El Varejón 149: Ni una menos

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Este Varejón va contra todo tipo de violencia hacia las mujeres a ritmo de tambor, va con la marcha contra las violencias machistas y con las mujeres de cada pueblo de cada rincón de Yucatán, de la península y de México que estamos hartas de la violencia y la desigualdad. En los últimos años la violencia contra las mujeres en Yucatán, hasta llegar incluso al feminicidio, se ha incrementado ante la indolencia de las autoridades que poco hacen para prevenirla y erradicarla. Este número incluye dos recientes comunicados de Indignación sobre el tema y una crónica sobre la marcha contra la violencia hacia las mujeres que gritó en Mérida ¡YaBasta! el pasado 25 de noviembre.

Un elocuente estudio de Amnistía Internacional enciende las alarmas sobre los abusos sexales de policías contra mujeres detenidas y nos llena de rabia e indignación. Raúl Lugo nos presenta un Jesús Feminista mientras RLM, con su columna sobre música y derechos humanos, le pone tono al tema al hablarnos de la música de Teresa Parodi y recordar a las hermanas Mirabal, cuyo asesinato marca el origen el 25 de noviembre como día contra la violencia hacia las mujeres. Este Varejón, interesado como está en la propuesta conjunta hecha por el EZLN y el CNI en octubre pasado,

Marcos y del Subcomandante Moisés. Falta mucho contra la violencia hacia las mujeres. Falta demasiado. Pero también surgen por todos lados no sólo gritos, sino colectivos, organizaciones, iniciativas, propuestas. Acompañan este Varejón imágenes de la exposición Mira El Silencio, convocada por noveno año consecutivo por artistas visuales contra la violencia hacia la muElizabeth Pasos quien organiza y convoca la exposición;

traportada, con la certeza del Adviento, está una hermosa mujer pintada por el maestro Fernando Castro Pacheco. Agradecemos la solidaridad de Rodrigo Díaz Guzmán, que nos comparte su mirada y sus fotografías para ilustrar nuestra Indignación y sumarse al grito ¡Ni una más! de este Varejón. Agradecemos también la colaboración de José Luis Bojórquez Cámara, que participa en este Varejón con una ilustración contra la violencia hacia las mujeres. ¡Ni una más! El feminismo de este Varejón, como cantaron las mujeres en la marcha del 25 de noviembre, va desde abajo, molestando a los de arriba. ¡YA BASTA!

Ilustración de José Luis Bojórquez


¡Aleeerta! ¡Aleeerta! ¡Alerta que camina la lucha feminista por América Latina

Suenan tambores hechos con botellones de agua vacíos y tocados con maderas improvisadas. Cuelgan de sus cuerpos con hilos o cintas. Tiene el rostro pintado y puesta tienen la ropa que les da la gana, como les da la gana. Suena el sonido de la libertad conquistada, sí, con tono de revancha y rebeldía. Son ellas, las que se apropian de la calle, de los tambores y marcan el ritmo y el rumbo. Y gritan, advirtiendo a quienes se asustan de su paso rebelde: Somos malas / podemos ser peores. ¿A qué horas se formaron estas mujeres feministas, jóvenes, mayas, universitarias, obreras, raperas, anticapitalistas, antiTRump, antineoliberales que coinciden en el centro de la ciudad de Mérida? ¿de dónde salieron? ¿de qué historias, de qué luchas, de qué ideología? de qué dolor, de qué rabia, de qué Porque todas recordamos el primer abuso, dice una de ellas, cuando agarra el micrófono. Y todas sabemos de qué habla. Desde el tío que tocó por debajo de la mesa, el manoseo en un camión, el tocamiento en el confesionario hasta la violencia

en una calle oscura, en una brecha, o el intento de asesinato o el cuerpo que se encuentra en una calle, en una playa o en el monte. Cómo se viralizó #MiPrimerAcoso en abril pasado, sumando miles de historias explotando en twitter la rabia y el dolor. Y eso que son los grotescos abusos sexuales llenos de violencia, pero están las otras violencias cotidianas: los gritos, los golpes, el tú-no-porque-eres-mujer, los derechos negados desde la infancia. Va la marcha cargando todas las rabias, bailando toda la esperanza. Detrás, mujeres de la vieja guardia, intentando alcanzarles el unas doñas pero se entusiasman con la rebelde juventud de la marcha. El paso, el ritmo, el tono lo ponen las jóvenes feministas: Feminismo desde abajo, desde abajo, desde abajo / molestando a los de arriba, a los de arriba, a los de arriba cantan mientras van agachándose al ritmo de los tambores y subiendo de nuevo. Cerca del mercado, atravesando la calle 65, un grito causa asombro y temor entre los hombres y no pocas sonrisas en las mujeres que miran pasar la marcha: .


Ay quien sonríe. Ay quien considera ese grito demasiado violento. Una sabe que el grito viene de ese profundo hoyo que la impunidad ha cavado. Cuántos silencios. Cuán pocas denuncias, cuánta impunidad. La familia encubre, la policía encubre, la fiscalía encubre, el juez absuelve, el magistrado elimina el

drastro violó repetidamente durante años. Pero la marcha es una explosión de sentimiento y creatividad, no un estudio ni un análisis. Y la marcha grita, rebelde: ¡Aleeerta! ¡Aleeeeeerta! Alerta que camina La lucha feminista por América Latina Hace apenas unos meses, en abril, la marcha contra las violencias machistas, con el mismo tono y creatividad, llenó la calle y las hijas del rap cantaron: de rap sus sueños, su música, el desvelo que escribe y mira de reojo dormida a su mamá, agotada del trabajo, y recuerda a la abuela para escribir su propia música, con memoria pero defendiendo la propia historia y las propias decisiones. Mujeres mayas universitarias cantando rap o cantando en maya contra la violencia llenan las calles de la ciudad de Mérida. En los pueblos la rebeldía de las mujeres ¿toca otro ritmo? La marcha termina con una representación y también con un video documental sobre los feminicidios en Yucatán y las omisiones del Estado.. El documental, realizado por un grupo de jóvenes, presenta tres casos: uno de ellos, el de Martha, cuyo cuerpo fue encontrado en Conkal y cuyo asesino fue sentenciado recientemente precisamente por feminicidio, después de exigencias de distintas organizaciones para que se tipificara precisamente como lo que es. Si algo ha mostrado este 25 de noviembre es que surgen por todos lados condenas a la violencia de género y a la inacción gubernamental. Surgen iniciativas, grupos, colectivos feministas, investigaciones, música, exposiciones, videos, proyectos, denunno cumple siquiera con las obligaciones más elementales de la ley y tiene un instituto para la equidad de género con nuevo nombre y las mismas omisiones. Mientras la fiscalía no ha sido capaz de decirnos quién es la mujer de Telchac, cuyo cuerpo fue hallado en el mar con huellas de violencia. Entre las violencias cotidianas, los golpes, los abusos sexuales, los feminicidios y las omisiones la marcha, festiva y combativa, feminista, antipatriarcal y con una buena dosis de anticapitalismo, reúne rebeldías en la ciudad de T¡Aleeerta!

