"El alma desnuda" Muestra (Antonia Pozzi)

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El alma desnuda Antonia Pozzi Edici贸n de Herme G. Donis


Carta blanca

El alma desnuda antolog铆a po茅tica

Antonia Pozzi Versi贸n y pr贸logo de Herme G. Donis

Impronta


PRÓLOGO

la puerta que se cierra En una noche fría de principios de diciembre de 1938 una joven sale en bicicleta de la ciudad de Milán, en una huida desesperada y triste a través de caminos helados y brumosos con el único e infinito deseo de encontrar la paz. En un punto, la joven se adentra en el campo y se oculta en un foso abandonado a la sombra de la abadía de Chiaravalle. La oscuridad la oculta hasta hacerla desaparecer. Toma un puñado de barbitúricos y se reclina en la noche. Una noche gélida de escarcha y hielo que la devorará. Cuando la encuentran, febril y rígida por las pastillas que ha ingerido y el frío que le ha taladrado los huesos, ya poco pueden hacer por ella. La llevan inmediatamente al hospital, pero los barbitúricos y la noche que ha pasado a la intemperie acaban definitivamente con la vida de Antonia Pozzi el 3 de diciembre de 1938. Solo tiene veintiséis años. Se ha especulado mucho sobre las razones de este trágico suceso. Cualquier hipótesis vertida puede ser tan verdadera como falsa. Sensible hasta extremos patológicos, son muchas las cosas que un espíritu tan libre y puro como es el de la poeta milanesa no puede soportar. Un acto tan extremo y decidido representa para cualquier 9


alma atormentada un gesto de rebeldía tal que más que buscar la muerte lo que se pretende es ofrecerse a la vida. La familia dictaminó que la joven había muerto de pulmonía doble. El padre de Antonia quemó el testamento-carta que se había encontrado en el bolso de la poeta después de su muerte. Posteriormente lo reconstruyó «de memoria»: 1 de diciembre, 1938

Papá y mamá queridísimos, nunca tanto como hoy, tenéis que pensar que esto es lo mejor. He sufrido tanto. […] Debe ser por algo oculto en mi naturaleza, un mal de los nervios, que me anula toda posibilidad de resistencia y me impide ver el equilibrio en las cosas de la vida. […] Lo que me ha faltado ha sido un afecto firme, constante, fiel, que fuera el objetivo y que me llenara toda la vida. […] También mis niños, que el año pasado me bastaban, ahora ya no me bastan. Sus ojos que me miran me hacen llorar. […] Parte de esta desesperación mortal lo es también la cruel opresión que se ejerce sobre nuestras juventudes marchitas. […]

Antonia Pozzi nace el 13 de febrero de 1912 en el seno de una acomodada familia culta y refinada. Este entorno rico en estímulos culturales será el germen de su impresionante formación intelectual. Su madre, la condesa Lina Cavagna, habla varios idiomas y tiene, además de numerosas actividades mundanas, un vivo interés por la cultura, siendo una apasionada de las artes en general. Desciende de una aristocrática familia enraizada en tierras lombardas desde muchas generaciones. El padre, de extracción pequeño burguesa, posee un 10

famoso bufete de abogados y se ha visto, de alguna forma, obligado a aceptar ciertos cargos administrativos del régimen fascista. El autoritarismo y la paranoica censura paterna siempre presente tanto en su vida como en su obra y la actitud distante de su madre volcada en sus veleidades sociales, afectan a la joven Antonia haciendo de ella la víctima propiciatoria de los caprichos de ambos. El abogado Roberto Pozzi le concede cualquier bien material que se le antoje, pero siempre a cambio de alguna cesión por parte de la joven. […] Antonia, por su parte, representa su papel de jovencita burguesa con desconcertante naturalidad, aunque sin hacer valer sus privilegios ni perder la originalidad de su gran inteligencia. Su carácter tímido pero íntimamente libre le hace sentir como innaturales los prejuicios y convencionalismos sociales. Aprende a tocar el piano, pinta y esculpe, es campeona de tenis, esquí y equitación. En respuesta a estos hábitos escenográficos impuestos por la pertenencia a su clase, se aferra a imágenes de pureza y esencialidad propias del mundo de los pobres. Su ropa de tarde, el traje a lo Marléne, de corte masculino, el atuendo de amazona para la caza del zorro, el conjunto blanco de tenis, parecen vestimentas para actividades inadecuadas. Pero la boca nerviosa, su frente despejada y fruncida y sobre todo los ojos asombrados e inquietos, intensamente azules, contradicen el orden externo, revelando algunas pasiones reprimidas: la muchacha alta, elegante y sensible no se divierte en su papel, permite que le caiga encima aquel peso de frivolidad impuesta para preservar la desnudez absoluta del alma. Ella prefiere vestirse con pantalones bombachos, con botas y sombrero de montañera:

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la vida práctica y libre ante todo. […] (Alessandra Cenni, Lieve offerta, Edizioni Biettti, Milano, 2012, Pág. 30).

