Semanario de la Arquidiócesis de San Luis Potosí Año 6
No. 257
Semana del 26 de enero al 1 de febrero de 2014
Un generoso medio y alimento para nuestra fe
El Cristo del Abismo cumple 60 años bajo el mar La costa norte del mar Mediterráneo es mundialmente conocida por espectaculares playas que se extienden por Italia y Francia. Pocos saben que bajo este manto de agua salada, cerca de Génova, se encuentra una estatua de bronce de Jesucristo. Es el Cristo del Abismo y está a unos 50 metros de profundidad. Un artista italiano lo esculpió hace 60 años para conmemorar la muerte del primer buzo ita-liano. El Cristo del Abismo fue tallado con los brazos hacia la superficie representando la oración. El original, hecho de arcilla, fue dañado por los barcos que faenaban en la zona, por lo que se reemplazó por
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El ritmo de las cosas
Por Juan Jesús Priego
esta copia de bronce. Hoy en día, se encuentra dentro de un parque marino protegido. Sin embargo, sigue siendo accesible al público que busca una aventura bajo el mar. Una segunda estatua de bronce fue creada emplean-do el mismo molde y sumergida en la costa de San Jorge en Granada (el país caribeño). Este Cristo fue un regalo de la marina de Génova por asistir y rescatar a la tripulación y pasajeros del MV Bianca C., un barco de pasajeros que se hundió junto a sus costas. Gracias a los pescadores, barcos y pequeñas embarcaciones del país, se rescataron a más de 700 personas en pocas horas, y éstas fueron llevadas al hospital de la isla. Como agradecimiento de la hospitalidad y ayuda prestada por los habitantes de Granada, les fue entregado un segundo Cristo de bronce de iguales características al de San Fruttuoso. La tercera y tal vez la más conocida (y fotografiada) escultura está situada cerca de las costas de Cayo Largo, Florida. Fue colocada a casi 8 metros de profundidad en el John Pennekamp Coral Reef State Park. La estatua de arcilla original, menos sus manos, se exhibe en el Museo Nacional de Actividades Submarinas de Rávena, Italia.
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Los niños en la misa Vaticano
Los verdaderos y buenos principios, acompanados del esfuerzo y un excelente manejo traen muchas recompensas, como las que ustedes lectores y colaboradores del Semanario La Red nos han brindado. Gracias por su apoyo y preferencia.
Gracias por hacerlo posible
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Oración y perdón Por Pacco Magaña
¡Ánimo!
No hay que sufrir por la cuesta de enero
A
hora vamos por un camino de subida, y hay que hacer doble esfuerzo porque sólo así se llega a la cima. El mes de diciembre se vino de bajada, sin necesidad de hacer esfuerzo; bastaba con soportar la helada, y a disfrutar la fiesta. Pero la cuesta de enero nos hace despertar, y nos obliga a hacer un mayor esfuerzo. Dicen que es muy fácil acostumbrarse a lo bueno, y eso es muy entendible, para lo placentero, no se ocupa esfuerzo, es suficiente con dejarse llevar, y cuando menos esperamos ya se nos hizo costumbre. Pero cuando nos asaltan las dificultades con sus obstáculos, éstas nos encuentran mal acostumbrados, y hay que sufrir la brusquedad del cambio. El año nuevo, con su novedad, nos trajo muchas cosas nuevas, aunque no muy buenas; subieron los precios, tormentos fiscales, alarma de influenza, pagos de tenencias, prediales, etc. Y más lo que se acumule. No cabe duda que estamos sufriendo la cuesta de enero, y junto con esta subida, también la subida de precios. Pero no hay que desanimarse, ya que la vida no es lineal, sino ondulada. La vida es como un camino, compuesto de subidas y bajadas; tiene sus altas y bajas, y aunque los precios casi nunca bajan, no deja de haber etapas que van de bajada. Si la vida es un camino, entonces todo es de pasada, ya pasamos diciembre y sus posadas, y ni siquiera nos quejamos; ahora viene enero con su cuesta, y también lo habremos de pasar, nomás no perdamos la paciencia. No olvidemos, que en el camino árido de nuestra existencia, nunca nos encontramos solos; Dios siempre esta floreciendo, y nos acompaña en cada momento. No hay que pensar, que nos toca llevar la carga solos. El peso de la vida va en proporción a nuestra capacidad, y del sobrepeso se encarga Dios. Dios no nos hace cargar con lo que no podemos. Pero hay veces, en que nosotros mismos cargamos con lo que creemos poder, y eso hace que nos sintamos vencidos. Sólo Dios sabe perfectamente de que somos capaces, él nos conoce mucho mejor, que lo que nos cono-cemos a nosotros mismos.
Domingo 26 de enero de 2014
Adaptación Por Pacco Magaña
La Iglesia es nuestra Madre Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy vuelvo de nuevo sobre la imagen de la Iglesia como Madre. Me gusta mucho esta imagen de la Iglesia como Madre. Por esto he querido volver sobre ello, porque esta imagen me parece que nos dice no sólo cómo es la Iglesia, sino también qué rostro debería tener, nuestra Madre Iglesia. Desearía subrayar tres cosas, siempre mirando a nuestras mamás, todo lo que hacen, viven, sufren por los propios hijos. Me pregunto: ¿qué hace una mamá? Ante todo enseña a caminar en la vida, enseña a andar bien en la vida, sabe cómo orientar a los hijos, busca siempre indicar el camino justo en la vida para crecer y convertirse en adultos. Y lo hace con ternura, con afecto, con amor, siempre también cuando busca enderezar nuestro camino porque bandeamos un poco en la vida o tomamos vías que conducen a un precipicio. Una mamá sabe qué es importante para que un hijo camine bien en la vida y no lo ha aprendido en los libros, sino que lo ha aprendido del propio corazón. ¡La universidad de las mamás es su corazón! Ahí aprenden cómo llevar adelante a sus hijos. La Iglesia hace lo mismo: orienta nuestra vida, nos da las enseñanzas para caminar bien. Pensemos en los diez Mandamientos: nos indican un camino a recorrer para madurar, para tener puntos firmes en nuestro modo de comportarnos. Y son fruto de la ternura, del amor mismo de Dios que nos ha dado. Ustedes podrían decirme: ¡pero son mandatos! ¡Son un conjunto de «no»! Desearía invitarlos a leerlos —tal vez los han olvidado un poco— y después pensarlos en positivo. Verán que se refieren a nuestro modo de comportarnos hacia Dios, hacia nosotros mismos y hacia los demás, precisamente lo que nos enseña una mamá para vivir bien. Nos invitan a no hacernos ídolos materiales que después nos hacen esclavos,
a acordarnos de Dios, a tener respeto a los padres, a ser honestos, a respetar al otro. Intenten verlos así y considerarlos como si fueran las palabras, las enseñanzas que da la mamá para ir bien en la vida. Una mamá no enseña nunca lo que está mal, quiere sólo el bien de los hijos, y así hace la Iglesia. Desearía decirles una segunda cosa: cuando un hijo crece, se hace adulto, toma su camino, asume sus responsabilidades, va por su propio pie, hace lo que quiere, y a veces ocurre también que se sale del camino, ocurre algún accidente. La mamá siempre, en toda situación, tiene la paciencia de continuar acompañando a los hijos. Lo que le impulsa es la fuerza del amor; una mamá sabe seguir con discreción, con ternura el camino de los hijos y también cuando se equivocan, encuentra siempre el modo de comprender, de estar cerca, de ayudar. Nosotros — en mi tierra— decimos que una mamá sabe «dar la cara». ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que una mamá sabe «poner la cara» por los propios hijos, o sea, está impulsada a defenderles, siempre. Pienso en las mamás que sufren por los hijos en la cárcel o en situaciones difíciles: no se preguntan si son culpables o no, siguen amándolos y a menudo sufren humillaciones, pero no tienen miedo, no dejan de donarse. La Iglesia es así, es una mamá misericordiosa, que comprende, que busca siempre ayudar, alentar también ante sus hijos que se han equivocado y que se equivocan, no cierra jamás las puertas de la Casa; no juzga, sino que ofrece el perdón de Dios, ofrece su amor que invita a retomar el camino de aquellos hijos que han caído en un abismo profundo; la Iglesia no tiene miedo de entrar en sus noches para dar espe-ranza; la Iglesia no tiene miedo de entrar en nuestra noche cuan-do estamos en la oscuridad del alma y de la conciencia, para darnos esperanza. ¡Porque la Iglesia es Madre!
El Papa hoy
La confianza en el Señor es la clave del éxito en la vida
Por tanto, no hay que desanimarse. Pensemos que todo va de paso. Y así como decimos que la vida es un camino por andar, los meses más difíciles ya los estamos recorriendo y están por quedar atrás; si ya los estamos pasando, entonces ya los vamos dejando. Y lo mejor, esta por llegar.
“Muchas veces confiamos en un médico: está bien hacerlo, porque el médico está allí para curar; tenemos confianza en una persona: hermanos, hermanas, que nos pueden ayudar. Está bien tener esta confianza humana entre nosotros. Pero nos olvidamos de la confianza en el Señor: ésta es la clave del éxito en la vida. ¡La confianza en el Señor, encomendémonos al Señor!” Es una apuesta que tenemos que hacer: confiar en Él, porque nunca decepciona. ¡Nunca, nunca! Escuchad bien, chicos y chicas, que iniciáis la vida: Jesús nunca decepciona”. Edición Pbro. Antonio Torres Moreno
Fundado por el Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes
Luz Elena González Luis Enrique López Vázquez La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.
Concilio Vaticano II
Libertad para anunciar el Evangelio
Por P. Juan José Torres Galván
Todo lo que el Concilio declara acerca de la libertad religiosa tiene sus raíces en la divina revelación; por lo mismo, este derecho debe ser observado por todos los cristianos. La Sagrada Escritura y el proceder de Cristo manifiestan la dignidad de la persona en toda su amplitud. El hombre es libre para creer en la Palabra de Dios. La libertad religiosa en la sociedad corresponde totalmente a la libertad personal del acto de fe en Cristo. El ser humano, al creer, responde libremente a Dios, por lo tanto, nadie puede ser forzado a abrazar la fe en contra de su voluntad, porque el acto de fe es voluntario por su propia naturaleza. Hay que excluir cualquier género de imposición por parte de los hombres en materia religiosa. Dios llama a los hombres a servirle en espíritu y verdad; en virtud de lo cual éstos quedan obligados en conciencia, pero no forzados. Dios tiene en cuenta la dignidad de la persona humana que Él mismo ha creado, la cual debe regirse por su propia determinación y gozar de libertad. Esto aparece de manera explícita y constante en el proceder de Cristo Jesús. El Reino de Dios se estable-ce dando testimonio de la verdad y prestándole oído, y crece por el amor con que Cristo, levantado en la Cruz, atrae a todos los hombres hacia Él. Los apóstoles se esforzaron en convertir a los hombres a la fe en Cristo, ante todo por la virtud de la Palabra de Dios. Siguiendo el ejemplo de Cristo, predicaron la Palabra de Dios confiando plenamente en la fuerza divina de esta palabra. La Iglesia, fiel al ejemplo de Cristo y de sus apóstoles, promueve la libertad religiosa como conforme a la dignidad humana y a la revelación de Dios. A lo largo de los siglos, los hombres, iluminados por la fe, han ido percibiendo más ampliamente la dignidad de la persona y han madurado la persuasión de que, en materia religiosa, esta dignidad debía conservarse libre de cualquier coacción humana, dentro de la sociedad. La libertad de la Iglesia es principio fundamental en las relaciones entre la Iglesia y los poderes públicos y todo el orden civil. La Iglesia exige y defiende para sí la libertad en la sociedad humana puesto que por mandato divino le incumbe el deber de ir a todo el mundo y predicar el Evangelio a toda criatura. Esta libertad de la Iglesia está en plena concordancia con el derecho a la libertad religiosa. Este derecho de cada ser humano y de cada comunidad religiosa se debe respetar y sancionar en el ordenamiento jurídico de la sociedad. El discípulo tiene la obligación grave para con Cristo Maestro de conocer cada día más la verdad que de Él ha recibido, de anunciarla fielmente y de defenderla con valentía. Los fieles, en la formación de su conciencia, deben prestar diligente atención a la doctrina de la Iglesia, pues por voluntad de Cristo, la Iglesia católica es maestra de la verdad. Es evidente que todas las naciones tienden hacia la unidad. Para que se establezcan relaciones pacíficas y armónicas se requiere que en todo el mundo la libertad religiosa sea protegida y respetada, pues los hombres de nuestro tiempo desean poder profesar libremente la religión, en privado y en público. (Referencia de lectura: Dignitatis Humanae, 9-15)
Domingo 26 de enero de 2014
¡No tengan miedo!
