Saludo de bebé desde el vientre materno da vuelta al mundo
Año 5
No. 205
Semana del 20 al 26 de enero de 2013
La Migración: una realidad con rostro muy humano
Randy y Alicia Atkins, un matrimonio estadounidense, logró capturar fotográficamente el instante en el que, durante su nacimiento por cesárea, su hija Nevaeh lograba asir la mano del doctor Allan Sawyer, una imagen que está dando la vuelta al mundo. Según relató Randy al sitio web AZFamily.com, “el doctor me llamó y dijo, ‘hey, ella está agarrando mi dedo’. Así que fui corriendo para allá y solo tomé la foto, yo estaba asombrado mirando. Era una imagen impresionante”. Alicia, fotógrafa profesional y dueña del sitio de Facebook A Classic Pin-Up, señaló que tras la publicación de la foto de su hija sosteniendo la mano del médico “no pensábamos que íbamos a tener tales comentarios positivos. Pensábamos que iba a conseguir más negativos, como ‘eso es asqueroso’. En cambio, a todos le pareció que era la mejor cosa del mundo”. En su sitio de Facebook, Alicia agradeció a “todos los que han comentado, compartido, han puesto me gusta y han expresado su amor por la foto de nuestra hija en los últimos días”. “La foto se ha vuelto completamente viral en todo el mundo, y como pueden imaginar, estamos un poco abrumados”, dijo. Alicia aseguró que “obviamente no pensamos que esto sería tan inmenso como lo es ahora”. “Por favor, sean pacientes con nosotros si no les respondemos de inmediato, ya que aún tenemos que atender a nuestros tres hijos y a nuestros trabajos. Y, por supuesto, los niños son primero. Gracias de nuevo”.
Fe y esperanza forman un binomio inseparable en el corazón de muchísimos emigrantes, puesto que en ellos anida el anhelo de una vida mejor. Al mismo tiempo, el viaje de muchos está animado por la profunda confianza de que Dios no abandona a sus criaturas y este consuelo hace que sean más soportables las heridas del desarraigo y la separación. Fe y esperanza, por lo tanto, conforman a menudo el equipaje de aquellos que emigran, conscientes de que con ellas «podemos afrontar nuestro presente »
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La movilidad en el presbiterio potosino
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Vino, risas y baile
El caso de la pareja estadounidense recuerda al de Samuel, un niño con espina bífida que fue operado antes de nacer, y que fue retratado por un fotógrafo del USA Today durante la cirugía, en el momento en el que estiraba su mano desde el interior del útero de su madre para sujetar uno de los dedos del médico que lo había intervenido.
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Obsolescencia
ENERO 20 DE 2013
La movilidad en el presbiterio potosino
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espués de haber sido anunciados los nombramientos que el señor arzobispo don Jesús Carlos Cabrero Romero ha dado recientemente a un considerable número de sacerdotes de nuestra Arquidiócesis, muchas comunidades parroquiales se preparan para despedir a su actual párroco y para recibir al nuevo. Este hecho, es sin duda una experiencia interesante desde el punto de vista antropológico y cristiano. Tanto para los feligreses como para el sacerdote “los cambios” son una excelente ocasión para pensar en la renovación personal y comunitaria, pues desafortunadamente con facilidad tendemos a estacionarnos o acomodarnos en una determinada situación o ambiente y perdemos el sentido de asombro, de novedad y creatividad; y con ello viene la monotonía, la falta de entusiasmo y el “sin sentido” de las acciones. “El dominio de la situación” no siempre es lo más conveniente, humana y pastoralmente hablando. Muchas de las veces el conocimiento y control del medio ambiente en el que nos desenvolvemos nos lleva a actuar de manera mecánica, sin sentimientos y sin valores; a tomar la medida de las cosas y a “tomarse la medida” entre las personas. El movimiento de párrocos es también una excelente oportunidad para pensar eclesialmente; para crecer en la corresponsabilidad en el ministerio pastoral en la Arquidiócesis, vista de manera integral y no como sectores o partes independientes. Todos somos responsables de su caminar integral, no únicamente de “mi parcela”. Los cambios o nombramientos, lejos de ser una mera actividad pragmática por parte del obispo, debieran ser un ejercicio de la espiritualidad diocesana; es decir, un pequeño recordatorio del vínculo que existe entre el sacerdote y la Iglesia local. El sacerdote es para la diócesis, no la diócesis (repartida en pequeños feudos) para el sacerdote. Se trata también de una expresión del sentido peregrino en la Iglesia y en la vida humana. El sacerdote diocesano es consciente que no llega a una parroquia para quedarse ahí para siempre, sino que su carácter misionero le incluye una permanente movilidad y búsqueda de nuevos ambientes en los que pueda ofrecer al pueblo todos los dones y gracias que Dios ha puesto en sus manos, especialmente desde el día de su ordenación. Los feligreses por su parte, que tanto se han encariñado con un sacerdote, humanamente quisieran que nunca se fuera de su parroquia, pero la fe les dice que creen en Jesucristo y no en la persona de su muy apreciado señor cura, de ahí que con mucha alegría se preparen para recibir a su nuevo párroco no como el padre Sutanito (de quien han escuchado excelentes referencias), sino como un enviado de Dios, quien a pesar de tener algunas carencias, ha sido enviado por Dios, a través de la persona del obispo; y con quien anhelan compartir una fructífera experiencia de vida cristiana.
Fundado por el Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes
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La Oración, la Palabra y la Caridad Por Pacco Magaña
Queridos hermanos y hermanas:
En las anteriores catequesis mostré cómo la Iglesia, desde los inicios de su camino, tuvo que afrontar situaciones imprevistas, nuevas cuestiones y emergencias, a las que trató de dar respuesta a la luz de la fe, dejándose guiar por el Espíritu Santo. Hoy quiero reflexionar sobre otra de estas cuestiones: un problema serio que la primera comunidad cristiana de Jerusalén tuvo que afrontar y resolver, como nos narra san Lucas en el capítulo sexto de los Hechos de los Apóstoles, acerca de la pastoral de la caridad en favor de las personas solas y necesitadas de asistencia y ayuda. La cuestión no es secundaria para la Iglesia y corría el peligro de crear divisiones en su seno. De hecho, el número de los discípulos iba aumentando, pero los de lengua griega comenzaban a quejarse contra los de lengua hebrea porque en el servicio diario no se atendía a sus viudas (cf. Hch 6, 1). Ante esta urgencia, que afectaba a un aspecto fundamental en la vida de la comunidad, es decir, a la caridad con los débiles, los pobres, los indefensos, y la justicia, los Apóstoles convocan a todo el grupo de los discípulos. En este momento de emergencia pastoral resalta el discernimiento llevado a cabo por los Apóstoles. Se encuentran ante la exigencia pri-
(primera de cuatro partes)
maria de anunciar la Palabra de Dios según el mandato del Señor, pero —aunque esa sea la exigencia primaria de la Iglesia— consideran con igual seriedad el deber de la caridad y la justicia, es decir, el deber de asistir a las viudas, a los pobres, proveer con amor a las situaciones de necesidad en que se hallan los hermanos y las hermanas, para responder al mandato de Jesús: ámense los unos a los otros como yo los he amado (cf. Jn 15, 12.17). Por consiguiente, las dos realidades que deben vivir en la Iglesia —el anuncio de la Palabra, el primado de Dios, y la caridad concreta, la justicia— están creando dificultad y se debe encontrar una solución, para que ambas puedan tener su lugar, su relación necesaria. La reflexión de los Apóstoles es muy clara. Como hemos escuchado, dicen: “No nos parece bien descuidar la Palabra de Dios para ocuparnos del servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, escojan a siete de ustedes, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y les encargaremos esta tarea. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la Palabra” (Hch 6, 2-4).
Concilio Vaticano II
La cultura y la fe
ENERO 20 DE 2013
¡No tengan miedo!
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Por P. Juan José Torres Galván
orresponde a los cristianos trabajar en la construcción de un mundo más humano. Someter la tierra y perfeccionar la creación significa también alcanzar la perfección personal y ponerse al servicio de los hermanos. Esta época de grandes avances científicos y tecnológicos contiene grandes valores tales como: la fidelidad a la verdad, la colaboración con otros grupos, la solidaridad internacional, el sentido humano y la búsqueda de mejores niveles de vida para todos. La cultura se relaciona con la perfección de la persona, con el bien de la comunidad y de la sociedad en general. El cultivo de las ciencias y de las artes eleva al espíritu humano al culto y a la contemplación de Dios. Para que los avances tecnológicos no nos deshumanicen, es importante cultivar en las personas la capacidad de admiración, la contemplación, formarnos en la elaboración de juzgar rectamente y cultivar el sentido religioso, moral y social. El Concilio reconoce la justa autonomía de la cultura y de las ciencias. Hay que garantizar que el hombre pueda libremente buscar la verdad y expresar sus convicciones sin temor. Asimismo, es importante respetar la cultura de las minorías, partiendo de la convicción de que cada cultura conlleva grandes valores y tradiciones ancestrales. No olvidemos que el derecho a la cultura y a su ejercicio efectivo es un derecho universal. Es indispensable proporcionar a todos, sin exclusión, una cultura básica que le capacite para afrontar la vida y para aportar sus riquezas para el bien de la sociedad. Es importante apoyar a quienes tengan talento para estudios superiores, para que avancen en el cultivo a sí mismos y en la ayuda a los demás. Todos debemos reconocer y favorecer la participación de la mujer en la vida cultural. Es tarea fundamental de la cultura y la educación conservar en cada persona sus valores esenciales: la inteligencia, la voluntad, la conciencia y la fraternidad universal. En esta tarea la familia es la primera fuente de educación de los niños y adolescentes. Otro elemento favorable es la mayor difusión del libro y los medios de comunicación social que divulgan las conquistas de la humanidad. Dentro del campo de la cultura hay que valorar además el trabajo, el estudio, el descanso, el deporte y el turismo. Aspectos que ayudan en gran medida a crecer en la propia valoración de la persona y abren a la convivencia con otros. En todas estas manifestaciones culturales es tarea de los cristianos impregnarlas de un espíritu humano y cristiano. La Iglesia anuncia el Evangelio de la salvación adaptándose a las diversas culturas. A partir de su misión universal entra en comunión con diversas civilizaciones. El Evangelio de Cristo fecunda las cualidades espirituales de cada pueblo, las perfecciona y las restaura. Es importante reconocer, valorar y emplear las ciencias humanas y sociales en la tarea pastoral y en la investigación teológica, para poder anunciar con nuevas formas las verdades teológicas. Los cristianos debemos cultivar una profunda sintonía con los hombres de nuestro tiempo, procurando ser fieles a la verdad eterna y al tiempo presente. Referencia de lectura: Gaudium et Spes 57-62
