observancia del tratamiento por parte de las personas que viven con el VIH. Algunas personas que viven con el VIH han recibido pequeños subsidios para la generación de ingresos, que les han ayudado a reducir su dependencia del estado y la beneficencia. Además, los voluntarios cuidan en dos instituciones a huérfanos y otros niños vulnerables a causa del SIDA. En tres de sus filiales, la Cruz Roja de Jamaica ofrece un espacio seguro donde pueden reunirse los grupos de apoyo de personas que viven con el VIH. No sorprende que sea en Jamaica donde se indique el camino a seguir, pues es también en este país en donde se pusieron en marcha los primeros programas de VIH de la región, en 1993. A lo largo de los años, la Cruz Roja de Jamaica ha desarrollado una competencia considerable en el ámbito del VIH. El programa “Juntos Sí Podemos”, de educación de jóvenes por pares, fue ejecutado conjuntamente con otras Sociedades de la Cruz Roja del Caribe y frecuentemente ha sido presentado en reuniones internacionales como modelo para otros programas de VIH. Actualmente está aumentando el número de miembros de la Alianza Global de VIH de la región, y varios países tienen previsto unirse a ella. También están creciendo las alianzas en África, Asia y el Pacífico, y Europa, que difunden sus mejores prácticas en beneficio de todos. Para todo ello, y para seguir ampliando los programas, es esencial que la comunidad internacional no reduzca, sino que aumente, el nivel de financiación. Como ya se ha mencionado en este informe, hay un riesgo elevado de que excesivas buenas noticias en torno al VIH –ya sea sobre la prevalencia en algunas regiones o sobre una posible vacuna– puedan ser contraproducentes, pues podrían dar lugar a una bajada de la guardia, y esto a su vez plantearía un riesgo fenomenal. Trabajemos juntos por reducir la vulnerabilidad al VIH, lo que también es una buena forma de contribuir a establecer comunidades más seguras y mejor preparadas.
Jenny matthews/federación internacional
n HIV preventio
programming guidelines for Principles and
Las nuevas directrices de prevención del VIH de la Federación Internacional Con motivo del Día Mundial del SIDA 2009, la Federación Internacional presenta su nueva publicación Prevención del VIH: Principios y directrices para la elaboración de programas. Este documento, de fácil lectura, complementa las herramientas ya existentes y orienta a las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en todo lo relacionado con la elaboración de programas de VIH. Las directrices ofrecen una visión de conjunto de las actividades de prevención del VIH. Además, recalcan la necesidad de la participación de las personas que viven con el VIH y se concentran en temas fundamentales como, entre otros, la reducción del estigma y la discriminación, la desigualdad entre hombres y mujeres, la reducción del daño, la sensibilización y la movilización social, las asociaciones, y el asesoramiento y las pruebas voluntarias. Por otro lado, esta nueva publicación presenta los principales factores impulsores de la epidemia, define los conceptos de poblaciones vulnerables y poblaciones con mayor riesgo de infección, y explica cómo planificar una respuesta eficaz.
Puede accederse a esta publicación en: www.ifrc.org/wad 17
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RESPUESTA MUNDIAL DE LA CRUZ ROJA Y LA MEDIA LUNA ROJA AL VIH 56 RED CROSS AND RED CRESCENT SOCIETIES 56 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja yHAVE DEVELOPED GLOBAL ALLIANCE HIV PROGRAMME DOCUMENTS de la Media Luna Roja han elaborado documentos de programa para la Alianza Global de VIH
➑ ➒ ➋
➌
➎ ➏
➎
➐
➐
➊ ➍ ➊
Argentina Belize Colombia Ecuador El Salvador Guatemala Guyana Haiti Honduras Jamaica
➋
Burkina Faso Central African Republic Democratic Republic of Congo Guinea Nigeria
➌
Ethiopia Djibouti Kenya Madagascar Rwanda Somalia Sudan Tanzania Uganda
➍
Angola Botswana Lesotho Malawi Mozambique Namibia South Africa Swaziland Zambia Zimbabwe
Bangladesh India Nepal Sri Lanka
Cook Islands Kiribati Micronesia Samoa
➏ Cambodia Indonesia Myanmar Philippines Laos
➑
Armenia Belarus Kazakhstan Russia Ukraine Uzbekistan Kyrgyzstan
➒
China Mongolia
Resultados globales de los programas de VIH de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en 2008 Servicio prestado Personas alcanzadas por mensajes de prevención
Africa
Asia
América
Europa
Pacifico Total
13.831.031
5.892.901
796.242
1.916.326
24.608
22.461.108
PVVIH que han recibido apoyo
112.840
15.144
3.002
1.574
6
132.566
Huérfanos que han recibido apoyo
118.803
3.355
5.195
880
---
128.233
14.062.674
5.911.400
804.439
1.918.780
24.614
22.721.907
2.114.198 /mes 85.375 /mes 25.370.376 /año 1.245.500 /año
37.398 /mes 448.776 /año
50.797/mes 609.564 /año
Total de personas alcan- zadas y a las que se han prestado servicios Horas de trabajo de los voluntarios
944/mes 2.288.712/mes 11.328 /año 27.464.544 /año
Recursos movilizados 37.158.217 5.351.426 1.864.302 1.812.172 221.100 para los programas de VIH (CHF)