Un generoso remedio y alimento para nuestra fe
Q
ue tal mis queridos lectores, para esta edición de nuestro Semanario la RED, quiero hacer referencia precisamente a este medio de información y formación de nuestra Iglesia Potosina. Y es que ya son cinco años que permanece en manos de todos ustedes con notas del quehacer de las pa-rroquias, las comisiones y dimensiones de pastoral, de grupos y movimientos y sobre todo de elementos formativos que semana tras semana nos otorgan el equipo editorial de este gran Semanario. En el transcurso de los años sé que estos medios de información, como son la prensa escrita católica, ésta enfrentando el desafío de encontrar más lectores, subrayar la unidad dentro de la Iglesia, convencer a los alejados de la riqueza de la vida de la Iglesia y hacer un frente común en la batalla cultural que libramos en el mundo moderno, que busca vivir al margen de Dios. Al celebrar este aniversario quiero pedir y hacer hincapié a mis queridos hermanos y señores párrocos y vicarios que no dejen de intensificar el apoyo a este medio que, no solamente es informativo sino que, tiene una gran riqueza para la formación de nuestros fieles en las parroquias, grupos y movimientos y que, tampoco está limitado para quienes formamos la Iglesia sino también a quienes difieren de nuestra fe y necesitan unas respuesta a sus interrogantes sobre nuestra fe. Quiero agradecer a todas las personas que promueven nuestro Semanario en las puertas de los templos, a todas aquellas con quienes me he encontrado en nuestros momentos de convivencia en “Casa de la Acción Católica” en los dos años que llevo al frente de nuestra de nuestra Iglesia Potosina, a aquellos que por razones de distancia o al mismo factor económico no han podido participar les quiero decir gracias: Gracias por ser apóstoles de la comunicación, gracias por dedicar desinteresadamente tiempo y esfuerzo para que nuestro Semana-rio esté al alcance del mayor número de personas, gracias por ser heraldos de la buena noticia y de un buen mensaje del cual estamos necesitados, gracias muchas gracias. Sé que para hacer un artículo como el de mis estimados escritores de La Red, conlleva invertir un buen tiempo, lo sé por experiencia. También a ustedes quiero agradecerles por su cariño que han manifestado a nuestro Semanario, por el gusto de escribir cada semana, de hacerlo constantemente y sin desfallecer. Todos ustedes son la riqueza del pensamiento cristiano que fluye como de una fuente y que son el orgullo para nuestra Iglesia Potosina. Si hace algunos años se hablaba de pensadores católi-
cos potosinos como el P. Guillermo Dip, P. Joaquín Antonio Peñalosa, P. Rafael Montejano y Aguiñaga; hoy sin lugar a dudas, nuestra Iglesia Potosina sigue manteniendo éste rango al contar con excelentes expositores y portadores del pensamiento cristiano. A todos ustedes gracias por hacer posible nuestro Semanario la Red. No puedo olvidar a quienes conforman la oficina de la Red de quienes laboran en la edición, el diseño, la administración, de quienes lo llevan a las puertas de las parroquias, quienes promueven la Red en los expendios de periódico: gracias por ser esos centinelas que procuran que este medio de información católico este en manos de nuestros lectores, gracias a todos ustedes. Nuestra Iglesia Potosina cuenta con este instrumento y quiero invitarles a que lo tengamos precisamente, como nos invita el Papa Francisco para “recuperar la frescura del Evangelio”, encontrando “nuevos caminos” y “métodos creativos” a no ence-rrar a Jesús en nuestros “esquemas tradicionales”. Por ello, no podemos prescindir de la prensa escrita, con la que contamos para llevar a cabo, también por éste medio, la Nueva Evangelización, en la Misión Permanente”. Es una voz para formar e informar al pueblo de Dios “como Discípulos misioneros cons-tructores de la paz y defensores de la vida. Es un instrumento que nos ayuda también a evitar las “tentaciones de los agentes pastorales” como son el individualismo, o como lo es la gran amenaza del pragmatismo de la vida cotidiana en la Iglesia y fuera de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad todo se va desgastado incluso la misma fe, la comunicación y las relaciones humanas. Así que mis queridos sacerdotes; párrocos y vicarios, agentes de pastoral no tengan miedo de promover este medio, no tengan miedo de usarlo como instrumento en la Evangelización y Misión Permanente, no tengan miedo de abrir las puertas de sus parroquias, grupos y movimientos a nuestro Semanario, no tengan miedo de salir y ofrecerlo puerta a puerta. Pregunto ¿o acaso el Evangelio no implica un salir y llevar el Evangelio por todo el mundo? Por eso termino como empecé, diciéndoles a ustedes que nuestro Semanario La Red es un generoso remedio y alimento para nuestra fe. Su amigo, hermano y Arzobispo +Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí
Nuestra historia
Santo Tomás de Aquino y la suma contra los gentiles
L
Una decisión inteligente no siempre es placentera Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez
Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortiz
as principales fuentes sobre la vida de Santo Tomás de Aquino se encuentran convenientemente recogidas en las Fontes vitae S. Thomae Aquinatis gracias a los esfuerzos de dos dominicos: Dominique Prümmer y Marie-Hyacinthe Laurent. Al primero, que comenzó su tarea a principios del siglo XX, le debemos la edición de las tres biografías más antiguas, escritas por Guillermo de Tocco, Bernardo Gui y Pedro Calo. El segundo, que finalizó sus trabajos poco antes de la II Guerra Mundial, volvió a publicar las deposiciones de los testigos en los procesos de canonización de Nápoles y Fossanova, así como un fascículo de documentos que compila los extractos de las crónicas antiguas o cartas sobre Tomás o la familia de Aquino. La fecha del nacimiento de Tomás se calcula, por aproximación, a partir de su muerte. Su primer biógrafo nos dice que falleció en la mañana del 7 de marzo de 1274. Analizando las afirmaciones de Tocco, Bernardo Gui, Tolomeo de Lucca y los trabajos de investigación más actuales, parece haber un cierto acuerdo en situar la fecha de su nacimiento de Tomás en los años 1224/1225. La obra escrita de Tomás de Aquino es inmensa y, cuando se tiene en cuenta que murió a los cuarenta y nueve años y había recorrido casi 10.000 kilómetros en viajes a pie se considera una hazaña inigualable. Sus obras más extensas, y generalmente consideradas más importantes y sistemáticas, son sus Sumas: la Summa Theologiae, la Summa contra Gentiles y su Scriptum Super Sententias. La Suma Contra Gentiles, es una de las obras más relevante que realizó, pues se dispone del texto autógrafo de Santo Tomás en una buena parte de la misma (alrededor de un tercio): desde I, c13, hasta III, c120, con algunas lagunas. Es una obra que Santo Tomás “mimó, modificó, releyó y corrigió en varias ocasiones”. El P. Gauthier es el primero en dar a conocer que el principio del Contra Gentiles está escrito sobre el mismo pergamino y con la misma tinta parisina que el Super Boetium y que a partir del folio 15 cambia de pergamino y en el reverso del folio 14 de tinta, concluyendo que este cambio data del tiempo en que Tomás deja París y viaja a Italia. El P. Torrell retoma una afirmación que el texto está concluido en 1265. El propósito de la Suma Contra Gentiles: Aunque las fechas de las etapas de redacción parecen claras, la intención o propósito de este Liber de veritate catholicae fidei contra errores infidelium –así comienzan los manuscritos-, siempre han sido objetos de vivas discusiones. Como consecuencia, de la palabra “Gentiles” mencionada en el título de la obra (título otorgado sin especial autoridad por el ejemplar divulgado alrededor de 1272), la tradición recibida –desde el siglo XVI o XVII- nos dice que Tomás redactó este libro a instancia de Raimundo de Peñafort que, con la intención de convertir el islam, muy cercano por aquel entonces en España, “habría pedido a su joven hermano equiparar a los misioneros con las armas intelectuales necesarias”. El P. Torrell concluye: La Suma Contra Gentiles tiene una “ambición intemporal” significa que “cree poder ser útil a todos los tiempos” y no solamente al suyo. Su intención no es la de un apostolado inmediato
y limitado, sino una intención de sabiduría con aportación apostólica universal. La Suma Contra Gentiles: método y plan: Santo Tomás explicó claramente el método y plan de esta obra en un texto muy bello, que es necesario reproducir: “El sabio debe emplear su esfuerzo en una doble verdad: la de las realidades divinas y, al mismo tiempo, la refutación de los errores contrarios. Para uno de estos dos cometidos puede ser suficiente la investigación de la razón; el otro sobrepasa todo intento de razón. La doble verdad de la que hablo debe de ser considerada no desde el lado de Dios, que es la verdad una y simple, sino desde el lado de nuestro conocimiento, que ante las cosas de Dios reviste diversas modalidades”. Los ocho primeros capítulos son un discurso del método a seguir, y el noveno un resumen. Santo Tomás plasma su concepto de Teología y se entrevé que se trata de una obra muy personal. No olvida, el Aquinate, que por muy cuidadoso que sea con la razón, que su construcción reposa sobre la historia de la salvación. Utiliza la palabra convincere no en el sentido de persuadir sino de “convencer del error a quien ha errado”. El contenido de la Suma Contra Gentiles: Si queremos hacernos una idea de las materias tratadas por el autor, es necesario seguirle un poco más de cerca de lo largo de sus cuatro libros. Como en todas sus obras, la estructura es de una claridad perfecta y no ofrece ninguna dificultad para discernir la disposición de las diversas secciones. El libro I trata inme-diatamente de la existencia de Dios (10-13). Lo mismo que en la Suma de Teología el primer plano lo ocupa la vía negativa (es la vía más adecuada para acercarnos a la esencia), pues por la vía positiva llegamos únicamente a la existencia de Dios. Estando siempre presente este dato de capital importancia, Santo Tomás enumera todas las perfecciones divinas. Descarta en Dios todo cambio y toda composición, es soberanamente perfecto, pero no obstante, objeto de conocimiento y nominación analógica. La bondad ocupa el primer plano de las perfecciones divinas: es el bien de todo bien. Después su unidad, y su infinitud, su inteligencia, su voluntad. Termina el primer libro como se puede hablar del libre albedrío, de las pasiones y las virtudes en Dios, pero subrayando sobre todo lo que se llama beatitud. El segundo libro estudia la “salida” o procesión de las criaturas a partir de Dios. Después de unas reflexiones preliminares enuncia el plan tripartito: la producción de los seres, su distinción, la naturaleza de los seres creados y distintos. Dios, principio del ser, es también principio del obrar por su potencia activa. El tercer libro –el más voluminoso- cuenta con 163 capítulos. El tema general es, por tanto el de la providencia de Dios, la manera en que cuida de este universo que ha creado y que gobierna. La Secunda Pars habla del retorno a Dios del hombre; y la diferencia con ella es lo que concierne al gobierno divino es tratado ya en la Prima Pars.
L
a inteligencia no se lleva con el placer, para alcanzar sabiduría se necesita sacrificio. El hombre inteligente no es aquel que sólo tiene un buen cerebro, éste no es suficiente, porque también se ocupa fuerza de voluntad. Para alcanzar sabiduría, es necesario ocupar voluntad e inteligencia. Ya que para pensar bien, se necesita fuerza de voluntad. No es suficiente saber lo que conviene, hace falta voluntad para ejecutarlo. El hombre que sólo vive del momento no es muy inteligente, ya que no esta dispuesto a sacrificar el presente por un mejor futuro. Porque en realidad, no alcanza a mirar más allá de su presente. La sabiduría se genera con dolor. Y es difícil vivir inteligentemente, sobre todo cuando se vive entre placeres. La sabiduría, es un don que viene de lo alto, pero para recibir ese don es necesaria la disposición. Y el disponerse, cuesta; es necesaria la voluntad, para quitar lo que obstruye la disposición para recibir el don de la inteligencia. El hombre egoísta es poco inteligente, porque no alcanza a mirar más allá de sí mismo, y peor aún, no alcanza a mirar el futuro. Cuando vivimos en el confort nos negamos a aceptar verdades que incomodan; y que no por ser incomodas, dejan de ser verdaderas. Al no tomar en cuenta todo esto se cometen muchos errores. Pero el hombre inteligente acepta la verdad, aunque ésta duela, y la asume para el bien. El ser humano tiene inteligencia y voluntad, pero ambas se desa-rrollan a base de ejercicio. La inteligencia, no se engrandece sino es moldeada por la voluntad; y la voluntad no se fortalece sino a base de renuncias. Todo esto ayuda a que se abra el pensamiento, y así poder renunciar al modo habitual de pensar, aceptando verdades objetivas, aunque éstas no nos parezcan tan agradables. Hay quien dice, que nadie experimenta en cabeza ajena, ya que se necesita la propia experiencia para aprender a vivir. Hay quienes tienen mucha ciencia, pero poca inteligencia; porque sólo creen en lo que ven, y en lo que viven. Y el hombre inteligente, es capaz de mirar mucho más allá del tiempo presente, y del espacio. En la vida se necesita tomar decisiones, pero fallamos al decidir, porque no sacrificamos el sentido propio, y rechazamos el sentido común; pensamos que nuestra manera de ver y de pensar es la única, para así cerrarnos a otros puntos de vista. Es difícil tomar una decisión acertada, sobre todo cuando no estamos dispuestos a vencer nuestro modo habitual de pensar; cuando le huimos al dolor que causa el aceptar, que otros también tienen la razón. Hay errores que se han cometido no por falta de experiencia, ni de conocimiento, sino por falta de voluntad. Por eso, hay quien se queja de caer siempre en los mismos errores, y todo indica, que nada le han enseñado los años. Pero la causa de tantas fallas, es que al pensar no se ocupa la fuerza de voluntad.
Día del calzón Construyendo ¿Dónde quedó el pudor? un hogar E
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3a. parte
Por Pbro. Lic. Héctor Colunga colunga46561@hotmail.com
l 12 Por P. Kino
de enero en ciertas ciudades, entre ellas México, es “normal”, vestir en calzones en el metro. Los que se quedan en choninos, dicen que es un movimiento de libre expresión. Pero ¿es válido, moralmente hablando estar mostrando sus miserias a la sociedad? Este artículo también es de mi libre expresión y tal vez a alguno no le agrade. ¿Se acabó el pudor? El diccionario de la Real Academia de la Lengua define el pudor como honestidad, modestia, recato. Es un sentimiento de vergüenza, hacia lo relativo al sexo o la desnudez. Por ende el impúdico sería una persona descarada o que no tiene pudor. Partimos de que toda persona tiene tendencia a los placeres de la carne, incluyendo obviamente al sexo. No es fácil en ocasiones controlar esta tendencia, sobre todo cuando dicha persona se encuentra en el desarrollo hormonal. Las infidelidades matrimoniales, sacerdotales o de la vida de soltería no raras veces son consecuencia de esa inclinación natural a los placeres sexuales. Vivir la castidad requiere dominio de sí mismo, oración, deporte, arte, en una palabra, dirán los psicólogos, se requiere sublimar. Andar en calzones, les aseguro que a más de uno se les irán los ojos y pensamientos a aspectos sexuales desordenados, cayendo en el pecado de la lujuria y malos pensamientos. Santo Tomás dirá que el pudor se ordena a la castidad, y creo que tiene razón, pues en la medida que uno sea pudoroso, controlará la mirada, gestos, conversaciones obscenas, absteniéndose de ir a espectáculos malsanos.
Ahora bien, alguien podrá decir que en las playas las gentes están semidesnudas. Es donde de alguna manera debemos de cuidar no echar a volar la imaginación que nos lleve a alocarnos y ser infieles a nuestro estado de vida, además hasta cierto punto es parte del entorno climatológico que se vive. Otros hablarán del desnudo artístico, y vaya que tienen razón, porque el cuerpo es bello, es creación de Dios, y los pintores requerirán un autodominio para no desviar su concentración artística al momento de tener un humano desnudo, pero, ¿en el metro? ¿Qué necesidad? El cuerpo es templo del Espíritu Santo, hay que cuidarlo, respetarlo, y respetar el cuerpo del prójimo, y al exponerlo públicamente no sólo se corre el riesgo de que los demás le falten al respeto, sobre todo cuando lo critiquen por la piel de cáscara de naranja, las várices, los bellos bien fellos, (era tan velludo que parecía que en lugar de parearlo lo tejieron). El cuerpo es bello, Dios lo creó con un fin, pero no debemos dejar a un lado la cuestión de la concupiscencia, pues aquel que diga que no siente nada tal vez ya esté en una situación de santidad o es asexual, pero piense en los que aún no llegamos a esos grados de santidad y control (creo que somos la mayoría) ayúdenos a vivir la castidad como sacerdotes, como casados o solteros y póngase el pantalón o la falda, aunque sea en la ciudad, sirve que no le da un aire que lo enfermé... Y si aún su expresión dice me vale, yo quiero andar en traje de Adán y Eva, pues por lo menos plánchelo. Termino diciendo que este artículo también es de libre expresión, pero lo escribí con pantalones, y creo que la libre expresión puede ser de distintas formas y no sólo encuerándose.