Oremos juntos por la unidad de los cristianos Querida Iglesia Potosina: Les saludo deseando para ustedes y sus queridas familias todo bien en el Señor Jesús. Como cada año, el Santo Padre, nos está invitando a vivir una semana de intensa oración por la unidad de todos los que nos confesamos cristianos. Serán los días del 18 al 25 de enero, bajo el lema “¿Qué exige el Señor de nosotros?” «Se te ha hecho conocer lo que está bien, lo que el Señor exige de ti, ser mortal: tan solo respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios». (Miqueas 6, 6-8) Como hemos de recordar, el pasado once de octubre, al cumplirse los cincuenta años de la apertura del Concilio Vaticano II, dimos inicio al Año de la fe, convocado por el papa Benedicto XVI con la carta apostólica Porta fidei. En ella, el Santo Padre nos invita a lo largo de este año a «redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo» (n. 2), y a «un compromiso renovado por la nueva evangelización» (n. 7). Este camino nos debe llevar a «comprender de manera más profunda no solo los contenidos de la fe, sino, juntamente también con eso, el acto con el que decidimos entregarnos totalmente con plena libertad a Dios» (n. 10). Esta invitación tiene una clara visión ecuménica, expresada en las intervenciones en el Sínodo de los Obispos sobre la nueva evangelización. Esta semana de oración por la unidad de los cristianos en el marco del Año de la fe constituye, por tanto, una buena ocasión para retomar los documentos del Concilio Vaticano II, especialmente los que han sido tan importantes para el ecumenismo y el diálogo interreligioso -Lumen gentium, Unitatis redintegratio, Dignitatis humanae, Nostra aetate-, que «no pierden su valor ni esplendor» y que «es necesario que sean leídos de manera apropiada y que sean conocidos y asimilados como textos calificados y normativos del Magisterio, dentro de la Tradición de la Iglesia» (n. 5). La «unidad surge de la oración perseverante y la conversión, que hace vivir a cada uno según la verdad y en la caridad». De ahí la centralidad del «ecumenismo espiritual» del que habla el concilio Vaticano II, que es el alma del auténtico ecumenismo, y que Benedicto XVI invita a promover «en las parroquias, monasterios y conventos, en las instituciones escolares y universitarias, y en los seminarios». En su viaje a Líbano, el pasado mes de septiembre, el Santo Padre vuelve a reiterar que la unidad de los cristianos, tan importante para reforzar la «credibilidad del anuncio del Evangelio y del testimonio cristiano», es «un don de Dios, que nace del Espíritu, y es preciso hacer crecer con perseverante paciencia». Por lo tanto, hemos de tener claro que la unidad ecuménica no es ni confusión, ni «uniformidad de las tradiciones y las celebraciones», el camino para llegar a ella es haciendo nuestra la oración de Jesús al Padre de que “todos seamos uno”. El compromiso de todos los cristianos por la unidad se ejerce de una forma eminente a través de la oración para que podamos trabajar juntos en el campo de la educación y la caridad, y en los grandes temas que atañen a la humanidad, como la verdad del ser humano, la justicia, la paz, la familia, la seguridad y el bien común. Pidamos al apóstol san Pablo, quien trabajó con especial empeño en la unidad de los cristianos, nos conceda su firme celo pastoral para que podamos ser fermento y testimonio de unidad en nuestra fe en Jesucristo, Señor nuestro. ¡El Señor les bendiga! + Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí
Nuestra historia
Domus Ecclesiae
La domus ecclesiae (palabra latina que significa «Asamblea» o «Casa iglesia») era un edificio privado, adaptado a las necesidades de culto para los primitivos cristianos. Una de las iglesias cristianas más antiguas se encuentra en la ciudad de Dura Europos antiguo asentamiento helenístico convertido en guarnición fronteriza romana y situado cerca del río Éufrates en la actual Siria. Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortíz
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omo ya hemos anotado en anteriores publicaciones la arquitectura paleocristiana también llamada arquitectura cristiana primitiva, se entiende por aquella que se realizó entre finales del siglo III hasta el siglo VI y nacida principalmente como una necesidad para la construcción de estructuras propias para el naciente cristianismo. Como nos lo indican los descubrimientos arqueológicos las primeras edificaciones se originaron en Siria y Egipto pasando rápidamente a Occidente y fue en Roma como centro de la cristiandad donde se produjeron las primeras manifestaciones de monumentos de arquitectura en el ámbito de los cementerios o catacumbas, dentro de una etapa de clandestinidad debido a las persecuciones de que eran objeto los que practicaban la religión cristiana. En esta misma época para celebrar las asambleas de culto religioso se utilizaron viviendas privadas, adaptándose algunas de sus salas para este fin, (domus ecclesiae). La siguiente etapa empezó el año 313 con el Edicto de Milán promulgado por los emperadores Constantino el Grande —después de su conversión— y Licinio, donde se otorgó a los cristianos plenos derechos de manifestación pública de su fe. A partir de esta legalización de la religión cristiana, tres nuevos modelos aparecen en la historia de la arquitectura bajo Constantino, si bien son reinterpretaciones de modelos anteriores: las basílicas, los baptisterios y los mausoleos. Los dos últimos tomaron mayoritariamente la planta centralizada, circular o poligonal, que mejor se adaptaba a la compleja función a que estaban destinados. Destacó sobre todo, la construcción de la basílica, con la adaptación del edificio romano del mismo nombre que, sin embargo, pasó de una función civil a una religiosa. La basílica paleocristiana, tiene su origen principal en conseguir el espacio arquitectónico mediante el cubrimiento de lo que podían formar el pórtico columnado por dos stoas griegas enfrontadas, esto si provenían del modelo del templo griego. Aunque más claramente deriva su tipología arquitectónica de la basílica romana. El templo era considerado tanto en la religión griega como en la romana la residencia del dios y la función no era que los ciudadanos entraran a orar, las oraciones y los sacrificios se hacían fuera, por lo que el altar estaba normalmente frente al edificio y este —al no tener que acoger mucha gente— podía disponer de unas estancias interiores más pequeñas que en el caso cristiano. Las domus ecclesiae solían tener salas para la celebración del acto eucarístico, los ágapes, los bautizos, otras para la formación doctrinal de los presbíteros a los catecúmenos o neófitos (no bautizados), salas de tipo administrativo e incluso también la vivienda para el presbítero. La sala destinada a la Eucaristía solía tener un gran tamaño y estaba dividida en dos partes por un arco o una puerta debido a que los catecúmenos no podían ver aunque sí escuchar la Consagración, así que debían retirarse a la segunda parte de la estancia (catecumenado) al llegar dicha parte. Estas parroquias son llamadas indistintamente Domus ecclesiae o Tituli. Las dos parroquias más importantes que se conservan son el Titulus de San Martino al Monte (Roma) y el Titulus de Dura Europos (Siria).
El amor nos hace volver a vivir
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Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez
l hombre volvió a nacer en el momento en que alguien le dijo que lo amaba. El amor de alguien nos devuelve las ganas de vivir. Todos renacimos el día de nuestro bautizo; este significa sumergirse, hay que sepultarse en el agua para emerger desde su profundidad y así nacer a una vida nueva. Celebrar el bautizo es presenciar un nuevo nacimiento. El hombre necesita renacer constantemente, las personas buscamos siempre un nuevo modo de vivir. A Nicodemo le parecía imposible que el hombre volviera a nacer porque es absurdo entrar al vientre de la madre y renacer. Pero Cristo nos habla de un nuevo nacimiento. Porque el espíritu tiene la posibilidad de cambiar su modo de existir. El hombre puede cambiar ayudado con la gracia de Dios, que es fuerza sobrenatural, para poder realizar lo que es imposible para la humanidad. Cuando alguien nos dice que nos ama, nos hace renacer. El día que sentimos el amor, volvemos a vivir. La vida se trasforma gracias al amor. El día en que Jesús fue bautizado, se oyó la más maravillosa de las declaraciones, se escuchó una voz venida del cielo que decía: “Tú, eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”. Cuando Dios nos declara su paternidad, nos hace vivir tranquilos. Porque estamos seguros de que hay alguien que se ocupa de nosotros y a ese ser le importa nuestra vida, más que a nosotros mismos. Si Dios nos dice que nos ama, es para toda la eternidad. Porque en Dios nada cambia, y por tanto su amor verdadero. El día que fuimos bautizados, no nacimos a la temporalidad; ese día comenzamos a vivir la eternidad. Ya que el amor es más fuerte que la muerte. Y si Dios nos hizo por amor, Él no permitirá que nos perdamos en el abismo de la nada. Celebrar el bautismo del Señor, es una invitación a vivir nuestro propio bautizo. Hay que recordar, que el día en que fuimos bautizados, Dios se comprometió a amarnos para siempre. Y a partir de nuestro bautismo, ya tenemos un Padre. No hay que olvidar, que existe alguien que nos ama, y su amor le da sentido a la existencia. Al sabernos amados recuperamos las ganas de vivir.
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El niño del tambor me hizo aprender El zurrón no era lo que pensaba
Por P. Kino
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uando era niño y cantaba el niño del tambor, en la estrofa que dice “…los pastorcillos quieren ver a su rey, le traen regalos en su humilde zurrón…” mi mente, carente de vocabulario adulto, me hacían pensar que el “zurrón” era el producto de una defecación…y en realidad es la bolsa que cargan los pastores mientras cuidan el rebaño. ¿Por qué digo esto? porque creo que en ocasiones suponemos que los niños al darles catequesis comprenden perfectamente las palabras. Recuerdo que en una homilía para niños donde mi intención era hablar de los pastores de la Iglesia, y pregunté para “entrar en materia”: “¿Niños, quién sabe que es un pastor?” y un niño alzó la mano y me dijo “son unos perros”; obviamente quiero pensar que él se refería a la raza canina y no a los pastores de la Iglesia. Podría poner infinidad de ejemplos donde nosotros suponemos que los niños nos comprenden en el catecismo, o los fieles en las homilías, creo que no pocas veces nuestro mensaje queda inconcluso o mal interpretado. De manera similar sucede en la Sagrada Escritura, cuando la leemos literalmente. Si no tomamos en cuenta el contexto, los destinatarios. Podemos pensar que los hermanos separados tienen razón cuando dicen que los católicos adoramos a las imágenes, o que la Virgen María tuvo más hijos, etc., porque, como los niños, ellos se quedaron con la primera impresión por su lenguaje tan limitado. En los niños es comprensible, pero la fe y el conocimiento deberán de crecer acorde a nuestra capacidad y recursos, pues al que mucho se le da, mucho se le exigirá. Así pues, los invito a los lectores de La Red, y sobre todo a los niños, a que no se queden con dudas sobre alguna palabra que no les quede claro, ¿cuál? Por ejemplo, vayamos al Himno Nacional cuando se canta ... “el acero aprestad y el bridón”. ¿Qué es bridón?, no se queden con duda de alguna palabra y mucho menos cuando se trate de la Palabra de Dios. PD: no puse quién era el “masiosare”, pues adelante dice que era un “extraño enemigo” aunque lo dudo, ya lo investigaré, tal vez no era tan extraño, pero no me quedaré con la duda que me puedo quitar si me pongo a estudiar un poquito.
Unas palabras a los sacerdotes Por Pbro. Lic. Héctor Colunga colunga46561@hotmail.com
Muy estimados lectores: Con motivo de la convivencia sacerdotal por la Navidad, efectuada el 18 de diciembre pasado, me tocó dirigir un mensaje a los sacerdotes y con gusto lo comparto: “Es para mí, un honor dirigirles a ustedes unas cuantas palabras, con motivo de esta convivencia sacerdotal. “El sacerdocio es un don que debemos desempeñar con alegría y disposición. Somos continuadores de la misión de Cristo, y debemos estar confiados a su infinita bondad, y misericordia, para procurar que los fieles vivan el espíritu evangélico, la justicia y la paz. “La oración personal y comunitaria, así como la Eucaristía, deben ser los alimentos que fortalezcan nuestra actividad en la vida diaria. No se nos olvide que nuestro papel principal como sacerdotes, es orar. Hay que escuchar al Maestro y dejarse guiar por su Espíritu. Que se nos note como dice la gente, que estamos cerca de Dios. “Los recientes documentos del Papa Benedicto XVI, nos enseña que no solamente hay que ser discípulos y misioneros, sino que tenemos que ser auténticos discípulos de Jesucristo, porque sólo un sacerdote enamorado del Señor puede renovar una comunidad parroquial. “Ser sacerdote significa, que a partir de la ordenación somos portadores de gracia que se distribuye a los herma-
nos en los sacramentos; además, que como pastores a semejanza de Cristo, somos promotores de comunión con Dios y con los hermanos. “Los grandes retos que tenemos en nuestro ministerio, es procurar que la Palabra de Dios se anuncie en su integridad, para que los fieles laicos sean adoctrinados en las verdades de la fe. Asimismo, debemos estar dispuestos al servicio, sobretodo con los enfermos. “Mostrémonos disponibles con nuestro señor arzobispo, puesto que, como miembros de una Iglesia particular, somos signos de comunión con él en cuanto que somos sus inmediatos colaboradores, para continuar el trabajo evangelizador. “Hagamos de nuestro presbiterio una comunidad de caridad; busquemos al hermano que está enfermo o solo; o a aquél que ya no le toma sentido a su ministerio; o a aquél que está afectado por alguna situación grave que le impide realizarse como persona o como servidor del Señor. Y por qué no decirlo, ofrecernos una palabra de perdón si nos hemos ofendido. No hacerlo, denota falta de amor y comunión entre nosotros. “Lo que no debe faltar en nuestro ministerio, es que siempre tengamos en la mente y en el corazón a Nuestra Madre Santísima la Virgen María. Ella también está comprometida con nosotros; tomémosla de la mano con seguridad y confianza y con ella iniciemos el año nuevo. Que Dios los bendiga”.
