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Nº 93
EDITOR: PACO MORENO
DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 2015
LICTO
LIZA CONF A N A A Y O T N O M O IG R ROD
Y \ Y j a Mf e Y Y l f a l k \a Y j j ] m dY _
VÍCTOR HURTADO OVIEDO
Cómo aprovechar nuestros milisegundos
en al mundo. ev u m ís ar P en as st ri o rr Ataques te el reto de Francia es ál u ¿C a? ri Si en a eg ¿Qué se ju y sus aliados?
CÉSAR AUGUSTO DÁVILA
La mujer ilustrada FRANCO MARTÍNEZ TORRES
Cómo ganarle la batalla a la diabetes
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tuits de la semana
LA HIJA DE PAPÁ
EL ELEGIDO DE LA SEMANA
SERGIO TEJADA
“¿Qué más falta? ¿Una sentencia del PJ que diga que Chinguel es un hombre probo?” (Sergio Tejada critica impunidad de Alan García).
CARLOS FUENTES
La muñeca reina
VERÓNIKA MENDOZA
V
“Inaceptable: Poder Judicial acaba de liberar a asesino de Ernesto Castillo, desaparecido en 1990. Tiene que cumplir condena” (Verónika Mendoza exige justicia).
ALAN GARCÍA
“Dimos la razón a los más ancianos que no tenían papeles completos y ganaron su pensión. Fue una medida social en nombre de Víctor Raúl” (¿En campaña todo vale?).
Yo decido, pero mi papá manda
TE PERDONO GISE
KENJI FUJIMORI
“Una pena que algunos medios prefieran ser críticos de baile que sumarse a ayudar a la niñita Valeria que lucha por su vida” (Se queja Kenji, tratando de disimular el ridículo que hizo en el programa de Gisela).
PPK
“Gracias, Trujillo. Maravillosa noche en el Gran Chimú. Me llevo el cariño y entusiasmo de miles de trujillanos” (PPK, tras pisarle los callos a Acuña).
MARTHA CHÁVEZ
“Lo mostrado recién por PPK es un formulario que indica que todo está sujeto a la APROBACIÓN del Departamento de Estado de los EE.UU” (Martha Chávez no le cree a PPK)
Yo quiero que Gisela me pida perdón a mí también.
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ine porque aquella tarjeta, tan curiosa, me hizo recordar su existencia. La encontré en un libro olvidado cuyas páginas habían reproducido un espectro de la caligrafía infantil. Estaba acomodando, después de mucho tiempo de no hacerlo, mis libros. Iba de sorpresa en sorpresa, pues algunos, colocados en las estanterías más altas, no fueron leídos durante mucho tiempo. Tanto, que el filo de las hojas se había granulado, de manera que sobre mis palmas abiertas cayó una mezcla de polvo de oro y escama grisácea, evocadora del barniz que cubre ciertos cuerpos entrevistos primero en los sueños y después en la decepcionante realidad de la primera función de ballet a la que somos conducidos. Era un libro de mi infancia -acaso de la de muchos niños- y relataba una serie de historias ejemplares más o menos truculentas que poseían la virtud de arrojarnos sobre las rodillas de nuestros mayores para preguntarles, una y otra vez, ¿por qué? Los hijos que son desagradecidos con sus padres, las mozas que son raptadas por caballerangos y regresan avergonzadas a la casa, así como las que de buen grado abandonan el hogar, los viejos que a cambio de una hipoteca vencida exigen la mano de la muchacha más dulce y adolorida de la familia amenazada, ¿por qué? No recuerdo las respuestas. Solo sé que de entre las páginas manchadas cayó, revoloteando, una tarjeta blanca con la letra atroz de Amilamia: Amilamia no olbida a su amigito y me buscas aquí como te lo divujo. Y detrás estaba ese plano de un sendero que partía de la X que debía indicar, sin duda, la banca del parque donde yo, adolescente rebelde a la educación prescrita y tediosa, me olvidaba de los horarios de clase y pasaba varias horas leyendo libros que, si no fueron escritos por mí, me lo parecían: ¿cómo iba a dudar que solo de mi imaginación podían surgir todos esos corsarios, todos esos correos del zar, todos esos muchachos, un poco más jóvenes que yo, que bogaban el día entero sobre una barcaza a lo largo de los grandes ríos americanos? Prendido al brazo de la banca como a un arzón milagroso, al principio no escuché los pasos ligeros que, después de correr sobre la grava del jardín, se detenían a mis espaldas. Era Amilamia y no supe cuánto tiempo me habría acompañado en silencio si su espíritu travieso, cierta tarde, no hubiese optado por hacerme cosquillas en la oreja con los villanos de un amargón que la niña soplaba hacia mí con los labios hinchados y el ceño fruncido. (Fragmento)
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o n s e n o i c c e l : A I C N A a R i r F o t s i h a l e d s a d i d n e r p a
CONOCEDOR PROFUNDO DE LA REALIDAD FRANCESA y
del actual conflicto, el autor da luces para profundizar en el problema que angustia a la humanidad.