Queridos lectores: En las dos ediciones pasadas, he estado hablando del proyecto que tiene “Grupo Fraternidad Héctor Colunga Rodríguez” de construir una casa hogar para adultos mayores.
¿Por qué hacer una casa hogar? No hace mucho me encontré con una persona y me cuestionó del por qué hacer un asilo si ya había muchos; le dije que ciertamente había, pero unos no estaban al alcance del presupuesto de los que pueden pagar y otros, aunque sean muy económicos o para meneste-rosos, tienen una serie de requisitos, que si no los cumples no pue-des ingresar a esa institución; por ejemplo, se debe hacer un examen médico y psicológico y que sean favorables. En ningún asilo te reciben personas que estén enfermas. Además, no deben de ser cuarteles con normas rígidas, sino que debe de haber cierta flexibilidad en las reglas y el trato tiene que ser digno, con calor humano y que la estancia sea como su propia casa. Por eso “Grupo Fraternidad”, tiene en mente un espacio que responda a todas las necesidades de las personas de avanzada edad, y para esto, necesitamos por un lado el te-rreno que está en vías de donación y para empezar a construir y por otro, requerimos personas de buena voluntad y gran corazón para que con su servicio voluntario se unan a esta loable acción. Se pretende formar un grupo de amigos de todos los niveles sociales que se denominará “voluntarios fraternos” para que en los días y horas posibles de la semana, den atención, cuidado y no sólo en la casa hogar, sino también como en casas particulares, donde hay muchas personas solitarias que no tienen con quien platicar, ni quien
les haga un favor; nuestro servicio se tiene que extender a muchos y muchas que sólo les acompaña su vida cargada en años y un cúmulo de enfermedades. ¿Para qué hacer una casa hogar? En nuestra sociedad los niños y los ancianos son los más vulnerables y necesitados, y nadie sabe si algún día necesitará de alguien que lo cuide. Hay un pensamiento que tomé de un libro que con gusto les comparto y da respuesta a la pregunta que se me hace. Benditos sean aquellos que excusan mi torpeza al caminar y la poca firmeza de mi pulso. Benditos los que comprenden que ahora mis oídos mucho se esfuerzan para escuchar lo que me dicen. Benditos aquellos que se dan cuenta de que mis ojos están empañados y limi-tado mi sentido del humor. Benditos los que disimulan el que alguna vez derramé el café sobre su mesa. Benditos los que se detienen a charlar conmigo por unos instantes y escuchan con interés lo que les digo. Benditos los que excusan mis olvidos y nunca me dicen: eso ya me lo habías contado. Benditos los que me permiten evocar recuerdos felices del pasado que me hacen sentir querido y respetado, y que no estoy solo en el mundo. Benditos aquellos capaces de comprender lo difícil que me es hallar fuerzas para sobrellevar mi cruz. Benditos aquellos que de vez en vez se acuerdan de hacerme algún obsequio por sencillo y pequeño que este sea. Benditos aquellos que con su amor me ayudan a esperar tranquilo y sonriente el día de mi partida. Esa es la razón por la cual “Grupo Fraternidad” pretende lo que pretende. Para mayores informes de este proyecto y algunas actividades al 8 12 45 55 (Arzobispado), con su servidor.
Fidelidad a Jesús
en la tribulación
E
Por: José Antonio Martínez Ortiz
n el Credo, encontramos la afirmación de que Jesús “subió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre”. La vida terrenal de Jesús culmina en el evento de la Ascensión, que es cuando Él pasa de este mundo al Padre, y se levanta a su derecha. ¿Cuál es el significado de este evento? ¿Cuáles son las consecuencias para nuestra vida? ¿Qué significa contemplar a Jesús sentado a la diestra del Padre? Partimos en el momento en que Jesús decide emprender su última peregrinación a Jerusalén. San Lucas anota: “Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén” (Lc 9,51). Mientras “asciende” a la Ciudad santa, donde se llevará a cabo su “éxodo” de esta vida, Jesús ve ya la meta, el cielo, pero sabe que el camino que lo lleva de nuevo a la gloria del Padre pasa a través de la Cruz, a través de la obediencia al designio divino de amor por la humanidad. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que “la elevación en la Cruz significa y anuncia la elevación de la ascensión al cielo” (n. 661). También nosotros tenemos que tener claro en nuestra vida cristiana, que entrar en la gloria de Dios exige la fidelidad cotidiana a su voluntad, incluso cuando requiere sacrificio, y requiere a veces cambiar nuestros planes. La Ascensión de Jesús ocurre concretamente en el Monte de los Olivos, cerca del lugar donde se había retirado en oración antes de la pasión para permanecer en profunda unión con el Padre: una vez más, vemos que la oración nos da la gracia de vivir fieles al proyecto de Dios. Al final de su Evangelio, San Lucas narra el acontecimiento de la Ascensión de una manera muy sintética. Jesús llevó a los discípulos “hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Los discípulos, que se habían pos-trado delante de él, volvieron a Jerusalén con gran alegría, y permanecían continuamente en el Templo alabando a Dios “(24,50-53). La Ascensión de Jesús al Cielo nos da a conocer esta rea-lidad tan reconfortante para nuestro camino: en Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nuestra humanidad ha sido llevada a Dios; Él nos ha abierto el paso; es como un guía en la escalada a una montaña, que llegado a la cima, nos tira de nosotros y nos lleva a Dios. Si confiamos a Él nuestra vida, si nos dejamos guiar por Él estamos seguros de estar en buenas manos, en las manos de nuestro Salvador, de nuestro abogado.
Hagámonos de palabras
Hipócritas son los días nublados y los domingos de santidad
¿A
quién se le puede denominar un hipócrita?, o lo que es más acertado, ¿a quién se le puede decir que actúa como tal? Seguro hay muchas apreciaciones y respuestas, las cuales obviamente no me interesan, no es un tema interesante, puesto que no hace ningún mal una persona que obra de modo hipócrita, es más importante hablar de: fútbol, de política, de algún tema soso sobre el clima, hablar de chismes por redes sociales. Decir algo de lo hipócrita no es más que una hipocresía. Sin embargo, lo hago porque yo considero más importante lo hipócrita que las otras pavadas ya escritas. En La Vida Eterna, Fernando Savater apunta que: “Entre los griegos, el objetivo de la filosofía era la felicidad o la salvación, no la verdad. El culto a la verdad es un culto cristiano”. Esto es cierto, demasiado cierto pero no es verdad, dirá algún penitente, ya que lo único que es verdad es Dios. Sócrates, buscó siempre la felicidad, la salvación; los antiguos por medio de la virtud, la misma tradición de la paideia, era felicidad y salvación, y fue sólo el pensamiento cristiano quien incorporó la verdad como superior a estos otros valores, aunque a la fecha eso sólo ha servido para generar más conflicto, ya que ante la pregunta: ¿qué es la verdad?, ninguna ciencia o religión logra contestar. Esto es importante para esclarecer la hipocresía, la palabra υποκριτης (ipocrites), era terminología teatral, que quiere decir: el cómico, pero también puede entenderse
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como un profeta o adivino; de allí que en la biblia se vilipendió a los hipócritas. El gran estudioso de la Grecia antigua Jaeger Werner en su libro Paideia, explica que el teatro, en concreto la comedia ática, era conocida como “espejo de la vida” así como, que el origen de lo cómico se encuentra en lo incoercible de las naturalezas ordinarias, las cuales no se aceptaban en el cristianismo. El hipócrita en Grecia era el sujeto que imitaba y hacía comedía de los sucesos cotidianos, un actor que hace una cosa, y sí, efectivamente piensa otra, finge. Estos actores también buscaban la felicidad, no la verdad. Espero que con esto a Verónica le dejen de decir hipócrita, aunque poquito se lo merezca.
La fiesta de hoy
resbítero de la Orden de Predicadores y doctor de la Iglesia, dotado de gran inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una extraordinaria sabiduría. A los 18 años, contra la voluntad del padre y hasta perseguido por los hermanos que querían secuestrarlo, ingresó en la Orden de Predicadores, y completó su formación en Colonia donde tuvo por Maestro a San Alberto Magno, y después en París. Mientras estudiaba en esta ciudad se convirtió de estudiante en profesor de filosofía y teología. Después enseñó en Orvieto, Roma y Nápoles. Murió en la madrugada del 7 de marzo de 1274, a los 48 años. En el monasterio cisterciense de Fossanova, mientras se dirigía al concilio de Lyon, convocado por el B. Gregorio X. Su obra más famosa es la Summa theologiae, de estilo sencillo y preciso, de una claridad cristia-na, con una capacidad extraordinaria de síntesis. Cuando Juan XXII lo canonizó, en 1323, y algunos objetaban que Tomás no había realizado grandes prodigios ni en vida ni después de muerto, el Papa contestó con una famosa frase: “Cuantas proposiciones teológicas escribió, tantos milagros realizó”. Doctor Angélico (como se lo llamó después del siglo XV), su inteligencia estaba condicionada por el amor y condicionaba al amor. “Luz intelectual llena de amor -amor de lo verdadero pleno de alegría-”
07 Por Luis Marino Moreno
Cómo se escribe una vida Ensayos sobre biografía, autobiografía y otras ficciones literarias Michael Holroyd
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l hombre que se encargó de devolverle a la biografía estatuto artístico, dejó constancia del hecho en por lo menos dos libros de calidad superlativa: Lytton Strachey y Bernard Shaw. Investigador irrenunciable, analista inveterado, narra los acontecimientos con una destreza que permite leer sus libros como lo que verdaderamente son: obras maestras del género. El estilo inconfundible de Holroyd complementa la claridad de cada una de sus afirmaciones con una demostración contundente, portadora a su vez de dos cualidades paradójicas: veracidad y humor. En cómo se escribe una vida, una compilación de ensayos preparada y presentada por Matías Serra Bradford, los atributos del autor encuentran el cauce exacto, tanto para pensar y hasta discutir con argumentos certeros la biografía y la autobiografía como para encontrar en el pasado los matices de excelencia o de exclusión que permiten juzgar —y volver a valorar— a escritores como Anthony Powell, Hugh Kingsmill y Richard Hughes. La capacidad de Michael Holroyd para detectar vetas de talento dentro del esquema de una época pretérita, la elocuencia inusual para poder exponerlo a los lectores, equivalen a una exploración arqueológica y a una exposición magistral cuyos resultados provocan en todos los casos un entusiasmo y una fascinación perdurables. Michael Holroyd nació en Londres en 1935, fecha tan ecuánime como cualquiera para arbitrar el nacimiento y la extinción de muchos prestigios literarios. La curiosidad y una facultad crítica extraordinaria lo instigaron a restablecer la reputación de escritores como Hugh Kingsmill y William Gerhardie, que supieron brillar en la década en la que Holroyd nació. A Gerhardie pertenece el epígrafe que utiliza en Basil Street Blues, el libro más personal de Holroyd, un relato familiar: “El pasado deposita una superficie delgada sobre los días que vivimos. Nos dice del presente más de lo que el presente puede decirnos”.
Iglesia Universal CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco señaló que Jesús vino al mundo con la misión de liberarlo de la esclavitud del pecado, e indicó que el mal y el pecado son vencidos por el amor que empuja al don de la propia vida por los demás. El Evangelio nos presenta la escena del encuentro entre Jesús y Juan el Bautista, cerca del río Jordán. Quien la describe es el testigo ocular, Juan Evangelista, que antes de ser discípulo de Jesús era discípulo del Bautista, junto con el hermano Santiago, con Simón y Andrés, todos de Galilea, todos pescadores”. El Papa señaló que “en el testimonio de Juan el Bautista, Jesús tiene las características del Siervo del Señor, que ‘soportó nuestros sufrimientos, y aguantó nuestros dolores’, hasta morir sobre la cruz. Él es el verdadero cordero pascual, que carga con nuestro pecado, para purificarnos”. ROMA.- El Prefecto de la Congregación para la Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, afirmó la Positio de la causa de canonización del Beato Juan XXIII “está llena de milagros y fama para realizarlos”, por lo que el Papa Francisco “sólo redujo los tiempos” para que la Iglesia pueda celebrar este año al Pontífice que inició el Concilio Vaticano II. El Santo Padre “sólo redujo los tiempos, para hacer posible la gran oportunidad en la Iglesia entera de celebrar en 2014 a Juan XXIII, quien inició el Concilio Vaticano II y con Juan Pablo II, el propulsor de las raíces pastorales, espirituales, y doctrinales de los documentos conciliares”. NUEVA YORK.- Estudios realizados por un grupo de científicos del Mount Sinai School of Medicine, en Nueva York (Estados Unidos), revelaron que las células embrionarias en la placenta recorren el cuerpo de la madre gestante, y ayudan a reparar tejidos dañados, especialmente los del corazón. Hina Chaudhry, investigadora principal del estudio, indicó que “nuestra investigación muestra que las células estaminales fetales juegan un rol importante en inducir la reparación cardiaca materna. Los científicos hallaron que las células estaminales de la placenta migran al corazón de la madre y se establecen donde se ha producido una lesión, como en el caso de un infarto. IDAHO USA.- “Un niño pequeño llorando en la misa, es una señal que la Iglesia sigue viva y continua con su misión de evangelizar a las naciones”, señaló el sacerdote en Idaho Falls (Estados Unidos), P. José Ramírez, quien explicó que el llanto no es excusa para no llevar a los niños a misa, y que los padres deben aprender a disciplinarlos con paciencia y respetando la solemnidad de la celebración. “¿Si no hay niños en la misa de hoy, entonces dónde estará la iglesia del mañana?. Los niños pueden irse integrándose a la comunidad de fe, y al principio va ser difícil”, expresó el P. Ramírez en su artículo titulado “Los Niños en la misa” de la Diócesis de Idaho.
Iglesia de México
Obsequiamos el libro “En nombre del amor” al primer correo que llegue a laredsemanario@yahoo.com con las respuestas correctas. 1. Nombre de pila de Juan Pablo II 2. Fecha en Juan Pablo II fue nombrado Papa 3. Nombre encíclica escrita por Juan Pablo II No olvides poner tu nombre y télefono en el correo.
MÉXICO.- El viernes 17 de enero, el Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Mons. Eugenio Lira Rugarcía realizó una visita de cortesía a la Oficina Económica y Cultural de Taipei, donde tuvo la oportunidad de conversar y almorzar con el Sr. Embajador Carlos S. C. Liao, para agradecer la ayuda que la Embajada de Taiwán ante la Santa Sede otorgó a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano a las diócesis afectadas por los fenómenos naturales Ingrid y Manuel el año pasado. A la reunión asistió también el Secretario de Relaciones Institucionales de la CEM, y por parte de la Oficina Económica y Cultural de Taipei estuvo el Director de Coordinación, Mtro. Gervasio C. C. Hsu.