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46.407.217 0,3 % de los fondos disponibles en el mundo para la respuesta al VIH
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RECURSOS EN LÍNEA La pandemia de VIH sigue siendo una de las principales crisis de salud pública del mundo. Sus devastadores efectos en la sociedad, la economía, la salud y la demografía se hacen sentir en todo el globo. Actualmente, más de 33 millones de personas viven con el VIH. Todos los días se infectan con el virus unas 6.000 personas, y el número de muertos permanece preocupantemente alto. En los países gravemente afectados, el VIH ha reducido la esperanza de vida en 20 años. Sólo en el África subsahariana, el número de huérfanos a causa del SIDA menores de 18 años supera los 12 millones. Según un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el VIH ha supuesto para el desarrollo humano el más duro revés individual de la historia moderna. A fin de contribuir a la reducción del VIH, el Día Mundial del SIDA 2006 fue lanzada la Alianza Global de VIH de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, para ampliar los programas de VIH en apoyo a los programas nacionales de VIH y SIDA. Su propósito es “hacer más y hacerlo mejor” para reducir la vulnerabilidad al VIH y sus efectos. Para 2010, la Alianza Global de VIH prevé duplicar el esfuerzo de programación de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en torno al VIH en las comunidades destinatarias. En 2008, numerosas Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de América Latina, el Caribe, Asia, el Pacífico y Europa se unieron a la Alianza Global de VIH. Por su parte, las diez Sociedades de la Cruz Roja de África Meridional –donde se puso en marcha la Alianza– han realizado importantes progresos en la ejecución de programas integrales de VIH. De su actuación se han extraído útiles enseñanzas que se están transmitiendo a los demás miembros. La tabla expuesta más página incluye los resultados globales de los programas de VIH de 72 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. 52 de ellas forman parte de las 56 Sociedades que se han unido a la Alianza Global de VIH. Las 72 Sociedades constituyen una gran mayoría de las Sociedades que ejecutan programas de VIH. Por lo tanto, los datos obtenidos ofrecen una imagen adecuada del trabajo realizado por los miembros de la Federación Internacional en el plano mundial.
Esta es una selección de enlaces web en los que puede obtenerse información adicional sobre las actividades de VIH de la Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja americanas y de otros países del mundo. Se incluyen también enlaces útiles sobre el VIH y el SIDA en general. Programa mundial de VIH de la Federación Internacional: www.ifrc.org/sp/what/health/hivaids/index.asp Página especial de la Federación Internacional para el Día Mundial del SIDA 2009: www.ifrc.org/wad Actividades de las Sociedades de la Cruz Roja de América Latina: www.cruzroja.org/ Actividades de las Sociedades de la Cruz Roja del Caribe: www.caribbeanredcross.org/ Cruz Roja Americana: www.cruzrojaamericana.org/index.asp Cruz Roja Canadiense: www.redcross.ca Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA): www.unaids.org/es/ Informe anual 2008 del ONUSIDA (en inglés): data.unaids.org/pub/Report/2009/jc1736_2008_annual_ report_en.pdf ONUSIDA (sección web para el Caribe): www.unaids.org/es/CountryResponses/Regions/Caribbean.asp ONUSIDA (sección web para América Latina): www.unaids.org/es/CountryResponses/Regions/LatinAmerica.asp Organización Mundial de la Salud (sección web sobre el VIH/SIDA): www.who.int/topics/hiv_aids/es/ World Aids Campaign (WAC, Campaña Mundial contra el SIDA): www.worldaidscampaign.org Acerca del código Renovemos nuestra voz: Código de buenas prácticas para las ONG que intervienen en la respuesta al VIH/SIDA: www.hivcode.org/ Red Mundial de Personas con VIH y SIDA (GNP+): www.gnpplus.net/
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EL FONDO MASAMBO
AYUDANDO AL PERSONAL Y LOS VOLUNTARIOS QUE VIVEN CON EL VIH El Fondo Masambo fue establecido por la Federación Internacional para proporcionar a los miembros del personal y los voluntarios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que viven con el VIH acceso a los medicamentos que podrían salvar sus vidas –incluido el tratamiento antiretroviral–. La Cruz Roja y la Media Luna Roja operan en todo el mundo. Sin embargo, la cobertura sanitaria varía de uno a otro país, por lo que es necesario apoyar a los miembros del personal y los voluntarios que viven con el VIH que no puedan acceder a tratamiento y asistencia. El Fondo Masambo se financia mediante contribuciones voluntarias de todas las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Su nombre se debe a la difunta Masambo Mundega, miembro del personal de la Cruz Roja de Zimbabwe que trabajó durante mucho tiempo con personas que viven con el VIH.
