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Lupe Carti\u00E9 Roda

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Anabel Herrera

Anabel Herrera

LUPECARTIÉ RODA

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Con una ternura y delicadeza que enamora, Lupe Cartié Roda tiene mucho que contar. Comenzó en el teatro formándose con los mejores y sin tan siquiera pensar en hacer cine o televisión. Pero la vida le fue llevando por otros caminos, como trabajar a las órdenes de directores de la talla de Pedro Almodóvar, Alejandro Amenábar o Daniel Monzón. A todos ellos convenció con su verdad que traspasa la pantalla. Y de todos recibió el mayor premio de su vida, saber con certeza y sin ninguna duda que ella ante todo, es actriz.

TEXTO : CONCHI CASTAÑEIRA

Icruceros: Comencemos por el principio. Has hecho muchísimo teatro, cuéntanos un poco como fueron esos inicios en los escenarios. Lupe Cartié : Me formé en el teatro en Zaragoza, que es de donde yo soy. En la escuela de teatro de allí. Estuve bastante involucrada en el Nuevo Teatro de Aragón, en el Centro dramático de Aragón. Después llegó una época en la que me concentré en otras cosas y dejé un poquito el tema de la interpretación. Pero un día volví a retomar el teatro, porque yo nunca había pensado en hacer ni cine ni tele, y en un curso maravilloso que hice -porque yo soy un poco intensa para lo que me gusta- (risas) en la Menéndez Pelayo en Santander con Mario Gas, se hicieron unas sinergias muy chulas. Al año siguiente

emprendí dos cursos intensivos de 15 días a la vez en Madrid, uno de José Carlos Plaza, gran maestro de actores y el otro de Claudio Tolcachir que venía de Argentina. Y me enamoré, literalmente, de José Carlos Plaza. Me pareció el maestro de la interpretación y empecé a hacer pequeños intensivos con él. Me vine a vivir a Madrid y no paré de hacer teatro. Tuve la suerte de enganchar un montaje con otro.

Icr.: Dices que no habías pensado en hacer cine ni tampoco televisión y sin embargo ahí está como parte de tu trabajo. ¿Cómo y cuándo llegó? L.C.: El cine y la televisión supongo que en algún momento lo deseaba porque de

pronto apareció. En televisión he hecho cosas como "Presunto culpable", "Mar de plástico, "Lo que escondían sus ojos", "El día de mañana", “Velvet Colección”… Y la verdad que luego en cine he tenido suerte porque creo que he trabajado con los mejores.

Icr.: Sí, porque tengo entendido que Pedro Almodóvar te fichó, cuéntanos como fue. L.C..: Sí sí, Almodóvar me fichó. Y fue ¡muy fuerte! Porque además, fíjate lo que es la vida que nunca sabes dónde te lleva, "Gente en sitios" fue una película que surgió del teatro. David Serrano es un director teatral que todo lo que hace es bárbaro porque es un genio de la escena y de la comedia. Hicimos con él una especie de montaje pequeñito sin muchas pretensiones y que empezó en una sala alternativa. Se llamaba “Humanadas” y eran escenas como cosidas a una historia común. Entre ellas había una escena de Juan Cavestany, que al final lo vio y cuando empezó a rodar “Gente en sitios” me llamó para rodar la escena que yo hacía en el teatro y me pareció fabuloso. Es una película (“Gente en sitios”) rodada con poquísimos medios y con un texto y actores estupendos. La escena que rodé yo es muy brutal y en ella tengo la suerte de desprender una verdad muy grande. Yo no pude ir a su estreno, pero fue Pedro Almodóvar. Y mi sorpresa llegó cuando Juan (Cavestany) me envió un mensaje: "Compra el Cinemanía de este mes porque ese es mi regalo de Navidad” y lo compré y vi el artículo de Pedro Almodóvar con mi foto y lo que decía de mí y no me lo podía creer. De todo ese reparto de actores se fijó en mí que era absolutamente desconocida. Cuando te pasan esas cosas, más allá de la repercusión que tiene es lo que significa para ti. Significa que estoy en el sitio, no estoy equivocada, soy actriz. Ante todo soy actriz. Mi misión vital es ser actriz y no estoy confundida porque en esta profesión muchas veces dudas.

“Almodóvar me fichó. Y fue muy fuerte”

Icr.: ¿Qué supuso para ti trabajar a las órdenes de Pedro Almodóvar? Y ¿cómo es trabajar con él? L.C.: Hay mucha gente que ha influido en mi carrera, pero el hecho de que alguien con ese sello, al que admiro tanto, un hombre que a pesar de que nació en un sitio tan chiquitín es capaz de tener todo un universo, es entonces cuando ya no tienes dudas. En “Julieta” hay personajes principales y pequeños, con participación pequeñita como es la mía. Cuando me tocó rodar con él tengo que decir que me temblaba el cuerpo, se me secaba la boca (risas), fueron los nervios y no lo puedes evitar. Y me quedé alucinada,

porque Pedro (Almodóvar) es una personasumamente respetuosa, te explica las cosasde manera más que clara, es muy detallista,tiene súper claro lo que quiere y conoce muybien los resortes del actor. Él sabe dónde tieneque tocar para conseguir lo que quiere.Y todo eso se agradece muchísimo porquees como ir a un punto en línea recta.

“En cine he tenido suerte porque creo que he trabajado con los mejores”.

