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Café Quijano

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Norwegian Viva

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LIVE THE MUSIC By Laura Ferrer

CAFÉ QUIJANO

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Fotografía Ezequiel Trejo

Manuel, Óscar y Raúl, tres hermanos que llevan más de veinte años poniendo banda sonora a nuestras vidas con el inconfundible sonido de sus canciones. ¿Quién no ha bailado alguna vez su Lola? Café Quijano está de vuelta para presentarnos su nuevo disco Manhattan y hemos estado en su estudio, en su tierra –León- para charlar con ellos.

Laura Ferrer: Estáis de enhorabuena porque tenéis nuevo álbum Manhattan que es la continuación de vuestro superventas La taberna del Buda delque además se cumplen veinte años desu publicación. ¿Qué vamos a encontrar en este nuevo trabajo y cómo surge la idea de hacer una segunda parte de un disco que tuvo tanto éxito? Manuel: Pues precisamente por eso, porque nos parece un logro que nunca nos hubiéramos imaginado estar veinte años en la música. La canción que nos dio a conocer internacionalmente fue La Lola, dos años antes y en un disco anterior, pero La taberna del Buda era el disco que tenía que refrendar el éxito y demostrar que no éramos un grupo de una sola canción. Por eso para nosotros es muy significativo ese disco, y basta que se cumpliera esa efeméride tan señalada que nos pareció bien volver a hacer ese sonido que habíamos dejado un poco aparcado.

L.F.: El primer single Jamaicana es sonido cien por cien Quijano. Ritmos taberneros, alegres, que invitan a bailar y a disfrutar. ¿En estos tiempos creéis que son más necesarias que nunca este tipo de canciones? Óscar: Yo creo que la variedad es interesante, es buena. Quizás estamos en un momento de tanta música rápida, fácil y tantísimos artistas que hacen ese estilo que esto es un soplo de aire fresco y se acepta muy bien. Es una gran canción, así como todo el disco de música más nuestra, de lo que hemos hecho siempre y estamos muy contentos con el resultado. Llevarlo al directo es muy divertido, disfrutamos mucho y también lo hace el público.

L.F.: El nombre del disco, Manhattan, también da nombre a uno de los singles. Contadme la historia de esta canción que transcurre en Nueva York. Manuel: Es la historia de una noche con

un amigo nuestro que nos dijo, “os voy a llevar a un sitio muy especial que hay en Nueva York”. Era una sala cabaret muy diferente, con un ambiente espectacular y gente variopinta. Y ahí se narra, en plan medio irónico, la noche que pasamos con Domingo Zapata el pintor y que nos ha dejado mucha nostalgia. Por eso decimos mucho en el estribillo, “quiero volver otra vez a Nueva York, a aquella noche en el The Box”. Es un guiño a aquella noche especial contando por encima lo que pasa… sólo por encima (risas).

L.F.: ¿Cómo ha sido la grabación del disco? Tengo entendido que habéis contado con los mismos músicos de hace veinte años, ¿es así? Raúl: Lo hemos grabado entre España y Estados Unidos, en Los Ángeles. Queríamos recordar aquel sonido y grabar con los músicos que dieron ese sonido tan particular a La taberna del Buda y traerlo al 2022 más actualizado.

Y la otra mitad lo grabamos aquí en casa. La verdad es que es un disco que tiene muy buena energía y parece que precisamente por eso, por toda la buena energía que hemos tenido durante la grabación, el disco ha funcionado y ahí está el resultado. L.F.: Esa buena energía, esa buena vibración creo que se transmite en todos vuestros trabajos. ¿Es una especie de sello Café Quijano? Manuel: Sí, lo pasamos muy bien. Óscar: Imagínate que tu mayor hobby o lo que más te gusta sea tu modo de vida y encima disfrutas y tiene repercusión. Más no se puede pedir. Raúl: Es música que tiene un toque desenfadado. Aunque el fondo, las historias y la lírica utilizada sean, a nuestro modo de ver y con toda humildad, muy bien elaboradas, esa energía es desenfadada.

