Edición 117

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MAYO 01 DE 2011

Un hombre venido de lejos Editorial

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il novecientos setenta y ocho fue el año de los tres Papas. Paulo VI un hombre de una gran fortaleza espiritual y de una aguda sabiduría que supo encauzar y poner al servicio de la Iglesia, orientándola en temas tan complicados y difíciles como el del control de la natalidad en la Humanae Vitae. Llevó a cabo la continuación y conclusión del Concilio Vaticano II, convocado por el Papa bueno, Juan XXIII.

Por Pacco Magaña

San Tarcisio

Queridos hermanos y hermanas:

Juan Pablo I, el Papa de la sonrisa, en su brevísimo ministerio papal, enseñó con su aparente fragilidad, la fuerza de la fe y de la oración hecha servicio y caridad.

Queridas y queridos monaguillos, el testimonio de san Tarsicio y esta hermosa tradición nos enseñan el profundo amor y la gran veneración que debemos tener hacia la Eucaristía: es un bien precioso, un tesoro cuyo valor no se puede medir; es el Pan de la vida, es Jesús mismo que se convierte en alimento, apoyo y fuerza para nuestro peregrinar de cada día, y en camino abierto hacia la vida eterna; es el mayor don que Jesús nos ha dejado.

Juan Pablo II, el hombre venido de un país lejano como él mismo lo dijo el día de su elección, fue un Papa carismático que hizo que el mundo volviera a mirar hacia la Iglesia. Sabio, escritor fecundo, hombre de una profunda espiritualidad, condujo el rebaño a él encomendado, por los senderos tortuosos de finales del milenio pasado hacia los años nuevos de un milenio que iniciaba con la fe y la esperanza de que sus años y sus días fueran mejores. Tuvo la gracia de la comunicación, no sólo por su capacidad para hablar distintos idiomas, sino por la fuerza que imprimía su sola presencia a tal grado de que mucha gente, al menos en nuestra patria, era capaz de soportar los más intensos fríos o calores con tal de verlo o de escucharlo. Renovó la alegría de sabernos miembros de una Iglesia viva, alegre, dinámica, llena de esperanza y de gozo. Tuvo palabras de aliento para los más pobres, los más sencillos, los enfermos, obreros, amas de casa, intelectuales, pero sobre todo, para los jóvenes con quienes se encontró en diversas ocasiones y para quienes estableció las jornadas mundiales de la juventud, que aún hoy, siguen vigentes.

Me dirijo a ustedes, aquí presentes, y por medio de ustedes a todos los monaguillos del mundo. Sirvan con generosidad a Jesús presente en la Eucaristía. Es

Juan Pablo II fue un hombre forjado en el dolor y el sufri-miento, hombre de lucha y de esfuerzo serio que supo afrontar con fe las adversidades de su historia que, con el paso de los años, fueron templando su carácter y su vida misma. Hombre de profunda capacidad intelectual, hombre de diálogo con los intelectuales de su tiempo. Hombre de una grandísima capacidad de contemplación producto de un profundo diálogo con el Dios que le llamó a ser el Vicario de su Hijo aquí en la tierra. Podía estar rodeado de numerosas multitudes o de los ruidos más ensordecedores, pero en el silencio de su corazón transmitía una sensación de tranquilidad y paz. Frente al sagrario o ante el Santísimo Sacramento expuesto, su actitud era la de alguien que en la fe encontraba las palabras para hablarle a Aquél que en la Eucaristía nos había dejado su promesa de estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Hoy es elevado a la dignidad de los altares. Hoy la Iglesia reconoce la gran riqueza de su ministerio. Hoy y siempre, desde ahora, podrá ser invocado como intercesor ante el Padre y ante el Señor de nuestra historia. Pidamos su intercesión en este día que recordamos a todo el mundo del trabajo, para que nunca falte éste ni el pan de cada día. Que el Dios de la paz y de la misericordia nos conceda también trabajar por que la Palabra de la vida, dé vida en abundancia, sobre todo para aquellos que hoy más la necesitan.

Segunda parte

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una tarea importante, que les permite estar muy cerca del Señor y crecer en una amistad verdadera y profunda con él. Custodien celosamente esta amistad en su corazón como san Tarsicio, dispuestos a comprometerse, a luchar y a dar la vida para que Jesús llegue a todos los hombres. También ustedes comuniquen a sus amigos el don de esta amistad, con alegría, con entusiasmo, sin miedo, para que puedan sentir que ustedes conocen este Misterio, que es verdad y que lo aman. Cada vez que se acercan al altar, tienen la suerte de asistir al gran gesto de amor de Dios, que sigue queriéndose entregar a cada uno de nosotros, estar cerca de nosotros, ayudarnos, darnos fuerza para vivir bien. Como saben, con la consagración, ese pedacito de pan se convierte en Cuerpo de Cristo, ese vino se convierte en Sangre de Cristo. Son afortunados por poder vivir de cerca este inefable misterio. Realicen con amor, con devoción y con fidelidad su tarea de monaguillos. No entren en la iglesia para la celebración con superficialidad; antes bien, prepárense interiormente para la santa misa. Ayudando a sus sacerdotes en el servicio del altar contribuyen a hacer que Jesús esté más cerca,

de modo que las personas puedan sentir y darse cuenta con más claridad de que Él está aquí; ustedes colaboran para que Él pueda estar más presente en el mundo, en la vida de cada día, en la Iglesia y en todo lugar. Queridos amigos, ustedes prestan a Jesús sus manos, sus pensamientos, su tiempo. Él no dejará de recompensarlos, dándoles la verdadera alegría y haciendo que sientan dónde está la felicidad más plena. San Tarsicio nos ha mostrado que el amor nos puede llevar incluso hasta la entrega de la vida por un bien auténtico, por el verdadero bien, por el Señor. Probablemente a nosotros no se nos pedirá el martirio, pero Jesús nos pide la fidelidad en las cosas pequeñas, el recogimiento interior, la participación interior, nuestra fe y el esfuerzo de mantener presente este tesoro en la vida de cada día. Nos pide la fidelidad en las tareas diarias, el testimonio de su amor, frecuentado la Iglesia por convicción interior y por la alegría de su presencia. Así podemos dar a conocer también a nuestros amigos que Jesús vive.


MAYO 01 DE 2011

ANIMADOS POR EL ESPÍRITU DE CRISTO RESUCITADO ¡FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN! La alegría de la Pascua, celebrando la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos recuerda que Él prometió a la comunidad creyente la asistencia del Espíritu Santo. Desde el día de Pentecostés, acontece entre la Iglesia y el Espíritu Santo una relación fecunda. Por su acción florecen en la Iglesia los dones, los carismas y diversos oficios encaminados a construir a la Iglesia de Dios y fortaleciéndola en la continuación de la obra salvadora de su Señor. Podemos contemplar la obra del Espíritu en la Iglesia leyendo el capítulo 12 de la Primera carta a los corintios. El Espíritu Santo forja en la Iglesia misioneros decididos y valientes como Pedro y Pablo, señala los lugares que hay que evangelizar y elige a los misioneros que desempeñarán ese servicio. La comunidad cristiana debe permanecer atenta para descubrir estas mociones del Espíritu que la impulsan a estar activa y creativa en el desempeño de la misión evangelizadora. Las funciones del Espíritu Santo son múltiples: + Infunde a la Iglesia la convicción de ser continuadora de la obra del Mesías. + Guía y fortalece a la Iglesia en el anuncio de la Palabra de Dios, de la celebración de la fe y del servicio a la caridad. + Impulsa a todos los miembros de la Iglesia a crecer en Cristo, hasta alcanzar la “estatura del hombre perfecto”. El Espíritu Santo, como Maestro Interior, conduce al conocimiento de la Verdad, recuerda a los discípulos las enseñanzas del Maestro, forma discípulos y misioneros y realiza en la Iglesia la misma misión que llevó a cabo en Jesucristo (ver Lc 4, 16-21), infundiendo la pasión por el Reino de Dios: anunciar la Buena Nueva a los pobres, curar a los enfermos, consolar a los tristes, liberar a los cautivos. La comunidad de los discípulos recibe iluminación y vida del Espíritu de Dios. Particularmente a través de los Sacramentos del Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía (que la insertan en el Misterio de la Muerte y Resurrección de Cristo), tiene su origen como comunidad de discípulos y misioneros y entra en la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, participando de su vida, de su dinamismo de amor que crea, redime y llama a todos a la unidad. Demos gracias a Dios por incluirnos a cada uno de nosotros en este hermoso Proyecto de Vida y de amor. Sigamos contagiando a todos el gozo por la Resurrección del Señor. NOTA: Puedes ampliar esta reflexión leyendo los números 149-153 del Documento de Aparecida.

Apreciados lectores y lectoras: ¡BEATO JUAN PABLO II! Así lo llamaremos de hoy adelante al ser beatificado por el Papa Benedicto XVI, este domingo 1º. de mayo, fiesta de la Divina Misericordia. Por primera vez, después de diez siglos, la ceremonia es presidida por su inmediato sucesor. La Iglesia entera se llena de alegría. Muchos hombres y mujeres que lo conocieron se gozan con este acontecimiento que trasciende los linderos de la fe y llega hasta muchos ambientes seculares. Millones y millones de hombres y mujeres conocieron a Juan Pablo II, escucharon su mensaje y tuvieron algún contacto con él. Su recuerdo se mantiene vivo en innumerables corazones. Se dice que cuando murió, “el mundo se había parado, se había arrodillado y había llorado”. ¿Qué es la beatificación? La beatificación es un acto previo a la canonización. “La beatificación es la sentencia no definitiva del Romano Pontífice, con la cual se permite el culto público de un siervo de Dios. La canonización es una sentencia definitiva y por ello infalible e irreformable, con que el Sumo Pontífice, con la potestad del supremo magisterio, declara que el beato es un héroe de la vida cristiana y goza de la gloria celestial, por lo que en toda la Iglesia se le debe tributar el culto público”. ¿Quién no conoce a Juan Pablo II? La vida de muchos jóvenes y adultos está cubierta por el arco de su fecundo y largo pontificado, de 1978 a 2005, casi 27 años. Todos tienen una opinión propia de este “gran Pontífice y testigo de Cristo”. Quiero acercarme con reverencia y grande afecto a su persona. Me atrevo a destacar sólo tres rasgos de su riquísima personalidad. Alguna vez leí la expresión de uno de sus biógrafos que decía que el Papa era un sólido y blanco bloque de oración; todo él estaba hecho de oración. Oraba en todo momento, aún rodeado de las grandes multitudes que lo seguían. Era una persona llena de Dios. “Llegó a ser un signo visible de una realidad invisible, también a través de su cuerpo desgarrado por el sufrimiento”. Cada día pasaba mucho tiempo ante el Sagrario. El Santísimo Sacramento era el sol que iluminaba su vida. “Cuando oraba, daba la impresión de que se arrojaba a los pies de Jesús. Cuando oraba, en su rostro era visible su abandono total en Dios”. Tenía un apasionado amor a Jesucristo y a la Virgen Santísima. Todos sabemos que estos dos amores marcaron su pontificado. Desde el primer día, resonó su poderosa voz en la plaza de San Pedro y en el mundo entero, proclamando su amor y su fe: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”. Y después, su vigoroso y audaz llamado: “No tengan miedo, abran de par en par las puertas a Cristo”. No se avergonzaba de Cristo ni de su Evangelio. “Vivía según el Evangelio. Resolvía según el Evangelio todos los problemas del mundo y de la Iglesia. Según el Evangelio construyó toda su vida interior y exterior”. Y al lado de este amor, estaba su filial y tierna devoción a María. El lema de su escudo lo expresaba elocuentemente: “Todo tuyo”. Siempre tenía entre sus dedos el rosario, con el que se dirigía a María, confirmando su entrega total a ella. Siempre

