Seminario 12 esp

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Es importante que se considere que Dios llama a todos los creyentes a ser “perfectos”. Mientras tanto, la comprensión no bíblica de “perfección” nos ha llevado las tendencias “perfeccionistas”.


El uso de la palabra pecado


Para tener una comprensión del problema tenemos que considerar el uso de la palabra “pecado” en la Escrituras. ¿Qué es pecado? “El pecado es infracción de la ley” (1 Juan 3:4).


Pecado es la transgresiรณn de la Ley de Dios en pensamiento, palabras o hechos. Estรก por debajo del estรกndar establecido por la Ley de Dios, la Palabra de Dios y el carรกcter de su Hijo.


La palabra “pecado” también es usada para describir nuestra naturaleza pecaminosa, la que cada persona hereda como consecuencia de la desobediencia de Adán.


Así, el pecado es presentado en dos aspectos. Es la transgresión de Ley por medio de los pensamientos, palabras o hechos, o también puede referirse a la naturaleza pecaminosa. Pablo llama esto “el mal que está en mi” (Rom. 7:21) o la “ley del pecado que está en mis miembros” (Rom. 7:21, 23).


La soluci贸n de Dios para el problema del pecado


La soluci贸n de Dios para el pecado puede ser resumida as铆: cuando recibimos al Se帽or Jesucristo como nuestro Salvador personal, la justicia imputada de Cristo nos da total y completo perd贸n para todas las transgresiones de nuestra vida pasada.


Si obedecemos a Jesucristo hasta el fin, entonces, en su venida, cambiarรก nuestro cuerpo mortal, pecaminoso, por un cuerpo inmortal y sin pecado (naturaleza pecaminosa) (Fil. 3:20, 21), (1 Cor. 15:50-54).


La verdadera santificación, “Cristo en nosotros”, libra al cristiano del dominio del pecado. Esto nos da la victoria sobre hechos pecaminosos (pecado en el sentido de hechos). Pero no hay ninguna referencia o experiencia de nadie en la Biblia que muestre que la naturaleza pecaminosa haya sido erradicada antes de la venida de Jesús.


La purificaci贸n en el D铆a de la Expiaci贸n


El Santuario típico era purificado en el día de la Expiación. La Biblia muestra claramente que esa purificación se restringía a la eliminación figurada de los pecados como hechos de transgresión (Lev. 16:30).


Así podemos ver que la purificación del Santuario trataba solo con el pecado o los hechos de transgresión. No incluía ninguna erradicación de la naturaleza pecaminosa de los adoradores.


Purificados por la sangre de Cristo


“La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). El pecado, en este caso, se refiere a los hechos de transgresión. ¿De qué manera la sangre de Cristo transforma al creyente para no tener pecado? Por la justicia de Cristo todos los pecados cometidos en palabras, pensamientos o hechos son perdonadnos.


“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” (1 Juan 1:8). Aquí el pecado se refiere a la naturaleza pecaminosa. Cuando tomamos los versículos 7 y 8 juntos, otra cosa se clarifica.


Sin pecado solo despu茅s de la transformaci贸n


“No podremos decir: ‘Yo soy impecable’, hasta que este cuerpo vil sea transformado a la semejanza de su cuerpo glorioso” (Mensajes selectos, t. 3, p. 406)


La verdad es que nadie puede decir que su naturaleza pecaminosa fue erradicada, a no ser cuando ocurra la transformación (Fil. 3:20). Parte de esta transformación sucederá en ocasión de la segunda venida de Jesús, no hay ninguna experiencia, ningún proceso mencionado en la Biblia, que enseñe que la naturaleza pecaminosa es erradicada resultando en perfección absoluta.


Los cristianos deben alcanzar la victoria sobre el pecado


Lo que fue dicho anteriormente no quiere decir que debemos continuar cometiendo pecados en pensamiento, hechos o palabras. Por el contrario, significa que, por el poder de Dios, el creyente debe buscar la victoria sobre cada hecho o palabra equivocada.


Un cristiano verdadero está muerto para el pecado, pero vivo para Dios, a través de nuestro Señor. Tal cristiano está muerto para el pecado y no vive en la práctica del pecado.