Navegar Río Arriba
U
RODRIGO MONTOYA ROJAS
n brutal ataque terrorista simultáneo en vario lugares de París, ocurrido hace 11 días que causó la muerte de 129 personas ha provocado una ola de indignación en el mundo y una reacción durísima del gobierno socialista de François Hollande, quien dos días después ordenó bombardear la parte del territorio de Siria ocupada por el Estado Islámico una de las muchas organización políticas musulmanas en el polvorín del Oriente medio. Poco antes, el presidente de Rusia Vladimir Putin había iniciado otros bombardeos en ese mismo territorio tratando de proteger a su aliado el presidente de Siria, considerado como un adversario de los intereses de Estados Unidos. Comienza a hablarse del inicio de una tercera guerra mundial, aunque podría ser que la situación se parezca más a la guerra civil española (1936-39) que fue una especie de laboratorio de experimentación de lo que sería inmediatamente
después la segunda guerra mundial. París está en la imaginación de miles de millones de personas como una de las ciudades más hermosas del mundo, como cuna de los ideales de libertad, igualdad y fraternidad y como una la ciudad luz de la cultura, en singular como sinónimo de la “alta cultura” . En cuanto supe de la noticia estuve prendido del canal francés TV 5, ocho horas, profundamente conmovido por lo que estaba ocurriendo en la ciudad
en la que pasé casi seis años de mi vida, estudiando tres en la Sorbona, escribiendo mi tesis doctoral en otros dos y participando en diversos encuentros académicos y enseñando. Fueron años decisivos en mi formación profesional, humana y política, incluida la maravillosa experiencia en la rebelión de mayo de 1868 y en los felices años al lado de Anita y nuestras hijas. Tengo desde 1968, amigos y amigas franceses entrañables de toda
la vida. Por mi deuda, gratitud y amor por París, Burdeos y Francia, mi reacción frente al ataque terrorista partió de mi corazón y humedeció mis ojos en varios momentos. En esas circunstancias, oí decir al presidente de la República “Francia está en guerra”. Era inevitable salir del corazón y pasar al mundo de las razones. Un par de días después, anunció que la república destruiría al enemigo terrorista y la televisión presentaba los bombardeos
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de una parte del territorio de Siria desde poderosos aviones de la armada francesa. Francia ha asumido como suya la “guerra norteamericana contra el terrorismo” propuesta por el presidente George Bush cuando en 1991 ordenó el ataque y la casi destrucción de Irak. El gobierno francés de entonces votó en las Naciones Unidas contra la guerra, mostrando su independencia, que ahora parece perdida. ¿Cómo entender este nuevo paso de extrema violencia en el Oriente Medio, convertido en una especie de polvorín? Hay una guerra comandada por Estados Unidos que se multiplica cada día con el cuidado de sus responsables de no tocar intereses económicos en juego, de reducir la política a la guerra, de no querer ver la relación profunda de la guerra con las culturas, y de no aceptar el fracaso de la voluntad de las potencias occidentales al querer imponer la democracia con fusiles y bombardeos a pueblos que no han separado la política de la religión y que por eso resisten con todas sus fuerzas a una imposición más de las muchas que ya conocieron desde el siglo XI cuando los ejércitos de reyes y príncipes “cruzados” de Francia, Inglaterra, España y Alemania marcharon a rescatar el Jerusalén católico que había caído en manos de los árabes y también a conquistar nuevos territorios y mercados. -Siguen las págs. 4-5
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4 DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 2015 -Viene de la pág. 3
