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Monjas benedictinas en medio de Estados Unidos

Año 5

La comunidad de Nuestra Señora de Éfeso es una pequeña comunidad de 22 monjas, situada en el estado de Misuri, en EEUU. Hasta el año pasado, eran totalmente desconocidas. Pero todo cambió para ellas en diciembre de 2012, cuando aparecieron en las páginas de reputados periódicos como USA Today y el Whasington Times. HERM. SCHOLASTICA, Sub-priora comparte que a la comunidad “Nos han descrito como una comunidad ascética. Buscamos a Dios en la belleza, la bondad y la verdad”. Comenzaron con un álbum titulado “Adviento en Éfeso”. Ellas mismas se encargan de los gráficos, los diseños y la fotografía. Además, cantan a capela en algunas canciones. Les fue muy bien con el primer disco. Fue nominado número uno de música clásica durante seis semanas por la revista musical Billboard. En mayo, las monjas benedictinas lanzaron su segundo álbum, titulado “Ángeles y Santos del Éfeso”. Se trata de un homenaje a varias figuras santas, como la Virgen, san José y san Francisco Javier; también esperan tener mucho éxito. MADRE CECILIA, la priora, dice que “La gente encontrará muchas similitudes entre nuevo CD, que se titula “Ángeles y Santos del Éfeso” y el antiguo “Adviento en Éfeso”. Es lo mejor de nosotras, cantamos a capela y ningún instrumento nos acompaña”. El álbum está producido por el productor, ganador de un premio Grammy, Christopher Alder, que afirmó que nunca imaginó que escucharía cantar a unas monjas. CHRISTOPHER ALDER, Productor, ganador de un premio Grammy, comentó “Sobre todo me sorprendió cómo cantaban. Estaba convencido de que la calidad de sus canciones era alta, pero hicieron que disfrutara con su música. ¡Nunca había estado con monjas benedictinas en medio de Estados Unidos!

P. Alfonso Saludamos al uan Montalvo y .J Hernández, PSantana Rivera al P. José

Sí a la vida, no a la muerte No. 227

Semana del 23 al 29 de junio de 2013

La experiencia de la vida es una elección Dentro del marco de la Jornada de la Evangelium Vitae (Evangelio de la Vida) que se celebra en Roma con motivo del Año de la Fe, el Papa Francisco animó a los fieles católicos a dar un profundo “sí” a la cultura de la vida, y un rotundo “no” a la cultura de la muerte.

“Digamos sí a la vida y no a la muerte, digamos sí a la libertad y no a la esclavitud de tantos ídolos de nuestro tiempo; en una palabra, digamos sí a Dios, que es amor, vida y libertad, y nunca defrauda”. El Santo Padre recordó que Jesús nos trae la vida de Dios, y el Espíritu Santo nos introduce y nos mantiene en la relación vital de verdaderos hijos de Dios. “Pero, con frecuencia -lo sabemos por experiencia - el hombre no elige la vida, no acoge el Evangelio de la vida, sino que se deja guiar por ideologías y lógicas que ponen obstáculos a la vida, que no la respetan, porque vienen dictadas por el egoísmo, el propio interés, el lucro, el poder, el placer, y no están dictadas por el amor, por la búsqueda del bien del otro”.

La persona que vive la experiencia de vida de Dios “se siente comprendida, amada, y responde con un gesto de amor, se deja tocar por la misericordia de Dios y obtiene el perdón, comienza una vida nueva. Dios el Viviente es misericordioso ¿están de acuerdo? ¡Digámoslo juntos: ¡Dios el Viviente es misericordioso!


JUNIO 23 DE 2013

Por Pacco Magaña

El nuevo nacimiento de Juan el Bautista “Entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan el Bautista” (Lc 7,28)

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os estamos preparando para vivir tiempos nuevos en la historia y con esto no me refiero a que precisamente sean tiempos mejores, lo que sí, es que los tiempos que se avecinan serán aun más desafiantes. El deterioro del planeta, la multiplicación de las ideologías, el ensanchamiento del relativismo moral, etc., son algunos factores entre otros, que pronostican un futuro dramático y retador para los que ahora son nuestros niños y adolescentes. Tal vez pudiéramos pensar que cada tiempo engendra a sus hijos y los capacita para vivir la época. Hoy cuando vemos a los niños maniobrando con eficacia un teléfono celular o una computadora, y cuando vemos que a temprana edad ya traen codificada tanta información, pareciera que es verdad que la época misma está adiestrando a sus hijos. Que serán capaces de abrirse a las innovaciones del mundo, no hay ninguna duda, pues las herramientas para ser competentes están al alcance de todos. Lo angustiante se da cuando constatamos que al hombre se le está abriendo al progreso del mundo, pero sin ponerlo en relación con los valores fundamentales. Esta semana la celebración del nacimiento de san Juan Bautista y la afirmación de Jesús que aparece en el Evangelio: “Entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan el Bautista” (Lc 7,28), nos hace pensar en la dignidad que una persona tiene al momento de venir al mundo. De ninguna manera debemos interpretar las palabras de Jesús como exageradas en la manera como exalta la dignidad de Juan el Bautista, sino que estas palabras son aplicables a cada ser humano, pues toda persona es superior al mundo material. Qué grande será la historia en el momento que a cada persona le diéramos la importancia que tiene y no terminemos reduciéndolo a producción y más producción. Qué felicidad en el mundo cuando a una creaturita se le recibe en su casa con la misma alegría que Isabel y Zacarías recibieron a Juan el Bautista. Pero… tomemos en cuenta que en el mundo hay millones y millones de niños que no son bien recibidos y lejos de ayudarlos a sentirse personas son explotados y marginados para que nunca crezcan. Que la fiesta del nacimiento del profeta que anunció la venida del Salvador, nos haga reflexionar en nuestra opción por ayudar más a los niños a ser felices no sólo en su niñez, sino preparándose a ser felices cuando sean los amos del mundo.

Fundado por el Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes

La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.

La verdadera puerta es Jesús

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n su homilía durante la misa celebrada la mañana del 22 de abril en la capilla del Domus Santa Marta, en la que estuvieron presentes personal de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de Radio Vaticana el Papa Francisco declaró: La verdadera puerta para entrar en el Reino de Dios es Jesús. Jesús aseguró que quien “no entra en el recinto de las ovejas por la puerta, no es el pastor”, sino que “es un ladrón o un bergante”. También en la comunidad cristiana hay gente así, que busca su propio beneficio y consciente, o inconscientemente, finge entrar por la puerta, pero son ladrones, porque roban la gloria a Jesús y buscan la suya propia, advirtió el Papa. Estas personas no han entrado por la puerta verdadera. La puerta verdadera es Jesús y quien no entra por esa puerta se equivoca. ¿Cómo sabemos que la puerta verdadera es Jesús?, “Sé humilde, sé po-

bre, sé manso, sé justo. Cuando te propongan hacer algo diferente a lo propuesto en las Bienaventuranzas no hagas caso. La puerta es siempre Jesús y quien entra por esa puerta no se equivoca. Jesús no es sólo la puerta, es la senda, el camino. Hay muchos senderos; algunos parecen más ventajosos para llegar. Pero son engañosos, son falsos. El Papa pidió que pidamos hoy la gracia de llamar siempre a esa puerta. A veces tenemos problemas para llamar, pero no hay que ir en busca de otras que parecen más fáciles. La puerta es Jesús que no desilusiona, no engaña. Ha dado la vida por nosotros. Y cada uno tiene que decir: Tú que has dado la vida por mí, ábreme para que pueda entrar. Abre, Señor, que quiero entrar por “esta” puerta, no por “esa otra”.

Que vivan los niños

El Papa hoy

VATICANO/ (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco pidió a la Comunidad Internacional que se tomen medidas para enfrentar la “auténtica plaga” del trabajo infantil, en el marco de la celebración del Día Mundial contra el trabajo Infantil.

El Santo Padre señaló que “son millones los menores, sobre todo niñas, víctimas de esta forma oculta de explotación que conlleva a menudo también abusos, maltrato y discriminación. ¡Es una verdadera esclavitud!”.

“Todos los niños tienen que poder jugar, estudiar, rezar y crecer en su propia familia, en un ambiente armonioso, de amor y de serenidad. Es su derecho y nuestro deber. ¡Ay , del que sofoca en ellos el impulso gozoso de la esperanza!”, advirtió.


Concilio Vaticano II

Los consejos evangélicos

JUNIO 23 DE 2013

¡No tengan miedo!

Jóvenes estudiantes acérquense al Señor en estas vacaciones!

Por P. Juan José Torres Galván

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a castidad por el Reino de los Cielos, observada por los religiosos y religiosas debe ser estimada como un singular don de la gracia, como un signo maravilloso de la íntima comunión con Dios que el género humano tendrá en la vida futura. Es necesario que los religiosos pongan su confianza en el auxilio divino y practiquen la mortificación y la guarda de los sentidos. No omitan tampoco los medios naturales, que favorecen la salud del alma y del cuerpo. Tengan además presente, de manera especial los Superiores, que habrá mayor seguridad en la guarda de la castidad cuando reine en la vida común un verdadero amor fraterno. Para admitir a los candidatos a la profesión religiosa, éstos han de dar pruebas de haber logrado la debida madurez psicológica y afectiva. La pobreza voluntaria, abrazada por el seguimiento de Cristo, constituye, principalmente hoy, un signo propio de la vida religiosa que es digno de toda estimación. No basta con someterse a los Superiores en el uso de los bienes, es necesario que los religiosos sean pobres en la realidad y en el espíritu. Cada religioso en su oficio, considérese sometido a la ley común del trabajo, procurando su sustento y las obras de apostolado, pero al mismo tiempo desechando toda solicitud exagerada y abandonándose a la Providencia del Padre. Los mismos institutos esfuércense en dar testimonio colectivo de pobreza y contribuyan gustosamente con sus bienes a las demás necesidades de la Iglesia y al sustento de los pobres. Las Provincias y las Casas de los Institutos compartan entre sí los bienes materiales, de manera que las que más tengan presten ayuda a las que padecen necesidad. Los Institutos tienen derecho a poseer todo lo necesario para su vida temporal y para sus obras, evitando toda apariencia de lujo, de lucro excesivo y de acumulación de bienes. La obediencia, contenida en la profesión de votos, hace posible que los religiosos ofrezcan a Dios como sacrificio y consagración su propia voluntad, uniéndose de manera constante y segura a la voluntad salvífica de Dios. Los religiosos, movidos por el Espíritu Santo, se someten en la fe a los Superiores y mediante ellos sirven a todos los hermanos en Cristo, como el mismo Cristo, por su sumisión al Padre, sirvió a los hermanos y dio su vida por la redención de muchos. Los súbditos, en espíritu de fe y de amor a la voluntad de Dios, presten humilde obediencia a los superiores, uniendo su inteligencia y voluntad a los dones de la naturaleza y gracia en el desempeño de los oficios que les sean encomendados. Los superiores deben ejercer su autoridad en espíritu de servicio para con sus hermanos, manifestándoles en todo el amor que Dios les tiene. Déjenles la debida libertad por lo que se refiere al sacramento de la Penitencia y a la dirección de conciencia. Los Capítulos y Consejos cumplan fielmente la función que se les ha encomendado, realizando en sus actos de gobierno, la solicitud de los miembros a favor de toda la comunidad. Ha de mantenerse la vida común en la oración y en la comunión del mismo espíritu. Los religiosos han de procurar en el trato fraterno muestras de mutuo respeto, llevando unos las cargas de los otros. La caridad es la plenitud de la ley y vínculo de perfección. Recuerden que la unidad de los hermanos manifiesta la obra de Cristo y es fuente de una gran fuerza apostólica. Referencia de lectura: Perfectae Caritatis 12-15

Querida Iglesia potosina: Les saludo deseando que la alegría y la paz del Señor estén siempre con todos ustedes. Al iniciar el período vacacional, quiero dirigirme, especialmente a los jóvenes para invitarles a vivir este tiempo en plenitud, propiciando una mayor cercanía al Señor Jesús y a la convivencia familiar que son las bases para que sean grandes estudiantes y profesionistas el día de mañana. El pasado 7 de junio el Santo Padre Francisco preguntaba a los jóvenes estudiantes reunidos en Italia: ¿Por qué van a la escuela? Probablemente habría muchas respuestas según la sensibilidad de cada uno. Hizo gran hincapié en que la escuela es uno de los ambientes educativos en los que se crece para aprender a vivir, para llegar a ser hombres y mujeres adultos y maduros, capaces de caminar, de recorrer el camino de la vida. ¿Cómo les ayuda la escuela a crecer? Principalmente debe ayudarles no solo en el desarrollo de su inteligencia, sino con una formación integral. Siguiendo la enseñanza de san Ignacio les invitaba a descubrir que el elemento principal en la escuela debe ser el aprender a ser magnánimos. La magnanimidad: esta virtud del grande y del pequeño que nos hace mirar siempre al horizonte. Entonces ser magnánimo significa tener el corazón grande, tener grandeza de ánimo, quiere decir tener grandes ideales, el deseo de realizar grandes cosas para responder a lo que Dios nos pide, y precisamente por esto realizar bien las cosas de cada día, todas las acciones cotidianas, las obligaciones, los encuentros con las personas; hacer las cosas pequeñas de cada día con un corazón grande abierto a Dios y a los demás. Es importante entonces cuidar la formación humana que tiene como fin la magnanimidad. La escuela no debe ampliar sólo su dimensión intelectual, sino también la espiritual y humana. Debe enseñarles a desarrollar las virtudes humanas: la lealtad, el respeto, la fidelidad, el compromiso. Hizo resaltar dos valores fundamentales: la libertad y el servicio. Ante todo: sean personas libres. Tal vez se piensa que la libertad es hacer todo aquello que se quiere; o bien arriesgarse en experiencias-límite para probar la exaltación y vencer el aburrimiento. Esto no es la libertad.