Se perdió la inocencia | S.Nikolai

En memoria de Berta Cáceres Tapachula, Chiapas, 3 de diciembre de 2016.do por 11 estados, 30 ciudades, 3,800 kilómetros, decenas de eventos y cuatro reencuentros, la Caravana de madres de migrantes desaparecidos ricanos en búsqueda de sus hijos desaparecidos en México culminó el 3 de diciembre en la frontera sur, donde comenzó hace 18 días. La caravana 2016, en su decimosegunda edición, logró cuatro reencuentros, entre madres, hijos e incluso entre dos hermanas que no se habían visto en 37 años. Con esto, suman 269 reencuentros de familiares logrados en los 12 años de recorrido por México. Su trabajo también ha arrojado decenas de pistas para seguir con las búsquedas de los que quedan en casa y han encargado las fotos de sus hijos e hijas a la Caravana para la búsqueda. El Movimiento Migrante Mesoamericano, a la vez que busca personas que han desaparecido en el cada vez más peligroso tránsito por México, busca visibilizar el terrible costo humano de las actuales políticas migratorias. En sus visitas a los albergues, bares, oficinas gubernamentales, cárceles, plazas centrales, y cualquier otro lugar donde se congregan migrantes en su tránsito por México, la Caravana logró recoger decenas de pistas para dar seguimiento a las búsquedas y, como cada año, visibilizar la grave situación que enfrentan las personas migrantes en su trayecto hacia el norte.


No hay plan ni programa para enfrentar la violencia de género en Yucatán. A pesar de que la violencia contra las mujeres se ha incrementado de manera alarmante, a pesar de los feminicidios perpetrados en el Estado, el gobierno de Yucatán ha incumplido la obligación de emitir el Programa Especial para Prevenir, Atender y Erradicar la violencia contra las mujeres en el estado de Yucatán. La ley en la materia le marca ese deber y le ponía como límite para hacerlo febrero de 2015. El incumplimiento del gobierno ha ocasionado la inacción en un tema tan sensible. Donde se requieren intensas acciones de prevención, donde urge coordinación e información no ha habido más que omisiones, lo cual responsabiliza al gobierno de la violencia feminicida que en Yucatán ha cobrado ya varias víctimas. Mérida, Progreso, Conkal en mayo, febrero y diciembre pasados no fueron motivo suficiente para mover a un gobierno indolente ante la violencia feminicida. Ni la obligación que le marca la propia ley. Son 4 años perdidos para enfrentar la violencia de género que se suman a las inacciones e impericias de los gobiernos anteriores. Tolerancia e indiferencia compartida por los gobiernos de Yucatán en esta materia. A los feminicidios se suman otros hechos de violencia que han puesto en riesgo la vida y la integridad de muchas mujeres ante la indolencia de las autoridades. A la actual omisión se suma la tardanza para tipificar el feminicidio y la dilación para corregir el error al no haberlo consi-

derado como delito grave, el tiempo transcurrido hasta contar con un protocolo para utilizar esa figura legal y la impericia o negligencia de la Fiscalía para tipificar precisamente como feminicidios los casos que lo son. Pero en el campo de la prevención, en el campo donde la política tiene que diseñar estrategias, proponer medidas, acciones, coordinar esfuerzos institucionales, ahí, nada. No hay programa, no hay propuesta, no hay medidas, no hay plan, no hay ruta. El desdén frente a este tema hace incurrir al gobierno en grave responsabilidad. Con la intención de evaluar el Programa Especial que tendría que haber y los instrumentos con los que se cuentan para hacer frente a la violencia contra las mujeres, el equipo Indignación se comunicó al antiguo Instituto para la Equidad de Género en Yucatán, ahora Instituto para la Igualdad entre Mujeres y Hombres de Yucatán. Ahí informaron que el Programa Especial para Prevenir, Atender y Erradicar la violencia contra las mujeres no se ha emitido aún. Las omisiones para hacer frente a la violencia de género y a la violencia feminicida contrastan con los recursos, el personal y la publicidad brindada al cuestionado Escudo Yucatán, programa que parece no haber tenido más que intención propagandística y que intentó explotar un legítimo temor de la ciudadanía ante un tema tan sensible en el país como es la inseguridad.


Foto de Rodrigo Díaz

Lourdes Medina Carrillo Desde el origen de los medios de comunicación, y en específico de las redes sociales, algunas personas las han usado para enviar contenidos de tipo sexual (eróticos, pornográficos, etc.), pero con las nuevas tecnologías y las redes sociales surge un peligro: la difusión masiva e incontrolada de dichos contenidos. En este contexto surge el caso Yucatercos, una red de extorsión e incluso trata de personas, una de las expresiones más deleznables de la violencia de género, que en los últimos años afectó a mujeres, muchas de ellas menores de edad, todas pertenecientes a los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán. Los operadores de esta red, a partir de diversos medios tecnológicos, obtenían fotografías y/o videos íntimos de mujeres y posteriormente las subían a una página de internet denominada Yucatercos así como a Facebook, luego las vícti-

mas eran amenazadas y extorsionadas para que sus fotos no siguieran difundiéndose. Ha sido una demanda reiterada en las manifestaciones contra la violencia de género el desactivar la página, detener y llevar a la justicia a los responsables. Justicia y reparación, añadimos. El impacto y la afectación de esta exposición pública y viral, así como de la extorsión, en la vida de las adolescentes y jóvenes ha sido algo muy fuerte, con lo cual lidian de distintas formas. Una actuación experta de las autoridades ayudaría a enfrentar la situación, pero lamentablemente ha habido impericia y negligencia. Este caso requería el apoyo de un equipo profesional para evitar que familia y sociedad culpabilizara a las víctimas. ¿Cuenta la fiscalía con ese equipo? Las compañeras han enfrentado la situación con sus propias herramientas y con la solidaridad de distintos grupos.


Algunas jóvenes incluso abandonaron sus estudios. Varias adolescentes y jóvenes denunciaron. Algunas lo hicieron ante la Fiscalía del Estado de Yucatán. El Equipo Indignación, consultado, consideró que en este caso se configuraban delitos del fuero federal y, en el mes de julio de 2015, acompañamos a ocho mujeres que habían sido víctimas de extorsión y exposición de fotos privadas a presentar las denuncias penales correspondientes ante la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas (FEVIMTRA), de la Procuraduría General de la República (PGR). Lo anterior, por configurarse delitos como la trata de personas por la emisión, almacenamiento, exposición y extorsión con el uso pornografía infantil. Debido a las Averiguaciones Previas iniciadas por la FEVIMTRA y en las cuales las 8 agraviadas ofrecieron material probatorio e información de suma importancia, el pasado colaboración con la Agencia ICE (de los Estados Unidos), ejecutaron diversas órdenes de cateo que resultaron en la detención del líder y administrador de esta Red de trata de personas en Cozumel, Quintana Roo; también fue detenida una

Artículo 1 Para los efectos de esta Convención debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado. Artículo 2 Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia física, sexual y psicológica: a. que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer, y que comprende, entre otros, violación, maltrato y abuso sexual; b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y c. que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra. CAPITULO II DERECHOS PROTEGIDOS

segunda persona en la comisaría meridana de Chablekal, identificado como uno de los administradores de mayor influencia. Sin embargo, dada una actuación indebida de la FEVIMTRA y de los jueces a los cuales fueron remitidos los detenidos, no se ha efectuado una debida impartición de justicia ni mucho menos una reparación del daño a las víctimas. Frente a esto Indignación continúa exigiendo a las autoridades: 1) justicia y que se garantice la perspectiva de género, evitando realizar acciones que puedan revictimizar a las mujeres agraviadas, 2) mujeres agraviadas y 3) todos los involucrados en esta red, puesto que también son responsables aquellas personas que han enviado material a los administradores de dicha página.

Artículo 3 Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado. Artículo 4 Toda mujer tiene derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los derechos humanos y a las libertades consagradas por los instrumentos regionales e internacionales sobre derechos humanos. Estos derechos comprenden, entre otros: a. el derecho a que se respete su vida; b. el derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral; c. el derecho a la libertad y a la seguridad personales; d. el derecho a no ser sometida a torturas; e. el derecho a que se respete la dignidad inherente a su persona y que se proteja a su familia; f. el derecho a igualdad de protección ante la ley y de la ley; g. el derecho a un recurso sencillo y rápido ante los tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos; h. el derecho a libertad de asociación; i. el derecho a la libertad de profesar la religión y las creencias propias dentro de la ley, y j. el derecho a tener igualdad de acceso a las funciones públicas de su país y a participar en los asuntos públicos, incluyendo la toma de decisiones.