se sintió protegido por ella, particularmente el día del terrible atentado, en la fiesta de Nuestra Señora de Fátima. Sobra decir que fue un peregrino incansable por todos los caminos del mundo. Realizó más de cien viajes internacionales. Un rápido recorrido de sus viajes apostólicos lo deja a uno sobrecogido por la inmensa obra evangelizadora que realizó. Al ver las fotografías, uno queda como extasiado ante los momentos irrepetibles e inolvidables en que Juan Pablo II miraba con ternura, bendecía, oraba profundamente, se conmovía, sonreía, estrechaba entre sus brazos a todos, besaba con amor a los niños, saludaba con alegría, iba al encuentro de las muchedumbres y se entregaba con pasión a ellas. Su rostro se transfiguraba en mil expresiones. Se podría decir que llegaba a cada una de las personas perdidas entre la multitud. Cumplió al pie de la letra el mandato del Señor: “Vayan por todo el mundo”. Fue un estimulante ejemplo para todos los Obispos. Especial mención merece la relación de Juan Pablo II con México, el entrañable lazo de unión entre este Papa y nuestro país. “La Morenita del Tepeyac” lo cautivó. Guadalupe es uno de los cinco santuarios marianos del mundo que más amó. Visitó nuestro país cinco veces. Aún resuena en los oídos de muchos su desafío lanzado desde la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, en su primer viaje, enero de 1979: “¡MEXICO SIEMPRE FIEL!”. Y sus siete paternales bendiciones, al despedirse, después de su cuarto viaje, el 26 de enero de 1999: “¡Dios te bendiga, México!, por los ejemplos de humanidad y de fe de tus gentes… ¡Dios te bendiga, México!, por la fidelidad y amor de tus hijos a la Iglesia… ¡Dios te bendiga, México!, que cuentas con numerosos pueblos indígenas… ¡Dios te bendiga, México!, que te esfuerzas en desterrar para siempre las luchas que dividieron a tus hijos… ¡Dios te bendiga, México!, que sigues extrañando a tus hijos migrantes… ¡Dios te bendiga, México!, por la libertad religiosa que vas reconociendo… ¡Dios te bendiga, México!, por la Iglesia que está presente en tu suelo…” ¿Qué sigue, después de su beatificación? No se debe considerar tiempo vacío el período que va desde la beatificación hasta la canonización. Se trata, en cambio de un tiempo pleno, durante el cual se nos invita a conocer mejor la vida de Juan Pablo II y a imitar sus virtudes. Damos gracias a Dios por este gran regalo de tener un modelo y un intercesor en el cielo; un hombre que recorrió los caminos de México, que vio la grandeza y pobreza de nuestro país, que consoló y orientó con su palabra la vida de muchos mexicanos, fortaleciendo su fe en Dios y su amor a la Virgen de Guadalupe.

“Y hasta que nos volvamos a encontrar, que el Señor los guarde en la palma de su mano”. +Luis, Arzobispo de S. Luis P.


Nuestra historia

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onocido como Juan Pablo II desde su elección al papado en octubre de 1978, nació en Wadowice, cerca de Cracovia, el 18 de mayo de 1920. Fue bautizado el 20 de junio de 1920, a los 9 años hizo la Primera Comunión, y a los 18 recibió la Confirmación. Cuando las fuerzas de ocupación nazi cerraron la Universidad, en 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania. A partir de 1942, al sentir la vocación al sacerdocio, siguió las clases de formación del seminario clandestino de Cracovia, dirigido por el Arzobispo de Cracovia. Al mismo tiempo, fue uno de los promotores del “Teatro Rapsódico”, también clandestino. Tras la segunda guerra mundial, continuó sus estudios en el Seminario Mayor de Cracovia, nuevamente abierto, y en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica, hasta su ordenación sacerdotal en Cracovia el 1 de noviembre de 1946. Seguidamente fue enviado a Roma, donde se doctoró en 1948 en teología, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz. En 1948 volvió a Polonia, y fue vicario en diversas parroquias de Cracovia y capellán de los universitarios hasta 1951, cuando reanudó sus estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó en la Universidad Católica de Lublin una tesis titulada “Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler”. El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío XII Obispo Auxiliar de Cracovia. Recibió la ordenación episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la catedral del Wawel (Cracovia). El 13 de enero de 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia por Pablo VI, quien le hizo cardenal el 26 de junio de 1967. Además de participar en el Concilio Vaticano II (1962-1965), con una contribución importante en la elaboración de la constitución Gaudium et spes. Los cardenales reunidos en Cónclave le eligieron Papa el 16 de octubre de 1978. Tomó el nombre de Juan Pablo II y el 22 de octubre comenzó solemnemente su ministerio petrino como 263 sucesor del Apóstol Pedro. Su pontificado ha sido uno de los más largos de la historia de la Iglesia y ha durado casi 27 años. Juan Pablo II ejerció su ministerio petrino con incansable espíritu misionero, dedicando todas sus energías, movido por la “sollicitudo omnium Ecclesiarum” y

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ería maravilloso, encontrar a alguien que nos ame como somos. Y evitar el esfuerzo de ser como no somos. Para alcanzar ser aceptados por los otros. por la caridad abierta a toda la humanidad. Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia, y 146 por el interior de este país. Además, como Obispo de Roma, visitó 317 de las 333 parroquias romanas. Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el mundo. Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994. Juan Pablo II promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las demás religiones, convocándolos en varias ocasiones a encuentros de oración por la paz, especialmente en Asís. Realizó numerosas canonizaciones y beatificaciones para mostrar innumerables ejemplos de santidad de hoy. Amplió notablemente el Colegio cardenalicio, creando 231 cardenales. Entre sus documentos principales se incluyen: 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas. Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica, a la luz de la Revelación, autorizadamente interpretada por el Concilio Vaticano II. Reformó el Código de Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales; y reorganizó la Curia Romana. Publicó también cinco libros como doctor privado: “Cruzando el umbral de la esperanza” (octubre de 1994);”Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi ordenación sacerdotal” (noviembre de 1996); “Tríptico romano - Meditaciones”, libro de poesías (marzo de 2003); “¡Levantaos! ¡Vamos!” (mayo de 2004) y “Memoria e identidad” (febrero de 2005). Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, a las 21.37, mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la octava de Pascua y domingo de la Misericordia Divina.

Un anhelo muy humano, es querer que nos acepten, a pesar de nuestras faltas. Cuando fallamos, hay temor que los demás se enteren, por el miedo a vernos rechazados. El ser humano, quiere encontrar un amor incondicional. Un amor que no se limite a lo que los demás esperan, o desean ver en él. Buscamos ser amados como somos, y no como los otros quieren. Tenemos miedo a mostrarnos tal cual somos, porque no queremos perder a los que amamos. Es por eso, que buscamos a alguien que no nos retire su amor, a pesar de nuestras faltas. Hay quienes presentan una imagen falsa de lo que son, para así lograr ser aceptados. Esto pasa, porque hay personas que para querer a alguien, necesitan idealizarlo. Se forman una idea falsa de lo que el otro es, para así poder amarlo. Acostumbran a ver virtudes que no existen. Para amar en el otro lo ideal, y no lo real. Nuestro amor es tan débil, que no tenemos fuerza para amar a la persona, con todo y sus limitaciones. Nos hacemos creer que es perfecta, porque así logramos alcanzar una felicidad, aunque ésta sea ficticia. Las personas que no son amadas por si mismas, no viven la experiencia del verdadero amor. En el fondo se sienten solas, porque saben que ese amor, no es verdadero. Lo que se ama, es la imagen que los demás han creado en ella, o lo que ella ha proyectado. Por eso deseamos ser auténticos, y encontrar quien nos ame tal cual somos. Ser uno mismo implica riesgo, el peligro del rechazo.

Pero es importante considerar, que siempre hay personas que nos aman, y muchas otras que no nos aceptan. Es inútil fingir tanto, para que todos nos quieran, eso es imposible. Las personas que nos aman, nos ayudan a vivir, y a tener alta la estima. Pero no hay que pretender ser amados por la totalidad. Esa pretensión, es traición hacia nosotros. Ya no seríamos lo que somos, sino aquello que los demás esperan que seamos, no viviríamos en paz. Corramos el riesgo de ser como somos. No hay que temer al desamor. El amor nunca va a faltar. Algunos dejaran de amarnos, pero no ha de faltar un aprecio verdadero. Porque el amor basado en la mentira, es irreal. No es seguro, y puede perderse en cualquier momento.


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“La creatividad es una caja de sorpresas y nunca sabes con qué te vas a encontrar dentro de ti mismo” (Shakira)

¿Los divorciados vueltos a casar o amancebados pueden ser padrinos?

1a. parte

Estimados lectores:

Por P. Kino

El tema de hoy es muy recurrente, ya que algunos papás quieren como padrinos de bautismo a quienes no están casados por la iglesia o son divorciados vueltos a casar y en las parroquias se les explica que existe una normativa, pero ellos no entienden razones, se molestan con los párrocos y desgraciadamente buscan otras parroquias donde sí son aceptados, porque engañan al sacerdote haciéndose pasar como casados por la iglesia, con tal de lograr su fin o desafortunadamente algunos párrocos sí los admiten, pero esto no es correcto y voy a explicar del por qué.