“Gracias al Fondo Masambo puedo andar de nuevo” Miguel Ángel Ariza es voluntario de la Cruz Roja Panameña y beneficiario del Fondo Masambo. Ha diseñado los gráficos de la versión española de las directrices de la Federación Internacional para los voluntarios que trabajan en el ámbito del VIH.
Miguel Ángel Ariza es uno de los voluntarios apoyados por el Fondo Masambo. Ahora tiene 51 años y lleva trabajando como voluntario para la Cruz Roja Panameña desde 1998. Miguel Ángel es abiertamente seropositivo. Pese al estigma y la discriminación que sigue sufriendo, ha decidido hacer pública su condición “para evitar cotilleos y rumores”. Su participación en el programa de VIH de la Cruz Roja le brindó la oportunidad de hacer frente al estigma y de transmitir su experiencia a los jóvenes, difundiendo mensajes de prevención.
Sin embargo, este año, la salud de Miguel Ángel se deterioró. “Me puse muy enfermo. Ya no podía andar y tuve que ingresar en el hospital”, recuerda. Una de las razones por las que su salud empeoró fue que sólo tenía acceso a tratamiento básico.
Por casualidad había solicitado unos meses antes la ayuda del Fondo Masambo. Gracias a la subvención que recibió, pudo permitirse un tratamiento privado más sofisticado. Desde entonces, Miguel Ángel ha progresado favorablemente camino de la recuperación. A la pregunta de qué es lo que le ha proporcionado el Fondo Masambo, contesta simplemente: “Gracias al Fondo Masambo puedo andar de nuevo”. Ahora quiere recuperar su vida normal e involucrarse de nuevo en el programa de VIH de la Cruz Roja Panameña. “Nunca pensé que me beneficiaría de un fondo por el que yo mismo abogué cuando se creó”, añade con una sonrisa. Entretanto, sigue apoyando activamente a la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Por ser diseñador gráfico de profesión, se le pidió realizar todo el trabajo artístico para la versión española de las herramientas elaboradas por la Federación Internacional para los voluntarios que trabajan en el ámbito del VIH. Ahora quiere seguir trabajando con los jóvenes, y transmitirles su experiencia y mensajes de prevención para evitar que se infecten. Con motivo del Día Mundial del SIDA 2009 se ha publicado un nuevo folleto en el que se presenta al Fondo Masambo. Se encuentra disponible en www.ifrc.org/wad.
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AnexO UNA SELECCIÓN DE ESTUDIOS DE CASO DE COLOMBIA
La Cruz Roja Colombiana es uno de los diez miembros de la Alianza Global de VIH en América y el Caribe. Muchos de los programas incluidos en este anexo también se están ejecutando con éxito en otros países de la región, y se presentan aquí como ejemplos. La mayoría de los programas se han basado en la experiencia y las enseñanzas extraídas de muchas Sociedades de la Cruz Roja pioneras en los programas de prevención del VIH, como la Cruz Roja de Jamaica.
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“Queremos preservar nuestra cultura, pero necesitamos que la Cruz Roja nos ayude a protegernos del VIH ” En los estudios de “La emisora del Pueblo Guambiano” en Silvia, en el sur de Colombia, el voluntario de la Cruz Roja Colombiana Hernando Ríos transmite mensajes de prevención del VIH que son traducidos simultáneamente a la lengua local de la comunidad guambiana.
