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Mónica Regueiro

“En igualdad de condiciones, las mujeres tenemos que demostrar el doble la valía”

Texto : Conchi Castañeira

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Gallega de nacimiento y con una sonrisa que cautiva, Mónica Regueiro ha demostrado tener la fuerza y la valentía suficientes para entrar a formar parte de una industria mayoritariamente masculina y sacar adelante desde su productora, Produccionesoff, proyectos audaces y comprometidos tanto en cine como en teatro. Su primera producción cinematográfica, “Llueven vacas", supuso una apuesta muy arriesgada y a su vez original. Basada en una obra teatral de Carlos Be y dirigida y adaptada por Fran Arráez, el film denuncia de una forma fuerte y desgarradora la violencia doméstica. Destaca también su gran elenco actoral entre los que se encuentra la propia Mónica. Siguiendo con su faceta de mujer comprometida produce el cortometraje "Tu día de suerte", dirigido por Fele Martínez y también protagonizado por ambos. Se trata de un corto de humor políticamente incorrecto a favor del colectivo LGTBI. Pero es quizás en el teatro donde hasta el momento nos está regalando grandes trabajos. El último de ellos, la obra "Todas las mujeres" la cual no sólo produce sino que también interpreta, y que después de una exitosa gira por el país ha vuelto a los escenarios madrileños.

Icruceros: En el año 2013 fundaste Porduccionesoff para llevar a cabo una forma alternativa de producción, cuéntanos…

Mónica Regueiro: Mira en el 2013 estábamos prácticamente en el inicio de la mega crisis y yo tenía un trabajo fijo. Era gerente y programadora en el teatro Lara. Muy bien remunerado, era un momento como para no hacer esto (risas). Y además lo cuento así porque recuerdo mucho el disgusto que se llevó mi madre cuando se lo dije. Todo el tema de la crisis se empezaba a notar, era un momento muy convulso como para dejar un trabajo que no tenía otra razón de ser. A mí me iba bien, estaba contenta, pero es verdad que había una parte que faltaba. Y era la parte creativa. En realidad cuando me mudé a Madrid lo hice para seguir trabajando como actriz, porque yo ya era actriz en Galicia. Y esa parte estuvo durante casi cinco años muy dormida. Entonces fue cuando me dije, “¿qué estás haciendo?” Me había acomodado, porque era un trabajo gratificante que a mí me gustaba, me seguía relacionando con gente súper interesante. Era muy joven en ese momento como para tener un puesto con esa responsabilidad, había como una serie de incentivos que me hacían quedarme, pero no sé cuál fue el click. Yo creo que tengo mucho que agradecer a Juan Carlos Rubio, director de teatro, porque un día hablando salió la conversación donde yo dije que era actriz. Él se sorprendió de que en dos años que nos conocíamos yo no le había dicho que era actriz. Me costaba mucho decir que era actriz porque llevaba casi tres años sin trabajar como tal. Se había dormido absolutamente esa parte. Entonces él me ofreció trabajo como actriz. Surgió la oportunidad de hacer un montaje muy chiquitito que era una especie de obra previa a la función que iba la gente a ver al teatro. Lo llamamos “Los teloneros del Lara”. Hicimos un texto del propio Juan Carlos que se titulaba “9 minutos”, y en el que Nuria González y yo nos sentábamos en dos sillas frente al público sin mover un solo músculo. Todo el texto se tiraba hacia el público y era muy tremendo, se hacía un viaje brutal en los nueve minutos que duraba la función. Tuvo súper buena acogida, empezamos para tres semanas y continuamos durante mucho tiempo más. El proceso fue muy relajado porque lo hacíamos porque queríamos. No había ningún interés económico, no había presión de ningún tipo. Tengo que agradecer mucho la generosidad de Nuria y de Juan Carlos, porque ellos estaban en otro momento que no estaba yo, estaban trabajando de forma absolutamente profesional. Y lo hicieron por amor al arte, encantados de la vida y sin esperar nada a cambio. Gracias a eso yo de nuevo entré en la carrera actoral como profesional, porque a partir de ahí me siguieron llamando para otras cosas. Dejé el Lara y comencé a montar la productora para hacer proyectos que me interesasen. Proyectos que a mí me gustara ver como espectadora. Por eso y de esta forma nace Produccionesoff.