Pero serán sus años de instituto los que más influirán, para bien y para mal, en la vida de Pozzi para siempre. Esta influencia tendrá dos aspectos fundamentales: por una parte, la joven forjará estrechas y profundas relaciones de amistad y, por otra, descubrirá una doble pasión: la poesía y el amor juvenil, alentado este por la exaltación, la avidez y el dolor propios de los pocos años y de una personalidad de exacerbada sensibilidad como la suya. A los dieciséis años, en el Liceo Manzoni de Milán, conocerá a su profesor de griego y latín, Antonio Maria Cervi. Pronto se sentirá fuertemente atraída hacia él. Admirará hasta la adoración su hondo sentido estético, su vastísima cultura y, sobre todo, la incondicional consagración que el profesor Cervi dedica a la enseñanza y a sus alumnos. Será a él a quien dedique sus primeras composiciones poéticas. Es un amor que la familia tratará de manipular después de la muerte de Antonia y de reducirlo a una mera relación platónica. Un amor «platónico» que se prolongará en el tiempo, aún después del abandono de Cervi del Liceo Manzoni, un año después de su llegada, por razones no demasiado convincentes. Mucho se ha hablado de esta relación profesor-alumna. Y muchas han sido las conjeturas vertidas en cuanto hasta qué punto esta fue una relación —como siempre se encargó de decir la familia— adolescente y pura o si, por el contrario, la relación de ambos fue una relación de 12

amantes en la que se producen citas amorosas clandestinas e incluso una posible interrupción de embarazo. Parece ser que basándose en documentos seguros, esto no se dio nunca, pero si la historia se atiene a los testimonios dados, en viva voz, por sus amigos o a las cartas que durante años Antonia Pozzi manda al profesor Cervi, tampoco se puede negar que su relación no fuera adulta y plena: […] No me digas que no te he amado. Tenía dieciséis años cuando te conocí. Mañana cumpliré veintidós. Desde entonces y hasta ahora he vivido solo para ti. No me puedes negar esto. No puedes negarme toda una vida con una sola palabra. Sobre todo, no puedes destruir en mí lo que ha nacido en tu nombre, a la luz de tu alma: mi alma de mujer, de madre. Déjame que te diga una cosa, Antonello: aunque yo no tenga nunca ningún hijo, aunque a ti te parezca que solo yo por propia voluntad he matado a tu hijo, tú no sabes que en todos los niños veo aquella carita y aquellas manitas, tú no sabes lo que siento —solo una mujer lo puede entender— pero te juro, Antonello, que aunque me haya equivocado, aunque haya fallado, te juro que sé que no estoy profanando nada sagrado cuando en mi interior repito, como una plegaria, el nombre que él debería haber llevado. […] (Fragmento de la que se cree es la última carta —en ella se puede observar un tono de ruptura— enviada por Antonia a Cervi y fechada en Milán entre los días 11-15 de febrero de 1934).

En 1930, Antonia Pozzi comienza a asistir a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Estatal de Milán. Allí hace algunos amigos (Victorio Sereni, Remo Cantoni y Dino Formaggio) que, de distintas maneras, entrelazarán sus experiencias vitales a la de la joven poeta. 13