Jóvenes estudiantes de la comunidad guambiana vestidas con el traje tradicional asisten a una sesión de prevención del VIH impartida por voluntarios de la Cruz Roja Colombiana en la pequeña ciudad de Silvia, en el sur de Colombia.
El trabajo con minorías es un componente clave de la política que sigue la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja a nivel mundial en relación con el VIH. Un buen ejemplo se encuentra en el sur de Colombia, donde la Cruz Roja Colombiana proporciona apoyo a la comunidad indígena guambiana sensibilizando a la población local sobre la amenaza que plantea el VIH. Los voluntarios de la filial de la Cruz Roja en Cauca viajan regularmente a la pintoresca ciudad de Silvia, abrigada por las bonitas montañas de los Andes. Aproximadamente 14.000 habitantes son nativos de la comunidad guambiana que han conseguido con-
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servar su herencia cultural y su lengua. Es una de las pocas poblaciones indígenas de Colombia que sigue llevando los elegantes y coloridos trajes tradicionales.
Informar y escuchar Este martes por la mañana, los voluntarios de la Cruz Roja del programa de prevención del VIH se dirigen a la escuela local de Silvia para reunirse con los estudiantes más mayores, de 13 a 18 años de edad, mientras que otros voluntarios organizan juegos y actividades con los niños y niñas más pequeños, de los cuales la mayoría lleva el traje tradicional de los guambianos. Tras contar algunos chistes para que la audiencia se
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sienta más cómoda, los voluntarios recuerdan a los estudiantes los datos básicos sobre el VIH y el riesgo al que pueden estar expuestos si no se protegen contra el virus. Asimismo, les entregan un folleto informativo y preservativos gratuitos, y les enseñan cómo usar correctamente un preservativo. La reunión también brinda a los adolescentes de esta comunidad relativamente cerrada, en la que la tradición sigue desempeñando un papel importante, la oportunidad de expresarse sobre temas que no les resultan fáciles de tratar en casa, tales como la sexualidad.
Trabajar con los líderes comunitarios Manuel Alejandro Riviera, de 26 años de edad, es el coordinador del programa regional de VIH. Voluntario de la Cruz Roja Colombiana desde 2000, explica que el acercamiento a la comunidad guambiana fue un proceso largo que implicaba en primer lugar ganarse la confianza de los mayores y de los líderes tradicionales de la comunidad, que después autorizaron a los voluntarios de la Cruz Roja a impartir sesiones de prevención dentro de la comunidad. “Establecer confianza es esencial para trabajar con grupos minoritarios como los indígenas, que son muy cautelosos ante cualquier intervención del mundo exterior desde que en el pasado se les estigmatizara con frecuencia”, explica Alejandro. El programa regional de VIH se estableció en 2000 y actualmente participan en él cerca de 20 formadores apoyados por voluntarios.
La radio como herramienta de prevención Después de la sesión de prevención en el edificio escolar, los voluntarios se dirigen a la cercana emisora local de radio de la comunidad. Son recibidos por Floro Alberto Tunabala, que produce un programa regular sobre cuestiones de salud en namtrik, la lengua de los guambianos. Unos minutos más tarde, el voluntario de la Cruz Roja Hernando Ríos comienza a emitir en directo “La emisora del Pueblo Guambiano” para dar consejos de prevención sobre el VIH, que Floro Alberto traduce inmediatamente al namtrik. “La radio de nuestra comunidad es una conexión principal para nuestra gente, e incluimos mensajes de prevención sanitaria en muchos programas. El apoyo que recibimos de la Cruz Roja para la prevención del VIH es esencial, pues nos proporciona la información básica que necesitamos para tratar mejor las cuestiones de salud, tales como el VIH, en nuestra comunidad”, dice Floro Alberto, que lleva también el traje tradicional guambiano. “Después de todo, aunque queramos preservar nuestra herencia cultural, no vivimos aislados sino que viajamos, vamos a las grandes ciudades, de manera que es importante que los miembros de nuestra comunidad estén preparados y sean conscientes de los posibles riesgos, como el del VIH. Esperamos ampliar nuestra cooperación con la Cruz Roja Colombiana a otros temas de salud, tales como el fomento de la vacunación, no sólo por programas de radio sino también mediante la colaboración conjunta con nuestro hospital local”, añade.