La Biblia es un libro sagrado, tanto para los judíos (Antiguo Testamento), como para los cristianos de las distintas confesiones (Antiguo y Nuevo Testamento). Sus textos han sido, durante muchos siglos, inspiración para la vida espiritual de millones de personas. Hay un tema, sin embargo, que es muy espinoso: la visión de género que tienen los textos bíblicos, o sea, cómo se considera a la mujer y cuál es el papel que ella juega en dichos textos. Violencia de género en la Biblia La Biblia entiende las relaciones entre varones y mujeres desde una perspectiva machista. Producto de su tiempo, los libros de la Biblia surgen dentro de un sistema de organización de las relaciones entre las personas que llamamos patriarcado. En el patriarcado clásico, el padre o marido es dueño de las hembras de la familia. Los hombres disponen del trabajo y el tiempo de ellas. Los deseos del padre o marido son más importantes que la necesidad de ocio que puedan sentir ellas. Los hombres disponen de los órganos reproductores de ellas. La sexualidad femenina tiene como único propósito garantizar la posteridad genética de sus hombres. En el caso del marido, la mujer está incondicionalmente a su disposición sexual. En el caso del padre, está a su disposición para establecer las alianzas familiares que él estime oportunas, dándole los nietos necesarios para la continuidad de la familia. Los hombres disponen de la persona entera de la mujer; de su voluntad, su identidad, todo su ser. Ella sólo existe para él. Fuera de él no tiene intereses legítimos. Fuera de él no tiene derecho a opiniones, aspiraciones ni existencia. Hay algunos relatos que desnudan esa mentalidad y muestran su consecuencia más extrema: la violencia de género. Lo grave de estos relatos es que la violencia aparece como naturalizada y todos se desentienden de las mujeres agredidas, incluyendo Dios. Me refiero al relato de la violación de Tamar, hija

de David, a manos de su propio hermano (2Samuel 13), a la violación tumultuaria y posterior desmembramiento de su cuerpo en el caso de una mujer anónima, concubina de un levita (Jueces 19) y el caso del sacrificio ritual de una niña, la hija de Jefté (Jueces 11). Si a esto le añadimos que existen muchos textos que han sido interpretados de manera machista, como el relato de la caída de Adán y Eva (Génesis 3), y que la figura de la mujer apreciada, es siempre la que honra al hombre: hermosa, sumisa y obediente, trabajadora, habilidosa, virtuosa, religiosa, casta, que demuestra admiración y devoción por su marido, la suerte de las mujeres de la Biblia no tiene nada que envidiar. El rechazo a la mujer llegó a tal grado, que no era bien visto que los varones hablaran con ellas en público, no tenían fiabilidad social, por lo que no podían ni siquiera testificar en un juicio y hasta sus promesas religiosas debían estar avaladas por el padre o el marido para que fueran válidas y Dios las aceptara. La irrupción de Jesús En este marco de machismo patriarcal, surge el profeta Jesús de Nazaret, a quien muchos reconocen como el Cristo. Su manera de relacionarse con las mujeres fue insólita y le causó muchas críticas: convivía con las mujeres, las llamó a formar parte de su grupo de discípulos, no temía ser visto en su compañía y luchó siempre contra las estructuras que las mantenían sometidas. Voy a mencionar solamente un caso que muestra la actitud de Jesús ante un aspecto de la violencia patriarcal contra las mujeres: su declaración como personas impuras a partir de la menstruación. En la Biblia, la menstruación siempre se aborda desde una perspectiva masculina. Son «ellas» (las mujeres con la regla) las asquerosas, impuras e inaceptables para acercarse a la presencia de Dios; somos «nosotros», los varones, los que debemos cuidarnos del contacto con ellas, cuidarnos de tocar lo que ellas han tocado ni sentarnos donde ellas se han senta-


hombre que tuviera contacto con ella los días de la menstruación (Levítico 15,19-

do. Por extensión, la mujer misma, culpable ella de este derramamiento misterioso de «vida» por el mismo orificio del que procedía la vida humana al nacer, fue considerada con horror supersticioso durante su menstruación. Ninguna cosa santa ni consagrada a Dios, incluyendo por supuesto los varones israelitas, debía entrar en contacto con ella, so pena de quedar contagiada de esta abominable impureza femenina. Pues bien, Marcos 5,25-34 nos cuenta que, mientras Jesús se dirige a la casa de Jairo para atender a su hija que está enferma, una mujer hace acto de presencia en medio de la multitud. Se trata de una mujer que se encuentra en una situación muy delicada: padece de una enfermedad ginecológica, probablemente una hemorragia uterina crónica. Decimos que la situación de la mujer era muy delicada por dos razones: en primer lugar la enfermedad de que se trata era, seguramente, un sensible problema personal. Sin los medios modernos de higiene femenina, esta enfermedad era causa de vergüenza pública y motivaba que la mujer permaneciera aislada, con el menor contacto público. Por otro lado, y lo que nos parece más importante, la mujer enfrentaba un problema ritual, dado que su enfermedad la dejaba impura, es decir, incapaz de tener un contacto con la divinidad. La enfermedad de esta mujer nos permite asomarnos a las duras prescripciones en materia ritual que normaban la vida de los judíos antiguos. Las leyes sobre impurezas sexuales enumeradas en el libro del Levítico, muestran un panorama sexista. Los hombres que tuvieran un derrame seminal debían bañar su cuerpo en agua y quedaban impuros solamente hasta la noche, mientras que la menstruación de la mujer merecía que ella fuera apartada de la comunidad durante siete días. La mujer menstruante dejaba impuro todo lo que tocara: los muebles y a las personas que se sentaran sobre esos muebles. Además, la mujer transmitía su estado de impureza a cualquier

mujer era para la ley de Moisés perpetua, o al menos, intermitentemente impura. Los días de la menstruación, más los siete días estipulados en la ley, hacían que la mujer fuera impura de manera inevitable al menos una tercera parte del mes. La situación de la mujer que se acerca a Jesús era todavía peor y estaba regulada por Levítico 15,25-30. Cualquier mujer que tuviere flujo de sangre fuera de los días de la menstruación, quedaba impura durante todo el tiempo en que esto continuara. El libro del Levítico prevé los días que tenía que esperar y el sacrificio que tenía que ofrecer en caso de que la enfermedad cesara. Mientras tanto, la mujer quedaba aislada del ámbito religioso y social, excluida de las relaciones con Dios y de las relaciones con las personas que la rodeaban. Por eso nos da escalofrío escuchar en el relato de Marcos que la hemorroisa llevaba doce años con esa enfermedad. La segregación debió haber sido tan fuerte que uno comprende lo que nos cuenta el relato de Marcos, que la mujer manos de los médicos y había gastado todo cuanto tenía (Mc 5,26). La mujer parece encontrarse en un dilema cuando sabe que Jesús está cerca. Por un lado, participando de algunas creencias mágicas propias de su época, la mujer piensa que debe tocar a Jesús para quedar curada, o, al menos, alguna de sus ropas. El problema es que si lo hace cometería un acto reprobable, ya que siendo ella ritualmente impura, le transmitirá a Jesús, un hombre santo al que ella ni siquiera conoce, tal impureza. Es así que la mujer toma la decisión de actuar ocultamente. Sigilosamente se le acerca a Jesús por detrás y toca su manto sin que él pueda darse cuenta (Mc 5,28). La mujer queda curada al momento. Jesús siente que un poder ha salido de él y pregunta quién lo ha tocado. Sus discípulos, de manera poco cortés, le reclaman que haga esa pregunta, dado que era mucha gente la que rodeaba y apretujaba a Jesús. Pero la mujer curada, al escuchar la reclamación, se acerca asustada y cuenta toda la verdad. La acción de Jesús tiene un marcado carácter liberador. Como en el caso de la curación de los leprosos (cuya situación, por cierto, se haya descrita inmediatamente antes de la lista de impurezas sexuales; Levítico 13-14), la curación de la hemorroisa no es solamente una curación física, sino la posibilidad de que la persona enferma pueda reintegrarse a la vida comunitaria. En este sentido, el milagro de la curación de la hemorroisa manifiesta la intención de Jesús de librar a la mujer de las prescripciones legales que la excluían del conjunto del pueblo y la colocaban en situación desventajosa. La mujer curada puede estar orgullosa del poder de su fe que consiguió hacerla, al fin, por la acción de Jesús, una mujer libre de la vergüenza.