Síntesis del mensaje final del sinodo de los obispos
¡Hasta siempre padre Chemita!
Por Malú Meave
Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz
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a Sala de Prensa de la Santa Sede difundió una síntesis del Mensaje Final del Sínodo de los Obispos, en la que los pastores de todo el mundo alientan a los cristianos a buscar la conversión para renovar el anuncio de la Buena Nueva, sin pesimismo ni miedo y con la certeza de que éste “sigue siendo el mundo que Dios ama”. En el texto, que servirá de base a la Exhortación Post Sinodal del Papa Benedicto XVI, los obispos recuerdan el encuentro de Jesús con la samaritana en el pozo como “la imagen del hombre contemporáneo con un ánfora vacía, que tiene sed y nostalgia de Dios, y hacia el que la Iglesia debe dirigirse para hacerle presente al Señor. Y como la samaritana, quien encuentra a Jesús no puede hacer otra cosa sino convertirse en testigo del anuncio de salvación y esperanza del Evangelio”. Los obispos destacan “la necesidad de reavivar la fe que corre el riesgo de oscurecerse en los contextos culturales actuales, también frente al debilitamiento de la fe en muchos bautizados. El encuentro con el Señor, que revela a Dios como amor, sucede sólo en la Iglesia como forma de comunidad acogedora y experiencia de comunión; desde aquí, entonces, los cristianos pasan a ser sus testigos en otros lugares”. Asimismo, sostienen con la Iglesia que “para evangelizar hay que estar, ante todo, evangelizados y lanza una llamada –empezando por ella misma– a la conversión, porque la debilidad de los discípulos de Jesús pesa sobre la credibilidad de la misión. Conscientes del hecho de que el Señor es la guía de la historia y que, por tanto, el mal no tendrá la última palabra, los obispos invitan a los cristianos a vencer el miedo con la fe y a mirar el mundo con sereno coraje porque, aunque éste está lleno de contradicciones y retos, sigue siendo el mundo que Dios ama”. “Por consiguiente, nada de pesimismo: globalización, secularización y nuevos escenarios de la sociedad, migraciones, incluso con las dificultades y sufrimientos que conllevan, deben ser oportunidad de evangelización. Porque no se trata de encontrar nuevas estrategias como si el Evangelio hubiera que difundirlo como un producto de mercado, sino de redescubrir los modos con los que las personas se acercan a Jesús”. El mensaje mira a la familia como lugar natural de la evangelización e insiste en que debe ser sostenida por la Iglesia, la política y la sociedad. Dentro de la familia, se resalta el papel especial de las mujeres y se recuerda la situación dolorosa de los divorciados y vueltos a casar: aunque se reconfirma la disciplina sobre al acceso a los sacramentos, se insiste en que no están abandonados por el Señor y que la Iglesia es la casa que acoge a todos. El mensaje cita también la vida consagrada, testimonio del sentido ultraterrenal de la existencia humana, y las parroquias como centros de evangelización; recuerda la importancia de la formación permanente para los sacerdotes y los religiosos e invita a los laicos (movimientos y nuevas realidades eclesiales) a evangelizar permaneciendo en comunión con la Iglesia. Continuará
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ace cuatro años, justos los que tiene La Red de publicarse, vino a visitarnos a las oficinas nuestro muy querido padre José María Ortega, mejor conocido como el padre Chema. Caminando despacio, llegó a mi escritorio y me dio un par de hojas escritas a máquina: eran las primeras de incontables letras que nos hizo llegar para compartirlas con nosotros: La tempestad de los años, La terminal del viajero, y Entrega total, fueron algunos de los textos que dejó ese día; pude ver en la sencillez de sus letras la profundidad del sacerdote. En cada visita era latente su generosidad. Siempre alegre a pesar de sus múltiples dolencias, nos congregaba en su casa para compartirnos de su mesa y contarnos algún chiste, o para hablarnos de Jalpan, su tierra querida. Siempre contento, me recibía en su sala mostrándome algún juguete que recién había comprado y que ya formaba parte de su colección. –Mira- me decía -este oso reza al ángel de la guarda- y de un juguete a otro, terminó por mostrarme un juego de ganzúas, hechas por él mismo, con cuanto alambre se le cruzara en el camino. -Han venido de todos lados para pedirme que les abra alguna puerta- me dijo- desde coches, casas y hasta cajas fuertes. Estuvo como vicario en Rioverde, como párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes por más de 25 años. Fue capellán en el Templo del Sagrado Corazón de Jesús y segundo capellán de la Capilla de Guadalupe. En sus últimos años fue canónigo honorario y confesor de la Santa Iglesia Catedral. Muchos somos los que nos quedamos con un cachito de todo el bien que hizo como sacerdote y como amigo. El día en que se fue, un muy buen amigo mío me dijo que seguramente san Pedro había perdido las llaves en el cielo y era necesario que el padre Chema le abriera las puertas. ¡Lo vamos a extrañar mucho! Esperamos que goce de la Gloria Eterna. Agradecemos su constancia y sobre todo su generosidad al compartir sus experiencias con nuestros lectores en este espacio durante más de doscientas ediciones. El Semanario La Red, en comunión con la Iglesia Potosina, se une en oración por el eterno descanso del padre José María Ortega Robles Sacerdote Emérito Quien falleció el 11 de enero El padre Chema, con más de 57 años de ministerio sacerdotal, fiel colaborador de La Red falleció a la edad de 90 años. Descanse en paz padre Chemita
Los libros y sus autores
07 Por Mtro. Luis Marino Moreno F.
Dios en la ciudad Jorge Mario Bergoglio Buenos Aires, San Pablo 2012, 248 páginas.
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l primer congreso regional de pastoral fue un encuentro de agentes de pastoral atraídos por el deseo de renovar la evangelización de la ciudad, precisamente, cuando pareciera que las motivaciones son escasas. Este real interés y compromiso provocaron, entre los participantes, esperanza y entusiasmo para seguir hallando los modos más adecuados para una Nueva Evangelización en los grandes conglomerados urbanos en el que viven, luchan y sueñan millones de personas. Los aportes Teológico-bíblico pastorales y muy especialmente, la pedagogía y la metodología de las “salida-encuentro” a distintos lugares de la urbe, presentes en este libro, muestran que una pequeña semilla se ha sembrado en la tierra-humus de la comunidad eclesial.
Ahora es tiempo de espera paciente, mientras se realiza el esfuerzo por brindar el servicio sencillo y humilde del riesgo fecundo. “¡Dios vive en la ciudad, la ciudad vive, y la Iglesia vive en la ciudad!”. Jorge Mario Bergoglio Buenos Aires, (17 de diciembre 1936). Es uno de los 183 cardenales de la Iglesia Católica de la Compañía de Jesús. Fue considerado uno de los candidatos a tomar el lugar del Sumo Pontífice, más quien resultó electo fue el Cardenal Ratzinger, ahora Benedicto XVI.
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI señaló que el Año de la Fe, que toda la Iglesia está viviendo, es una oportunidad para testimoniar con coraje el amor de Dios en todos los ambientes. En la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Papa dijo que “el Año de la Fe, que toda la Iglesia está viviendo, es una oportunidad también para vosotros para volver al mensaje del Evangelio y para hacerlo entrar de modo más profundo en vuestras conciencias y en la vida cotidiana, testimoniando con coraje el amor de Dios en todo ambiente, incluso en el de vuestro trabajo”. CIUDAD DEL VATICANO.- En sus palabras previas al rezo del Ángelus, el Papa Benedicto XVI aseguró que los cristianos, a semejanza de Jesús debemos ofrecer la propia vida por la verdad y la justicia ante el mal del mundo. El Santo Padre indicó que “Jesús es el hombre nuevo que quiere vivir como hijo de Dios, es decir, en el amor; el hombre que ante el mal del mundo, elige el camino de la humildad y de la responsabilidad, elige no de salvarse a sí mismo sino de ofrecer la propia vida por la verdad y la justicia”. “Ser cristianos significa vivir así”, señaló el Papa, sin embargo reconoció que “este tipo de vida comporta renacer: renacer desde lo alto, desde Dios, desde la Gracia”. PARIS.- Casi un millón de franceses en las calles de París, se manifestaron contra el proyecto de ley sobre el matrimonio entre homosexuales. “Jamás había visto una manifestación tan grande”, declaró el líder sindicalista Joseph Thouvenel. Una marea salió a las plazas; una inmensa multitud —llegada de todo el país en cientos de autobuses, decenas de trenes especiales y gracias al co-voiturage (el uso común de automóviles privados)— se reunió para defender a la familia y la filiación contra el proyecto de ley querido por el presidente François Hollande. En cuanto a la Iglesia en Francia, que ha alentado y respaldado la manifestación, los medios han subrayado en ella una sorprendente capacidad de movilización: “Su discurso y su acción proponen un conjunto de puntos de referencia sobre el que reflexionar”, recalcó Le Monde del 12 de enero. Y la confirmación llegó al día siguiente, tomando forma de gran manifestación.
MÉXICO.- Del 8 al 10 de enero de 2013, se llevó a cabo el VIII Encuentro Nacional de Vicarios Episcopales de Pastoral de las Diócesis de México, con el objetivo de “Comprender la importancia del ser y quehacer del vicario de pastoral en el acompañamiento y la continuidad de la Misión Continental Permanente en México, para potenciar la nueva evangelización en el marco del Año de la Fe. El evento es coordinado por monseñor Eugenio Lira Rugarcía, Obispo Auxiliar de Puebla y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano; monseñor Sigifredo Noriega Barceló, obispo de Zacatecas y coordinador general de los secretarios ejecutivos de la CEM; y monseñor Juan Manuel Mancilla Sánchez, obispo de Texcoco y presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Profética. CIUDAD DEL MÉXICO.- El jefe de Gobierno del Distrito Federal (México), Miguel Ángel Mancera, agradeció a la Arquidiócesis de México por participar en la campaña de entrega de armas que se realizó el domingo en la explanada de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe y en la que estuvo presente el cardenal Norberto Rivera. “La gente acude a lo que simbolizan estos lugares, acude precisamente por la fe, con la esperanza de que sigamos en una línea de paz, en una línea de tranquilidad, no se requieren las armas y eso es el mensaje que se está dando, se están cambiando esas armas por tablets, se están cambiando por instrumentos, por utensilios que van a dar educación, que van a dar otra perspectiva diferente a los hogares en donde se está sustituyendo”, declaró a la prensa. SAN LUIS POTOSÍ.- El Señor arzobispo emérito, don Arturo Szymanski Ramírez, Celebró su cumpleaños, el pasado 17 de enero, con un buen grupo de sacerdotes que, espontáneamente se hicieron presentes en un conocido restaurante de San Luis Potosí. Por la mañana, don Arturo, presidió la Eucaristía en la que el padre Héctor Torres Hipólito celebró sus XXV aniversario sacerdotal en la parroquia de Zaragoza, con ello, el señor arzobispo dando gracias por este año más de vida que Dios le concede. Quienes formamos el equipo de redacción del Semanario La Red, felicitamos y le deseamos que Dios siga bendiciendo su persona. ¡Feliz cumpleaños don Arturo!
Vino, risas y baile Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez
“Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que Él les diga». Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento». Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él” (Jn 2,1-11).
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uando hablamos de la primera obra milagrosa de Jesús, el cuarto Evangelio, con la redacción de san Juan, nos lleva a una escena muy rumorosa, una escena que a primera vista es bastante ligera, prácticamente superficial, se trata de la celebración de una boda en la aldea de Caná. Por su parte, los Evangelios Sinópticos, en el primer milagro de Jesús, nos ponen frente a una humanidad bastante necesitada en el rostro de los leprosos, endemoniados y paralíticos, etc. Un cuadro ciertamente contrastante con la escena del Cuarto Evangelio, donde el vino mantiene el buen ánimo con alegres conversaciones, rítmicos bailes, gozosos cantos y una alegría contagiosa. Constatamos de manera simple una realidad contrastante entre ambas vertientes evangélicas. No obstante, la superficialidad no es lo propio del cuarto evangelio. En ese relato de bodas, con el privilegio y la jerarquía de ser la primera obra relatada por Juan, se entreteje una amplia riqueza de elementos que nos conducen a realidades más profundas de las que a simple vista se perciben. Esto sin abandonar o excluir su contexto poco habitual. Pues el banquete de bodas no está ausente de la enseñanza de Jesús en los otros evangelios, pero más como un ejemplo parabólico de su discurso que como un relato de su actividad milagrosa. La premisa para comprender el evento nos la ha dado el Prólogo de este evangelio: el Verbo eterno se ha hecho carne y ha venido a habitar entre nosotros. Por tanto, no es extraño encontrarlo en una boda. Su acción se concentra no en un discurso a los recién casados, sino en evitar que la fiesta se arruine por la escasez de vino, esto con la moción de María su Madre. Fundamentalmente esta acción es una señal. Así lo llama directamente el evangelista “fue la primera de sus señales”, por tanto no nos debemos quedar en la superficie. En un relato poco extenso se concentra un amplio universo de elementos: como el “tercer día”, la hora, los signos, etc. No obstante, hemos de destacar el aspecto central: el vino. Al respecto se dice: ya no tienen, el agua de las abluciones es transformada en el vino mejor, este vino mejor se sirvió hasta el final.