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“No había visto nunca un preservativo hasta que me lo enseñó la Cruz Roja”
Blanca Nubia Salamanca, de 38 años y madre de tres niños, explica que no había visto nunca un preservativo hasta que se lo enseñó la Cruz Roja.
Popayán es una bonita ciudad en el sur de Colombia que ha conseguido conservar sus monumentos de estilo colonial español. Se conoce como la “ciudad blanca” porque todas las casas del centro de la ciudad están pintadas de blanco. Sin embargo, a pesar de su dinamismo y su herencia cultural, Popayán está situada en una zona que desde hace muchos años se ve afectada por el continuo conflicto interno. Las personas desplazadas no tenían más remedio que trasladarse a Popayán o a otras zonas urbanas de Colombia, donde llevan mucho tiempo viviendo en condiciones precarias. A tan sólo unos minutos en coche del centro histórico se encuentra el distrito “Enero 20”, un mundo muy distinto.
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Sofía Bedoya, durante una sesión de prevención del VIH en el distrito “20 Enero”, en Popayán, Colombia.
Desplazados por el conflicto interno Blanca se encontraba entre los primeros habitantes del distrito, formado por casas de madera con instalaciones sanitarias y de agua muy básicas. Con 38 años y madre de tres niños, tuvo que abandonar su pueblo en la región de Cauca debido al conflicto, y aún sigue a la espera de volver o de trasladarse a un lugar mejor. Es en este entorno altamente expuesto en el que la voluntaria de la Cruz Roja Colombiana Sofía Bedoya y sus colaboradores llegan al barrio de chabolas para realizar otra sesión al aire libre sobre la prevención del VIH. Aunque la sesión está abierta a todos, su intención es sensibilizar sobre todo a las mujeres, que constituyen un grupo de riesgo especial debido al entorno problemático. El distrito está sometido a la violencia de bandas callejeras, relacionada principal-
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mente con el tráfico de drogas. No es poco frecuente que los traficantes ofrezcan una “prueba gratuita” para crear adicción entre la gente.
Violencia sexual no revelada “Esto también genera mucha violencia sexual, si bien las mujeres tratan de ocultarla porque tienen miedo a contar la verdad”, explica Sofía. “También hemos visto casos de chicas jóvenes violadas por sus padrastros.” El problema que tienen las mujeres para controlar su propia sexualidad se complica aún más por el hecho de que muchos maridos se marchan por varias semanas porque no encuentran trabajo en Popayán. Durante su ausencia, los hombres con frecuencia acuden a trabajadoras del sexo y, a la vuelta, sus esposas corren el riesgo de infectarse con el VIH. La mayoría de la gente viene de zonas rurales, posee un conocimiento muy limitado de la sexualidad y no tiene acceso a métodos anticonceptivos. “En honor a la verdad, debo decirte que nunca había visto un preservativo hasta que me lo enseñó la Cruz Roja”, explica Blanca. “Ahora sé lo que es un preservativo, pero a veces no tenemos dinero para comprarlos, de modo que la distribución gratuita en nuestro barrio por parte de la Cruz Roja también es de gran ayuda para nosotros.”
Aprender el uno del otro Cuando se le pregunta por qué decidió involucrarse en el programa de VIH de la Cruz Roja Colombiana en su ciudad, Sofía explica que cree en las actividades de prevención y que queda mucho por hacer en las comunidades vulnerables, como las de las personas desplazadas, especialmente cuando éstas son activas sexualmente. “Pero mi participación, que comenzó hace 11 años, también tiene un componente más personal. Aprendo mucho de estas mujeres y de su capacidad de resistencia pese a sus difíciles condiciones de vida. El trabajo con ellas me hace pensar en las prioridades en la vida y en la importancia de la unidad familiar”, añade. Unos minutos más tarde, concluida ya la sesión informativa, el vehículo de la Cruz Roja sale de las estrechas calles del distrito “Enero 20” rodeado de niños saludando con la mano a los voluntarios. La casa de Sofía se encuentra a menos de cinco minutos en coche del barrio de chabolas, y no cabe duda de que tanto ella como los habitantes del distrito esperan con impaciencia la próxima sesión de sensibilización sobre el VIH y otras actividades realizadas por los voluntarios de la Cruz Roja para las personas desplazadas, tales como apoyo psicosocial y primeros auxilios.