Antes que nada, quiero recordarles a los que son padrinos, que su función es asistir al que se va a bautizar y procurar que lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo. Por eso, se pide que el padrino o madrina lleven una vida conforme nos enseña la iglesia y den buen ejemplo al bautizado. Sin duda, si tienen un matrimonio irregular o viviendo en unión libre, sería contradictorio. También lo sería, si el padrino, aunque esté bien casado por la iglesia, tenga varias concubinas o se dedique a negocios ilícitos.

¿Cuáles son los requisitos para ser padrinos?

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unque en todo lo que hacemos ninguno partimos de cero, sin embargo no debemos conformarnos con repetir lo que otros ya en su momento dijeron o hicieron. Como dijo Jack “el destripador”, vamos por partes. Escribir un artículo de cualquier periódico no es fácil, y se tiene que recurrir a lo que otros ya dijeron. Pero lo más importante no es lo que otros mencionaron, sino lo que cada uno añade a dicho pensamiento, es decir: ¿Tú qué dices? ¿Cuál es tu pensamiento? ¿Qué aporte das a lo que otros ya dijeron? Como dijo Pinocho, “Basta de mentiras”, pues en ocasiones planteamos como algo nuestro aquello que ya hace tiempo existió. Por ejemplo la moda actual, ¿en realidad es actual? ¿Tal vez dicha moda volvió? Los peinados de hoy, ¿en realidad son de hoy? O ¿tal vez ya los utilizaban los hombres de las cavernas? Como dijo Nadie, “nadie es perfecto”, y esto es una realidad, los grandes pensadores, diseñadores de modas, escritores, han tenido que partir de algo, pero no se han quedado ahí, han puesto algo de su parte, y eso es bueno. Jesucristo mismo, en su mensaje, sin destruir la ley antigua añade algo. Así cuando menciona en Mt 5, 38-42 “ojo por ojo, diente por diente”, ahora él dice, no resistas al mal, y al que te pegue en una mejilla preséntale la otra.

Otro ejemplo del pensamiento innovador de Jesús se encuentra en Mt 4, 27 – 36, ahí se menciona lo nuevo de Jesús sobre el matrimonio. Ya no acepta el divorcio, si antes se permitía era por el corazón de piedra del hombre, pero él nos ha puesto un corazón de carne. Además, ya el adulterio no solo será falta de la mujer, sino también del hombre. Con respecto al sábado mencionó que el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado Mc 2, 27. Cristo, verdadero Dios no parte de cero, tiene consigo todo una cultura, sin embargo no se limitó a repetir la ley antigua, sino que le dio plenitud. Nos dijo tantas cosas tan nuevas y antiguas que no imaginábamos, que Dios es uno y trino; que no tiene que ver nada la enfermedad con el pecado; que el divorcio no tiene cabida en la nueva religión; que el prójimo es todo hombre con necesidad y no sólo, como decían los judíos, alguien del mismo pueblo. Me podría pasar poniendo muchos ejemplos, de cómo Jesús nos manifestó una nueva manera de ver las cosas. No nos conformemos con repetir lo que otros ya dijeron, seamos creativos en las formas de vivir y proclamar el Evangelio de Jesús.

El canon 874, manifiesta lo siguiente: 1. Ser designado para ese oficio por el que va a ser bautizado o por los padres en caso de ser infante; 2. Tener 16 años o más de edad (el obispo local puede hacer una excepción en un caso particular). 3. Ser católico, confirmado y haber recibido la eucaristía; haber llevado una vida conforme a la fe y a su oficio de padrino. 4. No estar señalado por ninguna pena canónica (excomunión). 5. No ser padre o madre del que va a ser bautizado. Por todo lo anteriormente dicho y basándonos en el punto 3, hay muchos que no deberían ser padrinos, ya sea por lo que expliqué anteriormente, y que por lo mismo no llevan una vida conforme a la fe. Incluyendo a los solteros que aunque ciertamente no están casados, pudieran llevar una vida disoluta totalmente distinta a lo que enseña la iglesia. Hay quienes son divorciados y vueltos a casar y quieren ser padrinos presentándose sin su actual pareja, pero tampoco es permitido, ya que seguirían viviendo de forma irregular. Hasta la próxima.


Amistad y adolesencia (Quinta parte)

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Las partes de la Eucaristía y su fundamento:

EL POR QUÉ DE LA LITURGIA DE LA PALABRA Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz.

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reo conveniente tratar cómo sólo la Eucaristía en esta parte tan importante de la liturgia es la forma correcta de entender la Escritura, cómo la misma Escritura nos dice la manera que hay que comprenderla. Para ello, echaremos mano de nuestros hermanos mayores en la fe: el pueblo Judío. En las sinagogas todo estaba orientado hacia el armario sagrado ´arôn ha-qôdes, puesto en la pared que da hacia Jerusalén. Tiene una forma y parecido a la del Sagrario que tenemos los católicos. Está encerrado, envuelto en paños de seda y ornamentos. Ahí se guardaba el Pentateuco o la Tôrah. Este armario se inspira en la antigua arca de la alianza que contenía las dos tablas de piedra que había depositado en ella Moisés. Ex 40, 20; 1Re 8, 9; Heb 9, 4. Pero la Tôrah no era para tenerla encerrada, se convertía en presencia divina cuando era proclamada. Por eso la Escritura es llamada precisamente Miqra´, es decir, lectura en voz alta. Por ello un lugar muy destacado en la sinagoga era el púlpito, bimah o tebah, esto es, el lugar donde se proclama la palabra. Y hay algo más importante todavía, la presencia viva de la asamblea que proclama y escucha, representada por un mínimo de diez hombres adultos Dt 1, 15. De hecho el nombre sinagoga viene de asamblea. Ya en el NT se nos atestigua que la Palabra era para ser proclamada, y así lo hizo Jesús mismo: Lc 4, 16; Hch 13, 14; 15, 21. La misma lectura de la Tôrah estaba estructurada en ciclos, después de la proclamación de ésta, se venía otra lectura sacada de los profetas.

La proclamación del texto se remonta al s.V a.C con Nehemías 8, aunque el pueblo judío lo lleva hasta Moisés Ex 18, 20. La intención del pueblo judío era conmemorar la alianza del Sinaí, Ex 24, 7, hacerla presente, igual manera que tiene nuestra Eucaristía, la alianza realizada en la última cena. Es de este modo que la Escritura nos enseña que proclamada de este modo se conmemora la Alianza. Es de este modo que en Hch 8, 5 se expresa el mismo acontecimiento de Ex 24, 3; 34, 10. Así como el sábado era memorial de la liberación pascual Dt 5, 15, para nosotros es el Domingo con la Resurrección. La Tôrah no es considerada como un corpus de preceptos rígidos y esclerotizados, sino enseñanza que hay que explicar. Cuando se es proclamada es el hoy, el aquí y el ahora litúrgico Dt 11, 13; 26, 16. En el pueblo judío el hacer precede al escuchar Ex 24, 7, por lo tanto es lectura e interpretación bíblica.

os ocupamos en la publicación anterior de ayudar a nuestros adolescentes a evitar una clase de relaciones impetuosas que la cultura contemporánea promueve y que son libertades apresuradas que los conducen a experiencias adoloridas. Decidirse a amar es esforzarse, tomar el arado y recorrer la propia vida echando la semilla porque quien goza de los frutos es el que ama y el amado. Es, pues, inevitable en la siembra, la espera paciente de la cosecha que, como todo, tiene su hora. Es un hecho que el noviazgo adolescente no conduce al amor maduro del matrimonio y, en caso de llegar al matrimonio, no por eso se llega al amor maduro. No estamos tratando de desalentar, mediante lo que muchos considerarían “mente cerrada”, la liberación de los tabúes pasados, ni el egocentrismo adolescencial propios de su edad, sino prevenirlos de no caer, ahora, prisioneros de una libertad que no los acerca más a su etapa verdadera y de una libertad represiva que solo libera la genitalidad, pero que hace cautivas otras dimensiones de la persona humana porque sepulta al alma con sus aptitudes de perdón y al corazón con sus capacidades de dar y de darse. El adolescente que cuenta con padres y formadores que conocen y respetan sus edad, necesita pasar por dos importantes etapas de ella antes de cualquier experiencia de alto contenido heterosexual y pasa deteniéndose, el tiempo necesario: “primero en una etapa de buena relación con sus compañeros (hombres o mujeres, pero en especial con los de su mismo sexo)” a los que propiamente no busca, pero con los que se encuentra. En esta etapa se dan algunas conductas como “la imitación” que viene de la infancia y que se convierte en algo necesario porque, viendo comportarse a los otros, el niño-adolescente copia modelos y se introduce al proceso de socialización que le facilita otra forma importante de conducta que es “la identificación y que lo capacita para estar con el otro, hacer cosas con el otro y entenderse con el otro” (A. Bandura, Social learning theory, New Jersey). “Estas formas de conducta son un intercambio que no necesariamente implican una relación íntima y personal” (Ph. Lersch, Psicología Social). “Son conductas recíprocas surgidas de la comunicación que conducen a una mayor carga afectiva porque tal intercambio brota desde el corazón”(Max Scheler, Barcelona, Herder, M. A. Suances Marcos). El tránsito exitoso de este momento socializante con sus compañeros permitirá que el adolescente ingrese con menos dificultad a su siguiente etapa. Mientras avanza en edad y madurez, se detiene el tiempo necesario, “en una segunda etapa de importante relación de amistad en la que siembra y cosecha afectos y valores en la

Todo tiene su tiempo

mutualidad y en la comunicación que miran hacia la estima, la confianza, la lealtad, la fidelidad…” y es así como contempla la importancia del compromiso con el amigo (a) a quien le da y le recibe todos esos afectos y todos esos valores. Contempla, además, su vida por venir y la concibe llenita de compromisos. Es propio de la edad el sentirse solo (a) y realiza una incansable búsqueda que puede caminar: o por lo divertido e insaciable (lo atrevido de sus acciones, lo ruidoso de la música, la prisa sin destino, el correteo a la persona del otro sexo…) o por lo maduro, aún en su edad, de una visión de su propia vida en la que se capacita para verse a sí mismo y por la que se encuentra consigo mismo. …en Salamanca, señor, son mozos, gastan humor, sigue cada cual su gusto; hacen donaire del vicio, gala de la travesura, grandeza de la locura: hace, al fin, la edad su oficio. (Alfonso Reyes, Madrid, 1923)