No pretendo ofrecer una explicación de lo que ocurre pero sí aportar algunos elementos de la historia y de las culturas que habría que tomar en cuenta en la perspectiva de evitar la guerra externa e interna en Francia. UNO. ¿A qué se llama terrorismo? Los norteamericano son los responsables de la tesis “El terrorismo es el enemigo de Occidente y de la democracia”. En esta guerra de nuevo tipo, de un lado de las trincheras estarían los poderosos Estados de Europa y Estados Unidos y, del otro, el terrorismo, precisamente ahora el “Estado islámico” que no es un Estado como cualquier otro en el mundo sino solo una enorme variedad de individuos y grupos terroristas dentro de los Estados en el medio oriente y en el resto del mundo. Los suicidas del Estado Islámico que no son iguales a los soldados nacionales porque pertenecen a muchísimas nacionalidades diferentes, francesas y belgas entre ellas, unidos por el odio y sus ganas de venganza, en esta guerra de venganzas. Valdría le pena volver a recordar el sentido de las categorías para entender la realidad, para entendernos y no cometer graves errores de apreciación sobre quiénes son los enemigos. Terrorista es una acción violenta dirigida a matar personas inocentes; por ejemplo, una bomba senderistas en la calle Tarata de Miraflores, un ataque a las torres de Nueva York, otra bomba en una estación del metro Atocha en Madrid, o la inmolación de siete suicidas en teatros y bares de Paris. Es también terrorista una acción producida por un piloto de un bombardero que mata civiles inocentes o una unidad de un ejército que mata a miles de personas inocentes. Eso es lo que ocurre todos los días en el medio Oriente, particularmente en Siria, Palestina. Si la realidad es así, el terrorismo está en las dos orillas de esta guerra. ¿Por qué entonces llamar terroristas solo a unos y no a los otros? Una guerra contra individuos o grupos de población que no son ejércitos regulares ni representan a Estados, con territorios debidamente fijados tiene muchísimos más problemas que una guerra convencional que conocemos en la historia del mundo. Los suicidas de la organización mal llamada Estado islámico no se atreverían a enfrentar a la poderosa aviación que bombardea el pequeño territorio del mismo modo que sería absurdo pretender que el ejército francés suelte bombas en el barrio parisino de Saint Denis para destruir una célula de cinco suicidas. ¿A dónde va una guerra de elefantes contra hormigas? DOS. Breve mirada al pasado. El grave conflicto en Siria y el Medio oriente, tiene una larga historia. Para entenderla habría que mirar el pasado de hace dos mil años cuando sirios palestinos y judíos vivían en un mismo espacio donde nació Jesucristo.
Desde entonces Jerusalén es manzana de una discordia que no tiene fin. Turcos, persas y árabes disputaron esos territorios. La caída del sepulcro de Cristo en manos árabes fue considerada como una enorme afrenta. En los siglos XI y XII y XIII, los reyes y príncipes católicos de Francia, España, Inglaterra y Alemania, marcharon con sus ejércitos a recuperar ese sepulcro, cosiendo una gran cruz en el pecho de sus vestidos, como símbolo de su identidad cristiana de “cruzados” en guerra, con el lema “Dios lo quiere” y convencidos de que Cristo era el jefe de esos ejércitos de ricos y pobres. Los cruzados expulsaron a los turcos, persas y árabes, se apropiaron de territorios, abrieron y fortalecieron rutas comerciales. Como contaban con la bendición de los papas, el apoyo de su Dios y la jefatura militar de Cristo tuvieron las manos libres para matar y reducir a sus enemigos. Luego de sus victorias formaron tres estados cristiano-latinos en el Medio Oriente: los principados de Antioquia, Edesa, en Siria y el reino de Jerusalén en palestina.