Iglesia Potosina SAN LUIS POTOSÍ.- Nuestro Semanario la Red cumple, este mes de enero, cinco años de estar en manos de quienes formamos parte de la Iglesia Potosina y mas allá de los límites diocesanos pues las diócesis vecinas de Valles y Matehuala han querido que nuestro Semanario llegue también a esos lugares a quienes les agradecemos infinitamente. Nuestro Semanario que, ya ha editado más de 250 ediciones nace con la finalidad de formar e informar y sobre todo de ser un elemento auxiliar en la Misión Permanente y ahora con la motivación que nos ha dado el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium para la nueva Evangelización. Gracias por ser parte de la RED.
La palabra se hizo carne y habitó entre nosotros
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Por Lic. Ignacio Algara
La ciudad de Jesús Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez
12 Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. 13 Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, 14 para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: 15 “¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! 16 El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz.” 17 A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca». 18 Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. 19 Entonces les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres». 20 Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron. 21 Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca de Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. 22 Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron. 23 Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.” (Mt 4, 12-23).
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or qué Cafarnaúm? San Mateo no se quiso quedar con el puro dato histórico, sino que desentraña la razón de fondo por la que Jesús escogió Cafarnaúm como la plataforma de su actividad profética. La respuesta la encuentra en el profeta Isaías, el cual describe, acorde a la realidad y acorde a la opinión popular del reino del sur, que Galilea, en el norte, es un lugar semi-pagano, por esa la llama “Galilea de los gentiles”, pueblo que camina en tinieblas. Así, Jesús, desde el principio de su ministerio, alcanza a todas las naciones, pues lo que se traduce por “Galilea de los gentiles”, viene a ser “Galilea de las naciones”, es decir, región marcada por la mezcla de etnias de diversos orígenes, no únicamente judíos. Es significativo que, al término de su misión terrena, Jesús envíe a sus apóstoles a que vayan y hagan discípulos a todas las naciones, pues dicha misión él la ha realizado desde Cafarnaúm en Galilea. Así, desde sus primeras páginas, este evangelio de san Mateo es eminentemente misionero. La mezclas de naciones en Galiea ha hecho de ella un pueblo en tinieblas, de ahí que Jesús elija ir a dicho lugar, para realizar un ministerio de luz. Esto ya había sido anticipado en la iluminación que concedió a los magos venidos de Oriente,
pero Mateo quiere que esto sea eminentemente explícito citando a Isaías. Lo explícito de san Mateo no se repetirá en los demás evangelistas, pero todos hacen referencia a dicha “ciudad”, relacionándola con los inicios del ministerio de Jesús y, por supuesto, la vinculan a alguna obra o milagro específico. Los evangelios la mencionan 16 veces. San Marcos y san Lucas coinciden en que Jesús obró en dicho lugar su primer milagro (curación de un poseído). Mientras que san Mateo ubica ahí mismo el segundo milagro. El evangelista san Juan, por su parte, también señala que el segundo signo de Jesús consistió en la curación de un enfermo que se encontraba en Cafarnaúm (aún cuando Jesús la realiza a distancia, desde Caná). Ambos, Mateo y Juan, parecen coincidir incluso en la misma historia: ahí se da un milagro que favorece el encuentro de Jesús con un extranjero que suplica por su enfermo, pero con variantes significativas en los detalles. El lugar privilegiado que le brindan los evangelios, como residencia de Jesús y lugar de sus primeros milagros, hacen verdaderamente de Cafarnaúm lo que un manuscrito mateano dice de ella, en relación con Jesús: “su ciudad”, la cual se vuelve, según san Mateo, emblema de la misión a todas las naciones.
ada vez que me toca leer un pasaje de San Juan, lo miro con mucho respeto y creo que sólo puedo quedarme a una orillita de entender tanta profundidad, pero me encanta esa profundidad misteriosa. Nuestro Señor siempre ha existido. Desde el principio estaba con Dios. Con Él estaba la vida. Su nacimiento encarnado entre nosotros, es sólo un momento en nuestra historia, cuando hubo condiciones para que tomando nuestro cuerpo se comunicara usando nuestra voz y nuestros conceptos. Se encarnó en la plenitud de nuestros tiempos, cuando nuestra mente se había desarrollado, bajo Su impulso y Sus leyes. Cuando nuestra conciencia había tomado forma y nuestro lenguaje hacía posible la comunicación. Cuando nuestro corazón había ido aceptando las palabras del Padre, de que había un solo Dios, palabras que nacieron de nuestra conciencia, y que nuestros oídos pudieron escuchar de los profetas, a su vez “oidores” de la voz de Dios. Dios Padre siempre ha estado comunicándose con nosotros. Siempre nos ha estado tirando onda, y siempre con Él ha estado Nuestro Señor. La historia del hombre ha sido la historia de un desarrollo de la capacidad de oír y de ver a Dios. Entre sueños, revelaciones, imaginación y búsqueda, Dios se nos ha aparecido continuamente. La encarnación es el punto de madurez para que Dios venga a vivir con nosotros, para que tome nuestra humilde condición, se haga débil, sujeto al hambre y al frío, a la necesidad de cuidados, al cansancio, al sueño, a la sed, a la enfermedad y a la muerte. Cuando Él muere y resucita, nos hace ver que la muerte, es el sello y destino de todo ser vivo, fue vencida para siempre. Él la venció, y nos invita a lo mismo, a ser partícipes de la vida eterna, ahora en la casa del Padre. Así como Él tomó nuestro cuerpo en nuestra forma de vida, con su resurrección nos permite ser a su imagen y semejanza, ser parte de su cuerpo en su forma de vida. Nos invita a encarnarnos con El, en esa carne sobrenatural. Su encarnación aquí, es preludio de nuestra encarnación allá. Nos invita a “encarnarnos” en el Espíritu, un proceso semejante pero inverso. El se sometió a nuestras carencias. Pero a nosotros nos invita a compartir sus grandezas. Para esto, cuando va a regresar al cielo poco después de su resurrección, reúne a los apóstoles y les anuncia que les va a enviar al Espíritu. Así se completa y perfecciona la presencia de Dios: desde la antigüedad, Dios Padre venía hablando y por fin llega el tiempo maduro para que venga Nuestro Señor, que está físicamente entre nosotros unos cuantos años, y cuando regresa al Cielo, manda al Espíritu Santo, para que nos llene de luz y fuerza. Estas presencias diferenciadas, siempre se encarnan, se vuelven físicas: se manifiestan como el sueño, la revelación, los profetas, los ángeles anunciadores, Nuestro Señor mismo y la fuerza revolucionaria y apasionada del Espíritu Santo. Dios sigue vivo y presente, sigue encarnado en nosotros. Pero para hacer una similitud con el tiempo de Navidad, tiempo que celebra la encarnación de NS, valdría la pena hacer una extrapolación. Como a Zacarías, a Isabel, a María y a José, Dios les anuncia a través de un ángel que algo portentoso, extraordinario, sobrenatural va a pasar en ellos. Todos quedaron sorprendidos en primera ins-tancia, porque eran gente ordinaria: pero el Espíritu los llenó, y se confiaron plenamente a lo sobrenatural: dieron un salto de fe, y un sí definitivo, un “fiat”, para que se hiciera en ellos la voluntad de Dios: “he aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra”. Ese sí, permitió y desencadenó la encarnación de Juan el Bautista y de Nuestro Señor. Con nosotros, el anuncio no es a través de un ángel o de un sueño: lo hace Nuestro Señor mismo en muchos pasajes del evangelio. Nos pide un sí, como el que le pidió Gabriel a María, nos invita a que dejemos que suceda en nosotros algo increíble, portentoso y extraordinario. Sólo tenemos que confiar, y decir: “he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. De esta aceptación se desencadena nuestra “encarnación hacia arriba” La carne se hará Palabra, y habitaremos en Ella.
Misa de Acción de gracias por 92 años de vida de Mons. Arturo Antonio Szyamanski Ramírez Trabajemos por la justicia para tener paz: Mons. Szymanski Por LCC Angélica Maldonado Morales
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usquemos el bien común y trabajemos por una sociedad que se rija por la justicia, si es así, seguramente tendremos paz en nuestra tierra, pero debe haber justicia, de otra forma no se podrá tener paz. Y para poder tenerla es preciso hacernos todos, servidores de todos”. “El que gobierna, cualquiera que sea, puede ser un carro de paletas o de elotes, o lo que gobierne, debe estar consciente de que su misión es servir a los demás, nadie se puede desentender de esto, porque estamos aquí en la tierra para servir a Dios en la persona de los otros”. Así lo señaló durante su homilía el primer Arzobispo de San Luis Potosí, Mons. Arturo Antonio Szyamanski Ramírez, quien presidió una Misa de Acción de Gracias con motivo su Santo (Onomástico) y cumpleaños número 92, por lo que le agradeció a Dios. Acompañado del Obispo de la Diócesis de Ciudad Valles, Mons. Roberto Octavio Balmori, y más de cuarenta sacerdotes se dieron cita en la S.I. Catedral Metropolitana potosina para darle gracias al Señor por esta gran bendición que es la vida misma.
Indicó Mons. Szymanski: “Dios me mandó a ser Pastor de mis semejantes y así lo han de ser todos los políticos, comerciantes, padres de familia, maestros, etc., todos debemos ser guardianes de los demás, debemos ir delante, ir junto e ir atrás y empujando a aquellos que como rebaño nos toca acompañar. Yo me siento obligado a ir adelante y a marcarles un buen ejemplo de vida cristiana, ése sería el mejor modo de servir a mis semejantes”. “Pidámosle a Dios que nos libre del apego excesivo a los bienes materiales y que nos conceda la gracia para vencer las tentaciones del enemigo, que es el mismo demonio, que tanto se presenta en nuestras vidas de una u otra forma y circunstancias”. “Gracias a todos por acompañarme a darle gracias a Dios en este día tan especial para mí, en que con un corazón lleno de agradecimiento me postro ante el Señor lleno de amor por permitirme arribar con bien a mis 92 años”. A la pregunta de su Semanario Católico La Red, sobre la mayor satisfacción que siente al arribar a sus
XVIII Aniversario Sacerdotal Don Luis Morales preside la celebración
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l Presbítero Gabino Medina Portales y sus compañeros de generación dieron gracias a Dios por 18 años de vida entregada a su Ministerio Sacerdotal, el que han ejercido con suma fidelidad durante todo este tiempo. Se ordenaron un 07 de enero de 1996 de manos del que era en el aquel entonces, Arzobispo de San Luis Potosí, Mons. Arturo Antonio Szymanski Ramírez. Los Sacerdotes festejados fueron: P. Gabino Medina Portales, Alfonso Martínez Gallo, P. Juan Carlos Carrera y P. Antonio Huerta García. Ellos se vieron acompañados por otros Sacerdotes, familia-res y amigos que unieron sus oraciones de agradecimiento al Todopoderoso por permitirles servirlo a Él y a la Iglesia, con todo su amor, alegría, entrega generosa y fidelidad, por lo que sin duda alguna, Dios los recompensa. ¡¡¡Muchas Felicidades estimados y respetables Sacerdotes!!!
92 años, se carcajeó y dijo “ya me hizo la pregunta de los 64 mil pesos, pues no tiene respuesta, porque son incontables e indescriptibles las expe-riencias maravillosas que he vivido desde que el Señor me llamó a servirle a los 25 años, primero como Sa-cerdote, luego como Rector del Seminario y luego como Obispo a los 38 años, son numerosísimos los momentos y experiencias que Dios me ha concedido vivir, que es imposible decir una sola pero todo se concreta en darme a los demás con amor y caridad, para sentirme pleno y feliz, viendo en el rostro de los demás a Cristo bendito”.
Peregrinación del Clero Potosino El Presbiterio se postró a los pies de la Virgen de Guadalupe
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l pasado Martes 14 de Enero, a las 11 horas dio inicio la peregrinación anual que hace el Presbiterio potosino, hacia la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, la cual fue encabezada por nuestro Pastor, Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero. Esta peregrinación a la Basílica que resguarda a la hermosa Morenita del Tepeyac, se realizó al iniciar un nuevo año con el objetivo de que nuestros Sacerdotes de la Arquidiócesis Potosina, se encomienden a la Madre del verdadero Dios por quien se vive: la Virgen de Guadalupe. El Clero potosino, puso en las manos de la Madre de Dios, sus objetivos, metas, planes, proyectos y estrategias a seguir para este año 2014, en el que hay muchas esperanzas de llevar una nueva Evangelización, que logre llegar a todos los rincones de la tierra. Nuestor Pastor presidió la solemne concelebración Eucarística, se tuvo tambien la presencia de los dos Arzobispos Eméritos de San Luis Potosí, Mons. Arturo A. Szymanski Ramírez y Mons. Luis Morales Reyes, ambos estuvieron gustosos de rendir veneración a la Madre. En su homilía, Mons. Cabrero les dijo a los Sacerdotes: “En la fe sencilla y humilde de nuestros papás tiene origen nuestro Sacerdocio, pues gracias a su fe, le entregaron a Dios un hijo sacerdote, para su Iglesia, que somos nosotros”.
“El Señor nos ha llamado para servirle porque nuestros padres nos acercaron a Jesús desde niños, por eso, cada uno de nosotros tiene el origen de su vocación en su familia, por la fe de sus padres, porque ellos fueron quienes nos consagraron a Dios. Ellos nos enseñaron oraciones sencillas y el amor y veneración a la Santísima Virgen”. “Llevemos pues una palabra, viva, fresca, emocionante, alegre, entusiasta, que tiene el milagro de experimentar fraternidad, amor, paz, perdón, comprensión, ayuda mutua, solidaridad, bondad y bien”. “Que nuestro Mi-nisterio deje de ser un Ministerio agónico, y que mejor, resurja y tenga vida”.
Fue así como se postraron a los pies de la Virgen Morena para solicitarle su ayuda, bendición y protección, y para pedirle su guía y fortaleza para caminar conforme lo marca el IV Plan Diocesano de Pastoral, entonándole con sumo fervor y devoción Mariana, la Salve Regina. Cabe señalar que en esta peregrinación participaron todos los Sacerdotes de la Arquidiócesis Potosina, incluso los de las parroquias foráneas y comunidades rurales.
Domingo 26 de enero de 2014
Dos nuevos canónigos para nuestra Catedral Potosina
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al vez, al hacer un recorrido por la Iglesia Catedral nos preguntaremos por qué hay un espacio tras el altar mayor, lugar en el que está el órgano y una serie de asientos. Se le llama a este lugar el “Coro de los Canónigos” o espacio en el que se reúne el “Cabildo catedralicio”. Una de sus funciones primordiales es la de participar en el rezo de la Liturgia particularmente con la intención de orar por la Iglesia local. Para esta ocasión, en el aniversario de la dedicación de la Catedral Potosina, el Sr. Arzobispo Don Jesús Carlos invistió como canónigos al Vicario General de la Arquidiócesis Pbro. Benjamín Moreno Aguirre y al Pbro. José Santos Hernández Rendón como canónigos. El Sr. Obispo resaltó el nombramiento de ambos sacerdotes para desempeñar este oficio de orar insistentemente para pedir bendiciones para nuestra Iglesia local, la Iglesia universal y para bien de toda la humanidad.