Libertad quiere decir saber reflexionar acerca de lo que hacemos, saber valorar lo que está bien y lo que está mal, los comportamientos que nos hacen crecer; quiere decir elegir siempre el bien. Nosotros somos libres para el bien. Y en esto no tengan miedo de ir contracorriente, incluso si no es fácil. Ser libres para elegir siempre el bien es fatigoso, pero los hará personas rectas, que saben afrontar la vida, personas con valentía y paciencia. La segunda palabra es servicio. En sus escuelas participan en varias actividades que los habitúan a no encerrarse en ustedes mismos o en su pequeño mundo, sino a abrirse a los demás, especialmente a aquellos que les demandan mayor atención: los más pobres y necesitados, a trabajar por mejorar el mundo en el que vivimos. Sean hombres y mujeres con los demás y para los demás, verdaderos modelos en el servicio a los demás a ejemplo del Señor Jesús que no vino a ser servido sino a servir. Por eso ahora que estarán de vacaciones, busquen, en primer lugar, esos momentos de encuentro personal con el Señor, no se dejen vencer por la desidia que los aleja de las cosas de Dios, acérquense a los grupos apostólicos juveniles de su parroquia y enrólense en sus actividades de servicio, principalmente en aquellas que van directamente a servir a los más pobres que necesitan de su fuerza y juventud para recuperar la fe y la esperanza. Este tiempo de vacaciones también es una oportunidad para estar con su familia, disfrútenla, propicien el diálogo constructivo que lo una más cada día; no tengan miedo de interesarse por las dificultades por las que atraviesan sus papás y que muchas veces ustedes viven ajenos a ellas. Amen a sus padres y sean muy agradecidos por el gran esfuerzo que ellos hacen porque ustedes sean personas de bien; por sus grandes sacrificios por hacer rendir el gasto diario para que a ustedes no les falte lo necesario para su buena educación. Es hora de decirles muchas gracias y de saber corresponder con generosidad y ayuda en las actividades cotidianas del hogar. Queridos jóvenes les abrazo y les bendigo de corazón.

¡Felices vacaciones!

+ Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


Nuestra historia

La vida monástica en la edad media

Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortiz

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os orígenes del monacato se sitúan en el siglo III en el Mediterráneo Oriental, donde, partiendo de la necesidad de un mayor compromiso religioso, numerosos eremitas y anacoretas decidieron llevar una vida ascética en solitario, siguiendo el modelo de santos como el profeta Elías o san Juan. Sin embargo, también se desarrollaron formas de vida religiosa en comunidad; fue el caso de los cenobitas, que querían imitar a los apóstoles. En Occidente, resulta difícil hablar de una homogeneidad monástica, ya que cada centro era independiente de los demás, aunque los objetivos de la orden fuesen comunes. Las reglas monásticas más antiguas fueron redactadas por san Agustín (354-430); en ellas reguló las horas canónicas y dispuso las obligaciones de los monjes respecto al orden teológico y moral. Consiguió, ya en el siglo IV, que más de veinte monasterios africanos las practicaran, lo que contribuyó al conocimiento de la regla en Europa. Desgraciadamente no se conserva ningún resto de los primitivos monasterios africanos, por lo que desconocemos cómo fueron las construcciones que acogieron a estos primeros monjes. Durante los siglos V a VIII, en Europa destacaron dos corrientes monásticas: los monjes celtas irlandeses, comunitarios y fuertemente ascéticos, y los que seguían la regla de san Benito de Nursia. Las órdenes irlandesas estaban muy relacionadas con las reglas monásticas orientales; san Columbano, en el siglo VI, fue su principal impulsor. Fue un rígido monje que exigía a sus comunidades que vivieran con descanso y alimentación mínimos, sometiendo sus cuerpos a terribles castigos para evitar la sensualidad. Este ascetismo y mortificación de la carne impulsaba a los monjes a buscar refugio en lugares inhóspitos, donde su existencia resultara aún más extrema. Se conserva una descripción del monasterio más importante fundado por san Columbano, en la isla de Ona. Se trataba de una pequeña aldea, rodeada de un rudimentario muro más o menos circular, en la cual los monjes habitaban en doce minúsculas celdas de madera y tierra prensada; en el centro, una celda algo mayor era ocupada por el abad. Al parecer, todos los monasterios de esta orden siguieron el mismo esquema, con iglesias muy pequeñas y oscuras ubicadas en una posición central. Estaban construidos con materiales muy pobres, piedras sin labrar o un entretejido de ramas y cañas. Sin embargo, pese a esta pobreza, en estos monasterios se desarrolló un maravilloso arte ornamental, fundamentalmente orfebrería e iluminación de manuscritos. Los monjes dieron a la Iglesia un contingente de

Lo que Dios ha unido, que no lo separe el “ego”

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Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

o hay que buscar culpables de la propia desgracia, ésta es el resultado de una mala decisión. Los más grandes daños que hemos padecido son la consecuencia de nuestra cerrazón, y del propio egoísmo. El hombre se ha convertido en esclavo de sí mismo. Y por eso, es urgente clamar al cielo pidiendo a Dios que nos libre de nuestros egoísmos. No cabe duda que el “ego” es autodestructivo. El hombre que solo piensa en sí mismo, acaba arruinando su vida y la ajena. Alguien dijo, que cuando el hombre no pone a Dios como centro de su vida, él se pone en el centro; más aún “fuera de Dios, todo es ego”. La persona que no se centra en Dios, acaba por centrarse en sí misma, y termina por ser un “egocéntrico”.

misioneros de primera clase para la conversión de Europa. No solamente predicaban los evangelios, sino que rellenaban pantanos, fundaban escuelas, experimentaban con nuevas técnicas agrícolas y construían monasterios alrededor de los cuales crecían ciudades pequeñas como la de York o grandes como la de París. En los “scriptoriums” (el término monástico equivalente a bibliotecas de investigación), escribieron copias perdurables de los libros griegos y romanos, conservando esta herencia del saber para todos nosotros. Hicieron todo esto convencidos de que la voluntad del Espíritu de Dios era la civilización del mundo. San Benito fue el padre de los monjes de Occidente. Fundó su primer monasterio, Monte Casino, a mediados del siglo VI. La Regla de san Benito fue y sigue siendo una guía monástica hasta hoy. En el mundo medieval, los monasterios hacían la función de «ciudades de Dios», al igual que las villas, los pueblos y las aldeas eran las ciudades de los hombres. Eran microcosmos en los que los hombres y mujeres allí reunidos se entregaban al trabajo y la oración; en un mundo oscuro y bárbaro fueron los que preservaron la cultura clásica para los siglos venideros. Nomenclaturas: Monje: procede de monachos, “solitario”; en su origen, el monasterio es la residencia de un monje. Eremita: procede de éremos, desierto, y significa aquel que vive en el desierto apartado de los hombres. Anacoreta: procede de anachorein, retirarse, “irse al monte”, y significa aquel que ha abandonado el mundo, la palabra es casi sinónima de eremita. Cenobita: procede de koinós bios, vida en común, y significa aquel que lleva una vida común organizada. Así el monacato acabó por designar el estado de vida de todos aquellos que abandonaban el mundo para entregarse totalmente a Dios plenamente. El monacato adquiere entonces dos formas principales: la vida solitaria (anacoretismo o eremitismo) y la vida en común (cenobitismo).

El hombre que vive centrado en su propio yo, comete muchos errores, por que no ve las cosas más allá de si mismo. El egocéntrico no es inteligente, si acaso es astuto, pero no inteligente. El astuto es el que sabe como salirse con la suya en el momento, pero al final termina enredado en la trampa de su propia astucia. El egocéntrico no tiene la capacidad de pensar más allá del instante, y a la larga acaba perdiendo. El hombre que solo vive para sí mismo, no sabe tomar buenas decisiones, porque al hacer una opción tiene una perspectiva demasiado estrecha, que solo se reduce a su propio yo; no alcanza a mirar el pensar y el sentir de los que le rodean, y por eso esta lleno de equivocaciones. El egoísta padece miopía, es decir, no puede ver de lejos; solo sabe mirar lo que le conviene, y ni siquiera a largo plazo, porque solo vive para el instante. El egocéntrico solo quiere vivir el momento, porque el futuro le es incierto, y su soberbia le impide confiar en un más allá. El “ego” es ciego. Y alguien que no ve, solo da manotazos. El egocéntrico se dedica a separar lo que Dios va uniendo. Existen familias, grupos sociales y matrimonios que viven en la discordia, porque se han contaminado por el ego. El pecado humano es una ruptura, es discordia porque no hay unión de corazones; si acaso lo que existe, es un agregado de islas egocéntricas juntas por un interés personal y no de comunidad. En una sociedad dominada por el “ego” existen grupos humanos que solamente están juntos, pero no viven unidos. La salvación de la humanidad, del matrimonio y la familia, solo se alcanza cuando el hombre se dispone a luchar contra si mismo. El enemigo más peligroso no se encuentra afuera; habita en el interior de uno mismo y su nombre es el “ego” es decir, el yo. Por eso, hay que levantar la mirada hacia Dios, y pedirle que nos libere de nuestro ego.


05

Dime de qué presumes... a propósito de lo que tenemos y utilizamos poco

H

Por P. Kino

ace unos días tuve que ir a hacer un trámite aclaratorio a una compañía que por obvias razones no digo nombre. El tiempo de espera fue un poco largo, y eso que mi turno era el número cinco. Observe que había cinco oficinas de servicio al cliente, así que ingenuamente pensé que no me iba a tardar, y oh, sorpresa, cinco oficinas pero solo una dependienta, y me dije a mi mismo: “mi mismo, ¿Para qué quieren oficinas, si no van a poner quien atienda?” Y comencé a pensar que lo mismo sucede en bancos, diez cajas de servicio y solo dos o tres cajeros funcionando. Igualmente en tiendas comerciales, muchas cajas, pocos trabajadores en ellas. En el campo de la tecnología, mucho celular con lo último conocido en telefonía pero ¿de qué me sirve si no lo sé usar en su totalidad? En el ámbito de la Iglesia podemos correr el mismo peligro.

Templos con confesionarios hermosos, y sin nadie que confiese. Notarias muy pipiris nice, pero cerradas en horas

que deberían estar abiertas, pues se les hace tarde para abrir, pero eso sí, cerrando puntuales, porque es tiempo extra y ese no se paga.

Como sacerdote puedo presumir que tengo un porta óleo para los enfermos que perteneció a monseñor Fulano de Tal, pero de qué me sirve si cómo batallan para que vaya a ver un enfermito, y si voy, a lo mejor hasta de mala gana.

Baños que hasta dan ganas de no ensuciarlos por la brillantez que tienen, pero cerrados, y los pobres feligreses buscando un lugar donde ir despistadamente a realizar lo que usted y yo querido lector estamos pensando… ya de perdis consiguiendo alguna bolsita de papas familiares, o botella de dos litros de refresco conocido o como último recurso alguna llanta de carro. No se trata de quitar cajas de servicio, sino de poner cajeros que atiendan; no se trata de desaparecer confesionarios, sino de darles el uso por el cual se pusieron ahí; no se trata de no tener notarías dignas, sino de ofrecer un agradable servicio; no se trata de no tener el porta óleos de Fulano, sino de darle uso digno a ese objeto al encontrarme con mejor carácter con un hermano enfermo; no se trata de no tener baños limpios o de no cuidarlos, sino de buscar la forma de que al mismo tiempo que se cuidan, den un servicio a aquel que lo necesita, antes de que sea demasiado tarde y en lugar de pedirte el baño, te pida el trapeador.

