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HACIA UNA RECUPERACIÓN VERDE EN LAS CIUDADES DE ALC: UNA AGENDA ENFOCADA EN EL CAMBIO CLIMÁTICO

La Descarbonizaci N En Ciudades

Anthony Gad Bigio, profesor adjunto de cambio climático urbano en la Universidad de George Washington, señaló que la acción climática impulsa el desarrollo urbano de las ciudades y que descarbonizar las ciudades no sólo ayuda a salvar el planeta; sino además a ahorrar dinero.

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Además, Gad Bigio comenta que la descarbonización es la manera más innovadora de adaptación y reducción de la demanda de la energía, los recursos naturales y materias primas de las ciudades. En este sentido, la descarbonización urbana representa una oportunidad para hacer una inversión de capitales que buscan recuperar los costos recurrentes provenientes del consumo de energía, la generación de combustibles fósiles y las emisiones de carbono. Una propuesta de descarbonización en zonas urbanas permite también replantear todos los sistemas urbanos de manera que sea menos costoso para todos: el sector público y privado, la vivienda y las personas.

Por ello las ciudades necesitan prepararse para descarbonizar llevando a cabo distintas tareas a nivel municipal como: realizar inventarios de emisiones, tener planes de acción climática y hacer valoraciones económicas de los costos de los proyectos de descarbonización para demostrar los beneficios económicos.

Por otro lado, existen diversas áreas para realizar la descarbonización urbana tales y como:

• La planificación del uso de la tierra: La extensión o expansión de la ciudad es uno de los problemas más grandes en las ciudades de América Latina, ya que implica altos costos para los presupuestos públicos y privados. En el caso de México, por ejemplo, hacer una simulación del crecimiento urbano para el 2050, puede traer hasta un 80% de reducción de costos en el uso de la tierra y en infraestructura; y ahorros en energía, agua, desplazamientos y gases de efecto invernadero.

• Las inversiones en transporte y sistemas de movilidad: En este eje se debe promover el uso de transporte público, electrificación de vehículos privados, transportes no-motorizados.

• La eficiencia en energía, agua, residuos, edificios: Se pueden encontrar oportunidades de ahorro implementando sistemas de iluminación más eficientes como luces LED para calles; sistemas de reciclaje, sistemas de conversión de residuos en energía, sistemas de reuso de aguas, drenajes basados en soluciones de la naturaleza, eficiencia energética en viviendas y oficinas, aislamiento de edificios, reuso de materiales de edificios, entre otros.

En temas de financiamiento, Gad Bigio mencionó que las ciudades tienen acceso a diferentes fuentes para ejecutar los proyectos de descarbonización: las fuentes regulares de financiamiento y las fuentes dedicadas de financiamiento. En primer lugar; las ciudades deben considerar incorporar la descarbonización en las operaciones del sector urbano como el agua, los residuos, la planificación del uso de la tierra, etc. Luego, pueden buscar en presupuestos nacionales, locales, municipales disponibles para la ciudad; o también pueden recurrir a concesiones del sector privado o agencias multilaterales como el BID. Y por último; están los fondos especiales como los préstamos de agencias bilaterales, las facilidades ambientales globales, entre otros.

Finalmente, Gad Bigio recalcó que para llevar a cabo el plan de acción climática global y los proyectos de descarbonización urbana, es importante que haya una colaboración interinstitucional coherente; contando con el apoyo de autoridades provinciales y estatales.

Existen ciudades en la región que ya están incorporando estrategias de descarbonización en su plan de acción climática tal es el caso de la ciudad de México. Leticia Gutiérrez, la Directora General de Coordinación de Políticas Públicas y Cultura Ambiental de la ciudad, comentó acerca de los programas y acciones que se están implementado.

Ciudad de México

Hoy la ciudad de México es un referente para la región latinoamericana ya que en el 2016, fue pionera en cumplir con el inventario de más alto nivel del C40; y en 2017, creó una agenda de resiliencia urbana; y ahora aspira a ser carbono neutralidad en el 2050. Por otro lado, la ciudad forma parte de una de las zonas metropolitanas más grandes del país donde vive la quinta parte de la población de México y es la ciudad que más contribuye con las emisiones a nivel nacional con 3,2% de carbono.

Gutiérrez señaló que la ciudad de México es la primera administración en la historia que ejerce una política ambiental y de cambio climático desde el más alto nivel político. Para llevar a cabo este plan, fueron clave tres factores: el liderazgo político, la dinámica intersectorial y un alto nivel de capacitación.

Asimismo, Gutiérrez indicó que los ejes de trabajo más importantes para llevar a cabo la descarbonización de la ciudad de México fueron fortalecer la capacidad de adaptación y dividir los escenarios para la planeación en escenario condicionado y escenario no condicionado. En el primer escenario condicionado, se planteó un escenario al 2050, con la reducción al 83% de las emisiones al 2040. Por otro lado, en el escenario no condicionado, se trazó una ruta hacia el 2024, con una reducción de 10% de las emisiones actuales.

Para este último escenario, se desarrollaron ejes de trabajo como: el programa integral de movilidad, el programa basura cero y la estrategia de sustentabilidad energética ciudad solar. A continuación, Gutiérrez explicó cada uno de ellos.