Según revela una investigación sin precedentes realizada por Amnistía Internacional sobre 100 mujeres detenidas en México, éstas sufren abusos sexuales habituales a manos de las fuerzas de seguridad, que buscan obtener confesiones y elevar las cifras para hacer ver que están combatiendo una delincuencia organizada desenfrenada. Las 100 mujeres recluidas en prisiones federales que contaron a Amnistía Internacional que habían sufrido tortura u otros malos tratos afirmaron haber sufrido algún tipo de acoso sexual o abuso psicológico durante su arresto e interrogatorio a manos de policías municipales, estatales o federales y/o miembros del ejército y la marina. Según su relato, 72 habían sufrido abusos sexuales durante su arresto o en las horas posteriores, y 33 habían sido violadas. Un total de 66 dijeron que habían denunciado los abusos ante un juez u otra autoridad, pero sólo en 22 casos se habían abierto investigaciones. Amnistía Internacional no tiene conocimiento de que se hayan presentado cargos de alguna clase a partir de estas investigaciones.

banda de delincuentes. Además, la obligaron a mirar cómo torturaban a su hermano y a su esposo delante de ella. Tras la tortura, la policía llevó a Mónica y a su hermano y a su esposo a la sede de la Procuraduría General de la República. En el camino, el esposo de Mónica murió en sus brazos debido a las torturas sufridas. Más tarde, Mónica fue obligada a firmar una

candaloso que refleja el nivel de tortura que sufren las mujeres en México, incluso para lo que se acostumbra en la región. La violencia sexual usada como tortura parece haberse convertido en parte -Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

Según datos de las comisiones local y nacional de derechos humanos, sólo en 2013 se presentaron más de 12.000 denuncias de tortura y otros malos tratos ante estos organismos en todo el país, donde

nerables en la denominada 'guerra contra el narcotráfico' de México. Las autoridades, normalmente más preocupadas por que se vea que están encarcelando a gente que por encontrar a los verdaderos La mayoría de las mujeres encarceladas que hablaron con Amnistía Internacional dijeron que habían sufrido tocamientos, manoseos y otros abusos sexuales así como palizas y descargas eléctricas durante el arresto y el interrogatorio. Prácticamente todas han sido acusadas de delincuencia organizada o de delitos relacionados con drogas. Muchas fueron presentadas ante los medios de comunicación

sos bajos y, por tanto, hay menos probabilidades de que pueda costearse una defensa efectiva. A Mónica, de 26 años y madre de cuatro hijos, la violaron en grupo seis agentes de policía; también le aplicaron descargas eléctricas en los genitales, la asfixiaron con una bolsa de plástico y le hundieron la cabeza en un cubo con agua en la ciudad de Torreón, estado de Coahuila, norte de México, el 12 de febrero de 2013. Funcionarios de seguridad intentaron que confesara que formaba parte de una

droga. A pesar de que un examen de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) publicado en agosto de 2014 confirmaba la tortura de Mónica, no se han formulado cargos contra ninguno de sus autores. Ella sigue en prisión en espera del resultado de su juicio por cargos de participación en la delincuencia organizada. En abril de 2016, la CNDH emitió la recomendación de que se abriera una investigación criminal sobre el caso. Mónica continúa en prisión. Ausencia de justicia

Entre 2013 y 2014 se duplicaron las querellas por tortura presentadas ante la Procuraduría General de la República en México, pero sólo se ha abierto un número limitado de investigaciones. Los organismos encargados de hacer cumplir la ley, ministerios públicos y tribunales de México siguen sin investigar, enjuiciar y castigar la violación y otros actos graves de violencia sexual usados como forma de tortura por funcionarios públicos. Las denuncias de tortura y otros malos tratos a menudo no se investigan, y es incluso más excepcional que los presuntos responsables comparezcan ante la justicia. De los miles de denuncias por tortura presentadas en el ámbito federal desde 1991, sólo 15 han tenido como resultado fallos condenatorios federales. A pesar del número extraordinariamente alto de denuncias de violencia sexual infligida a mujeres por miembros de las fuerzas armadas, el Ejército informó por escrito a Amnistía Internacional de que ni un solo soldado había sido suspendido del servicio por violación o abuso sexual entre 2010 y 2015. Según informó la Marina, sólo cuatro marinos habían sido suspendidos en el mismo periodo. Un marino condenado a prisión por abusos sexuales sólo fue apartado temporalmente del servicio en la Marina, lo que le permitiría reincorporarse a su puesto una vez cumplida la pena de cárcel. ante la justicia transmite el peligroso mensaje de que violar a muje-


res o utilizar otras formas de violencia sexual para obtener confesiones es admisible y está permitido en la práctica. Las autoridades Erika Guevara-Rosas. Salvo raras ocasiones, las mujeres no reciben la asistencia médica y psicológica adecuada tras haber sufrido la violencia. De las 100 mujeres entrevistadas por Amnistía Internacional, 49 calificaron la

dades federales no están respondiendo con rapidez practicando exámenes forenses adecuados a las mujeres que denuncian tortura u otros malos tratos. Concretamente, la mayoría de las mujeres que han sufrido violencia sexual no son sometidas a una revisión adecuada ni reciben la atención médica debida. En México, en los juicios penales se sigue haciendo recaer la carga de la prueba en la persona que denuncia haber sufrido tortura u otros malos tratos, lo que contraviene las leyes y normas internacionales en materia de derechos humanos. El derecho mexicano hace recaer justamente la carga de la prueba en las autoridades, que deben demostrar que las confesiones fueron obtenidas por medios legítimos, pero los jueces siguen dando primacía a las pruebas presentadas por el ministerio público sin poner en duda su legalidad y no excluyen las pruebas obtenidas mediante tortura y otros malos tratos. A pesar de que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que es el organismo con el mandato constitucional de desempeñar la función de protección y promoción de los derechos humanos, ha emitido decenas de recomendaciones sobre la tortura y otros malos tratos en los últimos años, su número palidece en comparación con el de denuncias que ha recibido. Entre 2010 y tratos y sólo emitió 62 recomendaciones. Además, no suele entregar a las víctimas una copia de su expediente ni asesorarlas sobre los resultados de las investigaciones.