“De los errores aprendes, aunque caigamos de nuevo en la misma piedra”

Icr.: Hoy en día apenas hay mujeres productoras en nuestro país, ¿has encontrado obstáculos, trabas o simplemente te has sentido invisible en alguna ocasión desarrollando tu trabajo de productora?

complicado. Es así. Yo tengo amigas que me dicen que esto no es del todo cierto porque ellas no lo han notado nunca. Pero lo que pasa es que estamos tan acostumbradas, que muchas veces ni nosotras mismas lo reconocemos cuando nos pasa, nos parece normal. Somos nuestras peores enemigas muchas veces. Y yo no quiero decir esto, porque parece que nos atacamos a nosotras mismas cuando lo decimos, pero es que hay una realidad. Yo creo que tiene mucho que ver con la educación, con toda nuestra herencia cultural. Tengo que decir que tiene muchísimo que ver cómo se ha enfocado el catolicismo y todo lo que ha hecho de mal

hacia las mujeres. El miedo, el pecado, todo estaba mal, oscuro, no había que hablarlo, los trapos sucios se lavan dentro de casa...Esto que ha hecho tanto daño. Y nosotras hemos sido las grandes perjudicadas sobre todo porque se nos ha inculcado que debemos ser serviciales, que nuestro máximo objetivo es la maternidad, ser cuidadoras siempre. Cuando tenemos enfermos en casa asumimos de entrada que las cuidadoras vamos a ser nosotras. Hay muchísimo que hacer, y ahora que soy madre espero que las otras generaciones que vienen ya no tengan estos preceptos tan inculcados y tan arraigados. Yo creo que ahora las niñas de doce años saben lo que es el feminismo, y yo con esa edad no tenía ni idea.Sí que estamos teniendo avances, pero creo que la parte donde más lentos están siendo es en la parte profesional. Es verdad que hay una concienciación social y una manifestación pública de la igualdad, de la equidad. Pero para que esto se manifieste en la parte profesional queda un montón. Porque para eso hace falta no sólo concienciación, también que las administraciones apoyen, que se hagan leyes para la conciliación. Un montón de cosas que llevan mucho tiempo y que de verdad creo que vamos en el camino, pero falta. Y yo esto lo viví muchísimo en la época del teatro Lara cuando era gerente. Iba a reuniones en las que no me dirigían la palabra directamente, era absolutamente invisible. Me he sentido cuestionada en muchísimas ocasiones, en el sentido de pensar que alguien tan joven y que esté aquí tomando decisiones, ¿por qué? Eso no le pasa a un hombre en las mismas circunstancias.

pasando. Mi socio actual es Carles Roca que es una persona encantadora. Nos complementamos fantásticamente porque él tiene la parte más empresarial y yo la parte artística y creativa. Somos perfectamente compatibles. Es una persona además con la que es muy fácil trabajar, nunca hay un problema por nada y me siento de igual a igual. Pero vamos a reuniones juntos, porque estamos en los proyectos al 50%, y le hablan a él. Esto sigue sucediendo y es una realidad. No sé cómo vamos a cambiarlo. Lo tenemos más difícil, tenemos siempre más que demostrar. En igualdad de condiciones tenemos que demostrar el doble la valía.

Icr.: Según tú, ¿qué es lo que más mueve a un productor, la parte artística o la económica? ¿Es cierto eso de que el productor elige y siempre se decanta por una cara conocida que vende más, que por alguien más talentoso aunque sea desconocido? Y a ti, ¿qué te mueve realmente?

M.R.: Te soy absolutamente sincera. Ahora mismo en teatro comercial es verdad que es rarísimo encontrar una función donde no haya un cabeza de cartel. Es muy complicado, a no ser que sea teatro clásico. Porque hay una competencia brutal y porque es verdad que poco a poco se ha ido instaurando, por parte de los programadores, que tiene que haber una figura, ya no te digo de cine. A veces vas con figuras de cine que trabajan muchísimo y te dicen que el cine español no lo ve nadie. Quieren alguien de tele. Que haga televisión. ¡Esto es una realidad! Entonces, como productor tienes que hacer balance y equilibrar. Creo que no debes poner todos los huevos en la misma cesta. Intentar buscar un equilibrio. Si hay una cabeza de cartel, que se corresponda también con el papel que va a interpretar, es decir que sea un buen actor o una buena actriz. Y que esté rodeado de un equipo que sea el que

tú quieres que sea. Siempre va a haber que equilibrar. Porque es verdad que ahora mismo es súper difícil vender un proyecto sin una figura pública que esté haciendo tele, o que tenga una carrera reconocidísima, o que sea muy reconocido por el público. Porque los programadores no programan la función. ¡Fíjate que está pasando incluso en Mérida! Allí lo que se monta es teatro clásico con actores de toda la vida, con muchísima experiencia, pero no por eso necesariamente conocidos para el público. Y de siete años para aquí los montajes de Mérida son con actores muy reconocibles. Si te sales de esto, estás fuera del juego. Yo lo que intento es ser fiel a mis principios. Si considero que hay un actor que, por muy conocido que sea, no le va el papel, no sacrifico la calidad por la visibilidad. Hay que ser muy delicado con esto, y yo lo que intento es que todos los equipos sean buenísimos profesionales.

Hay actores muy conocidos, excelentísimos actores y ¿por qué no utilizar esa combinación? Pero por lo menos, haz algo en lo que creas.

