"Carta a un amigo" Muestra (Víctor Botas)

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Carta a un amigo VĂ­ctor Botas Impronta


Víctor Botas

carta a un amigo y otros poemas previos 1976-1978

Edición

José Luis García Martín Ilustraciones

Víctor Botas

Impronta


la magia de la literatura José Luis García Martín

Víctor Botas fue un poeta tardío, no tanto en la publicación como en los inicios de su escritura. Su primer libro, Las cosas que me acechan, apareció cuando tenía 33 años, más o menos la misma edad con que Ángel González publica Áspero mundo. Pero no comenzó a escribir poemas en la adolescencia, como suele ser habitual, sino pasada la treintena. Siempre dio a entender que su primer libro era verdaderamente su primer libro. En una de las últimas entrevistas, publicada en mayo de 1994, pocos meses antes de su muerte, afirmó explícitamente: «Lo que había escrito en los años anteriores lo rompí todo, me resultaba cursi, juanramoniano…» Sin embargo —ya Dámaso Alonso señaló que no hay que hacer demasiado caso a lo que los poetas afirman de sí mismos—, no lo había roto todo. Entre sus papeles, apareció una carpeta con cerca de trescientos poemas, casi todos mecanografiados, muchos con correcciones manuscritas, fechados entre 1976 y 1978. Algunos de los últimos son versiones previas de poemas incluidos en Las cosas que me acechan. Resulta obvio que estos textos, que él no dio por válidos, no forman parte de su obra completa, que incluirlos 7


en ella sería un error, pero no por eso dejan de tener interés. El propio autor se cuidó de reunirlos, numerarlos, preparar un índice de ellos. Para el estudioso presentan un gran interés, permiten analizar la forja de un poeta: sus tanteos primeros, las iniciales admiraciones, los iniciales acordes de un estilo que pronto resultaría inconfundible. En esos casi trescientos poemas previos hay de todo: un lorquiano romance, odas a la manera aleixandrina, ecos de las poesía social, juanramonismos varios. Y también poemas que son inequívocamente suyos, en los que ya se le reconoce, aunque estén lejos de la maestría posterior. De entre esos poemas, he seleccionado medio centenar. Habla en ellos de los mismos temas que encontramos en el resto de sus libros: el mundo romano, su familia, los viajes, la cotidianidad y la desesperanza de un vivir para la muerte. Queda también una muestra de sus inquietudes políticas, tan propias de aquellos años de la Transición, tan opuestas ideológicamente a las que caracterizarían su madurez. La división en partes, que se inspira en la que dio a su segundo libro, Prosopon, así como los títulos de cada una de ellas, se debe al editor, quien además ha regularizado la ortografía, corregido algunas erratas evidentes y puesto como título a los poemas que no lo llevaban el comienzo del primer verso. ¿Estaría de acuerdo Víctor Botas con la publicación de este libro? Quizá sí, no sin antes retocar muchos de los poemas. Pero ya no le es posible hacerlo. Tal como está el libro tiene un gran valor histórico, nos permite viajar en el tiempo, entrar en el taller de un poeta admirado. Y también, de vez en cuando, entre los tanteos 8


de una voz que se está formando, encontrar, entera y verdadera, a la poesía. No todo es arqueología en este volumen. Quiero creer que a Víctor Botas le habría emocionado tener este libro en sus manos, releer versos que él mismo había olvidado y, sobre todo, encontrarse al final con las ilustraciones con que otro Víctor Botas (protagonista, con su hermano Diego, del poema «Cástor y Pólux») recrea magistralmente su mundo poético. Carta a un amigo y otros poemas previos no se incorporará nunca a la poesía completa de Víctor Botas, porque la poesía completa de un autor no la forman todos los poemas que escribió, sino solo aquellos que consideró válidos. No forma parte de la obra canónica de Víctor Botas, pero no puede dejar de formar parte de la biblioteca de ninguno de sus lectores. Aquí está el aprendiz de poeta y también el hombre, que nos abre algunas parcelas de su intimidad luego veladas cuidadosamente. Creo que a Víctor Botas —le conozco bien— le habría alegrado tener este libro, este nuevo libro suyo, entre las manos. Habría felicitado a la editora, Marina Lobo, por su buen hacer y a mí me habría reprochado, medio en broma, medio en serio, ser tan parco en el prólogo, tan rácano con los elogios. Se marchó de la tertulia Óliver un viernes de hace veinte años; si volviera a entrar en ella el próximo viernes no extrañaría nada, no extrañaríamos nada. No ha dejado de estar presente ni un solo momento. Es la magia de la literatura, la magia de unos versos que le han salvado para siempre —y a nosotros con él— «de ser sombra y ser polvo y ser nadie y olvido». 9


ROSTRO Proa en la mar hendida, directa, frontal al horizonte. Viento acrecido en bruma hasta tocar el labio de la esfinge —Gorgona o Afrodita—. Silencio. Sueña el mar.