Peligroso secretismo Las autoridades negaron a Amnistía Internacional el acceso a información crucial en el curso de su investigación. La Secretaría de Gobernación (SEGOB) impidió a la delegación de Amnistía Internacional el acceso a un gran número de mujeres bajo custodia y, en algunas ocasiones, la entrada en un centro penitenciario. Además, representantes del Ejército y la Marina rechazaron las solicitudes de Amnistía Internacional para tener reuniones. En lugar de intentar encubrir miles de casos de tortura y otros malos tratos, las autoridades deberían centrar sus energías en garantizar la erradicación definitiva de la tortura garantizando el enjuiciamiento de los responsables y reparaciones adecuadas a las vícti-Rosas. Oportunidades para la acción Las autoridades deben adoptar medidas urgentes para abordar el problema de la violencia sexual y la tortura de mujeres y prevenirlo. Recientemente se ha establecido un nuevo Mecanismo de Seguimiento de Casos de Tortura Sexual cometida contra las Mujeres adscrito a la Secretaría de Gobernación. El mecanismo agrupa a las autoridades federales responsables de la prevención e investigación de la tortura. Sin embargo, en los nueve meses transcurridos desde su creación, ha permanecido inactivo y no ha hecho ningún avance en ninguno de los tres únicos casos que se han presentado ante ella. Debe hacer avances concretos en la investigación de los casos que se le presentan. Fuente: Comunicado de Amnistía Internacional / junio de 2016 https://www.amnesty.org/es/latest/news/2016/06/mexico-sexualviolence-routinely-used-as-torture-to-secure-confessions-fromwomen/


La Carga | Eli Pasos

Artículo 5 Toda mujer podrá ejercer libre y plenamente sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales y contará con la total protección de esos derechos consagrados en los instrumentos regionales e internacionales sobre derechos humanos. Los Estados Partes reconocen que la violencia contra la mujer impide y anula el ejercicio de esos derechos. Artículo 6 El derecho de toda mujer a una vida libre de violencia incluye, entre otros: a. el derecho de la mujer a ser libre de toda forma de discriminación, y b. el derecho de la mujer a ser valorada y educada libre de patrones estereotipados de comportamiento y prácticas sociales y culturales basadas en conceptos de inferioridad o subordinación. CAPITULO III DEBERES DE LOS ESTADOS Artículo 7 Los Estados Partes condenan todas las formas de violencia contra la mujer y convienen en adoptar, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia y en llevar a cabo lo siguiente: a. abstenerse de cualquier acción o práctica de violencia contra la

mujer y velar por que las autoridades, sus funcionarios, personal y agentes e instituciones se comporten de conformidad con esta obligación; b. actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer; c. incluir en su legislación interna normas penales, civiles y administrativas, así como las de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del caso; d. adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier forma que atente contra su integridad o perjudique su propiedad; e. tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo medidas de tipo legislativo, para modificar o abolir leyes y reglamentos vigentes, o para modificar prácticas jurídicas o consuetudinarias que respalden la persistencia o la tolerancia de la violencia contra la mujer; f. establecer procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya sido sometida a violencia, que incluyan, entre otros, medidas de protección, un juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos; g. establecer los mecanismos judiciales y administrativos necesarios para asegurar que la mujer objeto de violencia tenga acceso efectivo a resarcimiento, reparación del daño u otros medios de


Dicen que cuando hay equilibrio hay salud. A veces hay deudas con otros planos de existencia y es cuando el Jmen hace el rito que cura y sana. A veces nos ataca un virus y el doctor nos sana con pastillas. Otras muchas veces la enfermedad solo nos molesta uno o dos días y así como vino, así también se va. El fenómeno de la vida es un gran misterio. A veces uno es muy fuerte pero golpea su dedo pequeño del pie y el dolor es grande. La enfermedad llega y cambia todo nuestro ánimo. En la enfermedad uno no es autónomo, la enfermedad penetra y el cuerpo sucumbe, pierde su anterior equilibrio, uno se vuelve débil. Algo así está pasando con nuestra vida extensa que es la tierra, madre nuestra y cuerpo de nuestra comunidad. El pueblo y sus prácticas, su esencia y espiritualidad, sus fiestas y sus gozos, son nuestra fortaleza. La participación ciudadana en la vida de comunidad es la salud de nuestro pueblo. La crisis ecológica entra cuando hacemos mal uso de nuestros montes y nuestras aguas. Cuando entra la discordia y el viento frío bate nuestro esqueleto. Para sanar dicen también que hay que hablarle al cuerpo, que el cuerpo tiene vida y que escucha, no basta con medicamentos y pastillas, hay que querer sanar, y querer sanar es el primer paso a la salud. Nuestra comunidad, que es el cuerpo de nuestro pueblo y la salud de nuestra tierra, escucha y obedece los mandatos que le damos. Que no nos sorprenda si hace más calor cuando tumbamos los montes, de por sí las decisiones que tomamos como pueblo afectan la vida en comunidad. Cultivar la vida espiritual, ser hermano con el que sufre, solidario con el necesitado es parte del pacto natural que tenemos con la tierra. De por sí que todos y todas somos una gran familia. Somos los apasionados amantes que caminan en esta tierra. Aquellos a los que les fue dado en cuidado los montes, las aguas y los demás seres vivos que también son ciudadanos de este planeta. Somos la naturaleza que se observa a sí misma, que planea sus medios de subsistencia, que ejerce su libertad para decidir su destino, en autonomía, en lo individual y en lo colectivo. Así como en el cha chac se pide la lluvia a las grandes fuerzas que gobiernan la naturaleza, así también el pueblo debe exigir sus derechos. Vivimos en varias dimensiones y la

naturaleza, lo sutil y espiritual se manifiesta en nuestro cuerpo y en nuestros montes. Nuestro colectivo, su trabajo y acuerdos se reflejan en las leyes que rigen la vida en comunidad. Las leyes deben servir al pueblo, y en el pueblo, manda el pueblo. Cuando hay envidias y calumnias la gran familia enferma y se deteriora el tejido social, nadie está solo en el mundo y nuestras decisiones afectan a todos y todas. Cuando hay unión el trabajo en colectivo es fácil y gozoso, cuando hay unión hay más alegría en las fiestas, en las casas, es la salud. Cuando uno enferma grave se queda en la cama y sus familiares lo atienden. Una persona enferma no es libre de vivir su vida tal cual, ni siquiera puede cuidarse a sí mismo, las yerbas del Jmen y las pastillas del doctor buscan restablecer el equilibrio perdido. No es necesario conocer la ciencia de la medicina para que las pastillas curen, tampoco es necesario saber dónde cortó la medicina el Jmen para que calme nuestro dolor. El mandato nos obliga a creer en nuestros doctores, en nuestros sacerdotes, así es la enfermedad. Cuando hay una injusticia, así también el pueblo actúa, porque solo la participación comunitaria transforma la vida. Así también nos organizamos. Así también exigimos nuestro derecho. Porque todos sabemos qué es lo que da fortaleza y qué es lo que debilita. Cuando las leyes no funcionan hay que cambiarlas. El gobierno debe servir el pueblo. Mandar obedeciendo. Cuando la enfermedad entra, uno ya no es autónomo, así también pasa en los gobiernos que permiten que intereses ajenos a la comunidad gobiernen. Hay que liberarse de mandatos ajenos para vivir la autonomía, hay que sanarse para vivir la comunidad. La medicina es amarga y el camino a la autonomía y al ejercicio de nuestros derechos es estrecho. La vida es mucho más fuerte que cualquier hamaca de crochet, de un tejido lleno de colores que es símbolo de nuestra diversidad, de un bordado compacto, siempre unido, como la comunidad sana y libre. Con dos sogas que amplían su existencia, la ciencia y la medicina y el conocimiento ancestral y de nuestros abuelos. Colgados en dos fuertes horcones, la vida en comunidad y el plano material y cósmico de nuestra naturaleza. ¡qué rica nuestra hamaca! Pero a poco no se disfruta más haciendo loch?