Icr: Actualmente compaginas tu trabajo de actriz con la producción teatral de “Todas las mujeres”, ¿cómo se lleva esto? ¿Logras separar ambas tareas?

M.R.: Me pasó que cuando arrancamos con la productora lo hicimos con tres proyectos a la vez. En uno de ellos, “Los miércoles no existen”, estaba como actriz y como productora también, y ¡fue tan duro! Además no tenía la experiencia de ahora. Era un elenco doble de seis actores y un músico en escena. Éramos en total más de veinte personas. ¡Una brutalidad! Y ahí pensé que nunca más. Pero lo he vuelto a hacer (risas). Lo que pasa es que esta vez lo llevo muchísimo mejor. De los errores aprendes, aunque caigamos de nuevo en la misma piedra. Pero ya llevas

algo más aprendido y es un proyecto mucho más relajado. Tengo un compañero de viaje maravilloso, que es Carles Roca. Ha sido mucho más sencillo. Y he podido disfrutar de la parte de producción. Porque antes tenía la sensación de que estaba todo el rato apagando fuegos. Era todo mucho más acelerado. Y ahora he tenido el tiempo suficiente para intentar conseguir el equipo que deseaba, poder hacer un proyecto con una financiación mucho más tranquila y con planificación. Ha costado muchísimo llevar el proyecto adelante, pero ha sido todo mucho más calmado. Ha sido una experiencia enriquecedora y agradable. He vivido la parte de productora mucho más tranquila, disfrutando de toda la parte creativa. Con el director que queríamos hacerlo, que fue muy difícil compaginar su agenda con la de la programación aquí. Pero al final conseguimos a Daniel (Veronese) Conseguimos a las pedazo de actrices que están en el reparto, maravillosas. Conseguimos que estuviese Fele (Martínez). Coincidieron los elementos para que saliese un proyecto muy bonito y que hemos disfrutado muchísimo. Ha sido muy agradable salir con los compañeros de gira, y hemos tenido la oportunidad de hacer la función en teatros maravillosos. Hemos tenido una respuesta del público genial, en casi todos hemos colgado el “sold out”. Y encima lo coronamos con cerrar otra vez en Madrid. ¡Perfecto! Yo firmo porque la siguiente salga así.

Icr. Y de nuevo los escenarios madrileños, después de la exitosa gira con “Todas las mujeres”, tu séptima producción teatral. ¿Ya estás pensando en la octava? ¿Hay nuevos proyectos a la vista?

M.R.: Sí. Ya tenemos la siguiente en capilla (risas). Voy a ser un poco supersticiosa con esto (risas). Si todo va bien, se estrenará en el próximo verano. Con un actor con el que tenía muchísimas ganas de trabajar y ha sido muy difícil, porque no puede este hombre tener una agenda más apretada (risas). Está todo el rato haciendo cine, televisión, teatro. Está en todo (risas). Y le admiro muchísimo. Y además es un

compatriota.Le estoy agradecidísima de que esté en el proyecto.Un proyecto que se ha montado para él.Es un texto de un autor que no se ha montadonunca en España. Y la adaptación la ha hecho JuanCavestany, que es un autor maravilloso también.Queríamos que fuese él y lo conseguimos.Son cuatro actores y yo voy a estar. Además muy felizde trabajar con este actor y con muchísimas ganasde arrancar ya con el proyecto. Ahora estamos con lapreproducción.

Icr. Dejarías todo para ir a trabajar de la mano de...

M.R.: Aquí de Julio Medem, que le admiro muchísimoy tuve la suerte de conocerle.Mi proyecto de fin de carrera lo hice sobre él y obtuvematrícula de honor (risas).Julio Medem tiene un universo súper personal.Además creo que es un director al que no se leentiende ahora, y que va a cobrar muchísimarelevancia cuando pasen 20 años.Pero mi sueño hecho realidad sería trabajar con él.A nivel internacional con un montón. ¡Imagínate!Woody Allen a pesar de los pesares.Y me gustaría muchísimo trabajar con Iñárritu. Creoque tiene que ser intenso y con un universo súperpersonal.

Icr. ¿Dónde te pierdes para desconectar del mundo?

M.R.: ¡Pues imagínate! (Risas).Galicia, cualquier rincón además. Da igual. Vayasdonde vayas, en Galicia comes bien, bebes bien, estásrelajado, tranquilo, los ritmos son otros, y encima estodo baratísimo (risas).

Podíamos haber seguido hablando horas y horas, porque la pasión que pone Mónica en todo lo que hace es contagiosa. Pero ante todo, cuando la conocemos en el tú a tú, lo que nos queda claro es que es una gran mujer. Trabajadora y valiente, que está apostando y fuerte por la igualdad en una industria que a muchos de nosotros nos hace soñar

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