Este primer gran encuentro entre cristianos europeos y árabes no fue un abrazo de culturas, lenguas y religiones sino simplemente de una guerra feroz, en nombre del Dios cristiano. Tres siglos después, en 1516, Siria pasó a ser parte del imperio otomano y fue dominada por los turcos. Por decisión francesa y británica Siria y Líbano pasaron a ser parte de Francia; y quedaron en manos de los ingleses Palestina, y Transjordania (hoy Israel), Irak y Jordania. Cuando cayó el imperio Otomano en 1922, el territorio sirio fue nuevamente dividido: Transjordania y Palestina para los británicos y Siria y Líbano para Francia. Finalmente, en 1946 Siria obtuvo la independencia. Dos años después, en 1948, tuvo una guerra con Israel, el nuevo Estado artificial creado por británicos y franceses, principalmente. Luego, en 1967, los israelíes con su guerra relámpago ensancharon su territorio con parte del suelo palestino y sirio. En momentos diferentes, con el mismo espíritu de buscar fortunas y anexar territorios, los franceses llegaron
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Terrorista es una acción violenta dirigida a matar personas inocentes; por ejemplo, una bomba senderistas en la calle Tarata de Miraflores, un ataque a las torres de Nueva York, otra bomba en una estación del metro Atocha en Madrid, o la inmolación de siete suicidas en teatros y bares de Paris.
montar un vasto imperio colonial por todo el mundo: África, Asia, El Caribe, América del Sur, América del Norte y Oceanía. Por los ataques terroristas en París importa más su presencia entre los árabes de Oriente Medio y en el Magreb norte de Africa. Allí, argelinos, marroquíes y tunecinos fueron colonizados a partir de 1830 y 1877 con una gravísima contradicción: de un lado, un maravilloso discurso del ideal moderno de construir un sistema democrático para cambiar la sociedad a partir de la soberanía del pueblo, de su voto universal, para elegir representantes en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial dentro de un Estado laico sin atadura alguna con la religión. Se trataba de un nuevo contrato social para dejar atrás la milenaria costumbre de creer en el origen divino de los reyes y gobernantes. De otro, una empresa colonial para expropiar, someter y explotar a hombres y mujeres con rasgos biológicos, culturas, lenguas y religiones diferentes. Los modelos a seguir de esta empresa colonial eran españoles y portugueses a quienes el Papa Rodrigo de Borgia, Alejandro sexto, obsequió siguiendo la voluntad de su dios por el Tratado de Tordesillas de 1494, las tierras,
mares y hombres del mundo. Después de la segunda guerra mundial, como parte del proceso de descolonización, los vietnamitas y los argelinos le ganaron a Francia sus guerras de independencia en 1954 y 1962. Siria fue declarada independiente por voluntad de británicos y franceses juntos durante esa segunda guerra mundial. TRES. Culturas, religión y política. En los siglos de dominio colonial (5 en Siria y 2 en el norte de África) pequeñas colonias de franceses fueron a vivir en Argelia, Marruecos y Túnez (los famosos “pie noir”-pie negro) y comenzaron a llegar los primeros árabes a Francia, particularmente a París, la ciudad con más migrantes árabes de Europa. Después de la independencia, se multiplicaron los contingentes de migrantes en búsqueda de trabajo y de un mejor horizonte para sus vidas. Los migrantes llegaron con sus lenguas, sus fuertes convicciones religiosas musulmanas, (testimonio de fe, oraciones cinco veces al día, ayuno anual en el mes de Ramadán, peregrinación a la Meca y entrega del 2.5% de ingresos para ayudas sociales), sus vestidos, sus tradiciones patriarcales y la obligación de las mujeres para cubrirse los rostros, su gastronomía
con el célebre cuscus, su aversión a la carne de cerdo y su firme voluntad de no beber alcohol. No hubo ni hay en las tradiciones culturales musulmanas algo llamable una vía propia hacia la democracia y, en particular, a una separación entre la religión y la política. Los hábitos políticos y culturales de los colonialistas franceses en sus colonias poco o nada tenían que ver con el hermoso discurso del ideal moderno de la democracia como forma de gobierno. Su racismo y desprecio de los otros, su falta de respeto por las vidas, culturas y creencias religiosas de los pueblos sometidos son hechos debidamente conocidos. Por su parte, dentro de Francia, los franceses han ido construyendo en más de dos siglos una cultura democrática de primer orden y, sobre todo, un Estado laico. Hay, sin duda, respeto por las diferentes creencias religiosas de los franceses. La religión católica es la más importante del país pero no tiene ingerencia en la educación y en el Estado. El concepto de ciudadanía, entendido como el conjunto de derecho y deberes de los ciudadanos, tiene ya un largo recorrido, es una realidad