Es capaz de contemplar, frente a sí, la cultura del compromiso con los otros y la del esfuerzo. Es claro que en este momento de la incipiente vida juvenil, se da, de manera natural y conveniente, “la experiencia de amistades heterosexuales” con cierta carga afectiva pero, con la ayuda y la guía especial de los padres, que conviene que ayuden al hijo (a) a ponerle, “a varias de estas amistades”, el elemento emotivo-espiritual. Varias amistades porque ninguna de ellas, en este momento, ni es ni puede ser definitiva para el matrimonio y en cambio es muy útil para que el (la) adolescente-joven aprenda a convivir y a seleccionar las relaciones que lo (la) construyen y a deshacerse de las que lo (la) destruyen. El componente emotivo-espiritual es por el que él o ella se alejan del contacto del cuerpo que por naturaleza es egocéntrico, y que sólo se atrae con el del otro, por lo intenso y atractivo del impulso genital, pero tal componente busca para sus relaciones el gobierno de un espíritu fuerte, pendiente de los demás, al impulso de un corazón abierto no sólo a las caricias, sino a la ternura, a la compasión, a la fidelidad… Los padres deben buscar para sus hijos un encuentro con Jesús, Señor y Rey, y pueden lograr que sus hijos se encuentren con la mirada profunda de Él como la que le dedicaba a Juan, el más joven de sus amigos y el más amigo de sus apóstoles; una mirada de ternura que, a su encuentro con Jesús, nunca más ni se sintió ni estuvo solo y que escribió: “Yo doy testimonio de aquello que ya existía desde el principio; porque nos hemos encontrado con sus ojos y lo hemos tocado con nuestras manos; se trata de la Palabra de Vida” (1 San Juan 1, 1).


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Los libros y sus autores

Disciplina con amor para adolescentes Guía para llevarte bien con tu adolescente Rosa Barocio México Pax, 2008, 211 páginas Por Luis Marino Moreno

¿E

s posible disfrutar la etapa de la adolescencia con ellos? O ¿La única alternativa es sobrellevarla y esperar salir lo mejor librado posible? ¿Comparte el lector la opinión del comediante que dijo: “Dios es por demás compasivo: Nos da 12 años para encariñarnos con nuestros hijos antes de convertirlos en adolescentes”? Cada hijo es distinto. Por lo tanto, es imposible predecir cómo será el adolescente. Pero si podemos estar seguros de que para toda la adolescencia es una etapa de profundos cambios. Cuando los padres no lo comprenden, e insisten en querer seguir tratándolos como niños, lo único que propician es su enojo y rebeldía. Tanto padres como maestros, necesitan entender las transformaciones que están viviendo para poder acompañar de la mejor manera en esta etapa, de la que emergerá como adultos jóvenes. Rosa Barocio, nos invita a ver a nuestros adolescentes con el corazón. Para darnos cuenta de que necesitamos acercarnos a ellos de nueva manera: abiertos pero sin prejuicios, interesados pero respetuosos, presentes, pero sin ser controladores. De esta forma cambiarán las actitudes de crítica y cinismo por las de cuestionamiento compasión. Los miraremos a través de un cristal distinto para apoyarlos y reconfortarlos en los momentos más difíciles, con gran sentido del humor la autora, conducirá al lector paso a paso para adquirir nuevas habilidades que lo convertirán en mejor guía para sus hijos. Sobre la autora Rosa Barocio, es licenciada en Educación Peescolar, por la Asociación Montessori Internacional, diplomada en Educación Montessori y diplomada en Educación Waldorf por el Rudolf Steincer College de Sacramento de California. Tiene 30 años de experiencia trabajando con niños, capacitando a maestros, dirigiendo y asesorando escuelas y orientando a padres de familia, imparte cursos y conferencias en diversas instituciones educativas en México, Estados Unidos, Sudamérica y Asia.

Iglesia Universal CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI pidió por la paz en el Medio Oriente y las naciones de África afectadas por la violencia, por las víctimas del terremoto en Japón, por los cristianos perseguidos en el mundo, y recordó a los católicos que gracias a la victoria de Jesucristo sobre la muerte “cantamos y caminamos, con la mirada puesta en el Cielo, fieles a nuestro compromiso en este mundo”. Cristo resucitado camina delante de nosotros hacia los cielos nuevos y la tierra nueva (cf. Ap 21,1), en la que finalmente viviremos como una sola familia, hijos del mismo Padre. Él está con nosotros hasta el fin de los tiempos. Vayamos tras Él en este mundo lacerado, cantando el Aleluya. En nuestro corazón hay alegría y dolor; en nuestro rostro, sonrisas y lágrimas. Así es nuestra realidad terrena. Pero Cristo ha resucitado, está vivo y camina con nosotros. Por eso cantamos y caminamos, con la mirada puesta en el Cielo, fieles a nuestro compromiso en este mundo. CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI hizo historia este Viernes Santo al aparecer por primera vez en un programa televisivo -el show “A Su Imagen”-, que se transmite en la estación italiana RAI- y responder a siete preguntas pre grabadas venidas de todo el mundo y referidas al miedo, el dolor, el estado de coma, la persecución de cristianos, la resurrección y la Virgen María. ROMA.- Jorge Enrique Mújica, unos de los blogueros que participará el próximo 2 de mayo en el llamado “Vatican Meeting Blog” explicó que esta cita es “una magnífica oportunidad para saber qué espera la Iglesia de la comunidad de blogueros”. La reunión servirá para conocer a otros compañeros, “compartir inquietudes y modos de eventual trabajo en conjunto, desde la diversidad y especificidad de cada blog”, para contribuir a la Nueva Evangelización, indicó.

Iglesia en México QUERÉTARO.- El Papa Benedicto XVI designó a Faustino Armendáriz Jiménez, hasta ahora obispo de Matamoros, como nuevo responsable de la diócesis de Querétaro en México. El pontífice aceptó la renuncia del anterior obispo queretano, Mario De Gasperín Gasperín, quien la presentó tras haber superado la edad jubilatoria de 75 años establecida en el Código de Derecho Canónico, la ley fundamental de la Iglesia católica. Armendáriz nació el 23 de julio de 1955 en Magdalena de Kino, arquidiócesis de Hermosillo. El 4 de enero de 2005 fue designado como obispo de Matamoros, recibió la ordenación episcopal el 23 de febrero sucesivo. SAN LUIS POTOSÍ.- El día de Resurrección del Señor, muchos jóvenes llegaron a sus respectivas parroquias, de donde fueron enviados, de una intensa experiencia de Misión. Lugares como Mexquitic, San Ciro de Acosta, San Antón de los Martínez, entre otras, fueron visitados por jóvenes misioneros, que vivieron los oficios de Semana Santa con las comunidades de estas parroquias. Cabe recordar que todos ellos fueron formados y enviados por la Dimensión de Misiones que coordina el Padre Edmundo Moreno. SAN LUIS POTOSÍ.- Hoy, primero de mayo, el Seminario Guadalupano Josefino celebra su día, encontrándose con la mayoría de sus benefactores. Además es el inicio del mes que se dedica a esta casa de formación de los Sacerdotes de la Iglesia Potosina. En el encuentro tiene como centro la Celebración Eucarística a las 12:00 Hrs. Presidiendo el Sr. Arzobispo Don Luis Morales Reyes. Durante este mes, además de las jornadas de oración, así como de las vocaciones, se tiene la colecta a favor de esta institución.


“¡Señor mío y Dios mío!” “Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: “Paz a vosotros”.

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l tiempo, el lugar, el estado de ánimo, el saludo de Jesús, el don del Espíritu, el discípulo ausente, la profesión de fe, la bienaventuranza, los signos y la Escritura son elementos que componen el relato evangélico de este II domingo de Pascua. El tiempo. Al cuarto evangelio le gusta manejar los tiempos. De hecho su evangelio lo abre con la eternidad, el tiempo de Dios, diciendo: “en el principio...”. Mas adelante, después del himno solemne, comienza el ministerio de Jesús señalando uno tras otro siete días, completando una semana de actividad inaugural de Jesús, casi como una nueva creación. Luego introduce el concepto de “la hora” de Jesús, el tiempo culminante, el tiempo de su actuar, el tiempo de pasar de este mundo al Padre, la hora de ser glorificado. También en la historia de la resucitación de Lázaro, Jesús manejará con gran fienza los tiempos. Por eso no es extraño que, en esta historia final de su evangelio, parezca tener como eje el tiempo del encuentro, el tiempo de la cita de Jesús re-

sucitado y sus discípulos. El cual se reiterará con discreta solemnidad: “Al anochecer de aquel día, el primero de la semana... a los ocho días”. “Canonizando” de esa manera el encuentro semanal de la comunidad con el Señor. El lugar y el estado de ánimo de los discípulos, en la primera escena, están vinculados. El miedo a la agresión, el miedo a la muerte los hace replegarse y buscar un espacio para resguardarse. Jesús llega y los saca: “Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.” ellos también deberán enfrentar el mundo perdonando los pecados. Lugar y estado de ánimo cambian en la segunda escena, “a los ocho días” su reunión no parece un repliegue sino una celebración creyente donde se instruye al escéptico, al que tiene dudas. El saludo de Jesús en ambas escenas es el mismo: Paz a vosotros. Repetido en la primera da un total de tres ocasiones. Esto lo solemniza convirtiéndolo en el saludo del

Resucitado, saludo que contiene toda la bona mesiánica. Es el fruto de su triunfo sobre la muerte. Es un saludo que transmite vida. El elemento más fácil de notar en cada una de las escenas es la presencia o la ausencia de Tomás, el cual de escéptico e incrédulo pasa a alcanzar la cima de la fe, volviéndose el modelo de discípulo. Esto le vale la candidatura a ser posiblemente identificado con el discípulo amado, pero esto no debe distraer de la “perfección” de su fe que lo hace llamar a Jesús: “¡Señor mío y Dios mío!”. No podemos dejar de notar que estamos hacia el fin del evangelio, donde un discípulo finalmente ve con claridad lo que nadie más vio y confesó lo que nadie más confesó en el ministerio

de Jesús: Jesús es Dios y Señor. La bienaventuranza reservada para el futuro es para quienes creerán sin haber visto como vio Tomás y el resto de los discípulos. Las obras de Jesús fueron muchas, pero las narradas en este Evangelio son suficientes para creer y te-ner vida, pues cada una de ellas en realidad son signos que nos conducen a una realidad superior a la terrena. Ahora están escritas, pero eso no les resta fuerza, pues han sido narradas para que el hombre crea y creyendo tenga vida en su nombre. Ahora son Escritura sagrada, un Evangelio escrito, inspirado por Dios para nuestra salvación, el cual require ser escrutado para alcanzar vida eterna.