Pero la sesión de prevención es mucho más que la mera distribución de preservativos. Constituye asimismo una oportunidad para informar a la gente, escucharla y responder a sus preguntas y preocupaciones. ¿Cómo convencer al marido para que use un preservativo cuando está claro que tiene encuentros con otras mujeres mientras está fuera? Sofía también explica cómo usar correctamente el preservativo, a la vez que los participantes reciben un folleto informativo.
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“Me alegro mucho cuando veo que cambian de comportamiento”
Marilyn Sandoval tiene 17 años y trabaja como voluntaria en el programa de VIH de la Cruz Roja en Cali, Colombia.
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Para Marilyn, los fines de semana no significan sólo descansar y salir con los amigos. La calita (que es como se denomina comúnmente a los habitantes de Cali, la tercera ciudad más grande de Colombia), de 17 años de edad, se pone su uniforme de la Cruz Roja Colombiana y se convierte en la coordinadora del proyecto regional de VIH. Pasa varias horas trabajando en torno a los programas de VIH con los grupos de población más vulnerables de su ciudad.
dad presenta muchas de las características de los problemas urbanos que se afrontan en las ciudades latinoamericanas”, explica el Dr. Yacid Estrada, coordinador del programa de VIH de la Cruz Roja Colombiana. “El barrio está repleto de familias pobres sin empleo, de indigentes que viven entre la violencia, el alcohol y las drogas.”
Hay una gran excitación cuando nos encontramos con Marilyn que, rodeada de más de 20 niños y niñas vivaces y sonrientes de El Calvario, uno de los barrios pobres de Cali, está a punto de iniciar otra sesión de sensibilización sobre el VIH. “Esta parte de la ciu-
En este complicado entorno, el centro social “Samaritanos de la calle” es un refugio seguro en el que los adolescentes asisten a actividades que incluyen sesiones de prevención del VIH. “Les proporcionamos información básica sobre el VIH, les enseñamos
Un refugio seguro
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a usar el preservativo y, lo más importante, estamos allí para escucharlos, hacernos partícipes de sus historias y temores y tratar de apoyarlos de la mejor manera posible”, explica Marilyn, rodeada de algunos de los 30 voluntarios de la Cruz Roja Colombiana que participan en el proyecto de VIH. “Los niños y adolescentes que viven en esta zona son altamente vulnerables”, añade. “A las chicas jóvenes a menudo se les ofrece dinero a cambio de relaciones sexuales, cuando tienen muy poca idea de la sexualidad y del riesgo que puede suponer para ellas el sexo sin protección. Puesto que hay muchos consumidores de drogas en esta parte de la ciudad, también corren el riesgo de infectarse con el VIH y de contraer otras enfermedades a través del uso de drogas inyectables y manteniendo relaciones sexuales sin protección con consumidores de drogas inyectables.”
De los primeros auxilios al VIH Cuando le preguntamos por qué decidió convertirse en voluntaria de la Cruz Roja, Marilyn nos cuenta que todo empezó cuando tenía tan sólo 11 años y vio en el periódico un anuncio de cursos de primeros auxilios de la Cruz Roja. Pidió más información a sus padres, y éstos le permitieron asistir a los cursos. Comenzó con los primeros auxilios y después, según se fue haciendo mayor, empezó a interesarse por el programa de VIH.
Las actividades de prevención del VIH tienen lugar en varios centros sociales alrededor de la ciudad, así como en escuelas, y a veces los voluntarios también acuden a las universidades si se lo piden. La mayoría de los adolescentes a los que llega el programa tienen entre 11 y 17 años.
Establecer vínculos estrechos Marilyn y los demás voluntarios han establecido verdaderos vínculos con la gente que vive en El Calvario. También los médicos de la Cruz Roja Colombiana acuden regularmente al centro social, proporcionando una asistencia muy útil para una comunidad que no puede permitirse un tratamiento médico sofisticado. “Obviamente, nuestra misión no es fácil, pero estoy encantada de ayudar a mi comunidad y me alegro mucho cuando veo que las personas cambian de comportamiento: Algunos de los adolescentes que nos encontramos en El Calvario incluso están pensando en hacer lo mismo que yo y convertirse también en voluntarios. ¿No es fantástico?” concluye con una sonrisa.