visible, aun imperfecta. Cuando el ideal moderno de un sistema democrático dio sus primeros pasos no hubo en el territorio francés señores de la tierra con sus esclavos afrodescendientes y tampoco tuvieron indios siervos. Los siervos que eran propiedad de los señores no tenían rasgos biológicos indígenas ni hablaban otras lenguas. Lo que quiero decir es que no tuvieron los franceses una heterogeneidad cultural linguística y religiosa suficientemente grande; si hubo y hay lenguas distintas (vasco, catalán, breton). No hay, en los 17 artículos de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de la Revolución francesa ninguna referencia seria al derecho a la diferencia de otros pueblos o naciones, y de las personas. Tampoco se menciona a las mujeres. Con la masiva migración de árabes llegan millones de personas diferentes, a una sociedad que no tenía nada discutido ni preparado sobre los derechos de la diferencia. Debió discutirse hace tiempo ese gran tema y haber encontrado una fórmula democrática de convivencia en Francia de pueblos diferentes en relaciones de igualdad, diálogo, respeto y tolerancia como establece el romántico sueño de la interculturalidad de nuestro tiempo. La única fórmula existente es obligar a los otros, a los diferentes, a los árabes a volverse franceses y a aceptar las reglas de juego de la casa a donde llegan sin haber sido invitados. Por ese camino, la ciudadanía se empobrece, aparecen diferencias claras entre ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría. El sueño y la pequeña realidad de la igualdad, se diluye. Los millones de jóvenes hijos de migrantes,
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formalmente ciudadanos franceses no encuentran trabajo y viven en condiciones de exclusión en grados diferentes. Una mínima parte de ese gran contingente se musulmaniza y busca llegar a Siria para integrarse en las organizaciones islámicas. CUATRO ¿TIENE SENTIDO IMPONER LA DEMOCRACIA CON INVASIONES Y BOMBARDEOS? Para llevar la democracia a Irak, el gobierno de George Bush le declaró la guerra a Irak. 14 años de guerra han servido para dividir y destruir ese país. Lo mismo ha ocurrido con Afganistan y Libia, y está ocurriendo ahora con Siria. Los fusiles y bombardeos no llevan democracia, siembran muerte, desolación, obligan a millones de personas a huir de sus países. Parece que los sirios buscadores de refugio en Europa son ya más de un millón en brevísimo tiempo. Una lección dura de la historia es que la democracia no se impone y menos con balas o poderosos portaviones. Tiene que construirse desde dentro, tarde lo que tarde, a partir de fuerzas propias de los pueblos. En ese esfuerzo, la ayuda externa sería bienvenida. CINCO. DESAFÍOS. Las guerras se hacen con piedras, flechas, hachas, fusiles, bombas atómicas, torturas que destruyen psicológicamente a un ser humano, y con bacterias. Como escribió Freud, en su libro El Malestar en la cultura (1930) los seres humanos somos portadores de un instinto de amor (eros) y otro de muerte (tánatos) y hemos creado las culturas para poner límites a nuestros instintos. La prohibición del incesto (con tu mamá no, con tu papá no, con tu hermana no) es un ejemplo. Pero cuando en materia de intereses económicos, y políticos las guerras y la violencia pueden más, y nos destruimos unos a otros, eso significa que hay un malestar en la cultura, que no somos capaces de controlar nuestros instintos. Por ese camino, el uno por ciento de la sociedad occidental y sus guerras de todos los días para probar sus armas, venderlas, tratando de obtener más ganancias que nunca, alimenta y multiplica el instinto de agresividad, destrucción y muerte. Freud escribió ese libro en 1930 cuando advirtió el peligro del nazismo y Hitler. La segunda guerra mundial fue peor que la anterior, una tragedia que llena de vergüenza nuestra condición humana. Nos corresponde buscar otro contrato social para que las naciones o pueblos excluidos por diferentes tengan plenos derechos y no haya en la sociedad esa división entre ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría. Sería maravilloso que la distancia que separa al corazón de las razones no fuera tan grande como es ahora, y que aprendamos a tratar a todos los migrantes de fuera y de dentro como invitados.
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DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 2015
CÉSAR AUGUSTO DÁVILA
Yo quedé pateando latas, el viudo sorpresivo exigió que le fueran devueltas las fotos del cadáver de su esposa y una más que le tomó a él, mi reportero estrella y “La Mujer Ilustrada”, se fue a dormir su “para siempre”, en un nicho perpetuo del Cementerio “El Ángel”. En cuanto al canallita de la historia se jubiló cierto día y según sé, disfruta de un buen pasar, gracias a “la súbita prosperidad”, que se ganó con su infamia encubridora.