L.F.: Como decíamos se cumplen veinte años de La taberna del Buda, un disco clave en vuestra carrera. ¿Qué supuso aquel gran éxito? Y echando la vista atrás ¿qué valoración hacéis de estas dos décadas? Manuel: Han pasado muy rápido. Raúl: Muy bonitas. Cómo decía Óscar, haciendo lo que más nos gusta. Haciendo música, tocando música, vendiendo música, promocionándola… Y ¿qué hay mejor que hacer lo que te gusta? Manuel: Ese disco fue la ratificación de que podíamos seguir haciendo canciones interesantes. Porque es muy típico que aparezcan artistas y se queden en una sola canción y pasen el resto de su vida sin pena ni gloria, con un sólo éxito. La taberna del Buda de hecho vendió más discos que el disco de La Lola, casi el doble.

Pero La Lola es cierto que fue la canción que primero nos marcó y La Taberna fue esa ratificación de que ya no íbamos a ser “loladependientes”. Aunque la gente suele ser con ese tema con el que más nos identifican. Fue un apoyo para la conciencia y para dejarte tranquilo, sabiendo que lo que estabas haciendo iba por buen camino. L.F.: Cuando uno logra un disco superventas de ese nivel y el listón está tan alto ¿no da un poco de vértigo enfrentarse a un nuevo proyecto? Manuel: No lo pensábamos. Óscar: Fue todo tan rápido y tan seguido… En un mes parecía que había pasado un año porque sucedían tantísimas cosas. Estabas tan metido en esa dinámica que no te dabas cuenta de lo que ibas consiguiendo, de lo que ibas haciendo. Disfrutábamos mucho, pero estábamos inmersos en una gran vorágine.

“UNA DE LAS CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES QUE HA MARCADO NUESTRA TRAYECTORIA ES EL PÚBLICO TAN HETEROGÉNEO, TAN FIEL Y TAN INTERGENERACIONAL QUE TENEMOS”

MANUEL

“MANHATTAN ES UN DISCO QUE TIENE MUY BUENA ENERGÍA Y PARECE QUE PRECISAMENTE POR ESO HA FUNCIONADO”

RAÚL

“PODER SEGUIR EN ESTA CARRERA ES EL MEJOR LOGRO Y LA MAYOR SATISFACCIÓN QUE PODEMOS TENER”

ÓSCAR

L.F.: Son muchos años juntos musicalmente, pero además en vuestro caso toda la vida porque sois hermanos. ¿Qué es lo mejor y lo peor de trabajar en familia? Raúl: Al final los hermanos, igual que en cualquier otro tipo de relación, pasan por fases. Hay fases mejores, otras peores, pero lo importante es mantenerte unido y poner el foco en el trabajo. Y lo que va surgiendo se intenta solucionar y ya está. Óscar: Esto es una empresa y cada uno tiene su cometido. Con las cosas claras, con respeto y con el amor que compartimos por lo que hacemos, muy mal se tiene que dar para que esto se tuerza. Manuel: Esto es como los matrimonios. Sería extraño que hubiera parejas que no tuvieran sus roces y nosotros tenemos más que cualquiera porque somos familia. Pero esa confianza tiene la parte positiva que es lo que hace que llevemos veinticuatro años juntos en la música. Si no hubiéramos sido hermanos igual no hubiéramos estado tanto tiempo, ya que es muy complicado en esta profesión y más con tres personas. Tres personas que, por muy parecidas que seamos y tengamos el mismo objetivo, cada una tiene sus cosas en la cabeza.

L.F.: Tenéis un público muy fiel que os ha acompañado durante estos veinticuatro años. Debe ser muy gratificante contar con ese apoyo tan incondicional.Manuel: Una de las características principales que ha marcado nuestra trayectoria es el público tan heterogéneo, tan fiel y tan intergeneracional que tenemos. El hecho de tener a un crío de ocho o nueve años que va con su padre a un concierto, y que también vayan los padres de los padres es curioso. Nos encontramos con chavales de veinte o veinticinco años que conocen nuestra música porque sus padres ponían en casa o en el coche La taberna del Budahace veinte años y han crecido con eso.