Las normas religiosas Por Pbro. Lic. Héctor Colunga colunga46561@hotmail.com

Muy estimados lectores: Unos estudiantes fueron a buscarme para preguntarme sobre las normas religiosas y cómo influían éstas en nuestra conducta diaria, además de otra serie de preguntas, que a continuación les comparto. Me llamó la atención el título de la tarea y les pregunté si estaban estudiando derecho y dijeron que no, pero que su maestro les insiste que dentro de su profesión y siempre, deben de ponerlas en práctica. La primera pregunta que me hicieron fue: cómo se origina la religión y les respondí que por el hecho de su misma naturaleza humana, el hombre tiende a la búsqueda de un ser supremo. En cuanto a la religión Judía, Dios se revela a su pueblo y manifiesta las normas de conducta que se han de observar, por ejemplo los 10 mandamientos, así como diferentes normas que existen en la Biblia y tomadas como Palabra de Dios. A partir de Jesucristo, se da perfección a la Ley y se nos da un mandamiento nuevo, el del amor, es decir, la caridad plena y total que implica perdón, ayuda, tolerancia, etc. Me preguntaron también cuantas religiones hay en el mundo; les dije que son cinco: las cuales son: Hinduismo, Budismo, Judaísmo, Cristianismo e Islamismo. Después entramos en materia con el tema que nos ocupa: ¿Qué es una norma religiosa? Les expongo que son las que determinan los actos a realizar o a evitar como reconocimiento de la persona a un Ser Absoluto, personal y trascendente. La dimensión religiosa es un elemento propio de la naturaleza humana, como lo atestiguan la historia y la etnología. Por eso las constituciones de todos los países defienden la libertad de religión y de culto. En todas las religiones hay preceptos y estos surgen por mandato del mismo Dios, como los diez mandamientos. Y en algunos casos, en la misma cúpula de la religión se crean las normas para el mismo culto y prácticas penitenciales. La violación de las normas religiosas lleva consigo sanción interna. Las normas son creadas para regular la actividad externa de la persona, y para evitar conflictos con otras personas. Las normas se dan a conocer mediante los decretos, mandatos, catecismos, doctrinas, etc., para regular nuestro comportamiento en determinadas circunstancias de la vida. ¿Han cambiado las normas? Algunas sí y otras no han cambiado y se mantienen. Las que sí, por ejemplo la forma de vestir, de hablar, de ir a un concierto o a un sepelio. Las que no, y se deben de mantener: el respeto, la honestidad, la justicia. Espero que pongamos en práctica las normas religiosas para ser mejores cada día. Hasta la próxima.


La fe trinitaria, vida de la Iglesia Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz

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la Porta Fidei, nos recuerda como para estar en comunión con Dios, es necesaria la fe, que empieza con el bautismo realizado en la Iglesia: «La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Profesar la fe en la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo– equivale a creer en un solo Dios que es Amor (cf. 1 Jn 4, 8): el Padre, que en la plenitud de los tiempos envió a su Hijo para nuestra salvación; Jesucristo, que en el misterio de su muerte y resurrección redimió al mundo; el Espíritu Santo, que guía a la Iglesia a través de los siglos en la espera del retorno glorioso del Señor.

Hagámonos de palabras

¡Cómo que en el escritorio!

P

Por Luis Ricardo Guerrero Romero gromeroluisricardo@gmail.com

ara arquitectos, constructores de columnas, para creadores de las letras, constructores de lo verosímil y para muchos más: diseñadores, dibujantes, caricaturistas, investigadores, científicos. Resulta imprescindible esa mesita fiel compañera del desvelo, la que se corona de libros regados encima de ella, hojarascas en el campo siempre primavera; esa mesita, dichoso escritorio. No sabríamos que hubiese sido de Flavio Josefo, sin su escritorio, ¿dónde se habría apoyado para escribir sus siete libros? −Me refiero a su obra De bello iudaico, o De bello judaico− o qué denominación se le pondría a la computadora que no es portátil: la de escritorio, le llamaríamos computadora importátil. Importante fue el hallazgo de un escritorio, pero se necesitó un escritor, un amanuense para que factum escritorio, o factum scriptorium.

Aunque, debemos saber que en el latín escritorio es propiamente: scrinium, no obstante perduró la forma scriptorium ˃escriptorium ˃escritorio (primero aparece la prótesis, luego la elisión, antes de todo eso apareció el mueble escritorio). Scrinium era un cofrecito, un mueble guarda papeles, hoy en día aún existen escritorios que nos sirven de despensa de papeles varios. El scriptorium era el lugar donde encuadernaban los monjes los libros que iban elaborando, los amanuenses tenían un banco y una mesa para apoyar e ir decorando el libro o escribiéndolo, había quien no usaba banco sino la mesa −ya prófugamente escritorio− trabajando de pie. Amanuense y scriptorium oráculo del escritor y escritorio. “Escribo porque creo en milagros” decía Juan José Arreola. Supongo que el escritorio es un mueble que no pasará de moda ni modo jamás, sigue siendo parcialmente igual desde siglos, aunque hay un misterio en la pantalla de mi computadora que al mandar guardar la opción “escritorio” a-parece.

El dogma de la Santísima Trinidad es quizá el misterio más desconocido y poco comprendido por la mayoría de los católicos, y sin embargo es el que le da fundamento a toda nuestra fe. Este artículo brevemente, nos explicara como la Iglesia nace y se fortalece de dicha fe trinitaria. La verdad revelada de la Santa Trinidad ha estado desde los orígenes en la raíz de la fe viva de la Iglesia, principalmente en el acto del bautismo. Encuentra su expresión en la regla de la fe bautismal, formulada en la predicación, la catequesis y la oración de la Iglesia. Estas formulaciones se encuentran ya en los escritos apostólicos, como este saludo recogido en la liturgia eucarística: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Co 13,13; Cf. 1 Cor 12,4-6; Ef 4,4-6). (CEC 249). La Iglesia, sin embargo, no puede llevar adelante por sí misma tal misión: toda su actividad necesita intrínsecamente la comunión con Cristo, Cabeza de su Cuerpo. Ella, indisolublemente unida a su Señor, de Él mismo recibe constantemente el influjo de gracia y de verdad, de guía y de apoyo, para que pueda ser para todos y cada uno « el signo e instrumento de la íntima unión del hombre con Dios y de la unidad de todo el género humano ». El fin último de toda la economía divina es la entrada de las criaturas en la unidad perfecta de la Bienaventurada Trinidad (Cf. Jn 17,21-23). Pero desde ahora somos llamados a ser habitados por la Santísima Trinidad: “Si alguno me ama -dice el Señor - guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él” (Jn 14,23). (CEC 260). Una larga historia afirma que la Iglesia es la genuina manifestación y la verdadera imagen de la Trinidad. En san Cipriano (258) se encuentra ya la afirmación de que la Iglesia es el Pueblo de Dios, el pueblo unido por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, palabras que fueron recogidas por el CVII (LG 4). Con anterioridad había escrito Tertuliano (150-220): “donde están tres, el Padre, el Hijo, y el Espíritu, está también la Iglesia”. El Pueblo elegido de Dios es, por tanto, uno…, los miembros tienen la misma dignidad…, la misma gracia, una misma fe, un amor sin divisiones… Aunque algunos por voluntad de Cristo, sean maestros, administradores de los misterios y pastores de los demás (LG 32). Como imagen de la Trinidad, la Iglesia tiene que ser también una unidad pericorética, es decir una comunión en la que cada individuo encuentre su peculiaridad (su vocación especial), en la conexión de la communio eclesial.

El santo de hoy

Santa Mártir Agripina

La santa Mártir Agripina, era por nacimiento una romana. Ella no deseaba el matrimonio, y totalmente dedicó su vida a Dios. Durante el tiempo de la persecución contra a los cristianos bajo el emperador Valeriano (253-259) la santa se presentó ante el tribunal y confesó valientemente su fe en Cristo, por la que fue sometida a la tortura. Golpearon con palos la santa virgen con tanta crueldad que sus huesos se rompieron. Después pusieron a santa Agripina en cadenas, pero un ángel le liberó de sus lazos. La santa confesora murió a causa de las torturas que padeció. Los cristianos Bassa, Paula y Agathonike tomaron secretamente el cuerpo de la santa mártir y lo transportaron a Sicilia, donde ocurrieron muchos milagros en su tumba. En el siglo XI las reliquias de la santa mártir Agripina fueron trasladadas a Constantinopla.


Paz

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Por: Luis Marino Moreno Flores

Teología para un nuevo milenio Walter Wink

Buenos aires, lumen, 2005, 184 páginas

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l nuevo milenio ha comenzado, y con él, la búsqueda de Dios y del sentido de la vida toma fuerza en un mundo que no ha encontrado la senda de la paz. Las antiguas categorías, las imágenes y el lenguaje tradicional ya no logran elocuencia frente a nuestras experiencias cotidianas.

CIUDAD DEL VATICANO.- En una carta firmada con fecha del 15 de junio, el Papa Francisco escribió a los líderes del G8, los países más poderosos del mundo, recordándoles que el objetivo de la economía y la política “es precisamente el servicio a la humanidad, empezando por los más pobres y más vulnerables, estén donde estén, incluso si es en el vientre de su madre”.

Walter Wink, renombrado teólogo y biblista, reformula los conceptos tradicionales (Dios y el diablo, ángeles y demonios, principados y potestades) a la luz de lo que sabemos hoy del mundo y de nosotros mismos, tomando como punto de partida el Evangelio de Jesús y su propuesta de una paz activa, vital y comprometida. Esta teología para el nuevo milenio nos invita a ir más allá, para alcanzar una nueva manera de comprender a Dios y una nueva forma de vivir en el mundo “Este libro de Walter Wink es brillante e importante. Debemos tomar en serio su idea de que la violencia nunca es redentora. Walter Wink nos da realmente una nueva teología para un nuevo milenio y, si queremos continuar durante otros mil años más, debemos comprenderlo. Este no es un libro de fatalidad, sino de maravillosa esperanza” son los juicios de Madeleine L’Engle WALTER WINK

Iglesia Universal

Es profesor de Interpretación Bíblica en el Seminario Teológico de Nueva York. Anteriormente se desempeñó como ministro parroquial y enseñó en el Seminario Teológico de Nueva York. De 1989 a 1990 fue nombrado peace fellow del Instituto de la Paz de EE.UU. Es autor de numerosos libros y viaje frecuentemente conduciendo talleres y retiros. Participa activamente en movimientos a favor de los derechos civiles y lucha contra el apartheid en Sudáfrica.

Para leer bien, y escribir mejor

CIUDAD DEL VATICANO.- «Caminemos hacia la unidad, unidos fraternalmente en la caridad». Fue la invitación que el Papa Francisco hizo a Justin Welby, arzobispo de Canterbury y primado de la Comunión anglicana, a quien recibió el viernes 14 de junio por la mañana. En su discurso el Papa Francisco no olvidó reconocer que «la historia de las relaciones entre la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia de Roma es larga y compleja, no exenta de momentos dolorosos». Sin embargo las últimas décadas «se caracterizaron por un camino de acercamiento y fraternidad –anotó–, por el que debemos sinceramente dar gracias a Dios». MADRID.- En la difícil situación de crisis que atraviesa España, cada vez más familias piden ayuda a Cáritas, tal como sucede en Madrid, donde el año pasado unas 121 980 personas fueron atendidas por la sede diocesana de esta organización caritativa de la Iglesia.

Iglesia de México MÉXICO.- Se ha llevado a cabo el PRIMER CONGRESO SACERDOTES POR LA VIDA: “LA NUEVA EVANGELIZACIÓN POR LA VIDA Y LA FAMILIA”. Los días 19, 20, 21 JUNIO 2013 en CASA LAGO DE LA CEM, EDO. MEX. Durante el encuentro, se hicieron algunas reflexiones particularmente aquellas que animen y motiven los aspectos en torno al cuidado de la vida. MÉXICO.- En el contexto de la celebración de los papás, el domingo pasado, el episcopado mexicano manifestó su reconocimiento en las tareas loables de todos los papás y jefes de familia, como diría el escritor español Juan Luis Vives: “Cuan gran riqueza es, aún entre los pobres, el ser hijo de un buen padre”, y nada mejor que poner nuestros ojos en la Sagrada Escritura para contemplar, en la persona de José, la imagen de un buen padre que guía con fidelidad el camino a la tierra prometida: “yo y mi casa serviremos a Yahvé”… (Jos 24, 15).