Los elementos en torno al vino pueden entenderse en clave de reemplazo, pues esta clave parece dominante en el Evangelio de Juan, sobre todo en su primera mitad. Así, los judíos “ya no tienen vino”, es decir, ya no tienen capacidad de celebrar un banquete, pues carecen del elemento más significativo que lo compone. Los tiempos escatológicos (mesiánicos) eran descritos como un gran banquete. Las estructuras judías no pueden ofrecerlo. Ese vino lo porta Jesús. Los judíos y sus instituciones se ven representados en el agua de las abluciones y en el vino de poca calidad que se sirvió al principio. Dichas instituciones, con la llegada de Jesús, son inútiles. El vino abundante y sabroso lo otorga Jesús. Más aún, el vino mejor que se sirve al final, que se da en el momento definitivo de la historia, en la era de la salvación, es Jesús mismo, Él es quien inaugura el banquete escatológico.
Una realidad con rostro muy humano
El pasado 13 de enero se celebró XCIX Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado, promovida por el Papa Benedicto XVI. “Casi mil millones de seres humanos, es decir, “un séptimo de la población mundial experimenta hoy las suertes de la migración”, afirmó el Carenal Antonio Maria Vegliò durante la presentación del Mensaje del Papa Benedicto XVI para esta Jornada, pues además de los emigrantes internacionales, existen alrededor de 740 millones de personas que se ven obligadas a desplazarse dentro de sus propios países. Llevar consigo la fe y la esperanza “En mi Encíclica Caritas in veritate – señala el Papa- he querido precisar, siguiendo a mis predecesores, que «toda la Iglesia, en todo su ser y obrar, cuando anuncia, celebra y actúa en la caridad, tiende a promover el desarrollo integral del hombre» (n. 11), refiriéndome también a los millones de hombres y mujeres que, por motivos diversos, viven la experiencia de la migración. En efecto, los flujos migratorios son un fenómeno que impresiona por sus grandes dimensiones, por los problemas sociales, económicos, políticos, culturales y religiosos que suscita, y por los dramáticos desafíos que plantea a las comunidades nacionales y a la comunidad internacional. En este contexto, he querido dedicar la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2013 al tema Migraciones: peregrinación de fe y esperanza. Perseguir una mejor vida “Fe y esperanza forman un binomio inseparable en el corazón de muchísimos emigrantes, puesto que en ellos anida el anhelo de una vida mejor. Al mismo tiempo, el viaje de muchos está animado por la profunda confianza de que Dios no abandona a sus criaturas y este consuelo hace que sean más soportables las heridas del desarraigo y la separación. Fe y esperanza, por lo tanto, conforman a menudo el equipaje de aquellos que emigran, conscientes de que con ellas podemos afrontar nuestro presente. (Enc. Spe salvi, 1). No solo asistir, sino integrar “Con respecto a los emigrantes y refugiados, la Iglesia y las diversas realidades que en ella se inspiran están llamadas a evitar el riesgo del mero asistencialismo, para favorecer la auténtica integración, en una sociedad donde todos y cada uno sean miembros activos y responsables del bienestar del otro. Aquellos que emigran llevan consigo sentimientos de confianza y de esperanza que animan y confortan en la búsqueda de mejores oportunidades de vida. Sin embargo, no buscan solamente una mejora de su condición económica, social o política. Derecho a emigrar y derecho a no hacerlo “Es cierto que cada Estado tiene el derecho de regular los flujos migratorios y adoptar medidas políticas dictadas por las exigencias generales del bien común, pero siempre garantizando el respeto de la dignidad de toda persona humana. El derecho de la persona a emigrar es uno de los derechos humanos fundamentales, facultando a cada uno a establecerse donde considere más oportuno para una mejor realización de sus capacidades y aspiraciones y de sus proyectos. Sin embargo, antes incluso que el derecho a emigrar, hay que reafirmar el derecho a no emigrar, es decir, a tener las condiciones para permanecer en la propia tierra. Queridos hermanos emigrantes, que esta Jornada Mundial les ayude a renovar la confianza y la esperanza en el Señor que está siempre junto a nosotros”.
El padre Francisco Javier Castillo, nuevo párroco de Ojo Caliente
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on la presencia de más de una treintena de sacerdotes, el padre Francisco Javier Castillo Ríos tomó posesión de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en la comunidad de Ojo Caliente del municipio de Santa María del Río. Después de haber sido recibido en una de las entradas de ésta comunidad, llevó a cabo un recorrido por las principales calles acompañado por las gentes del lugar, así como por un nutrido grupo de personas que se hicieron presentes, algunos de ellos de su pueblo de Pastora, otros de la Parroquia de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, donde realizó su ministerio sacerdotal en los últimos meses. Al llegar al templo parroquial, inmediatamente se dio paso a la celebración Eucarística, en la que propiamente tomó posesión de esta comunidad Parroquial. La Eucaristía estuvo presidida por el padre José Manuel López Facundo, vicario de pastoral que en representación del señor arzobispo, dirigió
Por Pbro.Lic. Tomás Cruz
un emotivo mensaje animando al nuevo párroco en el quehacer de este encargo subrayando la tarea que como discípulo y misionero la Iglesia ha puesto en sus manos. En ése mismo momento, le fueron entregadas las llaves del Sagrario, que quien como primer responsable tiene la tarea de vigilar así como los libros de los sacramentos en los que ha de llevar orden de la inscripción de los nombres de quienes han de ser integrados a ser parte de la comunidad eclesial. Posteriormente a la celebración Eucarística, se pasó a una convivencia entre los habitantes de ésta bonita comunidad y de aquellas personas que acompañaron al padre Francisco Javier en su nueva encomienda pastoral que le hace el señor arzobispo don Jesús Carlos Cabrero Romero. Felicidades padre Javier, párroco de Ojo Caliente.
El padre Francisco Javier, después de hacer un recorrido por la comunidad, llega al templo parroquial
Se inició la celebración Eucarística, presidida por el padre López Facundo, quien dió posesión al padre Francisco, en representación del arzobispo
Felicidades a la comunidad de Ojo Caliente por su nuevo párroco
El padre Francisco hace su profesión de fé y renueva sus promesas sacerdotales
La comunidad participó con muy buen ánimo y disposición en el banquete eucarístico, en el que dieron la bienvenida a su nuevo párroco.
Un buen número de sacerdotes acompañan al padre Francisco.
El Padre recibe la encomienda de discípulo y misionero en ésta comunidad parroquial. ¡Muchas felicidades padre!
Triduo por los 50 años de sacerdote del padre J. Cruz Nicasio Torres (padre Cacho) Párroco de San Sebastián 3 de febrero 2013, misa a las 12:00 hrs. 13:00 hrs. misa con familiares 4 de febrero, 12:00 hrs. concelebración con sacerdotes 5 de febrero 2013, misa a las 12:00 hrs. Parroquias de Rioverde, San Antón de Los Martínez, Gto., Villa de Ramos, El Salitral, los Hernández, Charcas, Morales, Escalerillas, Parroquia de San Sebstián Mártir. Gracias por su asistencia
Se recibió como Rector del Niño del Desagravio al padre José de Jesús López Castillo La Epifanía del Señor nos pide manifestar nuestro amor hacia los demás Por LCC Angélica Maldonado Morales
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l pasado 6 de enero, día de la Epifanía del Señor, el padre José de Jesús López Castillo tomó posesión como nuevo rector de la Iglesia del Niño del Desagravio, donde fue recibido con gran cariño, respeto y admiración por su nueva feligresía, pues muchos de ellos ya lo conocían desde que estuvo en la Iglesia de María Auxiliadora y en muchos otros lugares donde el sacerdote ha prestado sus servicios ministeriales, los cuales siempre los ejerce con auténtica y santa alegría, la cual contagia por su sencilla forma de ser, de pensar y actuar. Tal vez esa sea una de las razones por las que lo siguen los fieles, de manera especial las catequistas que lo ven com un padre entusiasta en lo que concierne a Dios y a su Iglesia. El padre José de Jesús López Castillo
Tomó posesión de la Parroquia de Santa Rosa de Lima el padre Guillermo Gil Torres Por LCC Angélica Maldonado Morales
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l último día del 2012, el presbítero Guillermo Gil Torres tomó posesión de la Parroquia de Santa Rosa de Lima, ubicada en la colonia 21 de Marzo de Soledad de Graciano Sánchez, lugar en el que fue recibido en el nombre del Señor como nuevo párroco. (padre Kino, como se le dice con gran estima), agradeció la presencia de los fieles que lo acompañaron en este día tan importante en su vida en el que lo recibieron jubilosos los fieles de esta parroquia. Exhortó a los presentes a ser sencillos como los santos Reyes Magos, quienes con humildad y profundo amor adoraron a Dios. La Epifanía eso nos pide, manifestar el amor a los demás como Cristo se manifestó al mundo en la persona de los Magos de Oriente”.
La Misa de Toma de Posesión estuvo presidida de forma por demás emotiva por nuestro apreciable Vicario General de la Arquidiócesis Potosina, monseñor Antonio Torres Herrera, quien exhortó a los fieles a quererlo y respetarlo como a Cristo bendito, pues dijo: “No se confundan, el padre Guillermo Gil Torres viene a hablarles en el nombre del Señor, no en nombre de él mismo, viene como ministro y representante de Dios, no en nombre propio, para que lo apoyen, lo estimen y le den la mano en todo lo que puedan, pues él es un hombre que siempre le ha gustado trabajar de forma eclesial, en comunidad y la fe debe vivirse intensamente a través de un auténtico y fiel discipulado para luego ir a la gran misión como lo hizo Jesucristo”. Cabe Señalar que a su Toma de Posesión se dieron cita feligreses de la Parroquia de las Tres Ave Marías y de San Pío X, donde anteriormente prestó sus servicios eclesiásticos el padre Guillermo Gil Torres.
ENERO 20 DE 2013
“Redoblemos esfuerzos para combatir la pobreza”
Arzobispo y sacerdotes acudieron a los pies de la Morenita del Tepeyac Por LCC Angélica Maldonado Morales
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a Arquidiócesis de San Luis Potosí redoblará esfuerzos para que este año que inicia sus sacerdotes luchen para ayudar a combatir la pobreza a través del trabajo pastoral que realizan como ministros del Señor, pues es urgente y más que necesario redoblar el interés de apoyar a los más pobres entre los pobres, por caminar y misionar por aquellos lugares olvidados donde es preciso conjuntar el trabajo de la Iglesia Católica con el del gobierno municipal, estatal y federal y demás asociaciones o instituciones encargadas de trabajar y velar por los derechos y la justicia de los más necesitados. “Se tiene que lograr el objetivo de llegar a las comunidades rurales y de la periferia de la ciudad para ejercer la caridad, pues los sacerdotes están llamados a vivir la fe, hacerla crecer en sus fieles,
pero además practicarla a través de las obras de caridad. Es un compromiso muy fuerte que todos tenemos, porque claro está que el trabajo no sólo es de los Sacerdotes, aunque estamos conscientes que debemos hacer que se viva la caridad fraterna en las comunidades a las que servimos y en todos los lugares a los que se nos pide ir a evangelizar”. Así lo señaló durante la solemne concelebración eucarística nuestro Arzobispo de San Luis Potosí, monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, en la Basílica Santuario-Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, quien antes de presidir la Misa el pasado martes 8 de enero, encabezó la peregrinación de la Caja del Agua a este bellísimo e imponente recinto, con el objetivo de encomendarse a la Morenita del Tepeyac él y sus sacerdotes y dedicarle todo el trabajo y esfuerzo que realicen en pro de la Arquidiócesis Potosina.