L.F.: Estáis ya inmersos en una gira por toda España para presentar Manhattan, vuestro nuevo trabajo. ¿Cómo está siendo ese contacto con el público en un momento en que estamos todos deseando que los conciertos vuelvan a ser los de antes, sin restricciones? Manuel: Somos conscientes de que estamos viviendo una etapa de la vida histórica a nivel mundial y que esto repercute de manera muy directa en lo que hacemos.

Y lo que hacemos es estar cara al público, y el público es el que va a los conciertos y en este tipo de situaciones entra en juego mucho la mente. Hay personas que tienen la mente más relajada y más abierta y piensan que no pasa nada por ir a un concierto bien protegido, y luego hay otras que tienen más miedo. Todo eso se refleja en los conciertos. Ves cómo la venta de entradas va más lenta, cómo la gente se espera al último momento, y a veces hay gente que con la entrada ya comprada luego no va al concierto. Pero yo creo que en general la música, el teatro, la cultura, han servido para que la gente salga y se distraiga. Es un estímulo y la gente lo valora y lo agradece más que antes.

L.F.: Hemos empezado hablando de celebración, de aniversario, de los veinte años de La taberna del Buda. Dentro de otros veinte, ¿cómo os veis? Óscar: Lógicamente más mayores, pero también con más experiencia. Manuel: Pues yo, igual que ahora, con más años, pero con las mismas ganas o más. Con el paso de los años eres más consciente de lo que haces y del privilegio que supone seguir haciendo lo que estabas haciendo. Ojalá dentro de veinte años podamos estar diciendo que estamos aquí, porque sería muy buena señal. A mí lo de estar en el escenario a la edad que sea me parece estupendo, mientras el cuerpo aguante.

L.F.: ¿Café Quijano ha cumplido sus sueños? Esos que tenía cuando empezó a tocar en La Lola, aquí en León, en vuestra tierra. Raúl: Hasta los que no habíamos soñado. Lo que pasa es que según vas avanzando en tu carrera te vas marcando otros sueños u objetivos que más de uno falta por cumplir, pero lo que pensábamos cuando empezamos se

ha cumplido. Una de las cosas más bonitas ymás deseadas que puede tener el ser humanoes cantar y ser conocido por su música.Yo creo que a cualquier persona le gustaríaser cantante y eso no suele pasar con otrasprofesiones, porque la música es una disciplinaque llega a todos y forma parte del serhumano.

L.F.: El reconocimiento del público imaginoque es uno de los mayores premios, pero sihablamos de premios materiales, ¿cuál osha hecho más ilusión recibir?Manuel: Hemos tenido la suerte de poderestar en la ceremonia de entrega de los másgrandes, que son los Grammy americanos.Hemos estado nominados, no nos lo dieron,decimos que nos quedamos igual decontentos pero no es verdad (risas). Si te lodan te quedas más contento, pero estar ahíya es un privilegio. Y luego en nuestro país oen Latinoamérica nos han dado los premiosmás importantes. Pero lo que tienen los premioses que aunque es un reconocimientoque está muy bien, pasa en el momento enque te dan el premio y al día siguiente ya seolvidó. Lo que creo que es más importantees seguir ahí para poder optar a que te denmás premios. Y detrás de cada uno de estosdiscos de oro o platino hay mucho trabajo,son reconocimientos más directos, del día adía.Óscar: El poder seguir en esta carrera es elmejor logro y la mayor satisfacción que podemostener.

A seguir cumpliendo sueños y a seguir haciéndonos felices con vuestra música. Manuel, Óscar, Raúl, muchas gracias.

Gracias a ti, Laura.

“LA MÚSICA, EL TEATRO, LA CULTURA, HAN SERVIDO PARA QUE LA GENTE SALGA Y SE DISTRAIGA. ES UN ESTÍMULO Y LA GENTE LO VALORA Y LO AGRADECE MÁS QUE ANTES”

MANUEL

“CON LAS COSAS CLARAS, CON RESPETO Y CON EL AMOR QUE COMPARTIMOS POR LO QUE HACEMOS, MUY MAL SE TIENE QUE DAR PARA QUE ESTO SE TUERZA”

ÓSCAR

Fotografía Ezequiel Trejo

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