Iglesia Potosina SAN LUIS POTOSÍ.- El señor arzobispo emérito Don Arturo Antonio Zymanski, en días pasados celebró su aniversario episcopal 53. Quien fuera el onceavo obispo y primer arzobispo de nuestra Iglesia potosina, fue ordenado sacerdote el 22 de marzo de 1947 y consagrado obispo el 21 de junio de 1960. Don Arturo, quien permanece en la ciudad episcopal potosina, gusta de convivir con el presbiterio potosino, así como participar activamente en los acontecimientos que se llevan a cabo en episcopado mexicano. Felicitamos a don Arturo, que Dios le siga bendiciendo. SAN LUIS POTOSÍ.- Hace tres años, el 22 de junio, con la presencia del Nuncio Apostólico Christophe Pierre, se bendijeron las instalaciones de la Casa San Pablo. Éste espacio, dedicado a los sacerdotes enfermos y ancianos del presbiterio potosino, está ubicado en los terrenos del Seminario, en la calle que lleva el mismo nombre. Buena ocasión para tener en nuestra oración a los sacerdotes enfermos y ancianos de manera muy especial encomendemos al padre Juan Francisco Montoya.


Tribilín al volante Por Ignacio Algara C.

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o vayan a creer que esto tiene que ver con lo que seguido pasa en México cuando entran nuevos gobernantes, es más bien sobre el cambio de personalidad de un personaje ingenuo, sociable, tranquilo y amable, una vez que se sube a un coche y se pone tras el volante. Todo sucede en una famosa caricatura, en la que el personaje de Tribilín sufre una metamorfosis, que lo convierte de un pacífico vecino, a un agresivo conductor, que se enoja con los demás automovilistas, los insulta, reta y agrede. Su misma cara se altera, y sus gestos corporales se vuelven peligrosos, y en su manejar, va coleccionando animadversión y enemigos. De amigo, se convierte en competidor descarnado. Cuando por fin termina su viaje y deja el volante, regresa a su habitual estado tranquilo y carácter amistoso, olvidándose por completo del furioso estado de conductor. Una transformación parecida nos sucede a la mayoría. Basta con que entremos a alguna de las catedrales del consumo, que son los centros comerciales, o hasta los simples supermercados, para que nos cambie la cara.

Tu nombre es “Cristo”

18 Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con Él, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?». 19 Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado». 20 «Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?». Pedro, tomando la palabra, respondió: «Tú eres el Mesías de Dios». 21 Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie. 22 «El hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día». 23 Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. 24 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará (Lc 9,18-24). Para san Lucas no existe otro camino más relevante para lograr que la comunidad cristiana alcance solidez, si no es la oración. San Lucas retrata con mucha frecuencia a Jesús orando. Eso es lo primero que debe asimilar el lector de su Evangelio. Es lo primero que debe asumir el seguidor de Jesucristo. Somos seguidores de un Jesús orante. A san Lucas le interesa más la acción de Jesús que la geografía. Pues mientras que san Marcos ubica inmediatamente este diálogo de Jesús con sus discípulos en Cesarea de Filipo, para san Lucas la coordenada principal para situarlo es el diálogo de Jesús con el Padre, antes del diálogo con sus discípulos. “Un día en que Jesús oraba a solas”, al concluir, hace la pregunta a sus discípulos sobre quién es Él. La experiencia inmediata debió haberles empujado a decir: “Tú eres el orante de Dios”. La respuesta de Pedro: “Tú eres el Cristo de Dios”, con el tiempo se convirtió en el mismo nombre de Jesús: CRISTO. Este era el personaje más esperado. Lo esperaban los judíos, lo esperaban los samaritanos, lo esperaba toda expresión religiosa bíblica de la época. Cualquiera que haya sido el acento de la expectativa, todos sabían que el Cristo sería el enviado de Dios. San Lucas lo describe como la “visita” de Dios a su pueblo. El Cristo desafía a sus oyentes, los reta a seguirlo. No como el Cristo poderoso, sino como el cristo sufriente, rasgo único en este Evangelio. El seguimiento encuentra una novedad en el tercer evangelio, el de san Lucas, la novedad se expresa en un nota específica: seguir a Cristo “cada día”. “Tomar la cruz de cada día” implica la consolidación constante en el deseo y la realidad de ir tras Jesús, seguir los pasos del ungido de Dios.

Apenas entra uno a estos lugares y ponemos las manos en la barra de empuje del carrito, la personalidad se transfigura. La mirada se nos transforma, y si había algo de inteligente en nuestro porte, ahí lo perdemos irremediablemente todo. La boca se nos abre, los ojos pierden su control, y se van al infinito, las manos empiezan a sentir las texturas y presentaciones de cosas que hacía segundos ni pensábamos que hubiera, mucho menos que pensáramos necesitar o comprar. De gente lista, nos convertimos en títeres dispuestos a tener y coleccionar más cosas, a sacar rápido la tarjeta de crédito, y a empezar a pensar dónde pondremos nuestra última compra. El consumo parece ser adictivo, competitivo y generador de estatus. Como que queremos tener la experiencia de probar todo lo que se nos ofrece, si parece muy barato, o aun peor, si es muy caro y de una marca que indique exclusividad y prestigio. Queremos más de todo. Todo con exceso, nada con medida. Cuando salimos de ahí, nuestra personalidad parece regresar a la normalidad, principalmente cuando llegan los estados de cuenta. Recuperamos parte de la inteligencia y la solidez de la mirada que teníamos. Hasta podemos hacer cosas buenas y útiles, y hasta hacemos algunos propósitos de no dejarnos dominar por la moda, la apariencia, o la marca prestigiosa, o la competencia de tener lo que todos presumen tener. Pero, a la menor provocación, regresamos a la catedral, y seguimos el ritual de imponer las manos al carrito y de dejarnos llevar por esa fuerza, que a partir de ahí nos acompaña hasta que descargamos la mercancía. Hagan la prueba de verse en un espejo con el carrito delante de ustedes, o vean a sus compañeros consumidores. Enfóquense en la mirada, en la apertura de la boca, en la manera que uno se acerca a las mesitas donde te dan a probar algo. Háganse preguntas sobre lo que necesitaban y lo que compraron, sobre lo que es útil y lo que se llevaron por si algún día se ofrece. Para que no nos pase esto con tanta frecuencia, hay que recordar un famoso poema de Victor Hugo, en donde les va deseando a sus amigos lo mejor que cree de varias situaciones y cosas de lo que considera necesario. Cuando llega al tema del dinero, le dice al amigo: “Te deseo además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico, y que por lo menos una vez al año, pongas parte de ese dinero enfrente de ti, y digas: “esto es mío”, solo para que quede claro quien es el dueño de quien”. Si nuestro amigo Victor Hugo nos viera ahora, antes de entrar al centro comercial, nos podría decir: te deseo que consumas, que tengas cosas, porque son necesarias, pero por lo menos hoy, pon algo de lo que compres enfrente de ti y digas: “esto es mío”, sólo para que quede claro quien es el dueño de quien. Tal vez con esto pudiéramos librarnos de la metamorfosis que parece imponernos el consumo, como le pasa a Tribilín cuando está frente al volante.


Por LCC Angélica Maldonado Morales

Ordenación Diaconal de Alejandro Pérez Gómez, LG

“El Diácono es un servidor de Cristo y la comunidad”

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l lunes diez de Junio del 2013, recibió el Diaconado el joven Alejandro Pérez Gómez, de manos de nuestro Arzobispo, monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, quien en la Catedral lo ordenó Diácono, ungiéndole las palmas de sus manos e imponiendo las manos sobre su cabeza, no sin antes ser presentado por el Padre Superior de los Legionarios de Cristo y de postrarse rostro en tierra como símbolo de humildad y sumisión a su Iglesia. El Señor Arzobispo, instó al joven, “Nunca olvides ejercitarte en la oración, recuerda que estás llamado a servir en el nombre de Dios, y ama a tu Iglesia sin condiciones ni límites” .

Nuevo sacristán mayor para la S.I. Catedral Metropolitana Potosina Bienvenida a monseñor Antonio Torres Herrera

Peregrinación interdecanal a Catedral

¡Reavivemos y consolidemos nuestra fe en Cristo con alegría!

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os decanatos más entraron en peregrinación a la S.I. Catedral Metropolitana Potosina, el jueves 13 de junio del 2013, donde se dieron cita cientos de fieles para comprometerse a consolidar, reafirmar y renovar su fe. Los laicos comprometidos que entraron fueron de los Decanatos San Pío X y San Rafael Güizar y Valencia. El Sacerdote que presidió la concelebración Eucarística en Catedral, fue el padre Benjamín Moreno Aguirre, y quien predicó en esta ocasión, sobre la importancia de reavivar nuestra fe, fue el padre Héctor Villela Huerta, decano del decanato San Pío X. El Padre Francisco Correa Galván es el decano del decanato San Rafael Güizar y Valencia, quien junto con otros Sacerdotes Párrocos y Vicarios de las Parroquias que integran estos dos decanatos se unieron en oración. Por último el padre Abad Galván Ibarra, entregó a los Sacerdotes las lámparas de la fe a cada Señor Decano, como símbolo de la llama viva que debe ser nuestra fe. Las Parroquias que integran el Decanato San Rafael Güízar y Valencia son: Dulce Nombre de Jesús y San Antonio de Padua, en Ciudad Fernández. Nuestra Señora del Refugio, El Refugio; Nuestra Señora del Rosario, Ocampo; San Cristóbal, Ojo de Agua de Solano; San Diego de Alcalá, San Diego, Rioverde; Santa María de Guadalupe y Santuario del Niño de la Salud, Atotonilco. Las Parroquia que integran el decanato San Pío X son: Nuestra Señora del Carmen, Puente del Carmen; Sagrada Familia, El Capulín; San Ciro de Alejandría, San Ciro de Acosta; San Joaquín y Santa Ana, Plazuela; Santa Catarina de Alejandría, Rioverde; Santa María Refugio de Pecadores, Cantera del Refugio y la Rectoría Santa Teresa del Niño Jesús (Cofradía).

Con la alegría del Espíritu, se reúnen jóvenes para recibir sus dones

en la parroquia de Beato Miguel Agustín Pro

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l miércoles 12 de junio del 2013, tomó posesión como sacristán mayor de la Catedral Metropolitana Potosina, monseñor Antonio Torres Herrera; quien fuera nuestro vicario general de la Arquidiócesis de San Luis, también será Presidente del Venerable Cabildo Catedralicio. Mientras que el padre Carlos Jorge García Noyola fue nombrado capellán auxiliar del sacristán mayor de la Iglesia Catedral. Ambos nombramientos los hizo nuestro arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero, quien por cierto, seguirá haciendo más cambios en la Arquidiócesis Potosina y quien se mostró siempre agradecido con el padre Darío Martín Torres Sánchez, ex-rector de la Catedral potosina, quien realizó un trabajo realmente excepcional en este arquitectónico recinto y quien es aún su secretario-canciller.

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n mayo, la comunidad parroquial de Beato Miguel Agustín Pro, convivieron jóvenes de la parroquia, quienes estuvieron motivados por el grupo juvenil parroquial, el cual a pesar de ser un grupo naciente mostró gran capacidad y entusiasmo. Motivados por el Espíritu Santo y bajo la guía espiritual de los sacerdotes Antonio García e Isidro Méndez, la comunidad pudo sentir al igual que los apóstoles en el cenáculo, los dones del Espíritu Santo.