Dedicación de un templo a
Momento de la profesión de fe y el compromiso de cumplir con los estatutos de los nuevos canónigos para formar parte del Cabildo Catedralicio
a parroquia de San Joaquín y Santa Ana, en la Comunidad de Plazuela ubicada en la Zona Media del nuestro Estado de San Luis Potosí, en el Municipio de Rioverde, contó con la visita del Sr. Arz. Don Jesús Carlos Cabrero. El motivo de esta visita fue la de constatar el avance de las obras materiales de la construcción del Templo Parroquial que, en obra negra, está ubicado a un costado del original templo de esta comunidad de Plazuela. En el lugar, el Sr. Cura José de la Cruz Rodríguez acompañado de sus colaboradores en la construcción pudo explicar los pormenores de la obra así como lo que está por llevarse a cabo.
Todas las mañanas, en torno a las nueve, podemos acompañar desde cualquier parte de la Catedral, a este grupo de sacerdotes que en ese espacio ya indicado realizan el rezo de la salmodia que forma parte del rezo del Oficio Divino que todo sacerdote reza como parte de su oración personal. Desde nuestra redacción del Semanario la Red, saludamos y felicitamos a nuestros dos nuevos canónigos: El P. Benjamín Moreno y el P. José Santos, que en sus oraciones no se olviden de todos nuestros lectores de la Red y sobre todo por la Paz que tanto necesita nuestra Patria.
Cristo Rey L Carmen Castillo Fotos: Miguel Angel Arellano
Los nuevos canónigos intalados en su lugares para el rezo del Oficio Divino
Posteriormente, tanto el Sr. Arzobispo como el Párroco y quienes hicieron lo posible por acompañarlos, se dirigieron hacia la comunidad del Zapote, ubicada en el territorio parroquial de San Joaquín y Santa Ana, lugar en el que se llevó a cabo la dedicación de un bello templo, construido por los lugareños en honor a Cristo Rey. Ya es muy conocido el gesto de cercanía que realiza Don Carlos al llegar a una comunidad, es decir, el darse tiempo de saludar a cada una de las personas con las que se encuentra. Así lo hizo en el Zapote, de tal manera que todos quienes se encontraban con el Sr. Arzobispo les causaba admiración hacia su Pastor que se tomaba su tiempo para estar con ellos.
P. Benjamín y P. José Santos concelebrando en la Eucaristía con Don Carlos Cabrero
Canónigo:
Sacerdote que forma parte del cabildo de una catedral.
No cabe duda que este acontecimiento ha sido una bendición para esta comunidad parroquial, por lo que el Sr. Cura José de la Cruz, al final de la celebración Eucarística, agradeció su visita y su cercanía como Pastor a estas lejanas comunidades pero enriquecidas en la fe. Este acontecimiento terminó con una convivencia organizada por las familias del Zapote, quienes invitaron a todos los presentes, encabezados por el Sr. Arzobispo, el Párroco y autoridades civiles a compartir los alimentos que generosa y gustosamente se ofreció por este suceso.
El gran reto… Por Humberto Aguilera A.
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a se ha terminado el hermosísimo tiempo de Adviento, Navidad y Teofanía, manifestación personal de Cristo nuestro Señor. Hay que recordar que Dios Niño, el Rey de los judíos que tanto temor y angustia causó a Herodes, se ha quedado con nosotros, y ya de adulto se vuelva a hacer presente para cumplir el maravilloso ministerio que Dios Padre le encomendó de redimir a la humanidad, cosa que empieza una vez que recibe el bautizo y es ungido por Dios Padre y bendecido por el Espíritu Santo. Ese santo ministerio, anunciando el Reino de Dios, con la autoridad de ser la Palabra de Dios y por haber hecho todo cuanto existe, mostrando su divinidad como el Mesías, Profeta, rea-lizador de obras milagrosas, y enseñar una doctrina que no tiene paralelo en la historia, fundamentada en el amor y la dignidad del hombre, para después resucitar y subir al cielo y ser el Rey de todo cuanto existe, nos ha dejado un gran reto. En una frase resumió quién era, “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”; el Camino, porque nos mostró la senda que hay que recorrer para nuestra salvación, dando testimonio de sus pala-bras con sus actos; la Verdad porque, por ser Dios, es en sí mismo la Verdad, y la Vida porque nos ha hecho partícipes de su vida sobrenatural e inmortal venciendo a la muerte y al pecado y nos ha de purificar para que seamos dignos de acompañarle por toda la eternidad en la Gloria de su Reino. Al estar de acuerdo con lo anterior, y creer, y adherirse a ello, estamos res-pondiendo a su amoroso llamado, y en eso consiste la fe, esa virtud que sólo Dios puede regalarnos para que a través de la luz del Espíritu Santo busquemos incansablemente nuestra salvación movidos por el amor que permita co-rresponder a su gracia y misericordia. Alguien dijo que “el movimiento se demuestra andando”, estamos iniciando el año, qué mejor que buscar que nuestra voluntad siga fielmente a nuestra fe, esperanza y amor a Dios, y emprendamos esa revitalización de nuestra fe, colocando a Cristo Rey, como el motor de todas nuestras acciones y pensamientos, y centro de nuestra familia.
el relativismo que impera, se está perdiendo la idea y realidad de la petición que la Virgen María hizo a Cristo en las bodas de Canaán, “hagan lo que Él les diga”, eso no era únicamente para realizar el milagro de que no faltara el vino, era la prefiguración de lo que el hombre debe hacer ante las exigencias de Cristo en todos sentidos, igualmente sucede con las palabras de Dios Padre en el momento de la transfiguración de Cristo en el Monte Tabor, “este es mi Hijo muy amado escúchenlo”, debemos recordar que la libertad no es hacer lo que pensamos que es lo mejor, sino hacer aquello que nos lleve al bien, aunque no sea de “nuestro agrado”. De cuantas acciones se arrepiente el hombre por no detenerse a escuchar la voz de su conciencia antes de actuar… Si Cristo no fuera Dios, no tendría autoridad para exigirnos un comportamiento de nobleza y respeto a la dignidad propia y a la de los demás, que es difícil, lo es, pero ahí esta el reto, ahí esta la fortaleza que necesitamos para escuchar y hacer lo que Dios nos pide, evitando conveniencias, soberbia, egoísmo, prepotencia y falta de caridad. Es por ello que necesitamos pedirle a Dios que nos ayude, ya que nosotros somos creaturas débiles y con limitaciones, pero si buscamos a Cristo el responderá, nos dará lo que nos falte para no dejarnos llevar por la tentación de olvidarnos de Él. Esa es la lucha diaria que los católicos tenemos que enfrentar, debemos pensar constantemente en la presencia de Dios, el está con todo su amor y misericordia presto a escuchar nuestras súplicas, para eso nos ayuda la fe, para tener la absoluta confianza de que Dios nos acompaña, nos ilumina y ampara. Dios creó al mundo para que fuéramos felices, pero las consecuencias del pecado original nos han llevado a alejarnos de Dios, sin embargo, Cristo, consciente de nuestra debilidad nos dejó armas muy poderosas para luchar con alegría y tenacidad contra el espíritu del mal, al cual podemos derrotar al ponernos en las manos de Dios y hacer su santa voluntad. Eso es lo que han hecho los santos, y eso es lo que todos debemos y estamos llamados a hacer.
Cristo nos llama constantemente para levantarnos de nuestros errores y con su ayuda superarlos, es un acto de humildad y amor muy grato ante sus ojos; ese cargar de nuestra cruz y caminar a su lado llenos de gozo y alegría, traerá como correspondencia divina nuestra santificación, la aspiración más grande que podemos anhelar.
Su Santidad el Papa Francisco, nos ha pedido que seamos católicos que sepamos vivir nuestra fe y defenderla valientemente de quien la desprecie, porque no es obra nuestra es obra de Dios. Recuperemos el gozo de nuestras creencias, vivámoslas llenos de júbilo por estar en la verdad, por saber que servimos a nuestro Dios y Señor. Dejemos de ser o actuar como esclavos del príncipe de las tinieblas, eso traerá la autentica paz a nuestro interior al re-conciliarnos con Nuestro Creador.
Un problema que afecta a los creyentes para vivir más profundamente su fe es
Si buscas a Cristo lo encontrarás, si tocas se te abrirá, ¡si pides se te dará!
Vivir con entusiasmo Yo CREO...y vivo mi FE
Por P. Memo Gil
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odemos entender el entusiasmo como estar animados por una inspiración divina. De hecho, según su etimología, entusiasmo significa “tener a Dios dentro de sí”. Entonces una persona con entusiasmo se comporta con alegría, contento, regocijo, está motivada para alcanzar un ideal, su proyecto de vida y cualquier actividad por sencilla o difícil que ésta sea. Por eso, la inspiración divina que movía a los profetas era la fe en algo o alguien que los entusiasmaba para realizar su misión. Esa inspiración o fuerza divina se manifiesta, por lo tanto, en la viveza, en la autoridad con que se habla, en el testimonio de vida, como se sirve a los demás. De ahí, que encontrarse con alguien entusiasta y que contagia su entusiasmo es un don de Dios. Pues ésa persona nos anima y alienta para alcanzar nuestros ideales y saber tener fe en la vida. Es al mismo tiempo, alguien que nos puede acompañar en el camino emprendido, que nos ilumina en nuestras obscuridades, que nos ayuda a descubrir nuevos senderos. En una palabra, se trata de alguien que nos ayuda a descubrir cómo vivir mejor la vida. El entusiasmo ayuda a superar las dificultades, quita obstáculos, abre puertas, ablanda los corazones, disipa las angustias y tristezas, nos acerca más al Evangelio y nos da la posibilidad de hacer vida el mensaje de Jesús. Ante una sociedad marcada por el pesimismo y la desesperanza, hace falta verdaderos cristianos que proyecten entusiasmo. Ya que de acuerdo a la enseñanza de Jesús, el entusiasmo por la vida es un valor fundamental que se propone en el Evangelio. Pues él invita a vivir la vida desde la perspectiva de lo que el Padre quiere para nosotros. Jesús se apasiona tanto en transmitirnos su propio entusiasmo por medio de las parábolas que nos comparte, y a través de las cuales quiere que descubramos todo el amor del Padre hacia nosotros. Sólo así podemos entender el que Jesús haya actuado siempre impulsado por una fuerza interior que se hacía visible en las señales y prodigios que realizaba. Y que lo hacían aparecer como un hombre feliz y contento. Entonces, cuando uno ha llegado a descubrir que esa fuerza divina reside también en nuestro interior, podemos vivir plenamente un ideal, logramos nuestras metas, y experimentamos siempre un impulso para llevar todo a cabo con verdadera alegría. De este modo, una persona entusiasmada (podemos decir como que endiosada) tiene una gran vitalidad, posee la suficiente energía física y psíquica y una gran fuerza moral. Siendo así, la persona que vive su vida con entusiasmo, es una persona feliz. Llega a encontrar la felicidad en las cosas más insignificantes. Por eso, no necesita de grandes acontecimientos para sentirse feliz y manifestar su entusiasmo. Sabe descubrir proyectos que den sentido pleno a su existencia y le ayudan a renovarse constantemente. Sobre todo, teniendo en cuenta, que el entusiasmo y la felicidad deben ser resultado de llevar a la vida práctica, la bondad y el bien con que se rige en su manera de relacionarse con los demás.
El ritmo de las cosas Domingo 26 de enero de 2014
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ermino de leer Ultimas noticias del paraíso de Clara Sánchez, obra ganadora, en el año 2000, del Premio Alfaguara de Novela, y me quedo con la sensación de que el verdadero protagonista de la historia es la tristeza. Tristeza por todo lo que se pierde, por todo lo que desaparece sin decir adiós. La vida, al menos vista desde este mirador –un edificio madrileño ubicado en una zona más o menos exclusiva-, no es más que una sucesión interminable de desapariciones. Desaparece Eduardo, el amigo; desaparece Yu; desaparece Wei Ping; desaparece el padre y, a un cierto punto, desaparece también la esperanza. He subrayado cuidadosamente las veces en que el narrador –un joven que ve a su madre arrojarse a los brazos de un amante primero y a los de la cocaína después- se queja de la indiferencia de un mundo que ni siquiera es capaz de encogerse de hombros ante la pérdida de tantos rostros, de tantas presencias. Todo se pierde, pero a nadie parece importarle un bledo. «Me asusta la idea de que sea tan fácil desaparecer». Uno se va, y nadie pregunta por qué, nadie pregunta por él: el universo sigue su camino y los otros hombres el suyo, al menos hasta que también éstos desaparezcan y nadie pregunte por ellos. Cierto día, nuestro narrador se entera de que uno de sus vecinos acaba de morir asesinado a manos de su propia esposa. La noticia le espanta, pero, incapaz de hacer nada más, se limita a reflexionar: «El de la tintorería había muerto y su mujer estaba en la cárcel, y esto a la vida no le afectaba: la Pizzería Antonio seguiría estando hasta los topes de gente y la tintorería abierta, y en los demás locales se entraba y se salía como si no hubiera pasado nada». Esta es la tragedia: que muramos y que, aun así, no pase nunca nada. El mundo no se estremece, los televisores no se apagan, las calles no moderan el brillo de sus luces. Es como si hubiera muerto un perro, como si a una maquinaria gigantesca se le hubiera caído, de pronto, un minúsculo tornillo. «He comprobado en más de una ocasión –vuelve a pensar nuestro joven- que la vida sigue a pesar de nosotros, que somos piezas de una maquinaria que genera piezas sin cesar para su propio funcionamiento, que no es otro que generar más piezas». Ante la desaparición del otro, ¿no sería necesario derramar por lo menos una lágrima? Pero no, nada llora, nadie gime. Los pájaros siguen cantando en las ramas, los escolares van y vuelven con sus mochilas al hombro, los semáforos de la avenida siguen cambiando del rojo al verde y del verde al ámbar. Un hombre ha muerto, pero en realidad no ha pasado nada. No se percibe ni siquiera un cambio mínimo en el ritmo de las cosas. El mundo no da muestras de alarma, no da señales de luto: es más, ni siquiera disminuye en él el sonido de los estéreos. Nuestra muerte no le afecta. Todo sigue estando igual, pero nosotros ya no estamos. «Parece que cualquier clase de pérdida exige estar rodeada de señales de pérdida, porque de lo contrario el suceso habrá tenido lugar en un mun-
¿Quién preguntará por nosotros cuando ya no estemos? ¿Quién derramará por nosotros una lágrima, una sola lágrima? ¿Quién guardará un minuto de silencio al escuchar nuestro nombre? do indiferente a lo que cesa de estar en él». «Seguramente faltará alguien, pero en la vida el que falta no cuenta. Los demás no se dan cuenta de que no está». Todo esto se dice a sí mismo el protagonista de la historia. Pero se lo dice sin llorar, como quien se da cuenta de que, sea como sea, no hay manera de hacer nada. Cuando llego a la última página de la novela, siento la misma pena que el joven protagonista de la novela; también yo me estremezco ante la indiferencia del mundo. ¿Quién preguntará por nosotros cuando ya no estemos? ¿Quién derramará por nosotros una lágrima, una sola lágrima? ¿Quién guardará un minuto de silencio al escuchar nuestro nombre? A pesar de su pesimismo, la novela me cautivó: las preguntas de aquel muchacho han sido siempre las mías. Sin embargo, que el mundo nos olvide, que sea indiferente a nuestra desaparición, ¿no es una prueba más, una prueba real de que, como dice San Pablo, los hombres no pertenecemos a este mundo? «Si pertenecieran al mundo, el mundo los querría como a cosa suya, pero como no le pertenecen, sino que al elegirlos yo los he sacado de él, el mundo los odia» (Juan 15,17), dijo una vez Jesús a sus discípulos. Podría haber dicho también, pues en el fondo es lo mismo: «Si fueseis de este mundo, el mundo os recordaría». Pero, puesto que seremos olvidados en él, no le pert-
enecemos. Casi podría decir que la lectura de esta novela me hizo profundamente comprensibles aquellas pala-bras de San Agustín que había leído infinidad de veces pero cuyo sentido profundo, al parecer, se me escapaba: «Porque nos creaste, Señor, para Ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti» (Confesiones, I,1,1). Fuimos creados para Él, no para el mundo; si hubiésemos sido creados para el mundo y éste, a pesar de ello, nos olvidara –como de hecho lo hará- deberíamos ser los más desdichados de los hombres. Pero no, no somos de este mundo. Aun cuando nos hayan puesto bajo tierra y en ella reposemos, no somos de la tierra, no le pertenecemos. Es por eso que al final de los tiempos ésta nos devolverá, según asegura el libro del Apocalipsis: «El mar devolvió sus muertos. La Muerte y el Hades devolvieron sus muertos» (20,13). ¿Y por qué los devuelven, o, mejor dicho, por qué los devolverán? Porque nunca han sido suyos. Incluso durmiendo el sueño del olvido, los muertos estaban allí como extranjeros, como unos fatigados peregrinos que, venidos de muy lejos, se quedan dormidos en una posada del camino, pero que pronto, muy pronto despertarán para reemprender la marcha de regreso a casa.
