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LA CUNA DEL SÉPTIMO ARTE

Aunque el cine como tal no tuvo su origen en las tierras californianas, fue en las mismas donde prosperó, creció y pasó a convertirse en el epicentro de la industria cinematográfica norteamericana. Su orígenes no llevan al comienzo del siglo XX, una época de cambios e innovación en el entretenimiento que tenía como su principal maravilla la proyección de imágenes en movimiento, con el cine mudo como su principal oferta de ocio. La naciente industria dejaría las tierras de Florida y Nueva York en busca de un lugar más barato para la mano de obra y menos hostil climáticamente hablando. El paraíso que encontraría la industria sería las costas de California, siendo Hollywood el lugar perfecto para instalar las primeras productoras y sus estudios con la esperanza de ver florecer esta rentable forma de entretenimiento.

Para los años 20’s, Hollywood ya representaba una industria de bonanza, siendo la quinta industria más importante de los Estados Unidos, que, acompañada de una época de prosperidad financiera, cimentó el glamour y la prosperidad del cine, con estudios como Paramount, Warner Bros., RKO y Columbia produciendo más de 600 películas al año, situación que, para la década posterior, y antes de la Segunda Guerra Mundial, habría consolidado al cine estadounidense como todo un paraíso de entretenimiento. Todos querían ser parte de esta industria, actuar en ella, escribir para ella, entrar en sus sets, participar en sus producciones y ser parte de la Fábrica de Sueños enamoraba a miles de asistentes a las salas de cine, consolidando este pasatiempo como una rentable máquina de éxito.

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