Pastoral So cial Cáritas Nuestra Se realizó una ñora del Ca visita a la P rmen, Puen arroquia de realizar, con te del Carm aproximada en, con ob mente 30 n jeto de iños, un co nvivio con del día del motivo niño.

partió Reyes, im s le ra o M is litana Mons. Lu l Metropo l, ri ra b d a te e a d C arán .I. viernes 15 día de la S aballeros, que carg a fr o C a El pasado v c ÚS n a la nue ca de JES ad por 40 ri ó lt u c s e la bendició rada en su totalid a imagen icional integ a y pesad la ya trad im n e ís Potosina, s o o lí a s rm s la he 11. ez primera en hombro edición 20 u que por v s , n ÍA e T ” IS io R c EUCA n del Silen “Procesió

Radio Amigos Católicos, es un espacio para navegar en ese mar su inmenso que es la Internet y así poder “remar mar adentro” con s, programación en la que se puede encontrar música católica, noticia is y entrevistas. Jóvenes talentosos y entusiastas de nuestra Dióces to. proyec exitoso este colaboran en www.radioamigoscatolicos.com

ibe en el s” se exh ía d s lo s cual o ros de tod San Luis Potosí, la g a il M . s to Seión “Exvo s Artes de tuario del La exposic itio del Centro de la del acervo del San a en S tos a curadurí o n v u x n e o 0 c 8 , Museo de ulad de ble de la c estra ciud alrededor ti u u e n c d e is d d ta , s in o n it co la fe auc n diversos rgos del S rosas que denotan que relata s e ñor de Bu g n a e il g á m aucito. im máticas eñor del S través de S a o a d a in torno a te s m a to ana y po l siempre tura mexic agros atribuidos a il m hechos y

El gran aconteci miento de la Pasc ua del Señor Jesú momento especi s, es un al en el que todo s lo s seminaristas y de nuestro Semin sacerdotes ario salimos a la s parroquias y co de la Arquidióce munidades sis, para comparti r con nuestros he rmanos éste gran misterio de nuestra fe.

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seis años de la muerte del Papa Juan Pablo II, aún cuando las lentes, los flashes de las cámaras, la atención de miles de personas tenemos nuestra mirada en el actual Papa; no deja de sorprendernos las múltiples formas de manifestación, de las cuales no sólo fuimos testigos sino que formamos parte de ella, hacia este Papa viajero; y más aún, cuando tal parece que ya son parte de un acervo histórico, de un pasado, que cada minuto que pasa, nos hace verlo un poco más lejano. “El Papa, ha muerto”, fueron titulares que prontamente aparecieron en los espacios noticiosos de Internet, en medio de una programación interrumpida en la que los personajes de la noticia a cuadro, daban una noticia que impacientemente esperaban varios años atrás. Sin embargo, para quienes estamos en el marco de la fe influidos por la esperanza, la experiencia ha sido totalmente diversa. En medio de sentimientos encontrados, por una parte, tristes por la muerte, pero por otra, de alegría de ser testigos y de poder hablar de un hombre que ha sido un gran servidor de Cristo, como le rogó a Dios al principio de su pontificado. Ha sido impresionante, la manera como se ha manifestado la admiración hacia este Papa, “venido de un país lejano”, tanto de aquellos que en medio de protocolos han tenido que manifestar su sentir, hasta los millones que desde sus hogares, en oración o siguiendo la cobertura tan amplia, que no daba espacio a otro acontecimiento,

que no fuera aquello que concentraba las miradas de las gentes en quien fuera el papa viajero: que en su último viaje, aún sigue concentrando las multitudes, ahora celebrando su beatificación, tan esperada por miles de cristianos. “Gracias Juan Pablo II”, “Nos vemos en el cielo”, “los jóvenes en la acción de Juan Pablo II”, “Papa nuestro que estás en el cielo, ruega por nosotros”, frases que en toda “la Ciudad Eterna” se manifestaban al Obispo de Roma en grandes carteles, en donde la imagen del hombre atleta que en sus inicios de pontificado pedía perdón por ser un “papa ineficiente, más no vencido”; hasta del anciano, que en su cansancio y en su dolor no dejaba de manifestar aquellas palabras pronunciadas que hacen eco, a la respuesta a nuestro Dios:“No tengan miedo de acoger a Cristo, no tengan miedo y ábranle a Cristo las puertas de par en par”. “Hoy a menudo, el hombre no sabe qué cosa lleva dentro, en lo profundo de su ánimo, en su corazón. A menudo es incierto el sentido de su vida en esta tierra. Es invadido de la duda que le transforma en desesperanza. Permítele, te lo ruego, te lo imploro, con humildad y con fe. Permítele a Cristo hablarle al hombre. Sólo Él tiene palabras de vida, ¡si!, ¡de vida eterna! Beato Juan Pablo II, ¡Ruega por nosotros!

Karol Wojtyla Beato Juan

El Papa, era u naturaleza, d andar en bicicle

Mantuvo la comunión con distintos mundos de religiones: con Judíos, con el Islam. Aquí el Papa orando frente al “Muro de las Lamentaciones”.

Se reunió con diversas personalidades de tod o el mundo.

Mehemet Ali A llevó a cabo el en la cárc tras su recup

Contribu en el mu


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ojtyla, “El hombre que vino de lejos” Juan Pablo II

te

El Papa, era un hombre de oración inmerso en la naturaleza, de joven amaba nadar, jugar fútbol, andar en bicicleta, además fue un amante del teatro.

Mehemet Ali Agca , personaje señala do como quien llevó a cabo el at entado hacia el Pa pa , fue visitado en la cárcel, por el m ism o Ju an Pa bl tras su recuperaci ón, quien dijo a su o II, at acante: ¡yo te perdono!

drásticos cambios muy a ó uy rib nt o C el Muro mo la caída d en el mundo co erlín. de B

Visitó 120 países, se en con millones de pe contró rsonas, su objetivo fue el de dar a conocer el mensa je de Cristo: recorrió lo equiva lente a darle 29 vueltas alrede dor del mundo.

El 13 de mayo de 1981 , dos balas alcanzan al Papa en la plaza de San Pedro. Él se encontraba en su “papamóvil” recorriendo la plaza para iniciar la Audiencia ante miles de fieles. El Papa, estar ía por cumplir, a los pocos días 61 añ os el 18 de mayo.

o II, viajó más de El Papa Juan Pabl mundo, ros alrededor del 1,263,865 kilómet nes. io as en cinco oc visitó nuestro país

Durante su Pontificado, los jóvenes fueron sus predilectos, de tal manera que tuvo constante contacto e incluso muchos de ellos abarrotaron la Plaza de San Pedro el día de su muerte.

ablo II ios”, Juan P D e d ta e tl ondía omo el “A erpo le resp u c u Conocido c s , a in u na máq dad. era como u no de debili ig s n ú g in n sin


Templo del Niño del Desagravio L

ocalizado al sur de la ciudad, en la calle de Independencia no. 2210, pertenece a la antigua Parroquia del Barrio de San Miguelito y al Decanato de Nuestra Señora de la Expectación. Su capellán actual es el Pbro. Lic. Juan Flores Díaz. Su fiesta patronal en honor al Niño del Desagravio es el 6 de agosto.

CONJUNTO ARQUITECTÓNICO El conjunto arquitectónico es antecedido por una pequeña área peatonal y un diminuto atrio delimitado por enrejado, sostenido por pilares. La fachada principal, muestra acceso de dobles arcos de medio punto, enmarcados en un gran arco ojival realizado en cantera y profusamente decorado con relieves fitomorfos. Más arriba destaca un bello rosetón con vitral. Del lado derecho, esbelta y sencilla torre cuya base es de cantera rosa. El interior es de una sola nave donde resaltan los arcos fajones de forma ojival intercalados por una serie de ventanales con vitral. La cubierta es de un solo cuerpo, que se extiende y baja hasta el piso, formando

los muros que delimitan la nave; entre los arcos pequeñas repisas de madera sobre las que descansan esculturas religiosas de diferente advocación, entre las que se encuentran el Sagrado Corazón, la Divina Providencia, Santa Teresita del Niño Jesús, la Virgen de San Juan de los Lagos, la Inmaculada Concepción, San Miguel Arcángel, la Virgen Dolorosa, entre otras. En el presbiterio sobresale la pequeña y bella escultura del Niño del Desagravio, Patrono titular de este templo, sosteniendo en sus manitas los símbolos de la Pasión (una corona de espinas y la cruz) que nos exhortan a desagraviarlo, es decir, dejando nuestra vida de pecado que nos aleja de su amor y lo agravia sobremanera. La escultura del Niño del Desagravio descansa en una base recubierta en mármol blanco. La base del ábside

está recubierta en mármol negro y el ábside en forma de arco de medio punto y envuelto a su vez en un gran arco ojival. En el coro se aprecia el rosetón ecléctico con su bello vitral que muestra una Hostia en gran formato simbolizando el Pan de Vida Eterna con anagrama al centro y resplandor delimitado por estrellas en fondo azul rey, conteniendo la siguiente inscripción: “HODIE ET SEMPER CRIHSTUS HERI”. Al lado derecho del presbiterio se aprecia la imagen pictórica de la Virgen de Guadalupe y a sus pies, la escultura de Juan Diego; del lado izquierdo del presbiterio se encuentra el Sagrario y más arriba un crucifijo de excelente talla. Sin duda, otro hermoso templo de nuestra ciudad capital que bien vale la pena contemplar y admirar con dete-


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donde no se escuchan ya las olas del tiempo. «Yo soy la puerta; si uno entra por mí estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto» (Juan 10,9). «Es horrible no poder estar allí para consolar a alguien de la pena que le causa el morir. Es horrible que alguien os abandone y se calle», escribió Simone de Beauvoir en uno de sus libros. Y si esto lo dice un ser humano, por compasivo que sea, ¿por qué no pensar que podría decirlo igualmente nuestro Señor? Es Él, con toda seguridad, quien se halla a la cabecera de todo moribundo para consolarlo de la pena que le da morirse.

