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Falta de sueño: causas y consecuencias
¿DULCES SUEÑOS? Dormir bien tiene beneficios en muchos aspectos de la salud, aunque en ocasiones resulta difícil conciliar el sueño. El origen de este problema puede ser muy diverso y, cada vez más, se está investigando la posible asociación con algunas enfermedades oculares
“Todos deberíamos saber que el sueño, o el buen dormir, es fundamental para la salud, tanto para protegerla como para recuperarla.” Dr. Antoni Esteve, presidente de AdSalutem Institute
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¿Sueño y oftalmología? Puede sorprender que estos dos conceptos vayan de la mano, pero la relación que hay entre ellos es más directa de lo que pensamos. Si bien es un campo muy amplio por explorar, ya se ha demostrado que los trastornos del sueño son habituales en personas que padecen determinadas patologías oculares, como, por ejemplo, la neuropatía óptica isquémica anterior (NOIA).
La NOIA es un tipo de “infarto” del nervio óptico que provoca una pérdida repentina de visión al disminuirse o interrumpirse el flujo sanguíneo que llega a la cabeza de este nervio. Se estima que entre un 55 y un 90 % de los pacientes que la padecen tienen el síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS), es decir, episodios
repetidos en los que se para la respiración y se obstaculiza el flujo de aire mientras uno duerme.
Uno de los principales tratamientos para estos casos es el dispositivo de presión positiva continua en vía aérea (CPAP) –máscara que aporta la presión de aire necesaria– y, según estudios, el hecho de no utilizarlo multiplica por 5 el riesgo de volver a sufrir un infarto en el nervio óptico del otro ojo. Por ello, desde el centro de medicina AdSalutem Institute destacan “la necesidad de realizar una polisomnografía o estudio completo del sueño en la mayoría de pacientes con NOIA para poder ofrecer una estrategia terapéutica integral y personalizada”.
En pacientes con algunos problemas del nervio óptico, la retina o los párpados es importante descartar la presencia del síndrome de apneas-hipopneas del sueño

AdSAlutem Institute con sede en Barcelona están íntegramente dedicados al sueño


Prevenir daños oculares Además de la NOIA, el glaucoma es otra de las patologías oculares que daña el nervio óptico y que, en algunos casos, puede estar ligada a trastornos del sueño: investigaciones recientes apuntan a que las personas con SAHS son más propensas a desarrollar determinados tipos de glaucoma. “Es preciso derivar a estos pacientes al oftalmólogo, quien, a su vez, tiene un papel importante en la detección de posibles problemas del sueño”, añaden los especialistas de AdSalutem.
Indagar sobre la presencia del síndrome de apneashipopneas del sueño –que afecta a alrededor de un 4 % de la población, aunque hasta un 30 % presenta apneas mientras duerme– también es pertinente en el
Se estima que pasamos un tercio de nuestra vida dormidos; un tiempo que no se puede considerar perdido, ya que tiene un efecto reparador y es necesario para la supervivencia del organismo. Dormir bien aumenta nuestra calidad de vida y, cuando hay cualquier trastorno (que puede afectar tanto a la cantidad como a la calidad del sueño) nos resentimos. Según los especialistas de AdSalutem Institute, estos son algunos de los principales ámbitos en los que nos afecta la falta de descanso:
• Aprendizaje y memoria • Estabilidad emocional • Cognición • Alteraciones psiquiátricas y neurodegenerativas • Alteraciones en el desarrollo • Trastornos cardiovasculares y metabólicos • Alteraciones inmunológicas
A la hora de buscar explicación a un problema en el sueño (SAHS, somnolencia diurna, insomnio, parasomnias como el sonambulismo…), es poco frecuente que haya un único motivo. Se trata de trastornos multifactoriales en los que pueden influir los ritmos circadianos, circunstancias ambientales, consumo de determinados fármacos, aspectos psicológicos o patologías de diversa índole. Por tanto, es posible que las alteraciones en el sueño sean efecto de algunas enfermedades, mientras que, en otras ocasiones, son estas alteraciones las que constituyen un factor de riesgo para el desarrollo de patologías.
La sensación de sequedad ocular puede verse empeorada por una mala calidad del sueño, explica el equipo de AdSalutem Institute
caso de patologías de la retina, como las oclusiones de las venas retinianas o la retinopatía serosa central (acumulación de líquido en el centro de la retina), y de los párpados.
Concretamente, el síndrome del párpado laxo parece darse en un 25-40 % de los pacientes con SAHS, un problema que, a su turno, presentan la gran mayoría de personas con hiperlaxitud palpebral. No obstante, deben seguir estudiándose les mecanismos que provocan esta relación y el beneficio que puede tener el tratamiento del sueño para evitar los síntomas y lesiones oculares derivados.
Atención a la sequedad ocular Otro ámbito en el que profundizar e intensificar la colaboración entre especialistas es el manejo del ojo seco, “que puede verse empeorado por una mala calidad del sueño”, explica el equipo de AdSalutem Institute.