En primer lugar, está el programa integral de movilidad. El sector de movilidad genera el 74% de los efectos de gases invernadero de la ciudad de México y la mitad de ellas proviene de autos privados. Por ello, se apuesta por un cambios modales hacia un transporte limpio y eficiente y una movilidad activa; así como en determinadas acciones de gestión de la demanda para reducir los viajes contaminantes; la transición tecnológica y un modelo de transporte integral que sea accesible, incluyente y equitativo. Además, se propone construir 4 líneas de cable bus, 6 líneas nuevas de metro-bus, nuevas unidades de electro buses, 00 km de corredores de transporte público y un aumento de reparto modal en bicicleta con 10 000 unidades de bicicletas públicas, 16 bici-estacionamientos y 100 nuevos km de ciclovías.

El segundo programa del eje es el programa basura cero. Con una visión de economía circular; la ciudad busca reducir el 50% de volumen de residuos que van a rellenos sanitarios. Diariamente producen alrededor de 13 mil toneladas diarias de basura, de residuos sólidos urbanos y de residuos de la construcción. Para revertir esto, se está impulsando la prevención en la generación de residuos y adoptando medidas para el rediseño de bienes y servicios, la gestión sustentable de residuos sólidos urbanos y de la construcción; así como su aprovechamiento energético. Algunos ejemplos muy concretos son: la medida legislativa para la producción de plásticos de un sólo uso; proyectos emblemáticos como la planta de selección y simbiosis de la ciudad en una de las zonas industriales de la ciudad donde se están conectando empresas donde los residuos de una se conviertan en recursos de otras.

Finalmente, está el programa de la estrategia de sustentabilidad energética ciudad solar. En este se están impulsando tres grandes líneas de acción: la parte domiciliaria para que los hogares hagan uso eficiente de la energía y aprovechen las energías renovables; el comercio en medidas de eficiencia energética y energía renovable; y la generación de energía limpia a escala local de la ciudad.

Un ejemplo de ello, es la instalación de un parque solar en los techos de la central de abasto del centro de la ciudad de México con una extensión de 25 hectáreas de techo y una generación de 20 megawatts. Es una de las plantas más grandes del mundo dentro de una ciudad. Otras acciones que se están realizando son la promoción para el uso de paneles y calentadores solares en vivienda; las certificaciones de edificaciones sustentables; la capacitación y certificación de instaladores solares para la creación de empleos verdes; y la reconversión energética de edificios públicos.

La Adaptaci N En Ciudades

Otro tema que todavía no acaba de entrar con la debida fuerza en las políticas para el cambio climático es la adaptación. Eugene Zapata, director general para América Latina, Resilient Cities Network, indicó que la adaptación es un proceso que lleva adelante una ciudad para prepararse y anticipar de forma proactiva los efectos negativos al cambio climático y uno de los principales elementos en las estrategias de resiliencia urbana.

Asimismo, Zapata señaló que la resiliencia es un proceso por el cual una ciudad es capaz de evaluar los impactos agudos y las tensiones crónicas a las que está expuesta, anticipando soluciones para minimizar los riesgos y potenciar las oportunidades. Para ello, indica que es necesario comprender que cualquier esfuerzo de adaptación en la ciudad debe ser muy específico; ya que se adapta a las distintas herramientas, capacidades y características físicas, geográficas, socioeconómicas, demográficas y sobre todo, al contexto.

Para ayudar a las ciudades a anticiparse y minimizar los riesgos, la Red de Ciudades Resilientes se apoya en la evidencia y los datos. Hoy en día, invertir en el desarrollo urbano sin un enfoque de resiliencia y adaptación; es crear riesgo. Por lo tanto, la ciudad debe ser capaz de desarrollar políticas públicas específicas que dé lugar a inversiones dirigidas para disminuir la magnitud de los efectos del cambio climático y convertirse en una ciudad resiliente.

¿Y cómo es una ciudad resiliente? Es aquella ciudad que está mejor preparada y adaptada para responder a los impactos y tensiones del cambio climático. Zapata indicó que, para promover y desarrollar una estrategia de resiliencia urbana, la ciudad debe contar con cinco componentes importantes: liderazgo político y agilidad en el proceso de toma de decisiones; enfoque multisectorial; esfuerzo nacional con participación del sector público, privado, la sociedad civil, los medios de comunicación y la academia; visión a largo plazo; y enfoque en las poblaciones más vulnerables.

La región latinoamericana tiene un gran déficit de resiliencia y adaptación, con muchas tareas pendientes como los asentamientos informales, la infraestructura insuficiente o en mal estado, los problemas de gobernanza metropolitana, la debilidad institucional municipal, la escasez de recursos fiscales, entre otros. Este déficit hace que parezca imposible la tarea de adaptación al cambio climático. Sin embargo, la adaptación es una tarea costosa y no necesita de grandes inversiones. Zapata recalcó que hay algunas acciones locales que no requieren costo alguno como por ejemplo:

Promover el escalonamiento en los horarios de trabajo para descongestionar el tráfico, mejorar la calidad del aire, promover el uso del transporte público, entre otros.

La preocupación que sigue vigente hacia la COP 26, señaló Zapata, es que si se continúa dando acceso al financiamiento internacional para los municipios a través de las garantías soberanas y las relaciones con los gobiernos centrales; seguirá tardando a llegar ese recurso a los gobiernos locales. Es por ello que la gobernanza multinivel es fundamental y las ciudades deben estar en la mesa de discusión y de la toma de decisiones.

Finalmente, la tarea clave de la COP-26 será cumplir con la agenda climática urbana; y la tarea de las ciudades será reconocer que tienen un rol clave en todas las mesas de discusión para alcanzar los objetivos de la agenda.

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