Nuevos Nombramientos en Mons. Antonio Martínez Cano Vicario General

Pbro. Fernando Ovalle González Canciller

Pbro. José Antonio Torres Moreno Ecónomo Diocesano

Pbro. Marco Antonio Luna Aguilar Vicario Judicial

Pbro. José Luis Mora Sanjuanero Pastoral Juvenil

Pbro. Oswaldo Esquivel Castillo Auxiliar del Apoderado Legal

Cngo. Dr. Gilberto Amaya Martínez Pastoral de la Salud

Pbro. J. Armando Oliva Varela Sagrada Familia de Nazareth

Pbro. Darío Martín Torres Sánchez San Juan de Guadalupe

Pbro. Juan Rodríguez Rodríguez N.S. de la Asunción en Santa María del Río

Pbro. Manuel Rodríguez Villegas Nuestra Señora del Refugio

Pbro. David Grimaldo Cruz Sagrado Corazón de Jesús en La Mantequilla

Pbro. Rubén Pérez Ramos La Santa Cruz en Escalerillas

Pbro. Eusebio Rodríguez Torres Santo Domingo

Pbro. Domingo Tenorio Ortega San Diego de Alcalá

Pbro. Eduardo Díaz Espinosa Santa Cruz en Salitral de Carrera

Pbro. Jesús Omar Salazar Martínez San José en San José Alburquerque

Pbro. J. De Jesús Ramírez Cortés Señor de la Expiración en El Granjenal

Pbro. Efraín Moreno Aguirre Nuestra Señora de los Dolores en Morales

Pbro. Julián Jiménez Hernández San Martín de Porres

Pbro. Cesáreo Paulín Hernández Nuestra Señora de las Mercedes

Pbro. Fernando Ovalle González San Sebastián

Pbro. Ramón Gerardo Gtz. Morales San José en la Col. Reyitos

Pbro. Francisco Ortiz Ríos Nuestro Padre Jesús en la Col. las Piedras

Pbro. Leoncio Rivera Cabrera Nuestra Señora de las Tres Avemarías

Pbro. Felipe Gutiérrez Hernández Pbro. Héctor Colunga Rodríguez Inmaculada Concepción de María, Col. Himno El Sagrado Corazón de Jesús en la Col. Morelos

Pbro. Juan Genaro Ruiz Castellanos San Judas Tadeo en Colorines

Pbro. Apolonio Villa Garcés San Pablo y Santa María de Guadalupe


JUNIO 23 DE 2013

en la Iglesia Potosina Cngo. Mons. Antonio Torres Herrera Presidente del V. Cabildo y Sacristán Mayor

Pbro. Carlos Jorge García Noyola Capellán Auxiliar del Sacristán M.

Cngo. Álvaro Rivera de León San José en la U.H. Manuel J. Othón

Pbro. Francisco Salazar Valdéz Jesús Resucitado en Balcones del Valle

Pbro. José Juan Morales Trejo Seminario

Pbro. Luis Santiago Flores Lucio Seminario

Pbro. Gabino Medina Portales Santuario de San José

Cngo. J. Cruz Nicasio Torres Capellán de la Casa San Pablo

Pbro. J. De Jesús González Segura Nuestra Señora del Refugio

Pbro. Abad Galván Ibarra Nuestro Padre Jesús en Salinas

Pbro. Bernardo Méndez Carmona Nuestra Señora de la Soledad

Pbro. Juan Carlos García Padilla Nuestra Señora de la Soledad

Pbro. Pedro García Almendárez San José en Zaragoza

Pbro. Antonio Martínez San José en Villa Hidalgo

Pbro. José Eulogio Sánchez V. Santa Gertrudis

Pbro. Valentín Carbajal Méndez Sagrario Metropolitano de la I. Catedral

Pbro. Ricardo Cavazos Castro Basílica Menor de N.S. de Guadalupe

Pbro. Pedro Cristo Flores Reyes Inmaculada Concepción de María

Cngo. Ramón Méndez Ramírez San Pio X

Pbro. Miguel Domíngez Mejía N.S. de la Asunción en Santa María del Río

Pbro. J. Marcos Segura Martínez Basílica Menor de N.S. de Guadalupe

Pbro. Noé Francisco Estrada Hdz Santuario de San José

Pbro. Noé Trujillo N.S. de la Soledad

Pbro. Braulio Alvarez Torres Licenciatura en Derecho Canónico (PUG)

Pbro. Gerardo Román Picazo Gtz. Licenciatura en Patrología (Agustiniano)

Pbro. José Elías Rangel Salazar Licenciatura en Psicología (PUS)


Yo CREO...y vivo mi FE

CENTRO DE ESTUDIOS DE PROMOCIÓN SOCIAL CÁRITAS A.C. ÁLVARO OBREGÓN No. 626 SAN LUIS POTOSÍ SLP TELS. (444) 812-76-15 Y (444) 8-12-23-51

Objetivo: Cáritas es un organismo en asistencia y promoción humana que no persigue fines de lucro, atiende sin excepción a toda persona que demanda servicio, sobre todo a los menos favorecidos. Tiene 25 años brindando ininterrumpidamente un servicio humanitario en San Luis Potosí, SLP. Forma parte de la Federación Mexicana de Cáritas, y como tal, de la red de Caritas Internationalis presente en 154 países. La figura legal que ampara su servicio: Se rige por un Consejo de Administración. Visión de Cáritas: Ser una Institución capaz de influir en una sociedad justa e incluyente, a través de alternativas visibles y creativas. • Que sea reflejo del Reino de Dios, donde prevalezcan la justicia, la paz, la verdad, la libertad y la solidaridad. • En el que la dignidad de la persona humana, hecha a imagen de Dios, sea lo más importante. • Donde la esperanza sea accesible a todos. • Donde no exista exclusión, discriminación ni pobreza que deshumanicen. • Donde los bienes de la tierra sean utilizados a favor de la mayoría. • Donde se respete y se cuide lo creado. • Un mundo en el que todas las personas, sobre todo las más pobres y marginadas, estén habilitadas a llegar a plenitud de humanidad. Realiza su servicio mediante: 1. Voluntariado en las Cáritas Parroquiales 2. Servicios integrales 3. Programas como: • Casa de la Caridad Cristiana, • El Comedor de la Esperanza, • Techo Seguro, • Banco de Medicamentos, 4. Gestoría, 5. Promoción Humana.

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“Creo en el perdón de los pecados…” Por: P. Memo Gil

a habíamos comentado la semana pasada, que el artículo décimo del Credo lo dividiríamos. Así tomamos la primera parte que se refiere a la comunión de los santos y ofrecimos nuestra reflexión en la edición anterior de éste semanario. Entonces ahora, al retomar el artículo décimo de nuestra Profesión de Fe, lo hacemos en la segunda parte que enunciamos aquí como título de esta reflexión semanal. El Credo Niceno-Constantinopolitano (el más largo que normalmente decimos en Misa), expresa ésta verdad de fe de la siguiente manera: Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. El primero y principal sacramento para el perdón de los pecados es el Bautismo. Para los pecados cometidos después del Bautismo, Cristo instituyó el sacramento de la Reconciliación o Penitencia, por medio del cual los bautizados se reconcilian con Dios y con la Iglesia. De aquí que sea una realidad en nuestra vida cristiana el hecho de que no solo se es cristiano por el nacimiento en la fe gracias al Bautismo, sino también por el renacimiento que viene con la conversión. Y muchas veces es de ésta manera que se es cristiano más conscientemente, cuando se cambia el modo de vivir. Al confesar ésta verdad de fe en cuanto al perdón de los pecados, reconocemos en la Iglesia ese poder y ésta misión que ella tiene, porque el mismo Cristo se lo ha dado. Así nos lo refiere el evangelista San Juan, y además presenta ésta facultad de sus apóstoles como fruto de la Resurrección: “Sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados, les quedarán perdonados, y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar” (Jn 20,22-23). Entendemos de ésta manera, es cómo Dios ofrece siempre a la humanidad la posibilidad de ser transformados en creaturas nuevas. Ya que la regeneración espiri-

tual de una persona sólo puede ser obra de Dios. Por eso, se cuenta en la Iglesia con ésta “medicina” que tiene el poder de sanar interiormente por la acción del Espíritu Santo. Así Dios ofrece a todos los hombres y mujeres que lo deseen, el perdón de los pecados gracias al Espíritu Santo. Es el Espíritu quien con su gracia nos comunica la salvación que Jesucristo nos ha alcanzado. Y además, entendemos de ésta manera que la misma Iglesia, por un deseo expreso de Jesucristo, es sacramento universal del perdón y la reconciliación. Entonces, mediante el ministerio de los sacerdotes, la Iglesia puede realmente perdonar los pecados. De tal manera opera la gracia, a través del instrumento que es el sacerdote, que en la absolución se concede al pecador el perdón de Dios y la culpa queda borrada tan completamente como si nunca hubiera existido. No es, por lo tanto, el hombre que ha recibido el Sacramento del Orden quien perdona, sino el propio Jesús, una vez que le hace partícipe de su propio poder divino de perdonar los pecados. Esto solo se puede comprender desde la incondicionalidad de la gracia de Dios, que espera únicamente el arrepentimiento del pecador y la confesión de su pecado, para concederle nuevamente su Amor y su amistad. Esto fue lo que Jesús vino a realizar de parte del Padre. A veces se habla despectivamente de las personas que sufrían por consecuencia de su pecado y se acercaban a Jesús. Pero Él no vio la maldad o los vicios que los mantenían hundidos en su situación pecadora. Jesús el Señor, veía únicamente seres humanos que eran hijos de Dios, necesitados de Amor. Cuando se les revela a través de Él todo el Amor del Padre, son personas que experimentan un cambio radical en su vida. Como nos lo dice san Juan en su primera carta: “En esto consiste el Amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo, para la redención de nuestros pecados” (1Jn 4,10).


JUNIO 23 DE 2013

-S

i de veras me amas –dijo el joven a Dios en su plegaria nocturna-, déjame ver algo del futuro.

Se lo pidió una, se lo pidió dos, se lo pidió veinte veces. Entonces Dios, accediendo a su deseo, hizo verle un desierto cuyos contornos le eran vagamente familiares. -¡Qué desolación! –exclamó el muchacho, lleno de pesadumbre-. Y, sin embargo, este erial no me parece del todo desconocido. Creo haber estado aquí por lo menos una vez. ¿Cuándo? Aquel anuncio de lámina que se pudre al fondo, carcomido por el óxido, me recuerda algo, pero ¿qué exactamente? ¡Ah, ya! ¡Si no me equivoco, es el parque en el que jugaba de niño! ¿De modo que esto es lo que quedará de nuestro querido parque dentro de unos años? ¿Cuántos años? ¿Diez, veinte, treinta? Por más que el espectáculo del parque convertido en yermo lo impresionara grandemente, el joven pasó en seguida a otra cosa. En realidad, lo que quería ver era no algo del futuro, sino algo de su futuro. Cuatro años atrás le habían diagnosticado una enfermedad poco común –y además degenerativa-, y como estaba seguro de que moriría pronto (por lo menos así lo creía él), preguntar por su futuro era una manera bastante sutil de preguntar si lo tenía. -Ahora –volvió a pedir a Dios- hazme ver algo de mí. Muéstrame, por ejemplo, los libros que escribiré, o los edificios que levantaré, o los rostros de las personas que conoceré, o, quizá… En respuesta a su petición, Dios le mostró una fotografía de respetables dimensiones, algo así como la portada de una revista cuyo título no aparecía por ninguna parte; en ella, una joven bellísima sonreía deliciosamente a la cámara, mostrando una hilera de perfectos dientes.

Un sueño -¿Quién es esa joven tan hermosa? –preguntó el muchacho-. ¿Mi futura mujer? ¡Si así fuera, ¡lo feliz que sería! ¿De veras será mi esposa? ¿Cómo se llama? ¿En dónde se encuentra en este momento? ¿Dónde la veré por primera vez? ¿Ha nacido ya?

Ver aquel rostro bello lo llenó de una profunda tranquilidad. ¡Había futuro, había un futuro para él! No moriría a la edad en la que, sofocado por el pesimismo, agobiado por la enfermedad, había llegado a imaginarse. Insistió con vehemencia: -¿Quién es? -Tu hija; es la hija que he pensado para ti -respondió el Señor-. ¿Te gusta? - Es muy linda –dijo el joven agitando los brazos-. Gracias, Dios mío... -No tienes nada que agradecer –volvió a decir Dios-. Pero, ¿sabrás sacar partido de esto que te he hecho ver? En realidad, a nadie le concedo este tipo de favores… Ahora que sabía que no sólo no iba a morir joven, sino que además sería padre de una joven bellísima -una joven digna de figurar en las portadas de las revistas-, el muchacho se dio a la tarea de buscar una novia cuyos rasgos se asemejaran a los de la chica que había contemplado en su visión. Como su novia actual decididamente no los tenía, decidió cortar con ella y comenzar una relación nueva. En su búsqueda conoció a una joven un poco menor que él a la que ciertamente no amó como a la primera, pero cuya nariz se ajustaba al canon al que había propuesto atenerse. Sin embargo, pronto descubrió que si bien la nariz de la joven era la adecuada, no lo eran, en cambio, sus ojos, ni su mentón, ni la forma de su cabeza. Buscó otra. Esta última –llamada Alejandra- le gustó por sus cejas, pero al cabo de cierto tiempo le disgustó por su color, que era moreno, pues en la fotografía que Dios le había mostrado la chica ostentaba tonalidades más bien oscuras.