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n El rey se muere, acaso la mejor pieza teatral de Eugène Ionesco, hay una escena te-rrible y hermosa al mismo tiempo; en ella Berenguer, el rey que está a punto de morirse, se pone a invocar a los que le precedieron en el mundo, a los miles de mi-llones de hombres y mujeres que han muerto antes que él, y les pregunta: «Ustedes, los que pasaron ya por esta prueba, ¿cómo hicieron para aceptar, para resignarse, para entregarse? ¿Hubo, en aquel momento, alguien que los ayudara? ¿Qué presencia les infundió valor?». El que ha leído los diarios del dramaturgo rumano (Diario I, Diario II, La búsqueda intermitente y partes de El hombre cuestionado) sabe que estas preguntas no fueron hechas con el puro fin de hacer hablar al rey o de llenar unas páginas. En realidad, si algo preocupaba al escritor era precisamente el problema de la muerte. ¿Cómo hacen los que se mueren para morirse, cómo es que aceptan, quién es el que los convence dulcemente al abandono? No es justo que nos muramos, dice Ionesco repetidamente en las páginas de su Diario, le da a uno miedo, no quiere, se resiste; pero ya que no queda de otra, es necesario que Alguien esté junto a nosotros en el momento en que morimos, animándonos a dar ese paso un poco largo que ha de llevarnos del tiempo a la

eternidad, pues de otra forma no se podría, sería imposible, uno se rehusaría. Tiene por fuerza que haber en esa hora una mano tendida que nos apacigüe, invitándonos al desapego, al salto definitivo. La intuición de Ionesco –y del rey, que en el fondo no es otro que él mismo- me parece profundamente humana y verdadera. Sí, alguien tiene que estar cerca de nosotros en ese momento, pero alguien que no sea de este mundo. Durante mucho tiempo, al meditar en ese misterio sin fondo y sin orillas que es el misterio de la muerte, creí (acaso demasiado influido por libros y películas que hablaban de la vida después de la muerte) que el viaje que iniciaba después del último suspiro lo tendría que realizar cada uno de manera solitaria: uno se moría y empezaba a caminar por un largo túnel oscuro que, finalmente (¡finalmente, ya era tiempo!) desembocaba en la luz. Pero éste sería un tránsito que, por ser demasiado solitario, sería también demasiado tenebroso. Más tarde, al ver a tantos agonizantes dirigirse a sus familiares muertos, pensé que después de todo no sería tan absurdo que fueran ellos los que vinieran personalmente a infundirnos valor. «No temas, no pasará nada. Ven con nosotros»: el padre, la madre, la abuela, todas ellas presencias queri-

das que no dudaríamos un instante en tomar de la mano. Cuando mi madre, mientras agonizaba, empezó a hablar con sus padres y con algunos de sus hermanos, muertos todos ellos desde hacía tiempo, recuerdo que me puse a llorar pensando en que ya no había nada que hacer: «Han venido por ella», me dije entonces poseído de una gran pesadumbre. Hoy, más bien, creo que será otra presencia, la del Señor, en quien hemos creído, se hará patente entonces de una manera peculiar, incluso sensible, para cargarnos sobre sus hombros (como a la oveja perdida del Evangelio) y conducirnos al lugar

Escribió así el Papa Benedicto XVI en una de sus encíclicas: «El verdadero pastor, Jesucristo, es Aquel que conoce también el camino que pasa por el valle de la muerte; Aquel que incluso por el camino de la última soledad, en el que nadie me puede acompañar, va conmigo guiándome para atravesarlo: Él mismo ha recorrido este camino, ha bajado al reino de la muerte, la ha vencido y ha vuelto para acompañarnos ahora y darnos la certeza de que, con Él, se encuentra siempre un paso abierto. Saber que existe Aquél que me acompaña incluso en la muerte y que con “su vara y su cayado me sosiega”, de modo que

¿Cómo hicieron para aceptar, para resignarse, para entregarse? ¿Hubo, en aquel momento, alguien que los ayudara? ¿Qué presencia les infundió valor?

“nada temo”, es la nueva esperanza que brota en la vida de los cre-yentes» (Spe salvi, n. 6). Según los que estuvieron presentes en su lecho de muerte, las últimas palabras de Edmund Husserl (18591938), el filósofo alemán, fueron: «¡He visto algo maravilloso! ¡Rápido, escriba!». El filósofo que se había pasado la vida enseñando, dictando cursos e impartiendo conferencias, daba ahora la orden a un secretario invisible de anotar la última de sus visiones. ¿En qué consistiría? Daniel Pezeril, el sacerdote que asistió en su última hora al novelista Georges Bernanos –y después nombrado obispo auxiliar de París-, cuenta que éste, a un cierto punto, mientras agonizaba, se puso de decir lleno de alegría: «¡Es impresionante! ¡Maravilloso!». De hecho, fueron también sus últimas palabras. Me consuela creer que nuestra muerte, cuando tenga lugar, no será un acto de terror, sino un encuentro impresionante. Al menos ésta es la palabra que usaron tanto Husserl como Bernanos, y no filosofando o escribiendo novelas, sino muriéndose. Me consuela pensar que ni aún en ese momento estaremos solos, porque vendrá Él para tomarnos sobre sus hombros y guiarnos por el valle de las sombras. Él conoce el camino, de modo que nada debemos ya temer... Y, sí, el encuentro será maravilloso.


La Infanta Josefa de Erreparaz, contemporánea de Doña María Gorriño

El Papa amigo de todo México

Más vale pájaro en mano J

Por Pbro. Valentin Ruíz

que cien volando

Por Lic. Ricardo García

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e aquí el contrato de arraigo que fue celebrado el 3 de febrero de 1792 ante la fe del escribano público (hoy diríamos el notario público) Mariano Suárez. El libro o protocolo donde se consigna este documento se encuentra en custodia en el Archivo Histórico del Estado. No respetamos la ortografía de la época para que el lector pueda entenderlo con más facilidad.

En la ciudad de San Luis Potosí, en tres de febrero de mil setecientos noventa dos años, ante mi el escribano público de Cabildo, Real Hacienda y testigos don Baltasar Arribas, vecino y del comercio de la ciudad de Valladolid y residente en ésta ( quien doy fe que conozco), dijo que por cuanto tiene determinado contraer esponsales (matrimonio) con doña María Gorriño y Arduengo de esta vecindad, hija legítima del Capitán don Juan de Gorriño, ya difunto, y de doña María Antonia Arduengo bajo la precisa condición de que el otorgante no ha de retirar de esta ciudad a la referida doña María de Gorriño efectuado que sea el matrimonio sino, antes bien, ha de avecindarse de arraigo en esta susodicha ciudad recogiendo todo su comercio que tiene en la de Valladolid, todo lo que le ha prometido ejecutar a la citada doña María de Gorriño y Arduengo, y para el mayor seguro, en la mejor y más bastante forma que por derecho haya lugar otorga: que en ningún tiempo ni por justa causa ni pretexto sacará de esta ciudad para parte alguna [para ninguna parte] y sólo sí protesta el otorgante tenerla de arraigo en ella, y así mismo, que se recogerá de su comercio e igualmente se vendrá a avecindar en su unión.

(segunda y última parte)

Todo lo que promete ejecutar y cumplir sin faltar en manera alguna a lo que lleva relacionado. Y al cumplimiento de todo se obliga el otorgante con su persona y bienes presentes y futuros y los somete al fuero y jurisdicción de los señores jueces y justicias de su Majestad que en sus causas deban conocer para que a lo dicho lo compelan y apremien con todo rigor y vía ejecutiva como si fuera por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, renuncia su domicilio y vecindad y la ley si convenerit con las demás de su favor y defensa con la general del derecho en forma. En cuyo testimonio así lo otorgó y firmó siendo testigos: don José Mariano Machimbarrena, don José Manuel de Boo y don José María Jiménez de esta vecindad, doy fe. Balthasar Arribas (rúbrica)

Ante mi Mariano Suárez (rúbrica) Escribano Público y de Real Hacienda.

En el contrato se dice que Baltasar y su esposa se van a avecindar de arraigo porque se podía y aún hoy es posible, según el Derecho, que una persona sea vecina de un determinado lugar sólo por un tiempo determinado y aquí se pretende que sean vecinos por toda la vida por ello es que se añade: “de arraigo”. El lector se percata, con la lectura de este contrato de arraigo, como en la sociedad potosina virreinal existía la noble preocupación, por parte de los padres, de brindar protección a los hijos. En este caso concreto a la hija María, una cierta seguridad para su vida futura. Aunque para los criterios actuales, con toda seguridad y razón se piense que las medidas que se tomaron fueron exageradas y absurdas y que se actuó en contra de la autoridad de Baltasar Arribas, como marido que pretendía ser, pero hay que tener en cuenta que es un contrato de finales del siglo XVIII y por consiguiente las costumbres y criterios eran diferentes. Podemos también pensar que el matrimonio era ventajoso para Arribas pues tal vez su situación económica no era muy satisfactoria y además que entraba a formar parte de una de las familias de más prestigio y dinero en San Luis Potosí de la Nueva España y que no se casaba nada más por el puro interés sino también por el capital. Por otra parte, doña Antonia Arduengo querría complacer a su hijita que pretendía casarse, pero no la quería tener lejos y si no le permitía contraer matrimonio, posiblemente no se le volviera a presentar otra oportunidad por ello es que: más vale pájaro en mano que cien volando.