Nuestro arzobispo exhortó a los sacerdotes a ser fieles a la Madre de Dios, a encomendarse a Ella para ser fieles en su sacerdocio, para superar todo tipo de prueba y tentación y para servir con amor a sus fieles de forma diligente e incondicional. “Ustedes están llamados a escuchar a sus fieles, a hacerlos crecer en la fe, pero sobre todo a ejercer la caridad, comprendiendo a los demás y escuchando las voces que claman piedad, justicia, amor, porque muchos están cansados de la impunidad, de las injusticias y enferman por falta de amor desinteresado. Finalmente dijo: “Madre de la fe, del amor y de la paz, Madre amorosa que quisiste aparecerte en suelo mexicano, te encomiendo a mis hermanos que son sacerdotes al igual que lo es tu Hijo Jesucristo, para que lo imiten en la fe y en el amor y fieles a su ministerio alcancen la salvación de sus almas, de sus fieles y la conversión de los pecadores”
El A, B, C de la Biblia
Si crees verás la Gloria de Dios
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Por Lic. Rafael Gómez
a fe del creyente que dice creer en Dios pero que no se ha convertido a Jesucristo, en realidad no es fe. Cuando alguien dice creer en Dios pero no descubre en el solitario y desesperado a un Cristo doliente que nos hace hermanos en el hermano, en realidad no tiene fe. Quien dice creer en Dios, pero un Dios lejano que no nutre su vida porque el que es la Verdad y la Vida no lo alimenta de su presencia, en realidad no tiene fe. La fe del convertido es la fe del que cree en la persona de Jesús, “por cada criatura muerto y resucitado”, que ora con Él y en su nombre, y por Él, se deja evangelizar”.
Yo CREO...y vivo mi FE
“En Él y por su sangre logramos la redención, y el perdón de los pecados” (Ef 1,7)
El profeta Isaías (35, 8) anunció: “entonces los ciegos verán y los sordos oirán; los lisiados saltarán como venados”. Por eso cuando Juan el bautista envió a sus discípulos a preguntar a Jesús: “¿Eres tú el que ha de venir o esperamos a otro?, Él les respondió: vayan y cuenten a Juan lo que ustedes ven y oyen: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres el mensaje de salvación” (Mt 11, 2-6). Jesús así respondió, lo mismo que mucho antes había anunciado Isaías de Él, y con este mensaje hizo, en realidad, un poderoso llamado a la fe, al mismo tiempo que explicaba el método para que todos creyeran en el Evangelio. “Tanto el llamado como el método” tenían en su centro de gravedad la fe. El llamado de Jesús: “Vayan y cuenten…” Es para todos los que decimos creer en Él; nos hace al mismo tiempo destinatarios y anunciadores del evangelio, es decir, primero nos atrae hacia sí, mientras nos participa de su vida, y luego se hace nuestro maestro, mientras nos participa de su tarea. Aquél Pedro que mereció de Jesús el reproche de “hombre de poca fe” una vez que se hizo destinatario, y fue lleno del Espíritu Santo, se convirtió en anunciador: dice en el libro de los Hechos (2, 11) que apenas recibió el bautismo en el Espíritu, se puso de pie y, por su boca, sin ser políglota, todos lo oyeron hablar, cada quien en su propia lengua, las maravillas de Dios. Ese mismo Pedro, junto con los otros once apóstoles, empezó a caminar en todas direcciones, ya como Iglesia, al mismo tiempo que descubrían, en fe, los pasos y el acompañamiento de Jesús, a quien ya no veían, y en fe, dieron su vida para “ir y contar a todos”, lo que ellos “habían visto y oído”. El método de Jesús: “Los ciegos ven, los cojos andan…” Aquellos apóstoles, con aquél mismo Pedro a la cabeza, siguieron este método, como nos narra el libro de los Hechos (3, 1-9) que dice que había un hombre, cojo desde su nacimiento al que ponían junto a la puerta del Templo. Este, al ver a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro fijó la mirada en él y le dijo: “No tengo oro ni plata, pero lo que tengo te doy: en nombre de Jesús de Nazaret ponte a andar… al instante cobraron fuerzas sus pies y tobillos y de un salto se puso en pie…entró con ellos en el Templo andando, y alabando a Dios y todos se quedaron llenos de asombro”… No obstante el secularismo de nuestro tiempo que parece haber contaminado nuestra fe, debemos seguir el proceso de Pedro y dejarnos reprender por Jesús junto con él: “hombres y mujeres de poca fe” y dejarnos reprender junto con Martha: ¿no te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? El cojo del que acabamos de leer entró con Pedro y Juan al Templo, es decir: se adhirió a la fe de la Iglesia, entró alabando y dando gloria a Dios y por su testimonio, todos se quedaron invitados a creer. Entre las deficiencias de la piedad popular que no están sustentadas en el encuentro con Jesucristo están las de quienes solo buscan un milagro pero no buscan a quien hace el milagro. En la Iglesia debemos tener fe para pedir, en nombre de Jesús de Nazaret, un milagro para quien tiene fe y espera algo de Dios en quien cree, para que, luego de recibir el milagro, regrese a Él y le entregue su vida. La Iglesia debe estar muy pendiente, primero de creer y luego de catequizar, es decir, explicar el Evangelio de tal manera que, las procesiones, las mandas, las devociones a los santos, otras formas de piedad y, hasta los mismos sacramentos, nos conduzcan, necesariamente, a un encuentro real con Jesús que nos salvó y nos devolvió a todos el sentido de la vida, y “para que todo aquél que crea en Él no muera, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16).
Por P. Memo Gil
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amos a analizar ahora el cuarto artículo del Credo: Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado. Este artículo nos habla, nada menos, que del misterio de la redención de que fue objeto la humanidad, mediante la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Y la referencia a Poncio Pilato, nos lleva a ubicar ése acontecimiento decisivo de la historia de la salvación, en una época y en una cultura bien determinadas. De manera que la muerte de Cristo está plenamente registrada en la historia de la humanidad, como un evento trascendental por el que Dios mismo introdujo, con la muerte de su Hijo, la inmortalidad para todos nosotros. El Padre y el Hijo eran aliados inseparables en ésta misión, dispuestos y deseosos de asumir lo máximo por amor a nosotros, la humanidad caída. Entonces Dios quería llevar a cabo un intercambio para salvarnos para siempre. Quería darnos el don precioso de la vida eterna, para que gocemos de su alegría. Y quiso, por eso, sufrir nuestra muerte, nuestra desesperación, nuestro abandono, para compartir así todo lo que amaba en nosotros. Y para amarnos precisamente hasta el final y más allá. De este modo, la muerte de Cristo fue por voluntad del Padre, pero no fue su última palabra. Por eso, desde que Cristo murió por nosotros, podemos ahora nosotros cambiar nuestra muerte por su vida. Pero, ¿cómo fue posible que alguien que pasó haciendo el bien sufriera una muerte tan terrible? Bueno esto podemos tratar de entenderlo en el sentido de que Jesús, en muchos aspectos, fue una provocación para el judaísmo tradicional de su tiempo. De hecho, cuando Jesús fue presentado al templo, el anciano profeta Simeón predijo que sería “signo de contradicción” (Lc 2,34). Y lo contradictorio de la manera de
actuar de Jesús, para los líderes religiosos de su tiempo, tenía que ver con el hecho de perdonar los pecados, lo que sólo puede hacer Dios; relativizaba el mandamiento del sábado; era sospechoso de blasfemia, por hacerse llamar Hijo de Dios, y se le reprochaba ser un falso profeta que actuaba fuera de la ley. Para todos estos delitos la ley preveía la pena de muerte. Y la pena de muerte más cruel era la crucifixión, considerada por los judíos como una maldición inclusive. Pues ésa muerte sufrió el Señor, en quien no recaía ninguna culpa, pero cargó sobre sí las culpas de todos nosotros. Es importante aquí señalar, que no todas las autoridades judías condenaron a Jesús. Ni mucho menos se les puede atribuir a “los judíos” una culpa colectiva en la muerte de Jesús. Y es que entre las autoridades religiosas de Jerusalén, no solamente el fariseo Nicodemo o el notable José de Arimatea, eran en secreto seguidores de Jesús. También el evangelio nos relata que en muchas ocasiones hubo grupos que llegaron a dividirse por causa de sus enseñanzas y su autoridad moral ante el pueblo. Incluso en la misma víspera de su pasión “entre las autoridades, muchos creyeron en él” (Jn 12,42) aunque de una manera muy imperfecta. Lo que la Iglesia confiesa con certeza, es la responsabilidad de todos los pecadores en la muerte de Jesús. Aún cuando en el proceso de la muerte de Jesús, estuvieron implicadas diferentes autoridades romanas y judías, y cuya culpa individual sólo Dios conoce, nunca se puede afirmar que los causantes de su sacrificio fueran únicamente personas de una cultura determinada o producto del fanatismo religioso de un pueblo. El mismo Jesús perdonó desde la cruz a quienes, tal vez sin darse cuenta de lo que hacían, participaron en su ejecución.
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ENERO 20 DE 2013
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Obsolescencia riodo de atención que una familia dispensa a un perro es aproximadamente de tres meses, cuando en el pasado dicho periodo llegaba a durar hasta quince años. Tres meses son suficientes para que un grupo familiar se alegre por su nueva adquisición canina, se aburra del animal y lo eche a la calle, para ir después en busca de otro perro más a su gusto.
odavía hasta hace poco, una de las virtudes más cotizadas tanto en el campo de las relaciones humanas como en casi todos los demás campos era la virtud de la duración. Una amistad, como un par de zapatos, debía perdurar, y entre más durase, más buena era. La fidelidad, es decir, la resistencia al cambio, era entonces la regla con que se medía la calidad moral de las personas: fidelidad al compañero o a la compañera, al amigo o a la amiga, y hasta a los mismos objetos de que se hallaban rodeados: los cuadernos viejos, las muñecas sin brazos, las cajitas musicales rotas eran conservadas entonces por los individuos con un afecto no exento de nostalgia. Pero de pronto, y sin saber cómo, el número de los objetos se hizo tan grande que el apego a ellos se volvió imposible. Como es bien sabido, la industria tiene que producir, y si no produce se hunde. Ahora bien, ¿qué haría una empresa fabricante de vehículos en una sociedad en la que los ciudadanos vivieran apegados a sus queridos y destartalados automóviles? Por eso, y para continuar manteniendo sus ventas aun entre personas ya poseedoras de uno o más autos, dichas empresas adoptaron la invariable costumbre de cambiar sus modelos cada año. Estos cambios obedecían a la necesidad no de ofrecer al público automóviles objetivamente más veloces o más seguros que los del año anterior (con frecuencia los modelos ni siquiera eran más bellos: eran sólo diferentes), sino a la de hacer creer al automovilista que había que ponerse al día, pues conducir autos viejos trae como consecuencia perder grados en la escala social; de esta manera, vehículos con apenas un año de antigüedad eran ya vistos como auténticos vejestorios de los que había que deshacerse lo antes posible. Esta nueva manera de relacionarse con los objetos trajo como consecuencia algo que afectó no sólo a los bolsillos de los consumidores, sino también a sus hábitos del corazón, como veremos enseguida. En 1959 la casa Mattel lanzó al mercado su famosísima muñeca Barbie, que acabó convirtiéndose en la delicia de millones y millones de niñas en todo el mundo. Ahora bien, para mantener sus ventas y crearse un mercado cautivo, la empresa juguetera decidió imitar a la industria automotriz cambiando el modelo de la muñeca cada año, de modo que las niñas que no querían verse anticuadas debían comprar anualmente su nueva Barbie. Pero hubo además otra cosa, y es que para no suscitar violentas reacciones por parte de
A mediados del siglo XIX, cuando la revolución industrial se hallaba en plena efervescencia, Sören Kierkegaard (1813-1855), el filósofo danés, se lamentaba, diciendo: «¿Quién, en nuestros días, compra, como se hacía antaño, un paraguas para toda la vida, o un traje de seda, objeto excelente que puede sernos útil mientras vivamos, o un tapado para la eternidad?» (El amor y la religión). Y la respuesta, por supuesto, es nadie. Nadie quiere hoy que las cosas duren demasiado. «¿No sería demasiado aburrido?».