A los hacedores de discursos
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Por Lic. Ricardo García
ace algunos meses, tuve la mala fortuna de escuchar las “disertaciones” de un señor político a propósito de convencer a los habitantes de un determinado lugar del cual él era (como dicen ahora), la mejor opción para ocupar “x” cargo político y que por lo tanto, llegada la fecha de las votaciones lo tuvieran a él muy en cuenta en las urnas. Expuso, según él, su programa de acciones que emprendería si él era el elegido, ¡Aquello fue espantoso! Porque era una serie de palabras muy rimbombantes que, en lo más del discurso, no tenían relación unas con otras. Recordé entonces que en el periódico El Excélsior, hacia los años setentas, haciendo alusión a los discursos de los políticos, apareció una lista de palabras distribuías en tres columnas que se podían relacionar las de una columna con cualquiera de las otras dos, al azar, y así formar oraciones que aparentemente eran expresión de ideas, pero en realidad eran frases sin sentido que daban la apariencia de conceptos dichos con gran elegancia. También recordé que cuando fui secreta-rio general de la Facultad de Derecho de la UASLP, algunos alumnos se iban a quejar de maestros a quienes no entendían cuando éstos exponían sus temas de clase. En el fondo yo sabía que las quejas eran fundadas, pero yo para suavizar un poco el asunto les preguntaba a los muchachos: ¿por qué no entienden? acaso les habla en chino o en arameo o en qué idioma? Aparte y tratando de ser amistoso hablaba con los acusados, los maestros jóvenes, algunos que habían sido mis alumnos, con cierta humildad, prometían esforzarse en ser más claros y atender a los cuestionamientos de los alumnos con la mayor sencillez posible, otros, ordinariamente los viejos, algunos habían sido mis profesores, llenos de soberbia y altanería respondían que ese era su método y que si no les gustaba cambiaran de grupo. Me vino entonces a la memoria la fábula de Tomás de Iriarte (*1750 +1791): El gato, el lagarto y el grillo y que aquí trans-cribo para recordatorio de quienes ya la conocían y para que la conozcan algunos jóvenes que me expresaron desconocer su existencia: Por más ridículo que sea el estilo retumbante, siempre habrá necios que le aplaudan, sólo por la razón de que se quedan sin entenderle. Ello es que hay animales muy científicos en curarse con varios específicos y en conservar su constitución orgánica, como hábiles que son en la botánica, pues conocen la hiervas diuréticas, catárticas, narcóticas, eméticas, febrífugas, estípticas, prolíficas,
cefálicas también y sudoríficas. En esto era gran práctico y teórico un gato, pedantísimo retórico, que hablaba en un estilo tan enfático como el más estirado catedrático. Yendo a caza de plantas salutíferas, dijo a un lagarto: «¡Qué ansias tan mortíferas! Quiero por mis turgencias semihidrópicas chupar el zumo de hojas heliotrópicas.» Atónito el lagarto con lo exótico de todo aquel preámbulo estrambótico, no entendió más la frase macarrónica que si le hablasen lengua babilónica; pero notó que el charlatán ridículo, de hojas de girasol llenó el ventrículo, y le dijo: «Ya, en fin, señor hidrópico, he entendido lo que es zumo heliotrópico.» ¡Y no es bueno que un grillo, oyendo el diálogo, aunque se fue en ayunas del catálogo de términos tan raros y magníficos, hizo del gato elogios honoríficos! Sí; que hay quien tiene la hinchazón por mérito, y el hablar liso y llano por demérito. Mas ya que esos amantes de hiperbólicas cláusulas y metáforas diabólicas, de retumbantes voces el depósito apuran, aunque salga un despropósito, caiga sobre su estilo problemático este apólogo esdrújulo-enigmático. Pero no se crea que esto sucede sólo en el campo de la elocuencia, si es que a eso se le puede llamar elocuencia, también se dan esas mamarrachadas en otras ramas del arte como es la pintura, la escultura, la poesía y la música con el pretexto de que se trata de “arte moderno” y así nos presentan cuadros con un montón de manchas de diversos colores con nombres muy sugestivos, según ellos, como por ejemplo: el ocaso del amor, u otras ridiculeces de ese tipo. En el caso de la escultura surgen figuras que son verdaderos adefesios y que pretenden hacer pasar por arte; respecto de la poesía, no se diga, pues muchas de tales poesías son una retahíla de adjetivos, y adjetivos sin sustantivos y si los hay los famosos adjetivos nada tienen que ver con ellos, y, cuando se trata de concursos de poesía, los premios se entregan a aquellos “poetas” que concursan con trabajos que nadie entiende; en lo que a la música se refiere ¡Santo Dios! Todo son pianazos, guitarrazos, violinazos y tamborazos que alteran los nervios hasta de las piedras. En todos estos casos el encargado de presentar todas estas cosas al público, las pondera, las alaba y las explica como las grandes obras del arte, no sólo moderno, sino los propone como obras que muy pronto se tornaran en el modelo del arte por excelencia, y no se le ocurra a usted desaprobar públicamente tales conceptos y no aplaudirlos porque quedará usted como un retrógrado ignorante.
¿Y el matrimonio para qué?
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Por Lic. Rafael Gómez Torres
ace unos días, en un escuchado programa de radio, la conductora expresó su opinión a propósito del matrimonio y aseguró que éste no servía para otra cosa que no fuera para darle soporte jurídico a los contrayentes. Tal opinión fue calu-rosamente bienvenida entre los muchos colaboradores del programa que estuvieron unánimes en contra de la institución. El matrimonio, reducido a figura jurídica, busca derechos y prevenir daños económicos en caso de separación de los contrayentes. La gente de la pantalla y del micrófono se convierten en nuestras guías. La acogida a esta opinión, es el termómetro de lo que piensa la sociedad y, a la vez, es un estímulo para que eso piense. El matrimonio, como toda institución, debe tener cobertura jurídica, sin embargo, recordemos que éste parte del carácter interpersonal de la sexualidad como auténtico lenguaje del amor que se abre a una gran experiencia de la existencia humana, por lo que es un tema antropológico, psicológico, sociológico, etc., sin olvidar que, por tratarse de un hecho de amor, el tema debe estar cimentado en la disciplina teológica, es decir, en el manantial del amor, que es Dios. Todo asunto de relaciones humanas que afectan la exterioridad del ser humano y su contenido social, por supuesto que es un tema también jurídico. Esta vez queremos comentar lo dicho en el programa de radio a creyentes y no creyentes, por lo que renunciamos a escribir sobre el valor teológico del matrimonio. La sexualidad, que incluye a la genitalidad, no es un hecho que pasa sólo entre dos; se trata del comportamiento humano que abarca el dinamismo del yo, el del tú y, es tal su energía, que llega hasta un tercer dinamismo: “el de nosotros”. Es ética sexual, no legal, de perspectiva social, que proyecta importantes criterios del comportamiento humano. El contexto del matrimonio hace que la vida de la pareja se convierta “en un poder de entrega” al servicio de la transformación social. Mientras que los encuentros ocasionales y pasionales miran sólo hacia el individuo, el matrimonio en cambio, constituye una tarea y un compromiso “de personas” en la transformación de la realidad social; por eso la sociedad es como son sus personas y sus matrimonios; aunque, por desgracia, acaba siendo como son sus individuos. Los encuentros íntimos fuera del matrimonio han hecho de éste
un estorbo para las relaciones sin compromiso de amor y logran que éste sea visto sólo como un instrumento legal para el caso del rompimiento, que es casi inevitable en las relaciones que nacen ya muertas, porque no buscan ni la relación ni el bien del otro, sino la conquista del otro para el bien propio. El matrimonio real e ideal, en cambio, no prevé rompimientos sino acercamientos. El solo erotismo hace, de un amor irreal, algo provisional y no tiene más remedio que aferrarse a lo legal para salvarse de la devastación. El ideal del matrimonio es que éste une al hombre y a la mujer en un amor totalizador que sólo puede verse desde la donación total y definitiva. Las acciones de quien ama implican reflexión y decisión. El amor real echa hondo sus raíces, no en el sentimiento, sino en la promesa y en la decisión de los que se aman. En el matrimonio ideal y real existen bases “para la promesa de amarse siempre”, pero tenemos la tendencia a ignorar lo real y renunciar a lo ideal. El lenguaje del encuentro solo erótico no contiene a la fidelidad y sólo puede recurrir a lo legal para “conservar algo para sí mismo”. Quien ama de veras, sí experimenta la fuerza del amor erótico, pero necesariamente lo trasciende por la fuerza interpersonal de la promesa y del compromiso. El matrimonio, reducido a la legalidad, pierde su propósito esencial de dar vida; la sola letra de la ley mata, mientras que el espíritu da vida; por eso hemos de volver al espíritu del matrimonio. Entre los hechos que conforman el mundo de la persona se encuentra la lucha por la conquista de la vida del espíritu, por su necesidad de comunión. El matrimonio, que es comunión y camina hacia la comunidad, engendra un amor fecundo no sólo para la continuidad de la especie humana y la educación a los hijos, sino porque es perma-nentemente vivificante y creativo; en él interviene el espíritu mediante una nueva sensibilidad que descubre valores cada día y motivos que mantienen un amor siempre vivo. Es una creación de quien ama y que se empeña en que algo siempre exista y viva siempre. El propósito del matrimonio es que siempre existan y vivan el yo, el tu y, por el amor fecundo de ambos, que exista y viva siempre el nosotros, que es la vida de la sociedad. “El matrimonio ideal y real es, pues, un amor que nunca acaba porque tiende a lo infinito y a lo eterno y porque se nutre del Infinito y del Eterno”.
Fe y Política
Del Estado fallido al Estado de necesidad, Michoacán
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Guillermo Gazanini Espinoza / CACM. (Siame)
s la historia cíclica o lineal? Y esto es de mencionar por la notable coincidencia de lo sucedido en 1994 en Chiapas y la creación de la Comisión de Concordia y Pacificación. Veinte años después, y en sus dimensiones correspondientes, Michoacán vive un levantamiento producto del vacío legal y de la incompetencia gubernamental. La creación de una Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, por decreto publicado en la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación del 15 de enero, obedece a un “debilitamiento” institucional propiciando expresiones violentas de la delincuencia organizada y de otros grupos armados, mermando el Estado de Derecho donde se desa-rrollan las relaciones entre el Gobierno y los habitantes de Michoacán. La Comisión es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación lo que implica el uso de recursos y de unidades administrativas para lograr su objeto el cual quedó indicado en el decreto promulgado por el Ejecutivo: Ejercer la coordinación de todas las autoridades federales para el restablecimiento del orden y de la seguridad en el Estado de Michoacán y su desarrollo integral, bajo un enfoque amplio que abarque los aspectos políticos, sociales, económicos y de seguridad pública. Para ello, el Comisionado contará con facultades amplísimas para ser intermediario con el Gobierno local y disponer del auxilio de las fuerzas armadas y de la policía federal. Si bien la creación de esta Comisión se ubicó en el uso de las facultades concedidas al Presidente para garantizar la seguridad en cualquier parte de la federación, ese mismo órgano es consecuencia de un vacío enorme en el sistema legal y de procuración de justicia, atacando más los efectos que las causas. Aunado a lo anterior, la carta pastoral del obispo de Apatzingán demostró que después del Estado fallido ahora hay un “Estado de necesidad”. La Comisión presidencial es efecto de eso. Quienes han seguido esta escalada de la violencia en Michoacán, saben muy bien que la cruenta guerra entre criminales donde aparecían mantas, cuerpos desmembrados y horror, fue descuidada con el típico “aquí no pasa nada” y “sólo es un problema” entre capos y sicarios sin afectar a los civiles. Después, las cosas se elevaron cuando las agresiones se extendieron a otros Estados y los criminales tomaron el vacío de poder causado por las autoridades de los tres niveles de Gobierno. Ocuparon las actividades económicas, se adueñaron del producto del trabajo y, más grave aún, manejaron y administraron plazas enteras fuentes de la riqueza ilícita no sólo
proveniente de las drogas. La corrupción y la ausencia de la autoridad estatal movió a los ciudadanos indispuestos a seguir cooperando con las lacras que además de despojarles, los sumieron en el miedo y tomaron las armas expandiendo sus redes de protección a otros municipios poniendo en alarma al Go-bierno Michoacano. Sin embargo, los grupos de autodefensa en Michoacán tienen líderes y más líderes que no las conforman homogéneamente. Primero, autoridades municipales las rechazan y después las aceptan; otros admiten que hay influencia del crimen organizado. La Iglesia de Apatzingán ha dado un respaldo a estas defensas porque no tuvieron otra opción que la de las armas ante el descrédito del Gobierno y del ejército que no han desmembrado, desmantelado y acabado con las células criminales que atacaron las actividades ordinarias. La Iglesia Católica de Apatzingán ha rei-terado su cooperación, ayuda y compañía en esta situación dramática de Michoacán. Si bien el impacto de la última carta del obispo Miguel Patiño no tuvo mayor repercusión en medios de comunicación masivos, afortunadamente la prensa y web difundieron esas palabras reclamando el Estado de necesidad donde trabaja una “máquina asesina”. Es providencial que el obispo haya citado a un pastor luterano demostrando que la fragilidad de la paz en Michoacán y sus consecuencias no son exclusivamente de esa entidad y sus habitantes y sí responsabilidad de todos los que vivimos en este país y más de los que ostentan autoridad y decisión legítimas. La “máquina asesina” del totalitarismo alemán descrita por el teólogo y pastor Bonhoeffer se mueve en un Estado que presume ser democrático y libre. La “máquina asesina” ya no es operada por el dictador y el sistema burocrático totalitario; en México, esa máquina es controlada mediante palancas y pedales de un Estado rebasado, de la delincuencia fortalecida, consentida y tolerada, de la corrupción engrasante y la descomposición de un orden permitiendo la justicia por propia mano cuando los res-ponsables cruzaron los brazos ante la destrucción.