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Buscó otra joven, y luego otra más, pero al cabo de diez años aún no había encontrado a la muchacha ideal. Cuando pasaron veinte, el joven, que ya no lo era tanto, encontró por fin a una chica que se ajustaba perfectamente a sus requerimientos. Sólo que ya era demasiado viejo, y ésta le dijo que no a sus propuestas de noviazgo hasta con cierta energía, si no es que hasta con indignación: -¡Casi podría usted ser mi padre, señor! ¿Cómo se le ocurre que usted y yo...? Entonces el desesperado increpó a Dios diciéndole que lo había engañado, que no era verdad eso que le había hecho ver, que todo aquello no había sido más que una burla. -¿Y por qué creíste –le dijo Dios- que de la primera, la única que en verdad amaste, no iba a poder yo darte una hija como la que te hice ver? No te gustó su nariz, pero la nariz que querías iba a venir de tu abuela, a quien no llegaste a conocer, y no de la muchacha; el mentón que buscabas vendría de la mamá de ella, y las cejas pobladas de su bisabuela. ¿Por qué no te casaste con el amor de tu vida? ¡Qué pesadilla más extraña! ¿De cuando acá me daba por soñar estas cosas? Sin embargo, mientras me visto, me peino, me calzo y me lavo, lanzo un suspiro de satisfacción y doy a Dios las más sinceras gracias por habernos ocultado el futuro, por haberme ocultado mi futuro. ¡Seguro que por querer controlar cada detalle, mi vida sería un descontrol! Lo mejor es que sea Dios quien elija por mí: sólo así no se equivoca uno. Desde que soñé aquel raro sueño pido a Dios todos los días que me permita elegir sólo el color de mis camisas, el modelo de mis chamarras o los títulos de los libros que me hará bien leer; por lo que toca a las personas, le suplico encarecidamente que sea Él quien las elija, pues, de otra forma, yo lo echaría todo a perder.


Aires de libertad en olla de presión Por Lic. Ricardo García López

1a. Que se dividan las haciendas en cuatro clases y que en ellas se distribuyan proporcionalmente los trescientos cuarenta y ocho caballos de que consta la fuerza del regimiento sin incluir el pie veterano que debe estar montado de cuenta de su gratificación. 2a. Que los dueños o administradores de cada una con poder bastante otorguen obligación en forma de presentar y mantener siempre prontos y hábiles para el servicio y por el tiempo de diez años los caballos que se les asignen, pagándoselos a nueve pesos cada uno del fondo común y percibiendo anualmente la décima parte de su valor o cada diez años el todo, según su excelencia disponga, y concluidos los diez de la primera obligación seguirá por otros diez en la misma forma y así sucesivamente. 3a. Que respecto a cada hacienda tiene obligación de mantener siempre prontos y en buen estado los caballos que se le asignen reponiendo los que mueran o se inutilicen, tendrá también el uso prudente de ellos en el tiempo en que no se necesiten para el servicio, quedando todos al fin de los diez años a beneficio del hacendero. 4a. Que por cada caballo de los que mueran en el servicio de campaña, guarnición o cuartel, se ha de abonar por el mismo fondo la cantidad que corresponda a los años que falten para cumplir los diez a razón de nueve pesos, a el hacendero de quien fueren para que los reemplace. 5a. Que a la asignación que a cada hacienda se haga, ha de quedar obligada la finca sin limitación de tiempo aunque pase a diferentes poseedores, sin excepción de fuero ni privilegio y con las mismas condiciones que la obligue el actual poseedor, de la que impondrá a el que le suceda el justicia territorial con conocimiento de la Junta de Árbitros de Milicias. 6a. que la alzada de los caballos habrá de ser de siete cuartas, cuatro dedos más, o cuatro dedos menos, robustos, mansos, sanos, de buena edad, sin lesión de asoleados u otra imperfección o defecto visible, y cuando no tengan estas propiedades se les obligará por el juez a quien corresponda, a que presenten otros que no les falte ninguna, por oficio, que le pasará a este fin el jefe militar que esté encargado de recibirlos y no los apruebe. 7a. Que en el caso de percibir cada diez años el valor de los caballos cuando las haciendas pasen a segundo poseedor será de cuenta del primero entregarle los caballos de asignación, útiles, y en buen estado, y del segundo abonarle la gratificación que a prorrata le corresponda de los años que hasta entonces hubieren devengado.= San Luis Potosí dos de diciembre de mil setecientos noventa y seis= Félix Calleja. Me han perecido arregladas las condiciones bajo las cuales se obligaron los hacendados de esta jurisdicción a habilitar de caballos al Regimiento Provincial de Dragones de San Luis de que me acompaña Vuestra Merced copia con oficio de diez del corriente; y por consecuencia puede procederse desde luego al reparto, verificado el examen y clasificación de las cuatro clases de haciendas por los comisionados al efecto, asegurando vuestra merced a sus dueños que no se les obligará

(Segunda parte)

en ningún tiempo a dar otros caballos que los que se críen en ellas con tal que sean a propósito y útiles al intento, eligiendo siempre los mejores, pero repito a vuestra merced que el asunto se agite cuanto fuere posible y que sin perderlo de vista promueva y adelante cuando sea dable del establecimiento de caballos para el Regimiento de San Carlos= Dios guarde a Vuestra Merced muchos años, México diez y seis de diciembre de mil setecientos noventa y seis= Branciforte= Señor Don Félix Calleja. En cuya virtud dijeron todos los ya referidos hacendados que en la mejor y más bastante forma que por derecho haya lugar, por si y a nombre de los demás que son comprehendidos y denominados en el plan o estado referido, que con esta escritura corre unido, que se obligan y quedan obligados en la forma necesaria y que deba ser a cumplir en todo el tiempo la contrata u expresada obligación de dar y tener cada uno respectivamente pronto el número de caballos que se le ha asignado a sus haciendas y ranchos según se describe en él y bajo los condiciones insertas que precisa e inviolablemente se comprometen a guardar en todas sus partes, sujetándose en caso contrario a las penas impuestas o que se les impongan; en el concepto de que en cuanto a la alzada y demás circunstancias que expresa la sexta condición han de ser dichos caballos, queda modificada en los términos que el Excelentísimo Señor Virrey se digna exponer en su orden superior inserta; que procurarán con la mayor actividad y eficacia escoger de aquellos que produzcan sus fincas, los de mejor cuerpo, estampa, disposición, sanos, útiles y más al propósito para el servicio a que se destinan, manteniéndolos siempre en ellas y presentándolos cuando se les pidan y sean necesarios; y por último con todo lo demás que queda latamente expuesto, se ha tratado, acordado y resuelto en el particular a cuya firmeza, seguridad y cumplimiento quedan obligados con todos los demás aunque no han sido presentes, en los términos debidos, añadiendo fuerza a fuerza y contrato a contrato, con sus personas y bienes presentes, y futuros y especialmente la misma finca o hacienda que carga gravamen con los cuales se someten los unos, y los otros, someten a sus amos, poderdantes y encargados a cuyo nombre asisten, al fuero y jurisdicción de los jueces de su majestad, en particular al excelentísimo señor virrey de este reino, para que a cuanto dejan indicado se les compela y apremie por todo rigor de derecho y vía ejecutiva como si fuese por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada. Renuncian cada uno de por si y a nombre de los ausentes, sus domicilios, vecindad, fueros y privilegios, que a la presente gocen y de nuevo ganen, la ley si convenerit con todas las demás de su favor y defensa y la general del derecho en forma. En cuyo testimonio así lo otorgaron y firmaron a excepción de Juan José Hurtado, que expresó no saber y del padre administrador de las haciendas del Pozo, fray Martín de San Pedro, haciéndolo a su nombre el padre superior fray Pedro de San Joaquín del convento de Nuestra Señora del Carmen de esta ciudad, a causa de haberse retirado, el primero a su dicha hacienda; a que fueron testigos don José Mariano Guerrero, y don José María Cortés de la Fuente de esta vecindad, doy fe= Entre reglones: varias juntas en esta Sala Capitular=Su= Enmendado: a el efecto= Todo vale, Testado: procedió a, no vale”. Al final de este texto aparecen las firmas de los hacendados, que se mencionan en el cuerpo del escrito.

“Los límites duelen”

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Por María Rico

uién dijo que educar era fácil? Ningún padre en sus cinco sentidos podría decir eso. Cuando los hijos son chiquitos, de cero a diez años, podrán ser tercos, traviesos, socarrones, pero al final, dóciles a las palabras de mamá o papá, es decir obedecen dócilmente a las indicaciones. Pero cuando empiezan los once en adelante, esa docilidad va desapareciendo y se empieza a asomar poco a poco la sombra de la preadolescencia y te va dando probaditas de lo que está por venir; y para las que somos primerizas, pasamos desapercibidamente esas señales y todavía nos atrevemos a decir: no es para tanto; y cuando está en todo su apogeo la adolescencia, los estira y afloja entre madres e hijas ,por lo regular, es completamente un mundo de emociones encontradas, en las que te llegas a sentir muchas veces culpable del modo en que actúas con tus hijos, te sientes a veces exagerada, y sientes que pierdes la empatía por los sentimientos de tus hijos. Pero después reflexiones y te dices: “bueno, no puedo dejar pasar por alto esta falta, así es que no debería sentirme del todo culpable” y es así como tratamos de justificarnos los padres al asaltarnos la duda de si estamos actuando bien o mal. Cuando llegas a negar algún permiso tan esperado por tu hijo, se vive todo un caos en la casa, piensas: “Dios mío, mejor le hubiera dado el permiso y nos hubiéramos evitado tanto problema”. ¡CUIDADO!, eso es precisamente lo que debemos de evitar a toda costa, porque estamos cayendo en las redes de nuestros hijos, en su manipulación que de momento nos dará paz y tranquilidad, pero a la larga los únicos perjudicados serán ellos, por no haber recibido de nuestra parte esos límites que tanto necesitan en su educación. Los límites son difíciles y muy dolorosos, porque vives los reproches de tus hijos cegados por la frustración y el coraje de no tener lo que desean en el momento, sea un permiso, o una cosa material. Vives el llanto amargo de tu hijo pidiendo y rogando por el permiso. Sientes el corazón que se te arruga con cada lágrima de dolor de tu hijo y no queda otra más que ser firmes en lo que como padres se ha acordado. Dentro de nuestro dolor, debemos de buscar la fuerza espiritual, esos momentos nos duelen más como padres, porque no queremos ver sufrir a nuestros hijos, pero este sufrimiento no es nada a comparación de los que verdaderamente la vida les va a tener reservado, y si no están preparados y acostumbrados a los límites y a manejar correctamente las frustraciones, serán personas que desgraciadamente sufrirán y ahí como padres no podremos hacer nada más que contemplar dolorosamente nuestra mala obra: la falta de límites en su momento. Así es que queridos lectores, estas lágrimas de cocodrilo pasarán, y se verán premiadas con otros mejores momentos, viviendo a tiempo esos límites, encomendémonos a Jesús, pongamos en sus manos nuestra paternidad y busquemos apoyo, tanto moral, como espiritual y psicológico para enfrentar estos embates de la adolescencia.


Fe y política

Cargos en una Asociación religiosa

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os Cargos o puestos en todas las Asociaciones Religiosas son esenciales para que pueda existir una forma de regirse, de autogobernarse puesto que el gobierno reconoce que tiene plena autonomía, para auto reglamentarse, así pues cada Asociación Religiosa tiene una estructura de gobierno, para poder funcionar como Asociación.

El Código de Derecho Canónico nos enseña acerca de los cargos en una Asociación Religiosa. Canon “145 § 1. Oficio eclesiástico es cualquier cargo, constituido establemente por disposición divina o eclesiástica, que haya de ejercerse para un fin espiritual. § 2. Las obligaciones y derechos propios de cada oficio eclesiástico se determinan bien por el mismo derecho por el que se constituye, bien por el decreto de la autoridad competente que lo constituye y a la vez lo confiere. 146 Un oficio eclesiástico no puede obtenerse válidamente sin provisión canónica. 147 La provisión de un oficio se hace mediante libre colación por la autoridad eclesiástica competente; por institución de ésta cuando haya precedido presentación; por confirmación o admisión por la misma cuando ha precedido elección o postulación; finalmente, por simple elección y aceptación del elegido cuando la elección no necesita ser confirmada. 150 El oficio que lleva consigo la plena cura de almas, para cuyo cumplimiento se requiere el ejercicio del orden sacerdotal, no puede conferirse válidamente a quien aún no ha sido elevado al sacerdocio.” En este caso la Arquidiócesis de San Luis Potosí, AR. En su estructura de Gobierno Reconoce los siguientes Cargos: La Arquidiócesis de San Luis Potosí, A.R. está representada por su arzobispo diocesano que tiene plenas facultades en ella, y en caso de ausencia o impedimento de esté, por el Representante Legal y/o el Vicario General de la Arquidiócesis de acuerdo en lo dispuesto en el Derecho Interno de la Asociación Religiosa, además de estos cargos los estatutos reconocen: • Vicario o Vicarios Generales de la Arquidiócesis (es el sacerdote que, ha dotado de potestad ordinaria de acuerdo al Derecho Canónico, ha de ayudar al arzobispo en el gobierno de la diócesis. • El Rector del Seminario (Es el sacerdote nombrado por el arzobispo para ser responsable de la Dirección General del Seminario en las distintas etapas de formación, pastoral vocacional, Seminario Menor, Seminario Mayor). • Canciller (Es el sacerdote nombrado por el arzobispo, que tiene como función redactar las actas de curia, custodiar las mismas en el archivo diocesano, expedir y custodiar correspondencia Oficial de la diócesis). • Vicecanciller (Es el sacerdote nombrado por el arzobispo de acuerdo al Derecho Canónico para auxiliar al canciller de la curia y para ser notario en la misma. • Ecónomo (el ecónomo diocesano es nombrado por el arzobispo, y su función es custodiar y administrar los fondos y valores propios y aun ajenos que estén a su cuidado). Una Asociación Religiosa, tiene una estructura de gobierno, que cubre las necesidades naturales de todas las Asociaciones respecto a su administración de gobierno como económica.

