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Life The Music By Laura Ferrer

ANDRÉS SUÁREZ

Hay personas que transmiten verdad. Con su actitud, en el cara a cara, en las distancias cortas. Algo que también está latente en las letras de sus canciones. Esa verdad es la que he descubierto charlando con Andrés Suárez en su estudio sobre su nuevo disco, “Andrés Suárez Deluxe”, y otras cuestiones de la vida. Verdad, cercanía y gran generosidad la del músico gallego

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Laura Ferrer: Andrés, has sacado nuevo disco hace muy poco, “Andrés Suárez Deluxe”, una reedición de tu trabajo homónimo. ¿Qué vamos a encontrar en esta nueva versión?

Andrés Suárez: Versiones en directo, dos temas inéditos que surgieron a lo largo de esta rara realidad. Tú piensa que el disco llamado “Andrés Suárez” salía el 20 de marzo de 2020… hay que tener puntería (risas). Finalmente salió en junio, pero evidentemente ha sido una gira y una presentación accidentada y no me podía permitir que un disco tan sincero y trabajado no tuviese la vida que merece; sus firmas, el encuentro con la gente… Echo mucho de menos el acercamiento con el público, yo era de los que me quedaba ocho horas firmando, terminaba y salía fuera con ellos. En esta edición “Deluxe” vamos a encontrar una prolongación de vida necesaria, colaboraciones con Víctor Manuel, Markéta Irglová, Iván Ferreiro y Beret. Yo me lo tomo como una celebración, últimos conciertos de gira, últimos meses de vida del disco y me apetece que “Andrés Suárez Deluxe” sea la guinda del pastel.

L.F.: ¿Tenías claro desde el principio con quién querías hacer los duetos del disco?

A.S.: En algunos casos sí. Iván Ferreiro para mí es un maestro, llevo escuchándole desde que iba al instituto. Y luego está Víctor Manuel con quien crecí en las cintas de casete de mis padres. Y en el caso de Markéta Irglová -ganadora de un Óscar por la película “Once”- yo iba a Dublín a verla, era absolutamente fan. Jamás pensé que ella me escribiría. Cuando en el confinamiento recibo un mensaje por Instagram pensé que era una broma de mis amigos y realmente era ella diciéndome que era fan de mis canciones.

En cuanto a Beret, al que admiro profundamente pero le tengo mucha manía porque escribe demasiado bien (risas). También Diego Cantero de Funambulista, que compone conmigo el tema “Dime a qué has venido”. Así que está una gente a la que quiero, admiro y de la que voy a presumir muchos años.

L.F.: ¿Has elegido este disco para reeditarlo porque es tu disco más personal?

A.S.: Los productores del disco me decían que en todas las canciones cuento la historia de mi padre, de mi madre, de ese amigo que murió de sobredosis, de una ex… Veían que ese disco era yo. De hecho hubo temas que me daba pudor publicarlos. “Calella” es una historia absolutamente real. “Nina” es la descripción exacta de una noche que aún recuerdo, es mi vida.

Hay gente que se inventa canciones. Yo envidio a los que se sientan y dicen, “voy a hacer una canción de una chica en París, en un puente”. Yo no sé lo que es eso. Por tanto sí, es mi disco más personal para bien y para mal.

Fotografía Marina Agrelo

L.F.: ¿Dónde encuentra Andrés Suárez la inspiración? ¿Eres de los que va por la calle o está en una cafetería obser- vas algo, te viene una idea y tienes que apuntarla enseguida?

A.S.: No, soy muy caótico. He estado seis, siete meses sin hacer una canción y en una noche he hecho tres o cuatro. Soy completamente inestable, me encanta el desorden, yo no puedo trabajar de ocho de la mañana a tres de la tarde. Hoy me desperté a las seis de la mañana para componer y otro día compongo de madrugada. Hay que ejercer el oficio añejo de compositor, de escritor; si no lees, no escribes, si no vas al teatro, al cine, no vas a hacer nada. Que te pille la inspiración trabajando, claro que sí, pero hay momentos, destellos de creatividad, y me encanta aprovecharlos cuando vienen.

L.F.: Y ¿qué ocurre cuando las musas no vienen a visitarte?

A.S.: Eso fue uno de los peores momentos que recuerdo en mi vida. Una etapa bastante nocturna de aquel Madrid de libertad artística, sexual y creativa en sitios como El Búho Real, Libertad 8 o Rincón del Arte Nuevo. Cuando había un circuito muy efervescente y un lunes encontrabas treinta o cuarenta conciertos. Aquello era nutrirse de conversaciones de maestros, de poetas malditos en horas malditas. Entonces brotaban canciones todos los días. Terminé un disco llamado “Moraima” y estuve más de seis meses sin poder escribir una frase, me quedé en blanco, vacío. Y conocí la palabra ansiedad, miedo, porque para mí lo más importante es la música. Uno puede vivir sin muchas cosas pero no sin canciones. Aprendí con los años que yo no puedo crear una canción o dos al día, es imposible. Y de hecho me pasa que vuelvo de una gira intensa de un verano que fue una locura y necesito estar diez días en silencio.

Esa manía que teníamos en el confinamiento de llamarnos y preguntarnos “¿cuántas canciones nuevas tienes?” pues no tengo ninguna, estoy en mi sofá con bastante miedo a ver qué pasa, ya veré cuando escribo.

Fotografía Marina Agrelo

L.F.: ¿Cómo recuerdas esos comienzos en la música cuando tocabas por los bares de Ferrol?