unos padres poco dispuestos a gastarse su sueldo en juguetes y, sobre todo, para no exponer a sus pequeñas clientas a reproches paternos del tipo: «Oh, ¿más muñecas? ¡Pero es que ya tienes muchas, querida!», Mattel decidió hacer un modesto descuento a las niñas que entregaran su vieja muñeca a la hora de comprar la nueva. «Lo que no anunció Mattel (comenta Alvin Toffler en El shock del futuro) fue que, al trocar su vieja muñeca por un modelo tecnológicamente perfeccionado, la niña de hoy, ciudadana del mundo super industrial de mañana, aprendería una lección fundamental sobre la nueva sociedad: que las relaciones del hombre con las cosas son cada vez más temporales», más efímeras. Las niñas que entregaban su vieja muñeca a cambio de la nueva estaban aprendiendo que no hay que apegarse a nada demasiado, enseñanza ésta que más tarde podrían aplicar sin remordimiento no sólo en su relación con los objetos, sino también con las personas y los animales. Hoy, según Andrew Morton, el pe-
Sí, la industria ha acabado cambiando nuestros hábitos del corazón, y debido a esto no sólo las muñecas y los autos, sino incluso nosotros mismos nos hallamos en peligro, pues en un mundo de obsolescencia generalizada, ¿no corremos el riesgo de volvernos obsoletos también nosotros? Según ciertos sociólogos de reconocida probidad intelectual (Manuel Castells entre ellos), en la actualidad un hombre de 54 años de edad es ya, para las empresas globales, un ser económicamente muerto. ¿A qué edad empezaremos a morir también afectivamente?, ¿a qué edad nos dejarán de querer por ser demasiado viejos? «En una sociedad de consumidores –ha dicho Zygmunt Bauman (Vida líquida)- nadie puede eludir ser un objeto de consumo». La advertencia es terrible, y haríamos mal tomándonosla a la ligera. Pues cuando todo es desechable, todo eliminable, ¿por qué no íbamos a serlo también nosotros? El futuro se ve, pues, a lo lejos, poblado de nubarrones. No nos queda sino intentar, como único camino, la fidelidad, el compromiso, eso que Hanna Arendt (1906-1975), la filósofa judía, definió una vez como «el remedio contra la incertidumbre caótica del futuro». Gracias a la fidelidad podemos esperar que el otro cumplirá su palabra y no nos dejará solos; que nosotros cumpliremos la nuestra y tampoco lo abandonaremos; que, juntos, a pesar de todo, el futuro podría ser no tan abrumador como amenaza serlo.
El derecho romano en la vida cotidiana
El derecho de propiedad, la nuez Por Mtro. José Ricardo García López
El derecho de propiedad. LA TUMBA Cada familia tenía su tumba, donde sus muertos descansaban unos al lado de los otros, siempre juntos. Todos los miembros de la misma familia debían ser enterrados allí, y a ningún hombre de distinta familia podía admitírsele. Allí se celebraban las ceremonias y los aniversarios. Allí creía ver cada familia a sus sagrados ascendientes. En tiempo antiquísimo, la tumba estaba en la misma casa de la familia, en el centro de la habitación, no lejos de la puerta “para que los hijos encontraran siempre a sus padres al entrar o salir de su casa y le dirigiesen una invocación” Así el antepasado permanecía entre los suyos; invisible pero presente siempre, seguía formando parte de la familia y siendo el padre: inmortal, dichoso divino, se interesaba por lo que había dejado de mortal en la tierra; conocía las necesidades de los suyos, los sostenía en sus flaquezas. Y el que aún vivía y trabajaba, tenía a su lado a sus sostenes y guías: eran sus padres. En las dificultades invocaban su sabiduría antigua: en las tristezas les pedían consuelo; en los peligros ayuda; tras una falta, su perdón. A raíz de lo que hemos dicho a cerca de la religión y sobre todo de la tumba, nace una importantísima institución jurídica que es: el derecho de propiedad y nace de aquí, tal vez, porque los antepasados se enterraban en la tumba que estaba dentro de la casa, como ya se dijo. Traspasar ese fundo a otra familia o venderlo, era una impiedad pues con ella se vendía lo más preciado, o sea, la tumba. Recuérdese, a este propósito, cómo en los pueblos primitivos el rey hacía el repartimiento de tierras, a veces, cada año, cambiando por lo tanto, la morada de los que formaban aquella comunidad. Con esto queremos decir que la propiedad de la tierra la tenía el Estado y no los particulares. Por lo anterior no sólo palabras surgen del Derecho Romano sino también instituciones jurídicas que permanecen hasta nuestros días como son la adopción pues ya dijimos que los padres de familia que no tenían hijos o que sólo habían procreado hijas, estaban condenados a no tener quien les rindiera culto, los invocara después de muertos, les ofreciera sacrificios y libaciones, les dedicara himnos y oraciones convirtiéndose por esta razón en dioses maléficos para la ciudad y los ciudadanos por ello es que el Estado estaba interesado en que sus ciudadanos no permanecieran sin hijos varones que eran los que perpetuaban la religión doméstica, por ello es que surge la institución de la adoptio o adopción que, como sabemos, consiste en convertir en nuestro hijo a una persona que no es nuestro consanguíneo o que siéndolo no lo hemos engendrado. Lo mismo puede afirmarse de la institución del derecho de propiedad, porque en un principio todos los ciudadanos enterraban a sus muertos dentro de su hogar donde se les rendía
el culto familiar, por esta razón el Estado protegía el derecho a que las familias permanecieran en el mismo lugar durante toda la vida, es decir de este hecho surge el derecho de propiedad porque sería una suprema impiedad o acto impío el hecho de ceder el templo donde se encontraban sus antepasados o dioses manes, a un extraño. LA NUEZ Símbolo del matrimonio Entre los romanos, la recién casada iba a casa del marido precedida por éste, que llevaba la antorcha nupcial. El día de la boda se echaban nueces a los niños, como símbolo de los juegos infantiles a los que el esposo en ese momento estaba renunciando. Las nueces eran además, entre ellos, representación del matrimonio: ni la nuez más hermosa por su apariencia es la de mejores gajos, ni es peor la de más pobre aspecto. El casamiento, como la nuez, es algo misterioso hasta romper su cáscara… Y esto querían significar los romanos con ellas. Existía también la costumbre de esparcir nueces a la entrada de la cámara nupcial y, durante la noche de bodas, un esclavo permanecía golpeándolas con una vara, produciendo así fuerte ruido, hasta el amanecer. Este hecho tenía un determinado simbolismo erótico. (Virgilio, Obras Completas-Las Bucólicas, Las Geórgicas, La Eneida., Colección Clásicos Ferma, Barcelona 1966 p.64 nota 113-). En latín nuez se dice nux, nucis, por lo que, en nuestra muy particular opinión, no sería raro que de esta palabra derivara el vocablo nuptia- ae, nupcias atendiendo a la onomatopeya de la palabra nux- nucis.
Dios y el campo magnético
Por Ignacio Algara Cossío (primera parte)
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l magnetismo es un asunto que me atrae muchísimo, y no porque yo sea de fierro, sino porque reta a la curiosidad, y permite aplicaciones prácticas impresionantes: es un misterioso, discreto y humilde compañero de nuestras vidas. Es al mismo tiempo potente, real, múltiple, “enredado”, transformable y servicial. Vivimos, por ejemplo, dentro del campo magnético de la tierra. Siempre, a todas horas, y en todas partes, estamos bajo su fuerza y su presencia, pero es una fuerza casi imperceptible a nuestros ojos de vida diaria, de tal manera que ni cuenta nos damos. Nos la pasamos como si nada. Pero si no existiera ese campo magnético que nomás vemos dibujado en los libros de texto de ciencias naturales, la tierra sería un caos, y de plano, no podríamos vivir aquí. En el espacio exterior cercano a la tierra, sirve de escudo protector contra algunos de las radiaciones nocivas que nos llegan de nuestro benefactor energético que es el sol. Este campo magnético desvía los rayos dañinos y permite el paso de los buenos, para que así que florezca y se mantenga la vida, y nosotros, sobre el planeta. El magnetismo debió haber sido hace muchos años una curiosidad, entre magia y diversión. La gente de aquel tiempo encontró algunas rocas ferrosas que estaban naturalmente imantadas y servían para juegos y trucos de brujería, hasta que alguien se dio cuenta que el magnetismo podía ser “contagioso” y que si frotabas o mantenías por un tiempo piezas de fierro sobre piedras magnetizadas, el fierro adquiría parte de esa fuerza. Luego, se dieron cuenta que una aguja de fierro imantada, si se le colgaba de un hilo, de forma que quedara horizontal y equilibrada, se orientaba siempre en una misma dirección: al norte: habían descubierto la brújula, y abrieron de repente las puertas a la navegación de grandes distancias. La brújula sirvió para desarrollar los grandes viajes de exploración y el comercio internacional. En buena medida, le podemos echar la culpa de la globalización. Pero su fuerza no acabó con Colón, ni su utilidad con la navegación. Siguió siendo misteriosa y objeto de curiosidad, porque cuando el hombre empezó a entender la electricidad de los rayos, y otras cargas que se generaban al frotar objetos, o al poner en contacto ciertos metales con soluciones químicas, se dio cuenta que el magnetismo andaba también involucrado con la electricidad: cuando un imán se movía frente a una bobina de alambre, inducía una corriente eléctrica, y a la inversa, cuando una corriente de electricidad pasaba por una bobina, formaba un campo magnético. De repente, se hizo claro que había una conexión entre varias formas de expresión de la energía: de movimiento, de magnetismo, de electricidad y de química, y que se podían transformar de una a otra. continuará
Endeudamiento e impunidad www.siame.mx
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uando la contratación de deuda por parte de estados y municipios es adquirida de forma responsable contribuye al desarrollo de las economías locales en beneficio de la sociedad; sin embargo, es preocupante la velocidad con que algunas entidades han endeudado irresponsable sus finanzas públicas en los últimos años, al grado de caer en la insolvencia y en la suspensión de pagos, poniendo en riesgo el futuro de sus habitantes. Ante esta grave situación, el Gobierno Federal ha dejado en claro que no saldrá al rescate, sino que ya trabaja con las diferentes fuerzas políticas para promover una iniciativa de ley que ponga orden en este tema, que en el fondo está relacionado con la malentendida autonomía de la que gozan abusivamente las entidades federativas al no tener que dar cuentas a nadie. El asunto, pues, tiene que ver con la soberanía de los Estados, y constituye el principal reto a considerar en la propuesta de ley del Ejecutivo. Y es que, sin afectar la adecuada libertad de gasto que permite a los estados y municipios prestar los servicios públicos y satisfacer las necesidades de sus pobladores, el Gobierno Federal tendrá que establecer procesos a fin de que estas entidades accedan al financiamiento de forma clara y responsable, pero a la vez, deberá atender tres aspectos impostergables: vigilar el gasto de los recursos otorgados por la Federación; lograr que los estados procuren una mayor y equitativa recaudación fiscal, y promover una justa asignación de los recursos públicos. Si esto no se logra, cualquier esfuerzo será superficial e infructuoso. Sobre el segundo aspecto –que tiene que ver con una profunda reforma a la hacienda pública– resulta inaplazable involucrar de forma decidida a los estados y municipios en la recaudación fiscal, pues es inadmisible que algunas entidades reciban de la federación –con costos muy altos– más del 90 por ciento de su presupuesto, toda vez que la captación de recursos locales es prácticamente nula. Sobra describir los grandes y escandalosos huecos en las leyes fiscales que favorecen la inmoral evasión de impuestos tanto de particulares como de empresas. En cuanto a la correcta asignación de recursos para beneficio de las poblaciones, esto sólo se logrará con la construcción de procesos de rendición de cuentas, que eviten el obsequio de dinero a los gobernadores y alcaldes, que no hacen el mínimo esfuerzo por recaudar ni por transparentar sus gastos, pero que sí exigen cada vez mayores asignaciones. También permitirá vigilar y castigar a aquellos funcionarios públicos que se benefician de las partidas presupuestales, que cometen peculado, erogaciones no justificadas o realizan un ejercicio indebido de su servicio, e incluso, que guardan algún tipo de asociación con grupos criminales. En conclusión, el Gobierno Federal debe ver en la acelerada e irresponsable dinámica de endeudamiento de las entidades federativas una gran oportunidad para corregir algunos de los vicios que tienen estancado a este país en la mediocridad económico-financiera, y en este sentido, el combate a la impunidad y el castigo a los funcionarios que han empeñado el futuro de sus gobernados, serán señales de esperanza para un pueblo que se duele en la pobreza y en la impotencia ante la falta de herramientas legales que favorezcan el correcto uso de sus aportaciones al Estado. Los recursos deben ser canalizados a favor del desarrollo de los mexicanos y evitar a toda costa que caigan en el hoyo negro de la corrupción, que devora el patrimonio nacional y que impide el castigo a los gobernantes corruptos, a muchos de los cuales se les puede ver sin el menor decoro ocupando un lugar en el Congreso de la Unión, gozando con cinismo del fuero que les da un cargo del que son del todo indignos.