“Me gustaba la idea de practicar la prevención y de trabajar estrechamente con las comunidades locales. Pero somos más que simples voluntarios involucrados en actividades de prevención del VIH. También estamos allí para escuchar sus dudas y preocupaciones, así como para aconsejarles si es necesario. Algunos niños sufren abusos, y es importante para ellos poder hablar de los problemas a los que se enfrentan en casa o en su barrio.”
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“Nos aman de noche; el resto del tiempo nos odian” yo”, explica Pamela. “Nadie quiere alquilar un piso a una persona trans.” Aunque oficialmente se convirtió en “Pamela” hace sólo un par de años, desde los 6 años de edad el niño que era en ese momento inmediatamente sintió que era diferente de los demás niños y quiso que le consideraran “femenino”.
De estilista a trabajadora del sexo Pamela se hizo estilista y peluquera. Sin embargo, tuvo un grave accidente que la dejó ligeramente discapacitada y le impidió seguir realizando su trabajo. “A los 35 años me convertí en una trabajadora del sexo”, explica, contándonos también la larga batalla legal que tuvo que lidiar con las autoridades para que le permitieran llamarse Pamela. “El funcionario que recibió mi solicitud se rió de mí y dijo que nunca permitiría un cambio así”, recuerda. No obstante, llevó el caso ante el Tribunal Supremo, que finalmente le permitió llamarse Pamela. Pero en su documento de identidad sigue inscrita como varón. No obstante, Pamela conserva su espíritu luchador y ha creado una red de apoyo para todas las personas trans de Cali. Contando al principio con apenas una docena, su pequeña ONG, denominada “Transmujer”, reúne ahora a alrededor de 700 personas.
Pamela es transexual y trabajadora del sexo en el centro de Cali. También es activista y ayuda a otras personas transexuales. Distribuye preservativos gratuitos a otros trabajadores del sexo.
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Su nombre es Pamela. Es una de las docenas de personas trans que venden sus cuerpos en la que los vecinos llaman la “Calle del Pecado”, situada próxima al centro histórico de Cali, la tercera ciudad más grande de Colombia. Quedamos con Pamela en una cafetería cercana al lugar en que vive. “La vivienda es uno de los primeros problemas a los que nos enfrentamos las personas transcomo
Triplicación del precio a cambio de sexo sin protección “Tenemos que ayudarnos las unas a las otras puesto que nos enfrentamos a un alto grado de estigma y discriminación”, dice Pamela. “Los hombres nos aman de noche; el resto del tiempo nos odian”, resume, explicando
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que, además de ser insultadas en las calles, también reciben numerosas propuestas de hombres dispuestos a triplicar el precio a cambio de tener relaciones sexuales sin protección. “Yo siempre digo ‘no’ porque soy totalmente consciente del riesgo que corro de ser infectada por el VIH y de contraer otras enfermedades de transmisión sexual. Sin embargo, muchas personas trans necesitan dinero tan desesperadamente que dicen ‘sí’, colocándose en una situación extremadamente peligrosa.” “La mayoría de mis clientes son realmente hombres heterosexuales”, dice, “de manera que en cierto modo a veces estamos más protegidas que las esposas de nuestros clientes, las cuales no controlan en absoluto su propia sexualidad. He visto cosas terribles, como una chica con el VIH que vendía sexo sin preservativos. Finalmente conseguí convencerla de que usara preservativos, pero mi otra preocupación es especialmente la de asegurarme de que las personas trans que no tienen el VIH no se infecten con el virus a través de relaciones sexuales sin protección”, añade.
Cuando le preguntamos cómo ve su futuro, Pamela no lo tiene claro. Le gustaría ser una activista a tiempo completo para su comunidad, pero su condición sigue sin ser reconocida por las autoridades. Espera que el apoyo que recibe ahora por parte de la Cruz Roja Colombiana pueda ayudarla en sus actividades de sensibilización. Por el momento, sin embargo, Pamela ha vuelto a la “Calle del Pecado” y se enfrenta a un futuro incierto. Pero posee varias cajas de preservativos para compartir con otras trabajadoras del sexo, muchas de las cuales la buscan activamente porque saben que le resulta más fácil acceder a los preservativos gracias al apoyo que ha recibido ya de la filial regional de la Cruz Roja Colombiana.