A.S.: Con mucho amor, muy agradecido, tanto en Ferrol como en Santiago y luego en Madrid. Ferrol fue una ciudad con casi 140.000 habitantes y ahora vamos por unos 66.000 y bajando. Me produce una sensación de gratitud pero también nostál- gica al ver que ya no hay locales de conciertos, que las calles no están repletas de movimiento. Aquel Ferrol que yo viví con quince años era maravilloso, te tomabas una cerveza, te subías al escenario a hacer versiones de los Rolling o te creías Bon Jovi. Aprendí muchísimo. Hay que cantar muchas veces en bares vacíos para luego cantar para alguien.

L.F.: ¿Se imaginaba ese chico gallego con su guitarra llegar hasta dónde ha llegado? A.S.: Sí .Yo dudo de mí. Yo soy una persona a ratos insegura, extremadamente nerviosa e hiperactiva, pero de mis canciones no dudo, sino no me hubiera venido a cantar al metro, ni estaría ahora hablando contigo. Puedo equivocarme, pero pienso que mis versos o mis acordes me defienden mucho mejor que yo.

L.F.: ¿Sigues manteniendo la ilusión inicial?

A.S.: Absolutamente. Por ejemplo, he estado en Granada cantándole a Lorca y luego me voy a una promoción, o esta entrevista, y si yo no tuviese ninguna gana lo ibas a notar. Tú sabes lo que es que vayan a verte 50 personas, ya no te digo 2.000 o 3.000. Es gente que ahorra o hace un esfuerzo para venir a verme. Entonces ¿vas a estar cansado? pues me pareces un cretino. Creo que hay que estar a la altura del cariño que recibimos diariamente.

Fotografía Marina Agrelo

Fotografía Marina Agrelo

L.F.: ¿Ha cambiado mucho el mundo de la música desde que empezaste o el que ha cambiado más eres tú?

A.S.: Mi madre, que es la que manda, me dijo hace poco que estoy igual personalmente y me tranquilizó mucho. Cuando vine a Madrid hacía fotocopias de mis carteles y cuando cantaba en el metro con 18 años tenía mi CD y a boli en la parte de atrás ponía “contratación” y mi número de teléfono (risas). Y me parece precioso haber hecho eso.

Me da mucha pena cuando la gente considera que si no tienes miles de streamings o likes tu carrera no vale. No quiero oponerme al avance que tiene mucho que ver con una pantalla pero poco con saber de qué va este oficio. Tienes que conocer el fracaso y si empiezas cantando para 5.000 personas y un día cantas para 50, considerarás que fue un fracaso, cuando es el más grande de los éxitos.

“UNA VEZ PASE TODO VOY A ESTAR ABRAZANDO A LA GENTE HASTA QUE ME DENUNCIEN”

L.F.: Nuevo disco, firmas presenciales, conciertos… imagino que tendrías muchas ganas de volver al contacto más cercano con tu público.

A.S.: Entiendo que estamos todos agotados, pero llega un momento que debemos volver. Para mí fue un privilegio dar conciertos online, hacer festivales desde casa y hay gente que se queda con eso y yo lo respeto. Pero donde haya una cerveza bien fría y un amigo al que abrazar dando saltos delante de un escenario, quédese usted con el móvil.

Prima la salud, pero una vez pase todo voy a estar abrazando a la gente hasta que me denuncien.

L.F.: Andrés, te vamos a escuchar con tu último trabajo “Andrés Suárez Deluxe”, pero también te podemos leer ya que este año has publicado “A través de los ojos”, tu segundo libro.

A.S.: Sí, mi segundo libro. Me considero a ratos un poco intruso pero lo hago con el respeto, la ética y la educación de venerar a los maestros. Hoy en día -no sé cómo todo el mundo lo hace- es poeta, pero habrá que defender esa postura. Yo soy un tipo que trato de leer todo lo que cae en mis manos, de escribir, de aprender, pero no puedo considerarme poeta, no por falsa modestia, sino por sentido común. Apareció una pandemia mundial y aproveché con este libro para hacer un guiño a mis seguidores, pero también dar vida por ejemplo a mi guitarra, a mis rosales, al año 2020. Los ojos del 2020 dirían “creéis que soy malo pero no os habéis visto”. He tratado de darle la vuelta y hacer protagonista al mundo que conocí con la mirada.

Fotografía Marina Agrelo

Fotografía Marina Agrelo

“ME DA MUCHA PENA CUANDO LA GENTE CONSIDERA QUE SI NO TIENES MILES DE STREAMINGS O LIKES TU CARRERA NO VALE”

L.F.: Has tenido un verano intenso y también un final de año con bastantes conciertos, ¿el 2022 cómo se presenta?

A.S.: Yo estoy muy agradecido a cada persona que viene a un concierto mío porque está haciendo un esfuerzo, pero creo que tengo que parar. He hecho 93 conciertos en un año y medio, es surrealista, aunque sé que soy un privilegiado y doy las gracias. Pero ha sido tal vorágine, además en una gira rara en la que no podía venir toda la banda, muy complicada de organizar. No sé cuándo pararé, pero creo que pronto para estar en casa, para escribir, para hacer un disco, porque eso lleva su tiempo. No puedes compaginar 93 conciertos con estar creando.

Andrés tras tu merecido descanso esperaremos esas nuevas canciones. ¡Muchas gracias!

Ha sido un gustazo. Gracias a ti, Laura.

Fotografía Marina Agrelo

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