S
i usted es de los que creen que “los muertos no hablan”, déjeme desengañarlo, vía una pequeña historia y algunos indicios de la ciencia criminológica, que hoy es capaz de “escuchar, “ver” y “analizar” todo lo que puede “decir” un muerto, no solo acerca de sí mismo, sino de las razones de su viaje al más allá, aparte de identificar a su asesino, si éste es el caso. Y si no me cree, tómese el trabajo de gozar de vez en cuando esa didáctica teveserie referida a “investigación de la escena del crimen”, de la cual soy fanático, para incomodidad de los miembros de mi familia que gustan de “Combate” o los bailetones de Gisela, hoy exitosa empresaria, analista geopolítica y de yapa, predicadora de un cristianismo “new age”, con pasa- gorra de remate. ¿Quién lo hubiera dicho en otros tiempos? En fin, que su Dios se lo bendiga. Pero envidias aparte, hoy quiero recordar a otra mujer, a la cual conocí tendida sobre una fría mesa de mármol, a medio tapar por una sábana trajinada y luciendo el azul inolvidable de sus ojos de ahogada sobre ese verde grisáceo a ramalazos marrones, que otorga el formol a los muertos intempestivos. Algo más. Al moverla, mi contacto de la morgue, su pecho de añorada blancura, me regaló la intensidad de un tatuaje que reproducía el apasionado beso de una pareja inexplicable. La mujer así ilustrada, lucía como una cuarentona de belleza en trance de mustiedad y una extraña herida al sesgo vertical sobre la sien izquierda. “Parece un culatazo de pistola 45”, comenté sospechando.-“Si. Eso parece”, dijo mi anfitrión en aquel reino de los muertos congelados. Y ahí nomás, se disparó mi vena periodística. Y llegando al diario que entonces dirigía, puse a dos de mis más acuciosos sabuesos, a investigar todo lo posible, acerca de la misteriosa dama, cuyo cadáver nadie parecía interesarse en reclamar. Así llegué a saber, que su cadáver flotante, había sido remolcado de la cercanía marina a la isla San Lorenzo, donde como algunos saben hay una discoteca de la peruvian navy llamada “Socaire”. La señora, había sido italiana y por más señas, esposa de un diplomático de la “Gran Bota”, que jamás quiso esclarecer el misterio. PERO, ESO, NO ES TODO. Lo más curioso del caso es que a partir del primer día en que “mi periódico” se ocupó del asunto, un
La mujer ilustrada
“periodista”, de nuestro diario primo, se empeñó en que yo no tocara el tema, ni con el pétalo de una frase, apelando incluso, a nuestro empresario común, a quien le vendió el cuento de cierta carta que” pronto emitiría la embajada”, la cual, nos pondría en serios aprietos judiciales, ya que yo estaba armando un folletín “con la desgracia de la señora que seguramente se habría ahogado mientras tomaba un baño”. En vano alegué que nadie se baña en el mar, vistiendo ropa de calle y menos, luciendo las joyas de artesanía de quien yo había llamado
ya en algunos titulares: “La Dama Tatuada”. Los chismes del miserablillo, llegaron al extremo de sostener, que probablemente la difunta, había resbalado en la pista de la playa, que estaba tres pistas más allá y algo así como veinte metros sobre el nivel de playa, y otros enjuagues, los mismos que apoyados por las intrigas calumniosas del enano “Tripedo”, terminaron por desembarcarme de la Dirección, frenando de pasada, la investigación periodística acerca de lo que a todas luces, parecía un asesinato.
¿Y la policía? Bien, gracias, mi estimado. Se limitó a hacerme llegar ciertas amenazas, por “meterme en lo que no me importaba, con el ánimo de desprestigiar a las instituciones”- y hasta el jueves no hay colegio. Yo quedé pateando latas, el viudo sorpresivo exigió que le fueran devueltas las fotos del cadáver de su esposa y una más que le tomó a él, mi reportero estrella y “La Mujer Ilustrada”, se fue a dormir su “para siempre”, en un nicho perpetuo del Cementerio “El Ángel”. En cuanto al canallita de la historia se jubiló
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cierto día y según sé, disfruta de un buen pasar, gracias a” la súbita prosperidad”, que se ganó con su infamia encubridora. Pero hay quien dice que los fantasmas de asesinados, son tercos y recurrentes. Y quizás así sea, porque en el curso de algunas noches, la mujer del tatuaje, me visita en sueños y sin hablar, me dice con su muerta mirada azul, que en un no lejano día, ambos llegaremos a la verdad, sin canallas de por medio. Yo, no he perdido la fe. No del todo, al menos, amiguitos.