Vaticano
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Los niños en la misa
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(P. José Ramírez es vicario parroquial en Blessed John Paul II, Idaho Falls.)
n niño pequeño llorando en la misa, es una señal que la Iglesia sigue viva y continua con su misión de evangelizar. Muchos padres de familia tienen miedo de llevar a sus hijos pequeños a la misa por temor de llamar la atención, no vaya ser que el padrecito los vaya a regañar. Otros padres convenientemente usan a sus hijos para no ir a la misa, dicen “hasta que los niños estén grandes y se puedan comportar, entonces si iremos a misa”. Hay un mal entendido con algunos padres de familia que piensan que los sacerdotes no quieren a los niños en la misa. ¿Si no hay niños en la misa de hoy, entonces donde estará la Iglesia del mañana? Los niños pueden ir integrándose a la comunidad de fe, al principio va ser difícil. La misa está estructurada, hay diferentes movimientos, se hacen las mismas acciones, es un ritual y esto puede ser difícil para cualquier niño. Recuerdo cuando era pequeño mi mamá me llevaba a misa, y yo me aburría mucho y esperaba el momento de la comunión cuando todos estaban parados para pasearme de un lado de la banca al otro, o a veces me gustaba acostarme en la banca cuando los demás se ponían de pie o de rodillas. Poco a poco con los consejos de mi madre me fui dando cuenta que la Iglesia no era un lugar para jugar sino para orar. Así también los niños pueden ir aprendiendo, si sus papás les dedican el tiempo para explicarles lo que pasa en la misa, y explicarles qué tipo de comportamiento es adecuado tener en misa. Lleva tiempo y dedicación y no es fácil, pero con una disciplina de fe y un buen ejemplo la lección será bien aprendida. Gracias a Dios yo pude aprender la lección rápido, pero no quiero imaginarme que hubiera pasado si un sacerdote hubiera parado la misa para regañarme, posiblemente no hubiera regresado al templo. Algunos padres no regresan a la Iglesia porque se sienten ofendidos porque el sacerdote les pide que por favor tengan a sus hijos a su lado bajo control. Esto no creo que sea un pedido ilógico y causa de enojo. Para mí el ruido de los niños en la misa es un signo de vida, de vitalidad. Es un signo que la Iglesia aún vive y continúa regenerándose a través de nueva vida, pero tampoco estoy diciendo que quiero una sinfonía de ruidos en la misa y que nadie tome la molestia para calmar la situación. El problema para mí no es que un niño llore o haga ruido (especialmente un niño de brazos), el problema es cuando un padre no le pone atención. Si los padres de familia están tratando lo más que se pueda en concentrar a sus hijos en la misa, ¿qué más se puede pedir?. Algunos sacerdotes tratan de corregir esto durante la misa, yo lo haría al terminar la misa pues yo no me veo deteniendo la misa y exhibiendo,a alguien. Lo que considero importante es que los niños no pierdan la fe porque sus familias dejen de asistir a misa, sino que poco a poco se vayan adaptando a la misa con el ejemplo y ayuda de sus padres. Yo comprendo a la madre de familia que viene sola con sus hijos a misa. Yo agradezco el sacrificio que algunos padres hacen en traer a sus niños de brazos aunque lloren cuando tienen hambre. Yo agradezco familias jóvenes que vienen a misa a pesar de tener a varios niños pequeños. La solución al ruido en la misa no es eliminarlo (que ya no venga) es canalizarlo (aprender a concentrarse con una disciplina de fe llevando a una participación activa). Este tema es difícil y tanto padres como sacerdotes de buena voluntad tendrán una forma de pensar diferente. Por un lado tenemos que mantener la solemnidad de la misa, por el otro tenemos que crear un ambiente de bienvenida para las familias jóvenes. La vía media no es dar licencia para que todo pase en la misa, sino ir educando desde pequeños a los hijos en la disciplina de la fe con paciencia y mucha dedicación. Lo que rige cómo actúo en esta discusión acerca de la asistencia de los niños en la misa y el ruido que puede pasar es hacer nuestro lo que dice la Escritura “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos” (Mateo 19, 14).
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Oración y perdón
Y al atardecer, salía fuera de la ciudad. Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz. Pedro, recordándolo, le dice: “¡Rabí, mira!, la higuera que maldijiste está seca”. Jesús les respondió: “Tengan fe en Dios. Yo les aseguro que quien diga a este monte: “Quítate y arrójate al mar” y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso les digo: todo cuanto pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo obtendrán. Y cuando se pongan de pie para orar, perdonen, si tienen algo contra alguno, para que también su Padre, que está en los cielos, les perdone sus ofensas” (Mc 11, 19-25).
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a higuera que maldijo Jesús el día anterior se secó hasta la raíz. De esto ya hablamos hace poco. Ahora nos detenemos con este pretexto para aprender de Jesús acerca de la fe. Él enseña a sus discípulos que la fe es poderosísima. Que puede hacer cosas extraordinarias. Que basta creer y no dudar, para obtener cualquier cosa. Y les enseña que esto y más pueden hacer si hacen oración, si lo piden con sinceridad al Padre. Pero les advierte que se necesita no sólo la fe, sino el estar reconciliados. Vivir en armonía, pues el Padre es misericordioso y concede todo a los que aman, a los que se esfuerzan por vivir en el verdadero amor. Ahí está el problema. ¿Cuánto amor nos tenemos? ¿Cuánto amor creemos que tenemos en nuestro corazón? ¿Es cierto que vivimos como hermanos? Porque esta es la condición para obtener lo que sea de las manos del Padre, Él nos ama, nosotros lo amamos. Pero, ¿nos amamos en verdad? Ahí está la razón de nuestras fallas. La Iglesia entera debería estar obrando milagros de tiempo completo, pero nos falta amor. Necesitamos aquello de que no carecían los primeros cristianos: amor, caridad (cf. Act 2, 44-47). Y lo enseñan las cartas de los apóstoles: si no tengo amor yo no soy nada (1Cor 13). Lo vemos en las experiencias de las primeras comunidades, ellos tenían todo en común, compartían el pan y la oración (Act 2, 44-45). Y ellos contagiaban su fe porque se amaban. Ellos estaban dispuestos a dar la vida por Cristo y su evangelio porque se amaban. Y por eso tenían éxito en todo lo que hacían: el amor todo lo puede. Y los apóstoles movieron montañas, es decir, llevaron el evangelio allende, a los montes y mares. Toda la geografía del mundo se modificó con los ambientes cristianos. El amor es todopoderoso, porque Dios es amor (1Jn 4, 8). Jesús insiste en la oración, pero también en la condición para la verdadera oración, la que produce frutos, la que nos hace ser higueras fértiles, llenas de frutos: el amor, el perdón. Cuando él enseñó el Padrenuestro a los apóstoles les dijo también esta enseñanza; luego de bendecir al Padre y expresarle las necesidades, les enseña a decir: “per-
dona nuestras ofensas como nosotros también perdonamos a los que nos ofenden” (Mt 6, 12). La reconciliación es requisito fundamental al hacer oración. Pedimos perdón a Dios, y, si perdonamos también las ofensas entonces él nos perdona. Y es que al perdonar las ofensas de nuestros enemigos, ejercitamos en nosotros mismos aquello de que estamos hechos: la imagen y semejanza con Dios, que perdona siempre, siempre que estamos dispuestos a perdonar a los demás. Varias veces Jesús enseñó esta verdad a sus discípulos, por medio de parábolas o por medio de exhortaciones. El perdón es condición fundamental para alcanzar misericordia, para alcanzar perdón. Y el perdón nos da justicia. La justicia perfecta la da la capacidad de perdonar. La justicia divina tiene que ver absolutamente con el perdón, con la misericordia. Misericordia y justicia son la misma cosa. Un buen juez es el que sabe impartir justicia y dar a cada quien lo suyo. Pero Dios, que es más que juez, sabe dar a cada uno hasta lo que no es suyo, él da en demasía. La misericordia es la justicia divina o bien, como enseñaba Santiago: la misericordia triunfa sobre el juicio (cf. 2, 13). Cuando alguien me dice que no puede perdonar a algún ofensor yo le aseguro que el perdón es posible, no importa el tamaño de la ofensa. Le digo a aquella alma enferma que el perdón redunda en beneficio del que perdona mucho más que en el que es perdonado, porque perdonar nos hace grandes, nos hace dar a quien no merece, de la misma manera que nos perdona Dios nuestras faltas aun no mereciendo tan grandioso don. Yo aconsejo que para perdonar a cualquier ofensor, se pongan a contemplar al crucificado y que recuerden las palabras de Jesús en la cruz, que en lugar de amenazar con un castigo justo por haber dado muerte al hijo de Dios hecho hombre, levanta los ojos al cielo, y, casi sin fuerzas, clama al Padre: “perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34). Así es, en efecto; el perdón es también para aquellos que nos persiguen, que nos hacen mal, que esperan vernos caídos y derrotados, en realidad no saben lo que hacen, porque no conocen a Dios, olvidan o ignoran que Dios es amor y que nos manda amarnos los
unos a los otros sin condición. Al contemplar al crucificado intercediendo por los que le están dando muerte, nos damos cuenta que el perdón es posible, que se puede perdonar hasta setenta veces siete y mucho más que eso. Que el perdón lo otorga el que tiene corazón grande, alma de santo. Perdonar es uno de los caminos para la santidad. Recordemos a san Esteban, que siendo martirizado, intercedía y perdonaba, diciendo: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado” (Act 7, 60). Y, aquello de guardar rencor es inútil, sólo un verdadero tonto se guarda resentimientos. Ellos, los resentimientos nos hacen infelices. Aquel ofensor sigue con su vida, quizá demasiado perdido en su mundo de pecado, tal vez viva feliz; y el ofendido se queda ardiendo de ira, de sed de venganza o justicia, cuando la venganza lo está acabando a él y la justicia está en sus manos; solamente hay que perdonar, decir en el corazón: te perdono; decir en el interior: quiero ser feliz, el rencor a la basura, porque eso es el rencor, el resentimiento, basura en el alma, nos la enferma, nos la contamina, nos hace impuros, nos quita inocencia. Si queremos mostrarnos intachables en la presencia de Dios, entonces debemos perdonar, aprender a hacerlo; aprenderlo contemplando a Jesús crucificado.
Guardar rencor es algo demasiado tonto, aprendamos a guardar tesoros, eso es de lo que debe estar lleno el corazón del que sigue a Cristo. “acumulen tesoros en el cielo” (Lc 6, 20). La Iglesia es la comunidad del perdón, de la reconciliación. El reino de los cielos tiene que ver con esto: con la misericordia. En la Iglesia hay poder porque en ella aprendemos el perdón, el valioso don del perdón. Y reconciliados entre nosotros y reconciliados con Dios, seguro el Padre nos escucha y nos ama. Y entonces ocurren cosas maravillosas, sorprendentes, Él, el Dios todopoderoso, nos concede absolutamente todo, porque sabemos amar; el signo más grande del amor es el perdón. El reino de Dios es perdón, es gracia, bondad, misericordia. Y el Padre no niega nada a los que se aman: “busca primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se te dará por añadidura” (Mt 6, 33). Aprendamos a perdonar y a orar, a confiar en las palabras de Jesús y en el amor del Padre. Dejemos en sus manos nuestra vida, para que nos colme de alegría, de la alegría que salva, la que perdona y vitaliza; la alegría de la salvación que hace milagros.
Palabra de Dios
Fue a Cafarnaúm y se cumplió la profecía de Isaías
Del santo Evangelio según san Mateo 4, 12-23 Al enterarse Jesús de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea, y dejando el pueblo de Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí, para que así se cumpliera lo que había dicho el profeta Isaías: Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció. Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: “Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos”. Una vez que Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme y los haré pescadores de hombres”. Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron. Andaban por toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando la buena nueva del Reino de Dios y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
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Consagrarse a Dios también en el Matrimonio Francisco Javier de Ávila Agundis, Proceso especial Sé nuestro amigo en facebook: Seminario Guadalupano Josefino Comentarios: ecos_seminarioslp@hotmail.com
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ios que es Amor y creó al hombre, lo ha llamado a amar. Creando al hombre y a la mujer, los ha llamado en el Matrimonio a una íntima comunión de vida y amor entre ellos, “de manera que ya no son dos, sino una sola carne” (Mt 19,6). Al bendecirlos, Dios les dijo: “creced y multiplicaos” (Gen 1,28) (C I C 337). La invitación que Dios te ha hecho a que vivas el Sacramento del Matrimonio, te motiva a que vivas en conciencia la relación espiritual con Él. Este vínculo de amor entre los esposos se convierte en imagen y símbolo de la alianza que une a Dios con su pueblo.
Los comienzos
En el momento en que decidieron unir sus vidas a través del Sacramento del Matrimonio optaron por consagrarse al Dios que les ha dado la capacidad de amarse, poniendo sus vidas al servicio del amor. En esa aceptación, en que muestran su generosidad, el amor conyugal alcanza la plenitud a la que está ordenado interiormente. En virtud de la sacramentalidad del matrimonio, como esposos quedan unidos uno a otro de forma indisoluble, se pertenecen de tal manera que ya no son dos, sino una sola carne, lo que Dios ha unido no lo separe el hombre (Mt. 19,6).