El 25 de Noviembre de 1960 las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, fueron asesinadas en República Dominicana por su férrea y activa oposición al régimen de Leónidas Trujillo. 21 años después, en el primer congreso feminista latinoamericano en Bogotá Colombia, se establecía, en memoria de aquellos hechos, esa fecha como el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Para denunciarla y para reclamar políticas públicas que erradiquen este fenómeno hemos llegado a este día en el 2016 aún con mucho por hacer. Las mujeres siguen siendo víctimas, por su condición, de muchas y dolorosas maneras. Una de ellas, la trata con fines de explotación sexual. La canción que acompaña este Varejón se compone y da nombre a un documental que aborda este tema desde un enfoque peculiar y del cual hablaremos mas adelante. Su autora es Teresa Adelina Sellares, mejor conocida como Teresa Parodi. Teresa Parodi nace en Corrientes Argentina, el 30 de Diciembre de 1947, su padre le inculcó el amor a la música y su abuela le dio su primera guitarra. A los 9 años comienza sus estudios musicales, también estudia literatura y forma parte de la juventud peronista. A los 19 años parte al monte misionero y se convierte en maestra. En 1979 se muda a Buenos Aires en una especie de exilio interior a raíz del despido y detención de su esposo en Corrientes. Ahí se incorpora al quinteto de Astor Piazzolla para luego en 1980 producir su primer

disco y consolidar su éxito en el festival de Cosquin de 1984. Su carrera musical despegó desde aquel entonces, convirtiéndose en una referencia del folklor Argentino y presentándose alrededor de todo el mundo, compartiendo escenario con figuras como Mercedes Sosa o Pablo Milanés. Siempre apoyando causas en beneficio de la sociedad y las mujeres, después de fungir como directora del Espacio Cultural Nuestros Hijos (Ecunhi) de las madres de la plaza de mayo, es nombrada Ministra de Cultura de Argentina en 2014 Fue en el 2015 cuando Teresa Parodi, su canción y el documental Mujer Entera, vieron la luz. Obra del cineasta argentino Ulises del Orden, la película aborda el problema de la trata con fines de explotación sexual desde el ángulo del consumidor. Del Orden diría: la víctima, de la mujer en estado de esclavitud sexual. Se habla de la connivencia del Estado y después se habla de las redes mafiosas, pero al cliente nunca se lo el varón consumidor de prostitución. Por eso me gustaría que la película invite a reflexionar sobre si esa naturalización es algo que está en nuestro ADN o en realidad es una configuración cultural, que se puede cambiar con educación". La canción que da nombre al documental compuesta por Teresa Parodi y Omar Cerasuolo dice asi:


No te entregues, no te olvides, no perdones No te ciegues, no te humilles, no abandones No permitas que el engaño te destroce Te haga daño, te lastime, te deshonre Alza los bazos y redímete Juégate entera pero juégate Juégate entera pero juégate No te aísles, no te escondas, no te anules No te humilles, no te escapes, no te culpes Que se encienda la noche de tu vida No eres débil, no te calles, no te rindas Alza los brazos y redímete Juégate entera pero juégate Juégate entera pero juégate Juégate entera pero juégate. La canción breve, con claridad y sentida interpretación, es como un llamado, una voz de aliento, un "no estás sola", un: sé fuerte, eres fuerte, dirigido a las mujers que son víctimas; una posición valiente ante una situación tan dolorosa y oscura que recorre, no sólo Argentina, sino toda América Latina. Tan solo en México

Foto: Xavier Pintanel

del 2008 al 2014 han aumentado las denuncias por trata de personas en un 600%, (547 en 2014). Del total de victimas, el 75% son mujeres y del total de victimas que denunciaron explotación sexual 100% fueron mujeres. Con más de 24 discos, canciones entre las que destacan: Esa Musiquita, En Otro País, Apúrate José, Aun Camina Conmigo y varios reconocimientos como el de ciudadana distinguida de Buenos Aires o el premio Nacional de las Artes, Teresa Parodi ha construido una carrera relevante como mujer argentina; un recorrido de maestra a compositora, de compositora a política, de política a compositora de nuevo. rol hace mucho tiempo, es protagonista en lo político, en la educación, en lo cultural y en todos los esguir existiendo en la sociedad y hay que seguir luchando. Es verdad, existe la violencia de género, es terrible eso, no ha terminado. Y esa lucha no se detiene, porque todavía hay que pelear con una sociedad misógina y


A la Sexta nacional e internacional, a quienes simpatizan y apoyan la lucha de los pueblos originarios, a quienes son anticapitalistas: Compañeras, compañeros, compañeroas: Hermanas y hermanos: TAMPOCO NUESTRAS PESADILLAS. Hace algunos años, la creatividad y el ingenio de algún colectivo de la Sexta produjo una frase que, al paso del tiempo, fue adjudicada al zapatismo. Bien saben que estamos en contra del copyright, pero no solemos adjudicarnos ni palabras ni acciones que no son nuestras. Sin embargo, aunque no de nuestra autoría, la sentencia sí refleja en parte nuestro sentir como zapatistas que somos. Enarbolada por la Sexta contra quienes, con chantajes burdos y amenazas, atacaban (como ahora) al escepticisles, la frase va más allá y define los límites y carencias de una forma de lucha, la electoral: Nuestros sueños no caben en sus urnas dice. Nosotros, nosotras, como zapatistas que somos la suscribiTiene la virtud de decir mucho con pocas palabras (un arte ahora olvidado). Pero, desde este lado del pasamontaña, desde nuestro ser lo que so-

dolor se ha extendido aún más allá. Ya no sólo es la muerte natural la responsable de alejarnos de quienes nos hacen falta hoy; como, en nuestro caso, del subteniente insurgente de infantería Hernán-Omar (parte nuestra desde antes del alzamiento, y arrebatado por el cáncer de nuestro lado y del de su compañera e hijo -a quienes abrazamos especialmente en este primer cumpleaños sin él-).

Ahora son, y en forma creciente, los asesinatos, las desapariciones, las cárceles, los secuestros. Si usted es pobre es vulnerable, si usted es mujer es todavía más vulnerable. Como si el sistema no se conformara con agredirla por lo que es, y se diera a la macabra tarea de eliminarla. Es decir, ya no sólo es objeto de acoso y violencia sexual. ¿Qué ha pasado en este sistema que vueldice la sociedad entera) ya no sólo la violación, también el secuestro, la desaparición y el asesinato de mujeres? Sí, mujeres. La democratización del odio de género iguala edades, razas, colores, estaturas, pesos, credos, ideologías, militancias o no; todas las diferencias, menos las de clase, diluidas en una falta mayor: ser mujer. Y vaya usted agregando potencias según su diferencia: color, estatura, peso, indígena, afrodescendiente, niña, niño, ancian@, joven, gay, lesbiana, transgénero, su modo suyo de usted, cualquiera que sea. Sí, un sistema empeñado ya no sólo en segregar y despreciar las diferencias, ahora decidido a eliminarlas por completo. Y no sólo exterminarlas, ahora haciéndolo con toda la crueldad de que es capaz una modernidad. Sigue la muerte matando, pero ahora con mayor sadismo. Entonces, lo que queremos decir es que no sólo nos faltan las muertas y los muertos, también l@s desaparecid@s (y con la arroba incluimos no sólo al masculino y al femenino, también a todo lo que rebasa la falsa dicotomía de género), l@s secuestr@das, l@s encarcelad@s. ¿Cuántos de los ausentes de Ayotzinapa caben en cuántas urnas? ¿En qué proyecto partidario se encuentran? ¿Cuál logotipo institucional es el que se cruza pensando en quienes nos faltan? ¿Y si ni siquiera hay la certeza de que murieron? ¿Y si no sólo es la ausencia la que duele, sino que también se agregan la incertidumbre y la angustia ¿se enfermó?, ¿ha dormido lo suficiente?, ¿alguien lo


consuela?, ¿sabe que aún le busco, que siempre le buscaré?)? ¿En qué aspiración a un cargo, un puesto, un gobierno, caben las mujeres agredidas, desaparecidas, asesinadas por todo el espectro ideológico? ¿A cuántas boletas electorales equivalen los infantes asesinados, por el Partido Acción Nacional, en la guardería ABC? ¿Y cuándo obtuvieron su registro legal la dictadura del terror y su lógica perversa invadiendo todo y reajustando los criterios? Tuve suerte, dice cualquier mujer u hombre asaltado en la calle, en su casa, en el trabajo, en el transporte, no me dispararon-acuchillaron. Tuve suerte, dice la mujer golpeada y violada, no me secuestraron. Tuve suerte no me quemaron vivo. Tuve suerte, dice el gay, la lesbiana, el transexual, loa otroa con los huesos rotos y la piel lacerada, no me asesinaron. Tuve suerte, dice el obrero, la empleada, el trabajador sometido a más horas de trabajo y menor salario, no me despidieron. Tuve suerte no me desaparecieron. Tuve suerte, dice el joven estudiante asesinado y tirado en una calle . Tuve suerte, dice el pueblo originario despojado, no me exterminaron.