Icr.:Has hecho poco cine pero sí con los mejores, cuéntanos. L.C.: Sí, he estado con los mejores. Con Pedro (Almodóvar), algo a lo que todos aspiramos. Juan (Cabestany) es el primer director que me dio la oportunidad de estar en su película y le estoy muy agradecida. Fernando (González Molina), para mí fue el descubrimiento del cine a lo grande porque además lo conocía poco. No era el cine que más veía entonces y me sorprendí de la energía volcánica que tiene. Se echó a la espalda un gran equipo para rodar “Palmeras en la nieve”, que es una súper producción a nivel de pocas en este país. Y yo creo que no estuvo bien valorada en su tiempo. Fue un trabajo increíble, técnicos, actores, etc. Yo con él alucine y conocí lo que es el fuego en un rodaje. Y con Amenábar ¡imagínate! Fue un corto, pero yo con él hubiese rodado lo que me hubiese pedido (risas). Nos citó a mi compañero de escena y a mí en su casa para ensayar y de pronto ves a un tipo súper normal que te explica las cosas con total normalidad. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que todos tienen una cosa en común: lo- claro que lo ven. Poseen un universo tan claro de su imagen, de su estilo, de lo que quieren contar y como. Es todo mucho más fácil. Y con Daniel (Monzón) ha sido un amor a primera vista. La primera vez que hablé con él era como si hablase con mi colega de toda la vida (risas). Daniel lo tiene muy claro también, pero es un poco el polo opuesto porque lo que tú le dices te lo acepta, siempre que encaje. Es un director que también demuestra mucha inteligencia cuando tú, como actriz, has buscado mucho para hacer una escena y él lo ve y lo acepta. Todo le suma y encima tiene una energía alucinante que no sé de donde la saca. Y es un amor, todos, hombres y mujeres acabamos enamorados de él (risas). Le encanta su trabajo, le encantan las historias que cuenta y fíjate los cambios que ha dado. Muy atrevido, muy arriesgado, porque a veces cuando das con una fórmula buena te cuesta salirte de ella. Lo bueno de todos estos trabajos, tan chulos y tan importantes, es que estás con los mejores, que además te lo hacen fácil. Y la forma de que tu trabajo suba es estar con gente buena. Todo ha sido un lujo y una suerte que he tenido.

Icr.: ¿Qué es lo que te llevas de cada uno de ellos, aparte del aprendizaje? L.C.: El hecho de que esos directores hayan confiado en mí, porque tienen miles de actores y de actrices llamando a sus puertas todos los días. Da igual si el personaje es grande o pequeño porque estás en su proyecto vital de los últimos 4 o 5 años, que es lo que viene a tardar una película. En el momento en que te eligen a ti, aparte de lo que aprendes, para mí lo más importante es la seguridad que te da el estar, que eres lo que eres, actriz. Te ayuda también a seguir adelante en momentos que son malos, porque aquí va todo por rachas, hay veces que tienes que hacer verdaderos actos de amor y de fe para mantenerte. Para mí, eso es lo más importante junto con lo que he aprendido técnicamente y lo que me han enseñado al dirigirme, la seguridad.

Icr.: ¿Es importante para una actriz/actor cómo te dirige el director? L.C.:Muy importante. Yo tengo una amiga actriz que me decía que ella necesita que la dirijan mucho. Hay actores que son muy intuitivos y no lo necesitan tanto. Para mí, lo ideal es una cosa intermedia. A mí

me gusta mucho que me dirijan, porque si te dirigen bien parece que todo lo haces a mil por hora y sientes que puedes saltar en cualquier dirección. Y te dices a ti misma “o cojo la curva y gano o me mato” (risas). Eso te lleva a hacer cosas que cuando no estás segura no arriesgas. Cuando tengo un buen director cojo su mano y a donde me lleve.

“Pedro (Almodóvar) conoce muy bien los resortes del actor”

Icr.: ¿Qué opinas de actores o actrices que dirigen? L.C.: Creo que es una cosa que podría ser más fácil que sucediese de lo que parece. Porque en la dirección de actores, como actor, conoces muy bien los mecanismos. Pero otra cosa es la dirección escénica, que yo no me atrevería a hacer porque tienes que tener unos conocimientos técnicos que yo, por ejemplo, carezco. Hay muchos actores que se tienen que formar para dar ese salto. Para la dirección de actores creo que o sirves o no. Aunque existen actores que no quieren ni locos saber de esto.

Icr.: ¿Nos puedes contar tus próximos proyectos? L.C.:Llevo desde el 2016, por motivos de trabajo, sin hacer teatro y siento cierta nostalgia de estar en el escenario. Ahora estoy buscando un texto que guste mucho con 2 o 3 compañeros buenos actores, no son muy mediáticos pero tienen una calidad importante y con un director que creo que ya tengo medio engañado (risas) y al que yo admiro mucho, pero todo está un poco ahí esperando. Acabo de grabar un capítulo piloto dirigido por Ángel Villaverde en el que también están Manuel Morón, Isabel Ordaz y más compañeros maravillosos. Y con Dani Campos que ha escrito el guion de un largometraje, “Generación selfie”, hecho con muy pocos medios pero que está genial y yo encantada porque me gustan estos proyectos de gente con talento y me mola estar ahí. Y en mayo rodaré un cortometraje de una directora y guionista nueva que trata de cuatro amigas que se encuentran por una situación vital complicada y está muy bien.

Así es Lupe, una mujer que destila verdad y pasión en todo lo que hace. Una amiga a la que, estoy segura, le esperan muchos éxitos.

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