Lo que el secularismo quiere dar, cuando nadie se lo ha pedido
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www.aciprensa.mx
athalie de Williencourt es una lesbiana francesa y una de las fundadoras de una de las asociaciones de gays más grandes de Francia, Homovox. A diferencia de lo que afirman los medios seculares, considera que la mayoría de homosexuales, incluida ella misma, no quieren ni el matrimonio ni la adopción de niños por lo que están en desacuerdo con el proyecto de ley del presidente François Hollande.
En una entrevista concedida el 11 de enero, Nathalie señaló que “la pareja homosexual es diferente a la heterosexual por un simple detalle: no podemos dar origen a la vida”. Williencourt afirmó con claridad: “soy francesa, soy homosexual, la mayoría de los homosexuales no queremos ni el matrimonio, ni la adopción de los niños, sobre todo no queremos ser tratados del mismo modo que los heterosexuales porque somos diferentes, no queremos igualdad, pero si justicia”. La líder gay señaló luego que “creemos que los niños tienen derecho a tener un padre y una madre, posiblemente biológicos, que posiblemente se amen. Un niño que nace del fruto del amor de su padre y de su madre tiene el derecho a saberlo. Si las parejas homosexuales adoptan niños que ya están privados de sus padres biológicos, entonces (los niños) estarían sin un padre y sin una madre por segunda vez”. “Las parejas heterosexuales están esperando años para poder adoptar a un niño, y se corre el riesgo que muchos países no permitan más adopciones a Francia si esta ley se aprueba, ya que países como China y otros de Asia cuentan con procedimientos de tal manera que las parejas del mismo sexo están excluidas”. “Esto significaría hacer que la adopción por parejas conformadas por un hombre y una mujer sea aún más difíciles”, añadió Williencourt. La portavoz de Homovox consideró luego que la familia, constituida sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, es la base para la paz. “La paz se construye en la familia y para tener paz en la familia es necesario dar a los niños la imagen más natural y más seguridad infunde para crecer y llegar a ser grande, es decir,
la composición clásica de hombre y mujer”. Williencourt denunció luego que “en Francia se nos censura. Se escucha siempre el lobby de los activistas LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) que siempre hablan en los medios, pero la mayor parte de los homosexuales están molestos por el hecho que esta organización hace lobby en nuestro nombre. No hemos votado por ellos para que nos representen”. Nathalie explicó que los miembros del lobby gay ya tienen una herida en relación con su homosexualidad “porque no la aceptan, reivindican ser como los heterosexuales. En vez de eso nuestro movimiento reivindica que los homosexuales sean tratados de modo distinto que los heterosexuales porque somos diferentes”. “No podemos pedir igualdad para situaciones que son diferentes. No es la igualdad lo que es importante, sino la justicia. Es una desigualdad justa y una igualdad injusta”, precisó. Sobre su oposición y el de toda su asociación al proyecto de ley impulsado por el presidente Hollande, Nathalie Williencourt dijo que “yo y mis amigos gays no podemos ser acusados de homofobia, por no permitir la ley”. Lo que solicitan, explicó, es “un diálogo entre Hollande y el pueblo, porque él había prometido que no iba a aprobar una ley a la fuerza si los franceses no estaban de acuerdo. Esperemos que se abra el diálogo con los Estados Generales sobre el matrimonio y un referéndum para consultar a todos los ciudadanos de este tema”.
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¿Cómo medimos al ser humano?
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es decía Jesús: “Pongan atención. Con la medida con que midan, serán medidos y aun con creces”. (Mc 4, 24) Esta enseñanza va preparando el mensaje de Jesús acerca del tratar a los demás como quieren los discípulos ser tratados. Se trata de los valores del Reino de Dios; los ciudadanos del Reino de Dios no piensan tanto en el sentido negativo de esta máxima, sino en el positivo. Tratamos a los demás con amor y tendremos un trato digno de hijos de Dios, pero si no lo hacemos, tendremos un trato de deshonrados. Y esto solamente hablando en términos meramente humanos. Si esto lo trasplantamos a los últimos tiempos, entonces estamos hablando del juicio; la medida con la que habremos tratado a los demás será determinante en la presencia de Dios, como enseñará más tarde también el apóstol Santiago acerca de esto, cuando diga: “habrá un juicio sin misericordia para quien no practicó misericordia” (Cf. 2, 13). Me quedo ahora pensando en lo urgente que es la conversión, la cual nos abre la mente y nos ilumina acerca de la verdadera voluntad de Dios: que seamos hermanos, que nos miremos como tales, como ciudadanos del mismo reino, como hijos del mismo Padre de Cielo. Y es urgente hoy, en nuestros días, porque al voltear a cada lado y ver, por ejemplo, nuestro país hecho una verdadera ley de la selva, me doy cuenta que es preciso trabajar por la paz. Pienso en aquellos que dañan, que golpean, que saquean. Hoy encontramos innumerables robos aun entre pobres. Cuántos robos a casas habitación ocurren cada día, cuánto asalto a mano armada,
cuánto crimen organizado y también desorganizado. Volteo a todas partes y pretendo encontrar algo que ilumine a los hombres, pero ellos se están alejando cada día más de la luz. Los hombres de nuestros días, desde pequeños viven fascinados por la magia de internet, ellos viven pendientes de sus redes sociales, hasta la adicción. Es cierto que las comunicaciones modernas acercan a los hombres, pero al mismo tiempo los alejan entre sí. hay más cortas distancias virtuales, pero enormes distancias físicas. Esto es terriblemente cierto. Miremos las redes sociales: personas con cientos o miles de “amigos”, con los que rara vez interactúan en las mismas redes. Tienen miles de amigos, pero se conectan para chacotear con unos cuantos, el resto solo son observadores. Hace poco vi mi lista de amigos, y, aunque algunos son entrañables, ni aun con ellos en totalidad entro en contacto. Solamente con algunos. Los mismos medios analizan la interactividad virtual, y encuentran estas verdades, al final terminan por limpiar, algunos, sus listas de conocidos o amigos o contactos, con los que menos tratan, pero la mayoría prefiere tener largas listas de perfectos desconocidos, porque se creen así que tienen amigos, pero no es así en verdad. Ellos están terriblemente solos, y por solos, perdidos. Lo oscuramente peligroso es que actualmente casi no hay interactividad personal, creemos que conocemos a las personas por tratarlas en las redes, pero en realidad esto no ocurre. En las redes encontramos personalidades, pero no personas. Y digo personalidades porque en realidad cada cual adopta la personalidad que quiere. Unos presumen de raeggetoneros, otros de rockeros, otros de intelectuales, otros de artistas. Y ¡jajaja!, veo
con gran carcajada interior que todo mundo se manda, comparte o publica las mismas imágenes que vienen de moda solo una semana y luego vienen otras, lo mismo imágenes que pensamientos, que opiniones o que chistes. Y entonces dicen virtualmente: me gusta, y creen que comparten. En el fondo tenemos personas solitarias que, incluso tienen auténtica fobia a la gente, es decir, están acostumbrados a tratar con los demás siempre y cuando esto no implique compromiso humano, trato cálido, verdadero. Por lo tanto tenemos en nuestras sociedades modernas personas o seudo personas que no saben llevar una relación social cálida y vital. Esto lleva consigo dificultades de relación en los ambientes laborales, estudiantiles o profesionales. Cierto, hace meses acudí a un especialista médico para tratar de encontrar solución a un problema de salud. Él en lugar de buscar información en sus libros, se puso a navegar en internet buscando explicación a las causas de mi padecimiento. Finalmente me diagnosticó casi correcto y me dio la medicación pertinente. Los medios virtuales también han abierto las puertas a incontables maneras de crimen, pornografía, piratería y otros delitos. Y ahí es donde son vulnerables muchos pequeños y jóvenes, mujeres y hombres. Se han metido en ambientes difíciles de enfrentar. Lo peor es que ya no tenemos sociedades humanas verdaderas, las virtuales parecieran mejores. Y uno de los mayores problemas que genera masivamente esto de las redes sociales es la murmuración, cuanto chismorreo se desarrolla en esos ambientes. Cualquiera opina para bien y para mal, pero sin compromiso, cualquiera puede hablar mal de cualquiera y la vara con que miden sirve lo mismo para medirlos a ellos. La sociedad moderna está en un gran caos porque la sociedad la formamos las personas, pero como las personas no saben de interacción humana, la sociedad moderna está corrompida. Debemos encontrar caminos para corregir estas deformidades que nuestro mundo está generando y que estamos permitiendo sin saber a dónde nos lleva.
Hay muchachos que viven pendiente de sus redes de tiempo completo. En casa todas las horas en el ordenador, en la calle con la tableta o con el internet móvil, hasta en la escuela se conectan; llegan a casa y encienden el ordenador otra vez, pasan horas o días completos pegados a internet. Y para los papás parece que no tiene importancia. Es muy frecuente encontrar personas incapaces de una relación humana de calidad en nuestros días, por lo menos en nuestro México querido. ¿Cómo no queremos que la sociedad esté corrompida si no educamos en los verdaderos valores a nuestros hijos si les permitimos que sus relaciones humanas sean falsas, piratas? Porque eso es lo que somos hoy día muchos hombres y mujeres: seres humanos piratas. Es cierto, porque antes de estas cosas éramos verdaderamente humanos, hoy somos virtuales. Cuando escucho o leo las noticias de personas que asesinan masivamente a muchos, pienso en que los desequilibrios que aquellos llevaban dentro de sí son en parte, y tal vez grande parte, por esa incapacidad de relacionarse, esa devaluación del alma que les ha dado su maestro, su gurú: el Internet, sus juegos virtuales, su vida virtual, falsa, pirata. Por otro lado se aprende hoy día a vivir de manera fácil, ganar dinero o tener bienes trabajando lo menos posible, aprovechándose de las debilidades de los demás, vendiendo por internet los bienes de la familia, pero no trabajar. La vida fácil de integrarse con personas que igual no valoran ni la vida, ni el trabajo, ni las cosas. Si aprendemos a medir a los demás desde lo que proponen las redes, así seremos medidos, tratamos a los demás sin calor humano, así nos tratan también. Necesitamos nuevas lecciones. Necesitamos también plantarnos perfectamente en la realidad para retomar el rumbo. No podemos vivir con esos valores del mundo moderno. Nos urge la simplicidad. Nos urge la sencillez, retornar a lo básico. Para aprender la medida de las cosas, para aprender el valor de cualquier ser humano. Que Jesús nos dé su luz para no quedarnos ciegos, sin ver al hombre como él lo ve, como nos creó Dios Padre, como hijos de Dios, para que seamos medidos como tales.