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SI EL AMOR Si el amor fuera un ala… Luis Cernuda

Si el amor fuera un ala, si de su cándido plumaje, en silencio, pausados, brotaren cada día los élitros desnudos de la luz, yo sería heliotropo, doctor en fotofilia, experto en plumas y circuitos transmarinos, en palomas que en su vuelo fugaz erradiquen furias y soledades: solo amor, tan solo aquellos ojos inflamados, tendidos, como un golpe de mar al verde inaccesible de las aguas. Si el amor fuera un ala, erguido en su estructura volaría.

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ESTAR ENAMORADO Estar enamorado es tener miedo… Miguel Otero Silva

Estar enamorado es tener miedo de una palabra apenas de unos ojos con pámpanos de luz, claros, nerviosos, nacidos, tú lo sabes, para el fuego. Estar enamorado es tener miedo de ser y de no ser; es vivir solo para sentir o no sentir —lo ignoro— el último latido de tu cuerpo. Estar enamorado es derramarse, abrir de par en par puerta y ventana; sollozar o reír; besar tus labios; acariciar tu piel cada mañana. Estar enamorado es un combate: el último, el final… el más amargo.

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ROMA Roma. Trastevere nocturno, soledades, lúdicas «tarantelas», y miseria, dolor, angustia perceptible sola(única vez) mente en el tacto verde del silencio adormido en el labio del canto. Apenas un farolillo: lujo para la clientela. Doblo la esquina: siento el tráfico del Tíber en la noche, la cúpula letal del Vaticano. Marco Aurelio cabalga en el Campo de Marte. Llueve. Ab Urbe Condita…

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TIBERIO Tácito, Suetonio y otros autores antiguos se refirieron al cambio que, en los últimos años de su vida, sufría el emperador Tiberio.

Los pueblos de la tierra ante mi majestad se humillan. Todo me ha sido dado. Que las Parcas me arrojen al abismo. Que los ojos del César sean pasto del fuego, y los destruya, y todo al fin, se termine. Al poder nada debo sino expolios, tristísimas ausencias: tus palabras, Vispania, y el silencio de tu mirar. Que sepan, que aquellos que me envidian sepan todos, lo que el poder engendra.

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No es solución, amigo Horacio, eso (tan sobadito ya) del carpe diem, y después que te quiten lo bailao. Créeme, no es una solución. A no ser, por supuesto, que se trate tan solo de olvidarse de ese ciego futuro que ahí está, esperando a la vuelta de la esquina.

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En solitario sale a cazar el tigre. Huye la luna.

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Índice La magia de la literatura José Luis García Martín . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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DE MAR Y AMOR

Mar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tes yeux . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ojos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Una gota . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Rostro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Si el amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Estar enamorado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Un amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Este labio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Llueve . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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AMOR A ROMA

Roma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Tiberio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Actium . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 105


Actium (31 a. c.) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Roma me llama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 ALREDEDORES

La Alhambra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El Cairo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Crepúsculo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Algo sobre Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fontán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Calle Oscura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Visión marina (Candás) . . . . . . . . . . . . . . . . Bajo el arco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Positano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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ÁLBUM FAMILIAR

Cuando más precisaba de tu mano . . . . . . . . A Paulina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . A Paula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Indaga la memoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Os contaré mi vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El mar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tus sueños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Retrato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . A mi mujer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mi niña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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HISTORIA Y VIDA

Víctor Botas G. Longoria… . . . . . . . . . . . . . Un coche de juguete . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aquel hombre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El opio del pueblo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Vivir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Todo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Carta para escribir a ese amigo . . . . . . . . . . .

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Víctor Botas por Víctor Botas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 No es solución, amigo Horacio… . . . . . . . . . A cada paso… . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Unos, mirando hacia el pasado… . . . . . . . . . Cuando era niño… . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Un coche de juguete… . . . . . . . . . . . . . . . . . Noche de insomnio… . . . . . . . . . . . . . . . . . Toda la tarde… . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El instante es azul… . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Afirmas, Martiniano, que los dioses… . . . . . En solitario… . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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