La palabra de Dios, este domingo, nos presenta los inicios de la predicación del Señor Jesús. Con una fuerte y clara invitación: “Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los Cielos…” se inicia entonces, con un cambio, porque conversión es cambiar; hay muchas cosas que son necesario cambiar, sino cambiamos corremos el riesgo de perdernos. La conversión es cambiar el corazón y aprender a vivir de una manera más humana.
De este acontecimiento de salvación, el matrimonio como todo Sacramento es memorial, actua-lización y profecía; en cuanto memorial, el Sacramento les da la gracia y el deber de recordar las obras grandes de Dios, así como dar testimonio de ellas ante los hijos; en cuanto actualización les da la gracia y el deber de poner por obra en el presente, el uno hacia el otro y hacia los hijos, las exigencias de un amor que perdona y que redime; en cuanto profecía les da la gracia, el deber de vivir y testimoniar la esperanza, del futuro encuentro con Cristo. (Discurso de Juan Pablo ll, 3 de noviembre de 1979).
La conversión es fruto del encuentro con el Señor, el que se encuentra con él, es capaz de cambiar la vida, así como lo hicieron los primeros discípulos de los que nos habla el Evangelio de hoy, “Que dejándolo todo lo siguieron...” La conversión nos abre al amor de Dios, el que se convierte se sabe y se entiende amado por Dios, y saberse amado por Dios nos hace capaces de transformar nuestra vida, de transformar nuestro entorno. La conversión, es una conquista diaria, no se da y se acaba, es un continuo regreso al amor del Padre, es un trabajo permanente, es la victoria de cada día; convertirse es limpiar nuestra mente de egoísmos e intereses, que empequeñecen nuestro vivir de cada día; es librar el corazón de angustias y preocupaciones creadas por nuestro afán de cosas y de falsas satisfacciones… La conversión siempre nos lanza a la acción, una conversión que no se demuestra con las obras que hablan de un cambio verdadero, corre el riesgo de no serlo, de pensar y creer que la he vivido; Zaqueo después de su conversión, repartió sus bienes y restituyó a quien había defraudado; Mateo dejo se mesa de recaudador de impuestos; San Pablo de perseguidor paso a ser perseguido; María Magdalena llevo su fidelidad hasta la resurrección; San Francisco de Asís se hizo pobre con los pobres… Es el Señor quien nos llama y toca a nuestro corazón invitándonos a poner manos a la obra y junto con el llevar a cabo el plan de Dios y construir su Reino. Nunca es tarde para dejarnos amar y renovar nuestro corazón, nuestra vida. Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez
Vivir esta espiritualidad conyugal en la actualidad, es llenarse de valor y decidir renunciar a todo para consagrarse a Dios en un único y verdadero amor bendecido por Aquél que es la fuente del AMOR. Dios te ha escogido para que aceptes los hijos que Él te mande con una paternidad responsable, y con el trato generoso que se den como esposos, habrán de educar a sus hijos en la Fe. Los hijos nunca deben verse como problema o carga familiar ya que cuando son dados por Dios, son fuente de felicidad y santidad. Vivir el Evangelio en el Matrimonio implica una entrega total. Es triste escuchar dichos que expresan el egoísmo del hombre en el trato con la esposa, como por ejemplo se dice: “A la Mujer ni todo el amor ni todo el dinero “. ¿Qué pasa cuando eso sucede? Ni todo el amor ni todo el dinero______________Entrega total Vive en el silencio __________________________ Vive en el diálogo. Vive en la desconfianza _____________________ Vive en la confianza. Vive aislado _______________________________ Vive unido. Vive alejado de los hijos _____________________Vive con los hijos. No tiene paz ______________________________ Tiene paz. Vives usando tu Matrimonio__________________ Vives amando tu Matrimonio. Minimizas a tu esposa_______________________ Engrandeces a tu esposa. Pierdes tu dignidad__________________________Vives con dignidad. Te alejas de Dios____________________________Vives con Dios. Vives siendo infiel ___________________________Vive siendo fiel. Podríamos seguir mencionando muchos más pero creo que nos podemos dar cuenta de la gran diferencia que existe entre una situación y la otra. Busquemos en nuestra Iglesia Católica la ayuda necesaria para motivar nuestra vida matrimonial, a fin de perseverar en el plan de Dios, que es el plan del amor y la entrega total.
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¿Se ha dividido a Cristo?...
Domingo 26 de enero de 2014
...Lo de Dios a Dios
2a. parte
Misioneras Ecuménicas Av. de las Artes 144 Col. Himno Nacional Tel. 839.35.61
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ntre los dones que la comunidad ha recibido, Pablo menciona la elocuencia y la sabiduría, cualidades muy estimadas en el mundo griego; al valorarlas positivamente, el Apóstol se gana la benevolencia de sus lectores. Estos carismas tienen una función en el presente, pero están orientados a la manifestación última de Jesucristo, cuando llegue «su día». Al escribir la carta, Pablo estaba convencido de que la segunda y definitiva venida del Señor era inminente. 1,10-17 Discordias en Corinto. Después de esta introducción densa y programática, Pablo va enseguida al grano, es decir, al problema fundamental de la comunidad de Corinto: las divisiones y las rivalidades, pecados constantes de la Iglesia de Dios de todos los tiempos. La exhortación a la unidad es solemne y enérgica, hecha en nombre de Jesús y apelando a sus títulos de Cristo y Señor. Pablo no entra ahora en detalles sobre las divisiones y rivalidades pero, por el tenor de toda la carta, la alusión es clara: la discriminación y las diferencias entre cristianos ricos –algunos– y pobres –la mayoría–; esclavos y libres; mujeres y hombres; cultos –algunos– y sin estudios –la mayoría–; carismáticos y conservadores; judíos y griegos; pecadores públicos y personas honestas. De todo esto había en aquella comunidad cristiana tan compleja, conflictiva, cosmopolita y pluralista de Corinto, reflejo casi exacto de muchas de nuestras comunidades de hoy. Es posible que cada grupo se identificara con un personaje de la Iglesia como Pablo, Cefas o Apolo sin que estos personajes fueran en realidad los jefes de fila de los diversos bandos. Ante situación tan compleja, el Apóstol lanza de momento, una poderosa llamada de atención a la conciencia de todos en favor de la concordia, que termina con preguntas tan incisivas como éstas: «¿Está dividido Cristo? ¿Ha sido crucificado Pablo por ustedes?» (13). Cristo y la Iglesia se identifican de tal modo (cfr. 12,27) que las divisiones en la Iglesia son tan absurdas como si Cristo estuviese dividido. Ya que no predicaba el Evangelio con sabiduría de palabras, para que no se hiciera vana la cruz de Cristo. Sabía que si los hombres se impresionaban con su oratoria o retórica, se habría traicionado a sí mismo. Nos ayudará a comprender la siguiente sección el recordar que los corintios, al ser griegos, eran grandes amantes de la sabiduría humana. Estaban quienes deseaban hacer el Evangelio más aceptable para los intelectuales. Creían que no tenía status entre los sabios por lo que querían “intelectualizar” el mensaje. Esta adoración del “intelectualismo” era aparentemente uno de los asuntos que estaban causando que las personas formaran partidos alrededor de líderes humanos: Cosa que hoy en día es el reflejo mismo de nuestras comunidades, por ello como lo considera el sentir de Mons. Julio Ma. Penitenti: es verdad que todos estamos llamados a la santidad porque así lo quiere Dios, y es aún más cierto que todos tenemos la vocación al heroísmo, al altruismo, por lo tanto al ecumenismo, es decir, a la oblación (donación) perfecta, incondicional, puesto que cualquier persona que se nos acerque, ya sea para conversar o tratar algún asunto, tiene que ver y sentir en nosotros, que pertenecemos a Cristo, algo atrayente ¡Esto es ecumenismo! ¡Hace falta amor! ¡El amar divino lo vence todo!...
Laborem exercens L Por David Grimaldo
a primera encíclica de tipo social del Papa Juan Pablo II, Laborem exercens, está dividida en cinco capítulos y 27 números. Ya decíamos la semana pasada que el centro de su mensaje es el trabajo humano. Veamos, estimados lectores, de una manera general el contenido de cada una de sus partes. Espero que ustedes lean dicho documento pausada y críticamente. Introducción y primera parte. • El trabajo humano 90 años después de la Rerum novarum, exige renovada atención, surgen nuevos interrogantes y problemas, nuevas esperanzas. Nos ha-llamos ante nuevos adelantos tecnológicos, económicos y políticos, que, también están suponiendo desempleo para millones de personas (n. 1). • El trabajo humano ocupa el centro de la cuestión social (2). • La presente encíclica trata de poner de relieve que el trabajo humano es la clave de la cuestión social (3). Parte segunda: El trabajo y el hombre a la luz del Génesis • En el libro del Génesis. El hombre creado a “imagen de Dios” recibe el mandato de trabajar (4). • El trabajo en sentido objetivo, es decir, la actividad del hombre que hoy es la técnica, siendo aliada del hombre, se puede convertir en su adversario cuando “suplanta” al hombre (5). • El trabajo en sentido subjetivo, es decir, el hombre que trabaja: Él es el primer fundamento del valor del trabajo (6). • Una amenaza al justo orden de los valores. Las afirmaciones básicas sobre el trabajo han surgido siempre de la riqueza de la verdad cristiana, especialmente del mensaje mismo del “evangelio del trabajo”; sin embargo, la verdad sobre el trabajo ha sido amenazada por las corrientes del pensamiento materialista y economicista (7). • Solidaridad de los hombres del trabajo. Son siempre necesarios nuevos mo-vimientos de solidaridad de los hombres del trabajo y con los hombres del trabajo (8). • Trabajo y dignidad de la persona. A pesar de la fatiga, el trabajo es un bien del hombre y no sólo útil sino digno. El hombre se realiza como hombre y se hace más hombre en el trabajo (9). • Trabajo y sociedad: familia, nación. El trabajo es fundamento sobre el que se constituye la vida familiar y esta se hace gracias al trabajo. “El trabajo es el fundamento sobre el que se forma la vida familiar, la cual es un derecho natural y una vocación del hombre. La familia es una comunidad hecha posible gracias al trabajo y la primera escuela interior del trabajo para todo hombre. El tercer ámbito de valores que emerge en la perspectiva del sujeto del trabajo se refiere a esa gran sociedad, a la que pertenece el hombre en base a particulares vínculos culturales e históricos” (9). A propósito, carísimos lectores, ¿qué ha pasado con la reforma del trabajo en nuestra Patria? ¿Traerá un crecimiento en el poder adquisitivo de nuestros trabajadores? ¿Reforma laboral y reforma hacendaria ocasionará un impacto positivo en la vida familiar del trabajador? Continuamos la próxima semana.
Domingo 26 de enero de 2014
Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado Tel. 44.43.13.56.11
de Guillermo Ortiz Mondragón, Obispo de Cuautitlán
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a Iglesia ha contemplado en los emigrantes la imagen de Cristo que dijo: “era forastero, y me hospedaste” (Mt 25,35) por lo que desde sus inicios se ha esforzado por ser signo de acogida para todos los que están fuera de su patria. Respondiendo a las necesidades de su tiempo hace un siglo, con el Papa Benedicto XV, nacieron las jornadas por los Emigrantes y Refugiados que se convirtieron en el llamado del Santo Padre a la Iglesia en todo el mundo a trabajar por las personas que viven inmersas en el drama de la migración. A lo largo de estos cien años de jornadas la Iglesia ha ido madurando en su visión acerca de los migrantes y refugiados, desde un principio el emigrante emerge como persona y ciudadano sujeto de derechos y deberes, y de destinatario de las obras de caridad cristiana, ha pasado a ser sujeto de evangelización y protagonista del providencial plan de Dios por el encuentro enriquecedor entre los pueblos en la difusión del Evangelio. En este año, en el que en el mundo hay 232 millones de personas que viven fuera de sus naciones de origen, 740 como migrantes aún dentro de sus propios países y estamos experimentando un cambio de época, el Papa nos invita a vivir esta jornada bajo el tema: “Migrantes y Refugiados: Hacia un mundo mejor”. El Papa Francisco en su mensaje nos invita a mirar a migrantes y refugiados como hermanos y no como “peones sobre el tablero de la humanidad”. De ahí el llamado a crear la cultura de la acogida en contra de la cultura del rechazo, la cultura de la solidaridad en contra de la cultura de la marginación. Invita a los jefes de estado a mirar esta realidad migratoria con sentido más humano, tanto quienes dirigen los países de donde salen como los de los países a donde llegan. El diálogo debe superar falsas visiones sobre estos hermanos nuestros y mirarlos más desde la perspectiva que tiene la mayoría de ellos: “hacer, conocer y tener más para ser más”. Como Iglesia, nos recuerda el Papa Francisco, hemos de buscar la actitud del “encuentro”, que permita anunciar a Jesucristo a todos y así lograr un mundo mejor “buscando un desarrollo auténtico e integral, a trabajar para que haya condiciones de vida dignas para todos, para que sea respetada, custodiada y cultivada la creación que Dios nos ha entregado”. México, por ser un país de origen, tránsito y destino de migrantes es un lugar privilegiado para poner en práctica toda la riqueza que nos ha dejado este siglo de Jornadas del Emigrante y Refugiado. Hoy por hoy aparecen nuevos retos que afrontar: el drama de la migración de retorno, los menores no acompañados, el crimen organizado a lo largo de la ruta migratoria, las familias desintegradas, el asentamiento de migrantes internos en las grandes ciudades, son los “Signos de los tiempos” que nos impulsan a trabajar por el Reino de Dios con sentido de universalidad. Invito a las autoridades de los tres órdenes de Gobierno a redoblar esfuerzos para hacer de la política migratoria una verdadera estructura que proteja los derechos humanos de nuestro hermanos migrantes y a seguir en el diálogo con la Iglesia y la sociedad civil para garantizar la seguridad de aquellos que transitan por nuestro país, y condiciones de vida digna para los que regresan. Gracias a los animadores de Pastoral Social, de Pastoral de Migrantes y de las estructuras Provinciales, fortalezcamos en comunión iniciativas pastorales en favor de nuestros hermanos migrantes. A todos los agentes de pastoral, encargados de casas de migrantes, defensores de derechos humanos, laicos comprometidos, hombres y mujeres de buena vo-luntad que se han sumado a la promoción de las personas migrantes, los animo a seguir luchando por un mundo mejor, por una humanidad sin fronteras, seamos signo de unidad, justicia y paz para nuestra sociedad. Tomemos el exhorto de Santo Padre para no perder la esperanza de la solidaridad fraterna y el calor de la amistad.
Av. Constituyentes Poniente # 49 local 3 (Paseo Constituyentes, carretera libre a Celaya)
PREVIA CITA
Col. El Pocito, Querétaro, Qro. Tel. (01 442) 216 99 23 y 196 80 94