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DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 2015
FRANCO MARTÍNEZ TORRES
La esposa de Navarro prepara sus alimentos según las indicaciones del doctor e incluso lleva la misma dieta que él. En casa, las bebidas se endulzan con edulcorante, en lugar de azúcar, o a veces se toman solas. “No es tan dramático llevar una dieta así para un diabético, solo se requiere esfuerzo para que la comida sea igual de sabrosa”, añade Luis.
A
unque la diabetes es considerada una enfermedad mortal en el mundo, una adecuada alimentación puede marcar la diferencia en la calidad y el tiempo de vida del paciente. Hoy, la diabetes no es sinónimo de muerte, sino de oportunidad para vivir mejor. Según la Federación Internacional de Diabetes (FID), el 6 % de peruanos padece de este mal. Es el momento de empezar a cambiar como individuos y en familia. Hace once años, a Luis Navarro, de 51 años, le diagnosticaron diabetes tipo 2. Siempre se consideró una persona sana, ya que nunca había sufrido enfermedades graves. En un viaje de trabajo a la selva empezó a sentir los primeros síntomas: sed constante, cansancio excesivo, muchas ganas de orinar y una pérdida rápida de peso. Al acudir al hospital, se enteró que padecía este mal y requería inyecciones de insulina para no empeorar. Los análisis posteriores también revelaron que padecía otros problemas, como obesidad e hipertensión. Por ello, le administraron una dosis de metformina para controlar mejor la glucosa en su sangre. Además, se le recomendó evitar los carbohidratos en su dieta durante un mes. “Solo podía alimentarme de carnes rojas, pollo, pescado, verduras, algas marinas, huevo y también palta, entre otros alimentos”, comenta Navarro. LO BUENO El nutricionista Raúl Manrique Maidana explica que existen ciertos alimentos considerados buenos para los diabéticos, pero no lo son por sus elevados contenidos de carbohidratos. Entre ellos se encuentran los panes, el arroz y los fideos, sean integrales o no. También se recomienda evitar cereales, como la quinua y la avena, ya que poseen cinco o seis veces más azúcares que proteínas. El consumo de estos productos eleva la glucosa en la sangre. Por otra parte, existen alimentos beneficiosos, pero que no se toman en cuenta, como el aceite de coco y la mayonesa preparada en casa con aceite de oliva extravirgen. El director de Consultorios Manrique & Maidana aconseja a las personas con predisposición a desarrollar esta enfermedad a no comer según la famosa pirámide o plato nutricional, sino a buscar ayuda profesional, a fin de seguir el tratamiento adecuado. Luego de tres semanas, cuando haya cambiado sus hábitos alimenticios, sugiere introducir actividad física en la rutina diaria. “He sido una persona muy sedentaria. Realizaba poco ejercicio, pero ahora lo estoy retomando. Me recomendaron una rutina de tres días a la semana, con 30 minutos de ejercicio diario. Este hábito me ayuda a tonificar los músculos y a bajar la grasa abdominal”, señala Navarro.
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Para ganarle la batalla a la
\aYZ]l]k La lucha contra la diabetes no solo compete al paciente, sino también a toda su familia. La esposa de Navarro prepara sus alimentos según las indicaciones del doctor e incluso lleva la misma dieta que él. En casa, las bebidas se endulzan con edulcorante, en lugar de azúcar, o a veces se toman solas.
TRATAMIENTO EN FAMILIA Para un diabético puede ser difícil encontrar alimentos saludables en las calles de Lima. Luis lo sabe, ya que casi nunca puede encontrar una comida adecuada para su condición en los restaurantes locales. “Por ejemplo, a veces pido huevo sancochado o ensalada y lo combino con una lata de atún que compro en el camino. No puedo tomar cualquier refresco y debo especificar que no deseo ciertos alimentos en mi plato”. La lucha contra la diabetes no solo compete al paciente, sino también a toda su familia.