“Existe una lucha contra el pecado innato; hay una guerra contra el mal exterior” (Review and Herald, noviembre 29, 1887).

“Debemos luchar diariamente contra el mal externo y el pecado interior” (Mensajes selectos, t. 3, p. 167)


Victoria sobre cada mala palabra y hecho


El remanente que recibe la lluvia tardía, y por lo tanto está preparado para el tiempo de angustia y para ser trasladado en la venida de Jesús, tendrá completa victoria sobre cada palabra y acción equivocada.


" Vi que nadie podrá participar del “refrigerio” (lo mismo que la lluvia tardía) a menos que haya vencido todas las tentaciones y triunfado del orgullo, el egoísmo, el amor al mundo y toda palabra y obra malas” (Primeros escritos, p. 71).


¿En qué sentido el remanente estará sin pecado?


¿En qué sentido, entonces, la eliminación de los pecados de los victoriosos los convierte en personas sin pecado? Son cubiertos con el manto de la justicia de Cristo. Así son considerados sin pecado en Cristo. Son aceptados por Dios como si no hubiesen pecado.


Cuando los pecados son borrados en el juicio, los que quedan estรกn sin pecado porque en los libros celestiales no existe nada que los acuse. Ellos estรกn sin pecado en el sentido de que Dios los sellarรก para que permanezcan santos y justos (Apoc. 22:11, 12).


Sin mancha delante del trono


Apocalipsis 14:5 declara que en el remanente no se hallarĂĄ engaĂąo en sus bocas y estarĂĄn sin mancha delante del trono. Algunos declaran que esto no puede ser verdad a no ser que la naturaleza pecaminosa haya sido erradicada antes que acabe el tiempo de gracia.


Nadie puede estar sin pecado delante de Dios, excepto teniendo el manto de justicia del Cristo imputado y comunicado. Pablo habló de cristianos verdaderos en sus días, como “santos y sin mancha e irreprensibles delante de él” (Col. 1:22).


Vivir sin pecado cuando no haya intercesor


Algunos preguntan: 驴c贸mo el remanente permanecer谩 santo a la vista de un Dios santo sin intercesor durante las plagas, al menos que el pecado haya sido erradicado de sus cuerpos antes de la finalizaci贸n del tiempo de gracia?


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La lluvia tardía, o “refrigerio” prepara al remanente para permanecer sin intercesor durante las plagas. La colocación del sello de Dios sobre los verdaderos hijos de Dios. Cuando el Señor los pronuncia “santos” y “justos” cuando finalice el tiempo de gracia, el remanente estará habilitado para vivir sin intercesor durante las plagas (Apoc. 22:11, 12).


La regeneraci贸n no erradica la naturaleza pecaminosa


Los ap贸stoles ense帽aron que cuando el cristiano nace de nuevo, es hecho participante de la naturaleza divina (2 Ped. 1:4). Sin embargo dejaron claro que el pecado en la carne, o la naturaleza pecaminosa, no es erradicado cuando ocurre la regeneraci贸n.


La verdad es que “Cristo en nosotros” nos da la victoria sobre el pecado que tenemos. Pero antes de la transformación, él no erradica “la carne” o las posibilidades de que alguien peque.


Sentido b铆blico de perfecci贸n


Las Escrituras Sagradas definen la perfecci贸n no en el sentido de una persona sin pecado, o de alguien que alcanz贸 el estado de santidad en el cual ya no peca porque el poder del pecado fue definitivamente vencido, erradicado, o inclusive su naturaleza carnal.


“La verdad más impresionante sobre la perfección bíblica, es que no se encuentra en lo abstracto de la naturaleza humana, sino en la relación perfecta de Dios y su prójimo aquí y ahora, así como también en el futuro” (Hans K. La Rondelle, Perfection and Perfectionism, p. 327).


Un plan solo para la perfecci贸n


La salvaci贸n y la perfecci贸n suceden por la justicia imputada y comunicada de Cristo. Este plan est谩 a disposici贸n de los que se someten completamente a Cristo en todos los tiempos.



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