En este sentido, hay que tener en cuenta que el uso inadecuado de la mascarilla con la que se insufla el aire en la CPAP tiende a incrementar la sequedad ocular y puede desencadenar pequeñas lesiones en la córnea, requiriendo asesoramiento experto para evitarlo (correcta adaptación a la CPAP y, a nivel oftalmológico, tratamiento con lágrimas artificiales hidratantes, geles o pomadas lubricantes oculares…).
Si no se controla, el ojo seco fomenta, a su vez, los problemas en el sueño, debido a las molestias oculares que dificultan conciliar el sueño y el estado de estrés e inquietud que genera. Se entra así en un círculo vicioso, en el que la mejor estrategia es un abordaje multidisciplinar que entienda que la salud, el bienestar y la calidad de vida no tienen una única raíz ni una repercusión aislada en el ojo u otras partes del cuerpo.
Curiosidades sobre el sueño REM


Desde que nos acostamos hasta que nos despertamos, nuestro sueño pasa por diferentes fases. Una de ellas es la etapa REM (rapid eye movement), que, precisamente, se llama así por los rápidos y constantes movimientos que hacen nuestros ojos, aunque no seamos conscientes de ellos.
Estos movimientos se deben a una alta actividad cerebral en este momento del ciclo, en el que también aumenta la actividad fisiológica (aceleración del ritmo cardíaco, incremento de la presión arterial…), a pesar de que el cuerpo permanece relajado e inmóvil (no hay tono muscular). Es el momento en el que soñamos de forma más vívida, incluso a color, y, si nos despiertan, solemos recordar lo que estábamos soñando.
La fase REM, por la que pasamos varias veces en una misma noche, supone cerca de una cuarta parta del tiempo que dormimos y se considera fundamental para el aprendizaje y el almacenamiento de recuerdos.

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Alzheimer, cáncer y diabetes
Los pacientes con ciertos problemas oculares no son los únicos que pueden ver su vida afectada por trastornos del sueño, que también son habituales en casos de:
• Alzheimer: más de la mitad de los afectados tiene apneas del sueño que aceleran el deterioro cognitivo y la progresión de la enfermedad

• Cáncer: un sueño saludable contribuye al tratamiento y a la recuperación, aunque 3 de cada 4 pacientes presentan problemas para dormir bien
• Parkinson: a un 70 % de las personas que lo padecen le cuesta disfrutar de un descanso reparador a causa de trastornos del sueño de diferentes tipos

• EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica): las quejas sobre la calidad del sueño son las más frecuentes entre estos pacientes (40 % de los afectados)
• Diabetes y obesidad: un sueño saludable ayuda a controlar los niveles de glucosa y los factores de riesgo cardiovascular

• Fibrilación auricular: la técnica CPAP disminuye la recurrencia de este tipo de arritmia y, con ello, el riesgo de sufrir un ictus
• TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad): la sintomatología mejora cuando hay un buen descanso, algo que solo alcanzan un 70 % de los niños con TDAH

• Autismo: el tratamiento de trastornos del sueño (comunes entre un 40 % y un 80 % de los menores autistas) ayuda a reducir el estrés y la ansiedad asociados

• Síndrome de Down: las probabilidad de desarrollar SAHS aumenta en estos pacientes, tanto en la infancia como en la edad adulta