uan Pablo II, el México siempre fiel, como tú lo llamaste, te amó, te ama y te seguirá amando. Y en sintonía con Benedicto, México te puede decir que el mundo que tú dejaste no era el mismo que tú recibiste. Y ello, gracias a tu labor evangelizadora de 27 años; al creyente o no creyente, a todos nos diste amor. A los niños que siempre recordarán tus besos, a los enfermos que todavía sienten el calor de tu caricia, a los jóvenes que extrañan todavía tus abrazos, tu risa y tus mensajes, a las mujeres y a los ancianos a quienes tanto defendiste promoviendo la civilización del amor, a los enfermos con quienes te encontraste durante los 27 años de Pontificado, a los Políticos a quienes les dijiste que la guerra es la derrota de la humanidad, a los Países que no tenían paz por los muros que entre ellos habían construido, a todos ellos no les resulta extraña la noticia de tu BEATIFICACIÓN en Roma, ya que en todos los rincones de la tierra, y sin autorización alguna, más que la que viene del amor, ya lo habían hecho colocándote un altar en el centro de sus corazones. ¡Hasta las grandes urbes que tú visitaste cómo cambiaron! ¡Cómo se estremecieron sintiendo el efecto de tu presencia! Desde las ciudades monstruos, México – Filipinas - Nueva York – ciudades de hierro y de cemento, blindadas por el alto clima de pluralismo, notaron el impacto de tu sola presencia. Se humanizó el tránsito en las avenidas. Se percibía que algo especial estaba sucediendo ante el rumor de tus pisadas. Ahora nos lo explicamos. Alguien te llamó el hombre del siglo. Y ahora, con tu beatificación que para un futuro muy cercano abre la puerta para tu canonización, serás santo para muchos siglos. El perfume de tu santidad es ahora reconocido eclesiásticamente con tu beatificación. El pueblo da testimonio en tu favor sin importarle tanto si sus declaraciones quedan registradas en los autorizados archivos de la Comisión Vaticana para la Causa de los Santos. Un acontecimiento interpretado por el Matrimonio Badillo Mireles como milagroso ocurrió en el aeropuerto de Zacatecas en el año 1990 cuando llevando al encuentro contigo a su hijo Heron, de 5 años de edad y víctima de leucemia, en ese andén que tú bien conociste, cuando parecía que te desviarías de tu ruta original, diste de pronto un giro y quedaste enfrente de Heron que ya estaba desahuciado, le bendijiste, le impusiste las manos, y le besaste en la frente. En el regreso a casa, Heron sintió unas ganas apremiantes de comer, después de que durante 15 días estuvo rechazando los alimentos debido a su enfermedad. El ahora joven testifica en tu favor diciendo que ahí sintió que estaba curado, que su vida se había salvado. Ahora es un testimonio viviente de la acción de la gracia que se hizo presente por las vías de la comunicación postmo-derna que tú, Papa Misionero, muy bien supiste utilizar. La generación Juan Pablo II, que dejaste acá en México, lo será si pensamos como tú, Juan Pablo II, si nuestros criterios y nuestra actitud ante Dios, ante la vida, y ante los demás son como los tuyos. ¡Una gran esperanza nace en nuestros corazones! Ahora ya Beato no te sentimos más lejano sino más cercano a nosotros.


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El Papa responde sobre el dolor y la muerte

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a primera pregunta viene de una niña japonesa de siete años, que le dice: me llamo Elena, soy japonesa y tengo siete años. Tengo mucho miedo porque la casa en la que me sentía segura ha temblado muchísimo, y porque muchos niños de mi edad han muerto. No puedo ir a jugar al parque. Quiero preguntarle: ¿por qué tengo que pasar tanto miedo? ¿por qué los niños tienen que sufrir tanta tristeza? Le pido al Papa, que habla con Dios, que me lo explique. R: Querida Elena, te saludo con todo el corazón. También yo me pregunto: ¿por qué es así?, ¿por qué ustedes tienen que sufrir tanto, mientras otros viven cómodamente? Y no tenemos respuesta, pero sabemos que Jesús ha sufrido como ustedes, inocentes, que Dios verdadero se muestra en Jesús, está a lado de ustedes. Esto me parece muy importante, a pesar de que no tenemos respuestas, si la tristeza sigue: Dios está a lado suyo, y tienen que estar seguros de que esto los ayudará. Y un día podremos comprender por qué ha sucedido esto. En este momento me parece importante que sepan que Dios me ama, aunque parezca que no me conoce. Me ama, está a mi lado, y tienen que estar seguros de que en el mundo, en el universo, hay tantas personas que están a su lado, que piensan en ustedes, que hacen todo lo que pueden por ustedes mismos, para ayudarse. Y ser conscientes de que, un día, yo comprenderé que este sufrimiento no era una cosa vacía, no era inútil, sino que detrás del sufrimiento hay un proyecto bueno, un proyecto de amor. No es una casualidad. Siéntete segura, estamos a tu lado, al lado de todos los niños japoneses que sufren, queremos ayudarles con la oración, con nuestros actos, y deben estar seguros de que Dios les ayuda. Y de este modo rezamos juntos para que la luz llegue a cada uno de ustedes cuanto antes. ¿Que hizo Jesús en el lapso de tiempo entre la muerte y la resurrección? Y, ya que en el Credo se dice que Jesús después de la muerte descendió a los infiernos: ¿Podemos pensar que es algo que nos pasará también a nosotros, después de la muerte, antes de ascender al Cielo? R: En primer lugar, este descenso del alma de Jesús no debe imaginarse como un viaje geográfico, local, de un continente a otro. Es un viaje del alma. Hay que tener en cuenta que siempre el alma de Jesús siempre toca al Padre, está siempre en contacto con el Padre, pero al mismo tiempo, esta alma humana se extiende hasta los últimos confines del ser humano. En este sentido baja a las profundidades, va hacia los perdidos, se dirige a todos aquellos que no han alcanzado la meta de sus vidas, y trasciende así los continentes del pasado. Esta palabra del descenso del Señor a los infiernos significa, sobre todo, que Jesús alcanza también el pasado, que la eficacia de la redención no comienza en el año cero o en el año treinta, sino que llega al pasado, abarca el pasado, a todas las personas de todos los tiempos. Dicen los Padres, con una imagen muy hermosa, que Jesús toma de la mano a Adán y Eva, es decir a la humanidad, y la encamina hacia adelante, hacia las alturas. Y así crea el acceso a Dios, porque el hombre, por sí mismo, no puede elevarse a la altura de Dios. Jesús mismo, siendo un hombre, tomando de las mano al hombre, abre el acceso. ¿Qué acceso? La realidad que llamamos Cielo. Así, este descenso

a los infiernos, es decir, en las profundidades del ser humano, en las profundidades del pasado de la humanidad, es una parte esencial de la misión de Jesús, de su misión de Redentor y no se aplica a nosotros. Nuestra vida es diferente, el Señor ya nos ha redimido y nos presentamos al Juez, después de nuestra muerte, bajo la mirada de Jesús, y esta mirada en parte será purificadora: creo que todos nosotros, en mayor o menor medida, necesitaremos ser purificados. La mirada de Jesús nos purifica y además nos hace capaces de vivir con Dios, de vivir con los santos, sobre todo de vivir en comunión con nuestros seres queridos que nos han precedido. Querido Santo Padre, aquí en Costa de Marfil hemos vivido siempre en armonía entre cristianos y musulmanes. A menudo las familias están formadas por miembros de ambas religiones; existe también una diversidad de etnias, pero nunca hemos tenido problemas. Ahora todo ha cambiado: la crisis que vivimos, causada por la política, esta sembrando divisiones. ¡Cuántos inocentes han perdido la vida! ¡Cuántos prófugos, cuántas madres y cuántos niños traumatizados! Los mensajeros han exhortado a la paz, los profetas han exhortado a la paz. Jesús es un hombre de paz. Usted, en cuanto embajador de Jesús, ¿qué aconsejaría a nuestro país? R: Quiero contestar al saludo: que Dios esté también contigo, y siempre te ayude. Y tengo que decir que he recibido cartas desgarradoras de la Costa de Marfil, donde veo toda la tristeza, la profundidad del sufrimiento, y me quedo triste porque podemos hacer tan poco. Siempre podemos hacer una cosa: orar con vosotros, y en la medida de lo posible, hacer obras de caridad, y sobre todo queremos colaborar, según nuestras posibilidades, en los contactos políticos, humanos. He encargado al cardenal Tuckson, que es presidente de nuestro Consejo de Justicia y Paz, que vaya a Costa de Marfil e intente mediar, hablar con los diversos grupos, con las distintas personas, para facilitar un nuevo comienzo. Y sobre todo queremos hacer oír la voz de Jesús, en el que Ud. también cree como profeta. Él era siempre el hombre de la paz. Se podía pensar que, cuando Dios vino a la tierra, lo haría como un hombre de gran fuerza, que destruiría las potencias adversarias, que sería un hombre de una fuerte violencia como instrumento de paz. Nada de esto: vino débil, vino solo con la fuerza del amor, totalmente sin violencia hasta ir a la cruz. Y esto nos muestra el verdadero rostro de Dios, y que la violencia no viene nunca de Dios, nunca ayuda a producir cosas buenas, sino que es un medio destructivo y no es el camino para salir de las dificultades. Es una fuerte voz contra todo tipo de violencia. Invito fuertemente a todas las partes a renunciar a la violencia, a buscar las vías de la paz. Para la recomposición de vuestro pueblo no podéis usar medios violentos, aunque penséis tener razón. La única vía es la renuncia a la violencia, recomenzar el diálogo, los intentos de encontrar juntos la paz, una nueva atención de los unos hacia los otros, la nueva disponibilidad a abrirse el uno al otro. Y este, querida señora, es el verdadero mensaje de Jesús: busquen la paz con los medios de la paz y abandonen la violencia. Rezamos por ustedes para que todos los componentes de la sociedad sientan esta voz de Jesús y así vuelva la paz y la comunión.

Día del Catequista Los esperamos en el

Encuentro Diocesano del Arzobispo Don Luis Morales Reyes con los catequistas que se llevará a cabo el 5 de junio del 2011 en el Auditorio Miguel Barragán 09:00-09:45 BIENVENIDA (PBRO. KINO), ANIMACIÓN 09:45-10:30 TEMA “NUEVO PENTECOSTÉS, EN LA CATEQUESIS” (PBRO. LIC. JUAN JESÚS PRIEGO) 10:30-11:20 ANIMACIÓN (PBRO. PEPE), LUNCH 11:30-12:30 FESTIVAL + Grupo andino + Bailable + Cuarteto musical 12:30-12:45 MENSAJE MOTIVACIONAL SR. ARZOBISPO DON LUIS MORALES 13:00-14:00 EUCARISTÍA 14:00 DESPEDIDA


16 esos ojos, supe que eso era belleza de verdad. Era la belleza rara que tienen los que son desinteresados y sirven con alegría aun a costa de su salud y de su seguridad. Esa mirada, me recuerda o mejor, me hace pensar, imaginar, aquella mirada de Jesús, según nos lo enseña san Marcos en su evangelio, cuando aquel famoso joven rico está a punto de rechazar la invitación de Jesús a dar todo lo suyo a los pobres y seguirlo para ser perfecto. La Biblia dice que: “Jesús lo miró con amor”. Imagine usted esa mirada. Dios es amor. Jesús es Dios. Jesús es el Amor. Vaya mirada. Y aquel joven no pudo ver el amor de Jesús iluminando el ambiente.