Pamela realizó un gran esfuerzo para tener acceso a preservativos que pudiera distribuir entre las demás trabajadoras del sexo trans. No obstante, nunca consiguió que se reconociera del todo su condición de activista. Hace algún tiempo organizó una reunión de sensibilización en Cali, y dio la casualidad de que asistió a ella un voluntario de la Cruz Roja Colombiana. Rápidamente se estableció la relación entre su ONG y la Cruz Roja, y actualmente están desarrollando proyectos para facilitar el acceso a preservativos y fomentar el sexo seguro y las pruebas voluntarias, así como nuevas herramientas de prevención. Texto y fotos: Jean-Luc Martinage, IFRC. En www.ifrc.org/wad se encuentra un vídeo que muestra algunos de estos programas.
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En el barrio El Calvario, en Cali, Colombia, viven numerosas personas vulnerables (pág. 26). Este barrio es sólo uno de los muchos lugares de América Latina y el Caribe en los que la desigualdad social y económica agudiza la pandemia de VIH. La Cruz Roja concentra su trabajo en las comunidades vulnerables, especialmente expuestas a la infección por el VIH.
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Los Principios Fundamentales del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja Humanidad El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, al que ha dado nacimiento la preocupación de prestar auxilio, sin discriminación, a todos los heridos en los campos de batalla, se esfuerza, bajo su aspecto internacional y nacional, en prevenir y aliviar el sufrimiento de los hombres en todas las circunstancias. Tiende a proteger la vida y la salud, así como a hacer respetar a la persona humana. Favorece la comprensión mutua, la amistad, la cooperación y una paz duradera entre todos los pueblos.
Imparcialidad No hace ninguna distinción de nacionalidad, raza, religión, condición social ni credo político. Se dedica únicamente a socorrer a los individuos en proporción con los sufrimientos, remediando sus necesidades y dando prioridad a las más urgentes.
Neutralidad Con el fin de conservar la confianza de todos, el Movimiento se abstiene de tomar parte en las hostilidades y, en todo tiempo, en las controversias de orden político, racial, religioso e ideológico.
Independencia El Movimiento es independiente. Auxiliares de los poderes públicos en sus actividades humanitarias y sometidas a las leyes que rigen los países respectivos, las Sociedades Nacionales deben, sin embargo, conservar una autonomía que les permita actuar siempre de acuerdo con los principios del Movimiento.
Voluntariado Es un movimiento de socorro voluntario y de carácter desinteresado.
Unidad En cada país sólo puede existir una Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja, que debe ser accesible a todos y extender su acción humanitaria a la totalidad del territorio.
Universalidad El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en cuyo seno todas las Sociedades tienen los mismos derechos y el deber de ayudarse mutuamente, es universal.
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La desigualdad agudiza la pandemia de VIH Enfoque especial en la respuesta de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de América Latina y el Caribe Publicación de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja Para obtener más información sobre el programa de VIH de la Federación Internacional en América, diríjase a: Julie Hoare Coordinadora Continental de Salud y VIH Correo electrónico: julie.hoare@ifrc.org Tel: + 507 380 0265 Para obtener más información sobre el Programa Mundial de VIH de la Federación Internacional, diríjase a: Getachew Gizaw Gerente interino del Programa Mundial de VIH Correo electrónico: getachew.gizaw@ifrc.org Tel: + 41 22 730 4474 Persona de contacto para medios de comunicación y relaciones públicas para la zona de América: Pilar Forcen Gerente Continental de Comunicación Correo electrónico: pilar.forcen@ifrc.org Tel: + 507 6672 3170 Persona de contacto para medios de comunicación y relaciones públicas en Ginebra: Jean-Luc Martinage Oficial de comunicación y sensibilización (Salud mundial) Correo electrónico: jl.martinage@ifrc..org Tel: + 41 79 217 3386
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja promueve las actividades humanitarias de las Sociedades Nacionales en favor de las personas vulnerables.
Fotografía de la cubierta: Los voluntarios de la Cruz Roja de América y el Caribe transmiten mensajes de prevención del VIH a las comunidades vulnerables, por ejemplo, a personas desplazadas en Colombia.
La Federación Internacional, las Sociedades Nacionales y el Comité Internacional de la Cruz Roja constituyen, juntos, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
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Nuestro mundo es un caos. Tu acción puede mejorarlo. ourworld-yourmove.org
177100 11/2009 S 200
Mediante la coordinación del socorro internacional en casos de desastre y el fomento de la asistencia para el desarrollo, se propone prevenir y aliviar el sufrimiento humano.