¡Ay de quien ahoga la esperanza de los niños! L’Osservatore Romano

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y de quien ahoga la esperanza de los niños. En la Jornada mundial contra el trabajo de menores, el Papa Francisco lanza una dura amonestación a quien, en lugar de «hacer jugar» a los pequeños, los hace «esclavos». Al término de la audiencia general del miércoles 12 de junio, en una plaza de San Pedro colmada de fieles a pesar del calor, el Pontífice denunció el «deplorable fenómeno» de la explotación de los menores en el trabajo doméstico —en aumento especialmente en los países pobres—, recordando que «son millones, sobre todo niñas», las «víctimas de esta forma oculta de explotación que comporta a menudo también abusos, malos tratos y discriminaciones». Es «una verdadera esclavitud» —insistió con palabras añadidas al texto preparado—. Por todo ello el deseo del Papa de que la comunidad internacional dé lugar a «medidas más eficaces» para combatir la terrible plaga. Anteriormente el Pontífice había propuesto una reflexión sobre el tema de la Iglesia como pueblo de Dios, identificando en el amor la «ley» en la que se reconocen todos sus miembros. Un amor que, sin embargo, —puso en guardia— «no es estéril sentimentalismo o algo vago», sino que «es reconocer a Dios como único Señor de la vida y, al mismo tiempo, acoger al otro como verdadero hermano, superando divisiones, rivalidades, incomprensiones y egoísmos». En efecto, «las dos cosas van juntas». Y esto se puede constatar en las numerosas “guerras” que existen incluso «entre cristianos. En el seno del pueblo de Dios —lamentó el Papa— ¡cuántas guerras! En los barrios, en los lugares de trabajo, ¡cuántas guerras por envidia y celos! Incluso en la familia misma, ¡cuántas guerras internas!». Por ello pidió a los fieles oración «por aquellos con quienes estamos enfadados». Y en una especie de diálogo improvisado con la plaza, que respondía al unísono a sus invitaciones, el Papa Francisco habló de la presencia del mal en el mundo: «El Diablo —dijo— actúa. Pero quiero decir a gran voz: ¡Dios es más fuerte! Ustedes, ¿creen esto? ¿Que Dios es más fuerte? Pero lo decimos juntos, lo decimos todos juntos: ¡Dios es más fuerte! Y, ¿saben por qué es más fuerte? Porque Él es el Señor, el único Señor». Y recurrió a una imagen evocadora, explicando que «la realidad oscura, marcada por el mal, puede cambiar, si nosotros, los primeros, llevamos a ella la luz del Evangelio. Si en un estadio — pensemos aquí en Roma en el Olímpico, o en el Azteca en México—, en una noche oscura, una persona enciende una luz, se vislumbra apenas; pero si los más de setenta mil espectadores encienden cada uno la propia luz, el estadio se ilumina».


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La herencia de los desheredados, con premio para perros sin pedigrí

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partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido, sino que, en seguida, habiendo oído hablar de Él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies. Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio. Él le decía: “Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos”. Pero ella le respondió: “Sí, Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños”. Él, entonces, le dijo: “Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija”. Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido (Mc 7,24-30).

No es verdad que Jesús considere perros a los paganos, él ama a todos, pero tiene clara su misión: rescatar a las ovejas extraviadas de Israel; esa es la tarea a la que se dedica obedeciendo en todo al Padre. Pero las ovejas no quieren ser buscadas. Los “buenos” tampoco quieren ser llamados a esta nueva alianza; están muy cómodos con la antigua, le tienen miedo a la novedad; más vale aferrarse a lo que se tiene que arriesgarlo todo por algo incierto; eso se pensaban ellos.

La historia de la salvación está llena de esto: que los destinatarios de un bien no se quedan con él, sino los que en realidad lo quieren. Veamos.

Ahora recuerdo la parábola que contó Jesús a los fariseos acerca de los empleados de la viña que no quieren rendir cuentas al amo y matan y golpean a los emisarios del dueño y finalmente, para quedarse con la viña matan al hijo del patrón; y la sentencia de Jesús: se les quitará la viña y le será dada a otros viñadores que entreguen a su tiempo los frutos: Estos serán los paganos; los que no eran legalmente herederos de los bienes de lo alto, pero que sí los aceptaron; los verdaderos herederos se quedaron vacíos y los desheredados se quedaron con el tesoro.

Saúl reinó en el pueblo judío, pero no le sucedió su hijo Jonatán en el trono, sino David, un humilde pastor de Belén; y a David lo sucedió en el reino Salomón, un hijo nacido de una unión ilegítima. Pero desde el principio de la historia de la salvación vemos estas cosas aparentemente raras: Esaú era primogénito de Isaac, pero el que heredó los derechos fue Jacob (Israel), los judíos eran el pueblo de las promesas, pero no aceptaron al Hijo de Dios hecho hombre, sino los paganos; los apóstoles comenzaron la predicación del Reino de Dios en el pueblo de Israel, pero no fue aceptado su mensaje, por tanto se dispersaron hacia muchos pueblos de la antigüedad. Pablo comenzó a predicar a los judíos, pero al no ser aceptado se dirigió a los gentiles. Así también encontramos en el ministerio profético de Jesús que muchísimos paganos mostraron más fe en Jesús que los mismos judíos, aun siendo testigos de innumerables obras y palabras de Jesús. Se suponía que Él era enviado a los judíos que esperaban la redención, sin embargo, fueron muy pocos los que en realidad lo quisieron recibir. Primeramente los judíos devotos eran los destinatarios de las promesas de liberación, estos son los fariseos, el consejo de los ancianos, los sacerdotes, es decir, aquella élite poderosa, las autoridades de Israel en materia de religión, pero ellos fueron los primeros que lo rechazaron; sin embargo, parecía que esto se debía más que a falta de fe, a falta de obediencia, de apego a la voluntad de Dios; esto es notorio en diversos momentos: recordemos cuantas veces Jesús comía con pecadores públicos y los fariseos decían: “este come con publicanos y pecadores; se junta con prostitutas y gente de mal vivir”. Recordemos aquella ocasión en que Jesús fue a comer a casa de un tal Simón, el cual, al acercarse una mujer con mala fama entre la población, pensaba que Jesús no era un auténtico profeta, ya que según Él no se daba cuenta de que aquella mujer que lo tocaba y besaba sus pies era una famosa pecadora. Otro caso es el de la samaritana, recordemos que los samaritanos y los judíos se odian mortalmente. Y aquella mujer deja que Jesús le hable y le permite

“También los perros se comen las sobras de la mesa de los amos”. llegar a las profundidades de su corazón hasta convencerse por ella misma en ese hermoso diálogo, de que Jesús era el Mesías esperado. Otro caso impresionante es el de aquel oficial romano que tiene enfermo a un criado de sus preferencias, y acude a Jesús para suplicarle que lo cure aun de lejos. Más datos encontramos en los evangelios respecto a estas cosas. Pero hoy leemos esta bella historia de la mujer que suplica a Jesús que le cure a su hija que está poseída por un demonio; ella no es judía, ella es extranjera; Jesús era enviado a buscar a las ovejas perdidas de la casa de Israel, no a los paganos; pero los judíos no terminaban de convencerse de la realidad de la persona de Jesús; así que los paganos se quedaban con las primicias de la salvación de que era portador Jesucristo. La escena es conmovedora. Se acerca la mujer a rogarle y lo hizo postrada a sus pies, hundida su cara hasta el suelo; Jesús parece no ceder, le llama perra, y aún con delicadeza suena despectivo. Pero aquella mujer entiende la parábola hecha a su propia persona y asume ese rol; efectivamente, para los judíos cualquier pagano es perro; pues venga, eso soy; entonces le ofrece a Jesús su fe en forma de parábola: “también los perros se comen las sobras de la mesa de los amos”. Jesús se queda impresionado; ¿cómo puede esta extranjera tener más fe que todo el pueblo de Israel junto? Y le concede lo que le pide; libra del mal a aquella pequeña, la trae nuevamente a la paz, a la salud, a la libertad.

Es curioso que los judíos eran los hijos a los que estaba destinado el pan que bajó del cielo, pero ellos no lo quisieron recibir; y que al contrario, los paganos (perros) eran los que podían aspirar solamente a las migajas del Reino, y sin embargo se quedaron con todo el pan calientito y oloroso; enorme y completo; los hijos no quisieron ni las migajas. Para los judíos pesaba más la tradición que heredaban de sus mayores y se quedaron con eso; prefirieron las tradiciones antiguas como herencia que a verdadera heredad que traía consigo el Hijo de Dios, el Mesías. Pues bien, ellos conservaron la tradición mientras que los paganos recibieron el Reino. Todos ganaron; pero unos más que otros. Unos se quedaron con las costumbres, otros con la fe; unos se quedaron con la antigua alianza, otros con la nueva; aquellos se quedaron con las profecías, estos con la Palabra; aquellos eligieron las promesas, estos el cumplimiento de las mismas; aquellos esperaban al Rey, estos se quedaron con el servidor. Esto no es raro, las obras de Dios no dejan de sorprender. Así fue desde el principio y así es ahora, y será por siempre y por los siglos de los siglos.

El Semanario La Red se une a la pena que embarga al padre RAFAEL CORPUS SANVICENTE, Párroco de Los Hernández

Por el sensible fallecimiento de su mamá Doña María del Rosario Sanvicente Descanse en paz.


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Palabra de Dios “¿Quién dice la gente que soy yo? Del santo Evangelio según san Lucas 9, 18-24 Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un lugar solitario para orar, les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy yo?” Ellos contestaron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías, y otros, que alguno de los antiguos profetas que ha resucitado”. Él les dijo: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Respondió Pedro: “El Mesías de Dios”. Él les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie. Después les dijo: “Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y resucite al tercer día”. Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: “Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para si mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? La Palabra del Señor en éste domingo nos interroga acerca de la identidad del Señor Jesús; pregunta a la que se ha intentado dar respuesta a lo de los siglos. Según sea el tiempo y las circunstancias los hombres hemos intentado dar respuesta y así, ha nacido extraordinarias obras de arte: se han escrito miles de libros; se han pintado hermosas imágenes; hay monumentales esculturas; la música y las voces se han unido interpretando himnos, poemas, alabanzas; miles de hombres y mujeres han abandonado su hogar e incluso su patria para buscarlo a Él, para hablar de Él, para dar una respuesta. Y la pregunta sigue en pie: ¿para mí quién es Jesús?, qué respuesta tengo a esa pregunta… San Pedro da una respuesta hermosa y sincera: “Tú eres el Mesías” entendía perfectamente el Señor Jesús debe de ser el centro de la vida, el que llena el corazón y las esperanzas de todos; ojalá nuestra respuesta se parezca a la de Pedro y pongamos como único centro de la vida al Señor Jesús. El mismo Señor nos aclara: que su mesianismo es diferente a como todos pudieran esperarlo, está marcado por la fidelidad al Padre, por un grana amor a la humanidad traducido en: traición, martirio, abandono, muerte en cruz y resurrección; nos dice que la vida sólo tiene sentido cuando se entrega. Por P. José de Jesús Cruz

¿Buscas encontrarle sentido a tu vida?...