Los ojos

Esas miradas, la de la Madre Teresa y la de Jesús, no necesita cirugía, ni maquillaje. He comprobado que las miradas hermosas se maquillan pero no por fuera, sino por el interior. Un maquillaje que hay que cuidar todos los días. Usar el maquillaje de la verdad, de la bondad, de los buenos sentimientos, las rectas intenciones, el amor desinteresado, la generosidad, el respeto, la vida espiritual, la oración, la alegría, el amor sincero. Si se descuida este maquillaje, entonces la apariencia, externa, por más cuidados que tenga, no luce. O no luce esplendorosa ni intensamente. Los ojos bellos son los que miran bonito. No importa su color ni su tamaño. Mirada bonita es la de la madre que contempla al pedacito de su corazón durmiendo, comiendo, o aprendiendo a caminar. Es la mirada de la madre cuando su hijo le presenta la boleta con puro diez; o los de la novia enamorada que es pedida en matrimonio.

H

Hay mil cosas que nos hacen mostrar el verdadero rostro del amor, la mirada limpia. Maquillemos el alma. Nuestro rostro resplandecerá con la belleza del alma y con el adorno de nuestras obras.

más bellos del mundo oy existen técnicas fabulosas para el embellecimiento facial. Tratamientos de belleza, cirugía estética, antioxidantes, bótox, en fin, la ciencia de la belleza avanza irrefrenablemente. Y es que en nuestros días, parece de suma importancia la apariencia. No importa si eres feo, si tienes los recursos económicos, puedes cambiar de imagen. Un arreglo en la nariz, otro en los labios, una estiradita en los párpados y ya está. Y esto de cuidar la apariencia física ha desplazado un tanto a lo que verdaderamente hace que una persona sea bella: los hermosos rasgos del interior. No hay cirugía que pueda embellecer un alma horrible. Ningún dinero puede dar belleza al alma que la necesita. Las chicas que no son agraciadas ni tienen los recursos monetarios para acudir al cirujano de la belleza recurren al arte del maquillaje. Unas sombras por aquí, unas luces por allá; un poquito de máscara en las pestañas, previamente rizadas a fuerza; un poquito de delineador, gotitas para quitar el enrojecimiento de los ojos; quitar depilando unas cuantas cejas que parecen estar de más y ya está: con ustedes los ojos más bellos del barrio. Sí. Pero esta belleza no es perfecta ni completa. Llegada la noche, se debe retirar el maquillaje que cubre esas pequeñas y grandes imperfecciones; hay que lavar muy bien la cara. Entonces aparecerán esas verrugas, las pecas, el paño, los

barros; las pestañas caerán, se harán pequeñas, delgadas; y los ojos volverán a ser rojos. Yo sé que la verdadera hermosura de unos ojos por ejemplo, no está en que bien se ven, en qué juventud aparentan, uno puede darse una arregladita con cirugía para evitar eso del desmaquillamiento, y verse bien. Pero si uno tiene más de cincuenta o sesenta años, la cirugía solamente logrará que uno se vea como de cincuenta o se-senta y en buenas condiciones. Pero nada más. Y hay una belleza que a pesar de los años y de las décadas y de los siglos, puede permanecer sin defecto y sin arrugas.

Me temo que una de las miradas más hermosas que he visto en mi vida es la de una anciana; es que la conocí ya con mucha edad; desde mi más remota infancia. Se trata de la Madre Teresa de Calcuta. Oh, sí. Esos ojos me llenaron de amor. Y es que ellos destilan amor. Y por eso son bellos. Cuando vi


Palabra de Dios

El demonio que está de moda Por Pbro. Jorge Aurelio Ramírez Torres Dir. Espiritual de Teología

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star a la moda ha sido siempre una interés vital en nuestra existencia, sobre todo durante la adolescencia y la juventud, queremos estar o andar a la moda a cualquier precio. Pero hoy, también la moda es contraer ciertas enfermedades como la diabetes, el sida, el cáncer y una muy común, la depresión, que generalmente viene a consecuencia de la decepción por diversos motivos, por ejemplo: porque alguien no hizo por mi lo que yo podía hacer, o porque me traicionó, me hizo un desaire o me ofendió de manera intencional. Esto se traduce en un sentimiento de abandono y de minusvalía, la persona vive sumida en la tristeza y la desesperanza sin ningún plan a futuro. Algunas de las manifestaciones son: desmotivación, tristeza , enojo, incomodidad, evasión, distracción, dormir de más, aislamiento, sentirse rechazado, apatía, aburrimiento, ideas de escapar, de abandonar los estudios o de morir, frustración, irritabilidad. Apurado por esclarecer con los seminaristas el tema de los principales obstáculos para que una persona pueda perdonar, consulté a algunos sacerdotes, psicólogos y religiosas, a quienes agradezco su colaboración. Este fue el resultado de dicha consulta: Uno de los obstáculos más grandes para perdonar es la depresión que es un demonio que viene de la mano de, por lo menos otros nueve, que en seguida describo: 1.Pérdidas y duelos no resueltos, el sufrimiento no superado puede volver a esa persona agria, amargada, dolida, echada a perder. El mismo sufrimiento que a unos los hunde en el odio, a otros los purifica y los hace más humanos y con más ca-

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La paz esté con ustedes Evangelio según San Juan 20, 19-31 Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”. Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”. Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”.

pacidad de amar. El secreto está en saber darle vuelta al argumento y pasar las páginas de esas experiencias negativas con la mirada puesta en el futuro. 2. Desamor y baja autoestima, el no ser tomado en cuenta. Las personas con baja autoestima se auto acusan y se auto castigan o se sumen en una depresión nerviosa.

7. Odio: desearle el mal al otro. Sadismo: gozarse del mal del otro. Etiquetar a los otros. Usar o utilizar como objeto al otro. 8. Aplicar a Dios nuestro esquema egoísta, pensar que ya no nos va a perdonar. 9. Atribuir al perdón un sentido mágico, pensar que será posible sin que yo ponga de mi parte.

3. Haber sido tratados con soberbia puede ser causa de heridas y de soberbia, orgullo, falta de humildad, no experimentar el perdón de Dios desde el gozo y la alegría.

Considero que la Pascua es un tiempo propicio para realizar un profundo y serio análisis sobre cómo está mi relación con dichos demonios, a la luz de los siguientes textos bíblicos:

4. No querer perdonarse a si mismo, pasarse la vida dándoles poder a otros para que nos hieran.

(Eclesiástico 30,21-25; 38,18-20)

5. Desconectar mente, corazón y hormonas entonces la gracia no actúa. Se perturba o trastoca todo el ser y no se es libre. 6. Pecados relacionados con la afectividad: Indiferencia pueden pasar meses y años sin hablar con aquella persona que nos ofendió.

No entregarse a la tristeza Tristeza mala (2Corintios 7,8ss.)

No guardar rencor (Levítico 19,17-18 Eclesiástico 10,6-18)

Debemos perdonar

(Colosenses 3,12-17)

Si te interesa ahondar en el tema escribe a: jorgeaurelioslp@hotmail.com

Otras muchas señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritas en este libro. Se escribieron éstas para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra de Dios

Hemos visto al Señor Celebramos hoy el segundo domingo de pascua, estamos dentro de la gran fiesta de las fiestas, y la palabra de Dios sigue siendo una lámpara que ilumina nuestra vida; ofreciéndonos en estos días el testimonio de los que se encontraron con el Señor Jesús resucitado. Hoy corresponde a sus discípulos que están encerrados y con miedo recibir la visita de Jesús y junto con su visita los dones de la resurrección: La paz como el gran saludo y el hermoso deseo, porque donde hay paz, hay progreso; la Fe para quienes admiten el testimonio de los que lo vieron resucitado; el gozo de saber y experimentar el Señor está vivo; la certeza de su perdón, porque concede la autoridad para perdonar los pecados. Vivimos en un mundo en el que todo se mide, todo se pesa, todo se palpa y todo se demuestra… ¡o se exige que se demuestre! Por eso nos queda tan poco espacio para la fe, sobre todo en aquello que supera toda medida, todo peso y toda demostración experimental. No nos queda lugar al testimonio de la palabra igual que como le sucedió a Tomás. Nos queda muy claro el ejemplo de Tomás que quería ver con sus ojos, palpar con sus manos y tener el gozo de encontrarse con el Señor resucitado; por eso aunque pareciera un capricho de un niño antojado, él tenía la necesidad de compartir el gozo que sus compañeros le anunciaban: “Hemos visto al Señor”… En Tomás muchos nos podremos ver retratados, queremos palpar y ver al Dios Vivo, y como Tomás estamos invitados a poner la mano en la llaga del Resucitado; descubrir que donde hubo muerte ahora hay vida; donde hubo dolor ahora hay esperanza; donde hubo sufrimiento, ahora hay vida eterna. Tenemos el reto de la fe, compartida y la gran tarea de saber ser testigos del resucitado porque dichosos los que creen sin haber visto. Por José de Jesús Cruz Rodríguez


18 Así como el Padre envió a Jesús, así Él nos envia a nosotros al mundo a compartir nuestro amor. ¡Coloréalo!

El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde. Gabriela Mistral

Jesús nos quiere dar su paz, la paz que el mundo no conoce ni da. Encuentra las 6 diferencias en este dibujo.


SEMINARIO GUADALUPANO JESEFINO INFORMA A TODOS SUS BIENHECHORES: Que el Sr. JUAN OSWALDO MEDINA RODRÍGUEZ ha dejado de prestar sus servicios como RECAUDADOR DE DONATIVOS. Su nuevo recaudador mostrará una carta de presentación para recoger el donativo correspondiente. Aprovechamos la oportunidad para agradecer a todos nuestros bienhechores su generosa ayuda.

¿Le duelen mucho las rodillas?

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Felicidades

Señor Arzobispo Don Luis Morales Reyes

S

eñor de la mies y Pastor del rebaño, te damos gracias por los treinta y cinco años de ministerio episcopal de nuestro Padre y Pastor, que nos has dado según tu Corazón. Te agradecemos de verdad estos doce años de entrega en nuestra Iglesia Potosina. Te pedimos que nos siga alimentando con la riqueza de tu Palabra y con el Pan de la Eucaristía. Que por su santidad siga siendo testigo de tu Reino. Que su trabajo pastoral nos permita que “a Cristo vivo responda una Iglesia viva”. Que siga siendo un quieto peregrino en su propia Iglesia Particular, para animar, sostener, consolar, entusiasmar, alimentary seguir encendiendo el ardor apostólico en los sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos.


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