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Palabra de Dios “Llenen de agua esas tinajas”
«No estamos solos»
Evangelio según san Juan 2, 1-11
En aquel tiempo, hubo una boda en Caná de Galilea, a la cual asistió la madre de Jesús. Éste y sus discípulos también fueron invitados. Como llegara a faltar el vino, María le dijo a Jesús: “Ya no tienen vino”. Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no llega mi hora”. Pero ella dijo a los que servían: “Hagan lo que Él le diga”. Había allí seis tinajas de piedra, de unos cien litros cada una, que servían para las purificaciones de los judíos . Jesús dijo a los que servían: “Llenen de agua esas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dijo: “Saquen ahora un poco y llévenselo al encargado de la fiesta”. Así lo hicieron, y en cuanto el encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de su procedencia, porque sólo los sirvientes la sabían, llamó al novio y le dijo: “Todo el mundo sirve primero el vino mejor , y cuando los invitados ya han bebido bastante, se sirve el corriente. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora”. Esto que hizo Jesús en Caná de Galilea fue el primero de sus signos. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en Él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
“Hagan lo que Él les diga” Solamente el Evangelio de Juan narra las bodas de Caná. La estructura propia de su Evangelio y su estilo, hacen del relato una síntesis teológica y simbólica del mensaje de Jesús. Los escritos de los profetas habían pintado el día de la llegada del Mesías como un día de boda. En el festín mesiánico correría el vino en abundancia (Isaías 25,6). En Caná, el agua se transforma en vino, es símbolo de fiesta, de libertad interior. En el Evangelio de Juan hay tres etapas fundamentales en la manifestación gloriosa de Cristo. La primera es la encarnación misma: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14). La segunda es la de Caná, cuando con su primer signo “Jesús manifestó su gloria” (2,11). Y la tercera será la manifestación plena cuando sea glorificado en la cruz Jn 19,26. María está presente significativamente en los tres momentos. En este texto encontramos muchos términos bíblicos llenos de significado: al tercer día; manifestó su gloria; Caná de Galilea; No tienen vino; Todavía no ha llegado mi hora; Mujer; ¿Qué a mí y a ti?. Es un texto mariano donde se descubre la poderosa intercesión de María ante su Hijo, comparado al del calvario: allí es presentada como nuestra madre y aquí actúa como Madre. Por otra parte, este pasaje se aplica de ordinario al matrimonio que tiene la necesidad llenar su corazón del vino del amor y de la alegría. Pero encontramos estos elementos. Signo del Reino de Dios. En Caná nos hallamos también en el comienzo de las bodas mesiánicas. El Señor es el Esposo e Israel es la Esposa. El signo de Caná revela a Jesús como el Esposo divino del nuevo pueblo de Dios, con el que establece la alianza nueva y definitiva en su misterio pascual. Dice Isaías: el Señor se complace en ti y te ha desposado. El vino nuevo. Las tinajas de piedra significan las tradiciones de la antigua ley dada por Moisés. El vino de Caná es el vino mesiánico. Jesús mismo es el vino nuevo. Es el vino de la gracia y de la verdad. En efecto, dice san Agustín: “Cristo ha reservado hasta ahora el vino bueno, es decir, su Evangelio” Hagan lo que Él les diga. María, la Mujer, se comporta como estrecha “colaboradora” de Jesús en la preparación del “vino bueno”, signo de las bodas. Juan nos muestra a María que intercede ante su Hijo cuando le dice “ya no hay vino”. Beato Juan Pablo II decía que en la Iglesia, María sigue siendo y haciendo lo mismo: compadecida por la indigencia humana, sin vino, ella dispone el corazón de los hombres a la fe en la Palabra de Cristo y mueve a Cristo a darnos el “vino bueno” de la fiesta nupcial. Encuentra a Jesús por medio de María. Por P.Pedro S.S.
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Juan Alejandro Martínez Ojeda, 3° Filosofía Escríbenos: ecos_seminarioslp@hotmail.com Sé nuestro amigo en Facebook: Seminario Guadalupano Josefino
uchas personas con las que tenemos contacto nos preguntan cómo es la vida dentro del Seminario. Ya entrando en la plática uno comienza a narrar el itinerario de todos los días: el levanto, la Santa Misa, el desayuno, las clases, el deporte… pero muy pocas veces platicamos sobre las amistades, y esta es una parte importante dentro de la formación sacerdotal. Es cierto que la amistad que se da entre seminaristas es algo que se debe guardar como un tesoro muy preciado, pues tenemos como modelo al Maestro, al Amigo verdadero, fiel y sencillo (Cfr. Juan 15, 15) Si bien, el camino de la formación sacerdotal es un camino lleno de dificultades, también lo es de infinitas alegrías, y es en estos momentos de la formación donde te das cuenta que hay otros que como tú se han arriesgado por el camino de la vocación, hay muchos otros que hicieron su opción y optaron por el Señor. Es esto lo que une a dos amigos, un mismo ideal, un mismo sueño: «El ser sacerdote». En el seminario, el tiempo que convives con los demás es mucho, compartes tu vida con otros, aunque me atrevo a afirmar que compañeros hay muchos, pero amigos son pocos. La amistad en un vínculo donde configurándote con Jesucristo, encuentras en el otro a alguien, no algo. Es una posibilidad de compartir experiencias, conocimientos, alegrías e ideales, e incluso, porque no, medios económicos. La amistad no se impone, ni se programa; como todo en la vida, requiere de un esfuerzo para conseguirla y lo más importante es poner los medios para lograrla y mantenerla. La amistad es como una semilla que hay que cultivar y cuidar para que algún día no muy lejano crezca y rinda frutos. Me viene a la memoria el pasaje del Evangelio de Marcos 2,1, donde estando Jesús en Cafarnaún, se corrió la voz de que él estaba en casa, y le llevaron a un paralítico entre
cuatro. Como no podían llegar a Jesús a causa del gentío, levantaron el tejado de la casa donde estaba, y por el boquete que abrieron descolgaron la camilla en que yacía el paralítico. Lo sorprendente de este pasaje es que Jesús sana al paralítico, aunque más allá de todo esto, se deja ver que el paralítico tenía cuatro amigos que lo respaldaban. Lo asombroso no fue la fe del paralítico, sino la de sus amigos que lo acompañaban, se muestra que el amigo potencia al amigo, lo impulsa a arriesgarse para crecer, para conseguir lo bueno. En la amistad sobresalen dos valores muy importantes: confiar y compartir. Como amigos nos confiamos, nos tenemos fe recíproca sin fisuras, transparente, sin engaño, con ayuda mutua y benevolencia activa. Finalmente, la amistad exige el fiel sentimiento de la sinceridad, la comunicación sin trampas ni exigencias, la entrega mutua sin egoísmo, la preocupación por el otro, la confianza sin límites, la paciencia, el respeto a las ideas, aceptar la forma de vida del amigo, el saber escuchar, saber perdonar, el ser fiel a la amistad aunque este lejos o haya pasado mucho tiempo. Y es por eso que en el camino de la formación no estamos solos.
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...Lo de Dios a Dios
Constructores de la sociedad
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n los últimos días han estado surgiendo a la luz pública hechos escandalosos de corrupción en las administraciones públicas. Ya sabemos que México a nivel internacional se le considera como uno de los países más corruptos. De una calificación de 10 a 0, donde 10 es el más honesto y transparente, México tiene una calificación de 3; pero donde ocupa un lugar más vergonzoso es en el G20 (los 20 países más industrializados), aquí México está dentro de los tres más deshonestos solo por encima de Rusia e Indonesia (Transparencia Internacional 2012). Ya llevamos muchos años en nuestro país de una «corrupción institucionalizada», a la que el Documento de Puebla le llama «estructuras de pecado». Hoy en día los «constructores de la corrupción», «los arquitectos de la deshonestidad» se han ido perfeccionando. Se hace cada vez más sofisticado encontrar la veta de las corruptelas. Es necesario hacer una auditoría, una «cirugía financiera» muy detallada para encontrar los males, en caso de que se encuentren, normalmente estos ladrones o gente sin principios evangélicos no pisan la cárcel, en caso de que lo hagan será por muy poco tiempo. Los «arquitectos de la deshonestidad» saben dónde está la falla en el sistema de leyes, de manejos económicos, de los hilos que permiten la circulación del dinero que les ayudará a no ser castigados con rigor por las leyes del Estado. Hay muchos ejemplos de esto tan sólo permítanme, estimados lectores, nombrar algunos: expedición de facturas de negocios ficticios, obras realizadas con un costo enorme como si estuvieran hechas de oro y plata, obras sobre obras, por decir algo, se hace un camino de terracería con un costo exagerado y a los pocos meses se le pone la carpeta asfáltica y se cobra como si se hubiera hecho de todo a todo. Hay servidores públicos que se enriquecen deshonestamente con los bienes de la nación, se hacen de negocios, inmuebles y maquinaria pesada creando así sus propias empresas constructoras. Con el paso del tiempo, si de nuevo llegan a trabajar en la administración pública, le rentan al gobierno sus inmuebles y las licitaciones de obras siempre les favorecen, esto sí es un negocio redondo, muy atrayente y rentable. El discurso ya muy gastado «de servir al pueblo» ya no se cree. Lo que les interesa a estas personas es llenarse los bolsillos. Estas prácticas se llaman deshonestas, corruptas y nada éticas según sea el caso. Recientemente, estas personas, han creado una manera nueva de «robar» a la nación y a los pobres, porque al final de cuentas todo el dinero de nuestros impuestos se destina en primer lugar para atender a los más necesitados, me refiero al endeudamiento en las administraciones federales, estatales y municipales. Esta práctica en el fondo refleja una enorme falta de ética, porque detrás se esconden malos manejos del dinero del erario público. Esto en términos evangélicos se llama pecado, bajo el mandamiento: ¡No robarás! Pero parece ser que a muchos caciques políticos, esos que viven o quieren vivir a perpetuidad del dinero de la nación, esos que administración tras administración, sexenio tras sexenio, trienio tras trienio, buscan nuevos cargos políticos en
todos los niveles, a estos les tiene sin cuidado este mandamiento divino porque ya perdieron «la conciencia de pecado» aunque digan que son católicos.
Estas personas o grupos de poder han creado su propia filosofía, su moralidad, su ética, incluso su «teología» porque al bien bíblico lo llaman mal y al mal lo llaman bien; esto porque han desechado al Dios de su vida, han ignorado sus principios y normas de conducta. Al no tener una medida o parámetro de sus propios actos o de los demás, favorecen leyes que están en contra de la vida. Por ejemplo, para nosotros los católicos la vida empieza desde la fecundación en el seno materno, según nuestra Doctrina y Tradición, para ellos la vida empieza mucho después, hasta que salga el bebé del vientre de la madre. Su filosofía del lenguajes es especial, al aborto ellos le llaman «interrupción del embarazo», al niño o niña que crece en el seno materno, nosotros le llamamos «personita, hijo o hija de Dios», ellos le llaman «producto», etc. En una sociedad donde se ignora a Dios, y por ende a sus leyes y principios, aparece en toda la expresión la corrupción, la injusticia, la mentira, la deshonestidad y toda una serie interminable de males familiares y sociales. Por eso como decía san Agustín un Estado que no se rige por la justicia se reduciría a una gran «banda de ladrones». Ante esta situación es importante reafirmar nuestro ser como hombres y mujeres de fe, constructores de una sociedad más justa y fraterna. Es impor-
Por David Grimaldo
tante y necesario que vayamos construyendo los caminos que conduzcan al País que queremos, al México donde la justicia social se vea tan clara como el agua que tomamos. Que nunca estemos de acuerdo, según nuestros principios cristianos, con toda forma de corrupción, cacicazgo político, deshonestidad, injusticia, que generan más pobreza y muerte en nuestra Patria. Al respecto el papa beato Juan Pablo II nos decía: “Todos vosotros que os llamáis constructores de la sociedad, tenéis en las manos cierto poder, por causa de vuestras posiciones, de vuestras situaciones y de vuestras actividades. Empleadlo al servicio de la justicia social. Rechazad el raciocinio inspirado por el egoísmo colectivo de un grupo, de una clase o basado en la motivación del provecho material unilateral. Rehusad la violencia como medio de resolver los problemas de la sociedad, pues la violencia va en contra de la vida, es destructora del hombre; vuestro poder, ya sea político, económico o cultural, aplicadlo al servicio de la solidaridad que abarque a todos los hombres y, en primer lugar, a aquellos que son más necesitados y cuyos derechos son violados más frecuentemente. Poneos al lado de los pobres, coherentes con la enseñanza de la Iglesia; al lado de todos aquellos que, de alguna manera, son los más desprovistos de los bienes espirituales o materiales, a los que tiene derecho” (Un mundo nuevo debe surgir en nombre de Dios y del hombre, Salvador de Bahía, Brasil, 6 Julio 1980). Así pues, mis estimados constructores de una sociedad más justa y fraterna: ¡adelante y que el Padre, su Hijo y el Espíritu Santo los acompañen y bendigan siempre!
ENERO 20 DE 2013
Mientras meditas este pasaje, ilumina las ilustraciones y completa los diรกlogos
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