Asimismo, en la Facultad conocerá a prestigiosos maestros, entre los que se encuentra Antonio Banfi, titular del curso de estética, y con el que se gradúa en 1935 con la tesis Flaubert. La formazione letteraria (1830-1865). Entre los años 1934 y 1937 viajará a Sicilia, Grecia, Norte de África, Austria, Alemania, Inglaterra, en donde no solo se acercará a otras culturas (algunas, como la griega o la norteafricana, tan queridas por su adorado profesor Cervi), sino que le servirá también para profundizar en las lenguas y literaturas alemana e inglesa (Antonia habla francés, inglés y alemán). Pero todo este discurrir normal es solo aparente. Dentro de sí la escritora sigue viviendo un auténtico drama existencial que ninguna ocupación logra mitigar. Ni la docencia, ni su compromiso con los desfavorecidos, ni la poesía, su auténtica devoción. Antonia Pozzi es un pájaro al que le cortan las alas. La carencia de una sólida fe religiosa, pese a tener una actitud profundamente espiritual, tampoco contribuye a paliar su angustia. Angustia que se ve acrecentada por la situación política en la que se encuentra Europa invadida por el fascismo y a punto de entrar en una guerra cuyas consecuencias trágicas llevarán al mundo y a toda su generación hacia el abismo. La muerte la ronda. La muerte, sentimiento siempre presente en su desasosiego existencial, y la melancolía propia del carácter de Pozzi se deslizan por sus versos, por su diario, por sus cartas, por su sangre. Demasiada fiebre vital para que la vida no se consuma en sus venas:

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[…] Y este pánico: me pierdo, no volveré a encontrarme, ya no volverás a ganarme. Pequeñas cosas me hieren, las miserias me corroen. Cuánto quisiera amar pero no hay nadie, y si viniera alguien, quizá fuera ya demasiado tarde y la sangre todavía esté enferma de ti, de vosotros. […] Pienso también en ti, muy lejano y dulce, que no tenías cuerpo y me besabas tan puro: blanca ala de mi adolescencia. En nuestro hijo no nacido. Extraño niño sin sabor a carne y cabellos, ángel. Cuántos mundos. Por entonces eran más grandes que yo y me llamaban desde la altura, ahora son más fuertes que yo y me aplastan. […] (Diario; fragmentos correspondientes a la entrada fechada en el día de San Silvestre de 1936 y 1 de enero de 1937).

demasiada vida en la sangre Vivo de la poesía como las venas viven de la sangre. Antonia Pozzi

Es importante dejar aquí escrito el gran amor que Antonia Pozzi tenía por las montañas y las escaladas. Sería imposible entender su poesía sin tener en cuenta la carga espiritual y nutricia que para Antonia suponía el contacto con la naturaleza. Posiblemente, los únicos hilos que, aunque frágiles, sostenían el peso de su existencia. […] Antonia se encarama a los montes: Grigna, Tuchett, Castelletto… Se agarra a los salientes con los dedos, se pega a las rocas, alcanza la cumbre y mira a su alrededor: el an-

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SOGNO NEL BOSCO

SUEÑO EN EL BOSQUE

Sotto un abete per tutto un giorno dormire e l’ultimo cielo veduto sia in fondo all’intrico dei rami lontano.

Dormir un día entero bajo un abeto y que el último cielo que vea esté lejos, al fondo de las ramas intrincadas.

A sera un capriolo sbucando dal folto disegni di piccole orme la neve e all’alba gli uccelli impazziti infiorino di canti il vento.

De noche que un corzo saliendo de la espesura dibuje sus pequeñas huellas en la nieve y que al alba pájaros enloquecidos adornen el viento con sus cantos. Y yo bajo el abeto en paz como parte de la tierra, como una mata de brezo quemada por la escarcha.

Io sotto l’abete in pace come una cosa della terra, come un ciuffo di eriche arso dal gelo.

16 de enero, 1933 16 gennaio 1933

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PUDORE

PUDOR

Se qualcuna delle mie povere parole ti piace e tu me lo dici sia pur solo con gli occhi io mi spalanco in un riso beato ma tremo come una mamma piccola giovane che perfino arrossisce se un passante le dice che il suo bambino è bello.

Si alguna de mis pobres palabras te gusta y me lo dices aunque solo sea con los ojos, me abro de par en par en una sonrisa dichosa, pero tiemblo como una joven madre que se sonroja si un transeĂşnte le dice que su hijo es hermoso.

1° febbraio 1933

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1 de febrero, 1933

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ACQUA ALPINA

AGUA ALPINA

Gioia di cantare come te, torrente; gioia di ridere sentendo nella bocca i denti bianchi come il tuo greto; gioia d’essere nata soltanto in un mattino di sole tra le viole di un pascolo; d’aver scordato la notte ed il morso dei ghiacci.