Pero tampoco nuestras pesadillas. Cada quien puede ser responsable de sus sueños. Falta pedirle cuentas a quien es el responsable de nuestras pesadillas. Falta

Sí, la propuesta inicial y original es nuestra, del ezetaelene. Nosotras, nosotros, se la hicimos saber a las delegadas y delegados al Quinto Congreso del Congreso Nacional Indígena. Esto sucedió los días 9, 10, 11 y 13 de octubre del año 2016, en la sede del CIDECICasas, Chiapas, México. En esas fechas hubo delegadas y delegados de colectivos, organizaciones, barrios, tribus, naciones y pueblos originarios de las lenguas amuzgo, binni-zaá, chinanteco, chol, coca, náyeri, cuicateco, kumiai, lacandón, matlazinca, maya, mayo, mazahua, mazateco, mixe, mixteco, nahua, ñahñu, ñathô, popoluca, purépecha, rarámuri, tlapaneco, tojolabal, totonaco, triqui, tzeltal, tzotzil, wixárika, yaqui, zoque, y chontal. NACE UNA PROPUESTA Nosotros les venimos a proponer otra cosa: estamos golpeados, con muertes, desapariciones, secuestros, encarcelamientos, despojos, injusticias, territorios enteros destruidos y otros en vías de extinción. Estamos acorralados, sin esperanzas, sin fuerzas, sin apoyos, débiles, agonizantes. Para los políticos y los medios, aunque sean de izquierda o progresistas, no existimos.

Por eso les proponemos que el CNI forme una Junta de Gobierno Indígena (así se llamaba en nuestra propuesta original; ya en asamblea, y a propuesta de una delegación indíge-

que aspire a gobernar el país. Y que se presente a las elecciones presidenciales del 2018 con una mujer indígena del CNI como candidata independiente. La idea había ya dejado de ser del EZLN. Era ya del Congreso Nacional Indígena. En el corazón colectivo de los pueblos originarios crecía el eco de las palabras iniciales del Subcomandante Insurgente Moisés, a nombre de todas y todos los zapatistas: Ahora es la hora del Congreso Nacional Indígena. Que a su paso retiemble en su centro la tierra. Que en su sueño se derroten el cinismo y la apatía. Que en su palabra se levante la de quien no tiene voz. Que en su mirada se ilumine la oscuridad. Que en su oído encuentre casa el dolor de quien se piensa solo. Que en su corazón encuentre consuelo y esperanza la desesperación. Que con su desafío se asombre de nuevo el mundo ¿POR QUÉ? Por qué el ezetaelene Primero insistimos en que nuestra propuesta original era la de una mujer indígena, delegada del CNI, de sangre indígena, que hablara su lengua y conociera su cultura. Y abrimos con esto conversatorios y mesas de trabajo.

Luego les recordamos que no se podía tomar una decisión ahí, en ese Quinto Congreso, porque era un compromiso desde su


nacimiento, que el Congreso Nacional Indígena consultaba con quienes lo forman las propuestas que se presentaban en las reuniones. Los siete principios obligaban al CNI a consultarse a sí mismo, según el modo de cada quien. Después les dijimos lo que creemos respecto a la iniciativa: Que el Concejo Indígena de Gobierno debería estar formado por delegados y delegadas de todos los colectivos, organizaciones, barrios, tribus, naciones y pueblos originarios organizados en el Congreso Nacional Indígena. Que no van a ganar porque el sistema electoral en México está hecho para beneficiar a los partidos políticos, no para la ciudadanía. Que, si ganan, no se los van a reconocer, porque el fraude no es una anomalía del sistema electoral mexicano, es su columna vertebral, su esencia. Que, si ganan y se los reconocen, no van a poder hacer nada trascendental, porque allá arriba no hay nada que hacer. Las cuestiones fundamentales de la maltrecha nación mexicana no se deciden ni en el poder ejecutivo, ni en las cámaras legislativas, ni en el poder judicial. El Mandón no tiene cargo visible y despacha en las catacumbas del Poder financiero internacional. Y que, no a pesar de todo lo anterior, sino precisamente por todo lo anterior, podían y debían hacerlo. Porque su acción iba a significar no sólo un testimonio de inconformidad, sino un desafío que seguramente encontraría eco en los muchos abajos que podría generarse un proceso de reorganización combativa no sólo de los pueblos originarios, también de obreros, campesinos, empleados, colonos, maestros, estudiantes, en fin, de toda esa gente cuyo silencio e inmovilidad no es sinónimo de apatía, sino de ausencia de convocatoria. En respuesta a lo que se había dicho de que era imposible, que había mucho en contra, que no se iba a ganar, les respondimos que, si nos hubiéramos encontrado el 31 de diciembre del 1993 y les hubiéramos dicho que, en unas horas, nos íbamos a alzar en armas, declarar la guerra al mal gobierno y atacar los cuarteles de la policía y el ejército, también nos hubieran dicho que era imposible, que había mucho en contra, que no se iba a ganar. Les dijimos que no importaba si ganaban o no la presidencia de la República, que lo que iba a importar era el desafío, la irreverencia, la insumisión, el quiebre total de la imagen del indígena objeto de la limosna y la lástima (imagen tan arraigada en la derecha y, quién lo dijera, también en la izquierda gánicos adictos al opio de las redes sociales), que su atrevimiento cimbraría al sistema político entero y que tendría ecos de esperanza no en uno, sino en muchos de los Méxicos

Les dijimos que, si estaban dispuestos a desafiar a una sociedad racista, deberían ir más allá y desafiar también a un sistema patriarcal y machista (no es lo mismo, se lo pueden aclarar quienes militan en la lucha feminista). Les dijimos que las comandantas zapatistas decían que ellas podían ver de apoyar a las compañeras que quedaran en el Concejo Indígena de Gobierno, y a la compañera que quedara como vocera y candidata, cuidando a sus hijos en comunidad. Que los cuidaríamos bien, como si fueran pro-

pios. Irían a la escuela autónoma para que no se retrasen en sus estudios, veríamos de que doctoras y doctores solidarios estuvieran pendientes de su salud. Y que, si tenían animalitos, pues también los íbamos a cuidar. Que las compañeras del CNI fueran sin pena a ese trabajo si así lo mandaba el acuerdo del CNI. Les dijimos que no se preocuparan si no saben hablar bien español. Que el Peña Nieto tampoco sabe y ahí está. Les dijimos que, en torno a ese Concejo y a esa mujer indígena, podía generarse un gran movimiento que cimbrara el sistema político entero. Un movimiento donde confluyeran todos los abajos. Un movimiento que haría retemblar en sus centros la tierra. Sí, ya en plural, porque son muchos los mundos que en la tierra yacen y aguardan una buena sacudida para nacerse. Les dijimos que tal vez, entonces, no importará si se juntan o no las firmas, si sale o no la paga para moverse, si se obtiene o no el registro de la candidata, si se presentan o no las otras candidaturas a debatir, si se participa o no en las elecciones, si se gana o no, si se reconoce o no el triunfo, si se puede o no algo hacer allá arriba. Y no iba a importar porque serían otros los problemas, otras las preguntas, otras las respuestas. Les dijimos que no les íbamos a heredar nuestras fobias y filias, que respetaríamos sus decisiones, sus pasos, sus caminos. Les dijimos que, como zapatistas, seríamos una fuerza más entre las que seguramente habrían de sentirse convocadas por su desafío. Y les dijimos lo más importante que habíamos ido a decirles: que estábamos dispuestos a apoyar con toda nuestra fuerza. Que íbamos a apoyar con todo lo que tenemos, que, aunque poco, es lo que somos. ¿QUÉ ESPERAR? Compas:

Les somos sinceros: no tenemos ni la más remota idea. Y es en serio. Ya hemos visto antes cómo una propuesta se va modelando con el trabajo de la palabra en el modo de los originarios. Como si una idea no fuera más que una masa deforme de barro y fueran manos colectivas las que le van dando forma, tamaño, color, destino. Así que, al igual que ustedes, estamos esperando. Aunque, cierto, nosotros, nosotras zapatistas, no esperamos lo mismo que ustedes. Ustedes, creemos, están esperando cuál es el resultado y todo lo de ahí se va a derivar. Nosotras, nosotros zapatistas estamos esperando lo que va a ocurrir luego, el día después. Y preparándonos ya para ese calendario. Desde las montañas del Sureste Mexicano. Subcomandante Insurgente Moisés. Subcomandante Insurgente Galeano. México, noviembre del 2016


La SCJN se pronuncia en caso de feminicidio en Yucatán y establece obligación de juzgar con criterios y perspectiva de género Amparo obliga a fiscalía a continuar investigación en caso de violencia sexual Una mujer anónima nombra este 25N: La mujer de Telchac | El gobierno de Yucatán incumple obligaciones en materia de género | Fiscalía y PGR, obligados a explicar sus actuaciones en caso Yucatercos En vísperas del día internacional contra la violencia hacia las mujeres la exigencia de dos mujeres por la justicia gana sendas batallas y a la vez exhibe las deficiencias de jueces en Yucatán e incluso de magistrados federales que juzgan sin incorporar criterios de género en sus sentencias, así como de la fiscalía que no investiga y obstaculiza la justicia para las mujeres. El día de ayer en sesión de la Primera Sala, la Suprema Corte de Justicia de la Nación se pronunció acerca del feminicidio, cometido en 2008 en contra de una mujer embarazada, perpetrado por Augusto Evia Osalde, quien fuera novio de la víctima, y otra persona cuando no estaba tipificado como tal ese crimen en Yucatán. A pesar de eso, jueces y magistrados estaban ya obligados a incorporar criterios de género en sus sentencias, lo cual omitieron, favoreciendo a los agresores e invisibilizando las características de la violencia de género que concurren en este crimen. Efectivamente, en ese caso, el Tribunal Superior de Justicia del estado al emitir su fallo relativo a la apelación determinó minimizar la pena impuesta por el Juez de la causa al agresor, quitando la catalogación de homicidio calificado al delito imputado a Evia Osalde. Frente a eso Indignación, junto con la madre de la víctima, recurrimos mediante juicio de amparo ante la Justicia Federal, logrando que un Tribunal Colegiado determinara que esa sentencia violaba la obligación de juzgar este tipo de agresiones con perspectiva de género. A pesar de ello , la Sala Penal nuevamente emitió una sentencia en términos idénticos. No obstante el Tribunal Colegiado dio por cumplida la sentencia, con lo cual la familia de Karime del Rosario Canto Piste decidió recurrir mediante recurso de reclamación a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En ese recurso expresamos que la sentencia del Tribunal no tomó en cuenta que el crimen se generó precisamente por su condición de embarazo y que lo cometió una persona con quien ella tuvo una relación sentimental, situaciones ambas que los juzgadores están obligados a valorar con perspectiva de género. La Suprema Corte de Justicia de la Nación acaba de resolver a favor de la víctima y, aunque no se conoce aún el detalle de la sentencia hasta que se publique el engrose correspondiente, sin duda sentará un precedente obligando a jueces y magistrados a incorporar criterios de género en sus sentencias y establece sanciones para los perpetradores

de este crimen considerando las agravantes del caso y la perspectiva de género. La resolución evidencia que tanto el Tribunal Superior de Justicia del estado como el Tribunal Colegiado no aplican adecuadamente la perspectiva de género y sin duda les obligará a establecer adecuadas medidas no sólo de sanción sino de reparación integral del daño. Esta sentencia se da en un contexto de creciente violencia feminicida en Yucatán, hecho que parece exhibir no sólo la falta de adecuadas medidas de prevención para evitar la persistencia de estos casos, sino también la falta de criterios claros por parte de los tribunales que sancionen y reparen adecuadamente este tipo de agresiones por cuestiones de género. El otro caso, que muestra las omisiones de la fiscalía, el de una mujer maya que vivió violencia sexual durante años, que además fue revictimizada por familiares al denunciarlo y que cuya denuncia fue desestimada por la fiscalía de Yucatán, que cerró la carpeta de investigación. Ella, acompañada por Indignación, recientemente ganó un amparo que obliga a la fiscalía a reabrir el expediente y continuar con la investigación. En vísperas del 25 de noviembre recibimos noticias favorables, sí, pero que exhiben que todavía falta mucho para que la justicia se aplica con criterios de género. Todavía se requieren amparos, recursos y diversas batallas para obligar a la fiscalía a investigar y a los jueces y magistrados e juzgar con criterios de género. Una mujer anónima nombra también este 25 de noviembre: la mujer de Telchac, asesinada en condiciones que continúan sin esclarecerse. Ni siquiera sabemos todavía quién es ni qué acciones ha emprendido la fiscalía para identificarla y para saber qué pasó. Cada día que pasa aumenta la consternación ante la inacción, la tibieza o la impericia de la fiscalía de Yucatán. ¿Quién es la mujer cuyo cuerpo se encontró en el mar de Telchac? ¿Qué le pasó? ¿Quién se lo hizo? ¿Fue arrojada de una lancha, de un yate? Nada sabemos y eso es también motivo de preocupación. ¿Apela la fiscalía al olvido? Son demasiadas las preguntas que el caso genera. Demasiada la consternación ante las omisiones. El gobierno estatal y federal todavía tienen qué explicar cómo la denuncia contra Yucatercos, una red que extorsiona a mujeres de la península de Yucatán en acciones que, a juicio de Indignación, constituyen incluso el delito de trata de personas, denunciado ante la PGR, terminó en la fiscalía de Yucatán con una tan mala integración que ya permitió la libertad de uno de los detenidos. La tardía y deficiente tipificación del feminicidio va configurando apenas los primeros casos. Qué bueno. Se celebra. Permitirán sancionar el delito como tal y enfrentar esa realidad y realizar, así lo exigimos, acciones de prevención. Pero cuánto tiempo perdido por la negligencia de autoridades, legisladores, fiscalía, jueces. El gobierno de Yucatán incumple incluso la mínima obligación de emitir el Programa Especial para Prevenir, Atender y Erradicar la violencia contra las mujeres en el estado de Yucatán y también con la obligación de contar con un registro y estadísticas acerca de la violencia de género en el estado de Yucatán. Falta mucho. Y cada omisión amenaza la vida, la verdad, la justicia.



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