Dios te llama

Jorge Luis Molina Núñez, 1° Filosofía Escríbenos: ecos_seminarioslp@hotmail.com Sé nuestro amigo en Facebook: Seminario Guadalupano Josefino

Q

uerido lector, seguro que en estos días y en el ambiente en el cual nos desenvolvamos no es difícil encontrar personas incluso de nuestra familia, que cuestionan acerca del por qué suceden tantas cosas trágicas en el mundo y si estas las permite Dios; o si de verdad existe un Dios por qué le rendimos culto, si se le predica como Todo Poderoso, Amoroso y Bondadoso, más pareciera que se trata de un ser que se divierte al poner fuertes y pesadas leyes para que se cumplan al pie de la letra, con una moral extraña e ilógica, las cuales si no se llevan a cabo, a la persona le esperará al final de su vida una eternidad de tormentos y castigos. Por pensamientos “modernos” y por la falta de conocimiento sobre las cosas de Dios, es que un gran número de personas se consideren ateos gracias a Dios, experimentando una vida laxa sin compromisos y con una moral que se arrastra por los suelos. Dicen “para qué sirve la religión si no es más que ritos, costumbres, una maraña de verbo que sólo sirve para incomodar, o mantener entretenida a la gente sencilla”…en fin una larga lista de calificativos despectivos respecto a la religión y a Dios. Y esto querido hermano, también es el pensamiento y los argumentos de muchos bautizados. ¿Qué sentido tiene hoy la religión? ¿Por qué el hombre tiene necesidad de sentirse protegido, ayudado? ¿Por qué confiar en alguien o algo que físicamente no se ve? ¿Por qué si habiendo tantos caminos fáciles para obtener bienes, se confía en la providencia divina? Eso para quienes se creen independientes de Dios porque dejan toda su confianza en su dinero, bienes materiales, diversiones, conocimientos intelectuales, resultará desquiciado. Pero para quienes conocemos a Dios, sabemos que luego de este mundo terreno, llegaremos al Reino prometido por Jesús. El hombre no es meramente un animal racio-

nal. Es un ser desarrollado y capaz de reflexionar sobre su propia naturaleza, hereda una vocación y una preocupación moral y espiritual. Como tal, está tendiente a buscar su origen que no es mera materia, pues no es una máquina inteligente, sino que su espiritualidad hace que busque su origen. Con esto, podemos afirmar con san Agustín “Nos has creado orientados hacia Ti, sin reposo está el corazón hasta que repose en Ti”. Hoy en día muchos hombres y mujeres no tienen la esperanza de que el día de mañana nos encontraremos cara a cara con Dios, por ello su vida esté cargada de desanimo, sin sentido, preocupación y desesperación, el confiar en una divinidad, brinda seguridad, pues al vernos limitados por una u otra situación podemos recurrir a Él y aguardar una solución que lejos de que se solucione mágicamente, otorga la gracia y la fortaleza para continuar en el camino. En muchos lugares se ha desviado la religiosidad convirtiéndose en superstición, y no se da una buena interpretación a nuestra liturgia tan llena de signos. Lo mismo sucede con la Sagrada Escritura, que al leerla como un libro cualquiera se pierde su esencia convirtiéndola en un libro de literatura. Si profundizamos acerca de las cosas de Dios, si buscamos conocer un poco más todo lo que en nuestra Iglesia católica el Señor Jesús nos ofrece, nos damos cuenta que la mayoría de quienes se alejan de la religión es por cuestiones muy carentes de razón, pero que no es más que la falta de interés por cultivarse en la vida espiritual. Es deber de cada bautizado el iluminar a quienes aún están en obscuridad, es deber de cada bautizado el estar en continua escucha del Maestro, teniendo en cuenta que el conocimiento, dándolo, se incrementa.


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JUNIO 23 DE 2013

¿Sociedades de convivencia en San Luis Potosí?

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Por Javier Algara

l 3 de junio, un grupo de diputados encabezados por el diputado Filemón Hilario López, presentó ante el H. Congreso del Estado una iniciativa para crear una ley que permita, regule y proteja lo que se llama “sociedades de convivencia”. En los antecedentes de dicha iniciativa los diputados proponentes definen esas sociedades. Son “hogares formados por personas sin parentesco sanguíneo o por afinidad”. Cualquier grupo de universitarios que compartan apartamento para economizar, entrarían dentro de esta definición. Pero más adelante los diputados entran en detalle y aclaran que se trata de personas del mismo sexo que deciden convivir para compartir gastos y relaciones sexuales. Uno de los objetivos de esta ley, según sus proponentes, es dar seguridad jurídica a quienes deciden formar tales hogares. Lo cual se traduce en buscar garantías legales para evitar engaños (que uno de los convivientes tenga otro hogar igual con otra pareja) y poder tomar medidas oportunas en su caso, para acceder eventualmente a beneficios de seguridad social por incapacidad o “viudez”, y cosas parecidas. Lo que no dice la iniciativa, e inclusive parece negarlo, pero lo comprueba la historia de aquellos países o estados donde se han aprobado leyes parecidas, es que el objetivo real de la misma es servir de punta de lanza para eventualmente lograr el reconocimiento legal del “matrimonio gay”. Una vez que un estado o nación confiere estatus legal a estas sociedades, que en otros países se llaman “uniones de hecho” o “uniones civiles”, la ciudadanía paulatinamente se hace a la idea de que son una célula válida y natural de la sociedad, y de ahí se pasa, por aturdimiento de la conciencia, a la legalización de los “matrimonios” entre personas del mismo sexo, a la adopción de niños por parte de estas “familias”, etc. Una primera consideración sobre la iniciativa es que parece del todo redundante puesto que las leyes actuales contemplan varios modos de contratos que pueden ser utilizados para los fines que esta iniciativa propone. ¿Para qué crear más leyes si ya existen las que hacen falta? Eso nos confirma que la iniciativa tiene una agenda oculta. Pero lo que merece mayor atención, y que es lo que realmente está en juego de aprobarse esta iniciativa, es que ésta afirma que de ser rechazada se cometería una gran injusticia y se violaría la igualdad.

La justicia se define como dar a cada uno lo que le corresponde. En el caso que nos ocupa, se cometería injusticia si no se les garantizara a las parejas del mismo sexo el derecho de formar hogares donde se pretende compartir relaciones sexuales. El Poder Legislativo, sin embargo, no puede convertir en ley aquello que va en contra de la naturaleza y esta última ha dejado muy claro que la relación sexual natural es aquella que se da entre hombre y mujer, puesto que únicamente de ese modo se logran las dos finalidades de dicha relación: la complementariedad y la procreación. No faltará a la justicia, y sí actuará de acuerdo a su finalidad, una legislatura que se niegue a reconocer este tipo de “hogares”, pues en realidad no les corresponde ningún derecho. La igualdad, por otra parte, se manifiesta al reconocer a toda persona la misma dignidad, por sobre cualquier diferencia. Pero ello no obsta para que el legislador esté obligado a tomar en cuenta las circunstancias de cada persona a la hora de reglamentar el ejercicio de los derechos que esa misma dignidad otorga. Cuando la ley limita el ejercicio del derecho a conducir vehículos de motor a los infantes o personas con ciertas limitaciones físicas, no falta de modo alguno contra la igualdad. De modo semejante, el no legalizar la convivencia sexual de dos personas que no están capacitadas para llevarlas a cabo normalmente de ningún modo lesiona la igualdad ni la dignidad de esas personas. Si dos personas del mismo sexo deciden compartir la mesa y la cama, no perderán por ello su dignidad como personas, y la sociedad faltará gravemente a la tolerancia, y los cristianos a la caridad, si las menosprecia o las excluye. Pero no podrán exigir esas personas, en aras de una mal entendida tolerancia, que la sociedad acepte como bueno ese género de vida. La iniciativa se convertirá en ley si los diputados la aprueban. Ellos deben, por el oficio que cumplen en servicio de la sociedad, escuchar la opinión de la mayoría de los ciudadanos para tomar una decisión. Es necesario, por tanto, que los ciudadanos hagamos oír nuestra voz. Escribe o visita a tu diputado. Llámale por teléfono e invítalo a tu colonia o comunidad. Reúne firmas de tus vecinos y entrégalas en el Congreso del Estado expresando tu sentir al respecto. Es un deber cristiano participar en las acciones que buscan el buen común de la sociedad, y hacer saber a los legisladores tu opinión acerca de las “sociedades de convivencia” es una de esas acciones. Actúa cristianamente.

...Lo de Dios a Dios

La populorum progressio C

Por David Grimaldo

ontinuando con lo expresado la semana pasada, en el número 21 de dicha encíclica el Papa enumera cuáles son las condiciones de vida menos humana que hay que ir eliminando, y cuáles son las condiciones de vida más humanas que paulatinamente hay que ir obteniendo.

A partir del número 22, con el título “La acción que se debe de emprender”, se traduce todo lo anterior en enseñanzas sobre temas más prácticos que no podemos olvidar, bajo el riesgo de quedarnos en idealismos estériles. Así, el número 23 trata del tema de la “propiedad”. El número 24 habla del “uso de la renta”, recordando que “la renta disponible no es cosa que queda abandonada al libre capricho de los hombres; y que las especulaciones egoístas deben ser eliminadas”. Se condena, también, la evasión de capitales al extranjero sin preocuparse del daño que se inflige a la propia patria. El número 26 aborda el tema del “capitalismo liberal” de un modo novedoso y crítico. Estas son las palabras del Papa Pablo VI: “Por desgracia, sobre estas nuevas condiciones de la sociedad ha sido construido un sistema que considera el lucro como motor esencial del progreso económico; la concurrencia, como ley suprema de la economía; la propiedad privada de los medios de producción, como un derecho absoluto, sin límites ni obligaciones sociales correspondientes. Este liberalismo sin freno, que conduce a la dictadura, justamente fue denunciado por Pío XI como generador del ‘imperialismo internacional del dinero’. No hay mejor manera de reprobar un tal abuso que recordando solemnemente una vez más que la economía está al servicio del hombre”. Como era de esperarse, estas palabras tan duras molestaron a los hombres del capital. Así el Wall Street Journal no dudó en llamar a la encíclica “marxismo recalentado”. Estábamos todavía en plena guerra fría y algunos no podían aceptar que la Iglesia no se limitara a condenar el comunismo ateo. Lo cierto es que lo que condena el Papa Pablo VI es lo que el Papa Juan Pablo II llamó el “capitalismo salvaje”, que es el que todavía prevalece en las relaciones comerciales con los países del tercer mundo. No se excluye lo que podríamos llamar un “capitalismo con rostro humano” o “capitalismo social”. Los números 27 y 28 tratan el tema del “trabajo”, del que ya habló la Gaudium et spes. Aquí también se dice que el trabajo es ambiguo, puede llevar al mero afán por el dinero y el poder, pero indudablemente el trabajo ha sido querido y bendecido por Dios y puede desarrollar “la conciencia profesional, el sentido del deber y la caridad para con el prójimo” (n. 28). Los números 30 y 31 también resultaron conflictivos y se han convertido ya en clásicos dentro de la Doctrina Social de la Iglesia: Tratan el tema de la “licitud de la violencia y de la revolución”. El Papa comienza afirmando que en la situación de injusticia actual “es grande la tentación de rechazar con la violencia tan graves injurias contra la dignidad humana”. Pero añade: “Sin embargo, como es sabido, la insurrección revolucionaria – salvo en el caso de tiranía evidente y prolongada que atentase gravemente a los derechos fundamentales de la persona y dañase peligrosamente el bien común del país-, engendra nuevas injusticias, introduce nuevos desequilibrios y provoca nuevas ruinas. No se puede combatir un mal real al precio de un mal mayor”. Estos números los seguiremos tratando la próxima semana estimados lectores. Tocaremos temas como la revolución armada, la legítima defensa, la violencia, la relación con el evangelio, etc. “No habrá paz en el mundo si no se refugian en mi corazón misericordioso” (Nuestro Señor Jesucristo a santa Faustina Kowalska).


JUNIO 23 DE 2013

...Y aquĂ­ van las partes de la Misa.... (octava parte)


“El catequista es un profeta que anuncia la palabra, construyendo y hacienda presente con otros, el Reino de Dios entre sus hermanos. Servicio que pide guardar, defender y comunicar la verdad sin reparar en sacrificios”.

Los decanatos de San Luis Rey y Benedicto XVI, Invitan a todas sus catequistas a la JORNADA DE CATEQUISTAS El 26, 27 y 28 de Junio, de 17:00 hrs a 19:30 hrs. En la Parroquia de Jesús Divino Maestro Av. Salvador Nava 145, Col. Loma Alta

Av. Constituyentes Poniente # 49 local 3 (Paseo Constituyentes, carretera libre a Celaya)

PREVIA CITA

Col. El Pocito, Querétaro, Qro. Tel. (01 442) 216 99 23 y 196 80 94


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