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TOMAR CONCIENCIA Si bien sentía un poco de tristeza y resignación al principio, su estado de ánimo ha mejorado mucho y ha logrado asumir una actitud más segura y optimista hacia la vida, gracias a este régimen. Además, las recomendaciones de los especialistas le han permitido entender cómo funciona su organismo. “Ahora entiendo que mi hígado produce glucosa sin ingerir alimentos, es algo que desconocía por completo”. Según Manrique, las personas diabéticas poseen hígados que produce casi tres veces más glucosa que aquellos sin esta condición. “Cuando una persona que no tiene diabetes come, su hígado deja de producir glucosa. En cambio, en las personas con esta enfermedad, la sigue produciendo y puede llegar a 300 gramos, equivalentes a 1200 calorías. Por lo tanto, es lógico reducir la glucosa de nuestra alimentación en esa proporción”. Aunque las estadísticas oficiales aún reportan un bajo número de personas con esta condición, la situación puede complicarse si no tomamos medidas preventivas desde ahora. Luis aconseja a la población tomar conciencia de su salud y cuidar mejor sus hábitos alimenticios. “Hay pacientes que ingresan en etapas muy avanzadas de diabetes. Es nuestra responsabilidad decidir si también queremos llegar a ese estado para recién hacer algo”.
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8 DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 2015 OTRAS
DISQUISICIONES Víctor Hurtado Oviedo
E
n los periódicos, el tiempo es cosa del pasado: cuando uno ve el reloj, se percata de que apenas quedan dos minutos para alistar la tercera entrevista de la hora, pero el ministro no aparece. Uno aprende que los ministros son como las llaves: cuando se los busca, siempre están en otra parte. Para evitar hundirse en una entrevista de profundidad, estudiosos de la comunicación proponen técnicas infalibles dentro de lo probable. Así, se recomienda el plan B: “No tenemos plan A, pero el plan B es el siguiente”. El plan B consiste en un degradé de preparación. De mayor a menor preparación de la entrevista, las preguntas deben ser: 1) “¿Qué piensa usted de la situación política?”, 2) “¿Qué piensa usted de la situación?”, 3) “¿Qué piensa usted?”, 4) “¿Qué?”. La pregunta más demoledora es la 4 pues, emplazado de modo tan hábil y total, el señor ministro perderá el control de la situación cual si la situación fuera su ministerio, comenzará a hablar más que lo prudente y se tornará en un surtidor de titulares. Hay otro ámbito de preguntas igualmente interesantes, que nos llevan a inquirir sobre temas tan inciertos como la vida y tan seguros como la muerte. ¿Qué es la vida? Es difícil contestar tal pregunta, así que pasaremos a la siguiente: ¿qué es la muerte? En términos de la física, la muerte es la vuelta a la normalidad. La muerte es la devolución final de la energía que subs-
Cómo aprovechar nuestros
trajimos a nuestro ambiente mientras vivíamos (Brian Silver: El ascenso de la ciencia, cap. XVII). El Sol dona luz y energía a las plantas; estas almacenan energía que los animales consumimos para mantener nuestro metabolismo; es decir, la reproducción de nuestras células. En el universo conocido, es insólita esta substracción de energía para mantener sistemas cambiantes y calientes. Somos raros como una rueda que suba sola un tobogán. Lo normal es que todos los sistemas aislados (cerrados) se enfríen, se desordenen y se paralicen; pero los seres vivos somos sistemas abiertos pues consumimos y devolvemos energía y átomos. La vida es tener 37 grados de temperatura cuando el aire apenas llega a 20. La vida es ilógica. La muerte es el fin de nuestro comercio con el entorno. Adquirimos la temperatura del ambiente (disipación entrópica), y nuestras células se deshacen como muñecos de arena. Se rompen las membranas de las neuronas; estas se desordenan; se desconectan las sinapsis, y nosotros (es decir, ellas, las neuronas) dejamos de pensar. La segunda ley de la termodinámica indica que todo ambiente aislado tiende al desorden y al frío, y el universo es uno de tales ambientes. El universo ya está muerto: solo faltamos nosotros. Somos átomos unidos por la casualidad y que van contra la corriente universal: aprovechemos –no discriminando a prójimos ni a prójimas– el milisegundo de la eternidad que nos regaló el azar.
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