Alegría de cantar, como tú, torrente; alegría de reír, sintiendo en la boca los dientes blancos como tus guijarros; alegría de haber nacido simplemente en una mañana soleada entre las violetas de un prado; de haber olvidado la noche y el mordisco del hielo.

(Breil) Pasturo, 12 agosto 1933

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(Breil) Pasturo, 12 de agosto, 1933

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AI FRATELLI

A LOS HERMANOS

Se dubitate ancora —vi dirò che per me il vostro bene è come un mazzo purpureo di fiori portati a sera in una stanza che si abbuia.

Si todavía dudáis, os diré que para mí vuestro bien es como un ramo de flores rojas llevado en la tarde a un salón que se oscurece.

8 settembre 1933

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8 de septiembre, 1933

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AMORE DELL’ACQUA

AMOR AL AGUA

Dalla valle ch’è un lago di sole — agitato dall’onda delle campane— fugge l’ombra e si aduna sotto un albero solo dove il torrente cade—

Del valle que es un lago de sol, agitado por las ondas de las campanas, huye la sombra y se reúne bajo el árbol solitario donde el torrente cae.

Tutta l’ombra e la frescura del mondo si serrano intorno alla fronte accaldata del bimbo che —sporto sul ciglio— l’anima abbandonata svincolare non sa dalle argentee braccia della cascata.

Todas las sombras y la frescura del mundo se ciernen entorno a la frente acalorada del niño que, asomado al borde, su alma inerte no sabe liberar de los plateados brazos de la cascada.

12 settembre 1933

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12 de septiembre, 1933

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ella ni yo lo conseguimos por entonces. Las publicaciones que necesitábamos estaban, aparentemente, agotadas. En medio de esta búsqueda y de un período en el que ralentizo mi trabajo sobre Pozzi, en diciembre de 2012 se publica en Milán (Edizione Bietti), a cargo de Alessandra Cenni y Silvio Raffo, Lieve offerta, la obra definitiva que recoge toda la producción (cartas, diario, notas de viaje, el proyecto para una novela) de la poeta. Ya no hubo excusas. Herme G. Donis Madrid, abril 2015

índice Prólogo La puerta que se cierra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Demasiada vida en la sangre . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 el alma desnuda. antología poética Parole / Palabras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tramonto corrucciato / Ocaso enfadado . . . . . . . . . . Offerta a una tomba / Ofrenda a una tumba . . . . . . Un’altra sosta / Otra parada . . . . . . . . . . . . . . . . . . Amore di lontananza / Amor en lejanía . . . . . . . . . Afa / Calima . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lampi / Relámpagos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Innocenza / Inocencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ultimo crepuscolo / Último crepúsculo . . . . . . . . . . Canto della mia nudità / Canción de mi desnudez . Copiatura / Copia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Novembre / Noviembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sera d’aprile / Noche de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . Esempi / Ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Risveglio notturno / Despertar nocturno . . . . . . . . Grido / Grito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Deserto / Desierto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sogno nel bosco / Sueño en el bosque . . . . . . . . . . . . Pudore / Pudor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Acqua alpina / Agua alpina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 Ai fratelli / A los hermanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 Amore dell’acqua / Amor al agua . . . . . . . . . . . . . . . 68 Sfiducia / Desconfianza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Ritorno serale / Regreso en la tarde . . . . . . . . . . . . . 72 L’armonica / La armónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 La voce / La voz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 Cose / Cosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 Nevai / Neveros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82 Pensiero / Pensamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 Odor di verde / Olor a verde . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 Confidare / Confianza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 Sgorgo / A borbotones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Dopo / Después . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 La vita / La vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 Leggenda / Leyenda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 Notturno / Nocturno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 Maggio desiderio di morte / Mayo deseo de muerte 100 Amor fati / Amor fati . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 Messaggio / Mensaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104 La vita sognata / La vida soñada . . . . . . . . . . . . . . . 107 [Nota] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La vita sognata / La vida soñada . . . . . . . . . . . . . . L’allodola / La alondra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La gioia / La alegría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ricongiungimento / Reencuentro . . . . . . . . . . . . . . Inizio della morte / Inicio de la muerte . . . . . . . . . . Saresti stato / Hubieras sido . . . . . . . . . . . . . . . . . . Maternità / Maternidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Il bimbo nel viale / El niño en el paseo . . . . . . . . . . 128 Gli occhi del sogno / Los ojos del sueño . . . . . . . . . . 130 Voto / Deseo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135


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